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ISSN: 1130-5029 Depósito Legal: SE-775-1988 Maquetación y producción: Fénix Editora www.fenixeditora.com RdH: Revista de Humanidades ISSN 1130-5029 E-ISSN 2340-8995 Nº 36 (2019)

ÍNDICE­­­

Artículos

Las cofradías de Alcalá de Guadaíra a fines de la Edad Media Juan Carlos Arboleda Goldaracena ...... 11

Libro de profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II (1636- 1670) Salvador Guijo Pérez ...... 33

Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza de un gran palacio Isabel María Corripio Gil-Delgado ...... 63

Jugando con los límites del género literario y la identidad de género: sexualidades incómodas en The Basset Table (1705) de Sussannah Centlivre Laura Martínez-García ...... 85

Una mirada sobre las masculinidades en los reales mineros del México virreinal: Zacatecas, siglo XVIII Isabel M. Povea Moreno ...... 109

Política de Seguridad Democrática en : aproximaciones a un modelo de contrainsurgencia centrado en el enemigo Jerónimo Ríos Sierra y Jaime Zapata García ...... 129

Percepción de los estudiantes de posgrado en gerontología sobre el envejecimiento Eloy López Meneses, José Luis Sarasola Sánchez-Serrano, Alicia Jaén Martínez y José Gómez Galán ...... 155

Entrenamiento Fonético por Ordenador para la Adquisición de Segundas Lenguas: ¿Son Efectivos estos Sistemas de Aprendizaje? Daniel Calvo Carmona y Laura César Garrido ...... 181 La formación profesional básica, una alternativa para atender las necesidades educativas de los jóvenes en riesgo social Ana Fernández-García, José Luis García Llamas y Marta García Pérez.. 211

Significado de la ética profesional: el caso de estudiantes de ciencias empresariales Germán Scalzo, Sara Elvira Galbán-Lozano y Claudia Ortega-Barba...... 233

Autores ...... 253

Criterios editoriales ...... 259 RdH: Revista de Humanidades ISSN 1130-5029 E-ISSN 2340-8995 Nº 36 (2019)

CONTENTS

Articles

Confraternities in Alcalá de Guadaíra at the end of the Middle Ages Juan Carlos Arboleda Goldaracena ...... 11

Book of professions of the Royal Monastery of San Leandro of Seville II (1636-1670) Salvador Guijo Pérez ...... 33

The origins of Villapanés, the semblance of a grand palace hotel Isabel María Corripio Gil-Delgado ...... 63

Stretching the limits of gender and the genre: Uncomfortable sexualities in Centlivre’s The Basset Table (1705) Laura Martínez-García ...... 85

A view of masculinities in mining societies of Colonial Mexico: violence and honor in Zacatecas, Eighteenth-Century Isabel M. Povea Moreno ...... 109

Democratic Security Policy in Colombia: Approaches to an enemy-centric counterinsurgency model Jerónimo Ríos Sierra y Jaime Zapata García ...... 129

Gerontology graduate students’ perception of ageing Eloy López Meneses, José Luis Sarasola Sánchez-Serrano, Alicia Jaén Martínez y José Gómez Galán ...... 155

Computer-assisted Phonetic Training: Are they effective? Daniel Calvo Carmona y Laura César Garrido ...... 181 Basic professional training, an alternative to address the educational needs of young people in social risk Ana Fernández-García, José Luis García Llamas y Marta García Pérez.. 211

Meaning in professional ethics: the case of business students Germán Scalzo, Sara Elvira Galbán-Lozano y Claudia Ortega-Barba...... 233

Authors ...... 253

Editorial Policy ...... 259 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra a fines de la Edad Media

Juan Carlos Arboleda Goldaracena Universidad Pablo de Olavide (España)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029

Las cofradías de Alcalá de Guadaíra a fines de la Edad Media

Confraternities in Alcalá de Guadaíra at the end of the Middle Ages

Juan Carlos Arboleda Goldaracena Universidad Pablo de Olavide (España) [email protected]

Fecha de recepción: 23 de octubre de 2017 Fecha de aceptación: 23 de diciembre de 2018

Resumen En el presente trabajo abordamos, a partir de la documentación notarial, el estudio de las distintas cofradías existentes en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) a finales de la Edad Media. Estudiamos las advocaciones bajo las que estaban erigidas, su composición, sus órganos de gobierno y las propiedades en las que basaban su vida económica. A pesar de la escasez de datos que ofrecen para la época estudiada, los protocolos notariales son prácticamente la única documentación disponible para el acercamiento al tema.

Palabras clave: Cofradías; Alcalá de Guadaíra (Sevilla); Reino de Sevilla; Religiosidad; Edad Media.

Abstract In this paper we aim to know the confraternities present in Alcalá de Guadaíra (Seville, Spain) at the end of the Middle Ages using notarial documentation. We study their devotions, their social composition, their administration and their properties and economic resources. Although notarial documentation does not offer many information in the case of Late Middle Ages, it is almost the only source in order to study confraternities during this period.

Keywords: Confraternities; Alcalá de Guadaíra (Seville, Spain); Kingdom of Seville; Religiousness; Middle Ages.

Para citar este artículo: Arboleda Goldaracena, J. C. (2019). Las cofradías de Alcalá de Guadaíra a fines de la Edad Media. Revista de humanidades, n. 36, pp. 11-31. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Las cofradías documentadas: sus advocaciones. 3. El gobierno de las cofradías. Los cofrades. 4. Las propiedades de las cofradías. 5. Conclusiones. 6. Bibliografía.

13 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena

1. INTRODUCCIÓN Alcalá de Guadaíra1, situada a escasos 17 km. de la capital sevillana, ha constituido desde siempre un importante núcleo poblacional dentro del territorio hispalense. Conquistada por Fernando III en torno a 1246-1247 como parte de la campaña de asedio a la capital, Alcalá se convirtió enseguida en puerta de acceso y bastión defensivo de Sevilla. Su término municipal fue protagonista de numerosas donaciones hechas por Alfonso X a los repobladores de la capital y registradas en el repartimiento de Sevilla, lo que explica la pronta vinculación jurisdiccional de la villa con respecto a la urbe, aparte del hecho de que esta última dependiera en muchos aspectos de Alcalá para su abastecimiento a través del agua, los molinos y el pan. En septiembre de 1258, el rey Sabio entrega la villa y el castillo de Alcalá a la Iglesia hispalense como parte del proceso de dotación de esta, aunque unos años después esta vuelve a estar bajo la jurisdicción del concejo. Todo lo cual justifica la estrecha relación de la villa alcalareña con la capital hispalense, tanto en el plano político como en el espiritual, por lo que el estudio de sus realidades sociales y religiosas es clave y puede aportar muchos datos importantes no solo a nivel local sino para el conjunto de la cercana capital y del reino de Sevilla. En cuanto al tamaño de la población durante el período bajomedieval, el estudio de los padrones fiscales conservados en el Archivo municipal hispalense aporta datos comprendidos entre los años 1426 y 1519. En este primer año, el número de vecinos era de 137, ascendiendo a 927 a finales de la segunda década del siglo XVI, aunque con un descenso acusado durante las décadas centrales del siglo XV (Franco Silva, 1987, p. 54). La equivalencia en número de habitantes reales nos da unas cifras de más de 4000 personas a principios del siglo XVI (Franco Silva, 1987, p. 55). Alcalá contaba en la Edad Media con cuatro parroquias con sus correspondientes collaciones: Santa María (Rodríguez Baltanás, 1999), San Miguel (Romero Gutiérrez, 2001; Flores, 1833, vol. II, pp. 32-35), San Sebastián (Flores, 1833, vol. III, pp. 21-36) y Santiago (Ruiz Portillo, 2011; Flores, 1833, vol. III, pp. 3-21). Hace ya bastantes años, el profesor Alfonso Franco publicaba un estudio sobre las propiedades de diversas instituciones eclesiásticas de Alcalá de Guadaíra en los compases finales del período medieval (Franco Silva, 1974). En concreto, y utilizando la documentación procedente del Archivo arzobispal de Sevilla y del fondo de protocolos notariales de Alcalá, el trabajo abordaba los bienes de las distintas capellanías, la fábrica de dos de las parroquias alcalareñas (Santa María y Santiago) y finalmente algunos de los monasterios, hospitales y cofradías existentes en la ciudad. Con respecto a estas últimas, únicamente se ocupaba de dos de ellas,

1 Para un estudio de su historia durante el período bajomedieval pueden consultarse las siguientes referencias: Franco Silva, 1987, 1995; González Jiménez, 1987; Fernández Gómez 2004, 2007; García Martínez, 1998, 2000a, 2000b; García Rivero, 1997; González Moreno, 1986; Jiménez Rodríguez, 2000. Aunque la historiografía alcalareña anterior al siglo XX es escasa, hemos de destacar el trabajo del padre Flores, que aporta bastantes datos referidos a los aspectos religiosos: Flores, 1833.

14 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029 reseñando brevemente algunas de sus propiedades. La consulta de los fondos notariales de Alcalá, conservados en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, permite, no obstante, completar aún más el panorama referente a la vida de las cofradías alcalareñas. Es lo que pretendemos hacer en este trabajo2. A pesar de que el conjunto de noticias sobre estas instituciones en la Alcalá bajomedieval es escaso, podemos extraer datos significativos sobre su presencia y funcionamiento, datos que además es posible contrastar con los de otras localidades del reino de Sevilla, como la propia capital o Jerez de la Frontera, para obtener una visión no centrada en el localismo sino abierta a conclusiones más generales. Nuestro estudio, por tanto, trata de llenar un hueco en la historiografía local, completando trabajos anteriores, pero con vocación de poner en relación estos datos con lo que sucedía al menos en el resto del reino de Sevilla. Definimos las cofradías de los siglos XIII a comienzos del XVI (Sánchez Herrero, 1985, 1988, 1995, 1996, 1999, 2003, en línea; Sánchez Herrero y Pérez González, 1999; Martín-Viveros Tajuelo, 2012; Navarro Espinach, 2014) como asociaciones preferentemente de laicos, hombres y mujeres, que se unen para diversos fines, siempre teniendo como marco el de una vida cristiana segúnlas enseñanzas evangélicas (Sánchez Herrero, 2003, pp. 21-22). En Andalucía están presentes desde los años inmediatamente posteriores a la conquista castellana. En función del fin o fines para los que surgen, podríamos distinguir entre cofradías devocionales (para dar culto a Dios, la Virgen, un santo...), cofradías benefactoras (para ejercer la caridad intra o extra corporativa), cofradías profesionales, cofradías de clérigos, cofradías agrupación de personas pertenecientes a un mismo grupo social, o cofradías agrupación de disminuidos físicos, todas ellas con el fin de unir a diversos grupos humanos para la defensa o práctica de sus intereses comunes, ya sean profesionales o religiosos (Pérez González, 2005, pp. 123-132). El uso de la documentación notarial para el acercamiento a las cofradías alcalareñas bajomedievales no es casual: se trata prácticamente de la única documentación conservada referente al período objeto de nuestro estudio. Por desgracia, para nuestro caso en particular y el del reino de Sevilla en general, la documentación referente a hermandades y cofradías custodiada en los riquísimos fondos del Archivo arzobispal se remonta a finales del XVI. También comienzan a finales de este siglo las series más o menos completas de documentos conservados en los archivos de las propias hermandades, entre los que se encuentran los libros de registros de hermanos o de acuerdos de cabildos, fundamentales para conocer la vida cofrade (Rodríguez Mateos y López Gutiérrez, 2000). Esto hace que tengamos que recurrir a la documentación notarial para obtener datos referentes a siglos anteriores, si bien en la mayoría de las ocasiones no son demasiado abundantes y la información que aportan muchas veces es indirecta debido a la propia naturaleza de

2 La localización y consulta de los documentos ha sido posible gracias al trabajo de García Díaz, 2010.

15 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena los documentos, que dan cuenta de las relaciones de las cofradías con la sociedad y no propiamente de su vida interna3. Aun así, se trata de una tipología documental que hay que tener en cuenta y que ha dado muy buenos resultados en el estudio de esta realidad en otras localidades del reino de Sevilla (Pérez González, 2005, 2016).

2. LAS COFRADÍAS DOCUMENTADAS: SUS ADVOCACIONES Ofrecemos en primer lugar una relación completa de las cofradías documentadas a partir de los protocolos notariales, con sus sedes en caso de conocerlas. Son siete:

––Cofradía del Cuerpo de Dios. Se documenta por primera vez en 14784. Aunque no se menciona su sede suponemos que se trata de la parroquia de Santa María por las casas que la cofradía poseía en dicha collación, como veremos más adelante.

––Cofradía de San Sebastián. Pensamos que se trata de la misma que el profesor Franco menciona como cofradía de la Misericordia (Franco Silva, 1974). El padre Flores afirma que en la iglesia de San Sebastián había un cuadro de este santo que pintó Francisco Pacheco para el hospital del mismo nombre en el que “hay una célebre cofradía de misericordia que hace muchas obras de piedad” (Flores, 1833, vol. III, p. 30). Se documenta por primera vez en 15035.

––Cofradía de Santa María de la Candelaria, documentada por primera vez en 15036.

––Cofradía del Santo Espíritu, documentada por primera vez en 15037. El padre Flores la sitúa en la iglesia de Santiago (Flores, 1833, vol. III, p.17).

––Cofradía de Santa Catalina, en la ermita del mismo nombre, dedicada a la santa de Alejandría y no a la de Siena como a veces se ha afirmado. Se documenta por primera vez en 15058.

3 Para un conocimiento profundo de la vida interna de las cofradías es necesario acudir al estudio de sus reglas o estatutos. Para el caso andaluz contamos con dos recopilaciones de reglas, con un total de más de doscientas, aunque en ninguna de ellas aparecen documentos referidos a Alcalá de Guadaíra. Véase: Sánchez Herrero y Pérez González, 2002 y Pérez González y Arboleda Goldaracena, 2017. 4 Oficio de Fernando García de Trigueros, 1 de junio de 1478. Archivo Histórico Provincial de Sevilla, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 5 Oficio de Silvestre de Montemayor, 11 de junio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 6 Oficio de Silvestre de Montemayor, 11 de febrero de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 7 Oficio de Silvestre de Montemayor, 13 de julio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 8 Oficio de Silvestre de Montemayor, 5 de octubre de 1505. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

16 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029

––Cofradía de San Bartolomé, con sede en la iglesia de Santiago. Se documenta por primera vez en 15079.

––Cofradía de San Miguel, documentada por primera vez en 150710. Según el padre Flores tenía su sede en la iglesia del mismo nombre (Flores, 1833, vol. II, p. 34). La escasez de datos en la documentación nos impide conocer con certeza la tipología de cada corporación en función de los fines para los que fueron erigidas. No obstante, y en el plano cultual, sus títulos nos indican las preferencias devocionales de los cofrades: de las siete cofradías dos están dedicadas a Dios (Cuerpo de Cristo y Santo Espíritu), una a la Virgen María (Santa María de la Candelaria) y las otras cuatro a distintos santos y santas (san Sebastián, san Bartolomé, san Miguel y santa Catalina). La devoción al Cuerpo de Dios o Jesús Sacramentado era primordial dentro del espectro devocional de los cofrades y los laicos en general a fines de la Edad Media (Arboleda Goldaracena, 2016). No en vano ya desde el siglo XV la fiesta del Corpus Christi constituía una de las grandes conmemoraciones cristianas celebrada con todo prestigio en la Península Ibérica (Sánchez Herrero, 1989, pp. 277-278; Romero Abao, 1989; Pérez González, 2003). En Sevilla, las cofradías, ya fueran sacramentales o no, realizaban en su fiesta una procesión solemne para llevar el Santísimo a los enfermos (Arboleda Goldaracena, 2016). La devoción al Espíritu Santo también estaba muy arraigada, aunque en menor proporción con respecto a las otras dos personas de la Trinidad. Las cofradías sevillanas celebraban su fiesta en Pentecostés y acudían a su inspiración mediante las misas del Espíritu Santo, sobre todo al comienzo de sus cabildos o reuniones (Arboleda Goldaracena, 2016; Pérez González, 2005, p. 45). La devoción mariana ha sido siempre una característica singular dentro de la religiosidad popular en general y la andaluza en particular. El caso de Alcalá no es una excepción y encontramos cómo en ella, sin ir más lejos, la primera parroquia de la localidad estaba dedicada a Santa María, algo bastante frecuente en las nuevas poblaciones conquistadas por los castellanos en Andalucía a partir del siglo XIII. La única cofradía mariana documentada se nos presenta además bajo una de las advocaciones más populares en la época, la de Santa María de la Candelaria, equivalente a la fiesta o advocación de la Purificación de la Virgen o Presentación de Jesús en el Templo, celebrada el 2 de febrero (Pérez González, 2005, p. 46), y que constituía una de las cinco grandes fiestas marianas en la Edad Media, junto con la Encarnación, la Expectación, la Asunción y la Natividad (Sánchez Herrero, 1992, p. 284).

9 Oficio de Silvestre de Montemayor, 20 de junio de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 10 Oficio de Silvestre de Montemayor, 26 de septiembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

17 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena

Con respecto a los santos, la veneración que recibían dentro del marco de la religiosidad bajomedieval era también muy amplia, destacando sobre todo la gran diversidad de ellos (Pérez González, 2006). En nuestro caso documentamos tres santos y una santa. En el caso de dos de los santos (san Sebastián y san Miguel), coinciden con los titulares de dos de las parroquias alcalareñas, por lo que su devoción debió ser grande. San Sebastián era muy venerado a finales de la Edad Media como abogado contra la peste y en Sevilla capital llegó a contar con seis cofradías (Pérez González, 2005, p. 54). En Jerez contaba con una (Pérez González, 2016). San Miguel era el encargado de la lucha contra el diablo y contó en la capital con cinco cofradías (Pérez González, 2005, pp. 59-60). También san Bartolomé y santa Catalina fueron protagonistas de una veneración importante por parte de los habitantes del reino de Sevilla en la época estudiada, sobre todo en el caso de la santa, que contaba en la urbe con seis cofradías a ella dedicadas (Pérez González, 2005, p. 63).

3. EL GOBIERNO DE LAS COFRADÍAS. LOS COFRADES Al ser testigos de los asuntos más mundanos de las cofradías, los protocolos notariales permiten conocer quiénes eran algunos de sus miembros, sobre todo aquellos que ostentaron determinados cargos en virtud de los cuales ejercían la representación de la cofradía ante el notario para realizar diversos trámites. Aunque los datos obtenidos a raíz de la escasa documentación no son muy abundantes, podemos conocer en líneas generales, y en relación con otros casos, cómo era el panorama alcalareño en este sentido. Sabemos por otros estudios (Arboleda Goldaracena, 2012; Pérez González, 2005, pp. 133-142; Pérez González, 2016) que las juntas de gobierno que regían las hermandades y cofradías andaluzas en la Baja Edad Media eran bastante simples, con un máximo de cinco miembros, y no había una homogeneidad en cuanto a la composición de estas juntas, variando mucho de unas cofradías a otras. En líneas generales, destaca siempre la presencia de una figura central que puede tomar varios nombres (provisor, hermano mayor, prioste, alcalde, prior, mayordomo) y que es quien lleva principalmente las riendas de la cofradía. Esta variedad de denominaciones da lugar a que en algunas cofradías se pueda documentar la presencia a la vez de varias de estas figuras, con atribución de diversas funciones para cada una de ellas. Junto a esta figura central encontramos un máximo de cuatro cargos adicionales, que pueden recibir la denominación genérica de diputados o bien adoptar cualquiera de los nombres ya indicados. También es frecuente encontrar dos figuras externas a las juntas de gobierno pero que ejercían un papel fundamental: el escribano, que tomaba nota de todos los acuerdos adoptados en las reuniones de las cofradías; y el muñidor, encargado de llamar a cada uno de los cofrades para que acudieran a las distintas actividades y celebraciones. La profesora Pérez González afirma que aquellas cofradías más evolucionadas eran las que contaban con un alcalde, un

18 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029 diputado, un hermano mayor, un prioste y un mayordomo (Pérez González, 2016). Sabemos por los estudios de esta misma profesora que en el caso de Sevilla capital la figura principal era normalmente la del prioste (Pérez González, 2005, pp. 135- 138), mientras que en Jerez este protagonismo era ocupado por el hermano mayor (Pérez González, 2016). El caso alcalareño, por su evidente proximidad, coincide plenamente con el de la capital sevillana: en las siete cofradías estudiadas hemos podido identificar a su prioste o preboste, que es quien representa a la cofradía en la realización de sus gestiones ante notario como principal cargo de esta11. Referimos sus nombres:

––Cofradía del Cuerpo de Dios: Juan Romero en 147812 y Alonso Fernández de Consuegra en 150313. ––Cofradía de San Sebastián: Pedro Martínez Gallego en 150314. ––Cofradía de Santa María de la Candelaria: Juan de Maguilla en 150315 y Martín Fernández de Almario en 151016. ––Cofradía del Santo Espíritu: Alonso Fernández de Consuegra en 150817. ––Cofradía de Santa Catalina: Alonso Rodríguez en 150518. ––Cofradía de San Bartolomé, con sede en la iglesia de Santiago: Juan Sánchez Delicado en 150719. ––Cofradía de San Miguel: Antón Sánchez de Alvar Sánchez en 150720. Los documentos referentes a las cofradías no nos indican los oficios ni procedencia social de estos priostes, si bien la consulta del fondo notarial alcalareño permite encontrar otras referencias indirectas a estas personas: Juan Romero, prioste

11 Desgraciadamente la documentación no ofrece información sobre otros cargos. 12 Oficio de Fernando García de Trigueros, 1 de junio de 1478. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 13 Oficio de Silvestre de Montemayor, 24 de julio 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 14 Oficio de Silvestre de Montemayor, 11 de junio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 15 Oficio de Silvestre de Montemayor, 19 de febrero de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 16 Oficio de Diego de Mairena, 10 de marzo de 1510. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 172v-173r. 17 Oficio de Silvestre de Montemayor, 24 de julio de 1508. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 18 Oficio de Silvestre de Montemayor, 5 de octubre de 1505. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 19 Oficio de Silvestre de Montemayor, 20 de junio de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 20 Oficio de Silvestre de Montemayor, 26 de septiembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

19 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena de la cofradía del Cuerpo de Dios, era jurado del Concejo de Alcalá21. Alonso Fernández de Consuegra, además de ocupar el cargo de prioste en dos cofradías diferentes (Cuerpo de Dios y Santo Espíritu), era fiel de la alcabala de la carne del Concejo22. Por otro lado, Juan Sánchez Delicado, prioste de la cofradía de San Bartolomé, fue regidor del concejo alcalareño23. En cuanto a sus cualidades, suponemos que el hecho de ocupar el cargo estaba relacionado con un determinado prestigio vital y un reconocimiento notable por parte del resto de cofrades que pudieran garantizar el éxito en el desempeño de sus labores. Esto podía ser extensible al resto de su vida, como en el caso de Pedro Martínez Gallego, prioste de la cofradía de San Sebastián, que actuó como fiador en el cobro de la renta del almojarifazgo de la villa24. También documentamos el caso de Juan de Maguilla, prioste de la cofradía de Santa María de la Candelaria, al que diversas personas −entre ellos el mayordomo de la fábrica de la iglesia de Santa María− otorgaron poderes generales para obrar en su nombre en distintos asuntos económicos25. O el de Martín Fernández de Almario, de la misma cofradía, que actuó como albacea testamentario según disposición de la testadora26. Juan Sánchez Delicado, prioste de la cofradía de San Bartolomé, fue designado como tutor de varios menores y en su nombre arrendó unas casas en Gandul, pedanía de Alcalá de Guadaíra27, además de actuar como albacea testamentario28. A veces eran los priostes los que otorgaban poderes generales a otras personas para que actuaran en nombre de la cofradía29. Con respecto al resto de cofrades, únicamente en tres de las cofradías hemos podido documentar un listado de miembros que acudieron al notario para otorgar poder general a sus priostes en los dos primeros casos o para reconocer al

21 Oficio de Fernando García de Trigueros, 1 de junio de 1478. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 22 Oficio de Silvestre de Montemayor, 6 de julio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 23 Oficio de Diego de Mairena, 12 de noviembre de 1509. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 772 PB, “Escrituras del Concejo”, s.f. 24 Oficio de Silvestre de Montemayor, 9 de marzo de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 25 Oficio de Silvestre de Montemayor, 6 de julio de 1503, 29 de noviembre y 2 de diciembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 26 Oficio de Silvestre de Montemayor, 28 de marzo de 1508. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 27 Oficio de Silvestre de Montemayor, 17 de julio de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 28 Oficio de Diego de Mairena, 30 de octubre de 1510. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 328r-329r. 29 Oficio de Silvestre de Montemayor, 11 de junio de 1503, 20 de junio de 1507 y 5 de octubre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

20 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029 administrador perpetuo del monasterio de Santa María de los Ángeles de Alcalá en el tercero:

––Cofradía de San Bartolomé30: Martín Sánchez Navarro, Alonso Miguel del Castillo, Bartolomé López −bachiller−, Pedro Martínez de Dos Hermanas, Juan Sánchez Cumplido, Fernando de la Calzada, Alonso Fernández de Perales, Juan de la Milla, Juan Muñoz de la Gruesa, Alonso Martínez Tomé, Pedro Martínez Bondano, Alonso Blázquez, Antón García −labrador− y Gonzalo Martínez Galván. ––Cofradía de San Miguel31: Andrés García −herrador−, Alonso Martínez de Mariserrana, Alonso Martínez de Maguilla, Juan Rodríguez de Mairena, Ruy Martínez Caro, Antón Sánchez de Mairena, Antón Martínez de Jaén, Diego Álvarez de Niebla, Juan Martínez de Ledesma, Marcos Sánchez de Marchenilla, Juan Blázquez de la calle Ancha y Juan Ponce. ––Cofradía de Santa Catalina32: Juan Rodríguez de Mairena, Diego Martínez –hidalgo–, Diego Álvarez Moreno, Antón González, Antón Sánchez Retama, Francisco García de Torres, Juan Martínez de Ledesma, Juan Sánchez Perolucas, Alonso Martínez de Maguilla, Cristóbal Martínez de Cardeñosa, Domingo Martínez del Viso, Bartolomé Martínez de Bailén, Antón Rodríguez Benítez, Bartolomé Fernández Jarillo, Juan López de Feria, Fernando Martos Caballo y Alonso Martínez de Ledesma. Como vemos, solamente se consignan los datos relativos a la titulación, profesión o pertenencia social de cuatro cofrades: un bachiller, un labrador, un herrador y un hidalgo. Nuevamente por datos indirectos podemos ampliar la información: Martín Sánchez Navarro era jurado del Concejo de Alcalá33; Pedro Martínez de Dos Hermanas, alcalde de la Santa Hermandad34; Alonso Blázquez, cortador en la carnicería alcalareña35; Ruy Martínez Caro, regidor del Concejo de Alcalá36; Diego Martínez, hidalgo, era mayordomo de la fábrica de la iglesia de San Miguel37; Cristóbal Martínez de Cardeñosa era mayordomo de la fábrica de la

30 Oficio de Silvestre de Montemayor, 20 de junio de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 31 Oficio de Silvestre de Montemayor, 26 de septiembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 32 Oficio de Silvestre de Montemayor, 5 de octubre de 1505. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 33 Oficio de Silvestre de Montemayor, 25 de junio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 34 Oficio de Silvestre de Montemayor, 15 de marzo de 1506. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 35 Oficio de Diego de Mairena, 30 de octubre de 1510. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 326v-328r. 36 Oficio de Diego de Mairena, 6 de mayo de 1509. AHPS, sección Protocolos, Alcaláde Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 12r-13r. 37 Oficio de Silvestre de Montemayor, 1 de marzo de 1506. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

21 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena iglesia de Santa María38. Aun siendo los datos muy escasos, apreciamos la presencia de miembros del sector primario (labrador), de profesiones liberales (bachiller, mayordomo) y del sector secundario de la economía (herrador, carnicero), que eran los que conformaban mayoritariamente las cofradías, especialmente estos últimos (Pérez González, 2005, pp. 142-151), además de miembros de las élites de la ciudad39. La dispersión de oficios nos permite afirmar para Alcalá lo que ya hizo para Sevilla la profesora Pérez González: nos encontramos ante un caso de evolución en el que las cofradías que nacieron vinculadas a un determinado oficio van abriendo sus puertas a miembros de otros sectores conforme se aproxima el fin de la Edad Media (Pérez González, 2005, pp. 142-151).

4. LAS PROPIEDADES DE LAS COFRADÍAS Las cofradías bajomedievales basaron su economía principalmente en tres tipos de bienes: las casas, las propiedades rurales y el capital artesanal, todo ello procedente en la mayoría de las ocasiones de donaciones de personas que en su testamento legaban estos bienes a las corporaciones para que estas oficiaran determinados sufragios por sus almas o se encargaran de sus entierros (Pérez González, 2005, pp. 151-168). Nosotros hemos documentado los dos primeros casos. Con estos bienes las cofradías negociaban e incrementaban su patrimonio. Destacó sobre todo en los casos sevillano y jerezano la posesión de casas. El ganado, aunque escaso, también aparece como propiedad de algunas cofradías en Sevilla, algo que no sucede en Jerez (Pérez González, 2016). Los arrendamientos podían hacerse mediante la intervención del pregonero del concejo, que se encargaba de anunciar la puja, o bien directamente. Este fue el caso sevillano (Pérez González, 2005, p. 157), si bien en Jerez se dio solamente el negocio directo sin intervención del pregonero (Pérez González, 2016). También, para el caso de Sevilla se ha documentado en ocasiones la necesidad de permiso por parte de la autoridad eclesiástica para llevar a cabo este tipo de operaciones, lo que no sucedía en Jerez. El trabajo del profesor Franco (Franco Silva, 1974) mencionaba las propiedades de dos de las cofradías alcalareñas: la de San Bartolomé (olivares, unas casas en la collación de San Sebastián y otras en la de Santiago) y la del Santo Espíritu (unas casas en la collación de Santiago y un olivar). La consulta de la documentación notarial alcalareña nos permite conocer algunos datos más.

38 Oficio de Silvestre de Montemayor, 24 de agosto de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 39 Este es un dato significativo que no ha podido documentarse en los casos de Sevilla o Jerez al no mencionarlo directamente los documentos relacionados con las cofradías. En el caso de Alcalá, la menor proporción documental permite rastrear indirectamente con más facilidad la vida de los cofrades para saber más datos sobre ellos.

22 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029

En cuanto a las casas, además de las dos cofradías mencionadas, también poseían este tipo de propiedades las cofradías del Cuerpo de Dios y de Santa Catalina. Analicemos cada uno de los casos:

––Cofradía de San Bartolomé: el 21 de junio de 1507, la cofradía toma posesión de unas casas de su pertenencia en la collación de Santiago y que fueron morada de Alonso Pérez y su mujer40. En septiembre del mismo año, la cofradía anuncia mediante pregonero el arrendamiento de otras casas que posee en la collación de San Sebastián. Tras la puja se las adjudica Juan Fernández por 1100 maravedís al año. Unos días después se firma el contrato de arrendamiento por todos los días de la vida del nuevo inquilino, su mujer, o el heredero que estos nombrasen en testamento41. ––Cofradía del Santo Espíritu: el 24 de julio de 1508 la cofradía firma el contrato de arrendamiento de unas casas de su propiedad en la collación de Santiago a Pedro Martínez Notario, clérigo, por una vida y 880 maravedís al año a pagar en la fiesta de Todos los Santos. En las mismas casas habitaba otro clérigo, Nicolás Rodríguez, ya difunto42. ––Cofradía del Cuerpo de Dios: el 1 de junio de 1478, el bachiller Sancho Ruiz se desobliga del remate de unas casas propiedad de la cofradía en la collación de Santa María por ocho años y 750 maravedís anuales, ya que no se las entregaron reparadas43. El 30 de agosto del mismo año la cofradía arrienda las casas a Cosme de la Palera por cinco años y 600 maravedís anuales44. ––Cofradía de Santa Catalina: el 8 de enero de 1506, fray Vergalio de Espinosa, fraile de San Francisco y administrador perpetuo del monasterio de Santa María de los Ángeles de Alcalá45, reconoce la donación de unas casas que le fue hecha por parte de la cofradía46. En dichas casas construye un emparedamiento para freilas de la Tercera orden de San Francisco47.

40 Oficio de Silvestre de Montemayor, 21 de junio de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 41 Oficio de Silvestre de Montemayor, 12 de septiembre de 1507 y ss. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 42 Oficio de Silvestre de Montemayor, 24 de julio de 1508. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 43 Oficio de Fernando García de Trigueros, 1 de junio de 1478. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 44 Oficio de Fernando García de Trigueros, 30 de agosto de 1478. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 45 Oficio de Silvestre de Montemayor, 5 de octubre de 1505. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 46 Oficio de Silvestre de Montemayor, 8 de enero de 1506. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 47 Oficio de Silvestre de Montemayor, 31 de julio de 1506. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

23 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena

La documentación no nos aporta información sobre las características o dimensiones de las casas ni sobre la forma de adquisición de estas por parte de las cofradías, aunque suponemos, por analogía con los casos sevillano y jerezano (Pérez González, 2005, p. 152; 2016), que la principal vía de acceso a ellas fue por donación y no por compra, aunque esta pudiera darse en algunos casos. Las cofradías negociaban con estas casas principalmente mediante arrendamientos por una o varias vidas o, en algunos casos, por un tiempo menor (cinco años). Solamente documentamos un caso en el que la cofradía se desprende de sus casas a modo de donación para que estas puedan ser usadas para otro fin, en concreto la construcción de un emparedamiento. Con respecto a la cuantía de las rentas, que se pagaban siempre en metálico, estas eran variables y dependerían con probabilidad de las características de los inmuebles o de su situación dentro de la ciudad. A veces estas rentas se cobraban en fechas en las que con probabilidad las cofradías necesitaban dinero para celebrar sus fiestas o las honras fúnebres de los cofrades o encomendados, como el día de Todos los Santos, fecha muy significativa por ser el mes de noviembre el dedicado a los difuntos. Otro aspecto que podemos reseñar es el hecho de haber documentado negocios mediante anuncio por el pregonero y negocios directos, al igual que sucedía en Sevilla y a diferencia de Jerez de la Frontera, como ya hemos visto anteriormente. Una vez más la proximidad a la capital se hace patente en este tipo de analogías. No obstante, no hemos encontrado referencias a permisos de la autoridad eclesiástica, al igual que tampoco se han documentado en Jerez. Quizá esto pueda deberse a que la mayor lejanía con respecto a la sede diocesana fuera sinónimo de un menor control por parte de la autoridad eclesiástica. Por último, algunas cofradías poseían también censos (Ballester Martínez, 2005-2006) sobre bienes inmuebles. Entendemos por censo las rentas sobre un determinado bien que recibe una persona –la propietaria del censo– que no es necesariamente la propietaria del citado bien. Los censos eran objeto de negocio y podían ser comprados y vendidos. Era el caso de la cofradía del Santo Espíritu, que el 13 de julio de 1503 compra a Juan de Carmona y Catalina Martínez un censo de 1000 maravedís de tributo perpetuo sobre unas casas de su morada en la collación de San Sebastián48. A efectos prácticos este tipo de operaciones funcionaban como una especie de préstamo mediante el cual el propietario obtenía liquidez y el comprador estaba realizando un desembolso importante pero que recuperaría posteriormente con el cobro anual del censo.

48 Oficio de Silvestre de Montemayor, 13 de julio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

24 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029

Con respecto al segundo grupo de bienes, el de las propiedades rurales y el ganado, también las cofradías alcalareñas contaron con ellos como parte importante de su economía. Documentamos olivares y colmenas:

––Cofradía de San Bartolomé: el 12 de septiembre de 1507 se pregona el arrendamiento por tres vidas de los olivares de la cofradía, siendo adjudicados finalmente por 550 maravedís anuales49. El día 19 del mismo mes y año se pregona nuevamente el arrendamiento de otros olivares pertenecientes a la misma cofradía, siendo en este caso adjudicados por 790 maravedíes50. Sabemos que uno de estos olivares se situaba en el pago de Benaborra51. ––Cofradía del Santo Espíritu: sabemos que la cofradía contaba en 1508 con un olivar en el camino de Dos Hermanas ya que se menciona como linde de otro terreno objeto de negocio en un protocolo52. ––Cofradía de Santa María de la Candelaria: esta cofradía poseía varias colmenas (Carmona Ruiz, 2000) que fueron objeto de numerosos negocios. En febrero de 1503 se pregona el arrendamiento de varios grupos de colmenas, siendo adjudicado el primer grupo (sin especificar número) por un real anual cada una y el segundo (formado por 37 colmenas) por 32 maravedís anuales cada una durante tres años53. El 29 de marzo del mismo año se arriendan más colmenas, siendo adjudicadas por 20 maravedís cada una54. Por documento fechado el 2 de abril de ese año conocemos que Juan Martínez de la Gruesa el mozo poseía otra colmena de la cofradía a 32 maravedís anuales, anunciando su intención de devolverla a final de 55año . El mismo día se produce un nuevo pregón de arrendamiento de colmenas, siendo adjudicadas también por 32 maravedís56. Unos años más tarde, en marzo de 1510, documentamos un nuevo pregón de arrendamiento, siendo adjudicadas las colmenas por 31 maravedís anuales cada una57. Ese mismo mes encontramos un contrato de arrendamiento sin pregón

49 Oficio de Silvestre de Montemayor, 12 de septiembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 50 Oficio de Silvestre de Montemayor, 19 de septiembre de 1507. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 51 Oficio de Silvestre de Montemayor, 15 de noviembre de 1508. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 52 Oficio de Silvestre de Montemayor, 16 de marzo de 1508. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 53 Oficio de Silvestre de Montemayor, 11 y 19 de febrero de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 54 Oficio de Silvestre de Montemayor, 29 de marzo de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 55 Oficio de Silvestre de Montemayor, 2 de abril de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 56 Oficio de Silvestre de Montemayor, 2 de abril de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f. 57 Oficio de Diego de Mairena, 10 de marzo de 1510. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 171v-172r.

25 Las cofradías de Alcalá de Guadaíra… – Juan Carlos Arboleda Goldaracena

previo por el que se alquilan 22 colmenas durante tres años a razón de 30 maravedíes anuales cada una, a pagar el día de Santa María de Agosto58. Desconocemos la cantidad total de colmenas que poseía la cofradía, pero por los diversos movimientos protagonizados por ellas suponemos que eran una fuente principal de ingresos para la corporación. Como sucedía con el caso de los bienes inmuebles, estas propiedades eran arrendadas por las cofradías para obtener rentas, bien mediante pregón o directamente con la persona interesada, al igual que en el caso sevillano. Los arrendamientos solían hacerse siempre en metálico y por largos períodos, como tres vidas, en el caso de los terrenos; o intervalos más pequeños, como tres años, en el de las colmenas (Borrero Fernández, 1998; 2003). Según el profesor Franco (Franco Silva, 1974), las condiciones impuestas por las cofradías para realizar los arrendamientos, especialmente los de tierras, eran que el arrendador tuviera bien labrados los olivares, que permitiera a los cofrades visitar los terrenos cada año o que no pudiera traspasarlos sin permiso de la cofradía. También se dio la situación de cofradías que no eran propietarias de las tierras sino de las rentas asociadas a ellas, como la del Cuerpo de Dios que en julio de 1503 demanda las cantidades que le corresponden sobre unas tierras cuyas rentas donó a la cofradía Llorente Martínez en su testamento59.

5. CONCLUSIONES La consulta de la documentación notarial para el estudio de las cofradías alcalareñas bajomedievales se revela de gran utilidad a pesar de la relativa escasez de datos que proporcionan estos documentos, sobre todo en comparación con otras localidades. Aun así, la investigación permite llenar huecos aún existentes en la historiografía local y poner en relación los datos obtenidos con otros estudios sobre las cofradías en otros puntos del Reino de Sevilla, lo que supone un enriquecimiento notable para un tema que aún permite muchas posibilidades de investigación. Los protocolos nos dan cuenta de la inserción de las cofradías dentro de la vida social de la localidad en la que se ubicaban. Como parte importante de la sociedad alcalareña, estas corporaciones agruparon a numerosos vecinos de la villa, particularmente aquellos dedicados al sector secundario de la economía y los vinculados con las élites de gobierno del municipio. Para poner en marcha el amplio programa de cultos –particularmente honras fúnebres (Arboleda Goldaracena, 2014)– y actividades –sobre todo aquellas relacionadas con el plano benéfico- asistencial (Arboleda Goldaracena, 2013; 2015; Lozano y Torremocha, 2013)– que

58 Oficio de Diego de Mairena, 25 de marzo de 1510. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1094 PB, ff. 182r-183r. 59 Oficio de Silvestre de Montemayor, 3 y 24 de julio de 1503. AHPS, sección Protocolos, Alcalá de Guadaíra, leg. 1544 PB, s.f.

26 Revista de Humanidades, 36 (2019). p.11-31. ISSN 1130-5029 desarrollaban, las cofradías tuvieron que sentar sus bases económicas en la posesión de determinados bienes inmuebles y propiedades rurales con los que negociaron para obtener beneficios, principal motivo de su presencia en la documentación notarial. En muchos de los aspectos estudiados, vemos una correspondencia directa de lo que sucedía en Alcalá con lo expuesto en investigaciones previas sobre el caso de la capital sevillana, tanto en las preferencias devocionales de las cofradías como en su composición social, sus órganos de gobierno o sus actividades económicas. Y esto se explica por la estrecha relación entre la villa alcalareña y la urbe que le era tan próxima. Ya desde la conquista de ambos términos, Alcalá se convirtió en una puerta segura de acceso a la ciudad hispalense y en un bastión importante para su defensa. Numerosos terrenos dentro del territorio de Alcalá fueron entregados a habitantes de Sevilla, y además la propia villa alcalareña fue durante buena parte del período finimedieval propiedad de la Iglesia hispalense. La identificación entre ambas ciudades es evidente, y estudiar cualquier aspecto religioso y social de Alcalá implica completar o comprender mejor todo lo que ya se ha estudiado sobre Sevilla. Por desgracia, los protocolos notariales son prácticamente la única fuente disponible para conocer las cofradías existentes en Alcalá a finales de la Edad Media. Ya hemos indicado que no se ha hallado hasta el momento otro tipo de documentación más directa producida por ellas mismas, como pudieran ser sus reglas o los libros de registros de hermanos o acuerdos de cabildos, que nos permitirían conocer más datos de su vida interna (características de sus hermanos, cultos que celebraban, actividades benéficas que desarrollaban...). Todo ello comienza a aflorar muy a finales del Quinientos, momento desde el cual la documentación se hace mucho más abundante. Aun así, los protocolos sí que permiten seguir indagando el interesantísimo siglo XVI, momento clave para entender la evolución de las cofradías que poco a poco van a ir virando desde corporaciones plenamente medievales a instituciones instaladas en la modernidad y la mentalidad barroca.

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Libro de profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II (1636-1670)

Salvador Guijo Pérez Universidad Pablo de Olavide (España)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029

Libro de profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II (1636-1670)1

Book of professions of the Royal Monastery of San Leandro of Seville II (1636-1670)

Salvador Guijo Pérez Universidad Pablo de Olavide (España) [email protected]

Fecha de recepción: 17 de febrero de 2018 Fecha de aceptación: 14 de septiembre de 2018

Resumen Con el presente trabajo damos a conocer los asientos del segundo libro de profesiones del Monasterio de San Leandro que abarca desde 1636 a 1670, que se encuentran en el mismo. Contiene exámenes de hábito y profesión, así como partidas de tomas de hábito, profesiones, licencias de entrada en la clausura y cometimientos. Transcribimos sus datos más relevantes y analizamos los datos que de ellos extraemos, el mundo eclesial de la época en Sevilla, la condición social, el nivel académico, el origen, la edad de admisión y la perseverancia de las religiosas en este periodo.

Palabras Clave: Convento de San Leandro (Sevilla); Libro de profesiones; Toma de hábito, Orden de San Agustín; Licencia de entrada en la clausura; Perseverancia de las religiosas.

Abstract With this work we present the second book entries professions of the Monastery of San Leandro from 1636 to 1670, which are in it. It contains exams of habit and profession, as well as taking of habits, professions, licenses to enter in the closure and. We transcribe their most relevant data and analyze the data that we extract from them, the ecclesial world of the time in Seville, the social condition, the academic level, the origin, the age of admission and the perseverance of the religious in this period.

Keywords: Convent of San Leandro (Seville); Book of professions; Taking of habit; Order St. Augustine; License to enter in the closure; Perseverance of the religious.

1 Abreviaturas utilizadas: LPCSL = Libro de profesiones convento de San Leandro.

35 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez

Para citar este artículo: Guijo Pérez, S. (2019). Libro de profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla (1636-1670). Revista de humanidades, n. 36, pp. 33-62. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Fuente: el libro de profesiones de 1603. 3. Fórmulas de los diferentes asientos. 4. Los datos. 5. Conclusiones. 6. Apéndice: transcripción de los datos del libro. 7. Bibliografía.

1. INTRODUCCIÓN Con este trabajo se pretende la divulgación de los asientos del segundo libro de profesiones del Monasterio de San Leandro de Sevilla (Guijo, 2017; 2018; Llordén, 1973; Miura, 1999, p. 145) que abarca el periodo de 1636 a 1670. Este ejemplar constituye un ejemplo de aquellos que forman parte de un conjunto que recibe el nombre de libros registros (Moreno Trujillo, 1991 y 1994-1995; Sánchez- Hermosilla, 2003), de gran importancia para el estudio histórico constituyendo una línea de estudios consolidada dentro del monacato (Álvarez Fernández, 1989; 1993; Aramburu, 1983; 1984; Barrado, 2008; González Cuellas, 1986; Lazcano, 2006; 2007; 2015; 2016; Rano, 2006; Rodríguez Rodríguez, 1999; Santiago Acevedo, 2008; 2009; Vizuete, 2016; Zaragoza, 1993). En este caso, este segundo volumen también contiene exámenes de hábito y profesión, así como partidas de tomas de hábito, profesiones y licencias de entrada en la clausura tal y como recogía el primero. Estos libros registros nos muestran la gran importancia histórica a nivel general y, concretamente a nivel local para la ciudad de Sevilla, del archivo de este cenobio. Nos aportan la comprensión de su contexto social, económico y religioso. Al mismo tiempo nos dan una visión de sus miembros y el entramado de relaciones entre ellos. Un proceso muy importante en la conservación de toda comunidad conventual es su capacidad de regeneración a partir del ingreso en ella de nuevos miembros (Pérez González, 2005, p. 187). Nuevamente asistiremos a un fuerte nivel de regeneración con unas cifras de entrada altamente holgadas para las necesidades del Convento de la época, tal y como ocurrió durante la primera mitad del siglo XVII.

2. FUENTE: EL LIBRO DE PROFESIONES DE 1603 Para la realización de este trabajo hemos estudiado el segundo de los dos libros de profesiones más antiguos que posee el Monasterio. En éste, al igual que ocurría con el anterior, se asientan las partidas de profesión y tomas de hábito, así como los exámenes tanto para la recepción del hábito como para la profesión. En este caso sólo las realizadas entre 1636 y 1670. Para la elaboración de este artículo realizaremos un estudio pormenorizado exclusivamente del segundo de los libros habiendo dejado ya en prensa para su publicación el estudio del primero de ambos2. Con anterioridad

2 LPCSL 1603. Éste se encabeza con la siguiente leyenda: “Libro donde se acientan los hávitos, examines y velos de San Leandro de Civilla. Siendo el mes de noviembre del año de mil y seis 36 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029 a 1603 el Monasterio no conserva una relación completa de las religiosas que han profesado dentro de sus muros. Del mismo modo a partir de 1670, existe un nuevo vacío documental de 30 años que nos impide una continuidad certera para nuestro estudio en esta época moderna. El siguiente volumen de registro de profesiones comienza en el año 17003. Los registros realizados durante ese lapso se recogieron, pero posiblemente debido a la espera de las encuadernaciones que se realizaban a posteriori pudieron haberse traspapelado no llegando hasta nosotros. El libro que estudiamos está encuadernado con cubiertas de piel marrón. Éste se encuentra en buenas condiciones, tanto en sus pastas como en su cantonera, así como en el cosido y la disposición de sus folios. Las caras de la obra están decoradas con diferentes dibujos grabados, exclusivamente de carácter vegetal, tanto en el anverso como en el reverso. En el lomo no existe ningún tipo de leyenda o decoración. Disponía de cuatro cintas de color verde a modo de cierre, las cuales no se conservan en uso. La cubierta ofrece unas dimensiones de 29 x 21 cms. Todos los folios presentan el mismo tamaño y su conservación es aceptable. En este caso no quedan los vestigios de un archivo inundado con trazas de agua que observábamos en el anterior volumen. Esta inundación fue la padecida por la ciudad de Sevilla en 1626, que malogró la gran parte del Archivo Histórico de esta casa (Llordén, 1973, p. 82), pero no el libro que nos ocupa pues su redacción comenzó diez años después de producirse aquél desastre natural. Este volumen consta de un total de 213 folios que en este caso sí se encuentran numerados, tal y como ahora exponemos: en una primera página se encuentra la portada. En ella con letras de una cuidada caligrafía humanística se recoge el título de este: “Ábitos y Professiones de El Convento Deel Señor Sant Leandro de Sevilla. Desde siete de Mayo de 1636”. A partir de la misma comienza la numeración de nuestro libro siendo ésta continua desde la página 1 a la 126 (equivaliendo a la numeración real de la 2 a la 127), a ellas se suma la página no numerada por error, 128. Siguiendo la numeración escrita de la 127 a la 154 (equivaliendo a la numeración real de la 129 a la 156) se encontraría posteriormente otra página no numerada. Ésta debió estar pegada con la siguiente ya que repite información defectuosa, equivaldría a la número 157. A continuación, seguiría la numeración de la página 155 a la 160 (que correspondería a las páginas 158 a la 163) pero el copista repite dos veces el número 160 y proseguiría hasta el final que sería la página 205 (siendo su numeración real de la 164 a la 209). Finalmente se añaden cuatro páginas sin numerar, una de ellas suelta que tuvo que incluirse para culminar cientos y tres”. Su última inscripción recoge la entrega del hábito a Sebastiana de San Antonio, Freyla (acta 295). 3 LPCSL 1700. “Comensó este libro en diez y ocho de diciembre de mil setezientos. Hizeze siendo Arzobispo desta ciudad el Eminentísimo Señor Don Manuel Arias, presbítero cardenal de la Santa Iglesia de Roma; y Visitador General de los conventos de monjas el Doctor Don Juan Clemente Mahuís y príncipe inquisidor ordinario, y abadesa deste Convento la Reverenda Madre Doña María Gerónima de Zúñiga y Secretario de los conventos a la jurisdicción ordinaria, Don Juan de Balbuena, presbítero”. Siendo el fin éste libro, como así se recoge, el 21 de julio de 1868.

37 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez la última acta del libro. Esto se hizo debido a que la página postrera junto con la carilla contigua a la encuadernación de la tapa del reverso sirvió de borrador para las inscripciones que debían anotarse en el lugar correspondiente del libro, a modo de recordatorio. Luego el volumen cuenta con un total de 213 páginas, las cuales se encuentran erróneamente numeradas desde la página 1 a la 205. Ante tales errores hemos preferido guiar nuestro estudio sirviéndonos del orden sucesivo de las actas inscritas en su libro y no de su paginación. El volumen al que nos enfrentamos consta de 317 asientos diferentes, 22 registros más que el libro anterior. Las inscripciones no se encuentran numeradas, sino que se disponen de manera correlativa siendo visadas cada una de ellas por el respectivo amanuense y visitador de conventos. Al igual que en el anterior volumen todas las actas de exámenes, tanto de profesión como de toma de hábito, se encontraban rubricadas por la examinada, salvo en los casos donde la misma no supiera escribir (González de la Peña, 2005), lo cual se indicaba. Su primera inscripción recoge el examen de hábito de Jacinta de Auñón, el 7 de mayo de 1636 (LPCSL 1636. Acta 1), mientras que su última hace constar la profesión de Isabel de Lora, el 6 de julio de 1670 (LPCSL 1636. Acta 317). También se incluyen en el libro los exámenes realizados previos a la toma de hábito y a la profesión, así como en su inicio se incluye igualmente, mediante acta, las entradas de las religiosas en la clausura previa a la toma del hábito y posterior al examen realizado para ello. Resulta una novedad, con respecto al anterior registro de profesiones, la inclusión con acta independiente de los cometimientos realizados por parte del visitador de conventos a otros presbíteros o a su secretario. El motivo de dichos cometimientos fue el de presidir las distintas ceremonias ante la indisposición del primero o el nombramiento de un nuevo secretario. Se recogen un total de tres actas con dicho contenido (LPCSL 1636. Actas 149, 242 y 252). Para desarrollar de una manera más exhaustiva lo anterior contabilizamos un total de 95 tomas de hábito inscritas en tan sólo 82 asientos, ya que 11 de ellos fueron registrados con una única acta en la que se incluyen dos religiosas en la misma ceremonia (LPCSL 1636. Actas 62, 75, 82, 131, 134, 162, 198, 225, 230, 233 y 267), así como una en la que se incluyeron tres novicias a la vez (LPCSL 1636. Acta 59). Del mismo modo, cuenta con una inscripción donde se introdujeron al mismo tiempo una toma de hábito y dos profesiones de tres hermanas de apellido alemán que se realizaron en el mismo día (LPCSL 1636. Acta 195). Son igualmente importantes los 95 exámenes previos a la recepción del hábito que en este caso si coinciden en mayor medida con el número de ceremonias celebradas, ya que la inclusión de este examen se convirtió en una práctica generalizada por todos los amanuenses. Uno de ellos se realiza dos veces a la misma religiosa (LPCSL 1636. Acta 178). En relación a las profesiones realizadas en el Monasterio durante este periodo se incluyen 70 profesiones y entregas del velo, junto con 69 actas de exámenes previos a la profesión. Observamos que falta una religiosa cuyo examen de profesión no se recoge, entendemos que se debió al descuido de no transcribirlo ya que estas

38 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029 actas se realizaban a posteriori y fueron distintos, como veremos, los escribas que intervinieron. Al igual que con las tomas de hábito se incluyeron profesiones dobles y triples siendo menos común en este tipo de ceremonias que en las anteriores. Se recogieron tres actas de profesión donde se incluyeron a dos religiosas a la vez (LPCSL 1636. Actas 107, 201 y 243) y una donde se inscribieron tres (LPCSL 1636. Acta 116).

3. FÓRMULAS DE LOS DIFERENTES ASIENTOS En este libro se mantienen de nuevo las fórmulas utilizadas de una manera uniforme, lo que no impide la existencia de cierta evolución en las mismas, así como la introducción de variantes a lo largo de los años. Aún así, constatamos que al ser menos los amanuenses que participaron en la redacción de este volumen, el seguimiento de los modelos es más fidedigno. Estas variantes tienen mucho que ver, como siempre hemos indicado, con la persona del amanuense. Todos los asientos están escritos en castellano, sólo se recogen dos actas encabezas con una cuidada caligrafía humanística con la sentencia: In Dei nomine. Amen (LPCSL 1636. Actas 83 y 85). Son insignificantes aquellas actas donde se han dejado datos sin constancia, siendo por regla general todos los asientos mucho más completos que los recogidos en el primer libro. Se han contabilizado un total de 14 amanuenses, todos ellos actuaron y refrendaron los asientos como secretarios notariales. Nuevamente nos encontramos con escribanos que redactan de una manera comprometida, como es el caso de Juan del Hoyo que realiza un total de 95 asientos de los 317 de este libro. Otros actúan de una manera casuística, entendemos por encontrarse en aquel momento en el lugar, saber escribir y hacerse necesario, como es el caso de aquellos que redactan un solo asiento, o bien se trata de los capellanes que están junto al visitador el día que se entregó el hábito. Los distintos amanuenses que actuaron en este periodo fueron Miguel de Ávila (LPCSL 1636. Actas 1-19), Pedro Maldonado (LPCSL 1636. Actas 20-51; 54-62, 65-77), Juan de la Bajada (LPCSL 1636. Actas 52 y 53; 63 y 64), Francisco de Cabrejas (LPCSL 1636. Actas 78-84), Alonso Guijarro (LPCSL 1636. Actas 85-86), el licenciado Ginés Hidalgo de Valdelaguna (LPCSL 1636. Actas 87-98), el también licenciado Diego de Iglesia Alemán (LPCSL 1636. Actas 99-100), Andrés Álvarez (LPCSL 1636. Actas 101-134; 156-197; 212- 214; 231-237), Hermenegildo Núñez de Valdés (LPCSL 1636. Actas 135. 137-148; 152-155), el licenciado Pedro de Sala (LPCSL 1636. Actas 136), el licenciado Juan Jiménez (LPCSL 1636. Actas 149-151), Francisco de Chaves (LPCSL 1636. Actas 198-201), Ruíz de Alegría (LPCSL 1636. Actas 202-211) y Juan del Hoyo (LPCSL 1636. Actas 215-230; 238-317). La inmensa mayoría de los asientos estudiados observaban una caligrafía humanística, cursiva de buena y cuidada ejecución, donde escasamente se pueden advertir altos niveles de rapidez a la hora de su trazado, lo que nos ha permitido una fácil lectura y una belleza visual en la disposición de sus caracteres (Galende, 2016,

39 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez p. 332). No hemos optado por transcribir las diferentes fórmulas de los asientos recogidos en nuestro libro, ya que repiten en su mayoría aquellos del ya estudiado de 1603. Por tanto, nos remitimos al primer estudio para su conocimiento.

4. LOS DATOS

4.1. El mundo eclesiástico de la época

El libro estudiado aporta una visión real de la sociedad eclesiástica en la que se desarrolló. Nos muestra una parte de la organización de la curia hispalense, concretamente aquella que tiene relación con el cargo de visitador de los conventos de monjas, así como estos dependían directamente del prelado de turno. Generalmente este cargo se desempeñaba junto con otros oficios. Del mismo modo gracias a estos asientos podemos seguir la trayectoria de los arzobispos de la ciudad en las fechas en las que estuvieron instituidos (Pineda, 2015) y los periodos de sede vacante, cuando los visitadores actuaban en nombre de la jurisdicción del deán y del colegio de canónigos in sacris sede vacante. Se recogen literalmente nombrados cuatro arzobispos diferentes en el conjunto de nuestras actas y dos periodos de sede vacante. Es cierto que durante este periodo presidieron la sede hispalense un total de seis arzobispos, luego existen dos que no fueron nombrados. El arzobispo Don Gaspar de Borja y Velasco (1632-1645) aparece como prelado en nombre del cual se ejercía la jurisdicción ordinaria del visitador de conventos de monjas, en un total de 84 actas (LPCSL 1636. Actas 1-84). Seguidamente al anterior, el libro de profesiones nos aporta el dato del prelado Don Agustín Spínola (1645-1649) (LPCSL 1636. Actas 85-135). A partir del mismo las actas recogen una disposición común en la que se alude a la jurisdicción ordinaria de la Iglesia y su arzobispado sin hacer mención expresa de este último, por ello no en todas las actas se cita al anterior prelado. El acta 136 recoge la sede vacante de manera expresa (LPCSL 1636. Acta 136). El siguiente arzobispo que aparece en el volumen fue el dominico Fray Domingo Pimentel (1649-1652) (LPCSL 1636. Acta 154), como hemos recogido anteriormente, su nombre tampoco aparece en todos los registros. De nuevo se cita abundantemente que los visitadores actúan en nombre de la jurisdicción ordinaria de la Iglesia y su arzobispado en el resto de actas intermedias. No se hace alusión en ningún momento a los arzobispos Pedro de Tapia (1653-1657) ni a Pedro de Urbina (1658-1663). Sí se vuelve a recoger el nombre del prelado Don Antonio Paíno (LPCSL 1636. Actas 282-299). Tras éste aparece un periodo de sede vacante (LPCSL 1636. Actas 300-307) para finalmente cerrar nuestra lista de prelados el arzobispo Don Ambrosio Ignacio Spínola y Guzmán (1669-1684) (LPCSL 1636. Actas 308-317), prelado gobernante durante el año de la canonización de Fernando III, al cual se le debe la cristianización de Sevilla y el origen del Monasterio.

