FL ORENT INO PÍREZ EMBID

DIEGO DE ORDAS,

COMPARlRO DE CORTÍS Y EXPLORAD OR DEL DIEGO DE ORDÁS, COMPkÑERO DE CORTÉS, Y EXPLORADOR DEL ORINOCO p u B L I e A e I o N E s DE L A ESCUELA DE ESTUDIOS HISPANO-AMERICANOS DE SEVI LLA

LVIII (N. 0 general)

Las noticias, asertos y opiniones contenidas en este tra­ bajo, son de la exclusiva responsabilidad del autor. La Escuela de Estudios Hispano-Americanos solo res­ ponde del interés científico de sus publicaciones. LA FLORENTINO PÉREZ EMBID A-A -AMERICANOS 2326

DIEGO DE ORD AS, COMPAÑERO DE CORTES , Y EXPLORADOR DEL ORINOCO

s en este tra­ il. del autor. nos solo res­ ublicaciones. Sevilla, 1950

A LA FACULT AD DE FILOSOFIA Y LETRAS DE LA UNIVERSIDA D DE SEVI LLA,

en la que ful estudiante, y en la que abora traba¡o con orgullo de su presente y con firme esperanza en el futuro de su acción intelectual Primera edici6n, Je mil ejemplares.

RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS

G. E. H. A.. Alfon,o XII, za .. SEVILLA piares. I N D I C E G E N E R A L

Pásina• PROLOGO 13

!.�D IEGO DE ORDAS ...... 19 Los orígenes de Diego de Ordás ...... 21 Su actuación en la empresa de Cortés ...... 21 Primer viaje a España (1522-23) ...... 24 Regreso y riquezas en Nueva España ...... 27 Personalidad y linaje de Diego de Ordás ...... 28

II.-EL DESCUBRIMIENT O DE LAS BOCAS DEL ORINOCO Y COSTA DE PARIA ...... 31 Los primeros viajes y penetraciones en esta zona... 31 La geografía de los descubridores ...... 34 �ECHOS Los términos de las sucesivas gobernaciones .. .. • ...... 34 Las regiones de la costa 35 LLA Los nombres de los ríos 37 10 ÍNDICE GENERAL

Póg,n111 Ill.-LAS CAPITULACIONES DE DIEGO DE OR- DAS PARA LA EMPRESA DEL ORINOCO Y LOS NOMBRAMIENTOS COMPLEMENTA- RIOS ························································· 41

IV.-LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE ...... 47 Preparativos materiales ...... 47 Las gentes de la tripulación ...... 50

V,_.EL VIAJE HASTA LA COSTA DE PARIA...... 57 Las islas Canarias ...... 58 De Cabo Verde a la Trinidad ...... 59 Ordás, en Paria ...... 62 Relaciones con las jurisdicciones halladas en la costa: la del gobernador de la Trinidad, en ,Paria, y la de Cubagua, en Cumaná. Gestiones de Ortal ...... 66 Sucesos en Paria. El episodio de los Silva ...... 69

VI.-EXPLORACIONES E INCIDENTES ...... 73 La penetración por el Orinoco o Huyapari ...... 74

Tanteos desde Huyapari: otros poblados ..• , • • • • • • • • • • • • • • 77 La entrada de Juan González hacia Guayana • • .. • .• • • • • • 78 Continúa la expedición p 'or el Orinoco .. • ...... 80 Abandono de la ruta del río y regreso ...... 84 Traslado de San Miguel de Paria ...... , .. .. • ...... • .. .. • 86 ÍNDICE GENERAL 11 P4gi"ª' GO DE OR­ El intento de penetración por el río de· Cuman:\.. . 87 )RTNOCO Y Los hechos de Ordás, desde Castilla ...... 92 'LEMENTA- El deslinde con la jurisdicción de la Trinidad • ; ...... 93 41 Limites de la gobernáción del Marañón ...... 94 Los ejidos de Nueva Cá diz ...... 95 Nuevos· auxilios sevillanos a Diego de Ordás ...... 96 JE ...... 47 47 VII.-RIVALIDADES, Y MUERTE DE DIEGO DE so ORDAS ...... 97 Detención, traslado a la Española y libertad ...... 97 PARIA ...... 57 Voluntad de seguir ...... 99 58 Muerte, camino de· España ...... 101 59 Continúa la empresa española del Orinoco ...... 102 62 lladas en la Trinidad, en APENDICES ······················································ 105 n:\. Gestiones !.-Capitulación de Diego de Ordás ...... 105 66 II.-Nombramiento de gobernador para el capitán Silva ...... 69 Diego de Ordás ...... 111 III.-Interrogatorio presentado por el procurador Juan Ruiz, en nombre de Diego de Ordás . . . 116 ES ...... 73 rapari ...... 74 LA1'1:INAS ...... 147 77 rnna ...... 78 1.ª�Retrato, escudo de armas y firma de Diego 80 de Ordás. 84 2.ª-Mapa de la edición de Fernández de Oviedo, 86 tomo II. 12 ÍNDICE GENERAL

Página• 3.ª-Mapa del Archivo Histórico Nacional, repro­ ducido en las "Cartas de Indias", publicadas por el Ministerio de Fomento. Madrid, 1877. 4.ª-Mapa del "Islario" de Santa Cruz. S.ª-Reconstrucción cartográfica del itinerario y cronología.

COLO FON ...... 150 Página, :ional, repro- ", publicadas adrid, 1877. ·uz. itinerario y

150

ESTE pequeño libro wntimla la serie de estudios que desde hace afios venga publicando sobre la acción marinera y descubridora de aq_uellos homb't'es que partieron de Anda­ lucía para hacer lo que entonces era históricamente oportuno. El trozo de costa del Guadiana al Estrecho -arco de ballesta, hubiera podido decir Antonio Machado- seguía lanzando 'Atlántico adelante los barcos de un país universal que no pudo caber en las tierras llanas del Guadalquivir. Estos barcos, cuya ruta vamos hoy a seguir, no se quedan ya en Berbería, ni en l(]¡S Canarias, ni siquiera en- Guinea, sino que llegan a las Indias.. Y nos meten resueltal>nente Orin

Confío en que esa fecunda empresa científica sea inten­ tada sin excesiva tardanza por alguno de los historiadores ahora por fortuna reunidos en trabajo solidario junto a los recios papeles del Archivo General de Indias. En este alcor de la geografía del espíritu que es Sevilla y a la vera del Guadalquivir, el río más antiguo de Hispa­ noamérica1 trabaja va ya para ocho años, con ímpetu cre­ ciente, uno de los núcleos de investigaci6n histórica que con más derecho puede simbolizar la reciente y honda renova­ ci6n de la ciencia española. Estoy hablando de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos. Perd6n, si al hacerlo se me escapa el orgullo de haber sido uno de sus iniciadores. La vieja y legítima tradición americanista de Sevilla adquiere en la niadurez de la Escuela un vigor ideológico al que no pueden ser ajenos los afanes de interpretaci6n fun­ dada y profunda. Por otra parte, la base universitaria desde la cual la Escuela realiza su específica función investigadora es la mejor garantía de que el americanismo español seguirá tam­ bién con empuje progresivo en esta línea honda de pensa­ miento. La Facultad de Filosofía y Lttras de la Universidad de Sevilla, que en mis años de estudiante polarizaba su capaci­ dad creadora en torno a la historia del arte regional, ha universalizado ahora su labor al encontrar en los tenias his­ panoamericanos el cauce de su mejor justificaci6n intelec­ tual. Y el estudio de lo andaluz, de lo genuinamente carac­ terístico de Sevilla, emprendido por la cátedra que es germen del Instituto de Estudios Sevillanos, está completando la personalidad científica de la Facultad, dotada ya además de una serie de �nstituciones complementarias de su función. académica. Al trasladarse nuestra Universidad al grandioso edifi- PRÓLOGO 17 científica sea inten­ cio de la que fué Real Fábrica de TolJacos, la Facultad de te los historiadores Filosofía y Letras encontrará marco e instalación adecuados olidario junto a los para una tarea de triple frente que, a partir de una com­ ridias. placencia reflexiva en la propia originalidad, alcanzará sin 1íritu que es Sevilla duda con frutos efectivos sus legítimas dimensiones uni­ antiguo de Hispa­ versales. s, con ímpetu cre­ Por eso, para mostrar de alguna manera la confiada ·n hist6rica que con solidaridad con que participo en este presente lleno de reali­ le y honda renova­ dades y de promesas, he querido dedicar a todos mis com­ indo de la Escuela pañeros de la Facultad -profesores y estudiantes- este ín, si al hacerlo se libro q1,e fué mi trolJaj"o de firma en las oposiciones a la de sus iniciadores. cátedra de Historia de los Descubrimientos Geográficos. icanista de Sevilla 19 1950. vigor ideológico al Sevilla, a de febrero de interpretación fun-

1a desde la cual la rnvestigadora es la rpañol seguirá tam­ la honda de pensa- r la Universidad de ilarizaba su capad• . arte regional, ha ir en los te-mas his­ ,sti ficación intelec• enuinamente carac­ edra que es germen tá completando la tada ya además de � de su funció

ü grandioso edifi-

,1 (58) ., CAPITUL O PRIMER O

DIEGO OE 0R.DAS

Es Diego de Ordás un personaje representativo. De origen humilde, compañero de Ojeda, de Velázquez y de Cortés en sus empresas respectivas, traicionado por su pro­ pio hermano, vencedor de volcanes, vecino rico de la Nueva España, capitán luego de empresa propia y, por último, pleitista sin fortuna y muerto con muerte dudosa en medio del desamparo del mar. Como va a verse, sus hechos no son un enigm.r, pero están aludidos en publicaciones desperdigada:s. Tampoco su figura es una excepción en el relato de las grandezas nor­ males de la conquista americana. Como otros tantos, cuan­ do hubo logrado mucho en hazañas hasta cierto punto aje­ nas, quiso ser a su vez .cabeza de otras nuevas, y cambió el descanso acomodado por una interrogante más. Esta inte­ rrogante fué su gobernación del Río Marañón. En ella sólo va a encontrar un par de años agotadores. En cambio --como él quiso- dió su propio nombre a una de las piezas con que España enseñaba al mundo el edificio de la geo­ grafía americana. En este trabajo es sólo su última empresa lo que se 20 FLORENTINO PÉREZ EMBID

pretende documentar. La relató ya Gonzalo Fernández de Oviedo, ( 1) y Herrera dió de ella alguna microscópica no­ ticia fragmentaria; C2) luego con más detalle, aunque con (3) menos garantías, repitió el relato el P. Aguado, de don­ de lo tomó en parte fray Pedro Simón, (4) y en los mis­ mos términos, poco más o menos, lo ha repetido Caulin. (s) Una presentación rimada del personaje hizo Juan de Cas­ tellanos. (6) Modernamente se ha referido a su figura el P. Bayle. (7) Sin embargo, nadie había utilizado aún los documentos del Archivo General de Indias, y, por tanto, ni se conocen las particularida.des de la preparación de la empresa, ni se ha reconstruído el camino recorrido por la misma. Es decir, sabemos todavía de ella lo que nos con­ taron sus cronistas.

(1) Femández de Oviedo, Gonzalo: Historia General y Natural de las Indias, libro XXIV, caps. 11-VII, ed. de la .Academia de la Historia, Ma­ drid, 1852, tomo II, págs. 209-37. (Interesa advertir que, por razones tipográficas, en el texto de este libro las indicaciones de las notas van colocadas por fuera de los signos de puntuación c'orrespondientes a las frases a que cada nota se refiere). (2) Herrera, Antonio de: Historia General de los hechos de las cas­ tellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océana, Madrid, Imp. Nicolás .Rodríguez Franco, 1726-30; década V, libro I, cap. XI; cfr. década IV, libro IV, cap. VIII. (3) Aguado, Pedro: Historia de Venezuela, libro IV, ed. Bécker, Madrid, Tip. Rates, 1918, tomo I, págs. 435-576. (4) Simón, Fray Pedro: Primera parte de las naticias historiales de las ccmquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, 1.• ed., Cuenca, Domingo de la Iglesia, 1626. Hay una nueva edición, completa, hecha en 0 Bogotá, Imp. Medardo Rivas, 1882-92, cinoo tomos en 4. ; cfr. 2.• noticia, caps. XVII-XXVII. (s) Caulin, Fray Antonio: Historia Coro-graiJhica, natural y evangé­ lica de la Nueva Andaluc!a, pr=incias de Cumaná, Guayana y Vertientes del Rfo Orinoco, un torno en gran formato, Madrid, 1779; cfr. libro II, caps. V, VI y VII, págs. 135-54. (6) Castellanos, Juan de: Elegías de varones ilustres de Indias, ele­ gfa IX, canto primero, estrofa z.•. (7) Bayle, Constantino, S. J.: fanta.rnuJ, ed. del Consejo de la Hispanidad, Madrid., 1943, cap. VI, pág,s. 130-14'1. 21 lBID LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO

�alo Fernández de a. microscópica no­ Los orígenes de Diego de Ordás _etalle, aunque con Diego de Ordás era oriundo de la tierra de Campos. (8) 1guado, (3) de don1 Castroverde fueron sus natales, del reino de León ... ", (4) y en los mis­ "En dice Juan de Castellanos, y en Ca:stroverde nació también repetido Caulin. Or fuera de los signo parte en la ,expedición de Grijalva. <12> ada nota se refiere). 1 los hechos de los cas­ .o, Madrid, Imp. Nicolá!ll p. XI; cfr. década IV, Su actuación en Ja empresa de Cortés

libro IV, ed. Béckerl Luego Ordás pasó a Méjico, desde Cuba, en compañía as notidas historiales dtt de Cortés. Desde el primer momento su nombre aparece lentales, 1 .• ed., Cuenc ión, completa, hecha en 0 Historia verdadera de la conquista de en 4. ; cfr. 2.• noticifl (8) Díaz del Castillo, Berna!: la Nueva España, con introducción y notas de Joaquín .Ram,.rez Cabañas, 0 phica, natural México, ed. Pedro Robredo, 1944, tres tomos en 4. ; tomo 111, pág. 234. y evaoig4I Conquistadores pobladores de Nue­ Gu.ayana Vertient,I (9) Cfr. Icaza, Francisco A. de: y i, y va España. Diccionario autobiográfico sacado de los textos originales. rid, 1779; cfr. libro llt Ma­ drid, Imp. "El Adelantado de Segovia", 1923, tomo 1, núm. 404. (10) " ... sería de edad de cuarenta aiíos cuando acá pasó", dice Bernal ' ilustres de Indias, ele,i Diu. (n) Bayle: Ob. cit., pág. 130. , ed. del Consejo d1' (12) López de Gómara, Francisco: Historia de Méjico, ed. México, 1942, pág. 56. 22 FLORENTI�O PÉREZ EMBID sin interrupción en las fuentes; en medio de aquel puñado de titanes, él destaca con fuerza. Decir esto no es copiar el elogio acostumbrado y manido ; los hechos cantan. Al salir la expedición de Cortés y revocarle Velázquez los poderes dados, figura Ordás entre !os partidarios del gobernador a quienes éste escribió encomendándoles la lu­ cha tenaz y solapada contra su jefe inmediato. En el tra­ yecto inicial hasta La Habana, el retraso de Cortés, que viajaba por mar, originó entre los que habían ido por tierra la primera creencia falsa en la muerte del inminente con­ quistador de Méjico; "pronto se traman intrigas y asoman las ambiciones de los que a·spiran a heredar la jefatura de la expedición. Diego de Ordás, el que más se distingue al frente del bando velazqueño, actúa ya como caudillo, en tanto que Alvarado, Sandoval y los leales a Cortés perma­ necen fieles a su recuerdo y recomiendan confianza"; < 13) la aparición del presunto náufrago trae consigo el encargo dado a Ordás de ir por bastimentos a Guaniguanico, estan­ cia de Velázquez, para así aislarlo de sus simpatizantes. Comenzaba con mal signo la participación de Ordás en la empresa de Nueva España, y sin embargo va a destacar en ella con especial relieve. Durante el viaje lo .consigue ya, en el apresamiento de un navío cargado de vituallas, (14) propiedad de Juan Rodríguez Sedeño, más tarde fundador de la ciudad de . -Durante la ·expedición tuvo Ordás de continuo un puesto de primera fila, y por eso su nombre aparece con suma frecuencia en los relatos de los cronistas. < 1 s) Desde

(13) Barón Castro, Rodolfo: Pedro ,¡e Alvarado, colección "Vidas", Madrid, 1944, pág. 50. (14) López de Gomara: Ob. cit., pág. 60. (15) Para no recargar innecesariamente el aparato críticb, se supri­ men ahora fas referencias exactas a las fuentes. Baste con indicar que las LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 23 quel puñado el principio de ella se le atribuyó el mando de un navío ilo es copiar y de una compañía, y al llegar a Yucatán mandó también cantan. el grupo que bajó a tierra a buscar a los náufrago·s de ex­ e Velázquez pediciones anteriores. Fué asimismo el jefe de la infante­ rtidarios del ría en la primera batalla dada en el Continente; este en­ 1doles la lu­ cuentro es precisamente aquel en que Gómara asegura que . En el tra­ se había aparecido durante el combate San Pedro o Santia­ Cortés, que go, mientras Bemal Díaz comenta con cierta soma tal io por tierra credulidad. ;ninente con­ Al llegar a San Juan de Ulúa y hacerse los prepara­ as y asoman tivos para la proclamación de Cortés, se opuso a ella el jefatura de grupo de los velazquistas, y Ordás y otros fueron presos distingue al en los navíos. La liberación subsiguiente marca el momen­ caudillo, en to de crisis en las relaciones de Diego de Ordás y de otros rtés perma- varios capitanes con el conquistador; a partir de entonces, 1fianza"; ( 1 3) de enemigos se convierten en amigos, que han de destacar D e1 encargo entre los primeros. 1anico, estan­ Viene luego .cronológicamente la hazaña de la subida impatizantes. al Popocatepelt, desde Trascala, que ha de dar motivo al Ordás en la Emperador para la concesión del escudo de armas. ( 16) a a destacar Y luego la expedición sobre la ciudad de Méjico, durante la cual Ordás es el consejero constante de Cortés, que le apresamient. c-nvía a misiones difíciles, como la descubierta al puerto dad de Juan de Coatzalcoalco, y su subsiguiente ocupación frente a los a ciudad de expedicionarios de Pánfilo de Narváez. En la Noche Tris­ te intentó apresar a Cuitláhuac, el héroe popular de la re- continuo noticias que siguen se toman en sus lineas generales de Bernal Díiaz con alguna interpolación de Gómara. También se utilizan las Cartas de relad6n, de Cortés. (I 6) No se confunda ésta con la de obtención del azufre en el cráter de dicho volcán, hazaña cumplida por Francisc'o de Montaño, algún tiempo lección "Vidas", cl,p!'Ués, cuando --conquistada Méjico-- hizo falta. el azufre para la fabri­ cac�6n de pólvora. (Carta cuarta de relaci6n, en Cortés, Hernán: Cartas de re­ lación de la C011Q1'isto de Méjico, ed. Espasa-Calpe, 5.a ed., Madrid, 1942, Hernán Cortés, ítiC'o, se supri-1 tomo II, pág. xx3; y Pereyra, Carlos: Aguilar, Madrid, 1 931, pág. 333.) indicar que la• 24 FLORENTINO PÉREZ EMBID

sistencia, y estuvo en tal peligro que el propio Cortés fué herido al proteger su retirada. Salió de ,Méjico en la vanguardia, y mientras el ejér­ cito estuvo en Tepeaca reorganizándose, Ordás y Alonso de A vila conquistaron la región rica de Tochtepec.

Primer viaje a España {1521-23)

Inmediatamente después, Cortés envió a España a Die­ go de Ordás para dar cuenta de lo realizado, al mismo tiempo que iba también Alonso de Avila con el tesoro que luego cayó en manos de los franceses. < 11) Tanta era ya la confianza del conquistador de Méjico en su antiguo ene­ migo que las tres personas elegidas para informar al Rey fueron el propio padre de Cortés, su pariente el licenciado Núñez y Diego de Ordás. Con ocasión de este viaje, que desde el punto de vista mejicano imposibilitó al futuro explorador del Orinoco para tomar parte en el sitio de la Gran Tenochtitlán, se ve Ordás enredado en fastidioso conflicto con los oidores de la Casa de la Contratación. Es una noticia inédita no ca­ rente de interés. En 1522 le encontramos, en efecto, en España ( 18) y en

(17) En septiembre de 1520 figura Ordás entre los testigos de las pro• banzas hechas por Cortés sobre el cuidado puesto por él en salvar el oro, cogido a Moctezuma, y en la hecha por los oficiales reales contra Diego V e­ lázquez y Pánfilo Narváez. (Cfr. Conway, G. R. G.: , Mé­ xico, 1943, docs. reproducidos.) (18) Cédula real a los oidores de la Casa de la Contratación de Se• villa. Valladolid, 29 novi�bre 15 22. Arch. Indias, Indiferente General, le­ gajo 420, lib. 9, fols. 54 v.º-55. ·" ... Diego de Ordás, que venia de Yucatan, tenienoole vosotros pre¡>, en la carc;el porque vendió ciento e diez marcos de perlas que traya registra-. dos desde la ysla Española, en la cibdad de Lisbona... sin las traer a re• gistrar a esa Casa ... se soltó ... e porque es venido aca a se presentar ante mi e yo quiero mandar ver la ynformac;ion que tovisteis para lo prender... " LA Ex P L o a A e r 6 NDEL o ar No e o 25

, Cortés fué una situación curiosa: preso por los oficiales reales de Se­ villa para que responda de un contrabando de ciento diez ltras el ejér­ marcos de perlas, fugitivo de la justicia y presentado ante ls y Alonso la autoridad real. Había hecho el viaje desd_e Yucatán, pa­ :pee. sando por la isla Española y por Lisboa, y había sido de­ tenido al llegar a Sevilla al comprobarse la falta de las per­ las, vendidas en la ciudad portuguesa. En I 523, estando en Sevilla, entró en tratos con un Cristóbal Rodríguez, vizcaíno, carpintero de ribera, vecino ,paña a Die­ de esa ciuoad en la collación de Santa María, y le compró o, al mismo dos terceras partes de un navío de su propiedad, llamado :1 tesoro que "La Victoria", al mismo tiempo (19) que se comprometía a 'anta era ya dotar a éste de los elementos que aún necesitaba para nave­ antiguo ene­ gar. Al año siguiente ambos preparaban un viaje a Méjico rmar al Rey con la nao común, en la cual Cristóbal Rodríguez iría como el licenciadQ maestre; (zo) para estos preparativos precisamente recibie­ ron en pré�tamo doscientos veinticinw ducados de oro del mto de vista mercader de madera Rodrigo Alvarez, vecino del barrio de klel Orinoc la Carretería; en el documento comparece Ordás como pro­ !ltitlán, se ve curador del Concejo de la Nueva España, "que es en el s oidores de Lédita no ca..1 les manda le remitan ésta, y nota de la pena que le corresponde según las ordenanzas de la Casa. Tal orden de remisión se cumplió, en efecto. El "envoltorio de cedu­ C18) las... con la ynformacion que Su Magestad nos mandó ynbiar sobre la ¡aña y en prisyon de Diego de Ordaz en razon de los ciento e veynte marcos de perlas que vendio en portogal", fué llevado a la Corte por el correo Cris­ tigos de I as pro• tóbal López, y entregado al Secretario Cobos, de lo cual trajo a Sevilh lt1 salvar el oro, certificación, y al presentarla en su nombre un Diego 'Díaz, el 1 de fe­ :ontra Diego Ve­ brero de 1523 cobró de Domingo de Ochandiano, tesorero de la Casa, la �che Triste, Mé- cantidad de cuatro reales de plata por el transporte. (Libro de data del tesorero Domingo de Ochandiano, Archivo Gral. de Indias, Contratación, _tratación de Se_. lcg. 4-675, lib. I, folio 162). Debo este dato a la amabilidad de mi querido �nte General, le• tUigo don Manuel Giménez Fernández. (19) Sevilla, 16 mayo 1523. Arch. Prot. Sev.• Ref.• apud Hernández vosotros pref! l az, José, Y Muro Orejón, Antonio: Catálogo de los fondos Americanos .e traya registr.. ·I Archivo de Protocolos de Sevilla, publicación del Instituto Hispano­ 1 las traer a re­ b no de Historia de América, to'Ino V, Sevilla, Gavidia, 1937, ref.• 207. (20) !e presentar ante­ Poder de Diego de Ordás a Cristóbal Rodríguez. Sevilla, 2 marzo ra lo prendel\ .. " S Reía ap,ud fdem, pág. 36.2. 26 FLORENTINO PÉREZ EMBID Yucatán"; de la deuda salió fiador otro sevillano, Luis Fernández de AJfaro, y también se obligó a ella el mejica­ no Alonso de Benavides. (.:n) Al mismo tiempo y con el mismo fin, el viaje que la nao iba a hacer al puerto de San­ to :Domingo, recibieron del mercader Alonso Fernández y su hijo Juan Alvarez ciento treinta y un pesos de oro más, deuda esta última cancelada por pago <22 ) en 1526. Sin embargo, dentro del niismo año de 1523 había pa­ sado a la Corte y allí estaba en compañía de Francisco de Montejo como procuradores de la Nueva Espana. Es una gestión harto conocida en líneas generales, durante la cual obtiene, por ejemplo, la promesa firme del Emperador de que las tierras de la Nueva España no serían nunca ena­ jenadas de la Corona real de Castilla. (23) En el mes de noviembre del mismo año fué también encargado (24) de gestionar el desembargo de doscientos pesos de oro, envia­ dos por el alguacil mayor de la Nueva España, Gonzalo de Sandoval, a su padre, vecino de Medellín, ros cuales habían sido embargados -lo mismo que las perlas que él trajo-

(21) ,Escrituras de Sevilla, 4 y 5 marzo 1524. Referencias apud ídem, pág. 363. (22) ldem, Sevilla, 5 marzo 1524. Ref• aPud ídem, pág. 370. (23) Carta del Emperador. Pamplona, 22 octubre 1523. Arch. Indias, ·Patronato, legajo 181, núm. JI, fol. 9. Este documento fué publicado en la Codoin Ultramar, tomo IX, pá­ gina 18.:-, y su texto -idéntico al de otras provisiones concedidas a la Isla Española en 1519 y a todas las Indias en 1520-- ha servido para que pueda aclararse mucho la discutida cuestión crítica de cuando fué oficialmente declarada la incorporación de las Indias a la Corona de Castilla. Esto ocu­ rrió en las Cortes de Valladolid de 1518, en las que Carlos I fué jurado Rey del reino castellano. Sobre esto, y sobre las razones de tal incorpora­ ción, cfr. Pérez Embid: Los descubrimientos en el Atlántico y la rivalidad· hispano-portuguesa hasta el tratado de Tordesillas, Escuela de Estudios His­ pano-Americanos de Sevilla (Madrid, Estades), 1948, cap. VII, o bien Pérez Embid: El problema de la incorporación de las Indias a la Corona de Cas­ tilla, en "Revista de Indias", Madrid, 1948. (24) Poder de Rodrigo de Hermosa, sastre, vecino de la collación de Santa Marí·a. Sevilla, 13 noviembre 1523. Ref.• apud Catálogo, citado, re­ ferencia 282. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 27

�illano, Luis :Por los jueces-oficiales de la Casa de la Contratación de las lla el mejica- Jndias. En el mismo tiempo había estado encargadp de re­ 1po y con el presentar ante la corte del Rey a otro sevillano, Juan de 1erto de San­ Cervantes, que por las misma:s fechas prefirió sustituirle o Fernández -por los buenos oficios de un hermano suyo, Francisco de pesos de oro .Cervantes. C25) z2) en 1526. ¡23 había pa­ Francisco de Regreso y riquezas en Nueva España >ana. Es una rante la cual Vuelto a la Nueva España, Ordás fué destacado para mpetador de :la busca de Cortés y la averiguación de su suerte en la ca- 1 nunca ena­ 1astrófica expedición a las Hibueras, comisión de la cual :n el mes dei volvió dando por .cierta su muerte, C26) y provocando así ·gado C24) de 1a celebración de honras fúnebres en sufragio de su alma. e oro, cnda­ Estas noticias eran, sin embargo, falsas y, al regreso del ' Gonzalo de jefe, Ordás -que ya debía ser regidor de Segura de la cuales había Frontera- recibió de Cortés la encomienda de Huejotzingo. En el repartimiento, además de ésta, recibió otros he­ Tedamientos: Yauhtepec con sus dependencias, Tentila y C27) Gcias at,ud íde� Chiautla. El heredamiento de Huejotzingo (28) fué la base de �ág. 370. 3. Arch. Indi� su fortuna personal, ya que según los datos generalmente admitidos le rentaba seis mil pesos de oro. (29) Desde lue­ .r, tomo IX, pá1 cedidas a la Isla go la riqueza de la comarca era grande, y permitió la fun- J para que pueda¡ fué oficialm (25) Poder de Juan de Cervantes. Sevilla, 25 noviembre 1523. Reí" 1stilla. Esto ocu­ apvd ídem, referencia 291. os I fué juradit (26) Lo referente a esto está minuciosamente relatado por Rodrigo de le tal incorpo lbornoz en la carta a la Corte de 15 diciembre 1525. Cfr. en Pereyra: ·o y la rivalidfft Hernán Cortls, pág. 377. ie Estudios His,­ (27) Dorantes de Carranza, Baltasar: Su.maria relaci6n de las cosas II, o bien Pérelll la Nueva España, con noticia individual de los descendientes legítifflQS Corona de Ca.,-, d los cot1quistadores y t,rimeros pobladores españoles, ,.• ed., México, Im• frenta del Museo Nacional, 1902, pág. 170. la collaciÓIIII de (i18) García Granados, Rafael, y Mac Gregor, Luis: Huejotzingo. La ciu- 'Jogo, citado, re- 1ad 'Y el convento franciscano, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1934. (29) Fernándcz de Oviedo: Ob. cit., libro XXIV, cap. II. 28 FLORENTINO PÉREZ EMBID dación de conventos y erección de edificios que tienen pues­ to de honor en la historia de los orígenes del arte hispano­ americano. (3o). Sin embargo, la añoranza de los riesgos y el afán de futuras hazañas le llevó a regresar a Castilla, y allí obtuvo (3 de la Corona un hábito de Santiago y otras mercedes, i)' además de las capitulaciones que han de llevarle a su nueva empresa : la gobernación del Marañón. Más tarde, s.u sobrino Diego de Órdás Villagómez, por recomendación del Virrey Mendoza, cedió a la Corona aque­ lla encomienda de Huejotzingo, y la familia redbió en cam­ 2 bio Calpan y Chilapa, cercanas a la anterior. (3 )

Personalidad y linaje de Diego de Ordás

Este ligero esquema biográfico, preliminar de la em­ presa en el Orinoco, excluye de sí una referencia detalla­ da a la personalidad concreta de Diego de Ordás, en su as­ pecto psicológico y propiamente humano. Bernal Díaz (33) lo describe así : "Sería de edad de cuarenta años cuando acá pasó; fué capitán de soldados de espada y rodela, por­ que no era hombre de a caballo; fué esforzado y de bue­ nos consejos; era de buena estatura y membrudo, y tenía et rostro muy robusto y la barba algo prieta y no mucha; en la habla no acerjaba bien a pronunciar algunas palabras, sino algo tartayso ; era franco y de buena conversación.,,

(30) Angulo Iñiguez, Diego: Historia del Arte Hispano-A=ricano, tomo I, Barcelona, Salvat, 1945, pág. 203. (31) García Granados: Huejotzingo, pág. 57. (32) Conway, G. R. G.: La Noche Triste, pág. 95, Cfr. también GarJ e-� Granados: Huejotzi,ngo, que da datos sobre la posibilidad de que el cam• bio de encomiendas se hiciera en tiempos de Antonio de Ordás, heredero de,, Diego de Ordás Villagómez. (33) Bemal Díaz: Ob. cit., tomo III, pág. 234. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 29

• tienen pues­ Baste con añadir sólo el dato curioso de su escudo de ar­ arte hispano- mas, (34) con alusión pintoresca a su hazaña del Popoca­ tepelt. Ese escudo, al perpetuar en su linaje (35) la aristo­ y el afán de cracia de Diego de Ordás, salvó de él todo lo que el Orinoco y allí obtuvo y el Atlántico unidos no consiguieron destruir. :nercedes, (31} En efecto, ,Diego de Ordás no había ido solo a las em­ e a su nueva presas de la·s Indias. Además del hermano que hemos visto traicionarle después de Turbaco, dos hermanas suyas le .lagómez, por acompañaron a la expedidón de México, "y se hallaron Corona aque­ Cedulario he1'áldko de conquistadores de Nueva España. :ibió en cam­ (34) Publica­ a2) .dones del Mlllseo Nacional, México, 1933, cédula núm. 122: "Armas para Diego de Ordás", dice literalmente: "Hasta ahora no se ha podido conse­ guir la cédula de concesión de armas de este ilustre conquistador. Pero no hay duda de que existió esta cédula. Bernal Díaz de1 Castillo, en el capí­ tulo LXXVIII de su Historia de la Conquista de Nueva España, hablan­ do del Volcán que llaman Popocatepeque, refiere que Diego de Ordás fué el 1>rimero que subió hasta su cu'mbre y añade: "y cuando fué Diego de Or­ ,dás A Castilla, lo demando por armas A su magestad, E! ansi las tiene agora r de la em­ vn su sobrino ordas, q. bive En la puebla." ncia detalla Herrera, en su década III, libro V, cap. III, dice: A Diego de Ordaz ... 6e le dió por armas además de: las que: ten1a en su Linage en medio del Es­ ás, en su as­ ,cudo al lado derecho un Rei coronado en Campo colorado, que es el de Cuazacoalco, i al derecho del dicho medio Escudo a la parte de abaxo, un nal Díaz (33)i Castillo que de el salia una Puente en Campo colorado, i en la otra mitad años cuand del dicho Escudo, una Sierra nevada en campo verde que de lo alto de ella rodela, por1 13alen unas llamas de fuego en señal del Volcán, encima del dicho Escudo un yelmo cerrado con su timble." (Año de· 1 S 25, en lo alto de la página.) lo y de bue� En un documento antiguo del siglo XVIII que es un árbol genealógico lo, y tenía eI de uno de los Condes del· Valle de ürizaba en el cual hay 'muchos escudos de armas de las personas citada,s allí, se encuentra uno de doña Isabel Fran­ ::> mucha; en cisca de Castilla y Ossorio, cuarta Condesa del Valle, cuyo padre poseía un as palabr n1ayorazgo fundado por Ruy Díaz de Mendoza Zaldívar, y por su esposa ,, -0oña Leonor de Ordaz. Esta última pertenecía a la familia de Diego de Ordaz nversació y en el escudo de armas que se le atribuye hay dos cuarte- (C/ 2'62) les, el primero de los cuales es : cortado ; jefe de gules con media figura de rey ·pano-Ame al natural; la punta de plata con un castillo o ciudad y una puente sobre agua. El segundo cuartel es en campo de sinople una montaña de plata al parecer con llamas de fuego, que es sin duda alguna el Popocatepelt. De �ste documento se ha copiado el escudo de armas que se pone aquí". r. también Gar� (35) Ordás no tuvo hijos legítimos. Dorantes de Carranza: Suma1'ia de que el cam• ,r,•laci.6n, pág. 170, habla de uno a quien se le tenía comúnmente como hijo lás, heredero de na t tural suyo, que fué casado con una Ana de Ordáz, y "tuvieron hijos, pero -dos, padres e hijos, muy pobres". Dorantes da otros datos sobre los suce- res del linaje de Ordás. 30 F LO RE N T ll'fO P É RE Z E M B I D

presentes en los emocionantes sucesos de la Conquist • Francisca de Ordás, "mujer muy valiente hizo mui buenot hechos, casó con Juan González de León, padre de Diego de Ordás de León, vecino de Oaxaca", y Beatriz de Ordás, mu­ jer de Remando Alonso, quien fué "relaxado en persona" en 1528, por haber sido judío profesante". (36) De los hijo9l de ambas, y en especial del de su hermana Francisca, Ua.. mado también Diego, (37) asegura un buen conocedor de la. historia mejicana (38) que fueron "muy apersonados y con Casa en la ,ciudad de ,México", y ·u sostenían el renombre de su tío, el capitán iD. Diego, el león de la conquista".

