Arch.argent.pediatr 2003; 101(6) / 495 Conferencia

Proyectos, y futuro en el período juvenil*

Prof. Dina Krauskopf**

En la fase juvenil se producen proce- acelerados de las realidades sociales y sos claves del desarrollo que absorben el culturales que han dejado a los adultos ritmo de los tiempos y las situaciones. La desprovistos de suficientes bases en su multiplicidad de referentes con los que propia experiencia para orientar y en- las sociedades entran al nuevo milenio frentar a los adolescentes sin tomar en genera nuevas temporalidades y devela cuenta sus propias perspectivas. Esto se la diversidad en las condiciones, senti- traduce en la rigidización de las posturas dos y trayectorias existenciales que se adultas ante la inefectividad de los ins- presentan. trumentos psicosociales con que cuentan La diversificación, complejización y para relacionarse con la gente joven. Los el funcionamiento de la sociedad actual bloqueos generacionales son la conse- han significado que los trayectos de vida cuencia de los fenómenos anteriormente que podían preveerse en sus distintas descritos. Se expresan en la dificultad etapas y en función de las metas a conse- que tienen ambos grupos generacionales guir se hayan modificado. Esto hace par- para escucharse mutuamente y prestarse te de los procesos de construcción de la atención empática. identidad no sólo en los jóvenes, sino que los adultos también se ven impelidos a PREPARACIÓN Y FUTURO flexibilizar sus procesos identitarios para Se hace necesario repensar el peso incorporar las nuevas transiciones del ordenador que tienen el futuro y el mo- mundo contemporáneo. Es lo que ha dado delo adulto en la estructuración actual de en llamarse “mantenerse joven” con una los proyectos en la fase juvenil. Como visión tradicional de las etapas de la vida. sintetiza Reguillo ”el mundo de los jóve- El período juvenil ha sido entendido nes está anclado en su presente”. Más tradicionalmente como un período de que reducirse a la preparación para un transición, preparatoria para el futuro futuro predeterminado (el llamado pro- adulto, lo que, como contraparte, ha teni- yecto de vida), hoy las personas en la fase do la visión de la adolescencia como eta- juvenil ponen el énfasis en la adquisición pa problema y la adultez como meta de respuestas y habilidades que puedan definida. Estas caracterizaciones han sido confrontar en su presente, para ir cons- más bien esencialistas, predominante- truyendo ejes flexibles de su identidad * Conferencia dictada mente adultocéntricas y no profundizan que integran sentidos de vida en su tra- en el 4o Congreso en las múltiples articulaciones, datos em- yecto existencial. La preparación no cum- Argentino de Salud píricos que revelan las formas juveni- ple su sentido cuando se orienta a una Integral del Adolescente, 20 al 23 les de experimentar y participar en lo generación vista sólo como relevo, ya de setiembre de 2001, que ocurre. El “adultocentrismo” se tra- que con ello se entregan los conocimien- Rosario, Santa Fe, duce en prácticas sociales que orientan tos a sujetos en subordinación y margi- Argentina. los programas y políticas desde un enfo- nación. **Universidad de que exclusivamente adulto, basado en la Hoy existe en manos de los jóvenes un Costa Rica. discriminación por edad y la representa- saber, una velocidad de aprendizaje que Consultora ción del adulto como modelo acabado de absorbe más fácilmente los conocimien- Internacional las metas futuras. El “adultismo” se tra- tos y técnicas, los que además se ven en Juventud. duce directamente en las interacciones enfrentados a una mayor obsolescencia. Correspondencia: entre los adultos y los jóvenes. Lo enten- En la cultura juvenil opera la alta veloci- [email protected] demos como producto de los cambios dad. En el modelo contemporáneo de 496 / Arch.argent.pediatr 