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Aplicación de un Sistema de Información Geográfica a la pros- pección del Yacimiento del Cancho Gordo (, )

Mercedes Planas Garrido Universidad Autónoma de Madrid

Resumen El artículo que a continuación se presenta constituye una muestra más de la aportación de nuevas aplicaciones informáticas en el campo de la arqueología. La utilización de un Sistema de Información Geográfica en el estudio del yacimiento de la Edad del Bronce del Cancho Gordo (Madrid) y más concretamente, en su aplicación como herra- mienta complementaria a la prospección arqueológica de dicho asentamiento, ha supuesto un apoyo de gran utilidad para la confirmación de las conclusiones finales del trabajo.

Abstract The following article is yet another example of a computer application contribution to archaeological investigation. The use of a Geographical Information System in the study of a Bronze Age settlement at Cancho Gordo (Madrid), and its application as a complementary tool to the field survey, has proved to be a useful support to confirm its con- clusions.

1. INTRODUCCIÓN A LOS SISTEMAS DE ciaría hace pocos años en Norteamérica, cuando INFORMACIÓN GEOGRÁFICA ésta comenzara a destacar por los numerosos proyectos en los que se aplicaba la herramienta, Un Sistema de Información Geográfica es una enfocados principalmente a la valoración del herramienta que permite ejecutar complejos aná- potencial arqueológico (Allen y otros, 1990). lisis de datos previamente introducidos en el sis- Europa, al igual que en otras regiones tema “de forma que puede generarse nueva (Sudamérica, Australia…), inicia su reto en la información mediante la identificación de las aplicación de los SIG a la arqueología en años relaciones espaciales existentes entre distintos posteriores, dirigido en un primer momento a la elementos geográficos” (Blasco y Baena, 1993, gestión del patrimonio cultural (Harris y Lock, 180). Los datos que se introducen en el Sistema 1995). De este modo, España se unirá a esta ole- de Información Geográfica pueden ser de tipo ada de aplicaciones informáticas basadas funda- gráfico (imágenes) o alfanuméricos (bases de mentalmente en “la realización y tratamiento de datos) y su incorporación al sistema permitirá la las cartas arqueológicas y su posterior utilización interrelación de ambas bases de datos. en la conservación del patrimonio” (Blasco y Los SIG tuvieron un desarrollo inicial más Baena, 1993, 179)1. Proyectos en torno a aplica- intenso en ámbitos anglosajones, pero se des- ciones informáticas para el registro arqueológico arrollaron principalmente en Estados Unidos, en y gestión de patrimonio (Cultural Resource donde se utilizaban para tareas de cálculos de Management, Gestión del Patrimonio Arqueológi- redes eléctricas, forestales o agrícolas o bien para co) se han desarrollado en universidades de censos, catastros, etc (Arroyo- Bishop, 1991, 169). muchas comunidades de la Península como en La aplicación de los SIG en arqueología se ini- Andalucía (Sevilla, Córdoba), Cataluña (Lérida)

1. Ver capítulo III en Baena, J., Blasco, C. y Quesada, F. (eds) (1999): Los S.I.G. y el análisis espacial en Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid (81-92) Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 26

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Figura 1. Localización de la Sierra de La Cabrera en la provincia de Madrid

o Galicia (Santiago de Compostela) entre otras. mientos, de accesibilidad a recursos naturales Igualmente, los SIG se utilizarán además como próximos, de simulaciones topográficas, etc., herramienta de apoyo en proyectos de análisis hacen de estos sistemas una herramienta enor- espacial y de estudio de patrones de asentamien- memente útil en la interpretación arqueológica to promovidos, entre otras, por las instituciones de yacimientos. académicas (Universidad de Teruel, Jaén, No obstante, se debe tener en cuenta que, Córdoba, Autónoma de Barcelona, Autónoma como dice D. Arroyo- Bishop (1991, 170) en algu- de Madrid). Es en esta dirección hacia donde se na ocasión, un sig “…no es sencillamente un pro- decidió orientar la creación del SIG aplicado al grama informático para hacer mapas, sino un yacimiento del Cancho Gordo: estudio de la instrumento que permite establecer relaciones 2 prospección y análisis espacial del yacimiento . dinámicas entre datos”. No debe confundirse en Una de las primeras cuestiones que se planteó este sentido el Sistema de Información Geográ- en los inicios de los SIG era demostrar en qué fica con un programa de tratamiento de imagen, ya medida esta aplicación informática podía ayudar que en muchas ocasiones estos sistemas se utilizan a la investigación arqueológica. En este sentido, únicamente como representación gráfica sin nin- la interrelación de coberturas de información guna aplicación adicional (cálculo de visibilida- permitían al arqueólogo “generar modelos de des, pendientes, orientaciones, tipos de suelos.). simulación” que resultaban muy útiles para la El hecho de que la tecnología SIG se utilice en investigación arqueológica (Espiago y Baena, algunas ocasiones como sistemas de diseño asis- 1999, 38). Anteriormente al desarrollo de los tido por ordenador ha suscitado diversas críticas SIG muchas de las preguntas relacionadas con la en las que se afirma el escaso valor de las “pretty organización social y agrupación espacial o terri- pictures” (fotos bonitas) (Kvamme, 1995). torial únicamente podían tratarse a través de téc- nicas de difícil aplicación e interpretación, por lo 2. EL YACIMIENTO que la combinación de la teoría y método que proporcionan la arqueología del paisaje y el SIG El yacimiento del cerro del Cancho Gordo supone un avance en el estudio de sistemas socia- (La Cabrera, Madrid), situado a 50 kilómetros les del pasado en relación con su medio físico y del núcleo urbano de la provincia de Madrid cultural (Savage, 1990, 29). La posibilidad de (Figura 1), corresponde a la elevación más occi- establecer coberturas de intervisibilidad de yaci- dental de la Sierra de La Cabrera enclavada ésta mientos, de distancias entre diferentes asenta- en el sector oriental del Sistema Central y ubica-

2. Este artículo corresponde a un extracto de la Memoria de un Sistema de Información Geográfica. Universidad de Licenciatura de Mercedes Planas Garrido: El yaci- Autónoma, Noviembre, 2000. Inédito. miento del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid): aplicación Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 27

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da en las estribaciones meridionales de la Sierra que, en la vertiente sur, presenta una pendiente de , dentro de la comarca madrileña muy pronunciada mientras que en la septentrio- de la Cuenca del Jarama. nal tiende a suavizarse. Así, en la falda meridio- El conocimiento de este asentamiento prehis- nal existe una fuerte ruptura de pendiente con tórico en la sierra madrileña vino motivado por paredes verticales que enlazan con la superficie la existencia de una colección de material topográfica de base a través de un talud con fuer- arqueológico recogido por un amateur local a la te inclinación, determinado en parte por la acu- que tuvimos acceso gracias a las facilidades ofre- mulación de derrubios graníticos. El ascenso por cidas por el ayuntamiento de La Cabrera. Ante la esta ladera a la cima del cerro se hace con difi- variedad cronológica que ofrecían dichos mate- cultad a pesar de que en las zonas más bajas de riales (se identificó cerámica neolítica y de hori- ésta la pendiente sea menos pronunciada (Figura zontes de la Edad del Bronce madrileña de 2). Al contrario de lo que ocurre en la vertiente Protocogotas y Cogotas I) se decidió realizar los meridional, en la denominada Ladera del Buitre, trabajos arqueológicos pertinentes para el estu- en la cara norte de la sierra, el relieve es más dio del mencionado cerro. suave con una pendiente topográfica menos pro- nunciada y menos irregular, que garantiza el El cerro del Cancho Gordo se eleva hasta una acceso a las cotas más elevadas del cerro con cota máxima de 1.566,88 metros y, al igual que mayor facilidad. La parte alta del cerro del el resto de la sierra, se caracteriza por su topo- Cancho Gordo, sin embargo, se caracteriza por grafía particular de bloques redondeados de gra- zonas más llanas sin la presencia de grandes pen- nito, denominados bolos, en la parte inferior del dientes, formando pequeñas llanuras rodeadas mismo, y de bloques más irregulares en la parte por los grandes bloques de granito entre los que superior que constituyen una estructura de perfil se han formado grietas debido probablemente a apuntado, reconocible desde puntos muy aleja- la erosión del agua y el viento y a la acción del dos de la región. Su localización geográfica hielo. De entre estas grietas formadas en el grani- corresponde a la hoja nº 484 (6-6 y 6-7) del mapa to del cerro por la acción erosiva, se han consi- parcelario 1:5.000 de la Comunidad de Madrid y derado dos de ellas como posibles abrigos utili- las coordenadas UTM del cerro son: x- 446.210 zados durante la Prehistoria reciente. Estos abri- y- 4.525.320 gos están orientados hacia el sur y sureste y Esta elevación tiene como particularidad la ambos están protegidos por altas paredes de gra- enorme diferencia en la morfología de sus laderas nito, que constituyen unas condiciones favorables

