“Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgo”

alejandro ortiz bullé goyri y vicente francisco torres | coordinadores

número 55, semestre II, julio-diciembre 2020 Tema y Variaciones de Literatura, Número 55, Semestre II, julio-diciembre 2020, es una publicación semestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana a través de la Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Humanidades. Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex-Hacienda de San Juan de Dios, Alcaldía Tlalpan, C.P. 14387, Ciudad de México y Av. San Pablo 180, Col. Reynosa Tamaulipas, Alcaldía Azcapotzalco, C.P. 02200, Ciudad de México • Tel. 5318-9440 y 5318-9441 • Fax 5394-7506 • [email protected] • Editor responsable: Mtro. Fernando Martínez Ramírez. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo de Título No. 04-1999-102616323600-102, ISSN 1405-9959, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Dere- cho de Autor. Certificado de Licitud de Título número 11311 y Certificado de Licitud de Contenido número 7914, ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Maria Eugenia Herrera Godoy, Vía mercurio 56. Arcos de la Hacienda. C. Izcalli, Estado de México, C.P. 54730, [email protected], T/2166-3332. Este número se terminó de imprimir en noviembre de 2020, con un tiraje de 500 ejemplares.

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Directorio

Universidad Autónoma Metropolitana Consejo Editorial Dr. Eduardo Abel Peñalosa Castro Fernando Martínez Ramírez (Director) Rector General Ezequiel Maldonado López Dr. José Antonio De Los Reyes Heredia Tomás Bernal Alanís Secretario General Alejandra Sánchez Valencia Vicente Francisco Torres Unidad Azcapotzalco Óscar Mata Juárez Dr. Óscar Lozano Carrillo Alejandro Ortiz Bullé Goyri Rector Ivonne Murillo Sandro Cohen División de Ciencias Sociales y Humanidades Alejandra Herrera Galván Lic. Miguel Pérez López Carlos Gómez Carro Director de CSH Dr. Saúl Jerónimo Romero Coordinación editorial del número Jefe del Departamento de Humanidades Alejandro Ortiz Bullé Goyri Dr. Alfredo Garibay Suárez Vicente Francisco Torres coordinador de Difusión y Publicaciones Distribución María de Lourdes Delgado Reyes

Portada y diseño de interiores: Ivonne Murillo

Impreso en México Printed in contenido

introducción Li Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgoteratura policial alejandro ortiz bullé goyri y vicente francisco torres | 5

TEMA

Grandeza y presencia de Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgo... alejandro ortiz bullé goyri | 9

Emilio Carballido: novelas y cuentos vicente francisco torres | 21

Dos llaves y una lanza, novela de Emilio Carballido socorro merlín | 31

Teatro y novela: la doble vida de Emilio Carballido miguel ángel quemáin | 51

Orinoco de Emilio Carballido: camino de agua y tiempo antonio durán ruiz | 67

Carballido: promotor de la Nueva Dramaturgia armando partida t. | 79

Emilio Carballido: un viaje en el paisaje mexicano tomás bernal alanís | 85

Lo absurdo cotidiano en El día que se soltaron los leones de Emilio Carballido javier galindo ulloa | 97

Otra mirada a la dramaturgia de Emilio Carballido itzel v. camarillo c. | 103 Emilio Carballido. Notas para un santón teatral omar piña | 115

Vientos narrativos de Emilio Carballido. Aproximaciones a El norte y La veleta oxidada rafael esteban gutiérrez quezada | 125

Emilio Carballido y la 4T. Mirada transdisciplinaria domingo adame hernández | 139

Emilio Carballido y Elena Garro: dramaturgos de la flor vital paloma lópez medina ávalos | 153

CREACIÓN

A un álamo miguel sánchez león | 165

VARIACIONES

La amistad de Sor Juana Inés de la Cruz con la familia Deza olga martha peña doria y guillermo schmidhuber | 167

Todos somos sujetos de ficción fernando martínez ramírez | 183 introducción

Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgo

alejandro ortiz bullé goyri y vicente francisco torres

milio Carballido Fentanes (1925-2008) es uno de los autores con mayor presencia en los ámbitos de la literatura y el teatro mexicano de los Eúltimos sesenta años, qué duda cabe. Sus decenas de obras dramáticas abarcan un universo de temas y personajes que bien puede decirse que confor- man en su conjunto una suerte de fresco dramático de la realidad mexicana del México moderno y contemporáneo. Su narrativa, aparentemente poco conoci- da, es objeto de lecturas y de reflexiones críticas desde sus primeras publica- ciones. Quizá lo que pudiera reconocerse como poco valorado y estudiado sea su trabajo como guionista de cine. Pero, como ocurrió con autores como Mau- ricio Magdaleno, José Revueltas, Luis Spota, entre otros importantes y reco- nocidos como narradores, el tiempo les fue otorgando también un lugar pre- ponderante en la historia del cine mexicano, como sin duda ocurrirá de igual manera con Emilio Carballido. En 1996 Carballido recibió como merecido reconocimiento a su labor y trayectoria el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Li- teratura por sus invaluables aportaciones a la cultura nacional. Nos complace, por tanto, que este número 55 de Tema y Variaciones de Literatura dedicado a reflexionar sobre Emilio Carballido, narrador y drama- turgo, haya despertado tanto interés en la comunidad académica. Lo mismo escritores, que investigadores y estudiantes nos enviaron muy diversos materia- les para que fuesen acogidos en la revista. Por desgracia, por razones de es- pacio no pudimos incluir varios de los trabajos recibidos. Pero agradecemos el interés por colaborar y participar en este número homenaje al maestro de tantas generaciones.

5 emilio carballido: el narrador, el dramaturgo

Los artículos aquí presentados ofrecen desde diversas perspectivas y visio- nes acercamientos a la obra de Carballido, no sólo como dramaturgo, sino como hombre de letras en toda la extensión de la palabra. Alejandro Ortiz Bullé Goyri nos ofrece en “Grandeza y presencia de Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgo...” una valoración amplia de lo que ha significado la labor del maestro en los ámbitos de creación por donde transitó, así como un breve recuento de algunos de los estudios más reconocidos sobre el creador dramáti- co y literario. Vicente Francisco Torres Medina, en “Emilio Carballido: novelas y cuentos”, nos acerca a la poética literaria de Carballido y Socorro Merlín, en su texto “Dos llaves y una lanza, novela de Emilio Carballido” abre nuevas perspectivas en el conocimiento de la obra de nuestro autor. Un caso particu- lar es el del trabajo de Miguel Ángel Quemáin, quien en “Teatro y novela: la do- ble vida de Emilio Carballido”1, ofrece una de las mejores entrevistas de las que se le realizaron al maestro. Y el que podamos incluirla en nuestro índice es motivo de gusto, por lo que en ella expresa sobre su vida, su obra y su proceder en el oficio de escritor. Antonio Durán, nos ofrece un acercamiento, por demás original, a la obra teatral Orinoco, una de las obras más celebradas de Carballido. En “Carballi- do: promotor de la Nueva Dramaturgia“, Armando Partida T. valora una de sus facetas más reconocidas; la de impulsor y promotor de nuevas generacio- nes de creadores. En “Emilio Carballido: un viaje en el paisaje mexicano”, Tomás Bernal hace un acercamiento a una idea sugerente en la obra carballideana: el viaje, a través de un acercamiento al relato “El tren que corría”. Javier Galindo Ulloa observa con detalle aspectos novedosos en su estudio a la obra El día que se soltaron los leones, en su ensayo “Lo absurdo cotidiano en El día que se soltaron los leones de Emilio Carballido”. Itzel Camarillo en “Otra mirada a la dramaturgia de Emilio Carballido”, aborda los aspectos fundamentales del teatro épico y documental que aparecen en la obra Un pequeño día de ira. Un necesario enfoque testimonial es el que nos ofrece Omar Piña en su texto “Emilio Carballido. Notas para un santón teatral”. Un acercamiento fresco a dos de las narraciones más reconocidas de Carballido es el que nos ofrece Rafael Esteban Gutiérrez Quezada en “Vientos narrativos de Emilio Carballi- do. Aproximaciones a El norte y La veleta oxidada”. Domingo Adame nos ofrece un encuentro entre la poética de Carballido y las trasformaciones so- ciales y políticas en el México actual en su ensayo: “Emilio Carballido y la 4T. Mirada transdisciplinaria”. Y para cerrar la parte temática de nuestra revista

1 La entrevista se encuentra en versión electrónica en la biblioteca digital del inba: https://literatu- ra.inba.gob.mx/entrevista2/3321-carballido-emilio-entrevista.html?showall=1 (

6 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri y vicente francisco torres nos encontramos con un atinado texto de Paloma López Medina Ávalos, en donde se compara la obra de Carballido y la de Elena Garro. titulado “Emilio Carballido y Elena Garro: dramaturgos de la flor vital”. En la sección de Varia- ción contamos con tres trabajos muy sugerentes y variados. Un poema inédito del poeta e investigador cubano Miguel Sánchez León. Un erudito y acucio- so ensayo sobre Sor Juana, que arroja nuevas luces sobre la monja jerónima, es el titulado “La amistad de Sor Juana Inés de la Cruz con la familia Deza”, que nos han brindado los investigadores Olga Martha Peña Doria y Guillermo Schmidhuber. Cerramos este número 55 de Tema y Variaciones de Literatura con una reflexión ensayística que bascula entre la filosofía y la teoría literaria de Fernando Martínez Ramírez titulado: “Todos somos sujetos de ficción”. No nos queda, sino reiterarle nuestro agradecimiento a quienes participa- ron en este número y –nobleza obliga– a quienes no alcanzaron cabida por ra- zones de espacio. Creemos que con este número, no sólo rendimos homenaje a la memoria de Emilio Carballido, sino que abrimos las puertas para revisitar a este gran escritor mexicano, tanto en su lectura como en las valoraciones que se puedan hacer en adelante de su obra desde la perspectiva académica. Cabe, finalmente, hacer expreso nuestro agradecimiento al apoyo desinte- resado de Atahualpa Palacios y de Itzel Viridiana Camarillo en la organización y revisión de los textos recibidos para este número.

introducción ¶ 7

tema

Grandeza y presencia de Emilio Carballido: el narrador, el dramaturgo…

alejandro ortiz bullé goyri | universidad autónoma metropolitana, azcapotzalco

Resumen En este artículo se procura establecer una caracterización general de la obra literaria de Emilio Carballido, considerando su contexto y sus aportaciones a la literatura mexica- na del siglo xx, tanto como el contador de historias como al escritor de obras teatrales.

Abstract This article tries to establish a general characterization of the literary work of Emilio Carballido, considering its context and its contributions to the of the 20th century, as much as the storyteller and the writer of theatrical plays.

Palabras clave: Emilio Carballido, narrativa, dramaturgia, literatura mexicana del si- glo xx.

Key words: Emilio Carballido, narrative, dramaturgy, mexican literature of the 20th century.

Para citar este artículo: Ortiz Bullé Goyri, Alejandro, “Grandeza y presencia de Emi- lio Carballido: el narrador, el dramaturgo…”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 9-19.

9 grandeza y presencia de emilio carballido: el narrador, el dramaturgo...

NARRADOR.- Las parejas se hacen, o se tras de la unam de los años cincuenta, así rehacen. como una singular experiencia como jóve- El hilo frágil, resplandeciente y enmaraña- nes dramaturgos en el llamado “Teatro de dos de las pequeñas vidas individuales, Antecámara”, en el que se atrevieron a es- Sigue desenredándose. Pero hubo un día cenificar sus primeras piezas teatrales. Car- de ira. Sólo un pequeño día de ira. ballido lo rememora en una entrevista con (Va alejándose, empieza a confundirse estas palabras: con la gente). ¡Podría haber uno grande! Un pequeño día de ira Sergio Magaña decidió que escribiéramos unas obras de teatro para representarlas en su cuarto E. Carballido de azotea, él no había escrito nunca teatro, yo era el único anormal, y empecé a ver a quién corrompía, primero fue a Luisa Josefina Hernán- na de las voces con mayor presencia dez, que escribió una serie de obras cortas que en la vida cultural en México, surgi- son una delicia. Luego a Magaña; para el pro- Uda en el seno de la llamada Gene- yecto escribieron también Miguel Guardia y Raúl ración del Medio Siglo, fue la del escritor Cardona, pero sólo montamos la obra de Sergio veracruzano Emilio Carballido; difícil sería y la mía. La de él era una obrita muy linda, que entender las transformaciones en la drama- se llama Como las estrellas y todas las cosas. turgia mexicana de la segunda mitad del Yo escribí El triángulo sutil, es mi primera obra siglo xx sin su obra. A Carballido se le reco- dramática representada. Invitamos al público, noce como autor dramático porque su obra había periodistas y conocidos, como ocho o logró formar una suerte de crónica teatral y nueve espectadores. Había dos posibilidades: la literaria del México moderno. Quienes cono- gente tirada en la cama y la puerta de esceno- cen y reconocen su amplia obra, ven en él grafía, o la gente en la puerta y la cama de esce- también a uno de los mejores narradores nografía, yo escogí lo primero. Todo salió muy surgidos en el seno de la Facultad de Filo- bien, tuvimos mucho éxito y nos invitaron a ce- sofía y Letras. Formó parte de esa pléyade nar y a beber.1 de escritores veracruzanos insustituibles en la literatura mexicana del siglo xx, como Ser- La obra del maestro Carballido abarca prin- gio Pitol, Sergio Galindo, Juan Vicente Melo cipalmente teatro, pero su calidad como na- y otros más. Carballido también estableció rrador, su presencia misma en la vida cultural desde entonces una sostenida complicidad mexicana, impulsando vocaciones teatrales creativa, más allá de la amistad, con otras y apoyando a instituciones, lo hacen una fi- dos figuras fundamentales de la literatura y el teatro en México de la segunda mitad del siglo xx: Sergio Magaña y Luisa Josefina 1 Ángela Galindo, “Entrevista a Emilio Carballido ‘El éxi- Hernández, con quienes compartió la vida to no es medida de nada, es una casualidad’”, 70 años de Carballido, Homenaje Nacional, México, Cona- universitaria en la Facultad de Filosofía y Le- culta-inba, 1995. pp. 47-54.

10 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri gura muy querida y entrañable por parte de Emilio Carballido participó como guionista tantísima gente con la que mantuvo siem- en cerca de cuarenta películas, entre las que pre una actitud generosa y propicia al en- destacan, particularmente, dos: Nazarín, de riquecimiento intelectual. Carballido fue un Luis Buñuel, El águila descalza, de Alfon- hombre cuya casa siempre estuvo abierta y so Arau, y las versiones cinematográficas de su generosidad para apoyar a escritores no- sus obras teatrales Orinoco y Rosa de dos veles fue ampliamente reconocida. Más allá aromas. En su vasta creación teatral desta- de los aspectos biográficos, su obra como can piezas como Medusa, Rosalba y los lla- escritor ha sido parcialmente estudiada, pues veros, Los esclavos de Estambul, El día que su producción como dramaturgo ha eclip- se soltaron los leones, Un pequeño día de sado su narrativa. Algo similar ocurrió con ira, ¡Silencio pollos, ya les van a echar su Rodolfo Usigli, uno de sus maestros, a quien maíz!, Fotografía en la Playa, Rosa de dos se le recuerda por ser el autor de la obra aromas y Orinoco. Esto sin pasar por alto teatral El Gesticulador, pero se olvida que su entrañable conjunto de creaciones cor- fue un gran poeta, como vemos en Conver- tas reunidas en D. F. 52 obras en un acto, sación desesperada. Ensayo de un crimen que constituyen un espléndido fresco de la es una novela legendaria y fundacional de la ciudad de México en tiempos de la moder- narrativa policial en México. nidad, con sus filias, fobias ternuras y con- Carballido forma parte de la fundamen- tradicciones. De su narrativa hay que men- tal Generación del Medio Siglo, al lado de cionar sus cuentos reunidos en La caja Fuentes, Sabines, Castellanos y tantos más; vacía, 1962, y sus novelas: La veleta oxida- pero también es uno de los autores que re- da, 1956; El norte, 1958; Las visitaciones del cibieron el apoyo, el cobijo y la estafeta del diablo, 1965; El sol, 1970; El arca de Noé, grupo: Contemporáneos. Salvador Novo, par- 1979; El tren que corría, 1984; Un error de ticularmente, le dio el espaldarazo cuando, estilo, 1991; Flor de abismo, 1994; Egeo, en 1950, le estrenó en el Palacio de Bellas 2002 y otras más. Artes su obra dramática Rosalba y los Lla- En Emilio Carballido la mirada del au- veros. Experiencia que catapultó a Emilio tor se centra en mostrar el contraste entre Carballido al corazón de la vida cultural y la alegría de vivir y la vitalidad de multitud literaria del México Moderno. La obra dra- de personajes creados por él; la frustración, mática de Carballido es abundante y de lar- la depresión y la sensación de pérdida o de go aliento. Con más de cincuenta estrenos fracaso que se observa en varios de sus tex- y presentaciones en distintos foros naciona- tos, como su novela La veleta oxidada o les y extranjeros, su producción literaria re- en El norte. Así como también en sus obras presenta una crónica de la vida cotidiana, dramáticas como en Fotografía en la pla- donde el mundo provinciano y opresivo ya y su primera obra reconocida Rosal- contrasta con la necesidad de abrirse a mun- ba y los Llavero. Una de las constantes más dos más abiertos, con aires y pensamientos marcadas en la escritura de Carballido es la más libres. Poco se sabe, por cierto, de que de la confrontación entre la posibilidad de

TEMA ¶ 11 grandeza y presencia de emilio carballido: el narrador, el dramaturgo... abrirse al mundo exterior a probar el aire de conflicto, así como por su riqueza en los nuevos horizontes de vida o quedarse en diálogos y situaciones en sus cuentos y rela- el encierro y agobiado por el peso de una tos. Pero la mala suerte de un mal montaje realidad asfixiante. Muchos de sus persona- lo alejó definitivamente del arte escénico3. jes se encuentran ante la disyuntiva de trans- Cabe afirmar, no obstante, que muchos de formar su vida, arriesgando su paz y tranqui- sus cuentos pueden ser adaptados sin mu- lidad o mantenerse en ese estado de desidia cha dificultad técnica al drama, por la ma- y abulia. El miedo al cambio y la necesidad nera en que el autor desarrolla sus tramas profunda del individuo de nuevos horizon- dependiendo de los diálogos subordinando tes y su lucha por encontrarlos a lo largo de el uso de las voces narrativas, así como la su escritura. Puede encontrarse también cier- complejidad y la trayectoria de los persona- ta similitud con algunos personajes que jes de sus historias. aparecen en las novelas de Sergio Galindo, Del maestro Emilio Carballido se ha escri- como puede ser el caso concreto de Otilia to tanto, se ha dicho tanto, y sin embargo, Rauda, de la novela del mismo nombre, en no parece que sus aportaciones al teatro, a donde su protagonista, una mujer capaz de la narrativa y a la promoción cultural en Mé- despedazar el orden provinciano y las con- xico sean estar suficientemente valoradas. venciones sociales para lograr ser ella misma, Hay un número interesante de tesis docto- que en algo tiene de cercanía con la situa- rales en distintas universidades del mundo, ción que se plantea en el asfixiante mundo en donde se reflexiona sobre su obra, sus provinciano de Rosalba y los Llaveros de obras dramáticas, desde las primeras como Emilio Carballido. En otros cuentos del mis- Rosalba y los Llavero (1950, pasando por mo Galindo pueden encontrarse similitudes d. f. 52 obras en un acto ambientadas to- curiosas; por ejemplo en “Cartas de un so- das en la ciudad de México, hasta las últimas brino” o “El retrato de Anabella”2, se narran obras como Del mar y sus misterios (1996) historias de relaciones interpersonales des- o La muchacha del retrato (2002) siguen iguales, como en El Norte, de Emilio Carba- siendo escenificadas, como a ningún otro llido. También debemos reconocer en las si- autor dramático mexicano le ha ocurrido. militudes entre ambos autores veracruzanos Sus novelas siguen reeditándose y el maes- una enorme pulcritud y precisión literaria en tro, el escritor, el hombre de mundo sigue la escritura de sus diálogos. Lo cual hizo que estando presente a más de diez años de su Emilio Carballido terminara orientando su es- fallecimiento. No obstante, reiteramos, hay critura hacia la dramaturgia y Sergio Galin- una deuda con él. Pareciera como si su obra do, en probar suerte en el teatro como dra- y su persona no formaran parte sustantiva maturgo, dada la facilidad con que exponía en sus escritos situaciones de personajes en 3 Emilio Carballido. “El teatro de Sergio Galindo.” La Pa- labra y el Hombre, no. 85, 1993, pp. 21-24 (1993). 2 Sergio Galindo, Cuentos completos, Xalapa, Univer- Sergio Galindo, “Un dios olvidado, pieza en cinco sidad Veracruzana, 2013, pp. 117-147. cuadros” Tramoya, núm. 34-35, 1993, pp. 129-167.

12 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri de la llamada Generación de Medio Siglo. su deceso ocurrido en 2008, sigue presen- Como si se tratara de un autor menor, o sub- te en el ambiente y la fisonomía del teatro alterno. Y no lo es, definitivamente. mexicano y su narrativa día con día es re- En 1976 Sergio Ruffinelli hizo una pre- valorada y reconocida como una de las me- cisa valoración de su quehacer literario jores prosas en la narrativa mexicana del dramático: siglo xx. En las revistas de nuestro Depar- tamento de Humanidades de la uam-Azca- Decimos que Carballido es dramaturgo antes potzalco, Fuentes Humanísticas y Tema y que narrador, y sin embargo demuestra en cada Variaciones de Literatura, se han publicado uno de sus cuentos o novelas un dominio pun- en distintos números varios estudios y re- tual, exacto, de lo narrativo. Incluso más: elabora flexiones que nos ofrecen un material valio- a la perfección tramas de suspenso, ribeteando so para la mejor comprensión de su obra, una y otra vez la estructura el relato policial, y como los que enlistamos a continuación: satisfaciendo esa condición que de acuerdo con E. M. Forster y la experiencia de todo lector, es Díaz Arciniega, Víctor. “Emilio Carballido: de la la condición natural de la narrativa: hacer que vida diaria y familiar”. Revista Fuentes Humanís- nos preguntemos: “¿qué sucederá después?”. ticas. Año 18, núm. 32, 2006. pp. 195-199. El talento evidente de Carballido en este sector Leinez Mejía, Armando,” Emilio Carballido: Pro- productivo, la narrativa, demuestra, más global- tagonista del teatro mexicano del siglo xx”. Te- mente, un dominio de las formas, una intuición ma y Variaciones de Literatura, núm. 23, 2005. certera del orden orgánico de la obra literaria: pp. 67-89. dominio y orden que en buena parte resultan Martínez Andrade, Marina. “Dramaturgia y na- deudores de aquella otra experiencia vastísima, rrativa: una dualidad fecunda en la obra de Emi- la teatral, sin que el gesto teatral se transparen- lio Carballido”. Tema y Variaciones de Literatu- te en lo narrativo y lo contradiga4. ra: el cuento mexicano del siglo XX. Núm. 22, 2004, p. 231-253. A décadas de distancia de estas observacio- Merlín, Socorro. “Los dramaturgos de la gene- nes, podemos refrendarlas y reconocer en ración de 1950”. Tema y Variaciones de Litera- Carballido a ese gran hombre de letras que tura: la generación de medio siglo I, núm. 30, siempre fue. Emilio Carballido, conoció el 2008, pp. 57-83. éxito desde muy temprano. Ya en 1950, sal- Merlín, Socorro. “Emilio Carballido dramaturgo, vador Novo le estrenaba su obra dramática maestro y promotor de teatro”. Tema y Varia- Rosalba y los Llaveros y su novela La veleta ciones de Literatura: la generación de medio oxidada es publicada en 1956. Desde en- siglo II, núm. 31, 2008, pp. 35-55. tonces hasta nuestros días, y aún a pesar de Ortiz Bullé Goyri, Alejandro. “Emilio Carballido se sentó en una banca cualquiera...” Tema y Va- riaciones de Literatura: Galería de fantasmas, 4 Sergio Ruffinelli, “El sol, de Carballido: novela de la núm. 38, 2012, pp. 75-79. iniciación” Texto Crítico, Xalapa, UV (Centro de In- vestigaciones lingüístico Literarias), 1976, pp. 68-93.

TEMA ¶ 13 grandeza y presencia de emilio carballido: el narrador, el dramaturgo...

Ríos González, Héctor Eduardo. “Algunos as- ción del mundo. Y mucho de lo que se pue- pectos brechtianos en la pieza “Un pequeño día de recuperar de su obra como testimonio de de ira” de Emilio Carballido”. Tema y Variacio- un tiempo y de una realidad en un país, co- nes de Literatura: la generación de medio siglo mo México, puede encontrarse rastreando I, núm. 30, 2008, pp. 85-98. en la escritura que Emilio Carballido nos deja Villaseñor, Margarita. “El teatro en México en la como legado. Se puede decir de él, que es el década de 1950”. Tema y Variaciones de Lite- autor mexicano de la generación del medio ratura, núm. 1, 1991, pp. 7-26. siglo más escenificado y al mismo tiempo uno de los menos leídos. Sobre su obra ya- Se puede decir que Carballido ha esta- ce el peso de varios prejuicios literarios: que do afortunadamente presente en los temas es un dramaturgo, que su obra es costum- de estudio y reflexión entre nosotros. Pero brista, que usa el humor como recurso no es inevitable hacer énfasis en que a Carba- es un autor serio. En fin. Por el contrario, se llido, como a muchos autores de la Gene- puede decir que Carballido es un autor de ración del Medio Siglo, la crítica literaria no una pluma rigurosa, cuya prosa narrativa y los ha abordado con la seriedad y la profun- sus diálogos dramáticos dejan fluir el habla didad requerida. Varias de las características cotidiana con precisión, pero sin afanes ve- propias de la obra de Emilio Carballido, sea ristas. Vaya un ejemplo mínimo: en su dramática como en su narrativa, es- tán contenidas en las siguientes obsesiones Aristeo se dio la vuelta. Ya era tarde, debía es- creativas: la grandeza de la vida cotidiana perar el tranvía. Sin quitar la vista del mar, ca- en la ciudad de México (D. F. 52 obras en minó hasta la parada. Deseó que viniera uno un acto), la vida como un viaje hacia nue- de esos carros abiertos, tan novedosos para él, vos horizontes (La Veleta oxidada, Los es- sin puertas ni paredes. Vino uno cerrado, vie- clavos de Estambul, Orinoco), el miedo al jo y traqueteante, lleno de gente ruidosa. Se le cambio (Escrito en el cuerpo de la noche), alargó el trayecto, pensando en el gesto agrio la frustración y la angustia por vivir (La ve- que tendría Isabel. Vio la parada demasiado tar- leta oxidada, El Norte, Fotografía en la de (todavía no sabía orientarse y no le gustaba playa), la familia como institución y como preguntar); bajó de un salto, corrió, apurado. prisión (Rosa de dos aromas, Fotografía en Antes de llegar a la casa de huéspedes refrenó la playa) y sobre todo la necesidad de la im- el paso, respiró profundamente: entró. partición de justicia y recuperación de la –¿Ahí está mi tía? dignidad humana (El relojero de Córdoba, –Ahíejtáejperándolo –así sonaba, y la pa- Un pequeño día de ira, Silencio pollos pe- trona sonrió mientras dejaba salir la frase con lones ya les van a echar su máiz, El día una pereza musical. (Ese sonsonete de los jaro- que se soltaron los leones). En esta última chos se metía por las orejas con tanta insistencia obsesión temática podemos concentrar la que luego, sin darse cuenta, ya estaba uno can- preocupación personal del autor por expre- tando también). sar a través de la palabra escrita su percep-

14 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri

Ahí estaba Isabel, bordando, sentada en una chos de los que fueron sus discípulos y ami- mecedora, bajo la estrella inmóvil del ventila- gos lograron, ya sea, entrevistarlo o dejar un dor. No tenía muy mala cara, ni hizo mención testimonio de su relación con el maestro. Inte- de la demora. resante es por ello la descripción que de él –¿Qué hiciste toda la mañana? hace Braulio Peralta, y que lo retrata como Aristeo se sintió culpable y cohibido. “Toda el escritor sencillo y cordial que siempre fue: la mañana”. –Fui a caminar, fui al muelle. ¿ya vamos a Emilio Carballido vestía camisas de mezclilla o comer? algodón en colores claros, sacos de pana o ga- –Ya. Deja que me arregle.5 muza en tonos cafés, pantalones amplios y una melena rala pero alborotada; por algún tiempo, Rigor y precisión. Dotes de escritor que le en su madurez, usó largo el cabello, con coleta. permitieron a nuestro autor transitar y des- Acostumbraba escribir a diario en su estudio, en el cribir innumerables espacios, situaciones y tercer piso, en madrugadas frías, antes de que realidades del México del siglo xx. María Elia el sol prendiera la mañana. Un escritor, el hom- Tapia Arizmendi se refiere a la escritura de bre más inseguro y atormentado, confrontado Carballido de la siguiente manera: con su otro que, curiosamente, había compro- bado ser un éxito social en toda su carrera lite- Es indiscutible la presencia creativa como dra- raria. Así fue hasta su muerte: no paró un solo maturgo de Carballido. En este discurso, no día en construir un camino de letras.7 obstante, deseo referirme de manera sucinta a su obra narrativa, en la cual, sin lugar a dudas, Gracias al tenaz trabajo de documentación también dio muestras de virtuosismo al crear ca- y de investigación sobre la obra de Emilio racteres que se repiten una y otra vez, no sólo Carballido de Socorro Merlín podemos con- en otras obras salidas de su pluma, también en tar también con entrañables testimonios de la producción de otros escritores, quienes en és- quienes lo conocieron cercanamente. Es tos vislumbraron verdaderos arquetipos.6 justamente Socorro Merlín quien al inicio de su Catálogo comentado de la obra de Emi- Otra de las virtudes que tuvo Carballido co- lio Carballido, nos muestra los relieves polié- mo persona, más allá de su obra literaria, fue dricos de la personalidad de nuestro autor, a no solamente el tener el arte de cultivar amis- través de testimonios de quienes recibieron tades, sino también la de formar discípu- de él su generosidad y enseñanzas, como los en todas partes. En efecto, por suerte mu- el de Felipe Galván:

He conocido varios Carballidos, al primero lle- 5 Emilio Carballido, La veleta oxidada, El norte, Xala- pa, Universidad Veracruzana, 1980, pp. 68-71. gué de la mano orgullosa de Satilda González a 6 María Elía Arizmendi Rodríguez, “Un hombre y su escritura: Emilio Carballido en la narrativa”, La Col- mena, Universidad Autónoma del Estado de México, 7 Braulio Peralta, “La vida como diálogo”, Revista de la núm. 57, 2008, pp. 43-49. Universidad, núm. 90, 2011. pp. 76-82.

TEMA ¶ 15 grandeza y presencia de emilio carballido: el narrador, el dramaturgo...

las puertas de su departamento frente a Chapul- acumula en los calendarios, para ser trascendida tepec, en 1967, al segundo por el montaje del por su constancia y su capacidad artística. Pero Tangentes sesentaiochonero [sic]de mi maes- si hablo de los pecados capitales y lanzo una de- tro-hermano Felipe Reyes Palacios, al tercero finición estoy declarando la cortedad de la mis- por obra y gracia de la solidaridad latinoame- ma ¿Cómo podemos describir a un hombre con ricanista del funcionario cultural politécnico en la complejidad de los siete pecados capitales? 8 los desgraciadamente pocos momentos de Emi- lio en esa jefatura, al cuarto en otra casa suya, Quizás el más entrañable de los testimo- cercana al mismo Chapultepec, durante mi trán- nios sea el de el investigador y dramaturgo sito guerrerense-poblano con dos textos bajo el Hugo Salcedo: brazo; y ese cuarto Emilio mostró su capacidad polisémica: el crítico que chuleó la historia de Amigo Emilio, Maestro Carballido Miguel y la tiró a la basura El corazón en la pi- cana, el maestro que me inscribió en su taller Si algún nombre, alguna dedicatoria debie- de carpintería, el asesor que me llevó a la uam ra aparecer al inicio de mis textos para teatro y a Guillermo Serret que entonces escribía una en virtud del incondicional apoyo y cariño con historia llamada Nueva Dramaturgia Mexicana que han sido leídos, comentados, prolongados y, finalmente, al editor de algo mío en nuestra y hasta publicados, éste apelativo sería sin duda Tramoya y en Editores Mexicanos Unidos de la el del maestro Emilio Carballido. Las piezas de linda y querida Sonia Miró. Siete Emilios en mi lis- quien esto escribe deben –y tanto– a la influen- ta: icono, autor, hombre solidario, crítico, maes- cia de su magna e imprescindible obra, que sir- tro, asesor, editor. Seguramente se podría pro- ve como piedra cimiento para entender uno de fundizar con actividades derivadas o paralelas los rumbos que durante los últimos cincuenta de lo que en la lista se apuntó, pero el núme- años ha tenido lugar en la dramaturgia mexica- ro es mágico: siete Carballidos siete, como las na y de otros países que se expresan en nuestro décadas cumplidas hasta hoy en su vida; siete idioma. Muchas páginas podrían escribirse para Carballidos, como los siete días de la semana, detallar gestos de amabilidad y valiosas suge- siete Carballidos siete, como los siete, mares del rencias no solamente para llevar a cabo la fic- mundo; siete Carballidos siete, como los siete ción dramática, sino también para encauzar el colores del arcoíris; siete Carballidos siete, como rumbo de la vida misma que he intentado llevar las siete vidas de un gato; siete Carballidos sie- en este tránsito de existencia. Valga solamen- te, como la suma del 3 divino y el 4 humano; te el efecto manifestado a mi obra y persona siete Carballidos siete, como los siete pecados desde 1986, fecha de mi “nacimiento nacional” capitales... y así como me estacioné en el nú- y del venturoso primer contacto, luego del im- mero siete por mágico, me detengo en los pe- cados capitales por su vitalidad. Eso es Emilio Carballido, vitalidad multiplicada y polifacética, 8 Cit. por Socorro Merlin, “Introducción”, Catálogo co- totalidad de apertura espectral ante cualquier mentado de la obra de Emilio Carballido, en: https:// citru.inba.gob.mx/proyectos/investigacion/carballi- circunstancia en el quehacer cotidiano que se do/html/4.htm, acceso el 28 de julio de 2020.

16 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri

portante premio que otorgara la Universidad para el estudio y conocimiento de su obra. Nacional para San Juan De Dios. Desde enton- Tal es el caso de los realizados por Marga- ces muchos han sido los encuentros (nunca ret Peden quien desde los años setenta fue suficientes), las animadas conversaciones y los rastreando y valorando su obra literaria, así breves, pero en verdad definitorios, viajes com- como realizado algunas traducciones al in- partidos en los que hemos llegado a coincidir. glés tanto de su narrativa como su drama- ¡Gracias amigo Emilio! ¡Gracias maestro Car- turgia. Su trabajo más reconocido se titula ballido! Mis obras todas van configuradas bajo justamente con su nombre Emilio Carballido ese semblante inteligente y sereno que te ca- (1980). Así como también Jacqueline Bixler racteriza. Si de algo vale mi trabajo redactado quien ha publicado diversos artículos sobre para la escena, esto se debe a tu feliz estancia su obra, especialmente a través de la revista y concordancia en esta Tierra. Muchos autores Latín American Theatre Review. La Universi- –de mi generación y de las otras– estamos siem- dad Veracruzana le publicó un estudio muy pre agradecidos. completo sobre la obra dramática de Carba- llido titulado Convención y transgresión: el Considero un regalo a Dionisios conocerte. Soy teatro de Emilio Carballido (2001), versión una persona afortunada. en español de la edición norteamericana de 1997. Ambas investigadoras norteamerica- Hugo Salcedo9 nas han sido los puntales en la valoración de los aportes de la obra de Carballido a la Muchas más voces hay que refieren con literatura mexicana del siglo xx, así como agradecimiento y sincera admiración del también han sido notables impulsoras de su maestro Carballido. Fue un gran maestro conocimiento y difusión fuera de México. que cosechó discípulos de gran valía entre Otro trabajo valioso a propósito del teatro los que se puede mencionar a autores co- de Carballido es el realizado por el investiga- mo Óscar Villegas, Sergio Peregrina, Juan dor francés Antoine Rodríguez titulado Un Tovar, Óscar Liera, Sabina Berman, Felipe Gal- siglo urbano en breve, el d. f. de Emilio Car- ván, Hugo Salcedo y tantos más. ballido (2005) Pero destaca notablemente la Vale mencionar aquí que su obra amplia labor –ya mencionada y citada aquí– de So- y compleja, como narrador, dramaturgo, do- corro Merlín. Sus trabajos de catalogación, cente, promotor cultural ha sido objeto de documentación e interpretación de la obra sólidos estudios académicos en donde se completa de Emilio Carballido es un modelo valoran sus aportaciones. En revistas teatra- de lo que se puede hacer para estudiar de les y literarias pueden encontrarse de mane- manera sistemática la obra de un autor, con ra constante referencias a su obra, pero lo que enaltece la obra de nuestro autor y también es importante mencionar aquí los muestra al mismo tiempo la solidez y riqueza trabajos más reconocidos, fundamentales de su amplia y fecunda labor creativa.

9 Socorro Merlín, op. cit., s.p.

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Comentario final Bixler, Jacqueline Eyring. Convention and Trans- gression: The Theatre of Emilio Carballido. En julio de 1995 Emilio Carballido fue obje- US: Bucknell University Press, 1997. to de un Homenaje Nacional por parte del Bixler, Jacqueline, Convención y transgresión. El Instituto Nacional de Bellas Artes. Indu- teatro de Emilio Carballido, Xalapa, Univer- dablemente se trató de un merecido reco- sidad Veracruzana, 2001. nocimiento a su amplia labor. A lo largo de Bixler, Jacqueline. “Historia, mito e imaginación todos estos años –incluso después de su constructiva en los dramas históricos de Emi- fallecimiento ocurrido en Xalapa un 11 de lio Carballido”, Literatura Mexicana, Vol. 2, febrero de 2008– muchas de sus obras han núm. 2, 1991, pp. 353-368. seguido teniendo vida escénica y su narrati- Carballido, Emilio. La veleta oxidada, El norte, va sigue también estando presente; ese es, Xalapa: Universidad Veracruzana (colección como sabemos, el mejor homenaje que ficción), 1980. puede recibir un creador artístico: el que su Carballido, Emilio. “El teatro de Sergio Galindo.” La obra permanezca viva. Y eso podemos de- Palabra y el Hombre, enero-marzo de 1993, cir con certeza de Emilio Carballido: que su no. 85, pp. 21-24. obra completa, sus obras dramáticas, sus Carballido, Emilio. “Introduction” en The Golden cuentos, sus novelas, siguen palpitando en- Thread and Other Plays. Traducido por Mar- tre nosotros. garet Sayers Peden. University of Texas, 1970, pp. ix a xvii. Bibliografía Dauster, Frank. Ensayos sobre teatro hispanoa- mericano. México: Sep-Setentas, 1975, pp. Arizmendi Rodríguez, María Elia. “Un hombre y 143-188. su escritura: Emilio Carballido en la narrativa”, De Ita, Fernando. (Coord.) Teatro Mexicano Con- La Colmena, Universidad Autónoma del Esta- temporáneo, Antología, Madrid: fce, 1991, do de México. núm. 57, enero-marzo 2008, pp. 13-77 pp. 43-49. Díaz Arciniega, Víctor. “Emilio Carballido: de la Bixler, Jacqueline E. “Freedom and Fantasy: A vida diaria y familiar.” Revista Fuentes Huma- Structural Approach to the Fantastic in Car- nísticas. núm. 32, primer semestre, 2006, pp. ballido´s Las cartas de Mozart”. Latin Ameri- 195-199. can Theatre Review. XIV, núm. 1, University Espinoza, Tomás. “Emilio Carballido, Una entre- of Kansas, 1980, pp. 15-23. vista”, Emilio Carballido. Orinoco. Las cartas Bixler, Jacqueline Eyring. “A theatre of contradic- de Mozart. Felicidad, México: edimusa, 1985. tions: the recent works of Emilio Carballido.” Galindo, Sergio. “Un dios olvidado, pieza en cin- Latin American Theatre Review, 1985, pp. co cuadros” Tramoya, enero-junio de 1993, 57-65. núm. 34-35, pp. 129-167. Bixler, Jacqueline Eyring. Convención y transgre- Galindo, Ángela. “Entrevista a Emilio Carballido sión: el teatro de Emilio Carballido. México: `El éxito no es medida de nada, es una ca- Universidad Veracruzana, 2001. sualidad´”, 70 años de Carballido, Homenaje

18 ¶ tema y variaciones de literatura 55 alejandro ortiz bullé goyri

Nacional, México, Conaculta-inba, 1995. pp. Peden, Margaret S. Emilio Carballido, Dramatic 47-54. Author: His work from 1948-1966. A disser- https://artesescenicas3gen.wixsite.com/drama- tation presented to the Faculty or the Gra- turgiamexicana/inicio duate School University of Missouri (fotoco- Leinez Mejía, Armando. “Emilio Carballido: Pro- pia de microfilm), 1966. tagonista del teatro mexicano del siglo xx” Peden, Margaret Sayers. “Emilio Carballido, cur- Tema y Variaciones de Literatura, núm. 23, riculum operum.” Latin American Theatre 2005, pp. 67-89. Review (1967): 38-49. Martínez Andrade, Marina. “Dramaturgia y na- Peden, Margaret Sayers. Emilio Carballido. Vol. rrativa: una dualidad fecunda en la obra de 561. Boston: Twayne, 1980. Emilio Carballido”, Tema y variaciones de li- Peralta, Braulio, “La vida como diálogo”, Revista de teratura: el cuento mexicano del siglo xx, la Universidad, núm. 90, 2011. pp. 76-82. núm. 22, semestre 1 de 2004, pp. 231-253. Ríos González, Héctor Eduardo. “Algunos aspec- Merlín Cruz, María del Socorro. “Los dramaturgos tos brechtianos en la pieza `Un pequeño día de la generación de 1950.” Tema y variacio- de ira´ de Emilio Carballido”, Tema y variacio- nes de literatura: la generación de medio si- nes de literatura: la generación de medio si- glo I, núm. 30, semestre 1, 2008, pp. 57-83. glo I, núm. 30, semestre 1, 2008, pp. 85-98. Merlin, Socorro. Catálogo comentado de la obra Rodríguez, Antoine, Un siglo urbano en breve. El de Emilio Carballido. En: https://citru.inba. d. f. de Emilio Carballido, México: Biblioteca gob.mx/proyectos/investigacion/carballido/ de la Universidad Veracruzana, 2005, p. 27. html/4.htm, acceso el 28 de julio de 2020. Ruffinelli, S., “El sol, de Carballido: novela de la ini- Merlín, Socorro. “Presencia de los rituales anti- ciación” Texto Crítico, Xalapa, uv (Centro de guos en el teatro mexicano contemporáneo: Investigaciones lingüístico Literarias), 1976, Los conjuros en La hebra de oro de Emilio pp. 68-93. Carballido.” Latin American theatre review, Vázquez Amaral, Mary. El teatro de Emilio Car- 2004, pp. 61-71. ballido (1950-1956). México: Costa Amic Merlín Socorro, La estética en la dramaturgia Editores, 1974. de Emilio Carballido, Mexicali Baja Califor- Vázquez, Daniel. El teatro de Emilio Carballido. nia: Universidad Autónoma de Baja California La teatralización de la realidad como en- / citru, 2009. foque ético. Frankfurt am Main: Peter Lang, Ortiz Bullé Goyri, Alejandro. “Emilio Carballido se 2012. sentó en una banca cualquiera...” Tema y va- Villaseñor, Margarita. “El teatro en México en la riaciones de literatura. Galería de fantas- década de 1950” Tema y Variaciones de Li- mas. No. 38, semestre I, 2012, pp. 75-79. teratura, núm 1, 1991, pp. 7-26.

TEMA ¶ 19

tema

Emilio Carballido: novelas y cuentos

vicente francisco torres | universidad autónoma metropolitana, azcapotzalco

Resumen El trabajo literario de Emilio Carballido ha sido amplio y diverso. En el siguiente escrito sólo hablo de sus novelas y cuentos. Allí resplandecen la provincia veracruzana y la capi- tal del país. El viaje, las vacaciones y los fenómenos naturales operan como detonadores de las conductas más inesperadas.

Abstract The literary work of Emilio Carballido has been wide and diverse. In the following writing I only talk about his novels and stories. There, the Veracruz province and the capital of the country shine. Travel, vacations and natural phenomena act as triggers for the most unexpected behaviors.

Palabras clave: provincia, capital, novela, cuento, viaje, vacaciones, fenómenos naturales.

Keywords: province, capital, novel, story, travel, vacation, natural phenomena.

Para citar este artículo: Torres, Vicente Francisco, “Emilio Carballido: novelas y cuen- tos”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 21-30.

21 emilio carballido: novelas y cuentos

1 de sus conflictos, Adán embaraza a Martha al mismo tiempo que a la sirvienta, Nieves. n 1956, en la legendaria colección Cuando la esposa se entera va a buscar a Los Presentes, editada por Juan José Adán que estaba en el cerro, en la casa de EArreola, apareció La veleta oxidada, la finca. Después de armar un sainete, galo- primera novela de Emilio Carballido; transcu- pa locamente de regreso y aborta. Pide que rre en una provincia tropical que bien puede dispongan a su hijo como lo vio hacer antes, ser Veracruz y, específicamente, Xalapa, ca- con el ritual de los angelitos, con coheto- pital del estado. nes, borrachera y niño expuesto. Cuando su Una egresada de la Facultad de Filosofía cuñada le pregunte cuánto tiempo tendrán y Letras, de la Universidad Nacional Autó- expuesto el cadáver después de la fotogra- noma de México, Martha, va a vivir a la casa fía, Martha responde, llena de rencor, pero pueblerina de su marido, que está en el ce- también de burla por las costumbres rurales: rro de una finca cafetalera. Todo lo que ve le hasta que se pudra. disgusta: la humildad de la madre de la sir- ¿A qué obedece el título de esta nove- vienta, angustiada porque su hija mayor, la? Aventuro una hipótesis: Adán se arraiga después de abusada, fue a dar al burdel del con la sirvienta, con la mujer de su pueblo. pueblo; la vida local, sin grandes aspiracio- No puede moverse como marcan los vientos nes literarias... El rito de la muerte niña, que trae su esposa universitaria y capitalina. típico de la gente humilde, que viste a los Su vida es estática; se queda como una ve- pequeños como angelitos, forma parte des- leta oxidada. tacada de lo que repudia, porque maquillan El norte (1958) empieza en la capital del a los niños y los acomodan para fotografías país, concretamente en Tepito, y luego se que resultan macabras. Después vienen co- traslada al puerto de Veracruz. Es una his- hetones, juegos, comilona y borrachera1. toria de amor que protagoniza Aristeo, un Martha y Adán forman una mala pare- adolescente del célebre barrio, e Isabel, una ja; ella tiene aspiraciones poéticas y de vida mujer madura que le empieza a dar dinero a urbana mientras el esposo prefiere la vida cambio de compañía y una vida sexual que rústica (de aquí su nombre). Como resultado no conocía porque, a los catorce años de edad, la casaron con un militar viejo y viudo. El afecto que surge de la costumbre y el 1 “La muerte niña es una expresión que no se refiere precisamente a la muerte de niños, sino a un fenó- placer sexual hace nacer en la mujer la ilu- meno cultural mexicano, al ritual en el que los ni- sión de un viaje a Veracruz, mismo que rom- ños que acaban de morir son considerados no niños perá la rutina que había logrado la pareja. sino angelitos, y como tales son festejados, no llora- El viaje en tren y el hospedaje en la casa dos (...) una ceremonia cristiana en la que se con- sidera a los niños inocentes de toda desdicha eter- de huéspedes los expondrán a las miradas na. La muerte niña no es muerte sino nacimiento indiscretas: ella dirá que es su tía y el mu- festivo a otra vida.” Alberto Ruy Sánchez Lacy, “Re- chacho saldrá a pasear solo como lo pide sucitar en el arte”, Artes de México, núm. 15, prima- vera de 1992, pp. 23 y 23. su vigor juvenil. En el faro conoce a Max, un

22 ¶ tema y variaciones de literatura 55 vicente francisco torres joven mayor que Aristeo. Es perverso y tiene Llosa y otros de su talla. Se trata de novelas tintes homosexuales. Le propone a Aristeo breves que un puñado de grandes narra- que se vayan en un barco pero Aristeo no dores hispanoamericanos, como José Luis acepta por sus lazos con Isabel. Para conse- González, llamaban relatos para no dar idea guir sus fines, Max seduce a Isabel y también de que son novelas inacabadas. En el pró- la humilla (“vieja puerca”, le dice al salir de la logo de la selección, Benítez Rojo dice es- habitación). Luego va y le cuenta a Aristeo tas palabras que sirven perfectamente para lo que hizo. Éste, en lugar de marcharse con calificar El norte: “la magia del relato está el jovenzuelo, lo golpea y se va al faro del en la atmósfera nebulosa que se cierne so- puerto. El saldo de esta historia es el dolor. bre la trama”3. Max se va despechado, Isabel se regresará Cuando la Tercera serie de Lecturas Me- sola a la capital y a Aristeo lo dejamos va- xicanas reeditó las dos novelas arriba co- gando en el puerto de Veracruz. El norte es mentadas, Carballido agregó Un error de una novela sugerentemente gay, pero tam- estilo (1991), que puede ser adjetivada co- bién un texto abierto que el lector comple- mo histórica debido a que sucede cuando la tará como guste. emperatriz Carlota, ya viuda, aborda el bar- El viaje trastorna las vidas de los persona- co que la llevará a Europa de regreso. Es una jes y, el vértigo de los hechos, se intensifica arrebatada historia de amor. con el fenómeno meteorológico que, con La francesa Denise, esposa de un car- sus nubarrones, el viento y la lluvia, acentúa nicero que trabajaba para Maximiliano de el caos que arrebata a los entes de ficción. Habsburgo en México, inicia un romance Cuando apareció esta novela, fue reci- con un soldado juarista. Una vez fusilado el bida con una reseña de Emmanuel Carballo emperador, la familia francesa (ella, él, hijo e cuyo título era todo un homenaje: “Con una hija) se embarca de regreso pero la esposa, sucia historia y una limpia prosa, Carballido presa de amor, desciende del barco para logra su mejor novela corta: El norte”2. buscar a su amante. Tiempo después, esta novela de Carba- Hay peripecias que cargan esta novela de llido vio refrendados sus méritos cuando actos y pasiones huracanados, reveladores Antonio Benítez Rojo y Mario Benedetti la de cuánto pueden hacer los seres humanos incluyeron en Quince relatos de la Améri- movidos por la pasión, pero también por las ca Latina (1970), antología de Casa de las convenciones. Al final del texto, tenemos un Américas que reunió a autores como Alejo planteamiento contundente: Carpentier, Joao Guimarães Rosa, Juan Car- los Onetti, José María Arguedas, Julio Cortá- zar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas

2 Emmanuel Carballo, “Con una sucia historia y una 3 Antonio Benítez Rojo y Mario Benedetti, Quince re- limpia prosa, Carballido logra su mejor novela corta: latos de la América Latina, La Habana, Casa de las El norte”, Novedades, 23 de noviembre de 1958. Américas, 1970, p. XII.

TEMA ¶ 23 emilio carballido: novelas y cuentos

la nostalgia del fuego eterno, de los hielos eter- mula las apariciones de una bella muchacha nos, la nostalgia del siempre y del jamás, del tor- cojitranca, una sonámbula y una pareja que bellino del tiempo arrastrándonos, sin los cuales se enreda en un romance pasional que ten- no hay vida. Ni sol, ni astros, ni margaritas sil- drá que derivar hacia una normalidad adi- vestres (…) Nos ocultan quiénes somos y algo, vinada. La represión de los obreros textiles a veces el arte, a veces un cuerpo humano, nos de la célebre fábrica, hecho que anuncia la hace descubrir la verdad: que albergamos volca- revolución que vendrá, sirve para contrastar nes y tormentas, creación y destrucción, somos la vida en la casa palaciega y brumosa y las contraste, astros que explotan, cometas de glo- chozas miserables que habitan los trabaja- ria y de catástrofe. Y sin todo eso: ¿vale la pena, dores. Cuando la pareja huye de la misterio- acaso el ser humano?4 sa casona dejando un caos familiar y amo- roso, llegan en tren los soldados enviados Carballido, al fin hombre de teatro, pone por Porfirio Díaz para reprimir a los obreros. en la francesa Denise aires de la Medea trági- Debo decir que esta es una suerte de no- ca. Desahucia a su marido y abandona a sus vela gótica tropical, como Álvaro Mutis cali- hijos (el niño se suicida); los condena a una ficó a alguna de sus novelas. Si el castillo fue vida que es peor que la muerte que vemos el corazón de la novela gótica europea, en la tragedia de Eurípides. cuando ésta pase a América gracias a Natha- Al final de esta novela teatralizada, apa- niel Hawtorne, pero sobre todo a las prodi- rece Manuel Acuña como uno de los con- giosas manos de Edgar Allan Poe, los castillos tertulios que solían reunirse y, así, le dan europeos serán sustituidos por las viejas ca- forma a la novela. sonas coloniales con tejados ruinosos, pa- Luego de sus dos novelas breves iniciá- sajes secretos, ventanas chirriantes y buhar- ticas, Carballido se entrega a una dilatada dillas destartaladas en donde los cuervos novela de atmósfera, Las visitaciones del graznan y el viento aúlla fúnebremente. Este diablo (1960), en donde una casa envuel- es el caso del caserón envuelto por la ne- ta en neblina es una suerte de sudario que blina y el misterio en donde transcurre Las envuelve a los personajes para albergar, visitaciones del diablo. nuevamente, una tortuosa historia de amor. El sol (1970), técnicamente, es la novela A su vera fluye el río Blanco que, junto con más osada de Emilio Carballido porque en- una flora y una fauna abigarradas, dan vida foca inopinadamente a un personaje y a a una especie de paraíso sombrío, digno otro y lleva al lector, más que nada, a los escenario de las conductas apagadas pero pensamientos de cada criatura. violentas de los personajes. La neblina disi- Nuevamente tenemos unas vacacio- nes que alterarán las vidas de dos hermanos que van con sus familiares que viven en un 4 Emilio Carballido, La veleta oxidada. El norte. Un pueblo en donde no pasa nada. Todo es error de estilo, México, Consejo Nacional para la gris, a pesar de los cerros verdes, cuevas y Cultura y las Artes (Lecturas Mexicanas, Tercera Serie, núm. 48), 1991, p. 121. un lago. El pequeño pueblo tiene su merca-

24 ¶ tema y variaciones de literatura 55 vicente francisco torres do, su tienda, su burdel y su producto típi- Querétaro, San Luis Potosí ni en Saltillo. Aca- co: el tequezquite. Un hermano, Ricardo, es ba llevándolos hasta Monterrey y la carca- apuesto y arrojado; el otro, Mario, es tímido cha se convierte en un escenario teatral en y meditabundo. donde cada personaje delinea su persona- En este mundo estático, las pasiones lidad: Nora improvisa un monólogo de Me- subterráneas corren como lava de volcán: dea que nadie entiende pero obsesiona a Hortensia quiere que la lleven de sirvienta a Carballido; la viejita es atrevida y despreocu- la ciudad y Ricardo inicia un torbellino se- pada de su nieto que sí pudo subir al tren; xual en una cueva y sobre yerbas. Cuando Ramón Ruiz muestra sus ínfulas; Damián es el cuñado de Hortensia descubre las escapa- juguetón, sensual, soez y despreocupado. das de la muchacha, la obliga a tener rela- La mesera, cuando ve a su novio que sí era ciones sexuales con él. Y un buen día que como estaba en la foto que mandó y no co- la sigue, cae sobre la pareja de jóvenes y Ri- mo ella –dijo que era contadora y mandó cardo lo apuñala. A raíz de esto, ni Ricardo una foto que no correspondía a su edad ver- ni Hortensia conocerán el sosiego; menos dadera– ya había tenido en el camino un Mario, porque estaba enamorado de la mu- encuentro sexual con el chofer, en el sue- chacha. El final de la novela es el esclare- lo. La pareja se arrebató con un garrafón de cimiento sordo de cómo sucedieron las co- mezcal que llevaba la anciana y, al final de la sas que destruyeron estas tres vidas. aventura, sabe que ella no es para el joven El tren que corría (1984), la más jocosa que la esperaba y decide regresar a México de sus novelas, basa su estructura y su efec- con el chofer. to, otra vez, en unos días excepcionales, El interior de la carcacha sirve para que fuera de todo cálculo y rutina. los personajes se vayan conociendo y los Tenemos a Nora, una actriz de segunda, lectores nos divirtamos con su lenguaje soez extra, de plano; la anciana Leocadia Zana- y coloquial, con los resortes salidos de los bria y su nieto; Chela, una mesera que va a asientos y con el palo de escoba que apun- reunirse con su novio a quien conoció por talaba el asiento del copiloto. Nora también una revista del corazón; el politiquillo Ramón tuvo una relación sexual en el suelo. Ruiz y Gilberto, un joven vestido de gris. A Cada novela de Emilio Carballido tiene todos los deja el tren –que iba a Monterrey– propuestas diferentes de las demás pero en la estación de Buenavista. Entonces apa- también guarda fidelidad a un conjunto de rece Damián con su destartalado coche que herramientas que le interesan. Los zapatos ostenta una frase en su defensa: “Ya bas”, de fierro (1983) es una historia maravillosa una muletilla que él repite cada que se lan- ubicada en Veracruz; en el río Papaloapan, za a un episodio nuevo de su aventura. Les para ser exactos. He dicho historia maravi- ofrece llevarlos a Puente de Vigas, en donde llosa y quiero invocar unas palabras de Ro- podrán alcanzar el tren que los dejó. Pero ger Caillois, que distinguen lo maravilloso de resulta que una serie de incidentes harán lo fantástico, dos conceptos que a menudo que no alcancen el ferrocarril en Lechería, se confunden. Dice Caillois:

TEMA ¶ 25 emilio carballido: novelas y cuentos

El mundo de las hadas es un universo maravillo- to de un determinismo estricto en el encadena- so que se añade al mundo real sin atentar con- miento de las causas y de los efectos. En una tra él ni destruir su coherencia. Lo fantástico, al palabra, nace en el momento en que cada uno contrario, manifiesta un escándalo, una rajadu- está más o menos persuadido de la imposibi- ra, una irrupción insólita (...) el cuento de hadas lidad de los milagros. Si en adelante el prodigio sucede en un mundo donde el encantamiento da miedo, es porque la ciencia lo destierra y que se da por descontado y donde la magia es la re- se lo sabe inadmisible, espantoso. Y misterioso: gla. Allí lo sobrenatural no es espantoso, incluso no se ha observado bastante que el cuento de no es sorprendente, puesto que constituye la hadas, por ser tal, excluía el misterio. 5 sustancia misma de ese universo, su ley, su cli- ma. No viola ninguna regularidad: forma parte Pues bien. En Los zapatos de fierro, una le- de las cosas, es el orden o más vale la ausen- chuguilla que flotaba en el río coquetea con cia de orden de las cosas. una joven lavandera. Remolineaba, se iba y El universo de lo maravilloso está natural- se aproximaba hasta que María la tomó y la mente poblado de dragones, de unicornios y de lechuguilla en tierra se transformó en un prín- hadas; los milagros y las metamorfosis son allí cipe. Esta historia que una nana le contaba a continuos; la varita mágica de uso corriente; los la abuela de Carballido, en Veracruz, la reto- talismanes, los genios, los elfos y los animales mó y la adaptó a sus intereses literarios, con agradecidos abundan; las madrinas, en el acto, los elementos del ámbito veracruzano: ca- colman los deseos de las huérfanas meritorias. lor tropical, garzas, lagartos, tortugas, igua- Además, este mundo encantado es armonioso, nas, faisanes, ranas, lirios, mangos, palmas, sin contradicción, no obstantefértil en peripe- platanares, naranjos…y el napo, buitre o cias, ya que conoce, él también, la lucha del gallinazo garciamarquiano que, con su nom- bien y del mal: existen los genios malos y las bre, da color local al zopilote. hadas malas. Pero una vez aceptadas las propie- María sube en los hombros del príncipe dades singulares de esta sobrenaturaleza, todo y se van por el río Papaloapan (del náhuatl: permanece notablemente homogéneo. papalotl, mariposa, y apan, en el agua; es En lo fantástico, al contrario, lo sobrenatu- decir, río de las mariposas) hasta llegar al ral aparece como una ruptura de la coherencia reino. Ella se casa con él pero, debido a la universal. El prodigio se vuelve aquí una agre- curiosidad, lo devuelve al hechizo cuando sión prohibida, amenazadora, que quiebra la es- desabrocha un cinturón que él había adver- tabilidad de un mundo en el cual las leyes hasta tido que no desatara. Al correr la hebilla, el entonces eran tenidas por rigurosas e inmuta- cuerpo del príncipe se abre en canal y Ma- bles. Es lo Imposible sobreviniendo de improviso ría ve una especie de aleph borgesiano con en un mundo de donde lo imposible está deste- casas, bosques, ríos, niños jugando y muje- rrado por definición. El cuento fantástico no po- dría surgir sino después del triunfo de la concep- ción científica de un orden racional y necesario 5 Roger Caillois, Imágenes, imágenes... (Sobre los po- deres de la imaginación), Trad. Dolores Sierra y Nés- de los fenómenos, después del reconocimien- tor Sánchez, Barcelona, edhasa, pp. 10 y 11.

26 ¶ tema y variaciones de literatura 55 vicente francisco torres res cazando mariposas, herreros, campesi- En esta última novela que publicó Carba- nos, leñadores… llido, supo urdir hermosamente una historia Cuando el aleph se cierra, caen unos za- que patos de fierro que María deberá calzar para buscar a su esposo en la tierra de irás y no con sus retratos de la naturaleza humana en con- volverás. Pedirá ayuda a la Brisa, el Viento diciones extremas, muestra cómo la persistencia del Sur, el viento del norte y el Pajarero. Los del amor es un esfuerzo de voluntad, capaz de dos primeros son gigantes humanizados, borrar los años, y las distancias, y de gastar las caníbales y arrebatadores que la conducen suelas de los zapatos de fierro.7 sobre sus hombros en la búsqueda. El pa- jarero es un hombre que custodia a todas 2 las aves del mundo y la pondrá en contacto con el nopo, el último en llegar al refugio Aunque Carballido trabajó, simultáneamen- aviar pero el único que conocía la tierra de te, la novela, el teatro, el guión cinemato- irás y no volverás. La conduce a esa tierra gráfico y el cuento, si miramos este último en donde el príncipe, presa de la amnesia, terreno después de revisar sus novelas, ad- estaba consumando un nuevo matrimonio. vertiremos un contraste notable, porque La Ella lo abraza, le revela lo sucedido y ambos caja vacía (1962) nos enfrenta a la margina- se marchan con la ayuda del suegro que sa- ción social y económica. Persiste su interés y bía de las malas artes con que su hija había su afecto por Veracruz, como también por la conseguido esposo. capital del país de la que ofreció un fresco, El viaje en hombros de los aliados mues- D.F., 26 obras en un acto (1979) obra rica tra las distintas geografías que alberga el en humanidad y urbanismo, por las distintas mundo: océanos, playas, bosques, ríos, pla- zonas y personajes que fue incorporando tanales, cafetales, puntas nevadas, desier- en cada edición. El libro aumentó conforme tos... Reivindica, además, el ave carroñera crecía la capital del país. que todo mundo mira con desprecio. Resul- “La caja vacía” es un relato de ambiente tan verdaderamente notables la calidad de tropical, con ríos, pescadores, hierbas curati- la ficción y las palabras con que se cuenta vas, campesinos que las buscan y extranjeros esta novela. Digo más: Los zapatos de fierro que las compran. Lo importante es cómo a es la más lírica de sus novelas, por su imagi- Leonela, tía del gobernador, se le endurecen nería y por su lenguaje: “Y a María le pareció los sentimientos por tratar a tantos pobres que esas palabras se iban quedando escritas y por ceñirse a un presupuesto social. Y hay en el aire, con la sustancia misma del olor de un elemento que titula el cuento: un ataúd las flores, y con el humo del incienso y en el vacío estuvo presente durante el novenario; trazo enérgico de los bramidos del órgano”6.

nal para la Cultura y las Artes (Botella al mar), 1993, 6 Emilio Carballido, Los zapatos de fierro, Ilustraciones p. 25. de Leticia Tarragó, México, Grijalbo / Consejo Nacio- 7 Ibídem, pp. 192 -193.

