MUSEO NACIONAL DE Departamento de Antropología e Historia

Arqueología No. 007 - 2010

Informe de Evaluación Preliminar Arqueológica

“Trabajos de Evaluación Preliminar Sitio Nacascolo (G-89 Na), Bahía Culebra Guanacaste.”

Elaborado por

Juan Vicente Guerrero Miranda Arql. Museo Nacional Costa Rica

Gerardo Miguel Alarcón Zamora Arql. Independiente Investigadores

marzo, 2010 San José, Costa Rica MUSEO NACIONAL DE COSTA RICA DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA EVALUACIÓN PRELIMINAR, EN SITIO NACASCOLO BAHÍA CULEBRA, GUANACASTE.

I. Introducción El día 5 de febrero del 2010 se recibió en el Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional, una llamada telefónica de la Dra. Silvia Salgado G., en la cual hacía referencia a la aparición de unos mojones en un sector de la playa del sitio arqueológico Nacascolo, en Bahía Culebra. Luego, el Ing. Manuel Ardón nos hizo llegar el informe emitido por la Dra. Salgado; en el mismo se documentaba la presencia de mojones y acumulaciones de concha, expuestos por las fuertes mareas de los últimos días. Dada la situación la Master Gabriela Villalobos jefe ai del Depto. de Antropología e Historia del Museo Nacional, me encomendó realizar la investigación respectiva. Con la finalidad de dilucidar cual era la situación en el mencionado lugar; así como tomar las medidas pertinentes como lo establece el sistema jurídico vigente.

El presente informe brinda los datos pormenorizados de lo sucedido con la evaluación primaria realizada entre el 16 y el 18 de febrero del 2010.

II. Objetivos del Trabajo Tomando en cuenta la ubicación del hallazgo en el cordón de arena, que anteriormente estaba cubierto de arena y maleza desde años atrás, se pensaba que podría tratarse de algunas sepulturas especiales y de la misma época que las observadas en temporadas anteriores, a escasos 30 – 40 m al norte. Consideramos que se podría plantear lo siguiente:

a) Determinar por medio de pruebas de excavación si existen rasgos funerarios o de otra índole en el lugar, b) Dilucidar el tamaño del cementerio o rasgo de que se trate, por medio de excavaciones de prueba y cateos, c) Proponer al Museo Nacional una estrategia a seguir si se tratase de rasgos culturales prehispánicos.

2 III. Localización y Características del Terreno El lugar del trabajo se ubica administrativamente en la provincia de Guanacaste, cantón de , distrito de Nacascolo. El mismo se puede localizar en la hoja topográfica, Norte escala 1:50.000 del IGN. Coordenadas planas 352.649 este y 290.250 norte (Figura 1). El sitio en general ocupa todo el vallecito en la parte plana del terreno y cubre algunas partes de la ladera. Como se mencionó, el trabajo actual o evaluación primaria está ubicado en la zona de marea y playa, en puro frente de donde se encuentran los cimientos de la antigua casa conocida como de los padres (sacerdotes dominicos).

Figura 1. Ubicación del sitio Nacascolo (G-89 Na) según la base Orígenes del Museo Nacional de Costa Rica (imagen tomada de Google Earth).

IV. Antecedentes Arqueológicos Bahía Culebra había sido colocada en la historia antigua del país desde varias décadas atrás; con trabajos de Claude Baudez (1958), Lange (1973) y otros investigadores nacionales y extranjeros. A mediados de la década de los años setenta, se postula a dicha bahía para realizar un mega proyecto turístico. Por tal razón se analiza por parte del Museo Nacional la necesidad de proponer un trabajo arqueológico regional en la zona.

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A principios del año 1979 se inicia una prospección regional intensiva y sistemática bajo la dirección del Dr. Frederick Lange. Los objetivos principales fueron: (1) identificar la temporalidad de los sitios, (2) dilucidar su distribución espacial, y (3) determinar de forma preliminar la función de los mismos.

La prospección permitió la ubicación y registro de más de 60 sitios arqueológicos, muchos de ellos se encontraban en la zona de impacto directo y otros en el área de influencia inmediata del mismo. Entre los sitios considerados en esa entonces para realizar trabajos específicos fue Nacascolo. Un compendio de este trabajo, donde aparece una descripción de los sitios intervenidos y una visión general sobre el patrón de asentamiento, datos relacionados a los patrones funerarios y de subsistencia del área, fue hecha por Lange, Accola y Ryder (1980).

