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hitos y protagonistas R ev A rgent S alud P ública , 2016; 7(27): 43-45 hitos y protagonistas - Pérgola - Eduardo Wilde

Eduardo Wilde Eduardo Wilde

Palabras clave: Eduardo Wilde - Médicos - Historia de la Medicina Key words: Eduardo Wilde - Physicians - History of Medicine

Federico Pérgola Academia Nacional de Ciencias

te en los heridos del y en los atacados de fiebre amarilla del 71, los tejes y manejes del roquismo y del juarismo, el seudomundo de los señores ancianos, que es la diploma- cia, los crecientes que van del Buenos Aires politiquero que hubo en el 70, medio romanticón, medio puntilloso, medio silbador de mazurkas, al Buenos Aires embande- rado del Centenario que se juzgó imperial y todavía bailaba tangos en las alegres esquinas rosaditas de las afueras”.2 Cuesta encasillar en áreas específi- cas las distintas etapas de su labor. Por ejemplo, su tesis sobre el hipo enlaza la literatura y la historia con la medicina. “Dejando de lado sus años de estudiante, que le dieron temas para magníficas páginas de época, su obra de médico se inicia con su tesis doctoral que tituló Disertación sobre el hipo, se extiende con sus acciones durante la epidemia de fiebre amari- lla, enfermedad que contrae; con sus aportes a la salubridad pública —pro- visión de agua potable, sistema cloa- cal— para seguir como catedrático de e figura polifacética, descolló la segunda década del siglo XIX y Higiene (publica Higiene de las ciu- en la función pública, en las había fundado el periódico El Argos. dades y Curso de higiene pública), Dletras y, como médico, en el Como demostrando su bipolar ori- hasta alcanzar la conversión del Hos- campo de la higiene y la sanidad. gen étnico y su curioso nacimiento y pital de Buenos Aires en Hospital de Eduardo Faustino Wilde nació en avizorando también su lejana muerte Clínicas para la enseñanza, la crea- Tupiza () el 15 de junio de (ocurrida en Bruselas en 1913), tuvo ción del Hospital Fernández y del 1844. Sus padres eran argentinos una inquieta vida que no se enmarcó Instituto Bacteriológico de la Asisten- emigrados: Visitación García1 y Diego en el ámbito de la medicina, sino que cia Pública en 1886. Con tal obra es, Wellesley Wilde, coronel de la Inde- exhibió múltiples facetas. Jorge Luis sin embargo, uno de los grandes pendencia y descendiente de don Borges lo definió con pasión: “Expe- médicos de nuestro corto pasado que Santiago Wilde, un inglés naturalizado rimentó millares de cosas: los cerros más fácilmente se olvida”.3 que había llegado a Buenos Aires en colorados del norte, la vida y la muer- Un párrafo aparte merece su tesis 44