TEMA ¶ 27 emilio carballido: novelas y cuentos se hizo molesto a tal grado que, al final de la más su comadre. El marido escucha la con- historia, la viuda y la madre del hombre cuyo versación de las mujeres y, desde la primera cuerpo nunca fue rescatado del río, anhelan noche, se mete al cuarto de la huésped y que se muera una rezandera para poder des- la fuerza. La esposa advierte que su marido hacerse del féretro. abandonó el lecho pero, por vergüenza, nin- Otros cuentos que se ubican en Veracruz: guna de las mujeres dice algo. “Los huéspedes”, “Media docena de sába- “Por celebrar del infante” se desarrolla nas” (la miseria y la opresión matrimonial en Orizaba y, como en El norte, los perso- de una lavandera golpea como un mazazo), najes se hallan sometidos a las fuerzas de la “La paz después del combate” (en un velorio naturaleza. Un viento del sur derrumba las se encuentran una esposa y la otra), “Cubi- paredes de una casa en donde se reunían lete” (aquí conviven el vicio del juego y la dos familias para celebrar la nochebuena. política)… Sin embargo, también hay otros Son también unas vacaciones y, debajo de cuentos ubicados en Veracruz que son más una cama, dos adolescentes se frotan y ma- elaborados, complejos, dolorosos o sutiles. nosean y descubren la sexualidad. Merecen destacarse las siguientes historias. Quien haya pergeñado un libro, o tenga “Los prodigios”. Aquí un niño descien- cierto prestigio intelectual para ser invitado a de con dificultad de su cama y va descu- alguna escuela o universidad, se estremece- briendo cosas que le parecen fascinantes: rá con la lectura de “Las conferencias”, que el arcoíris que forma el chorro de agua que muestra a un escritor en algún estado del lanza una manguera, el verde intenso de las interior. Le llenan un auditorio con jóvenes hojas regadas, el gusano que se arrastra y que no tienen el menor interés de escuchar la geometría de una telaraña. Quiere que a nadie y empiezan a escurrirse después del su tía se maraville con él y, cuando entra pase de lista. Los profesores y funcionarios en la cocina para llamarla, escucha que lo que lo invitaron tampoco han leído los libros han abandonado en esa casa ajena, que su del conferenciante, aunque muestran una madre no vendrá y que la tía ya no está en reverencia vacuna. condiciones de cuidarlo. Descubre, al mis- Al final del volumen aparece “La deste- mo tiempo, su orfandad y las maravillas de rrada”, el más bello pero el más triste de los la naturaleza. cuentos de Carballido. Una anciana debe vi- En “Danza antigua” una anciana debe vir en la capital para atender y cuidar a sus abandonar la casa de su hija. Cuidaba a sus nietos, porque la madre murió. El único re- nietas pero, con el pretexto de visitarla, el cuerdo de su pueblo veracruzano es un con- tío ebrio golpeaba a una de las tres nietas. junto de plantas que riega diariamente. Es La anciana debe ir a vivir con el borracho y una pueblerina desterrada en la capital y, abandonar a su hija y a sus tres nietas. “Las cuando necesita viajar a su pueblo por una flores blancas plantea otro sordo dolor fa- renta que recibía, descubre que el pueblo miliar porque una amiga divorciada llega de cambió. Ya no tiene sus atractivos campi- vacaciones a casa de una amiga, que es ade- ranos y lo único que se conserva incólume,

28 ¶ tema y variaciones de literatura 55 vicente francisco torres como en sus recuerdos, es el río Papaloapan. lo en las instalaciones televisivas del Canal Vuelve a la capital y vende sus macetas por- 11, en el Instituto Politécnico Nacional, en que ya no evocan nada. Es una doble deste- donde Carballido, con la paciencia de Job, rrada porque tampoco existe ya el edén de les respondió algunas preguntas y, tiempo su memoria. después, los recibió en su casa y les permitió Flor de abismo (1994) reedita la novela fotografiar los mecanuscritos de sus libros y El sol y la acompaña de dos nuevas histo- se tomó fotos con ellos. En seguida trans- rias en donde vuelve a campear el dolor. En cribiré cuatro preguntas, con sus respuestas, la primera, una mujer queda ciega debido de aquella conversación porque plantean a un incendio y, en la segunda, a orillas del cuatro temas del autor que resultan funda- Papaloapan, Lupe, hija de una concubina, mentales. Consigno los nombres de aquellos nace ciega (la madre de la invidente se hizo muchachos, hoy adultos, por si después de amante del marido de su hermana). casi cuarenta años identifican algunas líneas Ahora que termino este apunte sobre los salidas de sus máquinas de escribir. Ellos son cuentos de Carballido, deseo insistir en que Alejandra Carrillo Serrano, Angélica Díaz Sa- sus historias de viajes, de vacaciones y de linas, María Esther Navarro Montes y Fer- seres humanos sometidos a los fenómenos nando Garduño Luna. naturales, muestran al autor que ha busca- do esa condición extrema que revela nues- —Para escribir una obra ¿se informa de las cos- tras pasiones más escondidas, los instantes tumbres de otra época? en que la vida circula por nuestros nervios, —Si se escribe una obra que pertenece a otro como un cable atravesado por una descarga tiempo hay que hacer investigación para docu- eléctrica. El mundo de Carballido es fasci- mentarse. Por ejemplo, para Tiempo de ladro- nante, muy arraigado en su país, ya sea en la nes, tuve un año de ardua investigación antes capital o en Veracruz, su patria chica, como de empezar a escribir la obra. Trabajé durante antes se decía. un año para buscar todo acerca de Jesús Arria- ga, Chucho el Roto. 3 —En sus obras ¿todo es imaginación? —Sí, pero la imaginación creativa es una mez- En 1983, trabajaba yo en el sistema de ba- cla de elementos; realidad con intuición. La in- chillerato de la Universidad Nacional Autó- tuición es la que penetra las cosas que uno no noma de México. Un compañero escribía conoce directamente. Es un poco como la cien- una tesis sobre Emilio Carballido y pidió ayu- cia: ustedes no conocen los planetas más allá da a sus alumnos para recabar información de Neptuno, pero científicamente lo intuyen, lo acerca el autor. Un grupo empeñoso de descubren; y luego resulta que sí existen otros adolescentes de aquellos años hasta se atre- planetas. Si existe la intuición artística, funciona vió a buscarlo para hacer una entrevista. de la misma manera, pero con procedimientos Carballido viajaba mucho pero ellos fueron más lúcidos. tenaces. No descansaron hasta encontrar- —¿Sus obras tienen una moraleja?

TEMA ¶ 29 emilio carballido: novelas y cuentos

—En general las buenas obras no tienen una Fuentes de consulta moraleja, sino un tema complejo que quiere de- cir bastantes cosas. Benítez Rojo, Antonio y Mario Benedetti. Quin- —¿Por qué en muchas de sus obras utiliza per- ce relatos de la América Latina. La Habana: sonajes de provincia? Casa de las Américas, 1970. —Porque la provincia es más universal que la Caillois, Roger. Imágenes, imágenes. (Sobre los ciudad. En la provincia ustedes encuentran per- poderes de la imaginación). Traducción de sonajes aislados bien definidos dentro de un Dolores Sierra y Néstor Sánchez. Barcelona: campo sociopolítico, económico... En una ciu- edhasa, 1970. dad grande todos se parecen. Los hombres de Carballido, Emilio. La veleta oxidada. El norte. urbe se parecen entre sí, son orgullosos. En d.f. Un error de estilo. México: Consejo Nacional planteo retratos sobre pequeños sectores, pero para la Cultura y las Artes (Lecturas Mexica- me parece que una ciudad chica define mejor nas, Tercera Serie, número 48), 1991. las fisonomías humanas; lo que a mí me intere- , El sol, México: Editorial Joaquín Mortiz san son los rasgos humanos, caracteres de vidas (El Volador), 1970. entretejidas. , d.f., 26 obras en un acto. México: Edito- rial Grijalbo,1979. , El tren que corría. México: Fondo de Cul- tura Económica, 1991. , Los zapatos de fierro. Ilustraciones de Leticia Tarragó. México: Consejo Nacional pa- ra la Cultura y las Artes (Botella al mar), 1983. , Las visitaciones del diablo. México: Edi- torial Joaquín Mortiz (El Volador), 1965. , La caja vacía. México: Fondo de Cultura Económica (Popular), 1962. , Flor de abismo. México: Grupo Editorial Planeta, 1994. Carballo, Emanuel. “Con una sucia historia y una limpia prosa, Carballido logra su mejor novela corta: El norte”. Novedades, 23 de noviem- bre de 1958. Sánchez Lacy, Alberto Ruy. “Resucitar en el arte”. Artes de México, número 15, primavera de 1992.

30 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Dos llaves y una lanza, novela de Emilio Carballido

socorro merlín | centro nacional de investigación teatral “rodolfo usigli” citru-inba

Resumen La novela Dos llaves y una lanza, escrita por Emilio Caballido, es un texto de fácil de acceso en su lectura y complejo en su estructura. Este artículo profundiza en su análisis al interpretar su contenido destacando los sentimientos y acciones de los personajes.

ABSTRACT The novel Dos llaves y una lanza (Two keys and a spear), written by Emilio Caballido, is an easy-to-access text, in its reading and complex in its structure. This article delves into its analysis, interprets its content, highlighting the feelings and actions of the characters.

Palabras clave: tiempos, personajes, acciones, resultados.

Key words: times, characters, actions, issues.

Para citar este artículo : Merlín, Socorro, “Dos llaves y una lanza, novela de Emilio Carballido”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 31-50.

l escritor Emilio Carballido (1925-2008) es autor de numerosas obras de teatro, cuentos, guiones de cine y novelas. Sus obras de teatro rebasan Elas doscientas. Sus primeros cuentos forman un libro que se llama La caja vacía, reeditado muchas veces. Sus guiones de cine han obtenido premios;

31 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido recibió el Ariel de Oro en los premios de la nuestro autor se mostró reticente a clasificar Academia de Cine 2002. Sus obras de tea- literaria o teatralmente sus textos; decía que tro y novelas han sido llevadas a la pantalla es la obra misma la que dicta su propio estilo grande como las obras de teatro Felicidad, y género y él, el encargado de su organiza- La danza que sueña la tortuga, Orinoco, ción: lenguaje, ritmo y tono que el propio Rosa de dos aromas, y la novela Las visita- tema le sugería. ciones del diablo entre muchas otras. En el mundo de cada una de sus narra- Emilio Carballido manejó todos estos gé- ciones la fábula se expande, utilizando va- neros con gran plasticidad y maestría. Con rios planos de acción con las múltiples voces la comodidad del experto va de uno a otro de los conceptos y las palabras dichas por y a veces los mezcla, pues en las novelas in- sus personajes, propiciando condensaciones troduce diálogos y en los diálogos dramá- y desplazamientos de imágenes por medio ticos narraciones, sin que por ello cada gé- de figuras gramaticales; hay en sus discursos nero abandone su identidad. Sus novelas una serie de informaciones que tienen rela- mantienen el interés del receptor por medio ción con los textos propuestos basados en el del suspenso con una técnica de narración texto, inscritos en la diégesis; se produce así, que hace trabajar la imaginación y propor- una confluencia intertextual que complejiza ciona momentos muy agradables durante la el tejido para el análisis crítico, como sucede lectura. Con frecuencia usa dos tipos de na- en Las visitaciones del diablo, (1963) que rradores en la misma obra, así como la mise según Christopher Domínguez Michael “(...) en abîme para contar una historia dentro de es una de las más logradas y hermosas no- otra. En sus narraciones utiliza los tiempos a velas de la literatura moderna.” (Domínguez voluntad en el tratamiento de cada tema. El Michael 131-133). lenguaje empleado es puesto en acto en los La historia antigua le ofreció mitos fun- diálogos y en las didascalias y está de acuer- dacionales, asuntos políticos, didácticos, con do con los personajes gozando de entera la intención de desacralizar las figuras es- libertad. En sus obras usó tanto un lenguaje tatuarias, interviniendo teatralmente en las popular, como uno refinado y poético con ideas de los personajes y sin cambiar su des- uso de tropos. tino histórico, les dio palabras y actitudes Respecto a la aplicación del tiempo y el que pudieron haberlas dicho. La microhisto- espacio, a veces encontramos en sus textos ria es la más socorrida en sus obras, le brin- alusivos a la historia de México, una distri- dó numerosos temas, sucesos, personajes, bución sincrónica con pequeños saltos dia- lugares, tiempos que afectan de alguna ma- crónicos de acuerdo con el tema tratado; en nera al arte como objeto cultural, muestra otras, da grandes saltos en la cronología, de ello son sus 52 obras en un acto reco- de acuerdo a la poética de la obra. También gidas en un volumen editado por el Fon- nos encontramos con una organización- do de Cultura Económica. En ellas algunos desorganización que incita al lector a tomar personajes emigran de un texto a otro para parte de la narración. En relación al estilo, hacer presente algún hecho que sobresale

32 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín de la cotidianidad y lanzarlo más allá de la en México IV apuntan en su prólogo: “Lo vida diaria, al universo imaginario, como los sobresaliente de la existencia en México (S. personajes de La danza que sueña la tor- xix) continúa siendo la diversidad, el apego tuga. En otras narrativas solía usar, un en- a la vida y a la muerte, la firme estructura trelazamiento de situaciones mezcladas a la familiar, las creencias apenas adaptadas al cotidianidad y al pensamiento subjetivo del mundo moderno”1. moi même que señala Paul Ricoeur, como La historia de la vida cotidiana atañe lo hizo en su última e inédita novela La ciu- también a la expresión de los afectos en la dad secreta. intimidad, los prejuicios y valores imperan- Sobre el manejo de los hechos de la vida tes, las relaciones personales y los recursos cotidiana hay infinidad de ejemplos, entre de carácter y de supervivencia. En ese tejido ellos los obreros en las fábricas en los ini- cotidiano se encuentra la novela Dos llaves cios de la Revolución de 1910, como perso- y una lanza. De este modo el juego creati- najes de las novelas y cuentos de Carballido, vo entre lo real y la ficción, permitió al artis- tal que los niños repartidores de propaganda ta el ejercicio de su arte en toda libertad y la obrera de la obra Nahui Ollin (Movimiento) elección, o no, de la distancia a tomar de su (1977) incitados por un líder sindical para contexto social y de la historia relatada para protestar contra la injusticia patronal en Río expresar su propia verdad, en el espacio de Blanco, o los hijos de Gallardo de la novela la creación literaria donde todos los mun- que nos ocupa. La historia de la vida coti- dos, tiempos y espacios son posibles. diana es un caudal de motivos creativos, un Dos llaves y una lanza fue escrita en el sinnúmero de hechos y acciones que ofre- año 2001, publicada por Editores Mexicanos cen un manantial de anécdotas que pueden Unidos en 2002. La novela trata una crónica ser trágicas como en el cuento La caja va- de familia, la del propio Emilio Carballido, cía (1959), inspiración de la obra de teatro adoptando el apellido Gallardo para la na- Silencio pollos pelones ya les van a echar rración. La periodicidad la ubica durante un su máiz, (1962) o cómicas como en la no- lapso de casi cien años, que van de 1898 a vela Por celebrar del infante (1962) o el 1999. La acción recorre varios lugares geo- cuento Sobre virtudes teologales (1985) y gráficos. Se inicia en una propiedad antigua, El niño que no existía (2000) donde el autor en la Hacienda de la Pe, en Ejutla, Oaxaca; despliega humor, ternura, ansiedad, expec- así como en Guerrero, Atlixco, Puebla y Ve- tación y derroche de lenguaje infantil, ante racruz, además de otros lugares que sólo situaciones conflictivas de las instituciones aparecen en la diégesis: Ejutla como cabe- legales y familiares. Como es sabido, la vida cera municipal, Taxco como sede de la mina cotidiana es historia de cada día, de acuer- do con cada comunidad de referencia y cada tiempo impactados por los cambios de los 1 Pilar Aizpuru Gonzalbo, directora, Anne Staples coor- sistemas sociales y la actividad cultural. Las dinadora, Historia de la vida cotidiana en México iv Bienes y vivencias. El siglo xix, México, El Colegio de editoras de Historia de la vida cotidiana México, Fondo de Cultura Económica, 2005, p. 13.

TEMA ¶ 33 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido donde trabajan los niños, los trayectos del y menos sin documentos probatorios de he- tren que lleva a la familia de un lugar a otro; rencia; sin embargo, allí estaban sus oríge- los del tren que lleva a Panchito como em- nes y la sombra de aquel abuelo Francisco pleado del ferrocarril y los escenarios natu- Gallardo y la historia de prosperidades y de rales de San Blas, en el Istmo de Tehuantepec pobreza, de alegrías y de pesares. La histo- y muy importantes los espacios subjetivos ria de una hacienda con un tesoro de los De de los personajes. El espacio-tiempo nove- la Lanza, apellido de Mercedes la mujer de lesco es tratado en prolepsis y analepsis, con Francisco y abuela del narrador; tesoro per- un diagrama de zigzag, hay una trasposición dido bajo una lápida con el escudo de dos de los planos temporales, es un ir y venir del llaves y una lanza, así como la historia de la pasado al presente de los personajes. Efec- transgresión del abuelo que propició la des- to buscado por el autor que en su prólogo gracia de unos niños que nunca entendieron explicativo aclara: “Me resulta evidente que o no quisieron entender lo sucedido. Con es- contada en un orden cronológico; perdería tos elementos el autor Carballido organiza la interés; algo que no es realmente tan gra- novela, juega con los años de opulencia y ve, aunque sí le resulta insoportable al que los desgraciados, con la presencia gallarda, lo hizo”2 adjetivo parecido al apellido que toma para El relato comienza en 1999. En una es- su abuelo y narra desde este apellido ficti- tancia del autor-narrador en la ciudad de cio su desventura. Oaxaca. Gallardo se encuentra con el pasado Ante las ruinas de la hacienda el doble de sus ancestros: los restos de una vieja ha- narrador Carballido-Gallardo, reconstruye la cienda, llamada en su origen, Hacienda de vida y el ambiente de ese 1898 en que lle- la Pe, correspondiente al distrito de Ejutla, gó a las puertas de la Hacienda de la Pe un Oaxaca. Esa hacienda tenía una extensión huérfano macilento y muerto de hambre. enorme y era fuente de mucha riqueza. Ga- Este personaje se convertirá en un eje de ac- llardo es el virtual heredero de esa propie- ciones de la novela. El autor utiliza recursos dad, aunque no hubiera nacido allí, pero pa- literarios muy variados para entretejer la tra- saron tantas cosas y tanto tiempo que él ya ma. Es el narrador que escribe el prólogo y no puede reclamar esas tierras que fueron de pone en antecedentes al receptor sobre sus sus abuelos y bisabuelos. Gallardo visitó el lu- motivos y metodología novelística, inician- gar para hacer un recorrido de reencuentro do con ello un discurso representativo que con el pasado. De la hacienda no quedaba encontramos a lo largo de la novela como mucho: la capilla abierta al culto, algunas pa- partícipe de la misma. Existen elementos redes donde se habían recargado humildes narrativos, sin los cuales la fábula no puede casas, una escuela en lo que fue bodega o llevarse a cabo, como personajes, lugares, salas, o caballerizas. Nada se podía reclamar ambientes referentes a la acción de despla- zamiento de los personajes y otros conteni- dos en la diégesis que provocan el discurrir 2 Emilio Carballido, Dos llaves y una lanza, México, Editores Mexicanos Unidos, 2002, p. 9. del texto.

34 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín

En la familia de los Gallardo-De la Lanza En el contexto del siglo xix el pater fa- la vida en la Hacienda de la Pe ocurre como milia gobernaba sus propiedades, general- en cualquier otra de ese género. Las hacien- mente era un hombre criollo, fuerte por el das a fines del sigloxix , eran lugares que en ejercicio de domar potros y tomar parte en la sí mismas exhibían riqueza y poder, dice el vigilancia de siembras y cosechas, seguro de narrador: sí por saber cómo llevar su hacienda y admi- nistrar sus propiedades. Dedicado al trabajo sin ostentación, pues lo heredado y la riqueza de acumular riqueza y cuidar a su familia, bien habida no se exhibe. Las cosas son como así como establecer relaciones comerciales son: la vida diaria, el trabajo, la vigilancia de la y sociales con sus iguales que adquirían pro- propiedad, salidas del patrón a ver las tierras y piedades cuyas escrituras adjuntaban no a hacer niños con las rancheras, las fiestas, las sólo las tierras sino también entradas y sali- caridades, son como son.3 das libres a ellos y a la servidumbre.6 El dueño de la hacienda mandaba en su Las haciendas de México eran fuente feudo; era la autoridad, distribuía, decidía y de riqueza; en su extensión había tierras de castigaba. Apadrinaba los nacimientos de cultivo y ganado, pero principalmente con- los hijos de sus peones, daba de comer a taban con un espacio muy grande para las todos y por todo eso tenía el respeto de los habitaciones en el casco de la hacienda. de adentro de la hacienda y de los de afue- “Allí se encontraba la casa principal del due- ra. Los peones y demás criados guardaban ño con un gran patio rodeado de arcos y respeto al “patrón”. En la novela acota el na- corredores, contaba con jardines y espacio rrador “[...] servidumbre apta y solícita que para los sirvientes”4. Generalmente había se porta como los parientes pobres, a veces también una tienda que surtía de materia- con atrevimientos, o con traiciones a ve- les a los trabajos del peonaje y productos ces. Nunca sabe uno cuantos rencores acu- alimenticios; sobre todo granos, que se cul- mula la gente por ser bien tratada”7. Sen- tivaban en la misma propiedad. A medida tencia que es punto nodal en el discurrir del que las haciendas crecieron, su principal ob- texto. En este renglón es preciso recordar, el jetivo era explotar las tierras y resguardar- poder político, económico y social que tenían las de bandoleros y saqueadores. La revolu- ción de 1910-1920 dio fin a las haciendas.5 la revolución fueron adquiridas por mexicanos y han tenido que ser restauradas ya que los revolucionarios las destruyeron. las podemos ubicar en todo el te- 3 Ibid., p. 28. rritorio mexicano. En Oaxaca fueron famosas las de 4 Patricia Ruiz Botello, “Arquitectura de las haciendas Candiani y La Soledad entre muchas otras que ahora coloniales de México”, Tesina de Master Arquitectu- son hoteles, museos o centros de arte. ra y sostenibilidad Herramientas de diseño y técnicas 6 Aún en la actualidad se registran de esta manera de control medioambiental, México, UPC, 2011, pp. algunos documentos en los pueblos de usos y 7-10. costumbres. 5 Actualmente hay haciendas que son propiedad de 7 Emilio Carballido, Dos llaves y una lanza, op. cit., descendientes de antiguos hacendados. Otras desde p. 28.

TEMA ¶ 35 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido las familias adineradas sobre las clases so- que le produjo el ceñimiento a su montura ciales desprotegidas, daban lugar a la ex- al partir de la hacienda y Mercedes, su es- plotación y a luchas internas que tuvieron posa, va a verlo con sus hijos, llevando solo como consecuencia la revolución de 1910. lo indispensable para unos días. La estancia Las mujeres de la familia en una hacienda con el enfermo se alarga. Manda pedir di- y los hijos estaban subordinados a la autori- nero a Severino, pero este nunca lo envía, dad patriarcal. La mujer no contaba para las ni da señas de la hacienda. Unos peones le decisiones administrativas de la hacienda, ni llevan la noticia: Severino abusó del poder tenía voz en las disposiciones de su marido. que le dio Francisco, vendió la hacienda y La tradición popular decía, como el empe- se fue con el dinero y con la nana, dejando rador Julio César en su tiempo, que, una mu- en la desgracia a la familia Gallardo. Lo que jer debía, no sólo ser honesta sino parecerlo. sigue son los años de lucha, sufrimiento, po- Los trazos principales de la fábula son los breza y trabajo en otras tierras, en condicio- siguiente: La novela Dos llaves y una lanza nes económicas, sociales y psicológicas de la refiere que, a las puertas de la próspera ha- familia que marcarán el resto de sus vidas. cienda de Francisco Gallardo, llega un día un En el análisis de este texto, a través del huérfano muerto de hambre y de cansancio ejercicio mnemotécnico del narrador, en- sin hablar español. La hija mayor lo alimenta contramos tres líneas de acción: educación a por caridad y la familia lo adopta. Se llama primera de la esposa Mercede a segunda de Severino, quien queda en la hacienda como la dupla Francisco-Severino y la tercera de los un sirviente más. Al correr del tiempo, es hijos. El texto plantea dos grandes tiempos: educado y cuidado por el dueño Francisco, el primero ocurre en la Hacienda de la Pe, convirtiéndose en un joven bien formado y con una vida sin grandes sobresaltos. La se- apuesto de lengua zapoteca que aprende el gunda comienza en Oaxaca y se desarrollará español. Severino se comunica bien con la en varios lugares de la República. nana de los niños del mismo origen étnico En la primera línea está el carácter de una y atiende todos los gustos de Francisco. El mujer a quien no se considera como actor dueño de la hacienda cae en las redes de su judicial y sin embargo toma a su cargo a la propia creación y ambos terminan por tener familia. Las decisiones de Mercedes en esta una relación carnal. novela revelan a una mujer fuerte, fortale- A partir de ese acto, Francisco ya no ve za compartida con una subjetividad inhibi- ni oye a nadie, solo a Severino. Por cuestio- da y débil, llena de sentimientos encon- nes de administración, el dueño debe salir trados. Se impone a sí misma la tarea de a Oaxaca y da poderes totales a Severino conducir la nave de la familia y retomar el para hacerse cargo de la propiedad porque rumbo que su marido perdió y nunca reco- su mujer no cuenta judicialmente. Este he- bró. Mercedes quiso rebelarse contra ese cho es definitivo como nudo de las acciones. hombre que había sido el pilar de su casa, Francisco enferma en Oaxaca de una llaga pero no lo hizo. Allí estaban sus hijos, debía

36 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín salvarlos de un padre ebrio que no tenía vo- había vendido galletas y tamales, tenía un luntad, que los hacía errar de un lado para poco de dinero que destinó para que la fa- otro y coexistir con su alcoholismo. milia se tomara unas fotografías como gesto Ella era de origen italiano de apellido De afirmativo de su identidad, su personalidad la Lanza. Era delgada, fina de facciones y de y su estatus para legarlo a sus hijos. Arregló buena posición económica. Decían que su a la familia con los restos de sus ropas de la familia guardaba la lanza con la que hirieron hacienda, pero sin zapatos, solo huaraches el cuerpo de Cristo, y un tesoro. De estas hechos por el padre. Mercedes todavía era armas la familia tomó su apellido; su escu- bella y parecía como la hija de su marido. do mostraba dos llaves y una lanza atrave- Dispuso la foto: Ella sola, Francisco de busto sada que se podían ver en la capilla de las y los niños radiantes, pero sin que se les vie- tierras heredadas y anexadas como dote a ran los pies para no mostrar los huaraches las propiedades de los Gallardo. Antes de la signos evidentes de pobreza, así se veía a sí desgracia, se abría un canal de riego en misma como toda una señora; esa imagen la hacienda, Mercedes fue con sus hijos, la quería que guardaran de ella. Y así fue. El nana y el huérfano, a revisar la vieja capilla y narrador dice: “Y han durado las fotos. Has- la lápida en la cripta, pero le dio miedo bus- ta la fecha”8. Cuando Francisco murió a cau- car el tesoro porque aparecían huesos. En sa de la bebida, hizo cuanto pudo para otro momento decisivo fue Mercedes quien velarlo y enterrarlo. Cansada de ser la jefe resolvió ir a buscar a Francisco enfermo a de familia, decidió hacer a su hijo Panchito de Oaxaca. Ella sola volvió a la hacienda para catorce años jefe de la casa. Después de es- recobrar algo de lo perdido y fue a la cripta te gesto, y vestida de negro renunció a to- para ver si había algo del tesoro bajo la lápi- mar decisiones. da, pero estaba saqueada. La otra línea la forman la dupla Francis- Cuando sobrevino la desgracia Merce- co Gallardo y Severino Cundiri teniendo co- des no se quedó inactiva, se puso a coser mo escenario la hacienda y su extensión, en ajeno, a hacer pan y tamales para vender y el contexto de riqueza de una hacienda a solucionar un poco el hambre. Para colmo finales del siglo xix, en la que el patriarcado en ese tiempo estaba embarazada, pero no marcaba la pauta de todo hogar, fuera ci- se arredró a pesar de lo difícil que era para tadino o rural. La línea de acciones de esta ella descender de la clase social en la que dupla marca, como en la línea de la mujer, había nacido. Por las noches enseñaba rudi- los momentos decisivos de su carácter y mentos de la escuela a sus hijos. Mercedes sus consecuencias. llevó la barca de la familia hasta que los hijos Francisco era criollo, de origen asturia- crecieron. Al final de sus días guardó una in- no o gallego, heredero del feudo creciente tuición confusa que nunca pudo explicarse que trabajaron los anteriores varones de la a sí misma, pero nunca la reconoció. Otro gesto importante de Mercedes tiene lugar en Atlixco por las fiestas de Semana Santa; 8 Ibid., p. 40.

TEMA ¶ 37 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido familia. Al Gallardo de la novela lo describe vida de la casa y de la hacienda. Francisco el narrador: “Francisco patriarcal, bastante le puso por apellido Cundiri. Severino lleva- hermoso con su barba recortada, los ojos ba las cuentas de la hacienda y domaba po- muy grandes, el traje oscuro con botones tros. Con el tiempo y cuidados del patrón de plata”9 10. Un terrateniente respetado y se convirtió en un joven hermoso, Francisco suficiente, gerente de sus bienes y con su lo admiraba y Severino se mostraba cuando hombría bien plantada, respetuoso de las estaban solos. Esta admiración tomó el tinte normas de la sociedad de su tiempo. Cada de pasión contra la que Francisco luchaba. quién tenía su lugar bien definido en la ha- Al fin se dejó vencer y ambos terminan por cienda: Él, su mujer, sus hijos, los sirvientes tener una relación. y los peones. Cada uno de estos actores so- Los sentimientos de Francisco lo llevaron ciales respondían a las diferencias de sexo a regalar a Severino joyas de su mujer, en- y condición que la propia sociedad de su tre ellas un anillo y una cruz de filigrana con tiempo imponía. Así era Francisco antes de diamantes. Severino no ocultaba, las joyas, su relación con Severino. las lucía. Su actitud era de una cierta sober- Severino es el huérfano indígena que bia y desdén, no pedía, era Francisco quien llegó a la hacienda muerto de hambre en ofrecía. Esta actitud daba de qué hablar a 1898, de más edad que los hijos del patrón. la gente de la hacienda. Francisco tuvo que Al llegar no hablaba español sólo zapoteco, ir a Oaxaca capital por trabajo de varios la única que lo entendía era la nana que ha- días, quedarían Mercedes y los niños en la blaba el mismo idioma, por quien se supo hacienda, por eso le dio todo el poder de que era huérfano y su nombre. Cuando lle- sus bienes a Severino Cundiri ante el notario. gó sucio y sin comer, flaco y medio muerto, Las acciones que tienen lugar a partir de la Francisco lo rescató de la mugre y del ham- decisión judicial de Francisco serán determi- bre. Lo lavó y ordenó que lo acogieran en la nantes para el desarrollo del texto. Un mo- casa. Le dieron ropa limpia y lo mandaron a mento importante al viajar a Oaxaca, sucede dormir debajo de la escalera como un criado cuando montado en una mula, los arreos más.11 Severino se integró con soltura a la de Severino le ajustan demasiado, pero él los soporta, acto que tendrá consecuencias nefastas, porque le causaron unas llagas en la ingle que lo incapacitaron. El dinero se ter- 9 Ibid., p. 29. 10 Esta descripción del narrador es posible relacionar- minó. Mercedes mandó pedirlo a Severino la con la foto que tiene Severino y la que conservó la varias veces sin obtener respuesta. Unos via- familia, porque en esta última Francisco, a pesar de jeros trajeron la noticia: Severino había ven- la bebida, “[...]conservaba hábitos de dignidad y dido la hacienda y no supieron más de él. de mando. La mirada nublada no deja de ser impe- riosa”. Ibid., p. 32. Francisco se impuso un autoexilio. 11 Este detalle es curioso porque las haciendas mexica- nas conservaron algunos detalles de la disposición arquitectural de las casas ricas de la Edad Media. De- se utilizaba en diversas ocasiones, para personajes bajo de la escalera principal se alojaba una cama que menores como los sirvientes.

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En Oaxaca comenzó el segundo tiempo la hija mayor, quien se compadece de él y le en la vida de los Gallardo con el deterioro ofrece leche y pan. Esa piedad la transmitió del carácter de Francisco y la pobreza. En a los demás, menos a su madre que siempre primer lugar, no quiso regresar a la hacienda tuvo resistencia. Sin embargo, cautivó a su ni reclamar sus propiedades, luego Se negó padre. Los cuatro primeros hijos de Fran- a dar explicaciones. Se volvió hermético y cisco y Mercedes pasarán del escenario de taciturno y comenzó a beber mezcal. Con- la hacienda al de un mesón en Oaxaca. Los siguió trabajo en una fábrica llevando los niños, como todos los de su edad, siguen a libros de contaduría, pero por el alcohol no sus padres en sus decisiones, pero se dan lo hacía bien. Perdió ese trabajo, así co- cuenta de los cambios, después de saber de mo los que consiguió al correr del tiempo en la venta de la hacienda. el autoexilio. Mermó su autoridad, finalmen- Los chicos se adaptan a su nueva vida de te el alcoholismo lo dominó y murió repen- pobres, junto a los hijos de los obreros. Los tinamente. Severino se fue al Istmo con la muchachos saben que su padre está enfer- nana. La narración al final, da cuenta de su mo por la bebida por eso toman cada uno vida como muxe´. Rico y gordo disfruta de su papel: Carlota la más grande vigila a las los placeres de la vida y de su condición. niñas menores y ayuda a su madre a corre- La tercera línea la forman los hijos: dos gir los libros que lleva su padre; también le mujeres y dos hombres, la tercera nació en auxilia a sobrevivir económicamente hacien- la pobreza; su importancia radica en que fue do tamales. Panchito se hace cargo de su ella quien transmitió la historia de su fami- hermano Tino. Un hecho que nunca olvida- lia a la siguiente generación, tal vez porque rían tiene que ver con la falta de zapatos: sin haber participado de la primera etapa Francisco compró un pedazo de suela que de riqueza e integridad del padre, no tuvo convirtió en huaraches para los niños, como parámetro de comparación, sino solo posi- los que confeccionaban y usaban los indíge- bilidad de narrar. En la Hacienda de la Pe es nas pobres de la región.12 Con gran cuidado donde habitaba la familia compuesta por el los recortó sobre sus pies al tiempo que las padre, la madre y cuatro hijos, dos mujeres y lágrimas caían sobre los pies de su hijo. Los dos hombres: Carlota, Ernestina, Francisco niños advertían la desgracia en la que ha- y Constantino, estos niños aprendían mate- bían caído y Panchito13 recordaría siempre rias escolares con maestros que iban hasta las lágrimas de su padre. su casa, después de las clases iban a ayu- Las niñas vendían a los obreros galletas y dar a su madre Mercedes y a la nana. Los tamales que hacían por la noche. Un traba- cuatro primeros gozaron en su infancia de jador les habló de las injusticias de los patro- las comodidades de la riqueza de Gallardo nes y ellas repartía panfletos que hablaban y de la Lanza. Una de las primeras acciones de esas injusticias. Los niños comenzaron a que marcan el papel de los hijos y las hijas Gallardo en la novela, es aquella cuando al 12 Estos huaraches se llamaban Pie de gallo. llegar el huérfano a la hacienda, es Carlota 13 Panchito en la vida real sería el padre del autor.

TEMA ¶ 39 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido trabajar como obreros, se emplearon para Tino fue a trabajar a los Estados Unidos. Ellas hacer uno o dos turnos de trabajo acarrean- tenían la esperanza que ante la revuelta que do materiales de una mina. Carlota iba con veían desatarse, Panchito no se fuera a la las niñas a vender galletas y tamales que ha- “bola” y se quedaran solas. bía aprendido a hacer. Al poco tiempo habi- Dos llaves y una lanza pareciera ser so- taron todos en un solo cuarto. Los obreros lamente un texto fácil y ameno, pero no es les pasaron la noticia de que en la fábrica de así. Su complejidad se encuentra en los dra- Río Blanco pagaban mejor. Para aumentar máticos cambios sufridos por los personajes, los ingresos, a Tino se le ocurrió vender pan su actitud ante ellos y los medios físicos y a los obreros a la salida de cada turno. El psicológicos que utilizaron para afrontarlos. amigo que los recomendó les daba volantes Para desenredar esta madeja de posibilida- de protesta contra los patrones extranjeros y des de acción, es necesario acercarse un los niños envolvían el pan con ellos, al tiem- poco más a su propia problemática y pre- po que hacían conciencia de su explotación. guntarse cómo se desenvuelven y entrecru- Una acción importante que determinó aún zan las tres líneas del contenido textual por la más el carácter de Panchito fue el día que convivencia; cuándo y cómo Francisco cayó se enfrentó al hijo borracho de uno de los en las redes de Severino; por qué Severino patrones. El hombre flanqueado por sus pe- reaccionó negativamente a la confianza de rros, insultó a los niños. Panchito le brincó al Francisco; cuál era la verdadera identidad cuello con un cuchillo, le dijo que si azuzaba de Severino; por qué Mercedes no reaccio- a sus perros lo mataba a él y a los perros. nó de otra manera ante el cambio de ca- Amenazándolo con el cuchillo le ordenó que rácter de su marido; en qué contexto los recogiera el pan y el borracho así lo hizo, niños se volvieron adultos a tan temprana además el hombre les dio diez pesos y se edad. Preguntas que deben responderse de fue. Los muchachos con entusiasmo asistían acuerdo con la metodología adoptada para a reuniones de obreros en donde se pla- comprender los hechos que moderan el in- neaba una huelga. Ante los rumores de esa fortunio de la familia Gallardo-De la Lanza. huelga la madre mandó al padre ir por ellos. El contexto social de los últimos años del Tomaron el tren, la estación estaba llena de siglo xix y principios del xx en el que se ubi- soldados. Cuatro días después fue la matan- ca la novela, es un recurso para la interpre- za de Río Blanco. Posteriormente ocurrió la tación y para descubrir, por lo menos en muerte del padre, Panchito anunció que se parte, el mundo de símbolos y signos en los iban a Veracruz porque había conseguido discursos de los personajes que el autor nos trabajo en el ferrocarril con sede en esa ofrece. El primero es el título con las armas ciudad. Como la familia dependía de él se del escudo familiar de Mercedes, represen- mudaron. Las hermanas continuaron traba- tación de poder, de un tesoro enterrado, de jando. Panchito abastecía de cosas para la protección religiosas y de propiedades ex- casa. Ernestina se casó y quedaron solas tensas. Éstas, ya rotas, significan todo lo con- las tres mujeres: Mercedes, Carlota y Anita, trario: la fractura de la vida de la familia y el

40 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín fin de la hacienda, el quebranto de la norma Esta situación, agrega Botello, impide por Francisco o la traición de Severino que que los hombres sean más expresivos y no no respetó la tumba y la lápida de la capilla puedan definir bien sus sentimientos. Anas- de los De la Lanza para acabar con la tutela y tasia Téllez y Ana Dolores Verdú reflexionan la dominación de los Gallardo. La novela su- que una de las condiciones para entender la merge al lector en un ambiente de situa- masculinidad frente a lo femenino, es sufrir ciones violentas; propicia la reflexión sobre una serie de contrastes afectivos: los sentimientos profundos, insospechados, destructores, agresivos, inconfesables, pero Para ser masculino un hombre debe estar dis- también resistentes y decididos que pueden puesto a luchar e infligir dolor, pero también atormentar a cualquier ser humano. a sufrir y soportar dolor. Él busca aventuras y En el tiempo histórico en que el autor si- pruebas de su coraje y lleva las cicatrices de sus tuó la novela, el hombre esposo y padre era aventuras […] Un hombre tiene que aceptar el el núcleo familiar, el proveedor del susten- peligro libre y voluntariamente o si no él no es to y del mantenimiento de mujer e hijos. un hombre.15 Respondía a reglas sociales bien estableci- das. Algunas de ellas tenían que ver con la Estas palabras son espejo de las conduc- identidad y diferencias entre hombres y mu- tas del protagonista de esta novela. jeres. La identidad de los hombres se cons- En este tiempo el papel de la mujer tiene truía –y aún hoy se contempla así, por no ser un rol diferente al del hombre. Lo principal otra cosa que varón, por la necesidad de ex- era conservar el nombre de la familia, la san- perimentar y probar su virilidad, por medio gre, la religión y ser ejemplo de honradez, de ejercer el poder sobre seres diferentes y rectitud y respeto para el jefe de la familia. vulnerables como la mujer, los hijos y los que Su fragilidad se fundaba en ese rol menor dependen económicamente de él. frente al hombre que debía protegerla, se atenía a los valores heredados de tiempo […] La identidad se construye a partir de no ser atrás en Europa y el periodo virreinal. Nicole mujer. Esto significa que la identidad masculina Arnaud-Duc acota: no se construye positivamente, sino a partir de una negación. Es decir, desde niño se aprende Esto hace todavía más manifiestas las incohe- que la manera de ser “hombrecito” es no sien- rencias del derecho que se niega a afirmar sin do mujer14. ambages la supremacía marital y la justifica por una inferioridad física que solo existe en las

15 Téllez, Anastasia y Ana Dolores Verdú. “El significa- 14 Luis Botello Lonngi, Construcción social de la mas- do de la masculinidad para el análisis social” Revista culinidad, [Tesis master sexuality], México, Centro Nuevas tendencias en antropología No. 2, Alicante: Nacional de Equidad de Género y Salud Reproducti- Universidad Miguel Hernández de Elche, pp. 80-103, va, p. 266. 2011.

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mujeres casadas. El marido debe ser conside- tuvo fuerte y actuó con prontitud para resol- rado juez absoluto del honor de la familia16 ver los problemas que se iban presentando. En las acciones que atañen a Severino el Por otro lado, la sexualidad estaba inhi- panorama es amplio. De niño era un sirvien- bida y/o prohibida a las mujeres que eran te más, ayudaba a la nana y ella le enseñó consideradas solo como reproductoras de la el español, jugaba con los niños, pero no se especie. En ese aspecto el instinto sexual era aproximaba a las niñas porque Mercedes no propiedad de los hombres y enarbolarlos, lo permitió. Adolescente, Francisco lo ense- excederlos o violarlos no tenía iguales reper- ñó a montar y él lo hacía con aplomo. Ha- cusiones en unas que en otros, el derecho bló pronto y bien el español y le dieron un los sancionaba de distinta manera; el amor, cuarto para él solo y ropa mandada a hacer. el sexo, el matrimonio y la vida marital esta- Después colaboraba en el arreo de ganado, ban muy codificados. La norma establecida ayudaba en las cuentas, en la siembra o en era lo que debía ser, no cuestionada por las la cosecha. La nana lo adoraba pues habla- mujeres, y si lo era, las consecuencias solían ban la misma lengua; por la tarde charlaban ser difíciles. En varias ocasiones el narrador y bebían juntos chocolate. En la tienda ayu- da señales del carácter de Mercedes y del daba y aprendía más, era muy listo. En la respeto a estas reglas. Cuando Francisco lle- tienda se vendía de todo, Severino vigilaba vaba los libros de una fábrica de hilados y las cuentas. Había crecido bien, era un mo- tejidos: “Sentía la casa y los muebles y a sí cetón que domaba los potros, atendía pedi- misma tremolar y era como su propia alma dos y hablaba bien el castellano. Por indica- que se le escapaba y crecía y en el estreme- ciones de Francisco leía algunos libros. cimiento magnificado sustituía el impulso de Francisco recorría las tierras de la pro- empezar a dar gritos”17. En otro momento piedad con Severino y sentía en ello placer, ante la negación de su marido de reclamar pues era otro tipo de compañía distinta a la la hacienda, tuvo gran deseo de venganza de su mujer o sus hijos. Cuando llegaban a o castigo para él. Estuvo a punto de gritar y los linderos y no podían volver ese mismo de pegar al hombre causante de sus desgra- día, Francisco se iba con alguna rancherita y cias, pero se detiene ante el pensamiento Severino lo esperaba en algún pajar, pero el de una consecuencia terrible. “Alguna espe- amo rompe esta costumbre para quedarse cie de terror le frenó la imaginación y el po- con Severino. La gente de rango social me- der de razonar”18. Mercedes siempre se man- nor, como un corifeo, observa las acciones de los principales actores, tiene sospechas, y agudas opiniones: Durante la integración de 16 Arnaud-Duc, Nicole. “Las contradicciones del dere- Severino a la hacienda los peones y sus mu- cho” Historia de las mujeres. El siglo xix, dirección Georges Duby y Michelle Perrot, “El siglo xix 4” di- jeres decían: “Ese huérfano salió bien, a ver rección Geneviève Fraisse y Michelle Perrot, Madrid: como sigue”. “Ya se puso bonito ese huérfa- Taurus, 1993. P. 110. no. ¿Vendrá de dónde?/Más bien parece del 17 Emilio Carballido, op. cit., p. 25 18 Ibid., p. 76. Istmo/Allí está lleno de brujos y brujas. Oja-

42 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín lá que no traiga mañas de esas”19. Cuando Los peones tenían sus razones basadas en la Francisco comenzó a regalarle las joyas de experiencia para juzgar así lo que veían; en Mercedes, las mujeres le dijeron a la esposa sus observaciones se notan cuatro ideas im- “Oiga doña Meche ese huérfano anda po- portantes: primera, reconocían la apostura niéndose sus joyitas”20. A lo que Mercedes del huérfano y sus adelantos; segunda, Se- contestó que ella se las había regalado por- verino era del Istmo, de costumbres comple- que no le pagaban. Eso dijo para justificar tamente distintas a las del Valle de Oaxaca a su marido. La mujer respondió: “Ah, pues que las consideraban extrañas y temían las mira nada más…”21 frase irónica en la que introdujera cerca de ellos; tercera, a la trans- se cuela la duda. Igualmente, cuando Fran- gresión no le daban importancia, no signi- cisco perdió los estribos por Severino opina- ficaba perder la cabeza; cuarta, Francisco sí ban desde su experiencia y con su lenguaje se notaba diferente, bebía mezcal y pare- sobre esa relación: cía loco. En la hacienda las cosas no seguían co- —Pues yo pienso que ese huérfano se apoderó mo siempre, estaban matizadas por el cam- de don Francisco y se lo va a chupar. Ése es del bio de comportamiento de Francisco, quien Istmo y allá son brujos. se encontraba en una lucha subjetiva con —Mas que una brujería… como que se lo está sus sentimientos. Eran encontrados, curiosos cogiendo, ¿no? y profundos, hasta hacerlo estremecer; cuan- —Si, pareciera. ¿Y eso que tiene? Todos nos he- do terminaba su jornada y sudoroso quería mos cogido chamaquitos alguna vez ¿no? ir a nadar, se resistía y volvía a la hacienda —Oiga, yo no. para bañarse en su tina, pero el sentimiento —No se haga, no se haga, ¿y el ahijadito aquél? que lo obsesionaba lo llenaba de malestar, —Ah, ese no cuenta era una nena. se ponía de mal humor y se volvía contra su —Don Francisco está flaco y los ojos parecen mujer y sus hijos como si ellos tuvieran la carbones prendidos, le brillan como de gato por culpa de algo. Eso le motivaba una especie la noche. de rencor y deseo de quitarles algunas cosas —Y está bebiendo mucho. Él casi ni probaba el que las dirigía a Severino. Cuando Francisco mezcal, y no será porque se coja al huérfano. tomó del joyero de Mercedes un anillo y Eso, qué tanto… una cruz de filigrana, a ella no le gustó la —Yo les digo que es brujo, le está sorbiendo la idea, sólo dijo: “Me gusta mucho, era de mi voluntad. tía Agripina” y para sí gritó: “Y es mío, es —¿Querrá volverlo loco?22 mío”, pero no dijo nada más porque pensó que estaban casados en comunidad de bie- nes; sin embargo, algo indefinible le golpeó el estómago. Esa sensación, como la que 19 Ibid., p. 21. le asaltó cuando quiso rebelarse contra su 20 Ibid, p. 65 marido, gritar y pegarle. Sentimientos que 21 Ibid.p. 66 22 Ibid., pp. 65-66 no la abandonaron, pero nunca los objetivó.

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Si reconocía el motivo de su impulso, Mer- con Severino, sus impulsos iban más allá de cedes hubiera tenido que admitir el porqué su cordura. Sus emociones se expresaban del deterioro de su marido y se detuvo. Su diferentes en los distintos espacios de con- posición era de desventaja, no podía des- vivencia que frecuentaba cotidianamente. prestigiar a su esposo, ni explicar lo que ella Si bien las emociones son parte de un tema no entendía. abundantemente estudiado, la antropóloga El pensamiento y la actitud de Francisco Myriam Jimeno ofrece un acercamiento que estaban puestas en Severino. Admiraba sus puede aclarar la formación de las emociones manos finas y pensó que en ellas se vería padecidas por Francisco: bien un anillo. Por eso lo tomó del joyero de su mujer y lo puso en el dedo del muchacho. La expresión emocional sería una verbalización El huérfano sonrió, pero no dio las gracias. de patrones culturales que existen para el cam- La violación a la norma se produjo cuando bio de mensajes, donde la emoción no es lo al bañarse en el río la corriente lo arrastró. opuesto a la razón y al pensamiento. Emocio- Algo le sucedió: le faltó aire, las fuerzas o tal nes, pensamientos e intenciones harían parte de vez la edad que ya no le permitía exceso de una estructura contextual que los vincula en una esfuerzo. Severino lo rescató nadando pe- misma unidad y los remite simultáneamente a gado a su cuerpo. Al llegar a la orilla Severi- lo que Bateson llama contexto de contextos.24 no no lo soltó; entonces Francisco sintió ese cúmulo de sentimientos que últimamente Las emociones de Gallardo no iban en lo agobiaba y se dejó arrastrar por ellos sin una sola dirección, eran intensas, pero no límites. “Después cerró los ojos y se hundió sabía aclararlas ni manejarlas. La narración al fondo de la cripta”23. En ese momento la cuenta: “Era un poquito como una cripta transgresión de Francisco había alcanzado el abriéndose y él no quería ver hacia adentro, fondo, había roto sus propios límites y esto pero allá en las tinieblas se anidaba algo”25. lo consumiría día a día. Ese algo era la pasión por Severino y el re- Francisco empezó a padecer mal de chazo a su familia, puesto que, como se ha amores, como dice el lenguaje popular. Este dicho más arriba tenía actitudes negativas estado físico que los médicos, especialmen- con su mujer y sus hijos. De esta manera sus te los psiquiatras así como los antropólogos emociones estaban, como afirma Jimeno, han investigado desde hace mucho tiem- citando a Bateson, en un contexto de con- po. Las emociones que embargaban a Fran- textos que formaban su mujer, sus hijos, la cisco no lograba describirlas, eran como una riqueza, la hacienda y Severino. madeja revuelta y confusa de la que no po- día sacar un hilo que lo condujera hacia la 24 Jimeno, Myriam. Crimen pasional. Contribución a claridad. No era el mismo con la familia que una antropología de las emociones. Bogotá: Uni- versidad Nacional de Colombia, Departamento de Antropología, Centro de Estudios Sociales, ces, 2004, p. 31. 23 Ibid., p. 60. 25 Emilio Carballido, op. cit., p. 57.

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La pasión tomó tintes de obsesión y des- y vulnerable. Cada una de sus pérdidas tiene pués de auténtica patología. El yo mismo y tras de sí un complejo entramado de sensa- su Otro, el ipse y el ídem de Francisco, se ciones y reflexiones que lo atormentan, lo encontraron en problemas. La mismidad sumen en la abulia y lo llevan a la patología. es un concepto de relación y una relación Entre todos los motivos el más destacado es de relaciones; el sí mismo y su Otro forman el de la traición de Severino y el no querer parte del carácter del ser humano, cuando volver para enjuiciarlo. También la vergüen- estos entran en conflicto, la mismidad se al- za de ver su honra maculada. Todo esto tera. “Por esto, un comportamiento que no arrastra la pérdida de su autoridad. Esta in- corresponde a este género de disposiciones terpretación se apoya en la negación a exigir hace decir que no se halla en el carácter del derechos. Él sabía a dónde había ido el jo- individuo considerado, que este ya no es el ven zapoteca, sabía de las costumbres del mismo, e incluso está fuera de sí”26. Istmo porque el muchacho se lo había di- En este sentido se encuentra el contexto cho. El texto dice: del autoexilio, así lo define el texto, puesto que Francisco ante la falta de respuesta de Y contaba sucintamente a Francisco de matri- Severino a su enfermedad y necesidad de di- monios en que el marido tenía a su lado un jo- nero en Oaxaca, el apoderado no respon- ven, adolescente o mayor. Y este y la mujer se de. Ante el silencio de su amor, el amante querían, él cuidaba la casa, los niños, mientras lo consideró perdido y con él la opulencia, ella trabajaba. Tranquilidad en el alma de todos, la riqueza y el bienestar. Esto atentaba a su contento y buen arreglo, humano, sin aspavien- integridad, queriendo conservar aún su do- tos […] Hay los límites que cada quien trae.27 minio, sacrificó a su familia. Nunca quiso volver a la hacienda y exigir ante la justicia Francisco tenía sus límites, eran los de su in- la restitución de sus propiedades y perseguir tegridad, su mismidad, su identidad anulada a Severino, lo hecho por el joven zapoteca que había sido sustituidas por la pasión irre- lo consideraba un hecho consumado y agre- frenable, avasalladora y terrible. El tema de dió con un cuchillo a los peones que le infor- la pasión ha sido objeto de estudios clínicos maron de la venta de la hacienda. El cuchi- y psicoanalíticos, es un tema complejo que llo tenía una leyenda escrita en la hoja, como abarca varios campos, acercarse a ellos es siguen teniendo muchos aceros oaxaque- un recurso en la interpretación de las con- ños “Si esta víbora te pica, no hay remedio ductas de Gallardo. en la botica”, símbolo de la pasión sin reme- En lo que atañe a la psiquiatría, Héctor dio de Francisco. Pérez-Rincón en el capítulo titulado “Cuan- Su enfermedad prolongada en la capital do el amor era una enfermedad” en su libro y sin dinero lo coloca en una posición débil Eros y Psiqué, define:

26 Paul Ricoeur, Sí mismo como otro, México, Siglo XXI, 2006, p. 117. 27 Emilio Carballido, op. cit., p. 69.

TEMA ¶ 45 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido

Dentro de la psiquiatría, dos entidades man- “respondona” acota el narrador. ¿Fue Seve- tuvieron el efecto de la pasión como tema rino quien contaminó a la nana o al revés? de interés clínico: el delirio de celos y el de- La nana y Severino tuvieron desde el prin- lirio erotómano. La interpretación inocente cipio una relación identitaria. Hablaban la del propio amor no confesado. El delirio del misma lengua el zapoteco, eran del Istmo amante y el delirio de la doncella que, como de Tehuantepec, tenían los mismos gustos ha dicho Lacan, solo puede encontrar al “bebían chocolate por las tardes” reforza- hombre en la psicosis. Dos formas extremas ban entre ellos los recuerdos que guardaban del trastorno de la creatividad. Dos univer- de su tierra y posiblemente la añoranza de sos interpretativos frente al Otro. Se engaña volver. Como por fin lo hicieron. Severino y por arte de ocultamiento o el amado envía la nana eran diferentes y conscientes de su mensajes cifrados. La realidad y la virtud se desigualdad étnica y cultural. Por eso ella se convierten en ambas formas de delirio en ins- volvió respondona y ya no atendía pronta- tancias que hay que reducir al impulso de la mente las indicaciones de Mercedes. certeza delirante. 28 El carácter de Francisco cambia en Oaxa- ca, como si se hubiera echado una moneda A Francisco le habían asaltado celos de su al aire brillando la cara del sol y cayera del familia, por eso le quitaba sus joyas a Mer- lado oscuro, su carácter se deteriora igual cedes y sentía rencor hacia sus hijos, ofrecía que la situación económica de la familia que todo a Severino, pero este solo le respon- se encuentra de pronto en la pobreza. El su- día con altivez, como si los regalos fueran frimiento es evidente y se trasluce en la prác- una ofrenda. Francisco lo veía como a un tica de la vida cotidiana; sin embargo, el de ídolo. Eso era lo que abrumaba a Francisco, Francisco Gallardo atañe más a lo subjetivo. que su ídolo lo hubiera traicionado y sucum- Un sufrimiento que aglutina las emociones bido ante la ambición y el rencor de clase en un nuevo contexto de contextos: Oaxaca social. Esto era lo que demostraba Severino capital, lejos de la hacienda; el mesón incó- cuando no daba las gracias por ninguno de modo y luego los cuartos, miserables, en los los obsequios y mimos de Francisco. Su iden- lugares donde tuvo que mudarse con la fa- tidad como diferente, como otro, lo volvía milia para trabajar. Allí los sentimientos se altivo; su actitud era como parte de una contraponen y se repiten como en torbellino venganza oculta que se mostró a la primera hasta no permitir a su cerebro estar alerta, oportunidad. Con esa actitud contaminó a sino sumergido en la vorágine de pasado y la nana, que después de un tiempo se volvió presente. Aquí ya no existe la caverna de la hacienda sino la realidad como un corredor oscuro donde tampoco obtiene claridad 28 Héctor Pérez-Rincón, Eros y Psiqué, en las fronte- para actuar y salir de él. Su autoexilio fue ras de la psicopatología y la creación. México, 2ª. una especie de castigo a lo que sin duda Edición México, Editores de Textos Mexicanos, Uni- consideraba su culpa, una gran culpa que versidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Medicina, 2006, pp. 45-46. tenía que expiar. Los habitantes de la re-

46 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín gión no le dieron importancia a la transgre- Valle de Oaxaca, como en las del Istmo de sión, no al menos como un hecho catastró- Tehuantepec la transgresión no estaba con- fico, sino como una actitud común a muchos siderada como una gran culpa. Sin embar- hombres, que las tenían, pero sin perder la go, Francisco necesitó de una expiación, cabeza como Francisco, que no atinaba a porque no soportaba el peso de la suya. descubrir de dónde había brotado ese ente Francisco se refugió en el alcohol, como que vivía en él y lo había puesto contra su modo de ausencia de su nueva realidad y familia y contra él mismo, pero Francisco en este momento son Mercedes y los hijos si la veía enorme por su condición de amo quienes tienen que llevar adelante la vida y señor de la hacienda, por haberse perdi- de la familia Gallardo-De la Lanza. Es en ese do en esa pasión. Freud determina una re- contexto de dudas e incomprensión que los lación íntima entre la culpa, como deuda, y hijos deben ayudar a Mercedes de la que ya el castigo. se ha dicho que tomó las riendas de la fami- lia. De ella ya se ha mencionado su carácter Freud recoge la culpabilidad multiforme y fre- y su posición ante la desgracia, pero los hijos cuentemente encubierta de un sentimiento de tuvieron que iniciarse en este recorrido por falta del cual parece convencido desde el prin- la vida sin tener lo que se había previsto para cipio –a despecho de objeciones que mientras su futuro como herederos de la Hacienda de tanto no aparecían como seguras– que es uni- la Pe. Tuvieron que crecer y desarrollarse pre- versal […] Él reconocerá, en efecto, que este maturamente, enfrentar la pobreza y traba- sentimiento no se produce, desde un principio, jar como peones. en un individuo, ni siempre en las diversas cul- Los niños toman decisiones cuando to- turas, la forma de una verdadera culpabilidad, davía son pre adolescentes. El momento de es decir, una angustia frente al Super Yo.29 (La más importancia para su integración a otro traducción es mía). contexto social fue su disposición de traba- jar lejos de los padres y dejar el trabajo como En este caso, una angustia ante el super Yo, peones para viajar solos por tren a la fábrica porque ya se ha mencionado que tanto en de hilados y tejidos en Río Blanco. En esa las culturas populares de las regiones del ocasión a Tino se le salieron las lágrimas al despedirse de sus padres, Francisco le instó a comportarse como un hombre. Todavía 29 Freud repère l´action multiforme, et souvent mas- quée d´un sentiment de faute, dont il semble con- tuvo el gesto de trasmitir a su hijo el resto de vaincu –et même durablement en dépit d´objections autoridad que le quedaba. Panchito por su au demeurant mal assurées– qu´il est universel […]Il parte, tomó como su responsabilidad el cui- reconnaitra, en effet, que ce sentiment ne prend dado de su hermano. Otro momento defi- pas d´emblée chez un individu, ni toujours dans les diverses cultures, la forme d´une véritable culpabi- nitivo para construir su identidad como ma- lisation, c´est à dire celle d´une angoisse devant le yores y fuertes, se produjo cuando el hijo del Surmoi. En Pierre Kaufmann, L´apport freudien élé- dueño de la fábrica los agredió pateando la ments pour une encyclopédie de la psychanalyse, Paris, Bordas, 1993, p. 81. canasta de pan, Panchito no dudó en tomar

TEMA ¶ 47 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido el cuchillo de Francisco para contraatacar al sin paga y valorado solamente por la nana, agresor. El cuchillo era el mismo de la leyenda: le creó un sentimiento de inferioridad y de “Si esta víbora te pica, no hay remedio en la identidad con la nana. Consentido y mima- botica” Símbolo también de hombría oaxa- do por Francisco elevó la percepción de sí queña. La edad de los niños, todavía en la mismo y ese sentimiento le dio la oportu- infancia, les permitió adaptarse con menos nidad de cobrar esa deuda de igualdad al problemas psicológicos que los padres a su despojar de sus bienes a la familia. nueva realidad. La narración da cuenta de la vida de Se- En lo que compete a la situación de Se- verino después del despojo, dice que vivía verino, este y la nana con el dinero obtenido en San Blas Atempa con la nana. En ese lu- de la venta y con el del tesoro de los De la gar nadie hablaba español, las costumbres Lanza desenterrado, partieron a su tierra. Las eran las del Istmo oaxaqueño. Severino era señales de que Severino era del tercer sexo, dueño de la mitad del pueblo, de muchas un muxe´, comenzaron desde que mos- tierras y de muchas casas. Tenía un caserón traba abiertamente su cuerpo a Francisco y enorme con plantas y árboles, los cuartos se dejaba acariciar. También cuando lucía las llenos de hamacas. Tenía pocos muebles. alhajas de Mercedes, hay que recordar que Severino había engordado y la casa se llena- la gente del Istmo tiene predilección por las ba de muchachos que bebían y se tendían alhajas de oro. Más explícitamente lo demos- en las hamacas. En las fiestas le gustaba ves- tró al contar a Francisco de las costumbres tirse de tehuana, lucía joyas, cadenas con istmeñas de aceptación de la transgresión. monedas de oro y entre ellas la cruz de fili- En el Istmo de Tehuantepec los muxe´ son grana de Mercedes, pulseras y el anillo que considerados como el tercer sexo y vistos nunca se quitaba. En su cuarto había una sin ningún prejuicio, son parte de la cultura hamaca, un tocador y un gran ropero con del Istmo, son apreciados y están integrados espejo. También tenía un retrato de Francis- a la cultura como lo están los hombres y las co muy angosto, sólo él de pie, como si le mujeres, éstas, son matriarcas con capaci- faltara la mitad al retrato, vestido de oscuro dad de decisión y de voto en la familia. La con botones de plata y barba recortada. Se lengua zapoteca no tiene un género grama- percibe que alguien le daba el brazo, pero tical, por eso muxe´ determina que no se es fue borrado con tinta. “El marco es dorado, ni hombre ni mujer. Esta condición actual- la marialuisa de terciopelo rojo. Está junto mente es reconocida en cualquier parte, al espejo, es el único adorno de la pared.”30 pero en el siglo xix determinaba a un ho- Al final de la lectura de Dos llaves y una mosexual y los homosexuales eran mal vis- lanza, la novela deja al receptor un sabor tos y marginados. De allí que Severino por el agridulce; al adentrarse en la historia de la hecho de haber llegado a la hacienda como vida de la familia Gallardo-De la Lanza, se un huérfano desposeído, rechazado siem- pre por Mercedes, sin permitirle jugar con los hijos del amo, tenido como un sirviente 30 Emilio Carballido, op. cit., p. 84.

48 ¶ tema y variaciones de literatura 55 socorro merlín percibe una trayectoria de contrastes, en Bibliografía ambientes que el autor describe con cla- ridad y precisión, con un lenguaje poético Arnaud-Duc, Nicole. “Las contradicciones del como era su costumbre. Los caracteres es- derecho” Historia de las mujeres. (dir. Geor- tán presentados con viveza fotográfica; las ges Duby y Michelle Perrot) “El siglo xix-4” acciones son contundentes y abren un sin- dirección Geneviève Fraisse y Michelle Perrot, número de percepciones y reflexiones sobre Madrid: Taurus, 1993 la vida en las haciendas del siglo xix, las rela- Luis Botello Lonngi, Construcción social de la ciones de poder en las familias y en los tra- masculinidad, [Tesis master sexuality], Méxi- bajos, la identidad de los personajes, de la co, Centro Nacional de Equidad de Género novela y aquellos de la vida cotidiana, tam- y Salud Reproductiva. Consultado en Inter- bién los sentimientos positivos y negativos y net el 18 de agosto de 2020, p.p. 265-269. la sexualidad. La reflexión lleva a considerar http://unidaddegenero.sefiplan.gob.mx/wp- cómo se enfrenta el súbito cambio de pasar content/uploads/sites/5/2017/06/S_01_16_ de un contexto de riqueza a uno de pobre- Construcci%C3%B3n-social-de-la-masculini- za, de un estado de salud a otro patológico y dad.lonngi.pdf destructivo y cómo siempre la esperanza de Carballido, Emilio. Dos llaves y una lanza. Méxi- la generación adulta son los jóvenes quienes co: Editores Mexicanos Unidos, 2002. a pesar de los pesares pueden transformar Domínguez Michael, Christopher. “Las visitacio- una realidad negativa en otra positiva. nes de Emilio Carballido”. Emilio Carballido. Este texto tiene su correlato en la actua- Veracruz: ivec, Veracruz Universal, 2018. lidad en la que se padecen en México, como Gonzalbo, Aizpuro (directora), Anne Staples (coor- en el mundo, situaciones límite. La pande- dinadora). Historia de la vida cotidiana en Mé- mia ha dejado sus rastros en muchas fami- xico IV Bienes y vivencias. El siglo xix. Méxi- lias que han perdido sus trabajos, sus bienes, co: El Colegio de México, Fondo de Cultura su salud y sus seres queridos, algunos han Económica, 2005. llegado al suicidio. La vida en este contex- Jimeno, Myriam. Crimen pasional. Contribución a to se ha vuelto diferente a la de antes de una antropología de las emociones. Bogotá: la pandemia; han cambiado los códigos del Universidad Nacional de Colombia, Departa- amor y de la amistad, se ha distanciado la mento de Antropología, Centro de Estudios corporalidad y se han encerrado en sus ha- Sociales, ces, 2004. bitaciones jóvenes y viejos. Los muy jóvenes Kaufmann, Pierre (director). L´apport freudien élé- que comienzan sus vidas y que apenas si ments pour une encyclopedie de la psycha- conocieron la libertad de acción antes del vi- naliyse, Paris: Bordas 1993. rus, tendrán que sobreponerse y dominar el Merlín, Socorro y Héctor Herrera (coordinadores). nuevo contexto, mirar hacia el futuro y pro- Emilio Carballido. Veracruz: ivec, Veracruz Uni- piciarse una mejor vida, así como los jóvenes versal, 2018. de la novela cuyas conductas nos parecen Pérez-Rincón, Héctor. Eros y Psiqué, en las fron- ahora premonitorias. Eso esperamos. teras de la psicopatología y la creación. 2ª.

TEMA ¶ 49 dos llaves y una lanza, novela de emilio carballido

edición. México: Editores de Textos Mexica- Téllez, Anastasia y Ana Dolores Verdú. “El sig- nos, Universidad Nacional Autónoma de Mé- nificado de la masculinidad para el análisis xico, Facultad de Medicina, 2006. social” Revista Nuevas tendencias en antro- Ricoeur, Paul. Sí mismo como otro. 3ª edición en pología No. 2, Alicante: Universidad Miguel español. México: Siglo XXI, 2006. Hernández de Elche, pp. 80-103, 2011 Ruiz Botello, Patricia. “Arquitectura de las hacien- Valle Ruiz, Rosa María. “El primer Congreso femi- das coloniales de México”. Tesina de Master nista en México”. Historia de las mujeres en Arquitectura y sostenibilidad Herramientas de México. Instituto de Estudios Históricos de diseño y técnicas de control medioambiental. la Revolución Mexicana. México: sep, inerm, México: upc, 2011. 2015.

