medigraphic Artemisaen línea

Trabajo Original

De la Higiene Pública a la Higiene Social en , una mirada a través de sus protagonistas, 1880-1914

Adriana Álvarez*

RESUMEN * Docente investigadora de la Universidad Nacional de Mar El trabajo aborda desde la mirada biográfica de los tres médicos argentinos Emilio Coni, José María del Plata, miembro del Grupo Ramos Mejía y Guillermo Rawson, el universo higienista del Buenos Aires decimonónico que logró de Investigación HISA instalarse en las esferas del poder y en el tramado de un cuerpo social, considerado en peligro por (Historia Social ) y los avatares de la inmigración masiva, la acelerada urbanización y por la presencia de enfermeda- del CEHIS (Centro de Estudios des relacionadas con los dos últimos fenómenos. Históricos).

ABSTRACT Palabras clave: Buenos Aires, Emilio Coni, José María Ramos The physicians Emilio Conti, José María Ramos Mejía and Guillermo Rawson, were very important Mejía, Guillermo Rawson, in the history of public Health in Argentina. All three conformed the hygienistic universe of the XIX Higiene Pública. Century that could reach the spheres of power, to fight against the dangers of massive immigration and accelerated urbanization of the country and the sicknesses related to those phenomenons. Key words: Buenos Aires, Emilio Coni, José María Ramos Mejía, Guillermo Rawson, Public Hygiene.

Aparte de ser esto (el progreso de la medicina cien- fuera la encarnación misma del “orden y el progreso”. tífica en la Argentina) el producto de las transforma- La elección de estos tres higienistas se debe a que ciones naturales que hace experimentar el progreso pueden ser considerados como referentes de una ge- de todas las cosas, es la consecuencia, la expresión neración de médicos que se sintió protagonista y res- de un deseo que palpita en todas las cabezas, cual es ponsable de su presente, lo que los convirtió en codi- el de cultivar la inteligencia, el amor a la ciencia ficadores, ordenadores y legisladores, debido a que que ennoblece, el perfeccionamiento del espíritu por concebían las leyes y las instituciones como pilares el estudio y la investigación, pacientemente buscada fundamentales del Estado nacional. y siguiendo al viejo de Bremen: “La ciencia por la En la ciudad de Buenos Aires de fines del siglo XIX, ciencia...” a partir de un cierto saber sobre el medio social y el espacio urbano, el higienismo consideró a la ciudad José Ingenieros1 como potencialmente peligrosa, pues favorecía la apa- rición de enfermedades y el desorden. Se trató de esta- La cita precedente del epígrafe hace referencia a la blecer un nuevo orden que fue afianzando la medicali- ponderación que se le hizo a la ciencia en el Buenos zación de las instituciones, organizando y reformando Aires decimonónico, bajo una concepción biologicis- los hospitales. La higiene ingresó en las escuelas y en ta de la enfermedad que deslumbraba al campo médi- los prostíbulos, y los conventillos –también llamadas co por los avances que los “cazadores de microbios”2 viviendas colectivas– fueron colocados bajo la lupa europeos realizaron mediante el uso del microscopio. de los médicos. El discurso médico-higienista, según En esta oportunidad y mediante una miradaedigraphic.com biográ- señalan algunos autores, se instaló en esferas del po- fica a través de tres médicos argentinos, Emilio Coni, der y penetró en el cuerpo social al que, por otra parte, José María Ramos Mejía y Guillermo Rawson, intento ese mismo discurso postulaba como enfermo. Se ge- describir un universo ideológico que creía en la trans- neró de esta forma una nueva relación que vinculaba formación social y en una ciudad de Buenos Aires que el orden con la moral y la salud.