Estos trabajos primarios en Bahía Culebra, dieron como resultado principal, la ubicación de una serie de sitios no conocidos y el establecimiento de una secuencia cultural local de la región, basada en los datos aportados por la prospección, la excavación de algunos sitios y principalmente por la cerámica recuperada. Con ello se formularon siete fases para la zona de Bahía Culebra, las cuales se nombraron como: Loma B (800 – 300 a.C.), Orso (300 a.C. - 250 d.C.), Mata de Uva (250 - 500 d.C.), Culebra (500 - 800 d.C.), Panamá (800-1000 d.C.), Monte del Barco (1000-1200 d.C.), Iguanita (1200-1350 d.C.) y Ruiz (1350 - 1550 d.C.).

Antecedentes del sitio Nacascolo Uno de los sitios seleccionados para realizar excavaciones sistemáticas e intensivas, fue Nacascolo (G-89 Na). Lugar con muchos rasgos visibles, entre ellos cementerios, algunos muy alterados (Acoola y Ryder 1980), y concheros o basureros. La historia oral menciona que de dicho sitio provenían artefactos de jade, oro, cerámica policromada de alto nivel, vasijas de mármol o alabastro, etc. En la década de los 1980, se realizan algunas temporadas de campo; las cuales dieron cuenta de los diferentes componentes del sitio; así como de información ligada a los espacios domésticos principalmente hornillas o cocinas de arcilla quemada de diversas formas, recintos posiblemente habitacionales o

4 viviendas de forma circular, con perímetro de piedras (Vázquez 1986). A la vez, se observó un cementerio desconocido hasta esa entonces ubicado en el cordón de arena, el cual se asoció a las fases Mata de Uva y Culebra (250 – 800 d.C.); en el que se observó muy buena preservación de los restos óseos de los individuos, que fueron depositados de forma flexionada y otros extendidos (Hardy 1982). Posteriormente, se hace un trabajo ligado a determinar el tipo de fauna terrestre y acuática, ligada a la dieta de los grupos asentados a lo largo del tiempo y proveniente de varias operaciones del sitio (Gutiérrez 1994).

Para la década de los años noventa e inicios del 2000, se reactiva el proyecto turístico Papagayo. Al trazarse los caminos, obras de infraestructura y canchas de golf, se intensifican los trabajos arqueológicos. Aun cuando el sitio Nacascolo había sido evaluado intensivamente, se requerían nuevas intervenciones en algunos sectores. Por lo que llegamos a un acuerdo con la empresa Ecodesarrollo Papagayo, principal concesionaria de la península de Nacascolo. En donde cedimos parte de un sector del sitio para pasar la cancha de golf y el camino de acceso al Hotel Four Seasons y a Punta Virador; claro está, haciendo excavaciones específicas y el amojonando respectivo del resto del sitio que se dejó bajo la categoría de zona de “reserva arqueológica”, como se establece en el “Plan Maestro del Proyecto Polo Turístico Papagayo”, (Guerrero, Gutiérrez y Solís 1995).

Este trabajo estuvo a cargo del arqueólogo Felipe Solís D, con la supervisión del Lic. Juan V. Guerrero; los datos de ese trabajo fueron acuñados en el informe de Solís y Herrera (2000).

Nos llamó mucho la atención los datos expuestos en el reporte de la Dra. Salgado al mencionarse mojones, que son propios de sepulturas del periodo (300-800 dC), de las cuales se habían observado algunas en la ladera norte del sitio. Además, los trabajos de (Hardy 1982) dejaban clara la presencia de enterramientos de la misma época, en cordón de playa a escasos 30 metros de los datos que nos ocupan hoy.

5 V. Metodología del trabajo de Campo Como se expuso anteriormente, esta evaluación preliminar se llevó a cabo entre el 16 y el 18 de febrero de 2010; contando los suscritos con el apoyo de dos trabajadores de la empresa Eco-desarrollo Papagayo y la Dra. Silvia Salgado G, arqueóloga representante de la mencionada empresa.

Una vez en el lugar procedimos a revisar el área a la cual hacía referencia el reporte recibido en el Departamento de Antropología, para plantear una estrategia de trabajo. Primeramente se procedió a denominar este trabajo preliminar como Operación 81 continuando con numeración consecutiva de trabajos en el sitio; a los rasgos observados en superficie los registramos como 1, 2 y 3. En este caso el rasgo cultural 2 está compuesto por la agrupación de seis mojones en posición vertical, parcialmente enterrados y dos sobre la superficie de la playa (piedras de forma alargada, con más de un metro de largo, cuya composición mineralógica es de dacita e ignimbrita). Por su parte, los rasgos culturales 1 y 3 consistían en acumulaciones de concha, ubicadas a ambos lados de los mojones, una al norte y otra al sur (Figura 2). Frente al rasgo cultural 1 había, sobre la playa, algunos cantos rodados que parecen proceder de una acumulación de escombros en el perfil del oeste, en donde fue desgastada la arena al formarse la nueva línea de playa, que contiene fragmentos de bloques de cemento, de mosaicos de piso, de tubo en cerámica vidriada y de teja.