Figura 2. Vista panorámica del cerro del Cancho Gordo (Sierra de La Cabrera, Madrid) Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 28

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para la ocupación. De este modo, una de las cues- en gran medida las posibilidades de localización tiones de interés para la prospección arqueológi- de hallazgos. Por ello, se decidió aplicar una ca era la comprobación de la ocupación de estos prospección intensiva únicamente en la ladera abrigos durante el II y II milenio a.C. sur y en la parte superior del cerro del Cancho Gordo que además de ser las zonas de mayor 3.METODOLOGÍA DE TRABAJO facilidad para el estudio (zonas de fácil acceso para los prospectores) ofrecían a simple vista un 3.1. La prospección mayor número de material 4. En la vertiente sep- tentrional, por el contrario, y ante la aparente El trabajo de campo que se realizó en el yaci- escasez de material arqueológico, se realizó una miento del Cancho Gordo fue la prospección de prospección de muestreo menos exhaustivo que superficie del cerro. Para poder elaborar un estu- la diseñada para la ladera meridional. dio exhaustivo de la zona, era necesario realizar 3 Para la realización de la prospección intensi- una prospección intensiva de cobertura total va de cobertura total de la ladera sur se decidió cuyos resultados constituirían una fuente de infor- establecer una trama de cuadriculas de 100x100 mación enormemente válida para posteriormente metros, haciéndola coincidir con el norte del elaborar mapas de distribución de los materiales mapa topográfico. El trazado de la malla que esta- arqueológicos. En efecto, la elección de la pros- blecimos en un primer momento en el mapa par- pección de cobertura total presentaba ciertas ven- celario 1:5.000 de la Comunidad de Madrid (hoja tajas con respecto a un muestreo aleatorio, ya que 6-6 y 6-7) se extendía a lo largo de 40 ha.. la posibilidad de documentar la localización exac- Posteriormente, al intentar delimitar las cuadrícu- ta de los materiales recogidos facilitaba en gran las en el terreno, se consideró que el trazado teó- medida nuestros planteamientos posteriores. En rico del estudio era demasiado ambicioso, ya que este sentido, este tipo de prospección ofrece resul- muchas de las cuadrículas resultaban improspec- tados fiables de concentraciones de material o de tables (debido a la antes mencionada densidad de vacíos del mismo, a pesar de advertir que algunas vegetación y agudas pendientes) y por consiguien- de estas acumulaciones localizadas en determina- te carentes de información arqueológica. La malla das áreas del cerro podrían no responder a la de prospección se redujo finalmente a una exten- localización exacta de un yacimiento. Por ello, los sión de 21 ha.5, dividida en 21 cuadrículas, subdi- más que probables procesos postdeposicionales vididas en cuatro sectores de 50x50 metros (cuya deberán ser tenidos en cuenta a la hora de la valo- identificación se haría con los números 1, 2, 3 y 4). ración final de los resultados de la prospección. En las cuadrículas de la parte superior del cerro No obstante, se insiste una vez más en que con la (coincidiendo con las zonas de mayor concentra- realización de una prospección de cobertura total ción de material arqueológico) se estimó conve- se puede obtener una visión más completa del niente dividirlas en 16 sectores de 25x25 metros modelo de asentamiento de las comunidades que cada uno para un estudio más profundo de la loca- poblaron la Sierra Norte de Madrid durante la lización del material arqueológico (Figura 3). Para Prehistoria reciente. la nomenclatura de la trama se tomó como refe- El trabajo de campo en el Cerro del Cancho rencia la utilizada por Almagro Gorbea y Benito- Gordo se inició con el reconocimiento topográfi- López (1994) en las prospecciones de Perales de co de la zona para precisar la metodología de Tajuña (Madrid) cuya utilización facilitaría en gran prospección que se iba a aplicar posteriormente. medida la identificación de las cuadrículas a los De esta manera, se observó que el cerro presen- prospectores. Por tanto, la identificación de las taba unas características topográficas muy parti- cuadrículas se realizó del siguiente modo: locali- culares, con importantes pendientes y desniveles zando el punto 0,0 en el ángulo SO de la trama, se así como una frondosa vegetación, que reducía designó al eje de ordenadas con letras mayúsculas

3. A pesar de que algunos autores consideran el término cerro era de donde procedía la mayor parte del mate- de «intensiva» algo «utópico» por la dificultad que con- rial de la colección particular que nos había sido mos- lleva “el examen completo y real de toda la superficie trada. del terreno” (Ruiz Zapatero y Fernández Martínez, 5. Las coordenada UTM de los cuatro vértices de la trama 1993, 91), continuaremos haciendo referencia a la pro- son las siguientes: pección de cobertura total como intensiva. – ángulo NO: 4.525.380 / 446.125 4. En este sentido, supimos por uno de los monjes del – ángulo NE: 4.525.380 / 446.435 convento de San Antonio al pie de la ladera del Cerro – ángulo NE: 4.525.380 / 446.435 del Cancho Gordo que la ladera sur y parte alta del – ángulo SO: 4.525.575 / 446.125 Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 29

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demarcación de los puntos de intersección entre las cuadrículas con la ayuda del GPS y poste- riormente de los sectores de la parte superior del cerro para facilitar la tarea de prospección. La identificación de los límites de cada cuadrante se realizó con materiales de fácil percepción por los prospectores de cada cuadrícula. La prospección intensiva del cerro del Cancho Gordo, que se realizó a lo largo de todo el mes de octubre de 1998 en días alternos de la semana, contó con la ayuda de alumnos y licenciados de la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de la Doctora Mª Concepción Blasco Bosqued y de la que escribe, y a los que agrade- cemos enormemente su colaboración 6. Durante la prospección se colocó a los prospectores cada 20 metros a lo largo del eje de abcisas 7, por lo que cada uno de los voluntarios tendría un campo de Figura 3. Cuadrícula de prospección del Cancho Gordo visión de diez metros a ambos lados. De este (La Cabrera, Madrid) modo, se colocaron cinco prospectores a lo largo de 100 metros y se comenzó la ascensión por la y al eje de abcisas con números. De esta manera, ladera en dirección hacia el norte geográfico. Por cada cuadrícula quedaría identificada con una cada cuadrícula de 100x100 metros cuadrados letra y un número. Los sectores de cada cuadran- recorrida por los prospectores se invertía una te se enumerarían del 1 al 4 y los subsectores con media de treinta minutos, que según los criterios letras de la a a la d. de algunos autores (Ruiz Zapatero y Fernández Una vez decidido el trazado final de la trama Martínez, 1993) se puede considerar una pros- 8 de prospección en el mapa procedimos a la deli- pección de intensidad casi alta . mitación de la misma en el campo. Para ello, se El criterio de selección que se siguió en la contó con la ayuda de un GPS (Glogal Positional prospección fue la recogida total de todo el mate- System) que, a pesar de que ser conocido su mar- rial de superficie, ya fuesen muestras cerámicas gen de error, no suponía una distorsión impor- como restos de industria lítica o de otra materia tante en los resultados de nuestro estudio. Este prima. El material, durante su recogida se fue margen de error puede deberse a distintas cau- separando por sectores y subsectores en bolsas sas, entre las que cabría mencionar los posibles con identificación de cada cuadrícula. ruidos en el receptor (fallos en la calidad de la En la ladera norte del cerro, por el contrario, señal), las variaciones en la velocidad de trans- se optó por realizar una prospección de mues- misión de la señal de radio, o en el reloj del apa- treo aleatorio, sin establecer una trama de rato (Amado, 1997). La utilización del GPS en el tanta precisión como en la ladera sur. La elección estudio se vio motivada principalmente por ser de este tipo de prospección para esta vertiente se un herramienta de fácil manejo y accesibilidad. decidió al demostrarse un menor interés desde el Previamente, se intentaron otros métodos para punto de vista arqueológico (escasez de material) establecer las cuadrículas (por puntos de demo- en comparación con la parte meridional del ra) pero resultó menos preciso y más complicado cerro que aparentemente mostraba una mayor de realizar debido sobre todo a la orografía tan concentración de material. De este modo ambas característica del lugar. Por tanto, se procedió a la laderas del cerro, la meridional y septentrional

