TRABAJOS DE PREHISTORIA 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos

In half light. Later Prehistoric carvings in Galician rock shelters

Ramón Fábregas Valcarce (*) Carlos Rodríguez Rellán (*)

RESUMEN (1) Palabras clave: Arqueología del paisaje; Prehistoria Re- ciente; Arte esquemático; Espacio ritual; Armas; Caza. La prospección sistemática de arte rupestre en el Ayuntamiento de (A Coruña) ha permitido Key words: Landscape Archeology; Recent Prehistory; la localización de casi dos centenares de grabados, dos Schematic Art; Ritual Space; Weapons; Hunting. de ellos en abrigos graníticos. A estos últimos se suman otros dos casos en las comarcas occidentales de . La temática presente es idéntica a la del arte galaico al aire libre, datado grosso modo en el III milenio a.C. 1. INTRODUCCIÓN Estos hallazgos plantean, por otra parte, la intencionada restricción física sobre la visualización de este fenómeno. Uno de los aspectos que más atención ha con- La convivencia de motivos en el interior de cavidades citado en los estudios sobre arte prehistórico rea- con otros situados al aire libre e incluso en frisos verti- cales fácilmente perceptibles demuestra la variabilidad de lizados en las últimas décadas tiene que ver con estas manifestaciones y nos permite refl exionar sobre la el público al que las manifestaciones artísticas audiencia a la que habrían estado destinadas las diferen- se habrían dirigido. Como acertadamente señala tes estaciones rupestres. R. Bradley (2009: 8), pocas veces resulta posible deducir el signifi cado de las imágenes del pasado sin la ayuda de documentación escrita, pero es ABSTRACT factible abordar la relación entre las grafías y la gente que las contempló en su momento. En este The systematic survey of rock art in the area of the sentido, podría plantearse la diferencia esencial town council of Porto do Son (A Coruña) has allowed us to fi nd nearly two hundred carved surfaces, two of them que existe entre el arte ejecutado al aire libre y located within rock shelters. Two other examples in the aquel realizado en el interior de cuevas o locales Western regions of Galicia must be added to those. The artifi cialmente cerrados (megalitos o viviendas motifs inside the rock shelters are exactly the same as por ejemplo), pues la segunda opción propone those found in the open-air petroglyphs, which can be una limitación evidente respecto al número de roughly dated to the third millennium BC. These fi nds attest to the existence of an intentional constraint on the observadores y circunstancias (iluminación o so- visibility of these graphic manifestations. The coexistence noridad por ejemplo) de su visualización. No obs- of motifs inside cavities and others located outdoors, tante, como veremos, esta oposición tan defi nida even on fairly conspicuous vertical friezes, shows the está abierta a la matización toda vez que, por variability of this phenomenon and allows us to refl ect on the different audiences at which the rock sites would ejemplo, en el exterior pueden darse situaciones have been aimed. que modulen esa mayor ‘apertura’, no sólo en nombre de las convenciones sociales sino en fun- ción de la disposición de los paneles decorados o (*) Dpto. de Historia I, Facultade de Xeografía e Historia, la microtopografía del entorno de éstos, que pue- Universidade de de Compostela. Praza da Universida- den plantear restricciones a la ‘publicidad’ de las de 1. 15782 . Correos e.: [email protected]; [email protected] manifestaciones artísticas o imponer perspectivas Recibido: 21-III-2011; aceptado: 6-V-2011. o recorridos específi cos para su contemplación. A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 81

Por otra parte, la discreción o recogimiento aso- han tenido una naturaleza variable, desde aquélla ciados a las imágenes ejecutadas en el interior estrictamente doméstica a otra posiblemente fu- pueden estar compensados, siquiera parcialmen- neraria o ritual. te, por su vinculación a monumentos o formacio- En este sentido, es conocida la presencia hu- nes geológicas llamativas, que actúen como refe- mana en abrigos graníticos desde, al menos, el rentes en el paisaje. Al mismo tiempo debemos Paleolítico Superior y el Epipaleolítico, con yaci- tener en cuenta que las cuevas y abrigos pueden mientos como los de Pena Grande (Vilalba, Lugo) tener múltiples usos, desde los de naturaleza ce- (Ramil y Ramil 1995). Posteriormente, en el Neo- remonial al simple empleo como refugio más o lítico, existen también evidencias puntuales de menos ocasional. actividades humanas al interior de este tipo de Las consideraciones precedentes resultan de cavidades, caso de A Cunchosa (Cangas, Ponteve- interés a la hora de abordar las expresiones grá- dra) (Suárez 1997), prolongándose éstas incluso fi cas encuadradas bajo la denominación de petro- hasta bien entrada la Edad del Hierro, como en Os glifos galaicos, un grupo artístico cuya cronolo- Pericos (Ribeira, A Coruña) (Vilaseco y Fábregas gía coincide básicamente con el III milenio AC, 2008) o Cova dos Mouros (Oímbra, Ourense), en si bien con extensiones temporales anteriores y la que también podrían atestiguarse ocupaciones posteriores a dicho marco cronológico (Fábregas anteriores (Gómez y Vázquez 2009). Junto a estos 2010). Los petroglifos tienen como una de sus ejemplos, en los que las ocupaciones tendrían un señales distintivas el comparecer sobre rocas al carácter probablemente doméstico, encontramos aire libre, generalmente poco conspicuas, aunque casos como los de Arca dos Penedos (Baltar, existan excepciones a esta norma como en el Ourense) (Eguileta et al. 1993-1994) o la gran gran panel del Outeiro dos Lameiros (Baiona, cavidad de O Folón (Vigo, Pontevedra) (Rodrí- Pontevedra), cuya imaginería y emplazamiento guez et al. 1996-1997) donde la parquedad de lo aproximan al arte esquemático, en un área (SO material (varios fragmentos de campaniforme cor- de Galicia) donde abundan los indicios de inter- dado en el primero y un vaso de cerámica inciso- acción e infl uencia mutua entre ambos grupos metopada tipo Penha y sendos útiles pulimenta- artísticos (Bradley y Fábregas 1999). dos en el segundo) podrían apuntar a la posibilidad En este trabajo presentaremos varios casos en de deposiciones votivas o bien de enterramientos los que motivos clásicos entre las insculturas ga- de los que, debido a las condiciones locales extre- llegas, como combinaciones circulares de cierta madamente ácidas, no haya quedado ninguna evi- complejidad o representaciones de zoomorfos, dencia orgánica. Resulta interesante que, a día de han sido grabados en oquedades y abrigos graní- hoy, no se hayan documentado evidencias de arte, ticos. Una última estación (Pedra Xestosa) tiene a pesar de que –por ejemplo– en concreto en la peculiaridad de plasmar en un mismo afl ora- O Folón, la formación en la que se sitúan las ca- miento rocoso una aparente convivencia entre vidades tiene un buen número de paneles rupes- paneles grabados al aire libre y otros protegidos tres al aire libre. por una visera pétrea.

2. LOS ABRIGOS Y CAVIDADES 3. GRABADOS RUPESTRES GRANÍTICAS DURANTE EN EL INTERIOR DE ABRIGOS LA PREHISTORIA RECIENTE EN GALICIA Las investigaciones realizadas en diversos pun- tos de la costa occidental gallega, en colaboración La escasez de cuevas en la mayor parte del con especialistas y afi cionados locales, nos permi- territorio gallego, consecuencia de la reducida tieron localizar más de un centenar de estaciones existencia de formaciones calizas (concentradas rupestres, cuatro de ellas (Fig. 1) situadas en el en el sector oriental de las provincias de Lugo y interior de abrigos o viseras graníticas de distinta Ourense) y el dominio casi absoluto que las lito- entidad y con un carácter más o menos reservado. logías plutónicas tienen en buena parte de esta Con anterioridad a estos trabajos, contábamos comunidad, ha convertido a los abrigos graníticos tan solo con la referencia a la existencia de gra- en una alternativa puntual para las ocupaciones bados en cinco cavidades de Corme (A Coruña), humanas a lo largo de la Prehistoria, las cuales entre las que destaca Petón da Campaíña, una

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al aire libre: combinaciones circulares complejas y zoomorfos. Pedra Xestosa (, A Coruña): se sitúa al noroeste de Galicia, en un lugar que hasta hace muy poco se creía huérfano de representaciones naturalistas (Rodríguez et al. 2010). La estación se encuentra sobre un gran batolito granítico en torno a los 3 m de altura y con su eje mayor orientado en dirección NE-SO. Es un afl oramien- to no especialmente conspicuo situado en la rup- tura cóncava de una pequeña vaguada protegida de los vientos del norte (Fig. 2). En la parte sur del afl oramiento existe un pe- queño abrigo de apenas un metro de ancho y poco

Fig. 1. Situación en la Península Ibérica de los principa- les abrigos con arte rupestre de A Coruña mencionados en el texto: 1. Pedra Xestosa (Laxe); 2. Petón da Cam- paíña (Corme); 3. Outeiro de Rixidores (); 4. Cal- derramos y 5. Rego de Corzo (Porto do Son). enorme visera granítica en cuyo interior se han documentado motivos sencillos (cazoletas, líneas y círculos simples), amén de otros de cronología probablemente histórica (Mañana y Santos 2002). A éstos habría que sumar los abrigos de Peneites (Nigrán) y Pedra Cavada (Gondomar), en Ponte- vedra, en cuyo piso rocoso se practicaron respec- tivamente una y dos pequeñas piletas de forma cuadrangular, para las que contamos con parale- los al aire libre repartidos a lo largo de más de medio centenar de puntos del suroeste gallego, a menudo asociadas a grabados prehistóricos (Váz- quez Rozas 1998; Fábregas 2010). Fig. 2. A Coruña: planos de situación de los abrigos de La principal novedad de las estaciones que Pedra Xestosa (Laxe) y Rego de Corzo (Porto do Son); círculos: paneles horizontales; cuadrados: paneles verti- ahora presentamos estriba en que se documenten, cales / negro: motivos geométricos; blanco: motivos na- por primera vez en el interior de abrigos, los turalistas (base: Mapa Topográfi co Nacional, escala motivos clásicos del corpus rupestre prehistórico 1:5.000).

