REVISTA E LA UNIVERSIDAD DE 313

Reseña Geológica be la Región ·Suboes1e be la meseta Central be Costa Rica

Tesis presentada por: manera desinteresada, nos hizo disfrutar de su eficaz ayuda, tanto en lo referente a conceptos GABRIEL DENGO teóricos como trabajo de campo, pues en di­ y GIL CHAVERRI RODRIGYEZ ferentes ocasiones nos acompañó en las excur­ siones. Además hemos de agradecer la gentileza A la Facultad de Agronomía del señor ingeniero, don Enrique Silva, de quien de la Universidad de Costa Rica obtuvimos el mapa de la región, con lo que dispusimos de apreciable ayuda. Por último, San Pedro de Montes de Oca. Enero de 1944. agradecemos a todas aquellas personas, que de una manera 4 otra, prestaron su ayuda en la INTRODUCCION realización de este trabajo.

Es objeto de la presente tesis, tal como su mismo nombre lo indica, el estudio de una SITUACION Y RELIEVE determinada zona de la Meseta Central en lo que se refiere a su geología principalmente, no La zona de que se trata la presente tesis pretendiendo con esto, en absoluto, dar a en­ comprende la parte sud-occidental de la Me­ tender que hayamos abarcado y resuelto todos los seta Central y queda delimitada de la siguiente aspectos y problemas que un estudio de esta manera: se inicia al oeste de San Antonio de naturaleza trae consigo. Sí creemos, empero, que Belén, o más propiamente, al oeste de una lí• nuestro trabajo ha de constituir una base para nea imaginaria que une la población de Nuestr.o nuevas investigaciones, ya de carácter químico Amo con la de Villa de Colón. Se continúa luego del suelo, ya de carácter geo-agronómico o en esta misma dirección hasta el Río Grande bien puramente geológico, que sobre la misma de Tárcoles y las estribaciones de los Montes región puedan efectuarse. Asimismo, éste, jun­ del Aguacate, lo que constituye el límite occi­ to con otros trabajos de su misma naturaleza, dental, replegándose hacia el sur hasta el cauce han de tener por fin el levantamiento del del Río Virilla, el cual corre en una dirección mapa geológico de la Meseta Central y de­ más o menos de este a oeste, que con la base más regiones del país, por no decir de todo de los cerros contiguos de Puriscal y Cedral Costa Rica, con respecto a lo cual vale citar limitan la zona en la parte sur. Por el norte que nuestro compañero don Herbert Nanne la misma se extiende hasta la Garita, quedando ha efectuado su tesis referente a la región si­ determinada en parte por el río . · tuada al este y contigua a la nuestra. Entre am­ La región está ocupada en gran parte por bas cubren una extensión de unos 40 kiló• planicies de suaves pendientes, principalmente metros en su mayor dimensión. en lo que respecta a la mitad este, constitu­ Además, para . la creación de los mapas de yendo lo que llamaremos "planicie de Cirue-' suelos, cuyos levantamientos constituyen labor las", que se prolongan por el norte y por el importante realizada por centros científicos en, este en grandes extensiones que se salen de los otros países, suministra el mapa geológico una límites especificados, mientras que por el sur base de sumo valor, todo lo cual ha de per­ llegan casi hasta la base de los cerros de Pu­ mitir en un futuro el conocer en su esencia riscal y Cedral, en tanto que por el oe&te sé nuestros suelos para su mejor explotación cien­ interrumpen en los alrededores de Turrúcares, tífica. En efecto, al sur de este lugar están situados De nuestra parte, hemos de manifestar de un los Cerros de Ciruelas y Turrúcares, que emer­ modo especial, el agradecimiento de que so­ gen rompiendo la continuidad de la planicie. mos deudores para nuestro profesor de Geo­ Al oeste de los mismos, y ya en la mitad occi­ logía, Dr. don César Dondoli, quien, de una dental, la topografía es más irregular, corriendo 314 