Río De Janeiro
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CIUDAD Y TERRITORIO Estudios Territoriales, XXX (117-118) 1998 697 Río de Janeiro. Símbolos urbanos: centralidad y poder, periferia y comunidad Roberto SERE Dr. Arquitecto, PROURB/DPUR/FAU/UFRJ RESUMEN : Río de Janeiro es la única metrópoli dei mundo, identificada, no por sus símbolos arquitectónicos sino por sus iconos naturales . Son los dos morros contrapuestos que dominan la Bahía de Guanabara : el Pan de Azúcar y el Corcovado. Su historia fue una persistente lucha entre la expansión urbana y su naturaleza circundante: se derribaron las colinas que asentaron las primeras edificaciones -los morros de Castelo y San Antonio- ; se abrieron infinitos túneles; se rellenó un sector de su bahía: por ejemplo el Aterro de L'lamengo . Sin embargo, las tarjetas postales que identifican la ciudad no se corresponden con su realidad ; la mayor parte de su extensión posee una estructura urbana anónima y desordenada, predominantemente ocupada por habitantes de escasos recursos. En la década del noventa, la Alcaldía se propuso transformar esta imagen, al rediseñar el corazón de 17 barrios de la ciudad, intentando rescatarla identidad cultural y ambiental de sus pobladores. Descriptores : Río de Janeiro. Historia del urbanismo. Desarrollo urbano. I. EL DOMINIO DE LA NATURALEZ A del mes de enero como símbolo del tiempo carioca o azul demais de Vinicius de Moraes. Santos, aborígenes y paisajes denominaro n Descubierta la originalidad de América , múltiples ciudades de América Latina: Santa ajena a la ansiada Cipango, su lejanía y Fé de Bogotá en Colombia, Santa Cruz de l a exotismo se asoció al Paraíso Terrenal : en la Sierra en Bolivia, Santiago de Chile . Los temprana fecha de 1504, Durero graba primitivos habitantes de Venezuela s e imágenes de la nueva localización del inmortalizaron en Caracas mientras L a hipotético mundo feliz (ROJAS Mix 1992 :15). Habana rindió homenaje al cacique A partir de entonces, artistas europeos y Habaguanex. No siempre las metáforas de l a locales representaron variadas alegorías del naturaleza coincidieron con la realidad : ni en nuevo continente : lo hizo Tiépolo en la la húmeda y pantanosa costa argentin a residencia palacial de Würzburg y José predominaban los Buenos Aires, ni apareció Teófilo de Jesús en Salvador de Bahía metal alguno en el estuario del Río de la (ARAUJO 1998 :29). Pintaron un escenario Plata. También se engañó Conçalo Coelho al barroco de formosas mujeres indígena s confundir la extendida bahía de Guanabara rodeadas de insólitas fieras, enmarcadas e n con un majestuosos río . Aunque no erró en l a una exuberante y generosa selva tropical . identificación del imprevisible y tórrido ciel o Todo era naturaleza soñada y deseada -la misma aún hoy, de los usuarios de los Clubs Mediterranée antillanos-, ausente de Recibido: 31 .01 .97 . edificios y ciudades. Porque, a pesar de las Ministerio de Fomento 698 Río de Janeiro: Símbolos urbanos estructuras urbanas de incas y aztecas, lo República, sucesivos alcaldes y gobernadores construído representaba la presencia del demolieron morros -arrasando con la «orden y progreso» del colonizador blanco , memoria histórica de las edificacione s cuya racionalidad y regularidad s e coloniales en Castelo y San Antonio-, o los contraponía a la libertad orgánica de lo s penetraron con extensos túneles; alteraron la majestuosos paisajes. Siempre la ciudad configuración costera de la bahía; separaron reflejaba una clara geometría o un a la ciudad del paisaje marítimo; permitieron compacta unidad frente a los accidentes que pobres y ricos se compactaran en la s geográficos : Nápoles bajo el Vesuvio, Cuzc o profusas colinas con mansiones y favelas . A protegida por la cadena andina, Caracas pesar de ello, no empeñaron el majestuoso s sumergida en el valle del Avila. De allí la espectáculo de la bahía de Guanabara -los originalidad de Río de Janeiro en el context o fuegos articiales que sacudieron el alma de latinoamericano : surge y se integra a la (LE CORBUSIER 1960 :1) -, ni la persistenci a compleja configuración natural del sitio, cuy a simbólica del Corcovado y el Pan de Azúcar pregnancia no desaparece a pesar de l a como emblemas «arquitectónicos» de la «innata maldad de los hombres>, (José Martí). ciudad. Es lícito suponer que dos arquitectos No es casual que el cantante brasileño Luiz cariocas -Lucio Costa y Oscar Niemeyer- , Jatobá dijera: »Dios hizo el mundo en siet e luego de mimetizarse con el entorno - días, de los cuales uno fue dedicado a Río d e recordemos el conjunto del Parque Guinle Janeiro». (1948) del primero y la casa en Canoas Ciudad símbolo no sólo del Brasil, sino del (1953) del segundo-, al privilegiar la hemisferio, constituye la síntesis de las racionalidad de la arquitectura sobre la variables emblemáticas de Latinoamérica: ni sensualidad del paisaje, inherente a la Gabriel García Márquez supo imaginar e n imagen perenne de los monumentos Macondo una diversidad de fenómenos capitalinos, crearon