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Página 1 de 76 Monólogo de Monokuma El mundo está lleno de posibilidades. ¿Y si Adán no se hubiese juntado con Eva? La sociedad tal y como la conocemos podría no haber nacido. El mundo en el que vivimos es un resultado de innumerables 'y sis' y así seguirá, rebosante de un número infinito de posibilidades. Es como tomarse una sopa de miso o algo así. Lo que hay a continuación es un mundo terrorífico lleno de posibilidades que pudieron ser, pero no fueron. Una botella de Klein donde el interior y el exterior están llenos de incertidumbre. ... ¡Eh! Pero no la rompas, ¿vale? Es carísima, no podrías devolverme el dinero jamás. ¡Ejem! Pero da igual cómo lo mires, estas posibilidades forman mundos como cualquier otro. Da igual lo hipotética que sea la historia, el futuro es lo único que no se puede ver a la perfección. Y el pasado es más sólido que un plátano congelado. No puedes cambiar un final que ya ha ocurrido. Incluso SI pudieras ver un "mundo que pudo haber sido” no afectaría a la gente que vive en el mundo real. Porque una posibilidad es eso, una posibilidad. Incluso si existiera un mundo paralelo donde una posibilidad concreta tuvo lugar, el ser humano no puede cruzar la frontera entre esos mundos así a la ligera. Da igual hasta dónde llegue esa posibilidad, no dejará de ser un escenario alternativo. ¿De verdad que lo quieres ver? ¡Pues sí que tienes unos intereses raros! ¡¿No crees que es un insulto para Naegi y los demás tras superar semejante tragedia?! Aunque en lo que a mí concierne, me da igual insultarles. Upupupupupu... Si vas a ver esta posibilidad, creo que es mejor que primero veas lo que hay fuera de la botella de Klein. Sería incluso mejor todavía si hubieras visto el final de un videojuego llamado "Danganronpa: Trigger Happy Havoc”. Intenta pasártelo varias veces, y sobre todo pasar rato con Junko Enoshima. Por lo menos tres veces. También sería ideal si pudieras conseguir todos los objetos y películas, la verdad. Pero si has llegado hasta este punto, estoy seguro de que ya has hecho todo eso. De todos modos, yo compraría el juego si fuera tú. De hecho, ¡yo compraría dos copias si fuera tú! Se baja el telón. Página 2 de 76 - ¿Qué debería hacer con esto...? Makoto Naegi estaba perdido. A pesar de sus dudas, su situación era muy simple. Se componía de tres factores clave. El primero era que Naegi se encontraba encerrado en una academia en aquel momento. La academia Kibougamine es una academia de élite que acoge a estudiantes con talentos definitivos. Naegi fue escogido por sorteo para asistir a la academia como el Estudiante Afortunado Definitivo, y al llegar en su primer día perdió la consciencia al instante y, al despertar, descubrió que todas las ventanas y salidas habían sido cerradas a cal y canto. Otro factor era Monokuma, un extraño robot con forma de oso (controlado por la Mente Maestra), y el anuncio que había hecho a los estudiantes: -Pasaréis el resto de vuestra vida en esta academia-proclamó-. Si queréis salir, tendréis que matar a alguien y ensuciar vuestra alma. Aquel extraño robot manejado por control remoto, les estaba diciendo que, a cambio de su libertad, deberían matarse entre ellos. Descubrieron que existe más de un Monokuma, y que cada uno lleva dentro una bomba para evitar que alguien le ataque. Y, además, Monokuma les informó de que cualquiera que intentara hacerle daño recibiría un "castigo". El tercer y último factor era el botón rojo que Naegi sujetaba en ese momento. Las palabras "Botón de Escape" estaban escritas con rotulador de manera infantil. Y aunque los dos primeros factores eran sin duda para entrar en pánico, el único que desconcertaba a Naegi era el tercero. En su tiempo libre, Makoto había visto que la tienda de la academia estaba abierta, y no pudo resistir la curiosidad. Por un instante le había abrumado el ambiente caótico, pero su atención no tardó en centrarse en una curiosa máquina expendedora. Tenía las palabras "Máquina MonoMono" escritas y parecía aceptar las extrañas medallas con forma de oso que podían encontrarse por ahí de vez en cuando. Aunque no parecía una gran idea, Naegi pensó que tal vez aquella máquina podría otorgarle alguna forma de escapar de la academia. Y entonces, metió la única moneda que tenía en la ranura... Y le había tocado el "Botón de Escape" ya mencionado. Nuestra paciencia tiene un límite... Quizá esto sea una broma cruel de la Mente Maestra que nos ha encerrado aquí. Esos pensamientos llenaban la cabeza de Naegi, y empezó a sentirse muy desanimado. Pero... –Por probar... no pierdo nada, ¿no? Naegi era un chico normal y corriente, y solo había entrado en la academia Kibougamine por el sorteo del Estudiante Afortunado