Libro «La Fuga Del Brujo
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
colección biografías y documentos La fuga del Brujo JUAN GASPA R IN I La fuga del Brujo Buenos Aires, Bogotá, Barcelona, Caracas, Guatemala, Lima, México, Miami, Panamá, Quito, San José, San Juan, Santiago de Chile, Santo Domingo Gasparini, Juan La fuga del brujo. - 2a ed. - Buenos Aires : Grupo Editorial Nor- ma, 2011. 352 p. ; 23x16 cm. ISBN 978-987-545-291-6 1. Investigación Periodistica. I. Título. CDD 070.44 © 2005, 2011. Juan Gaspari © 2005, 2011. De esta edición: Grupo Editorial Norma San José 831 (C1076AAQ) Ciudad Autónoma de Buenos Aires República Argentina Empresa adherida a la Cámara Argentina de Publicaciones Diseño de tapa: Hernan Vargas Fotografía de tapa: José López Rega baja del avión que lo condujo a España en julio de 1975. Impreso en la Argentina Printed in Argentina Primera edición: agosto de 2005 Segunda edición: septiembre de 2011 Cc: 28003042 ISBN: 978-987-545-291-6 La editorial no se responsabiliza por las opiniones y comentarios expresados por el autor o los entrevistados. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso escrito de la editorial. Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Libro de edición argentina. Índice Prólogo 13 Capítulo 1 La Santa Biblia 17 Capítulo 2 El polvo de la derrota 27 Capítulo 3 La cobertura de María Sol Meyer 37 Capítulo 4 El agente multiuso de Puerta de Hierro 43 Capítulo 5 Los contactos de Silvio Carlos René Tricerri 53 Capítulo 6 La gira preliminar 75 Capítulo 7 El ministro de Francisco Franco 99 Capítulo 8 El mensajero de Isabel 113 Capítulo 9 La pianista 127 Capítulo 10 La maldición helvética 145 Capítulo 11 El fardo de la prueba 159 Capítulo 12 Testigos de novela 169 Capítulo 13 El veredicto 185 Capítulo 14 La voluntad de los sueños 197 Capítulo 15 La carpeta de Videla 213 Capítulo 16 La locura de Paino 229 Capítulo 17 La galaxia de las Tres A 247 Capítulo 18 El aquelarre 263 Anexo 277 Epílogo 315 Agradecimientos 325 Índice onomástico 331 “Nun ca se sa be cuán do ni dón de em pie zan las his to rias de ver dad.” JOR GE SEM PRÚN, Vein te años y un día, Bar ce lo na, Tus quets Edi to res, 2003. PRÓLOGO “Siempre lleva las de perder el que más muertos sepulta.”” ALBERTO MÉNDEZ, Los girasoles ciegos, Anagrama, Barcelona, 2004. La primera edición de este libro que ahora se reedita, apa- reció en 2005. La idea de escribirlo había nacido tres años antes, luego de ser avisado por el periodista suizo, Frank Gar- bely, de que en los Archivos Federales helvéticos de Berna era posible examinar carpetas sobre José López Rega, quien había vivido clandestinamente en este país entre 1975 y 1982. Autorizado y llevado a cabo el análisis de esos documentos, me propuse a continuación seguirle la pista al personaje en la etapa siguiente de su convulsa evasión de la Argentina, que discurriera en los Estados Unidos hasta su entrega en Miami el 13 de marzo de 1986. Extraditado ulteriormen- te, López Rega se enfrentó en Buenos Aires con su pasa- do, a donde debí prolongar mi búsqueda periodística para reconstruir un episodio judicial y político aún inconcluso, no obstante su fallecimiento en junio de 1989. El reencuen- tro del personaje principal del libro con ese pasado del cual 13 Juan Gasparini huía, vale decir, la secuencia cronológica de la fuga del Bru- jo, cede el paso al orden lógico de los acontecimientos, insta- lando la horripilante intensidad de su historia subyacente, la indemne confabulación de las Tres A. Por todo eso, este libro no es una biografía de José López Rega, tan sólo una crónica de su trayectoria criminal, al es- tilo de un largo artículo, contemplativo y en profundidad. No es tampoco un ensayo sobre las Tres A, ni un panfleto ideológico o militante, sino una investigación periodística que abarca un seguimiento de la construcción de una orga- nización paramilitar bajo tutela del Estado, que mereció la calificación penal de haber cometido delitos de lesa huma- nidad, masivos, sistemáticos e imprescriptibles. Es un ras- treo en diferentes sumarios, legajos, consultas y entrevistas, y en la averiguación de datos rigurosamente contrastados en distintas fuentes testimoniales, de la literatura política y en la prensa. Es el relato del apogeo y caída de la obra de un hombre que llegó a ser el más poderoso de Argentina en una época corta e intensa, implicado en las decisiones de cuatro presidentes constitucionales, especialmente dos de ellos: Juan Domingo Perón y su tercera esposa, María Estela Martínez de Perón. Espero haberme puesto a salvo del periodismo moraliza- dor que aplasta la información en aras del comentario, an- teponiendo la presunta intencionalidad de los protagonis- tas a la cruda verdad de los hechos. No he fingido ser neutral presentando una verdad aparente porque sería inaceptable. Ló- pez Rega no ha despertado nunca mi simpatía, aunque sí mi compasión. Pero nada de eso ha impedido respetar el com- 14 La fuga del Brujo promiso profesional de aportar todas las pruebas documen- tales y testimoniales a mi alcance, para que el lector pueda formarse su propio juicio de ciertas personas y algunas cir- cunstancias de una de las etapas más controvertidas de la Argentina. Con esa legítima obsesión he deliberadamente identificado en casi todos los párrafos de donde extraigo cada elemento volcado en el texto, así se distingue con ob- jetividad cuándo tomo partido como autor. Juan Gasparini Ginebra, julio de 2011. 