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composición está dominada por la confrontación entre el cérvido de mayor tamaño y cornamenta más desarrollada y el antropomorfo, cuyo brazo delantero se proyecta de modo antinatural hacia la cabeza del gran animal. Ello, con toda proba- bilidad, representa algún tipo de arma, posible- mente una lanza, como también podrían serlo las líneas horizontales dispuestas frente al cérvido situado en el extremo derecho de la escena. Entre la fi gura humana y el gran ciervo, por encima de ambos, aparece una imagen incompleta –¿un po- sible ídolo o divinidad protectora?– paralelizable con otras conocidas en estaciones gallegas (San- tos 2005a) así como en la pintura del dolmen de Orca dos Juncais (Viseu, Portugal), con el que este panel guarda notables similitudes. Rego de Corzo VI (Porto do Son, A Coruña): el abrigo se sitúa en las estribaciones occidenta- les de la Sierra del Barbanza, en la zona de transición hacia la amplia plataforma costera (Fig. 2). Se encuadra en un área de unas 40 ha (Outeiro Campelos-Rego de Corzo), en la que se ha documentado un considerable número de es- taciones rupestres, algunas de gran monumenta- lidad, situadas en puntos desde los que se domi- na visualmente los valles que desembocan en el océano (Fig. 5A). Dicha zona se caracteriza por Fig. 3. Detalle del abrigo de Pedra Xestosa (Laxe, A numerosos batolitos graníticos que conforman un Coruña) y del calco de los motivos documentados en su relieve escalonado y compartimentado por peque- interior. ñas gargantas por donde circulan cursos de agua en torno a los cuales se concentran buena parte de los grabados. Estos accidentes delimitan, a más de 1,5 m de altura, conformado por un tafo- Norte y Sur, un espolón en cuya ladera occidental ne originado por la erosión eólica (Fig. 3). En la se encuentra el abrigo, con su entrada orientada pared de esta minúscula cavidad se documentó un al Oeste y un interior de poco más de 2 m de zoomorfo con cornamenta amén de una combina- ancho, 1,5 m de profundidad y 50 cm de altura ción circular incompleta, único motivo abstracto (Fig. 6). presente en toda la estación. También se observan En el suelo rocoso de la cavidad se localizan varios cruciformes claramente modernos. Otro cuatro zoomorfos, probablemente cérvidos, dos panel se sitúa en la parte externa de la roca que de ellos incompletos. Éstos se orientan mayorita- actúa de cubierta del abrigo (Fig. 4) y se compo- riamente hacia la derecha, con la excepción del ne de al menos seis cérvidos presididos por un mayor y mejor conservado de los animales. Pese gran macho. Varios de estos animales han sido a estar a cubierto, los surcos presentan un cierto representados en actitudes naturalistas, como el grado de erosión, resultado de la existencia de berreo o el olisqueo de genitales. El tercer con- pequeñas aperturas en la parte sureste del abrigo junto, el más complejo de la estación, se localiza por las que penetra el agua de lluvia. No obstan- sobre una pared totalmente vertical de casi 2 m te, su surco relativamente estrecho e irregular de altura y 6 m de longitud donde se ha identifi - parece sugerir que en su elaboración se habría cado una escena de caza: seis cérvidos se enfren- empleado la técnica del piqueteado. Esta infor- tan a otras cuatro o posiblemente cinco fi guras de mación resulta de gran importancia desde un pun- animales de mayor esquematismo, interpretados to de vista técnico, pues dado el alto grado de como cánidos, así como a un antropomorfo. La erosión que afecta a los grabados rupestres galai-

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Fig. 4. Aspecto general de Pedra Xestosa (Laxe, A Coruña) con la situación y calco de los paneles situados al aire libre. cos al aire libre, nunca se ha podido determinar Corzo, también en la zona inmediata de transi- con seguridad la técnica exacta empleada para su ción hacia la plataforma costera (Fig. 7). Se ubi- realización. ca dominando en altura una pequeña vaguada que Calderramos (Porto do Son, A Coruña): el desciende en dirección suroeste hacia la costa abrigo se localiza a 3 km al Norte de Rego de atlántica. Esta hondonada, sobre la cual el abrigo ejerce un evidente control visual (Fig. 5B), en la actualidad está profundamente modifi cada por la construcción de terrazas para el cultivo, si bien antiguamente servía de cauce para un pequeño curso de agua. El abrigo (Fig. 8) consiste en una diminuta cavidad granítica, abierta hacia el sureste, de poco más de 2 m de ancho por apenas uno de profundidad, mientras que su altura no supera los 70 cm. En su origen tendría un carácter mucho más cerrado y reservado, perdido a raíz de las actividades de cantería tradicional que removie- ron parte de la visera pétrea. Los motivos, parcialmente al aire libre, se sitúan en el suelo inclinado en dirección a la pendiente. El conjunto comprende una multitud de surcos que no conforman ninguna fi gura re- conocible y que, en ocasiones, han aprovechado Fig. 5. A Coruña: perspectivas desde el interior del abri- go de Rego de Corzo (Porto do Son) (A), así como las diaclasas de la propia roca. Junto a éstos, desde la entrada de los abrigos de Calderramos (Porto do contamos con cazoletas de diversos tamaños y Son) (B) y Outeiro de Rixidores (Carnota) (C). profundidades así como varios motivos geomé-

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Fig. 6. Aspecto general del abrigo de Rego de Corzo Fig. 7. A Coruña: planos de situación de los abrigos de (Porto do Son, A Coruña) y calco de los motivos docu- Calderramos (Porto do Son) y Outeiro de Rixidores (Car- mentados en su interior. nota); círculos: paneles horizontales; cuadrados: paneles verticales / negro: motivos geométricos; blanco: motivos naturalistas (base: Mapa Topográfi co Nacional, escala tricos, entre los que destaca una combinación 1:5.000). circular incompleta situada en el interior del abrigo. Pese a haberse documentado señales re- Outeiro de Rixidores (Carnota, A Coruña): el cientes de fuego dentro de la cavidad, los gra- abrigo (Cernadas 2007) se sitúa en el sector infe- bados presentan un buen estado de conserva- rior-medio de la ladera noroeste de una pequeña ción. Ello ha permitido identifi car la técnica sierra cuya cota máxima en ese punto se sitúa en empleada para su ejecución: piqueteado en la torno a los 490 m. La estación se localiza sobre combinación circular y buena parte de los surcos una terraza natural que supone uno de los pocos lineales, pudiendo observarse incluso los golpes relieves suaves en un área caracterizada por su individuales realizados durante el proceso, y pu- fuerte pendiente (Fig. 7). En las cercanías existe lido en varias cazoletas, fundamentalmente las una pequeña vaguada por la que desciende, en de mayor tamaño. En el momento de su descu- dirección Oeste, un riachuelo. La orientación del brimiento, se recogieron muestras del sedimento abrigo ignora por completo dicha vaguada, para de su interior para su análisis si bien, lamenta- enfocarse hacia la amplia plataforma costera so- blemente, éstas no proporcionaron ningún resul- bre la que goza de una espectacular perspectiva tado signifi cativo. (Fig. 5C).