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA en ella, en dirección de norte a sur, el Río esta población y las que le siguen al oeste. H Grande de Tárcoles. Los Montes del Agua­ mos de observar que Turrúcares está próxim cate y sus estribaciones, situados en el extremo mente en el centro de la región, o más bien, ( oeste, sobresalen asimismo, haciendo contraste la mitad de la línea que une Nuestro Amo ce con la topografía general de la zona, la cual La Balsa, pues la distancia en línea recta qi puede considerarse en su totalidad como de poca separa a Turrúcares de Nuestro Amo es apr pendiente. ximadamente de 9 kilómetros. Las alturas re Los ríos más importantes que atraviesan dicha pectivas de estos dos últimos lugares son ' región, el Grande de Tárcoles, el Virilla y el 669 y 850 metros, con una diferencia de l~ Ciruelas, llevan sus cauces en relación con la metros, de donde nos es posible observar qi disposición de las planicies y los cerros y mon­ la pendiente es menor que la anteriormente r tes mencionados, obedeciendo a razones que más ferida como promedio, ya que le correspon1 tarde expondremos, al referirnos a la parte un descenso de 21 metros por kilómetro. geológica del lugar. En efecto, el Río Virilla Si ahora nos referimos al trecho que s corre en el contacto de las planicies con los ce­ para Turrúcares de Cebadilla, a 563 metros, rros del sur, y sus afluentes, el Río Grande y la distancia entre ambos lugares ( 3 kilómetr Ciruelas, están situados asimismo en los con­ en línea recta), apreciamos un aumento en tactos de las mismas con los Montes del Agua­ pendiente a 3 5 metros por kilómetro, la cu cate y los Cerros de Ciruelas respectivamente, es la misma que existe entre Cebadilla y l aunque esto no ocurre naturalmente en toda Estación de Río Grande. De este lugar a l la longitud de los ríos. Estos tres ríos conducen Balsa se disminuye a 15 metros por kilómetr sus aguas en cañones bastante profundos, ex­ En la dirección norte sur, se observa un d cavados a través de diferentes clases de rocas, clive gradual, poco acentuado, del terreno, 11 mostrando las relaciones existentes entre ellas, cía el cauce del Río Virilla, por el que llev: por lo cual, las observaciones en ellos son las que sus aguas los ríos Ciruelas y Segundo. Se i1 han tenido mayor valor en la realización de este cían las planicies desde muy al norte, en 1 trabajo. Otros ríos de menor importancia son faldas de la Cordillera Central, pero en cuan afluentes del Virilla, como el Río Segundo, el corresponde a nuestro estudio, las hemos co Jaris, Quebrada .Honda, etc. siderado desde La Garita y Ciruelas hasta La región referida posee un declive poco fin, en la proximidad del cauce del río rel pronunciado, principalmente en su mitad este, rido, pues a una corta distancia del cañón constituída por la "planicie de Ciruelas", pues presenta una gradiente, situado aproximadame en la occidental se aprecia un aumento de la te paralela al río, que viene en cierto modo pendiente, el cual se hace notorio de Turrú­ romper la continuidad de la pendiente. El 1 cares en adelante, al aproximarse al cañón del rreno baja en este punto unos 50 metros pa Río Grande. Podemos considerar en general seguir luego más o menos plano hasta el bor la dirección de la pendiente en dos sentidos: del cañón. Indudablemente que estas planici hacia el oeste y hacia el sur. Tomando la di­ están también disectadas por los ríos que p rección este-oeste, encontramos la mayor altura ellas corren, como el Ciruelas y Segundo, e en los alrededores de la estación de Nuestro terminando irregularidades que han dependi1 Amo; la cual aproximadamente es de 850 me­ de la fuerza del río para excavar cañones. tros, en tanto que la parte más baja correspon­ de a las cercanías de la Estación de la Balsa, situada a 450 metros sobre el