6. Preferimos realizar la prospección con prospectores menor entre los prospectores debido a que la densa cualificados ya que según J. E. Benito-López y L. C. vegetación nos lo impedía. San Miguel (1993, 146) el factor experiencia en los 8. Según los propios autores los “intervalos de 10 ó 15 componentes (prospectores) es apreciable, ya que metros pueden calificarse de alta o muy alta” (Ruiz aquellos que carecen de experiencia “son los autores Zapatero y Fernández Martínez, 1993, 90). En otros de los hallazgos más evidentes que detectaron un casos la intensidad de la prospección es tan alta que la menor número de yacimientos.”. distancia entre los prospectores se redujo a 1 metro, y el 7. En este prospección que dirigimos la abajo firmante tiempo invertido por cada 20 metros cuadrados era de junto a Mª C. Blasco no pudimos aplicar una distancia cinco minutos (Foard, 1978). Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 30

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quedarían incluidas en el estudio, aunque por las Una de las finalidades para la que fue creado razones mencionadas anteriormente, con dife- el Sistema de Información Geográfica era la de rencias en la intensidad de su intervención. realizar un estudio de la distribución de las evi- dencias arqueológicas con el fin de establecer las 3.2. Aplicación de un SIG en el cerro del causas que delimitan la acumulación de estos Cancho Gordo materiales. Una acumulación de material que podría estar causada por diferentes motivos tales La creación de un SIG requiere un plantea- como procesos postdeposicionales (agentes erosi- miento previo de los objetivos que se pretende vos) o procesos antrópicos. Era por tanto necesa- con su aplicación. Es importante tener en cuenta rio detallar con precisión la localización del mate- en qué medida un SIG puede beneficiar los resul- rial en el cerro del Cancho Gordo. La simboliza- tados de un estudio y si constituye una herra- ción de los resultados de la prospección en la que mienta de apoyo de la que no es posible disponer se representaban las acumulaciones de material con otros medios (Zubrow, 1990). Por ello se deci- arqueológico sería incluida, junto con otras cober- dió valorar a priori cuales eran las ventajas y des- turas de información vinculadas a ésta, en el SIG ventajas de su aplicación en este estudio. Por un para intentar aclarar el origen de esas concentra- lado, la aplicación de un SIG proporciona una ciones. Para relacionar los datos de las coberturas información de suma utilidad a la hora de la in- era necesario contar con la representación del terpretación de los resultados de la prospección: cerro de estudio. Para ello se creó el Modelo esto es, una combinación de factores, como visi- Digital del Terreno (MDT) de la zona que se ha bilidad del territorio, pendientes del área de estudio, venido definiendo como la “representación digi- proximidad a cursos de agua y materias primas o tal del terreno en forma adecuada para su proce- relación espacial con otros asentamientos, que samiento informático” (Stefanovic, 1984). integrados en un sistema geográfico puedan Los Modelos Digitales del Terreno tienen una complementar la información de una prospec- notable aplicación en el campo de la arqueolo- ción. Por otro lado, el SIG permite localizar geo- gía. A partir de la elaboración de estos modelos gráficamente los hallazgos para así realizar un con la utilización de un SIG se crean modelos estudio de la concentración del material que, sin arqueológicos predictivos (predictive modelling) la aplicación del sistema, hubiera “ralentizado” el para realizar estimaciones de localización, por desarrollo de la investigación. Asimismo, la ela- ejemplo, de asentamientos prehistóricos (Warren boración de un modelo digital del terreno del y Asch, 2000, 25). Según algunos investigadores, cerro del Cancho Gordo podría facilitar la simu- los MDT se apoyan en dos premisas básicas: la lación de ciertos procesos que de otra manera primera se fundamenta en la idea de que las sería imposible realizar, como el recorrido ópti- sociedades antiguas elegían el lugar de ocupa- mo de desplazamiento en la caída de material. ción condicionados por las características del La elección del equipo informático no supuso entorno natural y, la segunda, en que los factores gran dificultad. El hecho de que el sistema lo fué- del entorno que influencian esta elección están semos a utilizar personalmente y que por consi- representados, por lo menos indirectamente, en guiente no era necesaria la ayuda de más ordena- los mapas modernos de variación medioambien- dores, utilizamos la plataforma de Xwindows tal (Warren y Asch, 2000,6). Estos modelos para PCs, con procesador de amplia memoria (64 hacen posible la predicción de que aparezca un Mb RAM y 8 Gb ROM). Como periféricos de asentamiento en zonas en las que las variables entrada utilizamos la tableta digitalizadora y el ambientales son favorables y por el contrario, de escáner (HP Scanjet IICX) y como periféricos de localizar zonas con mayor probabilidad de salida la impresora (HP 690 C). El software utili- ausencia de asentamiento (nonsite). De este zado ha sido ArcView, versión 3.1 (ESRI, 1996), modo, la elaboración de un Modelo Digital del una marca registrada de Ennvironmental Systems Terreno supone una herramienta de enorme Research Institute, Inc.. A pesar de las posibilidades magnitud en los análisis de modelos predictivos. de este software en la integración de datos, se deci- Los métodos para la obtención de datos en la dió utilizar una extensión adicional al paquete ini- creación del MDT dependen del tamaño de la cial (Spatial Analyst) que constituye una herra- zona que se quiera levantar, la precisión requeri- mienta de apoyo fundamental en el análisis y da y el tipo de información que se quiera obtener modelado espacial de nuestro trabajo. A través de del modelo. Existen tres métodos principales uti- la herramienta de Análisis Espacial se podría ana- lizados para la captura de la información altimé- lizar mejor la relación espacial de los datos, esta- trica: el método topográfico, costoso por la gran pre- blecer cuestionarios con los datos (query builder) y cisión en la cota de los puntos, los métodos fotogra- mejorar la visualización de los mismos. métricos y de teledetección, que recrea un modelo tri- Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 31