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Fig. 9. Aspecto general de Outeiro de Rixidores (Carno- ta, A Coruña) y calco del motivo documentado en su Fig. 8. Aspecto general del abrigo de Calderramos (A interior. Coruña) y calco de los motivos documentados.

según la pendiente. El grabado se ha visto condi- El grabado no se sitúa en un abrigo sensu es- cionado por la existencia de una diaclasa que tricto, sino más bien bajo una pequeña visera atraviesa la parte inferior del panel. La erosión granítica naturalmente conformada por dos de los del motivo ha sido considerable, debido a su numerosos batolitos (Fig. 9) que componen la am- exposición a los vientos procedentes del océano, plia y recortada masa granítica que domina las siendo imposible determinar la técnica empleada laderas de este punto de la costa occidental galle- en su ejecución. ga. La naturaleza recogida u oculta de la estación está fuera de toda duda, pues la observación del motivo y del propio panel exige el acceso a la 4. ARTE RUPESTRE GALLEGO AL AIRE cavidad. Este carácter cerrado podría haber sido LIBRE Y EN ABRIGOS acentuado de manera artifi cial mediante la colo- cación de una laja granítica plana en la parte su- Los abrigos que acabamos de describir com- perior de la visera, si bien resulta difícil determi- parten una característica: los grabados se han nar si ésta fue colocada coetáneamente al proceso ubicado siempre en el suelo o bien en la parte de grabado o bien en momentos posteriores, qui- baja de las paredes, mientras que sus zonas me- zás por parte de pastores que buscaban abrigo. dias y altas fueron sistemáticamente ignoradas. El panel está conformado por una combina- Dicha circunstancia parece indicar una cierta tras- ción circular de considerables dimensiones (78 posición al interior del abrigo de la lógica de cm de diámetro) situada en el suelo y orientada grabado propia de buena parte del arte rupestre

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 87 al aire libre, más que de la dinámica que puede sensorial’ que –en cierto sentido– habría detraído observarse en los abrigos con arte esquemático y al observador de sus experiencias cotidianas, en las cámaras megalíticas, donde las representa- transportándolo a un mundo donde sus facultades ciones evidencian una acusada verticalidad. sensitivas normales estarían alteradas. Probable- Hay más diferencias entre las estaciones al mente por ello dichos recintos han sido conside- aire libre y en abrigos, referentes a la naturaleza rados por muchas sociedades como lugares de y complejidad de sus grabados, las propias carac- transición entre dos mundos o realidades (Brad- terísticas internas de las cavidades, la ubicación ley 2009: 65). La naturaleza reducida y semi-ce- de los mismos en el lugar y su facilidad de acce- rrada de los abrigos habría aislado al individuo so. Los abrigos con arte rupestre documentados de los estímulos visuales y auditivos procedentes en Galicia no comparten –en cuanto a su ubica- del exterior, facilitando la focalización de su aten- ción– la mayoría de las características de los lu- ción hacia los grabados. Además, la escasa visi- gares con arte esquemático, donde muchas de las bilidad en su interior habría exigido en alguna cavidades se sitúan en lugares difícilmente acce- ocasión utilizar medios artifi ciales de iluminación sibles, lo que teóricamente habría limitado su o bien el uso del tacto para apreciar los motivos. contemplación. En nuestro caso, los abrigos com- La acústica reverberante habría potenciado la so- parten localización con otras insculturas al aire noridad producida por el golpeo y/o rasgado de- libre (Figs. 2 y 5), dominando valles fl uviales y rivado del grabado así como los sonidos emiti- plataformas costeras desde las cuales se tendría dos durante los ritos. Por otra parte, debido al una relativa facilidad de acceso a las estaciones. reducido tamaño de los abrigos, es muy posible A pesar de ello, existen abrigos más fácilmente que durante todo el proceso el observador hu- asequibles –como Pedra Xestosa o Calderramos– biese estado obligado a adoptar posturas forzadas que otros, como Rego de Corzo y, sobre todo, e incómodas y a permanecer agachado o incluso Outeiro de Rixidores. tumbado. Todos estos recintos tienen en común el redu- Todas estas circunstancias habrían condiciona- cido tamaño de su interior, siendo prácticamente do profundamente el nivel de intensidad y signi- imposible permanecer de pie o incluso agachado, fi cado de la interacción entre arte y observador debido fundamentalmente a que, salvo en Pedra diferenciándola, hasta cierto punto, del tipo de Xestosa, no superan el metro de altura. Además, experiencias que se podrían haber tenido en el arte en Outeiro de Rixidores, Petón da Campaíña o rupestre al aire libre. En función de dichas disi- Pedra Xestosa, este escaso tamaño viene acom- militudes, es muy posible que se hubiese otorgado pañado de un defi ciente aislamiento con respecto al arte de las cavidades un signifi cado e incluso a los agentes atmosféricos, siendo frecuentes las un tipo de audiencia diferentes. Resulta tentador fi ltraciones en su interior del agua de lluvia y de relacionar las especiales condiciones reinantes en las corrientes de aire. Bastante más cerrados son el interior de los abrigos con la ya clásica asocia- Rego de Corzo y, sobre todo, Calderramos, hasta ción entre los procesos de producción del arte y el punto de que, en el caso de este último, su los estados alterados de conciencia protagoniza- insufi ciente iluminación habría difi cultado la vi- dos, probablemente, por algún especialista de lo sualización de los motivos. ritual (Lewis-Williams 2002). El arte rupestre ga- Por todo ello, dichas cavidades serían muy laico tampoco se ha sustraído a esa interpretación poco adecuadas para su uso doméstico, aunque sí (Peña y Rey 2001), que podría apoyarse en la para la realización de rituales que requiriesen de aparición de sustancias alucinógenas en los análi- una reclusión más o menos clara. Los abrigos sis de fi tolitos realizados en algún petroglifo ga- gozan de ciertas cualidades que sin duda los ha- llego (Fábregas 2010), si bien la vinculación cro- brían dotado de un carácter especial para los seres nológica de las mismas al momento de uso de los humanos de la Prehistoria. Ello muy verosímil- grabados no está asegurada (Guerra y López mente habría sido clave para la ubicación en su 2006). Por otro lado, no han sido pocos los auto- interior de diversas manifestaciones artísticas, de res (Kehoe 2000; Bahn 2001; Insoll 2004) que han modo que el simbolismo propio de ambas entida- criticado la vinculación establecida por algunos des –arte y abrigo– se potenciase mutuamente. investigadores (Lewis-Williams 2002) entre arte, La oscuridad reinante en el interior de estas estados alterados de consciencia y chamanismo, cavidades produciría una especie de ‘privación señalando lo inapropiado de la aplicación general

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 88 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán del último término, hecho que también podría ciones, los petroglifos habrían sido herramientas extenderse al caso gallego. de comunicación básicamente ‘intergrupal’, des- tinadas a mediar en el uso del paisaje por parte de dos o más poblaciones vecinas, estableciendo el acceso preferente o exclusivo por parte de un 5. PERCEPTIBILIDAD DEL ARTE grupo determinado a un lugar económica y/o sim- RUPESTRE GALAICO bólicamente importante. Dicha interpretación convertiría al arte rupestre en una especie de De modo general, se ha caracterizado al arte código de señales o mensajes que funcionaría a rupestre galaico, en tanto que ubicado al aire li- modo de intercambio fi jo de impresiones entre bre, como un fenómeno con una muy limitada sociedades que no estarían en contacto directo de imposición de restricciones para su contempla- modo frecuente. Otros autores han remarcado, no ción, en contraste con el arte megalítico. Tradi- obstante, que parte de esta información habría ido cionalmente se ha considerado a los petroglifos destinada también a los propios miembros de la como un elemento abierto, fácilmente perceptible comunidad, a modo de transmisor ‘intergenera- y accesible prácticamente a todo aquel que se cional’ de información útil vinculada general- moviese por el paisaje prehistórico. En conse- mente a la explotación de los recursos del terri- cuencia, estos grabados han sido asociados a un torio circundante (Taçon 1994). tipo de audiencia muy amplio y poco especiali- zado con la excepción –quizás– de los grabados de armas, a menudo vinculados a grupos o cofra- 5.1. Visibilidad y perceptibilidad días de guerreros (Vázquez Varela 2000). La documentación de arte en el interior de Al abrigo de interpretaciones como las que abrigos introduce una vuelta de tuerca en esta acabamos de exponer, en las últimas décadas en visión, pues su divergencia con respecto a los gran número de investigaciones (Bradley et al. grabados al aire libre sería, en cierto modo, la 1994; Santos 1999) las estaciones rupestres han misma que se propone entre petroglifos y arte sido analizadas fundamentalmente en el marco megalítico: su naturaleza restrictiva y el tipo de del paisaje circundante, a través del estudio de su audiencia al que estarían destinados (Bradley distribución espacial, así como de su relación con 2009: 120). La ubicación de los grabados en el vías naturales de tránsito (collados y vaguadas) y interior de cavidades evidencia una voluntad puntos de interés para su explotación económica efectiva por controlar el tamaño y la propia com- por parte de las comunidades prehistóricas (valles posición de los agentes involucrados y, lo que fl uviales y costeros, etc.). Sin embargo, muy po- consideramos muy importante, una clara preten- cas veces se ha analizado en profundidad la na- sión de ‘ocultación’ de las representaciones. turaleza e intensidad de la interacción entre esta- El afán de ocultación evidenciado por estos ciones rupestres y territorio circundante, así como petroglifos indica que debe relativizarse, al me- tampoco se ha prestado demasiada atención a las nos en parte, el papel que de modo general se le estrategias y mecanismos por medio de los cuales ha atribuido al arte rupestre galaico como ‘mar- dicha interacción podría haber sido modulada. cador del paisaje’. Este tipo de concepciones A tenor de nuestra experiencia, consideramos vinculan el supuesto carácter abierto y la elevada que la interacción entre petroglifos y paisaje se perceptibilidad del arte rupestre al aire libre con habría mediado a través, fundamentalmente, de audiencias muy amplias que, superando incluso a dos conceptos: su visibilidad y su perceptibilidad. la comunidad creadora, abarcarían en parte a gru- El primero hace referencia a la cantidad de luga- pos vecinos y rivales. res dominados o controlados visualmente desde En este sentido, los trabajos de T. Ingold un petroglifo determinado. La perceptibilidad de- (1987) y M. Casimir (1992) han tenido un enor- fi ne la facilidad para identifi car desde el entorno me calado en la concepción del arte rupestre ga- circundante la roca y/o los motivos de un deter- laico como un elemento articulador y/o normati- minado petroglifo así como la distancia desde la vo del uso del espacio por parte de sociedades que unos u otros pueden ser captados. Ambos productoras aún con un alto grado de movilidad conceptos no tienen por qué ser equivalentes, (Bradley 1997). En función de dichas interpreta- pues existen muchas estaciones a ras de suelo