nivel del mar. * * * Ambos lugares están separados por una distan­ cia de 16 kilómetros, en línea recta, con una CLIMAS Y SUELOS diferencia de altura de 400 metros. Expresando numéricamente la pendiente en esta misma di­ Si bien, en nuestra tesis hemos dado preJ rección, constatamos que como promedio es renda a la geología de la región, no obstar 25 metros por kilómetro. Si bien esta cifra es algunas observaciones de carácter general o puramente teórica, por medio de ella podemos respecto al clima y al suelo nos ha pareci1 establecer la relación de pendientes observadas oportuno anotarlas aquí. Principalmente n en diferentes trechos, principalmente la que exis­ hemos ocupado en este respecto a la relacii te entre Nuestro Amo y Turrúcares, y la de entre uno y otro. REVISTA OE lA UNIVSR$10AO DE COSTA RICA 815 ------~- - -

El clima que predomina es el de la Meseta 91 y suelos pardos y la reg1on del Pacífico, Central, pues la zona comprende su porción cuyo factor es 77, con suelos también pardos. sud-occidental, con dos estaciones bien definidas Creemos sin embargo, que en determinados en las que la precipitación es nula y máxima lugares, el factor puede descender más, hasta respectivamente en una y otra. A esta distri­ menos de 60, a lo que han de corresponder bución de las lluvias está sometida la Meseta suelos amarillos, rojizos y lateritas, como real­ Central y la región del Pacífico. En el- extremo mente se presentan en algunos lugares, y tal occidental la condición climática se relaciona como lo haremos notar en breve. con la del Pacífico, lo cual se manifiesta en Con respecto al suelo, nos hemos acupado un awnento de la temperatura media anual. Esta principalmente en lo que se refiere a su co­ es en la Meseta Central de 219 C. y en le Pa­ lor y a las causas de la variación del mismo, cífico de 279 C., en tanto que en la zona abar­ habiendo podido en parte establecer que la cada por nuestro estudio está comprendida roca originadora del suelo ha tenido su in­ entre ambos límites, desde unos 229 C. hasta fluencia decisiva, o por lo menos la tiene 269 C., en el sentido este oeste. La precipitación actualmente mientras el clima no se constituya sufre asimismo ciertas variaciones de mayor en el factor predominante. Lo dicho anterior­ a menor en ese mismo sentido, según hemos mente vale para los suelos originados sobre podido establecer de los pocos datos disponi­ lavas más recientes, y _!='Uya extensión es con­ bles, a la vez que las observaciones en algunos siderable en la zona estudiada. En efecto, la lugares comprenden muy pocos años. En Ala­ diferencia entre un suelo al oeste de San juela, en La Uruca (finca La Caja), en San José y los de Ciruelas o Turrúcares es bas­ José, se hallan los valores mayores de preci­ tante notoria. El primero posee una coloración pitación, es decir, en aquellos lugares que deli­ parda muy regular, apreciable en Pavas, La Uru­ mitan la zona por el este y noreste, en los ca, Heredia; el segundo es rojizo, caracterís• que tenemos respectivamente los siguientes pro­ tico de la planicie de Ciruelas. Además, aqué­ medios por varios años: 2465 mm, 2160 mm, llos se hallan distribuidos en los alrededores 1932 mm. El valor de la precipitación dismi­ de San José, Pavas, La Uruca, Heredia, etc., nuye en Nuestro Amo, con un promedio de éstos comienzan a observarse hacia Ciruelas, 1810 mm (del año 1896 a 1901 fµ~ de para continuarse en dirección oeste. Hemos en­ 1762 mm.) . De observaciones anuales hemos contrado de nuevo suelos pardos, semejantes a obtenido valores de 1688 para (año los de Pavas, en la orilla derecha del cañón 1941) y de 1407 para Turrúcares (año 1941). del Río Virilla, cerca de la Planta de Las Ven­ A estos dos factores climáticos les hemos dado tanas, ocupando una .franja más o menos ancha especial importancia