50 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Teatro y novela: la doble vida de Emilio Carballido

miguel ángel quemáin | egresado de la maestría en literatura mexicana del siglo xx, uam azcapotzalco

Resumen En esta entrevista Emilio Carballido reflexiona de manera amplia su visión del teatro, la literatura y la vida.

Abstract In this interview Emilio Carballido reflects in a broad way his vision of theater, literature and life.

Palabras clave: cuento, novela, dramaturgia, Carballido

Key Words: short story, novel, dramatic plays, Carballido.

Para citar este artículo: Quemáin, Miguel Ángel, “Teatro y novela, la doble vida de Emilio Carballido”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio- diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 51-65.

n sol brilla sobre la obra de Emilio Carballido (Córdoba, Veracruz, 1925) e ilumina su dramaturgia, una luna platea su narrativa. Su pro- Uducción dramatúrgica, más de cien obras, contrasta con la breve obra narrativa. Sin embargo, sus novelas y cuentos forman parte de un universo de preocupaciones compartidas y complementarias a la dramaturgia. Pero en su narrativa hay una particularidad que da esa dosis de nostalgia y de amor por

51 teatro y novela: la doble vida de emilio carballido el pasado que no tiene una presencia tan escribiendo hasta que de pronto empe- intensa en su teatro. No es una tarea senci- cé a adquirir un nivel profesional, eso ya lla indagar en el sentido que uno y otro fue en la facultad (Maestría en Letras y aspecto de su producción cobran en la to- Arte Dramático, unam). Lo que te mode- talidad de una obra rica y diversa ya que la es el contacto con los compañeros. Carballido se opone sistemáticamente a ra- Con ellos sucede lo mismo, se trata de cionalizar los procesos de creación que mue- correspondencias y reciprocidades. Claro, ven su obra (“en primer lugar, este tipo de unos más que otros. La relación entre Ro- preguntas siempre trata de racionalizar co- sario Castellanos, Luisa Josefina Hernán- sas que no son necesariamente racionales”) dez, Sergio Magaña y yo fue muy fuer- y sostiene que toda la gente que quiere te. Teníamos muchas cosas en común. escribir sobre procesos creativos, parte de Para mi fue muy importante sobre todo la una impresión totalmente falsa: “creen que inteligencia, la penetración con la que te el proceso creativo es algo lúcido, delibera- oyen y te dicen, esto sí, esto no. Fue co- do y metódico, como si se tratara de algo mo una forma inconsciente de taller. mecánico y pues no. En general, el traba- jo proviene de zonas oscuras”. ¿Usted ha decidido considerarse más dra- maturgo que narrador?, ¿Se siente parte ¿Intuición? de una generación de narradores o de Puede que sí. La intuición puede ser la dramaturgos? creación misma. Pero al tiempo que ha- Yo formo parte de una generación de blo, reflexiono y me corrijo: no le llamaría escritores. De hablan únicamente intuición, sería otra cosa, al- siempre como poeta pero realmente las go más que intuición, algo mucho más obras que le dieron un peso y una difu- complicado, que puramente intuición. No sión universal fueron las novelas. Rosa- sé exactamente cómo funcione pero te rio Castellanos es autora de un libro pre- puedo decir que cuando manejo nunca cioso: Los convidados de agosto, pero pienso que voy a meter el clutch y luego se volvió una artista universal con Balum la velocidad y que aceleraré al momento Kanan, que muy rápido fue traducida a que desahogo el clutch. Si lo hiciera de una decena de idiomas. Pero la gente esa manera chocaría. En el terreno litera- piensa más en Rosario como poeta y la rio esa rutina se llama naturalidad. verdad es que fue un poeta extraordina- rio. Otro gran poeta de esa generación ¿Ese algo más que la intuición le permitió es Bonifaz Nuño, que despuntó con su prever un horizonte creador de produccio- propia voz mucho más tarde. Pero so- nes planeadas, consecutivas? mos una generación de escritores, lo que No, cómo crees. Lo que sí pasó fue mi pasa es que yo fui el dramaturgo pionero decisión de escribir. Fui un niño precoz: y el que empujaba a los demás al drama. empecé a escribir en mi infancia y seguí A empujones me llevaba yo a los narra-

52 ¶ tema y variaciones de literatura 55 miguel ángel quemáin

dores hacia el drama. Así fue con Sergio La literatura no es enseñable. Se enseña Magaña y Luisa Josefina Hernández. la gramática, el buen oficio literario. Pero Convencerlos fue muy grato para mí por- el arte no se enseña: se tiene o no se tie- que ya no estaba sólito sino que se con- ne. Así de simple, se enseña la artesanía formó una generación de dramaturgos. literaria. Es lo único transmisible. Hacer poesía o intentarla, es una de las mejores Usted eligió formar parte de esa lecciones literarias, te aguzan la intuición generación.... para encontrar las palabras más preci- Sí y no. El azar determina muchas cosas. sas y las formas que mejor suenan en la Yo venía de estudiar leyes, donde la pasé prosa. En materia de lecciones literarias, muy mal. Había escrito una pieza teatral encuentro la mejor en el siglo xix con los en vez de repasar mis lecciones de le- recursos que ha legado el siglo xx. Efecti- gislación. Llegó la época de exámenes y vamente, Maupassant está muy presente mejor me dediqué a escribir mi segunda en Las visitaciones del diablo porque lo obra. No me quise seguir engañando y leí mucho. Pero déjame decirte que entre me fui a Filosofía y Letras. Conocí y con- los cuentistas, he tenido cuatro ídolos en viví con Sabines, Sergio Galindo, Otto la vida, han sido: Maupassant, Chejov, Raúl González, Dolores Castro y muchos Pirandello y Katherine Mansfield y pues otros más. Pero mis compañeros más se le debe notar a uno. Sólo así se apren- cercanos, fueron los que le mencioné: de, con los grandes del género. De niño Luisa Josefina y Magaña. leí lo de rigor y por supuesto me marcó: Salgari sobre todo, Julio Verne, novelas La literatura, policíacas y de aventuras. un aprendizaje sin maestro ¿Cuando empezó a escribir quiso parecerse Emilio Carballido ha sido un incansable for- a algún autor de su predilección, se empie- mador de dramaturgos y directores (subdi- za copiando? rector y maestro de la Escuela de Teatro y No sé. Yo creo que no. Si hubiera teni- miembro del Consejo Editorial en la Univer- do modelos habrían sido realistas. En la sidad Veracruzana; director de la Escuela de adolescencia, cuando ya empecé a escri- Teatro, profesor de arte dramático del inba bir, sí tenía muchos modelos de cuentos y varias universidades de ee.uu). En su taller, realistas pero regados por todas partes. todas las semanas, se discuten las propues- Pero lo que leo de fondo en tu pregunta tas de un conjunto de jóvenes y de avezados es un por qué de los procesos formales, autores que ponen toda su fe en la lección de las razones de orden técnico. Te voy del maestro. Pero Carballido, autor tam- a decir: no creo que nadie escriba por bién de una cincuentena de guiones cine- razones técnicas. En primer lugar, el tea- matográficos, insiste en afirmar que él sólo tro es una experiencia de la infancia. Mi escucha y aconseja: madre, que fue una cantante frustrada

TEMA ¶ 53 teatro y novela: la doble vida de emilio carballido

a pesar de que tenía una voz más que cuando ignoro algún aspecto de esa historia adecuada, me llevaba al teatro todas las real, decido imaginarlo y es igualmente re- semanas y pues siempre me gustó. A los velador. Lo hago porque conozco la lógica 16 años publiqué mi primer obra, pero del suceso, que él mismo pide un desarrollo el afán venía de muy atrás. Empecé a narrativo sin traiciones. Además, la utiliza- escribir teatro realista, eso sí, por razo- ción de la primera persona lo permite y crea nes de clase, porque Usigli nos insistía una sensación de infinitud. ¿Dónde empieza en escribir teatro realista. Decía que el y dónde termina la realidad?, donde ese yo expresionismo no era una escuela válida, narrador lo desee. Pero, te digo, el final de no sé por qué diría eso, porque él tiene Sobre virtudes teologales es totalmente cier- muchas expresionistas. Pero mi instinto to, con periódico y todo. Es decir, realmente me dictaba escribir cosas expresionistas ese cuento es una crónica, una biografía. Es y fantásticas. Luego de mi periplo con una historia alucinante, curiosísima”. Usigli recuperé mi modo espontáneo de escribir, sobre todo a partir del contacto Los sueños deberían formar parte de cual- con el teatro chino, por mencionar una quier ejercicio autobiográfico serio ¿no gran tradición, y de ahí salió ya El Día cree? ¿En su vida real el sueño es muy signi- que soltaron los leones y otra serie de ficativo, lo es también en su vida literaria? obras, donde plasmé realmente lo que Pues claro, es tan fuerte que en ocasio- yo quiero hacer. nes mis sueños hacen “tronar” mi vida personal. (ríe) Pero bueno, el sueño tam- Invención de la autobiografía bién me trae regalos literarios. A mis alumnos de taller les sugiero que pongan “A veces, lo autobiográfico es más evidente una libreta y un lápiz en su buró para que en unas obras que en otras. Pero en general anoten sus sueños al despertar, porque nunca se puede ser totalmente autobiográ- si no los sueños se van a que los sueñe fico, ni nada por el estilo. Lo más que pasa alguien más. es que te tomas a ti como personaje, pero al hacerlo ya estas haciendo otra persona ¿En esos sueños figuran los libros que de- que no eres tú: es decir, un personaje. El searía leer pero que aún no se escriben? niño narrador de Sobre virtudes teologales Claro, escribo cuando tengo ganas de (en Flor de abismo) es muy cercano a lo leer eso que estoy escribiendo. Cuando que realmente sucedió, pero la realidad de termino, lo leo con mucho gusto. entonces está retocada, está hecha, de sus- tancia narrativa. No hay exactitud ni rigor Pero los sueños generalmente devienen te- en el relato de los acontecimientos, pero así mas de conversación, no de escritura... fueron. Uso incluso mi propio nombre y el La conversación sobre ciertas anécdotas retrato de mi familia y las relaciones con esa puede frenar su destino literario, eso es familia tan curiosa a la que me refiero. Pero cierto. Ese fue el peligro que corrió la his-

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toria de la ciega en Sobre virtudes teo- lo metí en el libro porque es de ese tomo logales. La conté en público dos veces y y de ningún otro. al contarla iba tomando forma y decidí que, antes de que se volviera un tema La infancia veracruzana es una constante de plática, se volviera una obra literaria. temática en todos ustedes... Villa Niebla Aunque, se debe reconocer que cuando (Huatusco), en López Páez, Potrero, en Ser- cuentas una historia, encuentras pistas gio Pitol, por mencionar a dos... y por su- para contarla literariamente. puesto, Córdoba, en su caso... ¿hay que po- nerse en la piel del niño, recordar? Veracruzanías No sé, yo creo que realmente uno guar- da su infancia adentro. No se olvida. Hay un conjunto de autores (Pitol, López Guarda uno su visión infantil del mundo Páez, Galindo, Melo, Hugo Argüelles), to- y claro que se puede rescatar. Creo que a dos veracruzanos, cuyas obras están her- todos nos pasa. Pero déjame decirte, las manadas por atmósferas, preocupaciones edades que más me gusta vivir literaria- formales y temáticas que me permiten el mente son las cercanas a la adolescencia atrevimiento de afirmar que hay una espe- y son las que más, he usado literaria- cie de veracruzanía que los vincula... ¿le mente. En el teatro también tengo niños, parece una locura? bastantes. Bueno, niños de esos de doce Algo debe haber de cierto en eso. Sergio o trece, catorce. Pitol es más europeo, es el más cosmopo- lita de nosotros, pero todos tenemos una Los niños que protagonizan Los huéspedes buena dosis de Veracruz en nuestra lite- (en La caja vacía) y Sobre virtudes teologales ratura. En mi libro de cuentos, La caja están dotados de una malicia enorme, son vacía, tenía como modelo a los costum- profundamente críticos, agudos, pareciera bristas veracruzanos. Hasta había pen- que tienen la experiencia del que ha vivido sado ponerle Cuentos veracruzanos, usan- mucho... ¿Será esa malicia una de las vir- do el título que Rodríguez Beltrán le tudes de la infancia? puso a un libro suyo. Pero era un título Pues no sé si sea la virtud de la infancia, muy malo y recurrí a lo de todo mun- pero sí la virtud en algunos de mis niños. do, titular el libro con el título de uno de En realidad tengo niños maliciosos e in- los cuentos. La caja vacía se publicó en teligentes. Algunos de mis niños hablan 1962, pero los escribí a lo largo de diez mucho, el de Las cartas de Mozart por años. Después le aumenté Por celebrar ejemplo es un niño terriblemente precoz del infante, que no me salía, no sé por y metiche, es un resorte muy importante qué, tenía una prosa perra. Al cabo de del movimiento dramático y que además los años, un día lo agarré y dije, por qué me sirve para trabajar los dos personajes no me va a salir este cuento. Lo revisé y principales que son infantiles también.

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Ellos saben que el mundo adulto es es- una trayectoria que madura y alcanza un túpido o corrupto. desarrollo extenso. Aunque hay cons- tantes, creo que ambos obedecen a una La caligrafía heterodoxa naturaleza propia de cada escritor. No es lo mismo la concisión de Pirandello que Aunque Emilio Carballido ha sido identifi- la prolijidad de Chejov. cado como dramaturgo y su producción de obras teatrales es más cuantiosa que su na- ¿Cuando aparece una historia, sabe desde rrativa, se niega a reconocer la superioridad el principio que va a escribir un cuento, y la preferencia de un género sobre otro. una novela o una obra de teatro, las ideas “No creo que haya inferiores ni superiores, le llegan con su género? hay géneros que tienen sus propias leyes. Algunas se presentan muy completas Hay algunos escritores que no pueden tran- y vestidas de pies a cabeza. Así como sitar varios géneros. Atenea salió de la cabeza de Zeus. Otras Hay excelentes narradores que están ne- veces no, en ocasiones se me presentan gados para la forma dramática. Otros nos como El norte. Cuando empecé a traba- movemos fácilmente de un género a otro. jar esa novela, se me aparecían imáge- Luisa Josefina Hernández, por ejemplo, es un nes fragmentadas, pero no la historia caso muy curioso de equilibrio. Prácticamen- completa. Me costó mucho trabajo des- te tiene el mismo número de novelas que entrañarla y encontrarle la forma, incluso de obras dramáticas, es una persona dotada averiguar que no era teatro. ampliamente para los dos terrenos. A ella, en cambio, no le gustan las formas breves, ¿Cómo se dio cuenta que no era teatro, in- pero no es que no se le den sino que no tentó ceñirla a ese género? le gustan. Casi no tiene teatro breve y no Me di cuenta que La veleta oxidada era tiene cuento. De joven escribió uno o dos una novela de procesos internos, no ex- cuentos, lindos por cierto, pero le gustan las ternos, no objetiva sino subjetiva. formas amplias. ¿Y en el caso de la anécdota, la tiene de Usted decía en la introducción de La ve- principio a fin? leta oxidada, que la diferencia del cuento Sí, generalmente aparece muy redonda, y la novela consiste en la dimensión de la pero mi primer impulso es llevarla al tea- concepción y la complejidad del tema de tro. Esto ha cambiado en los últimos años. la novela frente al cuento. ¿En qué consiste Las obras me llegan con su composición esa dimensión de la que habla? completa y no hay la dificultad de antes El cuento, en general, relata un inciden- para descubrir su género. He aprendido te, una evolución, un rasgo. En la novela a escuchar a las obras y aceptar la di- encuentras un proceso amplio que re- mensión genérica que me proponen. corre un camino muy diverso, muestra

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Transfiguración de lo real lugar en la novela. Pareciera, insisto, que es un grupo de gente el que está ha- Su fascinación por el realismo, el énfasis en blando y nos cuentan algo que ellos no lo verosímil a través de juegos que identi- entienden. Aparentemente no hay juicio fican al narrador con el autor han logrado moral, no hay interpretación, sin embar- despistar a más de un crítico que conside- go, bajo esa modalidad narrativa le estoy ra sus ficciones más reales que lo real y lo exigiendo al lector que sí lo entienda. instalan en el cajón estrecho del desacre- ditado costumbrismo. Hay una moral inherente a la novela, al Cuando la imaginación es fértil, lo de- cuento, pero para muchos escritores la pa- seado adquiere una realidad semejante labra moral es como un estigma del que a la de todos los días. Toda ficción es quisieran desprenderse. Moralidad es una una transfiguración de la realidad para palabra que parece apestada en el medio encontrarle un significado más profun- literario. do. Las cosas sólo adquieren sentido por Esopo y La Fontaine son moralistas. Los el modo en que son contadas. Sólo así fabulistas son los que realmente están pueden iluminar un sector de la realidad haciendo proposiciones prácticas de mo- e interpretarla. No cuentas por contar, ral sin moraleja. Pero no creo que el pro- al menos no es mi caso. En el momento blema sea si existe o no una moralidad que escoges contar algo, ya le estas dan- literaria. A mi no me cabe duda que exis- do forma. La realidad en sí misma care- te. Pero el verdadero problema consiste ce de orden: la realidad no tiene forma ni en que no se sabe distinguir entre ética y principio ni fin, se la otorga uno. moral. El orden ético de una narración es distinto a la moral de tal o cual persona- ¿Cómo elige qué merece contarse? je, que el lector más ingenuo suele con- No la elijo, me atrae o no me atrae. Hay fundir con la moral del autor del libro. cosas que no me atraen, que no me in- teresan. Que ni las cuento ni las leo. Hay Dice que toda ficción es transfiguración de munditos que no me gustan. la realidad, ¿esa realidad se transfigura por- que se conoce o porque se desea conocer? ¿Ordenar la realidad significa enjuiciarla? Por lo general, no tengo idea ni de lo Uno siempre tiene un juicio sobre la reali- que va a pasar ni de lo que quieren de- dad sino para qué la presentas. Contar cir las obras. No hay en mí ese tipo de significa hacer un juicio sobre algo y for- premeditación. Cada obra es una propo- zar a los lectores a hacerlo también. Aun- sición distinta. Cuando has avanzado y que te niegues, en la narración están los tienes una obra completa, redondeada, elementos de juicio. En Flor Abismo, por empiezas a saber más o menos lo que ejemplo, pareciera que estoy haciendo es. Sabes lo que no se quiere decir, que es caso omiso de las acciones que tienen ya saber mucho. Pero es en el trabajo

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donde aquello se va afinando y se va de- cir Lope, pero nada más he escrito como velando y empiezas a encontrar sus sen- 400 obras y ustedes sí se las saben todas. tidos. En El sol, yo tenía la anécdota pero No está haciendo pendejo al público sino no podía contarla, hasta que apareció la a los críticos, por eso los críticos prefie- figura del ermitaño y me cambió la visión ren leerlo al revés. Tanto y de tal modo, de la historia, se convirtió incluso en el que pensaban que se degradaba. Mien- pivote que mueve la novela. tras, él era muy feliz con lo que hacía y les daba una muestra de arte nuevo, que ¿Pero surgió después de tener la anécdota? por cierto, ya no es aristotélico. Creo Bueno, la historia del ermitaño es una que Lope es un hombre de oficio gigan- segunda anécdota en la novela, pero tesco, muy imitable. En realidad, mi obra obviamente embonada y como comple- El relojero de Córdoba es lopezsa. mento de la primera. Son cosas que se te aparecen en pedazos. Me pasó también La estrategia policial con El norte. Había trabajado la novela pero no estaba realmente completa, tar- ¿Qué va a pasar? es un imán que mantie- dó mucho tiempo en irse apareciendo, ne al lector atado a sus relatos, ¿cómo lo formulando. Tenía escenas sueltas, pero hace, eso sí es deliberado? no me sabía toda la historia, traté de Yo tengo la costumbre de escribir textos averiguarlo. Y no te digo inventando, si- en los que hay un interés progresivo. O no averiguando. se añade información, o la situación se agrava, pero siempre hay algo que crece. Dice averiguar y le digo que reconozco en Creo que todos más o menos intuimos sus trabajos la calidad de suspense y ten- cómo se hacen estas progresiones. Las sión propia de la novela policíaca, de la aprendemos leyendo y claro, cuando tú que por cierto es un frecuentador asiduo de niño eres un lector voraz de nove- ¿me equivoco? las de aventuras, de novelas policíacas, No, desde niño frecuente el género. Pero pues entonces adquieres un instinto de supongo que es oficio, saber cómo mos- amenidad superior a los que leyeron trar, cómo ocultar y cómo engañar con la geografía y estadística. verdad, es un oficio. Pero eso ya lo dice Lope, en El arte de hacer comedias: en- ¿Es un aprendizaje inconsciente, entonces? gañar con la verdad es dos veces más de- Es inconsciente, pero en muchas de mis leitoso. De Lope extraigo esa lección, ese obras es deliberado el uso de la astucia texto que le menciono es un libro de ar- policiaca. Cómo hacer a un lado a Le Ca- tesanía, de cocina literaria, que siempre rré, Graham Greene, Ambler, Doyle, son lo leen al revés porque es un texto muy presencias indiscutibles. Rosalba y los sarcástico contra los críticos, no contra el llaveros es una astucia absoluta de no- público: yo soy un pendejo, parecer de- vela policiaca. La verdad está a la vista de

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todo el público y no se le ocurre hasta cuando desperté dije: qué estupideces que se la dicen. Me parece muy curioso estaba pensando, me empecé a reír de y muy inocente que eso sea posible. Al mis cálculos y claro, era imposible que principio, me parecía que era un defecto me alcanzara para la casa. Pero pen- hacer una trama tan transparente, con sé que la historia sí valía la pena y probé un final tan claro y anunciado, como lo escribir un capítulo diario. Pero me falló, hice también en Rosa de dos aromas, tarde 17 días en vez de quince. pero he descubierto que la gente opta por ignorar algo que está ahí enfrente de Teatro y narrativa: todos: a dónde va la obra y cómo va. La las dualidades fecundas gente no sabe qué es lo que va a pasar y se sorprende con algo, que ya ha esta- La dramaturgia ha sido una gran tentación do viendo con sus ojos. Pero bueno, tal para algunos narradores, ahí está el caso vez sea la buena voluntad del público de Fuentes, García Márquez, Vargas Llosa. más que el verdadero oficio de la obra. Para algunos dramaturgos, ellos han escri- En otras, como El relojero de Córdoba, to un teatro de novatos, textos que no son la estructura es absolutamente policiaca para la escena... y Las visitaciones del diablo, no se diga, Pondré como ejemplo el teatro de Fuen- es novela policiaca con todas sus leyes. tes: un teatro muy incapaz del manejo escénico, curiosamente, un obsesivo de En Las visitaciones del diablo también se la estructura narrativa, no sabe tramar combinan recursos del siglo xix con ha- bien. Además, escribe un teatro vengati- llazgos contemporáneos, pero el mecanis- vo, no tiene una cosa personal que hacer mo policiaco es uno de sus ejes y surge y proponer en el género. Las incursiones a partir de dos enigmas, de dos distintas de García Márquez en el monólogo son historias... más afortunadas porque tiene una pro- Esa es una novela que tramé muy bien, Es sa tan vital que fluye muy bien en esa muy curioso, la base de Las visitaciones modalidad dramática. Cuando algún mo- es un cuentecillo de cuando yo tenía co- nólogo de Gabo fracasa, generalmente mo 16 años, que había olvidado por es culpa del director que aprovechando completo. Pero un día, en duermevela, el nombre de Gabo le pone mucha cre- estaba yo muy triste pensando cómo ha- ma a sus tacos. cer para comprar una casa. Y mientras me quedaba dormido pensaba: lo que ¿La composición dramática sería entonces debo hacer es una serie de televisión y un problema de estilo, de talento innato o venderla al cine, total que me puse a ha- de vocación? cer cuentas y empecé a elaborar la his- Creo que los narradores que mencionas y toria, un folletín de muchas partes. Por otros de menor renombre, no tienen un fortuna lo apunté todo y me dormí, sentido claro de la escena. Sucede que la

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práctica dramatúrgica, le da fluidez a tu le inmediatez. En el caso de los cuentos, escritura, la agiliza y la hace más directa. por ejemplo, es una cosa muy atractiva y Pero no sucede lo mismo cuando se va se convierten en otra cosa, en otra cria- de la narrativa al teatro. Con Vargas Llo- tura. Digamos, Vals sin fin sobre el pla- sa pasa que el nombre del novelista em- neta es la visión dramática de mi cuento puja al producto teatral, pero realmente Los huéspedes. Pero prefiero la primera están muy negados. Fuentes es infinita- porque tiene mayor dimensión. La casa mente mejor. El caso de La Chunga es sonámbula y el tren son dos imágenes patético, me pareció puerca y estúpida. que en el texto teatral alcanzan su ple- Es una obra confusa, sin el deseo de per- nitud. La visión expresionista de la obra sonajes, con una acción mugre que a na- dice mucho más que el cuento. Además die le importa y además de un machismo de que Vals sin fin sobre el planeta tiene verdaderamente inverosímil, y sucia, con una visión complementaria en otra obra: la intención de porno show. Lo sensual La danza que sueña la tortuga, una co- no sale con naturalidad, está metido a media contigua de Vals sin fin... donde fuerzas para que aquello deje lana y pues la fantasía y el sueño, sumados a su ca- sí le ha dejado. rácter expresionista, alcanzan momentos alucinantes y extremos. ¿Se tiene que escribir para la escena, pen- sar en representar la obra, es un requisito? Las escrituras fronterizas Por supuesto, y tener un sentido de tiempo, de espacio, sobre todo de espa- Le insisto en el diálogo que se da entre gé- cio. Capacidad para crear imágenes, es co- neros, pero también en el rigor que obliga mo escribir una partitura sinfónica. Es a distinguir las diferencias. Por ejemplo, se absolutamente necesario tener el senti- dice que el cine es el género que ha recu- do de lo que es un mutis, de lo que es perado los hallazgos fundamentales de la una entrada brillante, de lo que es una narrativa. No sucede lo mismo con el tea- entrada imperceptible, de lo que pesa un tro, por lo general a la zaga... gesto, una palabra, de un montón de co- Pues creo que el teatro está en medio. El sas. El lenguaje de teatro es un lengua- cine es una forma narrativa visual, pero je gestual escondido debajo de un tex- obviamente es una forma dramática. El to literario. guión cinematográfico y la película, son formas dramáticas, pero no es el escritor ¿No lo tienta la posibilidad de llevar algu- quien la hace sino el director. Estoy ab- nas obras dramáticas al terreno del cuento solutamente convencido de que el autor y la novela? de las películas es el director. La película Quizá no vale la pena convertir una cosa es una forma dramática que descansa de drama en novela, en narración, para muchísimo más en la imagen y no tanto qué. Lo contrario tal vez sí porque es dar- en el gesto de los actores. Estoy gene-

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ralizando, lo sé. Hay excepciones muy melodramas, ahí se van a los aconteci- importantes a todo esto que digo. Pero mientos, a las lágrimas, a las puñaladas; por lo general sucede así en el cine co- pero la comedia de cine de esos años se mercial que se realiza hoy. Cuando tengo envejeció mucho, de repente algunas sí la posibilidad de hacer un guión, trato de sobreviven con muchísima gracia pero la hacerlo con el director. Pero mi experien- mayoría son vergonzosas por no haber cia de toda la vida consiste en que me descubierto el valor del diálogo. compran un guión en abstracto para ver quién lo dirige, lo cual me parece un pro- En su novela Un error de estilo, el diálogo es cedimiento terrible. Yo lo vendo y no me un duelo de espadas como sucede a me- quejo, pero lo que hago es dirigirlo en nudo en el teatro más clásico... el papel, con el riesgo de incomodar a Bueno, el diálogo de novela no sirve para aquél que lo tome para su dirección. No el teatro y viceversa. Hay quienes dicen: puedes escribir un guión sin estar viendo Carballido dialoga así porque es drama- distancias, emplazamientos, y demás. El turgo, ¡Pamplinas!, el diálogo de novela guionista, el dramaturgo, termina diri- si lo pones en teatro o en el cine, no sir- giendo sus propios textos desde el papel. ve. Cuando Alberto Isaac hizo el guión de Las visitaciones del diablo, me dijo: ¿La técnica del diálogo teatral y cinemato- ¡Ay, respeté todo el diálogo!, y le digo gráfico son muy distintas? pues hiciste mal porque no sirve para el En el cine tiene que ser más económico, cine, hay que rehacerlo. En la novela se no te puedes permitir las tiradas que tie- habla muy artificialmente, eso no lo en- nen lugar en el teatro. tienden ni los adaptadores ni los direc- tores. En una novela como Un error de ¿Se requiere un mejor oído para el teatro y estilo te puedes permitir grandes expo- el cine que para el diálogo en una novela? siciones del tema, diálogos agudos y Es un problema distinto y sí, de oído. largos, muy expositivos, instalar un con- Pero cada género te exige una cualidad junto de personajes diciendo mil cosas, auditiva distinta. El diálogo de cine debe pero es algo distinto a lo que sucede ser más eficaz y tienes que descansar mu- en el cine y el teatro. Lo que hice en Un cho más en la imagen. Entre menos ha- error de estilo se puede aprender muy bles en una película, mejor te sale. Las bien si lees a Conrad, esas novelas suyas películas ideales tienden al cine mudo. siempre con narraciones tan indirectas. En las películas de los años treinta, en es- tas comedias que nos gustaban tanto a Un error de estilo abre con una descripción, los de mi edad, los personajes hablan de- al modo de un narrador omnisciente, se- masiado, ya quieres se callen, que pase mejante a una acotación teatral. Después algo, son insoportables. Son mejor los todo queda en manos del diálogo, como si

TEMA ¶ 61 teatro y novela: la doble vida de emilio carballido ese narrador omnisciente repitiera la vieja nos un poco más, de ellas, y, por supues- lección: “había una vez...” Es un procedi- to, de la vida. miento muy familiar en Conrad y Melville. Sí, se hace bastante y puede ser agrada- ¿Cada personaje llega con su nombre, o el ble, yo tenía ganas de hacer eso. Lo hace autor los bautiza? mucho Maupassant, que tiene cuentos Pues no sé, a veces nacen ya con su nom- singularmente contados. En muchos de bre, a veces son una lata y los bautizas ellos el cuento es narrado por una per- tres o cuatro veces. A veces tienes nom- sona que tiene un carácter determina- bres guardados hasta que llega el mo- do, dice Maupassant: y el viejo se sentó mento en que los usas. Te juro Juana que junto a la chimenea y dijo... y viene el tengo ganas, la escribí después de un cuento. No es Maupassant el que cuen- viaje a Campeche donde viví una aven- ta, es el viejo, un personaje narrador del tura muy hermosa, en un terreno que que sólo se sabe que cuenta la historia. había sido colonizado por Kalkaná, a la Eso te cambia la textura del relato y la orilla de un gran río. Y entre las cosas intención de su lectura. Te da una pista que me llamaron la atención fueron los maliciosa, tú sabrás si desconfías o no de nombres de los trabajadores. Tomé de la los narradores. Por ejemplo, en Un error lista de raya todos los nombres que me de estilo había muchas cosas que se ca- gustaron y fueron a dar a la obra: es de- lló la narradora, no sé si se adviertan. cir, apellidos como Feria, Chi, que es un apellido maya, todos los nombres los sa- Insisten los personajes qué de ésta lista de raya y me quedaron más cercanos muy bien. Son nombres muy curiosos y tienen un timbre de verdad muy fuerte. El diálogo es un elemento muy ligado a los Hay que buscar un nombre que tenga un personajes ¿cómo los construye, presentan timbre de verdad. las mismas particularidades genéricas que el diálogo? ¿Y se acuerda de todos sus personajes, lo Yo no siento que construya personajes, yo visitan, le exigen estar presentes en otro sólo me dedico a obedecerlos. Un perso- libro, se le cruzan? naje existe a su manera, tiene su vida Sólo me sucede con los más cercanos, propia y tú lo que haces es consignarlo y los más personales. Eso me pasa con los animarlo. Darle los rasgos que le corres- que están en Los huéspedes, que los lle- ponden conforme a su identidad. Uno no vé al teatro en Un vals sin fin por el pla- debe de imponerse a ellos, si uno los crea neta. Se trata de una familia recurrente, es para que sean libres. Sucede lo mis- muy parecida a la mía y que todavía pue- mo con las obras, uno las descubre poco de que se gane algunas otras obras. a poco, para eso surgen, para enseñar-

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¿Acostumbra corregir aquello que consi- Porque es uno de los elementos más dera errores, cuando la reimpresión se lo violentos e importantes de la vida, es el permite reescribe sus obras? Le pregunto motor de la realidad, y una razón exis- porque la edición de Las estatuas de marfil tencial profunda. tiene varias correcciones. No lo pienso. Pero en esa obra sí lo hice, ¿Cómo el humor? en ella todavía asoman los temas de La Bueno sí, pero el erotismo es realmente veleta oxidada. Si comparas una edición amor que mueve el sol y las estrellas. con otra es mejor la última, porque tenía un personaje abandonado que no seguía Le digo humor porque pienso en los escar- las reglas del juego. En Las estatuas de ceos eróticos de los ciegos en su noveleta Marfil me propuse que cada personaje, Sobre virtudes teologales. No deja de ser dizque pequeño, tuviera una escena pro- muy cachondo pero a la vez, patético... pia importante, entonces en la edición ¿pensó en oponer erotismo y humor? del Fondo de Cultura ya está reescrita. No lo pienso, si lo pensara no seria chistoso. Prosas apaisajadas Es un humor un poco negro el que se respira Creo que una de sus grandes virtudes como en Flor de abismo, pero no es cruel. Cruel el narrador está en la invención y recreación de Ibargüengoitia, por ejemplo. del paisaje, ese elemento espacial siempre No sé qué sea humor cruel, pero lo que pa- está cargado de sentido, no se trata única- sa con Jorge es que es un hombre que mente de elaborar un marco o un elemen- escribe contra la gente y que se burla de to meramente plástico los personajes. Los ve de arriba a abajo, Me gusta mucho el paisajismo de la pro- como a los pobres personajes de Clotil- sa. Pero hay que tener cuidado, hay que de en su casa. Ese es un autor que des- distinguir el paisaje de la atmósfera. Me precia hasta al cura Hidalgo, Los pasos gusta separar las dos cosas: no me com- de López no es sólo una novela que no place que un paisaje se vuelva atmósfe- me gusta, además me enoja. Me enoja ra ni viceversa. El paisaje se me aparece y porque se burla de la Independencia con es algo que me da placer, la relación con toda su alma. No me parece bonito bur- la naturaleza como elemento, me satis- larse de una empresa enorme, quijotesca face mucho. Creo que El norte es uno de y enloquecida. Lo que hay detrás del cura los trabajos más correctos que tengo en no es eso cómico que él cuenta. Hidalgo ese sentido. es un teórico de salón que de repente se enfrenta a una matanza horrorosa y ya Otro de sus paisajes fascinantes es el eróti- no es capaz de tomar la ciudad de Mé- co... En casi todos sus relatos hay alguien xico, que yo creo es la causa. Digo, eso que hace el amor... escribo en mi obra La Güera Rodríguez.

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Las dos escenas del cura Hidalgo, son un ¿Sencillez y experimentación pueden ir de homenaje a ese cura loco que no se lan- la mano? za sobre México. Cada obra es experimentación. Al me- nos todas las mías. No creo que experi- ¿Esa obra es una respuesta a mentes nada más por experimentar a ver Ibargüengoitia? qué se siente. Una obra te pide un trata- No es una respuesta, pero como estába- miento que debes descubrir. Esa prácti- mos hablando del humor de Ibargüengoi- ca textual se llama experimentación. Mi tia, que no lo comparto, te la recuerdo. primer texto de prosa narrativa, La ve- En realidad yo no me río de la gente, me leta oxidada, fue decididamente experi- río con la gente. Es decir, las ridiculeces mental y creo que es el que tiene menos de los personajes del Vals sin fin o de soltura de todos. Me gusta mucho el últi- La danza que sueña la tortuga todas mo tercio de esa novela, pero pienso que son muy cariñosas y amorosas, como las le faltan como unas 15 páginas de desa- de Te juro Juana, que es un personaje rrollo. Es demasiado telegráfíca tal vez, que el público no ve de arriba a abajo, lo pero ya se quedo así, ya ni modo. Y no ve de igual a igual y que además lo quie- me disgusta, si no, no la hubiera publica- re por lo bruta que es, y caliente. Pero do, tengo muchas cosas ahí guardadas además de ser bruta y caliente resulta que no publico. que también es famosa. ¿Los tres textos reunidos en Flor de abismo La difícil sencillez son novelas? Sí. Es una biografía completa. Además Esa transparencia del paisaje se correspon- tienen una complejidad de trama, mayor de con la de su prosa, en apariencia sen- que la de un cuento. Es decir, las relacio- cilla ¿la sencillez es una virtud de la prosa? nes de las hermanas entre sí, con la hija Pues no sé. Escribo tan claro como re- adoptiva y las viejas que viven en la casa, quiere el asunto. Hay obras que son más tienen la complejidad que exige la nove- difíciles de decir con sencillez como El la. Yo lo veo así. Me incomoda ese cues- sol o como Flor de abismo, que exigen tionamiento. A mi qué me importa: si las una complejidad de forma o de prosa. Novelas ejemplares son novelas, pues Sobre todo en Flor de abismo, que re- éstas también. La novela es una forma quiere un afinamiento muy grande de italiana breve que luego imitan los espa- la prosa. Sin embargo los cuentos de La ñoles. Por supuesto, el más brillante es caja vacía no, esos piden lo contrario, Cervantes, pero Lope tiene unas novelas exigen un lenguaje normal, hasta donde muy lindas, medio bizantinas: Las Nove- es normal algo que pretendes que sea las a Marcia Leonarda. No tiene muchas, una forma artística. son como tres, novelas, novelas, no poe- mas épicos. Y no se llaman cuentos a

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Marcia Leonarda, se llaman novelas. Por La danza que sueña la tortuga, estrenada con el qué no van a ser novelas las mías, ¡vaya! título Las palabras cruzadas (1955). Felicidad, comedia en tres actos (1955). Bibliografía 13 veces el DF., Edimusa, 1985. Las estatuas de marfil (1960), Universidad Vera- Novela cruzana, Col. Ficción No.15, 1960. El relojero de Córdoba (1960), fce, Col. Popular, La veleta oxidada, Los presentes, 50, 1956. 159, 1979. El norte, Universidad Veracruzana, Colección Fic- El día que se soltaron los leones (1963), fce, ción, 1958. Letras mexicanas 57, 1960. Las visitaciones del diablo, folletín romántico en Yo también hablo de la rosa (1966). XV partes, Joaquín Mortiz, 1965, (adaptada Te juro Juana que tengo ganas (1967). al cine). Un vals sin fin sobre el planeta (1970). El sol, Joaquín Mortiz, Serie el volador, 1970. Fotografía en la playa, Novaro, 1970. Los zapatos de fierro, Grijalbo, Serie mayor, 1983. Las cartas de Mozart, (1975). El tren que corría, Fondo de Cultura Económica, Orinoco, (1982) Colección popular 272, 1984. Tiempo de Ladrones, La historia de Chucho el Flor de abismo (tres novelas breves), Planeta, roto, (1985) grandes narradores, 1994. Guión de cine Cuento Macario, basado en la obra de Bruno Traven (1961) La caja vacía, Fondo de Cultura Económica, Le- La adoración de los reyes magos, (1968) tras Mexicanas 71; colección popular 138, Los novios, (1970) (añadió el relato Por celebrar del infante), El águila descalza, co-guionista, (1971) 1985). El poeta que se volvió gusano y otros cuentos, 1. Entre las más de 100 obras de E. C. sólo se Extemporáneos, 1978. consignan las más significativas a mi juicio y aquellas íntimamente ligadas a su producción Teatro narrativa. Tal es el caso, por ejemplo, de Vals sin fin... y Las estatuas... Las fechas entre pa- Auto de la triple porfía (1948). réntesis se refieren al año de estreno. Escribir por ejemplo, monólogo en 3 actos (1950). Rosalba y los llaveros (1950). La sinfonía doméstica, comedia en tres actos (1953). El viaje de Nocrecida, teatro infantil, en colab. con Sergio Magaña (1953)

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tema

Orinoco de Emilio Carballido: camino de agua y tiempo

antonio durán ruiz | universidad autónoma de chiapas

Resumen Emilio Carballido ficcionaliza el tema del río como símbolo del destino humano en su obra dramática Orinoco; ahí dos mujeres fluyen, en los planos temporal y espacial, sobre el gran río hacia el mar de su extinción.

Abstract Emilio Carballido fictionalises the theme of the river as symbol of human fate in his play Orinoco; there two women flow, in space and time, on the great river towards the sea of their destruction.

Palabras clave: río, mar, fugacidad, muerte.

Key words: river, sea, transience, death.

Para citar este artículo: Durán Ruiz, Antonio., “Orinoco de Emilio Carballido: camino de agua y tiempo”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio- diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 67-78.

l río como representación del destino humano nace en el mundo oc- cidental con una de las sentencias que ha despertado simpatías y se le Eatribuye a Heráclito de Éfeso: “Nadie puede bañarse dos veces en el

67 orinoco de emilio carballido: camino de agua y tiempo mismo río, porque las aguas que lo mojan el arte debe ser como ese espejo serán otras y el hombre nunca será el mis- que nos revela nuestra propia cara. 1 mo”. Jorge Luis Borges ha recreado el sim- bolismo del río heracliteano en gran parte de En la introducción a Coplas a la muerte de su obra. En la poesía del autor de Ficciones, su padre de Jorge Manrique, Carmen Díaz la libertad es ilusoria; el hombre, sometido Castañón dice que la conciencia de que el a la fugacidad temporal, es instrumento en vivir conduce al morir encuentra en el poeta manos de un poder más alto, como se ob- castellano una formulación plenamente tra- serva en su poema “Arte poética”, donde el dicional y profundamente novedosa, y con- artificio estético constituye también un río- signa la afirmación de Américo Castro: “lo espejo en perpetuo cambio susceptible de humano es siempre fugaz y enfila su proa a revelar al hombre su verdadera condición. la segura orilla de no ser”.2 Esta afirmación de Américo Castro también evoca el salmo Mirar el río hecho de tiempo y agua bíblico: “Todo se desvanece como sombra”3. y recordar que el tiempo es otro río, Díaz Castañón apunta: “lo temporal y su saber que nos perdemos como el río constante huida ha sido comparado meta- y que los rostros pasan como el agua. fóricamente con los ríos, que nunca pueden volver atrás”4; señala también que en 1947, Sentir que la vigilia es otro sueño Pedro Salinas pronunció una conferencia en que sueña no soñar y que la muerte Lima, Perú, en la cual menciona que la me- que teme nuestra carne es esa muerte táfora vida-río varía su modulación verbal a de cada noche, que se llama sueño. través de los años, que en el sentir medieval predominaba la colectividad, el nosotros, Ver en el día o en el año un símbolo pero, con el inicio de la modernidad el pre- de los días del hombre y de sus años, dominio se centró en el individuo. El hombre convertir el ultraje de los años en un mundo ya antropocéntrico se siente en una música, un rumor y un símbolo, abrumado ante la fatalidad de ser arrastrado por la corriente; sin embargo, tímidamen- ver en la muerte el sueño, en el ocaso te aparece el ansia de goce que va susti- un triste oro, tal es la poesía tuyendo “aquel generalizador morir por el que es inmortal y pobre. La poesía momento concreto, amargo, desolador del vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara 1 Jorge Luis Borges, Obra Poética, Buenos Aires, Eme- nos mira desde el fondo de un espejo; cé Editores, 2005, pp. 150-151. 2 Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su padre, Ed. de Carmen Díaz Castañón, Barcelona, Castalia, 2016, p. 95. 3 Salmo 102. 4 Ibid., p. 95.

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último suspiro, no de la vida (…) sino de mi cluida en el libro Los crepúsculos del jardín; vida como un índice referencial, personal”5. sus versos teñidos de erotismo y después de De acuerdo con Díaz Castañón, a la ale- exaltaciones del placer de los sentidos dentro gría renacentista sucede la angustia barroca; de una atmósfera gótica, el poema conclu- por ejemplo, para Francisco de Quevedo, la ye: “Y a nuestros pies un río de jacinto / co- muerte es el lugar hacia donde lo envía su rría sin rumor hacia la muerte”. Estos versos vida oscura, que es un “pobre y turbio río”, enigmáticos introducen la certidumbre de la que el “negro mar con altas ondas bebe”. La finitud fluyendo silenciosamente, formando autora observa que, en estos versos el río ya una herida oscura sobre la que fulguran los no va al mar, sino que el mar se traga al río; placeres; el lector siente, acaso inconscien- en cambio, con Antonio Machado no vamos temente, que el disfrute por las cosas de la hacia la muerte-mar, ni esta nos absorbe, vida camina sobre un fondo de muerte. Jor- simplemente aguarda: “Donde acaba el po- ge Luis Borges, quien deploraba de algu- bre río / la inmensa mar nos espera”; y “la nos versos del mencionado poema, dijo a espera de Machado se hace lento quehacer Osvaldo Ferrari que “estos dos últimos ver- en Jorge Guillen”, como se observa en el si- sos pueden interpretarse de diversos mo- guiente fragmento del poema “Senectute”: dos, pero que, de cualquier manera, son muy eficaces”7. La edad me pesa en el silencio unánime A principios de la segunda mitad del si- de la noche tranquila, grande, sola. glo xx, el poeta y músico argentino Atahual- Accidente no hay que me distraiga pa Yupanqui escribió “Tú que puedes vuél- de ese mar que tendiendo va su ola. vete”; ahí el río también es un símbolo del destino del yo poético: Díaz Castañón dice que, por su parte, Vicen- te Aleixandre poetiza con angustia existen- Soñé que el río me hablaba cial la lucha del hombre que se niega a acep- con voz de nieve cumbreña tar su inevitable fin: “Ellos contra corriente y dulce, me recordaba nadan, pero retroceden / y en las aguas lle- las cosas de mi querencia. vadas, mientras se esfuerzan cause arriba, / a espaldas desembocan”6. Se observa que, Tú que puedes, vuélvete, de acuerdo con estos versos, el hombre me dijo el río llorando, avanza dificultosamente por la corriente de los cerros que tanto quieres -me dijo- la vida para regresar inevitablemente al no allá te están esperando. ser original. En Hispanoamérica, en 1905 Leopoldo Es cosa triste ser río, Lugones publicó “Delectación morosa”, in- quién pudiera ser laguna,

5 Ibid., p. 96. 7 Jorge Luis Borges y Osvaldo Ferrari, Diálogo / I, Bue- 6 Ibid, p. 97. nos Aires, Siglo XXI, 2005, p. 147.

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oír el silbo del junco Sale un traje sin cuerpo y sin sonido. cuando lo besa la luna. Sale una lluvia triste sin paragua.

En estos versos, el río no puede volver atrás, Sale un ojo a mirar lo que me pasa. el sujeto lírico sí, pero se da a entender que, Sale el diablo a la puerta de su casa aunque es susceptible de hacerlo, su desti- y todo lo que pasa le divierte. no es parecido a la errante naturaleza del río y no a la de la laguna, que permanece y Sale el agua del agua de ola en ola, fulgura en su lugar por su comunión con la sale de roca en roca el agua sola luz del astro nocturno. El yo poético, como para ir a dar al agua de la muerte.9 la corriente, se halla en continua fuga lle- vando la nostalgia de su patria rural; la fuga Este poema de tintes surrealista, con predo- es espacial y temporal porque el hombre es minio retórico de la anáfora y de la sinéc- y no es al mismo tiempo y esencialmente doque, enfatiza en la salida de ciertas rea- vive despidiéndose de su terruño querido; o lidades carentes o en búsqueda de aquello como dijo Jorge Luis Borges en una entrevis- que le da sentido. Sin embargo, como en ta con Jean de Millered: “Muerte sin fin” de José Gorostiza, el agua representa la palabra poética que nos da pro- A medida que avanza la vejez, realizamos casi fundidad y transparencia; o como dijo Mar- todos nuestros actos por última vez. Nos en- tin Heidegger: “El lenguaje es la casa del ser. contramos con alguien: acaso sea la última vez En su morada habita el hombre. Los pen- que lo vemos. Nos estamos despidiendo todo el santes y poetas son los guardianes de esa tiempo…sin saberlo8. morada”10. No obstante, el hombre vive heri- do de soledad y de mortalidad; es pues, un En la década de los sesenta, el poeta curso de agua que toma la ruta de la muerte. chiapaneco Daniel Robles Sasso escribió el Orinoco, la obra dramática de Emilio Car- siguiente soneto: ballido, publicada en 1982, corresponde a un tiempo en el que son ampliamente co- De la boca del agua sale el agua. nocidas las posturas filosóficas de Friedrich Sale un hombre a caballo perseguido. Nietzsche y Martin Heidegger; estos, dice Sale una puerta a ver quién ha salido, Gianni Vatimo11, iniciaron la despedida de la sale una calavera sin enagua.

De la boca del agua sale el agua. 9 Daniel Robles Sasso, Alguien muere de amor y no Sale un oído en busca de su ruido. le basta, Tuxtla Gutiérrez, Universidad Autónoma de Chiapas, 1983, p. 141. 10 Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo, vers. de Helena Cortés y Arturo Leyte, Madrid, Alianza Edi- 8 Jean de Millered, Entrevistas con Jorge Luis Borges, torial, 1972 p. 16. Versión castellana de Gabriel Rodríguez, Venezuela, 11 Gianni Vatimo, El fin de la modernidad, trad. Alber- Monte Ávila Editores, 1970, pp. 134-135. to L. Bixio, Barcelona, Gedisa, 1998, pp. 41-42.

70 ¶ tema y variaciones de literatura 55 antonio durán ruiz modernidad al negar de las estructuras es- sarrollo sustentable” parece tener cita con tables del ser. Para Nietzsche,12 la transfor- la derrota; se confirma la idea de que la mación del mundo verdadero en fábula otrora aplaudida modernidad ha desem- supone un debilitamiento de la fuerza ter- bocado en un desastre total. En 1970, el minante de la realidad y pierde sentido el filósofo rumano E. M. Cioran dijo que ahora imperativo de verdad. Para Heidegger la cri- estamos presenciando la demolición de la sis del humanismo se refiere al desarraigo de idea de progreso. la modernidad como promesa utópica de li- beración; su antihumanismo no se contra- Antaño se vivía con la certidumbre de un futuro pone a lo humano, sino que intenta hacer para la humanidad. Ahora ya no es así. Al hablar valer su auténtica dignidad. de futuro se añade con frecuencia: “Si es que Según David Lyon13, el pensamiento ilus- quedan hombres entonces”. Antaño el fin de la trado expresó la condición de que las cosas humanidad cobraba un sentido escatológico, en general tendían a mejorar y se afanó en iba unido a la idea de salvación. Sabemos que la búsqueda de leyes universales; el porvenir esto puede acabarse y desde entonces hay algo fue el depositario de la superación de las corrupto en la idea de progreso.14 contrariedades humanas. La idea de la eman- cipación de la humanidad fue elaborada a fi- Los signos del ideal agonizan, para Jean- nales del siglo xviii en la filosofía de las Luces François Lyotard una guerra de liberación y en la Revolución Francesa; desde entonces no significa que la humanidad siga emanci- se fortaleció la creencia de que el progreso pándose; la apertura de un nuevo mercado de las ciencias, de las artes y de las liber- no anuncia que continúe enriqueciéndose. tades políticas liberaría a la humanidad de la “La escuela no forma nuevos ciudadanos; ignorancia, la pobreza, la incultura, el des- cuando mucho forma profesionales. ¿Con potismo. Sin embargo, la confianza en la sal- que legitimación contamos para continuar vación del hombre por el desarrollo cientí- el desarrollo?”15 El autor de La condición fico, tecnológico y económico ha perdido postmoderna también ha señalado que lo vigor. En la década de los setentas y prin- característico de la irritación posmoderna es cipios de los ochenta, dentro de las que se cir- la pérdida de la creencia, el derrumbe de las cunscribe Orinoco, la euforia moderna ha viejas certezas, lo cual conduce a una pro- perdido legitimidad; el desarrollo industrial, funda crisis de orientación. No sólo la razón las grandes ciudades, muchos objetos crea- occidental abre sin cesar nuevos abismos de dos por la tecnología y la ciencia muestran ignorancia, sino que también su hija predi- sus efectos destructivos. El progreso, el “de- lecta, la verdad supuestamente intemporal,

12 Friedrich Nietzsche, Ocaso de los ídolos, trad. Rober- 14 E. M. Cioran, Conversaciones, trad. Carlos Manzano, to Echevarren, Barcelona: Tusquets, 2003, pp. 55-65. Barcelona, Tusquets Editores, 2005, p. 16. 13 David Lyon, Posmodernidad, trad. Belén Urrutia, Ma- 15 Jean- François Lyotard, Posmodernidad, trad. Enri- drid, Alianza Editorial, 2005, pp. 21-27. que Lynch, Barcelona, Gedisa, 2001, p. 111.

TEMA ¶ 71 orinoco de emilio carballido: camino de agua y tiempo resulta ser hija del tiempo. Jean Baudrilard16 co que marca a la literatura hispanoameri- ha señalado que estamos ya instalados en cana actual es resultado del desmorona- la era de los medios masivos de comunica- miento de las ideas basadas en la razón y ción, que han operado una modificación de el despego a las ilusiones mantenidas por el la realidad; no sólo la esconden, sino que la hombre moderno; se crean mundos inesta- producen. Los poderes económicos manipu- bles. La verdad explota en pavesas de ver- lan amplios espectros de la sociedad, alteran dades o errores. La falta de fundamentos las opiniones, a través de esos medios. Fifí, inviste de imposturas a la razón y a los per- personaje de Orinoco, sueña que estos me- sonajes literarios, como se observa en los de dios van a potenciar su fama en el mundo Orinoco. En esta pequeña obra dramática, del espectáculo, pero carece en realidad de el río se nombra en las canciones que en- un manager que la promueva en el imagi- tonan las protagonistas; en la primera, que nario social. como dice el narrador, es “un bolero, en me- Muchas resoluciones estéticas actuales nor, que canta Mina”: parten de incertidumbres propias de nues- tros tiempos; los acontecimientos vividos en Llanto de estrellas en la negra noche, el siglo xx demostraron la locura de la razón. desesperación. Lo que Borges afirma en sus ficciones es Como un cometa que rompe las sombras, la incertidumbre sobre la realidad; los per- vi pasar tu amor. sonajes se invisten de los adjetivos: falso y Llora mi vida tu chispa perdida, falaz, especular, ilusorio. Buena cantidad de no hubo ni adiós. relatos parten del agotamiento de los presu- Furia en mi lecho y mi almohada con sabor a sal. puestos sobre los que se ha asentado la mo- dernidad, de la sensación de hallarse ante Luces fugaces que caen en el río, el fin de una época; “puede decirse sin ries- no queda ya más. go que el siglo xx nos ha convertido a to- Llueven los astros, la noche está en llamas: dos en hondos pesimistas históricos”17, dice es mi corazón. Francis Fukuyama. Estructuran el derrumbe de un mundo Grito que vuelvas ya. las novelas Cien años de soledad de Gabriel La sombra del adiós. García Márquez, La guerra del fin del mun- apaga el resplandor do de Mario Vargas Llosa, El Astillero de Juan del sol. Carlos Onetti, La casa de la laguna de Ro- sario Ferré, entre otras. El tono apocalípti- (repite)

Luces fugaces, etcétera, 16 Jean Baudrillard, Las estrategias fatales, trad. Joa- es mi corazón. quín Jordá, Barcelona, Anagrama, 2000. 17 Francis Fukuyama, El fin de la historia y del hombre, Barcelona, Planeta, 1992, p. 29.

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Ya no me queda más boca herida expresa la lastimadura del pai- que un cielo en tempestad, saje. Como en Muerte sin fin de Gorostiza, la noche va a estallar el paisaje onírico representa el dolor de ser, sin ti.”18 la falta fundamental del hombre, la oquedad oscura sobre el que se desenvuelve la ilusión Es un bolero de naturaleza romántica en el de la vida. La vida y la muerte se juntan en sentido de que hay una proyección del yo un acto de dolorosa devoración: poético sobre las cosas del mundo exterior. El corazón del sujeto lírico es una oscuri- Soledades fulgentes de las noches, dad donde arde el fuego que encendió un estrellado croar, flautas acuáticas; amor de poca duración; la borrasca por el en las crestas se yerguen silbos verdes sufrimiento y la inquietud que provocó la y hay bulbos que se entreabren como trompas pérdida del objeto amado no se apacigua. [voraces Ese estado de ánimo se corresponde con la y hay tallos que se doblan y marchitan visión de la nocturna lluvia de meteoros que hacia el fragor de una raíz lentísima, aparentemente caen en el río. La corriente plantas de sueños con los ojos fijos, se llevará esas luces celestes como el tiem- yerbas de brillo y sombra, parásitas de muerte. po se llevó la compañía de los amantes y se Se escuchan retumbar caídas de agua, llevará el fuego que aún crepita en el cora- desgarrarse entre rocas sedas de agua, zón del sujeto lírico. Por eso, la lluvia de es- chapotear lenguas en el barro fofo, trellas, como “un cielo en tempestad”, que fluir un lento lomo de aceites y savias… ocurre en el cielo nocturno se corresponde Corren ríos de fango y de semillas, con la tempestad interior del sujeto lírico. La ríos de insectos, ríos de luceros, aparente caída de las estrellas fugaces en el ríos de grasas, ríos de pétalos y zumos, río y su asociación con el estado interior del ríos como tumultos de bestias enceladas. yo poético acentúa la transitoriedad de un El trueno vegetal de aquellas aguas gran amor. hasta las costas del Levante rueda En la segunda canción, se hace referen- y allí se vuelve herida de una boca, cia a la soledad de un degradado ambiente cuello abierto, ramaje de venas de algún delta... nocturno, de un elemental mundo vegetal, (ORI, 32). animal y mineral que se arrastra como un río hacia una confluencia de río y mar; ahí Aquí las representaciones del río y del mar se el mar es una boca y el río, una herida; la acercan a la de Quevedo, mencionada ante- riormente, por su turbiedad y negrura. La segunda canción exalta la vida pla- 18 Emilio Carballido, Orinoco, Rosa de dos aromas, El mar y sus pescaditos, Escrito en el cuerpo de la centera, el regocijo de los sentidos; dice que noche, Los esclavos de Estambul, México, Fondo de “nuestras vidas son los ríos que está espe- Cultura Económica, 2013, pp. 16-17. rando el mar”; hay muchos ríos y un solo En lo sucesivo, cito dentro del cuerpo mediante las siglas ORI seguidas por el número de página. mar, pero éste promete mayor felicidad que

TEMA ¶ 73 orinoco de emilio carballido: camino de agua y tiempo la que se puede obtener en el transcurso ha señalado Mijail Bajtin,19 se halla también de la vida; el camino hacia la muerte es un simbolizada, aunque matizada, en la pareja afluente vital que desembocará en un mar Fifí y Mina, la juventud y belleza física de una de mayor amabilidad; esta canción ofrece ha concluido mientras que en la otra aún se una concepción optimista del más allá. Aquí conservan. La juventud y la buena figura se observa también la concepción heracli- son factores centrales en el ámbito del es- teana y que ha señalado la física moderna pectáculo nocturno al que han dedicado sus de que el hombre tiene una naturaleza esen- mejores años y en el cual sobreviven; am- cialmente temporal, se mueva o no, fluye bas aparecen lastimadas de mucha soledad, ineluctablemente hacia su muerte. pero la amortiguan por el amor y el temor que las une. Las mencionadas canciones que Nuestras vidas son los ríos, hacen referencia al río expresan también sus nos está esperando el mar, anocheceres y amaneceres interiores, sus de- y si aquí nos divertimos, sencantos y sus algazaras. ya será mejor allá. Ellas viajan sobre aguas sin rumbo en ¡Que cante el mar, negra, un barco carguero que navega sobre el río que cante el mar! Orinoco, flanqueado por la selva, transpor- En los ríos hay muchos peces, tando cajas de coñac y cuya tripulación mas- cuántos más no habrá en el mar, culina ha desaparecido, a excepción de uno nuestras vidas son los ríos, que, según parece, arrojó a los demás al mar que se mueven sin cesar. durante una trifulca nocturna. Originalmen- Este río es un camino, te iban once tripulantes: dos mujeres más nos movemos sin andar, nueve varones, propensos estos últimos a la acostada o levantada, embriaguez y a las peleas. Mina informa a muy bien que he de llegar. su amiga que “el negro” sobreviviente, que ¡Que cante el mar! desempeñaba el papel de cargador, se des- En el río hay poca espuma, hizo de los demás por defenderlas, porque sólo sabe murmurar; estos, ya borrachos, habían decidido violar- ¡ya se van a ver las olas las durante la noche. De acuerdo con esta y ésas si saben cantar! versión, también Fifí y Mina eran percibidas ¡Que cante el mar, negra, por los hombres del barco como objetos, que cante el mar! (ORI, 44). de las que se podían hacer uso soslayando su consentimiento. En las canciones mencionadas, la vida y la Lo que acontece en el mundo varonil del muerte aparecen inseparables; esta duali- barco es hipotético, la verdad se infiere de dad, esta unión de contrarios, donde se fun- den lo nuevo y lo viejo, la cuna y la sepultura, 19 lo alto con lo bajo, representada en el arte Mijail Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, vers. de Julio Forcat y César y que arraiga en la tradición medieval, como Convoy, Madrid, Alianza, 1999.

74 ¶ tema y variaciones de literatura 55 antonio durán ruiz lo que observan y dicen las mujeres, las ver- ximas a su extinción; para Mina, ese relato dades corresponden a quienes las enuncian, es un ejemplo de las vejaciones que la vida no a lo que realmente ha sucedido. La única comete con seres marginales como ellas, evidencia radica en que el carguero avanza por eso varias veces interrumpe a Fífí dicien- en la última parte de su trayecto, sin nadie do: “Exactamente así es la vida”. que dirija el timón, luego Fifí se hace cargo El barco ha perdido el rumbo igual que de él, más tarde el motor deja de funcionar la vida de Fifí y de Mina; ese extravío ocurre y el barco se mueve al capricho de la corrien- dentro de una circunstancia en la que el di- te que lo arrastra hacia el mar. nero y las cosas materiales se han convertido El desorden y deterioro que se advierte en fetiches, en señuelos de la felicidad eclip- en el barco representa el caos y la degra- sando la importancia de los valores espiri- dación del mundo hispanoamericano de la tuales y morales. Ante los demás, ellas han segunda mitad del siglo xx, también la incer- perdido su dimensión humana para volverse tidumbre y decadencia de las protagonistas. mercancías, bienes en vías de perder su va- El Diario de Navegación es otro indicador del lor y que serán arrojados más temprano que sinsentido que predomina en el barco, de las tarde al lugar de los desechos humanos. pulsiones primarias que ahí predominan, del Mina y Fifí se mueven en un mundo que dolor, el desinterés, la amargura y extravío no las incluirá; sus ilusiones y sueños tienen interior de quien ahí realiza las anotaciones. cita con el fracaso; se consideran artistas También en las protagonistas se expresa de variedades; los otros, las señalan como el extravío en los planos exteriores e interio- rameras; y en ese papel son enviadas a un res. La esperanza de Fifí no es más que una prostíbulo de una zona petrolera venezola- ilusión; sus expectativas tienen la vestidura na. Mina ya vivió el presente de Fifí y a este de la inocencia, como en la historia de las tiempo se enlaza para postergar su caída doce flores de lino que, según recuerda, le ineluctable; los tiempos de las dos amigas contó su hermano, en la que los personajes, se funden para conformar una sola corriente sujetos a transformaciones violentas, son fugitiva con dirección al mar de la muerte. portadores de un optimismo que no los fa- La memoria de las protagonistas des- vorece, sino que su dolor forma parte de la empeña un papel importante; a través de la marcha del mundo. El final del cuento de las enunciación de sus recuerdos, reconstruyen doce flores de lino desemboca en el terre- su historia, sobre todo a partir de la noche no de lo mítico: las pavesas de papel se con- en que comenzó su amistad dentro de un funden con las estrellas, como si se volvieran cabaret, aunque el de Mina va más lejos, re- esas luminarias. fiere el día en que su familia le pronosticó Pero el lector contemporáneo sabe que que sería “una perdida”. Esos recuerdos per- las chispas no se confundirán con las estre- miten al lector acercarse un poco más a la llas, como no arribarán al estrellato noctur- identidad de las protagonistas y a ellas asu- no Mina y Fifí puesto que se encuentran mir la propia; Mina había sido una rebelde también en el nivel de vedettes-chispas pró- frente a ciertos convencionalismos familiares

TEMA ¶ 75 orinoco de emilio carballido: camino de agua y tiempo y sociales, sin embargo, pagó con dolor ese la derrota total; sólo quiere retardar su caí- gesto de libertad. Fifí es una soñadora con da irremisible. una sabia ignorancia; dentro de su desco- El proxeneta Rico Daporta representa a nocimiento del mundo puede más con los los explotadores de mujeres sin escrúpulos problemas de la realidad que su experimen- ligados a otros grupos mafiosos que cercan tada compañera, quien reconoce las habili- a quienes sin alternativas caen bajo su per- dades de su amiga en la lucha por la super- versa influencia. Ante la conciencia de no vivencia al mismo tiempo que confiesa su evitar la pérfida acción de Daporta y advertir desesperanza por una situación mejor: la clausura de su mundo y la inutilidad de su compañía en favor de Fifí, Mina ha tenido el Mi Fifí, mi gatita joven, loca, ¿qué ibas hacer sin impulso de arrojarse a las aguas caudalosas mí? Ay, si yo me muriera, tú en este mundo tan habitadas por caimanes; el río de su vida es- cerrado, tan feo. Tú que eres suavecita, loquita, taba próximo a desembocar en el mar de la peleonera, valiente. No te hago falta. ¿Para qué? muerte y del olvido: Te tiran del balcón, caes en tus dos paticas. ¡Tú me haces falta a mí! Yo ya no espero nada, más A mí…nunca me ha defendido nadie, más que que el gusto de estar contigo, de verte confiar Fifí…Rico me va a marcar la cara... (Pausa.) en las cosas buenas, todo el tiempo. Yo ya no Agua amarilla... un mundo de agua amarilla... espero nada, nada especial. Muy poco…Casi… (Se cuelga mucho, viendo el agua.) ¿Qué tanto nada. (ORI, 41) dolerán las mordidas de los caimanes?... Ni es cierto que la ayudé a llevar el barco... ella puede El narrador de Jacques y su amo de Denis sola. (Llora.) (ORI, 45). Diderot dice que “creemos conducir nues- tro destino, pero siempre es él quien nos Las protagonistas aparecen insertas dentro conduce”20. Y como ha señalado Pedro Sali- de una circunstancia sin asideros, violenta, nas, en lo que respecta al hombre moderno caótica e inmoral; tienen la impresión de an- de sentirse llevado por la fatalidad, las pro- dar en el fin del mundo; durante este viaje tagonistas también pierden el control de sus se hace evidente de que ya no tendrán un vidas y son arrastradas por fuerzas ajenas. lugar, sólo les queda el del barco náufrago; y En principio Fifí cree que se dirigen hacia un la felicidad únicamente la pueden obtener a cabaret de prestigio donde trabajarían de través del delirio alcohólico. El mundo se les vedettes; sin embargo, Mina la desengaña ha presentado populoso y deshabitado por y le confiesa que van hacia un burdel de el amor, donde manda el dinero y el hombre baja ralea. Mina sabe que no tienen salidas, ha dejado de ser el fin último de toda acti- que las espera el fracaso, que caminan hacia vidad humana. El mundo se ofrece inasible y pasajero, un camino, como diría Antonio Machado, que no se ha de volver a pisar, por eso el espectáculo de los colores del 20 Dennis Diderot, Jacques el fatalista, trad. M. Gras. Barcelona, mateu, 1971, p. 36. cielo durante el amanecer, le parecen a Fifí

76 ¶ tema y variaciones de literatura 55 antonio durán ruiz

únicos e irrepetibles: “¡Aburrirnos de esto! que las prácticas y conceptos que normaron ¿Pero cómo? ¡Es único! ¡Nunca va a repetir- su conducta sexual perduren hoy día entre se”! (ORI, 11). hombres y mujeres marginales o en secto- El título de la obra remite al lector a un res de población minoritarios colocados al espacio de connotaciones míticas, el enor- linde de la sociedad nacional, ya que la es- me río por donde corrieron las barcas en el tructura social capitalista carece de interés o siglo xvi de europeos en su búsqueda des- no puede hacer uso de los instrumentos in- orbitada de El Dorado o el caudaloso río so- tegrativos que coloquen a esos individuos o bre el que navegó, en el siglo xviii, el varón grupos minoritarios marginales en posicio- Alexander von Humboldt; su nombre evoca nes de dignidad e igualdad con el resto de lejanías, vida acuática y vegetal agreste e in- la población. dómita, aunque Mina degrada esta denomi- Finalmente, el lector advierte que desde nación al nivel de su perecido fonético con el principio las protagonistas se embarcan “orines”. La riqueza del petróleo venezola- en un viaje hacia el extravío; fuera del barco no para ellas es sólo parte de un contexto las aguarda el atroz prostíbulo, la cárcel o la sórdido y extraño; también para ellas, co- mendicidad por lo que no bajarse del barco mo para los protagonistas de la novela de no es la peor opción. Éste las aleja, como Ciro y Alegría, deambulan dentro de un mun- dice Daniel Vázquez Tourino, “de la certeza do ancho y ajeno. denigrante hacia un futuro desconocido Mina y Fifí no necesariamente son pros- que, estando las dos juntas, solo puede traer titutas pero sus trabajos están encamina- algo `más hermoso` todavía”22. Lo que Váz- dos preferentemente a favorecer las pulsio- quez Tourino señala se corresponde con la nes primarias de la sociedad masculina; Fifí última canción que entonan; ahí el mar apa- no deja de mencionar la función primordial rece como la máxima promesa de felicidad: de sus apariciones en distintos escenarios: “¡ya se van a ver las olas / y esas sí saben “Hay que pensar con cuidado qué nos po- cantar! / ¡Que cante el mar, negra, / que can- nemos para desembarcar. Algo que los im- te el mar!” (ORI, 44); en todo caso, su final pacte, que nos vean y se caigan de culo, con no tendrá la indignidad que les esperaba en erecciones esas que rompen las braguetas”. el mundo de los hombres. (ORI, 13). El lector atento observa que las protago- Gonzalo Aguirre Beltrán21 dice que los pri- nistas son las excluidas del “progreso moder- meros mestizos mexicanos se hallaban com- no”, de la enajenación y bestialización hu- pelidos a situarse un una posición marginal mana, de un mundo individualista, cosificador muy semejante a la que padece en la actuali- y pervertido. No es la fatalidad la que las dad la mujer galante que hace de la sexua- lidad un oficio; por lo que no resulta extraño 22 Daniel Vázquez Tourino, La teatralización de la rea- lidad como discurso ético. El teatro de Emilio Car- 21 Gonzalo Aguirre Beltrán, Medicina y magia. El proce- ballido, tesis doctoral, Universidad Autónoma de so de aculturación en la estructura colonial, p. 160. Madrid, 2008, p. 127.