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Figura 4. Modelo Digital del Terreno del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid)

dimensional del terreno a partir de fotografías mación se fueron completando a medida que aéreas y la digitalización de documentos cartográficos, se obtenían los datos de la prospección. Así, en el que se digitalizan las curvas de nivel de los esta tabla asociada a la capa “trama”contenía mapas. En el caso del Cancho Gordo se utilizó el el nombre de la cuadrícula y las subdivisiones último método mencionado, en el que se utilizó la de cada una (ya sea de 50x50m. y/o de cartografía de mapas parcelarios a escala 1:5.000 25x25m.) además de varios campos (de carác- para mayor precisión del modelo (Figura 4). ter numérico) con sus datos asociados: Para el análisis del Cancho Gordo, se fueron – ID. En este campo se introdujeron 4 dígi- superponiendo las capas de información a las tos. Los dos primeros correspondían al que se hacía referencia anteriormente. Estas co- identificador del polígono, el tercero a la berturas de información contaban con una base división de la cuadrícula en 50x50m., y el de datos asociada a cada una de ella. En la base cuarto dígito a la subdivisión de 25x25m. de datos del sistema se incorporaron todos aque- Si no hubiera división de 50x50m. o de llos datos que posteriormente serían utilizados 25x25m. se utilizaría el 0. para establecer rangos de intensidad en la infor- Como ejemplo: 2524 -cuadrícula 25, sec- mación. A continuación se detallan las cobertu- tor 2, subsector 4. ras de información que se han incorporado al – Cuadrícula. Este campo corresponde a Sistema de Información Geográfica del cerro del las siglas de las cuadrículas que se han uti- Cancho Gordo: lizado en el trabajo de campo. Se designó K En primer lugar se creó una cobertura que el eje de abcisas con letras mayúsculas (A- correspondía a la trama de cuadrículas de la G) y el eje de ordenadas con números (1- prospección que denominamos TRAMA. 10). El punto “0” de origen de la trama se Dicha trama se representó en formas de polí- estableció en el ángulo SO de la misma. gonos en el Sistema de Información sobre una Los sectores de 50x50m. se han designaron extensión de 70 ha. dividida en cuadrículas de con letras de la “a” a la “d” en cada cuadrí- 100x100m cada una; no obstante, la prospec- cula. Los subsectores de 25x25m. se desig- ción final se realizó sobre una extensión de 21 naron con números del 1 al 4 en cada cua- ha. (21 cuadrículas de 100x100m.). A esta capa drícula. Este campo “cuadrícula” fue subdi- se le asoció una tabla cuyos campos de infor- vidido a su vez en los siguientes campos: Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 32

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– Torno. Número de cerámicas a torno cerro por georreferenciación, fue la fotografía contabilizadas por cuadrícula. aérea del Cancho Gordo tomada en un vuelo de – Mano. Número de cerámicas a mano mayo de 1995 a escala 1/18.000. contabilizadas por cuadrícula. 4.RESULTADOS DE LA PROSPECCIÓN: EL – Lítica. Numero de industria lítica que MATERIAL ARQUEOLÓGICO Y SU DISTRI- se recogió en la prospección. Si no se BUCIÓN EN EL YACIMIENTO DEL CANCHO ha recogido material lítico (0). GORDO – Prospección. En este campo se intro- dujo un solo dígito, dependiendo de si la La distribución y localización del material cuadrícula se prospectó (1) o si no se rea- arqueológico en el cerro constituye uno de los lizó ningún trabajo de prospección (0). aspectos más interesantes del estudio. En primer – Intensidad del rodamiento por lugar porque su análisis en profundidad ha per- cuadrículas. Este dato numérico se mitido establecer áreas de posible ocupación o de obtuvo estableciendo el valor medio actividad especializada. En segundo lugar, por- del grado de rodamiento del 50% de las que a partir de la variedad tipológico- cultural del piezas cerámicas recogidas por cuadrí- material recogido durante la prospección del cula. cerro del Cancho Gordo y su localización en el K Cobertura de la red hidrográfica de la terreno se pueden establecer, por un lado, dife- Comunidad de Madrid representada por líne- rentes períodos de ocupación a lo largo del tiem- as a escala 1:25.000. po y, por otro, cambios en el patrón de asenta- K Cobertura de red hidrográfica de la Sierra de miento de cada momento cultural. Y en tercer La Cabrera a escala 1:5.000. lugar, porque el enorme número de material arqueológico y su variada tipología parece indicar K Cobertura de yacimientos neolíticos, calcolíti- que se trata de un yacimiento de enorme signifi- cos y de la Edad del Bronce localizados en la cación, tanto por estar localizado en una región Comunidad de Madrid. (Sierra norte de Madrid) con escasos estudios K Cobertura de las rutas óptimas de desplaza- arqueológicos actuales, como por situarse en el miento de un objeto (steepest way). paso de conexión entre las dos mesetas actuando K Cobertura de curvas de nivel del cerro del probablemente de vínculo entre ambas regiones. Cancho Gordo a partir de los mapas parcela- Para abordar el estudio de la distribución de rios de la Comunidad de Madrid a escala los materiales arqueológicos aparecidos en el 1:5.000 (hojas 6-6, 6-7). Para la creación de cerro del Cancho Gordo, se consideró más apro- esta cobertura se digitalizaron manualmente piado hacerlo distinguiendo entre el material las curvas de nivel ya que no se pudo acceder cerámico y el lítico tallado. De este modo, se a la base digital de la curvas de nivel de la abordará primeramente la distribución del mate- Comunidad de Madrid. rial cerámico y posteriormente la industria lítica. Simultáneamente a la creación de estas cober- turas de información con bases de datos vecto- 4.1. Material cerámico riales, se añadieron otras bases de datos de tipo imagen que aportan una visión más completa Durante los trabajos arqueológicos de pros- para la interpretación de los datos. Debido a que pección realizados en el cerro del Cancho Gordo, el programa ArcView admite una variedad de se recogió un gran número de fragmentos cerá- formatos de imágenes (JPEG, BMP, TIFF...) se micos. Para acometer el estudio de los mismos decidió utilizar formato TIFF. Algunas de las con mayor detenimiento se analizó el material imágenes que se incorporaron al sistema se por factura (a mano o a torno) y grado de roda- tomaron de la “Carta Digital de España” diseña- miento (de poco rodados a muy rodados) del da por el Servicio Geográfico del Ejército en el material. Cada una de estas variables obtenidas año 1994 que permite una gestión de la por cada fragmento establecería diferentes mode- Cartografía en soporte digital. Estas imágenes los o patrones de distribución que deberán ser digitales introducidas en el SIG fueron georrefe- interpretados. Para poder realizar estos modelos renciadas 9 de acuerdo con el sistema Mercator de distribución del material arqueológico se utili- (UTM). Otra imagen incorporada al estudio del zó la herramienta informática (Sistema de

9. Se entiende por georreferenciación el proceso que per- mite asignar valores cartográficos a bases de datos de tipo ráster o vectorial. Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 33

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Información Geográfica) cuya aplicación ha podi- ción es escasa. Se insiste en estos factores de pen- do completar gran parte del estudio del cerro: el diente y vegetación, porque en principio se con- análisis espacial del Cancho Gordo. A partir del sideraron importantes en el proceso del despla- Sistema de Información Geográfica se crearon zamiento de materiales ladera abajo: el incre- capas o coberturas de información correspon- mento de la pendiente por acelerar los procesos dientes a estas variables mencionadas, que según de desplazamiento de los materiales, y la escasez la representación de intensidad por cuadrícula de vegetación por no frenarlos. Atenerse a las reflejaron diferentes modelos de distribución. consecuencias mencionadas anteriormente en relación a los efectos de pendiente y vegetación 4.1.1. Distribución por factura implicaría la ausencia masiva de concentraciones de material en cotas elevadas del cerro. Sin Se realizó el estudio de distribución del mate- embargo, lejos de los patrones establecidos, en la rial cerámico en el cerro separando la cerámica a parte superior del cerro del Cancho Gordo se mano y a trono. Con respecto a la cerámica a daba una gran concentración de material que no mano, como primera valoración del mapa de parecía ser consecuencia directa de agentes natu- concentraciones del Cancho Gordo (Figura 5), se observó claramente el predominio de material rales. Por tanto, y muy probablemente, la con- cerámico en la parte superior del cerro en com- centración de fragmentos cerámicos aparecidos paración con las zonas inferiores de la ladera en en la cota de 1.500 metros correspondiera a un donde únicamente aparecía una pequeña acu- leve desplazamiento de los materiales arrastra- mulación de fragmentos. dos por efectos erosivos. Pero por otro lado, es posible pensar que los fragmentos de esta con- En la concentración de cerámicas en la parte centración no se hayan desplazado mucho de su superior del cerro se apreciaron dos conjuntos bien diferenciados: uno en la parte más alta del disposición primaria y cuya acumulación fuera cerro a unos 1.545 metros y el otro, a menos de propiciada por causas de otra índole entre las 100 metros de distancia del anterior, entre 1.485 que se podía considerar las antrópicas en forma y 1.500 metros en el paso hacia la parte superior. de ocupación. Este paso, donde se observa el predominio de Por tanto, se puede pensar que las dos con- material, es una zona del cerro donde la pen- centraciones (a pesar de haberlas diferenciado al diente es algo pronunciada y donde la vegeta- mencionarlas) corresponden al mismo momento

