Historia De Las Fuente Sy Pozos De Bujalance. J.M. Abril
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Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural LOS POZOS Y FUENTES DE USO PÚBLICO DE BUJALANCE Y MORENTE: PATRIMONIO HISTÓRICO, CULTURAL Y NATURAL Manuel Cala Rodríguez Antonio Luis Luque Lavirgen Rafael Félix Torres José María Abril Hernández Enero de 2011. Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural A quienes han mantenido y a quienes mantengan estos tesoros públicos mojados. M. CALA A los que vivieron de ellos, a los que hoy los maltratamos??, y a los que los necesitarán mañana A.L. LUQUE In memoriam A mi padre, hortelano del alma. Se fue con menguante de invierno. … Y yo solo acierto a regar la tierra con la humedad salobre de la añoranza… A la memoria de mi abuelo, a quien no conocí. José Hernández Peinado murió de hambre amarga en 1940. Yace sin epitafio en el carnero del pueblo de sus amores. De ti heredé una lección, una tarea, y tus ojos tristes… JOSE M. ABRIL 2 Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural PRÓLOGO Por FRANCISCO MARTÍNEZ MEJÍAS, CRONISTA OFICIAL DE BUJALANCE Hace unos meses, los autores me pidieron que actuara como prologuista de esta extraordinaria obra Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural. El recibir esta invitación me llenó de satisfacción, alegría y respeto: cuando a la condición de cronista va aparejada mi amistad y aprecio hacia los autores, y tomando en consideración el extraordinario valor que para mí tiene este tipo de trabajos de investigación sobre temas locales, a los que yo precisamente y desde hace años vengo dedicando todo el tiempo libre que me permite mi actividad profesional, el escribir unas líneas de presentación para su obra no es un trabajo, sino un placer. Los bujalanceños no podemos más que congratularnos, pues fundamentalmente y en gran medida, nuestra historia se nutre y se recupera con este tipo de estudios y aportaciones que conllevan muchas horas de investigación, de estudio en archivos y de trabajos de campo. El caso que nos ocupa nos ofrece una relevante aportación sobre la relación de nuestro municipio con uno de los bienes imprescindibles para la vida: el agua que se obtenía en las fuentes y pozos públicos. Los autores, sabiamente partiendo de la veneración que le prestaban nuestros antepasados a este bien preciado, proyectan la investigación hacia un difícil pero esperanzador futuro. Con respecto a la obra, me gustaría destacar algunos de los aspectos más relevantes. En primer lugar, resulta cuanto menos sobresaliente el enorme trabajo de campo realizado por los autores y la constatación meticulosa de la abundante información obtenida de determinados archivos y material bibliográfico, que unido a los cuadros informativos de cada una de las fuentes y pozos, reconstruyen el pasado de estos bienes de una forma coherente a la par que fascinante. Por otra parte y en segundo lugar, resulta muy sensata la estructura metodológica de la investigación, en la que tras unos capítulos introductorios de naturaleza histórico-científica, los diversos pozos y fuentes son individualmente analizados, conformando un inventario muy completo, el cual tiene como resultado un trabajo de fácil lectura y consulta que, pese a su importante extensión, está escrito de forma ajustada y alcanza un gran atractivo y brillantez. La primera parte, introductoria de la obra y titulada Una historia mojada de tesoros públicos, la inicia un conceptista, estremecedor y bello poema de José María Abril, escrito in situ a los pies del pozo Peujar, en un día lluvioso, y en el que se exponen una serie de preguntas clave sobre el devenir y misterio de estas profundidades. La fluida prosa de esta sección hace que lo científico sea sencillo y entendible, cumpliendo el objetivo principal, es decir, llegar al lector de forma amena, instructiva e intrigante. 3 Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural Aunque el término de Bujalance acaricia muy de pasada el Guadalquivir por uno de sus extremos y esta circunstancia constituía garantía indiscutible de agua para las más de veinte mil cabezas a las que ascendía la cabaña ganadera de Bujalance y Morente a mediados del XVIII, las reses abrevaban en su mayoría en los numerosos pozos públicos del término, bañado en su totalidad por abundantes aguas subterráneas. Asimismo, la importante población de este territorio se abastecía de los numerosos pozos públicos y privados ubicados en el término. De esta manera, la historia de Bujalance y Morente no puede ser entendida sin sus aljibes, pozos y fuentes, pues han sido pieza fundamental del transcurso de la vida de nuestros antepasados. Son abundantes las referencias a la construcción o reparación de pozos públicos por parte de los Concejos o Cabildos locales, así como la regulación de su uso y mantenimiento a través de las