Punta Del Este: Su Centralidad En El Imaginario Uruguayo
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Punta del Este: su centralidad en el imaginario uruguayo. Rossana Campodónico Luis Chalar Bertolotti Gabriela Ángelo [email protected] Área de Estudios Turísticos FHCE_Universidad de la República Uruguay Temática; Territorio y Turismo Resumen Este trabajo aborda como gran parte del imaginario turístico de Uruguay está condicionado por la imagen de Punta del Este – llamada desde la década del 40 la “capital balnearia”- posicionándose en un lugar de privilegio con respecto a otros destinos nacionales, intentando sopesar aquellas dimensiones que han contribuido a consolidar este destino y, por tanto, al turismo nacional, recurriendo para ello al campo disciplinario TEMA1. La historia del turismo en Uruguay tiene su correlato en la ocupación y transformación de la costa. A principios del siglo XX comenzó con la consolidación de su capital Montevideo como “ciudad balnearia” y continuó hacia la frontera Este con Brasil con el surgimiento de diversos balnearios. En esa trayectoria, Punta del Este ha tenido un peso y permanencia significativa en el imaginario turístico uruguayo, dentro y fuera de fronteras. Un destino turístico con claras implicancias sobre el PBI nacional como en la transformación del espacio, que generó un tipo de turismo fuertemente ligado a los turistas argentinos de alto poder adquisitivo. Esta modalidad turística caracterizada por la búsqueda del placer, de la belleza, de lo estético y el glamour ha simbolizado a Punta del Este como un lugar de privilegio y sofisticación. Mediante una metodología cualitativa (revisión bibliográfica, de fuentes, análisis de datos oficiales, páginas web y entrevistas a informantes calificados) se indagó sobre la construcción social del imaginario en relación a Punta del Este la que se ha sustentada no sólo por las políticas públicas sino también por las empresariales, y por los medios de comunicación que históricamente le otorgaron un lugar de privilegio. Éste se ha convertido en un destino cuya significación trasciende ampliamente el tiempo (período estival), al espacio (atractivos naturales), implica múltiples motivaciones (descanso, sociabilidad, juegos etc.) y que se manifiestan mediante las prácticas turísticas que se han sostenido e incrementado en el tiempo (actividades). Del análisis del imaginario llevado a cabo surgen reflexiones que contribuyen a dar cuenta de las paradójicas relaciones de destaque y permanencia del destino y de marginalidad y/o de transformaciones ocurridas en la población local en esa búsqueda de emular ese despliegue “idealizado” por los turistas cada verano. Palabras claves; Imaginario, Punta del Este, comunidad local, actores 1 TEMA ( Tiempo, Espacio, Motivaciones y Actividades) 1 Introducción Este trabajo utiliza el imaginario turístico como elemento de análisis de la sociedad profundizando en su jerarquización -dada por la centralidad- mediante el estudio de caso, Punta del Este, que condiciona gran parte del imaginario turístico de Uruguay. Según lo sostenido por J. Abric (2001), el papel de las representaciones sociales es sustancial para la compresión de la realidad social por poseer un carácter informativo y explicativo, derivando a su vez en prácticas sociales. Surgen así reflexiones que dan cuenta de las paradójicas relaciones de destaque y permanencia del destino y de marginalidad y/o transformaciones ocurridas en la población local. El comienzo y posterior desarrollo del turismo en Uruguay tiene su correlato en la ocupación y transformación de la costa desde principios del siglo XX con la consolidación de su capital Montevideo como “ciudad balnearia” y continuando hacia la frontera Este con Brasil con el surgimiento de diversos balnearios. Dicho inicio se caracterizó por un gran optimismo, una escasa planificación y por entender que contribuiría a mejorar la economía del país y a su diversificación “(…) ante la perspectiva de agotamiento del modelo agro exportador en un mundo proteccionista” (da Cunha, N. et al, 2012:13) y por la percepción de mismo “…como un negocio rentable que se integraba sin competir con intereses ya establecidos” (da Cunha, N. et al, 2012:21). El papel del Estado fue fundamental en la construcción del país turístico y asumió prácticamente todas las funciones relacionadas con su desarrollo, fue constructor de infraestructura (rutas, caminos, vías férreas, entre otros) promotor, hotelero, prestamista, transportista, regulador, explotador de los juegos de azar, etc. Sin desconocer que la iniciativa y el capital privado estuvieron presentes en el desarrollo de los distintos balnearios y fundamentalmente en la zona este de Uruguay. 