REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS REVISTA

DE ARCHIVOS BIBLIOTECAS Y MUSEOS

(CUARTA ÉPOCA. AÑO I)

TOMO LIII MADRID - 1947 NÚM. ESTAÜES. EVARISTO SAN MIGUEL. 8. l''..\ciiiii Sr. i), jnsí- Ibfnliv MaiU'ii, Miiiistm lU- IMIIHIU i ui N;inimnl, b.iju cuya diii'ccii'm la ciilUir:i fS])iirnil;i iilc;iii/a su m/t\iinn y i'íi;a/ |ili;nitii(J, Í,iis realuiücíi's i'tmsi'í^iiidas por iiiicstni iiiiiiistru, lifiicri diviesos uunilircs: mejoras constantes en ln-i .\i(lii\iis, i.-ii l.is Hiiiliolrfa-% y IMI IUS .Museos esp.iñol.'s; ron-íejo Siipi-rinr de In- vesiii^aciuni'S cieiitííieas, le\- ili: 1 >rileiiaci('iii I'iiivHTsit.iria, "SiTvicio N'acioiial tie Leeliira", etc. Cara el Sr. Iluífurü .Marliii, la Revista de los archiveros, hihlioh'ea- rii)S y ari]iie''lonos l'lsjhiñoli-s no paeile tener, en justicia, otra expresii'in i|n>' la lie nn hiinu'nají' CÍIIÍIIM y Lina adlu'sii'ni Tervorosa. I lililí. Sr. I), Mimn'i ÜuiiliiiMii \- M.LS, I 'iri'iiur (;i>iirr;il ilc AIHÍIÍ\ un \- liÜiü.iii-rns. EL NUEVO DIRECTOR GENERAL DE ARCHIVOS Y BIBLIOTECAS

Si en el número inicial de ,,sfa cuarta é¡H)cá de la REVISTA DE AR­ CHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS nos timos dolorosamcnte obligados a dar cuenta de la muerte del inolvidable /e/e y amigo don Miguel Artigas Ferrando —muerte que significa para el Cuerpo lo) desapari­ ción de una de sus figuras más preclaras en el curso del siglo qun^ ya tiene de existencia—, en esta segunda salida de la REVISTA hemos de congratularnos públicamente de que el alto pwsto que Artigas dejó vacío haya tíenido a ocuparlo compañero tan entrañable comió Miguel Bordonau, compensando en lo pasible el dolor de aquella ¡térdida. Y hemos de reconocer con toda sinceridad qu'e ni el Go- bín^^rno de nuestro CawUllo pudo mO¡strar más acieiio en la eUxción del suoeaor, ni las conveniencias del servicio de Archivos y Biblio­ tecas, en plena reorganización hoy, pudieron haber sido atendidos mejor quie en el presente caso. En efecto: Miguel Bordonau, archi- vero-bibliou cario competentísimo, formado en la mejor escuela profe­ sional, con una cultura histórica y humanística que crranca de ms mejons años en el colegio del beato Ribera, con una capacidad de trabajo singular y batida su ucrividad en los más varios y difíciles cargos profesionales, ru> tiene sólo esas dotéis en su haber formativo; son, además, siete años al frenüe de la átcreiaría de la Dirección Ge­ neral, actuando de «diestro bragO), de Artigas enfermo, com\pen^t.ra- do directamente con las directrices y proyectos del maestro y al tanto de las conveniencias del servicio, las que le han dado, de consuno, el derecho y le han conferido la obligación de sentarse a la mem que nuestro llorado don Miguel dejó abandonada con su muerte, fren- 250 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS

te a los prohh,mas de los archivos y bibUotevas españok's. Por ello, hemos de repetir, el Gobierno de la nación no ha podido, en verdad, halUtr sustituto más vficaz en tal cargo directivo que Miguel Bordo^ ñau, y lencargark la dirección de uno d|e los más eficiicses e indispen­ sables instrumientos de la cultura nacional. La REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS, que tanto deh^' en lesta isu cuarta época al apoyo del nuevo director, que la aU^entc y protege con sus mejores consejos, no puede por mipnos de feUcákarsc y felicitar a todo el Cuerpo porque ello sea asi, haciendo textensitm asimismo su jelicitación al ilustre ministro don José Ibáñez Murtin, poi* el acierto que tuvo al proponer para la Dirección a nuestro queri­ do compañero.

MiguBl Bordonau y Más nació en Valencia en 21 de mayo tíf 1901. Hizo sus primeros estudios, como becario, en el Colegio chl Beato Ribera, de Bnrjasot, distinguiéndosfí por sus aptitudes para el humanismo. Esludió la licenciatura ííe Historia en la Universidad de su ciudad natal, obteniendo a lo largo de ella (Hvet^sos premios y distintivos honoríficos. Se lic*?nció muy joven, y apenas cuntplidos los veinte años, después de brillantes ejercicios de oposición, ingresó en el Cuerpo de Archiveros \en el año 1921. Después de pif^tar ser­ vicio ww el Archivo de la Delegación de Hacienda de Murcia, past) al Archivo General de Simancas, de donde fué jefe con el tiempo. De su estancia y actividad en este importante' establecimiento dejó abundantes pruebas; en él preparó varios volúmenes relativos a hi (h^cnnventación de España en Trento, que se encontraba inédita, y qwe ahora, con motivo rW cuarto épntenario de dicho ConciUo, ha tenido público reconocimiento, ya que de ellos se han desprendido valiosos trabajos de investigación histórica. En el año 1930 pasó a prestar servicios a te Bibliotx^ca Nacional, donde conoció personüiníente o don Miguel Artigáis, recién nombra' do a la sazón (Hi^exWor de nuestro primer centro bibliográfico, con el cual colaboró en la reorganización del mismo. En dicha Biblioteca pronto se. captó el cariño de sus compañeros por sus dotes d¡e afabi­ lidad y compeiiencia, ¡jasando por Sftrentes secciones hasta ocupar la secretaría de ella, cargo para el que se requieren singulares doips organizadoras y de sociabilidad. Con dicho cargo, y tras nuesítw gue- REVISTA BE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS 251

rra de liberación, simultaneó la secretaría de la Dirección General, bajo la jejatura de don Miguel Artigas, que deseargó en él el peso de los muchos asuntos que requerían es¡¡>0cial competencia' y, acierto. En 1945 fué nombraílo inspector general de Archivos, y en febrero ile 1946 pasó a desempeñar la presidencia cíe la Junta de Intercam­ bio y Adquisición de Libros y Revistas para Bibliañoles de invtPstigación, y a su. vuelta, fallecido Ar­ tigas, fué nombrado director general y condecorado con In Erwoinien- •da con placa de Alfonso X el Sabio. Estas son, a grandes rasgos, las notas más caraoUTÍsticMs de la biografía de nuestro director, a quien la REVISTA saluda, con todo 0'" riño, rsp'frando de él r(\sultados beneficiosos para las tareus que el Cuerpo tieiif enconteiulndas (n estos momentos de i ('organización y crecimiento de sus activiilachs. Bordonau puede tener ta seguridad tk' que todo el Cuerpo de Archiveros, Bibliotiecarios y Arqueólogos está a su lado para facilitar su trascendental misión.

ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO AL «DICCIONARIO» DE MUÑOZ,Y ROMERO

POR ÁNGEL GONZÁLEZ FALENCIA

En Madrid (1852) publicó la Real Academia de la Historia su Catálogo de la Colección de Fueros y Cartas Pueblas de Es­ paña; un volumen en 4." mayor, de Muñoz y Romero. Con oficio circular del secretario de la Academia don Pedro Sabáu, fecha 18 de febrero de 1853, se enviaba este Catálogo a varios señores, entre ellos a don Fermín Caballero (1), bien conocido a la sazón como uno de los más doctos en los estudios geográficos de la Península. Don Fermín contestó al secretario desde Barajas de Meló (Cuenca), donde residía habitualmenle, el 22 de marzo, incluyéndole algunas notas sobre el referido Calálogo, unas que adicionaban, otras que corregían y otra? que ilustraban los datos allegados por la Academia. A continuación podrá ver el lector que tuviere paciencia el informe del señor Caballero, que conservo en la redacción ori­ ginal, junto con otros papeles de don Fermín, prontos a ver la luz pública. Las observaciones eran juiciosas y atinadas. La Academia, en sesión de 26 de marzo de 1853, se enteró del informe de don Fermín «con útiles datos v noticias. Se re-

(1) Sobre don Fermín Caballero (1800-1876), me propongo publicar pronto un trabajo biográfico. El curioso lector puede hallar noticias sobre este intere­ sante personaje del siglo XIX en el Boletín de la Sociedad Geográfica

(1) En acta del 11 de marzo de 1853 concia: «Habiéndose circulado el Catálogo de Fueros publicado por la Academia a diferentes personas, pertenecientes al Cuerpo y d« fuera de él, _ que se «upone podrán suministrar algunos dato* para la ampliación o rectificación del mismo, se recibieron contestaciones de los señores don Juan Antonio Suárez, don Domingo Fontán, don José Aparici, don Lucas Garrido y don Manuel Álava de Marín, -encargado del Archivo de la Orden de San Juan. La Academia oyó con aprecio los buenos deseos y ofrecimientos de dichos señores, y acordó que sus oficios se pasaran a la Comisión encargada de las colecciones de Fuero» y Cartas Pue­ blas.» En otra, de 26 de marzo de 1853, se dice que contestan también don Luis María de las Casa» Deza, correspondiente en Córdoba; don Bartolomé Colomer,' en Murcia; don Luis Villanueva, de Exlreniadura, y don Fermín Caballero, desde Barajas, «enviando un extenso informe con útiles datos y noticias. Se recibieron coji aprecio estas contestaciones y se acordó que se pasaran a la Comisión, avi- sándoso al recibo con expresivas gracias al señor Caballero» (Academia de la Historia, libro de actas correspondiente). ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 255 eso cualquier rústico puede notar en el mapa el yerro que se cometió en la situación de su lugar o su rio. De aquí nace cuan necio es quien se gloria vanamente de hacer tal cual re- parillo en obras semeiantes»...» Sin duda alguna, y por lo que luego hemos de ver confir­ mado documentalmente, don Fermín se sintió aludido entre los que ponen faltas por no citar su río o su lugar, ya que la ma­ yoría de las correcciones que hizo al Catálogo se referían a lugares o pueblos de su provincia y de su especial conocimiento. A 4 de junio de 1861 escribía a su buen amigo don José Torres Mena, desde Barajas: «Estoy dando cima a un trabajo para la Academia de la Historia, que ya verá entre mis ma­ nuscritos. Es una verdadera fraterna al académico Muñoz, bi­ bliotecario, etc., adicionándole con muchos centenares de ar­ tículos (desde este rincón y con mis solos libros) una colección de obras históricas que ha hecho en muchos años de penosas tareas. Es confidencial y amistosa la lección, pero la llevará sin remedio. Quería que don Salustiano (Olózaga) la leyera; pero acaso lo dilate hasta pasadas vacaciones del verano» (1). Torres Mena debió de contar a don Fermín, en carta que no poseo, algo sobre la impresión que en Muñoz había causado la noticia de la posible fraterna que le amenazaba. Caballero, en carta a Torres, de 13 de junio de 1861, decía: «cLas noti­ cias qué usted me da del afán del amigo Muñoz, aguijan mi deseo de terminar mis adiciones y enmiendas. Pensaba dila­ tarlo al otoño, pero ahora voy a darle impulso para que cuanto antes vaya a la Academia y pueda ahorrarle a Muñoz algunos malos ratos en buscar lo que yo tengo.» Una consideración de orden material retrasaba, sin duda, la terminación de las correcciones: la falta de un escribiente que ayudara a don Fermín. «El ponejj en limpio mis borradores —decía a Torres Mena en carta de 23 de junio del mismo año 1861—, siempre me ha pesado; pero, al fin, cuando la vista

(1) Esta carta, así como las que signen, dirigidas a Torres Mena, se publi- <-arán, Dios mediante, en el voltunen V de la Biblioteca Conquense, que patro­ cinan el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Ayuntamiento de Cuenca. 256 REVISTA DE AKCHIVOSt, BIBLIOTECAS \ MUSEOS era menos mala lo sobrellevaba alentado porque ganaba algo la corrección y añadiduras. Ahora me es tan pesada esta tarea y quisiera copiar tantos mamotretos, que pienso y repienso mil veces en un escribiente. ¿Quiere usted ayudarme a pensar có­ mo llenaría yo esta necesidad evitando los inconvenientes que me asaltan? ¿Qué clase de persona hallaría yo que me diese gusto en el escribir, que no se hiciese holgazán en la vida lu­ gareña y, sobre todo, que no se acordase en hembras en una casa de tres criadas y largas horas libres del amor? Piense us- teid, repito, en ver si podemos dar solución a este problema difícil.» A 1 de julio confesaba andar perezoso en la corresponden­ cia «por las ocupaciones que me he tomado este año, sobre las del Cerro y Felisín (1), con las adiciones al Diccionario de Muñoz.» Por fin,.a 25 de julio podía escribir a Torres Mena: «I.as «adiciones al Diccionario de Muñoz» están acabadas con fecha 7 del corriente, en limpio de mi letra; pero ni tengo voluntad, ni tiempo de copiarlas, ni quien me las copie, y por esa causa no están ya en su destino. Si va el carrero Jacinto, pienso enviarlo a usted a la cerería de la calle del Príncipe para que me lo haga copiar y lo entregue. El borrador ha va­ riado tanto al ponerlo de segunda mano, que absolutamente no sirve y lo he roto. El juicio de Lasala sobre Muñoz podrá tener algo de fundamento, pero no creo sea por la persona, sino por la naturaleza de la materia en que se ocupa, que no pide crea­ ciones, sino paciencia y trabajo inmensos.» El 16 de agosto mandaba don Fermín su Memoria al se­ cretario de la Academia, con esta carta (2):

(1) «El Orro» era una finca, donde Lacia obras de ampliación de la casa y de plantación de un jardín. Felisín era su hijo, de corta edad, que por aquellos días andaba con la dentición. (2) Se conserva, como las siguientes, en el expediente personal de don Fer­ mín en la Real Academia de la Historia, Archivo de Secretaria. Agradezco a mi buen amigo y compaiíero don Vicente Castañeda, la« facilidades que me ha dado para manejar estos documentos. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 2S7

«Barajas de Meló, 16 de agosto de 1861.

»Ilustrísimo señor don Pedro Sabáu. »Mi estimadísimo amigo y compañero: Ahí va una Memo­ ria para nuestra Academia, que, concluida el 7 del pasado, no he tenido conducto de confianza hasta hoy para remitírsela. «Ausente de Madrid mi buen lector, el amigo Olózaga, rue­ go a usted que haga sus veces; pero no es escrito para leído íntegro, por lo que tiene de indigesto. Bastará que lea usted las nueve hojas primeras y las dos últimas, y a lo más que des­ flore los artículos del catálogo, o por la indicación que hago al final de los más notables, o, lo que será mejor, por la elec­ ción que usted haga de los que le parezca. »Como mi trabajo es una especie de fraterna al amigo Mu­ ñoz, le escribo hoy particularmente, y confío en que usted aña­ dirá sus ruegos a los míos para que no se enoje con quien le quiere mucho y ha procurado tratarle con la mayor conside­ ración. »Sin amanuense que me pusiera en limpio la Memoria y íiin gana de reproducirla, me he contentado con algunas en­ miendas, y me quedo sin copia. ¿Sería usted tan amable que me hiciera sacar una para mi archivo doméstico? «Presérvese usted del calor infernal de esta canícula y dis­ ponga de la franca y cordial amistad de su affmo. q. b.s. m., y>Fermín Caballero.^)

La Memoria la recibió Torres Mena, quien el 20 de agosto pedía hora a Sabáu para entregársela. Sabáu rogaba a Torres <(ue la diese a Isaías Vicente, conserje de la Academia, si no tenía en ello inconveniente; pero si prefería hacer la entrega personalmente o tomarse la molestia de verlo, le indicaba que lo hallaría en casa de cuatro y media a cinco de la tarde. El secretario de la Academia escribía a don Fermín el 31 de agosto acusándole recibo de la Memoria, entregada por don José de Torres Mena, «su antiguo discípulo». «Tendré mucho gusto —decía— en presentar este trabajo a nuestra Academia en la 258 REVISTA D£ ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS primera Junta después de vacaciones, que será el viernes próxi­ mo 6 de septiembre, y entre tanto se ha dado principio a sacar la copia que usted desea, la que le remitiré tan luego como esté concluida.» Sabáu presentó el trabajo de don Fermín en la sesión del 13 de septiembre de 1861. «Recibióse con aprecio dicha Me­ moria —dice el acta—, y se acordó que se leyese en las Juntas siguientes.» Pero no he logrado ver rastro de esta lectura en días posteriores, y sospecho que no se volvería a tratar del asunto. La Memoria de don Fermín no llegó a publicarse, y en la biblioteca de la Academia se conserva el manuscrito original, copiado por el propio autor en Barajas de Meló el 7 de julio de 1861 (1). Las palabras insertas en las dos páginas últimas, y que el lector podrá ver a continuación, explican la situación de ánimo del erudito geógrafo conquense. «Esta corporación —terminaba diciendo— sabrá dispensarme con su acreditada benevolencia la manera de terminar esta Memoria, consideran­ do que, en mi posición especial, he debido protestar contra toda interpretación impropia del texto del P. Burriel, pues ha­ biendo sido público corrector en otra ocasión y apareciéndolo ahora, aunque en el seno de la confianza, cumple a mi interés el que no se atribuya a genialidad lo que nace del noble deseo de servir a la ciencia, sin aspirar a otra recompensa que a la de la propia conciencia.»

•K lie i¡e

Me parece interesante, para los estudios de bibliografía his­ tórica, dar a conocer estas notas de don Fermín. Y agradezco la hospitalidad que les presta la querida REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS en la nueva etapa de actividad a que da principio este año.

(1) Biblioteca de la Academia: 11-13-3, núm. 56. «A la Academia de la Historia el socio correspondiente Fermín Caballero.» Cuaderno de 52 folios, en 4.', en papel con nn sello en seco con las iniciales de F. C, incluidas en »na orla. En ocasiones tiene anotaciones marginales en lápiz, que sospecho sean de mano del mismo Muñoz Romero. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 259

I ADICIONES E ILUSTRACIONES AL CATALOGO DE FUEROS Y CARTAS-PUEBLAS DE ESPAÑA

INFORME

Con el oficio-circular de V. S. fecha 18 de febrero último, he recibido hace pocos días el Catálogo de la colección de fueros y cartas- pieeblas de España, dispuesto por esa Academia de la Historia. No correspondería yo a la honra que me hace ese ilustre Cuerpo invitándome a concurrir a la mayor perfección de su trabajo, si no presentase a su consideración las reflexiones que me ha sugerido la lectura del expresado Catálogo. Desconfío mucho de mi suficiencia al apuntar algunas ideas y advertencias que me parecen conducentes a mejorar la obra; pero como la ilustración superior de la Academia ha de juzgar estos apun­ tes, poco perderá el Catálogo en que se escriban y tramiten, aunque no merezcan acogida, pues me resignaré sin violencia a pasar la plaza de ligero con tal de que no se atribuya a la falta de mi celo y buen deseo. Mis observaciones pueden reducirse a tres puntos: a adicionar, corregir e ilustrar el catálogo impreso.

ADICIONES

Para completar, si es posible, la noticia de todos los fueros y car­ tas-pueblas concedidos por los reyes de España y por los señores par­ ticulares a los pueblos de su señorío, entiendo que sería útil, si ya no indispensable, pasar una escrupulosa revista a los archivos de las casas de grandes y títulos de Castilla. Es cierto que varios de ellos han sido examinados, y que de sus documentos hay bastantes copias en las co­ lecciones que posee la Academia; pero asimimo innegable que todavía han de faltar no pocos, y se obtendrán al cabo, si se genera­ liza el escrutinio y se persiste en hacerlo con nuevo ahinco. Este exa­ men no es tan difícil como pudiera creerse, pues los archivos indica­ dos tienen generalmente índices copiosos y en letra moderna, y sólo habría que detenerse en pocos y marcados originales o traslados an­ tiguos. En prueba de los resultados que podrían obtenerse en los archivos de la nobleza, sirva de muestra el de la casa del marqués de Malpica, que yo he reconocido. 260 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Molpicn.—Villa de la provincia de Toledo, partido judicial de Talayera de la Reina. Privilegio del rey don Fernando IV, dado en Valladolid a 6 de abril de 1307 en favor de su camarero Fernán Gó­ mez, para que los pobladores que fueren a poblar a Malpica sean libres d« derechos.—Cédula del rey don Enrique IV; su data en Segovia, 24 de enero de 1473, por la que consta que a petición de don Perafán de Ribera se declaró libres y quitos a los vecinos de Mal- pica y Valdepusa, de pagar pedido, servicio y otros derechos.—Con­ firmación de los privilegios anteriores hecha por los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, en Madrid, a 8 de marzo de 1477.

Pozuelo (El).—Despoblado contiguo a la villa de San Martín de Pusa, provincia de Toledo, partido judicial de Navahermosa.—Carta de merced y población que el mariscal don Payo de Ribera dio a los vecinos del lugar del Pozuelo en 13 de febrero de 1457 para la pobla­ ción de dicho lugar.

San Martín de Pusa,—Villa de la provincia de Tokdo, partido judicial de Navahermosa. Tenía carta-puebla antes de 1526. No con­ servo la fecha ni el donante; pero se cita varias veces en la carta-pue­ bla de Santa Ana de la Bienvenida, y aún creo que se inserta.

Santa Ana de la BienOenida (Hoy Santa Ana de Pusa).—Lugar de la pi-ovincia de Toledo, partido judicial de Navahermosa.—Carta-pue­ bla de don Payo Barroso, mariscal de Castilla, a 18 de octubre de 1526, en favor de Diego García de Ivope, Blas Muñoz y otros vecinos del lugar de Magán, para que poblasen en el sitio del Canchar una aldea que se llamase Santa Ana de la Bienvenida, concediéndoles in­ munidades y derechos, e imponiéndoles el dozavo de los frutos que cogiesen desde 1531 en adelante.

CORRECCIONES

Cuando se trata de viejos manuscritos y de nombres topográficos, es dificilísimo evitar equivocaciones. Las que me parecen tales en el catálogo son las siguientes:

Annador.—Al designar este despoblado en la provincia de Ciudad Real, entre Villamayor y el Horcajo, se trastorna su situación muchas leguas al occidente de su verdadero asiento. Debiera creerse por di-" cho contexto que Annador estaba hacia las márgenes del Guadiana, entre Villamayor de Calatrava, partido judicial de Almodóvar del Campo y el Horcajo de los Montes, partido judicial de Piedrabuena. Y la verdad es que el despoblado de Annador existe en la ribera del ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLEBO 261

Gigüela, término jurisdiccional de Villamayor áe Santiago, entre esta villa y la de Horcajo de Santiago, ambas de la provincia de Cuenca, partido judicial de Tarancón; todavía subsiste allí un puente que llaman Dañfuior, corrupción, sin duda alguna de D'Annaflor.

Azotan.—No es despoblado. Existe hoy como villa, con unos se­ senta vecinos, con Ayuntamiento, con iglesia parroquial dedicada a Santiago, y se nombra Azutan, en la provincia de Toledo, partido judicial de Puente del Arzobispo, y vicaría eclesiástica de Talavera de la Reina. Si la situación y el nombre no respondiesen de la iden­ tidad, sirva de comprobante que hasta la extinción de los señoríos ha dependido la villa de Azutan del monasterio de San Clemente de Toledo.

Chinchilla.—Ciudad cabeza de partido judicial en la provincia de Albacete.—Falta este artículo, a pesar de que tenía fueros antes de 1375, en que se dieron los suyos a Albacete, según se ha expresado en el catálogo, olvidando la correspondiente remisión.

J'erez de la Frontera.—No es de la provincia de Sevilla, sino de la de Cádiz; y aun ha disputado a ésta los derechos de capitalidad.

Pozuelo de las Torres.—Debe escribirse Pozuelo d'ie Tomes, como se halla en la relación topográfica de 1576; porque el apellido le vino de la inmediata villa de Torres. Así aparece también en el artículo Alcalá de Henares del catálogo, enumei-ando los pueblos que depen­ dían de la ciudad.

Rápita.—Se halla trastocado este artículo en el orden alfabético, correspondiéndole estar entre Ranuca y Rebollera.

Requena.—Ha sido de la provincia de Cuenca, hasta que por R. O. de 30 de junio de 1851 se trasladó a la de Valencia, fijándose el río Cabriel por línea divisoria.

Ruesca,—Más bien será Ruesta, partido judicial de Sos. Así lo persuaden las radicales del nombre antiguo Rosta, y la proximidad del lugar de Míanos, en el mismo partido.

Santa María de Ortigueira.—Es Santa Marta, como se puso en el artículo Ortigueira,

Torres.—Entre los pueblos de la tierra de Alcalá de Henares, del señorío de los arzobispos de Toledo, conocemos hoy en eu partido judicial la villa de Torres, y la villa de Valdetorres. También debieron 262 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

coexistir entrambos pueblos en la época de la concesión óe los fueros, según aparece en la nómina del catálogo, pues Valdetorres consta el vigésimocuarto, escrito de la propia manera que ahora se escribe; y si Torres no se halla de por sí, está Pozuelo de Torres (Pozuelo del Rey en la actualidad), que de aquél tomaba el sobrenombre. Es, pues, natural que el Valdetorres del fuero sea el Valdetorres de hoy, y no Torres, que ignoramos haya tenido otro nombre que el que conserva.

Villavaruz.—Subsiste todavía el pueblo de Villavaruz de Ríoseco, en la provincia de Valladolid, partido judicial de Villalón, adminis­ tración de correos de Ríoseco.

Vinaraloz.—Esta villa, cabeza de partido judicial, en la provincia de Castellón de la Plana, se llama ahora Vinaroz.

Zorita.—En la provincia de Ma

ILUSTRACIONES

La añción extraordinaria con que he consagrado la mejor parte de mi vida al estudio de la geografía patria, y de nuestra nomenclatura topográfica, quizá me preocupe al hablar de este postrer capítulo de mis indicaciones. Tal vez doy a esta materia más importancia de la que positivamente tiene, y sin duda, concibo en ella esperanzas un tanto exageradas. Juzgo, no obstante, que sería útilísimo depurar, hasta donde se alcanzase, la correspondencia de los pueblos antiguos que citan los documentos, con los lugares o sitios actuales; y pienso también que esta topografía comparada no es tan difícil en muchos casos como pudiera sospecharse al ver la parsimonia con que se ha procedido en el catálogo a estampar alguna que otra sinonimia. El examen de los códices, su confrontación y el estudio de las variante^ y mudanzas por que han pasado los nombres locales, de seguro pro­ duciría grandes resultados, ya que no la completa averiguación. Falto yo ahora del primero y más esencial de aquellos datos, ensayaré si­ quiera la ilustración de algunos artículos. En mi pequeña individua- ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 263 liilad, no tengo la obligación de ser tan parco y considerado como el cuerpo literario, lumbrera de la Historia, y yo no acierto a conten­ tarme con 8Ólo saber que Bujeda y Montealegre eran antiguos pue­ blos de las Ordenes, que Pozuelo de Belmente era lugar del señorío del obispo de Segovia, etc., etc.

Bether.—Creo que está mal escrito este nombre, y que acaso es Batea, villa de la provincia de Tarragona, partido judicial de Gan- desa, que también tiene su artículo en el catálogo. Me tundo para opinar así, en que la carta de don Aloúso II de Aragón, año 1181, comprende los territorios de Algas y Batea, pueblos tan inmediatos y ligados en intereses que hoy forman ambos una sola jurisdicción; y en que los dos pertenecieron a la Orden de San Juan, existiendo todavía en Batea la casa denominada «Torre del Castellano de San Juan». No repugna que en la carta de Pedro de Fons, de 1280, se des­ linde a Algas con Batea, y se le conceda a aquélla las costumbres y fueros que Batea tenía; ora fueran éstos los de 1181, que en Algas podían haber caído en desuso, ora los de población, que el maestre Rigaldo dio en 120O. Estos dos pueblos y el de la Rápita, que tam­ bién se cita, son de la castellania de Amposta y han tenido castillos y fuerzas de 9iuy antiguo. Continuas observaciones y ejemplos sin cuento me han enseñado que los nombres locales casi nunca desapa­ recen, aunque perezcan los pueblos que los llevaban, y en el país de que se trata no hallo localidad sino Batea, a que pueda cuadrar el nombre Bether, fácil corrupción desde un Bater o Batea mal es­ crito.

Bugeda.—^Despoblado, dehesa y monte, término jurisdiccional de Almonacid de Zorita, provincia de Guadalajara, partido de Pastrana, enclavado entre las villas de Albalate, Illana y Garcinarro, y despo­ blado de Villanueva la Seca.

Comeso (El).—En las adiciones del catálogo se expresa haber to­ mado este nombre de la «Colección de Floranes», y que Antolínez lo escribe El Cornejo; pero no se resuelve positivamente la duda, por no existir pueblo con uno ni otro dictado. En la provincia de Sego­ via, partido judicial de Santa María de Nieva, confinante con el par­ tido de Olmedo, a que pertenece Portillo, en la provincia de Vallado- lid, existe una venta llamada del Cornejo, dependiente de la estafeta de Villacastín. Natural parece que por mala lección o descuido de los escribientes se mudase Cornejo por Comeso.

Cellaperta.—Es ahora CiUaperlata, pueblo de la provincia de Burgos, partido judicial de Briviesca, bien cerca de Oña. 261 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Haro (Faro).—Tengo por más que probable que este pueblo es, con efecto, la aldea, que en la provincia de Cuenca, partido judicial de B€lmonte, está aneja a la villa de Villaescusa de Haro. Fúndase nú creencia, casi seguridad : primero, en que por todo el territorio donde parece se estudió el uso del iuero de Cuenca, no queda me­ moria de otra población de este nombre; segundo, en que Haro fué en la Edad Media la cabecera de todo aquel distrito y la fortaleza más importante de la comarca; de suerte que, aun emancipadas sus antiguas aldeas y subyugando hoy a la matriz por las vicisitudes de los tiempos, todavía conservan en el sobrenombre el sello de su de­ pendencia : Villaescusa de Haro, la Rada de Haro, Carrascosa de Haro y Fuentelespino de Haro; y, tercero: en que don Diego López de Haro se halló al servicio de don Alonso VIII de Castilla en la con­ quista de Cuenca de 1177, siendo el primero que plantó en el muro el estandarte real, y es de presumir que continuando en la guerra contra los árabes por tierra de Alarcón y de Belmonte, tuviese gran parte en la toma del castillo de Haro, y diese a sus pobladores pl fuero mismo, que el rey había dado a la capital. En la casa de Alba, por el marquesado del Carpió, y en la de Frías por el marquesado de Belmonte, y condado de Haro, creado en 1430, podrán hallarse comprobantes de lo que yo miro como probado.

Momealegre,—Despoblado, dehesa y encomienda de la jurÍMlic- ción de Villatobas, provincia de Toledo, partido judicial de Lillo, entre dicho Villatobas y el Corral de Almaguer, y atravesado por la antigua carretera de Valencia, por Almansa. Moral.—Es, en efecto, lugar despoblado en la jurisdicción de Pa- lenzuela, provincia de Falencia, partido judicial de Baltanás; pero existen en su demarcación tres ediñcios que conservan el npmbre: la venta del Moral junto a la carretera de Valladolid a Burgos; el moli­ no harinero del Moral, cerca de la confluencia del Arlanza y Arlan- zón; y el monasterio del Moral, término de Quintana del Puente. Muño.—En la provincia de Burgos existen los pueblos Avellanosa de Muño, Olmillos de Muño y Santillán de Muño, y el despoblado de Santiuste de Muño, todos comarcanos, del partido judicial, abadía eclesiástica y administración de correos de Lerma. Los sobrenombres personales suelen ser singulares, mientras que el apellido idéntico entre pueblos aledaños indica la existencia de una matriz común, que tal vez era la villa privilegiada por don Alonso XI, villa que asimismo tenía lugares dependientes. Ocañuela.—Se halla en el término mismo de Ocaña; y por una ermita que allí se dedicó a San Miguel, se nombra igualmente el des­ poblado San Miguel de Ocañuela. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 265

palmiches.—En la tierra de Huele no se conoce población, despo­ blado, ni sitio, a que pueda convenir este título, sino la villa de San Pedro Palmiches, que cita dubitativamente el catálogo. Lo raro del nombre quita mucbos escrúpulos, que suelen producir las denomina­ ciones comunes.

Pef.—Debe hallarse,' en efecto, abreviado o incompleto el nombre. Pudiera ser El Peral, villa del partido judicial de la Motilla del Pa- lancar, o bien la aldea y casas de Perona, partido de San Clemente; porque ambos pueblos están cercanos a Alarcón y fueron de su an­ tigua dependencia, en la provincia de Cuenca.

Pozuelo de Belmonte.—Con este título se conoce en las depen­ dencias ecleeiásticas del arzobispado de Toledo el pueblo que vulgar­ mente llaman Pozuelo de la Soga, y que en el orden civil se nombra Belmente de Tajo, provincia de Madrid, partido judicial de Chin­ chón. Nótese que el antiguo condado de Chinchón, enclavado entre las provincias de Madrid y Toledo y dependiente de la de Segovia, no comprendía el pueblo de Belmonte de Tajo o Pozuelo de Belmon- te; y nótese además que modernamente no era de señorío eclesiás­ tico, sino del secular de los marqueses del Castrillo y duques diel Parque.

Sonta María d^ Cortes.—Despoblado que parte términos con las villas de Leganiel e lUana, a la orilla izquierda del Tajo, confín de las provincias de Cuenca y Guadalajara, y de los partidos judiciales de Tarancón y Pastrana. Allí se ve un edificio llamado indistinta­ mente Casa de los Taraices o Casa de Cortes.

VUla Rubia de Ooaña.—Ahora y siempre han designado el mismo pueblo loa dos sobrenombres de Villarrubia. Oficialmente se ha lla­ mado Villarrubia de Santiago, por haber pertenecido a la Orden de este título; pero la denominación vulgar porque se conoce en la co­ marca es Villamibia de Ocaña, a causa de su notoria inmediación y dependencia de esta matriz.

Villaudela,—Acaso sea el despoblado de Villafruela, término de Perales, provincia y partido judicial de Palencia, por sobre encon­ trarse cerca de Husillos; tiene aún una venta y un palacio denomi­ nados ambos de Villafruela. La pequeña diferencia en el medio del nombre, más bien que mutación o corrupción del uso, la juzgo error de escribiente, que puso lul por fru.

Tales son las consideraciones que sobre el catálogo de los fueros me han ocurrido en un primer examen, las que V. S. se servirá ele- 266 REVISTA DE ABCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS var a conocimiento de la Real Academia. Este cuerpo de literatos eminentes hará de ellas el uso y aprecio que mejor estime, bastán­ dome que reconozca mi ardiente deseo de cooperar a sus esfuerzos en servicio de la Patria, y que disimule mis defectos. Dios guarde a V. S. muchos años. Barajas de Meló, 22 de marzo de 1853.

FERMÍN CABALLERO

Señor don Pedro Sabáa, secretario de la Academia de la Historia.

II

ADICIONES E ILUSTRACIONES AL DICCIONARIO DE LOS ANTIGUOS REINOS Y PROVINCIAS DE ESPAÑA. DE DON TOMAS MUÑOZ ROMERO

A la Academia de la Historia, el so­ cio correspondiente, Fermín Caballero,

La obra tres años ha publicada por el señor don Tomás Muñoz y Romero, que lleva por título Dicciomrio hihUográfico-histáñco, es uno de los trabajos literarios que hacen época en el mundo científico, por más que su celebridad no corresponda a las tareas inmensas que cuesta, ni a las ventajas sin cuento que proporciona. Sólo hombres abstraídos entre los numerosos volúmenes de la Biblioteca Nacional conciben certámenes para libros de este género, y únicamente personas consagradas a su estudio cotidiano, con la perseverancia y entusiasmo de los genios especiales, pueden aspirar a semejantes premios y obte- nerlos con gloria. Quien no ha entrañado el fondo de las cosas, quien carece de hábitos de laboriosidad, quien por su peculiar organismo no es dueño de sujetar la imaginación por largo tiempo a serias y pesa'- das investigaciones, quien no tiene, en fin, el sesudo carácter germáni­ co, sino el genio eléctrico de los pueblos meridionales, ni sabe, ni quiere, ni puede hacer esta clase de libros, los juzga mazorrales y mecánicos, como es prosaica la aguja para la dama erudita. Otra clase ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 267

<{e gentes, el mayor número, sólo ve eu estas obras un catálogo alfa­ bético de artículos, más o menos consMlerable. y piensa que se puede formar con la presteza y facilidad que se concibe su sencillo mecanis­ mo, o que se habrá hecho con la comodidad y desahogo que puede sacársele el jugo. Pocos, muy pocos, contados, son los que, penetrando el lleno de operaciones que exigen tareas de nños y más años, y com­ prendiendo lo que un sólo hombre ha trabajado para que miles de miles no se molesten, señalan a un corto volumen de esta índole el precio que merece; por eso son tan raros libros como el del señor Muñoz. Aquellos literatos que, dando suelta a su inventiva, y escri­ biendo en breve tiempo una docena de cuartillas, alcanzan instan­ táneos y universales triunfos en el folleto, en el artículo periodístico, en la novela o en el drama, ¿cómo han de someterse a acompasados, monótonos y oscuros trabajos de escasísimo lustre? No es común fiar a la gloria postuma el premio de los afanes, ni contentarse con mo­ destos elogios académicos, cuando pueden arrancarse ovaciones estre­ pitosas, siquiera sean tan pasajeras como trazadas en el oleaje de arranques involuntarios. Dispense la Academia este exordio de mere­ cidos elogios a la obra del señor Muñoz, que harta necesidad hay de que se encarezcan y celebren empresas de semejante naturaleza, ya qqe la multitud se encarga de embriagar todos los días con sus ¡bra­ vos! a los que siguen opuestos rumbos. Mas al confesar con satisfacción suma el indisputable mérito del Dicdonario bibUográfico^históTioo, c(ebo decir también que no es completo y acabado, ni aun dentro de su propio plan; pues sobre no serlo generalmente las obras humanas, la de que se trata es de primera intención única en su línea, dificilísima, inmensa, y naturalmente debe mejorarse y perfeccionarse en ulteriores trabajos. Y vea aquí la Academia lo que me he propuesto en el presente escrito: añadir, «nriquecer y corregir el Diccionario, tal como se ha trazado, indi­ cando además algunas mejoras de que su planta es susceptible; tarea mucho más fácil y somera que la del señor Muñoz. Aun así parecerá atrevimiento que en pocas semanas de examen, y aislado en un rincón de provincia, ose enmendar obra de tantos «ños de afanes, hecha por quien ha tenido a la mano las mejores bibliotecas y archivos, y la ayuda de literatos, ornamento de la Corte; por lo que conviene que yo explique lealmente que en mi juventud tuve el proyecto de formar una Biblioteca Geográfico-Histórioa Española, bajo un plan tan ex­ tenso, que cabía anchamente dentro de él el del señor Muñoz y Ro­ mero. Al efecto, no sólo hice trabajos de bufete, índices, apuntacio­ nes, extractos de libros, etc., sino que fui adquiriendo, en muchos años consecutivos, cuantos impresos y manuscritos pude hallar vena­ les ; llegando a poseer regular caudal, que se habría acrecentado, a no cortarme el hilo de mis tareas literarias la invasora política que todo lo absorbe en nuestros días. 268 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Antes de presentar las adiciones y enmiendas que me han ocurrido, no estará de más que exponga a la consideración de la Academia al­ gunas mías, que acrediten, y acaso justifiquen mi escrito; y diré, en primer lugar, por qué lo dirijo a este ilustre Cuerpo. Tres medios se me ofrecían de contribuir a que la obra se perfeccione en una se­ gunda edición: enderezar mis correcciones al mismo autor, me pareció lui tanto personal, pequeño y de dudoso éxito, aun contando con la notoria modestia y fina amabilidad del censurado, y con la templanza y buena fe del censor; publicar mis observaciones, lo creí poco caba­ lleroso, tratándose de un compañero, a quien estimo en mucho; juz­ gué, pues, lo mejor darle el carácter de una memoria, de las que el reglamento encarga a los académicos correspondientes, porque así lle­ naba dos indicaciones: la de cumplir un deber de mi puesto, y la de someter a la ilustración superior de la Academia la censura de mi tra­ bajo, que muy bien puede no ser digno de otro destino que el de quedar archivado entre los innumerables papeles que se la presentan. Si mi elección no ha sido acertada, por lo menos no se calificará de imprndente. Otro punto cardinal me conviene esclarecer, en anticipada defen­ sa « las objeciones que pueden, hacérseme, acerca de la inclusión en el vocabulario que adiciono de ciertas obras que no son propiamente históricas. La casi completa colección, que inserto, de libros de aguas medicinales, forma uno de los casos de duda; pero sobre haber en todos ellos noticias relativas a los pueblos, territorios y habiuntes, está justificada mi marcha en el Diccionario mismo, que comprende obras de esta clase en Alange, Albalate, Andalucía, Sacedón y otros artículos. El mejor medio de resolver estas cuestiones de apreciación es analizar las causas que han dado ocasión a semejantes escritos, o sea los que podemos llamar orígenes de esta clase de libros. Trayéndolos concentradamente a un resumen sinóptico, he aquí los motivos de que pueblos, a veces insignificantes, y territorios particulares tengan espe­ ciales historias y descripciones, ya con los títtilos de noticias, calenda­ rio», fundaciones, narraciones, memorias, disertaciones, tratados, apa­ ratos, observaciones y discursos, ya con los de topografías, monogra­ fías, iconografías, retratos, guías, reconocimientos, ensayos, fragmen­ tos, prontuarios, epítomes, sinopsis, bosquejos, resúmenes, y tantos otros como ha ideado el gusto, y hasta el capricho de los escrítoies; trabajos todos encaminados a dar a conocer los lugares bajo cualquier aspecto de utilidad pública, a referir hechos allí acaecidos, acciones señaladas de sus naturales, moradores o huéspedes. _,..,. ^, . .„ ( Templos,circos, fortalezas. Rumas de antiguas poblaaones, villares ) vías acueductos. I. Renombre histórico. Restos de antigüedad que conservan ) Sepulcros, lápidas, meda- \ lias, etc. Haber sido en otro tiempo. '> Metrópolis, caberas, colonias, mansiones. '^ i Regiones y comarcas señaladas.

Basílicas, sedes, iglesias^ conventos, ermitas, santuarios, panteones. Imágenes aparecidas, milagrosas y devotas, sus fiestas y novenas. Importancia reli-. Beneficios eclesiásticos, capellanías, patronatos y sus derechos. giosa Congregaciones, cofradías, esclavitudes, hermandades. Santos, venerables, personas virtuosas, sus vidas y culto.

Fueros, privilegios, cartas-pueblas y exenciones. Alcázares, palacios, muros, (^stillos, torres, atalayas y otras fuerzas. Sitios reales, posesiones del Real Patrimonio, de grandes o señores. I Ferias y mercados, franquicias de puerto o de comercio. Cortes, concilios, juntas, conciertos, pactos, compromisos, con­ cordias. Nacimientos, bodas, vistas, coronacionesj juras, viajes, entradas, Prósperos. recibimientos y fiestas de Reyes, Prínapes y personajes. Milagros, canonizaciones, energúmenos, beatas, erección y re­ edificación de templos. IV. Sucesos notables... Levantamientos, revoluciones, alborotos, motines, muertes. Batallas, defensas, bombardeos, sorpresas, sacos y otros hechos de armas. Adversos. Crímenes de lesa majestad, horribles suplicios, autos de fe y causas célebres. Terremotos, inundaciones, incendios, pedriscos, pestes, epide­ mias y otras calamidades públicas. lO O" De instrucción \ Universidades, colegios, bibliotecas, archivos, etc. to ( Academias, sociedades económicas, institutos, etc. o Penales benéficos v sani-i Presidios y casas de corrección, V. Establecimientos. tarios ^ I Hospitales, hospicios, inclusas, casas de maternidad. ( Baños minerales y termales, aguas medicinales. Industriales i Fábricas, máquinas, artefactos. ( Minas ricas y celebradas.

Viabilidad . \ Carreteras, caminos, puentes y pasos de puertos. VI. Obras públicas. ( Canales de navegación y riego, ríos navegables y flotables. Abastecimiento de aguas, pantanos y lagos. Proyectos de ensanche, alumbrado, limpieza y mercados. S Desecación y desagüe de terrenos, repoblación y colonias. s Pleitos con los señores, con el clero y con otros pueblos. Enajenaciones, egresiones, emancipaciones, reversiones, etc. Reclamaciones sobre tributos, diezmos y franquicias. VII. Expedientes rui­ „. , • 1 • j j ( Capitalidad y dependencia. dosos Disputas y rivalidades 1 *^ J r Jurisdicción. sobre ) , - •* j Montes. ( Limites y mojoneras de Pastos, etc. Uniones, alianzas, confederaciones, mancomunidades. i Volcanes, simas, hundimientos y levantamientos Grutas, cuevas, peñas, tajos, bosques seculares y sitios pinto­ / Naturales. rescos. Producciones notables por su. Calidad. VIII. Bellezas. Abundancia. Jardines, parques, sotos y sitios de recreo. Artificiales. Descripciones poéticas y geográficas. Datos curiosos y estadísticos. En fronteras o límites de otros reinos y pueblos. Situación. En las costas del mar o en puntos estratégicos. Aislados y escondidos en el corazón de las serranías. IX. Localidad. / Civiles, militares, econó­ micas y políticas, ecle­ Formando comarcas. siásticas, de órdenes, nuUius, de abadengo, etc. Demarcaciones. Realengas o de señorío se­ cular. Enclavados dentro de otras, continua o discontinuamente.

Hijos naturales u oriundos. En destinos y posiciones elevadas. Ilustres por sus hechos, servicios y literatura, etc. Residentes ) Curas, beneficiados, monjes y frailes. X. Personajes. Magistrados, jurisconsultos, médicos, farmacéuticos, maestros. Huéspedes célebres que visitaron Transeúntes. .í^„^ Artísticos y descriptivos. viiS*.".'l'.^'!'° e?l1 paí f.^'!:::::::::s ...... : >i r*;^«*f«/.^

De todas las clasificaciones que quedan apuntadas hay repetido» «jiemplos en el Diodonario bibliográfico; y ninguna obra se en­ contrará en mis adiciones que no esté comprendida en alguna de aquéllas. Si por ventura se creyese que pretendo incluir en el plan del autor del Diccionario escritos que no le pertenecen, a quien me señale alguno de ellos le anticipo la promesa de citarle otro igual, semejante o análogo en los publicados por el señor Muñoz. Y como prueba de mi aserto, y de la conñanza con que descubro mis medios de defensa, allá van algunos libros, escasamente históricos, que figuran en el Diccionario : «Razón del arreglo del archivo de la colegiata de Ager». «Epílogo, relación y pintura del castillo de Alamín». «Septenario de la Virgen de los Dolores, de Alcañiz». «La pasión crítica de Cristo, en la Santa Faz de Antequera». «Descripción de la villa del Casar de Talamanca». «Madrid dividido en ocho quarteles». «Informe en Derecho por la Regalía de aposento de la Corte». «Proyecto de Andrés Martí sobre la limpieza de calles de Madrid». «Poema de Ntra. Sra. de los Remedios, de la Merced, de Madrid». «Tablas de vitalidad y mortalidad de Guipúzcoa». «Mapa de San Martín de Sesgleyolas». «Las nueve infantas de un parto. Santa Librada de Sigüenza». «Memoiia sobre el río Vidasoa», etc. Así es que, cotejando mis Adiciones con la obra a que se con­ traen, se hallará una perfecta conformidad, y que me he acomodado cuanto me ha sido posible a la pauta adoptada por el señor don To­ más Muñoz. Y ya que el plan y sistema de la obra he mencionado, comenzaré mi ensayo de mejorarla, sometiendo al superior criterio de la Aca­ demia la decisión de algunos puntos capitales que, en mi sentir, pue­ den reformarse con ventaja. El señor Muñoz ha titulado su Diccionario tt« los antiguos remas, provincias, ciudades, villas, iglesias y santuarios de España, en cuyo epígrafe se nota desde luego amplificación innecesaria y, sobre todo, marcada impropiedad. En cuanto a extensión superficial y sus divisio- nes, no sólo ha comprendido reinos y provincias, sino que incluye además condados (Peraleda, Ribagorza, Rosellón, etc.), vizcondados (Castelló), partidos (Cincovillas), señoríos (Ayala), corregimientos (Calatayud), comunidades (Daroca, Teruel), merindades (Durango), valles (Aran, Baztán), territorios (Cerdaña, Confluent), regiones (Bas- titania. Betuna), veras (Plasencia), desiertos (Bolarque) e islas (Ca­ brera, Casiterides, etc.). En algunos nombres de varia acepción las incluye todas en un solo artículo; poniendo en Aragón (reino) lo concerniente a la corona de Aragón y a la provincia de Aragón; mientras que en otros subdivide los diferentes conceptos en artículos ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 273 especiales, cual sucede en Vizcaya, que está como señorío y como encartaciones, además de los artículos de Provincias Vascongadas y de Vasconia. Respecto a poblaciones y sitios habitados, a más de ciu­ dades y villas, que dice la portada, hay lugares (Ampurias, Barros, Camarena, etc.)> concejos (Pravia), ayuntamientos (Mugia, Navia), colonias (Betis), presidios (Alhucemas), castillos (Alamín, Gozon) y hasta arrabales (Triana). Contiene también, sin mención en el título, ríos (Jalón, Vidasoa), sierras (Cortes, del Piélago) y montes (Peña- escrita). Todavía es más reparable el adjetivo plural antiguos, aplicado a todos los artículos de territorios y pueblos; porque sobre no corres­ ponder esta calificación, y menos en sentido histórico, a gran parte de las poblaciones incluidas, como Aboy, Aranjuez, Barajas de Meló, Casar de Talamanca, Cerezo, Doña Mencía, Escorial, Fernán Núñez, Madrid, Manzanera, El Pardo, Reus, Sacedón, San Ildefonso, etc., hay artículos que expresamente designan cosas modernas, en contra­ posición de otras antiguas. Castilla la Nueva, por ejemplo, es nombre posterior a la reconquista de Toledo; y de Toledo sólo hay un artículo que abraza la ciudad y la provincia moderna, faltando el del antiguo reino. Madrid tiene dos artículos, de villa y de provincia, que ninguno es antiguo; y a Tarragona se la nombra ciudad capital de la pro­ vincia de su nombre, y se la consagra un segundo artículo de la actual provincia, sin ponerlo de la antigua Tarraconense, que abarcaba un tercio de España; y eso que se citan libros referentes a la ciudad como metrópoli extensa, y como rival a Toledo en la primacía. Tales incon­ gruencias desaparecerían sin más que redactar asi el título: «Diccio­ nario Bibliográfico-Histórico de lugares y comarcas de España»; y aún me atrevería a simplificarlo más: «Diccionario bibliográfico-his- tórico de España», ya porque los dos adjetivos califican bastante el asunto, ya por la conveniencia de otra reforma de que me ocuparé en seguida, ya porque la idea de historias locales que el señor Muñoz ha querido poner de relieve en su portada, ni es exacta respecto del conjunto de escritos acumulados, ni puede reducirse a clasificación precisa con las borrosas líneas, que en vez de separarlas las confun­ den. Donde se ven mezcladas la topografía y la corografía, lo parti­ cular y lo general, no oabe la idea exclusiva de las especialidades; porque los historiadores de pueblos cortos no pudieron tejer sus na­ rraciones sin enlazarlas con la historia general. ¡Mártir Rizo, en la de Cuenca, comienza desde la creación del mundo! Gran perspicacia sería menester para encontrar caracteres, ni aun sabor de antigüedad, en los siguientes escritos del Diccionario: «Descripción de los jardines de Aranjuez». «Manual de la provincia de Cádiz». «Relación histórica de] sitio de Ciudad Rodrigo en 1810». «Madrid en la mano». 274 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

«Reseña histórica del glorioso alzamiento de 1840». «La guerra civil de Pamplona, poema, 1847». ((Barcelona cautiva, en 1814». ((Estudios estadísticos sobre Madrid, por la Sagna en 1844». «Valencia vindicada en el carácter de sus habitantes, 1831». Üabiendo omitido el señor Muñoz, y de ipropósito sin duda, ej artículo «España» en su serie aliabética, con temor debo solicitar que ee añada, produciendo en la obra una variación sustancialísima. Sin embargo, no me detengo en proponerla; que buen juez es la Acade­ mia de la Historia para resolver lo más acertado, oyendo las razonen del autor y del adicionador. Contra mí están el hecho del DUxiontírio y el voto respetable de su autor, robustecido con otros de la mayor excepción; discutamos, y si la razón me asistiese, nadie perderá eu que triunfe. Buscando los motivos que impulsarían al autor a suprimir el artícu­ lo «España», como lo omitió el señor Madoz en su «Diccionario geo- gráfico-estadístico», he tropezado con esto : que no cabía en el pri­ mitivo plan del señor Muñoz semejante extensión; que también era extraña la universalidad al programa de la biblioteca; y que el solo artículo de que se trata exigía más trabajo que el resto del abecedario, ofrecía mayores dificultades, y pedja para sí un gran volumen. Si algu­ na fuerza tenían estos argumentos hace cuatro años, la han perdido en su mayor parte con la publicación del Diccionario; este cimiento clama porque la obra se complete; y sean cuales fueren las tendencias del arquitecto que trazó la planta baja, hoy no debemos contentar­ nos con un edificio a la malicia: se necesitan piso principal y cúpula de coronación. Fuera de que ya he dicho, hablando del título, y no me cansaré de repetirlo, que no existe línea divisoria clara y precisa entre las historias generales y particulares, ni el Diccionario ka po­ dido trazarla clara y limpia. ¿No es una incongruencia chocante que leamos en él, León, Aragón y Castilla, coronas qan absorbían casi toda España, y más territorio que la España presente; que hallemos anotados cuantos libros históiicos se escribieron hasta nuestros días de esas vastas comarcas, faltando los que se refieren a su conjunto en una sola monarquía, en la cual vivimos, y la que nos conviene conocer y gobernar? ¿Habrá de prevalecer una razón de escuela, o una clasi­ ficación de mero tecnicismo didáctico, al interés verdadero, (jue ha sido el norte del señor Muñoz, y debe serlo de todos? Las historias del Algarbe y de Portugal, cuando hacían parte de España estos países, entraban en la clase de particulares, y hoy son generales de aquel reino. España, reimión de varias coronas, era una provincia del Im. perio romano. Tetuán, si la conservásemos, se añadiría al catálogo de nuestras ciudades, y todas sus historias particulares vendrían, desde hoy, a enriquecer el Diccionario y la general de la nación española. Descartar el artículo «España» del trabajo en cuestión es, a nii ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 275 juicio, aceptar la análisis, proscribiendo la síntesis; equivale a li­ mitar el uso de una vía férrea a los viajes ascendentes, perdiendo el probedlo del retorno en los descendentes; y, para expresarlo sin me­ táforas, es contentarse con el estudio de lo particular e individual, con el sistema casuístico, y renunciar a la mirada de águila que, desde la alta filosofía de la historia, sirve para generalizar, enlazar y es- plicar la armonía y trabazón de los acontecimientos humanos. Ver­ dad es que los historiadores locales han podido detenerse en porme­ nores y circunstancias que profundizen sucesos especiales; pero no es menos cierto que sin el conjunto de luces de la historia general esas minuciosidades suelen ser apasionadas y mezquinas, sin el inte­ rés que sabe darles el espíritu crítico-filosófico. Lo racional, lo lógico y lo conveniente me parece, que, abarcándose ambos métodos, que reuniéndose toda clase de histerias del reino entero, de sus miembros componentes, de sus pueblos, localidades y objetos, se haga un ar­ chivo completo y una biblioteca íntegra de este género de literatura. Cuánto ganaría la obra con este complemento, salta a la vista menos perspicaz; las infinitas útiles aplicaciones que de tan rica colección de historias generales, particulares y mixtas podrían hacerse, nadie como la Academia sabrá comprenderlo. Aguardo su fallo con con­ fianza y, en todo caso, con propósito firme de obedecerlo. Respecto a las dificultades que tendría el verificar la adición, o yo me engaño mucho, o son menores de lo que ha podido creerse. Seguro estoy de que al señor Muñoz le ha costado su obra duplicado trabajo del que necesitaba para darla esta ampliación; si ya no ha perdido en descartar .papeletas algunos ratos, que hubiera aprobe- chado mejor en recoger otras. Las crónicas generales y los escritos históricos que caben en el artículo «España», por muchos que sean en número, son más conocidos y fáciles de colectar; forman, per lo común, obras latas e infolios siempre notables, en todos tiempos sa­ bidos, y que no se estravían ni pierden con la facilidad que los cua­ dernos sueltos y diminutos. A quien ha tenido la paciencia de ne- buscar tantos libelos, folletos, opúsculos, gacetillas y hasta hojas vo­ lantes, ¿cómo se le habían de esconder las obras magistrales y los tomos voluminosos? Menos dudas se ofrecen para otra adición importante, sin aalir de la pauta misma por el señor Muñoz adoptada. En su libro estái incluidas bastantes crónicas e historias de las Ordenes religiosas; mas han dejado de ponerse no pocas, tal vez por no haber tenido presen­ te la división territorial de estos institutos. Cuando la demarcación adoptada por los regulares coincidía con el nombre de las circuns­ cripciones civiles, han cabido estas crónicas en los artículos «Anda­ lucía», «Aragón», «Castilla», «Cataluña», «Valencia», etc.; pero como algunas Ordenes tenían especiales divisiones y nomenclatura, ha que­ dado manco de estos artículos el Diccionario, o se han colocado las 276 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS citas a inedias y fuera de su lugar propio. Tal sucede, por ejemplo, en Burgas, donde se pone el tomo V de la Medula cisperciense, siendo así que los ocho tomos de la historia de Ja Orden reclamaban su puesto en nn artículo «Císter», segunda congregación de los monjes bernardos. Y como esta clase de datos, siempre poco conocidos, se va anticuando desde la reducción y extinción de los regulares, no j»erjudicará el reproducirlos aquí, para que sirvan de recuerdo y de índice en los sucesivos esfuerzos, encaminados a completar la obra; porque sabido es que cada demarcación eclesiástico-monástica tenía su píidre provincial, su capítulo y, lo que es más del caso, su peculiar cronista, que cuidaba de historiar los sucesos concernientes a las casa» de la provincia y a las personas conventuales. Únicamente he com­ prendido en el siguiente estado aquellos institutos y reglas que te­ nían división territorial reconocida, omitiendo los que por su escasa importancia y corto mímero carecían de ella. Número y tíñ» de divisiones.—Nombre de cada demarcación

San Juan. Dos lenguas S Castilla y León. Militares. ( Aragón. Santiago. Dos provincias \ p?'"^ Priorato de Santiago de Uclés. ( León. Pnorato de San Marcos de León. Benedictinos. Dos congregaciones j San Benito de Valladolid. Casi toda España. ( Tarraconense. Parte de la corona de Aragón. Bernardos. Dos congregaciones \ ««'"Os de Castilla y León. ( Císter. En Aragón y Navarra. Cartujos. Dos provincias \ ^^^^^P' Monacales. Turno 1.» \ Ordenes. Turno 2." 1 Gerónimos. Seis turnos ; I""»» 3° ( Irregularmente entremezclados a! Turno 4." í por todas las provincias. Tumo 5." \ n Tumo 6." / a: ( Andalucía. Basilios. Tres provincias J Castilla. n { El Jardón. Dentro de Andalucía y Castilla. I , Castilla. Predicadores. Tres provincias ^ Aragón. i Andalucía. o Mendicantes. ) Castilla. Aragón. Franciscanos observantes. Catorce pro- I Santiago. vincias j La Concepción. Andalucía. Burgos. Los Angeles. Cartagena. Mallorca. os Franciscanos observantes. Catorce" pro- \ S*" Miguel. vindas J Cantabria. Valencia. Cataluña. Oranada. Terceros seglares. Dos provincias. ( Andalucía. ( León. San Gabriel. San Josef. i Menores descalzos. Seis provincias. San Juan Bautista. San Pablo. San Diego. San Pedro Alcántara. Nuestra Señora de Monserrate. n La Sangre de Cristo. a Mendicantes. < Capuchinos. Seis provincias. Nuestra Señora del Pilar. Ordenes. \ La Encarnación. La Concepción. San Francisco. o Ermitaños de San Agustín. Tres pro­ Castilla. H vincias Andalucía. Ar^ón. San Agustín. Agustinos descalzos. Tres provincias... Nuestra Señora del Pilar. I Santo Tomás de Villanueva. Castilla. Carmelita; calzados. Cuatro provincias. Cataluña. Aragón. Andalucía. San Elias. Carmelitas descalzos. Ocho provincias. El Espíritu Santo. San Angelo. San Josef. Santa Teresa. Carmelitas descalzos. Ocho provincias. San Juan Bautista. San Joaquín. Santa Aiu. Castilla. Trinitarios calzados. Tres provincias. Aragón. Andalucía. El Espíritu Santo. Trinitarios descalzos. Tres provincias. La Concepción. La Transfiguración. Aragón. Mercedaríos calzados. Cuatro provincias Castilla. Andalucía. í Mendicantes ' Valencia. I Mtrcedarios descalzos. Dos provincias. San Josef. La Concepción. Sie! vos de María. Una provincia Aragón. Granada. Castilla. Mínimos. Siete provincias. Valencia. Cataluña. Ordenes. Andalucía. Aragón. Mallorca. San Juan de Dios. Dos provincias Andalucía. Castilla. San Antonio Abad. Dos encomiendas \ Castroxeriz (Castilla), Andalucía e Indias. I Olite (Navarra) y Aragón. ( Toledo. ) Castilla. lesnítas. Cuatro provincias. ) Aragón. \ Regulares. \ Andalucía. Clérigos menores. Dos provincias \ Castilla. I Andalucía. -4 San Camilo. Una provincia España. Madres de Dios. Una provincia. España. 280 BEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

En este ramo de historias de freires y {railes solamente he ¡añaclido algunas en los artículos de aCartagena», «Qidenes militares» y «San Joeé», por ser de los géneros que uienoü conozco; pero estoy seguro de que se hallarán muchas obras recorriendo la serie de provincias del clero regular, con especialidad las de los monjes y mendicantes. Una observación análoga me resta que hacer, dirigida a ensanchar el plan del señor Muñoz, sin desnatxiralizarlo. Fuera un error el su­ poner que todas las historias especiales se contraen a localidades, ni de territorio, ni de población; las hay particulares que no caben en artículos de comarcas y provincias, ni en los de pueblos y sitios, por­ que tienen por fundamento otros objetos y necesidades de la vida so­ cial. Sirva de verbigracia la ganadería mCsteña, de cuyo origen, causas y vicisitudes escribieron el Padre Sarmiento y otros autores. EstOs libros históricos, que por su especialidad y por mil consideraciones deben enriquecer el Diccionario, no tienen en él colocación conve­ niente sino de dos maneras: o en artículos peculiares que se añíadan, o en el artículo general de España, que propongo, convenientemenio clasificado y dividido. No hablaría de las incorrecciones o erratas que en el examen del Diccionario he cogido al vuelo, porque su pequenez me inclinaría a olvidarlas; mas encaminándose mi escrito a que aquél se perfeccione cuanto sea dable en nuevas ediciones, no conviene que se dejen per­ der ni aun las más leves enmiendas. A Hítete se la califica de vMa, siendo ciudad desde el año de 1428; el artículo «Canarias» concluye con la remisión: «V Laguna (isla) y Tenerifey,, debiendo decir -. V.—Laguna (ciudad) y Tenerife (isla); al número 27 de «Madrid) se pone imprenta de Jesús por imprenta de Yenes; en la letra P se colocan las Provincias Vasx^ngadas, rigiéndose por el genérico, cuan­ do debían estar en la V, Vascongadas (provincias), que es el nombre propio apelativo; y otro tanto sucede en Sierra del Piélbgo, que de la S debía pasar a la P, pues el título distintivo de la Virgen es Nuestra Señora del Piélago, por más que se halle situada en la siena del mismo nombre. Espuestas con el oportuno laconismo las consideraciones previas, ctsí generales como particulares, que me han ocurrida acerca del Dir- cionario hihUográfico-histórico del señor don Tomás Muñoz, entro en la parte esencial de mi trabajo, que es el catálogo de los escritos pu­ blicados e inéditos que echo de menos en la espresada obra. Al in­ sertarlos sigo el mismo orden y la propia forma que el autor, seña­ lando con un asterisco (*) las obras que poseo en mi librería par­ ticular. No me he detenido en anotaciones y noticias de los libros que adiciono, porque rae falu el tiempo necesarioi por no hacer estensa en demasía esta memoria y porque no considero tan de mi compe­ tencia ese trabajo como el hacer la colección de los escritos. Sin em­ bargo, en los casos especiales que lo requieren, como en los manus- ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 281 critos, doy una ligera idea de ellas, sin perjuicio de ampliarla o de exibirlos si se creyese oportuno. Tampoco he numerado las obras comprendidas en cada artículo, por ser su inserción transitoria; )a colocación de este apéndice, y de otros muchos que se harán, corres­ ponde de derecho al autor del fondo principal del Diccionario, que sabrá intercalarlos según el orden que ha establecido o en otro que pueda creer más conveniente, aconsejado por la esperiencia y por más hábiles censores. He aquí mis adiciones:

ADELLÁ DE LA CONCA. Villa de la provincia de Lérida. Libro de las aguas potables y milagros de la iuente de Nuestra Señora de Abellá, por Fr. Blas Verdú. Barcelona, 1609. Un tomo en 8.*" AGREDA. V. RIOJA. AiNSA. Villa de la provincia de Huesca. * Exposición del Ayuntaraiento constitucional de Ainsa al sobe­ rano Congreso, en agradecimiento de haberla hecho cabeza de partido. Un pliego en folio, sin año ni lugar de impresión; pero el documento está (echado a 16 de febrero de 1821. * Contestación del Ayuntamiento de la villa de Ainsa a la expo­ sición hecha a las Cortes por el de la villa de Boltaña, en solicitud de que se la elija cabeza de partido. Zaragoza, en la Imprenta de Andrés Sebastián. Año de 1823. Trece pliegos en 4.°, con datos y noticias históricas de Ainsa, ALANCE. Villa de la provincia de Cácere». * Monografía de las aguas y baños minerales de Alange, por don Julián de Villaescusa, doctor en Medicina y en Cirugía, actual di­ rector del establecimiento... Madrid, 18.50. Establecimiento litográfico- típográfico de D. Saavedra y Compañía. Un grueso volumen de 494 páginas, en 8.° francés. ALARAZ. Villa de la provincia de Salamanca. Escrutinio phísico-médico-miecánico-químico-chirúrgico sobre las especiales virtudes de las aguas de Alaraz y Muchana para la más exacta curación de rebeldes dolencias... Contiene una disertación so­ bre el manná que se obser\'ó en varios pueblos de la inmediación de esta ciudad de Avila... Por don Francisco Alonso Esteban y Lecha. Salamanca, 1753. Un tomo en 4.% notable por el titulo y por la disertación del maná. Hay otra edición, que puede verse «n el articulo «San Ildefonso». ALBACETE. Villa capital de la provincia de su nombre. * Real cédula de S. M. y señores del Consejo, por la cual se aprueba el reglamento formado para el desagüe de las lagunas do la villa de Albacete. Año 1805. Madrid, en la Imprenta Real. Tre» hojas en folio. 282 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

ALBARRACÍN. V. Teruel. ALBERGA (LA). Villa de la provincia de Cuenca. * Noticia de las escavaciones y antigüedades del cerro Montejón de la Alberca, por don Francisco Eugenio Tribaldos. Ms. con plano del cerro y dibujos de lo» objetos hallados hacia 1840. ALBUERA (LA). Villa de la provincia de Badajoz. Batalla de La Albuera. Un cuaderno con dos planos de la batalla dada el 16 d« mayo de 1811 a Io« franceses, que está anunciada como venal en un catálogo de libros- de la libre­ ría de Rezóla. ALBURQUERQUE. Villa de la provincia de Badajoz. * Real cédula de S. M. y señores del Consejo, por la que se aprue­ ba la observancia del fuero denominado Del Baylio, y manda que todos los tribunales de estos reinos se arreglen a él para la decisión de los pleitos que sobre particiones ocurran en la villa de Alburquer­ que y demás pueblos donde se ha observado... Año 1778. En Ma­ drid. En la Imprenta de Pedro. Marín. Dos pIiego« en folio. ALCALÁ DE HENARES. Ciudad de la provincia de Madrid. * Del número 1 que pone el Diccionario tengo otra edición, hecha en Madrid en la oficina de don Benito Cano, año de 1793, en 4." * Fueros de Alcalá de Henares. Año de 1407. Ms. de nueve hojas en folio, firmado por el arzobispo de Toledo Didacus Re- migii a 11 de marzo de 1407, refiriéndose a fueros anteriores del siglo XIII. * Provisión del señor emperador Carlos V, con inserción y apro­ bación de la escritura de concordia hecha por el eminentísimo y re- berendisimo señor don Juan Tabera, cardenal y arzobispo de Toledo, con la iglesia magistral de San Justo y Pastor y la Universidad Je esta villa de Alcalá. ' Un cuaderno de 21 páginas en folio, que, aunque »in lugar de impresión, debió estamparse en Alcalá. * Real cédula de don Felipe II, dada en Madrid a 11 de diciembre de 1592, aprobando las ordenanzas que tenía hechas la villa de Al­ calá de Henares. Seis hojas en folio, sin lugar ni año, annqtie hacen creer que se imprimió en Alcalá estas palabras o nota con que termina el impreso: «El año de 1592 re dieron ertas ordenanzas, y entonces era villa; y desde el año 1685 e« ciudad.» * Memorial de la santa iglesia magistral de la ciudad de Alcalá al eminentísimo señor don Luis Manuel, cardenal Portocarrero..., en que suplica rendidamente a Su Eminentísima se digne proteger ante la Santa Sede la no alteración en cláusula alguna de los rezos que usa la dicha iglesia en las festividades del martirio y traslación de sus ínclitos tutelares y adorados mártires San Justo y San Pastor. Treinta y siete páginas en folio, cou una lámina grabada con el año 1684. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 233

Siguen dos esposiciories a Su Santidad, en latín una y otra en castellano, coa 17 bojas en folio. Debe ser edición d« Álcali, aunque nada se espresa. * Jurídico apuntamiento por la justicia que asiste a la aanta igle­ sia magistral de la ciudad de Alcalá de Henares... sobre que compela a la Justicia y Regimiento de dicha ciudad... recojan, alimenten y remitan a la real casa de Santa María y San Joseph de la Inclusa de Madrid los niños que se hallaren expósitos en las puertas de dicha «anta Yglesia magistral. Eacribile (sic) el doctor don Andrés de Pitilla y Ruesga, etc. Sesenta y cuatro páginas en folio, sin año ni impresor, aunque parece edición

ALHAMA. Villa de la provincia de Murcia. "" Memoria sobre las aguas minerales de Alhama de Murcia, que comprende su análisis y terapéutica. Por don Agustín Juan y Povedal. Murcia, 1799. Un folleto en 4." Memoria sobre las aguas minerales de Alhama de Murcia, por don Nicolás Sánchez de las Matas, 1841. Inédita en la Academia de Medicina de Madrid. * Memoria sobre las aguas minerales de la villa de Alhama de Murcia, por don José María del Castillo, Murcia, 1845. Folleto en 4." Memoria sobre las aguas minerales de Alhama de Murcia, por don Francisco Javier Sáez, 1846. Inédita en el Ministerio de la Gobernación. "* Memoria sobre las aguas minerales de Alhama de Murcia, por don José María del Castillo. Murcia, 1848. Folleto en 4.°, distinto del de 1845. V. Nules. ALICANTE. V. Júcar. ALMADÉN. Villa de la provincia de Ciudad Real. * Memoria sobre las minas de Almadén, por don Rafael Cavani- llas, director general de las del Reino. Madrid, Imprenta del Colegio de Sordomudos, 1838. Cinciienta y una páginas en 8.° mayor. ALMAGRO. V. Ciudad Real. ALMENARA. Villa de la provincia de Castellón. La obra que el señor Muñoz titula Disertación histórica-crítica en tres cuadernos, exist« en mi librería con esta portada : *" Carta primera (segunda y tercera). Crítica sobre Uta antigüedades ée la vülai de Almefwra y su famoso templo de Venus, dirigida al R. P. M. Fr. Bartolomé Ribelles, coronista de la'ciudad y rdno de Valencia... Por don Vicente Plá y Cabrera... Valencia, Imprenta de Muñoz y CÍO'., 1821. En las tre* cartas sostiene una polémica con el Padre cronista, en término* dnrisimos y personales. ALMERÍA. V. Granada y Gador (Sierra). ALMOCHUEL. Villa de la provincia de Zaragoza. * Real cédula de S. M. y señores del Consejo, por la que se aprue­ ba el plan y acta de población de la nueva villa de Almochuel de San Agustín, que para bien del Estado y de la Dignidad ha construido a sus expensas el YUustrísimo señor don Agustín de Lezo y Palomeque, arzobispo de Zaragoza. Zaragoza, 1788. En la imprenta de la viuda de Blas Miedes. Cincuenta y cinco páginas en folio. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 28S

ANDALUCÍA. Demarcación geográfica, que comprendía los cuatro anti­ guos reinos de Sevilla, Córdoba, Jaén y Granada. El examen de las aguas, que pone el señor Muñoz al número 8, y de que sólo ha visto el tomo primero, consta de tres tomos en octavo; así la edición de Baeza de 1793, de que tengo un ejemplar de gran­ des márgenes y lujo, como la de Madrid de 1794, que imprimió la viu­ da de Ibarra; y como otra tercera de Madrid, que de orden superior se imprimió en la Imprenta Real, por don Pedro Pereira, en 1798. Relación de los lugares marítimos que tiene la costa de Andalucía en el distrito del duque de Medina Sidonia, capitán general de ella. Mae. en folio de la Librería del Rey, según León Pinelo en «a Epítome, lomo III. Biblioteca Geográfica, núm. 1.404. * Viaje estadístico por las costas de Andalucía, en carta a don José Mariano Vallejo, por don José González y Montoya, 1821. Veintisiete página» en 4.°, sin lugar de impresión. * Apuntes para una memoria sobre el comercio de los vinos de Andalucía, y especialmente el que pioducen las provincias de Cádiz y Huelva. Cádiz, año de 1822. Imprenta de Reguero, calle Ancha. Veinticuatro páginas en 4,° "* Parte histórico que ha dirigido al Gobierno el general don Pe. dro Méndez Vigo, sobre las ocurrencias de Andalucía en el último septiembre. Madrid, Imprenta de Sanchiz, 1841. Treinta y «ei» páginas en 4." ANDOSBA (Valle de). República del Pirineo, en lo eclesiástico del obis­ pado de Urgel, en Cataluña. * Resumen histórico de las razones sólidas en que se fundan lo» obispos de Urgel para mantenerse en la posesión de la soberanía de Andorra. Copia del manuscrito que existe en la Real Academia de la Historia. U-30. Manual digesto de los valles de Andorra, por don Antonio Fiter y Rosell, encargado en 1748 de arreglar el archivo de dichos valles. Ms». de que hay solo tres copias: la original, en dicho Archivo, muy guar­ dada y reservada; otra, en poder del síndico de la república, y otra, en el del obispo de Urgel. El primer libro, de los seis en que se divide, trata latamente de la historia y privilegios de los valles. * Memoria acerca de la soberanía que corresponde a la nación es- pañola en el valle de Andorra, como a parte integrante de la provincia de Cataluña. Que dirige al Soberano Congreso Nacional el ciudadano Antonio Valls, capitán retirado de Ynfantería. Barcelona, en la Im­ prenta Constitucional de Juan Dorca, año 1820. Veinte páginas en folio. * Relación sobre la Valí de Andorra del R. F. F. J., provicari de Anyos, casa de la Valí. Any 1838. Toulousse, Imprimiere de Ph. Mon- taubin. 286 HtVISTA OE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