por cuanto permiten re­ paralela al mismo curso del río. Dijimos que lacionar numéricamente el clima con el suelo, las lavas han tenido influencia en la variación según los trabajos de Lang, por medio de la del color del suelo, por el hecho de que a precipitación y la temperatura. La.ng ha deter­ los suelos formados sobre tobas corresponde minado que al dividir la precipitación anual de un color pardo, mientras que aquéllos sobre un lugar entre la temperatura media anual, las lavas, son rojizos. Además tomando en se obtiene un valor, llamado "Factor de lluvia", cuenta el factor de La.ng, en general su valor el cual guarda relación con la clase de suelo. está comprendido entre 91 y 77, a lo que co­ Dicho factor alcanza valores superiores a 160 rresponde coloración parda. De modo que la e inferiores a 40. En donde el factor sea 160 o coloración rojiza no la debemos interpretar como más, corresponden los suelos humíferos; entre de causa climática, es decir, no está determinada 160 y 100, suelos negros; entre 100 y 60, sue­ por fuerzas ectodinámicas, sino endodinámicas. los pardos; entre 60 y 40 suelos amarillos, rojos En el mapa de la región, el color amarillo y lateritas; inferiores a 40 corresponden los denota las lavas, el gris las tobas, de modo que suelos de clima árido. en líneas generales, aquel color da idea de la Ya Schaufelberger Había calculado el "fac­ distribución de las tierras rojizas, éste de las tor de lluvia" para varias regiones del país, pardas. Como se ha de detallar más adelante, cuales son lá del Atlántico, cuyo factor es de la referida lava fué constituída por una corriente 166 a lo que corresponden suelos humíferos, que cubrió gran parte de la toba, superficial la del valle del Reventazón, con factor de 100 entonces, formando un manto de espesor muy y suelos negros, la Meseta Central, con factor variado, el cual al meteorizarse y al ser excavado 322 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

I, ,

riando a pardo en la zona de meteorización. Alajuela también l_o haga ya que en las Tiene bloques subangulares en bastante can­ giones vecinas ella existe; estos ríos tam tidad, variando su tamaño desde muy pequeños forman cañones en parte de sus cursos, y e hasta más de 25 centímetros de diámetro, y esperar que los hayan abierto cortándole.. son porosos, desde escoriáceos hasta pumíticos, poca resistenci¡¡,,, de la toba a la acción de existiendo también frag~entos vitrosos. Mu­ ríos ha ayudado a que éstos, en vez de far d10 de los fragmentos son alargados, presen­ valles anchos, corran por cañones. tando su mayor dimensión aproximadamente En lo referente al espesor de la toba, es en un plano horizontal. La matriz de la roca variable. En Pavas tiene en algunos luE en este lugar ese de mayor granulación a como más de 10 metros, mientras que en Las , se observó en Pavas, variando desde media­ tanas y algunos lugares del río Grande t namente cementados hasta coherentes. En el casi hasta 100. Del estudio del Dr. Schat camino que conduce de la Estación de Río Gran­ berger tomamos los siguientes datos: de a La Garita se puede ver la toba con ca­ 1 racteres semejantes a los descritos, estando a Entre Santa Ana y San Antonio veces interrumpida por afloramientos de otras de Belén: ...... 90 fTI. rocas, las del Aguacate por ejemplo, pero una Finca La Brisa (borde del río vez que se pasa el puente y se sigue en di­ Vigía): ...... 25 a 3< rección a La Garita, se camina todo el tiempo La Caja: ...... 30 m. sobre la toba, ocurriendo lo mismo en el ca­ Los Anonas: ...... 