EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA) 283

Kobie Serie Paleoantropología, nº 34: 283-300 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia - 2015 ISSN 0214-7971 Web http://www.bizkaia.eus/kobie

EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA)

The classic stone anchor from Karraspio beach (Mendexa, Bizkaia)

J. M. Matés Luque1

Recibido: 30-XII-2016 Aceptado: 30-I-2017

Palabras clave: Ancla lítica. Arqueología intermareal. Arqueología marítima. Barco. Bizkaia. Karraspio. Mendexa. Navegación. Pesca. Playa Keywords: Beach. Bizkaia. Boat. Fishing. Intertidal archaeology. Karraspio. Maritime archaeology. Mendexa. Navigation. Stone anchor Hitzak: Hondartza. Bizkaia. Itsasontzi. Arrain egin. Arkeologia. Karraspio. Itsas Arkeologia. Mendexa. Navigation. Harri ankla

RESUMEN

Se presenta la descripción de un ancla de piedra recuperada de la playa de Karraspio (Mendexa, Bizkaia) al ser visible con la retirada de arena. El ancla es el modelo clásico de tres orificios y, que sepamos, es la única de estas características documentada en Bizkaia. Debido a la naturaleza del ancla y la falta de otras características datables, no es posible proporcionar una fecha concreta ya que este modelo se ha venido usando desde la Antigüedad hasta época reciente en aguas del Cantábrico vasco. El ancla es similar a otras encontradas en Gipuzkoa donde existe una gran colección de ellas. Es, por tanto, un ejemplo de un tipo de ancla del que aparecerán más modelos a futuro y muestra que en las aguas y zonas intermareales existe un patrimonio marítimo que solo espera a su momento para ser descubierto.

SUMMARY

What follows is the description of an stone anchor, recovered from the Karraspio beach (Mendexa, Bizkaia) when it was exposed when the sand shifted. The anchor is the classical type with three holes and, as far as we know, it is the only one with such features recorded in Bizkaia. It is not possible to date it due to the lack of datable features since this model has been used since Ancient Times until recently in the Basque Cantabrian Sea. The anchor is similar to others found in Gipuzkoa where there is a big amount of them. Thus, it is an example of an anchor type for which more issues will appear in future, and it proofs that there is a rich maritime heritage in the intertidal and underwater zones; such heritage awaits being found.

1 Arqueocean. Particular de Asturias 8, 9 B, 48970 , Bizkaia. . [email protected]

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LABURPENA

Harraingura baten deskribapena daukagu hemen, zeina harea kentzean Bizkaiko Karraspio hondartzan topatu zena. Harraingura hiru zulodun eredu klasikoa da eta eta Bizkaian aurkitu den ezaugarri hauetako bakarra da. Harraingura motak berak eta data ezaugarririk ez egoteak ezinezkoa egiten du data zehatzik ematea, eredu hau Aintzinatik oraintsu arte erabili baita euskal kostaldean. Gipuzkoan ezaugarri bereko asko agertu dira, izan ere bilduma handia dago. Etorkizunean gehiago ere agertzea espero da eta honek erakusten du marearteko gune eta ureetan itsasoko ondare oparoa dagoela gure zain.

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1. INTRODUCCIÓN costa al ir a la deriva. Desde la Antigüedad, los marinos han usado anclas para añadir un peso extra en su embarcación, aumentando Hace un par de años, apareció en la playa de Karraspio la resistencia a las corrientes marinas y el viento; del mismo modo, (Mendexa) (fig. 1) una ancla lítica cuando la arena se retiró lo también sirve para mantenerse firme en el fondo marino, fijando la suficiente como para ser vista por unos bañistas que la recogieron embarcación en la misma posición. Éste es el motivo principal. En (figs. 2 y 3). Un miembro de la revista de patrimonio Kurik de otros momentos, también se puede largar un ancla sin que se , Aitor Iturbe2, que se encontraba por allí, la pidió a las pretenda que ésta llegue al fondo, sino que lo que se busca es que personas que la recuperaron temiendo que la misma fuera destina- el peso de la misma reduzca la deriva de la embarcación por la da a otros usos que no fuera el patrimonial. Aitor contactó con corriente. También se han usado anclas en contextos ceremoniales nosotros para buscar consejo al respecto. Poniéndolo en conoci- y votivos (Frost 1963: 2; Zazzaro y Abd El-Maguid 2012: 91-93). En miento del Servicio de Patrimonio de la Diputación Foral de Bizkaia, se nos pidió la retirada de la misma y la elaboración de un informe al respecto. Ese artículo resume el informe y da a conocer, que sepamos, la primera ancla lítica clásica aparecida y documentada en Bizkaia.

2. QUÉ ES UN ANCLA Y POR QUÉ ES NECESARIA

Un ancla es una herramienta básica que ayuda a quien esté en la mar en una embarcación a evitar que ésta sea movida por la corriente y el viento, lo que puede ser peligroso si se está cerca de

2 Agrademos al Sr. Aitor Iturbe el habernos notificado la recuperación del Figura 1. Vista de la playa de Karraspio en marea baja, desde la isla de San ancla así como habernos dado posteriormente acceso a la misma. Nicolás, con la desembocadura del Lea (Foto J. M. Matés Luque).

Figura 2. Cara frontal del ancla lítica (Foto J. M. Matés Luque) Figura 3. Cara trasera del ancla lítica (Foto J. M. Matés Luque)