2003; 101(6) / Conferencia preparación, los conocimientos requieren pasado, en mayor o menor grado, a ser ser vinculados a una cosmovisión compar- redes más abiertas, atravesadas por otras tida y a las experiencias juveniles. La moti- agencias socializadoras y por las influen- vación adolescente va unida a la valoración cias multiculturales. Los jóvenes viven así, de sus aportes y al compromiso con la expe- al decir de Parra, en “un archipiélago de riencia productiva y participativa. Una de culturas”. Ello trae elementos que modifi- las instituciones centrales de la programa- can la configuración de los procesos ción social para la formación de las nuevas identitarios y la certidumbre de permanen- generaciones, la escolaridad, se encuentra cia de los proyectos en todo el ciclo vital. desfasada en su capacidad para cumplir con Esta misma multiplicidad ha de llevar a sus objetivos en el nuevo contexto. Parra la refundación de un pacto generacional señaló acertadamente que la escolaridad ya abierto a la pluralidad y una nueva mirada no puede escindirse de la función social del a la comprensión de la dinámica psicológi- conocimiento. ca de las identidades en tensión con la rigidez de los planes escolares. Por otro LAS TRANSFORMACIONES lado, las culturas juveniles parecen acomo- DE LA ADULTEZ darse e interpretar el mundo contemporá- Las transformaciones contemporáneas neo con mayor facilidad que los adultos afectan la vida de los adultos, lo que a su vez socializados por el discurso lineal y conti- modifica las relaciones de los adolescentes nuo de la modernidad. Es más, ha sido y jóvenes con ellos. sumamente difícil para las generaciones Lutte observó que “la rapidez de los mayores procesar que la formación duran- progresos técnicos y científicos obliga a los te la adolescencia ya no puede tener como adultos a una formación permanente. Por lo meta un estereotipo de modelo adulto. In- tanto, es menos posible distinguir la adoles- cluso es fuerte la tendencia a la juveniliza- cencia de la edad adulta en función de la ción adulta. preparación para la vida”. Unos breves comentarios sobre este úl- La transformación del período adulto ha timo punto. La juvenilización se ha produ- llevado a que los mayores oculten menos o cido al considerar a la juventud como un destaquen en exceso lo que consideran los signo independiente de la edad (como es- costos de la adultez. Aun cuando no lo píritu, fuerza, apertura) y ha permitido manifiesten explícitamente, las generacio- que se desplieguen procesos de identifica- nes menores son cada vez más perceptivas ción adulta con los diversos modelos de ser de las confusiones, inseguridades y contra- joven que la sociedad ofrece e impone. De dicciones que los adultos experimentan. esta forma los adultos reafirman su capaci- Rodulfo señaló que los adolescentes pue- dad de mantenerse vigentes, flexibles y den experimentar una intensa desilusión. abiertos a las transformaciones del mundo Como consecuencia suelen volverse muy contemporáneo, signando sus identidades inflexibles y no perdonarles que no sean con la marca de la juventud. Incluso el “grandes”; pero a la vez, pueden sentir una mercado interviene facilitando la adquisi- terrible angustia porque se sienten empuja- ción de estos signos y las técnicas facilitan dos a ese lugar de la adultez en la que la el reciclaje del cuerpo. grandeza no es posible y clavan los frenos Es necesario no confundir la condición para no llegar. de juventud con el signo juventud. No todos Estos casos de descontento con la vida no los jóvenes llevan este último, ni necesaria- conducen necesariamente a que las genera- mente organizan su adscripción identifica- ciones menores se vayan de la casa. Aquellos toria central en ser joven. Tampoco es, nece- que se quedan, probablemente se sientan sariamente, una demostración de acepta- demasiado expuestos a mensajes contradic- ción de las generaciones mayores hacia las torios en el mundo al que deben adentrarse y juventudes. Los adultos tienden a destacar buscan permanecer protegidos. muy positivamente su espíritu joven, en Con la modernización y la globalización, tanto las juventudes propiamente como ta- el dominio directo de y el sistema les, pasan a ser vistas como una amenaza al escolar sobre el entorno ha disminuido. Han bienestar social. Proyectos, incertidumbre y futuro en el período juvenil / 497