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Con relación a la figura de los visitadores (Pineda, 2015, pp. 762-769), el tema es algo más complejo que el de los prelados. En los asientos recogidos entre 1636 y 1670, aparecen un total de 22 visitadores de conventos de monjas diferentes que actúan de manera discontinua a lo largo del tiempo. El primero que nos aparece, ya se nombraba en el anterior volumen, se trata de Don Alonso Gómez de Rojas que actuando en los primeros años de nuestro libro volverá a visitar el Convento en un momento posterior (LPCSL 1636. Actas 1-19; 87-91; 93-98). Al anterior le siguen el Doctor Juan Fernández de Espinosa (LPCSL 1636. Actas 20-35), así como el maestro Juan Mateos Álbarez, racionero de la Santa Iglesia y administrador del hospital del Espíritu Santo (LPCSL 1636. Actas 36-53). Seguidamente Don Antonio de Villagrán, canónigo de la colegial del Salvador (LPCSL 1636. Actas 54-86), realizará el cargo para alternarse con el anteriormente citado Don Alonso Gómez de Rojas. De manera excepcional actuó como visitador el Doctor Luis de Juan, prior de la iglesia de Salamanca, provisor y vicario general de Sevilla, concretamente en la profesión de Juana María de Guevara (LPCSL 1636. Acta 92). Juan de Ribera, inquisidor de las ciudades de Córdoba y Sevilla, actuará también de una manera casi simbólica en la ceremonia de examen y profesión de una religiosa (LPCSL 1636. Actas 99-100). Francisco de Cuevas, canónigo magistral de la ciudad de Antequera (LPCSL 1636. Actas 101-134), realizó un total de 35 actas. Seguidamente al anterior actuaron como visitadores Don Antonio de Prado y Salamanca (LPCSL 1636. Actas 135-153; 175), Juan Baptista Ortiz de Espinosa (LPCSL 1636. Actas 154-157; 167-170), Pedro Álvarez, arcediano y canónigo de Palencia (LPCSL 1636. Actas 158-166), Diego de Castrillo (LPCSL 1636. Actas 171-174) y Martín Burges de Elizondo, canónigo Roncesvalles (LPCSL 1636. Actas 176-195). Continuaron con el mismo oficio los visitadores Juan Federigui, arcediano de Carmona y canónigo de Sevilla (LPCSL 1636. Acta 196-197), Pedro Muñoz de los Díez (LPCSL 1636. Actas 198-211), Diego Camargo (LPCSL 1636. Actas 212-213), el Doctor Francisco de la Torre (LPCSL 1636. Actas 214-225), así como Juan de Escobar y Porras, juez y visitador (LPCSL 1636. Actas 226-275). Se recoge en el libro por primera vez un acto de comisión, como asiento independiente, por parte del secretario (LPCSL 1636. Acta 252). En el citado asiento, el anterior visitador, Don Juan de Escobar y Porras comisiona a Don Pedro Muñoz de Escobar para examinar y dar el hábito a la novicia María de Larante e Isla (LPCSL 1636. Actas 253-254). También actuó en repetidas ocasiones como visitador de conventos Don Martín de Ascarporta, canónigo del Sacromonte de Granada, catedrático de moral de Sevilla y visitador general de las fábricas y conventos de Sevilla (LPCSL 1636. Actas 276- 291; 294-295; 298-299). Éste fue seguido por Pedro de Olea, racionero, juez general y vicario en el arzobispado de Sevilla (LPCSL 1636. Actas 292-293), Juan Francisco Riquelme, obispo de Visserta, canónigo cardenal de la santa Iglesia metropolitana de Santiago, juez de actamentos y causas pías de Sevilla (LPCSL 1636. Actas 296- 297), Don Juan de Tejada, canónigo y juez sinodal de Sevilla (LPCSL 1636. Actas 300-307) y Don Pedro Francisco Levanto, arcediano de Reina (LPCSL 1636. Actas

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308-317). En ausencia del anterior y por ello no lo incluyo como visitador pues no lo era, actuó presidiendo las diferentes ceremonias por comisión Don Gregorio Baitán y Arostigui (LPCSL 1636. Actas 308-309; 312-317).

4.2. Condición social y formación académica En este segundo volumen observamos datos referentes a la condición social de las aspirantes y religiosas del Convento muy significativos para nuestro estudio, aunque los mismos son escasos. Nuevamente las aspirantes y sus padres reciben el tratamiento de “don y doña”, por tanto, este elemento no puede significar su adscripción a un grupo de la nobleza, es simplemente un tratamiento de cortesía. En este periodo sí se recoge un miembro de la nobleza titulada, aunque desconocemos si existieron más. Se trató del marqués de Ayamonte. El padre Llordén, recogíamos en nuestro anterior estudio, fechó en su obra la toma de hábito de María Francisca de Zúñiga, el día 30 de marzo de 1622, como hija de los marqueses de Ayamonte4, Don Francisco y Doña María de Guzmán (1973, p. 89). La citada referencia no apareció en el libro de 1603, pero sí se recoge en el que nos ocupa, lo que nos confirma el tratamiento erróneo de los datos por parte del anterior historiador. Francisca María de Zúñiga, hija del Ilustre Don Francisco de Guzmán, marqués de Ayamonte, tomó el hábito conjuntamente con la aspirante Catalina de Peralta, el día 12 de marzo de 1644, a la edad de 15 años y profesó el 15 de octubre de 1649, a los 20 años (LPCSL 1636. Actas 73, 75, 147 y 148). La profesión de sus padres mostraba del mismo modo la condición social de la familia de la religiosa. Constan religiosas hijas de caballeros de hábito de la Orden de Santiago, contadores, capitanes y un jurado. Es de remarcar la entrada en religión en edad avanzada, 35 años, de María Zamorano de Ozaeta, hija del maestro Rodrigo Zamorano y Josefa de Ozaeta, el 30 de marzo de 1637 (LPCSL 1636. Actas 20 y 21). Don Rodrigo Zamorano fue piloto mayor de la Casa de Contratación de Sevilla y del Consejo de Indias. Además, desempeñó el puesto de catedrático de cosmografía en la Casa de Contratación de Sevilla. Fue un gran sabio, matemático y astrónomo que asistió a la casa de su majestad el rey Felipe II en los temas científicos de la época (Saba, 2004). En el ámbito opuesto nos encontramos con aquellas religiosas que desconocen a sus padres o que provienen de grupos sociales muy humildes, siendo huérfanas o entregadas a los hospicios desde su nacimiento. Estas religiosas las identificamos mediante actas donde se indica que son “hijas de la Iglesia” (LPCSL 1636. Acta 286), “hijas de Dios y de María” (LPCSL 1636. Acta 99) o bien que “no conoció a

4 Hija de Francisco de Guzmán y Zúñiga, sexto marqués de Ayamonte (1606-1648). Ideólogo de la conspiración nobiliaria de Andalucía, que fracasó contra la política centralizadora del conde- duque de Olivares, valido del rey Felipe IV. DOMÍNGUEZ ORTIZ, 1961.

42 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029 sus padres” (LPCSL 1636. Actas 60 y 61). La entrada de estas mujeres en religión suele ser muy temprana. En lo referente a su formación académica, las Constituciones exigían el conocimiento de la Gramática para poder ser religiosa de coro (Vizuete Mendoza, 2016, p. 380). En este aspecto el desconocimiento de la Gramática no fue un impedimento para aceptar a las novicias, puesto que todas aquellas que entraron a edades tempranas, con menos de 13 años, se hacía constar que no firmaban puesto que no sabían. Los posteriores exámenes de profesión sí se encontrarán rubricados por todas las religiosas. En relación a la distinción entre monja de coro y monja lega, sólo se especifica una profesión, donde la señora entraba como freila y así se le realizó todo el examen (LPCSL 1636. Actas 15 y 16), tal y como ocurrió en su acta de examen de toma de hábito recogida en el libro de 1603 (LPCSL 1603. Acta 295).

4.2.1. Procedencia geográfica En este segundo volumen de 1636, la procedencia geográfica a diferencia del anterior es un elemento a tener en cuenta que se incluye en prácticamente la totalidad de las actas estudiadas. El lugar de procedencia de las religiosas se incluyó tanto en el examen previo a la toma de hábito como al de la profesión. Sólo existen 6 actas5 en las que no se registró la procedencia de la religiosa, siendo algo eventual debido al descuido del redactor. La gran mayoría de nuestras religiosas procede de Sevilla existiendo un total de 79 actas de religiosas sevillanas que tomaron el hábito y 54 que fueron veladas de negro, en su gran mayoría correspondientes con las mismas actas anteriores de toma de hábito. Dentro de la provincia de Sevilla contamos con dos religiosas provenientes de los pueblos de Dos Hermanas (LPCSL 1636. Acta 176) y Marchena (LPCSL 1636. Acta 160). Nos llama la atención el elevado número de asientos donde se indica un origen de las religiosas leandras provenientes de otras ciudades diferentes de Sevilla (Domínguez Ortiz, 1984), se recogen tres religiosas de Cádiz (LPCSL 1636. Actas 265, 266 y 312), así como otras tres nacidas en pueblos de esta provincia, como son el de Medina Sidonia (LPCSL 1636. Acta 310), Sanlúcar de Barrameda (LPCSL 1636. Acta 17) y El Puerto de Santa María (LPCSL 1636. Acta 22). Del resto de Andalucía constan dos religiosas, una de Montilla (LPCSL 1636. Acta 234) (Córdoba) y otra con origen en la ciudad de Granada (LPCSL 1636. Acta 120). También tomaron el hábito tres religiosas de las ciudades españolas de Zaragoza (LPCSL 1636. Acta 302), Madrid (LPCSL 1636. Acta 73) y Burgos (LPCSL 1636. Acta 190). Con un origen en territorio transoceánico el elenco de religiosas agustinas contó con dos miembros provenientes de las Indias, concretamente de las ciudades de México (LPCSL 1636. Acta 97) y de Lima (LPCSL 1636. Acta 13). Todas las anteriores repiten registro

5 Éstas corresponden 3 a exámenes previos a la toma de hábito y 3 al de profesión.

43 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez en el examen realizado previo a su profesión salvo la anterior proveniente de Lima que sólo contamos con esta indicación en su examen de profesión (no aparece en el previo realizado a la toma de hábito), así como otra velada proveniente de la ciudad de Málaga (LPCSL 1636. Acta 15) que no recogemos dicho dato en su toma de hábito. No se nos indica junto con la procedencia de las hijas, la de sus padres, como así ocurrió en algunos casos del anterior libro, ni tampoco la vecindad de estos. Sí resulta novedoso como en algunas de las actas se indica el lugar de bautismo de las religiosas indicando la collación a la que pertenecían dentro de la ciudad de Sevilla (LPCSL 1636. Acta 85). De nuevo seguimos observando religiosas de origen familiar portugués e italiano, aunque estas nacieran ya en territorio español, simplemente nos basta observar los apellidos de estas y nombres de sus padres para ratificarlo. La situación de Sevilla como puerto de Indias siguió siendo, en este segundo periodo, un aliciente para todos aquellos soñadores que buscaban la mejora de sus condiciones de vida gracias a las transacciones comerciales y mercantiles que se daban en la ciudad en torno al puerto.

4.2.2. Edad de admisión El monasterio de San Leandro de este periodo era un cenobio aún más joven que el que fue a principios del siglo XVII. Llama poderosamente la atención el elevado número de niñas que accedieron al noviciado entre los seis y los 16 años. De nuevo la mayoría de las entradas de las religiosas se realizaban con anterioridad a la veintena, más concretamente en la primera quincena, aumentándose el número de niñas entrantes con una edad inferior a 10 años. Son menos las religiosas entrantes en la etapa entre los veinte y los treinta años, y mínima la repercusión de aquellas que entraron con más de esa edad. Todas las actas indican la edad de las religiosas convirtiéndose ya en un hecho consolidado y prescriptivo por todos los amanuenses, a diferencia del anterior libro. Para analizar estos datos hemos diferenciado entre las edades de las religiosas a la hora de tomar el hábito y de profesar. Entre las religiosas que tomaron el hábito había un total de 95 mujeres y niñas, las edades de las mismas eran las siguientes: 6 (1), 7 (3), 8 (3), 9 (5), 10 (3), 11 (3), 12 (5), 13 (7), 14 (6), 15 (17), 16 (6), 17 (5), 18 (10), 19 (4), 20 (6), 22 (1), 24 (1), 25 (3), 26 (1), 27 (1), 28 (2), 30 (1) y 40 (1). La gran parte de las entradas al noviciado tenían lugar a la edad de entre 12 y 18 años, representando el 5,2% (12), 7,3% (13), 6,3% (14), el 17,9% (15), el 6,3% (16), el 5,2% (17) y el 10,5% (18). Resalta sobremanera con un 17,9% del total, las novicias admitidas a la edad de 15 años. Se entiende que sea así ya que tras un año de noviciado eran admitidas a la profesión siendo la edad mínima, salvo dispensa, los 16 años. De igual modo destaca el gran número de niñas entrantes previas a la edad de 12 años, en comparación con el registro de principios de siglo, representando el 18,9% las postulantes con estas edades.

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La edad de profesión era de 16 años cumplidos y por ello el amanuense se esforzaba en indicar la fecha del cumpleaños o el tiempo que hace que los cumplió con diversas anotaciones, algunas muy curiosas, como ya indicamos en el libro anterior. Ello buscaba no obtener ningún impedimento para que la profesión no fuera declarada nula. Resulta por ello particular que existan dos religiosas que profesaron a la edad de 15 años, entendemos que para la realización de dicha ceremonia debió de contarse con la prescriptiva licencia del Ordinario o que los mismos se cumplieron para el día de su profesión o muy próximo. Como regla general, en este segundo libro registro la mayoría de las neo-profesas lo hicieron a la edad de 16 años y con 17 como indicamos a continuación: 15 (2), 16 (21), 17 (11), 18 (4), 19 (4), 20 (5), 21 (4), 22 (1), 23 (4), 25 (5), 28 (2), 29 (1), 35 (1), 54 (1) y de 73 (1). Existen dos actas donde no se indica la edad de la religiosa. Las religiosas profesas a los 16 y 17 años representaban un 31% y un 16,4% respectivamente, lo que vuelve a mostrar la vitalidad del Convento en esta segunda mitad del siglo XVII.

4.2.3. Perseverancia La falta de perseverancia sigue sin ser un elemento indicado en este segundo volumen ni por medio de acta ni por anotación marginal realizada al asiento principal. No son significativas las bajas entre las novicias de nuestro libro. En este volumen contamos solo con un acta de profesión que no se encuentra precedida de su respectivo examen de profesión, cuestión que culpamos a un descuido del amanuense. Analizando las partidas del libro cuenta con un total de 95 tomas de hábito y 70 profesiones. Ello nos hace ver una diferencia de 25 religiosas conformando una tasa del 26,31% de abandono. Esta tasa no es alta en comparación con la de otras órdenes en ese mismo periodo (Vizuete Mendoza, 1995, p. 553), aún más teniendo en cuenta la temprana edad de acceso al noviciado de San Leandro en esta segunda mitad del siglo. Pero nuevamente no podemos juzgar esta cifra como real puesto que existen profesiones cuya toma de hábito se inscribieron en el volumen anterior. Del mismo modo, se realizaron otras tomas de hábitos, que debido a la edad de las aspirantes, debieron pasar algunos años hasta poder profesar y, por tanto, debieron estar recogidas sus profesiones en el registro siguiente, al cual como hemos indicado no tenemos acceso pues existe un vacío documental de 30 años. Aún así, creemos que esta tasa es muy aproximada a la real. La falta de perseverancia de las religiosas, como hemos indicado en otras ocasiones, pudo darse por diferentes motivos, bien por abandono por iniciativa propia al comprobar que no era su vocación o por no poder observar la dureza de la vida monacal, o bien por expulsión por no superar la votación realizada por la comunidad o por algún elemento flagrante siendo directamente expulsadas por la abadesa y maestra de novicias. Desgraciadamente no contamos con esa anotación marginal “expulso” o “abandono” que nos permitiera hacer un estudio más exhaustivo en este aspecto.

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5. CONCLUSIÓN Gracias a los exámenes de hábito y profesión, así como a las partidas de toma de hábito, profesión, licencia de entrada en la clausura y cometimientos del libro de profesiones del Monasterio de San Leandro de 1636, hemos conocido datos muy relevantes para la investigación de la sociedad sevillana y sus formas de vida en el siglo XVII. Se han dado a conocer los nombres y apellidos recogidos en 317 asientos, así como la genealogía de estos. Del mismo modo nos han aportado un conocimiento de la curia y de la jerarquía eclesial sevillana y de sus modos de proceder. El cenobio que nos ocupa no protocolarizó una entrada de religiosas determinada por la condición social de la familia de la aspirante, puesto que aparecen asientos tanto de hijas de familias nobiliarias como de otras con menos recursos. Del mismo modo existen, incluso, aquellas que ni siquiera la tuvieron siendo acogidas por la propia Iglesia. Nuevamente el nivel académico de las religiosas al postular no parece que fuera muy elevado, debido a su corta edad, pero el tiempo de noviciado permitía que al menos conocieran el alfabeto para poder signar sus actas. La edad de admisión fue generalmente prematura. La gran parte de las entradas al noviciado tenían lugar a la edad de entre 12 y 18 años, para poder profesar a la edad de 16, siendo esta última la edad de profesión más realizada. Destacan en este segundo volumen las numerosas entradas de religiosas a edades infantiles, entre los seis y los 12 años, representando un 18,9% del total. No son relevantes las entradas de mujeres de edad más avanzada ni de viudas dentro del cómputo general. La mayoría de las aspirantes son solteras y jóvenes. El origen de las religiosas fue en su gran mayoría sevillano. Se incluyen excepciones con novicias que vienen de otros lugares de la provincia de Sevilla, como Marchena y Dos Hermanas. Dentro de Andalucía encontramos monjas de las ciudades de Cádiz, Medina Sidonia, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María, Montilla, Málaga y Granada. También profesaron religiosas de otros puntos de España como Zaragoza, Madrid y Burgos. Por último, con un origen en territorio transoceánico encontramos aspirantes de México y Lima, en las Indias. La perseverancia de las religiosas fue alta en comparación a otros cenobios de la misma época. La tasa de abandono fue aproximadamente del 26,31%, lo que mostraba la cantidad de religiosas que quedaban profesas en el Monasterio. Ello nos muestra la prosperidad del mismo en este periodo que debió superar las cien religiosas profesas conviviendo al mismo tiempo, como ya indicamos con el primer volumen de 1603. Los libros registros nos aportan una información que no debe ser despreciada. Este género de publicaciones en relación a los libros de profesiones constituye una línea investigativa consolidada dentro del estudio histórico del monacato. El hecho de transcribir la información de estos y analizar sus datos supone poder dar una proyección más accesible de ésta para futuros investigadores. Concretamente el que nos ocupa se encuentra dentro de la clausura del Monasterio, lo que hace inviable su consulta para otros historiadores que mediante este artículo pueden trabajar sus

46 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029 asientos y utilizarlos en sus estudios. Del mismo modo, ante una posible pérdida de este patrimonio archivístico sus datos quedan registrados ofreciéndonos una visión real de la sociedad eclesiástica y civil sevillana del periodo estudiado.

6. APÉNDICE: TRANSCRIPCIÓN DE LOS DATOS DEL LIBRO En el presente trabajo contamos con hasta seis modelos de actas diferentes. Éstas, en líneas generales, no suelen introducir cambios en cuanto a la composición de las mismas. Los datos que se incluyen en este trabajo son los siguientes: tipo de acta que se recoge, nombre de la religiosa, parentesco, fecha del acto, edad y origen de esta, así como la iglesia y collación de su bautismo en la que este dato se incluya. En algunas de las actas del examen de profesión se indica también el tiempo que transcurrió desde que recibió el hábito. No todas las actas vienen completas, ya que los datos que no transcribimos se debe a que no aparecen en el original, son contadas las excepciones. 1. Examen de hábito de Jacinta Auñón, hija del comendador Alonso de Auñón y Elvira de Cubillos, el 7 de mayo de 1636, Sevilla, siete años. 2. Licencia de entrada de la anterior. 3. Hábito de la anterior en la misma fecha. 4. Examen de hábito de Antonia Terán, hija del contador Tristán de Terán y María de Terán, el 18 de mayo de 1636, Sevilla, 13 años. 5. Licencia de entrada de la anterior. 6. Hábito de la anterior en la misma fecha. 7. Examen de hábito de María Terán, hija del contador Tristán de Terán y María de Terán, el 18 de mayo de 1636, Sevilla, 10 años. 8. Licencia de entrada de la anterior. 9. Hábito de la anterior en la misma fecha. 10. Examen de hábito de Juana de Alemán, hija de Alonso de Alemán y Michaela de Ochoa, el 8 de junio de 1636, Sevilla, nueve años. 11. Licencia de entrada de la anterior. 12. Hábito de la anterior en la misma fecha. 13. Examen de profesión de Ana de Carrascosa, hija de Juan de Carrascosa y Antonia Marcelo, el 3 de septiembre de 1636, Lima (en las Indias), 16 años. 14. Profesión de la anterior el 15 de septiembre de 1636. 15. Examen de profesión de Sebastiana de San Antonio, freila, no se acuerda del nombre de sus padres, el 21 de enero de 1637, Málaga, 73 años. 16. Profesión de la anterior en la misma fecha. 17. Examen de hábito de Antonia Velasco de Usera, hija de Diego Velasco de Usera y de Úrsula Román, el 27 de enero de 1637, Sanlúcar de Barrameda, 13 años. 18. Licencia de entrada de la anterior.

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19. Hábito de la anterior en la misma fecha. 20. Examen de profesión de María Zamorano de Ozaeta, hija del maestro Rodrigo Zamorano y Josefa de Ozaeta, el 28 de marzo de 1637, Sevilla, 35 años, bautizada en la parroquial de esta iglesia. 21. Profesión de la anterior el 30 de marzo de 1637. 22. Examen de hábito de Catalina Romero, hija del capitán Mateo Romero e Isabel Guerrero, el 4 de abril de 1637, El Puerto de Santa María, 27 años. 23. Hábito de la anterior en la misma fecha. 24. Examen de profesión de Juana Bohórquez (en su firma añade el apellido Montes de Oca), hija de Juan Baptista Gandulfo y Catalina Bohórquez, el 10 de junio de 1637, Sevilla, 16 años, bautizada en la Iglesia Mayor. 25. Profesión de la anterior el 8 de julio de 1637. 26. Examen de profesión de Agustina de Mayorga, hija del contador Francisco de Mayorga y de Zamorano de Ozaeta (¿María?, LPAMSL. Libro de profesiones, 1636. Acta 20), el 13 de septiembre de 1637, Sevilla, 16 años, bautizada en la Iglesia Mayor. 27. Profesión de la anterior el 21 de septiembre de 1637. 28. Examen de hábito de Laura María de Ayala, hija de Andrés de Ayala y María de Saavedra, el 25 de noviembre de 1637, Sevilla, 15 años, bautizada en Omnium Sanctorum. 29. Hábito de la anterior en la misma fecha6. 30. Examen de hábito de Antonia de Alemán, hija de Alonso de Alemán y Micaela de Ochoa, 28 de marzo de 1638, Sevilla, 10 años. 31. Hábito de la anterior en la misma fecha. 32. Examen de hábito de Catalina Olazaran, hija del contador Francisco de Olazaran y Ana de Alfaro, 12 de mayo de 1638, Sevilla, 17 años. 33. Hábito de la anterior en la misma fecha. 34. Examen de profesión de Antonia de Mendoza, hija de Fernando Melgarejo y Luisa Maldonado de Saavedra, el 31 de enero de 1639, Sevilla, 25 años, bautizada en San Ildefonso. 35. Examen de profesión de Catalina Romero, hija de Mateo Romero e Isabel Guerrero, el 31 de enero de 1639, El Puerto de Santa María, 29 años. 36. Profesión de la anterior el 3 de febrero de 1639. 37. Profesión de Antonia Josefa de Mendoza, el 13 de febrero de 1639. 38. Examen de hábito de Luisa de Haro, hija de Hernán Pérez de Haro e Isabel Pérez, el 29 de mayo de 1639, Sevilla, 15 años, bautizada en la Iglesia Mayor. 39. Hábito de la anterior en la misma fecha. 40. Examen de profesión de Antonia Velasco de Usera, hija de Diego Velasco de Usera y Úrsula Román, el 12 de abril de 1640, Sanlúcar de Barrameda, 16 años.

6 Entre los testigos aparece el canónigo Thomás de Ayala. 48 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029

41. Profesión de la anterior, el 16 de abril de 1640. 42. Examen de hábito de Lucía de Salas, hija de Pedro López del Puerto y Lucía de Salas, el 24 de junio de 1640, Sevilla, seis a siete años. 43. Hábito de la anterior en la misma fecha7. 44. Examen de profesión de Catalina de Olazaran, hija de Francisco Olazaran y Ana de Alfaro, el 6 de julio de 1640, Sevilla, 19 años. 45. Profesión de la anterior, el 9 de julio de 1640. 46. Examen de profesión de Luisa de Haro, hija de Juan Pérez de Haro e Isabel Pérez, el 19 de septiembre de 1640, Sevilla, 16 años. 47. Profesión de la anterior en la misma fecha. 48. Examen de hábito de Mariana de Alemán, hija de Alonso de Alemán y Micaela de Ochoa, el 15 de noviembre de 1640, Sevilla, ocho años, bautizada en el Sagrario. 49. Hábito de la anterior en la misma fecha. 50. Examen de profesión de Laura María de Ayala, hija de Andrés de Ayala y María de Saavedra, el 23 de diciembre de 1640, Sevilla, 18 años. 51. Profesión de la anterior, el 8 de marzo de 1641. 52. Examen de hábito de Isabel del Puerto, hija de Pedro López del Puerto y Luisa de Salas, el 20 de noviembre de 1641, Sevilla, 16 años. 53. Hábito de la anterior en la misma fecha. 54. Examen de hábito de María Manuela de Herrera, hija de Jacinto Rodríguez de Herrera y Beatriz de Herrera, el 9 de marzo de 1642, Sevilla, 13 años. 55. Hábito de la anterior en la misma fecha. 56. Examen de hábito de Elvira Salgado (en su firma añade “y Casaus”), hija de Fernando de Casaus y Bohórquez y Gracia de Bohórquez, el 4 de abril de 1642, Sevilla, 20 años, bautizada en la parroquial de Santa María. 57. Examen de hábito de Juana Enríquez de Casaus, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 19 años. 58. Examen de hábito de Elena de Polanco Villavicencio, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 18 años. 59. Hábito de las tres hermanas anteriores en la misma fecha. 60. Examen de hábito de Isabel de Liendo, no conoció a sus padres, el 21 de mayo de 1642, Sevilla, 14 años, bautizada en Santa María la Blanca. 61. Examen de hábito de Paula de Liendo, no conoció a sus padres, en la fecha anterior, Sevilla, 10 años. 62. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 63. Examen de profesión de Juana Alemán, hija de Alonso Alemán y Micaela de Ochoa, el 1 de septiembre de 1642, Sevilla, 16 años. 64. Profesión de la anterior el 22 de septiembre de 1642.

7 Aparece en breve nota marginal.

49 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez

65. Examen de hábito de María de Guzmán, hija de Cebrián Cornelio y Juana María de Guzmán, el 14 de diciembre de 1642, Sevilla, 14 años. 66. Hábito de la anterior en la misma fecha. 67. Examen de profesión de Isabel del Puerto, hija de Pedro López del Puerto y Luisa de Salas, el 20 de diciembre de 1642, Sevilla, 17 años, bautizada en el Sagrario. 68. Examen de hábito de María de Neves, hija de Juan de Neves y Sebastiana de Chaves, el 7 de febrero de 1643, Sevilla, 13 años. 69. Hábito de la anterior en la misma fecha. 70. Profesión de Isabel del Puerto, el 9 de febrero de 1643. 71. Examen de hábito de Catalina de Ureña, hija de Leandro de Ureña y de Águeda Pichardo, el 8 de febrero de 1644, Sevilla (Triana), 15 años. 72. Hábito de la anterior en la misma fecha. 73. Examen de hábito de Francisca María de Zúñiga, hija del Ilustre Don Francisco de Guzmán, marqués de Ayamonte y de María de Guzmán, el 12 de marzo de 1644, Madrid, 15 años. 74. Examen de hábito de Catalina de Peralta, hija de Juan de Peralta y Beatriz de Guzmán, en la fecha de la anterior, Sevilla, siete años. 75. Hábito de las dos religiosas anteriores en la misma fecha. 76. Examen de hábito de Paula María de Vizcarra, hija de Pedro Fernández de Santa María e Isabel de Vizcarra y Valdelamar, 14 de marzo de 1644, Sevilla, 16 años. 77. Hábito de la anterior en la misma fecha. 78. Examen de hábito de Juana María de Guevara, hija de Alonso Roldán y Theodora de Guevara, 29 de agosto de 1644, Sevilla (collación de San Bartolomé), 14 años 8. 79. Hábito de la anterior en la misma fecha. 80. Examen de hábito de Dionisia de la Fuente, hija de Agustín de la Fuente y de Ana López, el 2 de octubre de 1644, Sevilla (collación de Santa María la Mayor), 19 años. 81. Examen de hábito de Inés de la Fuente, hija de los anteriores, misma fecha que la anterior, Sevilla (collación de Santa María la Mayor), 16 años. 82. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 83. Examen de profesión de María Manuela de Herrera, hija de Jacinto Rodríguez y Beatriz Pérez de Herrera, el 12 de febrero de 1645, Sevilla (collación de Santa María la Mayor), 16 años9. 84. Profesión de la anterior el 20 de febrero de 1645. 85. Examen de profesión de María de Guzmán, hija de Ciprián Cornelio y de Juana de Guzmán, el 1 de mayo de 1645, Sevilla (collación de Santa Cruz), 17 años. 86. Profesión de la anterior el 7 de mayo de 1645.

8 En nota marginal se indica que su edad fue copiada erróneamente, teniendo 15 años. 9 El acta se encabeza con una cuidada caligrafía humanística con la sentencia: In Dei nomine. Amen. Al igual que el siguiente examen.

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87. Examen de hábito de Francisca de Mendoza, hija del caballero de la Orden de Santiago, G.B. y Antonia de Mendoza, el 3 de septiembre de 1645, Sevilla, 11 años. 88. Hábito de la anterior en la misma fecha. 89. Examen de hábito de Juana Ortiz, hija de Hermenegildo Ortiz y de Magdalena Campi, el 4 de septiembre de 1645, Sevilla, 18 años. 90. Hábito de la anterior en la misma fecha. 91. Examen de profesión de Juana María de Guevara, hija de Alonso Roldán y Theodora de Guevara, el 27 de septiembre de 1645, Sevilla, 16 años. 92. Profesión de la anterior el 28 de septiembre de 1645. 93. Examen de hábito de María de Ávila, hija de Gerónimo de Ávila y María de Saavedra, el 10 de noviembre de 1645, Sevilla, 18 años. 94. Hábito de la anterior en la misma fecha. 95. Examen de profesión de Catalina de Ureña, hija del capitán Leonardo de Ureña y Águeda Pichardo, 1646, Sevilla (Triana), 17 años. 96. Profesión de la anterior el 22 de enero de 1646. 97. Examen de hábito de Gema Federigui, hija de Santos Federigui y Josefa, el 29 de enero de 1646, México (en Indias), 18 años. 98. Hábito de la anterior en la misma fecha. 99. Examen de profesión de Isabel de Liendo y Vidal, “hija de Dios y de María”, el 14 de abril de 1646, Sevilla, 17 años. 100. Profesión de la anterior el 16 de abril de 1646. 101. Examen de profesión de Dionisia de la Fuente, hija de Agustín de la Fuente y Ana de Acosta, el 23 de julio de 1646, Sevilla, 20 años. 102. Examen de profesión de Inés de la Fuente, hija de Agustín de la Fuente y Ana de Acosta, en la fecha de la anterior, Sevilla, 18 años. 103. Examen de hábito de Antonia de Has, hija de Pedro de Has y María de Guzmán, el 2 de septiembre de 1646, Sevilla, 15 años. 104. Hábito de la anterior en la misma fecha. 105. Examen de hábito de María Agustina de la Fuente y Montalvo, hija de Agustín de la Fuente y María de Montalvo, 5 de septiembre de 1646, Sevilla, 13 años. 106. Hábito de la anterior en la misma fecha. 107. Profesión de las dos hermanas Dionisia e Inés de la Fuente, el 6 de septiembre de 1646. 108. Examen de hábito de Constanza Ortiz de Ortega, hija de Melchor Ortiz de Castro y Juana de Ortega Alcántara, 9 de diciembre de 1646, Sevilla, 15 años. 109. Hábito de la anterior en la misma fecha. 110. Examen de profesión de Gema Federigui, hija de Sancti Federigui y Serena Setín, el 13 de abril de 1647, México, 17 años. 111. Profesión de la anterior, el 18 de junio de 1647.

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112. Examen de profesión de María de Ávila, hija de Gerónimo de Ávila (difunto) y María de Saavedra, el 11 de julio de 1647, Sevilla, 21 años. 113. Examen de profesión de Elvira Salgado de Casaus, hija de Fernando de Casaus Bohórquez y de Gracia Bohórquez, el 21 de julio de 1647, Sevilla, 25 años. 114. Examen de hábito de Juana Enríquez de Casaus, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 24 años. 115. Examen de profesión de Elena de Polanco Villavicencio, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 23 años. 116. Profesión de las tres hermanas anteriores, el día 22 de julio de 1647. 117. Examen de hábito de Feliciana de los Ángeles, hija de Jacinto Rodríguez y Beatriz Pérez de Herrera, el 5 de agosto de 1647, Sevilla, 15 años. 118. Hábito de la anterior en la misma fecha. 119. Examen de profesión de Antonia de Hasse y Guzmán, hija de Pedro de Hasse y María de Guzmán, el 20 de octubre de 1647, Sevilla, 16 años. 120. Examen de hábito de Isabel Ana de Caicedo, hija de Fernando de Caicedo y Luisa de Rosales, el 26 de enero de 1648, Granada, 28 años. 121. Hábito de la anterior en la misma fecha. 122. Examen de profesión de Constanza Ortiz de Ortega, hija de Melchor Ortiz de Castro y Juana de Ortega y Alcántara, el 9 de mayo de 1648, Sevilla, 17 años. 123. Profesión de la anterior el 10 de mayo de 1648. 124. Examen de hábito de María Andrea de Iruve, hija de Andrés de Iruve y Ana de Sotomayor, el 28 de junio de 1648, Sevilla, 14 años. 125. Hábito de la anterior en la misma fecha. 126. Profesión de Antonia de Hasse y Guzmán, el 29 de junio de 1648. 127. Examen de profesión de Feliciana de Herrera, hija de Jacinto Rodríguez y Beatriz Pérez de Herrera, el 14 de agosto de 1648, Sevilla, 16 años. 128. Profesión de la anterior el 7 de septiembre de 1648. 129. Examen de hábito de Ana María Ortiz, hija de Blas Herrero y María Ortiz, el 9 de septiembre de 1648, 13 años. 130. Examen de hábito de Agustina Josefa Ortiz, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 11 años. 131. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 132. Examen de hábito de Theodora de Triviño y Terán, hija del Jurado Antonio de Triviño y María de León y Terán, viuda de Jacinto del Carpio, el 28 de octubre de 1648, Sevilla, 40 años. 133. Examen de hábito de Ana María Terán, hija de Jacinto del Carpio y Theodora de Triviño Terán, en la misma fecha que la anterior, Sevilla, 17 años. 134. Hábito de las dos anteriores (madre e hija), en la misma fecha. 135. Examen de profesión de Juana Ortiz de Campi, hija de Fernando Ortiz y Magdalena Campi, el 1 de mayo de 1649, Sevilla, 21 años.

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136. Profesión de la anterior el 7 de mayo de 1649. 137. Examen de profesión de Lucía María del Puerto, hija de Pedro López del Puerto y Lucía de Salas, el 8 de mayo de 1649, Sevilla, 16 años. 138. Profesión de la anterior el 11 de mayo de 1649. 139. Examen de hábito de María Luisa de Nebe, hija de Juan de Nebe y Sebastiana de Chaves, el 26 de septiembre de 1649, Sevilla, 18 años. 140. Hábito de la anterior en la misma fecha. 141. Examen de profesión de Mariana de Alemán, hija del contador Alonso de Alemán y Micaela de Ochoa, el 24 de septiembre de 1649, 16 años. 142. Examen de hábito de Lorenza de Alemán, hija de los anteriores, el 29 de septiembre de 1649, Sevilla, 12 años. 143. Hábito de la anterior en la misma fecha. 144. Examen de hábito de Tomasa de Alemán, hija de los anteriores, en la misma fecha del anterior, Sevilla, 11 años. 145. Hábito de la anterior en la misma fecha. 146. Profesión de Mariana de Alemán, el 30 de septiembre de 1649. 147. Examen de profesión de Francisca de Zuñiga, hija del marqués de Ayamonte, 12 de octubre de 1649, Madrid, 20 años. 148. Profesión de la anterior el 15 de octubre de 1649. 149. El licenciado Juan Jiménez, clérigo, recoge su cometimiento como secretario. Firmado por el visitador y el susodicho. 150. Examen de hábito de Ana María Code, hija de Pablo Code e Isabel de la Fuente, el 17 de octubre de 1649, Sevilla, 14 años. 151. Hábito de la anterior en la misma fecha. 152. Examen de profesión de María de Ávila, hija de Gerónimo de Ávila y de María de Saavedra, el 20 de noviembre de 1649, Sevilla, 19 años. 153. Profesión de la anterior el 22 de noviembre de 1649. 154. Examen de hábito de Juana Gallegos, hija de Juan Gallegos y Francisca de Villafranca, el 6 de febrero de 1650, Sevilla, 17 años. 155. Hábito de la anterior en la misma fecha. 156. Examen de profesión de Paula Liendo y Vidal, hija de Diego Vidal de Liendo y Catalina Bravo, el 20 de mayo de 1650, Sevilla, 17 años. 157. Profesión de la anterior el 22 de mayo de 1650. 158. Examen de profesión de María Agustina de la Fuente, hija de Agustín de la Fuente y María de Montalbo, el 23 de febrero de 1650, Sevilla, 17 años. 159. Profesión de la anterior el 26 de septiembre de 1650. 160. Examen de hábito de Francisca María, hija de Luis Fernández de Córdoba y Mariana Ponce, el 15 de febrero de 1651, Marchena, 16 años. 161. Examen de hábito de Constanza Ponce, hija de los anteriores, en la misma fecha que la anterior, Sevilla, 12 años.

53 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez

162. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 163. Examen de hábito de Catalina Manuela de Guzmán, hija de Luis de Guzmán y de María de Guevara, el 19 de febrero de 1651, Sevilla, 15 años. 164. Hábito de la anterior en la misma fecha. 165. Examen de hábito de María de Ribera Simón, hija del capitán Juan Simón y María de Ribera, el 23 de febrero de 1651, Sevilla, 30 años. 166. Hábito de la anterior en la misma fecha. 167. Examen de profesión de Francisca de Mendoza, hija de Gerónimo Buzón y Antonia de Mendoza, el 20 de diciembre de 1651, Sevilla, 16 años. 168. Profesión de la anterior el 28 de diciembre de 1651. 169. Examen de profesión de María Luisa de Neves, hija de Juan de Neves y Sebastiana de Chaves, el 11 de abril de 1652, Sevilla, 23 años. 170. Profesión de la anterior el 15 de abril de 1652. 171. Examen de profesión de Catalina Manuela de Guzmán, hija de Luis de Guzmán y María de Guevara, el 18 de octubre de 1652, Sevilla, 16 años. 172. Profesión de la anterior el 21 de octubre de 1652. 173. Examen de hábito de Ángela Petronila de Saldias, hija de Pedro de Saldias y María de Sotomayor, el 21 de octubre de 1652, Sevilla, 15 años. 174. Hábito de la anterior en la misma fecha. 175. Examen de hábito de María de Irure, hija de Andrés de Irure y Antonia de Guzmán, el 6 de diciembre de 1652, Sevilla, 18 años. 176. Examen de hábito de Clemencia María de Carvajal, hija de Domingo Fernández de Carvajal y de Clemencia Ortiz de Mendoza, el 6 de agosto de 1653, Dos Hermanas, 19 años. 177. Hábito de la anterior en la misma fecha. 178. Segundo examen de hábito de María Andrea de Irure, hija de Andrés de Irure y Antonia de Guzmán, el 15 de septiembre de 1653, Sevilla, 22 años. 179. Hábito de la anterior en la misma fecha. 180. Examen de profesión de Ángela Petronila de Saldias, hija de Pedro de Saldias, caballero del hábito de la Orden de Santiago, y María de Sotomayor, el 26 de octubre de 1653, Sevilla, 16 años. 181. Profesión de la anterior en la misma fecha. 182. Examen de profesión de Ana María Terán, hija de Jacinto del Carpio y Theodora Triviño Terán, el 5 de abril de 1655, Sevilla, 23 años. 183. Profesión de la anterior en la misma fecha. 184. Examen de profesión de Clemencia María de Carvajal, hija de Domingo Fernández de Carvajal y Clemencia Ortiz de Mendoza, el 16 de agosto de 1655, Dos Hermanas, 21 años. 185. Profesión de la anterior en la misma fecha. 186. Examen de hábito de Baltasara de Vicuña, hija de Hernando Ortiz de Vicuña y María Cegarra, el 19 de mayo de 1656, Sevilla, 25 años. 54 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029

187. Hábito de la anterior en la misma fecha. 188. Examen de profesión de Juana Luisa de León, hija de Gerónimo Gómez de la Cerda e Isabel de León, el 26 de julio de 1656, 17 años. 189. Profesión de la anterior en la misma fecha. 190. Examen de hábito de Isabel Antonia Jalón, hija de Juan Baptista Jalón y María Manuela, el 26 de julio de 1656, Burgos, 18 años. 191. Hábito de la anterior en la misma fecha. 192. Examen de hábito de Josefa María de Alemán, hija del contador Alonso de Alemán y Micaela de Ochoa, el 22 de enero de 1657, Sevilla, 15 años. 193. Examen de profesión de Lorenza Josefa de Alemán, hija de los anteriores, en la misma fecha de la anterior, Sevilla, 20 años. 194. Examen de profesión de Thomasa de Alemán, hija de los anteriores, en la misma fecha de la anterior, Sevilla, 19 años. 195. Profesión de las dos anteriores y hábito de Josefa de Alemán en la misma fecha de la anterior. 196. Examen de hábito de Baltasara de Vicuña, hija de Hernando Ortiz de Vicuña y Mariana Cegarra, el 5 de septiembre de 1657, Sevilla, 26 años. 197. Profesión de la anterior el 8 de septiembre de 1657. 198. Hábito de las dos hermanas Inés y Josefa de Neve, hijas de Francisco Merino e Isabel de Neve, el 24 de septiembre de 1659. 199. Examen de profesión de Francisca María, hija de Luis Fernández de Córdoba y Mariana Ponce, el 21 de diciembre de 1659, Marchena, 20 años. 200. Examen de profesión de Constanza Ponce, hija de los anteriores, en la misma fecha de la anterior, Sevilla, 18 años. 201. Profesión de las dos hermanas el 28 de diciembre de 1659. 202. Examen de hábito de Mariana de Juarte, hija de Nicolás de Juarte y Clara de Merina, el 20 de noviembre de 1661, Sevilla, 20 años. 203. Hábito de la anterior en la misma fecha. 204. Examen de hábito de Theresa María de la Torre, hija de Gabriel de la Torre y Jerónima de Bargas, el 3 de julio de 1662, Sevilla. 205. Hábito de la anterior en la misma fecha. 206. Examen de hábito de Josepha de Soto Balderrama, hija de Luis de Soto Balderrama y Sebastiana Márquez, el 29 de agosto de 1662, Sevilla, 17 años. 207. Hábito de la anterior en la misma fecha. 208. Examen de hábito de Juana de Soto Balderrama, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 16 años. 209. Hábito de la anterior en la misma fecha. 210. Examen de profesión de Theodora Triviño, hija del jurado Antonio de Triviño y María de León y Terán, el 16 de noviembre de 1662, Sevilla, 54 años. 211. Profesión de la anterior en la misma fecha.

55 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez

212. Examen de profesión de Mariana Cuarte de Medina, hija de Nicolás Cuarte y Clara de Medina y Collantes, el 2 de abril de 1663, Sevilla, bautizada en la Magdalena, 28 años. 213. Profesión de la anterior el 6 de abril de 1663. 214. Hábito de Luisa Torrado de Guzmán, hija de Pedro Torrado de Guzmán e Isabel de Cisneros Chaparro, el 25 de noviembre de 1663, nueve años. 215. Examen de profesión de Josepha de Soto Valderrama, hija de Luis de Soto Valderrama y Sebastiana Márquez, el 20 de diciembre de 1663, 23 años. 216. Profesión de la anterior el 21 de diciembre de 1663. 217. Examen de profesión de Juana de Soto Valderrama, hija de los anteriores, el 20 de diciembre de 1663, Sevilla, 22 años. 218. Profesión de la anterior el 21 de diciembre de 1663. 219. Examen de hábito de Isabel Garzón Cavallero, hija de Rodrigo Díez Garzón y María Mateos Cavallero, el 16 de abril de 1664, Sevilla, 25 años. 220. Hábito de la anterior en la misma fecha. 221. Examen de hábito de Francisca Riquelme, hija de Álvaro Riquelme y Ángela de Tapia, el 6 de mayo de 1664, Sevilla, 15 años. 222. Hábito de la anterior en la misma fecha. 223. Examen de hábito de Andrea Margarita Grubel, hija de Nicolás Grubel y Catalina de Bargas, el 12 de mayo de 1664, Sevilla, 18 años. 224. Examen de hábito de María Ángela Grubel, hija de los anteriores, en la misa fecha, Sevilla, 17 años. 225. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 226. Examen de hábito de Michaela de Ochoa, hija de Pedro de Ochoa e Inés Alemán, el 23 de agosto de 1664, Sevilla, 15 años. 227. Hábito de la anterior en la misma fecha. 228. Examen de hábito de Josepha de Hidalgo, hija del capitán Alonso Hidalgo y María de Molina, el 8 de noviembre de 1664, Sevilla (Triana), 20 años. 229. Examen de hábito de Ana Hidalgo, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla (Triana), 19 años. 230. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 231. Examen de hábito de Mariana de Sierra, hija de Manuel López Sierra y Juana Margarita Escudero, el 2 de febrero de 1665, Sevilla, 14 años. 232. Examen de hábito de María Manuela de Sierra, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 12 años. 233. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 234. Examen de hábito de Antonia de Pineda, hija de Domingo de Pineda y Juana Marina Fernández de Lucena, el 5 de febrero de 1665, Montilla, 18 años. 235. Hábito de la anterior en la misma fecha. 236. Examen de profesión de Francisca Riquelme, hija de Álvaro Riquelme y Ángela de Tapia, el 9 de mayo de 1665, Sevilla, 16 años. 56 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029

237. Profesión de la anterior en la misma fecha. 238. Examen de hábito de Isabel Laureana de Lora, hija de Francisco de Lora e Isabel Jacome, el 2 de julio de 1665, Sevilla, 12 años. 239. Hábito de la anterior en la misma fecha. 240. Examen de profesión de Andrea Margarita Grubel, hija de Nicolás Grubel y Catalina de Bargas, el 2 de julio de 1665, Sevilla, 25 años. 241. Examen de profesión de Ángela Grubel, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla, 21 años. 242. Comisión dada por Juan de Escobar y Porras a Diego Triviño, consultor del Santo Oficio para que pueda dar la profesión y velo negro a las anteriores religiosas. La comisión se da por falta de salud del primero que le impide ir personalmente, Sevilla, 5 de julio de 1665. 243. Profesión de las dos hermanas anteriores el 6 de julio de 1665. 244. Examen de hábito de María Josepha Merino, hija de Francisco Merino e Isabel de Neve, el 21 de septiembre de 1665, Sevilla, 15 años. 245. Hábito de la anterior en la misma fecha. 246. Examen de profesión de Teresa de la Torre, hija de Gabriel de la Torre y Jerónima de Bargas, el 22 de octubre de 1665, Sevilla, 16 años. 247. Profesión de la anterior en la misma fecha. 248. Examen de profesión de Josepha Hidalgo, hija de Alonso Hidalgo y María de Molina, 22 de noviembre de 1665, Sevilla (Triana), 28 años. 249. Profesión de la anterior en la misma fecha. 250. Examen de profesión de Ana Hidalgo, hija de los anteriores, en la misma fecha, Sevilla (Triana), 20 años. 251. Profesión de la anterior en la misma fecha. 252. Comisión dada por Juan de Escobar y Porras a Pedro Muñoz de Escobar para dar el hábito de la novicia siguiente. 253. Examen de hábito de María de Larante y Isla, hija de Favián de Larante y Ana de Isla, el 25 de noviembre de 1665, Sevilla, 25 años. 254. Hábito de la anterior en la misma fecha. 255. Examen de hábito de Juana Antonia de Alba, hija de Juan Moreno de Alba y María Calderón, el 6 de diciembre de 1665, Sevilla, 20 años. 256. Hábito de la anterior en la misma fecha. 257. Examen de profesión de Michaela de Ochoa, hija de Pedro de Ochoa e Inés de Alemán, el 10 de diciembre de 1665, Sevilla. 258. Profesión de la anterior en la misma fecha. 259. Examen de hábito de Juana Manuela del Puerto, hija de Francisco de la Parra y Catalina de Puerto, el 2 de mayo de 1666, Sevilla, 13 años. 260. Hábito de la anterior en la misma fecha. 261. Examen de hábito de Elvira María Federigui y Arellano, hija de Gerónimo Federigui y María de Arellano, el 15 de mayo de 1666, Sevilla, 15 años. 57 Profesiones del Real Monasterio de San Leandro de Sevilla II – S. Guijo Pérez

262. Hábito de la anterior en la misma fecha. 263. Examen de profesión de Antonia de Pineda, hija de Domingo de Pineda y María Fernández de Lucena, el 15 de mayo de 1666, Montilla, 19 años. 264. Profesión de la anterior en la misma fecha 265. Examen de hábito de Gerónima Infante de Olivares, hija de Juan Infante de Olivares y Ana María de la O, el 13 de julio de 1666, Cádiz, nueve años. 266. Examen de hábito de Ángela Infante de Olivares, hija de los anteriores, en la misma fecha, Cádiz, siete años. 267. Hábito de las dos hermanas anteriores en la misma fecha. 268. Examen de hábito de Isabel Josepha de Guzmán, hija de Andrés de Iruve y Antonia de Guzmán, el 14 de julio de 1666, Sevilla, 20 años. 269. Hábito de la anterior en la misma fecha. 270. Examen de profesión de Mariana de Sierra, hija de Manuel López de Sierra y de Juana Margarita Escudero, el 8 de septiembre de 1666, Sevilla, 15 años. 271. Profesión de la anterior en la misma fecha. 272. Examen de profesión de María de Larantes y Isla, hija de Favían de Larantes y Ana de Isla, el 13 de enero de 1667, Sevilla, 17 años. 273. Profesión de la anterior en la misma fecha. 274. Examen de profesión de María de Neve y Merino, hija de Francisco Merino e Isabel de Neve, el 13 de marzo de 1667, Sevilla, 18 años. 275. Profesión de la anterior en la misma fecha. 276. Examen de hábito de María Antonia Nocssa, hija de Pedro Gómez y María Nocssa, el 14 de agosto de 1667, Sevilla, 12 años. 277. Hábito de la anterior en la misma fecha. 278. Examen de profesión de Antonia María Machado, hija de Juan Machado y María Barroso, el 24 de octubre de 1667, Sevilla, 16 años. 279. Profesión de la anterior en la misma fecha. 280. Examen de profesión de Elvira Federigui, hija de Gerónimo Federigui y María Francisca de Arellano, el 6 de febrero de 1668, Sevilla, 16 años. 281. Profesión de la anterior en la misma fecha. 282. Examen de hábito de Magdalena Pineda, hija de Pedro Pineda y Phelipa Ximénez, el 14 de marzo de 1668, Sevilla, 15 años. 283. Hábito de la anterior en la misma fecha. 284. Examen de hábito de Antonia Josepha de Artiaga, hija de Juan Antonio de Artiaga y Francisca Antonia de Quirós, el 6 de mayo de 1668, Sevilla, 15 años. 285. Hábito de la anterior en la misma fecha. 286. Examen de hábito de Jacinta de Neve, hija de la Iglesia, el 23 agosto de 1668, Sevilla, ocho años. 287. Hábito de la anterior en la misma fecha.

58 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 33-62. ISSN 1130-5029

288. Examen de profesión de Inés de Neve, hija de la Iglesia, el 24 de agosto de 1668, Sevilla, 16 años. 289. Profesión de la anterior en la misma fecha. 290. Examen de hábito de Petronila Vonifaz, hija de la Iglesia, el 28 de septiembre de 1668, Sevilla, ocho años. 291. Hábito de la anterior en la misma fecha. 292. Examen de profesión de Juana Manuela del Puerto, hija de Francisco de la Parra y Catalina del Puerto, el 26 de noviembre de 1668, Sevilla, 15 años. 293. Profesión de la anterior en la misma fecha. 294. Examen de profesión de María Manuela de Sierra, hija de Manuel López de Sierra y Juana Margarita Escudero, el 3 de febrero de 1669, Sevilla, 16 años. 295. Profesión de la anterior en la misma fecha. 296. Examen de profesión de Isabel de Guzmán, hija de Andrés de Iruve y Antonia de Guzmán, el 24 de marzo de 1669, Sevilla, 25 años. 297. Profesión de la anterior en la misma fecha. 298. Examen de profesión de Juana Antonia de Alba, hija de Juan de Alba Moreno y María Calderón de Ávila, el 1 de abril de 1669, Sevilla, 25 años. 299. Profesión de la anterior en la misma fecha. 300. Examen de hábito de Josepha Gabriela Eminente, hija de Francisco Baez Eminente y Manuela de Salazar, el 21 de julio de 1669, Sevilla, nueve años. 301. Hábito de la anterior en la misma fecha. 302. Examen de hábito de Manuela Domínguez, hija de Juan Domínguez y Juana de Araez, el 28 de agosto de 1669, Zaragoza, 20 años. 303. Hábito de la anterior en la misma fecha. 304. Examen de hábito de María Francisca de Pineda, hija de Juan de Pineda y María de León, el 24 de noviembre de 1669, Sevilla, nueve años. 305. Hábito de la anterior en la misma fecha. 306. Examen de profesión de Magdalena De Pineda, hija de Pedro de Pineda y Phelipa Ximénez, el 25 de noviembre de 1669, Sevilla, 16 años. 307. Profesión de la anterior en la misma fecha. 308. Examen de hábito de María Josepha, hija de Juan Daniel y Antonia de Granja, el 24 de enero de 1670, Sevilla, 18 años10. 309. Hábito de la anterior en la misma fecha. 310. Examen de hábito de Josepha María de Guzmán, hija de Antonio de Guzmán y Mariana Benítez, el 8 de mayo de 1670, Medina Sidonia, 15 años. 311. Hábito de la anterior en la misma fecha.

10 Preside la ceremonia Don Gregorio Baitan y Arostigui por indisposición del visitador Pedro Francisco Levanto en las actas 308, 312, 314 y 316.

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312. Examen de hábito de Juana de Chaves, hija de Pedro de Chaves y Margarita de Guajales, el 25 de mayo de 1670, Cádiz, 28 años. 313. Hábito de la anterior en la misma fecha. 314. Examen de profesión de Lucrecia Federigui, hija de Gerónimo Federigui y María Francisca de Arellano (difuntos), el 29 de junio de 1670, Sevilla, 19 años. 315. Profesión de la anterior en la misma fecha. 316. Examen de profesión de Isabel de Lora, hija de Francisco de Lora e Isabel Jacome (difunta), el 29 de junio de 1670, 17 años, cinco años de novicia. 317. Profesión de la anterior el 6 de julio de 1670.

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62 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza de un gran palacio

Isabel Corripio Gil-Delgado UNED (España)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029

Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza de un gran palacio

The origins of Villapanés, the semblance of a grand palace hotel

Isabel Corripio Gil-Delgado UNED (España) [email protected]

Fecha de recepción: 17 de mayo de 2017 Fecha de aceptación: 16 de octubre de 2018

Resumen El presente artículo versa sobre la historia del Hotel Villapanés que deriva del antiguo Palacio Torreblanca levantado por don Manuel López Pintado a principios del siglo XVIII. En este sentido la investigación de su parcelado, que hemos dividido en dos etapas hasta el año de 1728 y, a partir de él hasta 2012 en que fue rehabilitado, pretende destacar cómo el devenir histórico que se remonta hasta el siglo XI, cuando se documenta una rica vivienda almorávide, juega un papel fundamental en la valoración real de un inmueble a la hora de enfocar su conservación.

Palabras clave: Palacio Torreblanca (Sevilla); Manuel López Pintado; Rehabilitación arquitectónica; Hotel Villapanés (Sevilla).

Abstract This article is about the history of the Villapanes Hotel which was originally built as the Torreblanca Palace by don Manuel López Pintado at the beginning of the 18th century. The investigation of its plot, which we have divided into two stages; up until the year 1728, and from then up until 2012 during which it was rehabilitated, aims to highlight how historical development dating back to the 11th century, when a rich housing ‘almorávide’ (almoravid) is documented, plays a fundamental role in the actual valuation of a property when it comes to focus on its conservation.

Keywords: Torreblanca Palace (Seville); Manuel López Pintado; Architectural rehabilitation; Hotel Villapanés (Seville).

65 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado

Para citar este artículo: Corripio Gil-Delgado, I. (2019). Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza de un gran palacio. Revista de humanidades, n. 36, pp. 63-84. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Desarrollo. 3. Conclusiones. 4. Bibliografía.

1. INTRODUCCIÓN Acertar en la correcta elección de una casa nunca ha sido tarea fácil, incluso si se tiene claro lo que se desea. Cuando el Almirante Manuel López Pintado decidía a principios del XVIII asentarse definitivamente en la ciudad de Sevilla, necesitaba obligatoriamente un lugar en función de su alto nivel económico y su estatus, dos aspectos que limitaban mucho los sitios donde podía vivir. Las oportunidades en este sentido eran bastante escasas pues las parcelas más exclusivas de la ciudad estaban por lo general ocupadas por las nobles familias que permanecían allí hacía siglos. Sin embargo, cuando el año de 1726, en el número 35 de la calle Santiago se procede a la subasta de los bienes inmuebles de un noble venido a menos y que no podía pagar las deudas del Servicio de Lanzas, por fin surgía la oportunidad de obtener una parcela acorde con las expectativas residenciales. Los vecinos, y la misma parcela, provenían del linaje de los Ponz y marqueses de Sotomayor, (Vargas, Ponce de León, Alfaro, Padilla), que habían vivido en los números 31-37 de la calle Santiago nada menos que desde el siglo XV, según las escrituras notariales del Archivo Villapanés1, posteriormente: A.V., y del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, posteriormente: AHPSE. De este modo, el Almirante podría instalarse en una zona de abolengo y tranquila al lado del convento de monjas dominicas Nuestra Señora de los Reyes, en una vivienda que además tenía la particularidad de haber sido antes del rey de Baeza llamado Abdelmán2, uno de los 200 caballeros que acompañaron a Fernando III el Santo en la conquista de Sevilla. Más allá de estos datos, la construcción incluso podía remontarse hasta el siglo XI, siendo considerada una de las primeras casas musulmanas de alto rango conocidas, lo que ya era indicio de la categoría del lugar y el cuidado con el que se miraban las propiedades privadas. En este sentido, encontramos un proceso de conservación y continuo ejercicio de mejora de las élites, que antecede lo que hoy en día significa la preservación. Derivada de una vieja obligación familiar caracteriza

1 Las escrituras de la casa de Santiago han sido obtenidas del Archivo de la familia Villapanés en la parte correspondiente al sector Torreblanca que es el atado VI. Nuestra más cordial gratitud al Excmo. Sr. D. Hugo O`Donnell, Duque de Tetuán, administrador del Archivo Villapanés por todas las facilidades que nos ha dado. 2 Basándose en el repartimiento de Sevilla de Argote de Molina (p.225), la memoria histórico- arquitectónica del convento de las Descalzas Reales, antes, Santa María de los Reyes (1988, p.4) indica la posibilidad de que estas casas fueran las que estaban lindando con el convento.

66 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029 todo el periplo de la vivienda, incluso en el momento de derribar un inmueble y levantar otro encima. El cuidado con que el nuevo palacio Villapanés, erigido por Manuel López Pintado, sigue la misma línea de integración espacial y social, es el mismo que hoy subyace en el hotel de cuatro estrellas que lo conserva. Que siga llamándose Villapanés (S.XIX) y no Torreblanca (S. XVIII) o palacio de Abdelmán (S. XII), es síntoma de que aún pervive ese interés hacia un pasado, aunque este sea en la aristocracia más próxima, es decir, siempre en el mismo nivel. Por tanto, el artículo sobre los orígenes del hotel Villapanés se presenta para poner sobre la mesa el sentimiento de apego histórico como medio de paliar el olvido en el que decaen estos inmuebles fuera de su consideración artística. Hay que destacar la importancia que la evocación al pasado tiene en todo proceso de preservación y conservación que se precie es el objetivo fundamental de estas líneas.