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 obie k 286 J. M. MATÉS LUQUE cualquier caso, el uso principal de un ancla es el fondeo de la Para el ancla de tipo almirantazgo las partes básicas son: embarcación a la que está unida. • Arganeo: aro o grillete, según épocas, en la parte superior Por tanto, cuando un marino del pasado salía a navegar, casi por donde se pasa el cabo que conecta con la embarcación. seguro que llevaba un ancla -en realidad más de una, teniendo una • Caña: vástago largo que recorre vertical y longitudinalmente de uso y otras de respeto (repuesto)-, del tipo que fuera en ese desde el arganeo hasta los brazos en el otro extremo. momento, como elemento de seguridad. • Cepo: pieza de madera que cruza perpendicularmente la caña por su parte alta, por debajo del arganeo. El cepo se posicio- na, además, perpendicularmente a la orientación de los brazos, de 3. CONCEPTOS PREVIOS tal modo que ofrezca una resistencia al garreo. De ese modo, o el cepo o los brazos acabarán por agarrarse en alguna roca. De estar Creemos que es necesario, antes de continuar, presentar algu- en paralelos a los brazos, si el ancla caía por el lado plano sería nos términos y vocabulario relacionados con las anclas. El ancla del difícil que se agarrara al fondo. En el mundo romano el cepo era de que vamos a hablar aquí es de piedra. Sin embargo, la mayor parte plomo, de madera en la Edad Media y siglos posteriores hasta el s. de la nomenclatura de las partes de un ancla hace referencia a las XIX cuando se fabrica en hierro. de metal. Además, son las anclas de metal y su forma típica –lla- • Brazos: barras que salen desde la parte baja de la caña, hacia mada de almirantazgo- la que la mayor parte del mundo conoce. los lados de ésta con un ángulo o curvatura respecto a la caña; en Como algunos de estos términos serán utilizados a lo largo del su extremo están la uñas que agarrarán en el fondo. presente texto, creemos necesario su explicación para facilitar la • Cruz: punto de unión de brazos y caña. lectura del texto. • Uña o mapa: extremo de los brazos en forma de triángulo, normalmente, aunque dependiendo de épocas durante el s. XIX 3.1 El modelo almirantazgo y las partes de un ancla ésta cambiará. • Pico de loro: extremo de la uña o mapa. El modelo almirantazgo es el tipo más común a lo largo de la Como se ha dicho, las partes de las anclas de piedra no corres- historia, con raíces en tiempos antiguos, dentro del mundo griego, ponden con las de metal que presentan ya una serie de partes si bien el término almirantazgo no es propio del mundo griego propias con dimensiones variadas, formas bien definidas y claras y antiguo, y de hecho, en la Antigüedad son las anclas de madera las con materiales distintos, como cepos de plomo y madera. Sin principales. Es este tipo de ancla de almirantazgo el que ofrece la embargo, para las anclas de piedra lo único que se puede añadir nomenclatura de sus partes usadas en el mundo marítimo (arga- son uno o más (normalmente dos) brazos de madera. Estos brazos neo, cepo, caña, brazos, cruz, pico de loro, mapa… etc) (fig. 4). Sin de madera no tienen que ser perfectamente trabajados. Bastaría embargo, en las anclas de piedra no encontramos esas partes tan con que se labrasen los extremos para que acaben en punta de tal identificativas -salvo por los brazos cuando ésos existan, pero en modo que así se pudieran clavar al fondo; respecto a su sección, es cualquier caso serán brazos distintos a los clásicos de un ancla de de suponer que se adaptaría a la sección del agujero; así, si los almirantazgo-. Serán la forma de la piedra, la presencia de agujeros inferiores son rectangulares, la sección del brazo de madera sería para cabos y brazos o la presencia de surcos que indiquen un uso igualmente rectangular; si circular, circular. No sería necesario que de cabo y desgaste lo que ayuda a identificar un ancla lítica, dentro todo el palo de madera atravesase el orificio; con que la mitad de las limitaciones de identificar un ancla a la hora de asignar una aproximadamente lo haga sería suficiente; la otra mitad podría ser cronología y un origen (ver más abajo), ya que este tipo de anclas más ancha para así hacer tope por ese otro lado y no salirse; ade- se han venido usando desde la Antigüedad hasta hoy día. más, hay que tener presente que la madera se hincha con el agua así que tampoco es necesario que la sección encaje perfectamente con el orificio; se podrían añadir cuñas para rellenar el espacio si fuera demasiado amplio aunque posiblemente se ajuste lo suficien- te dejando solo un pequeño hueco para que la madera se expanda y así se cierre perfectamente. Ésta es una descripción básica ya que hay otros elementos que pueden aparecer en las anclas de metal, cada una con su propio nombre, dimensiones, formas y funciones. Sin embargo, ya que aquí se trata de un ancla de piedra solo los brazos serían los que apa- recerían en aquellas anclas que tuvieran al menos un agujero. Para un mayor conocimiento de las anclas tipo almirantazgo -y otras-, y sus partes se puede consultar tanto diccionarios marítimos como bibliografía específica sobre anclas (O´Scanlan 1831; Martínez- Hidalgo y Terán 1957; Curryer 1999; Upham 2001).

Figura 4. Partes básicas de un ancla tipo almirantazgo.

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4. EVOLUCIÓN DE LAS ANCLAS. DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA EL MODELO DE ALMIRANTAZGO

Sería difícil indicar cuándo se usó la primera ancla. Está claro que en todos los lugares donde alguien se ha aventurado a la mar ha necesitado un ancla; las influencias entre culturas marítimas es algo que sería común incluso a la hora de enseñar la construcción o uso de aparejos, o la necesidad de encontrar una misma solución a un mismo problema aunque no haya existido contacto. Se han encontrado anclas en lugares tan alejados culturalmente entre sí como Papúa-Nueva Guinea, China o el Mar Negro (Curryer 1999: 16-17). Por su parte, los textos clásicos griegos de Homero y otros autores clásicos ya mencionan anclas en sus páginas (Pallarés Salvador 1961: 384 (nota 1), 385 (nota 2)). La expansión comercial Figura 5. Anclas de piedra encontradas en Turquía y depositadas en el Museo de pueblos del Mediterráneo Oriental por otras costas mediterrá- de Bodrum (Turquia). Son anclas de un solo agujero donde lo que neas, atlánticas europeas y del norte de África facilitaría su difusión importa es el peso más que el agarre. (Foto J. M. Matés Luque). y el posterior uso y/o adaptación por los nativos locales en sus actividades marítimas. Sin embargo, como ya se ha indicado previa- mente, no se ha de pensar que solo se usan anclas en el agujeros solo con el superior para el cabo. Cuando hay dos aguje- Mediterráneo, ya que en otros mares como el Índico también han ros, uno es para el cabo y el otro normalmente está en el otro sido usadas, si bien allí parece que las formas de pirámide truncada extremo en la vertical; cuando son tres agujeros, existe un agujero y alargadas son más comunes frente a las planas (Gaur et al. para el cabo en la parte superior y dos próximos a los ángulos 2001). Sin embargo, para nuestro propósito, son las del ámbito inferiores del triángulo, que normalmente es de tipo isósceles. Es a mediterráneo y atlántico europeo las que interesan para poder este último tipo el que se conoce como ancla clásica. Aunque las encontrar posibles paralelismos (Shaw 1995; Grossmann y Kingsley formas arriba indicas son las típicas, también existen anclas de 1996; Evrin et al. 2002). piedra de formas elípticas (Rodríguez Biempica 1987: 255). Así pues, al comienzo, el primer ancla debió ser sólo una piedra Los agujeros pueden tener formas distintas pero el superior pesada con un cabo a su alrededor que se lanzaba por la borda. El será normalmente circular para que no haya aristas que corten el peso era importante pero lo que importaba realmente era la habi- cabo. No obstante existen ejemplos de agujeros superiores con lidad de que la piedra se asiera al fondo marino, evitando que la formas rectangulares (Benito Domínguez 2000: 668). El resto de embarcación fuera a la deriva aunque, dependiendo de las circuns- agujeros pueden ser de formas rectangulares o elípticas (Rodríguez tancias, pudiera garrear. Las anclas se largan (arrojan) por la borda Biempica 1987: 255). y por lo tanto hace falta un cabo (cuerda) para sujetarla y recupe- Las anclas de piedra pueden parecer primitivas pero aún están rarla después. Es importante que el cabo -llamado en ocasiones en uso y se fabrican ya que son relativamente fáciles y baratas de cable-, sea de 3.5 a 5 veces la longitud de la distancia entre la hacer y, básicamente, cualquier piedra valdrá si fuera necesario, al embarcación y el fondo marino ya que la embarcación se moverá menos en 1963 aún estaban en uso en el Mediterráneo oriental algo antes de que el ancla haga firme en el fondo (Curryer 1999). (Frost 1963). Así que no es inusual ver este tipo de anclas en Las primeras anclas eran piedras con ciertas formas redondea- embarcaciones pequeñas y tradicionales. De hecho, no es inusual das u oblongas, aunque no se buscará una figura geométrica per- encontrar potalas o potadas (que es como se llaman), en muchos fecta. Ejemplos de estas anclas se han encontrado en el mundo botes; son anclas pequeñas hechas de maderos que encierran una egipcio (Nibbi 2002). Estas anclas presentarán cierta acanaladura piedra. En Galicia se llaman poutadas y aún siguen en uso en la para que el cabo “encuentre su sitio” o bien son el resultado de un zona (Rodríguez Biempica 1987: 255-256) y nosotros mismos constante desgaste del ancla por el uso continuo del cabo que hemos vista potalas en botes en Bizkaia (fig 6). realiza un rozamiento en la superficie del ancla lo que dejaría una Debido a la naturaleza de los brazos de madera, las tensiones impronta. podrían fracturarlos, debiendo ser reemplazados. Del mismo modo, Para tratar de minimizar el garreo (arrastre) de un ancla de este debido a esa naturaleza orgánica tanto de los brazos como de los tipo por el fondo por la dinámica marina se añadieron palos de cabos que unían el ancla con la embarcación, la rotura de ese cabo madera (brazos), bien encerrando la piedra dentro de ellos y conllevaría la pérdida del ancla, y con el tiempo, los brazos desa- teniendo algunos brazos, bien atravesando la propia piedra para parecerían, aunque en ocasiones se han encontrado restos de la que actuaran como uñas y se agarraran al fondo arenoso, limoso, madera en el agujero permitiendo la datación por C14 (Grossmann rocoso o de otro tipo. Con el tiempo, se usaron las anclas con y Kingsley 1996; Benito Domínguez 2000: 669). piedras de formas rectangulares, triangulares, troncocónicas y tra- Tras las anclas de piedra, el siguiente paso son las de madera, pezoidales con un agujero, al menos, en la parte superior para el con las formas clásicas al estilo almirantazgo, con los elementos ya cabo (Fig. 5); en la parte inferior también podía haber uno o dos indicados de cepo, caña, brazos, mapa etc. Sin embargo, estas agujeros para pasar palos de madera y así aumentar el poder de anclas de madera incorporaban elementos de metal (hierro o, nor- agarre en el fondo marino, si bien se pueden encontrar piedras sin malmente, plomo) para darles peso en ciertas partes (acanaladuras