20 m. mino que va de ahí a Alajuela. Con respecto a la denominación de esta 1 En la zona de Las Ventanas, la toba ocupa el nombre de toba es el más apropiado, : una parte plana que bordea al río en su lado do el material que la forma de carácter a norte, y que por haber sido· cortada por éste, sítico, como lo muestra el análisis químico forma gran parte fie su cañón. También en esa sentado en el Apéndice NQ 3. misma área el río Ciruelas al formar su ca­ ñón la cortó, encontrándose ella a ambos la­ Por el hecho de que la toba sirve como teria_l de relleno entre las rocas, se ha pen dos, y extendiéndose hasta la base de los ce­ rros de Turrúcares. En la región de Cebadilla que ella pueda haberse formado en aguas 1 la toba tiene sus diferencias con respecto a los quilas, pero esto no se puede asegurar, ya existe la posibilidad de una sedimenta lugares anteriores. Es muy notoria la gran can­ tidad de vidrio volcánico negro que contiene, subárea como ocurre muchas veces con 1 en fragmentos alargados dispuestos con su ma­ piroclásticas. Es natural en todo caso que roca marca un período de gran actividac yor dimensión horizontalmente. Aquí tiene un las erupciones de los volcanes de la Cordi áspecto más bien de lava, debiendo apuntar lo siguiente, antes en parte explicado: Roma­ Central, y tal vez de otros conos hoy nes, que estudió esta región, no menciona la truídos, y que las cenizas, lapillis, etc. ellas, son las que la forman, por lo. cua toba en ella, sino únicamente una corriente de lava superior. Existiendo ambas rocas ahí, de tener en cuenta que sean más bien v tobas, explicando esto algunas de las vari: es probable que por el aspecto externo de la toba tan parecido al de una lava, fueran con­ nes apuntadas. sideradas como la misma roca. También en esa región de Cebadilla el río Grande cortó GEOLOGIA HISTORICA la toba, la que aparece expuesta en las paredes del cañón de aquél, encontrándose a ambos La geología histórica del área estudiad: lados. puede ser reconstruída todavía en su totali En cuanto a la forma de presentarse la toba, pues ello requiere la solución de varios de en muchas partes, y principalmente en los ca­ puntos que anteriormente se dejaron como ñones de los ríos Grande, Virilla y Ciruelas, dosos o como desconocidos. Hace falta ui se ve que está fisurada en columnatas, las que tudio bueno de las formaciones sediment en la mayoría de los casos son verticales. Hay y el establecimiento de la columna estrat otros ríos donde nosotros no hemos hecho fica en varios lugares, para establecer la c observaciones, tales como el Poás y el ltiquís, lación con otras rocas sedimentarias relaci que cortan dicha roca, y probablemente el das. El establecimiento claro de la reh 324 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA ------

Trazados así los principales eventos de la de oxidas de hierro, colocados en una mate. historia de este lugar, resalta como último, el de u11 material cristalino dorítico. de la configuración morfológica de la región y Otro espécimen del mismo lugar es una and en general de la Meseta Central, debida prin­ sita oscura con grandes cristales abundantes e cipalmente a erosión, junto con la formación plagiodasa y piroxeno. Un ejemplar de u de los cañones de los ríos Virilla, Grande, Ci­ tajo en Dantas, en el corazón de los Monti ruelas, etc., que caracterizan su actual f isono­ del Aguacate, es una andesita piroxénica abu1 mía. Estos cañones se deben a un movimiento dante en cristales grandes de feldespatos. de ascenso o bradisismo positivo, iniciado, según la opinión del Dr. Dóndoli, contem­ poránea o posteriormente a las coladas lávi­ APENDICE N,.,. 2 cas. Parece que al principio la formación de los cañones fué más rápida por ser mayor el Observaciones sobre las andesitas del Viril desequilibrio de los ríos y por estar estos rom­ encontradas en la perforación del túnel. piendo a través de la toba. Actualmente, cuan­ do ya han alcanzado rocas más resistentes, es Por el Dr. C. Dóndo, probable que su acción destructiva sobre ellas sea más lenta. l. Tipo. claro, compacto.

