Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte ISSN: 1579-7414 [email protected] Universidade de Santiago de Compostela España

Núñez Rodríguez, Manuel , EL CARÁCTER ESPECÍFICODE SU PROCESO CONFIGURATIVO Quintana. Revista de Estudos do Departamento de Historia da Arte, núm. 13, 2014, pp. 101-117 Universidade de Santiago de Compostela Santiago de Compostela, España

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Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto AUGUSTE RODIN, EL CARÁCTER ESPECÍFICO DE SU PROCESO CONFIGURATIVO

Manuel Núñez Rodríguez Universidade de Santiago de Compostela

RESUMEN En este estudio se trata de analizar los diferentes factores que influyeron en la obra de Rodin, así como sus principales innovaciones como escultor, tanto en el tratamiento de las obras como en los diferentes factores que predominaron en el artista francés, con el que creó una obra rica en matices plásticos e innovadora en el mundo de finales del siglo XIX.

Palabras clave: Rodin, mano in pronazione, ritual de harmiscara, comportamiento kinésico, sinestesia

ABSTRACT This study sets out to analyse the various factors that influenced the work of Rodin and his main innovations as a sculptor, both in the treatment of his work and his influences, which he drew on to create art that was both rich in visual nuance and groundbreaking for the late nineteenth century.

Keywords: Rodin, mano in pronazione, harmiscara rite, kinesic behaviour, synaesthesia

Para formular el orden de ideas y de senti- concordar el progreso de los derechos socia- mientos que confirman las experiencias plásticas les en combinación con una serie de leyes que de Auguste Rodin (1840-1917), se dispone de alentaran las libertades del ciudadano y de las las conversaciones mantenidas y posteriormen- partes necesarias que toda independencia exige te publicadas con Paul Gsell, Étienne Dujardin- para conformar un todo en el que participase Beaumetz, Camille Mauclair, su secretario Rainer por igual el sentido de la intencionalidad y de María Rilke…; nombres a los que hay que añadir la responsabilidad. Por otro lado, consagrada el no mencionado Émile-Verhaeren, poeta belga la soberanía nacional sobre los valores origina- y crítico de arte, amigo de Rilke, Bertold Brech, rios de la filosofía del Siglo de las Luces y de la Paul Valery, Rimbaud. Junto con estos autores, Revolución Francesa, existe una controversia sin que tanto contribuuyeron a explorar diferentes resolver, y que considera que a ésta no hay que aspectos de su vida y obra, también interesa des- juzgarla, pero sí comprenderla. Sin embargo, tacar la realidad de aquella situación intelectual cuando Maurice Agulhon analizaba “quiénes y política, como fue la desplegada en la Tercera eran dignos de un reconocimiento nacional en República (1880-1920), momento en el cual Ro- la III República”1, no dudaba en pronunciarse din y los pintores impresionistas conformaron la por la puntual correspondencia de la Revolución primera generación de artistas con entidad pro- con un logro que también estaba impregnado pia bajo este modelo político. de la filosofía del Siglo de las Luces, de todo un Los nuevos postulados teóricos de esta de- ideal de Razón, de fe entendida como progre- mocracia liberal, habrían de abordar principios so, de civismo, de filantropía y, por lo mismo, que constituyeron el fundamento de la misma; no resultaba desconcertante la valía de quienes así, la puesta en vigor de cuanto cooperase a eran merecedores de honores públicos confor-

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me a los aspectos emanados de su propia bio- percepción del proceso escultórico de Auguste grafía; valoración a resaltar, por ejemplo, en Rodin manifiesta un cambio indiscutible con las Víctor Hugo, inhumado con descomunal cortejo expresiones de las posturas tradicionalistas (los en el Panteón el 1 de junio de 1885, con la cir- dogmatismos de la escuela académica), proce- cunstancia particular de encargos escultóricos a diendo, por una parte, a ecos (nunca referencias Rodin sembrados de desacuerdos por cuestiones serviles) del arte greco-romano para poner en un de ajuste2. Ahora bien, la indiscutible valoración juego de correspondencias con sus búsquedas. totalitaria es que su Víctor Hugo es Historia, y, en Pero en este escultor que metamorfoseó el equi- consecuencia, pasaría a ser, como diría Voltaire, librio en tensión, para lograr los gestos tensos y prueba tangible de la “inmortalidad liberadora privilegiaba la contorsión violenta, fue notable su Manuel Núñez Rodríguez Manuel sobre el olvido”; nunca fugaz o perecedera. estudio de la experiencia de las obras de Miguel Esto supone resaltar algunas cuestiones Ángel, durante su estancia en Italia, donde habrá esenciales, en un momento de reafirmación y de explayarse su genio para sacar a la escultura consolidación de la República por tercera vez en de su entumecimiento y lograr un arte-vivo, en Francia, una vez cancelado el Segundo Imperio, su configuración tridimensional. Es decir, es ne- después de la humillante derrota de Napoleón cesario el contacto directo con el día y la hora, lo III ante Prusia en Sedán el 4 de septiembre de que otorga movimiento, luz y color. Tres factores 1870; capítulo que conlleva la pérdida de Alsacia determinantes para experimentar la obra en el y Lorena. Situación que hubo de afrontarse con espacio real y convertirla en obra no museable. espíritu cívico, como era el deber de afirmarse Esta apertura hacia la modernidad, supone en la línea de las responsabilidades mediante el la sinestesia o conexión cerebral específica entre sacrificio de los intereses particulares ante la co- forma, actitudes y movimientos, luz y color, so- munidad. En cambio esto no fue posible hasta nido y armonía. Cruce que marca una imagen alcanzar el momento en que la nueva República de palpitación vital. Así su Puerta del infierno quedara definitivamente instalada el 30 de ene- (obra sin rematar y encargada en 1880), como ro de 1879, en contrapunto a la falsa república también los Burgueses de Calais (conjunto ini- de Thiers (1871-1873) y de Mac-Mahon (1873- ciado en 1884/1885 e inaugurado el 3 de ju- 1879). Obvio es decir que, superados esos nueve nio de 1895), a manera de ejemplos, suscitan años, el cometido decisivo de los republicanos un vínculo con la visión romántica de aquel s. moderados conquistaron los votos de los ciuda- XIX. Ahora bien, cada una de estas obras esta- danos para constituir la mayoría parlamentaria ba endeudada con la literatura (Dante, Virgilio, y obtener por votación las leyes que habrían de Baudelaire, J. Le Bel, J. Froissart) y, sobre todo, asegurar las libertades fundamentales, para ver realizaba un cambio indiscutible en la interpre- cumplida la realidad de ser libres en el empleo tación totalitaria de la figura humana al orientar de las facultades mentales y en los hechos aso- la escultura hacia nuevos horizontes. Y si cierto ciados a las acciones notables, lo que impuso era que reconocía “no haber aprendido la es- librarse de tradiciones y convencionalismos. En cultura en las academias”, su amplia experiencia este contexto, es probable que resulten impres- en la visita a museos le permitía confirmar “He cindibles las palabras de Diderot, por cuanto fue- oscilado mi vida entre las grandes tendencias de ron ideas muy claras y reglamentadas desde una la estatuaria, entre la concepción de Fidias y la posición de búsqueda: “instruir a una nación, es de Miguel Ángel”. Perspectiva que no abarcaría también civilizarla”. Y si se trata de reconstruir la realidad total si se omite que, este heredero una sociedad sobre nuevas bases, las libertades de los grandes románticos, también relaciona su son esenciales para que civilización, amor al sa- experiencia y conocimiento con el mundo gó- ber y democracia permanezcan inseparables y no tico. resulten vacías de sentido. Además de estos logros, ¿cuáles eran sus En este contexto, se entenderá mejor la pautas de investigación y las ideas a las que sue- realidad demostrada por Rodin, los pintores im- le ajustar la visión de sus realizaciones? Si se con- presionistas, la propia música de Debussy… La sidera su propia manifestación,

