DE ALDEA A VILLA : HISTORIA CHICA DE LAS VILLAS PASIEGAS.

Homenaje a. Noo.1 Salomón. '

I - INTROVUCClÓN.

La zona objeto de nuestro estudio ha dado lugar a muchas pu- blicaciones, ya en revistas o periddicos, ya en estudios más consecuen- tes, aunque más o menos científicos (1). En cualquier caso, un artícu- lo de prensa no tiene por lo común pretensiones científicas muy afir- madas : uno pasa un día o dos en o en otra de las villas pasiegas y escribe un artículo. Pero no puede pretender conocer esta zona en ocho días ni por supuesto tener en tiempo tan corto elementos científicos para juzgarla o para diferenciarse del mero turista : la observación corta, cualquiera que sea el material electrónico o audio- visual empleado, siempre ha de resultar superficial o libresca. Cons- ciente de estas dificultades he esperado algunos años antes de escri- bir este artículo, y debo confesar que con todos los elementos de que dispongo, que son muchos, todavía me queda mucho por aprender. El cali- ficativo de historia chica que consta en el título se justifica porque no soy historiador confirmado y también porque he leído muy atentamente y hasta sus menores detalles los documentos que he utilizado. Esta lec- tura me ha permitido rectificar ciertas afirmaciones u opiniones y por ello no la considero enteramente contraproducente. Después de situar la zona pasiega y de comunicar algunos datos sobre sus habitantes, examinaremos la historia de la zona y trataremos de los acontecimientos de 1689 (constitución de las villas con adminis- tración propia). Por fin, el examen de los documentos del siglo XVIII, especialmente los catastros, nos será útil como aclaración a posterio- ri de acontecimientos anteriores. II - SITUACIÓN PE LA ZONA ESTUDIADA.

Se trata de una comarca limítrofe ya que por ella se pasa de la Montaña a la Provincia de Burgos que integró durante varios siglos. Para el viajero, hay una diferencia de paisaje notable conforme se lle- ga desde Burgos a lo que se llama el Somo o Monte Somo de Pas, nombre local o burgalés de la Cordillera cantábrica : aparecen a menudo nie- blas, el verde se hace más intenso y la distribución y aspecto de la propiedad son distintos. Sin embargo, la microgeografía, por decirlo así, y el clima distinguen una villa de otra. San Pedro del Romeral,

(1) Una de las últimas publicaciones es un artículo de la revista Cua- dernos para el diálogo, n° 261, del 29 de abril de 1978. No es peor que los demás, antes al contrario, salvo en la redacción del mapa que ha sa- lido con los nombres invertidos por alguna jugarreta de la imprenta, con lo cual resulta bastante chistoso para cualquier conocedor de la zona. 30 . knnaldo LEAL CAÍUcón 9, 1980

por ejemplo, que se halla a más de 700 metros de altura, difiere de las otras dos villas pasiegas por estar mucho más sujeto a las nie- blas, dada su altura; pero también difiere en la estructura de la propiedad que, con el declive menos acusado, es más regular, segán- dose actualmente, según algunos locutores,el 90% de las fincas a ma- quina, mientras que en el municipio de Vega de Pas se utiliza poco la máquina por ser el terreno más escabroso como más pegado al Cas- tro Valnera. En cuanto a , su terreno es induda- blemente el más difícil, con muchos despeñaderos y peñascales. En un voluminoso pleito litigado por las villas pasiegas contra Espinosa de los Monteros, que comienza en 1759,prendando los espinosiegos bienes de los pasiegos que pasan los puertos de Lunada y las Estacas de Trueba, se exhiben varias actas de pleitos anteriores y entre los documentos, tenemos este texto que puntualiza bastante bien el carác- ter montañoso de la comarca :

V zl dicho iittio de. Sel de. la Vega f~la actual Ve.ga de Vcu>J z¿ un llano pzquzho en qaz eAttá la. heAmitta. de. NAO. Sta y algunaA cabana* y el dko £~d¿choJT ¿¿ttLo zittd zZAcado de. queAttaA y monttzA alttoA, zxczptto uncu canales ango¿tcu> poA dondz pautM. eJL tío de. Pand-Lllo y el. R-to Vexa que adelan- te, -áe junttan ambo* a. doi, KJCO* con aituoA a.gua-& e -óe ¿ùmn el R¿o dz Pax. (2)

El Monte Somo de Pas domina en forma de circuito desde el Portillo de Lunada hasta el Puerto del Escudo pero el municipio pa- siego de San Pedro del Romeral no llega hasta dicho puerto sino que fenece en la llana de Estremedillo por lo cual no se puede decir : "L'Ebre touche la limite méridionale des communes de San Pedro del Romeral at de la Vega de Pas". Este tipo de información imprecisa acumulada/acaba por no tener valor científico, ni siquiera en senti- do de la vulgarización, tanto más cuanto que pretende eximirse de

(2) Testimonio de Gabriel de Zeballos, vecino del lugar de Entrambas- mestas del Valle de Toranzo (1634), en Ejecutoria ganada por las tres villas pasiegas contra Espinosa sobre validación o nulidad de las prendadas ejecutadas por Espinosa. La copia que he consultado lleva en las tapas "Ejecutoria que hay en Rioreiera". Es de 1769. El pleito empezó en 1759 y se terminó por el despacho de la ejecutoria de 1767. La sentencia del 16 de octubre de 1765 fue apelada por Espinosa y con- firmada en grado de revista el 20 de octubre de 1766 (legajo 61). Talle de Sota a.) NPortillo de Lunada ^~ ^-9> V'N^pto d._ *Torcaveroai la V- (1561m) >»-*J¿».-».f A yalneiW 1707») "»»t

^"" ' "S. Puerto de las i tacas de Trueca

los Montaros Rio âe la Kerindad de Sotoscueva

ie OastiTîa la— '•Vie,)— / **Iv Villarcayo Q 1

MAPA H" I Situación de la comarca Esoala de origeni 1/200.000 +—+—-1—K—H—+— 1 Limites provinciales 1 Limites municipales VE ALVEA A VILLA 31

todo intelectualismo o folklorismo (3). Las alturas superan 1Ü00 me- tros : el Portillo de Lunada está a más de 1300 metros y el Puerto de las Estacas de Trueba supera los 1100. Torcaverosa está a 1561 metros, el Castro Valnera a 1707, Peña Negra a 1498, Peña las Hazas a 1497 y Cantos Calientes a 1473 metros. No mencionaremos todas estas montañas para excusar prolijidad, pero ha de saberse que siempre en esta zona y en sus entornos, los somos y valles han desempeñado papel fundamen- tal en la distribución del territorio y en el mismo concepto de espa- cio territorial. A las canales o arroyos mencionados por el testigo de 1634 podemos añadir el nombre de las varias aguas a las que alude, que son los ríos Barcelada, Viaña, Troja y Aldano. Asimismo completa- remos la cita diciendo que la villa de San Roque de Riomiera está al- go apartada de las1 otras dos por una serie de cumbres que superan to- das 1000 metros con orientación Sudeste/Nordeste y se juntan con el Monte Somo de Pas perpendicularmente. Asimismo, otra serie de lomas separa el término de Vega de Pas del de y , y se junta con la divisoria de San Roque en Sopeña y Haza Mina (4). Todo ello justifica la apreciación_de Lasaga Larreta : "Si bien tenemos otros puntos más escarpado^ /_ en la Montaña_/, como lo£ de Liébana, ninguno es tan montañoso /_ como el territorio pasiego_/, ni de exten- sión tan continuada, su topografía es muy sinuosa, eslabonándose, digámoslo así, unas cordilleras con otras, que presentan en algunos puntos gargantas..." (5). Esta geología caprichosa con su relieve en cuestas hace que el río Miera tiene la orientación normal Sur/norte de los ríos monta- ñeses, mientras que el río Pas se orienta de este a oeste durante unos 20 kildmetros más o menos desde su nacimiento sobre la vertiente del Castro Valnera. Esta circunstancia del cambio de orientación (que no

(3) Se trata de una publicación que lleva firma de Fabricio Galiana, introducción a una exposición sobre el tema que se dio,según dicen, en Toulouse en 1978. Cualquier persona que entienda de la zona sabe que los rios que están en los confines pasiegos son precisamente aquéllos que dieron lugar a pleitos : el río Nela, el de la Engaña, el de True- ba y el río Aldano. Me parece importante conocer estos elementos pues la distribución histórica en valles tan típica de la zona requiere precisión. Para un pasiego, el Ebro no significa mucho, pero sí la En- gaña, Aldano y otros términos donde ha luchado por afirmar su identidad. (4) Sobre este topónimo, véase A. Leal, "Haza : microtoponimia cantá- brica", en prensa en Via Domitia, 1979. (5) Gregorio Lasaga Larreta : Compilación histórica, bibliográfica y marítima de la provincia de Santander, Cádiz, 1865. Citado en Adriano García Lomas, Los Pasiegos, 2°ed., Santander, 1977, p. 29. 32 hXnaXdo LEAL CUUcón 9, 1980

es propia del Pas en la Montaña, pues el río Asón, fuera éste de la zona pasiega, da también muchos rodeos), hace del río Pas uno de los dos ríos más largos de la provincia de Santander, excluyendo al Ebro, por supuesto. La geografía histórica nos enseña que en una amplia zona que comprende la Montaña y Burgos, existe una entidad geográfica admitida por los habitantes. Se trata del valle. Nos parece útil definir esta entidad espacial que desempeñó importantísimo papel en las contiendas sobre términos. El valle es de dos tipos. Puede abarcar la cuenca de un río o de un arroyo, desde su nacimiento hasta cuando desemboca en otro mayor. Es el caso más corriente. Pero también suele designarse por valle una porción de río con una cañada al principio y otra al fi- nal que sirven de términos. Este último tipo es el del Valle de Valdi- vielso, por ejemplo, al sur de Villarcayo, que abarca una parte del río Ebro. En ambos casos, las divisorias las forman los somos o mejor dicho las aguas vertientes. Así es como quedan documentadas las siguientes formas : Valle de Toranzo, Valle de Carriedo, que corresponden a dichas entidades. Pero no se habla en ningún texto del valle de Pas o si se ha- bla de él, se habla también del valle del Miera y siempre en sentido geográfico, jamás jurídico. Esto es que si bien hay cierta analogía de conjunto en el clima, con las diferenciaciones internas que hemos notado, el relieve solo no puede caracterizar a esta zona cuyo nombre antiguo de Montes de Pas indica bastante bien el carácter desigual. Pensamos con Manuel de ferán que "los Montes de Pas constituyen una co- marca geográfica cuya personalidad y delimitación depende en mayor gra- do de las condiciones humanas que de los factores físicos (6). En este marco geográfico de montañas y cordilleras, con sus aguas mil en la primavera (con acompañamiento de desprendimientos o "estorrentas"), sus nieblas de verano e invierno, sus aludes (o "ene- ros") en invierno y sus otoñadas tranquilas, viven los pasiegos que residen en la localidad de Las Machorras (Burgos) y por el uso histó- rico de la comunidad de pastos (hoy desaparecida) en ciertos barrios de Luena, Selaya, Miera, Villacarriedo y Valdeporres. Vega de Pas te- nía en 1975 1724 habitantes, San Pedro del Romeral 1075 y San Roque de Río Miera 890. Esto es que 5000 personas más o menos según las dé- cadas viven a lo pasiego, caracterizándose dicha vida por las muden o transhumancia minifundista.

(6) Manuel de Terán : "Vaqueros y cabanas en los Montes de Pas", Es- tudios geográficos. Ano VIII, n° 28, 1947, p. 10. VE ALVEA A VILLA 33

III - ORÍGIHALIVAVES HUMANAS VE LA ZONA. 1) Ei modo dz vida.. Es necesario definir la muda más concretamente. No se trata de transhumancia en sentido clásico, la cual seguiría globalmente las distintas estaciones del año. Aunque es difícil establecer un pro- medio de desplazamientos que de todas formas no tendría mucho signi- ficado, existiendo muchas disparidades de un ganadero a otro, diga- mos que si interrogamos a un nativo cabeza de familia puede nombrar una finca (esto es el prado con la cabana) para cada mes del año. Otros multiplicarán por dos el número de desplazamientos. Las mudas obran una primera distribución relacionada con el número de propieda- des. Pero luego la racionalización de la explotación de fincas muy pequeñas introduce otra alteración que hace que una parte de la fami- lia está más arriba, en la "braniza" o pasto alto de verano mientras la otra parte está a mediana altura segando otros prados. También el abono de las tierras al finalizar el verano puede dar lugar a otra alteración de idéntica índole. El ritmo del pastoreo es pues muy rápi- do, permitiendo las mudas un declive muy acusado en pocos kilómetros y obligando a ellas la estructura de la propiedad. La vida está y ha estado siempre orientada preferentemente hacia la producción de productos lácteos y de ganado, si bien el ti- po de ganado y raza han cambiado con el transcurso de los siglos y con la colonización del espacio. Una de las originalidades, pues, es la muda dentro de un poblamiento muy disperso con propiedades muy pe- queñas. Existe en cada municipio un núcleo que en Vega de Pas se si- gue llamando "casco", forma documentada ya en el siglo XVII en la zo- na, y también "barrios", forma también documentada desde hace siglos en la zona y en la de Espinosa (véase ín{¡Aa, p. 52) que son agrupacio- nes de cabanas, y luego cabanas que con sendas fincas salpican todo el paisaje, siendo más numerosas que los habitantes.

2) JyutA.ume.ntoA de tAawipoAte. y fcabajo. El uso del cuévano sigue vigente en la actualidad y especial- mente en las frecuentes mudas. También sirve para llevar criaturas a cuestas (cuévano niñero). La velorta (velorto fuera de la zona y en castellano más clásico) es una rama flexible de avellano que se usa dentro de cada punto de explotación o al menos sobre distancias cortas. Permite, en verano, hacinar la hierba pars entrarla a cuestas en una cabana que sirve a la vez de casa, cuadra y henil (7).

(7) Para el uso de la velorta, véase el modo de empleo en : A. Leal, "Hacia un estudio etnolingüístico de la comunidad rural pasiega", Pu- 34 foinaldo LEAL CKÍtícón 9, 1980

En cuanto al palo pasiego, perdura más bien en los discur- sos y en las representaciones que se forman de sí mismos los pasiegos y de ellos los demás. Se trata de un palo grueso que permite saltar por encima de los obstáculos, como con pértiga. El "palo reglamenta- rio" tal como nos lo ha definido un locutor es de avellano chamusca- do y pelado, y mide siete pies, equivaliendo el pie a veintiocho cen- tímetros. Por cierto que hablamos sólo de los instrumentos más carac- terísticos por no incurrir en prolijidad sobre el particular.

3) E¿ habla.. Ralph J. Penny, en su trabajo sobre el habla pasiega (8), después de notar la inestabilidad del dialecto pasiego, subraya la im- portancia de la metafonía y señala sus áreas de extensión. La metafo- nía consiste en que se cierran las vocales tónicas a,

blicaciones del Instituto de Etnografía y Folklore "Hoyos Sainz" / P.I.E.F. /, Diputación Provincial de Santander , 6, 1974, pp. 177- 187; concretamente las páginas 181-182. (8) Ralph J. Penny, El habla pasiega. Ensayo de dialectología montañe- sa, Londres, Tamesis books, 1969; véase el § n° 513. (9) A. Zamora Vicente, Dialectología española, Madrid, Gredos, 1970, p. 111. (10) La misma autonomía de Santander como provincia es reciente pues sólo data del 22 de febrero de 1801, por orden de Carlos IV. VE ALVEA A VILLA 35

muy difíciles de resolver y que están vinculados con la historia de León, Navarra y Castilla (11).

4) El tA&jZ antiguo. El traje pasiego ha desaparecido. Tan sólo se conoce un ejem- plar de traje conservado en buen estado en Vega de Pas. Las litogra- fías de finales del siglo XVIII que reproduce Adriano García Lomas representan a pasiegas (12), pero también hubo traje masculino con polainas, montera, etc. Sobre el particular, se puede consultar el artículo de Nieves de Hoyos Sancho (13), muy documentado. El traje femenino parece más antiguo que el masculino si examinamos la mención más antigua de que disponemos hasta la fecha y que nos representa di- cho traje como muy distinto de los trajes castellanos, dado el origen del testigo, que es vecino de un pueblo cercano (14). Todas estas par- ticularidades han motivado varias hipótesis según las cuales los pa- siegos tendrían origen extraño a la Montaña.

5) HipótíA-U. Escagedo Salmón (15) y Lasaga Larreta (16) han opinado que los pasiegos podían ser descendientes de judíos o de moriscos. Se po-

(11) Puede ser que el Atlas lingüístico de la Montaña que ha de publi- carse bajo la dirección de Manuel Alvar proporcione aportaciones nece- sarias para enfocar el problema. (12) Adriano García Lomas, Los pasiegos, op. cit., p. 142. (13) "Objetos representativos de la provincia de Santander existentes en el Museo del Pueblo Español (Madrid)", P.I.E.F., 2 (1970), pp. 23- 49; véanse las p. 27-28. (14) Juan de Pereda, vezino de Redondo Xn /_ jurisdicción_/ de Villar- cayo : "Por el_ttraje y_ abitos conoze y a conozido que son abittantes en los dhos / dichos_/ montes, porque las mujeres ttodas traen un mis- mo abito por donde son conozidas ser de los dhos sittio£ de Sel de la Vega e San Pedro del Romeral; eximente / especialmente__/ llaman a las dhas mujeres pasiegas y a los hombres pasiegos, dando nombre de ttales por los sittios feligresías e monttes de Pax que abittan". Testimonio en un pleito de 1634, en Ejecutoria ganada por las tres villas pasiegas contra Espinosa; véase supra, nota 2. (15) Mateo Escagedo Salmón : Costumbres pastoriles cántabro-Montañesas, Santander, 1921. (16) Gregorio Lasaga Larreta, Compilación histórica, biográfica y marí- tima de la provincia de Santander, Cádiz, 1865. 36 Amoldo LEAL Oiiticón 9, 1980

drá leer una interesante crítica de estos puntos de vista en un ar- tículo de mi colega del Instituto de Etnografía y Folklore de Santan- der, Susana Tax (17), con la que estoy conforme. Hasta no tener docu- mentos fidedignos, no se puede emitir ninguna hipótesis. Argumentos como, por ejemplo, la originalidad del traje no pueden tomarse en cuenta como se ha hecho, pues existe explicación distinta que parece tan coherente, o más aún. En un marco ecológico particular, aisla- dos por falta de comunicaciones, es probable que los pasiegos vivi- rían una vida comunitaria : en este ámbito, unos pocos artesanos, y casi siempre los mismos, tejen y visten a la comunidad, lo que puede ocasionar cierta uniformidad característica, tanto más cuanto que la producción de lana es local y procede del mismo tipo de animal. En el siglo XVIII, según el documento citado de 1759-1767, podemos observar la misma relativa uniformidad en el color y hechura de las mantas (entre 20 y 30) prendadas por los Espinosiegos sobre los ganaderos que pasan los puertos : salen de los siete pisones o batanes de los ríos Troja y Barcelada (San Pedro del Romeral), del batán de Sel de la piedra (Vega de Pas) sobre el río Pandillo o de los tres de San Roque de Riomiera (18). La poca variedad de les técnicas puede reper- cutirse sobre la producción, dependiendo asimismo esta última de una demanda que procede de hombres que viven vida idéntica. Para volver sobre el consabido problema del supuesto semitis- mo de los pasiegos, y considerando ahora el argumento de la particula- ridad del habla, haremos una observación previa y general que sacare- mos del trabajo de Zamora Vicente (19) : "Prescindiendo de algún res- to de consonantes arcaicas, se puede afirmar que cualquier rasgo foné- tico del judeoespañol se encuentra vivo en la pronunciación del espa- ñol usual en España y en América". Además ya hemos visto como la per- sona más autorizada sobre el habla pasiega, Ralph J. Penny, no indica nada en contrario. Escagedo Salmón se funda más en documentos ajenos a la zona que en el documento fundacional del Monasterio de Oña que concierne a los Montes de Pas pero que no menciona ninguna donación de esclavos moros o judíos. Esto es que extrapola a partir de documentos que con- ciernen al Infantado de Covarrubias : donación de 50 esclavos moros

(17) Susana Tax, "Pasiegos y pasieguería", P.I.E.F., 7 (1975), pp. 9-33. (18) Tenemos una descripción detallada de estos elementos pues las pren- dadas se subastaron en Espinosa de los Monteros con previa evaluación de un sastre. Véase la Ejecutoria ganada por las tres villas pasiegas contra Espinosa, op. cit. (19) Alonso Zamora Vicente, Dialectología española, 2a edición, Madrid, Gredos, 1970, p. 343. VE ALVEA A VILLA 37

por el Conde García Fernández a su hija Urraca la Abadesa. La provi- sión dada por Juana la Loca en 1511 en Sevilla, en que se ordena que los judíos conversos abandonen la villa de Espinosa y sus términos en el plazo de seis meses (20), no puede constituir un argumento como lo quisiera Escagedo Salmón, y esto por varias razones. La primera es que ya serían en 1511 los Montes de Pas términos de Espinosa de los Monteros; por lo tanto, no estando fuera de los territorios de Espinosa, y no pudiendo por lo mismo ser lugar de destierro,no se aplica la provisión y los primeros pasiegos no pueden ser conver- sos (21). La segunda razón es que esta provisión se da requiriéndola Espinosa, a causa de la abundancia de dichos conversos; pero no signi- fica que hubiera más en Espinosa que en otras partes (como en Qña por ejemplo), sino que hubo alguna tolerancia momentánea en una zona par- ticularmente intransigente. La villa de Espinosa no era especialmente favorable para los que no fueran de estricta ascendencia católica, pues si los privilegios posteriores como el de Alcabalas encerraban cláusulas que excluían a los herejes (22), en las atribuciones de los Monteros de Espinosa definidas con anterioridad encontramos el mismo rigor. Las Ordenanzas de Castilla les confirman la facultad que te- nían para percibir un derecho especial sobre los judíos, si bien li- mitan los excesos de poder (23). Esta facultad no se limitaba a la misma zona de Espinosa sino que abarcaba a todo el Reino.

(20) Esta provisión se reproduce en el Origen de los monteros de Espi- nosa, por Pedro de la Escalera Guevara, Madrid, 1735. El hecho de que se exhiba este libro en el pleito de 1759-1767 (Ejecutoria) a petición de los pasiegos indica claramente que no tienen nada que ver con los conversos a los que alude la provisión (la edición original de la obra es de 1632). (21) Este argumento lo usa primero Adriano García Lomas en Los Pasiegos, op. cit. (22) El privilegio de exempción de Alcabalas por Carlos IV en 1524 fue confirmado por Felipe III en 1609. (23) Ordenanzas reales de Castilla, libro II, título XXIII, ley II : "De los derechos que han de llevar los Monteros de Espinosa", en Los códigos españoles, Madrid, 1872, t. 6, p. 298 :"Según leyes antiguas de nuestros reynos, los nuestros Monteros de Espinosa han de llevar de los Judíos que nos salieren a recibir por cada tora, XII maravedís. Porque habida consideración a los Maravedís de entonces, y de agora, estos derechos deben crecer. Ordenamos y mandamos, que por los dichos XII maravedís, lleven los dichos Monteros 4 reales de plata de cada to- ra; y que no pidan ni lleven más so pena que el que el contrario hicie- 38 kinaMo LEAL CJiiUcán 9, 1980

Pienso que estas hipótesis del semitismo basadas en argu- mentos algo forzados se originan en parte en intentos más o menos lo- grados de introducir una coherencia parcial y subjetiva en los aconte- cimientos históricos, que por cierto presentan mucha complejidad en cuanto se trata de la ocupación del territorio, complejidad que to- davía nos queda por describir. 11/ - LA MARAÑA HISTÓRICA.