FoUeto de 48 páginas en 8.°, en idioma catalán. El autor es «1 Reverendo Padre Tomás Jonoy. * Histoire de la Vallée d'Andorre et de ses rapports avec le ci-devant comte de Foix, aujourd'hui formant le depart, de l'Ariege. Par M. J. Sans cadet (du Bourgmadame). Toulouse, A. N. Dours, 1842. Tomito de 130 páginas, en i." * Historia de los Valles neutrales de Andorra, por don Bonifacio Ufrich, teniente coronel, comisionado especial del Gobierno de S. M. C. cerca del de Andorra en San Julián de Loria, a 15 de agosto de 1844. Copia del manuscrito original. ANTELA. Laguna de la Limia, provincia de Orense, * Memoria sobre el desagüe de la laguna de Antela o de la Limia en la provincia y obispado de Orense, reino de Galicia. Por el Dr. don Juan Manuel Bedoya, canónigo cardenal de la S. I. C. de Orense, e individuo de la real Academia de la Historia. Orense, diciembre de 1831, oficina de don Juan María de Pazos. Treinta y cuatro páginas, en i." Consta que el primer pensamiento de desagüe lo concibió el corregidor de Ginzo en 1825, don Julián Touves; que lo promovió una representación de don Domingo Rodríguez Nieto en 1827, que produjo una real orden y fondos del comisario de Cruzada don Manuel Fernández Várela. ARAGÓN (Reino de), y corona y provincia. * Ordenanza de las armadas navales de la corona de Aragón, apro­ badas por el rey don Pedro IV, año de 1454. Van acompañadas de varios edictos y reglamentos... Copiadas por don Antonio de Capma- ny, con orden de S. M. del archivo del maestre racional de Cataluña y del real y general de la corona de Aragón... Madrid, en la Imprenta Real, 1787. Un tomo en 4." marqnilla. * Anales de Aragón del año 1500, por don Josef Lupercio Panzano Ibáñez de Aoiz. Zaragoza, por Pascual Bueno, 1705. Un tomo en folio. * Proceso que se fulminó contra Antonio Pérez, secretario de Es­ tado y del despacho tmiversal del rey don Felipe II y de su mandado, sobre la muerte de Juan Escobedo, criado y secretario del señor don Juan de Austria... Juez, el licenciado Rodrigo Vázquez de Arce... Alcal­ de que le prendió el día 29 de junio de 1579... El licenciado Alvaro García de Toledo. Escribano de la causa, Antonio Márquez. Año de 1578. Ms. de 118 hojas, en 4.°, qu« comprende el extracto de toda la causa hasta la relación de las justicias hecha» en Zaragoza e

Discurso instructivo sobre las ventajas que puede conseguir la in­ dustria de Aragón con la nueva ampliación de puertos. Por el doctor don Antonio Arteta. Ms. en folio qoe existia en la librería do los condes de Torralba y Talara en los Mercedarios Calzados, según el índice de la misma. * Noticias de Aragón. Ms. original de don Juan Francisco Andrés Ustarroz, escrito desde 1637 a 1642, en sn mayor parte relativo a antigüedades romanas. Forma un tomo en 4.° de 152 hojas útile». * Por don Rodrigo de Silva, duque y señor de Hijar... con el señor

t€s del año 1808 y en el de 1813; con el motivo del cargamento de contribución directa, decretada por las Cortes... Por don Antonio Piara, contador del Cabildo metropolitano... Zaragoza, en la Oficina de Mie- des, año 1814. Veintiocho páginas, en 4.° * Relación o descripción de los montes Pirineos con todos su» puertos y condado de Ribagorza, del reino de Aragón, la cual se acabó a 14 de noviembre de 1586. Impresa fielmente según su origi­ nal. Madrid, por don Antonio Espinosa, año de 1793. Lo iniblicó el doctor don Jnan Francisco García en 93 páginas, en 8.°, con motivo de la guerra con Francia, que produjo su pronto despacho y otras publi­ caciones análogas. [Al margen : artículo «Pirineos», núm. 3.] * Descripción histórico-gráñca de los límites o confínes con Fran­ cia. Por don Francisco Casado. Madrid, Imprenta Real, 1793. Aunque esta obra comprende más parte del Pirineo que el de Aragón, la colo­ co aquí por ser imitación y consecuencia de la precedente. Tal era el despacho de esto« papeles de circunstancias, que en el mismo año 1793 ce hizo segunda edición de esta descripción. * Descripción histórico-poética de los valles, puertos y entradas a Francia por el reino de Aragón, aumentada a la del año 1586, en el de 1793, por don Mariano Blas Garoz y Peñalver... Reimpresa en Cádiz, 1811. * Atlante español, o descripción general geográfica, cronológica e histórica de España por reinos y provincias... sacado a luz por don Ber­ nardo Espinalt y García... Madrid, Imprenta de Pantaleón Aznar, año de 1778. Lo« tomo« II y III de esta obra corresponden al reino de Aragón. * Manifestación de las justas razones en que se apoya la petición que cuarenta y dos señores procuradores del reino han presentado a su Estamento... sobre permitir a los naturales y habitantes de las provin­ cias de la corona de Aragón el construir molinos y hornos y utilizarse de las aguas... sin necesidad de obtener establecimiento del real patri­ monio... Por un catalán amante de su país. Madrid, 1834. Imprenta de Amanta. Cincuenta y dos páginas en 8.°, cuyo autor fué el abogado don Joaquín Fléix, procurador por Lérida. Se discutió la petición el 23 de mayo de 1834, y fué apro­ bada por 68 Toto« contra 2. * Estudios históricos sobre el reino de Aragón, por don José Mo­ rales Santisteban. Madrid, Imprenta de la Publicidad, a cargo de Ri- badeneyra, 1851. Cincuenta y tres páginas en 4.° * Ensayo de un diccionario de palabras aragonesas, por Peralta, año 1836. Es un folleto en 8.", que en este momento no tengo a la mano. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLEBO 289

ARAN (Valle de). En la provincia de Lérida. * Descripción del valle de Aran. Manuscrito que me facilitó el señor don Pascual Madoz, juez que fué de aquel distrito. ARANJUEZ. Villa y real sitio de la provincia de Madrid. * Ensayo sobre las aguas inedicinale« de Aranjuez. Por don Juan Gómez. Madrid, 1771. ün tomo en 4." * Lo que el señor Muñoz pone al ntimero 4 con el título de Deis- cripción, es en el ejemplar de mi librería: «Representación que hace al rey nuestro señor don Femando VII sobre la conservación y restau­ ración del Real Sitio de Aranjuez, su más humilde, afectuoso y lealí- simo criado don Manuel de Aleas, con una descripción, etc.» * Guía de Aranjuez. Por Francisco Nard, adornada con láminas y dedicada al excelentísimo señor don José de Salamanca. Madrid, Im­ prenta de la Vda. de D. R. J. Domínguez, 1851. * Guía del viajero en el ferro-carril de Aranjuez, redactada con presencia de datos originales. Madrid, Imprenta de L. García, 1851. En 8.°, como el anterior, pero dedicada al excelentísimo señor don Manuel Calderón. * Manual del ferro-carril de Madrid a Aranjuez, por C. y A. Ador­ nado con ocho láminas y un plano. Madrid, Imprenta del Semanaivo Pintoresco, 1851. En i." Las iniciales creo que corre«pondan a los ingenieros Castro y Azofra, autores. ARCOS (LOS). Villa de la provincia de Navarra. * Real resolución por la cual manda S. M. que la villa de Los Ar­ cos y quatro de su partido se agreguen y reintegren al reyno de Na­ varra. Año de 1753. En Pamplona, en la Imprenta de los Herederos de Martínez. Trece páginas en folio. ARCHENA. Villa de la provincia de Murcia. * Disertación physyco-médica de las virtudes medicinales, uso y abuso de las aguas de Archena. Por don Francisco Cerdán. Orihuela, año 1760. Un tomo en 8.° * Memoria sobre las aguas medicinales de Archena. Por don Juan AHx. Murcia, 1818. Cuaderno «n 4." Poema sobre las auas minerales de Archena, por don Ygnacio Rui/. de Ayala. Ignoro el año y lugar de la impresión, pues sólo he leído su anuncio. V. Nules. ÁRDALES. Villa de la provincia de Málaga. 290 REVISTA DE ARCHIVOS, IIIBLIOTKCAS V MUSEOS

* Disertación hydráulico-pharniacéutica sobre el origen de las agua» de Ardaks, gu verdadero análisis químico, y medicinales virtudtfs. Por don Juan José García. Málaga, 1758. Cuaderno en 4.° * Disertación phísico-tnédica, uso y abuso de los baños de Árdales, ilustrada con varías observaciones propicias y adversas. Por don Ma­ nuel Suárez. Málaga, 1770. Un tomo «n 4.° Diálogos críticos interlocutorios. Filosofía theórico-médica sobre el agua írígido-thermal, vulgarmente llamada de Bardales. Por don Nazarío Fernández de Castro. Málaga, 1785. Memoria sobre las aguas minerales de Árdales (Carratraca), por don Juan de la Monja, en 1826. Inédita en la Academia de Medicina. ARNEDILLO. Villa de la provincia de Logroño. * Libro de los baños de Arnedillo y remedio universal, por el doctor don Juan Martínez de Zalduendo. Pamplona, 1699. Un tomo grueso en 4.°, bastante original. * Viaje a los baños de Arnedillo, con el análisis de sus aguas. Pu­ blícalo don Luis Fernández de Trespalacios y Mier... Madrid, Imprenta de Villalpando, 1799. Folleto en 8." * Descripción de los reales baños de Arnedillo y análisis de sus aguas. Por don Pedro Gutiérrez Bueno. Madrid, 1801. Cuaderno en 4.° Ensayo sobre las aguas de Arnedillo. Se anunció su venta en la Imprenta Real; niai« no le he visto ni se más de él. V. Sacedón. AROCHE. Villa de la provincia de Huelva. * Noticia histórica del proyecto de repoblación de la antigua al­ dea del GáUego, que estubo situada sobre la frontera' de Portugal ni término de la villa de Aroche. Huelva, mayo de 1837. Imprenta Nue­ va de Gálvez y Cía. Son 19 páginas en 4."; su autor, don José Meria Tenorio. * Refutación del opúsculo histórico sobre la utilidad de la repo­ blación de la aldea del Gallego, término de la villa de Aroche, con demostración de lo perjudicial de tal empresa. Huelva, junio de 1837. Imprenta Nueva de Gálvez y Cía. * Antídoto contra el veneno que destila el folleto titulado Refu­ tación, de la noticia histórica del proyecto de repoblación de la anti­ gua aldea del Gallego. Huelva, junio de 1837. Imprenta Nueva Galvez y Compañía. Veintidós páginas en 4."; del referido Sr. Tenorio. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALU^RO 291

AsTOHGA. Ciudad de la provincia de Ijeón. * Resumen histórico de los ataques, sitio y rendición de Astorga, y de su reconquista y segundo sitio puesto a la ciudad, siendo gober­ nador en la primera época y comandante general del sexto Ejército en la segunda el mariscal de campo de los reales Egércitos, don José María de Santocildes. Escrito por él mismo. Madrid, en la Imprenta Real. Año de 1815. Cn«demo en 4.° marquilla, con un plano y buena impresión, ASTURIAS. Principado y provincia de España. * Minas de carbón de piedra de Asturias. Reconocimiento hecho de orden del rey nuestro señor por una comisión de facultativos. Des­ cripción de los diversos criaderos . Madrid, 1831. Imprenta de dou José del Collado. Cuaderno de 62 páginas en folio, con varios planos. V. Vizcaya. AVILA. Ciudad capital de la provincia de su nombre. Historia de Avila, por Gonzalo de Ayora. Ms. de la colección que llegó a reunir un curioso andaluz, según el ca­ tálogo de manu»crito« especiales de Eftpaña anteriore» al añ» 1600, impreso en Madrid en la imprenta de don Josef Collado, sin fecha, en 16 páginas en i.'* Don Josef Collado imprimia en la Corte en los primeros años de este siglo, como pnede verse en los artículos «Cádiz» y «Talavera». * Estadística territorial de la provincia de Avila, formada de orden superior en la sección primera del Departamento de Fomento general del reino y de la balanza del comercio por el oficial don Bernardo de Borjas y Tarrius. Madrid, en la Imprenta Real. Año de 1804. Cuaderno en folio. * Estadística de la provincia de Avila formada en el Departamen­ to del Fomento general del reino y de la balanza de comercio. Por don Manuel Antonio Rodríguez. Madrid, en la imprenta de don To­ más Alban y Cía., 1810. Folleto de 82 páginas en 8." AzARAQUE. V. Hellín y Nulas.

BADAJOZ. Ciudad capital de la provincia de su nombre. Estudios y observaciones geológicas relativos a los terrenos com­ prendidos en las provincias de Badajoz, Sevilla, Toledo y Ciudad Real, por don Francisco Luxan. Madrid, 1850. Cuaderno en 4.° mayor. BALSAIN. V. San Ildefonso. BAÑOS DE MOJVTEMATOR. Pueblo de la provincia de Cáceres. Investigaciones hidrológicas sobre el manantial termal del pueblo de Baños de Montemayor y Béjar, divididas en varías memorias. Por 292 BEVISTA DE ABCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

•don Francisco Martínez Serrano, médico director... Plasencia, 1840, 1842 y 1843. Tres cyadtrnos en 4." BARAJAS DE MELÓ. Villa de la provincia de Cuenca. * Materiales para la historia y descripción de Barajas de Meló, recogidos por Fermín Caballero, desde el año de 1820 hasta el pre­ sente de 1861. Ms. en tres legajos en folio, que contienen: el primero, datos y apnn- taciones para la descripción con planos y dibujos, y para la historia del pu<4>lo, estando redactados algunos artículos y borrajeados otros; el segundo, noticias de personas y familias, y el tercero, un apéndice completo de documentos desde el siglo XIII,

Noticia individual de la entrada de SS. MM. y su real familia en la ciudad de Barcelona en la tarde del 11 de septiembre de 1802. Un tomo en 4.°, que existía en la librería de los condes de Torralba y Talara, «egóji el índice. Máscara real para la primera noche del 5 de octubre de 1802 en Barcelona. Folleto en 4.°, de dicha librería de los condeg de Torralba y Talara. Pastoral del obispo de Barcelona encargando la tranquilidad pú­ blica en la entrada en aquella ciudad de los reyes Carlos IV y María Luisa en 1802. En dicha librería de los condes de Torralba y Talara. * Historia de la conmoción de Barcelona en la noche del 25 al 26 de julio de 1835; causas ({ue la produjeron y sus efectos hasta el día de esta publicación. Por don Francisco RauU. Barcelona, Im­ prenta de A. Bergnes, 1835. Sesenta y seis páginas en 4.° * Manifiesto de la Junta de Vigilancia de Barcelona a las Cortes y a sus conciudadanos. Marsella, 1841. Imprenta de Juan Mossy. Re­ impresa en Barcelona en la Imprenta de Brusi. * Diario razonado de los acontecimientos que tuvieron lugar en Barcelona desde el 13 de noviembre al 22 de diciembre de 1842, por el excelentísimo señor don Antonio Van-halen, conde de Peracamps. Madrid, 1843. * Contestación al diario razonado del conde de Peracamps, que publican los generales y jefes que firmaron la estipulación de Atara­ zanas. Barcelona, Imprenta de A. Bergnes, 1843. Loa tre« precedente» folletos en 4.°, de 30 y 96 páginas. * Memoria sobre el pronunciamiento de Barcelona, su origen y resultados. Madrid Imprenta de don Ignacio Boix, 1843. Dieciséis páginas en 4.°, que firman varios barceloneses. * Guía de forasteros en Barcelona, judicial, gubernativa, adminis­ trativa, comercial, artística y fabril, dividida en dos partes... Arreglada y coordinada por D. M. S. y D. J. M. Barcelona. Imprenta de don Manuel Sauri, 1842. Un tomo en 4.° * Reforma y ensanche de Barcelona. Plan económico. Resumen y fiel extracto del que ha propuesto para la realización de su proyecto el ingeniero de caminos, canales y puertos, don Ildefonso Cerda. Bar­ celona. Imprenta de Narciso Ramírez, 1860. * Reforma y ensanche de Barcelona. Cartas de un amigo de aUá a otro amigo de acá. Barcelona. Imprenta de Narciso Ramírez. 1860. "* Cuatro palabras sobre el ensanche dirigidas al público de Bar­ celona, por don Ildefonso Cerda... Barcelona. Imprenta de Narciso Ramírez. 1861. 294 KEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

E»t08 tres folleto» en 4.° mayor, son muy apreciableg por la ciie«tión econó­ mica que desenvuelven sobre la manera de reedificar y mejorar las. poblaciones sin gasto del erario. V. Uclés. BATUECAS. Territorio de la proviacia de Salamanca. Además de la edición de Madrid, que pone el señor Muñoz, tengo: * Verdadera relación y manifiesto apologético de la antigüedad de las Batuecas y su descubrimiento. Por el bachiller Tomás Gon­ zález de Manuel, presbítero, vecino del lugar de la Alberca, año 1693. Segunda edición. En Salamanca, por Francisco de Toxar. Año de 1797. Con 88 páginas en 8.° [Al margen: «E^ta puerta», pág. 52.] BEHUS. V. Nules. BENASQUE. Villa de la provincia de Huesca. * Tratado de las virtudes y usos de las aguas minerales de la villa de Benasque. Por don Anacleto Bada y Borda. Zaragoza, 1805. Folleto en 4.*' BERCEDO. V. Burgos. BILBAO. Villa capital de Vizcaya. * Descripción de la muy noble villa de Bilbao; explicación de su fundación, sin omitir a sus presentes y más distinguidos moradores. M«. de 265 hojas en 8.", con varias láminas, planos y dibujos. Tiene una dedicatoria al señor conde de Akolea, fechada en Bilbao a 17 de enero de 1776, en que el autor se firma en inglés Pedro Mesa (Peter the Table), no obs­ tante que se confiesa repetidamente asturiano. En dicha dedicatoria llama a su libro descripción del plan; situación de Bilbao, Portugalete, Bermeo, San Juan de la Peña y peregrinación del dedicante. Sigue un prólogo al lector, en que asegura que la juventud y la ignorancia han sido los autores del trabajo, y qw» lo hizo sin otra atención y quietud que aquellas que permiten las amigables ter­ tulias de la urbanidad, en donde la diversión, el ocio y juguetona coifesaaÍÁ son los únicos objetos del cuidado. El cuerpo de la obra se consagra principalísima- mente a referir loe moradores notables de la población, y caUe y casa; basta los va nombrando a todos, y con especialidad a todas la» señoritas de las familias, notando sus prendas físicas y morales, su educación y habilidades y la impor­ tancia del dote con que cuentan para casarse. También se detiene en los cuarteles o tertulias, sus concurrentes y manera de divertirse, con varios episodios y no­ ticias. En medio de las extravagancias de este viajero caricato y atolondrado, su libro «irve para conocer el estado social de los bilbaínos im siglo hace, sus cos­ tumbres patriarcales y la educación esmerada que se daba a la juventud en el extranjero, A gran parte de las señoritas les era familiar el inglés y el francés; había teatro italiano en la población y casas muy fuertes, según loe dotes que fija. Mezcladas con esta especie de visita por las casas hay varias noticias ,unas ri­ diculas y otras de interés; y al final pone una relación de los aguaduchos o inundaciones y otros sucesos notables desde el año 1335 al 1776, en que escribía. Por la reseña que acabo de hacer del manuscrito se reconocerá que es uno de ADICIONES DE DON PEBMÍN CABALLERO 2Q5 los libros más raro» y originales, una descripción del pueblo y los habitantes, de que no he visto otra semejante. * Reseña histórica del memorable sitio de Bilbao. Publícala su M. N. y M, L, Ayuntamiento... Impresa en 1835 por N. Delmas. * Reseña histórica del último sitio y defensa de Bilbao, con por­ menores muy interesantes sobre los memorables acontecimientos ocu­ rridos en los dos meses que ha durado. Madrid. Imprenta de Yenes. Ambos folletos en 4." * Relación de los festejos con que Bilbao ha celebrado el recibo de la bandera, regalo d« Su Majestad a la Guardia Nacional de todas armas de aquella villa. Por un individuo de la misma. Aplicado el producto a favor del armamento general. Madrid. Imprenta de don M. García, a cargo de don Y. Boix. 1835. Cuarenta y dos páginas en 8." * Intereses de Bilbao. Examen de lo perjudicial que sería la per­ manencia del sistema foral en el siglo XIX al comercio e industria del país, y a los liberales de Vizcaya. Por Víctor Luis de Ganimel. Bilbao. Imprenta de Adolfo Depont. Septiembre 1837. Cincuenta y siete página* en 4.^ BoRjA. Ciudad de la provincia de Zaragoza. * Demostración de la justicia con que pide Borja que se la con­ serve cabeza de partido, y necesidad de variar la división de la parte occidental de la provincia de Zaragoza, propuesta por el real acuer­ do de Aragón. Manuscrito copia de la exposición original presentada al Gobierno en 1830 por el comisionado de Borja don Francisco Sangüesa; trabajo de Fermín Caba­ llero, en 17 hoja» en folio. BuoÍA. Villa de la provincia de Guadalajara. * Sagrada novena a María Santísima del Peral de Budía, por un devoto hijo del pueblo. Cuenca. Imprenta de Feijoo. 1839. Folleto de 35 páginas en 8.° BuENDÍA. V. Sacedón. BURGOS. Ciudad metropolitana, capital de su provincia. Noticia de varias gracias que hizo a Burgos el rey Sancho IV, desde el año 1285. M». incluso en el catálogo de loei antiguos, que imprimió en Madrid don Joeef Collado. * Carta que dexó escrita a S. M. don Francisco Manso y Ziíñiga, arzobispo de Burgos. Tres hojas en folio, sin año ni lugar de impresión, pero que tiene la fecha de 1655 y se haUa testimoniada en el siguiente de 1656. Es relativa a qu« no se desmembrase el aricobispado para crear el nuevo obispado de Santander, * Breve informe que en forma de carta hizo al M. R. P. Fr. Juan Martínez, confesor de la majestad católica de nuestro gran Philipo IV, 296 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

rey de las Eapañas (q. D. g. m. a.), por la Santa Iglesia Metropoli­ tana de Burgos y todo su arzobispado; un celoso de la religión cris­ tiana, su hijo, que sin afectación, en voz común de los fieles, sólo trata en él de decir verdades sin lisonja y sin arte, por parecerle deuda en conciencia hacerlo así en el estado presente. Escrito en la soledad de sus retiros, a 2 de septiembre de 1657. Dos pliegos en folio, sin lugar de impresión, dirigidos contra la erección pro­ yectada de un obispado nuevo en Santander. * Memorial a S. M. del deán y cabildo de Burgos contra la erec­ ción del obispado d« Santander. Dos pliegos en folio, sin fecha ni lugar de la impresión. * Memorial de la Iglesia de Burgus a S. M. contra la segregación de las montañas bajas del arzobispado para el nuevo obispado de Santander. Cinco hojas impresas en folio, sin año ni lugar. * Memoria sobre el origen del camino de Burgos a Bercedo, man­ dado construir por Real decreto de 20 de julio de 1828. Medios em­ pleados al efecto y resultados que han producido, con un apéndice... de documentos... Año de 1832. Burgos. Imprenta de don Ramón de Villanueva. Ochenta y cuatro páginas en 4.*= BussoT. Villa de la provincia de Alicante. * Memoria sobre los baños minerales de Bussot, por don Joaquín Fernández López, director... Madrid, 1839. Folleto en 8." V. Nules. CAB.4ÑAS DE LA SAGRA. Villa de la provincia de Toledo. Antigüedad de Cabanas junto a Toledo. Ms. que ee cita en un índice del archivo de Salazar o de Monserrate, núme­ ro 43, hecho «n 1822. CÁDIZ. Ciudad capital de la provincia de su nombre, Noticia de varias antigüedades encontradas debajo de tierra en el Isthmo de Cádiz, hasta el año 1598. Ms. de la colección del curioso Andaluz, según «1 catálogo impreso por don Josef Collado. Voto que hizo el excelentísimo señor marqués de Miravel, gober­ nador del Consejo..., en 26 de diciembre de 1722, sobre el estable­ cimiento de los tribunales de contratación y consulado en Sevilla o en Cádiz. Inserto «n «1 periódico El Procurador General de 27 y 28 de febrero y 1 de marzo de 1815. Monumento de gratitud al pueblo de Cádiz... Por don Antonio José Ruiz del Padrón, diputado en Cortes por Canarias, dada a luz por un amigo del autor. Madrid. Imprenta de Fuentenebro. 1813. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLEBO 297

* Plan del censo de la provincia de Cádiz, dispuesto por don Félix José Reinoso, y publicado por la Diputación Provincial para la formación de estados de los pueblos de su distrito. Cádiz. Por don Esteban Picardo. 1823. Un tomo, folio marqnilla. * Memoria sobre la libertad de comercio y el puerto franco de Cádiz. Por don Pío Pita Pizarro. Cádiz, enero de 1834. Imprenta de don Ensebio Díaz Malo. Cincnenta y do» página» en 4.° * Viaje a Cádiz de un miliciano nacional de Madrid en 1823. Por don Agustín Severíano Fernández, individuo de la primera compa­ ñía del tercer batallón de dicha milicia. Madrid, 1835. Imprenta de don León Amarita Setenta y cuatro páginas en 8.° V. Andalucía. CALAHORRA. Ciudad de la provincia de Logroño. * Discursos histórico-canónicos sobre los beneficios patrimoniales de las iglesias parroquiales del obispado de Calahorra y La Calzada, Parte primera... Su autor el doctor don Juan Antonio Llórente, pres­ bítero... Año 1789. En Pamplona, por Juan Antonio Castilla. Un tomo en i." CALDAS DE BOHY. Baños de la provincia de Lérida. * Memoria químico-médica de las aguas minerales de Caldas de Bohy en el principado de Cataluña. Por don Francisco Carbonell y Bravo. Barcelona, 1832. * Observaciones sobre los .efectos que han causado en algunos en­ fermos las aguas de Nuestra Señora de Caldas de Bohi. Por don Mariano Doria. Barcelona, 1832. Lo» do» eccritoe fonnaa nn cuaderno «n i." CALDAS DE OVIEDO. Lugar de la provincia de Asturias. * Monografía de las aguas termales alcalino-gaseosas de Caldas de Oviedo, por don José Salgado y Guillermo. Madrid, 1850. Folleto de 157 páginas en 8.° CALDAS DE RETES, Ayuntamiento de la provincia de Pontevedra. * Anuncio sobre las investigaciones físico-químico-médicas de las aguas minerales de las Caldas en Galicia. Por don Manuel Jacobo Fernández Marino. Madrid, 1828. Folleto en 4.^ CALDAS DE BUELNA. Baños de la provincia de Santander. Breves notigias sobre el establecimiento de aguas minerales de Cal­ das de Vuelna. Por don José Cayetano Bustamante. Madrid, 1848. Folleto en 4." CAMPILLO ALTOBUEY. Villa de la provincia de Cuenca. * Noticias de la villa del Campillo Altobuey, por el cura párroco don Manuel Escolar y Noriega. 1841. 298 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Ms. hecho a mi instancia y en respuesta a mi interrogatorio para la descrip­ ción de loe pueblos, que contiene noventa y dos preguntas y cinco nota». CAMPOS DE MALLORCA. Villa de la provincia de las Baleares. Estrado del análisis químico de las aguas que constituyen la balsa de las Estacas... en la villa de Campos de Mallorca, por don Juan Andrés Nieto Samaniego. Mallorca, 1805. CANARIAS. Islas y provincias de España en el Atlántico. I^ crónica que el señor Muñoz pone al niimero 4 consta entre los manuscritos anteriores al año 1600, que reunió un curioso Andaluz, y cuyo catálogo imprimió en Madrid don Josef Collado en estos tér­ minos : Crónica (le las islas Canarias por Pedro Arguello, enmendiada por d bachiller Hernando Orñz en 1526. Conquista de Canarias, por Alonso de Falencia. Ms. de la misma colección y en el propio catálogo de don Josef Collado. Información auténtica de pesquisa hecha en razón de a quién per­ tenece la isla de Lanzarote y conquista de Canaria, en trescientas hojas mbricadas del escribano Diego Fernández de Olivares, en Triana a 14 de enero de 1477. Ms. del catálogo referido de don Josef Collado. * Descripción topográfica, política, militar de la isla de la Gran Canaria, en que se da noticia cómo se adquirió el nombre de grande; su figura, situación, frutos, terrenos, poblaciones... Formada por el capitán de Infantería e ingeniero-ordinario... don Miguel de Hermo- silla, encargado del mando de su ramo en dicha isla desde octubre del año 1779. Ms. un tomo en folio, con varios planos y láminas, escrito y encuadernado con lujo, y fechado en la Gran Canaria a 8 de junio de 1780. Plan general y noticia previa de las reales fiestas con que la ciudad de San Cristóbal de la Laguna solemnizó la proclamacion.de Car­ los IV. Folleto «n i.", que existía en la librería de los condes de Torralba y Talara. * lUustración apologética de un real decreto expedido por el señor rey don Felipe V, para las islas Canarias, en 10 de febrero de 1731, por don José María de Zuaznabar y Francia... Madrid, en la Impren­ ta que fué de Fuentenebro, 1816. Veintisiete páginas en 4.° * Contestaciones entre el excelentísimo señor don José Marrón, co­ mandante general y gobernador civil de la provincia de Canarias, y el Ayuntamiento de la villa de Santa Cruz, su capital, sobre pasqui­ nes .. Madrid, abril de 1835. Imprenta de don Lázaro Fernández de Ángulo. Treinta y seis páginas en 4." * Representación dirigida a S. M. por un número considerable de las personas más distinguidas de Santa Cruz de Tenerife, capital de ADICIONES DE DON FERMÍN CABA1.LES0 299 las i&Ias Canarias, sobre los sucesos ocurridos en ella en el mes de agosto de 1836 .. Madrid. Imprenta de don Marcelino Calero. 1837. * Esposición del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife al so­ berano Congreso Nacional. Madrid. Imprenta de don Nicolás Arias. Folleto en 4.°, sin año de impresión; pero fué el de 1837, reclamando contra «1 proyecto de arreglo del Clero, en que se suprimía su obispado. *" Esposición fundamentada a la Regencia provisional del Reino por la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Para que ínterin las Cortes arreglen definitivamente la división territorial... se apruebe el pronimciamiento y división en dos provincias... Por el licenciado don Antonio Ruiz de Bustamante... Madrid, 1840. Uo8 pliegos en folio. * Memoria de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria para que se la reintegre en la posesión de su capitalidad de provincia o se di­ vida ésta; estendida por don A. R. de B., su comisionado especial cerca del Gobierno. Madrid. Imprenta de don Eusebio Aguado. 1841. Treinta y seis páginas en folio. * Cuestión de capitalidad entre Santa Cruz y Las Palmas. Paralelo de razones y documentos que se imprimió en 27 páginas en folio por el periódico democrático La Diaciuión. en 1856, cuando se debatía esta cuestión en la Comisión especial de las Cortes Cons­ tituyentes, a propuesta del Gobierno. * Colección de noticias geográficas y resumen estadístico de las islas Canarias, por F. Jordán Acebedo. En Orotava, 1831. Ms. copia del original, que en gallarda caligrafía existe en el Minbterio de la Gobernación de la península. CARBONERAS. Villa de la provincia de Cuenca. * Discurso sagrado-histórico-moral que en la solemne fiesta celebra­ da el día 13 de mayo de 1860, con motivo de la nueva bendición del magnífico templo de Santa Cruz del suprimido convento de PP. Do­ minicos de Carboneras... predicó el bachiller don José Luis Martínez de Torres, cura propio de la misma .. Cuenca. Imprenta de Pedro Mariana. Junio de 1860. CARDONA. Villa de la provincia de Barcelona. * Memoria sobre el criadero de sal gema de Cardona, dedicada a la Asociación General de la Minería Española. Barcelona. Imprenta de Ramírez. 1854. Folleto de 24 páginas en 4.°, firmado por don Miguel de Elias y Marchal. * Apuntes sobre lo ocurrido en los expedientes de registro de sal gema, del distrito de Cardona, que posee la sociedad minera titulada La Actividad. Madrid. Imprenta de José María Ducazcal. 1854. Veintisiete páginas en 4.^ CARTAGENA. Ciudad de la provincia de Murcia. La chrónica del P. Ortega, que se pone al número 15, aparece im- 300 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS pK8a €n Madrid, 1740. En el índice expurgatorio de la Inquisición del año 1790, al prohibir esta obra, se la supone impresa en Murcia dicho año 1740. [Al margen: ojo.] Catálogo de los obispos de Cartagena, así de los tres primitivos, San Fulgencio, San Luciano y Bonifacio, como de los veintinueve después de la restauración de España, desde don Pedro Gallego, en 1266, hasta don Sancho de Avila, en 1591. Ms. del catálogo impreso por don Josef Collado; colección del curioco An­ daluz. CARTAGENA. Provincia eclesiástica de los franciscanos. Historia de las personas illustres y notables en santidad de la santa provincia de Cartagena, de la Orden de San Francisco, que hasta ahora no están puestas en escriptura alguna. Compuesta y ordenada por Fr. Melchor de Huélamo... Impreso en Cuenca por Domingo de la Igle­ sia. Año de 1617. Un tomo en 4." CASARES. Villa de la provincia de Málaga. * Casares, fidelísima a su rey y a su patria en grado heroico; su placer y singularidad en el reino de haber logrado a sus esfuerzos y servicios no ser dominada ni un solo instante del intruso... Granada. Imprenta de don Nicolás Moreno. Folleto de 38 páginas en 4.°, sin año de su edición. CASTELLÓN DE LA PLANA. Capital de su provincia. * Memoria o breves apuntaciones geográficas, económico-estadísti­ cas y de rentas de la provincia de Castellón de la Plana, por don Alejo Santillán, contador de rentas de la misma. Castellón. Imprenta de P. Gutiérrez. 1843. Folleto de 66 páginas en 4.° , CASTILLA. Antiguo reino de España. * Colección de privilegios, franquezas, exenciones y fueros con­ cedidos a varios pueblos y corporaciones de la Corona de Castilla, copiados de orden de S. M. de los registros del Real Archivo de Si­ mancas. Sirve de continuación a la colección de documentos concer­ nientes a las provincias Vascongadas. Tomo V. Madrid, en la Impren­ ta Real. Año de 1830. E^ del mismo don Tomás Conzákz, que compiló los cuatro tomos de las Vas­ congadas. CASTILLA LA NUEVA. Demarcación militar de España. * Colección de las ciudades, villas y lugares que comprehende la Capitam'a General de Castilla la Nueva, creada últinwimente por Su Majestad y encargado su mando y gobierno al excelentísimo señor conde de Aranda, presidente del Consejo. Compuesto y ordenado por ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 301 don Juan Francisco González, escribano principal de la Auditoría de ella. Coarenta y ocho páginas en 8.°, sin lugar ni fecha de impresión. La dedica­ toria a 28 marzo 1772. CASTILLA LA VIEJA. Demarcación militar de España. * Itinerario militar de la Capitanía General de Castilla la Vieja, formado por una brigada de oficiales del real cuerpo de Ingenieros; mandado imprimir por el excelentísimo señor don Carlos O'Donell, y concluido por orden del excelentísimo señor don Francisco de Longa, capitanes generales de la misma provincia. Valladolid. Imprenta de Aparicio. Un tomo de gran marca, apaisado, sin fecha; pero se publicó hacia 1831, y debía acompañarle un gran mapa del distrito, que no se grabó. CASTROPOL. Villa de la provincia de Asturias. * Representación al Congreso nacional sobre los perjuicios de la división territorial en partidos de la provincia de Asturias. Madrid. Imprenta de Alvarez. Año de 1820. Diez pliegos, folio. CATALUÑA. Principado y provincia. * De la Historia de Meló, que pone el señor Muñoz al niímero 67, tengo tma edición, cuya portada dice: «Historia de los movimientos y separación de Cataluña y de la guerra entre la majestad católica de don Felipe IV, rey de Castilla y de Aragón, y la Diputación General de aquel principado. Dedicada, ofrecida y consagrada a la aantidad del beatísimo Padre Inocencio X, pontífice sumo máximo romano. Escrita por Qemente Libertino. Lisboa. Con todas las licencias ne- ceaarías. Por Bernardo da Costa de Carbalho, impiresor y a su costa. Año de 1696.» Un tomo en A." * Relación de las epidemias de calenturas pútridas y malignas que en estos últimos años se han padecido en el principado de Cataluña, y principalmente de la que se destiubrió el año pasado de 1783 en la ciudad de Lérida, Llano de Urgel y otros muchos corregimientos y partidos .. Por don Joseph Masdevall, doctor en Medicina de la Uni­ versidad de Cervera, médico del Rey Nuestro Señor, con egercicio. En la Imprenta Real. 1786. Ciento treinta y seis páginas en 4." * Memoria sobre el carbón de piedr'a de Cataluña. Publicada en el número 66 del periódico de Madrid titulado Diario Curioso, año 1786. Noticia universal de Cataluña, por B. D. A. V. Y. M. F. D. Se incluyo entre loe libros proliibido£ del expurgatorio de la Inquisición en 1790. [Al margen: Lo cita. V. la página 94, número 64.] * Atlante español o descripción general geográfica, cronológica e histórica de España por reinos y provincias... Sacado a luz por don 302 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Bernardo Espinalt y García... Madrid. Imprenta de Pantaleón Aznar. Año 1778. Los tomos IV, V, VI y VII corresponden a Cataluña. * Prontuario de la mayor parte de los caminos y veredas del principado de Cataluña, con los pueblos y posadas situados en sus carreras... Por don Pedro Serra y Bosch... Barcelona, por Agustín Roca. Año de 1814. Cnademo en 4.° apaisado. * Itinerario de las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona, adornado con el mapa de la antigua Cataluña. . Por F. C. Barcelona. En la Imprenta de Domingo Feyner. Año de 1823. Cuaderno en 8.° apaisado. Relación estadística de los pueblos de que consta el principado de Cataluña. Por el intendente don Vicente Frígola. Barcelona. * Cants del millor cisne cátala en las agonías del reverent doctor Vícent García, rector de Vallfogona. Barcelona, en la Estampa de Joseph Rubio. Any 1821. Memoires sur la demiere guerre de Catalogue, por Florent Galli, aide-decamp de Mina. París, rué Richelieu, n." 60. Se refiere a la guerra civil de 1Ü20 a 1823. CAUDETE. Villa de la provincia de Albacete. * Relación circunstanciada... de la causA seguida en Almansa so­ bre muerte de cuatro facciosos en la villa de Caudete. Publícala Fran­ cisco Estañ Pérez... Albacete, noviembre de 1839. Imprenta de He- rrero Pedrón y Compañía. Treinta y dos páginas en 4.° Historia verdadera de la santa y milagrosa imagen de María San­ tísima de Gracia y de la del glorioso obispo y mártir San Blas. Ve- néranse en su ermita, extramuros de la real, muy noble y muy leal villa de Caudete, del obispado de Orihuela y reino de Murcia. • Ordé­ nala un devoto, ajustado en un todo a lo que obra en los archivos de la real sala de la villa, iglesia parroquial y santa casa de Nuestra Señora de Gracia... Alcoy. Imprenta de Francisco Cabrera. Julio de 1845. Un tomo en 8." CAZORLA. Ciudad de la provincia de Jaén. Historia de la ciudad de Cazorla, por Luis de Urbina. Ms. anterior al año 1600, según el catálogo impreso de don Josef Collado. Ci'XTlBESlA. Región de la España romana. * Situación, extensión y límites de la primitiva Celtiberia y de la.« tres diócesis eclesiásticas en ella comprendidas. Con respuesta a la censura que en el año pasado de 1805 se ha publicado del opúsculo impreso el año de 1801, e intitulado: Preeminencias y dignidadt qti0 en la Orden militar de Santiago tienen su prior eclesieistico y su «Jaiso matriz. Obra de... ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 303

Ms. original de 89 fojas en folio, con varios mapas, qoe escribió el abate Hervás y Panduro en Roma a 1 de octubre de 1806, contestando a don Jácome Capiatrano de Moya. CESTONA. Villia de la provincia de Guipúzcoa. Disertación de las aguas termales de Cestona, método de usarlas y eus efectos. 1810. Ms. anónimo en la Academia de Medicina. Observaciones sobre las aguas de Cestona, por don Antonio Ma- nibe, don Javier Eguía y don Francisco Chahano. M«. inédito en dicha Academia. * Análisis de las aguas minerales de Cestona, por don Patricio Zearrote. Bilbao, 1822. * Memoria sobre las aguas minerales de Cestona, por don Justo María de Zabala. Madrid, 1850. CiEZA. Villa de la provincia de Murcia. * Panoplia, cartas geográfico-anticuarias contra el abuso de las bellas letras. Por el doctor don Juan Lozano, canónigo de la santa iglesia cartaginense, escritas con designio de refutar los extravíos anticuarios del R, P. definidor Salmerón. Con las licencias necesarias. Un tomo en 4.*>, sin fecha ni lugar de impresión, contra la antigua cartilla del Padre Salmerón publicada en 1777. CIUDAD REAL. Capital de la provincia de su nombre. * Observaciones presentadas a la Diputación de Ciudad Real sobre la utilidad de trasladar la capital a la ciudad de Almagro. Madrid, 1837. Diecinueve páginas en 4.°, con planos. V. Badajoz. COCA. Villa de la provincia de Segovia. * Expediente de la villa de Coca. Publicado en las Memorias de la Sociedad Económica de Segovia del año 1786, páginas desde la 232 a la 279. Lo promovió el cura párroco don Vicente de Aram- buro, con motivo de la decadencia y despoblación de aquella antigua villa. COLMENAR DE OREJA. Villa de la provincia de Madrid. * Memoria sobre los terrenos de sulfato de sosa situados en el tér- muio de Colmenar de Oreja... Por don Amalio Maestre, gefe de pri­ mera clase del Cuerpo de Ingenieros de Minas. Madrid, 1855. Quince páginas en 4.° CÓRCOLES. V. Sacedón. CÓRDOBA. Ciudad capital de la provincia de su nombre. * Atlante español o descripción general, etc. Por Espinalt. 1778. En los tomos 11 y 12 trata del reino de Córdoba. * Colección de los autcs generales de fe (y particulares) celebrados por el Tribunal de la Inquisición de Córdoba; anotados y dados a luz por el licenciado Gaspar Matute y Luquin. Córdoba. Imprenta de San- talo, Canalejas y Compañía. 304 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Sin fechii, y al final ofrece otro lomo en 8.°, como éste, L. M. Ramírez. E^ edi­ ción moderna. * Noticia histórica de la Real Sociedad Patriótica de Córdoba desde su fundación en 1779 hasta fin de 1815; leída y aprobada... por la misma Sociedad. Córdoba. Imprenta Real, de don Ra£ael García Rodríguez. Año de 1816. Cincuenta y seis páginas en 4." * Sucesos de Córdoba en fines de septiembre y principios de octu­ bre del año próximo pasado al ocuparla militarmente Gómez con su facción, y relación oficial de ello. Por don Francisco Díaz de Mora­ les... La imprime y publica como apuntes a la historia contemporá­ nea. Madrid, 1837. Folleto de 16 páginas en 4.° * Visita de la provincia de Córdoba hecha por el Gefe político don Ángel Iznardi en febrero y marzo de 1841. Córdoba. Imprenta de Nógner y Mante. Cuarenta y dos páginas en 4.°, rx>n noticias de los pueblos, CoRONiL. Villa de la provincia de Sevilla. * Memoria de los sucesos del Coronil, desde el 17 de diciembre de 1820 hasta el 25 de marzo de 1821, con el conocimiento de SUB causas. Sevilla, por la viuda de Vázquez y Compañía. Año de 1821. CORUÑA (LA). Ciudad capital de k provincia de su nombre. * Relación histórica de los acontecimientos más principales ocu­ rridos en La Coruña y en otros puntos de Galicia en febrero y marzo de 1820... Va seguida de un diario de las operaciones militares. . Por el capitán don José de Urcullu. Coruña. Imprenta de Yguereta. Año de 1820. Cuaderno de 194 páginas en 4.° CORRALES. Lugar de la provincia de Sevilla. ' Disertación sobre la naturaleza y virtudes del agua hedionda de Corrales, por don Francisco Sánchez Valiente. Parecer que, a petición del doctor don Juan Nepomuceno del Rayo..., dio el doctor don C. de P. y R. acerca de las dos disertacio­ nes que los doctores don Antonio Maldonado y don Franciasco Sán­ chez hicieron sobre las aguas de Corrales, y acerca del análisis de ellas de don Pedro Tabares. Impugnación a las Memorias de Maldonado y de Sánchez, presen­ tadas a la Sociedad de Osuna en 12 de enero de 1788. Los tres escritos precedentes existen inéditos en la Academia de Medicina. CUENCA. Ciudad capital de su provincia y obispado. * Además de la edición citada al número 16, hay ésta: «Vida de San Julián, segundo obispo de Cuenca, sacada de la que escribió el Pa­ dre Bartolomé Alcázar, de la Compañía de Jesiís, y reducida a com- AMCIONES DE DON FGRMfN CABALLERO 305 pendió por un devoto del Santo.» Cuenca. Imprenta de P. Mariana. Junio de 1857. Folleto en 8.» Vida de San Julián, segundo obispo de Cuenca, en verso, por Bar­ tolomé Segura, vecino de la misma ciudad. Impreso en Cuenca por Miguel Serrano de Vargas. Año 1599. Un tomo en S." Discurso «n comprobación de la santidad y milagros del glorioso San Julián, segundo obispo de Cuenca, hecho por el doctor Juan Bau­ tista Valenzuela... Impresa en Cuenca por Bartolomé de Selma. Año 1611. Folleto en 8." * Memorial ajustado, hecho de orden del Consejo-pleno a instan­ cia de los señores fiscales, del expediente consultivo, visto por remi­ sión de S. M. a él. Sobre el contenido y expresiones de diferentes car­ tas del reverendísimo obispo de Cuenca, don Isidro de Garba jal y Lancaster. Madrid, 1768. En la oficina de Joachuín Ibarra. Un tomo'en folio. * Cuestión canónico-legal en sus relaciones con el señor obispo de Cuenca. Por el licenciado don Pascual García Cabellos, abogado de los Tribunales nacionales y del Ilustre Colegio de esta corte. Ma­ drid, 1850. Setenta y doa páginas en 4.°, relativas u la causa de las llagas de Sor Patrocinio. Constituciones sinodales del obispado de Cuenca, por el señor obis­ po Pacheco. Cuenca, 1603. Por Cornelio Bodán. Un tomo en 4.*" mayor. Constituciones sinodales hechas y promulgadas en la Sínodo dioce­ sana que se celebró en la ciudad y obispado de Cuenca, por el señor don Enrique Pimentel, obispo de dicho obispado. Año de 1626. Im- [ireso en Cuenca por Domingo de la Iglesia. Tomo en folio. * Constituciones del Seminario Conciliar de San Julián, de Cuen­ ca, formadas por el ilustrísimo señor don Ramón Falcón y Salcedo, obispo de dicha ciudad y su diócesis. En Cuenca, por Fernando de la Madrid. Año de 1805. Cuaderno en 4.° * Real cédula de S. M. y señores del Consejo, en que se aprue­ ban las constituciones de la Sociedad Económica de Amigos del País. de la ciudad de Cuenca y su provincia. Reimpreso en Cuenca. Año 1815. Ochenta y cuatro páginas en 4.**, «in nombre de impresor, aunque lo fué Lti Madrid. * Mapa de todos los pueblos que se comprenden en esta provin­ cia de Cuenca. Ms. de 52 hojas útiles en folio apaisado, que escribió en 1728 Bartolomé 306 BEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Alarcón, empleado en la» oficina» de rentas, y que e» un resumen por pueblos de su vecindad, «ituación, tributos, etc. Perteneció a la librería particular del s«ñor Llagnno y Amirola. Manifiesto a la España por la ciudad de Cuenca. En Cuenca. Por Fernando Antonio de la Madrid. 1808. Veintitréa páginas en 4.°, respondiendo al grito patriótico del Dos de Mayo, Contestación al manifiesto publicado por el señor don Juan Má­ ximo Moreno, comisionado para averiguar los bienes del clero, que da la Junta diocesana del obispado de Cuenca. Impreso en Cuenca, casa de la Madrid, 1823. Folleto de 23 páginas en 4.°

CHINCHILIA. Ciudad de la provincia de Albacete. Teoremas y problemas de don Antonio Capdevilla..., naturaleza del agua mineral del Pilar, de la ciudad de Chinchilla, y de la acreditada de Puertollano. Madrid, 1775. * Manifiesto que da el Ayuntamiento de la ciudad de Chinchilla de los fundamentos en que apoyó su acuerdo de 31 de agosto, a cuya desobediencia excitó, en su bando de 25 de octubre, el gefe poU'tico de la provincia. Madrid. Imprenta de Llorenci, 1840. Cuarenta páginas en 4.° CHULILLA. V. Nulas.

EBRO. RÍO de España. * Proyecto de navegación del río Ebro, formado por los coroneles de los Cuerpos nacionales de Artillería e Ingenieros don Juan Aznar y don Ramón Folguera. Zaragoza. Imprenta de Francisco Magallón. Año 1820. Veintiocho páginas en folio. ELCHE. Villa de la provincia de Alicante. * Manifiesto del levantamiento de la villa de Elche en €l año de 1808..., acusado de sedición y alboroto, y cabeza del mismo el Padre presentado Fr. Pedro Nolasco Moliner, de la Merced Calzada. Ori- huela. Oficina de Pedro Berruezo y Puebla. Año de 1820. Cincuenta páginas en 4." ESCORIAL. Pueblo y sitio real de la provincia de Madrid. El libro de Herrera, que se pone al niímero 2, lo examiné en la bi­ blioteca de don Bartolomé José Gallardo, con esta portada : «Sumario y breve declaración de los diseños y estampas de la fábrica de San Lorenzo el Real del Escorial, sacado a luz por Juan de Herrera, ar­ quitecto general de S. M. y aposentador de su real palacio. Con privi­ legio. Madrid, por Ja viuda de Alonso Gómez, impresor del Rey N." Sr. Año de 1589.» * Descripción de las maravillas del Escorial. M«. de 161 páginasi en 8.°, que es un estracto de lo más esencial de cuan- ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 307 to i« babía «scrito hasta principio de este siglo sobre el admirado edificio y 8U» riquezas. Perteneció al monje Fr. Juan Borja y Plaza, confidente de Fernan­ do VII, cuando estuvo allí preso, siendo príncipe de Asturias. ESPARRAGUERA. Villa de la provincia de Barcelona. Memoria sobre las aguas sulfuro-termales de Esparraguera. Por don Manuel Amiís de Ferrer. Madrid, 1847. Folleto en 4.° ESPINOSO «EL REY. Villa de la provincia de Toledo. * Disertación físico-ohímica del examen, análisis y virtudes me­ dicinales de las aguas de la fuente mineral de la villa de Espinoso del Rey, por don José María de la Paz Rodríguez. Madrid, 1798. Impren­ ta de la Viuda e Hijo de Marín. Un cuaderno en 8.° EsPORLAS. Villa de Mallorca, en las Baleares. Descripción de la gruta de Esporlas, por don Joaquín María Bo- ver. Palma de Mallorca, 1844. Se anunció «u venta en loe periódicos. ESTREMADDRA. Región y distrito militar de España. * Relación de la consistencia y actual estado de las plazas, casti­ llos y puestos íortificados de la provincia de Estremadura, por el marqués de Casa Cagigal. M», fechado en Badajoz, a 15 de diciembre de 1787. * Dirección de la correspondencia para todos los pueblos, dehe­ sas y sitios de la provincia de Extremadura, por Soto. Un tomo en 4.°, que no puntualizo por no tenerle ahora a la mano, con u.i nutpúi.

FERROL (EL). Villa y departamento marítimo, provincia de La Coruña. * Consideraciones generales sobre varios puntos históricos, polí­ ticos y económicos, a favor de la libertad y fomento de los pueblos y noticias particulares de esta clase, relativas al Ferrol y a su co­ marca. Madrid. Imprenta de M. Repullés. 1820. Seis tomos en 4.°, el último en la imprenta de Eusebio Alvarez el mismo año. FiTERo. Villa de la provincia de Navarra. * Exiamen chímico-médico de los principios y virtudes de las aguas thermales y bailo de Fitero. Por el licenciado don Antonio Ra­ mírez. Pamplona, 1768. Un tomo en 4." FORTUNA. V. Nules. FRAILES. Villa de la provincia de Jaén. * Disertación analítica de las aguas hidro-sulfurosas de Frailes, por don Miguel Rodríguez. Granada, 1851. Cuarenta páginas en i." FuENCALiENTE. Pueblo de la provincia de Ciudad Real. 30S REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Memoria de lag aguas y baños minerales de Fuencaliente, por don Carlos Mestre. Madrid, 1840. Folleto en 8.» FUENSANTA, O Buyeres de Nava. Lugar.de Asturias. * Observaciones químico-mineralógicas sobre las aguas de la Fuen­ santa de Nava. Por don Adriano Paillet. Oviedo, 1844. Folleto en 4.° FUENTECALDA. V. Nules. FUENTE EL CÉSPED. Villa de la provincia de Biu-gos. * Estado que tiene la villa de Fuente el Césped, vicaría, arcipres- tazgo de Montejo y de su tieiTa, por su cura párroco, don Manuel Ro­ dríguez Ríonegro, en 1774. Se publicó inserto en la» Memorias de la Sociedad Económica de Segovia del año 1786, desde la página 279 a la 315, con documentos históricos y datos.

€AIM)R (SIERRA). En la provincia de Almería. * Progresos, estado de las minas de plomos y alcoholes de la sie­ rra de Gádor. Indícase los medios de su fomento. Su autor, don Mar­ tín de Pineda. Publícase de Real orden. Madrid. Imprenta de don M. Burgos. 18 diciembre 1830. Veinticuatro páginas en 4.° GALICIA. Antiguo reino y distrito de España. * Nobiliario del reyno de Galicia de el licenciado Balthasar Po- rreño, que escribió con la ocasión de haber acompañado al chronista Ambrosio de Morales. Ms. en nn grueso volumen folio, de muy buena letra y sin foliación. "* Vindicias históricas por el honor de Galicia, escritas por don Diego Antonio Zernadas de Castro y Ulloa, cura de Fiume. En San­ tiago, en la imprenta de don Pedro Frayz. En 4.0, con licencia del año 1760. * Memoria sobre la pesca de sardina en las costas de Galicia. Por don Josef Gomide, regidor de la ciudad de Santiago. Madrid, 1774. Por don Joachín Ibarra. En 4.°; ee refiere al ruidoso espediente de la pesca con jábegas, que motivó las diferencias «ntre catalanes y gallegos. El pueblo gallego no hizo gestión alguna para que el Supremo Go­ bierno restableza el Tribunal de la Inquisición... Impreso en La Co- ruña en 1812, en la oficina de don Antonio Rodríguez. Folleto anónimo incluido en el edicto de la Inquisición de 2 de mano de 1817. [Al margen: Ojo.] * Rogos de un escolar gallego a Virxe do bo Acertó para que libre a térra da Inquisición. Coruña. Imprenta de Iguereta. Año 1820. Papel en folio. [Al margen: Ojo.] * Manifiesto que la Junta de Gobierno de Galicia, creada por el pueblo en 21 de febrero de 1820..., hace a la nación española de sus ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 309

Operaciones y fatigas Corana, en la oficina de don Manuel María do Vila, Año 1820. Cincuenta páginas en 4." * Viage de Galicia desde la villa de Benaventc. o breve descripción de sus dos carreteras... La da a luz el Ayuntamiento constitucional de Santiago, n expensas de su capitular don Julián Francisco Suárez Freyre... Impreso en Santiago. Oficina de don Manuel Antonio Rey. Año -de 1813. Cuaderno en 4." Viage de dos amigos al reino de Galicia, verificado últimamente. Imprenta de don Miguel de Burgos. Anunciado pocos años ha en la Gaceta de Madrid. * Diccionario nomenclátor de las ciudades, villas, aldeas, caseríos, tolos, ventas, castillos y prioratos de todo el reino de Galicia, a que se agrega una descripción geográfico-histórica del mismo reino en ge­ neral y de todas sus ciudades y pueblos principales en particular. Re- «opilado por don José de Villarroel, arcediano de Luou en la iglesia do Santiago. Santiago, Por don Juan Francisco Montero. Año de 1810. Un tomo en 4.° * Descripción geognóstica del reino de Galicia, acomj)añada de un mapa petrográfico de este país, por don Guillermo Schulz . , pu­ blicada de Real orden. Madrid. Imprenta de los Herederos de Co­ llado, 1835. En 4,0 * Descripción de los principales ríos que comprenden las cuatro provincia» de Galicia, y sucinta relación de sus puentes. Por don Alejo Andrade Yáñez. Me. copia del original que existía en la Dirección de Caminos y Canales. V. Vizcaya. GALLEGO. V. Aroche. GASCUEÑA. Villa de la provincia de Cuenca, * Noticias geográficas e históricas de la villa de Gascueña, Por el doctor don Matías Jaravo. 1841. Ms. original, que se redactó conforme a mi interrogatorio de 92 artículos. GRAENA. V, Alhama. GuANADA. Ciudad, provincia y reino. Número 19, Además de las ediciones de los paseos que cita el se­ ñor Muñoz, tengo esta otra: Paseos por Granada y sus contornos, o descripción de sus antigüedades y monumentos, dados a luz por el cé­ lebre Padre Juan Echeverría, por los años de 1764, y ahora nueva­ mente reimpresos e ilustrados con algunas pequeñas notas. Por don J, M. P. Granada, Imprenta Nueva de Valenzuela, Año de 1814. Dos tomos en 4,°« que el publicidor don Julián María Pérez dedicó al conde de Montijo y Baños, capitán general de Granada. Número 71. Cita el señor Muñoz, en la nota, las cartas del sa- 310 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

cri»tán de Pinos, y en mi concepto, éste y demás libros debían tener 8U número y artículo especial, como todos los otros. * Lecciones de los monumentos sagrados hallados en la Alcazava de Granada. Un tomo en folio, con láminas estampadas y 108 hojas manuscritas en que está la lección interpretación y anotaciones, sin saberse el antor. * Memorial a Carlos II del deán y cabildo del Sacromonte, de Granada, para que S. M. suplique del breve del Papa que manda re­ coger todos los libros... que se hallaren en dicho Sacromonte. Veintidós páginas impresas en folio, sin fecha ni lugar de la edición. [Al mar­ gen : Puesto pág. 133, n.° 65.] * Guerras civiles de Granada, por Ginés Pérez de Hyta, vecino de Murcia. Madrid. Imprenta de León Amarita. 1833. Dos tomos en 8.° * Reflexiones sobre la rebelión de los moriscos y censo de pobla­ ción. Insertas en el Boktín Ojicial de Granada y reimpresas de orden de la excelentísima Diputación Provincial. Corregidas y aumentadas en esta edición. Granada. Imprenta de Gómez y Compañía, calle de Elvira. Agosto de 1840. Cincuenta y cinco páginas en 4.° * Examen de las aguas medicinales que se hallan en el reino de Granada. Por don Juan Bautista Solsona. Almería, 1824. Un tomo en 8.° * A los mineros de las provincias de Granada y Almería. Grana­ da. Imprenta de Sanz. Noviembre de 1840. Dieciséis páginas en 4.^ GUAOALCANAL. Villa de la provincia de Sevilla. * Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadal- canal, desde su descubrimiento en el año de 1555 hasta que dejaron de labrarse por cuenta de la Real Hacienda, De orden' del Rey nuestro Señor. Madrid. Por don Miguel de Burgos. Año de 1831. Dos gruesos tomos en 4.°, que colectó en Simancas don Tomás Goncáleí por encargo del ministro de Hacienda, don Luis López Ballesteros. GUADALQUIVIR. V. Sevilla. GuADix. V. Alhama. GUIPÚZCOA. Una de las tres provincias vascongadas. Nobiliario de la provincia de Guiptizcoa, por Domingo Lizazo. Ms. en dos tomos en folio, que creo apunte de un índice de la biblioteca de la Academia de la Historia. * Guerras de franceses en Guipúzcoa. Año de 1719. Ms. de 120 hojas en i.", que debió pertenecer al archivo de Montserrat o libreria de don Luis Salazar, pues, aunque borrado, se distingue aún el sello aL. S.» dentro de im círculo. * Provincias Vascongadas. Fueros de Guipúzcoa, o contestación a un impreso anónimo que desde Bayona, de Francia, se ha remitido ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 311 por el correo a varios ilustres proceres y otros personajes residentes en Madrid. Por un español guipuzcoano. Madrid. Imprenta de los Herede­ ros de don F. Martínez Dávila. 1836. Cincuenta y seis páginas en 4.° HELLÍN. Villa de la provincia de Murcia. Naturaleza triunfante y crisol de mesentérioas... Con una diserta­ ción físico-médico-hidráulico-analítica sobre los baños de Azaraque, sitos en el término de la villa de Hellín... Por don Francisco Cerdán. Valencia, 1745. Un tomo en 4." HI!:RMIDA. Lugar de la provincia de Santander. * Ensayo sobre las aguas minerales de la Hermida, por don Pa­ blo Seco Baldor. Valencia, 1850. Cuarenta y siete páginas en 4.° HERVIDEROS DE LA FUENSANTA. Baños de la provincia de Ciudad Real. * Análisis del agua mineral de los baños de la Fuensanta, o hervi­ deros. Por don Gregorio Bañares. Madrid, 1820. * Memoria sobre las aguas medicinales de los hervideros de Fuen­ santa, que contiene..., topografía..., antigüedad..., historia natural... Por don José Torres, capitán de Infantería, médico director. Ma­ drid, 1821. Son dos folletos en 4." HuELVA. V. Andalucía. HUETE. Ciudad de la provincia de Cuenca. *" La noticia de Alique, que cita el señor Muñoz, tiene este tí­ tulo : «Noticias sobre la fundación, antigüedad e historia de la ciu­ dad de Huete, estractadas de las crónicas de la Historia de España por don Julián Antonio Alique, caballero de la Orden de San Juan y prior de la iglesia de San Gil, de dicha ciudad, en el año 1768.» En 1840 saqué la copia manuscrita que tengo de la que poseía don José An­ drés de Cuenca, vecino de Huete. * Anales de Huete. Por don Juan José Sánchez de Arriba, natu­ ral de Villar del Maestre y oficial archivero del duque del Infantado. Ms. en dos tomos en folio, que poeeia la viuda del autor, doña Elena Sán­ chez, en 1840, de que saqué anotaciones. El primer tomo lo intituló «Historia de la ciudad de Huete, co

* Novena espiritual a María Santúima de la Consolación, con una breve noticia de su santuario, sito en el término y jurisdicción de la villa de Iniegta... Por el Padre Fr. Antonio Herráiz. Reimpreso. Cuenca. Imprenta de Pedro Mariana. Marzo 1858. Trainta y ocho páginas en 8.° ISABELA (IJA). Pueblo, sitio real y baños de la provincia de Guada- lajara. * La Isabela. Manual del bañista. Itinerario razonado, descrip­ ción del real sitio y baños termales. ., descripción de sus pintorescas cercanías y antigüedades... Por don Basilio Sebastián Castellanos. Ma­ drid, 1846. Folleto «n 8." IT.ÍLICA. Ciudad romana de la Bética, provincia de Sevilla. Antigüedades de Itálica, por Ibo. Anunciado en la Gacela de Madrid.

JAÉN. Antiguo reino y actual provincia y ciudad. * Atlante español, o descripción general geográfica, cronológica e histórica de España..., por don Bernardo Espinal y García. Madrid, 1778. Los tomos 12 y 13 tratan del reino de Jaén. JÁTIVA. Ciudad de la provincia de Valencia. * Festivas demostraciones de gratitud y reconocimiento de la au­ gusta ciudad de Xátiva a su Patrona María Santísima de la Seo, en los días 21, 22, 23 y 24 de octubre de 1813. Por don Vicente Pía y Cabre­ ra. Impresas en Valencia por los yernos de Esteban. Cita e«ta obra su autor en la tercera carta critica de Almenara. JAVALERA. Villa de la provincia de Cuenca. * Noticias geográfico-históricas de Javalera, por el presbítero don Crisanto Merchante, en 1842. Ms. escrito a mi instancia y según las 92 preguntas de mi interrogatorio. JEREZ DE LA FRONTERA. Ciudad de la provincia de Cádiz. Historia de Jerez de la Frontera, por don Tomás Molero, escritor del tiempo de Carlos III; un tomo en 4.° Así lo cita Llórente en «1 Catálogo de los ms. de que sacó las noticias para su Historia critica de la Inquisición. JÚCAR. Río de España. * Esposición que don Luis María Proyet eleva al serenísimo se­ ñor regente del reino sobre la canalización del Júcar. Alicante. Im­ prenta de Nicolás Carratalá. Está fechada el 17 octubre 1841, y en folio. * Segunda esposición que dirige a S. A. el regente del reino la ex­ celentísima Diputación de esta provincia con motivo de la canaliza­ ción del Júcar. Alicante. Imprenta de Nicolás Carratalá. En folio y con fecha 19 setiembre 1841. ADICIONES DE DON KERMIN CABALLERO 313

LAGUNA (LA). V. Canarias, LANJARÓN. Villa de la provincia de Granada. Compendio de las aguas y baños minerales de Lanjarón. Por don Miguel Medina y Esteva. Granada, 1840. Un folleto en 4.° LANZAROTE. V. Canarias. LECIÑENA. Pueblo de la provincia de Zaragoza. "* Historia de la prodigiosa imagen de la Santísima Virgen de Ma- gallón, aparecida y venerada en los montes de Leciñena. Dispuesta por el reverendo padre prior Fr. José de Santo Domingo, religioso carmelita descalzo, ex lector de Teología de la provincia de Ara­ gón. Zaragoza, en la imprenta de Andrés Sebastián. Año 1814. Un tomo en 4." LEDESMA. Villa de la provincia de Salamanca. Tratado maravilloso y útilísimo de las enfermedades que se cu­ ran en las salutíferas aguas de los baños de la villa de Ledesma. Por el doctor don Josepb Colmenero. Salamanca, 1697. Un tomo en 4." Análisis de las aguas termales de Ledesma . , coa noticias intere­ santes a los enfermos que vayan a tomarlas. Por don Ramón Moya de la Torre y Villarreal. 1815. Inédita en la Academia de Medicina. V. Tamames. LECANIEL. ViUa de la provincia de Cuenca. * Noticias de la villa de Leganiel, por el presbítero don Luis Te­ jada. 1842. Redactadas por mi encargo y que conaervo mas. LEIZA (VAIXB DE). En Navarra. Descripción topográfica de las cuatro villas del valle de Leiza, par­ tido de Pamplona, hecha por el matemático presbítero don Martín Fermín Zabaleta. Ms. del siglo pasado que existía en Pamplona y se perdió en el incendio de 1834. LÉRIDA. Capital de la provincia de su nombre. Al ntimero 3, pone el señor Muñoz la corografía de Quiñones, du­ dando si está impresa; pero, según León Pinelo, niímero 1.420, se imprimió positivamente al final de la dispiíta política del mismo autor, con este título: «Corografía de la ciudad de Lérida, antigüedades y memorias suyas, por el doctor don Juan de Quiñones, presidente de la sala de alcaldes.» V. Cataluña. LiMiA (LA). V. Antela. LINARES. Villa de la provincia de Jaén. * La mina de Arrayanes y fábrica de plomos reservados al Go- 314 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS bÍ€rno en Linares. Por don Antonio PuiduUes. Madrid, Imprenta Na­ cional, 1838. Folleto en 4." LOGROÑO. Capital de la provincia de su nombre. En la Memoria de Alvia, que se pone al número 1.', falta esta es­ pecificación en la portada, entre Logroño y el nombre del autor: «En prueba y calificación de su justicia, para que tenga efecto la merced que el rey Don loan el Segundo le hizo, año de 1444, de voto en Cortes en las de Castilla.» * Auto de fe celebrado en la ciudad de Logroño en los días 7 y 8 de noviembre del año de 1610, siendo inquisidor general el cardenal, arzobispo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y Roxas. Segunda edición. Ilustrada con notas por el bachiller Ginés de Posadilla, na­ tural de Yébenes. Madrid, en la Imprenta Real. Año de 1811. Un tomo en 8,°, que fué prohibido in totum por edicto de la Inquisición de Vallaaolid de 30 de mayo de 1819. LOMO DEL GRULLO. Real posesión de la provincia de Sevilla. * Descripción topográfica del terreno que comprende el coto del rey, conocido por el Lomo de Grullo, perteneciente al Real Patri­ monio, formada en virtud del reconocimiento practicado de Real orden con objeto de informar a S. M...., por el brigadier de Infante­ ría don Salva

MADRID. Corte de España. * Al número 16. El ejemplar que tengo ¿e Madrid por dentro, después del ingenio de esta corte, añade: «Quien le dedica a la muy alta y antigua señora Mariblanca, perpetua habitadora de la gran Puerta del Sol.» Con licencia. En Madrid. En la imprenta de Joa- chín Sánchez, en la calle del Carmen. Son 102 hojas en 8.", sin año; pero las aprobaciones y licencias pertenecen to das al de 1741. Al número 63, se ha padecido una equivocación suponiendo que el Ai^umosa autor de los cinco días célebres de Madrid, fué cate­ drático de Medicina. Don Wenceslao Argumosa era abogado del Co­ legio, de más nota en el foro que las que merecen sus cinco días; y el catedrático y médico era don Diego Argumosa, que acaso no fuese pariente de aquél, y que de seguro es muy diferente cerebro. Relación del auto público de fe que se celebró en esta corte el do­ mingo 21 de enero de 1624. Madrid, 1624. Un pliego folio, que está en la colección del Padre Joan Coarín, del conde de la Cortina. Relación verdadera del auto de fe que en la villa de Madrid se ce­ lebró a 14 de julio de 1624. Madrid, dicho año. Un pliego en folio, de la misma colección del Padre Guarin. * Relación histórica del auto general de fe que se celebró en Ma­ drid en el año de 1680, con asistencia del rey Don Carlos II, fiel y li­ teralmente reimpresa de la que se publicó en el mismo año. Madrid, 1820. Imprenta de Cano. Un lomo en 4.°. con nna estampa del auto. * Oración fúnebre a la muerte de don Rodrigo Calderón, que fué degollado en la plaza Mayor, de Madrid, el jueves 21 de octubre de 1621. Por Manuel Ponce. Un pliego folio, sin impresor, ni lugar, ni fecha, que parece edición furti­ va. Tiene ana plana de liras. Copia de una carta dando noticia de la muerte de S. M. el rev D. Felipe III. Madrid, 1621. Un pliego folio, sin nombre de impresor, que está en la colección de pape­ les d«l Padre Guarin. Relación de las cañas corridas en Madrid, a 21 de agosto de 1623 en obsequio del príncipe de Gales. Madrid, 1623. Relación de la salida que hizo de Madrid el príncipe de Gales a 9 de setiembre de 1623. Madrid, 1623. Relación de la partida del príncipe de Walia. Madrid, 1623. Relación del bautismo de la serenísima princesa Margarita María Catalina, hija de D. Felipe IV. Madrid, 1623. Estas cuatro relaciones, cada una en un pliego en folio, se hallan en la dicha colección del Padre Guarin, que poseía el conde de la Cortina, don José Gó­ mez do la Cortina. 316 REVISTA DK ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS

Relación de la entrada en Madrid del cardenal Barbcríno, a 24 de mayo de 1626. Madrid, el mismo año. Aparato festivo en el nacimiento de la princesa María Eugenia. Madrid, 1626. Ambos papeles eu un pliego folio cada uno y en la propia colección de Guarín. * Memorial a S. M. de las Universidades de Salamanca y Alcalá contra la pretensión de los Jesuítas de establecer estudios generales en Madrid. Cuarenta y siete páginas en folio, sin lugar ni fecha de impresión; pero e» del año 1626. * Por el Rmo. P. M. Fr. Andrés Carrillo, religioso... de Santo Domingo y su provincial en España, con algunos vocales del convento de Santo Tomás de esta villa de Madrid, sobre la casación de la reelección del P. M. Fr. Pedro Yáñez... en prior de dicho convento. Dieciocho hojas en folio, sin lugar ni año. El auto del Consejo declarando quti el Nuncio de Su Santidad hacia fuerza eg de noviembre de 1650, * Relación de las solemnísimas fiestas que en esta muy noble villa de Madrid, corte de España y silla

¿e su establecimiento, según las soberanas intenciones en beneficio del Estado, del público y de las comunidades. Madrid, 1785. Imprenta de la Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía. Cnaderno d« 23 páginas en folio. * Visita a la feria de Madrid Por don Eugenio Villalba. En Ma­ drid, por don Blas Román... Año de 1790. Folleto de 63 páginas en 8.° crilica graciosa de los trastos viejos que salen a las ferias. * Piedras de San Isidro; su naturaleza, valor y ventajas .. En Madrid, en la Imprenta de Pedro Marín, año de 1776. Folleto de 55 páginas en 8.° Las fantasmas de Madrid y estafermos de la Corte. Salamanca, por Antonio Villagordo. Cuatro, tomos en 4.°, que pertenecieron a la famosa biblioteca de Condomar, en la Casa del Sol, de Valladolid, comprada por el rey Carlos IV en 1802. * Coup-d'oeil sur Lisbonne ct Madrid, en 1814, suivi d'un Me- moire politique concernant la Constitiition promulguee par les Cor­ tes a Cadix, et d'une Notice sur IVtat niodeme des sciences mathe- matiques et phisiques en Espagne. Ouvrage dedie au Roi par Ch. V. d'Hautefort. París, chez Delaunay. 1820. Un tomo en 8." francés. * ¡Madrid! Indicaciones de una española sobre inmoralidades y miserias presentes y su remedio, a cuya redacción lia dado margen el Manual de Madrid, descripción de la villa y de la corte. Año 32 del siglo XIX (vulgo), siglo de las luces. Madrid, Imprenta de don Eusebio Aguado, 1833. Con licencia del Consejo expedida en 27 de setiembre de 1832. Un tomito en 8.°, que es una dura critica y fanática de la sociedad actual, cuyo autor creo fué el célebre dominico P. Amado. * Escenas matritenses, por el «Curioso Parlante». Tercera edi­ ción, corregida y aumentada por el autor y adornada con láminas. Madrid, Imprenta de Yenes, 1842. Cuatro tomos en 8.° mayor; su autor, don Ramón de Mesonero Romanos. * El 7 de julio de 1822. Con este epígrafe tengo un lomo en 4.° que contiene los tres opúscu­ los que siguen: 1." Manifiesto que hace a la España el fiscal de la causa de cons­ piración del 7 de julio último, don Juan de Paredes. Madrid. Im­ prenta de D. León Amarita. Año de 1822. 106 páginas y 52 docu­ mentos. 2." Dictamen de la Comisión encargada de examinar el proyecto de decreto pasado por el Gobierno a las Cortes, a fin de dar un testimonio de gratitud por los acontecimientos del 7 de julio de este año. Impreso de orden de las mismas. Madrid. Imprenta de don Tomás Albán y Compañía. 1822. Ocho páginas en 4.° 318 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

3." Informe da la Comisión especial sobre los resultados que dan los documentos mandados pasar a ella, especialmente sobre las ocu­ rrencias de los días primeros de julio último. Impreso de orden de las Cortes extraordinarias. Madrid. Imprenta de D. T. Albán y Com- pa. 1823. 180 páginas. * Real cédula de S. M. y Sres. del Consejo, por la cual se di­ vide la población de Madrid en diez Cuarteles, en lugar de los ocho en que actualmente está repartida, baxo los títulos y con la asigna­ ción de Barrios que se expresan. Año 1802. Madrid, en la Imprenta Real. Tres hojas en folio. * Divisiones topográfico-administrativas de la villa de Madrid. Tra­ bajo reunido y redactado por el alcalde Fermín Caballero en 1840. Un tomo en 4.'; ms. en que «stán más. por estenso y de oficio lo» mate­ riales que me sirvieron para las noticias que «e ponen al número 27 del se­ ñor Muñoz * Relación de los antecedentes y comunicaciones que han mediado entre el Gobierno de S. M. y el Ajnintamiento constitucional de esta capital, con motivo del arriendo de los derechos de puertas en que se han comprendido los arbitrios municipales de esta M. H. Villa. Madrid. Imprenta de D. N. Sanchiz. 1839. * Dictamen de la Comisión especial nombrada por el Ayunta­ miento constitucional de Madrid en 14 de enero de 1840 para el nuevo arreglo de las divisiones administrativas de esta M. H. V.; aprobado en la sesión extraordinaria de 1." de junio de dicho año, Madrid, en la imprenta de Yenes. * Memoria de las Juntas Municij)ales de Sanidad y Beneficencia de Madrid acerca de la epidemia de cólera morbo asiático producida en esta capital en 1855. San Bernardino. Oficina tipográfica de la Junta Municipal de Beneficencia. 1856. * Memoria que dirige al pueblo de Madrid su Ayuntamiento cons­ titucional de 1855. Madrid. Imprenta de don Eusebio Aguado, 1856. * Observaciones analíticas de las aguas de la Fuente del Berro, Puerta Cerrada, Puerta del Sol, de San Isidro, de la Reina, en El Pardo; de la Escorzonera, en Pozuelo, y del río de Manzanares, a distancia de cinco cuartos de legua de esta corte. Por el Dotor don José Antonio Oñez... Madrid. Impa de la Viuda de López. 1820. * Observaciones sobre el abastecimiento de aguas de Madrid y el modo de aumentarlas, por D. Francisco Xavier Barra, comisario de Caminos... Madrid, 1828. Imprenta de don Miguel de Burgos. * Memoria sobre la conducción de aguas a Madrid, formada en cumplimiento de la Real orden de 10 de marzo de 1848, con arreglo a las instrucciones dadas por la Dirección General de Obras Públicas. Madrid. Imprenta de la Publicidad. 1849. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 319

Un tomo «n 4.*^, con plano» del terreno, trabajo de los ingenieros de Cami­ nos don Juan Rafo y don Juan de Ribera. * Canal de Isabel 2.* Anteproyecto de la distribución de sus aguas en el interior de Madrid. Madrid. Impa de Aguado. 1855. Veintiocho página» en 4.°, con un plano, trabajo ejecutado por el ingeniero de Caminos D. José Morer. * Observaciones sobre mejoras de Madrid y proyecto de ensan­ che de la Puerta del Sol, por D. Mariano de Albo, coronel de In- íantería retirado, antiguo ingeniero militar y arquitecto de la real Academia de San Fernando. Madrid. 1854. Folleto en 4.° mayor. * Noticia histórica de la solemne, regia apertura de la Univer­ sidad Central en el curso académico de 1855 a 1856, escrita por el doctor D. José Amador de los Ríos... Madrid. Imprenta Nacional. 1856. Cuaderno en 4." mayor. MADRID (Provincia de). * Diccionario estadístico de los pueblos y partidos de la provin­ cia de Madrid, sin incluir la corte y sitios reales que están en su distrito, arreglado a los interrogatorios expedidos en 1802 y demás noticias que constan en el departamento de Fomento General del Reino y Balanza de Comercio. Por D. Joaquín Perella y Otto, M«. en tres tomoe folio marquilla, estados impresos llenos de pluma. * Geografía histórica de España. Provincia de Madrid. Por don Tomás López, geógrafo de los dominios de S. M. de varias academias y sociedades. Madrid, 1788. Por la Viuda de Ibarra, Hijos y Com­ pañía. Doa tomo» en 8.** marquilla, con vario» planos y láminas. * Estadística de la provincia de Madrid en que se manifíesta la extensión de terreno que ocupa cada uno de sus pueblos, cantidades de tierras puestas en cultivo en ellos y especie de productos anuales que rinden; fanegas de tierra en montes altos poblados de árboles útiles y en bajos... Por D. Antonio Regas, visitador por S. M. de las fábricas de Madrid, Madrid, 1835. Imprenta de D. Miguel de Burgos. Un tomo folio. Memoiia sobre los trabajos del mapa geológico de la provincia de Madrid, por D. Guillermo Schulz. Madrid, 1856. Cuaderno en 4.^ mayor. MADRIDEJOS. Villa de la provincia de Toledo, Copia de otra atitorizada del pleito del cura de Madridejos, en que se hace relación de lo sucedido con Catalina Díaz, la «Rojera», energiimena y hechizada. Ms. en un tomo en 4.**, que existia en la librería de los condes de Torralba y Talara. 320 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

* Esposicióti que hacen a S. M. varios vecinos de Madridejos (en la Mancha), nacionales movilizados, contra las autoridades de aquella villa, por la protección que gozan los carlistas y la persecución de los liberales. Madrid, 1839. MÁLAGA. Ciudad capital de la provincia de su nombre. * Observaciones médicas sobre la epidemia que afligió a esta ciu­ dad de Málaga en el año 1804. Por el licenciado D. José María Sa­ lamanca, profesor médico y cirujano de la real Armada... En Má­ laga, en la imprenta de Casas. Cuarenta y ocho páginas en 4.°, con fecha diciembre de 1804. El autor creo er.i el padre del actual banquero célebre de su mismo nombre. MALPICA. Villa de la provincia de Toledo. * Descripción histórica, cronológica, estadística y topográfica del marquesado de Malpica, por Fermín Caballero de Heredero, comisio­ nado en el referido Estado. 1825. Ms. en un' tomo de gran marca, con diferentes mapas', planos y estados y dedicado a la excelentísima señora doña María de la Encarnación Alvarez de Bohorques, marquesa de Malpica. MALLORCA. Isla de las Baleares. Apuntamientos de varias antigüedades para la ilustración de la historia de Mallorca, en l.'>99. Ms. citado en el catálogo impreso en Madrid por D. Josef Collado. Isla y reyno de Mallorca en el Mediterráneo; estado que contiene las poblaciones y demás particularidades de este reyno. M». de la librería de los condes de Torralba y Talara en los merceda- rios calzados, según el índice. * Real cédula de S. M. y seíiores del Consejo por la que se de­ clara a los individuos llamados de la Calle de la ciudad de Palma en el reino de Mallorca, idóneos para egercer las artes, oficios y la­ branza del mismo modo que a los demás vasallos del estado general de dicho reino. Año de 1788. En Alcalá, en la oficina de doña María Espartosa y Briones. 18 páginas en folio. * Atlanta español o descripción..., de D. Bernardo Espinalt y García. El tomo 3." trata del reino de Mallorca. MANRESA. Ciudad de la provincia de Barcelona. * Del epítome histórico del P, Roig tengo una edición que dice: «Sacada a luz por el M. R. P. Fr. Pedro Massera, dirigido a la misma ciudad de Manresa, e impreso en Barcelona por Jaime Suria, a la calle de la Paja, año de 1692.» Un tomo en 4." Dudo si será la misma que pone el señor Muñoz en 1792. MARMOLE.)O. Pueblo de la provincia de Jaén. Examen filosófico sobre las aguas minerales de Marmolejo. Por D. Vicente Orti y Criado. Jaén, 1841. En 8." ADICIONES Oe DON FERMÍN CABALLERO 321

MAZARULLEQUE. Villa de la provincia de Cuenca. * Noticias de Mazarulleque, por D. Galo Almonacid, su párroco, en 1843. Ms. redactado conforme a las 92 preguntas de mi interrogatorio. MEDINA SIDONIA. Ciudad de la provincia de Cádiz. Disertación físico-médica sobre el buen uso y seguras virtudes me­ dicinales de las aguas minerales existentes en las cercanías del con­ vento de San Josef del Cuervo de Medina Sidonia. Por don Josef Mi- ravete y Martínez. Cádiz, 1770. MENORCA. Isla de las Baleares. * La primera edición que no ha visto el señor Muñoz al núme­ ro 17 es ésta: «Situación de la isla de Menorca; su extensión y pe­ rímetro, distancia respectiva de sus poblaciones y vecindario de ellas según el censo de 1805, incluso el de sus términos, en las que e»»- tonces lo tenían. Mahón, en la imprenta de Pedro Antonio Serra; año de 1814.» * Relación de lo executado en el desembarco y toma de posesión de la isla de Menorca por las Armas del Rey. 15 páginas en 4.°, sin lugar ni año; mas fué impresa en Madrid en 1781. Proceso y sentencia del teniente general Jaime Murray, goberna­ dor de Menorca, con el caballero Guillermo Draper; traducido del inglés al castellano. Ms. en folio, que existía en la librería de los condes de Torralba y Talara de los mercedarios calzados. * Temps y paratjes de Menorca, en que es mes gustos y salu­ dable, o daños regpectivament, el pex y marisc que se aporta per vendré en la pescatería de Maho. Per disposicio del magnifich señor Mostesaph Don Rafe! Mercadal y Montañés. En la Imprenta de la Viuda y Filis de Fabregues. Maho, 1811. Papel en 4." Estadígtica general de Menorca y particular de sus pueblos, for­ mada de orden del Gobierno en el año de 1814, y publicada en 1816. * Estrado del arreglo llamado el Pariatje del rey D. Jaime III de Mallorca, sobre la pabordia y rectorías de Menorca, con varias notas para su mayor aclaración. Por D. Juan Ramís y Ramís. Mahón, 1815. Beneficios y capellanías que hay en las iglesias de Menorca en 1792; altares donde estaban fundados, año de su fundación, funda­ dores, patronos, dotación y cargas con las distribuciones adventicias y fijas. Por don Juan Ramís y Ramís. 1815. * Manifiesto de la ciudad de Mahón sobre ser la capital de Me­ norca, en refutación de lo que se dice en el suplemento al Dicciona­ rio geográfico-estadístico de España y Portugal. Por D. Antonio Ra­ mís y Ramís. Mahón, 1830. 322 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBI.IOTKCAS Y MUSEOS

MÉNTRIDA. V. Torre de Esteban Ambram. MivZALOCHA. Pueblo de la provincia de Zaragoza. * Proyecto y cálculo para la obra de] pantano de Mezalocha. Za­ ragoza. Imprenta de la calle del Coso número 116. Año 1822. Folleto en 4.° MOLAR (El). Villa de la provincia de Madrid. Memoria de las aguas minero-medicinales de El Molar. Por don José Abades y Rezano. Madrid, 1846. V. Sacedón. MOLINA DE ARAGÓN. Ciudad de la provincia de Guadalajara. * El egemplar que tengo de la obra citada al número 2, dice en la portada: «Antigüedad del noble y muy leal señorío de Molina. Historia y lista real de sus señores príncipes, reyes, etc.» El frontis­ picio está grabado en cobre, y hay un mapa grabado en madera que comprende la geografía romana des<]c Toletum a Bilbis en longitud y de»de Valencia a Setubia en latitud. * La ciudad de Molina de Aragón, incendiada por el general francés Roquet. Poema. Impreso en Madrid, en la Imprenta de la Viuda e Hijo de Aznar. 1813. Catorce páginas «n 4." MoNCADA. Villa de la provincia de Barcelona. * Análisis de las aguas minerales de Moneada en el principado de Cataluña. Por el doctor don Francisco Sanponts, socio residente en la real Academia Médico-Práctica de Barcelona... Barcelona. Por la Viuda de Piferrer... Año 1792. Cuarenta y dos páginas en 4." MONTANEJOS. V. Nules. MuCHANA. V, Alaraz. MULA. V. Nules. MuÑANA. V. Alaraz y San Ildefonso. MURCIA. Ciudad capital del reino y provincia de su nombre. * Atlante español o descripción general geográfica, cronológica e histórica de España..., por don Bernardo Espinalt y García... 1778. El tomo 1.** trata del reino de Murcia, * Memoria presentada al Ayuntamiento constitucional de esta ciu- dad y Junta directiva de Pías fundaciones... sobre las del cardenal Belluga, por don José Monascot... Mnrcia. Oficina de Hernández. Son 10 páginas en 4.°, con fecha del año 1839.