2 En 1933 se creó la Comisión Nacional de Turismo, organismo que se encargó de realizar las primeras acciones tendientes a posicionar a Uruguay como país turístico. A mediados de ésa década ya se había consolidado una corriente de turismo receptivo caracterizado por ser elitista, estacional y dependiente del mercado emisor argentino (Campodónico & da Cunha: 2005). Estos últimos dos rasgos fueron motivos de preocupación recurrente a lo largo de toda la historia del turismo en el país, y continúan siéndolo. Desde la década del 50 se observó una tendencia al alza de ingreso de visitantes2, salvo el período del enfrentamiento con el gobierno argentino de Juan D. Perón y, posteriormente, por la crisis económica regional en 2002. En la actualidad, el turismo en Uruguay se ha convertido en una de las principales actividades y en tal sentido la Ministra de Turismo y Deporte, Sra. L. Kechichián señala que en 2012 Uruguay es uno de los países de América que recibe más turistas en relación a su población y con un ingreso de divisas que corresponde al 7% del PBI. Los valores marcan un récord histórico en el continuo crecimiento a pesar de los cambios coyunturales ocurridos en los países vecinos y de la crisis que enfrenta Europa desde 2008 y ello impulsó a la Organización Mundial del Turismo3 a realizar estudios sobre la experiencia en el país. En esa trayectoria, la imagen Punta del Este se ha posicionado y permanecido en un lugar de privilegio en el imaginario turístico dentro y fuera de fronteras. Esta centralidad se manifiesta en distintos escenarios de la sociedad (políticos, sociales, económicos y culturales). Se la puede percibir en el análisis de fuentes escritas desde la década del 40 así como en las posteriores producciones de imágenes (cortos publicitarios, cine, páginas webs etc.) y fundamentalmente, en los discursos. En el intento por sopesar aquellas dimensiones que contribuyeron a consolidar este destino y el turismo nacional se recurrió al campo de análisis TEMA, en el cual se integran 2 Ver datos en Anexo 3 En adelante OMT 3 cuatro categorías transversales en el conocimiento turístico: Tiempo, Espacio, Motivaciones y Actividades (Campodónico & Chalar, 2011). Para indagar sobre la construcción social del imaginario en relación a Punta del Este la metodología utilizada fue cualitativa mediante la revisión bibliográfica, de fuentes, análisis de datos oficiales, páginas web y trabajo de gabinete así como la realización de entrevistas a informantes calificados. Mapa1: Ubicación de Punta del Este. Fuente: Elaboración propia Algunas conceptualizaciones. Cuando se refiere al término imaginario se considera la definición dada por G. Ugas al decir que: “El imaginario es la codificación que elaboran las sociedades para nombrar una realidad; en esa medida el imaginario se constituye como elemento de cultura y matriz que ordena y expresa la memoria colectiva, mediada por valoraciones ideológicas, auto-representaciones e imágenes identitarias” (Ugas 2007:49). De esta manera, el imaginario social está formado por un conjunto de relaciones imagéticas que actúan como memoria afectivo-social de una cultura, un substrato ideológico mantenido por la comunidad (Lizcano, 2003). Se trata de una producción colectiva, ya que es el depositario de la memoria que la familia y los grupos recogen de sus contactos con el cotidiano. En estas relaciones imagéticas, es necesario dar cuenta de lo que se entiende por el concepto de imagen. De acuerdo con la OMT, la imagen de un determinado destino son las ideas o conceptos que se tienen del mismo a nivel individual o colectivo. La formación de esa imagen es un proceso continuo por lo cual la revisión de la literatura 4 sobre imagen turística revela la existencia de un conjunto de factores que influyen en ese proceso. Así, las fuentes de información también llamadas factores de estímulo o agentes de formación de la imagen, son las fuerzas que mayor influencia ejercen en las percepciones y evaluaciones, incluida la información adquirida en el destino como resultado de visitas anteriores. A los efectos de este trabajo se adopta la definición aportada por N. Da Cunha et. al: “La imagen es una representación mental y social de las creencias, sentimientos e impresiones de los individuos (turistas y población local) en un proceso de mediana duración donde confluye el procesamiento de las informaciones que surgen de distintas fuentes que aluden a los componentes tangibles e intangibles de la región o localidad referenciada.” (da Cunha et al 2012: 17) Más allá de la definición de imagen que se adopte y de acuerdo con Gilabert (2011), el imaginario turístico es un sub conjunto de un imaginario social mucho más complejo que se refiere al establecimiento de reglas básicas para la institucionalización y desarrollo de la actividad turística y en el que se concibe al turismo como una forma de generar recursos mediante la atracción de visitantes. Se puede sostener que los imaginarios turísticos buscan explorar un conjunto de cuestiones relativas al papel, el funcionamiento y el impacto de los imaginarios sobre los lugares, los actores y las prácticas turísticas. Por tanto, contribuyen de esta forma a consolidar tipologías de prácticas. Estos imaginarios permiten a los individuos y a los grupos representarse un lugar en tanto que destino turístico aprehensible; crean el deseo, hacen a un lugar atractivo, contribuyen a concretar un proyecto de viaje (interviniendo a la vez en la selección previa del lugar visitado y en las prácticas asociadas a priori al viaje emprendido), reducen la distancia con el lugar turístico, suavizan su carácter exótico al mismo tiempo que lo construyen.