Figura 5. Representación de concentraciones de cerámica a mano en la trama de cuadrículas de prospección del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid) Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 34

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Figura 6. Distribución de cerámica a torno en el cerro del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid)

de ocupación ya que el material que se ha recu- como se observa en la figura 6. Es posible que perado en ambos conjuntos es similar y ambas esto fuera consecuencia de una ocupación en el acumulaciones se encuentran a escasos metros cerro del Cancho Gordo más prolongada de de distancia. La tipología del material cerámico sociedades manufactureras de cerámica y que pone en relación las dos concentraciones: cerá- desde la introducción del torno el cerro dejara de mica decorada que por su tipología puede encua- ser habitado con tanta intensidad. No obstante, drarse en un momento claro de la Prehistoria debido a que son puras conjeturas sería necesaria reciente. La presencia de decoración incisa con la realización de una excavación o sondeo para motivos en zig-zag y líneas simples constituye comprobar la duración de la ocupación del uno de los máximos exponentes de la «facies Cancho Gordo a lo largo del primer milenio a.C. Cogeces» del Bronce Medio. El predominio de En la reproducción gráfica de la distribución cazuelas carenadas, decoradas o sin decorar de cerámica a torno en el cerro se pudo apreciar completa el grupo de cerámicas del Bronce la acumulación de material en dos zonas: una en Medio, llegando incluso hasta momentos del la parte superior del cerro y la otra en la mitad Bronce Final a la vista de los fragmentos de cerá- inferior del mismo. En el resto de las cuadrículas mica aparecidos con decoración de boquique. no aparecieron evidencias de esta tipología cerá- Por otro lado, se distinguía igualmente una mica, a pesar de haber sido prospectadas con concentración de material cerámico en el tercio intensidad. Contando con materiales únicamente inferior del cerro. La cota a la que se encontraba de superficie, se podían considerar dos hipótesis esta concentración era de 1.250 y 1.275 metros con para explicar la distribución de las cerámicas a una pendiente de 15º a 20º, menos pronunciada torno: la primera de ellas podría responder a un que las que se documentaron a media ladera asentamiento en la parte superior del cerro al (mayores de 30º). Se interpretó esta concentración igual que ocurría con las cerámicas a mano. De como el desplazamiento de una parte de fragmen- este modo se entendería que el material cerámi- tos cerámicos de las concentraciones de la parte co de la concentración en la parte inferior del superior del cerro que se precipitaron por la lade- cerro fuera consecuencia del desplazamiento de ra hasta llegar a zonas con menos pendiente por lo los fragmentos cerámicos desde cotas superiores. que probablemente esta acumulación no fuera La segunda hipótesis, por el contrario, apuntaba debida a una ocupación del cerro a esta cota. la posibilidad de un único asentamiento en la Con respecto a las cerámicas realizadas a parte inferior del cerro. torno, se deben aclarar varias cuestiones. Para la localización de los asentamientos Primeramente, parece evidente la escasez de durante el II y I milenio a. C. en el cerro de La cerámica a torno en relación a la manufacturada, Cabrera era necesaria la integración de aplica- Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 35

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ciones adicionales como la intensidad del roda- una variable estimativa y los resultados obteni- miento de los fragmentos y el análisis espacial dos son puramente orientativos. del yacimiento. Por los gráficos, las zonas donde el grado de rodamiento era superior correspondían a la parte 4.1.2. Distribución por la intensidad de inferior del cerro y a media ladera. El hecho de rodamiento que en la parte inferior del cerro indicara el valor de rodamiento más alto de los fragmentos cerá- Para comprobar el desplazamiento de los frag- micos del cerro se entendió como consecuencia mentos en superficie durante el periodo de tiem- de la agresión de agentes naturales (erosivos) que po transcurrido desde su disposición primaria los hayan desplazado distancias largas. Por tanto, hasta momentos actuales, se añadió a la tabla de era posible pensar que estos materiales cerámi- atributos de las cerámicas un factor nuevo: la cos con evidencias claras de rodamiento se intensidad del rodamiento. Por intensidad del hubieran desplazado desde cotas superiores de la rodamiento se consideró el estado de conservación elevación. Se podía afirmar casi con total seguri- en que aparecen los fragmentos cerámicos tenien- dad que la concentración de restos cerámicos do en cuenta las alteraciones producidas por agen- que aparecía en la parte inferior del cerro se tes naturales (clima, vientos) y mecánicos (erosión). hayan desplazado por efectos de erosión y del La intensidad del rodamiento de los fragmentos paso del tiempo desde la parte superior del cerro. era una variable que podía aclarar algunos de los El grado de rodamiento de las cuadrículas a procesos protagonizados por el material arqueoló- media ladera (d6 y e6) en cotas entre los 1.325 y gico, entre los que destacaba el mayor o menor 1.425 metros de altura resultaba un dato igual- desplazamiento de los fragmentos o las alteracio- mente interesante. Los procesos postdeposiciona- nes químicas que hubieran podido sufrir. les de la parte superior del cerro desplazaron los La intensidad del rodamiento de un fragmen- materiales a cotas inferiores a través de la pen- to cerámico es un factor cualitativo que fue clasi- diente, acumulándose éstos en zonas donde el des- ficado siguiendo tres categorías: muy rodado, nivel se suaviza. Es justamente en esta zona donde rodado y poco rodado, dependiendo del afilado se apreciaba un rellano en la pendiente, por lo que de las aristas de los fragmentos, de su alteración es un área propicia para la acumulación del mate- química y de la presencia de fracturas recientes. rial procedente de la parte superior del cerro. Con el objetivo de conseguir una muestra homo- Las cuadrículas con el máximo rodamiento génea para la intensidad del rodamiento de los de sus fragmentos coincidían con una de las con- fragmentos cerámicos se realizó el cómputo por centraciones de mayor material arqueológico a cada cuadrícula y sector de la trama general de la mano (Figura 7). Si se contrastan ambos resulta- prospección. De este modo, y dado que el núme- ro de fragmentos por cuadrícula era muy des- igual, se analizó la intensidad de rodamiento en un porcentaje equivalente en cada cuadrícula. La muestra de un 50% de los fragmentos recupera- dos por cuadrícula con un mínimo de una pieza, fue el porcentaje considerado suficiente para el análisis del rodamiento del conjunto cerámico del cerro del Cancho Gordo. En el gráfico I se han incluido los resultados de los análisis de la intensidad de rodamiento por cada cuadrícula. Sin embargo, con estos gráficos de porcentajes resultaba difícil establecer comparaciones con otros gráficos con variables cuantitativas (cerámi- ca a mano y a torno). Por consiguiente, se identi- ficaron las tres categorías del rodamiento men- cionadas anteriormente como variables numéri- cas: muy rodado (3), rodado (2) y poco rodado (1). La comparación de los diferentes gráficos (de intensidad de rodamiento y de datos de frag- mentos de cerámica a mano y a torno) permitiría establecer patrones de distribución del material cerámico. Los gráficos de intensidad del roda- Figura 7. Representación del grado de rodamiento de los frag- miento de los fragmentos cerámicos constituyen mentos recuperados en la prospección del cerro del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid) Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 36