2. DESARROLLO

2.1. Primera etapa: el devenir histórico del palacio Villapanés y Torreblanca hasta el siglo XVIII. La casa de los López Pintado, conocida desde el siglo XIX como palacio Villapanés por su asociación a la familia Duque de Estrada, está ubicada en el actual número 31 de la calle Santiago dentro de la manzana de casas que conforman el parcelado de las calles Santiago, Ave María y Azafrán. Esta zona, que, en la época romana y por ser extramuros, estaba destinada solamente a labores agrícolas, había experimentado pocos cambios hasta la Edad Media que se urbanizó con los primeros asentamientos externos a la muralla en la prolongación de sus vías Cardo y Decumano. De hecho, la aparición de restos arqueológicos como fueron un molino y distintos aperos de labranza propios de las culturas romana y visigótica, demuestran que era zona de extrarradio. A partir de aquí, el Informe de Intervención Arqueológico de las Descalzas Reales realizado por Pablo Oliva y Miguel Ángel Tabales3, calcula que fue en el periodo almorávide del siglo XI, cuando se produjo la construcción de una cerca mayor que discurriendo por la calle Muro de los Navarros dejó la zona de Santiago intramuros. Al quedar su situación determinada entre las puertas del Osario al Norte, Carmona al Sur y la vieja de Santa Catalina al Oeste, esta zona pasó a formar parte de

3 Manuel Salas de la Consejería de Fomento y Vivienda de Sevilla, el año 2012 nos permite el acceso al original de la memoria histórico-arquitectónica de las Descalzas Reales, antiguo convento de Santa María de los Reyes cuyo análisis arqueológico lo firman Pablo Oliva y Miguel Ángel Tabales el año de 1988. (p. 4). Nuestra más cordial gratitud a Miguel Ángel Tabales por todos los documentos arqueológicos que nos ha facilitado en relación con el palacio Villapanés.

67 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado la zona elitista que se establecía en el entorno de la Mezquita Aljama, actual Catedral de Sevilla (Chueca, 2001, p. 389)4. Es precisamente en esta fecha, cuando el Informe de Intervención Arqueológico del palacio Villapanés realizado por Rocío López Serena y Manuel Vera Reina (López y Vera, 1998, p. 25) documenta en ese enclave la existencia de una importante edificación de 285 metros, posiblemente propiedad de un rico comerciante, que construyó una vivienda conformada por tres salas paralelas con acceso únicamente desde la habitación central. Para entrar en ella, había que recorrer un pasillo alargado y de unos 80 cm de ancho, que, como estaba en ángulo (eje acodado), demoraba sustancialmente el tiempo de acceso a la gran sala central y a las habitaciones que quedaban ocultas a la vista5. Sin embargo, a principios del siglo XII la edificación fue objeto de una importante remodelación y se dividió en dos partes, la Casa Norte (105m) y la Casa Meridional (180m), pero, como ambas siguieron unidas por el acceso y la puerta sin grandes cambios en este aspecto, se constata la pervivencia de la misma estructura de estancias entorno a un patio, que, con galerías en dos frentes, servía de paso. Según el informe, parece ser que esta división permaneció mucho tiempo sin alteraciones, ni siquiera cuando en 1246, con la llegada de los cristianos y Fernando III el Santo, se produjo el repartimiento de la ciudad. De hecho, hacia 1257, como indica Diego Ortiz de Zúñiga, (1796, pp. 67- 172), Alfonso X el Sabio, dio estas dos casas conjuntas al rey moro de Baeza Abdelmán, así como las colindantes fueron a parar a la Iglesia de Santiago y, “las otras cercanas” a Lope Ortiz, Alonso García de Madrid, Domingo Gutierre Solorzano, Juan de Mendoza, Rui García de Trebello hijo de Garcí Garcés y a Martín Meléndez de Forniellos6. De todas ellas vamos a destacar dos: las que fueron propiedad de la Iglesia de Santiago el Viejo, y las del rey Abdelman. Las primeras, situadas en el número 33 de la calle, como indican los documentos notariales del AHPSE (P-5190, 1727, p. 180)7, se utilizaron durante muchos años como cárceles de la Inquisición y pasado

4 Según Chueca (2001), en general, las ciudades amuralladas suelen experimentar un crecimiento radiocéntrico hacia las puertas de la muralla 5 Este documento de Intervención Arqueológica Preventiva en el inmueble de calle Santiago nº 31, antiguo palacio de los marqueses de Villapanés y Torreblanca, es el original realizado por Rocío López Serena y Manuel Vera Reina, facilitado por Miguel Ángel Tabales. 6 Diego Ortiz de Zúñiga, (1796) establece el repartimiento del distrito de Santiago entre varios caballeros indicando que las destinadas a Marín Meléndez Forniellos estaban contiguas a la de Lope Ortiz y al del hijo del rey moro de Baeza que era Fernando Abdelmón. En virtud de ello y de que las escrituras notariales del AHPSE, certifican las colindantes como las pertenecientes a la iglesia de Santiago desde esa fecha, se establece la gran probabilidad de que realmente esa fuera la casa del rey de Baeza Abdelmán. 7 Estos documentos indican textualmente que tiene unas casas pequeñas “que compró a la dicha parroquia de Santiago que primero fueron cárceles de la Inquisición” y que luego se fueron arrendando hasta el siglo XVIII en que figura Baltasar Crespo como último arrendador.

68 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029 el tiempo se dieron en alquiler hasta el año 1727. Sin embargo, las que se dicen pertenecientes al palacio de Abdelmán, es decir los números 35 y 37 de la calle Santiago hasta Ave María y que coinciden de manera precisa con las anteriormente referidas casas Norte y Meridional, pasaron a la familia Ponz de la Cámara. La relación que las escrituras públicas del archivo Villapanés (A.V.) establecen con este linaje se remontan al año 1445, cuando Catalina Ponz de la Cámara, si bien traspasaba el inmueble a su hijo como adelanto de la legítima para que contrajera nupcias, pronto lo recuperó el 28 de septiembre del año de 1446 a la muerte de este sin descendencia. Como ella tampoco tenía otro heredero acabó por venderla a Juan Conde de Niebla por un precio de dos doblas de oro castellano, que recibió el día 24 de abril de 1448. Este, la utilizó dos años después para pagar los servicios de Pedro de Fuentes quien la conservó hasta el día 2 de junio de 1483 en que fue devuelta a don Pedro Ponz, sobrino de doña Catalina (A.V, 1483, pp. 68-69)8. De esta manera la propiedad regresa al linaje de los Ponz, siendo Alonso Ponz en 1516 y casado con la distinguida Leonor de Ayala, el quinto titular del inmueble que tenía cinco hijos, todas mujeres. Por aquél entonces, Sevilla, que se iba configurando como una de las ciudades más prósperas y cosmopolitas de Europa, sentía ya las influencias renacentistas, que encaminadas a organizar el entramado urbano propiciaban una alineación de calles y apertura de espacios. El deseo de abrir ventanas hacia el exterior se decantó en esta ciudad por agrupar y fusionar varias viviendas musulmanas a través de los jardines para poder establecer la mayor parte de las habitaciones de cara a la calle y alrededor de dos patios interiores en dirección norte-sur, o bien, este-oeste (Urquízar Herrera, 2001, p. 203)9. En este contexto, Alonso Ponz reunifica la vivienda en el número 35 a través de una reestructuración que, según el Informe Arqueológico, (López Serena y Vera Reina, 1998, p. 24), consistió en introducir entre los dos jardines de la Casa Norte y Casa Meridional, una habitación de diez por doce metros que contaba con un pasillo de diez metros. Así, este bastimento, que por otro lado dejó gran parte del muro sobresaliendo en desnivel y forma de quilla hacia la esquina Ave María-Azafrán, se convirtió en nexo de la unión entre ambos. Sin embargo, al fallecimiento de Leonor Ayala, cuando la vivienda pasa a ser propiedad de las cuatro hermanas aún solteras: Luisa, Antonia, María e Isabel de Ayala Ponz, resultó que la quinta, que era la mayor, Beatriz Ponz, y que había casado con el Veinticuatro Pedro de Vargas Sotomayor pensaba en el inmueble para su hijo.

8 Estos documentos de escritura pública de venta y cesión de los archivos de la casa Torreblanca desde 1445 hasta 1483 los encontramos en el Archivo Villapanés, sector Torreblanca, atado VI/1. 9 Urquízar Herrera hace hincapié en el hecho de que a mediados del quinientos la tradición arquitectónica se organizaba a partir de dos patios correspondientes a cada una de las dos viviendas anexadas.

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Si a esto se le une el hecho de que al lado habitaba el hermano de su marido, Alonso de Vargas, que precisamente se había casado con su vecina Beatriz Ponce de León, se comprende el interés por perpetuar la propiedad. De este modo, el año de 1580 (A.V., p. 69), se llega a un acuerdo por el cual Pedro de Vargas Sotomayor adquiere la propiedad junto con otros bienes, con los que fundó el 11 de agosto de 1608, un mayorazgo (Clavero, 1974) vinculante para su primogénito Juan de Vargas Sotomayor Ponz y que se había casado con Luisa de Padilla en 1592. Para darle mayor valor, decidió incorporar agua corriente, realizando unas obras de adecuación para la instalación de cañerías y depósitos (A.V., 1608, p. 70)10. Mientras tanto, con fecha de 1635, se construye muy cerca, en el número 29 de Santiago, el convento de monjas dominicas dedicado a Nuestra Señora de los Reyes, lo que revalorizó mucho el entorno. Por aquél entonces, la casa de Abdelmán pasaba a Alonso de Vargas Sotomayor Padilla, que el año de 1674 deja el mayorazgo a Francisco de Vargas Sotomayor y Guzmán. Cuando Francisco de Vargas Sotomayor y Guzmán, nombrado marqués de Castellón en 8 de diciembre de 1679 y nacido en 1609, heredaba el mayorazgo en el año de 1664, ya tenía 55 años, y cuando en 1674 recuperaba la administración total de la capellanía le nacía el primero de los dos hijos, Alonso y Francisco que tuvo de su matrimonio con Isabel Rodríguez Alfaro nacida en 1652. Antes de casarse y también con la intención de aumentar el caudal de agua, hizo en 1670 una renovación integral de toda la instalación incluidos almacenes, depósitos y cañerías (A.V., 1679, p. 75). Poco después, su hijo Alonso de Vargas Sotomayor y Alfaro, segundo marqués de Castellón, que tuvo diez hijos con Teresa Rivera y Tapia Avendaño, sometía la casa a una importante remodelación estructural en dos fases (López y Vera, 1998, p. 24-25). La primera, que fechada en 1699 iba encaminada a elevar el número de dependencias, se desarrolló eliminando las divisiones a lo largo de dos pasillos en sentido norte sur del patio. Abierto sólo en esos dos frentes, se cerraba en los costados este y oeste a través de dos crujías longitudinales donde se colocaron estancias en la misma disposición. Para articularlo mejor se estructuró una gran puerta de comunicación en la mitad de la galería norte que daba paso a un precioso jardín de crucero y que limitaba los cuartos de la medianera del norte con la casa que daba a la calle Azafrán. La segunda fue el año 1703 y consistió en la ampliación de los límites parcelarios más allá de la vivienda, a costa de la casa de sus vecinos y familiares los Vargas Ponce de León y que provenía de la herencia de Juana Padilla. Cuando en ese año, Francisco de Vargas Sotomayor Avendaño, tercer marqués de Castellón, solicitaba

10 Esto se establece en función de la copia de la escritura de agua de pie que disfruta la casa principal de la calle Santiago número 37 y que aparece fechada el 7 de julio de 1607 en la página 70 correspondiente al atado VI/1 del Archivo Villapanés, sector Torreblanca.

70 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029 el permiso para ocupar parte del número 37 (antiguo 39), en base a su numerosa familia, lo que hizo fue retranquear el muro medianero de la parte oeste y añadirle una puerta de acceso (A.V., 1728, pp.1-10). Sin embargo, cuando a consecuencia del coste de la obra se produjo el endeudamiento del marqués, el no poder hacer frente a los pendientes generó en 1723 la liquidación y subasta de parte de sus bienes entre los que se incluían esta casa. Es en 1726 cuando se concreta la venta del edificio a favor del Almirante Manuel López Pintado11 que la adquirió por desgracia ya bastante deteriorada y con obligación de derribarla entera. Como en el momento de realizar los contratos legales y firmar escrituras, ocurriera que el anexo de los Vargas Ponce de León no le pertenecía12, don Manuel tuvo que adquirir aparte esa porción de la vivienda, aspecto que se solucionó en 1727 con la compra de toda la propiedad correspondiente al número 39, nuevo 37, que incorporaba así al 3513. En vista de esto, también aprovechó para adquirir del lado este, las viviendas que la parroquia de Santiago tenía en el número 31 y que estaban pegadas al convento de Nuestra Señora de los Reyes justo enfrente del campanario de la iglesia, así como la parte del convento correspondiente al frente de la plazuela de la dicha iglesia, que se correspondía a la vieja cocina y lavaderos del 29. Para incluirla, simplemente retranquearon unos metros del muro de separación entrambas hacia la derecha.

2.2. Segunda etapa: el devenir histórico del palacio Villapanés y Torreblanca en el siglo XVIII. Parece ser, que el primer encuentro con el arquitecto Diego Antonio Díaz se produce al hilo del dictamen oficial de la casa subastada. Entonces, se concretó un acuerdo de construcción que duró más de 15 años y que se centraba en un estudio y valoración previo de la vivienda del marqués de Castellón (A.V., 1726, pp. 1-93)14,

11 La venta de las casas en Santiago 37 pertenecientes al marqués de Castellón se hicieron el año de 1726 según la documentación del atado VI/1 del Archivo Villapanés, sector Torreblanca. En él aparece relatado todo el proceso de remate con sus llamamientos y pagos, así como la entrada del nuevo dueño en la parcela. 12 Entre los papeles del archivo Villapanés, aparece un recurso presentado por don Jacinto Serrano en 1731, que en función del derecho a la parte proporcional de su vivienda supone el origen de las futuras desavenencias entre el Almirante y don Jacinto Serrano, otro vecino con derechos sobre la misma parcela y cuyos desencuentros se prolongarían hasta 1739 fecha del fallecimiento de este último. 13 En el año de 1735 otro pleito encontrado en el archivo, del atado VI/1 pág. 145v, por las casas principales pertenecientes a don Manuel López Pintado inciden en la trampa que subyacía con las propiedades vinculadas, y es que el marqués de Castellón declaró ilícita la venta argumentando una vinculación para recuperar la vivienda. Este hecho no era desconocido entonces y muchas casas se recuperaron de este modo, aunque en este caso se desestimó la demanda. 14 En este documenta se indica todo el proceso de compra de la vivienda fue tasada y vendida en 35.500 reales de vellón que se pagaron en mano.

71 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado al que luego se sumó el de las otras parcelas: las casas pequeñas pertenecientes a la parroquia de Santiago el Viejo, que valoró y aconsejó pagar 5.000 reales de vellón en 17 de junio de 1726 (A.V., 1727, p. 180)15, la parte del convento de religiosas de Nuestra Señora de los Reyes (AV., 1727, p. 1-15)16 y, la que quedaba de la vivienda de los Vargas Ponce de León y Jacinto Serrano, cuyo precio tasó sólo en 14.118 reales de vellón (AV., 1728, p. 526)17. También aquel año de 1727 se pretendía una última parcela correspondiente a su vecino Juan José del Castillo y que llegaba hasta el número 33 de la calle Santiago. Sin embargo, las negociaciones, que duraron desde 1727 hasta 1739, sólo lograron una pequeña parte de la casa, la correspondiente al frontal de la calle Santiago (AV., 1739, p. 24)18, que sirvió para ampliar la parcela en la fachada, establecer la superficie definitiva estimada en 4.175,57 metros cuadrados, y acabar con la edificación del rey de Baeza Abdelmán. Por entonces, había en Sevilla dos corrientes arquitectónicas que se superponían en una especie de duelo estilístico (Ollero, 2005, p. 119). De un lado, las extravagancias barrocas eran ya muy criticadas (Ponz, 1972, pp. 205-211) y del otro se reclamaba el retorno a un refinamiento de líneas regulares clásicas19. Y es que el descubrimiento de Herculano y Pompeya hacía que los arquitectos se inspiraran en un Vitrubio, cuyos “Diez Libros de Arquitectura” (Sanz y Sanz, 1992), nunca habían dejado de ser en Italia el modelo a través del cual establecer el grado de poder de los edificios y sus moradores (Rodríguez Ruiz, 1992, p. 15). De hecho, la inclinación de las ciudades a una nueva expresividad civil y doméstica (Ollero, 2005, p.119) que recordara los templos griegos y las construcciones romanas (Kostof, 1988, p.984) era el ambiente que los maestros de obra debían tener en cuenta sobre todo para aquellas edificaciones nuevas públicas y privadas.

15 La compra de esta vivienda a la parroquia de Santiago el Viejo se concertó a través de una permuta que se hizo por otras casas que el Almirante tenía al principio de la calle Enciso. 16 En este caso (Torreblanca: 1727, p. 1-15), la parte del convento contigua al palacio era la correspondiente al lavadero y cocina que a cambio se rehízo totalmente con un paso añadido entre la ambas. 17 Después de todos los problemas que había tenido con la parte perteneciente a los Vargas Ponce de León (Torreblanca: 1728, p.526), el Almirante se decide a adquirir el resto de la dicha vivienda concretándose una venta efectiva por importe de 14.118 reales de vellón. Este acuerdo lo concretó el tutor Jacinto Manuel Serrano en nombre de sus hijos los Serrano Vargas Ponce de León que eran menores. 18 Diego Antonio Díaz declaró textualmente que la dicha casa estaba sirviendo como cochera y que no sólo habría que desincorporarla, sino también incorporarla a las casas del Almirante con un corredor alto en el zaguán de una casa que encima estaba ruinosa tanto en la parte alta como en la baja y era necesario reedificarla de nuevo. 19 Cómo indica Delfín Rodríguez Ruiz, la construcción de una Arquitectura de la Razón es entendida como una meditación sobre el clasicismo, pero haciendo confluir modelos renacentistas y barrocos con imágenes arqueológicas y racionalistas.

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Estas cuestiones se reforzaban en los enclaves de mayor importancia y con objeto de armonizar la perspectiva visual, se empezaba a descartar la innovación personal, lo cual era un síntoma del rigor que se sentía en el neoclasicismo (Bonet, 2011, pp. XLVII-LII). Esto lo sabía bien el Almirante López Pintado, que además de comerciante (Cádenas, 1976, p. 20), militar, rico e hidalgo, era un hombre de gustos refinados y mecenas (Tapias, 2015, p.88). Él, cómo ilustrado, abanderaba los nuevos parámetros estructurales a los que tendía el Estado: someterse a la linealidad de la calle, distribuir las estancias ordenadas según el trazado del patio, dotar de mayor amplitud las portadas para el “interaccionismo social” (Martínez, 2008, pp. 30-31), y establecer en base a ello una decoración más sobria. (Ezquiaga, 1990, p. 386). De entre ellos20, uno de los más destacados era Diego Antonio Díaz. De él se sabe que había nacido en Sevilla en el barrio de San Lorenzo el día 10 de noviembre de 1667 y que, comenzando como albañil en las obras de la iglesia de Nuestra Señora de la O, en el año de 1705 ya era Maestro Mayor de Fábricas de la Ciudad. El cargo, que ostentaría durante 36 años (Lázaro,1988, p. 9-11), precisamente consistía en llevar el control del ornato y adecuación a través de un informe de valoración positivo o negativo según se ajustara o no a las normas urbanísticas (Ollero, 2012). Diego Antonio Díaz, que murió a la edad de 80 años, el 28 de abril de 1748, es considerado hoy como una pieza clave de la evolución del barroco sevillano, en función de su estilo a caballo entre el más decorativo de Leonardo de Figueroa y el rígido academicismo neoclasicista de finales de siglo21. El, no sólo descartó definitivamente la piedra típica renacentista para la construcción de edificios, sino que decidió recuperar el uso del barro cocido para los muros que irían enfoscados haciendo una estructura muy sólida en consonancia a lo que ya dijera el Regente de Andalucía Manuel de Torres para la Real Fundición de Cañones en 1720: “Que, aunque sea con algún mayor gasto, sea la obra sólida en la mejor forma y disposición que sea posible…para que trabajen con gusto y se logre también al más puntual servicio de S.M.22”. De este modo cimentó para la casa Villapanés unos muros de 50 centímetros de espesor con ladrillo de junto para la solería y, ladrillo limio, (limpio o cortado) para los alzados, de 1,5 centímetros colocado a tizón como era su costumbre, que unía con tendeles de 2 cm e intersticios de 1.5 centímetros recubiertos con mortero de

20 Según Pleguezuelo, (1982, p. 28), en 1762, el maestro Francisco Escacena cifraría el número de maestros de obras en 112, en 80 el de oficiales, 560 de peones y 30 aprendices. 21 Lázaro Muñoz (1988, p. 9-11) relata como este arquitecto estuvo aquejado de una enfermedad que le atacó las manos y se vio muy dificultado para seguir trabajando los últimos años de su vida. 22 En el año 2001 Roig del Negro (2001, p.44) especificaba como para la Real Fundición de Cañones de Sevilla se pretendía una edificación sólida y lo mejor estructurada posible en vistas a la comodidad y a la estabilidad de todos los edificios en general, privados ,y públicos.

73 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado cal mortecino (Macías, 2002, pp. 4-5) 23. Conformados a modo de grandes paneles lisos, reservaba los motivos ornamentales nada más que para reforzar la portada y la bóveda de la escalera a las que dotaba brillantes resaltes compositivos a base de filetes y baquetones, formas caprichosas de curvas, contra curvas y ángulos rectos. Precisamente estas características del aristamiento de la portada y la sobriedad del ladrillo “en limpio” o en “limio” fueron las que habían llevado a Teodoro Falcón Márquez, (2012, p. 150), a concluir como también apuntara antes Antonio Sancho Corbacho (1984, p. 15), que la casa Villapanés había sido levantada por este arquitecto notable. Así, Diego Antonio Díaz, ferviente seguidor de Leonardo de Figueroa (Lázaro Muñoz, 1988, pp. 9-11), desarrolló un espacio en sentido volumétrico, es decir, no sólo a lo largo, sino a lo alto y ancho del patio que para el efecto necesitaba alinearse correlativamente con la entrada. Como para ello era obligatorio reducir ostensiblemente el viejo apeadero y eliminar su muro de acceso, se produjo un adelantamiento de toda la vivienda y se dejó espacio suficiente para que colocando el jardín en la última crujía del fondo se aprovecharan todos los salientes de la parcela entre calles Ave María y Azafrán de los que no se retranqueó ni un milímetro como se puede observar en figura 1. Así, la sensación era la de un eje portada-patio que se abría a la vista general, a través de una fachada principal básicamente lisa y dividida en módulos regulares sucedidos a ambos lados de la portada de acceso con una división horizontal en dos cuerpos con secuencia de ventanas y balcones. Al perimetrar verticalmente la fachada en ocho cuerpos, la gran puerta de entrada quedaba integrada al nivel de los cuartos del piso bajo, pero con un dintel de baquetones aristados en relieve y escudo que se convertía en marco de un patio elevado a modo de estrado sobre cinco peldaños. Su aspecto, abierto en los cuatro frentes al que daba paso otra arcada monumental de tres vanos con relación a dicha portada, contrastaba con la austeridad exterior. Como el interior debía corresponderse a la monumentalidad indicada por Molina Recio (2011, p. 68), es decir, a la individualización24, se estipuló entorno a un patio tradicional, pero ya de aspecto clásico, es decir, con galería de arcos en medio punto doblados en el intradós y trasdós que se apoyaban en columnas de mármol claro sobre basa cuadrada. Pese a que eran de estilo compuesto con doble cimacio, presentaban variantes en el ábaco y sustentaban a modo de entablamento corrido, un arquitrabe de platabandas lisas con friso también liso y cornisa en tono marrón claro, sobre el cual las arquerías del segundo y tercer piso de columnas eran

23 En el mismo sentido del comentario anterior se comprende que el inmueble se levante lo más sólidamente posible, siendo esta estructura de ladrillo cortado que caracteriza el entramado del palacio Villapanés, la que da mayor solidez al edificio. 24 Dentro del largo camino hacia el individualismo la monumentalidad de una vivienda era utilizada por los comerciantes enriquecidos en el sentido icónico de perpetuación nobiliaria, es decir el de permanencia en un lugar durante varios siglos.

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Fig. 1. Planta palacio Villapanés. Guillermo Vázquez Consuegra, (1988, p.41)

Fig. 2. Puerta de entrada del palacio Villapanés. Fotografía, Isabel Corripio Gil-Delgado.

Fig. 3. Fachada del palacio Villapanés. Fotografía, Isabel Corripio Gil-Delgado.

75 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado dúplices y tríplices y en distinta escala. La perspectiva, que asume los tres aspectos de la construcción (León y Sanz 1994, pp. 765-766), se rigió por la fuente central en mármol y de un solo plato, con la figura de un niño, que jugando con un pez tiene el surtidor en la boca y que Teodoro Falcón (2012, p. 153) fecha ya en siglo XIX

Fig. 4. Patio del palacio Villapanés. Fotografía, Isabel Corripio Gil-Delgado.

A la izquierda de dicho patio, la escalera de mármol de un solo tiro y tres tramos, con pasamanos de caoba, a la que se accedía a través de un gran arco de medio punto, llevaba a las dependencias correspondientes de la primera planta que eran las mismas que la baja. Para reforzarla, el arquitecto usó del sistema abovedado en la caja que, a diferencia de la galería y entresuelo, de arista con plementería a sardinel (Macías: 2003, p. 11), dispuso su tradicional planta de cajón con bóveda de cajón entablada de madera y ricamente tomada y adornada en sus esquinazos con figuras en yeso color blanco y oro, y lunetos separados por arcos fajones (Lázaro, 1988, pp. 9-11). Como podemos observar, aunque todo indica el abandono definitivo del trazo mudéjar en detrimento de las líneas neoclasicistas, sin embargo, este se hizo perdurar en la estructura tradicional en torno a un patio, y los abovedamientos de arista de la bodega, que se conservaron de la primitiva construcción original almorávide según indica el Informe de Inspección Técnica de Manuel Macías Bernal (2003, p. 11).

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Fig. 5. Bóveda de cajón en la escalera del palacio. Fotografía, Isabel Corripio Gil-Delgado.

A partir de aquí se inicia otro periodo de conservación que se perpetúa durante la sucesión del linaje López Pintado (marqueses de Torreblanca) sin ninguna modificación extraordinaria en Manuel José López Almonacid Pintado Solano, nacido en 1710 y segundo marqués de Torreblanca, Fernando José López Almonacid Pintado y Medina, tercer marqués de Torreblanca, José Manuel López Almonacid Pintado y del Pozo Echevarría como cuarto marqués y María de las Nieves López Pintado Resinas, casada con Juan Antonio Duque de Estrada y González Sepúlveda marqués de Villapanes y quinto marqués de Torreblanca que no tuvo herederos. A partir de aquí es cuando se pierde la vinculación con apellido López Pintado para ligarse al de Duque de Estrada, en la cabeza de Juan Antonio nacido en Utrera el 15 de enero de 1802 cuando, tras el fallecimiento de María de las Nieves López Pintado, el viudo marqués de Torreblanca y Villapanés, contrajo segundas nupcias

77 Los orígenes del Hotel Villapanés, la semblanza… – Isabel Corripio Gil-Delgado con Carmen Cabeza de Vaca y Diosdado el 31 de marzo de 1815 de la que nació Juan Antonio Duque de Estrada y Cabeza de Vaca. De este modo, cuando el 31 de marzo de 1882, manda heredar el mayorazgo de Torreblanca, no a su hijo Juan Antonio Duque de Estrada y Cabeza de Vaca, sino a su nieto, Juan Antonio Duque de Estrada y Moreno (Registro de la propiedad 1998, p. 7995)25, la casa Torreblanca, pasa a ser la de Villapanés hasta la actualidad.

2.3. Tercera etapa: el devenir histórico del edificio en el siglo XXI, la reha- bilitación del palacio Villapanés. De esta manera el linaje López Pintado se introduce en el devenir histórico de la zona con el de los antiguos marqueses de Castellón y aunque mantener la vivienda, significaba establecer la misma línea de cuidado y protección que sus antecesores, un desafortunado descuido provocó el deterioro y desmoronamiento de parte de la portada de la fachada principal a la calle Santiago el año de 1997 con el subsiguiente llamamiento público de hacer un informe técnico de la situación real del inmueble. El Informe de Inspección Técnica, redactado por Manuel Macías Bernal (2002) 26, establecía una rehabilitación cuyo coste estimó el constructor, Ramón Marqués de Riancho, en 927.432,16 euros el mismo año27. Así, en 2004, la familia decide vender el inmueble en 140 millones de pesetas a la familia Arnau que al poco la revendió a Joaquín Saucejo representante del grupo DIDRA. La propiedad actual según la escritura de compraventa fechada el 29 de enero del año 2004, firmada ante el notario Antonio Ojeda Escobar, y corroborada por el documento tomado del Registro de la Propiedad de Sevilla nº. 11, asiento 49/191, certifica que está en manos de tres sociedades: la 3491 MA. SL con CIF: B 8133 0243, que posee el 40 % del inmueble, la 49PVS.L, con CIF nº. B 81330235, propietaria del otro 40%, y la CM16 S.L., con CIF número B 41702573 poseedora del último 20 %, las cuales aparecen asociadas con el nombre de “Grupo DIDRA”, con sede en la calle Príncipe de Vergara número 43 de Madrid, distrito postal 28001. Al hilo de estos acontecimientos, el edificio, que ya era considerado desde 1963 “Edificio de Interés Artístico”, pasa a ser considerado “Bien Patrimonial” en 2007,

25 Expedido en Utrera por Carlos Marín Albornoz, Registro de la Propiedad nº. 11 de Sevilla, fecha 31 de octubre de 2002, documento de fecha 9/11/1998, tomado del tomo 3136, libro 188, fincha 7995, antes 5053. 26 Manuel Macías Bernal hizo el año de 2003 un informe de Inspección Técnica para la familia Duque de Estrada y Martorell para evaluar el deterioro del palacio en orden a su rehabilitación, indicando expresamente las partes más perjudicadas de sus estructuras y elementos decorativos. Nuestra más cordial gratitud al profesor Manuel Macías Bernal por todos los documentos técnicos que nos ha facilitado en relación con la inspección técnica del palacio Villapanés. 27 Estos datos se certifican en un pleito de demanda ordinaria contra Juan Antonio, Pilar, María, Rosario y José Duque de estrada y Martorell, presentada por D. Francisco José Parada Vázquez en autos de juicio ordinario, con fecha en Sevilla 17 de junio de 2002.

78 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029 siendo introducido en esa fecha dentro del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en el sector de “otras edificaciones monumentales28”, y sometido a la protección pertinente del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Sevilla.29 El edificio, que ha sido definitivamente transformado en hotel de cuatro estrellas30, según el catastro, se levanta sobre dos parcelas, que son en primer lugar la de la calle Santiago nº 31, donde se ubica lo que conocemos como el Palacio Villapanés, y en segundo lugar la que despega en forma de quilla a la calle Ave María 4 a la que se accedía a través del jardín por medio de un callejón adosado al edificio colindante.

Fig. 6. Estado actual de la planta después de la rehabilitación. Arturo Tarancón Pradales Proyecto Básico de Rehabilitación en calle Santiago 31 y Proyecto Básico de Nueva Planta en calle Ave María 431.

28 El inmueble llamado Palacio Villapanés, sito en la calle Santiago 31, esquina Ave María 4, se incluye dentro de “otras edificaciones monumentales”, con la tipología de Casa Señorial perteneciente a la Arquitectura Residencial con código 01410910066, de carácter arquitectónico en la provincia de Sevilla, municipio de Sevilla con una actividad tipo residencial que pertenece a la tipología de Casas Palacio de la Edad Moderna de cronología 1700/1799 de estilo Barroco. Ya en 1963 estaba catalogada como Casa de importancia Artística y dentro del Plan General de Ordenación Urbanística. 29 El Ayuntamiento de Sevilla el año 2010 establece un Plan Especial de Protección del sector Santa Catalina Santiago. 30 Se exigió un proyecto que acatara la Ley 14/2007 de conservación patrimonial, incluyendo la metodología a aplicar (López, 2008) 31 Nuestra más cordial gratitud al arquitecto Arturo Tarancón Pradales, por todos los planos y documentos técnicos que nos ha facilitado en relación con la rehabilitación del palacio Villapanés.

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Fig. 7. Estado actual de la planta después de la rehabilitación. Sección longitudinal por jardín. Arturo Tarancón Pradales Proyecto Básico de Rehabilitación en calle Santiago 31 y Proyecto Básico de Nueva Planta en calle Ave María 4.

Cuando definitivamente, la licencia de ocupación fue concedida el 28 de julio del año 201032, el entramado seguía sin retranquearse un milímetro de la planta original del siglo XVIII, apareciendo incluso la misma distribución que se conocía entonces entre las calles Santiago, Ave María y Azafrán, lo que además explicaría entre otras cosas la extraordinaria conservación del irregular y laberíntico entramado urbanístico medieval que se observa en el centro de Sevilla.

3. CONCLUSIONES El deseo de pervivencia de las élites, que se manifiesta en un continuado hábito de conservación familiar (Martínez, 1996, p.25) transmitido de generación en generación y que se vincula al apego hacia la morada paterna, es un rasgo característico de las viviendas más notables del centro de Sevilla. En la actualidad

32 La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, en su Registro General, y con expediente 1437/2004 L.U. (3315=2009) AB/MVSA, concede una licencia de ocupación del hotel con fecha 28 de julio de 2010.

80 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 63-84. ISSN 1130-5029 encontramos el mismo sentimiento en la mentalidad colectiva. Así lo demuestra el hotel Villapanés, que sigue siendo una Casa Señorial dieciochesca, en sus aspectos lineal, visible hacia la calle y eficiente para los negocios de un comerciante, pero, que, sin salir de los gustos tradicionales entorno a un patio, llevó a estudiosos como Enrique Soria Mesa a hablar de cambio inmóvil (Soria Mesa, 2000). En este sentido, el edificio, cómo todos los suntuosos, no se concibió de otro modo que, para integrarse socialmente, pervivir en el tiempo y en la memoria, de ahí que Diego Antonio Díaz se permitiera construirlo moderno, pero aprovechando algunas partes, y la misma distribución que tenía en 1699. De este modo, establecer los espacios con una sencilla modulación matemática abierta, y adecuar un eje de profundidad frente a la portada exterior, no rompía con el pasado, sino que le daba plenitud, en orden a paliar la sensación de “usurpación” o conciliar el cierto “resentimiento” vecinal de la zona. Si a esto añadimos que la casa Villapanés se reconoce expresamente con el título de “palacio”, no en virtud de la residencia de un marqués sino de un monarca: el rey de Baeza Abdelmán, efectivamente la sensación de inmovilidad es concebida en base a una supervivencia física y social que se remonta al siglo XIII. Este aspecto, que sienta las raíces de legitimación dinástica de la vivienda, es el que le otorga el derecho de mantener y usar el término “palacio” reservado exclusivamente a las moradas de estirpe real. De hecho, hoy en día pasa lo mismo cuando en la rehabilitación del año 2012, el grupo DIDRA decide una explotación de la faceta aristocrática y piensa en una colectividad, que pueda sentirse atraída por este reclamo. Para ello, no sólo mantiene el término “palacio” como tal, sino que lo guarda como parte esencial de su publicidad, al igual que el escudo nobiliario de la escalera es memoria de los marqueses que lo habitaron. De este modo el artículo pretende presentar no sólo unos hechos, sino las bases sobre las que se asientan, dar razones de su verdadera dimensión y el lugar que ocupan en la valoración de cualquier objeto. Así la perspectiva histórica presenta una correspondencia entre el aprecio del inmueble y sus propietarios que es fácilmente equiparable a cualquier mejora técnica o inversión33. En este caso, el alcance de su linaje es reconocimiento y aprecio de las personalidades que lo habitaron. De ahí que pasearse por el eje portada-patio, privilegio sólo reservado antiguamente a los grandes señores, sea restablecer la memoria del pasado histórico de Sevilla que mantiene con sus adecuaciones el hotel de cinco estrellas.

33 En este caso los autores como Kornstange (2007, p. 3) se inclinan hacia una concepción de patrimonio que tiene que ver con la posibilidad de almacenamiento y administración propia de las sociedades capitalistas o más precisamente con esa capacidad de restaurar, conservar y almacenar objetos de valor.

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A la hora de considerar una rehabilitación, los poderes públicos y privados deben involucrarse con el mismo interés histórico, para encontrar vías de conciliación dentro del sentimiento de apego a lo propio. Este es un aspecto digno de tener en cuenta de cara al futuro de la conservación, pues preservar, y hacerlo bien, no será más un ejercicio que languidece en espera de satisfacción económica, sino fruto de un deseo de continuidad histórica. El porvenir de los bienes catalogados (y no catalogados), en referencia a la acumulación de objetos que se unen en una pertenencia común al pasado como indicaba Choay, (1995), conlleva el todo. Los factores, como la ascendencia nobiliaria del inmueble, el desencuentro entre los intereses de la parcela, así como las características artísticas, no deben dejar de mirarse en lo que significa salvaguarda a nivel global.

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84 Stretching the limits of gender and the genre: Uncomfortable sex- ualities in Centlivre’s The Basset Table (1705)

Laura Martínez-García Universidad de Oviedo (España)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029

Stretching the limits of gender and the genre: Uncomfortable sexualities in Centlivre’s The Basset Table (1705)

Jugando con los límites del género literario y la identidad de género: sexualidades incómodas en The Basset Table (1705) de Sussannah Centlivre

Laura Martínez-García Universidad de Oviedo (España) [email protected]

Fecha de recepción: 21 de abril de 2017 Fecha de aceptación: 16 de octubre de 2018

Resumen Centlivre ha sido considerada una de las mejores escritoras de comedia sentimental, un género literario que llegó a su máximo apogeo durante el siglo XVIII. Este ensayo argumenta que The Basset Table (1705), una de sus obras más significativas, no es una comedia sentimental al uso, ya que lleva un mensaje social subyacente mucho más profundo de lo que pueda parecer a simple vista y mucho más acorde con sus ideas políticas que los mensajes de la comedia sentimental. Este trabajo estudia también cómo esta obra teatral cuestiona los roles de género establecidos: minando la imagen de la mujer virtuosa y caritativa y del caballero valiente, a la vez que cuestiona la reforma de la viuda y el triunfo del bribón, Centlivre crea una crítica sutil pero extremadamente efectiva de una sociedad que no permite la existencia de las libertades individuales.

Palabras clave: Comedia de reforma; Género; Centlivre; Whig; Sexualidad

Abstract Centlivre has been regarded as a master of sentimental comedy, a genre that reached its maximum popularity in the 18th century. This paper argues that The Basset Table (1705) is no typical sentimental comedy, since it actually carries a deeper meaning and social message, much more in accordance with her Whig ideas. I also argue that this play questions the established gender roles: undermining the image of the virtuous and charitable lady and the valiant gentleman and questioning the punishing of the widow and the rewarding of the rake, Centlivre builds a subtle, yet highly effective criticism of a society that does not allow for personal freedom.

Keywords: Reform comedy; Gender; Centlivre; Whig; Sexuality

87 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García

Para citar este artículo: Martínez-García, L. (2019). Stretching the limits of gender and the genre: Uncomfortable sexualities in Centlivre’s The Basset Table (1705). Revista de humanidades, n. 36, pp. 85-107. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introduction. 2. Gender in early modern Britain: the case of the gambling widow. 3. Conclusion. 4. Works cited.

1. INTRODUCTION Reform comedy was one of the most popular genres in 17th-century Britain and it is one of the types of comedy that has endured the longest in the British stage. This type of comedy was preceded by Restoration comedy of manners and it can even be argued that this reform comedy is a variation of the genre by which Wycherley and Etherege are best-known: while The Man of Mode or The Country Wife close with some of the rakes suitable matched or married and although there was a theatrical convention by which “rakes submitted to marriage with a suitably witty belle at the end of comedies all the time” (2013, p. 1), there is still a shadow of a doubt about whether Horner and Dorimant, true Restoration rakes, will continue they raillery and philandering once the curtain drops (Martínez-García, 2014). Thus, reformation comedy could be understood as a comedy of manners where the rake finally repents from his life of dissipation and sin and shows an unprecedented remorse about his misdemeanours, thus constituting an entirely new genre. Gollapudi points out that reform comedy “is plotted around the reclamation of flawed individuals […] brought to the stage to first parade their folly […] then, a well-meaning spouse, friend, or lover creates circumstances […] that force the flawed character to realize the evil consequences and immorality of his or her conduct, thus catalysing remorse and eventual reform” (2013, p. 1). The female playwright Susannah Centlivre was, for a long time, considered a master of this type of comedy: critics like Bowyer (2012), Bevis (1980) or Robert Hume (1983, 1990) argued that at least one of her plays, The Gamester (1705), was a sentimental comedy featuring the reformation of a gambler through the intervention of a virtuous lady. Although Victoria Warren has argued that neither The Gamester nor The Basset Table (1705) should be labelled as sentimental, her analysis centres on the theatricality of the works, while the present essay will focus on the strategies the author uses to question not just the genre, but the validity of the values that sustain a society that uses morality to limit female agency. The first of these two apparent reform comedies (The Gamester) was premiered in Lincoln’s Inn Fields Theatre and became Centlivre’s greatest success to that date (Warren, 2003, p. 609). The Basset Table, staged a few months later, was not equally successful (Milling, 2009, p. 1; Warren, 2003, p. 606). The play follows

88 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029 the adventures of Lady Reveller, a wealthy widow who, to the dismay of her lover, her cousin and uncle, keeps a basset table. The main plot deals with the attempts of these three characters at making the lady quit her gambling, something they finally manage after she is threatened with rape. The Basset Table, in its reformation of a female gambler, is an extremely intriguing example of Centlivre’s style, a playwright who is well-known nowadays for her defence of female agency and liberty and for her use of strong female protagonists. Furthermore, “the intersection of gender and political themes has brought renewed attention to The Gamester and The Basset Table, which contain some of Centlivre’s most progressive female characters” (Krstovic, 2005, p. 3); one such woman is Lady Reveller, “an attractive figure” (Milling, 2009, p. 9) who can be considered one of the most interesting female characters the playwright created. In fact, the play is one of Centlivre’s most compelling attempts at balancing her career as a playwright and her desire to advance her feminist Whig agenda. Her wish “to reform society’s attitudes and thus create a more woman-friendly culture” (Fowler, 1996, p. 49) while still catering to the tastes of her audiences can be clearly seen in the dedication to the play, where she states that the aim of her work is to “correct and rectify manners” and that “through the whole piece I have had a tender regard to good manners, and by the main Drift of it, endeavour’d to Redicule and correct one of the most reigning vices of the age” (2009, pp. 42–43). This apparent declaration of intent seems to be in accordance with the aim of reform comedy which “is a mechanism of change, targeting value systems or cultural practices” in an attempt at reforming or changing “not just an absolute moral flaw per se but conduct with particular socio-historical implications” (Gollapudi, 2013, p. 3). Thus, with such an introduction by the playwright herself, it is understandable that The Basset Table has been considered a stock piece of the genre for centuries (Warren, 2003, p. 605), since it presents audiences with a group of vicious characters (Lady Reveller and Sir James) who abandon their wrong paths, thanks to the ‘selfless’ intervention of their ‘virtuous’ paramours (Lady Lucy and Lord Worthy). Still, and as Gollapudi points out, reform comedy was, very often, not truly sentimental, but satirical (2013, p. 3) and The Basset Table is a good example. This essay contends that the terms sentimental or reform comedy are inadequate to describe Centlivre’s piece since the author manipulates the conventions of the genre to question the validity of the gender ideology that sustained patriarchy. This paper also argues that, “while producing popular plays that both appealed to their audiences and stayed within the conventional cultural boundaries of accepted drama, […] [Centlivre] was attempting subtly to modify and reform established attitudes concerning accepted behaviour for and the control of women” (Fowler, 1996, p. 49). In spite of Centlivre’s declaration in the dedication of The Basset Table and her supposed commitment to the reform of vices and the ‘moral education’ of her audiences, Margaret Rubik argues that the playwright “was not seduced into using

89 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García her works as instruments for moralising, although she wasted few opportunities to make her zealous political sentiments known, either in the plays themselves or in the prefatory material” (1998, p. 94). In fact, Centlivre’s works include an array of witty and resourceful female characters who represent a new type of woman combining assertiveness and self-assurance with delicacy of feeling (Martínez-García, 2014, p. 313), heroines that embody her Whig feminism in their defence of freedom and agency (Martínez-García, 2015, 2017; Smith, 2014). Thus, this essay will, through the analysis of The Basset Table, argue that Centlivre not only subverts the rules of the literary genre to create a satire of sentimental/reform comedy, but that she also tests the limits of the gender order in her portrayal of male and female characters, especially Lady Reveller’s. Through the analysis of the characterisation of the ‘reformers’ (Lady Lucy, Lord Worthy and Sir James) and of the method they use to convince Lady Reveller of the need to change her lifestyle, this essay seeks to question the assumption that these characters are the ‘well-meaning spouse, friend or lover’ who, Gollapudi argues, bring about a change in the erring protagonist.

2. GENDER IN EARLY MODERN BRITAIN: THE CASE OF THE GAMBLING WIDOW During the 17th and 18th centuries, society lived through one of the most important shifts in the discourses of truth that sustained society: Foucault (1990) argues that, with the Scientific Revolution and the Enlightenment, societies moves from a feudal model to a pre-modern one. He also argues that this change is but a substitution of a system of power by another and that both the old social order (deployment of alliance) and the new ordering of society (deployment of sexuality) are equally forceful in their imposition of rules and regulations (1990, p. 106). He contends that while the feudal deployment of alliance exerted its authority openly, cruelly and through the figure of the absolute monarch, the deployment of sexuality was far subtler in this attempt at controlling, regulating and exerting power over subjects: the justification for gender order no longer was the inferiority of women (an idea preached by the Bible and the theory of humours) but difference (Fletcher, 1999). Using scientific knowledge as its basis and biology as a reference, the deployment of sexuality preached that men and women were biologically different and, consequently, naturally more equipped for different tasks. Thus, men were the strong rational creatures that should deal with the rigours of public life and office, while women, more delicate, nurturing and in need of protection, were better suited to the domestic sphere. Reform or sentimental comedy was then paradigmatic of the feeling of the age and it has been interpreted as a benign genre that tries to root out amoral behaviour, as explained by Gollapudi “reform comedies […] participated in and drew energy from a broader ethos of moral regulation” (2013, p. 4). But it is precisely this bidirectional

90 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029 relation between society and comedy that is to account for the genre’s being a vehicle for the dissemination and imposition of the gender hierarchy of the deployment of sexuality. In its insistence on rooting out irrational and amoral behaviour, reform comedy is “also the bearer of power differentials that define marital and social inequalities” (Gollapudi, 2013, p. 5), a means to identify and neutralize unruly/ irrational behaviours and subversions of the gender order. Centlivre’s take on reform comedy makes use of the popularity of the genre in the early 18th century to subvert its conventions and question the validity of a system that not only allows women no freedom, but which condones violence against them. The play opens with Lady Reveller, the gambling widow, and her lady’s maid, Alpiew, coming out of the house after a game of Basset. No sooner has Lady Reveller appeared on stage that her uncle, Sir Richard Plainman, comes out in his nightclothes for, as Alpiew announces, “a Sermon of two Hours” (Centlivre, 2009, p. 50) in which he encourages his niece to abandon her life of gambling and marry again.1 Widows inhabited a strange land in Early Modern and pre-modern England; as women who had outlived not just a husband, but most of the times a father, several brothers and uncles, many, Lady Reveller among them, felt it was their time to enjoy the independence the death of their spouses allowed them. In fact, their independence was even recognised legally, since “under English Common Law, the widow could own property and therefore engage in trade; as femme sole, the widow had a legal identity which was not merged with that of a man” (Bacon, 1991, p. 435). Still, and probably as a consequence of this official recognition of their legal identity, “the figure of the widow was a source of anxiety both inside and outside the theatre” (Goode, 2013, p. 183) since, as a woman of independent means who was no longer under the control of a husband and who could not be subjected to the authority of a father or uncle, she was a subversive and dangerous figure who “existed at the margins of hetero-patriarchal society and accordingly challenged many of its central tenets”(Goode, 2013, p. 183). Because she was a woman ruled by no man, she was deemed untrustworthy; still, as a woman who had been already married and probably had children, she could not be treated as an inexperienced maiden and was to be respected by unmarried kin and friends. Consequently, and in theory, widows lived in a space of semi-freedom, enjoying the privileges of married women, which implied they should be paid all respects by unmarried members of the household, but without having to obey any husband (Klein, 1992). Nevertheless, most of these women found that, in the absence of a spouse, many were the men that volunteered to fill the position of patriarch: uncles, brothers- in-law, lovers, cousins, etc. soon claimed their rights to control the lady’s life, in an attempt at re-establishing the social order that a widow’s independence had subverted, as Jankowski explains, “the independent widow was an anomaly” (1992, p. 35).

1 “So Nice! I find you’re resolv’d to keep on your course of Life; […] give over for shame, and Marry, Marry, Niece” (Milling, 2009, p. 50).

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Lady Reveller is an excellent example of a widow’s ‘self-assertion’ and the anxiety it raises in those surrounding her (Conger, 2009): she leads an independent life under her uncle’s roof, choosing her company and pastimes as she sees fit, as Alpiew explains, “My Lady’s a Widdow, and Widdows are accountable to none for their Actions” (Centlivre, 2009, p. 52). Lady Reveller herself warns Sir Richard, “Lookee, Unkle, do what you can, I’m resolv’d to follow my own Inclinations” (Centlivre, 2009, p. 53). Her openly defiant and independent attitude not only surprises audiences and readers, but the rest of characters in the play, who accuse her of insolence and lack of decorum; in her insistence on remaining unmarried and in her determination to follow her inclinations, Lady Reveller not only exhibits a most unfeminine independence, but she asserts her claim to self-ownership, both of her person and her wealth and it is precisely this attempt at reclaiming and maintaining agency and freedom that would be most dangerous for the status quo (Bacon, 1991, p. 427). Jankowski explains that “the widow’s legal identity invested her with a power that was as anomalous as it was frightening” (1992, p. 209), since the her autonomy and her role as head of her own household both “contradicted and was a threat to the patriarchal order that saw all women as needing a man’s control” (Jankowski, 1992, p. 35). Thus, Lady Reveller’s insistence on continuing with her life of gambling and socialising is targeted as an unnatural behaviour that threatens the social order. Her ‘unwomanly’ behaviour is seen as inappropriate and she is accused of lewdness, following a social custom that has is an attempt at containing “that one group of women who could exist with a legal identity and without the control of a man” (Jankowski, 1992, p. 35). In Act I, her uncle scolds her, arguing that her gambling not only brings shame to her, damaging her virtue, but also to his own household, as her actions render him unmanly since he is unable to control her,

LADY REVELLER: Lookye, Uncle, do what you can, I’m resolv’d to follow my own Inclinations. SIR RICHARD: Which infallibly carry you to Noise, Nonsense, Foppery, and Ruin; but no matter, you shall go out of my Doors, I’ll promise you; my House shall no longer bear the scandalous Name of a Basset-Table: Husbands shall no more have Cause to date their Ruin from my Door, nor cry, There, there my Wife gam’d my Estate away – Nor Children curse my Posterity, for their Parents knowing my House. LADY REVELLER: No more Threatening, good Uncle; act as you please, but don’t scold, or I shall be oblig’d to call Alpiew again. SIR RICHARD: Very well, very well, see what will come on’t; the World will censure those that game, and, in my Conscience, I believe not without Cause For she whose Shame no good Advice can wake, When Money’s wanting will her Virtue stake. [Exit. (Centlivre, 2009, p. 53)

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In this instance, Sir Richard is repeating one of the most widely spread tropes of the age and one of the most recurrent motifs of reform comedy: the association between female gamblers and virtue (or lack thereof). Gambling became the focus of heated discussion and debate in the seventeenth and eighteenth centuries in Britain, as a most pernicious vice that was especially dangerous for women: not only would they gamble all their husband’s money away, but they would stake their reputations, it was feared, if the money run out. Considering that their bodies were also their husband’s possession, the staking of a woman’s virtue at cards would reflect back on their husbands and their masculinity (or lack thereof). At this point, and as Rosenthal explains, “the trope of the female gambler takes on a life of its own, embodying more than the general concern for women’s chastity” (Rosenthal, 1996, p. 230) and betraying the real reason why a female gambler would be such a worrying figure: through their gambling, these women become possessors and circulators of property, rather than properties themselves. Thus, Lady Reveller’s gambling is dangerous because it asserts her independence and it places her outside the power of the men that surround her. While the trope of the female gambler is recurrent in traditional reform comedies, “Centlivre finds in this popular trope a range of feminist possibilities” (Rosenthal, 1996, p. 233) by representing this female gambler as able to own and circulate property, thus becoming an independent individual which embodies her Whig ideas on female individualism and independence.2 As Rigamonti and Carraro explain, “gambling, more than the butt for customary reprimands, can be seen as the occasion for creating a social enclave in which ladies can venture into behaviours which are distinctively different from the dominant ones” (Rigamonti & Carraro, 2001, p. 53) and which allow them to turn the balance of power: Lady Reveller not only commands her fortune at the basset table, but she also commands the attention of her lover, Lord Worthy, in a reversal of the archetypical gender roles assigned to men and women during courtship. Lady Reveller’s independent spirit and unwillingness to relinquish her freedom for a husband is clearly seen at the end of act II, when she declares,

Not to controul, but readily obey; For he that once pretends my Faults to see, That Moment makes himself all Faults to me. (Centlivre, 2009, p. 88). With this statement, she strengthens her characterisation as a strong-willed woman who does not allow herself to be ruled by any of the men around her, while

2 See Laura Martinez-Garcia’s A Defence of Whig feminism in Centlivre’s Portuguese plays The Wonder! A Woman Keeps A Secret (1714) and Mar-plot; or the second part of The BusyBody (1710) and Politics of Gender and National Identity in Susanna Centlivre’s Iberian Plays: A Defence of Whig Feminism, as well as Hannah Smith’s “Susanna Centlivre, ‘Our Church’s Safety’ and ‘Whig Feminism’” for detailed accounts of Centlivre’s gender and political ideologies.

93 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García she also dramatises and exaggerates the type of companionate marriage that Centlivre advocated for in all of her plays: a marriage of equals in which women were allowed their independence and freedom. Her attitude towards her lover would seem strange for eighteenth-century audiences, as she forgoes the role of the passive object of admiration; instead she places her own interests (gambling and socialising) above those of her lover when she tries to avoid his presence at the basset table as a means of ridding herself of the nuisance she perceives him to be, “I must not be friends with him, for then I shall have him at my elbow all night, and spoil my luck at the Basset table-Either Cringing or Correcting, Always in Extreams” (Centlivre, 2009, p. 88). This dynamic in their relationship seems to be a constant, as we can see in Act II, when Lady Reveller tells Alpiew a story that confirms the widow’s unwillingness to bend to the wishes and desires of her lover if it means having to abandon her own pursuits and desires,

[…] Alpiew, he vexed me strangely before this grand Quarrel; I was at Piquet with my Lady Lovewit four Nights ago, and bid him read me a new Copy of Verses, because, you know, he never plays, and I did not well know what to do with him; he had scarce begun, when I, being eager at a Pique, he rose up and said, he believ’d I lov’d the Music of my own Voice, (crying Nine and Twenty, Threescore) better than the sweetest Poetry in the Universe, and abruptly left us (Centlivre, 2009, p. 64). Lady Reveller’s dissatisfaction with her gallant and her determination to remain unmarried are then significant in that they are not only a testament to her independent spirit, but in that they stem from her awareness of her privileged legal position and the power her widowhood carries. At an early point in the play, she scolds Lord Worthy and scorns his attempts at preventing her from attending her usual game of basset saying, “Dare you, the Subject of my Power--you, that petition Love, arraign my Pleasures? Now I’m fixt--and will never see you more” (Centlivre, 2009, p. 88); her words both portray her as the powerful partner in this relationship and inform both Worthy and audiences of her intention to continue doing whatever she pleases. Worthy’s response buttresses her role as the dominant partner and his own as the subservient one, “I cannot bear that Curse--see me at your Feet again. [Kneels] Oh! you have tortur’d me enough, take Pity now dear Tyrant, and let my Sufferings end” (Centlivre, 2009, p. 88). The lady gambler revels in her independence (both economic and personal) and certainly knows that accepting Lord Worthy’s attentions and proposal would mean a “loss of legal identity” (Jankowski, 1992, p. 35) and freedom. Thus, her negative reaction to Lord Worthy’s advances stems from her desire to maintain her liberty and her attitude serves to bolster her image as the theatrical advocate of the Whig feminism that Centlivre herself, as a professional woman of independent means, embodied. The playwright seems to follow the conventions of the genre when she poses Lord Worthy and Lady Lucy as the good influences that will make the protagonist

94 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029 see the error of her ways. In fact, Lady Lucy’s description as a “religious, sober lady” and of Lord Worthy as “a hater of Gambling” (Centlivre, 2009, p. 47) seem to strengthen their adequacy as the reformers of the female gambler; still, while the playwright portrays Lady Reveller as a sympathetic and attractive character, the same cannot be said of her portrayal of Lady Lucy and Lord Worthy. An archetypical reform comedy would present audiences with a hero who embodies all the manly virtues of the age: a man characterised by his self-restraint and self-control, able to rein in his passions and to display his reasonable nature at all times. As Shepard explains, “self-government […] was the basis of men’s claims to authority” (2006, p. 70) as it naturally followed that a man who was in control of his own emotions would find no difficulty in exerting control over others. Lord Worthy does not seem to possess this manly virtue, as evidenced by Lady Reveller’s account of his character in Act I, “my Lord Worthy is so peevish since our late Quarrel, that I’m afraid to engage the Knight in a Duel” (Centlivre, 2009, p. 56). With this description of the gentleman, Lady Reveller gives audiences a hint about Lord Worthy’s irascibility, a perception that is reinforced by the gentleman’s first appearance on stage, right after his beloved has left the stage, unseen. After he declares that he is “out of humour” (Centlivre, 2009, p. 56), Sir James argues that his insistence on visiting Lady Reveller while she is gambling is what has made him fell out of sorts.3 Lord Worthy then describes her and their relationship in the following words,

Thou hast hit it, Sir James, I confess I love her Person, but hate her Humours, and her Way of Living; I have some Reasons to believe I’m not indifferent to her, yet I despair of fixing her, her Vanity has got so much the Mistress of her Resolution; and yet her Passion for Gain surmounts her Pride, and lays her Reputation open to the World. Every Fool that has ready Money shall dare to boast himself her very humble Servant; S’death, when I could cut the Rascal’s Throat (Centlivre, 2009, p. 57). Lord Worhty’s words are not just violent (“cut the rascal’s throat”) and full of jealousy against Lady Reveller’s gambling companions (“every fool”), but they are also quite out of character for the well-intentioned suitor that Gollapudi mentions as willing to help his beloved reform: not only does he declare that he has despaired of trying to change Lady Reveller, but he also declares he loves her person, rather than her humours. This statement can be understood as a confession, as the gentleman seems to be admitting that he desires Lady Reveller’s body but does not actually like her personality. Sir James’s response to Lord Worthy’s confession seems to buttress this image of Lord Worthy as hotheaded and violent, “Your Lordship is even with her one Way;

3 SIR JAMES: Why then I can tell you; for the very same Reason that made your Lordship stay here to be Spectator of the very Diversion you hate, (Gaming) the same Cause makes you uneasy in all Company, my Lady Reveller (Centlivre, 2009, p. 56).