LA INCERTIDUMBRE Y NUEVAS sibilitan al joven en el umbral del nuevo FORMAS DE ESTABILIDAD siglo, el acceso simultáneo a distintos mun- EN LOS PROYECTOS DE VIDA dos posibles. La familia se ha modificado y deja de ser Existe un reposicionamiento como fuen- la fuente cerrada de socialización y protec- tes de identidad de la relación estudio-tra- ción. Los modelos tradicionales de protec- bajo, y de otras metas-destino vistas tradi- ción han perdido su eficiencia. cionalmente como previsibles o inevitables. “En el pasado, el sistema de inmunidad La regularidad de la secuencia educación- se describía como una fortaleza privada, un trabajo también se ha roto, se antepone el muro firme y estable que protegía de lo trabajo por razones económicas o porque interno y de lo externo. Ahora hablamos los ámbitos académicos no ofrecen las res- sobre el sistema inmunológico como algo puestas buscadas. Con frecuencia la simul- flexible y permeable. Su buen estado depen- taneidad estudio-trabajo es atractiva o la de de su adaptabilidad”, señala Turkle. Me- única factible. diante sus estudios de la identidad en la era La identidad es la vertiente subjetiva de Internet concluye que “cada uno cons- que organiza, orienta y da sentido a las truye sus propias metáforas sobre el bienes- interiorizaciones de roles y status, a las tar psicológico. Hasta hace poco la estabili- prácticas sociales, a las relaciones de vin- dad se valoraba socialmente y se reforzaba culación, al grado de compromiso de las culturalmente (a través de) roles de género acciones. Toda identidad involucra la re- rígidos, trabajo repetitivo... (perspectivas producción social y la proyección social. de) permanecer toda la vida en una peque- Por ello, de acuerdo con Valenzuela, “la ña ciudad…“. constitución de las identidades expresa La presencia de lo efímero e incierto no la relación entre el individuo y la colecti- constituye necesariamente inestabilidad y vidad“. vivir en un crisol de contradicciones, cam- La sustitución de la escolaridad por la bios y diversidad de insumos no puede ser actividad laboral que caracteriza la premu- provisional durante mucho tiempo. Se hace ra, incrementa la vulnerabilidad y contribu- necesario desarrollar estrategias de articu- ye a mantener el ciclo de pobreza. Sin em- lación interna y de relación con el mundo bargo, en ciertas condiciones, los adoles- externo para incorporar la paradoja social centes y jóvenes consideran que promueve que Reguillo ha llamado, la incertidumbre su desarrollo, pues pone en práctica destre- como única certidumbre. No es casual que zas que no son reconocidas en el ámbito sea también en esta perspectiva que el mo- escolar y encuentran relaciones intergene- delo de resiliencia ha hecho sus aportes al racionales de colaboración laboral que son desarrollo humano. más gratificantes, ya que difieren de la asi- metría típica de la relación educador-edu- REGULARIDAD Y SIMULTANEIDAD cando. EN LA CONSTRUCCIÓN Bourdieu, a propósito de los jóvenes y DE LOS PROYECTOS los “trayectos de vida“ en el campo escolar, Desdibujados los referentes de la vida señala el debilitamiento de las trayectorias social, ésta no se presenta ya más como una relativamente claras y jerarquizadas. continuidad espacio-temporal. Una secuen- Se observa una desvalorización