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 89 apenas perceptibles al alejarnos unos metros pero garante absoluto como tampoco se establece como desde las que se ejerce un gran dominio visual la única herramienta para captar la atención. del entorno. Uno de los sistemas más efectivos para incre- La visibilidad ha sido uno de los aspectos al mentar la percepción de los grabados vendría de que, en general, mayor importancia se ha presta- do en el análisis espacial del arte rupestre al aire libre en Galicia (Bradley et al. 1994; Santos 1999; Peña y Rey 2001). Ésta depende práctica- mente en exclusiva de la ubicación en el paisaje de una estación concreta, de tal manera que si ésta se sitúa en lugares, como una ladera, contará con un amplio dominio visual sobre las cotas inferiores. La visibilidad puede concentrarse so- bre un lugar inmediato, como en una estación situada en un collado o una vaguada cuyo domi- nio visual se reduce fundamental o exclusiva- mente a dichos accidentes geográfi cos, o bien ser ejercida a media o incluso larga distancia, pu- diendo llegar a controlarse varias decenas de ki- lómetros (Fig. 10). La diferencia entre ambos ti- pos de estaciones con respecto a su interactuación con el paisaje circundante sería evidente: aunque ambas controlan visualmente el mismo tipo de lugares, las primeras lo hacen desde el interior, por lo que es posible que hubiesen tenido un papel directo y real en la gestión de su tránsito y explotación. Las segundas, en cambio, ejercen un control desde una distancia elevada. Su interac- tuación con dichos lugares sería menos directa y quizás de una naturaleza más ritual o simbólica. La perceptibilidad de los petroglifos ha susci- tado mucho menos interés entre los especialistas y con frecuencia ha sido equiparada e incluso confundida con la visibilidad. Cuando ésta ha sido tenida en cuenta, la atención se ha centrado en la roca que sirve de soporte al petroglifo: su forma y tamaño así como su situación en un punto prominente del paisaje, como una colina o cerca de un gran afl oramiento o un fi lón. Fuera de ello, rara vez se han valorado otro tipo de estrategias o mecanismos destinados a incremen- tar o reducir dicha perceptibilidad. El impacto específi co del panel grabado, tradi- cionalmente solo se ha estudiado a partir del in- cremento del tamaño de las fi guras o, fundamen- talmente, del carácter más o menos vertical de la superfi cie donde fueron grabadas, asociándose automáticamente los paneles verticales con una mayor perceptibilidad de sus motivos (Peña y Rey Fig. 10. A Coruña: A. Situación (en primer término) de los petroglifos de As Laxiñas (Carnota); B. Monte Dor- 2001: 207). Resulta obvio que el grado de verti- do III y C. Cacharelas (Porto do Son), desde los cuales calidad de un panel puede ser un recurso funda- se goza de una gran visibilidad a larga distancia sobre mental a ese respecto, si bien está lejos de ser su amplios sectores del paisaje.

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 90 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán aprovechar el contraste de tonalidad entre los tela, pues el aspecto superfi cial de una roca pue- surcos frescos y la superfi cie del panel. En el de haber sido alterado dramáticamente durante granito, la marcada coloración blancuzca de los los últimos 4.000 años debido a la actuación de grabados recién realizados habría hecho de la agentes, como incendios forestales o líquenes. elección de una roca oscura un método idóneo Asimismo, este método puede haberse utiliza- para aumentar sustancialmente la perceptibilidad do en el sentido contrario: el de ocultar los gra- del conjunto (Fig. 11), incluso con independencia bados. La elección de una roca con unas tonali- de la morfología de la roca y el panel o de las dades claras habría hecho que –desde el mismo condiciones de luz existentes. Puede asumirse, momento de su realización– los motivos hubiesen además, la posibilidad de que los grabados fuesen pasado prácticamente desapercibidos al alejarnos repicados cada cierto tiempo (en el marco de de ellos tan solo unos pocos metros, incluso en diversos ritos o bien cada vez que se añadía un los paneles verticales. A cambio, al ser bañada nuevo motivo al panel), de modo que el contras- por la luz solar, la coloración blanca habría con- te habría podido perdurar durante períodos de ferido un aspecto brillante a la superfi cie de la tiempo relativamente amplios. La situación de roca que contrastaría con la oscuridad de las som- muchos de los grandes petroglifos de nuestra co- bras que esa misma luz habría proyectado –a munidad (Peneda Negra, Gurita, etc.) en rocas determinadas horas del día– en el interior de los con una superfi cie de color oscuro, puede no surcos grabados, volviéndolos perfectamente vi- haber sido una circunstancia enteramente casual. sibles durante un lapso de tiempo concreto. No obstante, esta noción debe manejarse con cau- Lejos de considerar mera especulación la uti- lización consciente de los colores de las rocas como un medio de aumentar la perceptibilidad de un petroglifo, recordamos que se ha recurrido a ellos reiteradamente durante la Prehistoria (Sca- rre 2002; Tilley 2004), siendo especialmente evi- dente en el uso de minerales como el cuarzo en las corazas de los túmulos megalíticos para ha- cerlos más visibles (Criado y Vaquero 1993; Bra- dley 1998; Darvill 2002; Forteza et al. 2008). La conjunción de éstas y otras variables ten- dría mucha importancia y habría cambiado en función de los objetivos y naturaleza con los que se concibiesen los distintos grabados y de la audiencia a la que se dirigiesen. Así, una estación con un carácter muy conspicuo se convertiría posiblemente en una referencia espacial de im- portancia y, en consecuencia, jugaría un papel destacado en la concepción real y/o simbólica del paisaje compartida por los integrantes de las co- munidades que hubiesen habitado ese entorno. Por el contrario, optar por reducir la perceptibili- dad de ciertas estaciones quizás evidenciaría un afán de ocultación, como en los grabados situa- dos en el interior de abrigos, haciéndolas visibles solamente a aquellos individuos con un conoci- miento más exhaustivo del terreno. Dichos petro- glifos podrían haber tenido una carga simbólica igual o más importante, pero reservada quizás a ciertos miembros de una comunidad concreta: la Fig. 11. Detalle de un motivo de factura reciente presen- te en la estación rupestre de Outeiro dos Lameiros (Baio- responsable de su realización. na, Pontevedra) y en el que puede observarse el contras- Teniendo en cuenta las hipótesis que estipulan te de color entre los surcos y la superfi cie de la roca. que buena parte de los petroglifos se confi gura-