de doctorado de 140 páginas, que se naciones claras y flexibles para su Escardó,8 quien escribió una her- diferenció claramente de las breves biblioteca, y en cada volumen tenía mosa obra sobre Wilde, expresa que monografías de esa época y le valió, cuidadosamente pegados retratos, “su condición de higienista desbordó además de los elogios de la crítica, grabados y paisajes, de modo que muchas veces hasta los límites del una medalla de oro de la Asociación siempre se tenía una sorpresa agra- urbanismo; su libro Higiene de las Médica Bonaerense. dable al abrirlos”. Desconfiaba de las ciudades, alcanzó varias ediciones El Curso de higiene pública, fruto biografías: “Todas... son falsas porque sucesivas y rápidamente agotadas; de de sus lecciones en el Colegio Nacio- contienen, no el retrato del biografia- urbanismo son muchas de sus leccio- nal de Buenos Aires, fue editado por do, sino su copia en el cerebro y las nes de higiene pública, y en este Carlos Cassavalle en 1878. Ocho pasiones del biógrafo”.7 Así opinaba, sentido Buenos Aires tiene con él una años antes, con su tesis, había obte- dotado de una fuerte personalidad de deuda más que mediana: su colabo- nido el doctorado. Su actividad como la que había dado muestras desde su ración decidida y decisiva en la reali- “escritor de temas no médicos” tenía época de estudiante. zación de ese paseo de Palermo que, un origen remoto: en 1861 expuso Ejerció la medicina en la parroquia uno de los más hermosos del mun- —en el curso de filosofía a cargo del de Monserrat y en el Hospital Ramos do, hoy nos envanece y nos solaza. profesor Alberto Larroque— un trabajo Mejía (antes San Roque). En 1873 la A pedido de Sarmiento, hizo un que tituló Comparación entre la filo- Facultad de Ciencias Médicas lo incor- sesudo informe sobre las condiciones sofía moderna y la antigua. Fue prac- poró a su plantel docente como pro- geofísicas e higiénicas del lugar; luego ticante del Hospital General de Muje- fesor sustituto de Anatomía; dos años defendió en la prensa pública el pro- res y, luego, del de Hombres. después se convirtió en profesor de yecto cuando Rawson, a la sazón se- Cutolo4 recuerda que Eduardo Wil- Medicina Legal y Toxicología y en nador y profesor de higiene, lo atacó de “fue vocal de la Comisión Nacional 1876/77 fue delegado en el Consejo en la Cámara con una cerrazón in- de Escuelas; de la Comisión de Aguas Superior Universitario. Sus clases que- comprensible en su grandeza; por fin, Corrientes, Cloacas y Adoquinados; darían plasmadas en sendos libros: ya realizado, lo saludó con alborozada de la Comisión del Parque Tres de Lecciones de Higiene y Lecciones de pluma y orgulloso brío ciudadano”. Febrero y de la encargada de levantar Medicina Legal y Toxicología. Estos acápites indican que el tono planos y presupuestos para el Hospi- Wilde perteneció a la mentada ge- es el de la situación social, que tam- tal Militar. En 1898, se hizo cargo por neración del 80, ese grupo de inte- bién tomó Guillermo Colesbery Raw- segunda vez de la presidencia del lectuales que —influidos fuertemente son, alimentado fundamentalmente Departamento Nacional de Higiene, por las ideas del positivismo— se por la inmigración desarrapada que que ya había desempeñado en 1880, propusieron fundar un país a la altura arribaba al Río de la Plata. Por otra realizando una obra constructiva y de de los más adelantados del planeta y parte, la conocida figura del niño con provecho para los intereses de la terminaron teniendo tantos detracto- difteria representa la patética descrip- población. res como defensores que vieron en ción de los problemas que se susci- En 1898, la segunda presidencia de ellos a los verdaderos próceres de la taban en cualquier segmento de la su amigo Roca lo sacó del aislamiento. nacionalidad. sociedad. En Tini escribe: “En los El estudioso a quien se deben no sólo Se ocupó permanentemente de los momentos de silencio se percibía reformas sanitarias innegables, sino problemas de la sanidad en la ciudad claramente la respiración gangosa del varias leyes esenciales del derecho de Buenos Aires y fue muy crítico del niño operado, que en un supremo público: la de matrimonio civil, la de Cementerio de la Recoleta: “Literal- esfuerzo arrojaba fuera de la cánula registro civil y la de educación laica, mente no puede recibir ya más cadá- que le daba aire, burbujas de saliva volvió a la palestra con aceitadas ar- veres, debió haber sido cerrado defi- espumosa y sanguinolenta”.9 mas”5. Su actividad como estadista nitivamente; pero parece que en No menos importante fue la labor merecería —como opina Solari6— la Buenos Aires no se quisiera admitir la literaria de Wilde. Después de su estima de quien no regalaba halagos: igualdad ni aún ante la muerte; la muerte, su esposa la compiló en una Domingo Faustino Sarmiento. Recoleta es el cementerio aristocráti- obra de 19 volúmenes. En ella esta- En 1914, un año después de su co; allí tienen sus panteones todas las ban sus libros Tiempo perdido, Pro- muerte, Peuser7 editó un libro de antiguas familias de la ciudad y en meteo y Cía, Cosas mías y ajenas, homenaje, que en el prólogo señala: virtud de derechos adquiridos, los Cosas viejas y menos viejas, Recuer- “El doctor Wilde tenía antipatía por los muertos ricos y conocidos han con- dos, recuerdos…, Entre la niebla, libros ‘in memoriam’ y por las deno- quistado el triste privilegio de no po- Viajes y observaciones (en dos volú- minadas ‘Coronas fúnebres’, sobre drirse, como lo harían en tierra no menes), Por mares y por tierra (en todo si tenían algún signo exterior de saturada y de infestar la población dos volúmenes) y Aguas abajo (pu- serlo. Decía que los libros debían te- con las pestíferas emanaciones que blicación póstuma). También hay re- ner aspecto amable y sonriente como nos mandan desde sus nichos abier- cuerdos de viajes, artículos periodísti-

- Eduardo Wilde hitos y protagonistas - Pérgola R ev A rgent S alud P ública , 2016; 7(27): 43-45 la cara de un amigo; elegía encuader- tos y sus cajones lujosos”. cos, cuentos, semblanzas, críticas, 45 R ev A rgent S alud P ública , 2016; 7(27): 43-45 hitos y protagonistas - Pérgola - Eduardo Wilde etc., etc. Tanto trabajo suscitó odios, efectuaron solemnes funerales. Tanto por la calle Buen Orden, parándose a dando pábulo a aquello que expresa fue su peso como patriota (como hijo mirar la puesta de sol en la esquina que el clavo que sobresale es el que de emigrados era absolutamente ar- de México, soltándole un cumplido a recibe el martillazo. gentino) que Borges escribirá: “Yo a una chica: en cualquier esquina, en Wilde murió en Bruselas el 4 de Eduardo Wilde lo veo clarito por las cualquier parroquia, con o sin verda- septiembre de 1913. En Madrid se calles de Monserrat caminoteando dera pasión”.10

Cómo citar este artículo: Pérgola F. Enrique Finochietto. Pérgola F. Eduardo Wilde. Rev Argent Salud Pública. 2016; Jun;7(27):43-45.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Buenos Aires, 15 de junio de 1944. 1 Buzzi A, Pérgola F. Clásicos argentinos de medicina y cirugía (tomo I). Buenos 6 Solari JA. Sarmiento y Eduardo Wilde. La Prensa, Buenos Aires, 27 de octubre Aires: López Ed.; 1993. de 1963. 2 Borges JL, El idioma de los argentinos, Buenos Aires, 1928 7 Eduardo Wilde (1844-1913). Buenos Aires: Peuser; 1914. 3 Páginas olvidadas. Eduardo Wilde. 1844-1933. Informaciones Roemmers, 8 Escardó F. Eduardo Wilde. Buenos Aires: Santiago Rueda Editor; 1959. Buenos Aires. 10(55):4-5, diciembre 1981/enero 1982. 9 Fustinoni O y Pérgola F; “Los médicos en las letras : lo tétrico”, La 4 Cutolo VO. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (tomo VII). Buenos Aires: Prensa, Buenos Aires, 30 de mayo de 1969. Elche; 1985. 10 Pérgola F. Eduardo Wilde / Manuel T. Podestá / Ricardo Gutiérrez, Historia 5 Eduardo Wilde. Cúmplese hoy el centenario de su nacimiento. La Nación, Médica . Sus protagonistas, Buenos Aires. 1(4); 1997.