' MAPA GEOLOGICO Peso específico 2.60. Pasta fundamental cristalina microlítica • Junto con el trabajo de hacer una descrip­ elementos feldespáticos esparcida de pequeñ ción de la geología general de la región es­ cristales de óxidos de hierro. La parte vidrio cogida, efectuamos un levantamiento generali­ es insignificante en la masa general de la pa zado del mapa geológico de ella. Para esto ta. Hay predominio de los componentes le contamos con un mapa topográfico muy bueno cocráticos sobre los melanocrátícos. Los feo y bastante completo que nos facilitaron en la cristales esparcidos en la masa fundamental se Costa Rica Electric Light and Traction Com­ pocos y en l~ secciones estudiadas se pue' pany, y que fué levantado por los ingenieros considerar que ocupan un quinto de F. Gutiérrez B., J. Palmer y E. Silva, y comple­ superficie total. Por la estructura la roca tado con los planos del Ferrocarril al Pacífico. puede considerar porfídica entre holocristali1 Aunque dicho mapa carece de líneas de nivel, y pilotaxítica. El componente leucocrático como se requiere para dar una idea mejor de un feldespato triclínico que se presenta macl la relación entre la topografía y la geología, do con geminación polisintética !amelar. De tiene especificadas un buen número de altu­ observación de varios cristales cortados pe ras, por medio de las cuales se facilita su in­ pendicularmente a 010 y a 100, resulta q terpretación. la plagioclasa tiene un 50-60% de anortita, que nos indica tratarse de labratorita. S1 * * * muchos los casos en los cuales se presenta u estructura zonal, evidente especialmente en 1 APENDICE N9 1 formas de cristales de mayor tamaño. El cui zo falta completamente. Descripción de ejemplares de las rocas de los Los componentes melanocráticos se veo d Montes del Aguacate, examinadas por el Pro­ tribuidos en la masa fundamental pero con fe fesor Esper S. Larsen. (Tomadas de Crosby, mas de tamaño muy reducido. Op. Cit.). Un espécimen de un tajo de un cerro en el 2. Tipo oscuro, compacto. límite de la Meseta Central cerca de San Ra­ món es un basalto de grano fino, vescicular, Peso específico 2.61. casi negro. Contiene cerca del 20% de feno­ Pasta fundamental más oscura que en la p. cristales, principalmente tabulares de bitownita­ cedente con micrilitos diminutos aunque mej anortita (Ao. 90) mayores de 2mm. de longi­ diferenciados. La masa vítrea es mejor difen tud, y algo de augita, en una masa fundamental ciada que en el tipo claro, pero siempre m hecha de tabletas de bitownita, augita y granos inferior a la cantidad de los microlitos; REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE . COSTA RICA 323

~ntre las rocas del Aguacate y las rocas sedi­ taban unidos. Por lo menos la sedimentación mentarias es asimismo muy importante, como hasta el Mioceno Medio inclusive, y la orogé­ también lo es la localización de la época en nesis e intrusión en el Mioceno Superior, pa­ que ocurrió la intrusión de los Cerros de Escazú. recen haber sido semejantes en la parte oeste Otros puntos todavía no bien resueltos son del país, en la cual queda incluída la zona cu­ los referentes a la actividad volcánica y a la bierta por esta tesis. procedencia de las lavas, algunas de las cuales Hasta aquí se han considerado sólo los se­ deben proceder más bien de grietas que de dimentos, sin tomar en cuenta las rocas del conos volcánicos. Sin embargo, con los datos Aguacate, de mayor edad. Como se dijo al que poseemos y las referencias de los autores tratar de ellas, Schaufelberger las consideraba consultados, pueden esbozarse las líneas prin­ como de principios del Cenozoico, y Schuchert cipales de la historia, sin que sea en forma los sitúa como anteriores al Eoceno Superior. definitiva, pues esto podrá hacerse únicamente Sin ponerlos como pertenecientes a ninwn pe­ cuando todas las dudas sean aclaradas y se re­ ríodo por no estar eso aún bien claro, sino suelvan los problemas pendientes. simplemente como más antiguos que las rocas Crosby considera, aparentemente basado en sedimentarias, puede fundamentarse esta ase­ Lohmann, que durante el Oligoceno y el Mio­ veración tomando en cuenta que éstas están ceno Inferior, dicha área estuvo sumergida, en gran parte formadas por materiales de ori­ formando una