4 • Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 De la Higiene Pública a la Higiene Social en Buenos Aires Los profesionales de la salud proveyeron al poder Los médicos que primeramente se acercaron a esta estatal de un discurso que aparecía como irrefutable nueva vertiente fueron Eduardo Wilde, José Penna y por su raíz científica; en sus palabras mostraban un Samuel Gache, pero sin duda fue Eduardo Wilde el diagnóstico cargado de preocupaciones por la pre- gran protagonista. Estos profesionales tenían como sencia incontrolada de inmigrantes, de enfermedades, referencia el proceso europeo, donde los higienistas pestes, pobres y miserables, frutos de una ciudad cos- franceses incorporaron los métodos de análisis nu- mopolita. En este espacio discursivo se generó la méricos a su observación de la realidad, lo que los imagen del otro como contraria a la modernización, condujo a producir explicaciones de corte socioeco- al progreso, a la vida civilizada, y se la tiñó de ciertos nómico acerca de los fenómenos vitales de la comu- miedos y temores relacionados con lo desconocido y nidad, en particular de la mortalidad. lo no controlado.3 Tanto Wilde, como Penna y Gache jugaron un pa- Se hizo necesario, entonces, generar instituciones pel importante en el primer momento del higienis- públicas de salud que fueran la expresión de un Esta- mo, donde las preocupaciones en gran medida do filantrópico abocado a aplacar, en lo inmediato, la pasaban por el saneamiento del medio, sin embargo, presencia de pestes y enfermedades interpretadas en sus preocupaciones asomaban cuestiones que eran como un freno a la modernización y al progreso. propias de la higiene social. Para Eduardo Wilde ha- Ese universo ideológico que era el higienismo, y bía que considerar que la: de los cuales Coni, Ramos Mejía y Rawson fueron referentes, reconoció etapas y numeroso cultores. ...Enfermedad que postra al trabajador en el le- Dado que en Buenos Aires a fines del siglo XIX la cho del dolor, suprime temporariamente un habitan- visión microbiológica (gérmenes y bacterias) no go- te de la población activa, quita un productor a la zabasustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c aún de máxima popularidad en la explicación industria, un consumidor al comercio y una renta al de la enfermedad, ésta era asimilada a fermentacio- Estado... El enfermo consume sus economías, hacien- nes:rop de odarobale orden químico FDP producidas por gases deleté- do entrar en circulación un capital sin retribución reos, siendo la materia orgánica en putrefacción la para él, gasta sin producto, destruye materialmente principalVC ed AS, causa cidemihparG de gases mortíferos conductores de sus elementos de vida, sin verlos convertirse en bie- las pestes. El aire, más que el agua, era señalado como nes para el individuo o para la sociedad... un enfer- elarap principal causante de estos males. mo es un atentado contra el comercio, es un mal para En esta etapa, la agenda estaba dominada por pre- el individuo, una ruina para el hogar, una exacción ocupacionesacidémoiB arutaretiL vinculadas :cihpargideM a la recolección de residuos, para los tesoros del Estado y un elemento de pobreza pavimentación, limpieza de letrinas, distribución de pública... Un enfermo quita la energía, la fuerza, la agua potable, desagüe cloacal, emplazamiento de los esperanza y la fe a una masa determinada de pobla- cementerios. Era una agenda que reclamaba la cons- ción, disminuye el caudal de resistencia para el tra- trucción de obras públicas que redundaran en mejo- bajo... y actúa como causa opuesta al desarrollo del res condiciones de salud para la población. Esto se pueblo...5 debía a que en la explicación miasmática de la en- fermedad se adscribía a la putrefacción de materias Eduardo Wilde dejó el Departamento Nacional de orgánicas, tanto de animales como de vegetales. A Higiene para presidir la Comisión de Aguas Corrien- veces se achacaban a efluvios procedentes del inte- tes. Desde allí impulsó las obras de desagües, de pro- rior de la tierra y también se postulaba su produc- visión de aguas y de los servicios cloacales, temas ción por cuerpos sanos en situaciones de que provocaron innumerables discusiones y enfren- hacinamiento. tamientos con otros médicos, como el que mantuvo La teoría miasmática, la doctrina telúrica, y lo que con Guillermo Rawson. Lo cierto es que su iniciativa hemos llamado “teoría social de la enfermedad”,4 son se vio materializada en la sanción de la ley de sep- algunas de las doctrinas científicas elaboradas por los tiembre de 1886, donde con referencias a Herbert médicos en los siglos XVIII y XIX, que hacíanedigraphic.com refe- Spencer se estimaba que dichas obras eran necesa- rencia al impacto del medio en la salud de la pobla- rias para la salud pública de la ciudad.6 ción. En su conjunto, estas corrientes constituyeron Todas las iniciativas miraban a Europa, donde se la base teórica del paradigma de la higiene pública le dio forma a la tecnología de intervención ambien- en el ámbito local. tal perfeccionada a lo largo del siglo XIX. Se buscó