NAVAJAS. V. Nules. NAVARRA. Antiguo reino, hoy provincia. Del sitio y antigüedad del reino de Navarra, por D. Juan López de Palacios Rubios. Se halla impreso en su tratado, De optenlu Regni Navarrae, 1576, según León Pinelo, al número 1.371 de su epítome geográfico. ADICIONES UE DON FERMÍN CABALLERO 323

* Itinerario descriptivo geográfico-estadístico de Navarra, por don Antonio Ramírez Arcas. Pamplona, 1848. Un volumen en 4." menor. NuLES. Vüla de la provincia de Castellón de la Plana. * Virtudes medicinales de las aguas minerales de la villa vieja de Nules en el reino de Valencia, por D. Francisco José Lemus. Valencia, 1788. Un lomo en 4.°,, en que, ademán, se da noticia de las aguas de la Fuente Cal­ da y del Pozo Caliente, asi como de las más usuales del reino de Valencia, Bus- 6ot, Navajas, Vella, Montanejos, Toya, Bellus, Chulilla, y en el reino de Mnrci.i, Archena, Alhania, Fortuna, Muía > Azaraque.

OLIVARES. Villa de la provincia de Sevilla. * Al Congreso nacional. Esposición dil pueblo de Olivares contra el señorío del duque de Alba. Sevilla. Imprenta de D. J. H. Dávila. 1841. Cnademo en folio, con documentos históricos. ONTANEDA. Baños de la provincia de Santander, * Descripción del establecimiento de aguas y baños minerales de Ontaneda en el valle de Toranzo, provincia de Santander. Folleto anónimo en 4.° sin lugar ni fecha de la edición y con una lámina. * Memoria acerca de las aguas y baños minero-medicinales de On­ taneda y Alceda. Por D. Victoriano Diez Martín. Madrid, 1847. Veintidós páginas en 4.° ORDENES MILITARES. Institutos con su territorio particular. Crónica de las tres Ordenes. Por Rades y Andrada. Toledo, 1572. Historia de la» Ordenes militares. Por Caro de Torres. Madrid, 1629. No tengo a la mano éstos y otros libro» que caben en este artículo. ORiHtTELA. Ciudad de la provincia de Alicante. * Reconocimiento militar de la ciudad de Orihuela practicado... por el director subinspector del Real Cuerpo de Ingenieros, don Manuel Caballero y Alvora. Mft. en 4.", sin fecha; mas debió escribirse hacia la guerra de la Indepen­ dencia, época en que el autor tenía el carácter de subinspector.

PALMA. V. Mallorca. PALMAS (Las). Ciudad de las islas Canarias. * Representación documentada que hace a las Cortes el Ayunta­ miento constitucional de la ciudad de I^s Palmas en la Gran Ca­ naria, para que se la restituya a la posesión en que estaba de ca­ pital de aquella provincia. Madrid, 1822. Imprenta de D. Diego Car- cía y Campoy. Un tomo en 4.°., con un niapa y vario» datos curioso*. V. Canarias. 324 IlEVISTA DE ABCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

PAMPLONA. Ciudad capital del reino y provincia de Navarra. * Privilegio de la unión de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Pamplona, cabeza del Reyno de Navarra. Año 17.31. En Pamplona. Por Pedro Joseph Ezquerro. Tomito de 143 páginas en 8." PANTICOSA. Baños de la provincia de Huesca. * Memoria acerca del establecimiento de aguas minerales y ter­ males de Panticosa en el alto Aragón, con un mapa topográfico de los territorios inmediatos al mismo. Por don Francisco Xavier Ga­ banes. Madrid, 1832. Imprenta de Villamil, junio 14 de 1832. Un tomo en 4." Memoria acerca de las aguas y baños minerales de Panticosa, por don José Herrera y Ruiz. Madrid, 1845. Folleto en 4." PEÑAFIEL. Pueblo de la provincia de Valladolid. Noticia por menor del dueño y antigüedad de una espada a modo de estoque imperial colocada en tiempo del rey D. Alonso el Sabio en una torre del real Alcázar de Peñafiel. Ms. de la colección del curioso Andaluz, cuyo catálogo imprimió en Ma­ drid D. Josef Collado. PtiÑAS DE SAN PEDRO. Villa de la provincia de Albacete. Milagro de la cruz de las Peñas de San Pedro. Ms. de la biblioteca de D. Luis Salazar, número 7, según un índice de 1822. PINEDA. Pueblo de la provincia de Barcelona. * Exposición a S. M. sobre abolición de] derecho llamado de ribaje que pagan los pescadores. Madrid. Imprenta de don Norberto Llorenci. Enero de 1835. Doce páginas en folio. PLASENCIA. Ciudad episcopal de la provincia de Cáceres. » * Manifiesto de la Junta Diocesana de Plasencia, en que da razón de su conducta en la administración decimal... Imprenta de Plasen­ cia, a cargo de José Cordero. Año de 1822. Trece hojas en folio. PoNFERRADA. Villa de la provincia de León. * Esposición que hace la villa dfe Ponferrada para manifestar lo razonable del proyecto de división del territorio español, presentado por el Gobierno a las Cortes, en la parte que designa aquella villa por capital de la nueva provincia del Bierzo, variada por la Comi­ sión... Madrid, 1821. Veinticuatro páginas en 4." PONTEVEDRA. Capital de la provincia de su nombre. * Razones atendidas por S. M. la augusta Reina Gobernadora al declarar la ciudad de Pontevedra capital de la provincia de su nom­ bre, con beneplácito, utilidad y conveniencia pública ., o sea, mani- ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 325 fiesto y exposición elevada al Congreso nacional en 1821... Ponteve- •dra, oficina del Boletín Oficial. Año de 1836. Cuarenta y dos páginas en 4.° * Refutación de los argumentos en que se apoya el Sr. dipu­ tado D. Juan Bautista Alonso para pedir que se declare a la ciudad de Vigo capital de la provincia de Pontevedra. Pontevedra. Oficina del Boletín. Año de 1841. Trece páginas en 4." V. Vigo. PORTILLO. Villa de la provincia de Toledo. Compra de Portillo y Fuensalida. Ms. de la biblioteca de Salazar, «egtín un índice del año 1822, al número 43. Pozo CALIENTE. V. Nules. PUEBLA DE CORRALES. Aguas de la villa de Corrales, provincia de Sevilla. Disertación que sobre la naturaleza y virtudes de las aguas acídula y hedionda de la Puebla de Corrales presentó D. Antonio Maldo- nado a la Sociedad Económica de Osuna. Ms. inédito en la Academia de Medicina. PUERTO DE SANTA MARÍA. Ciudad de la provincia de Cádiz. "" Relación y observaciones... sobre el general terremoto y la irrup­ ción del mar del día 1 de noviembre de este año de 1755, que com- prehendió a la ciudad y gran puerto de Santa María... Por D. Juan Luis Roche..., académico de la Real Academia Portopolitana y resi­ dente en la ciudad y gran puerto de Santa María, en el gremio y universidad de Mareantes y cargadores a las Indias. Impreso en el Puerto de Santa María, en la imprenta de la casa real de las Ca­ denas, Año de 1756. Treinta y «ei> páginas en 4.^ * Consulta que D. Juan Pablo Fomer, como Fiscal que era de la Audiencia de Sevilla, hizo al Consejo de Castilla sobre que debían representarse comedias en la ciudad del Puerto de Santa María, sin embargo de haberse opuesto a ello la Real Audiencia y el Acuerdo. Madrid. Imprenta de Burgos, 1816. Folleto en 8.° [Al margen : Ojo.] PUERTOLLANO. Villa de la provincia de Ciudad Real. Naturaleza del agua termal acida de Puertollano, enfermedades |>ara que aprovecha y forma como se ha de tomar. Por D. Felipe Vinzani del Águila. Madrid, 1685. Un tomo en 4.°, y hay otra edición de Sevilla en 1714, también en 4." V. Chinchilla.

QUINTO. Villa de la provincia de Zaragoza. Nota práctica sobre las virtudes de las aguas de Quinto. Por D. Blas Beaumont. Madrid, 1737. Folleto en 4.' 326 REVISTA DE ARCHIVOS. BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Advertencias sobre la práctica y virtudes de las aguas medicinales de Quinto. Por D. Blas Beaumont. Ms. inédito, sin fecha, en la Academia de Medicina. REUS. V. Tarragona. RiBAGORZA. Antiguo condado de Aragón. 1* Narración geográfico-histórica del condado de Ribagorza y su­ cesión de los Condes que ha habido desde los tiempos de la irrup­ ción de los árabes. Ms. que reconocí y extracté en 1836 en la biblioteca de la Academia de la Historia, inalado con V-30. RiBATAjAOA. Villa de la provincia de Cuenca. * Carta geográfica o plano con su descripción del campo de Ri- batajada, provincia y obispado de Cuenca. Año de 1816. Por D. San­ tos Paje, presbítero. Ms. qne me dio el autor, hijo del aquel pueblo y oficial de la Biblioteca Nacional. RiOjA. Territorio de la provincia de Logroño. * Exposición de las razones que la sociedad riojana y los comisio­ nados por los pueblos de su distrito presentan al Congreso Nacional en apoyo de su solicitud para que en la Rioja se forme una provin­ cia separada e independiente. Madrid. Imprenta de Alvarez. Año de 1820. Dieciséis páginas en 4.° * Carta dirigida a un Sr. Diputado de Cortes por un riojano. Madrid, 1821. Imprenta de D. Miguel de Burgos. Sesenta y »eis páginas en i.", con la firma de D. Justo Patricio de España, bajo cuyo pseudónimo se ocultó D. Martin Fernández Navarrete. * Cartas satírico-crítico-verídicas. Tomito de 272 páginas en 8.°, impugnación de un soriano a la carta anterior del riojano para que no se desmembre de Soria la provincia qne se intentaba crear en Logroño. El autor ee titula Camilo Batanero y Tundidor, y escribe e:: 1821 desde Peroniel a don Valerio Quisquiñuelas. ROMERAL. Santuario de Hontecillas, provincia de Cuenca. Novena a la Ssma Virgen del Romeral, por don José Félix Alar- oon y Espinosa, precedida de una breve noticia de la aparición y descripción del pueblo. Cuenca. Imprenta de Gómez. Año de 1856. RONCAL (Valle de). En Navarra. * Testimonio del acta celebrada, a 13 de julio de 1803, entre los diputados del Valle de Roncal, en la Navarra de España, y los del valle de Veretons, en el principado de Beame, en Francia, sobre tributo quií de inmemorial pagan los franceses a los españoles, y ju­ ramento de paz y concordia. Ms. copiado por el magistrado D. Pedro Jacobo Pizarro de unos autos que obraban en el Consejo de Castilla. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 327

RiJBENA. Pueblo de la provincia de Burgos. Investigaciones hidrológicas sobre las aguas minerales ferrugino­ sas de Rubena. Por D. Bonifacio Gil y Rojas. Burgos, 1849. Folleto en 4.' SACEDÓN. Villa de la provincia de Gnadalajara. Theatro de la salud, baños de Sacedón. Por D. Fernando Infante. 1663. Cuaderno en 4.°, sin lugar de impresión. Antorcha methódica, mapa historial y discursos analíticos de las admirables thermales aguas de los baños de Sacedón, Coreóles, Trillo y Buendía. Por D. Juan Gayan y Santoyo. Madrid, 1760. Un tomo en 4." * Examen físico-químico-chuirúrgico de las aguas thermales de Buendía y Sacedón. Por D. Miguel Ballesteros Fiel. Madrid, 1768. Un tomo en 4." Escrito abstracto de los mejores autores de las virtudes y para qué enfermedades son útiles, y de sus ingredientes, las aguas minera­ les de Trillo, Molar, Arnedillo, Sacedón y Buendía... Añadida la no­ ticia de las aguas de Humera, nuevamente descubiertas. Por D. Félix Eguia. Madrid. Volumen en 4.°, sin año de la impregión. * Historia de la antigua ciudad de Alce y villa de Salcedón (sic), sucesora de sus memorias. Escrita por D. Francisco Antonio de San Pedro Alcántara, padre de la provincia de la Concepción de Fran­ ciscanos Descalzos de Castilla la Nueva. Año 1766. Ms. en nn tomo folio, que exi»tia en poder de un.vecino de Sacedón en 1840, y del que saqaé au extracto. Antigüedades de Sacedón, por Fr. Joseí de Sacedón, ex conventual del de descalzos franciscos de Auñón. Ms. qne a la muerte del aator, llamado vulgarmente el Padre Malla, ne cree que pasó a manos del cura de Poyos, D. Fernando Sacristán. * Reseña histórica del incendio, reedificación y consagración de la iglesia parroquial de Sacedón. Por el presbítero D. Francisco Co­ rona, arcipreste, vicario foráneo y visitador eclesiástico del mismo distrito. Madrid. Imprenta de D. José Repullés. 1852. * Examen histórico-crítico de la Reseña que escribió D. Francisco Corona .. sobre el incendio, reedificación y consagración de la iglesia parroquial de Sacedón, a quien lo dedica el bachiller en sagradas facultades Fr. D. Fernando Sacristán..., cura párroco de la encomien­ da de Santa María de Poyos. Madrid, 1854. Estos dos último» escritos son folletos en i." V. Isabela (La). SAtAMiiNCA. Ciudad capital de su provincia. Epítome historial de la Universidad de Salamanca, por D. Pedro Chacón, en 1599. 32S REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Ms. de la colección del curioíio Andaluz, según el catálogo impreso en Ma­ drid por D. Josef Collado. * Iníorme de la Universidad de Salamanca sobre plan de estudios, O sobre su fundación, altura y decadencia, y sobre las mejoras de que es susceptible, con cuyo motivo presenta un proyecto de Ley sobre la instrucción pública. Salamanca. En la imprenta de D. Vi­ cente Blanco. Año de 1820. Cuaderno de 154 páginas en folio. * Breve reseña de la inscripción para la Universidad de Salaman­ ca, por el marqués de Morante. Madrid. Imprenta de Aguado, 1860. Historia de las cuevas de Salamanca, del caballero Francisco de Moraes y Vasconcelos. Impresa en Ewora año de 1733. Avenida del Tormcs, por Salamanca, en 26 de enero de 1626. Sa­ lamanca, 1626. Un pliego folio en la colección del P. Juan Guarín, que poseía el conde de la Cortina. En la misma colección hay otra diferente relación de la propia avenida, impresa también dicho año en Salamanca. * Diccionario de todas las villas, lugares, alquerías, dehesas, ha- ceñas y despoblados, que comprende la administración principal de correos de Salamanca y su departamento. Por D. Manuel Sáenz de Abascal. Salamanca : imprenta d* Vicente Blanco, año 1817. V. Madrid. SALOU. V. Tarragona. SALVATIERRA. Pueblo de la provincia de Pontevedra. * Extracto fiel de los estatutos, constituciones, actas y costumbres loables vigentes por las que se rige la venerable hermandad de Sacer­ dotes de este arciprestazgo de Salvatierra, obispado de Tuy. Año de 1821. Impreso en Santiago en el mismo año, oficina de D. Juan Francisco Montero. Veinte páginas en 4.° SAN ILDEFONSO. Pueblo y sitio real de la provincia de Segovia. Del compendio histórico número 1 hay otra edición. Madrid. Im­ prenta de Núñez. 20 de enero de 1831. Escrutinio de las aguas de San Ildefonso y Balsain y de las die Alaraz y Muñana. Por D. Francisco Antonio García Leca. Salamanca, 1772. Un tomo 4." SAN JOSEF. Provincia de la Orden de San Francisco. Crónica de la provincia de S. Josef de Descalzos menores de San Francisco, por Fr. Juan de Santa María. Dos tomos en folio, publicados en uti catálogo de libros en venta. SAN JUAN DE LAS ABADESAS. Pueblo de la provincia de Gerona. * Cuenca carbonífera de San Juan de las Abadesas, por Maestre. Madrid, 1855. Cuaderno en 4." mayor. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 329

SANTA CRUZ DE TENERIFE. V. Canarias. SANTANDER. Ciudad capital de la provincia de 8u nombre. * Memoria leída en el Ateneo español en la noche del 23 de junio de 1820 en sesión ordinaria, y dedicada al mismo por su socio el ciu­ dadano F. C. Contiene la descripción de la provincia marítima de Santander, precedida de un discurso. Madrid: impra de Don León Amarita, 1821. Folleto de 75 páginas en 4.» * Relación motivada de los principales acuerdos de la Junta de Gobierno de Santander, creada el 29 de junio de 1843. Santander. Imprenta de Martínez, 1843. FpUcto de 139 páginas en 4." V. Burgos. SANTIAGO. Ciudad metropolitana de la provincia de la Corana. * Representación elevada a S. M. por el claustro de catedráticos de la Universidad de Santiago y remitida a la Excma. Dirección ge­ neral de Estudios en 27 de octubre de 1838, sobre la necesidad ur­ gente de la estinción de los dos colegios de Fonseca y San Gerónimo, sostenidos por cuenta de los fondos de dicha Universidad. Seis páginas en folio, sin lugar de impresión. Observaciones analíticas sobre las aguas de las fuentes de Santia­ go. Por D. Antonio Casares. Santiago, 1847. Dieciocho páginas en 4.*^ SANTIAGO (Orden militar de.) Tambos mayor y menor de la orden de Santiago, en sus prioratos de Velez y San Marcos de León. Doe toiáo» grande» mía. del archivo de la orden de Uclés', con traslados de las escritoras, privilegio» y demás documentos desde el siglo XII. Alegación sobre el territorio de la Orden de Santiago. Se anunció no ha muchos' años su venta en los periódicos. V. Cabeza del Griego, Ordenes Militares, Segobriga y Uclés. SEGOBRIGA. Ciudad romana de la Celtiberia. * Apéndice y demostración del día y año de la muerte de Semfro- nio, obispo santo de Segobriga. En Alcalá: en la oficina de la real Universidad. Año de 1795. Cuarenta y dos páginas en 4.°, que en forma de carta, y con fecha en Lan­ ga, a 23 de mayo de dicho año, escribió D. Jácome Capistrano de Moya a D. An­ tonio de Capmany, secretario de la Academia de la Historia, como apéndice a su otra obra. Noticia de las «scabaciones de Cabeza del Griego. * Confutación de los señores abate Hervás, sobre supuesta intru­ sión del obispo de Cuenca en pueblos de la orden de Santiago: P. M. Risco y abate Masdeu sobre el verdadero sitio de la antigua Segobri­ ga : Por don Jácome Capistrano de Moya, cura párroco de la villa de la Fuente de Pedro Naharro. Cuenca. En la Oficina de Fernando Antonio de la Madrid. Año de 1802. Un grueso cuaderno en 4.° 330 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

SECORBE. Ciudad episcopal de la provincia de Castellón. * Ocurrencias de Segorbe. Por un liberal amante de la ley y ene­ migo de pandillas. 1841. Castellón. Imprenta de Gutiérrez. Papel en 4." SKGOVIA. Ciudad capital de la provincia de su nombre. * Actas y memorias de la real sociedad económica de los ami­ gos del país de la provincia de Segovia. De orden de dicha real So­ ciedad. Segovia: en la Imprenta de Antonio Espinosa. Año 1785 y 1786. Dos tomos en 4." menor. * Estado de la ciudad y provincia de Segovia. Publicado en el periódico de Madrid titulado Diario curioso, año de 1785, número 102. SEGURA DE LA SIERRA. Villa de la provincia de Jaén. Espediente sobre el régimen y administración de los montes de Segura de la Sierra y de su provincia. Madrid: Imprenta de don Mi­ guel de Burgos, 1825. Tomo de 113 páginas en 4.° La primera edición se hizo d

€11 la noche del 26 de mayo del año de 1808. Escritos por Mirtilo Si» curitano. Año de 1811. Cádiz, en la Imprenta de D. Antonio Murguia. Dos cuadernos con 252 piginae en 4." * Itinerario del camino de Madrid a Sevilla, con la descripción de sus campos, ríos, puentes, ventas, pueblos. Madrid, 1823. * Reconocimiento del río Guadalquivir entre Córdoba y Sevilla, verificado en los años de 1842 y 1844 por órdenes del Ministerio de la Gobernación de la Península, con arreglo a las instrucciones que en su cumplimiento extendió la Dirección general de Caminos, ca­ nales y puertos. Imprenta de la Publicidad, 1847. Volnmen en folio con planos, trabajos de D. José Garcia Otero. * Catálogo de los pueblos y haciendas comprehendidas en la ad­ ministración principal de Correos del Reinado (sic) de Sevilla. Por D. Manuel de la Rocha Navarro. En Sevilla. Imprenta de los Herederos de D. Josef Padrino, año 1804. Cuaderno en 4.° * Descripción histórica del monumento de la Santa Iglesia pa­ triarcal de esta ciudad de Sevilla. Imprenta Mayor. Año 1814. Doe hojas en 4.° * Noticia histórica de las cofradías de penitencia que en Sevilla hacen estación esta semana santa, según lo han acordado sus respec­ tivas hermandades. Imprenta Mayor, año 1814. Ocho páginas en 4.° V. Badajoz y Cádiz. SIERRA GÁDOR. V. Gádor (Sierra). SISANTE. Villa de la provincia de Cuenca. * Novena de Jesús Nazareno, venerado en el convento de religio­ sas de Sisante, precedida de una noticia histórica de la fundación de dicho convento... Cuenca, 1845, por Francisco Gómez. Ciento ocho páginas en 8." SoLAN DE CABRAS. Baños de la provincia de Cuenca. * Noticia de las aguas minerales de la fuente de Solán de Cabras, con el análisis y síntesis que de orden del Gobierno hizo de ellas D. Domingo García Fernández. Por D. Juan Pablo Forner. Madrid, año 1787. Un tomo en 4.** mayor, edición de lujo. * Análisis y síntesis de las aguas minerales de Solán de Cabras. Por don Domingo Garcia Fernández. Madrid, 1826. Reimpresión de la anterior en ?<.", con motivo de acudir a estas aguas la rei­ na Doña Josefa Amalia de Sajonia. SOLARES. Lugar de la provirlcia de Santander. * Memoria sobre el agua mineral de Solares en la provincia de Santander. Por don Mariano Delgrás. Madrid, 1828. Folleto en 8.» 332 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

SORIA. V. Rio ja, SUMAS-AGUAS. Fuente medicinal de Humera, provincia de Madrid. '*' Disertación físico-química y análisis de las aguas minerales de Samas-Aguas. Por los Srcs. D. José Enciso, D, Castor Ruiz del Cerro y D. Gregorio Bañares. Madrid, 1791. Tomo en 4.° marquilla, edición lujosa.

TAJO. Río principal de España. * Reconocimiento del río Tajo desde Aranjuez hasta Lisboa, por el ingeniero Marco-Artu. Un tomo folio, que no tengo a la mano, del tiempo de Fernando 7.°, con los planoa del rio por dicho ingeniero, y noticia de I09 anteriores trabajos de Aa- toneli para la navegación de dicho río. * Memoria sobre la posibilidad y facilidad de hacer navegable el Tajo, por el brigadier D. Antonio Ramírez Arcas. Madrid, 1853. Un tomo en folio. TALAVERA DE LA REINA. Villa de la provincia de Toledo. * Informe de la constitución epidémica de calenturas, malignas intermitentes y remitentes de la villa de Talavera. Por D. José Ma­ ría de la Paz Rodríguez, profesor de Medicina y Química. Madrid, en la imprenta de D. José Collado. Año 1803. Treinta y una páginas en 4.° menor. TAMAMES. Villa de la provincia de Salamanca. Uso y provechos de las aguas de Tamames y baños de Ledesma. Por D. Diego Torres Villarroel. Salamanca, 1744. Un tomo en 8." TARRAGONA. Ciudad metrópoli y capital de su provincia. * Alexaudri Xaverii Panel e Societate Jesu presbiteri, regiis-in- fantibus a studiis, regí catholico a numismatum thesauro. De Colo- niae Tarraconae uummo Tiberium Augustum, Juliam Augu^tam Cae. saris Angustí fíliam, Tiberii uxorem et Drusum Caesarem utriusque filium exhibente. Illiberi, apud Franciscum Alos, Typographum, 1748. Cum permissu. [Hay otra edición del propio año, que tiene en las planas pares el texto latin<> y la traducción castellana en las impares, fronteras. «Disertación sobre una me­ dalla de la colonia de Tarragona, que representa a Tiberio Augusto, a Julia Augu«ta, hija do César Augusto, mujer de Tiberio, y a Druso César, su hijo. Es. crita por el Padre Alexandro Xavier Panel, de la Compañía de Jesús, maestro de los sereníeimog infantes de España y intendente del tbesoro real de medallas. Traducida por el Dr. D. Buenaventura García, presbítero, abogado de los rea­ les Consejos ... Con láminas. En Colibre, año 1748. Con las licencias necesarias.»] Un tomo en 4.° Plan geográfico del triángulo que forman Tarragona, Reus y el puente de Salou. Consta en el catálogo de obras venales en la librería de Quiroga. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 333

* Marcha que ha seguido la Junta militar erigida en la ciudad de Tarragona desde su instalación hasta concluir sus operaciones en los días 9 y 10 de marzo de 1820. Tarragona. Año 1820. En la Ito- prenta Nacional de Puigrubi. Dieciséis páginas en 4.° TERUEL. Ciudad capital de su provincia. Tratado de la facultad medicamentosa que se halla en el agua de los baños de la ciudad de Teruel, en el reino de Aragón, por el li­ cenciado Tomás Ferrer de Esparza. Zaragoza, 1634. Un lomo en 8.° * Cartas que D. Isidoro de Antillon, doctor en ambos Derechos, dirige a su amigo D. Ignacio López de Ansó sobre la antigua legisla­ ción municipal de las ciudades de Teruel y Albarracin y sus aldeas en Aragón. En Valencia, por Joséph de Orga, 1799. Folleto de 104 página» en 8." TiERMAS. Lugar de la provincia de Zaragoza. Libro de los prodigiosos baños de Thiermas, en que se epilogan algunos de los más célebres baños de España, Francia, Alemania, Ita­ lia y la variedad de usar de ellos. Por D. Manuel Rodrigo Andue- za. Pamplona, 1713. Tomo en 4." * Memoria sobre los baños minerales de Tiermas, escrita por su Director facultativo, don Tomás Lletget, calificada de sobresaliente y digna de premio por R. O. de 8 de setiembre último, oído el Con­ sejo de Sanidad del Reino. Madrid, Imprenta Nacional, 1857. Cuarenta y ocho página» en 4." y un estado. TOLEDO. Ciudad capital de la provincia de su nombre. Tratado histórico cronológico de los privilegios de loe muzárabes de Toledo. Ms. que consta en el catálogo de los anteriore» al año 1600, que publicó don Joeef Collado, colección de Un curioso Andaluz. Noticia del suntuoso templo que fabricaron loa judíos en Toledo, en tiempo del Rey D. Pedro, y después se consagró en iglesia de Santa María de la Blanca, en que se tocan otros puntos alusivos a dichos judíos en España. Ms. del referido catálogo de don Josef Collado. * Memoria sobre la pertenencia, estensión, calidad de tierras, población y administración de los Montes de Toledo, presentada a las Cortee generales por los ciudadanos Julián Antonio López y D. Fran­ cisco Martínez Robles. Madrid, imprenta de la calle de la Greda, 1821. Folleto de 55 páginas en R.° V. Badajoz. TORO. Ciudad de la provincia de Zamora. Al niímero 3 pone el Sr. Muñoz la Corografía de Gómez de la 334 RKVISTA DE AKCKIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Torre, y en la nota se lamenta con razón de que no se publicase el segundo tomo. Téngase entendido que toda la obra eran tres tomos, y que los dos no publicados, correspondientes a los partidos de Ca- rrión y de Reinosa existían en 1829 en el ministerio de Hacienda, entre los papeles del Departamento de la Balanza de Comercio. Mis gestiones para encontrarlos han sido ineficaces; ojalá que la Aca­ demia (de que el autor era socio correspondiente), o el Sr. Muñoz lograsen encontrar tan apreciables manuscritos para la geografía e historia de España. * Por el monasterio de San Ildefonso el real de Toro, de la or­ den de Santo Domingo, con el marqués de la Mota; sobre restitu­ ción de la villa de Almaraz. Diecinueve hojas en folio, sin fecha ni lugar de impresión. TORRE DE ESTEBAN AMBRAN. Villa de la provincia de Toledo. Antigüedades de la Torre de Esteban Ambrán, Méntrida y otros pueblos. Ms. de la biblioteca de Salazar, número 43, según un índice de la mis­ ma hecho el año 1822. TORRENTE. Pueblo de la provincia de Valencia. * Ordenanzas municipales de Torrente, provincia de Valencia. Mss. copiado de un proyecto que existe en el Ministerio de la Gobernación, en Cuarenta y seis artículos. TORRES. Villa de la provincia de Madrid. * Memoria sobre los baños y aguas minero-medicinales de Torres, y resultados obtenidos durante la temporada de 1855. Por D. Fran­ cisco López Salazar, director facultativo de dicho establecimiento. Madrid, 1856. Impra de Higinio Reneses. Papel en folio. TOYA. V. Nules. TRILLO. Villa de la provincia de Guadalajara. * De las aguas termales de Trillo, por D. Casimiro Gómez Or­ tega. Madrid, 1778. Tomíto en 8.» Reflexiones sobre el uso interno y esterno de las aguas termales de Trillo. Por D. Luis Guarnerio y Allav«na. Madrid, 1791. En i." Discurso físicomédico sobre las aguas minerales de Trillo, por D. Antonio Valls y Covarrubias, 1793. •• M». inédito en la Academia de Medicina. * Observaciones sobre la naturaleza y virtudes de las aguas mine­ rales de Trillo, por D. José María Brull. Madrid. Imprenta de Cano, 1818. En 12.° Disertación presentada a la Academia médica matritense en 28 de ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 335

Febrero de 1821 sobre las aguas de Trillo, por D. José María Brull. Ms. inédito en dicha Academia. * Guía de enfermos e itinerario de Madrid a los baños de Trillo. Por D. Mariano José González y Crespo. Madrid. Imprenta de Llo- renci, 1840. Folleto en 8." * Observaciones prácticas sobre las aguas minerales de Trillo. Por D. Mariano José González y Crespo. Madrid, 1847. Un tomo en 4." V. Sacedón. UcLÉs. Villa de la provincia de Cuenca, cabeza de la orden de San­ tiago. * Descripción del archivo de la corona de Aragón, existente en la ciudad de Barcelona, y noticia del Archivo general de la militar Oi^en de Santiago, por su autor el Abate D. Lorenzo Hervás. En Cartagena: por D. Manuel Muñiz. Año 1801. Cuaderno en 4." V. Ordenes militares, Santiago (orden) y Segobriga. XJRGEL. Ciudad episcopal de la provincia de Lérida. * Noticia de la epidemia de tercianas que se padeció en varios pueblos de Urgel y otros parages del principado de Cataluña, en el año de 1785, formada de orden de la real Junta de Sanidad. Bar­ celona. Por la viuda de Pifener. Setenta y cinco páginas en 4.°, que suscriben en Barcelona, a 2 'de Febrero de 1786 los médicos comitionados Dr. Gaspar Balagner y Dr. Vicente Grasset.

VADOCAÑAS. Fuente de la ciudad de Requena, provincia de Valencia. * Disertación de las virtudes, uso y abuso de las aguas minerales «de Vadocañas, situadas en el término de la villa de Requena. Por D. Juan Antonio Pascual y Rubio. Murcia, 1769. En 8.0 VALENCIA. Ciudad capital del reino y provincia de su nombre. * Del niimero 29, que pone el Sr. Muñoz, hay otras ediciones: una anterior, «Valencia en la mano, o guía breve para encontrar las cosas más dignas de ella sin necesidad de preguntar. Obra litil a los forasteros y naturales, en cuyo obsequio la saca a luz un amante de la misma». Valencia, 1825; Imprenta de José Gimeno, frente al Miquelete. En 12." Y otra posterior: «Valencia en la mano, o sea ma­ nual de forasteros. Guía cierta y segura... Contiene además, por medio de apéndices, las mejoras introducidas hasta el día...» Por J. G. Va­ lencia, 1852. Imprenta y librería ^e don Julián Mariana.» Octavo mayor y un mapa. En el catálogo que publicó en Madrid don Josef Collado, se en­ cuentra la obra citada al mímero 48, con el año, y de esta manera: 336 REVISTA PE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

«Relación de la Germania de la ciudad de Valencia, ordenada por el Notario Miguel García en 1529». Descripción ichonográfica de Valencia y sus anales, por Toma» Vicente Tosca. La citan Rodríguez, en la Biblioteca valenciana, folio 407, y León Pine- lo, en su epítome número 1.285. Provincia de Valencia. Lista de lodos los pueblos que comprende en el día la provincia de Valencia, y ios partidos en que se divide, ciudades, villas y lugares y despoblados, y obispados a que corres­ ponden, con espresión de los en que hay Gobernador político o mili­ tar. Corregidor, Alcalde mayor u Oitliiiario, número de vecinos que cada uno tiene, obispados a que corresponden, leguas que distan así de la capital de la provincia como de la cabeza de partido, los que son realengos y de señorío; formada en virtud de orden del Con­ sejo. Impresa en Valencia y oficina de don Benito Moníort, año 1818. Existe nn ejemplar en folio marquilla en el archivo general de Valencia. Nota de los pueblos enagenados en Valencia, y de los archivos donde existen las escrituras de egresión. Pnblicada en las Actas de la Sociedad Económica de Valencia, 1809. * Atlante español o descripción general. Por don Bernardo Espi- nalt y García. Madrid, 1778. Los tomos 8, 9 y 10 tratan del reino de Valencia. * Noticia de las varías producciones del reino de Valencia... que por acuerdo de la real Sociedad económica de Valencia ha formado D. Tomás Ricord, presbítero, su secretario. En Valencia, en la im­ prenta de don Benito Monfort. Año 1793. Folleto en 4.", con vario« estados. * Discurso sobre la constitución que dio al reino de Valencia su invicto conquistador el Sr. D. Jaime I. Por D. Francisco Xavier Bo- rrull y Vilanova, juez de diezmos, primicias y tercios-décimos de dicho reino. Año 1810. Valencia: en la imprenta de don Benito Monfort. Folleto de 78 páginas en 4.° * Memorias históricas sobre la revolución de Valencia, que com­ prenden desde 23 de mayo de 1808 hasta fines del mismo año, y sobre la causa criminal formada contra el P. Fr. Juan Rico... y otros. Las es­ cribe y publica el primero para inteligencia de la Nación y de la Europa. Cádiz. Por D. Manuel Santiago de Quintana, 1811. Cuaderno de 120 páginas en 4.° * Sermón fúnebre «n las solemnes exequias que celebraron en la Sta. Iglesia metropolitana de Valencia su Exmo. e lUmo. Arzobispo y Cabildo, con asistencia de la M, I, ciudad y de todo el clero secular y regular, en sufragio por el alma de su difunto prelado el Exmo., lUmo. y Rvmo, Sr. D. Francisco Fabián y Fuero, el día 13 de Octubre de 1801, predicado por su canónigo penitenciario el Dr. D. Felipe ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 337

Mirallas. En Valencia. En la oficina de D. Benito Monfort, impresor ¿e\ Dlmo. Cabildo. Año 1801. • En 4." marquilla, y muy histórico por la parte que tuvo el difunto en lo& «u cesos de la época. * Exposición de la Universidad de Valencia dando gracias al so­ berano Congreso por haber abolido la Inquisición. Impresa en Cá­ diz y reimpresa en Valencia por los yernos de José Esteban, año de 1813. La prohibió la Inquisición en edicto de 30 de mayo de 1819. [AI margen: Ojo.] * Instalación de la cátedra de constitución en la ciudad de Valen- cia a cargo del favor de D. Nicolás Garelly. Impresa en dicba ciu­ dad en 1814. * Memoria de los actos y dispoí^iciones generales adoptadas por la Junta de Salvación de la provincia de Valencia, que ha formado y presenta al Gobierno, por encargo especial de la misma, su Vice­ presidente D. Vicente Bertrán de Lis. Valencia. Imprenta de D. José Mateu Cervera, 1843. Quince páginas en folio. * Memoria en que se contiene la población actual de primero, segundo y tercer orden de este reino de Valencia, con la historia y «íitado en que se hallan la ciudad de Gandía y las villas de Pegb, Callosa de Ensarriá y Enguera. Por D. Vicente Ignacio Franco. Inserta en las páginas 129 a 212 de la Junta pública de la real Sociedad eco­ nómica de Valencia, celebrada el día 9 de diciembre de 1801; impresa en 1K imprenta de Benito Monfort, en 1802. * Croquis geológico del reino de Valencia por el ingeniero Bo­ tella. Madrid, 1854. Cuaderno en folio. * Memoria sobre los montes de Valencia, por D. Joaquín Croix y Vidal. Inserta y publicada en las actas y memorias de la sociedad valenciana. * Plan sinóptico de las acequias del río Turia, con varias obser- vaciones. Dedicado a la real Sociedad económica de Valencia por uno de sus individuos. Se publica de acuerdo de la misma. Valencia. Imprenta de don Benito Monfort, impresor de la misma real So­ ciedad, 1828. En 4.°', con un cuadro. * Memoria premiada, escrita por el socio numerario D. Esteban Chaix. Contiene una noticia de las lagunas y terrenos pantanosos de este reino; los medios para su desecación, con reflexiones sobre las ventajas que resultarán (verificada aquélla) a la salud piiblica, gana­ dos y agricultura. Inserta en las Juntas de la sociedad E^onómi^ de Valencia del año 1802, des­ de las páginas 145 a la 188. 338 DEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

* Memoria indicativa de los minerales de que abunda la pro- vincia de Valencia... comprendiendo algunas observaciones geognósti- cas sobre un volcán apagado en Villamiarchante, por D. Juan Sán­ chez Cisneros, individuo de la Sociedad económica de Valencia. Publicado en la Janta pública de dicha Sociedad del año 1804. * Noticia de varias minas de carbón de piedra en el reino de Va­ lencia, su esplotación, uso, preparaciones, gastos y análisis. Memo­ ria premiada, escrita por el socio numerario y de mérito, D. Joaquín Maximiliano de la Croix y Vidal, secretario de la Diputación de Madrid. Ingerta en la Junta pública de la Sociedad económica de Valencia del año 1802; impresa en aquella ciudad el siguiente de 1803. VALLADOLID. Ciudad capital de j)rovincia y de distrito. * El ms. que cita el Sr. Muñoz al número 1 no tiene las adiciones diel que yo poseo, así intitulado: (fMemorias para la historia de Valladolid recogidas por Juan Antolínez de Burgos, natural de la misma ciudad, a que van añadidas varias notas del conde de Gra- medo D. Francisco Ronquillo y Briceño, y otras de diferentes cu­ riosos, hijos del mismo pueblo.» * Al Rey nuestro Sr., por el respetable conducto del Exmo. Sr. Conde de Floridablanoa, su primer secretario de Estado, ofrece con el más profundo rendimiento el presidente de la real Chancillen'a y de la real Junta de Policía creada en la ciudad de Valladolid baxo su inmediata protección, el MANIFIESTO o MEMORIA de las des- gracias ocurridas en el día 25 de febrero de este año de 1788... con la extraordinaria creciente del río Esgueva... Impreso en Valladolid por la viuda e hijos de Santander. Año de 1788. Un tomo en 4.°i, con un plano de la ciudad inundada. * Guía de forasteros y litigantes en la real Chancillería y demá» tribunales de esta ciudad de Valladolid. Para el año de 1831'. Impren­ ta de Aparicio. Folletín en 12.°, que se publicaba anualmente. * Manifiesto de la Milicia Nacional de todas armas de la ciudad de Valladolid. Valladolid, imprenta .Aparicio, 1837. * A la Nación española el comandante de la Milicia Nacional de Infantería de Valladolid Mariano Miguel de Reinoso, subinspector de la de la provincia. Ambos folletos en i.", y aunque este último sin fecha, es del mismo año 1837. * Contestación a lo dicho y escrito contra el Gefe poh'tico de Va­ lladolid. Lo era D. José Núñez Arenas, y aunque sin lugar ni fecha, se imprimió en Valladolid en 1837. VASCONGADAS (provincias). Las tres de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. No sé si será la misma obra anotada por el Sr. Muñoz, número ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 339

14, la antmciada así en los periódicos en julio de 1847: «Manual del viagero por las provincias Vascongadas». * Ensayo de la Sociedad bascongada de los amigos del país. Año de 1766. Dedicado al Rey Ntro. Sr. En Vitoria, por Tomás de Robles. Año 1768. Un grueso volumen en 4.°, que perteneció a D. Rodrigo de Llano Ponte. * Censura crítica de la pretendida excelencia y antigüedad del vascuence, por D. J. A. C, cura de Montuenga. Madrid, en la im­ prenta real. Año de 1804. Un tomo en 8.°, cuyo autor fué D. José Antonio Conde. El Sr. Muñoz, al número 10, pone la apología de Asiarloa, a que esta censura se refiere. * Colección de cédulas, cartas-patentes, provisiones, reales órde­ nes y otros documentos concernientes a las provincias vascongadas, co­ piados de orden de S. M. de los registros, minutas y escrituras exis­ tentes en el real archivo de Simancas, y en los de las Secretarías de Estado y del Despacho, y otras oficinas de la corte. Madrid, en la imprenta real. Años de 1829 y 1830. Son cuatro tomos en i.°, compilados por el Archivero D. Tomás' González. VÉLEz MALACA. Ciudad de la provincia de Málaga. Bosquejo apologético de las grandezas de Vélez Málaga, por D. Francisco de Bezmar. Anunciado así «n los periódico» no ha muchos años. Está en el art. «Vélez-Málaga», número 1. VELLA. V. Nules. VELLISCA. Villa de la provincia de Cuenca. * Respuestas al interrogatorio del Sr. Caballero en lo relativo a la villa de Vellisca, por D. Juan Manuel Palomar, vecino de la misma. Ms. hecho de mi encargo en 1842. VlCH. Ciudad de la provincia de Barcelona. * Antigüedades y monumentos de Vichi Por D. Jaime Ripol Vi- llamayor, canónigo de su santa Iglesia. Vich. Imprenta de Ignacio Valls. 1821 a 1829. Varios pliegos sueltos en 4.°, de que hay egemplares en la Academia de la Historia, con documentos curiosos e interesantes, que no casaba de rebuscar y a tampar aquel laborioso y entendido eclesiástico. ViGO. Ciudad de la provincia de Pontevedra. Espediente de la reconquista de Vigo y Túy. Asi consta anotado en un catálogo de libros venales en la librería de Quiroga. * Vigo y Pontevedra. Madrid, 1837. Papel de 20 páginas en 4.°, con reflexiones del Ayuntamiento de Vigo, 80«te- niendo que le pertenece ser capital de provincia. * La descripción que el Sr. Muñoz pone en 1841, la tengo yo con portada igual y la propia im^prenta en el año 1840. Dudo que se 34'J REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS reimprimiese al año siguiente, incliiián'dome a que debe proceder la diferencia de alguna errata. ViLLAMAYOR DE SANTIAGO. Villa de la provincia de Cuenca. * Datos para la descripción de Villamayor de Santiago, por D. Car­ los Sandov«l. Ms. hecho a virtud de mi interrogatorio de 92 artículos, en 1842. VILLAR DEL ÁGUILA. Villa de la provincia de Cuenca. * Edicto de la Inquisición de Cuenca a 8 de marzo de 1804, con la relación de la causa y sentencia de Isabel María Herráiz, conocida por la beata de Villar del Águila. Dos pliegos en folio, sin lugar ni fecha de impresión; mas que fué en Cuen­ ca dicho año. Llórente, en su HistorUi critica, dice que esta sentencia es de las más justa» que se han pronunciado y honra a los inquisidores que la dictaron. VITORIA. Ciudad capital de la provincia de Álava. República y gobierno de Vitoria en Álava, por D. Juan Fernán­ dez de Paterniana, en 1590. Pongo este ms., de la colección del curioM» Andaluz, cuyo catálogo publi­ có don Josef Collado, a pesar de incluirlo el Sr. Muñoz al número 1, por varias razones. En primer lugar, rectifica que la obra se contrae a Vitoria, en Álava, y no a Vitoria y Álava. En segundo, fija el año en que »e escribió y «1 ver­ dadero autor, disipando las dudas y controversias que se han ofrecido en la cuestión. VIZCAYA. Una de las tres provincias Vascongadas. La obra que se pone al niímero 18 existe en el catálogo que D. Jo­ sef Collado publicó en Madrid a principios de este siglo, con diez años más de comprensión, pues abraza hasta 1574. Difícil es conocer cuál de las dos fechas será la cierta, pero anoto esta diferencia para que se tenga presente. * Aper^us sur la Biscaye, les Asturies et la Galice. Precis de la deíense des frontieres du Guipúzcoa et de la Navarre; par le Gene­ ral D. Ventura Caro, en 1793 et 1794; et campagne du General D. An­ tonio Ricardos dans le Roussillon, en 1793. Par Louis de Marcillac. A París, chez le Normant 1807. Un volumen en 8.° francés, dedicado al Principe de la Paz; libro que, aparte de sus apreciaciones, contiene observaciones curiosas y raras. * Ensayo crítico sobre las leyes constitucionales de Vizcaya. Por D. Pedro Lemonauria... Bilbao. Imprenta de D. Nicolás Delmas. 1837. Cuaderno en 4." Reconocimiento geológico de Vizcaya, por Gollete. Lo vi anunciado en un catálogo de libros modernos.

ZAFARRAYA. V. Alhama. ADICIONES DC DON FEHMÍN CABALLERO 341

ZARAGOZA. Capital de su provincia y d*! Aragón. Aviso de la entrada de S. M. en Zaragoza a 13 de enero de 1626. Barcelona, año 1626. Medio pliego en 4.°, que existe en la eolección del P. Joan Cuarín, propia del conde de la Cortina, D. Jo«¿ Gómez de la Cortina. * Relación individual y verídica del suceso acontecido en la ciu­ dad de Zaragoza el día 6 de Abril de 1766 y de todos sus demás pro­ gresos, formada de orden de S. M. y escrita por encargo del Marqués de Castelar..., por D. Tomás Sebastián y I.atre. Vista y aprobada por el real Acuerdo de este Reino. En Zaragoza, en la Imprentxt del rey ÍVtro. Sr. Año 1766. Cuaderno en 4.

* iN *

Hasta aquí los escritos que he recogido para enriquecer el Diccio­ nario Bibliográfico-Histórico, número fácil de aumentar con más tiem­ po y constancia, y que de seguro añadirán inmensamente otros estu­ diosos, y con especialidad el autor del pensamiento; porque si es cierta la creencia vulgar de que ningún día dejamos de aprender algo nuevo, en bibliografía puede evidenciarse que nunca se trabaja sin fruto por el entendido escudriñador. ¡Tanto es lo que se ha escrito en todos los tiempos y de todos los asuntos! Ni presumo que sea grande la importancia de mis adiciones, ni las tengo por completamente inútiles; algo deben valer tales como éstas: Alcalá de Henares: fueros antiguos. Andorra: casi todas las insertas. Aragón: la defensa del duque de Híjar, los anales antiguos y el manuscrito de Ustarroz. Barcelona: la obra francesa del Consulado y varios papeles de viajes y festejos reales. Bilbao: el singular manuscrito descriptivo de sus principales mo­ radores. Burgos: varios papeles sobre desmembración del obispado de Santander. Canarias: algunos inéditos. Castilla; la colección de privilegios sacados de Simancas. Cataluña: memorias de la guerra constitucional. Celtiberia: el manuscrito original del abate Hervás. Cíeza: La Panoplia del Dr. Lozano. Córdoba: colección de autos de fe. Ferrol: los seis tomos de consideraciones históricas. 342 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS ¥ MUSEOS

Galicia: el Nobiliario ms. de Porreño, las Vindicias del cura de Fiume, etc. Granada: las guerras civiles y la rebelión morisca. Guipúzcoa: el manuscrito de la guerra de franceses. Huete: los anales manuscritos de Sánchez de Arriba. Jerez de la Frontera: la historia de Molero. Logroño: su célebre auto de fe. Madrid : los autos de fe, la ojeada de Hautefort, el 7 de julio, las fantasmas, y varios papeles de nacimientos, muertes, ñestas y entradas de príncipes y otras personas distinguidas. Menorca : el desembarco de nuestras armas y el proceso del Go­ bernador Murray. Navarra: su sitio y antigüedad por Palacios-Rubios. Pamplona : el privilegio de la Unión. Puerto de Santa María: su terremoto y su derecho a ver comedias. Sacedón: historias manuscritas y bastantes descripciones de sus baños. Segobriga: dos obras de don Jáconie Capistrano de Moya. Sevilla: bastantes papeles raros y el notabilísimo elogio de Juan Bautista Pérez. 'l'arragona : la Medalla de Tiberio. Teruel: las cartas de Antillón. Valladolid: la inundación de 1788. Vélez Málaga: el bosquejo apologético. Vizcaya: las ojeadas de Mr. Maicillac. Zaragoza: el suceso de 1766. De esto y de todo lo demás hago juez a la Academia y al mismo autor del Diccionario, quien directamente podrá estimarlo en lo que le aproveche, pues no me anima otro mayor empeño ni otro deseo que el de llevar mi piedrecita al grandioso edificio literjtrio plan­ teado por el Sr. Muñoz. Sin embargo, no debo soltar la pluma callando sobre la fuerte censura con que el autor del Diccionario ha querido escudarlo, a mi parecer sin necesidad y sin justificación. Termina la advertencia pre­ liminar copiando unas palabras del P. Burriel contra los rústicos quo notan en las obras generales yerros peculiares de su lugar o de su río, contra los necios que se vanaglorian de hacer tal cual reparillo en obras semejantes. La observación del Padre jesiu'ta es tan discreta y certera como correspondía a su vasta erudición; pero de lo más santo cabe abusarse, y contra el abuso me levanto. Para incurrir en el anatema citado se necesitan circunstancias esenciales, una en el autor y tres en loa censores: 1." Que la obra publicada sea tal, que sólo rústicos y necios pue­ dan criticarla, y con meros reparillos; y en la austeridad y modes­ tia del Sr. Muñoz no ha entrado semejante idea. ADICIONES DE DON FERMÍN CABALLERO 343

2." Que el corrector se glorie vanamente; y yo, lejos de gloriar­ me, someto mis observaciones, privada y lealmente, a la decisión de quien más sabe, dispuesto a recibir la lección que se me dé, sin el menor viso de queja. 3.' Que la crítica se reduzca a tal cual, reparülo; y en este papel menciono más de quinientas obras no comprendidas en el Dicciotui- rio, amén de algunas correcciones y de no triviales pensamientos de mejora; y 4." Que los yerros apuntados sean del lugar del corrector; y yo Iiablo de todas las provincias de España. De mi lugar sólo cito un escrito en ciernes, y, en cambio, pongo varios del pueblo del Sr. Mu­ ñoz, de la común residencia de Madrid, de los académicos Lloren- te, Capmany, Cornide, Bedoya, Moya, Gómez de la Torre, Conde, González, Navarrete y Amador de los Ríos, y hasta de la propia bi­ blioteca de nuestra Academia. Está corporación sabrá dispensarme con su acreditada benevolencia la manera de terminar esta Memoria, considerando que en mi posi­ ción especial he debido protestar contra toda interpretación impropia del testo del P. Burriel, pues habiendo sido público corrector en otra ocasión y apareciéndolo ahora, aunque en el seno de la confian­ za, cumple a mi interés el que no se atribuya a genialidad lo qa|e nace del noble deseo de servir a la ciencia, sin aspirar a otra recom­ pensa que a la de la propia conciencia. Barajas de Meló (en mi casa del Cerro) a 7 de julio de 1861.— Fermín Caballero (rubricado).

NUESTROS ARCHIVOS

NOTAS SOBRE LA DOCUMENTACIÓN POST-FORAL DEL ARCHIVO DEL REINO DE VALENCIA

POR FELIPE MATEU Y LLOPIS

A la memoria de Fernando Ferraz Pénelas.

La feliz reaparición de la benemérita REVISTA DE ARCHI­ VOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS brinda ocasión de comenzar a tra­ tar un capítulo de la historia de los Archivos españoles que to­ davía permanece inédito, si bien es verdad que tampoco debe procederse a escribirlo con precipitaciones: el que correspon­ de a los últimos diez años, durante los cuales tantas vicisitudes ha pasado una gran parte de la documentación de nuestros de­ pósitos. Uno de los que mayores cambios experimentaron en el mencionado lapso de tiempo fué el llamado comúnmente, en guías y memorias, «Archivo Regional de Valencia», al que, sin embargo, se dio siempre, desde su creación como tal, el más exacto título de «Archivo General de Valencia», considerando a ésta, claro está, no como la ciudad, sino cual todo el reino. Hoy, si nos atenemos a la Guía histórica y descriptiva de los Archivos, Bibliotecas y Míiseos, Sección de Archivos, publica­ da bajo la dirección de D. Francisco Rodríguez Marín en 1916, Memoria correspondiente al citado de Valencia, y con ella pe­ netramos en el inmueble —de tan accidentada situación du­ rante los mencionados diez años últimos—, solamente en una parte podríamos formarnos idea clara del contenido de aquel gran depósito, grande, al menos, por la cantidad y calidad de sus legajos. Y decimos en una parte porque es mucho más 346 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS de lo que la Guía refiere cuanto en él se guarda, y esta parte en que se ha incrementado no figura en la referida Memoria por haber llegado al Archivo en tiempos muy posteriores a la redacción o publicación de la misma. Como es bien sabido, el Archivo General de Valencia ocu­ pa hoy una parte, casi la única en pie, de lo que fué la Casa Profeíía de la Compañía de Jesús. Su planta se reduce en la ac­ tualidad, y en cuanto al espacio propio del Archivo, a dos grandes cuerpos o naves en ángulo, con tres plantías, lo que da un edificio que, en su parte más extensa, era uno de los cuatro lados del gran patio de la desaparecida Casa Profesa, y en la otra constituye la unión con otro patio, mucho más re­ ducido, cuyas habitaciones o salas recayentes al mismo, están, aún hoy, ocupadas por unas Escuelas. Si el recinto es relativamente pequeño, la altura del inmue­ ble es bastante considerable; sus salas, espaciosas; en las dos primeras plantas, abovedadas; en la segunda, con notables es- grafiados y estupendas puertas de talla en madera. En el curso de unas reformas llevadas a cabo en 1937-1938 pudieron aña­ dirse conjuntos de azulejería de la antigua Casa, salvada de en­ tre los escombros procedentes del derribo. En esta desaparecida construcción se hallaba el Archivo de la Audiencia Territorial de Valencia en 1932 cuando fué in- ^ovporado al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Biblioteca­ rios y Arqueólogos. En 30 de enero del citado año, Teunidos en el local de la Secretaría de Gobierno de la Audiencia, el se­ cretario de la misma, D. Joaquín Salcedo, y el jefe del Archi­ vo General de Valencia, D. Fernando Ferraz y Pénelas, para dar cumplimiento al Decreto de 12 de noviembre de 1931 so­ bre incorporación de Archivos de Audiencias Territoriales y a las Ordenes de los respectivos Ministerios, de Justicia de 5 de diciembre y de Instrucción Pública de 23 de noviembre, se le­ vantó acta de la situación del referido Archivo de la Audien­ cia, que se hallaba instalado de la siguiente forma. En una sala de 22 metros de longitud, con dos balcones y dos ventanas al patio central, antiguo claustro del siglo XVIII, había 1.901 le­ gajos de variado volumen, conteniendo la documentación de REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS 347

Procesos civiles de los años 1707 a 1805. «En la misma sala, amontonada por los suelos y en completo desorden —dice el acta— había unos novecientos legajos de documentación pro­ cesal diversa, especialmente de carácter civil, pertenecientes a la segunda mitad del siglo XVIII y primera del XIX». En la sala segunda, prolongación de la anterior, existía do­ cumentación de Procesos civiles desde 1805 a 1848, distribui­ dos en 474 legajos de variada dimensión y en el suelo un mon­ tón con 80 legajos de procesos criminales. En la sala tercera, a continuación también de la preceden­ te, se hallaban los índices notariales desde 1879 a 1917 en 460 volúmenes, bien encuadernados y dispuestos en siete estantes. En la sala cuarta, con la misma orientación, había índices notariales desde 1836 a 1878, en 312 volúmenes. En la quinta, orientada al Norte como las siguientes, recayente a la calle de Cadirers, se hallaba la documentación de Procesos criminales desde 1871 a 1882 agrupada en 1.640 legajos, ordenados por años y juzgados. En el suelo «enormes montones que contenían unos mil seiscientos legajos, especialmente criminales del si­ glo XIX». En un largo corredor había 360 legajos de Procesos criminales de 1886 a 1889. La Audiencia Territorial ocupaba estos locales sólo para al­ macenar en ellos esta documentación, pues ella tenía y tiene el Palacio de Justicia, que fué la antigua Aduana mandada cons­ truir por Carlos III. En este otro edificio conservaba el Archi­ vo moderno: Procesos de lo Criminal de 1891 a 1911, en 2.246 legajos en una sala, y 1.089 legajos, de 1912 a 1922, en otra. En esta xíllima había, además, sentencias criminales de 1871; civiles de 1857; reales provisiones de 1836 a 1862; juramen­ tos de 1707 a 1776; certificaciones de 1857 a 1900; Cancille­ ría de 1909 a 1916; autos de 1884 a 1929; repartimientos de 1763 a 1895; Libros de asistencia de varios años; sentencias del Tribunal Supremo de 1873 a 1899, impresas, y diez lega­ jos de hidalguías, sustanciados en su casi totalidad a fines del XVIII y principios del XIX, según la minuciosa acta debida al malogrado Fernando Ferraz, fallecido hace pocos años. De todo ello había los siguientes índices : Seis volúmenes en- 348 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBMOTECAS Y MUSEOS cuadernados, en tamaño folio, y titulados «índices antiguos del Archivo», correspondientes a la documentación de Procesos ci­ viles, desde 1707 a 1849. Tres volúmenes del mismo tamaño, encuadernados también y titulados «índices reformados del Ar­ chivo», correspondientes a Procesos civiles, desde 1707 a 1781, que respondían al contenido de las salas I y II del Archivo an­ tiguo, redactados por orden cronológico. Como se ve, el Archivo de la Audiencia Territorial de Va­ lencia era considerable, y se hallaba repartido en los dos edifi­ cios referidos, aunque la parte mayor correspondía a la antigua Casa Profesa, llamada vulgarmente en Valencia «el Asilo», por haberlo sido municipal y cárcel de mujeres. Sobre esta docu­ mentación iban a caer pronto las mayores calamidades. En 3 de abril de 1936 el Ayuntamiento acordaba el derri­ bo del edificio; el acuerdo levantó quejas y lamentaciones en los sectores cultos, pero todo fué inútil: la vieja Casa Profesa —tal vez por haberlo sido— iba a desaparecer inexorablemen­ te. La decisión no afectó a la parte ocupada por el Archivo Ge­ neral, el Histórico, por pertenecer este centro al Estado. El in­ mueble fué derribado, quedando de él solamente aquel lado sur, ocupado por el citado Archivo Regional. La documenta­ ción de la Audiencia, es decir, del Archivo de la Audiencia exis­ tente en la desaparecida Casa Profesa, anduvo de un lado para otro: gran parte pasó por modo provisional a las Torres de Cuarte, prisión militar; pero una porción muy considerable y bien seleccionada fué colocada en el interior del Archivo Histórico o Regional, por Fernando Ferraz Pénelas, quien, con tanta ilusión por realizar la incorporación del de la Audiencia, había trabajado y con tanto dolor se movía ahora al ver desapa­ recer el edificio en que tan magníficamente hubiera podido quedar instalado, como él proponía (1). Mas todo no quedaba

(1) E» un libro de recortes formado en 1937 puede verse cuanto decía la prensa local sobre el derribo : La Voz Vaknciana, de 1936, 15 y 29 d« abril, ar­ tículo» de ENRIQUE BOHORQUES. Desde 1930 la prensa se ocupaba con frecuencia del Archivo. ANTONIO IGUAL UBEDA quiso llamar la atención simulando un in­ cendio, como hizo CAVIA con el Prado. (Acción Valenciana, 1 y 15 mayo 1930.) «El solitario d« Casa Doñanaa (FRANCISCO MARTÍNEZ Y MARTÍNEZ), el benemérito NOTAS SOBKE LA DOCUMENTACIÓN POST-FOHAL 349 aquí. Sobrevino la revolución de 1936. Los papeles de la Au­ diencia Territorial, los del edificio de la antigua Aduana, ar­ dían en la plaza pública; muchos de los que se habían sacado del desaparecido «Asilo» se perdieron también. Del que había comenzado a ser Archivo de la Audiencia, incorporado al Cuer­ po por Fernando Ferraz, sólo se salvaría la parte que él pudo instalar en el interior de los locales del Regional. Puede decirse que casi todo lo criminal se perdió Como decíamos, pues, entrando hoy en el Archivo General de Valencia con lo que nos dice la Guía, hallamos que en él hay muchos más de lo que en ella se consigna. Esto es debido al que fué director del mismo, Fernando Ferraz. Las reformas en la instalación y ordenación llevadas a cabo en 1937-1938, en circunstancias tan críticas como puede suponerse por las fe­ chas, nos llevaron a pensar en la necesidad de establecer algún día, teóricamente, una nueva clasificación de los fondos del Ar­ chivo, que contuviera también los que se le habían agregado desde 1936, al derribarse el edificio de la Casa Profesa (1). erudito recientemente fallecido, en Los Provincias, de 19 de septiembre de 1931; y volvía sobre lo mismo en el citado periódico bajo el seudónimo «El eolitario en todas partee», con patriótico interés, en 6 de mayo de 1935. NICOLAU PKIMITIU, en Timó, en abril-mayo de 1936. En 26 de enero de 1935, el entonces ministro don JOAQUÍN DUALDE, en «catión de visitar el Monasterio del Puig, pensó en instalar allí el Archivo Regional, sin que se volviera a hablar de ello. (1) Desde 1940 hemos venido dando algunas noticias sobre el Arrhivo: «Te­ soros de papel», en Valencia Católica, mayo de 1939; «Tesoros olvidados». Al­ manaque de «I>as Provincias», 1941, págs 239-242; «Nómina» musulmanas en Ar­ chivo» españoles», en Mauritania, 1941, pág. 56; en una muy breve nota sobre «LoB archivos españoles) y las relaciones con Berbería», en Mauritania, 1942, nú­ mero 171, pág. 55, llamamos la atención sobre lo que el de Valencia puede apor­ tar para el estudio de estas relaciones, desde el siglo XV; una nota sobre el «Catálogo de los documento» y manuscritos... de la Compañía de Jesús... en el A. G. de V.», del padre Pedro Blanco Trías, en Hispania, 1943, pág. 652-653; «Alfonao V de Aragón y el Archivo General de Valencia», conferencia leída en el Centro d« Cultura Valenciana en 16 de mayo de 1942 y publicada en «Homenaje a Alfonso el Magtaánimo», serie de conferencias en ocasión del centenario de la conquista de Ñapóles, sobre el que algo recordamos desde Las Provincias al cum­ plirse la fecha, conmemorada también por la publicación de «Algunos documen­ to» referentes a la gestión del Tesorero de Alfonso V, Mateo Pujades en Nápoks y al itinerario del rey (1441-1447)», hallados en el curso de las reformas de 1937, 350 HEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Un examen de la documentación hoy allí guardada, a la vista o ante el recuerdo del pasado reino de Valencia, lleva a consi­ derar todos los fondos del Archivo como femando dos partes, muy desiguales en extensión: una, la antigua, la que es propia­ mente el Archivo Histórico que, por serlo, termina en 1707, año del Decreto de Nueva Planta; otra, la moderna, integrada por los fondos procedentes del Archivo de la Audiencia y algu­ nos otros que, aunque existentes en el Regional, tienen ahora, en esta clasificación, más adecuado lugar. Como todo lo anterior a 1707 se conoce en Valencia con el nombre de foral, los antiguos Archivos que fueron de magis­ traturas o tribunales de aquel régimen deben ser llamados fora- les; son los que Carlos III tuvo interés en reunir en la Casa Profesa, en la parte hoy conservada, aunque no fueron lleva­ dos todos a ella sino en el siglo XIX, en 1859. Los pales poste­ riores pueden ser llamados archivos post-forales, y con ello se establecería una clara y orgánica distinción. La actual clasificación sólo en parte responde a la historia del Reino. El orden de sus Secciones no es del todo lógico ni or­ gánico, sino, en cierta forma, arbitrario, motivado por el estado en que llegaron los papeles al edificio y la necesidad de orde­ narlos rápidamente, lo que llevó a alfabetizar series. Así suce­ dió con tantos y tantos archivos y bibliotecas cuyos fondos se hallaban en las Delegaciones de Hacienda o con los desapareci­ dos conventos. La Guía establece las siguientes secciones:

1.—Real y Real Audiencia. 2,—Gobernación. 3.—Bailía. 4.—Maestre Racional. 5.—Generalidad. 6.—Justicia civil. 7.—Justicia de 300 sueldos. 8.—Conventos. 9.—Protocolos.

