1966-68. El descenso tras treinta y un años en Primera

En la campaña 1966-67 el Sevilla disputó la Copa de Ciudades en Feria, pero fue eliminado en primera ronda por el conjunto rumano del Dínamo de Pitesti. En la temporada siguiente, el equipo blanco descendió a Segunda División, categoría en la que el club hispalense no militaba desde hacía 31 años. Este período se caracterizó por los continuos cambios en el banquillo sevillista. Ni en la primera, ni Barrio en la segunda llegaron a terminar sus respectivas campañas. Ambos tuvieron que ser sustituidos por el técnico “salvavidas” , que logró mantener al equipo en el División de Honor el primer año. Este éxito no pudo ser repetido en el período siguiente y ni el propio Arza consiguió que el conjunto hispalense se mantuviera en la primera categoría. El Sevilla quedó último clasificado en el torneo liguero, pasando automáticamente a la División de plata del fútbol español.

1) La Copa de Ferias.

La octava posición ocupada en le Campeonato de Liga la temporada anterior permitió al Sevilla alcanzar su participación en la Copa de Ciudades en Feria. De cualquier forma, su trayectoria fue más fugaz de lo que en un principio se podía esperar, al haber quedado emparejado en la primera eliminatoria con el cuadro rumano del Dínamo de Pitesti. El partido de ida se celebró en Rumania el 28 de septiembre de 1966 ante unos quince mil espectadores. El técnico blanco, Sabino Barinaga, alineó a los siguientes jugadores: Mut; Eloy, Costas, Rebellón; Felo, Achúcarro; Oliveros, Suárez, Lizarralde, Cabral y Diéguez. El resultado final fue de dos goles a cero favorable al conjunto rumano, merced a los tantos de Radu, conseguido a los dos minutos de partido al batir de duro disparo desde unos cuarenta metros al guardameta Mut, y de Naghi, al cabecear con precisión un centro, en el minuto diez. El equipo sevillista fue superior durante el segundo tiempo, en el que mostró una mayor ambición, pero no pudo remontar el marcador adverso. Para el partido de vuelta, disputado en Sevilla el 5 de octubre, el conjunto español realizó un cambio: Toni en lugar de Felo. El encuentro finalizó con un decepcionante empate a uno. El gol sevillista fue marcado por Diéguez en el minuto diecisiete, lo que llenó de esperanzas a la afición blanca. Sin embargo, Prepurgal logró el tanto del empate para el conjunto del este en el minuto 65. El choque fue arbitrado por el colegiado portugués Da’Silva, que no influyó en un partido en el que los rumanos contaban con la importante ventaja obtenida en el partido de ida. De esta manera, el Sevilla quedó eliminado de la competición europea a las primeras de cambio.

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2) Temor al descenso.

El problema principal de esta mala racha sevillista, continuada en el Campeonato liguero, fue la falta de sustitutos a las grandes figuras que había dejado de pertenecer a la plantilla. El pulmón Ruiz Sosa había sido traspasado al Atlético de en 1965, Gallego fue fichado por el Barcelona en 1966 y Campanal II se marchó en esta misma temporada a jugar en el Deportivo de la Coruña. Sin estos hombres, la mayor preocupación del club hispalense en la campaña 1966-67 era evitar a toda costa el descenso a Segunda División. Juan Arza fue llamado para sustituir a Sabino Barinaga y el Sevilla finalizó el Campeonato liguero en decimotercera posición con sólo nueve partidos ganados, siete empatados y catorce perdidos, por lo que tuvo que jugar junto al Granada la promoción para mantener la categoría. Los aspirantes al ascenso a Primera División fueron en esa temporada el Sporting de Gijón y el . La situación era muy delicada, ya que los dos equipos sevillanos podían enfrentarse, uno para evitar el descenso y otro para encaramarse a la División de Honor. Afortunadamente para los intereses del fútbol sevillano, el sorteo emparejó al Sevilla con el Sporting y el Betis con el Granada.

3) Salvado en la promoción.

