Nuestra Señora De Guadalupe, De Patrona De Extremadura a Reina De Las Españas
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Nuestra Señora de Guadalupe, de patrona de Extremadura a reina de las Españas Antonio RAMIRO CHICO Biblioteca Real Monasterio de Guadalupe Cáceres “No hay a quien no conmueva la misma sagrada imagen de la bienaventurada Virgen María de Guadalupe, con su rostro moreno y apacible”. (Pío XII, 1955) I. Origen de Guadalupe: río, virgen, iglesia y puebla. II. Leyenda de Nuestra Señora. III. Descripción artística de la imagen. IV. Patrona de Extremadura. V. Reina de las Españas. Advocaciones Marianas de Gloria, San Lorenzo del Escorial 2012, pp. 495-516 ISBN: 978-84-15659-00-6 I. ORIGEN DE GUADALUPE: RÍO, VIRGEN, IGLESIA Y PUEBLA Proclamar hoy el nombre de Guadalupe, tanto en el viejo como en el nuevo mundo, es invocar a la Madre de Dios, pues bajo este bendito nombre se apareció a finales del siglo XIII, a un pastor de Cáceres, llamado Gil Cordero, a quien le confió su mensaje salvífico1. Con anterioridad a la centuria decimotercera Guadalupe de Extremadura, era solamente el gentilicio de un río que formaba parte del conjunto orográfico de los Montes de Toledo, cuyo topónimo evidencia ese fecundo mestizaje de las culturas islámica y cristiana, que sufrió durante la reconquista toda esta zona de Extremadura. Dicha raíz hidronímica, seguramente preindoeuropea justifica la fertilidad de estos valles de las Villuercas, de cuyas estribaciones apalachenses nacen cinco cursos fluviales: Almonte, Ibor, Vieja, Cañamero y Guadalupe, de los cuales, los tres primeros vierten sus aguas al Tajo, mientras los dos últimos rinden tributo al Guadiana2. Aunque, Guadalupe no es onomástico privativo de la región extremeña, ya que aparece con anterioridad al siglo XIII en otros lugares de España: Cádiz, Almería, Ávila…, y en Portugal, no será hasta la época renacentista cuando la curiosidad de los humanistas, debido en gran parte, a la expansión e importancia del Santuario de las Villuercas, muestren interés por su etimología, originando desde entonces hasta nuestros días, una abundante fronda de exégesis: río de lobo, río de Ibn Lubb, río de oso, río escondido, río de cascajos negros, río de altramuces, entre otras3. De todas ellas, ciertamente que la etimología árabe de Guadalupe es la más aceptada desde el siglo XV, bien por su entronque faunístico, bien por la presencia onomástica personal, ya que la mayoría de los Guadalupes registrados están situados en zonas de larga pervivencia y presencia cultural musulmana, 1 GARCÍA, S., O.F.M., y RAMIRO CHICO, A., “Guadalupe, origen y leyenda·, en I Jornadas Internacionales de Historia y Literatura en la Comarca de Las Villuercas. Madrid 2010, pp. 253-302. 2 TALAVERA, G. de, OSH, Historia de Nuestra Señora de Guadalupe. Toledo 1597, pp. 8-12 3 TERRÓN ALBARRÁN, M., “El nombre de Guadalupe”, en Guadalupe: siete siglos de fe y de Cultura”. Arganda del Rey 1993, pp.157-195. NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, DE PATRONA DE EXTREMADURA A… 497 como fue ésta, aunque no es menos cierto que la terminación “lupe”, puede tener, lingüísticamente hablando, una procedencia latina. Sea una u otra, lo cierto es que la Virgen tomó el nombre del río, por haberse aparecido en su ribera. Durante el último cuarto del siglo XIII, el hecho milagroso, recogido en crónicas y leyendas, como veremos posteriormente, despertó el cauce del río Guadalupe, que nace a 1210 metros de altitud entre encinas achaparradas y blancas piedras, cuyas aguas bajan serpenteantes por umbrías y solanas, acariciando las raíces de loros, sauces, castaños y chopos. Aunque, no sabemos con exactitud la fecha concreta del acontecimiento, podemos afirmar que fue posterior a 1268, según se deduce del deslinde entre los concejos de Trujillo y Talavera, cuya línea divisoria pasaba justo por el emplazamiento de la primitiva iglesia de Santa María de Guadalupe, a la que dicho documento no hacer referencia alguna4. Recibida la noticia de la aparición y del hallazgo de la imagen, varios clérigos de la Villa de Cáceres y algunos vecinos acompañaron al pastor y familia por sendas abruptas, peregrinando al lugar del milagroso suceso, donde excavaron la tierra y encontraron una imagen de María, dentro de un sarcófago de mármol blanco. Entonces construyeron allí una ermita o “casilla de piedra seca, en manera de chozo, cubierta de ramos y corchos; y asimismo, juntaron algunas piedras, a manera de altar, sobre el cual pusieron la dicha imagen. Y hecho así, todo lo sobredicho, los clérigos, con todo el pueblo que allí era venido se volvieron, dando muchos loores a Nuestro Señor Dios y a su Santísima Madre, que tan gloriosa se quiere demostrar en esta tierra y contaron a todos los ausentes cómo había sido verdad todo lo que el vaquero había dicho”5. Esta sería la primera choza o eremitorio que tuvo Nuestra Señora, que debido a su fragilidad no quedan vestigios alguno, sólo dos trozos de mármol del sepulcro en el que fue encontrada la venerable imagen, expuestos desde el siglo XV a la veneración de los fieles en la entrada de la Basílica, cuyo testimonio sólo ha quedado, de momento, reflejado en la leyenda. 