Clima Y Medicina. Los Orígenes Del Turismo En Canarias
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Clima y Medicina. Los orígenes del turismo en Canarias Editorial Ediciones IDEA ISBN: 978-84-8382-332-3 Depósito Legal: TF-2426-2007 Impreso en España / Printed in Spain 1 CLIMA Y MEDICINA: EL NACIMIENTO DEL TURISMO EN LAS ISLAS CANARIAS NICOLÁS GONZÁLEZ LEMUS 2 ÍNDICE CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN. EL PAPEL DEL CLIMA EN EL TURISMO LA EDAD ANTIGUA LA EDAD MEDIA LA EDAD MODERNA EL GRAND TOUR LOS INGLESES DESCUBREN EL MAR Y LOS BAÑOS EN SUS AGUAS EL DESARROLLO DEL TURISMO CONTEMPORÁNEO Y CANARIAS LAS ISLAS DEL ATLÁNTICO. LOS ARCHIPIÉLAGOS DE MADEIRA Y CANARIAS CAPÍTULO II RELATOS DE VIAJES Y CLIMATOLOGIA. GRAN BRETAÑA Y LOS PRIMEROS DESCUBRIDORES DE LA BENIGNIDAD DEL CLIMA INSULAR TEMPRANA LITERATURA MÉDICA DE VIAJE Y LA CLIMATOTERAPIA JAMES CLARK, OBJECIONES DESDE LA DISTANCIA Clima y salud Canarias WILLIAM WHITE COOPER, EL VIAJERO DESCONOCIDO WILLIAM ROBERT WILDE, EL ADMIRADOR DEL DULCE VALLE DE LA OROTAVA GABRIEL BELCASTEL Y EL PUERTO DE LA CRUZ EL NORTEAMERICANO SAMUEL G. W. BENJAMIN LA ROYAL METEOROLOGICAL SOCIETY (RMS) DE LONDRES WILLIAM MARCET Y LAS CAÑADAS DEL TEIDE CAPÍTULO III LA INICIATIVA DE NICOLÁS BENÍTEZ DE LUGO Y LA CLIMATOTERAPIA EN LA CLASE MÉDICA CANARIA TOMÁS ZEROLO HERRERA, EL GRAN CIRUJANO DE LA VILLA DE LA OROTAVA MANUEL PESTANA GUZMÁN, EL MÁS VETERANO DE LOS MÉDICOS DE LA OROTAVA ALONSO PERDIGÓN DEHESA CAPÍTULO IV RELATOS DE VIAJES Y CLIMATOLOGIA. ALEMANIA Y OTROS PAÍSES LEOPOLD VON BUCH Y FRANCISCO ESCOLAR SERRANO EL SUIZO HERMANN HONEGGER, ENTRE EL PUERTO DE LA CRUZ Y VILLAFLOR HJALMAR AUGUST ÖHRVALL, EL TUBERCULOSO CURADO EN EL PUERTO DE LA CRUZ EL SUIZO HERMANN CHRIST EL ALEMÁN WILHELM BIERMANN Y LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO DEL CLIMA DEL PUERTO DE LA CRUZ CAPÍTULO V JORGE PÉREZ VENTOSO, NUESTRO MÉDICO ANGLÓFILO CAPÍTULO VI LA COMPAÑÍA DE HOTELES Y SANATORIUM DEL VALLE DE LA OROTAVA Y LOS DOCTORES ERNEST HART Y MORELL MACKENZIE ERNEST HART Y EL INFLUJO SEDUCTOR DEL PUERTO DE LA CRUZ HERBERT COUPLAND TAYLOR, UN JOVEN MÉDICO VIAJERO MORELL MACKENZIE, EL MÉDICO DEL EMPERADOR FEDERICO III DE PRUSIA El clima 3 Clima y enfermedad CAPÍTULO VII LITERATURA MÉDICA Y CLIMATOTERAPIA EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA LOS DOCTORES MORDEY DOUGLAS, CLEASBY TAYLOR Y BRIAN MELLAND EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. MORDEY DOUGLAS, LAS PALMAS DE G. C. VERSUS EL PUERTO DE LA CRUZ Mordey Douglas y la rivalidad interinsular JOHN CLEASBY TAYLOR Y LA BRITISH MEDICAL ASSOCIATION DE LEEDS BRIAN MELLAND, EL APASIONADO DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA El clima de costa El clima de montaña En torno a los enfermos PAGET THURSTAN, ENTRE TENERIFE Y GRAN CANARIA CAPÍTULO VIII LOS NACIENTES DE AGUAS EN LOS RELATOS DE VIAJES MÉDICOS JOHN CLEASBY TAYLOR Y LAS FUENTES NATURALES DE GRAN CANARIA BRIAN MELLAND, LAS AGUAS Y BAÑOS MINERALES Agaete Firgas EDWARD FRANKLAND Y LAS AGUAS DE MARTIÁNEZ EN EL PUERTO DE LA CRUZ JOHN ATTFIELD Y LAS AGUAS DE SAN TELMO EN EL PUERTO DE LA CRUZ CAPÍTULO XIX LITERATURA MÉDICA DE EXTRANJEROS QUE NO VISITARON LAS ISLAS JACCOUD Y OMNÉS, UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA CHARLES JAMES BLASIUS WILLIAMS