Definitivo. Quizá el matiz estaba en su suerte. (Si este botón es real... Maizono podría...) Naegi tomó aire con calma y pulsó el botón. Al momento, un gran dolor recorrió su cuerpo. –¡¡Aaaaaargh!! Página 3 de 76 Los brazos y las piernas de Naegi se paralizaron y él perdió el equilibro, cayendo al suelo hecho un ovillo. Mientras respiraba con dificultad, la realidad le golpeó de lleno. (¿Me han... electrocutado…?) Miró hacia el botón que aún sostenía y se fijó en una pequeña aguja que sobresalía de él. Naegi no tardó en darse cuenta de que por ahí debía de pasar una corriente eléctrica. Tras recuperar las fuerzas suficientes para levantarse, Naegi se paró a pensar en aquello otra vez. (Debería haber sabido que no era de verdad.) ¿Hasta qué nivel de locura y maldad llegaba la Mente Maestra? (La cabeza me sigue dando vueltas.) (Debería volver a mi cuarto y descansar por hoy...) Pensando en eso, Naegi salió de la tienda dando pasos cortos y precisos. Pero Naegi aún no sabía una cosa. Que el Botón de Escape no fuese de verdad habría sido un acto de piedad de la Mente Maestra. Una pequeña sombra con forma de oso empezó a moverse por la tienda, ahora vacía. La sombra, Monokuma, se plantó ante la Máquina MonoMono y la contempló en silencio… Pero tras un rato, empezó a reírse. Una risa fría y vacía, sin rastro de emoción. –Upupupupu... Upupupupupupupupu… A pesar de estar solo, Monokuma empezó a hablar, como si alguien más estuviera allí. Puede que Monokuma se estuviera dirigiendo a la Mente Maestra que lo controlaba. –La verdad es que lo metí en la Máquina MonoMono porque pensé que sería interesante que lo hubiese conseguido uno de los últimos supervivientes… Pero con una probabilidad de éxito del 0,00000001%, nunca creí que alguien ACABARÍA haciéndose con él. Igual debería haberme imaginado que el Estudiante Afortunado Definitivo podría superar semejantes posibilidades... Monokuma se puso rojo y empezó a respirar con dificultad sin motivo aparente. Un robot como Monokuma no necesita respirar, pero gracias a su superavanzada tecnología, podía expresarse como cualquier ser vivo. –Naegi fue elegido por un sorteo y ahora ha ganado el Botón de Escape en un sorteo… Algo así es imposible, ¿no? ¿Acaso esto es lo que llaman milagro? ¿Toca prepararse para la huida? ¿Desafía esto la sabia idea de no romperme los esquemas? *Uff, puff* Bueno, aunque no contaba con esto, ¡la verdad es que empiezo a disfrutar esta sensación! ¡Volvemos tras la publicidad! Los engranajes de Monokuma empezaron a funcionar a máxima potencia, y sus expresiones faciales cambiaban con más naturalidad que las de cualquier humano. De repente, sus expresiones pararon por completo, y susurró algo por sus altavoces: –¿Pero es buena suerte de verdad…? Ojojojojojo... Muajajajajajajaja... Después de susurrar algo así de siniestro, Monokuma inundó la sala con su risa histérica y desafinada. La situación que estaba a punto de desarrollarse contenía a partes iguales dos emociones opuestas. "Esperanza" y "Desesperación". Página 4 de 76 El día siguiente ― Periodo nocturno Habitaciones de estudiantes: Cuarto de Naegi. Makoto Naegi estaba tirado en su cama, dándole vueltas a lo de la desesperación y la esperanza. Monokuma les había forzado a que cada uno viera un DVD el día anterior. El de Naegi mostraba una escena que sugería que sus padres y su hermana estaban en peligro, y ahora estaba decidido a escapar de la academia. Parecía que los otros estudiantes también habían sido obligados a ver horribles vídeos hechos para ellos. Vídeos tan impactantes que también ellos estaban decididos a escapar de la academia. Aunque significase sacrificar a otra persona para conseguirlo. Pero era evidente que esos vídeos eran parte de la trampa de Monokuma. Cuando un estudiante matase a alguien, se le permitiría "graduarse" y salir del edificio. Parecía que la Mente Maestra que controlaba a Monokuma quería conseguir, fuese como fuese, que los estudiantes se matasen entre sí. Pero en ese momento, lo que más preocupaba a Naegi era Sayaka Maizono, quien se había quedado en shock tras ver su DVD. Además de ser la Estudiante Idol Definitiva, Maizono había sido compañera de clase de Naegi cuando estudiaban en la escuela Nekuroroku. Su optimismo había animado a Naegi durante los días previos, y él también había conseguido ser un hombro en el que apoyarse para ella. (Por lo menos tengo que conseguir salvar a Maizono...) Nada más pensar en eso sintió de golpe un leve dolor de cabeza. (¿…?) ¿Todavía tenía secuelas del golpe que le había dado Oowada el otro día? ¿O era un efecto secundario del calambrazo del Botón de Escape? Mientras pensaba en esas cosas, el dolor se fue poco a poco, y él volvió a sus pensamientos sobre escapar de la academia.