de los cia afectada es la cadena “sexualidad acti- diplomas escolares y profesionales frente al va-nupcialidad-reproducción”que parecían mercado de trabajo, por lo que pasan a ser formar eslabones metaordenados. En la ac- más bien credenciales de una necesaria eta- tualidad, la independencia entre cada una pa cumplida, que la certificación de capaci- de estas metas ha aumentado y constituyen dades. La postergación de la incorporación decisiones separadas. laboral digna y exitosa es marcada. Fre- El ecosistema bidimensional que des- cuentemente los adolescentes de ambos cansaba en la alianza familia-escuela ha sexos afirman que no ven relación en lo que sido sobrepasado. Entre ambas institucio- les están enseñando con lo que quieren ha- nes (familia-escuela) hay un conjunto com- cer, ni con las situaciones que encuentran en plejo de dispositivos mediadores que po- sus propias vidas. 498 / Arch.argent.pediatr 2003; 101(6) / Conferencia

Es necesario reconocer que debido al 1) El desarrollo no es linealmente normati- ritmo de innovación permanente en las po- vo. Ya no es posible adscribir crisis o sibilidades y la tecnología “ningún sistema tareas exclusivas a cada período de edad. educativo puede enseñar de una vez y para 2) Los ejes existenciales se readecúan per- siempre”. Las características de la moderni- manentemente, aun en la edad adulta y dad llevan a que las capacidades y conoci- esto afecta el sentido que tradicionalmen- mientos deban alcanzar un amplio rango de te se le ha dado a la moratoria. aplicabilidad. Esto produce un cambio de Erikson enfatiza la centralidad de la perspectivas en lo referente al reduccionis- moratoria para la elaboración de la identi- mo vocacional y una mayor valoración a la dad en el período juvenil , aspecto que me- diversidad de recursos e intereses de la per- rece ser revisado a la luz de las actuales sona. Se trata de nuevos desafíos en estruc- condiciones de vida, la intensificación de la turación del camino de la autonomía y la globalización y la modernización. ocupación de los adolescentes. Nuevas pers- La instauración de la idea de la morato- pectivas al sentido del tiempo influyen en el ria psicosocial consideró necesario un pe- desarrollo exitoso de la vocación y hacen ríodo donde la preparación se obtiene en la más evidente que ésta no es necesariamente postergación de la acción y la toma de deci- unívoca. De allí que se requiera una forma- siones. Es un tiempo intermedio para llegar ción con perspectivas flexibles de trabajo, a la familia y a la profesión. fomento de la expresión innovadora de los El valor de la moratoria para Erikson talentos, destrezas e involucramiento satis- consiste en que es un tiempo de ensayo y factorio en la productividad. error que permite ensayar diversos roles y Ajenas a esta realidad más profunda, las orientaciones para probarse y probar su personas vinculadas cercanamente a un medio, sin una responsabilidad estable. Este adolescente tienden a trasmitirle sus pro- lapso brindaría una estructura de oportuni- pios sueños y aspiraciones no sólo de reali- dades para permitir la paulatina integra- zación de talentos, sino también en relación ción de las identificaciones infantiles y la al status social. Esto incluso se complica en elaboración final de la identidad. la actualidad cuando persiste la visión de Las características del mercado laboral, que el joven, al elegir una profesión elige su tanto en los países llamados subdesarrolla- “futuro“. En estos casos no se considera si la dos como en aquellos situados en la avan- persona está dotada e interesada para su de- zada mundial económico-política, hacen sempeño y, menos aún se percibe que no que la postergación y el tiempo de espera existe el futuro cierto en ninguna especifica- implícitos en la moratoria vean debilitado ción ocupacional. su sentido y