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Figura 8. Vista del abrigo localizado en el cerro durante la prospección en La Cabrera

dos se puede llegar a la siguiente conclusión: la esta área se localizaba entre dos grandes paredes acumulación de material cerámico a mano de de granito sobre una superficie plana del terreno. esta zona era debida al desplazamiento de los Estas paredes de granito forman lo que podría fragmentos como consecuencia de los grandes considerarse un abrigo (Figura 8) y a juzgar por desniveles de la pendiente. Los fragmentos cerá- lo poco rodado que aparecía el material, se micos se desplazaron desde la parte superior del puede aventurar esta zona como uno de los luga- cerro, por lo que presentaban una mayor intensi- res de ocupación del cerro durante la Prehistoria dad en el rodamiento en relación al resto de los reciente 10. La sospecha de que esta zona corres- materiales de otras cuadrículas, y se acumularon ponda a una ocupación en abrigo responde a en una zona donde el escaso desnivel no permi- paralelos con otros asentamientos en los alrede- tía su desplazamiento hacia zonas inferiores. dores del cerro del Cancho Gordo durante el III milenio a.C., como ocurre en la Cueva del Aire, Por otro lado, y con toda probabilidad, la con- Patones (Fernández Posse, 1980) o la Cueva de centración de cerámica en la parte superior del los Enebralejos, Segovia (Municio y Piñón, cerro con evidencias de un rodamiento intenso 1990). Por último, la tercera concentración de fuera consecuencia directa de la intensa exposi- material con escaso rodamiento se localizaba en ción de la cerámica a agentes erosivos, como la parte inferior del cerro. fuertes cambios climáticos, precipitaciones, etc. Asegurar absolutamente que estas tres con- Con respecto a las zonas de menor intensidad centraciones de material cerámico con mínimas de rodamiento, aparecen en el mapa de distribu- evidencias de rodamiento y alteración eran con- ción de fragmentos cerámicos tres áreas diferen- secuencia de ocupaciones en el cerro resultaba ciadas. En la primera de las concentraciones, difícil. Las zonas de mayor y menor intensidad localizada en la parte superior del cerro, los frag- de rodamiento parecían quedar claras pero debían mentos cerámicos recogidos durante la prospec- ser consideradas como capa adicional de infor- ción mostraban escasas evidencias de rodamien- mación dentro del estudio y ser contrastadas con to y su estado de conservación era óptimo. La otros datos obtenidos a partir de la prospección. segunda concentración de material correspondía En la interrelación de los datos de la intensidad a una zona localizada en el collado de la ladera. de rodamiento y las distribución de las cerámicas El sector de la cuadrícula que establecimos en en el cerro se observaron algunos aspectos:

10.Uno de los factores que apoyan esta idea de ocupa- tigráfica que se percibió en un área del abrigo debido ción de esta zona del cerro es evidente potencia estra- a hoyos realizados posiblemente por furtivos. Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 37

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– En el estudio de intensidad del rodamien- ca (en cuarcita y sílex) se concentraba en la parte to de los fragmentos cerámicos de cotas superior del cerro y en menor proporción en inferiores la media de los fragmentos era cotas inferiores (Figura 9), al pie de la ladera. elevada, excepto en un sector en particular En el estudio de la industria lítica tallada se donde el material presentaba escasas evi- observó un predominio de elementos de hoz dencias de rodamiento (A72). Este sector tallados en sílex y la concentración de los mis- coincidía igualmente con una zona de con- mos en las cotas más altas del cerro. La acumu- siderable acumulación de fragmentos de lación de los elementos de hoz en la parte supe- cerámica a torno. El hecho de que se haya rior del cerro no parecía coincidencia. Resulta localizado una concentración de material difícil imaginar una actividad agrícola en cotas cerámico a torno con escasas muestras de tan altas, principalmente por la escasez de agua rodamiento en la parte inferior del cerro para el cultivo y por las bajas temperaturas que invitaba a suponer una ocupación en esta puede llegar a alcanzar la cima del cerro, por lo zona en un período de utilización del que parecía lógico pensar que dichos elementos torno en la fabricación alfarera. de hoz, formando parte de herramientas de hoz, – La intensidad del rodamiento de las cua- fueran utilizados en la siembra en cotas menos drículas en la parte alta del cerro era tam- elevadas y de mayor productividad. bién escasa y tras los datos de concentra- ción de cerámica a mano en este sector del En la figura 9 se identificaban varias zonas de cerro, se podía pensar que los fragmentos concentración de industria lítica: una en la parte de cerámica manufacturada de la cima, superior y otra en la inferior. Sin embargo, es con menor intensidad de rodamiento, co- posible que estas acumulaciones no fueran con- rrespondieran a una ocupación antrópica. secuencia de distintas ocupaciones del cerro, sino más bien al mismo asentamiento en la parte 4.2. Material lítico tallado superior del cerro. Probablemente la acumula- ción de las cotas inferiores correspondiera a des- A pesar de ser muy escasa la representación plazamientos de los materiales desde la parte del material lítico tallado en el cerro del Cancho superior del cerro. Por tanto, la ocupación de la Gordo, se han obtenido unos patrones de distri- parte superior del cerro era la única posibilidad bución que apoyan las conclusiones alcanzadas válida y las acumulaciones que se identificaban con la distribución de material cerámico. Como correspondían a la distribución y desplazamien- ocurría con el material cerámico, la industria líti- to de los materiales a lo largo de los años.

Figura 9. Distribución de la industria lítica en la trama de prospección del Cerro del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid) Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 38

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Figura 10. Representación del recorrido de rutas óptimas de un objeto desde la parte superior del cerro del Cancho Gordo (La Cabrera, Madrid)

4.3. Una herramienta adicional del SIG Cancho Gordo hasta la parte inferior del mismo. para la determinación de rutas ópti- Entre las líneas de recorrido que aparecen en la mas de desplazamiento figura destaca la coincidencia en la mayoría de los casos en una misma ruta hacia la parte infe- Para interpretar con exactitud el mapa de dis- rior del cerro y la concentración de las mismas tribución de la intensidad del rodamiento de los en una franja relativamente estrecha de la ladera. fragmentos cerámicos se contó nuevamente con Si fueran éstas las rutas recorridas por los frag- la ayuda del Sistema de Información Geográfica. mentos cerámicos del cerro del Cancho Gordo, Para ello, se introdujo una capa de información se debería tener evidencias de concentración de adicional al SIG que podría aclarar las hipótesis material en las zonas por las que supuestamente del estudio. Esta capa adicional de información atraviesa un objeto en su descenso por la ladera. establecía las rutas óptimas de desplazamiento de En efecto, en la distribución de los fragmentos objetos desde un punto marcado previamente. cerámicos a mano y a torno, las concentraciones Para el estudio del Cancho Gordo se aplicó esta de material se localizaban en las cuadrículas por herramienta para describir la trayectoria que un las que atraviesan las rutas de desplazamiento de fragmento cerámico recorría desde la parte supe- los objetos desde la parte superior del cerro. rior del cerro hasta la parte inferior. De este En el mapa de distribución de cerámicas a modo, se podría contrastar la información de mano se observaba la coincidencia de las acumu- esta nueva cobertura con los datos de rodamien- laciones de material a media ladera con el recorri- to y acumulación del material obtenidos en la do de las rutas óptimas de desplazamiento. Esta prospección y así poder explicar las distribucio- concurrencia de datos demuestra una vez más que nes del material arqueológico recuperado en el la acumulación de material a media ladera era ori- cerro del Cancho Gordo. Estableciendo el punto ginada al desplazamiento de los materiales desde inicial de desplazamiento de un objeto en la las cotas más elevadas del cerro. Por otro lado, en parte superior del cerro en zonas de mayor con- el tercio inferior del cerro ocurre algo diferente a centración de material y menor grado de roda- lo que explicábamos para la cima. Las rutas ópti- miento, el Sistema de Información Geográfica mas que describía el SIG en este sector del cerro describiría las rutas óptimas por las que un obje- no coincidían con la concentración de cerámica a to desde el punto de partida marcado, rodaba torno. Parece claro pensar que la acumulación de hasta cotas inferiores del cerro. material cerámico a torno de la parte inferior de la En la figura 10 se observa el resultado final de ladera pudiera deberse a un asentamiento durante las rutas óptimas que con mayor probabilidad la segunda mitad del I milenio a. C. en esta zona recorre un objeto desde lo alto del cerro del baja de la elevación. Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 39