4 AMT., leg. 1.1, núm. 32 ff. 12r-v: “Carta plomada del rey D. Alfonso X, confirmando el amojonamiento realizado entre los términos de Trujillo, Toledo y Talavera por D. Durante, alcalde del rey, y Martín Muñoz de Medellín ante los representantes de Trujillo y Toledo. Traslado dado en Trujillo el 20 de mayo de 1405. Agradezco este interesante dato y documento al profesor y amigo Juan Gil Montes, quien tan generosamente me facilitó esta documentación en su día. 5 ÉCIJA, D. de, O.S.H., Libro de la Invención de esta Santa Imagen de Guadalupe y de la erección y fundación de este Monasterio y de algunas cosas particulares y vida de algunos religiosos de él. Cáceres,1953. p. 49. A.H.N., Códice 48 B, f. 8v. 498 ANTONIO RAMIRO CHICO Ciertamente, que el hecho aparicionista debió calar de inmediato entre las gentes del lugar, cuyo milagro corrió de boca en boca, hasta llegar al reino de Castilla y desde allí a la sede de Avignon, ya que en 1326 tenemos el primer testimonio escrito6, firmado y sellado por 19 prelados (2 patriarcas, 2 arzobispos y 15 obispos). Se trata de un testimonio episcopal, "Virgo venustíssima", de concesión de indulgencias a visitantes y peregrinos de la iglesia de la bienaventurada Virgen María de Guadalupe7. El segundo documento, más personal y por tanto, más cercano a la realidad de la nueva iglesia, es un testamento de Sancho Sánchez de Trujillo, en el que deja una manda para la “eglesia de sancta María de Guadalupe"8. El tercer documento, le hallamos dos años después, y corresponde a una carta de venta de casas de Valdemedel, otorgada por Juan Fernández, a favor de Pero García, tenedor de la “eglesia y del hospital de Sancta María de Guadalupe”, firmada el 6 de octubre de 13299, lo que evidencia, desde su origen, el carácter mariano y asistencial de este centro de peregrinación. Estos tres documentos hacen referencia a la pequeña iglesia de Guadalupe, es decir la segunda, que en 1335, presentaba un estado ruinoso, medio caída10, tal como dice en su carta el propio rey Alfonso XI, de la que actualmente se conserva sus muros y pinturas murales, situada en el espacio que hoy ocupa la nave de Santa Paula11. La preocupación del propio rey y sus deseos de transformar la iglesia de Guadalupe en el primer santuario nacional del reino de Castilla, con el fin de contrarrestar la excesiva preponderancia de Santiago de Compostela como lugar de constantes peregrinaciones, controlar al mismo tiempo, las fronteras del Oeste, fijar población en esta zona y fomentar así el tráfico de animales, por las cañadas reales hasta tierras de Extremadura y Andalucía, así como finiquitar la contienda entre el arzobispo de Toledo y el obispo de Plasencia fue lo que 6 LINEHAN, P., "The Beginnings of Santa María de Guadalupe and the Direction of Fourteenth- Century Castile", en revista Journal of Ecclesiastical History, Vol.36, Nº 2, April 1985, pp. 284-304. 7 A.H.N. Sellos 84/9. Testimonio episcopal. Indulgencias: Virgo venustíssima, sin fecha. Puede datarse en 1326. Publicado por LINEHAN, P., o.c., p.304. 8 A.M.G.: Testamento de Sancho Sánchez de Trujillo, dado en 1327. 9 A.M.G. Legajo 40, s/n. Carta de venta de casas de Valdemadel. Otorgada por Juan Fernández a favor de frey Pero García, tenedor de la eglesia y del hospital de Sancta María de Guadalupe. 6 de octubre de 1329. 10 ÉCIJA, D. de, O.S.H., o. c. p. 49. Códice 10 del A.M.G., editado en Cáceres en 1953, con introducción de Fray Arcángel Barrado, O.F.M. pp. 64. 11 GARCÍA, S., O.F.M., o.c., pp. 255-261. NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, DE PATRONA DE EXTREMADURA A… 499 le llevó a buscar la intervención papal, que consiguió el 2 de junio de 1335, con la bula “Dum ad personam” de Benedicto XII, en la que confiere y asigna la rectoría de la Iglesia de Santa María de Guadalupe al cardenal presbítero don Pedro Gómez Barroso, del título de Santa Práxedes, residente en la curia de Avignon12. “La tercera fue la que este rey mandó hacer al cardenal cuando vino a visitar esta iglesia, como dice en su privilegio y don Toribio que estaba en el lugar del cardenal la labró suntuosamente, como es dicho, y la engrandeció para que cupiese las gentes que a ella venían, la cual permanece ahora”13. Esta tercera iglesia fue construida entre los años 1335-1338, en cumplimiento del mandato del rey, por el cardenal don Pedro Gómez Barroso, a la sazón, rector del templo de Santa María de Guadalupe, secundando los deseos del papa Benedicto XII.