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en la caña) pero sobre todo para crear el cepo y un zuncho de brazos y caña que reforzará la construcción. Normalmente lo que queda de esas anclas en los yacimientos sumergidos son los cepos de plomo y el zuncho que hace firme a la caña con los brazos, ya que el resto de elementos orgánicos –la madera- ha desaparecido. El siguiente paso cronológico es la Edad Media; aquí aparecen las anclas ya totalmente en hierro (aunque algunos pueblos de la Antigüedad ya las usaran previamente) siendo éste el tipo de mate- rial que seguirá en uso hasta que se fabriquen ya en el s. XX en acero y otros materiales. Es en estos siglos del medievo y siglos posteriores cuando la forma típica de almirantazgo se convierte en estándar. No será hasta el s. XIX cuando esta forma comience a cambiarse por la innovación sobre el propio tipo de almirantazgo, o por la creación de nuevos modelos de ancla, según el ingeniero que la diseña y crea. En suma, las anclas en un principio son de piedra, evolucionan- do desde formas oblongas, a circulares, rectangulares y triangula- res, con uno, dos o tres agujeros. El siguiente paso es el uso de madera con piezas de plomo y finalmente el uso de hierro para todas las piezas (salvo el cepo que seguirá siendo de madera hasta principios del s. XIX) y adquiriendo la forma típica de almirantazgo. A partir del s. XIX aparecerán nuevos modelos, basados en el almi- rantazgo y otros modelos totalmente distintos, sin cepo, brazos pivotantes y otras características (fig. 7).

5. CRONOLOGÍA

Figura 6. Potala usada en una embarcación actual, en . Se puede ver Debido a la falta de contexto de las anclas al encontrarse, la simpleza de la ejecución, una piedra encerrada entre maderos y debido a que los brazos y el cabo son hechos de material orgánico con otros en cruz actuando como brazos que serían los que se agarran al fondo (Foto J. M. Matés Luque). que desparece con el tiempo, no es fácil establecer una datación

Figura 7. Gráfico básico sobre la evolución de tipo de anclas a lo largo del tiempo (Autor: J. M. Matés Luque)

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Aun así, se han no se puede recuperar tras varios intentos, implica que no se puede propuesto varios tipos de datación que van desde el mundo prehis- confiar solamente en una sola ancla al salir a la mar y por ello se tórico, hasta el período romano, pasando por la Edad del Bronce llevan varias a bordo, seguramente todas ellas elaboradas por el (Fernández Abella 2014). No obstante, las marcas en anclas de la marino. Esto explicaría que alguna de estas anclas perdidas haya Antigüedad no es algo extraño ya que algunas sí que presentan aparecido, debido a actuaciones arqueológicas o a hallazgos grabados (Galili y Artzy 1994: 96-97). Incluso algunos restos anti- casuales, por varias zonas costeras españolas atlánticas y medite- guos y contextualizables por haber sido hallados en contextos rráneas. terrestres datables, indican anclas con fechas torno al año 1900 Así, en Galicia, existen ejemplares de la ría de Vigo y de a.C. y 1500 a. C., e incluso, aunque raro, con restos de la madera Pontevedra (Rodríguez Biempica 1987; Fernández Abella 2014). de los brazos del ancla en sus agujeros que se han podido datar También existen varias en Cantabria (Casado 1992)3; sin embargo, por C14 con resultado de fechas entre 1164-1253 d. C. para un desconocemos si ha aparecido alguna en Asturias. ancla de tres agujeros encontrada en Israel (Grossmann y Kingsley En el Mediterráneo español, por su parte, se han encontrado 1996: 51) así como fechas entre 1101 y 1265 d. C. para otras anclas de piedra en Calp, La Vila Joiosa, Alicante, Torrevieja (Ferrer anclas también en Israel (Raban 2000). Alguna muestra de madera 2013) y la isla de Tabarca (Alicante) (Azuar et al. 2014). En Murcia encontrada en un ancla lítica en el País Vasco dio como resultado existen algún ejemplar de El Bajo de la Campana (Cartagena) 1020-1250 d.C. (Benito Domínguez 2000: 669). Sin embargo, a (Roldán Bernal et alii 1995: 15, 27-28, 56). Para Andalucía, conta- pesar de su uso en el área vasca, parece que las anclas líticas no mos con ejemplares en la provincia de Almería, con ejemplares en van más allá del s. XIX, aunque las potalas hayan podido seguir en el Playazo de Rodalquilar (Níjar), en Guardía Viejas (El Ejido, Dalías) uso hasta hace poco (Benito Domínguez 2000: 682), o aún puedan a una profundidad de 21 metros, lo que indica que aunque se estarlo en algún bote de puertos actuales, como hemos indicado pierden, las anclas eran necesarias para maniobras de la embarca- más arriba, vista por nosotros. ción, y en Punta Entinas (El Ejido, Dalías) en el yacimiento llamado Sin embargo, un ancla de piedra encontrada sin un contexto Pecio Gandolfo (Blánquez 1998); sin embargo, ninguna de ellas arqueológico o sin ningún otro elemento datable asociable al puede ser datada con exactitud. Y no se pueden olvidar todas las mismo hace casi imposible asignar una datación certera. Hasta que encontradas en diversos puntos de la costa de Ceuta, que suman no existan modelos fiables para los que poder comparar cualquier al menos 16 ejemplares (Bravo 1988). otra ancla, es muy difícil asignar una datación. Aun así, existen propuestas de identificar modelos según dimensiones (Galili y Artzy 1994; Zazzaro y Abd El-Maguid 2012) por lo que una adecuada 7. EL ANCLA LÍTICA DE KARRASPIO documentación y mediciones son necesarias para establecer patro- nes. Esta ancla recuperada de la playa de Karraspio tiene unas formas Como norma general se asume que las anclas de agujeros claramente definidas y completas. Tiene unas dimensiones considera- comenzarían siendo solo de un agujero, donde lo que importa es bles y un peso aceptable como para que un hombre solo la pueda el peso. Con el tiempo se darían cuenta que es necesario además manejar, a pesar de que en la mar podría dar ciertos problemas con del peso, el que se produzca un agarre del ancla a al fondo. Se el movimiento de la embarcación. Las dimensiones generales son comenzaría por hacer un agujero en el otro extremo del ancla; con 822 x 495 x 56 mm (largo x ancho x grosor) y un peso de 35.8 kg. el tiempo se añadiría otro agujero de tal modo que se situarían en El orificio superior es circular, con un diámetro de 56 mm, para un las esquinas inferiores del triángulo isósceles. Son estás anclas de cabo, obviamente, de menor diámetro, mientras que los orificios tres agujeros a las que se conoce como clásicas. El ancla de inferiores para los brazos son de forma rectangular (aunque no per- Karraspio forma parte de este modelo, un agujero superior para el fecta) y miden un máximo de 37 x 62 mm y 31 x 56 mm. cabo y dos inferiores para los brazos de madera. Es, por tanto, un ancla de tres agujeros, de las denominadas clásicas, con un agujero circular en la parte superior del ancla para el cabo, de tal modo que las aristas no dañen al mismo, mientras 6. ANCLAS DE PIEDRA DE ALGUNOS que los dos inferiores son rectangulares para introducir unos made- YACIMIENTOS ESPAÑOLES ros que actúan de brazos y sus extremos de uñas para que se agarre mejor el ancla al fondo (fig. 8). Como ya se ha indicado, las anclas de piedra son fáciles de Los agujeros son rectos en su elaboración; esto significa que no hacer y muy baratas. Es cuestión de tener tiempo para elaborar se ha trabajado desde los dos lados hacia el centro en el momento una. Y la gente de mar, cuando no está navegando o faenando de su producción. De haberlo hecho, se habría podido correr el tiene tiempo, y lo dedica, a labores de mantenimiento y reparación de la embarcación, aparejos y artes de pesca, herramientas y 3 En el Museo Marítimo del Cantábrico hay seis anclas de piedra (Azuar Ruiz demás enseres náuticos. Del mismo modo que se dedican a temas y Navarro Tito 2008: 131). No hemos podido consultar ninguna bibliografía artísticos realizando barcos en botellas, decoración de huesos de sobre ellas más que la indicada en la referencia bibliográfica indicada. Por ello no incluimos información sobre ellas en la tabla correspondiente que ballena o elaborando nudos, podría dedicarse a elaborar las anclas presentamos más adelante para comparar.

