A14-Els Poblets 1
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CÓDIGO: A14 AGENCIA: VIAJES OLYMPIA MADRID S.A. DIRECCIÓN Y TELÉFONO: Puerta del Sol, 14 – 2ª Planta - 28013 MADRID – 91 522 45 01 APARTAMENTOS: CHALETS VILLAS DE ALFAR Plazas: .... 4/5 DIRECCIÓN: C/ 16 Sort de la Mar LOCALIDAD (PROVINCIA): 03700 ELS POBLETS (ALICANTE) Ubicación: Chalets adosados, sitos en Els Poblets playa de L’Almadrava, en el complejo residencial “Villas de Alfar” a 50 metros, playa de canto rodado y a 5 minutos de playa de arena. A 1,5 km. de Els Poblets y a 9 km. de Denia. Edificio: Se distribuyen en dos plantas: 1ª planta y 2ª planta, magnífica calidad. Piscina comunitaria (apertura del 01/06 al 30/09, aunque no garantizamos que la piscina esté abierta hasta el 15 de junio). Zonas comunes de esparcimiento y zonas verdes. Plaza de parking asignada en el mismo chalets. Distancia a centros comerciales y de servicios: supermercado a 50 metros. A 1,5 km. está el pueblo de Els Poblets con todo tipo de servicios. Capacidad 4/5 Pax: Se distribuyen en dos plantas: la 1ª consta de salón comedor con sofá cama para 1-2 plazas, cocina amueblada americana con menaje de cocina y comedor suficiente según capacidad, aseo con ducha y terraza con mobiliario. La 2ª planta consta de dos dormitorios: un dormitorio con cama matrimonio y el otro dormitorio con dos camas individuales, baño completo y terraza Equipamiento: Frigorífico, microondas, cafetera, batidora, tostadora, calentador eléctrico, lavadora, vitrocerámica, campana extractora, horno, T.V. de pantalla plana, plancha, tabla de planchar y tendedero portátil. El mobiliario está adaptado a las plazas de ocupación. Dispone de ropa de cama, baño, mesa y paños de cocina, con cambio de ropa y limpieza coincidiendo con entrada y salida de ocupantes. Notas: Fianza-caución: No se solicita fianza. – No se admiten animales domésticos o de compañía en las asistencias a estos pisos o estancias comunes. COMPLEJO RESIDENCIAL CHALETS VILLAS DE ALFAR HISTORIA En el paisaje urbano y rural de este municipio se diluye un origen árabe que nació de la presencia de tres pequeñas alquerías, "Els Llocs", que con el paso del tiempo dieron lugar a Setla, Mirarosa y Miraflor, núcleos unidos definitivamente en 1971 y conocidos popularmente por el nombre de Els Poblets. El 25 de noviembre de 1991, por Decreto 216/91, del Consell de la Generalitat Valenciana se acordó el cambio de denominación del municipio. Que pasó a llamarse oficialmente Els Poblets. La franja costera de esta localidad, alberga el testimonio de pobladores más antiguos y nos recuerda que estamos sobre el trazado dela Vía Augusta, que comunicaba toda la costa mediterránea de Hispania. En el yacimiento romano de l´Almadrava encontramos diversos habitáculos pertenecientes a una alfarería, con depósitos para la arcilla, talleres y habitaciones para los trabajadores. Entre la brisa del mar y un tranquilo sol Els Poblets, flanqueado por una importante arteria hidrológica, el río Girona, nos acoge aún hoy en un ambiente relajado, familiar; en un pequeño paréntesis de tranquilidad donde perviven, en el recorrido de sus calles y sus caminos rurales, edificios singulares que invitan al paseo sosegado y curioso. Testigos acallados de un entorno eminentemente agrícola, casas de labranza o almazaras que centralizaron la recolección del olivo, del almendro, y como no, de la vid. Y en el núcleo urbano, dos templos: la pequeña iglesia de Sant Josep y la parroquia del Salvador, con la tradicional espadaña cada vez más difícil de observar, que alberga la venerada imagen del patrón de esta localidad presidiendo un magnífico retablo. Una mirada vigilante Los orígenes de esta torre se sitúan en un momento de transición arquitectónica y cultural, entre finales del siglo XV y principios del XVI: es decir, entre la desaparición del gótico y la aparición del renacimiento. La configuración de su forma y la ventana trilobulada encuadran cronológicamente el estilo gótico; la presencia de troneras en las caras sur y norte de la torre permiten observar la tendencia arquitectónica militar renacentista que aparece en el Reino de Valencia en el siglo XV y plenamente en la segunda mitad del XVI. El edificio presenta una planta ligeramente cuadrada, estructurada en el interior en tres niveles y la planta baja está parcialmente enterrada a causa de la alteración de los niveles originales de asentamiento. Declarada Bien de Interés cultural por disposición adicional 2ª, Ley 16/ 1985. Un pasado romano que dormita La zona excavada del yacimiento de l'Almadrava corresponde a parte de una casa de campo romana, concretamente a una alfarería. Aunque se ha descubierto parte de un edificio con características propias de una casa señorial, la mayoría de las dependencias que han quedado a la vista describen una alfarería y permiten apreciar, además de las estancias de trabajo