evidencien más fuertemente la En la actualidad, se produce una confi- marginación de la toma de decisiones y el guración de identidades juveniles (y adul- acceso a posiciones acordes con las capaci- tas) menos marcada por la continuidad li- dades y búsquedas juveniles. Grandes ma- neal que por la heterogeneidad en las condi- yorías de adolescentes latinoamericanos ciones de vida. Esto nos lleva a afinar los son “invisibilizados” como tales, al no vi- conceptos sobre la constitución de la estabi- vir la moratoria y enfrentar la premura lidad como eje de la salud mental. psicosocial, término acuñado por De la La presencia de lo efímero e incierto no Garza y otros. constituye necesariamente inestabilidad, Mantener el concepto de moratoria es pues vivir en el crisol contemporáneo de mantener también el reduccionismo del contradicciones, cambios y diversidad de paradigma de etapa preparatoria. Tal re- insumos no puede ser provisional durante duccionismo surge como una postergación mucho tiempo. de los derechos de los niños y jóvenes, al considerarlos carentes de madurez social e LA MORATORIA COMO inexpertos. Implícitamente se les niega el PERÍODO DE PREPARACIÓN reconocimiento como sujetos sociales. Ya Queremos señalar aspectos fundamen- Aberastury identificaba el problema seña- tales que reclaman un cambio en la clásica lando: “si al adolescente se lo margina de la perspectiva eriksoniana de la moratoria: capacidad de acción, se lo mantiene en la Proyectos, incertidumbre y futuro en el período juvenil / 499 impotencia y, por lo tanto, en la omnipoten- (elige metas y valores tradicionales o cia del pensamiento…”. parentales) y la difusa (sus elecciones o cam- La preparación no cumple su sentido bios tienen un débil involucramiento perso- para los adolescentes si no va unida a la nal). Las condiciones, problemas y respues- valoración de sus aportes y al compromiso tas se transforman con el correr del tiempo con la experiencia productiva y participati- ante los nuevos desafíos que la longitud de va. Parra señaló acertadamente que la esco- vida implica y el incremento de variadas laridad ya no puede escindirse de la función circunstancias que tienen mayores probabi- social del conocimiento. lidades de ocurrir. Por otro lado, se ha comprobado que la Por otro lado, introducen el concepto de fase juvenil no es el único período donde la moratoria vital que apunta a la disponi- se busca elaborar la identidad y, por lo bilidad del capital temporal. La juventud tanto, ésta puede sufrir importantes mo- se puede entender como un posicionamien- dificaciones. to cronológico, una experiencia temporal Los estudios basados en las clasificacio- vivida con un espectro de posibilidades de nes de identidad de Marcia concluyeron realización y un espacio de irreversibilidad que la moratoria puede expresarse como menor que en la adultez. Serían jóvenes los crisis en cualquier momento de la vida adul- que gozan de un excedente temporal, que ta, lo que no es de extrañar si reconocemos se expresa en la distancia de su nacimiento que la esperanza de vida se ha hecho cada y lejanía respecto de la muerte, lo que tiene vez mayor. Marcia propuso cuatro estados un impacto estructurante en la experiencia de identidad que pueden reconocerse en el subjetiva. Este concepto vuelve a tener curso de la vida, si bien arrancan en el perío- mayor aplicación en los grupos juveniles do juvenil. La identidad de logro (formula- más exitosamente integrados a la socie- ción personal de metas ocupacionales y com- dad. Entre los jóvenes excluidos se puede promisos religiosos y políticos), la de mora- apreciar una devaluación del capital tem- toria (no ha establecido metas firmes ni com- poral y un mayor apoyo en gratificaciones promisos a largo plazo), la predeterminada inmediatas, palpables, aun cuando signifi- quen alto riesgo.