(36) Conway: La Noche Triste, pág. 95. Toma literalmente alguno.f datos de Dorantes: Suma,·ia relación, pág. 456. (37) Este segundo Dieg1> de Ordás y otros herederos de su madre tu.. vieron en 1556. un pleito contra el fiscal sobre una encomienda en el puebld de Tecama. En 5 de diciembre de 1553 el Virrey don Luis de Velasco, de acuerdo con lo dispuesto por Carlos I sobre que los indios encomendado& no sirvieran más que por dos vidas, ordenó al morir Juan Ponce de León que los indios de Tecama volvieran a la Corona Real, ya que le había11 servido a él y a su padre Juan González de León, esposo de Francisca de Ordás, con la que se había casado en una de las primeras ceremonias ma• trimoniales celebradas en Nueva España después de la conquista. (Archiv11 Gral. de Indias, Papele! de Justicia, leg. 204·, núm. 2, ramo 3.º). (38) Cuevas, Mariano, S. J.: Monje y marino. La vida y los tiempos d11 Fray Andrés de Urdaneta, Méjico, ed. Galatea, 1943, pág. 19. CAPITULO _S E G U N D O la Conquista. o mui buenos e de Diego de d.eOrdás, mu­ > en persona" De los hijos. �rancisca, lla- 1nocedor de la. onados y con . el renombr a conquista". EL DESCUBR.IMIENTO DE LAS BOCAS DEL OR.INOCO Y COSTA DE PAR.IA

A fines de julio y primeros días de agosto de 14g8, durante el tercero de sus viajes, costeaba Cristóbal Colón las bocas del Orinoco y el golfo de Paria hasta la isla Mar­ garita, en la longitud de Cariaco y costa de Cumaná. Des­ de entonces la costa continental del Caribe y su prolonga­ ción atlántica hasta la desembocadura del Amazonas son· con frecuencia recorridas por barcos españoles. (39) Es la época de los "viajes menores".

Los primeros viajes y penetraciones en esta zona ,ralmcnte alguno4¡ de su madre tu.. mda en el puebl• Son primero, en 1499, Alonso de Ojeda, Américo Ves­ s de VelallCIJ,i de pucio y Juan de la Cosa, y éste trasladará meses después ios cncomcn Ponce de Le62' a su mapa la primera representación gráfica de aquella zona ¡a que le habí&C de Franciscs de (39) Ballesteros Beretta, Antonio: Cristóbal Colón y el descubrimiento 3 ceremoni311J ma• de Afllirica, :Barcelona, Salvat, 1945, tomos IV y V de su Historia de Amé­ nquista. (Archi"4 t"lea Y de los />14eblos americanos,' cfr. mapas del tdmo V, págs. 360-61 mo 3.0). Y 380-81. 1 y los tiem#I d# La representación cartográfica española más completa de este momento d lo í· 19. deacubrimientos, véase en Dantín Cereceda, Juan, y Loriente Can- 32 FLORENTINO PÉREZ EMBID

costera. Inmediatamente, las bocas del Orinoco y golfo de Paria son visitadas por Pero Alonso Niño y Cristóbal Gue­ rra, quienes junto a la isla Margarita logran por vez prime­ ra un cuantioso rescate de perlas, cuya llegada a los puertos andaluces habría de excitar las imaginaciones. La expedición con la que los hombres de Palos y Moguer, capitaneados por Vicente Yáñez Pinzón, pretenden actuar por su cuenta y riesgo en el reconocimiento de las tierras que ellos tanto habían contribuído a ,descubrir, arriba a estas regiones a continuación, pero sólo tangencialmente, camino de las Grandes Antillas. Vienen después los intentos de establecerse grupos de misioneros procedentes de la isla Española. Los de los do­ minicos corpienzan en 1513, al año siguiente de haberse promulgado las Leyes de Burgos; el primero es una expe­ dición a cuya cabeza va fray Antonio Montesinos, y que termina violentamente con la muerte de los expedicionarios a manos de los indios de Cumaná, en represalia por los asaltos perpetrados por navíos de mercaderes; las escenas se repiten en 1515 y 1520. Esta época, posterior inmedia­ tamente a la de los primeros recorridos costeros, se carac­ teriza por los intentos primerizos de asentar junto a la cos­ ta mi•sma núcleos iniciales de pacificación y ,evangelización. Entre ellos destaca, por su valor simbólico y por el relieve de su principal protagonista, la intentona que entre 1520 y 1521 encabeza fray Bartolomé de las Casas de pacificar y poblar la tierra firme de Paria, para "por obra mostrar haber sido irracional, inicua y mala y contra el intento y fin cio, V.: Atla.s histórico de la América Hispano-Portuguesa, fascículo segundo (único publicado), Centro de Estudios Históricos, Sucs. de Rlvadeneyra, 1936. Cfr. también ,Pérez Embid, Florentino: Los viajes a Indias en la época de Juan de la Cosa, exposición de conjunto pendiente de publicarse en San­ tander. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 33

:o y golfo de que Dios tiene, que es la conversión de las ánimas, la pa­ :ristóbal Gue­ sada vía de hacer guerrais y sojuzgar con ellos primero las ¡or vez pnme- gentes, y después predicalles". En tales intentos (4o) se fué a los puertos el primer cuarto de siglo. La expedición Mientras tanto, ,la más amplia de las vías penetrati­ capitaneado vas hacia el interior de estas costas permanecía intacta. Los por su cuenta viajes menores habían tenido que limitarse a recorridos cos­ ue ellos tanto teros, a construir los grandes rasgos de la imagen geográfi­ ts regiones a ca del Caribe. Los intentos misional,es, nacidos al calor de mino de las polémicas doctrinarias y desarrollados con escaso sentido de la realidad, a contrapelo de las actividades violentas de ·se grupos de encomenderos y buscavidas, sólo podían producir núcleos os de los do­ pequeños de evangelización, flores de estufa, sin posible e de habe desarrollo entre el ·lógico recelo de los indios, y los asal­ es una expe­ tos de las gentes incontroladas salidas de la Española o de esinos, y que Cubagua. Hicieron falta casi treinta y cinco años para que cpedicionari alguien intentase tantear las bocas del río. (4x) Esa fué la . salia por los empresa propia de Diego de Ordás . 4 ·; las escenat Pereyra ( 2·) ha recogido las vagas noticias de que :rior inmedi "en I 530 un Pedro de Acosta pretendió establecerse con ros, se carac. trescientos hombres en el delta del Orinoco. Pero su tenta­ mto a la cos-1 tiva, como la de un cierto Conejo, meses después, no dejó vangelizaci huellas". Por eso el propio Pereyra declara seguidamente por el reliev• que "el iniciador histórico de las empresas- de penetración e entre 1520 s de r aríficar (40) Figueras, Antonio, O. P.: Principios de la. expansión dominicana en Indias, "M¡issionalia Hispánica", núm. 21, Madrid, 1944, pág. 309 y sigs. obra most Sobre la intentona del P. Las Casas, efr. Giménez; Fernández, Manuel: intento y fin El ,natuto de la tierra de Casas, "Anales de la Universidad Hispalense", llo X, uúm. III, Sevilla, 1949. (41) Gumilla, Jnsé: El Orinocc, ilustradv, ed. de "España Misione· fascículo segun4' , III", Madrid, Aguilar, 194?, con notas del P. Constantino Bayle , S. J., tivadeney� 1936• �a 53, lías en la éfJ<}CII (,.a) Pereyra, Carlos: Historia de la Am'lrica E spañola, tomo VI 1blicarse en San• lombia, Venezuela, Ecuador), Madrid, ed. Saturnino Calleja, 1927, a 134- 34 FLORENTINO PÉREZ EMBID fluvial fué uno de los conquistadores de Méjico, Diego de Ordaz". No es extraño, al fin y al cabo, que las cosas ocurrie­ ran así. El establecimiento de las primeras gobernaciones en Tierra firme �trajo, a partir de 1509, la atención de los descubridor.es hacia el fondo del golfo de Urabá, (43) ha­ cia el istmo, y hacia las grandes unidades geográficas de las cuales éstas eran camino : la fama del Biní constituyó pron­ to el más poderoso incentivo. Mientras tanto, Hernán Cor­ tés había logrado concretar más al Norte otro foco de atrac­ ción. En contraste con ambos, esta otra zona -fronteriza de las tierras prohibidas por el tratado de Tordesillas­ era lógico que quedase un tanto postergada; ya es sintomá­ tico que el primero que se dirige directamente hacia ella sea un hombre que viene d� la Nueva España, y que allí ha sido menos afortunado que Alvarado o que CristóbQ.l

La geografía de los descubridores

A partir, pues, de la tierra -concedida a Alonso de Oje­ da es como se van fijando los términos de las suces�as gobernaciones, con las cuales los Reyes de Castilla sientan las bases de la organización política y jurídica en las zonas

(43) La pacificación de estas regiones, fundamentales para la continui­ dad de los descubrimientos, fué sin embargo tarea difícil, como es sabido. El libro moderno más importante sobre este tema es el Alvarez Rubiano, Pablo: Pedrarias Dávilo, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Instituto "Gonzalo Fernández de Oviedo"), Madrid, Diana, 1944, 732 pá­ ginas, c'on láminas y copiosos apéndices documentales. Cfr. también Matilla Tascón, Antonio: Los viajes de Julián Rodrigue11 al Golfo de Urabá, "Anuario de Estudios Americanos", tomo II; edición separada, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano.,Americanos, 1945, VIII + 84 págs., con lá­ minas y apéndices. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 35 ico, Diego de de esta costa que van empezando a incorporarse a una vida civilizada. La gobernación de Santa Marta, primero, y lue­ cosas ocurrie­ go la de los alemanes, (44) llamada en ocasiones por las gobernaciones fuentes "governación de los Bélzares". (45) Con esta última ,tendón de los empalma (46) la zona concedida en I 530 a •Diego de Ordás. ·rabá, (43) ha­ Como término de referencia para poner en relación gráficas de las esta geografía inicial de las Indias con nuestros conoci­ nstituyó pron- mientos actuales, en la costa de la gobernación de los ale­ Hernán Cor­ manes destaca un accidente de gran importancia geográfi­ foco de atrae,­ ca: el cabo Codera. Al este de él, dicha gobernación termi­ ª -fronteriz ba oficialmente en Maracapana, si bien otras fuentes menos Tordesillas obligadas a la precisión- de límites indiquen vagamente que ya es sintom(I se extendía hasta el golfo de Cariaco. (47) ,nte hacia ella tña, y que allí Las regiones de la costa en toda esta zóna que traza que Cristó un arco cóncavo son las que Ordás denomina "provincias e una expcdi- (44) La capitulación c'oncedida a Enrique Eynger y Gerónimo Sayler, Madrid, 27 de marzo de r5z8, les concedía que "podais descubrir y con­ quistar y poblar las dichas tierras y provincias que ha.y en la dicha costa, que comienza desde el Cabo de la Vela, o del fin de los límites y términos de la dicha Gobernacion de Santa M,arta, hasta Mara.capana, leste oeste, norte sur, de la una mar a la otra, con todas las islas que están en la dicha costa, exceptuadas las que están encomendadas y tiene a su cargo el factor Joan de Ampiés... " Apu.d Panhorst, Carlos: Los alemanes en Ve­ Alonso de OjC1 .uela durante el si1,lo XVI. Carlos V y la casa ,Welser, "Colección H'is­ pania", Madrid, ed. Voluntad, z927, pág. r87. Islario e las suce ,(45) Así en la lámina I-I4 del de Alonso de Santa Cruz, Castilla 5ient (46) La capitulación concedida a Diego de Ordás, Madrid, 20 de mayo de r530, otorgó a éste el permiso para "conquistar y poblar las di­ ca en las zonal chas provincias que hay desde el dicho Río del Marañón hasta el cabo de Vela, de la gobernación de los dichos alemanes". .En este nwmento, no 1 os importa a nosotros que la capitulación continuase la frase reproducida es para la continill c llllignando el error de creer que toda esa zona había de tener una lon­ il, como es sabidt itud de doscientas leguas de costa poco más o menos. Nos interesa más ,! Alvarez Rubianli tacar la improcedencia de fijar el cabo de la Vela corno límite occiden- .gaciones Cientíñ. 1 1 de la gobernación de Ordás, puesto que dicho accidente era precisa­ .ana, I944 , 7 3 2 p6,, nte el límite oeste de la gobernación de los alemanes, y ésta quedarí;a ll '.fr. también Mati t =nprendida lntegramente en la zona de Ordás, si hubiera que atenerse a Golfo de Urol,,t¡¡ • ra de su capitulación. separada, Sevillllll (47) Oviedo: 11'(1. cit., pág. 220, dice: "el golfo de Cariado, que es s con la- l 4 págs., fin de la gobernación que tienen los alemanes, donde se parten los noa de la gobernación que se dió a Diego de Ordaz". 36 FLORENTINO PÉREZ EMBID

(48) Interrogatorio, citado fof,-a, pregunta 56. (49) Son el de la lámina 11, tomo 11, de la edición de Fernández de Oviedo, el de la "Isla de Trinidad y Costa de Paria", correspondiente a la lámina II4 del Iskrrio de Alonso de Santa Cruz, y el reproducido, s.in indicar su procedencia, en el tomo de las Cartas de Indias. (50) Este magnífico mapa es uno de los 'más destacados medÍOll de trabajo con que e\ investigador cuenta en la rica y bien dirigida Biblioteca de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos, en Sevilla. La realización del mapa se debe, como es sabido, a la "American Geographical Society", de Nueva York. (s 1) López de Velasco, Juan: Geog,-afta y descdpci6n universal de las Indias. Recopilada por el Cosmógrafo-Cronista. .. , desde el año de 1571 al de 1574; publicada por primera vez en el "Boletín de la Sociedad Geo­ gráfica de Madrid", eon ediciones e ilustraciones de don Justo Zaragoza, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Fortanet; 1894, págs. 1 :·O y sigs. (sz) Alonso de Santa Cruz: Islario General de todas las islas del mundo, por ...... •.. , Cosmógrafo Mayor de Carlos I de España, pu­ blicado por vez primera vez con 'llD prólogo de don Antonio Blázquez, Pu­ blicaciones de la Real Sociedad Geográfica, Madrid, Imprenta del Patrona- LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 37

.Os mapas de A continuación viene en la línea de la costa la penín­ e utilizar, (49) sula y tierra de Paria, también claramente localizada en Hispanoamé­ los mapas de la época, y escenario con Cumaná y el Huya­ :ación de esos parí de los hechos de Ordás. La lámina procedente del "Is­ tare, golfo de lario" de Santa Cruz localiza, con límite oriental en el Hu­ lo fué posible yapari, la "governación de Paria". de Indias im­ alidad ameri­ Este río, camino del primer intento de penetración en ro de la "pro­ la red fluvial del Orinoco, es sin duda como más adelante e Maracapa se aclara el actual Caño Mánamo, brazo occidental del del­ tiempo, y pot! ta. Las fuentes le designan con una serie numerosa de gra­ nanagostos y fías, (53) entre las cuales en este trabajo he elegido la más e la gobern generalizada, que es al mismo tiempo la más en consonan­ desta pro ·in- cia con nuestra manera actual de escribir. Este brazo es el único que el mapa publicado en las "Cartas de Indias" ti­ e Cumaná por' tula Orinoco. 1ccidente geo1 Se nos plantea así una última cuestión crítica en la in­ terpretación actual de la geografía que los descubridores l, en la longi­ :s llamada co- del Orinoco nos transmiten por medio de las fuentes con-

to de Huérfanos de Intendencia e Intervención M;ilitares, 1918, dos tomos (texto y atlas), tirada de 150 ejemplares numerados; texto, 508: " .. .la ysla Margarita, prolongada levante a poniente por dieziocho leguas y de ancho de Fernándea: de seis; púsole este nombre el Almirante Don ,Cristobal Colon cuando la des­ correspondiente a cubrió en su tercera navegación, junto a la ,cual esta aquella famosa pes­ 1 reproducid.o s,ia queria de las Perlas, aunque Cubagua, que es vezina S'Uya, aya prevales­ 'ias. cido en llamarse la ysla de las Perlas ... " acados medioa de (53) Pereyra: Historia de América Española, tomo VI, pág. 134: dirigida Biblioteci "El río recibía otros varios nombres, según los lugares. Para los españoles Uriapari, a. La realizaci• el que más sonaba era el de con que lo designaban las tribus de -raphical SocietJI, caribes Y guayanos. De aquí sacaron muchas variantes castellanas. La Au­ diencia de Santo Domingo decía Aviaparl en 1531. ·Fernández de Oviedo d6n universa« IÚ consignaba estos datos: "El nombre de Uyapari, que los cristianos dan a � el año de 1571 �ate famoso rÍ'o, hobo origen de los crispstianos que eon el piloto Johán Barrio de Queixo habían ido a le deSC'Ubrir desde Cubagua, la Sociedad Geo-, 11 . que le llama­ 1 Justo Zarago. r Ut, antes que el eapitan Diego de Ordaz se ocupara de esta empresa". ígs. 1 ;.o y si113. ero no se impuso tal nombre, ni otro alguno de la 'misma raíz (Yuyupari Viapari, Urapari... ). ,das las islas d,I }',-,. , Por azares históricos se universalizó el qu; 0 culebra de Eispafía, pu• los tamanacos al gran río: enros,cada ( O rinoco en su lengua). Apurara; nio Blázquei, Pu, otomacos le llamaban cerca del Meta, Baraguán; cerca del enta del Patr<>llál IDcoe, Iscante ...)" 38 FLORENTINO PÉREZ EMBID temporáneas : los nombres de los ríos.· En ellas, a partir del Ivfarañón, título inicial de la empresa de Ordás, leemos em­ pleadas confusamente las denominaciones de Marañón, Amazonas, Dulce, Orinoco y Huyapari; el nombre de Me­ ta, que aparece a cierta altura hacia el interior viene a ser un elemento más de confusión. Río del Marañón es el gran accidente, imprecisamente localizado, cuyo nombre y fama se remonta al viaje de Vi­ cente Yáñez Pinzón, y que en la capitulación de Ordás ja­ lona por el lado contrario del cabo de la Vela la zona que se concede al nuevo gobernador. El P. Aguado recogía ya la contradicción de opiniones sobre su localizadón pre­ cisa: (54) " ••• aunque en este tiempo llamaban el Marañón otro rrio mas pequeño que esta más adelante, que entra en la mar por sí, y el que ahora llaman llamaban entonces Mar Dulce, y después fué llamado el rrio de Orillana. Otros afirman, y esto es lo más cierto, que este rrio que primero fué llamado Marañón no le hay, o es el mismo que agora llaman Marañón, que es por do baxó Orillana, y después el ynfelic;e traydor Lope de Aguirre. Este rrio fué descu­ bierto por los Pinc;ones." Esta imprecisión se mezcló luego .con el error de su­ poner que los "marañones" rebeldes capitaneados por Lope de Aguirre habían salido al mar no por el delta del Ama­ zonas, sino a través del itinerario Amazonas-Negro-Casi­ quiar.e-Orinoco. Pero esta cuestión quedó clara a partir de los minuciosos estudios de Emiliano Jos, (55) a los cuales

(54) Aguado: Historia de Venezuela, tomo I, pág. 456. (55) Jos, Emiliano: La expedici6n de Ursúa al Dorod

;, a partir del roe r-emito para la exposición del proceso intelectual que s, leemos em­ aproxima y separa las dos denominaciones, hoy sinónimas, de Marañón, de Marañón y Amazonas. ,robre de Me­ El Esequivo, llamado Dulce en los mapas, del "Islario" ,r viene a ser y de las "Cartas de Indias", desemboca a 7° latitud N., y entre los 58° y 59º de longitud W., en las inmediaciones de nprecisamente Georgetown, la actual capital de la Guayana Británica; el 1 viaje de Vi- nombre de Esequivo, en el mapa de las "Cartas de Indias" de Ordás ja­ se reservaba a uno de los brazos del Dulce, según se explica a la zona que en su nomenclatura, y en la larga nota aclaratoria colocada .do recogía ya encima de su curso. a:lizadón pre­ La identificación del H uyapari con el brazo más occi­ n el Marañó dental del Orinoco, el llamado hoy Caño Mánamo, creo re­ , que entra en sulta con claridad de este trabajo. entonces Mar En cuanto al Orinoco, considerado en su curso funda­ ,nllana. Otro• mental, López de Velasco recuerda que en las fuentes coe­ o que primero táneas de 511 descubrimiento es llamado también a veces ;mo que agofl río de Paria. ma, y de.,;pués ·rio fué dc .. cu-

:1 error de su• iados por ope ielta del Amali as-N.egro-Casi• tra a partir de ) a los cualct

456. Dorado, la rebeli41

,. Huesca,0 Imp. V ones, 4. • Cfr., el" liano J os ha VU Sevill E ro, :17 I·• con siete

CAPITUL O TERCER O

LAS CAPITULACIONES DE DIEGO DE ORDAS PARA LA EMPRESA DEL ORINOCO Y LOS NOMBRAMIEN­ TOS COMPLEMENTARIOS

Es el día 20 de mayo de 1530. Diego de Ordáis, "vecino de la Nueva España", ha venido a la Corte para solicitar de Carlos I las providencias necesarias para una empresa de descubrimiento en las costas al Sur de fa isla Española. El Emperador está lejos de Castilla, ocupado por los asun­ tos europeos ; en su ausencia los negocios de los reinos de España han quedado a cargo de la Emperatriz Isabel. Y es ella quien concede, en Madrid, a Diego de Ordás la capi­ tulación que en casos semejantes se acostumbra. En su virtud se le autoriza para que "a su costa y minsyon" con­ quiste y pueble las "tierras e provincias que ay desde el dicho Rio del Marañón hasta el cabo de la vela, de la go­ vernación de los dichos alemanes, en que puede aver do­ zientas leguas de costa, poco más o menos". (56) Más ade- (s-6) Capitulación de Diego de Ordás. Madrid, 20 de mayo de 1530. Arch. Indias, Patronato, leg. 28, núm. 58, fol. 1. Tanto éste como los de­ más documentos citados en el presente capítulo están copiados en el Libro oficio de Diego de Ord6s, Arch. Indias, Indiferente General, 416, fo- 1 os 1-15. Agradezco a mi querido amigo y compañero Antonio Muro Orejón la nmabilidad de haberme dado a conocer, cuando yo iniciaba la preparación este trabajo, la referencia precisa de este Cedulario en el Archivo de l!ldlas. 42 FLORENTINO PÉREZ EMBID

!ante habrá que fijar una determinación tan amplia como ésta. Acabamos de ver la exacta focalizaieión geográfica de dichos territorios, lindantes ya con la zona que el tratado de Tordesillas había atribuído a la soberanía de la Corona· portuguesa. (57) Por eso la capitulación, a seguido de la frase transcrita, añade: "con tanto que no toqueis en cosa alguna que sea dentro de la demarcación del Serenísimo Rey de Portugal, nuestro hermano". Es una vez más el eco de la voluntad real castellana, decidida cumplidora siempre de la delimitación pactada. Diego de Ordás recibía los títulos de gobernador y capitán general de aquellas tierras, (58) con carácter vitalicio, y setecientos veinticinco mil maravedís anuales a cobrar de los productos de la tierra, más los títulos de adelantado y alguacil mayor, igualmente hasta su muerte. Del sueldo alu­ dido debía mantener un alcalde, diez escuderos, treinta peones, un boticario y un médico. Asimismo ostentaría de por vida y las de dos herederos, las tenencias de las cuatro fortalezas que quedaba autorizado a erigir, de acuerdo en emplazami�nto y demás detalles con los oficiales reales; por cada una de ellas percibiría setenta y cinco mil maravedís de salario. Otras ventajas en metálico son la donación de mil ducados anuales y la veintena de todos los pechos y rentas (hasta un máximo de mil quinientos ducados más) a cambio de la petición formulada de vasallos. En la Nueva España conservaba Ordás todos sus bie­ nes y posesiones. (59)

(57) Cfr. Pérez Embid: Los descubrimientos en el Atlántico, cap. VI. {58) No es de este lugar señalar las semejanzas y diferencias de esta capitulación con el tipo normal de las mismas. Sobre este particular pre­ para en la actualidad un estudio el Prof. Alfonso Garcla Gallo. Aqul se resumen únicamente los requisitos y concesiones directamente relacionados con Ordás. (59) Poco después, Madrid, 9 de ¡umo de r 530, la Reina ratificaba la donación a Diego de Ordás de un peño! llamado Tepecingo, a media LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO � amplia como Para ayuda directa de sus preparativos de la expedi­ geográfica de ción se le conceden veinticinco caballos y veinticinco. yeguas [Ue el tratado ,de Jamaica, licencia para pasar cincuenta esclavos negros de la Corotia entre hombres y mujeres, trescientos mil maravedís para seguido de la la artillería y munición de las fortalezas a construir, y otros x:¡ueis en cosa den mil para un hospital, además del producto de la recau­ el Serenísimo dación de los derechos llamados "de la escobilla e rrelauio" .a vez más el en las fundiciones de metales, cuyo importe había de dis­ la cumplido tribuir�e con arreglo a las necesidades de todos los estable­ cimientos hospitalarios que con el tiempo se fundaran en la gobernador y tierra concedida a Diego de Ordás. ·ácter vitalici , Todas aquellas personas que se animasen a acompa­ �s a cobrar de ñarle, uniendo su suerte a la de la empresa, tendrían tam­ adelantado y bién sus compensaciones. �el sueldo alu'\ Del oro que pudiera hallarse en minas sólo abonarían kl.eros, treint a la Corona un diezmo, durante los iseis primeros años, y ostentaría de foego en progresión creciente el noveno, octavo, etc., hasta de las cuatra Uegar al quinto, canon acostumbrado, que sería el que siem­ a.e acuerdo en pre había de aplicarse al oro obtenido en resgates y cabal­ les reales; por gadas. También se les promete franqueza de almojarifazgo mil maraved por seis años para todos los productos de propio consumo, f donación. de y por dos años para los destinados al comercio, garantía los pecho y de no ponerles alcabalas ni ningún otro tributo, y el acos­ ucados más) a tumbrado reparto de solares, tierras e indios, conforme al -uso seguido en la isla Española. todos sus bie- En la capitulación se fija a Ordás el plazo de seis me­ ses para iniciar su empresa, y se le imponen las obligaciones

(60) Arch. Indias, Patronato, 28, ramo 46, núm. s. (6r) Arch. Indias, Patronato, 28, ramo 46, núm. r (una copia, y otra. en el mismo ramo). (62) Arch. Indias, Patronato, 28, ramo 46, núm. 4. (63) Arch. Indias, Patronato, 28, ramo 46, núm. 2. (64) Arch. Indias, Patronato, -28, ramo 46, núm. 3. L A Ex P Lo R A e 1 ó N n EL o R 1 No e o 45

ncomienda de­ ,nás interesantes -por ser representativas de un proce­ l cita especial, dimiento general- incluso que las incidencias del descu­ 1cados de oro brimiento, abocado, como hemos de ver, a una trágica in­ n navío para. fecundidad. Caboto, nues­ Tenemos ya los extremos del acuerdo con la Corona. en qué estado Veamos ahora los preparativos inmediatos para la partida. ,n de esto es conocimiento .fía de las In­ ho Ria y por veniente para. L chocante in- Amazonas y :on una eta¡xt

ió a Diego de s document nombrami de adelant oara constr ule las teneni las cuales se­ :uno. se conserv )cumentos re­ lSO a paso en [ón del daje,

La copia, y otl'II-

CAPITUL O CUARTO

LOS PR.EPAR.ATIVOS DEL VIAJE

La completísima documentación conservada permite re­ construir en sus líneas generales estos preparativos, siquie­ ra la casuí-stica de los mismos se nos e'scape aún. (65).