Apuntaremos primero que todos los autores están conformes en el hecho de que hubo habitantes en los Montes de Pas desde anti- guo si bien el asentamiento no fue en un principio regular. Y es ló- gico que hubiera habitantes ya que esta zona siempre ha sido, por la existencia de los puertos, una zona de paso. Hasta hace poco no se había encontrado huella romana. Existía sin embargo la tradición oral según la que el emperador Cesaraugusto, estando en la divisoria de los Montes de Pas con Valdeporres, en un carro que corría por una calzada, vio a su auriga muerto por un rayo, quedando él milagrosamen- te ileso. Esta tradición de San Pedro del Romeral debe fundarse en al- gún hecho verdadero pues en una casa antigua del citado municipio se ha encontrado una moneda a efigie de Cesaraugusto (24). Por otra par- te, los geógrafos antiguos como P. Mela citan un río Magrada que puede corresponder al río Miera, que pasa por San Roque (25). Puede ser que en su conquista de una de las columnas romanas (hubo tres), mandada tal vez por Antistio pero también puede ser por el mismo Augusto, pasara o en aquella zona o muy cerca (26). El caso es que la romanización de Cantabria se hizo por los puertos, como se hizo luego la conquista visigoda. A partir de la llegada de los Ara- bes a España, las cosas resultan más claras. Concretamente, los si-

re, esté diez días en la cadena, y torne lo que llevare con el dos tanto y sea repartido a los pobres : y si entráremos dos veces en el año en un lugar, no se pague derecho más de la primera vez". (24) Este hallazgo, propiedad del Alcalde de San Pedro del Romeral, lleva fecha de 1978. Se lee perfectamente el nombre de Cesaraugusto y se ve la efigie. (25) Antonio García y Bellido señala como posible que Magrada sea el Urumea [ha España del siglo primero de nuestra era, Austral, n° 744, p. 58 de la segunda edición); pero pienso, con Joaquín Echegaray (Can- tabria en su historia, Santander, Institución Cultural Cantabria, 1977, p. 57 y 58), que se trata del Miera. (26) J. González Echegaray, op. cit., p. 102. VE KLVEk A VILLA 39

glos IX y X han tenido suma importancia en la formación de Castilla. Recordemos que, en la zona, la resistencia al invasor tiene su base en Villacarriedo y en Esles con el Conde Gundesindo (811). Sólo con mirar un mapa se percata uno de que el camino más corto para Sotos- cueva, hasta donde alcanza la influencia del Conde, pasa por la zona pasiega, o por el puerto de las Estacas o directamente por la Enga- ña. De todas formas el asentamiento de godos en la zona de San Pedro se halla patente en un topónimo (27). En 837 los Moros sufren una sangrienta derrota en Sotoscueva. Durante este periodo los abades pueblan los territorios. El valle del río Trueba con Espinosa de los Monteros, Villarcayo y Me- dina de Pomar, constituyen la primera expresión de la futura Merin- dad de Castilla la Vieja. Estos poblamientos por presura o usucapión plantean asimismo la noción de "tierra de nadie". Las definiciones que nos proporciona el derecho romano de dicha noción no estriban en un concepto claro de la propiedad pues se admite cierta diligencia y se legaliza al par que se reconoce que existe en muchos casos un dueño anterior (28). Queremos decir con esto que es muy difícil hacer del Monasterio de Oña el único poblador de los Montes de Pas en un princi- pio. El mismo texto de la donación señala un apeo y los topónimos corresponden entonces a una ocupación anterior. Es más, y dejando apar- te el aspecto jurídico de un apeo, dichos topónimos se dirigen a per- sonas que ya los conocen esto es que dude, un pt-tncxp-co pudo tener delegación Espinosa de los Monteros para poblar con ayuda del Monas- terio de Oña e incluso pudo suministrar muchos gasalianes o colabora- dores en poblaciones anteriores como la que irradia de la kKia, VJi

(27) a) Se trata de Brenagudina siendo "breña" la pradera y "gudina" goda (por ejemplo, la esposa de Fernán Núñez se llamaba Gutina). La huida y asentamiento de los Godos en la Cordillera donde se acogieron en defensa contra los Moros es cosa conocida. Pero el hecho de que hubo anteriormente godos que,descontentos con la adopción por Recesvinto de la lex romana, se unieron con los Vascos y los Cántabros para luchar contra el jefe visigodo, nos obliga a no descartar del todo un origen anterior de este topónimo» b) Asimismo, el topónimo suerte que designa un prado alargado puede tal vez proceder de la época gótica (Sortes gothicae); véase Luis G. de Valdeavellano, Curso de historia de las Instituciones españolas, 5a ed. Madrid, Revista de Occidente, 1977, p. 172. (28) "El que se apresura a cultivar en interés privado o público, cam- pos desiertos abandonados por su dueño, situados lejos o en regiones fronterizas, sepa que nuestra decisión apoya su propósito". En J. Arias Ramos, Derecho romano ,Parte general,"Derechos reales", 9a ed. corregida, Madrid, Ed. Revista de derecho privado, 1963, p. 475. 40 Aunaldo LEAL Oiltidón 9, 1980

n¿ fundada por el Abad Vítulo. El caso es que en 1011 el nieto de Fernán González dotó a su hija Tigridia, primera abadesa del Monasterio de Oña (construido con alguna anterioridad), con unos territorios muy dilatados. El Infantado de Oña abarcaba desde la misma villa toda la parte orien- tal y central de la actual provincia de Santander e incluso tenía posesiones en León (Villaseca, Barrio de Fuentes y Castrogonzalo, en la zona de Benavente). Fue de los monasterios el que llegó a poseer el mayor número de iglesias. Los Montes de Pas estaban inclui- dos en esta donación. El Infantado de Covarrubias, que es el otro establecimiento monacal, abarca más bien la parte occidental de la actual provincia de Santander desde Villacarriedo (a muy pocos kilómetros de Vega de Pas); pero las interferencias eran numerosas; entre Espinosa (Oña) y la Liébana (Oña) mediaban tierras de Covarrubias. La influencia de los monasterios sufrió también algunos altibajos con el transcurso de los siglos, cuando no de los años. Por ejemplo, el Infantado de Covar- rubias perdió parte de sus posesiones a finales del siglo XII a favor de las Huelgas y de Toledo,aunque para recobrarlas más tarde. El monas- terio de Oña ve sus posesiones menguadas porque don García de Navarra concede para pastos a Santa María del Puerto, nombre antiguo de San- toña, parte del territorio otorgado anteriormente a Oña (año de 1080). El área de la influencia efectiva de los monasterios es difícil de di- bujar con precisión. Verdad que los abades señores tienen a la vez potestad civil y religiosa, pero la variedad de las posesiones y de poderes es mucha. Oña posee iglesias con heredades, heredades solas e iglesias solas. Por ejemplo, la iglesia de San Martín de Mogro, a pocos kilómetros de , dependía de Ofía; pero el territorio y jurisdicción no parece que dependieron del Monasterio (29). Por otra parte, el poderío del Monasterio ha podido ser algo discontinuo y adaptarse a las circunstancias locales, en función también de su evolución estructural. La primera época debió de ser algo más rígida con el centralismo típico de los monjes cluniacenses introducidos por Sancho III el Mayor en 1033. Pero sabido es que la .regla benedictina aplicada por los Cistercienses que les sucedieron se caracteriza por una descentralización relativa. Otro ejemplo de esta dificultad para conocer exactamente los contornos de los poderíos de Oña en la época cisterciense y posterior. En 1572 se hace un apeo entre Espinosa de

(29) No es afirmación tajante. Es conocido el hecho de que, en muchos textos antiguos, se suele designar por Iglesia, Monasterio, Hospital, Anteiglesia, tanto al edificio como al territorio y a veces sólo a este ultimo como posesión. VE ALDEA A VILLA 41

los Monteros y el Monasterio de Oña sobre la Granja (30) de Noceda (jurisdicción de la misma villa de Esn?-iosa). Durante este apeo se reconoce al menos un mojón antiguo, lo que demuestra que existieron apeos anteriores, o sea que los contornos de dicho territorio esta- ban trazados de antiguo. Pues bien, tenemos aquí el caso de una villa que tiene varias iglesias que pertenecen a Oña y hace sin em- bargo un apeo pues sólo una parte escasa de su territorio pertenece al Monasterio. La cuestión de los territorios y por supuesto de las po- blaciones se complica en esta zona cuando se considera que no todos los lugares eran abadengos, sino que los había realengos y de seño- río, cuando no tenían estatuto mixto. El Becerro de las Behetrías, redactado a instancias del Rey Don Pedro el Cruel (31), encierra va- rios casos de este último tipo. El hecho de que en las behetrías los vasallos pudieran cambiar de señor de no cumplir éste con sus obliga- ciones puede interesarnos tanto más cuanto que en la Montaña circun- dante de los Montes de Pas hay numerosos lugares que han podido cam- biar de manos, con la consecuente emigración en población a dichos Montes. Tal es el caso de Abionzo cerca de Villacarriedo en que "los que moran en la behetría toman qual señor quieren e que no han cier- tos naturales" (p. 142). Lo mismo ocurre en Santa María de Cayón, cerca del mismo Valle de Carriedo (p. 129); y también en Alónos (p. 142), Santandrés de Carriedo. En el otro valle que comunica con la zona pasiega ocurre lo propio. En efecto Alceda (p. 144) y Bejoris (p. 147), cuyo término pega al barrio pasiego de Guzparras y que son municipios del valle de Toranzo, siguen la misma ley. Todos es- tos pueblos están catalogados en la Merindad de Asturias. Por otra parte, y para subrayar las relaciones políticas de los pasiegos con la actual provincia de Santander, aportamos otro elemento. En el li- bro de apeos de Espinosa de los Monteros consta un traslado diecioches- co de un apeo antiguo con motivo de un pleito sobre términos entre el valle de Soba y Espinosa de los Monteros. El alcalde de Espinosa en- seña todas las divisorias al de Soba o a su representante. Designa a todos los territorios que van desde el Portillo de Lunada hasta, más allá de las Estacas de Trueba, el Pardo,como pertenecientes a

(30) Término introducido en España, precisamente, por los Benedictinos. Noceda es cronológicamente el primer punto de influencia del Monaste- rio de Oña en Espinosa. El traslado del poder a Santa Cecilia es pos- terior. (31) Libro famoso de las Behetrías de Castilla que se custodia en la Real Cnancillería de Valladolid, Manuscrito del siglo XIV, Primera edi- ción, Santander, Librería de Fabián Hernández, 1866O 42 ÁAnaldo LEAL Clitidón 9, 1980

Castañeda, esto es a Castañeda por Villacarriedo o a Castañeda por Toranzo, pues en el Becerro aparece el nombre de Castañeda tanto en un valle como en el otro y es cierto que el valle de Toranzo parti- cularmente no fue libre del Condado de Castañeda hasta el siglo XVI (32). Sea lo que sea, el empleo de "Castañeda" para designar a los Montes de Pas entre'dos locutores que tenían frontera común con dichos Montes en el año 1414 indica objetivamente que la zona pasiega no perteneció siempre a Espinosa de los Monteros. Los ape- llidos Toranzo y Carriedo que constan en los padrones antiguos indi- can claramente una emigración a Pas de los valles montañeses del mis- mo nombre. La dependencia de los individuos de tal entidad o valle estribaba en la percepción de tributos y,para escapar a los mismos, los habitantes de las behetrías o de los lugares abadengos podían declararse de otro señor, o marcharse a otro lugar. El caso conocido es el de los vecinos del Valle de Buelna y más concretamente en la zona de Somahoz (Santander) que entre 1410 y 1426 rechazaron el señorío de Covarrubias para hacerse vasallos de Doña Leonor de la Vega (madre del Marqués de Santillana) y de Pedro Niño. Reind pues durante los siglos XIV, XV y XVI en toda la zona montañesa una ines- tabilidad constante que ha debido influir sobre la población de los Montes de Pas. Para volver al examen del Becerro de las Behetrías, se ha dicho (33) que ni los Montes de Pas ni Espinosa de los Monteros cons- taban en él. Creemos que se puede limitar tal negación. En la página 213 encontramos : "La Vega : estos son logares yermos de Castilla vieja". Esto es que el topónimo existió como lugar de pasto pero sin habitantes fijos, lo que se desprende también de los documentos de privilegio y confirmación dados por Enrique III el Doliente en 1396 en Sevilla (27 de Mayo), Juan II y los Reyes Católicos (34). No en-

(32) Véase María del Carmen Echegaray, Toranzo : datos para la histo- ria y etnografía de un valle montañés. Institución Cultural Cantabria, C.S.I.C., Instituto de Etnografía y folklore "Hoyos Sainz", Centro de Estudios Montañeses (Diputación Provincial de Santander), 1974, pp. 32 y siguientes. (33) S. Tax, op. cit., p. 22: A. García Lomas, op. cit., p. 107; Manuel de Terán, op. cit., p. 16. (34) El texto de este privilegio se halla reproducido en varios docu- mentos : pleito de 1759, en el que se alude también a sus confirmacio- nes por Juan II en Alcalá de Henares (15 de Abril de 1408), Enrique IV en Segovia (18 de Julio de 1467), y por Isabel y Fernando en Toro (26 de Noviembre de 1476), constando con todas sus confirmaciones en un VE ALVEA A VILLA

contramos, es verdad, a Espinosa de los Monteros, pero no estoy se- guro de que no conste por tener relación especial con la corona por- que Medina de Pomar consta en el Becerro que indica que "Este logar es del Rey y siempre fue del Rey". En cambio constan en la Merindad de Castilla : "Para despinosa" (p. 195), "Santa 01alla"(p. 213). "Vársena" (p. 218 o p. 222) puede corresponder a Barcenas. Y puede ser que "Varrueses" sea Berrueza (p. 205). En fin también consta "La Riba despinosa". Es decir que figuran en el Becerro casi todas las aldeas o consejos de Espinosa sin la misma Espinosa. Se puede explicar esta omisión de varias maneras. Lo primero es la posibilidad de un error, admitida por la crónica (35). La segunda probabilidad es que en el Becerro de las Behetrías se haya considerado no a la villa sino al valle, esto es a los distintos consejos según una costumbre documen- tada hasta bastante tarde (36).

texto en gótica conservado en Espinosa. También se reproduce algo de su contenido en un documento de 4 hojas del año 1831 (Espinosa). "Son dichos términos y montes montañas bravas y desiertas a quien yo puedo fazer merced délias pa que con sus ganados pascan las yerbas y bevan las aguas y duerman en los tiempos que lo ovieren menester" (Confirma- ción por Fernando, 1476, folio 3o). (35) Crónica del Rey Don Pedro por Don Pedro López de Ayala, B.A.E., 66, p. 418, Capítulo XIV :"Otrosí un libro fue hecho en su tiempo deste Rey Don Pedro, en que se fabla quales Señores e Caballeros son natura- 1 -J : e es llamado el libro del becerro ; e como quier, que segond di- cen algunos caballeros antiguos,- hay en él algunos yerros... más vale sofrir algún poco de yerro que non aver alguna declaración sobre tales porfías de las Behetrías". (36) Para el valle : véase supra (p.32 ). Para los problemas de designa- ción de Espinosa, los Memoriales (1753) mencionan en el folio 1139 recto a "Juan Manuel de Velasco. Vezino del Consejo de Quintanilla uno de los que componen la villa de Espinosa de los Monteros"y en el folio 1235 vuelto a "Juan Ogarrio, vezino del Consejo de Berrueza de Espinosa de los Monteros". Por otra parte, el Privilegio de mercado franco el mar- tes dice : "Villa y valle de espinosa" (Confirmación, 1629, f. 3 recto). Si el Privilegio de Alcabalas, folio 7, dice : "la villa de Espinosa de los Monteros" (1524), el mencionado privilegio de pastos de Enrique en 1396 habla "del consejo y valle de Espinosa de los Monteros y sus al- deas" (folio 3 vuelto). Todos los privilegios citados integran el archi- vo de Espinosa. kM.naldo LEAL Oi-Lticón 9, 1980

En fin hay que tener en cuenta que tanto los privilegios como el Libro del Becerro se fundan en apeos para determinar los derechos que puede percibir tal organismo o tal personaje y en el Becerro de las Behetrías hay una confirmación de las pluralidades que venimos subrayando. Hay numerosos lugares que tienen estatutos variables y dependen de uno y de otro. Para de Espinosa, aldea y consejo de Espinosa de los Monteros, es según el Becerro : "logar del abbat de Qña. Derechos del Rey". Lo que es norma_l. Pero tam- bién : "pagan 10 mrs (maravedís) a Pedro Fernández /_ de Velasco_7 por la prestamía, 5 mrs al abbat su señor y 5 al Adelantado". Vár- sena (p. 215) tiene un solar de Pedro Fernández de Velasco. La Ri- ba de Espinosa tiene tres solares : una behetría de Fernández de Velasco, otro solar de la Iglesia de Burgos (37) y el otro de Juan Sánchez de Torres. Todo ello no permite aclarar el estatuto político de los pri- meros moradores de los Montes de Pas porque, si bien se conoce que las actuales villas pasiegas fueron aldeas de Espinosa ya que ganaron contra dicha villa el pleito iniciado en 1759 en que demostraron ha- ber sido los pasiegos vecinos de Espinosa, conforme se remonta el tiempo se hacen las cosas más borrosas. En el mismo pleito,los Espi- nosiegos niegan la calidad de aldeas a las villas pasiegas y es de suponer que se referirían a épocas anteriores en que los Montes de Pas fueron administrados civilmente por otra villa (38). Como vemos, reinaba la misma inestabilidad en la población de la zona de Espino- sa, que fue la cuna de Castilla, que en la parte montañesa. Los privilegios de pastos de Espinosa citados, también los tuvieron los valles vecinos, por lo cual las Montañas de Pas fueron objeto de la codicia de todos los valles circundantes según el aprie- to en que estaban las finanzas locales (39). Es verdad que los valles

(37) Iglesia significaba en aquel entonces y en este caso Catedral (Iglesia catedral). (38) En la Ejecutoria del pleito iniciado en 1759, ganada por las villas pasiegas contra Espinosa sobre validación o nulidad de ciertas prendadas, se apunta (legajo 4O) que las feligresías dependían de Carriedo :"En 1596 litigaron pleyto con el dicho valle de Carriedo de cuya jurisdicción eran mis partes". Habla el apoderado de las villas pasiegas. Por otra parte, véase supra, p. 42 , sobre Castañeda. (39) Por ejemplo, hubo un pleito entre Toranzo y Espinosa sobre Pas en 1534, que motivó la intervención enérgica de Carlos V (carta inclui- da en la Ejecutoria de 1759-1765 : estudia su contenido la señorita Latorre). La sentencia estipula que el Valle de Toranzo tiene que de- volver los bienes prendados a Espinosa, siendo especialmente severa PE ALPEA A VILLA 45

tales como hemos tratado de definirlos solicitaban privilegios ya para la administración, ya para pretender una expansión a expensas del valle vecino. Las razones invocadas para tales solicitudes son por lo común económicas y demográficas. Es el caso en casi todos los documentos de privilegio que he podido examinar en Espinosa (40), menos en el del Rey Enrique el Doliente que se basa para su conce- sión a Espinosa en Escrituras antiguas. Este último punto es natural si se tiene presente que la población castellana se vio diezmada du- rante todo el siglo XIV por epidemias de peste negra (1348, 1350, 1364, 1374, 1380), mientras que todos los autores están conformes en admitir un crecimiento demográfico global en Castilla durante todo el siglo XV. Tenemos una prueba de esta expansión demográfica a partir del final del siglo XIV en la aparición de este tipo de ar- gumento, si bien se podía esgrimir ritualmente para obtener merce- des, argumento que se usará hasta muy tarde. Este crecimiento demo- gráfico ha sido motivo de muchos pleitos pero ha contribuido en po- blar los Montes de Pas. A modo de conclusión sobre estos problemas admitiremos que el modo de vida transhumante era propio de toda una parte de la po- blación de Espinosa que,desde antiguo (41), constituyó la mayoría

para el porvenir pues amenaza con mutilaciones diversas al futuro in- fractor. Observaremos que en este pleito se califica a los Montes de Pas de realengos y se infiere de lo que antecede que Espinosa adminis- traba civilmente este territorio. (40) Privilegio para tener dos alcaldes ordinarios, folio 1o : "dicho consejo de Espinosa y sus aldeas somos multiplicados por manera que por un solo alcalde non podemos ser mantenidos en justicia". Confirma- ción del privilegio de mercado franco por Felipe II {folio 10 vuelto) "Si el dicho mercado franco se quitase, la dicha villa y valle se des- poblaría por ser muy estéril a causa de estar puesta en montañas". Confirmación del privilegio del Rey Enrique el Doliente, por Don Enri- que IV : "IJOS vecinos del dicho consejo de Espinosa son en más gran número q ¿_ que_/ los vecinos del dicho Val de Porras" y más adelante : "los dichos monteros son muchos más que los vecinos del dicho Val de Porras". Se usa el mismo argumento en 1831 en Representaciones hechas al Rey, documento señalado supra en la nota 34. En un pleito litigado en 1706 entre San Pedro del Romeral y Val de Porres, ganado por ésta en grado de revista, el apoderado de Val de Porres usa idéntico argu- mento : "Dicha Merindad mi partte se compone de ttreze lugares y mu- cho número de vezinos... así non tienen los pasttos que nezesittan". (41) El privilegio de 1396 dice que los Espinosiegos . "han tenido de huso e de costumbre e posesión vel casi en tanto tiempo que memoria 46 Mnatdo LEAL Criticón 9, 1980

de la población pasiega merced a los usos medievales de la comunidad de pastos que precedieron seguramente a la organización pastoril del Monasterio de Oña, Espinosa de los Monteros en primer lugar, Monaste- rio de Oria, Ducado del Infantado (tal vez), familia de los Velasco (Fernández y Sánchez) (42), Castañeda y Villacarriedo, Valles de To- ranzo, de Valdeporres, Sotoscueva, éstas son las componentes que in- fluyeron en el destino de la zona pasiega. Tierras realengas adminis- tradas por delegación por Espinosa y por el Valle de Carriedo, su ca- rácter de realengo siempre fue puesto en tela de juicio por los valles de su entorno antes y después de 1689 que es la fecha más importante de su historia.

V - 1689 : EL VILLAZGO.