Hispania, III, 1941, 29 pág.; también en «Los recursos económicos de Juan 11 en Lérida y Tárrega durante las turbaciones del Principado en 1465», con documen­ tos cuya existencia se ignoraba, Hispania, VIII, 1942, 31 pág.; en «Apodixa», Revista de Filología Española, 1943, XXVII, pág. 86-88; en «El Archivo del Real Acuerdo», en Almanaque de Las Provincias, 1946, pág. 183-186; en «Nómina de los musulmanes de las montañas de Col) de Kates, del Reino de Valencia, en 1409», en Al-Andalus, VI, 1942, 299-335 pág. En todos estos escritos hay notas referentes a hallazgo» realizados en el Archivo a raíz de aquellos años. NOTAS SOBRE LA DOCUMENTACIÓN POST-FOBAL 351

Quedan, pues, sin ¡destacar en esta clasificación los archivos post-forales; es artificiosa la Sección de Conventos, motivada por la Desamortización, y no está encajada debidamente la de Protocolos. La agrupación del Archivo del Real y de la Real Audien­ cia tiene su origen, principalmente en la comunidad espacial o unidad de local en que se hallaron, en el desaparecido Palacio del Real, que se levantaba donde hoy los jardines llamados así o Viveros. En una clasificación histórica deberían ser separa­ dos ambos fondos, pues mientras los del Real comprenden se­ ries orgánicas, de registros, desde 1419 a 1707, los de la Real Audiencia abarcan, principalmente, Conclusiones de Senten­ cias de los siglos XVI y XVII, Registros de la Real Audiencia desde 1708 a 1834, las Apelaciones ante el Consejo de Ara­ gón, llamadas Procesos de Madrid, la serie de Procesos que, según la Guía, comienza en 1349 y termina en. 1766, y la de Sentencias, que va desde 1492 a 1707. Después de 1707 los Archivos sufrieron en su régimen di­ versas modificaciones. Felipe V, en 1716, ordenó que los del Maestre Racional y Bailía constituyeran une solo general, que comprendería lodos los papeles antiguos y modernos del Real Patrimonio, Chancilleria y Superintendencia. Fernando VI, en 20 de julio de 1758, dio instrucciones para reunir en un solo local los Archivos dependientes del Estado. Carlos III confió su custodia a un archivero y cuatro oficiales en 20 de febrero y 1 de mayo de 1770. Carlos IV, en 4 de julio de 1791, dio una orden sobre la plantilla del Archivo. Fernando VII separó el Archivo de la Bailía del General, por ser el de aquélla un centro vivo y de gran interés para el Real Patrimonio, al paso que el General sólo guardaba archi­ vos f orales. La precipitada traslación desde el Palacio del Real a la. Casa Profesa de los Archivos del Maestre Racional, Real Au­ diencia, Contadurías de Ejército y otra documentación poste­ rior a 1707 fué causa de que todavia hubiera algún fondo por clasificar de un modo orgánico y claro. La invasión francesa había introducido, con aquella medida, tal confusión que el 352 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

, propio Fernaniáo VII hubo de disponer en 11 de agosto de 1815 que se restableciera el orden que se alteró por aquel motivo. La Intendencia y Contaduría de Rentas se estableció en Va­ lencia según las leyes o gobierno de Castilla, creándose el Juz­ gado de Rentas Provinciales en 1718 con escribano propio. El Juzgado de Diezmos tenía otro escribano. Para la liquidación del régimen foral se establecieron los Juzgados de Montesa, Guerra, Marina, Almotacén, Consulado, Palacio del Real y Diputación b Generalidad, cada uno de los cuales tenía su escribanía. El Intendente, por ordenanza expresa, había de valerse de uno de los escribanos del Número, el que fuera de su mayor satisfacción (1). El año 1718 fué trascendental para el reino de Valencia, pues entonces se dieron varias disposiciones, como se ve, para lograr el tránsito al nuevo régimen. También ello repercutió en la moneda, pues a las antiguas piezas valencianas de 1709 a 1711, de cobre, labradas para ajustar el sistema monetario del reino, de dineros, en miiltiplos de éstos de tres y de seis —^las famosas tresetes y los no menos recordados sisons—, sucedie­ ron las acuñaciones, en Valencia también pero ya de sistema castellano, de cuartos, ochavos y maravedís, de 1718-1720, con las que quedaba totalmente extinguida la moneda foral (2). Para esclarecer los derechos del Real Patrimonio que «com­ ponían en lo antiguo un ramo de los más considerables de la Real Hacienda en el reino de Valencia», fué encargado D. Vi­ cente Branchat, Asesor del Real Patrimonio, Generalidades y Amortización, quien en 1784 publicó en la imprenta de José y Tomás de Orga, su conocido Tratado de los derechos y regalías que corresponden al Real Patrimonio en el Reino de Valencia y de la jurisdicción del Intendente como subrogado en lugar del antiguo Bayle General. Como se dice en este libro, aunque por las leyes del nuevo gobierno se suprimió dicho oficio —el de Baile—, quedaron en su vigor y fuerza los fueros, usos y cos­ tumbres favorables a las regalías de Su Majestad y todos los de-

(1) EscoLANO DE ABRIETA ; PráctKa del Consejo Real, t. II, pág. 308. (2) Véase en mi libro La Ceca de Valencia, las págs. 151 y 155. NOTAS SOBRE LA DOCUMENTACIÓN POST-FORAI. 353 rechos del Real Patrimonio cuyo gobierno pasó a los Superin­ tendentes, que se nombraron para el recaudo de la Real Ha­ cienda y a los cuales se concedió toda la jurisdicción y faculta­ des que antes tenían los Bailes Generales. Quien mejor estudió a fondo el Archivo fué D. Jorge Gar­ cía y Martín (1828-1854) en 1835 en una Memoria Histórica descriptiva sobre el Archivo General de Valencia dirigida al Excmo. Sr. Secretario de Estado y del Despacho Universal de lo Interior, cuyo original se halla en la Real Academia de la Historia (Varios de Archivos, sig. E. 118); existe una copia en el actual Archivo de Valencia. Los Escribanos del Número eran dieciocho. Escolano de Arrieta, en su Práctica del Consejo Real en el despacho de los negocios consultivos, instructivos y contenciosos con distinción de los que pertenecen al Consejo pleno o a cada Sala en par­ ticular, escribe: «Son diez y ocho las Escribanías del Número que hay en Valencia, las cuales se crearon y establecieron con la nueva planta de las leyes de Castilla, bajo la disposición de los de Sevilla, como lo está la Real Audiencia; y su provisión y nombramiento se hace por S. M. a consulta de la Cámara. Actúan en lo judicial y escriturario, despachando con el corre­ gidor y alcaldes mayores todo género de causas pertenecientes a la jurisdicción real ordinaria; asisten al corregidor y alcal­ des en rondas, visitas de cárcel, etc.» (1). Una clasificación teórica de toda la masa de papel custodia­ da en el actual Archivo General de Valencia daría estos dos grupos o partes: I) Archivos forales, o documentación hasta 1707; II) Archivos post-forales, o documentación desde 1707. La primera, puede ser dividida a su vez en: a) Archivos del Rey, casa real, tribunales o magistrados cuya autoridad deriva­ ba del monarca; éstos son: 1, Archivo del Real. 2, Archivo de la Real Audieticia. 3, el del Maestre Racional. 4, el del Gobernador, llamado de la Gobernación; 5, el de la Bailía. b) Archivos del Reino, del país, como tal, los cuales son: 1, el de la Generalidad; 2, los Cuadernos de Cortes, c) Archi­ vos de la Ciudad, que son: 1, el del Justicia Civil. 2, el del

(1) Tomo II, pág. 307. 354 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS

Justicia de 300 sueldos. 3, el del Justicia Criminal. A este gru­ po pertenecería el hoy llamado Archivo Municipal, o sea, el del Consejo o Consell, en edificio aparte y con personalidad distinta. En una cuarta agrupación de los archivos valencianos, había que reunir bajo él la letra d) —según los términos aquí empleados— los archivos eclesiásticos, y éstos, a su vez, se subdividirían en: 1, Catedral. 2, Curia —hoy desaparecido en su casi totalidad. 3, Parroquias, casi todos también perdidos (1). Aquí vamos a recordar la parte II, o sea, los Archivos post- forales, que son: 1, El de la Real Audiencia, en su parte pos­ terior a 1707. 2, El del Real Acuerdo, del que ya se ha dado una breve nota sobre su contenido (2). 3, El de la Bailía, en su parte posterior a 1707 también. 4, El formado por los papeles de Hacienda, conocidos con el nombre de Superintendencia. 5, El de la Contaduría de Ejército. 6, El de las Escribanías de Cámara. 7, Restos del de la Audiencia Territorial, del siglo XIX, en su parte de Sentencias y Procesos. 10, índices notariales del siglo XIX y XX. Todos estos fondos fueron colocados orgánicamente, en sa­ las o lugares distintos, dando a cada uno de ellos su personali­ dad y rotulándolos con todo pormenor. En 1835 el Archivo Ge­ neral de Valencia estaba integrado por cinco archivos: el del Real y Real Audiencia, que se hallaba en la Casa Profesa desde 1810 en que fué derribado el Palacio del Real (3); el de la Gobernación, que todavía se hallaba en la casa del Gobernador; el de la Diputación —la Generalidad—, que también estaba en su casa propia, el magnífico palacio hoy en pie; el del Justicia Civil, el del Subjusticia o de 300 sueldos, que estaban en la casa de la Ciudad, desaparecida en el siglo pasado, la cual se levantaba frente a la Generalidad; como queda dicho, hasta 1859 no se reunieron todos estos archivos en el local actual. El estudio de la organización del reino de Valencia da, na-

(1) De todos ellos nos ocuparemos en otro número de esta REVISTA. (2) Véase Almanaque de Las Provincias de 1946, ya citado. (3) En Valencia el Palacio se llamó del Real y no Real, porque la voz se refería al rahal musulmán, en que se hallaba lo que sería residencia de los reyes do Aragón. . NOTAS SOBRE LA DOCUMENTACIÓN POST-FORAL 355 turalmente, la clasificación de sus Archivos. Los regii officiales, encarnaban la potestad real y eran los magistrados u oficiales reales como se les llamaba, que obtenían el ejercicio de su fun­ ción directamente del rey; por ejemplo, el Maestre Racional, el maestro de la Ceca, etc. La autoridad real estaba representada por su lugarteniente, pro rex, el virrey, primer magistrado en el reino ; produjo la do­ cumentación recogida en el Archivo llamado del Real, por es­ tar en el Palacio. El Consejo Real dio lugar a la Real Audien­ cia, que actuaba en el mismo Palacio. En los siglos XVI y XVII recibió el título de Refría Valentina Audientia, Sacrus Regius Valentinas Senatus, como en 1654, por ejemplo, y sus magis­ trados se llamaban regentes de la Real Audiencia, o señalares, en el ambiente latinista del siglo. El Padre Teixidor, que es­ cribía sus famosas Antigüedades de Valencia en 1767, decía así: «Contiguo a este Real Palacio se ha tenido la Real Au­ diencia que pocos años ha se ha pasado a las Salas de la Casa de la Diputación, por evitar a los litigantes la molestia de la distancia y el sol en el verano y en aquella antigua sólo se tie­ nen los Acuerdos» (1). Por esta razón la Audiencia Territorial ocupó el edificio de la Generalidad; exactamente igual sucedió en Barcelona. Por haber quedado el Acuerdo en el Palacio del Real se guardó su Archivo allí hasta 1810, en que el edificio fué demolido por causa de la invasión francesa. La Real Audiencia después de 1707 fué equiparada a las Chancillerías de Valladolid y Granada, llamándosela en latín Regia Cancellaria. Destacado funcionario de la Corte era, en el régimen foral, el Maestre Racional, ante el que rendían cuenta todas las ma­ gistraturas, del Rey, del reino y de la ciudad, los justicias civil y criminal. Su Archivo comenzó estando en el Real, en un principio constituyendo uno mismo con éste, pero luego sepa­ rado, formando el del Maestre racional de la Regia Cort en

(1) Antigüedades de Valencia, edición Chabás, t. I, pág. 88. El Real estaba a la otra parte del río Turia, por lo que se había de pasar el puente, al que so alude. 356 REVISTA 0E ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Regne de Valencia. El Gobernador era otro de los regii offina­ les ; a su ejercicio corresponde el Archivo de la Gobernación. Por último el Baile, encargado del Real Patrimonio, tuvo su Archivo propio, en edificio que fué propiedad de la Bailia, hoy desaparecido, pero recordado por el nombre de la calle en que se hallaba. La Diputación o Generalidad —los deputati—, tuvo su Ar­ chivo propio en su casa o palacio como se ha dicho (1). Las Cortes, con sus tres Brazos a Estamentos, guardaron sus Cua­ dernos también, en la misma casa de la Diputación, en la que, no obstante, no se reunían, pues las asambleas o cortes se ce­ lebraban en la Catedral, en Santo Domingo y en alguna otra iglesia del reino, por ejemplo en San Mateo o en Orihuela. Fi­ nalmente, la ciudad de Valencia tenía sus oficiales urbanos, como las otras reales del reino, villas o ciudades con represen­ tación en cortes, justicias, mustasaf, consejeros, consellers, et­ cétera, cuyas funciones no vamos a estudiar aquí ahora; eran los ordinarii locorum, nombrados por elección, quienes ejer­ cían jurisdicción concedida por el rey in dominium. Claramente se ve que el Decreto de Nueva Planta pudo su­ primir determinadas magistraturas —el Gobernador, la Gene­ ralidad, los Justicias—, pero no podía producirse un corte en la administración del Real Patrimonio, que subsistía, ni en la Real Audiencia, que fué reformada nombrándose el Acuerdo. El estudio de la documentación producida por la administra­ ción posterior a 1707 es del mayor interés. Una visión de con­ junto y, sobre todo, una indicación de los papeles guardados y ordenados en los últimos años, es lo que se intenta hacer aquí, en estas páginas.

(1) En el hermoso palacio de la calle de Caballeros se hallaba «u Archivo cuando Francisco Xavier BorniU publicó en 1843 su Descripción del edificio de la Ántígua Diputación y ahora de la Real Audiencia. El inmediato jardinciH» te llamó por esto de la Audiencia; resultó del derribo de la Casa de la Ciudad, «i< tuada entre las calles de Caballeros, Hierros de la Ciudad y Bailia. NOTAS SOBRE LA DOCUMENTACIÓN POST-FOBAL 357

ARCHIVOS POST-FORALES. EL DE LA REAL AUDIENCIA, POSTERIOR A 1707

Se baila hoy, en parte, en la Sala llamada «de Conventos» —que se proyectaba llamar de la Real Audiencia, exclusiva­ mente—. Las indicaciones de la Guía son útiles para su mane­ jo. Comprende registros de 1707 a 1834. La colección de Sen­ tencias está instalada en una pieza llamada «Saleta de Senten­ cias» en el último piso. Archivo del Real Acuerdo.—Está instalado en la primera pieza de entrada al Archivo, piso primero, llamado desde 1937 «cSaleta del Real Acuerdo» y así rotulada. Comienza por la iz­ quierda; al fin, en la parte derecha hay un resto del Justicia Criminal, foral, allí puesto para aprovechar el espacio; es lo único conservado de esta magistratura anterior á 1707. Archivo de la Bailia moderna.—Está instalado en la planta baja del edificio, en la calle o pasillo de la derecha y pasillo central, y a continuación los fondos del

ARCHIVO DE LA SUPERINTENDENCIA DE HACIENDA

La Superintendencia, después de 1707, sobre todos los re­ caudadores, administradores de maravedís, esto es, de contri­ buciones, ya pertenecientes al Fisco o Hacienda Pública, ya al Real Patrimonio de la Corona —de ésta tenía, por ejemplo, la Albufera—, dio lugar a una documentación rica en datos es­ tadísticos y económicos, en antecedentes de repartimientos, de contribuciones, por gobernaciones todavía, esto es, por las di­ visiones territoriales forales, ciudades, villas y lugares, núme­ ro de vecinos, utilidad industrial de artes y oficinas, etc., que nada tenían que ver con el Archivo antiguo de la Bailia foral, que en 1835 continuaba en su propia casa; aquella documen­ tación, en dicho año, se hallaba en el Archivo de la Real Au­ diencia porque allí habían ido a parar los papeles del Maestre Racional, ya suprimido. 358 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

ARCHIVO DE LA CONTADURÍA DEL EJÉRCITO

Como el mando supremo del Ejército correspondía en el Rei­ no al virrey, que ya después del año 1707 era ((Capitán Gene­ ral del Reino de Valencia», los papeles referentes a la milicia se guardaban en el Palacio del Real, residencia de aquel alto magistrado. En 1937 se formó una pequeña sección, colocada en la planta baja del edificio actual, calle de la derecha, rincón primero de la derecha también. Comprende papeles sobre tro­ pas de Infantería de España, Italia y Flandes; Artillería; Ca­ ballería; Compañías de moros; mogataces; utensilios y asen­ tistas; presidiarios de Oran, etc., no sólo del siglo XVIII y XIX, sino también del XVII, pues en el Real se guardaban fondos anteriores a 1707. Es de interés para las relaciones con las plazas del Norte de África.

ARCHIVO DE LAS ESCRIBANÍAS DE CÁMARA

Como consecuencia de la incorporación realizada por Fer­ nando Ferraz, hoy existe en el Archivo General una Sección, que llamamos de Escribanías de Cámara. Está colocada en el ala recayente al solar, antiguo patio, en local que fué capilla modernamente. A estas Escribanías se refiere la creación de los Escribanos del Número (1). De la ordenación de los fondos de la Audiencia que se hizo en 1937 se redactó la siguiente acta por parte de los encarga­ dos de realizarla (2). «En la Sala 3." de la planta baja donde

(1) Debo dedicar un recuerdo al que fué celosísimo archivero Francisco de Borja San Román, a la eazón destinado en el Archivo de Valencia y ha«er cons­ tar que compartieron la tarea de ordenación de los fondos en su nueva instala­ ción los compañeros Carlos Ramos, Abelardo Palanca y José Ibarclncea, así como el Sr. Sales Traver, del Cuerpo Administrativo, hoy jubilado, debiendo señalarse, además, la eficaz labor del personal subalterno, en su mayor parte procedente de la Biblioteca Nacional, cuyos nombres constan también en el citado Libro de Actas. (2) Debo hacer constar la colaboración prestada a los funcionarios del Cuer- NOTAS SOBRE lA DOCUMENTACIÓN TOST-FORAL 359

comienza el Archivo de la Audiencia, desde 1707, había una sola estantería con fondos del indicado Archivo, que estuvie­ ra algo ordenada. En las restantes, mezclados con los legajos de la antigua Audiencia había muchos sin cartela, que eran pleitos del siglo XX, enlegajados de una manera arbitraria. Se sacaron todos de las estanterías y se procedió a su clasifica­ ción por años y materias. Hecho lo anterior y con el fin de le­ vantar del suelo todos esos documentos y ordenar en otra sala lo que no era del siglo XVIII, se comenzaron los índices desde el año 1910, separando lo social, contenciosoadministrativo y gubernativo y enlegajando todo lo clasificado y catalogado, se pusieron cartelas y colocaron en la última sala adyacente. Se procedió después a levantar del suelo gran cantidad de papel, fondos civiles de la Audiencia del XVIII, expedientes de jurados, de nombramientos de jueces, etc., del XIX y XX, quedando lo modernísimo en estanterías centrales y lo anterior en las parietales de la Sala primera de la planta baja. Los lega­ jos de 1707 a 1730 quedaron en la sala II, y los de 1730 a 1780 en la I. Se observaron detalles curiosos, más propios para una memoria estadística, como la gran cantidad de ejecutivos en de­ terminados años de crisis económicas. De los fondos civiles del XX a partir de 1920, hiciéronse inventarios con expresión del juzgado de origen, materia, par­ tes litigantes, etc. Se ordenaron los expedientes que, confun­ didos con otras materias, se referían a contenciosoadministra­ tivo, social, gubernativo y recursos electorales. Se clasificaron libros de autos y sentencias, votos reservados, manos de cargo, índices de causas, de señalamientos, de acuerdos y acordados, de pleitos y causas, de diligencias de alardes de jurados, etcé­ tera. Aparecieron papeles de interés, como planos de carrete­ ras, memorias de apertura de Tribunales y otros, que fueron clasificados debidamente. po que entonces trabajaban en dicho centro, por D. Ramón Villarroya Bayo, re­ gistrador de k Propiedad; su hermano D. Fermín y el mió D. Jesús, abogados del Colegio de Valencia, quienes desinteresadamente pusieron en orden la doen- mentación de la Audiencia, mientras el personal facultativo de Archivos procedía a la gran reforma de las instalaciones y limpieza y revisión de los fondos de la época foral. En el Libro d« Actas del Archivo queda constancia de ello. 360 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Del suelo de la Sala primera, a la entrada, en la planta baja, se levantaron grandes cantidades de legajos de la Audien­ cia del siglo XIX, que se hallaban en espera de colocación. En el centro de esta Sala se instaló el Archivo del Justicia de 300 sueldos, el foral, pero en las estanterías de sus paredes se co­ locó, como queda dicho, todo el papel de Escribanías de 1804 a 1849». Esta es la clasificación teórica y práctica —puesto que sus fondos quedaron convenientemente separados— de los pape­ les que por diversas causas se conservan hoy en el Archivo Ge­ neral de Valencia y son posteriores a 1707, por consiguiente, no perteneciendo al régimen foral. Ellos son, especialmente, los del Real Acuerdo y Bailía y Superintendencia, riquísimo mate­ rial para el estudio del siglo XVIII valenciano. Entre otros va­ lores presentan el económico. La Albufera, perteneciente hasta hace poco al Real Patrimonio (1), hoy es de la ciudad, por cesión del Estado, todo el régimen económico del citado siglo, la administración hacendística del reino de Valencia dividido ya en corregimientos en lugar de gobernaciones forales y la ad­ ministración de Justicia, por la incorporación de los papeles de la Audiencia, tienen aquí un inmenso campo de investiga­ ción. El aprovechamiento de los legajos de Bailía moderna para la toponimia —nombres de lugar de partidas, comarcas, ace­ quias, montes, etc.— podría dar muchos materiales útiles. Hecha por vía de ensayo esta separación previa entre una y otra clase de papeles en el citado Archivo, esperamos poder ahondar en el estudio de las secciones forales que tanto fueron atendidas en su conservación en el curso de los trabajos reali­ zados en los años aludidos.

(1) F«Upe V, por R. C. de 26 ^e margo de 1708 dio al Conde de las Torres, por sas servicios en la guerra de Sucesión, la villa y marquesado de Callera, más el lago de la Albufera. Carlos III, por R. O. de 3 de abril de 1761, reincorporó el lago a la Corona. Véase Cos GAYÓN : Historia jurídica del Patrím. Real, Madrid, 1881, pig. 128. LA COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE (EXAGIA), DE ÉPOCA BIZANTINA, DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO PROVINCIAL DE SEVILLA

POR CONCEPCIÓN FERNANDEZ CHICARRO

Los pesos y medidas empleados por griegos y romanos, que se han descubierto casualmente o han aparecido en las excavaciones sistemá­ ticas efectuadas en campos ricos en yacimientos arqueológicos, son nu­ merosos. Por regla general, los pesos suelen ser anepígrafos o llevan tan sólo la indicación de su valor en cifras o siglas. En algunos casos, en abreviatura, léense inscripciones más o menos desarrolladas, de­ signando el patrón a que se ajusta el objeto e incluso mencionando los magistrados que presidieron la verificación del peso, el logar y hasta el nombre de sus poseedores. Pero estos casos son excepciona­ les; así, al menos, lo comprueban los descubrimientoB arqueológicos. Loe que hoy van a ser objeto de este trabajo, no son de los primeros ni de los últimos, sino de los que conservan la indicación de su valor en siglas. Mas antes de entrar en materia quiero exponer en líneas ge­ nerales cuáles fueron las medidas ponderales romanas, que en este caso nos afectan más que las griegas (pese a las siglas, de tradición helénica, que lleva incrustadas el juego de pesas que nos ocupa), y las clases de pesos extendidos por todo el orbe romano para dar «na idea sucinta de su representación y significado. La unidad que emplearon los romanos en las medidas de peso fué la libra. Didivíase ésta, siguiendo el sistema duodecimal, en submúl­ tiplos hasta la onza (uncia), equivalente a ^/j2 ^^1 «» Ubral o libra (1). También se usaron múltiplos de la libra, como el diípondius (igual al peso de dos libras) y el tripondxus (tres libras); pero siendo más

(1) También pondas, que entre loa romano» equivalía al peso de una libra, »egdn lo define VARBON en De ling. lat., V, 169: «Dupondium a duobus ponde- ribus, quod unum pondus assipondiutn dicebatur, id ideo quia as erat íiftrae pondus.» 362 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

frecuente el empleo de los submúltiplos, los daremos n conocer en el cuadro general siguiente (2): GRAMOS

Libra = 1 libra 327,45 Deunx = 11/12 de libra (S : : •) 300,08 Dextans =10/12 » » (S::) 272,80 Dodrans = 9/12 » » (S:) 245,52 Be» = 8/12 » » (S:) 218,24 Septunx = 7/12 » » (S ) 190,96 Semis = 6/12 » » (S) 163,68 Quincunx = 5/12 » » (::) 136,40 Trien» = 4/12 » » (::)••• 109,12 Quadrans = 3/12 » » (:•) 81,84 Sextana = 2/12 » » ( :) 54,56 Uncia = 1/12 » » (•,/>y, —, v) „. 27,» Semuneia =1/24 » » (S) 13,64 SicUicns » 1/48 « D () ) 6,822 Sesink = 1/72 » » () : 1,137(3) En el bajo Imperio calculáronse los pesos, unos del sistema de la onza (marcados con los signos P ó (e , y los que indican su valor; y a veces entre ellos, es decir, entre ese signo y el número de las uni­ dades, se marcó una cruz, indicando con ello que pertenecen ya a época cristiana, en pesos de 1, 2, 3 ó 6 onzas, verbigracia: TA , FB , rr , rS ), otros se calcularon del sistema de la fibra (con las siglas A , /C ) y aun otros cuya serie lleva la sigla N, que tiene por unidad la vofjiia-/xa, de la que es inicial, sustituida especialmente en los ejemplares destinados a Occidente por la leyenda SOL (Solí- dus), equivalente a '/s ^^ onza, como puede verse en una pesa en contrada en Cartago (4), que expresa: uncia una, sotidi sex (fig. 1/). Los pesos suelen estar fabricados con material de piedra, barro cocido, mármol o bronce, y la forma que adoptan suele ser la esfe­ roidal o la cuadrada. Generalmente, los destinados al comercio ca­ recen de signos o llevan una somera indicación, distinguiéndose con

(2) Según CACNAT-CHAPOT, Manuel d'Árchéologie romaine, París, 1916-1920. No nos han sido asequibles los repertorios d« BOECKH (Vntersuch. üb Gewicht. Munxfüss. u. Masse d. Alicrth. Metrologische, Untersuchungen, 1838), KUBITSCHEK (artículo sobre «Pesos romanos de época bizantina», en Arch. epigr. Mittheil. aus Oesterr., 1892, pág. 85) ni los de MOMMSEN J HULSCHT. (3) VÁZQUEZ QuEipo (Essai sur lea systemes métriques et monétaires des an- ciennes peuples, París, 1859, vol. H, pág. 3) añade la sescuncia (equivalente a 1 y Va onzas) y la duella ('/j de la uncia), según lo» datos de Ulpiano en el Digesto, lib. XXVIII, t. II, 1, 48. (4) Bull. arch. du Comité, 1916, pág. CLIII. Otros pesos semejantes, cn- DELATTRE : Un pklerinage aux ruines du Carthage et au Musée Lavigerie, Lyon, 1902, pág. 61, y Musóes et collectUtns archéologiques de l'Algérie et de la Tunisie, III, págs. 58-62, pl. XIII, París, 1899. U COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE 363 esto de los patrones exactos, que servían para comprobar aquéllos en muchos casos. Quedan testimonios de diversas épocas con inscripcio­ nes alusivas a emperadores, prefectos, procónsules, etc., que estable­ cieron pesos exactos. Se usaron éstos, sobre todo, en la época de la decadencia romana y bajo el imperio bizantino, verbigracia: el peso del Museo de Venecia, con el nombre del prefecto del Pretorio, BASI- LIVS (5); los pesos conservados en los Museos del Louvre y Británi­ co (6), y en la Biblioteca Nacional de París (7), con siglas de plata incrufttadas en el bronce, etc En España, de época anterior, se con­ serva un peso exacto de bronce ron la sigla en plata C«/ (Semimcia) y al margen la leyenda: CCAESARAVGPP (8). Hechas estas consideraciones, veamos las pesas que motivan estas líneas que, si no inéditas, hasta ahora habían quedado relegadas al olvido ,por el desconocimiento de las letras que indican su valor, ex­ trañas e incomprensibles para muchos estudiosos (9). Entre las diversas y valiosas colecciones que guarda el Museo Ar­ queológico Provincial de Sevilla, existe un juego de pesas en bronce, con siglas de plata, de extraordinario interés. Ya fué objeto de es­ tudio por parte del eminente erudito don Manuel Rodríguez de Ber- langa (10), a raíz de su descubrimiento en 1906. Mas al ser revisado en el estudio que de los fondos del Museo realizamos con motivo de su instalación (11), he podido sacar algunas conclusiones que vienen a rectificar, en parte, los juicios emitidos. Quedaba consignado en el archivo del citado Museo un resumen del estudio inédito que el señor Campos, primer director del esta­ blecimiento, realizara al ingresar en el Centro: la colección de pesas a que hacemos referencia. Lo transcribo íntegro, puesto que es bre­ ve, y para dar idea a los lectores del juicio formulado por nuestros arqueólogos de principios de siglo: «Número 3.945 (12).—Pondus.—.luego de ocho pesas romanas de

(5) CIL, V, 8.119, 2. (6) Catalogue of the Bromes... in the Dept. of Greek and Román Antiqui- ties del British Museum, núm». 3.020-3.030. (7) BABELON-BLANCHET : Catalogue des bronaes antigües de h Bibliothéque Nationale. París, 1895, págs. 674 a 697. (8) CJL, II, núm. 4.962, 4. (9) La bibliografía de los pesos hallados en España es escasa. El primero que «e preocupó fué HÜBNER en su artículo «Pondera» (CIL, 11, núm. 4.%2, 1-6, y Supl., núm. 6.245, 1-5. (10) «Malaca. Ultímos descubrimientos de la Alcazaba», en Revista de la Aso- ciacián AHístieo-Arqueológica Barcelonesa, julio-septiembre de 1907, año XI, nú­ mero 53, vol. VI, págs. 398 a 404. (11) Véase Memorias de los Museos d-rgueolágicos Provinciales, año« de 1942 a 1946, y REVISTA DE ARCHIVOS, BIBUOTECAS Y MUSEOS, núm. 1 de 1947, pág. 97 y siguientes. (Art." del ilustrisimo señor don Joaquín M.* de Navascués y de Juan.) (12) Se refiere al número de registro d« entrada. 364 RBVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS bronce; tienen forma esférica, achaflanadas por los extremos del eje, pndiendo sostenerse, evitando que rueden. Por un extremo presentan siete de ellas, incrustadas en el bronce, siglas de plata que indican su valor. ]»Dice el señor Berlanga que no acierta a conjeturar cómo en lo más profundo de las excavaciones de la Alcazaba de Málaga, entre un fortísimo maro, de carácter tirio por su manera de estar edi> ficado, y la muralla del mar, conocidamente de construcción romana, posterior al siglo II de J. C, y fuera del recinto de las Piscinas, se hayan encontrado un dupondio y los seis patrones del As libnd ro­ mano, que estuvo en vigor del 450 al 264 a. de J. C, que jamás se sabe que fuera usado en la Iberia ni en la Hispania, mayormente en ima época en que los romanos no visitaban el país y los griegos, como los cartagineses, que habitaban al norte y al mediodía, se valían a la sazón del Foceo o del Sículo, ambos de origen asiático. DEI señor Berlanga no tuvo conocimiento de la pesa más peque­ ña, que no tiene sigla, ni de un tripondio y otro cuadrans, que, uni­ das a las que él examinó, obran, formando colección, en poder de un traficante de antigüedades, según leo en un trabajo del señor Na­ varro (13). «Prescindiendo de las clasificaciunes y pesos hechos hasta ahora de estos pondus, fijamos el siguiente resultado de nuestro detenido estudio :

Tripondio 987,40 Dupondio 661,30 Aslibral 328,00 Semis 165,00 Triens 110,50 Qnadrans 83,70 Uncia 27,80 Pondus 4,80

«Descubiertas al derribar el año de 1906 las murallas de la Alca­ zaba, que dahan vista al mar, en Málaga. sDonación del excelentísimo señor don Miguel Sánchez-Dalp y Ca- longe, en abril de 1914.» Consultado el trabajo del señor Rodríguez de Berlanga sobre los últimos descubrimientos arqueológicos de la Alcazaba malagueña (14), deduzco que las pesas halladas en 1906 fueron el dupandius, el as* li- bral, el semis, el qnadrans y la unda, de las que publica una foto-

(13) El trabajo del señor Navarro, a que alude el señor Campos, no me ba sido asequible. (14) Loe. cit. LA COLICCIÓN DE PESAS EN BRONCE %^ grafía (15). También se encontraron un triens (luego recuperado e incorporado a nuestra colección) y un aextans. Las cinco primeras pesas pertenecieron al doctor Visick, y las otras dos pasaron a manos de un chamarilero. Luego se hallarían el tripondio y la sextiUa —no pondus, como pretende el señor Campos—, las cuales, en unión de las anteriores, a excepción del xxtans, cuyo paradero se ignora, fue­ ron adquiridas por don Miguel Sánchez-Dalp, quien las entregó ge­ nerosamente al Museo en 1914. Al parecer, las pesas estudiadas y piiblicadas por Berlanga se en­ contraron en el recinto que mediaba desde el pie de la Coracha hasta el punto de unión de las viejas murallas con las nuevas casas inme­ diatas al cuartel de Levante (16), en la Alcazaba de Málaga. Por lo que se desprende de las líneas que anteceden, llegaron a interesar estas pesas a los arqueólogos en la época de su descubri­ miento. Pero las conclusiones que sacaron no fueron contundentes. No se dio el valor de las sigbs, no acertándose a causa de su des­ conocimiento, y mucho menos su data cronológica. Comprendiéndolo así, he intentado hacer un ensayo de estudio que pudiera dar la clave de muchos interrogantes en el vacío que deja la cultura bizantina en nuestra península. El interés de este lote de pesas de bronce queda reconcentrado, especialmente, en el significado que pudieran ten^r las siglas de plata que Ueva incrustadas en una de las raras achaflanadas de cada mó­ dulo, a excepción de la sBxtula, que carece de sigla o signo (lámi­ na I). Me consta que, desconociéndose la equivalencia de algunos signos, la fantasía dio lugar a interpretaciones diversas, Pensóse incluso en la influencia indígena —tartésica— que había asociado las siglas A , X y 4 a las letras alfa (A), beta (B), gamma (T) y delta (A), ctnresr pendientes al alfabeto griego. En efecto: hay cierta semejanza entre la letra A y la de carácter silábico A , de sonido ca (por ejemplo: en f^'^A ^Jaca, cuyo criterio topográfico justifica Caro Baroja); y el signo $ con el de origen indígena, pero invertido, i =co. Mas el signo V desconócese en el alfabeto indígena español, correspondien­ do, en cambio, a la crrí/ja (i) griega, de valor 6 (17).

(15) Loe. cit., pág. 401. (16) BERLANCA: Loe. eit., pág. 404, nota 1. (17) Al prini'ipin. rfpru$rnlóf« e\ número 6 en el alfabeto griego con el «ig- ns C , según conata en lo^ más aniiiiuo)^ papiro», transformado a finales del siglo II, y en la épora de Sepiimio Severo (193-211) en fi y en 5. También se le representa como f' = ^ {inijfwv^ i. Ilaniándoeele digamma por la figura y fau por la pronunriariún que quií-rcn darle, equivalente a la u semivocal (v). Lue­ go el tigno 5 , por pn^vnlar unalogiu ron la ligación O-T, frecuente en los textos epigráficos de baja época, dio Ingar a ()ue te llamara o-riY/m a la sigla numérica de 6, representándoi-ele ordinuriamente como ^ en los siglos Vil y VIII 366 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

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I \^ ^ \J- Á LA COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE 367

Resultaba absurdo pensar que, ajustándose los pesos a patrones ro­ manos y siendo algunas de las cifras de carácter griego, atinque al­ gunas formas resultasen raras, mas cuya verdadera interpretación nos resuelve el conocimiento de la epigrafía griega, fueran otras de inje­ rencia indígena española. Evidentemente, no era así. Ya, por sentido común, se comprende que de los dos signos marcados en cada una de las pesas, uno debía indicar el patrón a que se ajustaba, y el otro, su contenido. Ello se deduce, por ejemplo, de la repetición de un signos en algunos módulos, verbigracia: A con A , B y T , cuyos valores son: 1, 2 y 3. El signo A es la inicial de Airpa, esto es, una Inmhda (A). El otro signo repetido, 9 (18), no es más que la onit- cron griega, inicial de ñvyKÍa (uiicto), con lo que queda resuelto todo el significado de las siglas. Así, pues, siendo los valores de

A (A) - c'- 1 [els, fita,év) B (B)-Í; - 2(8i/o) r (G) - y - 3 (r/>«rv; Tpía) ¿V (á)" S' " 4 Irérrapes, rÍTTapa.) i, (SÜ=S' = 5(1'o (19) y los signos A = A (L), de Aíirpo (libra) y J( ¡=0, de óvyKt'a {uncia)y tenemos: A A =: XiTpa. I-lía = I sola libra — aa libral. A B s AíVpai ívo = 2 libras = dupondius. A r = XÍTpat Tpe\% = S libras = tripondius. » A = oi5v«íü /ti'cv = • on»ia = anda. 8 r = oúyHi'aí rpei Á = oiyKiat rérrapt^ =• 4 onza» = triens. 9 ^ a: otyKÍat t'^ = 6 onzas = sernU, = V. de onza = soxtula.

Ratificóme en estas aducciones la explicación de Etienne Mi- chon (20), que dice que M. Kubitschek (21) tuvo el mérito de ex­ plicar lógicamente las marcas hasta entonces interpretadas de modo fantástico (22), «consistentes en plaqnitas de bronce cuadradas o es-

<1« J. C. (S. REINACH, L'épigraphie grecque, págs. 222-223; BOECK, C. I. G., IV, 9.350 a 9.354, d«l año 674 al 819.) (18) Igual a O en algunos textos aíricaMos romanos de baja época. Cfr. CA- CNAT, Cours d'^pigrapMe latine. Paris, 1898, pág. 19. (19) Como se observa, las siglas numéricas d« nuestras pesan carecen de la vírgula alta a la derecha que deben llevar las unidades, pero esto es frecuente en la epigrafía griega. (20) Articulo en Saglio, «Dict. des ant. grec. et rom.», VII, pág. 557. (21) Cuya obra citada tampoco me ha sido posible consultarla. (22) Los pesos con inscripciones o leyenda» son mucho más difíciles de leer, pues las inscripciones metrológicas, a causa de las abreviaturas, se hacen casi ile- giblee en muchos casos. 368 ICVISTA DE ARCHIVOS, BIBUOTBCAS Y MUSEOS

feras «chaflaiiMias, cakulamlo unos pesos del sistfma ¿e la onza con loa aignoc 9 ó T , r. y ^ ; o del de ia libra (A , A , A )» (23).

ESTAPO ACTUAL DE LAS PESAS.—Esfudiadas y pesadas las pesas por noMtros con los elementos más precisos de que hemos podido dis» poner, fijamos la siguiente relación, partiendo de los pesos calculados del sistema de la libra y concluyendo con los ponderales del sistema uncial. A» libral (número 691 del Inventario general del Museo).—Esfera de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,034 metros de altura y 0,027 metros el diámetro de la cara achaflanada que lleva incrustadas las siglas. Estas están embutidas con plata (fig. 2.*). El signo A es la inicial de A upa, y el de A indica su valor: I (una libra, At'rpa ftía). Su peso es de 328 gramos. Conservación, buena Dupondius (número 690 del Inventario general del Museo).—Esfe­ ra de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,042 metros de altara y 0,032 metros el diámetro de la cara achaflanada que lleva incriutadas las siglas, de plata (fig. 3.*). Lleva la sigla inicial de A írpoA (A ) y una B indicando su valor: 2 (XiVpai St'o, dos libras). Su peso es de 661 gramos. Conservación, buena. Tripandius (número 689 del Inventario general del Museo).—Esfe» ra de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,048 me­ tros de altura y 0,036 metros el diámetro de la cara que tiene em­ butidas las siglas con plata (fig. 4.*). Lleva las siglas A y T , que indican su valor: 3 (Xírpai rpeti;, tres libras). Su peso es de 987,40 gramos. Conservación, buena. Vnda (número 695 del Inventario general del Museo).—Esfera de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,015 metros de altura y 0,012 metros el diámetro de la carf que tiene las siglas, de plata (fig. 5.*). Los signos son una 9 (O), inicial de ovyKi'a (unció), y una A (de módulo 1), indicando su valor: una onza. Sú peso es de 27,2394 gramos. Conservación, buena. Qtuxdrans (número 694 del Inventario general def Museo).—Esfera de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,021 metros de altura y 0,017 metros el diámetro de la cara que presenta las si­ glas, de plata (fig. 6.*). Las cifras son la inicial de la onza (^) y la numérica del 3, i (oú-yw'oi ir/wf?, tres onzas). Su peso es de 82,5954 gramos. Conservación, buena. THens (número 693 del Inventario general del Museo).—Esfera de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Mide 0,023 metro* de altura y 0,018 metros el diámetro de la cara que presenta las siglas.

(23) Berlanga (loe. cit., pág. 403) ya sospechó que el signo representaba una O como inicial de la onza, pero desconoce otros signos, verbigracia: «1 epí- semon o stigma ( ), que transcribe por . LA COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE 369 de plata (fig. 7.*). Los signos se refieren a U letra inicial de la on* ra (S) y a la cifra numérica del 4, 2k (ovyKúu T«rra^«9, cuatro onias). Su peso es de 109,6822 gramos. Conservación, buena.

Fig. 1.—Onza de época Fig. 2.-AS libral. (T. n. Dibu­ Fig. 3.- Dupondius. (T. n. Di­ bizantina. Dibujo de C. jo de C. Chicarro.) ChicaiTO sobre Cagnat. bujo de C. Chicarro.) Man. d'arch. rom, 11, pá­ gina 260.

Fig. 4.—Tripondlttí. (T. n. Di- Fig. 5.-Uiicia. (T. n. Dibu­ Fig. 6.—Quadrans. (T. n. Di­ bnio de C. Chicarro.) jo de C Chicarro.) bujo de C. Chicarro.)

Fig. 7.—Trieus. (l.n. Dibujo Fig. 8.—Semis. (T. n. Dibujo Fig. «.-Sextula. (T. n. Di­ de C. Chicarro.) de C. Chicarro.) bujo de C. Chicarro.)

Semis (número 692 del Inventario general del Museo).—Esfera de bronre, achaflanada por los extrepos del eje. Mide 0,027 metros de altura y 0,021 metros el diámetro de la cara que lleva incrustadas las siglas, de plata (fig. 8."). Lo» signos son la inicial de la oiyKÍa (H ) y la cifra numérica de valor 6 (%). Equivale a seis onzas (ovywot '¿O- Su pesó actual es de 164,0420 gramo». Conservación, buena. ' 370 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Sextula (número 696 del Inventario general del Museo).—^Esfera de bronce, achaflanada por los extremos del eje. Carece de signos o siglas. Mide 0,009 metros de altura y 0,007 metros el diámetro de las caras achaflanadas (fig. 9.°). Pesa 4,7156 gramos. Conservación, buena. Por lo que se desprende, la diferencia de gramos en más de lo que normalmente debieran pesar estos pondas (24), es escasa. Tal vez eso aumento sensible de peso débase a la natural adherencia de par­ tículas atmosféricas habida en el transcurso del tiempo y a los ma­ teriales de limpieza (cremas, aceites, etc.) a que hayan estado some­ tidos. En cuanto al peso consignado por el señor Campos, me parece excesivo en algunos casos; atribuímoflo a la balanza, no muy exacta, que empleara (25). Como dato curioso, añadiré un cuadro con las anotaciones de los pesos efectuados desde 1906 hasta la fecha:

PESOS NETOS DE LA ALCAZABA

O R A IVI O S l'ATRÓN OK PATRÓN DE EQUIVALENCIAS BOECK (•) CACNAT SIGLAS . LATINAS 1914 1906 1947 OÍS. Ors.

Tripondius A r 987,40 987,40 Dupondius A 6 662 661,30 661,00 A» libral A A 329 328,00 328,00 327,880 327,45 » >r 165 165,00 164,0420 163,940 163,68 Triens % & 110,50 109,6822 109,292 109,12 V r 82 83,70 82,5954 81,970 81,84 Sextans (*•) « B 54,646 54,56 « A 27,60 27,80 27,2394 27,323 27,28 Sextula 4,80 4,7156 . 4,548

DATA CROIVOLÓGICA.—Los documentos cronológicos en que me baso para su data^ son los que siguen: 1.° Dos libras y un qu<^ans de finales del siglo V, con las ins­ cripciones, respectivamente, de Gennadius, Basilius y Maras. La pri­ mera, del Gabinete de Medallas de París (26), con las siglas /X A

(24) Véase el patrón de Cagnat, aupra. (25) Sirva mi testimonio de agradecimiento, de«de aquí, a lo» ieñores Moro Beato, Chaves y Gómez Herrera, profesores de la Facaltad de Ciencia» de la Uni­ versidad Hispalense, por la ayuda prestada para el peso de esto» pondus en balan­ zas de preeisión de los Gabinetes de Física y Química de la mencionada Facultad. (26) BABELON-BLANCHET, loe. cit., núm. 2.286. (•) Segiin BEBIANCA, loe. eit., pág. 402. (**) De paradero desconocido. LA COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE 371

y la inacripción TCNNAAIOY (fig. 10); la seninda, de] Museo de Venecia, ya aludida (27), y el tercero, el quaorans, del Bñtieh Museum, con las siglas í r y la inscripción MAPAC (28). 2.* La libra de Phocas, de los exagia establecidos por Justiniaiid en 532 ó 533, hoy. en el Museo del Ix>uvre (29), con las siglas A A junto al monograma del hombre de Justiniano y la inscripción Da- mino noatro Justiniano perpetuo augusto, exagium factum sub viro ílluaiñ Phoca, ¡n-aefecto praetorio, exconsule ac patricio aenatore (fi­ gura 11).

Fig. lO.-AslibralüeQen- Fig. l\.-Exagium de la li­ tiadius. (Dibujo de C. bra de Justiniano. (Dibujo del Museo Británico con las Chicarro sobre Babelon- de C. Chicarro sobre Viiz- figuras de San Demetrio y Blanchet, loe. cit.) quez Queipa, loe. cit.) San Jorge.

3.' El qitadmns, con las siglas * r , descubierto por don Francis­ co Collantes de Terán y Delorme en 1946 en el ábside de una cons­ trucción de tipo basilical en el lugar denominado Las Mezquitas, en Eeija (Sevilla), terreno rico en objetos romanos de bajísima épo­ ca (30), También en el lugar donde aparecieron las pesas que noa ocupan, en la Alcazaba de Málaga, son frecuentes los hallazgos ro-

(27) \iú. nota 5. (28) Catalogue o/ early christian antíquities..., o/ the Bristish Muteum, hy O. M. DALTON, núm. 482. (29) IjUNCPERiER: BuUetin Archéologiquc francait. 1855, pág. 84. VÁz<íUEr QUEIPO, loe. cit., pág. 65. Saglio, «Dicl. de* ant. gr. n rom.. III, pág. 876, fign-. ra 2.850. (30) A este quadrans debemos asociar otros pe$o» procedctite» de di»tint«c lu- gares de España, y que, indudablemente, pertenecen a la misma época. No los re­ señamos por separado a causa de las escasas referencias que de ello« tenemos. Son : un pendui del sistema libral. con restos de una sigla en plata : A . Se descubrid en Carteya («n la bahía de Algeciras) a fines del siglo pasado. HUbner. aunque lo recoge en CIL (II. 4.962, 5), no llegó a examinarlo, pero si tal vez Mommsen, porque apunta la idea «Fuitne' exagium graecum? Th. M.» De Córdoba también procede un as libral de bronce con las siglas A A . (CIL, II, Supl. núme­ ro 6.245, 3*. JSu paradero actual, desconocido, como el anterior, según me coma- niea don Samuel de los Santos Cener, director del Museo Arqueológico de Córdoba. Recientemente, he tenido ocasión de examinar en Ampnrias (Gerona) , un bellbimo $mxumi (con las siglas o B bajo crui y dentro de láurea^ de forma cilindrica, deacnbierio por P. de Palol.en el castro visigodo de Puig Rom (Rosas, (Gerona) durante la campaña de excavaciones efectuada el pasado año de 1946. 372 REVISTA DE ADCHIVOS, BIBLIOTECAS ¥ MUSEOS manos de baja época. Del fruto de las excavaciones allí efectuada», como ya apunta el señor Giménez Reyna (31), los restos Arqueológi­ cos encajables en los siglos V al Vil son escasos, si bien, «aun pre­ dominando en el entremezclado de influencias la romana de última época, también los hay con gran influencia bizantina, aparte de otros -de tipo norteafricano y visigótico». En verdad, y en su sentido más lato, los hallazgos arqueológicos de las regiones bizantinas de España, desde Oenia basta Cádiz, a más de las Baleares y una zona meridional en el Algarve («Mauritania II», como oficialmente se las llamó), no son numerosos, pero sí evidentísimos. No he de recogerlos aquí, pero cábeme señalar el reciente estudio del doctor Helmut Schlunk, quien fija con gran acierto la data cronológica asignable a nuestro» monu­ mentos (32). 4." El tipo de letra es claramente bizantino, como lo es el hecho de que las letras estén incrustadas en plata (a semejanza de signos y leyendas de la mayor parte de los exagia!). Nos abstenemos de hacer un estudio comparativo de la paleografía de la época por carecer de facsímiles y documentos bizantinos, que tan útiles nos hubieran sido. Ahora bien, pese a los escasos medios bibliográficos de que dispone­ mos, podemos asegurar con certeza que las letras embutidas con pla­ ta en nuestras pesas son griegas, de época bizantina. La A con el trazo transversal en ángulo es muy corriente en la epigrafía griega. Vése en ejemplares ya de épooa arcaica y sigue em­ pleándose hasta tiempos muy tardíos (siglo VII). Baste mencionar la grafía de esta letra consignada en los pondus citados en los apartados primero y segundo de este capítulo para considerar su afinidad mor­ fológica con la A latina de travesano angular tan frecuente en España, en las inscripciones cristianas de los siglos VI y VII. La beta, cuyo paralelismo con otras coetáneas bizantinas no he podido compulsar, es curioso que haya pasado a nuestra patria con tipo casi idéntico al de una B latina de una lápida cristiana del año 552 conservada en el Museo Arqueológico de.Mérida. Debo su conocimiento a don Joaquín María de Navascués y de Juan, quien me hizo ver la semejanza de nuestra B con la de cuatro trazos de aquélla, y aun con la original B, también latina, del año 601 en otra inscripción emeritense (33), trazada igualmente en cuatro tiem­ pos (34).

(31) Memoria Arqueológica de la Provinaia de Málaga hasta 1946. PDU. del M. de E. N., Comisaría Gral. de Exc. Arq., Informes y Memorias, nóm. 12, Ma­ drid. 1946. (32) «Relaciones enuc la Península Ibérica y Bizancio», en Architm Español de Arqueologia, núm. 60 de 1945. (33) Ht)BN£R, /. H. C, núm. 338. (34) He de manifestar mi agradecimiento al señor Navascués, quien generosa- mente_ me dejó sn trabajo inédito «De epigrafía cristiana extremeña. Novedades y rectificaciones», del que me he servido para estas notas. L.vii-in úr Opoca bizíUiLiiia, pruci.'ck-nli.-s di- la Aicaz;i.ba de Aíáia^M, liov en L-1 Miiseo Arqiiioli'ii^ico de SCVÍULI. r'l'ot, ]•". Mariani > C.)xíord (lii.L;lal<_Ti;i : luiifi-.Íi- iW la nu(-v;i instalací^'m di' l;i JJiblioti'cn rnivcrsitiiriíi iiodl.'iaiin. LA COLECCIÓN DE PESAS EN BRONCE 373

La gamma es del tipo de la clásica griega. La delta, también griega, hecha ea tres trazos, es similar a la ini­ cial de Daniel en la inscripción del sarcófago de Ecija (que Schlunk cree puede fecharse a finales del siglo V). ^ La oTi)/a o epísemon, cuyo uso se hace general en la epigrafía griega durante loa siglos VII y VIIII (35), comenzó a usarse tal vez ya desde fines del siglo V. En el suelo patrio aparece este signo ea once inscripciones, según Vives (36); «unque en una de ellas, según demuestra el señor Navascués, el señor Vives tomó por este signo una Q cursiva (37), El signo A está claramente demostrado que es una btmbda, j como ul, inicial de Aw-po En cnanto al signo 9=0, inicia.1 deovyKÍa, tan sólo lo he visto ^empleado en pondus de época bizantina (38), si bien como O latina aparece en numerosos epírafes romanos y, en España, en forma de losange vése «n la inscripción de un capitel de San Pedro de la Nave y en una lápida del año 660, de Zambra (39). RESUMEN.—La conclusión final cpie saco del estudio de estos pon* dus es de que se trata de una colección de pesos tipo del exagium (¿^ayurv) establecido por Constantino. Ee decir, pesos exactos, general» mente usados al final del período romano y en el imperio bizantino. En esta época, los exagia son pesos oficiales que sirven para compro­ bar los pesos extendidos en el comercio, por lo común anepígrafos. Al parecer, la palabra exagium, para designar este concepto, no se empleó con anterioridad a la reforma monetaria de Constantino (40); pero no se encuentra siempre escrita en los pesos, admitiéndose, por ejemplo, en calidad de exagium. tanto la libra del Museo Británico con las figuras de San Demetrio y San Jorge, santos protectores del imperio bizantino, matando al dragón, y las siglas de la fig. 12 (41), como la ya referida de Phocas en la que se ve escrita dicha palabra. Es la época del bajo imperio la que aporra en el conjunto de los paí­ ses que de él dependen, Oriente y Occidente, el empleo de pesos

(35) Véase la nota 17. (36) Inscripciones de la España romana y visigoda, núms. 60, 127, 130, 156, 185, 198, 214, 270, 484 y 489. (37) Números 481 y 483, de Vives, que son un solo epigrafe, según Navascné». (38) E. Babelon, tras haber realizado importantes estudios, dice que este sig­ no sólo se emplea en la época bizantina como marca del nombre de la onza (véa­ se sn artíeulo «Uncia», inserto en Saglio, «Dict. des ant. grec. et rom.», VIII, pá­ gina 591). (39) HüBNEB, 1. U. C. 100. Facsímil. (40) Véase «Exasium», art.*> de E. Babelon, en Saglio, «Dict. des ant. grec. et rom.», 111, pág. 873 y sigs. (41) DAtTON: Catalogue of early christian antiquities and objects from the Christian East... of the British Museum. London, 1901, 483. 9 374 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS uniformes, siendo el juego de pesas descrito uno de los más repre­ sentativos entre loe hallados hasta ahora, tanto en nuestra Patria como fuera de ella, ya por el conjunto de módulos que le constituyen, con sus características siglas de plata, ya por la época a que pertenecen; inclinándonos a creer que fueron importados a España por los im­ periales bizantinos hacia 555-575, fecha de apogeo intenso de la cul­ tura bizantina en España y que aquéllos habrían de traer consigo al establecerse en suelo español para comprobar los pesos romanos en­ tonces vigentes. V A R I E D A D E S

EL III CONGRESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPAÑOL EN MURCIA

ANTECEDENTES

Con motivo de la inauguración solemne en 1945 del lindo y bien nutrido Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, transformación, en adecoadas selecciones e instalación, de las informes colecciones de antigüedades, en su mayor parte romanas, que antes pudieron verse hacinadas y sin clasificar en la planta baja del edificio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de aquella localidad, nació casi de improviso entre los elementos directivos y organizadores la idea de celebrar una pequeña asamblea regional de tipo científico, aprovechando para ello la presencia en la ciudad de destacados ar­ queólogos españoles y de los directores de la casi totalidad de los museos de la parte dé enclave levantino meridional, tan procer como rica e individual en su fisonomía y abolengo arqueológicos. La ini'' ciativa de don Antonio Beltrán, encargado de la dirección e instala­ ción del Centro, licenciado en Ciencias Históricas, hoy doctor, de animoso entusiasmo y verdadera vocación arqueológica, legítimamente heredada, prendió en cuantos asistieron a aquel acto inaugural y a las conferencias simultáneas, y aún logró más: interesar desde el primer momento la simpatía y la protección oficial del capitán general del Departamento Marítimo de Cartagena, almirante excelentísimo señor don Francisco Bastarreche, y sus competentes ayudantes y colabora­ dores, como el señor Jáuregui, estudioso investigador de problemas geográficos, geológicos y marinos, en torno a las edades pretéritas, con lo que todas las entidades administrativas, militares y culturales de Cartagena se afanaron aún más en colaborar al esplendor de aque­ llas reuniones y a la formación de un ambiente de interés científico y comarcal hasta entonces desconocido. Disertaciones doctas y oportunísimas de varios excavadores de la región, como el señor San Valero (del grupo de discípulos del cate- 378 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS drático madrileño de Paleoetnología doctor M. Santaolalla), Sánchez Jiménez, Cuadrado, Belda y el propio señor Beltrán, ilustraron y mantuvieron la atención durante dos o tres fechas en tomo a la de apertura del nuevo museo, y fueron casi improvisadamente bautizadas eoii la denominación de primer Congreso Arqueológico del Sudeste Español. Animados con el imprevisto y excelente eco que tuvieron aquellas setiiones cartageneras, casi familiares y sin propaganda, los organiza­ dores pensaron en la conveniencia de darles solemnidad y periodici­ dad, continuando la celebración de verdaderos, aunque modestos, con­ gresos, y constituidos en Comité Organizador los señores Beltrán Mar­ tínez y Jáuregui, de Cartagena, con los señores San Valero, de Ma­ drid, y Sánchez Jiménez, de Albacete, pensaron en la última de dichas ciudades para la celebración de la segunda reunión del Con­ greso Arqueológico del Sudeste Español, formalizando convocatoria para el mismo, que tuvo lugar, con sorprendente éxito de calidad y número de congresistas, comunicaciones y ponencias, en la segunda quincena de marzo de 1946. Aún son de recordar la sesión inaugural, bajo la presidencia de las autoridades académicas y militares del dis­ trito, de las provinciales y municipales, con discurso adecuadísimo del inspector general de Museos Arqueológicos, señor Navascués; las conferencias y felices intervenciones de los señores Cabré, Santaolalla y Beltrán Villagrasa; las excursiones a Minateda y otras estaciones arqueológicas, facilitadas por la generosidad del excelentísimo señor almirante Bastarrechc, y honradas, como todas las sesiones, por su atenta presencia personal, y, en suma, los múltiples agasajos que los congresistas nacionales y algunos extranjeros recibimos de las corpo­ raciones provincial y municipal de la hidalga ciudad manchega. Allí se acordó que el congreso siguiente, tercero en la cronología, se ce­ lebrara en la primavera de 1947 en la ciudad de Murcia, capital del distrito universitario, de tan rico y variado subsuelo arqueológico, y en donde, como asi ha sido, la Universidad, por su Rectorado, y su Facultad de Filosofía y Letras, con su Seminario de Historia y Arte, daría acogida calurosa y medios fáciles para el mejor desenvolvimiento de la docta asamblea. Anunciada con tiempo por el Comité Permanente de los congresos arqueológicos meridiolevantinos hispánicos la celebración de éste, con su temario fundamental, desenvolvimiento cíclico y avance periódico sobre los anteriores, ceñidos casi exclusivamente a lo prehistórico, se formó un respetable Comité local, en el que no faltaba nada de lo más representativo de la intelectualidad, la docencia y las corpora­ ciones murcianas, ni la intervención de la Dirección del Museo Ar­ queológico de la localidad; y con la concurrencia de los más compe­ tentes y afortunados excavadores de los yacimientos iberorromanos y bizantinovisigodos de los contornos de Murcia, y de eminentes figuras KL III CONCBESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPAÑOL 379

ACTIVIDADES BEL TEBCEB CONGBESO DE ABQUEOLOCÍA DEL SUDESTE ESPAÑOL EN MURCIA

Sesión inaugural

En la mañana del domingo día 4 de mayo, teniendo como marco el salón de actos del Excelentísimo Ayuntamiento, se verificó la sesión de apertura del tercer Congreso Arqueológico del Sudeste Español Presidía el excelentísimo señor capitán general del Departamento Ma ritimo de Cartagena, almirante don Francisco Bastarreche, en repre sentación del excelentísimo señor ministro de Educación Nacional, ocupando asimismo la mesa presidencial las autoridades civiles, mili tares y académicas de la ciudad. El excelentísimo señor alcalde, don Agustín Virgili Quintanilla, significó en breves términos la satisfacción de Murcia en ser escenario de las tareas del Congreso, expresando su mejor deseo y su cordial voluntad df acogida para todos los componentes del mismo. Seguidamente el secretario del Congreso, don Antonio Beltrán, dio lectura a la Memoria referente a los dos congresos que fueron celebrados en años anteriores, resumiendo brevemente las conclusio- ns del último, celebrado en Albacete el año pasado. Puso de relieve el interés que estas asambleas anuales han producido y producen en el ámbito nacional, así como la importancia decisiva que suponen en orden al mayor progreso de la arqueología española.

Conferencia del doctor García Bellido

En esta misma sesión de apertura, y como parte principal de ella, tuvo lugar una disertación, muy erudita y amena, sobre «Cronología romana del llamado arte ibérico», a cargo del doctor don Antonio García Bellido, catedrático de la Universidad Central. El ilustre arqueólogo comenzó manifestando la escasez de caracte­ res propiamente ibéricos que presenta el arte corrientemente llamado 380 llfTTSTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS T MUSEOS

ibérico, ,y afirmando que dicho arte se da en una comunicación muy estrecha con el romano. Arrancando de los trabajos de Ramos Fol- qués, Asín Palacios, Pío Beltrán y de los datos que proporcionan los hallazgos de La Alcudia, García Bellido centró su estudio en aque­ lla primera afirmación, apoyándola en dos clases de argumentos: lo» extrínsecos, puramente arqueológicos, y los estéticos o artísticos. Concretó particularmente su estudio en el más importante vestigio del arte ibérico: la «Dama de Elche», Para García Bellido, el famoso busto es un producto artístico iberorromano de data posterior a la época de César, asentando esta opinión en argumentos históricos, li­ terarios y numismáticos; la colonia de Ilici, emplazada en el llano de La Alcudia, lugar de aparición del célebre busto, sería de fimda- ción posterior a la batalla de Munda y sin ningún antecedente, ya que las capas más profundas, que en las excavaciones proporcionaron restos funerarios púnicos, nada tienen que ver con la época romana, e indican tan sólo que la colonia se asentó sobre una necrópolis antigua. El haber aparecido la «Dama de Elche» en el área romana, dentro de la ciudad y en su propio recinto, viene a confirmar que la data es, asimismo, romana. Por lo que se refiere al carácter artístico y a la tipología estética de la «Dama», el conferenciante afirmó qae su fecha ha de *er pos­ terior a la segunda mitad del siglo IV antes de Cristo, pues se trata de un retrato, y el retrato fisiognómico realista no aparece en el arte griego hasta esta fecha. Por otra parte, el hecho de que la «Dama» sea un busto resulta muy significativo, pues en Grecia no se concebía el busto, sino que todo retrato o se hacía de cuerpo entero, o, a lo sumo, con prolongación de columna, en forma de hermes. El busto, pues, era incomprensible a la mentalidad estética de los griegos, que buscaban siempre la perfección formal y la entereza razonable de sus figuras. Conforme a estas apreciaciones arguméntales, el doctor García Be­ llido concluyó en que la «Dama de Elche», vestigio culminante del llamado arte ibérico, procede del retrato funerario romano, observán­ dose en ella ese aspecto estático y funeral de mujer muerta, tan en acuerdo con la inspiración y los fines de aquel tipo de retrato que «urgió en Roma en el siglo I antes de J. C. El estudio del doctor García Bellido fué seguido con el máximo interés por los oyentes, y despertó el más vivo interés por la amenidad de su exposición y la novedad de sus aportaciones.

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Concluida la conferencia del señor García Bellido, el almirante Bastarreche hizo uso de la palabra. Excusó la ausencia del ministro de Educación Nacional, excelentísimo señor don José Ibáñez Martín, bL III CONCRESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPAÑOL 3St así como del director general de Bellas Artes, señor marqués de Lo- zoya, y, con frases de encomio para todos los componentes del Con­ greso, puso de relieve el interés y la trascendencia de las cuestiones que en estos congresos se discuten, pidiendo colaboración y ayuda para que éste, el tercero de los hasta ahora celebrados, se viese co­ ronado de un éxito total. Para ello propuso que la Memoria del niismo se haga con toda profusión y riqueza, sin escatimar esfuerzos, con lo cual habrán de verse compensadas las fatigas y trabajos de sus ilus­ tres miembros. Saludó a los congresistas «n nombre del Gobierno y del ministro, cuya delegación ostentaba, y declaró oficialmente inaugu­ rado el tercer Congreso Arqueológico del Sudeste Español. Una vez terminada la sesión, el Ayuntamiento de la ciudad obse­ quió a autoridades y congresistas con un vino de honor.

Visita ttl Museo Arqueológico

Por la tarde de este primer día se verificó una visita artística al Museo Arqueológico Provincia], con objeto de que los señores con­ gresistas conocieran y apreciaran las obras alli conservadas. El direc­ tor del mismo, don Andrés Sobejano, explicó a los visitantes los as- pecto« más principales del Museo, ofreciéndoles los hallazgos que re­ cientemente ha proporcionado el Cabecico del Tesoro, excavado por el arqueólogo señor don Gratiniano Nieto. También fué objeto de detenida visita el Belén de Salzillo.

Primera sesión ordinaria elel Congreso

Después de la visita al Museo, dio principio en el paraninfo de la Universidad la primera sesión ordinaria del Congreso, procediendo en primer lugar a fijar los presidentes de Mesa que habrían de pre­ sidir las cinco sesiones ordinarias. Se acordó nombrar para la pri­ mera al excelentísimo señor don Augusto Jaime Telles d'Abreu, de Estoril, el cual dio las gracias con gran elocuencia, poniendo de re­ lieve la fecunda labor de los congresos y refiriéndose cariñosamente a la amistad hispanoportuguesa, así como a las aportaciones de la ar­ queología española y de la lusitana en beneficio común. Expusieron diversas comunicaciones y ponencias los señores don José Crespo, de Cartagena, que trató de «La estación del bronce en el cerro de Caprés»; don Miguel Tarradell, de Barcelona, que dio un breve anticipo de los resultados de la» excavaciones que vienen realizándose en Montefrío; don Joaquín Sánchez Jiménez, de Alba­ cete, que leyó la comunicación de don Emeterio Cuadrado, de Vito­ ria, sobre la «Expansión de la cultura del Argar a través de Murcia», y un estudio propio acerca del bronce en Albacete; don Juan Jáure- 382 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS gui, de Cartagena, que trató de «Minería antigua en cabo de Palos», y don Antonio Beltrán, que dio lectura a una comunicación del doc­ tor Schulten sobre lo que está aún por hacer en España y los ade­ lantos que es preciso aplicar a la investigación arqueológica española. La comunicación del profesor Schulten promovió discusión en tor­ no al progreso de la arqueología espaííola, defendiendo la labor inten­ sa y fecunda de España en este sentido los señores Beltrán, Garei» Bellido, Taracena y Cuadrado, en acertadas y felices intervenciones. Se propuso en esta primera sesión la elaboración de un croqfuis de la «xpansión argárica en el Sudeste español, para lo cual propuso el señor Mergelina que los trabajos realizados sobre este punto tu­ viesen como centro de referencia la Universidad de, Murcia, con ob­ jeto de evitar que una labor tan precisa se, desperdigue o se descuide por carencia de base unificadora y de intercomunicación. Fueron leídas, finalmente, las numerosas adhesiones de nacionales y extranjeros por el señor secretario del Congreso, don Antonio Bel­ trán, concluyendo agí esta primera sesión ordinaria, llena de interés por la abundancia y novedad de sus comunicaciones, centradas todas ellas en tomo a un mismo tema: el bronce en el Sudeste español.

Conferencia del ¿tactor Loustau

El domingo, día 4, a las once de la noche, en el Laboratorio de Botánica de la Facultad de Ciencias, el decano de dicha Facultad, doctor Loustau y Gómez de Membrillera, expuso el tema «Bases y fun­ damentos del análisis polínico», resultado de sus largas y pacien­ tes investigaciones sobre la materia. Desarrolló el tema con toda «lase de instrumentos, preparaciones microscópicas, gráficos, mo­ delos vegetales, etc., pudiendo apreciar todos los asistentes los re­ sultados a que el doctor Loustau ha llegado en el análisis del polen, qué ahora comienza a realizarse en España. El interés del polen en cuestiones de paleobotánica y arqueología es grande, pues mediante él es posible tener noticia del área de extensión de la agricultura, de la estratificación de ciertos terrenos, y alumbrar las etapas prehistó­ ricas del mesolítico y neolítico, cuando hacen su aparición loe vege­ tales cultivados. El numeroso público que asistía a la lección del señor Loustau apreció directamente al microscopio los resultados de su investiga­ ción. Segunda sesión ordinaria

Al día siguiente, lunes 5 de mayo, se volvieron a reunir los se­ ñores congresistas a las once y media de la mañana, con objeto de comenzar la segunda sesión ordinaria. Actuó de presidente de mesa EL III CONGRESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPAÑOL 383 en ^sta nueva sesión el excelentísimo y magnifico señor rector de la Universidad de Valladolid, don Cayetano Mergelina. A propuesta del señor Beltrán, secretario del Congreso, y con el apoyo y corroboración del presidente, señor Mergelina, se determinó liacer constar en acta un voto de gracias al señor Loustau por su aportación científica, de inestimable valor, puesta en evidencia la noche anterior con su lección sobre el análisis polínico. Don Luciano de la Calzada, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Uni­ versidad de Murcia, puso de relieve la merítísima tarea del doctor Loustau y su constante vigilia en favor de la investigación científica, agradeciendo en nombre de la Universidad murciana la propuesta del Congreso y resaltando la modestia del docto investigador. Intervino el señor Loustau para dar las gracias a todos por tan inapreciable su­ gerencia, y trazó en breves palabras el modelo ideal del científico, que no ha de reducirse y exclusivizarse en el círculo de sus faenas profesionales, sino procurar extenderse a otros campos y aportar a otras ciencias el fruto de sus labores, modelo al que siempre se sintió inclinado por vocación. Rogó que se delegara el voto de gracias a la Facultad de Ciencias en pleno, a la cual dedicó y dedicará siempre sus esfuerzos. Seguidamente tuvo lugar la disertación del señor Mergelina, sobre los yacimientos bizantinos de El Llano y Algezares. Ante láminas, diapositivas y gráficos abundantes, explicó con todos sUs detalles la necrópolis de El Llano y la basílica bizantina de Algezares, que fue­ ron objeto de excavaciones dirigidas por él hace algunos años, des­ tacando los caracteres bizantinos de estos dos yacimientos, cuya fecha puede incluirse entre los años 554 a 621. Don Antonio Beltrán dio lectura a su trabajo acerca de los restos bizantinos de Cartagena, de cuyo Museo es director. Don Pío Beltrán intervino también para aclarar algunos puntos referentes a las diócesis visigodas en relación con Cartagena, demos­ trando al paso el carácter falso y absurdo de la división administra­ tiva de Wamba, o «hitación» de Wamba. Ijeídas por el señor secretario las nuevas adhesiones recibidas, la sesión aplazó sus tareas hasta la tarde. A las cinco de la tarde se reanudó, pues, la sesión. Don Juan Jáuregui leyó la parle ya redactada de su trabajo, todavía en gesta­ ción, acerca de «Las explotaciones submarinas en Cartagena y San Pedro del Pinatar», estudio sumamente interesante, que fué comen­ tado y discutido por los señores García Bellido y Taracena, merecien­ do el señor Jáuregui la felicitación expresa de todo el Congreso por el interés y la novedad de estas excavaciones submarinas, tan escasa­ mente realizadas en nuestra patria. El presidente de mesa, señor Mer­ gelina, manifestó asimismo la profunda gratitud que es debida al di­ ligentísimo y admirable patrocinador de estas empresas arqueológi- 384 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS cas de la región levantina, almirante Bastarreche, a lo que contestó el almirante realzando el mérito de los señorea Jáuregui y Ant

Visita a los «pasos» de Salzillo y a la Catedral

A primera hora de la tarde de este día realizaron los congresistas una visita a los «pasos» procesionales de Salzillo, invitados por el presidente de la Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, don José Pérez Mateos, quien explicó y comentó en presencia de loe visitantes el valor inapreciable y los caracteres más relevantes de estas joya» pasio­ narias murcianas, conservadas en la Iglesia de Nuestro Padre Jesús. Seguidamente, e invitados por el cabildo catedralicio, hicieron una visita al Bajorrelieve de las Musas, encontrado recientemente en la Catedral y conservado allí en la actualidad.

Conferencia del doctor Schlunck

A las ocho de la tarde, después de acabada la segunda sesión or­ dinaria del Congreso, tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad la conferencia del doctor Hellmut Schlunck, ilustre arqueólogo ale­ mán, acerca de «El arte paleocristiano y bizantino en el Sudeste de Espiaña». Estudió con todo género de detalles, a la vista de las proyecciones abundantes que requería el tema para su mejor y más perfecta in­ telección, los dos importantísimos yacimientos die la Sinagoga de Elche y del mausoleo de La Alberca, imprescindibles vestigios para seguir a pie firme las investigaciones sobre el arte paleocristiano y vi­ sigodo y guiarse con claridad a través de un período tan problemá­ tico. La Sinagoga, considerada hasta hace poco como basílica, puede fijarse como obra del siglo IV, y presenta caracteres arquitectónicos ti, ni CONCRESO ABQUEOWCICO DEL SUDESTE ESPASOL 385 de inmenso interés, que el doctor Schlunck detalló con toda ampli­ tud. El mausoleo de La Alberca corresponde, según él, al tipo de sepulcro de mártires o «martyrion», de que existen algunos otros ejem­ plares por el mundo, verbigracia: el de Hungría. Tomando como base estos dos valiosos restos del Sudeste español que más bien parecen recibir y presentar el sello nordafricano que el bizantino propio, el doctor Schlxmck trazó un esquema de la evolu ción artística del siglo V y subsiguientes, estudiando también con al gún detenimiento la Basílica de San Pedro de Alcántara, de Málaga considerándola como otro monumento de gran interés a este respecto La conferencia del ilustre arqueólogo alemán fué seguida con má xima atención, mereciendo la felicitación del presidente de mesa, »e ñor Mergelina, el cual anunció tma inmediata excursión a La Alberca para examinar de un modo directo y en común todos los congresistas el mausoleo objeto de estudio en la disertación del doctor Schlunck, sobre el cual se planteó desde luego una controversia, ya que las opi­ niones de ambos arqueólogos, Schlunck y Mergelina, discrepan en punto a la determinación de algunas partes del monumento, así como a su carácter general.