Al respecto consideramos que lo más conveniente era realizar una limpieza de todo el sector, ya que el mar depositó mucha basura en sus alrededores; impidiendo la visualización completa de los rasgos. Luego, procedimos a realizar dos actividades principales: 1) Demarcar dos pruebas para excavación de 3 x 1.5 m, donde estaban los mojones y otra un metro al este de la primera, donde se vieron algunas piedras pequeñas. El plan fue excavar en niveles arbitrarios de 10 cm, hasta ubicar algún cambio en la coloración y o textura del suelo (arena); así como la presencia de artefactos y posiblemente de restos humanos. 2) Levantar un perfil de todos los rasgos culturales visibles y una vista de planta de los mismos (ver figura 2).

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Figura 2. Perfil de los rasgos culturales observados durante las labores realizadas en el sitio Nacascolo (perfil realizado por Gerardo Alarcón).

3) Si las pruebas de excavación daban positivo; es decir, hay evidencia cultural indicando que se trata de una unidad funeraria u otro rasgo prehispánico, se procedería a realizar entonces una serie de sondeo. El fin es determinar el tamaño de dicha unidad y profundidad de los depósitos; Con ello se tendrían los datos correspondientes para plantear al Museo Nacional una propuesta de trabajo en el lugar, estipulando el tiempo, equipo y presupuesto requerido.

VI. Resultados En la excavación de la prueba 1, la cual se ubicó en el sector que ocupan los mojones observados, fueron practicados 6 niveles de 10 cm o sea se llegó hasta 0.60 m de profundidad, no observando ninguno de los elementos que esperábamos encontrar. Por el contrario, llegamos al nivel donde al agua empieza a aparecer, por lo tanto no se continuó con la excavación (Figura 3).

Figura 3. Excavación realizada en el sitio Nacascolo, denominada pozo de prueba 1.

En lo que respecta a la excavación de la prueba 2, sucedió exactamente lo mismo que en la anterior; es decir, no hubo evidencia cultural y el agua apareció a los 60 cm (Figura 4).

Figura 4. Pozo de prueba 2 excavado durante las labores realizadas en el sitio Nacascolo.

Dada la situación, se consideró que lo mejor era depositar los mojones en la misma prueba 1, esto pensando que si en un futuro se requirieran los mismos para alguna reconstrucción museística, podemos rápidamente ubicar y sacar los mismos (Figura 5). El haberlos dejados expuestos se puede prestar para que la gente los maltrate o se los lleve.

Los otros rasgos culturales observados, las 2 acumulaciones de concha, fueron limpiados, fotografiados y registrados también por medio de un perfil y un croquis de planta de la evidencia presente. Estos rasgos en realidad son deshechos de un molusco en particular, la variedad de que es un caracol grande, el cual hoy día está vedado para su captura. En otras palabras no hay otras especies representadas, como sucede en los concheros o basureros prehispánicos. Hablando con algunos vecinos de la zona, mencionan que hace

9 unos cuarenta años o más, varias personas de Playa Panamá y alrededores venían a Nacascolo, sacaban del mar los caracoles y luego allí mismo los quebraban y sacaban su carne, dejando los fragmentos de caracoles que fueron formando especie de concheros (Figuras 6).

Figura 5. Deposito de los mojones en una de las pruebas realizadas en el sitio Nacascolo.

Partiendo de lo sucedido con los trabajos ejecutados hasta el momento, llegamos a la conclusión de que no es necesario realizar las otras actividades planteadas. Dando por concluidas las labores de campo de esta evaluación preliminar, en un sector del sitio arqueológico Nacascolo.

VII. Conclusiones Con el trabajo realizado, restos presentes y datos obtenidos, se hace evidente que el sector intervenido en el sitio Nacascolo, presenta evidencia cultural moderna la cual parecía en un principio ser de procedencia prehispánica. Para documentar de una manera explícita porque decimos que la evidencia es reciente se concluye lo siguiente:

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Figura 6. Rasgos culturales encontrados al llegar al sitio: A) Rasgo Cultural 1, acumulación de concha ubicada al sur de los mojones, y B) Rasgo Cultural 2, acumulación de concha ubicada al norte de los mojones.