TEMA ¶ 77 orinoco de emilio carballido: camino de agua y tiempo condena, sino la injusticia social, un mundo Fukuyama, Francis. El fin de la historia y del hom- a todas luces abusivo, opresor y machista. bre. Barcelona: Planeta, 1992. Heidegger, Martin. Carta sobre el humanismo, Bibliografía versión de Helena Cortés y Arturo Leyte, Ma- drid: Alianza Editorial. 1972 Aguirre Beltrán, Gonzalo. Medicina y magia. El Lyon, David. Posmodernidad. Traducido por Be- proceso de aculturación en la estructura co- lén Urrutia. Madrid: Alianza Editorial, 2005. lonial. México: Universidad Veracruzana / ini / Lyotard, Jean-François. La posmodernidad (expli- Gobierno del Estado de Veracruz / fce, 1992. cada a niños). Traducido por Enrique Lynch. Baudrillard, Jean. Las estrategias fatales. Traduci- Barcelona: Gedisa, 2001. do por Joaquín Jordá. Barcelona: Anagrama, Manrique, Jorge. Coplas a la muerte de su pa- 2000. dre. Edición de Carmen Díaz Castañón. Bar- Bajtin, Mijail. La cultura popular en la Edad Me- celona: Castalia, 2016. dia y en el Renacimiento. Versión de Julio For- Millered, Jean de. Entrevistas con Jorge Luis Bor- cat y César Convoy. Madrid: Alianza, 1999. ges. Versión Castellana de Gabriel Rodríguez. Borges, Jorge Luis. Obra Poética. Buenos Aires: Venezuela: Monte Ávila Editores, 1970. Emecé Editores, 2005. Nietzsche, Friedrich. Ocaso de los ídolos. Tradu- Borges, Jorge Luis y Osvaldo Ferrari. Diálogo / I. cido por Roberto Echevarren. Barcelona: Tus- Buenos Aires: Siglo XXI, 2005. quets, 2003. Carballido, Emilio. Orinoco, Rosa de dos aromas, Robles Sasso, Daniel. Alguien muere de amor y no El mar y sus pescaditos, Escrito en el cuerpo le basta. Tuxtla Gutiérrez: Universidad Autó- de la noche, Los esclavos de Estambul. Mé- noma de Chiapas, 1983. xico: Fondo de Cultura Económica, 2013. Vatimo, Gianni. El fin de la modernidad. Tradu- Cioran, E. M. Conversaciones. Traducido por Car- cido por Alberto L. Bixio. Barcelona: Gedisa, los Manzano. Barcelona: Tusquets Editores, 1998. 2005. Vázquez Tourino, Daniel. La teatralización de la Diderot, Dennis. Jacques el fatalista. Traducido realidad como discurso ético. El teatro de por M. Gras. Barcelona: mateu, 1971. Emilio Carballido. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid, 2008.

78 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Carballido: promotor de la Nueva Dramaturgia

armando partida t. | universidad nacional autónoma de méxico

Resumen El trabajo de Emilio Carballido como promotor de la dramaturgia nacional a finales de los años setenta impulsó a una generación entera de jóvenes escritores. El presente artículo hace una revisión de dicha labor, en un autor que, además de ser reconocido por su prolífica obra, mantuvo una preocupación constante por difundir y defender los espacios de producción de la dramaturgia hecha por los jóvenes.

Abstract Emilio Carballido’s worked as a promoter of national dramaturgy at the end of the 1970s stimulated an entire generation of young writers. This article reviews this work, in a writer who, in addition to being recognized for his prolific work, maintained a cons- tant concern to disseminate and defend the spaces for the production of dramaturgy made by young people.

Palabras clave: Nueva Dramaturgia/ Teatro mexicano / Promoción cultural.

Key Words: Nueva Dramaturgia, mexican teather, cultural promotion.

Para citar este artículo: Partida T., Armando, “Carballido: promotor de la Nueva Dramaturgia”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciem- bre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 79-84.

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n el catálogo de la Universidad Au- verjan esas dos fuerzas indispensables para la tónoma Metropolitana: Nueva Dra- vida cultural de una noción: autores nuevos y Ematurgia Mexicana 1979-19801, en nuevos públicos. el que enlista veintisiete obras estrenadas, nuestro reconocido dramaturgo Emilio Car- A continuación, enuncia las características ballido, defensor de la producción nacional del proyecto, y su importancia dentro del de la dramaturgia mexicana, señala: ámbito escénico. Temporadas que se com- plementaron con la publicación de algunas Las temporadas de la uam Nueva Dramaturgia obras seleccionadas. Mexicana parecen haber respondido a una pro- En la presentación de esta breve publica- vocación pública. ción, encontramos lo que siempre le impor- ¿Podría hablarse de una campaña contra la tó y defendió el dramaturgo surgido en la dramaturgia nacional? Las compañías estatales década de los años cincuenta: la valoración que han existido estos últimos años se negaron y divulgación de la producción dramática na- a montar autores mexicanos; se apoyaron en cional de ese momento; así como la propia una furiosa actitud de prensa, que de pronto formación de dramaturgos. Además de su empezó a negar que nuestra dramaturgia exis- persistente reclamo a las autoridades cultu- tiera o hubiera existido nunca; y lo hacía en rales, productores y hacedores escénicos por forma alineada y premeditada, como si la hu- discriminar la producción dramática nacional. bieran aleccionado. El reconocimiento internacional como […] creador, le valió en un principio el apoyo de A dos años de iniciada, acabando el segundo la Universidad Veracruzana para la publica- año ya, Nueva Dramaturgia Mexicana ha ofre- ción de Tramoya cuaderno de teatro y poste- cido veintiséis obras de diferentes dimensiones riormente, la coedición con Rutgers Univer- y calidades, escritas por diecinueve autores, tres sity-Camden hasta la actualidad, después de de ellos surgidos en un taller2 de la propia uam. su fallecimiento; convirtiéndose en la revista Dieciocho directores, seis escenógrafos, cuatro de teatro mexicana más longeva. En ésta el coreógrafos y cinco músicos han dado sus ta- objetivo principal sigue siendo la publicación lentos para estos montajes, que también han de nuevos dramaturgos, al igual que drama- mostrado calidades irregulares, como es normal turgos importantes de otras épocas hoy ol- en lo nuevo, en lo joven. Ha sido un abrir de vidados, además de investigaciones y otros puertas para que se oigan sus voces, se vean rubros referidos a la dramaturgia y las artes figuras y haya un punto de libertad en que con- escénicas. Las páginas de esta revista fueron precisamente el medio inicial de la divulga- ción de los jóvenes dramaturgos, alguno de 1 Catálogo que ofrecemos en una adenda, al final de este testimonio. Es necesario aclarar que este proyec- éstos formados por él en su taller de drama- to estuvo apoyado por el Jefe del Departamento de turgia impartido en el Instituto Politécnico Actividades Culturales Guillermo Serret Villanueva, y Nacional; casi todos éstos considerados pos- del director de Difusión Cultural Carlo Montemayor. 2 Taller: Carpintería Teatral, a cargo del propio Carballido. teriormente por el investigador norteame-

80 ¶ tema y variaciones de literatura 55 armando partida t. ricano Ronald D. Burgess, como la “gene- demia: los autores han reinventado el estilo, el ración perdida”. Mismos que fueran presen- lenguaje que usan, para los fines últimos de sus tados en una primera antología de obras en obras. Se ve una vasta gradación en el sentido un acto aparecida en 1972: Teatro joven de del humor. Aun como tenue ironía se le encuen- México; propiciada por el propio Carballido, tra presente hasta en la más seria de todas las en la que incluyera quince noveles drama- obras. Abundan los contrastes. turgos. En la presentación de esta publicación fechada en diciembre de 1971; misma que Y enseguida consideraba lo que le fuera pro- fuera incluida en la publicación de 1979, con pio a su propia escritura dramática: una nueva selección, en la que señalaba lo que particularizaba a éstos: Abundan los contrastes. Las tramas son claras: todos saben cómo contarnos una historia con Lo mínimo que un autor joven debe ofrecer para buen sentido del acontecer dramático. Son que se le considere, es un contacto verdadero amenos: ninguno busca la aridez. Obsérven- con la realidad circundante y un comentario vá- se también el uso de recursos consagrados en lido que ofrecer en cuanto a ella; un grado razo- modos gratamente imprevisibles, fuera de ruta: nable y respetable de oficio; un mínimo de ver- digamos la distancia brechtiana para efectos có- dad descubierta en carne propia; un sentido micos y no didácticos. La recreación del habla lúdico; y, algo, en fin, que lo entronque espon- diaria se hace sin eufemismos ni falsos pudores. táneamente en el árbol de su propia tradición. Hay capacidad de fantasía. Sentido crítico de la (Así el árbol amenace volverse un leño maltrata- realidad, y gusto del juego por el juego mismo.4 do, como el de la Noche Triste.)3 Mismos presupuestos estilísticos que en- En este enunciado Carballido acusaba in- contramos sintetizados en sus obras en un conscientemente lo que determinaba su acto, conocidas como d. f., y que el investi- propio sistema dramatúrgico; agregando gador Antoine Rodriguez señaló como im- posteriormente en su presentación de 1971, plícitos en este ciclo de un centenar de obras; lo que fue determinante para la nueva se- en que el recurso determinante de su es- lección de 1979, y que sería la clave para la critura es la anécdota. Mismo componente organización del ciclo de la Nueva Drama- que fue punto medular en la práctica docen- turgia Mexicana: te de sus Talleres. Es de señalar que, entre los 17 autores incluidos en esta edición de Pero no me importa señalar la variedad de en- Teatro Joven de México de 1979, se en- foques: muchas preocupaciones formales están cuentran varios autores que no fueron sus expuestas aquí, pero siempre la forma sirve a un alumnos, pero sí publicados anteriormente concepto general de esta realidad; no hay aca- en Tramoya.

3 Emilio Carballido, Teatro joven de México, México, Editores Mexicanos Unidos, 1979, p. 7. 4 Ibid., p. 8.

TEMA ¶ 81 carballido: promotor de la nueva dramaturgia

Precisamente, gracias a esta publicación Si bien, este sería el detonante sociopolíti- hicieron su irrupción en los escenarios mexi- co, por otra parte, no significaría la acep- canos, hacia la primera mitad de la década tación inmediata de la producción escénica de los años setenta, algunos de los antólo- de estos nuevos y jóvenes creadores por par- gos en 1971 y, sobre todo los incluidos en te de los empresarios e instituciones cultu- la de 1979 (cfr. Adenda); gracias al empeño rales (en particular del entonces d. f.), como de Carballido. lo manifiesta Carballido en su presentación; Al surgimiento de la Nueva Dramaturgia, razón por la cual el investigador norteame- tenemos que considerar la impronta socio- ricano Burgess, al analizar las escenificacio- política, determinante para ello en el pa- nes de ambas décadas –en particular de los norama del país, como lo consideró la crítica años setenta–, asentaría en varias publica- teatral Olga Harmony, en su momento; res- ciones sobre lo que éste denominaría “ge- pecto a la presencia de nuevas expresio- neración perdida”: nes dramatúrgicas y de los nuevos creadores de estas décadas (60-70): el término “perdido” puede darse de dos ma- neras. En primer lugar, puede tener el sentido La subversión en las relaciones sociales y fami- de “olvidado o “ignorado”, lo cual describe la liares, la verdadera y universal revuelta juvenil recepción que éstos dramaturgos han recibido que se apropia de nuevas formas de compor- del público, porque hasta el momento están tamiento, la libertada sexual y la crítica a las prácticamente desconocidos. Los teatros co- instancias del poder –que harían eclosión en merciales y las casas editoriales apenas comien- las matanzas gubernamentales de los estudian- zan a abrir sus puertas a estos escritores y sin tes del 2 de octubre de 1968 y del Jueves de Cor- las tres ediciones de Carballido, además de la pus de 1971– se alían a la libertad formal que revista Tramoya, y la ayuda de la serie “La nueva las corrientes vanguardistas ofrecen a la cons- dramaturgia mexicana”, nadie se habría dado trucción dramática, el manejo del lenguaje cada cuenta de su existencia. En la historia del tea- vez más permisivo en nuestro teatro- y la elabo- tro mexicano, pues hay un vacío, el espacio que ración de los personajes. Por ello un mismo en- ocupa la generación actual. La generación ig- torno social dará lugar a búsquedas y hallazgos norada. En efecto. Se ha perdido un paso en el diferentes y muy personales, con lo que se esta- desarrollo teatral de México.6 blece una ruptura de las formas más convencio- nales de hacer teatro que era casi una constan- Sin embargo, hay que tomar en considera- te entre nosotros.5 ción las formas de producción del teatro pro- fesional e institucional que determinó este vacío de la producción dramática nacional.

5 Harmony, Olga. “La generación intermedia”. Esce- nario de dos mundos 3. Inventario teatral de Ibe- 6 Roland D. Burgess, “El nuevo teatro mexicano y la ge- roamérica. Madrid: Centro de Documentación Tea- neración perdida”, Latin American Theatre Review, tral. 1988, pp. 121-123. 1985, p. 93.

82 ¶ tema y variaciones de literatura 55 armando partida t.

Debido a la coyuntura social e ideológica del . The New Dramatists of Mexico 1967- momento, por una parte las preferencias es- 1985, Lexinton, The University of Kentucky cénicas de la clase media, la burguesía y la Press,1991. clase intelectual del país y, por otra, la propia Harmony, Olga. “La generación intermedia”. Es- particularidad señalada por Harmony: en el cenario de dos mundos 3. Inventario teatral sentido de la carga social e ideológica de la de Iberoamérica. Madrid: Centro de Docu- producción dramática de estos hacedores; mentación Teatral. 1988, pp. 121-123. que por sí misma no encontró de inmediato Nueva dramaturgia mexicana, Temporadas su acomodo; hasta el primer lustro de la dé- 1979-1980. Universidad Autónoma Metro- cada de los años ochenta; gracias a la labor politana s/f. que desarrolló Emilio Carballido, como pro- Partida, Armando. Escenario de dos mundos 3. motor de ese cambio que en los anales de la Inventario teatral de Iberoamérica. Madrid, historia del teatro nacional se conoce como Centro de Documentación Teatral, 1988, pp. La Nueva Dramaturgia. 124-126. Pero su interés, preocupación y pasión .“La nueva dramaturgia”. Dramaturgos me- por apoyar a los jóvenes dramaturgos surgi- xicanos 1970-1990. México: inba-citru, 1998: dos en la década de los setenta: los Nuevos 27-33. Dramaturgos, no paró con esta temporada, Rodriguez Antoine. Un siglo urbano. El d. f. de sino la continuó con la publicación de la si- Emilio Carballido, Xalapa: Universidad Vera- guiente producción de éstos; a lo largo de la cruzana, 2005. década posterior, tanto a través de Tramoya, teatro joven de méxico. Emilio Carballido. Méxi- por medio de la que los hacedores de teatro co: Editores Mexicanos Unidos (Colección Li- de la provincia se apropiaron de los textos teraria Universal), 1979. dramáticos de estos noveles dramaturgos, como por medio de la publicación una serie Adenda de antologías,7 que contribuyeron a la pro- yección de estos dramaturgos, cuya produc- nueva dramaturgia mexicana Temporadas 1979- ción dramática estuvo signada por la preo- 1980. Universidad Autònoma Metropolitana cupación social asentada anteriormente por s/f. Olga Harmony, amén de las propias particu- 1. Historia de un hospital, de Esteban Cruz. laridades dramatúrgicas de éstos. Dir.: Esteban Cruz. 2. El periódico, de Reynaldo Carballido. Dir.: Bibliografía Valentina Hernández. 3. Cocina vegetariana, de Reynaldo Carba- Burgess, Ronald D. “El nuevo teatro mexicano y la llido, Dir.: Valentina Hernández. generación perdida”, Latin american theatre 4. Chana volante, de Gerardo Velásquez. Review, 1985, pp. 93-99. Dir.: Valentina Hernández. 5. El jardín de las delicias, de Sabina Ber- 7 Cuyo listado incluimos en la adenda. man. Dir.: Teresa Valdez.

TEMA ¶ 83 carballido: promotor de la nueva dramaturgia

6. Sobre las lunas, de Gerardo Velásquez. 21. Amor perdido, de Sofía Rodrìguez Fer- Dir.: Héctor Berthier. nàndez. Dir.: Raquel Peredo. Escenogra- 7. Acto social, de Reynaldo Carballido. Dir.: fìa: Fernando Vàzquez Mendoza. Jorge Galván. Escenografía: Jorge Galván. 22. En Familia, de Carmen Torres. Dir.: Co- 8. La señora de gris, de Reynaldo Carballi- lectiva. Escenografìa: Fernando Vàzquez do, Dir.: Jorge Galván. Escenografía: Jor- Mendoza. ge Galván. 23. La mariposa incorruptible, de Margarita 9. Moto en delegación, de Reynaldo Car- Dìaz Mora. Dir.: Marta Luna. ballido. Dir.: Jorge Galván. Escenografía: 24. Las peripecias de un costal o La corona Jorge Galván. de Hierro, de Antonio Argudìn. Dir.: Igna- 10. Los mandamientos de la ley del hom- cio Sotelo y Manuel Aguilar. Escenogra- bre, de Reynaldo Carballido. Dir.: Jorge fía: Marcela Zorrilla. Galván. Escenografía: Jorge Galván. 25. Màquina, de Alejandro Licona. Dir.: Mar- 11. Pobre madre mía, de Abraham Caballero ta Luna. Escenografìa: Gloria Olivares. Arzate, Dir.: Mario Ficachi. Coreografìa: Guillermo Serret Bravo. Mù- 12. El lazarillo, de Óscar Liera. Dir.: Óscar Lie- sica: Larry Borden. ra. Coreografía: Onésimo González, Mú- 26. La corriente, de Reynaldo Carballido. Dir.: sica: Alicia Urreta. Mercedes de la Cruz. Coreografìa: Carlos 13. Un lugar como cualquier otro, de Ricar- Gaona. do Ramírez Carnero. Dir.: Ignacio Sotelo. 27. La paz de la buena Gente, de Òscar Vi- Escenografía: Marcela Zorrilla. llegas. Dir.: Emilio Carballido. Coreogra- 14. Nada que ver una con la otra, de Dante fìa: Rosa Reyna. Mùsica: Rafael Elizondo. del Castillo. Dir.: Dante del Castillo. Escenografìa: Jarmila Masserova. 15. Los ilegales, de Víctor Hugo Rascón Ban- da. Dir.: Marta Luna. Escenografìa: Rami- Antologías ro Sotelo. 16. En español se dice abismo, de Miguel teatro joven de méxico. 1979. Emilio Carballido. Ángel Tenorio. Dir.: Dante del Castillo. Es- México: Editores Mexicanos Unidos, (Colec- cenografìa: Rosalba Castillo. ción Literaria Universal). 17. 069, reportándose, de Eduardo Rodrì- más teatro joven. 1982. Emilio Carballido. Mé- guez Solìs. Dir.: Eduardo Rodrìguez Solìs. xico: Editores Mexicanos Unidos, (Colección 18. El reloj, de Sofía Rodrìguez Fernandez. Literaria Universal). Dir.: Sofìa Rodrìguez Fernàndez. Esceno- grafìa: Fernando Vàzquez Mendoza. 9 obras jóvenes. 1985. Emilio Carballido. Antolo- 19. Seis cordiales minutos, de Carlos Lòpez gía. México: Editores Mexicanos Unidos. Beltràn. Dir.: Fernando Vázquez Mendoza. avanzada más teatro joven de méxico. 1985. Emi- 20. Olor a primavera, de Sofía Rodrìguez lio Carballido. Antología. México: Editores Fernandez. Dir.: Horacio Romero. Esceno- Mexicanos Unidos. grafìa: Fernando Vàzquez Mendoza.

84 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Emilio Carballido: un viaje en el paisaje mexicano

tomás bernal alanís | universidad autónoma metropolitana, azcapotzalco

Resumen Este artículo es un análisis de la novela corta El tren que corría de Emilio Carballido, donde cinco personajes van a tener una odisea para llegar a Monterrey después que el tren los dejo. En esta aventura expondrán sus deseos e ilusiones a través de los paisajes mexicanos que recorrerán en un taxi para alcanzar el tren, con su viajar se mostrará parte de la geografía y de la historia de diversos paisajes de este México rico en culturas y formas de vida.

Abstract This article is an analysis of the short novel El tren que corría of Emilio Carballido, in it, five characters experimented an odyssey before they get to Monterrey, after the train left them. In this adventure they will expose their desires and illusions trough the Mexi- cans landscapes, which they will travel in a taxicab to reach the train. With their journey it will show part of the geography and history of several Mexican landscapes, full of cultures and lifestyles.

Palabras clave: paisaje, viajar, movimiento, historia

Key words: landscape, travel, movement, history.

Para citar este artículo: Bernal Alanís, Tomás “Emilio Carballido: un viaje en el paisaje mexicano”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 85-95.

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Entre la salida y la meta (cuya llegada es El presente artículo, es un acercamien- improbable que llegue nunca a materializar- to menor, a la prolífica y diversa obra del se) media un desierto, un vacío, un páramo, intelectual mexicano Emilio Carballido, pa- un enorme abismo al que sólo unos pocos ra degustar un poco de su prosa. Nos re- se arrojarán por voluntad propia, sin que ferimos a su novela corta El tren que co- nadie los empuje, después de reunir el valor rría, publicada en 1984, y que es un mirador necesario. privilegiado para entender el paisaje nacio- nal, tanto geográfica como mentalmente de Zigmunt Bauman los mexicanos. Es un acercamiento más a esos estereo- tipos que inundan a los países para construir I y entender la idiosincrasia de un pueblo, tan Introducción rico en expresiones y contradicciones como es el pueblo mexicano. Un viaje que nos l mundo literario de Emilio Carballi- muestra el universo geográfico y mental de do (1925-2008) no sólo se aboca al esos personajes que se mueven en busca Eespacio de la dramaturgia ni a su pa- de sus sueños, haciendo del desplazamien- pel de promotor de actividades culturales, es to, una manera de entender su existencia y más que eso, un escritor de amplias miradas la de los demás. sobre el quehacer de las letras en México y Vayamos pues a degustar el viaje, como sus diversas expresiones en los distintos gé- un redescubrimiento de nosotros mismos, a neros literarios. través de un paisaje que da vida y sentido No sólo es el autor que deslumbra a pro- a los personajes en ese movimiento perpe- pios y extraños con la puesta en escena de túo, que es: el viajar como una experiencia Rosalba y los llaveros, dirigida por el propio vital para encontrarnos a nosotros mismos Salvador Novo, en 1950, en la catedral de las en el inicio y final de esa aventura. artes en México, a la edad de 25 años. Es un autor que con su obra y su vida muestra una II capacidad ética para la crítica social y el des- Un hombre llamado menuzamiento de la identidad del mexicano. Emilio Carballido Emilio Carballido, es un maestro que realiza cirugías sobre el alma mexicana, su La escena cultural de México en el siglo xx, historia y los deseos que mueven a los per- tiene como todo, sus referentes claves, y uno sonajes en su vida cotidiana. Es un buceador de ellos es el escritor, intelectual, dramatur- de las almas humanas y de todos los anhelos go, editor, promotor y difusor de la cultura que enmarcan la existencia de sus persona- llamado Emilio Carballido. Su labor en el tea- jes y de las peripecias que estos sufren para tro mexicano de la segunda mitad del siglo alcanzar la plenitud de sus vidas.

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xx, es esencial para entender los cambios en ras de crítica ante las autoridades por buscar el uso del lenguaje en el escenario teatral, mejores espacios para el mundo del teatro. así como el rescate de un lenguaje que de- El tiempo de Emilio Carballido, es el pe- safía las buenas conciencias y va contra toda ríodo de la modernización, de la explosión censura hecha desde el poder estatal. demográfica, de la búsqueda del mexicano En su larga y exitosa carrera teatral, en- en su identidad y deseos, es la muerte pau- contramos obras imprescindibles como: Ro- latina del ideario e imaginario revolucionario salba y los llaveros (1950), ¡Silencio pollos que trastoca realidades y promesas, es ir en pelones, ya les van a echar su maíz! (1963), pos del espejismo de la industrialización y el Te juro Juana que tengo ganas (1965), Rosa desarrollo como programa político perma- de dos aromas (1986), entre muchas más, nente de los gobiernos posrevolucionarios. en ellas emprende una crítica a la sociedad, Es el momento de volver la vista atrás sus instituciones y a los valores morales que para verificar que el camino seguido no ha regulan la vida social. sido el correcto para la mayoría de la po- Es un representante de esa carrera de la blación que anhelaba justicia social sobre los modernidad a la mexicana, fundamentada cambios prometidos. En general el país de en un proceso de industrialización, donde México, y en particular la Ciudad de Méxi- los resultados han mostrado un modelo eco- co, desarrollaron a lo largo de los años un nómico-social totalmente desequilibrado, modelo político y económico que fomento en donde las ciudades se convierten en el un desarrollo desigual entre las metrópolis y repositorio de las desigualdades sociales. sus territorios, así como del centro respecto Las grandes urbes –principalmente la ciu- a la provincia mexicana. dad de México– se convierten en el espejo En el caso de Emilio Carballido buena de un mundo desequilibrado en las opor- parte de su obra rescata estas diferencias tunidades por generar procesos de cambio geográficas que plasma en el paisaje vera- más homogéneos que permitan construir un cruzano para desarrollar la trama de sus per- país de menos desigualdades. El teatro de sonajes, imbuidos muchos de ellos, en un Carballido es una crítica constante a ese ambiente cerrado que los asfixia en relación mundo de corrupción, donde autoridades e a las prejuicios, pensamientos y costumbres instituciones entran a un juego de compli- que han moldeado los valores sociales en el cidades para reproducir formas sociales en tiempo de esa región. los personajes de estas grandes metrópolis. Pero el autor, también conoce otros espa- Su pasión por el teatro lo ha convertido en cios geográficos del territorio nacional para un guerrero y luchador social, desde la aca- crear historias y personajes que se mueven demia y su prestigio de autor, para empren- en otros horizontes culturales para mostrar der largas y constantes luchas por generar la riqueza de situaciones de la vida mexica- apoyos a las futuras generaciones de drama- na. Carballido es un maestro para “desnudar turgos. Militante incansable con sus postu- almas” y darles un valor representativo en la

TEMA ¶ 87 emilio carballido: un viaje en el paisaje mexicano escala de una sociedad ampliamente diversi- secuencia cinematográfica con sus fundidos y ficada en sus tradiciones y culturas. reajustes, o como un rostro que cambia con el Para ello nos remitiremos al análisis de paso del tiempo.1 una novela corta llamada: El tren que corría, publicada en 1984, y que nos matiza la ver- Todos tenemos, como los personajes homé- dadera riqueza cultural y de conocimiento ricos, una odisea que realizar, con escalas, que tenía Emilio Carballido sobre la realidad con puertos que sirven como espacios de nacional y sus múltiples manifestaciones. descanso y atalayas para mirar el horizonte y llegar a la conclusión de que el viaje no ha III terminado. Que todos llevamos en nuestra El viaje de la vida existencia, una odisea, una aventura perso- nal, en la cual, nos embarcamos en las aguas Los viajes son parte de la realidad, son la de la vida para transitar en esos momentos vida misma. Ellos retribuyen algo que se está que no se repetirán y que serán sólo recuer- formando en nosotros. El viaje es una aven- dos de nuestra propia travesía. tura, a lo desconocido, a aquello que parece Como decía el poeta español: “Caminan- estar lejano de nosotros pero que muchas te, no hay camino, se hace camino al andar”, veces es punto de llegada para reconocer- es la proeza de moverse, de buscar, otros nos, para entender que ese desplazamien- horizontes lo que marca la infinita necesidad to es un transitar permanente por el paisa- de viajar: je geográfico y espiritual que todos vamos construyendo por el cruce de nuestras vi- He andado muchos caminos, das con otras. he abierto muchas veredas; Cuántas personas cruzan en nuestra vida, he navegado en cien mares, dejando algunas de ellas en nosotros, este- y atracado en cien riberas.2 las imborrables en nuestro horizonte existen- cial. El mar de la existencia está impreso por El viaje se convierte en un rito de iniciación, esos infinitos cruces de movimientos y ex- en un desplazarse por paisajes que muestran periencias que se dan todos los días, como la riqueza humana, en sus manifestaciones rituales de la vida cotidiana. Como lo ha afir- espirituales y materiales, en el ensancha- mado el escritor italiano Claudio Magris: miento de horizontes, de tradiciones, de culturas, de lenguajes, en un ir y venir del es- Porque el viaje –en el mundo y en el papel– es píritu quijotesco que recorre los más recón- de por sí un continuo preámbulo, un preludio de ditos confines de la tierra. algo que siempre está por venir y siempre a la vuelta de la esquina; a partir, detenerse, volver atrás, hacer y deshacer las maletas, describir en 1 Claudio Magris. El infinito viajar. Barcelona, Anagra- el cuaderno el paisaje que, mientras se atravie- ma, 2011. p. 9. 2 Antonio Machado. Poesías Completas. Madrid, Es- sa, huye, se disgrega y se recompone como una pasa-Calpe, 1970. p. 29.

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El trasladarse a otros lugares ilustra, le o, como reza el título, la tentativa de una poéti- proporciona una dimensión universal al ser ca del comienzo.3 humano, donde todos nos reconocemos y navegamos. Es un sentir universal, es el aleph Todo viaje es un comienzo, con un posible borgiano, que nos muestra un infinito mun- final: el punto de llegada o el final del des- do de posibilidades. El viajar es posibilidad, plazarse. Pero también es un exilio volun- de ser, de transformarse, de conocer, de co- tario o involuntario, es un desarraigo que mulgar, de volverse el otro, ser capaces de nos inflingimos a nosotros mismos, es una guardar respeto pero también de negar y cicatriz en la piel, es una marca de diferencia dominar al otro. espacial y cultural, es una frontera entre mí Pero también de regresar del viaje y ser y el otro, yo y tú, es la esencia de la diversi- otro. Los caminos cambian nuestros pensa- dad humana. mientos, nos indican otros senderos en los Fronteras que denotan líneas divisorias caminos de la vida. La literatura universal en el paisaje, en la geografía, en el habla, en está llena de ejemplos y modelos a seguir. las ideas y las creencias, en los impulsos de Pero cada ser humano al moverse de lugar ser otros, de cambiar, de mutar, de sentir ese va edificando su arquitectura y carácter, va instante como carpe diem, el cual, hay que configurando su personalidad, con los ros- vivirlo, experimentarlo, hacerlo parte de no- tros, miradas, experiencias, sueños, deseos, sotros. El viaje nos deja el recuerdo del o los que observa en los demás. instantes vividos por él, la experiencia pro- La realidad es una poética, una forma de pia como resultado de ese movimiento en iniciar algo, de partir hacia una meta, a un la vida. punto distante que se pierde en el horizonte El viaje trasforma pero también reafir- pero que en algún momento tendremos que ma, debilita y fortalece nuestra percepción arribar, detenernos en él, es sólo reiniciar la del mundo y la realidad. La existencia es ubicación de dos puntos físicos o mentales nuestro microcosmos que habitamos y vivi- en el espacio. Cuando ellos se enlazan con mos, es una búsqueda ancestral que se pier- una línea imaginaria, que es el mismo viaje, de en la noche de los tiempos, es el canto de que inicia, como lo explica Fernando Bárcena: las sirenas que nos endulzan los oídos para seguir en la travesía o emprender otro viaje, Lo poético se introduce entonces como un de- es el incesante rodar de los días y las noches lirio de la palabra lleno de silencio, como el mo- que nos envuelven con su misterio y su fuer- mento del puro comienzo donde podemos in- za cósmica. ventar de nuevo una lengua que nombra el Una odisea transforma el espíritu, lo for- acontecimiento. Por eso se trata de un ejercicio talece o lo debilita, le da un sentido a la de delirio de las palabras; de estas palabras: in- fancia, comienzo, silencio, mirada, cuerpo, vida 3 Fernando Bárcena. El delirio de las palabras. Ensayo para una poética del comienzo. Barcelona, Herder Editorial, 2004. p. 14

TEMA ¶ 89 emilio carballido: un viaje en el paisaje mexicano existencia, suma una experiencia más en IV la vida de las personas. El compartir el viaje El viaje de Carballido con otros compartimos experiencias, ideas, juicios, nos enfrentamos a las realidades Emilio Carballido como buen analista de al- propias y ajenas, nos proporciona un alien- mas nos muestra en su pequeña novela El tren to vital por conocer, saber, descubrir, esos que corría, una serie de personajes que es- tiempos y espacios que confluyen en el des- cenifican una historia de pasados, presentes plazamiento de un punto a otro. Es la sensa- y futuros en un México modernizado y cru- ción de ser otro, de sufrir una metamorfosis zado por las desigualdades sociales que el del alma como lo escribió el poeta c. p. Ca- mundo posrevolucionario nos ha legado. Un vafis en su extraordinario poema Ítaca: México profundo y un México real, donde los imaginarios de la realidad social se enfrentan Ten siempre a Ítaca en tu mente. como juego de espejos que contrastan las si- Llegar ahí es tu destino. tuaciones de un país diverso y diferenciado. Mas no apresures nunca el viaje. El viaje inicia en un punto: la terminal de Mejor que dure muchos años Buenavista, otrora punto neurálgico del Mé- Y atracar, viejo ya, en la isla, xico habitado y cruzado por los trenes. Co- Enriquecido de cuanto ganaste en el camino mo dice el autor: Sin aguardar a que Ítaca te enriquezca. Ítaca te bridó un hermoso viaje. Llega gente, incesantemente. Sale gente; arri- Sin ella no habrías emprendido el camino. bó un tren. Gente cargada de bultos. Abrazos, Pero no tiene ya nada que darte.4 besos, nerviosidad. Una vagonetita viene del exprés: todos a un lado; rápidamente pasa. Gen- Esa es la función primordial del viaje, que al te. Gente con bultos, con prisa. Gente. En el regresar eres otro, la experiencia del viajar vestíbulo faltan 27 para las seis.5 nos deja recuerdos, imágenes, enseñanzas, lecciones de vida, amistades y otras sensa- El ambiente que se respira es de multitud, ciones y emociones que recordaremos ese movimiento, prisa, nervios, miradas expec- viaje como parte de nuestros recuerdos. El tantes y perdidas, adioses, abrazos, un senti- movimiento nunca culmina, siempre está do de la distancia, una proyección del maña- ahí, presente cuando lo realicemos y pasado na, una turba de gentes e ideas que circulan cuando lo terminemos. entre cada uno de los viajeros como posibi- lidad. El aquí y él ahora se desplazan en la mente de los que van a viajar y su punto de llegada está próximo.

4 Cavafis. Poesía completa. Madrid, Alianza Editorial, 5 Emilio Carballido. El tren que corría. México, Fondo 2011. pp. 100-101. de Cultura Económica, 1992. pp. 11-12.

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Cinco personajes que iniciarán un viaje a Como toda novela el inicio quiere mostrar el Monterrey, a ese norte a veces tan distante paisaje desde donde parte la obra. La esta- y distinto del centro del país. Emprenderán ción de Buenavista se convierte en el espacio una odisea personal y a la vez colectiva por bullicioso de donde sale el tren y los cinco ese paisaje urbano y rural, metropolitano y destinos que acompañarán esta aventura. provincial, bullicioso y calmado. Recorrerán Ese bullicio es momentáneamente paralizado cientos de kilómetros para conocerse a sí por la llegada de un político y su acostum- mismos y a los demás y lograr con esto dar brado contingente de colaboradores, tra- un sentido a sus vidas personales teniendo yendo tras de sí, todo el aparato de apoyo tras de sí, una situación personal que los ubi- que el Estado posrevolucionario edifico con ca en un microcosmos de la vida nacional. la complicidad de los sindicatos y sus formas El desplazamiento del tren, esencia de su de “acarreo político”: existir como medio de transporte, nos evo- ca un país en movimiento, cambiante, que Todos están disparando flashes al licenciado Ca- nos recuerda una época dorada del México milo Ruiz Septién. Unos manifestantes llegan co- ferrocarrilero de finales del sigloxix y princi- rriendo: ponen mantas con letreros que enmar- pios del siglo xx, como el transporte por ex- quen al licenciado: La revolución se hizo en el celencia de esa nación moderna, progresista Norte. La revolución se re novará en el Norte.7 e industrializada que heredamos de la época del porfiriato hasta bien entrado el sigloxx . El pasado revolucionario convive con el pre- El tren como imagen de la vida, del des- sente como un imaginario de justicia y pro- plazamiento, es una metáfora muy clara de greso social. El discurso se vierte sobre una lo que significa el cambio de paisajes, y por lo muchedumbre que no tiene más lazos que tanto, éste influye en el ánimo de los perso- las despedidas y abrazos para llegar poste- najes y su historia particular. El tren es desti- riormente a su destino. Novela de peripecias, no, un punto al que hay que llegar, como lo donde los cinco personajes escenifican los establece Sabina Berman: deseos y motivos de una sociedad en per- manente transformación. Las aspiraciones Carballido recomienda acelerar a fondo para al- heterogéneas de esos personajes sintetizan canzar el tren que perdimos en la primera es- la historia pasada, presente y futura del país. tación; ir de prisa sin dejar de gozar los nuevos Consuelo Ceja que va en pos de un pre- encuentros pero sin detenernos en ellos, sino tendiente, el licenciado Ramón Ruiz que llevándonos lo que podamos y dejando lo que forma parte de la comitiva del candidato a no; la meta por supuesto no es acumular cosas gobernador, Gilberto Alcalde el fotógrafo, ni experiencias, ni mucho menos. La meta es el Nora del Real una actriz en busca del éxito y tren: la meta es la velocidad del entusiasmo.6 Leocadia Zanabria una vieja proletaria. Cinco

6 Socorro Merlín y Héctor Herrera. Emilio Carballido. de Cultura, 2018. p. 56. México, Instituto Veracruzano de Cultura/Secretaría 7 Emilio Carballido. op. cit. p. 20.

TEMA ¶ 91 emilio carballido: un viaje en el paisaje mexicano personajes en persecución de un sueño, de El paisaje metropolitano va cambiando, realizarse en la vida. con el movimiento del automóvil en busca del tren perdido, se gesta una heroicidad Todos pierden el tren por distintos motivos, lo sobre la historia y lo que representan cier- que los hace presas de nerviosismo y desespera- tos monumentos, como es el caso, del mo- ción, lo cual, es aprovechado por un chofer, que numento a la Raza, como representante de los reúne y les ofrece sus servicios para alcanzar nuestro mestizaje nacional o emblema de la el tren: Vénganse pronto: vamos a alcanzar el Universidad Nacional: “Por mi raza hablará el tren. Llegamos antes que él a Lechería, en mi espíritu”. Momentos de nuestra historia, sig- coche. Allí se para. Vénganse a que alcancemos nos de identidad, espacios de una historia el tren.8 patria inspirados en nombres, edificaciones arquitectónicas, hechos, políticas públicas, Así da inicio una verdadera odisea por la discursos, momentos estelares en la cons- historia y la geografía del país. Esta búsque- trucción de la patria. da del tren se convierte en un punto de fuga Sentimiento de pertenencia, no sólo con para recorrer el rostro de México y poder en- el pasado sino con un presente en infinito tender en gran parte, el recorrido como un desplazamiento que va marcando los com- encuentro y desencuentro con nuestro pa- pases de la política y la arquitectura del pai- sado, nuestros fracasos, espejismos y deseos saje, emblema de esa modernidad mexicana de ser un país enclavado en el subdesarrollo siempre soñada y nunca concluida, como lo y la pobreza. Carballido realiza un maravi- menciona el arquitecto Rafael Moneo: lloso viaje por nuestras múltiples realidades territoriales y mentales que gran conforma- Los edificios como una experiencia sensorial que do la idiosincracia del mexicano en distintos nos permite sentirnos poseídos por la arquitec- estratos sociales. tura, tanto más que una disquisición acerca de la Un libro que comparte una larga tradi- misma. Los edificios son una extensión de nues- ción por buscar la “identidad del mexicano”, tra persona, como corazas que nos protegen, como una esencia, en el tiempo y en el es- como caparazones en los que vivimos y de los pacio. El lenguaje que utiliza cada personaje que pasamos indefectiblemente a formar parte, corresponde a su realidad socioeconómica, hasta el punto de llegar a pensar que pertene- sus aspiraciones y metas en la vida. Así co- cemos a ellos.9 mo sus motivos de: trabajo, amorosos, filia- les, políticos, artísticos, que van tejiendo una Con ese sentimiento temporal se va dando historia de perspectivas sobre la realidad y forma a la arquitectura de un país, donde el el mañana. proyecto político en turno, quiere dejar una huella de su paso por el poder y la historia. El

9 Rafael Moneo. La vida de los edificios. Barcelona, 8 Emilio Carballido. ibídem. p. 32 Acantilado, 2017. pp. 7-8.

92 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tomás bernal alanís tren recorre paisajes, pero formas del alma Los fracasos por alcanzar el tren van y de sensaciones, para conformar el espíri- marcando una carrera contra el tiempo. El tu de una cultura nacional y su relación con paisaje y su historia denotan las formas so- la civilización, como lo muestra Octavio Paz ciales de producción del espacio físico y el para México: Civilización es el estilo, la ma- uso del suelo, como lo menciona Carba- nera que tiene una sociedad de vivir, convi- llido, ya cuando el tren corre por el Estado vir y morir. Comprende a las artes eróticas y de México: a las culinarias; a la danza y al entierro; a la cortesía y a la injuria, al trabajo y al ocio; a La Henry Ford plantó una armadora. La familia los ritos y a las fiestas; a los castigos y a los Bacardí destila una versión ínfima y ponzoño- premios, al trato con los muertos y con sa de su producto. También se hacen aparatos los fantasmas que pueblan nuestros sue- eléctricos en gran escala y hay una cuantas in- ños; a las actitudes ante las mujeres y los dustrias menores regadas por las cercanías. Y niños, los viejos y los extraños, los enemigos hay un momento de la tarde en que los hogares y los aliados; a la eternidad y al instante; al se repueblan, las escuelas se vacían, los obre- aquí y al allá… Una civilización no sólo es un ros salen de las fábricas.12 sistema de valores: es un mundo de formas y de conductas, de reglas y excepciones. Es Las críticas al mismo desarrollo impulsadas la parte visible de una sociedad –institucio- desde el partido oficial, la utilización de re- nes, monumentos, ideas, obras, cosas– pero cursos públicos para beneficios personales, sobre todo se su parte sumergida, invisible: el uso de discursos demagógicos y apunta- las creencias, los deseos, los miedos, las re- lados en la historia y sus instituciones hacen presiones, los sueños.10 más vulnerable la convivencia de estos per- Como bien lo expresa el mismo Emilio sonajes subsumidos en una aventura por lle- Carballido es una “ruta de emociones”, don- gar a su destino y poder alcanzar al tren. de los sentimientos afloran ente el paisaje, la El viaje es el catalizador para enjuiciar a velocidad y el deseo por llegar al destino. Lo la historia y a sus hombres, a los efectos que urbano se entrecruza con lo rural, como una causaron en el tiempo ciertas decisiones po- imagen de ajedrez y sus colores: Todo em- líticas que influyeron en el desarrollo o sub- pieza a cambiar de pronto: un mundo in- desarrollo del país, y que es mediatizado por dustrializado y altamente suburbano se es- un discurso desgastado y muchas veces fal- tá volviendo rural en un instante. Pasan un so sobre la realidad nacional, como cuando puente poco espectacular, luego hay ha- expresa Carballido lo siguiente: ciendas, granjas avícolas. Dejan atrás camio- nes que cargan huevos y pollo.11 ¡Pero quién ha llevado a México adelante? Des- de que el Jefe Máximo, esa figura doble pero

10 Octavio Paz. Sueño en libertad. Escritos Políticos. Mé- xico, Seix Barral, 2001. pp. 169-170 11 Emilio Carballido. op. cit., p. 45. 12 Emilio Carballido. ibídem, p. 53.

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potente de nuestra historia, fundó las estruc- riodista Cristina Pacheco: “El autor vivo tien- turas que luego fincaría definitivamente el gi- de a reflejar la realidad y los teatros oficia- gantesco Lázaro Cárdenas, entramos en un pro- les tienen horror de que se escuche el habla ceso irreversible donde la agilización de las del pueblo”.15 fuerzas revolucionarias encuentra paradigmas Todos llegan a su destino: Monterrey, flexibles y canales de conducción para llevar se despiden y se abrazan por haber conoci- adelante, hasta las últimas consecuencias en la do por carretera y en busca del tren perdido, teoría, y hasta los últimos rincones de la Patria, una oportunidad para conocerse y recono- la optimización de los altos ideales por los que cerse en la historia, en los paisajes, las du- lucharon y murieron los centauros de la epope- das, las pasiones, las aficiones, que dan vida ya revolucionaria.13 a los seres humanos como si fuera una obra de teatro puesta en escena. Y termino con Los escenarios –a través del movimien- las promesas de un candidato a gobernador, to–como en un acto teatral, van cambian- que son eco permanente de ese viaje llama- do formas, poblaciones, casas, arquitecturas, do política: formas de vida y pensamiento para mostrar ese “México profundo” como una realidad ¡Pueblo mío! –grita–. ¡Pueblo de Nuevo León y expresiva de nuestra historia nacional: Monterrey! Aquí estoy con los firmes propósitos de hacer un estado mejor, con trabajo y comida Áspera tierra en derredor; huizachales, unos para todos. Mi gran plan de gobierno. ¡Unidad cuantos pirules desflecados. Muchos cactos. en el progreso! ¡Viva el pueblo! ¡Viva el progre- El pueblo da tristeza, una calle bien larga con so! Porque vengo del pueblo y al pueblo voy, y casas a los lados, casas muy carcomidas y des- voy con el progreso.16 pintadas; dos o tres comercios… ¡De qué po- drán vivir? ¡Qué carácter, qué ánimo pueden te- V ner los habitantes?¿A qué juegan los niños? ¿A Fin del viaje qué inmensa distancia tendrán su escuela? Y so- bre todo, ¿por qué hay un pueblo aquí? ¿Por El tren que corría, novela corta de Emilio qué no se van a otra parte?14 Carballido, es un excelente mirador para ver la historia de México a través de un conjun- Son preguntas constantes que se hizo en la to de personajes que representan de alguna vida Emilio Carballido para mostrar –tanto forma la tragicomedia mexicana posrevolu- en teatro como en prosa– que México eran cionaria. La pérdida del tren y el movimiento muchos Méxicos, que había que voltear a son los motores que dan vida a una odisea verlos para tener una imagen más fidedigna de nosotros mismos, como lo relato a la pe- 15 Cristina Pacheco. Al pie de la letra. Entrevistas con escritores. México, Fondo de Cultura Económica, 13 Emilio Carballido. íbidem, p. 80. 2005. p. 47. 14 Emilio Carballido. íbidem, p. 87. 16 Emilio Carballido. op. cit., p. 137.

94 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tomás bernal alanís llena de obstáculos por alcanzar un desti- Bibliografía no: Monterrey. Esta aventura y huida significa un reen- Bárcena, Fernando. El delirio de las palabras. En- cuentro con la historia personal y colectiva sayo para una política del comienzo. Barce- de esos personajes en pos de sus ilusiones, lona, Herder Editorial, 2004. que a la vez, son las ilusiones de un país que Carballido, Emilio. El tren que corría. México, se cree moderno pero que no ha encon- Fondo de Cultura Económica, 1992. trado un paisaje más equilibrado entre las Cavafis, C. P. Poesía completa. Madrid, Alianza promesas y los resultados de una moderni- Editorial, 2011. dad inconclusa. Esquirol, José María. El respirar de los días. Una Termino con un párrafo que sintetiza reflexión filosófica sobre el tiempo y la vida. muy bien la condición de este viaje: Barcelona, Paidós, 2009. García Gual, Carlos. La luz de los lejanos faros. Y es el mismo tren de su novela El tren que co- Barcelona, Ariel, 2018. rría, donde narra las locas aventuras de unos Machado, Antonio. Poesías Completas. Madrid, pasajeros y un taxista que los lleva hasta Mon- Espasa-Calpe, 1970. terrey en un esfuerzo inútil por alcanzar el tren. Magris, Claudio. El infinito viajar. Barcelona, Ana- Pero lo importante no es alcanzar el tren sino grama, 2011. disfrutar del viaje, ese movimiento y aventura Merlín, Socorro y Héctor Herrera. Emilio Carballi- que es la vida, con todos sus fracasos y triunfos, do. Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultu- caídas y ascensos.17 ra/Secretaría de Cultura, 2018. Moneo, Rafael. La vida de los edificios. Barcelo- na, Acantilado, 2017. Onfray, Michel. Teoría del viaje. Poética de la geo- grafía. México, Taurus, 2016. Ozick, Cynthia. Metáfora y memoria. Ensayos reunidos. Buenos Aires, Mardulce, 2016. Pacheco, Cristina. Al pie de la letra. Entrevistas con escritores. México, Fondo de Cultura Económica, 2005. Paz, Octavio. Sueño en libertad. Escritos políti- cos. México, Seix Barral, 2001.

17 Socorro Merlín y Héctor Herrera. op. cit., p. 56.

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tema

Lo absurdo cotidiano en El día que se soltaron los leones de Emilio Carballido

javier galindo ulloa | cch vallejo, unam

Resumen El propósito es analizar la estructura, los personajes y el sentido de lo absurdo en la obra El día que se soltaron los leones, del dramaturgo mexicano Emilio Carballido.

Abstract The purpose is to analyze the structure, the characters and the sense of the absurd in the play El día que se soltaron los leones, by the Mexican playwright Emilio Carballido.

Palabras clave: absurdo, leones, profesor, niños, hombre, policía, jaula, isla.

Keywords: absurd, lions, teacher, children, man, police, cage, island.

Para citar este artículo: Galindo Ulloa, Javier Galindo, “Lo absurdo cotidiano en El día que se soltaron los leones de Emilio Carballido en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 97-102.

scrita en 1957, “El día que se soltaron los leones” aborda el proceso de libertad del personaje de Ana desde que sale de la casa de su tía en Ebusca de su gato en el Bosque de Chapultepec, conoce a un hombre con quien entabla una amistad y convive en una isla; posteriormente, decide quedarse en compañía de los leones en una jaula del zoológico y no regresar

97 lo absurdo cotidiano en “el día que se soltaron los leones” de emilio carballido con su tía. Lo absurdo es la forma en que le chocó. Ya me voy a la iglesia; párate bien, no suceden las acciones en un espacio público llores, no te ensucies tu moño como es un bosque de la ciudad de México de mediados del siglo xx. En ese espacio se (Entra la tía.) desborda el caos tras el escape de los leones La tía. —¡Ana, eso es un gato! y el asesinato de un profesor militar que diri- (Ana da un grito agudo y retrocede, abra- gía a un grupo de alumnos. zando a su animal.) Dividida en tres jornadas y un epílogo, La tía. —Con razón… 1 esta farsa de Carballido contiene elementos del teatro del absurdo, por un lado: la situa- Si apreciamos la lógica de la tía, es absurdo ción de Ana y la presencia de los leones, y que Ana converse con el gato por ser un ani- por el otro, la subversión de uno de los ni- mal; en cambio, desde la perspectiva de la ños y el autoritarismo fallido de la policía. La sobrina, vemos el cariño y el sentimiento ha- imagen del hombre civil se trastoca por la cia un animal que es tratado como un ser barbarie de sus propios actos; la fiereza de humano, puesto que es el único con quién los animales se domestica gracias a la bon- mantiene una comunicación. La sorpresa de dad de una mujer que renuncia a la sociedad la tía indica ese comportamiento racional y encuentra la libertad en una de las jaulas ante la extrañeza de la sobrina con el felino. de los leones. De ahí que la obra gire en esta diatriba de lo lógico y absurdo en la situación del hombre Ana y los felinos con el animal, del deber ser de la mujer en la sociedad y el ser libre con los animales. Las dos primeras escenas de El día que se sol- Cuando la tía ordena a la vecina que eche taron los leones ocurren en el balcón don- de la casa al gato, Ana, cuyo deber inicial de se encuentra la tía imposibilitada física- era asistir a la iglesia, sale a buscar al ani- mente por un dolor de espalda y pecho, en mal en el Bosque de Chapultepec; mientras cama ante la Vecina; y en la cocina, donde se lo hace se encuentra allí a un hombre con encuentra Ana preparando el té y conver- quien desayuna un cisne a la orilla del lago. sando con su gato. Es una señora de más de Por otra parte, un niño estudiante de una sesenta y cinco años, a quien se le olvidan escuela militar, en rebeldía con su profesor, las cosas, como se observa en el siguiente ha dejado escapar a unos leones que llegan parlamento enseguida del diálogo con la tía: al sitio donde se hallan Ana, el hombre y otra señora que se ha reunido con ellos. Ésta Ayer compré tus pellejos y se me olvidó el pollo se desmaya, el hombre alcanza a subirse a de mi tía. (El té se riega.) No entiendo cómo se me olvidó porque me gusta tanto. Lástima, sólo alcanza para ella. Me encantaría poder co- 1 Emilio Carballido, Teatro. El relojero de Córdoba. Me- mer pollo todos los días. A ella, en cambio, ya dusa. Rosalba y los Llaveros. El día que se soltaron los leones. México: Fondo de Cultura Económica, 1985, p. 234.

98 ¶ tema y variaciones de literatura 55 javier galindo ulloa un árbol, mientras Ana trata de esconderse adquirir rasgos felinos; de la segunda pieza, pero su habilidad de conversar con los feli- ubicada también en el Bosque de Chapul- nos, hace que los leones la obedezcan. tepec, el triángulo anecdótico del poeta, el Semejante a la leyenda medieval de joven y la novia reaparece como si fuese pa- Santa Marta, que domesticó al dragón que sado el tiempo en el hombre, el profesor y había aterrorizado a una ciudad provenzal, su prometida en esta farsa de Carballido. Tarascón, Ana logra amansar a los leones también, pero a la vez los protege de la per- El hombre del bosque secución de la policía y de los disparos. Así, Ana, el hombre y la señora escapan a la isla, A la orilla del lago de Chapultepec es el en- y después de un tiempo la señora decide cuentro entre el hombre y Ana. Él la acompa- regresar al bosque. Al ver que la policía los ña para desayunar; un poeta en decadencia persigue , Ana y el hombre huyen de nuevo y como él mismo recita: “Tuércele el cuello con los leones hasta llegar a las jaulas: al cisne...”, persigue a esta ave que acaba de pasar junto a ellos, lo sacrifica y cocina. Policías. —(Gritando.) ¡Vienen para acá, listos! Vive del recuerdo como poeta y se burla de ¡Tirar a matar! la realidad con elementos poéticos: el cisne (Entran los leones. Los policías disparan y se condimentado con hojas de laurel. Confie- matan entre sí. Ana entra; apenas puede seguir sa su vida como desempleado del gobierno a los leones.) y su infortunio. Sus ideales de poeta se di- Ana. —¡A la jaula, a la jaula!2 luyen con la realidad presente, el deseo frus- trado de escribir es un reflejo de su soledad De esta manera entran los leones a la jau- y pobreza. Los leones son una motivación de la y Ana reta a la policía a que les dispare. sobrevivencia, una oportunidad para conse- Mientras el hombre aprovecha para decir guir la recompensa. Si el deseo de Ana era que él capturó a los leones. Feliz de su pro- encontrar el animal y luego afiliarse a los leo- pia heroicidad, Ana se desquita de los niños nes, el hombre es un muerto de hambre que estudiantes que visitan el zoológico, les ruge se adjudica la tarea de rescatar a los leones. como un león y les arroja cosas. El día que se soltaron los leones tiene La señora como antecedente dos piezas breves del li- bro d.f.: “Misa primera” (1955) y “Tangen- Al igual que los personajes anteriores La se- tes” (1948). De la primera, Lola también tie- ñora es un personaje visitante del bosque de ne una tía al cuidado de ella, pero con un Chapultepec. Se trata de una mujer solitaria carácter maternal, y se prefigura en Ana, una que le toca vivir una travesía en el lago y la anciana con una actitud infantil que llega a isla tras la persecución de los leones. En su parlamento expresa el sentido existencialista de su vida cotidiana: la serie de actividades 2 Ibid., pp. 269-270.

TEMA ¶ 99 lo absurdo cotidiano en “el día que se soltaron los leones” de emilio carballido que se vuelve monótona sin convertirse en ¿Quién se rió? Dé un paso al frente. ¡A usted lo nada, la falta de satisfacción: vi reírse! ¡Un paso al frente: ya! Diga su nombre. El que dio el paso al frente. —López Vélez, ...¿ustedes de repente, no sienten que algo les Gerardo. falta? Hago todos los días muchas cosas, yo Profesor. —A ver, López, dígame por qué cree arreglo toda mi casa, y hago muchas cosas igua- usted no ser un animal. les a las del día siguiente, y a las del otro día, y López Vélez. —No, yo si soy. a las del otro. ¡Y de repente, siento como si en Profesor. —¿Por qué se rió entonces? toda la vida nunca hubiera hecho nada! Me dan López Vélez. —Pues… porque no tengo mi… ganas de… buscarme un quehacer.3 mi clasificación, ni… Profesor. —Es usted un homo sapiens, mamífe- Se muestra el devenir de los tres personajes ro vertebrado. Sus datos particulares están en en El día que se soltaron los leones. En la el registro civil y en el archivo de la escuela. Se isla confiesan su pasado íntimo y vida insa- encuentra en el período de domesticación, y tisfecha. Por una parte, Ana vive dedicada al sería colocado en una jaula al menor síntoma cuidado de su tía y viste de luto por la pér- de ferocidad… 4 dida de varios familiares; lleva una vida en decadencia, pero la circunstancia le trae una En este diálogo se replantea el concepto de recompensa; así, La señora logra salvarse y animal que se ha visto como propio de se- volver a su casa, pero al día siguiente, vuelve res irracionales que carecen de inteligencia. con sus nietos para que vean a los leones y Desde el principio de la obra, la tía regaña a Ana en la jaula. a Ana porque le habla al gato como a cual- quier persona. En este caso, los niños ríen El profesor y los niños por la forma en que el profesor se autode- nomina animal. Él le explica a López Vélez, En torno a las jaulas del zoológico de este que aunque sea una persona civilizada, no espacio público, aparece el profesor con su está libre de ferocidad. grupo de alumnos de escuela militar, con El día que se soltaron los leones tam- quien diserta sobre la especie animal, mien- bién plantea la crueldad de los personajes en tras la explicación de antropoide causa risa el Bosque de Chapultepec, provocado por la en ellos: misma mano del hombre, en este caso de los niños que empiezan a arrojar piedras a los Profesor. —Sí. En la escala zoológica hay una monos y éstos reaccionan. Así, López Vélez gradación perfecta que termina con los animales se rebela ante el profesor y abre la puerta de racionales: los hombres. Usted es un animal (Ri- la jaula de los leones para que escapen. sas.) ¡Silencio! ¡Yo soy un animal! (Carcajadas.) Cuando llega la policía, ésta comete una serie de acciones brutales, disparando bala-

3 Ibid., p. 249. 4 Ibid., p. 240.

100 ¶ tema y variaciones de literatura 55 javier galindo ulloa zos sin dirección alguna, y una bala perdida del profesor; al mismo tiempo, el desayu- mata al profesor. La mujer rechaza su res- no de Ana, el hombre y la señora a la orilla ponsabilidad para adjudicársela a los leo- del lago, y en la tercera, se centra en la isla, nes. Entre ellos mismos se balacean. Es una para finalmente volver a la Calzada de los denuncia a la impunidad e injusticia, a la fe- Poetas y al zoológico. rocidad de las autoridades que llegan a caer La obra pretende manifestar las expre- en lo ridículo de la situación. Los personajes siones de los personajes en cada situación de la sociedad civil, en este caso Ana y el y espacio dramático, el caos derivado de hombre, capturan a los leones, mientras la la persecución de los leones, y la conducta policía pretendía asesinarlos. de Ana y el hombre. A través de esos espa- cios, los personajes evolucionan, cambian de Escenas intercaladas parecer en su objetivo ante una situación circunstancial. Es decir, el carácter de los Según Emilio Carballido, al escribir El día personajes no se define por el deseo, sino que se soltaron los leones trató de usar el por los acontecimientos que se le atraviesan lenguaje del teatro chino y de inventar un en el camino y encuentran un destino posi- elemento de convención instantánea con el tivo o negativo según la causa. En este ca- público: “...uso un poco el lenguaje de los so, el profesor asesinado injustamente, la comics [...] encadenamiento de imágenes vi- joven que sufre por él, el niño López Vélez suales activas [...] un intento de inventar un recibe un reconocimiento por rescatar a la nuevo expresionismo” 5 señora del lago; el hombre, que aprovecha La obra ofrece una serie de escenas in- la situación para la recompensa, Ana haya tercaladas, donde se presentan situaciones buena compañía de los leones y se desqui- disímbolas pero relacionadas con la perse- ta de los niños visitantes. Esta obra de Car- cución de los felinos. En la primera jornada, ballido es una muestra de lo absurdo de la se abre el telón con la escena del balcón de vida, de la crueldad de la gente en una so- la casa de la tía en cama y enseguida la coci- ciedad que pretende conservar los ideales na, donde platica Ana con el gato; luego, el patrios y de progreso. encuentro de ella con el hombre en el Bos- que de Chapultepec; posteriormente, el pro- Bibliografía fesor, los niños y la joven en torno a las jaulas del zoológico; en la segunda, se represen- Carballido, Emilio. d.f. 52 otras en un acto. Mé- ta la persecución de los leones y la muerte xico: Fondo de Cultura Económica, 2013. . Teatro. El relojero de Córdoba. Medusa. Rosalba y los Llaveros. El día que se soltaron 5 Carballido en Eidelberg, N.. “El bosque como monta- los leones. México: Fondo de Cultura Econó- je y motivo en El día en que se soltaron los leones”. mica, 1985. Texto crítico, núm. 39, julio-diciembre de 1988, Cen- Eidelberg, N. “El bosque como montaje y motivo tro de Investigaciones Lingüístico-Literarias-Universi- dad Veracruzana, pp. 71-79 en El día en que se soltaron los leones”.