95 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García for you are as testy as she’s vain, and as fond of an Opportunity to quarrel with her, as she of a gaming Acquaintance” (Centlivre, 2009, p. 57). Lord Worthy’s hasty exit and parting words4 reinforce Centlivre’s characterisation of the gentleman as impulsive and lacking self-control and question his role as the heroic gentleman whose virtuous intervention will reform the gambling lady and commenting on the unfair treatment that society gives to women who exhibit a behaviour that is deemed inappropriate. When in Act II Alpiew and Buckle (Lady Reveller’s and Lord Worthy’s aids) meet, he soon tells her of their masters’ latest quarrel, which not only has left Lord Worthy seething with rage, but which also adds to his characterisation as a jealous man who cannot contain his anger when Lady Reveller teases him, in an attempt at asserting her independence and power,

BUCKLE: In a Raffling-Shop she saw a young Gentleman, which she said was very handsome – At the same Time, my Lord praised a young Lady; she redoubles her Commendations of the Beau. He enlarges on the Beauty of the Belle; their Discourse grew warm on the Subject; they pause; she begins again with the Perfections of the Gentleman; he ends with the same of the Lady: Thus they pursued their Arguments, still finding such mighty Charms in their new Favourites, till they found one another so ugly – so ugly– that they parted with full Resolution never to meet again. (Centlivre, 2009, p. 60) Lady Reveller herself is taken aback when she witnesses Lord Worthy’s treatment of his servant Buckle in Act I; after she sees him hitting the servant who has not brought him a message from Lady Reveller, she states, “Where did you learn this Rudeness, my Lord, to strike your Servant before me? […] The Affront was meant to me – nor will I endure these Passions—I thought I had forbid your Visits” (Centlivre, 2009, pp. 87–88)8) warning herself and audiences of Worthy’s violent character and arguing that the blows that are raining on Buckle, were really intended for her, a woman whom he has declared, two lines previously, to hate.5 Worthy’s exasperation with Lady Reveller’s constant defiance and displays of self-assurance frustrate the gentleman to such a point, that by the end of Act II, and after Lady Reveller has escaped his company once more, he is willing to find an alternative way to make the Lady follow his inclinations, rather than hers.6 In Act IV

4 “LORD WORTHY: Thou’rt of a happy Temper, Sir James, I wish I could be so too; but since I can’t add to your Diversion, I’ll take my Leave; good Morrow, Gentlemen” [Exit. (Centlivre, 2009, p. 57). 5 “LORD WORTHY: What has this Dog been doing? When he was only to deliver my Letter, to give her new Subject for Mirth – Death, methinks I hate her--Oh that I could hold that Mind What makes you in this Equipage? Ha, Sirrah? [Aside]” (Centlivre, 2009, p. 87 – Author’s emphasis). 6 LORD WORTHY: Gone – now Curses on me for a Fool – the worst of Fools – a Woman’s Fool-- Whose only Pleasure is to feed her Pride, Fond of her Self, she cares for none beside: So true Coquettes their numerous Charms display, And strive to conquer, purpose to betray (Centlivre, 2009, p. 89).

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Lord Worthy, tired of trying to forget his ‘passion’ for Lady Reveller, has reached the end of his rope and enlists Sir James’s help to try and win the widow’s heart,

SIR JAMES: Well, my Lord, I have left my Cards in the Hand of a Friend to hear what you have to say to me. Love I’m sure is the Text, therefore divide and subdivide as quick as you can. LORD WORTHY: Could’st thou infuse into me thy Temper, Sir James, I should have thy Reason too; but I am born to love this Fickle, Faithless Fair – What have I not essay’d to raze her from my Breast: but all in vain! I must have her, or I must not live. SIR JAMES: Nay, if you are so far gone, my Lord, your Distemper requires an able Physician – What think you of Lovely’s bringing a File of Musketteers and carry her away, Vi & Armis? LORD WORTHY: That Way might give her Person to my Arms, but where’s the Heart? SIR JAMES. A Trifle in Competition with her Body. LORD WORTHY: The Heart’s the Gem that I prefer. SIR JAMES: Say you so my Lord? Ill engage three Parts of Europe will make that Exchange with you; Ha, ha, ha. LORD WORTHY: That Maxim would hold with me perhaps in all but her; there I must have both or none; therefore, instruct me, Friend, thou who negligent in Love, keeps always on the Level with the Fair--What Method shall I take to sound her Soul’s Design? For tho’ her Carriage puts me on the Rack when I behold that Train of Fools about her, yet my Heart will plead in her Excuse, and calm my Anger spite of all Efforts. SIR JAMES: Humph? I have a Plot, my Lord, if you will comply with it. LORD WORTHY: Nothing of Force (Centlivre, 2009, p. 90). Lord Worthy claims to cherish the lady so much that when his temper rises at her taunts, his love for her makes his anger die down, a statement that all of his previous interactions with the widow clearly contradict. His supposed love for her is also undercut by the words he uses to describe his desire for her (“I must have her, or I must not live” “I must have both or none”), forceful words that show not just his violent and jealous nature, but his selfishness, as he speaks only of his own wishes, disregarding Lady Reveller’s. It is not until the opening scene of Act V that audiences (and Lady Reveller herself) learn of the gentlemen’s plot to get the widow to accept Lord Worthy’s attentions: taking advantage of the closeness and privacy that the basset table affords, Sir James will pretend to rape Lady Reveller, only to be prevented from doing so by Lord Worthy’s valiant and well-timed intervention. Lord Worthy’s involvement in this fake-rape seems out of character for a man who has claimed to be utterly besotted with Lady Reveller and who has asked his friend to find a plan that does not involve any force used against her; in fact, once Lady Reveller has realised that Sir James’s words are not a jest, but in earnest, he becomes

97 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García more forceful and physical, blocking her from the exit, then trapping her inside the room with him and, finally, laying his hands on her so she cannot escape.7 From this point onward, Sir James’s words become more cruel: while his previous advances were punctuated by ‘playful’ words of love and admiration, he now attacks Lady Reveller and her virtue, arguing that should she try to scream for help, her servants will come and her reputation will be destroyed by their gossip, if, on the contrary, she remains silent, he will not tell anyone of his actions and will, thus, keep her reputation intact,

LADY REVELLER: Unhand me, Villain, or I’ll cry out. SIR JAMES: Do, and make yourself the Jest of Servants, expose your Reputation to their vile Tongues, --which, if you please, shall remain safe within my Breast; but if with your own Noise you blast it, here I bid Defiance to all Honour and Secrecy,--and the first Man that enters, dies. Struggles[ with her. (Centlivre, 2009, p. 106) Up until this point Lady Reveller has been in complete control of her actions and has managed to keep her suitors at bay and her Virtue intact, but this scene makes her confront her own vulnerability and the precariousness of the power and freedom widows enjoyed at the time: in spite of all her witty remarks and her intelligent repartee, Lady Reveller is an innocent and naive character who believes that the patriarchal forces at work in her society will allow her the freedom she feels she is due, a fantasy that is shattered in this scene. Her freedom and independence are taken

7 SIR JAMES: Oh, I’m tir’d with Cards, Madam, can’t you think of some other Diversion to pass a chearful Hour? --I cou’d tell you one, if you’d give me leave. LADY REVELLER: Of your own Invention? Then it must be a pleasant One. SIR JAMES: Oh, the pleasantest one in the World. LADY REVELLER: What is it, I pray? SIR JAMES: Love, Love, my dear Charmer. [Approaches her LADY REVELLER: Oh, Cupid! How came that in your Head? SIR JAMES: Nay, ’tis in my Heart, and except you pity me, the Wound is mortal. LADY REVELLER: Ha, ha, ha, is Sir James got into Lord Worthy’s Class? You that could tell me I should not have so large a Theme for my Diversion, were you in his Place, ha, ha, ha: What, and is the gay, the airy, the witty, inconstant Sir James overtaken? ha, ha. SIR JAMES: Very true, Madam, you see there is no jesting with Fire. Will you be kind? [Gets between her and the Door LADY REVELLER: Kind? What a dismal Sound was there? I’m afraid your Fever’s high, Sir James, ha, ha. SIR JAMES: If you think so, Madam, ’tis time to apply cooling Medicines. [Locks the Door LADY REVELLER: Ha, what Insolence is this? The Door lock’d! What do you mean, Sir James? SIR JAMES: Oh, ’tis something indecent to name it, Madam, but I intend to shew you. [Lays hold on her (Centlivre, 2009, p. 105).

98 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029 from her not through the use of convincing words and well-reasoned discourses that help her see the error of her ways, but through the use of physical and sexual violence and the fatal consequences this could have for a woman at the time. Rape was a common motif in the theatre of the time, even in comedies; while Centlivre presents us with a supposedly comic scene where no actual violation takes place, the scene is quite dramatic and intense, as it works as a cathartic moment in which Lady Reveller is made aware of her actual lack of power. Several elements contribute to the drama of this scene: the fact that the two gentlemen have plotted this trick to tame the wild widow into obedience, the cultural implications of rape, the words Sir James’s uses to justify his actions and Lord Worthy’s own ‘reaction’ to the scene. All of these shall be analysed in detail. While it is true that (Ritscher, 2009, p. 6) by the end of the eighteenth century the nature of rape as a crime was changing from a property crime towards a crime against a person (Airey, 2012, p. 8; Catty, 1999, p. xiv), during the 1700s and even at the end of the century there was still a deeply ingrained belief that “as a woman belonged to her husband or father, in accordance with the rules of coverture, her violation represented an encroachment on male property rights” (Airey, 2012, p. 8). Thus, a woman who was raped was ‘damaged goods’ and a burden for her father, husband or closest male relative; in fact, and as Ritscher explains, “rape laws […] reflected the patriarchal view that considered women as the property of their husbands and conduits of male inheritance” (2009, p. 1). Because Lady Reveller is no man’s property and has claimed ownership over her own body, the threat of rape is even more damaging for her, as it means that she will be her own damaged goods; furthermore, this direct attack on her independence and on her self-government divest her from all of her self-possession and leave her doubting her identity. Sir James’s comments on her virtue reinforce these doubts that not only undermine her confidence but will also be the cause of her surrender to Worthy’s entreaties. During their struggle, Sir James verbally abuses Lady Reveller, telling her that because of her passion for gambling her reputation has been put into question and that where debts cannot be paid with money, they should be paid with other favours. He also argues that because Lady Reveller has openly flirted with men to win money from them and because of her mode of sociability, she is believed to be a woman of loose morals, confirming the words her uncle Richard threw at her inAct I.

Why this Question, Madam? Can a Lady that loves Play so passionately as you do,-- that takes as much Pains to draw Men in to lose their Money, as a Town Miss to their Destruction, that caresses all Sorts of People for your Interest, that divides your Time between your Toilet and Basset-Table; can you, I say, boast of innate Virtue?--Fye, fye, I am sure you must have guess’d for what I play’d so deep; we never part with our Money without Design,--or writing Fool upon our Foreheads; therefore no more of this Resistance, except you would have more Money. (Centlivre, 2009, p. 106)

99 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García

With his words, Sir James not only buttresses the strategy used to control the power that gambling women possessed, but he is also reinforcing gender ideas related to rape: that only unchaste women could be violated (Ritscher, 2009, p. 69). Thus, Lady Reveller, the female gambler who has been already warned about the risks to her reputation associated with her pastime, is not perceived by society and Sir James as a chaste lady, invulnerable and safe from violence and assault, rather, she is seen as a loose woman who should have no qualms about using her body as form of payment when the money is not at hand. Lady Reveller’s view of her own virtue is completely different to his and that of most of the Town: in spite of the common trope of the women gambler as unchaste, she sees herself as completely virtuous and she explains to her cousin that, unlike Lady Lucy herself, she possesses innate virtue and chastity rather than the outward appearance of it. It is precisely this belief that pushes her to cry out and raise the house to her help, since she feels that Sir James’s advances are an attack on that virtue,

LADY REVELLER: [Strikes it down] Perish your Money with yourself, you Villain! there, there; take your boasted Favours, which I resolv’d before to have paid in Specie; basest of Men, I’ll have your Life for this Affront. What ho, within there. SIR JAMES: Hush! ’Faith, you’ll raise the House. [Lays hold on her] And ’tis in vain- -you’re mine; nor will I quit this Room ’till I’m possess’d. [Struggles. LADY REVELLER: Raise the House! I’ll raise the World in my Defence; help. Murther! Murther. A Rape, a Rape Enter Lord Worthy from another Room with his Sword drawn. LORD WORTHY: Ha! Villain, unhand the Lady or this Moment is thy last. SIR JAMES: Villain, back my Lord. Follow me. [Exit. (Centlivre, 2009, p. 107) Sir James’s attempts at possessing Lady Reveller fail in that the gentleman never manages to make the lady his own, but they are also extremely successful in that they confront Lady Reveller with her vulnerability and precarious situation, pushing her into the arms of her ‘saviour’ Lord Worthy, who will finally take possession of the lady’s body and fortune. From the moment that she accepts Lord Worthy’s help and protection, Lady Reveller relinquishes her independence and the power she formerly had over Worthy, as their conversation proves,

LADY REVELLER: By the bright Sun that shines, you shall not go – no, you’ve sav’d my Virtue, and I will preserve your Life – let the vile Wretch be punish’d by viler Hands – yours shall not be prophan’d with Blood so base, if I have any Power---- LORD WORTHY: Shall the Traytor live? --Tho’ your barbarous Usage does not merit this from me, yet in Consideration that I lov’d you once--I will chastise his Insolence. (Centlivre, 2009, p. 107)

100 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029

Before this scene, Lady Reveller always had the last word in all of their conversations and quarrels and Lord Worthy was, more often than not, ignored, cut mid-sentence or dismissed. In this case, the roles have been inverted and Lady Reveller is divested of all her power which is now in the hands of Lord Worthy, who now becomes the dominant partner in this relationship. Lord Worthy’s words to Lady Reveller are of reproach for all of her slights, and although he does claim to have loved the lady once,8 audiences are left questioning the worthiness of a man who has allowed his friend to abuse his future wife. Furthermore, as Airey argues, rape is disempowering not just for the victim, who is robbed of her identity and of the ownership of her body, but also for the rapist himself, whose manliness and claim to authority over women is questioned (2012, p. 12). While nowadays we understand rape as “the vehicle of [the rapist’s] victorious conquest over [his victim’s] being” (Airey, 2012, p. 56), Restoration society usually associated rape with the rapist’s failure to buttress his own authority over women: this violent act was emasculating in their eyes. More interestingly, during the 1660s, the image of rape was used in drama and pamphlets as political propaganda by both Whigs and Tories (Airey, 2012, p. 6). Susan J. Owen explains that “both Whigs and Tories used rape as a trope of the monstrous, associated by Tories with rebellion and by Whigs with popery and arbitrary government” (Owen, 1994, p. 37); Susannah Centlivre’s openly Whig sympathies and her feminism associate rape and violence with Lord Worthy and Sir James’s attempts at limiting Lady Reveller’s independence; for the playwright, these two men and their plot to tame the widow into marriage are equated with the degeneracy of rape and with the illegitimacy of their claim to authority, on the basis of their deviant behaviour. Thus, Lord Worthy, as enabler and willing participant into the deception that brings Lady Reveller’s life of independence to an end, cannot fulfil the role of the well-intentioned reformer; in fact, Centlivre’s characterization of the gentleman, from his name to his actions, is intended as a satirical comment on the genre and the gender notions that sustained her society. It is quite clear that “Lady Reveller renounces gambling, not because she realizes it is morally wrong, but because she is threatened with rape” (Warren, 2003, p. 615). This ending makes readers question the fairness of the classification of the play as ‘sentimental’, since the genre is characterized by moral reformations, rather than

8 LORD WORTHY: Yet how have I been slighted; every Fop preferr’d to me – Now you discover what Inconveniency your Gaming has brought you into this from me would have been unpardonable Advice – now you have prov’d it at your own Expence. LADY REVELLER: I have and hate myself for all my Folly – Oh! Forgive me – and if still you think me worthy of your Heart I here return you mine and will this Hour sign it with my Hand. SIR JAMES: How I applaud myself for this Contrivance. LORD WORTHY: Oh, the transporting Joy, it is the only Happiness I covet here. Haste then my Charmer, haste the long’d-for Bliss. The happiest Minute of my Life is this. [Exit.

101 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García by forced or practical reformations and such changes in attitude, “the protagonist’s progress from ‘folly’ to realization, and then to remorseful transformation […] is […] as much an ideological journey as a moral one” (Gollapudi, 2013, p. 3). In fact, the lady’s acceptance of the marriage can be seen as a commentary on the unfairness of a society which looks upon the widow with suspicion as “threat to the social order” (Jankowski, 1992, p. 35) that needs to be contained and controlled. Since Lord Worthy proves inadequate to fulfil the role of the heroic reformer without whom the play would be incomplete, it falls to Lady Lucy, the widow’s cousin, to play the part of the virtuous relative who helps the gambler see the dangers of her vice. Described as “a religious, sober lady” (Centlivre, 2009, p. 236), Lady Lucy seems to be a good example of all the natural virtue and chastity women were privy to. As a representative of ‘honourable’ behaviour, she always compared to her cousin Lady Reveller and she is constantly trying to convince her to abandon her life of vices and frivolity. When she enters the stage in Act I, she, as her uncle has already done, immediately starts a sermon to reform her cousin, arguing that her liberal behaviour goes against nature, “Should all the world follow your Ladyship’s example the order of Nature would be inverted, and every good designed by Heaven become a curse; health and plenty no longer would be known among us” (Centlivre, 2009, p. 24. Author’s emphasis). After the decline of the deployment of alliance and with the arrival of the theory of the complementary spheres and a gender order based on difference (Fletcher, 1999; Shepard, 2006), Nature came to be invoked as the order of all things, especially of gender relations; thus the image of the obedient, meek maiden came to be regarded as ‘normality’, the normative gender role, while any other behaviour was classified as unnatural. An independence such as that of Lady Reveller would be considered to be a monstrous behaviour that went against all the inherent qualities of the female sex; as Bacon explains, “the widow is not a figure representative of Restoration society, but a figure at odds with that society, whose patriarchal conventions were designed to deny her autonomy” (Bacon, 1991, p. 436). Thus, Lady Lucy provides a conduit for the patriarchal naturalization of gendered behaviour and its division of females in normal and abnormal. While Lady Reveller’s life of sociability and her independence would be perceived as unnatural and contravening the natural order of things, Lady Lucy’s insistence on a virtuous life, would be the ideal femininity preached by the system and buttressed by the archetypical characters of reform comedy. Lady Lucy is very wary of her honour and reputation, of her fame as a proper lady; she sees her cousin’s behaviour as a threat to the good name of the whole family, and she is quick in her attempts at rehabilitating the gambling lady. As the potential heroine of this play she is very concerned about the reformation of the sinners around her and she tries to bring Lady Reveller and Sir James back to the righteous path. Just as her uncle Richard and Lord Worthy do, she associates

102 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 85-107. ISSN 1130-5029 gambling with flirting, representing “the loss of chastity as the greatest danger to betting women” (Rosenthal, 1996, p. 229),

[…] Oh, shame to virtue, that women would copy men in their most reigning vice! Of virtue’s wholesome rules we most unjustly complain, When search of pleasures give us greater pain How slightly we our reputation guard, Which lost but once can never be repaired (Centlivre, 2009, p. 256). Lady Lucy’s concern for her cousin’s reputation stems from the same place as Sir Richard’s: the damage that Lady Reveller’s actions may cause to their own fame and reputation as a noble lady. In fact, when she comes across Sir James after the mock-rape scene, her anger at him stems not from the violence he has subjected her cousin to or from the betrayal that his seduction attempt entails, but from the loss of honour that his actions have brought to her family, “Stand off, thou, basest of men, I have heard too much. Could’st thou choose no other house but this to act thy villainies in? And could’st thou offer vows to me, when thy heart, poisoned with vicious thoughts, was harbouring this design against my family?” (Centlivre, 2009, p. 285). While arguing with Lady Reveller about her refusal to quit gambling, Lady Lucy and her cousin debate the true nature of virtue and which pastimes encourage or discourage vice.9 In this exchange, audiences realise that Lady Lucy’s main concern is not whether Lady Reveller has committed any indiscretion, but rather whether the Town believes she has done so,

LADY LUCY: Methinks my Lord Worthy ‘s Assiduity might have banish’d the admiring Crowd by this Time. LADY REVELLER: Banish’d ‘em! Oh, mon cœur! what Pleasure is there in one Lover? ‘tis like being seen always in one Suit of Cloaths; a Woman, with one Admirer, will ne’er be a reigning Toast. LADY LUCY: I am sure those that encourage more, will never have the Character of a reigning Virtue. LADY REVELLER: I slight the malicious Censure of the Town, yet defy it to asperse my Virtue; Nature has given me a Face, a Shape, a Mien, an Air for Dress, and Wit and Humour to subdue: And shall I lose my Conquest for a Name?

9 LADY LUCY: I think the Playhouse the much more innocent and commendable Diversion. LADY REVELLER: To be seen there every Night, in my Opinion, is more destructive to the Reputation. LADY LUCY: Well; I had rather be noted every Night in the Front Box, than, by my Absence, once be suspected of Gaming; one ruins my Estate and Character, the other diverts my Temper, and improves my Mind. Then you have such a Number of Lovers (Centlivre, 2009, p. 54).

103 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García

ALPIEW: Nay, and among the unfashionable Sort of People too, Madam, for Persons of Breeding and Quality will allow, that Gallantry and Virtue are not inseparable. LADY LUCY: But Coquetry and Reputation are; and there is no Difference in the Eye of the World, between having really committed the Fault, and lying under the Scandal; for my own Part, I would take as much Care to preserve my Fame, as you would your Virtue. (Centlivre, 2009, p. 54). Her statement not only chips away at her façade as a virtuous lady, but makes audiences question her validity as the reformer that will help Lady Reveller return to the good path: rather than a virtuous lady, Lady Lucy seems to be a lady worried by the appearance of virtue, an impression that is reinforced by her reaction to the news of Sir James’s behaviour against her cousin, discussed above. As it was the case of Lord Worthy, the player’s characterization of Lady Lucy is punctuated by inconsistencies and statements that make audiences question her true intentions; for instance, although she claims that “the truest pleasure must consist in doing good” (Centlivre, 2009, p. 97), she advises Sir James to spend his money in good deeds since such a donation would serve not to improve the lives of those in need, but as a way to better his name and fame and be remembered as a philanthropist, “Would it not leave a more glorious fame behind you to be the founder of some pious work, when all the poor, at mention of your name, shall bless your memory?” (Centlivre, 2009, p. 97). In fact, although she is outraged at her cousin’s gambling, she seems “simultaneously disgusted and attracted by her suitor’s gaming habits and profligacy” (Kreis-Schinck, 2001, p. 82), by a behaviour which is certainly more censurable than that of her cousin and which comes from a man that she decides to marry.

3. CONCLUSION Although some critics have argued that The Basset Table is an example of a reform comedy of manners where the female gambler is reformed through the intervention of one or more virtuous friends, an analysis of the characters, the motifs and words of the play prove that, in fact, this is a satirical play which not only turns the conventions of the genre upside down, but which uses these conventions to put forward the playwright’s feminist Whig agenda. Rather than a tale of sin and redemption, Centlivre created an ironic play which criticises the lack of freedom that women had at the time and the unfair treatment society gave to those ladies who dared reclaim their bodies and persons as their own. Centlivre’s heroine is a sympathetic character who dares appropriate the manly privilege of individualism and is made to pay the price for her incursion into the male province of power: confronted with Lady Reveller’s independence and self- possession, society reacts by making her feel vulnerable to attack while providing the ‘safety’ from these attacks in the figure of Lord Worthy and his offer of marriage.

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Thus, the supposed sinner does not reform because she sees the error of her ways, but because her integrity is threatened and because she is scared into compliance. Furthermore, an analysis of the characters shows that there is no reformer that brings about the eye-opening experience that the sinner needs to ultimately renounce her misguided ways: while Lord Worthy and Lady Lucy seem good candidates on paper, their characterization as violent and jealous (in the case of the gentleman) and as selfish and frivolous (in the case of the lady), not only disqualifies them as heroes, but it also satirises the conventions of the genre, adding to the playwright’s criticism of her own society. Thus, the subversion of the ideals preached by the system and by the dramatic genre is complete and absolute. Centlivre appropriates and subverts, one by one, the topics, plots, characters and theatrical devices of sentimental comedy, creating a most subversive play that clearly puts into question an unfair system that denied women their freedom and agency. Still, and because Centlivre was aware of the need to satisfy her audiences, at the of the play, Lady Reveller accepts Lord Worthy’s proposal although she is made aware of the trick that has been played on her. Thus, the play closes with a marriage, as customary, and order seems to be restored. It seems that, as Rosenthal explains, “in spite of Centlivre’s clearly feminist intervention into the lady gambler trope, the ending of The Basset Table reveals the inherent limits of her feminist individualism” (1996, p. 237) which is reined in by her need to please audiences as a way to make a living: although the ending might seem anticlimactic for modern audiences, the fact remains that, “in comic as well as in social constraints, [Lady Reveller] has to get married before the play is over” (Rigamonti & Carraro, 2001, p. 62), a convention that, actually, does not take away from her feminist message, but rather strengthens it. In fact, Lady Reveller’s marriage serves as a way to comment on the unfairness of a system that uses marriage as a way to control women and limit their agency, especially in the case of a legally independent widow whose passion for gambling invests upon her an unprecedented level of self-sufficiency which poses a threat to patriarchal power. Thus, the only solution is to force this widow into matrimony, since “a remarried widow would again become governed by a man and thus acceptable to the patriarchal social structure” (Jankowski, 1992, p. 35). Thus, in this play, we can conclude that rather than creating a true reform comedy, Centlivre subtly “criticizes a patriarchal society that strove to control and dominate women physically, emotionally, and financially” while still catering to the tastes and wishes of her audiences allowing for certain theatrical conventions to be maintained so as “to meet accepted dramatic conventions, thereby assuring the success of her play” (Fowler, 1996, p. 59)

105 Stretching the limits of gender and the genre – Laura Martínez-García

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Una mirada sobre las masculinidades en los reales mineros del México colonial: violencia y honor en Zacatecas, siglo XVIII

Isabel M. Povea Moreno Universidad Autónoma de Baja California (México)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029

Una mirada sobre las masculinidades en los reales mineros del México colonial: violencia y honor en Zacatecas, siglo XVIII.

A view of masculinities in mining societies of Colonial Mexico: violence and honor in Zacatecas, Eighteenth-Century

Isabel M. Povea Moreno Universidad Autónoma de Baja California (México) [email protected]

Fecha de recepción: 14 de noviembre de 2018 Fecha de aceptación: 13 de febrero de 2018

Resumen Este artículo analiza, desde una perspectiva social, las causas o motivaciones de las riñas y los enfrentamientos que tienen lugar en Zacatecas durante el siglo XVIII. De ese modo, se percibe la relación entre esa violencia trivial con la configuración de género, pues muchos de los comportamientos desarrollados estaban asociados a los sentimientos de masculinidad de los hombres de esa época. Desde el punto de vista teórico, se hace un recorrido suscinto por las principales aportaciones historiográficas sobre la problemática analizada. Todo ello demuestra que las expresiones de masculinidad de los zacatecanos no fueron distintas a la de otras poblaciones de Nueva España.

Palabras claves: Masculinidades; Honor; Violencia; Minería: Zacatecas (México); Siglo XVIII.

Abstract This article analyzes, from a social perspective, the causes and motives that triggered fights and confrontations in Zacatecas in the Eighteenth-century. It sees a relationship between trivial violence and gender configurations because the behavior of men was associated to masculinity feelings of that time. From a theoretical point of view, it makes a concise review of the main historiographical contributions of the topic. All of the above demonstrates that masculinity portrayed by men in Zacatecas was not different from other masculinities in New Spain.

Keywords: Masculinities; Honor; Violence; Mining; Zacatecas (Mexico); Eighteenth-Century.

111 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno

Para citar este artículo: Povea Moreno, I. M. (2019). Una mirada sobre las masculinidades en los reales mineros del México colonial: violencia y honor en Zacatecas, siglo XVIII. Revista de humanidades, n. 36, pp. 109-128. X. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Las masculinidades en la historiografía sobre el México colonial: unos apuntes. 3. Una aproximación a las masculinidades en Zacatecas, siglo XVIII. 4. Conclusiones. 5. Fuentes publicadas. 6. Bibliografía.

1. INTRODUCCIÓN

“The frequent use of the knife is also a sufficient discouragement to a stranger’s visiting the city. […] The people of the mining districts have the carácter of being more lawless and unruly than those whose occupations are different; and whatever may be the truth of this imputation as regards other mining states, the Zacatecanos are somewhat worse that their neighbours” (Lyon, 1828, pp. 260-261) Estas palabras de Georges Francis Lyon describen muy bien la imagen que muchos viajeros y otros testigos tuvieron de los hombres de los reales mineros. En no pocas ocasiones éstos han sido descritos como soberbios, derrochadores, provistos de un carácter indisciplinado y dados al libertinaje.1 Una imagen que se construyó, desde el periodo colonial, en contraposición a la de otras comunidades, como las campesinas. Francisco del Ajofrín escribía “el carácter y genio de los mineros es raro, y sólo quien haya visto los reales podrá creerlo” (Ajofrín, 1959: 270). Algunos explicaron ese carácter peculiar relacionado con la actividad minera que se desarrollaba en esos poblados, es el caso de Francisco Mourelle, un marino español que visitó Guanajuato a finales de 1790. Éste señaló que la plata que se hallaba en las entrañas de aquellos cerros estaba en el origen de “los vicios y males” que en esa ciudad había observado (Mourelle, 1989, p. 109) Algunos funcionarios y eclesiásticos, de igual forma, advirtieron de los desórdenes y actitudes relajadas de los reales mineros. Por ejemplo, el sacerdote Miguel Martínez, de Guanajuato, en un Sermón de gracias pronunciado tras unos temblores y estruendos que tuvieron lugar en ese centro minero en 1784, expuso la relación inherente entre los pecados cometidos por los vecinos de Guanajuato y el desastre:

1 Sobre la configuración de esta imagen negativa en el marco de una dinámica utilitarista, que perseguía disciplinar y controlar a los trabajadores mineros, véase Povea, 2017.

112 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029

“Quiere Dios destruir […] á Guanaxoato por los pecados de sus vecinos, y la primera noticia de su ruina parece que iba á ser ruina misma […] No nos queda otro partido, Christianos Oyentes, que aplacar la Justicia de Dios irritada por nuestros crímenes” (Marmolejo, 1911, pp. 228-233) Los desenfrenos y la violencia presentes en los poblados mineros también han captado la atención de los historiadores dedicados al análisis de esas sociedades. Este carácter violento se ha pensado dentro del contexto y características mineras (Flores Clair, 1997). La movilidad geográfica de su población, la impronta de la actividad minera en la estructura ocupacional, la diversidad étnica y cultural y el alto poder adquisitivo marcaron las relaciones sociales y actitudes de estas poblaciones. Por ejemplo, el hecho de tratarse de poblaciones fluctuantes y con poco arraigo ayuda a explicar el ambiente hostil y violento característico, pues la falta de vínculos fuertes con la comunidad otorgaba al transgresor mayor facilidad para huir y esquivar a la justicia civil o eclesiástica (Mancuso, 2007, pp. 56-57 y Guerrero Galván, 2010, p. 139). Sin embargo, en este lugar me interesa analizar la relación entre violencia -física o verbal- e identidades o configuraciones de género. En el Antiguo Régimen, las disputas y rivalidades entre hombres se debían, en muchos casos, a una defensa de los valores masculinos. La masculinidad vulnerada podía ser restituida a través de respuestas agresivas que originaban conflictos y pugnas. Si un hombre entendía que ciertos atributos de su identidad masculina –dominación, fuerza física, virilidad, valentía, honestidad, etc.- habían sido cuestionados, su reacción no se hacía esperar. De este modo, insultar de tramposo a alguien podía ser origen de una disputa que involucrase cuchillos y/o piedras, pues con tal insulto se estaba poniendo en duda su honradez y decencia, lo que en último término cuestionaba su posición en la comunidad masculina (Undurraga, 2008a, p. 180). Percibir las motivaciones de las riñas y los pleitos nos permitirá evaluar si la violencia presente en las sociedades mineras novohispanas no era muy distinta a la que tenía lugar en otros ámbitos; desde luego, no se debe pensar exclusivamente como consecuencia de las características propias de los pueblos mineros. Determinados sucesos pueden proyectar una imagen de los reales mineros dominada por la violencia trivial, donde los hombres sacaban rápidamente y ante la menor provocación sus navajas. A ello apuntan las palabras de George F. Lyon que dan comienzo a esta introducción. En efecto, al observar las fuentes judiciales, especialmente las causas criminales, se descubre ante nosotros un universo minero muy violento e impetuoso. En muchos casos, detrás de esos choques interpersonales, cotidianos y fortuitos encontramos unos comportamientos sociales asociados a los sentimientos de masculinidad presentes en los hombres de esa época. El análisis de esos comportamientos es el objeto de este artículo, lo cual permitirá rastrear cómo estos individuos expresaban su identificación masculina, defendían su posición social y protegían su reputación laboral. Mi aproximación se realizará a partir del

113 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno caso de Zacatecas y a través del análisis de causas criminales que fueron vistas por las autoridades de primera instancia en esa ciudad minera.

2. LAS MASCULINIDADES EN LA HISTORIOGRAFÍA SOBRE EL MÉXICO COLONIAL: UNOS APUNTES. Los análisis de género relativos a las mujeres han experimentado un considerable empuje y han ofrecido resultados muy valiosos en las investigaciones históricas durante las últimas cinco décadas. Frente a esta amplia trayectoria, los estudios sobre los hombres desde una perspectiva de género tienen un recorrido más corto, aunque a lo largo de los últimos veinticinco años su número se ha incrementado notablemente. Destacan los trabajos para el periodo contemporáneo debido al interés por comprender los cambios que la masculinidad dominante ha estado experimentando en los últimos tiempos, en cambio los análisis centrados en el Antiguo Régimen no han recibido la misma atención. En este sentido, han sido pioneros los estudios sobre el ámbito anglosajón.2 En el caso de América Latina, y en especial, de México, el interés por esos temas ha sido, en general, algo más tardío; aunque hoy día contamos con trabajos sólidos que nos invitan a reflexionar y reinterpretar la historia de los hombres. El estudio de la configuración teórica del rol masculino y su translación a las prácticas y las conductas sociales permite conocer sus principales rasgos culturales, así como sus variaciones en el tiempo; de este modo, la masculinidad se evidencia como una representación social que no es inmutable, sino que presenta alteraciones según las épocas y culturas. Es más, para una misma época, aunque existan comportamientos dominantes, se podría hablar de masculinidades -y no de masculinidad-, conectadas con los distintos contextos espaciales, laborales, étnicos, etc. Por ejemplo, los valores, los atributos y las conductas relacionados con los hombres eclesiásticos no eran los mismos que los asociados a los legos. En cuanto a los primeros, Asunción Lavrín, a partir del análisis de las representaciones del ideal del hombre santo en las historias escritas de las órdenes mendicantes, señala que la hombría se manifestaba en elementos y expresiones tales como la virginidad masculina y el deseo del martirio (2004). Por el contrario, una sexualidad activa era una cualidad que revestía a los hombres laicos y que, en el caso de América en general, aparece ligada al proceso de conquista, donde fueron muy comunes las experiencias de posesión sexual de las mujeres indígenas, a pesar de la tradición y moral cristiana que imponía la monogamia (Molina, 2011, pp. 193-195; Tovar- Hernández y Tena Guerrero, 2015, p. 46). También se aprecian contrastes entre las actitudes y los atributos masculinos que se vinculaban con los hombres de origen hispano y los que se enlazaban con los distintos grupos étnicos americanos. El cabello

2 Una breve reseña de la historiografía sobre la masculinidad para el periodo 1650-1800 en el mundo británico, en Harvey, 2005.

114 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029 largo era un rasgo cultural que identificaba a los hombres indígenas (Caillavet, 2005, p. 29-30); además éstos retomaban, en algunos contextos, costumbres ancestrales como la de pintarse el cuerpo (Castro, 2012b, p. 58). Mientras que para los hombres hispanos, el rol masculino se enlazaba a otros atributos como el pelo corto o la barba (Caillavet, 2005, p. 30-31). La multiplicidad de formas de masculinidad no impide que exista un modo hegemónico, articulador de las relaciones de poder (Connell, 1997, pp. 39-42). Muchos de los atributos y las prácticas de esta masculinidad dominante pertenecen a ideales vinculados con grupos sociales altos. Podemos pensar, por ejemplo, en los códigos de honor, reiterados en el discurso de la élite como elementos de exclusión social y marcadores de una posición elevada. De este modo, esos códigos de comportamiento eran exigidos, principalmente, a los individuos de las capas altas de la sociedad (Castro, 2000, p. 65). La defensa del honor, por tanto, suponía la salvaguardia de una posición social privilegiada, pero, al mismo tiempo, podía constituir una defensa de la hombría, una reivindicación de los atributos de la masculinidad dominante. El honor masculino era una condición, además, enlazada a la honra de la esposa; así como escribe Teresa Lozano “un marido debía emplear su hombría sobre todo en la defensa del honor de su esposa, del que dependía el suyo propio” (Lozano, 2005, p. 211). Si bien, en algunos casos, los hombres podían denunciar el adulterio o mala conducta de sus esposas, aunque ello pudiese cuestionar su honor, para evitar las acusaciones de afeminados si se llegaba a hacer pública la conducta de la esposa (Lozano, 2009, p. 45). Se debe tener en cuenta, al respecto, que en el acto de deshonra el ámbito público, aunque se tratase sólo de murmuraciones y rumores, jugaba un papel clave, pues otorgaba el carácter de escandaloso al incidente y hacía necesaria, por tanto, una respuesta contundente para salvaguardar el honor mancillado. En este punto es necesario señalar que las otras masculinidades, que podrían denominarse subalternas o marginadas, no eran ajenas a la hegemónica.3 Ciertas ideas, creencias y representaciones trascendieron los límites marcados por la posición social e impregnaron a los diferentes sectores de la sociedad. Así, en las últimas décadas, los aportes de la historiografía del honor en la América hispana sustentan que dicha noción estuvo presente en la vida cotidiana de personas de todos los grupos sociales. Ahora bien, no todos los autores interpretan de igual forma el modo en que tiene lugar esa apropiación. Para algunos, como Lipsett-Rivera, los sectores populares reproducían actitudes similares a la élite en lo que a los roles de género se refiere (2012); para otros, las connotaciones y representaciones a la hora de apelar al honor diferían según el lugar social (Lozano, 2005, p. 211; Undurraga, 2008b). Según esta última visión, los usos sociales del honor se amoldaban al estrato

3 Es cierto que las masculinidades homosexuales suponían un rechazo a las normas y expresiones de la masculinidad hegemónica pero fueron silenciadas, sometidas a una fuerte represión y, por tanto, vividas de forma reservada. Uno de los primeros trabajos sobre la homosexualidad en Nueva España: Gruzinsky, 1986.

115 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno social de los individuos y articulaban distintos modos de cumplir con los cánones de la masculinidad. La jerarquización de la sociedad colonial cruzaba la condición masculina, generando dinámicas particulares en los planos vertical y horizontal. Los hombres subalternos, en palabras de Steve Stern, “no podían competir con los hombres de la elite en un terreno de virilidad definido por los hombres privilegiados de la sociedad. (...) Pero lo que podían hacer en contextos verticales era redefinir la virilidad en el terreno de la valentía personal” (1999, p. 241). En este marco de diversidad y re-significación de las experiencias masculinas se realizará la aproximación a la configuración del rol masculino por parte de los hombres de los reales mineros.

3. UNA APROXIMACIÓN A LAS MASCULINIDADES EN ZACATE- CAS, SIGLO XVIII. El 22 de marzo de 1761, un hombre apodado ‘Tumba la muerte’ entró en la pulpería que se hallaba en la plaza mayor de Zacatecas; allí tuvo una discusión con el cajero Fernando Torizes a causa del vuelto.4 Tras intercambiar unas palabras, el cliente abrió su navaja, lo que irritó a Torizes quién saltó el mostrador, se abalanzó sobre él fuera de la tienda y terminó herido. A primera vista parece el comportamiento de dos hombres que han perdido el control por un simple vuelto. Sin duda para comprender estas prácticas de violencia interpersonal, hay que prestar atención al contexto y a lo que Sonya Lipsett-Rivera ha llamado “guiones de violencia”, es decir los patrones o pautas que seguían los protagonistas de las riñas y disputas (2007). Sin olvidar el papel de estos actos agresivos en la construcción de los atributos asociados a las identidades. En el incidente ocurrido en la tienda los insultos y el espacio público en el que tiene lugar son aspectos importantes. En estas culturas donde el honor era un valor central en las relaciones sociales, no era extraño que las palabras y expresiones ofensivas originaran conductas violentas en defensa de la hombría rebajada. Entre hombres de la misma condición social la falta de respuesta a la ofensa podía ser entendida como debilidad y cobardía.5 De este modo, Torizes afirmaba que se arrojó contra el cliente porque éste le había maltratado con palabras injuriosas. Además, fue insultado ante otros hombres que se encontraban en esos momentos en la tienda, por lo que no podía dejar sin réplica las palabras que atentaban contra su honra. Es factible pensar que esas palabras dichas en un lugar privado sin testigos no hubiesen enardecido de igual forma al cajero. La presencia de testigos era lo que imprimía mayor validez tanto a las injurias como a la reacción del injuriado.6 La reputación de Torizes quedó entredicha ante los presentes, por lo que se hacía necesario

4 Archivo Histórico del Estado de Zacatecas (AHEZ), Criminal Colonial, caja 9, exp. 2. 5 Si entre iguales la respuesta era algo lógico, en las relaciones entre hombres de clase alta y sus subalternos era diferente. Los subordinados debían soportar los insultos en silencio, como reflejo de su desventaja social. Véase Stern, 1999, pp. 232-240. 6 Sobre el delito de injuria en Nueva España puede verse: Salomón Pérez, 2008.

116 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029 reivindicarla por la fuerza. Para su desgracia, su contrincante disponía de una navaja con la cual lo hirió en el hombre izquierdo. Las agresiones verbales dirigidas a hombres podían dañar seriamente la imagen masculina proyectada por ellos. Por ese motivo, en ocasiones, la violencia verbal obtenía como respuesta violencia física, siendo origen de riñas y peleas. Cuando los insultos se referían al comportamiento sexual de la esposa, lo que se estaba cuestionando era la virilidad del marido. Con insultos indirectos a las mujeres como cornudo o cabrón, se exhibían socialmente ciertos comportamientos alejados de las pautas morales y se dañaba la identidad masculina. En una sociedad donde la mujer era una eterna menor de edad, al menos sobre el papel, el hombre debía controlar a su esposa y ser responsable de sus acciones, quedando su honor vinculado a la sexualidad de su esposa, e incluso de su amante.7 Por eso los insultos sexuales imputaban al hombre pérdida de autoridad y de virilidad y estaban enlazados con brotes de violencia física. Ahora bien, la reacción no siempre fue contra quien había proferido las palabras denigrantes. Por ejemplo, en 1763, en una “riña de voces” entre Francisco Camacho y Tomás de Aguayo, el primero llamó cornudo al otro.8 La cosa no llegó a mayores entre ellos, pero una vez en su casa Aguayo recriminó a su esposa, María Isabel de Torres, por su supuesta conducta inmoral, dejó de frecuentar su casa y cuando coincidían sólo la injuriaba. De modo que fue ella la que acudió a la justicia para querellarse contra Camacho con objeto de “quedar yo así con mi esposo como con todos los demás mis vecinos con toda honra y la buena opinión y fama con que he vivido”. Ella quería vindicar su honra y así restablecer el honor de su marido. Camacho en su defensa no negó haber llamado cornudo a Aguayo, pero afirmó haberlo dicho en un momento de enojo y sin ánimo de injuriar al matrimonio, pues reconocía que ambos eran “muy honrados y de buena veda”. Esto nos permite pensar que muchas de estas expresiones se emplearon de forma simbólica o como insulto genérico sin el contenido sexual original.9 La honorabilidad, la sexualidad o la posición social podían ser atacadas con palabras denigrantes. Las explosiones de violencia originadas o precedidas por esas palabras nos hablan de un sentimiento de masculinidad herido. No obstante, como nos muestra el caso anterior, no siempre la violencia fue el medio empleado para recuperar el honor o la masculinidad mancillada. En ocasiones, el honor herido se reivindicaba recurriendo a la justicia. Fue el caso también de José María Páez encargado de la tienda de raya de la mina San Acacio. Éste se querelló civil y criminalmente contra Francisco Magallanes, operario de dicha mina, porque le había

7 Como indica Ann Twinam, “el código colonial del honor intentaba controlar la sexualidad femenina a través de la virginidad o mediante la castidad marital” (1991, p. 132). Sobre la naturaleza pecadora de la mujer y la necesidad de un tutor, véase Fiorentini Cañedo, 2011. 8 AHEZ, Criminal Colonial, caja 9, exp. 16. 9 Taylor señala que muchas veces los insultos sexuales (cabrón, joto, cornudo, carajo…) se emplean de forma figurativa, sin implicaciones (1987, p. 128). Lipsett-Rivera también afirma que palabras como cabrón o cornudo en ciertos contextos pierden el significado original (2009, p. 494).

117 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno abofeteado marcándole el rostro e injuriado con palabras indecentes como “carajo y demás despechos que usa esta gente abandonada”.10 A las injurias también se sumaron la hermana y la esposa de Magallanes. Sin duda el empleo del término carajo, alusión sexual que implicaba cobardía (Taylor, 1987, p. 128), junto a la agresión al rostro, acto que afectaba a la parte del cuerpo más conectada con el honor,11 perseguían deshonrar y vilipendiar al comerciante Páez. Ante tal humillación pública, en otras ocasiones, la respuesta hubiese sido la descarga de su ira contra los agresores, en cambio la respuesta de Páez no fue la confrontación directa; aspecto que recalcó en su demanda:

“No me desentenderé de asentar que irritado de esta injuria (…), me vi casi en términos de arrollarlos usando de fuerzas a que no habrían podido resistir; pero aquel gran Dios en cuya poderosa, invisible, mano están visiblemente los corazones de los hombres, contuvo el mío con reflexas que me sujetaron a la legal resolución de solicitar en la autoridad de la justicia la satisfacción de mis injurias, y el castigo de aquellos crímenes no en ofensa de la discreción fraterna, como lo protesto; sino para precaverme en lo sucesivo de tales arrojos, y aun mayores que sin ligereza puedo recelar de este sujeto y de toda la agavillada familia de los Magallanes y de sus parciales y valedores”. Como vemos, a pesar de las injurias “de obra y palabra”, logró controlar su rabia y reivindicar su honor a través de las instituciones judiciales. En este caso el contrapunto a la deshonra estuvo constituido por una respuesta legal ligada a una serie de virtudes como la templanza y la prudencia. De tal forma, con su testimonio, Páez trataba de convencer de sus habilidades y virtudes masculinas una vez que su honra había sido vulnerada, al tiempo que insistía en “la conocida decencia de mi persona, distinguida por mi origen y apreciable conducta” y en la distancia social que existía entre él y sus injuriantes. Así, Páez se presentaba como alguien decente y de conducta respetable, mientras subrayaba el comportamiento temerario, insolente y peligroso de Magallanes. En este sentido apreciamos que los parámetros a los que acudía Páez para ser un hombre honorable se circunscribían a unos códigos de conducta y a un origen concreto. Para él, reparar su honor pasaba por enfatizar sus virtudes y rebajar las de su adversario. De ahí que comience su denuncia describiendo al operario de minas como alguien de “insolente arrojo y temerarios procedimientos como es público y notorio”. No se debe olvidar que al igual que era necesario el reconocimiento público para validar el sentimiento de honor, era preciso el conocimiento público de la mala conducta y reputación para hacer efectivo el deshonor. Este caso da pie para señalar un aspecto fundamental a la hora de comprender la relación entre los códigos de honor y las jerarquías sociales. Las expresiones de

10 AHEZ, Criminal Colonial, caja 12, exp. 24. 11 Sobre el simbolismo de estos actos de violencia y la relación entre cabeza y honor, véase Lipsett-Rivera, 2007, pp. 187-192.

118 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029 masculinidad presentaban diferencias de acuerdo a la posición social. El discurso de Páez, como vemos, trata de marcar las diferencias sociales entre él y su rival, por ello hace hincapié en su comportamiento decoroso y moderado ante las injurias y agresiones de Magallanes. En el código de honor que operaba para Páez había un trasfondo cultural que otorgaba a los hombres de estatus superior una conducta sosegada que los distanciaba de los de posición social inferior, más impulsivos y violentos. Como escribe Stern: “Los hombres honorables (…) sucumbían con menos facilidad a las explosiones por nada, y rara vez explotaban con gran ira” (1999, p. 233). Lo que no significa que consintieran las vejaciones, sino que optaban por otros medios para reparar su honor. Desde luego no debemos ser ingenuos y suponer que Páez recibió pasivamente la afrenta tal y como relata, ni pensar que Magallanes fue quien inició el conflicto. En muchas ocasiones, como señala Undurraga para el caso chileno, el recurso a la vía judicial llegaba cuando no se lograba resarcir la reputación a través de la agresión verbal y física (2012, p. 68). Lo que me interesa, en este lugar, es tratar de comprender la referencia de Páez a su condición social y a su conducta sosegada como reflejo de una noción de masculinidad jerarquizada a la que se recurría ante el aparato judicial. Otro caso que termina resolviéndose por la vía legal fue el que involucró al comerciante Agustín de Arteaga encargado de la tienda de la mina de San Acacio y a Juan Cristóbal Carrillo, estanquillero de tabacos.12 El primero se querelló civil y criminalmente contra el segundo porque le había provocado “con palabras injuriosas y denigrativas”, que él omite reproducir por “sucias” pero algunas de ellas llegan a nosotros a través de las declaraciones de los testigos. La agresión, de palabra y de obra, había dañado directamente el honor del comerciante y éste acudía a la justicia para su desagravio. Afirmaba que las ofensas, por su gravedad, podían haberlo hecho enojar hasta montar en cólera, en cambio había contestado educadamente, como era propio de su “buena crianza”, pero ante la terquedad de Carrillo resolvió acudir a la justicia. Al igual que en el caso anterior, el querellante resaltaba su comportamiento contenido y templado frente a la conducta insultante del querellado. La percepción de ese tipo de actuación cortés como algo honorable pudo estar detrás de esa respuesta pacífica, pero también las armas cortantes que poseía Carrillo pudieron disuadir a Arteaga de defender su honra a través de la violencia.13 El conflicto despuntó cuando Carrillo dio cuenta a Rafael de las Piedras, alcalde ordinario de segundo voto y asentista del ramo de vino mezcal, del proceder de Arteaga, a quien acusó de contrabandista. Carrillo como comisario del asentista llevó a Arteaga una carta en la que se le reconvenía por su conducta; pero no sólo actuó como mensajero, pues aprovechó la ocasión para injuriar e insultar al comerciante a quien llamó “gachupín engreído”, “borracho” y “carajo”, entre otras cosas. La

12 AHEZ, Criminal, caja 11, exp. 8. 13 Estos son algunos de los motivos que explicaban una respuesta no violenta a la ofensa. Véase, Undurraga, p. 68-69.

119 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno situación se agravó con las amenazas de muerte exclamadas por el estanquillero. Cuando el administrador de la mina llegó auxiliado por otros hombres, Carrillo les participó que iba a “quitar la vida a ese gachupín de mierda carajo y a la grandísima puta de mi mujer”. Esto último apunta a un conflicto inmanente entre ambos hombres al margen de las supuestas actividades contrabandistas del comerciante. Es más, antes de acudir a la tienda regentada por Arteaga, Carrillo había tratado de herir con una daga a su esposa, Juana María Ortiz de San Pedro. Por lo tanto, las injurias e insultos proferidas por Carrillo tuvieron su origen en un sentimiento de menoscabo de su hombría. Sorprende que en el proceso nadie mencione la posible relación amorosa entre Arteaga y la esposa de Carrillo, pero sus acciones, maltratar primero a su mujer y acudir después a la tienda en busca de Arteaga, vislumbran que él, por motivos que desconocemos, pensaba que entre ambos había una relación sexual. Su estado de ebriedad probablemente vivificó sus sospechas y lo incitó a actuar de esa forma. La embriaguez otorgaba a los hombres el coraje para la confrontación y la violencia que generaba, como han señalado algunos autores, no era indiscriminada (Lipsett- Rivera, 2009, p. 492; Taylor, 1987, pp. 105, 113-114). Por su parte, Arteaga no menciona nada sobre el asunto, ni siquiera el insulto que Carrillo profirió a su propia esposa, del que sí dan cuenta el resto de testigos. También se optaba por recurrir a la justicia para resarcir el honor en los casos de rapto. En ocasiones el rapto tenía lugar con el consentimiento de la mujer, sin embargo, otras muchas veces, como explica Barahona, implicó la coacción y el uso de la fuerza (Barahona, 2006, pp. 263-264). En uno de los casos de rapto analizados la causa se abre no por el rapto en sí, sino por las injurias que recibe el familiar de la mujer raptada a raíz del suceso.14 Se trataba de una defensa de la reputación y el honor masculino; se debe tener en cuenta que el rapto era considerado un delito contra la familia y la voluntad de los padres, más que contra la mujer secuestrada. La documentación de otro rapto, ocurrido en el real de minas de Sombrerete en 1789,15 nos permite comprobar como el esposo de la mujer raptada acude al párroco y juez eclesiástico para dar cuenta del suceso, demandar al secuestrador y averiguar el paradero de su esposa. Sin lugar a dudas el secuestro podía tener consecuencias nefastas para la reputación de la mujer, pero sobre todo para la del marido. Con la deshonra de la mujer, los hombres de su entorno (padre, marido, hermano, tutor, …) veían dañado su honor y masculinidad, ya que el rapto cuestionaba la autoridad, fuerza y virilidad de esos hombres. El valor viril de los hombres se reflejaba en su capacidad de defender el honor de sus mujeres -hijas, esposas o hermanas-, el cual descansaba en virtudes como la virginidad, castidad, obediencia o sumisión. Las relaciones ilícitas de una mujer casada suponían la deshonra del marido pues constataban su falta de control y poder

14 AHEZ, Criminal Colonial, caja 11, exp. 9. 15 AHEZ, Criminal Colonial, caja 12, exp. 27.

120 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029 sobre su mujer. Aunque es necesario resaltar que lo que más afectaba a la honra de la mujer, y por ende a la de su marido, no eran las relaciones sexuales paralelas, sino que éstas se hicieran de conocimiento público. Se trataba, por tanto, de una cuestión de apariencias, hasta el punto que era preferible un adulterio oculto antes que una mala reputación pública, aunque ésta fuese infundada (Lozano, 2007, p. 167). El caso que involucró a los empleados de la mina de San Acacio y a las mujeres de los operarios es un buen ejemplo de la importancia de la revelación pública del adulterio femenino. El abril de 1778 el corregidor de Zacatecas, José de Miera, tuvo noticias de que en la tienda y galera de la mina de San Acacio el administrador de la misma y otros dependientes cometían excesos con las mujeres de los operarios. Por esa razón envió una carta al administrador de la mina, Francisco Tadeo de Esparza, llamándole la atención y pidiéndole que pusiese fin a esos desórdenes “con la oferta de que este negocio no llegara a oídos del señor alcalde don Ventura Arteaga”, representante del propietario de la mina, José de la Borda.16 Sin embargo, Esparza consideró que la persona que había denunciado esos delitos –para él un calumniador- seguiría dando vuelo al rumor; para evitar eso y mantener ileso su pundonor sólo le restaba acudir a la justicia. Pero lo cierto era que no sólo su honor estaba en juego. Según el testimonio de Isabel Pichardo, la denunciante, las mujeres de los operarios eran manoseadas por el administrador y otros dependientes cuando iban a llevar la comida a sus maridos o a la tienda de la mina. Además, subrayaba que varios empleados -administrador, mayordomos-, aprovecharon su posición para amancebarse con algunas de estas mujeres casadas. Excesos que, al parecer, eran bien conocidos en la mina aunque pocos se atrevieron a declarar sobre el asunto. Ello se debía, según el barretero José Matías Morales, a las amenazas y coacciones que los operarios de dicha mina sufrían de mano de sus mandones. Pese a esto, los pocos testigos denunciaron la incontinencia de esos empleados y sus tratos ilícitos con mujeres casadas, al tiempo que insistían en la condición “pública y notoria” de esas relaciones. Las apariencias habían quedado rotas y el escándalo estaba servido. Por ello, el asesor consideró necesario intervenir a pesar de que los maridos de las adulteras no habían denunciado el delito. Debe tenerse en cuenta que si el marido no denunciaba la relación adúltera de su esposa, las autoridades no estaban obligadas a intervenir (Vilanova y Mañes, 1807, pp. 164-168). En este caso lo hicieron por tratarse de unos desórdenes que habían trascendido de la esfera privada; ahora bien, intentaron llevar el caso con la mayor prudencia por si se trataba de algo público sólo entre los pobladores de la mina y no en toda la ciudad. Quizás, esto último explique lo leve del correctivo. El administrador y los empleados fueron amonestados y a las esposas adulteras se les advirtió que de seguir con esas relaciones serían castigadas severamente. En medio de este proceso, Mariano Sánchez, capitán de barras de la citada mina, acudió a las autoridades porque había oído decir que su esposa mantenía una

16 AHEZ, Criminal Colonial, caja 10, exp. 32.

121 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno relación ilícita con el administrador de la mina. Seguro de la falsedad de tal hecho, no presentó denuncia contra su mujer, sino contra Isabel Pichardo que según él era la persona que había dado vuelo a ese falso rumor. El recurso de Sánchez responde a su deber masculino de proteger la reputación de su mujer, de la que dependía el honor de él. Este caso muestra muy bien lo vulnerable que eran los atributos ligados a la masculinidad, éstos quedaban empañados no sólo con un mal comportamiento comprobado -del hombre o las mujeres de su entorno-, sino simplemente con murmuraciones de una conducta inmoral, aunque ésta no fuera cierta. Como vemos en los pleitos que entablan, los hombres de los centros mineros, al igual que los de otros ámbitos, se esforzaron por reclamar y defender atributos asociados a la masculinidad, como eran la virilidad, la fuerza física o la valentía. De igual modo, reivindicaron otros atributos y virtudes vinculados con el mundo laboral, pero que apuntaban de forma latente a un sentimiento de deber masculino. Por ejemplo, los hombres eran, en teoría, los sustentadores de sus familias; el ser proveedores del sustento era una de sus funciones -o deberes- masculinas por lo que necesitaban procurarse un buen trabajo. Para esto último, debían demostrar que eran poseedores de atributos positivos como la laboriosidad o la honestidad. En la actividad minera, donde los empleados y operarios estaban rodeados toda la jornada laboral de metales preciosos, se requería de hombres íntegros y honestos. Cuando el minero Bartolomé Bravo de Acuña, conde de Santa Rosa, descubrió que Juan Antonio Rodríguez, ayudante de azoguero en la hacienda de beneficio de Benitillas, le había estado robando, comentó que lo había puesto en ese cargo porque lo consideró un hombre que “aseguraba el buen uso y manejo de los metales”.17 Esas eran las cualidades deseables para trabajar en las minas y en las haciendas de “sacar plata”; al mismo tiempo, la fama de ladrón constituía un importante impedimento a la hora de encontrar un lugar donde trabajar. La palabra ladrón era uno de los insultos más comprometidos para un trabajador minero. Por ejemplo, en el real de Vetagrande, en 1797, Miguel Cevallos llamó repetidas veces “ladrón” al velador de la mina Macías, José Eulogio Richarte. 18 Con ese término no sólo estaba cuestionando su capacidad para desempeñar el cargo asignado en la mina, también estaba agrediendo su honor como hombre de bien.19 De hecho, a raíz del incidente, Richarte fue separado de su trabajo, es decir, de su medio de subsistencia e iba a tener muchas dificultades para lograr una nueva ocupación al haber sido sindicada su “buena fama”. El velador acudía a las instancias judiciales para resarcir su “hombría de bien” y lograr, como expresaba, el castigo adecuado

17 AHEZ, Criminal Colonial, caja 4, exp. 5, f. 1r. 18 El velador era el encargado de vigilar la mina. De acuerdo a la reglamentación sancionada en la segunda mitad del siglo XVIII los veladores podían registrar a todos aquellos que entrasen y saliesen de las minas para evitar robos. Reales Ordenanzas para la dirección, régimen y gobierno del importante cuerpo de la minería de Nueva-España, y de su Real Tribunal General, de orden de su Magestad, título 12, artículo 12. 19 AHEZ, Criminal Colonial, caja 14, exp 23.