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parece que haya tenido ningún tipo de pulido. De hecho hay zonas no trabajadas y se reconocen también golpes del cincel. Hay que recordar que las anclas líticas son herramientas que no han de requerir una gran dedicación ya que su vida útil puede ser muy corta si no se puede recuperar (cobrar) en una maniobra y hay que cortar el cabo; para las potalas –que no dejan de ser un ancla de piedra de otro modo-, este hecho es reconocido aún a finales del s. XVIII donde se dice que “(…) como suele verificarse, les entra de pronto un tiempo, cogiéndolos fondeados sin dar lugar á elevarse, únicamente sufren la escasa pérdida de una piedra, dos estacas, y un pedazo de cabo; porque en estos casos apurados los cortan inmediatamente, con lo que quedan libres para maniobrar. (…)” (Sáñez 1793: 345)4. Es por ello por lo que no tienden a tener una gran inversión de horas en su creación, aunque ello no las libre de que algunas piezas puedan tener motivos decorados (cruces, ani- males…). En este caso para el ancla que nos ocupa, no se recono- ce ninguna marca o inscripción característica. Solamente podemos ver las partes picadas frente a las que no lo están y son más bastas, formando esas “ondulaciones” o “crestas” que parecen ser origi- narias del momento de la extracción de la roca de su roca madre, y que corresponderían a las propias sinuosidades en la superficie al extraer la laja. Dicho esto, el ancla presenta en su cara frontal una mancha rojiza, de cierto tamaño, propia de la piedra. Torno al agujero cir- cular también hay un rastro de ese color rojizo. En la cara trasera, también existe restos de color rojizo en la superficie lisa de la cara, concentrándose principalmente desde el centro del ancla hacia la parte superior torno al agujero superior. Esta mancha puede ayudar Figura 8. Dibujo idealizado de cómo sería el ancla de Karraspio con unos a identificar la procedencia si existe una correlación entre esos brazos de madera (dibujo J. M. Matés Luque). restos rojizos conocidos en otros lugares. El ancla no presenta ningún resto de flora o fauna marina adosada a la misma; normalmente, la flora y fauna marina se adosa riesgo de que el agujero estuviera excéntrico, creando dos planos a los materiales que se encuentran expuestos al agua de mar sien- en la dirección de la perforación; también se podría haber acertado do colonizados. Sin embargo la ausencia de algún resto de coloni- en la elaboración del agujero desde ambos lados pero podría zación, por pequeño que sea, parece indicar que el ancla estuvo igualmente haber creado dos planos de trabajo algo inclinados. Los enterrada bajo la arena constantemente desde que se perdió. agujeros de esta ancla no presentan esos planos. Como contraste, la mayor parte de las anclas guipuzcoanas encon- El orificio para el cabo no tiene grandes marcas de desgaste tradas tenían concreciones e incluso una de ellas solo en la parte por el uso del cabo que hubiera actuado por fricción a modo de expuesta mientras que la cubierta de arena no tenía ninguna sierra creando un surco más marcado o desbastando los bordes (Benito 2000: 666-670). mucho más. Esto nos hace pensar que el ancla tuvo una vida útil No nos es posible valorar el momento de esa pérdida pero muy breve. Otras anclas líticas de otros lugares presentan una podría sorprender que fuera un ancla antigua y que no haya estado acanaladura desde el orificio superior hasta el extremo superior del expuesta a ser colonizada por organismos marinos en algún ancla (Galili y Artzy 1994). momento. Con todas las alteraciones que la playa de Karraspio y el El material del que está hecha el ancla es caliza de color gris entorno de la canal del Lea han sufrido a lo largo del tiempo, sor- claro. Desconocemos el lugar de origen de la piedra aunque podría prende esa falta de exposición del ancla. De no ser así, quizás el ser local. Se trata de una piedra extraída de una cantera en la que ancla se pudo haber perdido hace unas pocas decenas de años de se conseguía sacar la laja que luego habría que trabajar para lograr tal manera que ha estado enterrada durante un tiempo suficiente la forma deseada; además, habría que tener presente el tema de para que no estuviera expuesta a esos organismos marinos y ser los agujeros a crear para que el ancla sea operativa. Del mismo visible en algún momento cercano como para que alguien la modo, habría que preparar las superficies mediante el uso de cin- encontrara y recuperara. De este modo se podría explicar la falta celes. Efectivamente, se aprecia un picado de cincelado en ambas de colonización marina. Esto nos llevaría, entonces, a pensar en caras, aunque en el frontal presenta un menor trabajo. Tanto es así una datación próxima, algo que se pone en cuestión con el hecho que la superficie no es homogénea y presenta alteraciones, crean- de que las anclas líticas para el País Vasco parecen no haber dura- do ciertos “riscos” u “ondulaciones” de tal modo que el grosor de do más allá del s. XIX (Benito 2000: 682). la pieza no es homogéneo a lo largo de la misma. La otra cara, la trasera, tiene una superficie mucho más plana y regular si bien no 4 Sáñez Reguart 1793 : 345. Edición Facsímil en Sánez Reguart 1988.