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 91 rían como ‘marcadores del paisaje’ destinados a 5.2. Relativizando lo perceptible mediar en las relaciones entre grupos distintos por la explotación de determinados lugares, ca- El hecho concreto de que una estación rupes- bría esperar que su interacción con el paisaje tre se encuentre al aire libre no la hace equiva- potenciara tanto el dominio efectivo de esas zo- lente a un elemento de observación abierta a to- nas sujetas a derechos de uso, como la propia dos cuantos frecuentaran el paisaje prehistórico perceptibilidad del petroglifo. Al hacerlo, éste gallego. La ausencia de barreras físicas evidentes sería fácilmente observable por parte de los indi- para su detección no implica necesariamente la viduos ajenos a la comunidad, que serían una inexistencia de herramientas o métodos que, al parte fundamental de la audiencia a la que el arte volver prácticamente imperceptibles los graba- rupestre iría destinado. dos, limitaran su audiencia. La propia lectura de Esta situación parece darse en estaciones con las imágenes del arte rupestre dista mucho de ser grabados de armas, las cuales habrían funcionado un simple asunto de sensaciones. Implica también como importantes referentes en el marco del pai- conocimientos, recuerdos y una asociación icóni- saje que ocupan. Sin embargo, los propios espe- ca, procesos todos ellos culturalmente mediados cialistas que defi enden esta hipótesis (Bradley (Tilley 2008: 38). Estas circunstancias no afecta- 1997; Vázquez Rozas 1995; Peña y Rey 2001) rían en exclusiva a la capacidad para interpretar han sido conscientes de que, a menudo, este papel las imágenes representadas sino al hecho mismo referencial parece mucho más difícil de discernir. de su percepción. En algunas áreas del arte rupestre galaico, dichas Desde la perspectiva del mundo actual, marcado ‘anomalías’ (Bradley 1997) llegan incluso a ser por una profunda naturaleza visual en la que la mayoritarias en comparación con aquellos pane- vista es un sentido primordial para nuestro desarro- les más perceptibles o conspicuos (Peña y Rey llo social, resulta difícil de entender la incapacidad 2001; Fábregas et al. 2010). De hecho, buena para percibir determinadas imágenes por parte de parte de los petroglifos tienden a situarse lejos de un individuo concreto. Sin embargo, la experiencia las vías de tránsito y de las zonas que otorgasen del trabajo de campo en el medio rural gallego nos un control efectivo del acceso a las áreas de ma- ha llevado al convencimiento de que, en el pasado, yor interés para estas comunidades. Se emplazan las sociedades campesinas tradicionales –inmersas más bien en puntos cuyo acceso dependería de un en un mundo menos visualizado– habrían sido mu- conocimiento profundo del terreno o de las pau- chas veces incapaces de percibir parte de los moti- tas que operaban en la disposición del arte rupes- vos grabados en los petroglifos, pese a haber con- tre a lo largo del territorio (Peña y Rey 2001). De vivido con ellos durante siglos. esta manera, el interés por su perceptibilidad pa- Las entrevistas realizadas entre los habitantes rece haberse supeditado a la búsqueda de una de mayor edad de las zonas inmediatas a las visibilidad ele vada. grandes concentraciones de arte rupestre nos con- Por todo ello, creemos que resulta difícil man- fi rmaron que la mayor parte de los grabados ha- tener que este tipo de grabados fuesen realizados bían pasado totalmente desapercibidos para las pensando en una audiencia ajena a la propia comu- comunidades campesinas gallegas. Ello parece nidad. Fueron, más probablemente, una herramien- haber afectado incluso a los paneles de mayor ta de ‘autoconsumo’ destinada a ser usada y enten- monumentalidad, con frisos verticales y motivos dida dentro del propio grupo que los habría creado. de gran tamaño. Curiosamente, dicha ‘incapaci- Estos petroglifos no habrían sido ideados, pues, dad’ habría afectado de manera principal a los para ejercer un papel de control directo y efectivo motivos fi gurativos: en particular a los zoomorfos sobre el territorio –dejando claro a los miembros y en mucha menor medida a las armas. Así, en la ajenos a la comunidad ese dominio– sino indirecto estación de Pedra Xestosa los habitantes de la y simbólico, buscando reforzar la relación entre zona –habiéndose incluso resguardado en el pe- determinado(s) individuo(s) y el grupo del que queño abrigo– solo percibieron la combinación formaría(n) parte con dicho lugar, así como repro- circular. Esta circunstancia puede estar en el ori- ducir o representar, a través de él, su propia con- gen de muchas de las destrucciones sufridas por cepción del mundo. Para ello no haría falta que los petroglifos hasta épocas recientes. interviniese esencialmente la contraposición con Los motivos geométricos habrían pasado me- elementos ajenos a dicha comunidad. nos desapercibidos por asociarse a ítems familia-

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 92 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán res como ruedas o sartenes. No es casualidad, a cación de estos relatos a los petroglifos relativa- nuestro entender, que sean precisamente los que mente moderna, en contraste con los túmulos sufren mayor número de destrucciones y/o cris- megalíticos o castros, objeto de la atención y tianizaciones (Fig. 12), como en Pedra Escrita supersticiones del campesinado gallego desde (Oia, Pontevedra). Incluso en paneles complejos épocas muy remotas (Martinón 2006). La misma conformados por motivos de diversa naturaleza, carencia se observa en los grandes conjuntos ru- existe una notable tendencia a que cruciformes y pestres con representaciones de cérvidos de Ba- otros motivos modernos se concentren en exclu- roña (Porto do Son, A Coruña), como A Gurita I, siva o en mayor medida en torno a los elementos con más de 60 en una roca muy inclinada, y geométricos: Pedra da Boullosa, Chan da Lagoa Outeiro Bicudo 1 y 2, con sendos paneles verti- (Campo Lameiro, Pontevedra) o la propia Pedra cales con zoomorfos que, en algún caso, superan Xestosa. el metro de longitud. Aparicio Casado (1995, 1996) ha llegado a Estas observaciones parecen apoyar, efectiva- conclusiones similares en sus valiosos trabajos mente, nuestra impresión de que buena parte de acerca del folklore asociado a los petroglifos ga- estas manifestaciones artísticas habrían pasado llegos. En ellos constata el escaso número de desapercibidas para las comunidades que habita- paneles grabados con leyendas o mitos asociados, ron en sus proximidades durante siglos. Lo atri- hecho extensible incluso a las estaciones más buimos a la inexistencia entre dichas poblaciones emblemáticas. Dicho folklore es indiferente del de las asociaciones icónicas necesarias para com- tipo del motivo si bien, curiosamente, las leyen- prender dichas imágenes e incluso para identifi - das se relacionan en su mayoría con cruciformes carlas como elementos artifi cialmente produci- y motivos modernos. Por ello, sospecha una apli- dos.

Fig. 12. Aspecto del panel central de Rego de Corzo I (Porto do Son, A Coruña) en el que se observa la destrucción premeditada de una combinación circular, probablemente por motivos simbólicos. Se trata del único incidente de este tipo observado tanto en el propio panel como en los petroglifos del entorno.

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 93

6. LA AUDIENCIA DE LOS un determinado petroglifo: una separación física PETROGLIFOS GALLEGOS y otra intelectual o simbólica.

El progreso que se ha vivido en la última dé- cada en el campo del arte rupestre aconseja ma- 6.1. Mecanismos de conformación de la tizar parcialmente ciertas concepciones previas audiencia en el arte rupestre al aire libre sobre el mismo. Así, la defi nición del arte rupes- tre al aire libre como un fenómeno de una natu- Partiendo de la hipótesis de que un grabado raleza abierta o accesible (Bradley 2000: 72) debe rupestre situado al aire libre pudo, no obstante ser observada ahora con prudencia a tenor de la haber estado destinado a una audiencia tan redu- documentación de grabados en el interior de abri- cida o selecta como el ubicado en el interior de gos. Su aparición nos hace preguntarnos si el arte un abrigo, consideramos necesario determinar rupestre galaico habría estado efectivamente ase- los mecanismos que habrían incidido en su com- quible a todos los miembros de la comunidad o posición. Por ejemplo, el carácter remoto combi- si habría restricciones en función de la posición nado con la escasa perceptibilidad pueden haber social, edad o género de determinados sectores o sido dos poderosos elementos de segregación individuos. Se abre el interrogante, además, de si que condicionarían de un modo importante la el arte rupestre habría estado destinado a un úni- audiencia de un petroglifo, al requerir del obser- co tipo de audiencia o si ésta habría cambiado en vador el conocimiento del terreno para poder función de la naturaleza de cada estación o inclu- localizarlos. so de cada roca. Ciertos autores han propuesto que los motivos Salvo en casos concretos (Bradley 2002, abstractos habrían tenido, de modo general, una 2009), el análisis de la audiencia en el arte rupes- ubicación comparativamente más remota, a la tre galaico –es decir, del número y naturaleza de que poca gente habría tenido acceso, en contra- los individuos para cuya observación fue grabado posición a los motivos naturalistas, que tenderían un petroglifo determinado– se ha limitado a dos a emplazarse cerca de las hipotéticas zonas de aspectos: la perceptibilidad del panel (tradicional- hábitat, donde la audiencia sería muy diferente mente asociada, como hemos visto, al carácter (Bradley 1997). El paulatino aumento del catálo- horizontal o vertical de la superfi cie grabada) y go de arte rupestre en Galicia ha evidenciado que, la disponibilidad de espacio físico para congregar aunque dicha hipótesis no carece de fundamen- un mayor o menor número de individuos (Váz- to, existen importantes y numerosas salvedades, quez Varela 2000). Una aproximación paradig- como las derivadas de la aparición de represen- mática de este tipo es la aplicada a las denomi- taciones de cérvidos en lugares totalmente aisla- nadas ‘rocas panoplia’ (Peña y Rey 2001): dos así como en el interior de abrigos. La cada paneles verticales en los que se grabaron un buen vez mayor indiferenciación en la ubicación de número y variedad de representaciones de armas. motivos abstractos y naturalistas muestra la poli- Estos petroglifos se han asociado reiteradamente valencia de estas representaciones y la difi cultad a ritos de agregación de determinados individuos, de defi nir audiencias solo por el tipo de motivo casi siempre guerreros (fi gura ésta rara vez defi - representado. nida de un modo claro), en cuyo marco se habrían Diversos mecanismos o estrategias más allá de realizado ceremonias iniciáticas o de otro tipo la verticalidad del panel o del tamaño de los mo- (Vázquez Varela 2000; Peña y Rey 2001; Santos tivos grabados, habrían permitido aumentar o dis- 2005a). minuir la perceptibilidad de un petroglifo, hacién- Al tratar la audiencia del arte rupestre galaico, dola incluso independiente de las caracte rísticas debemos refl exionar primero sobre los mecanis- físicas y de su ubicación. Un petroglifo situado en mos físicos que pudieron haber actuado a la hora las inmediaciones de las zonas habituales de trán- de conformarla. Después, consideraremos el pa- sito durante la Prehistoria pudo haber pasado prác- pel de aquellos factores de naturaleza más inma- ticamente desapercibido para buena parte de los terial, reconociendo –al igual que otros autores individuos que caminaran por el lugar mientras han hecho antes (Bradley 2002)– la dualidad ope- que otros, que hoy se nos antojan apenas visibles, rativa que regiría o condicionaría la audiencia de pudieron haber sido mucho más evidentes.