122 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 109-128. ISSN 1130-5029 para Cevallos “por su ligereza, en desagravio de mi honor”. En la esfera laboral, epítetos como ladrón o usurpador eran agresiones con graves consecuencias pues al cuestionar la honradez y honestidad del operario injuriado menoscababan su reputación y los motivos para conservar su destino laboral. El cumplimiento correcto de las obligaciones laborales, como asienta Cheryl English Martin, concedía cierto grado de honor a la gente de grupos sociales subalternos (2004: 235-236). El trabajo físico bien realizado quedaba vinculado a la concepción social de la masculinidad subalterna.20 Como trabajador que cumplía con sus obligaciones, el hombre exhibía sus capacidades para proveer del sustento necesario a su familia a pesar de su situación desfavorable. No obstante, el faltar a sus obligaciones como trabajador, manifestando cierta habilidad para no ser sorprendido, también podía proyectar una imagen masculina positiva. De manera que arriesgándose y robando algunas piedras con mineral, un trabajador mostraba su ingenio y valentía para completar la pobre economía familiar. En el ámbito doméstico la legitimidad de su autoridad podía ser cuestionada sino aportaba el sostén económico necesario. Al respecto, Felipe Castro en su estudio sobre los trabajadores de la Casa de Moneda de México, quienes también trabajaban rodeados de tesoros, recoge el caso de un operario que se vio forzado a robar porque su esposa le reprochó que el dinero ganado no era suficiente y le animó a robar como hacía el resto (Castro, 2012a, pp. 186-187). Los robos por parte de los trabajadores no fueron extraños en las minas. El minero y jurista novohispano, Joaquín Velázquez de León apuntaba en sus Notas a las Ordenanzas de Minas que los operarios eran “siempre propensos a robar el metal”.21 En realidad, hay que tener presente varias circunstancias y factores para entender esta conducta delictiva de los operarios; como son sus condiciones sociales y de trabajo, las relaciones laborales o la propia reglamentación. No es éste el lugar de analizar la extracción ilícita de metales ni sus causas, lo que me interesa resaltar es lo parca que es la documentación sobre los robos de poca magnitud. Se debe tener en cuenta que muchos de estos pequeños hurtos, si se descubrían, eran castigados al momento y no dejaban rastro documental. No es descabellado pensar que esos castigos inmediatos consistieron, en parte, en la humillación del infractor, dañando su identidad propia. El caso de Rosalío Cabrera, indio operario de la mina de San Vicente, a comienzos del siglo XIX, nos da pistas sobre ello.22 En esa mina los trabajadores eran registrados una vez concluida la jornada de trabajo por el velador Nicolás de Urdinola. En una ocasión el velador descubrió que Cabrera escondía unas piedras de alta ley entre sus cabellos y sin dilación procedió a castigarlo cortándole

20 Según Stern la masculinidad subalterna exitosa “implicaba habilidad y valentía en medio de la adversidad” (1999, pp. 252-258) 21 Véase la edición de las Ordenanzas de la minería de la Nueva España formadas y propuestas por su Real Tribunal, realiza por González, 1996, p. 305. 22 AHEZ, Criminal Colonial, caja 15, exp. 10.

123 Masculinidades en los reales mineros del México colonial – I. M. Povea Moreno el pelo, que luego colgó en un lugar visible de la mina. La noticia del suceso llega hasta nosotros porque el operario denunció al dueño de la mina por agravios y ofensa a su honor. El corte del cabello no sólo suponía una degradación para las mujeres,23 también era un castigo aplicado a los indígenas, pena que agredía la identidad étnica y masculina del castigado. No se debe olvidar que el cabello largo era un rasgo cultural propio de los hombres indígenas que estaba presente en sus representaciones mentales de la sexualidad masculina. Mientras que para los españoles el pelo corto y la barba eran manifestaciones de la virilidad y la honra, en el caso de los indígenas la representación corporal del rol sexual masculino era distinta (Caillavet, 2005). Entre ellos el pelo largo era muy apreciado y la barba estaba ausente. De ahí que el castigo de cortarles el cabello se entendiera como un acto de humillación pues afectaba a uno de los símbolos de su hombría. Al mismo tiempo, ese castigo y, sobre todo, la exhibición pública del cabello cortado junto a las piedrecillas robadas, conllevaba otra deshonra, ya que ponía en evidencia el delito cometido por Cabrera y lo señalaba de ladrón ante todos sus pares. Evidentemente, el velador pretendía que este señalamiento público sirviera de correctivo para el resto de trabajadores, alejándolos de la tentación de robar metal. Este caso es llamativo porque el operario entabla la causa, no contra el velador, sino contra el dueño de la mina, Fermín de Apecechea, un rico minero navarro. Tenemos así a un operario indígena tratando de responder a la ofensa que le había causado un hombre de la élite zacatecana. Desde luego, Cabrera sabía que se enfrentaba a uno de los hombres más poderosos de Zacatecas y de ese modo presentó su acusación directamente ante la Audiencia de Guadalajara. Para desgracia suya, la Audiencia remitió el caso al intendente de Zacatecas, es decir, al círculo de influencia del minero. Allí el acusado terminó siendo el querellante, de modo que Cabrera fue encarcelado por difamar el honor de Apecechea al imputarle de forma falsa un acto que no había realizado. Se debe señalar que en una realidad sociocultural y laboral jerárquica, la actitud del operario desafiaba a su patrón al cuestionar su derecho para castigarlo y humillarlo. Esa resistencia definía la valentía y hombría del hombre subalterno, pues como explica Stern, en esos contextos verticales la virilidad se redefinía “en el terreno de la valentía personal” (1999, p. 241). Por su parte,el hombre de la élite no iba a dejar sin correctivo al subordinado por su atrevimiento, de manera que lo señaló como culpable de calumnia.

23 En el caso de las mujeres, el corte del cabello suponía un insulto corporal por sus connotaciones sexuales, como castigo y marca de una sexualidad muy relajada. Véase, Gutiérrez, 1993, p. 257 y Lipsett- Rivera, 2009, p. 477.

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4. CONCLUSIONES Los casos con los que se ha trabajado en este artículo corresponden a fuentes judiciales, donde muchas veces los argumentos y exposiciones son representaciones por parte de los declarantes y no descripciones fieles a los acontecimientos. Desde luego, los involucrados trataban de presentar el suceso de tal modo que les fuera propicia la sentencia final. No obstante, esas representaciones son fruto de sus nociones culturales sobre las conductas y prácticas que debían desplegar como hombres; más allá de si actuaron o no como dicen haberlo hecho, lo que interesa es ver la idea de masculinidad a la que recurren en el escenario judicial. Por otro lado, pienso que los ejemplos citados hasta aquí demuestran que las expresiones de masculinidad de los hombres de los reales mineros, en concreto de Zacatecas, no fueron muy distintas a la de otras poblaciones de Nueva España. Los hombres articularon su sentimiento de masculinidad en diferentes espacios: familiar, laboral, de sociabilidad. En esos ámbitos, atributos como la virilidad, la fuerza, la laboriosidad o la dominación, podían verse dañados fácilmente, ya fuese por la conducta inmoral de las mujeres de su entorno, por los insultos a su hombría o por no cumplir con sus obligaciones como hombres. La masculinidad, por tanto, se presentaba como una frágil condición que había que estar constantemente cuidando. También advertimos que las experiencias masculinas fueron diversas, y en consecuencia, existieron diferentes concepciones de la masculinidad exitosa. Pensemos en el empresario minero, por un lado, y en el trabajador por otro, como hemos visto ambos reclaman el honor como un elemento más de su identidad. En esta sociedad, no sólo el rico minero, por su origen y posición social, era acreedor de honor, sino que los grupos subalternos también se apropian de ese atributo. Desde luego, esa apropiación conlleva una redefinición del honor. Las habilidades y obligaciones ligadas al trabajo físico otorgaban a los operarios mineros cierto grado de honor y formaban parte de la concepción de masculinidad de estos grupos sociales.

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128 Policy in Colombia: Approaches to an enemy-centric counterinsurgency model

Jerónimo Ríos Sierra Universidad Complutense de Madrid (España)

Jaime Zapata García Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (Colombia)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 129-154. ISSN 1130-5029

Democratic Security Policy in Colombia: Approaches to an enemy-centric counterinsurgency model1

Política de Seguridad Democrática en Colombia: aproximaciones a un modelo de contrainsurgencia centrado en el enemigo

Jerónimo Ríos Sierra Universidad Complutense de Madrid (España) [email protected]

Jaime Zapata García Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (Colombia) [email protected]

Fecha de recepción: 3 de octubre de 2017 Fecha de aceptación: 28 de enero de 2019

Abstract The purpose of this document is to reflect upon the Democratic Security Policy (PSD by its abbreviation in Spanish) that took place in Colombia under the presidency of Álvaro Uribe Vélez, between 2002 and 2010. To this end, in the fight against the guerrillas of the Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC by its abbreviation in Spanish) and the National Liberation Army (ELN by its abbreviation in Spanish), the PSD is understood, in these terms, not so much as a population-centric counterinsurgency strategy, but on the contrary, as a predominantly enemy-centric model. It is also theoretically presented as a hybrid model between the scheme of compulsion and accommodation proposed by Hazelton (2011, 2013, 2017), and the authoritarian model that Zukhov (2012), or Byman (2016) approach, among others. In this regard, the work draws on data from the database on the internal armed conflict expressly facilitated by the Vice- Presidency of the Republic, and by a set of in-depth interviews with the main actors involved in the conflict during the time of the study, from the Government, as well as from the Military Forces, the guerrillas and the paramilitaries.

Keywords: Counterinsurgency; Democratic Security Policy (PSD by its abbreviation in Spanish); Armed Conflict; Colombia; Revolutionary Armed Forces of Colombia (FARC by its abbreviation in Spanish); National Liberation Army (ELN by its abbreviation in Spanish)

1 This work was supported by the Observatory for Human Rights and International Humanitarian Law - Vice-Presidency of the Republic of Colombia.

131 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García

Resumen El siguiente trabajo tiene como propósito reflexionar sobre la Política de Seguridad Democrática (PSD) acontecida en Colombia bajo la presidencia de Álvaro Uribe Vélez entre 2002 y 2010. A tal efecto, en la lucha contra las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la PSD se entiende, a tenor de estas líneas, no tanto como una estrategia contrainsurgente basada en la población sino, todo lo contrario, como un modelo mayoritariamente centrado en el enemigo. Asimismo, teóricamente se presenta como un modelo híbrido entre el esquema de compulsión y acomodación que plantea Hazelton y el modelo autoritario que abordan Zukhov o Baldy, entre otros. Al respecto, el trabajo se nutre de cifras provenientes de la base de datos sobre el conflicto armado interno expresamente facilitadas por la Vicepresidencia de la República, y por un conjunto de entrevistas en profundidad con actores protagonistas del conflicto durante el tiempo objeto de estudio, tanto del Gobierno, como de las Fuerzas Militares, las guerrillas y los paramilitares.

Palabras clave: Contrainsurgencia; Política de Seguridad Democrática; Conflicto Armado Colombia; FARC; ELN

Para citar este artículo: Ríos Sierra, J. y Zapata García, J. (2019). Democratic Security Policy in Colombia: Approaches to an enemy-centric counterinsurgency model. Revista de humanidades, n. 36, pp. 129-154 ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introduction. 2. Theoretical framework: notions, scope and meaning of the counterinsurgency action. 3. Methodological aspects. 4. The Colombian counterinsurgency in the 21st century: demystifying the population-based COIN paradigm. 5. Conclusions. 6. References.

1.INTRODUCTION The main objective of the following work is to analyze the dimension of the Democratic Security Policy (PSD by its abbreviation in Spanish), which took place in Colombia under the presidency of Álvaro Uribe Vélez in his two periods of government (2002-2006 and 2006-2010), emerging from its strong counterinsurgency tendency and despite the fact that, during these years, the official governmental position was always that the FARC and ELN were not guerrillas but terrorist groups. Apart from this consideration, the fact is that most of the academic literature on this subject has always maintained the conception of understanding guerrillas as insurgent actors (Daly, 2012; Gruber & Pospisil, 2015; Marks, 2017) within a scenario of internal armed conflict. However, the PSD integrates in itself a series of changes in the form not only of recognizing but also of fighting the insurgent enemy, which justifies its nourished interest as object of study. And the point is that, a good part of the specialized works with greater academic relevance emphasize that the counterinsurgency strategy (COIN) experienced in Colombia under the PSD, by its characteristics, responds mainly to the population-centric COIN paradigm

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(DeShazo, McLean, & Mendelson, 2009a Berrios, 2017; Ospina, 2017). However, and unlike these, the following work vies for vindicating a dimension of the PSD where instead, it would be possible to find more reactive, even more authoritarian elements, typical of the COIN schemes that are focused on the enemy. This is how this work is organized into four clearly differentiated parts. Initially, a theoretical approach to the concept of COIN, to its main elements and, above all, to the two models that are predominant in the specialized literature: the focus on the enemy, and the focus on the population (Jardine & Palamar, 2013; Paul, Clarke, Grill, & Dunigan, 2016). Subsequently, we present the methodological aspects that characterize this work, proposing not only the starting point of why to conceive the PSD within the models of COIN focused on the enemy, but also identifying some of the variables, sources of information, and research techniques used to this end. In the third part, the Colombian case is carefully studied from two very specific theoretical references that converge in the construction of the COIN model focused on the enemy. On the one hand, the model of compulsion and accommodation suggested by Hazelton (2011, 2013, 2017), and on the other, the authoritarian model proposed by Menjívar and Rodríguez (2005), Zukhov (2012), or Byman (2016). Finally, we present the conclusions that, as a corollary, seek to identify both future lines of research and other debates that are still unresolved after this work.

2.THEORETICAL FRAMEWORK: NOTIONS, SCOPE AND MEAN- ING OF THE COUNTERINSURGENCY ACTION The concept of counterinsurgency can not be simplistically reduced to strictly tactical or strategic terms, but, on the contrary, it must be understood as a concept that is in constant redefinition by the state policy-makers in order to satisfy the traditional Weberian idea that substantives the State in strict terms of legitimate and exclusive monopoly of violence over a given territory (Weber, 2005). However, the complexity of the notion of COIN goes through its own academic identification. That is, should COIN be understood as a discipline or sub-discipline of strategic studies, or better as a practice, or even as a tool from the state? Initially, and transcending from a debate that does not involve this work, it can be pointed out that COIN, in any case, is conceived from its beginnings in the sixties, as a kind of programmatic doctrine at the dawn of the influence of the RAND Corporation and whose objective is to respond “to the problems of Cold War low-intensity conflict, under conditions of nuclear superpower confrontation, against agrarian communist insurgencies in the former territories of European empires in Asia and Africa” (Killcullen, 2012, p. 131). Thus, COIN responds in particular to a logic of conflicts that have changed due to the geopolitical order of Post-Cold War (Taylor & Flint, 2002), but which continue to be influenced by the concurrence of national liberation guerrillas acting against a colonizer or post-colonizer agent (i.e. Afghanistan, Iraq, Syria). At the same time, the

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State (i.e. Peru, Colombia), sensu contrario, seeks to reinforce its legitimacy and, by extension, to defeat the insurgent threat that is taking place in its sovereign territory. That is to say, based on the above it can be pointed out that an irremediable confrontation between the insurgent, who initiates the action, and the State, who responds in COIN mode is being fed. A COIN that counts with issues against it, to say, the development of an armed confrontation generally in peripheral contexts (Saleyhan, 2007; Tollefsen & Buhaug, 2015), inaccessibility where in a conjunctural manner juxtapose unresolved agrarian struggles, national demands, or colonial disputes and that, as McAlister (1967), Taylor (1997) or Dixon (2009), point out, use preexisting networks - being families, tribes, or political parties - for the sake of a popular malaise that feeds the social foundations of popular insurrection (Thompson, 1966). Against this, the counterinsurgent attempts to isolate such networks and bases of support by marginalizing the resources that sustain the insurgent action by means of an accumulation, mostly, of small actions that respond to a top-down logic. This leads, according to García Guindo (2014, p. 37), to “a highly dynamic, decentralized and three-dimensional form of war in which the strategic, operational and tactical levels of operations are more interdependent than in typical conventional operations, and where the desired final state can only be achieved through military capabilities”. Thus and following Hammes (2012), COIN in this work, rather than a discipline or possible theoretical field of strategic studies, is conceived as a capacity and a strategy of the State against very particular contexts of violence, such as the Colombian one, where the main enemies are the guerrillas from the FARC and the ELN. As noted above, within the multiple readings and theoretical approaches that accompany the COIN studies, two major ways of directing action against counterinsurgency groups could be identified. That is, population-centric COIN and enemy-centric COIN, and while both are about prescriptive theories of responding to the insurgent enemy, as recognized by Killcullen (2005, 2006), are not mutually exclusive, depending on the scenario where the armed confrontation takes place. In this respect, it should be pointed out that the first case is also called COIN model of governance (Hazelton, 2013), of welfare (Shultz, 1979), or classic (Evans, 2015), and it is inspired by political, economic and social reforms from which victory in the face of the insurgency can be achieved. On the other hand, in the second case the coercive logic prevails, either through the suppression of cost-benefits that aid insurgency (Shultz, 1979), with a greater drive against the enemy supported by a cooptation of demands through partial reforms (Hazelton, 2011), or even the incorporation of non- democratic methods into counterinsurgency action (Zukhov, 2012).

2.1. Population-centric counterinsurgency The population-centric COIN is developed mainly from the Anglo-French school, whose main references are Thompson (1966) and Galula (2007), among

134 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 129-154. ISSN 1130-5029 others (Dixon, 2009). This approach has the victory over hearts and minds2 as its main motto, which seeks to get emotional support from the popular bases whenever they pursue their own rational interest. That is why economic, social and political reforms that intervene on the causes of exclusion that legitimize the insurgency become essential. This because, according to Crane (2007), it is a priority when it comes to reversing the support of the legitimation communities (Mann, 1997) and to mitigate their political factors, making intelligence and isolation actions against insurgents a priority. That is, the military victory is not so much privileged as the political victory. In this way, efforts must prioritize what is political in order to achieve the support of the population (75%), rather than developing a purely military component (25%). Therefore, the difficulty of its implementation lies in the achievement of a perfect balance between coercion and the search for cooperation, between search and destroy missions against guerrilla groups, and the establishment of secure and hold operations, in order to protect the population from insurgent influence (Evans, 2015). According to the Malaysian experience, Thompson (1966) emphasizes the importance of reversing the insurgent action aimed at breaking the ties between the State and the civilian population, for which the most important thing for in this model of COIN is to avoid military imprinting and prevail a set of actions that satisfy the demands of society and contribute to generate order and stability. That is, the armed action is only understood as efficient in the phases of construction of the insurgency or in the beginnings of the guerrilla preparation (Taylor, 1997), being less effective when the insurgency has consolidated as a real threat to the interests of the State. It is for this reason that the population-centric COIN demands five nuclear pillars or foundations for its successful implementation. These are, 1) an effective Government, with a well-defined political objective; 2) transparent and defined legal constraints to the COIN enforcement action; 3) a comprehensive plan of economic, political, social and cultural reforms that act as a roadmap in the management of armed violence; 4) with a special emphasis on dismantling the insurgent political structure - for which the intelligence work must fall mainly on the Police, due to its greater proximity to the civilian population; and 5) that prioritizes a centripetal logic, from the center to the periphery, paying more attention to the centers of higher population density in the State (Taylor, 1997). In addition, and in the same line with what is suggested by Herrero (2012), the possible creation of strategic villages with which to prevent the cooptation or relocation of insurgencies in the peripheral enclaves, and the contribution to the gradual process of territorial consolidation of the State.

2 Winning the “hearts and minds” of the people has become enshrined as a pivotal component of counter-insurgency warfare ever since 1952 when General Sir Gerald Templer declared it would be the key to success in fighting the communists.

135 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García

Finally, Galula (2007) integrates a sequential logic of activities that equally identify the most specific aspects of the population-centric COIN. The first must be to considerably weaken the insurgency so that it does not represent a real military threat. After that, it is necessary to restore the authority over the population and isolate it from the insurgency, although without exceeding the limits and consolidating, at the same time, an effective network of information and security on the population. In the third place, intervention becomes necessary on the local political organization, especially through the police, with the intention of promoting spaces for local electoral competition where, far from engaging candidates from the State, it is the civilian population who chooses them. Finally, it is time to test the new local authorities, which will ensure that there is no recruitment in favor of the insurgency neither small groups that help it. It is at this point that support for projects of economic, political, social and cultural transformation is a priority, independent from COIN, and in parallel to the last actions with which to reduce, almost completely, the insurgency.

2.2. Enemy-centric counterinsurgency In this type of COIN, there are activities of a conventional type that are carried out, with which a military defeat of the enemy is sought, allowing to integrate elements that, even, can approach the dirty war, the transgression to the norms of the International Humanitarian Law (IHL), the appeal to paramilitary groups or the negative impact of the civilian population (Ucko, 2016). This theoretical model could be said to be relatively marginal with respect to the population-centric model so that, in the absence of further conceptual development, experience shows a remarkable number of cases, especially in the Latin American continent (i.e. Guatemala, El Salvador, Peru). Even, its scope is such that it could be identified, at least, up to three sub models as for example the suppressive COIN, the compulsion and accommodation COIN, and the authoritarian COIN. Thus, the Colombian case study that will be addressed will be characterized as a kind of hybrid model of the latter two. Suppressive COIN would be characterized by resorting to the use of force and fear against the civilian population with the aim of modifying not only the behavior of the insurgents but also the behavior of the population in which they can find support. Thus, it is not a matter of bringing suffering per se, but rather its purpose is for the population to avoid this mourning by changing their behavior, as proposed by Wolf and Leites (1970). This model is based on the Cold War deterrence theory (Waltz, 1995), which operates in three levels: the strategic level of the two superpowers, the limited conventional warfare level, and the level below this last one, where the COIN is located.

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Similarly, this model is based, as proposed by Shultz (1979), on the paradigms of rational choice, the game theory, and the systems theory, so that the insurgency is understood as the key to endogenous and exogenous inputs that produce outputs. That is to say, the bases and political support act as inputs that allow the insurgent system to grow made up of infrastructure, facilities, troops, logistics, military apparatus or international support, among other elements. In front of these inputs, both the physical elimination and the psychological demoralization of the enemy become necessary. The priority for the suppressive COIN, therefore, is to have a force that allows the submission of the population, after calculating costs and benefits, and always according to a relative excess in suffering and destruction. That is, the priority is to reduce the incomes of the insurgency as well as the support of the social bases from the population, whose incentives are marked by a relative persuasion in favor of the State. The second enemy sub model is called COIN of compulsion and accommodation, and has been recently developed by Hazelton (2011, 2013, 2017). The purpose here is to affect the will and the ability for conflict of the insurgent, while undermining its elements of support. This is manifested in the intensification of the direct attack against the guerrillas rather than in avoiding the number of civilian casualties as well as in the implementation of partial and focused socio-economic reforms. This is how two ways of fighting the insurgency are identified. On the one hand, the direct path or compulsion, that seeks not only to inflict direct damage to the guerrilla but also to reduce its capacity of recruitment and cooptation. That is, it must affect the guerrilla “as they target the State, with small-unit tactics and targeting their lines of communication, bases, and caches” (Hazelton, 2013, p. 13). Thus, it is a matter of attacking the insurgent capacities, especially in terms of troops, supplies, financing sources, and territorial control, adversely affecting the civilian population as long as their possible proximity or support to the insurgency is punished. Everything, because the objective is to infuse fear, to dissuade collaboration with the insurgency, and to keep the message of inexorable victory in favor of the State unrestricted. Indirectly, the above must be accompanied by elements of limited accommodation, generating alliances with local and national power centers, as well as focused and partial socioeconomic reforms, in order to reduce social support to the insurgency and optimize the mechanisms of intelligence and influence on the population. In this way, the objective is to transform the local order where the guerrillas operate in favor of an alliance between institutions, productive fabric, and civil society, where all can find positive reinforcements in maintaining counterinsurgency unity, being the co- optation essential, above all, of the local elites and de facto leaders, such as religious leaders, politicians, clientelistic networks, and warlords. Finally, the authoritarian COIN has, in practice, found Russia to be its best reference, although it has been a mainly domestic demonstration, with the exceptions

137 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García of Afghanistan or Tajikistan. This COIN is favored by the absence of democratic guarantees, which allows, as Zukhov (2012) points out, an indiscriminate use of force and the implementation of collective punishments, which requires an enormous capacity of resources, intelligence, logistical capacity, and coordination. This coupled with actions that are unacceptable such as concentration camps, forced relocation, burned land actions, deportation, or cordon and search practices, actions that were successful in building homo sovieticus, according to Kapuściński (1994).

3. METHODOLOGICAL ASPECTS As pointed out in the introduction, the hypothetical approach from which this research work starts is to answer the following question: what is the COIN model that would predominantly characterize the PSD? Thus, the answer to this effect is to argue that more than a model focused on governance or population, as stated by DeShazo, McLean and Mendelson (2009a; 2009b) or Ospina (2014; 2017), the Colombian case from 2002 to 2010 would respond more strongly to an enemy-centric COIN, with elements of compulsion and accommodation, as well as authoritarian. Thus, there are variables that can be identified, as for example, the characteristic features of the compulsion proposed in Hazelton (2011; 2013; 2017), but present in other works such as Foley, Griffin and Mccartney (2011) or Gilly and Gilly (2014), where military expenditures, the strengthening of the public force, the combat capacity, the impact on the finances of insurgent groups, and the destruction of their ties with the civilian population are essential. In respect of the accommodation or co-optation, very focused and partial economic and social reforms can be proven, without depth, and without affecting the social structure, as well as the alliances with warlords like the paramilitaries. Also, the traits of the authoritarian model would be found in the use of the paramilitary phenomenon, the undemocratic excesses of the counterinsurgency struggle, and the direct involvement of the civilian population. This analysis is based on two resources. The part related to compulsion responds, especially, to a largely quantitative treatment. Thus, the added value in this respect rests on the access to the database of the conflict that exists in the Observatory for Human Rights and International Humanitarian Law (ODHDIH by its abbreviation in Spanish) attached to the Vice-Presidency of the Republic until 2014. This access, expressly facilitated for this investigation, allows knowing by municipal breakdown the number of armed actions on the part of the FARC, the ELN, its territorial control, as well as the number of military operations put into effect. The interesting thing about this source is its rigorousness compared to other predominant sources in the study of the Colombian case, such as those from the Center of Research and Popular Education (CINEP by its abbreviation in Spanish) or the Resource Center for the Analysis of Conflicts (CERAC by its abbreviation in Spanish), because unlike them, the processing of the figures comes directly from the Ministry of Defense, which in

138 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 129-154. ISSN 1130-5029 turn integrates into the database the information that the Administrative Department of Security provided until 2010 and, since then, jointly the National Police and the General Command of the Military forces. As for the accommodation component, this can be verified from the generation of infrastructure for economic integration, free trade agreements, liberalization for investment in energy, social programs such as Familias en Acción, as well as in the development of the Integral Action doctrine, in which the Military Forces built infrastructure for essential services such as health, education and roads. All this without extensively modifying the social and economic structure of the country, with its characteristics of inequality of wealth and land tenure, large landholdings, under-exploitation of agriculture - 70% of the country’s arable land has not been integrated into the productive process (FAO, 2016), and clientelistic networks that hinder the transparent exercise of the policy. This is evident in the persistence of “two countries” with very different social and economic characteristics: the center and the periphery (Ríos, 2016). On the other hand, the part that is related to the authoritarian imprint of the PSD highlights the presence of testimonies derived from in-depth interviews that were carried out for this investigation. In this way, the selection of personalities who had leading positions within the different actors who were involved in the Colombian internal armed conflict during the period of time of this study, between 2002 and 2010, is done. Thus, the contributions of the former president of Colombia, Álvaro Uribe Vélez and his former defense minister, Marta Lucía Ramírez, are collected; also, from the ex-vice minister of defense and Major General (r), Henry Medina. On the part of the paramilitarism, two commander-in-chief of the United Self-Defense Forces of Colombia were interviewed: Fredy Rendón, “El Alemán”, as former leader of the Group Elmer Cárdenas, and Edwar Cobos, “Diego Vecino”, as ex-commander of the Group Heroes de los Montes de Maria. On the part of the FARC, Elda Neyis, “Karina”, ex-commander of the 42nd Front was interviewed; as well as José Luis Ramírez, “Byron”, ex-commander of the Carlos Alirio Buitrago Front from the ELN, and Olimpo de Jesus Sánchez, “Cristóbal”, ex-deputy commander Front Ernesto Che Guevara from the ELN, and general commander from the Guevarista Revolutionary Army (ERG by its abbreviation in Spanish).

4. THE COLOMBIAN COUNTERINSURGENCY IN THE 21ST CEN- TURY: DEMYSTIFYING THE POPULATION-BASED COIN PARA- DIGM The most representative studies from recent years that have focused on analyzing COIN policies in the particular context of the Colombian internal armed conflict have coincided in a paradigmatic character as a governance model, that is population-centric (DeShazo, McLean, & Henderson, 2009a; Berrios, 2017; Ospina,

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2017). However, according to the approach that is formulated in the following pages, the attempt is to emphasize that, on the contrary, the COIN model that is enclosed in the PSD integrates elements that rather merit its classification as an example of enemy-centric counterinsurgency fight. That is to say, sensu contrario to what was proposed in a large part of the most outstanding works in the Colombian analysis, the thesis that is being tried to assert is precisely that the COIN in Colombia, at least from 2002 to 2010, has responded to a logic that is predominantly belligerent and sometimes even undemocratic. That is to say, and according to the hybrid character of the COIN models that Kilcullen (2012) pointed out, it could be affirmed that reality offers elements that would allow to categorize the Colombian COIN between Hazelton’s model of compulsion and accommodation (2011, 2013, 2017) and the authoritarian model, especially collected by Zukhov (2012), Byman (2016), or Ucko (2016), among others. From the Hazelton model, the Colombian COIN that elapsed under the PSD between 2002 and 2012 would focus the logic of compulsion by means of the use of force that has been substantially intensified throughout this decade. That is, territorial control is intensified by means of increasing public expenditure on security and defense, which is verifiable with the increase in the number of personnel in the public force. Similarly, substantial intervention on the funding resources of insurgencies is also taking place, especially on coca production and its processing into cocaine hydrochloride, kidnapping and extortion, and the co-opting and recruiting capacity of armed groups. Accommodation is verified on its part through very partial social and economic reforms, which do not transform the country’s social and economic structure based on inequality of wealth and land tenure, lack of access to essential services, lack of economic diversification and roads, unemployment, low levels of education, and the division between urban and rural country. On the other hand, the absence of democratic restrictions could be highlighted from the authoritarian model, which leads the Colombian public force to set itself as the actor with the greatest number of direct violations of the Human Rights and International Humanitarian Law during the last decade, far above the guerrillas and the various paramilitary groups. Likewise, the creation of a man that is submissive to power and authority is built through a gradual process of militarization of every-day life that condemns any expression that could question the PSD, with great popularity among the most important demographic centers of the country, and which at some point use a kind of dirty war thanks to the connivances with paramilitary groups and the local political power, especially between 2002 and 2005.

4.1. Compulsion and accommodation in Colombia For this type of COIN, there is a key element resulting from the use of force against insurgent groups, translated in turn into a double dimension: on one hand,

140 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 129-154. ISSN 1130-5029 the direct confrontation against the guerrillas, their resources, and their connections in terms of troop strength and recruitment; on the other hand, a strengthening of the intelligence, information and coordination of operational structures, in the case of Colombia, of Security and Defense, which at the hand of selective improvements, must feedback, not only the work of interfering with the capacities and wills of the insurgency but, equally, to contribute to the use of the force in favor of the State. When Álvaro Uribe arrived at the Colombian presidency in 2002, the magnitude of the violence adjudicated Colombia to the notion of failed State (Mason, 2002; Rotberg, 2004). According to the figures favored by the ODHIDH (n.d.) expressly for the purpose of this work, for example, almost 1,200 armed actions from the FARC and ELN were accounted, the violent death rate per 100,000 inhabitants was 69.62, there were 28,775 violent homicides, 680 massacres, 2,882 kidnappings, and almost 600,000 cases of forced displacement. It is for this reason that the cornerstone of his eight years in power, and which in turn was the key that allowed its promotion and subsequent electoral victory, was precisely the Democratic Security Policy (PSD by its abbreviation in Spanish). This PSD aims at assuming security as a joint task that must be a priority for all the authorities of the State, where a huge investment of resources becomes necessary, same that in the first four years and being used strictly in the fight against the guerrillas, was estimated in US$1,835 million (Presidencia de la República, 2007, p. 33). Likewise, between 2006 and 2010, there are another US$5.770 million added (Presidencia de la República, 2010, p. 30), to which other US$8 billion coming from the have to be included as well (Otero, 2010). A deeply militarized Plan Colombia after the attacks of September 11th and that, unlike its initial approach, during the whole republican presidency of George W. Bush considered the military cooperation and the fight against narcotics as a priority. The truth is that, during these years, the PSD is articulated at all times with the Plan Colombia, to the point of being confused in many occasions, emphasizing especially on the need of optimizing the resources that are destined to technical and human intelligence. This, with the aid of a top-level advisory from Washington and with particular emphasis on strengthening the instruments of cooperation and coordination of the Armed Forces together with the National Police. Besides, in a sustained manner, during the presidency of Álvaro Uribe there was a security and defense expenditure that was maintained stable, exceeding 4% of the Gross Domestic Product (GDP), which ranked the country as the fourth country in the continent that most incremented its military budget, after Chile, Venezuela, and Ecuador, and the one with the greatest coverage of public forces by number of inhabitants - with an average of 881 military people per 100,000 inhabitants, rate surpassed only by Bolivia (Mindefensa, 2011b, p. 17). Translated into figures, the Colombian National Police, between 2002 and 2010, went from 110,000 members to 160,000, and the Military Forces increased

141 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García from 203,000 to 270,000 military personnel, so that, in aggregate terms, the public force manpower in Colombia experienced an increase of 40%, and a notable advance regarding modernization, organization, coordination, distribution and provision of resources (Mindefensa, 2010, p. 68). In the same way, 60 anti-guerrilla battalions, 15 mobile brigades, 8 territorial brigades, more than 40 detachments with high-precision snipers, 24 instruction and training centers, 12 Plan Meteoro military companies for the roads, and 9 support battalions were created. Also, the high mountain battalions that were developed in Parque de Farallones (Valle del Cauca) were optimized, together with the ones located in El Espino (on the axis Arauca, Boyacá, Casanare), Valencia (Cauca), Génova (Quindío), Sierra Nevada de Santa Marta, and Serranía de Perijá, groups that sought to act directly on enclaves of guerrilla presence, with little population, but directly affecting the vertebral axes of the guerrilla (Medellín & Rangel, 2010, p. 154). If we finally add to the above the training component of Plan Colombia, which included, among other things, exercises and combined operations, military education in the United States, and joint experimentation in intelligence, communications, control and command, then one can say that the change in the correlation of forces in favor of the State was a matter of time. Assuming that during the presidency of Andrés Pastrana a total of 2,150 operatives of the public force against the FARC and ELN were counted, under the presidency of Alvaro Uribe these amount raised to almost 17,000, obtaining, during the first two years, the disappearance of the guerrilla from the geographic central enclaves in the country, such as Cundinamarca, Caldas, Risaralda, Quindío, Boyacá, Santander, and northern Meta (ODHDIH, n.d.). In fact, only in 2002, the PSD began with the Operación Libertad I that would already be the first sample of what Uribe’s intention was, when initiating an operative of dispute against the guerrillas and the subsequent territorial control that involved more than 15.000 military people within a field of action of more than 70,000 km2 - that covered eastern Tolima, all the department of Cundinamarca, the northern Meta and the southern-eastern Boyacá - and that left with itself not only a symbolic defeat within the FARC, but also the death in combat of some traditional guerrilla leaders such as “Manguera”, “El Viejo” or “Marco Aurelio Buendía” (Pizarro, 2011). At the same time, the Fuerzas de Tarea Conjunta (within which the Omega stands out) began to act directly on the two most powerful blocs of the FARC, the East and the South, so that for the first time in a long time the Colombian public forces began to direct combat operations in settings of great rootedness of the guerrilla, as it happened with Caquetá, Guaviare, Meta, or Putumayo (Vargas, 2012; Spencer, 2016). For its part, the ELN also begins to suffer from the jolts of the PSD in such a way that, as pointed out by the sources of ODHDIH (n.d.), during the first presidency term of Álvaro Uribe there is already a significant change in the volume of operations, whilst the Military Forces directed up to 1.484 combats, there were only 258 actions of an almost reduced guerilla to the departments of Arauca, Norte de Santander and eastern and northeastern Antioquia.

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Thus, between 2002 and 2010, 2,501 battles were directed against the ELN, and 14,418 armed actions against the FARC. In turn, granted that in 2002 the FARC accumulated 1,042 armed actions in 346 municipalities, and the ELN did the same with 154 actions in 65 municipalities, in 2010 the correlation of forces had changed substantially. This is because 724 actions from the FARC are collected, already in 166 municipalities, and scarcely 65 guerrilla activities from the ELN in 27 municipalities (ODHDIH, n.d.). Hence, throughout all this process, of obvious weakening in general terms, the FARC accumulated significant casualties on historical names of its structure, as is the case with members of the Secretariat, “Negro Acacio”, “Raúl Reyes”, “Mono Jojoy “and” ”, or “Martín Caballero”, head of the Front 37th from the South of Bolivar and “Iván Ríos”, head of the Central Bloc. The same happens with an ELN that for example, between 2009 and 2010, suffered the loss of three of its most important leaders of the Bolshevik Front in Lebanon - “Mauricio”, “Duván” and “Laín” - leading to its disappearance from the department of Tolima in addition to several captures within the National Directorate. Given this, the COIN in the dimension of compulsion posed by Hazelton (2013, 2017) would integrate a necessary strengthening in the capacity of the State against the insurgency. However, it also requires a dimension in terms of intervention on the funding sources and on relations with the civilian population that, equally, the PSD did not neglect. Based on the above, between 2002 and 2010, 20,062 laboratories from coca farmers were destroyed, 1,233 tons of marijuana, 5.3 tons of heroin, and 1,269 tons of cocaine were seized in a way that, while in 2002 the coca area was 130,364 hectares, in 2010 it had reduced to 58,073 hectares. This happened after spraying almost one million hectares with glyphosate (UNODC, 2013). Similarly, in 2002 the number of kidnappings in Colombia was 2,882 and there were 262 cases of extortion, while in 2010 the figures were reduced to 282 and 152 cases, respectively (Revista Criminalidad, 2012). Together with the weakening of the financing sources, it was possible to construct an imaginary of security in favor of the State that contributed substantially to change the traditional perception of weakness that for decades had characterized the Colombian institutionality. This affected when reducing the recruitment capacity of the guerrillas and influencing the achievement of a greater number of demobilizations. In respect thereof, we can highlight the recovery of the control over roads, which for a long time were at the mercy of “pescas milagrosas”, as happened with the routes between Valledupar-Santa Marta, Valledupar-Maicao-Riohacha, Valledupar-Pailitas, Cartagena and Sincelejo, or Medellín-Mutatá (Medellín & Rangel, 2010, p. 126). All in short, will contribute to reduce the FARC’s force from 18,000 to just over 8,000 combatants, and the ELN from 5,000 to less than 1,800 troops (Ríos, 2017a). Likewise, the demobilization of 15,095 FARC guerrilla fighters and 3,188 ELN guerrilla fighters was motivated; as 36,664 guerrilla people,

143 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García mainly from the FARC and the ELN were captured, and another 13,879 were finally discharged (Mindefensa, 2010). All of the above shows the magnitude of a PSD that, however, paradoxically, for Alvaro Uribe was not circumscribed in a fight against the guerrillas and therefore, strictly speaking, to a COIN strategy:

I never spoke nor used the word conflict. The word conflict applies to the dispute between insurgencies and dictatorships. Between guerrillas and non-democratic systems. In Colombia, there has always been a solid democracy, challenged by groups that ended up reduced to narcoterrorism. Nor have I ever used the concept of war because our problem in Colombia was a problem of public order. What we had to do was to guarantee security and ensure compliance with the citizen. This was done based on three axes: security, investment, and social policy (A. Uribe, personal interview, June 2015). Nevertheless, the truth is that, according to the figures that are in the National Statistical Department or in the Department of Social Prosperity, as well as to the reports published on annual basis by the Economic Commission for Latin America and the Caribbean (ECLAC), it is not possible to appreciate favorable dynamics in the indicators that initially supported and legitimized the conflict, such as the Gini coefficient of income distribution, land distribution, or regarding unsatisfied basic needs. That is to say, the PSD as COIN was mostly reduced to a military dimension, as expressed by the ex- Minister of Defense Marta Lucía Ramírez when she was asked about the topic:

Social sovereignty of borders: that was the key. Without infrastructure, how to address poverty, which is the most important structural basis of violence in Colombia? None of this was implemented by President Uribe, who was assaulted by an eagerness for results that ended up being negative (M. L. Ramírez, personal interview, June 2015). That is to say, following the same model of Hazelton, the logics of accommodation or cooptation can be verified, only in a residual manner, as partial socioeconomic reforms that sought to secure specific sectors for investment, by the agency of greater means of communication and transportation, and also responding to targeted demands from the most vulnerable population with subsidy programs such as Familias en Acción, from which more than two million families benefited by receiving school and health assistance subsidies in cases of extreme poverty and vulnerability (Mills, 2016). Equally, there were attempts to reconnect the ties between the Government and some localities affected by the guerrilla or the lack of governance through the Community Councils, in which communities participated in public and direct conversations with the President (Kilcullen, 2016). A doctrine of the comprehensive action was even developed in order to respond to specific demands for infrastructure

144 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 129-154. ISSN 1130-5029 and essential services in remote populations, with the clear aim of reducing the levels of discontent with the government and, by extension, the possible motivations to support the insurgency (Ospina, 2011, 2014, 2017). These elements, prima facie, are characteristic of a COIN scheme focused on governance and population. That is how they are understood in works like the one presented by DeShazo, McLean and Mendelson (2009b) when they highlight the intervention model through the Plan of Integral Consolidation of La Macarena as paradigm of the PSD and the COIN of governance, and by which six municipalities in the department of Meta were recovered at a crowning moment of the PSD, thanks to governance activities such as infrastructure development, access to essential services, or the institutional improvement. Moreover, these same authors point out in parallel events, facts such as that the PSD left with it a much more dynamic and effective judicial reform, in addition to a better democratic quality at the local level, which helped to weaken corruption, and the traditional functioning of insurgent groups in Colombia (DeShazo, McLean & Mendelson, 2009a); an affirmation that later has been deepened and emphasized by Holmes and Gutiérrez (2014). However, the truth is that such reforms did not change the more substantial aspects of violence. This is because, in spite of everything and during the time that was taken to achieve this, there were no substantial improvements in the diversification of productive activity (CEPAL, 2015), neither in the inequality indexes (CEPAL, 20111), nor in the democratization of the land (PNUD, 2011), and less regarding a reform of the political system in order to allow localities to express their voice in front of the central government. That is to say, although there were activities and plans for the socioeconomic reform (Mills, 2016), they could also have been indicated to be designed in order to allow an adequate functioning of a coercive counterinsurgency model, served by the generation of economic resources and the mitigation of the support to the insurgency with the aim of contributing to the coercive consolidation of the state apparatus. Thus, there were no social or economic reforms broad enough as for deeply transforming the situation of poverty, unemployment, lack of governance, or access to essential services – see the levels of Quality of Life or Unmet Basic Needs in a temporary perspective according to the National Planning Department - and the few socioeconomic reforms that took place only served as a component of partial attention to social demands. In other words, it could be said that when people were taken into account, it was only as a foothold to reduce the insurgency, but not to improve their living conditions in a profound way.

4.2. Authoritarian counterinsurgency in Colombia In relation to the above, it could also be pointed out that the PSD as a model of COIN, integrated elements that are characteristic of authoritarian models, especially the direct involvement of the civilian population as de facto police forces in the

145 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García counterinsurgent struggle, the use of paramilitarism as an armed wing parallel to the state (which also agrees with Hazelton’s co-optation component in alliances with de facto leaders), as well as the centered excesses of violence, particularly on the civilian population. For the purposes of the paramilitarism, one must begin by pointing out that in Colombia, it was legal for decades, as recognized by the Legislative Decree 3398 from 1965 - turned into permanent legislation after Law 48 from 1968 - and because of whom there was a legal basis from which to form civil self-defense groups under the control of the Armed Forces. It is under this rule that the paramilitary groups that for decades controlled the region of Magdalena Medio (Medina, 1990), but also others such as the United Self-Defense Forces of Cordoba and Urabá (ACCU) and the controversial CONVIVIR (Ronderos, 2014), especially rooted in the north part of the country. In fact, only when these paramilitary structures were outlawed in September 1997, under the presidency of Ernesto Samper, did the paramilitary political project of the Castaño brothers gain strength through the so-called United Self-Defense Forces of Colombia (AUC by its abbreviation in Spanish). And, in this regard, it should be noted that it is no secret that paramilitary groups supported the operations of the security forces for much of the past decade, as recognized by the ex-Minister and Major General Henry Medina Uribe:

Regarding paramilitarism, I have hundreds of approvals for the creation of self-defense groups, which was a legal and legitimate right. The problem is when it is constructed as a criminal action against the State where the groups finally share equal actions and disputes of power, and where the truly defeated is society. When I presented my position in the PSD, I was a minority. It was thought that, by the influence of the Maoism, if the guerrillas could make use of all forms of fighting, the Army could as well. But it was not supposed to be that way. That would place us in the same position. However, the majority and the collusion of operatives with the AUC, especially at the field not the institutional doctrine level, is proving to be an undeniable reality (H. Medina, personal interview, September 2015). In fact, several guerrilla fighters recognize that one of the keys to understand the defeat or, at least, the armed weakening that they experienced at the beginning of the last decade was precisely the connivance between paramilitarism and public forces:

The AUC were our greatest enemies. The civilian population suffered. We developed several combat actions in southwest Antioquia and in the border with Chocó. They were the other enemy to fight against. However, the paramilitarism was a public policy of the government (“Cristóbal”, personal interview, September 2015).

The AUC asserted the saying of removing the water from the fish in order to choke it. And so they inflicted too much harm on us. Notice that we even had to plant inUrabá or

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in Antioquia. Above all, since the year 2000 when the AUC were consolidated, Ramón Isaza had controlled the paramilitary groups. Directly, the ELN will not be able to do anything and will disappear. And to that, add the impact of the PSD because I am sincere, after 24 years in the FARC, I saw 6 presidents and none of them hit us as hard as Uribe Vélez (“Karina”, personal interview, May 2015).

We did well until the AUC arrived and the FF.MM (Colombian Military Forces) were strengthened. That affects us a lot (...) In short, we lost the war. The AUC won. We lost the political and military war. What the PSD did by hitting us that hard, was taking us to our denaturalization. For example, we became a force that was just by the freeway. We did not do guerrilla warfare but hit the ground. There was a lot of paramilitarism. So much that the Central Command (COCE by its abbreviation in Spanish) told us that it was a lost war (“Byron”, personal interview, June 2015). That is to say, the paramilitarism played a key role in weakening the guerrillas, especially in Cesar, La Guajira, Magdalena, Atlántico, Córdoba or particular scenarios in Antioquia, just as it has been recently revealed in works such as that from Ríos (2017b). In fact, one hypothesis that could be presumed would be that effective paramilitary demobilization actually arrives once the correlation of forces has shifted and favored the State, and when the achievements of the PSD and Plan Colombia lead to a sort of irreversibility against the interests of the guerrilla. Perhaps, this can be found in the testimonies of two of the paramilitary heads of the AUC that were interviewed in this respect:

The AUC, along with paramilitaries and Convivir eradicated part of the existing militias in the region. Just in Urabá, 7,000 people died, from which 4,500 were guerrilla fighters. Everyone, the Police, the Army, the AUC, were acting against a common enemy. Then, after the demobilization, the police sent us where we had done the work. That gave them credibility. With Uribe, we had agreed everything. We delivered everything. Everything clean (...) Towards 2002-2003 the truth is that we realized that we are useful idiots of the public force and of the US strategy. They all wanted us to do the dirty work. That led us to the decision of putting a ceasefire in the armed confrontation. The State already had combat capabilities. We had already done the dirty work. We had to step aside (“El Alemán”, personal interview, June 2015).

Given the lack of state, we ended up attacking and capturing all the FARC support. We began to build our State (...). We won. We took the territory. Finally, we consolidated and implemented our state model under the power of arms. We did not experience a process of submission to justice. Law 975 was designed by the executive, made law by the legislative, and countersigned by the Constitutional Court. Even an Exploratory Commission was created, and an agreement with the Organization of American States (OAS) was reached, which brought into being the Peace Support Mission (MAPP/OEA by its abbreviation in Spanish). Is that submission? Submission means to negotiate

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and accept an agreement with a prosecutor for delivery. Our situation cannot be called submission to justice. It was a political process in due form, and denying it was the great mistake of Uribe and Santos (“Diego Vecino”, personal interview, May 2015). Two more elements that would bring part of the PSD to the most characteristic budgets of the authoritarian COIN could be added to the obvious relationship with the paramilitarism: the involvement of the civilian population in the counterinsurgent armed struggle, and the undemocratic excesses in the before mentioned confrontation scenario. So, on the one hand, the establishment of structures that in the form of peasant soldier units began to assume work from the police force all over the country took place since 2003, except for Amazonas, Guainía, San Andrés and Vaupés. So much that up to 598 squads of 36 members each were created, which meant militarizing up to 21,500 peasants in the country (Arbeláez, 2006). In addition, networks of informants were also created, involving civilians throughout the military intelligence tactic, as was the case with territorial control or the provision of information or surveillance. The best example was the “reward Monday”, that is, payments of 2.5 million pesos (approximately 800 dollars) to all those citizens who cooperated with sufficient information to capture guerrilla members, or avoid acts of terrorism. Not coincidentally, the first contributions to this type of rewards ended up being paramilitary control enclaves that contributed to weaken the Caribbean Block, and the operating fronts in the Montes de María. In fact, by the year 2004, the number of informants amounted to 3,200,000 citizens so that the citizens who collaborated in the counterinsurgent war, in the background did it according to the official ideological base of the PSD, leading to a worrying trend, which has been increasing over the years. Moreover, according to Angarita (2011, pp. 318-319), it became “a source of corruption to the extent that it was lent to undue charging through alliances between criminals and agents of the public force who, being protected by confidentiality, escaped the controls that any government activity must have and more, if there are high amounts of money involved”. Finally, it would highlight the antidemocratic excess in which the PSD often incurred. In this regard, we should not forget violations to the International Law such as the attack in the Ecuadorian territory with which Raul Reyes, known as the Chancellor of the FARC, was killed. Also, the fact that the Colombian armed conflict developed “in-doors” implied significant difficulties in the systematic application of the norms on Human Rights and International Humanitarian Law, even further, of the concurrence of negative reinforcements such as the Directive 029 promoted by the then Minister of Defense, Camilo Ospina, and with which the members of the public force who were responsible for bringing down guerrilla fighters were paid economic benefits.

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This, for example, led to the “false positives” scandal. A scandal that, in the background, responded to Alvaro Uribe’s propagandistic quest to permanently justify the apparent strength and necessity of the PSD. That is to say, according to the necessity for a total and direct confrontation with the armed groups, it was presumed that it needed to show continuous visible results in order to legitimize it and to endure. However, the result was that of a practice that ended up projecting how guerrillas killed non-guerrilla civilians. Counting between 2001 and 2010, and according to CINEP (2011), a total of 1,119 victims were recorded in 887 extrajudicial executions. On the other hand, these excesses also appeared in the very logic of the combats, in such a way as, according to CINEP (2010, p. 3), between January 2002 and June 2011, a total of 12,997 violations to the Human Rights and International Humanitarian Law would have occurred in Colombia, from which 5,486 would have been attributed to paramilitary groups, 4,358 to the public force, 2,507 to the FARC, 321 to the ELN, and 325 to minor guerrillas, such as the People’s Liberation Army (EPL by its abbreviation in Spanish). Even today, this data that would give a good account of the chronicity, continuity, intensity, and excesses that the armed conflict experienced under the implementation of the PSD.

5. CONCLUSIONS At this point, it is possible to observe how the reality of the most significant data that the PSD offers, invites us at least, not to reject the thesis of understanding that the actions of COIN happened under the same, responded to a strong reactive component of dispute and belligerence. In fact, a significant issue in the text is that, precisely after the PSD, neither the FARC nor the ELN were the same guerrillas that began the change of the century. In both cases, there is a weakening of its structures and territorial presence, as well as in its sources of financing, which can be appreciated from any source of rigor that addresses the armed conflict as an object of study. Moreover, the process of dialogue with the FARC in Havana, formally finalized after the signing of the Peace Agreement with the Government of Colombia in November 2016, would have not been possible without the change in the correlation of forces in favor of the State and the irreversible weakening experienced by the guerrilla. The same could be said of an ELN that at present occupies a geographic and armed position practically reduced to the northeastern side of the country and that at least, formally, is in the interest of advancing in a process of dialogue that takes place in Quito with an agenda that is very similar to the one developed with the FARC-EP. Furthermore, the most authoritarian elements of the PSD were left behind. The paramilitarism, at least formally, demobilized under Law 975 of 2005, Justice and Peace, although with many doubts and shadows regarding the components of truth, reparation and non-repetition, and that would connect with the redefinition

149 Democratic Security Policy in Colombia – J. Ríos Sierra y J. Zapata García of the phenomenon through what are now known as “criminal gangs”. Likewise, the research on “false positives” has experienced many obstacles due to the intermediation of military justice and the concealment of evidence to the Attorney General’s Office, although in recent years progress has been made with regard to the status of many of the processes, almost in paralysis since 2010. In any event, and within a framework of armed post-conflict in Colombia, COIN actions will continue to be necessary, not only because of the possible mutation of the criminal phenomenon, but especially because of the power vacuum that is involved in the handover of weapons by the FARC and the continuity of coca cultivation in huge proportions of territory. Also, the continuity of the guerrilla phenomenon with the ELN, especially the activism of the Eastern and Western Fronts of War, which are the most wayward with the peace process, and the possible dissidents that arise within the FARC makes the continuity of a COIN strategy to be required. However, if it is about making the Peace Agreement sustainable, and improving the living conditions of millions of Colombian citizens, especially in those areas that have been most affected by decades of conflict, structural measures and reforms will also be essential to provide better distribution of the country’s resources, a strengthening of the productive fabric, a greater generation of resources, and a progress in the quality and coverage of unsatisfied basic needs that continue to affect in a negative way almost 40% of the civilian population. Finally, a word of final criticism can also be said about the overused counterinsurgency model of governance. These pages confirm once again that most of the times what is considered a population-centric model are actually partial measures of co-optation of demands combined with coercive efforts. In this sense it could be affirmed, perhaps recalling Machiavelli (1998) that the model of governance exists more in the minds of theorists than in practical reality. This speaks not so much against the governance model, but in favor of the fact that, if the case is reducing the insurgency in terms of the efficiency of related media, it must establish a state of security at the very beginning, supported perhaps by local elites and cooptation of social demands. No matter how, such action will always be subject to democratic constraints that affect its legitimacy, and hence its medium-term sustainability, if not complemented by a long-term transformation of a country such as Colombia with political, economic, and social structures that are still very dysfunctional.

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154 Percepción de los estudiantes de posgrado en gerontología sobre el envejecimiento

Eloy López Meneses Universidad Pablo de Olavide (España)

José Luis Sarasola Sánchez-Serrano Universidad Pablo de Olavide (España)

Alicia Jaén Martínez Universidad Pablo de Olavide (España)

José Gómez Galán Universidad Metropolitana (Puerto Rico)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029

Percepción de los estudiantes de posgrado en gerontología sobre el envejecimiento

Gerontology graduate students’ perception of ageing

Eloy López Meneses Universidad Pablo de Olavide (España) [email protected]

José Luis Sarasola Sánchez-Serrano Universidad Pablo de Olavide (España) [email protected]

Alicia Jaén Martínez Universidad Pablo de Olavide (España) [email protected]

José Gómez Galán Universidad Metropolitana (Puerto Rico) [email protected]

Fecha de recepción: 01 de diciembre de 2017 Fecha de aceptación: 11 de diciembre de 2018

Financiación: Línea de trabajo iniciada en la investigación “Innovación docente 2.0 con Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el Espacio Europeo de Educación Superior”, situada en el marco de la Acción 2 de Proyectos de Innovación y Desarrollo Docente subvencionados por el Vicerrectorado de Docencia y Convergencia Europea de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España)

Resumen Hoy en día, por primera vez en la historia, la mayoría de las personas puede aspirar a vivir más allá de los 60 años. En los países de ingresos bajos y medianos, esto se debe en gran parte a la notable reducción de la mortalidad en las primeras etapas de la vida, sobre todo durante la infancia y el nacimiento, y de la mortalidad por enfermedades infecciosas. En los países de ingresos altos, el aumento sostenido de la esperanza de vida actualmente se debe sobre todo al descenso de la mortalidad entre las personas mayores. En este sentido, el número de habitantes en América Latina ascenderá hacia mediados de 2016 a 625 millones de personas, seis millones más de los que se estima que había a mitad de 2015, y se calcula que alcanzará 680 millones en 2025 y 779 millones en 2050, según las últimas proyecciones

157 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros

de población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Y en la Unión Europea se prevé que la población aumentará de 507 millones en 2013 hasta el año 2050 en casi un 5%, cuando llegará a su máximo (en 526 millones). En consonancia con este nuevo planteamiento global, se realizó un estudio diacrónico con los estudiantes de posgrado que cursan el Máster Oficial de Gerontología, Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos de la Universidad Pablo de Olavide, durante los cursos académicos 2012-2013 a 2015-16. A través de una investigación descriptiva y de métodos mixtos -con técnicas y procesos de reducción de datos, codificación, interpretación e inferencia, etc.-, se analizó el diseño y elaboración por parte del alumnado de nubes de ideas desarrolladas con software social sobre las concepciones relacionadas con el proceso de envejecimiento a partir de los contenidos impartidos en el módulo teórico y de prácticas en centros gerontológicos.

Palabras clave: Personas Mayores; Envejecimiento; Nube de Conceptos; Mapa conceptual; Experiencia posgrado.

Abstract Nowadays, for the first time in history, most people can expect to live beyond 60 years. In low- and middle-income countries, this is largely due to the significant reduction of mortality in the early stages of life, especially during childhood and birth, and from infectious diseases. In high-income countries, the sustained increase in life expectancy today is owing to the decline of mortality among the elderly. In this regard, the number of inhabitants in Latin America will be rising by mid-2016 to 625 million people; six million more than there would be estimated by mid-2015. According to the latest population projections of the United Nations Economic Commission for Latin America and the Caribbean, 680 million people by 2025 and 779 million in 2050 will be reached. And in the European Union, a population increase of 5 per cent is expected: from 507 million by 2013, until 526 million by 2050, achieving the maximum. In line with this new global approach, a diachronic study with graduate students attending the Official Master’s Degree in Gerontology, Direction and Management of Gerontology Centres at Pablo de Olavide University, during 2012-2013 to 2015-2016 academic years, was realized. Through a descriptive and mixed methods research -with techniques and processes of data reduction, coding, interpretation and inference, etc.-, the students’ design and elaboration of clouds of ideas -developed with social software- about concepts related to the ageing process, from the contents taught in the theoretical module and the internship in different gerontology centres, were analysed.

Keywords: Elderly People; Ageing; Concept Cloud; Concept Map; Graduate Experience.

Para citar este artículo: López Meneses, E.; Sarasola Sánchez-Serrano, J. L.; Jaén Martínez, A. y Gómez Galán, J. (2019). Percepción de los estudiantes de posgrado en gerontología sobre el envejecimiento. Revista de humanidades, n. 36, pp. 155-180. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Fundamentos teóricos. 3. Contexto de la investigación. 4. Objetivos. 5. Metodología de la investigación. 6. Resultados. 7. Conclusiones. 8. Referencias bibliográficas.

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1. INTRODUCCIÓN Hoy en día, por primera vez en la historia, la mayoría de las personas puede aspirar a vivir más allá de los 60 años. En los países de ingresos bajos y medianos, esto se debe en gran parte a la notable reducción de la mortalidad en las primeras etapas de la vida, sobre todo durante la infancia y el nacimiento, y de la mortalidad por enfermedades infecciosas. En los países de ingresos altos, el aumento sostenido de la esperanza de vida actualmente se debe sobre todo al descenso de la mortalidad entre las personas mayores (Organización Mundial de la Salud, 2015). En este sentido, el número de habitantes en América Latina ascenderá hacia mediados de 2016 a 625 millones de personas, seis millones más de los que se estima que había a mitad de 2015, y se calcula que alcanzará 680 millones en 2025 y 779 millones en 2050, según las últimas proyecciones de población de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (VV. AA, 2015). Sirva a modo de ejemplo, los indicadores del proceso de envejecimiento de la población de Venezuela, período 2015-2100 (tabla 1).

Tabla 1. Indicadores del proceso de envejecimiento de la población de Venezuela. CELADE - División de Población de la CEPAL (VV. AA, 2015).

Asimismo, en la Unión Europea se prevé que la población aumentará de 507 millones en 2013 hasta el año 2050 en casi un 5%, cuando llegará a su máximo (en 526 millones). En concordancia con Thumala, Arnold y Urquiza (2010), se puede entender que este sostenido y reciente aumento de la población de adultos mayores es un fenómeno a escala planetaria.