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Figura 11. Mapa de visbilidad desde el cerro del Cancho Gordo hacia el sur de la vega madrileña (blanco= visible, gris= no visible)

5. ANALISIS ESPACIAL DEL YACIMIENTO fondo de los valles. La relación entre estos dos tipos de asentamientos es difícil de precisar pero 5.1. El cerro del Cancho Gordo y los grupos en ocasiones se ha supuesto que hubiera una vecinos de la vega madrileña: visibili- preeminencia de los primeros, amurallados en la dad e intercambio de materias primas mayoría de los casos, sobre los segundos, dis- puestos para la agricultura (Bellido, 1996, 95). La visibilidad de un yacimiento es uno de los No parece claro que esta “jerarquía” se pueda factores importantes a tener en cuenta en el estu- establecer para la región septentrional madrile- dio del mismo. Evidentemente, el factor de visi- ña, a pesar de existir una estrecha relación entre bilidad de un yacimiento cobrará mayor o las culturas de la Edad del Bronce de la meseta menor importancia dependiendo de la vocación sur y la norte. Igualmente, la inexistencia de del grupo que lo ocupe. De este modo, según se murallas u otro tipo de construcción de defensa trate de un grupo de vocación puramente agrí- en los yacimientos localizados en altura de la cola, o ganadero o de si el terreno de cultivo es meseta sur (las Canteras de , el cerro mayor o menor, la visibilidad tendrá una mayor del Ecce Homo o la Muela de Alarilla sirven significación. Habitualmente se entiende que los como ejemplo) apoyan esta idea. Evidentemen- asentamientos en altura tienen como uno de sus te, los yacimientos mencionados se localizan en objetivos el control visual del territorio 11. La difi- zonas de dominio de vega y de control de terri- cultad radica, por tanto, en establecer las razo- torio pero creemos muy arriesgado establecer nes que llevaron a el grupo o grupos de La una jerarquía social entre los asentamientos en Cabrera a una ocupación en cotas tan elevadas. altura y los de la vega basada únicamente en un En la meseta norte durante el Bronce medio y factor espacial (Díaz del Río, 1998). final aparecen, al igual que en el ámbito madri- El yacimiento del cerro del Cancho Gordo leño, asentamientos en altura sobre emplaza- está localizado en altura. Desde los aproximada- mientos destacados junto a otros ubicados en el mente 1.500 metros de altura de la cima se obtie-

11.Durante la I Edad del Hierro en el ámbito madrileño, un mayor territorio y controlar los pasos y caminos los asentamientos pasan a ocupar zonas de mayor estratégicos (Blasco y Baena, 1999, 201). altura a lo largo de cursos secundarios para dominar Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 40

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ne una visibilidad muy amplia, llegando incluso a para el abastecimiento de materias primas de los alcanzar los 50 Km de distancia (Figura 11). grupos asentados en las cuencas fluviales, lejos Parece claro pensar que la visibilidad del cerro de las fuentes de aprovisionamiento. La necesi- juega un papel importante en su relación con los dad de abastecimiento de granito, o fibrolita de asentamientos de la Edad del Bronce en el ámbi- determinados grupos asentados en las cuencas to madrileño. Para establecer la intervisibilidad fluviales pudo estimular el intercambio de ciertas entre el cerro del Cancho Gordo y los distintos materias primas con la gente del cerro del yacimientos localizados en la vega y serranía Cancho Gordo en donde aparecen materias pri- madrileña, se decidió elaborar un mapa de visibi- mas cuyo aprovisionamiento se encuentra fuera lidad en el que se definiera la franja de visión del del entorno inmediato. Por un lado, las poblacio- cerro de nuestro estudio. De esta manera se nes del llano se abastecerían de granito, fibrolita podría de valorar la importancia de la ocupación y de minerales (cobre, estaño) y por otro lado, el del cerro en su parte más elevada. De esta mane- grupo del cerro de La Cabrera se abastecería de ra, se observa en la figura 11 que la mayoría de sílex ya que los afloramientos de esta materia se los yacimientos son visibles desde el cerro, tanto localizan en la zona de la vega, cerca de las terra- los asentados en llano (Tejar del Sastre, El zas cuaternarias. Espinillo) como los que ocupan cerros altos (Ecce En efecto, el aprovisionamiento de granito y Homo, Canteras de Zarzalejo). Para comprobar si fibrolita únicamente se da en la sierra norte de esta visibilidad desde cerro era recíproca desde el Madrid, próximo al cerro del Cancho Gordo o resto de yacimientos, decidimos crear mapas de en zonas más alejadas como Sierra Morena loca- visibilidad desde ciertos asentamientos. De tesa lizada a cientos de kilómetros. Si se considera la manera se observó que el Cancho Gordo estaba distribución de molinos de granito y de hachas dentro del campo visual del cerro del Ecce Homo de fibrolita en la región madrileña se observa y de El Negralejo. Desde estos dos yacimientos que en la mayoría de los casos los asentamientos del Bron-ce Final de la región madrileña la visibi- se encuentran a más de 40 Km. de distancia de lidad del cerro de La Cabrera parece claro, lo que las fuentes de abastecimiento de la sierra norte. parecía confirmar que la localización del cerro La dispersión de estos útiles indica que hubo un del Can-cho Gordo estaba sujeta a un factor de desplazamiento de estas gentes en la búsqueda destacada importancia: la visibilidad. Se ha de estas materias primas, lo que supondría el comentado en ocasiones que “la referencia visual empleo de más de una jornada hasta alcanzar de la sierra debió de ser habitual en muchos de estos lugares. Tanto si el desplazamiento se reali- los asentamientos en bajo” (Blasco y Baena, 1999, zó para el abastecimiento de materias primas 202) y que esta intervisibilidad queda justificada como si fue para un intercambio de objetos entre en los múltiples contactos que mantuvieron los grupos vecinos, no cabe la menor duda de que el asentamientos de la vega con la zona serrana de contacto entre estos grupos existió. la región de Madrid. Estos contactos se mantení- Posiblemente estos contactos se realizasen a an principalmente para el abastecimiento de través de la red hidrográfica de la región. En el materias primas de yacimientos de la vega en los caso de las gentes del cerro del Cancho Gordo es que se carecía de ciertas rocas y minerales que muy probable que fuera la cuenca del Jarama el aparecen precisamente en la zona serrana de la medio de transporte y de contacto para la reali- provincia. De esta manera, puede pensarse en el zación de sus transacciones con los grupos de la cerro del Cancho Gordo como el yacimiento de llanura. Probablemente las gentes del cerro del referencia para los asentamientos de la vega en su Cancho Gordo se desplazaron a la cuenca fluvial “búsqueda” de materias primas durante la Edad del Jarama en algún momento, ya que existen evi- del Bronce. dencias claras de materiales procedentes de dicha cuenca (cuarcita, sillimanita) en el yacimiento. ¿Intercambio de materias primas? 5.2. El cerro del Cancho Gordo: zona de La localización del cerro del Cancho Gordo, contacto entre las dos mesetas en la serranía madrileña, con una altura elevada y próxima a determinadas fuentes de aprovisio- Por último, es necesario hacer alusión a la namiento de materias primas (granito, fibrolita, localización del cerro del Cancho Gordo con res- cobre) podría hacer de este asentamiento un pecto de las mesetas norte y sur. Como se ha punto importante de contacto entre los grupos de mencionado anteriormente, es muy probable la serranía y los de la vega durante el III y II que el cerro del Cancho Gordo mantuviese una milenio a.C. Es probable que el cerro del Can- estrecha relación de contacto con los grupos cho Gordo sirviera como de punto de referencia vecinos de la vega madrileña. La proximidad del Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 41