CONCLUSIONES Sentido de la vida Los conceptos de juventud y adolescen- Presente cia remiten a la edad y sus concomitantes biológicos, procesados por la historia y re- presentados por la cultura. Para ello revisaremos los actuales refe- Capacidades rentes de las trayectorias de vida tanto de

Incertidumbre Aprender a aprender los jóvenes como de los adultos, el desfasaje Aprender a ser de los implícitos de la moratoria, las trans- Aprender a hacer formaciones en el campo de las identidades y algunas concomitantes en las prácticas y

Proyectos expresiones juveniles. Hoy ser joven plan- tea nuevos sentidos que modifican lo plan- Identidad fortalecida teado sobre las transiciones juveniles. multicentrada Estos aspectos contribuyen a que en la estructuración de los proyectos existan nue- vas concepciones sobre las relaciones ge- Construcción de presente neracionales, la estabilidad, la certidum- con bre, el largo plazo, etc. y llevan a revisar las perspectiva de futuro relaciones entre el presente y el futuro en la vida juvenil. En nuestros días, es cada vez Avance menos posible darle vigencia permanente   al funcionalismo endógeno y normativo en los procesos del período adolescente y ju- 500 / Arch.argent.pediatr 2003; 101(6) / Conferencia venil. Esto incide en nuestra comprensión Adolescencia. 2a ed. San José, Costa Rica: UNFPA, de las identidades y, por lo tanto, en el 2000. - Lutte G. Liberar la adolescencia. La psicología de los fundamento clínico y programático de las jóvenes de hoy. Barcelona: Biblioteca de Psicología, intervenciones. Herder, 1991. “La introducción precoz a roles que obli- -Marcia J. Development and validation of ego identity. gan al individuo a adscribirse a proyectos J Person Soc Psych 1966; 3:551-558. -Margulis M, Urresti M. La construcción social de la no elegidos ni madurados, como la poster- condición de la juventud. En: Margulis M, Urresti M. gación de compromiso activo del presente La juventud es más que una palabra. Buenos Aires: con el futuro, harán de la adolescencia un CENEP, CEDES y AEPA, 1996. período de muy conflictiva y difícil resolu- - Martín Barbero J. Jóvenes: desorden cultural y palimpsestos. En: Cubides H, Laverde MC y Valde- ción“. rrama CE. Viviendo a toda. Jóvenes, territorios cultu- El aferramiento del joven adulto a las rales y nuevas sensibilidades. Santa Fe de Bogotá, identidades potenciales –todo lo que se ha- Colombia: Siglo de Hombre Editores, 1998. bía imaginado en la adolescencia que podría -Martín Barbero J. La comunicación en las transfor- maciones del campo cultural. Alternativas, 1993; llegar a ser– se intensifica por fantasías 3(5):59. exaltadoras de la autoestima que encubren o - Parra R. El tiempo mestizo. Escuela y modernidad en compensan aspectos muy frágiles de la ela- Colombia. En: Cubides H, Laverde MC y Valderra- boración de la propia identidad y las capaci- ma CE. Viviendo a toda. Jóvenes, territorios cultura- les y nuevas sensibilidades. Santa Fe de Bogotá, ■ dades de enfrentamiento con el medio. Colombia: Siglo de Hombre Editores, 1998. - Reguillo R. Las tribus juveniles en tiempos de la BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA modernidad. En: Reguillo R. Estudios sobre las cul- - Aberastury A y otros. Adolescencia. Buenos Aires: turas contemporáneas. Programa Cultura, Univ. de Ediciones Kargieman, 1971. Colima 1993; 5: 15. - Bango J. Las políticas de juventud al final del milenio. - Rodulfo R. Preocupémonos si un adolescente no Madrid: Organización Iberoamericana de la Juven- tiene alguna pasión. Riesgos y beneficios de la pro- tud, 1997. longación de la adolescencia. Diario Clarín, 30 de - Bourdieu P. La juventud no es más que una palabra. julio de 2000. Sección Opinión. http://www.clarin. En: Bourdieu P. Sociología y Cultura. México: com/diario/2000-07-30/o-02801.htm Grijalbo, 1990. - Serna L. Globalización y participación juvenil. En: - De la Garza F, Mendiola I, Rábago S. Adolescencia Jóvenes. Rev Est Juventud. México: 1998; Año 5. marginal e inhalantes. México: Editorial Trillas, 1977. - Turkle S. La vida en la pantalla. La construcción de la - Erikson E. Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: identidad en la era de Internet. Buenos Aires: Paidós, Paidós, 1974. 1995:321-332. - Krauskopf D. Adolescencia y educación. 2a ed. San - Valenzuela JM. Coord. Decadencia y auge de las José, Costa Rica: EUNED, 1994. identidades. Tijuana, México: Editores Plaza Valdés, - Krauskopf D. Participación Social y Desarrollo en la 2000.

A los adolescentes les pasa con los límites algo similar a lo que acaece con sus cuerpos. Los exploran, mientras se expanden.

ERNESTO DOMENECH