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En este sentido, el presente estudio diacrónico derivado de la línea de trabajo iniciada en la investigación “Innovación docente 2.0 con Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tic) en el Espacio Europeo de Educación Superior”, situada en el marco de la Acción 2 de Proyectos de Innovación y Desarrollo Docente subvencionados por el Vicerrectorado de Docencia y Convergencia Europea de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), se describe un estudio diacrónico con los estudiantes de posgrado que cursan el Máster Oficial de Gerontología, Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos de la Universidad Pablo de Olavide, durante los cursos académicos 2012/13, 2013/14, 2014/15 y 2015/16. A través de una metodología de carácter descriptivo y de corte cualitativo, se analizó el diseño y elaboración por parte del alumnado de nubes de ideas desarrolladas con el software social Wordle y Tagxedo sobre las concepciones relacionadas con el proceso de envejecimiento a partir de los contenidos impartidos en el módulo teórico y de prácticas en centros gerontológicos. El procedimiento metodológico seguido, como se desarrollará extensivamente más adelante, consistió en analizar en el estudiantado el concepto de “vejez” utilizando como base distintas nubes de conceptos - o words clouds en inglés- sobre los aspectos relacionados con el mismo. Esto puede realizarse con programas informáticos específicos dentro de lo que se define como software social. Las herramientas empleadas permitieron crear nubes de palabras interactivas, personalizadas y configurables que pudieron descargarse en varios formatos y compartirlos en red. En función de la plataforma en la que se empleen estas herramientas puede ser necesario tener instalado el plugin Silverlight. El formato web permite obtener el código necesario para poder incrustar esa nube en cualquier espacio de contenidos. En todos los casos la nube de palabras es, en esencia, un conjunto de palabras que forman una representación por medio de la imagen que las engloba, y que facilita enormemente el análisis de conceptos. En este contexto, la vejez, como un estado personal, hace referencia a la última etapa de la vida y se define como “persona de mucha edad”. El término “vejez”, junto con algunos derivados de este, como “viejo” y “envejecimiento”, aluden a una condición temporal y a la consecuencia del tiempo en la persona, o lo que es lo mismo, a la edad (Fernández-Ballesteros, 2000; Rodríguez-Rodríguez, et al., 2012). El envejecimiento de la población en la Unión Europea es un hecho constatado, cada día hay más personas mayores (Agudo, Pascual y Fombona, 2012). En este sentido, las previsiones de las Naciones Unidas estiman que, en el año 2050, España estará entre los diez países más viejos del mundo con un 38,3% del total, según el informe “Aging in the Twenty-First Century: A Celebration and A Challenge” (2012). En concordancia con Montero (2005), si históricamente el siglo XIX se caracterizó por un «derroche de vida» (alta natalidad y alta mortalidad), el siglo XX ha supuesto el periodo de finalización de la transición demográfica, la revolución de la longevidad y el envejecimiento.

160 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029

Tradicionalmente la enseñanza universitaria se ha fundamentado en un modelo metodológico centrado en el docente, con énfasis en la transmisión de contenidos y su reproducción por los alumnos, la lección magistral y el trabajo individual. Enseñar a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) demanda una serie de cambios que generan una ruptura de este modelo, al mismo tiempo que suponen un avance hacia la calidad de la educación universitaria (López Meneses y Gómez Galán, 2010; Aguaded, López Meneses y Alonso, 2010; Gómez Galán y Lacerda, 2012). En la línea discursiva de Martínez-Miguélez (2011), la educación moderna debe hacer un cambio de paradigma, es decir, un cambio de la idea central que la define. Elnuevo profesor será un animador, un experto en la mayéutica, que buscará situaciones problemáticas de la vida y las propondrá al alumnado, situaciones que tengan en cuenta todas las dimensiones del ser humano: inteligencia, sensibilidad y cuerpo, es decir, en el nuevo contexto europeo universitario es necesario un cambio metodológico y evaluador orientado (Aguaded, López Meneses y Jaén, 2013) que potencie la formación integral de los estudiantes a través del desarrollo de sus competencias sociales, intelectuales y tecnológicas en el contexto universitario, es decir, en palabras de Cróquer y Paz (2013) en ese entorno circunscrito por una misión y una visión específicas.

2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS El envejecimiento es un proceso que se vive desde el nacimiento y se caracteriza por diferentes cambios en niveles físicos, mentales, individuales y colectivos. Estos cambios definen a las personas cuando ya están mayores, pero se debe ver como un proceso natural, inevitable y no necesariamente ligado a estereotipos; como una etapa de la vida apta para “crecer y continuar aprendiendo” (OPS, 2002). Básicamente podemos hablar de cuatro tipos de estereotipos: el cronológico, asentado en el criterio de normas de edad equipara el envejecimiento con el número de años vividos, a pesar de que muchas personas mayores se encuentran aceptablemente íntegras tanto física como psíquicamente mientras que sujetos de menor edad soportan evidentes deterioros; el biológico, la equiparación de vejez y persona mayor con senilidad, que contribuye injustamente a concebir la vejez como etapa vital cargada de enfermedades; el psicológico, que considera la vejez como deterioro y declive de los recursos psicológicos sensoriales, atencionales, memorísticos, cognoscitivos, aptitudinales, etc., potenciando el mito de la vejez como etapa de escasa o nula creatividad, de aislamiento intimista, de ansiedad y depresiones, etc.; y el sociológico, que ha incidido tradicionalmente en las connotaciones de inutilidad, aislamiento, improductividad y desvinculación de la persona mayor respecto a los intereses sociales y relacionales comunitarios (Carbajo, 2009).

161 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros

Por su parte, Montañés y Latorre (2004) indican que el envejecimiento es un proceso adaptativo, lento y continuo, que supone una serie de modificaciones en todos los ámbitos, y en el que intervienen numerosos factores biológicos, psicológicos y sociales. El envejecimiento de la población es el resultado de importantes cambios demográficos desarrollados en los últimos decenios en España. Desde finales de los años setenta del pasado siglo, se ha producido una fuerte caída de la fecundidad que ha elevado el peso porcentual de las personas mayores. Asimismo, el incremento de la esperanza de vida ha supuesto un aumento del número de supervivientes de cada cohorte a lo largo de todas edades del curso de la vida más allá de los 65 años (Yanguas, 2006; VV. AA, 2011). En este sentido, la cuestión del envejecimiento de la población, en sus múltiples y diversas dimensiones, es un tema de enorme interés; no solo científico sino, sobre todo, social. Las publicaciones científicas y las reuniones específicas ponen de manifiesto su pujanza en la investigación básica y aplicada. Los foros de usuarios y las reuniones de personas mayores, prueban la relevancia que subyace al envejecimiento como fenómeno con pujanza social (Rodríguez, Rodríguez, Sancho y Díaz, 2012). Asimismo, el envejecimiento de la población en la Unión Europea es un hecho constatado, cada día hay más personas mayores (Agudo, Pascual y Fombona, 2012). Si tomamos como referencia el informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales de 2012 “Portal Mayores” (Abellán y Ayala, 2012), el número de personas de 65 y más años era superior a 8,2 millones, lo que representa el 17,4% de la población. Las previsiones de las Naciones Unidas estiman que, en el año 2050, España estará entre los diez países más viejos del mundo con un 38,3% del total, según el informe “Aging in the Twenty-First Century: A Celebration and a Challenge.” Mikulak (2012). El concepto ha ido evolucionando, como señala Zamarrón (2013), desde la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1990, del envejecimiento saludable (centrado en la salud), hacia un modelo mucho más integrador, como el de envejecimiento activo, es decir, “el proceso de optimización de oportunidades para la salud, la participación y la seguridad que permitan garantizar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen” (Organización Mundial de la Salud, 2002, p. 12). A su vez, el modelo de envejecimiento activo asume un enfoque intergeneracional que reconoce la importancia de las relaciones familiares y el apoyo prestado entre miembros de distintas generaciones (Sáez, 2002; Fernández-Ballesteros, et al., 2010). La promoción del envejecimiento activo implica la optimización de todas esas condiciones a través de intervenciones biomédicas, físicas, psicológicas, socio- ambientales y, sobre todo, educativas. Hemos de subrayar así mismo que la promoción del envejecimiento activo supone prevenir la enfermedad y la discapacidad y mejorar el bienestar y la calidad de vida en la vejez (Fernández Ballesteros, 2009; Gallardo, Peñacoba y Martínez, 2009, p. 67). En concordancia con Amador-Muñoz y Esteban-Ibañez (2015) los avances en las ciencias de la salud, incluida la nutrición humana, han permitido prolongar 162 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029 de manera espectacular la esperanza de vida, aunque en la actualidad no nos conformamos tan sólo con vivir más tiempo, sino que perseguimos mantener, a esa edad, un buen estado de salud y calidad de vida. En este sentido, es preciso erradicar concepciones erróneas sobre la vejez y distinguir los cambios inherentes a este periodo vital de los trastornos o alteraciones que provoca la enfermedad. El declive biológico que conlleva el proceso de envejecimiento no tiene por qué ir acompañado irremediablemente de un deterioro orgánico, puesto que envejecimiento y enfermedad no son términos equivalentes. Si bien es cierto que en la última etapa de la vida se da una probabilidad mayor de padecer patologías, de este hecho solo se deriva la trascendencia de adoptar medidas que procuren un adecuado mantenimiento de la salud de los mayores, entendida esta en su más amplio sentido. Atendiendo a la dimensión bio-psicosocial de la salud, su cuidado durante el envejecimiento debe comprender una actividad física regular, una alimentación equilibrada y un trabajo cognitivo mantenido en los aspectos físicos y psicológicos. Las relaciones familiares y la posibilidad de participación comunitaria son elementos que inciden asimismo en el nivel de salud respecto al plano social (Rojo-Pérez et al., 2009). Que las personas mayores tengan oportunidad de desarrollar apropiadamente sus capacidades personales a través de la educación, contribuye no solo a prevenir situaciones de dependencia, sino que faculta para el desarrollo de un envejecimiento más pleno. Las intervenciones de Educación para la Salud dirigidas a este colectivo proporcionan un conjunto de herramientas que acrecienta la capacidad personal y favorece la adopción de actitudes críticas sobre los determinantes que inciden en la evolución del proceso de envejecimiento como construcción sociocultural (Beauvoir, 1983). La vivencia emocional del proceso de envejecimiento tiene una influencia fundamental en el desarrollo del mismo, pues, según señala Bazo (1990), una persona se considera vieja cuando la sociedad así la califica. Son variados los estudios, tanto en el ámbito de América Latina y España (Gairín, Rodríguez-Gómez, Armengol y del Arco Bravo, 2014; González Raimundí, 2015 y 2016; García Rodríguez, Meseguer Martínez, González Losada y Pozo Muñoz, 2016) como en un contexto general internacional (Schuetze y Slowey, 2002; Kasworm, 2012; Cook, 2013; Markle, 2015) que han demostrado los beneficios que la participación de las personas mayores en los contextos universitarios, a través de diferentes programas formativos dirigidos especialmente a este sector de edad o bien articulándose en diferentes titulaciones universitarias Por último, en el contexto formativo, siguiendo a Martín García y Requejo (2005), una de las intenciones de una acción educativa en la vejez consiste, precisamente, en alcanzar y/o mejorar el bienestar personal y la calidad de vida de todas aquellas personas que viven su proceso de envejecimiento, la educación en la vejez propone un tipo de intervención mediante la cual se trata de descubrir el mejor modo de ayudar a las personas a reconocer las posibilidades que las diferentes fases y momentos de la vejez ofrecen, tratando de favorecer un mejor ajuste y una mayor satisfacción vital (Elosúa, 2002; Escarbajal de Haro, 2003). 163 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros

El análisis del proceso de envejecimiento desde una perspectiva educativa es un aspecto necesario y deseable en el actual contexto del Espacio Europeo de Educación Superior; así como el fomento del trabajo colaborativo y con herramientas digitales con integración en la actual dinámica de la Sociedad de la Información y la Comunicación.

3.CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN La presente experiencia de posgrado se desarrolla en el Máster universitario en Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos perteneciente al Centro de Estudios de Posgrado de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla. Es un Máster semipresencial con docencia virtual los lunes a través de la plataforma de aprendizaje Blackboard (UPO); y martes, miércoles y jueves docencia presencial en la Universidad Pablo de Olavide con horario de 17.00 a 21.00. Consta de 60 créditos de docencia y permite el acceso al programa de Doctorado de Ciencias Sociales de la Universidad Pablo de Olavide al estudiantado de Grado y Licenciados. Su URL es http://www.upo.es/postgrado/Master-Oficial-Gerontologia-y-Direccion- y-Gestion-de-Centros-Gerontologicos?opcion= (figura 1)

Figura 1. Espacio virtual de Máster de Gerontología y Dirección y Gestión de Cen- tros Gerontológicos.

164 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029

Referente a los contenidos del Máster Oficial se concretan en los siguientes módulos formativos: (1) Módulo de Ciencias Gerontológicas; (2) Módulo de dirección, Organización y Gestión de Centros Gerontológicos; (3) Módulo Proyecto de Investigación y Prácticas en Centros Gerontológicos; y (4) Talleres y Seminarios formativos. La investigación describe un estudio con nubes de conceptos sobre las concepciones de posgrado acerca del envejecimiento. El desarrollo de la misma se plantea como una continuación de la experiencia de carácter innovador que se desarrolló de modo inicial durante el curso académico 2012/13 con estudiantes pertenecientes al Máster de Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos de la Universidad Pablo de Olavide. Durante los siguientes cuatro cursos académicos se implementó la experiencia educativa con la intención de poder contrastar los resultados obtenidos y valorar la relevancia real de los conceptos ya examinados. El estudio realizado se encuentra enmarcada en el módulo II: Dirección y gestión de Centros Gerontológicos en el tema 13: Software social y estrategias para el envejecimiento activo (Figura 2).

Figura 2. Organigrama del Tema 13 (extraído de la plataforma blackboard Learn- ing UPO).

La investigación educativa consistía en plantear al estudiantado una reflexión introspectiva a través de nubes de conceptos sobre los principales aspectos que caracterizan el concepto de “vejez”, con la aplicación social Wordle (http://www. wordle.net) durante los cursos 2012-13 y 2013-14 y la herramienta Tagxedo (http:// www.tagxedo.com/) en los cursos 2014-15 y 2015-16. Este software social permite

165 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros diseñar nubes de etiquetas (“tag clouds”) de forma dinámica y fácil a partir de los conceptos que se le proporcionan. En la experiencia de postgrado los estudiantes deben indicar los 4 ó 5 conceptos que para ellos resultan más representativos de la Vejez. Posteriormente, ellos enviaban el enlace de la nube de conceptos con un breve comentario al correo electrónico del docente y se diseña un espacio web para difundirlo con la aplicación gratuita Jimdo: http://mayores3000.jimdo.com/ (Figura 3) que servía de repositorio al estudiantado para después realizar un debate reflexivo de las diferentes opiniones vertidas por el estudiantado de cursos anteriores.

Figura 3. Espacio virtual de la experiencia innovadora universitaria. http://mayores3000.jimdo.com/

También, se diseñó una rúbrica para valorar la e-actividad (figura 4).

166 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029

Figura 4. Matriz de valoración de la e-actividad http://mayores3000.jimdo.com/rúbrica-matriz-de-valoración/

Por último, sirva a modo de ejemplificación el concepto y la presentación realizada por un estudiante del Máster de Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos que se realizó en marzo de 2014 con la aplicación de software social denominada Wordle (Figura 5). Responsabilidad en el apoyo a la familia, Ocio en el disfrute de tiempo libre, Descanso en la evasión del estrés laboral, Participación en la realización de actividades de diversa índole, Sabiduría fruto de la experiencia vivida.

Figura 5. Aportación de estudiante (A) de la experiencia innovadora universitaria. Máster de Gerontología (UPO).

167 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros

O bien el trabajo realizado el 3 de marzo de 2016 con nubes de palabras por el estudiante Sergio García López (Figura 6).

Figura 6. Aportación de estudiante (b) de la experiencia innovadora universitaria. Máster de Gerontología (UPO).

A continuación, se muestra las intenciones didácticas, el desarrollo de la investigación y los resultados más relevantes alcanzados durante el desarrollo de los cuatro cursos académicos en el Máster Oficial de Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos.

4.OBJETIVOS Los principales objetivos de la experiencia innovadora llevada a cabo fueron los siguientes: (1) Reflexión introspectiva sobre la concepción de la vejez y en el envejecimiento activo; (2) Fomentar el papel activo y autónomo de los estudiantes en el proceso de construcción del conocimiento; (3) Favorecer el aprendizaje multimodal entre los estudiantes; (4) Diseñar y elaborar nubes de ideas previas sobre las Concepciones Relacionadas con el proceso de Envejecimiento; (5) Fomentar el uso de software social; (6) Elaborar un repositorio de concepciones previas en relación con la Vejez. El objetivo prioritario que se pretendía con esta investigación diacrónica lo largo de cuatro cursos académicos era comprobar la prevalencia de los conceptos de Vejez incorporados al repositorio a lo largo del periodo de tiempo estudiado (curso académico 12-13 al curso académico 15-16).

5. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Se utiliza como eje vertebrador metodológico la investigación-acción colaborativa virtual por parte del estudiante universitario como una manera de

168 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029 fomentar sus propias competencias genéricas y específicas en el Espacio Europeo de Educación Superior (Pool-Cibrian y Martínez-Guerrero, 2013; Zimmerman y Schunk, 2011). Esta concepción metodológica se fundamenta en la interdependencia positiva que fomenta la responsabilidad grupal del trabajo colaborativo (Kitsantas y Dabbagh, 2010; Linnenbrink y Pintrich, 2003). A su vez, las experiencias aportadas por Gómez-Lucas y Álvarez-Teruel (2011) y Millis y Rhem (2010), evidencian que al emplear el trabajo colaborativo como una estrategia en el aula universitaria éste contribuye a potenciar el aprendizaje, al permitir la confrontación de puntos de vista y opiniones, ayuda a revalorizar la perspectiva propia y facilita el intercambio con el otro, pues activa y conduce al aprendizaje para abordar con éxito situaciones comunicativas entre iguales. Para el presente estudio analítico se revisaron las aportaciones efectuadas por el grupo estudiante analizando las palabras o conjuntos de significados como unidades de registro. Posteriormente se transcribió y categorizó la trama conceptual tomando como marco de referencia las pautas establecidas por diferentes autores (Bogdan y Biklen, 1992; Miles y Huberman, 1994). En la fase primera se realizó el filtrado en bruto de los textos y nube de palabras multimedia por medio de la técnica de “reducción de datos”. Esta fase constituye la realización de procedimientos racionales que consisten en la categorización y codificación de los datos, identificando y diferenciando unidades de significado. En primer lugar, se procedió a la “categorización de los datos”. Esta categorización implica la simplificación y selección de información para hacerla más manejable. Este proceso se estructuró en dos subfases: “Separación de unidades”: consiste en separar segmentos de información siguiendo algún tipo de criterio como puede ser espacial, temporal, temático, gramatical. “Identificación y clasificación de unidades”: consiste en clasificar conceptualmente las unidades que son cubiertas por un mismo tópico con significado. El procedimiento puede ser inductivo, es decir, a medida que se van examinando los datos, o deductivo, habiendo establecido previamente el sistema de categorías sobre el que se va a categorizar, tras la revisión de literatura específica sobre la temática objeto de estudio. En este estudio optamos por una clasificación mixta por medio de la técnica de “síntesis y agrupamiento”. Esta fase está unida realmente a la anterior dado que la propia categorización implica la síntesis. Esta fase también estuvo presente una vez que ha concluido el proceso de categorización y algunas categorías se agrupan en metacategorías. Una vez finalizado el proceso de “codificación”, se asignó una categoría a cada unidad textual. En este sentido, cada unidad seleccionada ha sido codificada para su recuento frecuencial, mediante el programa de análisis estadístico SPSS Statistics 20.0 (Castañeda, Cabrera, Navarro, y Vries, 2010). En la fase segunda se realizaron los procesos de “interpretación e inferencia”. El software SPSS facilita la creación de archivos de datos de forma estructurada y

169 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros organizar las bases de datos para que puedan ser analizadas con diversas técnicas estadísticas. (Figura 5).

Figura 5. Sistema categorial elaborado con IBM SPSS Statistics 20.0

Para finalizar el proceso de análisis de los conceptos y dado que era interesante conocer la prevalencia de los conceptos sobre vejez a lo largo del estudio diacrónico, se efectuó un análisis estadístico a partir de Tablas de Contingencia y Resumen de procesamiento de casos y así obtener los conceptos que han perdurado en el tiempo junto con el peso específico que han tenido cada uno de ellos. Por último, se tuvo en consideración, para valorar de modo positivo la prevalencia del concepto, que al menos apareciera en tres de los cuatro cursos académicos estudiados. En el siguiente apartado se muestran los resultados, conclusiones y limitaciones de la investigación realizada.

6. RESULTADOS Los estudiantes del Máster de Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos de la Universidad Pablo de Olavide, en los distintos cursos escolares, fueron cumpliendo de manera satisfactoria los objetivos marcados en el estudio, reflejando en las nubes de palabras lo que ellos/as entendían como el significado del concepto de “vejez” partiendo de su reflexión introspectiva sobre la concepción de la vejez y en el envejecimiento activo. Por otro lado la metodología desarrollada ha fomentado en todo momento el papel activo y autónomo de los estudiantes en el

170 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029 proceso de construcción del conocimiento, consiguiendo alcanzar un aprendizaje multimodal entre los estudiantes y el uso de software social. Por último se ha ido construyendo un repositorio colectivo de concepciones previas en relación con la Vejez. Para exponer los resultados obtenidos a lo largo del estudio diacrónico, primero vamos a exponer los resultados obtenidos para cada uno de los cursos, para posteriormente realizar una valoración sobre aquellos conceptos que prevalecen a lo largo del tiempo. Respecto al curso escolar 2012-2013, en la gráfica 1, se expresan los conceptos que se asocian a la Vejez.

Frecuencias Conceptos de Vejez

Concepto de Vejez 80 70 50 30 30 20 20 10 10 10 10 10 10 10 10 10 3

Gráfica 1. Porcentajes de aparición de los conceptos asociados al significado de -ve jez para estudiantes del curso 2012-2013 del Máster de Gerontología. Universidad Pablo de Olavide.

En este sentido, se constata en la gráfica anterior que el concepto más representativo asociado a la vejez son la “Sabiduría” con el (80.0%) y la “Experiencia” (70.0%). Seguidamente, el concepto de “Madurez” con el (50.0%). Por último, aparecen otra serie de acepciones con una menor prevalencia, pero que visualiza el abanico léxico-semántico inherente a la idea de vejez que infiere el propio estudiantado de posgrado, como pueden ser “Etapa de la vida” y “Libertad” con un (30.0%) o “Crecimiento y miedos” con un (20.0%). Por último, otros conceptos que surgen en la dinámica activa del aula son “Dependencia”, “Vivencias”, “Belleza”. Durante el curso escolar 2013-2014, se expresan los conceptos recopilados en la gráfica 2.

171 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros

Frecuencias Conceptos de Vejez

Concepto de Vejez 72,7

54,5 54,5 45,5 27,3 18,218,218,218,2 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 … … Apoyo Cariño Tiempo Pérdida Plenitud Cambios Felicidad Madurez Sabiduría Descanso Serenidad Cansancio Relajación Recuerdos Dedicación Experiencia Ocio tiempo y Ser uno mísmo Envejecimiento Deterioro físico Etapa de la vida Responsabilidad

Gráfica 2. Porcentajes de aparición de los conceptos asociados al significado de vejez para estudiantes del curso 2013-2014 del Máster de Gerontología. Universidad Pablo de Olavide.

En este curso académico, el concepto que brilla con luz propia y sirve como epicentro globalizador al concepto de Vejez es la “Experiencia” con un (72.7%), seguido de los conceptos de “Sabiduría y Etapa de la vida” (54.5%), “Ocio y tiempo libre” (45.5%), “Envejecimiento activo” (27.3%) con una mayor diferenciación sobre el resto de respuestas reflejadas. Otras características que los estudiantes han vinculado al proceso de Envejecer son: Ser una fase colmada de “Serenidad”, “Cambios físicos” importantes que pueden modificar el estilo de vida, “Descanso” dado que se termina la vida laboral activa y “Tiempo” para disfrutar de la familia y amistades con un 18,2% y ser un pilar de “Apoyo”, “Responsabilidad” y “Dedicación” para cuidar y preocuparse, luchar y sacar adelante a la familia, sobre todo en estos momentos de crisis, “Madurez personal” después de toda una vida, “Cansancio” tras muchas batallas vividas a lo largo de la existencia, “Ser uno mismo”, “Plenitud de la vida”, en la que se han conseguido cosas, “Cariño” hacia la familia y amistades, etapa de “Pérdidas” dado que familiares directos y amistades pueden fallecer, “Deterioro físico”, “Recuerdos de toda la vida”, de las experiencias vividas, “Felicidad” dado que pueden disfrutar de tiempo para hacer actividades que les gusten y por último de “Relajación” con un 9.1%. Referente al estudiantado correspondiente al curso académico 2014-2015, valora como concepto central que emana de la acepción de la vejez la “Autonomía” con una prevalencia del 81.8%, como se indica en la gráfica 3. Es un concepto inherente a la idea de vejez como una etapa de la vida positiva y llena de vitalidad y de posibilidades vitales. El concepto que le sigue, con un 54.2% es la “Sabiduría”, concepto que ya ha sido mencionado por el alumnado de cursos anteriores. Con

172 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029 menor relevancia se vislumbran los conceptos de “Madurez”, “Cariño”, con un 18.2%, todos ellos presentan una visión también positiva

Frecuencias Conceptos de Vejez

Concepto de Vejez 81,8

54,5

18,2 18,2 18,2 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1 9,1

Gráfica 3. Porcentajes de aparición de los conceptos asociados al significado de -ve jez para estudiantes del curso 2014-2015 del Máster de Gerontología. Universidad Pablo de Olavide.

En la gráfica 4 se muestran los conceptos definitorios de la etapa de la vejez correspondiente al curso académico 2015-16.

Frecuencias Conceptos de Vejez

Concepto de Vejez 69,6 52,2

30,4 21,7 26,1 21,7 21,7 13 13 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7 8,7

Gráfica 4. Porcentajes de aparición de los conceptos asociados al significado de -ve jez para estudiantes del curso 2015-2016 del Máster de Gerontología. Universidad Pablo de Olavide.

Cabe mencionarse que en el curso académico 2014-15, el concepto que de modo reiterado se manifiesta es la “Experiencia”, con un (69.6%). Posteriormente,

173 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros el concepto de “Sabiduría”, con un (52.2%). Ambas acepciones revelan una imagen de la senectud como una etapa que confiere a la persona un bagaje experiencial muy importante logrado a lo largo de la vida. En contraposición, cabe resaltar con una prevalencia del 30.4% la “Soledad”, que se encuentra orientado a aspectos negativos. Otros conceptos que surgen con un porcentaje de 21.7% son los de “Madurez”, “Deterioro físico” y “Oportunidades”. Una vez presentados los resultados por curso académico, a continuación, se expone la prevalencia de los conceptos sobre la “Vejez” a lo largo del tiempo, para observar su oscilación. Y como se indicó anteriormente, se valora un concepto prevalente en el tiempo si aparecería en tres de los cuatro cursos académicos estudiados, así en la gráfica 5 se representan los datos recogidos.

90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Deterio Ocio_ti Crecimi Depend Etapa_v Experie Madure Sabidurí Vivenci Cariño ro_físic empo_li ento encia ida ncia z a as o bre curso 2012-2013 20 10 30 70 50 3 80 10 curso 2013-2014 9,1 9,1 54,5 72,7 9,1 45,5 54,5 curso 2014-2015 18,2 9,1 18,2 9,1 18,2 54,5 9,1 curso 2015-2016 26,1 8,7 8,7 21,7 8,7 69,6 21,7 8,7 52,2 8,7

curso 2012-2013 curso 2013-2014 curso 2014-2015 curso 2015-2016

Gráfica 5. Comparativa de la prevalencia de los conceptos sobre vejez para estudiantes de los cursos académicos 2012-2013; 2013-2014; 2014-2015 y 2015- 2016 del Máster universitario en Gerontología y Dirección y Gestión de Centros Gerontológicos.

Al realizar una comparativa entre la prevalencia de los conceptos relevantes para el grupo de estudiantes, se observa una predominancia de dos conceptos que emergen del estudio diacrónico. Dichos conceptos son los de “Sabiduría”, teniendo una representatividad muy alta entre el 80.0% y el 52.2% en todos los cursos. También destaca el concepto “Experiencia”, con unos porcentajes de aparición

174 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 155-180. ISSN 1130-5029 de entre el 69.6% y el 72.7% que aunque en uno de los cursos académicos no se manifiesta, en el resto de ellos posee una alta prevalencia. El de “Madurez”, con porcentaje con una mayor variabilidad (entre un 9.1% a un 50.0%), también resalta por su alta representatividad. En simbiosis con estos conceptos emanan otros como el “Cariño”, con un porcentaje máximo de utilización del 26.1%, el ser una “Etapa de Crecimiento”, con un porcentaje inicial del 20.0% que ha disminuido en los últimos cursos académicos; una “Etapa de la Vida”, un periodo vital en la se permite un mayor acceso al “Ocio y el Tiempo Libre” y en la que se acumulan una serie de “Vivencias”. Por último, destacar que los conceptos mencionados evocan positividad hacia esta etapa en la vida de las personas, aun así, también aparecen algunos conceptos que se podría denominar menos positivos, como son la “Dependencia” o el “Deterior Físico”, pero se puede entender que son también conceptos inherentes a la propia naturaleza humana y al desarrollo vital de las personas.

7. CONCLUSIONES Entre las principales conclusiones que se obtienen, cabe mencionar que los objetivos planteados en la experiencia de posgrado: reflexionar y analizar a través de nubes de conceptos, la acepción de la vejez, favorecer el desarrollo de actitudes críticas y conocer una aplicación 2.0 (Wordle y tagxedo) se han conseguido plenamente, como se observan en los trabajos realizados por el alumnado de posgrado en el espacio virtual http://mayores3000.jimdo.com/ También es de resaltar que el grupo de estudiantes ha relacionado el proceso del envejecimiento con la sabiduría en concordancia con otros autores (Levy, 1996; Isaacowitz y Seligman, 2001; Mikulak, 2012), o con aspectos vinculados a la experiencia y bagaje experiencial (Carbajo Vélez, 2009), un periodo que prevalecen los miedos como apunta Viguera (2000) o bien, una etapa llena de emociones y nuevas oportunidades (Steverink, et al., 2000; Gómez Lucas. y Álvarez Teruel, 2011 Stephan, et al., 2013; Sarasola, López Meneses, y Fernández, 2013). Asimismo, desde una visión negativa define la vejez como un estado deficitario, donde se producen pérdidas significativas e irreversibles (Corraliza, 2000). En este sentido, se describe a la persona mayor como físicamente disminuido y con deterioro físico en concordancia con Matras (1990). Por otra parte, los estudiantes valoran muy positivamente el software social para la elaboración de nubes de conceptos: “Wordle” (URL: http://www.wordle.net/) y tagxedo (http://www.tagxedo.com/) por ser intuitivos, fáciles de manejar y funcionales, fruto del debate realizado en la última parte de la sesión formativa. Consideramos, globalmente, que estos estudios además de su valor científico contribuyen a dar respuesta a un gran problema social que resulta fundamental en el bienestar de un país, y es la atención a las personas mayores. Por supuesto han jugando y seguirán jugando un papel decisivo en la sociedad. En este campo

175 Percepción de los estudiantes de posgrado… – E. López Meneses y otros resulta fundamental no sólo del análisis científico de una compleja problemática, sino asimismo su aplicación en el ámbito de políticas sociales que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos (Ponce, Gómez Galán y Pagán, 2017 y 2018). En última instancia, por supuesto, permitirá avivar el pensamiento divergente y la creatividad humana que, como indica Martínez-Migueléz (2011), hace que la información esté ahí, el ambiente esté lleno de ella, pero realmente lo que hay que hacer es aprender a jugar con sus elementos, desarrollando la creatividad y la originalidad con estas metas.

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180 Entrenamiento Fonético por Ordenador para la Adquisición de Segundas Lenguas: ¿Son Efectivos estos Sistemas de Aprendizaje?

Daniel Calvo Carmona Universidad de Sevilla (España)

Laura César Garrido Universidad de Salamanca (España)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029

Entrenamiento Fonético por Ordenador para la Adquisición de Segundas Lenguas: ¿Son Efectivos estos Sistemas de Aprendizaje?

Computer-assisted Phonetic Training: Are They Effective?

Daniel Calvo Carmona Universidad de Sevilla (España) [email protected]

Laura César Garrido Universidad de Salamanca (España) [email protected]

Fecha de recepción: 27 de octubre de 2017 Fecha de aceptación: 25 de septiembre de 2018

Resumen El presente estudio revisa una serie estudios sobre la efectividad del aprendizaje del componente fonético de las segundas lenguas mediante el uso de sistemas asistidos por ordenador, atendiendo a los criterios de la escala de calidad metodológica MQS (Sanduvete, 2008, p. 285). Se realiza una búsqueda exhaustiva en las bases de datos más importantes para obtener un total de 66 estudios e identificar los problemas metodológicos más importantes. Los resultados de la revisión sugieren que la mayoría de los estudios sobre entrenamiento fonético poseen una calidad de media, especialmente debido a la falta de seguimiento, la falta de métodos de enmascaramiento, y que puedan existir variables extrañas que no se han tenido en cuenta. A partir de estos datos, se incluye una propuesta de mejora en forma de una serie de recomendaciones para mejorar la calidad de estudios posteriores.

Palabras claves: Entrenamiento fonético; Segundas lenguas; Calidad metodológica MQS; Sistemas de aprendizaje por ordenador; Sanduvete

183 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Abstract The present study reviews research on the effectiveness of the acquisition of the phonetics of a second language through the use of computer assisted systems, following the assessment criteria of the methodological quality scale MQS developed by Sanduvete (2008, p. 285). A comprehensive search is conducted in the most important databases to obtain a total of 66 studies and identify potential methodological problems. Results suggest that most studies on phonetic training have average quality, especially due to lack of follow-up, absence of masking methods, and the failure to account for possible extraneous variables. A proposal is included in the form of a series of recommendations to improve study quality in future studies.

Keywords: Phonetic Training; Second Languages; Methodological Quality Scale (MQS); Computer learning systems; Sanduvete.

Para citar este artículo: Calvo Carmona, D. y César Garrido, L. (2019). Entrenamiento Fonético por Ordenador para la Adquisición de Segundas Lenguas: ¿Son Efectivos estos Sistemas de Aprendizaje?. Revista de humanidades, n. 36, pp. 181-210. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Objetivos. 3. Metodología. 4. Resultados. 5. Modelo de Entrenamiento Metodológico. 6. Conclusiones y discusión. 7. Bibliografía. 8. Anexos.

1. INTRODUCCIÓN De todos los aspectos que caracterizan el dominio de una segunda lengua, la fonética de la lengua extranjera es uno de los componentes más difíciles de adquirir, en parte por verse fuertemente influido por la lengua materna, que a menudo difiere de la lengua meta en numerosas características. Asimismo, otro de los problemas más grandes en esta adquisición es la escasez y falta de acceso a muestras de la lengua meta que no se encuentren degradadas, tanto por la escasez de hablantes nativos como por la falta de un nivel adecuado de pronunciación en los profesores de la lengua extranjera. Para mitigar este problema, se han desarrollado diversos sistemas de entrenamiento de la fonética asistidos por ordenador, que prometen mejorar la pronunciación de los estudiantes de una segunda lengua supliendo los problemas anteriormente mencionados. Se trata de programas que ofrecen una flexibilidad horaria y de lugar muy amplio, ya que son accesibles a cualquier hora durante un período de tiempo indefinido pudiéndose ajustar a las necesidades de cada estudiante. La característica principal de estos programas de entrenamiento es la diversidad de tipos de entrenamiento del que se dispone (Iverson et al, 2012, p. 4). El sistema de entrenamiento más común suele ser el de entrenamiento perceptivo (Lively, et al., 1993, p. 2; Nishi, & Kewley-Port, p. 4 (2007); Iverson & Evans, p. 1 2009): se presentan los sonidos de la lengua extranjera en tareas de identificación o de

184 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 discriminación con sonidos difíciles de percibir, que el estudiante ha de identificar, normalmente recibiendo información sobre la corrección de la respuesta enviada por el estudiante. Sin embargo, también podemos encontrarnos con sistemas de entrenamiento productivo audiovisual (Hardison, 2005); Burleson, 2007), donde el hablante compara su pronunciación con la del hablante nativo auditiva y visualmente, en este último caso gracias a los espectrogramas de su producción del habla. Asimismo, también existen procedimientos de entrenamiento de producción visual solamente (May-Lai Tsui, 2005, p. 2), o incluso software que utiliza videojuegos para facilitar la adquisición de contrastes fonéticos (Lim & Holt, 2011). Por otro lado, los objetivos de cada programa de entrenamiento también son diversos: algunos solamente buscan mejorar la discriminación de un contraste fonético particularmente dificultoso en una población de hablantes de una determinada lengua materna, otros entrenan todas las vocales de la lengua meta agrupándolas en subgrupos según su dificultad de percepción, etc. Dentro del entrenamiento productivo, a veces se busca mejorar la pronunciación de ciertos fonemas, o comprobar si un determinado tipo de entrenamiento mejora la percepción (Bradlow et al., 1997) o la producción (Akahane- Yamada and McDermott, 1998) de la lengua meta sin entrenar este aspecto de forma explícita, sino a través del entrenamiento de uno de estos aspectos sin contar con el otro. Por otra parte, la variabilidad en el período e intensidad del entrenamiento también es destacable, pudiendo variar desde menos de 2 minutos (de Vos, 2012) minutos hasta más de 22 horas de entrenamiento (Bradlow et al, 1999), todo ello repartido en sesiones realizadas en un día (de Vos, 2012) o espaciadas en períodos de más mes de duración (Burleson, 2007).

2. OBJETIVOS Realizar una revisión sistemática de los artículos de investigación sobre entrenamiento perceptivo para así esclarecer la calidad de los estudios existentes, y sus principales problemas y fortalezas. Esta revisión incluirá:

––Un análisis estadístico de las principales características de los estudios (a saber: edad media, rango de edad, lengua del sujeto, lengua a aprender, etc.). ––La aplicación de la escala metodológica MQS, de la que se obtiene una puntuación de la calidad de los estudios de acuerdo con criterios metodológicos. ––Identificar los principales problemas metodológicos de estos estudios, basándonos en la escala metodológica y en el análisis estadístico ––Proponer un nuevo modelo de entrenamiento fonético que subsane en la medida de lo posible los principales problemas detectados.

185 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido 3. METODOLOGÍA 3.1. Instrumentos Programas informáticos: usamos el software SPSS 20 para los análisis de las principales variables que caracterizan los artículos sobre entrenamiento fonético, así como para las variables de la escala de calidad metodológica utilizadas para codificar los estudios seleccionados. Escala MQS: constituye un instrumento que evalúa la calidad metodológica de estudios primarios originalmente diseñada para realizar meta-análisis, construida basándose en Sanduvete (2008). Se trata de una escala que recoge los ítems citados con más frecuencia para medir la calidad metodológica hasta el año 2010 (Sanduvete, 2008), cuya validez de contenido ha sido evaluada por un juicio de expertos (Sanduvete, 2008).

3.2. Procedimiento Búsqueda en bases de datos: llevamos a cabo la búsqueda de información bibliográfica en el área del entrenamiento fonético en el aprendizaje de segundas lenguas en 9 bases de datos informatizadas: SAGE, SCOPUS, Springer LINK, Web of Science, Wiley Online Library, Oxford Journals, Cambridge Journals, Google Scholar, Science Direct. Se obtuvieron un total de 66 estudios, de los cuales se seleccionaron aquellos que trataran los efectos de los programas de entrenamiento perceptivos para el aprendizaje de segundas lenguas, excluyendo aquellos que estuvieran relacionados con el aprendizaje de la lengua materna y los que solamente constituían artículos técnicos presentando nuevos sistemas de entrenamiento de la pronunciación. En total se obtuvieron 26 (el 39%), teniendo en cuenta los criterios anteriores para la realización de este estudio. Los estudios seleccionados fueron publicados desde el año 1984 hasta diciembre de 2012. Las palabras clave utilizadas fueron “pronunciation training”, “perception training”, “phonetic training”, “phonological training” y “production training”. Se recopilaron 26 estudios publicados en revistas, recogidos en tesis doctorales, trabajos de fin de máster y trabajos de fin de grado. Se codificaron los estudios teniendo en cuenta los 22 ítems de laescala considerados en la escala de calidad metodológica, cuyos ítems se refieren a características extrínsecas (un ítem), sustantivas (6 ítems: 2 relacionados con la muestra, 1 con el contexto y 3 con el tratamiento) y metodológicas (15 ítems). Asimismo, se codificaron las características principales de los estudios para realizar un análisis descriptivo de éstos y poder compararlos con el análisis descriptivo de las variables de calidad metodológica. Estas variables fueron el número de sujetos, la edad media, los criterios de inclusión en cada estudio, el tipo de entrenamiento

186 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 fonético, la lengua materna de los sujetos, el nivel de estudios, la existencia de problemas auditivos, la mejora en la producción y/o percepción de la lengua meta (a saber, la lengua extranjera a aprender), la lengua meta, la intensidad y el período de realización del tratamiento.

4. RESULTADOS

4.2. Características de los estudios De la muestra de 26 estudios analizados, la variable número de sujetos tiene una desviación típica de 20,33 y una media de 25,65 por lo que el grado de dispersión en esta variable es alto, lo que indica la dificultad de comparar los resultados entre estudios, y arroja dudas sobre la robustez de las conclusiones del estudio para la población. La distribución presenta una simetría ligeramente positiva (2,186) con un error típico de asimetría de 0,456, por lo que los valores extremos tienden a estar por encima de la media. La distribución es acusadamente leptocúrtica (6,652), lo que indica que los datos se agrupan en las colas más que en una distribución normal. El 50 por ciento de los estudios tienen un número de sujetos de entre 10,75 y 30,25. En cuanto a la edad media, la mitad de los datos se han perdido, por lo que quedan solamente trece observaciones. En este caso la desviación típica es de 5,67, por lo que los datos se desvían menos que en la variable anterior. La asimetría es ligeramente negativa (-0,269): esta variable tiene una distribución prácticamente simétrica. La curtosis sigue siendo leptocúrtica (2,938). El 50 por ciento de los estudios tienen sujetos de una edad media de entre 21,5 y 27 años. Todos los estudios requieren que el participante no sea hablante nativo de la lengua a adquirir. No tomando en cuenta este dato, un 57,7 por ciento de los estudios de entrenamiento perceptivo no requieren de ningún criterio de inclusión adicional, y el 26,9 solo requiere que los sujetos no hayan residido en el país donde esa lengua es hablada por hablantes nativos por un largo período de tiempo. Esto no siempre debería ser un requisito, porque existen datos (Iverson, 2012) que afirman que el entrenamiento fonético también beneficia a sujetos expuestos a la lengua en estos contextos, por lo que no se debe descartar usarlo como requisito. Sólo un 11,5 por ciento de los estudios requería un test de lengua para verificar el nivel de la lengua a adquirir. Un 7,7 requería un test de lengua además del requisito de no residencia, y solamente un estudio tenía en cuenta variables de rendimiento académico. Como se puede observar, los criterios de exclusión son bastante laxos y no tienen en cuenta variables de tipo cognitivo, e incluso del propio nivel de lengua, que puede ser muy diferente del informe que puedan proporcionar los sujetos, aunque en la mayoría de los estudios ni siquiera se pide que los sujetos informen de su nivel de segunda lengua.

187 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Tipo de entrenamiento. El entrenamiento perceptivo auditivo es el tratamiento más usado para facilitar la adquisición de la fonética de la lengua extranjera (usado en 69,2 por ciento de los casos). En segundo lugar, un tratamiento combinado de entrenamiento perceptivo auditivo y productivo visual se usa en el 15,4 por ciento de los casos, y el resto de los casos (15,4 por ciento) utilizan diferentes subtipos de entrenamiento productivo. Lengua materna de los sujetos. En esta clase de estudios, el mayor porcentaje de sujetos ha sido el grupo de hablantes nativos de japonés (26,9), seguido de estudios realizados con hablantes de diferentes lenguas en un mismo estudio (23,1 por ciento) y hablantes de neerlandés (11,5 por ciento). Como podemos observar, tres grupos de hablantes nativos concentran más de la mitad de las observaciones, por lo que se puede observar una sobrerrepresentación de 2 grupos de hablantes mientras que un 38,5 por ciento de estudios concentran la mayoría de los sujetos que hablan otros nueve idiomas en total. Tampoco encontramos que el nivel de estudios esté adecuadamente representado en esta muestra, ya que el 42,3 por ciento de los mismos está compuesto por sujetos que tienen estudios universitarios o superiores, y existe un 46,2 por ciento de estudios donde no se aportan datos sobre el nivel de estudios, por lo que no está nada claro el efecto que pudiera tener esta variable en la mejora después del tratamiento El 11,5 por ciento de las observaciones indica un nivel de estudios primarios (3,8 por ciento) o secundarios (7,7 por ciento). Las pruebas de audición tampoco parecen ser variables tenidas en cuenta en la mayoría de los estudios, ya que el 69,2 por ciento de estos no indican que se realizaran pruebas de audición. Sólo un 30,8 por ciento de estudios realizaron una audiometría de tonos puros para verificar que los sujetos poseían una audición normal. Centrando nuestra atención en los resultados del tratamiento, la inmensa mayoría de estudios informan de un aumento de las capacidades de percepción y/o producción de la lengua extranjera (88,5 por ciento). Un 11,5 observa una falta de mejora o ni siquiera aportan información sobre esta variable. En su mayoría, la lengua meta objeto de aprendizaje es el inglés (73,1 por ciento), como cabía esperar debido al estatus de esta lengua como lengua franca en la mayoría del planeta. El resto de los idiomas objeto de estudio tienen porcentajes muy similares y tienden a aparecer solamente en una observación. Por otra parte, si analizamos la distribución de la variable tiempo de entrenamiento medido en número de horas, observamos que la media es 5,317, y la desviación típica es 5,688, lo que sugiere que existe un grado de dispersión muy alto. La asimetría de la muestra es positiva, por lo que las observaciones tienden a ser mayores que la media. Sin embargo, el apuntamiento de la distribución es elevado (curtosis = 2,72), por lo que la distribución tiende a acumular un mayor

188 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 número de datos en las colas que en una distribución normal. El 50 por ciento de las observaciones presentaba tratamientos de una duración de entre 1,3874 a 5,75 horas. La variable período de entrenamiento también presenta una desviación típica elevada (10,711), lo que con una media de 14,11 indica el elevado grado de dispersión de los datos. Esta dispersión no implica la existencia de un elevado grado de asimetría (0,271), que se acerca al valor de 0 más que el resto de las variables, aunque tenga una asimetría ligeramente positiva. El coeficiente de curtosis (-1,211) señala que la distribución es platicúrtica, por lo que existe una menor concentración de datos en los valores centrales. El cincuenta por ciento de las observaciones tenía un tratamiento de entre 3,75 a 21 días. En cuanto a la distribución de sexos en los experimentos estudiados, encontramos que el 46,2 por ciento de las observaciones no se ajustan al criterio de paridad. Este criterio ha sido definido como la existencia de una proporción entre hombres y mujeres de entre el 40 al 60 por ciento, quedando los valores fuera de ese rango los estudios con proporciones más extremas. El 26,9 por ciento siguiente corresponde a estudios donde si existe una cierta paridad en la muestra de sujetos, y el 26,9 por ciento restante se corresponden con estudios que no aportan los datos, por lo que se consideran perdidos.

4.3. Calidad de los estudios La escala de Calidad Metodológica (MQS), se compone de un conjunto de variables cualitativas que se suman en una variable cuantitativa final que a su vez se divide en tres intervalos cualitativos (a saber: calidad baja, moderada y alta). Dentro de estos intervalos se incluyen variables que solamente suman puntuación si se cumplen sus requisitos (un determinado número de sujetos en la muestra o si se indica la clase de publicación) y variables que además de sumar puntuación para el cómputo final de calidad también son requisitos para alcanzar un grado de calidad determinado (por ejemplo, si el estudio no es de doble ciego la calidad no podrá nunca llegar a ser alta no importa la puntuación alcanzada). Cada variable puede recibir una puntuación de 1 (si se cumple con el requisito), 0 (si no se cumple), y en algunos casos de 0,5 (si se cumplen algunos aspectos solamente). Procedemos con el análisis cualitativo y cuantitativo cuando proceda de estos estudios según las variables de esta escala: tipo de publicación, rango de edad, edad media, ámbito de intervención, período de tratamiento, intensidad del tratamiento, unidades (en grupo o individual), criterios de inclusión, unidades asignadas aleatoriamente, metodología o diseño, tamaño de la muestra, mortalidad, mortalidad entre grupos, exclusiones posteriores a la aleatorización, período de seguimiento, ocasiones de medida para cada variable, medidas en la prueba previa aparecen en la prueba posterior, variables dependientes estandarizadas, técnicas de control, definición del constructo de resultado, métodos

189 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido para la imputación de valores perdidos, valor del tamaño del efecto, valoración total y nivel de calidad. Tipo de publicación. El total de los estudios recogidos indican el tipo de publicación de que se trata. Para esta variable no existe una propuesta de mejora. De la misma manera, el ámbito de intervención (el campo de la educación) siempre se indica, por lo que tampoco se encuentran debilidades en este indicador. Lo mismo ocurre con indican criterios de inclusión, ya que todos los estudios tienen al menos un criterio de inclusión. No hubo ninguna exclusión posterior a la aleatorización en los estudios que hubo aleatorización luego esta variable tampoco presenta debilidades. En cuanto al rango de edad, el 84,6 por ciento de los estudios seleccionados la indican, por lo que podemos concluir que es una variable altamente controlada en este tipo de estudios. No puede decirse los mismo de la variable edad media, en la que se indica en un porcentaje de 65,4 por ciento, sensiblemente menor que la variable anterior. El 34,6 por ciento de estos estudios no indican la edad media de sus sujetos, dejando la puerta abierta a un mayor sesgo de los datos en caso de que existan sujetos con valores extremos de edad. Quizás uno de los mayores problemas de estos estudios en lo que a su calidad metodológica se refiere es elperíodo de tratamiento de estos estudios, que siempre es inferior o igual a seis meses (en realidad es siempre menor de los cuatro meses), un período insuficiente para obtener datos de mejora de mayor calidad. Por el contrario, todos los estudios indican el número de sesiones realizadas dentro del entrenamiento, lo que nos indica que no es necesario proponer una mejora en la variable intensidad del tratamiento. Lo mismo ocurre con la variable unidades (en grupo o individual), en la que siempre se indica que la intervención se aplicó al grupo de forma individual. La variable unidades asignadas aleatoriamente también tiene ciertas debilidades. Si bien es cierto que el 46,2 por ciento de los estudios tiene algún control de variables extrañas (la edad, la audición, etc…), solamente el 34,6 por ciento tiene una asignación de unidades aleatoria, y hay un porcentaje considerable de casos en los que no hay ningún control de variables extrañas tampoco (19,2 por ciento de los casos). Hablando de la metodología o diseño de los estudios, el 34,6 por ciento de los mismos presenta un diseño preexperimental, ya que no poseen un grupo de control propiamente dicho, o lo tienen, pero no han realizado una medida pre-test. Es escaso el número de estudios con diseño experimental (15,4 por ciento), ya que la mayoría de los estudios carece de una asignación aleatoria de las unidades a las condiciones de intervención (50 por ciento), por lo que se corresponden con casos de diseño cuasi-experimental.

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El tamaño de la muestra tiene una calidad moderada en la mayoría de los casos (50 por ciento), por tener un número de sujetos de entre 15 y 30. Los casos de calidad baja (menos de 15 sujetos) y alta (más de 30 sujetos) en esta variable se distribuyan de forma bastante equitativa (26,9 y 23,1 por ciento de las observaciones, respectivamente). La mortalidad experimental suele ser baja en la mayoría de los estudios (no hay mortalidad o esta es menor del 30 por ciento en el 84,6 por ciento de las observaciones). Solamente el 15,4 por ciento poseen tasas de mortalidad mayores del 30 por ciento. En estrecha relación con esta variable, la variable mortalidad entre grupos presenta un patrón similar al de la variable anterior, ya que la mayoría de los estudios no disponen de grupo de control, y al ser estos los que han presentado mayor mortalidad experimental, la mortalidad entre grupos es homogénea en un 92,3 por ciento de los casos. Teniendo en cuenta la variable período de seguimiento, está podría mejorarse en todos los casos, ya que en ningún caso se hizo un seguimiento superior a seis meses, e incluso los seguimientos mayores de un mes son raros en la muestra. Por tanto, el mantenimiento de las mejoras producidas por los programas de entrenamiento no se ha demostrado a tan largo plazo en esta muestra. En las ocasiones de medida para cada variable tampoco se observan debilidades: en todos los estudios analizados se obtienen medidas antes y después del periodo de intervención, a excepción de variables como el nivel de gramática del inglés, que se piensa que es muy estable para períodos tan reducidos de tiempo. Esta variable presenta un comportamiento muy similar a la de medidas en la prueba previa aparecen en la prueba posterior, solamente hubo un 3,8 por ciento de estudios (un solo estudio), donde las medidas de la prueba previa no aparezcan en la prueba posterior. Criterio de Variables dependientes estandarizadas. Aunque muy pocos estudios utilizaron herramientas estructuradas, la gran mayoría utilizó un procedimiento homogéneo, y únicamente el 7,7 por ciento de los datos pertenecen a estudios realizados con herramientas no estructuradas. Por otra parte, la variable técnica de control muestra gran debilidad: el 96,2 por ciento de los estudios no aplica ninguna técnica de control, y el único que aplica alguna técnica simplemente se trata de un estudio ciego. No hay ningún estudio de doble ciego en la muestra. Por el contrario, la mayoría de los estudios proveen una definición conceptual o empírica del constructo de las variables dependientes de forma que es replicable por el lector (88,5 por ciento), y solamente un 7,7 por ciento define al menos una variable de forma conceptual o empírica, por lo que esta variable no presenta una gran debilidad según la escala aplicada, a excepción de un estudio (3,8 por ciento) que no lo define.

191 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Imputación de valores perdidos. No encontramos valores perdidos en ninguno de los datos, por lo que la variable imputación de los valores perdidos siempre suma puntos a los estudios, al no quedar valores perdidos sin imputar. Esto parecería una contradicción al existir mortalidad en algunos estudios, pero en esos casos la mortalidad se produce en la fase de selección, porque en estas observaciones no los sujetos que abandonan el tratamiento ni siquiera lo comienzan. Otra duda que podría surgir es porque en algunas variables de las características mencionadas anteriormente presentan valores perdidos. Esto ocurre porque muchos estudios no tienen en cuenta variables de potencial influencia que, si se tienen en cuenta en esta revisión, como la proporción de hombres y mujeres. Asimismo, todos los estudios especifican elvalor del tamaño del efecto. Sumando la valoración total de todas las variables analizadas anteriormente en la escala, encontramos que casi todos los estudios alcanzan una calidad moderada. La media es de 16,115, y la desviación típica es de 1,710, lo que indica que los datos se concentran alrededor de la media. La distribución presenta una asimetría negativa (-1,252), por lo que la muestra tiende a acumular más datos inferiores a la media. El coeficiente de Curtosis tiene un valor de 3,535. Es decir, la distribución presenta un apuntamiento muy elevado.

4.4. Fortalezas y posibles mejoras a) Fortalezas La elevada desviación típica en la variable número de sujetos es uno de los problemas más importantes. Alrededor de un cuarto de los estudios analizados presenta una calidad baja en esta variable (menos de 15 sujetos). Esto afecta en gran medida a la representatividad de los datos, y dado que el tratamiento no presenta riesgos de ningún tipo para los sujetos, incrementar el tamaño de la muestra hasta un número de entre 25 y 30 no presentaría problemas. En cuanto a la variable edad media, el principal problema es que no se menciona en el 50 por ciento de los estudios. La recomendación en este caso es siempre aportar datos de la edad media. Los criterios de inclusión y exclusión destacan por ser escasos y a menudo no incorporar pruebas que controlen variables extrañas. Dado que la mayoría de estudios solamente requieren que el hablante no sea hablante nativo de la lengua a entrenar, otras variables como el nivel de segunda lengua a entrenar podrían sesgar los resultados. Para mitigar estos problemas, deberían de poder realizarse pruebas de aptitud para aprender segundas lenguas como la prueba de aptitud para lenguas extranjeras de Pimsleur, o pruebas de memoria de trabajo o atención sostenida, que han demostrado tener influencia en el aprendizaje de la lengua (Miyake & Friedman, 1998; Finneran et al, 2009).

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En la variable tipo de entrenamiento, existen pocos estudios realizados con entrenamiento productivo, probablemente por la dificultad que requiere enseñar a los sujetos cómo interpretar las herramientas de entrenamiento productivo más común, que es el espectrograma y la onda sonora. Una combinación de entrenamiento productivo y perceptivo también se observa en una minoría de los resultados, probablemente por las mismas razones. Dado que todavía no está claro qué ventajas produce cada tipo de entrenamiento, sería una buena recomendación realizar un programa de entrenamiento con grupos de entrenamiento productivo, perceptivo y combinado por separado, para evaluar los efectos en la producción y la percepción de la lengua extranjera por separado, con un grupo de control que no tuviera tratamiento, para esclarecer qué tratamiento es más efectivo y qué parámetros mejora cada tipo de entrenamiento. Asimismo, la variable lengua materna de los sujetos es de difícil análisis, pues es una decisión que depende del tipo de datos que necesitemos obtener. En el caso de que queramos obtener datos sobre el efecto del tipo de entrenamiento de forma específica en un determinado grupo de hablantes, entonces es importante tener un grupo procedente de un solo grupo de lengua. Por otro lado, si queremos obtener información sobre los efectos generales del efecto perceptivo en hablantes de otras lenguas, deberíamos incluir un grupo de hablantes de segundas lenguas variado. Como este supuesto es poco práctico (se necesitarían cientos de miles de sujetos para tener un estudio que incluyera a los hablantes de las principales lenguas del mundo), la propuesta es realizar un estudio con hablantes de la misma lengua. Teniendo en cuenta el nivel de estudios, nos encontramos con que el 46,2 por ciento no aporta datos en este sentido, por lo que prácticamente no se tiene en cuenta como factor que influya en la percepción. De los datos existentes, existe una sobrerrepresentación de los sujetos con estudios universitarios (42,3 por ciento), probablemente porque los investigadores se encuentran afiliados a instituciones universitarias en la mayoría de los casos. La propuesta para esta variable sería un control de esta variable en los cuestionarios de inclusión, que apenas se controla. Por otra parte, existe una cierta escasez de estudios de entrenamiento en grupos que hayan cursado estudios secundarios o primarios, quizás por la mayor dificultad de los investigadores a seleccionar grupos fuera de su ámbito de trabajo. Por ello, y a pesar de que esto no afecta a la estructura del programa de entrenamiento en sí, más investigaciones en este grupo de edad podría aportar más información sobre los efectos de este tipo de entrenamiento en la población. De la misma forma que en la variable lengua materna, no hay propuestas mejoras específicas para la variable lengua meta. Sin embargo, debido a la hegemonía del inglés en el estudio de la adquisición de lenguas, no hay muchos estudios que se ocupen de analizar el efecto del entrenamiento fonético sin tener en cuenta la lengua objeto, y ya que se necesitarían miles de sujetos para realizar un estudio con

193 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido diferentes lenguas meta, es más sensato mantener una sola lengua como lengua meta, ya sea el inglés u otra lengua. Este no es el caso en la variable tiempo de entrenamiento, que tiene una dispersión muy elevada, con estudios que varían desde menos de 2 minutos de entrenamiento hasta más de 20 horas. Por ello, no se conoce con seguridad el tiempo necesario para producir unas mejoras determinadas en la percepción y/o producción de fonemas de la lengua extranjera. En este caso, y encontrando que algunos estudios donde no hay mejoras se caracterizan por tener períodos de entrenamiento muy cortos, recomendamos que el número de horas se aproxime al máximo posible, en torno a las 20 horas de entrenamiento para períodos de entrenamiento cortos (un mes), hasta 60 horas para períodos de entrenamiento más largos (6 meses), de manera que se disponga de al menos de 2 horas de entrenamiento semanal. Comentarios similares se le pueden hacer a la variable período de tratamiento, cuya desviación típica es también muy elevada. En este caso, sería recomendable que el tratamiento se extienda hasta períodos de al menos un mes, si queremos evitar resultados negativos como los mencionados en la variable tiempo de entrenamiento. En cuanto a la existencia de pruebas de audición en los programas de entrenamiento auditivo, esta destaca por su ausencia en el 69,2 por ciento de los casos. Esto presenta un gran problema a la hora de evaluar los efectos de estos programas, ya que una percepción disminuida puede producir resultados peores en el entrenamiento, y no se controla la posible existencia de personas que tienen problemas de audición pero no lo saben: en este caso el auto-informe no es fiable. La falta de control en un gran número de casos, así como la alta dispersión en el número de sujetos nos hace dudar de los efectos del entrenamiento, que demuestra ser positivo en el 88,5 por ciento de los casos. La variable genera constituye un punto a mejorar dentro de los estudios seleccionados. No solamente es escaso el número de estudios que entran dentro del criterio de paridad (incluso definiendo la paridad de una manera relativamente laxa, con una proporción de entre el 40-60 por ciento), sino que también existe un elevado porcentaje de estudios que no aportan datos sobre el género de los sujetos, por lo que ni siquiera consideran que esta variable puede ejercer una influencia en la variable mejora de la percepción y/o producción. La mejora que se plantea en este caso es simplemente la recogida de una mayor muestra que permita que haya paridad entre hombres y mujeres.

b) Resultados de la aplicación de la escala MQS En este apartado solamente comentaremos aquellas variables que no hayan obtenido la puntuación máxima en todas las observaciones analizadas. Por tanto, de los siguientes ítems no propondremos mejores en la calidad de sus variables, ya que

194 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 han demostrado tener la máxima calidad en todos los estudios seleccionados: tipo de publicación, intensidad de tratamiento, unidades (en grupo o individual), criterios de inclusión y exclusión de las unidades proporcionados, exclusiones posteriores a la aleatorización, ocasiones de medida para cada variable, imputación de valores perdidos y valor del tamaño del efecto. A pesar de que se menciona en la mayoría de las observaciones, el rango de edad no aparece en todos los estudios, y constituye una debilidad menor, pero a tener en cuenta en un programa de entrenamiento. Un mayor problema en la calidad metodológica es el período de tratamiento, que requiere de un período de tratamiento mayor de 6 meses para asignar la mayor calidad metodológica al estudio. Este período es menor en todos estudios observados. Asimismo, la variable unidades asignadas aleatoriamente a condiciones obtiene una calidad moderada por no controlar solamente algunas variables extrañas sin hacer uso de la asignación aleatoria excepto en el 34,6 por ciento de las observaciones. La recomendación en este caso es la asignación aleatoria de unidades siempre y cuando se dispongan de suficientes sujetos en cada grupo (para una muestra total de 30 sujetos o más). En cuanto al diseño o metodología de los estudios, nos encontramos con que solamente un 15,4 por ciento de ellos son experimentales, siendo uno de los principales problemas a la hora de asignar la máxima calidad a esta variable. La mayoría no utilizan la asignación aleatoria, aunque la calidad de la mayoría de los estudios es moderada para esta variable ya que usan métodos de recogida de datos semiestructurados. La propuesta de mejora que haríamos sería utilizar grupos de control y asignación aleatoria de los sujetos a grupos. Hablando del tamaño de la muestra, lo ideal sería encontrar un número de sujetos mayor de 30, aunque no es una variable tan importante si la comparamos con la falta de control de otras variables mencionadas anteriormente, así como la falta de aleatorización. Las variables mortalidad experimental y mortalidad entre grupos tienen una calidad alta por ser la mortalidad baja en ambos, por lo que no hay recomendaciones especiales en este caso. No mencionaremos tampoco la variable medidas en la prueba previa aparecen en la prueba posterior, ya que solamente un estudio no cumple con los criterios de esta variable. Algo similar ocurre con la variable definición de constructo de resultado, así que tampoco se ofrecen propuestas de mejora en este caso. Por el contrario, la variable período de seguimiento es siempre menor a lo establecido como criterio de calidad en la escala, por lo que sería necesaria aumentar el seguimiento a más 6 meses, aunque lo ideal sería hacerlo de más de 12 meses para obtener la máxima puntuación en esta área. Otra gran debilidad identificada en la escala de calidad son las técnicas de control. De hecho, es la variable que limita la calidad de la gran mayoría de estudios que obtendrían la calificación de calidad alta si no fuera porque no incorporan

195 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido ninguna técnica de control. Dada la dificultad de realizar un estudio de doble ciego, la incorporación de una técnica de ciego sería la propuesta para esta variable, pues no incorpora tantas dificultades y sería suficiente para alcanzar el siguiente nivel de calidad. Esta variable constituye uno de los requisitos limitantes para alcanzar la calidad alta de los estudios, por lo que sería una prioridad por encima de la mejora de otras variables.