Preparativos materiales

Respecto a los pertrechos de la expedición, en la fecha misma de la capitulación, 20 de mayo de I 530, la Reina au­ torizó a Diego de Ordás para gestionar la adquisición de muchos de ellos. Así, podría comprar artillería y municio­ nes por valor de trescientos mil maravedís, que oportuna­ mente habían de indemnizarle los oficiales reales de la tie­ rra. <66) P�ra el serv1c10 de hombres e impedimenta se le

(65) Los fondos del Arch. de Protocolos de Sevilla no han arrojado todavía ---al menos en su parte publicada- ninguna luz sobre los prepa­ rativos de Ordás. Cfr. el Catálogo de Fondos Americanos de dicho Archivo, publicado por el Instituto Hispano-Cubano de Historia de América. Los investigadores de dicha institución señores Muro Orejón y Hernández Día:.: tienen preparado el material para diez tomos más de este Catálogo, que es de desear sean publicados con toda rapidez. (66) Carta de la Reina. Madrid, 20 de mayo de 1530. Arch. Indias, Indiferente General, leg. 416, Libro de oficio de Diego de Ordás, f. 18-18 v.0 48 FLORENTINO PÉREZ EMBID autoriza a que transporte desde cualquier sitio del reino a la llamad.a provincia del Río Marañón veinticinco caballos e igual número de yeguas, (67) los cuales habían de serle entregados, según se dispone en otro documento, (68) por el gobernador y oficiales de Jamaica. Sevilla y su tierra pro­ porcionaban la harina, bizcocho y otros mantenimientos para la armada, (6g) -con ciertas restricciones en cuanto a la procedencia de los mismos. <1°) Otros productos tienen distinta procedencia: son so­ brantes de expediciones anteriores, como las "cossas de res­ cates que quedaron de la armada de la Especería", las cua­ les estaban en poder de los oficialesde la Casa de la Contra­ tación y éstos debían entregar a Ordás, por un valor hasta de cuatrocientos mil ducados, durante seis meses, previa fianza dada por vecinos de Sevilla de que el pago se haría en esta ciudad en el plazo previsto� <11) El salitre, hasta cua­ trocientos quintales, se iba a obtener en Tembleque, a mí­ nimo precio. <12) Un extremo muy importante se cuida también: la po-

(67) Idem, idem, fol. 19 v.<'. (68) Idem, ídem, fol. 15-15 v.0. (69) Carta de la Reina. Madrid, 20 de mayo de 1;.30. Arch. Indias, Indif. General, leg. 416, Libro de oficio de Diego de Ordás, fol. 20 v.0-21. (70) Se obtendría en la comarca de Sevilla, pero no en este Concejo ni en su tierra, en Marchenilla ni en Gandul, Jugares de la ciudad. Carta de la Reina. Madrid, 10 de agosto de 1530. Arch. Indias, Patronato, .28, ram. 50, y Libro citado de oficio, fols. 41-42. (71) Cédula de la Reina a los oficiales de la Casa, Madrid, 1 de septiembre de 1530. Arch. Indias, Indiferente General, leg. 416, Libro de Oficio, fols. 4:z v.0-43. Sin embargo, en el primer momento, a Diego de Ordás sólo le le prestó por valor de doscientos ducados, que él pagó poco después, y los rescates que los valían fueron en la carabela que Ordás perdió. Basado en tales hechos, .Pedro de Villagrán pidió para Ordás más crédít'os, y la Reina ordenó (Medina del Campo, .39 de febrero de 10.32; Indiferente, 416, Libro 0 de oficio, f. 54 v. -ss v.") que se le dieran ahora los doscientos duca

,itio del reino a sibilidad de entenderse con los pobladores de la tierra con­ 1ticinco caballos cedida. En Sevilla había por entonces "vn yndio del Rio de habían de serle Solis, donde está Sebastián Ca boto", el cual había sido traí­ ento, <68) por el do a España por Remando Calderón, y estaba en aquellas y su tierra pro­ fechas al servicio de la mujer de Caboto. Ese indio podía mantenimient ser muy útil a Ordás como intérprete, (73) y los oficiales 1es en cuanto a de la Casa de la Contratación reciben órdenes (74) de gt;s­ tionar la venta correspondiente. dencia : son so- Todos estos elementos exigían un almacén en que ser "cossas de res­ custodiados hasta e1 momento de la partida, y para este co­ !ceria ", las cua­ metido tenía Sevilla el viejo y noble local de sus Ataraza­ sa de la ontra­ nas, (75) en las cuales sin duda encontró Ordás asilo segu­ ' un valor hasta ro para sus armas y mantenimientos. (76) , meses, previ También el ajuste de las gentes de la tripulación en­ � pago se haría trañaba sus riesgos. Sevilla empezaba a ser el gran puerto a.litre, hasta cua,; de las Indias, poblado por mareantes y mercaderes, galeo­ .mbleque, a mí• tes, tahures y toda casta de hombres y mujeres de dudoso y desgarrado vivir. A Sevilla vino, desde la Corte, Diego de también: la � Ordás, a buscar gentes y comprar navíos para su empresa, y en Sevilla instaló, a la puerta de sus casas de morada, la acostumbrada memoria en que se daban a conocer a to­ dos los posibles interesados los términos de la concesión r;.30. Arch. Indi8' rdás, fol. 20 ,. ,0-ir. real, y las características generales de la empresa que iba no en este ConceMI a intentar. (n) Los que se alistasen para acompañar a :ie la ciudad. Ca� iias, Patronato, 28, (73) Véase otra faceta de la idea antes apuntada sobre la confusión o '.asa, Madrid, r de áñca entre las zonas del Amazonas y el Plata. (74) Cédula de la Reina a los oficiales de la Casa, Madrid, 20 de leg. 416, Libro de :ayo de 1530. Libro citado de oficio, fol. 19-19 v.º (7 El alcaide ef,e las Ataraaatw.r de Sevilla a Ordás sólo 1e le 5) Cfr. Pérez Embid: .siglo oco despué�, y loe f I del XVI. Madrid, "Revista de Indias", núm. 22, octubre-di­ lre 1945 perdió. Basado en , (76) e irédiros, y la Reí.u Cédula de la Reina al alcaide de las Atarazanas ' ' Madrid 20 d o de 1s.30, Libro de oficio citado, fols. 18, v.º-19. iferente, 4·16, Librd < 7 .Pregunta 3.• y declaraciones de Hernando de Villagrán y btros doscientos duca«ia4 ) en el interrogatorio de Arch. Indias, Patronato, leg. 28, núm. 58, ·7 48, 61 v.0, 5 v.•, y 89. Sobre este interrogatorio cfr. la nota 1 fabricación. Ma· 7 1 d�l cap. siguiente. 50 FLORENTINO PÉREZ EMBID

Ordás no habían de verse obligados a abandonar sus ar­ mas, ni de noche ni de día, mientras anduviesen por las ca­ lles sevillanas ajustando su conducta a las ordenanzas que­ garantizaban la pacífica convivencia de los moradores de la ciudad. Los alguaciles de la misma les respetarían tal de.. recho. <18) Y no erp. sólo en Sevilla y su región donde los barco de la nueva empresa iban a equiparse. A mitad de camino ]es esperaba ]a recalada de costumbre en las Canarias. Por eso la Reina encarga al gobernador y justicias de las is ... ]as, (79) y más concretamente a los de Tenerife y la Pal­ ma, <80) que ayuden en cuanto necesite a Diego de Ordás, y le autoricen a sacar, pagándolos, harina para bizcocho y otros mantenimientos. También podrían embarcar con él los hombres que lo desearen, hasta el número de cien, lle .. vando consigo sus caballos. (8 1) En cuanto a la isla Española, los oficiales reales de la misma recibieron órdenes <82) de prestarle cincuenta mil maravedís para ayuda de los gastos de su viaje y armada, contra presentación de fiadores que habían de pagar en un año.

Las gentes de la tripulación

Simultáneamente se iba haciendo la recluta de los hom� bres de mar y los hombres de guerra y pobladores que ha­ bían de acompañar a Diego de Ordás.

(78) Cédula de la Reina al asistente de Sevilla, conde Hernando de Andrade, Madrid, u de julio de 1530. Libro de oficio citado, fol. 36. (79) Cédula de la Reina, Madrid, 3 de julio de 1530. Libro de oficio citado, fol. 35 v.0 (80) Idem, ídem, fol. 34 v.0-35. (81) Idem, ídem, Madrid, 20 de mayo de 1530. Idem,. fol. z3 v.0 (82) Ide'm, ídem, Madrid, 25 de junio de 1530. Idem, fol. 32-32 v.º D LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 51 ndonar sus ar­ En primer lugar puede ser citado el que iba a ir como esen por las ca­ piloto, Juan Fernández, un portugués al cual autorizaba la ordenanzas que Reina, en carta <83) expedida a petición expresa de Diego noradores de la de Ordás, "para que ·seyendo examinado por el nuestro pi­ !>etarían tal de- loto mayor de la Casa de la Contratación de Sevilla... e fa­ llandole habil e suficiente para ello pueda usar del dicho ofi- onde los barco cio de piloto con vos en el dicho viaje ... " titad de camin De los cargos importantes imprescindibles en la go­ ; Canarias. Por bernación del Río Marañón que se creaba, el cargo de :idas de las is• tesorero de sus tierras y provincias se concedió a Jerónimo 1erife y la Pal� de Ortal, (84) con un salario de ciento treinta mil marave­ ego de Ordá y dís anuales, a cobrar de las rentas de la Corona. Simón de ara bizcocho y Carriazo fué nombrado contador con igual sueldo <8s) y dos nbarcar con él años más tarde, a su muerte, le sucedió su hermano Her­ !ro de cien, lle111 nando Carriazo; <86) para veedor de fundiciones, (87) en la misma situación económica fué nombrado Remando de 1les reales de la Sarmiento. Otro cargo de primera fila, el de alcaJde mayor • cincuenta núl (83) Idem, ídem, Madrid, 19 de agost

(88) Real Cédula de Madrid a Diego de 0rdás, Madrid, 1·0 agoste> 1530. Idem, ídem, fol. 39. (89) Jdem, ídem, Madrid, 12 julio 1530. Idem, ídem, fol. 38-38 v.0 (90) Idem, Madrid, IO agosto 1530. ldem, ídem, fol. 39 v.0 (91) Idem, Madrid, 10 agosto 1530. Idem, ídem, fol. 39 v.0-40. (92) ldem, ídem. Idem, ídem, fol. 40. (93) ldem, ídem. 0caña, 10 mayo 1531. ldem, idem, f. 44-44 v.0 (94) Cédula de la Reírla con licencia para Jerónimo 0rtal. Madrid, 25 junio 1530. Idem, ídem, fol. 32 v.0• D LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 53 onzález Dávila, Simón de Carriazo, ( 95) Jerónimo ·de Ortal, ( 96) Bautista su persona, he­ a án, (97) Alonso de Turia, (98} Gabriel de Vega, 9) 'ambién Gabrie Mor (9 Gabriel de León, <100) Alonso de Rivadeneyra, ( 101) Pedro Y, como al911a­ de Salcedo, (1oz) Baltasar de Bustos, (103) y Cristóbal de los siones a Alons > Nidos. <104 mismo se establecen las líneas generales de la con­ misos concret Asi ta a seguir por el nuevo gobernador y sus subordinados >s. Así Gil Gon­ duc y para ello se dictan cédulas especiales en las cuales se re­ negros para vos piten, con arreglo al modelo con�agrado por el uso, los prin­ o) y tres r; ba­ cipios inspiradores de la labor organizadora. Por una par- González y otr

; se aumenta la c95) Real Cédula, Madrid, zs junio 1530. Arch. Indias, Patronato, Carriazo podrí leg. .28, ramo 47, z. se concedió, con, (96) Idem, ídem, Indif. General, leg. 416, Libro oficio cit., fols. 33·34- c97) Idern, Madrid, u julio 1530. Idem, ídem, fols. 36 v.0-38. rife y la Palma, (98) Idem, ídem, ídem, fol. 38. 3 permiso, (9 } het (99} Idem, ídem, ídem, fol. 3.S. mbién a los ga• (100) Idem, ídem, ídem, fol. 38. (101) Idem, Madrid, 10 agosto 1530. Idem, ídem, fol. 40 v.º; y Patro· udo llevar a las nato, leg. .28, ramo 48. e plata labr (1oz) Idem, ídem, í'dem, fol. 41. (103) Idem, ídem, íde'm, fol. 40. (104) Idem, ídem, ídem, fol. 44. Sin embargo, Cristóbal de los Nidos no acompañó a Ordás. El 17 fe­ R empeñar los c brero 1530, la eina, en Medina del Campo, le dirige otra cédula (Indife­ rente, 416, Lib. de of., fol. 52 v.0-53), por la que sabe'mos que él había in­ >s que fuese ca formado a la Reina de que después de ese nombra'miento "estando el año .encía, por tan .asado en Sevilla para pasar a esa provincia... adolecistes de vna grave cnncdad" que le impidió hacer el viaje y con ello cumplir el requisito t corres pon l ícnt su nombramiento de ser presentado en el cabildo correspondiente antes los veinte meses. La Reina ordena que tal plazo se cuente de9de la fecha dt esta nueva carta. i, Madrid, 1·0 a Entonces también (Medina del Campo, 29 febrero 1532; Indiferente, 0 lib. de of., fols. 53·54 v. ) la Reina nombra a Cristóbal de los Ni­ '3Cribano de minas de las tierras de gobernación de tDiego de Ordás. 0 fecha reg!a ya lo dispuesto sobre fijación de límites de la goberna- fol. 39 v. d I Maraiión, medida que se tornó, como hemos de ver, a consecuencia fol. 3 9 v.º·4� iotcidentes con Ant'onio Sedeño, que exigieron también un de�linde u iicciones con la de la Trinidad; por eso, y con referencia a la sobre­ rspondiente, este segundo nombramiento de Cristóbal de los Nidos, r para el territ'orio que Ordás elija. hubo tiempo, pue�, para que el interesado se incorporara físicamente 54 FLORENTINO PtREZ EMBID te Diego de Ordás fué autorizado < 10 s) a repartir tierras a los pobladores, y dar indios en encomienda, sobre el mo­ delo de lo que se hada en la isla Española, pero con adver­ tencia expresa de no hacer esclavos a los indígenas. < 106 ) Por otra parte, la Reina, a petición del gobernador, impo­ ne una curiosa prohibición: la de que en las tierras de la gobernación de éste no haya letrados ni procuradores que ejerzan su oficio. <101) Respecto al cumpli.mi�to por parte de la Corona de las obligaciones y cargas económicas previstas en la capi­ tulación, la Reina ordena también a los que iban a ser ofi­ ciales reales de las nuevas tierras colonizadas que pagasen cuando hubiese rentas para ello: a Diego de Ordás, los setecientos veinticinco mil maravedís de salario como a 108) (io9) Gobernador, ( , los mil ducados previstos también, y la veintena de todas las rentas hasta una cuantía de otros mil quinientos ducados, mientras los reyes no proveyesen en la concesión a Ordás de algunos vasallos de aquellas tierras. (uo) A Gil González Dávila, "alcalde mayor desa provincia", debían abonarle ciento cincuenta mil maravedís

(105) Real Cédula de Madrid, 9 junio 1530. Arch. Indias, Patronato, 0 leg. 28, ramo 461 7, y libro citado, en Indiferente General, fols. 26 v. -27. (106) Real Cédula a Diego de Ordás, Madrid, 1 septiembre 1530, ratifi­ cando otra de Madrid, 2 agosto 1 530, "que está asentada en el libro ge­ neral". La de septiembre en Arch. Indias, Libro citado, fols. 43-44. Esta prohibición fué ratificada en una sobrecarta a los Residentes y Oidores de las Audiencias de Santo Domingo y "Tenu,stitán México", Medina del Cam­ po, 6 diciembre 1531. Idem, fols. 45-49. (107) Idem, Madrid, 20 mayo 1530. ldem, fol. 25 v.º. La cédula c'm· pieza asé: "La Reyna. ·Por cuanto somos ynfonnados y por ysperiencia a parescido que de aver letrados e procuradores en las tierras que nuevamente se conquistan e pueblan se siguen en ellas muchos pleitos y debates, lo qual cesaría sy no obiese los dichos letrados e procuradores, e agora Diego de Ordás... nos suplicó ... " (108) Cédula de la Reina a los oficiales reales de la provincia del Río Marañón, Madrid, 9 junio 1530. ldem, fo!rs. 25 v.0-26. (109) Idem, ídem. Madrid, 20 mayo 1,:.30. ldem, fols. 21-22. (110) Idem, ídem ídem, fols. 22-22 v.0 D LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 55

partir tierras a qtte la Reina le concede < 1 u) "de ayuda de costa por los ., sobre el mo­ gastos que se le ofrecen en el dicho viaje". Los mercade­ ?ero con adver• res y tratantes que fueren a comerciar a aquellas tierras 6> 1 indígenas. < 10 gozarían de exención del almojarifazgo por dos años. < 1.2) ternador, impo-­ El artillero que debía tener Diego de Ordás contaba de LS tierras de la antemano con una subvención anual de cuarenta mil ma­ ·ocuradores que ravedís, (u3) y los hospitales con otra de cien mil, (u4) además de lo que produjeran los derechos de la escobilla r la Corona de y relabes (u5) en las fundiciones que pudieran montarse ,tas en la capi­ en la tierra. iban a ser ofi.; Finalmente, se arreglan también las posibles relacio­ as que pagase nes del nuevo gobernador con las autoridades del otro país de Ordás, los donde se había hecho rico y famoso. Diego de Ordás, "ve­ ;alario como a cino e regidor de la cibdad de Mexico ", había presentado s también, ( 1 09l una reclamación contra los oficiales reales de la Nueva :uantía de otrot España, que le habían obligado a contribuir con "doss ca­ no proveyei¡¡ vallos ensillados e adere<;ados... que todo podría valer mas fos de aquel de setecientos pesos de oro", a la guerra contra los chi­ .de mayor des• chimecas; el argumento esgrimido en la protesta es que se , mil marav trataba de una guerra "injusta" y que por tanto no se creía obligado a contribuir a ella. No es éste el momento de en­ . Indias, Patronall trar en la cuestión. Nos basta con saber que la Reina re­ :ral, fols. .26 v 0-., (xx6) ,tiembre 15 3 o, ratillt comendó con carácter g€'Reral a sus autoridades de la ada en el libro ge. Nueva España que auxiliasen a Ordás, y además de ma­ o, fols. 43-44. Eslll dentes y Oidor� de nera específica que fallasen (u7) rápidamente su reclama- ", Medina del Camt (II1) Idem, !dem, idem, fol. 17. (112) Idem, ídem, id.em, fol. .20-120 v.0 (xx3) Idem, ídem, Madrid, 10 junio 1530. Idem, fol. 25 v.0 (n4) Idem, ídem, Madrid, .20 mayo 1530. Idcm, fol. 17 v.0 (115) Idem, idem, idem, fols. 1.2 v.0-13 v.• (116) Cédula de la Reina al Presidente y Oidores de la Audiencia de la provincia del a España, Madrid, .20 mayo 1530. Idtim, fol. 16. ( 17) Idem, ídem, tdem, fols. 16 v.0-17. El 26 <1ctubre 153.2 la Audien­ ols. .21-2.2. de Méjico condena a Nulío de Guzmán a pagar doscientos pesos de oro herederos de Diego de Ordás por los dos caballos que le tomó cuando 56 FLORENTINO PÉREZ EMBID ción. De la misma manera les encarga que le dejen gozar de todas "las haziendas, tierras e solares e huertas e es­ tancias" que tiene en propiedad o en_comendadas (us) como vecino de aquélla, y especialmente del peñol Uamado Te­ pecingo que él poseía desde el año antes y cuya posesión se le ratificaba ahora. (u9). Por último, en Sevilla quedó como representante de Ordás y para ocuparse de las cosas de su armada Pedro de Villagrán, clérigo, que en diciembre de 1531 obtenía li­ cencia (uo) para enviarle un navío y designar a la persona que había de conducirle, como capitán, hasta el lugar donde en aquellas fechas se encontraba Ordás. Era el navío con que había de sustituir el otro que con cien hombres, catorce ,caballos y muchos bastimentas le fué arrebatado por uno de sus capitanes a la entrada del río Huyapari. Cuando la Audiencia de Santo Domingo remueva sus incidentes con la jurisdicción de Cubagua, Ordás considerará como inmi­ nente la llegada de estos refuerzos. Pero esto es ya adelantar acontecimientos. Sigamos -es preferible- el curso lógico de los hechos.

Nuño de Guzmán "iba a la guerra de los tenles chichemequas". Este último apela, y el Consejo de Indias le absuelve en Madrid, a 12 enero 153; .. (Arch. de Indias, Papeles de Justicia, leg. u8, núm. 6). (118) Idem, ídem, ídem, fols. 22 v.0..z3. (H9) Cédula de la Reina, Madrid, 9 junio 1530. Arch. India.s, Patro­ nato, leg. 28, ramo 46, 6. (1,20) Cédula de la Reina a Pedro de Villagrán, Medina del Oampo, 6 diciembre 1530. Arch. Indias, Libro de oficio de Diego de Ordás, en Indiferente General, leg. 416, fols. 44 v.0-45. lID CAPITUL O QUIN TO

� le dejen gozar

e huertas8) e es­ ladas (u como fol 1Iamado Te­ y cuya posesió representante Pedr4de l armada 1531 obtenía li# 1ar a la persondondlll t el lugar EL VIAJE HASTA LA COSTA DE PARIA ra el navíocatorQI con 1ombres, ado por uno de 20 fari. Cuando la El día de octubre de 1530, precisamente al expirar i cidente con el plazo capitulado para ello, partía de Sanlúcar de Barra­ � � _ ara como inm1- meda la armada de Diego de Ordás. Iba formada por dos naos grandes y un carabelón, y navegaban en ella casi qui­ �ntos. Siga nientos hombres, más treinta caballos, provistos de muchos hos. bastimentos, armas y artillería "según convenía para la tal jornada". (izi)

(121) Interrogalorio, preg. 5.•. Este que en adelante será siempre citado así, Interrogatorio, forma parte de los autos de un pleito que en 1533 incoaron en el Real Consejo de Indias los -herederos de Diego de Ordás contra Pero Ortiz de Matienzo, alcalde mayor de Cubagua, reclamándole 0.000 pesos de oro como indemnización por los siete navíos y una barca, trece caballos, una mula, artillería, municiones, hierro y víveres que el de­ mandado tomó a Diego de Ordás con motivo de los incidentes de la for­ taleza y río de Cumaná. El pleito se conserva en Arch. India11, Patronato, equas". Este últiml leg. 28, núm. 58. a 12 enero 153� 1- La. demanda inicial del pleito está en fol. 1o8. Los demandantes pre­ entaron en el Consejo una serie de pruebas documentales que llenan los folios anteriores, y entre las cuales están las capitulaciones originales de rch. Indias, Pat� Diego de Ordás, y su nombra'mient'o como gobernador, además de varios raalados de requerimientos y autos correspondientes al incidente con la ju­ ifedina del Caml'll isdicción de Cubagua ; a éstos me referiré más adelante. iego de Ordát,¡ eD Una de esas pruebas es un testimonio de los autos destinados a recons­ ruir el proceso, ruta e incidentes de la expedición. Los inicia Diego de 58 FLORENTINO PÉREZ EMBID

Las islas Canarias

Diez días después llegaba a la isla de Tenerife, "en el puerto que dicen de Santa Cruz", < 1.2.2) etapa de rigor en todas las primitivas navegaciones a las Indias. Le esperaba allí el que luego va a ser alguacil mayor de su expedición, Alonso de Herrera, que se le había adelantado desde An­ dalucía con el carácter de factor, y gracias a cuyas gestio­ nes pudo Ordás sacar de las Canarias otros cien hombres aproximadamente, caballos y yeguas hasta completar los cuarenta y dos, y más provisiones. Todo ello le obligó a adquirir una nueva carabela donde transportarlos, elevándo- 1:e así el número de naves de su armada. (1.23) En las Ca­ narias el reclutamiento de la gente estuvo a cargo de He­ rrera, maestre de campo del capitán, el cual obtuvo espe­ cialrnente la colaboración de unos hidalgos, los hermanos Silvas, naturales de las islas "jente de mediana hazienda y linaje y juveniles en la hedad y aun en el juizio", (1.24) los cuales, atraídos por el porvenir de la expedición y por

Ordás en Santo Domingo, el .2 julio 153.2, otorgando un poder al procura­ dor Juan Ruiz (fol. .26), y a continuación figuran las declaraciones de cinco testigos: Hernando de Villagrán, Alonso de Herrera, Diego de Gumiel, Francisco de Torres y Ginés de Mafora, vecino de Palos este último, que contestan con arreglo al Interrogatorio presentado por Juan Ruiz, y confir­ man siempre lo contenido en las preguntas del mismo; la declaración del último testigo sólo alcanza a los preguntas, r, 33, 34 y 35. Muchas veces se limitan a ratificar el contenido del interrogatorio, y otras añaden pequelíos detalles anecdóticos. Por eso, en el interrogatorio puede seguirse como un detallado relato de la empresa de Ordás. Además del Interrogatorio aludido son fuente de primer orden para re­ construir el itinerario de Ordás los relatos de Fernández de Oviedo: His­ toria General y Natural de las Indias, lib. XXIV, caps. II y siguientes, y fray Pedro de Aguado: Historia de Venezuela, lib. IV. En las páginas siguientes se utilizan los tres, y en primer lugar el In.te- ,.,ogaforio, por tratarse de la fuente más directa y hasta ahora. no usada. (r.22) Aguado: Historia de Venezuela, tomo I, pág. 458. (123) Interrogatorio, preg. 6.•. (r.24) Aguado: Ob. cu., to'mo I, pág. 473. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 59

1as promesas de Alonso de Herrera, ofrecieron obediencia .a Diego de Ordás, comprometiéndose a acompañarle, como Jo cumplieron luego yendo en seguimiento de sus naves tan �ife, "en el _pronto tuvieron hechos los preparativos correspondientes. le rigor en .La tosca musa de Juan de Castellanos cuenta así este epi­ ,e esperaba .sodio: <12s> expedición, desde An­ Surgieron en las islas de Canaria yas gestio­ Para tomar allí mejor avío, n hombres Besaron al Ordás luego las manos 1pletar los Gaspar de Silva con sus dos hermanos. e obligó a Eran en Tenerife principales, , elevándo- De próspero caudal y rico traje; 8:n las Ca­ Al Ordás ofrecieron sus caudales g-o de Re­ Sirviéndole con buen matalotaje; tuvo espe- Prometieron de ir aquel viaje; hermanos El Ordás acudió con mil ofertas hazienda que después conocieron ser inciertas. izio ", ( 1.24) :ión y por Anclándose los Silvas despachando Por el orden que menos les convino, El don Diego de Ordás fué navegando al procura­ nes de cinco A la parte do lleva su destino : de Gumiel, Prometiendo de illos esperando último, que iz, y confir­ Por puertos y bahías del camino; :laración del Y ansi para cumplir con su promesa nas veces se en pequeños A su navegación

!en para re­ viedo: His­ Oe Cabo Verde a la Trinidad ,iguientes, y

gar el lnte- Partió, en efecto, de la isla de Tenerife el día de Santa 1 no usada. Lucía, camino de Indias, después de que el primer piloto

(xzs) Castellanos: Elegías, lib. IX, canto primero. 60 FLORENTINO PÉREZ EMBID de la expedición hubo indicado a los pilotos de los demá1, navíos la derrota que habían de seguir para ir detrás de la capitana, y a la noche siguiente ise derrotaron ya por un lado la nao de mediano porte y el carabelón, donde iba et contador y veedor de Su Magestad, y por otra parte la. nao capitana, en que iba Diego de Ordás, más la carabela añadida a la expedición en las Canarias. Con ambas arribó a la isla de San Vicente, del grupo de las de Cabo Verde, donde un temporal obligó a quedar,se a la carabela, que se había acercado a tierra para buscar agua. (iz6) Sola la nao de Diego de Ordás, navegó veintiséis, días, < 121) y al cabo de ellos llegó a una tierra que sus, hombres exploraron durante tres jornadas, sin que fuera posible desembarcar en gran escala por tratarse de terreno pantanoso. Son las bocas del río Marañón (ra8) que Agua­ do describe detalladamente, y que le obligaron a seguir su ruta. Siguió en efecto costeando hasta la bahía que llamó de San Antón, "donde hizo surgir porque la tierra firme hera alta y auia sierras e pareció una boca de Rio grande", pero tampoco aquí pudo detenerse, sino que continuó "hasta. que llegó a unas yslas que se les puso nombre San Sebas� tián ", explorándolas durante ocho días, y luego a las de Las Palmas, "que están de tierra quatro o cinco leguas",

(126) Intenogalorio, preg. 6.ª-9.•. (1.27) Treinta y dos, según Oviedo: lug. di., pág . .213. (128) La separación de la nao pequeña y el carabelón la da fray Pedr<1 de .Aguado: Historia de Veneauela, lib. I, p,ág. 461, como ocurrida después de la llegada al Río Marañón. Ya he aludido a los errores iniciales de idenJ tíficación de este río; la idea de fray Pedro de Aguado puede verse en­ lug. cit., tomo I, pág. 456. En cuanto a la fortuna reservada a aquellos barJ cos él acepta que la nao capitana continuó rumbo a Paria mientras las otras dos encallaron en unos "anegadizos que llaman de Encima de Arnacos", salJ vándose muy pocos hombres en unos bateles, con los cuales quisieron diri­ girse al norte en busca de su capitán, llegando uno solo a la fortaleza que­ en aquella costa tenía Sedeño. La leyenda cubrió luego las peripecias de los demás náufragos. De todas maneras, en el momento de los primeros desem• barcos no quedaba navegando más que la nao capitana. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 61

! los demás desde lais cuales envió una chalupa a la costa, empleando en esto doce o trece jornadas. En las Islas de Las Palmas � detrás de "hizo l ya por un poner una cruz en la qual hizo hazer letras y señales para que si por caso viniesen por allí algún navío de los onde iba el hasta ra parte la de su armada supiese como iba adelante", y continuó la carabela la Isla de la Trinidad, que alcanzó en la punta "que se 1 1bas arribó dice del Gallo". < 29) Había explorado hasta entonces con abo Verde, todo detenimiento unas ciento sesenta leguas de la costa 1 ela, que se �egún sus cálculos, < 3°) desde la desembocadura del Ama­ zonas hasta el Golfo de Paria, sin encontrar lugar apro­ piado para establecerse, y había superado por el contrario veintiséis. algunas dificultades graves, como el encalle de su nao, ocu­ ·a que sus­ rrido en las islas de San Sebastián, ( 13 1) y otro peligro se­ que fuera ,nejante "cerca del Rio dulce que es costa brava y ba� de terrena ;x:a". (13.2) La jornada del Río Marañón, para donde traía 1ue Agua- extendidas sus provisiones, no le había resultado acogedora. seguir su que llamó Entonces comienza lo que podemos llamar período cen­ erra firme tral de la expedición de Ordás. Puesto que él era goberna­ , grande", dor de doscientas leguas a partir de la desembocadura del uó "hasta Marañón, siquiera sus títulos no brillasen por la precisión an Sebas� con que demarcaban el territorio concedido, Ordás podía a las de creer sinceramente que estaba aún frente a una tierra firme \ leguas", que le correspondía. Si la entrada en aquell

(1.29) El mapa de 1555 nos ayuda a identificar este accidente con el extremo sur-occidental de la isla, llamado hoy Punta Arenal. Aguado: Ob. cit., tomo 1, págs. 466-67; dice que embocaron por las bocas del Drago, fray Pedro y describe éstas, resultando ostensiblemente que se trata del estrecho Sur, ida · después. llamado actualmente Boca de la Sierpe, mientras que hoy se llama Bocas es l de idenJ del Drago al estrecho del Norte; también a éste dará ese nombre el mapa e v l erse e n de 1555. Oviedo: lug. cit., pág. .214, asegura concretamente haber oído de­ quellos barJ cir al tesorero Jerónimo de Ortal que tardaron cuarenta días desde el mo­ a s las otras mento en que divisaron tierra frente a las bocas del Marañón hasta el nacos", salJ desembarco en la Trinidad. sie rt>n diri­ (130) Interrogatorio, preg. 9.•-14.•. rtalez a que­ (131) Interrogatorio, preg. 16.•. Aguado: Ob. cit., tomo 1, págs. 465- ¡cias J g de o 66, describe este accidente. ros desem• (13.2) Interrogatorio, preg. 16.•. 62 FLORENTINO PÉREZ EMBID

sido imposible por el lugar más lógico, el cauce del río que daba nombre a la provincia de:la que era gobernador, podía en cambio intentarse por el extremo opuesto. Se trataba ahora de lograr un puesto bien afirmado en la costa de Paria, y de iniciar luego las penetraciones exploradoras del interior. Completadas sus provisiones de agua y de hierba para los caballos, abandonó Diego de Ordás la Isla de la Tri­ nidad, dejando en el puerto, al pie de una cruz, como in­ dicación para "qualquier navio que en su demanda viniese", una carta indicando su propósito de ir a poblar en el golfo de Paria "que estaba de alli a quince leguas", a donde en efecto llegó dos días más tarde, "cerca de unos pueblos pequeños de yndios que se llaman los tiaos". (133) La lámi­ na VI de este libro muestra un croquis del itinerario y cro­ nología de la expedición.