y vivienda para los obreros -generalmente esclavos-, amplios porches para el secado de las piezas, pozos para extraer el agua necesaria y los hornos para cocer. Esta alfarería se dedicaba a la fabricación de tejas y ánforas. Las ánforas podían contener vino, aceite o salazones que, con los cereales, suponían el 90% de los productos comercializados. Eran envases diseñados para el transporte marítimo y desechables ya que, una vez llegados a puerto y tras ser transvasado su contenido, se tiraban. Donde los hombres del mar, donde el horizonte El entramado rocoso que se forma en esta playa permitía que con las redes estratégicamente colocadas por los pescadores se canalizaran los bancos de atún hasta las aguas poco profundas. En ellas se arremolinaban los peces y se creaban, pues, viveros naturales que permitían la captura fácil de las piezas. El entramado que se usaba como arte de pesca se denomina almadrava y dio nombre a esta playa. Los cantos rodados que el río ha ¡do arrastrando a su paso y que deposita en su salida al mar forman una playa singular de aguas claras. Por otro lado las excavaciones han puesto de manifiesto las termas o baños de un edificio que por la calidad y las comodidades debió corresponder al propietario de esta villa romana. Se supone que al lado de la playa se situaron los embarcaderos de madera que servían para la carga del material producido en la alfarería. La singular configuración de la línea marítima forma parte importante en el quehacer y en la historia de Els Poblets, cuyos moradores también fueron gente de mar que, con sus artes de pesca llamados almadrava, dieron nombre a una atractiva playa de cantos rodados que antiguamente custodiaba un pequeño conjunto de casas de pescadores. LA ALMADRAVA Cuanta la leyenda que en el capricho de la naturaleza ganó el hombre intensas batallas al mar. La inconsciente creación de un remanso cercano a la orilla transitado por bancos de atunes inspiró la estrategia pesquera de la almadrava; un entramado de redes que encerraban el paso del pescado conduciendo su trayecto a aguas poco profundas donde moría después de una lucha estéril, en el encuentro con brazos fuertes. ágiles y certeros. La playa de la Almadrava es actualmente el recuerdo perenne de aquellas batallas, la plácida presencia que se llevó a lo más profundo el amargo sabor de la derrota para darse nuevamente a sus gentes. Playa de la Almadrava Espectacular playa de canto rodado que rinde culto cada 6 de agosto a la imagen de El Salvador, desembarcada, según la tradición, por un navío en acto de agradecimiento a Dios por tocar tierra tras superar dificultades en alta mar. Dénia tiene la ventaja de tener playas para todos los gustos, la más concurrida es la de arena, Las Marinas, pero a continuación la playa de La Almadraba puede ser que esté casi desierta. Con un km de longitud, es de grava en su mayoría, eso hace que esté muchos días prácticamente sin bañistas, y que la tranquilidad esté asegurada. GASTRONOMÍA La gastronomía de Els Poblets se caracteriza ineludiblemente por un intenso y variado sabor a mar. Una amplia variedad de pescado conforma la base de ricos caldos y fondos para la elaboración de todo tipo de platos marineros. Es reconocido el prestigio del marisco en toda la comarca, del que destaca la gamba de Dénia. La mejor temporada para su consumo se concentra en la estación estival, cuando el crustáceo ha desarrollado las huevas para la reproducción, que le dan un tono azulado e intensifican su sabor. Manjares de dioses El erizo de mar es uno de los exponentes más singulares en la gastronomía de la Marina. Estos pequeños animales de piel espinosa (equinodermos) habitan las zonas rocosas de la costa mediterránea, aunque su consumo se reduzca a esta parte del litoral casi exclusivamente. En la época de recolección, de enero a marzo, es muy apreciado su consumo y la parte comestible se reduce a las huevas, que ofrecen un aspecto rojizo o anaranjado y se obtienen después de abrirlos -no sin cierta habilidad-. La maraña de púas sirve al erizo para desplazarse y protegerse y, a veces, hasta de herramienta para excavar y esconderse entre las rocas; la dureza de las mismas y del propio caparazón ofrecen cierta resistencia a la hora de obtener y paladear su contenido. Sencillez exquisita Todavía se mantiene la elaboración artesanal de los salazones, aunque para consumo propio, pero resulta imprescindible saborear a la hora del tapeo la riquísima amplia variedad de posibilidades que nos brindan: la mojama, las anchoas, els cape-Ilans ('bacaladilla seca'), la melva, el bacalao o el bull. Siempre resulta curiosa la imagen de los pulpos secándose en la cubierta de algunas barcas del cercano puerto de Dénia. Los marineros los abren, los extienden sobre unas cañas y los exponen para el secado convenientemente ventilados y recubiertos de pimentón para ahuyentar las moscas.