Adriana Álvarez Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 • 5 ladas a otro tipo de causas como eran las condiciones de trabajo de los obreros, hacinamiento, salarios, alo- jamiento popular, enfermedades profesionales e hi- giene industrial. También se sumaban cuestiones como la tuberculosis, el alcoholismo, la prostitución y la niñez abandonada, padecimientos tratados por los higienistas sociales como producto, según estos médicos entendían, del ambiente malsano que rodea- ba a la vida del trabajador.7 En Buenos Aires, los representantes de la higiene social fueron José María Ramos Mejía, Emilio Coni y Guillermo Rawson. Ellos, como al inicio del traba- jo afirmamos, formaron parte de un universo ideoló- gico y de una generación que creía en la transforma- ción de la sociedad y donde la política era concebida como un medio para la realización de esas ideas. Como muchos hombres de su generación, estaban convencidos de que eran los responsables de ordenar el espacio social. Se sentían protagonistas y garantes a la vez de un presente y un futuro que no estaban muy claros, ni tampoco asegurados. Desde fines del siglo XIX se desarrollaron polí- Revista Caras y Caretas. Foto de tapa aparecida el 28-10-1899. ticas sociales impulsadas por el sector más refor- Caricatura de Eduardo Wilde: “El furor sanitario”. mador de la clase dominante con el objetivo de no perder el control frente a las problemáticas de ín- dole social e intentar obtener un consenso que no el aislamiento de las emanaciones telúricas (pavimen- era accesible por la vía de la coerción.8 Tributario to, enyesado y pintado de paredes), la supresión de de este proceso se fue generando en el seno del focos de putrefacción, se intentó a través de la retira- aparato estatal una élite política perteneciente a la da de basura, la construcción de drenajes, y del dese- burocracia político-administrativa. Este nuevo sec- cado de zonas pantanosas. Como he señalado en tra- tor comenzó a intercalarse con el poder político y bajos anteriores, el mejoramiento de la infraestructura la sociedad civil e intentó diferenciar los intereses urbana y la conformación de instituciones públicas del Estado de los sectoriales. En este sentido inter- de salud fueron parte importante del proceso que per- pretaban aquellas corrientes europeas que conce- mitió a los médicos una activa participación para lo- bían a una política estatal que brindara condiciones grar el mejoramiento de la salud de la población y su de vida y de trabajo relativamente equitativas como legitimización dentro del aparato estatal. única garantía de reproducción de la renta capita- lista y del mantenimiento del orden y la armonía La higiene social social.9 Emilio Coni, Guillermo Rawson y José María Ra- En el tránsito de los siglos XIX al XX, la higiene mos Mejía formaron parte de ese sector reformista. pública priorizó su capacidad de actuación directa en En tal sentido, José Ingenieros dirá que estas ideas el medio social y familiar, por medio de campañas fueron tempranamente plasmadas por José María dirigidas hacia grupos de ciudadanos en riesgo, se Ramos Mejía en la Universidad y en el Círculo Mé- convirtió en higiene social. dico.10 Al fundar este último el Círculo Médico Ar- Este cambio estuvo inducido por la significaciónedigraphic.comgentino en 1873, resumía el esfuerzo de una genera- en torno a las causas sociales que originaban las en- ción que había luchado con éxito relativo por la fermedades. A la agenda sanitaria vigente, basada en reforma de la enseñanza superior, puesto que fueron la recolección de residuos, pavimentos, acumulación los hombres del Círculo Médico los que iniciaron las de aguas, se agregaron otras preocupaciones vincu- reformas universitarias del 13 de diciembre de 1871.11