Ordás, en Paria

Con el arribo a Paria, que debió ocurrir a fines de febrero de 1531 (134) comienzan los incidentes, los conflic�

(133) Interrogatorio, preg. 15.•. "Los Acios" los llama Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 467, y describe su confiada manera de recibir a la gente de Ordás. Oviedo: lug. cit., pág. 215, relata con detalle el desembarco de los· de Ordás, su enC'Uentro con los primeros indios, y la aparición del otr� grupo de cristianos. (134) Ordás permaneció en 1Paria unos cuatro meses, y empezó la pe­ netración por el Orinoco a ñnes de junio de 153 r. Este dato lo corrobora el procurador de Cubagua en el expediente de demarcación de sus territorios y los de Diego de Ordás (Arch. de Indias, Justicia, leg. 30, núm. 1, ramo 2, fol. 5, pregunta 2.•). -Oviedo: lug. cit., pág. 216, precisa terminantemente que la partida de Ordás, desde Paria hacia el Orinoco, fué el día, 23 de junio de 1532; este dato está equivocado, sólo en el dato del año, puesto que los del día y mes los ratifica la pregunta 28 del Interrogaturio. La localización en el croquis del punto en que Ordás tocó la costa de ·Paria, es casi caprichosa; las fuentes permitirían suponer que la ruta de LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 6.3

del río que tos de jurisdicciones, semillero como siempre de rencillas ador, podía entre los descubridores y de luchas entre ellos, que en más Se trataba de una ocasión habían de ser causa de la infecundidad de a costa de tantos esfuerzos, llevados aisladamente por cada uno de los radoras del grupos que al enfrentarse luego entre sí invalidaban no sólo los trabajos de sus ocasionales adversarios, sino tam­ 1ierba para bién los suyos propios. de la Tri­ Iniciado solamente el desembarco con alguna gente de , como in­ a caballo, la nao en que venía Diego de Ordás fué vista a viniese",. par unos españoles. Pertenecen al grupo de los hombres �n el golfo que Antonio de Sedeño había dejado en Paria, en señal de donde en su pretensión de corresponder ésta a su jurisdicción, cuan­ Ys pueblos do, pasó por ella camino de la isla de San Juan, al regreso La 1ámi­ de su primer intento de conquistar la isla de la Trini­ rio y ero- dad. (135) El lugarteniente de Sedeño al tener noticia de ese desembarco se apresuró a enviar su alguacil con man­ damiento y vara para apoderarse de la nao y apresar a sus tripulantes; (136) serán quizás estos primeros incidentes de jurisdicción los que fueron trasladados por ambas partes a la Corona. (i37} fines de ,s conflic- Ordás desde la Trinidad aquí pasa por las ,Bocas del Drago y que él tocó en el norte de Paria, en la. costa del Caribe; al menos no consignan ningún detalle contrario. Pero me decido a suponer este otro trazado más simple, lo: Ob. cit., sin salir del golfo, porque el silencio de las fuentes, tanto ahora como luego infra, la gente de al volver al Huyapari, es más explicable así, Cfr. nota 14.z. oarco de los­ (135) Carta de la Reina a Antonio de Sedeño, gobernador de la isla ín del otro· de la Trinidad. Medina del Campo, 19 de diciembre de 1531. En Indife­ rente, 416, Libro de oficio citado, fols. 49-49 v.•. pezó la pe-, El relato completo de la fundación de este establecimiento de Sedeño en Paria, cfr. en Simón, Fray ,Pedro: Noticias historiales, .z.• noticia, capítu­ pediente de lo XVI, ed. citada, y en ,Femández de Oviedo: Historia General y Natural de Indias, de la.s Indias, libro XXIV, cap. I; tomo II, pág . .:209 de la ed. de la 'Real Academia de la Historia, Madrid, 185.z. partida de (136) Interrogatorio, preg. 17.•. No hace falta insistir mucho en que de 153.z; si esta ceremonia llegó en efecto a tener lugar, sólo sería con carácter sim­ os del día bólico. Los veinte hombres extenuados de la "fortaleza" de Sedeño en Paria no estaban para apresar a nadie. a costa d6 (137) Unas cartas de Ordás (de u abril 1531) y de la Nueva. Cádiz a ruta de (15 mayo 1531), están citadas concretamente en una carta de la Reina a 64 FLORENTINO PÉREZ EMBID

Ordás continúa sin embargo su plan. El mismo saltó a tierra y habló con los indios de la región, declarándolo vasallos del Emperador y protegidos por él contra el riesgo de ser hechos esclavos, y obsequiándolos con "mucho rescate de camisas e hachas e machetes e otras muchas cosas de joyas", bautizando algunos y dejando a todos en tan buena disposición que incluso le pidieron protección efectiva con­ tra los caribes, para lo cual Ordás dejó entre ellos un ca­ pitán con veinticinco hombres. (x38)

Desde allí sigue Ordáis "al asyento del cacique Don Diego", donde Sedeño había hecho una casa cubierta de paja, y después de establecer contacto amistoso con ese cacique, y regalar a los indios con las inevitables mercan­ cías, destacó a Jerónimo de Ortal con un grupo de cien hombres, (i39) los cuales alcanzaron la "frágil casa y cer­ cado de tapias donde estaban recogidos" los hombres de Sedeño, y a la que pomposamente "tenían puesto nombre de fortaleza"; Fernández de Oviedo ( 14o) aclara que este edificio estaba en la costa de la mar, en territorios del ca­ cique Turipari, y a medio tiro de ballesta del agua, junto a un río que lo rodeaba en parte y lo hacía más fuerte; allí Jerónimo de Ortal despojó al lugarteniente de Sedeño, Juan González, y avisó a Ordás, que llegó seguidamente, tornó posesión de la tierra, (14 1) admitió bajo su mando a

Ordás. Medina del Campo, 13 enero 1532, deslindando los ejidos de Nueva. ·Cádiz (Arch. de Indias, Patronato, 28, número 53, fols. 2 v.0-3). Sobre fijación de limites a Ordás, etc., cfr. infra, cap. VI. (138) Interrogatorio, preg. 18.•. ( 139) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 468. (140) Historia General y Nat11ral de las Indias, lib. XXIV, ca¡i. I. ( 141) Era el día 1 4 de junio de 1 5.3 I. Un testimonio del acta, en Ar­ chivo de Indias, Patronato, leg. 28, núm. 58, fol. 8 v.0• La toma de posesión se dice hecha en la Nueva Villa de San Miguel de Paria, "que es en la provincia del Golfo de Paria, en el asiento e se­ ñorio de! cacique Turpiari ( ?), que agora que es cristiano se dize Don Diego ... " Estuvieron presentes el licenciado Gil González Dávila, Alonso de Herrera, el tesorero Jerónimo de Orta1, Alonso M_orán, Alonso de Ri- LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 65 mismo saltó los españoles que estaban en ella y estableció allí su asiento, leclarándolos y en él "mucha parte de la gente que consigo traía, el qual !tra el riesgo dicho asyento puso por nombre la villa de San Miguel de 1ucho rescate Paria. <142> 1as cosas de Casi cuatro meses permaneció en Paria Diego de Or­ :n tan buena dás, (i43} sin que, según él, los indios mostrasen la menor :fectiva con­ oposición, y antes contentos con su protección frente a los ellos - un ca cristianos de Cubagua, por miedo a los cuales habían deja­ do en ocasiones de aprovechar los productos de la tierra, acique Don ocupación que Ordás procuró fomentar, sin olvidar los pri­ cubierta de meros pasos de la evangelización, tanto con ellos como con so con ese los indios de la Trinidad, que en ocasiones venían a buscar les mercan­ sus regalos. (i44) po de cien casa badeneyra, Pedro de Salcedo, Agustín Delgado, Dieg'o López de Ayala y y cer- Guerrero, Juan de Torres, y otros muchos hombres "que en el armada del 1ombres de dicho Sr. Gobernador avian benydo desde España ... " ;to nombre (142) Interrogatorio, preg. 19.•. Cfr. también Aguado: Ob. cit., to· mo 1, pág. 469. ·a que este La imprecisión de las tres fuentes principales y su irremediable falta ios del ca­ de coincidencia cu.ando se quieren apurar las localizaciones, impiden la se­ guridad total en cuanto al emplazamiento de la flamante "San Miguel de gua, junto Paria". El lugar señalado en el croquis está, pues, marcado por referencia ás fuerte; al de la "casa de la discordia", del dibujo conservado en la edición de Fernández de Oviedo. le Sedeño, La crítica interna de las fuentes suministra otro argumento. Cuando iidamente, Ordás regresó del Huyapari volvió a San Miguel de Paria, y decidió un nuevo e'mplazamiento del pueblo, trasladándolo a una "tierra, alta y en mando a medio de la provincia" (Interrogatorio, preg. 52-53.•); luego se dirigió con sus barcos hacia Cumaná y es entonces cuando tiene que atravesar las boca� is de Nueva del Drago (Interrogatorio, preg. 60 y 62,•). Es decir, San Miguel de Paria 0-3). Sobre estaba no lejos de la costa interior del golfo. Pero, por otra parte, s:i •, primera edificación, la casa de Sedeño, había sido establecida en un viaje desde la isla de la Trinidad hacia la de San Juan; es decir, tení,a que estar junto a la costa del Caribe. El lugar elegido en el croquis reúne esta doble cercanía a ambas costas, y está junto a, una tierra alta "en ' cap. I. medio de la provincia". eta, en A - r La pregunta 15.• del Interrogatorio dice escuetamente que Ordás, cuan­ do salió de la Punta del Gallo "yva a poblar el golfo de ·Paria" ; elijo el San Miguel fondo de este golfo.para imaginar la localización del pueblo que Ordás fundó. ;iento e se­ (143) Interrogatorio, preg. zr.•. Estos cuatro meses deben entenderse • dize Don desde su primer contacto con la costa, no a partir de la fundación de la ala, Alonso villa. 1so de Ri- (r44) Inlerrogatorio, preg. 22.•.

5 (58) 66 FLORENTINO PÉREZ EMBID

Durante ese tiempo comenzó también Ordás a recibir informaciones sobre las tierras en que estaba. Así (14s) las propias gentes de Sedeño le dieron noticia de que en el fondo del Golfo venía a desembocar un río caudaloso, el Huyapari, (i46) por cuya corriente se habían internado ellos hasta unas cuarenta leguas largas de la costa, y encontrando "un pueblo principal", centro y cabeza de la comarca, apto por tanto para hacer de él punto de partida de sus intentos de exploración. Bastó esto para que Diego de Ordás se decidiese a des­ t montar su nao capitana, sustituyéndola por una fusta y otro barco más pequeños, a los cuales añadió cinco berganti­ nes, <141) preparándose así para cambiar su anterior nave­ gación de altura por una labor de cabotaje y penetración en la corriente: fluvial.

Relación con las jurisdicciones halladas en la costa: la del gobernador de la Trinidad, en Paria, y la de Cubagua, en Cumaná. Gestiones de Ortal

Quedaba, sin embargo, una cuestión previa tuyo plan­ teamiento tenía que ser decisivo para el éxito o el fracaso de la expedición: las relaciones amistosas o de enemistad con las jurisdicciones que había encontrado establecidas en la costa. Estas son dos : la representada por Antonio de Se­ deño, titular de la gobernación de la isla Trinidad, el cual, al regreso de su primer viaje, había dejado en la costa los hombres cuyo encuentro acabamos de ver; y más al oeste,

(145) Interrogatorio, preg. 23.•. (146) Uria,paria es la ortografía usada por Aguado: Ob. cit., ed. Ma• drid, 1918. En los documentos varía constantemente, <:orno todos los nom­ bres indígenas transcritos a oído por los diferentes viajeros. (147) Interrogatorio, preg. 23.•.

88CUl!LA DE E&TUOIOi,, ,NIS PANO-A Me RICA NOS LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 67

(148) Interrogatorio, preg. z4.•. (r,49) El expediente de demar�ción - cuyo escrito inicial corres­ ponde la cita del texto- lo inició Juan .Rivas, procurador personero de Cubagua ante Pero Ortiz de Matienzo, en la .Nueva Ciudad de Cádíz, de la isla de las Perlas, el 20 de junio de 1531, Se conserva en el Archivo de Indias, legajo 30, número 1, ramo z, unido a los autos del Fiscal de la Audiencia de Santo Domingo en el pleito movido por Cubagua a Diego de Ordás, del cual se hablará 'más adelante; y unido también a un expediente sobre lo ocurrido a Ordás en su conquista y venida a la fortaleza de Cumaná. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 69

Los de Cubagua tenían pacificada la zona de costa comprendida entre el trozo frontero a la isla y desde allí hacia abajo hasta el cabo de la Codera. Aquella zona no estaban dispuestos a cedérsela a Ordás. Era factible con ellos el acuerdo en cuanto se refiriera a Paria, región que no les interesaba, por resultarles lejana; no así en la prolongación de la costa hacia poniente, según iba acercándose a Cubagua. Por eso, y a la vista de los puntos flacos de su posición, quizás Ortal no se atrevió a pregonar en Cubagua las cartas reales de la gobernación del Marañón. (150) Era inevitable el choque de intereses, que ha de ser fatal para Ordás. Porque éste no sólo había tomado pose­ sión de Paria, sino que su tesorero había anunciado sus pro­ pósitos de. ir también en el futuro a Cariaco y Cumaná, es decir, a la zona celosamente defendida por los de Cubagua.

Sucesos en Paria'. El episodio de los Silva

Durante el desarrollo de estas gestiones de Jerónimo de Ortal han ocurrido en Paria algunos sucesos importan­ tes. Por una parte, se han terminado los bergantines y es­ 1 1 tán ya listos para comenzar la exploración. < 5 ) Por otra parte ha llegado -si admitimos el testimonio del cronis­ 1 2 ta- ( 5 ) el batel de los supervivientes del Río Marañón, y también, procedentes de las Canarias, Juan de Silva y su hermano con una galera o galeón (i53) tomada a los por­ tugueses, (i54) en la que traen un indio príncipal con su

(150) Escrito citado de Juan de Rivas, procurador de Cubagua. (151) Interrogatorio, preg. 25.•. (152) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 472. (153) Interrogatorio, preg. 26.•. (1s-4) Interrogatorio, preg. 26.ª. 70 FLORENTINO PÉREZ EMBID mujer e hijos, mas otros indios, capturados durante la na­ vegación que habían hecho en seguimiento de las huellas dejadas a su pm,o por Ordás; indios que fueron cuidados por éste hasta que sanaron de sus heridas, y luego obsequia­ dos y puestos en libertad, con el encargo de que ante los suyos fueran mensajeros· del arribo de los hombres del Rey de Castilla, de su poder y de su comportamiento.

Es quizás este episodio del que los Silva son protago­ nistas uno de los más curiosos {r55) de la empresa que ca­ pitaneó Diego de Ordás. Antes les hemos dejado en las Ca­ narias, su tierra natal, ya enrolados en la aventura, liqui­ dando su pasado y dispuestos a enfrentarse con el dudoso porvenir. Son tres hermanos, de los cuales es el mayor Gaspar, y los otros se llaman Juan y Bartolomé González. Con el producto de las ventas hechas han comprado una nao y una carabela, han reunido amigos y conocidos, en número de doscientos hombres, y están en el puerto de San­ ta Cruz de Tenerife, a punto de sal�r en dirección a las islas de Cabo Verde, que es la ruta que les dejó marcada su capitán. Al mismo puerto llega entonces un galeón de un caballero portugués, con mercancías de las que son base

{155) Aguado: Ob. cit., tomo l, págs. 473-79. LA Ex P L o R A e 1 6 N D EL o R I No e o 71

Con ;:i.mbos barcos se hacen a la vela seguidamente. Llegan a Cabo Verde y repiten en los bienes de sus pobla­ dores la faena que acaban de perpetrar en Tenerife. Así completan su abastecimiento y se hacen definitivamente a la mar. Durante la navegación el galeón de los dos herma­ nos menores adelanta a la carabela en que viajan Gaspar y la muchacha portuguesa, y, entrando también por las bocas del Drago, llega antes a Paria, donde Diego de Or­

San Miguel de Paria progresaba en efecto. (r56) La casa con cubierta de paja que allí dejara Sedeño durante su :incursión, se ha convertido en un edificio de ladrillo, ma-

(156) Interrogatorio, preg. z7.•. 72 FLORENTINO PÉREZ EMBID

EXPLORACIONES E INCIDENTES

Consumada la ejecuc1on del mayor de los hermanos Silva, inicia por fin Ordás su expedición por el río de Hu­ yapari. (i57) Navega con dos barcos grandes: <158) la nao capitana (i59) y el galeón portugués que los Silva apresa­ ron en Tenerife, (i6o), más ocho <161) navíos pequeños, de remos, <16a) a los que el cronista llama continuamente ber­ gantines. Le acompañan <163) unas trescientas cincuenta per-

(157) Oviedo: lug. cit., pág. .217. No me atrevo a considerar definitiva­ mente resuelto cuál fué la boca del Orinoco por la que entr6 DiegÓ de Or­ dás. He elegido la señalada en el croquis, a base de los siguientes testimo­ nios: Oviedo: lug. cit., pág. .216 dice del río por donde Ordás entr6 que "está dentro del golfo de la boca del Drago en la Tierra Firme", y el Interrogatt>ño, pregunta .23, aclara que el río poderoso llamado Huyapari entraba "en la culata del dicho golfo de Paria". La referencia gráfica del Islario de Santa Cru:r:, y más aún la del mapa, conservado en la edición de F ernández de Oviedo, refuerzan también la soluci6n a4optada. (158) Interrogatorio, preg. .29.•. (159) Aguado: Ob. cit., tomo I, págs. 481-8.2. (160) 1ffterrogatorio, preg. 39, y Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 490. (161) Interrogatorio, preg. 41.•. (16.2) Interrogatorio, preg . .29.•. (163) Interrogatorio, preg. .28.•. El cronista eleva extraordinariamente este cálculo, pues da por muertos más de cuatrocientos, en el trayecto desde la dese'mbocadura al poblado de Huyapari (lug. cit., torno I, pág. 483), y dice que quedaron en éste veinticinco hombres más 11>s enfermos (tomo I, pág. 490), y que reanudaron la marcha más de otros cuatrocientos (ídem, 74 FLORENTINO PÉREZ EMBID

sonas que disponen del armamento necesario y de veintitrés caballos, así como de instrumentos de pesca y herramientas de construir. Lleva también consigo cuatro indios prin­ cipales de la región de Paria "porque eran ladinos y heran buenos para lenguas para la dicha entrada y también por­ que quedasen en paz e seguros los cristianos que dexaba en su tierra"; como siempre: intérpretes y rehenes. "E asi mismo llevaba religiosos e cirujanos consigo para curar de los enfermos". En San Miguel de Paria ha dejado cincuenta hombres al mando de Martín Yáñez Tafur, (164) entre ellos un re­ ligioso, (16s) e instrucciones detalladas del buen trato que esa guarnición ha de dar a los indios con quienes entre en conta:eto. (166) Es prudente esta medida de dejar atrás puestos que puedan servir de socorro en momentos de apu­ ro: lo exigen así (161) la necesidad de no aventurar todas sus posibilidades en aquella entrada, la vigilancia contra una posible reacción de Antonio de Sedeño, que desde la isla de San Juan (Puerto Rico) podía intentar la recon­ quista del puesto avanzado de su gobernación de la Trini­ dad, y también la conveniencia de prever la llegada de re­ fuerzos de España, a los cuales había que orientar sobre la ruta seguida por el capitán.

La penetración por el Orinoco o H uyapari Desde el principio, la empresa se presenta difícil. El caudal del río es tanto que la navegación se anuncia pener

ídem). El itinerario reduce a doscientos esta' última cifra (pág. 41). Por su parte, el cronista insiste más adelante (tomo I, pág. 503), diciendo que en el momento en que Ordás decidió abandonar la exploración del Orinoco aún le acompafiaban cuatrocientos hombres. (164) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 48o. (165) Interrogatorio, preg. 28.•. (166) Interrogatorio, preg, 27.•. (167) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 481. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 75 fa y larga; falta el viento, y aunque los barcos son ahora pequeños, entre ellos hay una nao que todavía resulta ex­ -eesivamente grande, y que tiene que navegar remolcada por las embarcaciones de remos; lo mismo ocurre con el galeón pequeño que trajeron los Silva y que ellos habían armado en Tenerife, el cual toma parte también en la entrada por .el río, con la carga de bastimentos. < 168) Esta es la estam­ pa del primer trayecto fluvial, cuando los expedicionarios tendrían aún intactas sus esperanzas de éxito, a despecho ce las primeras apariencias. Caminan en busca del "poblado principal" que vieron .en su día los hombres de Sedeño, y que _Qodía servir para punto de partida de las exploraciones radiales por el inte­ :rior. Y ante la dificultad del viaje, que dura ya dos largos -meses, Ordás decide enviar por delante en dos navíos de remos una embajada, de la que forman parte tres de los .cuatro indios principales, y de cuyo mando se encarga el �lguacil de su gobernación, Alonso de Herrera. El resul­ tado de ésta es un nuevo augurio desfavorable: los indios .del poblado de Huyapari "estaban muy rebeldes e fuera de .amistad e concordia". < 1 69) Se impol).e extremar las pre­ .cauciones y la prudencia, evitando en lo posible toda pro­ vocación, y Diego de Ordás, antes de saltar a la orilla, ·hace pregonar unas ordenanza� para indios y españoles en .ese sentido. (z7o) El cronista de estos hechos, con su acostumbrada ten­ .dencia a la exageración, describe (i7i) por menudo los tra­ "bajos de los expedicionarios, la esterilidad de la tierra, la jnsalubridad de los aires, las enfermedades que se ceban en

(168) Aguado: Ob. cit., tolno I, págs. 482-83. (169) lnte"ogatorio, preg. 29.•. (170) lnte"ogatorio, preg. 30.•. (171) :Aguado: Ob. d�., tomo I, pág. 483 y sigs. 76 FLORENTINO PÉREZ EMBIJ>

aquéllos, y las muchas muertes, que llega a cifrar en cua­ trocientas, poco más o menos. De la misma mane_ra carga­ rá las tintas al hablar de las pocas facultades de Ordás ( 1 1.2> para llevar a término la gestión que capitaneaba: su alta­ tería, su indecisión, sus malos tratos a subordinados, su. recelo para los cristianos que encontró en Paria y se le­ unieron, y finalmente su desacierto al elegir ruta entre las: varias que en todo momento se dibujaban en las toscas. descripciones y noticias que suministran los indios. El poblado de 1:Iuyapari es alcanzado por fin. El map� de la edición de Oviedo lo pinta graciosamente. Está en el fondo de un estero del río, (i73) y es uo "pueblo de qua­ trocientos buhios o cassas grandes y los yndios, flecheros­ y guerreros y muy belicosos, a quien temian y rrespetaua.rt por sus tiranías y atreuimientos todos sus comarcanos". (i74} La aparición de los españoles no les inquieta, y seguros de sí mismos esperan. Ordás recela entonces de asentarse en el propio poblado y fija su real fuera de él, como a un tiro de lombarda, (i75) procurando atraerse a los indios prind,, pales, y sin atreverse a poner mano en los man"tenimiento!P que guarda el poblado, y de los cuales su gente necesita, con urgencia. El cronista subraya ( 1 16) aquí intencionada mente que la emboscada nocturna de los indios de Huya� parí, y su huída subsiguiente, dejando en llamas el pobla.,,. do, priva a los expedicionarios de un afo.io que habían te­ nido al alcance de la mano.

(17.2) Oviedo: lug. cit., pág. z1-,,, coincide también en poner de maní, :fiesto con rudeza la impertinente violencia con que 0rdás conducía la ex• pedición. (173) Interrogatorio, preg. 39.•. (174) Aguado: Ob. cit., tomo 1, pág. 485. (175) Interrogatorio, pregs. 30 y 31.•. (176) Aguado: Ob. cit., tomo I, págs. 486-Sg. LA EXPLORACI�N DEL ORINOCO n

Tanteos desde Huyapari; otros poblados Ocho días en Huyapari, y un infructuoso tanteo del camino a seguir. (i77) Ordás, en un bergantín y con unos cuantos sqldados, se ha internado quince leguas sin encon-· trar más que "unos pueblos pequeños lexos del agua", y un horizonte que no le invita a seguir. Vuelto a Huyapari, Ordás recurre a los informes de los indios que para entonces han iniciado la relación con el grueso de los expedicionarios. Ellos le hablan de pobla­ ciones ricas emplazadas río arriba, muchas y muy gran­ des. (i7S) Es la eterna leyenda de riquezas inmediatas que siempre llama con voces de ilusión a los descubridores de tierras nuevas, que sólo en contadas ocasiones se concreta -en las riquezas de la Gran Tenochtitlán , y que a menudo -como un Dorado más- se esfuma entre tristes realida- .des, padecimientos y pobreza. Concretamente de la esperanza del oro en la expedi­ ción de Diego de Ordás proporciona pruebas gráficas el mapa de hacia 1555. En la misma línea meridiana del cen­ tro de la foz del río, inmediatamente encima del lugar don­ de éste describe una amplia curva para orientarse derecho ;,.l mar, hay pintadas dos filas de pequeños montes, entre los cuales se lee: "Guayana. Ay oro guaní". :Y por encima, -una larga cadena montañosa que separa las cuentas del Ma­ rañón de las del Bsequivo y el Orinoco; arrancando de la misma desembocadura de aquél, en plena ·línea equinoccial, llega hasta el borde opuesto del mapa, y sobre la longitud y riqueza con que el <:artógrafo, veinte años más tarde de la expedición de Ordás, se la representaba todavía dice mu­ .cho esta otra leyenda: "Esta sierra viene del reyno (N ue-

(177) InteYTogatorio, preg. 3z.•. (178) Intet'Togaturio, preg. 33.•. 78 FLORENTINO PÉREZ EMBID vo Reino de Granada) y del Perú. Es allá en el Perú ric:t de plata; en el Reyno de oro, y por aquí está lo que dicen el Dorado". De la misma manera, el mapa de la edición de Oviedo incluye en lugar semejante: "Detrás destas sie­ rras del Río de Huyapari están muy grandes llanos, lo qua! se tiene por �erto ques la tierra del Perú e los yndios disen: que detrás destas sierras ay grandes riquezas. E mucho oro". El eterno Dorado, ( 179) quimera impresionante, que­ "está" a dos pasos de las duras pruebas de la subida pot el río que van sufriendo con esa esperanza los hombres de Ordás. :Aun no ha llegado, en efecto, el momento en que esto& hombres, maltrechos y vencidos, al duro choque con la tris­ te realidad inapelable, se vean obligados a desandar su ca­ mino y buscar en el transitorio asiento de San Miguel de· Paria la ocasión escasa de repararse y reajustar fuerzas. Por el momento, la busca del pan de cada día lleva a esos hombres a unos cuantos poblados inmediatos a Huya-­ pari : "a un pueblo que se dice Cu maca", a una legua de distancia, donde son recibidos por indios que navegan en sus piraguas con son de guerra; y al d� Baratuparu., a cua­ tro leguas del anterior, que encuentran abandonado, y don• de sólo descubren algunos indígenas escondidos, espiandr., sus movimientos; y, por fin, al de Tuy, cuyo cacique, apre­ sado y bien tratado por Ordás, ha de ser el instrumento necesario para que los suyos regresen. En Tuy encuentran provisiones y algo todavía más importante: "en el dicho pueblo de Tuy supo como de la otra parte de las sierras

(179) El mismo emplazamiento atribuyen al Dorado otros autores clá• sicos de la primera Geografía americana. Cfr. López de Velasco, Juan! Geografía y descripción universal de las Indias, ed. Zaragoza, Madrid, 1894, pág. 397, y su derivado, el resumen que incluyó Herrera, Antonio de: Jlistoria general de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, ed. Academia de la Historia, Mladrid, 1934, tomo I, pág. 48.. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 79 obra de veynte leguas estaba una prouincia que se dezia Guayana ... " (i8o)

La entrada de Juan González hacia Guayana Se abren ante la expedición los dos caminos de una nueva interrogante: o seguir por el río, o intentar la en­ trada en esa otra provincia, cercana y prometedora: el ca­ mino del río era ya largo y fructífero sólo en penalidades, y a la vez la ruta de tierra hacia la "prouincia que se dezia Guayana" era de temer que ocultase el afán de los indios de meterlos tierra adentro, en una coyuntura propia a la emboscada exterminadora. Ordás envía entonces en esta última dirección a "uno de su compañía con ciertos yndios de la tierra". (1 81) Es el designado Juan González, "el que Sedeño auia dejado en la fortaleza de Paria con veinte honbres", circunstancia que aprovecha el cronista < 182) para atribuir la designación a cobardía y traición de Diego de Ordás, deseoso de quitarse de delante de modo definitivo a aquel soldado que quizás guardaría en su corazón el ren­ cor de la ofensa r_ecibida, y el mayor descontento de su si­ tuación presente. Las noticias que llegaron hasta el P. Agua­ do sobre esta entrada de Juan González camino de la Gua­ yana fueron contradictorias, y mientras unas le pintaban volviendo cargado con las pruebas irrefutables de su rique­ za --las cuales no habían de lograr que Ordás le diese cré­ dito y abandonara el camino del río-, otros testimonios, en cambio, hacen más razonable la actitud futura del ca-

(180) Interrogatorio, pregs. 34.•. a. 37.•. (181) Interrogatorio, preg. 37.•. El cronista (tomo I, pág. 492) dice que la expedición subsiguiente tardará en ir y volver veinte días. En cuanto indicio para. estimación de la distancia, y descrito el camino como andado sin dificultades espe�iales, esto im,Plica también una exageración.

(182) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 491. 80 FLORENTINO PÉREZ EMBID pitán, por cuando su enviado se habría vengado de él ocul­ tándole celosamente la noticia de aquellas riquezas. felices realidades al alcance de la mano. Sin tanta literatura, el escueto interrogatorio, que viene a ser como un diario de viaje de toda la expedición, dice solamente que Juan Gon­ zález volvió y "le hizo relación no ser tierra que le conve­ nia yr a ella por ser las sierras muy ásperas, que no las podían pasar cavallos e ser la dicha tierra esteril de mante­ nimientos". <183)

Continúa la expedici6n por el Orinoco

Desechado el posible cambio de ruta hacia Guayana vuelve el Orinoco a ser el único camino. Se impone seguir hacia adelante, pero antes es necesario desandar el camino hasta el poblado de Huyapari, porque el grueso de la gente quedó allí y estas exploraciones y contactos con los indios de Cumaca, Baratupari y Tuy han sido hechas sólo a modo de avanzadilla. En este último lugar' queda el alguacil mayor por capitán de la gente y, al volver a Huyapari, Ordás en­ cuentra los indios pacificados y muchos progresos en la evan­ gelización. <184) Por eso, al reanudarise la nueva marcha con el conjunto de los expedicionarios, el poblado invita a que se le constituya en puesto permanente, mitad hospital, mi­ tad almacén, junto al cual han de quedar además los bar­ cos grandes, que ya no pueden seguir remontando la co­ rriente del río. Los enfermos eran, en efecto, una carga excesiva en la marcha, y Diego de Ordás "acordó dejallos en aquel sitio, haziendo una trinchera a la rredonda del alojamiento para guarda y rreparo de la jente; y dejando con los enfermos otros beinte y cinco hombres ... y por su

{183) Interrogatorio, preg. 37.•. {184) lnte"ogatorio, preg. 38.•. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 81

caudillo a Gil Gonzales de Auila, se partió en los berganti­ nes. .. dejando ansi mesmo en el propio estero la nao ca­ pitana y el galeón ..." C 1 85) Vienen ahora veinte días para caminar s6lo cien le­ guas, después de haber recogido en Tuy el pequeño desta­ camento, sin que: las márgenes del río se animen con la ve­ getación rica de las tierras fértiles, ni las manchas prome­ tedoras de los poblados indiquen posibilidades de tierra rica y habitada en las cercanías. El caminar es lento y difícil, porque los "proues soldados que en tierra tienen que luchar con los indios, se ven obligados también a remar y llevar el timón durante la marcha, alternando este "yntolerable trabajo corporal" con la "mucha falta de comida". ( 1 86) Sólo al cabo de ese tiempo y de lars cien leguas recorridas desde Huyapari, divisan los veinte bohíos de un nuevo lu­ gar, Caberuto, C181) escondido detrás de unos montículos en la que para ellos resulta margen derecha del río. ( 1 88) Por encima de él las dificultades aumentan aún. E! cauce empieza a estar ocupado por bajos e islotes peñasco­ sos que se oponen al paso de los bergantines, y las orillas siguen igualmente despobladas a lo largo de las cincuenta o sesenta leguas que los expedicionarios van a recorrer to-

(185) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 490, describe el establecimiento de este puesto de Huyapari como hecho inmediatamente después de la pri­ mera llegada de Ordás, que él considera única durante la penetración. No se refiere para nada a los poblados de Cumaca, Baratuparu y Tuy, y los cita a lodos englobándolos en el nombre de provincia de Carao. Por tanto, las noticias de Guayana y la expedición de Juan González las da, como posteriores a la definitiva partida de H uyapari. (186) Aguado: Ob. cit., tomo I, págs. 496-97. (187) lnte"ogatorio, preg. 41.•. "Cabutu" dice Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 497, y lo sitúa a más de doscientas leguas de la mar. "Cabu­ rutu" dice el mapa de la edición de Oviedo, que lo diseña a cien leguas de Huyapari; es decir, coincidiendo con el Interrogatorio. (188) Así lo representa el mapa de hacia 1555, publicado en las Car� tas de Indias, y le llama "Caborut'o".

6 ( 58) 82 FLORENTINO PÉREZ EMBID davía hasta llegar a la provincia de 'Aravira. (189} Y al llegar aquí, la imposibilidad de continuar se impone a los ánimos más esforzados y a las mayores capacidades de sa­ crificio. Los peñascales no es ya que dificultan, sino que cierran totalmente el río, de tal manera "que no podía pasar ningun na vio por pequeño que fuese". La corriente torren­ cial amenaza por su parte con arrastrarles. Y, "ciertos yn­ dios caribes de guerra" que por allí aparecen y tienen cerca su pequeño poblado, si bien platican pacíficamente con los españoles, asaetean a un indio aruaca que con ellos iba, y ésta es la señal para un ataque generalizado, en el que hacen gala de sus cc1ndiciones de flecheros. La descubierta,

que al día siguiente organizan los expedicionarios les sirve para descubrir en los bohíos del poblado las "cabezas de los hombres colgadas que auian comido"; (i9o} y tambié).i para que Alonso de Herrera, al mando de los hombres de a caballo haga unos pri

obra de doze o quince leguas e auia de entrar por un brazo

(189} Interrogatorio, preg. 42.•. El cronista (tomo I, pág. 497) dice que son cien leguas, y omite el nombre de la provincia. Indica, en cam­ bio, que en "este paraje este rio de Uriaparia auia ya perdido el nonbre, y segun parescio por la lengua de los propios naturales que por se toma­ ron, dijeron llamarse Urinoco ... " (190} Interrogatorio, preg. 43.•. (191) Aguado: Ob. cit., to'mo I, págs. 499 y sigs. (19.2) Interrogatorio, preg. 44.•. Según el cronista ( ob. cit., pág. 501) sí "se criauan otros más pequeños, mas que no suuian los yndios, ben ellos, los cuales eran dantas ", cuadrúpedo rumiante, parecido al ciervo y tan corpulento como el caballo. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 83 rio que quedaba de la parte de la mano derecha del dicho rio, porque el auia ydo por la mano izquierda". Esta frase nos aclara definitivamente la. localización cartográfica del lugar extremo alcanzado por la expedición de Ordás. Es ésta una cuestión que venía incoada por un cálculo aproximado de las leguas recorridas. Estudiadas las frases de las tres fuentes principales (Interrogatorio, P. Aguado y Fernández de Oviedo) sobre la representa­ ción gráfica del mapa de Hispanoamérica, I : 1.000.000, se deduce claramente que estamos en la confluencia del Ori­ noco y el Meta; un poco más al Sur -las doce leguas de la frase transcrita-, hacia la actual ciudad de Puerto Aya­ cucho, por los 5ó 40' de latitud Norte y entre los 67° y 68° de longitud W., el magnífico mapa aludido señala unas ele­ vaciones del terreno a ambos lados dd cauce y una serie de raudales que serán, sin duda, las peñas que el dibujo de la edición de IFernández de Oviedo registra con estas pala­ : "esta sierra no la pudo pasar Ordás, por el fo e yndis­ posicíón del agua, e se tornó por el mismo rio abajo a la mar desde aquesta montaña". No termina, sin embargo, aquí. Según los informes ob­ tenidos en la región de Aravira, en Meta había de habérse­ las con "muchos yndios, cuyo señor era un yndio tuerto, muy baliente", (i93) tanto que para correr este riesgo eran muy pocos los cristianos. Allí encontrarían venados, y otros cua­ drúpedos parecidos a ellos, esto es, ttnos animales "como uenados en que andauan los indios caualleros, los quales se entiende ser ouejas de Piru"; y también objetos de ce­ rámica. Todo esto afirmado con tal seguridad y reitera­ ción, que Diego de Ordás, atendidas sus circunstancias, consideró prudente aceptar el rumbo que así se le marcaba. Determinación estéril también. La. primera exploración

(193) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 50.2. 84 FLORENTINO P.ÉREZ EMBID seria del cauce del Orinoco estaba signada con una señal de desventura. El afluente que había de llevarles a esta sim­ bólica meta niega igualmente el paso de los navíos, y el último esfuerzo de Ordás resulta asimismo inútil; ni siquie­ ra con un pequeño barquichuelo se puede seguir la nave­ gación; el régimen de las corrientes, con sus tremendas cre­ cidas y rápidas menguantes del caudal, hacen que "en es­ tas partes ... los rios de mares se tornan en arroyos peque­ ños en poco tiempo"; (i95) media legua es todo lo que pue­ de avanzar por el actual río Meta. Mientras tanto, el pai­ saje triste de las orillas no promete mayores logros que los obtenidos hasta entonces.

