Grave Ataque De Malacosoma Neustria
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Bol. San. Veg. Plagas, 14: 27-38, 1988 Grave ataque de Malacosoma neustria (LINNAEUS, 1758) (Lep.: Lasiocampidae) y otros lepidópteros en el Encinar del Monte del Pardo (Madrid); ensayos de laboratorio para su control y evaluación de la Campaña de Lucha Química E. OBAMA, S. SORIA y F. TOME DE LA VEGA En el año 1986, y afectando a las encinas (Q. ilex L.) del Monte del Pardo, se localizó un fuerte ataque, por rodales, de M. neustria (L.), Catocala nymphagoga (ESPER, 1787) y Cato- cala nymphaea (ESPER, 1787), que por razones de tiempo no pudieron ser controlados. Este ataque se generalizó en 1987 a todo el Monte y zonas colindantes (aproximadamente 20.000 Has.), especialmente en lo referente a M. neustria L., lo que motivó tanto la realiza- ción de ensayos de laboratorio para el posible control con insecticidas biológicos de las pla- gas citadas como la aplicación de un tratamiento de combate en 4.000 Has. de las zonas más afectadas con diflubenzuron en su formulación de polvo mojable al 25%. En el presente artículo se describen las incidencias del citado tratamiento, muy influencia- do por la especial problemática del citado monte; los resultados de los ensayos realizados en laboratorio y las principales especies de lepidópteros defoliadores asociados. E. OBAMA y S. SORIA. Sanidad Vegetal. Juan Bravo, 3-B, 28006 Madrid. F. TOME DE LA VEGA. Patrimonio Nacional. Palacio Real. Madrid. Palabras claves: Malacosoma neustria; Catocala nymphagoga; Catocala nymphaea; Lepi- dópteros defoliadores; Encina; Ensayo eficacia. Pardo-Madrid (España). INTRODUCCIÓN La primera mención que se hace de El Monte de El Pardo como cazadero real, se El "Monte de El Pardo" y su entorno hasta puede encontrar en el Libro de la Montería, la Cuerda Larga de la Sierra de Guadarrama que manda escribir el monarca castellano Al- forma una unidad natural que hasta ahora, fonso XI entre los años 1342 y 1349; citándose por una serie de razones geográficas e históri- en este libro la abundancia de especies de cas, se ha visto muy escasamente afectada por caza mayor y menor; en este época debía exis- el proceso de urbanización. Lo que hoy cono- tir ya en este lugar una casa de monteros. A cemos con el nombre de "Monte de El Par- partir de los primeros años del siglo XV, El do", es lo que queda de una amplia extensión Pardo adquiere gran importancia: Enrique III de terreno que se denominaba como "El Real manda construir una fortaleza en el mismo si- Sitio de El Pardo". En la actualidad alcanza tio donde surge hoy el Palacio; más tarde En- una superificie de 15.821 Has. y un perímetro rique IV mejorará está construcción, frecuen- de 80 Kms., destacando en la llanura de la tándola y celebrando en ella fiestas y torneos. Meseta su vegetación de encinas que llegan El monte de El Pardo seguía siendo funda- hasta la Sierra de Guadarrama. mentalmente un "cazadero real", es decir, un Fig. I.—Encinar del Monte dc "El Pardo". Momento del tratamiento. Fig. 2.—Adulto macho de Malacostmui neustria (Linnaeus). Fig. 3.—Oruga de Makicosoma neustria (Linnaeus). lugar situado en plena naturaleza y sin modifi- zygis L.), la mejorana (Thymus mastichina car ésta, ya que solamente era considerada L.), el romero (Rosmarinus officinalis L.), el por las ventajas cinegéticas que proporcionaba. cantueso (Lavandula pedunculata, Cav.), el En el año 1571, diez años después de confi- torbisco (Daphne gnidiun L.) etc. siendo la gurarse Madrid en capital de España, el Mon- vegetación climax la formada por la asociación te de El Pardo se convirtió de forma definitiva Junipero-Quercetum rotundifoliae. en el parque de caza y ocio de La Corte, que- En los arroyos y zonas ribereñas se desarro- dando amojonado por Real Cédula de Felipe llan fresnos (Fraxinus angustifolia Vahl.), bar- II, con unos límites que comprendían casi dagueras (Salix spp) y, por ahora, algún olmo exactamente la cuenca alta del Manzanares. (Ulmus campestris L.) a los que acompañan Después de los Austrias, los Borbones si- especies menores como zarzamoras (Rubus guieron frecuentando asiduamente y amplian- spp), escaramujos (Rosa spp), juncos (Juncus do este núcleo cortesano, manteniéndose el spp), etc. Monte de El Pardo como espacio natural, ci- La fauna que alberga el Monte de El Pardo negético y de ocio afecto a la Corona. se compone de una larga lista de especies que En la actualidad el Monte de El Pardo es se sustenta en esta vegetación. Junto a los propiedad del Patrimonio Nacional, Real grandes mamíferos de interés cinegético, cier- Casa, Monte de Utilidad Pública N.