Torremotxa (Nules, Castellón): Posible Atalaya De Época Andalusí
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
QUAD. PREH. ARQ. CAST. 34, 2016 Torremotxa (nules, Castellón): posible atalaya de época andalusí José Mª García Fuertes* Isabel Moraño Poblador* Jose Manuel de Antonio Otal** Resumen Presentamos unos restos arqueológicos localizados en la partida de Torremotxa (Nules, Castellón), los cuales identificamos, por su técnica constructiva, rasgos arquitectónicos y emplazamiento con una torre andalusí, a nuestro en- tender, clave dentro de la estructuración y control del territorio, especialmente entre los castillos de Shûn (Uixó) y Nules. Palabras clave: Torre, territorio, Andalusí , Plana Baixa , SHUN (Uixó) , Nules. Abstract We are introducing some archeological remains, located in Torremotxa Part (Nules, Castellón), which we identify by their structural technique, architectonic features and location with an andalusi tower. As we understand it is key within the urban planning and control of the territory, mainly between the Shûn (Uxó) and Nules castles. Keywords: Tower, Territory , Andalusí , Plana Baixa , SHUN (Uixó) , Nules. ANTECEDENTES La partida de Torremotxa, perteneciente al término municipal de Nules, queda localizada a unos dos kilómetros al sur de dicha localidad (Fig. 1). Conformada por terrenos pertenecientes a la llanura litoral, actualmente parcelados y dedicados tradicionalmente al cultivo de naranjos, es conoci- da desde el punto de vista patrimonial por alberga los restos del yacimiento de época romana de igual topónimo (Felip-Vicent, 1991). Durante las últimas décadas del siglo pasa- do, algunas de las parcelas de la zona se utilizaron como cantera de arcillas y gravas, las cuales, una vez abandonadas, fueron reutilizadas como ver- tederos. En uno de los cortes de estos últimos, a finales del año 2000, como consecuencia de las escorrentías y desplomes de frentes de cantera, quedó al descubierto parte de un enterramiento de tegulae y, a escasos 3 m de éste, los restos de una estructura seccionada por los trabajos de extrac- ción (Fig. 2). Figura 1. Localización torre de Torremotxa (Nules, castellón). * Arqueolegs CB. Avenida Corazón de Jesús, 125, 5º-9ª. 12600 La Vall d’Uixó. <[email protected].> ** C/ Marquesa Fuente El Sol, 11, 12300 <[email protected].> 239 J. M. GARCÍA, I. MORAÑO, J. M. DE ANTONIO junto a su linde con la parcela 449 y a escasos me- tros del camino de acceso y servicio a dichas par- celas (Fig.1). Sus coordenadas cartográficas son: 742160- 4413948 (ETRS89-30N). EL TOPÓNIMO TORREMOTXA El topónimo Torremotxa queda constata- do por primera vez en un documento fechado en 1310. Claro testimonio, para Felip y Vicent (1991, 11), de una importante construcción que en esas fechas ya está “motxa”, es decir, arruinada. Según nos confirmó V. Felip, el referido do- Figura 2. Vista de los restos en el momento de su hallazgo. cumento, trata de la venta de la “Pobla de Nules”, realizada por Ramón de Moncada, señor del Cas- Dichos restos, inicialmente, por su proximi- telló de Nules, a Berenguer Tovía. En él se precisan dad, fueron asociados con la mencionada villa ro- con toda claridad los límites de dicha venta, siendo mana de Torremotxa, situada tan solo a unos 200 éstos “la Serraleta”, el “Barranc de la Font Fedra”, metros del lugar, barajándose la posibilidad de que “Camí de la Torre motxa”, “L´Aljub”, Terme de Mon- pudieran corresponder a una necrópolis, bien en- cofa y Terme de Mascarell”. terramiento y monumento funerario, bien sepultura junto a una antigua vía o camino, dada la similitud LA ESTRUCTURA DOCUMENTADA que ofrecía el corte de la mencionada estructura con el rudus de las calzadas romanas. Realmente se trata de los vestigios de una En vista de la desprotección en la que que- construcción muy mal conservada, arrasada en su daban los restos, Vicent Felip Semper, Director del parte superior y seccionada por su costado oriental Museo de Medallística “Enrique Giner” de Nules, (Fig. 3 y 4). Los restos documentados correspon- inició los trámites pertinentes para la ejecución de den a su cimentación o base, aparentemente de una actuación arqueológica de urgencia que per- planta cuadrangular, aunque desconocemos sus mitiera su exhumación y documentación. Sin em- dimensiones exactas, no solo por la afección que bargo, durante el proceso, el enterramiento, fue presenta sino también por la imposibilidad de ex- objeto de un expolio que ocasionó la perdida de cavarla en su totalidad al prolongarse bajo la pro- las tegulae visibles y la alteración de los niveles es- piedad vecina (Fig. 8). tratigráficos, inclusive del esqueleto, además de la En el eje NO-SE tiene, al menos, 8´20 m de posible pérdida del ajuar funerario que lo acompa- ancho y el alzado conservado es de unos 1’90/2 ñaba. m. En éste se diferencian dos tramos. El inferior, Debido a las circunstancias acaecidas y de unos 1’50/1’60 m. de alto, se levanta mediante dado que sólo se contaba con autorización para 8 hiladas de bolos, de 15-20 cms, de grosor cada actuar en una estrecha franja de terreno, corres- pondiente al margen de seguridad de la cantera y el huerto colindante, el objetivo primordial de la actuación arqueológica, se centró en la excavación sistemática de lo que quedaba de la sepultura ro- mana y en la documentación de los restos cons- tructivos que la acompañaban. SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO Los restos intervenidos quedan localizados a 1’5 kilómetros al S de la población de Nules y a unos 250 m al SE del Cementerio Municipal. En concreto, se sitúan en el ángulo meridional de la parcela 448 del polígono 29 del término municipal, Figura 3. Vista de los restos de la torre de Torremotxa. 