�4bandono de la ruta del río y regreso

El regreso definitivo se impone como una necesidad tan dura como insoslayable. Es injusto el cronista cuando afirma que "dieron la vuelta contra toda rrazon y discipli­ na militar que en las Indias en semejantes jornadas, an acostumbrado los descubridores y pobladores de ellas"; (i95) quizás el capitán pudo en efecto enviar por tierra los "cin­ quenta hombres" que comprobasen cuanto hubiere de cierto sobre la tierra de Meta, en vez de dejar "oscura aquella no­ ticia, pudiendo traher claridad de hella ". Pero quizás tam­ bién es razonable que considerase como suficiente claridad aquel constante vacío que a lo largo de doscientas leguas largas, según el cálculo más general, sólo le había hecho descubrir peñascales y anegadizos, con un lugar de unas pocas chozas como único núcleo de población digno de este nombre, y en él unos indios que arrastraban su miserable

(194) Interrogatorio, preg. 45.•. (195) Aguado: Ob. cit., tomo I, pág. 505. Fernández de Ovíedo: fag. cit., pág. .219, atribuye la decisión de abandono a influencia del al• guacil mayor, Alonso de Herrera. L A Ex t L o R A e 1 ó N n EL o a 1 No e o 85

vida de antropófagos sin conocer los metales, ni tener más que referencias de los utensilios de cerámica o los anima­ les domésticos. Y todo esto sin olvidar que el abandono del camino del Orinoco no significó nunca para ellos un abandono de la empresa total en que estaban empeñados. Así como eI Marañón les negó acogida cuando venían de España, y en­ tonces decidieron buscar fortuna en la entrada por el Hu­ yapari, si éste les impide también seguir, aún creen ellos que tienen costa sin recorrer, dentro de las doscientas le­ s guas concedidas inicialmente a su capitán por la capitula­ ción. Aún --dice el propio cronista ( 196)- "podrían salir con su empresa, yntentandola por tierra desde la costa de la mar ... lo cual se podría facilmente hazer por Cumana, donde a la sazón estaua vna fortaleza con alguna jente es­ d pañola y les sería gran lumbre y guía para seguir el viaje o de tierra. Y platicado esto les pareció bien a todos ... " no r- darse prematuramente por vencidos, sino aprovechar sus po­ n sibilidades con sentido de la realidad. Ante los hombres de ¡) la expedición de Diego de Ordás están sólo la obcecación l- injustificada y estéril, o el regreso por el Orinoco, que aho­ 0 ra les llevará a favor de la corriente, en busca de mayor � suerte en el intento inmediato. l· d Elegido esto último, el arribo a Huyapari les reune con los que quedaron aquí en el real, enfermos o guardianes, LS al mando de Gil González Dávila. El galeón portugués que IO quedó a la entrada del estero está ahora encallado y lejos lS :e del agua, -por la mengua del caudal, y el reembarque de to­ te dos en los bergantines exige que se abandonen pertrechos que se trajeron con tanta esperanza y no ha habido necesi­ dad de usar. Y. así, como testimonios de este regreso sin

) : .l• (196) Ob. cit., tomo I, pág. 503.

1 86 FLORENTINO PÉREZ EMBID gloria y sin provecho, quedaron abandonados frente al an­ tiguo fortín de Huyapari "una lombarda gruesa e un ver­ gantín en ligazón e muelas de herrero e una carreta y an­ clas y otras cosas muchas... porque le faltaba el galeón y 1 la nao que truxo". ( 97) Una etapa en la isla que cierra la desembocadura del río. ( 198) La impone la poca segurídad de los barcos que, excesivamente cargados, podrían zozobrar en ese momento difícil. Pero, coronada felizmente en dos pasadas esta últi­ ma dificultad, Ordás y su gente llegan de nuevo a San Mi­ guel de Paria.

Traslado de San Miguel de Paria Aquí están sanos y salvos los hombres que él había dejado en la fortaleza antes de partir, y además algunos ot,os, supervivientes de los tres navíos perdidos, por los cuales ,supo que unas ciento cincuenta leguas la costa arriba 1 estaban diseminados por la tierra los demás náufragos. ( 99} Diego de Ordás decidió entonces cambiar el emplazamien­ to del pueblo de San Miguel de Paria, y --dejando el fuerte con su alcaide en el lugar primitivo- trasladó la gente "al asye.uto del cacique Carmonica, por ser tierra alta y en medio de la provincia" ; los primeros pobladores de este nuevo núcleo fueron ciento y pico de pernonas, entre ellas algunos casados y los correspondientes alcaldes y re­ gidores, un clérigo y un cirujano, con armas y bastimentos para subsistir y aun fortificarse. (200).

Interrogatorio, (1 7) pregs. 46.• a 49.•. ( 9 198) Interrogatorio, preg. 50.•. ( ) 199 Interrogatorio, preg. 51.•. ( ) 200 Interrogatorio, pregs. 5,2.•-53.•. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 87

El intento de penetración por el río de Cumaná

iDespués de este regreso, algunos españoles desconten­ tos, desconfiados del porvenir en la tierra de Paria, se mar­

charon a la isla de Cubagua. Pero Diego de Ordás tenía buenas noticias "de las pro• ,,indas de Cumanacoa y Santa Fee e Unari"; son las eter­ nas buenas noticias : oro y posibilidades de penetración. Las

atestiguaban gentes de Cubagua que estaban con él y tan­ to éstos como los oficiales reales y su propia gente están de acuerdo en iniciar un nuevo intento. Este queda decidi­ do. <201) Antes acordaron establecer un puerto permanente en Cumanacoa, y desde él restablecer el camino "que anti­ guamente avía" por tierra a Pal'ia, ya que ambas regiones no distaban más que unas doce leguas. <202)

En las intenciones de Ordás en este segundo intento no estaba tomar la fortaleza de Cumaná, situada en el fon­ do del golfo de Cariaco, sino antes al contrario, <203) diri­ girse primero a Cubagua "a platicar con la justicia e regi­ dores e la gente noble de la dicha ciudad, e quedar con ellos confederado. . . pues todos heran vasallos de un Rey e señor". Partió de Paria con ocho navíos de remos, ciento ochen­ ta persona.'S y quince caballos. <204) En Paria quedaba, al mando de la fortaleza, el capitán Agustín Delgado. <205) ,Ya en la partida perdió dos navíos, y la barca de los caba­ llos; y esto le obligó a un reajuste de tripulaciones en el puerto llamado de Dramayna, pasada la Boca del Dragón;

(201) Interrc,ga.torio, preg. ;.6.•. (202) Interrogatorio, preg. 57.•. (203) Interrogatorio, preg, 58.•. (204) Interrogatorio, pregs. 59.• a 61.• (205) Aguado: Ob. cit., tomo I, págs. 510 y sigs. 88 FLORENTINO PÉREZ EMBID estando en él, el patax de su armada. en el que iba Gil Gon­ zález Dávila y algunos de los frailes, pasó por delante de la costa, ·sin verles, y siguió su marcha hacia Cubagua. Pero el alcalde mayor de Cubagua no estaba dispuesto a ninguna colaboración. (.2o6) El barco fué recibido a tiros, conducido a una caleta en seco de la costa, y allí privado de remos y velas, embargado por la justicia de la ciudad, y detenido el piloto, al cual "por que no podia salir porque tenia mala una pierna fué un negro, y lo sacó en brazos" para internarlo en la tierra. Diego de Ordás, informado del lugar y circunstancias en que se habían perdido sus barcos, procuró en primer lu­ gar, ayudado por los indios de Aruaca, el rescate de los su­ pervivientes y su reunión al grueso de las fuerzas. (.2o7) Y luego dió orden a su alguacil mayor -Alonso de Herre-

(.206) Intenogatorio, preg. 6.2.•. Sobre la resuelta decisión de Pero Ortiz de Matienzo, es el mejor testimonio el oficial de la Audiencia correspondiente. En Santo DomingO de la Española, a I 3 de marro de I 53.2, la Audiencia escribía al Rey cot1 las novedades del territorio de su jurisdicción, y comienza así: "t S. C. M. En este mismo pliego hase'm.os rrela,;ion a V. Ma. de lo que hasta aquell4- sazon se ofre<;ia y la nao en que yva se bolbio a este puerto por hazer mucha agua y lo que ay de que dar noti<;ia a V. Ma. es: que de la ysb de Cubagua a venydo caravela,. Tenemos carta de Pero Ortiz de Matien<;<>,, alcalde mayor della, de veinte de febrero, en que nos dice que Diego de ,Ordas subió por el rrio de Aryapari más de dosyentas leguas y que nJ' halló tierra para poblar, y que ,;iertos españoles de los que avían ydo con el dicho Diego de Ordas se an venjdo a aquella ysla de los quales se an ynformado dello y de como avía dexado en el dicho rryo más de la mytad de la gente muerta y pere,;ida de hambre y enfermedades, y otros se avían huido de su compañia, porque quisieron quedar perdidos entre los indios, y que tenjia por nueva <;ierta que se adere,;ava para venjr a la fortaleza de Cumana con ,;iento y cinquenta personas que le quedavan de sete<;ientos onbres que traxo, diciendo que es de su jurisdi,;ion y le per­ tenes<;e para desde alli poblar en la tycrra firme para lo qua! nos dize que avía proveydo a la dicha fortaleza de gente y armas para guardarla, Y que todos ellos estavan a punto para se la defender". (Audiencia de Santo Domingo, leg. 49). Bayle: El d

(208) Fué, en efecto, e inmediatamente comenzaron los requerimien­ tos mutuos con el alcalde de la fortaleza. (Un traslado, en Archivo de Indias, Patronato, legajo .26, número ;8, fols. II y sigs.), que constitu­ yen una nueva faceta del incidente general con la jurisdicción de Cubagua, (209) Es fácil la identificación de estos accidentes: la actual Punta de Arenas, y el río Manzanares, que desemboca en la costa frontera. (.210) lnterroga,torio, preg. 78.•. {.211) Del 15 y 16 de marzo de 153.2 son los requerimientos mutuos de Ordás y el alcaide de la fortaleza. El primero pide que le dejen repos- 90 FLORENTINO PÉREZ EMBID

I 532, y contaba Ordás en aquel momento con treinta espa­

ñoles, cuatro piraguas y algunos indios. Cinco o seis días después debía reunirse en la boca del río de Cumaná con Alonso de Her.rera, que le esperaba, pero éste, forzado por los de Cubagua, <212·) abandona en aquel lugar los restos de los barcos que había tenido confiados y se dirige a la isla, ya en pleno abandonq de las últimas esperanzas. Ahora bien, entre aquellos treinta hombres que aún quedaban a Diego de Ordás ,está Jerónimo de Ortal. El go­ bernador decidió entonces quedarse sólo con dos criados "para que le sirviesen", y Ortal con el resto se dirigió a Cubagua a requerir a las autoridades de ésta la reparación y cese de sus ataques. Sabor medieval, escrupuloso y formulista acatamiento a los requisitos del derecho, espíritu sorprendente de juris­ peritos, y un encarnizado encono, entre injustificado y sui­ cida, tienen todas estas estampas de rivalidades y luchas, agotadoras e inexplicables siempre, pero mucho más ante la adversidad común, encarnada por la grandeza misma de las dificultades gigantescas de la émpresa en la que todos estaban comprometidos. La expedición de Ortal a requerir a los de Cubagua tar; el segundo, que Ordás se marche cuanto antes de aquellos parajes, que no corresponden a su gobernación. (Arch. Indias, Patronato, leg. 28, núm. 58, fols. 12-14), (::112) Los requerimientos hechos en la boca, del río de Cumaná a Alonso de Herrera por el teniente de alcalde de la fortaleza son del día 17 y sigs. Están concebidos en los mismos términos. Alonso de Herrera alega que no se va de aquel lugar porque no puede literalmente, y con este mo­ tivo describe el lamentable estado de los restos de la armada. Sin embar­ go, Pedro Ortiz de Matienzo, desde Cubagua, le conmina reiteradamente, y logra que Alonso de Herrera abandone todo en la boca del río, y se dirija a Cubagua. Esta isla, carente de agua dulce, se proveía de ella en la desemboca­ dura del río en disputa, como sabemos. Un testimonio de todos estos requerimientos está en el lugar citado, folios 1 5 y sigs. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 91

.de parte de Ordás se cruza con otra, la del escribano Fran­ .cisco Pérez, que va a requerir a Ordás en nombre de los de Cubagua; este último pide el definitivo abandono de la tie­ na de Cumaná por parte del titulado gobernador del Río ·Marañón. Ordás va entonces a Cubagua <213) y allí encuen­ -t:ra a su gente, a sus capitanes, a los oficiales reales de su jurisdicción, presos y enredados en las mallas de aquella �nconada enemistad. Tal enemistad se explicaba según Ordás y ,según sus testigos, <214) por la nefasta influencia de unos vecinos de Cubagua: Melchor Femández y Cristóbal Garrucho, que habían colaborado con él a su llegada a Paria <215) y luego :habían alborotado a aJgunos y huído a la isla, en compañía ,de otros tres amotinados : Juan Cabello, Lorenzo Sánchez y Juan Ruiz, todos los cuales habían sido acogidos y protegi• ,dos en Cubagua, donde difundieron luego especies calum­ niosas contra Ordás y sus intentos. Queda en resumen que, según él mismo quiere probar, �sos intentos no podían haber sido más infructuosos. Dos ;.años de trabajos y más de quince mil ducados de gasto pa-

(213) Interrogatorio, preg. 71.•. (214) Interrogatorio, preg. n.•. (215) Las razones que movieran a este Cristóbal Garrucho para aban­ • donar la empresa de 0rdás son un incidente excesivamente minúsculo, que -no merece especial atención. Unicamente es curioso consignar que cuando Ja gestión en Cubagua de Jerónimo Ortal lnbtivo las reclamaciones de las autoridades de la isla, y el procurador de ésta presentó un escrito de acu­ -sación contra 0rdás por sus supuestos desafueros en Paria, el único hecho --violento de que se le acusa tiene por protagonista y ej�cutor principal a Cristóbal Garrucho. Es la inspección e intento de captura del navío de -mercaderías que un vecino de Cubagua, Pedro Moreno, traía desde España, y fué registrado por Cristóbal Garrucho, de orden de Ordás, y luego per­ seguido en el mar durante dos días y sus ocupantes condenados a muerte .�n rebeldía en San Miguel de Paria. Estos hechos ocurrieron a fines de ;ibril de 1,531. (Escrito de acusación de Juan de Rivas, contra Diego de .Ordás. Arch. Indias, Justicia, leg. 30, núm. 1, ramo 2, fols. 4 y sigs.). 92 FLORENTINO PÉREZ E:MBID

ra sostenimiento de más de seiscientos hombres, <216) todo para explorar una tierra absolutamente estéril en todo la recorrido, padecimientos, venenos de las flechas y cauterio� de fuego, naufragios, y sólo una villa fundada, la de San Migyel de: Paria, poblada ante las promesas de Ordás de que gestionaría del Rey ayudas y privilegios "e no por los, yntereses ni frutos de la tierra". <21 1)

Los hechos de Ordás, desde Castilla

Intercalemos aquí el recurso de un cambio de escena­ rio. Es preciso ver ahora el entronque de los hechos de 0rdás con el ambiente castellano, precisamente durante los­ meses primeros de 1532, mientras tales hechos están adquiJ riendo un rumbo bien diferente del que se da por supuesto en Castilla. En todas estas empresas primerizas de las In­ dias, los barcos que salen de Sevilla rumbo al campo de­ sus hazañas traisatlánticas dejan en la corte un vago rastro de' papeles y cancillería, al cual vienen a parar de rebote todos los ecos, felices o amargos, del escenario principal. Y con frecuencia hay una doforosa, aunque entonces fues� inevitable, falta de sincronización. Unas páginas más atrás hemos visto los incidentes con: • la jurisdicción de la Trinidad, representada en Paria por los hombres que dejara allí Antonio de Sedeño, y el re­ curso ante la Corte. Hemos visto también el buen entendi..­ miento inicial con los de Cubagua, mediante las gestiones de Jerónimo de 0rtal. Es razonable, por tanto, que al cabo de unos meses los documentos de la Corte procuren establecer­ con claridad los límites de la gobernación del Río Marañón,.

(,n6) Provisión de la Audiencia de Santo Domingo, 6 de julio de< 1632. En Patronato, leg. 5.S, núm. 53, fol. 4, al final. (.:u7} Interrogatt>rio, pregs. 75.• a 90.•. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 00

.así como que, aun dentro de ésta, se busque armónicamen­ te el espacio vital que necesitan los vecinos de la ciudad de Nueva Cádiz, capital de la isla de Cubagua. Pero hay más. Desde Castilla la empresa de Ordás podía seguir siendo considerada como una posibilidad. A Castilla había pedido Ordás refuerzos -cuya llegada creerá inmediata todavía unos meses más tarde, como veremos-----, y en la Corte en estos primeros meses de 1.532 le siguen extendiendo docu­ mentos que preparan tal ayuda.

El deslinde con la jurisdicción de la Trinidad

El deslinde con la jurisdicción de la Trinidad va acom­ pañado de un arreglo de las relaciones con Antonio de Se­ 218> deño. Ordás debía ( devolver a éste todos los bienes y gente que le apresó en la fortaleza de Paria, así como el valor de la casa que era de su propiedad, isalvo si Sedeño se aviene a recobrarla en calidad de vecino y poblador, uno más de los sometidos al gobernador del Río Marañón. Aho­ ra bien, esta razonable indemnización no prejuzga las cues­ tiones jurisdiccionales. Antonio Sedeño, gobérnador de la Trinidad, tenía en ésta su legítimo territorio, y en manera alguna podía estorbar lbs títulos de Ordás sobre la costa de tierra firme: "y porque no es justo que entre vos y el dicho Diego de Ordás aya diferencias sjno toda hermandad, yo vos mando que no os entremetays mas a conquistar la dicha provincia de Paria, y sy alguna gente en ella teneys la sa­ queys della de manera que el dicho Diego de Ordás la pue­ da conquistar ... " (219). Por otra parte, Sedeño había hecho

(:.n8) Cédula de la Reina a Diego de Ordás, Medina del Campo, 13 de enero de 1532. Libro de oficio citado (Indiferente General, 416). -fols. 51 v.0-52 v.0 (:.n9) Cédula de la. Reina a Antonio de Sedeño, Medina del Campo, J9 de diciembre de 153a. Libro de oficio citado, fols. 49-49 v.º En la copia del libro, este documento lleva la fecha indicada. Sin 94 FLORENTINO PÉREZ Ell/IBID esclavos a unos indios de Paria, a los cuales debía ponet' en libertad. (uo)

Límites de la gobernación del Marañón Los límites de la Gobernación del Marañón había que fijarlos además definitivamente. La capitulación concedió a Ordá,s las doscientas leguas que se suponía haber entre­ el Río Marañón y el cabo de la Vela, pero la realidad era: bien distinta. Ordás había comunicado a la Corte haber co­ rrido doscientas leguas hacia el oeste a partir de las bocas del río y otras doscientas más, al cabo de las cuales no ha­ bía alcanzado aún más que: la provincia de Paria, para en­ contrarse allí con los incidentes planteados por Sedeño, Or-­ dás daba por supuesto que toda aquella costa era suya, fue� se cual fuese su longitud, olvidando la cifra concreta de las doscientas leguas. La Corona no podía estimar lo mismo. Los límites extremos se habían nombrado partiendo de urt supuesto falso, y ahora ante la realidad "no es justo que abiendo mas cat;1tidad, como pareze que la hay y en tanta'. quantidad, quede en vuestra gouernación; que demás de no se yncluyr en ella no conbiene a nuest1"o servicio ni a la población dessa tierra que a cargo de una persona esté la población de tanta tierra". <221) embargo, en él se alude como simultánea a la Cédula de la Reina a Diega de Ordás, citada en nota anterior, y de fecha 1 3 de enero. Quizás se trate de un error del copista. Otro tanto puede decirse del documento de la nota siguiente, que en el libro está copiado entre los dos aludidos aquí. (220) Cédula de la Reina al lugarteniente de gobernador de la isla de San Juan (Puerto Rico), Medina del Campo, 19 diciembre 1532. Libro de oficio citado, fols. 49 v.º-so. La Reina, le manda que apremie a Sedeño, gobernador de 1a Trinidad, para que devuelva a Paria los indios apresa­ dos, "so color que los tiene por libres, y que ellos se vinieron de su vo, !untad". (2.21) Sobrecarta a Diego de Ordás sobre los límites de su gober­ nación. Medina del •Campo, 13 de enero de 1532. Libro de oficio citadcr, folios 50 v.0-51. •

LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 95

En vista de ello, la Corona autoriza a Ordás para que en el plazo de tres meses elija las doscientas leguas de su gobernación, bien a partir de Maracapana, bien a partir de las bocas del río Marañón; le ratifica el título de goberna­ dor, para la zona que elija, y declara libre todo lo demás. Pero por desgracia para Ordás tal facultad llega tar­ de; no era a él a quien estaba reservado el éxito del esta­ blecimiento permanente en aquellas tierras, a las cuales, a pesar de lo dicho, hemos llamado con su nombre oficial: gobernación del Río Marañón.

Los ejidos de Nueva Cádiz Un aspecto distinto de las ,relaciones entre ésta y las jurisdicciones comarcanas es la cuestión de los ejidos de Nueva Cádiz, capital de la isla de Cubagua. Los vecinos de esta ciudad isleña habían comenzado como sabemos a po­ blar en la costa frontera; tenían allí labranzas, y allí resca­ taban indios para sus labores, porque •carecían de ejidos o términos propios. Y la Reina ordena a Ordás <2af2) que aun­ que haya tomado posesión de toda aquella zona de la costa, señale por sí mismo los términos dichos, que se distribui-

(.2122) Carta de la Reina a Diego de Ordás. Medina del Campo, 13 de enero de 1532. Libro de oficio citado, fols. 50-50 v.0 Incluída en otra carta, Patronato, leg. 28, núm. 53, fols. z v."-3. Copiada también en los autos de Pero 0rtiz.. de Matienzo, Justicia, lég. 30, núm. 1, ramo z, fol. 178. Esta carta es otra prueba de la imprecisión geográfica que da lugar a todos estos deslindes. La carta comienza aludiendo a una de 0rdás al Rey (12 de abril de 1531) y otra de la ciudad de Cádiz (15 de mayo de 1531) por las cuales se ha sabido "como entrastes en la probincia de Paria que confyna con la dicha ,;ibdad, y en la provin,;ia de Cariaco e Cu­ mana hasta el cabo de la Codera, que puede haber en ella de costa e tie­ rra treynta leguas... ". Véase el error de estimación de las longitudes. Ade­ más en abril y mayo de 15.31, Ordás había estado en Paria, pero no en Cariaco y Cumaná, puesto que a ellas llegó después de la penetración por el Huyapari, iniciada el 23 de junio. 96 FLORENTINO PÉREZ EMBID rían entre los vecinos de la capital de Cubagua, dejando también un ejido concejil, sin perjuicio de que las jurisdic .. dones criminal y civil de los mismos siguiesen correspon­ diendo a la gobernación del Río Marañón.

Nuevos auxilios sevillanos a Diego de Ordás Al mismo tiempo que la Corte resolvía todas estas cuestiones de deslinde y precisiones geográficas, se apresta• ban en Sevilla los auxilios pedidos por Diego de Ordás, pa­ ra reponerse de sus primeras adve1:1sidades. De fines de febrero son los documentos referentes .a Cristóbal de los Nidos, citados antes, (.2.23) y la concesión por la Reina del· segundo crédito de doscientos ducados, que gestionaba desde Sevilla Pedro de Villagrán, el clérigo representante de Ordás, (.2.24) para aprestar el navío en que habían de enviársele los refuerzos, con arreglo al permisQ obtenido en diciembre anterior. C.225) Y en juliÓ de 1 532, cuando ya Ordás había recobrado en Santo Domingo la libertad pe:,:dida en Cubagua a manos de Pero Ortiz de Matienzo, como vamos a ver, todavía la Reina, desde Me­ dina del Campo, nombraba a Remando Carriazo, hermano del difunto Simón de Carriazo, para sustituir a este en el cargo de contador en las tierras gobernadas por Ordás, con derecho incluso C226) a cobrar los salarios atrasados de­ vengados por su hermano muerto.

(223) Cfr. supra, cap. IV, nota xo5. (224) Cfr. supra, cap. XIV, nota 71. (2.25) Cfr. supra, cap. IV, nota 120. (:n6), Cfr. supra, cap. IV, nota 86. CAPITUL O SEPTIM O

R.IVALIDADES, Y MUER.TE DE DIEGO DE OR.DAS

En el escenario antillano, después del infructuoso in­ tento de penetración por Cui:naná, el alcalde mayor de la isla de Cubagua continúa implacable la persecución que colma los infortunios de Diego de Ordás.

Detención, traslado a la Española, y libertad

Detenido éste en la isla desde principios de abril por lo menos, el día 8 de dicho mes y "en la Nueva Ciudad de Cádiz, de la isla de las Perlas" se incoó el proceso co­ rrespondiente, ante Pero Ortiz de Matienzo, alcalde mayor, y a solicitud de Juan de Rivas, vecino de la misma ciudad y procurador personero de ella, que presentó el oportuno escrito de acusación, pidiendo se procediese criminalmente co�trá Diego de Ordás, y contra su lugarteniente el Licen­ ciado Gil González Dávila, "por haber usurpado la juris­ dicción real de S. M. e de aquella ciudad en las provincias de Ahuyapari, Paria e Cumaná, y en las otras a ellas co­ marcanas ", y por haber ido asimismo "sobre la fortaleza

7 (58) 98 FLORENTINO PÉREZ EMBID de Cumaná, y puesto cerco isobre ella, siendo como es de S. M. e de esta ciudad en su nombre", haber sostenido el cerco muchos días, puesto real sobre ella a la boca del río del mismo nombre, y haber amenazado a la ciudad de Nueva Cádiz con privarle •del agua que obtenía normal­ mente de él. Todo wn las consiguientes pérdidas para los vecinos, especialmente en lo que toca a las pesquerías de perlas. (.2.27) Diego de Ordás, aún detenido, reclamó siempre con decisión (.2.28) contra los perjuicios seguidos por su deten­ _ción a la empresa que le había confiado la capitulación real. Pero, incoado el proceso, el propio alcalde mayor se embarcó en una carabela de Cubagua y condujo al detenido y a los folios de las actuaciones iniciales ante la Audiencia real de la isla Española. (.2.29 )

(.2.27) El escrito de acusación y demás actuaciones iniciales, en Ar­ chivo Indias, Papeles de Justicia, leg. 30, núm. I, ramo .2, fols. I y sigs. Junto con este proceso se guarda otro sobre demarcación de la costa desde el Río Marañón a Cabo de la Vela, y otro sobre lo acaecido a Ordás en su conquista y venida a la fortaleza de Cumaná. (2.28) Así, en el requerimiento hecho p'or medio de su procurador García de Aguilar, el .24 de mayo de 1,53.2, a las autoridades de Nueva Cádiz, que parece proyectaban una expedición a la tierra firme, mientras él estaba preso. El requerimiento reivindica las provincias de Santa Fe, (agua, Cariaco, Cumanacoa, Maracapana y otras, y las autoridades de la ciudad, encabezadas por ,Pero Ortiz de Matiem:o, responden que Diego de Ordás no es parte para requerirles tal cosa, por cuanto las provincias por él citadas "son jurisdicción desta dicha ciudad e no entran en la goberna­ ción del dicho Diego de Ordás como él dice, ni con trezientas leguas". (Arch. Indias, Patronato, leg, 28, núm. 58, fols. 9 y 10). Este requerimiento, asÍ' como un traslado de los hechos en marzo an­ terior en el río y fortaleza de Cumaná, en nombre de Diego de Ordás, contra el alcalde de la fortaleza, y al contrario, están incorporados al pro­ ceso de los herederos de Ordás contra Pero Ortiz de Matienzo (Arch. In­ dias, Patronato, leg. .28, núm. 58). (2.29) El relato de todos estos hechos consta en la Provisión de S. M., ganada en la Audiencia Real de Santo Domingo de la isla Española, 6 de julio de 153.2. Arch. Indias, Patronato, leg. .28, núm. 53, fols. r-9 v.0 La apertura del paquete que contenía la carfa al114ida del Emperador LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 99

Los oidores de la misma tuvieron por fin conocimiento de la carta del Emperador sobre fijación de ejidos a Nueva Cádiz, (.23o) y entendieron que quedaba con ella resuelta la incompatibilidad, en la costa de Cumaná y Paria, de los derechos de los hombres de Cubagua y los de la gob�rna­ ción del Río Marañón. En tal creencia, devolvieron a Ordás su libertad y le instaron para que decididamente prosiguiera el cumplimiento de lo capitulado.

V o Juntad de seguir

Ahora bien, esto, por el momento, era prácticamente im­ posible. El ataque y detención sufridos habían tenido además como consecuencia que el pueblo fundado por él en Paria ha­ bía sido obligado a obedecer a las autoridades de Nueva Cá­ diz, y podía ya considerarse como despoblado. Su gente se había dispersado por la isla de San Juan y lugares vecinos; sus barcos y materiales estaban dispersos; los refuerzos que esperaba en un barco de Castilla aún no habían llegado, aun­ que estuviesen próximos, a la isla de Santo Domingo. Su

se hizo el .26 de junio de 153.2. El poder del CoMejo de Nueva Cádiz a Pero Ortiz de Matienzo para actuar ante la Audiencia contra Ordás es de 8 de junio de 1 53.2, y se otorgó en las casas del propio Concejo, en Cuba­ gua. El traslado del prisionero se hizo, por tanto, a mediados de junio. Cfr. el pleito seguido en la Audiencia por Cubagua contra Ordás, en Ar­ chivo Indias, Justicia, leg. 30, núm. 1, ramo .2, fols. 175 y sigs. (.230) Medina del Campo, 13 de enero de 153.2. Oopiada en la. ante­ rior, y en el Libro de oficio de Diego de Ordás, tantas veces citado ante­ riormente, fols. so-50 v.ª Ordás, el día .2 de julio, se manifestó dispuesto a cumplirla, pero Pero Ortiz de Matienzo, el alcalde mayor de Cubagua, pidió se aplazase su cumplimiento, por estar basada en una información falsa, y por los perjuicios que se seguirían a su gente de Cubagua si Ordás elegía las doscientas leguas concedidas por la Reina en la misma fecha, de manera que queda.se incluída en ellas la zona de Cumaná. (Cfr. Justicia, leg. 30, número 1, fols. 178 v.ª-179 v.0). 100 FLORENTINO PÉREZ EMBID umca posibilidad estaba en volver a España, reclamar ante el Rey, reclutar nueva gente y nuevos medios, y volver a empezar. Sin embargo, la Audiencia había proveído que Ordás diese cuenta de lo que consideraba imprescindible para pro­ seguir, y él estuvo dispuesto a enviar con tal cometido a 2 1 su alcalde mayor. ( 3 ) A este efecto las peticiones del go­ bernador, a las que accedió la Audiencia, fueron las si­ guientes : una provisión que asegurase su independencia frente a las autoridades de Cubagua, otra que le permitiera recoger a todos los que habían pertenecido a su armada y los que viniesen para ello de España, ídem los caballos que habían sido de su propiedad, y sus ballestas y armas, y barcos y objetos, todo puesto en el río de Cumaná con fletes costeados por los de Cubagua; por último, la libertad del capitán y vee

Cádiz aceptaron (232) también como buena esta resolución de la Audiencia, que ponía fin a los fatales incidentes entre la jurisdicción de Cubagua y la de la gobernación del Río Marañón.