5.MODELO DE ENTRENAMIENTO METODOLÓGICO A continuación, proponemos un modelo de entrenamiento que tenga en cuenta las debilidades encontradas en estos estudios, tratando de incluir en la medida de lo posible las propuestas anteriormente comentadas.

5.1. Número de sujetos y control de variables extrañas El programa de entrenamiento contará con un grupo mayor de 30 sujetos (40 sería un número adecuado). De este número, la mitad serian asignados a un grupo de control al que solo se realizarían las pruebas iniciales de pre-test y post-test sobre percepción y producción fonética y la recogida de datos para controlar variables de influencia (edad, audición, trastornos cognitivos, nivel de estudios, aptitud lingüística, nivel de lengua anterior, puntuación en atención sostenida y memoria de trabajo). De estas variables potencialmente confundidas, será obligatorio realizar las pruebas correspondientes para todas las variables excepto para las variables cognitivas de atención sostenida y memoria de trabajo, ya que al estar relacionadas con la aptitud lingüística sus efectos son en parte predichos por el test de aptitud en lo que a la adquisición de lenguas se refiere.

5.2.El género requiere de comentarios más específicos como variable de influencia Este modelo requiere de un reclutamiento de sujetos que trate de controlar la paridad de sexos, excluyendo parte de los datos si la muestra recogida es mayor de 30 a cambio de que exista paridad. Si la muestra es menor de treinta sujetos habría que ser más cuidadoso, pues podríamos perder calidad en la variable de calidad tamaño de la muestra, además de la propia representatividad de los datos. En casos extremos donde la muestra sea baja, mantendremos toda la muestra y aceptaremos el sesgo posible del género a cambio de no tener una muestra aún menor.

5.3. Edad media y Rango de Edad No solamente son requisitos que se deben incluir como variables que podrían afectar a los efectos del tratamiento, sino que también habría que incluir información

196 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 relativa al grado de dispersión de los datos en la muestra. Por otra parte, podría evitarse la inclusión de medidas de dispersión si se observa que el rango de edad es reducido, algo que es discutible en este caso, ya que los estudios tienen rangos de edad desde los 11 hasta más de 40 años, por lo que sería posible que existiera una desviación típica muy elevada y la interpretación de los datos finales sería más complicada. Asimismo, la edad debería tener un rango reducido (preferiblemente de 5 años) ya que es un factor que puede influir en el efecto del entrenamiento.

5.4.Criterios de inclusión y exclusión de los sujetos Entre los criterios de inclusión, los requisitos deberían incluir ser monolingüe dependiendo de la lengua materna de la población objetivo que adquiere la segunda lengua, así como limitar el estudio a la adquisición de una segunda lengua sin utilizar varios idiomas en el mismo estudio. Asimismo, el requisito de no residencia debería mantenerse por ahora, o al menos controlarse, ya que el elevado número de horas de exposición a la lengua meta en un país donde la lengua se habla por nativos puede influir en el resultado

5.5.Tipo de entrenamiento El entrenamiento perceptivo es el tratamiento más usado por su sencillez de implementación (no se necesita instruir a los sujetos) y creación (solamente síntesis, modificación e introducción de estímulos en un software de presentación de estímulos). Todavía no está claro si este tipo de entrenamiento es más efectivo que el entrenamiento productivo, o si la combinación de ambos es más efectiva que las anteriores. Sin embargo, dado que la mayoría de estudios se han realizado en entrenamiento perceptivo, hay más datos sobre su efectividad, y por el momento, sería el tipo de entrenamiento recomendado en esta propuesta.

5.6. Lengua materna La lengua materna siempre será uniforme en cada estudio.

5.7. Tiempo y período de entrenamiento. Para alcanzar los criterios de calidad del período de entrenamiento, debería situarse en torno a 2 horas por semana para un tratamiento de algo más de seis meses, con un total de unas 48 horas a lo largo de este tiempo. A pesar de que este nuevo modelo duplica el número de horas del estudio más amplio de la muestra (22.5 horas), este último estudio se realizó en cuatro semanas, por lo que la intensidad del tratamiento fue alta, aunque no se alcanzó este criterio de calidad. Debido a

197 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido la alta mortalidad experimental en tratamientos tan largos, no se recomienda necesariamente que el tratamiento se extienda más de tres meses a menos que se consiga una mortalidad baja, ya que otras medidas de la escala pueden hacer subir la puntuación y darle alta calidad al estudio.

5.8.Unidades asignadas aleatoriamente Además de un control de variables extrañas, la asignación de unidades aleatoriamente es fundamental, por el requisito limitante de calidad que le da a esta variable. Por ello, los grupos den ser lo suficientemente equilibrados para controlar las variables independientes antes mencionadas, especialmente en el caso de que no se puedan asignar las unidades aleatoriamente.

5.9. Metodología o diseño En estos grupos de población, debe de asignarse un grupo de control en todos los casos (diseño experimental), o al menos un grupo control no equivalente, en un diseño cuasi experimental (por ejemplo, en este caso hablantes nativos de la lengua meta).

5.10. Período de seguimiento Dado que un seguimiento de más de un año podría suponer costes elevados, un seguimiento de algo más de seis meses tendría la mitad de la puntuación y supondría costes menores a la hora de realizar el programa, y esta es la solución que proponemos.

5.11. Variables dependientes estandarizadas No existen todavía pruebas de percepción fonética para el inglés que se hayan validado y estén ampliamente extendidas en la enseñanza del inglés como segunda lengua. Asimismo, la evaluación de la pronunciación de la lengua no se ha podido estandarizar en un test, y todavía se realiza a través de la puntuación de jueces nativos, ya sea fonetistas expertos o no. Por ello nuestra propuesta consiste en usar procedimientos homogéneos en las medidas pre- y post- test, como usan la mayoría de los estudios mencionados.

5.12. Técnicas de control Esta variable es el principal problema encontrado en los estudios, y la principal barrera para que la mayoría de ellos alcancen la nota más alta en la escala. La solución más rápida parece ser implementar un enmascaramiento en forma de un

198 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029 estudio ciego, en la que los sujetos no sepan el fin exacto del tratamiento, aunque esto en realidad es difícil de conseguir por completo, ya que el tratamiento requiere realizar tareas lingüísticas que, aunque no se proporcione información sobre los objetivos de estas, sería fácil para los sujetos deducir que tiene el objetivo de mejorar la adquisición de la lengua extranjera.

5.13. Puntuación total Si se siguieran estas directrices, además de las que ya son comunes en la mayoría de los estudios de entrenamiento fonético, la puntuación total sería de 19, y la calidad de este programa de entrenamiento sería alta de acuerdo con la escala de calidad metodológica MQS.

6. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN Tras el análisis estadístico, se demuestra que los estudios de entrenamiento fonético para el aprendizaje de segundas lenguas pueden mejorarse en diversos aspectos, a pesar de cumplir con la mayoría de los ítems en la escala de calidad metodológica usada. Las principales fortalezas de estos estudios en cuanto a sus calidad metodológica consisten en la escasa mortalidad y mortalidad entre grupos, el uso de procedimientos homogéneos para la recogida de datos antes y después de las intervenciones, la indicación del tamaño del efecto y la existencia de pruebas antes y después del tratamiento, además de la adecuada definición del constructo teórico, la indicación de criterios de inclusión y exclusión, y la indicación de la intensidad del tratamiento. Por otro lado, las mayores debilidades se encuentran en variables cuantitativas que escapan a la medida de la escala de calidad usada, como el tamaño de la muestra, que es muy variable y a veces demasiado pequeño para ser representativo de la población, el rango de edad de los sujetos, que no se menciona en muchos casos, así como el uso de períodos y duración de tratamiento muy dispares y a menudo reducidos. Asimismo, existen variables cuyos parámetros no se especifican generalmente a pesar de su potencial influencia en los resultados, como el nivel de estudios o el nivel de audición. En lo que respecta a la escala, la falta de período de seguimiento adecuado, un tamaño de la muestra suficientemente grande, y, sobre todo, la falta de cualquier técnica de control en la inmensa mayoría de los estudios constituye los principales impedimentos para que los estudios tengan la máxima calidad. Basándonos en este análisis, las propuestas de mejora se han enfocado a ampliar el período, intensidad y seguimiento del tratamiento, el uso de la forma más sencilla de enmascaramiento y el control de variables que influyen en los resultados. En conclusión, pretendemos que este estudio constituya una futura recomendación para obtener resultados más fiables en los estudios de entrenamiento fonético que se realicen en estudios posteriores en el área de la Psicolingüística.

199 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido 7. BIBLIOGRAFÍA Akahane-Yamada, R., McDermott, E., Adachi, T., Kawahara, H., & Pruitt, J. S. (1998). Computer-based second language production training by using spectrographic representation and HMM-based speech recognition scores. Proceedings of ICSLP, Sydney, Australia. Bradlow, A. R., Pisoni, D.B., Yamada, R.A., & Tohkura, Y. (1997). Training Japanese listeners to identify English /r/ and /l/: IV. Some effects of perceptual learning on speech production. Journal of the Acoustical Society of America, 101, 2299–2310. Bradlow, A.R., Akahane-Yamada, R., Pisoni, D.B., & Tohkura, Y. (1999). Training Japanese listeners to identify English /r/ and /l/: Long-term retention of learning in perception and production. Perception & Psychophysics, 61, 977–985. http:// faculty.wcas.northwestern.edu/ann-bradlow/publications/1999/bradlow-etal-rl5- p&p99.pdf. Bergström, H. (2007). Evaluation of a computer assisted language learning system for Swedish language learners. (Unpublished M. Sc. Thesis). Royal Institute of Technology, Stockholm. Burleson, D.F. (2007). Improving intelligibility of non-native speech with computer assisted phonological training. IULC Working Papers Online. https://www.indiana. edu/~iulcwp/pdfs/07-Burleson5.pdf. Cucchiarini, C., Neri, A., & Strik, H. (2009). Oral proficiency training in Dutch L2: The contribution of ASR-based corrective feedback. Speech Communication, 51, 853- 863. De Vos, J. (2012). Does enhanced bimodal distributional training improve perception of English /æ/ and /ε/ for adult native speakers of Dutch? (Unpublished B.A. thesis) University of Amsterdam, Amsterdam. De Wilde, E. (2010). Perception and production in second language phonology: The effect of audiovisual training on the acquisition of the English dental fricatives. (Unpublished B.A. thesis) University of Gent, Gent. Finneran, D., Francis, A., & Leonard, L. (2009). Sustained attention in children with specific language impairment. Journal of Speech, Language and Hearing Research, 52, 915–929. Hardison, D.M. (2005). Second-language spoken word identification: Effects of perceptual training, visual cues, and phonetic environment. Applied Psycholinguistics, 26, pp. 579–596. doi: 10.1017.S0142716405050319. Heeren, W.F.L., &Schouten, M. E. H. (2010). Perceptual development of the Finnish /t- t:/ distinction in Dutch 12-year-oldchildren: A training study. Journal of Phonetics, Journal of Phonetics, 38(4), 594-603. http://dx.doi.org/10.1016/j.bbr.2011.03.031. Herd, W. (2011). The perceptual and production training of in L2 Spanish: Behavioural, psycholinguistic, and neurolinguistic evidence. (Unpublished doctoral dissertation). University of Kansas, Lawrence.

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202 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029

ANEXOS

1. Tabla de resultados de las características de los estudios

1.1 Variables cualitativas

Porcentaje Porcentaje Tipo de tratamiento Frecuencia Porcentaje válido acumulado perceptivo auditivo 18 69,2 69,2 69,2 perceptivo audiovisual 1 3,8 3,8 73,1 productivo visual 1 3,8 3,8 76,9 Válidos combinado 4 15,4 15,4 92,3 productivo audiovisual 1 3,8 3,8 96,2 productivo auditivo 1 3,8 3,8 100,0 Total 26 100,0 100,0

Porcentaje Porcentaje Lengua materna Frecuencia Porcentaje válido acumulado ingles 1 3,8 3,8 3,8 japonés 7 26,9 26,9 30,8 checo 1 3,8 3,8 34,6 español 1 3,8 3,8 38,5 chino 2 7,7 7,7 46,2 neerlandés 3 11,5 11,5 57,7 Válidos griego 1 3,8 3,8 61,5 italiano 1 3,8 3,8 65,4 francés 1 3,8 3,8 69,2 coreano 1 3,8 3,8 73,1 varios 6 23,1 23,1 96,2 fines 1 3,8 3,8 100,0 Total 26 100,0 100,0

Porcentaje Porcentaje Nivel de estudios Frecuencia Porcentaje válido acumulado NAD 12 46,2 46,2 46,2 primarios 1 3,8 3,8 50,0 Válidos secundarios 2 7,7 7,7 57,7 universitarios 11 42,3 42,3 100,0 Total 26 100,0 100,0

203 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Porcentaje Porcentaje Realización de prueba de audición Frecuencia Porcentaje válido acumulado NAD 17 65,4 65,4 65,4 Válidos no 9 34,6 34,6 100,0 Total 26 100,0 100,0

Resultados de la intervención Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado no mejora 1 3,8 3,8 3,8 mejora 23 88,5 88,5 92,3 Válidos NAD 2 7,7 7,7 100,0 Total 26 100,0 100,0

Lengua meta Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ingles 19 73,1 73,1 73,1 alemán 1 3,8 3,8 76,9 holandés 1 3,8 3,8 80,8 sueco 1 3,8 3,8 84,6 Válidos fines 1 3,8 3,8 88,5 tailandés 2 7,7 7,7 96,2 español 1 3,8 3,8 100,0 Total 26 100,0 100,0

1.2. Variables cuantitativas

Estadísticos muestra Edad media Tiempo total Periodo de entrenamiento entrenamiento (horas) (días) Válidos 26 13 24 26 N Perdidos 0 13 2 0 Media 25,65 24,00 5,3179 14,1154 Mediana 24,50 25,00 3,8750 14,0000 Moda 6a 27 5,00 21,00 Desv. típ. 20,331 5,627 5,68851 10,71196 Varianza 413,355 31,667 32,359 114,746 Asimetría 2,186 -,269 1,663 ,271 Error típ. de asimetría ,456 ,616 ,472 ,456 Curtosis 6,652 2,938 2,474 -1,211 Error típ. de curtosis ,887 1,191 ,918 ,887 Rango 98 25 22,50 35,00 Suma 667 312 127,63 367,00

204 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029

10 6,00 14,60 ,2150 1,0000 20 9,40 20,80 1,0000 2,4000 25 10,75 21,50 1,3875 3,7500 30 12,30 22,00 1,9000 4,1000 40 21,00 22,60 2,6000 9,0000 Percentiles 50 24,50 25,00 3,8750 14,0000 60 27,20 25,40 4,2000 21,0000 70 29,90 26,80 5,0000 21,0000 75 30,25 27,00 5,7500 21,0000 80 33,40 27,00 11,0000 25,2000 90 48,60 32,40 14,2500 28,6000 a. Existen varias modas. Se mostrará el menor de los valores.

Paridad Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado no existe paridad de sexos 12 46,2 63,2 63,2 Válidos Existe paridad de sexos 7 26,9 36,8 100,0 Total 19 73,1 100,0 Perdidos Sistema 7 26,9 Total 26 100,0

2. Tablas de los resultados de la escala de calidad metodológica

2.1 Variables cuantitativas

Porcentaje Porcentaje Tipo de publicación Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Edad rango Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 4 15,4 15,4 15,4 Válidos 1,00 22 84,6 84,6 100,0 Total 26 100,0 100,0

Porcentaje Porcentaje Edad media Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 9 34,6 34,6 34,6 Válidos 1,00 17 65,4 65,4 100,0 Total 26 100,0 100,0

205 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Ámbito de intervención Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 1 3,8 3,8 3,8 Válidos 1,00 25 96,2 96,2 100,0 Total 26 100,0 100,0

Periodo de tratamiento Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos ,00 26 100,0 100,0 100,0

Periodo de tratamiento Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos ,00 26 100,0 100,0 100,0

Intensidad del tratamiento Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Unidades (aplicación de Porcentaje Porcentaje la intervención en grupo o Frecuencia Porcentaje válido acumulado individualmente) Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Criterios de inclusión o Porcentaje Porcentaje exclusión Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Unidades asignadas aleatoriamente Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 5 19,2 19,2 19,2 ,50 12 46,2 46,2 65,4 Válidos 1,00 9 34,6 34,6 100,0 Total 26 100,0 100,0

Porcentaje Porcentaje Metodología/diseño Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 9 34,6 34,6 34,6 ,50 13 50,0 50,0 84,6 Válidos 1,00 4 15,4 15,4 100,0 Total 26 100,0 100,0

206 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029

Tamaño de la muestra Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 7 26,9 26,9 26,9 ,50 13 50,0 50,0 76,9 Válidos 1,00 6 23,1 23,1 100,0 Total 26 100,0 100,0

Mortalidad Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 4 15,4 15,4 15,4 Válidos 1,00 22 84,6 84,6 100,0 Total 26 100,0 100,0

Mortalidad entre grupos Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 2 7,7 7,7 7,7 Válidos 1,00 24 92,3 92,3 100,0 Total 26 100,0 100,0

Periodo de seguimiento Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos ,00 26 100,0 100,0 100,0

Ocasiones de medida en cada Porcentaje Porcentaje variable Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Medidas de la prueba previa Porcentaje Porcentaje aparecen en la prueba posterior Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,50 1 3,8 3,8 3,8 Válidos 1,00 25 96,2 96,2 100,0 Total 26 100,0 100,0

Variables dependientes Porcentaje Porcentaje estandarizadas Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 2 7,7 7,7 7,7 Válidos 1,00 24 92,3 92,3 100,0 Total 26 100,0 100,0

207 Entrenamiento Fonético por Ordenador… – C. Carmona y L. C. Garrido

Técnicas de control Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 25 96,2 96,2 96,2 Válidos ,50 1 3,8 3,8 100,0 Total 26 100,0 100,0

Definición del constructo de Porcentaje Porcentaje resultado Frecuencia Porcentaje válido acumulado ,00 1 3,8 3,8 3,8 ,50 2 7,7 7,7 11,5 Válidos 1,00 23 88,5 88,5 100,0 Total 26 100,0 100,0

Imputación de valores perdidos Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Valor del tamaño del efecto Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado Válidos 1,00 26 100,0 100,0 100,0

Calidad Porcentaje Porcentaje Frecuencia Porcentaje válido acumulado baja 1 3,8 3,8 3,8 moderada 24 92,3 92,3 96,2 Válidos alta 1 3,8 3,8 100,0 Total 26 100,0 100,0

2.2. Variable cuantitativa

Estadísticos Total puntuación de la escala MQS Válidos 26 N Perdidos 0 Media 16,1154 Mediana 16,5000 Moda 16,50 Desv. típ. 1,71060 Varianza 2,926 Asimetría -1,252 Error típ. de asimetría ,456

208 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 181-210. ISSN 1130-5029

Curtosis 3,535 Error típ. de curtosis ,887 Suma 419,00 10 14,3500 20 15,0000 25 15,0000 30 15,0500 40 16,4000 Percentiles 50 16,5000 60 16,5000 70 16,9500 75 17,0000 80 17,3000 90 18,1500

Paridad entre sexos Frecuencia Porcentaje Porcentaje Porcentaje válido acumulado no existe paridad de 12 46,2 63,2 63,2 sexos Válidos Existe paridad de 7 26,9 36,8 100,0 sexos Total 19 73,1 100,0 Perdidos Sistema 7 26,9 Total 26 100,0

209

La formación profesional básica, una alternativa para atender las necesidades educativas de los jóvenes en riesgo social

Ana Fernández-García UNED (España)

José Luis García Llamas UNED (España)

Marta García Pérez Funcionaria de Educación Secundaria y Bachillerato

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 211-232. ISSN 1130-5029

La formación profesional básica, una alternativa para atender las necesidades educativas de los jóvenes en riesgo social

Basic professional training, an alternative to address the edu- cational needs of young people in social risk

Ana Fernández-García UNED (España) [email protected]

José Luis García Llamas UNED (España) [email protected]

Marta García Pérez Funcionaria de Educación Secundaria y Bachillerato [email protected]

Fecha de recepción: 9 de septiembre de 2018 Fecha de aceptación: 2 de noviembre de 2018

Resumen Este artículo se centra en analizar las necesidades de formación que poseen los jóvenes entre 15 y 26 años, que asisten al programa de Formación Profesional Básica, para continuar estudios y/o acceder a un empleo. El estudio realizado es exploratorio, descriptivo e inferencial desarrollado en la Comunidad de Madrid. Se ha elaborado un cuestionario ad hoc, validado por jueces expertos. Se analizaron los datos mediante métodos cuantitativos: descriptivos, inferenciales y multivariados. Los hallazgos han posibilitado el conocimiento de propuestas educativas para lograr una formación eficaz que permita a los jóvenes en riesgo social su integración en la sociedad mediante el apoyo de los implicados. Promover un enfoque formativo integral mediante una relación fuerte entre las instituciones formativas y lugares de trabajo, serían modos de avanzar en la igualdad de oportunidades en todos los estratos poblacionales de la sociedad y sobre todo en aquellos jóvenes más vulnerables.

Palabras clave: Juventud; Formación; Necesidades educativas; Investigación; Problemas Sociales.

213 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros

Abstract This article is focused on analyzing training needs about youth among 15 and 26 years old, who attend the Basic Professional Training program, to continue studies and/ or to access to a job post. The made study is exploratory, descriptive and inferential type carried out in the Community of Madrid. A survey has been elaborated (ah doc), which was validate for expert judges. Quantitative methods were used to analysis data: descriptive, inferential and multivariate. The discoveries have let the direct knowledge of the real situations and contexts of the youth in social difficulty, like so the educational proposals which are carried out with the finality to get an efficient training which let youth in social risk to reach an integration in the society through the support of the involved. Promoting an integral and training approach close through a strong relationship among training institutions and labor places, they would be ways to go forward in the equal opportunities in all population strata and especially in youth more vulnerable.

Keywords: Youth; Training; Educational needs; Research; Social problems.

Para citar este artículo: Fernández-García, A.; García Llamas, J. L. y García Pérez, M. (2019). La formación profesional básica, una alternativa para atender las necesidades educativas de los jóvenes en riesgo social. Revista de humanidades, n. 36, pp. 211-232. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Metodología. 3. Resultados. 4. Conclusiones y discusión. 5. Referencias bibliográficas.

1. INTRODUCCIÓN Este trabajo tiene por objetivo detectar las necesidades de formación de los jóvenes en dificultad social, especialmente de aquellos que son más vulnerables. La escasa formación adquirida se convierte en un hándicap relevante que condiciona su integración en la sociedad y el acceso al mercado laboral, en un escenario azotado por el desempleo “al coincidir la crisis económica (2008-2015) con su acceso a la edad laboral” (Vallejo, 2017, p. 1). Hoy en día, la transición del sistema educativo al mercado de trabajo aparece como algo casi imposible (Organización Internacional del Trabajo, 2016) con graves consecuencias para este grupo poblacional; por lo que es conveniente afrontar desde coordenadas diferentes las dificultades educativas y sociales existentes. Con el objeto de fundamentar el estudio sobre la formación profesional de los jóvenes en dificultad social se ha realizado un análisis de artículos científicos publicados en revistas especializadas seleccionando investigaciones relativas al tema de estudio, siguiendo criterios de pertinencia y suficiencia y, teniendo en cuenta tres requisitos básicos: a) estar publicados entre los años 2013-2017; b) poseer una metodología cuantitativa, cualitativa o mixta y, c) ser de ámbito nacional y/o internacional. Todo el proceso metateórico elaborado se efectuó de forma inductiva y deductiva permitiendo definir las dos categorías más relevantes que caracterizan la

214 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 211-232. ISSN 1130-5029 formación profesional de los jóvenes en riesgo social, a saber: rasgos definitorios que caracterizan a los jóvenes en riesgo de exclusión social y análisis de los programas de formación que existen en nuestro país como una alternativa para aquellos alumnos que han abandonado el sistema educativo y desean reincorporarse al mismo. Se presentan a continuación las tendencias más significativas.

1.1. Rasgos definitorios Respecto a los rasgos definitorios que caracterizan a estos jóvenes especialmente vulnerables, el análisis documental puso de relieve los siguientes aspectos: en general cuentan con problemas escolares, fracaso y abandono escolar temprano (Márquez y Gualda, 2014; Amores y Ricatto, 2015; Sarceda-Gorgoso et al., 2017); poseen insuficiente educación básica, una baja cualificación que les incapacita para acceder a un puesto de trabajo remunerado (Jurado et al., 2015; Vallejo, 2017); precariedad y falta de empleo (Montserrat y Melendro, 2017); presentan altos índices de desmotivación, estereotipos y falta de confianza respecto a la formación y al trabajo (Olmos y Mas, 2013); poseen carencias en habilidades sociales y laborales (Jurado, Olmos y Pérez, 2015); padecen problemas de acoso escolar, baja autoestima y aislamiento (Montserrat y Melendro, 2017; presentan dificultades económicas (Román, 2013); conviven en entornos familiares débiles y desfavorecidos, con presencia de desestructuración familiar y/o violencia en el hogar, con apoyos más frágiles (Márquez y Gualda, 2014; Vallejo, 2017); presencia de problemas de salud física y psicológica (abuso de substancias: drogas y alcohol, relaciones sexuales prematuras…) (Corbí y Pérez, 2013; Pérez et al., 2016); aumento del ocio que, en ocasiones, se caracteriza por un tiempo libre deconstructivo caracterizado por la inactividad, o por su contrario, mediante la participación en acciones no saludables y/o de alteración del orden público (vandalismo, hurtos…) (Fernández-García et al., 2015; Navarro-Pérez et al., 2015); existencia de desempleo generacional (Aparicio, 2014); índices de criminalidad (Sánchez-Castañeda, 2014); presentan escasas expectativas laborales y falta de oportunidades (Pérez, Velázquez et al., 2016); escaso conocimiento de los canales y herramientas facilitadoras de empleo (Jurado et al., 2015); y, presencia de violencia vecinal, viviendo en barrios marginados relacionándose con amistades peligrosas (García-Arjona, 2014). Los jóvenes con mayor formación, ante la crisis económica descrita, que está sacudiendo nuestro país, entran en competencia con los jóvenes menos cualificados “al “arrebatar” puestos de menor rango a los jovenes con menor formacion” (Vallejo, 2017, p. 7); con el objetivo de acceder a un puesto de trabajo, dado que “ya no existen escenarios vitales solidos, sino transiciones de movilidad, que permiten responder a las crecientes demandas de exibilidad” (Pérez et al., 2016, p. 53). Ello se traduce en una dificultad añadida a los jóvenes especialmente vulnerables donde y, ante el escenario descrito, la formación académica adquiere un papel muy relevante, pues constituye el soporte básico para que los jóvenes puedan adquirir conocimientos

215 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros y, mejorar sus cualificaciones para acceder a un puesto de trabajo en igualdad de oportunidades que el resto de los ciudadanos. El fenómeno del abandono y fracaso escolar en España es controvertido y complejo (Amores y Ricatto, 2015); puesto que conlleva acercarse a la problemática realidad de la exclusión social y educativa. Destacamos que “el fracaso escolar, no es un termino de nuevo cuno que defina una realidad emergente en nuestro sistema educativo actual, sin embargo, y lejos de quedar solventado se constata aun hoy, en nuestro país, su excesiva prevalencia con alrededor de un tercio del alumnado que finaliza y sale de la escuela sin los aprendizajes basicos” (Cutanda, 2014, p. 71). No obstante, “puede afirmarse que lo más preocupante es lo difícil que resulta alterar esas cifras en nuestro sistema” (Sarceda-Gorgoso et al., 2017, p. 80). Por ello se ha intentado mejorar esta situación, desde los años noventa del siglo pasado y se han desarrollado diferentes políticas educativas (con denominaciones que difieren según cada comunidad autónoma) con el objetivo común de proporcionar a los jóvenes excluidos del sistema escolar, una segunda oportunidad.

1.2. Programas de formación En relación con los programas de formación debemos tener en cuenta las sucesivas reformas educativas generales existentes en España desde 1990: Ley Orgánica General de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE, 1990); la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE, 2002) y la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2006), que como indican Palomares y López (2013, p. 25), “han conllevado las dificultades propias de la inestabilidad legislativa y de los cambios constantes, dificultando en parte la consolidación de medidas consistentes y arraigadas garantes de una educación de calidad”. Como una nueva medida de atención a la diversidad y con el intento de evitar el fracaso y abandono escolar y favorecer el acceso a la vida laboral cualificada, en el año 2006, los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) sustituyen a los Programas anteriores de Garantía Social (PGS). Los PCPI nacen en el contexto de la inclusión recogida en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), destinados a una formación alternativa de alumnos mayores de 15 años que no habían obtenido el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Su finalidad se centra en dar respuesta a un colectivo de jóvenes carentes de una formación inicial sólida. Persiguiendo que este colectivo alcanzase competencias profesionales que les facilitasen una inserción social y laboral satisfactoria, a la vez que ampliaran aquellas competencias que les permitiese proseguir estudios en los diferentes niveles de enseñanza. No obstante, los Programas (PCPI) son sustituidos por la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa) estableciendo los Ciclos de Formación Profesional Básica (FPB) impartiéndose desde el curso 2014-

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2015. Las finalidades de los ciclos de formación básica se centran en preparar al alumnado para el ejercicio de actividades profesionales acordes con sus capacidades y expectativas personales. Asimismo, pretenden desarrollar su madurez personal mediante la adquisición de conocimientos y habilidades que les permitan participar en el trabajo, en actividades sociales y culturales integrándose y adaptando las actividades pedagógicas programadas a las características específicas del alumnado. “En la actualidad, estos programas de formación profesional básica se consideran un recurso para impulsar la empleabilidad de los jóvenes que se encuentran en riesgo de exclusión, puesto que favorecen su reincorporación al sistema educativo y aumentan sus posibilidades de inserción laboral” (Olmos y Mas, 2017, p. 261). La Formación Profesional Básica abarca dos cursos académicos, ofreciendo a los jóvenes la formación necesaria para obtener una cualificación de nivel 1 del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales. Si el alumnado supera esta etapa educativa, se les facultará para acceder a Formación Profesional de Grado Medio. Además, podrán obtener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) mediante la superación de una evaluación final en las condiciones que marca la Ley vigente. “Constituyen, pues, en cierto modo, una segunda oportunidad, dirigida a un alumnado que al haber finalizado su etapa obligatoria sin obtener el título de Graduado en Educacion Secundaria Obligatoria, abandona el sistema educativo desprovisto de las competencias mínimas necesarias que le permitan transitar e insertarse en el mundo laboral, lo que les situa en una situacion de enorme vulnerabilidad” (Cutanda, 2014, p. 70). Está cualificación está regulada por el Real Decreto 127/2014, de 28 de febrero, donde quedan explícitos los aspectos específicos de la Formación Profesional Básica dentro de las enseñanzas de formación profesional del sistema educativo. Se fijan sus currículos básicos y se aprueban catorce títulos profesionales, a saber: Servicios Administrativos, Agrojardinería y Composiciones Florales, Artes Gráficas, Servicios Comerciales, Electricidad y Electrónica, Reforma y Mantenimiento de Edificios, Fabricación y Montaje, Cocina y Restauración, Alojamiento y Lavandería, Informática y Comunicaciones, Informática de Oficina, Peluquería y Estética, Carpintería y Mueble y Mantenimiento de Vehículos. La Formación Profesional Básica posee una organización flexible, adaptándose a las singularidades del alumnado. Asimismo, en este nivel educativo se debe contar con la presencia de un equipo docente reducido que atienda a un mismo grupo de jóvenes, respetando los elementos educativos y el horario de los diferentes módulos impartidos. Respecto a la metodología, ésta posee un carácter integrador y globalizador, adaptándose a las necesidades de los alumnos. Es primordial que el alumnado pueda adquirir las competencias necesarias que les permitan el logro de

1 El nivel 1 del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales integra los contenidos teórico-prácticos adecuados a los diversos campos profesionales y contribuye a que el alumnado adquiera las competencias del aprendizaje permanente.

217 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros un aprendizaje permanente y continuo y les facilite la transición hacia la vida activa y ciudadana y su continuidad en el sistema educativo. “El diseño y el desarrollo de estos programas formativos – entendiéndose como una herramienta que ayuda a los alumnos a crecer desde el punto de vista competencial – facilitan la adquisición de dichas competencias (Olmos y Mas, 2017, p. 261).

2. METODOLOGÍA El objetivo principal de esta investigación consiste en conocer las necesidades de formación de los jóvenes en dificultad social para acceder al empleo. De ahí que nos preguntemos: ¿en qué medida el programa de FPB (Formación Profesional Básica) proporciona al alumnado una adecuada formación para desempeñar un puesto de trabajo?; ¿Existen los medios y recursos necesarios (en el Estado Español) para proporcionar una adecuada formación para acceder al mundo del trabajo?; ¿Se encuentran, los implicados, satisfechos con su formación?; ¿En qué grado el alumnado está satisfecho con la ayuda y apoyo que reciben de los diversos profesionales e instituciones?; y, ¿Cuáles son sus perspectivas de futuro? Los objetivos específicos que se han determinado hacen referencia a: analizar el perfil y características del alumnado que asiste al Programa de Formación Profesional Básica (FPB) y determinar el grado de satisfacción del alumnado que asiste a estos programas. Por su parte, las hipótesis de investigación quedan establecidas del siguiente modo:

––La formación es un requisito indispensable para lograr un empleo, ya que a mayor formación existen mayores posibilidades de conseguirlo e insertarse en la sociedad. ––Los programas formativos FPB (Formación Profesional Básica) proporcionan una adecuada formación para el empleo de los jóvenes en dificultad social. ––La ayuda y apoyo que los jóvenes en riesgo social reciben de diversos profesionales e Instituciones es alta.

2.1. Muestra La población objeto de estudio está formada por 14000 jóvenes entre 15 y 26 años en riesgo social que han cursado primero y segundo curso de Formación Profesional Básica (FPB) en el curso académico 2016/2017, tanto en centros educativos como en organizaciones dedicadas a la formación de los jóvenes en dificultad social en la Comunidad Autónoma de Madrid. El cálculo de la muestra nos dio un valor de 374 sujetos, a un nivel de confianza del 95%, y un error de estimación de 0,05. Sin embargo, la muestra final estuvo formada por 466 alumnos, cifra ligeramente más elevada que

218 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 211-232. ISSN 1130-5029 nos ha permitido afirmar que la muestra recogida justifica la población estudiada en la presente investigación. Las instituciones colaboradoras, han sido 13, pertenecientes a diferentes distritos y localidades de la Comunidad Autónoma de Madrid. A continuación, se exponen las características principales de los individuos que componen la muestra de estudio: en relación con las características sociales, ambientales y educativas, los resultados obtenidos ponen de relieve que la muestra estuvo formada por 466 alumnos que han realizado el primer y segundo curso de Formación Profesional Básica (FPB), en la Comunidad Autónoma de Madrid. Las instituciones educativas participantes son: el 50% Centros educativos (Institutos de Educación Secundaria, Centros de Formación Profesional…) y la otra mitad (50%) está integrada por Asociaciones diversas que trabajan en formación con los jóvenes en dificultad social, de ocho comunidades autónomas españolas: Comunidad de Madrid (30,3%); País Vasco (24,2%); Castilla y León (18,2%); Andalucía (15,2%) y Galicia, Aragón y Asturias con un 3% de representatividad, respectivamente. En cuanto al nivel educativo, 44 sujetos han cursado el segundo curso del programa FPB, y 422 jóvenes cursan primero. De los cuales el 70% son hombres y el 30% de mujeres. Sus edades están comprendidas entre los15 y 26 años, siendo el porcentaje de alumnos más numeroso entre 15 y 18 años alcanzando un 80,3%. A medida que la edad aumenta el porcentaje decae considerablemente, puesto que un 17% lo forman jóvenes cuyas edades están entre los 19 y 22 años; y solamente un 2,8% lo constituyen los estudiantes con edades entre los 23 y 26 años. Las especialidades educativas elegidas por orden de preferencia son: Electricidad y electrónica (30,3%); Peluquería y estética (13,3%); Servicios administrativos (13,3%); Mantenimiento de vehículos (13,1%); Cocina y restauración (11,7%); Informática y comunicaciones (7,3%); Servicios comerciales (5,5%); Fabricación y montaje (3,7%); Carpintería y mueble (1,8%). En relación con el origen de procedencia, cabe reseñar la existencia de 26 nacionalidades diferentes. Más de la mitad son españoles, exactamente 314 sujetos representando el 67,4%. Seguido de un 7,5% de ecuatorianos, República Dominicana (5,4%); Colombia (3,9%); Marruecos (3,6%); Rumanía (3,2%); Perú (3%); Bolivia (1,1%); Paraguay (0,6%); Argentina (0,4%); Brasil (0,4%); Chile (0,4%); Alemania (0,2%); Bangladesh (0,2%); Bulgaria (0,2%); Camerún (0,2%); China (0,2%); Cuba (0,2%); El Salvador (0,2%); Filipinas (0,2%); Finlandia (0,2%); Guinea Ecuatorial (0,2%); Honduras (0,2%); México (0,2%); Polonia (0,2%); y Ucrania (0,2%).

2.2. Instrumentos El instrumento utilizado para la recogida de información ha sido el cuestionario elaborado “ad hoc” y denominado “formación para el empleo,” aplicado a jóvenes entre 15 y 26 años.

219 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros

El objetivo principal del instrumento ha consistido en determinar el perfil y características del alumnado que asiste al Programa de Formacion Profesional Basica (FPB). El cuestionario elaborado está formado por cuatro dimensiones, en consonancia con el planteamiento inicial, definiéndose un objetivo específico para cada una de ellas, a saber: Formacion (Analizar los motivos y razones por las que esta matriculado); Empleo (Descubrir si estos sujetos trabajan o han trabajado); Expectativas de futuro (Explorar de quien o quienes han recibido apoyo); y Buenas practicas, organizaciones y entidades (Identificar cuales son sus expectativas de futuro). Respecto a la construcción del cuestionario, para la dimensión Formación se han elaborado cuatro preguntas, dos de ellas de escala dicotómica (si/no) y las restantes requieren el grado de acuerdo, a seleccionar en una escala de 1 a 10 (1 valoración mínima, 10 valoración máxima). La dimensión Empleo está formada por dos preguntas: la primera de ellas de respuesta dicotómica (si/no) y la segunda requiere el grado de acuerdo en una escala de 1 a 10. La dimensión Expectativas de futuro está formada por una pregunta que contiene ocho ítems, a responder en una escala de 1 a 10. La última dimensión hace referencia a las Buenas practicas, organizaciones y entidades y está formada por dos preguntas. La primera de ellas está formada por siete ítems con tres opciones de respuesta que determinan el grado de ayuda que reciben los jóvenes (me ayudan actualmente; me han ayudado en el pasado; nunca me han ayudado). La última pregunta está formada por trece ítems cuya respuesta consta de cuatro opciones (nada, poco, bastante, mucho). Esta herramienta reúnes las características y requisitos técnicos de validación y fiabilidad. La validación se realizó a través de la validez de contenido con preguntas directas sobre la valoración de los ítems y su ubicación en los campos respectivos. Fue contestada por 20 expertos en los campos de la docencia y la metodología de investigación. Los resultados han sido muy positivos, con unos valores superiores en la valoración de los ítems frente a su ubicación. Por su parte, la fiabilidad del cuestionario completo se llevó a cabo mediante el coeficiente Alfa de Cronbach, que se considera el más adecuado para este tipo de instrumento de recogida de datos. El valor de 0,891, refleja un alto grado de concordancia interna entre los ítems que lo integran. La aplicación del cuestionario se realizó de forma directa en los Centros Educativos y Asociaciones donde se desarrollan los Programas formativos de FPB (Formación Profesional Básica) durante los meses de enero, febrero y marzo de 2017. Se han recogido un total de 466 cuestionarios de los cuales 233 pertenecen a los alumnos de centros escolares y los restantes 233 fueron recogidos en las asociaciones que han participado en la investigación. Toda la recogida de información ha sido muy costosa debido a las complejas características que reúnen los participantes.

2.3. Procedimiento de análisis Como vía de trabajo se ha utilizado la metodología cuantitativa. El proceso de análisis de los datos cuantitativos se llevó a cabo con el programa SPSS ((Statistical

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Package for the Social Sciences) 22.0 empleando diferentes estadísticos en cada etapa: Análisis descriptivo univariado. Permite establecer, de forma básica, los perfiles de los participantes en cuanto a sus rasgos personales (sexo, edad, nacionalidad, institución, curso académico...); análisis inferencial bivariado que cumple una función complementaria a los descriptivos, ya que mejoran el análisis de los datos ofreciendo una visión más global de los mismos. Para ello se ha fijado un margen de error en el 0,05; lo que equivale a un nivel de confianza del 95%. Se han realizado los siguientes procesos: Contrastes mediante el ANOVA; contrastes mediante la prueba “t.” de Student o la “z” de Fisher; y contrastes mediante la prueba de Ji Cuadrado. Análisis multivariante. Por medio de este análisis podemos depurar aún más el cuestionario de recogida de datos. Para ello, se han analizado los datos que ponen de relieve diferencias significativas entre los grupos del estudio. Los procedimientos utilizados para el análisis son los siguientes: El análisis de clúster o conglomerados y el análisis de segmentación. El análisis de clúster o conglomerados, conocido también como Reconocimiento de Patrones es una técnica de análisis exploratorio de datos para resolver problemas de clasificación. Es una técnica exploratoria, no inferencial, descriptiva y sin variables dependientes. Su objeto consiste en ordenar objetos (variables con nivel de medida ordinal en nuestro estudio) en grupos de forma que el grado de asociación/similitud entre miembros del mismo clúster sea más fuerte que el grado de asociación/similitud entre miembros de diferentes clústeres. Su finalidad es la formación de grupos. Para realizar este análisis se ha utilizado el programa estadístico SPSS 22.0. Los resultados se presentan mediante “dendogramas”, que son representaciones gráficas de las clasificaciones jerárquicas. Mediante el análisis de segmentación se creará un modelo de clasificación basado en árboles (“árbol de decisiones”). Este procedimiento pronostica valores de una variable (criterio) dependiente basada en valores de variables independientes (predictores). De esta manera proporciona herramientas de validación para análisis de clasificación exploratorios y confirmatorios. Se ha utilizado el método de crecimiento CHAID (CHi-square Automatic Interaction Detection). En cada paso CHAID presenta la interacción más fuerte de la variable independiente con la variable dependiente fundiéndose las que no sean significativas. Este método examina todas las divisiones posibles y muestra la salida mediante un “árbol” clasificatorio de fácil interpretación y comprensión. Para realizar este análisis se ha utilizado el programa estadístico SPSS 22.0. El programa SPSS detectará automáticamente las interacciones mediante Ji cuadrado. Así mismo, los valores de significación se corrigen mediante el método de Bonferroni.

221 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros

3. RESULTADOS Para la dimensión de formación para el empleo, los resultados ponen de relieve que el 48,1% del alumnado estudian en el centro educativo con interés para obtener el graduado en ESO (Educación Secundaria Obligatoria), frente al 30,5% que desea obtener un certificado de profesionalidad para acceder al mercado laboral y un 21,5% que prefiere seguir estudiando FP (Formación Profesional) para obtener un mayor nivel académico.

ESTUDIO EN ESTE CENTRO PARA… Porcentaje Porcentaje Frecuencia válido acumulado Obtener el graduado ESO 224 48,1 48,1 Seguir estudiando Formación Profesional (FP) 100 21,5 69,5 Obtener un certificado de profesionalidad 142 30,5 100,0 Total 466 100,0 Tabla 1. Estudio en este centro para…

Se realizó también un análisis de contingencia relacionando las variables Institución y Estudio en este centro para…se pudo constatar que existen diferencias en cuanto al propósito de cursar esta formación. El grado de significación alcanzado mediante el estadístico chi-cuadrado obtuvo un valor de (,013). El alumnado que asiste a los centros educativos otorga mayor importancia a continuar sus estudios en Formación Profesional (un 25% desea seguir estudiando FP frente al 18% del alumnado que estudia en Asociaciones). Así mismo, el que asiste a las asociaciones desea obtener en un 37% el certificado de profesionalidad que le permita trabajar, frente al 25% que lo desea en los centros educativos. Por otra parte, en ambas instituciones el alumnado quiere obtener el graduado en ESO en un alto porcentaje (51% y 46%, respectivamente). De todos modos, se pone de relieve su baja formación. Respecto a la pregunta: Durante la semana, ¿Cuántas horas dedicas al estudio?; el 28,5% del alumnado declara no estudiar nada. Entre 1 y 3 horas, se ubican el 47%. El 13,9% afirma que estudia entre 4 y 6 horas; el 4,9% entre 7 y 9 horas y finalmente un 5,6% declara que estudia más de 10 horas durante la semana. Cabe considerar que el alumnado al responder a la pregunta ha manifestado más horas de las que en realidad le ha dedicado al estudio dado que incluyen el tiempo que están en las aulas. No obstante, casi un 30% de los encuestados ha manifestado no estudiar absolutamente nada, fuera del horario educativo. Al preguntarle si: ¿Te gustan los estudios que realizas?; el 90,8% afirman que sí le gustan los estudios que está realizando, frente al 9,2% que lo niega. Se han cruzado, mediante un análisis de contingencia, las variables: Institución y Curso

222 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 211-232. ISSN 1130-5029 académico, con la variable ¿Te gustan los estudios que realizas? Se obtuvo un grado de significación mediante chi-cuadrado de valor (,000) para ambos cruces, lo que pone de relieve que el alumnado que estudia en las asociaciones se encuentra más satisfecho con los estudios que están realizando, que aquellos otros jóvenes que estudian en centros educativos. Aspecto que puede deberse al hecho de que el alumno que cursa sus estudios en asociaciones lo ha escogido por propia elección, frente al alumnado de los centros educativos que su asistencia puede verse condicionada por sus padres. El alumnado de primer año manifiesta que sí les gustan los estudios en un 92,9% y no a un 7,1%. Mientras que a los de segundo curso les gustan los estudios, al 70,5% y no, a un 29,5%. Aspecto que puede deberse a la ilusión que les trasmite el primer año y al cansancio del segundo curso en jóvenes menos atraídos por la formación. Cuando se les pregunta, ¿por qué te has matriculado en estos estudios?; el ítem para aprender un oficio obtiene la media más alta con un 8,54 (en una escala de 1 a 10, donde 10 es la valoración más alta) le sigue con una media de 7,64, el ítem, quiero saber más. La media de 5,38 la obtiene el ítem, relacionarme con los compañeros y, una media de 4,80 por relacionarme con los profesores. Variables que han obtenido medias bajas son: no tengo otra cosa mejor que hacer, con 2,96 y, me han obligado, con 2,45, lo cual refleja que están en desacuerdo con estas atribuciones.

¿POR QUÉ TE HAS MATRICULADO EN ESTOS ESTUDIOS? Media Desviación estándar Para aprender un oficio 8,54 2,267 Quiero saber más 7,64 2,544 Por relacionarme con los/as compañeros/as 5,38 2,917 Por relacionarme con los/as profesores/as 4,80 2,973 No tengo otra cosa mejor que hacer 2,96 2,935 Me han obligado 2,45 2,506 Tabla 2. ¿Por qué te has matriculado en estos estudios?

Mediante el análisis clúster se obtienen grupos de ítems por afinidad en las variables vinculadas a las relaciones sociales: por relacionarme con los compañeros y por relacionarme con los profesores. En las variables: me han obligado y, no tengo otra cosa mejor que hacer. Y en las variables: quiero saber más y, para aprender un oficio. Todas ellas hacen referencia al aprendizaje y formación que recibe este alumnado en los centros. En cuanto a los estudios que están realizando los resultados ponen de relieve que están satisfechos, alcanzando una media de 8,18 (en un recorrido de 1 a 10), y

223 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros que su familia le anima a que los finalices logrando una media de 8,66; y si cree que al finalizar los estudios estará más preparado para trabajar que alcanza una media de 8,64; por último, la relación con sus profesores obtiene una media de 7,50. Para cada una de estas cuatro variables dependientes se ha realizado un árbol de decisiones (segmentación) que refleja las variables independientes más relevantes que definen cada categoría. Para la pregunta, Tu familia te anima a que finalices los estudios, la variable que ha mostrado mayor afinidad ha sido, mi madre, reflejando un mayor apoyo de la figura maternal. Así mismo, le otorgan valor a la relación que mantienen con los profesores explicada por el apoyo que les ofrecen para finalizar con éxito su formación. También es importante la familia por el apoyo que reciben de los padres para finalizar con éxito los estudios.

Gráfico 1. Árbol de decisiones. Tu familia te anima a que finalices los estudios

Respecto a la variable cuando finalice los estudios estaré más preparado para trabajar, la variable predictora que mejor define esta categoría es, para aprender un oficio. Insisten en la necesidad de buscar un trabajo en el extranjero, aspecto que denota la percepción de estos jóvenes ante la falta de oportunidades que existen en España para conseguir un trabajo. Así mismo, valoran que los educadores/ profesionales los apoyen para conseguir un trabajo.

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Por su parte, Quiero saber más… es la variable más afín a, ¿Estás satisfecho con los estudios que estás realizando? Así mismo, los jóvenes manifiestan en un 75,1% que les gustan mucho las actividades que realizan en los centros educativos y que los educadores/profesionales les animen a conseguir un trabajo. El alumnado otorga un valor medio a la variable aprendo cosas útiles y prácticas, al tiempo que sus familiares los animan a asistir a los centros educativos. Como valor negativo, los encuestados sienten que sus compañeros no les prestan apoyo en el estudio. Para la variable, Cómo calificarías tu relación con los profesores, la variable independiente que mejor la predice es la propia relación social y profesional que establecen con los docentes, y que el 61,9% del alumnado lo ha valorado en bastante y mucho. Los jóvenes encuestados consideran que los educadores/profesionales les apoyan para conseguir un trabajo, les ayudan en el estudio y a participar en actividades lúdicas y prácticas. En cuanto a las expectativas de futuro que tienen frente a su vida calificadas de 1 a 10 (1 es la calificación mínima y 10 es la máxima) han señalado varios aspectos positivamente, tales como: algún día me gustaría formar mi propia familia, con una media de 8,39; seguido de la variable, me gustaría independizarme económicamente, con una media de 8,18 y, pienso continuar estudios obtiene la media de 7,50. Así mismo, no descartan la posibilidad de buscar trabajo en el extranjero, puesto que ha alcanzado una media de 6,19 y con menor puntuación estaría la variable, colaborar con alguna ONG (Organización No Gubernamental) con una media de 4,92.

Gráfico 2. Dendograma. Expectativas de futuro

225 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros

Respecto a los centros educativos, los jóvenes valoran (bastante-mucho 64,2%), que en ellos aprenden cosas útiles y prácticas. Con un porcentaje similar (64,2%) que los educadores y profesionales les ayudan en el estudio y les animan a participar (56%). Sin embargo, otros jóvenes son más pesimistas en relación con la ayuda que les prestan los profesionales en aspectos como: conseguir un trabajo (57,7% nada y poco) y para realizar prácticas en centros externos (58,8% nada y poco).

4. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN Teniendo en cuenta los planteamientos del estudio se concluye que el perfil del alumnado participante en su gran mayoría son hombres. Sus edades están comprendidas entre los 15 y 26 años, aunque el porcentaje más numeroso se sitúa en la franja entre 15 y 18 años. Proceden de 26 nacionalidades diferentes, si bien predominan los jóvenes españoles. En cuanto a los motivos y razones por los cuales están matriculados y realizan estos estudios, casi la mitad del alumnado el (48,1%) tiene interés en obtener el graduado en la ESO, frente a un 30,5% que aspira a conseguir el certificado de profesionalidad para acceder a un puesto de trabajo, y un 20% desea continuar estudios en Formación Profesional. Estos resultados, son muy similares a los encontrados en otros estudios como el llevado a cabo por García (2014) donde han analizado las razones por las que los jóvenes deciden cursar estos programas y coinciden con nuestro estudio dado que los jóvenes están interesados en obtener el Graduado Escolar. No obstante, “la nueva FPB […] elimina la posibilidad de obtener de forma directa el graduado de la ESO” (Tarabini y Montes, 2015, p. 5); aspecto que deben lograr mediante la superación de la reválida establecida. Asimismo, sí da acceso a la formación profesional de grado medio sin la necesidad de poseer el graduado escolar. Le otorgan también un alto valor a esta formación en la medida que les posibilita el acceso a un empleo (Olmos y Mas, 2013). No obstante, los autores Adame y Salvà (2010), relatan que algunos jóvenes cursan estos estudios sin tener muy clara su utilidad y expresan que los cursan porque no tienen otra cosa mejor que hacer. Al identificar cuáles son susexpectativas de futuro, los jóvenes han manifestado en primer orden que algún día les gustaría formar su propia familia y ser independientes y autónomos económicamente. Con relación a detectar el grado de satisfacción con su formación actual y con la ayuda que reciben de diversas Instituciones, se puede considerar que el alumnado encuestado está satisfecho y aprecia la ayuda que le ofrecen las instituciones a las que asiste y, valoran muy positivamente tanto a los centros educativos como a las asociaciones que imparten el programa de FPB. Aspecto corroborado en otras investigaciones (González y Porto, 2013) al afirmar

226 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 211-232. ISSN 1130-5029 que el alumnado está satisfecho con estos programas educativos percibiendo que lo que están aprendiendo tiene validez futura. En general destacan la necesidad de una sólida y adaptada formación teórica y práctica llevada a cabo con una óptima intervención socioeducativa por todos los docentes y agentes implicados, con el fin de lograr su integración en el contexto en el que vive (social, cultural, humano, económico y laboral). Cabe resaltar que una formación inicial sólida (teórica y práctica) constituye la base más importante, para que los jóvenes construyan aprendizajes que garanticen una continuidad en su proceso de formación y su desarrollo profesional y vital. Reiteran que la educación y la formación permiten mejorar la calidad de vida de las personas, debido a su importante papel sobre las oportunidades laborales. Se destaca que cuanto menor es el nivel de estudios de una persona, mayor es el riesgo de que pueda padecer problemas graves de salud, de inestabilidad laboral, de alojamiento precario, lo que les puede llevar a mayor probabilidad de sufrir exclusión. En relación con la primera hipótesis planteada, que alude a, si la formación es un requisito indispensable para lograr un empleo, ya que a mayor formación existen mayores posibilidades de conseguirlo e insertarse en la sociedad; cabe reseñar que en esta investigación se ratifica esta afirmación, puesto que los individuos que poseen un mayor nivel educativo forman parte, durante más tiempo, de la población activa y reducen su presencia en la población desempleada. Aspecto que se ratifica en diversas investigaciones, tal como en Melendro (2014, pp. 41) al concluir que “el efecto positivo de la educación sobre la empleabilidad juvenil también ha aumentado durante la crisis actual”, puesto que finalizar los estudios reduce el riesgo de sufrir desempleo. La educación juega un papel importante en la lucha contra la exclusión social, ayudando a que los jóvenes logren cualificaciones profesionales y mejoren sus habilidades básicas. Por ello, proporcionar a la juventud una formación básica y profesional para un empleo es la mejor garantía de darles una oportunidad para la empleabilidad. Respecto a la segunda hipótesis planteada, relativa a si los programas formativos FPB (Formación Profesional Básica) proporcionan una adecuada formación para el empleo de los jóvenes en dificultad social, cabe destacar que en el estudio realizado el alumnado está satisfecho con esta formación, aspecto que resulta altamente significativo si tenemos en cuenta que el compromiso y la motivación de los alumnos son factores esenciales para culminar con éxito los estudios. Este programa (FPB), denominados de segunda oportunidad, “para un colectivo de jóvenes expulsados y rechazados del propio sistema educativo” (Olmos y Mas, 2017, p. 263), no puede en ningún caso reproducir el modelo escolar en el que han fracasado con anterioridad los jóvenes. Ante ello consideramos que la flexibilización del currículum es un elemento clave, dado que ofrece nuevas posibilidades para el alumnado más desaventajado.