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Tampoco debe despreciarse la importancia que cómo las condiciones atmosféricas alteran la ma- condiciones externas al propio petroglifo, como el nera de percibir un petroglifo. En ella dos zoo- momento del día (o del año) o las condiciones morfos fueron grabados en torno a una profunda atmosféricas, habrían jugado en la percepción de pileta natural (Fig. 14). El agua de lluvia acumu- los paneles grabados. Resulta obvio para cual- lada en su interior habría dotado de gran realismo quier investigador del arte rupestre que la obser- a la escena, simulando la ubicación de los anima- vación de los motivos se ve profundamente alte- les al pie de un curso de agua. El efecto sería aún rada por las condiciones de luz existentes: la más realista con las gotas de lluvia salpicando la visita con una iluminación ade cuada puede hacer superfi cie del agua, al dotar a la escena de cierta visibles motivos de otro modo prácticamente im- movilidad e incluso sonoridad. Dichas impre- perceptibles. Además, en aquellas estaciones con siones serían radicalmente diferentes sin ella. En paneles o motivos con orientaciones disímiles, la este sentido, la similitud con otras escenas de los contemplación en distintos momentos del día ha- petroglifos gallegos en las que los zoomorfos se bría cambiado toda la lectura del petroglifo, ocul- sitúan en torno a combinaciones circulares refor- tando unas imágenes y desvelando otras, renovan- zaría la hipótesis, ya clásica, de que buena parte do así el mensaje transmitido en cada ocasión. de estos motivos podrían haber representado cur- A su vez, la lluvia modifi ca la tonalidad de la sos o acumulaciones de agua. superfi cie de la roca, facilitando o difi cultando la Es muy posible que este tipo de circunstancias lectura: el petroglifo de Os Mouchos (, A –que habrían potenciado aspectos de las escenas, Coruña), al mojarse, adquiere una tonalidad roji- como su realismo– fuese una parte fundamental za que contrasta profundamente con el color de del proceso de visualización. Así, el conocimien- los surcos, acentuando especialmente la visibili- to de las condiciones idóneas para la observación dad de los motivos. El refl ejo de la luz del sol de un petroglifo podría haber sido tan importante sobre la roca mojada también habría aumentado como el de su emplazamiento a modo de efi caz exponencialmente la percepción de los grabados mecanismo de gestión de la naturaleza de su au- (Fig. 13), no pudiendo descartarse que durante su diencia mediante la gradación de la profundidad observación se hubiese mojado la roca como mé- del mensaje y, en último término, del volumen de todo para interactuar con ella y resaltar unos de- signifi cado y nivel de impacto transmitidos. terminados motivos sobre otros en función de la La percepción de los grabados habría depen- información concreta que se quisiese transmitir. dido en gran medida de una serie de procesos La estación de A Insuela (Porto do Son, A culturalmente mediados, como los conocimientos Coruña) es uno de los ejemplos más evidentes de y recuerdos de los propios individuos que confor- man la audiencia. Bajo esta óptica, el observador no era –en muchos aspectos– un agente libre que pudiera moverse alrededor de las imágenes e in- teractuar con ellas a su antojo, sino que posible- mente debería hacerlo de un modo particular y siguiendo una secuencia correcta. Dicha circuns- tancia podría haber implicado que, incluso en las estaciones más perceptibles, el acceso a su signi- fi cado real o último dependiese del conocimiento del ritual o coreografía adecuados que su obser- vación exigía. Ese ritual debe ser entendido como un conjunto de actividades físicas, mentales y emocionales que podrían incluir desde la direc- ción y modo de acercarse a un petroglifo hasta la manera de colocarse ante él, pasando por el orden en el que deberían ser observados los distintos motivos y escenas que lo componen. Fig. 13. Combinación circular de Monte de San Miguel Para un desconocedor del fenómeno rupestre (Agolada, Pontevedra) cuya perceptibilidad ha sido nota- de cierto lugar el proceso habría sido muy dife- blemente aumentada al humedecer la roca. rente, incluso guiado por alguien con experiencia.

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Fig. 14. Aspecto general del petroglifo de A Insuela (Porto do Son, A Coruña). Sendos zoomorfos (acentuados digital- mente) se grabaron en torno a una pileta natural que, una vez llena de agua, habría dotado a la escena de un notable realismo, simulando la ubicación de los propios animales en la naturaleza, abrevando quizás en algún curso de agua o manantial próximo.

Un miembro no iniciado habría sido, en muchos quizás de una participación más activa que invi- sentidos, equivalente a un ente foráneo de la co- tase a moverse, conocer el punto idóneo donde munidad, por lo que tendría sentido que el acce- situarse o cómo rodear el panel para contemplar so a estos conocimientos fuese una condición los motivos del modo y orden correctos. Por el sine qua non para formar parte plena de ella, así contrario, los paneles verticales o inclinados, al como la prerrogativa de cederlos o comunicarlos presentar un punto de vista privilegiado (Vázquez a nuevos individuos una importante fuente de Rozas 1995) e incluso único, habrían concedido poder o prestigio en el marco del grupo. menos libertad a la audiencia. Esa circunstancia Muchos de estos conocimientos pueden haber y el que, con frecuencia, las escenas representa- sido, en parte, descodifi cables en función de la das en esos paneles sean de una –aparentemen- información aportada por las propias imágenes y, te– fácil comprensión (armas, monta, caza...) nos por lo tanto, a priori ser accesibles a todo aquel hacen pensar en que quizás muchos de estos pe- que los observara, incluidos los propios arqueó- troglifos habrían sido destinados a audiencias logos (como pretenden una parte de las aproxi- amplias, al menos en parte, con un papel más maciones estructuralistas). En cambio otros nive- pasivo y posiblemente menos especializado. les de entendimiento es muy probable que El signifi cado o signifi cados de un petroglifo requiriesen un conocimiento específi co, reserva- pudo variar a lo largo de su existencia. El proce- do e independiente de los códigos subyacentes. so de inclusión de nuevos grabados en un panel No obstante, no todas las estaciones conceden posiblemente se hubiese concebido por parte de el mismo grado de libertad durante el proceso de las poblaciones prehistóricas como un modo de observación. Una roca horizontal puede permitir conexión con los individuos que habían realizado numerosas formas de visualización, requiriendo el mismo proceso en el pasado (sus ‘antepasa-