(231) Todos los incidentes se desarrollaron en los primeros días de j'Ulio de 1532. Los escritos y demás documentos, en el proceso de Archivo Indias, Justicia, leg. 30, nú'm. 1, ramo 2, fols. 175 y sigs. (232) Les fué presentada al efecto por Alonso de Herrera, alguacil mayor de Diego de Ordás, en 12 de octubre de 1532. Cfr. los folios fina• les del testimonio de la carta dada en 6 de julio de 1532 por la Audiencia de la Espafiola. (En Patronato, 28, núm. 53, fol. 10). LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 101

Muerte, camino de España

Diego de Ordás se dirigió, en efecto, a España, pero antes quiso que la Audiencia tomase fianzas a Pero Ortiz de Matienzo, que también se disponía a regresar, y del cual recelaba que no volvería a Indias. El alcalde mayor de Cu­ bagua había dejado en la isla su casa y hacienda y las fian­ zas necesarias para responder de cualquier reclamación que sus actuaciones hubiesen podido provocar. La misma ruta de ambos debían seguir los folios de sus discusiones judi­ ciales en Santo Domingo. (.233) Pero estas últimas preocupaciones de Ordás eran tam­ bién inútiles. Quien no había de regresar era el propio go­ bernador del Marañón. Había ya muerto en noviembre del mismo año de 1532, cuando su procurador de corte ante la 'Audiencia de la Española, Alonso Galán, obtuvo otra pro­ visión (.i34) dirigida a todas las autoridades de Tierra Fir­ me, Venezuela e islas de la Trinidad, Cubagua, San Juan y Margarita, etc., en la que se establecía que el pueblo de­ jado en Paria por el difunto gobernador del Marañón, que­ dase bajo la autoridad de Alonso de Herrera y de Jerónimo de Ortal hasta que se resolviera definitivamente sobre su suerte. ¿ Dónde, cuándo y cómo exactamente murió don Diego de Ordás? "Díjose que murió en la Mar, y otros dijeron que en Castilla", contestan las Décadas de Herrera. (.23s)

(.233) Así lo acordaron los oidores de la Audiencia el 11 de julio de 1532. El acuerdo consta en el fol. 18,g del proceso citado (Justicia, leg. 30, núm. 1, ramo z). (234) Santo Domingo de la Española, 21 de noviembre de 1532. Cfr. en Patronato, leg. 28, núm. 53. (.23s.) Déc. V, libro I, cap. XI. 102 FLORENTINO PÉREZ EMBID

Como explicación pormenorizada destaca sin duda la versión del P. Aguado, recogida también por Fray Pedro Simón, (236) que hay que acoger con recelo. Pero Ortiz de Matienzo recelaba que a la llegada a Castilla el prestigio del gran capitán compañero de Cortés había de pesar más que su propia hoja de servicios en el ánimo de los consejeros de Indias; y resolvió deshacerse de Ordás. Un veneno, ob­ tenido con engaños de cierto boticario genovés recién lle­ gado a Cubagua, provocó en medio del mar la repentina muerte del gobernador del Marañón, y con su cadáver se hundió en el Atlántico toda su gloria, brillante primero, oscurecida después, y definitivamente efímera. La nao de Matienzo se cruzó luego en alta mar con otras dos: en la primera iba el nuevo juez de residencia, recién nombrado para Cubagua; en la segunda, llamada "Marine ta", que marchaba en conserva, iban los socorros que tanto había esperado Ordás. Ambas llevaron a Santo Domingo de la Española y a San Juan de Puerto Rico, donde estaba Sedeño, (231) las noticias de esta muerte.

Continúa la empresa española del Orinoco

Sedeño, el nuevo juez de Cubagua y Alonso de He­ rrera, sustituto legítimo de Ordás, se disputan ahora el mando de los hombres que quedan, supervivientes de la empresa de éste. El relato de estas rivalidades está lleno de pequeñas malquerencias. Mientras tanto, de Castilla vie­ nen las últimas cartas reales, llenas de un cierto tinte fu­ nerario.

(236) Aguado: Historia de Ve,wauela, tomo I, pág. 517. Si'm6n, fray Pedro: Noticias historiales, 2.• noticia, cap. XXVI. (237) Estaba allí desde que sali6 de Paria, esperando una coyuntura favorable para volver con seguridad a la Trinidad. LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 103

A JO de diciembre de 1532, la Reina autorizaba (238) a todos los que Diego de Ordás dejó en Paria contra su vo­ luntad, cuando salió de ella para ir a Cumaná, para que -puesto que la gobernación está vacante-- se marchen si quieren y dejen de pasar los trabajos que allí han sufrido. 39) Al mismo tiempo encargaba C2 a· las justicias de Cubagua que se ocupasen del traslado, y también a Antonio Sede­ ño, C24°) contador de la isla de San Juan, que cuando vaya hacia la Trinidad recoja a aquellos supervivientes y si quie­ ren los lleve a su gobernación y .Jos ocupe allí. Y que todo esto lo haga particularmente, como vecino, pero sin poder usar jurisdicción. Pero estos hombres estaban dispuestos a seguir luchan­ do por las ruinas de unas posibilidades. C24 1) De Cuba­ gua, donde el juez había tenido que prenderlos a ambos por sus alborotos, salió primero Sedeño hacia la fortaleza de Ordás en Paria, que había quedado al mando de un capitán, Agustín Delgado, y logró la obediencia de éste y que se decidiese a seguir con él hasta la Trinidad, aunque dejando aún atrás algunos hombres. Poco después llegó también a Paria Alonso de Herrera, y esos hombres que habían que­ dado en Paria le recibieron como capitán. Finalmente Se­ deño en· un golpe de mano logró hacer prisionero a Antonio de Herrera, el antiguo alguacil mayor de Ordás, y a algunos sobrinos de éste, como Alvaro de Ordás, supervivientes de la empresa del Marañón. La prisión de todos en la isla de Trinidad es un punto final definitivo. Es cierto que no termina aquí el esfuerzo español por la penetración en la zona de las boc_as del Orinoco. Será

(238) Madrid, 10 de diciembre de 1532. (Indiferente, 416, lib. de 0 oficio de Diego de Ordás, fol. :·7 v . ). (239) Idem, idem, ídem, fols. 57 v.0-58. (240) Idem, ídem, ídem, fols. 58 v.0-59. (24I) Simón: Nuticias historiales, noticia 2.•, cap. XXVII.

&SCUl!LA DE ES uo MIS,-ANO•AMER

BIBLIOTli,I!,-. 104 FLO RENTIN'O PÉREZ EMBID precisamente Jerónimo Ortal quien gestione y obtenga in­ mediatamente después la plenitud de derechos y de respon­ sabilidad para seguir en la brecha. Lo que sí termina entonces, y en absoluta bancarrota, es la empresa a que en el Orinoco dió nombre don Diego de Ordás, el capitán de Cortés en Nueva España. A p E N D I e E s

Del proceso eiitre Pero Ortiz de Matienzo, alcalde mayor de Cubagua, con los herederos del Comendador Diego de Ordaz sobre indemnizaci6n • por ciertos bienes de éste. (Archivo de Indias, Patronato, leg. :28, n.º 58).

I

CAPITULACION DE DIEGO DE ORDAZ (La Reina, MaJriJ, 20 -Mayo- r530)

-Por quanto vos el capitan Diego de Ordaz [Fol. l] ve­ zino de la nueva España me hezistes rrelación que vos por la mucha voluntad que teneys al seruicio del empe­ rador y rrey mi señor y mio e al acrecentamiento de nuestra Coronal real querriades descubrir e conquistar e p"oblar las tierras que ay desde los limites e gouernacion del cabo de la vela e golfo de venezuela que tenemos encomendada a micer Enrrique Eynguer e Geronimo Sayler alemanes dozien­ tas leguas de costa poco mas o menos y trabajareys de des­ cubrir lo que mas pudieredes por aquellas partes todo a vuestra costa y minsyon sin que en ningund tiempo seamos obligados a vos pagar ni satisfazer los gastos que en ello hizieredes mas de lo que en esta capitulacion vos sera otor­ gado e me suplicastes e pedistes por merced vos hiziese mer­ ced de la conquista de las dichas tierras e vos hiziese e otor­ gase las mercedes e con las condiciones que de yuso seran contenydas sobre lo qua! yo mande tomar con vos el asyento e capitulacion syguiente. -primeramente vos doy licencia e facultad para que por nos y en nuestro nombre y de la Corona Real de Cas­ tilla podays conquistar y poblar las dichas tierras e prouin­ cias que ay desde el dicho Río del Marañon hasta el cabo de la Vela de la gouernacion de los dichos alemanes en que 106 FLORENTINO PÉREZ EMBID

puede auer dozientas leguas de costa poco mas o menos con tanto que no toqueys en cosa alguna que sea dentro de la de­ marcacion del Serenísimo Rey de Portugal nuestro hermano. _:_yten entendiendo ser complidero al seruicio de dios y nuestro y por honrrar vuestra persona e por vos hazer mer­ ced prometemos de vos hazer nuestro gouernador e capitan general de las dichas tierras e prouincia e pueblos que al presente ay e adelante oviere en todas las dichas dozientas leguas por todos los días de vuestra vida con salario de se­ tecientas y veynte e cinco mill maravedís en cada vn año contados desde que vos hizieredes a la vela en estos nues­ tros Reynos para hazer la dicha poblacion e conquista los quales vos han de ser pagados de las Rentas e dere- chos // a nos pertenecientes en la dicha tie­ [F.0 1 v.º] rra que asy aueys de poblar del qual salario haueys de pagar en cada vn año un alcalde mayor e diez escuderos e treynta peones e un medico e vn boticario el qual salario vos ha de ser pagado por los nues­ tros Oficiales de la dicha tierra. -Otrosy vos hazemos merced de titulo de nuestro Ade• lantado de las dichas tierras � asy mismo del oficio de algua­ zil mayor dellas todo ello por los dias de vuestra vida. -Otrosy vos doy licencia para que con parecer e acuer­ do de los dichos nuestros Oficiales po

-yten promete_mos que por termino de diez años y mas adelante hasta que otra cosa mandemos en contrario no ynpornemos a los vecinos de las dichas tierras alcauala ny otro tributo alguno. -yten concedemos a los dichos vecinos y pobladores que les sean dados por vos los solares e tierras convenientes a sus personas conforme a lo que se ha fecho y haze en la ysla española y ·asimismo vos daremos poder para que en nuestro no.mbre durante el tiempo de vuestra gouernacion hagays la encomienda de los yndios de la dicha tierra guar­ dando en ello las ynstrucciones e ordenarn;as que vos seran dadas. -Otrosy vos hazemos merced de veynte e cinco yeguas y otros tantos cauallos de los que tenemos en la ysla de ja­ mayca e no las hauiendo quando las pidieredes no seamos tenudos al precio dellos ny otra cosa por esta Razon. -Otrosy vos hazemos merced de trescientos mill mara­ vedís pagados en la dicha vuestra gouernacion para el ar­ tilleria e municion que aueys de lleuar a la dicha tierra lleuando fee de los nuestros Oficiales de la Casa de la Con­ tratacion de Seuilla de las cosas que asy comprastes y de lo que vos costo contando el ynterese e cambio dello la qual dicha artillería seays obligado a tener en pie por nuestra para la guarda de las fortalezas de la tierra. -Otrqsy vos daremos licencia como por la presen,.. [F.0 3] te vos la damos para que de los nuestros Reynos- e del l

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Nombramiento de gobernador para el capitán Diego de Ordaz

o -Don Carlos por la diuina clemencia emperador [F. S] semper augusto Doña Juana su madre y el mismo don Carlos por la misma gracia rreyes de Castilla de Leon de Aragon de las dos Sicilias de Jerusalem de Navarra de Gra­ nada de Toledo de Valencia de Galizia de Mallorcas de Seuilla de Cerdeña de Cordoua e Corcega, de Murcia de· J aen de los Algarues de Algeziras de· Gibraltar de las yslas de Canarias de las yndias yslas e tierra firme del mar oceano condes de Barcelona señores de Vizcaya e de Molina duques de Atenas e de Neo patria condes de Ruysellon e de Cerdanya marque­ ses de Oristan e de Gociano archiduques de Austria duques de Borgoña e de Bravante condes de Flandes e de Tiro! etc. por quanto vos el capitan Diego de Ordaz vecino de la Nueua España con deseo del seruicio de nuestro señor os aueys ofre­ cido a descubrir e conquistar e poblar las tierras e prouin­ cias que hay desde el Rio del Marañon hasta el cabo de la Vela de la gouernacion de los alemanes en que puede hauer dozientas leguas poco mas o menos segund que en la capi­ tulacion e asyento que sobre la susodicho con vos mandamos tomar se contiene en la qual ay un capitulo del thenor si­ guiente. -yten entendiendo ser complidero al seruicio de dios y nuestro y por honrrar vuestra persona e por vos hazer mer- 112 FLORENTINO PÉREZ EMBID

ced pro_metemos de vos hazer gouernador e capitan general de las dichas tierras e prouincias e pueblos que al presente ay e adelante oviere en todas las dichas doscientas leguas por todos los días de· vuestra vida con salario desetecientas e veynte e cinco mili maravedís en cada vn año desde que vos hizieredes a la vela en estos nuestros Reynos para hazer la dicha poblacion e conquista los quales vos han de ser pa­ gados de las · Rentas e derechos a nos pertenecientes en la dicha tierra que asy haueys de poblar del qua! salario haueys de pagar en cada vn año un alcalde mayor e diez es­ cuderos e treynta peones e vn medico e vn boticario el qual salario vos ha de ser pagado por los nuestros Oficiales de la dicha tierra / por ende guardando la dicha capitulaciol! y capitulo que de suso va errcorporado por la presente es nues­ tra merced e voluntad que agora e de aquí adelante para en toda vuestra vida seays nuestro gouernador de todas las di­ chas tierras e prouincias que ay en las di-chas doscientas leguas que ansy descubrieredes e poblaredes y que ayays y tengays nuestra justicia civil e criminal en las ciudades villas e lugares que en las dichas prouincias ay pobladas y se po­ blaren de aquí adelante con los oficios de justicia que en ellas oviere e por esta nuestra carta mandamos a los Conse­ jos justicias Regidores caualleros escuderos oficiales e ornes buenos de todas las ciudades villas y lugares que en las di­ chas tierras oviere y se poblaren y a los nuestros Oficiales y capitanes y veedores y otras personas que en ellas Re­ sidyeren y en cada uno dellos que luego que con ella fueren Requeridos syn otra larga ny tardarn;a alguna syn nos mas Requerir ny consultar esperar ny atender otra nuestra carta ny .mandamyento segunda ny tercera jusion tomen e Reci­ ban de vos el dicho Diego de Ordaz e de vuestros lugares tenientes los quales podays poner e los quitar e admover cada que quisieredes e por bien tovieredes el juramento e solemnidad que en tal cosa se Requiere e debeys [F.0 5 v.º] hazer el // qua! por vos asy fecho vos ayan e rreciban y tengan por nuestro gouernador e jus­ ticia de la dicha prouincia e tierras de suso nombradas por todos los días de vuestra vida como dicho es e vos dexen e consyentan libremente usar y exercer el dicho oficio de nues­ tro gouernador e justicia de la dicha prouincia e tierras y LA EXPLORACIÓN DEL O RI NOC O 113

cumplir y executar la nuestra justicia en ellas por vos e por los dichos vuestros lugares tenientes que en los dichos ofi­ cios de justicia e alguaciladgo e otros oficios a la dicha go­ uernacion anexos e concernientes podays poner e pongays los quales podays quitar e admover cada e qltando que vos vieredes que a nuestro seruicio y a la execucion de la nues­ tra justicia cumple y poner e subrogar otros en su lugar e oyr e librar e determinar todos los pleitos e causas asy cevi­ les co.mo criminales que en las dichas tierras asy entre la gente que fuere a las conquistar e poblar como entre los na­ turales della oviere y nacieren e podays lleuar e lleueys vos e los dichos vuestros alcaldes e lugares tenientes los dere­ chos salarios al dicho oficia anexos e pertenecientes e hazer qualesquier pesquiza en los casos de derecho premisas e to­ das las otras cosas al dicho oficio anexas e pertenecientes en que vos e vuestros Oficiales entendays que a nuestro seruicio y a la execucion de la nuestra justicia e poblacion e gouernacion de la dicha tierra conviene e para usar y exer­ cer el dicho oficio y cumplir y executar la nuestra justicia todos se conformen con vos e con sus personas y gentes vos

8 (58) 114 FLORENTINO PÉREZ EMBID ner dello apelacion ni suplicacion lo pongan en obra. segun que lo vos dixeredes e mandaredes so las penas que les pu­ sieredes de nuestra parte las quales nos por la presente les ,ponemos e avernos por puestas e vos damos poder e facul­ tad para lasexecutar en los que Rebeldes e ynovedientes fueren y en sus bienes para todo lo qual que dicho es e para usar y cxercer el dicho oficio de nuestro gouernador de las dichas tierras y cumplir y executar la nuestra justicia en ellas vos damos poder cumplido por esta nuestra carta con todas susyncidencias e dependencias emergencias anexidades e conexidades //. Y otrosy vos mandamos que las penas per- 6 tenecientes a nuestra Camara e fisco en que vos e [F.o 1 vuestros lugares tenientes condenaredes e las que pusieredes para la dicha nuestra Camara e fisco executeys e cobreys por ynventario y ante escriuano publico y tengays quenta y Razon dello para hazer dellas lo que por nos fuere mandado/. y manda.mos que ayays e lleueys de salario en cada vn año con el dicho oficio de nuestro gouernador de las dichas tierras e prouincias las dichas setecientas veynte •Y cinco mili maravedís segun se contiene en el dicho capitulo que de suso va encorporado de las Rentas e prouechos de las dichas tierras desde el día qie os hizieredes a la vela en el puerto de Sanlucar de Barrameda para seguir vuestro viaje los quales mandamos a los nuestros Oficiales de la dicha prouincia que vos los den y paguen en cada vn año e que tomen vuestra carta de pago con la qual e con el tres­ lado signado de escriuano desta nuestra carta mandamos que les sean recibidas y pasadas en quenta las dichas setecientas e veynte e cinco .mill maravedis siendo tomada la Razon de es.ta nuestra carta por los Oficiales que Residen en la ciudad de Seuilla en la casa de la contratacion de las yndias e los unos e los otros no fagades endeal por alguna manera so pena de la nuestra merced e de diez mill maravedís para la nuestra Camara a cada uno que lo contrario hizier·e·, dada en la villa de Madrid a veynte dias del mes de mayo año del nascimycnto de nuestro señor ihuxpto de mili e quinyentos: e treynta años. yo la Reyna -yo J oan de samano secretario de su Cesarea y Catolicas LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 115 magestades la fize escreuir por mandado de su Magestad [Hay una rúbrica] Registrada- El d-0ctor beltran/ El licenciado de la Corte/ licenciado Suarez de carvajal. Registrado [Rubricados 1 J oan de Samano [Rubricado] martyn Ortiz por chanciller [Rubricado] Asentose esta prouision de sus Magestades en los libros de la Casa de la Contratacion de las yndias de Seuilla en primero dia del mes de setiembre de mill e quinyentos e treynta años. J oan de Miranda Francisco '.fello [Rubricados] 116 FLORENTINO PÉREZ EMBID

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INTER.R.OGATOR.10 presentado por el procurador Juan R.ui:z, en nombre de Diego de Ordaz

[F.o 27 "-Por las siguientes preguntas sean preguntados 1 los testigos que por mi en nombre de la dicha mi parte fueren presentados. 1 - primeramente si conocen el dicho gouernador Diego de Ordaz mi parte. 11 � yten si saben vieron oyeron dezir que su Mages­ tad hiziese a la dicha mi parte gouernador conquistador desde los •confines de los aleman,es hasta la demarcacion del Río Marañon que es de la conquista del Rey de Portugal segun parece por la capitulacion que el dicho mi parte hizo con su Magestad ,e titulo de gouernador e conquistador. 111 - yten si saben ect. que despachado el dicho mi parte con las prouisiones que heran necesarias para la dicha gouernacion e conquista vino a Seuilla a aparejarse para la dicha jornada donde la gente que se ofreciQ a yr con el les aviso de la manera que auian de yr por que yvan a cosa inc�erta aunque se tenyan por cierta la jornada; del qual aviso puso en su posada una memoria para que cada vno supiese de la manera que auia de yr asy a los de pie como a los de cavallo. IV - ytensi saben etc. que despues de proueido en Seui­ lla de las cosas necesarias que alli tuvo necesidad de com- t A Ex P t o R A e 1 ó N n Et o R I No e o 117 prar para el dicho viaje fue a Sanlucar para recoger la dicha g,ente donde estuvo // casi dos meses poco mas [F.0 27 v.º] o menos donde a mucha de la gente dio de co- mer en su posada casi todo el tiempo y a otros en los navíos y a otros socorio con dineros syn a ninguna persona pedilles descuento ni paga de lo susodicho e asi mismo socorrio a los maestres e pilotos e a los otros mari­ neros e gente de mar con tres pagas de sueldo que les auia de dar antes que se hiziesen a la vela. digan los testigos lo que desto saben. V - yten si saben etec. que en veynte de octubre del año de mill e quinyentos e treynta años partio de Sanlucar de Barrameda con dos naos grandes e un caravelon en que traía quinyentos hombres poco mas o menos e mas de treynta cauallos y otros muchos bastimentos y armas e artillería se­ gun convenía para la tal jornada. VI - yten si saben .etc. que yendo el dicho viaje fue a las yslas de Canarias a la ysla de Thenerife donde tenia un factor que es el alguazil mayor que trae en esta jornada el qua! auia embiado a hazer bastimentos e mas gente e llego allí día de todos santos y aguardo allí hasta que se acabaron de hazer en que estuvo desde el dicho día hasta el día de santa Lucia que se hizo a la vela a proseguir su viaje donde saco otros cien hombres con muchos bastimentos cauallos e yeguas en que por todos heran quarenta e dos caualtos e yeguas para lo qual poder lleuar compro una caravela demas de los navios que llevaba. VII - yten si saben etc. que el piloto mayor que con el dicho mi parte venia ,en la dicha armada dio a los otros pilotos de los otros ,nauios la derrota que auian de lleuar para seguir la capitana por si algun navío se derrotase su­ piese a do auia de corr·er.

VIII ----1 yten si saben etc. que el dicho día que el dicho mi parte partio de Thenerife .esa noche siguiente se derroto la .nao mediana y el caravelon en la qual 'yua el Contador y veedor de su magestad e siguiendo su viaje con la nao capitana en que yua y la caravela fue a reconocer las yslas de cáoo verde a la ysla de san Vicente e asy llegados embio 118 FLORENTINO PtREZ EMBID la caravela a tierra a buscar agua y algund refresco la qual se metio en una calma donde al presente ni pudo salir. IX - yten si saben etc. que estando aguardando la dicha nao el dicho mi parte se aparto algo a la dicha ysla por temor de los baxos y cargo tanto el tiempo de viento que fue for¡;ado corr,er con la dicha nao por el trabajo que recibían los cauallos estando la nao al Reparo e asi se quedo la dicha caravela en la dicha ysla de san Vicente y el dicho mi parte corrio con la dicha nao en qu,e llevaba la gente susodicha y bastimentos y armas y municion veynte- y seis dias en cabo de los quales hizo sondar y hallaron quarenta brazas poco mas o menos y luego otro dia siguiente se vio la tierra firm,e baxa e luego hizo echar una chalupa e ymbio en ella cierta gente a ver la dicha tierra los quales fueron y estuvieron en ver la dicha tierra tres días e dixeron que hera tierra baxa e anegadiza tal que no se podía andar. X - yten si saben etc. que venida la dicha chalupa luego hizo hazer vela e corrio la costa abaxo hasta una bahía que se· puso por nombre San Anton donde hizo surgir por que la tierra firme hera alta y auia sierras e parecio una boca de Rio grande donde· embio luego la dicha chalupa y e 1 batel de la nao a ver el Rio e tierra: para sab,er la Relacion de lo que hera en lo qual estuvieron tres dias poco mas o menos e venidos dixeron que la dicha tierra no hera buena ni se podia entrar en ella. [F.o 28] XI - yten si saben etc. que venidos los que fue- ron a ver la dicha tierra y Rio el dicho mi parte mando hazer vela e corrio la costa abaxo hasta quellego a unas yslas que se les puso nombre san Sebastian donde sur­ gio y en la tierra parecio una gran boca de Rio y ser alta 1a tierra y el dicho mi parte fue con la dicha chalupa y batel y gente que en ellos 11.euo a ver la dicha tierra e· si auia poblazon de yndios e sy era tierra para poblar en lo qual anduvo ocho dias y mas por el dicho Río arriba en dos brazos que hazia el dicho Rio toda la tierra que parecia hera ane­ gadiza e asy se volvio a la dicha nao adonde despues de entrados mando hazer vela y corrio la costa abaxo hasta llegar a las yslas que se pusieron por nombre de las palmas LA Ex P L o R A e r ó N n EL o R r No e o 119

que estan de tierra quatro o cincó leguas poco mas o menos donde surgio. XII - yten si saben etc. que de las dichas ylas de las palmas embio la dicha chalupa a ver la costa y fueron y vueltos dixeron la gente que embio que quanto a la costa auia muchos arrecifes e un Rio a lo qual el dicho mi parte fue a ver que hera .e entro por el dicho, Rio e subio por el obra de diez, leguas que no pudo mas subir por el y en este tiempo que el en .el dicho Rio a•nduvo salio algunas veces en tierra a verla entre las quales una mañana subio encima de una sierra para ver si veia alguna poblazon o humo lo qual no parecio sino ti.erra despoblada y la costa brava e peligrosa a causa de los arrecifes que auia en la qual tardo doce o trece dias hasta volver a la dicha nao.

[F.0 29] XIII __, ytcm si sab.en etc. que en la dicha yslas de las palmas hizo poner una cruz en la qual hizo hazer letras y señales para que si por caso viniesen por alli algun navio de los de su armada supiese como iba adelante y hecho esto partio costeando a vista de tierra a causa de los baxos que auia y la chalupa yva junto con la tierra el qual yva algunas veces el dicho mi parte y desta manera hizo su viaje siempre soldando e surgiendo de noche hasta llegar a la ysla de la Trinidad donde surgio a una punta de la dicha ysla y en la que se die.e del gallo para tomar agua y aguardar la chalupa que queda[ba] atras costeando. XIV - yten si saben etc. que despues que tomo solda e reconocio la tierra y fu.e en dos y medio grados por el dicho del piloto no andaba sino de dia y a la noche surgia a causa de ser la costa muy peligrosa de baxos e tamvien por ver si auia en la costa tierra· donde pud�ese poblar y quando la nao a causa de los baxos se desviaba de tierra que la perdia de vista la dicha chalupa yva junto a tierra para traer Razon della y de los Rios qu.e auia y desta ma­ nera no quedo cosa en la costa que por el dicho mi parte no fue vista o de las personas que para ello enviaba a lo menos mas d.e ciento e sesenta leguas. XV - yten si saben etc. que despues de auer tomado en el dicho puerto de la Trinidad agua y yerua donde estuvo 120 FLORENTINO PtREZ EMBlD

quatro dias y mas hizo poner una cruz ,en el dicho puerto al pie de la qual se puso una carta en la qual hazia saber a qualquier navio que en su demanda viniese como yva a po­ blar al golfo de Paria que estaba de allí quince leguas en la qual carta escriuio la derrota que auian de hazer y asy se partio y en dos dias llego a la costa de Paria donde surgio cerca de unos pu.eblos pequeños de yndios que se llaman los tiaos. [F. 0 29 v.º] XVI - yten si saben etc. que en todo lo que costeo por la dicha mar hasta llegar a Paria no hallo tierra que fuese para poblar sino anegadiza e ynavita­ ble e la costa muy baxa e peligrosa y grandes corrientes donde en las yslas de san Sebastian estuvo la nao encallada y cerca del Rio Dulce que es costa brava y baxa estuvo la nao para se perder y en mucho p,eligro. XVII - yten si saben etc. que luego que surgio en la costa de Paria embio alguna gente de la que traía el dicho mi parte a tierra con ciertos de a cauallo por que el venia mal dispuesto y como la nao fue vista por cierta gente de Sedeño que auia dexado en Paria como hombre que dezia que tenia jurisdicion en ella vino un alguazil con un man­ dami.ento y vara de un teniente que .alli dexo el dicho Sedeño a prender a toda la gente que hallase en el dicho navio y fuera del y tomase el dicho navio. XVIII - yten si saben etc. que despues que el dicho mi parte salto en tierra y hablo ,con los yndios y les hizo Re­ lacion con lengua como venia de España por mandado de su Magestad y los hizo amigos los aviso como de alli ade­ lante no auian de ser esclauos ni maltratados saluo que fuesen vasallos de su Magestad e hiziesen buen tratamiento a los xpianos y para, hazellos firmes de lo •que asy con ellos platico les dio mucho Rescate de camisas .e hachas e machetes e otras muchas cosas de joyas e asy hechos amigos los torno antes que de alli partiese casy a todos xpianos y queriendo­ los partir le rogaron los dichos yndios que les dexara alguna gente de la suya por que estaban muy recelosos de los ca­ ribes y Recibían daño de ellos y asy les dexo un capitan con v,eynte e cinco hombres a los dichos yndios amigos de los xpianos con lo necesario. ------/- -

LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 121

XIX -, yten si saben etc. que desde alli el dicho mi parte fué al asyento del cacique don Diego donde Sedeño auia hecho una casa cubierta de paja y despues de auer ha­ blado al dicho don Diego y conformandose con el Repartio alguna de la gente que consigo traia por los pueblos d,e la dicha prouincia para que mejor se pudiese mantener y me­ jor pacificar los naturales de la tierra a los quales dio mucho Rescate ansi de camisas y hachas y cochillos como de otras cosas y dexo xonsigo en el dicho asyento mucha parte de la gente que consigo traia ,el qual dicho asyento puso por nombre la villa de san Miguel de Patria. o [F. v.º] XX --t yten si saben etc. que a los españoles que el dicho mi parte lleuo siempre les dio e fizo dar Razión de bizcocho e harina e cac,;abi sin por ello hazelles ningun descuento e· traia un chincorro a pescar para los susodichos y a los enfermos que auia les daban lo que tenían de medicinas .e mantenimientos e a-sy mismo daba medicinas a los cirujanos para curar los llagados e tenia dado cargo a los religiosos para que visitasen los enfermos en su presencia y mandado a los que gastaban en su casa que les diesen a los dichos religiosos lo que oviesen menester para los dichos enfermos. XXI - yten si saben etc. que el tiempo que el dicho mi parte estuvo en la dicha prouincia

XXIII - yten si saben etc. que despues que llego el dicho mi parte a la dicha prouincia de Paria fue informado de ciertos españoles ysleños que alli estaban que heran de la co,mpañía de Sedeño como en la Culata del dicho golfo de Paria entraba un Rio poderoso que se llamava Huyapari y que ellos auia,n subido por el quarenta leguas largas hasta un pueblo principal de donde auian tr.aido muchos yndio!i y segun el asyento heran y tenian ynfonnacion de otro mu­ chos que por el dicho Rio podian saber los secretos de la tierra y alcam;ar todo lo que por el ovi.ese con la qual yn­ formacion que thenia por cierta hizo aRasar la nao capitana en que vino para en que fueran los cauallos y otros basti­ mentos y asymismo hizo una fusta y otro barco e· hizo ade­ rec;ar otros cinco vergantin.es para hazer el dicho viaje. XXIV - yten si saben etc. que ynformado el dicho mi parte del exceso que Sedeño auia hecho con los vecinos de Cubagua quando enviaron a rescatar prouisiones para su mantenimyento a la dicha prouincia de Paria de· que el se llamava gouernador pesando al dicho mi parte de ello envio a Geronimo Dortal Tesorero de su Magestad para que hicie­ se saber a la justicia e Regidores e vecinos de la dicha ciu­ dad como el her.a venido alli por mandado de su Magestaq por gouernador y conquistado_r �esde los confines de los alemanes hasta la demarcación del Rio del Mara­ [F. 0 31] ñon que es de la conquista del Rey de Portuga\ con el qual // dicho tesorero envio a mostrar e notificar las prouisiones que de su Magestad traia para que mejor fuesen sertificados y hecho esto les ofreciese en su nombre toda la tierra de la gouernacion que el traia para que de ella fues,cn aprovechados todas las veces que quisie­ sen como el y los que en su compañia venian pues todos heran de un señor el qual fue con la dicha embajada en que tambien les fizo Relacion como el quería entrar por el Rio de Huy,apari arriba pues que aquello despues de ser seruicio de su Magestad hera para bien de todos que le enviasen al­ guna gente platica de aquel Rio e tierra los quales le envia­ ron cinco o seis hombres por que mostraron mucho placer dello por la buena noticia que tenian del dicho Rio e tierra e sobre ello le enviaron la Respuesta e cartas misivas. t A Ex P t o R A e 1 ó N n EL o a 1 No e o 123

XXV - yten si saben etc. que durante este medio tiem­ po que el dicho Tesorero fue e vino a lo contenido en la pre­ gunta antes desta hizo el dicho mi parte con toda diligencia que se acabasen los navíos que estaban empezados e basti­ mentos que para tal viaje auian menester. XXVI - yten si saben etc. que en este medio tiempo allego en Paria Juan -Gonzalez de Sylva y su hermano con una galera que auia venido en compañia del dicho mi parte que auian tomado el y sus hermanos a los portugueses el qual supo que auia estado surto en el Rio de Arauira, vi- niendo en su busca y que alli mataron ciertos {F.o 31 v.º] yndios y prendieron un principal con su mu- ger // e hijos e otros yndios y saltados en tie­ na hizo al dicho Juan Gonzalez Sylva que enviase por los dichos yndios que traia ,en el dicho galeon a los quales el dicho mi parte puso luego en libertad e dio mucho Rescate e por estar maltratados los encargo a Don Diego cacique de la prouincia de Paria para que los curase y despues de estar 'buenos los envio a su trerra e les dio un xpiano por guia para que fuesen mas seguros a los quales yndios dio a la partida mucho Rescate para ellos y para los principales de su tierra para que supiesen como el venia por mandado de .su Magestad a hazellos sus vasallos y no para que fuesen esclauos de ninguri xpiano ni dellos recibiesen mal trata­ :miento. XXVII - yten si saben etc. que en este medio tiempo mando acabar la dicha mi parte la casa que Sedeño empezo .en la dicha villa de san Miguel de Paria para lo qual hizo hazer texa y ladrillo y labrar madera lo que hera menester y despues de hecha puso alli un alcayde con el qual dexo gente para la pacificación de la dicha tierra y artillería y municion la que hera necesaria para guarda de la dicha casa .e puerto e asy mismo ·le dexo para que contratasen con los _yndios vna fragua con las cosas necesarias para ella y le dexo una ynstrucion firmada de su nombre y de escriuano

XXVIII -< yten si saben etc. que el dicho mi par• te se hizo a la vela -de Paria para hazer la entrada por el Rio de Huyapari en veynte e tres dias -del mes de junio del año de quinientos y treynta y uno donde llevo consigo mas de trescientas e cinquenta personas poco mas o menos e veynte e tres cauallos e mucha artilleria y polvora e mucha municion de armas de diversas maneras segun convenia para la tal jornada y tapiales e otras herramientas para hazer for-­ taleza y fragua hierro e· maestros para ella y herraje para los cauallos e mucho bastimento de bizcocho e harina e chinchorros para pescar para mantenimyento de la dicha gente que consigo llevaba e asy mismo lleuo consigo quatro principales de la prouincia de Paria por que heran ladinos y heran buenos para lenguas para la dicha entrada y tam-­ bien por que quedasen en paz e seguros los xpianos que de• xaba en su tierra e asy mismo llevaba religiosos e cirujan� consigo para curar de los enfermos e dexo en Paria con la gente que alli quedo vn religioso. XXIX - yten si saben etc. que despues que el dicho mi parte entro por la boca del Rio Huyapari heran tan gran­ des las corrientes del dicho Ria que los navíos grandes que llevaba donde llevaba los cauallos y mucha gente e manteni-­ myentos no pudo subillo atoando con mucho trabajo y can­ sancio de la gente e perdimiento de cabos e anclas en tal ma­ nera que en quarenta leguas tardo en subirlos dos meses­ poco mas o menos e yendo asy por el dicho Ria por temor que llevaba que le faltasen los bastimentas en­ [ F.0 32 v.º] vio con dos navios de Remos // a Alonso de -­ Herrera alguazil de su gouernacion e con el en vio de tres de los principales que consigo traía yndios de Paria para que informasen a los yndios de huyapari como el na venia a fazer esclauos ni mal trata.miento a ninguno de los yndios saluo que fuesen -del seruicio de su Magestad y que todos fuesen unos y también para que Rescatasen algunos mantenimientos por el temor que traia en ver la tardanc;a del dicho Rio el qual Rescato algunos mantenimyentos corí mucho trabajo e costa por que los dichos yndios del dicho lugar estaban muy rebeldes e fuera de amistad e concordia.