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Figura 12. Trazado de la cañada Real Segoviana a su paso por la Sierra de La Cabrera, Madrid

yacimiento de La cabrera a las fuentes de apro- dio: la cañada segoviana entra en Madrid por el visionamiento pudo facilitar este contacto entre Puerto de , recorre el Valle del grupos durante el III y II milenio a. C.. , pasando por Buitrago de Lozoya y con- Asimismo, el cerro de la Cabrera se encuentra tinúa hacia el sur por , Miraflores, dominando gran parte de del área septentrional el Real hasta El Escorial. A su paso de la región madrileña. La visibilidad que se por Buitrago, la cañada atraviesa el Puerto del obtiene desde el cerro del Cancho Gordo hacia Medio Celemín, a tres kilómetros del cerro del el norte alcanza un extenso área (unos 900 km2) Cancho Gordo. Desde el cerro del Cancho en el que se incluyen los cursos fluviales actuales Gordo se distingue gran parte del recorrido de la y los pasos de comunicación entre las dos mese- ruta de trashumancia a su paso por tierras madri- tas (Puerto de Somosierra). leñas (Figura 12). Se debe recordar los caminos recorridos por En torno a la utilización de estas vías o rutas los ganaderos trashumantes a lo largo de la his- y por tanto, al origen de la trashumancia hay toria. Estas rutas de trashumancia o vías pecua- numerosas teorías. En un repaso bibliográfico rias se han venido utilizando desde antiguo para encontramos opiniones contrastadas a lo largo el traslado del ganados desde los pastos de vera- de este último siglo (Sánchez Moreno, 1998). Así, no en las montañas de norte y centro de la penín- a principios del siglo XX se aceptaba la trashu- sula (agostaderos o pastos estivales) a los de mancia en la Iberia prerromana como antece- invierno (invernaderos o “extremos”) en las dente a la organización mesteña (Klein, 1979) 13, dehesa extremeñas, andaluzas y manchegas, y mientras que a partir de los años 50 se niega la viceversa. En su conjunto forman un complejo existencia de la trashumancia como tal con ante- sistema de caminos de distinta anchura, hasta un rioridad a su oficialidad medieval. En las últimas máximo de 70 metros en las cañadas reales. A lo décadas de nuestro siglo, la práctica trashumante largo del recorrido de las cañadas aparecían durante la Prehistoria Reciente volverá a ser abrevaderos donde bebía el ganado, descansade- tomada en consideración ya que incluso se llego ros y majadas 12. Por la provincia de Madrid a relacionarla durante el III milenio a. C. Estas pasan tres de las cañadas reales más importantes: ideas apoyaban la existencia de una trashuman- la cañada real riojana, la soriana oriental y la sego- cia para el período Calcolítico de acuerdo a cier- viana. Es esta última la que interesa en este estu- tos elementos simbólicos que se relacionaban

12.Las majadas eran los lugares donde se pasaba la 13.Citado en Sánchez Moreno, 1998. noche, el ganado recogido y los pastores en cobijo. Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 42

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Gráfico I. Análisis de la intensidad de rodamiento del material cerámico por cuadrículas de prospección del cerro del Cancho Gordo. Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 43

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con dicha práctica: los megalitos como marcas estudio realizado en el cerro del Cancho Gordo, territoriales (Higgs, 1976). Sin embargo, esta teo- la aplicación de un Sistema de Información ría sería refutada alegando la ausencia de estruc- Geográfica ha supuesto una ayuda fundamental tura técnica de esas sociedades para garantizar el para el desarrollo de la investigación. La crea- paso de pastores y ganados por tierras lejanas ción, por un lado, de la trama en formato digital (citado en Sánchez Moreno, 1998). Igualmente, de las cuadrículas que establecimos en el campo se ha querido relacionar la práctica de la trashu- (cerro del Cancho Gordo) ha facilitado la per- mancia a grupos del Bronce Final, en concreto cepción de la distribución espacial de los mate- durante el Horizonte de Cogotas I. Uno de los riales arqueológicos aparecidos durante la pros- principales argumentos utilizados era la amplia pección. De esta manera se pudo precisar el dispersión de sus cerámicas (excisas y de boqui- lugar concreto de las áreas de acumulación con que) por el ámbito peninsular localizadas en el respecto a la topografía del terreno. Asimismo, la extremo de vías o cañadas 14. Sin embargo, a creación de un Modelo Digital del Terreno del principios de la década de los 90, la idea de los cerro del Cancho Gordo ha determinado el “móviles pastores de Cogotas” (Fernández-Posse, empleo de unas herramientas concretas de gran 1998, 116) fue perdiendo credibilidad sustentada interés para nuestro estudio: las rutas óptimas de en la interpretación de la fosas de los campos de desplazamiento y la visibilidad del cerro. hoyos como almacenes de grano agrícola que Con respecto a las rutas óptimas de desplaza- contuvieran un excedente de grano, lo que impli- miento de objetos trazadas por el Sistema de caría una economía predominantemente agríco- Información Geográfica, éstas han ratificado las la. Del mismo modo, los estudios de analítica de hipótesis de partida del estudio: el desplazamien- pastas de la cerámicas (Blasco, Arribas y Martín to de material cerámico desde la parte superior de la Cruz, 1994) “están revelando el carácter del cerro hacia cotas inferiores, y la posibilidad local de las producciones de tipo Cogotas I en la de una asentamiento tardío en la parte inferior orla periférica” (Sánchez Moreno, 1998) lo que del cerro. Igualmente, las rutas óptimas de des- descartaría la dispersión del material cerámico plazamiento han servido para “predecir” las por el territorio peninsular en relación con la zonas más propensas a la concentración de mate- movilidad ganadera. rial arqueológico y por lo tanto han favorecido la A pesar de que la pretensión de llevar las prospección del cerro. prácticas de trashumancia hasta momentos tan El SIG ha confirmado igualmente su utilidad antiguos como la Prehistoria reciente del III en el estudio espacial del cerro. Se ha podido milenio a.C. sigue siendo un tema discutido , determinar las zonas de mayor visibilidad desde parece no haber dudas de que “la ganadería el cerro comprobando de esta manera la extensa móvil tuvo un peso decisivo en la economía de visibilidad alcanzada por un grupo asentado en los pueblos prerromanos al menos desde el final el yacimiento del Cancho Gordo, constituyendo de la I Edad del Hierro” (Vega, Cerdeño y éste un lugar “estratégico” en la obtención de Córdoba de Oya, Internet). Por tanto, es posible materias primas y probablemente como punto pensar que las cañadas reales se trazasen sobre de referencia para los grupos asentados en la estas vías anteriores. Con esto, se pretende apun- vega madrileña. tar la posibilidad de que el cerro del Cancho Por tanto, parece clara una vez más la utilidad Gordo, al encontrarse tan próximo a la cañada de aplicación de un Sistema de Información de real segoviana fuera un punto importante en el Geográfica en arqueología y en este caso concre- control de vías, bien se aprovechara para inter- to en su aplicación en una prospección. cambio de objetos o de paso de trashumancia. En este sentido, el contacto entre las dos mesetas BIBLIOGRAFÍA sería posible a partir de las vías de comunicación y de “lugares estratégicos” como el cerro del ABARQUERO MORAS, F. J. (1997): “El significado de la Cancho Gordo. cerámica decorada de Cogotas I” Boletín de Estudios de Arte y Arqueología LXIII, Valladolid, (71-96). 6. CONCLUSIONES AGENCIA DE MEDIO AMBIENTE (1982): Guía de la Cabrera, Según se ha podido comprobar a partir del Madrid.

14.De esta manera quedaba justificada la presencia de cerámica de Cogotas I en el yacimiento granadino de Purullena (Molina y Arteaga, 1976). Tomo 26-C2 3/3/08 12:26 Página 44

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