Ordenanzas Municipales y de la Diputación de las Aguas, que los protegían a través de la imposición de fuertes sanciones a los infractores, pues el agua era un manantial de vida sagrado y venerado por todos. No obstante, la íntima relación del hombre con los recursos del subsuelo en estas tierras data de muy antiguo. Efectivamente, son numerosos los asentamientos prehistóricos, íberos, romanos, visigodos y árabes que se adelantaron y poblaron estas tierras debido a su riqueza hídrica. Yacimientos como el de la Fuenblanquilla, la Alameda, la Higuera, Tirador y otros muchos constatan esta circunstancia, que los autores no sólo citan en su investigación histórica sino lo que es más, nos conducen por un universo temporal que comienza en la formación del agua en las profundidades de la tierra y nos trasladan a la fascinación y el misterio que rodea a los qanat: galerías subterráneas de nuestras fuentes, construidos para captar y conducir las aguas freáticas desde donde fluye este indispensable líquido para el vida que es el agua. En la segunda parte, titulada Un presente necesitado de inventariarse, resulta de interés resaltar el esfuerzo de los autores por poner en valor los bienes en cuestión: el agua y los aljibes, fuentes y pozos y su uso a través de los siglos por nuestros antepasados. Este extremo se muestra a través de fichas descriptivas analíticas individualizadas para cada uno de ellos: identificación, parcela “sigpac” (coordenadas UTM, polígono, parcela, recinto, superficie, uso, año de vuelo y año de renovación catastral), fotografías, planimetría, descripción (situación, pago, carretera o camino cercano, etc.), inventario, observaciones (catalogación, historia, etc.) y citas en la obra. Debo hacer hincapié aquí en el excelente cuidado que los autores han tenido a la hora de construir la historia de nuestros pozos y fuentes, mostrando y descubriendo su valor histórico y cultural. Después de ilustrarnos sobre el inexorable paso del tiempo, el esplendor y decadencia de nuestros pozos y fuentes, la pérdida de la comunión ancestral y vital con los ciudadanos, el avance de los medios técnicos, los cambios en la forma de vida, el desuso, el expolio, la contaminación, el soterramiento y la pérdida del contacto directo del individuo con los acuíferos y con las profundidades de la tierra, la obra desemboca en la Historia de una muerte 4 Los Pozos y Fuentes de Uso Público de Bujalance y Morente: Patrimonio Cultural, Histórico y Natural anunciada, en el Réquiem por nuestros pozos y fuentes. No obstante, sabedores de que no hay mayor muerte que la del olvido, los autores alumbran unas posibilidades de uso futuro, relacionándolos con los ecosistemas de su entorno. En relación con las investigaciones sobre la historia de Bujalance, el presente trabajo se suma a otros tres relacionados con este tema, publicados en La colección de Cuadernos del Ayuntamiento de Bujalance: Los arroyos del término municipal de Bujalance, Aproximación al clima de Bujalance y Las plantas silvestres de la campiña bujalanceña, estudios monográficos de interés local que se precisa seguir publicando, pues todos ellos pueden constituirse en elementos vertebradores que potencien y valoren adecuadamente a través del conocimiento nuestro patrimonio cultural y natural. Llegados a este punto, cabe preguntarse qué sentido tiene un amplio y exhaustivo estudio a comienzos del siglo XXI en el que se investiga sobre los pozos y fuentes de Bujalance y Morente. La respuesta a este interrogante no escapa a casi nadie y ya fue despejada en el siglo XIX por el ensayista Juan Donoso, en su célebre sentencia “en lo pasado está la historia del futuro”. Hemos de asumir así como una realidad innegable, sólo cuestionada por los poco informados, que si no queremos destruir el rico patrimonio ya deteriorado que nos ha llegado, si no se detiene la contaminación de los acuíferos, si no procedemos a una reforestación y recuperación de la flora y la fauna, si no hacemos cumplir y reorientar nuestro actual ordenamiento jurídico, y en definitiva, si los ciudadanos no tomamos conciencia, en pocos años, no solo hablaremos de réquiem por los pozos y fuentes de Bujalance y Morente sino también asistiremos al fin de uno de los bienes más preciados de nuestra tierra: el agua de nuestro subsuelo. Dicho de otra forma, en nuestras manos está que esto no ocurra, pues debemos tener la convicción de que es necesario que todos, ciudadanos y personas que ocupan responsabilidades políticas, acojamos el proyecto de salvar nuestro ecosistema y nuestro patrimonio cultural. Muy posiblemente, no haya mejor forma de reivindicación que el propagar estos temas a través de la divulgación cultural y con actividades encaminadas a una concienciación política y ciudadana. Pues el agua, indispensable para la vida, como citan los autores, debería ser considerada por todos patrimonio de la humanidad.