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. obie Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 k EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA) 291

Figura 9. Dibujos y fotos de las anclas gipuzkoanas. (Fuente: Benito Domínguez 2000; 2003). No ha de inferirse que están a la misma escala. Están solo a nivel ilustrativo para ver las formas. Para conocer las medidas de cada una, véase la tabla creada a tal efecto. Se añade abajo la fotografía y dibujo del ancla de Karraspio a efectos comparativos de forma.

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Otro rasgo que se puede apreciar corresponde a los lados no más de 30 mtrs (Benito 2000: 682). Debemos suponer que el centrales del triángulo. Presentan un desconchón por ambas caras ancla de Karraspio sería usada por embarcaciones similares. y podría deberse a los golpes en la borda de la embarcación al ser Para Bizkaia, además de la aquí presentada de la playa de izada. Téngase en cuenta que se trata de un ancla de más de 35 Karraspio, se han encontrado anclas de piedra en la zona de la kg de peso, que hay que izar mientras la embarcación está en desembocadura de Urdaibai. Sin embargo, según apunta la propia movimiento, por poco que éste fuera. Ello explicaría, posiblemente, autora de la investigación (Gómez Bravo 2009), alguna de las que esos desconchones. se han identificado como anclas líticas podría no serlo. Estás anclas El ancla presenta en una esquina inferior un chaflán. Podría tienen formas muy distintas de las conocidas en la literatura al parecer que se trata de una rotura de esa esquina; sin embargo, no respecto, con orificios incluso distintos, en forma de pentágono y es así ya que la superficie está pulida y parece o bien propia de la con pesos variables, llegando incluso algún ejemplar hasta los 344 piedra en el momento de su extracción de la roca madre o bien sí kg, lo que hace suponer a la autora que puede no tratarse de que pudo haber sufrido una pequeña rotura en esa esquina que fue anclas (Gómez Bravo 2009) (fig. 11). En este sentido, el que un corregida, quizás eliminando una posible punta que habría podido ancla lítica tenga mucho peso no significa que no se haya usado dañar al casco. No obstante, dado que se presenta como una super- como tal. De hecho, existe iconografía en la que se ve que el mane- ficie plana en el canto, no creemos que su propietario habría dispen- sado tanto tiempo. De haber corregido ese desperfecto, habrían bastado unos cuantos golpes para eliminar esa protuberancia hasta dejar una superficie sin elementos punzantes de consideración. Finalmente, ya se ha indicado lo difícil de la cronología de un ancla sin que existan otros elementos contextualizables y que ayuden a una datación así como la posibilidad de que existieran restos orgánicos (restos de la madera de los brazos) que se pudie- ran datar. Teniendo en cuenta esto, es arriesgado datar esta ancla pero si tenemos en cuenta que ya tiene tres agujeros, es posible que sea un ancla que no vaya más atrás del período romano, aun- que por lo dicho sobre la falta de colonización marina, podría tra- tarse de un ancla elaborada durante el s. XX. La falta de más datos nos impide, muy a nuestro pesar, arrojar una fecha, por arriesgada que pudiera parecer. Figura 10. Distribución de los diversos tipos de anclas líticas en la costa gipuzkoana (Fuente: Benito Domínguez 2000, 680). 8. EL ANCLA DE KARRASPIO EN RELACIÓN A OTRAS ANCLAS EN EL PAÍS VASCO

Para el País Vasco, hasta la fecha, solo se han encontrado y estudiado las anclas de Gipuzkoa, donde se han distinguido tres tipos de anclas de piedra según su uso, a saber, a) las potalas (arrankillak o pikatxoak), b) las piedras de fondeo (arri-azta) y c) las anclas líticas con uno, dos o tres agujeros (Benito 2000: 665). (fig. 9). Se trata de un total de 14 anclas que parecen estar concentra- das en zonas muy concretas próximas a los puertos de Getaria, Pasaia, Donostia y Hondarribia (Benito 2000: 665, 680; 2004: 81) (fig. 10). Seguramente son anclas usadas por pescadores de esos mismos puertos ya que el radio de acción de las embarcaciones estaría dentro de un entorno próximo desde esos mismos enclaves pesqueros. Es posible que a futuro se encuentren otras en zonas y puertos ahora sin hallazgos reconocibles. Hay que mencionar que en Donostia hay una gran cantidad de ellas encajadas en los fon- dos rocosos de la bahía de la Concha, posiblemente perdidas al hacer maniobras de retención de la deriva de la embarcación en situaciones de cierto riesgo (Martín-Bueno 1985: 39, 51) por lo que es posible que aún existan sumergidas en otras aguas más anclas, igualmente encajadas, y que no han sido identificadas aún. El peso de las anclas de Gipuzkoa se sitúa entre 21 y 45 kg con tres formas principales, que son la triangular, trapezoidal y otra Figura 11. Dibujos de anclas bizkaínas (sin escala) basados en las fotos de las forma en forma de huso siendo usadas por embarcaciones peque- anclas identificadas por Gómez Bravo (Fuente: Gómez Bravo 2009; 2012). Se añade el dibujo del ancla de Karraspio a efectos ñas, normalmente de 10 metros de eslora, y de como máximo de comparativos de forma.

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. obie Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 k EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA) 293 jo del ancla se realizaba con la ayuda de la verga del mástil corres- que esto es algo para lo que debemos tener precaución, aunque en pondiente actuando a modo de pluma (Croome y Frost 2011) (fig. Ceuta se han encontrado piedras perforadas que se han identifica- 12), existiendo incluso variaciones sobre esta imagen en la icono- do como piedras de fondeo (anclas) unas y otras como contrapesos grafía marítima chipriota (Fenwick 2000). de velas (Bravo Pérez y Muñoz 1965; Bravo Pérez 1976; Bravo De ser cierto que las anclas líticas así identificadas para la zona Pérez 1988) e incluso como pesos de redes (Bravo Pérez y Bravo de Urdaibai son anclas a pesar de sus formas tan poco regulares, Soto 1972). serían unos ejemplos realmente antiguos que habría que recuperar Haciendo un ejercicio similar al de Gipuzkoa para la distribu- y custodiar. No obstante, sería necesario el hallazgo e identificación ción de anclas para Bizkaia, vemos que en la actualidad la distribu- de más anclas similares para poder realmente despejar la duda de ción se reduce solo a dos enclaves; Urdaibai y Karraspio (Fig. 13). que sean anclas líticas. Téngase en cuenta que se podrían tratar de Si nos fijamos, además, en las formas de las de Urdaibai vemos lo lastres (Merino 1986: 90, 121) para pesca con ciertos artes, aun- variado de las mismas frente a la “similitud” de las de Gipuzkoa en cuanto a formas básicas. Esto debe hacernos pensar que tal vez, como apunta Gómez Bravo (2009), algunas de las anclas no lo son. Tal vez se trate de piedras con otras funciones no marítimas ya que en la zona de la ría de Gernika y alrededores existen otras piedras o rocas con incisiones de varios tipos que han sido descritas y asociadas a creencias, leyendas y actos antiguos (Erkoreka 1975). Lo que sí está claro es que la de Karraspio sí pertenece a modelos reconocibles. Es, por tanto, un tema necesario decidir si las anclas de piedra de la zona de Urdaibai identificadas por Gómez Bravo (2009), realmente lo son. De serlo, serían modelos a tener en cuen- ta para otras comparaciones con nuevos hallazgos.