Y CHARLES THEODORE, PADRE E HIJO ISAAC BURNEY YEO, LA MIRADA CONSCIENTE VINCENT DORMER HARRIS Y EDWIN CLIFFORD DEALE WILLIAM HUGGARD Y LA ATENCIÓN A MEDEIRA CAPÍTULO XX LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA ALEMANA DE 1910 EN LAS CAÑADAS DEL TEIDE DE LA ILUSIÓN A LA FRUSTACIÓN FUENTES Archivos Prensa Bibliografía básica 4 CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN EL PAPEL DEL CLIMA EN EL TURISMO Como fenómeno contemporáneo, el turismo reviste una especial importancia para la economía en Canarias. Las islas reciben un turismo de compras, un turismo de congresos, un turismo de aventura, un turismo de cruceros y una gran cantidad de turismo de sol y playa por nuestras espléndidas playas de arena y agradable clima. Generalmente no cabe duda de que el clima constituye uno de los más decisivos factores en el desarrollo del turismo y la geografía del ocio. Es casi un tópico oír en las sociedades occidentales “que tiempo hace”, cuando alguien se intenta desplazar a un lugar para descansar, tomar baños en el mar o balnearios, o por el simple hecho de presentarse de nuevo al país de origen bronceado. Los que viven en los países nórdicos viajan en invierno hacia el sur huyendo del intenso frío reinante en su país y los que viven en los países de temperaturas cálidas y templadas se desplazan a las costas para veranear. Pero ¿ha sido siempre así? La respuesta es: No. Si bien pueden ser las razones expuestas las que conforman el desplazamiento turístico del hombre urbano desde finales del siglo XIX y sobre todo del siglo XX, favorecido por el abaratamiento de los costes de transportes aéreos en las últimas décadas, las razones del viaje en tiempos pretéritos eran más costosas. Ni la sociedad del bienestar existía ni los medios de comunicación, de tracción animal por tierra y de vela por mar, facilitaban el viaje. Entonces se viajaba por necesidad, bien comerciales o por razones de salud. El viaje por salud se convirtió en una necesidad apremiante en el hombre. Es el tema central de este trabajo. Empezaremos por repasar las épocas desde la antigüedad hasta los momentos en que se incorpora el archipiélago canario. LA EDAD ANTIGUA Los pueblos antiguos fueron unos destacados mercaderes y navegantes que realizaban sus actividades comerciales en todo el Mediterráneo. Sus costas se conocieron desde muy pronto. Los griegos de la antigüedad se aprovecharon de los conocimientos de los litorales mediterráneos de sus predecesores, de tal manera que crearon una cultura muy proclive al viaje por mar, y a la vez que conocieron la geografía de los litorales mediterráneos. Por tierra, la sociedad esclavista de la época clásica permitió la práctica de los rudimentos de lo que hoy entendemos por ocio y turismo. Una de las razones por la que los griegos viajaban por tierra era la peregrinación religiosa para visitar los santuarios, precisamente en muchos de los casos por salud. En Epidauro se encontraba la casa de Asclepio, dios de la curación y a ella iban muchos enfermos que esperaban dentro del templo toda la noche hasta el alba si era necesario para ver al sacerdote curador que les diera el tratamiento prescrito por los 5 dioses. Así pues, con ellos el viaje turístico, por razones de salud comenzó a realizarse, aunque el tratamiento tenía un fuerte componente