TEMA ¶ 101 lo absurdo cotidiano en “el día que se soltaron los leones” de emilio carballido

Texto crítico, núm. 39, julio-diciembre de Pavis, P. Diccionario del teatro: dramaturgia, es- 1988, Centro de Investigaciones Lingüístico- tética, semiología. México: Paidós, 1983. Literarias-Universidad Veracruzana, pp. 71-79 Wellwarth, G. E. Teatro de protesta y paradoja. Galindo, J. Emilio Carballido (1925-2008). “La fan- La evolución del teatro de vanguardia. Ma- tasía crea su propia expresión”. El Financiero, drid: Alianza Editorial. 1974. febrero 13 de 2008, p. 40.

102 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Otra mirada a la dramaturgia de Emilio Carballido

itzel v. camarillo c. | alumna de la especialización en literatura mexicana del siglo xx, uam azcapotzalco

Resumen El presente artículo busca reconocer en la dramaturgia de Emilio Carballido (1925-2008) elementos del Teatro político y Teatro documental para reconfigurar la visión que los nuevos dramaturgos y artistas escénicos en formación pueden generar sobre la misma, ya que su diversidad y vigencia se muestran tanto en los temas como en la forma en que se articulan. Lo anterior en dos obras dramáticas: ¡Silencio pollos pelones ya les van a echar su máiz! y Un pequeño día de ira.

Abstract This article seeks to recognize in the dramaturgy of Emilio Carballido (1925-2008) ele- ments of political theater and documentary theater to reconfigure the vision that new playwrights and stage artists in training can generate about it, since its diversity and validity are shown both in the themes and in the way they are articulated. The above in two dramatic works: ¡Silencio pollos pelones ya les van a echar su máiz! and Un pequeño día de ira.

Palabras clave: teatro, Emilio Carballido, teatro político, teatro documental.

Keywords: theater, Emilio Carballido, political theater, documentary theater.

Para citar este artículo: Camarillo C. Itzel V., “Otra mirada a la dramaturgia de Emilio Carballido”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 103-114.

103 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido

Introducción como persona, muestra de ello es la forma en que apoyó a los jóvenes creadores y los ara abordar la obra de Emilio Carba- múltiples testimonios de amigos y colegas. llido es inevitable hablar de su tra- Salvador Novo, además de ser maestro, Pyectoria, es por ello que cada estudio fue acompañante y protector de Carballido comienza presentando al autor y este no es (quien apenas tenía veinticinco años) en su la excepción, pues a través de su vida pode- primera gran empresa: el estreno de Rosalba mos entender los impulsos en el trabajo del y los llaveros en el Palacio de Bellas Artes. escritor. Nació en Córdoba, Veracruz, en el Fue Novo quien dirigió su obra y la mantuvo año de 1925 y comenzó su gusto por las his- por más de un año en cartelera. Si hay quien torias gracias a los cuentos de su abuela. A afirma que Novo apoyó a Carballido por el muy temprana edad se trasladó a la capital; distanciamiento que tuvo a mediados de si- su adolescencia y juventud se desarrollaron glo con el grupo Contemporáneos como lo entre la ciudad de México y su estado natal. expresa la siguiente cita, es indudable que Es probable que convivir en diferentes am- Novo reconoció en el joven Carballido un bientes contribuyera a la diversidad anecdó- enorme potencial. tica de sus obras: desde lo cotidiano hasta lo extraordinario y de lo particular a lo general. Al comenzar 1950, había sido criticado por no El trabajo del escritor de Rosa de dos aro- favorecer la puesta en escena de obras mexica- mas está compuesto por: cuento, novela, nas en el Palacio de Bellas Artes y se le atribuía guiones cinematográficos y dramaturgia; sin haber presentado a Carballido para demostrar- embargo, es más conocido por esta última. les a Usigli, Villaurrutia y Agustín Lazo, de quie- Con más de cien obras de teatro escritas, Car- nes estaba distanciado, que no tenía necesidad ballido ha sido uno de los artistas más im- de sus obras para echar a andar una temporada portante para la escena mexicana; su éxito de teatro mexicano.1 fue producto de una mente brillante, una aguda visión para captar historias, pero tam- De esta forma comenzó una larga carrera. bién se debió a su gran carisma y a la suerte Los análisis que se han hecho sobre su pro- de estar rodeado de múltiples artistas con ducción literaria la han clasificado y abordado quienes nutrió su trabajo. Guiado por maes- desde diferentes perspectivas2; sin embar- tros como Rodolfo Usigli, Fernando Wagner y Salvador Novo; rodeado de compañeros y cómplices de la calidad de Luisa Josefina 1 Socorro Merlín, Catálogo comentado de la obra Hernández, Rosario Castellanos, Sergio Ma- de Emilio Carballido, acceso el 01 agosto de 2020, https://citru.inba.gob.mx/proyectos/investigacion/ gaña y , entre otros; y de estu- carballido/html/4.htm diantes como Hugo Salcedo, Sabina Berman 2 Daniel Vázquez Touriño realiza un repaso de las for- y Oscar Liera, por mencionar algunos, Emi- mas en que se ha abordado la extensa obra de Emilio lio Carballido alcanzó el prestigio no sólo en Carballido , en su tesis doctoral La teatralización de la realidad como discurso ético. El teatro de Emilio la escena teatral de México, sino también Carballido, en el que señala: ”Frank Dauster (1962;

104 ¶ tema y variaciones de literatura 55 itzel v. camarillo c. go, en el medio teatral sigue siendo conoci- tas por la obra del autor veracruzano, pues do por las mismas obras y por lo tanto con ésta contiene la vigencia y la flexibilidad es- la misma perspectiva. cénica, con el equilibrio justo entre discurso La dramaturgia de Carballido, ha sido ob- y estructura que se requiere para tener un jeto de estudio desde una perspectiva rea- sólido montaje teatral. lista y costumbrista –por lo menos es la ma- nera en que más se le conoce– lo cual divide La vida, escenario de las historias la opinión en su principal público lector: los de Carballido estudiantes y artistas escénicos. Desafortu- nadamente la visión general en que se pre- La relación que Emilio Carballido tuvo con su senta la obra carballidiana, deja de lado su contexto se muestra a lo largo de su obra. En diversidad y complejidad (su postura política df, por ejemplo, presenta una ciudad que y las estructuras dramáticas que salen de las alberga personajes con conflictos que van convenciones aristotélicas). desde los problemas básicos de una ado- De esta manera y bajo otra mirada, el lescente (Selaginela), hasta el de una ma- presente escrito tiene por objetivo despertar dre que sigue buscando a su hijo desapare- el interés de una nueva generación de artis- cido (Los conmemorantes); es por ello que se le ha colocado como un autor realista y costumbrista, como lo expresa la siguien- 1975) ensaya una división en etapas cronológicas te alusión: que con el paso de los años y la aparición de nue- vas obras se ha hecho insostenible. Adalberto García (1988) se basa para su clasificación en la interacción Lo mismo ha elaborado piezas teatrales que sir- que en cada obra se da entre realidad y fantasía. Este ven como ejercicios didácticos para estudiantes, criterio tan relativo (qué es real y qué es fantástico) que ha desarrollado fantásticos relatos infanti- toma una forma muy particular cuando el crítico les y piezas maestras que lo colocan en uno de considera como realista la recreación del juicio final de La zona intermedia. Otra tesis doctoral, la de los escalafones más altos del realismo y el cos- Malcolm Mackenzie (1981), propone que se tenga tumbrismo mexicano.3 en cuenta una evolución en la ideología que subyace a las piezas y que va desde un análisis del ambiente familiar hasta el activismo político. Margarit Peden Es por ello que los primeros acercamien- (1980) divide las obras según su número de actos, tos son generalmente desde esa concep- uno o más de uno, y dentro de cada grupo en con- ción; sin embargo, su obra va más allá de vencionales y no convencionales, dependiendo del grado en que se aproximen a la convención natu- esos calificativos, como lo señala Luis Ma- ralista. Tomás Espinoza (1991) también ofrece algu- rio Moncada: nas agrupaciones para las obras de Carballido, de acuerdo tanto a las técnicas como a las temáticas, y siempre de una forma somera, dadas las característi- cas de su trabajo. Finalmente, Bixler (2001) aborda el teatro carballidiano desde el punto de vista del géne- 3 Carlos Rojas, “Emilio Carballido [semblanza]”, inba, ro dramático, resultando ocho capítulos que enfren- Coordinación Nacional de Literatura, 2011, acceso el tan las piezas de Carballido a moldes que van desde 30 de julio de 2020, https://literatura.inba.gob.mx/ el teatro popular hasta la literatura fantástica.”, p. 9. semblanza2/3188-carballido-emilio-semblanza.html

TEMA ¶ 105 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido

[...] No me gusta, como hacen muchos, catalo- aprecian en su obra, a pesar de no ser la garlo como ‘autor costumbrista’, pues esa fue principal intención de sus textos: sólo su etapa temprana. Carballido es inclasifi- cable. Parece fácil decirlo, pero se trata de un Carballido no escribe las obras pensando en su autor que trató de reflejar una realidad median- género o estilo; deja que su sustancia decida te personajes memorables.4 cómo son y, por lo tanto, determine su estilo y género, pues cada obra tiene sus propias leyes, Si es cierto que recrea escenas de la vida que son descubiertas por el autor al tiempo que diaria, también ofrece una diversidad de las escribe. Las leyes de cada obra son únicas, se obras que coquetean con los límites de lo integran al texto dramático, que acontece en un que se concibe como realidad. Así, a través momento y lugar determinados; entonces con- de la fluidez de los conflictos cotidianos o de vergen con leyes mucho más generales, cuya lo extraordinario, lleva al lector y espectador base es alguna o algunas teorías más amplias, no sólo al entretenimiento sino también a debidas no sólo al autor, sino a los críticos y es- la reflexión. tudiosos de la obra, en procesos donde están La diversidad no sólo se presenta en los contempladas la crítica y la investigación. Es de- ambientes que plasma en sus obras, es decir, cir, cada obra es un texto con múltiples significa- entre lo urbano y rural; sino también en la ciones, que pueden ser interpretadas para darle forma. ¡Silencio pollos pelones ya les van a otros tantos sentidos6. echar su máiz! (1985) y Un pequeño día de ira (1962), son ejemplo del rompimiento con Lo anterior no sólo demuestra su forma de las estructuras que se habían establecido co- escritura, sino que resulta una lección. La mo canon. Las estructuras formales aristo- organicidad es parte del éxito e sus obras, télicas, así como las convenciones estéticas pues su objetivo es mostrar algo de su inte- fueron llevadas a otros niveles; por ejemplo, rés. Así lo afirma en una plática en la Univer- algunos elementos del teatro político5 ya se sidad Autónoma de Nuevo León:

—¿Como dramaturgo de que elementos debe 4 Fabiola Palapa y Mónica Mateos Vega, “Un pintor de la realidad mexicana que incorporó la presencia fe- rodearse para hacer sus textos? menina a su quehacer” La Jornada, 13 de febrero de —Pues de lo que caiga, de lo que traiga la vida 2008, acceso el 28 de junio de 2020, https://www. o lo que ocurra o lo que sea, no tengo que esco- jornada.com.mx/2008/02/13/index.php?section=cul tura&article=a04n2cul ger nada, tiene que pasar accidentalmente una 5 Esta corriente teatral, fue impulsada por Erwin Pisca- cosa o bien, normalmente otra y de repente tor, pero es mejor conocida por Bertolt Brecht. Pis- descubro algo que no había descubierto […] o cator es el pionero en recursos como el rompimiento de la cuarta pared, la presentación de narradores y la presentación de documentos (tales como noticias, fotografías, vídeos entre otros). Su objetivo principal político, Traducido por Salvador Vila, Buenos Aires, era generar la reflexión en el espectador, mostrando hiru, 2001. la división de las clases sociales. Tenía una marcada 6 Socorro Merlín, Catálogo comentado de la obra de influencia marxista. Cfr. Erwin Piscator, El teatro Emilio Carballido, op. cit.

106 ¶ tema y variaciones de literatura 55 itzel v. camarillo c.

bien ocurre una cosa muy sorprendente, o bien Evidentemente mi primera formación acadé- al contrario ver las cosas que pasan todos los mica –la de Emilio Carballido– me metió mucho días, es el ambiente de siempre el que justamen- tiempo en la concepción anecdótica. Todo es te da un impulso para escribirlo.7 anécdota en la formación que adquirimos con Emilio, esto fue importante y es muy importante La vida misma es entonces parte medular […]9. en la obra de Carballido; sus relaciones per- sonales y la forma en la que se condujo ayu- Así, el tema de la vida misma fue plan- dando a todos los jóvenes creadores dan teado en diversas obras y metaforizado en la certeza de que era un ser pleno y enten- figuras como el río en obra la obra Orinoco día la vida, gracias a su don de observación (1984) o en un tren en la novela El Tren que de la misma y es que él se sabía parte de su corría (1984); en ambas obras la metáfora entorno, como lo afirma Sabina Berman: induce a la reflexión acerca de la vida como un camino en que se transita, pero también Al contrario del escritor alienado, esa figura ro- que este tiene un final. mántica, Carballido se consideraba uno entre la gente. No por cierto cualquiera, sino el del más ¿Teatro político? divertido oficio, el dramaturgo: el organizador del drama, de la acción, de la gente. Si bien, la tradición alemana de teatro po- lítico pretendía generar en el espectador la De ahí su fluidez en la escritura. Escribía de reflexión en cuanto a las injusticias sociales y la gente y para la gente. De ahí también su las exponían de manera explícita, Emilio Car- infalible puntería dramática. Tenía a la gente ballido fue un agente de reflexión sin otro integrada en la conciencia: donde él reía al objetivo que hacer teatro. escribir, reirían sus congéneres; donde lagri- meaba, llorarían.8 […] lo único didáctico posible es dar buenas A través de lo anterior, se puede enten- obras, hermosamente preparadas, no hay otra. der que su objetivo nunca fue ceñirse a una Para cambiar las estructuras sociales, es mejor corriente, género o teoría. Es la historia lo un mitin que una obra de teatro. No podemos que impulsaba su dramaturgia, la anécdota escribir predispuestos a denunciar algo. Si so- en particular, como señala Felipe Galván: mos personas comprometidas y tenemos preo- cupaciones éticas, la obra va a reflejar automáti- camente lo que somos y en quién creemos, pero

7 ”¿Quién es Emilio Carballido?”, uanl, Entrevista, dura- ción 26´ 09, consultado el 14 de Agosto de 2020, https://www.youtube.com/watch?v=LXO_-53B7l 9 Armando Partida Tayzan, Se buscan dramaturgos, Q&pbjreload=101 Entrevistas, México, Conaculta-Fonca/Instituto Na- 8 Sabina Berman, “Emilio Carballido”, Letras Libres, cional de Bellas Artes, Centro Nacional de Investiga- 2008, en: https://www.letraslibres.com/mexico/emi- ción Documentación e Información Teatral Rodolfo lio-carballido (consultado en Julio 2020). Usigli, 2002, p. 16.

TEMA ¶ 107 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido

también nos revelará rincones desconocidos de sadilla, entre otras piezas teatrales, surgen nuestro pensamiento.10 temas sociales de manera orgánica. La agu- deza del autor para observar y aprehender La nota anterior presenta a un autor que no la vida lo llevan a presentar historias que son cree en el teatro como agente de cambio, pe- parte de su entorno e incorpora estructuras ro sí de reflexión. Su teatro es político como y recursos formales del teatro político de los es la naturaleza del arte escénico, y es social alemanes Erwin Piscator y Bertold Brecht porque en él se revela la ética del autor. como: el documento, el narrador, la frag- En su obra de carácter político o social, mentación en la línea narrativa, música, car- el equilibrio entre fondo y forma es tal, que teles y rompimiento de la cuarta pared. Di- no resulta didáctica o panfletaria. De esta chos elementos son empleados con gran manera se genera la reflexión; es política sin fluidez, sin atender a corrientes o agendas ser su objetivo principal, al menos al estilo políticas, sino en favor del quehacer artístico. del teatro político de Erwin Piscator (1893- 1966) o Bertold Brecht (1898-1956), en don- ¡Silencio pollos pelones, de el discurso cobra especial valor. ya les van a echar su máiz! Sin embargo, elementos del teatro polí- tico se ven reflejados en su obra, incluso del La obra fue estrenada el 28 de agosto de teatro documental11, corriente que deriva 1963 en Ciudad Juárez, Chihuahua; poste- de la antes mencionada. riormente, el 12 de septiembre en el entonces En ¡Silencio pollos pelones, ya les van a Distrito Federal. Es descrita como farsa por echar su máiz!, Un pequeño día de Ira, Los el autor y se trata de una crítica a la sociedad. conmemorantes, Únete pueblo, La pe- En ella se pueden identificar tres seccio- nes: en la primera, se presentan los actores (al inicio y final de la obra), comentan la situa- 10 Carlos Rojas, “Emilio Carballido [semblanza]”, inba, Coordinación Nacional de Literatura, 2011, acceso el ción del teatro en México (precario y sin 30 de julio de 2020, https://literatura.inba.gob.mx/ ayudas institucionales) y piden apoyo a mo- semblanza2/3188-carballido-emilio-semblanza.html do de protesta que ellos mismos censuran; 11 Concebida en primer lugar por el dramaturgo y di- rector Erwin Piscator y posteriormente teorizada la segunda, se trata la historia de Porfirio, por el dramaturgo Peter Weiss (1916- 1982) es una un padre de familia que carece de recursos corriente del Teatro Político que tiene por objetivo económicos y se ve en la necesidad de tra- convocar a la reflexión, en que se retoma un hecho real y se muestra en escena a través de documen- bajar para “Los gringos”, pero en el intento tos como: “Expedientes, actas, cartas, balances de se lo lleva el río, su esposa lo da por muer- empresas bancarias y de sociedades industriales, to y busca ayuda con Leonela, quien es co- declaraciones gubernamentales, alocuciones, entre- nocida por ayudar a los pobres; en la terce- vistas, manifestaciones de personalidades conocidas, reportajes periodísticos y radiofónicos, fotografías, ra, se da a conocer como el personaje de documentales cinematográficos y otros testimo- Leonela, pierde la fe en la gente cuando al nios del presente.” en Peter Weiss, “Notas sobre el ser jefa de Asistencia Pública se percata de Teatro-Documento”, Conjunto Casa de las Améri- cas, núm. 185, 2017, p. 3-7.

108 ¶ tema y variaciones de literatura 55 itzel v. camarillo c. cómo las personas “necesitadas” le toman CORO E: (No ha habido pausa alguna en el el pelo. texto hablado.) Cuenta el estado con 2.040,350 Resulta interesante como la unidad de habitantes y hay para ellos 415,500 viviendas; tiempo es intervenida por los juegos tem- de éstas, el 65% tienen una sola habitación. porales, pues la anécdota de Porfirio se in- (Cartel.) El coeficiente de natalidad supera ge- terrumpe para mostrar el pasado de Leone- neralmente al de mortalidad. Superficie: 71,826 la y el por qué de su comportamiento en el Km2; 21 hospitales, 55 aeródromos; 23 estacio- presente; además, el tiempo real en que se nes radiodifusoras comerciales […] (Otro Cartel) narra y representa la obra. El 47.66% de la población usa zapatos; si tuvie- La forma en la que se presenta el docu- ra una sola pierna, podría calzarse casi el 96% mento (como lo hace Piscator o Weisz), de- de la población. (SP, p. 514) muestra que lo que ocurre en escena, hecho ficticio, es parte de la realidad que circunda El uso de carteles empleados que indica el al público, muestra de ello es una de las pri- texto anterior, es otro elemento que presen- meras acotaciones: ta el Teatro político y documental; en el caso Nota que deberá imprimirse en el pro- de Carballido su aplicación equilibra el dis- grama de mano: curso de manera orgánica como el ejemplo anterior y como se señala a continuación: Las cifras y referencias en la obra son tan exac- tas como las estadísticas oficiales de donde VECINA: Yo estuve así una vez, hace un año. Mi fueron tomadas. En ocasiones se han redon- señor se había ido de bracero. deado números demasiado complejos o se han Se irrumpe porque el Coro “E” aprovecha para variado ligeramente algunos datos para que sacar un cartel: se apliquen a varios estados de la República población: 2.040, 350 habitantes y no sólo Veracruz, el principalmente aludido. en diez años salieron del estado: 651, 872 (E. C.12) braceros rumbo al sur de estados unidos. representan el 14.4% de la población Muestra los datos a modo de ruptura de la economicamente activa. (SP, p.529) ficción, pero Carballido le imprime sentido del humor, como lo expone al hablar de la Otra característica inusual (para el teatro en pobreza y el uso de calzado: ese momento) que muestra la obra, es la forma en que los actores se presentan. Con su nombre real, dan a conocer al público la manera en la que desarrollará la representa- 12 Emilio Carballido, “¡Silencio pollos pelones ya les van ción: “Foro vacío. Entran uno a uno todos a echar su máiz!” Repositorio Institucional, Universi- dad Veracruzana no. 31 Colección La palabra y el los actores, vestidos uniformemente. Traen Hombre, México: Universidad Veracruzana, 1964, pp. letreros con sus nombres.” (SP, p. 515). 509-571. http://cdigital.uv.mx/handle/123456789/2 Otros recursos del teatro político que se 259 (consultado el 22 de julio de 2020), p. 515. En lo sucesivo se usarán las siglas SP seguido de la página. presentan son: el rompimiento de la cuarta

TEMA ¶ 109 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido

pared (como se mostró en la cita anterior) y leonela: (Anota) Váyase tranquilo. Su madre el uso de elementos musicales que funcionan tendrá, médico, medicinas, hasta hospital si como rompimiento como apoyo discursivo. hace falta. El borracho le besa las manos de rodillas. Se lo ha llevado el agua [...] entre torrentes de espuma, leonela: [...] (Conmovida) ¡Dios mío, qué grati- cuando ya se va a perder tud! Me ha dejado las manos como tlaconete. alza la mano y saluda (SP, p. 524) La siguiente, Pase. Entra mujer. Afuera, el borracho se encuentra Los versos anteriores sirven, además de des- con el Coro “E”, su compañero de juerga. cripción, como leitmotiv en un juego escé- coro e: ¿Qué pasó? nico que imprime humor cada que hablan borracho: Fregada vieja tacaña, ni un centavo de cómo el río se llevó don Porfirio. aflojó. Por otro lado, la importancia de la vigen- coro e:: ¿Pues no que tanta caridad? cia en nuestro contexto es un elemento de borracho: Lloré, hasta a mí me daba tristeza. gran valor, pues si bien los datos en las es- Ella nomás me pidió la dirección para mandar tadísticas han cambiado, los conflictos en el médico y medicinas. país parecen no haber variado. Subtemas, coro e:: ¿Y qué hiciste? que derivan de la crisis económica en Mé- borracho: Le di la de una pinche vecina, que xico se presentan durante el desarrollo de está muriéndose. ¿Y ora? ¡Silencio pollos pelones ya les van a echar coro e:: Pues ora empeñamos mi saco, pero la su máiz!, por ejemplo: la urgencia de traba- seguimos. jar sin ningún tipo de prestaciones para em- Se van abrazados. (SP, pp. 532-533) presas extranjeras; la corrupción, cuando lo gringos soborna a la trabajadora social para La crítica a la sociedad y su vigencia, se ex- que los dejen seguir “trabajando”; la mani- pone al aludir al partido político en turno y pulación en las elecciones y el abuso de los sus malas prácticas; por ejemplo, la forma entes de poder sobre la ignorancia; la nece- en la que doña Leonela llega al puesto de sidad de irse del país para tener un ingreso jefa de asistencia pública sólo por ser la tía económico; y las mañas del “pueblo bue- del gobernador; o la manera en que gana la no”, como se expone en la siguiente cita, gubernatura Eustaquio, sobrino de Leone- en la que un hombre le pide a Leonela le dé la: “No es usté mexicano? Vote por los colo- dinero para medicinas pues supuestamente res de la bandera.” (SP. p.538). Pero la crítica su madre está muriendo y en lugar de darles no sólo se queda en el terreno de lo civil, los setenta pesos que pide, la mujer envía un sino que va más allá, llega a las instituciones doctor y medicinas: que atañen a la cultura en México. Muestra las carencias y debilidades en la escena tea- tral nacional, como el poco presupuesto, la falta de público, los apoyos a los artistas ex-

110 ¶ tema y variaciones de literatura 55 itzel v. camarillo c. tranjeros, entre otras, como lo demuestran cual brinda múltiples posibilidades de lectu- los actores al inicio y al final de la obra: ra y escenificación. Si es verdad que el autor no preten- actor c: Bueno, pues el autor quería proyectar de mostrar una postura política per se, no se películas, tener un reparto de 70, un gran foro, puede ignorar la carga significativa que tiene muchos decorados…. el título, pues hace referencia a la manera actor b: Pero es una obra mexicana. Por eso… en que la sociedad es silenciada de diver- la ponemos nosotros. sos modos. actor a: ¿Quién va a gastar ese dineral en la obrita de un paisano? Un pequeño día de ira La mera verdad: con las piezas mexicanas no se gana nada. ¡No viene el público! Bueno, vinie- Esta pieza didáctica, como la denominó Da- ron ustedes, un público selecto pero… (Tose, niel Vazquez Touriño13, contiene una crítica metió la pata) ¿A quién le van a interesar nues- social, desde una mirada panorámica. Tan- tros autores, habiendo tantos tan buenos en to ¡Silencio pollos pelones ya les van a todo el mundo? […] echar su máiz!, como Un pequeño día de actor b: El apoyo oficial está subdesarrollado ira, fueron escritas y escenificadas en un actor c: O si la crítica y los sindicatos hicieran ambiente de marcada censura por parte del una labor más tenaz por nuestro teatro… (SP, Estado mexicano y así se demuestra en la p. 512) siguiente afirmación de Jaquelin Bixer: [...] actriz a: Nosotros hemos pedido un buen sub- Resulta muy significativo que Un pequeño día sidio, para ponerla un poquito mejor de lo que de ira se publicara y representara primero en la han visto…. Cuba, donde ganó el Premio Casa de las Amé- actor a: También pedimos un buen teatro, me- ricas en 1962. También es significativo que de- jor propaganda, buenos programas, porque bido a la censura oficial y extraoficial, tendrían ustedes ya ven como anda esto…. (SP, p. 569) que pasar otros catorce años para que la obra llegara a los escenarios de México que entra y Carballido no es maniqueista y su obra pue- sale de la cuarta pared.14 de ser abordada desde diversas perspec- tivas. El autor no se preocupa por dar un La anécdota principal de la obra es realmen- juicio binario, sino por el panorama com- te sencilla, Cristina una mujer embarazada pleto (Por ejemplo, el pueblo no es bueno ni malo, sino que genera mecanismos de 13 subsistencia como es el final de la historia Daniel Vázquez Touriño, La teatralización de la rea- lidad como discurso ético. El teatro de Emilio Car- de Porfirio, pues al no encontrar el cuerpo ballido, op. cit. p.3. pero recibir el ataúd más costoso y elegan- 14 Jaquelin Bixer, “Emilio Carballido, el Caribe y un tren te, la familia aprovecha para venderlo) lo que corre hacia el mar”, Revista Conjunto, núm 132, Habana, acceso el 01 de agosto de 2020, http://ww w.casadelasamericas.org/revistaconjunto.php#arr

TEMA ¶ 111 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido en un arranque de enojo sale a asustar con nes, que pueden ser acumulativas, como se un rifle a los niños que cotidianamente en- muestra en la siguiente cita: tran en su propiedad a robar mangos, pero termina por asesinar al pequeño, Ángel, narrador: Algo pequeño, sin importancia, un ges- quien cae de un balazo en la frente. El pue- tecito apenas, pero un gesto de más, y de pron- blo lleno de ira por la injusta muerte del niño to parece al pueblo que se ha llegado más allá juzga a la familia de Cristina, pues al ser ami- de lo tolerable. Van a liberar al loco, a ese tonto ga del gobernador no es enjuiciada ni amo- del pueblo que es inferior a todos y no entiende nestada. El conflicto principal se potencia siquiera que se le ha cometido una injusticia.16 por el deliberado arresto de Diodoro, el loco del pueblo, quién gritaba por la impunidad Más adelante, se puede observar cómo el ante el triste deceso del infante. Al enterarse pueblo aprovecha la ocasión para desaho- de este atropello y de que Cristina y su espo- gar y desbordar esa ira, incluso con aquellos so se mudan, el pueblo enfurece, cortan lí- que no se lo merecen, muestra de ello son neas telefónicas, saquean la casa, manosean las siguientes citas: y rompen las ropas de las hijas del abogado de Cristina. Cabe destacar que está basa- La plaza. Amanecer. da en una historia verídica, recurso constan- Marcelo Jr. y Juan, hacen guardia, con rifles, a te en el teatro documental. Emilio Carballi- la puerta de la cárcel. En la plaza hay regados do, muestra una vez más un panorama en los restos de una desastrosa mudanza: un pia- que no hay buenos o malos, la interpreta- no desvencijado, destripado; pedazos de sillas ción es abierta, sin dejar de poner en primer y de un gran radio, marcos, cortinas rasgadas, plano los privilegios que goza la clase alta algo que fue un sofá, un diluvio de papeles, un representada en Cristina, quién no quiere ir archivero en ruinas. En una banca está Fluvio, al cine porque “apesta a chusma”15, que se con su machete al lado. enoja por que le roban los mangos aun- […] que los deje pudrir, quién tiene la posibili- narrador: Están acabando de echar a Máximo y dad de ser defendida por un abogado y que a su familia. Les pegamos a todos, y los hicimos por ser amiga del gobernador no es encar- que se fueran caminando. celada. Por otro lado, se muestra, desde la fulvio: Y…¿el abogado? primera escena los conflictos personales de narrador: Lo empujamos, con miel de las colme- cada uno de los habitantes, sus enojos y nas de Cristina. Y lo dejamos irse en su coche, frustraciones, que resultan detonantes para con su mujer y sus hijos. A ellas las manoseamos que se lleve a cabo el clímax de la obra, pues y les rompimos la ropa. También rompimos los la injusticia se refleja en pequeñas accio- vidrios del coche. 17

15 Emilio Carballido, Un pequeño día de ira, La Haba- 16 Emilio Carballido, Un pequeño día de ira, La Haba- na: Casa de las Américas 1962, p. 119. En lo sucesivo na: Casa de las Américas 1962, p. 148. se usan las siglas PDI seguidas del número de página. 17 Op. cit., p. 151.

112 ¶ tema y variaciones de literatura 55 itzel v. camarillo c.

A diferencia del teatro político de la tradición A pesar de la convención realista en la que alemana de tendencia maniqueísta, Carba- transcurre la anécdota, es posible darle múl- llido muestra al igual que en Silencio pollos tiples enfoques. La imparcialidad que señala pelones, las injusticias, carencias y conflictos el autor responde a su objetivo de represen- de la sociedad sin caer en una estructura bi- tar la vida tal como es: con claroscuros, ni naria, es decir, la clase social no determina la los pobres son buenos, ni los ricos malos. ética ni la moral de las personas. Otro elemento propio del teatro político Conclusiones es la presencia de un narrador que muestra distanciamiento con lo representado, pero La manera en la que se han analizado las en Un pequeño día de ira Carballido da un obras, abre la posibilidad de refrescar la mi- paso más, el narrador que al principio se rada que se tiene del autor considerado cos- mantenía a distancia y se encargaba de des- tumbrista, pues si bien su objetivo principal cribir el conflicto y personajes, se involucra no era hacer un teatro con carga política, también hacia el clímax: la forma en que aprehendió las imágenes y anécdotas cotidianas muestra conflictos narrador: ¡Todos están de acuerdo! No saben impregnados de un contexto que no está bien por qué, cada quien tiene sus razones, pero exento de los problemas sociales. Por otra sabemos que hay un orden y no se ha respe- parte, las obras revisadas desvelan una gran tado. Sabemos que.. (Se distrae, cada vez vigencia, pues después de más de medio más hacia la cárcel) Sabemos que… ¡Quítenles siglo los conflictos presentados no nos son las pistolas! 18 ajenos. Finalmente, es necesario señalar que el equilibrio entre fondo y forma en la obra Una muestra más del dinamismo con que de Carballido, es resultado de la contempla- se desvela otra mirada a la dramaturgia car- ción de la vida con sus claroscuros y de la ballidiana es la siguiente acotación: organicidad en la que integra los recursos y estructuras necesarias para compartir su vi- La escenografía no debe ser realista. Puede so- sión del mundo y al mismo tiempo brindar al lucionarse de varios modos. […] Y que ningún espectador un papel activo para la reflexión, personaje es caricatura. El director deberá tra- sin olvidar el sentido del humor que lo ca- tarlos con imparcialidad y permitir que sus ac- racteriza. ciones hablen por sí mismas. Las luces deben enfatizar las áreas de actuación. Bibliografía Nunca serán realistas. 19 Berman, Sabina. “Emilio Carballido”. Letras Libres, 2008, en: https://www.letraslibres.com/mexi- co/emilio-carballido (Julio 2020).

18 Idem., p. 148-149 19 Id., p. 106.

TEMA ¶ 113 otra mirada a la dramaturgia de emilio carballido

Carballido, Emilio. “¡Silencio pollos pelones ya les Piscator, Erwin. El teatro político. Traducido por van a echar su máiz!” Repositorio Institucio- Salvador Vila, Buenos Aires: hiru, 2001. nal, Universidad Veracruzana no. 31 Colec- Rojas, Carlos. “Emilio Carballido [semblanza]”. inba, ción La palabra y el Hombre, México: Uni- Coordinación Nacional de Literatura, 2011, versidad Veracruzana, 1964, pp. 509- 571. https://literatura.inba.gob.mx/semblanza Consultado el 22 de julio de 2020, http:// 2/3188-carballido-emilio-semblanza.html (30 cdigital.uv.mx/handle/123456789/2259 de julio de 2020). Carballido, Emilio. Un pequeño día de ira. La Ha- Vazquéz Touriño, Daniel. “La teatralización de la bana: Casa de las Américas, 1962. realidad como discurso ético. El teatro de Emi- Merlín, Socorro. Catálogo comentado de la obra lio Carballido”. Repositorio uam, Tesis docto- de Emilio Carballido, acceso el 01 agosto de ral, https://repositorio.uam.es/bitstream/han- 2020, https://citru.inba.gob.mx/proyectos/in- dle/10486/3142/5294_vazquez_touri%3F vestigacion/carballido/html/4.htm o.pdf?sequence=1 (23 de junio de 2020). Palapa Fabiola y Mónica Mateos Vega. “Un pin- Weiss, Peter. “Notas sobre el Teatro-Documen- tor de la realidad mexicana que incorporó la to”, Conjunto Casa de las Américas, núm. presencia femenina a su quehacer” La Jorna- 185, 2017, p. 3-7. da, 13 de febrero de 2008, acceso el 28 de junio de 2020, https://www.jornada.com.mx/2 Video conferencia 008/02/13/index.php?section=cultura&article =a04n2cul ¿Quién es Emilio Carballido?”, uanl, Entrevista, Partida Tayzan, Armando. Se buscan dramatur- duración 26´09, https://www.youtube.com/ gos. Entrevistas. México: Conaculta-Fonca/ watch?v=LXO_-53B7lQ&pbjreload=101 (con- Instituto Nacional de Bellas Artes, Centro Na- sultado el 14 de Agosto de 2020). cional de Investigación Documentación e In- formación Teatral Rodolfo Usigli, 2002, p. 16.

114 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Emilio Carballido. Notas para un santón teatral

omar piña | investigador independiente

Resumen En este texto se procura reflexionar acerca de la dimensión y calidad humana y literaria del dramaturgo Emilio Carballido.

Abstract In this text seek for reflects about the dimention and human and literary quality of the playwriter Emilio Carballido.

Palabras clave: teatro, drama mexicano, Carballido.

Key words: theatre, mexican drama, Carballido.

Para citar este artículo: Piña, Omar, “Emilio Carballido. Notas para un santón teatral”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 115-124.

n virtud de mis intervenciones en la creación teatral, el doctor Raúl Hernández Viveros me propuso escribir sobre Emilio Carballido, dije Eque sí. Fue inmediata mi reacción, a pesar que desconocía los detalles del encargo. El “sí” instantáneo fue porque el periodismo ejercido me educó y constató que las órdenes de un editor casi nunca se discuten. Supe más tarde los detalles, lo que el editor requería era una especie de informe o esbozo académico, estrictamente acotado hacia y con Emilio Carballido como figura

115 emilio carballido. notas para un santón teatral central. No era sencillo desde un punto de generada en Barcelona y escrito por: Ruiza, vista anecdótico, porque a don Emilio sólo M., Fernández T. y Tamaro E. (2004). La ter- tuve oportunidad de tratarlo en dos ocasio- cera es la Enciclopedia de la literatura en nes de mi vida y aquellos breves encuentros México, un sitio oficial que tiene el respal- fueron bajo el yugo periodístico. La primera do del Catálogo biobibliográfico de la lite- vez, él iba muy apurado y ante la estupidez ratura en México. De gran utilidad fue la de mi pregunta inicial, el dramaturgo me lectura del inteligente ensayo Emilio Car- regaló como respuesta un billete de ida al ballido: una visión del teatro, una revisión oráculo de la Facultad de Letras Españolas de la realidad, escrito por Eugenio Núñez de la Universidad Veracruzana. La segunda, Ang1; Y finalmente, la piedra blanca que rom- ocurrió al pasar de quince años y entonces pió el vidrio de mis titubeos, fue la tesis respondió con la amabilidad que provoca el doctoral El teatro de Emilio Carballido. La agradecimiento perpetuo. teatralización de la realidad como discur- Retorno al presente inmediato... Las fi- so ético, concienzudamente escrita en 2008 nalidades de un texto académico no son por Daniel Vázquez Touriño, bajo la dirección próximas a las de un escrito periodístico. de Selena Millares (Universidad Autóno- Por lo tanto, Emilio Carballido será discu- ma de Madrid)2. rrido aquí con la intención de esbozar ape- Las fuentes básicas de las tres dimensio- nas unas consideraciones más estrictas del nes que se desarrollan aquí son las menciona- “académico teatral” que me parece. Primero das en el párrafo anterior. Lo que sigue, es voy al abordaje del “hombre de dramatur- un texto que no cumplirá con la nomencla- gia.” Vendrá después el “hombre de teatro” tura de la escritura académica (ni siquiera y finalizaré con “el dramaturgo Carballido,” con la amabilidad de apa), pero... El orden, última sección que incluye la sal y pimienta exposición y propuesta están construidas adquiridas en charlas con personas que sí con lo que se aguarda de un texto que co- lo trataron de cerca. lumpia entre la divulgación y quizá el ensa- yo. El “ensayo,” que conste, en una de sus …hacia el más acá, desde allá… vertientes más suaves: el monólogo que busca transformarse en charla. La redacción Para anotaciones muy puntuales me he ba- incluirá licencias y vicios periodísticos (como sado en el husmeo a textos que se pueden el derecho de no revelar las fuentes, por constatar en la Internet, en idioma español. Voy a numerarlos ya por razones que deta- llaré más adelante. La Wikipedia es injusta 1 con él, datos quizá de fiarse pero con in- Emilio Carballido: una visión del teatro, una revisión de la realidad, escrito por Eugenio Núñez Ang https:// tenciones enrevesadas que no me interesa www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/mexico/ comprender. Una segunda fuente ha sido el carballido.htm (octubre, 2020) 2 pulcro texto del sitio electrónico Biografías y Vázquez, Daniel. El teatro de Emilio Carballido: la teatralización de la realidad como enfoque ético. Vidas. La Enciclopedia biográfica en línea; Peter Lang, 2012.

116 ¶ tema y variaciones de literatura 55 omar piña ejemplo). Mas la finalidad de escribir sobre las piezas dramáticas. Son atribuciones que Emilio Carballido es así… no se deben a ningún tipo de inspiración sino a lectura constante de las columnas verte- …hombre de dramaturgia… brales y a las producciones escriturales que se han derivado desde la aparición del Tea- Emilio Carballido dedicó una generosa parte tro como género hasta la fecha. de su tiempo a escribir su propio teatro y Emilio Carballido fue un atento lector a enseñar cómo escribirlo. Su exigencia fue de la literatura dramática; no se permitió ja- creciendo a medida de sus conocimientos. más la tregua. ¿De cuáles obras en especí- Dominaba, en fondo y en forma, la absoluta fico? ¿De cuántas veces leyó a tal o cual precisión de los géneros fundamentales que autor? Son preguntas ociosas que formula- son la Tragedia y la Comedia; lo tanático y lo ríamos sin ver el final de un cuestionario y erótico; la muerte y la risa; pero son nocio- que sólo podría responder el propio Emilio a nes para desmenuzarlas un poco más. través de una sesión espiritista. Y a pesar de Tragedia y Comedia. Las dos columnas un posible éxito, contestaría con sus modos vertebrales que resguardan de movimientos rápidos e ingeniosos que “está muy ocupa- innecesarios a todos los “sub”–géneros que do” como para atender “cosas que le quitan de ellas se derivan. La Tragedia es aquella el tiempo.” que aún nos arroja a la conmoción del des- Si la lectura, como acto de interpretación, cubrimiento, de la finalidad de cada vida, de actúa como un sello en nuestras percepcio- los juegos del destino, de la decisión tomada nes cada vez que acudimos a ella; re-leer no por las divinidades y preanunciada por au- es repetir lo mismo sino volver a encontrar gures e incluso sueños. La Comedia afloja huellas y ligarlas con experiencias nuevas. cada tensión del cuerpo que, curiosamente Los textos quedan fijados, pero los huma- vuelve a desenvolverse como otra tensión, nos tenemos la capacidad de advertir que pero detonada por la carcajada. Una sor- cada lectura es otra vez una posibilidad de prende de lo que podemos ser capaces; comprender al mundo que nos habla pa- la otra –la risa– nos reprende y alegra por ra comunicarnos con el mundo en el que vi- lo que somos con nuestras virtudes, pero vimos. Ese juego de principios y retornos es cuando dirigimos el camino hacia los vicios, que el que conduce a ensanchar la visión. los excesos. Carballido poseía la capacidad de la lectura Carballido aprendió estos rasgos escritu- y la humildad de la re-lectura; en la primera, rales desde sus tiempos como estudiante y era como un niño maravillado ante su des- los practicó el resto de su vida. Es muy sen- cubrimiento; con la segunda, era un escritor cillo tomar una serie de cursos de literatura advertido por sus hallazgos. dramática y tal vez requiere esfuerzos para Y esa manera de experimentar el acto ser promovido; pero “ejercer” la teoría lite- de leer, lo llevaba al acto de escribir. Por ob- raria sobre el papel implica ver los reflejos de viedad, esa es una fracción de lo que inclu- las teorías en las obras verdaderas, que son ye el trabajo de un escritor. Para hacer más

TEMA ¶ 117 emilio carballido. notas para un santón teatral diáfana esta aseveración, voy a colar en atisbar el laberinto del tedio que provoca la estas siguientes líneas un testimonio que teoría literaria. Carballido escribió todas las relata uno de los métodos de trabajo de posibilidades dramatúrgicas y si esto fuera Carballido. Se despertaba comúnmente a la un trabajo escolar, tendría a bien abrir el lo- misma hora (antes del amanecer); escribía a calizador electrónico y traspasar aquí la lista mano en esas descomunales libretas con ho- de los géneros y subgéneros literarios dra- jas cuadriculadas para realizar una “conta- máticos; y entonces un profesor despista- bilidad” manuscrita y sucedían sus primeras do me aprobaría. Pero la finalidad es otra. horas de cualquier día. La producción textual dramatúrgica de Salpimento este dato con el morbo que Carballido fue un ejercicio constante. De hace falta. Esas horas que abrían su jornal, los detalles de su región académica, como eran regadas con sorbitos de un jarabe que dramaturgo y profesor de dramaturgia vale él mismo se preparaba a partir de la mezcla mencionar que él fue un escritor siempre en de cocacola y ron. No lo hacía al modo de cabalgata sobre, en, y hacia los distintos es- enrumbarse al acantilado de la borrachera, píritus de épocas que le correspondió vivir. sino a la manera de mantener la lengua hú- Tuvo la oportunidad de calcar, retratar, mos- meda mientras las palabras y acciones que trar y cuestionar al México que transitó de sucedían en su cabeza se iban integrando, 1948 al 2008. Y esos varios países, uno mis- por ejercicio prodigioso de su mano, en ca- mo en geografía pero distintos Méxicos en da trazo que dejaba sobre el papel. tiempos, los plasmó en el texto dramático. De cuatro a seis horas a ese ritmo diario El dramaturgo Carballido ubicó sus obras en las más de las veces, a esa disciplina férrea, cada tiempo correspondiente; pero muchas se deben también sus más de cien piezas de ellas mantuvieron una flexibilidad que las dramáticas compuestas a lo largo de su hicieron o permitieron traspasar los límites vida como escritor activo. Un escritor que temporales y encontrar adaptación y aco- suponemos no conoció las interrupciones modo a cronologías con las que ya no se “molestas” durante unos sesenta años. ¿Lo correspondían. Voy a poner un solo ejemplo. visitaron las musas? ¿Se paralizaba ante la La obra El Censo, es una pieza cuya produc- hoja en blanco? (lo segundo puedo respon- ción es del año de 1957 y está catalogada derlo gracias a una conjetura: no. Escribía en el anaquel de las comedias. Seguiré la sobre hojas cuadriculadas, repito: libretas de obviedad porque es necesaria... La pieza, contabilidad). De momentos especiales o convertida en teatro, a los mexicanos que de inspiración es preferible que él lo res- acudieron al estreno y, por consecuencia, ponda si nos atrevemos a invocarlo e inte- a las primeras representaciones: la obra los rrumpir su descanso eterno. divirtió mucho. Aquellos habitantes capitali- Anotados ya los detalles anteriores, dis- nos y después los de las ciudades que con- cutamos un poco sobre qué géneros dramá- taban con teatros y compañías teatrales, la ticos prefería escribir. Vamos únicamente a malicia y la picardía, la sospecha de que “un

118 ¶ tema y variaciones de literatura 55 omar piña censo mandado por el gobierno” resultara dramáticas. Voy a emplear palabras más su- eficaz: los hacía doblarse por las carcajadas. gerentes para desarrollarlo. Escribía a mano Era tiro al blanco o culpa de Emilio. con una letra menuda en libretas de conta- A los mexicanos del siglo veintiuno, acos- bilidad (las más grandes). A mano escribía tumbrados a los censos, a las encuestas vía todos los días con una disciplina que no es telefónica, al espejismo de las redes sociales; ritual, sino que es eso: disciplina (el “ritual” la pieza dramática El censo aún nos provoca es repetir acciones determinadas con cierta hilaridad, reír mucho porque sabemos que exactitud para impedir que se desvanezca un de una gran parte de ese todo que reportan mito). Además hay que añadir que tenía ta- las autoridades, es una mentira para escon- lento y le gustaba estudiar; leía mucho. Le der los más o los menos de las cifras, según gustaba enseñar o ensayar con sus alumnos convenga. Voy a rematar el comentario las ideas que en él provocaban lo que es- sobre esta pieza con un dato fehaciente; la tudiaba. Escribió cuentos, novelas, guiones obra se ha convertido en radio-teatro; pro- para cine, guiones para ballet. Y ahora voy a ducida y transmitida como tal por la radio relatar lo que me respondió en la primera y de la unam; la malicia, la burla, la picaresca fallida entrevista que intenté hacerle. Mi pre- y el doble sentido (léase: irrealidad que se gunta, estúpida, fue la siguiente: “¿Cómo se construye dentro de la realidad: no es lo que construye un personaje?” así, en frío, con conocemos como “albur”) son evidentes. grabadora aún de cassette apuntándole ha- Prosigo: otra vez con revuelo a las si- cia los dientes. Me vio a los ojos, sonrió y guientes frases entrecomilladas. Primero “la dijo: “Mire, si sabe dónde está la facultad dramaturgia” –discurso literario acotado de letras de la universidad, vaya usted a pre- según un género, historia, estilo– luego es guntarle esas chingaderas a los sabios que “convertida en teatro” –producción, actores, dan clases ahí: son expertos. Yo no tengo espacio para representación y público– son tiempo.” Pero visto así, debemos hacer una dos aspectos que hay que tomar en cuenta. pausa, respirar hondo quizá, para sumergir- Una cosa es la obra como pieza literaria y nos de nuevo. otra, la obra como un hecho cultural donde intervienen otras personas que hacen posi- …hombre de teatro… ble su representación y donde son obliga- toriamente necesarias otras personas que De lo que hacía el dramaturgo Emilio Carba- observarán aquello que se vuelve-a-presen- llido he procurado acomodarlo en la sección tar. Carballido era un escritor que hacía el anterior. En esta, quiero precisar su activi- trabajo correspondiente a lo que al princi- dad como interventor en lo que se refiere pio de este párrafo he tratado de apurar al teatro. El teatro como un hecho cultural como “dramaturgia.” De eso trabajaba la que se puede constatar más allá del discur- mayor parte de su tiempo. De las cuatro de so dramatúrgico; como una actividad donde la madrugada a las diez o hasta el mediodía, intervienen personas con distintas activida- estaba casi dedicado a ello: a escribir piezas des encaminadas a un mismo fin: alistarse

TEMA ¶ 119 emilio carballido. notas para un santón teatral para ofrecer una función (re-presentación) a minador, por lo menos un tramoyista y una un público. Si lo representado es bueno o es serie de personas que ejercen durante la malo, se debe siempre a factores que sólo representación actividades técnicas muy es- un adivino puedo predecir. pecíficas: desde controlar el acceso del pú- Hasta donde yo tengo leído y compren- blico al espacio destinado como lugar de dido, rastreado por lecturas y por llamadas representación (teatro, estadio, salón, co- a personas mejor informadas: Emilio Car- chera, etcétera) hasta subir o bajar un telón. ballido no era actor. Era primero que todo Dato de más, pero no de sobra: un telón de un escritor que de lo que más escribió fue teatro profesional, por sus dimensiones y de dramaturgia y que fue inmensamente materiales con los que está construido so- afortunado porque esas piezas dramáticas brepasa el peso de una tonelada; no es una se convirtieron en teatro. Fueron represen- cortina de baño como las que adquirimos tadas. Y “eso” en un país como el nuestro y en los supermercados. como en muchos otros: es una bendición de Pues bien. Con el cariño que merece el los dioses reunidos. teatro como hecho cultural en mi vida: ha- Hay maledicencias que lo señalan de mo- cer teatro es para una bola de locos, sepan o lesto interventor en los procesos de monta- no sepan hacerlo. Porque es un trabajo donde je cada vez que podía. Mi deducción es que hay muchos trabajos reunidos con una sola son mentiras, o como decimos los mexica- finalidad: que el público salga con la sonri- nos “la mala leche” o “la puritita envidia.” Y sa que provoca la comedia o conmovido a continuación voy a sustentar por qué no por lo que le ha demostrado la tragedia; y lo creo. De vuelta recurriré a las aclaraciones de allí podría seguir con palabrerías y frases de nociones teatrales: montaje. Es una pa- para subgénero. Pero creo que doy a en- labra que en las jergas teatrales se emplea tenderme. Y si las cosas del hecho cultural, para encapsular el proceso de convertir una que es la función de ese momento no salen pieza dramática en una obra de teatro. Así como se esperaba, “el público” abandona la de sencillo. Esta sencillez merece un resabio sala con indignación o con el divertimento popular que obedece a “según el sapo, es que provocaron los errores durante la repre- la pedrada.” Se trate de una compañía for- sentación. Errores que en realidad son acci- mada por actores y personas profesionales dentes; suceden “cosas” no previstas. Y de- o por aficionados o por alumnos de escuela. sato mis últimas comillas: se interrumpió la El proceso de montaje comienza con tener electricidad/ un corto circuito fundió las lám- un elenco. El básico son los actores y un paras que iluminaban el proscenio durante director que cuida la unidad y el ritmo ge- la escena más hilarante y no se vio nada/ el neral de lo que será representado de frente actor se equivocó tres veces seguidas por- a un público. Si la fortuna sonríe, intervie- que advirtió que entre el público estaba su nen también un asistente de dirección, un expareja con una sombrilla en la mano/ a la diseñador de escenografía, un diseñador de protagonista le salió un eructo justo cuando vestuario, un maquillista, un músico, un ilu- debía responder: “también yo te necesito,

120 ¶ tema y variaciones de literatura 55 omar piña amor de mi existencia”/ los encargados de de teatro. En la América Latina de aquel en- bajar el telón salieron a fumar un cigarro y tonces no había muchas revistas especiali- por seguir con la mirada a una muchacha zadas en teatro y mucho menos, sostenidas guapa se olvidaron de que los actores lle- por una universidad cuyo financiamiento van cinco minutos inventando el final de la depende del dinero público. obra o de un acto porque el telón sigue fijo/ Tramoya surgió entonces como una re- ...y podríamos continuar hasta componer vista porque desde su fundación contó en- una noveleta. tregas periódicas y puntuales. Pero en rea- Los anteriores, son procesos y acciden- lidad siempre fueron libros de teatro; las tes e incidentes donde he pretendido mos- características básicas de un libro es que trar que si hay una persona que allí estor- excedan las 32 páginas y tengan un lomo ba, es el dramaturgo; y eso, considerando en el cual se imprime la leyenda de los da- que aún viva. No tenemos idea de cuántas tos esenciales del contenido textual. En la ocasiones han sido representadas cualquie- mayoría de los números que yo conozco de ra de las piezas de df 26 obras en un acto3, “Tramoya” el contenido mínimo es: 1 pieza desde el año de 1976 a la fecha. Son textos dramática de cualquier dramaturgo hispa- que tanto profesionales como aficionados noamericano (tómese en cuenta que podría han convertido en teatro. Y atrás de cada tratarse de cualquier género dramático); 1 montaje ¿supondríamos que estaba la su- reseña sobre un libro de teoría teatral o dra- pervisión de un dramaturgo que invertía las mática; 1 reseña sobre alguna representa- primeras cinco u ocho horas de su día en ción teatral y sé que me quedo corto. Debo escribir, leer, corregir, estudiar, preparar una explicar eso de “pieza dramática de cual- clase y desarrollar las otras actividades que quier dramaturgo hispanoamericano.” El lec- hacía y que estaban vinculadas con el teatro tor joven del siglo xxi debe charlar con el como un hecho cultural? Qué pregunta tan lector practicante del siglo xx lo que signifi- larga. Qué pena no responderla. caba “publicar” en la época donde la única En lo que resta de esta sección, sólo voy forma de hacer del conocimiento público un a desarrollar consideraciones sobre la revis- texto era la imprenta; la palabra estampada ta Tramoya, porque fue otro hecho cultural sobre papel. Consideremos pocos factores, que le correspondió hacer a Emilio Carba- hacer llegar un texto al editor (de la revista llido como hombre de teatro. En el año de Tramoya, Emilio Carballido era su director y 1975, la bonanza que financiaba la educa- editor simultáneo) significaba tener dinero ción superior con dinero público, permitió suficiente para mandar a escribir un mecano- que la Universidad Veracruzana destinara grafiado pulcro, hacer un paquete y pagar una fracción de su presupuesto al desarrollo el costo del envío hasta las oficinas de la re- editorial para fundar y sostener una revista sidencia editorial. Si el dramaturgo vivía a ochenta kilómetros de distancia tal vez el costo por envío no significaba un despilfarro. 3 Carballido, Emilio. df 52 obras en un acto. Fondo de Cultura Económica, 2011. Pero la revista Tramoya publicó siempre a

TEMA ¶ 121 emilio carballido. notas para un santón teatral un catálogo de buenos dramaturgos de to- revistas, ni el protector de artistas; pero sí das las edades y de todas las latitudes donde el péndulo que vigilaba la ondulación entre el idioma español es el usado por la mayoría Tragedia y Comedia. Que si los óxidos de la de sus habitantes. El “lugar” de partida era corrosiva furia mal hablan de las portadas de lo de menos, y también, lo de más. La apa- la revista. Pues... que con mal café remojen rente contradicción es simple de aclarar. Lo el bolillo que se ha endurecido entre sus ma- de menos se debe a que, desde mi punto de nos furiosas. No hay tiempo de explicar la vista, la revista-libro de Carballido jamás reve- envidia pero sí hay interés por deshacer el renció a un teatro o grupo dramático en par- nudo de la intriga. Todas las portadas de la ticular. Un número o entrega nos sorprendía revista Tramoya fueron ilustradas por la pin- con un monólogo escrito por un venezola- tora Leticia Tarragó, quien además, es emé- no; otro con un sainete ideado en el corazón rita de la propia Universidad Veracruzana. de Granada; otro número una tragedia con Esa persistencia y abundancia, confirieron a ritmo del pop ochentero de Buenos Aires y la revista-libro un sello distintivo. Uno veía de así podría seguir un listado con esta senci- lejos el formato en que estaba impresa la lla fórmula que ejercí aquí (lugar de origen/ ilustración realizada por la pintora y ya sabía género dramático/comentario y valoración que era un número más, o un piso más de amable). La noticia es que cada una de las esa torre que don Emilio construyó como piezas publicadas en los números que abar- bastión del teatro hispanoamericano. caron la primera y segunda épocas de la Lo de que siempre Leticia Tarragó hiciera revista Tramoya fueron leídas y valoradas las ilustraciones de las portadas no fue un por el propio Emilio Carballido (desde 1975 encargo por debajo de la mesa, en lo oscu- hasta 2008). Eso dio el sello de garantía a la rito, entre cuates y copas: fue un vínculo ne- publicación y no fue como dicen las ma- tamente institucional. Y en una universidad, las lenguas. La envidia comenta que quien en cualquiera, debe defenderse siempre el publicó allí, como dramaturgo, era porque derecho de cátedra, pero las órdenes no se flotaba después de la tempestad de los ca- discuten, sean del carácter que sean, justas prichos estilísticos del propio director de la o injustas. Y punto. revista –para eso escribía el teatro que se le daba la gana. …dramaturgo Carballido… Las fronteras del Carballido dramaturgo y las de un profesionista del Teatro dedicado Don Emilio... a partir de aquí, desde donde al Teatro son muy claras y las evidencias son yo estoy escribiendo, lo voy a tutear. No voy palpables. Tramoya es una muestra de ello. a tutearte con el atrevimiento de un repor- Fue un edificio de convivencia fundamen- tero que sólo te entrevistó dos veces en su tal para la dramaturgia y el teatro hispano- vida; pero sí como el que tuvo la oportuni- americanos, porque no había otra forma de dad de leerte, de leer con avidez muchos preservar, difundir y divulgar el quehacer es- números de tu revista Tramoya , de ver en cénico. Don Emilio no fue el inventor de las cine el montonal de películas que escribiste

122 ¶ tema y variaciones de literatura 55 omar piña y de hablar sobre ti con personas con quie- que cada una de las palabras que colocaste nes tomaste más de quinientos cafés y con en todos tus personajes son tan reales como quienes recorriste parques, museos e hiciste el habla de todos nosotros. Aún con los el resto de la vida.No voy a nombrarlos por- años después de tu muerte, en los festiva- que a ninguno de ellos les he llamado para les de teatro escolares, los adolescentes de pedirles permiso y tampoco acostumbro a secundaria y bachillerato continúan repre- grabar a nadie a sus espaldas. Asumo el aje- sentando lo que tú escribías a mano, como treo de mi memoria y voy a tutearte porque primera versión, en las libretas inmensas de de cada charla con pintores, músicos, dra- contabilidad. De las compañías profesiona- maturgos, escritores, críticos, editores, tea- les ni se diga; si como persona eras compli- treros y un montón de gente, advertí el cado, como escritor dramático te ganaste la mucho cariño que te tenían. De los envidio- predilección del público. Yo creo que nos sos, ni me acuerdo de sus caras, te lo juro. contabas a Aristófanes o a Sófocles, a Io- ¿Cómo está eso, Emilio, de que eras ca- nesco y a Brecht (por no seguirle con tan- paz de hacer un viaje hasta bien lejos sólo tísimos a quienes comprendías) en nuestra para ver un museo? Qué extravagancia de versiones y vidas más cercanas a cada tiem- ser humano eras. Cruzar océanos, aceptar po que nos ha envuelto. Y con ese ingenio el tedio de los visados, cambiar de tu lengua tuyo a veces nos haces reír y otras, provocas materna a otros idiomas, cansarte y todo que mejor nos rasquemos la cabeza sin es- eso... para llegar a una ciudad como Atenas tar piojosos. Nos mostraste que cada tiempo y en lugar de echarte una dormidita y hacer es un retorno constante de principio y fin; lo que hace todo el mundo: irte de inme- que el teatro, además de ser esparcimiento diato al museo etnológico. ¿A poco se iban vivo, tiene una función social y es necesa- a llevar el museo a Cracovia? rio porque cada personaje es la máscara de Dicen que eras bien terco. Y veías el mu- muchas personas. Da mucho alivio ver que seo todo un día, sin pausas. Los guardias te cuando tus piezas dramáticas son llevadas corrían porque ya era tiempo de cerrar y no a la escena, algo de nosotros constata que te quedaba de otra, te ibas enojado. Enton- una parte mínima florece o se nos marchita ces salías a comer-cenar-dormir y al otro día: para siempre. hacías lo mismo. Y al tercer día: otra vez. Y La última que yo te vi con vida, fuiste así hasta que se acababa el plazo del viaje. muy amable. Te pregunté un detalle técnico Voy a suponer que así eras con la drama- sobre la estructuración de escritura dramá- turgia que escribías y la que leías; con tus tica, sonreíste porque mi pregunta era bien compromisos de un escritor que volcaba su maldosa. Y dijiste así: “Las ‘acotaciones’ son pasión a los pulsos de la vida teatral mexi- lo que uno quisiera ver en la escena, pero cana y que te debe tanto. Tus obras son una hasta allí es el poder de creación del drama- muestra todavía fehaciente y una lección de turgo.” Hiciste una breve pausa y tus manos que un escritor no sólo piensa en sí mismo, se comenzaron a mover como dibujando en su ombligo, sus tripas e inteligencia: sino círculos, preparabas el tiro al blanco:

TEMA ¶ 123 emilio carballido. notas para un santón teatral

Uno ‘acota’ con la mejor intención del mundo, Bibliografía pero ¿qué pasa? Llega un productor al que no le alcanza para que se realice lo que uno pide, https://www.ensayistas.org/critica/generales/C- o un director que lo quiere probar al revés o los H/mexico/carballido.htm (octubre, 2020) actores cambian el sentido de los diálogos o se Vázquez, Daniel. El teatro de Emilio Carballido: la les olvida y contestan otra cosa. Cuando escriba teatralización de la realidad como enfoque teatro, pídalo, exíjalo: porque vendrán las cala- ético. Peter Lang, 2012. midades y lo último que se usa en una función Carballido, Emilio. df 52 obras en un acto. Fondo es aquello que uno escribió. de Cultura Económica, 2011.

Ya no tengo más cosas qué escribir sobre ti. Vendrán personas más preparadas a ex- plicarnos lo tuyo, no lo dudo. Y mi atrevi- miento de ser un pelado que se atrevió a tutearte, concluye así: donde quiera que usted exista, en cada vuelta de representar su trabajo, usted descansa en paz, don Emi- lio, porque sus obras nos demuestran que a veces puede terminarse la vida, pero no la existencia.

124 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Vientos Narrativos de Emilio Carballido. Aproximaciones a El norte y La veleta oxidada

rafael esteban gutiérrez quezada | alumno de la especialización en literatura mexicana del siglo xx, uam azcapotzalco

Resumen El estudio de la producción narrativa de Emilio Carballido se ha visto opacado por el interés en su dramaturgia. Sus dos primeras novelas, La veleta oxidada (1956) y El norte (1958) presentan algunos elementos que las ligan con su trabajo teatral, al mismo tiempo que marcan el estilo narrativo de un prolífico y poco reconocido narrador. Este artículo presenta una lectura de La veleta oxidada y El norte desde los conflictos de hegemonía y subalternidad de género que definen a sus personajes y definen la trayec- toria de las tramas.

Abstract Emilio Carballido’s study of the narrative production has been overshadowed by the general interest in his dramaturgy. His first two novels, La veleta oxidada (1956) and El norte (1958) present some elements that link him to his theatrical work, at the same time that they mark the narrative style of a prolific and little-recognized narrator. This article presents a reading of La veleta oxidada and El norte from the conflicts of he- gemony and gender subalternity that define their characters and define the trajectory of the plots.

125 vientos narrativos de emilio carballido. aproximaciones a el norte y la veleta oxidada

Palabras clave: La veleta oxidada, El norte, hegemonía, subalternidad, masculinidad.

Keywords: La veleta oxidada, El norte, hegemony, subalternity, masculinity.

Para citar este artículo: Gutiérrez Quesada, Rafael Esteban, “Vientos Narrativos de Emilio Carballido. Aproximaciones a El norte y La veleta oxidada”, en Tema y Varia- ciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 125-137.

Emilio Carballido, narrador

o mismo que Rulfo en la narrativa, el teatro de Emilio Carballido se ha estudiado con devoto entusiasmo, convirtiéndolo en referente obliga- Ldo tanto para creadores como para investigadores. Alumno de Rodolfo Usigli, contemporáneo de Luisa Josefina Hernández, Sergio Magaña y Jorge Ibargüengoitia; su importancia radica en la renovación de la dramaturgia mexi- cana con una perspectiva crítica, uso del lenguaje cotidiano y temas de corte popular,1 importantes paradigmas para las generaciones venideras. Esto, par- cialmente, ha llevado a una segregación de su obra narrativa. Y digo parcial- mente, ya que con Carballido ocurre lo mismo que con Sergio Galindo o Sergio Pitol, grandes narradores de la llamada Generación de Medio Siglo cuya nove- lística se vio eclipsada en un principio por la omnipresencia de Carlos Fuentes en este género y periodo. Parece acertado pensar que las preocupaciones del autor se manifestaron de mejor manera en el texto dramático por considerarlo un género con ma- yores posibilidades expresivas, o por lo menos, con menor solemnidad que la tradición novelesca marcada por Azuela y la novela de la Revolución. En otras palabras, y como expresaron Sergio Ruffinelli y otros miembros del Seminario del cill de la Universidad Veracruzana, “Carballido no tiene la necesidad de abarcar anchos mundos novelescos o de comprometerse en el proyecto de una novela extensa (totalizadora) […] el “mundo” de su fantasía aparece desarrolla- do, cumplido, en el conjunto de todas sus obras”.2

1 Para una semblanza y valoración de la obra teatral de Emilio Carballido, véase a Socorro Merlín, “Emilio Carballido dramaturgo, maestro y promotor de teatro”, en Tema y variaciones de lite- ratura No. 31, 2008, pp. 35-55. 2 Sergio Ruffinelli et. al., “El sol, de Carballido: novela de iniciación”, Centro de Investigaciones Lingüístico-Literarias, Universidad Veracruzana, núm.3, 1976, p. 68.