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soy cazador de la verdad y observador de la indica varias veces este autor– por el efecto vida. Me abstengo de imitar la realidad. Presto “inconmensurabilidad del bosque”, percepción atención a cuanto averiguo en la existencia (el vi- sensorial que prolonga un concepto manifiesto vir), pero yo no soy quien asigna, es el sentimiento en su momento por el propio Auguste Rodin5. quien influye en mi visión. Pero el artista no per- cibe la verdad como ella se muestra al común de El proceso escultórico de Rodin, tanto en los mortales, puesto que su emoción le revela la los organismos corporales conjuntos como en verdad interior bajo las apariencias, mientras que las obras carentes de algún miembro, ponía de el mediocre mira sin ver. manifiesto a un modelador nato, cuya materia preferida era la arcilla o la cera, que era poste- La nación quedaba por consiguiente entre

riormente trasladada al bronce; en una última Núñez Rodríguez Manuel 1880 y 1920 asentada sobre los valores que ha- etapa pasaría a producir obras en mármol, con brían de contribuir al enraizamiento de la nueva superficies quebradas y sans fini en las que la luz República; pautas que además de suponer una y el conjunto de sombras y reflejos manifiestan defensa del laicismo, el sufragio universal y, en el sentimiento de un movimiento virtual. Habrá especial, los derechos y deberes del ciudadano, de ser el grupo monumental de Los Burgueses precisan la divisa que resume la República: la li- de Calais (Fig. 1) el que permite enmarcar las bertad y la igualdad. Esto suponía una atención búsquedas y alargamientos pulsatorios de una importante a propuestas contenidas en la decla- nueva interpretación de las antiguas tradicio- ración de los derechos del hombre y del ciuda- nes, interesándose por dotarlas de resultados dano (la libertad y la igualdad como derechos más óptimos, pero siempre en conexión con el naturales) de aquel 1789, y que el 17 de junio de espíritu de su tiempo. De esta aportación sal- 1889 Jules Ferry resaltaba al cumplirse el cente- drán exploraciones que habrán de derivar ha- nario de la Revolución Francesa. Esto conduce a cia nuevos descubrimientos; es decir, hacia una hacer mención de algunos de los nuevos ideales escultura liberada de convenciones. Todavía en alcanzados en esta sociedad distinta, rejuvene- el homenaje a Rodin correspondiente al año cida, para comprender los seguimientos sobre 1954, Constantin Brancusi declaraba: “después los cambios experimentados en los principios de Miguel Ángel, los escultores desearon hacer artísticos. Según quedaba indicado con ante- (piezas) grandiosas, no lograron hacer más que rioridad, los pintores impresionistas y Auguste grandilocuencias. En el siglo XIX, la situación Rodin, quien en 1880 tenía en su haber La Edad de la escultura era desesperada. Llega Rodin y de Bronce, Juan Bautista predicando, obtenía la transforma todo. Gracias a él, el hombre vuelve mención honorable del Salón de Artistas Fran- a ser la escala, el módulo, la proporción, se vuel- ceses y, además, el encargo de La Puerta del ve a organizar la obra. Gracias a él la escultura Infierno, comenzaba a manifestar obras en las se vuelve humana en sus dimensiones y en la que su lenguaje se ajustaba a la experiencia del significación de su contenido”6. arte escultórico (sculpturam). Y así, abandonan- do el arte estatuario (statuam) mantiene relacio- nes vitales con un valor dinámico determinante al experimentar superficies móviles, llegado el momento de capturar la vida mediante la “ex- presión completa de los perfiles”3 y las posibi- lidades del movimiento que se revelan bajo las superficies sometidas a la influencia luz-sombra. Condición reservada para determinar una ima- gen dinámica, de realismo virtual. Así, en cada uno de los Burgueses, tanto el aire, como la luz, como las sombras, aligeran con este efecto com- binado la materia frente a la fuerza de la grave- dad, conforme señala Hans Joachim Albrecht4. Siempre sin olvidar la experiencia creada –como Fig. 1 Los Burgueses de Calais (1885-1895). París, Museo Rodin.

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En realidad los hallazgos que dan a su obra terminada. El desarrollo se basaba en la idea de nuevas perspectivas, de igual modo que un que la suma de todos sus perfiles daba el total nuevo punto de arranque que rebasa los límites volumétrico. expuestos por Adolf von Hildebrandt, no solo Cierto es que nunca dicho proceso se ha re- vienen marcados por la consolidación de puntos lacionado con los métodos de trabajo de Rodin, de vista artísticos diferentes: “para Hildebrandt, sin embargo para el artista las distintas posturas todo lo tridimensional está reducido a caracterís- y actitudes del cuerpo eran creadas a partir de ticas planas, para Rodin la concepción es opues- los propios perfiles. Para ello hacía girar al mode- ta al considerar las distintas posibilidades de las lo o modelos, tal como se recoge en las múltiples imágenes dinámicas”7. Y no sorprende, ante las

Manuel Núñez Rodríguez Manuel fotografías hechas para Los Burgueses de Calais, amplias interpretaciones que fueron expuestas observando los contornos y subiendo y bajan- sobre las múltiples contribuciones de Rodin con do una escalera para obtener distintos puntos una visión renovada de la escultura, así la que de vista. Mediante este proceso Rodin estaba tuvo su entrada en escena en el siglo XX con haciendo uso de una construcción basada en la las llamadas “figuras que caminan” de Alberto observación, en lo que había de ser su creación Giacometti y, sobre todo, captar los componen- de imagen en plein air. Se llegaba así, tal como tes del movimiento en el espacio de la realidad dice A. E. Elsen, a “capturar la vida por la expre- allí “en el lugar donde transitan hombres y mu- sión completa de los perfiles”10. jeres; tal es la comparación establecida de este deseo de Giacometti en su Caminante II (1960) Son muchos los componentes a considerar para una plaza pública de Manhattan, con los en la biografía de Rodin, pero con fuerza excep- deseos manifestados por Rodin de ubicar Los cional está presente en su labor lo que se podía Ciudadanos de Calais en un área urbana entre denominar un despliegue positivista; ley del que transeúntes”8. procura alcanzar el rédito de las ventajas del pre- sente sin abdicar de su convicción en la evolu- Los hallazgos de Rodin, su cambio radical ción y el progreso. Esto se comprenderá mejor si de tradiciones y costumbres, sin duda estuvie- se pone de manifiesto que su labor fue un com- ron alentados en sus inicios por Antoine Louis bate por la renovación de la escultura en solita- Barye y Constant Simon, quienes le aconsejaron rio, a la vez que los impresionistas formaban un estudiar el dentro-fuera, auscultando desde dis- grupo para llevar adelante sus ideas11. tintos ángulos y posiciones; como también M. Carrier-Belleuse, con quien se inscribiría como Alguien tan acostumbrado a conseguir la discípulo en los catálogos del Salón, donde él y penetración psicológica en sus pinturas al óleo los pintores impresionistas necesitaban ir ligados como Jacques-Émile Blanche (1861-1941), en su a sus maestros para ser acogidos9. Pero existe obra consagrada a Rodin toma medida inmedia- un trabajo de Robert A. Sobieszek que toma ta del efecto telúrico de la mirada indagatoria y como referencia aspectos de la conversación de entreabierta de este escultor, mientras en para- Dujardin-Beaumetz con Rodin donde se describe lelo sus manos se apoyan con fuerza sobre un el método que poseía Rodin de modelar las figu- grueso volumen (Retrato de Auguste Rodin, óleo ras desde una multiplicidad de perfiles tomando sobre lienzo, 1904. Paris, Museo Rodin (Fig. 2). como referencia el modelo o modelos, las foto- El significado inmediato del cuadro se percibe grafías, como también un referente nuevo en el en la propia manifestación del retratista sobre mundo del arte parisino que era la fotoescultura, Rodin: “este no es un escultor, es un profeta”. cuyo inventor fue François Willème. Este proceso Aunque resta mucho por hacer sobre lo que fue consistía en la construcción del retrato-escultura la obra de este pintor, la reciente exposición ce- en tres dimensiones, usando perfiles fotográfi- lebrada en París (octubre de 2012-27 de ene- cos que, tomados de posiciones consecutivas, se ro de 2013)12 contribuye a restituir lo que fue elaboraban rodeando el modelo o modelos. Ta- el tono de una época en Francia y con ella la les perfiles habrían de ser transformados en una gran panorámica de la prosperidad, la expansión matriz de tres dimensiones, de la cual se hacía político-colonial, justificada por la misión civili- un molde y se fundía la estatua terminada o casi zadora de la República como portadora de los