1) LOA pizc.zdznt ábiojito^. Ya antes de los años 1641 pidieron las tres feligresías de San Pedro del Romeral, Nuestra Señora de la Vega y San Roque de Rio- miera la exención de jurisdicción del Valle de Carriedo por la cual una aldea o feligresía se hace villa "por sí y sobre sí con jurisdic- ción civil y criminal alta y baja mero mixto imperio", según los tér- minos de los manuscritos. El mero imperio consiste en estar facultado para imponer la pena capital para castigo de los criminales, o tener potestad (gladí-L potZAtcu> del derecho romano). El imperio mixto per- mite a quien lo ejerce dar posesión de los bienes. Como se echa de ver, las nociones antagónicas de ixnpeJiium y pot&itctA - que represen- taban en la antigüedad dos poderes distintos, siendo potZAtctA algo inferior a la noción de ZmpeA-ium, la cual se refería casi siempre a la alta magistratura y a las instancias de gobierno - quedan cumu- ladas en la jurisdicción ordinaria de los alcaldes. En 16 de enero de

de hombre no es en contrario de pazer las__yervas e beber las aguas . . . dormir con sus ganados pacunos y ottros /_ siguen los topónimos entre los cuales Troja y Pas__/ duerman en los tiempos que lo hubieren menes- ter" (implica la estancia discontinua). (4 2) Espinosa de los Monteros está, en un momento de su historia, vin- culada con Medina de Pomar y con Frías, tal vez con Belorado. Una espi- nosiega, Sancha García,casó con Sancho Sánchez de Velasco (esta enterra- da en el Convento de Clarisas de Medina de Pomar que ella misma fundó). Se sabe que Frías fue la capital, por decirlo así, de los Velasco, Con- des de Haro, como en su tiempo lo fue Belorado. Es indudable que esta familia debe en parte su encumbramiento a los Trastámaras, lo que pue- de explicar la insistencia en la merced hecha por el privilegio de 1396. VE ALPEA A VILLA 47

1641 se dio en Madrid la requerida concesión de dicha exención, pe- ro la sentencia fue revocada, en la Corte también, en 1643. Se dio entonces la jurisdicción al Valle de Carriedo hasta que el 23 de abril de 1646 se partió entre la Villa de Espinosa de los Monteros y el citado valle igualmente (43). Se libró carta ejecutoria en 16 de abril de 1647, pero sólo pagó el Valle de Carriedo la cantidad re- querida. No pudo pagar Espinosa la mitad de los 11000 ducados, pero propuso los pagarían las feligresías, a lo cual /6£ opuAO el Valle de Carriedo. Hasta la fecha de 1688 tuvieron que defenderse las fe- ligresías contra otros circumvecinos (pleito y sentencia entre Espi- nosa con Pas y Sotoscueva por otra parte). Es de suponer que la car- ga financiera de los pleitos gravaría algo el presupuesto de las feligresías que siguen siendo una contradicción administrativa, ya que en el pleito de 1666 se nombra a las tres feligresías " JuA-Lb- d-icción de Carriedo y vítlno-i, de Espinosa de los Monteros". La tre- gua muy relativa entre las feligresías y el Valle de Carriedo por las fechas de 1647 resulta forzosa por razones económicas pero ja- más será efectiva del todo, por lo cual resulta asombroso leer en la obra de A. García Lomas : "Esta jurisdicción la ejercieron duran- te unos cuarenta años nÓA b-Le.it nominal qixz inaZ ..." y sobre todo : "Esta situación poco provechosa para los Carredanos facilitó la CUidn cíe buen QKado de esta jurisdicción a los pasiegos ... en 1692" (44). Un error de fecha es comprensible, pero, en cuanto al fon- do, todos los elementos que acabamos de exponer están en contra de tal opinión. Además, en 1687, un auto de revista declara que hay lu- gar al tanteo : los pasiegos quieren pagar la cantidad que vale la jurisdicción y el Valle de Carriedo no quiere recibirla hasta tal punto que las feligresías tienen que hacer un pedimiento para que se despache una provisión para que los diez consejos del Valle de Carriedo nombren una persona para recibir la cantidad (45). La mis-

(43) Sentencia :"Concédense a las tres feligresías de Nuestra Señora de la Vega, de San Pedro del Romeral y San Roque de Rumiera la exemp- ción que piden sin embargo de la contradicción hecha por parte del Valle de Carriedo... se despache el título de la exempción y demás recados necesarios..." Revocación :"Los Señores del Consejo de su Ma- jestad rebocaron la exempéión el qual dho auto dieron por ninguno y de ningún valor ni efecto... declararon no haber lugar a la exempción". En Ejecutoria de 1759-1765. (44) Adriano García Lomas, Los Pasiegos, op. cit., p. 109. (45) En 1688 pagan las feligresías. La cantidad va a Madrid : se hace el depósito en el arca de tres llaves del Cabildo de Curas y Beneficia- 48 kinaldo LEAL Criticón 9, 1980

ma lectura del PAÍvile.gio dz Villazgo, que contiene la exención de jurisdicción, demuestra a cada paso que las relaciones del Valle de Carriedo con las tres feligresías eran malas, cuando no pésimas. No comprendo cómo se puede hablar de "cesión de buen grado" cuando nun- ca es el caso,en general, y cuando en el particular fue motivo de te- naces litigaciones y exigió el pleito de 1689. Por ello,no dudo en afirmar que 1689 es una etapa decisiva del venir a ser de los pasie- gos, de su afán por tener identidad propia administrativa y humana, y que este momento es de enfrentamiento entre las tres feligresías y el Valle de Carriedo deseoso de conservar su poder, enfrentamiento que se manifiesta en una contienda jurídica que oculta mal un esta- do de hostilidad y guerra latente. El valle de Carriedo no se deja- rá despojar fácilmente de un poder judicial que con el financiero (al menos por parte) le permitía dominar a las feligresías, y era más real que nominal.

2) El rmnuACAito dit Privilegio de Villazgo. Se trata de un volumen que contiene todas las actas del ne- gocio en sus 489 f.,actualmente en el Archivo de Vega de Pas. La estructura general de este privilegio no difiere mucho de las actas semejantes : empieza con el nombre del Rey enunciando todos sus territorios, relata todas las peripecias que vienen inser- tas, terminándose el documento por el despacho o carta de exención (folios finales) con confirmación después de pagar los pasiegos la cantidad requerida. Lleva fecha de noviembre de 1689. Fruto de la voluntad real, el privilegio permitía como toda merced hacer ingre- sar cantidades importantes en las arcas reales. Un deslinde será ne- cesario pero normalmente el Rey no tiene competencia para asignar términos. Esta situación compleja hace que el pleito durará bastan- te tiempo y proporcionará argumentos al valle de Carriedo para di- latar el plazo de ejecución (46). El contenido de este privilegio

dos de esta Corte que está en la Parroquia de los Santos Justo y Pas- tor, que queda por cuenta y riesgo del Valle de Carriedo (3 de diciem- bre) . (46) Recuerdo el texto conocido de Las siete partidas que se refiere a los privilegios en algunos aspectos significativos para nuestro_estud_io: "Previllejo tanto quiere dezir, como ley ques dada, o torgada / sic / del Rey apartadamente a algún lugar, o algún orne, para fazerle bien e merced..." "E si fuere de partir términos, deve nombrar los lugares sobre que era la contienda, e por do los parte el de allí adelante" (Las siete partidas. La tercera partida, título XVIII, ley II, en Los códigos españoles, Madrid, 1872, t. III, p. 186). VE ALVEA A VILLA 49

es muy interesante por tener, aparte el carácter jurídico, un aspec- to "de terreno" u operacional.

3) Leu, ¿ueAza-4 en conflicto. Por una parte, el Valle de Carriedo con catorce procurado- res y diez consejos con sus numerosos núcleos de población : Villa de Carriedo (actual Villacarriedo), Vega de Carriedo, Saro, Selaya, Alónos, Tezanos, Barcena, San Martín, La Canal, Abionzo y sobre to- do Santibáñez donde estaba la cárcel del partido y donde residía el alcalde ordinario que en 1689 era Domingo Díaz de Ceballos, Escriba- no de su Majestad y Familiar del Santo Oficio, al frente de una ad- ministración que no tenía interés en abdicar su poder. Trataremos más adelante de ver dónde estaba el poder financiero por los años 1753, aunque hacemos-una utilización limitada de los datos en los renglones próximos. Enfrente, los ganaderos pasiegos, seguramente encabezados por una minoría que anhela el poder y tiene relativa cultura, al me- nos cultura jurídica, pues el primer alcalde de Vega de Pas se lla- ma Joseph Conde Pelayo y fue abogado de las tres feligresías en el pleito. A este poder cultural estaría ligada seguramente una pose- sión material pues, según los MzmoKÁa¿e¿>, la familia Conde Pelayo te- nía en Vega de Pas por los años 1753 bastantes bienes si se tiene en cuenta el minifundismo, y bienes variados (47). Dicha minoría re- cibe seguramente auxilio por parte de los espinosiegos poseedores de tierras y prados en Vega de Pas y en las demás feligresías. Es ca- si seguro que el grupo de terratenientes existentes en los tíímoA-ül- t

(47) Juan Bautista Conde Pelayo (Memoriales, folio 1049 vuelto a 1060) tenía 301 celemines de prado de 3a, 244 celemines de heria por natura- leza o sea derrota o erial; las tierras labrantías (19 celemines de 1a, 1 cuartillo de 2a, 1/2 cuartillo de 3a) , están situadas en la población 0 en lugares accesibles; posee 2 casas en la población y 12 cabanas; 2 molinos harineros sobre el río Yera (1 y 2 ruedas); los bienes semo- vientes : 10 vacas + 4 en aparcería a medias, 3 novillas, 19 cabras, 6 colmenas... lo que, comparado con los bienes de los demás vecinos reseñados en los Memoriales, es por lo menos razonable. Pedro Conde Pelayo (folio 1717 vuelto a 17 21 vuelto) tenía algo menos : 77 celemi- nes de prado de 2a, 42,5 celemines de 3a, 11,5 celemines de tierra de 2a, 41 de heria, 5,1/2 cabanas, 1/2 casa en la población, 2 molinos de 1 rueda sobre el río de Pandillo, 9 vacas, 4 novillas, 20 cabras, 8 ove- jas y 6 colmenas. 50 AA.na.ldo LEAL Cxiticón 9, 1980

de Vega de Pas a Don Lope María de Porras, vecino de Espinosa en su consejo de Berrueza, Juan Gómez Negrete (también vecino de Berrueza), Don Manuel de Velasen (Consejo de Quintanilla), Juan Arroyo Ortiz, etc.

4) Loi Los Pasiegos han ofrecido pagar al Valle de Carriedo el precio de la jurisdicción (11 000 ducados con otros gastos) y pagar al rey 4 000 ducados cuando la posesión sea dada. Haciendo merced el rey de la dicha exención, piensa sin duda que bastará con que nombren las feligresías su propia administración. Pero el Valle de Carriedo sigue haciendo contradicción y se sigue pleito. Las motivaciones del Valle de Carriedo son claras : tratar de obrar de tal modo que las feligresías se gasten en pleito lo que proponen pagar por la juris- dicción. Tenemos algunas pruebas de estos gastos de justicia en docu- mentos posteriores (48). El Rey Carlos II da comisión a Don Manuel Pantoja, Caballe- rizo de la Reina, para que dé la exención de jurisdicción a las feli- gresías que están situadas a 72 leguas de Madrid (31 de Diciembre de 1688). El viaje dura 8 días (49). Al llegar a Nuestra Señora de la

(48) Según las Respuestas generales (1754), libro 56, folio 496, San Pe- dro del Romeral tenía contra sí y a favor del Valle de Toranzo, concre- tamente, pagadero a Francisco Manuel Calderón, vecino de San Vicente de Toranzo, un censo a 2% para "pagar el tanteo de la vara de justicia y exención de jurisdicción del valle de Carriedo". Las Respuestas genera- les de Nra Sra de la Vega (Vega de Pas) (folio 385) mencionan en 1749 un censo de 5700 ducados a 2% a favor de Don Bernardino de Corvera, ve- cino de Vejorís, valle de Toranzo. Asimismo San Roque tenía contra sí un censo al quitar de 1000 ducados a favor del cabildo de Laredo, sus réditos a 3% (folio 496); lo que demuestra que, si bien las operaciones bancarias son confidenciales, los pasiegos recibieron una ayuda políti- ca en forma financiera sobre todo por parte del Valle de Toranzo, ve- cino del de Carriedo. Se consultarán los mapas de los censos (mapas IV, V, VI) y se observará que los competidores directos del Valle de Carriedo en cuanto al poder financiero sobre las feligresías de San Pe- dro y La Vega eran los moradores del Valle de Toranzo. He sacado estas cifras del Estudio de las Respuestas generales y de las Compr obac i ones del Archivo General de Simancas (Respuestas generales, libro 56, Tí~. 20-362; Comprobaciones, leg. 793-9). (49) La orden de misión estipula que se recorren 8 leguas al día; que dar la exención y hacer el apeo ha de requerir 20 días a los que se añaden los del viaje. Acompaña a Pantoja el escribano receptor a quien VE ALVEA A VILLA 51

Vega, Manuel Pantoja se encuentra con que el Regidor general de la feligresía está preso en Santibáñez (Valle de Carriedo) con otras personas, sin que se sepa la razón de su prisión. Domingo Díaz de Ceballos, alcalde ordinario del Valle de Carriedo, ha dejado a tres ministros ordinarios de dicho valle en la feligresía, quienes, al ver llegar a Manuel Pantoja se marchan de la población : de este modo, Pantoja no puede hacer notoria la real cédula y comisión, al menos oficialmente, lo que es sin embargo legalmente obligatorio. Se ha previsto el caso en la ley y Pantoja nombra como funcionarios pa- ra el particular a dos regidores antecedentes que tienen entonces facultad en ausencia (por causa de prisión) de los antedichos para convocar a consejo abierto, para hacer pública la cédula y ejecutar su contenido es decir dar el villazgo. Domingo Díaz de Ceballos li- bera entonces al Regidor : al reintegrar al titular del cargo gana tiempo, pues Don Manuel Pantoja tiene que esperar, para reunir al con- sejo, a que venga del Valle de Carriedo dicho titular. Con estas dila- ciones la notificación de la real cédula se hace a 16 de Marzo de 1689 en lugar del día de la llegada (14 de Marzo). Leída la cédula "de berbo ad berbum" (4-tc) hay que obedecerla y pedir sin contradic- ción la posesión. Esto es que, jurídicamente, la posesión no puede darse sin solicitud o sea sin arúmuA poM-ídíndÁ. o sea voluntad de tener o poseer una cosa claramente expresada. Más adelante, dedica- mos algunas páginas al estudio de la posesión. El consejo nombra un poder habiente para recibir la posesión (50). Luego el consejo eli- ge un alcalde ordinario que en el caso presente es Joseph Conde Pe- layo (el mismo que aprehendió la posesión) y es abogado y poder ha- biente de las feligresías. El juez Pantoja aparta esta villa (la que que era feligresía unos minutos antes) de la jurisdicción, "Se- ñorío y Vasallaje" (51) que tenía sobre ella el Valle de Carrie-

le tocare el turno (hay cien en Madrid). Se le pagarán 500 maravedís diarios y otros tantos para el alguacil. Pagarán las feligresías, ca- da 15 años. (50) ES probable que la propiedad fuera de dos tipos : copropiedad y, para lo que se llama el común, el condominio, lo que explica la impor- tancia del poder habiente, que no es titular sino representante de la propiedad colectiva. (51) Parece ser que se trata de una fórmula hecha. Aunque las palabras "Señorío y Vasallaje" nos inducen a pensar que una parte de la pobla- ción antigua de las feligresías venía de los Valles contiguos y del de Carriedo donde eran vasallos. Tanto más cuanto que el folio 8 dice que las feligresías recibían gran beneficio en la conservación y au- mento de los vasallos que se hallaban en ellas oprimidos. 52 kn.na.ldo LEAL Cliticón. 9, 1980

do (51 bis). Se remite la vara al primer alcalde JOSEPH CONDE PELAYO, quien nombra : - un alcalde de la Hermandad; - un regidor general; - un alguacil mayor (PEDRO CONDE PELAYO). Se obra una distribución administrativa que concuerda con el espacio, por razones de solidaridad y de estrategia. Así es como el alcalde nombró "procuradores mayordomos de los Barrios, Ríos y Beredas (-6-tc) de esta villa" : - uno para el río y barrio de arriba de Yera; - uno para el río y barrio de abajo de Yera (52); - uno para el de la vereda y río de Pandillo; - uno para el río y vereda de Biaña. Asimismo se nombra : - un alguacil de Ayuntamiento; - un escribano de Ayuntamiento nombrado por los días de su vida (VENTURA CONDE PELAYO); - un alcaide de cárcel (es el ya mencionado PEDRO CONDE PE- LAYO). Luego se entrega (el juez Pantoja es quien lo hace) una vara al alcaide de la Hermandad, otra al alguacil mayor y alcalde de cárcel, y se entregan los oficios a los demás ministros. Todos estos ministros son nombrados por un año salvo el escribano. Entre ellos figura Gu- tiérrez de la Sierra que era procurador bajo la justicia del Valle de Carriedo. Se le da orden de que no cumpla nada a favor de la antigua

(51 bis) No se comprenden en la posesión "las Penas de cámara y de San- gre, Calumnias y mostrencos, Alcavalas, las tercias, servicio ordinario ni extraordinario, millones, ni galeotes, ni de moneda forera quedando reservado para el Rey y la Corona qualesquier mineros de oro y plata o otros metales, thesoros y salinas que en qualquier tiempo hubieren y parecieren y fueren hallados y se hallaren en esta villa y sus términos con las demás cosas que son reservadas al Supremo Consejó" (folio 38 de 1689). Esto es formulismo; hace que se citen condiciones que preven todos los casos posibles. El servicio ordinario y extraordinario por ejemplo está aquí fuera de lugar. En efecto,sabemos por las Respuestas generales que en la Villa de Nra Señora de la Vega, en 1749, los veci- nos no pagan tales servicios " por ser todos del estado de hixos dal- go" (Resp. gen., p. 386). (52) Se ha conservado esta división de Yera en dos barrios hasta bas- tante tarde pues los padrones de vecindarios ulteriores como el de 1877 indican "Coreos" que corresponde al curso superior y "Yera" que corresponde al curso inferior. VE ALVEA A VILLA 53

justicia so la pena de 50 000 maravedís. Se da mandato por el cual no se debe obedecer a la antigua justicia. Se publica la exención de jurisdicción en la puerta del Ayuntamiento. Se verifica la toma de posesión de la cárcel por el alcalde (véanse más adelante las pági- nas intituladas "ritos e hitos", y la entrega por el mismo de las llaves al alcaide de cárcel nombrado). Se hace visita no a la carni- cería, mesón, tienda de pescado porque no las hay, pero sí a la ta- berna y se da orden de no vender el vino más que a la postura dis- puesta por la nueva justicia y no por la de Carriedo (la postura era el precio impuesto por el Regidor general; es evidente que podía constituir una fuente de ingresos para la administración por medio de tasas). Da orden el juez para que se instale una horca de madera en la parte más pública para la ejecución de la justicia (53). La or- den es del 17 de Marzo y a la misma fecha se hace constar en un ac- ta la existencia de dicha horca (54). Asimismo da orden de llamar a la feligresía villa dende en adelante (folio Ul) (55). No se procede al apeo de momento pues hay más de dos varas de nieve (más de 160 cm.). Por lo tanto,se prosigue y se da posesión a San Pedro del Romeral. Hay una orden del juez para que se quite la nieve del camino que va a San Pedro (so pena de 20 000 maravedís); la orden es del 19 de Marzo, y la ejecución del mismo día así como

(53) Se leerá la obra del gran hispanista a quien viene dedicado este trabajo (Recherches sur le thème paysan dans la "Comedia" au temps de Lope de Vega, Bordeaux, 1965) , obra curiosamente poco citada, espe- cialmente las páginas 97 y 98 que presentan la actitud de los partida- rios del centralismo frente a la jurisdicción de por sí (véanse asi- mismo las páginas 108-111 y todo lo que se dice de la horca). Para nuestro caso, en la realidad, y pese a lo de "al ruin lugar la horca al ojo" de Correas citado por Noël Salomón (véase la nota 64 ), ob- servemos que es el juez, esto es, el funcionario de su Majestad, quien exige que esté la horca al ojo. (54) "Doy fee que oy dho dia diez y siete de marzo de dho año en el sitio que llaman el Reguilón, jurisdicción de esta villa y camino que de ella va al valle de Carriedo e visto puesta y fixada una horca de madera de dos pies en el suelo con su madero atravesado encima de ellos y para que conste lo pongo por diligencia. Escribano receptor. Juan Francisco Lozano" (folio 44). (55) Sin embargo se conserva la noción de feligresía en las Respuestas generales y en las Comprobaciones para designar a las poblaciones o sea al caserío para diferenciarlas de los barrios. Ejemplo de ello tene- mos en las Comprobaciones de San Roque de Riomiero (folio 503) y en otras. 54 kn.vwildo LEAL CKitiaón 9, 1980

la llegada a San Pedro del Romeral (56). El 20 de Marzo, se nombra a la administración de San Pedro del Romeral, que no difiere de la de Vega de Pas. Se repite idéntico formulismo salvo en la asigna- ción de los mayordomos que son dos : uno para el barrio de Troja y otro para el de Barcelada, nombres que designan también a dos ríos (57). Todo lo demás, como la asignación de una cárcel, la protección arancelaria de las mercancías, el levantar la horca se verifica según idéntico proceso. Al citar a las tres poblaciones pasiegas, el juez nombra a Nuestra Señora de la Vega y a San Pe- dro del Romeral villas, y feligresía a la de San Roque, lo que de- muestra el carácter ejecutivo inmediato de estos nombramientos (folio 58 recto y vuelto). Lo que es de notar, es que no se marcha el juez mientras no estén acabados los trámites en sus más ínfimos pormenores, pues todo ha de dar luqar a un acta. Por ejemplo, en todos los casos se levanta un acta para ordenar que se fije un traslado que indique la exención en un sitio público. Luego se hace constar en otra acta la existencia de dicho traslado. Por cierto que el Valle de Carriedo no admite dichos nom- bramientos y los anula por su parte porque dados por exceso : su tesis es que no hay jurisdicción donde no se ha hecho previo apeo o deslinde. El juez tiene intención de dar el villazgo a la terce- ra feligresía pero como hay mucha nieve y es peligroso el camino (véase el mapa) da orden que se vaya por gente de San Roque que le conduzca y despeje el camino. La llegada de los Sanrocanos no pa- sa inadvertida y da lugar a un acta : siguen teniendo hoy, dentro de las demás villas pasiegas, farda de revoltosos y pendencieros(58).