126 ¶ tema y variaciones de literatura 55 rafael esteban gutiérrez quezada

Ello no significa, desde luego, que su va. Tanto La veleta oxidada como El norte obra narrativa sea mero complemento o mantienen rasgos que permiten caracteri- incluso “restos” de su producción drama- zarlas como “dramáticas”, privilegiadas de túrgica. Sin embargo, ambos espectros no conflicto y estructura interna. Que se trate pueden disociarse. Las razones por las que de las dos primeras obras narrativas de Car- un autor elige contar una historia median- ballido y que guarden tan poca distancia te un género específico nunca son claras ni temporal, facilita una visión de conjunto en unívocas. En una entrevista con Miguel Án- dos sentidos: como punto de partida e inicia- gel Quemain, Carballido se expresa de sus ción en el ejercicio narrativo (cuya alteridad novelas cortas La veleta oxidada (1956) y inevitable es el texto dramático), y como dos El norte (1958) en los siguientes términos: propuestas estilístico-formales de plasmar preocupaciones y motivos semejantes. —¿Cuándo aparece una historia, sabe desde el La configuración de estas obras permite principio que va a escribir un cuento, una nove- una lectura relacionada con su producción la o una obra de teatro, las ideas le llegan con teatral. En ellas se reconocen elementos del su género? discurso dramático, tales como las fuerzas —Algunas se presentan muy completas y vesti- de oposición que los protagonistas repre- das de pies a cabeza. Así como Atenea salió de sentan, el conflicto que surge a partir de la la cabeza de Zeus. Otras veces no, en ocasiones alteración de un orden establecido (la cual se me presentan como El norte. Cuando empe- pone la acción en movimiento) y de conclu- cé a trabajar esa novela, se me aparecían imá- siones marcadas por la inversión de la cir- genes fragmentadas, pero no la historia com- cunstancia inicial. pleta. Me costó mucho trabajo desentrañarla y Así, en este ensayo se propone una apro- encontrarle la forma, incluso averiguar que no ximación a La veleta oxidada y El norte a era teatro. partir de sus conflictos y el desarrollo de sus — ¿Cómo se dio cuenta que no era teatro, in- personajes, aspectos que guardan mucha tentó ceñirla a ese género? más semejanza que distancia. — Me di cuenta que La veleta oxidada era una En primer lugar, se propone una explo- novela de procesos internos, no externos, no ración de los protagonistas masculinos y fe- objetiva sino subjetiva.3 meninos a través de sus frustraciones, lo que deriva en una lectura en torno a la identidad Esta experiencia subjetiva que manifiesta el y el papel civilizatorio, respectivamente. Esta autor no imposibilita aproximaciones com- frustración tiene su origen en una anomalía parativas entre la dramaturgia y la narrati- en el orden social de la hegemonía; en otras palabras, tiene su origen en la resistencia o incapacidad de los personajes a adoptar los 3 Miguel Ángel Quemain “Teatro y novela: la doble vi- roles tradicionales, sobre todo en lo relativo da de Emilio Carballido. Conversación con Miguel Án- al género. gel Quemain”, Revista Mexicana de Cultura, núm. 25, 1996.

TEMA ¶ 127 vientos narrativos de emilio carballido. aproximaciones a el norte y la veleta oxidada

A continuación, se plantea que la irrup- de Adela, hermana de Adán, en una locali- ción de personajes catalizadores contribuye dad de provincia (posiblemente Xalapa). a un movimiento, una transformación que El norte también es la historia de una pa- deriva en una restitución de la hegemonía reja: Isabel, una rica viuda de mediana edad en términos masculinos y el fracaso, sobre asentada en la Ciudad de México, y Aristeo, todo, de la realización femenina, que finali- un muchacho veinteañero, oriundo de Tepi- za como subalterna. to, empleado de un cine. Ambos entablan su Así, esta aproximación también atiende a relación a partir de un episodio de tintes có- características de orden social y aspectos crí- micos: Aristeo rescata a Isabel de un percan- ticos. Se emplean algunos conceptos como ce con un hombre borracho en el baño del hegemonía o subalternidad4 no porque sea cine. Esto hace que Isabel lo quiera recom- un objetivo encajarlos en la producción narra- pensar con dinero, pero Aristeo sobreentien- tiva de Carballido, sino porque la misma na- de que se trata de una recompensa carnal. rración invita a una lectura en estos términos. Librado el malentendido, efectivamente, co- mienzan una relación. Los capítulos de la Frustraciones en El norte novela alternan el pasado y el presente: por y La veleta oxidada un lado, la historia de su romance, y por el otro, las vacaciones que toman en el puerto La veleta oxidada está narrada de forma li- de Veracruz, escenario donde se manifiestan neal, pero dividida en 19 capítulos fragmen- los conflictos nacidos de sus frustraciones. tarios de disímil extensión. Cuenta la historia Las semejanzas entre ambas novelas se de Martha –poetisa, capitalina, antigua es- sobreponen a sus formas particulares. En pri- tudiante de la Facultad de Filosofía y Letras mer lugar, la oposición de fuerzas que sus de la unam– y Adán –hacendado y también personajes representan desde su punto de estudiante (trunco) de Historia en la facul- vista social y que se manifiestan en las re- tad–, jóvenes esposos que residen en la casa laciones de pareja. Al respecto, Martha Elia Arizmendi Domínguez5 plantea un análisis de La veleta oxidada a partir del amor y la teoría psicoanalítica de Erich Fromm. Sin 4 De acuerdo con Massimo Modenessi (Subalterni- embargo, acierta al afirmar que los perso- dad, antagonismo, autonomía. Marxismo y subjeti- najes de La veleta oxidada “deambulan por vación política, Buenos Aires, Universidad de Bue- nos Aires, Consejo Latinoamericano de Ciencias el espacio literario sin encontrar respuesta a Sociales-Clacso, 2010), la noción de subalternidad sus inquietudes; su inconstancia y dualidad adquiere por primera vez densidad teórica en rela- ción con las reflexiones de Gramsci sobre la hege- monía, partiendo de la necesidad de encontrar un correlato conceptual de la alienación en el terreno superestructural, el equivalente socio-político en 5 Martha Elia Arizmendi Domínguez, “Encuentros y el plano de la dominación de lo que ésta indica en el desencuentros en La veleta oxidada”, Caminos ha- plano socio-económico: el despojo relativo de la ca- cia la equidad, Año III, Núm. 1, agosto, Universidad lidad subjetiva por medio de la subordinación. Autónoma del Estado de México, 2004.

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[...] los convierte en arquetipos”.6 Dualidad, Identidad y masculinidad sin duda, expresada en la contradicción en- tre los roles que representan y los deseos El conflicto palpable en ambas novelas es la íntimos que los alientan. Sin embargo, esta masculinidad frustrada de Aristeo y de Adán. contradicción no tiene su origen en la repro- En La veleta oxidada, Adán comienza sien- ducción (frustrada) de patrones románticos; do un hombre casi patético y empequeñe- esta es apenas la consecuencia de las di- cido; a pesar de habitar la hacienda familiar námicas de dominación, que atraviesan los con su esposa, vive constreñido por la visión terrenos de lo social, lo cultural, el género urbana y moderna de Martha. Sobre la pare- y la clase. ja se cierne una sombra: la imposibilidad de Las formas de reproducción de la vida Martha de procrear debido a su matriz lige- social (en este caso, el amor de pareja) no se ramente desviada. Este aspecto impide que reducen a arquetipos predefinidos, sino que Adán cumpla a cabalidad con la exigencia se moldean en la correlación de fuerzas de su social masculina como reproductor y padre circunstancia. Eso ocurre, sin duda, con los de familia, manifestándose como frustración personajes de La veleta oxidada y El norte. y fracaso desde el primer capítulo: En otro ensayo, la misma autora afirma: —Pues Adancito, no me le vaya a hacer un Los personajes en estas obras resultan con- hijo… troversiales: por un lado, los hombres, siem- — Ay, Adán. Ni a su mujer le hace un hijo…”8 pre en función de las mujeres, están dotados de una infinita inseguridad: éstas, por su parte, Esto, además, configura un personaje mo- constituyen una importante veta creativa y de ralmente derrotado que no encuentra la ma- conocimiento.7 nera de sobrellevar esas frustraciones:

De tal modo, la oposición central en los Y luego, de repente, un gran vacío, una angus- dos textos está marcada por la división de tia, una tristeza o rencor, algo, no sabía qué; te- género, la cual invierte los roles tradicionales nía que galopar horas, hasta extenuarse, o tenía de dominación. que emborracharse en el burdel. Así eran más o menos los días de Adán Luna. (LVO, 104)

En El norte, por su parte, sobresale la in- capacidad de Aristeo de configurarse como

6 Ibid., p. 67. 8 Emilio Carballido, La veleta oxidada y el norte, Mé- 7 Martha Elia Arizmendi Domínguez, “Un hombre y su xico, Universidad Veracruzana, 1980, p. 94. En ade- escritura: Emilio Carballido en la narrativa”, La Col- lante, cito dentro del cuerpo con el número de pá- mena. Revista de la Universidad Autónoma del Es- gina, mediante las siglas LVO para la obra La veleta tado de México, núm. 57, 2018, p. 45. oxidada y con las siglas ENO para la obra El norte.

TEMA ¶ 129 vientos narrativos de emilio carballido. aproximaciones a el norte y la veleta oxidada hombre, incluso físicamente. Por ejemplo, el seno familiar. Se trata de un tránsito pro- varias veces se hace alusión a su bigote inci- gresivo, pues al principio Aristeo toma la piente, símbolo de masculinidad que, en su relación con inmadurez, intentando cifrarla caso, no termina por solidificar: socialmente como triunfo o victoria entre sus iguales: Él se vio al espejo, y se alisó el pelo; minucio- samente erigió un copete, modeló una onda al Aristeo contó la aventura muchas veces. A los lado, admiró el efecto; ensayó una sonrisa con amigos de Tepito, a los otros vendedores. Trata- todos sus dientes anchos. Habría querido tener ba de que se acordaran de ella: un bigote espeso, pero apenas le brotaba una —¿No se acuerdan de ella? Viene muy seguido. sombra, que ni retocándola podría parecer un La describía, detallaba intimidades, exageraba el verdadero bigote. (ENO, p. 20) dinero recibido, el número de asaltos y las exce- lencias ocultas de Isabel. (ENO, 43) Y más adelante, cuando Isabel descubre por primera vez que ya no está en presencia de Civilización y feminidad un niño: “De pronto se sorprendió viendo en la boca del escuincle su bozo. Tuvo pánico: El segundo conflicto se expresa en la in- era un hombre.” (ENO, 36) conformidad de los personajes femeninos, En estas citas destaca el juego de per- Martha e Isabel. Inconformidad, ciertamen- cepciones (sugerida, semánticamente, por el te, de tipo burgués. Las protagonistas feme- espejo): Aristeo no puede percibirse como ninas en ambas novelas representan la un hombre, a pesar de que Isabel no duda modernidad, la civilización, la refinación de en reconocerlo como tal. No es sorprenden- clase y hasta la cultura letrada. te, por ello, que Carballido insinúa conflictos En La veleta, Martha está frustrada por internos irresueltos con la figura paterna, al esa nueva vida rural, alejada del estilo de vida explicar el complicado panorama familiar al cual está acostumbrada, lejos del campo de Aristeo: literario de la ciudad, lo cual se liga desde las primeras líneas con sus resentimientos ha- Aristeo Sanabria tenía que sostener, en parte, cia Adán: “Odiaba la siesta, odiaba a su cuña- los gastos de su familia. El padre, decían, había da, odiaba a Adán a veces, nada más a veces, muerto. En realidad, esta versión la creía sola- por callado, por inerte y en especial porque mente la más chica, y puede que ni ésa. Aristeo a él sí le gustaba el pueblo”. (LVO, 91) Odio recordaba, cuando menos dos papás diferentes, también ligado a su reticencia por adoptar y ninguno era el suyo. (ENO, 23) un rol tradicional de esposa y madre: “Dos fragmentos de frase venían a resumir todo En consecuencia, la aventura de Aristeo con en la cabeza de Martha: ‘...No quiero volver- Isabel puede interpretarse como su paso me como ellos...’ y ‘...La matriz ligeramente definitivo a “ser hombre”, partiendo de una desviada...’” (LVO, 119) ausencia de referentes de masculinidad en

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Esta frustración en torno a la exigencia rras. Salvajadas. La Edad Media. No, África, social de su papel encuentra su contrapar- los bosquimanos...” (LVO, 108) te con la cuñada Adela, quien cumple su Para intentar compensar su frustración al función como guardiana de valores tradicio- respecto, Martha organiza tertulias literarias nales relacionados con la familia, la sexuali- con los personajes más o menos letrados del dad y la maternidad. De ahí su rechazo a la pueblo (el maestro, el doctor, alguna señora personalidad y estilo de vida de su cuñada de su misma clase), aunque con resultados Martha: “Se sentía mal después, se levanta- mediocres comparados con sus colegas lite- ba acalorada, pensando que Adán era muy ratos de la ciudad. Hacia ellos adopta una débil y Martha muy gastadora y muy floja. actitud maternalista y vasconceliana: “‘Es mi ‘No cocina, no lava, no limpia la casa’”. contribución a la cultura nacional’, contaba, (LVO, 97) Además, el contrapunto entre en broma, en alguna carta a México. ‘Los sen- Martha y Adela tiene un componente de sibilizo un poco, les leo cosas, les corrijo sus clase y educativo. Martha se nos presenta producciones y los animo a seguir escribien- como la mujer urbana y moderna que presu- do’” (LVO, 115); misma situación que se pre- me una superioridad hasta epistemológica senta en el siguiente fragmento: “Después, frente a los subalternos de provincia. Adela, venía el tropel de amigas a oír las descrip- en cambio, es guardiana de conocimientos ciones idílicas del pueblo. Hasta el profesor empíricos con honda raíz tradicional: Pacheco se convertía en un personaje de Gógol.” (LVO, 123) Había aprendido lo esencial de la reproducción, En El norte Isabel vive un doble conflic- lo mecánico, bastante tarde gracias a los cuida- to: consigo misma y hacia Aristeo. En un prin- dos de la madre; quedó fascinada y completó el cipio, se nos presenta a esta mujer viuda de cuadro con detalles adicionales muy interesan- un general Díaz (que aseguraba ser sobrino tes, con algo de cómo y por qué pasa todo (la del dictador), con quien se casó a la fuerza a luna, los humores, los eclipses). Se quedó con los 14 años. Carballido explica cómo el mili- todo revuelto, pero sabido a ciegas, con solidez tar violó a la niña durante la noche de bodas inexpugnable que despreciaba profundamente y el lento proceso por el cual Isabel terminó aquellas ridiculeces que Martha pretendió incul- adaptándose a esa vida, llegando a tomarle carle en un principio. Sobre todo, no perdonó cariño a su esposo. Al morir este, sin embar- nunca a Martha por haberse reído de sus co- go, la dimensión sexual de Isabel se reconfi- nocimientos. (LVO, 99) gura, sobre todo a partir de su relación con Aristeo. A manera de juego divertido (desde En varias ocasiones, Martha no duda en ex- su punto de vista), Isabel comienza a adop- presar su desdén hacia lo que considera in- tar un rol activo en sus relaciones sexuales civilizado, como cuando la familia de la coci- con Aristeo, imitando los modos de su refe- nera lleva a cabo una fiesta-funeral por la rente masculino inmediato: muerte de un niño: “Debió consultarme a mí. Soy la señora, ¿no? ¡Óyelos! Esas guita-

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Por un momento se puso a imitar gestos y tonos Inversión de roles del difunto marido, se echó sobre el muchacho, lo sacudió con arrestos viriles, después lo besó Tanto Adán como Aristeo se ven incapacita- ferozmente, para acabar desnudándolo. Más dos para ejercer el rol hegemónico del hom- tarde, se divirtió mucho recordando la escena, bre debido a que sus contrapartes, Martha como si hubiera sido postiza, un juego, o una e Isabel, ostentan la hegemonía de clase, e broma. Así como un juego secreto que sólo incluso racial y civilizatoria. Sus dinámicas de ella entendía, repitió varias veces esas violencias, intimidad se ven mermadas por esta relación que iban a terminar en la cama. No analizaba el de subalternidad, latente e inactiva, hasta porqué, pero disfrutaba un curioso placer his- que la irrupción de un personaje catalizador triónico en volverse activa, en agredir. (ENO, 45) pone en marcha su transformación. En el caso de La veleta oxidada, este per- Imitación, juego postizo e histrionismo son sonaje es Nieves, una criada a la que Adán motivos que nos refieren a la impostura. En embaraza. Ella, además de compartir con efecto, la configuración de estos roles contra- Adán la condición provinciana, es descrita dice la hetero-norma social, según la cual la también en términos raciales: “Tan prieta. Ya mujer debe ser sumisa y el hombre agresivo. ves, te dije que no le pusieras Nieves” (LVO, Más aún, Isabel ejerce también un do- 92), de tal forma que su nombre funciona minio de clase sobre su pobre amante también como una sátira de la aspiración a de Tepito: la blanquitud. Martha, en cambio, siempre es descrita como güera: “Que no creo que Ella empezó a mirarlo con ojos críticos. Lo bañó, salga a nosotros, prieto y feo. Tal vez salga lo hizo que se cortara un poco el pelo, y le pro- güerito, como tu familia” (LVO, 129), a pesar hibió que usara tanta grasa. Le compró zapatos, de que se hace explícito que ella no es rubia. ropa interior, después camisas y pantalones, Nieves cumple su función catalizadora porque él habló de que le gustarían. Parecía in- cuando Martha, en un intento por volver teligente y tubo ganas de hacerlo estudiar, de a la urbanidad, viaja a la capital con la ex- hacerlo ‘algo’; lo oía contar de su casa y de su cusa de operarse la matriz. Mientras, Adán barrio y pensaba que no estaría mal traérselo a permanece en la hacienda y hace una visita vivir. (ENO, 45) nocturna a la empleada, dejándola encinta. De esta forma, Adán logra cumplir con el rol Como muestra la cita anterior, Isabel comien- masculino socialmente exigido, a pesar de za muy pronto a definir a Aristeo con los que sea en términos apócrifos. Para la es- prismáticos burgueses y manifiesta (como tructura de su masculinidad, eso no importa: Martha en La veleta) una intención mater- en última instancia, su voluntad se ve cum- nal-civilizatoria. plida y adopta el rol hegemónico al abando- nar a Martha y huir con Nieves a una vieja hacienda abandonada.

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En El norte, el personaje catalizador es al respecto porque, por primera vez, se en- Max, un escritor aparentemente homose- frenta a un cuestionamiento sobre su sexua- xual (esto solamente se insinúa) quien tienta lidad. Por ejemplo, cuando Max le pone la a Aristeo para abandonar a Isabel y recorrer mano en el hombro: “No, no sé. Vámonos. el mundo en barco, y termina acostándose –levantándose, porque se sentían muy chis- con esta última para consumar la separa- tosos los dedos de ese cuate” (ENO, 67). ción. La forma en que trastoca la masculini- Así, tanto Nieves como Max cumplen la dad de Aristeo se da en esa doble vertiente: función de trastocar la percepción de mas- como una apelación a la homosexualidad culinidad y machismo hasta entonces repri- velada y e imposición de la norma machista- mida en Adán y Aristeo, empujándolos a to- heterosexual, pues la infidelidad de Isabel fi- mar un papel activo e invertir la relación de nalmente provoca que Aristeo adopte el rol hegemonía. Luisa Josefina Hernández dice dominante y agresivo. al respecto: Con respecto a lo primero, Carballido crea un hábil juego de expectativas e insinua- Adán y Aristeo se asemejan en que viven los su- ciones. Desde principio, Aristeo sospecha cesos sin analizarlos, hasta que los sucesos con de la homosexualidad de Max y la rechaza su propia fuerza les traen una lucidez punzante con vehemencia, como dicta su esquema de que los lleva al reconocimiento de sí mismos. Al masculinidad: “Aquel no hablaba, le había final de las dos novelas parecen gritar a los per- dado un cigarro… ‘Ha de ser joto’. Aristeo, sonajes: ¡Me siento, soy yo mismo, el hombre molesto, esperó el siguiente avance del otro que soy yo!9 para decirle que no” (ENO, 32). Incluso en el nivel de la introspección, Aristeo se debate De esta forma, ambas novelas concluyen en el uso de un lenguaje que corresponda con la superposición de la masculinidad so- adecuadamente a la masculinidad, marcado bre las condiciones subalternas de clase y por la imprecisión y la expresión instintiva. racial. Se trata de una inversión de los roles Por ejemplo, frente al espectáculo de las hegemónicos que puede ilustrarse con el si- olas, Max utiliza un adjetivo simbólicamente guiente esquema: ligado a lo femenino, lo que desata la desa- zón interna del otro: “Aristeo no se habría atrevido a usar la palabra “hermoso”. En la cabeza repetía “jijo, jijo, jíjole”, y aun llegaba a murmurar: “qué bruto”. “Hermoso” pare- cía cierto, pero le molestaba” (ENO, 32). A través de los contactos físicos que Aris- teo llega a tener con Max, Carballido insinúa que este rechazo a la homosexualidad y lo femenino tiene en el protagonista un com- 9 Luisa Josefina Hernández, “Tres novelas cortas de ponente de represión: se comporta inseguro 1958”, Universidad de México, núm. 10, 1959, p. 36.

TEMA ¶ 133 vientos narrativos de emilio carballido. aproximaciones a el norte y la veleta oxidada

Al principio los personajes masculinos, Si yo tuviera talento, podría seguir siendo yo Adán y Aristeo, aparecen subordinados por misma, hasta el máximo, hasta el fin, y eso es- los femeninos, Martha e Isabel, en términos taría bien, sería bueno. Pero tal como soy, debo de clase y civilización, imposibilitados de volverme, ¿cómo decirte?, volverme una por- ocupar su lugar tradicional en la hegemonía ción de humanidad, tener mi hijo, tener otros (conflicto central en ambas novelas). El des- hijos, servirte, ser una esposa cualquiera, ser envolvimiento de la trama, impulsado por como la gente de este pueblo. (LVO, 142) los personajes catalizadores (Nieves y Max), conlleva un movimiento de inversión, al fi- En El norte, la inversión acontece de manera nal del cual se reestablece la hetero-norma más violenta. Cuando Max le revela a Aris- tradicional. teo la infidelidad de Isabel, este lo golpea en En La veleta oxidada, Adán manifiesta la cara. Posteriormente, también a Isabel, a esta inversión imponiendo, por primera vez, tal grado de darle una patada cuando ella ha su voluntad sobre la de su esposa. Martha, caído al suelo. Lo que ocurre aquí es que se por su parte, por fin admite el fracaso de restaura el orden tradicional de los roles de su intentona civilizatoria, renuncia a sus as- género, donde el hombre ostenta la agre- piraciones en el marco de la cultura letra- sividad y la violencia, y se da por termina- da y adopta el rol tradicional de la mujer en da esa representación histriónica que Isabel la sociedad machista. En otras palabras, a percibía al adoptar el papel activo. Las últi- su identidad en favor de preservar el amor mas frases de El norte refuerzan este postu- de Adán: lado. Cuando Aristeo ha abandonado a Isa-

134 ¶ tema y variaciones de literatura 55 rafael esteban gutiérrez quezada bel y se dirige a la playa siente, por primera Aquí conviene detenerse en la naturaleza vez, que se ha realizado como hombre: “Era descriptiva que configura la metáfora. En consciente de su propio cuerpo empapado, poquísimas ocasiones Carballido se detie- de los tumbos del mar, de los colores del ne a referir aspectos del paisaje, la natura- cielo, del agua helada. Era él mismo, dueño leza o el clima. Estos aparecen, más bien, de sí, con la boca y los ojos llenos de sal” ligados a momentos clave, por lo que no se (ENO, 85). trata de meras descripciones ambientalistas sino que hablan de la atmósfera; son reflejo Metáforas estilísticas de la circunstancia y las preocupaciones de los personajes. Por otro lado, las dos novelas guardan se- Esto ocurre con mucha más claridad en mejanza en las metáforas que les dan títu- El norte. Este fenómeno meteorológico sí es lo; refieren al proceso de erosión y debilita- referido con abundante frecuencia en la no- miento en una relación de pareja. vela, pues aparece azotando el Puerto du- En La veleta oxidada la metáfora nun- rante las vacaciones de Aristeo e Isabel. Al ca se hace explícita, nunca se menciona la mismo tiempo, es esta manifestación de presencia de tal instrumento de naturaleza fríos vientos la que acompaña el distancia- meteorológica. Este nos refiere, más bien, miento de la pareja. La primera vez que se a esa suerte de movimiento o dirección co- menciona, contribuye a explicar la dinámica mún que significa la relación de Martha y de imposturas que marca la relación: Adán, así como a la herrumbre que los va corroyendo poco a poco. Sólo en dos oca- —Ya lo he visto bastante. ¿Se está quitando en siones se insinúa la naturaleza de esta me- norte? táfora. La primera, cuando Martha y Adán —Parece que sí –mintió Aristeo, pues había oído están por tomar distancia debido al proceso lo contrario–. Hasta salió un poco el sol –temía de la operación. Dice Carballido: “Sentados que Isabel quisiera regresar a México, harta de en las camas gemelas, parecían dos náufra- nubes, vientos y lloviznas. (ENO, 20) gos indiferentes con la balsa partida” (LVO, 124) Y la segunda, al borde de la conclusión, Y a medida que la historia avanza, con ese cuando Aristeo se dirige a la hacienda aban- simétrico salto temporal entre capítulos, donada junto a Nieves y la hermana de esta: comprendemos que el norte es metáfora del enfriamiento de la relación. La primera Allá abajo, también, se abanicaban palmas y noche que Aristeo e Isabel pasan en el Puer- platanares, venía un viento del norte arrastran- to, ella experimenta el Norte como una pre- do nubes y la lluvia no tardaría en caer. […] Eran monición del final de su aventura románti- como tres náufragos, con los atados de ropa, ca, con referencia a la distancia (corporal y tres viajeros recorriendo la isla abandonada. espiritual) y la incomunicación: (LVO, 139,140)

TEMA ¶ 135 vientos narrativos de emilio carballido. aproximaciones a el norte y la veleta oxidada

El frío la despertó a medias. Empezó como una costumbrista, como descripción paisajista, vaga incomodidad, que la obligaba a contraer se convierte en una exploración profunda de los músculos, hasta sentirlos doloridos. Se apre- la dimensión humana. La narración no está tó contra Aristeo, pero era un calor parcial, que al servicio del paisaje o de las costumbres de no bastaba para todo el cuerpo. Oía ruidos cu- provincia: lo importante es la multiplicidad riosos, que la atemorizaban. Y el calor no volvía. de anhelos y frustraciones que convergen en De pronto, la ventana se abrió de par en par con ese espacio y lo cifran, le dan consistencia un violento golpe. Un resoplido enorme se pre- incluso en la dimensión meteorológica. cipitó sobre la cama, como si el mundo exterior, toda la noche, se le echara encima. Consideraciones finales —Aristeo, Aristeo. Ve a cerrar la ventana. Pero él no despertaba. Se removía y no quería El conflicto y el desarrollo de los persona- oír. jes en La veleta oxidada y El norte toman Había empezado el norte. (ENO, 72) trayectorias similares. Parten de situaciones marcadas por las relaciones de poder –de A veces, cuando las cosas parecen mejo- clase y de género– que no corresponden al rar en la historia, el clima agreste se disipa, orden social de su contexto. Este desequi- aunque vuelve de inmediato con la manifes- librio constituye la motivación principal de tación del conflicto. Esto ocurre con total los protagonistas y marca el tono de sus claridad en el capítulo once, cuando Max decisiones. En particular los personajes mas- le sugiere a Aristeo que huyan en un bote. culinos, Adán y Aristeo, emprenden la bús- La narración arranca con una atmósfera queda de su masculinidad hegemónica que despejada: “Estaban alegres con las copas. la sociedad demanda. Las narraciones termi- Caminaron por el malecón. El viento había nan cuando, precisamente, logran alcanzar- cesado y un calor húmedo y salador brotaba la. Por su parte, tanto Martha como Isabel de repente, como un frasco que se rompe” terminan adoptando los roles tradicionales (ENO, 65). Sin embargo, cuando Aristeo se de la mujer abandonada, invirtiéndose así el da cuenta de que la propuesta implicaría planteamiento inicial de la historia. dejar a Isabel (y aceptar, de cierta forma, La cercanía temporal de ambas novelas el conflicto sexual que le provoca Max), la posibilita una lectura conjunta. Que sean los atmósfera adquiere nuevamente esos tonos primeros textos narrativos en el corpus de fríos: “Ahora sí le latía el corazón. Iba a con- un prolífico dramaturgo nos plantea la ine- testar. Vio muy cerca la cara del otro. Desvió vitable comparación entre los mecanismos los ojos. Ahí estaba otra vez el viento, em- ficcionales de sus discursos. Sin lugar a du- pujando nubes, alejando el calor” (ENO, 66). das, Carballido era un hombre de teatro que Como hemos visto, las metáforas que incursionó en la narrativa, pero sus novelas dan título a las obras contribuyen a expli- no deben tomarse como manifestaciones car el estilo narrativo de Carballido. Lo que menores de su producción. Ellas expresan lo podría leerse (equivocadamente) como afán esencial de su obra. Nos son grandes experi-

136 ¶ tema y variaciones de literatura 55 rafael esteban gutiérrez quezada mentos lingüísticos y no abordan de manera Quemain, Miguel A. “Teatro y novela: la doble totalizante las cuestiones sociales o los dis- vida de Emilio Carballido. Conversación con cursos de la historia mexicana. Su valor ra- Miguel Ángel Quemain”, Revista Mexicana dica en el meticuloso desenvolvimiento dra- de Cultura, núm. 25, 1996. mático y en la construcción psicológica de Carballido, Emilio. El norte y La veleta oxidada, sus personajes, rasgos compartidos, desde México: Universidad Veracruzana, 1980. luego, por la dramaturgia del autor. Aún está Hernández, Luisa Josefina. “Tres novelas cortas pendiente un cuidadoso estudio en esta di- de 1958”, Universidad de México, núm. 10, rección que abarque la totalidad de sus es- 1959, pp. 36-37. critos y que contribuya, sobre todo, a darle Merlín, Socorro. “Emilio Carballido dramaturgo, un lugar adecuado a la narrativa del autor maestro y promotor de teatro”, Tema y va- veracruzano en la historiografía literaria del riaciones de literatura, núm. 31, 2008, pp. siglo xx. 35-55. Modessi, Massimo. Subalternidad, antagonis- Bibliografía mo, autonomía. Marxismo y subjetivación política. Buenos Aires: Universidad de Bue- Arizmendi Domínguez, Martha Elia. “Encuentros nos Aires-Consejo Latinoamericano de Cien- y desencuentros en La veleta oxidada”. Ca- cias Sociales, 2010. minos hacia la equidad-Universidad Autó- Ruffinelli Sergio, Antonio Puno Méndez, Luis Ar- noma del Estado de México, núm. 1, 2004, turo Ramos, Juan Ventura Sandoval, Sergio pp. 61-68. González Levet, “El sol, de Carballido: novela . “Un hombre y su escritura: Emilio Car- de iniciación.” Centro de Investigaciones Lin- ballido en la narrativa”. La Colmena. Revista güístico-Literarias- Universidad Veracruzana, de la Universidad Autónoma del Estado de núm.3, 1976, pp. 68-93. México, núm. 57, 2018, pp. 43-47.

TEMA ¶ 137

tema

Emilio Carballido y la 4T. Mirada transdisciplinaria

domingo adame hernández | universidad veracruzana

Resumen En este ensayo me interesa vincular las ideas que Emilio Carballido dejó plasmadas en sus obras dramáticas de intención política, en particular Un pequeño día de ira, con los propósitos de la Cuarta Transformación Social liderada por el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador. La pertinencia de tal propósito tiene como fundamento la estrategia de la transdiciplinariedad.

Abstract In this essay I try to link the ideas that Emilio Carballido left expressed in his dramatic works of political intention, in particular Un pequeño día de ira, with the purposes of the Fourth Social Transformation led by the President of the Republic Andrés Manuel López Obrador. The relevance of this purpose is based on the transdisciplinary strategy.

Palabras clave: Emilio Carballido, Un pequeño día de ira, Cuarta Transformación, An- drés Manuel López Obrador, transdisciplnariedad.

Key Words: Emilio Carballido, Un pequeño día de ira, Fourth Transformation, Andrés Manuel López Obrador, Transdisciplnarity.

Para citar este artículo: Adame Hernández, Domingo, “Emilio Carballido y la 4T. Mirada transdisciplinaria”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 139-152.

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Introducción ra transformación en la actual nomencla- tura) –que va del “Desarrollo estabilizador” or qué relacionar a Emilio Car- alemanista a la escisión en el partido hege- ballido con la 4T? ¿Cuál es la mónico (pri), con la “Corriente democrática” ¿Ppertinencia de esta idea y, so- encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, y a bre todo, qué puede aportar al teatro actual la mayor parte del neoliberalismo que ini- en México? cia con el gobierno de Miguel de la Madrid No, no es que desconozca que el son- en 1982 y concluye con la aplastante de- riente y afable escritor veracruzano falleciera rrota de ese régimen en 2018–. Ante tal cir- antes de que llegara a la Presidencia de la cunstancia emerge la pregunta sobre la pre- República quien hoy conduce el movimiento tensión de querer relacionar su creación social dentro del cual, considero, se avienen dramática con la corriente política que hoy perfectamente sus ideas de carácter social, gobierna en el país. como procuraré mostrarlo con una de sus Será necesario, entonces, situar la obra obras Un pequeño día de ira. del maestro en nuestro contexto sociocul- Emilio Carballido nació en Orizaba, Ve- tural y derivar de ello los vínculos de su dra- racruz en 1925 y murió en Xalapa en 2008. maturgia con los de la 4T para identificar de Su producción dramática –que suma más qué manera puede contribuir a generar un de doscientas obras incluyendo sus piezas cambio en nuestro comportamiento indivi- breves y monólogos–1 dio inicio en la segun- dual y social, es decir a vivir en una dimen- da década del siglo pasado y concluyó en la sión ética que garantice el respeto a la vida y primera del actual. Es decir que corresponde el bienestar de las personas, como –afirmo– a la última etapa de la Revolución (o Terce- era la intención del dramaturgo veracruza- no. Para este propósito considero pertinente la perspectiva transdisciplinaria. 1 Realizada con base en trazos esquemáticos y vi- gorosos, ha sido dividida en dos grandes vertien- La transdisciplinariedad tes: neorrealista, donde muestra el mundo cotidia- no (Felicidad 1957, La danza que sueña la tortu- ga 1955, entre otras) y fantástica, que permite el Establecer un diálogo fructífero que contri- despliegue de su imaginación poética (La hebra de buya a restablecer los vínculos intra e inter- oro 1956, La zona intermedia 1950, entre otras). personales y a fortalecer la vida comunitaria Estas dos tendencias se mezclan en muchas de sus requiere tender puentes que unan –efectiva pequeñas piezas agrupadas bajo el título d.f. Carba- llido ensayó diversos géneros aunque tuvo especial y afectivamente– sociedad y gobierno, jus- preferencia por la comedia. Abordó temas que van ticia y ética, bienestar y humildad, conoci- de lo histórico (El almanaque de Juárez, Homenaje miento y solidaridad. Para ello se requier a Hidalgo) a lo político (Un pequeño día de ira, Si- lencio pollos pelones ya les van a echar su maíz) in- cambiar nuestra visión dualista y excluyente cluyendo lo psicológico, existencial, mitológico y que fomentó la ciencia positiva. obras de temática infantil (Ver Adame, Domingo, El camino transdisciplinario señalado por Más allá de la gesticulación. Ensayos sobre teatro y cultura en México, Buenos Aires: Argus-A, 2017, 74). Basarab Nicolescu reconoce la coexistencia

140 ¶ tema y variaciones de literatura 55 domingo adame hernández de la pluralidad compleja y la unidad abier- nariedad tiene una estructura trialéctica que ta del conocimiento, se basa en una ética transgrede la dualidad en el plano lógico para sí y para el prójimo. En este principio con el “Tercero incluido”4 y con el “Tercero me concentraré para corroborar el víncu- oculto” en el alógico. Es una forma de res- lo entre las ideas que orientaron la obra del ponder a la dispersión y al abandono de la maestro Carballido con las propuestas de la calidad de humanos que se ha recrudecido Cuarta Transformación. No está de más acla- en nuestra época y de forma extremada en rar que se trata de una estrategia cuyo so- nuestro país. porte es la confianza y fe en el futuro. En los principios de la epistemología La mirada transdisciplinaria apremia –co- transdisciplinaria se vislumbra el adveni- mo dice Nicolescu, su principal impulsor– a miento de un ser humano capaz de conten- reconocer los desafíos que amenazan la vi- der con todo aquello que está entre, a través da humana, a saber: los conflictos irraciona- y más allá de lo que ha sido considerado les que constelan la vida social, los conflic- como Realidad, o sea “aquello que resiste a tos asesinos que amenazan la vida de los nuestras experiencias, representaciones, des- pueblos y de las naciones con la consiguien- cripciones, imágenes y hasta nuestras for- te autodestrucción de nuestra propia espe- mulaciones matemáticas”.5 cie. Para evitarlo, cada individuo está llama- El teatro, por su parte, desde el propio sen- do a “encontrar su lugar” y a construir su tido etimológico del concepto, indica que no “actitud transdisciplinaria” basada en el ri- se puede considerar solo la realidad que se gor, la apertura y la tolerancia, la cual impli- percibe de manera directa, es preciso ver lo ca mantener una postura vertical “cósmica que está más allá. Por eso ha sido un estímu- y consciente”2 donde coexistan “Objeto y lo para un reaprendizaje que permite obser- Sujeto, efectividad y afectividad, masculino var con mayor claridad la complejidad de y femenino, así como diferentes niveles de la vida. Nicolescu afirma que la complejidad realidad y de percepción”.3 La transdiscipli- social es muestra evidente de aquella que invade todos los campos del conocimiento, lo cual fue ocultado por el paradigma de la 2 La “Verticalidad cósmica y consciente” no se refiere a la postura vertical producto de la Ley de la gravedad, simplicidad basado en el ideal de una socie- sino a la capacidad de cada persona de colocarse dad fundada sobre una ideología científica en el presente y transitar por diferentes “Niveles de Realidad”. La estructura de “Niveles de Realidad” es compleja pues cada nivel es lo que es porque todos los niveles existen al mismo tiempo, por ejemplo, en el plano social: el individual, el de comunidades geo- 4 A diferencia del tercero excluido de la lógica gráficas o históricas (familia, nación), el planetario aristotélica. (Nicolescu, 52), lo cual da por resultado la “verticali- 5 Nicolescu, Basarab. ”La idea de niveles de Realidad y dad cósmica y consciente” que posibilita la unión, a su relevancia para comprender a la no-Reducción través del “Tercero oculto”, del Sujeto con el Objeto. y a la persona” en Transdisciplinariedad y sosteni- 3 Nicolescu, Basarab. La transdisciplinariedad. Mani- bilidad. Encuentro con Basarab Nicolescu. Xalapa: fiesto. Hermosillo: Multiversidad Mundo Real Edgar Editores de la nada A. C y Universidad Veracruzana, Morin, 2009, p. 70. 2011, p. 16.

TEMA ¶ 141 emilio carballido y la 4t. mirada transdisciplinaria que aniquilaba al ser interior.6 La Transdisci- realista, revela una atenta observación de las plinariedad implica una actitud ética de aper- conductas sociales. tura y diálogo, debido a ello puede tender Así pues, en consonancia con la propues- puentes hacia el equilibrio físico, emocional ta del gobierno actual de nuestro país de re- e intelectual del Sujeto, puentes consigo mis- conocer 4 grandes transformaciones sociales mo, con los otros y con la naturaleza para en México7, podemos observar que, a partir reconstruir, desde la honestidad y el com- de la Tercera –que inicia con la Revolución, promiso aquellos lazos sociales, ambienta- periodo dentro de la cual se ubican la vida les, culturales y afectivos que coloquen a las y obra de Emilio Carballido– se desplega- personas dentro de un marco de respeto ron dos modelos políticos: el del “naciona- y dignidad. Es entonces con una actitud trans- lismo revolucionario” (formalmente estable- diciplinaria que intentaré tender el puen- cido en 1946 en la Declaración de principios te entre Carballido y la 4T. del pri, pero con antecedentes que se re- montan al inicio de la Revolución y hasta Contexto social y teatral 1982) y el “neoliberal”, vigente durante 36 años (1982-2018), a éste sigue el de la Cuarta Considero que el teatro se debe estudiar co- Transformación liderada por Andrés Manuel mo movimiento cultural vivo, es decir, conec- López Obrador. En cuanto al teatro, a par- tado con las actividades que el ser humano tir del triunfo del movimiento armado, se realiza en comunidad, las cuales, a su vez, se percibe la influencia del Romanticismo, tan- relacionan con otras manifestaciones en la to como del Realismo y del Naturalismo en la vida del individuo y de la sociedad. Cuando dramaturgia, en tanto copia de esos mismos el teatro deja de ser un alimento para el es- movimientos en Europa. Por otra parte, inicia píritu y se convierte en puro entretenimiento la experimentación escénica con el “Teatro pasa a ser producto desechable, como tan- de Ulises” de orientación “universalista” y el tos de la sociedad de consumo acentuada “Teatro de Ahora” de tendencia local. A partir en el neoliberalismo. En cambio, divertir y de la institucionalización de la Revolución ofrecer conocimiento al mismo tiempo es al- se inaugura una nueva etapa para la drama- go que el arte teatral logra cuando valora lo turgia mexicana con la conformación de la que nos hace ser humanos, como lo hace el “Unión de Autores Dramáticos”, le siguen el dramaturgo veracruzano cuya obra creativa “Grupo de los Siete” y “La Comedia Mexi- amerita, sin duda, una revisión constante, cana”, apoyada eventualmente por el Esta- tanto escénica como intelectual, pues, ade- do para impulsar el teatro nacional, escénica más de mostrar un dominio de la teatralidad y dramatúrgicamente, con una orientación comercial y conservadora en la que prevale-

6 Nicolescu, Basarab. La transdisciplinariedad. Mani- 7 La primera que corresponde a la Independencia ini- fiesto. Hermosillo: Multiversidad Mundo Real Edgar ciada en 1810, la Reforma a partir de 1857, la terce- Morin, 2009, p. 34. ra a la Revolución en 1910 y la cuarta en 2018.

142 ¶ tema y variaciones de literatura 55 domingo adame hernández ce el estilo decadente español. La mayor fi- contexto social autoritario y represivo. En es- gura de ese periodo fue Rodolfo Usigli quien te sentido, como ha señalado Gonzalo Valdés se fijó como meta la creación de un teatro Medellín “Todos los dramaturgos de las dé- mexicano, nacional por su temática y realista cadas señaladas irrumpieron en nuestros es- en su estilo, a fin de convertirse en instru- cenarios con obras de debate político que mento de crítica social, de ahí su axioma: “Un tendían a la concientización ideológica y a pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad”. la revolución”.8 Para él, entre más local fuera la temática o Esas tres características pueden encon- la anécdota, mayor sentido de universalidad trarse en la obra de Carballido. Su teatro es- alcanzaría, siempre y cuando ese teatro tu- tuvo atento a la evolución de la sociedad viera la fuerza y la calidad formal para soste- mexicana. De ahí que, en conjunto, su pro- nerse a sí mismo. ducción dramática integra un discurso que Con la misma temática familiar de la Co- expresa los sentimientos y las ideas del mexi- media Mexicana, surgió a partir de los años cano de ese tiempo en su búsqueda por una cincuenta con Luis G. Basurto y Rafael Sola- vida plena en lo individual y en lo social, sin na, entre otros, una dramaturgia que trató atavismos ni falsas expectativas, sin abusos de examinar las conductas, contradicciones ni marginación, sin injusticia ni manipula- y valores de la clase media y la pequeña bur- ción, muy diferente a lo que acontece al guesía mexicana, aunque con mayor rigor entrar en vigor el proyecto neoliberal que, crítico y preocupación formal. en el campo del teatro dejó un panorama La producción dramática en México du- sombrío como reconoce, entre otros, Val- rante las décadas que van de 1950 a 1990 dés Medellín: puede caracterizarse por tres aspectos: 1) el dominio de una técnica dramatúrgica ad- ¿Cuál es el teatro que refleja el rostro de nues- quirida sobre todo en las cátedras de teoría tra nación? La respuesta es desconcertante: Un y composición dramática iniciadas por Ro- teatro light, de dudosa exquisitez esteticista y dolfo Usigli en la Universidad Nacional Autó- oficialista, por ende y, paradójicamente, no na- noma de México en 1947, así como en sus cionalista, sino elitista, por desgracia, un teatro textos teóricos y dramáticos; y por el contac- que no va más allá de ser un divertimento ven- to de los dramaturgos con la producción de dible, poco cuestionador, si no es que en nada autores extranjeros contemporáneos; 2) la cuestionante; un teatro que es reflejo obvio del asimilación de una noción de escritura tea- neoliberalismo que ha convertido el arte en mer- tral en función de la puesta en escena, que se cancía, en objeto de lujo, en oficio de frivolidades fundamenta en la teatralidad, es decir, la ma- y arribismos, donde dramaturgos, directores, nera específica de la enunciación teatral, y 3) el tratamiento de nuevos temas y la incorpo- ración de perspectivas y enfoques distintos a 8 Gonzalo Valdés Medellin, “Hegemonía teatral del neo- los abordados en las décadas precedentes, liberalismo” Revista Siempre!, Junio de 2018, consul- tado en agosto 2020, http://www.siempre.mx/2018/ derivados de las propias características del 06/hegemonia-teatral-del-neoliberalismo/

TEMA ¶ 143 emilio carballido y la 4t. mirada transdisciplinaria

actores y demás creativos –salvo muy pocas nuestra historia, podríamos resumir que en la In- excepciones que confirman la regla– sólo aspi- dependencia se luchó por abolir la esclavitud y ran al estrellato pusilánime, cuando no al lerdo alcanzar la soberanía nacional, en la Reforma reconocimiento oficialista del establishment por el predominio del poder civil y por la res- comprado por las derechas, escribiendo un tea- tauración de la República. Y en la Revolución tro desvinculado de su aquí y su ahora, temero- nuestro pueblo y sus extraordinarios dirigentes so de levantar olas, medroso para enfocar una lucharon por la justicia y por la democracia. crítica genuina y valiente.9 Ahora, nosotros queremos convertir la hones- tidad y la fraternidad en forma de vida y de go- Y concluye con gran pesimismo. “Ya no hay bierno. No se trata de un asunto retórico o propa- teatro mexicano, sin duda porque lo que gandístico, estos postulados se sustentan en la queda del teatro nacional es el reflejo de una convicción de que la crisis de México se origi- sociedad moribunda”.10 nó, no solo por el fracaso del modelo económico La reflexión anterior es oportuna para dar neoliberal aplicado en los últimos 36 años, sino paso a lo que caracteriza a la Cuarta Trans- también por el predominio en este periodo de formación y para establecer la relación en- la más inmunda corrupción pública y privada.11 tre dos temporalidades y, de alguna manera, dos realidades. Esas palabras de López Obrador no son, en efecto, un ejercicio de retórica, y menos de La Cuarta Transformación demagogia. Al revisar su trayectoria se con- firma su congruencia pues, en los últimos 36 ¿Qué fue lo que dio origen a la Cuarta Trans- años, ha mantenido sus principios a favor formación? Para dejarlo claro nada mejor que de la justicia y la democracia, opuesto a las recurrir a las palabras del mismo Andrés Ma- políticas neoliberales y, por ello mismo, ha nuel López Obrador quien, el 1 de diciembre logrado ganarse el respeto, la admiración y de 2018, día que rindió protesta como Pre- la confianza del pueblo.12 sidente de México dijo:

[...] hoy no solo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político. A par- 11 Andrés Manuel López Obrador, Discurso completo tir de ahora se llevará a cabo una transforma- del C. Presidente Andrés Manuel López Obrador en la toma de protesta, Secretaría de Relaciones Ex- ción pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo teriores, 2018, Consultado en agosto 2020 https:// profunda y radical, porque se acabará con la embamex.sre.gob.mx/sudafrica/index.php/discurso- corrupción y con la impunidad que impiden el integro-de-andres-manuel-lopez-obrador-al-rendir- renacimiento de México. Si definimos en pocas protesta-como-presidente 12 Bolivar Meza, Rosendo. Liderazgo político: el caso palabras las tres grandes transformaciones de de Andrés Manuel López Obrador en Movimiento de Regeneración Nacional (morena). Estud. polít. (Méx.) [online]. 2017, n.42, pp. 99-118. ISSN 0185-1616. 9 Ibidem. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185- 10 Ibidem. 16162017000300099&script=sci_abstract&tlng=es

144 ¶ tema y variaciones de literatura 55 domingo adame hernández

Claves de La cuarta –Habrá un auténtico Estado de Derecho bajo la transformación premisa liberal de que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie. En primer lugar amlo parte de reconocer dos –Se establecerá una auténtica democracia. En hechos inocultables: 1) La existencia y el pre- una verdadera democracia el pueblo pone y el dominio de una mafia del poder y 2) Que pueblo quita, es el que debe tener siempre las el problema central es la corrupción, causa riendas del poder en sus manos, es el que ver- principal de la desigualdad social y económi- daderamente manda. ca, de la violencia y de otros males. Subra- –Nadie gozará de impunidad. ya la necesidad de una –La honestidad como forma de vida y como modo de gobierno. Revolución de las conciencias y la construc- –Daremos apoyo especial a quienes sufren por ción de una voluntad colectiva como fuerza carencias y olvido. Nuestro gobierno atenderá transformadora (que) requiere de un enorme tra- a todos, respetará a todos, pero dará preferen- bajo educativo con la gente; demanda predicar cia a los pobres. Lo haremos por convicción y con el ejemplo; exige temple, convicciones y humanismo, pero también porque en una so- perseverancia.13 ciedad tan desigual como la nuestra, es casi im- posible conseguir la paz sin justicia y bienestar. Afirma que: “La Cuarta Transformación se- rá pacífica pero radical, entendiendo que la Pero, a mi juicio, lo más relevante de la palabra radical viene de raíz y que el propó- Cuarta Transformación es el lugar que con- sito es arrancar de raíz el régimen corrupto cede a las personas: “No solo buscaremos el de injusticias y de privilegios”.14 bienestar material sino también el bienestar Al revisar algunos de los puntos que se del alma. Repetiremos, una y mil veces, que propone la Cuarta Transformación Social de sólo siendo buenos podemos ser felices”.16 México, enunciados por el propio López Pues bien, estos principios me hacen pen- Obrador en el discurso que dirigió al pue- sar en los ideales perseguidos por tantos dra- blo de Mexico el 1 de diciembre en el zócalo maturgos mexicanos, por lo menos desde de la Ciudad de México,15 me detengo en la época Revolucionaria. Baste con señalar, los siguientes: entre otros, a Mauricio Magdaleno quien en Pánuco 137 denuncia la injusticia hacia los humildes para favorecer a los poderosos; a Rodolfo Usigli y su perseverante búsqueda 13 Mensaje de Andrés Manuel López Obrador, candi- dato a la Presidencia de la República por la coalición “Juntos haremos historia” en el cierre de campaña en el Estadio Azteca. https://lopezobrador.org.mx/ 16 Mensaje de Andrés Manuel López Obrador, candi- temas/cierre-de-campana/ dato a la Presidencia de la República por la coalición 14 Ibidem. “Juntos haremos historia” en el cierre de campaña 15 https://www.animalpolitico.com/2018/12/discurso- en el Estadio Azteca. https://lopezobrador.org.mx/te amlo-zocalo/ mas/cierre-de-campana/

TEMA ¶ 145 emilio carballido y la 4t. mirada transdisciplinaria de la verdad, como se muestra en El ges- tralidad, es decir en la manera de funcionar ticulador; a Sergio Magaña quien proclama para y dentro de la representación escénica el valor de la libertad en Los signos del Zo- como consta en la estructura brechtiana en diaco o a Elena Garro quien, en Felipe Ánge- 13 cuadros que modifican el tiempo y lugar les, muestra la dignidad de quien no traicio- de la acción, en las didascalias y en la función na sus ideales y, desde luego, a quien aquí que asigna al narrador –quien, alternativa- estudio: Emilio Carballido. Me detendré en mente, está dentro y fuera de la acción, lleva particular en una de sus obras Un pequeño el hilo conductor de la trama, presenta a los día de ira por considerar que permite ob- personajes y da la conclusión–, así también servar comportamientos sociales que corres- en la visualización de los diferentes espacios: ponden a lo que la Cuarta Transformación la plaza del pueblo, la poza, la casa de los busca eliminar y haré un alcance a un suce- Vargas, la huerta, el patio de los Marrón, la so reciente el de los 43 estudiantes de Ayo- oficina municipal, la celda que –como el au- tzinapa. Es en este contexto que considero tor indica– tienen que ser enfatizados por las pertinente mi propuesta. luces y “nunca serán realistas”. La historia inicia la tarde de un domin- De la ficción a la realidad. go en un pequeño puerto sobre el Golfo de Un pequeño día de ira México “mientras los habitantes del pueblo y el caso de Los 43 pasean por la playa”. El narrador describe a los diferentes grupos que corresponden a es- Un pequeño día de ira, escrita entre 1960 tratos sociales bien definidos: la clase alta y 1961, obtuvo en 1962 el premio a la me- integrada por los ricos del pueblo y los fun- jor obra teatral de la institución cubana Casa cionarios del municipio, la clase media, con- de las Américas. Su estreno en México tuvo formada por comerciantes y empleados, y la lugar hasta el 22 de mayo de 1976, lo cual clase baja en la que se incluyen pescadores puede dar idea del control que se ejercía por y campesinos. parte del Estado sobre obras consideradas En la obra se intercalan varias historias, “de agitación”. Esta pieza, ejemplo del tea- pero la que se convierte en eje es la de unos tro político de Carballido, plantea una de- niños que, sin medir las consecuencias, van nuncia de la injusta situación social que pri- a “robar” mangos a la huerta de la “bruja” vilegia a la clase económicamente poderosa –como llaman a la mujer rica del pueblo–, pa- por encima del resto de la sociedad; pero ra quien esa acción infantil “es un verdadero también propone una estructura innova- crimen”, lo que no se cansa de denunciar dora para la dramaturgia mexicana de la épo- a las autoridades cuyo alcalde le recomien- ca, con influencia del Teatro épico de Ber- da hacer tiros al aire para espantarlos, así, un told Brecht. día que están en la huerta hace un disparo A diferencia del estilo realista de Rosalba que va a dar en la frente de uno de ellos qui- y los Llaveros, Carballido ensayó una forma tándole la vida. La mujer se justifica diciendo intencionalmente teatral con base en la tea- que fue un “accidente”, pero todo el pueblo

146 ¶ tema y variaciones de literatura 55 domingo adame hernández opina lo contrario. Así, mientras la responsa- tuvieron consecuencia en el surgimiento de ble está en libertad –pues según el Presiden- las guerrillas durante los años setenta.19 te municipal no tiene “una cárcel decente” Desde mi punto de vista es más bien una para recluirla– Diódoro, el “loco del pueblo” explicación lógica de cómo la torpeza y la am- que acusa a la autoridad de confabulación bición política y económica –donde la vida con la asesina, es encarcelado. Ante tales ar- humana no vale nada– son capaces de gene- bitrariedades el pueblo, exaltado, decide ha- rar reacciones insospechadas en el pueblo. cer justicia: libera al loco, desarma a los po- licías, encierra a la “bruja” y expulsa a las El caso de “Los 43” autoridades corruptas. La obra concluye un domingo después, cuando, de nueva cuen- Pues un suceso de tal naturaleza ocurrió en ta, el pueblo hace su acostumbrado paseo. la realidad hace 6 años, y si bien la compa- Se trata de una obra didáctica que mues- ración puede ser arriesgada, guardando las tra lo que una comunidad es capaz de hacer proporciones tiene gran afinidad con aquél, cuando se siente víctima del abuso y la injus- como trataré de mostrarlo. ticia; revela el absurdo mecanismo que nor- En septiembre de 2014, 43 jóvenes es- ma las relaciones entre un poder político que tudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro no representa los intereses de la sociedad Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero –cuyo de- y el poder económico egoísta y mezquino. lito fue haber secuestrado autobuses para De ahí que la obra concluya con una ad- dirigirse a la ciudad de México a la conme- vertencia en voz del narrador: “[...] Pero hu- moración del 2 de octubre20– fueron desa- bo un día de ira. Solo un pequeño día de ira parecidos en una noche de terror en un en- [...] ¡Podría haber uno grande!”17 tramado donde, a todas luces, resalta la ¿Incitación a la violencia? ¿Propaganda corrupción del gobierno de la República política? Estos y otros motivos temáticos se pues a través del Procurador General, dio le adjudicaron18 a Un pequeño día de ira, a conocer la “Verdad histórica” afirmando por ello fue vista como determinada por los que habían sido eliminados por pertenecer movimientos sociales ocurridos en Latinoa- a una banda de narcotraficantes (“Los rojos”) mérica en los años cincuenta –especialmen- contraria a la que dominaba en la región te la revolución cubana– y que en México

17 Emilio Carballido, “Un pequeño día de ira”, Teatro 19 Montemayor, Carlos. La guerrilla recurrente, Méxi- de Emilio Carballido, Tomo II. México: Gobierno del co: Debate, 2012. Estado de Veracruz, 1992, p. 121. 20 Otro ejemplo de estos comportamientos juveniles, 18 Oswaldo Augusto López dijo “La violencia y la des- aún con grado de conciencia diferente es “la travesu- trucción como armas principales del pueblo para ha- ra infantil que conduce a unos niños a descarrilar el cer justicia, son las únicas soluciones que ofrece el tren en Yo también hablo de la rosa” señala Oswal- autor” en “Un pequeño día de ira: crítica a la realidad do Augusto López en “Un pequeño día de ira: crítica social en su conjunto”, Latin American Theatre Re- a la realidad social en su conjunto”, Latin American view, Fall, 1975, p. 32. Theatre Review, Fall, 1975, p. 31.

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(“Guerreros unidos”), que habían sido inci- queño día de ira está contenida la esencia nerados y sus cenizas tiradas en un basurero. de este cruel suceso pues, como dice Os- Si bien hay una gran distancia entre el waldo Augusto López: suceso planteado en la obra dramática con lo acontecido en la realidad mencionada, el El sacrificio del niño encierra un simbolismo que sacrificio y las consecuencias son semejan- tiene trascendencia en el tiempo y el espacio. tes: en la obra se trata de un niño pobre des- Carballido usa el tema del martirio de los ino- pertando a la vida, mientras que en la rea- centes cuyas muertes se transforman en símbo- lidad son 43 jóvenes estudiantes, pobres los de sacrificio y repercuten en la vida de los también, con esperanzas de servir a su co- pueblos; este tema universal se remonta a la munidad quienes fueron víctimas de una ac- crucifixión de Cristo y comprende a los miles ción solapada por las autoridades las cuales, de muertos en las inútiles guerras que plagan en ambos casos, actuaron violando la ley y la historia de la humanidad –testigo de las in- el respeto a la vida. En la primera se trata de contables matanzas de víctimas inocentes. No un pequeño día, en la segunda de un gran obstante, estas muertes sirven para mostrar la día, no de ira, sino de alegría– pues en las relación entre ellas y los factores que las origi- elecciones federales de 2018 el pueblo de- nan, sobre todo, factores políticos, económicos cidió quitar del poder a quienes no lo repre- y sociales.22 sentaban y, con ello, iniciar un proceso para vivir con justicia y bienestar. En el caso de los 43, este acontecimiento vino a remover la conciencia de la sociedad23 Puente entre Emilio Carballido y las protestas se hicieron cada vez más in- y la 4T tensas, pues si bien ese ha sido el evento más difundido, el número de desaparecidos Con toda seguridad Carballido habría escrito en el país a causa del crimen organizado y la una obra con este tema,21 pero ya en Un pe- corrupción de la autoridad es escalofriante: alcanzó en julio de 2020 la cifra de 73,000.24

21 Coincido con lo que observa Eugenio Núñez Ang: “El teatro de Emilio Carballido ha venido a dar respuesta a varias de las interrogantes planteadas sobre la función visión del teatro, una revisión de la realidad”, https: del teatro en la sociedad contemporánea. Nos obli- //www.ensayistas.org/critica/generales/C-H/mexico/ ga a despertar o nos invita a seguir soñando, nos carballido.htm lleva a reflexionar o nos crea un efecto inmediato 22 Oswaldo Augusto López, “Un pequeño día de ira: crí- para actuar en el plano de la realidad. Sin duda, la tica a la realidad social en su conjunto”, Latin Ame- obra de Carballido lleva consigo una propuesta esté- rican Theatre Review, Fall, 1975, p. 16. tica-ideológica: busca el goce, cumplir con la función 23 “Emilio Carballido parte del individuo para señalar el catártica de la diversión; pero no soslaya el impacto y despertar de la conciencia de la colectividad en la la praxis social inmediata o a largo plazo, despertar o expresión de sus aspiraciones sociales” ibid.,1975. almacenar los sueños hasta que algún día exploten, 24 Comisión Nacional de Búsqueda Búsqueda, identifi- y convertir la realidad, de ese gran teatro que es el cación y registro de personas desaparecidas (corte mundo, en teatro, o reconvertir el teatro –escrito o al 13 de julio) Ciudad de México, lunes 13 de julio de representado– en realidad” en “Emilio Carballido: una 2020. http://www.alejandroencinas.mx/wp-content/

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Retomando las propuestas de la 4T an- es irreductible y por tener conciencia de ello tes señaladas y los dos acontecimientos po- se puede comprender mejor la Realidad. demos ver que en Un pequeño día de ira y en el caso de los 43: No se actuó confor- Comentario final me a un auténtico Estado de Derecho; no es el pueblo el que tiene las riendas del La gran dimensión de la obra creativa y pe- poder en sus manos, ni el que verdadera- dagógica del maestro Carballido se resu- mente manda; prevalece la impunidad; la me en la lección que nos deja y que retoma honestidad no es la forma de vida y modo uno de los grandes valores del teatro de la de gobierno; no se atiende a quienes sufren por carencias y olvido ni se da preferencia a los pobres. Por el contrario, se violó la ley, minista estaría condenado a ser identificado toda su quienes detentaban el poder defendían los vida como criminal, por un ser complejo, igual al que intereses de una minoría privilegiada, no se todos llevamos en potencia. Pero, además, puede castigó a los culpables, la deshonestidad es verse claramente la trascendencia del acto solidario que, por llevar implícito el sentimiento amoroso que la que rige y se afectó a los más vulnerables. nos hace humanos, transforma también a quien lo Todo esto queda testimoniado en la obra y, emprende –sin importar cual haya sido su origen. en el caso de los 43, las investigacines actua- En esta breve obra con dos personajes: Loli y Eduar- do están presentes los motivos dominantes de la les lo confirman. producción del maestro Carballido: a) temática social Como podemos observar, tanto en la fic- que hace alusión a las consecuencias de vida urba- ción como en la realidad se trata de proble- na: “progreso material” y deterioro humano. Estos dos seres son representantes de esa humanidad que máticas que emergen en la vida cotidiana, vive la soledad, el miedo, la necesidad, la angustia, el que nos construyen y están presentes de rencor, la inseguridad, la marginación; pero también manera encarnada en nuestras formas de ac- la ilusión, la inocencia, la ternura; b) Situación dra- tuar y de vivir, de tal forma que nos compro- mática simple, pero abierta a soluciones imprevistas: una mujer madura y solitaria vive un intento de robo meten a registrar cómo somos afectados mediante el señuelo del envío de “un gran ramo de por nuestro entorno en la misma medida en rosas”. La mujer con aplomo, ingenio –pero sobre que lo afectamos. Desde mi punto de vista, todo reconociendo al otro (el ladrón) como semejan- te. Logra sobreponerse a la agresión, dando inicio a en la obra del maestro Carballido aquí revi- un juego que se repetirá con frecuencia hasta modifi- sada se manifiesta –como en su última obra, car la realidad de ambos, pues terminan unidos amo- Un gran ramo de rosas–25 que el ser interior rosamente; c) humor inofensivo y alegre que se ma- nifiesta en la agilidad y precisión en el manejo de los diálogos. Vale la pena señalar que estos tres aspec- tos corren el riesgo de ser utilizados esquemática- uploads/2020/07/Presentacio%CC%81nCNB-13-de- mente y caer en una teatralidad superficial. El desafío julio-2020-final.pdf al que los dramaturgos realistas se han enfrentado es 25 Un gran ramo de rosas (Carballido 2011) se estre- al de la puesta en escena que puede, o no, modificar nó en la Sala Chica del Teatro del Estado en Xala- esa realidad conocida, prosaica, en experiencia poé- pa, Veracruz el 20 de agosto 2008 –con amorosa tica extraordinaria. En este caso la puesta en escena e inteligente dirección de Alejandra Gutiérrez–, nos de Alejandra Gutiérrez lo consiguió gracias al cuida- muestra que es posible transformar la vida de un in- doso, comprometido y sobre todo gozoso trabajo dividuo el cual, desde una trayectoria lineal y deter- actoral de Juana María Garza y Dagoberto Gama.

TEMA ¶ 149 emilio carballido y la 4t. mirada transdisciplinaria modernidad del cual fue uno de sus más no- individual y social en un acto tanto estético tables representantes, me refiero al sentido como ético, el acto de revelación de la di- colectivo y convivial del arte teatral aban- mensión poética de la existencia”.26 donado por la posmodernidad individualis- Hoy México es un país que emerge de ta, sentido que todos los teatristas y la co- sus ruinas. Si las camarillas gobernantes munidad en general deberíamos preservar del neoliberalismo dieron lugar a la injusta para mantener nuestra condición humana. y desigual nación mexicana, se requiere la El momento actual que viven México y el participación de quienes constituimos este mundo exige responder con una actitud magnífico y agraviado país para transformar- que rebase el circulo vicioso de los conflictos lo. Habrá que comprometernos, en conse- motivados sobre todo por la ambición, la in- cuencia, a hacer un trabajo teatral que fo- justicia y la desigualdad. Es necesario que mente el conocimiento interior, a no producir conservemos nuestra capacidad de amar y de más de lo mismo enarbolando las banderas crear, solo así será posible alcanzar la con- de: “justicia”, “libertad”, “amor”, “diálogo”, vivencia no solo entre individuos y socieda- “nuevo paradigma”, etcétera. Menos a vivir des, sino con todas las especies que habitan el sentimiento de justicia como venganza el planeta, por muy diferentes que seamos. y castigo. Para finalizar me pregunto ¿es posible ha- Recurrí a la transdisciplinariedad porque, cer algo para ese propósito desde el teatro? más allá del espectro político, me permite ¿Qué puede aportar la obra de Carballido al observar el sentido ético que tiene la Revolu- teatro actual en México? ción social denominada por Andrés Manuel Respondo afirmativamente a esas pre- López Obrador La Cuarta transformación guntas pero, para lograrlo, considero como social de México. condición mantener la verticalidad tal cual Si, como dice Edgar Morin: lo plantea la transdisciplinaiedad. Se requie- re entonces trabajar permanentemente para Toda mirada sobre la ética debe percibir que el la evolución de la conciencia –el mejor labo- acto moral es un acto individual de religación: ratorio para la inclusión del Tercero Oculto religación con el prójimo, religación con una co- y para la coexistencia de diferentes niveles munidad, religación con una sociedad y, en el de realidad, como propone la transdiscipli- límite, religación con la especie humana27 nariedad–. Por eso concuerdo con Nicoles- cu en cuanto a que hoy en día la evolución es evidente que Emilio Carballido nos deja no puede ser otra que una “revolución de como legado una lección de ética. la inteligencia que transforma nuestra vida

26 Nicolescu, Basarab. La transdisciplinariedad. Mani- fiesto. Hermosillo: Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, 2009, p. 68. 27 Edgar Morin, Método VI. La ética, Madrid, Cátedra, 2006, p. 24.