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Habría que decir sin embargo que el realis- mo de la anatomía consustancial con los anima- les de lucha, de presa, salvajes, de Antoine-Louis Barye se encuentran en las torsiones corporales de ritmos inesperados, flexiones imprevistas, la originalidad perturbadora de todas las posicio- nes, de las figuras arqueadas y dobladas de Los Burgueses de Calais. Ahora bien, cierto es que como él mismo dice, muchas de las percepcio- nes aplicadas surgen de la contemplación de los árboles del bosque, del mundo gótico, así Núñez Rodríguez Manuel como de la comentada escultura como suma de Fig. 2. Retrato perfiles. Todo ello deriva hacia una brutalidad de Auguste humana donde los movimientos corporales, se- Rodin, óleo ñala Jean-Marie Moeglin, son más coreográfi- sobre lienzo, 13 1904. París, cos que teatrales , pero no desacordes. Hay un Museo Rodin. dominio del código o comportamiento kinésico, donde el lenguaje corporal expresa resultados ideales de la Gran Revolución, a la que se une la emocionales o anímicos del momento, puesto labor creativa literaria y los planteamientos rela- que la condición humana también se expresa cionados con la configuración artística. por el movimiento de las articulaciones y mús- culos. En palabras del propio A. Rodin, “resulta La mejor demostración del prestigio de sus extraño que yo represente el reposo completo, valores culturales en Europa queda estableci- puesto que siempre intenté dar cuenta de los da por las grandes exposiciones universales, la sentimientos interiores por la movilidad de los construcción de la Tour Eiffel (1888-1889), el músculos. Y es que el arte no existe sin vida…y primer aniversario de la Revolución Francesa (17 tal concepción se obtiene por el buen modela- de junio de 1889), la celebración del centena- do y el movimiento. Atributos que son como la rio de la República (1792-1892)… Y en cuanto sangre y la respiración de todas las obras bellas” a Rodin, era el momento en que, como decía (Auguste Rodin, L’Art, entretiens réunis par Paul en su obra Las catedrales de Francia, “para mis Gsell, Chap.IV Le mouvement dans l’Art). Así el contemporáneos yo soy un puente que une las autor del Caminante acéfalo y manco, rehusaba dos orillas, el pasado y el presente”. Se podría asimismo el movimiento congelado al evaluar el decir que era conciliador y profético, puesto ritmo en la escultura, puesto que en toda obra que había renovado las grandes tradiciones que palpita vida, existe un cambio de pose (de- perdidas, y al propio tiempo confiere una inter- cía) que es el resultado de la evolución entre pretación interesándose por ellas y ligándolas dos equilibrios. Cabe referirse al burgués Pierre al espíritu de la época. Y es que tanto Rodin de Wissant (Fig. 3) como ejemplo que verifica como sus compañeros y amigos Monet, Renoir momentos sucesivos sobre el movimiento y la o Cézanne, entre otros, estaban demostrando verdad, toda vez que en la realidad, comenta que cada uno en su campo eran los auténticos Rodin, el tiempo no se detiene y si el artista continuadores de las obras y de las teorías del acierta a reproducir la impresión de un gesto pasado. Cuando en 1875 viaja a Reims, Gine- que transcurre en varios momentos, su obra es bra, Lausana, Génova, Pisa, Florencia y Roma, menos convencional que la fotografía donde el no duda en reconocer que es el momento que tiempo queda suspendido. considera fundamental, puesto que descubre el gótico; a Puget, el escultor cantado por Baude- Pierre de Wissant fue concebido por Rodin laire, en Génova; pero sobre todo a Donatello y y su equipo para una disposición frontal: “mis a Miguel Ángel que, como él mismo reconoce, estatuas las unas detrás de las otras”.Ejemplifica le ayudan a liberarse de los estigmas de la escul- muy bien como las emociones y las interpreta- tura académica. ciones del movimiento no muestran repercu-

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Fig. 3. Pierre de Wissant (Burgueses de Calais). París, Museo Fig. 4. Pierre de Wissant (detalle). París, Museo Rodin. Rodin.

siones de la fotografía, donde el tiempo queda Atribuidas a , como el ela- detenido. Por el contrario, aquí el lenguaje emo- borado estudio de la expresión facial, la carac- cional reúne en una sola composición los más terística más destacada del rostro es el estado expresivos gestos de alteración aguda, rabia, emocional del momento; en otras palabras, desesperación…, para transmitir al observador el concepto sobre el drama humano ante la las diferentes fases de un ritual de harmiscara muerte en solitario. La frente, cejas, ojos, nariz, generado como una iconografía de humillación mejillas, boca, mentón, conforman el compor- y ejecución simbólica. tamiento kinésico, junto con la inclinada cabe- Gran conocedor de la anatomía humana y za, el brazo alzado y el busto hacia delante. De del desarrollo de la autoexpresión, el denomina- todos modos, el poder de sugerir movimiento dor común al que reduce todo cuanto percibe, sin ruptura es determinante por los gestos y la para unificarlo y conferirle la estudiada elocuen- diagonal heroica del torso; postura revelada en cia de los gestos y movimientos corporales, pro- el Esclavo Moribundo de Miguel Ángel (mármol, cura dar cuenta para plantear el cuerpo como Museo del Louvre). Posibilidades comparativas 14 la naturaleza compone y no como la anatomía del pathos expresadas por J. Polzer . Una vez describe. Así la detallada mano in pronazione más, se pone como manifiesto que “el arte sólo (Fig. 4). Con el dorso girado, expresa un estado puede conmovernos sí, por principio sabe hacer emotivo de dolor y desesperación. Se diría que vivir cuanto evoca”. existen en ese contorno neto y exigente puntos Sin duda se impone señalar un dato de al- comunes con el Greco; con el código, el conteni- cance capital antes de proseguir. Aquí no se pre- do y la forma de las manos consustanciales con tende una valoración detallada de una obra tan este pintor. conocida como los Burgueses de Calais (Fig. 1),

­QUINTANA Nº13 2014. ISSN 1579-7414. pp. 101-117 Auguste Rodin, el carácter específico de su proceso configurativo 107 puesto que supondría incidir en cuestiones Italia y en Alemania en los años del medievo. En planteadas. Sólo tomaré como prueba aquellos este sentido, el propio J.-M. Moeglin recuerda aspectos reservados y decisivos en Jean-Marie que la capitulación de Calais de 1347 constata Moeglin en dos trabajos15. En ellos podemos concordancias con Cremona y Brescia en 1311. aproximarnos a los posibles hechos, a partir de ¿Cuál es, entonces, el concepto básico de este las crónicas de Jean Le Bel, escritas en los años rito de harmiscara?; según parece, los afectados 1352-1361, así como las crónicas de Froissart. se revisten con el hábito asociado con la acción No hay necesidad de insistir sobre el alcance de penitencial, de manera especial los condenados esta comprobación que constituyó la respuesta a muerte, si se consideran las exigencias del ri- a la obra de Rodin, sobre el momento en que el tual judiciario, conforme a las explicaciones de monarca inglés Eduardo III, renunciando al con- Jean-Marie Moeglin. Luego, complementaria- Núñez Rodríguez Manuel sejo de sus barones, hace venir a los defensores mente, habrán de quedar al descubierto los pies, de Calais después del asedio que durante un año la cabeza, y en camisa. En cuanto a la cuerda al había sufrido la plaza. cuello, es la señal de quienes merecen ser colga- Conforme a Jean Le Bel, el primer varón en dos. Ahora bien, puesto que en el caso presente acudir fue Eustache de Saint-Pierre, quien dice a se sometieron a rendición, y entregaron las lla- los demás habitantes: ves de la villa al vencedor (es decir, el monarca inglés), demostraron una capitulación sin condi- señores yo creo que para la defensa de la villa ciones. En consecuencia, Eduardo III, a su pesar, es mejor la muerte y así obtener el perdón de mis experimenta su clemencia el 4 de agosto-1347. faltas, y yo quiero ser el primero en presentarme con los pies desnudos, vestido con una camisa, la Entonces, lo que Rodin recuerda es, teórica- soga de esparto al cuello y alcanzar la merced del mente, un planteamiento de humillación públi- rey Eduardo. ca a través de un ritual de ejecución simbólica Conforme la crónica de Jean Le Bel, el ejem- pro patria. Ahora bien, hay que tener en cuenta plo de Eustaquio es seguido por los otros cinco que la III República, como dice Mona Ozouf, burgueses: “no es necesario decir –añade el cro- “no tiene héroes para honrar”, de manera que nista– que todos los demás hicieron la voluntad cuanto aquí quedó planteado no justifica a se- del rey Eduardo para así salvar el remanente del res que merezcan honores públicos, puesto que pueblo”. La puesta en escena es simbólica, y si lo que buscaba Rodin era disponer a sus perso- cierto es que Jean Le Bel no recoge el nombre najes unos detrás de los otros sobre los enlosa- de los restantes burgueses, será Froissart quien dos, de manera que los habitantes participarían lo especifique. hombro con hombro de un principio de solida- ridad con los cinco burgueses. Esto explica su Pero aquí cabe una observación: si conforme deseo por visualizar, según sus propias palabras, a las crónicas los burgueses no quedan someti- “mis figuras, las unas detrás de las otras, ante das al holocausto del soberano, puesto que en el ayuntamiento de Calais, en las mismas losas último recurso la reina Philippa de Hainaud fi- del lugar, como una secuencia viviente de sufri- nalmente intercede ante el rey por ellos y alcan- miento y de sacrificio”. Es decir, estaba hacien- zan su misericordia, también es cierto que este do referencia a una composición encadenada, autor, Jean-Marie Moeglin, añade una interpre- sin capturar el espacio que actualmente repliega tación que se podía denominar como la explica- a las esculturas. “Pero mi proyecto fue rechaza- ción de la historia de una capitulación, la de los do y se me impuso un pedestal tan desgraciado Burgueses de Calais, pero sin condena. Es decir, como superfluo”16. Cuando la Revolución no había una solución que era someter a lo que se exalta. denominaba “un rito humillante de ejecución simbólica, a cambio del cual estaba la garantía El valor representativo de este conjunto es- de salvar la vida”. Era lo que se conocía como cultórico, donde la base o pedestal se rechaza, rito de harmiscara o de humillación pública. Ce- anuncia el puesto que ocupa el reposo del con- remonia que conllevaba un pacto y un perdón junto como una verdadera arquitectura que pa- o gracia a la vida. Era frecuente en Francia, en rece descansar sobre la superficie del suelo, de