9. CONCLUSIONES

El número de anclas encontradas nos indica que tuvieron un gran uso aunque desconozcamos su ubicación temporal para algu- nos ejemplares. Por ello el contexto es importante y su encuentro aislado, sin poder contextualizarlas nos impide asignar una crono- logía. A esto se añade el hecho de que los materiales que les acompañan son orgánicos y su deterioro ha sido notable, no que- dando ningún resto que se pueda datar por medios físico-químicos. En lo que concierne al ancla objeto de este artículo no pode- mos añadir nada más respecto a su descripción, cronología y ori- gen de la misma. Podemos, sin embargo, indicar algunas reflexio- nes sobre el ancla en sí misma así como el patrimonio marítimo Figura 12. Imagen de una cerámica chipiotra en la que se ve un ancla circular sumergido que cada vez más irá apareciendo. manipulada con la ayuda de la verga del mástil, seguramente En primer lugar, respecto al ancla, somos conscientes de que debido a su gran peso. Esta cerámica se encuentra en el Museo aún habría algo más que se podría hacer aunque para ello hay que Británico de Londres (Foto J. M. Matés Luque). recurrir a un estudio geológico. Se trataría de realizar análisis petrológicos u de otro tipo para conocer la composición mineraló- gica del ancla y así poder conocer su origen con mayor exactitud. Si esto se hace para cada ancla que se encuentre, con el tiempo se dispondría de una base de datos para otorgar procedencias a las anclas y así conocer si se trata de anclas autóctonas o alóctonas y poder determinar el radio de uso de las mismas. Análisis de este tipo en anclas de otros lugares han servido para ello a pesar de la necesidad de mayor estudio (Evrin 2002). Del mismo modo, es necesario recuperar las otras anclas líticas descritas por Gómez Bravo (2009) ya que si son efectivamente anclas –algunas de las cuales parece que sí lo podrían ser-, no pueden quedarse en la zona intermareal. Han de pasar a algún lugar donde se almacenen y custodien para futuros trabajos de investigación. Figura 13. Distribución de anclas encontradas y documentadas hasta la Está claro que la presencia en los fondos marinos de anclas actualidad. Los dibujos están sin escala; solo se pretende hacer visibles las formas a efectos comparativos (J. M. Matés Luque). como restos que se han tenido que abandonar o que signifiquen

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 obie k 294 J. M. MATÉS LUQUE una posible pista de la presencia de un naufragio es algo a tener embargo, sería aconsejable su depósito en algún museo con vistas a en cuenta; las prospecciones al respecto serán las que determinen que pudieran ser estudiadas más detenidamente y, sobre todo, por si una posibilidad u otra. aparecieran en un futuro otras piedras similares que demuestren de Además, es necesario realizar una formación mínima de bucea- una manera fehaciente que se trata de anclas de piedra, de tal modo dores ya que serán ellos los que puedan encontrar ejemplares no que se puedan valorar nuevamente para determinar lo que realmen- vistos antes en sus inmersiones. Téngase en cuenta que las anclas te son, o al menos, lo que no son. pueden haber estado enterradas durante largo tiempo, y en un Entre tanto, habrá que estar atento a que aparezcan más momento dado ser descubiertas por la acción marina, siendo visi- anclas líticas que no presenten dudas en su identificación, de tal bles sólo en un momento dado, quizás coincidiendo con una modo que se pueda realizar un adecuado estudio de todas ellas inmersión determinada. Además algunas pueden estar encajadas individualmente y en conjunto. No tiene sentido que existan “tan- en zonas rocosas y no ser posible su extracción, por lo que se ha tas” anclas de piedra en Gipuzkoa y que en Bizkaia apenas existan, de tener presente que hace falta una formación mínima para que y , además, de las que una solo es claramente un ancla lítica y otras las anclas de piedra puedan ser reconocidas. dos ó tres tienen ciertos visos de serlo. Lo mismo podemos decir si Del mismo modo, está claro que esta ancla no es más que una las comparamos con la cantidad de anclas que hay en Galicia. Esto piedra con una forma determinada y que carece de una cronología es indicativo de que el vacío de piezas de este estilo para Bizkaia exacta o cuanto menos indiscutible como para poder ser usada se debe, no a que nunca hayan existido en estas aguas, sino a la como elemento de datación y que permita tratar de contextualizar- falta de piezas encontradas, y estudiadas, hasta la fecha. la en un año o período histórico que explique su lugar en la histo- Hasta que esto ocurra, el ancla lítica de Karraspio ha de ser en ria. Son necesarios más elementos para poder otorgarla una data- la que las demás que aparezcan en Bizkaia deban compararse, por ción aceptable. Sin embargo, el ancla de Karraspio manifiesta por ser un modelo claro e indiscutible; un modelo que forma parte de sí misma que existe un patrimonio sumergido que está oculto y que una colección más global de anclas líticas dispersas por el mundo, poco a poco irá saliendo a la luz. Es necesario establecer cauces reflejando el uso marítimo de la humanidad desde tiempos inme- para que estos hallazgos casuales, como así ocurrió con el ancla de moriales. Karraspio, puedan ser notificados convenientemente para que se puedan estudiar adecuadamente. Además, algunos hallazgos podrían ser la punta del iceberg de algo más. Efectivamente, un AGRADECIMIENTOS ancla puede manifestar que existe un pecio en la zona, aunque también es cierto que puede ser solo un equipamiento que se tuvo Para la elaboración de este artículo hemos contado con la que abandonar en un momento dato. No obstante, un ancla por sí ayuda desinteresada de ciertas personas a quienes nos gustaría misma nos indica que la zona donde se encontró puede ser un mencionar. fondeadero de tal modo que ayude a entender el uso antrópico de En primer lugar a Aitor Iturbe, miembro de la revista de patri- un espacio marítimo. monio Kurik, por informarnos de que había recuperado el ancla y Finalmente, el ancla de Karraspio es indiscutiblemente un ancla de pedirnos información sobre cómo debería actuar al respecto. lítica de tres orificios, el superior, circular, para el cabo y los inferiores, Pasado el tiempo nos entregó la misma para que realizáramos su rectangulares, para los brazos de madera. Existen otras anclas líticas estudio. A José Luis Casaban, doctorando del Institute of Nautical que han sido identificadas en Bizkaia (aunque recordamos que algu- Archaeology (INA) de College Station, Texas, por ayudarnos con nas de ellas han sido cuestionadas incluso por la propia investigado- alguna bibliografía que era difícil de conseguir por nosotros. A ra); si las comparamos en una tabla con otras estudiadas por otros Rachel Quick, Education Manager de la Sociedad de Arqueología autores de otras localizaciones, muestran la correspondencia entre Náutica (Nautical Archaeology Society o NAS en inglés), del Reino formas, pesos y dimensiones como para establecer la posición de Unido, por recordarnos la procedencia del logo del NAS. A Gotzone cada una de ellas en relación a las otras (tabs. 1, 2, y 3). Los datos Agirre, por su ayuda con el texto en euskera. son insuficientes de esas otras anclas líticas y podrían no serlo, cree- Cualquier error u omisión es responsabilidad nuestra. mos, por lo poco evidente de alguna de sus características. Sin