XXX -< yten si saben etc. que antes que el dicho mt L A Ex P L o R A e 1 ó N n EL o R 1 No e o 125

_parte llegase al dicho lugar de huyapari casi una legua hizo ciertas hordenan�as por donde la gente que traía fuese Re­ gida e los yndios e naturales de la tierra fuesen bien trata­ dos de los que con el venían por que desta manera se con­ quistaria mas que no peleando las quales fizo apregonar por .que viniese a noticia de todos y supiesen lo que habian de hazer e de que se auian de guardar e fecho esto salto en tierra con los de cauallo y alguna gente de pie y aunque por !os yndios fue visto ninguno le vino a ver ny hablar ni mos­ trar el camino por donde auia de yr antes se estuvieron que­ .dos en sus buhios que no parecian y llegado· el dicho mi par­ te al dicho lugar con la gente que llevaba le parecio no ser justo aposentarse en el dicho lugar por el daño que dello se ·1e seguiria y asy se fue con la dicha su gente a aposentar a un buhio que estaba fuera del dicho lugar obra de un tiro de lombarda poco mas o menos y alrrededor del fF. 0 33] dicho buhio hizieron Ranchos // todos donde se aposentaron. XXXI - yten si saben etc. que despues de asentado el dicho mi parte su Real envio a llamar los principales del di­ cho lugar ·de huyapari que vinieron algunos a los quales el hablo con los principales que traia de Paria por que heran ladinos diziendoles que el no venia a hazelles ningun mal tratamiento ni cautivallos sino que fuesen vasallos de su Ma­ gestad y que procurasen que fuesen xpianos como lo hizo a algunos dellos y que diesen de comer de lo que ellos tuvie­ ;5e11 a los xpianos mientras alli estuviesen por que venian para saber los secretos de la ti•erra y sabidos ynformar dellos a su Rey e Señor e con esta platica los dichos yndios se aman­ saron aunque no por entero que estaban escarmentados de burlas que xpianos les auian hecho a los quales dio Resca­ tes de camisas y hachas e cuchillos e otras cosas que ellos tenian necesidad. XXXII - yten si saben etc. que despues de auer re­ posado obra de ocho dias poco mas o menos y teniendo ya d lugar mas pacifico por que siempre les daba el dicho mi parte de lo que traia partio el Rio arriba en un vergantin con ciertos españoles para ver que cosa hera aquella tierra e prouincia e si hera tierra que pudiese poblar en ella y an- 126 FLORENTINO PÉREZ EMBID duvo obra de quince leguas poco mas o menos por el dicho Río y por no auer cosa que le satisfaciese en la dicha tierra por ser despoblada aunque de la otra parte del Rio auia unos­ pueblos pequeños lexos del agua hera tierra enferma segun fue ynformado Y. lo vio por vista de ojos quan­ [ F.0 33 v.º] do estuvo en ella con la gente // que llevaba e se volvio al dicho lugar de Huyapari donde auia dexado la gente y hallo los yndios de mejor voluntacf por que tenían mas cr,edito de lo que les auian dicho. XXXIII - yten si saben etc. que despues de vuelto e[ dicho mi parte al dicho lugar de Huyapari hablo con algunoS' naturales del dicho lugar que dezian que sabían las pobla-­ dones que auia el Rio arriba y los secretos de la tierra los­ quales le dixeron que adelante de lo que el auia andado hera: la buena tierra donde auia poblaciones mucha y grande y la tierra hera Rica con la qual Relacion platicada con los Ofi­ ciales de su Magestad y de los mas que con el dicho mí parte venían acordaron juntamente que fuesen a buscar la dicha tierra para en lo que mas util les paresciere se pobla­ sen por donde a su Magestad podiesen ·seruir y e-Jlos fuesen aprovechados. XXXIV - yten si saben etc. que por ser las corrien­ tes del dicho Rio grandes y no podían subir los navios gran­ des y no podian subir los navíos grandes que el dicho mi parte ordeno de hazer una barca en que Ileuase los caualloS' y durante el tiempo que se hazia la dicha barca acordo de enviar a Rescatar pan a la otra parte del Rio por que no le faltasen los bastimentas los quales fueron a un pueblo que se dize Cumaca donde Rescataron algun pan e de allí fueron a otro pueblo que se dice Baratuparu asy mismo a Rescatar donde los naturales de dicho pueblo no solo no quisieron Rescatar antes procuraron de matallos hechanda por el Río piraguas para que peleasen con ellos y gente en tierra en celada lo qua! conocido por la gente que yva en el navio y por los yndios que llevaban por guias bolvieron huyendo a huyapari donde estaba el dicho mi [F.0 34] parte y le ynformaron de lo que pasaba. // XXXV - yten si saben etc. que despues que el dicho mi parte fue ynformado de lo susodicho determino de t A E x P t o R A e I ó N D E t o a I No e o 127 yr con cierta gente de de a pie y de cauallo a visitar los di­ chos lugares que estaban a la otra parte del Rio y dexo la otra gente en huyapari e asi embarcado con la dicha gente fue al pueblo de Cumaca que estaba del Rio obra de una legua los quales les recibieron de paz a los quales hizo muy buen tratamiento e les dio mucho Rescate e asy quedaron pacificos. e otro dia siguiente se partio al pueblo de Baratu­ paru que esta de alli obra de quatro leguas y allegado al dicho pueblo ninguno de los yndios le salieron a Recibir antes el lugar estaba despoblado por que sabian su venida ecebto ciertos yndios que estaban en un buhio en son de guerra r,ecatados de nosotros los quales aunque estaban de aquella arte que fue bien conocido por los que alli yvan te­ nian algun bastimento aunque poco y por que convenia para la pacificacion de la dicha tierra y al seruicio de Dios y de su magestad platicado con los que con el yvan se hizo en los susodichos castigos para que los que quedasen en el di­ cho lugar e tierra no osasen cometer contra los xpianos de alli adelante ninguna cosa y los que heran amigos lo fuesen mas lo qual acordaron los yndios de Cumaca ser bien hecho e los otros yndios que con el dicho mi parte yvan de Paria y a si mismo los de huyapari e los otros de la tierra a los quales iR.epartio ciertas yndias e muchachos que en el dicho pueblo auia tomado por dexallos entre los suyos haziendoles saber que el no venia a hazer esclauos sino a [F.o 34 v.ºJ que fuesen vasallos de su Magestad. // XXXVI - yten si saben etc. que despues de hecho lo en la pregunta susodicha se torno el dicho mi parte al pueblo de Cumaca y hallo que estaba de paz segun lo auia dexado e se baptizo la mayor parte del pueblo y estando alli envio al pueblo de Tuy a les hazer saber como los queria yr a ver aunque ellos le avían venido a ver y entonces les dio Rescates e algunas yndias e yendo al dicho pueblo de Tuy hallole despoblado y cerca del dicho pueblo fuera del hallo vn cacique con sus armas de guerra e ciertas mugeres con­ sigo el qual se yva huyendo al qual prendio y volvio al lugar y por el buen tratamiento que le hizo estando en el dicho lugar se empezo a poblar el dicho pueblo y alli estuvo algu­ nos dias proueyendose de pan para su jornada al qual solto 128 FLORENTINO PÉREZ EMBID

al tiempo que la gente se fue del dicho lugar e le dio mucho Rescate e quedo muy contento. XXXVII - yten si saben etc. que estando en el dicho pueblo de Tuy supo como de la otra parte de las sierras obra de veynte leguas estaba una prouincia que se dezia Guayana a la qua! envio uno de su compañia con ciertos yndios de la tierra para que le traxese Relacion de aquella prouincia al qua! dio Rescate que diese a los naturales de ella el qual fue y volvio con ciertos yndios a la dicha prouin-cia de Gua­ yana que le venían a ver e le hizo relacion no ser tierra que le convenía yr a ella por ser las sierras muy as­ (F.0 35] peras / / que no las podían pasar cauallos e ser la dicha tierra esteril de mantenimientos. XXXVII - yten si saben etc. que el dicho mi parte se volvio al dicho pueblo de Huyapari para tomar la gente que auia de yr en su compañia al Río arriba y hallo pacifica la gente del dicho pueblo e mucha gente de los vecinos della baptizados y durante en este medio tiempo que yva e volvía dexo al alguazil mayor que llevaba en Tuy por capitan de la gente· que allí dexo. XXXI.X - yten si saben etc. que al tiempo que el di­ cho mi parte se partio de Huyapari a hazer la jornada por el dicho Río arriba para saber los secretos de la tierra dexo adonde tenía asentado su Real en Huyapari al Licenciado Gil Gonzalez de Auila con gente para defensa de ciertos do­ lientes que allí dexaba al qua! dexo cauallos artillería y mu­ nicion y armas e todo lo que convino para la dicha defensa e así mesmo dexo en el Rio a. la boca del estero de Huyapari ' el galeon que auia traído Juan Gonzalez de Sylva que hera de los portugueses para que le toviesen alli guardado para que vista la tierra podiesen embiar Reladon a su Magestad de lo que auia liallado y el dicho galeon se enviase a su dueño. XL - yten si saben etc. que despues de hecho lo suso­ dicho el dicho mi parte partio de Huyapari y llevo consigo dos principales del dicho pueblo y los españoles que alli tenia e fue al lugar de Tuy donde auia dexado al dicho alguazil con la otra gente e· Riecogio la gente y cauallos que allí tenia y bastimentos solto al dicho // cacique co- t A E x P t o R A e I ó N n Et o R 1 N o e o 129

[F.o 35 v.º] mo dicho tengo dandole Rescate e ynforman­ dole de la manera que auia de tener de alli ade­ lante para el servicio de su Magestad e bien suyo e de los yndios. XLI - yten si saben etc. que hecho lo susodicho el di­ cho mi parte partio del estero de Tuy con ocho navíos en que llevaba doscientos ho.mbres y mas de diez e ocho caua­ llos e muchos mantenimientos e artillería e municion e to­ das las otras cosas necesarias que convenían para tal jornada e para hacer fortaleza e asi anduvo por el dicho Rio arriba veynte días e mas sin hallar ningun pueblo donde al cabo del dicho tiempo hallo un pueblo que se dezia Caberuto el qual estaba del lugar donde partio ynformado cient leguas a este dicho puebo hera de oora de veynte buhios y los yn­ dios que en el -estaban de que vieron al dicho mi parte y a los que con el yban salieron a ellos de· modo de guerra a los quales el ap.rciguo con las lenguas y guias que llevaba y le vinieron a ver y les dio Rescates así de hachas como de las otras cosas que traía y echo esto salto en tierra e hizo sacar los cauallos para que se refrescasen e vio la tierra tan este­ ril que nunca les pidio ni dellos Rescibio mantenimiento nin­ guno saluo guias para poder yr adelante las quales le die­ ron e le dixeron buena noticia de la tierra delante. XLII - yten si saben etc. que luego el dicho mi parte se partio del dicho pueblo de Caberuto por el dicho Río arri­ ba por el qual anduvo otros veynte días poco mas o menos sin ver ninguna poblazon sino tierra esteril hasta /1 que llego a la prouincia de Arauira que puede auer [F.0 36] desde Caueruto cinquenta o sesenta leguas poco mas o menos y llegado allí el Rio hizo mucha mu­ danc;a por que por todo el Ria auia muchas peñas grandes tales que no podía pasar ningun navío por pequeño que fue­ se y la corriente venia tan recia que sola ella bastaba para no poder suoir y estando alli desta manera embarac;ados vi­ nieron ciertos yndios caribes de guerra a los quales salieron ciertos de los españoles que el dicho mi parte llevaba e pla­ ticaron con ellos de paz y echo esto a un yndio que en su compañia llevaba de aruaca los dichos caribes le hirieron por donde rompieron la paz que con ellos estaba hecha y em-

9 (58} 130 FLORENTINO PÉREZ EMBID pei;aron a flechar los xpianos e despues se fueron a su pue­ blo a lo qual todo el dicho mi parte estaba de la otra parte del Ri.9 mirando la tierra y no se hallo presente aunque veía lo que pasaba. XLIII - yten si saben etc. que el día siguiente que el óicho mi parte allego adonde no pudo pasar con los navíos el Rio arriba envio ciertos españoles de a pie y de a vauallo a ver la tierra con los quales yva un capitan e auiendo an­ dado la obra de una legua salieron a ellos los caribes que allí auia en son de guerra amenazandoles y haziendo alaracas segun ellos tienen de costumbre en los tales autos e echan­ doles aumadas de agi contra el viento segun ellos hacen en la guerra por donde los españoles les ovieron de acome­ ter y peleando con los dichos caribes prendieron quatro de­ llos y mataron dellos y los siguieron hasta un lugar en el qual // catandoles los Óuhios no hallaron [F. 0 36 v.ºl otros bastimentos sino cabezas de los hom- bres colgadas que auian comido los quales es­ pañoles como no hallaron que comer en el dicho lugar pasa­ ron adelante para ver lo auia por la tierra y anduvieron has­ ta llegar a un Río el qua! no pudieron pasar e asi se vol­ vieron a los navios. XLIIII - yten si saben etc. que despues de vuelto el capitan con la gente que salio a tierra e con los caribes que traxo presos el dicho mi parte platico con los dichos cari­ bes cerca de la subida del Rio para poder pasar adelante los quales le respondieron que el Rio no se podia mas subir y que la tierra era pobre de comida y de gente mas que si buscaba buena tierra e bien poblada que tuviesen bastimen­ tos y que no fuesen caribes que ellos los lleuarian a una pro­ uincia que se llamaba Meta que tenia losusodicho y hera muy Rica de la qual prouincia yo traia noticia por Relacion de los vecinos de Huyapari y los dichos caribes le dix;eron que pa­ yr a la prouincia de Meta auia de volver el Río abaxo obra de doce o quince leguas e auia de entrar por un brazo Rio que quedaba de la parte de la mano derecha del dicho Río por que el auia ydo por la mano izquierda. XL V - yten si saben etc. que visto el dicho mi parte que no podia subir por el dicho Rio mas y la esterilidad LA EXPLORACI•ÓN DEL ORINOCO 131 de la tierra y lo que los yndi,?_s diX'eron a�ordado con el pa­ recer de los que en, su compama yban volvieron el Rio abaxo en busca del Rio que los dichos caribes dezian // que yba a Meta el quª'l hallado entro por el con los navíos [F.0 37] que llevaba y heran tan recias las corrientes que en obra de media legua que asi anduvieron estu­ vieron obra de tres dias e visto esto acordo de dexar los navíos alli e subir el Río arriba en vn barco pequeño para ver y descubrir aquel Rio e mientras mas andaba por el mas pequeño le hallaba por que las menguantes que en estas par­ tes hazen los Rios de mares se tornan en arroyos pequeños en poco tiempo y por aquel temor y por la tierraque vio ser anegadiza con acuerdo de los marineros que consigo lle­ vaba se volvio a los navíos donde los auia dexado y vuelto con el parecer de los dichos marineros e otras personas que sabian la forma de las crecientes y las menguantes de las aguas destas partes se volvieron el Rio abaxo por evitar el peligro que lletia (sic) la gente e cauallos que consigo lle­ vaba e el suyo por la diferencia y mudan,;a que las dichas aguas hazian como dicho tengo. XL VI � yten si saben etc. que anduvo el dicho mi par­ te por el Rio arriba desde Huyapari adelante que fueron obra de ciento e cinquenta leguas o ciento e sesenta poco mas o menos no hallo poblacion ninguna sino fue a Caberuto y aquel lugar de los caribes que es obra de legua e media del Rio // XL VII - yten si saben etc. que como el dicho mi parte trabajo e no pudo subir el dicho Rio que yva [F.0 37 v.º] a Meta por las menguantes que hazia cada dia dia y la tierra que auia visto no ser para en ella auítar por ser esteril e despoblada volvio el rrio abaxo a Huyapari en la qual vuelta el y los que con el yvan Recibie­ ron muchos trabaxos y peligros a causa de lo que el agua auia baxado porque descubrían muchas peñas que estaban cubiertas al tiempo que pasaron y muchos baxos donde se vieron en mucho peligro como dicho tengo la qual jornada hizieron en veynte dias poco mas o menos e asi llego a la boca del estero de Huyapari donde auia dexado el galeon eI qual por la baxa que el agua auia hecho del dicho Rio le ha­ llo encallado el qual en llegando hizo de mastear y sacar 132 FLORENTINO PÉREZ EMBID

todo lo que tenia dentro para botalle dentro en el agua donde podiese nadar y no estar en seco el qua! con todas las dili­ gencias que hizo hazer no se pudo sacar y asi se quedo. XL VIII - yten si saben etc. que luego el dicho mi par­ te hizo desembarcar la gente y cauallos que tria y se fue­ ron con el al Real de Huyapari donde auia dexado su gente la qual hallo bien tratado y buena y alli estuvo algunos días hazendo pan para dar la vuelta a Paria y en este medio tiempo que se hazia el pan tomo seis decauallo en su compa­ ñia y entro por la tierra adentro // la vuelta del norte para ver si podría hallar camino por tierra para yr a [F.0 38] Cariaco y anduvo por la dicha tierra obra de seis leguas e hallo ser baxa y anegadiza que en tiem­ po de agua se hunde toda segun parecía e ltego hasta un Rio que no pudo pasar por el ser muy hondo y vuelto por lo susodicho fue ynformado de los yndios de· Huyapari que auia otros quatro Ríos mayores adelante . .XLIX - yten si saben etc. que vuelto el dicho gouer­ nador Diego de Ordaz a H uyapari luego hizo que los espa­ ñoles como estaban se embarfasen con sus haziendas y que por traer a los susodichos dexo en la. dicha Huyapari una lombarda gi-uesa e un vergantin en ligazon e muelas de he·­ rrero e una carreta y anclas y otras cosas muchas suyas por cumplir con los susodichos por que le faltaba el galeon y la nao que truxo. L - yten si saben que así embarcada como dicho tengo los dichos españoles y sus haziendas e cauallos fue el dicho mi parte el Rio ayuso hasta llegar a una ysla que se haz.e a la entrada del Río de que entra en la mar donde mando des­ embarcar mucha parte de la hazienda y cauallos y gente lo que convino para que los navíos por ser pequeños y muy cargados no podrían pasar aquel golfo sin peligro lo qual foe a causa de auerse encallado el gaieon y la que llevaba quedado al traves e llegado a Paria con la dicha gente torno a embiar por lo que quedaba en la dicha ysla e se traxo a Paria. LI - yten si saben etc. que despues de venido a la pro­ uincia de Paria hallo a los españoles que allí dexo en la for- LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 133

taleza // buenos e así mismo hallo de los na­ [ F.0 38 v.:'.'] vios que se auian perdido tres personas O qua- tro que vinieron en un batel con otros que des- 4e allí se auian ydo de los quales supo como los tres navios que le faltaban se auian perdidos juntos en la costa en dos grados y dos tercios e que la gente toda salieron en tierra e que la mayor parte dellos todos estaban vivos y que esta­ ban de Paria ciento e cinquenta leguas poco mas o menos la costa arriba rrepartidos por la tierra. LII - yten si saben etc. que asi estando en la dicha proujncia de Paria el dicho mi parte mudo el pueblo que te­ nia hecho donde esta la fortaleza al asyento del cacique Car­ monica por ser tierra alta y en medio de la prouincia la qual villa se llama San Miguel de Paria donde nombro alcaldes y Regidores e dexo para poblacion de la dicha villa ciento y tantas personas en que quedaron algunos casados. LIII - yten si saben etc. que en la fortaleza dexo un alcalde e lugar teniente y en la dicha villa y en la dicha for­ taleza artillería y la municion que para elle hera menester y ballestas y escopetas y arcabuzes y ofras armas y quatro cauallos y tapiales y oficiales que pudiesen hazer una forta­ leza en el asyento donde quedaba la villa y les dexo sefia­ ladc el lugar donde se hiciese y asi mismo les dexo un chi­ rrion o fragua y las cosas necesarias para ello y un clerigo para que les ad.ministrase los santos sacramentos e les di- xese misa e un cirujano para los que enfermasen. [F.0 39] LIIII - yten si saben etc. que despues que salio de Paria el dicho mi parte siempre se dio Racion para todas las prouincias que anduvo el dicho mi parte con toda la gente así a grandes como a chicos cuando faltaba ca<;abe vizcocho de harina y harina la qua! Racion siempre se daba por la mañana y asi mismo les daban pescado todas las veces que se tornaba e si algunas cosas traían los yndios que se podian rrepartir entre ,ellos e la mayor parte dellos lo qua! se hazia asy. LV - yten si saben etc. que despues que desembarco el dicho mi parte en Paria la primera vez se ynformo de la gente que venia sin armas y a muchos dellos dio ballestas 134 FLORENTINO PÉREZ EMBID y aderec;o para ellas y a otros escopetas y arcabuzes con su aderec;o y espadas y Rodelas a otros que no heran auiles para las otras armas e proueyo a los cauallos de herraje y de todo lo susodicho y de todas las otras cosas necesarias asy de comer co.mo armas y navíos lo a proueido hasta agora• todo el tiempo que aca a estado de lo qua! todo nunca des­ conto ni pidio paga hasta el día de oy que la pide e esimis­ mo de contino hizo proueer como dicho es a la dicha gente de las armas que auia nec•esidad en qualquier parte que se hallase para con que sirviesen a su Magestad en la dicha armada. LVI - yten si saben etc. que despues de auer poblado la dicha villa de San Miguel de Paria despues de auer estado en la prouincia de Paria se fueron ciertos españoles a la ysla de Cubagua y como estaba la gente descontenta a causa del mucho trabajo que auia pasado sin ninguna manera de pro- vecho // ni interese por que en la tierra no lo [F.o 39 v.OJ auia y la prouincia de Paria hera pequeña para la gente que tenia acordo por la buena noticia que tenia e ynformacion de las prouincias de Cumanacoa y Santa Fee e Unari ser pobladas y que por ellas podia entrar a saber los secretos de la tierra adentro por que tambien es­ taba ynformado auer oro en la dicha tierra e con acuerdo e parecer de los oficiales de su Magestad e de la dicha gente que estaba en su compañia e de personas de Cubagua que ansi mismo tenia en su compañia que dezian auer entrado en la dicha tierra luego hizo aderec;ar los navíos y armas e las otras cosas necesarias para yr a poblar en las dichas pro­ uincias y andar por ellas y calallas. LVI 1 - yten si .saben etc. que antes que se partiese de Paria para yr a las prouincias susodichas platicado con los que sabian la tierra y la auian andado para que mejor se pudiese conquistar fue acordado con parecer de los susodichos y los oficiales de su Magestad y otros de su compañia que se debía de hazer una fuerza en la prouincia de Cumananoa para que mas seguros estuviesen los españolas y desde alli pudiesen conquistar las dichas prouincias hasta reducir a los yndios al seruicio de dios y de su Magestad e para faz"!r la fuerza llevaba oficiales y las cosas necesarias para ello y LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 135 • por que desde lli segun la noticia que tenia pudiese tener segura la prouincia de Paria por que no ay tierra sino poco mas de doce leguas e se podria abrir el camino que antigua­ mente· auia para andar por tierra de la una parte a la otra. // LVIII - yten si saben etc. que antes que partiese de la prouincia de Paria le vieron dezir al dicho mi [F.0 40) parte muchas veces que yva a las dichas prouin- cias con la intencion susodicha en la pregunta antes desta e nunca le vieron ni oyeron dezir que yva con yntencio� ni proposito de tomar la fortaleza de· Cumana por que aquella el sabia que su Magestad tenia puesto alcayde en ella a quien daba salario y que platicar esto y otras co­ sas que· convenian al seruicio de Dios nuestro señor y de su Magestad tenia dicho e platicado con algunos de su com­ pañia que queria primero venir a Cubagua a platicar con la justicia e Regidores e la gente noble de la dicha ciudad y quedar con ellos confederado para que si necesidad oviese so­ corriesen de socorro esta jornada y en ellos lo hallase pues todos heran vasallos de un Rey e señor lo qual es asy pu­ blico e notorio cerca de los de su compañia con quien el lo comunico. LIX - yten si saben etc. que para proseguir lo suso­ dicho partio de Paria con ocho navios de Remos en que yvan ciento y ochenta personas e quinze cauallos e muchos mantenimientos e armas artilleria e municion e las otras co­ sas que convenia para poblar e yendo su viaje la barca en que yvan los cauallos se abrio e fue for¡¡;ado de volver a tie­ rra donde por ser tiempo for¡¡;oso en la vuelta se le perdie­ rn dos navios en la costa. LX - yten si saben etc. que despues de adovada la di­ cha barca en que traia los cauallos fue for¡¡;ado a descargar parte de la hazienda que yba en los otros navios que se per­ dieron e asy hecho por no poder yr toda la gente // junta acordo el dicho gouernador mi parte de que­ { F.o 40v.º] dars·e con alguna de la dicha gente e yr a aguardar al puerto de Dramayna por que por alli auia de yr su armada y alli el y los que con el estaban los podrian recibir en los navios por que hasta alli hera pa­ sado ya lo peligroso de la mar que es la boca del dragon. 136 FLORENTINO PÉREZ EMBID