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manera que Rodin, al colocar el grupo de figuras derar cuál era la propuesta de la ville de Calais de Los Ciudadanos de Calais a ras de tierra entre en cuanto al recuerdo de quienes constituyen la los habitantes de la ciudad, aunque en principio memoria histórica. En la actualidad se conserva ni su puesta en escena ni el pedestal añadido en el Conseil Municipal de Calais una talla de respetaran su proyecto, en realidad estaba anun- Eustache de Saint-Pierre, uno de los héroes de su ciando un propósito con valor de futuro en la historia, elaborada en piedra blanca, con una al- escultura. Y así, como apunta Hans Joachim Al- tura de 41 cms., 93 cms. de ancho y 74 cms. de brecht, en este conjunto encontramos el primer profundidad. Esta obra corresponde a 1820, en proyecto novedoso de lo que debe ser la base; la época de Luis Felipe, y su autor fue J. P. Cor- es decir, una superficie básica, delgada, para se- tot, escultor neoclásico que remata su trayec- Manuel Núñez Rodríguez Manuel parar el conjunto mínimamente del espectador, toria artística en combinación con la expresión pero que no se convierta en un sistema cerrado romántica, y que sería elegido para remodelar e independiente17. alguna de las musas de la plaza de la Concordia que evocan cada una de las ciudades francesas. Antes de proseguir hay dos cuestiones que Ahora bien, lo que aquí interesa será que des- me parecen importantes. La primera se refiere al pués de 1845, Calais encargará una estatua a autor que le ayudó a obtener el encargo de esta David d’Angers sobre Eustache de Saint-Pierre, obra. Con frecuencia se dice que el Conseil Mu- y aunque la muerte obstaculiza su realización, nicipal de Calais solicita en septiembre de 1884 en 1868 el escultor Clésinger volverá a recibir el a varios artistas presentar varios proyectos para mismo cometido. Pero la guerra de 1870 obli- la imagen de Eustache de Saint-Pierre. Por su- ga a abandonar tal encomienda. No sorprende puesto sabido es que la respuesta de Rodin nun- por consiguiente que A. Rodin considere la ne- ca sería la de asumir la representación de una cesidad de presentar un grupo conjunto de seis sola figura, por lo que implica de cesarismo, de burgueses que den respuesta al contenido de la manera que su esbozo mostrado en diciembre crónica y, de esta manera, se pueda anular todo de 1884, seguido de un segundo proyecto en cuanto pudiera sugerir el principio cesarista que julio de 1885, fue el de seis figuras por el precio conllevaría una figura en solitario. de una sola. El Consejo adoptó una decisión fa- vorable, aunque es verdad que imponiendo ob- Rodin por consiguiente evita todo ensalza- jeciones a los bocetos presentados. Ahora bien, miento personal, y con ello lo que signifique su- no hay que olvidar que el personaje que le ayudó blimación o canto al héroe, puesto que concibe a obtener el encargo de esta obra fue Falguière, su proyecto bajo la premisa de dos valores: como como manifiesta a Paul Gsell, hombre de una época y también es importante incidir en su relación con un espíritu positivista. Sin duda él no me debe nada, pero su afecto El positivismo participa de la valoración de los y fidelidad me ayudó a obtener el encargo de Los sucesos o hazañas evidenciados por el propio Burgueses de Calais. Otro tema es que esta obra de seis personajes en bronce fuera propuesta al conocimiento. En términos generales, los pre- precio de una sola, pero yo le guardo un recono- ceptos a considerar en torno a lo que se plantea cimiento profundo por haberme inducido a crear comienzan por evaluar las alegaciones o testimo- una de mis mejores obras. Por ello, yo he tenido nios recogidos en la crónica de Jean Le Bel y Jean el gran placer de hacer su busto, aunque él me re- Froissart, como también por la propia Historia. prochó amigablemente haberle representado con Al mismo tiempo, no puede dejar de otorgarse la boca abierta, a lo que yo le respondí que confor- prioridad a las informaciones que podrán deno- me al diseño de su cráneo, él descendía muy pro- minarse de primer grado, ya que puede darse un bablemente de los antiguos visigodos de España, y fallo en la veracidad o en la evidencia, por lo que que este tipo se caracterizaba por el prognatismo tendrán vigencia aquellas pruebas que equiva- del maxilar inferior. Pero yo no sé si él se da cuenta de esta observación etnográfica18. len a afirmar en tiempo y lugar los hechos reales a considerar. Por esta razón, resulta explicable La otra cuestión queda determinada por dos que A. Rodin hubiera utilizado las crónicas de capítulos que todavía hoy permanecen abiertos aquellos dos autores en tanto que fuente capi- o poco definidos. El primero consiste en consi- tal para comprender la Historia de Francia; de

­QUINTANA Nº13 2014. ISSN 1579-7414. pp. 101-117 Auguste Rodin, el carácter específico de su proceso configurativo 109 manera muy especial la que atañe al episodio dos de fuerte inspiración artística, sobre la an- de Calais en el siglo XIV (1346-1356). Esto es gustia y la impiedad. a propósito de la reciente obra de Voltaire Essai Por principio el grupo, como señala Jean- sur les moeurs et l’esprit des nations et sur les Marie Moeglin, lleva lejos de la exaltación pa- principaux faits de l’histoire depuis Charlemag- triótica y aproxima a los rituales de humillación 19 ne jusq’à Louis XIII, editada en 1761 y 1785 , pública, según quedó apuntado en párrafos donde al no avanzar ninguna prueba su inter- anteriores. Esta concordancia se produce a tra- pretación fue totalmente ignorada e inexactas vés de un ceremonial de ejecución simbólica sus conclusiones. que esencialmente implica una doble lectura.