240 TORREMOTXA (NULES, CASTELLÓN): POSIBLE ATALAYA DE ÉPOCA ANDALUSÍ Figura 4. Vista frontal de la estructura. una, caracterizadas por el espigado que confor- man dichos mampuestos, los cuales quedan uni- dos con mortero de barro (Fig. 5 a 7). El superior conforma una solera, de unos 35/40 cm. de espe- sor, más compacta y resistente, realizada con dos hiladas de bolos, de tamaño medio, también en disposición espigada, pero, en este caso, unidos con mortero de cal y barro, rematada con una es- pecie de “enmorrillado”, realizado con pequeñas Figura 6. Vista lateral oriental. piedras bien dispuestas, cubiertas con una lechada de mortero de cal, a modo de pavimento. La inexistencia o indicios de muros de cierre y de restos constructivos en el entorno (mampues- tos, sillares....) nos lleva a pensar que el alzado de los cuerpos superiores, quizás, se levantó median- te la técnica del tapial. Figura 5. Vista lateral occidental. Figura 7. Detalle técnica constructiva. 241 J. M. GARCÍA, I. MORAÑO, J. M. DE ANTONIO Figura 8. Planta y sección torre de Torremotxa. Dadas sus dimensiones, para su construc- ción fue necesaria la apertura, en el terreno natural, de un pozo de cimentación, con rampa de acceso por su lado SE, de unos 2 m. de profundidad y unos 8´50 m. de longitud. La técnica constructiva observada recuerda claramente a ciertas construcciones de la antigüe- dad tardía y, especialmente, a cimentaciones de murallas y torres peninsulares de época islámica. En este sentido, debemos resaltar su similitud con aquellas datadas en la ciudad de Valencia en los s. IX-X (López, Marín, Martínez, Matamotros, 1994) o con las de tapia calicostrada y cronología más avanzada dentro del periodo andalusí, documenta- das en el Castillo de Nules (García, Moraño, 2013). CRONOLOGÍA Resulta sumamente difícil, por no decir im- posible, con los indicios que actualmente dispone- mos, aportar la cronología absoluta de la mencio- nada construcción. De hecho, tan solo se ha recu- perado un fragmento de tegulae reutilizado en ella. La secuencia estratigráfica documentada in- Figura 9. Campo visual efectivo fortalezas. Diámetro 12 km. dica claramente que la edificación se dispone por 242 TORREMOTXA (NULES, CASTELLÓN): POSIBLE ATALAYA DE ÉPOCA ANDALUSÍ encima y corta parcialmente a la sepultura roma- na que allí se encontraba, fechada a mediados del s. II d.C., la cual se convierte en el único término “post quem” obtenido. El término “ante quem” nos lo proporciona la documentación escrita de princi- pios del siglo XIV arriba comentada. Por tanto, sólo contamos con una datación relativa, demasiado amplia, comprendida entre el s. III y el XIII d.C. Tan solo los paralelos existentes en relación a su técnica constructiva y un somero análisis de su emplazamiento con respecto a otros enclaves nos llevan a encuadrarla dentro de las pri- meras fases del periodo andalusí. CONCLUSIONES Como decíamos, las características cons- tructivas de la edificación, especialmente su planta y dimensiones, nos llevan a identificarla con una torre defensiva o de vigilancia de época andalusí. La distribución espacial en la llanura litoral de los principales núcleos defensivos de época is- lámica nos muestra un módulo genérico de unos 11 km., (con una horquilla de entre los 10/12 Km.) Figura 11. Visibilidad entre fortalezas y Torremotxa. Diámetro de distancia entre ellos, considerando que sobre- 12 km. pasada dicha medida se pierde la visibilidad sobre el territorio circundante a cada enclave y, por tanto, su control directo. una posición intermedia entre ambas fortificacio- Partiendo de esa premisa se constata la exis- nes (Fig. 11, 12 y 13). tencia de un control efectivo del sector meridional Los datos son escasos, pero, la ausencia de la llanura litoral, desde Murviedro hasta Shûn total de indicios y vestigios que suelen derivarse (Uixó), a través de Almenara, y del septentrional, de otro tipo de asentamientos islámicos, como las desde el Castell Vell de Castelló hasta el Castell de alquerías, unido a su tipología arquitectónica, nos Nules, a través del Castell d´Almassora y Burriana, lleva a relacionar los restos documentados con una produciéndose, sin embargo, una zona de vacío o desconexión visual en la parte central, es decir, en- tre el Castillo de Shûn (Uixó) y el de Nules a pesar de su proximidad (Fig.