6 • Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 De la Higiene Pública a la Higiene Social en Buenos Aires Tanto Emilio Coni como Ramos Mejía formaron Lavalle. Luego de Caseros regresó al país, participó parte de la renovación cultural que se operó en gran en los combates de Cepeda y de Pavón transmitiendo parte bajo la tutela de Sarmiento,12 quien ejerció in- el odio por la tiranía a sus descendientes hasta su fa- fluencia directa sobre un grupo de El Nacional don- llecimiento en 1875. de se encontraban Aristóbulo Del Valle, Carlos Pe- Ramos en su etapa estudiantil tuvo una actuación llegrini, y Lucio López. Estos pensadores dejaban al agitada y turbulenta que motivó su expulsión de la descubierto su admiración por Charles Darwin y Her- facultad, hecho que lo llevó a fundar “El Círculo bert Spencer y sus deseos de introducir en el país la Médico Argentino”, la primera institución que reunió afección por las ciencias naturales. a médicos y estudiantes y que fue considerada como El prologuista de la primera edición de la Neuro- el antecedente de la Asociación Médica Argentina.18 sis de los Hombres célebres en la Historia Argentina Psicólogo, sociólogo e historiador, se sintió embar- fue Vicente Fidel López, quien le inculcó a Ramos cado en la sociedad de su tiempo y era espectador y Mejía tendencias volterianas y al respecto decía: analista de las transformaciones que la misma expe- rimentaba en su afán de progreso. ...Se ha propuesto estudiar los fenómenos de la Como psiquiatra siguió a los grandes maestros fran- vida social e histórica, sin otros métodos que la ob- ceses de mediados del siglo XIX, como Morel, Mag- servación inmediata que los hechos naturales y sin nan, Georget, Culliere, Moreau de Tours, Tardieu, otra lógica que la que resulta del encadenamiento Legrand du Saulle, Charcot, Feré, y Regis entre otros. mismo de estos hechos con las causas físicas (diría- Afirmaba que “los maestros franceses reúnen a la par mos más bien fisiológicas) que los producen en cada que su genio, el talento de la forma y del buen decir. organismo...13 Tienen el método en el que son insustituibles y la sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c magia del estilo que los hace incomparables”.19 En- Este grupo formó parte de los positivistas uni- tre los autores alemanes consideraba destacados a versitarios,:rop odarobale14 animados FDP por propósitos políticos aun- Meynert, Zinze, Balmer. que se hayan consagrado preferentemente a la psi- Su obra Los estudios clínicos sobre las enferme- quiatríaVC ed AS,y la filosofía.cidemihparG Ya habían pasado los tiempos dades nerviosas o mentales (1893) consta de 3 par- del positivismo naturista, ahora la exploración no tes: los discursos inaugurales, las lecciones clínicas searap centraba en el mundo objetivo, sino en el sujeto y los informes médicos-legales. Representan, res- de la sociedad.15 pectivamente, los estados de la ciencia neurosiquiá- acidémoiBEstos hombres arutaretiL abrazaron :cihpargideM la doctrina agnóstica y trica, la aplicación de esos conocimientos al enfermo evolucionista de Spencer, y se nutrieron de las ideas y las pericias médicas de carácter psíquico criminal nuevas que surgían en el viejo continente. Escarba- ante la justicia. Entre sus lecciones clínicas merece ron en la psicología positiva y en la sociología tra- especial atención la que denominó Delirios simula- tando de transferir los principios de las ciencias na- dores20 donde, luego de una ordenada exposición de turales a los fenómenos históricos y sociales. Su los delirios febriles, estudió los delirios vesánicos premisa era descubrir los elementos de un sistema generales y parciales, que caracterizó como delirios político que posibilitara la convivencia social en la sin ilusiones ni alucinaciones, bien sistematizados, república.16 de carácter persecutorio y que evolucionan hacia la enfermedad sin dejar rastros. José Ramos Mejía Ramos Mejía fue influenciado en su formación intelectual por la filosofía positiva, en su método y Dentro de las múltiples manifestaciones que lle- en su sistema. Sus maestros más directos fueron Hi- varon a José María Ramos Mejía a ocupar una posi- pólito Taine y Teódulo Ribot, cuyo método patológi- ción saliente en la historia cultural argentina, lo so- co en los estudios de psicología había sido de fecun- cial se revela también como un rasgo destacado en dos resultados. este hombre nacido al promediar el siglo XIX.edigraphic.com Pro- En su obra hay que distinguir dos períodos: el pri- veniente de una familia de tradición antirrosista,17 su mero está representado por Las neurosis de los hom- padre había combatido contra Rosas formando parte bres célebres en la historia argentina (1878-1882), de las familias de los revolucionarios del Sur. Des- Las lecciones clínicas de patología nerviosa y men- pués de la derrota de éstos logró unirse al General tal (1893) y La locura en la historia (1895). En estas