(56) Resulta difícil explicar esta rapidez por la mera amenaza con la pena indicada sino por la prisa evidente de los pasiegos por exi- mirse de los carredanos. (57) Valle y río son voces que,aplicadas a la zona, son difíciles de traducir al francés. Por ejemplo, cuando un locutor dice : "No era de este río (Yera), era de Viafía" (A. Leal, "Hacia un estudio de la comunidad rural pasiega", op. cit., p. 184) se puede traducir por "vallée". Pero como los nos suelen integrar una entidad mayor que precisamente se llama valle (véase, supra p. 32 ) nos hallamos ante un problema semántico que los textos antiguos resuelven hablando de "veredas" (véase supra, p. 52 ). (58) "... bi entrar con diferentes palos y báculos en las manos ex- ceptto unos quattro de ellos que _trayan alcabuzes largos que dispara- ron al entrar en esta dha villa ¿_ Nra Sra de la Vega_/ y a otros tres o quattro con espadas en la cinta y para que conste lo pongo por dili- gencia" (folio 62 vuelto y 63, 23 de Marzo, Privilegio de Villazgo, PE ALDEA A VILLA 55

Alcanzamos ahora la muestra más patente del estado pésimo de las relaciones entre las feligresías y el Valle de Carriedo. Por cier- to que he acumulado los pormenores históricos sobre el particular, pero es el caso que todos tienen el mismo sentido y, por no haber- les concedido suficiente atención, ciertos autores no se han perca- tado de la tensión entre las dos partes. Hemos visto el caso de la opinión ingenua de A. García Lomas. Leemos en un estudio reciente que "San Roque... continuó siendo una feligresía hasta mayo a cau- sa de la inaccesibilidad debida a una fuerte nevada" (59). No puedo dejar de calificar esta frase de error. La zona no tiene alturas que superen los 1707 metros, y, si bien pueden a estas alturas per- manecer las nieves hasta dos meses y más, el puerto por donde quiso pasar el juez no supera los 1000 metros, y es poco probable que du- rasen en él tanto tiempo las consecuencias de la nevada, si bien fue muy crudo aquel invierno de 1689. Además, si las consecuencias de la nevada fueran tales, podía el juez pasar por el puerto de la Braguía de poca altura y por el Valle de Carriedo. La verdad estalla en varias partes del P/i-tv-t£e.g-¿o de. V-íííazgo, y especialmente en el folio 63 y siguientes : el 24 de Marzo de 1689, acompañado Pantoja por los Sanrocanos que le abren el paso hacia la feligresía de San Roque de Riomiera, no puede proseguir la diligencia porque el Valle de Carriedo se ha alborotado contra sus decisiones. Domingo Díaz de Cevallos encabeza la tropa que sale al encuentro del juez (60), dan-

1689). Esta cita nos delata el contento unánime de los pasiegos y su agresividad, y las malas relaciones con los Carredanos. Nos pre- senta por otra parte la primera mención cronológica del palo pasie- go ("palos y báculos"). Véase supra, p. 34. (59) Susana, Tax, op. cit., p. 20. (60) "Por diferentes partes del dho valle de Carriedo mucha gente a cavallo y a pie que iban a salir al monte i sierras que su Mrd dho Juez llevaba^.." "Reconociendo que la salida no podía ser con buen ánimo /_ . • •_/ su merced dio orden a todos los vecinos de San Roque de Rumiera y al dho D. Joseph Conde Pelayo para que se retirasen y encumbrasen en lo más alto y áspero de los montes y puertos por que no los atropellasen." "... cavalleros deeste Valle de Carriedo con prevención de armas de fuego, cortas y largas espadas, venablos y otras de la hechura de chuzos..." Esta circunstancia queda reseñada también eji el folio S2_ : "El día 24 de dicho mes /_ Marzo / que pasan- do a la ¿_ feligresía_/ de San Roque de Rumiera salió al encuentro y caminó con prevención de armas Don Domingo Díaz de Cevallos Alcalde Ordinario del Valle de Carriedo a impedir la prosecución de dichas 56 kKvwJLdo LEAL OiUlcón 9, 1980

do así otra muestra de las supuestas buenas relaciones entre los Carredanos y los Pasiegos. El hecho de que se presente en este asunto el alcalde del Valle de Carriedo con su vara de mando confir- ma una vez más la poca prisa que tenían los Carredanos de ceder la jurisdicción civil a los Pasiegos. Este acontecimiento y las diligen- cias emprendidas por los Carredanos hacen que se mude el juez,vinien- do Juan Antonio de Torres, del Consejo de su Majestad, Oidor en la Real Cnancillería de Valladolid, a los Montes de Pas. No pienso ver en forma demasiado "detallista" estos acontecimientos, pues el epi- sodio de la nevada con barbas y vara de mando nos demuestra que en el trabajo de terreno de un juez se podía plantear el problema del poder en todos sus sentidos. Hemos hablado del poderío del Valle de Carriedo, de su lucha por guardarlo, de la lucha de los Pasiegos por obtenerlo a su vez, y el acontecimiento de la detención de Don Manuel Pantoja, Caballerizo de la Reina y juez comedido por Cédula Real (aunque se hace esta detención con todas las cortesías reque- ridas para el caso) nos muestra también los límites del poder de los jueces y del poder real. Que el poder de los jueces se apoya en su voluntad de objetividad es cosa cierta; pero también queda limi- tado por la objetividad : al permanecer sordos a las advertencias apasionadas de las partes litigantes, tienen que enfrentarse con una agresividad latente o expresada. Sentimos esta agresividad en el presente episodio, y varias veces durante el establecimiento de los deslindes. El oficio de juez era a veces peligroso (61). En cuanto al poder del Rey, hay que insertarlo en un perío- do de decadencia. El mismo Carlos II que reina en 1689 no ha sido modelo de energía. Sólo con comparar las reacciones de este monarca con la de Carlos V en la citada carta de 1534 sobre el pleito entre el Valle de Toranzo con Espinosa de los Monteros a propósito de los Montes de Pas (62), vemos las diferencias de actitudes frente a

possessiones como la impidió haziendo que dho Manuel Pantoja con sus ministros de su audiencia fuésemos al Valle de Carriedo adonde nos llevó dicho alcalde ... en Santivañez donde nos hubo detenidos reco- nociendo los autos y diligencias fechos y fulminados..." (61) Un aviso de Pellicer dice qu= en el año 1644 en Salamanca "hubo una bien desastrada revolución de los estudiantes, contra un juez que fue allí de la Cancillería a quien quisieron ahorcar y quemaron los procesos, y queriendo el Corregidor ampararle con los de la ciudad se ensangrentó la materia de forma que hubo muchos heridos y entre ellos Diego Ordóñez, del orden de Calatrava" (José de Pellicer, Avisos históricos, Madrid, Taurus, 1965, p. 220). (62) Véase supra la nota 39. VE ALVEA A VILLA 57

los acontecimientos. Verdad es que en aquel entonces, con las san- grientas represiones contra las Comunidades y los Moriscos que no quedaban tan remotas que la gente no las recordase (1522 y 1523), Carlos Primero o Quinto podía beneficiar de una obediencia y adhe- sión basadas en el terror, tanto más cuanto que el emperador se hallaba en Dueñas (Palencia) esto es muy cerca de los disturbios pasiegos de 1534. Volviendo al caso, tenemos otra prueba de las vacilaciones reales (¿o prudencia?) en el tono de la carta que Car- los II escribe a Don Juan Antonio de Torres para darle comisión para que siga con el negocio en lugar de Pantoja. Relata el suce- so que acabamos de referir en forma muy atenuada como quien no quie- re adoptar medidas extremadas (63), lo que demuestra también que podía tener el Rey una versión de los hechos distinta que la del escribano receptor de Pantoja que hemos citado en las páginas an- teriores, y es en cualquier caso una prueba más de las dificulta- des de los Pasiegos para eximirse de la jurisdicción del Valle de Carriedo. Los acontecimientos son los que siguen : Pantoja suspen- de la diligencia para mandar un propio a Madrid en consulta. El Rey por la referida carta de 26 de Abril manda a Pantoja que cese el negocio, cometiendo a Antonio de Torres para seguirlo. La deci- sión es en realidad la del Real Consejo de Cámara ante el que el Valle de Carriedo ha interpuesto apelación. El hecho de que venga un oidor de la Real Audiencia o Cnancillería de Valladolid resul- ta conforme con las normas que establecían desde el año 1480 la tal Cnancillería como competente en materia de apelaciones. Es cierto que dado el número de los casos examinados eran los tales oidores más numerosos en 1689 que cuando la reforma judicial de las Cortes de Toledo de 1480 (que eran a la sazón cuatro), pero la venida de un oidor se seguía reservando para los casos importantes : esto es los que estaban por encima de las jurisdicciones loca- les. El 19 de Mayo de 1689, el üidor pasa a la feligresía de San Roque y en su itinerario mismo se conoce que está ejecutando una

(63) "... pasando a la / feligresía_/ de San Roque salió al camino Dn Domingo Díaz de Zevallos, Alcalde ordinario del dho Valle y se le notificó la dha comisión y_ la obedeció y en cuanto a su cumplimiento dixo ¿_ entre otras cosas_/ havía excedido dicho juez en haver hecho nombramiento de alcaldes sin haver prezedido el apeo... anuló el po- derío que se les havía dado..." "Solizitó aquel pueblo /_ Carriedo_/ defender la jurisdicción y el dho Don Domingo Díaz le sosegó y pasó a verse con el dho juez..." Todas estas citas se sacan del Privile- gio de Villazgo, folio 96 recto y vuelto. 58 kKvwJLáo LEAL Oiitícón 9, 1980

orden real con toda la autoridad necesaria : pasa por el Valle de Carriedo, lugar de Selaya, seguramente por el barrio de Bustanti- gua sin perturbación ni alboroto. Los representantes del Valle de Carriedo que han acudido a la feligresía de San Roque interponen apelación, y suplican se anulen las posesiones dadas y no se dé la exención de jurisdicción a la última feligresía. Pero Antonio de Torres declara no haber lugar (19 de Mayo). El 21 de Mayo San Roque tiene jurisdicción propia y villazgo. La única particulari- dad administrativa es debida a la escasa extensión del municipio y a su geografía escabrosa (64); el número de los mayordomos de barrios es dos : uno para el barrio de arriba, y otro para el de abajo (esto es más arriba del caserío y más abajo). Por lo demás, todas las actas de exención de jurisdicción son idénticas. Podemos decir que en aquel momento quedan despachadas muchas de las dili- gencias, pero quedan por hacer los deslindes que examinaremos en un capítulo especial. El Valle de Carriedo seguirá oponiéndose hasta el final con empeño, sobre todo por medio de su alcalde ordinario. .A esta parte podemos examinar más detenidamente los argu- mentos de los contrincantes. Los argumentos evidentes de los Pasie- yos datan ya de años anteriores y quedan reseñados también en el ?K¿\)¿lzg¿o de V¿tta.zgo (folio 5 y siguientes, y 108 y siguientes). Se pueden resumir sucintamente y son la expresión de un anhelo de independencia con el fin de poder organizar en provecho propio un espacio social y económico hasta ahora estrechamente vinculado al Valle de Carriedo. La jurisdicción, la tiene el Valle de Carriedo a cargo porque el Rey se la dio para que la ejerciera en su real nombre, y, por lo tanto, lo que el Rey ha hecho lo puede deshacer, ya que las tierras de Pas son realengas. Este argumento jurídico es lógico si se tiene en cuenta que para tener la jurisdicción en los Montes de Pas, como en otros sitios realengos, había que pagar. El hecho de pagar por una jurisdicción quita fuerza jurídica a cual- quier otra forma de legitimación y explica en parte el fracaso del Valle de Carriedo : pudiendo pagar las feligresías, podían adminis- trarse. Los otros argumentos vienen en forma de quejas que nos de- muestran que incluso a finales del siglo XVII existían abusos de tipo medieval (65), y confirman las malas relaciones que hemos apun-

(64) Véase supra, p. 30. (65) Privilegio de Villazgo, 1689, folio 5 :"... y porque la justi- cia de dho Valle de Carriedo en el tiempo que a usado la jurisdizión a hecho a los moradores y havitadores de los dhos montes muchos agrá- VE ALPEÁ Á VILLA 59

tado. Sobre los términos y territorio de las feligresías los Pasie- gos tienen un argumento, convincente históricamente; en 1634 se hi- cieron unos apeos para repartir la jurisdicción entre Espinosa y el Valle de Carriedo, con lo cual existe por fuerza una línea de mojo- nes que no podía pasar la gente de Espinosa, y otra que no podía pasar la gente del Valle de Carriedo. Dentro de estas líneas están incluidas las feligresías. En cuanto al Valle de Carriedo, vemos a lo largo del pleito cómo aprovecha todas las oportunidades de dila- ción. La situación descrita en la página 51 al llegar el juez se ge- neraliza. Cuando hay que comunicar un acta al Valle de Carriedo, no hay forma de encontrar a su alcalde, ni a los demás ministros, ni saben sus deudos .donde están. La duración de las diligencias se de- be en parte a esta táctica de obstrucción. El segundo tipo de argu- mento consiste en criticar la competencia del juez cometido por el Rey, acusándolo de carecer de la objetividad que requiere la causa (folio 140 y siguientes). La cita que ponemos en nota (66), aunque la oración es de construcción algo intrincada, no deja por ello de ser claramente alusiva. Estos argumentos se repiten en el folio 213 en que Domingo Díaz de Cevallos vuelve a pedir que el juez eli- ja un lugar situado fuera de las feligresías para su residencia. Este aAgutnzyitiun ad hom¿nzm, o mejor dicho ad jud¿c

vios y malos tratamientos tales que, quando la jurisdizión fuera suya propia, por ellos se les devía privar de ella..." El folio 108 y siguientes contiene un acta de 1676 en que se dice lo siguiente : "... se habrá y demuela un cierro redondo que han hecho ciertos_ ve- zinos d_el Valle de Carriedo en el término de esta feligresía /_ San Roque_/ en gjrande perjuicio y agravio nuestro, de nuestras casas y prados..." (66) Privilegio de Villazgo, 1689, folio 140 : "... y porque Vuestra Merced no devió, con la devida moderación hablando, ospedarse en las casas de los havitantes para oir las excepciones del dicho valle mi parte, ni estar ni venir acompañado de ellos que se ven congregados en forma de asonada cerca de la casa donde Vd reside, de todos o la mayor parte a fin de por fuera y sin audiencia de mi parte conseguir de intento, y porque el uso de la justicia ordinaria ni la llevó Don Manuel Pantoja ni Vuestra Merced la ha tomado del juez ordinario arreglándose a las leyes que manda el despacho pues dice se proceda conforme a derecho /_ ..._/ no se pueda denegar la prueba poniéndose Vm en sitio no sospechoso..." 60 kinaMo LEAL CA.ltic.6n 9, 1980

que siguen surgiendo en forma más verbal pero con los mismos efectos. Las consideraciones del alcalde ordinario sobre la población pasiega confirman que las quejas por malos tratamientos (¿up/ta., p. 58) no carecían de fundamento. Constituyen estos argumentos unas muestras patentes de las alcaldadas permanentes que sufrían los Pasiegos. Son argumentos insultantes y de tipo señoril que sin duda alguna desacre- ditaron a los Carredanos ante los jueces (67). Los argumentos históricos tienden a justificar de antiguo la jurisdicción carredana. Primero se acude a la fuerza de la tradición (folio 125 y en todo el pleito) según la cual las feligresías han estado debajo de la jurisdicción del Valle de Carriedo de"tiempo in- memorial" (68). Esta idea se expresa repetidamente por medio de testi- gos que también citan a sus padres y a sus antepasados para estable- cer jurídicamente la tradición. Estas actas se llaman pedimentos o probanzas. Los Carredanos muestran asimismo que existen instrumentos an- tiguos que demuestran la vinculación de los Montes de Pas con el Du- que del Infantado y el antiguo marquesado de Santillana. En este sis- tema político, el Valle de Carriedo es arrendador de los Montes de Pas por cuenta del Duque (folio 135 y siguientes) que cobra montazgo : los papeles se refieren a un pleito entre el Valle de Carriedo y el de Valdeporres (69), pleito nacido de la exención también antigua del

(67) Privilegio de Villazgo, 1689, folio 165 :"... los primeros habi- tantes de dichos montes binieron a ser sólo pastores de los vezinos de dho valle mi par.te como lo han sido sus suzesores sin territorio propi£..." Folio ¿08 :"... ha visto el testigo en su tiempo ser pro- pio /_ territorio^/ de dicho valle y como tal gozar dicho territorio y en él en las ocasiones que se les ofrecían hacían chozas para la guarda de sus ganados y castigavan como dueños..." Folio 253 :"... los havitantes y moradores de los Montes de Pas su ejercicio ha sido siem- pre en cuydar de los ganados siendo pastores de ellos y por lo mismo y no haverse exercitado en negocios y los más por no saver leer ni es- crivir, les falta la inteligencia nezesaria para la administración de justicia..." (68) "Tiempo inmemorial" es una noción jurídica. En el derecho medie- val y consuetudinario francés equivalía a cuarenta años. Parece corres- ponder a la misma duración en la zona ya que el Valle de Carriedo te- nia la jurisdicción desde 1647. Pero es evidente que los Carredanos piensan en una duración histórica mucho más larga, si bien incluye és- ta la duración legal citada. (69) Debo, a propósito de esta exención,corregir otro error de detalle de S. Tax Freeman (op. cit., pp. 16 y 17). La fecha del privilegio de VE ALVEA A VILLA 61

Valle de Valdeporres de todo derecho de montazgo. La fecha de los acontecimientos referidos se sitúa de 1590 hasta 1608. Así es que en 1689, el Valle de Carriedo podía pretender legítimamente tener jurisdicción sobre las feligresías. Al menos no faltaban razones históricas para ello (70), ya que, según se dice en el VKÍVÁAZQÍO, por pagar el Valle de Carriedo las alcabalas y por convenio con el Duque, quedó la jurisdicción realenga (folio 256). Toda la argumentación del Valle de Carriedo propende a afir- mar que los Pasiegos no tienen territorio propio y que si se les da la exención de jurisdicción, los alcaldes no pueden ejercer la jus- ticia. Por otra parte, se admite que los Carredanos son dueños del territorio de los Montes de Pas. Luego, si se da dicho territorio a los Pasiegos, rigen las leyes de Toledo y de Segovia (folio 130) (71).

concesión de pastos a Espinosa del rey Enrique es 1396 (véase supra, p. 42 ) y no 1369. Siendo la exención de Sotoscueva de todo derecho de montazgo en los Montes de Pas del año 1384 (Ejecutoria sobre vali- dación/ op. cit., legajo 57), no se puede decir como en la nota 14 de la página 17 de su trabajo :"... pero Escagedo Salmón deja enten- der que el pleito de 1384 sirvió de base a la consiguiente confirma- ción del privilegio de 1369", ya que la confirmación a la que se alu- de es la de 1467 (véase supra, p. 42 ). En tal caso, y teniendo en cuenta la fecha que comunicamos, debiera decirse "sirvió de base pa- ra el privilegio de 1396". Por otra parte (véase supra, p. 45 ) el privilegio se funda en escrituras antiguas seguramente anteriores a 1384. La sentencia de 1384 exime a Sotoscueva (concretamente Villa- martin) de "pagar montazgo, ni asadura, etc.". (70) Existe en Espinosa un documento de una hoja (pergamino) que se refiere a un "pleito entre la Villa de Espinosa y el Duque del Infan- tado sobre Montes de Pax" en el que se estipula que los vecinos de los barrios de Espinosa tienen que pagar montazgo. Su fecha es 1493, pero en este documento se remonta a autos dados en Santillana en No- viembre de 1455, lo que demuestra que estos derechos preceden a la creación del título de Duque del Infantado y eran propios del Marque- sado de Santillana. (71) Las leyes que se invocan más frecuentemente en caso de litigio sobre términos son cronológicamente las de los Reyes Católicos en 1480 en Toledo ("Sobre la orden que ha de observarse para la resti- tución de los términos ocupados a los pueblos"), la de Julio 1492 en Valladolid, y las leyes dadas por Carlos V en Segovia en 1532 y en Valladolid en 1537. 62 MnaÂdo LEAL CAÍtLcón 9, 1980

Hay también en este pleito actualización de las tradiciones ya estudiadas : para justificar su posesión del territorio pasiego, los Carredanos acuden a la definición consuetudinaria y jurídica del valle en general y en la zona (véase -óup/ta, p. 32). Según los Carreda- nos, la vista ocular confirma esta posesión. Pero cualquier juez un poco sensato podía darse cuenta de que el Valle del Pisueña es dis- tinto del Valle de Pas puesto que los separan unas lomas que alcanzan un promedio de más de 800 metros. Por otra parte, la feligresía de San Roque es de disposición completamente distinta, como lo hemos visto, lo que confiere poco valor a los argumentos de Domingo Díaz de Cevallos (72), que se enfrenta con la falta de unidad geográfica de la zona. En fin también emerge el argumento demográfico y financiero que tantas veces se encubre bajo el verbalismo jurídico. El alcalde ordinario de Carriedo termina confesando que el Valle de Carriedo sa- ca algún provecho de los Montes de Pas al par que reconoce la pobre- za de sus habitantes. Es decir que la dependencia jurídica encubría una explotación de los labradores pasiegos, de la que permanecen huellas unos sesenta años más tarde, como tendremos ocasión de ver- lo (73). Incluso, los Pasiegos con una socarronería muy montañesa se jactan de que han de imponer al Valle de Carriedo y sus vecinos tri- butos y gabelas sobre la hacienda que tienen en las feligresías para ayudarse al pago de lo adeudado en el pleito (folio 252 vuelto). Por voluntad real y también porque, a pesar de tener ciertas razones his- tóricas, el Valle de Carriedo no supo conducir el pleito, dando muestras constantes de agresividad, violencia y mala voluntad en to-

(72) Privilegio de Villazgo, folio 249 :"... desde la cumbre más alta que llaman Peñas de Agua Sal a la de Peña Cavallar dentro de cuya cum- bre se comprehenden las dichas feligresías y que porque la razón por- que lo saven es por la vista ocular que de ello han hecho y ser uso en las Montañas de Burgos por ser tierra fragossa y quebrada y de mu- chas onduras, que los Valles y Repúblicas tiene cada uno su distrito y territorio en el circuito desde las más altas cumbres..." Peñas de Agua Sal designa a las cumbres del macizo del Castro Valnera. (73) Privilegio de Villazgo, folio 226 :"... porque dicha mi parte tiene su mayor caudal y haziendas en dicho terreno consistentes en los ganados de todos los géneros, censos y otras cosas... más cuan- do dicha mi parte si se le privase de este districto quedaría muy res- tringido y corto su término <3e forma que no se puede ni podrá mante- ner por la cortedad de frutos de sus cosechas con los cuales es im- posible se sustenten doze o catorze mil personas de que se compone..." VE ALDEA A VILLA 63

do incluso en el pago de los salarios del juez Pantoja (la letra volvió protestada), lentamente siguió la diligencia y por fin se procede a los deslindes o apeos, que siempre ofrecen un interés et- nográfico.

5) HitoA y a) Los deslindes. Los actos jurídicos que tocan a los deslindes son varios y quedan regidos por leyes muy antiguas que echan raíces en épocas anteriores a la era cristiana. No pienso que sea inútil recordar, aunque brevemente, la importancia de los hitos en la civilización romana. En el derecho primitivo se solía castigar al que movía o deshincaba un hito con la pena capital (74). Los autores de tamaño delito, considerados como sacrilegos contra el dios Término,sufrieron en lo sucesivo pe- nas menos crueles ya que el código se limitó, palabra que viene al caso, a abrir una acción criminal y civil. Los plebeyos sufrían el castigo público o se les condenaba a obras públicas. A las personas de más alta categoría social se les condenaba al destierro. El 23 de Enero era fecha de revista de mojones y santificación en la TzAminatLa. (o fiesta del dios Término). Si todo lo que tocaba a hitos en la civilización romana era motivo de solemnidad, los Godos conferían a los mojones un res- peto tal vez mayor pues el Tu&Jio Juzgo estipula lo siguiente : "Si alguna partida de heredad, ante que los Godos viniesen en la tierra, dieron a algún orne los romanos, o vendieran, o cambiaron, aquello deve seer estable en todas maneras..." (75). No estoy seguro de que, con el transcurso del tiempo, se haya borrado en los tiempos moder- nos (no digo en la época contemporánea) toda intención religiosa o ideológica en el establecimiento, o revista de mojones. Observo que ciertos menhires bretones llevan cruces cristianas y que, cuando se hace una cruz en un mojón de la zona pasiega, no suele ser el Aspa de San Andrés, con ser dicha inscripción más fácil de realizar con un pico de cantero que la cruz corriente. Esto es que hay en estas piedras simbólicas una recuperación jurídica y religiosa de las an- tiguas ideologías.