Por principio también hay que añadir que En efecto, este autor reconoce –como quedó Núñez Rodríguez Manuel Jean-Marie Moeglin hace un recorrido sobre la indicado– el ritual de harmiscara; concepto in- valoración de los patriotas de Calais y las dis- tegrado en el medievo en ciertas regiones ale- tintas tesis, tanto en la Historia francesa como manas, pero también francesas, y que Jean Le inglesa, donde las referencias que existen sobre Bel y Froissart participarían de su conocimiento. las consecuencias del asedio no siempre son las Y así, con los pies desnudos, vestidos con cami- mismas; y sin embargo, A. Rodin centró la reali- sa, y la cuerda al cuello, ello no implicaría que dad de la tragedia en las dos crónicas citadas va- fueran ejecutados ni colgados, sí por el contrario rias veces en el presente trabajo, de manera que sometidos a un acto de humillación seguido del es en ellas donde reivindicó, encontró, dio con, consiguiente acto de contrición21. La pregunta descubrió, halló las pruebas a considerar por su es: ¿participaba A. Rodin del conocimiento del veracidad y evidencia. Ahora bien, junto con derecho jurídico medieval? También es verdad ellas, su proyecto también pone en valor la divisa que Jean Le Bel señala que en el momento que de la República, libertad-igualdad-fraternidad; los seis burgueses fueron liberados de la ruina trilogía sobre los valores de un futuro común. por el “amor de la reina inglesa, la buena dama 22 Por consiguiente, si se trata de reconstruir la hace vestir y asear a los dichos seis burgueses” . Historia con sus propios métodos, se impone la Esto supone que Eduardo III era la encarnación importancia de los hechos y rehuir la manipula- del ideal caballeresco, puesto que tenía marcado ción. Para ello existían tres maneras de evitar- como objetivo un acto de castigo, del que no la: considerar sus decisiones sobre la puesta en hace empleo tras la capitulación de los habitan- escena; otra cuestión era crear la función nove- tes de la villa. De manera que cuanto se pone dosa de la base, de manera que no se trata de en escena implica más los prolegómenos de una añadir un basamento, pero sí un apoyo adicio- ejecución simbólica previa al empleo de la ética nal o superficie delegada que a manera de plinto de la justicia, que del capítulo anterior a una eje- contribuya a separar el grupo del espacio real cución real. del espectador, haciendo posible su contribu- Uno de los cimientos que favoreció la forma- ción como conjunto escultórico propio20; final- ción del ciudadano y la vitalidad de la práctica mente, cierto es que Los Ciudadanos de Calais, democrática fueron los alcances de las liberta- para determinada bibliografía, están asociados des, del espíritu crítico, como también del es- al ritual de ejecución simbólica pro patriae mori, píritu cívico que, para lograr una sociedad más mediante los pies desnudos, la cuerda al cuello, humana, suponía no abdicar del espíritu de in- la camisa humillante como invocación de la des- clinación hacia los intereses de la comunidad. nudez… Los supuestos a invocar son múltiples, Según reconocía Paul Bert, en este momento: pero habrá que otorgar valor a los que estén en “si os olvidáis de uno de estos tres términos consonancia con las concepciones en dos mo- indisociables, el espíritu de la República no va mentos: en el pasado y en el presente. Aunque adelante. Sin la libertad, la igualdad puede ser la sin descartar cierta grandeza trágica impregnada más abominable de las esclavitudes, pues todo del hilo narrativo, de la carga emotiva a causa de el mundo es igual bajo un tirano. Sin la fraterni- la influencia de Las flores del mal de Baudelaire; dad, la libertad conduce al egoísmo”. Pero pron- así Les Épaves (Los Desechos), poemas censura- to la fraternidad sería suplantada por la solidari-

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dad, lo que equivalía a purgar sus connotaciones qué punto no convertía en reflexión lo que el cristianas cuando en el año 1905 se produce la propio Rodin afirmaba sobre su asociación con separación Iglesia-Estado23. el sufrimiento humano? Además, quien se hizo especialmente receptivo a los planteamientos Ahora bien, se impone recordar a Jules Ferry, filosóficos de Friedrich Nietzsche, como su ami- ministro de Instrucción en el origen de la educa- go Edgard Munch, ¿no estaba experimentando ción cívica y moral, para formación del hombre y con la imagen plástica de un hombre nuevo que del ciudadano. En su interés por establecer una convertía al hombre clásico en muerto, como los enseñanza primaria gratuita y obligatoria de mé- dioses de Nietzsche?25 Bastaría con recordar los todos pedagógicos, su finalidad era ante todo la años de la Belle Époque, la Exposición Universal

Manuel Núñez Rodríguez Manuel instrucción, puesto que buscaba alentar la auto- de 1900 como factor que configuró su imagen formación. Por consiguiente, la argumentación como padre de la escultura moderna. de este ministro era taxativa: se trata de formar conciencias, y esto tiene un principio claramente Pero su oficio invita a convertir tal ejercicio evidente, pues era el mejor modo de “reforzar en una reflexión, a manera de problema todavía el sentimiento de la comunidad francesa”. Esta sin resolver. Así, las operaciones en esculturas de mención no puede pasar desapercibida. Cierto mármol, son proyectos concebidos en bloques es que la finalidad de la educación pública y lai- en los que la parte inacabada surge sumaria- ca, junto con la libertad de prensa, libertad de mente desbastada. Formas de experiencia que reunión, la autorización del divorcio…, definen enmarcan las secuencias rítmicas de La Danaide en la actualidad a Jules Ferry entre los personajes (Fig. 6) entre la base del prisma (non finis) y el más positivos del panteón francés como “el re- modelado del cuerpo (finis). Experiencia que lleva formista que intenta consagrar todo su combate a considerar, como advirtió Rodin: “me contento político para consolidar la victoria de la demo- con dejar a la modelo maniobrar a su manera; toda actitud impuesta no es natural, puesto que cracia en aquella III República, con la finalidad de reconciliar las dos Francias (en principio el laicismo es un combate contra la Iglesia), pero también de asegurar la cohesión nacional tras las recordadas pérdidas de Alsacia y Lorena, así como las diferencias entre paisanos y burgueses, aliados de la derecha clerical, monárquicos bo- napartistas herederos del jacobinismo...”24. Llegados a este punto se impone recordar que tanto A. Rodin (1840-1917) como su con- temporáneo Jules Ferry (1832-1893, muerto por atentado) ejemplificaban “la bestia negra para la derecha conservadora y radical” (J. M. Gaillard). Sobre Rodin existen muchas teorías a rebatir; aquí es suficiente con señalar interpre- taciones que no contribuyan a ampliar el tono polémico, puesto que fue suficiente la actitud adoptada por la propia prensa de la época, jor- nales con declaraciones de sus adversarios, que constituyeron una muestra penosa de las violen- tas campañas por parte de colectivos defenso- res del cometido de las reglas académicas y, en consecuencia, contrarios al criterio de quien fue un paladín de la conciencia libre. Cuestión que Fig. 5. El Pensador (1880. Debería formar parte de la Puerta pone de manifiesto una pregunta: su admira- del Infierno; hoy, una copia en la tumba de Rodin en Meudon). ble y resaltada obra El Pensador (Fig. 5), ¿hasta París, Museo Rodin.

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aplicada a las cincuenta hijas de Dánao, herma- no de Egipto, quien se vio obligado a emigrar a Libia con sus hijas, esforzándose las Danaides a llenar de agua una crátera sin fondo en un vano intento de purificarse26. Es de resaltar el efecto lustral de la cabellera invocando una aproxima- ción al Art Nouveau. Se considera una de las obras de erotismo más sublimado por la postura reclinada con el rostro oculto en el mármol. Rilke estimaba que “con gran sollozo, aun hablaba en voz baja el corazón de los hielos eternos del blo- Núñez Rodríguez Manuel que”. La belleza se exhibe por la forma física y triunfa la rotundidad de la silueta, toda vez que Rodin evita el “estilo canalla pues no es bella el alma viciada”. Así, desde La Edad de Bronce, Juan Bautis- ta, El gigante acéfalo y manco, Los Ciudadanos de Calais, El Pensador…, se ponen de manifies- to las facultades inventivas de un escultor que tuvo que asumir el riesgo de las críticas aceradas por evitar la sequedad del modelado académico Fig. 6. Danaide (en origen en la Puerta del Infierno, 1885 y .El cuerpo queda evaluado como la naturaleza 1889). París, Museo Rodin. compone, ya que el incesante cambio del tiem- po determina efectos como la decrepitud y la es reemplazar lo ilimitado, infinito, por lo limita- sombría meditación de La anciana Heaulmiére do” (Paul Gsell). Consecuentemente, la fuerza (Fig. 8). Esto no contradice su ejercicio mental: generadora de La Danaide (1885 y 1889) (Fig. 7) no es unívoca y definitiva ante el espectador. En cierto modo se metamorfosea, no adopta una posición de reposo total y nos traslada a un es- pacio infinito, donde los contornos son partes en movilidad, bajo sombras desdibujadas. En cuanto al movimiento, está constituido por se- cuencias rítmicas. En definitiva, La Danaide hace alusión a una referencia simbolista y mitológica,

Fig. 8. La vieille Heaulmière (Puerta del Infierno, 1894). París, Fig. 7. Danaide (1885 y 1889). París, Museo Rodin. Museo Rodin.