15 CAPÍTULO 1 La Santa Biblia El 24 de diciembre de 1976, José López Rega, conocido como el Brujo, se puso a ojear las Sagradas Escrituras. Fisgó sin rumbo en el grueso volumen de casi 1.400 folios. No era una edición común de la Biblia. Era la cuidada versión castellana de Félix Torres Amat, Edición de la Familia Cató- lica, publicada en 1958 por The Grolier Society Inc. de Nueva York. Indudablemente reparó en una página inicial, progra- mada para inscribir las dedicatorias. Con birome azul, deba- jo del impreso “presentado a”, escribió: “María Elena Cisne- ros”. A renglón seguido añadió: “venida desde Paraná”. Tras el “por” reservado a quien ofrecía el regalo puso su nombre completo. Después volcó la fecha de la Navidad y, a conti- nuación, el lugar: “Nyon, Suiza”. Estampó de inmediato tres puntos haciendo triángulo y, si hubiera estado delante del periodista y escritor Tomás Eloy Martínez, le habría dicho que no eran “los puntos de la masonería”, sino los que “per- miten identificar a las personas que tienen fe en Dios y amor por el conocimiento”. Al pie, trazó una línea horizontal rá- pida y larga, como refrendando una firma. La raya profanó el marco de pequeñas flores azules y rojas, laureles grises, 17 Juan Gasparini ramas negras y hojas de color ocre, que con ingenuidad reli- giosa decoraban tres de los cuatro márgenes en esa suerte de carátula de presentación, la cual así quedó suscripta para la posteridad, según se reproduce en el Anexo.1 El histórico secretario privado del fenecido general Juan Domingo Perón, autoapodado Lopecito, acababa de cumplir 60 años. Dos meses antes había sido destituido de su rango de comisario general de la Policía Federal, al tiempo que In- terpol lo situaba en la mira de un requerimiento internacio- nal a raíz de un pedido oficial de captura de los tribunales argentinos emitido un año atrás. En efecto, desde el 19 de diciembre de 1975 la justicia de Buenos Aires lo buscaba por el desvío de fondos públicos perpetrado entre 1973 y 1975, cuando el Brujo era titular del Ministerio de Bienestar So- cial. Esa infracción la había cometido asociado ilícitamente, entre otros, con Carlos Alejandro Gustavo Villone, Secre- tario de Estado de Coordinación y Promoción Social que, tras la gestión de López Rega, había sido su fugaz sucesor al frente de dicho Ministerio y que también era buscado por Interpol. Sin embargo, dichas solicitudes fueron selladas en Suiza con el bando de que no se debía arrestarlos, como se testimonia en el Anexo.2 A pesar de que López Rega supuestamente ignoraba que los poderes públicos de la Confederación Helvética no lo inquietarían si circulaba por ese país, el Brujo disponía en esas vísperas navideñas de 1976 su entrada irreversible en la clandestinidad suiza. Quizás retribuía con la Biblia un pa- saporte argentino que llevaba su foto, pero bajo el nombre de Ramón Cisneros, nacido el 1 de febrero de 1920 en Para- ná, Entre Ríos. Lo había conseguido gracias a María Elena Cisneros, de 25 años, hija única del mencionado Ramón. 18 La fuga del Brujo La pareja del otoñal Lopecito y la Cisneros se guarecía en un apartamento situado en el décimo segundo piso de un discreto edificio de clase media, del 88 Route des Tattes- d’Oie, en Nyon, ciudad situada a medio camino entre Gi- nebra y Lausana, trepando por las laderas que suben a los Alpes a partir de los bordes del lago Leman. Lo alquilaba Ricardo de Frutos, un amigo español de Lopecito. Éstos y muchos otros datos fueron revelados por la propia Cisneros a los policías federales suizos cuando, seis años más tarde, se los descubrió afincados en las cercanías, instalados como dueños del chalet Les Oiseaux (Los Pájaros) en los suburbios de Villeneuve, siempre a orillas del lago Leman.3 ¿Cómo se había agenciado el Brujo aquella “Sagrada Bi- blia”, producida en los Estados Unidos? Junto a guías, ora- ciones, indulgencias y misas, la lujosa y pesada encuaderna- ción contenía, desde luego, el Antiguo y Nuevo Testamento, amén de 80 láminas en colores naturales, reproducciones de Miguel Ángel, Tintoretto, Murillo, El Greco y Velázquez, entre otros pintores menos famosos.