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Revisar con perspectiva compleja y trans- Obra citada disciplinaria las teatralidades y la creación dramática producida desde la Primera hasta Adame, Domingo, Más allá de la gesticulación. la Cuarta transformación social ofrecería una Ensayos sobre teatro y cultura en México, idea de México que sumaría nuevos conoci- Buenos Aires: Argus-A, 2017 mientos a nuestra historia. Esa tarea es ne- Bolivar Meza, Rosendo. Liderazgo político: el caso cesaria y habría que hacerla con un amplio de Andrés Manuel López Obrador en Movi- equipo de trabajo. Lo que ya podría iniciarse miento de Regeneración Nacional (morena). desde la institución teatral nacional sería la Estud. polít. (Méx.) [online]. 2017, n.42, pp. organización de ciclos correspondientes a 99-118. ISSN 0185-1616. http://www.scielo.or cada uno de esos periodos –contrastados g.mx/scielo.php?pid=S0185-161620170003 con sus oposiciones– donde se revisaran 00099&script=sci_abstract&tlng=es dramaturgias y teatralidades, a fin de mirar Comisión Nacional de Búsqueda, identificación y críticamente aquellos rasgos profundos de registro de personas desaparecidas (corte al nuestra sociedad que no se observan en la 13 de julio) Ciudad de México, lunes 13 de ju- vida cotidiana. lio de 2020http://www.alejandroencinas.mx/ Resta decir que la mayor compatibilidad wp-content/uploads/2020/07/Presentacio% entre la obra de Carballido y el proyecto de CC%81nCNB-13-de-julio-2020-final.pdf la 4T está en su fe de que la verdadera liber- Carballido, Emilio. “Un gran ramo de rosas”. En tad solo se puede alcanzar a través del ac- Cuatro obras. México: Conaculta, 2011. to amoroso que conduce a la paz mediante . “Un pequeño día de ira”. En Teatro de la justicia. Emilio Carballido, Tomo II. México: Gobierno Carballido y la Cuarta Transformación se del Estado de Veracruz, 1992, pp. 75-123. plantean una sociedad donde prevalezca el López Obrador, Manuel. Mensaje de Andrés Ma- respeto a la vida de todas las personas. Con nuel López Obrador, candidato a la Presiden- esa premisa es posible enfocarse hacia un cia de la República por la coalición “Juntos teatro como vía creativa para hacer actuar haremos historia” en el cierre de campaña en a todos los que se interesan por un nuevo el Estadio Azteca. orden que implica a la sociedad entera: re- Consultado en septiembre de 2020 flexionar y actuar por nosotros mismos por https://lopezobrador.org.mx/temas/cierre-de- un futuro común. campana/ López Obrador, Andrés Manuel. Discurso com- pleto del C. Presidente Andrés Manuel López Obrador en la toma de protesta. Secretaría de Relaciones Exteriores, 2018, Consultado en agosto 2020 https://embamex.sre.gob.mx/ sudafrica/index.php/discurso-integro-de-an- dres-manuel-lopez-obrador-al-rendir-protes- ta-como-presidente

TEMA ¶ 151 emilio carballido y la 4t. mirada transdisciplinaria

López, Oswaldo Augusto. “Un pequeño día de . La Transdisciplinariedad. Manifiesto. Tra- ira: crítica a la realidad social en su conjunto”. ducido por Mercedes Vallejo Gómez. Hermo- Latin American Theatre Review. Fall 1975. sillo: Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, pp. 29-35. A.C., 2009. Montemayor, Carlos. La guerrilla recurrente, Mé- Núñez Ang, Eugenio. “Emilio Carballido: una visión xico: Debate, 2012. del teatro, una revisión de la realidad”. El pen- Morin, Edgar. Método VI. La ética. Madrid: Cá- samiento latinoamericano del siglo xx ante tedra, 2006. la condición humana. https://www.ensayis Nicolescu, Basarab. ”La idea de niveles de Realidad tas.org/critica/generales/C-H/mexico/carba- y su relevancia para comprender a la no-Re- llido.htm ducción y a la persona” en Transdisciplinarie- Valdés Medellín, Gonzalo. “Hegemonia teatral del dad y sostenibilidad. Encuentro con Basarab neoliberalismo” Revista Siempre!, Junio 30 de Nicolescu. Xalapa: Editores de la nada A. C y 2018, consultado en agosto 2020, http://www. Universidad Veracruzana. 2011, pp. 13-29. siempre.mx/2018/06/hegemonia-teatral-del- neoliberalismo/

152 ¶ tema y variaciones de literatura 55 tema

Emilio Carballido y Elena Garro: dramaturgos de la flor vital

paloma lópez medina ávalos | universidad veracruzana

Resumen El siglo xx inició con un cambio en la concepción filosófica de la vida. Las nociones del positivismo dejaron de ser las únicas, para dar paso a un renacimiento de las ideas de la metafísica. Éstas se diseminaron en el campo intelectual, llegando a ser, para la dé- cada de los años cincuenta, un sustento de la reflexión sobre el ser y la configuración del mundo. Emilio Carballido y Elena Garro, además de una larga amistad, compartie- ron un quehacer dramatúrgico que, en varias ocasiones, expresó la distinción entre el mundo material y el mundo del espíritu. En Yo también hablo de la rosa y La señora en su balcón estos mundos son simbolizados por la rosa en su acepción de flor mística que, con sus atributos, refiere al corazón universal, a la vida oculta del plano espiritual.

Abstract The twentieth century had a change in the philosophical understanding of life. The notions of positivism ceased to be the only ones, because the ideas of metaphysics be- came stronger. This ideas spread in the intellectual field, becoming, by the 1950s, a base of reflection on the being and a configuration of the world. Emilo Carballido y Elena Garro were friends, but also shared a playwriting that, on several occasions, expressed the distiction between the material existence and the spiritual existence. Yo tambien hablo de la rosa y La señora en su balcón expose these worlds; they are sympolized by the rose in its mening of mystical flower: the universal heart, the hidden life of the espiritual existence.

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Palabras clave: Emilio Carballido, Elena Garro, Rosa mística, Metafísica, Dramaturgia mexicana.

Key words: Emilio Carballido, Elena Garro, Mystical rose, Metaphysics, Mexican playwrite

Para citar este artículo: López Medina Ávalos, Paloma, “Emilio Carballido y Elena Garro: dramaturgos de la flor vital”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 153-164.

n 1965, Carlos Landeros realizó una de sus tantas entrevistas a Elena Garro; en ésta, al preguntarle sobre Federico Gamboa, la escritora opi- naba que existían dos tipos de escritores nacionales: los “junta-pala- E 1 bras” o “junta-letras” y aquellos que podían delinear el rostro de lo mexicano . Entre estos últimos reconocía a Juan Rulfo, a Sergio Magaña, a Octavio Paz y a Emilio Carballido. Entre la escritora y el dramaturgo veracruzano, aunado al reconocimiento mutuo de su obra, existía, además, un lazo de simpatía que es posible inferir de los extractos de diarios de Garro que han sido publicados hasta el momento2. Por eso no es extraño que, a la larga, cuando la escritora decidió volver a México, fuese el autor de Rosa de dos aromas uno de los que la acompañarían y harían explícita su amistad con ella ante el mundo intelec- tual mexicano de fines del siglo xx3. En su homenaje, realizado en 1991 en el Palacio de Bellas Artes, Carballido expuso que las raíces de la obra de Garro se deben buscar en “la fantasía y en la visión y el habla de nuestro campo, en las tradiciones de literatura oral: la raíz del teatro de Elena es la misma que la del café y el maíz, la caña y los frutos dulces del trópico” 4. Es significativo que

1 Carlos Landeros, “Elena Garro opina sobre el autor de ‘Santa’ en el aniversario de su natalicio (México, D.F. 1965)”, en Yo, Elena Garro, México, Sextil Online S.A. DE C.V., 2013. Versión elec- trónica, consultado el 11 de agosto de 2020, [https://books.google.com.mx/books?id=FqhIAgA AQBAJ&pg=PT97&lpg=PT97&dq=garro+carballido&source=bl&ots=khnlSX1qFH&sig=ec2n7seh beZudAfnDDPb-BpNnpg&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwi2j8WzvrzNAhUH64MKHZsNASE4Ch DoAQgkMAE#v=onepage&q=garro%20carballido&f=false ] 2 Patricia Rosas Lopátegui, Testimonios sobre Elena Garro, Nuevo León, Ediciones Castillo, 2002, pp. 256. 3 Carlos Landeros, “El círculo se cierra: el retorno” en Yo, Elena Garro, México, Lumen, 2007, pp. 147. 4 Patricia Rosas Lopátegui, Yo quiero que haya mundo, Elena Garro, 50 años de dramaturgia, México, Editorial Porrúa, BUAP, 2008, p. 119.

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Garro y Carballido reconozcan en la escri- única del pensamiento y una sola manera de tura del otro la virtud de integrar los mati- conocimiento, es decir, una sola expresión ces de lo mexicano, pues los dos forman de la vida frente a la multiplicidad de posibi- parte de aquella generación que contesta a lidades de la vivencia del mundo. No se pue- la pregunta sobre el rumbo y consolidación de olvidar que tanto Garro como Carballido de las bases del panorama del teatro nacio- asistieron a una formación intelectual que, nal de la modernidad. En efecto, la produc- impulsada por los ateneistas décadas antes, ción dramática de ambos es el entrecruce de mostraba no solo la rigurosidad racional de lo vanguardista y lo ancestral, lo particular la ciencia sino que había transmitido las no- y lo universal: el extracto guardado en la ciones de la vitalidad y el espiritualismo de- tradición que se define por su vínculo con sarrollados por la filosofía francesa, dando el futuro. paso a una nueva época en la que las no- Más allá de sus coincidencias persona- ciones del campo filosófico de la metafísica les –como el gusto por los gatos– su propia eran revaloradas: producción dramática demuestra puntos de encuentro, pues la búsqueda personal de ca- El descontento contra los regímenes políticos y da uno hizo uso de recursos novedosos en sociales que dominaron los últimos decenios del el contexto de la dramaturgia de su tiempo. decimonono siglo y los primeros del vigésimo Ambos se aventuraron al tratamiento de cundió por todas partes. En la clase intelectual temas que, sin dejar de comentar la especifi- ese descontento adquirió la forma de sospecha cidad de la idiosincrasia mexicana, se aleja- contra el positivismo y contra la idea defendi- ban del habitual estereotipo. Con frecuen- da por éste de que la metafísica había quedado cia, a Garro se le reconoce la voluntad de aplastada por el simple curso de los siglos. La mostrar los reveses de lo real mediante cir- nueva generación de filósofos que vio la luz en cunstancias extraordinarias, pero también los albores del siglo xx o en el crepúsculo del Carballido, entre su prolífica producción, xix advirtió que la metafísica permanecía viva, asombra con obras dramáticas que ponde- en contra de las previsiones comtianas; pero ran un universo alterno, regido por una lógi- no sólo esto, también se reconoció que sin una ca que no es “mundana”. En la escritura de metafísica los pueblos estaban destinados a la ambos las circunstancias de lo cotidiano sir- inanición espiritual. Si con tanto ahínco se pro- ven solo como marco para dirimir nociones movió la vuelta a la metafísica en Latinoamérica de carácter universal, para establecer una fue porque previamente se creyó que el cultivo coincidencia más vasta entre las manifes- de aquella era conditio sine qua non para el taciones de la “Vida” y todas las “vidas”. fortalecimiento del espíritu y las instituciones Sin duda, la huella del ambiente intelec- nacionales. Asoma de nuevo ese rasgo ya se- tual de su tiempo ofreció a estos dramatur- ñalado con antelación: la metafísica definida gos la posibilidad de desarrollar una escri- en razón de preocupaciones prácticas, en este tura que ponía en entredicho una fórmula caso como pieza fundamental, piedra angular

TEMA ¶ 155 emilio carballido y elena garro: dramaturgos de la flor vital

incluso del proyecto de definición de “identi- simbolismos que evocan el estado primor- dad nacional” 5. dial, primigenio o absoluto de la existencia. En Yo también hablo de la rosa, por De este modo, se entendió que, junto a las ejemplo, el veracruzano recurre a la figura circunstancias y modos del conocimiento y de esta flor tan presente en su obra, para expresión racional del mundo, existían otras exponer que lo real tiene muchos dorsos. directrices que también permitían conocer Como los pétalos de la rosa, reina del sim- las manifestaciones de lo real. La noción de bolismo místico occidental, estas manifes- un principio creador, una armonía univer- taciones, están unidas de tal manera que sal, y la concepción de la naturaleza de lo es imposible descifrarlas todas únicamente real como una indeterminación esencial en bajo el juicio del intelecto. ¿Cuál de todas la que la humanidad, con su poder creador, la sus íntrincadas expresiones constituye la no- libertad y la intuición, ejerce su acción, desa- ción de “Verdad”?: rrolladas por pensadores como José Vascon- celos y Antonio Caso, dejaron su influencia LOCUTOR: Señoras y señores, muy buenas no- en el concierto intelectual de la modernidad ches. Aquí me tienen con ustedes para hacerles mexicana. Por eso, no es arbitrario que, en algunas preguntas. Para empezar: ¿quién de las ocasiones, Carballido y Garro hayan mostra- damas o caballeros puede decirme: ¿esto, qué do a través de sus personajes la vida inte- es? (Con una batuta señala la rosa.) ¿Estamos rior: la experiencia del espíritu que se revela ante la imagen de la flor de un arbusto dicotile- como “otra” paralela, sosteniendo el trans- dóneo de la familia de las rosáceas? ¿O se trata, curso de la existencia cotidiana y dando ra- por lo contrario, de una rosa divina que, en gentil zón, incluso, de la profundidad ignorada de cultura, amago es de la humana arquitectura? una existencia más verdadera. Con frecuen- A ver, señorita, a ver... O usted, señor... Es una cia, el ejercicio intelectual, la razón o la vi- cosa u otra, las dos no. ¿Nadie se anima a con- vencia material del mundo se opone a una testar? (Pausita un poco decepcionada. Duplica expresión espiritual que se configura bajo su animación.) Pues vamos adelante. Se trata las características del sueño, la imagina- ahora de condenar definitivamente, para que ción, la locura, la fantasía, lo sobrenatural, se supriman con absoluto rigor, las imágenes lo sagrado, lo ancestral o la magia. Sobre que sean denunciadas como falsas. Véanlas todo, se pondera la aprehensión de lo real bien, son tres: una sola es la auténtica. Las otras a través de un proceder intuitivo que revela dos: que se las borre de los libros. Que nadie el orden oculto y universal del mundo bajo las conozca. Que se persiga a quienes las divul- guen. Que se vigile, o se aísle o se suprima a quienes crean en ellas. Mucha atención: esto se supone que es una rosa: ¿lo es? Esto se supone 5 José Antonio Pardo Oláguez, “La ontología y la me- tafísica” en Enrique Dussel, El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y “latino”, México, Si- glo XXI, 2001, pp. 556-557.

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que es un pétalo: ¿lo es? Esto se supone que es tas. Su fragmentación impide el surgimien- el tejido del pétalo visto al microscopio: ¿lo es? 6. to de la experiencia de vivir el vínculo se- creto, a veces insospechado, de todas las El personaje de La Intermediaria, con quien manifestaciones de lo creado. La Interme- abre este texto dramático, se caracteriza co- diaria sabe que lo que se ve no es lo único, mo una especie de maga, en el sentido ances- es apenas la manifestación de lo oculto: tral de la palabra, pues es el canal, el “inter- medio”, entre las verdades de la sabiduría Pero la sabiduría es como el corazón: está guar- espiritual y el resto de la humanidad que no dada, latiendo, resplandeciendo imperceptible- es capaz de escuchar el misterio que provie- mente, regulando canales rítmicos que en su ne del latido profundo del corazón del uni- flujo y en su reflujo van a comunicarse a otros verso. El mago o mágico es aquel canales, a torrentes, a otras corrientes inadverti- das y manejadas por la radiante complejidad de antiguamente sinónimo de todo cuanto era ho- una potente válvula central9. norable y digno de respeto, del que estaba en posesión de la ciencia y sabiduría […] Dicha pa- El discernimiento intelectual que se orienta labra deriva de Magh, Mah, en sáncrito Maha a lo pragmático, lo “exóterico” o exterior, se (grande) y significa un hombre muy versado en opone así a lo espiritual que, enfocado en lo la ciencia esotérica7. interior, revela lo que es absoluto: el cen- tro o corazón del mundo. La aceptación Es decir, es el poseedor del conocimiento se- “esotérica” de la vida hace ostensible, pues, creto de todas las cosas: la voz griega de esta el encuentro con el centro primigenio. palabra remite a lo interno, “lo que se oculta De manera semejante, en la dramaturgia a la generalidad de la gente y se revela so- de Garro, varios de sus personajes acceden lo a los iniciados; en contraposición a exóte- al mundo mediante un conocimiento que rico (público o externo)” 8. De tal modo que, invoca los vínculos de la particularidad con ante la disyuntiva de elegir una imagen única el todo. En La señora en su balcón, por de la rosa, la función de este personaje de ejemplo, Clara opone la visión del Absoluto sabiduría excepcional, expresa la posibilidad a la percepción científico racional del Profe- de observar la complejidad de la flor desde sor García: su misma misteriosa totalidad, sin necesidad de hacer reparticiones parciales que, para- La escena, desierta. Clara, apoyada en su bal- dójicamente, se erigen en verdades absolu- cón, mira al vacío. Es una mujer vieja, de pelo gris y cara melancólica.

6 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, Mé- xico, Editores Mexicanos Unidos, 1986, pp. 157-158. 7 Helena Blavatsky, Glosario teosófico. Diccionario de esoterismo y ocultismo, México, Bervera Editores, 2010, p.448. 9 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. 8 Ibídem., p. 230. cit., p. 109.

TEMA ¶ 157 emilio carballido y elena garro: dramaturgos de la flor vital

CLARA: ¿Cuál fue el día? ¿cuál la Clara, que me CLARITA (a Clara de 50 años): No le creo. Esta- dejó sentada en este balcón, mirándome a mí ríamos como las pepitas, encerrados, sin cielo, misma…? Hubo un tiempo en que corrí por el sin nubes y sin sol 10. mundo, cuando era plano y hermoso. Pero los compases, las leyes y los hombres lo volvieron La protagonista de Garro como La Inter- redondo y empezó a girar sobre sí mismo, como mediaria conoce que detrás del esfuerzo loco. Antes, los ríos corrían como yo, libres; to- intelectual por definir al mundo se encuen- davía no los encerraban en el círculo maldito… tra siempre presente el plano de lo eterna- ¿Te acuerdas? mente insondable. Mientras el personaje de Entra a escena Clara, de ocho años. Lleva Carballido expresa que se podría “desplegar un cuello almidonado de colegiala y unos li- cualquier tema de álgebra y encontrarlo cua- bros. Viene arrastrando una sillita. La coloca jado de espirales y pétalos...” 11; Clara, al re- y se sienta. memorar su experiencia infantil, expone que CLARA DE 8 AÑOS (a Clara en el balcón): Sí, bajo la tutela del profesor García, la verdad me acuerdo; pero vino el profesor García… del mundo se mostraba monótona. Encerra- Entra el profesor García, de negro, con cara de da en el “mundo” de la razón, el círculo de la profesor. Trae un pizarrón portátil. Lo coloca vida se expresaba aburrido; la redondez, frente a Clara. Examina con cuidado las pa- dictaminada por el profesor y rechazada por tas del mueble; luego, con gesto pedante, ex- la mente imaginativa de la niña, evoca una trae de su bolsillo un gis y un borrador. Se relación interior-exterior en la que el borde levanta alegremente las mangas de su cha- circunferencial corresponde al “símbolo de la queta, como si se preparara a hacer un acto limitación adecuada, del mundo manifes- de prestidigitación, y se ajusta los anteojos. tado, de lo preciso y regular” 12. El mundo PROFESOR GARCÍA: ¡A ver! ¡A ver, niñita! ¿Qué circular en La señora en su balcón es, pues, vamos a estudiar hoy? la formulación de una barrera o defensa de CLARA DE 50 AÑOS: ¡Nada! ¡Ningún conejo los peligros del interior que se identifican saltará de tu manga, ninguna rosa saldrá de tu con el caos, la disolución o lo que no posee boca! límites13. La rigidez matemática, identificada CLARITA (muy atenta, sentada en su silla): No con el raciocinio, se opone a la infinitud de sé, profesor García… la vivencia interior, el conocimiento de la po- PROFESOR GARCÍA (con voz pedante): ¡La tencia creadora. Sin embargo, aunque pri- redondez del mundo! El mundo es redondo, como una naranja achatada…y…gira…gira, sobre su propio eje. 10 Elena Garro, “La señora en su balcón” en Teatro. CLARITA: ¡Ah! Obras reunidas II, México, Fondo de Cultura Econó- mica, 2009, pp. 199-200. CLARA DE 50 AÑOS: No le creas, Clarita. ¡No 11 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. piensa, repite como cualquier guacamaya! cit., p. 159. 12 Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, Barce- lona, Labor, 1995, p. 131. 13 Idem.

158 ¶ tema y variaciones de literatura 55 paloma lópez medina ávalos sionera en el mundo redondo de lo evi- PROFESOR GARCÍA: ¡Niña, entiéndeme! ¡Esto dente o material, de lo acotado y definido, que te digo, no existe! ¡Es más, no existió nunca! pero limitado de la existencia, la niña sabe CLARA: Y si no existió nunca, ¿por qué ningún que “hay el otro, el mundo tendido, her- barco se atrevió a ir por sus aguas? moso como una lengua de fuego que nos PROFESOR GARCÍA: Porque ésa era la versión devora”14. Clarita desea lo inconmensurable del mundo antiguo. aunque para obtenerlo sea necesario per- CLARITA: ¿Y en dónde está el mundo antiguo? derse en la trayectoria caótica del viaje al PROFESOR GARCÍA: Dije: ¡la versión! núcleo esencial de sí misma, de su interior CLARITA: ¿La versión? ¿Qué versión? ¿En dónde siempre insondable. Por eso, en la intros- está la versión? pección del recuerdo, cuando el “pedante” PROFESOR GARCÍA: ¿Qué quieres decir con “en adulto le pregunta qué estudiarán, Clara en dónde está la versión”? su adultez responde “¡Nada! ¡Ningún cone- CLARITA: Quiero decir que en dónde la escon- jo saltará de tu manga, ninguna rosa saldrá dieron, que en dónde la tiraron. Porque yo quie- de tu boca!”15, porque la rosa, como en el ro buscarla, para encontrar a los Sargazos y a los texto de Carballido, porta el simbolismo líquenes gigantes. del centro, de la fuerza primigenia que in- PROFESOR GARCÍA: ¡Ignorante! Son inútiles mis filtra vitalidad a cada una de las manifes- esfuerzos por abrirte la cabeza… [….] taciones del mundo. La videncia de estos CLARITA: ¡Ah! ¿También tiraron ciudades? personajes, de la anciana intermediaria y de PROFESOR GARCÍA: ¿Qué ciudades? ¿De qué la Clara niña, se vincula al poder de la in- hablas? teligencia trascendente que se asocia a la CLARITA: Le pregunto que si en el mundo anti- intuición y que se manifiesta en los dominios guo había ciudades. de la mente creativa que sueña, que juega o PROFESOR GARCÍA (tranquilizándose): ¡Claro que imagina: que las había! ¡Y muy hermosas! Atenas. Espar- ta, Argos, Micenas, Tebas, Babilonia, Nínive… PROFESOR GARCÍA: Dije que el mundo (dibuja […] en el pizarrón un círculo) es redondo. Los an- CLARA: ¡Yo quiero ir a Nínive! tiguos pensaron que era plano, que terminaba PROFESOR GARCÍA: Te dije que son nombres en las columnas de Hércules y no se atrevieron de ciudades antiguas. No existen más, han a cruzar este límite. Más allá se encontraba el desaparecido. temible mar de Sargazos… […] CLARITA: Yo iré al muladar y entre todas las ciu- CLARITA: ¡Profesor García! Yo quiero navegar dades antiguas buscaré a Nínive. Y la hallaré, en ese mar. Iré en un barco con una sirena que profesor García, porque es blanca y picuda, y cante. ¡Buuuu! ¡Buuuu! […] sus escalinatas llevan al cielo16.

14 Elena Garro, “La señora en su balcón”, op.cit., p. 203. 15 Ibídem., p. 200. 16 Ibídem., pp. 200-202.

TEMA ¶ 159 emilio carballido y elena garro: dramaturgos de la flor vital

La niña, según su maestro, sufre de la “en- mente, por el contacto de estas instancias se fermedad de los débiles” que no es otra que torna, entonces, supraindividual19: la imaginación17, implicando con esto que la lógica de la mente creadora se encuentra Hoy terminé temprano con mis tareas y me que- muy cerca de la capacidad “mágica” de per- dé así, quieta en mi silla, viendo borrosamente cibir lo que de verdad hay en el mundo, es en torno y escuchando los golpecitos discretos decir, de ser conscientes de la substancia y continuos que me daba en el pecho, con sus trascendente que es el centro perenne del nudillos, mi corazón: como el amante cauteloso que todo mana y al que todo vuelve. Demen- al querer entrar, como el pollito que picotea las tes, soñadores, fantasiosos, ilusos, ingenuos, paredes del huevo, para salir a ver la luz. Me extravagantes, excéntricos son llamados los puse a imaginar mi corazón (se toca el pecho) que se guían con la rosa del corazón apar- […] Pensé de pronto: si todos los corazones del tándose de la norma de percepción pragmá- mundo sonaran en voz alta. . . 20. tica. La blanca Nínive constituye un centro primordial, en palabras de La Intermediaria, La relación entre el universo microcósmico un corazón, pues es la potente válvula cen- y macrocósmico se encuentra ya evidencia- tral que hace posible el movimiento perenne do en la procedencia del título de la obra de de todo cuanto existe. La fuerza primigenia Carballido, pues éste recupera el Noctur- insufla su hálito a cada manifestación par- no Rosa de Xavier Villaurrutia, presentando, ticular, pero su acción creadora no puede además como paratexto la primera frase: contenerse en la ordenación intelectual por- “Pero mi rosa, no es la rosa fría…” 21. Desde su que como lo manifiesta la sabiduría de La apertura, el texto expresa la intención de ex- intermediaria: “La libertad es un gesto lo- poner los hechos a través de la lógica de co”18, como loco es, en esencia, el proce- una percepción interior que descubre lo der caótico del poder creador. que de manera intelectual resulta inexpli- Al hacer evidente que el personaje de cable. Aquí, la rosa, como lo expresa el poe- La Intermediaria mantiene una percepción ma de Villaurrutia, no es fría porque implica íntima con su corazón, la rosa remite a la el calor vital de lo esencial, es “la rosa increa- existencia misma y su desarrollo oculto no da, /la sumergida rosa, /la nocturna, /la rosa solo en el plano individual, sino en el contex- inmaterial, /la rosa hueca”22. Las propieda- to macrocósmico, porque en el simbolismo del corazón se guarda la noción de que és- te es el intermediario entre lo individual y 19 René Guénon, Símbolos fundamentales de la cien- lo universal, entre lo humano y lo trascen- cia sagrada, Barcelona, Paidós Ibérica, 1995, p. 334. 20 dente, manifestando un plano que, precisa- Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. cit., p. 108. 21 Ibídem., p. 105. 22 Xavier Villaurrutia, “Nocturno Rosa” en Biblioteca Digi- 17 Ibídem., p. 202. tal Ciudad Seva, consultado en línea,http://www. 18 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. ciudadseva.com/textos/poesia/ha/villaurrutia/noctur- cit., p. 162. no_rosa.htm,

160 ¶ tema y variaciones de literatura 55 paloma lópez medina ávalos des de la flor ponderadas por la voz poéti- la figura de la flor remite a “la aparición es- ca del nocturno se asimilan, a través de la plendorosa de la existencia a partir de las noción del conocimiento intuitivo, imagi- aguas primordiales” 27. No es vano, entonces, nativo o creador, al corazón “esotérico” de su deseo de caminar el tiempo para retor- La Intermediaria, pues éste se mira, oculto nar al principio de lo que, como lo llamara entonces, como “una compleja flor marina, Villaurrutia en su Nocturno rosa, está “in- levemente sombría, replegado en su cue- creado”. Ahí, en los albores de la existencia, va”23. Ambas caracterizaciones apuntan al cuando todo está sumergido en la indiferen- simbolismo metafísico del corazón; mientras ciación de lo Absoluto, la rosa o la existencia la rosa de Villaurrutia es “la rosa entraña /que se explican en la plenitud, prometiendo un se pliega y expande”24, la de Carballido es la sinfín de caminos de expresión aún no de- rosa de un corazón “muy capaz, muy metódi- terminados. A semejanza de Nínive, la ciu- co, entregado al trabajo de regular extensio- dad brillante en la imaginación de la niña, nes inmensas de canales crepusculares”25. la rosa de Villaurrutia es luminosa y difícil de La flor-corazón del personaje de Carballi- habitar, pues es “negra rosa de carbón dia- do, con su capacidad de irradiar vitalidad a mante/ que silenciosas horada las tinieblas/ través de conductos, recupera la noción de y no ocupa lugar en el espacio” 28. El deseo la “rueda de la vida” o “rueda cósmica” que de navegar hacia la antigüedad de la prota- con sus pétalos y su forma centrada o cir- gonista consiste en retornar al principio mis- cular, evoca los rayos de la rueda que es el mo de la manifestación de lo creado; sólo ahí símbolo del mundo 26. Asimismo, la irradia- Clarita obtendrá el conocimiento de la rosa ción acuáticamente vital de la rosa, oculta que es ella misma en su existencia perfecta, en el pecho de la mujer, remite al corazón es decir, en la posibilidad de serlo todo, pues irradiante cuyo fulgor se asocia al ámbito su blanca coloración remite a la “flor de la solar, es decir, al centro del mundo, pero, en luz’, […] la expansión espiritual y el encan- este caso, de carácter espiritual. to” 29. Por eso, el hallazgo efectivo de Níni- De manera semejante, en La señora en ve compromete la muerte en el plano mate- su balcón, el anhelo de libertad de Clara rial, el suicidio: es un deseo de trascendencia espiritual; de ahí que la niña busque y no encuentre ni la CLARA DE 50 AÑOS: ¿Qué voy a hacer? Iré el sorpresa de la magia ni la belleza de la rosa a encuentro de Nínive y del infinito tiempo. Es través de las palabras de su maestro, pues cierto que ya he huido de todo. Ya sólo me falta el gran salto para entrar en la ciudad plateada.

23 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. cit., 1986, p. 108. 24 Xavier Villaurrutia, “Nocturno Rosa”, op. cit. 27 Federico Revilla, Diccionario de Iconografía y sim- 25 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. bología, Madrid, Cátedra, 1995, p. 353. cit., p. 108. 28 Xavier Villaurrutia, “Nocturno Rosa” op. cit. 26 René Guénon, Símbolos fundamentales de la cien- 29 J.C. Cooper, Diccionario de símbolos, Barcelona, cia sagrada, Barcelona: Paidós Ibérica, 1995, p. 86. Gustavo Gili, 2007, p. 156.

TEMA ¶ 161 emilio carballido y elena garro: dramaturgos de la flor vital

Quiero ir allí, al muladar en donde me aguarda De ahí que la rosa en obscuridad, evocada con sus escalinatas, sus estatuas y sus templos, tanto por Villaurrutia como por Carballido, temblando en el tiempo como una gota de sea en su revés, en el orden del conocimien- agua perfecta, translúcida, esperándome, into- to “esotérico”, un diamante reflejo de la luz cada por los compases y las palabras inútiles. absoluta. Con Garro, la ciudad de plata, Ahora sé que sólo me falta huir de mí misma blanca y luminosa, como la rosa, remite al para alcanzarla. Eso debería haber hecho desde simbolismo del corazón, tanto de manera que supe que existía. Me hubiera evitado tantas microcósmica como macrocósmica; de tal lágrimas. Eran inútiles las otras fugas. Sólo una modo que habitar en ella corresponde a vivir era necesaria. apegado a la más profunda intimidad del sí Se lanza por su balcón. Se oye el ruido del mismo, pero también a morar en lo absoluto cuerpo que cae. Clara de 40 años desaparece primigenio. Ambas ideas son complemen- también. Su plumero queda a medio escena- tarias, pues solo a través de la visión que rio. Entra a escena, al oír el ruido, un lechero. da el conocimiento de lo oculto, a través de Se acerca al cuerpo, luego mira a su alrededor la mirada del corazón, puede la conciencia y grita 30. asistir al espectáculo inefable del principio creador. La señora en su balcón demuestra Asimilada a la figura de Nínive, la pureza de que hay que residir en la rosa clara del cora- la rosa clara o la rosa blanca, remite, preci- zón para observar cómo el principio activo samente, a ese estado de la conciencia que del universo ordena la actividad del mun- sabe observar el ritmo espiritual de la crea- do, un dinamismo que escapa a la visión ra- ción. La aspiración de la niña es, pues, un cional de la lógica habitual. Este reconoci- conocimiento de la existencia del mundo al miento de lo trascendente como elemento que solo se llega mediante la inteligencia del devenir de la existencia humana, tam- pura o trascedente. En variedad de tradicio- bién se encuentra presente en Yo también nes, el simbolismo del corazón se torna el hablo de la rosa. A diferencia de todos los recinto de la inteligencia, pero demás personajes que tratan de dar una ex- plicación racional al proceder de Polo y To- se trata aquí de la inteligencia pura en el sentido ña al descarrilar el tren, La Intermediaria ve universal y no de la razón, que no es sino un con el corazón cada uno de los sucesos y, simple reflejo de aquélla en el orden individual y por ello, es capaz de descifrar el vínculo se- está en relación con el cerebro, siendo entonces creto con la totalidad que se manifiesta en éste con respecto al corazón en el ser humano, cada acción particular: lo que la luna al sol en el mundo31. INTERMEDIARIA […] Voy a explicarles cómo fue el accidente. (Entran Toña y Polo haciendo equilibrios.) 30 Elena Garro, “La señora en su balcón”, op.cit., pp. 208-209. 31 René Guénon, op.cit., p. 305.

162 ¶ tema y variaciones de literatura 55 paloma lópez medina ávalos

INTERMEDIARIA LA INTERMEDIARIA […] Ellos se estaban convirtiendo en todo cuanto Hice un recuento entonces de todo cuanto sé. los rodeaba: eran el basurero, las flores, y eran ¡Sé muchas cosas! Conozco yerbas, y algunas nubes, asombro, gozo, y entendían y veían, eso curan, otras tienen muy buen sabor, o huelen era todo. […] bien, o son propicias, o pueden causar la muer- Están viendo señales: como quien deletrea un te o la locura, o simplemente lucen cubiertas de alfabeto. Flechas que indican rumbos, marcas minuciosas flores. Pero sé más: guardo parte de encrucijadas, signos. . . 32. de lo que he visto: rostros, nubes, panoramas, superficies de rocas, muchas esquinas, gestos, En este contexto de sabiduría trascendental contactos; conservo también recuerdos que –dado que quien conoce el ritmo íntimo originalmente fueron de mis abuelas, o de mi de su corazón entiende la lógica arbitraria del madre, o de amigos, y muchos que a su vez oye- gran corazón del mundo–, el suceso que se ron ellos a personas muy viejas. Conozco textos, relata posteriormente a la intervención de páginas, ilusiones. Sé cómo ir a lugares, sé cami- este sabio personaje de Carballido se anun- nos. Pero la sabiduría es como el corazón: está cia, desde un inicio, atravesada por las no- guardada latiendo, resplandeciendo impercepti- ciones de las ciencias sagradas en las que el blemente, regulando canales rítmicos que en su simbolismo de la flor remite a la sustancia flujo y en su reflujo van a comunicarse a otros universal 33. Guénon, recuperando las tradi- canales, a torrentes, a otras corrientes inadverti- ciones hindúes, establece que el loto, asimi- das y manejadas por la radiante complejidad de lado en Occidente a la rosa y al lirio, es flor una potente válvula central. . . de agua, tal y como lo es el corazón de La Todos los días llegan noticias. Toman todas las Intermediaria. La rosa es el lugar donde se formas: suenan, relampaguean, se hacen explí- refleja el “rayo celeste”, la superficie que re- citas o pueriles, se entrelazan, germinan. Llegan cibe la acción de la divinidad que ha de abrir noticias, las recibo, las comunico, las asimilo, las la existencia a sus múltiples posibilidades. En contemplo. (Se levanta.) ¡Noticias! 34. efecto, como más tarde confirma la estruc- tura de Yo también hablo de la rosa, los Tanto En La señora en su balcón como sucesos que se relatan muestran la posibili- en Yo también hablo de la rosa, la expli- dad infinita de su causa, definiendo que las cación del mundo, a partir de las verdades elecciones de la humanidad no se regulan racionales, se muestra insuficiente. En am- del todo por la lógica de lo evidente, sino bos textos dramáticos, los profesores expo- por la acción misteriosa de un impulso inte- nen, con sus endebles demostraciones, que rior de vida: si bien existe un componente pragmático e intelectual del estar en el mundo, su sola ver- sión equivale a una interpretación parcial de

32 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. cit., pp. 159-160. 34 Emilio Carballido, Yo también hablo de la rosa, op. 33 René Guénon, op. cit., p. 61. cit., p. 109.

TEMA ¶ 163 emilio carballido y elena garro: dramaturgos de la flor vital su devenir. Garro y Carballido, parecen de- Guénon, René. Símbolos fundamentales de la cir, desde su escritura innovadora, que algo ciencia sagrada. Barcelona: Paidós Ibérica, más, algo inefable, sostiene siempre eso que 1995. somos y eso que hacemos, algo que solo Landeros, Carlos. “Elena Garro opina sobre el au- puede ser presentido cuando la concien- tor de ‘Santa’ en el aniversario de su natalicio cia se suma al ritmo de la completitud uni- (México, D.F. 1965)” en Yo, Elena Garro, Mé- versal. Ese algo reside en el corazón, reflejo xico, Sextil Online S.A. DE C.V., 2013. Versión y sustento de la esencia primordial. Clara y electrónica: https://books.google.com.mx/bo La Intermediaria, con su búsqueda interior, oks?id=FqhIAgAAQBAJ&pg=PT97&lpg=PT97 ofrecen una oportunidad de vivir la plenitud &dq=garro+carballido&source=bl&ots=khnlS múltiple e indeterminada en que la obscuri- X1qFH&sig=ec2n7sehbeZudAfnDDPb-BpNn dad es luz y lo que se expresa mortal es, en pg&hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwi2j8Wz realidad, eterno. Es imperativo, es necesario, vrzNAhUH64MKHZsNASE4ChDoAQgkMAE# es irrenunciable que hagamos, entonces, el v=onepage&q=garro%20carballido&f=false viaje a Nínive, que vayamos al encuentro de [Consultado el 11 de agosto de 2020]. la flor en la cueva sombría, que escuchemos Landeros, Carlos. “El círculo se cierra: el retorno” los latidos del universo, que saltemos a la en Yo, Elena Garro. México: Lumen, 2007. obscuridad, que residamos desde el centro, Pardo Oláguez, José Antonio. “La ontología y la desde la vida suprema de la rosa, la rosa del metafísica” en Enrique Dussel, El pensamien- corazón que es flor vital. to filosófico latinoamericano, del Caribe y “latino”. México: Siglo XXI, 2001. Obra citada Rosas Lopátegui, Patricia. Testimonios sobre Ele- na Garro. Nuevo León: Ediciones Castillo, Blavatsky, Helena. Glosario teosófico. Dicciona- 2002. rio de esoterismo y ocultismo. México: Ber- Rosas Lopátegui, Patricia. Yo quiero que haya vera Editores, 2010 mundo, Elena Garro, 50 años de dramatur- Carballido, Emilio. Yo también hablo de la rosa. gia. México: Editorial Porrúa, BUAP, 2008. México: Editores Mexicanos Unidos, 1986, Revilla, Federico. Diccionario de Iconografía y sim- pp. 105-165. bología. Madrid: Cátedra, 1995. Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Villaurrutia, Xavier. “Nocturno Rosa” en Bibliote- Barcelona: Labor, 1995. ca Digital Ciudad Seva, http://www.ciudadse- Cooper, J. C. Diccionario de símbolos. Barcelona: va.com/textos/poesia/ha/villaurrutia/noctur- Gustavo Gili, 2007. no_rosa.htm (28 de junio 2016,15:32 hrs.). Garro, Elena. “La señora en su balcón” en Teatro. Obras reunidas II. México: Fondo de Cultura Económica, 2009, pp. 199-209.

164 ¶ tema y variaciones de literatura 55 creación

A un álamo

miguel sánchez león | centro nacional de investigación de las artes escénicas de cuba

ú eres como yo, álamo terco. Por más que te arrancaron, renacías Ten los pliegues del humus pisoteado. Árbol cordial, abierto, hospitalario. Crepitación de hojas que resiste ciclones y tamiza la luz como trémula sombra entre atisbos de verjas injertadas.

Quizás dejes de oírme, mi acérrimo gigante, mi socio fiel de abrazo enternecido, callado mientras muerdes y trenzas y devoras el amargor de hierros y ataduras.

No veré tu vejez de carcomas y tajos y agujeros. ¿Qué será de tu tronco auxiliador y fuerte, álamo mío? ¿Cómo serás entonces, cuando me sobrevivas?

165

variaciones

La amistad de Sor Juana Inés de la Cruz con la familia Deza

olga martha peña doria y guillermo schmidhuber | universidad de guadalajara

Resumen En este ensayo se abordan aspectos relativos a las relaciones cercanas entre Sor Juana Inés de la Cruz y la familia Deza, de cierta alcurnia novohispana. Con la que la monja je- rónima tuvo un trato cercano, así como literario. Se proponen algunas conjeturas en relación con la comedia Los empeños de una casa y la loas que la acompaña, a partir de esta relación, adjuntando alguna documentación al respecto.

Abstract In this essay, are addressed aspects related to the close relationships between Sor Jua- na Inés de la Cruz and the Deza family, of a certain lineage in New Spain, with which the Hieronymite nun had a close relationship, as well as literary. Some conjectures are proposed in relation to the comedy Los empeños de una casa and the praise that accompanies it, from this list, attaching some documentation in this regard.

Palabras clave: Sor Juana, Nueva España, vida cotidiana, teatro.

Key words: Sor Juana Inés de la Cruz, New Spain, daily life, theatre.

Para citar este artículo: Peña Doria, Olga Martha y Guillermo Schmidhuber, “La amis- tad de Sor Juana Inés de la Cruz con la familia Deza”, en Tema y Variaciones de Lite- ratura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 167-181.

167 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza

a historia extravía información y documentos que no deberían perderse, pero en otras ocasiones conserva lo que parecería imposible de perma- necer. Ha sido el interés constante de las indagaciones críticas sobre L 1 esta escritora, investigar su obra y su vida ; sin embargo, el presente escrito sólo pretende apuntar información que retrate la microhistoria de Juana Inés y no su Historia en letras mayúsculas. Este artículo presenta la relación de sor Juana con una de las familias más cultas y ricas de las Indias, los de Deza.2 De la mano creativa de sor Juana se conserva escrito el apellido de Deza en el segundo sainete de Los empeños de una casa. La fecha del estreno de esta comedia fue fijada por Alberto G. Salceda el 4 de octubre de 1683 al eslabonar atinadamente información incluida en la Loa que antecede a esta comedia con los sucesos registrados en las crónicas del vigésimo octavo virrey de la Nueva España, Tomás Antonio de la Cerda y de su esposa, María Luisa Manrique de Lara, condes de Paredes y marqueses de la Laguna (incluyendo a su primogé- nito José, nacido en México el 5 de julio de 1683). La Loa hace mención de la ocasión del estreno cuando el personaje de la Dicha dialoga:

Dicha: La venida dichosa de la Excelsa María y del Invicto Cerda, que eternos duren y dichosos vivan y al José generoso, que, sucesión florida a multiplicar crece los triunfos de su real progenie invicta3. (oc 4:20-21)

Más adelante los personajes de la Fortuna y el Acaso agregan nuevas men- ciones de los festejados, con el uso retórico de un oxímoron que une dos con- ceptos mutuamente exclusivos, la altivez y la servidumbre:

1 Para mayor referencia sobre la biografía de Sor Juana Inés de la Cruz consultar a: Alberto Pérez- Amador Adam, La ascendente estrella. Bibliografía de los estudios dedicados a Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo xx, Frankfurt am Main/Madrid, Vervuert/ Iberoamericana, 2007; Anto- nio Cortijo Ocaña, Sor Juana Inés de la Cruz o la búsqueda de identidad, Sevilla, Renacimien- to, 2015; Jean-Michel Wissmer, Las leyendas de Sor Juana o cómo construir un ícono, México, Fomento editorial Estado de México foem, 2016. 2 Los autores del presente artículo agradecen a Raúl Gómez Mariscal el estudio genealógico de los Deza. 3 Sor Juana Inés de la Cruz, Obras completas, México, Fondo de Cultura Económica, 1951-1957, p. 20-21. Es citada como OC.

168 ¶ tema y variaciones de literatura 55 olga martha peña doria y guillermo schmidhuber

Fortuna: Bien venida sea la Excelsa María diosa de la Europa deidad de las Indias. Acaso: Bien venido sea el Cerda, que pisa la cerviz ufana de América altiva. (oc 4: 21-22)

En el Segundo sainete se cita el nombre del dueño de la casa en que la repre- sentación tuvo lugar: “¿Quién sería/ el que al pobre de Deza engañaría/ con aquesta comedia / tan larga y tan sin traza?” (OC 4: 118). Los parlamentos continúan y es mencionada una comedia con el personaje Celestina: “Pero la Celestina que esta risa/ os causó, era mestiza/ y acabada a retazos,/ y si le faltó traza, tuvo trazos,/ y con diverso genio/ se formó de un trapiche y de un in- genio” (OC 4: 119-20). Esta información sirvió para la búsqueda y localización de la comedia perdida de sor Juana y Agustín de Salazar y Torres: La segun- da Celestina 4. En su Diario, Antonio de Robles escribió la siguiente entrada el día corres- pondiente de octubre de 1683: “Lunes 4, día de nuestro padre san Francisco, hizo su entrada pública el señor arzobispo por el arco; asistieron los virreyes en casa del contador de tributos D. Fernando Deza” (OC 2: 385). Susana Hernán- dez Araico, en su artículo “Problemas de fecha y montaje en Los empeños de una casa de Sor Juana Inés de la Cruz”, desautoriza la proposición de Salceda de la fecha del estreno por haber “otros nobles con el apellido Deza”, y agrega, “De manera que el Segundo Sainete podría aludir a cualquiera de ellos como dueño de la casa donde se representa esa pieza que no tendría que ser la mis- ma aludida en la Loa”5. El presente artículo investiga a todos los de Deza. Las tres jornadas de la comedia debieron haber sido escritos algún tiem- po antes que los agregados barrocos que la acompañan, como lo prueba la décima 131 de sor Juana en la que la autora refiere un envío de una comedia

4 Guillermo, Schmidhuber de la Mora, Sor Juana, Dramaturga, Sus comedias de ‘falda y empe- ño’, Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996. 5 Susana Hernández Araico, “Problemas de fecha y montaje en Los empeños de una casa de Sor Juana”, en El escritor y la escena: Actas del IV Congreso de la Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos de Oro (8-11 de marzo de 1995, Ciudad Juárez) México, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 1995, p.118.

variaciones ¶ 169 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza sin la mención a la familia de Deza, como lo han sugerido Méndez Plancarte y Salceda (oc 1: 508; 4: xx):

Va de exornación escasa la Comedia que he trazado aunque para nuestro agrado no sé si es buena la traza. Si por larga os embaraza, sus Jornadas dilatadas van a vos encaminadas; y no es bien que os cause espanto: que para caminar tanto, aun son pocas tres Jornadas. (OC 1: 261)

La falta de adornos que acompañaban la comedia no corresponde con la exu- berancia que ostentan las siete piezas encomiásticas—loa, dos sainetes, tres canciones y sarao. En las otras dos comedias de sor Juana, La segunda Celes- tina y Amor es más laberinto, ella es coautora y su discreción no le permitiría embromar al otro coautor.

Fernando de Deza

La historia de la familia de Deza en las Indias inicia en 1653 con el viaje de Fer- nando de Deza aún soltero como uno de los múltiples acompañantes del du- que de Alburquerque, como lo prueba el expediente y licencia de pasajero d el virrey y su séquito:

EXPEDIENTE DE INFORMACIÓN Y LICENCIA DE PASAJERO A INDIAS A FRANCISCO DE LA CUEVA, DUQUE DE ALBURQUERQUE Memorial de las personas que van en su servicio Archivo General de Indias de Sevilla, Contratación, 5430, número 3, retro 31, 12 de abril de 1653

170 ¶ tema y variaciones de literatura 55 olga martha peña doria y guillermo schmidhuber

El séquito que acompañaba a don Francisco Fernández de la Cueva, 8º Du- que de Alburquerque y 22º virrey de Nueva España (del 15 de agosto de 1653 a 16 de septiembre de 1660) fue registrado cuidadosamente. En el folio pri- mero: primera columna y primer lugar de la lista, va el nombre del doctor don Francisco Murcia, capellán mayor de; y en la segunda columna, quinto ren- glón, en la lista de los pajes va incluido ‘don Fernando Deza’. En la segunda hoja, segunda columna, en la lista de las damas de la duquesa, sexto renglón, ‘doña Antonia Murcia’, aún soltera. Dos años después Fernando y Antonia se casaron en el Sagrario de la ciu- dad de México el 14 de agosto de 1655, ante la presencia del duque y su seño- ra esposa, y con el ministerio del capellán mayor. Notar que los cuatro viajaron en la misma embarcación desde España:

MATRIMONIO DE FRANCISCO DE DEZA Y ULLOA CON ANTONIA MURCIA DE LA LLANA Parroquia del Sagrario de la Ciudad de México Volumen 7 de casamientos de españoles, folio 234 vuelta 14 de agosto de 1655

variaciones ¶ 171 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza

En catorce de agosto de mil y seiscientos y cincuenta y cinco y con licencia del licenciado Luis Fonte de Messa, cura de esta santa iglesia, desposé y velé a don Fernando de Deza y Ulloa con doña Antonia Murcia de la Llana, siendo testigos y padrinos los excelentísimos se- ñores duques de Alburquerque, virreyes de esta Nueva España. (Firma- dos). Luis Fonte de Messa. Doctor don Francisco Murcia de la Llana.

El árbol genealógico de la familia de Deza integra a tres hijos:

Árbol genealógico de Fernando de Deza y Ulloa (dos generaciones)

Fernando de Deza y Ulloa Casado en 1655 con Antonia Murcia de la Llana

Francisco, Presbítero Antonio, capitán Nicolás, notario (nacido en 1656) (nacido en 1658)

Un documento de información de méritos y servicio cita a don Fernando de Deza y Ulloa y menciona que siendo mozo y soltero, el 7 de marzo de 1653, ofreció informaciones en la ciudad de Madrid con el objeto de poder pasar a

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Indias como paje del virrey duque de Alburquerque;6 allí declaró ser nacido en la villa de Peñaranda de Bracamonte, obispado de la ciudad de Salamanca, como hijo legítimo de Juan de Deza y de Antonia de Vallejo, vecinos de dicha villa y posteriormente de la de Madrid. Fue nieto de Luis de Deza y Ulloa y de doña Isabel Vázquez de Aldana, y bisnieto por la primera línea de Luis de Deza y Ulloa y de doña Isabel de Cisneros, y por la segunda de Cristóbal Vázquez de Aldana y de Catalina Polido, vecinos todos ellos de la ciudad de Toro, en el antiguo reino de León. Ya en México se desempeñó como paje y gentilhombre de cámara del vi-rrey duque de Alburquerque. Posteriormente obtuvo diferen- tes oficios de administración de justicia. En 1655 fue corregidor de la ciudad de Huejotzingo y su jurisdicción (cuando engendró a sus dos hijos); así como te- niente de capitán general y alcalde mayor de la ciudad de Texcoco en 1664. En 1667 obtuvo el puesto de tesorero interino de la real caja de México. En 1672 obtuvo en propiedad la plaza de factor juez oficial de la real hacienda y caja de México, estando a su cargo la cobranza de los reales haberes de su majestad. Este último nombramiento con calidad de optar si quisiese a la de tesorero o contador de dicha caja o a la de contador de tributos y azogues de la Nueva España; la que eligió el 15 de diciembre de 1682. Este periodo es coincidente con la fecha de la representación de la comedia de sor Juana. En algunas oca- siones ejerció el oficio de correo mayor, estando a su cargo la paga y despa- cho de los correos. Su majestad le jubiló en 1700 en la plaza de contador ge- neral de tributos y azogues de la Nueva España en atención a sus 45 años de servicio continuo desde 1655, en diferentes empleos políticos y militares del reino de la Nueva España. Una carrera reconocida en dos continentes.

Francisco de Deza

Francisco de Deza y Murcia fue el mayor de los hijos; fue bautizado el 28 de mayo de 1565:

6 Datos sacados de las informaciones de méritos y servicios de Fernando de Deza y Ulloa y de sus hijos, Francisco y Antonio. Ver Méritos de Fernando de Deza y Ulloa, Archivo General de Indias de Sevilla, Indiferente, 133, número 166, 28 de enero de 1694 (8 imágenes; Méritos del bachi- ller Francisco de Deza y Ulloa, Archivo General de Indias de Sevilla, Indiferente, 203, número 78, 20 de junio de 1679 (110 imágenes); y Méritos de Antonio de Deza y Ulloa, Archivo Gene- ral de Indias de Sevilla, Indiferente, 136, número 77, 24 de febrero de 1703 (16 imágenes). En el Archivo General de la Nación se guardan doce documentos a nombre de don Fernando; cuatro de Francisco; y otros cuatro de Antonio. Indiscutiblemente fue una familia notable en la Nueva España.

variaciones ¶ 173 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza

BAUTISMO DE FRANCISCO DE DEZA Y MURCIA Parroquia de Huejotzingo, Puebla Volumen 2 de bautismos de españoles, folio 34 frente 28 de mayo de 1656

En la ciudad de Huejotzingo, en veintiocho días del mes de mayo de mil y seiscientos y cincuenta y seis años, el doctor don Francisco Mur- cia de la Llana, cura beneficiado del partido de Cuauhmanco por su majestad, vicario juez eclesiástico en él y su distrito, con licencia de los señores curas de esta ciudad bauticé a Francisco, hijo legítimo del capitán don Fernando de Deza y Ulloa, corregidor de esta dicha ciudad de Huejotzingo, y de doña Antonia de Murcia. Fueron sus pa- drinos Blas Dávila Galindo, alguacil mayor del santo oficio de la in- quisición de esta nueva España, y doña Inés González, vecinos y la- bradores de esta provincia. Y lo firmé ut supra. (Firmado). Doctor don Francisco Murcia de Llana. AL MARGEN. Di testimonio de ésta hoy dieciséis de abril del año de seiscientos ochenta y uno. (Firmado). Gutiérrez. AL MARGEN. Dióse testimonio de esta partida en veinte de agosto de mil setecientos un años. (Firmado). Bachiller Palomino.

Fray Payo de Rivera, arzobispo de México y virrey, le hizo merced a Francisco el 3 de agosto de 1674 de una capellanía que se hallaba vacante para que la sirviese en propiedad y a título de ella pudiera ordenarse. Se graduó en la facul- tad de artes de la Real Universidad, recibió el grado de bachiller en la Facultad de Sagrados Cánones y se graduó en ella de licenciado y doctor. Fue clérigo subdiácono domiciliario del arzobispado de México. El 30 de julio de 1680 los

174 ¶ tema y variaciones de literatura 55 olga martha peña doria y guillermo schmidhuber inquisidores lo nombraron pro consultor del santo oficio de la inquisición de la Nueva España, y sirvió como fiscal de este tribunal durante ocho años, Hizo oposición en su Universidad a diferentes cátedras, logrando en propiedad la de retórica, así como también a la canonjía doctoral de su iglesia Catedral. En unas informaciones fechadas en 4 de marzo de 1693 el doctor Francisco de Deza y Ulloa figura como fiscal del tribunal de la inquisición de la ciudad de México, clérigo subdiácono domiciliario de su arzobispado y propietario de la cátedra de retórica de su real Universidad. El 5 de septiembre de 1685 tomó posesión de la fiscalía de la Inquisición7. Así que sor Juana tenía al menos un amigo de influen- cia en la Inquisición. Francisco supo de poesía y compartió palestra con sor Juana; aventajó co- mo segundo ganador del certamen tercero en Triunfo parthenico, en la cate- goría de octavas, con el poema “Inmoble, firme, inconstrastable roca”. Recibió de premio un vaso y el siguiente vejamen que cita su apellido:

En las octavas que hicistes (sic.) Aunque tú me lo demandes, Con tener narices grandes El asunto no lo olistes (sic.). Darte quieren sin asilla Un vaso, y si en esto cavas Un premio, Deza, de octavas Se alcanza por maravilla.8

Al final de su vida religiosa viajó hasta el reino de Perú, de donde fue nom- brado obispo de Huemanga (hoy Ayacucho) el 17 de diciembre de 1716, pero no llegó a tomar el cargo hasta el 3 de julio de 1718. Duró casi cuatro años de obispo y su muerte acaeció el 22 de abril de 1722 y allá quedó sepultado.

Antonio de Deza

El segundo hijo de don Fernando de Deza se llamó Antonio y llegó a ser afama- do. Su bautismo fue el 29 de junio de 1658: BAUTISMO DE ANTONIO DE DEZA Y MURCIA Parroquia de Huejotzingo, Puebla

7 Antonio de Robles, Diario de sucesos notables (1665-1703), Ed. y pról. de Antonio Castro Leal, Tomo 2, México, Porrúa, 1972, p. 433. 8 Sigüenza y Góngora, Carlos de, Triunfo parténico. México: Ediciones Xóchitl. 1945. P. 194.

variaciones ¶ 175 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza

Volumen 2 de bautismos de españoles, folio 41 frente 29 de junio de 1658

En la ciudad de Huejotzingo, en veintinueve de junio de mil seis- cientos y cincuenta y ocho años, con licencia del ilustrísimo señor obispo de este obispado bauticé a Antonio, hijo legítimo del general don Fernando de Deza y Ulloa, corregidor de esta ciudad, y de doña Antonia Murcia de la Llana. Fue su padrino el general don Pedro Fer- nández de Villarroel y de la Cueva, gobernador por su majestad de la ciudad de Tlaxcala y su provincia. Y lo firmé. (Firmado). Fray Juan de la Llana. AL MARGEN. Di testimonio de esta partida en veintiocho de diciembre. (Firmado). Juan de Castro, escribano real.

Don Antonio de Deza y Murcia fue alcalde mayor de Zacatlán (hoy estado de Puebla) y su jurisdicción desde el 18 de junio de 1676 por nombramiento del virrey conde de Paredes. El 2 de julio de 1681 lo nombró capitán de una com- pañía de infantería española que levantó en México para llenar la dotación del castillo de Acapulco, que sirvió hasta el 13 de octubre de dicho año. En virtud de la facultad que su majestad concedió a su padre don Fernando de Deza y Ulloa por despacho de 29 de mayo de 1682, entró don Antonio a servir la plaza de contador de la real caja y la continuaba ejerciendo todavía en 1702. El 29 de septiembre de 1685 y considerando los servicios de su padre, el rey le hizo mer- ced del hábito de la orden de Santiago. En ocasión del alboroto e incendio cometido el 8 de junio de 1692 por los indios de los barrios de la ciudad de México, fue uno de los primeros que se ofrecieron al virrey conde de Galve, de cuya orden juntó gente y entró a la

176 ¶ tema y variaciones de literatura 55 olga martha peña doria y guillermo schmidhuber plaza mayor de la que estaban apoderados los indios; retiró a los agresores y entró en el real palacio y atajó el fuego en él. El día 9 pasó al barrio de Santiago Tlatelolco y al pueblo de Mexicaltzingo, que estaban en armas, y redujo a los indios a sus casas y a la quietud. El 12 de junio de ese mismo año el mismo virrey lo nombró capitán de caballos corazas, de que le despachó título el 11 de febrero de 1594, y se le encomendó conseguir la quietud general de los indios y el castigo de los principales responsables del tumulto. Por decreto y tí- tulo despachado en 22 de agosto de 1695, el rey le hizo merced de la futura del puesto de gobernador y capitán general de la provincia de la Nueva Vizcaya pa- ra suceder a don Juan Bautista de Larrea, para que le sirviese por cinco años, y en el ínterin lo hacía nombrar teniente. El 1º de enero de 1697 fue elegido alcalde ordinario de la ciudad de México por el cabildo en esta ciudad. Como poeta también Antonio compartió palestra con sor Juana al ser ga- nador de un segundo premio en Triunfo parthénico, con el romance “Aquel monarca español a cuya fecunda estirpe”; como galardón le dieron unas varas de chamelote primaveral y las siguientes redondillas que citan su apellido:

Por tus coplas, que son raras, Deza, he tenido noticia, Que es tu premio de justicia Por señas de aquesas varas. Tu genio es bien se reporte, Pues (por si llega a ofrecerse) Sin más pleitos, puede hacerse Con el un caso de Corte. 9

A la muerte de sor Juana, Antonio escribió un soneto elegíaco “A nuevo modo de morir se allana/ Numen Mujer que en sombras se escondía”, que fue publi- cado en Fama y obras pósthumas (1700). Bien es sabido que la pluma de Carlos de Sigüenza escribió una crónica del Alboroto y motín de México, con su relación trató de quitar toda responsa- bilidad al virrey y menciona que para solucionar el hambre urbana se ordenó transportar durante la noche maíz de varias regiones, especialmente de Chal- co. En ese afamado texto dos veces es mencionado Antonio de Deza como uno de los salvadores del palacio real. Como quedó demostrado por su vida, don Antonio era mayormente capitán que poeta pero su fama no quedó allí,

9 Sigüenza y Góngora, Carlos de, Triunfo parténico. México: Ediciones Xóchitl. 1945. P. 210.

variaciones ¶ 177 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza históricamente se le cita como fundador de la ciudad de Chihuahua, el 12 de octubre de 1709.10 Exactamente el día del estreno de Los empeños de una casa era la cele- bración del onomástico de Francisco de Deza, entonces de 27 años (Antonio de 25 años). Los dos hermanos debieron ser los organizadores del estreno de la comedia en un festejo en casa de su acaudalado padre, quien para enton- ces era el Deza próspero y el único cercano al virrey. El improvisado escenario estaba en uno de los salones del palacete familiar en la antigua calle de la Pro- fesa (anteriormente llamada de la Esmeralda), frente al antiguo Convento de San Francisco11.

Propuesta que niega la autoría de Sor Juana de la Décima que cierra la Loa

Al final de la Loa a Los empeños de una casa hay una mención a la entrada de “Su Señoría Ilustrísima” (OC 4: xvii), tratamiento protocolario relativo a un mitrado y que es coincidente con la entrada de Aguiar y Seijas a la ciudad de México como nuevo arzobispo. La décima que lo advierte parece haber sido es- crita al último momento cuando se supo de la entrada inminente. Posiblemen- te le fue quitado un estribillo coreado del personaje Música –porque falta–, para así poder incorporar la salutación obispal:

Fortuna: Y porque a la causa es bien que estemos agradecidas, repetid conmigo todos: Todos: ¡Que con bien Su Señoría Ilustrísima haya entrado, pues en su entrada festiva, fue la dicha de su entrada la entrada de nuestra dicha!

10 Francisco R. Almada, en Chihuahua, ciudad prócer apunta que don Antonio fue gobernador de Nueva Vizcaya de 1709 a 1712 y en este cargo expidió el decreto fundacional de Real de Mi- nas de San Francisco de Cuéllar, primer antecedente de lo que hoy es la ciudad de Chihuahua. También fungió como el primer gobernador del nuevo asentamiento, en donde murió el 20 de septiembre de 1728; sus restos fueron inhumados en el templo de San Francisco de Asís (Chi- huahua: Universidad de Chihuahua, 1959). 11 Sara Poot Herrera, “Discurso de ingreso oficial a la Academia Mexicana de la Lengua, 12 de mayo de 2016”, www.academia.org.mx/sesiones-publicas/item/ceremonia-de-ingreso-de-dona-sara- poot, 15/03/2018]

178 ¶ tema y variaciones de literatura 55 olga martha peña doria y guillermo schmidhuber

Música: ¡Fue la dicha de su entrada, la entrada de nuestra dicha!12

El presente estudio duda que estas diez líneas últimas de la Loa sean originales de sor Juana. Esta proposición se fundamenta en seis alteraciones poéticas:

1) El cambio de métrica sin razón, de un romancillo asonantado í-a, a una décima octosílaba de la misma asonancia; 2) El lapsus cometido cuando la Fortuna, quien ha perdido el certamen, es el personaje que convoca a la bienvenida arzobispal; además, la Pro- videncia y no la Fortuna es la que debe mediar en la nominación de un prelado; 3) El cambio de género del coro total, de masculino en la línea 312 (“a cuál de nosotros cuatro”) a femenino al final en la línea 527 (“que esta- mos agradecidas”); además, en las ediciones de 1692 y 1693 el coro es identificado como “Ellos y la Música” (versos 207-09), lo que confirma la presencia masculina de menos de uno de los cuatro contendientes, por lo que es imposible utilizar la forma femenina. 4) La menor calidad en la versificación por la repetición seis veces de un mismo vocablo en las últimas seis líneas: entrado (una) y entrada (cinco); 5) Debido a la contradicción “Que con bien haya entrado,” en la forma sub- juntiva que expresa el deseo antes del suceso, en contraposición con la información de la siguiente línea que señala la entrada como festiva, usando la forma del pretérito de indicativo que certifica que la acción ya fue. 6) El retruécano o conmutación que cierra la décima (“¡Fue la dicha de su entrada,/ la entrada de nuestra dicha!”) no posee el ingenio que sor Juana mostró con el uso este balance retórico.