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“¡Que me digan si he cometido alguna falta de poso en beneficio del valor de la animación, de anatomía!”. De esta manera, todas las obras an- la representación de obras vivas, de propuestas tedichas comunican tal fuerza de expresión que, que palpitan y respiran sentimientos interiores, a la vez que caracterizan a la piel de un cuer- puesto que el movimiento es la transición de una po en acción vital, una obra como la Edad de actitud a otra, es el paso “de lo que fue a lo que Bronce hoy marca distancia con lo que fue una va a ser”. Este paso de una actitud a otra, esta actitud de inculpación sin criterio, al acusarle de demostración de las manifestaciones emotivas, haber logrado “tal perceptibilidad asociada a la de lo que es transición, obligan al espectador a palpitación del efecto vida” mediante el mode- verificar en toda obra el efecto de los brazos, de lado del joven cuerpo. Cierto fue que al poco las extremidades inferiores, de las manos…, de Manuel Núñez Rodríguez Manuel tiempo, en 1880, la compra de dicha obra por el todo cuanto contribuya a definir la movilidad en Estado demostró hasta qué punto las acusacio- el tiempo. nes carecían de fundamento. Pero sin duda, del conjunto de obras de Ro- El redescubrimiento de Joseph Polzer en din, El Pensador alcanza un interés particular, torno a los precedentes de La Edad de Bronce no en vano existe un ejemplo dispuesto sobre reenvía a un contacto directo con la obra el Es- su tumba en la Villa des Brillants, que simboli- clavo moribundo de Miguel Ángel. Asimismo, za el espíritu creador de Rodin. En cuanto a su acompaña este planteamiento una obligada re- importancia no se podría disociar de la reflexión ferencia a la figura de Adán adormecido con la de Rodin y evaluarla conforme a su propia refe- cabeza apoyada sobre el hombro izquierdo en rencia: “Lo que hace que mi Pensador piense es La Creación de Eva (Capilla Sixtina del Vaticano); que él piensa no solo con su cerebro, con sus como también es verdad que no pasa por alto cejas fruncidas, sus narices dilatadas y sus labios la imagen del Día en la tumba de Julián de Me- apretados, sino también con cada músculo de dicis, obra de Miguel Ángel en San Lorenzo de sus brazos, con sus espaldas y sus piernas, con Florencia. Planteamientos caracterizados todos su puño cerrado y sus dedos crispados”28. ellos por rehuir los convencionalismos académi- Según Joseph Polzer29, la elaboración de La cos, y donde tanto el contenido psíquico como Edad de Bronce coincidía con los años en que físico de la imagen se concentran en el interior Rodin llevaba a cabo El Pensador. En otras pa- para insinuarse bajo la piel, lo que supone una labras, eran momentos de una actitud en la que manifestación de las distintas superficies. Rodin todavía no había llegado a conquistar la Junto a lo dicho, hay que apuntar aquello fama y a marcar una etapa de la escultura, la que para Rodin resultaba básico: “El arte no exis- que le llevaría a morir como un artista célebre te sin vida. Que una escultura busque interpretar en 1917. Ambas obras por el contrario corres- la alegría, el dolor, la pasión, o cualquier mani- ponden al entorno de los años 1880; es decir, festación, no puede ser posible si en principio cuando la imagen del joven soldado Augus- no se sabe hacer vivir a todos los seres que un te Neyt era considerada como resultado de un escultor evoca. ¿Pues, qué sería para nosotros la moldeado a partir del natural. Sin embargo, por alegría o el dolor de un objeto inerte llevado a aquel entonces captaba su atención la visita a los un bloque de piedra? Esto supone que la ilusión museos, los efectos indagados en la escultura de de vida se obtiene mediante el buen modelado Miguel Ángel y la asimilación de su experiencia y el movimiento. Dos cualidades que son como tras su estancia en Italia en 1875. la sangre y el soplo de vida de todas las buenas Como aspecto clave entre Miguel Ángel y obras. De manera que solo pueden conmover- Rodin, Joseph Polzer, al mismo tiempo que en- nos aquellas esculturas que por principio saben tonaba una actividad creativa sobre El Pensador, 27 hacer vivir” . donde la idea clásica entra en contradicción con Por consiguiente, tanto El Pensador como un principio romántico (conforme a J. Polzer, en La Edad de Bronce o Los Ciudadanos de Calais tal planteamiento “el pensamiento es transmiti- entre otros, representan un avance sobre lo do desde el espíritu hasta los sentidos y se vuel- que Rodin reconocía como una negativa al re- ve aparente a través de la actividad muscular;

­QUINTANA Nº13 2014. ISSN 1579-7414. pp. 101-117 Auguste Rodin, el carácter específico de su proceso configurativo 113 transferencia imposible de evaluar en la concep- parece anidar la idea de que el monarca tenía ción clásica, quien opone la elevación del pensa- pensado un acto de castigo. De todas formas, tal miento a los sentidos, puesto que en la tradición criterio es conceptual, como se viene observan- clásica el pensamiento es simbolizado por la aso- do hasta el momento. ciación de la mirada y de una actitud medita- Como resumen del texto de Jean Le Bel31, tiva”)30. De una generación a otra, si cierto es la propuesta de Eustache de Saint-Pierre es pla- que determinados valores son cambiantes como neada fríamente por los otros cinco ciudadanos la sociedad, sin embargo el Pensador encara “para salvar a su pueblo del exterminio”. En una prueba que parece concluyente, y es que todo caso, hay una observación a considerar, y Rodin no dudaba en asociarlo al hombre que

que revela muy claramente Alfred Delvau sobre Núñez Rodríguez Manuel sufre; por consiguiente, al concepto del dolor el planteamiento de ciertas tramas narrativas de humano. Y todo ello en un momento de plena relatos célebres del medievo en la segunda mi- crisis laboral, atentados anarquistas, cuestiones tad del siglo XIX32. Conforme a las observaciones que plantean el concepto de la tragedia huma- de Bernard Guidot en su amplia visión panorá- na frente al destino. Cuanto se ha dicho hasta mica, para Alfred Delvau “era imposible conocer aquí supone volver de nuevo sobre la frase de el espíritu medieval en su pureza original”, por Jacques-Émile Blanche cuando decía que “Rodin cuanto se exponía muy claramente a proceder no era un escultor, era un profeta”; observación a “un anacronismo consciente y probablemen- que mostraba una interacción recíproca del arte te calculado, al desarrollar puntos de vista muy y la vida. Pero, ¿acaso esta expresión constitu- modernos sobre las maneras en que se compor- ye una muestra de reconocimiento, o también taban los caballeros gascones reproduciendo se halla detrás de un entusiasmo soberano por prejuicios del siglo XIX”33. parte de sus contemporáneos? Por los años de esta declaración, sabido es que Rodin era dia- Como concepto central hay que decir que na de conclusiones decisivas que emanaban de para Alfred Delvau, al igual que para A. Rodin, su polémica obra El Balzac. Ahora bien, antes con el grupo de Calais se pone de manifiesto de proseguir, y sin abandonar el tema que nos hasta que punto fue decisivo el control de la ocupa, Los Burgueses de Calais, Rodin, a la hora grandeza épica, junto con el conocimiento del de plantear esta obra, demostraba un enten- gótico, que además, al igual que a los románti- dimiento muy claro de aquello que pretendía cos, les permitió librarse del legado clásico. Por poner de manifiesto, como era el principio de esta razón es comprensible la asignación de re- solidaridad humana ante una situación común, ferencias al conjunto de Los Burgueses tan im- como son las pruebas de coraje dejando atrás la portantes de las esculturas góticas, como de las abominable villanía, aunque suscite paciencia y denominadas pinturas de trovador, que englo- resignación. baban temas, sucesos e historias del medievo, así los amores funestos de Paolo Malatesta y Llegados a este punto, se procederá a exami- Francesca de Rímini (Fig. 9), llevados al óleo por nar entre aquello que Rodin disponía (“Je vouláis Ingres (1829), Coupin de la Couperie (1812)... faire sceller mes statues, les unes derrière les au- tres, devant l´Hôtel de Ville de Calais”) y lo que Desde los años 1880/1890 se favorece la li- las crónicas apuntaban (los acompañamientos bertad de expresión y un mayor desarrollo del coordinados de Los Señores de Calais, al esca- tiempo libre; capítulo que contribuye a la mani- lonar en su seguimiento al “plus riche bourge- festación de una cultura de masas, pero sobre ois de la ville qui s’appelle seigneur Eustache de todo al anticlericalismo republicano, al giro en Saint-Pierre”). En la realidad se prescindió del ca- la religiosidad, lo que supone una manera de pitán de la villa, Jean de Vienne, quien al remate sentir y de representar más laica, más escalona- del asedio es informado por los barones del rey da hacia el mundo de los sentidos. Sin duda en que deben entregar las llaves de este baluarte en el arte de realzar el desnudo, Rodin, quien sólo el Canal de la Mancha y presentarse ante Eduar- tiene por real los hechos demostrables, busca do III, quien señala “haré de ellos mi pura volun- transmitir en Paolo y Francesca la expresión de tad”. En tal exigencia, como ya quedó indicado, los sentimientos personales, inmediatos al vigor