(74) Si no me equivoco, incluso se mataba al buey que, al arar, ha- bía derribado el hito. (75)Fuero Juzgo, libro x, titol III, "De los términos y de los fitos", en Códigos españoles, op. cit., tomo I, p. 183. Esta cita es por otra parte una muestra patente de que la ley de presura no la inventaron los Godos. XAnuldo LEAL Cn.itlc.on 9, 1980

Las leyes antiguas estipulan que es menester indagar los términos por vía de peritos. En el caso de las tres aldeas o feli- gresías, las dos partes litigantes presentan sus peritos y testigos que son personas que, por su oficio o vida, han recorrido la zona. En estas probanzas los testigos pueden también invocar la tradición oral y familiar. Luego viene el nombramiento de una comisión consti- tuida por testigos diputados para la vÎAta. ocvJLoJi y revista de mojo- nes con la parte colindante (por ejemplo /San Roque de Riomiera) con determinación estricta de fechas. Cada parte nombra a cuatro di- putados, constituyendo el conjunto lo que se suele llamar la comi- sión. Luego se procede al deslinde y apeo, o definición del terri- torio. El Oidor de la Real Cnancillería de Valladolid y su escriba- no receptor efectúan también la caminata. Todo ello da lugar a ac- tos jurídicos, especialmente la última parte, pues el vocabulario del deslinde concreto se repite en la poAUlón del territorio. Se nos perdonará esta prolijidad sobre el asunto, pero nos parece útil proporcionar ciertos informes' generales que permitan comprender lo que fueron los deslindes de 1689 y cómo integran una tradición jurí- dica y simbólica. b) Simbolismo : la posesión. Antes de la redacción del acto de posesión, acto jurídico, o mejor dicho un poco antes, y como manifestación de ella, se dan unas conductas muy curiosas y de origen muy remoto. Estriba dicho simbolismo en dos elementos esenciales enunciados por el Derecho Ro- mano, que los designa por coxpuA y arUmui. EL co-tpttà es elemento ma- terial o sea la posesión efectiva de la cosa, siendo el avUmiu la intención de ejercitar un poder exclusivo sobre ella. Se tratará en nuestro caso de bienes inmuebles o de territorios. El anÁmiuó se mani- fiesta desde un principio, pues el juez no da la posesión sino a pedi- mento (jurídico) del futuro poseedor. El coA.pu¿ es la demostración, o uso de la cosa. Integran estas dos nociones un sistema más general que consiste en una admisión de la ley, y una aplicación a veces pú- blica de la misma, que también puede presentarse en forma mimética. Intención y acción están ligadas íntimamente y se da el caso de que resulta difícil separarlas cronológicamente. Esto es evidente en la forma de obedecer una cédula real, cuyo ritual varía poco. Saco dos ejemplos de la zona de estudio, que se refieren a actos anteriores a 1689, y que quedan reseñados en la EjdCJxioKla. de 1759-1765 (76). En 1668 el apoderado de las feligresías pasiegas exhibe una

(76) Ejecutoria ganada por las Villas pasiegas contra Espinosa sobre validación o nulidad de las prendadas ejecutadas por Espinosa, op. cit., legajos 31 y 54. VE ALVEA A VILLA 65

real provisión ante la parte contraria representada por un escriba- no. Dice el escribano : "Por mi viAta. dha ÎViea pKovizión, la ttomé en mi mano, y la paie, en mi cabeza, como zédula de mi Señor Rrey nattural y la obedecí con el respetto devido". En 1666, en Espinosa de los Monteros, hay un censo de los hombres de 18 a 60 años para hacer vista y muestra de armas en alar- de general, pero hubo otra ceremonia previa en que

Von luledonio de. Eiutltto, Capitán cíe Caballo-i de Su MageAttad hizo demo-itkación de un aKtticulo y mZAced que -óu mage¿ttad que Vio4 guoAde. le hizo mexced do. la SouigznttZa téúoA de leu, Quattro Villar de. la Coitta de la. mojí (77) y pon. ¿u¿> meAce.de¿ bistto le. ttomaron en sus manos y le. pusieron sobre sus cabezas y le. obedecieron como titulo y merced de S.M. que V¿o-í> guaAdz y mandoAon, etc.

Se ha discutido sobre el hecho de saber si en la posesión el elemento determinante era la intención o el uso de la cosa poseí- da. Esto es que existen dos teorías según la importancia otorgada a los distintos elementos. Una de ellas se llama teoría subjetiva mientras que la otra toma el nombre de objetiva por estipular que, ya que se usa de una cosa, es que se tiene intención de hacerlo. En el derecho francés, la posesión es más bien subjetiva mientras que es objetiva en los códigos alemanes. Pero siempre se encuentran las dos componentes. Los textos del VKi.vHtgi.0 de Villazgo contienen varias descripciones de la toma de posesión en las actas que lo com- ponen. Nos dice el folio 38 vuelto :

Y el dho Lizdo /~dicho HcznciadoJ Vqn Jo¿e.ph Conde Pelayo en ¿Z dicho nombuz axieptó Hinten- ción veJibaX T y lo. tomó y KZZÍVÍÓ quieta y pací- • Ricamente. ÂZn contradicción de peJUona alguna.

Asimismo el folio 39 :

Se la dio ría. po¿>e¿ión 7 a e¿ta villa y en t,u nombxe al dho lizdo Von JôiZph Conde Pelayo, de ¿a COÁM. de conz&jo y ayuntamiento el aaal la Kzzivió y azeptó f~declaAación intencionalJ y en ¿erial deUa. hecho faueAa a laA peA-ionai que dentro havía y -óe paA&eó pon la dha ca&M. e hizo otros actos de possession jurisdiccionales y no habrió ni cerró puertas ni ventanas, poK no haveAlai.

(77) Santander, San Vicente de la Barquera, Laredo y Castro Urdíales. 66 Mnaldo LEAL CAitccân 9, 1980

Asimismo el folio 43 recto :

Sa mzAczd dho S* Juez ¿z dio poAZAión dz dka. CÁAZZÍ a. dho Jotzph Condz Pzlayo y en nombAZ dzl conzzjo dz ZAta. villa., zl quoi la aprehen- dió y zn ¿zñal dz zlla. -óe paseó por dha cassa, cerró y abrió las puertas y ventanas dz zlla y zntAzgó tai Itavz* dz dka cáAzzl a PzdAo Condz PzZayo alcjaydz dz zlla..

El mismo rito se manifiesta en el folio 53 (posesión a la villa de San Pedro del Romeral) y en la "aprehensión"de la cárcel de este municipio (folio 57). Se repiten las mismas escenas para la po- sesión de la cárcel de San Roque de Riomiera (folio 149), pero no se da posesión de casas de la ciudad por reunirse el concejo "en el campo por falta de casas de ayuntamiento, frente a la Iglesia parroquial del Señor San Roque de esta Feligresía" (20 de Mayo de 1689, folio 142). Cuando se trata de un recinto, como es el caso para la cárcel o el ayuntamiento, una ley parece regir la conducta del que toma posesión. Consta en Leu, Siztz PaAtÁdaA y reza lo si- guiente :

GanaA qu.ZAi.zndo alguna orne alguna. poAZiión dz Cantillo o de. cxu>a, o dz oiAa co¿a QXMZ.qui.ZA, ha. mznZAteJi quz {¡aga do¿ COMA. La una., que aya volun- tad dz ta ganaA. La otAa., quz zntAZ poA &¿ corpo- ralmente, e la iznga, o otAo alguno zn -óu nombAZ. E M. alguna dutaJi, do4 zoiai Iz ¿allzcÁZAZ non la. podAÍa. ganaA. (78)

Esta ley hace que se eche fuera a la gente que está en la casa cuya posesión se da. La casa ha de estar vacía, esto es que sus posibles funciones anteriores (como cabana o casa, según el caso, etc.) quedan abolidas. Entonces puede entrar la persona facultada por la comunidad. Y con estos actos simbólicos y con esta voluntad tenemos la aniquilación de la posesión particular (antiguas funcio- nes) y nulidad del antiguo Q.0Kpuí>, que también en su tiempo había anulado a los anteriores. El carácter intencional de la posesión vie- ne afirmado en varios códigos castellanos especialmente en Lai Siz-

(78) Las Siete Partidas, III partida, título XXX, ley VI ("Que cosa ha menester de fazer el que quiere ganar tenencia"), en Los códigos españoles, op. cit., tomo III, p. 371. VE ALVEA A VILLA 67

te. PaA.t¿dcu> : "Tenencia, e posesión de las cosas puede ganar todo orne por sí mismo que aya -iano zntzndimiznto" (79). La siguiente ley es más explícita :

Sano zntzndmiznto avlzndo quai omz, ma.Qu.tJi -óea. huzAia.no, puzdz ganaA poA tiempo. Mai z¿ loco, o eJL dta maneAa, de¿>puz¿ que ¿aU-ZAZ de. -ÓU mzmox-ia.. E¿to e¿> poK- qtiz non han coAazón nin zntzndirn-Lznto paAa ga- nan., ni. pata peAdeAia, magueA e¿>tuv-ízAzn £a¿ COMA zn AU. podeA.(BO)

La insistencia sobre la necesidad de la cordura y de la ausencia de toda alteración de la conciencia pone de manifiesto la impor- tancia del aspecto voluntario de la noción de poder y la exigen- cia de una continuidad en esta voluntad, que tiene por fin alcan- zar cierta estabilidad social. Este continuât» de la voluntad expli- ca en parte la designación pública y el hecho de que se haga car- go el poder habiente de la cosa sin contradicción de persona algu- na, siendo esta condición esencial en caso de propiedad común. El grupo social que constituye la universidad pasiega, al par que fa- culta a un individuo para actuar en su voz y nombre, ejerce un con- trol sobre el mismo (81). Según los especialistas del derecho romano, éste , en su época primitiva, presentaba modalidades semejantes a las que esta- mos describiendo. Por ejemplo, "las formas exigidas para la declara- ción eran generalmente tMn¿{¡eAtacÁ.onzA K¿gida¿> Ic&t^a. zt ¿otzmnÁA. vz>iba) y gej>to¿ y actitudes ¿¿mbóLúiaA (aprehender con la mano un objeto o una persona, tocarlos con una varita, etc.)" (82).

(79) Las Siete Partidas, III partida, título XXX, ley III, ibid., p. 370. (80) Las Siete Partidas, III partida, título XXIX, ley II, ibid., p. 355. (81) La falta de continuidad se considera como un vicio de la posesión incluso en derecho moderno. Véase sobre el particular, Ales Weill, Droit civil, les biens, 2o édition, mise à jour, Paris, 1977, p. 339 (Col. Précis Dalloz). (82) J. Arias Ramos, Derecho romano, 9o ed. Madrid, Ed. Revista de derecho privado, 1963, 1a parte general, "Derechos reales", p. 126. 68 AAnaldo LEAL Criticón 9, 1980

En los casos que citamos más arriba y en los ulteriores, hay palabras que se repiten, manifestaciones rígidas, ademanes y actitudes. Asi es corno el paseo representa la ocupación del espacio y el abrir y cerrar las puertas y ventanas una prehensión más de- tallada de la casa. Se notará el carácter obligatorio de dichas se- ñales pues, de no ser posibles, hace el escribano una relación ne- gativa de ellas como por ejemplo más arriba : "No habrió ni cerró puertas ni ventanas poK no haveJiloA". Estos parecen ser los actos necesarios pero, por lo visto, el que toma posesión puede añadir otros según su voluntad e imaginación. Tal es el sentido de la fra- se : "e hizo oíto-4 ae-to-ó de posesión jurisdiccionales". La posesión de territorio no difiere mucho de los últi- mos casos citados : el proceso sigue siendo el mismo si bien son más variados y numerosos sus elementos. El ?n.¿\)¿lzgio do. V¿tlazgo de 1689 tiene sobre este punto al menos un precedente en la zona. Consta en la EjQ.cwtoA¿a. de 1759-1765 (83), y se refiere a un plei- to entre Espinosa de los Monteros y el Valle de Toranzo sobre pas- tos en el término de Riolangos (84); estamos en el año 1534, a 1° de Julio :

Dijo quz la tomaba, y la tomó y rezivió, que. íip-teendería y apreendió la d-Lcha. poAZA-Lón en lo* dko-i téjuimlno* de R-to£ango4... y husando de la. dina. po4ZA¿ón -óe pcu>zó poK la. dha. v&ga. lo* cubi- llo* e contó ixn Acuno de una. abeZtcuna. que. en eMa auía..

Y en "Cottil del fresno" (otro lugar llamado) : "Rezivió la dha po- sesión e en señal de ella cortó un árbol". Idéntico proceso tenemos en "Sel de la azevosa" y en "Sel de las Trechas" donde se dio la escena siguiente :

Juan Ru-tz humando de zlla. £~po-í>eA'ión_T mztttó pon. la. mano a. AntorUo VZIMCO, Alcalde. Oidiniviio de. dha. v-iíta. de EiplnoM. pala que. hiu>e. de dha... y 1

(83) Op. cit., Los Pasiegos exhiben este pleito de 1534 para demos- trar que eran entonces las villas pasiegas aldeas de Espinosa. (84) Riolangos es el nombre de un lugar que está en los confines de San Pedro del Romeral, Vega de Pas y Luena. VE KLDEk A VILLk 69

Y más lejos, en otro término, pasa lo mismo. En el ritual del re- corrido se tiene en cuenta la pasada desavenencia o los lugares hasta la fecha litigiosos. Por ello hay voJi-Lo* punto* de toma de posesión que cierran un territorio. El ?A.i\)¿tíQ-io de 1689 encierra el proceso más completo y más largo de toma de posesidn de territorio. Se nos perdonarán es- tas citas algo largas pero, cuando se trata de formar un inventario, es mejor pecar por prolijidad que por escasez. a) En el mojón de Bustefrades (85), en la divisoria entre Vega de Pas y el Valle de Carriedo :

Su úejiced dho Oidon. dio posesión al. aonzzjo de dha \JWUX. y en AU nombio. \¿ vintud de. un podex da- do a. 3o¿&ph Conde. PzZayo de dicho mojón y de ZoA KZ-iojiidoA en voz y nombre de loa dejiÚA mojonen, y Ai.tA.o-t, pon. donde, confina, y ZAtd dtAtindado eJL tiui- m¿no de uta viZZa con zZ dho VaZZe. de CaM.ie.do...

(85) Este mojón ha desaparecido. Pero el de San Pedro que lleva idén- tico nombre queda en pie. Busta es topónimo pastoril. Existen las for- mas : bustafrades, bustefrades, bustifrades (frades = frailes). Frai- le es voz importada de Francia, pero existió primitivamente frade o fradre con sentido religoso, forma documentada en el siglo XI; pode- mos pensar que el topónimo es anterior a esta fecha. Entramos en el campo de las hipótesis : puede tratarse de un antropónimo. El apelli- do Fraile escrito en varios documentos Frayle o Freyre ha existido en la zona (tanto en documentos de una villa como de otra). Por otra parte, el mojón de Bustafrades tiene forma original, vagamente huma- na. Frades podría entonces explicarse en segunda hipótesis haciendo de este mojón un tramontano, esto es un mojón en forma de fraile que señala una cañada o ruta de transhumancia, de la Mesta por ejemplo, aunque la organización de la Mesta parece ser más tardía que la for- ma frade . En tal caso, el plural frades no se explica sino suponiendo otro mojón del mismo tipo muy cerca y hoy desaparecido (las cañadas tenían determinada anchura). Otra posibilidad es la de que hubiera en este pastizal (tal es el sentido de busta), en los primeros tiempos del Monasterio de Oña, una comunidad de frailes. Lo más probable es que este topónimo sea anterior a la fundación del Monasterio, siendo la forma frades más antigua que la forma importada por los monjes franceses. Esta última hipótesis puede resultar exacta ya que Buste- frades pertenece a la pradera de Brenagudina, topónimo también muy antiguo (véase supra la nota 27) . 70 kn.nal.do LEAL CAÍtLcón 9, 1980

La Jiezivió y <¿n ¿zñal de ella. 4e pa¿ed pon. la tierra de 4u tvimino y diAüiiio confinante, con dhoi moxone¿> y puso la mano -óoíwe zZ Kelenido del Cueto de. Buite&AadeA arrancando piedra, yerva y terrones de tierra y mudó di una. paAte y hizo otAo-b acto-i de. poí>et>iÓYi... [&ot¿o 434)

b) En el lugar del Navajo, término entre San Pedro y el Valle de Toranzo, se verifica idéntico proceso : "Arrancó yerva y cortó una rama de un árbol de aya, e hizo otros actos de posesión" (folio 435). c) En Brenagudina, término de San Pedro con el Valle de Toranzo (hoy entre San Pedro y Luena)(folio 436) :"Azeptó y aprehen- dió' la dha posesión y en señal de ella se paseó por la tierra de su ttérmino, arranco yerba, mudó piedras". d) En la canal de Bustalastras, término de San Pedro del Romeral': "Se paseó por la tierra, y ¿ubió -óob-te dkcu do-6 pzñtu y puso las manos en sus CAu.cfc-4..." (folio 438). e) En Peña las Hazas, divisoria entre San Pedro del Romeral y Valdeporres Sotoscueva : "Arrancó yerva, tierra y mudó piedras, y llegó a dha peña y passó la mano en sus cAuzej> y fizo otros actos de posesión..." (folio 438). f) En Ullago, divisoria entre San Pedro y Vega de Pas, los protagonistas, alcaldes ordinarios, son dos (uno para cada villa) :

Se ptiAo y fí-úco an moxón de. pLoAtux. de pie. deAz- cho ... Cada, uno de poi M. -ie paAZÓ poi ¿a tievia. de -6u ténmcno y d¿¿&i¿to, aviancó yenba y tLefia, mudcuion piedAcu, y ZZegaAon a. dixo moxón y poi-te-ton la. mano -iobAZ el quaZ tiene &ueAa de la tlsjoia me- dio. \¡aKa... loi, iuAodie.hoA hizienon ottoA acío-ó de poieilón... ((¡olio 441)

g) En Ullago y en otro mojón que deslindaba Vega de Pas de Sotoscueva o Valdeporres (indeterminación nacida de una contienda entre los dos municipios en aquel entonces merindades) se verifican los mismos actos : "Se paseó por la tierra ... arrancó yervas y mu- do' piedras, etc." (folio 442). h) En el Collado de Hoz Martín que constituye uno de los puntos de la divisoria entre Vega de Pas y Espinosa de los Monteros se ejecutan los mismos actos (folio 443). i) En la divisoria entre Vega de Pas y San Roque, entre el Azamina y el Portillo de Qcejo, los poder habientes de cada villa toman posesión en las mismas condiciones. Sólo es de notar que en este caso, el Oidor da poder al escribano receptor para dar la pose- sión, con el fin de escusar dilaciones. Al regresar la comisión, com- VE ALDEA A VILLA 71

puesta de los diputados para la diligencia, el Oidor da las posesio- nes "por bien dadas" (folio 445). j) En Breñal, divisoria entre San Roque y el Valle de Carrie- do, y en Entrambos Castros, lugar situado más adelante, el juez "dio posesión" y el poder habiente "se paseó por la tierra de su dis- trito... arrancó piedras y terrones y llegó a dho primer mojón y a los demás y puso la mano en ellos..." (folio 450). k) En Piedra Blanca, en la divisoria entre San Roque de Rio- miera y la Junta de Cudeyo (hoy término de Miera) : "Se passeó y arrancó piedras y terrones y llegando a dho moxón, puso la mano en él..." (folio 451). 1) En la divisoria entre San Roque y Ruesga, en el lugar llamado Cantón de Conseguro :

En una píxznts, dz madeAa. pon donde. poMx. zl AÍO ... ZYVÜIÓ zl Vho Juan OieApo a la. mitad dz dicha puzn- te. y se paseó por el lado que le toca va, quZ Z4 ¿ubizndo KÍO a/aiiva. ¿a mitad de. dicha. pue.ntz ... Le dio posesión de dicha mitad de puente en voz y nombKZ de. loi dzmcii tèAminoi ... V&ApuÍA de. zntAaA... -óe pcuzó poK la. tiewia. ... cuitancan- do piedAcu y haciendo otko& ouctoi, de po/seAiàn y enfrió houkta. la mitad dz dho i¿o..A{,otLo 452)

m) En la divisoria entre San Roque y el Valle de Soba, con- cretamente en el puente de Busbárcena : "Entrd en la mitad de la puente... Le dio posesión... Se paseó por dha puente por la parte que le tocava... Se paseó por la tierra arrancando piedras ..." (folio 453). n) En la divisoria entre San Roque y Espinosa de los Mon- teros, en Torcaverosa : "Se paseó por la tierra ... y pasd la mano en ella /~~la peña_7 y arrancó piedras ..." (folio 453). o) Cerca del Portillo de Ocejo, en la divisoria entre San Roque y Vega de Pas : "Arrancó piedras y terrones..." (folio 454). Como se echa de ver, varía poco el ritual. Consiste en la aprehensión de un mojón o divisa y se repite el proceso zn cada, di- XJÍÁOAÍXL. LOS actos de toma de posesión del mojón pueden variar. Se pasa la mano en él para aprehenderlo o se tocan las cruces que se grabaron en la piedra al reconocerla, o al efectuar la revista, tér- mino más adecuado (86). El mojón simboliza a la divisoria (c¡$. la