Tercia sesión ordinaria

A las diez de la mañana del día siguiente, martes 6 de mayo, se verificó en el paraninfo de la Universidad la tercera sesión ordi­ naria del Congreso. La sesión, dedicada al tema «Cronología de la cerámica ibérica», fué presidida por don Blas Taracena, director del Museo Arqueológico Nacional, quien fué cediendo la palabra a los señores camunicantes. Estos fueron: don Gratiniano Nieto, de Valla- dolid, que trató sobre la necrópolis del Cabecico del Tesoro, expo­ niendo el carácter griego y púnico de las capas más profundas y su­ perficiales, respectivamente, del valioso yacimiento; la señorita doña María Luisa Beltrán, que trató de cerámica ibérica, haciendo especial estudio del yacimiento del poblado de San Miguel de Liria, en Va­ lencia, y e] señor Ramos Folqués, de Elche, que planteó el problema cronológico de la «Dama», intentando fijarla como obra del siglo IV antes de J. C, que sobreviviría a la invasión púnica, apareciendo por este motivo en un nivel distinto del que le correspondía. A estas ob­ servaciones y deducciones del señor Ramos Folqués contestó el doctor García Bellido, reafirmando la tesis por él expuesta en la conferencia de la sesión inaugural y advirtiendo que es preciso distinguir entre la Ilici propiamente ibérica, que acaso sea el lugar de emplazamiento de la actual Elche, y la necrópolis de dicha localidad ibérica, que estaría donde estaba La Alcudia, lugar donde apareció la «Dama» y asiento de la antigua colonia romana. Ambos arqueólogos convinieron 386 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS en que es preciso insistir más en el estudio de los restos encontrados, con objeto de aclarar definitivamente este arduo e importante pro­ blema cronológico. El Padre Belda, de Alicante, aportó datos sobre la cerámica en­ contrada en Benidorm; don Pío Beltrán intervino para exponer al­ gunas cuestiones relativas a la romanización de España, afirmando que, dada la carencia de vestigios terminantes, no es posible solucio­ nar de manera sólida y fija el problema de las relaciones entre lo ibérico y lo romano; don Antonio Beltrán expuso unas notaa sobre los documentos ibéricos del Museo de Cartagena, y don Francisco Fi- gueras Pacheco habló de la cerámica de Manises y La Albufereta, esta­ ciones de sumo interés sobre las que trabajó directamente, A continuación el excelentísimo y magnífico señor rector de la Uni­ versidad de Valkdolid, don Cayetano Mergelina, dio lectura a la co­ municación del maestro Cabré Aguiló, eximio arqueólogo d« reputa­ ción universal, acerca de «Deitania, su locaiización en el Sudeste», bajo cuyo epígrafe estudia los problemas de la cerámica, de la «Dama de Elche», y demás cuestiones de la región levantina en tomo al pue­ blo de los deitanos del siglo III antes de J. C, proponiendo el nom­ bre de cultura deitanense a la de Elche y Fortuna. La lectura de este trabajo estuvo ilustrada con magníficos gráficos, trazados por el pro­ pio señor Cabré con insuperable primor y detalle. El secretario del Congreso propuso una felicitación por escrito en nombre de todos al interesantísimo y documentado trabajo del señor Cabré, propuesta acogida con unánime y vivo agrado. Entre los señores don Pío Beltrán, don Francisco Figueras Pache­ co, don Francisco Moróte Chapa, don Antonio García Bellido y don Juan Jáuregui se discutió el tema de la frontera geográfica entre el imperio de Tartessos y el pueblo ibero, suscitando gran atención este problema. Finalmente, el señor Tarradell leyó la comunicación d^l doctor Almagro, de la Universidad de Barcelona, sobre «Dos cortes estrati- gráficos en Ampurias», donde estudia la cerámica, ibérica de esta región, y el excelentísimo señor don Augusto Jaime Telles D'Abreu explicó con gran elocuencia, y ante numerosas ilustraciones, el recien­ te hallazgo de varias grutas, con abundante contenido de cráqeos, va­ sos y objetos diversos, en la necrópolis de San Pedro, en Estoril (Cas- caes, Portugal), siendo felicitado por el presidente de Mesa, señor Ta- racena, que recordó con sentidas palabras de amistad la simpática acogida de que fueron objeto los arqueólogos españoles en su visita al Museo de Cascaes. Con esto acabó la tercera sesión ordinaria del Congreso, EL III CONCHESO ARQUEOL¿CICO DEL SUDESTE ESPAÑOL 387

Cuarta sesión ordinario. A las cuatro de la tarde del mismo día dio comienzo la cuarta sesión, presidida por el doctor don Antonio García Bellido, catedrá­ tico de la Universidad Central. El tema general de la sesión fué «Pú- nicoe y griegos en el Sudeste». Las ponencias estuvieron a cargo de los siguientes señores: Don Antonio Beltrán, que leyó el sumario y los pasajes más importanteíi de su estudio acerca de «Acuñaciones púnicas de plata en Cartage­ na»; el señor Jáuregui, que dio lectura al trabajo «Arqueología de La Albufereta», del señor Figueras Pacheco, y leyó asimismo algunas observaciones propias sobre dicho eptudio, realizado en colaboria- ción; don José María de Ángulo, director del Museo de Ibiza, que habló de las excavaciones realizadas por él últimamente en el llano próxim.o al Cerro de Moulíns, en la isla, exhibiendo numerosos grá- fícos, y el Padre Belda, del Museo de Alicante, que trató sobre de­ mografía alicantina en los períodos eneolítico y argárico. Don José Senén Ibáñez expuso, por indicación del ilustrísimo se­ ñor decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valencia, don Manuel Ballesteros Gaibrois, una comunicación sobre «La factoría griega de Hemeroskopeion», que sitúa cerca de la actual población de Jávea. El maestro García Bellido explicó el carácter de copia romana de un bajorrelieve que el señor Senén presentaba y que ha sido considerado hasta hace poco por arqueólogos nacionales y ex­ tranjeros como obra griega, siendo asi que se trata tan sólo de una co­ pia romana, pues así lo manifiesta la falta de tino artístico y de des­ treza de la mano del que lo realizó. Otras ponencias estuvieron a cargo de la señorita Teresa García de Cácere», del Laboratorio de Arqueología de Valencia, quien tocó el tema de una cabeza o presunto busto del emperador Trajano, ha­ llado en Balserrá (Valencia); don Augusto Fernández de Aviles, cuyo estudio sobre el poblado iberorromano indígena de Los Garres fué leído por el doctor Ballesteros; don Antonio Beltrán, que estudió la estatua romana hallada en nivel romano, junto a la iglesia de la Ca­ ridad, y la señorita Consuelo Aranda, de Valencia, que habló del ajuar funerario de la necrópolis romana de Boatellá (Valencia). La sesión fué clausurada, y ofreció en su conjiuito los mismos ca­ racteres de sumo interés y trascendencia de las sesiones anteriores, ilustradas todas ellas con profusión de gráfico» y proyecciones.

C

gar la disertacióa del general don Salvador García de Pruneda, sobre «Andanzas de don Juan Manuel por tierras murcianas». Con asis­ tencia de todas las autoridades civiles, militares y académicas, se abrió el acto con unas palabras preliminares del presidente de la Academia, señor Pérez Mateos, quien expresó la gran satisfacción de la enti­ dad, cuya presidencia ostenta, al verse prestigiada por la actuación de una fígura de tan relevantes méritos, como la del general García de Pruneda, y agradeció el apoyo de las autoridades, congratulándose de poder recibir en su seno a tan ilustres personalidades. Destacó asimis­ mo el interés murcianista del tema. Seguidamente, el general García de Pruneda, que ilustró sji diser­ tación con gráficos y mapas, tras algunas consideraciones generales en torno a la persona y hechos de don Juan Manuel, entró de lleno en el problema de las andanzas de este gran personaje político y literario a través de Murcia, para lo cual partió de un testamento del Infante, en que dice a su hijo don Fernando que puede hacer ruta desde Na­ varra a Granada, haciendo noche en los castillos y fortalezas de su posesión que al paso se le ofrecieren. Con esta base mostró un mapa detallado de las estaciones de ruta que don Juan Manuel poseería, y que irían desde Peñafiel, por Galve, Garcimuñoz, Alarcón, Chinchi­ lla, Almansa, Villena, Orihuela, Murcia, Lorca, etc. Resaltó el conferenciante el hecho de que don Juan Manuel fué por tres veces adelantado de Castilla en el reino de Murcia, por lo cual mandaba en toda esta zona levantina, sin que este gobierno le impidiera realizar una vida andariega y de continuo peregrinaje. En medio de esta vida az^arosa, el Infante fué muy dado a la tarea litera­ ria y dejó obras de inapreciable valor. Teniendo en cuenta su Libro de la caza, el general García de Pru­ neda pasó a dar la clasificación general por obispados que don Juan Manuel utilizó para dar cuenta de todo lo referente a cultivos, geo­ grafía y clases de animales de caza de las regiones que formaban la España de su tiempo. Las descripciones de tierras murciaíias abun­ dan, y pueden identificarse localidades actuales. Con arreglo a los datos que aporta este libro, y considerando las constantes andan­ zas del Infante, expuso algunos problemas de la velocidad de los re­ corridos, de suma importancia para el tema, dando referencias sobre los recuerdos dé don Juan Manuel en tierras murcianas, tales como el castillo de Villena y el castillo de Elche, donde aparece su blasón. Estudió, por último, la ménsula del claustro Oeste de la capilla de los Manueles, que estuvo cubierta hasta hace algún tiempo por el cé­ lebre cuadro de Santa Lucía, obra del italiano Bernabé de Módena. Este cuadro, según conjeturas muy probables de Sánchez Cantón y del mismo conferenciante, presenta en su parte inferior el auténtico retrato de don Juan Manuel y de su hija doña Juana. Resaltó García de Pruneda la importancia de esta obra de arte, que es, para Sánchez EL III CONGRESO ARQUEOLÓGICO OEL SUDESTE ESPAÑOL 389

Cantón, el primer retrato de personajes identificados con firma co­ nocida, por lo cual puede sentirse honrada Murcia al conservarlo en su catedral después de la odisea de la revolución, que lo llevo rodan­ do hasta Ginebra, de donde lo rescató nuestro Caudillo, junto con el tesoro nacional, que tantas expoliaciones sufrió. Propuso el conferenciante que al lado del monumento, donde se ha de conservar dicho cuadro inapreciable, se inscriba una lápida consignando que en Murcia estuvo y se conservó durante seis siglos. Acabó con acertadas e ingeniosas frases, recibiendo aplausos y fe- licJlaciones de la nutrida concurrencia.

Cena de honor en el Casino.

A las diez de la noche, en el salón de café del Casino, tuvo lugar una cena de honor, ofrecida por la Diputación y el Ayuntamiento de Murcia a los huéspedes honorarios y participantes en el Congreso. Se desarrolló en un ambiente de plena cordialidad y simpatía, y al final hicieron uso de la palabra el señor Telles d'Abreu, que brindó por España, en nombre de la nación hermana; el presidente de la exce­ lentísima Diputación, que agradeció al Congreso el esplendor intelec­ tual prestado a Murcia e hizo ofrenda del íntimo agasajo con*"que la ciudad intentaba corresponder a tan señalado favor, saludando a Por­ tugal en la persona del señor Telles; don Cayetano Margelina, que dio las gracias en nombre de los congresistas y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y el almirante Bastarreche, quien con patrióticas y exaltadas palabras puso un final elevado y digno a este simpático acto de ofrenda y amistad.

Excursión a La Alherca.

En la mañana del día siguiente, miércoles 7 de mayo, realizaron autoridades y congresistas una excursión al Gabecico del Tesoro y al yacimiento bizantino de La Alberca, trasladándose a estos puntos mencionados en varios autobuses, puestos expresamente a la disposi­ ción de los visitantes. Se detuvieron primeramente en el Cabecico del Tesoro, donde el señor don Gratiniano Nieto, de la Universidad de Valladolid, viene trabajando hace tiempo en obras de excavación, que han dado y están dando resultados de sumo interés arqueológico. El señor Nieto conti­ nuó, en presencia de los excursionistas, sus trabajos de sonda, descu­ briendo, entre otros objetos, un jarrón ibérico y una efigie de Tanit vegetal. La necrópolis del Cabecico del Tesoro fué objeto de una pri­ mera excavación en el año 1935, realizada por el señor Mergelina, y 10 390 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

He sucesivas y constantes exploraciones Hel señor Nieto, quien ya en­ contró un inmenso número de sepulturas y objeto de gran valor e in­ terés, como el jEamoso «cvaso de las cabras» y otro núcleo importante de vasos conservados actualmente en el Museo Provincial de Murcia. En el estado presente de las excavaciones se observan ya dos niveles diferentes, y el día en que los trabajos de sonda se den por termina­ dos se podrá apreciar la gran importancia de este yacimiento, pues es, sin duda alguna, un tesoro inestimable para el mejor conocimien­ to de la cronología del arte ibérico y de su cerámica. Los visitantes cambiaron impresiones con el señor Nieto y pudieron observar direc­ tamente y valorar de modo adecuado los objetos bailados en este ya­ cimiento ibérico. Seguidamente marcharon a La Alberca para visitar el sepulcro bi­ zantino o «martyrion», de que ya habían tratado en sus intervencio­ nes del Congreso los señores Mergelina y Schlunck. El doctor Mer- gelina describió con puntualidad ante los asistentes el citado e im­ portantísimo vestigio bizantino, formado por los sepulcros familia­ res que constituyen el «martyrion» propiamente dicho, y por una par­ te obsidal, que Mergelina interpreta como independiente de los se­ pulcros, y Schlunck como lugar del altar y de las reliquias, en comu­ nicación directa con el resto del monumento. Con motivo de estas opiniones se suscitó una interesante y animada controversia acerca del carácter y finalidad de esta porción absidal, tan problemática para los arqueólogos. Terciaron en la controversia los señores García Bellido y Taracena, quedando en tela de juicio las opiniones de Mer- gelina y Schlunck, arabas apoyadas en razones diversas y suficientes. Los excursionistas regresaron a Murcia después de haber verifica­ do con gran satisfacción esta importante y detenida visita.

Ultima se^ón ordinaria. * A las cuatro de la tarde dio comienzo la quinta y última sesión ordinaria del Congreso, dedicada a temas de interés general. Presi­ dió el excelentísimo y magnífico señor rector de la Universidad de Murcia, don Manuel Batlle y Vázquez. Se expusieron numerosas comunicaciones sobre diversos temas de arqueología del Sudeste español. Don Juan Cuadrado, de Almería, habló sobre «Cultura argárica», poniendo de relieve el actual estado de las investigaciones acerca de la extensión de dicha cultura. El doc­ tor García Bellido dio lectura a la comunicación del señor Hoyos Sáinz sobre antropología de las primeras edades del metal en el Sud­ este de España, así como también don Antonio Beltrán leyó la de don Luis Pericot, de la Universidad de Barcelona, titulada «Las pinturas rupestres del Tanganica y la pintura del sudeste español». El doctor EL III CONCRESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPAÑOL 391

Pérez Mateos, presidente de la Academia Alfonso X el Sabio, de Mur­ cia, leyó la suya, acerca de ccAlgunos yacimientos en el castillo de Santa Catalina del Monte, próximos al Cabecico del Tesoro», dando cuenta de los interesantes restos obtenidos y haciendo proyecciones de los mismos. El señor Ballesteros Gaibrois propuso al Congreso que le fuera otorgado al señor Pérez Mateos un voto de gracias por estas exploracio­ nes, que, realizadas en 1912, puede decirse que fueron las primeras que se llevaron a cabo en esta rica zona arqueológica de Murcia, voto que se hizo constar en acta. Don Francisco Figueras Pacheco hizo algimas consideraciones en tomo al problema de Hemeroskopeion, tratado en sesión anterior, ex­ poniendo sus últimas averiguaciones acerca de las etapas de coloniza­ ción de griegos y púnicos. El doctor García Bellido destacó a este res­ pecto el carácter griego de las efigies de Tanit, señalando que siem­ pre que se encuentre en un yacimiento una de estas efigies habrá que fechar por debajo del siglo IV antes de J. C. En esta última sesión se leyeron los trabajos aportados por los alumnos de la Universidad valenciana, que, bajo la dirección del doctor Ballesteros, trabajan en el Laboratorio de Arqueología de di­ cha Universidad. Los nombres de estos diligentes y jóvenes investiga­ dores, juntamente con los títulos de sus ponencias, son los que si­ guen : Señorita Amparo Ares Guillen: «Estudio de una discutible inscripción en barro de La Boatella (Valencia)»; señor Amal Rodrí­ guez : «Alquería de Benioalat», construcción agrícola morisca, con algunos elementos góticos del siglo XIV» (trabajo realizado en cola­ boración con la señorita Rosario Martínez Bemal y con el señor Sal­ vador Monzó); señorita Amparo Cueves Granero: «Marcas de alfa­ rero y otros detalles de la necrópolis de La Boatella»; don Mario Hernández y Sánchez Barba: «Casas señoriales del Murviedro me­ dieval» ; señorita María Josefa López Garbonell: «Una almazara medieval en Sagunto»; don Ángel Martínez Carrión: «Posible recons­ trucción del recinto murado de Sagunto» (trabajo de gran importan­ cia, que precederá a otros que el doctor Ballesteros se propone diri­ gir con objeto de reconstruir la vida medieval de Sagunto), y, por fin, la señorita Ana María Vicent, que trató acerca de «La casa civil en Murviedro». Todas estas comunicaciones fueron ilustradas con gráficos, y me­ recieron del presidente de la sesión, un voto de gracias y los más en­ carecidos elogios de todo el Congreso. 392 BEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Síntesis y conclusiones del Congreso.

Terminada la última sesión ordinaria, el señor secretario del Co­ mité del Congreso dio lectura a un resumen o extracto de las cinco sesiones ordinarias celebradas. Como conclusiones definitivas de estas sesiones ordinarias se acor­ dó que el Seminario de Historia de la Universidad de Murcia sea, como propuso el señor Mergelina en la primera sesión, el centro de referencia de los estudios que sobre el bronce en el Sudeste español lleven a cabo los especialistas en sus zonas o localidades correspon­ dientes; que la controversia entre los señores Schlunck y Mergelina sobre el yacimiento bizantino de La Alberca habrá de subsistir, sin una solución terminante de momento, y que en el tema de la cerámi­ ca ibérica queda en cierto modo fijada la cronología, pudiéndose afir­ mar que en algunos lugares de dicha cerámica aparece con carácter tardío. La propuesta de don Gratiniano Nieto de que el Congreso pida a la Dirección General de Bellas Artes que preste su apoyo y patroci­ nio a las exploraciones del Cabecico del Tesoro, fué aprobada por unanimidad, siendo otorgado al señor Nieto un voto de gracias por su labor incansable en las excavaciones de dicho yacimiento, voto que fué pedido por el señor De la Calzada, y que constará en el acta. El señor secretario del Congreso recibió la gratitud expresa de to­ dos los congresistas por la diligencia y entusiasmo que puso en la or­ ganización y buen resultado del mismo, manifestando él, a su vez, y de un modo ofijcial, el profundo agradecimiento debido al señor de­ legado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, don Ca­ yetano Mergelina; a las autoridades murcianas en general, que tan­ to empeño y esfuerzo pusieron en el esplendor de este Congreso Ar­ queológico; al presidente de la Academia de Alfonso X el Sabio; al excelentísimo y magnífico señor rector de la Universidad de* Murcia; al almirante Bastarreche, sin el cual no hubiesen sido posibles los tres Congresos celebrados hasta el presente, y, en fin, a fodos los que por cualquier modo colaboraron en la brillantez y peifección de este último. Una vez cumplido este deber de gratitud, el señor secretario dio por terminadas las tareas oficiales del Congreso, dejando a la conside­ ración de los señores congresistas y del presidente de Mesa la elección de la ciudad que hubiera de ser escenario del próximo. Después de al­ guna discusión, y habiéndose planteado las ciudades de Elche y Al­ mería como las más convenientes, el señor presidente de la sesión, re- cogiendo la opinión más en acuerdo con el sentir del Comité del Con­ greso, designó a Elche para futuro escenario del IV Congreso Arqueo­ lógico del Sudeste Español, que habrá de celebrarse el año venidero. M, III CONCRESO ARQUEOLÓGICO DEL SUDESTE ESPASOL 393

Sesión del clausura y conferencia del doctor Taracena Aguirre.

A las ocho y media de la tarde del día 7 de mayo, a continuación de la sesión ordinaria última, y trasladados congresistas, público y autoridades al salón de actos del excelentísimo Ayuntamiento, bajo la presidencia del almirante Bastarreche, tuvo lugar la sesión de clau­ sura, en la que el excelentísimo señor don Blas Taracena Aguirre, di­ rector del Museo Arqueológico Nacional, disertó con gran amenidad y erudición acerca de las «Vías romanas en España». Señaló la carencia de temas romanos en el transcurso del Congre­ so, centrado casi exclusivamente en torno a asuntos ibéricos, y la im­ portancia del estudio de las vías romanas dentro de la arqueología española; pues la cultura hispánica es esencialmente latina, y por las vías y calzadas que los romanos abrieron en la Península íué por don­ de se derramó y difundió la civilización y la cultura de Roma. Tra­ zó una reseña de las intervenciones romanas en nuestra patria, advir­ tiendo el gran tesoro agrícola, pecuario, industrial y minero que ésta suponía para los romanos. Las vías romanas no toman su origen de los caminos ibéricos, de los que existirían muy pocos, debido al carácter rebelde y aislado de las tribus indígenas, que hacían de nuestro suelo un verdadero mo­ saico, sin unidad ni trabazón, como tampoco son las vías romanas los caminos de la Mesta, pues su traza es diferente. Se deben, pues, ante todo, al interés administrativo y económico de los romanos, que hi­ cieron tales vías para una mejor comunicación y explotación. El conferenciante expuso algunos problemas referentes a las velo­ cidades y trayectos, mostrando las diversas interpretaciones de la milla romana, que dieron lugar a graves enores, y destacando el in­ terés y la importancia de las piedras miliarias, vasos apolinares y ta­ bletas de Astorga como documentos arqueológicos decisivos para la medición de las vías. Habló asimismo del carácter falso del famoso Itinerario, de Antonino, que es más bien una guía de carreteras que un itinerario oficial con garantías de exactitud. A continuación, utilizando varias proyecciones, explicó el doctor Taracena la constitución de la calzada romana, las partes superficia­ les y fundamentales de su pavimento y las dos clases de calzadas que hubo: la calzada de canto plano, que solía estar a la entrada de las ciudades, y la de guijos, para las comunicaciones menos principales. Comparando las vías romanas con las carreteras de diversas épocas, hasta llegar a la nuestra, puso de relieve el carácter duro y quebra­ dizo de aquellas vías y la mayor elasticidad y delgadez de los caminos de hoy. Con una exhortación a los amantes y estudiosos de la arqueología para que trabajen en sus regiones sobre este interesantísimo problema de 394 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

las vías romanas, el señor Taracena acabó su espléndida disertación, aplaudida con entusiasmo por el selecto y atento auditorio. El almirante Bastarreche se despidió con sentidas palabras de los señores congresistas, felicitando a todos y declarando, en nombre del excelentísimo señor Ministro de Educación Nacional, oficialmente clausurado el III Congreso Arqueológico del Sudeste Español. Por la noche, el Casino de Murcia dio un baile de gala en obse­ quio a los miembros y componentes del Congreso que tan brillante ha sido y digno de recordación.

ANDRÉS SOBEJANO Director de la Biblioteca Urüversitaría y Museo Arqueológico de Murcia CURSILLO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN AMPURIAS

POR OCTAVIO GIL Y PARRES

Organizado por la Estación de Estudios Pirenaicos, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se ha desarrollado desde el 25 de agosto hasta el 15 de septiembre del corriente año de 1947, con la colaboración de las Excmas. Diputaciones Provinciales de Barcelona y Gerona, el Instituto de Estudios Gerundenses y la Uni­ versidad de Barcelona, bajo la dirección del Dr, D. Martín Almagro, director del Museo Arqueológico y catedrático de la Universidad, y del Dr. D. Luis Pericot, catedrático de la Universidad y comisario de Ex­ cavaciones en la provincia de Gerona.

ACTIVIDADES EN BARCELONA Y GERONA

Reunidos los cursillistas en la Ciudad Condal, abrió el acto el doctor Almagro con unas palabras de salutación y bienvenida a los congrega­ dos y, seguidamente, se visitó el Museo Arqueológico. A continuación, fueron cumplimentadas las autoridades provinciales y municipales, re­ corriéndose los palacios góticos de la Generalidad y del Consejo de Ciento, así como los Museos de Arte de Cataluña, de Arte Moderno y de la Ciudad, en el cual dio una conferencia sobre la Barcelona romana su director, el señor Duran y Sampere, quien, más tarde, nos condujo a través de la capilla de Santa Águeda y del Salón del Tinell, hasta una basílica paleocristiana, excavada poco, ha junto a la catedral y orien­ tada perpendicularmente a ésta. También en dos jornadas distintas se visitaron las iglesias románicas de Tarrasa (San Pedro, San Miguel y Santa María), y el monasterio de San Cugat del Valles, cuyo párroco—ilustre lingüista y profesor de la Universidad—nos atendió y obsequió calurosamente. En realidad, el comienzo del Cursillo tuvo lugar en Gerona, después de ser recibidos y obsequiados por las autoridades provinciales y loca- 396 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS les, al darnos el doctor Pericot una conferencia sobre las culturas pre­ históricas en Gerona. En esta ciudad también recorrimos ios monumentos principales, a

Itinerarios de las excursiones efectuadas con motivo del Cur­ sillo de Prehistoria y Arqueología desarrollado en Ampurlas. saber: la catedral, la iglesia de San Félix, los Museos diocesano y Ar­ queológico Provincial y, finalmente, el perímetro de la muralla roma­ na, en cuyas visitas fuimos debidamente orientados por el doctor Peri­ cot y por el señor Pía Gárgol. CURSILLO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN AMPURIAS 3Q7

Con motivo de nuestra partí

LABOR DESARROLLADA EN AMPURIAS

Las tareas científicas pueden desdoblarse en dos series. Una corres­ ponde a la totalidad de conferencias dadas por los diversos profesores, tanto nacionales como extranjeros, acerca de temas más o menos rela­ cionados con la Prehistoria y la Edad Antigua; la otra, más concreta y homogénea, fué la tratada por el doctor Almagro, quien en diversa» charlas, ya en aula, ya «in situ», mostró los trabajos realizados hasta la fecha, los que se efectuarán en campañas sucesivas y los numerosos pro- blemas que acarrea la excavación de Ampurias, ciudad en la que se superponen niveles de más de diez siglos, es decir, desde el siglo VI an­ tes de J. C, por lo menos, hasta nuestra Primera Edad Media. Objetivo primordial de discusión y estudio lo constituyó la muralla griega que se extiende perpendicularmente a la playa, acerca de cuya data hubo las más dispares opiniones (1). Pero con motivo de la mis­ ma, el doctor Almagro nos deparó importantes novedades concernien­ tes a la cerámica, ya que en las capas más profundas de la Neápolis aparecen unos tiestos griegos con decoraciones en tinte vinoso que pu­ dieran muy bien ser los precedentes de la cerámica tipo «ibéricoanda- luz». También se ofrece una cerámica gris, de procedencia oriental, que luego da lugar en Ampurias, ya durante La Téne II, a una variante, a veces con ornamentación incisa rellena de pasta blanca. Debe mencio­ narse, por último, un fragmento con pájaros, que parece retraer la fun­ dación de la Neápolis al siglo VII a. de J. C. Aparte de los estudios y conferencias relativos a estos puntos, mere­ cen consignarse los esfuerzos del doctor Almagro por mostramos en plena excavación las diversas necrópolis que rodean Ampurias, en es­ pecial la de Las Corts.

(1) No hacemos hincapié en dicho asunto, por ser el de nuestra Memoria: «Las murallas de Ampurias: aparejos y cronología», así como por la falta de espacio disponible. 398 KEMSTA DE AlICIilVOS, BIBLIOTECAS \ MUSEOS

RESTANTES CONFERENCIAS (1)

El doctor Pericot disertó tres veces. Primeramente nos habló del Paleolítico en la provincia de Gerona, haciendo hincapié en la parque­ dad de yacimientos que se aprecia en la misma. La segunda charla versó sobre los dólmenes del Ampurdán, mostrándonos las novedades que han ocurrido desde que publicó su conocida obra La civilización megolítica ccumlana' y la cultura pirenaifia (Barcelona, 1925). Acerca de este punto el doctor Almagro manifestó que en el período subatlántico, que sigue al boreal, sucedió un cambio climático, perjudicial para Es­ paña, lo que explica nuestra pobreza en las culturas del Cobre y del Bronce hasta la llegada de los primeros celtas. La tercera fué un resu­ men de lo visto y tratado en Nairobi (2), destacando los enormes yaci­ mientos paleolíticos que hay en aquellas regiones, así como los cambios de nomenclatura—no siempre afortunados—que intentan establecer los cientíñcos africanos. El gran excavador portugués, P. Eugenio Jalhay expuso los hallaz­ gos eneolíticos de las estaciones exploradas últimamente, entre las que se cuentan, como más importantes, Alapraya, ^a Musan, San Pedro de Esloril, Vilanova de San Pedro y Montes Claros. Acerca de ellas el doc­ tor Castillo añadió que dichos yacimientos comienzan en una fase se­ gunda del campaniforme español, creando una fase tercera que se co­ rresponde con el campaniforme castellano y perduranco, casi, hasta la terminación de la Edad del Bronce. El profesor inglés Christopher Hawkes trató el tema de la cronolo- gía en la Protohistoria de Italia, en relación con la de Centroeuropa y Gran Bretaña. Constante es la tendencia actual a rebajar las fe-

(1) Totalidad de cursillistas que integraron el grupo, exceptuado^ los diser­ tantes : doctora Lidia Panizzi, del Museo de Bordighera (Italia); señoritas Mi- Uán, Galván y Ceballos. del Museo Arqueológico Nacional; doctora Chicarro, del Museo Arqueológico de Sevilla; señorita Sanz, del Ministerio de Educación Na- «ional; señorita Martínez, becaria del C. S. de I. C, y señoritas Vilaseca, Mon- tañola y Ferrér; además, fuimos honrados en diversas ocasiones con la compa­ ñía de las señoras de los doctores Almagro y Pericot; señores Fernández de Aviles y Gil Parres, del Museo Arqueológico Nacional; doctor Apraiz, director del Museo Numantino; señor Ortego, inspector de Primera Enseñanza; eeñor Beltrán, director del Museo de Cartagena; doctores Vilaseca, Amorós y Corominas, ilus­ tres excavadores de Tarragona, Mallorca y Gerona, respectivamente; señor Cid, profesor de la Universidad de Barcelona; señor Jordá, del Museo de Prehistoria de Valencia; eeñor Oliva, del Museo de Gerona; señor Riuró, excavador de la provincia de G«rona, y señores Guinea, Milicua, Palol, Panyella, Tarradell, Tomás y Watemberg, discípulos del doctor Almagro y, actualmente, excavadores a BUS órdenes. No podemos por menos de citar, aunque lamentáramos su ausencia, al se- •cretario del Curso, el doctor don Juan Maluquer, que tuvo que soportar por nues­ tra cansa continuas molestias y desplazamientos a Ampurias. (2) Ek el Congreso de Arqueólogos africanistas celebrado en este año. CUBSILLO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN AMPURUS 399 chas en todo el Continente, pero creemos que algunas no pueden ba­ jarse tanto como él supone, pues consideramos inaceptable simultanear la cultura de Vilanova con el Hallstatt A de Europa Central, si por Halletatt entendemos la introducción del hierro en dichas regiones. El conocido epigrafista francés, doctor J. Mallón nos habló de sus estudios referentes a la época imperial romana, señalando la existencia de un corte en la evolución de la escritura en el siglo II d. de J. C. (demostrado con abundantes ejemplos gráficos) y la necesidad de estu-

(1) Siguiendo la pauta de su obra, aún inédita, «Los griegos en España», galar­ donada con el Premio Martonell. (2) El doctor Almagro disiente de la procedencia de tales piezas, manifestando que son de otros lugares cercanos. 400 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS rara (Navatejera, León), la basilical, frecuente en Inglaterra y la que posee peristilo, propia del Mediterráneo. El limo, señor Navascués trató sobre la epigrafía cristianohispáuica primitiva, demostrando gráñcamente la necesidad de revisar las obra» de Hübner, Fita y Vives y la perentoriedad del estudio de todas la» inscripciones cristianas anteriores a la introducción de la escritura fran­ cesa en el siglo XII, incluyendo, por lo tanto, además de las paleocris- tianas, la visigoda y la mozárabe. Ya en Caldas de Malavella, de regreso a Barcelona, pero correspon­ diente a este ciclo, disertó el señor Serra Rafols, conservador del Museo- Arqueológico de Barcelona, sobre las construcciones romanas en Cata­ luña, demostrando las causas de su pobreza en comparación con las de otras regiones de Hispania. Al margen de estas actividades, el acontecimiento oficial más ira- portante fué la inauguración del Museo Monográfico de Ampurias, crea do por el doctor Almagro, con la asistencia del marqués de Lozoya, di­ rector general de Bellas Artes; doctor Mateu Llopis, director de la Bi­ blioteca Centnal de Barcelona y numerosas personalidades civiles y mi­ litares de Barcelona y Gerona.

EXCURSIONES (Véase mupá)

I. Besalú: Iglesia de San Vicente y monasterio de San Pedro, ro­ mánicos ; colegiata dé Santa María, de varios períodos; Seññá : Cuevas paleolíticas de «Bora Gran d'en Carreres» y «Reclau», excavadas ya en parte por el doctor Corominas; Porqueras: Santa María, románica; Boñolas: varias iglesias góticas, museo, colección prehistórica del doc­ tor Corominas y otra en posesión del conservador de Ja mandíbula de Bañólas, que nos fué mostrada. II. Castellón de Ampurias: catedral gótica, con portada de após­ toles y retablo de alabastro. Vilajuiga: colección geológica de don Ramón Margineda. Monasterio de San Pe'dro de Roda: románico; ra­ reza en las naves del templo que parecen corresponder a una cripta. Fuertes influencias árabes en capiteles y claustro (arcos de herradura). Perelada: castillo-palacio, posesión de don Miguel Matéu, con intere­ santísimas colecciones de vitraria, cerámica, panoplia y pinturas, y copiosa biblioteca (40.000 volúmenes). III. Vilarberirán: abadía consagrada en 1100; maravillosa cruz de tradición visigoda (?), con Lignum Crucis del siglo XI y figura» del siglo XIV. Aguilena: necrópolis de campos de urnas, en excava­ ción por los señores Palol y Tomás. Figuera»: Museo de Bellas Arte» y recepción en el Ayuntamiento, con bailes típicos. CURSILLO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN AMPURIAS 401

IV. Torraella de Montgri • palacio de los Condes de Barcelona (gótico) y de los Condes de Solterra (gótico renacentista), con patio cubierto por «socarráis». Po^ls: castillo y muralla, medievales. Bai- gur: panorama de la Costa Brava. Calella y Llafranck: localidades marítimas pintorescas. Punta Castell de Palamós; poblado iberorro- mano, en curso de excavación por los señores Oliva y Riuró. Paln- mós; Museo de Bellas Artes y recepción por el Ayuntamiento. V. Islas Meda^ y Cadaqués, a bordo de un guardacostas. La clausura del curso tuvo lugar en el Aula Magna de la Univer­ sidad de Barcelona, bajo la presidencia del magnífico y excelentísi­ mo señor rector y autoridades barcelonesas, con una conferencia a cargo del venerable excavador doctor Schulten sobre «Tartesos». Finalmente, creemos no poder dejar la pluma sin dar im voto de gracias, en nombre de todos los asistentes y en el nuestro propio, en primer lugar al doctor Almagro y seguidamente a las autoridades, tanto civiles como militares y navales, de Barcelona y Gerona, por los desvelos y atenciones que tuvieron en todo momento para cuantos in­ tegramos este cursillo de Arqueología.

LOS PROBLEMAS DE LA CATALOGACIÓN

SOBRE LA INTERPRETACIÓN DE LAS INSTRUCCIONES DE CATALOGACIÓN DE IMPRESOS

POR AMALIO HUARTE

Cuando en 1940 se preparaba la nueva edición de las Instruccio­ nes para la redacción del catálogo alfabético de autores y obráis anó• nimas, impresa al año siguiente, se dirigió una circular a los funcio­ narios facultativos del Cuerpo solicitando el envío de propuestas, so­ bre los puntos que les parecieran pertinentes, a la Comisión que había sido nombrada para redactar el proyecto, y yo entregué a uno de los miembros de esa Comisión una nota que luego no fué tomada en consideración, sin duda porque no la aceptó la Comisión referida. Indiferente a todo, no me preocupé de averiguar las razones de la repulsa; pero cuando me he tenido que acordar de ella, he echado de menos la falta de algo que supliera las deficiencias involuntarias de las Instrucciones. Es de una evidencia que salta a la vista, el hecho de que, por muy minuciosas que sean las observaciones y particularidades que se tengan en cuenta al redactar unas instrucciones de catalogación, son siempre muchos más los casos nuevos que se pueden ofrecer al catalogador que practique la función poniendo en ella algo de espíritu, y que si todos los particularismos se pueden orillar aplicando por analogía tal o cual regla, mucho mejor sería, y ésta era la novedad de mi pro­ puesta, que una Comisión, nacida del seno de la nombrada para re­ dactar el proyecto, estudiase y resolviese los casos que pudieran pre­ sentarse, creando una especie de jurisprudencia que diera la labor hecha para cuando hubiese que pensar en una nueva edición de las lnstriwcion\es. Como las obras, aun las más laudables, tienen a veces aspectos in­ sospechados para el que las propone, esta Comisión, de haber sido nombrada, con sólo llevar un registro de las consultas que se le hi­ cieren, hubiera podido discernir la labor de los catalogadores, porque el entusiasta de la perfección estaría siempre remitiendo a la Comisión casos nuevos; en cambio, al que todo le es igual, catalogaría como 404 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS .

mejor cr«yese —ha 8Í

* » *

1. En la obra Maison rustiqwe du XIX' siécle (París, s. a. ¿1840?) reza la portada: «Moison rustique.,. Redigé par une reunión d'Agro- LOS PROBLEMAS DE LA CATALOGACIÓN 403 nomes et de Praíickns sous la direction de M. M. Bailly, Bixio ei Mdpeyre.y» Con estos datos no se puede aplicar má? que por analogía la regla 29, pero no entra dentro de ninguno de los casos concretos que se citan en ella, que son: a) Que los autores no sean más de tres y ninguno figure como director. b) Que aparezca redactado bajo la dirección de persona deter­ minada. c) Que esté escrito por más de tres, autores y ninguno aparezca como director. El caso a) no puede aplicarse, porque los tres autores citados lo son como directores. En el b) podría encajar, pero se opone a ello el que la dirección no es de una persona, sino de tres. El caso c) hay que desecharlo, porque el libro tiene directores que han dirigido la publicación. ¿Tendría que quedarse la obra sin catalogar por la ex­ cesiva abundancia de directores que tiene la publicación? 2. El caso contrario, la falta expresa del vocablo director, hace discutible la norma de catalogación de esta otra obra : «Curso cont' ph'to o diccionario universal de agricultura... Escrito en francés por lilla sociedad de agrónomos y ordenado por el abate Rozier. Tradu­ cido al castellano por don Juan Alvurez Gnerra.v De los tres supuestos seiíalados en el número anterior, el que pa­ rece encaja con más rigor es el c), porque «una sociedad de agróno­ mos» es forma indeterminada que puede entenderse en sentido ilimi­ tado. Aceptado, hay que catalogar la obra como anónima. Pero como la portada dice, además, «ordenado por el abate Rozier», ¿no podría abandonarse este supuesto, estimar al abate como director de la pu­ blicación y catalogarla en la forma que indica el supuesto b)? El sentido que al vocablo ordenado se comieda hará variar la norma de catalogación, porque si se presume que tiene director, no puede ca­ talogarse como anónima ni puede hacerse referencia al doble título que lleva, en la" forma que preceptúa para las anónimas la regla 139. 3. De entre las publicaciones hechas, a lo que parece, durante ios años de 1945-1946 por la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, hay una que da margen a confusiones al intentar su cata­ logación. Me refiero a la que lleva esta portada: «Cuerpo Facutüativo dv Archiveros, Bihliotñcarios y Arqueólogos. Catálogo de la Biblioteca Popular de Valladolid... por D. Ricardo Magdaheno Redondo.y> Esta publicación ha de catalogarse conforme a las reglas del apartado «Publicaciones de Entidades» (reglas 117-131 de las Instrucciones). De entre ellas, la más pertinente es la 118, que además de indicar que en este oaso concreto el encabezamiento se hará por el nombre del autor, añade que se redactará también una referencia del nombre de la entidad o corporación que hace la publicación. Pero aquí viene la dificultad, porque el Cuei-po Facultativo de Archiveros, Biblioteca- II 406 REVISTA DE ABCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS ríos y Arqueólogos no es entidad o corporación, y, sobre todo, aun­ que rebuscado el concepto se le considerase así, no ha hecho a sus expensas la publicación. Un error en la redacción de la portada, será lo más procedente admitir. Pero ¿qué catalogador se puede permitir la libertad de corregir una portada y poner lo que él entienda que se ha querido decir? Solo ante el libro, ¿que razón encuentra en él el catalogador para admitir que tal volumen, impreso en Valladolid, ha sido editado con las consignaciones que para la impresión de ca­ tálogos tenía en el presupuesto la Junta Técnica, organismo existente en Madrid, dependiente del Ministerio de Educación Nacional? Des­ hacer estos errores no está al alcance del catalogador más que sirvién­ dose de la interpretación personal, que puede ser, a su vez, fuente de errores. 4. En la portada de un libro en portugués se lee : nCoritelius iVe- pos afinatado por Julio Moreira.» Aunque la palabra annotado puede permitir suponer que se trata de una e

(1) En el catálogo de la Biblioteca Popular de Valladolid, redactado por Mag- daleno, hay recogida una edición francesa de Cornelio Nepote, pero al nombre del autor Comelius Nepos se añade: T^xte latin publié par H. Noel, con lo cual so hace innecesario hacer aclaración alguna para dar idea del contenido (pág. 296). LOS PBOBLEMAS DE LA CATALOGACIÓN 407

En orden de precedencia, se debe empezar por determinar si se trata de una obra suelta o de un volumen de la colección Lecturas Recreativos. Las nuevas Instrucciones, revolucionarias en este sentido, pero menos de lo que debieran, no se han atrevido a romper con la ínflexibilidad de las anteriores, y han hecho un texto confuso, en el que sólo está claro el deseo de catalogar los tomos de las coleccio­ nes como obras sueltas, y poner por nota HI título de la colección a que pertenecen. Pero como esto era muy imperfecto, admiten que se redacte una papeleta con el título de la colección, y sin relación do contenido, indicar el número de los volúmenes que posee de ellas cada biblioteca. Lo más peligroso es que deja en libertad al catalo- gador de determinar si es o no la obra merecedora de ser clasificada como colección. En el caso que vamos a examinar, estas dificultades disminuyen, porque, no teniendo numeración correlativa los tomos de la serie, no puede considerársele como formando parte de una colección. La obra es, pues, anónima, ya que los antecedentes que recoge la introducción pueden influir en los detalles del título. Su encabeza­ miento se acomodará a lo dispuesto en la regla 133; mas como lleva dos títulos, uno genérico, que es el de la serie, y otro específico, más acomodado a la índole del libro, aunque el segundo debe ser el preferido, como el primero no es explicación, lema, sentencia, ¿pue­ de evitarse que haya quien crea lo contrario: que el primero es más pertinente que el segundo, y haga la papeleta conforme a la regla 139, por considerar que el libro lleva dos títulos y es conocido indistinta­ mente por cualquiera de ellos? 6. aPuentes ntetálicos en arco y de hormigón arnuulo por J[o*é] Eugenio Ribera... Madrid.—Revista de Obras Públicas. 1905. Madrid. Imp. Hijos de J. A. García. 1905.» Tal es la primera portada de una obra cuya catologación sería sencilla si no fuera porque después de estar impresa una parte se le quiso añadir otra, y que las dos for­ masen un todo. Al hacer este pegote editorial, no anduvieron muy hábiles sus ar­ tífices, y en el ejemplar que he tenido a la vista, algunas de las di­ versas partes de la obra están colocadas fuera de lugar, y con eso se hace de más confusión y dificultad el dispositivo total del trabajo, que sólo puede catalogarse con una interpretación personal de laa Ins­ trucciones. La disposición del libro es como sigue: d) La portada de que he hecho referencia. (En página sin nu­ merar.) b) Fotograbado del Puente de Pino, sobre el Duero. (Según re­ sulta del cotejo con los grabados de la lámina primera.) cj En hoja suelta, sin numerar, hay ceta anteportada: «Parte primera. Grandes viaductos.i, 40S REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

ch) Anteportada, también en página sin numerar, que dice en el recto: ([Grandes viaductosr>, pero que puede considerarse nume­ rada como página I. Al vuelto (sin numerar, página II). un pie de imprenta : «Esta- bl d) Portada (página sin numerar, pero número III), que dice: «Biblioteca de la aRevista de Obras Públicasn. Bstudio sobre los gran- des viaductos por D. José Eugenio Ribera... Madrid... 1897.-» Y sigue la página IV, en blanco. La V y siguientes son una introducción, fe­ chada y firmada por el autor en Oviedo, octubre 1897, y luego el texto de la obra, cuadros resúmenes y planos litografiados, entre ellos el que da nombre al fotograbado del apartado b). «) Anteportada en hoja suelta, sin número: «Parte sPgunfBa. Puentes de hormigón artnado.y, f) Otra introducción, firmada y fechada por el autor en Ma­ drid, mayo de 1903. En esta introducción se dice: «He dividido mi trabajo en dos partes. En la primera con el título Grandes viaduc­ tos... La segunda... la dedico a los puentes de hormigón armado.» A la introducción sigue una hoja en blanco, que es sobrante de pliego. g) Con paginación de 1 en adelante, el tratado sobre los puen­ tes de hormigón. La consideración atenta de los datos que anteceden, permite lan­ zar un supuesto que no debe de estar muy lejos de la realidad. La Revista de Obras Públicas, como editora, imprimió en 1897 el es­ tudio de Ribera, Los grandes viaductos, sin saber si sobre el tema llegaría el autor a escribir alguna otra cosa; hasta pudiera ocurrir que algunos ejemplares hubiesen sido puestos en circulación; pero los estudios del celebrado ingeniero llevaron a alguien a pensar en la conveniencia de añadir al estudio de los viaductos el de los puentes de hormigón y considerarlos primera y segunda partes de una obra para la que se buscó un título colectivo, que es el que aparece en a). Se escribió una introducción, /J, y en ella se hizo constar la exis­ tencia de las dos partes y el título de cada una de ellas. Por eso esa introducción tiene su razón de ser no donde se encuentra, sino inme­ diatamente después de la portada, i), y antes del fotograbado, b), porque ganaba la voluntad del lector haciéndole ver que el estudio de los viaductos (impreso años antes con total independencia) no era «ino una primera parte de una obra escrita con vuelos más amplios, y para que siguiese en el engaño, una anteportada, c), que debía se­ guir a la introducción, f), le recalcaba lo de «Parte primtera, Grandes viaductos-a. El fotograbado del Puente de Pino, que había de seguir a esa anteportada, acabaría por diatraerle, y como la materia era para técnicos de la construcción y no para bibliófilos, pocos caerían en que no se trataba de estudios concebidos con total independencia; LOS FBOBLEMAS OE LA CATALOGACIOK 409 una contingencia, la que fuese, había dispuesto que marchasen en io sucesivo juntos uno y otro. Ahora bien: ¿qué reglas hay que tener en cuenta para catalogar este libro, habiendo averiguado que la portada a), la introducción j), la anteportada c), la anteportada e) y el tratado g) fueron impreses por los Hijos de J. A. García en 1905, y la anteportada ch), el fo­ tograbado h), la portada d) y la introducción, textos, cuadros y pla­ nos que la siguen lo habían sido ya en el establecimiento tipográ­ fico de G. Juste en 1897? Como se conoce el nombre del autor, en el encabezamiento no hay problema; salvo esto, no se encuentra, ni en cuanto al título, ni en cuanto al pie de imprenta, ni en cuanto a la relación de con­ tenido, una regla en que basarse. Como la portada más moderna quiere envolver a lo que con portada propia estaba ya impreso, una interpretación personal, forzando el texto de la regla 233, referente a la relación de contenido en las obras parciales de un autor, podría poner en nota la anteportada de la supuesta primera parte. Pero si a una biblioteca había llegado el Estudios de los grandes viaductos, ¿qué debería hacerse si llegaba la obra presentada como se ofrece en el volumen que va reseñado, para que sepan los que redacten o consulten el catálogo que este Estudio y la primera parte de Puentes metálicos en arcos son la misma cosa? No creo que haya regla que pueda aprovecharse. En lo que se refiere al pie de imprenta, no hay tampoco nin­ guna que concretamente se le pueda aplicar, porque como, lo mismo en impresión que en fecha, hay elementos que corresponden a la primera parte impresos al tiempo de hacer la segunda, no se puede decir, sin faltar a la verdad, que la primera parte fué impresa en 1897 por Juste y la segunda por García en 1905. * * *

Deliberadamente he apuntado sugerencias, pero me he abstenido de dar ima interpretación personal a cada uno de los casos presen- tados. Recogidos al azar, sin más finalidad que la de dar vida al tenia, creo que son lo bastante elocuentes para que la Dirección o el Consejo de Redacción de la REVISTA DE ARCHIVOS, en este período de vida nueva que comienza, dé en alguna de sus secciones técnicas respuesta a estos problemas latentes de la catalogación de impresos. Respuestas que metódicamente ordenadas ayudarían a los biblioteca­ rios en su labor, porque darían normas complementarias razonadas que resolverían infinidad de dudas; divulgadas por las columnas de la REVISTA, llegarían a todos los que interesase conocerlas. Voy a conceder que en los primeros tanteos no se resolviesen más que los casos sencillos, para que la ponencia que propusiese una norma a 410 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

seguir no se encontrase en contradicción con su propia obra; pero no cabe dudxi que después de dos o tres años de tanteos podrían sen­ tarse precedentes para el futuro y acabar con la interpretación per­ sonal, única rectora hoy de los pasos de los catalogadores: de los viejos, porque acostumbrados a sus rutinas, encuentran cómodo se­ guirlas «1 ver que las reglas tienen que ser dadas de lado en muchos casos, y de los noveles, porque el afán de singularizarse les lleva al abuso de su propio criterio y no les parecen exentas de razón las genialidades de que muchas veces hacen alarde. Los caprichos edito­ riales del presente y las variantes que brindan las portadas de los tiempos pasados, dan a cada paso puntos a considerar; canalizar todos estos motivos anárquicos en el amplio cauce de las Instruccdones, me parece labor útil, que vale la pena comenzar. LA BIBLIOTECA PUBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS

Debidamente autorixados, nos es posible ofrecer en este número de nuestra Revista, la traducción es­ pañola del resumen de la obra The Public Library in the United Sutes, del doctor Arthur E. Bostwick, publicada por KA. L. A.y>, Chicago, Illinois, 1941.

UN CENTRO SOCIAL DEL VECINDARIO

— ¡Cómo! ¡E»to no es en absoluto una biblioteca; más bien pa­ rece una sala de lectura comunal! Esta fué la exclamación espontánea que se le ocurrió a un emi­ nente arquitecto neoyorquino una vez que se le explicó, la función de una biblioteca de barrio, cuyos planos se le habían encargado. Hasta entonces su idea de una biblioteca era la que se tenia en la Edad Media, cuando la conservación de los libros era la consideración pri- mordial. Esta idea se aplica hoy solamente a las grandes bibliotecas reservadas para eruditos e investigadores. Pero eso ya no se aplica a la biblioteca pública destinada a proporcionar libros a los Habitantes de una ciudad, distrito o región (o sea, á varios distritos), y cuyo objetivo es convertir al mayor número de no lectores en lectores. Mientras más pronto un tomo impreso se gasta en manos de ese pvíblico, mejor. Lo esencial del libro, o sea las ideas que su autor estampó en letras de molde, ésas no se han gastado, porque siguen viviendo en otros ejemplares. En otras palabras: un libro moderno es un alma en infinidad de cuerpos. Naturalmente, la invención de la imprenta tuvo gran parte en ese cambio, al hacer posible la distribución de libros entre millones de lectores, en vez de restringirlos solamente a unos cuantos doctos. Y con todo eso, habían de pasar tres siglos antes de que entrara en acción el organismo que había de poner el libro al alcance de todos, en la forma que ha alcanzado en las bibliotecas públicas de los Es­ tados Unidos. 412 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Para que una biblioteca se convierta en un centro comunal, cuya función es el estímulo a la lectura, es necesario que se la considere como un conjunto de lectores a la vez que como una colección lie libros. Desde el punto de vista moderno, rimeros de libros no tienen más derecho a ser tomados por una biblioteca, que lo serían un grupo de posibles lectores sin libros. El convertir en lectores a los que no eran lectores; crear y estimular deseo de leer buenas obras; poner en contacto al libro con el lector y ofrecer cuanta facilidad sea posi­ ble para hallar y aprovechar los libros sin esfuerzo y en condiciones cóniio

LA PfilMERA ATENCIÓN DEL LECTOR

Las necesidades primordiales del lector norteamericano consisten en tener a su disposición un gran número de libros y poder gozar de su lectura en la intimidad de su propio hogar. Las antiguas biblio­ tecas encerraban millares de volúmenes. Pero en un principio era imposible, o por lo menos muy difícil para quienquiera que no fuese un erudito, conseguir llegar hasta ellos. Más tarde, una per­ sona responsable solía lograr que se le facilitasen libros de a uno por uno, tras presentar una solicitud detallada y una larga espera; pero debía consultarlos dentro del edificio únicamente. En la actualidad, todo eso ha cambiado, como no sea en el caso de libro» muy raros o costosos. La «entrada libre» y los «anaqueles abiertos», o sea la oportunidad de que el público pueda ver y hojear por lo menos una buena parte de la existencia de una biblioteca, ha dejado a un lado todas esas restricciones. Las restantes han desaparecido con la difu- siónó de la «lectura a domicilio»—la prerrogativa concedida a cada tenedor de una tarjeta de lector a fin de que pueda llevar a casa cierto númiero de libros y conservarlos en su poder por un período deter­ minado. Moderna como es, la institución de la biblioteca pública en lis­ tados Unidos data de 1696. El reverendo Tomás Bray, fundador y secretario de la Sociedad para la Propagación del Evangelio, una institución de Londres, llegó aquel año a este país trayendo entre los propósitos de su misión el establecimiento de bibliotecas parro­ quiales abiertas al público. Contando al Estado de Maryland solamen­ te, abrió treinta de esas bibliotecas. Las bibliotecas de los pueblos de Nueva Inglaterra no aparecieron hasta un siglo más tarde, junto con las salas de lectura para suscriptores. Sin embargo, se calcula que el número de libros en todas las bibliotecas públicas de Estados Unidos—dando a la palabra públicas su sentido más lato—no pasa-' ha de 80.000. La biblioteca realmente moderna pertenece a la se­ gunda mitad del siglo XIX. L* BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS LNIDOS 413

LA CARTA FUNDAMENTAL DE LA BIBLIOTECA

E»08 dos puntos del sistema ya expresados—el libre acceso a los estantes y la circulación a domicilio—constituyen la carta fundamen­ tal de la biblioteca pública, Gracias a eso se ha quitado la barrera erigida por añeja tradición entre el lector y el libro, y que se man­ tenía mucho después de haber desaparecido las condiciones que le dieron origen, haciendo posible ahora una mayor libertad en la dis­ tribución de los libros, con lo cual se ha logrado que millones de lec­ tores hagan uso diario de sus bibliotecas públicas. En una moderna biblioteca norteamericana, cada principio de la administración, cada metro cuadrado del local, cada pieza de las instalaciones se orienta hacia el servicio del lector. Esa idea ha mo­ dificado a tal punto el aspecto y distribución del edificio de una bi­ blioteca, por dentro y por fuera, el carácter de los accesorios del ser­ vicio, la organización, la preparación y el espíritu del personal, hasta llegar a transformar el carácter de la institución misma, justificando con ello en absoluto la conclusión a que llegara el arquitecto neoyor­ quino que citábamos en los comienzos.

LA BIBLIOTECA VISTA POR DENTRO

Vamos a examinar la distribución interior del edificio de una bi­ blioteca pública moderna. Esto debe observarse con preferencia, pues al fin el exterior es, o debe ser, la expresión adecuada de lo que va a encontrarse adentro. En las antiguas bibliotecas se destinaba casi todo el espacio al depósito de libros, dejando lugar solamente para el acceso de unos cuantos estudiosos, aun cuando un número todavía menor de ellos lograba penetrar hasta las estanterías mismas. Con la libre entrada de los lectores hasta los anaqueles, y la circula­ ción de libros a domicilio hubo que proceder en seguida al ensanche de la biblioteca. Un público numeroso requiere un espacio amplio y cómodo para la lectura. Los libros han de hallarse colocados en tal forma que el público pueda escogerlos con facilidad, sin estorbarse unos a otros. Las colecciones de libros deben estar clasificadas, dis­ puestas y catalogadas en forma que la rebusca y selección de ellos sea posible en poco tiempo y con el menor esfuerzo. El catálogo debe estar dispuesto en forma que no sólo los doctos puedan manejarlo, sino además el lector corriente. Ha de haber empleados cerca que puedan dar indicaciones, consejos y ayuda. Los letreros y rótulos deben ser bien claros y visibles. La luz y la temperatura han de adap­ tarse a la comodidad de los lectores, y la biblioteca debe permanecer abierta durante largo tiempo a fin de que todas las clases de una 414 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS oumunidad puedan frecuentarla. Hay que organizar un sistema de registro de los libros que van a domicilio, y las personas que tengan opción a obtenerlos en préstamo han de ser debidamente identifica- -das e inscritas. Si un libro es retenido demasiado tiempo, hay que reclamarlo y recuperarlo. El legítimo uso de libros a domicilio, y su descuidado manejo, hasta cierto pimto inevitable, produce un rápido deterioro en el ma­ terial de los libros: el papel, las tapas, la encuademación y las cos­ turas. En cuanto sea posible, los libros deben estar preparados para recibir un rudo trato, y tan pronto como muestren las consecuencias de ello, deben ser reparados o encuadernados de nuevo, antes de que se destruyan sin remedio.

EN BUSCA DEL FAVOR DEL PÚBLICO

Para que una institución alcance el favor del público, es indis­ pensable ganarse su buena voluntad, oreando un sentimiento de mu­ tua cordialidad y ayuda entre los que ofrecen servicios y los que se benefician con ellos, junto con cierta disposición a hacer sacrificios •de ambas partes. Con tal fin, los bibliotecarios norteamericanos pro­ curan en lo posible eliminar formalismos, haciendo que el lector se eienta como en su propia casa. Han ido más allá de lo que era de esperar en su esfuerzo por establecer contactos personales y sociales con la biblioteca, y a menudo proveen espacio en ella para las re­ uniones de las organizaciones locales, en el deseo de que estos gru­ pos, como parte de la comunidad, comprendan que la biblioteca aspi­ ra a ejercer las funciones de un centro cívico de orden intelectual.

EXTENSIÓN DE LOS SERVICIOS

Mucho antes de haber alcanzado su meta educativa, la biblioteca norteamericana se dio cuenta de que un sólo centro de lectura en un pueblo no bastaba para un servicio completo. En la tarea de acercar libro y lector, no puede esperarse que éste baga todo el camino hasta aquél, sino que el libro debe salir a su encuentro, por lo menos hasta cierto punto. En esta forma se ha alcanzado lo que a veces se llama «library extensión»: la construcción y operación de sucursales de una biblioteca, el establecimiento de bibliotecas ambulantes, y de de­ pósitos y puntos de distribución. Estos últimos avanzan a menudo gran trecho en los distritos rurales, y ya no es la ciudad o el pueblo su unidad administrativa u operativa, sino el distrito o un grupo de comunas. El cuartel general de estas actividades debe hallarse ubicado en el LA BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS 415 edificio central, destinando el espacio suficiente, con la ubicación apropiada para el desarrollo de los servicios. Se necesitará un siste­ ma de transportes, y en ocasiones toda una escuadrilla de automóvi­ les pasa a incorporarse a la planta de una biblioteca. Asi es como hoy se puede encontrar en el recinto de una biblioteca pública moderna toda clase de objetos que no tenían cabida en ella cincuenta años atrás: colecciones de discos (discotecas), cuadernos de música, cua­ dros y películas; salas de arte; programas de conferencias, expo­ siciones y conciertos; a veces una escuela para bibliotecarios; salas de reunión para toda clase de clubs y centros: cívicos, educaciona­ les, sociales, políticos y religiosos; un taller fotográfico, máquinas de copiar, comedor y sala de reposo para el personal, un garaje para los camiones que distribuyen libros; esto sin mencionar una central telefónica interna, un taller de pintura y uno d.e carpintería, uno para la reparación de máquinas y una planta de electricidad. Todo eso se refleja en el tamaño y la distribución del edificio.

LA AGRUPACIÓN BE LOS LIBROS

Con todo, acaso la influencia que mejor se manifiesta en la planta do una biblioteca está en la distribución y agrupamiento de los pro­ pios libros. En las primeras bibliotecas modernas la tendencia era a aglomerar todos los volúmenes por orden de asuntos en un espacio cerrado al que se le designaba como la bodega. Con esa distribución era por cierto fácil encontrar lo que se buscaba, y resultaba igual­ mente fácil descubrir con una ojeada cuanto contenía la biblioteca en cualquier departamento dado. Pero a medida que ganaba terreno la idea de dar acceso al público a los libros, se fueron viendo los inconvenientes de dejar entrada al lector al depósito general. Más y más libros fueron cubriendo las paredes de las salas de lectura, y con frecuencia una sola clase de libros—sobre arte, historia o econo­ mía—^llenaba un cuarto entero. Esta distribución lleva el nombre de «¡•isitema departamental^. La mayoría de las bibliotecas mantienen una parte de sus libros en la bodega y otra parte en salas abiertas al público, y separados por secciones. Según sea el plan exacto del esta- tablecimiento, así se rige la distribución y agrupación de los libros en las salas, y como el plan puede necesitar cambios, se evita en lo posible la distribución de los departamentos dentro de salas cerra­ das con paredes sólidas. Lo que ha probado ser preferible son tabi­ ques movibles que no alcancen hasta el cielo raso y que a menudo están adosados a los mismos estantes, facilitando así cualquier cam­ bio en la distribución. 416 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

LA CATALOGACIÓN DE LOS LIBBOS

Teóricamente hablando, la catalogación de los libros no debía ser necesaria cuando se hallan al alcance

DESPEJANDO EL SERVICIO

Las posibilidades de servicio de una biblioteca moderna han au­ mentado grandemente por ima mayor liberalidad en dos sentidos: la facilidad de acceso a ella y el número de libros que pueden llevarse a domicilio. La limitación en ambos respectos, igual que otras dis­ posiciones del reglamento de una biblioteca a las cuales se opone a veces el lector, tuvo siempre por finalidad el beneficio del mayor nú­ mero, con perjuicio del individuo. Un libro que permanece en casa de un lector está necesariamente fuera del alcance de otro lector, y se qui#o mantener una existencia tan numerosa y variada como fuese posi­ ble al limitar a un volumen la lectura a domicilio. La libre entrada a una biblioteca, sin investigación ni precauciones de cualquiera naturale­ za, significa la admisión de ciertos individuos poco escrupulosos y de muchos más despreocupados, y por ello fué que en un principio se puso toíla clase de cortapisas para obtener una tarjeta de lector. Sin em­ bargo, los norteamericanos somos naturalmente un pueblo individua- listaj y con razón o sin ella tendemos a conceder libertad al individuo a costa de molestias para los demás. Esta tendencia ha traído el aban­ dono de casi todas las restricciones que solían estorbar al interesado en obtener la prerrogativa de llevar libros a domicilio, en tanto que el uso de los libros dentro de la biblioteca—que un tiempo fué el único uso permitido—es hoy tan libre como el aire. Una tendencia semejante ha llevado a aumentar grandemente el número de libros que pueden llevarse a la vez a domicilio, y va ganando terreno la idea de que la única limitación legítima en tal respecto no tiene que ver con «1 número de volúmenes, sino con el fin a que se les destina. Los libros de una biblioteca están ahí para ser leídos, y siempre que alguien los esté leyendo, debe dárseles por bien empleados. Seis libros en manos de otros tantos lectores, o usados todos al mismo tiempo por un solo lector para consulta, están desempeñando por igual un ser­ vicio útil, mientras que un solo libro que permanece abandonado toda una semana en la mesa de xm presunto lector, está perdiendo su valor de uso por el momento.

SERVICIO A COLECTIVIDADES

A la vez que la biblioteca norteamericana venía de esta manera ensanchando sus servicios en bien del lector individual, no ha dejado en el olvido al conjunto de la comunidad, ni tampoco a los diversos grupos, organizados o no, voluntarios o involuntarios, que componen una colectividad. Ha extendido su esfera de acción en el sentido geo­ gráfico, tanto al cubrir más vasto territorio como al procurar que 418 REVISTA DE AHCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUStOS ninguna porción de él quede desatendida. Bibliotecas suciu-sales, co­ lecciones de libros enviadas a las fábricas, almacenes, centros sociales, escuelas, facilitan la distribución de libros a toda clase de lectores, no importa el lugar en que se encuentren. Por medio de furgones arrastrados por un automóvil, o en automóviles especialmente dis­ puestos para acarrear colecciones de libros (bookmobiley). están au­ mentando constantemente los servicios que las bibliotecas urbanas ofrecen a los lectores de las secciones más apartadas. En muchos lugares de Estados Unidos las bibliotecas ambulantes, que irradian del centro natural de comercio de un distrito o grupo de distritos, llevan millares de libros a los lectores campesinos, que de otra manera carecerían de ellos. Entre una y otra visita de esas bibliotecas rodantes, los lectores pueden renovar su provisión de li­ bros en cualquiera de las colecciones que aquéllas dejan en las ofi­ cinas de Correos, escuelas, almacenes y hasta en las bombas de gaso­ lina. En California puede decirse que todo el Estado se halla cubierto con bibliotecas rurales, en forma que cualquier ciudadano, aun los que viven en las regiones más solitarias, tiene a su alcance los libros que se distribuyen por intermedio de las bibliotecas de distrito, su­ cursales y estaciones distribuidoras. Cerca de quinientos distritos {coun- tÍ0s) de Estados Unidos cuentan ya con servicios locales o regionales de esa naturaleza. En €l sentido social, lo mismo que en el geográfico, la biblioteca actual extiende sus servicios con miras a hacer más útil la lectura, tanto a los lectores individuales como a los grupos ligados por algún interés especial. Con tal fin trabajan de consuno con los directores de las sociedades de agricultores o de obreros las asociaciones de pa­ dres y maestros, los clubs cívicos, las comunidades religiosas, los cen­ tros de estudios sociales y los grupos de niños y de jóvenes.

LA MANERA DE ESCO&EK LOS LIBROS

Naturalmente, la eficacia de los servicios de una biblioteca dentro de una colectividad depende, en buena parte, de la índole de los libros que facilite al lector. El seleccionar las obras de que consta una bi­ blioteca pública se presenta como una especie de misterio a los ojos del lector, quien no se da cuenta de que en una gran mayoría de los casos él mismo se encarga de hacerlo sin reparar en ello, al solicitar esto o lo otro. Los libros son seleccionados y comprados lejos de todo principio abstracto de procedimiento, solamente porque el biblioteca­ rio tiene sus razones para creer que alguien los busca, o, por lo menos, ha de buscarlos tan pronto como se forme una idea de ellos. Entre las razones por que se adquiere un libro para el público, está el que LA BIBLIOTECA PUBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS 419

8U aulor sea ya un favorito con los lectores, que el asunto posea am­ plitud de interés general o se halle a discusión entre algún grupo comunal, o que el título aparezca apropiado al programa de ense­ ñanza de las escuelas, o porque algún lector haya solicitado su ad­ quisición. El número de libros que una biblioteca adquiere está su­ jeto no solamente al monto del dinero de que se dispone para ese objeto, sino también a la demanda, de manera que los lectores hacen valer su influencia tanto en la cantidad como en la calidad de los libros de que consta una biblioteca. El mercado de libros está abarrotado de listas que abarcan de lo útil a lo inútil. No hay muchas probabilidades de que un nuevo libro, en cualquiera de las lenguas principales del mundo, pueda esciipar a la atención de un bibliotecario. Con la ayuda de sus asistentes, es­ coge aquellos que él cree o sabe que el público desea o necesita, y luego compra tantos libros como sus fondos le permitan. En ocasiones, deja de comprar un libro que un lector o varios lectores piden. Esto podría deberse a la «pura ignorancia» de que se confesó culpable el doctor Johnson cuando alguien le llamó la aten­ ción hacia un error en su diccionario. O puede ser asunto del costo, o porque una vez que se examinó la obra se descubrió que su mérito era escaso. Sin embargo, la opinión personal del bibliotecario no es lo que decide qué clase de libros ha de adquirir. Uno de los prin­ cipios básicos de una biblioteca pública es ofrecer lo mejor que se publique en todas las materias y presentar todos los pareceres en las cuestiones debatibles. Un bibliotecario que tenga sus dudas acerca de un libro, solicita la opinión de críticos desinteresados antes de tomar una resohición sobre su compra.

INFORMACIÓN SOBRE LIBROS

Una vez comprado, catalogado y puesto en su sitio, el libro está listo para el servicio, es decir, para ser puesto en manos de quien pueda aprovecharlo. En ciertos casos los lectores están esperándolo ansiosos; en otros casos, lo estarían si se hubiesen impuesto de su existencia. Para beneficio de ambos grupos, la biblioteca imprime con frecuencia algún volante que contiene una lista de .las obras recién adquiridas, en forma que un lector interesado en biografía, en inge­ niería o en el arte de ganarse al comprador, o cualquier otro asunto, pueda informarse en unos cuantos minutos qué clase de libros de su particular interés están a su disposición. Existe, por supuesto, una numerosa clase de personas que, sin estar interesadas en absoluto por el momento en un asunto determi­ nado y a las que no podría tentarse meramente con el título de una obra, pueden llegar a interesarse en una u otra forma. Los diarios y 420 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS

revistas, el cinematógrafo, las estacione? de radiodifusión, deben con­ tarse entre los medios activos que están continuamente sacudiendo el interés potencial del lector, y a eso se debe que los servicios de una biblioteca aumenten en volumen y variedad. La propia biblioteca se ocupa también de despertar ese interés, ya sea por medio de esos instrumentos de publicidad y de mucbos otros. El procedimiento no siempre es directo, pero puede ser siempre de suma eficacia. Un in­ teresante artículo sobre un tema científico, sobre poesía o viajes; una película o una charla de «radio» acerca del mismo asunto, bien pu­ diese no contener alusión alguna a un libro determinado; pero si hacia el final el escritor o el radiolocntor indica que se podría obte­ ner mayor información sobre el tema en libros «que se hallan dis­ ponibles en la biblioteca pública», con eso está sembrando los gér­ menes de donde ha de brotar un almacigo de amigos de la biblioteca, que a su vez ha de producir una ctisecha de lectores más alerta y bien informados.

ElS AYUDA DEL HOMBBE DE NEGOCIOS

Entre los servicios destinados a grupos de lectores, conviene llamar la atención sobre el más reciente: el de los hombres de negocios. Los lectores de más edad han de recordar el tiempo en que las obras do carácter comercial virtualmente no existían. Ahora sus títulos se cuentan por miles, y están aumentaiulo de día en dja. Casi no hay aspecto de la compra o venta de mercaderías, al por mayor o al de- talle, en el mercado doméstico o en el extranjero, que no figure en esa lista. Y con todo eso, los libros son solamente una parte del ma­ terial impreso disponible en relación con el comercio. Aparte de los periódicos mercantiles, se cuenta con los catálogos de mercaderías, material de publicidad de todas clases, estadísticas gubernativas y municipales, mapas y gráficos, en suma: lo suficiente para llenar una biblioteca dedicada a ese único fin. Las secciones .comerciales de una biblioteca o sus sucursales, son visitadas con mayor frecuencia cada día por el hombre de negocios, y el bibliotecario debe estar prepa­ rado, y lo está, para responder a toda clase de preguntas relativas a métodos de venta, mercados, fletes, coiuercio de importación y de ex­ portación, etc., ya sea recurriendo a su memoria o por medio de la consulta del material contenido en la biblioteca. Hasta la» bibliotecas más pequeñas procuran servir a los trabajadores de la vecindad, ya sea comprando o pidiendo en préstamo libros a bibliotecas más im­ portantes, a fin de que los comerciantes, obreros o agricultores puedan consultar los que desean. Consultas por parte de obreros y muchas otras gentes se presentan a la oficina de investigaciones de las bibliotecas norteamericanas en LA BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS 421 número de millares, en entrevistas personales, por medio de cartas o por teléfono. Algunas pueden ser contestadas en seguida, pero otras pueden necesitar horas, días o semanas de rebuscas. A continuación se exponen algunas consultas, que darán una idea de su extensión y dificultad: Cómo graduar la leche. Planos para una nueva fábrica. Fabricación de aeroplanos. Aprovechamiento del caucho deteriorado. Plantas hidráulicas. Información acerca de la administración de hospitales. Prevención de las humaredas. Fábricas de conservas de carne.

ALGUNOS MALENTENDIDOS

No hay que admirarse de que cuando una institución ha ido en tan rápido crecimiento y al mismo tiempo extendiendo sus activida­ des y alterando su mismo carácter y funciones, resulte al fin que el público no comprenda claramente este fenómeno de evolución. Para algunos la biblioteca sigue siendo una institución medioeval; para otros, no pasa de ser una proveedora de libros de puro pasatiempo. No deja de sorprender a unos y otros cuando descubren el alcance de sus servicios y lo amplio de sus intereses. «¡Vaya! No tenía idea de que tuvieran música en circulación.» «/,Es posible que tengan obras de altas matemáticas?» «Su personal me descubrió un pasaje de Vitruvio que andaba bus­ cando desde hacía mucho tiempo. Fué una impresión tan inesperada como agradable.» Expresiones de esa índole resultan interesantes y halagadoras para un bibliotecario, sin dejar por eso de ser una picante indicación de que los servicios que ofrece una biblioteca pública son todavía igno­ rados en ciertos sectores de la comunidad. A nadie sorprende hoy día el encontrar un coche salón en los trenes o un teléfono en cada cuarto del hotel. Es evidente que la información relativa a las mejoras en el servicio de bibliotecas no se propaga tan rápidamente como la que se refiere a trenes y hoteles. Al mismo tiempo, no se llegan a comprender bien las limitaciones inevitables de tal servicio. Uno no se sorprende, por más que le con­ traríe, al descubrir que todas las literas inferiores de un coche dor­ mitorio están ya tomadas, y «e resigna a aceptar que no lo admitan en un hotel donde se celebra una convención. Uno espera con pacien­ cia en fila ante una boletería; pero da curso libre a su indignación ei no queda el primero en la lista por cada libro muy solicitado en 12 422 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS la biblioteca pública, o se siente sorprendido al descubrir que una sucursal no ofrece «xactamente las mismas facilidades para la investi­ gación que uno encuentra en la biblioteca matriz.

LAS RELACIONES CON EL PÚBLICO

El mantenimiento de buenas relaciones con el público, es algo tan necesario a una biblioteca pública como a cualquiera ürma co­ mercial. Las gentes necesitan que se les recuerde continuamente la existencia de la biblioteca pública, los diversos servicios q|ie ofrece, sus necesiarias limitaciones y lo indispensable del apoyo de la opinión. La mayoría de las bibliotecas dedican hoy más y más atención y tiempo al cultivo de relaciones con personas y grupos de donde puede resultar beneficio mutuo, o sea, relaciones que hagan a la biblioteca un instrumento más útil a la comunidad, y a ésta, más pronta « con­ cederle su necesario apoyo. La prensa contribuye con su poderoso influjo, y hasta instituciones tales como la «radío» y el cinematógrafo, se pliegan a esa obra. La publicidad relacionada con las bibliotecas ha llegado a ser un. arte especial. Ya hay libros que tratan de ello, y la American Library Association (Asociación Americana de Bibliotecas) le dedica parte de la atención de su personal de peritos, actuando como centro de dis­ tribución de informes sobre los métodos de publicidad más eficaces que le comunican las bibliotecas de todos los puntos del país, y pro­ pagando informaciones acerca de las más valiosas e interesantes no­ vedades que ocurren entre el gremio, por medio de artículos publi­ cados en revistas y diarios y charlas de radiofonía que abrazan la na­ ción entera. Una parte de la publicidad de la Asociación llama la atención a la labor de una biblioteca en particular, o de un grupo de bibliotecas; pero una gran porción de aquélla consiste en lo que entre anunciadores se conoce como «publicidad general», tal cómo la que se hace con los letreros que nos invitan desde los caminos a comer más naranjas o consumir más leche, sin mencionar un productor de­ terminado. Cada biblioteca se preocupa de que las informaciones que emanan de ella lleguen al público en la forma que el bibliotecario estime más apropiada y conveniente. En todas las bibliotecas, sean ellas grandes o pequeñas, el jefe del establecimiento dirige el programa de relacio­ nes con el público; pero una biblioteca de gran importancia puede permitirse mantener empleados especiales para la distribución de no­ ticias o artículos a los periódicos y la «radio», y otros que se encar­ guen de las exposiciones. La publicidad más eficaz es, a menudo, la que se realiza sin formalismos por intermedio de contactos con los miembros prominentes de una comunidad. LA BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS 423

Los QUE TRABAJAN EN UNA BIBLIOTECA

Desde antiguo se nos viene 'diciendo, en frase muy socorrida, que «el hombre que empuña el arma» es sumamente importante. No hay máquina que sea completamente automática; alguien ha de mane­ jarla, o por lo menos cuidar de ella. Cuando el aparato es un aero­ plano, su piloto debe saber cómo y dónde dirigirlo. Un organismo que «está en marcha», pero que no «sabe adonde va», no puede servir de mucho. Es importante que el organismo de una biblioteca esté bien organizado y bien montado, y que sus diferentes servicios fun­ cionen sin tropiezos y se mantengan en buen orden. Pero para esto el bibliotecario y su personal deben estar en sus puestos, y en buena cuenta forman parte integrante de ese organismo. Y una biblioteca está en la misma categoría del aeroplano: alguien debe imprimirle una dirección. El bibliotecario debe tener una idea bien clara de las finalidades que persigue y de cómo ha de alcanzarlas, y acerca de cómo debe manejar su organización, a fin de llevarla felizmente a su destino. Eso no puede conseguirse sin preparación y experiencia. Se ha acusado a los norteamericanos de pensar que cualquiera es capaz de realizar lo que se proponga; pero hasta los norteamericanos saben que por haber pasado por la escuela primaria no está uno en condiciones de manejar una locomotora, y que las buenas maneras y un poco de buen criterio no bastan para dedicarse a la carrera de médico. El trabajo de bibliotecario requiere una educación especial, y existen ya escuelas de este ramo, tal como existen escuelas de in­ geniería o de derecho. La organización nacional de bibliotecarios (The American Librmy Association) cuenta con una Junta de Educación del Bibliotecario, la cual concede credenciales a las escuelas que cum­ plen con ciertas condiciones, y las divide en categorías de acuerdo con el carácter de su programa de estudios y los requerimientos que exigen a los candidatos o alumnos. Los cursos abarcan un año escolar, y bien que la mayoría de esas escuelas de bibliotecarios sólo admiten a bachilleres en humanidades, otras aceptan a los que no han comple­ tado aún sus estudios. Ciertas escuelas ofrecen cursos que preparan a los estudiantes a optar a los grados de licenciado o de doctor en el ramo, y hay cursos especiales que enseñan el manejo de bibliotecas para niños, para escuelas, para hospitales o para el campo, y también para otros tipos especiales de bibliotecas. Aquellos que consideran el trabajo en una biblioteca simplemente como un pasar libros por encima de un mostrador a quienquiera que los pida, han de seguir teniendo esas escuelas por un misterio; pero los que estiman a un empleado de biblioteca como una de las por­ ciones vitales en una de las instituciones educativas más importante» 424 HEVrSTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

del país, las consideran ya no sólo como algo valioso, sino además imprescindible.