LXI - yten si saben etc. que estando el dicho gouer­ nador asy aguardando en dicho puerto ,con la gente que con el se auia de embarcar se paso un navio de los de su armada <1ue se dice d patax donde el y la gente que con el estaban se auian de embarcar al que aunque le hicieron humadas no Reparo ni hizo ninguna mudan<;a sino fuese en camino de­ ru:ho fasta llegar a Cubagua en el qual dicho patax venia el dicho Gil Gonzales de Avila e ciertos religiosos. LXII - yten si saben etc. que los qu-e venían en el di­ cho navio estando aguardando en el puerto de los domiriicos que es pasadas las bocas del dragon para juntarse con el armada se les perdio el Reso por donde. les fue for<;ado de c::iminar como dicho es en la pregunta antes desta los quales al tiempo que allegaron a la costa y al puerto de Cubagua baxaron la vela en son de salua e pidieron socorro a la gente que estaba en la dicha costa de Cubagua poi: venir así des­ baratados los quales en son de socorro les tiraron un tiro con pelota e despues sabido quien venia en el dicho patax lleuaron del dicho navio un religioso que venia allí y al es­ criuano que traía el alcalde mayor de la dicha mi parte y en son de darles un Resor para surgir el dicho navio los me- tieron // en una caleta en seco donde despues de [F.0 41] ser anochecido una hora poco mas o menos fue un alguacil y lleuo los Remos e velas del dicho navío lo qua! dizo que lo mandaba el alcalde mayor de la di­ cha ciudad de Cubagua e despues mas tarde llamaron al pi­ loto en nombre del dicho alcalde mayor el qua! por que no podía salir por que tenia mala una pierna fue un negro y lo saco en brazos e despues de lo susodicho se embargo el dicho patax e la hazíenda que en el venia por el dicho al­ calde mayor e justicia de Cubagua e se baro en tierra en la costa de la dicha ciudad. LXIII - yten si saben etc. qu-e como el dicho gouer­ nador Í)te ynformado por los españoles que vinieron a Paria de los n�vios que se le perdieron se concerto con ciertos yn­ dios de aruaca que estaban en Paria que ·estaban ya dados por sus amigos para embar a buscar los xpianos que· esca­ paron de los dichos navíos que perdio con los quales qndios embio uno de los xpianos que vinieron de \!onde los navíos j LA EXPLORACI·ÓN DEL ORINOCO 137

perdidos y de donde la gente e otro que sabia la lengua de los que con el Residían con mucho Rescate de muchas ma­ neras para dar a los yndios de aruaca para que fueron a buscar los xpianos e asy mismo dio mucho Rescate a los yn­ dios que los llevaban de manera que fueron muy contentos e ofrecieron e quedaron de traer los xpianos por que ellos sabían la tierra donde se auian perdido a los quales demas ; que los contento por que hiziesen su viaje les prometio por cada xpiano que le traxiesen cierta manera de rescate y asy se partieron antes que de allí saliese el dicho mi parte. LXIIII - yten si saben etc. que ,orno vido el dicho go­ uernador que no f:e podía partir a causa del navio que se auia ydo adelante // escriuio una carta a su [F.o 41 v.º] alguazil mayor que yva por capitan mandando- le que se fuese al Rio de Cumana e alli Reco­ giese todos los navios e gente e hiziese· curar de los caua­ llos hasta que el viniese e si le faltase pan lo enviase a com­ prar a Cubagua e hiziese pescar para la dicha gente e que quando el dicho alguazil mayor llego cerca de Cubagua yendo su viaje saluo al puerto de la dicha ciudad al qual Respondieron en son de guerra con dos pelotas de tiros de fuego conociendo ser el dicho navío de la dicha mi parte lo qual visto por el y la gente que son el venia no Rrpararon en el dicho puerto e tiraron su viaje adonde les fue man­ dado por su gouernador y capitan general. LXV - yten si saben etc. que el dicho alguazil mayor se fue con la fusta e Recogio el armada eceto el patax en que venia el alcalde mayor que los tenían los de Cubagua e se fue a la punta del arena que esta una legua del Río de Cumana y alli surgio y de alli escriuio al alcayde haziendole saber su venida e que el gouernador no venia alli que que­ daba en Paria e que le auia mandado que se fuese al Rio de Cumana e el alcalde le Respondio e asy se fue al Rio con todos los navios e gente por que no tenian agua y auia dos dias que no la auian hallado por que en la costa no la ay. LXVI � yten si saben etc. que llegado el alguazil ma­ yor al Rio de Cumana con los navios e gente exho los caua­ llos y gente en tierra e el se vio con el alcalde e hablaron 138" FLORENTINO PÉREZ EMBID e los barcos de Cubagua venian por agua e la gente del ar­ mada se la ayudaba a tomar e todos pescaban e comian // LXVII - yten si saben etc. que la justicia e vecinos de Cubagua con mala yntencion y por desbaratar [F.0 24] el armada tovieron sus formas e maneras e amo- tinaron la mayor parte de la gente del armada e luego como en Cubagua supieron como la gente estaba amo­ tinada y pasada de su parte la justicia Regidores e morado­ res y estantes de la dicha ciudad hizieron una armada de do­ ce canoas que son como vergantines y una caravela y los yndios de la Margarita e otros yndios de la pesquería todos con arcos e flechas e yerua e les auian dicho a los dichos yndios como los xpianos del armada heran caribes franceses e tambien lo auian dicho a los yndios naturales de la tierra y estaban todos alborotados llegados que fueron al dicho Rio de Cumana a do estaba el armada el dicho gouernador la justicia con Requerimiento y amenaza como parecia por escrito acabaron de amotinar la gente e ansy mismo dando muchos pregones e pusieron una horca e les mandaron que luego so pena de muerte saliesen de la tierra e se fuesen e pasasen a ellos e desta manera acabado de tomar la gente quitaron a los capitanes que venian en los navios puestos por el dicho gouernador e pusieron otros capitanes de los su­ yos e echaron la barca en que venian los cauallos al traves e dexarn los cauallos sueltos por el campo e luego se vol­ vieron a Cubagua llevando consigo los navios e gente del dicho gouernador. LXVIII - yten si saben etc. que despues de auer to­ mado e lleuado a Cubagua los navios e gente e de la misma gente del dicho gouernador que asy le auian tomado dexaron para su guarda de la // fortaleza cerca de treyn� [F. 0 42 v,º] ta hombres propios que el dicho gouernador auia lleuado de España. LXIX - yteri si saben etc. que despues de venida la dicha armada del dicho gouernador mi parte hizo adere�ar quatro piraguas con los yndios que fueron menester para venir el y treynta españoles que con el quedaban e asy entro eu la mar con la dicha su compañia e fizo su viaje aunque con mucho trabajo por s-er los navios de aquella calidad y LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 139

fue al Rio de Cumana donde auia mandado que le aguarda­ sen y como llego al dicho Rio no hallo ninguno de su gente ni nauios saluo la barca que estaba al traves y los cauallos ¡:ior el campo e fue a la fortaleza de Cumana que estaba ce­ rrada y dentro mucha gente a lo que sonaba e· mando a uno .de los que con el yvan que preguntase a los que estaban en la fortaleza que si sabian la gente· de su compañia y de ¡1avios en que vinieron al qual Respondieron que estaban en Cubagua e dicho esto salio un escriuano de la dicha forta­ leza e· le hizo un Requerimiento en que le mandaba so ciertas penas que se fuese de aquella tierra. LXX - yten si saben etc. que sabido lo susodicho por el dicho Gouernador luego embio las dichas piraguas con los dichos españoles y con los yndios que en ellas venian y el Tesorero Geronimo Dortal con una memoria para que de ¡:iarte· del dicho gouernador hiziese / / un Requerimiento a la justicia e Regidores de Cubagua e la dicha mi fF.0 42 ] parte se quedo solo alti con dos criados para que le sirviesen y mando al dicho tesorero que a los yndios que con el auian venido los contentasen para que se -volvieran luego a su tierra lo qual asy se hizo. LXXI - yten si saben etc. que despues de hecho so susodicho fue un escriuano de la ciudad de Cubagua que se dize Francisco Perez con un mandamiento que dezia ser del .alcalde mayor de la dicha ciudad en que en e-fecto por el le mandaba que saliese de la tierra e prouincia de Cumana so dertas penas e pareciese delante del personalmente a dar ,Razon por que no lo debia hazer lo qual el dicho mi parte hizo que aunque quisiera yrse a otro cabo no podia e asi se -vino a la dicha ciudad con el escriuano por que para hazer otra cosa le faltaba los navios e gente que todos estaban .en la dicha ciudad que los auian lleuado por fuerc;a quitando de lo� navios de dicho mi parte los capitanes e personas que mandaban en ellos en nombre de mi parte e pusieron otros de los de la ciudad de Cubagua en ellos e los capitanes de mi parte los lleuaron en sus navios que ellos tenian lo qual todo hizo e mando fazer el alcalde mayor de Cubagua e otras personas que de la dicha ciudad con el estaban y quando el 140 FLORENTINO PÉREZ EMBID dicho gouernador allego a la dicha ciudad hallo presos y de­ tenidos los Oficiales de su Magestad y Capitanes. LXII - yten si saben etc. que despues que partía el dicho gouernador desde Paria la primera vez el Ria arriba de Huyapari que a todas las prouincias que allego siempre hizo buen tratamiento a los// vecinos y natu­ [F.0 43 v.OJ rales dellas dandoles el Rescate que llevaba sin ningun ynterese de esclauos ny de oro ny de Ropa ny de otra cosa e los ynformaba e dezia que el no venia a hazer esclauos como hasta alli auian ven1do de otras parks y de Cubagua saluo que el venia de Castilla por man­ dado de su Magestad e no de Cubagua a procurar que fuesen xpian0s e sirviesen a su Magestad e viviesen seguros en sus casas e que ninguna pe'l"sona osase hazellos esclauos ni to� mallos por esclauos e que siempre amonesto a los españólef que traía en su compafíia so grandes penas que tratasen hiert a los dichos yndios y naturales de la tierra donde estuviese[\ sin hazelles enojo e que mirasen pues que el se contentab principalmente· con pan que le daban que ellos lo toviesell por bueno por que al presente convenía asi al seruicio de su Magestad e para pacificar la tierra e que siempre :irocuro de bazer baptizar a todos los yndios que podía sin hazelleg fuerc;a para ello. LXXIII - yten si saben etc. que si algun c3.stigo hizo el dich::> gouernador de algunos yndios fue muy necesari para qm.• estuviesen sugetos al seruicio de su Magestad y los buenos supiesen que habian de ser remunerados y lo;; malos cMtigados y con este castigo los españoles que qne"' das•en quedarían seguros e no temerían leuantamientos que' los dichos yndios osasen. LXXIIII -yten si saben etc. que la dicha prouin\:Ía de Paria al tiempo que la dicha mi parte llego la primera ve:,. hera muy pobre de mantenimientos a causa que los i-.atu­ rales // della por temor que tenían de 'los caribes [F. 0 44] e de los xpianos de Cubagua que los cautivabrn e hazian esclauos e agora despues que la dicha mi parte desembarco en la dicha prouincia e les dexo los xpianos que los guardasen e mamparasen se an dado a labrar' por donde tienen tantos mantenimientos que ·bastan para. -

LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 141

,nantener a ellos y a los españoles que con ellos estoviesen y lleuar a otras partes. LXXV - yten si saben etc. que despues que el dicho mi parte salto en tierra la primera vez en Paria en todas las prouincias que anduvo hasta oy no se ha hallado tierra que fuese util para pofflar ny ningun provecho se ha auido e si la villa de san Miguel de Paria se poblo fue por las prome­ ,sas que el dicho gouernador mi parte les hizo y que infor­ maría a su Magestad de la esterilidad de la tierra para que tes fiziese merced de los esclauos con que se pudiesen gouer­ nar y mantener e con esta confiam;a se poblo e no por los yntereses ni frutos de la tierra. LXXVI - yten si saben etc. que en todo el tiempo que el dicho mi parte hasta el día de oy a andado el ny otro por el ningun provecho [tuvo?] de la tierra de oro ni esclauos ni Ropa ni otras cosas ecebto obra de dozientos pesos de guanín poco mas o menos lo mas dello por su Rescate de lo .qual se ha dado noticia a fos Oficiales ele su Magestad y esta por escrito por ante escriuano e si alguna otra cosa oviera �mido de provecho los testigos lo ovieran visto. LXXVII ;_ yten si saben etc. que d�spues que allego .el dicho gouernador mi parte en la prouincia de Paria para hazer su viaje segun tengo dicho Rcpartio la gente para la ,dicha prouincia // mientras se aderei;aba la pa_rtida e con .cierta parte de la gente emb10 por capitan a uno que se .dize Melchor Fernandez de la ysla de Cubagua e embio en su compañia a otro de la dicha ysla que se dize Xpoval Garrucho los quales amotinaron la gente que en su compa­ füa tenían e mataron ciertos yndios vecinos de donde esta­ ban aposentados por Robarlos y por lleuarlos por esclauos ' si pudiesen lo qual sabido por el dicho gouernador les embio a prender e· sabido por el dicho Melchor e Garrucho huyeron e hurtaron una piragua e se vinieron derechos a la ysla de Cubagua y con ellos otros tres de los amotinados que hera µor nombre el uno Juan Cabello y el otro Lorenzo Sanchez y el otro Juan Ruiz no solo no fueron castigados segun merecían por el delito que auian fecho mas antes fueron bien recibidos e se siruen dellos a los quales han dado cre­ dito a todo lo que han dicho del dicho gouernador y han

ESTUOlu::: e SCU!!.LA DE E R ICII NOS lo'4 ¡5,-ANO·AfA

a1 ■ 1.10-r ■ oa � 142 FLORENTINO PÉREZ EMBID echo con ellos las ynformaciones que han querido contra el dicho gouernadof mi parte· dandoles el credito que han que., rido conociendo ser malhechores y personas que si se hiziera justicia auian de ser castigados publicamente por su delito,

LXXVIII -1 yten si saben etc. que despues que la dicha justicia de Cubagua y los que con ella yvan ovieron desba., ratado la gente de ·mi compañia y armada segun tengo dicho en las preguntas antes desta una barca que· traia en que venian catorze cauallos e una mula fa echaron al traves de manera que despues se ha perdido lo qual hizieron contra la voluntad del dicho theniente del dicho mi parte y los que con el venían antes algunos de los // que con el dicho [F.-0 45] mi parte venian los apremiaron para sacarla del Rio y echalla en la costa como la echaron qui"' tandole todo el aparejo que tenia por donde esta perdida e se perdio lo qua! todo se hizo por mandado de la dicha jus., ticia mandandolo Remando de Carmona alguazil mayor de la dicha ciudad y Remando de las Casas su Theniente y otras personas de la dicha ciudad de Cubagua. digan los testigo& lo que saben. LX�IX - yten si saben etc. que en este año de mill e quinientos e treynta e dos años la justicia e vecinos de Cu., bagua en mucho desseruicio de dios e contra las hordenan"' c;as de su Magestad hizieron una armada de ochenta hom"' bres y la embiaron a la costa abaxo e anclaron siete mese!; e traxeron cerca de seyscientos anymas e mucho oro e Ropa e mucha parte de los yndios que traxeron los vendieron e llevaron a la ysla de San Juan los quales yndios traxeron de cerca de una jornada o dos donde los alemanes estan po"' blados y todos los mas estaban de paz. LXXX - yten si saben etc. que estando el dicho go"' uernador en Cubagua los vecinos de Cubagua yvan por la cos.ta a Rescatar e trayan esclauos contra las prouisiones de su Magestad e contra los Requerimientos que el dicho go"' tternador les auia hecho que no ssacasen esclauos de su gouernacion y ansy mismo embiaron a paria donde el dicho gouernador auia dexado una villa poblada de españoles e contra las hordenanc;as echas por el dicho gouernador di ... ziendo los dichos vecinos de Cubagua a los dichos españoles; LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 143 que estab�n en la dicha villa de Paria e a los yndios de la dicha prouincia que estuviesen por los vecinos de Cubagua por que aquella prouincia hera de su jurisdicion e traxeron de la dicha prouincia diez e siete esclauos todo ert mucho desacato contra lo que su Magestad tiene hor­ [F. 0 45 v,º] denado y mandado. //

LXXXI ---< yten si saben etc. que los dichos vecinos de Cubagua por muchas veces han traido muchos yndios con engaño de la .prouincia de Paria e han despoblado muchos pueblos salteandolos de noche en sus casas estando seguros e siendo libres los hazian esclauos e ansi mesmo en las prouincias de Huyapari e Baratuparu han traído por mu­ chas veces muchos yndios haziendolos esclauos los quales tomaban con engaños estando seguros prometiendoles da­ divas los hazian venir adonde· tenian los navíos diziendoles que les auian de dar sal e otros Rescates y asy con engaños los tomaban e cautivaban e lleuaban por esclauos e desta forma e manera han despoblado muchos pueblos. digan lo que mas saben. LXXXU - yten si saben etc. que en un Rebato que el dicho gouernador Diego de Ordaz uvo con los yndios de Huyapari le hirieron treze españoles con yeruas que los di­ chos yndios tienen e en la cura dellos hizo hazer cierta ex­ periencia de cabterios de fuego que el sabia e ninguno de los dichos españoles murio e asy mesmo estando el dicho gouernador en el pueblo de tuy fizo hazer la misma expe­ riencia en dos yndios viejos e no murieron. LXXXIII - yten si saben etc. que por certificarse el dicho gouernador Diego de Ordaz si con la dicha experiencia de botones de fuego podría atajar la verua que los dichos yndios de paria tienen que es muy mala hizo hazer la dicha expeiencia en dos yndias viejas y dolientes que tenia e las hizo curar. LXXXIIII-yten si saben etc. que las dichas yndias murieron de su muerte natural e no con Rabia ni con las bascas que suelen morir los que estan heridos de yerua las quales experiencias / / el dicho gouernador hizo [.F. 0 4ó] hazer por atajar la dicha yerua e saber el secre- 144 FLORENTINO PÉREZ EMBID

to e Re.medio della e por animar la gente de su compama que tenia mucho temor e asi lo dezia e publicaba e en todo se mostraba ser seruidor de su Magestad e pro­ curar el pro de los españoles e poblacion de la tierra. LXXXV - yten si saben etc. que despues que el dicho gouernador Diego de Ordaz embarco en Paria e hizo la en­ trada por el Río de Huyapari para saber los secretos de la tierra los espa,ñoles de su compañia en la dicha entrada tra­ bajaron en Remar e velar y en otras cosas que convenían e sin auer ningun provecho por que en la tierra no lo uvo y de no auer auido provecho e de los muchos trabajos al­ gunos de los dichos españoles estaban descontentos de cuya causa acebtaron las persuaciones e dichos de los de Cubagua en tal manera que los amotinaron e lleuaron a la dicha ysla. LXXXVI � yten si saben etc. que a las dichas perso­ nas que ansy se· fueron del dicho gouernador amotinados por los dichos de Cubagua conociendo que le · tenían mala voluntad al dicho gouernador de los dichos• justicias e ve­ cinos de Cubagua los ynduzieron a que· se quexasen del di­ cho gouernador de malos tratamientos e los tomaron por testigos en cierta proban�a que hizieron contra el diziendo el contrario de la verdad. LXXXVII - yten si saben etc. que los dichos vecinos de Cubagua no tienen en la costa de la tierra firme ninguna labran<;a ni ningun asyento ni manera de poblado ni de po­ blar ni ninguna crian�a ni grangeria antes a la contenyda (sic) an tenido e tienen enemistad con los y.ndios de la dicha tierra por la mala vecindad que los dichos de Cubagua les han hecho // y hazen trayendo los yndios hur­ [,F.0 4óv.º ] tados e otras cosas contra su voluntad e si al­ guná labran�a o asye.nto o manera de poblado tuviesen los testigos lo sabrían e abrían visto. digan lo que saben. LXXXVIII - yten si saben etc. que despues que el dicho gouernadQr Diego de Ordaz estuvo en la dicha ysla de Cubagua que fue lleuado e traydo a ella por la justicia de la dicha ysla que asy mismo le tomo su gente navíos e ha­ zienda los yndios de la prouincia de Santa Fee que es junto LA EXPLORACIÓN DEL ORINOCO 145 .adonde el dicho gouernador venia a poblar de su gouernacion mataron dos xpianos e ciertos otros yndios xpianos que los de Cubagua embiaron a Rescatar por que le querian Robar e maltratar como lo tenian de costumbre. LXXXIX - yten si saben etc. que sabido lo susodicho por el dicho gouernador que en la dicha ysla de Cubagua estaba Requirio a la justicia della que le tenia detenido que le dexasen yr a la dicha tierra pues hera su gouernacion e le diesen su gente e nauios que le tenian tomado e el haria .que la dicha prouincia fuese de paz e seria causa a que nunca -oviese mas muerte de xpianos e se poblaria la tierra en ser­ uicio de su Magestad e la dicha justicia no lo quiso hazer. XC - yten si saben etc. que todo lo susodicho e cada cosa e parte dello es publica voz e fama entre las personas que dello tienen noticia e conocimiento e se hallaron pre­ _sentes. -yten sean hechas a los testigos las otras preguntas .al caso pertinentes.

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I. - Rettato, escudo de armas y fuma de Diego de Ordás. • ó �o � . o -� 1� o

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,,. l - J 1 (r roducido en las «Cartas de Indias•). III. - Mapa del Archivo Hist6rico Nacional ; =" u.. "' "' .. (/)= "t:I., ·eo 1 --;: �'" ¡:,,,os � 1 -> .,. 11º e.Codera Tortuga Trinidad

e: 10º

º º º 5º º 3º º 66 67 66 6 64 6 62 º 60º V. - Reconstrucci6n cartográfica del itinerario y cronología. 61 • DEL MISMO AUTOR

El Almiranta.zgo de Castilla hasta las CapiJulacio11es de Santa Fe. Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla, 1944. Premio "Virgen del Carmen", de Historia de la Marina, 194;. . La Marina de Andalucfa ante el descubrimiento de América (tesis doct'oral). El Alcaide de las AtarazatullS dt Sevilla en el siglo XVI, en "Revista de Indias", n.0 22, Madrid, 1945. Una sistemati::aci6n de la historia de los Descubrimientos geogr6ficos, en revista "Arbor", n.0 15, Madrid, 1946. Los descubrimientos en el Atlántico y la rivalidad cdstellano-portll{Juesa hasta el Tratado de Tordesillas. Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla, 1948. Premio "Virgen del Carmen", de Historia de la Marina, 1949. Los viajes a Indias en la IPoca de Juan de la Cosa (conferencia en San­ tander, verano de 1949, en las conmemoraciones del IV Centenario de Juan de la Cosa; pendiente de publicación en Santander). La expansi6n geognifica de la Nueva España en el siglo XVII, en prensa, en el "Homenaje a D. Antonio Ballesteros Beretta", "Revista de In­ dias", Madrid, 1949. Diego de Ordá-s, compañero de Cortls y explorador del Orinoco.

Los cursos de La Rábida y la Asamblea Americanista de Sevilla, en revista "Arbor", n.0 3, Madrid, 1944. Panorama del americanisnw español actual, en revista "Arbor", n.º 2:z, Madrid, 1947. De Lima y Bue,ws Aires, revista "Finisterre", n.0 10, M.adrid, 1948.

Complicaciones de la cocina virreinal de D. Manuel de Amat en Lima, en "Revista de Indias", n.0 20, Madrid, 1945. Edición y estudio preliminar de la Memoria de gobierno del Virrey Amat, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, Sevilla, 1947. (En colabora­ ción con Vicente Rodríguez Casado). Construcciones militares del ·virrey Amat, Escuela de Estudios Hispano­ Americanos, Sevilla, 1949. (En colaboración con Vicente Rodríguez Casado). Sobre algunas construcciones de D. Manuel de Amat en Lima, en prensa en "Documenta, Revista de la Sociedad IPeruana de Historia", Lima, 1949.

El mudejarismo en la arquitectura portuguesa de la IPoca manuelina. Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, Sevilla, 1944. Premio "Camoens", 1946. La portada manuelina de Almonaster la Real (Huelva), en "Archivo Espa­ ñol de Arte", Madrid, 1944. Ideas actuales sobre estilo manuelino y mudejarismo portuguls, en "Cua­ dernos Hispanoamericanos", n.• 1, Madrid, 1948. BN LOS 11S'CB LIBRO SE ACAB6 DB IMPRIMIR LA B8CUBLA TALLRRB8 TIPOGRÁFICOS DB EN DB ESTUDIOS HISPANO - AMRRICANOS, DBL AÑO SEVILLA, EL DÍA 17 DB MAYO, CINCUBNTA nBL 8BÑOR, D� MIL NOVBCIBNTOS 1 PUBLICACIONES

D F.. LA ESCUELA DE ESTUDIOS HISPANO-AMERICANOS

SERIES EN PUBLICACION: r.• Publicaciones periódicas: Anuario, Revista. 2.• Monografías. 3.• Memorias, relaciones y viajes. 4.• Ensayos. 5.• Manuales de estudio. 6. • Colecciones de documentos. 7 .• Ediciones y reediciones de libros raros y curiosos.

EDICIONES A LA VENTA:

T Anuario de Estudios Americanos. Tomo I, 1944.-24X 17 cms., XII+844 páginas, 17 ilustraciones; rústica.-AGOTADO. 2 .florentino Pérez Embid: El Almirantazgo de Castilla hasta las Capitu­ laciones de Santa Fe.-24X 17 cms., XVI+186 págs. y 4 ilustraciones: rústica, con sobrecubierta.-Veinticinco pesetas. 3 Manuel Giménez Fernández: Las Bulas Alejandrinas del 1493 referentes a las Indias.-24X 17 cms., XVI+258 págs. y 5 ilustraciones; rústica, con sobrecubierta.-Veinticinco pesetas. 4 Memoria de gobierno de Josl Fernando de Abascal :JI Sousa, tlirre:, del Perú.-Edición de Vicente Rodríguez Casado y José Antonio Calderón Quijano; estudio preliminar de V. Rodríguez Casado.-Dos tomos de 20 X 13 cms., CLII + 1.084 págs., 15 láminas; tela, con sobrecubierta.­ Setenta pesetas. 5 José Antonio Calderón Quijano: Belice, 1663 f-1821.-Prólogo de Vicente Rodríguez Casado.-22X 16 cms., XIV +so4 págs., 32 láminas; tela, con sobrecubierta.-Setenta pesetas. 6 P. Venancio D. Carro, O. P.: La teología y los teólogos-juristas espa­ ñoles ante la conquista de Amfrica.-Dos tomos de 22X 16 cms., 934 páginas ; tela, con sobrecubierta.-Setenta pesetas. 7 Antonio Rumeu de Armas: Colón en Barcelona.-24X17 cms., XII+86 páginas; rústica.-Doce pesetas. 8 Entlliano Jos: Investigaciones sobre la vida y obras iniciales de Don Fer­ nando Colón.-24X 1 7 cms., XVIII+ 164 págs., 6 ilustraciones; rústica. Veinticinco pesetas. 9 Anuario de Estudios Americanos. Tomo 11, 1945.-24X17 cms., XVIII+ 936 páginas, 88 láminas; rústica.-AGOT ADO. 10 P. Constantino Bayle, S. J.: El Protector de Indios.-24X 17 centímetros, VIII+ 176 páginas; rústica.-Veinte pesetas. 11 Manuel Gutiérrez de Arce: La colonización danesa en las Islas Vírgenes. .:a4X17 cms., VIII+152 págs., 6 láminas; rústica.-Veinticinco pesetas .

• IZ Guillermo Lohmann Villena: El arte dramático en Lima durante el Vi­ reinato.-22X 16 cms., XX+648 págs., tela, con sobrecubierta.-Sesenta pesetas. 13 P. Luis Alonso Getino, O. P.: Influencia de los dominicos en las Leyes Nuevas.-24X 17 cms., VIII-f94 págs.; rústica.-Dieciséis pesetas. 14 Las Leyes Nuevas, 1542-1543. Reproducción fotográfica. Transcripción Y notas de Antonio Muro Orejón.-24)(17 cms., XXV+26 págs.; rústi­ ca.-Veinte pesetas. 15 Guillermo Céspedes del CastiUo: La avería en el comercio de lndias.- 24X 17 <:ms., VIII+188 págs., 8 láminas; rústica.-Veinticinco pesetas. 16 Antonio Matilla Tascón: Los viajes de Julián Gutiérrez al folgo de Urabá.-24X17 cms., VIIT+84 págs., 4 láminas; rústica.-Doce pesetas. 17 Vicente Palacio Atard: El Tercer Pacto de Familia.-Prólogo de V. Ro­ dríguez Casado.-22X16 cms., XVIII+380 págs., 8 láminas; tela, con sobrecubierta.-Sesenta pesetas. 18 José Luis Múzquiz de Miguel: El Conde de Chinchón, tJirrey del Perú. 22X 16 cms., 336 págs., 16 láminas; tela, con sobrecubierta.-Cincuenta pesetas. 19 Florentino Pérez Embid: Los descubrimientos "" el Atlántico hasta el tratado de Tordesillas.-22X16 cms., 376 págs., 35 láminas (dos en color). tela, con sobrecubierta. 20 Alvaro del Portillo y Díez de Sollano: Descubrimientos y expediciones en las costas de California.-22X 16 cms., 542 págs., 24 láminas; tela, con sobrecubierta.-Noventa pesetas. 21 Memoria de gobierno de Manuel Amat y Junient, tJirrey del Perú.-Edi­ ción y estudio preliminar de Vicente Rodríguez Casado y Florentino Pérez Embid.-20 X13 cms., CXII + 846 págs., r 2 láminas; tela, con sobrecubierta.-Ciento diez pesetas. 22 F. Javier de Ayala: Ideas pollticas de Juan de Sol6rz ano.-22X 16 cms., XVI+ 584 págs. ; tela, con sobrecubierta.-Sesenta pesetas. 23 Guillermo Lohmann Villena: El Conde de Lemos, virrey del Ferú.- 22X 16 cms., XVIII+474 págs., 11 láminas; tela, con sobrecubierta.­ Setenta y cinco pesetas. 24 Domingo Lázaro de Arregui: Descripción de la Nueva Galicía.-Edición y estudio de Fran�ois Chevalier. Prólogo de John Van Horne.-24X17 cms., LXXIV+164 págs., 4 láminas; rústica.-Treinta y cinco pesetas. 25 Fray Miguel de Agía: Seroiaiimbres personales de indios.-Edición y estudio preliminar de F. Javier de Ayala.-24X17 cms., LIV+144 pá­ ginas ; rústica, con sobrecubierta.-Treinta y cinco pesetas. 26 Memoria de gobierno de Joaq14!n de la Pezuela, virrey del Perú.-Edición y prólogo de Vicente Rodríguez Casado y Guillermo Lohmann Villena. 20X13 cms., XLVI+912 págs., 3 láminas; tela, con sobrecubierta.-No­ venta y cinco pesetas. 27 V. Rodríguez Casado y F. Pérez Embid : Construcciones militares del Virrey Amat.-16X22 cms., XII+312 págs., 58 láminas; en rústica. 28 Ernesto Schafer: El Consejo Real y Supremo de las [ndias.-Tomo II: La lab01" del Consejo de Indias en la administración colonial.-25X17 cms., XVIII+680 páginas; 1 lámina; tela, con sobrecubierta.-Ciento diez pesetas. Tomos I y II: Ciento ochenta pesetas. 29 José Rumazo: La ,-eg,on amas6nica del Ecuador en el siglo XVJ.- 24X r 7 cms., XII+ 268 págs., u láminas ; rústica.-Cuarenta pesetas. 30 Vicente Palacio Atard: A,-echc :; Gui,-ior. Obseroaciones sob,-e el ¡,-acaso de una visita al Perú.-24X17 cms., VII1+106 págs., 5 láminas; rús­ tica.-Dieciséis pesetas. 31 Anuario de Estudios Americanos. Tomo III, 1946.-24X 17 cms., XVI+ 1 .306 págs., 59 láminas; rústica.-Ciento sesenta pesetas. 32 Julia Herráez S. de Escariche: Don Ped,-o Zapata de Mendosa, gobe,-­

nado,. de Ca,-tagena de Indias.-24X17 cms., VIII+138 págs., 6 lámi­ nas; rústica.-Dieciocho pesetas. 33 Manuel Giménez Fernández: Las doct,-inas populistas en la independencia de Hisf,anoamérica.-24X 17 cms., VIII+156 págs.; rústica.-Veinticinco pesetas. 34 Guillermo Céspedes del Castillo: Lima :; Buenos Ai,-es. Repercu.ricnes econ6micas y políticas de la c,-eaci6n del 'llirreinato del Plata.-24X 17 cms., VIII+216 págs. 6 láminas; rústica.-Treinta y cinco pesetas. 35 Antonio Rumeu de Armas: Los 'lliajes de John Hawkins a América (1562-1595).-22X16 cms., XX+486 págs., 26 láminas; tela, con so­ brecubierta.-Ochenta pesetas. 36 Diego Angulo Iñíguez: El g6tico y el ,-enacimiento en la,s Antillas. A,-­ qui(ectu,-a, escultu,-a, pintu,.a, azulejos, orfeb,-erla.-24X17 cms., VIII+ 102 págs., 81 ilustraciones; rústica.-Treinta y cinco pesetas. 37 Fernando Díaz Venteo: Las campañas militares del Virrey Abascal.- 22X 16 cms., VIII+460 págs.; tela, con sobrecubierta.-Sesenta pesetas. 38 Anua,.io de Estudios Americanos. Tomo IV, 1947.-24X 17 centímetros, XVIII+804 págs., 44 láminas y numerosas ilustraciones; r-ústica.-Ciento veinticinco pesetas. 39 Estudios Americanos. Revista cuatrimestral. Vol. I, 1949 (núms. r a 4). 25 + 1 7 cms., 200 páginas, cada número; rústica. Vol. II (núm. �-) ; número suelto, 17 ptas.; suscripción anual, 45.

40 Gonzalo Díaz de Iraola : La vuelta al mundo de la e.rpedici6n de la v<>­ cuna.-Prólogo de Gregorio Marañón.-24X 17 cms., XVI+r62 páginas, 20 láminas; rústica, con sobrecubierta.-Treinta y cinco pesetas.

Octavio Gil Munilla.: Malvinas. El conflicto anglo-español de 1770.- 24X 1 7 cms., VIII+ 154 págs. ; rústica.-Treinta pesetas. P. Pedro de Lcturia, S. J.: La Encíclica de Pío VII (30 ene,-o 1816) sob,-e la Revoluci6n Hispanoamericana.-24X17 cms., VIII+94 págs.; rústi­ ca.-Veinte pesetas. 43 Manuel Giménez Fernández: l!ernán Cortés :y su ,-evoluci6n comune,-a en la Nueva España.-24X17 cms., VIII+144 págs.; nística.-Veintiséis pesetas. 44 Anuario de Estudios Americanos. Tomo V, 1948.-24Xr7 cms., XVI+ 820 páginas, 28 láminas ; rústica.-Ciento veinticinco pesetas. 45 Juan Cascajo Romero: El Pleito de la cu,-aci6n de la lep,-a en el Hospital de San Láza,.o de Lima.-24X r 7 cms., VIII+ 118 págs., 6 láminas ; rústica.-J)ieciocho pesetas. 46 Alonso Borregán: Crónica de Ja conquista del Perú.-Edición y prólogo de Rafael Loredo.-24X 17 cms., 124 págs.; rústica.-Veinticinco pesetas. 47 Carlos Molina Argüello: El Gobet-nadtw de Nicaragua en el siglo XVI.- 22X 16 cms., XII+2s6 páginas, con 4 ilustraciones; rústica. 48 Diego de Trujillo: Relación del descubrimiento del Reyno del Perú.­ Edición, prólogo y notas de Raúl Porras Barrenechea.-24X17 cms., 124 páginas; rústica.-Veinticuatro pesetas. 50 Guiller.mo Lohmann Villena: Las minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII.-22X16 cms. XVI+466 páginas; g láminas; rustica, con sobrecubierta.-Sesenta pesetas. 51 Catálogo de documentos de la sección novena del Archivo General de In­ dias.-Dirigido por Cristóbal Bermúdez Plata.-Tomo I.

52 Julia Herráez S. de Escariche: Beneficencia de España en Indias.-22 X 16 cms., VIII + 182 págs.; 4 láminas; rústica. 53 Emiliano Jos: Ciencia :y osadía sobre LoJ,e de Aguirre el Peregrino.- 22 X 16 cms. XII+ 1 68 págs. ; 7 láminas ; rústica. 54 Octavio Gil Munilla: El Río de la Plata en la Po1'tica Internacional. Cfoesis del Vi"einato.-22X 16 cms., XXIV +464 págs.; 8 láminas; en rústica.-Sesenta pesetas.

EDICIONES EN PRENSA:

49 Alonso de Santa Cruz: Crónica de los Reyes Católicos. Estudio preli­ minar y notas por Juan de Mata Carriazo.--Dos tomos. 55 Enrique Marco Dorta: Carlagena de Indias. 56 José Pulido Rubio: El Piloto Mayor de la Casa Je la Contratación de Sevilla. 57 Francisco López Estrada: Fiestas de Lima. Cedulario Americano del siglo XVIII. (Colección de disposiciones legal,;s indianas desde 1680 a 1800, contenidas en los Cedularios del Archivo General de Indias, tomo I). Edición, estudio y comentarios por Antonio Muro Orejón.

EDICIONES DEL ANTIGUO CENTRO DE HISTORIA DE AMERICA:

Ernesto Schafer: Las rúbricas del Consejo Real y Supremo de las Indias desde la fundación del Consejo en 1524, hasta lo terminación del reinado de los Austrias.-31 X 22 cms., 64 págs., con láminas y texto explicativo; rústica.-Treinta y cinco pesetas. Ernesto Scbafer: El Ccmsejo Real y Supremo de las Indias. Tomo I: Historia y organización del Consejo y de la Caso de la Contratación de las Indias. 25X17 cms., XVIII+436 págs.; 4 láminas; tela, con sobrecubierta.--Se vende con el tomo II, editado por la Escuela, al precio de ciento ochenta pesetas, los dos tomos.

ESCUELA DE ESTUDIOS HISPANO-AMERICANOS p U B L I CA C ION E s. ALFONSO XII, 12.-SEVILLA prólogo peset-1:s. XVI.-

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