Adriana Álvarez Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 • 7 obras era recurrente la presencia del psiquiatra eru- jan un conjunto de cuestiones que fueron aborda- dito aunque ya comenzaba a despuntar el historia- das, más que como fríos objetos de estudio, como dor. La óptica sociológica se adelantó y apareció Las temores; así fueron las preocupaciones por la tira- multitudes (1899) y Los simuladores del nía, por las multitudes y la posible sublevación de talento (1904). La segunda etapa fue con Rosas y su la plebe, por la locura y los delirios mentales, enfer- tiempo (1907), donde el historiador se hizo presente medades que eran hijas del desorden y del fracaso con una mirada tan sociológica como psiquiátrica, político según la esfera social en que se tratara. Y atributos de una obra que será discutida en cuanto a en este sentido este médico psiquiatra de fin de si- sus aportes historiográficos. glo, de cultura afrancesada y vieja familia porteña, La neurosis de los hombres célebres apareció en era uno de los que expresaban en las letras las pre- 1878, cuando cursaba el quinto año de medicina y ocupaciones de los miembros de una cultura do- tenía 28 años de edad. El libro fue prologado por Vi- minante, que observaba atónito los cambios de la cente Fidel López, quien mencionaba que la inten- realidad social y se cuestionaba acerca de los po- cionalidad del texto no era otra que la de observar los tenciales peligros que esos cambios podían engen- fenómenos sociales e históricos con las herramientas drar en cuanto a subvertir el orden existente. que proporcionaban las ciencias naturales. Este em- prendimiento intelectual no pasó desapercibido ya que Emilio Coni fue aplaudido por un sector de intelectuales y discu- tido por otros, basta con ver la reacción de Domingo Emilio Coni fue otro médico de este grupo de hi- Faustino Sarmiento quien señalaba los puntos débi- gienistas prestigiosos y también importante filántro- les de la doctrina: po. Había nacido en Corrientes en 1854, cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Es de espíritus jóvenes esta actitud y predisposi- Aires y luego se graduó de doctor (1877) en la Facul- ción a conformar los hechos a un sistema dado de tad de Ciencias Médicas con la tesis Lepra anestési- ideas, como ha sucedido con el transformismo, que ca. Fue practicante y concursó en el hospital de Mu- de la historia natural ha pasado a las religiones, a la jeres, donde fue profesor de parteras y jefe de clínica ciencia del lenguaje y amenaza invadir por entero el quirúrgica del Hospital General de Hombres. Fue fun- sistema de ideas morales. No todas las aberraciones dador y director de la inspección médica e higiénica de nuestros hombres de estado, en la época revolu- de las escuelas públicas de Catedral Sur y San Tel- cionaria, y los extravíos de la opinión pública tienen mo; fundó la oficina estadística municipal de Buenos por causa “la acción deletérea de un estado cere- Aires y dirigió Los Anales de Higiene Pública. bral anómalo o los arranques de monomanía” como lo indica el joven autor...21

La neurosis comprende nueve capítulos en su edi- ción definitiva. La primera parte inicia con un estu- dio sobre los progresos de la psiquiatría moderna, y le sucede un capítulo sobre «La neurosis en la histo- ria», con la aplicación de teorías psiquiátricas a hom- bres y sucesos. Los tres capítulos siguientes están dedicados a Rosas. La segunda parte se ocupa, entre otras cosas, de analizar el histerismo de Monteagudo y el delirio de persecución del Almirante Brown. Este recorrido por la producción intelectual de Ramos Mejía refleja no sólo las influencias ideoló- gicas que recibió el médico higienista, sino tambiénedigraphic.com una posición frente al método que lo llevó a consi- derar que sus planteamientos, tanto médicos como históricos, estaban provistos de una objetividad que Emilio Coni (1855-1928). le proporcionaba la ciencia positiva. También refle- Archivo General de la Nación.