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 96 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán dos’), pero durante dicho acto también se estarían rante la vida de una persona, por lo que su per- integrando nuevas historias que habrían reformu- cepción podría cambiar también. lado y recodifi cado las preexistentes. Además, la En conclusión, el signifi cado o simbolismo de inclusión de nuevos motivos modifi caría la expe- un petroglifo dependería de una suma de circuns- riencia previa de los observadores e incluso po- tancias contingentes, muchas tan solo intuibles siblemente hubiese obligado a renovar la coreo- desde una perspectiva actual. Se establece así una grafía necesaria para la comprensión del panel. concepción en la que se acepta la interactuación Todo ello habría dado lugar –con toda probabili- entre observador y petroglifo como un proceso en dad– a nuevos signifi cados que probablemente el que ninguno de los dos es un elemento pasivo. fuesen desdibujando paulatinamente aquéllos que Se deja patente la posibilidad de distintos niveles el petroglifo habría tenido originalmente. El he- de acceso a los petroglifos al aire libre, desde cho de que los observadores contemporáneos aquellos destinados a una visión más general y a solo contemplamos el resultado fi nal del proceso una audiencia más amplia a otros más ‘selectos’. (Tilley 2008), con frecuencia es obviado por mu- Dicha variabilidad no vendría dada única o prin- chos especialistas, que analizan los paneles como cipalmente por su temática sino por un conjunto si hubiesen sido fruto de una sola mente y ejecu- de información que incluiría además las caracte- tados por una única mano. No obstante, existen rísticas de la propia roca y su ubicación dentro ciertos paneles que –por su coherencia y homo- del paisaje circundante, así como la naturaleza de geneidad interna– dan la impresión de haber sido la audiencia. efectivamente realizados de acuerdo a una plani- Las disquisiciones acerca de la accesibilidad fi cación única y posiblemente grabados en un del arte rupestre galaico deben superar la simple corto lapso de tiempo. Un buen ejemplo sería la dicotomía Arte Público vs. Arte Restringido. La escena de caza de Pedra Xestosa. creemos poco operativa durante estos momentos En último término, el conocimiento sobre el de la Prehistoria, aceptando una gradación muta- arte rupestre no se materializa únicamente a tra- ble y variable entre cada parte en función del vés del grado de comprensión de los símbolos y paso del tiempo y de la composición de la propia escenas que lo conforman sino también median- audiencia. te el control del propio acto de observación y del infl ujo de este sobre la audiencia. Tal circunstan- cia lleva implícita una gran variabilidad, al reco- 6.2. Composición de la audiencia nocer la posibilidad de que el signifi cado de un de los petroglifos gallegos petroglifo no fuera fi jo, sino dependiente –en gran medida– de las circunstancias concretas El género se ha establecido de un modo tradi- existentes en el momento de su visualización. cional como la distinción más importante en la El proceso de observación de un petroglifo conformación de las audiencias que podrían ha- pudo haber sido altamente variable y profunda- ber accedido (física e intelectualmente) a las es- mente dependiente del dominio de los códigos de taciones rupestres. Ello deriva de la reiteración de visualización por parte del observador. Tal cir- grabados de armas y de escenas de caza o monta cunstancia introduce en la ecuación una concep- que remitirían aparentemente al mundo del varón ción más importante del individuo, entrando en y de lo masculino (Peña y Rey 2001: 192), en juego su experiencia, conocimientos y recuerdos. contraste con la ausencia de actividades cotidia- La revalorización del individuo implica, asimis- nas o domésticas (Peña y Rey 2001: 145) que –a mo, el reconocimiento de la posibilidad de que tenor de aquellas visiones tradicionales– habrían cada observador hubiera tenido una experiencia sido llevadas a cabo por mujeres. concreta o una visión del fenómeno específi ca y No sabemos si la posible segregación en fun- mutable. Las diferentes audiencias habrían vivido ción del género de los motivos y escenas grabados un lugar de distintas maneras e incluso un mismo en las rocas se habría extendido necesariamente a individuo podría haber experimentado de modo la audiencia. El signifi cado de los motivos de bue- dispar un mismo lugar, en función de los momen- na parte de las estaciones no está lo sufi cientemen- tos de su vida. Es muy probable que el aprendi- te claro como para negar tajantemente la asocia- zaje de los códigos que permitiesen comprender ción de alguno al mundo femenino. M. Díaz-Andreu al arte rupestre se actualizase continuamente du- (1998) ha expuesto perfectamente este tipo de sal-

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 97 vedades para el caso del arte rupestre levantino, en buena medida, una herramienta generada y que debe extenderse al propio papel de la mujer usada exclusivamente en el seno de la sociedad en el proceso de grabado de las rocas. Si acepta- que los creó para reforzar una visión del mundo mos que el elevado grado normativo de las fi guras propia y negociar el papel que la comunidad representadas en los petroglifos gallegos derivara tendría en la misma, sin ser estrictamente nece- de la participación de especialistas en su elabo- sario contraponerla a ningún tipo de alteridad ración (Peña y Rey 2001: 216-217), no debería (naturaleza u otros grupos competidores). Así, descartarse que –como ocurre en algunas comu- por ejemplo, en un primer momento, los indivi- nidades actuales de África y Oceanía– entre ellos duos de una comunidad solo podrían haber acce- hubiese habido mujeres (Díaz-Andreu 1998). dido a los petroglifos gracias a la mediación de La intensidad de la segregación o diferencia- otros miembros más experimentados. Sería a tra- ción sexual en el seno de las comunidades que vés de dicho proceso de conocimiento como un habitaron el noroeste de la Península Ibérica du- individuo concreto podría haber sido iniciado en rante la Prehistoria Reciente resulta muy difícil la información práctica y simbólica, recurriendo de determinar. La escasez de restos orgánicos no a recuerdos o episodios míticos asociados no solo nos permite decidir si las divergencias observadas con el petroglifo en sí sino con el paisaje circun- en los ajuares megalíticos responden –efectiva- dante. De esa manera, petroglifo y paisaje se mente– a diferencias sexuales. En la esfera do- asociarían irremediablemente a la comunidad en méstica, dicha información resulta aún más inac- función de una historia en común. cesible, pues es todavía muy poca la evidencia La interacción de una comunidad con los pe- con la que contamos. Se ha insinuado la posibi- troglifos no debe ser entendida en exclusiva como lidad de un acceso diferencial a las materias pri- aquellas actividades estrictamente realizadas en mas líticas que, por su rareza, habrían sido más las inmediaciones de los grabados, sino como una difíciles de conseguir, por parte de las mujeres suma de procesos que puede iniciarse con las con base en la ausencia de determinadas estrate- circunstancias del propio desplazamiento hasta la gias de explotación (Rodríguez y Fábregas 2011). estación rupestre. El hecho de que muchas ins- La hipótesis, de momento, resulta difícil de veri- culturas solo sean perfectamente visibles a prime- fi car. Otro tipo de segregación que pudo haber ra hora de la mañana o en el ocaso podría haber existido derivaría de la edad y, en función de la implicado viajar en la oscuridad, cuando el mun- misma, del estatus de la audiencia en el marco de do y su percepción por parte del individuo son la comunidad. Estos criterios habrían sido opera- distintos. Este conjunto de experiencias implica- tivos con total seguridad, pero resultan extrema- das en el acceso y visualización de los motivos damente complicados de rastrear. habría sido, quizás, tan o más importante que las características de los grabados y los ritos realiza- dos en torno a ellos. 7. LOS GRABADOS Y EL PAISAJE Los territorios pueden ser a menudo entendidos más como un conjunto de lugares específi cos con un signifi cado especial para una comunidad con- Los especialistas hemos fomentado un tipo de creta que como espacio abstracto con fronteras interpretaciones en las que el arte rupestre al aire nítidamente establecidas. Por ello no cabe descar- libre es defi nido y explicado como mediador en- tar que los petroglifos puedan haberse establecido tre una comunidad y su entorno inmediato. Los precisamente como locales de este tipo. Su reco- arqueólogos hemos intentado defi nir la identidad rrido en una secuencia determinada podría haberse de la propia comunidad y el papel concreto que reivindicado como un acto simbólico en sí mismo, el arte rupestre habría jugado en la conformación estructurando las experiencias de los propios luga- y reforzamiento de la misma a través de las con- res que unen y ayudando a establecer una especie traposiciones creadas en el marco de dicha rela- de orden en los mismos (Tilley 1994: 39), tipifi ca- ción (rivalidad con comunidades vecinas por la do por los miembros pasados de la comunidad. explotación de recursos; Cultura vs. Naturaleza; La inclusión de nuevos lugares habría sido Espacio doméstico vs. Espacio ritual). prerrogativa de los individuos con una mayor Sin embargo, se ha prestado menos atención preeminencia en el marco de la comunidad y en a la posibilidad de que los petroglifos hayan sido, ellos reposaría también el conocimiento experto