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. obie Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 k EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA) 295 ET ALII ET ALII 666 MARTÍN-BUENO MARTÍN-BUENO 41 1985, 1985, 39 1985, MARTÍN-BUENO MARTÍN-BUENO BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 669-70 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 669 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 669 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 669 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO BENITO 668; 2000, 511 DOMÍNGUEZ 2004, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 668 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 668 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 668 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 668 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 668 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO BENITO 667; 2000, 511 DOMÍNGUEZ 2004, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 667 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 666 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 666 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 666 2000, BENITO DOMÍNGUEZ BENITO 2000, BIBIOGRAFÍA TICULAR TICULAR ARIA- ARIA- ARIA- AL SACEM 4266-HR, 4266-HR, AL SACEM AL SACEM-HR, G-12 AL SACEM-HR, AL SACEM-HR, G-1 AL SACEM-HR, AL SACEM 4265-HR, 4265-HR, AL SACEM AL SACEM HR, D-4 HR, AL SACEM AL SACEM HR, D-3 HR, AL SACEM AL SACEM 4264-HR, 4264-HR, AL SACEM AL SACEM 4269-HR, 4269-HR, AL SACEM AL SACEM-HR, E-304 AL SACEM-HR,

PUERTO, ANCLA 2 PUERTO, SOCIEDAD DE CIENCIAS GET ARANZADI, SOCIEDAD DE CIENCIAS GET ARANZADI, ANCLA 3 PUERTO, SOCIEDAD DE CIENCIAS GETARIA- ARANZADI, ANCLA 4 PUERTO, PUERTO, ANCLA 1 PUERTO, SOCIEDAD DE CIENCIAS GET ARANZADI, G-4 (H-141) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV (H-129) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV (H-122) D-2 (H-125) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV (H-127) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV (H-126) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV D-1 (H-123) D-5 (H-128) UNTZI MUSEOA-MUSEO NAV (H-124) UNTZI MUSEOA- MUSEO NAV COLECCIÓN PAR COLECCIÓN PAR G-3 (H-130)

DEPÓSITO

1020-1250 POR C14 (RESTO 1020-1250 POR C14 (RESTO MADERA EN ORIFICIO)

DATACIÓN podría tratarse de podría tratarse abajada a-getaria arte superior perdida arias más pero sin indicar alla laterales irregulares alla laterales alguna tratada por Benito alguna tratada Domínguez No se dan datos concluyentes; No se dan datos concluyentes; se menciona la existencia de alguna; No se dan datos concluyentes; No se dan datos concluyentes; se menciona la existencia de v cuántas Fragmento superior solo Fragmento

Posible origen en el flisch de Posible zumay

Falta trozo en esquina inferior Falta Aristas regulares T Poco tr Poco Vértices redondeados P

NOTAS -

Arenisca ama rillenta Arenisca ama - rillenta Arenisca gris Arenisca gris Lisa en ambas caras Arenisca gris

Arenisca Arenisca gris oscura Arenisca Arenisca Arenisca gris oscura Arenisca gris superior rehundida Parte Arenisca gris Arenisca

TIPO PIEDRA

(KG) 9, 52 9, PESO PESO

APROX 1000 X ? 100 / 150 600 X 290 50 /55 (ESTIMADAS) 640 X 430 35 / 60 22 26, 925 X 445 60 1000 X 460 70 1020 X ? 75 720 X ? 60 540 X ? 50 612 / 730 X ? 55 70 790 X ? 63 / 80 830 X 225 60 265 X 320 ?

DIMENSIONES AN X G (MM) A X

rectangu -

Circular (40) Circular (50); rectangu - Circular (50); lares (50 x 70 / 45 70) Circular (60); rectangu - Circular (60); lares (35 x 60) Cuadrado (65); rectagu - (65); Cuadrado lares (75 x 45) Circular; rectangularesCircular; 870 X ? 80 / 60 Circular; rectangularesCircular; 840 X ? 50 Circular; rectangularesCircular; 870 X ? 65 / 80 Circular; rectangularesCircular; 762 X ? 45 / 60 Circular (60); lares ( 53 x 50 / 50) Rectangulares Circular (70); rectangu - Circular (70); lares (60 x 50) Circular (60); rectangu - Circular (60); lares (45 x 65 / 50 65) Circular (80)

TIPO AGUJEROS TIPO AGUJEROS (DIMENSIÓN MM) 3 3 3 3 3 3 Rectangulares 3 3 3 3 3 3 Circulares

3 3 3 1 0 Nº AGUJEROS apezoidal apezoidal Triangular Triangular

Triangular Trapezoidal Trapezoidal alargada Trapezoidal Huso Triangulo isósceles Triangulo (casi regular) Trapezoidal Trapezoidal (casi rectangular) Triángulo isósceles Triángulo Tr Triangular Triangular Triangular Tr Trapezoidal Irregular, gran tamaño gran Irregular, Ovoide, alargada, con canal alargada, Ovoide, cabo para central FORMA

Bocana puerto pesquero Puerto, junto al espigón s Puerto, Sector oriental de la bahía, Sector oriental de la bahía, de iturri - cerca de yacimiento txiki Canal entrada al puerto Canal entrada Puerto exterior, cerca del Puerto exterior, viejo muelle n Viejo dique s (hoy rellenado) Viejo Ángulo dique-muelle n y espigón del abrigo (hoy bajo el muelle de la cofradía nueva) Junto al aquarium

Puerto refugio Getaria Donosti Getaria Getaria Getaria Getaria Getaria Puerto Getaria Getaria Donosti Donosti Donosti Donosti Bahía Costa donosti Hondarribia Hondarribia Getaria Puerto Hondarribia Bahía GIPUZKOA PROVINCIA LUGAR ENCLAVE Tabla comparativa de las anclas investigadas en Gipuzkoa. Elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las fuentes. Elaboración de las anclas investigadas en Gipuzkoa. comparativa Tabla 1. Tabla