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estudios del desnudo, del lenguaje del cuerpo, para determinar los múltiples perfiles de los mo- vimientos corpóreos y así capturar la vida como la naturaleza compone. Una observación detallada de este grupo en bronce muestra a Francesca da Rimini y Paolo Malatesta como un conjunto macizo de marca- do efecto volumen, cuyo fundamento sería un principio de realidad: el de la ubicación en un

Manuel Núñez Rodríguez Manuel espacio verdadero, reivindicándolo como la ver- dadera sustancia de la escultura. Inspirado en un episodio de la Divina Comedia de Dante (Canto V, del Infierno), ambos personajes estaban leyen- do las aventuras de Lanzarote y Ginebra (otra historia de un adulterio) en el momento de ser sorprendidos por Lanciotto Malatesta. Cons- ciente Rodin de la arritmia de esta obra en el centro de la hoja izquierda de la llamada Puerta del Infierno, puesto que potencia el éxtasis amo- roso de la pareja, no la condena, decide su au- tonomía y un mayor tamaño de la inicialmente Fig. 9. Paolo y Francesca (El éxtasis, 1886-1898). conocida por la tradición popular como El Beso. La mayor expresión plástica, extensamente estu- frenético. Pero, además, en la creación artística diada en su lenguaje corporal con efecto “carne- de esta llama erótica bajo el mármol, su campo viva”, hace vibrar el mármol con sus ondulacio- de acción toma posesión de estudiados desnu- nes emocionales, para expresar la interacción dos, como resultado de la observación directa de las muestras de afecto, de manera que el con modelos profesionales. Denominado en al- comportamiento kinésico transmite una impre- gún momento como el escultor de la mujer y el sión de firmeza en las técnicas de relajamiento y amor, en este ejemplo cada uno de los perso- dominio del cuerpo bajo las transparencias y los najes asume su iniciativa, como en los Amants sombreados que evolucionan al ritmo de la lla- Heureux de Fragonard (1770), Les Amants de mada energía de movimiento, al tiempo que se Gericault (1815-1816), hasta concluir con la lla- ejercitan los sentidos. Una vez más cobra valor mada carga emocional de El abrazo (L’Etreinte, la propia norma y justificación de Rodin: “el arte 1903) de Pablo Picasso. Estas, y otras obras, es- no existe sin vida”. De igual modo, se impone no tablecen una aclaración muy neta sobre el plan- anclar a Rodin en un viejo prejuicio con el que teamiento de las relaciones afectivas después tomó las oportunas medidas: ajeno a libertinajes que el Romanticismo hubiera tenido en cuenta y torpezas, los temas galantes no se identifica- un nuevo concepto sobre el arte y la vida, sobre ban con su obra. la unión de la pareja; no en vano las muestras de afecto frecuentes centraban –la antaño de- Sobre la exploración de los sentidos y el nominada concupiscencia carnis– en los besos ejercicio de los sentimientos, resulta eficaz el y caricias. La ternura sexual que muestran los mensaje emisor que se establece entre cada uno amantes enlazados de Rodin, los dibujos del cé- de los seis Burgueses de Calais. Como resumen lebre Beso de Füssli (1816) o ciertos grabados de hay que decir que la expresión facial es, según Munch (1895) sin duda son posturas posibles. quedó analizado en el atlas del rostro de Pierre Este tema, al igual que La Eterna Primavera, de Wissant, una coincidencia estructural con junto a otros, interpretados conforme a su tem- la grandeza trágica, el terror, la carga emotiva. peramento, a su sensibilidad, no buscaban refu- Pero también es digno de tenerse en cuenta pre- gio en las transgresiones; por el contrario, eran cisamente la paciencia y resignación de Eustache

­QUINTANA Nº13 2014. ISSN 1579-7414. pp. 101-117 Auguste Rodin, el carácter específico de su proceso configurativo 115 de Saint-Pierre; de igual manera, el gesto de de- acoplando reflejos y penumbras, salen al encuen- safío (¿a la muerte?) de Jean d’Aire, dispuesto tro del espectador y vuelven a distanciarse”35. a la siniestra del anterior. Ambos son los únicos En consecuencia, tal procedimiento escultó- que aportan pruebas de tener presente todo rico en el centro de un espacio sin límites pre- cuanto afecte al alma. En propuestas puntuales cisos, que podría definirse dinámico y tridimen- como Andrieus d’Andres, apretando el cráneo sional, contribuye a mantener la atención del con sus manos para adoptar un gesto desga- público y a crear, como bien valora Rilke, “un rrado, desgañitándose con la cabeza inclinada, campo de tensiones”. Pero la imagen también el resultado es por el contrario de una extrema- enfatiza, despierta, en otros puntos a refren- da y patética exasperación. Escultura que, por

dar. Así, con el citado Jean de Fiennes (detrás Núñez Rodríguez Manuel otra parte, quedó asociada al burgués que en de Pierre de Wissant, a la derecha de Eustache tales circunstancias es consciente de que, para de Saint-Pierre), de quien Rodin experimentó va- “salvar este pueblo con mi muerte”, resta ana- riantes con el torso (1885), desnudo (1886), en lizada con un decisivo comportamiento kinésico su cabeza (1886-1887), pone de manifiesto la o lenguaje de los movimientos corporales, cen- mejor época de la vida. Se trataba de plasmar, al trando la elocuencia de los denominados gestos igual que La Edad de Bronce, la primera etapa de en el planctus ante nescia34. En otras palabras, la vida o despertar de la razón. Y aunque oculta, puesto que se trata de aportar significados a una comunicación no verbal, se impone considerar por disposiciones cronísticas, la importancia que con el movimiento de las articulaciones (brazos, posee el propio cuerpo, en el conjunto del grupo manos, cuerpo inclinado, cabeza) el efecto la- destaca el marcado interés por proporcionar las mento, expresar la sensación de impotencia ante distintas edades del hombre. lo que no se sabe que pueda ocurrir. Dimensión Finalmente, hay otra cuestión a poner de importante, pues, en estas circunstancias, los manifiesto de manera, quizás, más perentoria, burgueses en camino hacia el campo de batalla llegado el momento de proceder, de adentrarse, inglés, todavía son desconocedores de la actitud en la antesala del símbolo; en tanto que concep- intermediaria de la reina Philippa de Hainaud to esencial de toda acción humana. Así, al mis- ante su esposo Eduardo III. mo tiempo que iba cobrando forma el grupo de Dentro del amplio campo de expresiones, Calais, realizaba en 1888 para el editor Paul Ga- en Jean d’Aire, portador de las solicitadas llaves llimard las correspondientes ilustraciones de Las de la villa de Calais, se pone de manifiesto una flores del mal de Baudelaire. Se impone aquí pre- planificación precisa de los ejes de piernas y bra- guntarse si cada uno de estos seis personajes, o zos para un apercibimiento frontal con un rostro alguno en concreto, podría estar en consonancia marcado por la deshonra de la capitulación, lo con esta fuente de información. En esto Rodin, que constituye la esencia de una relación inter- a la vez que descubre el tiempo de la narración personal con el público. Por ello, en su expresión y el tiempo de la historia, proyectando aspectos facial, la mirada cumple, como tambien actúa el culturales (lo que se denomina imagen valorati- lenguaje corporal llegado el momento de entre- va) y que pueden representar un reforzamiento garse como victimas expiatorias para salvar a los simbólico de los alcances que reflejan, el artis- otros habitantes. En lo relativo a la ausencia de ta también inventa la realidad que manifiesta la ejecución real, quedaba abierta toda una se- mediante la expresión de cuanto crea. Para ello rie de aporías que mantenían gestos externos de hace uso de actitudes, gestos, silencios… que va dolor et gemitus para observar el carácter de una construyendo. Ahora bien, no se impone como situación difícil y con ello reforzar la interacción necesidad la presencia del monarca inglés Eduar- del receptor con tan enrarecida atmósfera o mise do III en el momento de poner remate al asedio en scène. En la necesaria valoración hecha por de Calais aquel 4 de agosto de 1347. Pero sí, Rainner María Rilke, podría decirse que “aque- como plantea Baudelaire en Las flores del mal, llos movimientos plásticos generados en las su- propone a humillación pública a quienes deno- perficies del volumen, consecuencia de pronun- mina “los lisiados de la vida”. De manera que, el ciamientos o semicauces en contacto con la luz, contacto visual del espectador con la obra es in-