LA EDUCACIÓN UMVEBSAL

I^a biblioteca ha sido siempre una institución educativa. Los doctos han tenido en ella una ayuda inapreciable. Con todo esto, en la Edad Media, cuando el total de los visitantes de una biblioteca estaba for­ mado por eruditos, ellos se habrían reído de la ocurrencia de que había de llegar un día en que vendría a ser un instrumento de edu­ cación popular. En realidad, la educación de las m^sas era entonces tenida por una cosa imposible y nada deseable. Las escuelas, ni si­ quiera pretendían lograrla. Sin embargo, éstas se pusieron a la tarea de impartir instrucción a todo el mundo mucho antes de que las bi­ bliotecas hicieran otro tanto; y las bibliotecas siguieron siendo teni­ das por refugio de empecinados eruditos, hasta los tiempo» en que la escuela gratuita se hizo conocida por todos. Por lo demás, los li­ bros educan a los lectores, sea que ellos lo busquen o no, y hasta si se dan cuenta o no de ello. Cviando la biblioteca pública puso el libro al alcance de todos, su influencia educativa se dejó sentir en seguida, y ella constituyó virtualmente la única influencia intelectual de esa especie que siguió actuando sobre los que habían abandonado ya sus estudios. I^ influencia que emana de los libros, sin embargo, necesi­ taba que alguien la dirigiera y manejara. Grandes descubrimientos del siglo pasado llegaron a realizarse no porque se crearan nuevas fuerzas, sino con sólo descubrirlas e inventar procedimientos para su gobierno y dii-ección. Las ondas eléctricas que recorrían el espacio,con cada descai-ga del rayo en tiempos de Ale­ jandro Magno, eran del mismo tipo que las que ahora usamos en la radiodifusión. El vapor levantaba la tapa de ima tetera siglos antes de que un Watt reparara en ello. El poder educativo de los libros estaba en acción en la Biblioteca de Alejandría hasta el momento en que fueron consumidos por un incendio. Las escuelas han empleado siempre libros como instrumentos de enseñanza, pero con demasiada frecuencia el alumno se despedía de ellos para toda la vida una vez que su breve permanencia en la escuela llegaba a su fin. Estaba re­ servado a la biblioteca moderna el darse cuenta de que la suya era también una misión educadora semejante a la de la escuela, aunque para ser puesta en práctica en forma peculiar. Esta idea tuvo su primera aplicación práctica en relación con los niños. La biblioteca pública norteamericana lleva ya un medio siglo de proveer con libros de lectura a los pequeñuelos. Hasta las bibliote- cas pequeñas cuentan con un bibliotecario especializado en literatura infantil, y con una sala aparte dedicada enteramente a los niños y sus lecturas. En una biblioteca matriz se encuentra una sección es- I.A BIBLIOTECA riJBLlCA EN LOS KSTADOS LNlDOS 425

pecial para niños, bajo la dirección de un jefe que gobierna las ac­ tividades de todas las salas de lectura infantil dentro de su territorio. Las escuelas se encargan de distribuir una gran cantidad de libros infantiles. Algunas escuelas tienen su biblioteca propia; otras, hacen un convenio con la biblioteca pública para un servicio que se costea cooperativamente. Por algún tiempo las bibliotecas públicas de Estados Unidos de­ dicaron tanto tiempo y atención a propagar la lectura entre los niños, (lue los chicos y chicas de una comunidad estaban recibiendo servicios más competentes, minuciosos y eficaces que los lectores adultos. Las bibliotecas han comenzado ya a emplear «consejeros de lectura» —^a veces, varios de ellos—, a quienes hombres y mujeres pueden en una dificultad consultar con referencia al empleo de libros. Algunas per­ sonas objetan los servicios de tales consejeros diciendo que ellos equi­ valen a la función del maestro de escuela, y que, en definitiva, el es­ tudioso adulto debe depender siempre de su propia capacidad. Ello es verdad, pero los que critican no reparan en el hecho de que los esfuerzos de un lector serán menores y se ahorrará tiempo con una ayuda y consejo inteligente. Una persona debe digerir el alimento en su propio estómago; pero eso no es una razón para negarse a cocer el alimento o para dejar a un lado el cuchillo, él tenedor y la cuchara. En puridad, la ayuda no ha faltado nunca en el departamento de consultas, y en medida algo menor frente al mostrador de una bi­ blioteca, en igual forma que la idea-de guiar a los niños en sus juegos y lecturas es anterior a las salas de lectura infantil y a los bibliote­ carios para niños. En uno y otro caso, lo único nuevo es que se le ha dado una organií^ación y un programa.

QUIÉN PAGA EI. COSTO

La expresión «biblioteca gratuita» se presta a falsas interpretacio­ nes. Nada que cueste dinero puede considerarse gratuito, y las biblio­ tecas norteamericanas salen costando una fortuna. Por más que se gasten centenares de miles de dólares anualmente en Estados Unidos en el mantenimiento de bibliotecas públicas, el total es bien pequeño si ee le compare con el presupuesto que se destina a escuelas, ca­ minos y otras obligaciones del Gobierno. Y no por eso uno habla de «calles gratuitas» o «alumbrado gratuito». Hasta hace algunos años, se consideraba que un dólar por cabeza en cada comunidad constituía un mínimo razonable para el presupuesto de una biblioteca pública, pero la difusión de sus servicios es tan rápida, que algunas bibliotecas han excedido ya esa proporción. Todos se dan cuenta de que el pú­ blico costea los servicios públicos, por más que nadie tenga que meter la mano al bolsillo cada vez que transita por un camino o cuando 426 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS goza de los beneficios de una calle iluminada. £1 público no se preocu­ pa de saber si ee le compensa bien por su dinero, pero está cierto de que sale de su bolsillo. Otro tanto puede decirse de la escuela pú­ blica. Pero cuando se trata de la biblioteca, muchas gentes bien in­ formadas se muestran inciertas por lo que toca al origen de su» re­ cursos. Una de las razones de que esto ocurra es que las bibliotecas han recibido tanto dinero de parte de gente lica, que se ha llegado a pensar a menudo que los ricos contribuyen también a su sostenimien­ to. Mientras vivía Andrés Carnegie, el más generoso donante de las bibliotecas públicas, muchos creyeron que ponía como condición, y se le concedía, que interviniera en la dirección, especialmente en la selección de los libros, aun cuando él se limitara a costear los edificios y no pusiera otra condición que el púbHco cargara con el funciona­ miento. Otro motivo es que el origen del dinero y el método de ob­ tenerlo varían de un lugar a otro: en algunas partes el Municipio destina una porción de las entradas generales al sostenimiento de la biblioteca; en otras, esto le corresponde a la Junta de Educación; y todavía hay otras donde la ley manda que se establezca una contri­ bución especial con tal objeto. El procedimiento exacto depende, en parte, del Gobierno del Estado, y en otros, de los reglamentos locales. Lo cierto es que casi todos los recursos de una biblioteca pública pro­ ceden de las contribuciones que pagan los ciudadanos. La situación es casi exactamente la misma que se presenta en las escuelas, salvo que es todavía más personal, porque no todos pueden ingresar en la escuela, en tanto que quienquiera que sepa leer puede beneficiarse con la biblioteca pública. Sería de lamentar que terminaran todas las donaciones destina­ das a bibliotecas públicas. Hay muchas comunidades pequeñas que no pueden costear edificios en donde alojar cómodamente a los libros y a los lectores. Las propias bibliotecas de las grandes ciudades tienen tantas cosas en que invertir sus entradas, que les supone im largo tiempo poner en ejecución muchos de sus proyectos, y en algunos casos ciertos planes no serían jamás llevados a la práctica de no pre­ sentarse un donante particular. Tal ayuda, siempre que sea oportu­ na, suficiente y no limitada por restricciones indebidas, ha sido siem­ pre apreciada, y continuará siendo bien recibida. Los grupos llamados «Amigos de la Biblioteca» están ayudando en muchos casos a ensanchar los servicios, ya sea obteniendo que se eleve la cuota de los impuestos que le corresponde, ya sea por medio de donaciones particulares, que abarcan desde un obsequio en libros a un automóvil especial para su transporte, y hasta la donación de un edificio. LA BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS 427

QUIÉN GOBIERNA UNA BIBLIOTECA

Existen muchos conceptos falsos acerca de cómo se manejan las bibliotecas públicas, y todo a causa de lo que indicábamos más aniba, o sea, que los procedimientos no son iguales en todas partes. Siempre se encontrará un bibliotecario, por supuesto, aunque jamás sea él la autoridad suprema : su condición es la de un funcionario asalariado, ya sea por el Municipio o dependiente de una Junta o Comisión elec­ tiva o formada por nombramiento de sus miembros. £1 bibliotecario es, sin embargo, el administrador jefe, sobre quien recae la respon­ sabilidad por todos los detalles del funcionamiento de la biblioteca. Además de eso, es el perito y consejero de la Junta que lo vigila o del funcionario a cuyas órdenes está. Por lo general, aunque no siem­ pre, se le deja en libertad en asuntos ordinarios, y muy a menudo es el secretario de la Junta y se halla, por tanto, en situación de par­ ticipar en los debates y sondear su ánimo, a la vez que está siempre a mano para informar o asesorar a sus superiores. Los que concurren a las bibliotecas públicas debían darse cuenta de que los reglamentos no se proponen restringir al lector sin ofrecer­ le ventajas compensatorias, no para simplifícar la tarea del personal, sino para lograr que la biblioteca pueda ofrecer al mayor número y en la mejor forma los servicios que se le han encomendado, y que el público sostiene. Esto lo hicimos notar ya en el caso de la limita­ ción en el uso de ciertos libros, pero tiene que ver con cada dispo­ sición que una biblioteca trata de poner en efecto. Si no llena su cometido, esa disposición debe ser abolida o modificada. En muchos casos en que el interés del público no es manifiesto, se verá al obser­ var con cuidado que aquél existe. IVo se puede aplicar una disposición del reglamento sin consultar una sanción para el infractor. El castigo corriente en una biblioteca es la aplicación de una multa por cada día que se pase en el plazo fijado para la lectura a domicilio. El inconveniente de esto, como en todos los casos de multa por faltas menudas, es que el público con­ cluye por considerarla como el pago de una prerrogativa. La persona que desea retener un libro muy solicitado por una semana más, per­ judicando de esta manera al aplicante que le sigue, sabe que ello le costará solamente unos centavos, y los paga con gusto. En su caso, la multa no es tal castigo. Es como si en el caso de un turista en auto­ móvil aquél pusiera aparte cierta suma de dinero para el pago de multas, pues cuenta con los recursos necesarios, y está dispuesto a pagarse el gusto de quebrantar los reglamentos de velocidad. Es po­ sible que no haya remedio para tales casos, como no sea el recurso d< que proteste el lector que se ve postergado en el uso del libro, con 428 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

lo cual el otro podría llegar a comprender que al satisfacer su propio interés, está perjudicando el interés ajeno. Las bibliotecas norteamericanas se hallan ahora en una posición estratégica para ayudar a otras instituciones y organizaciones que difun­ den ideas, y para aceptar apoyo de su parte. Existe un buen número de ellas —publicas, privadas o netamente comei-eiales— cuya función consiste en diseminar información y opiniones. Abrazan la iglesia, la escuela, el cinematógrafo, la «radio», las conferencias, los clubs, las editoriales, las librerías y la prensa. En algunas ciudades progresis­ tas se ha hecho un estudio de aquellos organismos que tienden a pro­ mover la educación del adulto, y han creado un sistema de coordina­ ción. Pero en el país, en general, es poco lo que se ha hecho hasta ahora por fomentar esa clase de cooperación entre grupos que resulta en progreso colectivo. Aun cuando algunas de esas bibliotecas sean comerciales y otras no, todas ellas tienen un objetivo común : influir sobre la mentalidad del individuo modificando, en consecuencia, su conducta. Sólo se llegará a una difusión perfecta de las informaciones cuando se produzca una cooperación completa y general. Todo lo más que puede decirse por ahora acerca de las actividades aludidas, es que a menudo se apalean en su labor, y que uno de los miembros de la pareja suele ser la biblioteca pública. En efecto: la biblioteca coopera con las escuelas, con los libreros, con las iglesias, con las salas de concierto y de conferencias, con la «radio», para no mencionar más que algunas de las actividades en referencia. Les ayuda a todas y acepta ayuda de ellas. Particularmente con las escuelas, sus relaciones han sido y siguen siendo muy estrechas. En ocasiones ve­ mos que la escuela y la biblioteca pública están dirigidas o supervi- giladas por la misma Junta o el mismo funcionario, por más que haya razones para dudar de que éste sea el mejor sistema. La cooperación no 8e acrecenté, en general, con amalgamar dos instituciones, pues en vez de la ayuda mutua, ello puede resultar en la pérdida de actividad individual por una de las partes y su subordinación a la otra. Tal como ocurre con los hermanos gemelos, uno hace cabeza y el otro se limita a seguirlo. No sería acertado que las escuelas, bibliotecas, edi­ tores, cinematógrafos, «radios» y periódicos estuviesen todos bajo una misma dirección común, por más que todos procuren cumplir una obra semejante en el fondo y se copien en muchas cosas, a la vez que dejan de hacer otras. Estas deficiencias pueden remediarse mejor por medio de consultas y reajustes, en cuya tarea la biblioteca pública, gracias a su posición estratégica, está constantemente preocupada. LA BIBLIOTECA PÚBLICA EN LOS ESTADOS UNIDO* 429

EL SIGNIFICADO DE TODO ESTO

A menudo las palabras siguen iguales cuando su significado se ha ido alterando. Las palabras «caballo», «pasto» y «agua» significan hoy lo mismo que mil años atrás. Pero «buque», «sombrero» y «educa­ ción», han cambiado. Casi resulta absurdo que tengamos que usar el mismo calificativo para la «Santa María» de Colón y el trasatlán­ tico «Queen Mary». Pero es indudable que seguiremos expresándonos así. Y asimismo seguiremos refiriéndonos a la «biblioteca», aun cuan­ do su aspecto, sus funciones y sus fines hayan cambiado tan funda­ mentalmente en el curso del último siglo. Esto no tiene importancia, siempre que la persona que usa la palabra se dé cuenta de su presen­ te significado. Una «lámpara» es ahora una bombilla eléctrica, y no un tiesto con una mecha y un depósito de aceite. Y por igual motivo la biblioteca pública ya no es un depósito de libros, sino una insti­ tución activa y dinámica empeñada en ponerse en contacto y servir a todos los ciudadanos.

LA NUEVA BIBLIOTECA «BODLEIANA» DE OXFORD

POR JAMES LANGHAM

(iiSi la biblioteca de Bodley mantiene el fuego ves­ tal de una civilización europea, se debe a que, en virtud de los propios fines a que la consagró su fundador, siempre estuvo al servicio de los investi- gadores, no sólo de Oxford, sino del orbe entero. El pasado vive en la Biblioteca de Bodley, pero su biblioteca no vive sobre el pasado.v

Estas palabras fueron pronunciadas por S. M. el Rey Jorge VI en una emocionante ceremonia el día 24 de octubre de 1946. Acompaña­ do de lord Halifax, del canciller de la Universidad de Oxford, repre­ sentantes del distrito, decanos y catedráticos, del alcalde y secretario del Ayuntamiento, el rey abrió la puerta de la entrada por Broad Street a la nueva Biblioteca Bodleiana, declarando así su apertura. Si se tiene en cuenta que este acto constituye la garantía de que proseguiré el resurgimiento constante de una de las bibliotecas de más prestigio del mundo, habremos de cerciorarnos de la importancia de la fecha de 24 de octubre de 1946. Puede juzgarse por los hechos si­ guientes, cuyo relato empezaremos, por creerlo adecuado, trazando lo más brevemente posible la historia de esta famosa fuente de cultura. No es de precisión, en un corto historial, que nos remontemos más xUlá de la mitad del siglo XV, cuando Humphrey, duque de Glouces- ter, cuarto hijo de Enrique IV «prestó su ayuda para la construcción de una biblioteca en forma» en Oxford, que recibiese los seiscientos manuscritos que él deseaba regalarle (tres o cuatro subsisten en la Bod­ leiana antigua). La Biblioteca tuvo una existencia poco afortunada, pues en los tiempos de Eduardo VI, los «Comisarios de la Reforma» hicieron destruir muchos de los valiosos manuscritos por ser «papis­ tas», y en 1550 la Biblioteca fué desvalijada, no dejando nada, sino «un desolado gran salón», y de aquí en adelante, durante cincuenta años, la Universidad de Oxford careció de biblioteca. Fué en 1602 cuando sir Thomas Bodley, que se había retirado en 432 HEVISTA DE AKCHIVUS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

SU carrera diplomática, decidió dedicar el resto de sus años a la res­ tauración de la Biblioteca, que habría de ser más tarde conocida como «La Bodleiana». Desde entonces hasta nuestros días, la Biblioteca fué creciendo con firmeza en importancia y prestigio. Por ejemplo, es interesante conocer el caso de Carlos 1. Duraute su estancia en Oxford pidió que se le enviase un libro de la Biblioteca. «cEl bibliotecario mismo fué en persona a ver al rey para demostrarle que esta gracia estaba completamente prohibida por los estatutos del fundador.» El rey cedió bondadosamente, ensalzando el celo del bibliotecario en el cumplimiento de su deber. Llovieron los donativos, de sir Thomas y de muchos otros protectores, y en 1700 s<.' observó que el peso de los libros presionaba sobre las paredes, desviando su perpendicular. Se recabó el consejo técnico de sir Christofer Wren, construyéndose enormes refuerzos en la parte de la Biblioteca que mira hacia Exeter College. Pero volvamos a los hechos de nuestros tiempos. La primera nota de alarma se dio en 1925, al anunciar el bibliotecario que todo el espacio disponible para libros se llenaría en el término de diez años. Otra llamada de alarma parecida se lanzó cuando faltaban solamente cinco años para esto. Se nombró una Comisión que visitase las mo­ dernas bibliotecas universitarias de Europa y de América, y diese «u informe y consejo a Oxford respecto a instalaciones moderna». Final­ mente, se convino en la ampliación de la biblioteca antigua, con un coste total de cerca de un millón de libras esterlinas, y fué debido, en gran parte, a la Fundación Rockefeller, que contribuyendo, con su generosidad, con las tres quintas partes de la cantidad necesaria, hizo este proyecto realizable. En 1933 la vieja Bodleiana se hallaba repleta hasta casi la satu­ ración, y al año siguiente se dio un paso más hacia la construcción del nuevo edificio, al nombrar a sir Giles Gilbert-Scott su arquitecto. Cuatro años más tarde la reina Mary puso la primera piedra, termi­ nándose la edificación en 1940. La nueva Bodleiana, según está hoy, frente al- The Broad, y casi a un tiro de piedra de su sede progenitora, es un tributo o elogio permanente, no sólo a sir Thomas Bodley, sino también a su cons­ tructor, sir Gilbert-Scott. Es, en primer lugar, un depósito de libros, que consiste en amplio «cuerpo» central, con salas dispuestas a su alrededor. Los halh de entrada y los pasillos tienen zócalos de piedra de Taynton —piedra de color castaño claro, procedente de una cantera de Oxfordshire—, con la parte superior de estuco en bruto. Los mu­ ros exteriores son de piedra Blandón, de una cantera a pocas millas de Oxford, con ornamentos Clipsham. Una de las cosas más notables, por lo nueva, es su transportador de libros, de idea mecánica inge­ niosa, con el cual los libros pueden ser trasladados desde cualquier piso de la biblioteca antigua, a través de un túnel bajo tierra, hasta LA NUEVA BIBLIOTECA «BOOLEIANA» DE OXFORD 433 cualquier otro de la nueva o viceversa, y nos induce a reflexionar qué hubiera dicho sir Thomas Bodley ante esto. Los libros se traspasan continuamente a la nueva biblioteca desde la antigua, que hoy consiste, en su gran parte, en una serie de salas de lectura. La nueva Bodlciaua dispone, en efecto, de una capacidad inmensa para libros. Se calcula que puede albergar libros durante unos doscientos años, y una de las razones para pensar esto es que son tres edificios que cubren un área como de un acre. Actualmente la Biblioteca Bodleiana contiene, aproximadamente, dos millones de libros, ocupando un lugar preeminente en cuanto a materias profesionales y siguiendo después de bibliotecas como la del Congreso, la de Moscú y la del Museo Británico. De modo distinto a la del Museo Británico, que recibe un ejem- jilar de cada nueva obra publicada, la nueva Bodleiana tiene que redamar las obras nuevas dentro del año de su publicación. En su efecto, el resultado es el mismo, aunque en algunos casos la Bi­ blioteca Bodleiana ha de recibir la llamada edición «popular» en lugar de la primera edición de los libros recientemente publicados. Es importante tener en cuenta que la nueva Bodleiana es esen­ cialmente una biblioteca pública. La impresión de que es accesible sólo a los estudiantes de la Universidad es errónea, puesto que admite socios lectores del público, sin cuota alguna, mediante una recomen­ dación adecuada. Como en los tiempos de Carlos I, ningún libro pue­ de salir de la Biblioteca. Y hay que reconocer una circunstancia muy importante. La ma­ yoría de nosotros tenemos el concepto de que las bibliotecas son edi­ ficios para estudiar, donde se hallan libros solamente de la forma en que los conocemos hoy en día. I^ nueva Bodleiana, por el con­ trario, guarda para la posteridad «cosas» que son únicas, tanto en la historia como únicas en forma. Ha lugar aquí para varios ejem,plo8. El visitante puede admirar un primer ejemplar de los Evangelios, la primera Biblia impresa en Inglaterra, ejemplares iluminados de Cicerón, varias piezas impresas por Caxton, un ciiartos e infolios de Shakespeare, reliquias de Millón y de Shelley y una silla, donada en 1662, hecha con madera del buque de sir Francis Drake, «The Golden Hind», en el cual dio la vuelta al mundo. Y es de verdadera importancia que en el mundo de hoy día se rectierde a aquellos que son los creadores de la lisonjera organización de la nueva Biblioteca Bodleiana en un sentido internacional, pues, como dijo Su Majestad en las últimas frases de su discurso en la ce­ remonia de su inauguración, el año pasado: «Nunca más necesaria una comunidad universal de investigadores y una biblioteca de gran­ des prestigios a su servicio.»

LAS BIBLIOTECAS Y LA GUERRA

PÉRDIDAS EN LAS BIBLIOTECAS EUROPEAS

La mayor parte

bajan en las cuatro zonas de ocupación del país, Alemania pos€Ía 56.000.000 de libros al principio de la guerra. Hoy no posee [más que unos 32.000.000, lo que representa una pérdida del 30 por 100 de su riqueza bibliográfica. Si las pérdidas son graves cuantitativamente, no lo son menos atendiendo a su calidad. La Biblioteca de la Universidad de Leipzig ha perdido LlOO incunables, 20 manuscritos árabes, 70 manuscritos indios, 700 volúmenes de la colección de Schiller, 200 que contenían informes sobre' expediciones científicas en diferentes países. La Bi­ blioteca de Lubeck, que tenía 275.000 volúmenes, no ha podido re­ cuperar más que 20.000. Entre los ejemplares destruidos figuran los documentos, volúmenes y códices relativos a la historia de la glo­ riosa ciudad hanseática. (De Une Semaine dans le Monde, París, 26 de julio de 1947.)

LA , BIBLIOTECA DEL ESTADO EN MUNICH

Se tienen noticias concretas sobre las pérdidas d^ esta gran Bi­ blioteca durante la guerra. La sección de Teología se ha perdido totalmente, incluso la rica colección de Biblias. También se han per­ dido los libros acerca de cuestiones americanas sobre África, Asia, Turquía y los Balcanes; libros de viajes e informes sobre explo­ raciones, descubrimientos geográficos y expediciones científicas; la sección denominada «Académica», con publicaciones de sociedades científicas de Alemania y países extranjeros; la sección de Historia Antigua y de Bizancio, la de Arte y Arqueología, la de periódicos. Ja de tesis del doctorado de los años 1910 a 1939, en las universida­ des alemanas, suizas, holandesas, suecas y americanas. Pérdidas parciales ha sufrido la sección de Economía, así como la de Láminas del departamento científico. El total de volúmenes destruidos es de unos 600.000.

LA RECUPERACIÓN HE BIBLIOTECAS EXÍ'OLIAOAS EN HOLANDA

En el Congreso de Bibliotecarios celebrado recientemente en Hil- vesum, M. Graswinckel, encargado al finalizar la guerra del servicio de recuperación bibliográfica de Holanda, ha facilitado infonnee de gran interés sobre la materia. En el curso de una conferencia M. Graswinckel reveló que los archivos municipales no habían sufrido daños importantes, salvo los de Amhem y de la Esclusa, en Zelanda. Las colecciones artísticas y científicas de las diferentes bibliote­ cas holandesas fueron grandemente perjudicadas. I^os invasores guar­ daron las colecciones en castillos, edificios fabriles y, sobre todo, en Madrid, fiihliotfc;! d(.'l Ciiiulfl úc Tropas di' l;i ("ÍISÍI Civil de S. E. Í-\ Jcfr del IistiuJu. prulL>.L;idH. pnr I;i J inita áv 1 lUiTCLunbii Víiticanfi: Sahí Horjíi, "ro F,sp;iñc,l. Mavn, ¡ líiliünii'ia \;uiiinal, sim las mu- apari'^cii fti rslc' ;irií;iil') di' lu niayriífica sala. LA.S UIBLIOTECAS Y LA CUEHRA 437 las minas de sal, que, como consecuencia de la sequedad, se ha visto constituyen unos maravillosos refugios para los libros, especialmente para la conservacióni de códices e incunables. Una gran parte de la Biblioteca de la Universidad de Amsterdam fué hallada en la I. G. Ferbenfabrik, en Offenbach. En Klagenfurt se encontraron grandes depósitos de libros de bibliotecas holandesas, y la Comisión de re­ cuperación pudo repatriar varios centenares de cajas de libros que habían salido de Holanda. En total, se han recuperado unos 600.000 volúmenes, y aunque las colecciones no se han completado todavía, las pesquisas continúan, esperándose recuperar el 80 por 100 de los fondos de anteguerra.

Los INCENDIOS DE CUEBBA EN L4S BIBLIOTECAS

Efectos indirectos de Ins bombas sobre los libros. Vandalismo de todas las épocas. Diverm resistencia de lo» libros y de los manuscritos. Frente a la bomba atómica.

Tengo sobre mi mesa un conglomerado amorfo de sustancias he- lerogéneas, mezcladas y soldadas entre sí, como por fusión, con la apariencia de un trozo de ganga extraída del filón. Es un ejemplo singular de las transformaciones de la materia, no debidas a la com­ bustión, sino a los efectos de la deflagración producida por las minas que destruyeron la Bibhoteca de la Sociedad Colombaria de Florencia. En el sólido y pegado bloque, que tal vez se formó por la simultánea acción de la temperatura y de las presiones elevadas en un ambiente de escasa cubicación, se encuentran libros que, aunque conservando su aspecto natural, aparecen profundamente alterados en su estructu­ ra. Quedan unas hojas blancas, fragilísimas, que se mantienen junta" por la precaria cohesión del plegado primitivo, a través de las cuales parece que haya pasado el ardor de una llama, r-educiendo a cenizas «1 papel, pero sin destruirlo, aUerando sus dimensiones y borrando todo vestigio de escritura, a mano o impresa. Podría decirse que ha sufrido mi proceso instantáneo de. mineralización, pero conservando sus características morfológicas. Estas son las impresiones inmediatas y, por consiguiente, dudosas, hasta que sean comprobadas por un examen objetivo. Debemos espe- rar que el análisis del laboratorio proporcionará datos ciertos o apro­ ximados acerca de las causas de tan insólitas transformaciones. Cuando se dice que el fuego es el más terrible enemigo de las bi­ bliotecas, y que debe evitarse por medio de toda clase de precaucio­ nes o combatirse prontamente si el incendio sobreviene, el pensamien­ to nos trae la imagen plástica de las llamas, que avanzan inexorables, destruyendo libros, armarios, muebles y utensilios; pero muy pocos, 13 438 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS en tiempo de paz, imaginan algunas apocalípticas ruinas causadas por las violencias guerreras. Se legisla, se dictan normas para la adopción de mejoras técni­ cas en las bibliotecas para excogitar maneras de prevenir o apagar el incendio cuando la oscura amenaza vibra en el cielo, en la tierra o en el mar; pero toda previsión puede frustrarse por los ingeniosos me­ dios ofensivos, siempre nuevos, o por las circunstancias que impiden o limitan cualquier defensa o socorro. Bombardeos, explosión de mi­ nas, incendios intencionados o casuales, provocados o agravados por el empleo de carburantes de fuerte poder térmico, son eventos que no siempre se pueden evitar o afrontar. Los dispositivos protectores no deben considerarse suficientes. Cayeron sólidas barreras de cemento armado, cedieron blindajes formidables y los proyectiles abrieron bre­ cha en sustancias inflamables, transformando los suelos, las cubiertas, las estanterías, los libros y los catálogos en devastadoras hogueras. Las cenizas de tanta ciencia están allí para demostrar a los hom­ bres la caducidad de sus obras. Como reacción contra el dolor de la pérdida, queremos indagar los móviles y las razones para tanto estrago, enjuiciar e imputar responsabilidades a los ejércitos. ¡ Triste con­ suelo! La historia de todos losí tiempos está sembrada de rui­ nas. Los antiguos, que no conocían los explosivos, ni los carbu­ rantes minerales, ni loe tanques, ni los aeroplanos, se encarnizaron en las guerras con el mismo espíritu vandálico contra las bibliotecas. Los tesoros del Brucheion y del Serapeion, fueron destruidos por el incendio que provocó en el puerto de Alejandría la flota de César. Algunas de esas catástrofes tuvieron funestas repercusiones en el desarro­ llo de la civilización antigua. Parece que, por adversa suerte, la mano incendiaria haya a veces asumido la misión de detener el progreso de la sabiduría, castigando ciertas audacias del pensamiento.. El espectáculo de un incendio en el que arden los tesoros cuida­ dosamente guardados durante siglos, causa una profunda tristeza en los que comprenden la magnitud del desastre, que con ciega y brutal violencia destruye no sólo lo material, sino también mi patrimonio del espíritu, en gran parte insustituible. La humareda de la pira trae a la m;emoria las sombras de la barbarie, que oscurecieron el camino de la civilización. Y aun allí donde la buena voluntad de los hombres logra aminorar el estrago devorador del fuego, sólo se consigue poner en salvo algunos restos que asemejan macabros bocetos de cuerpos mutilados, torturados e informes.

* * *i

Las hojas de papel aisladas o sueltas serían totalmente aniquiladas, pero reunidas, como están, por yuxtaposición resisten temperaturas ele­ vadas, sufriendo las partes expuestas al exterior los más graves dañoí! LAS BIBLIOTECAS Y LA GUERRA 439 y disminuyendo é»tos progresivamente hacia la parte interna. La car­ bonización del lomo y del corte de los libros forma una valla protec­ tora, que retarda o impide la combustión completa. Hay casos en los que las llamas chamuscan las estanterías sin perjudicar su estabi­ lidad, pero generalmente no regpetan la madera y la destruyen, cau­ sando el derrumbamiento de los libros, que se descosen y mezclan con otras materias. Los armarios metálicos se deforman con el fuego, pero subsisten y constituyen un buen elemento de defensa, porque los volúmenes colocados en ellos se conservan formando una miasa ma­ ciza, y están menos expuestos a la carbonización total. Los folios de pergamino se arrugan, contraen y endurecen por la deshidratación y por la pérdida de grasas, y, por tanto, disminuyen de volumen y se alteran en su estructura. Las tintas, las sustancias colorantes de la ornamentación y la cola, reaccionan de varios modos: oxidándose, di­ solviéndose, disociándose sus elementos, acelerando y favoreciendo fe­ nómenos de gelatinización y de cohesión, que sueldan los folios en bloques compactos. La carbonización de las márgenes produce un con­ glomerado negruzco bituminoso y resinoso, como la pez, contra el que la materia permanece contenida y coagulada en estado vesicular. Sobre el conjunto obran los mismos productos de la combustión caldeando, evaporando y causando adherencias, contracciones y dilataciones que forman soldaduras, arrugas y ampollas. Los perjuicios de loa incendios se agravan cuando se hunden los techos y suelos y provocan caídas, choques y compresiones que fa­ vorecen la propagación del fuego a materias todavía indemnes y que hubieran podido recuperarse. En el montón sin forma el libro se dis­ grega y se confunde con los escombros, a veces de modo irreparable. El oportuno empleo del agua como medio de extinción detiene las llamas, pero produce otros muchos daños, no menos lamentables. Pa­ pelea, pergaminos, pieles, tintas, cola» y colores, ya alterados por la elevada temperatura, son, por los efectos del agua, afectados de pro­ cesos deletéreos secundarios, que dejan en los restos salvados sus ves­ tigios en manchas, oanalillo», destilaciones, abombamientos, surcos, grietas, deterioros o derretimientos. Y si no intervienen ulteriores ope­ raciones de saneamiento, pronto surgen en aquella informe masa de fragmentos focos de microbios destructores o invasiones de voraces in­ sectos. Y no es menos temible la adherencia de detritus pulverulentos a la materia librarla por los efectos de erosión y de decoloración que causan sobre la escritura a mano o impresa.

* * *

A veces ni siquiera ante los escombros humeantes de una bibliote­ ca se detiene el ímpetu guererro, sino que, en lugar de aplacarse, in­ fiere nuevos daños. Sobre las ruinas de la Colombaria de Florencia, 440 RKVISTA DE AItCHIVOS, DIBLIOTECAS Y MUSEOS

detrás de un ejército en retirada, pasaron arroUadoras y pesadas má­ quinas bélicas para abrir camino a las tropas que llegaban, convir- tlendo los restos en confusos agregados de trozos heterogéneos que encubrían peligros de muerte. La recuperación de tantas cosas dis­ persas y mutiladas fué empresa difícil, y para la que hubo que ar­ marse de valor. Cuando se contemplan panoramas tan desoladoreg, la atención del observador se detiene en ciertos casos extraños y providenciales, gra­ cias a los que han podido lograrse inesperados salvamentos. í/ofeie/ií sua jata UbelH. En Ñapóles, el incendio que destruyó la Biblioteca de la Sociedad Real, situada en la planta baja del palacio imiversitario, en la calle Mezzocannone, c integrada en su mayor parte por actas aca­ démicas y otras publicaciones modernas, hubiera debido propagarse a la Biblioteca Brancaeciana, muy rica en obras antiguas, instaladas en artísticas estanterías, que ocupaba el piso de encima, sobre todo si se tiene en cuenta que las llamas alcanzaron rápidamente el entramado de madera que sostenía el pavimento. La destrucción se habría rea­ lizado por completo inexorablemente si no se hubiesen hundido los suelos, cayendo entre los muros, aún en pie, sofocando el fuego y salvándose libros y armarios tan preciosos como por merced de una suprema misericordia. Nuestra experiencia en incendios no había previsto muchas de las catástrofes que pueden ocasionar los riesgos guerreros. En los tiempos de la bomba atómica, cambia el concepto mismo de peligro derivado de los medios ofensivos y de los efectos que producen, por cuanto ningún sitio puede estar inmune, en absoluto, contra imprevisibles ex­ terminios. Por otra parte, tal vez estamos en vísperas de una profunda modificación de la forma, dimensiones y, sobre todo, de la estructura del libro. Si el microfilm logra fortuna, las bibliotecas gigantescas, las estanterías metálicas, las laboriosas aglomeraciones de volúmenes, ven­ drán a ser anticuadas supervivencias del pasado. El libro quedará re­ ducido a una minúscula cinta arrollada, de sustancia inflamable, y ello planteará nuevos problemas de colocación, conservación y defensa. En vez de acobardarse ante los riesgos ineluctables, es preciso conocerlos, temerlos y afrontarlos adecuadamente, revisando toda la preceptiva, aun la más avanzada, sobre materia de prevención y extinción de in­ cendios para armonizarla con las nuevas necesidades. La resistencia del libro ante la fuerza destructora del fuego ha dis­ minuido a través de los siglos, en razón inversa a la potencia ofensiva de la destrucción. Cuando la prolija obra de los amanuenses sólo podía producir una limitada cantidad de ejemplares, que, por tanto, eran siempre raros y a veces únicos, y los peligros de incendio eran escasos e infrecuentes, se empleaba una materia mucho más duradera y me­ nos inflamable que la adoptada desde la invención de la imprenta. Por la fácil y rápida difusión del libro en numerosos ejemplares. LAS BIBLIOTECAS Y LA CUERBA 441

éstos perdieron sii carácter de cosa preciosa. De aquí la necesidad de defender de los incendios no el volumen aislado, sino las bibliotecas enteras por medio de dispositivos de seguridad proporcionados a la entidad y desarrollo de aquéllos. Para disponer las instalaciones apro­ piadas a tal fin, es preciso resolver, hasta los límites de lo que puede preverse, los problemas de protección, tanto de los edificios como del material bibliográfico. Y además de protegerse contra el incendio pro­ piamente dicho, no hay que olvidarse de los procesos devastadores de otros daños, que pueden actuar con efectos análogos a la combustión, operando eventualmente sobre los elementos constitutivos del libro.

ALFONSO GALLO

^Traducido de UOsservatore Romano, 24 de agosto de 1947.)

POLONIA

Polonia ha sido uno de los países cuyas bibliotecas más han sufrido durante la guerra. Con el fin de remediar en lo posible las pérdidas, y de reunir el fondo bibliográfico necesario para facilitar la investiga­ ción científica, se acaba de crear en Londres un Instituto Científico del Libro, que comprende cuatro secciones. La Sección de documentación contendrá todos los documentos re- lativos a la historia del libro y de las bibliotecas. La Sección de in­ vestigaciones científicas los libros que tratan de diversas materias cien­ tíficas y publicará los trabajos del Instituto. La Sección del perfec­ cionamiento del libro, en sus aspectos técnicos y sociales intervendrá también en la instalación de bibliotecas nuevas y restauración de las antiguas; asimismo ésta estará dotada de una imprenta experimental. Por último, la Sección de informaciones bibliográficas, servirá de Centro nacional de documentación bibliográfica y de oficina de cam­ bio y relafciones con los centros del mismo tipo en el extranjero

CRÓNICA DE 1947

(PRIMER SEMESTRE)

POR EUGENIO SARRABLO

ACATE, James Evershed.—El 6 de julio ha fallecido en Londres, a los sesenta y nueve años de edad, el famoso crítico de libros y obras teatrales Agate. Antes de ser el más rutilante escritor y el dandy más brillante del Westend, había sido trabajador en una fá­ brica de hilados, viajante en Francia y tendero en un barrio de Lon­ dres. Tenía más de cuarenta años cuando empezó a escribir, y se calcula que escribía, por término medio, 10.000 palabras semanales para el Daily Express, Sunday Times y otras publicaciones. Deja sin terminar su obra Ego, en el noveno volumen. Dato curioso: en el primer volumen de esa obra Agate escribió sU epitafio, que dice: «Fué un crítico dramático justo, un admirable publicista, un pro­ digioso trabajador y un genio financiero de primer orden.» ALBAREDA, Ginés de.—La Real Academia Española ha concedido, por unanimidad, el Premio Fastenrath de poesía, correspondiente a 1946, al libro Romancero del Caribe, del que es autor el subdirector general de Radiodifusión don Ginés de Albareda. ALFARO POLANCO, José María.—Este periodista y poeta español ha sido nombrado ministro de España en Colombia. Nació en Burgos el 30 de agosto de 1906, y comenzó su labor periodística como crí­ tico de libros de El Sol, y en las revistas poéticas Meseta, Parábola y La Gaceta Literaria. Luego pasó a las Redacciones de Arriba y Ya, el primero de cuyos diarios dirigió antes de ser subsecretario de Prensa y Propaganda. Ha escrito el libro Leoncio Pancorbo, y pre­ para un tomo de poesías titulado Las cuatro estacionas. ALMADA LENCASTRE SIMOES DE CAMPOS, Raúl Augusto de. — Ha muerto en Lisboa el maestro compositor portugués conocido por Raúl de Campos. Nacido en Lisboa en 1883, se inspiró siempre en los motivos del folklore portugués, y escribió más de trescientas piezas, muchas de las cuales alcanzaron popularidad, entre ellas los autos ISossa Sfinhora do Sami/eiro, Paisagens de Portugal y Acuatviais íwsi. tanas, y la suite Zangmzarras do Norte. 444 REVISTA DE AKCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

ANZOÁTEGUI, Ignacio B.—El nombre de este ilustre argentino que ha visitado nuestra patria, es bien conocido por su obra. Nació en La Plata en 1905, estudió en la Universidad de Buenos Aires, ingresó en el profesorado y es actualmente secretario del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil de la capital federal y miembro de la Comisión Honoraria de Bibliotecas Públicas Municipales de la Ciudad de Bue­ nos Aires. Entre sus obras están: Romance, Gintagáfora, Georgina, NwevB cuentos, Arzhen y yo. La niña del ángel. Genio y figura de EApaña, Tres ensayos españoles (Mendoza o el héroe, Góngora o H poeta y Calixto o et amante), y un bello libro de sonetos titulado Ventura y desventura dd amor. ARCHIVOS DE FRANCIA Y LA GUERRA. LOS.—En su número de 30 de junio del corriente año, el Diario de Coinibra ha publicado una interesante información acerca de la suerte de los archivos franceses durante la guerra, hecha por Robert Laulan, según las noticias dadas por Charles Samarán, director de los Archivos de Francia y miembro del Instituto, cuyo informe, destinado al Ministerio de Educación Nacional, fué reproducido en el Bulletin of the ¡nstitute of Historical Research, Sin hablar de las bibliotecas fraíjcesas destruidas en Dun- querque, Douai, Cambray, Tours, Caen, Falaise, Cherburgo, Vitry- le-Frangois, Saint-Dié, Metz y Estrasburgo, y de la desaparición de dos millones de volúmenes, el desastre sufrido por los archivos de Francia ha sido irreparable. A consecuencia de los bombardeos y de los incendios consiguientes, han desaparecido total o parcialmente los archivos de Meziéres, Givet, Evreux, Gisors, Andelys, Chateaudun, Orleáns, SuUy-sur-Loire, Gien, Blois (que guardaba los archivos de Vendóme), Cherburgo (en donde la humedad de los Sfítanos acabó de destruir lo que había respetado el fuego). Verdón, Montmedy, Berghes, Cassel, Dunquerque, Valenciennes, Beauvais, Neufchátel-en- Bray, Caudebec-en-Caux, El Havre, Rúan, Pontois y Abbeville. A esta lista hay que agregar las destrucciones premeditadas, como el in­ cendio voluntario de parte de los archivos departamentales del Mo- sela, depositados en Metz, en las casamatas del fuei-te de San Quintín, y la totalidad de los archivos de Saint-Dié, durante la retirada de 1944. Otros desaparecieron por negligencia, a consecuencia de la des­ organización del éxodo; así, durante la evacuación de 1940, los de la Fére-en-Tárdenois, Verdún y Joinville-le-Pont; otros fueron sa­ queados en momentos de desorientación, o robados. En el desdichado departamento de La Mancha desaparecieron, en Saint-Ló, bajo los escombros de los edificios incendiados, los archivos departamentales. Así se han perdido documentes antiquísimos, de alto valor, que da­ taban del siglo XI, procedentes de las célebres abadías de Mont- Saint-Michel, Montebourg, Lessay, Saint-Sauveur-le-Viconte, Torigny y Troam. AREILZA, José María.—Ha sido nombrado embajador de España CRÓNICA DE 1947 445 en Buenos Aires don José María Areilza. Nacido en Bilbao en 1909, es ingeniero industrial y doctor en Derecho. Discípulo predilecto de Ramiro de Maeztu, fué una figura destacada de la revista Acción Es­ pañola y el primer alcalde de Bilbao liberado. Luego pasó a la Direc­ ción General de Industria. Entre sus obras figuran: La unidad espa­ ñola y sus enemigos, Alfonso XIII y la revolución. La política y lo» tópicos, Directrices de te nueva organización económica, La industríia y la «i^icación industrial, Reivindica^ciones de España (en colabora­ ción con Fernando María Castiella), premiada en 1941 con el Nacio­ nal de Literatura, y Embajadores sobre España. ARGUELLES, Rafael.—Este profesor ha obtenido, por oposición, la plaza de jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica de la Beneficencia Provincial de Madrid. Cuando en 1929 obtuvo, también por oposi­ ción, la cátedra de Patología Quirúrgica en la Universidad de Va- lladolid, inició la publicación de los Anales de la clínica quirúrgica del profesor Arguelles, útilísimos para el esclarecimiento de proble­ mas fundamentales de la cirugía ortopédica. Ha publicado un mag­ nífico Trotado de Patología quirúrgica. Fracturas, El vendaj« de es­ cayola. Exploración quirúrgica y numerosos trabajos sobre huesos, ar­ ticulaciones y ortopedia, que han visto la luz en diversas revistas ex­ tranjeras. BIBLIOTECA EN UNA BOBINA.—Según Carrefour, de París, los servi­ cios microfotográficos de la Biblioteca Lenin, en Moscú, que han sido creados a principios de este año, han registrado ya sobre película más de .300.000 páginas. Un libro de tamaño medio ocupa cuatro metros de película. BIBLIOTECA PARA ENFERMOS.—En el hospital de Desterro (Portu­ gal) ha sido inaugurada una biblioteca para los enfermos, gracias a la iniciativa del subjefe Joaquín de Aniaral Pereira. La biblioteca cuenta ya con 200 volúmenes, obtenidos por dicho funcionario de lo& libreros do Lisboa y Oporto. BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE LIEJA.—En La Wallonie, de Lie- ja, ha publicado Georges Quint un interesante artículo sobre la bi­ blioteca de la Universidad de Lieja. Posee unos 900.000 volúmenes y folletos, 3.000 manuscritos, algunos de ellos de gran valor, tanto por el texto como por las miniaturas realzadas de oro y colores que los ilustran, 30.000 estampas y grabados, una cincuentena de cuadros, 4.000 monedas y medallas. Fundada la Universidad por decreto del rey Guillermo I de los Países Bajo?, recibió de la ciudad de Lieja, en 1817, la biblioteca de ésta, compuesta de 7.000 volúmenes. La» subvenciones del Municipio primero, hasta 1902, y del Estado des- pues, permitieron aumentar este fondo primitivo. La subvención gu­ bernamental ha sido elevada de 306.060,60 francos en 1939 a mis de 1.000.000 en 1946. Fué especialmente aumentada por el legado del barón Adrián Wittert, que comprendía unos 20.000 volúmenes, IIT 446 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

manuscritos 7 más de 25.000 estampas. La biblioteca ha com£nzado la publicación de una colección de sus documentos inéditos, habiendo salido a luz un primer volumen. BIBLIOTECAS ESCOLARES,—En su número del 19 de junio último, Le Scñr, de Bruselas, habla de las bibliotecas escolares como auxilia­ res de la enseñanza, según los datos oficiales recogidos en una cua­ rentena de países por Mesdemoiselles Weber y Gampert en L'Orga- maation des Bihliothéques scolaires, obra publicada en Ginebra. No «e trata de las bibliotecas pedagógicas que sirven de instrumento de trabajo al cuerpo de profesores, sino de las organizadas en las escuelas para uso de los alumnos. Existen de ellas los siguientes tipos: la hi- hlioilieca general, es decir, la biblioteca única para toda la escuela, en la que los alumnos toman libros según su edad y sus inclinaciones, y está instalada en una sala especial y tiene adjunta, a veces, una sala de lectura, en la que los alumnos van a leer, ya durante una hora destinada a ese efecto en el horario, ya durante sus momentos de ocio; la bibtiobeca de c/ase, en la que cada clase tiene su colección de obras puesta a disposición de los alumnos para lecturas recreati­ vas o instmictivas; la biblioteca por disciplina', de uso sobre todo ins­ tructivo, para completar el estudio de algtuias materias, y la biblia, teca circulante, que tiene gran utilidad en los países de vasta exten­ sión y poco poblados, y que se destinan a las pequeñas escuelas ale­ jadas de los centros. El tipo más frecuente es el de la biblioteca ge­ neral, que es también el más antiguo. Hay tendencia a aumentar las bibliotecas de clase y también las de disciplina o especializadas que Tienen su razón de ser, sobre todo en los establecimientos de ense­ ñanza media. En cuanto a las bibliotecas circulantes, nacidas en paí­ ses en que la población y, como consecuencia, las escuelas están dis­ persas, se componen de cajas de librot- cpic se expiden a las escuelas por un período determinado. Sea como quiera, lo importante es hacer que los niños tengan gusto en la lectura, que se despierte ^n ellos el ^eseo de leer y que aprendan a leer con inteligencia y provecho. BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE BÉLGICA.—La Cámara, de Diputados de Bélgica ha examinado recientemente un proyecto de ley destinado a modificar el articulo 4 de la Ley del 17 de octubre de 1921 sobre las bibliotecas públicas. Esta Ley, debida a la iniciativa de Jules Destreé, una de aquellas cuyo carácter progresista honra grandemente al Mi­ nisterio de 1920, que presidió a la reconstrucción de Bélgica después ' Reinas, y logró que ella diera su nombre {Fondation Egyptologyque Reine Elisahmh) a la organización establecida en Bélgica para dedi­ carse al estudio del antiguo país de los faraones. CAHRERE, Emilio.—El gran poeta y cronista de Madrid falleció el 30 de abril. Había nacido en Madrid, el 18 de diciembre de 1881. Aunque se licenció en Filosofía y Letras, su fantasía poética Je llevó en pos de las figuras bohemias del postrromanticismo francés: Bau- del aire, Gerardo de Nerval y, sobre todo, Verlaine. Para ello se formó su barrio latino en los alrededores de la Universidad, pero no se li­ mitó a ese ambiente, poéticamente bohemio y romántico, sino que buceó en las historias de la Villa y Corte, que supo evocar con una 448 REVISTA DE ARCHIVOS, niBUOTECAS T MUSEOS

verdad y xm encanto admirables. Su chambergo y su capa le popula­ rizaron tanlo o más que sus libros. Sus obras se escribieron principal­ mente en los viejos cafés—muchos de ellos ya desaparecidos—, sien­ do las principales: «Románticas», «El caballero de la muerte», «Noc­ turnos de otoño», «Del amor, del dolor y del misterio», «La corte de los poetas», «Elvira la espiritual», «El dolor de llegar», «El parro­ quiano de la pipa», «El encanto de la bohemia» y «La copa de Verlaine». CASTELLANI, Leonardo.—El jesuíta argentino, P. Castellani ha es­ tado en España a principios del corriente año. Considerado como hombre genial, es publicista, teólogo, periodista y profesor de la Universidad y del Seminario de Buenos Aires. Nació en Resistencia, en el Chaco, en 1900. Su obra, desde 1935, alcanza a veinte volúme­ nes, sin contar su versión y anotación de la «Summa Teológica», de Santo Tomás, y abarca temas variadísimos, desde las fábulas campe­ ras a la crítica fílosófíca. COLMENARES Y ORGAZ, Aurelio de.—Este historiador, cronista de Madrid, conde de Polentiuos, ha muerto a los setenta y cuatro años de edad. Era director del «Boletín de la Sociedad Española de Ex­ cursiones», y entre sus obras destaca la «Historia de las Salegas Reales de Madrid». CoLL, Pedro Emilio.—A los sesenta y cinco años de edad ha ía- lleeido, en Caracas, este escritor venezolano, que fué representante de su país en España en 1915, miembro de las Academias de la Len­ gua y de la Historia de Venezuela y autor de «CosmópoHs», «Pala­ bras», «El castillo de Elsinor» y «La escondida senda». CoLLOMB, Hipólito.—En Río Janeiro ha muerto, el 8 de abril, a los cincuenta y cinco años de edad, A escenógrafo portugués Collomb, que residía en el Brasil desde 1919. Uno de sus trabajos más nota­ bles fué el montaje de la pieza histórica «Marqxiesa de Santos», de Viriato Córrela. Con Augusto Porto y Simoes Coelho dirigió, en la parte artística, el semanario portugués «Mala de Portugal». CORREIA, Joao.—En Lisboa murió, el 22 de abril, a Ifi edad de se­ senta y siete años este poeta e inventor portugués. Se destacó especial­ mente en aviación, inventando el

«Carapinliada», «Práxedes», «Pé de Vento», «Rico-có» y otras, cal­ culándose que músico unos cuatrocientos actos. MACHADO Y RUIZ, Manuel.—El gran poeta sevillano, miembro del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, mu­ rió en Madrid el 19 de enero último. Nació en 1874. Estudió en la Universidad de su ciudad natal, y en unión de otros jóvenes, fundó varias revistas; también fué corresponsal literario de «Le Journal», de París. Era uno de lo? más delicados líricos contemporáneos, pero cultivó también los ensayos críticos y la novela, en la que descuellan sus obras «El amor y la muerte» y «Nuestro París». Como i^oeta deja, entre otras obras: «Sevilla» (1920), «Ars morieridi» (1920), «Poe­ mas varios» (1921) y «Dedicatorias» (1922). En prosa escribió: «Un año de teatro», crítica dramática (1918) y «Día por día, crónicjis» (1918). En colaboración con su fallecido hermano Antonio fué exce­ lente autor dramático, dando a la escena «Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel», «Juan de Manara», «Las adelfas», «La Lola se va á los puertos», «La prima Fernanda», «La duquesa de Bena- mejí» y «El hombre que murió en la guerra». La REVISTA DE AR­ CHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS dedicará en uno de sus próxi­ mos números ún estudio sobre M. Machado, debido a la pluma va­ liosa de Juan Antonio Tamayo. MAR(gAL, Orlando.—Este abogado portugués, de destacado relieve, muerto el 20 de marzo, nació en Vila Nova de Foz Coa el 8 de marzo de 1884. Como hombre de foro, deja su nombre ligado a varias cau­ sas célebres, y escribió «Imputabilidad criminal» y «Baldíos». Escri­ tor y poeta de exquisita sensibilidad, publicó, a los dieciséis años, su primer libro de versos «Peregrino». Luego vinieron: «Aguas claras», «Iluminuras», «María», «Asas», «Horas suaves» y «Mocidade florida». MARTÍNEZ CUBELLS, Enrique.—^Ha muerto el 25 de febrero. Con él desaparece una gran figura de la pintura contemporánea. Hijo de un famoso restaurador de la época de los Madrazo, sintió Ja vocación pictórica desde muy joven y recorrió toda Europa, conociendo todas las escuelas. Residió mucho tiempo en Munich, de cuya época es su cuadro «El invierno en Munich», y en el Brasil, cuya Academia de Bellas Artes de Río de Janeiro guarda su obra «Recuerdos del Can­ tábrico». En su trabajo supo unir la manera impresionista de m tiempo con profundos vestigios académicos, produciendo admirables lienzos, entre los que, además de los citados, figuran: el tríptico «Trabajo, descanso, familia» y «El viático en la aldea», que se guar­ dan en nuestro Museo de Arte Moderno; «La vuelta de la pesca» y otros. ORCZY, BARONESA DE.—Esta famosa novelista histórica, cuyo ver­ dadero nombre es Emmunska Montagu Barstow, vive, desde el in­ vierno pasado en Londres. Ha cumplido ya ochenta años y parece que, de&de la muerte de su esposo, en 1943, siente agotada su imagi- CRÓNICADE1947 453 nacióu para el género que cultivó con tanto éxito. Después de sus cincuenta y cuatro novelas históricas, casi todas de fama universal, está preparando, de»de hace dos años, la publicación de sus memo­ rias, bajo el título de «Eslabones en la cadena de la vida». ÓsBOURNE, Lloyd.—En Glendale (California), ha muerto, a los setenta y nueve años, este escritor, hijastro del célebre novelista Ro­ berto Luis Stevenson. Colaboró con él en «The Wrong Box», «The Wrecker» y «The Ebb-Tide». Para complacer a su hijastro, Ste­ venson escribió «Treasure Island», en 1881, mientras estaba en Brae- mar. La colaboración con Stevenson ha sacado de la oscuridad a Os- bourne, que vivió con él y su madre en Samoa hasta 1897. PATTE, Richard.—Ha visitado nuestra Patria, invitado por la Dirección Central de Acción Católica Española, el escritor norteame­ ricano católico Pattee, actualmente encargado de Asuntos Internacio­ nales en la National Catholic Welfare Conference de Estados Unidos, que coordina, desde Washington, toda la Acción Católica norteameri­ cana. Ha escrito, entre otras obras: «Historia de Europa en el si­ glo XIX», «Gabriel García Moreno y el Ecuador de su tiempo», «Essai sur l'évolution historique de TAmerique espagnole», «El ca­ tolicismo en los Estados Unidos», «Introducción a la civilización his­ panoamericana», «El renacimiento católico en Méjico» y «El estado actual del catolicismo en las Antillas». PICÓ, César Octavio.—Este ilustre filósofo argentino ha visitado España. Católico y ferviente tomista, se ha dedicado a la enseñanza, pero tiene también una copiosa labor de ensayista, esparcida en re­ vistas como «Número», «Balcón», «Nneva Política» y «Sol y Luna». Su obra «Hacia la Hispanidad» es una afirmación del libro de Maez- tu «Defensa de la Hispanidad». En colaboración con Máximo Et- checopar, prepara un estudio sociológico de la mentalidad argen­ tina, que titulará «Provincianos y porteños». PINTO DE LA ROSA, Pedro.—En abril ha muerto, en Santa Cruz de Tenerife, el admirado poeta canario. Deja escritos y publicados varios libros, aunque la mayor parte de sus composiciones poéticas se hallan diseminadas en revistas y periódicos de España y Amé­ rica. EM ahna de la revista «Mensaje», que fundó con Gutiérrez Ar- belo y Juan Ismael. RAMUZ, C. F. A.~A los sesenta y nueve años, ha muerto en su país, el distinguido escritor suizo Ramuz. Muy considerado en su pa­ tria y admirado en Francia y Alemania, su obra más conocida, aun- que fue prolífico novelista, poeta, crítico y ensayista, es la titulada «El triunfo de la muerte». SAPORI, Arturo.—^Ha muerto este escritor argientino, nacido en 1880 y autor de las novelas «La eterna angustia» y «La belleza invi­ sible» y de «Boderland», serie de cuentos. Fué crítico de arte de «La Nación» y director del Museo de Bellas Artes, de Buenos Aires.

14 454 BEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

SAROYAN, William.—Pronto va a conocerse en España la perso­ nalidad relevante de este popular autor norteamericano, cuyos cuen­ tos son deliciosos. Sus obras son una mezcla de poesía, variedades y sueños fantásticos, en las que predomina una ironía sarcástioa, pero sana. £1 mismo se ha comparado, en el prólogo de su obra «Razzle Dazzle», con Bemard Shaw, con el que le es común la alegría y la naturalidad. Obras princi}»ales suyas son: «Elmer and Lily», «Tal- king to you», «The Agony of Little Nations» y «The Human Come- dy», que ha sido ya trasladada a la pantalla. SILVA T RAMOS, Luis Felipe de.—Ha muerto trágicamente, aho­ gado, en el Tajo, en Lisboa, este poeta, que firmaba con el seudóni­ mo de Luis de Montalvor, Además de su obra poética, de modernis­ mo renovador, deja dos buenos libros: «Noites de Satán» y «A ca- minho». TOBMO Y BALLESTEE, Enrique.—Ha sido jubilado este notario de Madrid, que, a la vez, es un fecundo publicista. Ha escrito las si­ guientes obras: «El problema de la enseñanza», «Cuestiones de Ha­ cienda», «Panoramas de la vida notarial», «El testament del retor» (novela en valenciano); «El sermón de la Montaña», «En la cruz», «Valencia», «Mi brindis» (recuerdos del primer Congreso Notarial); «NMez de Arce», «Biografía de París», «El Reglamento notarial», «En el grandioso Montserrat», «Teresa, nombre de princesas y reinas, de santas y pecadoras», «Los jocs floráis de lo Rat Penat», «Carmen», «La España imperial», «La vejez», «La princesa que reinó después de morir», «¡Ua donadóji i'emuneratoijia», «Estirpe de héroes» y «Hermandad de flores», libro de versos. VACABESCO, Elena.—A la edad de ochenta y un años ha fallecido en París esta poetisa rumana. Nacida en Bucarest en 1866, fué dama de honor de la reina Isabel, más conocida en el mundo literario por el seudónimo de Carmen Sylva. £1 rey Carlos I se opuso a sus amo­ res con el principe heredero, que más tarde fué rey bajo el nombre de Femando I. Entonces ella se fué a París, donde pronto ía Academia Francesa premio sus Chonta d'Aurore. Después siguieron: U&nifi se* reine, Liieuri et fltummes. Jardín pa^donaé, La dortneuse éveülée, Dana Por du soir, todos ellos poemas de ardiente liri»mo o de calma comprensiva. VICUÑA, Carlos.—Ha sido elegido asistente general de la Orden de San Agustín, en el Capitulo General celebrado en Roma, el P. Carlos Vicuña; nacido en Idiiazábal (Guipúzícoa) el 4 de noviembre de 1893. Es licenciado en Ciencias físico-químicas y una autoridad en mineralogía, habiendo escrito una notable monografía sobre la cons­ titución geológica de las sierras circundantes del Monasterio de El Escorial. Se ha dedicado a la enseñanza en los colegios de su Orden en El Escorial y en Madrid y ha escrito un libro acerca de los Már­ tires i^uatinos de El Escorial. CRÓNICA DE 1947 455

WiLKiNSON, Ellen.—En Londres murió, el 6 de marzo, a los cin­ cuenta y cinco años de edad, miss Wilkinson, 'única mujer ministro del Gobierno laborista, que ocupaba la cartera de E)ducación desde 1945. Familiarmente se la llamaba, por su rubia cabellera y sus ideas políticas, The Fiery Partióle y The Red Elien. Sus colegas la deno­ minaban la bomba atómica, por el modo de atacar los problemas. Nacida en Mánchester, hija tercera de los cuatro de un obrero al­ godonero, estudió en la Universidad de su ciudad natal, ingresó en el Partido Laborista en 1912, fué organizadora del movimiento sufra­ gista de 1913; luego pasó al comunismo, y visitó, como representante de este Partido, Moscú, en 1921. En 1924 reingresó en el laborismo, sentándose en la Cámara de los Comunes. Se conocen poco sus no­ velas, la más famosa de las cuales es la titulada Clash.

EUGENIO SARRABLO

JUNTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE PUBLICACIONES

ESQUEMA DE SU LABOR EN 1947

La labor emprendida hace años por la Junta de Intercambio, como brazo ejecutor calificado de la política bibliotecaria del Ministerio d« Educación Nacional y su Dirección General de Archivos y Biblio­ tecas, merece la atención de todos los amantes de las bibliotecas y de la cultura en general. Calladamente, sin más propaganda que la que sus mismas realizaciones le justifican, la Junta prosigue sus tareas y aumenta de día en día el radio de su acción, creando nuevos centros en los pueblos españoles conforme las disponibilidades económicas lo permiten. El año en ciu-so, puede decirse que ha sido el más activo de e&te organismo desde su creación en 1931. El ritmo de bibliotecas creadas ha aumentado extraordinariamente, no sólo en cuanto al número de las abiertas «1 publico, sino también desde el punto de vista de su entidad. Ya ki» bibliotecas de la Junta no son aquellas pequeñas co­ lecciones de libros de su primera época, que se distribuían por todo el ámbito del país, atenidas casi exclusivamente a la buena voluntad o al interés momentáneo de los pueblos solicitantes. Por el contrario, las bibliotecas que se van creando en estos últimos años responden a un deseo de pervivencia perfectamente garantizado, no sólo por los Ayuntamientos beneficiarios, sino por la misma Junta, mediante una conbnua mspección, merced a una constante atención de las necesi­ dades de tales bibliotecas. Por otro lado, la nueva política de ir in­ tegrándolas en organizaciones provinciales, con una dirección provin­ cial centralizada e inspectora, garantiza esa pervivencia y evita el viejo fenómeno de que, pasado el primer momento de entusiasmo o inte­ rés popular, el centro llegaba a convertirse en depósito de libros sin lectores. Hoy, las bibliotecas de la Junta tienen garantizada su vida, tanto económica como social. Los centros coordinadores creados hasta 458 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS el día asumen, pues, esta labor directora provincia], de la mayor importancia, esperándose que, pasados imos años, todas las provincias españolas disfruten de los beneficios del Servicio Nacionial de Lectura y centros bibliográficos propulsores de la cultura popular. Sin pretensiones de entrar en un detallado informe de la labor efectuada por la Junta de Adquisición y Distribución de Publicacio­ nes —nueva nomenclatura conferida a la antigua de Intercambio y Adquisición de Libros y Revistas para Bibliotecas Públicas por el Decreto de 24 de julio pasado—, ya que en estos momentos está en prensa una amplia memoria de tal labor, redactada por su secretario, nuestro compañero don Francisco Tolsada, sí estimamos de interés resumir en unas breves líneas los trabajos efectuados y las realiza­ ciones llevadas a cabo por aquélla durante los meses transcurridos del presente año, concretando tales informes casi exclusivamente en ci­ fras, más elocuentes que las mismas palabras.

SECCIÓN DE BIBLIOTECAS

Bibliotecas municipales creadas durante los meses enero-septiem­ bre de 1947:

BIBLIOTECAS MUNICIPALES AUTÓNOMAS

* Almazán (Soria). * Almendralejo (Badajoz). * Andújar (Jaén). * Belvis de la Jara (Toledo). * Bérchules (Granada). * Burjasot (Valencia). * Cascante (Navarra). Castejón de Sos (Huesca). Horcajo de Santiago (Cuenca). * Icod (Tenerife). * Jarafuel (Valencia). * Laujar de Andarax (Almería). * Mérida (Badajoz). * Pinto (Madrid). * Serradilla (Cáceres). * Villablino (León). * Villanueva de la Serena (Badajoz).

NoTA.-^L«8 bibliotecas indicadas con asterisco (•) son de primera categoría, con lote inicial de 1.500 volúmenea. Las restantes, son de 750 volúniene$. JUNTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE PUBLICACIONES 459

BIBLIOTECAS DEPENDIENTES DE CENTROS COORDINADORES

Avila * Biblioteca Municipal de Piedrahita.

Burgos * Biblioteca Municipal de Aranda de Duero. * Biblioteca Municipal de Briviesca. * Biblioteca Municipal de Espinosa de los Monteros. * Biblioteca Municipal de Melgar de Femamental.

Giiadtdajara * Biblioteca Municipal de Brihuega. Biblioteca Municipal de Casar de Talamanca. * Biblioteca Municipal de Cifuentes. * Biblioteca Municipal de CogoUudo. * Biblioteca Municipal de Jadraque, Biblioteca Municipal de Luzón. Biblioteca Municipal de Mazuecos. * Biblioteca Municipal de Molina de Aragón. * Biblioteca Municipal de Sacedón. * Biblioteca Municipal de Sigüenza. Biblioteca Municipal de Solanilloa del Extremo. H u te I V a * Biblioteca Pública de Huelva. (Nueva instalación e incremento de la misma.) * Biblioteca Municipal de Minas de Ríotinto. * Biblioteca Municipal de Moguer. Oviedo * Biblioteca Pública Municipal de Navia. * Biblioteca Pública Municipal de Villaviciosa.

BIBLIOTECAS POPULARES * Biblioteca Popular de la Escuela de Capacitación Social de Tra­ bajadores. Calle de Azcona. Madrid. (Esta Biblioteca ha pasado a depender de la Dirección de Bibliotecas Populares de Madrid.) * Biblioteca Popular «Miguel de Cervantes» de Zaragoza. (Depen­ diente de la Dirección de Bibliotecas Populares de Zaragoza.) 460 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

BIBLIOTECAS CREADAS EN TRÁMITE DE INSTALACIÓN

Autónomas * Adt« (Almería). * Berja (Ahnería). * Manises (Valencia). * Priego (Córdoba). * Toro (Zamora).

BIBLIOTECAS DEPENDIENTES DE CENTROS COORDINADOSGS

Avila * Biblioteca Municipal de Arévalo. * Biblioteca Municipal de Madrigal de las Altas Torres.

Guadalajara * Incremento de la Biblioteca Municipal de Atienza. * Incremento de la Biblioteca Municipal de Pastrana.

Burgos * Biblioteca Municipal de Villarcayo.

H u e I V a * Biblioteca Municipal de Aracena. * Biblioteca Mimicipal de Ayamonte. * Biblioteca Municipal de La Palma del Condado. * Biblioteca Municipal de Valverde del Camino.

Santander * Biblioteca Municipal de Castro-Urdiales.

SERVICIOS ESPECIALES

Coino consecue'ncia de la reorganización de la Biblioteca Pública d« Almería y de la creación de la Casa de la Cultura de dicha ciudad, bajo la dirección del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Biblioteca­ rios y Arqueólogos, la Junta de Intercambio ha intervenido activa­ mente en el incremento de la Biblioteca de la ciudad, modernizando sus fondos y contribuyando de esta manera a la realización del pro­ yecto de fusión de la antigua Biblioteca Provincial y de la Biblioteca [iint;i (!•• Intl. i-LMiiibio: Sccihni di' ("[uiibK) I ntrnintiiíii.il dr l'uhlicíiciom.'.s v IMIÍHTOS.

Jnnt/i ür I lili ri-;Mnli¡ii; (lírii vi,sl:i [i'ircial di' -ius lii'in'isitos. Ci'iilvi' C'oiirtlinador de IJihíintiTíis di- l >\ifi|i). Uililiul i'c;! '"rorilMn \"rhií,tn", M.,ITI1;U

CfiiU-orniii-diniiduriU- llÜiliolfiiiH de Ovirflo. Hiblioífca "Marqués de Vií^La AU'-rr". Infit-stu. Snvuh-nvurvn iMadrid.; HibliaLrCíi Miin¡Mp;il y -W l'.ibrica,

Nav;,lc;u-n.Tü iMiuIri.li: l'.ibrk:;i "liHiiistri,'! lispnfu.hi drl J:,hr,ii, S. I. ", domli' está Íiisl;il!i(l.i lii llibliotrcii Muiiiri|.,tl. \'ii;f): I ;ihlililí c:i M iiii¡i_ip;il. S:il.i iii l.iiit il

TáiiiítT: Hihüntrcii l'i'ihlica l'lsp;inol:i. lill)li()li'Cíi. púlilic:) dr lliiclv^ y Ci-iitro ConrcünMdur í\r Hililiolrcas de la piDvinria. I\'LÍI.-II- iL-iiiuntc inaugürLidos t-n líi capiLiil ;nulalii/-i- Aspi'iín de la sala .i;iiural di.' liclura.

B¡bli(ii.eca. públii-Li il,- 1 Inri va. llclaih' dr la sala iiilaiiLd y d'- ]in'Sla iiii). \'ista ík- cuniuiUii tlL> la Hibliotucíi l'iiblica ^fuiíicipal de- 'Mrrida (Badajtizl, I JiliiiJQ d

Municipal del Ayuntamiento de Almería, que con tanto entusiasmo y eficacia lia acometido «1 excelentísimo señor gobernador civil de aquella provincia, don Manuel Urbina. El número total de volúmenes utilizados en la formación de las anteriores bibliotecas es de 78.000, perfectamente encuadernados, ca­ talogados y clasificados. Con las bibliotecas se han remitido sus fi­ cheros correspondientes, de autores y sistemático, por el sistema de­ cimal. Las fichas que se han impreso arrojan un total de 300.000, con un importe aproximado de 25.000 pesetas. Cos ellas se han re­ mitido a los centros creados sus correspondientes libros-registros, de entrada de obras, de préstamos, talonarios de préstamos y estadística de lectores. A tales cifras es preciso agregar los lotes de incremento que se han remitido a las bibliotecas en servicio, anteriores a 1947, con un total de 20.000 volúmenes, y los servidos a las bibliotecas pú­ blicas a cargo de funcionarios facultativos, con un total de 10.000 volúmenes, aproximadamente. El total importe de las bibliotecas crea­ das hasta el día, en 1947, suman la cifra aproximada de los 3.000.000 de pesetas, que se detallará en la Memoria en prensa.