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 obie k 296 J. M. MATÉS LUQUE O 2011, 23; GÓMEZ BRAVO Y GÓMEZ BRAVO 23; O 2011, MATÉS LUQUE 2016 MATÉS GÓMEZ BRAVO 2008A, 22. GÓMEZ BRAVO GÓMEZ BRAVO 22. 2008A, GÓMEZ BRAVO 106. 2009, GÓMEZ BRAVO 312-313. 2008B, GÓMEZ BRAVO 2008A, 22-23; GÓMEZ BRAVO GÓMEZ BRAVO 22-23; 2008A, GÓMEZ BRAVO 107. 2009, GÓMEZ BRAVO 312-313. 2008B, GÓMEZ BRAVO 2008A, 23. GÓMEZ BRAVO GÓMEZ BRAVO 23. 2008A, GÓMEZ BRAVO 108. 2009, GÓMEZ BRAVO 312-313. 2008B, GÓMEZ BRAVO 2008A, 32. GÓMEZ BRAVO GÓMEZ BRAVO 32. 2008A, GÓMEZ BRAVO 109. 2009, GÓMEZ BRAVO 312-313. 2008B, GÓMEZ BRAVO 2009, 110; GÓMEZ BRAVO Y GÓMEZ BRAVO 110; 2009, GÓMEZ BRAVO 319-322 2010, ZALLO USKOLA GÓMEZ BRAVO 2009, 111. GÓMEZ BRAVO Y GÓMEZ BRAVO 111. 2009, GÓMEZ BRAVO 319-323 2010, ZALLO USKOLA GÓMEZ BRAVO Y ZALLO USKOLA 2010, 319- 2010, Y ZALLO USKOLA GÓMEZ BRAVO 324 319- 2010, Y ZALLO USKOLA GÓMEZ BRAVO 325 GÓMEZ BRAV 310-312 2012, ZALLO USKOLA VO VO VO VO VO VO VO VO

ANCLA Nº 1 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 2 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 3 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 4 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 5 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 6 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 7 DE GÓMEZ BRA ANCLA Nº 8 DE GÓMEZ BRA

DATACIÓN DEPÓSITO FUENTE/BIBIOGRAFÍA

Sigue in situ . Se indica que tiene . tiene huellas de uso por rebaje en el NOTAS Identificada como posible ancla. Marcas de Identificada como posible ancla. Sigue in situ roce de cabo. Identificada como posible ancla. Marcas de Identificada como posible ancla. Sigue in situ roce de cabo. Identificada como posible ancla ya que el Identificada como posible ancla ya desgaste del orificio indicaría que es a Sigue in situ cause del cabo y su uso. Tiene orificio lateral. Sigue in situ orificio lateral. Tiene Marca de roces cabo. La autora indica que podría no ser un ancla La autora lítica orificio y con pesos entre 19,4 kg a 344 según cálculos (desconocemos si es 344 kg como que 344 parece exagerado o 34,4 ya un ancla lítiica. para Sin marcas de cabo al parecer. No se identifica individualmente sino en tres conjunto con otras Pìedra con orificio identificada como ancla Pìedra lítica; orificio y mancha de oxido que se asocia a orificio y mancha de oxido próxima con piedra Otra contacto metálico. como agujero es desestimada por la autora ancla lítica TIPO PIEDRA CALIZA CALIZA CALIZA CALIZA

59 344 226 109 330 175 252 35,8 CALIZA Entera 19,4 (KG) PESO (APROX) (APROX) (APROX) (APROX) (APROX) (APROX) (APROX) (PESADA) DIMENSIONES AN X G (MM) A X 822 X 495 56 640 X 480 210 1020 X 460 220 540 X 435 150

TIPO AGUJEROS TIPO AGUJEROS (DIMENSIÓN MM) CIRCULAR (56); CIRCULAR (56); (56 X RECTANGULAR 32 / 62 X 40) CIRCULAR (35) 810 X 660 380 CIRCULAR (45; 40)CIRCULAR (45; 710 X 570 330 ALARGADO (80X125) CIRCULAR (150) 1340 X 970 150 ESTRELLA DE 7 (40) PUNTAS OVALADO (32 X 28)OVALADO 770 X 690 280

1 (PENTAGONAL) 400 X 260 110 1 1 1 1 Nº AGUJEROS Forma Triangular 3 Piramidal Triangular 2 Cuadrangular 1 Ovalada Indeterminada 1 Indeterminada 1 Rectangular truncada Paralelepípedo 1

- entre Playa de karraspio Playa laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal, Zona intermareal, entre Zona intermareal, laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal, entre Zona intermareal, laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal, entre Zona intermareal, murgoa menor y punta lamera Zona intermareal, entre Zona intermareal, laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal, entre Zona intermareal, laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal, entre Zona intermareal, laidatxu y punta norte de a portuon - cala adyacente do Zona intermareal entre lai - datxu y la punta norte de a por la cala adyacente tuondo Mendexa Mundaka Sukarrieta Mundaka Sukarrieta Mundaka Sukarrieta Mundaka Mundaka Mundaka Mundaka Harri-bolas  Tabla comparativa de las anclas investigadas en Bizkaia. Elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las fuentes. Elaboración de las anclas investigadas en Bizkaia. comparativa Tabla PROVINCIA Lugar Enclave BIZKAIA Tabla 2. 2. Tabla

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. obie Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 k EL ANCLA LÍTICA DE TRES ORIFICIOS DE LA PLAYA DE KARRASPIO (MENDEXA, BIZKAIA) 297 260 157, FIG. 2 FIG. 157, 157 O 1992, 49 O 1992, ABELLA 2014, 157, FIG. 2 FIG. 157, ABELLA 2014, FERNÁNDEZ ABELLA 2014, 157 (FIG. 2) 157 (FIG. ABELLA 2014, FERNÁNDEZ BIBIOGRAFÍA CASADO SOT ABELLA 2014, FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ 257, RODRÍGUEZ BIEMPICA 1987, 259 RODRÍGUEZ BIEMPICA 1987, 259 RODRÍGUEZ BIEMPICA 1987, ABELLA 2014, FERNÁNDEZ 157 ABELLA 2014, FERNÁNDEZ SAN ANTÓN MUSEO MARÍTIMO DEL CANTÁBRICO IN SITU MUSEO DE MAR VIGO GALICIA, MUSEO DE PONTEVEDRA MUSEO ARQUEOLÓGICO DE

CAMBIO DE ERA CAMBIO DE ERA POSIBLE PERÍODO ROMANO

NOTAS DATACIÓN DEPÓSITO FRACTURADA FRACTURADA FRACTURADA

TIPO PIEDRA 21 32 27,5 19 PESO (KG) 940 X 640 ? 500 X 420 ? 510 X 360 ? 510 X 320 X? 650 X 450 ? 495 X 450 ? DIMENSIONES AN X G (MM) A X TIPO AGUJEROS TIPO AGUJEROS (DIMENSIÓN MM) 3 3 3 2 2 3 Nº AGUJEROS RECTANGULAR TRONCOPIRAMIDAL 3 FORMA TRIANGULAR- OVALADA TRONCOPIRAMIDAL 3 TRIANGULAR TORRALLA ORA (RÍA DE AROUSA) ORA (RÍA DE CANAL ENTRE LAS ISLAS, CANAL ENTRE LAS ISLAS, ENSENADA DE LIMENS TORRALLA CASTRO DE LA ISLA ENTRADA AL PUERTO ISLA DE SÁLV ISLAS CÍES, ENSENADA DE CARRACIDO CASTRO DE LA ISLA FRENTE A LA BOCANA DE BAHÍA FRENTE VIGO VIGO CORUÑA BARES

VIGO  Tabla comparativa de las anclas investigadas en Cantabria y Galicia. Elaboración propia a partir de los datos obtenidos en las fuentes. Elaboración de las anclas investigadas en Cantabria y Galicia. comparativa Tabla UÑA PONTEVEDRA PROVINCIA LUGAR ENCLAVE CANTABRIA SANTANDER COR Tabla 3. 3. Tabla

Serie Paleoantropología nº34. Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Año 2015. Bilbao. ISSN 0214-7971 obie k 298 J. M. MATÉS LUQUE

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