Por todo esto, otra pluma debió agregar una décima a la Loa creada por sor Juana para sumar a la celebración teatral una bienvenida al nuevo prelado13 . ¿Sería el autor de la décima apócrifa uno de los jóvenes Deza, Francisco o An- tonio? Para inmortalizar en forma conjunta a sor Juana y a la familia de Deza, Antonio de Deza compuso un soneto elegíaco a la muerte de la monja que fue publicado al final de Fama y obras posthumas (1700): “A nuevo modo de

12 Sor Juana Inés de la Cruz, OC, 4 p. 25. 13 Guillermo Schmidhuber de la Mora, Sor Juana, Dramaturga. Sus comedias de ‘falda y empeño’, op. cit, p. 139.

variaciones ¶ 179 la amistad de sor juana inés de la cruz con la familia deza morir se allana,/ Númen Mújer, que en sombra se escondía;/ Pues las potencias, donde luz ardía/ Tres parcas fueron de la madre Juana./ No común se atrevió se- guir profana,/ que como toda fue sabiduría,/ Y en frágil sexo, y cuerpo no cabía,/ Más murió de entendida, que de humana./ Ya la naturaleza en el en- cuentro, / No pudiendo sufrir cuanto la inflama/ Vino volcán, que la abrasaba dentro;/ De sutil se quebró, rompió la trama,/ Derretida la nieve, bajó al centro,/ y al suyo respiró gigante llama.” La última manifestación de amistad de la fami- lia de Deza con sor Juana.

Conclusión

Nunca hubo otro Deza que pudiera haber dispuesto otro festejo virreinal, ni tampoco ningún otro prelado –salvo Aguiar y Seijas– quien hiciera su coinci- dente entrada arzobispal a la ciudad de México con un festejo. Mientras no se localice información que imponga lo contrario, necesario será dejar de dudar de la fecha propuesta por Salceda y poder así ‘responsablemente’ afirmar que la primera representación de Los empeños de una casa fue el 4 de octubre de 1683.14

Bibliografía

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14 Coincidente con la escritura del presente artículo, sus autores asistieron como invitados a la pre- mier madrileña de Los empeños de una casa, el 22 de febrero de 2018, en el Teatro Nacional bajo la dirección de Pepa Gamboa y Yayo Cáceres, con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Acaso sea esta la primera vez que una comedia sorjuanina llega a la capital de España. Éxito que invita a que haya otros estrenos del teatro de sor Juana.

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Poot Herrera, Sara. “Discurso de ingreso oficial a la Academia Mexicana de la Lengua, 12 de mayo de 2016”. [En línea: www.academia.org.mx/sesiones-publicas/item/ceremo nia-de-ingreso-de-dona-sara-poot, 15/03/2018] Robles, Antonio de. Diario de sucesos notables (1665-1703). Editado y prologado por Antonio Castro Leal.Tomo II México: Porrúa, 1972. Schmidhuber de la Mora, Guillermo. Sor Juana, Dramaturga. Sus comedias de ‘falda y empeño’. Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes1996. [Traducción: The Three Secular Plays of Sor Juana Inés de la Cruz. A Critical Study. Trad. Shelby G. Thacker. EUA: The University Press of Kentucky, 1999]. . De Juana Inés de Asuaje a Sor Juana Inés de la Cruz. El libro de profesio- nes del convento de San Jerónimo de México. México: Instituto Mexiquense de Cultura y Frente de Afirmación Hispanista. Con la coautoría de Olga Martha Peña Doria. 2013. . Las familias paterna y materna de sor Juana Inés de la Cruz: Hallazgos docu- mentales. Con la coautoría de Olga Martha Peña Doria, prólogo de Manuel Ramos Medina. México: Frente Afirmación Hispanista, Centro de Estudios de Historia de México carso y Editorial Escribanía, 2016. . “Recently Discovered Plays: La segunda Celestina and Amor es más laberinto”, in Routledge Research Guide to the Works of Sor Juana Inés de la Cruz. Edited by Emilie Bergmann, Stacey Schlau. eua: Routledge, 2017, pp. 250-258. Sigüenza y Góngora, Carlos de, Triunfo parténico. México: Ediciones Xóchitl. 1945 Wissmer, Jean-Michel. Las leyendas de Sor Juana o cómo construir un ícono. México: Fomento editorial Estado de México foem, 2016.

variaciones ¶ 181

variaciones

Todos somos sujetos de ficción

fernando martínez ramírez | universidad autónoma metropolitana, azcapotzalco

Resumen En este artículo se abordan aspectos relativos a las relaciones entre el individuo y sus in- teracciones entre la realidad y la ficción, a partir de algunas reflexiones surgidas de la filosofía griega y del psicoanálisis del mito de Joseph Campbell. Es decir, las relaciones entre la condición humana y el sentido de aventura inherente a la existencia. Por ello, lo que se propone es un ensayo transdisciplinario, que toca lo mismo a la filosofía que al psicoanálisis arquetípico, a la historia, a la fenomenología de las religiones y a la literatu- ra, trabajo al que podemos caracterizar como pedagogía de la felicidad.

Abstract This article deals with aspects related to the relationships between the individual and their interactions between reality and fiction, based on some reflections arising from Greek philosophy and the psychoanalysis of the myth of Joseph Campbell. That is, the relationships between the human condition and the sense of adventure inherent in exis- tence. Therefore, what is proposed is a transdisciplinary essay, which touches the same philosophy as archetypal psychoanalysis, history, the phenomenology of religions and literature, a work that we can characterize as the pedagogy of happiness.

Palabras clave: ficción, aventura, psicoanálisis del mito, héroe, pedagogía de la felicidad.

Key words: fiction, adventure, psychoanalysis of myth, hero, pedagogy of happiness.

Para citar este artículo: Martínez Ramírez, Fernando, “Todos somos sujetos de fic- ción”, en Tema y Variaciones de Literatura, núm. 55, semestre II, julio-diciembre de 2020, uam Azcapotzalco, pp. 183-207.

183 todos somos sujetos de ficción

Aunque parezca paradójico, la función del héroe es profundamente social, pero el héroe mismo rara vez lo es.

Fernando Savater

Sus conquistas son como un sueño, las olvida al despertar cuando los aplausos lo traen de vuelta, a él, que anda tan lejos viviendo su cuarto de hora de minuto y medio.

“El perseguidor” Julio Cortázar

Entrada

as antiguas escuelas filosóficas helenísticas (estoicos, epicúreos, escép- ticos y cínicos) concibieron la filosofía como una medicina del alma, co- Lmo un consuelo: pensaban que debía servir para el buen vivir (eudai- monía). Y aunque la buena vida suele estar en relación con la cultura y sus condicionamientos ideológicos, esto es, con la cosmovisión, es posible tomar distancia con respecto de ella sin renunciar a la misma, a fin de que nos entre- gue las rutas de la felicidad y del sentido. Es decir, podemos movernos en el sistema de la eticidad –como diría Hegel– asumiendo su arbitrariedad, cons- cientes de que constituye al mismo tiempo un atavismo y una protección, lo cual nos permite no sólo estar en el mundo sino ser, por más que resultemos indigentes ontológicos y vivamos siempre lanzados hacia otra parte; por más que nuestra condición sea la del buscador: de recuerdos, del amor, de pe- queñas conquistas o de grandes hazañas, del sentido... Escribe el biógrafo de Johnny Carter –representación ficcional del saxofonista Charlie Parker–, en un cuento legendario de Julio Cortázar.

Nadie puede saber qué es lo que persigue Johnny, pero es así, está ahí, en Amorous, en la marihuana, en sus absurdos discursos sobre tanta cosa, en las recaídas, en el librito de Dylan Thomas, en todo lo pobre diablo que es Johnny y que lo agranda y lo convierte en un absurdo viviente, en un cazador sin brazos y sin piernas, en una liebre que corre tras de un tigre que duerme.1

1 Julio Cortázar, “El perseguidor”, en Cuentos completos/1, México: Alfaguara, 1998, p. 250.

184 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez

Es como si un estado de carencia innato nos convirtiera en perseguidores. Ante esto, la filosofía debe readquirir su función médica (pharmakós), terapéu- tica, pedagógica, y para ello debe apoyarse en la literatura, en la antropología simbólica, en el psicoanálisis. Lo que se propone aquí es un ensayo transdisciplinario, que toca lo mismo a la filosofía que al psicoanálisis arquetípico, a la historia que a la fenomenología de las religiones, y a la literatura, trabajo al que podemos caracterizar como pedagogía de la felicidad.

La ruta de la felicidad

Joseph Campbell –de conformidad con Arnold J. Toynbee y su concepción de que para alcanzar la más alta dimensión espiritual debe haber una “separación” y una “transfiguración”– establece que la primera misión del héroe es apartar- se del mundo de todos los días hacia las zonas profundas de la psique, lugar donde reposan los verdaderos peligros y las imágenes poderosas de la infancia que, al traerlas de regreso, pueden representar una maravillosa expansión de nuestras fuerzas y de la vida. Antes, debemos aclararlas para poder llegar a las “imágenes arquetípicas”, que nos permitan discriminar entre los que es verda- deramente importante y lo que es una falsa atadura. “El héroe [...] es el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones histó- ricas personales y locales y ha alcanzado las formas humanas generales, válidas y normales.”2 Su segunda misión, como lo muestran todas las mitologías, es volver siendo otro y transmitir las lecciones aprendidas acerca de la renovación de la vida.3 Retiro y transfiguración son los dos momentos del triunfo sobre las limitaciones personales: se exalta el espíritu y se acepta la naturaleza transcen- dental de la aventura. Campbell denomina “unidad nuclear del monomito” a este esquema he- roico, que él divide en tres momentos: separación-iniciación-retorno. Se trata de un ritual de iniciación magnificado, transformado en arquetipo. “El héroe inicia su aventura desde el mundo de todos los días hacia una región de prodi- gios sobrenaturales, se enfrenta con fuerzas fabulosas y gana una victoria deci- siva; [...] regresa de su misteriosa aventura con la fuerza de otorgar dones a sus hermanos.”4 Con la fuerza de enseñar. Buda, Moisés, Cristo, Prometeo, Eneas, murieron primero para el mundo, emprendieron grandes hazañas, sólo para

2 Joseph Campbell, El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito, México: fce, 1998, p. 26. 3 Cfr. ibid., pp. 23-26. 4 Ibid., p. 35.

variaciones ¶ 185 todos somos sujetos de ficción renacer engrandecidos y con una nueva fuerza procreadora unánimemente aceptada. Sin embargo, el triunfo puede ser doméstico, microcósmico, a la me- dida exacta de la imagen personal y de nuestras intemperancias. Por ejemplo, salimos al mundo, estudiamos veinticuatro años o más, de manera ininterrum- pida, y regresamos con el don de un conocimiento especializado y con los diversos títulos conseguidos en el trayecto como testimonio de nuestras con- quistas. Ya estamos listos para incorporarnos con bombo y platillo a la socie- dad, con todas las garantías que me da un saber institucionalizado y un grado académico que me garantiza, a priori, el reconocimiento social. Ya sólo falta casarse, tener dos hijos y ser feliz. Somos unos vencedores, porque hemos re- corrido con éxito los senderos seguros que nos ofrece la cultura. Al morir, lo ha- remos con una sonrisa beata, llenos de felicidad ante la satisfacción del deber cumplido... Durante una o dos generaciones seremos recordados en el peque- ño círculo de nuestros afectos. Después, como es de esperarse, alcanzaremos la ignominia compartida, destino último de todo ser humano normal. Desde la perspectiva existencial, la aventura llamada vida resulta así: en al- gún momento nos exigen compartir los dones alcanzados a lo largo de ella. La iniciación determina nuestra responsabilidad y funda las obligaciones. La aven- tura se consuma cuando volvemos, transfigurados, a la aldea, a la casa, al sis- tema de la eticidad –del que en realidad nunca salimos– para pagar nuestras deudas por la socialización y aculturación recibidas. Se trata, siempre, de “una separación del mundo, la penetración a alguna fuente de poder, y un regreso a la vida para vivirla con más sentido”5. Es decir, el saber que nos entrega la experiencia trae consigo la reconciliación, o la libertad, según el orden de nues- tras búsquedas. Alcanzamos el sentido tras deambular por la vida, como con- secuencia de ese juicio alcanzado con dificultad, y del cual, una vez apuradas nuestras liviandades, surge la simplicidad de las cosas y nuestras incertidumbres encuentran alguna forma de verdad, de indulgencia o de engaño compartido. El sentido que creemos encontrar resulta proporcional al derroche de ener- gías, como si el espíritu necesitara extenuarse para conformarse con menos, con lo que tuvo desde el principio, pero no podía reconocer: el escondite de los juguetes, el camino hacia la escuela, los amigos perdidos, el juego de canicas... Tal es la condición dramática que se presiente detrás de cada gesto: descu- brimos el valor de las cosas cuando ya poco podemos disfrutarlas, pues para hacerlo “con sentido” ha sido necesario dilapidar los ímpetus que nos ponían frenéticos delante del mundo y ensombrecían la mirada correcta. El sentido,

5 Ibid., pp. 39-40.

186 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez y el sentimiento trágico que dispersa, resultan proporcionales a la inocencia perdida, inocencia que habrá de transformarse en añoranza, en rescoldo de la melancolía.6 Pero mientras llega la pacificación o la nostalgia –si alguna vez sucede–, sería bueno saber que somos indigentes ontológicos: jamás estaremos com- pletos, siempre viviremos lanzados hacia otra parte. Y el estertor mortecino, la síncopa final, son el reclamo tácito de un cuerpo que quería seguir vivo e ino- cente. Esta incompletud existencial, si no encuentra una ruta para la voluntad y para el deseo, se puede convertir en nuestro principal obstáculo para encon- trar el sentido, o más aún, para hallar –hay que decirlo de manera circunspec- ta– la felicidad, la buena vida… Mientras tanto: “Cuando no se está seguro de nada, lo mejor es crearse deberes a manera de flotadores.”7 La ruta se nos puede abrir a partir de los tres caminos que enseguida proponemos.

Itinerario

Así, la filosofía médica, aunque comprometida con el razonamiento lógi- co y con rasgos propios del buen razonar tales como la claridad, la co- herencia, el rigor y la generalidad, necesitará a menudo buscar técnicas más complicadas e indirectas, psicológicamente más estimulantes que las propias del argumento deductivo o dialéctico convencional. Debe encontrar maneras de profundizar en el mundo interior del discípulo, utilizando ejemplos llamativos, técnicas narrativas, estímulos para la memoria y la imaginación. […] En resumen, mediante el recurso a la narración, la memoria y la con- versación amigable, podría empezar a surgir una visión más compleja del bien.

Martha C. Nussbaum

6 Cfr. Fernando Martínez Ramírez, “Esquema heroico y comprensión existencial”, en Metapoética, tesis de maestría, México, uam Azcapotzalco, 2014, recuperado de ‹http://zaloamati.azc.uam. mx/bitstream/handle/11191/2401/Metapoetica.pdf?sequence=3›. 7 Julio Cortázar, “El perseguidor”, op. cit., p. 236.

variaciones ¶ 187 todos somos sujetos de ficción

El sendero antropológico: todos somos héroes

Estadios en la jornada mitológica

El héroe, según la lectura psicoanalítica que hace Joseph Campbell sobre el mito, posee características extraordinarias –que nosotros no tenemos– por las cuales suele ser enaltecido o repudiado. Él o el mundo padecen una deficiencia simbólica que debe corregirse para restituir el orden perdido. Ya sea con un triunfo tribal y microscópico o histórico-universal, el héroe debe cumplir una jor- nada. La proeza puede ser física o moral, pero una vez consumada, la vida vol- verá a fluir con nuevas razones, algo se habrá aprendido acerca de ella. Cuenta la epopeya de Gilgamesh, rey de Uruk, que el soberano oprimía terriblemente a su pueblo. Los súbditos, entonces, piden ayuda a los dioses, quienes mandan a Enkidu a luchar contra el tirano para hacerle probar la derro- ta. Enkidu es un salvaje a quien una hieródula o prostituta sagrada lo humani- za mediante el acto amoroso. Ya como hombre, reta a Gilgamesh. La lucha se torna muy pareja y hace posible que los contrincantes se reconozcan como iguales. Se vuelven amigos y juntos emprenden un viaje de aventuras sobre- humanas. Mientras tanto, la diosa Ishtar protege la ciudad de Uruk y le declara su amor a Gilgamesh. Cuando éste la rechaza, la deidad despechada monta en cólera y les envía a los amigos al Toro del Cielo, pero juntos lo matan. Los dioses enfurecen y le quitan la vida a Enkidu. Desconsolado y consciente de que él también habrá de morir, Gilgamesh busca alguna forma de alcanzar la vida eterna y de hacer volver a su amigo. Su búsqueda lo lleva hasta Utanapishtim, a quien el Dios Enlil le concedió la vida eterna por haber salvado del diluvio –que Enlil mismo decretó– a toda su creación. La esposa de este Noé asirio- babilónico le pide a su consorte que se apiade de él y le revele dónde puede hallar la flor de la eterna juventud. Así, Gilgamesh viaja al fondo del mar, al inframundo, y trae consigo el preciado don. Feliz y ya de regreso a Uruk, decide bañarse. En ese momento, la Serpiente Primordial aprovecha la distracción del héroe para engullir la flor. Gilgamesh vuelve a su ciudad con las manos vacías. Sin embargo, algo ha aprendido en su gesta heroica: que no debe maltratar a los que no son fuertes como él y, sobre todo, ha descubierto que la vida sin amigos carece de sentido.8

8 Vid. Gilgamesh o la angustia por la muerte, tr. directa del acadio, introd. y notas de Jorge Silva Castillo, México: El Colegio de México, 1994.

188 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez

La primera etapa de la jornada mitológica es el llamado de la aventura. El destino llama o empuja al héroe hacia la selva oscura, a una tierra distante, a la cima de una montaña o una isla secreta; introduce una crisis en el fluir diario por medio de un heraldo o emisario: la serpiente primordial, el ave agorera, un sueño, la rana del estanque, una lechuza. Casi cualquier signo puede resultar una señal cuando lo que se anhela es vivir. A veces el llamado no se atiende porque el héroe, encerrado en su cultura, pierde el poder de afirmarse a sí mis- mo y se convierte en una víctima que debe ser salvada. Cree estar en lo correc- to y no ve su vida como un engaño. Un ejemplo muy conocido lo representa la Alegoría de la Caverna, de Platón, donde los humanos creen estar en el mundo verdadero, porque lo ven, lo escuchan, lo respiran, lo sienten, e ignoran que hay un saber más allá de la percepción sensible, saber al que podrían acceder si tan sólo miraran detrás de las apariencias, fuera de esa cueva oscura, si no se conformaran con un mundo de sombras. Atendido el llamado, estamos en el camino de las pruebas... Muy pronto, en la jornada del héroe, aparece la figura protectora –el hada madrina, un er- mitaño, Mefistófeles, el maestro o sacerdote iniciador–, que con su figura aterradora o beatífica suministra talismanes y consejos para vencer al dragón o a los demonios. Al avanzar, el héroe se encuentra con “el guardián del um- bral”, que custodia el límite entre el aquí y ahora (hic et nunc) y el horizonte vital: de un lado están las creencias populares, la aldea protectora, la concien- cia, la moralidad, el súper yo; del otro, el inconsciente inexplorado, el bosque oscuro, el terror pánico como proyección de peligros imaginarios. El héroe debe burlar a estos guardianes en forma gárgolas, toros alados, demonios con espadas, tradiciones, moral rancia, a fin de dejar de existir para el mundo. Cuando lo logra, es devorado por lo desconocido. Ya está en “el vientre de la ballena”, en el Templo Interior. La segunda etapa de la aventura es la iniciación, momento favorito de la gesta mítica que comienza con “el camino de las pruebas”, es decir, con la bús- queda de lo trascendental. En nuestra época, donde la herencia mítico-religiosa no representa ninguna experiencia ni guía real que ejerza alguna autoridad moral, es decir, que tenga pregnancia simbólica, el individuo está solo frente a sus demonios: debe asimilar su puesto en el cosmos luchando contra el or- gullo, buscando la belleza, la virtud, la vida, y someterse a lo insoportable. Hay triunfos y éxtasis pasajeros. Sin embargo, el camino es largo y con frecuencia desconsolador. Al final, cuando han sido vencidos los demonios, se produce “el encuentro con la diosa”, matrimonio místico o hierogamia. Se conquista a la mujer, que es símbolo de la vida y de todo lo que puede conocerse, aunque para lograrlo debe poseerse un corazón gentil. El alma triunfante se reconcilia

variaciones ¶ 189 todos somos sujetos de ficción con el mundo, ya sea porque conquista el don del amor o cae, como Edipo y Hamlet, en su tentación, o bien porque aprende a valorar la vida como “estu- che de la eternidad”, donde los contrarios son uno solo, o, finalmente, porque se reconcilia con el padre carnal o espiritual, que deja de tener el aspecto de ogro o mistagogo opresor. El héroe se acepta como el adulto al que se le exi- ge jugar un rol en la tribu.9 No es que se adapte al engaño general de la cultura, o que traiga consigo renovados deseos y hostilidades, pues estas pasiones se han encausado en el viaje, han dejado de ser guías para la acción. Reconocer el esquema ubicuo de la aventura heroica permite enfrentarnos a los ogros que impiden conquistar nuestros ideales, ogros que no necesariamente son personas o cosas, también puede ser el mundo interior. De lo que se trata es de solucionar la falta de correspondencia entre lo que creíamos que la vida era y lo que en realidad es, entre lo que somos y lo que queremos llegar a ser. Vencidas las consternaciones de la ignorancia, al final del camino de las pruebas, la conciencia se libera de sus temores por medio del heroísmo y se alcanza la “apoteosis” de la aventura, el sortilegio del saber, la conquista del buen vivir. El héroe se da cuenta de que la distinción entre eternidad y tiempo es mera apariencia, dos aspectos de la experiencia andrógina total, Yin y Yang, superación de la caída originaria, del bien y el mal; la sabiduría se alcanza y son trascendidas las diferencias tribales. Llegamos a ser más de lo que éramos, o mejor dicho, el héroe es aquello que se ha venido a encontrar. El deseo –madu- rado lentamente–, la hostilidad, el engaño pierden su imperio sobre nosotros; se aceptan los temores y las diferencias como algo real aunque engañoso. La mente “sabe que no es lo que había pensado”, y una calma consigue apaciguar al ego, inicialmente afirmativo y autodefensivo. Con la certidumbre de que todo es uno y lo mismo, llega la conmiseración y los contrarios se reconcilian, en una certidumbre que dice: a pesar de nuestras diferencias, somos iguales. Estamos al final de la aventura de iniciación. El héroe ha cumplido su mi- sión, se ha encontrado a sí mismo y logra “la gracia última” de lo perdurable: la iluminación del santo o del sabio, el reconocimiento de la eternidad que amplía la mente. La aventura, de esta manera, simboliza la ruta hacia la eter- nidad.10 Es decir, el cosmos reencontrado en nuestro interior se manifiesta co- mo expansión, como movimiento que ha conducido hacia nosotros mismos, al héroe que buscábamos a través del obstáculo inventado, en un gesto impere- cedero, palingenético, que conduce hacia nosotros mismos. Palingenesia que

9 Cfr. Joseph Campbell, El héroe de las mil caras, op. cit., primera parte, capítulos I y II. 10 Cfr. ibid., primera parte, capítulo II.

190 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez significa que la aventura arquetípica es circular: el final representa un nuevo comienzo, una regeneración.11 Dice Lao Tse:

Todas las cosas devienen, se elevan y regresan. Las plantas florecen, pero sólo para volver a la raíz. El volver a la raíz es como la búsqueda de la tranquilidad. La búsqueda de la tranquilidad es como un movimiento hacia el destino. Moverse hacia el destino es como la eternidad. Reconocer la eternidad es la iluminación y no reconocerla trae el desorden y el mal. El conocimiento de la eternidad hace al hombre comprensivo y la comprensión amplía la mente; la amplitud de visión trae nobleza y la nobleza es como el cielo. Lo celeste es Tao. Tao es lo eterno. No ha de temerse la decadencia del cuerpo.12

De lo que se trata es de buscar el crecimiento espiritual. Todo depende de los dragones que enfrentemos y los obstáculos que nos inventemos. El arte, la literatura, la filosofía pueden ser guías o caminos posibles. Todo simbolismo, al final, ha de conducirnos a la apreciación inevitable de la totalidad, y también a nuestro vacío, a nuestra indigencia ontológica… Ya estamos preparados para el regreso, última etapa de la aventura. El hé- roe iniciado tiene que entregar sus dones para que la aldea que dejó desam- parada se renueve, sea rescatada. El elegido, por tanto, tiene que volver a entrar en contacto con el mundo de todos los días –donde los seres humanos imaginan ser completos– y soportar desconfianzas y resentimientos. La dificul- tad consistirá en enseñar lo que otros no saben ver, porque se los impiden las pasiones, y el héroe no tiene nada que demuestre su experiencia como no sean sus largas barbas.13 Dos ejemplos terriblemente trágicos en este sentido son el

11 Palingenesia: en griego παλιγγενεσια: παλιv (nuevamente, otra vez) y γένεσις (nacimiento, creación, origen). Escribe Joseph Campbell: “Sólo el nacimiento puede conquistar la muerte, el nacimiento no de algo viejo, sino de algo nuevo. Dentro del alma, dentro del cuerpo social, si nuestro destino es experimentar una larga supervivencia, debe haber una continua recurrencia del ‘nacimiento’ (palingenesia) para nulificar las inevitables recurrencias de la muerte.” El héroe de las mil caras, op. cit., p. 23. 12 Lao Tse, Tao Teh King, 16. Cit. por Joseph Campbell, El héroe de las mil caras, op. cit., pp. 174-175. 13 Cfr. Joseph Campbell, El héroe de las mil caras, op. cit., primera parte, capítulo iii. La jornada del héroe según Joseph Campbell es la siguiente: I. La partida: llamado a la aventura, el heraldo o mensajero, negativa al llamado, encuentro con la figura protectora, el guardián del umbral, el vientre de la ballena. II. La iniciación: el camino de las pruebas (con pequeños triunfos), el encuentro con la diosa (la mujer como destino), la mujer como tentación (se busca un destino más espiritual), reconciliación con el padre (llegar a ser adulto), apoteosis (encuentro con lo uno, el héroe es lo que llega a ser), la gracia última (el vacío conquistado). III. El regreso: negativa al

variaciones ¶ 191 todos somos sujetos de ficción de Sócrates y el de Jesús. Ambos enfrentaron el recelo de sus coetáneos y a los dos los condenaron, al primero a beber la cicuta, al segundo a la crucifixión. De la misma manera, el héroe de todos los días –digamos el maestro–, se tiene que enfrentar a la susceptibilidad despreocupada o insolente de los aprendices, pues todo mundo cree que sabe; o en el mejor de los casos, la gran mayoría está feliz en medio de una ignorancia que no saber verse a sí misma, y que suele confundirse con el rostro de la felicidad, bello si está ligado a la inocencia, ominoso si se erige en mecanismo de obediencia o sometimiento. Una mitología, explica Campbell, no está completa si no cumple cuatro funciones. La primera es propiamente religiosa y consiste “en despertar y man- tener en el individuo una experiencia de temor, humildad y respeto en reco- nocimiento a ese misterio último, que trasciende los nombres y las formas”. La segunda función es proporcionar una imagen del mundo, que hoy está reservada no a los textos religiosos arcaicos sino a la ciencia y, como aquéllos, ésta también languidece. La tercera es “la legitimación y el mantenimiento de un orden establecido”, que hoy cumple a la perfección la ideología burguesa14. Finalmente, la cuarta función es psicológica y consiste en “centrar y armonizar al individuo” en el macro, meso y microcosmos, es decir, con el universo, su cultura y consigo mismo.15 Temor, humildad, respeto, explicación, legitimación de un orden y armoni- zación, todos son términos que tienen que ver con el sentimiento mítico que, si bien de manera profana, aún vive en nosotros. Nos hemos quedado sin dioses, pero nuestros terrores no han desaparecido, tampoco el drama ni la misión he- roica. “Ya sea el héroe ridículo o sublime, griego o bárbaro, gentil o judío, poco varía su jornada en lo esencial. Los cuentos populares representan la acción heroica como física; las religiones superiores dan sentido moral a las hazañas;

regreso, la huida mágica, el rescate del mundo exterior, el cruce del umbral del regreso, posesión de los dos mundos, libertad para vivir. 14 Slavoj Žižek llama “comunista liberal” al mismo que Max Horkheimer llamó “escéptico burgués”. La nomenclatura ha cambiado, desde luego. “Escéptico” y “burgués” –como consecuencia del ascenso rampante del neoliberalismo– ya no están de moda: murieron cuando fracasaron los socialismos reales. Hoy, la nueva izquierda liberal también está contra la religión, pero a favor de la espiritualidad. Si han de confesarse, será con el psicoanalista, no con el sacerdote. Su ética consiste en regresar un poquito de lo que han tomado en demasía, mostrarse caritativos, ofrecer una máscara humanitaria. La ideología es, pues, violencia simbólica. Lo que nos caracteriza hoy es un egoísmo a ultranza, un solipsismo donde todo está permitido mientras, en apariencia y por consigna, no dañes a los demás. Individualismo exacerbado que cancela cualquier otredad. Vid, Slavoj Žižek, Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales, Buenos Aires: Paidós, 2009; y Max Horkheimer, Historia, metafísica y escepticismo, Barcelona: Altaya, 1998. 15 Joseph Campbell, Las máscaras de Dios: mitología creativa, Madrid: Alianza Editorial, 1992, pp. 673-689.

192 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez sin embargo es asombrosa la poca variedad que se encuentra en la morfología de la aventura, en los personajes que intervienen, en las batallas ganadas.”16 La función del mito como forma simbólica,17 como recipiente formal, es agrupar lo disperso, exponer la conexión entre las cosas que la gente hace, lo repetido –pero no vacíos– que son nuestros gestos. Se trata de mostrar lo que hay de eterno en lo contingente, de esencial en lo accidental que, bien visto, puede apaciguar o destruir: lo primero porque es bueno saber que no estamos solos, que nuestra aventura no es in-inteligible y una huella de eternidad mora en cada uno; lo segundo porque destruye las apetencias de gloria a partir de una anhelada distinción que no existe realmente y les quita a nuestras acciones su novedad y funda el escepticismo. Hoy, tras el descubrimiento del inconsciente, de la complejidad de la con- ciencia, y del surgimiento de las filosofías existencialistas, con la desarticulación de los discursos hegemónicos, con la revaloración del poder explicativo del mito y su paralela deflación religiosa, se asume que la búsqueda de nosotros mismos sólo puede estar motivada individualmente. No deja de ser, desde lue- go, el nuevo rostro de la ideología, cuya capacidad mimética es prodigiosa. Nos hemos quedado sin pantomima espiritual que dirija nuestras hazañas, sin valedores divinos que maticen nuestras angustias, sin entidad social cohesiva. Ya no más misión heroica paradigmática: el vellocino de oro, la flor de la eterna juventud, el minotauro vencido, el fuego saqueado, la incursión al inframun- do o al empíreo, toda mora en una psique sombría y la aventura consiste en consentirla, en llegar a ser uno mismo, un individuo, sea lo que eso signifique. Sabemos, por tanto, dónde buscar al héroe, aunque ignoramos el dato definitivo que nos haga sentir nosotros-mismos. La necesidad mitológica per- manece y, no obstante, resulta siempre diferida, como si nuestra indigencia de sentido únicamente hubiese encontrado su coartada moderna. El esquema ar- quetípico del héroe nos dice que la aventura es ubicua y el centro somos noso- tros. Todos somos héroes. Sólo hace falta ubicar al individuo y hacerlo uno con los juegos de la voluntad y los apremios del deseo, para que pueda encontrar en su cultura o fuera de ella la ruta tan largamente buscada…

16 Joseph Campbell, El héroe de las mil caras, op. cit., p. 42. 17 Vid. Ernst Cassirer, La filosofía de las formas simbólicas, tomo II, “El pensamiento mítico”, México, fce, 2017.

variaciones ¶ 193 todos somos sujetos de ficción

El camino de la literatura: la vida es un buen drama

Existe una manera de leer la Poética de Aristóteles18 que –como el esquema del héroe campbelliano– tiene consecuencias antropológicas y pedagógicas, es decir, ayuda a pensarnos a nosotros mismos como los sujetos del drama y posibilita una didáctica de la aventura. Después de siglos de leer esta obra, se ha llegado a una esquematización que funciona, inclusive, en los talleres de creación teatral, narrativa y de guion cinematográfico, y que puede funcionar como consultorio filosófico-literario o pedagogía existencial. Situación inicial. Al principio de toda historia, de todo drama, existe una situación inicial: la vida ofrece un espectáculo de armonía, o por lo menos se está bien en el mundo. Este escenario tendrá que descomponerse para que haya algo qué contar. Pensemos, por ejemplo, en la Antígona, de Sófocles, o en Nosotros los pobres, película clásica del cine mexicano. Antígona vive feliz, está a punto de casarse e ignora convenientemente su pasado. No olvidemos que proviene de un matrimonio incestuoso: es hija de Edipo, quien se casó con su madre tras matar a su propio padre. Nuestra heroína, no obstante, quisiera abjurar, desearía que ese hado funesto no la alcanzara nunca, pero el destino tiene otros planes para ella. Mientras tanto, vive en una situación idílica: pro- metida de Hemón, hijo del rey Creonte, sólo quiere ser feliz. En el caso de Nosotros los pobres, vemos a Pepe –el personaje principal– dándole a la garlopa mientras le canta a La Chorreada “Amorcito corazón…” A pesar de la pobreza, o en medio de ella, se puede vivir con dignidad, y para ellos también existe la promesa de la felicidad. En uno y otro drama, estamos ante dos cosmovisiones distintas, dos mensajes ideológicos por completo di- ferentes, que forman parte cada uno de horizontes éticos peculiares. En el primer caso, el destino es trágico y la heroína no tiene posibilidad de salvación ni física ni moral; en el segundo, el héroe es melodramático, y al final habrá de ser recompensado por todo su sufrimiento. Mientras eso sucede, estamos ante sendas situaciones iniciales, primer momento de la progresión dramáti- ca aristotélica. Peripecia. A Pepe le encargan un trabajito de carpintería y le dan un ade- lanto para la madera. Se lo da a guardar a Chachita, quien deposita el dinero en un hoyo en la pared cubierto con un retrato: sirve como caja fuerte o “co- chinito”. El Fisgón y padrastro de La Chorreada observa el hecho sigilosamen- te y cuando no hay nadie en casa de El Torito, se cuela de manera furtiva y

18 Aristóteles, Poética, tr. Francisco P. de Samaranch, Madrid: Aguilar, 1967.

194 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez roba el dinero, ante la mirada impotente de la abuela cuadripléjica. Este suceso representa precisamente la peripecia19: descompone la suerte de Pepe y da comienzo al drama. En el caso de Antígona, sus hermanos, Eteocles y Polinices, se han dado muerte el uno al otro. El rey Creonte ha ordenado que al segundo se le deje insepulto por haber atacado la ciudad, a pesar de que el vidente y sabio andró- gino, Tiresias, le advierte que esto enojará a los dioses. Antígona, por más que quiso ignorarla, es alcanzada por su estirpe incestuosa y está ante el dilema de si enterrar a sus dos hermanos y cumplir así con las leyes de los dioses o dejar a uno insepulto, como ha ordenado Creonte, y cumplir con las leyes de los hom- bres. Haga lo que haga, algo se va a descomponer. Ante la promesa de una vida feliz o la cólera divina, opta por dar honrosa sepultura a Polinices y respetar la ley divina. Por esto, el rey la castigará y no podrá casarse. Sin embargo, es mejor eso que sufrir el castigo eterno. Cuando sus hermanos se matan el uno al otro, Creonte ordena dejar insepulto a Polinices, lo cual representa el giro trá- gico de la suerte, es decir, la peripecia. Al enfrentar y resolver dignamente su dilema moral, la heroína es alcanzada por su destino trágico.20 Clímax y anagnórisis. Ambos personajes o héroes sufrirán nuevos golpes destinales y su suerte se descompondrá más y más. Una tras otra las peripecias llevarán a una situación liminal –nudo y clímax– donde algo tendrá que suce- der, para bien o para mal. Lo que venga responderá a la cosmovisión carac- terística de cada cultura, al horizonte ético. En el caso de Pepe, héroe melodra- mático, después de perderlo prácticamente todo ante la irrupción de un nuevo enemigo, El Tuerto, y de caer en la cárcel, huir de ella para ver morir a su madre y a su hermana, el destino por fin le vende en baratillo su venganza y reivindica- ción. Por equívocos que sólo alcanzan a los inocentes de espíritu o a los pobres, había sido acusado de matar a una anciana usurera, y los verdaderos asesinos andaban sueltos. Sin embargo, un día también ellos caen en el presidio y nues- tro héroe, tras una lucha agónica contra tres en la celda de castigo o bartolina, logra que el verdadero culpable confiese: “¡Yo soy el asesino! Pepe es inocente!”

19 Del griego περιπέτεια, peripéteia, que significa mudanza repentina, súbita, imprevista. 20 Hegel aprovecha la tragedia de Antígona para hablar de la ley divina y la ley humana como momentos del Espíritu Absoluto. Se trata de dos fuerzas morales encontradas en cuya dialéctica se configuran el papel del individuo, de la familia y de la sociedad. Dos clases de deberes que for- man parte del sistema de la eticidad donde los individuos se desenvuelven. Vid. “BB. El Espíritu”, el apartado “VI. El Espíritu”, inciso A, en G. W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu, México: fce, 1966, pp. 259-285.

variaciones ¶ 195 todos somos sujetos de ficción

Este momento representa precisamente la anagnórisis21 o revelación de la ver- dad, la peripecia que desanuda el drama y pone a cada quien en su sitio. El héroe recupera su vida, su dignidad, su inocencia, porque así está previsto bajo este universo ideológico del sufrir para merecer de herencia judeocristiana… No sucede lo mismo con Antígona. Entierra a su hermano. El rey la castiga y nuestra heroína termina por suicidarse. Hemón, el prometido, busca conven- cer a su padre –inclusive matarlo– pero no lo logra y se quita también la vida. Eurídice, la esposa de Creonte, busca que su marido entre en razón, pero no lo logra, y ante su hijo muerto ella también se quita la vida. Cuando el rey des- cubre que el sabio Tiresias había dicho la verdad, resulta demasiado tarde. La revelación o anagnórisis lo alcanza, como antes alcanzó trágicamente a todos los personajes, empezando por Antígona. Ya nada se puede hacer. El personaje es víctima de sus decisiones, de sus errores trágicos. Estamos ante dos progresiones dramáticas, con su situación inicial, peripe- cia, nuevas peripecias, nudo, clímax, anagnórisis y desenlace. Este último res- ponde casi siempre al horizonte ético, a la cosmovisión, a la cultura, o a cierta intencionalidad estética. Mircea Eliade dice que en las culturas cuyo transcons- ciente mítico responde al esquema orden-desorden-orden, siempre se espera que la vida o el destino termine por regresar lo que una vez nos quitó y la aven- tura resulte sólo una prueba a la que los dioses nos someten.22 Tal es el caso del melodrama. En cambio, en las cosmovisiones escatológicas o entrópicas, que tienen previsto el fin del mundo o la destrucción, los finales suelen ser trá- gicos… De cualquier manera, la vida y su dramaticidad descansan en las peri- pecias, lo mismo que en los desenlaces o finales, tanto para los héroes trágicos y melodramáticos como para nosotros. Vista así, la vida es un buen drama. Todos podemos identificar en nuestra historia personal esos momentos del destino que han resultado definitivos para llegar a donde estamos o para ser lo que somos. Debemos decir, no obstante, que una de las notas paradójicas de las peripecias es que somos ciegos ante ellas cuando suceden, sólo sabemos reconocerlas en retrospectiva, sub specie aeternitatis, cuando el tiempo ha pasado y vivimos sus consecuencias, su dramaticidad. Ellas nos dicen, tácita- mente, que algo hay de inexorable en el azar, que no existe el determinismo absoluto, pero tampoco depende todo de la voluntad, pues muchas casuali- dades forman parte de la aventura: haber nacido, escribir este ensayo, que un

21 Del griego ἀναγνώρισις, reconocimiento, revelación, descubrimiento. Momento del drama en que algo que es ignorado se llega a saber. El ejemplo clásico es cuando Edipo descubre que ha matado a su padre y se ha casado con su propia madre. 22 Mircea Eliade, Tratado de historia de las religiones, México, Era, 1992.

196 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez virus nos confine y modifique la idea de cercanía o de fatalidad. Siempre habrá nuevos terrores pánicos. Y tenemos que cargar con cada parte de este todo –como dice Sartre23–, con lo que decidimos y con lo que decidimos no decidir. Un día, probablemente, estaremos conversando de cómo un enemigo impal- pable transformó para siempre la idea del peligro o de la profilaxis, hablaremos de lo vulnerables que somos y de cómo, a pesar de los espantos, logramos re- ponernos a un encierro casi metafísico para valorar, ahora sí, la mundanidad de nuestra condición, la vida como estuche de la eternidad, y asumir que no podemos seguir jugando a ser Dios… Cuando vemos nuestra vida en su devenir, cada uno de nosotros es capaz de identificar esos momentos en que la aventura nos llama o que la suerte pin- tipara para ser lo que queremos, momentos que luego identificaremos como destinales: en el amor, en el deporte, en el estudio, en la vida misma. ¿Qué sucede cuando convertimos estos dos esquemas –el campbelliano y el aristo- télico– en conocimiento significativo24 o en antropología filosófica? Le decimos al interlocutor que el héroe tiene mil caras o que la vida está llena de peripecias que configuran nuestro paso por el mundo. Colocarnos en el centro de la aven- tura y en el centro del drama es una acción natural, altamente ritualizada, una necesidad psicológica. Podemos usar esta condición como pedagógica exis- tencial, como barrunto del sentido. Antes será necesario sabernos sujetos de ficción.

Periplo filosófico: todos somos sujetos de ficción

Si aceptamos las hipótesis de que cada uno de nosotros somos los sujetos del drama y la vida transita entre peripecias o momentos que fundamentan la experiencia y la memoria, el recuerdo y la gloria; y si la heroicidad se modela

23 Jean Paul Sartre, El ser y la nada, Buenos Aires: Iberoamericana, 1948. 24 En el ámbito de la psicología y pedagogía constructivistas, el conocimiento significativo consiste en relacionar de manera activa –no pasiva– los saberes previos con los nuevos, en un cruce de horizontes de comprensión donde los conocimientos poseídos determinan la manera cómo adquirimos los nuevos y ambos se modifican. Bajo esta premisa, la forma de volver relevante para los estudiantes –y para cualquier persona– la dramaticidad y la heroicidad es hacerles ver que los sujetos del drama y de la aventura son ellos mismos, y que su historia personal tiene que ver con vuelcos de la fortuna y pequeños o grandes heroísmos que cada uno emprende por su cuenta, dentro de la cultura que le ha tocado vivir. Vid. Frida Díaz Barriga y Gerardo Hernández Rojas, Estrategia docentes para un aprendizaje significativo, México: McGraw Hill/ Interameri- cana Editores, 2002.

variaciones ¶ 197 todos somos sujetos de ficción arquetípicamente y en nuestra psique mora la pasión por el obstáculo,25 obs- táculo que cobra las formas de la cultura pero que en realidad es nuestra mane- ra de iniciarnos en los misterios del ser y de alcanzarnos como héroes, entonces podemos abrir nuestra tercera ruta, conjetural toda ella: la ficcionalidad, la fictividad es nuestra condición de verdad. El concepto de fictividad y su adjetivo ficitvo se usan como alternativa a los de ficcionalidad y ficcional, porque se suele asociar estos últimos a lo que no es real, a lo que carece de verdad, a lo fantasioso o imaginario y, por tanto, irrelevante. En cambio, con los primeros se pone énfasis en que los procesos imaginarios –mitos, leyendas, cuentos de hadas, novelas, epopeyas, etc.– dicen algo acerca de quien los acomete, es decir, tienen relevancia epistemológica. Así ha sucedido, por ejemplo, en la antropología, donde se tiene claro que los relatos por medio de los cuales una cultura o una sociedad explica, digamos, su origen, hablan, no de fantasías desbordadas, sino de cómo se piensa a sí mis- ma tal sociedad. Fictivo también pone énfasis en la idea de creación dramática y de configuración narrativa, esto es, cada uno cuenta o acomoda los hechos en función de intereses específicos y de un interlocutor particular. Decir, por tanto, que todos somos sujetos de ficción es asumir que hay una auto-poiesis narrativa y dramática mediante la cual nos situamos en el centro de la aventura; una creación de sí mismo que es al mismo tiempo verdadera y ficcional. Nos creamos cuando nos narramos. Para entenderlo preguntémonos ¿qué somos cuando somos tiempo? Pre- gunta que en la filosofía, desde Agustín de Hipona, resulta complicada porque conduce a aporías, a caminos sin salida. Hay, desde luego, una metafísica de la temporalidad, ligada a Aristóteles Kant, Bergson, Heidegger, Bachelard y Mer- leau-Ponty, pero lo que ahora deseamos plantear es la solución que ofrece Paul Ricoeur a estas aporías. Para el autor de Tiempo y narración,26 la manera cómo el ser humano común soluciona esta aparente incomprensibilidad del tiem- po es a través de un acto narrativo: en la medida en que nos narramos, asimos, atrapamos el tiempo.

25 Denis de Rougemont, al rastrear en la literatura la idea del amor que se tiene en Occidente, descubre que sólo son literaturizables los amores desgraciados. Cuando el amor se realiza, en el matrimonio o con la entrega física, pierde su poder trágico y deja de interesar. Detrás de esta constante literaria vive la pasión por el obstáculo, la idea de que el deseo se alimenta con la carencia y es necesario vencer ritualmente muchos demonios para conquistar el verdadero don del amor. Vid. Denis De Rougemont, Amor y Occidente, México, Conaculta, 2001. Con respecto al deseo y la carencia, vid. Jean Baudrillard, De la seducción, México, Rei, 1992. 26 Paul Ricoeur, Tiempo y narración. Configuración del tiempo en el relato histórico. T. I. México: Siglo XXI, 2000.

198 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez

Gastón Bachelard, en su obra La intuición del instante27, dice que la ver- dadera dimensión de la temporalidad no es la duración, sino el instante. La duración no se puede pensar. Cada uno de nosotros sabe que ha durado, que ha durado tantos años, lo que diga el cuerpo –o la carne, matizaría Merleau- Ponty–, que es el único testimonio de la duración, porque no puede ir a ningu- na parte sin nosotros, y sufre las transformaciones, las inclemencias del “paso del tiempo”. Es imposible recordar –como Funes el Memorioso– todo lo que hemos vivido.

Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol, de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. […] Éste, no lo olvidemos, era incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genéri- co de perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). […] Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba el progreso de la muerte, de la humedad. […] Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer.28

Sé que he durado porque aquí sigo, atado a mi cuerpecito fiel… Lo demás es olvido, envejecimiento, hábitos por donde se ha fugado el ser, o donde lo he guardado para no pensar en él. Entonces, ¿cuál es la verdadera dimensión de la temporalidad? Según Bachelard, es el instante. Salvo esos momentos funda- cionales que por alguna razón han sobrevivido en la memoria, en realidad so- mos olvido, para nosotros y para los demás. Los instantes –las peripecias aristotélicas, los obstáculos arquetípicos– son esos momentos de vida en que tenemos la impresión existencial de que esta- mos absolutamente vivos, momentos que suelen estar ligados a los placeres y a los dolores como criterios en los que descansa el recuerdo y la sensación de vida. Todos nos hemos propuesto alguna vez no olvidar algo, y a la vuelta de los meses, con el paso del tiempo ya no lo recordamos. En cambio, hay cosas que hubiéramos querido no recordar, y ahí siguen, obstinadas, sobrevivientes a pesar nuestro. ¿Qué somos cuando somos tiempo, el instante fundacional que huye hacia la memoria o la duración con sus olvidos? ¿Cómo se configura el recuerdo y cuál es el papel de la voluntad en esta configuración?

27 Gaston Bachelard, La intuición del instante. México, fce, 2000. (Breviarios, 435) 28 Jorge Luis Borges, Ficciones, México: Alianza Editorial, 1989, pp. 130-131.

variaciones ¶ 199 todos somos sujetos de ficción

La verdadera dimensión de la temporalidad es esa sensación de vida que nos deja el instante. La única sensación de que soy un sujeto temporal es el momento vivido. Tal vez termine por olvidarlo, pero el aquí, el ahora, el ser-ahí –diría Heidegger–, eso es el tiempo existencial. La duración tan sólo representa una abstracción, que descansa en mi cuerpo, en mi carne o en una fórmula abstracta, y quizás en todo ese tiempo gastado a través de los hábitos. ¿Cómo solucionamos esta aparente dicotomía o contradicción entre el tiempo co- mo instante –cuya condición paradójica es escapar para permanecer– y la du- ración como una nada que mora en la carne, y que he olvidado, que no sé? Instante. Duración. Recuerdo. ¿Qué es lo que sobrevive en nuestra memoria? Cada uno de nosotros pue- de hacer un ejercicio, mirar en retrospectiva, y descubrir esos momentos fun- dacionales, esos lugares –locus– donde vive el recuerdo, pues todos ellos están alojados, es decir, el tiempo es espacio, está espacializado, el tiempo vive en un lugar. Si el tiempo es instante, entonces hay instantes suspendidos. ¿Qué pasa, por ejemplo, cuando nos preguntan quiénes somos? La sociedad se conforma con el curriculum, con una semblanza, pues en apariencia ahí yacen los mo- mentos supremos y culminantes de mi vida considerada como una aventura, donde triunfa la ideología, la sociedad. En ellos, los demás me reconocen y todos nos alcanzamos unos a otros en esa mecánica de las coincidencias y de las contenciones llamada realidad. Pero nosotros, en nuestro fuero interno, sabemos que hay momentos destinales más importantes que ésos, momentos a los que les inventamos su necesidad porque surgen de la casualidad. “Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla. Tratamos de leer en ella como leen las gitanas las figuras formadas en el poso del café en el fondo de la taza.”29 Al vivir, al interactuar, nos hacemos sujetos sociales y necesitamos estos momentos de coincidencia, de reconocimiento mutuo, de contingencia necesaria. ¿Cómo solucionamos, pues, nuestra condición aporética sobre el tiempo, más allá de la mecánica de las contenciones llamada realidad? Si no podemos recordarlo todo, y solamente sobreviven algunos instantes, fundacionales, de plena conciencia, la solución, dice Ricoeur, llega a través de un acto narrati- vo.30 Unimos esos instantes, elidimos forzosamente todo lo que sobrevive en la carne, es decir, suprimimos los olvidos o lo olvidable, y hacemos como si el instante uno estuviera ligado al siete, y éste al cuatro, que a su vez se explica

29 Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, Barcelona: rba Editores, 1993, p. 52. 30 Paul Ricoeur, Tiempo y narración, op. cit.

200 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez por el dos y el tres, y todos juntos dan cuenta del porqué estoy escribiendo esto... Así tramamos. Hacemos una trama de lo que somos. Pongamos un ejemplo: estamos frente a alguien que ha despertado nuestro interés, digamos una mujer o un hombre. Nos acabamos de conocer. Entonces me narro. Pero omito lo omisible, dado que no nos conocemos aún y quiero dar una cierta imagen de mí mismo. Nos construimos como sujetos narrati- vos, como personajes que quieren ser lo que suponen fictivamente –psicológi- camente– más adecuado. Ya después se enterará de que somos más o menos de lo que decimos, pues también esa persona me construye narrativamente de acuerdo con sus propias expectativas. Ello en el supuesto de que cada quien sepa algo acerca de sí mismo. Sin embargo, puede suceder, como dice el bió- grafo de Johnny Carter en el cuento de Cortázar: “En el fondo lo único que ha dicho es que nadie sabe nada de nadie, y no es una novedad. Toda biografía da eso por supuesto y sigue adelante, qué diablos.”31 Estos actos narrativos los acometemos siempre, de manera cotidiana. Y varían dependiendo del interlocutor y de muchos intereses y contextos. Así lo dice Kundera en La insoportable levedad del ser:

Para Sabina, vivir en la verdad, no mentirse a sí mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, es vivir en la mentira.32

Nietzsche –a quien Kundera sigue en su novela– lo plantea de otro modo. Nos dice que la verdad es esa clase de error sin el cual no podemos vivir.33 Plantearnos de manera libre y radical la diferencia entre lo verdadero y lo falso supondría nuestro fin, una autoaniquilación, porque estaríamos obligados a llevar la ética y los razonamientos hasta sus últimas consecuencias, sólo para descubrir la apariencia en que descansan. Resultamos una humanidad dramáti- ca, gestual. Preferimos ver muecas que atender pruebas. Si no nos mintiéramos un poco, terminaríamos destruyéndonos. La ficcionalización de las conviccio- nes consiste en asumir –sin saberlo– su relatividad, que todo es igualmente

31 Julio Cortázar, “El perseguidor”, op. cit., p. 261. 32 Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, op. cit., p. 115. 33 Friedrich Nietzsche, Ecce homo, México, Alianza Editorial, 1994, p. 17.

variaciones ¶ 201 todos somos sujetos de ficción plausible y puede resultar igualmente verdadero o falso. La dramatización de las grandes poses nos permite vivir saludablemente engañados.34 Esto que hace el novelista, también lo hacen el historiador o el etnógrafo: escogen los momentos que son dignos de contarse. ¿Qué tenemos en común un cuentista, un novelista, un historiador, un etnógrafo, un antropólogo, un pe- riodista, un investigador y nosotros? Que todos unimos lo que aparentemente está inconexo. El historiador, desde luego, tiene pretensiones de verdad, y nos dice que tal hecho llevó a tal otro; desea convencernos con esa verdad. A ve- ces lo consigue, otras no, sobre todo ahora que la historiografía posmoderna asume que el historiador también está en un contexto, habita un lugar social de enunciación, lo que implica ciertos compromisos que lo llevan a ocultar o a no darle valor a determinados datos o acontecimientos, a veces inclusive por intereses de poder. Ello, estrictamente hablando, es un acto configuracional, una trama, es decir, un acto fictivo. Lo mismo le sucede al etnógrafo, que a pesar de sus dos doctorados o toda su formación en esa universidad de prestigio, va a una comunidad, la “estudia”, y trae de regreso una narrativa que resulta completamente ajena al sujeto narrado, el cual no se ve afectado en su vida por este acontecimiento intelectual –salvo el enojo que pueda causarle este “extractivismo” cultural. Este hecho convierte al antropólogo en un sujeto con un discurso de verdad, científico, que al ser visto desde la mirada del otro resulta simplemente un acto ficcional, extraño. Su interpretación ha convertido en acto narrativo lo que él creyó observar objetivamente. Llega con sus pares en la universidad y ofrece una imagen seria –inteligente– de sí...35 Lo mismo hace el escritor de novelas, de cuentos, de crónicas. Entonces el historiador, el novelista, el cuentista, el et- nógrafo, el cronista, el paciente en el diván, todos narramos siempre en virtud de un pacto de lectura, de un interlocutor tácito o explícito, movidos por cier- tos intereses. Se trata, si lo vemos condescendientemente, de un acto poiético, es decir, creativo, casi siempre. El novelista quiere lograr un objeto bello y busca una verdad ficcional a la que llamamos verosimilitud. El historiador, el etnógra- fo o el periodista quieren construir un objeto a partir de un supuesto pacto con la realidad, pacto que también tiene sus pretensiones y cargas ideológicas. Todos tenemos pretensiones de verdad. Actuamos como si ella fuera posible.36

34 Vid. Fernando Martínez Ramírez, “El Yo como ficción”, Tema y Variaciones de Literatura, núm. 52, semestre I, enero-junio de 2019, uam Azcapotzalco. 35 Vid. Clifford. Geertz. El antropólogo como autor, Barcelona: Paidós, 1997. 36 Parafraseo a Camus: “Tal vez la verdad no exista, pero hay que actuar como si ella fuera posible.” Vid. Albert Camus, El hombre rebelde, Buenos Aires: Losada, 1978.

202 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez

Todos tenemos intereses. Y la verdad termina siendo una construcción narra- tiva. Pero hemos de decir que esta pretensión representa una impronta, una huella ontológica: contamos, narramos, queremos ser verdaderos, creer que el sentido está a nuestro alcance: para seducir, para elaborar una imagen, para validar nuestra cultura originaria o cosmovisión, para vivir. Esto es precisamente la narratividad y representa la solución a las aporías del tiempo. Al narrarnos entendemos el tiempo...37 Escogemos los instantes y les inyectamos causalidad. Tramamos. Resolve- mos así el tiempo. Al final, que todos seamos héroes, que la vida sea un buen drama, que todos seamos sujetos de ficción, lo que confiesan de nosotros estas hipótesis es que buscamos el sentido, lo añoramos, lo inventamos, lo hacemos, para así paliar un poco nuestro vacío o darle cauce a nuestra indigencia onto- lógica, a nuestro estado de lanzados siempre hacia otra parte. Somos, pues, sujetos de ficción… Buscamos la secreta conexión entre las cosas, porque luchamos contra la nada que se barrunta, y la fictividad es la cura ontológi- ca contra ese vacío, la cura que precisa de los símbolos que nos arropan y le dan contenido al deseo y una misión fortuita a la voluntad.

Una ruta para el deseo

El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una tra- yectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir.

Milan Kundera

¿Qué pasa si convertimos estos estigmas ontológicos, estas tres hipótesis –an- tropológica, literaria y filosófica–, en modos de conciencia de sí y con ello configuramos una pedagogía de la voluntad, del deseo y del sentido? Es decir,

37 El concepto de autoficción ha sido usado por Serge Doubrovsky para referirse a una clase es- pecial de novela donde la autobiografía se ficcionaliza: el autor es al mismo tiempo narrador y personaje principal, en un juego de espejos que generan una zona de ambigüedad entre la realidad y la ficción. Los contendidos de verdad están en esa zona ambigua entre lo real y lo inventado. Vid. Philippe Lejeune, El pacto autobiográfico y otros estudios, Madrid: Megazul/ Endimion, 1994; Michel Foucault, “Qué es un autor?”, en Entre filosofía y literatura, Barcelona: Paidós, 1999; Serge Doubrovsky, Fils, Paris: Gallimard, 1977; y Dóra Faix, “La autoficción como teoría y su uso práctico en la enseñanza universitaria de la literatura”, disponible en ‹https://cvc. cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/budapest_2013/14_faix.pdf›.

variaciones ¶ 203 todos somos sujetos de ficción si trabajamos sobre la psique y le hacemos notar que muchas de nuestras frus- traciones o incompletudes descansan en falsas creencias, tal y como lo afirma- ban las antiguas escuelas estoica, epicúrea, escéptica y cínica en su búsqueda de la cura contra la infelicidad, pero agregamos un nuevo matiz: que estas falsas creencias representan en realidad muestra mejor coartada para “la buena vida” (eudaimonía). En este mundo de la post-verdad, relativo, tal vez resulte una cura asumir que nuestra indigencia ontológica tiene rutas para el sentido, rutas existenciales que, si no nos hacen felices, sí nos hacen conscientes de que somos el centro del drama, y que en la medida en que existencialicemos y encontremos en esta dramaticidad una construcción de sí fictiva y heroica, tendremos a nuestro alcance una terapia para la voluntad y una ruta para el deseo, o una terapia del deseo y una ruta para la voluntad. Se trata de convertir el supuesto engaño de la cultura o de las ideologías no en falsas creencias –que pueden serlo– o en mistificaciones enfermizas, sino en rutas simbólicas para la aventura y para el sentido. No se trata de asumir de manera acrítica nuestra in- digencia y nuestros condicionamientos, sino de ofrecerles una espoleta para alcanzar los bordes, los límites, los que están justo a la medida de nuestros apremios y de nuestras búsquedas. De cualquier manera, como dice Milan Kun- dera: “El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni enmendarla en sus vidas posteriores.”38 A partir de las tres rutas propuestas –todos somos héroes, la vida es un buen drama y todos somos sujetos de ficción– y de la premisa de que el ser humano es al mismo tiempo un indigente ontológico y un homo symbolicus donde conviven mythos y logos, buscaremos filosófica, psicológica, literaria y antro- pológicamente una pedagogía para el deseo, para la voluntad y para el senti- do que permita construir discursivamente una ontosimbólica de la felicidad.

Promesas

Primero debemos fundamentar literaria, antropológica y filosóficamente las tres hipótesis propuestas, las tres rutas, para que la persuasión llegue vía proto- típica y recale en la psique. Los modelos literarios y míticos, aunque también históricos y culturales en general, resultan un buen mecanismo de persuasión, porque apelan a la sabiduría milenaria y a las conquistas estéticas de cada época. Aquí también se vuelven necesarias categorías como logoi spermatikoi

38 Milan Kundera, La insoportable levedad del ser, op. cit., p. 12.

204 ¶ tema y variaciones de literatura 55 fernando martínez ramírez o ideas seminales (estoicos y neoplatónicos), las cuales se refieren a las causas primeras del ser que moran en todas las cosas ab initio, desde el origen, y que es posible rastrear en todo lo que es; transconsciente mítico o constantes sim- bólicas (Mircea Eliade), que representan indicios de que el ser humano de todos los tiempos comparte, en esencia, una misma sensibilidad mítica, lo único que cambia es la manera cómo esta sensibilidad es revestida por cada cultura y por cada religión; infraestructura antropológica (Gilbert Durand), es decir, la idea de que en el fondo las diferencias entre las personas y las sociedades son sólo tribales: debemos ser capaces de mirar detrás de ellas una misma “con- dición humana”; arquetipos (c. g. Jung), ideas o símbolos de carácter colec- tivo y universal de origen inconsciente. Todas ellas son el sustrato teórico que da cuenta de que las aspiraciones heroicas y las propensiones dramáticas son universales, como universal es nuestra necesidad de estar en el centro del dis- curso, de la narratividad (Paul Ricoeur). El deseo de vivir y de ser es anterior a la cultura, aunque es ésta la que le da contenido y ruta. Se trata de reflexionar sobre esta fuerza innata (conatus) en relación con los signos que la determinan. Debemos insistir en las reflexiones que provienen de la filosofía y del psi- coanálisis, especialmente en una clase de filosofía que se entiende a sí misma como comprensión y pedagogía existencial, que reflexiona sobre las creencias y horizontes éticos, con la intención de entender el carácter social y contextual de nuestros apegos y sufrimientos, como es el caso de las escuelas helenísticas –estoicismo, epicureísmo, escepticismo, cinismo–, las cuales nos ayudan a com- prender que los misterios del deseo y de la voluntad, si no son asimilados en función de las creencias que nos condicionan, terminan por volverse contra no- sotros, es decir, los valores están condicionados y debemos ser capaces de entenderlos críticamente sin renunciar a ellos, no rechazarlos pero sí aceptar su relativismo, pues representan el contexto del drama, del heroísmo y de la fictividad. Se trata de dejar que el logos se deje abrazar por el mythos... En este sentido, asumir “la condición humana” como indigente y volunta- riosa ha sido característico de otras filosofías de carácter existencialista, como la de Arthur Schopenhauer y su mundo como voluntad y representación, y la de Federico Nietzsche y la voluntad de poder que mueve al ser humano. Pero, principalmente, la de Gastón Bachelard, para el cual existe una noción funda- mental que atraviesa cada una de sus poéticas de los elementos –tierra, aire, agua, fuego–. Esta categoría clave es la imaginación creadora o imaginación material, que resulta siempre expresión de ese dinamismo psíquico que ahon- da en el ser y forja oníricamente nuestro heroísmo, el ser que recónditamente soñamos alcanzar. Es como si en nuestro yo más íntimo supiéramos que existe

variaciones ¶ 205 todos somos sujetos de ficción un individuo en profundidad y un elemento material consciente o inconscien- temente preferido pudiera propiciar su expansión. Hablamos de un onirismo activo, de la capacidad de soñar despiertos, de imaginar utopías, donde las imágenes vuelven a ser novedosas porque representan un descanso contra la función de lo real, tan útil para determinados aspectos de la vida, aunque no para animar el poder expansivo del yo. Se trata de una toma de conciencia a partir de la cual el ser se ensancha, crece.39 Buscamos la construcción de una ontosimbólica de la felicidad, una pe- dagogía del sentido, de la voluntad y del deseo, arropada por estas tres hipó- tesis que abrevan de todos los campos del saber arriba expuestos. Aquí es donde deseamos recalar en el psicoanálisis y en la psicología de las profundida- des, para cerrar esta aventura sobre la psique. El proyecto aquí queda abierto, como peripecia o llamado a la aventura…

Fuentes

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39 Cfr. Fernando Martínez Ramírez, Metapoética, tesis de maestría, México, uam Azcapotzalco, 2014, pp. 14-15, recuperado de ‹http://zaloamati.azc.uam.mx/bitstream/handle/11191/2401/Meta- poetica.pdf?sequence=3›.

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variaciones ¶ 207 in memoriam

José Francisco Conde Ortega Sandro Cohen (Atlixco, Puebla 1951-cdmx 2020) (Newark, Nueva Jersey, eua 1953-cdmx 2020)

Permagnum1 No sé por qué las aves cantan…1

La verdad es que me duelen los ojos No sé por qué las aves cantan. [y no quiero habituarme. Des conozco por qué los verdes La necesidad es que las manos me duelan encendidos coronan árboles [y que no pueda curarme. por las mañanas Lo insensible de mis líneas cuando el sol es lo que me vuelve apático, los acaricia como una madre. y tiro de mis débiles fuerzas con la extraña voluntad de perdonarme, No entiendo la electricidad [de sentirme cielo-mundo en movimiento. Que me penetra y me conmueve Porque quiero volver de las sorpresas, Mientras voy pedaleando bajo detenerme en todas las esquinas las primeras gotas de lluvia. y ser el color de todos los cabellos, Tampoco la alegría absoluta para estar en el vuelo de las moscas Bajo el aguacero que limpia y en el rito de todos los soles. De toda tristeza, pasado Poder ser afluente, río O futuro, porque en la lluvia y mágica falda de montaña; El mundo es presente y ahora. y acaso, también, nube de fuego; y dolor, verdad, necesidad de concordarme, nada entiendo de eso, mas sé para después… después… que lo voy a extrañar el día La verdad es que me duelen las manos. en que ya no lo tenga más y sólo vea lo que no fue: el hueco, lo oscuro, la nada.

1 Espina del tiempo Antología personal, Toluca: Gob. 1 Flor de piel, México, Puebla: El Errante Editor, Colec- del Edo. Mex, Summa de días, Colección Letras, 2013. ción El Secreto, 2017.