Uno de los aspectos relevantes del reporte primario estaba constituido por la presencia de mojones de dacita e ignimbrita; de los cuales habían 6 colocados de forma vertical o parados y 2 se encontraban caídos o removidos por las fuertes mareas (Figura 7). Aun

11 cuando sabemos que estos materiales fueron utilizados por nuestros antepasados, en la demarcación de tumbas que asociamos al lapso temporal de (300 al 800 dC), denominado como Periodo Bagaces. Tenemos información de que solamente algunos mojones estaban colocados de forma vertical, indicando las esquinas o cuadro de la fosa, mientras que otros estarían acostados formando la estructura funeraria. Por lo tanto, la posición que en este caso tenían (todos en una fila) no era muy claro para nosotros; otro aspecto es que algunos de ellos presentaban golpes o áreas con fragmentos alterados, que parecen haber ocurrido recientemente, al contrastar la coloración con el resto de la pieza. Quizá ello sucedió cuando dichos materiales fueron removidos del lugar original, ya sea por huaqueros o por quienes los trasladaron a este espacio. También se considera que el lugar donde fueron colocados, hace sentido con el frente de la antigua casa de los “Padres”. De ahí que se considere que la parte más superficial de los mojones debió haber sobresalido del suelo y daba una visión bonita o agradable de los mismos, al mirarlos ya sea del mar hacia la casa o viceversa. Luego con el tiempo fue cayendo mucha basura, escombros modernos como restos de cemento, blocks, mosaicos, tejas, piedras menudas y otros restos como los de concha, los cuales cubrieron los mismos.

Figura 7. Mojones hallados en la playa del sitio Nacascolo.

12 La presencia de las acumulaciones de conchas o caracoles grandes conocidos como Strombus, también las consideramos muy modernas; ya que los mismos presentan básicamente solo ese tipo de molusco, cosa bien diferenciada con los concheros prehispánicos, donde existe evidencia variada de restos de fauna, de moluscos, cerámica y otros materiales. Además, personas de las comunidades cercanas recuerdan todavía cuando varios grupos venían a estos lugares a atrapar los caracoles y luego extraer el molusco quebrando los mismos y dejando sus restos al estilo de los concheros precolombinos.

En referencia a los objetivos planteados en esta evaluación preliminar, vemos que al no existir evidencia cultural prehispánica, no había porque hacer los otros trabajos o actividades para cubrir los objetivos pendientes. Pues nos gustaría encontrar desde luego datos relevantes, para el estudio de los patrones funerarios del mencionado periodo, con ello se ampliaría dicho conocimiento y hubiese sido muy beneficioso para la investigación arqueológica; así como para la empresa Eco-desarrollo Papagayo que estaba muy interesada y dispuesta a cooperar para lograr la mejor información al respecto.

VIII. Recomendaciones

1) A la empresa Eco-Desarrollo Papagayo en el nombre del Ing. Manuel Ardon, reconocerle la inquietud y rápido accionar para brindar la información al Museo Nacional; en este sentido recomendarle que si alguna otra acción de la naturaleza o trabajo que se realice en terrenos de su representada se da con el hallazgo de restos culturales, que haga llegar de inmediato la información al Museo Nacional, como siempre ha sido su buen accionar en relación el componente arqueológico. 2) Al Museo Nacional en nombre del Departamento de Antropología e Historia, estar pendiente de lo que suceda y dar respuesta de manera expedita a cualquier solicitud de la mencionada empresa. 3) Hacer llegar a la Dra. Salgado, Coordinadora de la parte arqueológica de la citada empresa, una copia del informe y mencionarle que cualquier situación

13 que suceda, en el que tengamos que intervenir, nos haga llegar la información respectiva.

Agradecimientos La ejecución de esta evaluación preliminar fue hecha gracias al apoyo que siempre ha brindado al campo de la arqueología la empresa Eco-desarrollo papagayo, en particular del Ingeniero Manuel Ardón; persona con un gran carisma hacia nuestra disciplina e interesado en la información que se obtiene de las diferentes investigaciones que se realizan en Bahía Culebra. El ing. Ardón, nos colaboró con dos trabajadores a tiempo completo durante los días de trabajo en el campo; además, nos facilitó la estadía nuestra en un complejo de apartamentos de la empresa en Liberia. Por toda esa desinteresada colaboración la damos las gracias.

A la Dra. Silvia Salgado, Arqueóloga asesora de la empresa Eco-desarrollo Papagayo, que estuvo con nosotros todo el tiempo que duró el trabajo, brindando apoyo directo, con sus opiniones y desde luego su conocimiento de la arqueología de la zona. Además era la persona con quién coordinábamos para obtener cualquier material o apoyo extra que requeríamos.

Se expide el presente informe a las 9 horas del día 22 de marzo de 2010.

______Lic. Juan V. Guerrero M. Arqueólogo Investigador DAH.

CC. Dra. Silvia Salgado González. Coordinadora Arqueológica Eco- Desarrollo Papagayo. Licda. Myrna Rojas Garro. Jefe, Departamento de Antropología e Historia MNCR.

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