8 • Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 De la Higiene Pública a la Higiene Social en Buenos Aires En 1892, Coni fue director de la Administración Ernesto Gaing, la puericultura se extendió en nuestro Sanitaria y Asistencia Pública de Buenos Aires, tam- medio, forjando fuertes lazos entre esta especialidad bién de la primera maternidad municipal del hospital y la eugenesia, y se vertebró alrededor del problema San Roque y del primer asilo nocturno municipal. de la mortalidad infantil. Particularmente interesa Creador del Patronato de la infancia y asistencia a la destacar que se trata de otro hito en la conformación Infancia, dirigió los dispensarios de la Liga Argenti- de las instituciones destinadas a preservar la salud. na contra la tuberculosis. De la masa de gente aglo- merada y apiñada de la multitud en términos de Ra- Guillermo Rawson mos Mejía, lo desveló la pobreza y sus consecuencias, no tanto en clave económica, como lo había hecho Otro médico destacado fue Guillermo Rawson. Su Eduardo Wilde, sino más bien política, tratando de preocupación por la higiene fue más tardía y la mis- hacer responsable al Estado y de involucrar a la so- ma se fue gestando no tanto como fruto de la necesi- ciedad en ese flagelo, que atacaba en gran medida a dad de encauzar un ordenamiento urbano, sino más un sector que preocupó tanto a Emilio como a Ga- bien de haber padecido el desorden y el descontrol briela Coni, la “infancia, la niñez”. sanitario de la población por la presencia de las pri- En 1892, cuando Emilio Coni creó el Patronato de meras epidemias. la Infancia, la comisión de médicos y demógrafos, Al igual que otros médicos, Guillermo Rawson24 trazó un plan completo de protección y asistencia de creció experimentando los vaivenes de la construc- 22 la infancia que él presidió. El desarrollo de dicho ción del Estado. Participó activamente en las funcio- programa se hizo mediante el concurso de los pode- nes de gobierno desde su juventud, tal como lo de- res públicos y de las asociaciones de beneficencia que muestra su itinerario político donde ocupó cargos funcionabansustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c en la capital federal. Este médico, a di- gubernamentales de gran jerarquía. ferencia de Ramos Mejía y del mismo Guillermo Guillermo Rawson nació en San Juan en 1821, Rawson,:rop odarobale fue de FDPeste segundo grupo el que tal vez estudió en el Colegio de los Padres Jesuitas en pleno más tamizó la figura del Estado y en el que el proce- apogeo del rosismo y defendió su tesis doctoral en soVC de ed laicización AS, cidemihparG fue menos evidente, puesto que con- 1844, a los 23 años. Tuvo una amplia actuación polí- sideraba indispensable la colaboración de la iglesia y tica, fue legislador en San Juan, durante el gobierno laarap existencia de la beneficencia en la organización de de Benavides, en 1862 fue senador por su provincia, la trama sanitaria en los marcos del Estado nacional Ministro del Interior durante la presidencia de Mitre, yacidémoiB provincial. arutaretiL :cihpargideM opositor a D.F. Sarmiento, fue electo diputado por Como decíamos, la infancia fue una de sus pre- Buenos Aires en 1870, y en 1874 se incorporó al Se- ocupaciones centrales y en 1904 siendo comisionado nado Nacional. municipal y presidente de la sección de higiene, apo- En ese recorrido, siendo ministro de Mitre le tocó yó y dinamizó la creación de un dispensario para lac- enfrentar al cólera que diezmó al ejército y se exten- tantes y gota de leche, con el fin de suministrar leche dió por la ciudad. El propio vicepresidente Marcos higienizada a 50 niños lactantes pobres enviados por Paz fue víctima mortal del brote epidémico en enero la Asistencia Pública. El dispensario para lactantes de 1868, mientras ejercía el cargo de presidente por funcionó hasta 1908, año en que el director de la Asis- la ausencia de Mitre que se encontraba en campaña tencia Pública, Dr. José Penna, creó la sección pro- en la Guerra contra el . tección de la primera infancia. Esta institución hizo Tampoco escapó a la fiebre amarilla de la cual re- rápidos progresos: en 1912 había seis dispensarios cordaba: “Yo he presenciado, por razón de mi profe- instalados como anexos de la inspección de nodri- sión, lo que ha sucedido en la epidemia pasada [fie- zas, a cuyo examen estaban obligadas las madres que bre amarilla de 1871]...Yo recuerdo...la soledad que se dedicaban a la llamada “lactancia mercenaria”. La se hacía en torno de los enfermos. Yo he visto aban- protección al lactante, cuyo iniciador había sido E. donado el hijo por el padre, he visto a la esposa aban- Coni, se realizaba por medio de tres instituciones:edigraphic.com los donar al esposo; he visto al hermano moribundo aban- dispensarios, los institutos de puericultura y la ins- donado por el hermano”.25 pección de las nodrizas. Estas experiencias hicieron que una de las prin- Marcela Nari sostiene que de la mano de Coni23 y cipales preocupaciones de Rawson fueran las epi- de otros médicos locales como Gregorio Alfaro y demias, las enfermedades, a las que interpretaba