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separable de la fuerza expresiva de “esas manos Marie Moeglin ya presentaba como reparación que hablan” y que tantas veces han quedado final un acto de contrición ajustado a la pena asociadas al taller de Rodin, como en especial a suplementaria de harmiscara. Asimismo restará Camille Claudel, “las actitudes, los rostros con siempre la ambigüedad para determinar si serían diferentes conductas y formas de mirar”36. sacrificados por Francia o por Calais, aunque la En definitiva, todas estas conductas, que co- III República también marcaba distancias con mienzan con la desesperación y concluyen con el ajusticiamiento. Resta por añadir un dato: el el pesimismo y la resolución estoica, testimonian hallazgo hecho en la Torre de Londres de docu- a seres abatidos en principio por el infortunio. mentos que atestiguan el compromiso de Eusta- che de Saint-Pierre con Eduardo III de Inglaterra

Manuel Núñez Rodríguez Manuel Confiscación que desposee a tales “seres lisia- dos de la vida” de toda eficacia. Llegados a este después de la caída de Calais. Dato que según 37 punto, todo parecía indicar que esperaban ser J.-M. Moeglin , de alguna manera introduce ajusticiados. Ahora bien, según quedó resalta- cierta ambigüedad en torno al mito de Los seis do varias veces a lo largo de este trabajo, Jean- Burgueses.

NOTAS particular es el tratamiento del plinto o l’Art, nº 4, 1971, pp. 214-224, espec. supresión por una base (cfr. pp. 128- p. 216. 1 Maurice Agulhon, Marianne au 129). 15 Jean-Marie Moeglin, Les bour- pouvoir: l’Imagerie et la symbolique 9 Ionel Jianou, op. cit., p. 12. geois de Calais: essai sur un mythe his- républicaine de 1880 à 1914, Flanma- 10 Robert Sobieszek, “Sculpture as torique, Albin Michel, Paris, 2002. rion, Paris, 1989, pp. 50-52. The Sum of its Profiles: François Willè- 16 Paul Gsell, Auguste Rodin. L’Art, 2 Por aquel entonces su amigo me and Photosculpture in France”, The entretiens réunis par Paul Gsell, Gras- Étienne Dujardin-Beaumetz, pintor Art Bulletin, December 1980, pp. 617- set, Paris, 1911, p. 68. y ministro de bellas Artes, habrá de 630, espec. 617-618. 17 Hans Joachim Albrecht, op. cit., contribuir a la disposición de esta es- 11 Sobre este apartado cfr. Ionel pp. 92-93, 125. cultura, despojada de las Musas que Jianou, op. cit., pp. 7-9. 18 Paul Gsell, op. cit., capítulo VII, rodeaban el cuerpo desnudo del es- 12 Con motivo de la muestra fue p. 191. critor, en los Jardins du Palais-Royal el publicado el catálogo Du côte de chez 19 Jean-Marie Moeglin, op. cit., pp. 30 de noviembre de 1909. Habrá que Jacques-Émile Blanche, Paris, 2012, 236-237. volver más adelante sobre este autor, Fondation Pierre Bergé-Yves Saint Lau- 20 Hans Joachim Albrecht, op. cit., puesto que a él corresponde la defini- rent/Skira Flammarion. En esta exposi- p. 125. Este autor analiza la práctica ción sobre el cometido del Estado en ción se hacía referencia a los retratos utilizada por Alberto Giacometti al ele- materia de arte, más para defensa del de los contemporáneos de Rodin, así var sus figuras sobre una plataforma, arte oficial que guiado por el interés de Marcel Proust, Edgar Degas, Maurice encontrando una correspondencia con la instrucción pública. Barrès, Robert de Montesquiou, Jean las “figuras que caminan” de Rodin 3 H.C.Étienne Dujardin-Beaumetz, Cocteau; este último fue un amigo (pp. 125 y 126, nota 75). Entretiens avec Rodin (cfr. A.E. Elsen, próximo del propio escultor en sus años 21 Jean-Marie Moeglin, op. cit., pp. Rodin, Phaidon, New York, 1963, p. 23). finales, como también André Gide, o el 264-266. propio Igor Stravinski; precisamente de 22 4 Hans Joachim Albrecht, Escultura Jean-Marie Moeglin, op. cit., p. este compositor, creador del Concierto en el siglo XX, Blume, Barcelona, 1981, 234. para violón o Edipus rex, también figu- pp. 120-121. 23 Paul Bert, De l’éducation civi- ra otro retrato al óleo. 5 Hans Joachim Albrecht, op. cit., que, 1882. conf. Mona Ozouf, “Quand 13 Jean-Marie Moeglin, “Edouard la République s’apprenait au tableau pp. 159-162. III et les six bourgeois de Calais”, Re- noir”, Mille ans d’École, Les collectio- 6 Ionel Jianou, Rodin, prefacio de C. vue Historique, CCXCII/2, 1994, pp. nes de l’Histoire, nº 6, 1999, pp. 60-65, Goldscheider, Arted, Paris, 1970, p. 8. 229-267 ; Charles Maingon, Émile Ver- espec. p. 64. 7 Hans Joachim Albrecht, op. cit., haeren. Critique d’Art, G. Nizet, Paris, 24Jean-Michel Gaillard, “Les victoi- pp. 83-86. 1984, pp. 154-161, espec. 154-156. res de Jules Ferry”, Les collectiones de 8 Hans Joachim Albrecht, op. cit., 14 Joseph Polzer, “Rodin et Car- l’Histoire, nº 6, 1999, pp. 42-53, espec. pp. 92-93, 126… Otro componente peaux”, L’Information d’Histoire de p. 45.

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25 Yvon Taillandier, Rodin, Edicio- por dicho autor como “renacimiento médiévales et humanistes, nº 10, 2003, nes Daimon, Madrid-Barcelona-Luga- épico”. Asimismo no duda en evaluar pp. 131-142 ; Jean-Marie Moeglin, op. no, 1967, p. 91. el estilo miguelangelesco del Pensador, cit., p. 232. 26 Constantino Falcón, Emilio Fer- buscando un paralelismo en la tumba 32 Benard Guidot, “La manière nández y Raquel López, Diccionario de de Julián de Medicis. De igual manera d’Alfred Delvau. Un nouveau regard sur Mitología Clásica, vol. I, Alianza Edito- adopta una actitud receptiva a la visión le Moyen Âge”, La tradition épique, du rial, Madrid, 1999 (reimpresión), pp. romántica del siglo XIX manifestada en Moyen Âge au XIXe siècle, Cahiers de 158-159. muchos de los personajes de Rodin, recherches médiévales et humanistes, 27 Paul Gsell, op. cit., p. 70. invocando tanto a Miguel Ángel como nº 12, 2005, pp. 83-101, espec. p. 84. a Dante y Virgilio en los Infiernos, o la 33 28 Joseph Polzer, op. cit., pp. 214- Bernard Guidot, op. cit., pp. 83 224, espec. p. 216, nota 7, donde acla- muerte de Sardanápalo, ambas del pin- y 87. Manuel Núñez Rodríguez Manuel ra la procedencia de estas palabras: a tor Delacroix, llegado el momento de 34 Barbara Pasquinelli, Il gesto e partir de una entrevista del año 1917. referirse incluso a la actitud o gesto de l’espresione, Mondadori, Milano, 2005, la Danaide, aunque quede asociada al “Gesti della disperazione”, pp. 155- 29 Joseph Polzer, op. cit., pp. 214- Art Nouveau. Joseph Polzer, op. cit., p. 191. 224. Este artículo pocas veces recogi- 216. 35 do, a pesar del tiempo transcurrido, Hans Joachim Albrecht, op. cit., 30 resulta todavía fundamental para el es- Joseph Polzer, op. cit., p. 216. pp. 86, 93-94, 126. tudio de Rodin, al introducir un análisis 31 Marie-Thérèse de Medeiros, 36 Yvon Taillandier, op. cit., pp. 37 comparado con Miguel Ángel y Dante, “Dans le sillage de Jean Le Bel. La chute y 77. como referentes complementarios de d’Edouard II chez Jean d’Outremeuse et 37 Jean-Marie Moeglin, op. cit., p. una experiencia de conjunto evaluada chez Froissart”, Cahiers de recherches 450-461

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