Las eliminatorias de promoción, previstas para mediados de mayo, fueron retrasadas, debido a que el Sevilla tuvo que disputar sus encuentros correspondientes a los octavos de final de la Copa del Generalísimo contra el Elche. El 28 de mayo de 1967 se celebró el primer partido de la fase de promoción. En el Sánchez Pizjuán se enfrentaron el Sevilla y el Sporting, con el navarro Zariquiegui como árbitro de la contienda. El estadio casi llenó y la afición sevillista se volcó con su equipo en unos momentos difíciles, a los que no estaban acostumbrados. El equipo que alineó Juan Arza para este trascendental partido fue el siguiente: Rodri; Isabelo, Costas, Eloy; Lora, Achúcarro; Oliveros, Cabral, Lizarralde, Pipi y Román. El equipo hispalense obtuvo la mínima renta de un gol, gracias a Lizarralde. La ventaja no era la suficientemente amplia como para aguardar el encuentro de vuelta en El Molinón con total tranquilidad. El 4 de junio se jugó este partido cargado de nerviosismo y tensión. El juego del Sevilla, que se había concentrado en Avilés, fue impecable e impuso su ritmo desde que el esférico echó a rodar. En el minuto 5, Pintado, sustituto para este partido de Cabral, marcó el gol que a la postre supondría la victoria blanca y la permanencia del conjunto sevillista en la División de Honor. Una semana más tarde, los seguidores

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béticos celebraban el ascenso de su equipo a la máxima categoría. Los dos clubes sevillanos estaban de nuevo juntos en Primera División. En la competición copera y tras superar al Tenerife con claridad (2-2 y 6-2), el Sevilla se encontró en los octavos de final con el Elche como rival. Más preocupado por sus partidos de promoción que por la Copa, el cuadro andaluz saldría derrotado en los dos encuentros (2-0 y 0-1).

4) Esta vez llegó el descenso.

El verano de 1967 estuvo protagonizado por el inicio de una campaña de captación de socios, denominada “Operación 20.000 socios”, que produjo un espectacular crecimiento en las listas. Esta operación quedó superada el 12 de septiembre de 1967, cuando en el primer partido de Liga frente al Real Madrid se alcanzaron los 20.116 socios. Con la intención de recaudar fondos para la Cabalgata de Reyes Magos de ese año, los jugadores del Sevilla y el Betis se unieron para conformar un combinado que se enfrentó al Nápoles italiano. El resultado final del encuentro disputado en el Sánchez Pizjuán fue de empate a un tanto. Para afrontar la nueva campaña, la Directiva sevillista contrató como entrenador a , responsable del ascenso del Real Betis la temporada anterior. A pesar de todo, el nuevo técnico no llegó a concluir en el banquillo blanco, cediendo su puesto, una vez más, a Juan Arza. En esta ocasión, la remontada no pudo llevarse a cabo y el Sevilla bajó a Segunda División, olvidando la gloria de tiempo anteriores. El equipo blanco quedó el último clasificado de la tabla con veinte puntos y diez negativos; sólo había ganado seis partidos y empatado ocho en treinta encuentros disputados. El descenso se consumó en Barcelona, ciudad donde en 1946 el Sevilla se había proclamado campeón de Liga. En esta ocasión, el conjunto andaluz perdió por 3-0 en el Camp Nou. La temporada había sido mala desde sus comienzos, ya que el cuadro andaluz empezó el Campeonato perdiendo en la primera jornada frente al Madrid en el estadio Sánchez Pizjuán por 0-2. También en terreno sevillista, los blancos cayeron ante otros seis equipos, uno de ellos el Real Betis, lo que supuso la gota que colmó el vaso. Sevilla y Betis compartieron la desgracia del descenso de categoría, aunque como mal menor para el fútbol andaluz, en la siguiente temporada ascendió a la División de Honor el Granada.

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5) El Madrid, verdugo en la Copa.

El Sevilla llegó al Campeonato copero de 1968 completamente desmoralizado. En los dieciseisavos de final, el conjunto hispalense eliminó al , al ganar en Sevilla por 7-3 y perder tan sólo por un tanto a cero en el estadio vallecano. En octavos de final hubo de enfrentarse con el Real Madrid; el Sevilla perdió en el encuentro de ida en el Santiago Bernabéu por un gol a cero, un buen resultado que no se vio correspondido con el obtenido en el Sánchez Pizjuán, donde el Real Madrid venció de nuevo por cuatro tantos a tres. La Junta Directiva decidió que en la siguiente temporada continuase como entrenador Juan Arza, ya que el objetivo primordial de la entidad era retornar como fuese a la categoría donde siempre debía estar, la Primera División. Por este motivo, el club sevillista fichó para la campaña venidera al delantero malacitano Pedro Berruezo y se incorporaron a la plantilla blanca nuevos valores como Chacón, Lebrón y Catalán. A falta de buenas noticias en lo que al equipo se refiere, cabe destacar que el estadio Sánchez Pizjuán fue escenario de un nuevo encuentro internacional el 28 de febrero de 1968. La selección española se impuso a la sueca por tres goles a uno gracias a las dianas conseguidas por Amancio, en dos ocasiones, y Rifé.

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