Adriana Álvarez Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 • 9 por el pobre y la pobreza, pero no en términos carita- tivos, sino como una “cuestión” que pone en vilo a la seguridad pública ya que las enfermedades se gene- ran en espacios pobres, cuyos gérmenes son eficaces para producir infecciones, y ese aire envenenado se escapa lentamente con su carga de muerte, se difun- de en las calles, penetra sin ser visto en las casas aún de los mejores dispuestos.27 A pesar de ello, y en sintonía con otras voces re- presentantes de la higiene con una orientación social, también interpretó la pobreza como un fenómeno social: “No pretendemos sugerir remedios para la supresión del pauperismo. Es un hecho al que está condenada la sociedad por causas que la ciencia eco- nómica consigna”.28 En el pensamiento de Rawson las enfermedades infecciosas eran concebidas como un fenómeno de la miseria, el ser pobre era una situación del indi- viduo al que el Estado debía responder sólo cuan- do ponía en vilo la seguridad pública. Por ello éste, como otros médicos, concibieron la higiene como el camino y el medio para superar los peligros y para integrar a los actores disonantes en el proceso de modernización. Sustentaba su idea acerca de un Óleo de Juan Manuel Blanes, “Episodio de la Fiebre Amarilla”. Estado necesariamente fuerte frente al flagelo de las epidemias. El acercamiento al modelo francés hacía que sonara coherente laicizar las institucio- en los marcos que le proporcionaba la escuela “vi- nes en pos de avanzar sobre áreas donde antes el talista”. Estudiando la herencia patológica analizó Estado estaba ausente. la transmisión directa y la herencia de predisposi- A modo de conclusión podemos afirmar que la ción en diversas enfermedades. En materia de tu- Higiene Social, da cuenta del eclecticismo caracte- berculosis admitía que la tisis era fundamentalmen- rístico de este período, puesto que tal como se ha te del mismo origen, y sostenía enfáticamente que mostrado, estos higienistas conjugaron la doctrina la predisposición heredada podía ser combatida con miasmática o la teoría telúrica para el cuidado del buenas prácticas de higiene. En Rawson la micro- medio urbano con principios brindados por la bac- biología no había dejado una sensación de seguri- teriología, difundiendo el uso de vacunas y propi- dad tan marcada y seguía apelando a la modifica- ciando –sin ser bacteriólogos– la aparición de labo- ción de los hábitos y las costumbres. Desde 1873 ratorios. Ellos mismos fueron los primeros en trazar se desempeñaba en la cátedra de Higiene Pública una clara línea de demarcación entre la «vieja» y la de la Facultad de Medicina, desde donde divulga- nueva» higiene. Posteriormente, la «revolución bac- ba los progresos europeos y norteamericanos en teriológica» impuso un claro reordenamiento del materia de salud pública. campo de la higiene, al redefinir los problemas que Rawson expresó de forma acabada un aspecto del ésta debía abordar, así como los métodos y las téc- pensamiento higienista de la época. Sostenía que en- nicas para resolverlos. Esta transformación encon- tre los problemas sociológicos y económicos que se tró lógicas resistencias entre los higienistas más ape- relacionaban estrechamente con la higiene pública,edigraphic.comgados a su tradición, pero también apoyos que hacen hay pocos que puedan compararse en importancia con que encontremos higienistas bacteriólogos, como el que se refiere a las habitaciones de los trabajado- son los casos de Ramos Mejía, y Emilio Coni, sólo res y de los pobres, no sólo desde el punto de vista por mencionar dos de los médicos mencionados en filantrópico.26 Es decir que expresa una preocupación esta comunicación.