una modernidad ambientales superiores a los existentes en congelada en el espacio vacío del Planalto d e Río. Aquí cohabitan racionalidad y Brasilia. Aquí, abstracción y naturaleza sentimiento; lógica y espontaneidad ; perdieron sus contenidos antagónicos , naturaleza y artificio; mar y montaña; integrados en la plasticidad de las órganicas bosque tropical y selva de cemento ; belleza y curvas nimeyarescas . fealdad; memoria y olvido; prehistoria e El carácter ambiguo y mistificador de Río Internet; blancos y negros ; pobres y ricos ; es el resultado de la interacción de tres riqueza y miseria . El escritor Zuenir Ventura factores básicos : el orden urbano y resumió la dualidad en el Río «solar» de l arquitectónico impuesto por las estructuras Paraiso y el Río «negro» del Infierno del poder político y económico, asimilado de (VENTURA 1994 :29) . Al comienzo, era un a los modelos externos que tradicionalmente tímida adecuación humana a la diversificad a identificaron el predominio nacional de la majestuosidad de la naturaleza : la vilha capitalidad; el proceso de industrialización velha se instaló a los pies del Pan de Azúcar ; asociado con la presencia de los trabajadores luego penetraron los colonizadores en l a manuales, instalados en las céntricas favelas bahía y subieron al morro de Castelo, o en extensos y anónimos espacios rememorando los poblados portugueses. periféricos; el valor hedonístico del entorno Cuándo el trazado geométrico se impuso e n natural marítimo-montañoso como marco de la planicie, la progresiva e infinita expansió n las actividades del tiempo libre. Apropiado, urbana estableció a la vez el diálogo y la primero por los estratos sociales de mayores antítesis permanente con el paisaje . Desde l a recursos y luego explotado por las céntrica rua lo. de Março hasta la infraestructuras turísticas, configuró la suburbana Barra de Tijuca, cuadrículas, eje s imagen dominante de la ciudad carioca. y diagonales doblegaron la orgánic a Según Gilberto Freyre, de esta relación co n irregularidad y espontaneidad de morros , el marco físico madura una actitud vital que lagunas, manglares y ensenadas. Instaurado otorga particular importancia a la ociosidad el Imperio, Don Juan VI sometió por vez -idleness (EVENSON 1973 :210)-, factor de primera la naturaleza, al crear la avenida compensación al stress del quehacer monumental de palmeras reales en el Jardí n moderno . La socióloga Ana Clara Torres Botánico (RESENDE 1994 :121-23) . En la Ribeiro, al comparar los estilos de vida de Ministerio de Fomento CyTET, XXX (117. 118) 1998 699 San Pablo y Río de Janeiro, demuestra e l del Senado, Castelo y Santo Antônio-,por valor de síntesis que posee esta ciudad como otra, se construye el marco académico de la representación de la cultura brasileñ a capital «civilizada» del país. La «muy leal y (TORRES RIBEIRO 1996 :55-62) . Privilegiado el heroica ciudad imperial» culmina en la espacio social sobre el privado, l a cidade maravilhosa, cuyo apogeo acontece en extroversión comunitaria sobre el refugi o los años cincuenta (1). individual, la belleza de la naturaleza Es posible definir la evolución de Río como promueve la exhibición de los cuerpos, la una constante lucha entre memoria y interacción racial, la sensualidad, emotivida d modernidad, entre construcción y naturaleza. y suavidad del ritmo de vida, la importanci a Por una parte se borra radicalmente el de las actividades deportivas. No es casual pasado -nada sobrevive de la originaria que Río posea 73 km de ciclovías, la mayor villa situada en el morro de Castelo-, por extensión de Latinoamérica . En estos otra se identifican persistentemente los tiempos duros, marcados por la segregación y sucesivos estratos de un renovado presente . exclusión de los espacios urbanos, ella e s A la vez que desaparecen los morros todavía una ciudad que se resiste a l a originarios, se valorizan los símbolos pérdida de la intensidad interactiva de las naturales -el Pan de Azúcar y el relaciones sociales y el placer estético de l Corcovado-, o surge una nueva naturalez a ámbito público: no es casual que cada fin d e en el Aterro de Flamengo . Cuatro tipologias año, dos millones de personas abandonan sus urbanas definen el carácter de la ciudad : una domicilios y se instalen en calles y parque s centralidad monumental introvertida y ajena festejando el cromático cotillón de la playa d e a los accidentes naturales; el orgánico Copacabana (SEGAD:, X, 1999 : 64-5). medievalismo subsistente en las favelas de colinas y morros; las periferias anónimas e interiores extendidas en dirección norte y 2. UNA URBE TROPICA L oeste en coincidencia con las líneas férreas y los asentamientos industriales (ABRE U La imagen identificadora de Río posee dos 1988 :18) (2) ; el habitat de los estratos expresiones estéticas básicas: una académic a adinerados, situados a lo largo de la costa en y otra moderna. Hasta la proclamación de la la zona sur, caracterizado por el ámbito República en 1889, la presencia de la Corte sensual de mar y playa.