(86) Las revistas de mojones existen o existieron en casi todos los pueblos de Castilla la Vieja y de la Montaña. Por lo común la fecha 72 Atnaldo LEAL Cliticón 9, 1980

expresión :"en voz y nombre de los demás mojones"), y como está den- tro de su territorio el alcalde ordinario que toma la posesión, hay implicación no sólo de líneas sino de espacio lindante, esto es, de plano espacial o campo espacial. Cuando la divisoria es algo más con- trovertida, se hacen actos de posesión repetidos que simbolizarán un AZCtOA. o tramo de la divisoria, que a su vez simboliza a toda ella... Es el caso entre San Roque y Villacarriedo (son tres los mojones). Se añade en tal caso una nueva dimensión o nueva represen- tación del territorio lindante porque la controversia (particular- mente la negación adversa) le quita a un único mojón gran parte de su carácter simbólico, casi podríamos decir de su carga simbólica. Notaremos que en el caso de separar un río dos jurisdiccio- nes como en el apartado I, ¿ufVta., el alcalde ordinario toma posesión de medio puente porque se apodera así de un camino y de los otros posibles, y luego se adentra en el agua para dibujar la línea divi- soria imaginaria de la que hemos hablado más arriba. En los folios 37 y 51 del PA¿v¿te.g¿o ciertos actos rituales de posesión vienen, por decirlo así, enunciados o preconizados en la muy hermosa fórmula con la que se indica el dominio en que va a ejercerse la citada jurisdicción : "dude. la. oja díl monte. haóta. la pisdha. díl A.-Í0", invirti#éndose la fórmula para subrayar la plenitud: "y deMi la, plzdAa. díl lío haMta. la. oja dzí monte...." En efecto, in- tervienen los dos reinos, mineral y vegetal (p¿ídA.a. del río, hoja del monte) en la fórmula, pero también intervienen en los actos de posesión puesto que en las citas del inventario tenemos tÁJUiKa o tXAKOWU, (mineral), kizJiba. (vegetal) o pizdJm (mineral), Aama de ÓA- boí (vegetal). Esto es que después de tener presente la voluntad de posesión, voluntad que también sigue manifestándose continuamente, el hecho de poseer no se puede materializar más que sobre elementos que se sacan del territorio simbolizado. No consta en los actos nin- gún animal por ser no inmueble sino semoviente. Si nos referimos al derecho romano (87) :"si la cosa era

es fija, y existe cierto ritual particular. Entre otras cosas, se calzan los mojones con piedras que indican el reconocimiento : los testigos. Sobre las revistas abundan los datos en documentos de mu- chos pueblos, especialmente en las llamadas Ordenanzas municipales. (87) J. Arias Ramos, op. cit., p. 248. Al respecto, observemos que aquí se trata en cierto modo de una venta ya que la jurisdicción se compraba. También es de notar que en el derecho romano, se impone a veces una marca a los objetos transferidos (signare trabes). Tene- mos aquí un simbolismo de varias dimensiones en el que el signare campum de los romanos corresponde al primer simbolismo de delimita- VE ALPEA A VILLA 73

inmueble /~en caso de venta_7 se utilizaba algo que la simbolizase : una tija., un tSMión. Pero este requisito dnM.paAtc.io de¿>puí¿..." Hablamos del derecho romano "primitivo" o sea prejustiniano y todos estos actos jurídicos de la posesión, con su simbolismo, proceden de usos muy antiguos, de cuando se originó el derecho de propiedad a partir de elementos religiosos que se manifestaban por medio de interdictos. Este simbolismo resalta en el hecho de que en el sitio de la Piedra de Bustefrades, derribada y rota (por razones objetivas y porque se le concedía valor de ejemplo) (88) por los habitantes del Valle de Carriedo, es precisamente donde Antonio de Torres, Oi- dor en la Real Cnancillería de Valladolid, da posesión de la divi- soria a los habitantes de Vega de Pas. Asimismo podemos preguntar- nos si la expresión "en voz y nombre", aplicada a elementos desani- mados no es un trasunto de antiguos elementos religiosos. Pero el elemento ritual y religioso se ha transformado en costumbre por lo cual incluso en la actualidad resulta difícil juzgar incoherentes los actos que hemos descrito y comunicado. Un ejemplo muy sencillo demuestra al contrario la coherencia de estos actos. El mudar terro- nes o piedras, el cortar hierba o un árbol, como ocurre a veces, puede parecer completamente inútil puesto que poniendo la mano en- cima de estos elementos se puede dar señal de posesión y simbolizar- la. Sin embargo es de señalar que en el cotpitó del que hemos habla- do entran dos elementos que son u-óttá y a6a¿u4 y, faltando el segun- do, la propiedad no se considera completa : el hecho de cortar un árbol o de arrancar piedras se integra pues como abuso en un proce- so jurídico determinado. Hemos empleado más arriba la palabra in- tsíAxLLcJto-i>, Haremos notar, para apoyar el ejemplo que acabamos de dar sobre la complejidad rigurosa de los conceptos jurídicos, que dicha palabra significa pKokibícÁón (a menudo religiosa o moral) por una parte y j'uxc-co poiZ&oKio por otra. He insistido sobre todos estos elementos porque sólo cuando están terminadas estas diligencias, se puede considerar que los

ción del territorio, correspondiendo el signare signum (expresión que inventamos! al hecho de poner una cruz o reconocerla cono símbo- lo del mismo mojón, o símbolo del símbolo. (88)Esta piedra, que hoy no existe, debía ser bastante alta pues las actas que integran el Privilegio mencionan un pedazo de los que que- daban después de su destrucción por los Carredanos : tenía media va- ra de largo (O,41m). Además dicen los textos que "era un mojón muy grande". El mojón del mismo nombre en el término de San Pedro del Romeral mide 1,8Om de altura y 2m de contorno poco más o menos. 74 AAwütdo LEAL CultÀcàn 9, 1980

Pasiegos tienen la jurisdicción y territorio donde ejercerla : sólo en este momento da posesión definitiva el juez acompañándola de la declaración de protección (acción posesoria) que se presenta como un texto jurídico magnífico y muy complejo. Complejo porque supone la aplicación de varias nociones que permiten una definición satis- factoria de la universidad pasiega (89). Las palabras "reintegraba y reintegró" constituyen desde el punto de vista jurídico lo que en francés se llama Atinte.gAa.ndz es decir una acción posesoria en vista de devolver la posesión a quien la tenía alterada. Es una protección contra la ocupación de los términos por terceros (véase ÁWpAa. la nota 65) o contra actos como la destrucción del mojón de Bustefrades. Esta acción en su origen se aplicaba a bienes ecle- siásticos. Los términos "subrogava y subrogó" se aplican a lo que se define legalmente como subrogación real; esto es un remplazo, una sustitución de un bien por un bien idéntico. Se aplica aquí a la ju- risdicción sobre un mismo territorio : los Pasiegos se sustituyen a los Carredanos en su ejercicio. No quiero entrarme en los pormeno- res de la subrogación que es cosa de especialistas. Sencillamente, es de notar que la subrogación tiene en cuenta la índole de cada bien, y especialmente parece aplicarse aquí la ley a los bienes cargados de censos (véase ¿apta la nota 73). Hay en esta definición jurídica de la universidad pasiega una cláusula reservativa : es que la comunidad de pastos queda en el estado en que estaba. En todo lo dicho sobre las leyes y especialmente sobre las costumbres que acompañan su aplicación en el caso de la posesión cabe notar que la costumbre muchas veces nace del código escrito.

(89) "El 17 de agosto de 1689 años el Señor Lizenziado Don Juan Anto- nio de Torres... visto las posesiones dadas... de los términos que a cada conzejo tocan y pertenecen según el deslinde y vista ocular que se â hecho de ellos ... en contumacia y reveldía del valle de Carriedo por no haver querido nombrar a tiempo diputados ni apeado- res ... dio posesión a cada uno de por sí de todos los términos y jurisdicciones que a cada uno compete divididos deslindados y amoxo- nados y de la jurisdicción civil y criminal alto y bajo mero mixto imperio ... en dichas posesiones y en cada una de ellas y en todas juntas reintegrava y reintegró ... y le amparava y le amparó y man- dó que pena de cinquenta mil maravedís para la Cámara de su Mages- tad ninguna persona se la ynquiete ni perturbe de ninguna manera a ninguno de los dhos Conzejos con apercibimiento, que se procede- rá a la ejecuzión de las demás penas ... desagregó y apartó a los Conzejos de la jurisdicción que en ellos y sobre ellos el dho Valle de Carriedo... Subrogava y subrogó, reintegrava y reintegró...etc." (folios 456 a 458). VE ALVEA A VILLA 75

Sin embargo,lo que resalta en los textos que hemos comunicado es su fuerza y actualidad en 1689. Las instituciones jurídicas son el resultado de una evolución, resultado siempre sujeto a modificacio- nes, pero que conserva, evidentes o subyacentes, elementos anti- guos. Se puede, en esta perspectiva, considerar los ritos descri- tos como carácter privativo de las antiguas leyes castellanas, más orales, más fundadas en la costumbre que las leyes escritas del Fuero Juzgo que se aplicaba en el reino de León durante la edad media. Buen ejemplo de estas pluralidades legales de los reinos tenemos en las crónicas que relatan la conquista de Toledo por Al- fonso VI en 1085 (90). En posesión de su jurisdicción, los Pasiegos adquieren una independencia formal que a la larga hará posible una relativa auto- nomía económica frente a sus vecinos. Por lo menos es lo que se desprende de los documentos que vamos a examinar a continuación. VI - LOS PASIEGOS POR LOS AÑOS 7753.

1) Conocemos algo de las poblaciones pasiegas por los distin- tos libros del Catastro del Marqués de la Ensenada. A este respecto, varios autores, entre los cuales García Lomas, hablan sólo de las Re4pue-4-6w Ge.neAaJLe¿>. Hemos tenido la suerte de poder consultar una copia auténtica de 1757 de dos volúmenes de los Memofi-iaZzA, certifi- cada por Salvador de Salcedo. Estos libros conciernen al municipio de Vega de Pas. Falta un volumen de MejnotiiaZzA pero otro elemento del Catastro, esto es, las ReApueAtcu, Ge.neJiaI.eA, nos proporciona una lista completa de apellidos merced al que podemos hacer un in- ventario de estimación. Los U/iMOKioXeJi, hacen una relación de todos los bienes muebles e inmuebles, aunque mejor que muebles diríamos semovientes, por tratarse de ganado. Los informes contenidos en los tales MemoKiaJLejti resaltarán mejor en el esquema de la explota- ción que hemos hecho de ellos, pues la forma en que venían no per- mitía una explotación inmediata y racional.

Nombre y Prado Tierra apellido 1 2 3 1 2 3 Heria ABCDEFGH Censo Censualista

(90) Véanse las Crónicas de los Reyes de Castilla, tomo I, Don Pedro, Año 1351, capítulo XIX, "Porque ha en Toledo un Alcalde, que dicen de los Mozárabes, e otro que dicen de los Castellanos", B.A.E., LXVI, p. 422. 76 kAnaldo LEAL Cn.itic.on 9, 1980

Las cifras que se expresan en el cuadro que precede significan : primera, segunda y tercera categoría. La palabra heJiÁM, significa que no se cultiva, es erial o derrota. En cuanto a las letras que siguen, y que pusimos para no cargar el cuadro, significan respec- tivamente desde A hasta H : cabana o casa, vaca, novilla o novi- llo, cabras, ovejas, cerdo, colmena, molino. En la partida ctyu>o consta la importancia del principal y de los réditos. El concepto c&vuun&Lita. designa ya a una persona ya a una entidad a favor de quien está el censo. Los UemoA-iaZeA hacen una relación de todos los bienes de los habitantes y de los vecinos, así como de las personas foraste- ras, situados en el pueblo. La orden que traen es alfabética tenien- do en cuenta los nombres y no los apellidos. Se dividen en bienes de seglares y bienes de eclesiásticos que son memoriales aparte. Con estos volúmenes y con los demás del Catastro podemos formarnos un concepto de la riqueza pasiega a mediados del siglo XVIII. In- sisto sobre la autenticidad de los UemoA¿til&¿ consultados pues en las Comp-tobac-i.OM.e-6, posteriores a las Re4pue

2) La. AZquzzcL p a) El ganado vacuno alcanza cifras bastante importantes - Macas Volumen 2do 747 vacas de las cuales 118 en aparcería Volumen 3ro 612 " 88 " Volumen 1ro *535 " *75 "

Total *1894 " *281 "

- Novillas Volumen 2do 336 novillas " 29 Volumen 3ro 307 62 PE ALDEA A VILLA 77

Volumen 1ro * 253 novillas de las cuales *36 en aparcería

Total * 896 " *127 "

- Total del ganado vacuno :

*2790 reses * 408 de ellas en aparcería.

Esto es que la ganadería bovina arroja una cifra de 2790 vacas y no- villas de las cuales entre la sexta y la séptima parte están en aparcería (a medias en Vega de Pas). No tengo Jas cifras para San Ro- que de Riomiera que parece haber tenido condiciones peores de apar- cería pues la forma más frecuente de contrato es al cuarto y media cría. La aparcería tiene sobre todo importancia en el caso del gana- do vacuno. Por cierto que este fenómeno es más antiguo, puesto que ya en el ?A¿\>¿to.g¿o de 1689 uno de los testigos habla de aparce- ría (91). Este fenómeno es interesante porque el hecho señalado por el testigo se repite en 1753. Es decir que los dueños del ganado a medias residen por lo general fuera del territorio municipal y entre ellos encontramos muchos Carredanos y tal vez se trate aquí de unas huellas de la dependencia del Valle de Carriedo. b) Las cifras para la ganadería ovina son las siguientes : Volumen 2do 1144 Volumen 3ro 1094 Volumen 1ro *883

Total *3121 cabezas c) La ganadería caprina representa el mayor número de cabe- zas : Volumen 2do 1803 Volumen 3ro 1652 Volumen 1ro *1362

Total *4817 cabezas

(91) "Por haver asistido de la otra parte de dicho sitio en el que se nombra la Penilla término de Carriedo el tiempo de seis años en una cassa y prado que tenía arrendado y ganado de parceria de Don Celedonio de Bustillo vezino de dicho valle en el lugar de Tezanos y por haver asistido otros cinco años en el dho término de Carriedo en el sitio de Porseles en una cassa y sel y ganado de parceria de Juan Díaz de_las Navedas vezino del lugar de Pedroso, del Conzejo de Tezanos /_ Carriedo_/..." (Privilegio de Villazgo, folio 328 vuelto), 78 KtnaJLdo LEkL Oiitlcón 9, 1980

Esto es que cada ganadero tiene un promedio de 3 o 4 vacas o novillas propias, entre 4 y 5 ovejas, y entre 7 y 8 cabras. Insisto sobre es- tos datos que no parecen constar,hasta la fecha, en ningún estudio referente a la zona. La explotación del ganado se hace como desde un principio, es decir en forma de transhumancia. Las proporciones cambian con los años en lo que toca a los distintos tipos de gana- do pues, en 1865 (91 bis), el ganado lanar es más numeroso que los demás. En cuanto al ganado vacuno las proporciones sorprendentes del número de 1753 con respecto al de 1865 y al de hoy se explican por el cambio del ganado local por ganado de importación cuyos animales son de mayor producción. La cifra de 1865 es inferior a la de 1753 y es probable que ya en aquella época se piensa en la importación. La reseña que acabamos de dar para 1753 concuerda con los datos contenidos en la EjexiwtoA-La. (92), pues los Espinosiegos prendan o al menos someten a herbaje 1814 cabezas de vacuno mayor y 269 crías, 1516 ovejas con 96 crías y 2177 cabras con 138 crías, lo que corresponde a las proporciones indicadas más arriba aunque de forma general hay que tener en cuenta una posible exageración (se cobra por varios pasos del mismo ganado).

3) La \;¿\>¿znd

Total *1477 » *397

El número para San Pedro del Romeral es 1141 y para San Roque 887, según las Rz¿pu.eAta¿ GZH&ICLIZA . La cifra que comunicamos para Ve- ga de Pas no consta en las Re-ópue-ó-í&á que indican que no se sabe el número, por estar situadas entre montes, peñas, sierras y ri- bazos (93).

(91 bis) Provincia de Santander. Ayuntamiento de Vega de Pas. Rela- ción del número de cabezas que resulta de las cédulas recogidas en este districto municipal en el recuento del día 24 de septiembre de 1865. (92) Ejecutoria ganada por las tres villas..., op. cit. (93) Esta frase de las Respuestas Generales se reproduce en Los VE ALDEA A VILLA 79

El pueblo o casco tenía por aquellos años 38 casas y por lo tanto es exageración decir que : "hasta ya entrado el siglo XIX, la iglesia en las tres villas pasiegas se erigía en soledad absoluta o compartida con una, o do¿> casas..." (94). Si se tiene en cuenta el que los Pasiegos tienen un promedio de tres hijos o algo más, la población del casco supera los 150 habitantes, he- cho confirmado por el número de las Rupuutcu GínfiaZeA en cuan- to a la población de 17 a 60 años (39 vecinos) y de viudas (5) que residen en el casco que hay que multiplicar por tres o cua- tro. La situación sería distinta en San Roque de Riomiera donde la iglesia tenía y sigue teniendo pocas casas alrededor. Los catastros establecen una diferencia entre casa y cabana; al tra- tarse de casa, comunican sus dimensiones. El promedio de casas o cabanas por vecino es, en los MemoKÁaZeJí, de dos o tres unida- des - es decir tal vez menor que en la actualidad. 4) El Como se observará en el cuadro,establecemos la utilización del terreno en el Municipio de Vega de Pas en 1753 según los mis- mos principios que antes. El número se expresa en celemines. Las Reópa&ó-Éa-ó Geneta£eá nos informan de que una fanega de tierra de primera equivale a 80 varas en cuadro, una fanega de tercera a . 100 varas en cuadro y que lo mismo se entiende para los prados. La base segura de que dispongo es la vara castellana (por haber medido mojones) y por lo tanto podemos deducir su equivalencia en cuadro en metros cuadrados. Esto es que una vara equivale a 0,6987m2. He calculado, basándome en la fanega, la corresponden- cia en hectáreas; abajo viene el tanto por ciento de cada catego- ría (prados de 1ra, 2a, 3a; tierras 1a, 2a, 3a y "hería por natu- raleza"). Lo que salta a la vista es la proporción importante de los terrenos denominados "tierra" que con más de 302,812 ha alcan- za un 10,19?á del total poseído por particulares. Este alto nivel, en una zona donde casi no existen cultivos en la actualidad, se debe a la extensión del cultivo del maíz, que queda confirmada por el número elevado de molinos harineros sobre el Pas y sus

Pasiegos, op. cit., p. 292. De forma general, casi todos los auto- res que he consultado carecen de información sobre el Catastro del Marqués de la Ensenada en cuanto a las villas pasiegas. Es el caso de J. Francisco Diez Manrique en "Estudio psicológico sobre la po- blación pasiega", P.I.E.F., 7 (1975), p. 47. Es el caso de Susana Tax en la nota 22 de su estudio citado supra nota 17 y de Manuel de Terán (véase infra). (94) Manuel de Terán, estudio citado supra en la nota 6. 80 KnnaMo LEAL CAitÁcón 9, 1980

afluentes y sobre el Miera (un centenar, si bien las Compft.obacAon.ZA indican que sufrían daños de las avenidas). Aun si se debe rebajar la cifra de las hectáreas por cues- tiones de medidas cuya equivalencia siempre es difícil, la propor- ción y relación entre las distintas categorías es constante y segu- ra. Sin embargo, la cifra elevada para el cultivo del maíz (tierra) no basta para hacer del vecino dieciochesco de Vega de Pas un hor- telano (a pesar del apellido Ortiz que procede de la zona pasiega).

EXTENSIÓN DE LOS PRADOS, TIERRAS Y ERIALES

" 'PRADOS TIERRAS HERÍA 1a cat. 2da. 3a. 1a 2a 3a i Vol. 241 cel. 2o 3234 cel. 9865 212 1093 895 5716 Vol. 3° 130 2674 cel. 7878 162 1146 782 4328 Total 14 hect. 279 1033 14 106 97 585 Val Í146 cel. *2329 •6995 •147 cel. * 883 cel. • 660 cel. *396O cel. 1° * 5 ha * 110 ha * 407 ha • 5 ha * 42 ha * 38 ha * 230 ha Total •517 cel. •8238 cel. '24739 cel. *522 cel. *3122 cel. *2337 cel. *3960 cel. 2, 3- yi * 19 ha • 38B ha •1440 ha • 19 ha * 147 ha • 136 ha * 815 ha

Total 0,649X 13,0975! 48,55% O,65!S 4.96S 4,6* 27,5!í

% TOTAL PRADOS : 62,296% TOTAL TIERRAS : 10,19% TOTAL:27,5K

NB : La extensión total asciende a 2966,49 ha y las proporciones se expresan en función de dicha cantidad. Para hacer más claro este cua- dro, hemos suprimido muchas decimales por lo cual se ha de considerar que las cantidades expresadas son globales (es de pensar que el lec- tor no echará de menos la falta de "cuartillos", "áreas" y "centiá- reas").

Existe por cierto un cultivo tradicional del maíz señalado ya en va- rios pasajes del P-t-cv-óteg-co de VLtlazgo que mencionan molinos de pan y maizales, tanto en los términos de San Pedro como de San Roque y de la Vega; pero téngase en cuenta que las Rtupu&Atai GznZAaZej, di- cen : "No hay huertas de hortalizas, viñas, tierra de regadío..." (folio 364). Sólo hay maíz y hierba. Las cifras contenidas en los *•* *

_ MAPA N° II Utilización de la fuerza hidráulica a mediados del siglo XVIII. -+-+-+-+-+ i Límites municipales, ._ . - i Límites ocoidentales de San Pedro en 1753. Q i Localidad, o iMolino harinero. sMolino mencionado en 1689* ^ iBatán(pasiegoipisó*n)para pisar sayal.

Puenteet Respuestas generales(Archivo Genaral de Simancas),Memoriales. Vallo de Carriedo

Espinosa de loa Monteros. MAPA M° III Utiligacion de la fuerza hidráulica a mediados del siglo XVIII,(continuación) —+—+—+ iLÍraitea municipales* RíostLí.-nites norte y este de la villa de San Roque, G3 t Localidad. « iMolino harinero $éü «Malino mencionado en 1689* 4 jBatán para pisar sayal. JC íBatán mencionado en_168Q. ,.. FuentegiPrivilegio de Villazgo(l689).fíoapuestaa generales, NBipasando la divisoria por los únicos nos utilisables,resulta fácil establecer el incremento del número de molinos y batanes en unoa 60 años(1689-1753).Basta para ello restar los elementos f VE ALVEA A VILLA

documentos utilizados por Manuel de Terán (95) se refieren al año 1889. Indican 82 hectáreas para Vega de Pas por lo que toca al cultivo del maíz. Estas cifras son importantísimas si las relaciona- mos con las que acabamos de comunicar. Demuestra la relación que los Pasiegos, después de 1689, tuvieron que hacer un esfuerzo de producción porque estaban aislados, debían cantidades de dinero a causa de los pleitos, y (círculo vicioso) tenían pleitos (San Pe- dro con el Valle de Toranzo, las tres villas con Espinosa) por tener que ocupar cada vez más espacio para producir más. Las ci- fras más bajas de 82 hectáreas de maíz a fines del siglo XIX coin- ciden con la importación de vacas extranjeras, sobre todo holande- sas, de mayor producción y que necesitan más pasto, y con la orien- tación decididamente ganadera de la zona que integra en aquella época las regiones llamadas de pastizales en todos los informes y documentos de agronomía. El descenso de la producción del maíz se acentúa conforme se abren las vías de comunicación (que permiten importar de otras regiones). Todos los datos que he examinado con- firman este descenso continuo de los cultivos : en San Pedro del Romeral, en 1917, sólo quedaban 24 hectáreas de tierra cultivada, cifra que no se alcanza, ni mucho menos, en la época actual. Pien- so en los años venideros poder dar muchos más detalles sobre el particular pues la documentación que he reunido sobre el siglo XIX es muy importante y requiere largo tiempo de estudio. El caso es que en 1753 los Pasiegos tienen que sobrevivir de forma autóno- ma y que el paisaje de entonces es completamente distinto del de hoy, aunque siguen siendo fundamentalmente los Pasiegos ganaderos y tratantes (96).