10 • Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 De la Higiene Pública a la Higiene Social en Buenos Aires Referencias 14. Estaba formada por dos grupos perfectamente definidos: Los normalistas y los universitarios. Los normalistas se ubica- 1. Ingenieros J. Ciencia y Filosofía. Seis Ensayos. Madrid, Ed. ron en la Escuela Normal de Paraná, donde se enseñaba el América, 1918. p. 129. positivismo comteano sumando algo del darwinismo evolu- 2. Tomamos como referencia el texto de De Kruif P. Los caza- cionista. Santomauro H. Los positivistas argentinos. Todo dores de microbios. México, Leyendas, 2001. Cap. III y IV. es Historia 1981, No. 173, oct., Buenos Aires: 12. 3. Tomamos como referencia el texto de Douglas M. Purity 15. Santomauro H. Los positivistas argentinos. Todo es Histo- and Danger, An Analysis of concepts of pollution and Ta- ria: 13. boo. Londres, Routledge, 1992. Cap. I. 16. Korn A. Estudios de Filosofía Contemporánea. Buenos Ai- 4. Sobre el tema del cambio en las teorías y por ende en las res, Claridad, 1963, p. 25. temáticas dominantes de la agenda higienista recomenda- 17. El período comprendido entre 1830 a 1850 estuvo marcado mos consultar el texto de Armus D. El descubrimiento de la por una impronta muy fuerte en la historia argentina: el ro- enfermedad como problema social. En: Mirta Lobato. El sismo. En la década del 30 se hizo progreso la modernización y sus límites (1880-1916). Bue- cargo del gobierno de la Confederación, en un marco carac- nos Aires, Sudamericana, 2000. terizado por la anarquía política, hecho por el que la Legis- 5. Wilde E. Obras Completas. Buenos Aires, 1939. p. 320. latura le otorgó la suma del poder público, y mediante el 6. Wilde E. Obras Completas... p. 321. cual este caudillo restableció el orden y logró gran apoyo 7. Álvarez A. El reinado y el control de las endemias en la popular, aunque sus opositores sufrieron el exilio y la per- ciudad de Buenos Aires de fines del Siglo XIX y principios secución por una política definida por algunos historiadores del Siglo XX. En: Adriana Álvarez y otros (ed.). Historia como “la tiranía rosista”. de enfermedades, salud y medicina, en la Argentina de los 18. Fustioni O. El medio social finisecular y los escritores mé- siglos XIX-XX. Buenos Aires, EUDEM (UNMdP), 2004. dicos argentinos. Boletín de la Academia Nacional de Me- 8. La problemática del reformismo social a fines del siglo XIX dicina 1971; Buenos Aires, Vol. 49, semestre 1: 130-143. y principios del XX ha encontrado en la historiografía ar- 19. Ramos Mejía JM. Los estudios clínicos sobre las enferme- gentina un eco favorable. Sobre el tema se puede consultar: dades nerviosas y mentales. Buenos Aires, 1891. Cap. VI. sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.cReformadores Sociales en la Argentina 1900-1940. En: Ri- 20. Loudet O. José María Ramos Mejía 1842-1914. Un médico cardo Salvatore (comp.) Discurso, Ciencia y Control So- sociólogo. Boletín de la Academia Nacional de Medicina cial. Buenos Aires, Inst. Torcuato Di Tella, 1992; Zimmer- 1964; Buenos Aires, Vol. 42, semestre 1: 179 y sig. :ropmann odarobale E. Raza, MedicinaFDP y Reforma Social en la Argentina, 21. Sarmiento DF. Artículo sobre La neurosis... Diario El Na- 1890-1920. En: A. Lafuente y M. L. Ortega (eds.) Mundia- cional, 7 de Noviembre de 1878. VClización ed AS, de cidemihparGla Ciencia y Cultura Nacional. Madrid, Doce 22. Coni E. Memorias de un médico higienista. Buenos Aires, Calles, 1993; Zimmermann, E. Racial ideas and social re- Asociación Médica Argentina, 1918. Cap. X. 23. En 1879, E. Coni publicó un estudio sobre la mortalidad arapform and the Social Question: Argentina 1890-1916. His- panic American Historical Review 1992, febrero; Armus D. infantil en Buenos Aires y otras ciudades latinoamericanas, Los Médicos. En: Profesiones Poder y Prestigio. Buenos el que no obtuvo las repercusiones esperadas inmediatamen- acidémoiBAires, CEAL, arutaretiL 1981. :cihpargideM te. Doce años después, estas preocupaciones hallaron eco 9. Suriano J. Estado Argentino frente a los trabajadores urba- en otros ámbitos. En 1891, el Intendente Municipal convo- nos: política social y represión. Anuario de Rosario 1989, có a una comisión especial, integrada por médicos y demó- Segunda Época, No, 14, Rosario: 110. grafos para estudiar las “causas alarmantes” de la mortali- 10. Ingenieros J. Prólogo a la obra de Ramos Mejía. La neuro- dad infantil en la ciudad. Nari M. Las políticas de sis de los hombres célebres en la Historia Argentina. 2ª ed. maternidad y maternalismo político Buenos Aires, 1890- Buenos Aires, La cultura Argentina, 1915, p. 2. 1940. Tesis doctoral presentada en la Facultad de Filosofía 11. En 1871 se había abierto una crisis universitaria de la que y Letras de la UBA en 2001, 239 pp. la Facultad de Medicina no había sido ajena. Su punto de 24. Existen varias biografías: Larrain J. Biografía del Dr. Gui- partida fueron unos artículos publicados en la «Prensa» llermo Rawson. 2ª ed. Buenos Aires, La Plata, 1895; Carbo- por José María Ramos Mejía, en ellos se hacía un examen nel M. Prólogo. En: Guillermo Rawson. Escritos Científi- negativo de la enseñanza en esa Facultad, proponiéndose cos. Buenos Aires, Jackson, 1953; Martinez A. B. Guillermo la modernización de la misma. Dongui Halperin T. Histo- Rawson. Buenos Aires, Compañía Sudamericana de Bille- ria de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, tes de Banco, 1891. EUDEBA, 1962. p. 82. 25. Alfaro G. Rawson Ministro de Mitre. Buenos Aires, Imprenta 12. La generación del 38 introdujo la ideología romántica, cu- Coni, s/f. p. 140. yos últimos ecos se apagarían en 1880; ella marcaría enton- 26. Rawson G. Escritos Científicos… p. 42. ces la transición final del romanticismo al positivismo. Don- 27. Rawson G. Escritos Científicos… p. 42. gui Halperin T. En: 1880 un Nuevo Clima de Ideas. El Espejo 28. Rawson G. Escritos Científicos… p. 43. de la Historia. Problemas Argentinos y Perspectivasedigraphic.com Lati- noamericanas. Buenos Aires, Sudamericana, 1989, p. 241. Dirección para correspondencia: 13. Ramos Mejía JM. La Neurosis de los hombres célebres. Dra. Adriana Álvarez Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1917, p. 17. [email protected]

Adriana Álvarez Bol Mex His Fil Med 2007; 10 (1): 4-11 • 11