227 La formación profesional básica, una alternativa… – A. Fernández-García y otros

Así mismo, es necesario que se inserten en la vida del centro y en el contexto en el que se encuentran. La optimización de recursos públicos y privados existentes para su desarrollo debe ser un eje central, desde el fortalecimiento de las relaciones y sinergias entre diferentes instituciones; puesto que el trabajo entre todos los implicados precisa y requiere ser interdisciplinar e interinstitucional (Melendro, 2014; Pérez, Poza-Vilches y Fernández-García, 2016), para que se pueda alcanzar el éxito en la intervención. Actuaciones aisladas conducen a una segmentación de éstas sin un nexo de trabajo común y a una reiteración de recursos. Sobre el uso de espacios y recursos se confirma que sean abiertos y flexibles para el desarrollo de las actividades. Igualmente, los mencionados programas formativos sólo pueden tener éxito si éstos son flexibles, transferibles, eficientes y si los jóvenes y profesionales implicados están involucrados, asumiendo un papel activo y responsable. Por último, la tercera hipótesis planteada hace referencia a si la ayuda y apoyo que los jóvenes en riesgo social reciben de diversos profesionales e Instituciones es alta. Cabe reseñar que, en los resultados obtenidos, mediante las diferentes técnicas de investigación empleadas, se reitera la necesidad de una mayor dotación de recursos materiales y humanos para atender a esta población, prestando atención a su gestión positiva. Por otra parte, se confirma que el profesorado es un factor esencial para el éxito del alumnado, de ahí lo importante que es la formación continua y actualizada de este colectivo para que mejore su intervención educativa. También se deben tener en cuenta otros factores como el grado de implicación, compromiso, coordinación y participación de todos los agentes implicados, para que toda intervención socioeducativa pueda lograr el éxito esperado en la formación de los jóvenes vulnerables evitando duplicidades. Por lo general, los alumnos desean que estos profesionales diseñen metodologías directas e individualizadas y realicen un seguimiento personalizado para atender las necesidades y demandas educativas y socio laborales singularizadas. Nuestra investigación ha dado como resultado que los jóvenes respetan y valoran a los profesores, poniendo de relieve su importancia en el proceso formativo. Aspecto que coincide con la investigación de Montserrat y Melendro (2017), cuando ponen de relieve “la buena valoración de los adolescentes, especialmente de los mas dañados, con problemáticas más complejas y graves, hacia sus educadores, su profesionalidad y las habilidades y competencias que describen como más signicativas” (p. 129). Con relación al aspecto laboral, la crisis económica mundial ha generado menos oportunidades de trabajo, especialmente en esta tipología de jóvenes y, sobre todo, en los que carecen de experiencia. Así mismo, en aquellos países con sistemas educativos de poca calidad y que poseen débiles vínculos con el mercado de trabajo, carecen de un adecuado proceso de transición de la escuela al trabajo, tal y como lo expresa

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Vallejo (2017) al afirmar “la incapacidad mostrada por nuestras instituciones para afrontar los desajustes formacion/empleo sufridos por la juventud espanola” (p. 12). Los jóvenes son sujetos de derechos, y no pueden ser considerados como objetos problemáticos cuya dificultad reside en su incapacidad individual para adaptarse a las condiciones que establece el mercado de trabajo. Al contrario, hay que ayudarles a establecer su propio itinerario formativo y laboral, mediante una atención individualizada e interviniendo de manera global, trabajando en su empleabilidad, tanto para acceder a un trabajo como para mantenerse en el mismo. Por todo ello, promover un enfoque de formación integral junto con las políticas públicas y laborales mediante una relación fuerte entre las instituciones formativas y lugares de trabajo laboral serían modos de avanzar en la igualdad de oportunidades en todos los estratos poblacionales de la sociedad y sobre todo en aquellos jóvenes más vulnerables. Ante ello, los gobiernos y las diferentes administraciones deberían apoyar a los jóvenes con medidas más sólidas en materia de educación para la inserción sociolaboral, con la finalidad de otorgarles nuevas oportunidades y, con ello, lograr una comunidad cohesionada fortaleciendo el reemplazo generacional. En cuanto a las limitaciones de la presente investigación, destacamos que en las instituciones educativas solo se ha recogido la informacion de los estudiantes y, teniendo en cuenta sus características y difícil acceso, el cuestionario formacion para el empleo ha sido muy reducido, obviando preguntas de carácter cualitativo y abierto que pudiesen enriquecer la informacion obtenida. Asimismo, se torna necesario seguir investigando en aras de descubrir si los Programas educativos de Formación Profesional Básica proporcionan las competencias y capacitación necesaria para una óptima incorporación laboral de un sector poblacional especialmente vulnerable. Para ello, aplicar el cuestionario a jovenes de todo el territorio espanol, permitiría elaborar un estudio a nivel nacional y comprobar si existen diferencias significativas entre Comunidades Autonomas en la implementacion de esta formacion. Ello enriquecería notablemente los resultados obtenidos y, en general, un mayor conocimiento de la FPB.

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Significado de la ética profesional: el caso de estudiantes de ciencias empresariales

Germán Scalzo Universidad Panamericana (México)

Sara Elvira Galbán-Lozano Universidad Panamericana (México)

Claudia Fabiola Ortega-Barba Universidad Panamericana (México)

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 233-252. ISSN 1130-5029

Significado de la ética profesional: el caso de estudiantes de ciencias empresariales

Meaning in professional ethics: the case of business students

Germán Scalzo Universidad Panamericana (México) [email protected]

Sara Elvira Galbán-Lozano Universidad Panamericana (México) [email protected]

Claudia Fabiola Ortega-Barba Universidad Panamericana (México) [email protected]

Fecha de recepción: 30 de octubre de 2017 Fecha de aceptación: 29 de enero de 2019

Resumen Este trabajo de corte cualitativo tiene como objetivo mostrar los significados y experiencias de estudiantes de las áreas de ciencias económicas y empresariales en torno a la ética profesional, la cual por su misma naturaleza, no tiene como fin el mero conocimiento sino su aplicación práctica, en donde actúan los aprendizajes internalizados, como modelos para la acción. Dentro de los hallazgos más significativos se encontró que los estudiantes valoran la formación ética que les ofrece la universidad como complemento de su formación técnica, sin embargo, consideran necesario el uso de estrategias innovadoras para su enseñanza. Los significados que muestran sobre la ética van desde lo personal hasta lo profesional pasando por lo social, resaltando el carácter relacional de la misma.

Palabras clave: Ética profesional; Estudiante universitario; Formación profesional; Investigación cualitativa.

Abstract This qualitative research aims to present the significance and experiences that economics and business students report to have acquired in professional ethics classes at the university level. Professional ethics, by nature, is both theoretical and

235 Significado de la ética profesional… – G. Scalzo y otros

practical, which means that the theory that students learn must be applied to real situations. In this sense, what students learn serves as a paradigm for action. Among the most significant findings herein was that students value the ethical training offered by the university as a complement to their technical training, however, they consider innovative strategies in teaching fundamental to their classroom experience. Students share that the significance they acquire about ethics ranges from the personal to the professional and the social, highlighting the eminently relational nature of this subject.

Keywords: Professional ethics; Undergraduate student; Vocational training; Qualitative research.

Para citar este artículo: Scalzo, G.; Galbán-Lozano, S. E. y Ortega-Barba, C. F. (2019). Significado de la ética profesional: el caso de estudiantes de ciencias empresariales. Revista de humanidades, n. 36, pp. 233-252. ISBN 1130-5029 (ISSN-e 2340-8995).

Sumario: 1. Introducción. 2. Marco de referencia. 3. Marco metodológico. 4. Participantes y contexto de investigación. 5. Recopilación de información. 6. Análisis de la información. 7. Resultados. 8. Discusión de resultados y consideraciones finales. 9. Bibliografía.

1. INTRODUCCIÓN La enseñanza de la ética profesional ha ganado terreno en los últimos años, aunque todavía supone un desafío para la Universidad (McMannus et al., 2016), y de modo especial para las carreras de ciencias económicas y empresariales (Ghoshal, 2005; Halbesleben et al., 2005; Etzioni, 2002). Los numerosos escándalos éticos acaecidos recientemente (Donaldson, 2012; Friedman y Friedman, 2010) han marcado un antes y un después en la enseñanza de la ética en las escuelas de negocios, y en las carreras de ciencias económicas y empresariales. Probablemente el más notorio haya sido el caso Enron, que en el año 2001 significó una pérdida de 65 mil millones de dólares, aunque no fuera el más importante (por ejemplo, Lehman Brothers ocasionó en 2008 un desfalco valuado en 619 mil millones de dólares). Daryl Koehn –una autoridad en la materia– en un artículo muy sugerente que lleva como subtítulo “Cómo enseñar ética tras el caso Enron”, señala que no es suficiente con enseñar una serie de contenidos, sino que cada vez es más urgente “transformar a los estudiantes” (Koehn, 2005). Para justificar este imperativo, utiliza una frase de una película protagonizada por Danny De Vitto (Other People’s money, 1991) que se ha convertido en un hito en la enseñanza universitaria de la ética: “pueden cambiar las reglas, pero el juego es el mismo”. Sumado al hecho de que tanto Enron como la mayoría de las empresas implicadas eran reconocidas por cumplir con los más altos estándares éticos, a la vez que sus directivos y ejecutivos provenían de las mejores universidades (Sison, 2012); urge revisar entonces no sólo la concepción de la ética sino también los presupuestos y las estrategias con las que se está enseñando.

236 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 233-252. ISSN 1130-5029

Para dar respuesta a lo anterior, existe abundante literatura sobre el uso de estrategias innovadoras para enriquecer las clases de ética profesional, tales como: el uso de casos reales (McWilliams y Nahavandi, 2006; Laditka y Houck, 2006), películas (O’Boyle y Sandonà, 2013; Biktimirov y Cyr, 2013), series (Nicolás- Gavilán et al., 2017a; Nicolás-Gavilán et al., 2017b), testimonios (Slocum, Rohlfer y González-Cantón, 2014) e incluso historietas (Gerde y Foster, 2008). La clave para que la enseñanza de la ética sea exitosa está en lograr que sea relevante o significativa para los alumnos (Laditka y Houck, 2006). En el presente trabajo se pretende dar respuesta a la pregunta ¿cuáles son los significados y experiencias sobre ética profesional de los estudiantes de ciencias económicas y empresariales? La comprensión de dichos significados y experiencias ayudará a tener una visión más realista de los estudiantes, lo cual permitirá adaptar el proceso de enseñanza aprendizaje a sus necesidades e intereses, para que sea más significativo y efectivo, en otras palabras, para potenciar su poder transformador.

2. MARCO DE REFERENCIA Hemos presenciado en los últimos decenios un creciente interés por la enseñanza de la ética profesional, al punto de poder afirmar que existe en la actualidad un acuerdo generalizado sobre la necesidad de ofrecer una formación ética a los futuros profesionales en general, y a los que egresan de escuelas de ciencias empresariales en particular (Gioia, 2002; Ghoshal, 2005; Khurana, 2007). Las razones son muchas y variadas, y aunque los escándalos éticos mencionados han ejercido una gran influencia, las nuevas tendencias en teoría organizacional han propiciado enel ámbito empresarial una toma de conciencia sobre los verdaderos fines de la empresa (Pérez López, 1998) y la contribución positiva en sus diferentes grupos de interés, así como en la sociedad en su conjunto. La ética es un saber prudencial que hunde sus raíces en los inicios mismos de la reflexión filosófica. Sin embargo, en la modernidad han proliferado una gran cantidad de enfoques y teorías, los cuales se podrían clasificar en tres corrientes fundamentales: 1) las de tipo utilitarista, 2) las deontológicas y 3) las centradas en la virtud (virtue ethics). Las dos primeras han sido la posición dominante durante muchos años (Melé, 2012); las de tipo deontológico, herederas de la filosofía rigorista de Kant, y las utilitaristas, del consecuencialismo de Bentham o Mill (Ferrero y Sison, 2014). La ética centrada en la virtud, si bien es la más antigua por recoger la tradición clásica (iniciada en Grecia por Sócrates, Platón y Aristóteles, y continuada en la Edad Media, en especial por Tomás de Aquino) fue eclipsada en la modernidad (MacIntyre, 1967) pero recobró interés filosófico en la segunda mitad del siglo XX (Polo, 1997; MacIntyre, 2007), y en su aplicación al mundo empresarial algunos años más tarde (Sison, 2015; Melé, 2009).

237 Significado de la ética profesional… – G. Scalzo y otros

Según la ética deontológica, la corrección ética de una acción vendría dada por una regla o norma de conducta universal, que actúa como un “deber” para la acción humana, independientemente de sus resultados o consecuencias. Su estandarte es el imperativo categórico kantiano: “actúa de tal manera que la máxima de tu acción pueda convertirse en una ley universal”, es decir, apela a la imparcialidad de una regla externa, al margen de las circunstancias personales. Aunque en sentido estricto es una ética difícil de vivir –por su rigorismo–, se podría decir que su aplicación práctica es la más sencilla para el ámbito institucional, al menos formalmente, pues sólo basta acordar tales reglas y apelar a su cumplimiento, con mecanismos preestablecidos de control y sanciones. Sin embargo, a pesar de tener impecables códigos deontológicos, cumplir con normativas, certificaciones e iniciativas de responsabilidad social, muchas empresas no logran desarrollar una cultura ética, por lo que han sido fuertemente cuestionadas, aumentando el escepticismo sobre la ética profesional (Sison, 2012). Por su parte, el utilitarismo evalúa las acciones a la luz de sus resultados, asumiendo como norma, “la búsqueda del mayor bien para la mayor cantidad de personas” mediante un cálculo cuantitativo de tipo coste-beneficio. Por tal motivo, el foco está puesto en las consecuencias de las acciones, analizadas desde su contribución a una cierta utilidad social, como podría ser el bienestar general, o una visión psicologista de la felicidad. Si bien esta posición ha tenido gran aceptación en el ámbito de los negocios –probablemente por su cercanía intelectual con la doctrina del interés propio– ha sido también fuertemente criticada por su tendencia a reducir toda medida en términos económicos (para poder calcular costos y beneficios), atentando muchas veces contra la dignidad de las personas. Otro punto débil de esta posición es el tratamiento de las minorías, algo que, por otras razones de tipo cultural, ha adquirido gran relevancia en la actualidad. Estas dos posiciones –deontologismo y utilitarismo– han estado en pugna durante muchos años, y han dominado en el ámbito de la ética profesional, según se ponga el foco en una idea apriorística de bien o en una utilitarista (O’Boyle y Sandona, 2013). En líneas generales se podría decir que mientras que el deontologismo destaca la norma como elemento principal, el utilitarismo hace lo propio con el bien, considerado éste como beneficio, desde un punto de vista amplio que incluye tanto bienes fundamentales como instrumentales. A diferencia de los otros enfoques, el centrado en las virtudes no es unilateral en la determinación de lo correcto, ya que si bien tiene su objeto en el desarrollo de virtudes, contempla además los bienes y las normas. La ética de virtudes es una recuperación de la tradición aristotélico-tomista, que resalta no sólo el carácter moral sino también el aspecto emocional de la persona que realiza juicios morales (Hartman, 2008). Su objetivo principal es cómo alcanzar la felicidad, actividad que en su sentido profundo (eudaimonia) requiere necesariamente la práctica de las virtudes, que perfeccionan al hombre en todas sus dimensiones, permitiéndole

238 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 233-252. ISSN 1130-5029 alcanzar la excelencia del carácter, dentro de un contexto cultural. En efecto, lo que caracteriza a la ética de la virtud es que para entender la corrección de una acción es necesaria la ayuda de las virtudes:

Con raíces en varias tradiciones (…) la ética de las virtudes nos dice que lo correcto es ser cierta clase de persona, una persona de virtud: valiente, modesta, honesta, ecuánime, trabajadora, prudente. Una persona virtuosa por supuesto expresará su virtud a través de la acción. Pero, para la ética de virtudes, la especificación de reglas de acción correctas es un asunto secundario, que de alguna manera presupone la clase de sabiduría práctica que la persona virtuosa posee (Zwolinski y Schmidtz, 2013, p. 221). Este enfoque, sustentado por una antropología realista (Melé y González, 2015), permite la superación de otros enfoques meramente sociológicos o estrictamente normativos, contribuyendo así en la comprensión de una ética profesional que no contemple a la organización humana desde una perspectiva reduccionista, sino como una verdadera comunidad de personas (Pérez López, 1998). Como ya se mencionó, este enfoque ha ido ganando posiciones en las tres últimas décadas. A principios de los años 90 del siglo XX la literatura académica sobre ética profesional apenas mencionaba las virtudes (Ferrero y Sison, 2014, p. 381). Su interés académico se vio propiciado por las limitaciones de las otras posturas, pero especialmente por el desencanto y escepticismo generalizado sobre la posibilidad de que los empresarios puedan tener otros motivos que los meramente económicos, en definitiva, que puedan tener intereses legítimos por ser mejores personas y contribuir positivamente en la sociedad. Furman (1990) fue una de las primeras en identificar las limitaciones de los razonamientos sobre el uso de la ética en los negocios, y en proponer explorar otros modelos complementarios –como el de la virtud– que ponen un mayor énfasis en el ser, que en el hacer. A partir de allí, numerosos académicos profundizaron en esta línea (entre los más importantes: Solomon, Hartman, Koehn, Dobson, Boatright, Werhane, Moore, Shaw, Melé, Sison; véase Ferrero y Sison, 2014). Sin embargo, el autor que dio mayor impulso a esta corriente fue el filósofo de origen escocés Alasdair MacIntyre. A pesar de que no escribió específicamente sobre la aplicación de la ética a los negocios, por la que profesa incluso una visión más bien crítica (MacIntyre, 2017), su proyecto de renovación moral “After Virtue” (que incluye MacIntyre 1988; 1990; 1999; 2007) inspiró a toda una generación académica, y se convirtió en un hito clave para la rehabilitación del paradigma de la virtud. Tras realizar una crítica a las posturas éticas de la modernidad MacIntyre (1967) propone una recuperación de la ética aristotélica, tradición en la que las virtudes comparecen como el elemento más importante. Ante la dificultad contemporánea de encarar la vida humana como una unidad y en reacción a las reductivas epistemologías de corte moderno, MacIntyre resalta la importancia de la dimensión narrativa de la vida y el carácter práctico de la acción humana. Una práctica es “cualquier forma

239 Significado de la ética profesional… – G. Scalzo y otros coherente y compleja de actividad humana cooperativa socialmente establecida, a través de la cual se alcanzan bienes internos a dicha forma de actividad” (2007, p. 187). Estos bienes internos –de excelencia– prevalecen sobre los externos –de eficiencia– e implican un bien común para la comunidad en cuyo seno la práctica se lleva a cabo, así como el desarrollo de una virtud en quien la realiza. MacIntyre delinea lo que se convertiría en el nuevo mapa conceptual de la ética en los negocios: bienes, normas y virtudes. El bien se refiere al aspecto teleológico de la acción humana, es decir, la ordenación natural al fin. Son precisamente los bienes “reglados” (por los preceptos de la ley natural) los que guían el desarrollo de las virtudes (MacIntyre, 1991). Estos fines se hacen operativos a través de las formas cooperativas de actividad que se han denominado prácticas. Así, la ética de virtudes no desdeña los elementos que resaltan las otras posiciones, sino que los integra en un horizonte de sentido desde una perspectiva personal (Regojo, 2014). MacIntyre (2010) es consciente de que en el actual mundo de los negocios para quienes pretenden ser exitosos, tomarse en serio la ética podría ser una gran desventaja, pero precisamente en este dilema se pone de manifiesto la esencia de la transformación ética que se mencionaba al principio. Para que una actitud verdaderamente ética comparezca, es necesario cultivar con convicción un modo de ser virtuoso, y es precisamente los que carecen de tal convicción quienes acaban por instrumentalizar todo esfuerzo educativo. Ya decía Aristóteles que para una vida virtuosa se requieren ciertas disposiciones del carácter, las cuales se fortalecen con el desarrollo mismo de la virtud. Las personas con falta de carácter son, paradójicamente, quienes más necesitan educación moral, a pesar de no estar en condiciones de reconocerlo, y suelen ser por tanto los que menos se benefician de los cursos de ética. Es por ello que la enseñanza de la ética se constituye como un verdadero desafío.

3. MARCO METODOLÓGICO La presente investigación se realizó bajo un enfoque cualitativo con perspectiva fenomenológica, con el objetivo de mostrar los significados y experiencias en torno a la ética profesional de estudiantes de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de una universidad de la Ciudad de México. Se consideró recurrir a una perspectiva fenomenológica en donde es esencial conocer la realidad tal como otros la experimentan para así entender cómo los protagonistas ven las cosas (Taylor y Bogdan, 1994). Patton (2015) explica que la fenomenología busca comprender cómo las personas describen e interpretan las experiencias, de esta forma se examina, el modo en el que otros experimentan el mundo. La realidad que importa es lo que las personas perciben como importante, pues se considera preferente el significado que los propios protagonistas dan a sus acciones (Tójar, 2006).

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Así mismo, desde la perspectiva fenomenológica se considera que los seres humanos están vinculados con su mundo y por ende, pone énfasis en la experiencia vivida, la cual aparece en el contexto de las relaciones con objetos, personas, sucesos y situaciones. Lo anterior da pauta a principios metodológicos sobre cómo interpretar el mundo desde la interacción de actores sociales, cómo estudiar los modos en que aparecen las configuraciones y cómo se construyen los significados personales sobre el mundo circundante (Galeano, 2004). Se espera que a partir de un estudio fenomenológico se logre una mejor comprensión de la experiencia, generando el entendimiento de lo que para otras personas significa vivir una situación determinada Álvarez( y Gayou, 2003). La perspectiva fenomenológica parte del supuesto de que lo subjetivo no sólo puede ser fuente de conocimiento, sino incluso presupuesto metodológico y objeto de la misma ciencia. La fenomenología busca la comprensión de los hechos mediante un enfoque cualitativo que le proporcione un mayor nivel de comprensión personal de los motivos y creencias que están detrás de las acciones de las personas (Rodríguez, Gil y García 1999).

4. PARTICIPANTES Y CONTEXTO DE INVESTIGACIÓN Los participantes en este estudio fueron estudiantes de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales (ECEE) de las carreras de Administración y Finanzas, Mercadotecnia, Negocios Internacionales, Recursos Humanos y Contaduría, quienes cursaron durante el ciclo enero-junio 2016, la asignatura de ética profesional. En el estudio participaron 58 estudiantes de los cuales 31 son mujeres y 27 hombres. El mapa curricular de ECCE está constituido por un tronco común durante los dos primeros años de la carrera, en donde se busca dar las bases administrativas y matemáticas necesarias para cualquier administrador. A partir de quinto semestre las asignaturas se vuelven específicas de las diferentes áreas. Aunado a lo anterior, como parte de la formación integral que busca la universidad, contexto de la investigación, todos los estudiantes de todas las carreras deben cursar ocho asignaturas de humanidades, que son: historia de la cultura, persona y sociedad, ética, filosofía social, teología I y II, hombre y mundo contemporáneo y finalmente ética profesional. La razón fundamental por la que se delimitó la investigación sólo a estudiantes de ética profesional es porque al encontrarse en el penúltimo semestre de la carrera, ya han cursado en su totalidad el bloque básico e intermedio por lo que han adquirido competencias profesionales específicas, además de que la mayoría se encuentran trabajando en áreas de su especialidad y por tanto, han empezado a vivir dilemas éticos de la profesión. Aunado a lo anterior, ya cursaron siete asignaturas de humanidades, por lo que tienen una perspectiva amplia en este ámbito y finalmente porque son estudiantes que están a punto de salir al ámbito profesional específico.

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5. RECOPILACIÓN DE LA INFORMACIÓN Para la recopilación de la información se utilizaron narrativas, que son la forma más antigua y natural de dar sentido a las propias experiencias, pues llevan a una comprensión personal de las mismas y además permiten comunicarlas a los demás. Desde principios de 1990, el uso de narrativas o historias en la investigación cualitativa ha sido cada vez más frecuente al considerarlas como un recurso poderoso para la comprensión del significado de la experiencia humana (Merriam y Tisdell, 2016). Es por lo anterior, que se consideró oportuno utilizar la narrativa para comprender el significado y las experiencias de los estudiantes en torno a la ética profesional. Para ello, durante el último día de clases se les pidió que describieran de forma escrita (a mano), lo más detalladamente posible, su experiencia durante la asignatura, sin que lo anterior tuviera repercusiones en la evaluación de la clase. Como una forma de ayudarles a organizar sus ideas, se les sugirieron algunos puntos para la reflexión: principales aprendizajes, valoración de las estrategias utilizadas en clase, interés y actitud frente a la asignatura, fortalezas y áreas de oportunidad de la asignatura e importancia de la ética profesional a nivel personal y profesional. En esta actividad los estudiantes se tardaron alrededor de 20 minutos y en promedio escribieron una página. Posteriormente, se transcribieron las narrativas con la finalidad de tener toda la información en un solo documento y teneruna primera aproximación a lo expresado por los participantes.

6. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN Para realizar el análisis de la información se utilizó el método de las comparaciones constantes descrito por Strauss y Corbin (1998) que combina la codificación inductiva de categorías con la comparación constante entre ellas. Después de leer varias veces cada una de las narrativas se identificaron unidades de significado mismas que fueron agrupadas en categorías de análisis, las cuales se interrelacionaron, integraron y refinaron en un mayor nivel de abstracción (Creswell, 2002). Para llevar a cabo lo anterior se siguió el proceso que se describe a continuación.

––En un primer momento se realizó una lectura detallada de las narrativas con el fin de tener una idea general del contenido de las mismas e identificar las principales temáticas tratadas en el discurso de los estudiantes. ––En una segunda lectura se llevó a cabo la segmentación de las narrativas en unidades de significado. Esta segmentación se hizo considerando los fragmentos que reflejaban ideas similares, a la par que se realizaba la codificación mediante categorías construidas en ese mismo momento.

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––Finalmente, se realizó una tercera lectura en la que se llevó a cabo una depuración de los códigos creados y asignados a las unidades de significado, lo que permitió fusionar categorías semejantes y redefinir etiquetas que se adecuaran mejor al contenido. ––Para realizar lo anterior, cada unidad de significado se imprimió en una tarjeta de manera individual y fue identificada con un número consecutivo, así E1 representa al primer estudiante, E2 al segundo y así hasta E58 al último. Del análisis de la información emergieron las siguientes categorías y subcategorías.

Tabla 1. Categorías y subcategorías del análisis Categorías Subcategorías Formación integral Como contenido del currículo universitario Fortaleza institucional Valoración del contenido Como asignatura Necesidad de la experiencia En lo personal Como campo de acción En lo profesional En lo social Fuente: elaboración propia.

Para atender a los criterios de fiabilidad y consistencia en el proceso de asignación de categorías y subcategorías se les pidió a los estudiantes que valoraran si lo que el investigador interpretó es lo que ellos quisieron decir, en algunos casos se reubicaron las unidades de significado. Aunado a lo anterior, el proceso de categorización fue realizado de manera colegiada por los autores de esta investigación. Patton (2015) sugiere que la técnica de comparación que involucra a más de dos personas analizando datos y resultados, promueve la credibilidad. El tiempo de realización del estudio fue de aproximadamente un año (junio 2016-junio 2017) en el que se llevaron a cabo las actividades detalladas en los apartados de metodología, recopilación y análisis de la información. Además de la conformación del marco teórico y la presentación de los resultados y conclusiones.

7. RESULTADOS Las reflexiones que presentan los estudiantes acerca de sus experiencias en torno a la ética profesional se presentan de acuerdo a las categorías y subcategorías que emergieron durante el análisis de la información.

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7.1. Como contenido del currículo universitario Esta categoría hace referencia a dos subcategorías, por un lado, a las reflexiones de los estudiantes en torno a la percepción que tienen sobre la formación integral que les brinda la universidad; y, por el otro, el considerar a ésta como una fortaleza institucional. En cuanto a la primera subcategoría, los estudiantes ubican a la ética en particular y a las humanidades en general como necesarias dentro del currículo universitario para no sólo formar profesionales competentes técnicamente sino para educar personas íntegras.

Debemos poner más atención en el contenido de estas materias porque logran complementar los conocimientos técnicos (E24).

Sin la misión de hacer y buscar el bien para uno mismo y para los demás, el sentido de educación no está completo (E56).

Estudiar este tipo de materias nos renuevan y complementan como seres íntegros (E1).

Me han parecido bastante enriquecedoras [las materias de humanidades] ya que nos brindan ciertos lineamientos para actuar con bondad y poder vivir de forma sana en contacto con nosotros mismos y con los demás (E43).

Es importante estudiar ética en la universidad porque en esta etapa se aprenden muchos conocimientos técnicos, los cuales se pueden utilizar de mejor manera teniendo nuestros valores más claros (E6). En este sentido, los interlocutores de este trabajo comparan la formación recibida en la institución contexto del estudio con otras en donde sólo se transmite información.

En otras universidades simplemente se da información sobre el grado al que perteneces, pero no humanizan a la persona, haciéndola fría e interesada por cosas poco trascendentes (E42). Aunado a lo anterior, los estudiantes valoran a la ética como indispensable para la formación de la personalidad pues ésta lleva a reflexionar sobre el sentido de lo humano.

Es fundamental crear valores a lo largo de la vida estudiantil ya que estos a la larga forman tu personalidad y sobre todo el cómo encaras el día a día (E14). Tener materias de humanidades en la carrera me ha llevado a reflexionar sobre el valor y el significado del hombre y las verdaderas metas que debe seguir en su vida (E34).

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Me parece muy importante estudiar ética, consolidas muchos aspectos de tu personalidad y comienzas a ser consciente de tu vida (E17). Adicionalmente, para los estudiantes la ética y las humanidades son nodos en el curriculum universitario que permiten vincular otros contenidos disciplinares.

Gracias a la ética y a otras materias de humanidades puedo vincular algunas materias como la historia, administración, economía, etc. (E13).

En la segunda subcategoría los estudiantes destacan a la formación humanística, específicamente a la enseñanza de la ética como una delas principales fortalezas de la institución en donde se llevó a cabo el estudio.

La Universidad Panamericana tiene una fortaleza y ventaja ante otras escuelas: la enseñanza de la ética (E4). Algo que caracteriza a la UP son sus alumnos, que son confiables, que aportan confianza ética o moral a las empresas (E12). Los estudiantes consideran que la formación de personas éticamente competentes es prioritaria de la universidad, pues en la vida tanto personal como profesional se requiere de personas con firmes convicciones.

Es importante que la universidad se preocupe por la ética y calidad de sus alumnos, ya que a veces, con todo y educación las personas siguen siendo o actuando de manera incorrecta, tanto personal como profesionalmente (E11). Para la vida profesional es muy importante tener convicciones muy firmes para no desviarte de tu camino en cuanto a la carrera profesional. La UP es reconocida por formar alumnos éticos (E23). Si la misión de la universidad es formar profesionales capaces, honestos y llenos de valores para que en el mundo laboral sean conscientes de que podemos hacer y con qué medida y/o limitaciones podemos obrar, este tipo de materias son indispensables (E35). Una vez explicada la categoría referida a la ética como contenido del currículo universitario, a continuación, se hará referencia a ésta como asignatura.

7.2. Como asignatura Esta categoría hace referencia a dos subcategorías, por un lado, a la valoración del contenido; y, por el otro, a la necesidad de la experiencia en el proceso de enseñanza aprendizaje. En varios de los testimonios de los estudiantes, se observa que éstos valoran el contenido de la materia de ética para su vida personal y profesional,

245 Significado de la ética profesional… – G. Scalzo y otros sin embargo, comentan sobre la deficiencia en la enseñanza de la misma, lo cual los hace percibirla como aburrida o difusa.

Mi experiencia en materias de ética es deficiente (…) Por otra parte, la ética profesional es de vital importancia (E9). Honestamente no recuerdo muchas cosas de mi curso de ética pasado, sin embargo, sé que las virtudes al final nos llevan a la felicidad (E15). Al principio se me hacía aburrida (la ética), pero pasando varios semestres me empezó a interesar tener un sustento humanista y cultural (E21). Falta ahondar y desarrollar mucho el tema pero de manera atractiva porque hoy en día el simple hecho de estudiar ética es de “flojera” pero es el principal pilar de una vida profesional que afectará en algún punto directamente tu vida personal (E36). Ligado a lo anterior se encuentra la inquietud de los estudiantes por los conocimientos vivenciales, pues como comentan, la ética es un saber práctico en el cual la experiencia resulta ser un componente necesario.

Estudiar ética en la universidad nos brinda conocimiento, pero el conocimiento no es suficiente para ser ético, pienso que para serlo es necesaria también la experiencia (E2). La única forma de entender a la ética y aprenderla es viviéndola (E25). Las dudas y cuestiones existenciales difícilmente se encuentren en internet (E31). Además de verla como una oportunidad para aprender a argumentar, analizar y conocer distintos puntos de vista sobre temas actuales.

Argumentar, debatir y discutir su punto de vista y eso es lo que deberíamos explotar y aprovechar (E3). Me gusta que te pongan a pensar, te enseñan temas actuales (E16). Saber escuchar, analizar e incluso aprender de las demás opiniones. Siempre es bueno el poder comprender las cosas desde otros puntos de vista (E5). Después de haber mostrado la ética como contenido del currículo universitario y como asignatura, se considerará como campo de acción.

7.3. Como campo de acción En esta categoría los estudiantes ubican a la ética en tres campos de acción: lo personal, lo profesional y lo social. En lo personal, destacan que la ética promueve la adquisición de valores y la reflexión personal.

Te sirve para la vida en general dando las bases necesarias para ser una persona con valores y virtudes ejemplares (E22).

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Es importante estudiar ética en la universidad para reflexionar de forma más seria y madura cuestiones de la vida y de la persona (E32). Además de considerar a la ética como un faro que guía la toma de decisiones.

Una mala decisión, por muchos beneficios que pueda tener, nos perjudica intrínsecamente, es por eso que las buenas decisiones forjan nuestro carácter, nuestro camino (E7). Siempre nos estamos enfrentando a tomar todo tipo de decisiones (…) y la ética nos ayuda a saber cuáles son mejores. También nos da un criterio para poder evaluar estas decisiones tanto en la vida diaria como en el trabajo (E19). Tener oportunidad de cursar materias que te permitan analizar a la persona, la sociedad y el impacto de las decisiones diarias en la vida de los demás es un gran instrumento, aunque el enfoque o la forma puedan o no coincidir con tu punto de vista, te permite tener otra visión y poder conocer diversas alternativas (E29). La ética en mi práctica profesional me puede ayudar a tomar el camino adecuado, las decisiones adecuadas, a ser feliz y libre (E30). En cuanto a lo profesional los estudiantes refieren a la práctica ética como una ventaja competitiva en el actuar profesional.

Esencialmente como profesionistas la ética va a marcar la diferencia de quiénes somos, cómo crecemos y alcanzamos nuestros objetivos e influimos en nuestro alrededor (E26). La ética sirve para tener un mejor panorama y sobre todo para dar una mejor carta de presentación, tanto personal como profesional (E18). La ética profesional te puede distinguir a la hora de desempeñar tu empleo de manera correcta y honesta, algo notable por la falta de valores en la sociedad en la que vivimos (E33). La ética fundamentada nos da facilidades para llevar, día a día con éxito, una sólida carrera profesional porque no sólo te contratan por lo que sabes sino por tu disposición y actitud frente a los problemas diarios en el trabajo (E10). En tanto que humaniza las decisiones, el saber y el actuar profesional.

En mi caso, el poder integrar una formación ética en mi formación universitaria como economista me permite tener presente como un día me comentó un profesor que detrás de las curvas de oferta y demanda, siempre se habla de la vida de personas (E20). Las aplicaciones que puede tener en mi vida profesional son buenas prácticas y buenos negocios; además de que las prácticas, decisiones y acciones de cualquier empleado tienen un impacto moral (E29). Es importante que se toquen estos temas en la carrera para crear profesionistas que ven más allá de sólo ganar dinero, tomando en cuenta qué es la persona y ver a los demás con la misma dignidad que se merecen (E49). 247 Significado de la ética profesional… – G. Scalzo y otros

Con un amplio conocimiento del tema podemos moldear las acciones de cualquier empresa hacia acciones verdaderamente éticas (E8). En el mismo sentido, en el ámbito relacional o social, los estudiantes identifican a la ética profesional como una posibilidad de influir en los demás de manera positiva o negativa según sea el caso.

Es primordial la ética profesional ya que esto es lo que más se debería de cuidar en las empresas porque muchas veces uno se deja llevar por el beneficio propio sin ver que puede perjudicar a terceros (E37). La ética en el trabajo es esencial y muy pocas personas la tienen porque se vuelven ambiciosas y sólo buscan el poder sin importar su actuar y si afectan a los demás (E40). La ética se aplica en todo, desde la honestidad o relación que se lleva con los jefes, clientes, etc., hasta llegar a evitar que caigamos en un mundo superficial y que después hagamos cosas que nos pueden perjudicar, o a los demás (E45). Hay valores que se aprenden desde casa pero muchas actitudes son influenciadas por las relaciones que tiene un individuo con otros (E28). Sin embargo, dicha influencia no se limita a las relaciones interpersonales sino que la vislumbran como un aspecto necesario para la convivencia humana y bienestar común.

La ética profesional no es algo que haya que tomar a la ligera, pues es por falta de la misma que, como hemos visto en clase, han pasado grandes tragedias que dañan a mucha gente (E50). Esta materia se aplica en nuestra profesión porque hace que no sólo nos concentremos en nosotros, nuestra familia y en querer dinero, sino, juntar todo eso para generar un bien general (E38). El objetivo de las materias no es sólo la enseñanza sino la ubicación de la persona en el tiempo y en el espacio de ahora en respecto a sus semejantes, para el día de mañana poder hacer una diferencia, por pequeña que sea, en el mundo (E46). Después de presentado el análisis de la información, a continuación se da paso a la discusión de los resultados y a las consideraciones finales.

8. DISCUSIÓN DE RESULTADOS Y CONSIDERACIONES FINALES Una vez realizado el análisis y la interpretación de los resultados, es pertinente vincular el marco de referencia con el discurso de los estudiantes para enfatizar los principales hallazgos del estudio, además de sus limitaciones y líneas para futuras investigaciones.

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Los principales hallazgos se presentan bajo la lógica del análisis de la información, en donde las categorías emergidas son: la ética como contenido del currículo universitario, en ésta los estudiantes valoran la formación integral en relación a las asignaturas de humanidades, destacándola como una fortaleza institucional. La ética como asignatura resalta la importancia del contenido tensionada por la necesidad de la experiencia y el dinamismo de las clases. Y la ética como campo de acción, en tres dimensiones: lo personal, lo profesional y lo social. Dentro de la primera categoría, la ética como contenido del currículo universitario, el estudio tuvo hallazgos interesantes en tanto que los estudiantes coinciden con lo que comentan Gioia (2002), Ghoshal (2005) y Khurana (2007) en relación a la necesidad de una formación ética en la universidad, haciendo especial énfasis en que la formación humanística complementa los saberes técnicos propios de cada carrera. Aunado a lo anterior, entre los principales significados sobre la ética, resaltan: que el bien común es mayor al individual, que el aspecto técnico de toda profesión debe ser complementado con la perspectiva ética, que los valores determinan la identidad de una persona, la importancia del ejercicio de las virtudes, así como de una formación integral centrada en la persona. Todos estos elementos dan muestra de que el paradigma de la virtud (Polo, 1997; MacIntyre, 2007; Sison, 2015 y Melé, 2009) es el que prima en la concepción de estos estudiantes, lo cual se hace evidente en la categoría sobre el campo de acción de la ética, en donde enfatizan tres dimensiones: lo personal, lo profesional y lo social, considerándolo un saber-hacer relacional y comunitario (Pérez López, 1998). Respecto a la ética como asignatura, se puede concluir que el alumnado manifiesta una actitud positiva hacia la ética profesional, mostrando interés en las clases, aunque reclaman un enfoque más aplicado y un punto de vista más amplio. Por lo que es importante recurrir a estrategias como las sugeridas por McWilliams y Nahavandi (2006), O’Boyle y Sandonà (2014) y Nicolás-Gavilán et al. (2017a). Además de identificar la naturaleza práctica de la ética y la importancia desu aprendizaje teórico. Por último, cabe considerar que las limitaciones encontradas en el desarrollo de este estudio, se centran en el hecho de que, al ser un estudio limitado a un grupo de estudiantes en un espacio curricular concreto y una institución de educación específica, sólo se consideran los significados y experiencias de estos interlocutores, por lo que valdría la pena ampliar este estudio a otras generaciones, áreas del saber e instituciones consolidándose como una línea de investigación.

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Patton, Michael (2015). Qualitative research and evaluation methods. Thousand Oaks, CA: Sage. Pérez López, Juan Antonio (1998). Liderazgo y ética en la dirección de empresas, Deusto: Bilbao. Polo, Leonardo (1997). Ética. Hacia una versión moderna de los temas clásicos, Madrid: Aedos. Regojo, Pedro (2014). Ética para directivos y consejeros. Cómo construir empresas excelentes y socialmente responsables, Pamplona: EUNSA Astrolabio. Rodríguez, Gregorio., Gil, Javier. y García, Eduardo (1999). Metodología de la investigación cualitativa. Málaga: Aljibe. Sison, Alejo (2012). Liderazgo y capital moral. Pamplona: EUNSA Astrolabio. Sison, Alejo (2015). Happiness and Virtue Ethics in Business. The Ultimate Value Proposition, Cambridge: Cambridge University Press. Slocum, Alesia; Rohlfer, Sylvia. y González-Cantón, César (2014). Teaching Business Ethics Through Strategically Integrated Micro-Insertions. Journal of Business Ethics, n. 123, pp. 45-58. Strauss, Anselm y Corbin, Juliet (1998). Basics of qualitative research. Techniques and procedures for developing grounded theory. California: Sage Publications. Taylor, Stephen y Bogdan, Robert (1987). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires: Paidós. Tójar, Juan (2006). Investigación cualitativa, comprender y actuar. Madrid: La Muralla. Zwolinski, Matt y Schmidtz, David (2013). Environmental Virtue Ehtics: What It Is and What It Needs to Be, in Russell Daniel (ed.) The Cambridge Companion to Virtue Ethics, Cambridge: Cambridge University Press, pp.221-239.

252 Autores

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 253-257. ISSN 1130-5029

AUTORES/ AUTHORS

Arboleda Goldaracena, Juan Carlos (España). Doctor en Historia, licenciado en Humanidades y en Traducción e Interpretación por la Universidad Pablo de Olavide y Máster en Religiones y Sociedades por la Universidad Internacional de Andalucía. Pertenece al Área de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide, donde imparte clases de Historia Medieval en el Centro Universitario Internacional. Sus líneas de investigación se centran en la Historia de la Iglesia y la religiosidad popular andaluza en la transición de la Edad Media a la modernidad, con especial atención a las hermandades y cofradías. Calvo Carmona, Daniel (España). Profesor Sustituto Interino, Departamento de Filología Inglesa (Lengua Inglesa), Facultad de Filología, Universidad de Sevilla. César Garrido, Laura. Estudiante de Máster de Estudios Japoneses, Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca Corripio Gil-Delgado, Isabel María (España). Doctoranda en la Universidad de Educación a Distancia (UNED) con Diploma de Estudios Avanzados. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad Complutense (2002) y Turismo por la UNED (1998). Profesora en el colegio Santa Susana de Madrid desde el año 2009 como profesora de Geografía e Historia en secundaria. Desde el comienzo de su carrera investigadora se ha centrado en el estudio de la arquitectura desde el punto de vista histórico en función de su revalorización especialmente en dos aspectos: la puesta en valor del patrimonio industrial y las casas nobiliarias del siglo XVIII en Sevilla. Fernández-García, Ana (España). Profesora Ayudante Doctora del Departamento MIDE II (Métodos de Investigación y Diagnóstico en educación. (Orientación educativa, diagnóstico e intervención psicopedagógica - OEDIP). Facultad de Educación – Universidad Nacional de Educación a distancia (UNED). Galbán Lozano, Sara Elvira (México). Doctora en Pedagogía por la Universidad de Barcelona, España. Universidad Panamericana. Escuela de Pedagogía (México). Líneas de investigación: práctica reflexiva, enseñanza reflexiva e investigación educativa. García Llamas, José Luis (España). Decano de la Facultad de Educación en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Profesor investigador en el Departamento de Métodos de Investigación I (MIDE I). Especialista en metodología de investigación evaluativa y en el análisis de datos estadísticos. García Pérez, Marta (España). Licenciada en Biología y en Ciencias Ambientales. Posee estudios de máster Diploma de Estudios Avanzados (DEA_ Máster) por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es funcionaria de Educación

255 Autores

Secundaria y Bachillerato. Ha desempeñado su labor como docente en diferentes I.E.S (MEC) desde 2010. Es profesora colaboradora en la UNED, curso de Posgrado de Formación Permanente del Profesorado: Violencia y Resolución de Conflictos. Técnicas de Intervención. Y el curso de Posgrado de Experto Universitario: Inserción Social y Laboral de Personas con Capacidades Diferentes. En la universidad de Copenhague (2007) realizó investigaciones y docencia en temas de Biología y Medio Ambiente, “Biología de las Poblaciones” en el Departamento de Comportamiento Animal. Gómez Galán, José (Puerto Rico). Is currently Research Professor and Director of CICIDE, Metropolitan University, AGMUS, Puerto Rico-USA & Catholic University of Avila, Spain. Professor of Theory and History of Education, University of Extremadura, Spain (on special leave). In general, he is a specialist in History of the Culture and History of the Science and the Technology. Researcher and Visiting Professor at several international universities: University of Oxford (UK), University of Minnesota (USA), La Sapienza of Rome (Italy), several Latin American universities, etc. He is Doctor (PhD) in Philosophy and Education, Doctor (PhD) in Geography and History and holds Masters/DEA degrees and others academics degrees in History, Education, Religion, Biology, etc. Guijo Pérez, Salvador (España). Doctorando en Historia y Estudios Humanísticos por la Universidad Pablo de Olavide. Graduado en Ciencia Religiosa por la Universidad de San Dámaso en 2016. Máster profesorado de educación secundaria y bachillerato, especialidad Geografía e Historia, por la Universidad Pablo de Olavide en 2012. Licenciado en Derecho por la Universidad Pablo de Olavide en 2011. Premio Jurídico Internacional ISDE & FIA 2010, en la modalidad de Ética en la abogacía, por la tesis presentada “Ética y abogacía”. Profesor de Geografía e Historia. Actualmente profesor-investigador asistente en la Universidad François Rabelais, Tours (Francia). Jaén Martínez, Alicia (España). Profesor Asociado LOU (Educación y Psicología Social), Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). López Meneses, Eloy (España). Profesor Titular de Universidad en el Departamento de Educación y Psicología Social de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España). Director del Grupo de Investigación EduInnovagogía (HUM-971). Martínez-García, Laura (España). Profesora del Departamento de Filología Inglesa, Francesa y Alemana de la Universidad de Oviedo (España). Líneas de Investigación: Género, sexualidad, Butler, Foucault, Teatro Británico SXVII, dramaturgas británicas. Ortega-Barba, Claudia Fabiola (México). Doctora en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Universidad Panamericana. Escuela de Pedagogía (México). Líneas de investigación: investigación educativa y mediaciones tecnológicas en procesos educativos para la

256 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 253-257. ISSN 1130-5029 innovación. Povea Moreno, Isabel M. (México). Doctora en Historia por la Universidad de Granada, España. Fue docente e investigadora de la misma institución entre agosto de 2011 y julio de 2012. Desde septiembre de 2012 a agosto de 2014 fue becaria posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Actualmente es investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad de Baja California. Su línea y temas de investigación se desarrollan dentro de la historia social y del trabajo, concretamente, de la minería en la época virreinal. Ríos Sierra, Jerónimo (Colombia). Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor asociado de la Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas de la Universidad EAN y asesor de la Organización de Estados Iberomericanos - OEI Colombia. Actualmente es Investigador Postdoctoral en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (España) como beneficiario de las Ayudas de Atracción del Talento Investigador que cofinancia la Comunidad de Madrid. Este trabajo de investigación se inscribe en el proyecto 2018-T2/ SOC-10508. Sarasola Sánchez-Serrano, José Luis (España). Profesor Titular, Universidad Pablo de Olavide. Director Grupo de Investigación PAIDI- SEJ-452. Director del Máster en Gerontología. (Trabajo Social y Servicios Sociales) Scalzo, Germán (México). Doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por la Universidad de Navarra, España. Universidad Panamericana. Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales (México). Líneas de investigación: racionalidad económica, historia del pensamiento económico y empresarial, ética profesional. Zapata García, Jaime (Colombia). Universidad EAN. Analista político. Internacionalista. Máster en Análisis Político.

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Criterios editoriales

Editorial Policy

Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

Directrices para autores/as 1. Todos los artículos que se entreguen para su posible publicación deberán ser de carácter eminentemente científico. Por la naturaleza de la revista, no se aceptarán artículos de género periodístico o comentarios generales sobre algún tema. Los artículos deberán seguir el modelo de redacción IMRyD (Introducción, Metodología, Resultados y Discusión o Conclusiones).

2. Deben ser originales y no haber sido publicados con anterioridad, así como no estar pendientes al mismo tiempo a dictamen de cualquier otra publicación.

3. Se aceptan trabajos en los idiomas: español e inglés.

4. Cada número de la revista incluirá los artículos que en el momento del cierre de edición cuenten con la aprobación de por lo menos dos árbitros o evaluadores. No obstante, con el fin de dar una mejor composición temática a cada número, Revista de Humanidades se reserva el derecho de adelantar o posponer los artículos aceptados.

5. La coordinación editorial de la revista se reserva el derecho de hacer las correcciones de estilo y cambios editoriales que considere necesarios para mejorar el trabajo.

6. Todo caso no previsto será resuelto por el comité de redacción de la revista.

7. Todas las colaboraciones deberán entregarse en archivo electrónico a través de correo electrónico, en procesador Word, sin ningún tipo de formato.

8. Las siglas deben ir desarrolladas la primera vez que aparezcan en el texto, en la bibliografía, en los cuadros, tablas y gráficos. Por ejemplo, en el texto la primera vez deberá escribirse: Archivo General de Indias, posteriormente: AGI.

9. En un archivo adjunto el/los autores deberán colocar una breve ficha curricular con los siguientes elementos: máximo grado académico, institución y dependencia donde trabaja, país, líneas de investigación, últimas tres publicaciones, correo electrónico, dirección postal, teléfono y fax.

10. Los autores podrán usar el material de su artículo en otros trabajos o textos publicados por ellos con la condición de citar a Revista de Humanidades como la fuente original de los textos. 261 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

Para artículos 1. La estructura mínima del artículo incluirá una introducción que refleje con claridad los antecedentes del trabajo, su desarrollo y conclusiones.

2. Sólo se aceptarán artículos presentados por un máximo de seis autores con una extensión de 7.000 a 10.000 palabras, incluyendo gráficos, tablas, notas a pie de página y bibliografía, con un interlineado de 1.5 a 12 puntos, en tipografía Times New Roman.

3. Deben tener un título descriptivo tanto en español como en inglés de preferencia breve (no más de 12 palabras) que refiera claramente el contenido.

4. Es imprescindible entregar un resumen de una extensión de entre 100 y 150 palabras, además de anexar entre tres y seis palabras clave del texto, todo en el idioma de origen del artículo y en inglés. El resumen debe contener información concisa acerca del contenido (principales resultados, método y conclusiones).

5. Los títulos y subtítulos deberán diferenciarse entre sí; para ello se recomienda el uso del sistema decimal.

6. Las ilustraciones (mapas, cuadros, tablas y gráficos) serán las estrictamente necesarias y deberán explicarse por sí solas sin tener que recurrir al texto para su comprensión.

7. Los formatos para las imágenes (mapas, figuras) deberán ser JPG; puesto que la revista se imprime a una sola tinta deben procesarse en escala de grises (blanco y negro), sin ningún tipo de resaltado o textura. Asimismo, los diagramas o esquemas no deben ser copia de Internet. En el caso de aquellas que contengan datos, cifras y/o texto, deberán enviarse en el formato original en el cual fueron creadas, o en su defecto en algún formato de hoja de cálculo preferiblemente Microsoft Excel. Para el caso de las tablas y cuadros se recomienda que la información estadística manejada sea lo más concisa posible.

8. Por política editorial, la revista se reserva el derecho de publicar ilustraciones demasiado amplias.

9. Las notas a pie de página deberán ser únicamente aclaratorias o explicativas, es decir, han de servir para ampliar o ilustrar lo dicho en el cuerpo del texto, y

262 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029 no para indicar las fuentes bibliográficas, ya que para eso está la bibliografía.

10. Las citas deberán usar el sistema Harvard-Asociación Americana de Psicología (Harvard-APA), de acuerdo con los siguientes ejemplos:

a) Cuando se haga referencia de manera general a una obra, se escribirá el apellido del autor, el año de edición y el número de página, dentro de un paréntesis:

(Amador, 2002, p. 39), o en el caso de dos autores (Cruz y García, 1998, p. 56); si son más de dos autores se anotará (Sánchez et al., 2003).

b) En el caso de utilizarse obras del mismo autor publicadas en el mismo año, se ordenarán alfabéticamente y se les distinguirá con una letra minúscula después del año:

“En los últimos diez años, la población inmigrante en España se ha multiplicado por siete” (Cárdenas, 2008a, p. 120).

“Las mujeres inmigrantes son el colectivo que posee mayores tasas de empleo a tiempo parcial” (Cárdenas, 2008b, p. 100).

11. La bibliografía deberá contener las referencias completas de las obras de los autores que se citen en el cuerpo del texto, sin agregar otras que no sean citadas, y se debe evitar que las autocitas superen el 30% del total.

12. La bibliografía debe estar escrita en el mismo sistema, ordenada alfabética y cronológicamente según corresponda. No usar mayúsculas continuas. Los apellidos y nombres de los autores deben estar completos, es decir, no deben anotarse sólo abreviaturas. Véanse los siguientes ejemplos: a) Para libros:

Romero, Carlos José (2004). El rosario en Sevilla: devoción, rosarios públicos y hermandades (siglos XV -XXI). Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, Delegación de Fiestas Mayores.

García, Antonio y Hernández, Teresa (2004). Crítica literaria: iniciación al estudio de la literatura. Madrid: Cátedra.

263 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029 b) Para revistas o capítulos de libros: Monreal, Mª Carmen y Amador, Luis (2002). La Unión Europea ante la educación a distancia (no presencial). Eúphoros, n. 4, pp. 207-216. Domínguez, Antonio (1996). Las probanzas de limpieza de sangre y los albéitares de Sevilla. En Checa, José y Álvarez, Joaquín (coord.). El siglo que llaman ilustrado: homenaje a Francisco Aguilar Piñal. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pp. 285-288. c) Para referencias a sitios Web se indicará la ruta completa del trabajo señalando la fecha de consulta: Castilla, Carmen (1999). De neófitos a iniciados: el movimiento neocatecumenal y sus ritos de admisión. Gaceta de Antropología [en línea], núm. 15, texto 15-4. Disponible en: http://www.gazeta-antropologia. es/?p=3443

Para reseñas 1. Las reseñas deberán ser revisiones críticas de libros relacionados con el estudio de las ciencias sociales, que hayan sido publicados como máximo el año previo a la fecha de publicación en la revista, cuyo título será distinto al de la propia reseña, la cual tendrá como extensión un mínimo de 1.500 palabras y un máximo de 3.500 palabras.

2. Anexo a la reseña se deberá enviar la portada del libro en formato JPG a 300 dpi e incluir los siguientes datos (título, autor, año, editorial, país, número de páginas y número ISBN.

3. Las reseñas serán seleccionadas por el consejo de redacción, teniendo en cuenta su calidad y actualidad.

Envío de trabajos Revista de Humanidades UNED. Centro Asociado de Sevilla Avda. San Juan de la Cruz, núm. 40 41006 Sevilla (España) Teléfono: (+34) 954 12 95 90 Fax: (+34) 954 12 95 91 http://revistas.uned.es/index.php/rdh

264 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

Author Guidelines 1. All articles submitted for possible publication must be entirely academic; because of the nature of the journal, journalistic articles or general commentaries on any topic will not be accepted. The IMRAD structure is recommended for the structure of a scientific journal article of the original research type. IMRAD is an acronym for introduction, methods, results, and discussion o conclusions.

2. The articles must be original and unpublished and must not be submitted to any other printed media at the same time.

3. Articles are accepted in the languages of Spanish and English.

4. Every issue of the journal will be comprised of the articles which, at the edition deadline, have the approval of at least two referees or reviewers. Nonetheless, in order to achieve thematic coherence of an issue, Revista de Humanidades reserves the right to advance or postpone any accepted articles.

5. The editorial board of the journal reserves the right to carry out any editorial or stylistic amends that it deems necessary to improve the text.

6. Any case not considered in these guidelines will be resolved by the journal’s editorial board.

7. All submissions must be delivered as an electronic file, plain text Microsoft Word, via e-mail.

8. Acronyms must be written out fully the first time they appear in the text, bibliography, tables, charts and graphs. For instance, in the text, the first time it must be written: World Health Organization, then subsequently: WHO.

9. In an attached file, the author(s) must include a brief bio-sketch with the following elements: current academic degree, institution and place of work, country, research lines, last three publications, e-mail address, postal address, telephone and fax numbers.

10. The authors may use material from their article in other works or papers they publish, on the condition that Revista de Humanidades must be cited as the original source for the quotations.

265 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

For the articles 1. Articles must include an introduction that clearly states the background of the work, its development and conclusions.

2. Revista de Humanidades only accepts articles with no more than six authors and with a length of between 7.000 and 10.000 words, including graphs, tables, footnotes and bibliography, on letter size page (A4), with a line spacing of 1.5, and a font of 12-point size Times New Roman.

3. Articles must bear a descriptive title, both in Spanish and English; preferably brief (no more than 12 words) which clearly depicts the content.

4. Articles must be preceded by an abstract, of between 100 and 150 words, as well as three to six keywords for the text; both in the original language of the text and in English. The abstract must contain concise information on the content (main results, method and conclusions).

5. The titles and subtitles must be distinguishable; use of the decimal system is recommended.

6. Illustrations (maps, charts, tables, graphs) should only be included when strictly necessary and must be self-explanatory, not requiring additional text to explain them. In tables and charts, statistical information should be presented in the most concise manner possible.

7. The format of images (maps and figures) must be JPG. Since the journal is printed in only one color, they must be in greyscale, with no highlights or textures whatsoever. Diagrams or pictures may not be copied from the Internet. Images containing data, numbers and/or text should be sent in the original format in which they were created, or in the form of a spreadsheet, preferably using Microsoft Excel.

8. Due to editorial policies, the journal reserves the right not to publish excessively large illustrations.

9. Footnotes shall be used solely to clarify, explain, broaden, or illustrate the main text, and not to indicate bibliographic sources, as the bibliography serves this purpose.

10. Citations must follow the Harvard-APA system, in accordance with the following examples:

266 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

a) When a work is referred to in a general manner, the surname of the author, publication year and page number shall be written in brackets:

(Amador, 2002, p. 39), or in the case of two authors (Cruz and García: 1998, p. 56); if there are more than two authors it will be (Sánchez et al., 2003).

b) In the case of using works by the same author published in the same year, they will be alphabetically ordered and will be distinguished with a small letter after the year:

“In the past ten years, the immigrant population in Spain has increased sevenfold” (Cárdenas, 2008a, p. 120).

“Immigrant women are the group that has higher rates of part-time employment” (Cárdenas, 2008b, p. 100).

11. Bibliographies must contain the complete references of all works cited in the text and no works not cited in the text. Works by the author(s) of the article must not comprise more than 30 percent of the total bibliography.

12. Bibliographical citations must be written consistently with the same system, alphabetically and chronologically ordered as necessary. Continual capitals letters should not be used. The surnames and given names of the authors must be fully stated, i.e., with no abbreviations. See the following examples:

a) For books:

Romero, Carlos José (2004). El rosario en Sevilla: devoción, rosarios públicos y hermandades (siglos XVI-XXI). Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, Delegación de Fiestas Mayores.

García, Antonio and Hernández, Teresa (2004). Crítica literaria: iniciación al estudio de la literatura. Madrid: Cátedra.

b) For journals or book chapters:

Monreal, María Carmen and Amador, Luis (2002). La Unión Europea ante la educación a distancia (no presencial). Eúphoros, n. 4, pp. 207-216.

267 Revista de Humanidades, 36 (2019). p. 259-268. ISSN 1130-5029

Domínguez, Antonio (1996). Las probanzas de limpieza de sangre y los albéitares de Sevilla”. In Checa, José y Álvarez, Joaquín (coord.). El siglo que llaman ilustrado: homenaje a Francisco Aguilar Piñal. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pp. 285-288.

c) Citations to websites must include the full URL and the retrieval date:

Castilla, Carmen (1999). De neófitos a iniciados: el movimiento neocatecumenal y sus ritos de admisión. Gaceta de Antropología [online], n. 15, text 15-4. Available at: http://www.gazeta-antropologia.es/?p=3443

For book reviews 1. Reviews must be critical reviews of books related to the study of social sciences or humanities that have been published within the previous calendar year. The title of the review must be different from the book itself. Reviews must be between 1.500-3.500 words long, in page format A4, with a line spacing of 1.5, and a font of 12-point size Times New Roman.

2. An illustration of the front cover of the book must be sent along with the review, in JPG format at 300 DPI. Additionally, the following data must be provided: book title, author, year, publisher, country, number of pages and ISBN number.

3. Reviews will be selected by the editorial board, taking into account their quality and relevance.

For submission of articles and reviews contact

Revista de Humanidades UNED. Centro Asociado de Sevilla Calle Jericó, núm. 10, 41007 Sevilla (España) Teléfono: (+34) 954 12 95 90 Fax: (+34) 954 12 95 91 http://revistas.uned.es/index.php/rdh

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