5) La pioplzdad. En 1753, la estructura del espacio es en Vega de Pas (y en las otras villas) minifundista, estableciéndose el promedio para el citado municipio a un poco más de 4 hectáreas. Sin embargo, estableciendo una proporción con los dos MmoA-LniZA consultados, vemos que 12 personas (de los 487 propietarios que reseñan ambos volúmenes) o sea el 2,46?á de los propietarios poseen el 10,5% de

(95) Manuel de Terán, op. cit., p. 44. (96) En el pleito de 1689, dice un testigo, entre otros :"... ha- ver andado de zagal, manzevo y cassado en sus términos assi traxi- nando en la compra y venta de ganados maiores y menores, de lana y bacunos como guardándolos. S" pastándolos, tiene especial conocimien- to de términos..." (Privilegio, folio 302). Asimismo por otro testi- go, ibidem, folio 305 vuelto, y folios 323-324, 327, etc.). 82 kunaldo LEAL Cn.itic.ovi 9, 1980

las tierras. La familia Conde Pelayo (véase ¿upXa, p. 49 ), compues- ta de Pedro, Juan Bautista y Joseph, posee más de 79 hectáreas. Juan Manuel de Velasco, vecino de Quintanilla (Espinosa de los Monteros), posee 45 hectáreas exentas de censos; Lope María de Porras (Espino- sa de los Monteros) 21 hectáreas. Algunos hidalgos de los Valles de Carriedo y Toranzo poseen más del promedio : Pedro de Bustillo Ceva- llos (de Alónos, Valle de Carriedo), 16 hectáreas; Simón de la Con- cha (de Pedroso, Valle de Carriedo), casi 7 hectáreas; Gómez de la Esprilla (de Santibañez, Valle de Carriedo), casi 17. En general, los propietarios que residen fuera o son vecinos de otros pueblos no tienen gravadas las tierras, lo que implica que la tierra rinde sólo para el propietario foráneo. Es así como Don Pedro Antonio Madrazo, Marqués del Valle de Colina, natural de Vega de Pas y resi- dente en la ciudad de México, tiene un total de 10 hectáreas 6 áreas exentas de censos. No he podido averiguar por qué circunstancias Ma- nuel de Chaves, habitante de la Villa y Corte de Madrid, tenía algu- na propiedad en Vega de Pas. El Marqués de Perales, habitante en Ma- drid, es también propietario de poca hacienda, pero tal vez pueda ex- plicarse dicha propiedad por el apellido de la primera persona que ostenta este título : Dona María V&ÙlAco y Moreda. Existe pues un núcleo de propietarios en este municipio que poseen tierras algo más dilatadas : son Espinosiegos, Pasiegos, Carre- danos y Toranceses. Integran en parte los grupos definidos en 1689 : la minoría pasiega (principalmente los Conde Pelayo) (97) y los Es- pinosiegos que se enfrentaron entonces con los Carredanos. También hay un escaso número de hidalgos toranceses (como Joseph de Bustillo, vecino de Penilla, Valle de Toranzo). Pero no podemos hablar de desi- gualdades a favor del exterior por lo que toca a la propiedad, por- que la estructura minifundista, a causa del tipo de transhumancia, impide toda concentración y las desigualdades fuertes son grandes dentro de lo pequeño. Además es de notar que muchos apellidos de los valles circundantes son idénticos a los de Vega de Pas y que la población pasiega rebasa los límites de los municipios (basta para ello pagar herbaje y humazgo). Las CompAobac¿one¿> para San Roque, in- dican que el humazgo asciende a 20 reales cada año, que pagan los

(97) A propósito de este apellido, señalamos otro error de A. García Lomas en Los Pasiegos, op. cit., p. 124 : "esta rama se estableció a principios del siglo XVIII en el lugar de Cañedo (Valle de Soba) y pronto se extendió por la Vega de Pas y Espinosa de los Monteros". En efecto, en el padrón de 1613, hallamos a Francisco Pelayo; en 1618 a Juan Pelayo; en 1624 (padrón de Viaña, barrio de Vega de Pas) a González Pelayo; en 1663 a Juan Conde Pelayo, etc. (padrones exhi- bidos en 1759). t>E ALPEA A niLk 83

ganaderos sanrocanos con media contribución a San Roque, residien- do en varios momentos del año en los barrios y localidades de Val- dició, Calseca, Valle de Soba, Ruesga, Miera, Retuerto, Liérganes, , Cayón y Llerena, Barcena de Carriedo, Selaya de Carriedo, Villa de Espinosa de los Monteros. Sin ser idéntica en las demás villas pasiegas, la población comprende, según la Ejzc.aton.ia. de 1759 (98), dos tipos de vecinos : "unos con casa abierta y conti- nua residencia todo el año con su familia; otras muchas personas que sólo tienen o han tenido por habitantes o vecinos honorarios que éstos, la mayor parte del año residen en las casas que tienen juntamente con sus haciendas en Trueba, Lunada, sitios privativos de Espinosa en donde los susodichos son vecinos, y pagan como me- dio vecino..." Resulta pues difícil sacar conclusiones, no pareciendo muy significativo el desajuste entre pequeñas fincas y fincas menos pe- queñas. En cambio las cargas sobre la propiedad inmueble pueden resultar más significativas.

6) El cjzpÁJjoil i-LnancÁeAo. Nos proporciona datos mucho más concretos que todo lo que hemos examinado. Si' bien solamente (?) la séptima parte de las reses vacunas estaba en aparcería, la mayoría de las tierras y prados están gravados de censos a favor de seglares o de religio- sos que integran poblaciones extrañas a la de Vega de Pas. Se tra- • ta en general de censos al quitar o al redimir, siendo raros los censos perpetuos. Las cantidades pueden ser impresionantes. Los censualistas más notables son, por lo que hace a seglares, los siguientes : Don Manuel Gómez de la Llamosa, vecino de Barcena de Carriedo,que ha invertido 4146 reales en el municipio de Vega de Pas (folio 1638); Don Manuel González de la Vega, vecino de Vega de Carriedo, 10 643 reales 17 maravedís (folio 1644); Don Pe- dro Antonio Madrazo, Marqués del Valle de Colina (residente en México), 5430 reales (folio 1672); Rosa Fernández, vecina de Pedro- so (Valle de Carriedo), 1375 reales; Doña Teresa de la Portilla Cevallos, vecina de Castillo Pedroso (Valle de Toranzo), 27 703 reales (folio 2093); Juan Manuel de Velasco, vecino de Quintanilla (Espinosa de los Monteros), 26 345 reales (folio 1739 y siguientes); Don Juan Manuel de la Mora, vecino de Alceda (Valle de Toranzo), 33 649 reales (folio 1250 y siguientes). Existe, por cierto, una cantidad de pequeños censualistas, carredanos y toranceses en ge- neral, pero a veces de otros pueblos, que residen muy lejos de

(98) Ejecutoria..., op. cit. 84 Asinaldo LEAL Criticón 9, 1980

los caWpos pasiegos. Por ejemplo, el Conde de Lences, vecino de Madrid, tiene un pequeño censo de 16 ducados de principal contra Santiago Rebuelta, vecino de Vega de Pas (folio 1903). Nos parece útil hablar de otros censualistas que constan en las declaraciones de los dos Memtvua£e¿, pero que por el abe- cedario tienen su declaración en el primero, esto es el que no hemos podido consultar. Así es como las cuentas de Don Diego Gon- zález de Castañeda, Marqués de Villalcazar, vecino de Tezanos (Valle de Carriedo), arrojan para los dos últimos volúmenes 8129 reales. Antonio de Rada, Marqués de las Cuevas de Velasco, vecino del consejo de Quintanilla (Espinosa de los Monteros), ha- bía invertido 15 356 reales en Vega de Pas. Don Agustín de Vivan- co, vecino de Vivanco (Valle de Mena), tenía según los dos últimos volúmenes 25 091 reales y es probable que con el otro volumen su cuenta arrojaría unos 30 000 reales. Baltasar de Oribe, vecino de Logroño, tenía según los dos volúmenes 35 244 reales y es casi cierto que arrojaba su capital definitivo invertido en Vega de Pas a 45 000 reales a 3%. El capital eclesiástico se refleja en los censos de los que tengo reseña completa para Vega de Pas por.estar el libro re- ferente a eclesiásticos al final del volumen tercero. Primero des- cuellan los grandes establecimientos franciscanos. El convento de Franciscanos de La Canal (Valle de Carriedo) tenía invertidos 99 961 reales y 28 maravedís en 172 censos en Vega de Pas. El con- vento de monjas franciscanas de Nuestra Señora de Ribas, situado extramuros de Nofuentes (Provincia de Burgos), tenía un capital de 58 554 reales repartido en 108 censos. El convento del Soto, también de la orden de San Francisco en aquel entonces, situado en el lugar de Iruz (Valle de Toranzo), tenía 31 218 reales en Vega de Pas. El convento de Franciscanas de Medina de Pomar sólo tenía 1000 reales. El convento de Clarisas (que también son Fran- ciscanas) de la misma localidad tenía 7 715 reales en 25 censos. Si no me equivoco, también ha de contarse como establecimiento regido por la orden de San Francisco el Hospital de Briviesca que está junto a la Iglesia de Santa Clara (99). Ello significa que el

(99) Todo este conjunto arquitectónico es característico de los Velasco, Condestables de Castilla, cuyo escudo figura tanto en la fachada de los edificios como dentro de ellos. Las relaciones en- tre los Condestables y la orden franciscana de Clarisas resultan evidentes también en el establecimiento de Clarisas en Medina de Pomar fundado por Sancho Sánchez de Velasco y donde se halla en- terrado Don Juan de Velasco, Camarero Mayor del Rey. En cuanto al retablo de Briviesca, lo mandó labrar Don Iñigo de Velasco, Con- Vlrtus

lîofuentea

MAPA N° IV El entorno financiero 08a Escala de origen: I/400.OOO tLimite3 pasiegos \¿<> 'Zona do percepción @ ¡Monasterios censualistas(y conventos) ^ tDiezmos (Obra pía censualista / iPábrica parroquial censualista Briviesoa > iCabildo censualista -J :Oapellanía censualista I :£clesiásticos censualistas L2 iSeglares censualistas + :Común y vecinos censualistas MÎUNo constan ciertas localidades en este mapa, especialmente Burgos(diezmos 7 censo a favor de la dignidad episcopal),Huérmeces(obra pía de es- cuela) ,Logroño etc. S.oobedo

VALLS DE TORANZO

Escala de origen 1 1/50.000 ^ 1 Convento censualista 1 Obra pía o cofradía censualista / 1 Fábrica parroquial censualista \ t Cabildo censualista ^J 1 Capellanía censualista TBG¿ DE P/.S iZona*de~percepci6n. I 1 Beneficiado,oura censualista 2,1,7 otoi Seglares censualistas.

• 1 Común y vecinos censualistas,

MAPA K° 7 El entorno flnanciaro(continuacio'n) La Penilla » Aés a ! J ', 0 \ Irue i VALLE PE CARRIEDO I

Vlllasebil

TALLE BE TORAKZO

BorleSa 1

, Castillo Pedroso 1

San Vicepte , de Toransp' O „ Valle de BDELNA. Vej

Ontanedd

Alceda 2 Escala de origeni 1/50.Oqo © «Convento censualista ' _- :tobra pía o oofradía censualista / iFábrica parroquial censualista i \ lCabildo censualista y -) i Capellanía censualista \

I i Beneficiado, cura censualista N 1,2.1 Seglares censualistas. \ •f i Connin y vecinos censualistas. MAPA N° VI 21 entorno financlero(fin) VE ALDEA A VILLA 85

capital franciscano para Vega de Pas, en 1753, ascendía a 206 440- reales o sea 18 767 ducados y 9 maravedís. Los demás conventos tienen muy poco capital invertido en los pastizales pasiegos. Los Dominicos de Nuestra Señora de las Caldas en Barrios (Valle de Buelna, Provincia de Santander) sólo tienen 1343 reales (6 censos). El convento de religiosas de San Pedro (orden de San Agustín, en Medina de Pomar) sólo tiene 7183 reales (12 censos). En cuanto al Monasterio de Oña (orden de San Benito) sólo tiene 5588 reales en 12 censos con 1 en Teza- nos (Valle de Carriedo). Verdad es que a los 177 reales y 12 mara- vedís de réditos que percibe hay que añadir los 5200 reales de los diezmos, no habiendo, según las ReApuutcuf, Ge.n<>ACLtz¿, tierra libre de diezmo. Las capellanías, a menudo capellanías de ánimas, también tienen su capital. La de Vega de Pas tiene a su favor 105 censos, 1 en San Pedro del Romeral, y 2 más en Tezanos (Valle de Carriedo). Otra capellanía de Vega de Pas tiene 8503 reales; la capellanía de San Martín (Valle de Carriedo), 19 783 reales; la de Barcena de Carriedo, 385 reales. Las dos capellanías de Iruz (Valle de Toran- zo) tienen 4400 reales y 14 701 reales (26 censos para esta última); la capellanía de Saro (Valle de Carriedo), 3234 reales (10 censos); la de Santibáñez (Valle de Carriedo), 5065 reales; el cabildo de Espinosa tiene 14 701 reales (26 censos); la fábrica de la Parro- quial de Vega de Pas 7312 reales. Ciertos eclesiásticos tienen a su favor un número elevado de censos. Es el caso, entre otros, de Don Juan Antonio Ezquerra, cura beneficiado en La Loma (jurisdicción de Villarcayo), que tiene invertido un capital de 14 080 reales por 17 censos. En fin las Obras pías son organismos censualistas. Las más ricas son la de San Vicente de Toranzo con 15 070 reales (12 cen- sos), la de Castillo Pedroso con 16 703 reales (16 censos) y la de Barcena de Carriedo con 6610 reales. Hemos comunicado cifras para Vega de Pas, pero el sistema es idéntico para las demás villas. San Roque de Riomiera, por ejem- plo, está también sujeta a las localidades circunvecinas y especial- mente al Valle de Penagos, y de Soba, pero también al Valle de Carriedo que está presente en todas las villas. Un establecimiento como el convento franciscano de La Canal está presente por todas partes pues las Compx.oba.cJ.onZA para San Roque (que no son más que

destable en 1561.(Pero en este caso concreto las relaciones entre el convento e Iñigo de Velasco no fueron tan buenas ), Véase tam- bién supra la nota 42. 86 Atnaldo LEAL Criticón 9, 1980

un inventario de modificaciones de los MejmoA-iaZoA, y no sistemático de censos) mencionan a su favor 9 censos que suman un capital de 7513 reales (683 ducados). La implantación censualista dependía de la buena organización. Los grandes establecimientos tenían un apoderado encargado del cobro de los réditos (100). La importan- cia del capitalismo de iglesia se manifiesta en la zona, como en otras, en la toponimia (101). Por lo común el capital que gravaba las tierras de Pas procedía del exterior. Es claro que también gravaba indirectamen- te el trabajo de los Pasiegos. La redistribución de la renta (ré- ditos) se hacía más bien fuera de la zona, lo que se observa cla- ramente en el mapa. La tercera parte de los censos reseñados en los MemoA-tfl-£e^i dan réditos al Valle de Carriedo que sufre competen- cia del Valle de Toranzo y de Espinosa de los Monteros, ya más alejada. No emito ningún juicio moral; sólo hago constar que los ganaderos pasiegos, al rembolsar réditos,sustentaron obras pías de escuela, personas forasteras y establecimientos que estaban por lo común lejos de los . Esta situación, muy visible en 1753,debió de ser peor anteriormente pues el descenso

(100) Recaudador de censos o de diezmos debía de ser un tipo de ofi- cio bastante corriente. Al menos el personaje era conocido y cono- oía bien la zona. Uno de los testigos de las actas del Privilegio de VillazgOf Antonio del Arenal, dice conocer los términos "... por haver andado con la cobranza de los diezmos de ella tocantes y per- tenecientes al Cabildo de Curas y Beneficiados de la Villa de Es- pinosa así de manzevo por haverlos tenido el Padre del testigo como después en diferentes ocasiones" (folio 303). (101) En Vega de Pas, dos casas de la pradera del Andaruz se llaman El Conventó (es probable que se trataba del convento de Francisca- nas de Ribas). En San Roque de Riomiera una finca se llama La Ca- pellanía. Asimismo mencionaremos en San Pedro las fincas denominadas Los Aniversarios y Lo del Censo. Hablaremos más adelante de la fin- ca de El Porrato, corrupción probable de la palabra priorato (1538 : El Prorrato), en la pradera de Viaña (Vega de Pas). Fuera de la zona, son de mencionar otros ejemplos : Los üniversarios, corrupción de Los Aniversarios, en La Molina del Portillo del Busto (Burgos); La Capellanía, en~Ürrez (Burgos), y tal vez El Noval (cerca de Villa- verde de Trucios, Santander). Para otros casos fuera de España, véa- se el estudio del Abbé E. Nègre,Toponymie du canton de Rabastens, Paris, 1959, p. 321, § 1528. VE ALDEA A VILLA 87

de los tipos de interés (102) y su carácter retroactivo vinieron en auxilio de los ganaderos. Comprendemos mejor ahora toda la re- sistencia del Valle de Carriedo (103) por guardar la jurisdicción. Resulta difícil asignar una antigüedad a los censos basándose en el importe. Los censos de principal poco elevado podrían ser los más antiguos (dado el descenso del valor de la moneda), pero tene- mos ejemplos de personas de apellido documentado en el siglo XVI que cobran intereses de censos muy elevados por los años 1753. Por otra parte, la primera pragmática (de 1621) pudo cambiar las condiciones exigidas por aquellos que suministraban el capital : en muchos casos, los herederos de una propiedad gravada añaden otras hipotecas de bienes raíces. Asimismo resulta difícil apoyar- se en la fundación de un establecimiento religioso para fechar los censos. Un convento como el de La Canal (Valle de Carriedo) beneficia por donación de varios censos anteriores a su fundación. En la zona,y especialmente en Vega de Pas, se seguía pa- gando, a finales del siglo XIX,réditos de censos y entre los nu- merosos documentos que he podido consultar, he encontrado mención del convento de Monjas franciscanas observantes de Ribas (Nofuen- tes) y de la capellanía de Sandoñana (Valle de Carriedo) a la que Vega de Pas pagaba los réditos de un censo de 800 ducados a 3% (año de 1864). De todas formas, después de 1689, los Pasiegos, libres ad- ministrativamente, intentan libertarse de la tutela del capital exterior como ya habían tratado de hacerlo en 1534 de los diezmos espinosiegos (104). Como para muchos labradores, la pragmática de

(102) La ultima reducción (de 5% a 3%) fue decidida en 1707 para los reinos de Castilla y León y sólo en 1750 para los censos de la Corona de Aragón. (103) Véase supra la nota 73. (104) Hubo en 1534 un pleito "entre los venerables cabildos, curas y clérigos beneficiados de las Yglesias de Espinosa sobre la erec- ción de la yglesia parroquial de Santa María del Prorrato, yglesia de los Montes de Pas y del Rey" y el Bachiller Pedro Carriazo, be- neficiado de Ajo según algunos, pero nombrado en el pleito "pres- bítero beneficiado en la dicha yglesia de Santa María del Prorrato1'. La iglesia estaba en una granja de Martín de Vivanco, portero mayor de su majestad,donde tenía un oratorio privado para su devo- ción. El dueño de la finca que no admitía tal creación destruyó, según dicen, la casa y el oratorio. Encontramos los argumentos de siempre,ya que se dice que "fazer nuevas yglesias sería en total 88 hKYwMo LEAL OiitLcón 9, 1980

Felipe V de 12 de Febrero de 1705, que redujo los tipos de interés, ayudó indudablemente a los ganaderos y permitió el despegue econó- mico del municipio independiente. Esto es evidente en las CompJioba- cÁ.onz¿ que reseñan todas las modificaciones económicas. Así es como en San Roque de Riomiera Antonio Pérez Roldan "no tiene carga por aver redimido los zensos , sólo está deviendo 25 ducados a fa- vor de Don Juan de Septién, Capellán en el lugar de Carriazo" (105).

destrucción de las dichas yglesias parroquiales e beneficiado de ellas" (estas últimas son las de Espinosa). Carriazo tenía apoyos religiosos y políticos y,"por ser los términos de los Montes de Pax apartados de por sí y sobre sí" y otras razones, se dio en 10 de Marzo de 1538 una sentencia según la que los diezmos se de- ben a Espinosa (y a Oña) pero los moradores que están la mayor par- te del año en los Montes son declarados parroquianos de la iglesia de Santa María del Prorrato y pagan sus diezmos y primicias allí. La sentencia, apelada por ambas partes, fue confirmada en 1539. Apelada de nuevo, se confirmó que la iglesia se había construido sin perjuicio de la villa de Espinosa pero que los moradores (en general) siguen diezmando en la iglesia de dicha villa. Esto es que Carriazo y los Pasiegos residentes perdieron el pleito. Se dio la sentencia definitiva en el Poyo de San Cristóbal (dentro de la catedral de Burgos, debajo del lienzo que representa al santo, lienzo tardío que sustituye al otro, contemporáneo del pleito que sufrió la degradación de los años. Este último hecho me ha sido confirmado por Don Matías Vicario, archivero de la catedral de Burgos) en 1561 y se despachó carta ejecutoria en 1562. El hecho de que en 1538 fuese apelada la sentencia por ambas partes indica la importancia de la cuestión material y financiera : en efecto, Carriazo interpone apelación de una sentencia porque no le favore- ce bastante. He sacado estos elementos de Ejecutoria sobre vali- dación, obra citada, legajo 60o Nos demuestran la antigüedad del antagonismo entre los residentes de los Montes y las personas de fuera, antagonismo y diferencias que se repiten en cierto modo en 1689 y durante todo el siglo XVIII. En cuanto a los diezmos, las Respuestas Generales, libro 56, folio 368,referentes a Vega de Pas indican el siguiente reparto : 2270 reales son para el Arzobis- pado de Burgos, 5200 reales para le Monasterio de Oña y 3600 reales para el cabildo de Espinosa, no habiendo tierra libre de diezmo. Las Respuestas son del año 1753 y se conservan en Simancas. Debo añadir sobre el propietario de la finca del Porrato en 1538, Martin de Vivanco, que parece ser antepasado de Don Agus- tín de Vivanco (véase supra página 84), cuyos censos, muy elevados, están en 1753 situados todos en el barrio de Viaña en general y en el Porrato en particular (nombre de dos fincas contiguas). (105) Comprobaciones, San Roque de Rumiera, Archivo General de Siman- VE ALDEA A VILLA 89

El hecho es bastante corriente. Incluso el censo de 1000 ducados impuesto a favor del cabildo de Laredo se halla redimido "con dinero que los vezinos pagaron y se repartieron entre sí" (106). Es cierto que los Pasiegos aprovechan la competencia entre cen- sualistas como lo demuestra este ejemplo :"el censo de 100 duca- dos de capital le a redimido por el que está debiendo otro de la misma cantidad a favor de la capellanía del Lugar de Llerena, Valle de Carriedo...". El significado de estos reembolsos es que los habitantes de los valles pasiegos durante todo el siglo XVIII vienen a ser los verdaderos dueños de las tierras. La independen- cia formal de 1689 se transforma poco a poco en relativa autono- mía económica durante el siglo XVIII, pero esta evolución no se hace sin sacrificios cotidianos. En San Roque, sólo se mantienen los ganaderos porque "les queda el suero de la leche para comer con el pan, lo que si se vendiera no tuviera ningún útil porque ninguno de los pueblos comarcanos pasta semejante vianda"; y en otra parte "sólo se alimentan con un poco de maíz y por compaño el suero o último spiritus que sacan de la leche, sin comer carne alguna..." (107). Corre poca moneda y la comprobación a la respues- ta 35 indica para San Roque que algunos obreros no se pagan sino que sólo se pagan en volverlos a ayudar otro día aunque en cosa o trabajo distinto (108), lo que supone un sentido de la comuni- dad y de la solidaridad propio de las gentes pobres.

Hemos tratado de esbozar en este trabajo un cuadro de la zona pasiega fundándonos ante todo en la observación de archivos. Por supuesto que es incompleto e impreciso pues todavía nos que- dan muchos documentos espinosiegos y pasiegos por examinar. La historia política y económica que hemos tratado de desarrollar con- cierne más bien a las modalidades que a los hechos. No resulta to- talmente inútil conocer cómo actuaba sobre el terreno un Oidor de la Real Cnancillería de Valladolid, y cómo se manifestaban los distintos poderes, real y local, en una región aislada e incomuni-

cas, legajo 793-7. (106) Ibidem, Comprobación a la respuesta 26. (107) Ibidem. (108) Ibidem, Comprobación a la respuesta 35. 90 knnaldo LEAL Criticón 9, 1980

cada. Por lo demás, hemos tenido el gusto de poder exponer argumen- tos económicos fundados en documentos que no se habían utilizado o cuya explotación había sido incompleta. Nos han ayuáado para com- pletar la visión del marco en que se desarrolló y concretó la iden- tidad administrativa pasiega. Pero esta historia china y de moda- lidades se integra, creemos haberlo demostrado a lo largo de este trabajo, en la historia compleja y a veces turbulenta de Castilla la Vieja.