SECCIÓN DE CAMBIO INTERNACIONAL La terminación de la guerra mundial ha permitido reanudar con toda eficacia el cambio internacional de publicaciones, reglamentado por el Convenio de Bruselas en 15 de marzo de 1886, hoy a cargo de la Junta. Son ya muchos los países de todo el mundo los que han empeza­ do a remitir las publicaciones oficiales de sus respectivos centros ofi­ ciales y culturales y en correspondencia, España ha correspondido con sus publicaciones de la misma índole. Asimismo, son muchos los Cen­ tros españoles. Ministerios, Universidades, Institutos especiales y en­ tidades de diversa índole, las que se han acogido al régimen de la Junta de Intercambio para el envío de sus publicaciones al extran­ jero y para la recepción de las que los centros extranjeros les remiten. El volumen de tales servicios ha alcanzado el año de 1946 cifras verdaderamente sorprendentes, pues es preciso considerar que duran­ te los «ños de la guerra el servicio de cambio estuvo prácticamente suspendido. Consideramos, pues, de interés, dar a conocer el volumen total del cambio verificado durante el pasado ario, que es como sigue:

IMPORTACIÓN Ihirante el año de 1946 se han recibido las importaciones si­ guientes : 462 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

De Dinamarca ... Exp. n." 1.118 Con 2 cajas. Paquetes 136 De Suiza » » 1.119 n 1 » » 130 De E.E. U.U ... » » 1.120 » 18 » » 5.048 De Dinamarca ... » » 1.121 » » » 5 De Portugal » » 1.122 » » » 7 De Suiza » » 1.123 » 2 » » 56 De E.E. U.U ... » » 1.124 » 6 » » 628 De E.E. U.U ... » » 1.125 » 113 » » 19.596

Tottd recibido 142 cajas y 13 paq. 25.606

Estas expediciones se lian distribuido en la siguiente forma :

Paquetes

Albacete. Biblioteca Pública 5 Aran juez. Estación de Horticultura y Jardinería 8 Almería. Estación de Fitopatología Agrícola 10 Badajoz. Centro de Estudios Extremeños 1 Barcelona. Real Academia de Bellas Letras 4 Academia de Ciencias y Artes 216 American Chamber 1 Avícola Bella Ista, S. A 1 Biblioteca Balmes 11 Biblioteca de Cataluña 24 Biblioteca Central .. 13 Biblioteca de Montserrat 1 Señor Bo«ch Aviles 1 Cámara Oficial del Libro 1 Gasa de América 1 Centro Excursionista de Cataluña 3 Clínic4i Corochan 4 Consulado de Estados Unidos 1 Consulado Suizo 1 Escuela Superior de Agricultura 71 Los Estados Unidos 3 Facultad de Medicina 1 Profesor señor Fontsere 1 Institución Catalana de Historia [Natural ... 58 Instituto Agrícola Catalán de San Isidro 5 Instituto Antituberculoso.. 1 JUSTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE PUBUCACIONES 463

Pcíquetes

Barcelona Instituto Botánico 27 » Inatituto del Cáncer 10 » Instituto de Estudios Catalanes 186 » Instituto de Medicina Práctica 6 » Junta de Ciencias Naturales 107 » Señor Manas 1 » Medicina Clínica 12 Museo Arqueológico 1 Museo de Biología 3 Museo de Ciencias Naturales 5 Museos Municipales 4 Observatorio Fabra 16 Profesor Pijoan 11 Revista Catalana de Ciencia y Tecnología 3 Revista Ibérica 5 Revista Jurídica de Cataluña 1 Sociedad del Fomento de Trabajo Nacional . . 129 El Trabajo Nacional 4 Universidad 51 Viajes Marsans 1 » Señor Vilardell 1 Bilbao. Banco de Vizcaya 1 » Consulado Americano 8 » Escuela de Artes y Oficios de Capataces 4 » Universidad Comercial de Deusto 32 Burgos. Colegio Máximo 3 » Servicio Nacional del Trigo 3 Carril (Pontevedra). Señor Lessner 1 Córdoba. Academia de Ciencias y Bellas Letras 22 » Escuela Superior de Veterinaria 12 El Escorial. Biblioteca del Monasterio 9 Cijón. Colegio de la Purísima Concepción 5 Granada. Observatorio de la Cartuja 27 Granada. Universidad 20 La Coruña. Academia Gallega 3 » Sanidad Exterior 1 » Estación de Fitopatología Agrícola 5 » Universidad 2 Madrid. Academia de Ciencias Exactas 157 » Academia de Ciencias Morales y Políticas 21 » Academia Española 8 » Academia de la Historia 95 464 UVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Paquetes

Madrid. Academia Nacional de Medicina 8 » Aéreo Club de España 4 » Aguas Continentales 2 » Archivo del Ayuntamiento 1 » Banco de España " 5 » Biblioteca Central Militar 1.318 » Biblioteca Municipal 8 3» Biblioteca Nacional 764 » Biblioteca de Palacio 9 » Boletín Meteorológico 4 » Doctor Cardenal 1 » Casa Americana 2 » Casa de la Moneda ... 8 » Doña Caridad Castellano 2 » Señor Cifuentes 1 » Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo 5 » Compañía Nacional de Telegrafía 7 » Consejo Oceanógrafico 5 » Consejo Superior de Investigaciones Científicas ... 533 » Cortes Españolas 786 » Cruz Roja Española 27 » Delegación Suiza 7 » Departamento de Estadística Sanitaria 16 » Dirección General de Arquitectura 84 » Dirección General de Banca y Bolsa 187 » Dirección General de Estadística 1.140 » Dirección General de Montes 46 » Dirección General d* Prisiones ' 11 » Dirección General de Sanidad 773 » Dirección General de Telecomunicación 180 » Embajada de los Estados Unidos 53 » Escuela de Automovilismo del Ejército 1 » Escuela de Ingenieros de Caminos 9 » Escuela de Ingenieros de Minas 42 » Escuela de Ingenieros de Minas 6 » Escuela Superior del Magisterio 3 » España Automóvil 3 » Estación Central de Fitopatología Agrícola 7 » Estación de Patología Vegetal 26 » Hemeroteca Municipal 20 » Instituto Biológico Animal 31 » Instituto Español de Entomología 1 JUNTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE PUBLICACIONES 465

Paquetes

Ma

Paqiuites

Ma^lrid. Revista Minero-Metalúrgica 5 » Revista de Pedagogía O » Revista de Sanidad e Higiene 2-1 » Semana Médica 9 » Servicio Meteorológico del Ministerio del Aire ... 18 » Servicio Nacional del Trigo 19 » Sindicato Español Universitario 110 » Sociedad Anónima Azamón 2 » Sociedad Española de Antropología 12 » Sociedad Española de Física y Química 52 » Sociedad Española de Historia Natural 157 » Sociedad Española de Meteorología 1 » Sociedad Geográfica de Madrid 35 » Sociedad Matemática Española 2 » Universidad Central 85 Murcia. Observatorio Meteorológico 3 Oviedo. Universidad 17 Las Palmas. Laboratorio de Oceanografía de Canarias '2 » Museo de Antropología 2 » Servicio Agronómico Nacional 5 Salamanca. Biblioteca Provincial Universitaria 9 » Inspector Provincial de Sanidad 63 » Universidad 13 » Señor Schart 1 San Femando. Observatorio de la Marina .. 56 Santa Isabel de Femando Póo, Servicio Agronómico 5 San Sebastián. Señor Careaga 1 Santander. Biblioteca Menéndez Pelayo 1 » Delegación de Pesca Regional Cantábrica ' 26 Santiago de Compostela. Seminario de Estudios Gallegos 54 » » Universidad 18 Sevilla. Archivo General de Indias 15 » Archivo Hispalense 1 » Biblioteca Provincial Universitaria 8 » Consulado Americano 1 » Consulado Suizo 1 » Diputación Provincial 2 » Instituto Hispano-Cubano 11 » Universidad 33 Soria. Servicio Agronómico Nacional 1 Sueca (Valencia). Laboratorio Experimental del Arroz ... 1 Toledo. Observatorio Geofísico ;> JUNTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE PUBLICACIONES 467

Paqweteis

Tortoaa. Observatorio del Ebro 32 Valencia. Biblioteca Universitaria 17 » Crónica Médica Valenciana 13 » Estación Naranjera de Levante 1 » Facultad de Medicina 7 » Instituto General y Técnico 9 » Instituto Nacional de Segunda Enseñanza 28 » Revista Española de Cirugía "6 » Revista de Higiene y Tuberculosis 6 Valladolid. Colegio de los Agustinos 9 » Colegio de San José 5 » Museo Arqueológico 4 » Universidad 41 Vigo. Biblioteca Pública García-Barbón 5 » Colegio del Sagrado Corazón 5 » Massó Hermanos 26 Villanueva y Géltrú. Museo Balaguer 5 Zaragoza. Academia de Ciencias Exactas 1 » Colegio del Salvador ... 213 » Padre Navas 2 » Sociedad Entomológica de España 65 » Socied/ad Ibérica de Ciencias 197 » Universidad ... 179

Total d& pagitetes 25.433

EXPORTACIÓN

El servicio de exportación se ha realizado con los paquetes envia­ dos a la Junta por los siguientes Organismos: PAQUETES

Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales 102 Academia de Ciencias Morales y Políticas 42 Biblioteca Nacional 42 Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid 56 Dirección General de Ganadería 2 Fomento del Trabajo. Barcelona 1 Junta de intercambio 8 463 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Paqu^ties

Instituto Biológico Animal 17 Instituto Geográfico y Catastral 20 Instituto Geológico y Minero de España 110 Museo Arqueológico Nacional 8 Observatorio de la Cartuja. Granada 80 Revista Las Ciencias 48 Revista española £os 105 Servicio Meteorológico del Ministerio del Aires 29 Sociedad Geográfica (Real) 79 Universidad de Granada 156 Universidad de Madrid. Biblioteca 1

Total 914

Estos envíos se han distribuido en la siguiente forma :

PAQUETES

Expedición núm. 1, para Portugal 91 » » 2, » Argentina 97 » » 3, » Inglaterra 97 » » 4, » Estados Unidos 182 » » 5, )) Italia 98 » » 6, » República Dominicana 24 » » 7, » Australia 7 » » 8, » Bélgica 18 » » 9, » Brasil ,. 21 » » 10, » Canadá 23 » » 11, » Colombia 10 » » 12, » Costa Rica 2 » » 13, » Cuba 23 » » 14, » Ecuador 4 » » 15, » Dinamarca 4 » » 16, » Holanda 27 » » 17, » Chile 14 » » 18, » Peni 20 » » 19, » Suecia 42 » » 20, » Uruguay 10 » » 21, » Irlanda 9 » , » 22, » Suiza 35 » » 23, » Italia 39 JUNTA DE ADQUISICIÓN Y DISTRIBUCIÓN DB PUBLICACIONES 469

Paquetes

» » 24, « Bolivia 3 » » 25, » Nueva Zelanda 2 » » 26, » Luxemburgo 1 » » 27, » Monaco 3 » » 28, » Hong-Kong i » » 29, » El Salvador 1 » » 30, » Filipinas 2 » » 31, » Turquía 1 » » 32, » Pu€rto Rico 3

Total 914

13

NOTICIAS

NOTA INFORMATIVA DE LAS VISITAS Y GESTIONES REALI­ ZADAS EN WASHINGTON POR LOS SEÑORES TORTAJADA Y BORDONAU

Consideramos de interés dar a conocer el extracto de los informes redactados por nuestros compañeros señores Bordonau, Tortajada y Mateu a la vuelta de sus viajes a Estados Unidos, Holanda, Suecia, No­ ruega e Inglaterra, verificados bajo el patrocinio del C. S. I. C. y de la Junta de Relaciones Culturales. [N. de la R.].

De»de nuestra llegada a la Biblioteca del Congreso y nuestra pre­ sentación en el departamento español comenzaron las facilidades para encaminar nuestra labor, y no han cesado en todo el tiempo que he­ mos permanecido en Washington. En la Fundación Hispánica, su subdirector, Sr. Aguilera, ha esta­ do en todo momento a nuestra disposición, no sólo para trazar el plan de visitas a las diferentes dependencias de la Biblioteca, sino tam­ bién indicando los diversos centros que debíamos visitar, disponien­ do las entrevistas y entregándonos carfas de presentación, que han facilitado de modo extraordinario estas conversaciones previas para dar a conocer el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y po­ ner los cimientos de futuros intercambios, en unos casos, y de conso­ lidar y ampliar, en otros, las relaciones de cambio que el Consejo ya tenía establecidas. En el primer día de nuestra visita ^ la Biblioteca del Congreso tuvimos una entrevista con su director, el doctor Evans, en la cual le dimos a conocer nuestros propósitos, ofreciéndonos su apoyo y en­ cargando al Sr. Aguilera el cuidado de darnos todas las facilidades po­ sibles para el éxito de nuestra gestión. En días sucesivos visitamos los distintos departamentos de esta im­ portantísima Biblioteca, sus instalaciones, organización y funciona­ miento. De un modo especial, y con fines de intercambio, tuvimos unas conversaciones con los jefes de los departamentos de adqui­ siciones y de cambio internacional. Por parte del presidente de la Delegación de Wáslúngton de Aniip- 474 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS rican Yibntry Association, recibimos importantes sugerencias en or- <íel al mejor desarrollo de nuestros planes y la invitación para asis­ tir a la reunión anual, que se celebrará en Cliicago en los últimos días de diciembre, de los afiliados a la A. L. A., corroborando de esta for­ ma la indicación que a este propósito nos hizo en España el doctor Hanke. En el Archivo Nacional fuimos recibidos por su director, doctor Buck, «1 cual le dimos a conocer los notables progresos realizados en España durante estos últimos años, en orden a la mejor instalación y protección de sus documentos, destacando el hecho de la construcción de un nuevo edificio para el Archivo Histórico Nacional, enterándo­ le asimismo de la publicación de nuevos catálogos. Por su parte, el director nos explicó brevemente el contenido y organización de su Archivo, deseando que la visita fuese de gran utilidad para nuestra misión. Competentemente dirigidos por el program adviser de este centro, Mr. Holmes, visitamos con detención todos los servicios e ins­ talaciones, pudiendo admirar los magníficos depósitos y los extra­ ordinarios laboratorios de reproducciones y restauración, así como las principales secciones. Con este Archivo se ha acordado un cambio de publicaciones con las análogas de España. El día de nuestra presentación en el Archivo tuvieron la atención de invitarnos a almorzar. Durante esta primera estancia en Washington han sido visitados los siguientes importantísimos centros: The Army Medical Library, Tre office of Education Library, con los cuales se ha iniciado un con­ venio de intercambio de publicaciones. También nos hemos puesto en relación con los siguientes: Smithsonian InsHtution, Camegie ¡rís- titution, Agriculture Departanifnt, The NatUmnl Reiearch Council, The Social Scienee Research Council, The American Councü of Lear- ned Societies, Pan American Union, National Geographicfd Associa­ tion, Oatholic University Howard ¡Jniversity. De todos éstos, unos ya tenían establecido cambio con el Consejo y otros han recibido ahora la primera propuesta de intercambio. Entre todos estos acuerdos deben destacarse: El establecido con el director de la Biblioteca del departamento de Agricultura, en virtud del cual el Consejo podrá recibir, no sólo las publicaciones importan­ tísimas de este departamento, sino cualquier artículo de cualquier re­ vista de agricultura del mundo entero, reproducido en microfilm. Y los convenios preparados con la Universidad Católica, no sólo para el cambio y distribución de las publicaciones del Consejo, sino también para el intercambio de alumnas de la Escuela de Auxiliares de la Investigación con alumnas de la Escuela de Bibliotecarios de dicha Universidad. Tuvimos el honor de ser invitados por el señor rector de esta Uni­ versidad, que nos sentó a su mesa, con el vicerrector, el procurador y NOTICIARIO 475

vatios destacadísimos profesores, entre ellos el Padre Zíegler, el cual, non su prestigio y su devoción científica y espiritual a España, ha sido el que ha facilitado extraordinariamente esta perfecta compenetra­ ción, que se tradujo en este acto en continuas y exaltadas demostra­ ciones de afecto y admiración a España y a la obra católica y cultu­ ral de nuestra Patria. Todas estas relaciones con los diversos centros y organismos han sido en todos los caso», sin excepción, recibidas por todos ellos con especial interés y serán objeto de nuevas conversaciones durante los días de la Asamblea de Chicago y a nuestro regreso a Washington, du­ rante la primera quincena de enero, con el fin de perfilar detalles y acordar convenios de la mayor amplitud posible.

14 DICIEMBRE 1946

NOTA INFORMATIVA DE LAS VISITAS Y GESTIONES REALIZADAS EN LA SE­ GUNDA ETAPA DE SU VIAJE POR LOS SRES. TORTAJADA Y BORDONAU

El 14, por la mañana, salimos de Washington, y en dirección a Nueva York, nos detuvimos en Baltimore para visitar la Universidad John Hopkina y arreglar y ampliar las relaciones de cambio, que ya existían con el Consejo. En esta misma población conocimos la organización de la Biblio­ teca Enoch Pratts (Free Public Library), con algo más de un millón de volúmenes entre la Biblioteca Central y las ramas que tiene esta­ blecidas en distintas escuelas y en los barrios de la ciudad. Nos trasladamos después a Filadelfia, donde estudiamos la orga­ nización de la Biblioteca Universitaria de Pensilvania, y establecimos con BU director nuevos conciertos de cambio con las publicaciones del Consejo. En, la misma capital visitamos y estudiamos la organización y servicio de su gran Biblioteca Pública, Nueva York, por la importancia cultural de su Universidad (Co- lumbiot JJnivermy), por los principales centros de investigación que tienen su sede en esta capital y por su Biblioteca Pública, una de las primeras en este país, ha sido objeto de una especial atención en esta etapa del viaje. La Biblioteca Pública ha sido estudiada con la preocupación de conocer todo lo posible sus servicios y funcionamiento en sus diver­ tís secciones. Con cartas de presentación, facilitadas por la Fundación Hispá­ nica, de la Biblioteca del Congreso, y por el profesor Earl J. Ha- milton, de Northwestern University, hemos visitado los organismos si­ guientes : Cotumhia University: Con esta Universidad se ha formalizado por 476 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

escrito un convenio de intercambio, después de varias reuniones du­ rante tres días, en virtud del cual el Consejo recibirá, en cambio de sus publicaciones, todas las de carácter oficial de este país que le.in­ teresen y también obras editadas por Columbia Press. En esta Universidad fuimos invitados oficialmente por el secreta­ rio del Comité de la Asociación de Bibliotecarios del Este a la re­ unión que se celebró el día 30 de noviembre, y en la cual el presiden­ te hizo nuestra pública presentación a la Asamblea, en concepto de distinguidos representantes de los archiveros y bibliotecarios de Es­ paña, «cogiéndose nuestra presencia coa abundantes aplausos. Los centros de Nueva York que publican trabajos, como la Biblio­ teca Pública, la Ingin^iering Societies Library, la Ñ^w York Historical Society, la American Geographical Sodety y la Hispanic Sodety of America, han aceptado o ampliado las relaciones de intercambio de publicaciones con el Consejo, En cuanto a la Geological Society of Amierica^ se ha solicitado de su presidente, con esperanzas de éxito» que acuerden conceder al Consejo de Investigaciones la categoría de depositario de sus importantes publicaciones, del mismo modo que lo ea ahora nuestro Instituto Minero. Estas publicaciones no se venden ni se cambian, sino que se envían a un reducido número de centros culturales del extranjero, previo acuerdo de la Sociedad, Las visitas efectuadas al Institut of International Eduoation, al So- úial Sciences Reseanch Coundl y a Guggenheim Menwrial Founda­ tion, han tenido por objeto darles a conocer la obra del Consejo y obtener de estos organismos que nos repitan sus reports, y al mismo tiempo establecer con ellos unas relaciones que puedan traducirse en momento oportuno en la posibilidad de intercambio de estudiosos y despertar actualmente su interés para que envíen sus pensionados a España. Con la casa Wilson, la más importante editorial de este país desde el punto de vista bibliográfico, se han ampliado las relaciones comer­ ciales que ya tenía con el Consejo, obteniendo de ella un amplio cré­ dito que hará posible dotar a la Biblioteca Nacional y a otras impor­ tantes bibliotecas de los principales libros de referencia indispensable» para la investigación en todos los campos. Se ha establecido con la U. S. International Books Corporation un concierto que puede permitir al Consejo y a las bibliotecas ad­ quirir libros y revistas de todas las materias, publicados en este país. En el Estado de Nueva Jersey visitamos una preciosa Biblioteca Pública en el pueblo de Montclair, de gran interés por su perfecta y moderna organización técnica. También en este Estado visitamos la Universidad dte Princeton, y ge acordó con su bibliotecario general un incremento del intercambio. Camino de Boston, nos detuvimos en la Vniímsidaft de Yaler (New-Haven) para estudiar su famosa biblioteca, una de las más her- NOTICIARIO 477 mosas Y de las más importantes entre las universitarias. Su moderní- sima instalación es perfecta y ele gran interés. En nuestra estancia en esta famosa Universidad fuimos huéspedes de uno de sus colegios, el Saybrook College, invitados por mediación del profesor Bemes del departamento de Historia de dicha Universidad. Del mismo modo que en las demás Universidades, también en esta de Yale se acordó una ampliación del cambio de sus publicaciones con las del Consejo. En Providence visitamos su Universidad, recibiendo del director de su biblioteca las mismas facilidades que en las otras, en relación con el cambio de publicaciones. En la misma población visitamos la famosa Biblioteca John Cárter Brown, que contiene la colección tal vez más famosa de manuscritos y libros raros sobre Historia de la América latina. Por su historia y prestigio excepcional, dedicamos al estudio y re- laciones con la Universidad de Harvard los días 5, 6 y 7 de diciem­ bre, durante los cuales, además de visitar sus notables bibliotecas, se concertó un acuerdo de excepcional importancia, que significa un claro reconocimiento del interés que ofrece la producción científica del Consejo, cuyas publicaciones se enviarán a cambio de las que edita Harvard University Press, ampliándose después este intercam­ bio a los libros y revistas de editoriales de carácter particular en ambos países. En los tres días de nuestra estancia en esta importantísima Univer­ sidad, hemos recibido invitaciones por parte de los profesores Ha- ring, Usher, Colé y Berrien, y del director de su biblioteca, el señor Metoalf. Con el famoso InsíitutP de Tecnología de M^>ssvchussets, próximo a Harvard, se concertaron igualmente favorables relaciones de inter­ cambio. ' En Boston visitamos su Biblioteca Pública, de gran importancia; la Massachus^ts Historial Society y la Biblioteca diei Ateneo. Camino de Chicago, nos detuvimos en la Universidad efe Ann- Arbor, del Estado de Michigan, visitando su biblioteca y estableciendo con ella un acuerdo de cambio de publicaciones del Consejo con las de esta Universidad. * * *

La próxima'nota comprenderá la relación de nuestras gestiones y de nuestras actividades en Chicago, Northwestern University, Univer­ sidad del Estado de Illinois y confirmación de los acuerdos planteados en Washington y alguno de los Centros de Nueva York. 478 BEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

NOTA DE LAS VISITAS Y GESTIONES EFECTUADAS FN CHICAGO Y OTRAS POBLACIONES

Acompañados por el profesor Earl J. Hamilton, de Northwestera Ufíiversity, en Evanston, visitamos dicha Universidad y au biblioteca, con cuyo director se concertó una ampliación de las relaciones de intercambio con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En esta Universidad dio una conferencia el señor Bordonau a un grupo de profesores y alumnos, acerca de los archivos y bibliotecas ^e España. El profesor Hamilton organizó una cena para presentamos a varios profesores de la citada Universidad, a los cuales explicó el señor Tor* tajada, en una charla, el origen, desarrollo y función del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Visitamos la Universidad de Chicago, y con el director de su biblioteca se trató de ampliar las relaciones de intercambio ya exis­ tentes, concretando las proposiciones en unas bases que se le entrega­ ron y que están en estudio. Hicimos una visita a la Escuela de Bibliotecarios de esta Univer­ sidad, que es la única en el país que concede el grado de doctor en estos estudios biblioteconómicos, y con su vicedireclor, el doctor Car- nowsky, tuvimos un amplio cambio de impresiones acerca del funcio­ namiento de las enseñanzas de esta Escuela. En la misma ciudad de Chicago hemos conocido: la Biblioteca Pública, semejante en su organización y funcionamiento a las demás de este tipo que existen en todas las poblaciones importantes; la de Newberry, de excelente contenido humanista, y la especial de John Crere, con notables fondos sobre Ciencias Sociales y famosa por su buen funcionamiento. Nos trasladamos a Urbana para visitar su Universidad y su gran biblioteca. Fuimos muy amablemente acogidos y constantemente ob­ sequiados por el profesor Hohn Van Home, agregado cultural que fué «n España, y por los demás profesores de su departamento de Len­ guas Romances. Invitados por el profesor Van Home, asistimos a una de las clases -de español, donde tuvimos la oportunidad de poder dar a conocer a los alumnos, por el sistema de preguntas y respuestas, algupas cosa» de España por las que demostraron interés. Como representantes de los bibliotecarios de España, ha constado nuestra presencia en la reunión anual de American Library Associa- tion, que se celebró en Chicago en los últimos días del me» de di­ ciembre. La visita a las Universidades del Oeste, produjo las mismas con­ secuencias que en las restantes Universidades americanas. Califoraia NOTICIARIO 479

tiene una marcada influencia española, y sus Centros se hallaban ávi­ dos de poseer, en intercambio, las publicaciones del Consejo. Con la Universidad de California, estatal, cuyos Centros más prin­ cipales están en Los Angeles y en Berkeley, se acordó un amplio intercambio de publicaciones, incluyendo las de Berkeley Press. Idén­ tico acuerdo se estableció con Stauford University, en Polo Alto, y con Centros determinados de prestigio científico internacional, como el Food Research Institud. En Los Angeles fué visitada, además, la famosa Huntington Li- brary, con más de un millón de manuscritos, verdadero laboratorio de investigación histórica, estableciéndose intercambio con sus publi­ caciones y también con las de Southern University. Las Bibliotecas Públicas de San Francisco y de Los Angeles res­ ponden, en instalación y organización, al mismo tipo de las visitadas en el Este y en el centro de este país; pero la de Los Angeles ofrece la particularidad de no tener un gran salón de lectura general o sala de referencias, por haber adoptado el sistema de integrarse la biblio­ teca exclusivamente de secciones. En Duiham, Carolina del Norte, ha sido visitada la importante Universidad de Duke, y se ha acordado con el director de su biblio­ teca dar una mayor extensión al intercambio ya existente de sus pu­ blicaciones con las del Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ ficas. Vueltos a Washington, hemos aprovechado esta segunda estancia en la capital para completar y consolidar la» relaciones establecidas anteriormente, de un modo especial con la Biblioteca del Congreso y con el Archivo Nacional. Con la Biblioteca se ha establecido oficialmente un amplio y fa­ vorable intercambio. En cuanto al Archivo, ha ofrecido enviar sus Memorias y otras publicaciones de interés. A ambos Centros y a las bibliotecas de la Universidad Católica y Pública de Nueva York se les ha hecho un donativo de algunas pu­ blicaciones del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, que fueron enviadas por la Junta de Intercambio. Como despedida y en agradecimiento a las atenciones recibidas, «e reunió en una comida, invitados por los servicios bibliográficos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pero a expensas de la Embajada, a distinguidas personalidades del campo intelectual, entre las cuales figuraron el rector de la Universidad Católica y los profesores de la misma P. Ziegler y P. Rubio; el rector de la Uni­ versidad de Georgetown; el doctor Flamming, de la Institución Car- negie; el director del Archivo Nacional; el de la Fundación Hispá­ nica de la Biblioteca del Congreso; el jefe del Cambio Internacional en este país y representante de la Smithsonian Institution; el director de la Biblioteca del Departamento de Agricultura, etc. 480 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

Antes de salir de Estddos Unidos h

DON JUAN CABRÉ AGUILO

El día 2 del pasado agosto falleció en Madrid, tras penosa enfer­ medad, «1 ilustre prehistoriador don Juan Cabré Aguiló, dando cris­ tiano fia a una vida íntegramente y con el máximo esfuerzo dedicada a la investigación. Con esta desgracia sufre la arqueología española una pérdida irreparable, y rara vez esta calificación tendrá signifi­ cado tan exacto como en el caso del señor Cabré, cumplido caballero y estudioso infatigable, a quien esa disciplina debe en España sus más destacados descubrimientos de los últimos cuarenta años. Había nacido el 2 de agosto de 1882 en Calaceite (Teruel), en un ambiente duro, laborioso y tenaz, que desde niño le dotó de aquella resistencia que demostraría aun en la» empret-as profesionales más ar­ duas y difíciles. Realizó los primeros estudios en Torlosa y Zaragoza, donde bajo la inñuencia del coleccionista don Sebastián Montserrat, se inició en él aquella afición al dibujo y la Arqueología, que le lle­ varon muy pronto a realizar las excavaciones de San Antonio de Ca­ laceite, que después, pensipnado por la Diputación Provincial de Te­ ruel, simultaneó con sus estudios en la Real Academia de Bellas Ar­ tes de San Fernando. En 1903, al cumplir veintiún años, descubrió las pinturas rupestres de Calapatá, las primeras en este siglo incor­ poradas al que pronto formaría el conjunto extraordinario de nues­ tro arte prehistórico. Aquellas primeras búsquedas fueron patrocina­ das por una benemérita entidad local, que tenía por órgano de ex­ presión el Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón, donde en 1907 publicó su primer artículo con el título «Excavaciones practica­ das en el monte de San Antonio de Calaceite». Muy pronto le siguió una colaboración activa en el Boletín de la Real Academia de Buenas Letras, de Barcelona; en el mismo del N o T I C I A B I o 481

Bajo Aragón y en d de la Real Acailemia de la Historia, con cuyos trabajos atrajo la atención de hombres como el marqués de Cerralbo, Fita, Mélida y el abate Breuil, ya entonces eminentes en estudios ar­ queológicos, que en 1907 le propusieron para miembro correspon­ diente de la Real Academia de la Historia, y alguno de ellos, como el abate Breuil, solicitó su colaboración para diferentes trabajos que fueron publicados en VAnthropologie desde 1909 a 1912. Su primera obra de grandes alientos y entonces la primera española en la mate­ ria, El arte rupestre en fJs/xiña, con la que se inició la brillante serie de Memorias de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Pre­ históricas, a que Cabré, desde dos años antes, pertenecía, apareció en 1914, pero ya la confianza despertada por sus trabajos de campo había hecho que en 1908 se le encomendase la redacción del Catálo­ go Monumental y Artístico de la provincia dt Teruel, y después los de Soria y Zaragoza. Esta dedicación casi total de sus primeros años al estudio de ar­ tes e industrias prehistóricas continuó íntegramente hasta 1917, y a ella se debe el descubrimiento de multitud de pinturas rupestres, pero aunque la vida profesional le hizo seguir otros caminos, nunca pudo olvidar la primera sugestión arqueológica, y mucho más tarde estu­ dió y publicó otras importantes estaciones, como la cueva de «Los Casares», de la Riva de Sahelices (Guadalajara). En 1917 pasó de la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas a trabajar en el Centro de Estudios Históricos, y bajo la dirección de don Manuel Gómez Moreno, en temas de arqueólo-. gía ibérica, para los que ya había acreditado destacada preparación en las excavaciones de Calaceite, de la Cueva y Collado de loa Jardines de Santa Elena (Jaén) y en aquellas de las provincias de León y Gua­ dalajara, adonde estrecha amistad con el marqués de Cerralbo le ha­ bía llevado. Entretanto en la benemérita Junta Superior de Excavacio­ nes y Antigüedades, a quien la arqueología española debe el ingente avance conseguido desde 1911 a 1936, Cabré era quizá el más desta­ cado colaborador, y bajo sus auspicios excavó y publicó más tarde la necrópolis de Tútugi, el dolmen de Menga; las necrópolis de lUora, I^s Cogotas y La Osera; los poblados de Las Cogotas y Azaila, por no citar sino los más importantes, y, por último, después de 1940, la ciudad visigótica de Recópolis, logrando la alta estimación que como director de excavaciones se le reconocía en todos los medios científi­ cos. El magnífico fruto logrado por Cabré en tales trabajos no fué un producto de buena fortuna, pues en estas empresas la causa del éxito es el conocimiento científico, la atención tensa, el menosprecio a la fatiga corporal y, sobre todo, la claridad de clasificación previa de las ruinas por los restos de superficie, que evita gastar esfuerzo y medios en aquellos lugares donde el excavador no puede adivinar el éxito. Cabré, como el operador a través de la radiografía, sobre la 482 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS tierra aún no removida sabía diagnosticar la extensión y cuantía de las ruinas, pero, además, tienía singular JEacilidad para distinguir los estratos, aun los más mezclados, y una útilísima habilidad para el levantamiento de planos y dibujos de los hallazgos. A su etapa de investigador del arte rupestre, que había dado lu­ gar a treinta y cinco publicaciones, sumó ahora en ésta de excavar yacimientos protohistóricos más de otras cincuenta, entre las que des­ tacan las de Azaila, Las Cogotas y l^ Osera, y que unidas a treinta más de diferentes temas arqueológicos constituyen el total de su bi­ bliografía. A estas penosas actividades unió también Cabré otras más reposadas. Fué director del Museo Cerralbo desde 1922 a 1940, perteneció desde 1920 al Museo Antropológico y desde 1942 al Arqueológico Nacional; al fundarse en 1940 el Consejo Superior de Investigaciones Científi­ cas fué nombrado jefe de la sección de Prehistoria del Instituto «Die­ go Velázquez», y en repetidas ocasiones fué profesor de cursillos del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Sus méritos habían sido reconocidos por la Real Academia de la Historia, la de Buenas Letras, de Barcelona, y la Sociedad Hispánica, de Nue­ va York, que le hicieron miembro correspondiente, y por el Gobier­ no español, que en 1945 le otorgó la merecida recompensa de la cruz de Alfonso X el Sabio. El brillante fruto de esta laboriosa vida, que tantos monumentos ha incorporado a la Historia de la Antigüedad española, tiene claro ex­ ponente en su bibliografía, que ha sido publicada en el Boletín Ar­ queológico del Sude/ste Español (B. A. S. E., 1945); pero lo que aún podía esperarse de su fecundida actividad, el fruto maduro y reposado de tantos años de experiencia era mucho más; de él cono­ cíamos como trabajos ya empezados la publicación detallada y enri­ quecida con sus magníficos dibujos de los hallazgos completos de la necrópolis de La Osera, el fascículo de cerámica ibérica dispersa que para el Corpus Vasorum Hispanorum le había encomendado el Con­ sejo Superior de Investigaciones Científicas, el conjunto de sus exca­ vaciones de Recópolis, el estudio del tesoro de plata de Abenjibre y tantos más en que difícilmente otro arqueólogo podrá sustituirle. Para quienes con don Juan Cabré convivimos tantos años, su pér­ dida es no sólo la de un admirado colega, sino también la de un ami­ go leal y un consejero y colaborador insustituible; pero ante el dolor de la desaparición del hombre queda, al menos, el consuelo de saber que su obra es imperecedera, y su nombre estará unido para siem­ pre a los años más fértiles de la arqueología española.—B. TARACENA. NOTICIARIO 483

HENRI BREUIL En los primeros días del presente mes de febrero cumplió setenta años el abate Henri Breuil. Breuil es hoy el patriarca de la pre­ historia europea, que enlaza los tiempos heroicos de hace cincuenta años, la época de Mortillet y Cartailhac, con la investigación actual, frondosa y llena de perspectivas insospechadas. Pocos son los aspectos del paleolítico y del arte rupestre en que Breuil no haya marcado la impronta de su visión personal. Grande» innovaciones le son debidas, y con su ágil espíritu y su incansable actividad sigue marcando la pauta que la pléyade de jóvenes pre­ historiadores sigue en la actualidad. Para nosotros interesa destacar que son ya cuarenta y cinco los años que lleva dedicados a temas españoles, y es, por tanto, el decano en nuestros estudios. Su labor, especialmente en la rebusca y copia de pinturas rupestres, forma época, y ha sido realizada con un gran amor por España, que todos cuantos españoles se han acercado a él en estos últimos años han podido apreciar. Su actividad es incesante. Reciente está su intervención constante y decisiva en muchos momentos en el I Congreso Panafricano de Prehistoria. Actualmente, vuelto al África del Sur, se propone seguir con el estudio del arte rupestre de aquellas regiones, preocupándole el problema de los probables contactos o paralelismos con el arte levantino español. La REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS, al re­ cordar esta fecha en la vida del ilustre hispanista, desea que por largos años pueda seguir guiando con su experiencia a la cada vez más fecun­ da investigación del remoto pasado de nuestros pueblos.

LOS ARCHIVOS ESPAÑOLES

Con mucho gusto recogemos en nuestras páginas el artículo que sigue, aparecido en el diario- «/n/orma- ciones», de Madrid, el. día 28 de julio de 1947. Y al insertarlo en nu^strtí REVISTA debemos agradecer a su ilustre autor, don M. Cencillo, gerente de la Compañía Transmediterránfa, los términos en que se produce, tan elogiosos para el Cuerpo de Archive­ ros, Bibliotecarios y Arqueálogos.—\íiota de la Re­ dacción.]

«El hallazgo en la cripta de la iglesia de Santiago, de Málaga, de los restos de don Juan de San Martín, padre del general San Martín, liberador de América, trae al primer plano de la actualidad la cues- 484 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

tión tratada no hace mucho en «A B C», de la escasa plantilla de fun­ cionarios que sirven los arcliivos españoles. La información de la Agencia Cifra que publican los periódicos ofrece un creciente interés narrando el intenso trabajo de búsqueda realizado sobre la base del rumor de que el personaje había fallecido en Málaga, hasta llegar al feliz y emocionante ñnal de dar con la lá­ pida de mármol en la que, en letras doradas, leyeron: «Aquí yace el señor don Juan de San Martín, que falleció el día 4 de diciembre del año 1796.» Para lograr desenlace tan afortunado, que colma las más exigentes aspiraciones del investigador, se registraron tentativas frustradas y fué preciso todo el empeño oficial puesto por las jerarquías estatales para que con actividad intensiva se llegase al fondo de los archivos, donde, a no dudar, se encuentran, ignorados por esta generación, tesoros pre­ ciadísimos de nuestra historia, que es preciso sacar a la luz para ejem­ plo de los españoles de hoy y orgullo de la raza. Los archivos parroquiales, el archivo municipal y, finalmente, el de protocolos, fueron examinados ávidamente, leyendo legajos, de los que seguramente antes nadie se habja ocupado, hasta encontrar, en el último citado, no sólo el dato que se buscaba, sino también otros de interés, como unos poderes otorgados por el capitán don José de San Martín, y otro documento concediendo seis reales de vell¿n para la manutención de su hijo, entonces cadete del regimiento de Murcia, número 6, de guarnición en Málaga, y luego el famoso general don José de San Martín, libertador de América. Esa labor de búsqueda, tan rápida y satisfactoriamente realizada, hubiera podido estar hecha hace tiempo si el benemérito Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios fuese lo suficientemente numeroso para que cada archivo tuviera los funciotiarios necesarios para desentra­ ñarlo y tener catalogados todos sus documentos con fichas completas de los datos que cada uno ofreciese al interés del investigador. •Ocupado ahora, por impulso patriótico, en reyivir en el recuerdo la figura de un heroico brigadier español del siglo XVIII, que perdió su vida en acto de servicio, he tenido que acudir, con el afán del des- cubridoi;, a archivos y bibliotecas buscando datos para evocar la vida de aquel hombre, sepultado en el olvido, como estará la de otros es­ pañoles ilustres que realizaron actos meritísimos, sin que tengan un libro biográfico que los rememore. El camino del investigador es penoso, no obstante la labor abne­ gada y constante, y la amabilidad de los funcionarios encargados de los ¡archivos, que facilitan cuantos antecedentes están a su alcance, y al propio tiempo van lentamente, porque suele ser tarea de uno, for­ mando los ficheros de su archivo. También yo, en un archivo de protocolos, he encontrado datos pre­ ciadísimos, y, en cambio, otros archivos, donde forzosamente ha de NOTICIARIO 485

haberlos, no han podido todavía facilitármelos porque el ingente mon­ tón de legajos correspondiente al siglo XVIII está sin catalogar y han de realizar una labor penosa y lenta para dar con el que me interesa, si, como me figuro, se encuentra en ellos. Los archivos de protocolos, los parroquiales, las actas de las sesio­ nes de los Municipios, son canteras riquísimas de datos históricos que sorprenderán cuando se investiguen a fondo, porque no todos ellos están concentrados en el Archivo General de Simancas, o en el His­ tórico Nacional, o en el de Indias. El archivo de la Dirección General de la Deuda y Clases Pasivas, de la calle de Argumosa, que por su nombre parece cosa de burocracia y balduque, contiene noticias in­ teresantísimas, que su jefe, con su labor de benedictino, va extrayendo de aquellos legajos sobre jubilaciones y pensiones, de apariencia tan vulgar. No se puede pedir más al abnegado Cuerpo de Archiveros y Bi­ bliotecarios, mientras haya archivos que no estén a su cargo y existan otros cuya plantilla la constituya un solo funcionario. Lo que hay que desear es que dicho Cuerpo se aumente en número hasta que sea el suficiente para poner al descubierto todos los tesoros de nuestra his­ toria que yacen desconocidos en tantos y tantos legajos polvorientos colocados en anaqueles olvidados. Esta obra la agradecerían también los pueblos de América; aque­ llas naciones hispanoamericanas, hijas de España antes, hoy nuestras hermanas, cuya historia fué común con la nuestra durante varios si­ glos, por lo que han de acudir a nuestros Archivos, como ahora lo ha hecho la primera dama argentina, doña María Eva Duarte de Perón, por encargo expreso de su ilustre esposo el general Perón, presidente •de la Argentina, para encontrar los restos del padre del Libertador.

M. CENCILLO DE PINEDA.»

EXPOSICIONES DEL LIBRO ESPAÑOL

EN Z U R I C H

«Se celebro en Zurich, en la mañana del domingo, 11 de mayo de 1947, la inauguración de una Exposición del Libro Español. Se ha dicho con verdad que este acto era una réplica de la Exposición del Libro Suizo en Madrid, en 1944. Entre ambas Exposiciones se han realizado otras del Libro Español en Buenos Aires, Montevideo, Lis­ boa, etc., mientras Zurich ha visto, a su vez, diferentes Exposiciones de libros de otros países. Evidentemente, este deseo de abrir la propia cultura al conocimiento de los demás, y viceversa, tiene un medio, 14 486 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

limitado si se quien*, pero con valor úe exponente, que es la muestra de una cantidad considerable de libros que sea como el índice de la producción literaria de los últimos años. Y EBpañ« no sólo no queda fuera del campo de interés de los hombres cultos de otros países, sino que, por el contrario, posee una de las mayores fuerzas de atracción para la curiosidad científica. De ahí que, correspondiendo a un interés puramente cultural y científico de los principales centros intelectuales de Zurich, haya podi­ do verse un día esta ciudad llena de carteles que anunciaban una Ex­ posición del Libro Español en las salas de la Zentralbibliothek. Y que a este anuncio haya dado su respuesta el público acudiendo es­ pontáneamente el día de la inauguración, incluso muchos que no ha­ bían sido especialmente invitados a este acto. Y el contenido de la Exposición satisfizo plenamente la curiosidad despertada. Las secciones de Historia, Literatura, Arte, Filosofía y Religión mostraban, tanto al que conocía España como al que no la conocía, ima aportación d« calidad y número, de verdadero valor cien­ tífico y literario, unido a una técnica perfecta en lo que se refiere a realización y presentación de los libros. Una muestra, verdaderamente seria, que quizás haya sorprendido a más de uno, a pesar de e«tar tan reciente la otra gran sorpresa, la d« la Feria de Cueros de Basilea. A la misma altura de estas secciones (más propias del gran publico) se hallaban las especializadas en Derecho, Medicina, Ciencias, Inge­ niería, Arquitectura, etc. Y, sobre todo, y esto merece párrafo aparte, las mesas dedicadas a la labor continuada y fecunda del Consejo Su­ perior de Investigaciones Científicas. Estas producciones, obras todas de investigación en las distintas ramas del saber, se imponían al visi­ tante como una impresionante prueba de probidez y laboriosidad cien­ tífica. Son obras que España aporta a la cultura de todos y que nadie más que ella podría aportar, puesto que son la traducción científica de su alma y de su historia, que ya significan bastante en él mundo. Y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha sabido crear, en unos casos, y fomentar en otros, con eficacia que está a la vista, una técnica vigorosa de investigación y exposición, que da a nuestros libros una dignidad espléndida. Completaba el cuadro la colección, casi completa, de las revistas del Consejo, donde se recoge toda la labor de los distintos Institutos. Esta hermosa demostración cultural, qae ha satisfecho por igual a españoles y suizos, no es un acto más, trivial y sin trascendencia. Responde, como hicieron ver los profesores que usaron de la palabra en la sesión inaugural, a un verdadero interés por España, que han sentido los intelectuales suizos, como los de los otros países. Los ro­ mánticos alemanes, aun sin visitar nuestro país, pensaban en España y hablaban y aprendían de ella; igualmente los literatos y hombres de ciencia que, por viajeros, lograron más directo conocimiento. El NOTICIARIO 487 doctor Ernst, profesor ¿e Literatura del Instituto Politécnico Federal, una de las figuras suizas d« mayor relieve en su especialidad, al co­ mentar esto en su discurso y hablar de su propio afán de conocer Es­ paña, que le ha llevado varias veces a nuestra Patria, hacía notar que esa cultura española tan buscada se resistía con cierto hermetismo a ser aprehendida. Como hizo notar el profesor Calvo Serer, que llevó la voz de la Universidad española en este acto, dos corrientes distintas fueron las que hasta ahora condujeron la atención europea hacia España: la cul­ tural, primero, y la económica, después. Actualmente se unen las dos tendencias; ha renacido enormemente el interés puramente intelec­ tual por España, y, de otra parte, la importancia, en aumento, del mundo económico iheroamericano sitúa a España en el centro de un sinnúmero de actividades. Calvo Serer se felicitaba de ese hermetismo a que aludía el profesor Ernst, pues obligó a todos a intensificar un esfuerzo cuya fecundidad puede hoy tocarse. El acto de inauguración resultó sencillo y brillante. Le dio realce la presencia del secretario general del Consejo Superior de Investiga­ ciones Gentificas, doctor don José María Albareda, venido ex profeso de Madrid con motivo de esta Exposición, y de nuestros representan­ tes diplomáticos y consulares, siempre atentos a cuanto se refiere a la actividad cultural. El director de la Zentralbibliothek de Zurich, doctor Burckardt, pronunció unas palabras de introducción, explicando el alcance de esta solemnidad y mostrando la ininterrumpida labor del importante centro que dirige en el sentido de lograr un crecido caudal de la pro­ ducción española. Hablaron después los profesores Ernst, de la Escuela Politécnica Federal, y Calvo Serer, de la Universidad de Madrid. El gran hispa­ nista Amald Steiger, catedrático de la Universidad de.Zurich, también presente en la sala, recibió el homenaje del numeroso público. Terminado el acto, los invitados pasaron a recorrer las salas de la Exposición. G. D.» (De «Arriba», 22-V-1947.)

EN ROMA

Durante el mes de mayo pasado se ha celebrado en las salas de la Biblioteca Apostólica Vaticana una Exposición del Libro Español que ha constituido un éxito rotundo, tanto para España, cuya producción libristica de los últimos años era desconocida para los estudiosos ita­ lianos, como también para su ilustre organizador, el reverendísimo padre A. M. Albareda, M. B., prefecto de la gran Biblioteca Apos­ tólica. 483 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIÜIKCAS V Mt'SKOS

En las más bellas salas de la misma, ennoblecidas por la Historia y el Arte de consuno, en un ambiente de recogimiemo, los libros es- pañoJes han cantado estrofas de paz en medio de un mundo con los espíritus todavía en guerra. Y han sido nuestros libros los que han iniciado heroicamente la reconquista de muchas almas envenenadas por la mentira de una propaganda venal. La vieja e ilustre Biblioteca Vaticana, archivo de reliquias vene­ rables, arsenal de cuanto la Iglesia romana hizo en pro de la cultura en los siglos pasados, continuada ei^ los presentes sin desmayo, ha visto invadida sus fastuosas salas por la intrepidez del joven libro es­ pañol, parangonable sin desdoro con la más exquisita editorial eu­ ropea o americana. La Exposición celebrada en la Biblioteca Apostólica Vaticana ha recogido las muestras más valiosas salidas de las prensas españolas, en ejemplares que han sido facilitados gentilmente por el Consejo Su­ perior de Investigaciones Científicas; Biblioteca Nacional; Junta Téc­ nica de Archivos, Bibliotecas y Museos; Biblioteca del Palacio Na­ cional; Instituto de Cultura Hispánica, y Junta de Intercambio y Adquisición de Libros para Bibliotecas Públicas, y que con poste- rioridad ha pasado a formar parte de la sección española de la m.en- cionada Biblioteca Vaticana, cedidas por el Estado español. * * * También se celebraron, contemporáneamente a la del Vaticano, otras dos Exposiciones del Libro Español en Roma : una organizada por la Oficina Cultural de España, montada cuidadosamente y con exquisito gusto, y otra en la Academia Española de Bellas Artes. Asistieron a los actos de apertura el embajador español cerca del Gobierno italiano, aeñor Sangróniz; el de la Santa Sede, señor Chu- rruca, y el personal de ambas representaciones. En las ^os Exposi­ ciones figuraron más de 1.000 volúmenes, editados en estos últimos años, sobre Filosofía y Pedagogía, Ciencia y .Técnica, Agricultura y Ciencias derivadas. Medicina, Bellas Artes, Folklore y Turismo, Li­ teratura, Historia, Geografía y Viajes, etc., siendo muy visitadas por los estudiosos italianos.

LIBROS PARA LAS UNIVERSIDADES EUROPEAS

Los Gobiernos británico y norteamericano están facilitando la ex­ portación de libros a Europa, y han establecido un Centro Interaliado del Libro y una Comisión de Libros y Publicaciones. Estos organis­ mos han iniciado ya la labor de abastecer a muchas bibliotecas na­ cionales y universitarias de países europeos. La misión concreta de la Comisión citada es la compra de libros en inglés para las Univer- NOTICIARIO 489 eidades europeas y distribuirlos de acuerdo con las necesidades de cada país. Francia, Bélgica, Holanda y Noruega han recibido ya su lote, unos 28.000 volúmenes en total; la consignación para Luxem- burgo se encuentra embalada y en espera de tumo para su embarque. El Centro Interaliado del Libro ha recogido en colectas, verificadas en los Estados Unidos e Inglaterra, 400.000 volúmenes. Otros organismos que participan activamente en la colecta de li­ bros son: el Consejo Británico, que ayuda al establecimiento de bibliotecas de literatura inglesa en los países liberados; el Fondo de Socorro a los Estudiantes Europeos, que ha enviado 2.000 libros de texto, tan solicitados en Holanda, y el Consejo de Ayuda a Holanda, que recientemente mandó a Amsterdam un donativo de dos millares de volúmenes en inglés. Un ejemplo del insaciable apetito de nuevo material de lectura, lo demuestra el hecho de que la reciente consignación de 4.000 li­ bros ingleses a Copenhague, impresos en la misma Suecia, fué ven­ dida totalmente a las veincuatro horas de salir a los escaparates.

ASOCIACIÓN NACIONAL DE ARCHIVEROS, BIBLIOTECARIOS Y ARQUEÓLOGOS

Con gran complacencia acogemos la circular si­ guiente, que ha dirigido a todos los profesionales ar­ chiveros, bibliotecarios y arqueólogos españoles la Co­ misión organizadora de la Asociación Nacional. La Redacción de ABCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS se ad­ hiere con entusiasmo al propifito.—(Nota de la Re­ dacción.)

«Desde hace algún tiempo, muchos bibliotecarios españoles vienen cambiando impresiones acerca de la conveniencia de constituir una Asociación de carácter profesional que dé personalidad social ade­ cuada a todos los que, en misión común, se hayan consagrados a ks tareías propias de la organización y servicios de los Archivos, Biblio­ tecas y Museos de España. Realmente, más que una conveniencia, dicha Asociación es ya una necesidad que nos imponen no sólo el ejemplo de casi todos los países del mundo, cuyas grandes Asociaciones, integradas en magna Federación, vienen prestando inmensos servicios en orden al perfec­ cionamiento de la técnica profesional, sino también poderosas razontü d« índole nacional que nos apremian a dar a nuestros servicios, con la natural defensa de los intereses que nos son comunes, aquella notí de modernidad, relación y eficacia que demanda la elevada función, eminentemente educativa y cultural, que se nos confia. 400 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

De primera actualidad es el movimiento asociativo que eo Euro­ pa resurge como fenómeno de la postguerra. Las principales profe­ siones que asumen alguna responsabilidad por su participación, más o menos relativa en la vida social, científica, industrial o cultural de los pueblos, se asocian para buscar en el esfuerzo común el mejor servicio de la colectividad. Recordad, por lo que a nuestra profesión se refiere, los Congresos Bibliotecarios celebrados en los últimos me­ ses en Washington, Oslo y Londres. España, que contempla con agra­ do por medio de sus archiveros y bibliotecarios dicho movimiento de tipo asociativo profesional, viene hoy a incorporarse al mismo con la propuesta que os dirige la Comisión Provisional constituida al efecto, que suscribe esta circular, para integramos todos en la Aso­ ciación Nacional de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. No es nuevo este intento; lo llevó ya a cabo, hace algunos años, la bene­ mérita Asociación de Bibliotecarios y Bibliófilos Españoles, hoy ex­ tinguida, y cuyo espíritu de amplia colaboración e íntimo compa­ ñerismo renace acogido con entusiasmo en las bases fundamentales de esta Asociación. La oportunidad para la novación de nuestra antigua y primera Asociación nos la proporciona el Conseio Nacional de Colegios Ofi­ ciales de Doctores y Licenciados, que en virtud de reciente decreto habrá de integrarse, de momento, por tres grandes Asociaciones, com­ pletamente autónomas e independientes entre sí: la Asociación Do­ cente, que recoge la función tradicional de los Colegios; la de Quí­ micos, y la de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, estas dos últimas de carácter profesional. Autorizada, pues, oficialmente nuestra Asociación, nos correspon­ de integrarla de un modo libre y espontáneo, fijar sus estatutos y elegir los cargos directivos. Provisionalmente, y en virtud de algunas reuniones habidas en la Biblioteca Nacional, se ha constituido la Comisión que os dirige esta circular con el fin de poner en march.i nuestra Asociación, determinar sus estatutos y convocar en su día una Asamblea que permita asentar sobre sólidas bases la naciente Asociación. Podrán pertenecer a la Asociación Nacional de Archiveros, Bi­ bliotecarios y Arqueólogos todos los que suscriban el adjunto boletín y reúnan las condiciones siguientes : A) Ser archivero, bibliotecario o arqueólogo del Estado, Pro­ vincia, Municipio, entidad o persona particular. B) Poseer el título de licenciado o doctor en Letras o Ciencias. Por razón del nacimiento de la Asociación, durante un plazo deter­ minado podrán también adherirse los que tengan otro título uni­ versitario, para recoger anomalías existentes. C) Se constituye una sección filial de la Asociación, con los auxi­ liares y encargados de bibliotecas sin título universitario, que ten- NOTICIARIO 491 drán una reprCBentación en k Directiva de la Asociación, aunque no la podrán tener en el Consejo. D) El domicilio social de la indicada Asociación .se establece pro­ visionalmente en el de la Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, avenida de Calvo Sotelo, 20, donde podrá dirigirse toda la correspondencia, a nombre del secretario de esta Comisión. E) En las capitales de distrito universitario se constituirán Sec­ ciones Provinciales de la Asociación Nacional, previa autorización de la Comisión Directiva de ésta, que nombrará, a dicho efecto, repre­ sentantes respectivos. Esperando la colaboración de usted en la obra que se emprende, le rogamos nos devuelva, cumplimentado, el boletín que se adjunta. La Comisión Provisional: Amadeo Tortajada Ferrándiz, biblioteca­ rio general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (pre­ sidente); Blas Taraaena Aguiri\e, director del Museo Arqueológico Nacional; Nicolás Fernández-Vidorio Pereda, vicedirector de la Bi­ blioteca Nacional; Cerardo Núñez Clemenne, jefe de sección del Ar­ chivo Histórica) Nacional; Benito Fuentes Isla, director del Archivo Histórico Nacional; Javier Lasso de la Vega Jiménfiz-Plac^r, direc­ tor de la Biblioteca Universitaria de Madrid, y Eugenio Sarmhlp Aguareles, secretario del Archivo Histórico Nacional y de la Comi­ sión Provisional.»

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

FLORIANO CUMBREÑO (ANTONIO C.) : Curso generai de Paleogra­ fía y Diplomática españolas. Oviedo, 1946. Dea volúmenes. Secre- tañado de Publicaciones de la Universidad de Oviedo.

Son tan escasas las publicaciones españolas referentes a las cien­ cias del documento, que la aparición de una obra como la que te­ nemos ante nosotros hace que, aun antes de abrirla, nos sintamos pre­ dispuestos en su favor. Las dificultades de todo género con que se tropieza en su ejecución y, sobre todo, la falta casi absoluta de bi­ bliografía diplomática, son conocidas de todos, y .por ello no es de extrañar que califiquemos de ambicioso el proyecto del señor Flo- riano ni que miremos con simpatía el entusiasmo puesto en la tarea. Sn tratado se encuentra dividido en dos partes esenciales: una, dedicada a los conceptos de carácter general, tanto de paleografía como de diplomática, y otra, especial, consagrada a lo estrictamente español en ambos campos. Estas dos partes, perfectamente equilibra­ das, van precedidas de una introducción, en la que se estudian las cuestiones preliminares de la disciplina; se hace en ella una detallada exposición del progreso de los estudios paleográficos, y se fija el concepto de la asignatura, concepto que sirve a su autor de punto de partida para desarrollar lo que llama «parte general», dividida en tres capítulos: Paleografía técnica. Paleografía histórica y Diplomá­ tica. Según el autor, la paleografía técnica tiene por finalidad «anali­ zar y describir los elementos materiales del monumento escrito y, al mismo tiempo, damos reglas para su interpretación». De acuerdo con esta definición, incluye en el capítulo varios apartados, de los cuales el primero está dedicado a la estructura material del documento; el segundo, a la descripción, transcripción, restauración y conserva­ ción de documentos; el tercero, a la teoría de las abreviaturas, y el cuarto, a los auxiliares de la escritura. Por la novedad que representa, nos interesa destacar la inclusión del segundo de estos apartados en un manual de paleografía. «El anhelo de una técnica uniforme en la transcripción de las antiguas escrituras», dice el autor, le ha movido a dar unas normas encami­ nadas a ese fin, normas muy oportunas, pero que, por otra parte, nos parecen demasiado rigoristas. Vemos en ellas un criterio excesi- 496 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS vamente paleográñco para que puedan ser fácilmente aceptadas; ni a filólogos, ni a hiBtoriadores puede aprovechar un texto publicado en el que se conserven las s largas, las i altas y la caprichosa diapo­ sición de mayúsculas, minúsculas y signos de puntuación que se ob­ serva en los documentos. A pesar de los defensores de este método, nos parecen más acertadas las Normas de la Escuela de Estudios Medievales, con su distinción entre transcripción para estudio y trans­ cripción para publicación de documentos, en las que se da cabida al rigorismo de la erudición y a las exigencias editoriales. No obstante lo expuesto, que no deja de ser una opinión discu­ tible, opinamos que la inclusión de estas cuestiones en un manual de paleografía dirigido a estudiantes, es un acierto personal del autor, por el que merece toda clase de felicitaciones, así como por lo» pá- rrafos en que trata de la restauración y conservación de documentos. En el resto del capítulo se pueden encontrar atinadas observaciones> Dedica el capítulo siguiente a la Paleografía histórica, es decir, a la evolución general de la escritura latina. Quizá sea en esta parte de la obra en la que se pone más de relieve la capacidad docente del autor y su larga experiencia pedagógica; recogiendo las aportaciones de los paleógrafos anteriores que han tratado de la materia, hace una clara exposición de conjunto, xui poco dominada, quizá, por el deseo de aunar opiniones, de compendiar esquemáticamente las doctrinas y métodos expuestos, especialmente por Paoli, Prou, Millares y Kat- terbach. Por lo que respecta a la escritura en la época romana, está tratada con arreglo a los manuales en uso, necesitados de revisión, como ha demostrado recientemente Ms. Mallon en un artículo, co­ mentado en estas mismas páginas (1). Como fin de esta parte general aparece un capítulo extenso, en el que trata de los principios generales de la diplomática y recoge los conceptos esenciales que ha de tener en cuenta quien «e enfrenta con estos problemas. En éste encontramos expuesta con buen método las doctrinas de las escuelas francesa e italiana, en especial de esta última, lo que no impide que en algunos extremos se marque la aportación personal. En el plan de la obra queda la parte especial como una consecuen­ cia de la anterior, como la aplicación de los conocimientos generales expuestos en ella a lo puramente español, que estudia en tres grandes ciclos, perfectamente equilibrados: el de la escritura visigótica, el de la Carolina y el de la gótica. El autor sigue en esta parte especial el método expositivo seguido por Millares, completándolo con la inclusión de la diplomática. Den­ tro de estos tres grandes ciclos citados estudia, en primer lugar, la es-

(1) Vid. Publicaciones españoUu sobre Paleografía y Diplomática (1941-1946). «Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos*, (cuarta época). Lili (1947), 1S5-156. NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 4Q7 crilnra libraría, y en segundo, la documental, a la que dedica consi­ derable extensión, puesto que rebasa el campo puramente paleográ- íico, y adentrándose en el de la diplomática, estudia las estructuras documentales y la específica clasificac'ón de los diplomas en los dis­ tintos períodos. En la exposición de la escritura visigoda está impresa la huella de Millares, como no podía menos de suceder, dada la personalidad, de éste. Pero, no obstante, en algunos extremos se marca perfecta­ mente que el gran paleógrafo español no es la única fuente en que el seiíor Floriano se ha inspirado. Tal ocurre, por ejemplo, al estu­ diar las pizarras visigóticas de Extremadura y al tratar del criterio cronológico que ha de seguirse para la datación de los códices de este ciclo de escritura; en este último apartado vemos reproducidas las opiniones de Lowe, a las que ya se refirió Millares. En el estudio de la escritura gótica, aparte del aspecto paleográ- fico, merece destacarse la extensión consagrada a la terminología ca­ racterística de los documentos, en la que se pone de manifiesto la ingente tarea personal llevada a cabo por el señor Floriano. Termina la obra con un apéndice consagrado a la cancillería pontificia; el estudiante encontrará en él una guía útilísima para el conocimiento de las especies documentales dictadas por la autoridad de los Papas. Conocida la abundancia de diplomas pontificios que existe en nuestros archivos, no es preciso insistir sobre la oportunidad de este apéndice, que constituye otro de los aciertos del autor. Acompañan unas láminas bien seleccionadas, si bien en esta parte se dejan sentir las dificultades actuales, pues las creemos insuficientes y en algunos casos de difícil lectura por lo reducido de su tamaño: más parecen puestas como muestras de las escrituras citadas en el texto que como instrumentos de trabajo con los que el alumno pueda hacer ejercicios de lectura y asimilar las enseñanzas contenidas en la obra. En conjunto, el Curso general de PalfMgrafia y Diplomófica revela en el autor cualidades de competencia y entusiasmo poco frecuentes; su encendido amor por la enseñanza le ha dado ánimos para superar todas las dificultades, y ha conseguido ofrecer al estudioso una guía útil en los estudios paleográficos, en la que ha de encontrar, junto a las doctrinas expuestas"por los tratadistas consagrados, una merito­ ria tarea personal del autor, tanto más apreciable cuanto más escasos son los trabajos monográficos que le hubieran podido servir de base. Al publicar el Curso general de Paleografía y Diplomática el autor se ha hecho acreedor al reconocimiento de cuantos se dedican al es­ tudio de estas disciplinas, por lo que le felicitamos sinceramente, así como a la Universidad de Oviedo, que tan generosa se ha mostrado en su edición.—L. SÁNCHEZ BELDA. 498 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

MARQUESA DE CIADONCHA: Los caballeros portugueses en las Ordenes militares españolas. Lisboa, 1946. 100 págs. 4.° m.

El trabajo de la Marquesa die Ciadoncha constituye un detenido estudio de sesenta «genealogías documentales de los caballeros por­ tugueses que justificaron, la nobleza de sus ascendencias ante el Con­ sejo de las Ordenes para vestir los hábitos de las gloriosas Ordenes militares españolas de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa... ca­ balleros nacidos en Portugal, y sus ascendencias, por los cuatro abue­ los, indistintamente portuguesas o españolas, sin que en muchos casos, aun remontando muchísimo tales ascendencias, pueda determinarse si sus solares primitivos eran de Portugal o de España» (pág. II). La autora reúne escrupulosamente, y completa cuando es necesa­ rio, los datos de los expedientes conservados en el Archivo Histórico Nacional. De 1^8 sesenta genealogías, ocho corresponden al siglo XVI, hasta 1580; cuatro, a los siglos XVIII y XIX: 1706, 1780, 1803 y 1805; las restantes son de 1582 a 1664, período de la unión de Portugal con Qistilla. Sirven de complemento al trabajo tres índices: de apellidos, de localidades y cronológico. La autora considera que (ceste trabajo puede ser continuado con una segunda parle, mucho más extensa, con las genealogías o ascen­ dencias portuguesas de los caballeros españoles cruzados en las mis­ mas Ordenes, que son muchísimos» (pág. 12). La publicación está precedida de una Apresientagoo, llamando la atención sobre la utilidad de este estudio para los investigadores por­ tugueses y elogiando en merecidos términos la escrupulosa labor rea­ lizada por la autora, eficaz «colaboradora» de su marido, don José de Rújula y de Ochotorena, «personaiidade internacionalmeflte conlie- cida no campo das investígagoes heráldicas e genealógicas».—ANTO­ NIO DE LA TORHE.

RE VILLA VIELVA (R.): Manifestaciones artísticas en la catedral de Falencia. Estudio documentado... Ediciones de la Diputación de Falencia. Falencia, 1945. 76 págs. y 85 láminas.

Entre las ediciones más recientes de la Diputación Provincial de Falencia hay una que por su mérito, utilidad y enseñanzas merece el comentario elogioso, que ya se le ha tributado, y al que acrecen las presentes líneas. Se trata del libro MaMfe»tacionfis artísticas en la catedral de Fa­ lencia, y es su autor el erudito archivero, bibliotecario y arqueólogo NOTAS BIBLIOGBAFICAS 499

Scritti di Paleografía e Diplomática in onore di Vicenzo FederÍ4íi. Fi- renze, Leo S. Olschki editore, 1914. X, 381 paga., 34 láms.

A nuestro poder ha llegado el volumen publicado por los paleógra­ fos italianos en homenaje al ilustre Vicenzo Federici, que tantos ser­ vicios ha prestado a los estudios de la Paleografía. Bien merecía este homenaje quien en el transcurso de su larga vida supo complementar cátedra e investigación y consagró toda su actividad a la noble tarea de formar discípulos y de proporcionar materiales de trabajo a los estudiosos. El editor del Chronicon Vulturnense y de los Esempli di coi'siva ontica del secólo I déU'era moderna al IV, quien realizó tan ingente tarea al frente del Istituto della R. Universitá de Roma, con­ tinuando la labor iniciada por Ernesto Monaci, verá hoy con satis­ facción este homenaje que, al retirarse de la enseñanza, le dedican 8118 compatriotas, formados en su escuela la mayoría. El volimien, bien presentado y denso de doctrina, está hecho por los paleógrafos y diplomatistas más competentes de la Italia actual, si bien se nota la ausencia de algunas colaboraciones importanfee, de­ bido, a no dudarlo, a la época en que se hizo la publicación, cuando la guerra imponía condiciones y entrañaba dificultades poco menos que imposibles de resolver. No obstante, sorprende que en esas cir­ cunstancias haya podido salir una obra de tal categoría, en la que colaboran veinte especialistas con aportaciones monográficas de ele­ vado interés en los campos de la Paleografía y de la Diplomática. Entre loi trabajos publicados se destaca el de Angelo Silvagni: L'indizione nelVepigrafía nwdievale di Roma e l'origine ditH'indiziane romana, en cuyas páginas se llega a la conclusión de que «nell'epi- grafía di Roma e provincia Tindizione usata fin dagli inizi, cioé dai primi dezenni del sec. VI, fu esclusivamente la greca, e che quella romana fa la sua prima apparizione al cadere del sec. X'seguitando nei «ecc. successivi XI e XII» (págs. 5-6.) Beniamino Pagnin aborda el estudio de la precarolina en Italia con un trabajo titulado Studio sulla formazUme della preoarolitia ita­ liana, donde deduce que esta letra se formó «sotto l'influenza e la forza della corsiva nuova delle carte e talvolta dei codici con deter- minati caratteri locali a seconda dei diversi centri culturali e del di­ verso contributo della corsiva stessa sugli elementi della scrittura po- sata» (pág. 45). Píer Fausto Palumbo colabora con un trabajo que lleva por título La concelteria di Anacleto II, en el que trata del registro de ^ste Papa, analiza sus cartas, estudia los caracteres de su cancillería, iden­ tifica sus cancilleres y concluye reivindicando la memoria del pon­ tífice Anacleto II, sobre cuya personalidad aporta interesantes datos, extraídos de los documentos. NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 501

D. Mauro Inguanez, en su artículo sobre La scrittura Beneventana in codici e documend dei secoU XIV e XV, prueba la permanencia de esta clase de letra hasta los siglos citados en el título, en contra de lo que se creía anteriormente. El mismo interés que los anteriores ofrecen el resto de los tra­ bajos que componen el volumen objeto de esta recensión; entre ellos mencionaremos el de Silverio Leicht Pier, La formuh de affranca. zione dei coloni nel periodo bologne^ ed i suoi antecedend; el de Cenceti, Note di diplomática tfesarvUi bolflgnesff dm secoU XI-XIII; el de Lazzarini, Lettere duoaii veneziane del secólo XIII; el de Do- menico Forva, La scriütura Hhroria di Ciríaco d'Ancana; el de Bis- choff, Die aogenannpen agriechischeny) und (ncaldaischeni) Zahlzeich^n des abenidlandischen MktelaUers, y otros varios, cuya mención omi­ timos por no extendernos demasiado. Con el presente volumen, los paleógrafos y diplomatistas italianos han ofrecido el homenaje que se merecía el eximio profesor Federici. L. SÁNCHEZ BELDA.

INSTITUTO NACIONAL DEL LIBRO ESPAÑOL: Catálogo de h Exposición del Libro Español en Lisboa. 1946. [Por don Eduardo Ponce de León y Freiré y don Florentino Zamora Lucas.] Edición dirigida por don Miguel Herrero García.—^Madrid.—[Al fin : Talleres de Gráficas González].—1946.—XLV pág.+lám. 1-8 + 1 hoj. + l62 pá­ ginas+]ám. I-CV + 2 boj.—27 cm.—^Tela gris.—^Texto a dos co­ lumnas. Láminas en sepia; cuatro en policromía.

El Instituto Nacional del Libro Español merece los plácemes de cuantos sienten verdadero interés por el conocimiento y la expansión de la bibliografía patria. Entre muchas otras actividades en este res­ pecto, propias de la misión trascendental que por su constitución le incumbe, recuérdese la Exposición que, inspirada en el doble objetivo indicado, organizó en el palacio de la Real Sociedad de Bellas Artes de la capital portuguesa. El éxito alcanzado —éxito del que en su día se hizo eco la prensa lusohispana— se debió no sólo al positivo acierto de su instalación y a los brillantes actos con que fué inaugu­ rada, sino al valor intrínseco de la mismA, esto es, al criterio de se­ lección que presidió en el conjunto de las obras allí presentadas. In­ tentábase presentar en ella no toda la producción editorial contem­ poránea de nuestro país —aspiración que hubiera roto el marco propio de esta clase de públicas exhibiciones—, sino lo más típico, lo más característico, lo más saliente y logrado de la misma, especialmente de la relativa a estos siete últimos años, para que se advirtiese, en una visión global, el progreso adquirido por nuestras artes tipográfi­ cas y de encuademación, a la fecunda sombra de la paz interior y

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al celo inteligente de los que en nuestros días las impulsan y dirigen. El fin que se propuso el patriotismo de sus iniciadores se cumplió de tal manera y en grado tal que superp las más lisonjeras esperanzas puestas en él. Los que no lo presenciaron y los que tal vez conside­ raron hiperbólicas las informaciones que oportunamente recogió la prensa diaria, se convencerán de ello con sólo hojear las páginas de este Catálogo, que por su forma y por su fondo —su contenido, sus ilustraciones, su impresión, su papel y cobertura—, viene a ser ex­ ponente de lo que se quiso presentar en la ocasión mencionada a la admiración de los inteligentes: la perfección, la elegancia y la ri­ queza que ha conseguido el libro español. En él se describen las obras expuestas. Pasan de cuatro mil y se ordenan alfabéticamente por autores, entidades, títulos y biografia­ dos, según proceda en cada caso, dentro de la siguiente clasificación : Administración.—Arte e Historia militar.—Agricultura e Industrias agrícolas.—Arquitectura.—Arte.—Ascética.—Astronomía.—Biblia.— Bibliografía.—Biografías colectivas.—Biografías particulares.—Botáni­ ca.—Ciencias puras.—Civilización.—Cultura.—Comercio.—Contabili­ dad y Orgánica industrial.—Construcción.—Costumbres.—Deportes.— Juegos.—Derecho.—Dibujo y Artes industriales.—Economía.—Econo­ mía doméstica.—Gastronomía.—Enciclopedias.—Ensayos. —Escritura. Escultura.—Estadística.—Etica.—Filología.—Filología alemana.—Filo- , gía española.—Filología francesa.—Filología griega.—Filología ingle, sa.—Filología latina.—Filología portuguesa.—Filología semítica.—Fi­ lología vascuence.—Filosofía.—Filósofos.—Física.—Fotografía.—Ge­ nealogía.—Heráldica.—Geofísica.—Geografía.—Grabado.—Historia.— Historia eclesiástica. — Patrística.—Iglesia católiCJ» .—Catcquesis. —Li- turgia. — Industria. — Ingeniería. — Electrotecnia.—Librería.—Libros para niños. — Literatura. — Manuscritos.—Matemáticas.—Medicina.— Metafísica.—Música.—Pedagogía.—Pintura.—Poligrafías.—Política.— Psicología.—Química.—Religión.—Religiones no cristianas.—Seguros. Sociedades.—Sociología. — Teología dogmática.—Teología pastoral.— Urbanismo.—Viajes.—Zoología. La reseña bibliográfica abarca los elementos más interesantes de la cédula respectiva: autor, título, editorial, lugar, año, encuadema­ ción, precio. La clasificación a que responden los precedentes epí­ grafes, tal vez se distancie mucho de los principios científicos de una sistemática fundamental de materias, pero debe tenerse muy en cuenta que obedece a un criterio de tipo editorial. Ello advertido, no puede negarse que el orden alfabético en que se agrupan los conceptos y las oportunas referencias que los enlazan llenan el objetivo esencial pro­ puesto : la rápida y segura búsqueda del asunto que desee consultar el lector. El Ctítálogo se cierra con un índice alfabético muy bien cuidado y muy completo, en que se mezclan autores, materias y títulos de NOTAS BIBLIOCBÁFICAS 503

obras anónimas, pero sin confundirse unos con otros, pues los dis­ tingue perfectamente la diversidad tipográfica en que aparecen. Es­ timamos ocioso destacar el acierto de su redacción, siendo ésta de quienes por su cultura, su vocación y su experiencia honran al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Pero la obra que presentamos no se ciñe a lo expuesto. Aparte de su introducción, breve, pero densa, concerniente a la índole de la mencionada Exposición, así como a nuestro libro, considerado desde el doble ángulo intelectual y mercantil, lleva dos notables monogra­ fías, íntimamente relacionadas con el tema central de la misma y eruditamente desarrolladas por dos académicos, doctos y autoriza­ dos en los respectivos asimtos que esclarecen : a) El libro ilustrado bajo Carlos III y Carlos IV, por F[rancÍ9co] J[avier] Sánchez Can- ton; y b) El art\e tle la encuadernación en España, por Vicente Cas­ tañeda.—G. A. de I.

FONTÁN LOBÉ (Juan): Bibliografía colonial. Contribución a un índice de publicaciones africanas. [Obra postuma. Ordenación e índice, por don Agustín Palau Claveras y doña María Asunción del Val Cordón, del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliote­ carios y Arqueólogos. Prólogo de don José Díaz de Villegas].—Ma­ drid.—[Ediciones de la Dirección General de Marruecos y Colonias. Al fin: Talleres tipográficos «Selecciones Gráficas»].—1946.—669 páginas+ 1 hoj. + l lám.— 29 cm.—Tela gris.—Retrato del autor.

Fontán Lobé fué uno de loa africanistas más cultos y más patrió­ ticamente apasionados que tuvo España por la expansión e influencia de la misma allende el Estrecho. Hombre de sabias doctrinas y de fecundas realidades, se distinguió alli y aquí por sus relevantes dotes como organizador, administrador y legislador, según lo puso de relie­ ve en el Gobierno General de Guinea primero y, más tarde, en la Direc­ ción General de Marruecos y Colonias. La huella profunda que eri una y otra marcó recordará siempre lo sentido e irreparable de su falleci­ miento, como nos lo dice, en frases que la emoción empaña, su ilus­ trado prologuista y digno sucesor en el último de los altos cargos referidos. Llevado de su encendida vocación, cultivó también el campo de su bibliografía, en el que espigó los textos que tan eficazmente contri­ buyeron a su dilatada erudición y a su profundo conocimiento sobre estos problemas de extraordinaria trascendencia nacional. Libros, fo­ lletos, hojas sueltas, artículos de revistas, periódicos, enciclopedias, anuarios, guías de viajes, cuantas fuentes de información relativas a dicho tema pudo allegar durante su vida intensa y laboriosa fueron atentamente consultadas y puntualmente resumidas por este campeón 504 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

fenoroso e infatigable de nuestra expansión en el Continente Negro. Y así logró reunir cerca de siete mil fichas, todas de sumo interés, al­ gunas de excepcional rareza, que a su muerte legó a la Dirección Ge­ neral de Marruecos y Colonias, porque, a pesar de su característica modestia, comprendió el servicio que había de prestarle el copioso fruto de su diligencia cultural. Y la entidad mencionada, reconocién­ dolo así, decidió con plausible acuerdo darlas a las linotipias en un libro acomodado a los modernos adelantos de este linaje de publica­ ciones, «no sólo —reproducimos líneas iniciales— porque [la Direc­ ción referida] es consciente de la trascendencia y significación de esta aportación a la bibliografía de África —ecuatorial, especialmen­ te—, sino también porque cree así rendir el mejor de les homenajes al inolvidable adalid del africanismo español ..» Encomendóse la tarea de la necesaria revisión, a tal efecto, a dos jjersonas competentes en estas disciplinas —van citadas ya en la cé­ dula precedente— y vio la pública luz el presente repertorio. La im­ portancia del mismo, reflejada en las consideraciones generales que anteceden, puede fácilmente deducirse con sólo apuntar que nos da cuenta de 16.902 títulos referentes al indicado asunto, relacionados por orden alfabético según las normas vigentes para la redacción de los catálogos oficiales de autores, entidades y obras anónimas, y se- seguidos de un índice, alfabético también, de nombres geográficos, personas, conceptos, autores, colaboradores, traductores y prologuis­ tas, muy útil para la rápida consulta de la materia o del dato que pueda interesar. Estamos, pues, en presencia de una verdadera bibliografía hispa- noafricana que se echaba de menos en este género de producciones. A ella tendrá forzosamente que acudir el que deba conocer las cuestio­ nes a que afecta o quiera ahondar en los problemas que plantean a los investigadores y aun a los gobernantes.—G. A. de I.

CASAS TORRES (José Manuel): Bibliografía geográfica de Aragón. por '•— y Alfredo Floristán Samanes. Sección de Geografía. Institución «Femando el Católico» (C. S. I. C), de la Excma. Di­ putación Provincial de Zaragoza.—[Al fin : Zaragoza.—Talleres editoriales «El Noticiero»].—1946.—2 boj.+ 162 pág.+X pág. + l hoja.—24,5 cm.—Cartul.—1 map. intercal.—Tirada de 500 ejem­ plares.