° 1 de la vo (Cervus elephas), gamo (Dama dama) y ja- provincia de Madrid (afectado por el estatus balí (Sus scrofa), cohabitan zorro (Vulpes vul- de la Real Casa). Se extiende en forma de pes), tejón (Malus malus), conejos (Oryctala- pastizales, montes adehesados y manchas de gus cuniculus) y otras muchas especies repre- repoblación hasta la Casa de Campo, a uno y sentantes de los micromamíferos corn topos, otro lado del rio Manzanares, formando así el topillos, lirones, ratones campestres, etc. eje que vertebra el corredor verde sobre el La fauna alada está igualmente representa- cual los vientos de la Sierra de Guadarrama da por gran cantidad de especies, destacando suministran aire limpio a la capital madrileña, su alta calidad respecto a rapaces, desde la ya mereciendo el nombre popular de "pulmón de rara Águila imperial ibérica (Aquila heliaca Madrid". adelberti) aquí nidificante, pasando por bui- El Monte situado al N.O. de la Capital tres negros, buitres leonados, águilas perdice- constituye uno de los espacios naturales de ras, calzadas, culebreras, milanos, cernícalos, mayor valor dentro del municipio de Madrid, etc. ya que con el Monte de Viñuelas, Valdelatas El embalse de El Pardo, sobre el rio Man- y algunas zonas de la Casa de Campo es el zanares, con una superificie aproximada de único lugar donde aún persiste la vegetación 500 Has., alberga además de la población pis- arbórea natural. cícola, las más diversas especies de aves acuá- Respecto a la vegetación, domina la encina ticas o relacionadas con este medio, entre las (Quercus ilex L.), acompañada por el enebro que destacaremos, la ya también rara cigüeña (Juneperus oxycedrus L.) en mayor o menor negra (Ciconia nigra), la cigüeña común (Ci- proporción, formando bosques densos, zonas conia ciconia) y garzas, gaviotas, anátidas y li- adehesadas, hasta oquedales. En las vaguadas mícolas, bien nidificantes o en migración. más frescas aparece el alcornoque (Quercus De no menos importancia es la población suber L.). de reptiles, ampliamente representada por la- En el matorral acompañante se encuentran cértidos, culébridos y vipéridos de distintas es- el labiérnago (Phillyrea angustifolia L.), la es- pecies, así como los anfibios, tanto anuros parraguera (Asparagus acutifolis), la retama como urodelos. blanca (Retama sphaerocarpa L.), la jara (Cis- Con relación a los invertebrados, basta de- tus ladaniferus), el tomillo salsero (Thymus cir que El Pardo ha sido considerado "el pa- raíso del entomólogo", con una amplia e inte- El producto elegido para la campaña fue el resantísima representación de los más varia- diflubenzuron P.M. al 25% disuelto en agua, dos organismos. Esta población de gran valor a razón de 20 I/Ha, con 250 g. de M.C./Ha. ya científico y ecológico, sufre periódicamente que es inocuo para casi todo tipo de fauna, y incrementos fuertes de algunas de sus especies su peor problema ecológico, la alta persisten- de insectos (fenómeno "plaga") causando gra- cia (SORIA, ABOS y MARTIN, 1986) se conside- ves daños al arbolado, y por extensión a todo ra poco grave en el caso del encinar, ya que el biotopo, con especial incidencia en los las hojas de más de un año sólo son consumi- grandes mamíferos de interés cinegético, que das por defoliadores potentes, que son justo utilizan la bellota como fuente de alimenta- los que se intentaba combatir. ción invernal. La posible supervivencia de parte de la po- En el año 1986, se localizaron algunos roda- blación de predadores y sobre todo de parási- les de encinas fuertemente poblados por lepi- tos (ROBREDO, 1980), de alta importancia dópteros defoliadores entre los que destaca- para el control de población en especies epi- ban Malacosoma neustria L., Catocala nymp- démicas, como las que nos ocupan, inclinó la hagoga (ESPER, 1787) y Catocala nymphaea balanza a su favor, quedando otros productos (ESPER, 1787), que no pudieron ser atacados recomendados en la bibliografía para la reali- por la rapidez con que pasan las tres especies zación de ensayos de laboratorio, como posi- su fase de oruga (aproxiamadamente un mes bles tratamientos sustitutivos, ya que en cam- de puesta a crisálida), pero que recordaron los po, y sobre las citadas plagas, existe poca ex- temibles ataques que sufrió el monte de 1953 periencia de todos ellos (SORIA, 1986, 1987). a 1957, con grandes zonas de defoliación to- El tratamiento se realizó entre los días 5-5- tal, por lo que se decidió preparar una campa- 87 y 11-5 de 1987 sobre unas 4.000 Has., parte ña de lucha para las zonas más atacadas en de ellas ya medianamente defoliadas, dado 1987, así como la realización de ensayos con que M. neustria se encontraba en cuarto esta- distintas alternativas, para posibles tratamien- dio, con algunas orugas ya en quinto y las Ca- tos sustitutivos. tocala en segundo y tercer estadio, con algu- nas en 4.°. El retraso respecto a la época pre- vista fue debido a problemas climáticos, por MATERIALES Y MÉTODOS un lado, y de infraestructura del monte por otro. Campaña de combate Se utilizó una avioneta PIPER PAWNEE de 275 C.V. provista con cuatro atomizadores ro- En la primavera de 1987, y desde el mo- tatorios marca Micronair A.U.