religioso. La asistencia a los balnearios también fue otra razón por la que los griegos practicaban el viaje. Fueron unos ardientes usuarios de ellos por razones de salud, aunque la cura por medio de las aguas aún tenía un componente sobrenatural, ya que el tratamiento predominante de las enfermedades en la antigüedad griega estaba basado más en hechizos, embrujos y otros remedios,1como el religioso, que en tratamientos racionales. Pero, el interés por el conocimiento del medio físico invadió el pensamiento filosófico del hombre de la época clásica desde el siglo V a.C. La climatología, la salubridad y la dimensión geográfica del lugar donde se encontraba el balneario adquirieron importancia por sí mismo. En este contexto hace su aparición el padre de la medicina occidental, Hipócrates de Cos (siglo V a.C.). Con él la concepción de las enfermedades cambiaría en el panorama de la ciencia médica en la antigüedad clásica. Aunque ya había sido con anterioridad insinuado por Herodoto, Hipócrates fue sin embargo el primero que estableció la relación entre aires, agua y climas de los lugares como factores que ayudaban a la cura de determinadas enfermedades. Es el primer filósofo de la antigüedad que estableció una relación directa entre los fenómenos meteorológicos y las condiciones sanitarias. Con él y sus seguidores la vía de la recuperación de la salud por vía natural adquirió rango de ciencia. En su tratado Sobre los aires, aguas y lugares,2 sin duda, una de sus obras más célebres, describe los efectos nocivos y beneficiosos que sobre el hombre ejercen las condiciones ambientales y climáticas. Para la doctrina médica hipocrática, la enfermedad estaba originada por causas naturales, consecuentemente debería de ser tratada mediante procedimientos racionales e implícitos y no mediante la intervención de procedimientos sobrenaturales o religiosos.3 Hipócrates, en sus páginas, nos habla de la influencia de los climas sobre la salud y la importancia de las aguas en el tratamiento de las enfermedades,4 además de resaltar como perjudiciales para la humanidad los ambientes húmedos y oscuros, y beneficiosos los ambientes soleados que permita la vida al aire libre para la mejoría fundamentalmente de los enfermos del pulmón. Uno de los seguidores de las doctrinas hipocráticas, Areteo de Capadocia, médico griego que vivió durante la segunda mitad siglo I y la primera mitad del II, habló incluso de la tuberculosis, la enfermedad que tanto tuvo que ver con el desarrollo del turismo contemporáneo en el siglo XIX. Ya Areteo de Capadocia en su Obra Médica hace una clara alusión a los síntomas y causas de la tisis (tos prolongada, sudor y enfriamiento del cuerpo, debilidad y consunción del enfermo, etc.), y a la vez, e aquí su importancia, recomendaba las regiones cálidas para su convalecencia, pues «las frías y húmedas son, por sus características, las compañeras de esta afección».5 La doctrina médica hipocrática trae consigo, pues, un cambio de mentalidad en el mundo clásico y a partir de entonces empezó a creerse que la mejor manera de curar ciertas enfermedades era una larga estancia en los lugares con climas cálidos y el uso de las aguas termales. Aquí tiene su origen el termalismo. Se trataba de la utilización de aguas mineromedicinales para el tratamiento de las enfermedades.