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 98 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán sobre estos lugares así como su mantenimiento. la dirección de la pendiente del terreno donde se Dichos saberes habrían sido una probable fuente emplaza la roca. En otras ocasiones, la inclina- de poder para el individuo al otorgarle el control ción de la superfi cie del panel es idéntica a la de sobre la difusión de la información acerca del la ladera donde se sitúa y por la que probable- territorio circundante y sobre el origen y natura- mente habrían circulado los animales grabados leza de los lazos que la comunidad mantendría (Vázquez Rozas 1997: 72). con el mismo con base en una historia común. Es posible que en el arte rupestre galaico al aire libre hubiese existido cierta transposición entre el panel grabado y el lugar que ocupa (Tilley 1994). Con ello se produciría un reforzamiento mutuo del petroglifo y del paisaje circundante que acentuaría, por un lado, la propia cualidad narrativa del panel y reforzaría la credibilidad de su mensaje al vin- cular la acción representada a un ‘escenario de los hechos’ cercano y conocido por la audiencia. Al mismo tiempo, es posible que dichos aconteci- mientos hubiesen sido importantes en la historia o mitología de la comunidad, por lo que se reforza- ría la importancia de dicho local para el grupo por haber sido, precisamente, el escenario de los mis- mos. Por medio de estos relatos, sociedad y espa- cio quedarían intrínsecamente ligados, convirtién- dose este último en lo que Tilley (1994: 15) Fig. 15. Aspecto general del panel vertical y de la roca anexa de Pozas da Garda (Porto do Son, A Coruña). La denomina ‘espacio existencial’, construido a través disposición de los cérvidos en el panel imita la orografía de las experiencias concretas de los individuos y del entorno en el que se sitúa la propia estación. socializadas a través del grupo, en constante pro- ceso de producción y reproducción, generado a partir del orden cotidiano. Los lugares presentan diferentes densidades de 8. VARIABILIDAD Y POLISEMIA signifi cados para sus habitantes, en función de los DEL ARTE RUPESTRE GALAICO eventos y acciones de los que fueron escenario y que forman parte de la memoria común. A mayor Una de las características fundamentales del número y estabilidad de los signifi cados asociados arte rupestre galaico es su enorme variabilidad y a un lugar, más profundo será el nexo con el mis- su profundo carácter polisémico, patentes en su mo por parte de la comunidad. Si consideramos naturaleza (características de los motivos, morfo- que el grabado de los petroglifos puede tener que logía y dimensión de los paneles, perceptibilidad ver con el desarrollo por parte de las comunidades de ambos, etc.) y su ubicación espacial. de asociaciones simbólicas y mitológicas, éste ac- Existe una enorme multitud de fi guras geomé- tuará como transformador de algo físico o geográ- tricas y naturalistas consideradas portadoras de fi co en algo experimentado histórica y socialmen- distintos mensajes y signifi cados y a las que se les te, como recordatorio de las acciones históricas de han atribuido incluso cronologías diversas (Santos individuos o sociedades (Tilley 1994). 2005b). Es posible que muchos de estos motivos Un buen ejemplo de esta posible transposición hayan tenido un signifi cado más o menos perma- entre panel y espacio circundante podría ser la nente mientras que el de otros fuese polivalente y impresión –repetidamente señalada por los es- mutable. Sin embargo, dicha diferenciación no pecialistas (Vázquez Rozas 1997; Peña y Rey residiría, en último término, en las características 2001)– de que en determinadas estaciones (la del propio motivo. El grabado de una alabarda o propia Pedra Xestosa o Pozas da Garda; Figs. 4 un antropomorfo habría podido tener, posiblemen- y 15) la ubicación de los ciervos dentro del panel te, un menor rango de signifi cados que un círculo parece reproducir la orografía del entorno inme- simple o un grupo de cazoletas. Pero ello no ex- diato: son representados subiendo o bajando en cluye que cambiara en función de un buen núme-

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 A media luz. Grabados de la Prehistoria Reciente en abrigos galaicos 99 ro de variables. El arte rupestre habría sido un do factible que diferentes individuos hubiesen nexo relacional de las imágenes representadas, las poseído distintos niveles de habilidad o conoci- cualidades materiales de la roca y los paisajes miento para interpretarlos (Bradley 2009: 44). circundantes (Tilley 2008: 20). Esta contingencia podría incluso afectar a las imá- Esta naturaleza sería profundamente variable y genes más naturalistas. mutable sincrónica y diacrónicamente en función Esa variabilidad puede observarse también en de las propias características de su audiencia par- la ubicación de los petroglifos. En algunas áreas ticular (cantidad, composición y nivel de dominio del territorio gallego, como Campo Lameiro del código por parte de la misma). Es posible que (Pontevedra), existen concentraciones de estacio- en una misma estación hubiesen existido varios nes rupestres de una enorme diversidad respecto niveles de signifi cado, desde información práctica a su monumentalidad, características generales y para el acceso a ciertos recursos hasta conoci- ubicación. Otro claro ejemplo son yacimientos mientos sagrados, accesibles en función del domi- que se presentan en este trabajo: el abrigo de nio del código que poseyesen los observadores Rego de Corzo se ubica en un área con una es- (Bradley 2002). Los motivos no serían abstractos, pectacular concentración de arte rupestre. Allí ya que su interpretación no dependería de la arbi- conviven petroglifos de especial complejidad y trariedad del observador, sino del acceso a la ins- monumentalidad, como los frisos verticales de trucción sobre su signifi cado o signifi cados, sien- Outeiro Campelos y Campo Grande (Fig. 16), en

Fig. 16. Aspecto general del panel vertical de Campo Grande I (Porto do Son, A Coruña).

Trab. Prehist., 69, N.º 1, enero-junio 2012, pp. 80-102, ISSN: 0082-5638 doi: 10.3989/tp.2012.12081 100 Ramón Fábregas Valcarce y Carlos Rodríguez Rellán los que fueron grabados zoomorfos de hasta 135 permitido refl exionar sobre las diferentes audien- cm de altura, o el conjunto de Rego de Corzo I y cias a las que estarían destinados los petroglifos. III, con multitud de motivos entre los que se in- Estas pueden haber cambiado en función de las cluye una escena de monta junto a otros de gran características concretas de cada estación grabada simplicidad, como cazoletas aisladas o círculos pero también de otras circunstancias que habrían simples. Los abrigos de Calderramos y Outeiro hecho posible que un mismo panel hubiese teni- de Rixidores se sitúan en las inmediaciones de do distintos niveles de signifi cado accesibles a paneles verticales o inclinados en los que se gra- audiencias diversas dependiendo del dominio de baron zoomorfos, próximos a insculturas muy ciertos códigos por parte de las mismas. Estas sencillas, compuestas apenas por un círculo sim- condiciones habrían sido independientes de las ple o varias cazoletas. El ejemplo de Pedra Xes- restricciones físicas para la observación de los tosa es, si cabe, más revelador: en un mismo grabados y podrían haber afectado, por lo tanto, afl oramiento dos paneles de una notable vertica- a la totalidad del arte rupestre galaico. lidad y gran complejidad coexisten con otro –el La identifi cación de estrategias para modular situado en el interior del pequeño abrigo– confor- el grado de perceptibilidad de los petroglifos hace mado por un círculo y un cérvido. posible que muchos hubiesen sido voluntaria- La convivencia en un mismo territorio, y en mente ocultados a la mayoría de los potenciales ocasiones en una misma estación, de paneles con observadores. La hipótesis alcanza su evidencia monumentalidad y perceptibilidad muy variadas, más clara en la propia actividad grabadora en el es muy posible que nos esté revelando el diverso interior de cavidades. Esta faceta del arte rupestre papel o la naturaleza distintiva de cada uno de galaico, no como algo abierto y accesible sino ellos. Resulta muy probable que hubiese existido oculto y reservado, obligará a matizar las inter- una compleja variabilidad que explicaría por qué pretaciones que han asociado este fenómeno a un se habrían dibujado determinados motivos en lu- papel de marcador del paisaje prehistórico y a un gares concretos. Sería una serie de circunstancias mecanismo de interacción y mediación entre las enormemente mutables las que darían su signifi - distintas comunidades que lo habitaron. cado último al petroglifo y consideramos que Consideramos que, en el Noroeste, la ausencia estas no pueden ser aprehendidas desde paradig- de arte en el interior de abrigos se ha debido, mas rígidos que no contemplen dicha variabilidad fundamentalmente, a la falta de su búsqueda es- y la complejidad de unos procesos que, en buena pecífi ca del mismo por parte de los investiga- parte, derivan del hecho de que las acciones de dores, en la idea de que el arte rupestre de esta grabado y la propia observación habrían sido el región se había confi gurado como un fenómeno resultado de episodios individuales con un carác- exclusivamente al aire libre. Es posible que a ter acumulativo. partir de la publicación de este artículo aparezcan nuevos ejemplos en otros puntos de Galicia.

9. CONCLUSIONES AGRADECIMIENTOS La aparición de grabados rupestres de tipo galaico en el interior de abrigos graníticos evi- dencia, por primera vez, la existencia de restric- Las investigaciones que han hecho posible ciones físicas para la observación de este fenó- este artículo han sido llevadas a cabo en el mar- meno, al tiempo que deja claro que los petroglifos co del proyecto Ocupación do Espazo e Modifi - del Noroeste de la Península Ibérica no se ha cación do Entorno na Península do Barbanza desarrollado en exclusiva al aire libre. Dicha cir- durante a Prehistoria Recente. Os petroglifos de cunstancia introduce nuevas posibilidades para su Porto do Son, fi nanciado por el Ministerio de análisis al tiempo que permite matizar algunas de Ciencia y Tecnología y la Dirección Xeral de las interpretaciones al uso sobre este fenómeno Investigación e Desenvolvemento de la Conselle- artístico. ría de Innovación, Industria e Comercio de la La documentación de motivos propios del cor- Xunta de Galicia. Así mismo, agradecemos pro- pus principal del arte rupestre galaico en el inte- fundamente a José Cernadas Sande, descubridor rior de cavidades de reducido tamaño nos ha del abrigo de Outeiro de Rixidores, su valiosa

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