Estas páginas —que se publicaron también en el número 20-21 de Estudios Geográficos, revista del Instituto «Juan Sebastián Elcano», del Consejo Superior de Investigaciones Científicas— constituyen un interesante repertorio bibliográfico de obras y de artículos sobre el indicado tema; pero contra lo que pudiera inferirse de su título, no NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 505 se refieren sólo a los impresos que tienen matiz exclusivamente geo­ gráfico. Abrazan también aquellos Otros de muy diversa índole que directa o indirectamente se relacionan con él. I^o advierten sus auto­ res. Y añaden: «Junto a un serio trabajo de Morfología, por ejem­ plo, o las obras clásicas de la Historia de Aragón, utilisuibles también desde muchos puntos de vista de la Geografía hiunana, va la descrip­ ción, más o menos periodística y poética, pero casi siempre con datos de interés, de un viajero.» Consta de 1.638 fichas, desarrolladas muy elementalniente y dis­ tribuidas por orden alfabético dentro de esta clasificación: a) Ara­ gón en general, b) Aragón septentrional. Pirineos y Somontano. c) Ebro medio y Bajo Aragón, d) Sistema iliérico. e) Altas tierras tu- rolesae. C¡omo procede en obras de esta característica, se cierra con un índice alfabético de autores. Huelga, en vista de la relación de contenido aquí sintetizada, que encarezcamos la cuantía y la importancia de esta aportación a la Bi­ bliografía nacional; pero hemos de lamentar, no ya el olvido de las reglas catalográficas más fundamentales, sino la ausencia —en la redac­ ción de las cédulas respectivas— de algunos datos indispensables para la identificación, o, cuando menos, para la valorizacion.de las obras que se citan en ella.—G. A. de I.

LASSO DE LA VEGA JIMÉNEZ PLACER (JAVIER) : Cómo 90 hace una tesis doctoral, o Manual de técnica de Ut documentación cien, tífica y bibliográfica—San Sebastián.—Editorial Internacional. [Al fin: Madrid. Estades].—1947.—XVII+ 619 pág. + l hoj. 22 cm.— Cart.—Grab. intercal.

He aquí un libro que por su amplia concepción, su estructura or. gánica, su vasto y sistematizado contenido, su práctica finalidad y hasta su adecuada presentación tipográfica, merece el aplauso de la crítica serena e imparcial. No se lo regatearemos nosotros, seguros de que el que lo haya leído u hojeado simplemente ha de atribuirlo no al afecto de un compañerismo profesional, sino a las más elementales exigencias de la justicia objetiva. El título de la obra —que modestamente reduce la extensión de la misma— nos da a conocer diáfanamente el fin que en ella se per­ sigue : servir de guía al futuro autor de una tesis doctoral o de im trabajo cualquiera desde el instante en que surge la idea en su mente hasta que la ve realizada en los escaparates o en los anaqueles de las librerías, pasando gradualmente por todas las fases de su laboriosa gestación, o, como advierte en frase apretada y gráfica un docto je- guita, desde la ocurrencia hasta la vitrina, con noticias, observaciones 506 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

y norimis de sumo interés para los investigadores en general, y no sólo pura los que acaban de salir de las aulas universitarias. El autor —digámoslo sin hipérbole— se ha superado en sus pro­ pósitos. Verdad es que ha puesto en el empeño todos los entusiasmos de su vocación y todas las enseñanzas de su vida, como uno de los más cultos individuos de nuestro Cuerpo Facultativo: «Diez años al servicio de la Secretaría de la Biblioteca Nacional y otros diez al de la Dirección de la Biblioteca de la Universidad de Madrid», en contacto frecuente con lectores de toda condición y con fondos —ma­ nuscritos € impresos— de todo .linaje. Así, en estrecha alianza su ciencia y su experiencia, analiza de un modo sistemático cuanto atañe a la documentación bibliográfica y científica para «1 adecuado cono­ cimiento de sus progresivas etapas: descripción de documentos, có­ dices, libros, estampas, monedas y objetos arqueológicos; cataloga­ ción, alfabetización y clasificación de materiales; normas internacio­ nales establecidas en tal respecto, código de abreviaturas e institucio­ nes y organismos creados para estos fines; idea y uso práctico de fi- chaiJ, carpetas, fotocopias, nú-crojilms y demás recursos e instrumen­ tos que la moderna industria pone a nuestra disposición como útilí­ simos auxiliares de la tarea intelectual y —para no alargar más de lo debido esta enumeración— todo lo que puede abrir el camino, vencer las dificultades, disipar las dudas o indicar las necesarias orientacio­ nes al que intente dar a la pública luz el resultado de su estudio. Acompáñale y le va explicando todo, como experto cicerone, desde que escoge el asunto y emborrona las primeras cuartillas hasta que lo ve en manos del lector después de haberlo impreso, firmado el con­ trato editorial —si lo hubiere— y cumplido sus obligaciones legales, como la del registro de la propiedad intelectual, la del depósito de ejemplares y otras parecidas. Trátase, pues, de una verdadera enciclopedia —si se nos permite la poca exacta, pero muy expresiva, aplicación de la palabra— con­ cerniente al heterogéneo e interesantísimo tema. Por.eso —y para que nuestros lectores se formen idea cabal de su contenido, no totalmente reflejado en las líneas anteriores— diremos que desarrolla los si­ guientes epígrafes, divididos en cinco partes: a) La investigación cien­ tífica como profesión. El problema del genio español, b) Las reglas sobre la investigación científica y Ramón y Cajal. La elección del tema. La materia. Cómo se debe leer. Cómo leer técnicamente. El plan. El método. La clasificación de las ciencias y las bibliografías; c) La documentación científica universal. Los Centros para la inves­ tigación científica en el extranjero. Los recursos nacionales para dicha investigación. Las Universidades. Los Archivos. La catalogación de do­ cumentos. La de impresos. Las Bibliotecas; su concepto y misión. Conocimientos que debe tener todo lector de las guías y reglamentos de las Bibliotecas. Los Museos; d) La documentación. Los materiales NOTAS BIBLIOGRÍÍPICAS 507 para la documentación científica. La documentación en Medicina; «) La redacción. La impresión. Propiedad intelectual. La documen­ tación bibliográfica. Habrá quien tal vez ponga reparos a más de una de sus afirma­ ciones o quizá no comparta el criterio del autor en alguno de los puntos de esta obra, densa y amplia; mas nadie ha de negamos que Lasso de la Vega, todo pasión de enamorado en este género de temas, no se ha limitado a cubrir k meta que se propuso al escribirla. La ha superado. Y con ventaja para toda clase de lectores: los no inicia­ dos podrán adquirir en ella cuantas nociones y conocimientos reclama una sólida formación en las disciplinas examinadas; los versados en éstas, inclusos los profesionales, hallar interesantes noticias, sugestiones eficaces, alentadores estímulos para el mejor servicio de su misión.— G. A. de L

ACCIÓN CATÓLICA. Consejo Superior de Mujeres. Gabinete de Lec­ turas «Santa Teresa de Jesús». España: Consejo Superior de Mu­ jeres de Acción Católica. Gabinete de Lecturas «Santa Teresa de Jesús», Catálogo critico de libros para niños. Ilustraciones de Ro­ sario Ve lasco. [Prólogo del M. I. señor don Jesús Enciso].—Ma­ drid.—[Al fin: Talleres de Gráficas Ibarra].—1945.—191 pági­ nas+4 lám. en colores.—22,5 cm.—Rúst.—Texto a 2 col.—Cabece­ ras y viñetas grab.—Cubierta policroma.

Esta obra —huelga casi la indicación— está inspirada en un ver­ dadero amor a la infancia y a la adolescencia de uno y otro sexo, y tiende, como objetivo primordial, a servir de guía segura a padres de familia, maestros, directores espirituales y, en general, a cuantos por obligación sagrada o por nobles estímulos de apostolado deben tener una orientación clara e inequívoca sobre todos y cada uno de los libros de honesto e instructivo solaz, acomodados a la mente y a las aficiones de los niños, para que éstos hallen en sus lecturas el esparcimiento propio de su tierna edad sin nada que empañe su ino- cencia, hiera sus sentimientos o deforme su carácter, antes contribu­ yan a llevarlo suave e imperceptiblemente por los caminos de la vir- tud y del bien. Refiérese a 916 producciones infantiles de la expresada tendencia y nos da la minuciosa descripción bibliográfica de cada una de ellas, así como la caüficaciún de las mismas en los aspectos que más pue­ den interesar a las personas a que se enderezan, especialmente en los órdenes religioso y moral, a la luz de los eternos principios de Cristo y de su Iglesia. Van distribuidas en cuatro capítulos, relativos a las más adecua­ das a los lectores de tres a í^is, de seis a nueve, de nueve a doce y de 508 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS doae a quince años, respectivamente, dentro de los cuales se ordenan alíabétioamente por autores, entidades j obras anónimas bajo esto» parágrafos o apartados que sistematizan la censura adoptada: recomen- dables, aceptables y toherables. Hay un cuarto grupo —-el de inconue- lúentes— que va aparte, por afectar a todas las edades mencionadas. El Catálogo se cierra con dos índices alfabéticos: uno de auto- res, adaptadores, prologuistas, ilustradores y obras anónimas; otro de títulos de los libros examinados, más que útil, indispensable en egfe género literario, singularmente por la atribución imprecisa, cuan­ do no totalmente arbitraria, de muchas de sus adaptaciones, y, con frecuencia, de su traducción a nuestro idioma.

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Hasta aquí, la estructura, la finalidad y el contenido de estas pá­ ginas, embellecidas y animadas con dibujos sencillos, candorosos, in­ genuos, según convenía a la índole de las mismas. En cuanto a su fondo, plácenos apuntar que son muchos y rele­ vantes los méritos que ofrece. El primero, el de su originalidad o no­ vedad, toda vez que en España no existe —o no conocemos nosotros— un Catálogo de parecido alcance, esto es, consagrado por entero y ex­ clusivamente a la crítica moral de lecturas infantiles, a pesar de la necesidad patente que entre nosotros se sentía de antiguo. Por esta circunstancia y, sobre todo, por haber cubierto y aun superado la meta ideal propuesta, aplaudimos sinceramente su aparición, que no vacilamos en calificar de venturosa. Y si nos fijamos en su esencia y en sus fines, nuestra modesta opi­ nión es resueltamente favorable. Todas sus fichas o cédulas contienen, amén de la descripción ya señalada, uu ceñido resumen del argumen­ to de las obras a que afecta y un juicio breve, diáfano, categórico, so­ bre su valorización desde el punto de vista religioso, ético, literario, instructivo y a veces artístico, según la graduación • y las categorías apuntadas en líneas anteriores, atendida la edad psicológica más que la física, el desarrollo de la inteligencia más que el de los músculos, el espíritu más que la materia, según se infiere del estudio particular de estas páginas. El, además, nos autoriza a sostener que la depuración de los li­ bros, fin sustantivo y cardinal del que analizamos, es tan acertada como definitiva. Ni podía acontecer de otra suerte, pues las cultas jóvenes que actúan en el Gabinete de Lecturas «Santa Teresa de Jesús», conscientes de la responsabilidad que en su fecunda labor contraen y celosas de la alta representación que ostentan en la misma, examinan y disciernen con la máxima atención los problemas y las dificultades de todos y de cada uno de los casos que se ofrecen a su dictamen, prime­ ro individualmente y después en reunión o Junta de la mayoría. Más. NOTAS BIBLIOGBÍFICAS 509

Cuando lo delicado, o lo grave, o lo dudoso del asunto lo demanda» recurren «1 parecer de personas de ilustrada conciencia y, en Última instancia, por decirlo así, apelan al fallo resolutorio de su docto con­ siliario. ¿Pueden exigirse ni más diligencias ni más garantías para el acierto?... Y puestos a subrayar los principales de la obra, no debemos pasar en silencio —menos en las columnas de una revista profesio­ nal— lo que a primera vista se advierte en la estructura, redacción» ordenamiento y ajuste de los distintos elementos que la constituyen: el dominio pleno de la técnica bibliográfica. Nota ésta más digna de elogio cuanto más ausente suele estar de las'producciones similares a. la que motiva el presente comentario.

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Como a menudo acaece en las obras de bibliografía, quizá no sean todos los libros que están ni están todos los que son en la presente. ¿Deben salir del círculo trazado en ella las novelas policíacas? Asi lo entiende un crítico sagaz; pero no las que, viéndolas tan a menudo en las manos de niños y alarmadas justamente por los estra­ gos morales que puede ocasionarles su lectura, estiman que es, no sólo conveniente, sino obligado, ineludible, dar la voz de alerta so­ bre un peligro tan inminente como generalizado. El mismo escritor echa de menos en esas páginas no pocos títu­ los que actualmente se hallan en el mercado. Admitimos sin restric­ ciones mentales esta objeción; pero no olvidemos que se trata de un primer ensayo, y que, según nuestros fidedignos informes, hubo de precipitarse su impresión ante la urgente y general demanda. Mas este reparo tiene sencillo remedio en sucesivas ediciones, y en mucha parte se está subsanando en las atrayentes páginas del Crisol de U- broi, revista que viene publicándose con éxito creciente como suple­ mento y continuación del Catálogo a que nos referimos. Lo que ya no se nos alcanza, a pesar de que hemos reflexionado maduramente sobre el asunto —^y lo consignamos sin eufemismos por la importancia que al tema concedemos— es el móvil que ka podi­ do inducir a jóvenes tan discretas e ilustradas a la sistemática exclp- sión de las denominadas Lecturas •escolares, que, aunque dirigidas a los centros de instrucción primaria, no son libros de texto propia­ mente dichos, ni el llevarlos a esas páginas supone invadir el campo pedagógico; temor... infantil que, según nos parece, les ha detenido en ese límite, sin que en nuestro sentir haya nada que lo justifique. Trátase —lo saben ellas— de una literatura amena, recreativa, pue­ ril, con todas las características de la tamizada en su libro, y no ve­ mos razón para negarle la entrada en él. Y, en cambio, ¡cuántas, y 510 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS graves, y convincentes, y decisivas acon»ejan e imponen que pasen por su crisol\... Dispensen estas observaciones que la simpatía y la trascendencia de la obra nos sugieren.. Están formuladas con el vehemente deseo de cooperar a su mayor eficacia, no con la acrimonia pedantesca de un dómine. No puede serlo quien reconoce que, en términos generales, está admirablemente lograda y se complace en sumar su cordial fe­ licitación a las muchas que, según nos consta, han recibido las que la patrocinaron y las que la dieron a las linotipias. Lo merecen, sí; pero con más singular motivo recibirán el aplauso general si en próxima edición llaman a los ausent'es, en el número po­ sible, y abren sus columnas a los expulsados con agravio de la justicia y de la conveniencia.—G. A. de I.

SEDÓ PERIS MENCHETA (JUAN): Ensayo de una bibliografía de miscxilánfia cervantina. Comedias, historietas, novelas, poemas, zar­ zuelas, etc., inspiradas en Cervantes o en sus obras, por ... Barcelona. [Al fin: Imprenta-Escuela de la Casa Provincial de Caridad].—1947.—XLVII +241 pág. + l boj.—24 cm.—Cartul.

Notoria es, y profunda, y universal la huella que imprimieron en todas las manifestaciones de las letras las creaciones sublimes del más preclaro hijo de Alcalá, especialmente la que, entre risas y admira­ ciones, ha paseado triunfalmente por el mundo el genio de nuestra raza. Esta influencia, dilatada y honda, que derrama su luz inextin­ guible desde las cimas de nuestro Siglo de Oro sobre todos los pue­ blos civilizados de la tierra, «en su conjunto —segiin observación pre­ liminar de la obra en que nos ocupamos— constituye una de las rama.s más curiosas del árbol del cei'vantismo, ya que, en definitiva, debe la Literatura a Cervantes no sólo el producto de .HU genio inmortal, sino también la evocación de un pasado en los Libros de Caballerías, y única magnífica fuente de inspiración que tanto han sabido aprovechar SUR imitadores, continuadores, comentaristas, biógrafos y bibliógra­ fos». Mas ¿cómo patentizar esta verdad incontrovertible? Ninguno, cier­ tamente, con tan sólidas garantías para ello como Sedó. El es hoy uno de los que mejor conocen el aspecto bibliográfico de las produc­ ciones cervantinas, al que ha venido consagrándose, año tras año, con fervorosa pasión, al punto de que ha llegado a formar, como resultado feliz de afanes y desvelos sin desmayos ni interrupciones, una de las más ricas bibliotecas de este género, en la que se reúnen las más raras y diversas ediciones de los escritos del glorioso autor del Quijo- De y ^e cuantos impresos se refieren a ellos o en ellos se inspiran. No se trata de un bibliómano. El autor lee, estudia, saborea, me- MOTAS BIBLIOGRÁFICAS 511 dita Jos libros que constituyen su más viva satisfacción y su más le­ gitimo orgullo. Testifícalo así esta obra, fruto sazonado de su cul­ ta diligencia en tal sentido. En ella nos da oabal noticia, en ficba bibliográfica completa, de las producciones, así nacionales como ex­ tranjeras, en que se advierte el influjo alcalaíno, con un sintético resumen del contenido y un rápido juicio de las tendencias pecu­ liares de cada una de ellas. Este Ensayo —así lo denomina modesta­ mente él— consta de tres partes y de un apéndice, integrado por un total de 1.271 fichas, concernientes, en su mayoría, a títulos y edi­ ciones distintos de libros, folletos y demás impresiones de la índole mencionada. Precédele un detenido estudio en el que se examinan los diferentes problemas y cuestiones que el asunto plantea, seguido de una extensa relación de los libros consultados, y le cierra un índice, por orden alfabético, de las materias desarrolladas en el texto. Mucho se ha escrito, dentro y fuera de España, sobre la vida, las obras y las repercusiones del Manco inmortal, tanto en su conjunto como en sus pormenores, basta lo» más insignificantes y microscópi­ cos. Faltaba, sin embargo, la bibliografía de la influencia que su pro­ ducción literaria ejerció en la coetánea y en la ulterior, hasta nuestros días. Aquí está. Ello, por sí sólo, constituye uno de los más altos elogios del libro. Añada el lector la perfección con que se ha llenado este vacío, y felicitará, con nosotros, al erudito que tan brillantemen­ te lo ha logrado.—G. A. de I.

GAIFFIER D'HESTROY (B. DE) : L-s sources de h «Translatio Sane- ti Aemiliani». (Extrait du Fanckuliis quorumdam studiorum F. Gmt memoríae dic'Hus, t. I, págs. 153-168). París, 1946.

La historia de las tres traslaciones del cuerpo de San Millán de La CogoUa desde el oratorio construido sobre su tumba, donde se supone estuvo hasta el año 1030, fué compuesta por el monje Fer­ nando a finales del siglo XII o principios del XIII, y se conserva en dos manuscritos del antiguo fondo de La Cogolla, que guarda hoy la Biblioteca de la Real Academia de la Historia. Su texto, publicado primeramente por Aguirre en su Colección de ConciLias, fué incluido después por V. de la Fuente en el tomo 50 de la España Sagrada. El P. de Gaifíier, que ha de tratar de la vida y culto de San Millán en el próximo tomo de los Acta Sanctorum y que ha dedicado ya eruditos estudios a varias cuestiones relacionadas con este tema, trata aquí, con su maestría acostumbrada, el problema de las fuentes uti­ lizadas por el monje Fernando para escribir su narración. El preám­ bulo sobre el reinado de Sancho el Mayor procede de la Flistoria Si- tense. Lo referente a la traslación —o, mejor, elevación de reliquias— de 1030, está tomado del documento falso de 1030, abril 13, que 512 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS coincide fin parte en «u tenor con el documento, también falso, de 14 de mayo del mismo año. Gaiffier encuentra plausible la hipóteais, formulada ya por el P, Serrano, de que el mismo autor de la Trans- latió lo fuese también de los documentos falsos. El relato del intento de traslación de 1053 coincide, aiinque no verbalmente, con el de la Crónica Naj&ense, que cuenta también los esfuerzos infructuosos del rey García por llevar las reliquias del Santo a la iglesia de Nájera, que acababa de construir. Por cierto que de ello nada dice el documento de 1053, mayo 29, sospechoso por su relación con el pleito mantenido por la abadía de La CogoUa con el obispo de Calahorra. Por fin, no deja de ser curioso que la traslación definitiva a la iglesia del monas­ terio de Yuso, al inaugurarse en 1067, que fué la que dio ocasión a la construcción de la célebre arca, cuyos marfiles se conservan aún en buena parte, la cuente Fernando en pocas líneas y que no quede de ella constancia en los documentos del monasterio. El P. de Gaiffier señala también la utilización de la Tranatacio aancti Felitís ajn. 1090, obra de Grimaldo un siglo anterior, de la que Fernando toma el esquema general de narración y varios préstamos verbales y de giros que aseguran' su dependencia. La obra de Femando viene, pues, a ser un trabajo de compilación, cuyo valor es el de la» fuentes que utiliza.—L. VÁZQUEZ WE PARCA.

MARSYAS: A publicatUm by the studems of the Instituí of Fine Arts New York Vniversity. Volumi- III. 1943-1945. Nueva York, 1946.

El tercer volumen de la revista tirada en offset por los alunmos del Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Nueva York, está dedicado a Walier Fiedlaender, y los estudios que lo componen abar­ can desde la antigüedad griega hasta el cubismo amerícancu Marie Louise Mensch, en A «myromc» statue of an (nhleile recon' sidered, somete a revisión las conclusiones a que oreyó deber llegar Walter Amelung, y que fueron publicadas después de su muerte por Margarete Bieber en 1927, sobre la reconstrucción de la estatua de un atleta del siglo V. Las consecuencias de las comparaciones minu­ ciosas llevadas a cabo por la autora del artículo la confirman en la corrección de la reconstrucción de Amelung, aunque no así en esti­ mar el arte como «mirónico». En su opinión, habría que atribuir el original a Pitágoras o a alguien de su medio, o sea, a la escuela ar­ tística del sur de Italia. Edward B. Garrison Jr. plantea un interesante problema de la ico­ nografía del Trecento italiano en su estudio A new devotional panel type in fourteeinth oentury Italy, a propósito de im pequeño tríptico sienes de la Christ Church Library en Oxford. Su estudio, muy com­ pleto y conducido con rigor científico, le lleva a considerarlo como NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 513 perteneciente a un grupo de tablas de devoción italianas, cuyas re­ presentaciones parecen haber servido originariamente para oraciones suplicatorias por la salvación. Esta interpretación la cree confirmada por las relaciones que guarda el tríptico de Oxford con un grupo de relicarios transalpinos con reliquias de la Vera Cruz. El mayor inte­ rés de este estudio está, a nuestro modo de ver, en intentar la explo­ ración de un campo todavía virgen: el de las repercusiones de la •devoción privada en la iconografía y en el arte religioso. Más modesto en sus pretensiones y en su desarrollo es otro estudio de iconografía, el que hace Gertrude M. Achenbach sobre The icono- graphy of Tobías and the Ángel ¿n Florentine painting oj tbe R^tiM^ sanee. Estas representaciones, que parecen inspiradas en las más anti­ guas bizantinas del ángel Uriel llevando al San Juan Bautista niño al de­ sierto, se dan sobre todo en la segunda mitad del siglo XV, en Flo­ rencia. Tenían especial interés en el tema los miembros de cofradías Rafael y algunos mercaderes de baja clase media, que encargaban las pinturas, como exvoto, al mandar a sus hijos al extranjero para iniciarse en las prácticas comerciales. Mientras que los primeros pa­ trono» ponen mayor interés en la figura del ángel, los segundos lo hacen en la del joven Tobías, que representaba para ellos a su hijo «úsente. Otros dos estudios, los de Creighton E. Gilbert, Antique frame- rvorks for Renaissttnce art theory: Alberti and Pino y de Kenneth Donahue Tlie ingenioiiis Bellori se ocupan de la literatura artística italiana. El primero estudia la influencia de la antigüedad clásica en el Tratado de Pintura de Alberti, escrito en latín y vertido al italiano en Florencia entre 1428 y 1436 y en los Diálogos sobre la. piruura de Paolo Pino, publicados en Venecia en 1548. El segundo se titula en subtítulo A biografical Study, y es, efectivamente, un estudio bio­ gráfico de Giovanni Pietro Bellori autor de las Vite de pittori, scuUo- ri et architetfi maderni, publicado en Roma en 1672, donde se con­ tienen las biografías, entre otros, de Aníbal Carracci, Barocci, Ca- ravaggio, Rubens, Van Dyck, Domenichino y Poussin. Una segunda parte quedó sin publicar a la muerte de Ballori y una parte del ma­ nuscrito se guarda hoy en la biblioteca de Rouen, después de haber formado parte de varias colecciones particulares. Donahue no ha en­ contrado referencia del resto del manuscrito, del cual sólo llegó a im­ primirse, en 1731, la vida de Cario Maratta. Bibliotecario y anticua­ rio de Cristina de Suecia y anticuario del Papa, Bellori estaba estre- chámente asociado con la Academia Francesa de Roma, de la que es­ peraba, con el apoyo gubernamental de que disfrutaba, la posibilidad de un renacimiento artístico. Poco después de su muerte se publicó la Descrizion^ delle ImTitagine dipinte da Rafoello d'Vrbino neUe Canter^ del Palazzo Vaticano. A su muerte dejó una colección de an­ tigüedades y obras de arte. 514 HEVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

El Último de los estudios que forman el volumen que reseñamos, Cuhin realiSm: tm tmerican style, por Milton W. Brown, concluye en la existencia de una evolución que lleva del cubismo al realismo, «del uso de simples superficies abstractas a la reproducción meticulo­ sa de la naturaleza».—L. VÁZQUEZ DE PARCA.

SAN VALERO APARISI, JULIÁN: El tvsoro preimperial de plata de Dr^eves (Cuadalajara). Comisaría General de Excavaciones Ar­ queológicas. Informes y Memorias. Núm. 9. 91 págs., 14 figs., 16 láms. 25 X 18 cms.—Madrid, 1945.

Un lote argénteo, de más de 13 kgs. de peso, ha aparecido en ej curso de la construcción del canal de Estremera, al modo de otros escondrijos de orfebre prerromanos análogos. Se compone de cente­ nares de piezas que, pese a su destrucción deliberada, permiten apre­ ciar en su factura distintas técnicas, además de las normales de la época de La Téne, respondiendo los objetos a varios usos: torques y aretes de tobillo, fíbulas, sortijas, pendientes, brazaletes, vasos, etcétera, además de dieciocho monedas. De excepcional interés arqueológico es la fíbula llamada de Hér­ cules, por su singular decoración, consistente en dos cabezas huma­ nas imberbes, repujadas a cada extremo del arco, que están corona­ das por otras al parecer de león según el tocado herácleo; sobre el en­ ganche se alza una cabeza exenta, con casco celta, también varonil e im­ berbe. En cuanto a las monedas, figuran entre ellas dos dracmas greco- hispanas de Rodas, otras de Ampurias y de Carlhagonova, una rara va­ riedad del óbolo de Marsella y numerosos denarios republicanos: «Todo esto nos lleva a un siglo I antes de Cristo muy avanzado», se­ gún el certero informe de la señorita Clarisa Millán, conservadora de la Sección Numismática del Museo Arqueológico Nacional. El señor San Valero examina después las relaciones y cronología del tesoro de Drieves, recapitulando los hallazgos de este género de la Segunda Edad del Hierro acaecidos en la Península, por ejemplo, la pátera de Perotitos, con el mismo motivo herácleo, más romaniza­ do. Al analizar ciertos aspectos del tesoro de Drieves y de sus coetá­ neos se hallan comunes influjos exóticos que podrían atribuirse a elementos celtas, galos principalmente, que mueven a insistir en la conveniencia de revisión del problema de la influencia del estilo de La Téne en la Península. Después de referirse al origen y difusión de dicho estilo en Euro­ pa, con los correspondientes paralelismos de Drieves, concluye el autor que este tesoro pertenece a la cultura de La Téne, estando enlazado por su estilo con el material galo del sur de Francia. Com­ parado este nuevo hallazgo indígena con los demás hispánicos, resalta NOTAS BIBLIOGRÁFICAS 51S

SU mayor sencillez y pureza. A su vista hay que desvalorizar el com­ ponente oriental—máscaras, animales y esmaltes—en la aparición del estilo La Téne. Respecto a fecha, el mismo motivo facial, constituido en Europa hacia el 300, debe tenerse en cuenta para datar el tesoro de Drieves, que por su estilo pertenecerá a los siglos III avanzado y principal­ mente al II antes de J. C, si bien se aprecia un influjo romano de comienzos del siglo I. Las monedas son indicadoras de la fecha de ocultación, poco más tardía, arriba indicada.—A. FERNÁNDEZ DE AVILES.

HOYOS SAINZ, LUIS Y NIEVES DE HOYOS SANCHO : Manual de folk­ lore. La vida popular traiiicional. Madrid, aRevista de Occidente», 1947. Con 16 grabados y XXII láms.

Verdaderamente fundamental y necesario es el volumen que acaba de publicarse con el título de Manual, aunque más bien merecía lla­ marse Tratado de Folklore, pues cumple la condición de elevar a una categoría científica a estos conocimientos, tan bien y aún diríamos mejor, que ningún otro de los publicados en el extranjero, por su valor metódico, su fijación completa del extenso campo folklórico, y la presentación concreta y analítica de los métodos de investigación y utilización de los resultados, hasta presentar claras y precisas las diversas teorías y escuelas folklóricas y etnográficas. Es de destacar que en este volumen se exponen de modo convin­ cente la separación de los sistemas o procedimientos particulares de estudio de los hechos de la vida popular; el geográfico, el histórico, el artístico, el sociológico y el técnico, como integrados en el verda­ dero método que no estudia facetas sino el total de los fenómenos que presentó hace un cuarto de siglo como método etnográfico folklórico el señor Hoyos Sáinz. Otro esencial valor tiene el libro : el del origen real y objetivo de los hechos, recogidos directamente por los autores, en medio siglo por el señor Hoyos, y en dos lustros por su hija y colaboradora, ya que el primero presentó un ejemplo de su método al estudiar la fiesta montañesa en una presidida por aquél nuestro jefe perdurable don Marcelino Menéndez y Pelayo, y la segunda inició su constante labor como ponente de los trabajos españoles, en el Congrés International des Arts Populaires celebrado en Praga, que fué el acto de reconoci­ miento de la personalidad folklóricoetnográfica de España, por todos los especialistas del mundo. Una verdadera prueba testifical de la objetividad de la recogida de los datos está en la lista de sus informantes y colaboradores en todas y cada una de las regiones y provincias de España, y que bien 516 ItKVlSTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

pudiéramos decir que forman la nómina más completa de los que a estos estudios se dedican eu la Península. La anterior lista está reforzada por los dos índices geográficos, que con criterio didáctico se insertan al ñnal de la obra; uno de los si­ tios y localidades en que se recogieron los datos iitilizados para la presentación de los objetos o realidades etnográficas y los hechos folklóricos en su más amplio sentido, que no ilustran, sino que cimen­ tan la obra. La segunda lista, también alfabética, es la de razas, culturas y pueblos, creadores o difusores de los hechos, costumbres y aun ideas que figuran reseñadas, enlazando así lo actual o lo popular con lo histórico o tradicional. Como capítulos destacados citaremos el dedicado a las esencias del folklore, a nuestro juicio bien estudiadas sobre lo popular, lo tradicional y lo anónimo, y certeramente calificadas por lo femenino, lo infantil y lo regional, ya que la mujer y los niños son los verda­ deros guardadores de la tradición; y la región, y más concreta­ mente las comarcas, las áreas geográficas donde aquéllas se recogen. Otro capítulo esencial —y éste sí que era necesario— es el dedica­ do a limitar y definir el campo y contenido de lo folklórico, que re­ petimos teniendo a la vista los demás autores extranjeros, como la inglesa miss Hume, los italianos R. Corso y G. Cocchiara, los va­ rios alemanes desde Graebner hasta Nauman, los francess desde Se- billot hasta el recientísimo de Van Genuep, el belga A. Marinus, y el gran maestro portugués Leite de Vasconccllos, es este más completo y demostrativo. También estimamos de gran interés la parte dedicada a los folklo­ res comparados de España y las naciones americanas, ya que estas conexiones intrahistóricas sean la más perdurable y esencial trama de unión entre las naciones hispanoamericanas. La cortedad de visión o lo restringido del horizonte que en Es­ paña tem'a el folklore, reduciéndole a cantos y bailes se ve ampliada en las cuatro secciones o campos de esta disciplina. La constituida por los esencialísimos temas de la creencia popular en todo el aspecto espiritual de religión y superstición, que fué realmente el que tocó nuestro ya recordado don Marcelino, con todo el mundo entre real y fantástico, de seres sobrenaturales, brujería y magia; la ciencia o el saber del pueblo en la explicación de los fenómenos naturales, o en la aplicación utilitaria de la misma; el sentimiento y la expUe- sión de la rica vida artística popular, y una cuarta sección muy nueva que estimamos justificadísima, la sociabiUdad, en la que costumbres familiares y públicas son expuestas e interpretadas con criterio cien­ tífico. Recordamos que el libro va dividido en tres grandes partes, la general o teorética, de la que más especialmente nos hemos ocupado y las dos descriptivas de folklore concreto de la vida y cultura espi- NOTAS BIBUOCRÁriCAS 517 rituales, y la etnografía o estudio áe los hechos y objetos y su utili­ zación material. Añacliéndoae un apéndice en que se demuestra la actualización de lo folklórico por el estudio del artesanado, y el de las horas libres en el descanso y recreo popular, salvando así las esencias castizas de cada pueblo contra un cosmopolitismo demasia­ do dominante. Inicia este Manual una serie de monografías sobre temas concre­ tos, que la «Revista de Occidente», de tan alta tradición cultural, dedica a estos asuntos, dándose cuenta de que el folklore no es tipis­ mo y pintoresquismo, sino una verdadera ciencia.—F. T.

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SECCIÓN OFICIAL - LEGISLACIÓN

CUERPOS FACULTATIVO Y AUXILIAR

MINISTERIO DE EDUCACIÓN y Bibliotecas, y fruto del estudio metó­ NACIONAL dico de los diversos problemas que plan­ tean los modernos avances en el campo DECRETO de la investigación y en el de las bi­ bliotecas y archivos, han sido una se­ Al antiguo carácter que tuvieron en rie de disposiciones promulgadas aislada­ Eu origen los Archivo» y Bibliotecas de mente, y la presente ordenación, que tra­ depósitos o museos de nuestra historia ta de recoger y solucionar dichos pro­ y de nuestra cultura, que había sobre blemas en su máxima amplitud. todo que conservar y defender, sucedió En el campo sin limites de la cultura el concepto de considerarlos como Cen­ no debe reducirse el Estado solamente tros de cultura abiertos al estudio y a a ordenar las fanci(mes de las bibliote­ la investigación. cas en relación con la investigación y Sin abandonar esta misión fundamen­ lo» estudios superiores; debe atender con tal protectora, celosamente desempeñada especial cuidado, además, a la divulga­ por «I Estado mediante sus archiveros ción de la cultura, y para ello se crea y bibliotecarias, e« necesario, y aun ur­ en el presente Decreto el «Servicio Na­ gentes, en estos tiempos, desarrollar con cional de Lectura», con el propósito de orden y método modernos la labor de que el libro pueda llegar hasta los más dar a conocer del modo más amplio y apartados lugares. preciso el contenido de nuestros archi­ Constituye el patrimonio histórico-do- vos y bibliotecas, de numera que la in­ cumental y bibliográfico una de las ma­ vestigación pueda disponer de materia­ yores riquezas espirituales de nuestra pa­ les clasificados y ordenados y que el tria, y al Estado corresponde la obli­ estudioso encuentre en nuestras biblio­ gación de velar y proteger su integridad tecas una organización activa, con catá­ y conservación. Así, en el presente De­ logos eistemátieos y completos que le creto, se preocupa por las condiciones haga fácil y agradable, a la vei, su tra­ especiales de seguridad que deben re­ bajo científico o literario y, además, que unir los edificios que se construyan o re­ pueda lograr fácilmente un conocimien­ formen con destino a archivos y biblio­ to preciso y total de los fondos histó­ tecas, y también establece disposiciones ricos y bibliográficos existente» en nues­ que tienden a evitar posibles pérdidas tra patria a través de los Cmitres de in­ de colecciones o piezas de este Patri­ formación histórico-docnmental y biblio­ monio. gráfica que se crean en virtud del pre­ Igualmente trata este Decreto de cui­ sente Decreto. dar y defender con máximo celo nues­ Para coordinar con criterio uniforme tro tesoro artístico y bibliográfico, que ceta tarea, que de un modo individual constituye nno de loe más preciados le­ y con esfuerzo loable y meritísimo ha gados de nuestra cultura. venido realisando el Cuerpo de Archi­ De conformidad con lo expuesto, a veros, Bibliotecarios y Arqueólogos, se propuesta del ministro de Educación Na­ creó por Decreto-ley de 25 de agosto de cional y previa deliberación del Consejo 1939 la Dirección General de Archivos de Ministros, 522 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

DISPONGO: e) De entidades públicas y Corpora­ ciones. TITULO PRELIMINAR f) De particulares. Son archivos históricos genérale»: los Artículo primero. Todos los archivos que contienen numerosa e importante y bibliotecas de carácter civil de la Ad­ documentación sobre la nación en gene­ ministración central, provincial y local; ral o varias de sus regiones: Archivo lo» de las Delegaciones permanentes del Nacional y los de Simancas, Indias y Estado en el extranjero y cnanto* de la Corona de Aragón, misma naturaleza »e declaren de interés A la clase de archivos históricos re­ nacional o local para «1 estudio y cono­ gionales pertenecen los que contienen do­ cimiento de la Historia.y cultura patrias, cumentos que, en su mayor parte, se quedan sometidos a lo que ee preceptúa refieren a una determinada región: el en el presente Decreto. del reino de Valencia, en la capital de su nombre; el del reino de Mallorca, en TITULO PRIMERO Palma, y el de Galicia, en La Corana. Los archivos de las Chancillerias de De los archivos y bibliotecas en general Valladolid y de Granada, de las Univer­ sidades literarias y de Colegios Nota­ riales, cuya documentación está limitada CAPÍTULO PRIMERO por las materias especiales que cada una comprende y por la demarcación geográ­ Concepto y clasificación de los archivos fica respectiva, forman los archivos his­ tóricos de distrito. Art. 2.° Se entiende por archivo, para los fines de este Decreto, el conjunto Archivos históricos pfoviaciales son los de fondos documentales que se lúllan que, integrados por fondos varios refe­ custodiados por organismos del Estado, rentes a cada provincia, existen o sean Corporaciones oficiales y otras personas creados por el Ministerio de Educación jurídicas y naturales para «u reglamen­ Nacional en las respectivas capitales. tada utilización. Corresponden al grupo archivos histó­ Art. 3.* Por la antigüedad y natura­ ricos de entidades públicas y corporacio­ leza de los documentos custodiado», se nes los del Patrimonio Nacional, Acade­ dividen los archivos en históricos y ad­ mias, Ayuntamientos, y los de las Sec­ ministrativos. ciones Históricas de los archivos admi­ Son archivos históricos aquellos cuya nistrativos a que alude el artículo 6." documentación, en su mayor parte an­ Bajo la denominación archivos histó­ terior al siglo XX, y en general inne­ ricos de particulares se incluyen princi­ cesaria para la tramitación de los nego­ palmente los de la nobleza y, en general, cios públicos y privados, puede servir cuentos tengan un marcado interés his­ de fuente para el estudio de tiempo» tórico que exceda del puramente pri­ pretéritos. vado. Se consideran archivos administrativos Art. 5.' Los archivos administrativos los que conservan documentos, general­ se clasifican en: mente de época actual, indispensable pa­ a) Archivos de la Administración Cen­ ra el buen funcionamiento de la Ad­ tral : los de las Cámaras Legislativas, ministración, y que, por el momento, Presidencia del Consejo de Ministros. no pueden constituir un fondo histórico. Consejo de Estado, Ministerios, Tribu­ Art, 4," Los archivos histórico», por nal Supremo, Tribunal de Cuentas y la importancia, calidad, número y varie­ cuantos radiquen en organismos centra­ dad de la documentación, o por las en­ les. tidades o individuos que los poseen, se b) Archivos de distrito: los de las clasifícan en Audiencias territoriales y de Universida­ a) Generales. des en su documentación viva, b) Regionales. c) Archivos de la Administración pro­ c) De distrito. vincial : los de los gobiernos civiles. d) Provinciales. Delegaciones de Hacienda, Audiencias y LEGISLACIÓN 523

DipntacifMMB provinciales y demás de- e) Las biblioteea» especiales por sus fkendeiKiB» de la organización provin­ estatuto* fondacionales, por sa natura­ cial. leza o por su funcionamiento. d) Archivos de la Administración lo­ f) Las bibliotecas del «Servicio Na­ cal : los archivos municipales y de otros cional de Lectura». organismos o entidades locales. g) La» bibliotecas creadas y «oeteni- Art, 6.* Los archivos administrativos das por lasi Corporaciones provinciales de organismos del Estado cuyo» foodo» y municipales, no comprendidas en el lo reqnieran, deberán tener nna Sección anterior apartado. Histórica en tanto no se disponga por el MinisleTio de Educación Nacional el en­ TITULO II vío de los docnmentos que la integran «1 archivo histórico que corresponda. De la organización de los ardiivos An. 7.° Por las limitaciones de la y bibliotecas consulta y aprovechamiento de «us fon­ dos, s« dividen los archivos en públicos y privados, reflejando su carácter la for­ CAPÍTULO PRIMERO ma de efectuarse el servicio de acuerdo con lo« reglamentos especificos de cada De los Organismos rectores Centro. Art. 11. La Dirección superior de CAPÍTULO II todos los archivos y bibliotecas, a que se refiere este Decreto; la protección Concepto y clasificación de las biblia- legal de la obra intelectual, y la defen­ tecat sa del Tesoro histórico-documental y bi­ bliográfico, estarán confiadas a la Di­ Art. 8." Las bibliotecas son estableci­ rección general de Archivo» y Biblio­ mientos de cultura donde se reúne, con­ tecas, como órgano rector y propulsor serva, inventaría, cataloga y clasifica de lo« interese» histórico-dociunentales científicamente la producción bibliográ­ y bibliográficos de la Nación. fica para su general o limitada utiliza­ Art. 12. Serán órganos consultivos, ción. técnicos, asesores' o colaboradores de la Art. 9." Las bibliotecas se dividen en expresada Dirección general: públicas y privadas. a) La Junta técnica de Archivos, Bi­ Eki consideración a las restricciones blioteca» y Museo». para la l«ctura, las primeras pueden ser b) La» Inspecciones generales de Ar­ de libre acce«o o de acceso restringido. chivos y Bibliotecas. Las de libre acceso están destinadas a c) La Comisión Central del Catálo­ proporcionar conocimientos elementales go histórico-documental y bibliográfico o « facilitar la difusión de la cultura de España, en sus dos seccione» de Ar­ media. chivo» y Biblioteca». En las bibliotecas de acceso restringi­ d) Los Patronato» provinciales para do, por requerirlo asi la naturaleza de el fomento de los archivos, bibliotecas «US fondos, sólo está permitida la con­ y museos. sulta a personas dotada» de conocimien­ e) Las Delegaciones provinciales de tos y preparación especiales. Archivos y Bibliotecas. Art. 10. Para los fines del presente f) El Registro de la Propiedad Inte­ Decreto se consideran bibliotecas pú­ lectual; y blicas : g) _ La Junta de adquisición y distri­ a) La Biblioteca Nacional. bución de publicaciones. b) Las bibliotecas sostenidas por el Art. 13. La Junta técnica del Cuer­ Esudo español en el extranjero. po de Archivero», Bibliotecarios y Ar­ c) Las bibliotecas adscritas a Centros queólogos, además de los inf<»me» que de Enseñanza Superior y Media. reglamentariamente le competen, tendrá d) Las bibliotecas de Corporaciones como principal atribución la de estu­ y Establecimientos científicos no dedi­ diar las reformas y mejora» que deban cados a la enseñanza. introducirse en los archivos, bibliotecas 524 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS V MUSEOS y mnseoj, y elevarlas a la snperíoridad. de las cantidades que el presupuesto Art. 14. Es migión principal de las del Ministerio de Educación Nacional Inq>ecciones generales visitar los esta­ consigne para el incremento de fondos blecimientos d« su Sección, orientar a de las bibliotecas piíblicas del Estado. los directores de los Centro» en la la­ b) Las funciones que se les enco­ bor técnica qne les está encomendada y miendan en el título III del presente proponer cuantas innovaciones reclame Decreto relativas al «Servido Nocional el mejor funcionamiento de los servicios de Lectura». y los premios y sanciones a que se ba­ Art. 20. En relación con la Junta de gan acreedores los fnncionarios. adquisición y distribución de publica­ Igualmente será función de los ins­ ciones funcionará el Centro de Cambio pectores: informar en cuantos asuntos Internacional, encargado del intercambio lo disponga la Dirección general, pro­ de las publicaciones oficiales con las poner la distribución de lo» créditos glo­ oficinas de análoga finalidad en los paí­ bales entre los Centros de sas respecti­ ses extranjeros. vas Secciones y preparar los datos para Art. 21. Los envíos del Cambio In­ redactar las Memorias anuales* de los ternacional y las adquisiciones de pu­ arcbivos y bibliotecas. blicaciones extranjeras que haga la ex­ Los inspectores, en sus visitas, ten­ presada Junta para las bibliotecas pú­ drán fnnciones de autoridad delegada de blicas del Estado quedan exentas de las la Dirección general, y corresponderá a licencias de importación y exportación, los mismos el tratamiento y prerrogati­ del pago de derecho» de Aduanas y del vas de lo« jefes enperiores de la Admi­ impuesto de Usos y Consumos. nistración civil del Estado. En los presupuestos del Estado se Art. 15. Incumbe a la Comisión Cen­ consignara anualmente a dicha Junta una tral del Catálogo histórico-documental y cantidad para la adquisición de obras bibliográfico de España dirigir, recoger y revistas extranjeras. y ordenar la labor de las Comisiones provinciales, para la formación del men­ CApirui.0 II cionado Catálogo. Art. 16. Los Patronatos provinciales D f I personal para el fomento de los archivos, biblio­ tecas y museos' realizarán las funciones Art. 22. Dependerán de la Dirección que les asigna el Decreto de su creación General de Archivos y Bibliotecas': y cuantas les encomienda el presente De­ a) El Cuerpo facultativo de Archi­ creto en la forma que establezca el Re­ veros, Bibliotecarios y Arqueólogos, que glamento para su aplicación. se divide, por la especialidad d« sus Art. 17. Nombrados por la Dirección funciones, en la» tres Secciones expre­ general de Archivos y Bibliotecas, exis­ sada» en su título. • tirán en las capitales de provincia dele­ b) El Cuerpo Auxiliar de Archivos, gados provinciales de archivos y biblio­ Bibliotecas y Museos. tecas. c) Los encargados de archivó» y bi­ Art. 18. Será de la competencia del bliotecas. Registro de la Propiedad Intelectual, en Los archivos, biblioteca» y Museos su Oficina central, el < reunir, clasificar del Estado, dependientes actualmente y conservar la documentación propia y del Ministerio de Educación Nacional, la que desde lo» Registros provinciales así como los encomendados o que se le les llegue; encauzar la labor de estos encomienden en lo sucesivo, estarán di­ Registros con instrucciones' directas, e rigidas por fnncionarios del citado Cuer­ informar a la superioridad en cuantas po, perteneciente» a la» Secciones res­ cuestiones afectan a la ley de Propiedad pectivas. Intelectual y a su aplicación. Art. 23. El único medio de ingrcRO Art. 19. La Junta de adquisición y en el Cuerpo de Archiveros, Bibliote­ distribución de publicaciones tendrá por cario» y Arqueólogos, es la oposición. misión: El Ministerio de Educación Nacional a) La administración y distribución convocará oposiciones entre doctores o LEGISLACIÓN 525 licenciados en cualquiera de lae Seccio­ Art. 29. Los archivos y biblioteca» nes d« la Facultad de Filosofía y Letras declarado» de importancia i>or su cali­ para seleccionar los aspirantes. dad y volumen, no dependiente» del Art. 24. Se erea en la Universidad Ministerio de Educación Nacional ni de Madrid una Escuela técnica de Ar­ servidos en la actualidad por su perso­ chivos, Bibliotecas y Museos, donde re­ nal técnico, serán regidos en virtud del cibirán las enseñanza» profesionales de presente Decreto por archivero» « bi­ su respectiva especialidad, los aspiran­ bliotecario» del Cuerpo facultativo o te» aprobados en las oposiciones convo­ personas que posean aptitud legal para cadas por el Ministerio de Educación Na­ el ingreso en el mismo. cional. Cuando alguno de estos archivos y bi­ Durante su permanencia en la escue­ bliotecas pasen a depender de la Direc­ la, los aspirantes percibirán una beca ción general de Archivo» y Biblioteca» mensual. se podrá respetar el derecho del per­ Un examen final determinará el nú­ sonal técnico en BUS propios términos mero de ingreso de los aspirante» en del Cuerpo facultativo. el Cuerpo Facultativo de Arcbiverosi', Art. 30. Para el mejor servicio y se­ Bibliotecarios y Arqueólogos, en la for­ guridad de lo« fondos de los archivos, ma que disponga el Reglamento. bibliotecas y museos del Estado, por Art. 25. Los funcionarios del Cuer­ la Presidencia del Consejo de Ministros po Facultativo de Archiveros, Bibliote­ se dispondrá que el personal subalter­ cario» y Arqueólogos formarán un esca­ no adscrito a los dichos establecimien­ lafón único, con las categorias que se­ tos, lo sea con carácter permanente, si ñalen las correspondiente» disposiciones bien gozando de movilid&d entre lo» ar­ legales. Los ascenso» de una a otra ca­ chivos, bibliotecas y museos que existan tegoría serán por riguroso orden de an­ en territorio nacional. tigüedad. Art. 31. Las plantilla» del personal Art. 26. Cooperarán en el servicio de los archivos, bibliotecas y museos ser­ de loe archivos y bibliotecas: vidos por funcionario» de los Cuerpos Facultativos y Auxiliar acomodada» a la a) Los auxiliares de archivos, biblio­ ley de Presupuestos vigente se aproba­ teca» y museos. rán y modificarán por Orden ministerial, b) Lo» encargados de archivos y bi­ previa consulta de las Inspecciones ge­ bliotecas nerales y de la Junta técnica. Art. 27. £1 Ministerio de Educación Nacional convocará para cubrir plazas de aspirantes al Cuerpo de Auxiliares CAPÍTULO III de Archivos, Bibliotecas y Museos, los cuales formarán un escalafón único. De la organización de los archivos Los aspirantes recibirán una enseñan­ za eminentemente práctica, y al final de Art. 32. Los archivos dependientes la misma sufrirán un examen para de­ del Ministerio de Educación Nacional o terminar el número que ha de corres- servicio» por su personal técnico ajtis- ponderle» en el escalafón. tarán su organización a las disposiciones Art. 28. Lo» encargados de archivos y reglamento» emanados de la Dirección y bibliotecas serán de dos clase»: unos general de Archivos y Bibliotecas. que podrán desempeñar provisionalmen­ Art. 33. La organización y servicio te, mediante nombramiento ministerial, de los archivos históricos de protocolo la dirección de las bibliotecas y archi­ se regirán por el Decreto de 2 de mar­ vos que se hallen vacantes, en los ca­ zo de 1945. sos que no sea posible destinar a ellos Art. 34. En las capitales de provin­ un funcionario del Cuerpo Facultativo cia donde no exista un archivo gene­ o del Auxiliar; y otros que tendrán por ral, regional o de chancillerfa, y no tu­ misión custodiar y servir los archivos viesen un archivo histórico provincial, y bibliotecas que por el carácter y es­ el Ministerio de Educación Nacional pro­ caso caudal de sus fondos n» requieran cederá a su inmediata creación. En ellos funcionario con preparación especial. se depositarán los protocolos notariales 526 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS de mi» de cien año» de antigüedad, co­ Art. 39. El director de la Biblioteca rrespondientes a las Secciones Históricas Nacional será nombrado y separado li­ b) y G) del artículo 3.° del Decreto de bremente por Decreto del Ministerio de 2 de nurso de 1945 (Boktin Oficial del Educación Nacional entre bibliotecaríoe Estado del día 19), la documentación his­ del Cuerpo facultativo y personas de re­ tórica de las Audiencias y Juzgado», de levante mérito por su» publicaciones bi­ las Delegaciones de Hacienda y de otras bliográficas y biblioteconómicas o que dependencias oficiales de la provincia. hayan demostrado competencia en ma­ Previa autorización del Ministerio de teria de bibliotecas. Educación Nacional podrán las Corpo­ Los directores de bibliotecas univer­ raciones, Organismos y particulares que sitarias y de aquellas otras que por »a lo soliciten, entregar en depósito en es­ importancia o especialidad se especifi­ tos archivo» sus documentos históricos' quen en el Reglamento se elegirán, en para su mejor custodia, conservación y lo sucesivo, entre bibliotecarios faculta­ estudio. tivo» mediante concurso especial, en el Art. 35. Los archivos de Corporacio­ que »e acredite, principalmente, el cono­ nes y Entidades locales con importante cimiento de la organización y servicios fondo histórico vendrán obligados a or­ de biblioteca». denar y catalogar su documentación. En determinados casos podrá el Mi­ La Dirección general de Archivos y nisterio ordenar a los concursantes la Bibliotecas publicará unas normas para realización de algún ejercicio especial. la ordenación, formación de catálogos, Art. 40. Al servicio de la Biblioteci^ índices, registro», etc., de las Secciones Nacional estará un Patronato, cuya mi­ Históricas de estos archivos, y facilitará sión principal será fomentar el desarro­ a loe que lo soliciten el servicio técnico llo de la misma, contribuir con sos ini­ de sus archivos. ciativas y consejos' al mejoramiento de Art. 36. Para el servicio de la inves­ sus instalaciones, incrementar sus colec­ tigación española y extranjera y para ciones y, en general, mantener el pres­ la formación del Catálogo general de tigio que por su importancia le corres­ los Archivos de España se establece en ponde. el Archivo Histórico Nacional el «Cen­ Dicho Patronato estará constituido por tro de Información Histórico-Documen- un presidente, un vicepresidente prime­ tal». ro, un vicepresidente segundo y seis vocales, nombrados por Decreto entre CAPÍTULO IV aquellas personas que más se hayan dis­ tinguido por su competencia en materia De la organización de las bibliotecas bibliográfica o por su prestigio cultural y, además, por un representante de las Art. 37. Todas' las bibliotecas estable­ siguientes Entidaijes: Universidad de cidas en territorio español que faciliten Madrid, Instituto de España y Consejo la lectura en sala pública o a domici­ Superior de Investigaciones Científicas, lio, con cuota o sin ella, estarán obli­ propuestos al Ministerio por dicha» Cor­ gada» a inscribirse en el Registro de poraciones. Bibliotecas, que funcionará en la Direc­ El director de la Biblioteca Nacional ción general de Archivos y Bibliotecas, será vicepresidente segundo, y ejercerá 7 al cumplimiento de cuanta» disposicio­ la» funciones' de secretario el de la Bi­ nes se dicten en lo sucesivo para este blioteca Nacional. servicio. Las facultades y atribuciones de este Art. 38. A partir de la promulgación Patronato se determinarán por medio de de este Decreto, para fundar bibliotecas un Decreto complementario. de las comprendidas en el artículo an­ Art, 41. Dependiente del director de terior será necesaria la a.utorización del la Biblioteca Nacional se crea, con la Ministerio de Educación Nacional, al colaboración de todas las demás biblio* que competen, por medio de sus órganos teca» comprendidas en el presente De» adecuados, la» funciones de inspección creto, el «Centro Nacional de Informar y vigilancia de la misma. ción Bibliográfica», cuya misión princi- LCCISI.ACIÓN 527

pal será la formación del Catálogo gene­ cas, hasta alcanzar el total estableci­ ral bibliográfico «spañol. miento de estos organismos en todas las Art. 42. La» biblioteca» públicas del provincias españolas. Estado y la« regidas por funcionarios fa­ Art. 47. La orientación inmediata del cultativos del Cuerpo de Archiveros, Bi­ «Servicio Nacional de Lectura» será ejer­ bliotecarios y Arqueólogos, estarán so­ cida por la Inspección general de Bi­ metidas, en cuanto a su catalogación y bliotecas a través de la Junta de adqui­ «lasüieación, a las normas <}ue dicte el sición y distribución de publicacione». Ministerio de Educación Nacional. La citada Inspección podrá delegar sus En todas ellas, con las limitaciones y funciones inspectoras en dicha Junta o excepciones que determinen los Regla­ en los directores de las bibliotecas pú­ mentos, se establecerá el servicio de blicas provinciales con sujeción a las préstamo de libros. normas que dicte la Dirección general Los envíos de libros para el préstamo de Archivos y Bibliotecas. entre bibliotecas, asi como la corres­ Art. 48. Las bibliotecas del «Servi­ pondencia abierta a que dé lugar este cio Nacional de Lectura» creadas en servicio, gozarán de franquicia postal. virtud del presente Decreto no podrán Art. 43. Las actuales bibliotecas pú­ ser suprimidas sino por Orden ministe­ blicas del Estado existentes en las ca­ rial. pitales de provincia deberán transfor­ marse en bibliotecas de la ciudad, en TITULO IV relación con los Ayuntamientos respec- tivo« y en la forma que en cada caso se determine. CAPÍTULO ÚMCO Del Patrimonio y del Tesoro histórico- TITULO III documental y bibliográfico de Eupaña

CAPÍTULO ÍNICO Art. 49. Constituye el Patrimonio his- tórico-doGumental y bibliográfico de Es­ Dtl Servicio Nacional de Lectura paña, cuya conservación y acrecenta­ miento es inexcusable deber del Estado, Art. 44. Como medio eficaz d« con­ el conjunto de manuscritos, impresos y tribuir al desarrollo cultural del país, encuademaciones de interés histórico, bi­ se establece el «Servicio Nacional de bliográfico o artístico, quienquiera que Lectura», encargado de hacer llegar el fuere su poseedor. libro a todo el territorio nacionid. Art. 50. Las piceas y ejemplares úni­ Las bibliotecas públicas del Estado en cos y todas aquellas de especial mérito cada capital de provincia ejercerán la integrarán el Tesoro histórico-documen- función de Centro Coordinador de las tal y bibliográfico español. Pertenecen bibliotecas del «Servicio Nacional de a él, en consecuencia, los cartularios, Lectura» en su demarcación. códices, incunables, ediciones principes, Art. 45. El expresado servicio estará toda clase de impresos de los siglos XVI, directamiente regido por los siguientes XVII y XVIII, de rareza bibliográfica; organismos: las encuademaciones artísticas y loe se­ a) Inspección general de Bibliotecas. llos y documentos históricos anteriores b) Junu de adquisición y distribu­ al siglo XX. ción de pnblicaciones. Art. 51. La Dirección general de Ar­ c) Patronatos provinciales para el fo­ chivos y Biblioteca» declarará, en cada mento de los archivos, bibliotecas y mu­ caso, las piezas que deban constituir el seos, y las bibliotecas públicas provin­ Tesoro histórico-documental y bibliográ­ ciales. fico, que no se hallen taxativamente de­ d) Juntas locales de Bibliotecas. terminadas en el artículo anterior. Art. 46. Anualmente el Ministerio de Art. 52, Las instalaciones de los ar­ Educación Nacional convocará concursos chivos y bibliotecas del Estado y de las nacionales para la creación de Centros Corporaciones provinciales y municipa­ Coordinadores provinciales de Bibliote­ les deberán reunir las condiciones ne- 528 BEVISTA OE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS ¥ MUSEOS

cesarías para los fines de la conserva­ rante un plazo de quince años, a, partir ción del Patrimonio histórico-docnmen- de la fecha de su entrada en España. tal y bibliográfico. £1 Ministerio de Hacienda dictará las La Jauta Central de Archivos, Biblio­ órdenes oportunas para el cumplimiento tecas y Museos de España, creada por de este articulo. Decreto de 22 de septiembre de 1939, Art. 58. Los particulares y entidades facilitará las' orientaciones e informes mercantiles dedicados al comercio de li­ que se le soliciten, para el más acerta­ bros y documentos de valor histórico y do cumplimiento de lo dispuesto en este bibliográfico remitirán a la Dirección ge­ artículo. neral de Archivos y Bibliotecas relación Art. 53. En los casos de riesgo in­ detallada de las piezas a qne se refiere minente para los fondos que constitu­ el artículo SO. yen el Tesoro histórico-documental y bibliográfico, el Ministerio de Educación Nacional solicitará el depósito de dichas DISPOSICIONES TRANSITOKUS piezas «n Centros que reúnan las condi­ ciones reglamentarias de seguridad, en Primera. Para los fines de este De­ tanto no desaparezcan las cansas origi­ creto, los fondos histórico-docnmentales narias de esta medida. y bibliográficos propiedad o en posesión de la Iglesia serán objeto de convenios Art. 54. Corresponde a la Dirección y disposiciones especiales. general de Archivos y Bibliotecas la fa­ Segunda. Cuando haya de aplicarse cultad de radenar visitas de inspección este Decreto en Departamentos ministe­ a los fines de este titulo, a cualquier ar­ riales distintes del de Educación Nacio­ chivo o biblioteca de carácter civil del nal se establecerán, siempre que sea pre­ Estado, Provincia o Municipio. ciso. Patronatos o Comisiones intermi­ Art. 51. Se reproducirán en micro­ nisteriales, análogos a los ya existentes. films las piezas que constituyan el Te­ Tercera. Queda autorizado el Minis­ soro histórico-documental y bibliográfi­ terio de Educación Nacional para acla­ co, no sólo para su mayor seguridad, rar o interpretar el presente Decreto, asi sino también para facilitar por este me­ como para dictar cuantas disposiciones dio su consulta fuera de las localidades complementarias sean precisas para su donde radiquen los fondos. mejor aplicación. Art. 56. Las piezas del Tesoro his­ Cuarta. Se derogan las disposiciones tórico-documental y bibliográfico conser­ en vigor en cuanto se opongan a lo es­ vadas en los archivos y bibliotecas de­ pecíficamente previsto en el presente De­ pendientes del Ministerio de Educación creto. Nacional no podrán salir de los mismos Así lo dispongo por el presente De­ sino en casos excepcionales y siempre creto, dado en Madrid a 24 de julio de mediante Orden expresa del Ministerio. 1947.—FRANCISCO FRANCO.—El ministro Art. S"!. Queda prohibida toda expor­ de Elducación Nadional, José Ibáñez tación de fondos del Tesoro histórico- Martín. documental y bibliográfico no autoriza­ da por Orden ministerial, oída la Junta técnica de Archivos, Bibliotecas y Mu­ Orden de 5 de marzo de 1947 por la seos. que se autoriza a la Junta técnica de Las importaciones de libros y docu­ Archivos, Biblioteca» y Museos, para mentos que puedan considerarse como reanudar la publicación de la REVISTA acrecentamiento del Tesoro histórico-do­ DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS. cumental y bibliográfico de E^aña que­ dan libres de todo gravamen. limo. Sr.: La Junta técnica de Archi­ Los documentos o libros importados vos, Bibliotecas y Museos ha tenido la con autorización oficial y que merezcan feliz iniciativa de reanudar la publica­ las consideraciones de piezas del Tesoro ción de la REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIO­ histórico-documental y bibliográfico se TECAS Y MUSEOS, de gloriosa tradición podrán exportar y vender libremente du­ en las letras españolas, que durante su LECISLikCIÓN E>29

existencia brilló con luz propia y dio Decreto de 8 de mayo de 1947 por el justificada nombradla a ilustres funcio­ que se nombra director general de Ar­ narios del Cuerpo de Archivoa que ilus­ chivos y Bibliotecas a don Miguel Bor- traron en» columnas. Esta labor de difu­ donau y Más. sión, de cultura clásica, constituye lui paso mis de la que sin interrupción rea­ A propuesta del Ministerio de Educa­ liza este Ministerio, que ae complace en ción Nacional, y previa deliberación del conceder la autorización solicitada para Consejo de Ministros, la publicación de la mencionada Revis­ Nombro director general de Archivos ta, con arreglo a los demás requisitos y Bibliotecas a don Miguel Bordonan legales qn« deben cumplirse. y Mis. Madrid, 5 de marzo de 1941.—Ibáñez ABÍ lo dispongo por el presente De­ Martín.—(B. O. del E. de 17 de marzo creto, dado en Madrid a 8 de mayo de de 1947.) 1947.—Firmado: FRANCISCO FBANCO.

BIBLIOTECAS

Orden de 18 de abril de 1947 por la que otras tantas Organizaciones provinciales- se anuncia concurso entre Diputacio­ destinadas a crear y sostener bibliotecas nes provinciales, dotando con cuatro en los Ayuntamiento» de su demarca­ premios de lOOMO pesetas para esta­ ción. blecer Organizaciones provinciales que Segundo. Dichas cuatro dotaciones «e creen y sostengan bibUottcas en sus otorgarán con cargo al Presupuesto de Ayuntamientos: la Junta de Intercambio y se concederin, precisamente en libro» y revistas por la limo Sr.: En el pasado año, y como mencionada cuantí^, a las ciutro Dipu­ uno de los actos conmemorativo» de la taciones provinciales que presenten los «Fiesta del Libro», dictó este Ministe­ cuatro mejores proyecto» de organiza­ rio uaa Orden «1 día 5 de marzo, publi­ ción, instalación y sostenimiento de ta­ cada en el Boletín Oficial del Estado del les Organizaciones biblíotecarias. 25 de dicho mes, convocando un con­ Tercero. Estos proyectos serin trami­ curso entre Diputacione» provinciales, tados por lo» re^ectivoB Patronatos pro­ dotado con cuatro premios de 100.000 vinciales para el fomento de archivos y pesetas cada uno, para establecer «n las bibliotecas, informados por su secreta­ provincias Organizaciones destinadas a rio, con «1 visto bueno de su presiden­ la creación y sostenimiento de bibliote­ te, y remitidos a la Dirección General cas en los Municipios de su demarca­ de Archivos y Bibliotecas antes del 31 ción. de mayo del presente año. Con el fin de fomentar la creación de Cuarto. Una comisión de técnicos, estas Organizaciones y multiplicar el nú­ nombrada por la Dirección General de mero de las bibliotecas en servicio de­ Archivos y Bibliotecas, examinará los pendientes de ellas. proyectos recibidos y elevará a este Mi­ Este Ministerio ha tenido a bien dis­ nisterio la correspondiente propuesta de poner : concesión de dotaciones. Primero. CMUO en el año anterior, Quinto. La» Organizaciones biblíote­ se abre concurso entre todas las Dipu­ carias establecidas con arreglo a «sta Or­ taciones españolas que no tuvieren es­ den, quedarán bajo la protección de la tablecidas bibliotecas en los Municipios Junta de Intercambio y sometidas a la de «n respectivo territorio, con cargo a Inspección General de Bibliotecas, la su propio Presupuesto o al de la Junta cual podri delegar esta función en la de Intercambio y Adquisición de Libros, expresada Junta de Intercambio. para aspirar a una de las cuatro dota­ Estarán dirigidas en cada capital de ciones de 100.000 pesetas cada una que provincia por el director de la biblioteca se conceden para el establecimiento de publica corMspondiente y por el fon- 530 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS cionario facultativo que designe la Di­ Dirección General de Archivos y Biblio­ rección General de Archivos y Bibliote­ tecas.—Creando las bibliotecas munici­ ca». Anualmente, en los presupuesto» de pales que se citan con motivo de la la Junta de Intercambio se consignarán celebración de la Fiesta del Libro. cantidades para el incremento de las or­ ganizaciones asi creadas, en cuantía que Con motivo de la Fiesta del Libro esté en relación con la colaboración que que hoy se celebra en conmemoración en su presupuesto consigne la Corpora­ de la muerte de don Miguel de Cer­ ción provincial respectiva. vantes Saavedra, esta Dirección G«oeral Sexto. En la redacción de los' corres­ ha tenido a bien crear, en los Centros pondientes proyectos se tenderá prefe­ coordinadores que se citan, las siguien­ rentemente a dotar d« bibliotecas los tes bibliotecas municipales: municipios que sean cabeza de partido Avila: Arévalo, Madrigal de la* Al- o tengan una población de hecho supe­ las Torres, Piedrabita. rior a 10.000 habitantes. Burgos: Briviesca. Séptimo. Las Corporaciones provin­ Guadalajara: Brihuega, Casar de Ta- ciales premiadas, de acuerdo con la Jun­ lamanca, Cifuentes, CogoUudo, Jadra- ta de Intercambio, propondrán a la apro­ que, Luzón, Mazuecos, Molina de Ara­ bación de la Dirección General de Ar­ gón, Sacedón, Sigüenza, Solanillos del chivo» y Bibliotecas los requisitos' para Extremo. el nombramiento de personal d^>en- HueUia: Aracena, Ayamonte, Moguer, dieole de ella. Palma del Condado, Riotinto, Valverde La Dirección General de Archivos y del Camino. Bibliotecas redactará y publicará el re­ Oviedo: Boal, Noreña, Rivadesella. glamento pera el funcionamiento y ser­ Santander: Castro-Urdiales.—(Boletín vicio de estas organizaciones. Oficial de 8 de mayo de 1947.) Madnid, la de abril d«i IW.—Ibááe, Mttrtín.~{B. O. del Euado de 29 de Orden de 27 de mayo de 1947, por la abril de 1947.) que se canplia hasta el dia 30 de tep- tiembre el plaxo del concurso entre Orden de 23 de abril de 1947, por la Diputaciones provinciales miunciaclo que, en conmemoración de la Fiesta en el «B. O. del Estados del dia 29 del Libro, se crean las bibliotecas pú­ de abrü. blicas municipales que se citan. limo. Sr.: Por este Ministerio, en la limo. 9r.: Resueltos favorablemente fecha del 18 de abril de este año, se los expedientes de creación de biblio­ dictó una Orden, publicada >en el Bo­ tecas públicas municipales, tramitados a letín Oficial del Estado del día 29 del petición de los Ayuntamientos que se mismo mes, convocando un concurso en­ citarán a continuación, tre Diputaciones provinciales, dotado Eíste Ministerio, para conmemorar la con cuatro premios de 100.000 pesetas Fiesta del Libro, del presente año, ha cada uno, para establecer en las pro­ tenido a bien disponer: vincias Organizaciones destinadas a la Artículo 1.0 Se crean las bibliotecas creación y sostenimiento de bibliotecas públicas municipales de Almazán (So­ en los! municipios de su demarcación. ria), Bélmez (Córdoba), Bérchules (Gra­ Varias Diputaciones provinciales ban nada), BurJBSot (Valencia), Cascante solicitado ampliación del plazo señalado (Navarra), Icod (Santa Cruz de Teneri­ en la mencionada Orden para mejor fe), Jarafuel (Valencia), Serradilla (Cá- y más detenido examen de sus proyec­ ceres) y ViUablino (León). tos y mejor preparación de sus «rienta- Todas estas bibliotecas disfrutarán ciones culturales en relación «ón las los beneficios de las de su clase a tra­ necesidades de los pueblos a los que vés de la Junta de Intercambio y Ad­ afecta esta importante disposición. quisición de Libros y Revistas para bi­ Considerando razonada y pertinente la bliotecas públicas. — (B. O, de 28 de demanda expuesta. abril de 1947.) Este Ministerio ha tenido a bien dis- LEGISLACIÓN 531 poner que se amplíe el plazo del refe­ Laujar de Andarax (Almería), Adra rido concurso' hasta el 30 de septiem­ (Almería), Horcajo de Santiago (Cuen­ bre del corriente año.—(B. O. del Estado ca). de 10 de junio de 1947.) Dependientes del Centro coordinador de bibliotecas de Oviedo: Villaviciosa y Navia. Orden de 22 de agosto de 1947 por la Dependientes del Centro coordinador que se crean las bibliotecas municipa­ de bibliotecas de Burgos: les que se expresan. Espinosa de los Monteros, Villarcayo, Melgar de Fermental y Aranda de Due­ limo. Sr.: A propuesta de la Junta ro. de Intercambio y Adquisición de Libros 2," Todas estas bibliotecas disfruta­ y Revistas para bibliotecas públicas, rán de los beneficios que la legidadón Este Ministerio ha tenido a bien dis­ vigente concede a las de su clase a tra­ poner : vés de la Junta de Intercambio y Ad­ 1." Dq>endientes de la expresada Jun­ quisición de Libros y Revista» para bi- ta, s« crean las siguientes bibliotecas líliotecas públicas.—(B. O. de 14 de sep­ municipales: tiembre de 1947.)

MUSEOS

Orden de 25 de junio de 1947, por ¡a declarar trabajo de urgencia la redac­ que se declara trabajo de urgencia la ción de acuerdo con las Instrucciones redacción del catálogo sistemático y del Inventario general, del catilogo sis­ del catálogo monográfico en los Mu­ temático y del catálogo monográfico en seos Arqueológicos provincUdes servi­ los Museos Arqueológicos de provincias dos por el Cuerpo Facultativo de Ar­ servidos por el Cuerpo Facultativo de chiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólo­ gos, aplicándose los directores y conser­ limo. Sr.: Se vien« observando que, vadores de aquéllos a dicha tarea con a partir del año 1944, se acusti una baja preferencia a cualquier otra similar, pero progresiva en la redacción de los re­ ajena a las propias de la función, sin pertorios fnndamenules de lo» Museos desatender las demás reglamentarias, pol­ Arqueológicos, que puede «chacarM a lo cual no se les confiará misión alguna poco deseo por parte de alguno» direc­ sin previo informe de la Inspección Ge­ tores de aquellos Centros en el cumpli­ neral de Museos Arqueológicos.—(Boje- miento de aquella obligación necesaria, tin Oficial de 5 de junio de 1947.) por lo que este Ministerio ha restielto

MOVIMIENTO DE PERSON AL - i 9 47

Durante los meses enero-septiembre de REINGRESOS 1947, los escalafones de los Cuerpos Fa­ cultativo y Auxiliar, ha experimentado Doña María del Carmen Cestero Ra­ la» «iguientes alteraciones: mírez.—Biblioteca Universidad Central (provisional), 18 mano 1947. Personal facultativo Doña Manuela Rodríguez López-Cor- dón.—Archivo Delegación Hacienda de INGRESOS Lérida (provisional), 13 de agosto 1947. Doña Francisca Ruií Fedroviejo.— Don Julio González G<^nz¿lez.—Archi­ Museo Numantino de Soria (provisional), vo General de Indias Sevilla: 13 agos­ 30 «eptiembre 1947. to 1947. 532 REVISTA DE ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y MUSEOS

JUBILACIONES Doña Isabel Garcia-Ormaechea Ca«a novas.—^Bibliotecas Populares de Madrid. Don Luis Delgado Moya.—Director de 25 de abril de 1947. la Biblioteca Pública de Gnadalajara: Doña María Teresa López Ruiz de 10 julio 1947. Azagra.—Bibliotecas Populares de Va­ Don Joeé Alvarez de Luna Pohol.— lencia. 8 de mayo de 1947. Director de la Biblioteca pública de Doña Antonia Soler Cavo.—^Museo Ar­ Cuenca: 21 julio 1947. queológico Nacional. 20 de junio de 1947. Don Guillermo Uña Diac-Pedregal.— EXCEDENCIAS Registro General de la Propiedad Inte­ lectual. 1 de julio de 1947. Doña María del Pilar Ferrast Ca«tán. Archivo de la Delegación de Hacienda de Murcia: 14 ago«to 1947. REINGRESOS Doña Rosario Amador de loe Ríos FALLECIMIENTOS González.—20 de marzo de 1947. Don Miguel Artigas Ferrando.—Direc­ INGRESOS tor de la Biblioteca Nacional: 10 de mano 1947. Don Alejandro de Andrés-Montalvo y Ayanz. — Biblioteca Santa Isabel (Gui­ nea). 20 de marzo de 1947. Personal auxiliar Doña Julia Oliet Gil.—Biblioteca Pú­ blica de Huesca. 28 de abril de 1947. EXCEDENCIAS Doña María Dolores de Onis Almar- za.—Bibliotecas Populares de Madrid. 19 Doña María Luisa Puche Gutiérrez.— de julio de 1947. Biblioteca» Populares de Madrid. 15 de Doña Juana Blasco Millor.—Bibliote­ marzo de 1947. ca Nacional. 19 de julio de 1947. de tac

4unta. de JJntezcdmUo if-fldt^uLóLCLÓn de /^¿Uoó

vicLta. J^iUiotecdó PÚÍILCO-Í

SxZLUúía.

Itt partioipa qii« ooa aotlTO de la elovaolto 4« prtoio 401 papal y aaw» da abra, la Diraeol^n da la HBVISTA PE AHCHIYOS, BIBLIOTECA^; 7 UD^^EOS, aa ha vlato obligada a fijar al iaport* de la aoacripolón anual en CIEír p«8«- t«a a partir dal próziao mánaro 4*

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