Arnaldo LEAL (Toulouse-Le Mirail)

EntAZ todcui ùu> pzA^ovuu, que. me han aya- dado y alzntado en la zjzc.uc.ion de e¿tz tA.cdia.jo díbo paAticulan. a.giade.cJM¿wto en España, a. Ángel CoKdzAO, Eladio Vizgo, Bcuíbina VIZQO Refauetói, CAtbtina Ha.vaM.0, Je¿¿u> SaÁz López, BeAtíla y MaA-ca de Za. Viga. Re.bu.elta, Ma¿uu Vicario y a to- do¿ loé amigo-i de la Institución cultiual Canta- bria; en Francia al izñoA hnaJÜiic. del depaAtamen- to de Ht&toAia de la UniveAtidad de.JoulouAe.-Lz i y a. todo el gkupo de. CRITICÓN. VE kLVEk k VILLA 91

APÉNDICE I

Padtonu y apellido*.

El documento primero es un traslado de un padrón de 1613 exhibido a peticidn de los Pasiegos en el pleito de 1759-1765. Los moradores de los Montes de Pas estaban en 1613 encabezados con los vecinos de Para (uno de los concejos de Espinosa de los Monteros). El primer apellido mencionado (Toribio González de Pax) no deja lu- gar para dudas en cuanto a la localizacióYi de la partida. Los demás apellidos son en su mayoría típicos de la zona de las Montañas de Burgos, región de origen de los Ortiz, Gómez, etc. Es una zona de hidalguía, así como la Montaña. Pero como se podría alegar que Para no es Pas, hemos añadido dos páginas del padrón de 1624 (es también traslado sacado de la misma fuente) por ser dicho padro'n mas explí- cito, puesto que vienen mencionados los barrios de Para, Troja, Bar- celada, Viana y Yera. No consta el barrio de Pandillo en las anota- ciones marginales, probablemente por omisión, pues al barrio de Ye- ra se refieren un número de partidas muy desproporcionado si se co- teja con el de las partidas de los demás barrios. Esto es que pare- ce que se incluye a Pandillo dentro de Yera (aunque geográficamente son dos valles distintos). Se puede observar una hidalguía práctica- mente íntegra en las partidas de este padrón. Casi todos los padro- nes de aquella época estipulan previamente que ha de encabezarse al hijodalgo por hijodalgo, al pechero por pechero, y al dudoso por du- doso. Las penas con que se amenaza al infractor son la prisión y una multa de 10 000 maravedís. Por otra parte, ya hemos notado cómo en las Respuestas gene- rales (-iupAa p. 52, nota 5ibis> se cataloga a todos los vecinos como hijosdalgo. El documento n° 3 es una muestra del padrón de 1818 para el municipio de Vega de Pas. Los vecinos reseñados son 588, pero como cada viuda cuenta por medio vecino, ya que hay 89 viudas en el . pueblo, las personas mencionadas por dicho padrón suman 633. De ellas, 601 son hijosdalgo o sea un 95!í que tienen el "don", así como los "clérigos in sacris" que son 5 y quedan asentados con el título refe- rente a su función. Estos últimos representan 0,8?¿ del total. Otra catego- ría asciende a 0,8?í : son las personas de estado dudoso. De ellas, 4 están apuntadas como hijosdalgo y 1 como del estado general. En am- bos casos viene la mención "¡ojo!" que precede a la partida. La cate- goría del estado general no pasa de 3,47?¿ : son 22 personas. Por lo que se refiere a las penas en caso de fraude en 1818, la ordenanza que acompaña a dicho padrón, firmada de Don Ramón Orte- ga, en Burgos, estipula en su artículo séptimo que se castigará a los infractores con privación de su empleo y de cualquier otro empleo 92 AAMMO LEAL Oilticón 9, 1980

oficial y con una multa de 100 ducados. El documento de 1818 indica como los anteriores una propor- ción importante de personas que integran el estado de hijodalgo. Po- demos, pues, observar una estabilidad notable en los padrones de es- tados a lo largo de la historia pasiega. Volvemos ahora sobre el tema de los apellidos. Los padrones anteriores a 1689 son conocidos y han sido estudiados, pero como la labor de investigación de archivos requiere varios años de lectura, algunos investigadores han dado muestras de carecer de información. Hemos señalado en varias ocasiones errores puntuales de García Lo- mas, y especialmente sobre el particular un error en cuanto al apelli- do Conde Pelayo. Tenemos que decir algo del trabajo de J.F.Díez Man- rique (109). En efecto, en su estudio introductivo al estudio psicológi- co (quedando el tema psicológico fuera de nuestro alcance),comunica una nómina base de apellidos, fundándose en archivos que abarcan un período de 1650 a 1753. Esta relacio'n contiene 68 apellidos de los que faltan según el autor "los Trueba, García, y otros pasiegos y vulgares, que sin duda se encontrarían en los libros quemados" (en Santander en 1941) "y en los no existentes de la Vega". Me complazco en completar dicha lista como sigue : García, Gala'n, Maza, Monte, Oria de Rueda, Solares, Frómista, Azcona, Pax, Vadillo, Trueba, Solana, Aja, Sastre, Santa Olalla esta'n docu- mentados en el padrón de 1624, el más preciso en aquella época en cuanto a la localización (véase documento n° 2).Ya son 15 los apelli- dos que hay que añadir. También esta'n documentados en 1626 Acera y Le/~g_7al; en 1641 : Berecedo; en 1663 : Calleja. En las Repuestas Generales de Vega de Pas (Libro 56, ff. 388-407) constan asimismo, (aparte Vadillo, Trueba, Maza, Calleja, Azcona) Puente, Menaorra, Prieto, Castañeda, Rumazo, Arenal, Pacheco, Cuevas, San Pedro, Ville- gas, Venero. A los 68 apellidos base comunicados por Diez Manrique, hay que añadir 30. Son pues ahora 98 apellidos. Este hecho resta cara'c- ter significativo a la comparacicín que hace üíez Manrique con la zo- na de Ribamontán en el Siglo XVIII, cuyo número de apellidos base asciende a 109. Pretendo que entre una diferencia de 41 y una diferen- cia de 11 apellidos hay tal desajuste que cambia por completo el sen- tido de la comparación entre los dos municipios. También carece de exactitud la comparación que hace Diez Manrique entre una época y otra dentro de la misma población pasiega ya que cuenta por apareci-

(10í>) Juan Francisco Diez Manrique, Estudio psicológico sobre la po- blación pasiega, obra citada. VE ALVEA A VILLA 93

dos unos apellidos antiguos (Aja, Calleja, Leal, etc.) y por desa- parecidos apellidos corrientes como Pelldn (uno de mis informantes se llama así, de segundo apellido). El expediente de diligencias para el sorteo de 1840 (Vega de Pas) nos comunica los apellidos siguientes,entre otros : Baranday, , Gallego, Berberana, Garay, Mellado, Velasco... En otro documento de 1854 que trae en las tapas 'Cuaderno que contiene las relaciones individuales de la riqueza imponible de los vecinos ausentes de Yera1, observo los apellidos siguientes : Magán, , Cabeza, Rayado, Gallo, Castillo... Asimismo, entre las personas que han pernoctado en Vega de Pas el 21 de mayo de 1857 (cédulas de censo en cumplimiento del de- creto de 14 de marzo de 1857) se hallan los apellidos : Redondo, Pa- lencia, Arce, Carredano, Ángel... Por fin el padrón de 1877 propor- ciona : Figueras (molinero gallego natural de la provincia de Oren- se), Ballina, Diez... Todos estos datos demuestran que se subestima por lo común, y particularmente en el citado trabajo, la movilidad social : el pasiego es comerciante y trajinante, carretero durante siglos, lo que acarrea por fuerza muchos contactos con el exterior que pueden ser elementos de cambio social. En todos los documentos del siglo XIX que acabo de mencionar constan también los apellidos Cabello, Oria de Rueda, Solana, Azcona, Solares, Aja y otros antiguos, omi- tidos o no por J.F. Diez Manrique; esto es que hay también una con- tinuidad que resulta evidente. Pero la endogamia subrayada por Diez Manrique, debida a la vida específica que lleva el ganadero pasiego (y también, en determinadas épocas, a una actitud de defensa políti- ca y económica frente a las pretensiones de los valles circumvecinos, situacidVi que hemos descrito a lo largo de este estudio) se verifica a escala mayor, ya que el número de apellidos base se ha de revisar. Esto es, que no teniendo en cuenta el número de permutas, que no cabría en este espacio, y considerando sólo las permutas posibles sin repetición del mismo apellido seguido, con la nómina base propor- cionada por J.F. Diez Manrique alcanzamos la cifra de 2278,y con la nómina de 98 apellidos,la cifra de las permutas posibles sin repeti- ción seguida del mismo apellido asciende a 4753(110) .Por cierto que es- tos datos son meramente matemáticos y hay que corregirlos con todas las

(110) Para 2 apellidos, hay una posibilidad, para 3, hay 3; para 4, hay 6, etc. Es decir que la relación posibilidad de permuta de apelli- dos sin repetición seguida del mismo/número de apellidos considerado aumenta de 0,5 cada vez que se añade un apellido a la nómina. Luego, multiplicando el número N-1 (ya que con uno no hay posibilidad) por la constante y multiplicando el resultado por N, se obtiene si no me equivoco, el ndmero de permutas sin repetición. 94 ktinaldo LEAL Ciltlcon 9, 1980

•circunstancias demográficas. Estoy seguro, por lo demás, de que con la multitud de apellidos examinados habré omitido algunos. Pienso, sin embargo, al comunicar estos datos, haber contribuido en templar ciertas afirmaciones, y tal vez en aclarar ciertos aspectos borrosos del campo de investigaciones de los estudios demográficos montañe- ses. He tratado, como para todo lo que se refiere a este trabajo, de ceñirme al estudio de los archivos. S «i

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V

OncMimenho n° LES ORIGINES PE GUZMAN 143

FueAon estos elementos los que impusieAon la {¡iguta del caA.gad.0A noble, a Indias y lo hicie/ion aceptoA aun poA el puntilloso Come.jo de. las 0A.de.neA, qui- zás teniendo en cuenta, que. "si hubiera exigido en noAma. de conducta, los pAe.jiU.dos que aceAca del comeAcio tenia, la. nobleza caste.lla.na d& tieAAa ad&ntAO, los adve.ne.di.zos que atAaZdos poA las Ai- quezas de Indias oAAibaAon a Sevilla y Cádiz, se hubieran hecho dueños del pais, mientAas los hidal- gos de casa y solaA conocido padecían estAecheces y miseAias en la desmedrada casa y desmantelado SOIOA. En Cataluña y la costa cantábAica, la compa- tibilidad de comeAcio y nobleza exa antigua; en Sevilla caAgoAon pata Indias los Ponce de. León, Guzmán y RibeAa. Veitia., apoyándose en SolóAzano, escAibia. que "este génexo de comeAciaA con las In- dias, embijando o llevando las caxgazonzs paxa ven- dex poA mayoA ...no peAjudica a la Hoble.za..." poA seA cosa que. pende, no de leyes, sino de la es- timación y costumbAe. y habzA caballQJios y aun títulos que pAactican este itálico. (1U3)

Telle est l'appartenance sociologique du père levantin que le mariage avec Marcela a légitimé aux yeux de Guzmán (104). Les preuves que nous avons apportées font foi. Il peut en toute légiti- mité se réclamer de la noblesse. Il n'y a donc pas d'obstacle ma- jeur à ce que son fils en fasse autant (104 bis). Ajoutons pour les

(103) Antonio Domínguez Ortiz, op. cit., pp. 86-87. La première citation dans la citation est de M. Lasso de la Vega, Marqués de Saltillo, La nobleza andaluza de origen flamenco. (104) "Por suyo me llamo, por tal me tengo, pues de aquella melona- da quedé legitimado con el santo matrimonio." (G.A., p. 141). (104 bis) On notera avec intérêt que la famille génoise dont Guzmán se réclame existe réellement et qu'elle est bel et bien noble : "... pregunté si mi padre había tenido más hermanos y si dellos al- guno estaba vivo, porque siempre creí ser aquel tío mío. Dije'ronme ser un caballero que nunca se había querido casar, muy rico y cabeza de toda la casa nuestra" (G.A., P.II, L.II, cap. VII, p. 684). Et le vieillard, dont il est ici question, a grandement conscience de cette qualité qu'autrui lui reconnaît, puisque ce n'est que lors du 144 HercA-t GUERRE IRO Criticón 9, 1980

sceptiques qui douteraient encore que Guzmán ait autant d'honneur que quiconque qu'il serait malvenu d'oublier une fois de plus le second père putatif de notre héros. Or, celui-ci, il serait pour le moins hasardeux de le soupçonner de sang impur. En tant que "caballero viejo de hábito militar", il fait partie intégrante de la noblesse et son "habit" lui confère, en outre, un certificat de pureté de sang que rien ne saurait entamer. On comprend, après cela, que Guzmán puisse afficher ses quartiers de noblesse, allant même dans un accès de fierté outrancière, jusqu'à se comparer au Cid ... Oui, il est bel et bien fondé à se réclamer de "la mejor partida de la señoría" (105). Reste, maintenant, l'ascendance maternelle. Le problème est, convenons-en, plus délicat. Toutefois, si la filiation est difficile à établir parce que des plus élastiques, nous serions presque tenté de dire qu'en matière d'honneur nous n'avons que l'embarras du choix. Une chose est certaine; ce ne sont pas les quartiers de noblesse qui manquent et ils tireraient même - si l'on en croit la conscience très chargée de l'aïeule - vers la haute no- blesse :

Con ta hija e.wiidó CÁÜ-VL ¿¿naju, d¿c¿e.ndo ¡¿ ja- lando a cada padAZ quz ZAa mya H-J A loi Guzmanzi zua dondz -óe ¿ncÂÂnaba mai, y CZA£L{,¿CÓ en izoAíto a. m¿ imdAZ que a -óu paAzczA, ¿zgún le. dltaba ¿u contújin- QÁa y pawx doAcaAgo deÂJ&x, QJIQJJX, pon. alguna* indvizz- tat>, habzK -i-Ldo hija de an cabalieAo, deudo ceAcano a lo* duques de Mzd¿yuxA¿don¿a. (106)

deuxième passage de Guzma'n à Gênes qu'il daigne lui offrir sa de- meure et le trouve digne "de nuestro linaje". Il est vrai qu1entre- temps Guzmán a su faire peau neuve, et devenir "Don O'uarv de Guzmán., un caballero sevillano"! Ajoutons enfinr sans vouloir pour autant être exhaustif, que l'appartenance des parents de Guzmán à un rang élevé dans la société, impliquant aisance matérielle et savoir-vivre»a déjà été maintes fois affirmée par celui-ci. Par exemple :"Mas que yo, criado en regalo, de padres políticos y curiosos, no sintiese tal engaño, grande fue mi hambre y esta escusa me desculpa" (Ibidem, p. 173). (105) Ibidem, p. 143. (106) Ibidem, p. 143. LES ORIGINES VE GUZMÁW 145

Certes l'énormité du propos incite sinon au scepticisme du moins à la prudence. En d'autres termes, elle invite non à reje- ter en bloc tout ce qui est avancé par Guzmán sous prétexte qu'il exagère, mais au contraire à nuancer, à prendre à leur juste mesu- re tous les aspects contradictoires de la réalité. On évite ainsi de la mutiler, en adoptant a pAioKÁ. sur l'honneur le point de vue qui, au Siècle d'ür, est celui de l'idéologie dominante. Il s'agit en quelque sorte - répétons-le - de toujours prendre la mesure du double point de vue auquel nous sommes confrontés. Point de vue qui est celui du héros distancié par rapport à lui-même et à son vécu historique. Or, c'est justement ce regard double qui donne la clef de l'ironie et lui confère, au travers du double sens qu'elle véhicule à tout moment, sa profonde signification. Ainsi la charge d'ironie, qui ne porte pas le discrédit sur tout de façon indiffé- renciée, contribue par contre à miner sourdement et paradoxalement (nous le verrons plus loin) toute idée de "déterminisme". Ce se- rait donc faire bon marché de la réalité historique et prendre de singulières libertés avec le texte littéraire (en arguant des pré- tentions inconsidérées de la mère de Marcela pour mieux les décon- sidérer) que de conclure impertubablement à l'infamie du père et, invariablemente celle du fils. En matière d'ascendance "guzmanienne1 nous nous en tiendrons strictement à l'esprit et à la lettre du tex- te de Mateo Alemán, c'est-à-dire à l'affirmation proférée par Guz- mán au chapitre I. Sans ironie ni surenchère, la situation sociolo- gique réelle du héros y est ainsi campée : noblesse de sang, d'une part, tares et défauts, d'autre part (107).

Belle noblesse - rétorqueront certains - qui ne craint pas de ternir son blason de vices multiples, plus rédhibitoires les uns que les autres ! L'objection est de taille. C'est "l'abjection" paternelle, entre autres choses - ne l'oublions pas ->qui a fait surgir également le concept de "déterminisme héréditaire" grâce a,uquel,sur les ruines du "réalisme", ont pu s'épanouir les fleurs du "symbolisme religieux ou théologique". C'est dire que nous ne saurions mettre un terme à cet article sans aborder frontalement cet autre aspect d'un même et uni- que problème.

(107) "El sea loado, que, aunque tuve jarretes y manchas, cayeron en sangre noble de todas partes." (Ibidem, p. 111). 146 Himí GUERRE1R0 Ciit-icón 9, 1980

Allons au fait : est-il exact, comme l'affirme Parker, que l'on assiste,dans Guzmén de KiiaA.ixc.hz, à l'étalement de la "desver- güenza de /~los_7 padres", que l'on y est confronté à "la liste exa- gérée des vices des parents" et qu'enfin le père est chargé "gratui- tement" de tous les péchés du monde ? Pour répondre à ces questions qui centrent le débat, il nous faut tout d'abord revenir quelque peu sur l'identité des parents, sur la nature et la qualité de leur existence et de leurs occupations. (Jui sont-ils ? C|ue font-ils ? Comment vivent-ils ? Quelle a été la trame de leur existence ?

Le père, marchand génois aisé frotté de noblesse est, selon toute vraisemblance, un homme d'affaires quelque peu aventureux, aus- si peu scrupuleux en amour qu'en religion, parjure, renégat et dévot os- tentatoire à ses heures, grand amoureux de la justice (qui le lui rend bien) et des femmes (qui se pâment à la vue de ses charmes un tantinet efféminés et de ses espèces sonnantes et trébuchantes). Il quitte son Italie natale pour Séville à la poursuite d'un de ses associés véreux qui l'a mis sur la paille. Le voyage tourne mal et voilà notre homme captif à Alger où il épouse le Coran et une maures- que aussi belle que fortunée, dont les sequins lui servent à rentrer définitivement à Séville : là, il se consolera de la belle en ache- tant une propriété d'agrément sur les rives ombragées du Guadalqui- vir. Emporté par son naturel, le voilà à nouveau,dans cette "patrie commune" qu'est Séville,faisant les yeux doux à une belle sévillane... C'est ainsi que par une belle et chaude journée du début de l'été, il a la joie et le plaisir de connaître Marcela, qui deviendra sa belle et piquante maîtresse et sa future épouse. Le moins qu'on puisse dire est donc que Guzmán n'a pas cher- ché à idéaliser son père, même s'il extériorise une indéniable ten- dresse quand il en vient à raconter les amours de ses parents. La mère, Marcela, apparentée aux Guzmanes du côté maternel, est une splendide beauté andalouse, pleine de sel et d'appâts, une fine mouche rompue à l'art d'aimer... les Crésus de retour du Nouveau Monde et les barbons fortunés, une courtisane de haut vol qui, sui- vant en cela les traces de sa mère cent fois plus rouée qu'elle, fait dans le beau monde et se refuse à déchoir aux abords de la quarantai- ne... pour mieux prendre ses quartiers d'hiver et se ménager une re- traite dorée. Le tableau comporte, à première vue, suffisamment d'ombres pour donner prise à ceux qui veulent, avec Parker, en donner une in- terprétation unilatérale. Rien, pourtant, de plus éloigné d'une image :?f ALDEA A 1/7LLA 95

APÉNDICE II

A - La Canal (Valle de Carriedo). Convento de Nuestra Señora de la Concepcio'n. Fundado por Don Domingo Herrera de la Concha, pa- dre del Conde de Noblejas, y su mujer Dona Catalina González de Losada, en 1662. Fue desde un principio convento de monjas fran- ciscanas observantes menores. Goza de muchísimas donaciones. Es el mayor censualista de la zona pasiega durante más de un siglo. Por un pleito que se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Ma- drid, (Sección Clero, papeles, legajo 6233), se sabe que la Nueva población de Astillero de Guarnizo, a unos 15 kilómetros de San- tander, tuvo contra si un censo de 17 DüO reales de vellón de prin- cipal (1826-1832) a favor de este convento. Asimismo, la fundación de una capellanía en dicho convento fue dotada por su patrona con dos dotaciones : una de 1Ü0 ducados de renta al ano, otra de 30 du- cados al año (para el alumbrado de una lámpara), situados sobre los diezmos del concejo de Zalla en Vizcaya (Don Domingo Herrera de la Concha fue Señor de Villasana de Mena, cerca de este lugar). 96 Ñcnaldo LEAL Cn.itic.on 9, 198Ü

En 1751 vivían en el convento 25 monjas. Las armas de la foto n° 1 son las de la casa de Herrera.

t'r VE ALVEA A VILLA 97

B - Hriviesca : el Hos- pital y Convento de Clarisas» En la foto n°2 se puede observar el escudo con armas de los Velasco. Como las Concepcionistas, las Clarisas menores observantes son una rama de la orden fran- ciscana. El Convento es del siglo XV. El retable interior, obra de Diego Guillen y Pedro López de Ga- miz, es del siglo XVI.

1 - Hospital de Briviesca.

2 - Convento de Clarisas. 98 KuwMo LEAL Criticón

C - Moflientes : iglesia del Convento de Nuestra Señora de Ribas (Monjas franciscanas menores observantes). El establecimiento censualista más importante después del Convento de La Canal. VE ALVEA A VILLA 99

APÉNDICE III

Los deslindes

A - Divisoria Vega de Pas / Valle de Toranzo. El aspecto exterior de los mojones del siglo XIX sigue las estipulaciones de los decre- tos. El de 23.12.1870 sobre señalamiento de términos municipales contiene unas 'Instrucciones para llevar a cabo el señalamiento de los términos municipales' cuyo artículo 3o señala que : "Los hitos tendrán grabadas las iniciales correspondientes a los nombres de los municipios cuyos términos dividan, debiendo figurar las de cada uno en la cara que mire a su territorio". 100 kh.vwJL.do LEAL Criticón 9, 1990

B - Mojones nrteriores a 1689. El mojón de Estremedillo con su cruz antigua. VE klVEk A (/ILLA 101

C - El mojón de Pedruecos. Unos 2,5 m. Ya catalogado como antiguo en 1689 : "hasta que se llegó a un mojo'n que se reconoció* ser an- tiguo, de piedra, muy grande, embutido en la tierra de pie derecho, de tres varas de largo fuera de ella y tres quartas de ancho con poca diferencia, quadrado que dijeron ser el moxo'n de Pedruecos..." (Privilegio, F. 379). Puede ser una muestra de la civilización de los megalitos. (Hemos informado a los prehistoriadores del cantá- brico). 102 AwaMo LEAL Criticón 9, 1980

D - Divisoria Valdeporres / Luena. Situado fuera de la zona pero muy cerca de San Pedro del Romeral, este mojón parece señalar una ruta de transhumancia. Tiene forma de fraile, y puede ser un fra- montano típico de la organización de la Mesta. (A veces, la foto documental no admite esteticismos).