unión entre los océanos Pací• gen volcánico, cuya procedencia lo más posi­ fico y Atlántico, y que en el Mioceno Medio ble es de las rocas del Aguacate. ocurrió una elevació de los sedimentos que Es de suponer que, durante la orogénesis, en los anteriores períodos se formaron en el las rocas del Aguacate también estuvieron su­ mar. Por la evidencia que nos da el Carcharodon jetas a movimientos y fracturas, lo que per­ megalodon, debe extenderse el tiempo de se­ mitió la formación de otras rocas sobre ellas, dimentación y por lo tanto la permanencia de tales como los filones de basalto citados. Vino esos sedimentos bajo el mar, hasta el Mioceno luego un período de erosión, durante el cual, Medio (Gatún), colocando entonces la emer­ estando ya formados los Cerros de Candelaria, sión de ellos en el Mioceno Superior. Puriscal, y los del Aguacate, la cuenca existen­ Lo anterior coincide con la opinión del Dr. te buscó un drenaje por los cursos que hoy si­ Gabb, quien consideró que Costa Rica emer­ guen en parte los ríos Virilla y Grande. gió después de la sedimentación del Mioceno. Cuando se inició la actividad volcánica que Schuchert, basado en Olsson, sitúa en el Mio­ originó la Cordillera Central, vino la corriente ceno Superior la separación de los océanos, lávica que corrió sobre los sedimentos. Esta debida al diastrofismo que causó la salida de corriente fué la que hizo que el río Virilla los sedimentos fuera del mar, lo que resultó y posiblemente también el Grande y el Ci­ en la formación de una gran parte de Costa ruelas, cambiaran sus cursos, como se explicó Rica. La propia opinión de Olsson es que, al en páginas anteriores. La misma lava debe 'ha­ final del Mioceno Inferior, la porción este de ber servido para formar acumulaciones de aguas Costa Rica emergió, pero volvió a sumer­ al interrumpir los cursos de los ríos, permitien­ girse, después de corto tiempo, sedimentándose do que las cenizas y demás detritus volcánicos entonces discordemente las formaciones del Mio­ procedentes de la continuación de la actividad ceno Medio, siendo en el Mioceno Superior eruptiva, se sedimentaran en aguas tranquilas que Costa Rica y Panamá estuvieron sujetas a en algunos lugares, y subaéreamente en otros, orogénesis, ocurriendo también en este perío• modificando la topografía al rellenar las irre­ do la intrusión. (En este caso se refiere a gularidades del relieve. las rocas intrusivas de la Cordillera de Tala­ La actividad volcánica según el Dr. Dóndoli, manca). se inició al final. del Plioceno o al principio Si bien Olsson hizo tal consideración basado del Cuaternario (Pleistoceno), cuando se for­ en la geología de la región atlántica, parte de mó la Cordillera Central. Según Hill, la activi­ lo que él supone debe haber ocurrido también dad volcánica vino después de las deformacio­ en la porción occidental (Pacífica) de Costa nes ocurridas al final del Mioceno y que con­ Rica, ya que se toma como punto de partida tinuaron en el Plioceno, y estuvo precedida por el principio general de que ambos océanos es- la intrusión. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA 321

Sin estar capacitados ni suficiente documen­ Garita encontramos otra roca parecida a las tados para contradecir a Crosby, creemos que anteriores, también en el fondo del Río Grande. los pliegues ocurren en una forma bastante irre­ gular y que se necesita mayor tiempo en el ROCAS PIROCLASTICAS campo para poder destacar sus relaciones de yacimiento, pues encontramos, en lugares cer­ La toba, o tobas volcánicas, pues es pro­ canos, los estratos en posiciones muy variadas. bable que no sea una sola, ocupan una gran Algunas de las posiciones que tomamos, ex­ extensión Je la Meseta Central, principalmente ceptuando las citadas son: cerca de la represa en la zona media. La hemos observado y es­ de la Planta de Las Ventanas: D. N. 4511 E, tudiado desde San José hacia el oeste en mu­ I: 25~ NW. Un poco al oeste del punto an­ chas partes, apareciendo en el mapa que acom­ terior: D; N 301' W, I: 25 SW. Cerca de la paña esta tesis en una zona considerable. Nues­ quebrada de La Cañada: D: N 3011 W, I: tras primeras observaciones las hicimos en Pa­ 20-251> W. Puente de Quebrada Honda (entre vas, continuándolas en Electriona, luego en Villa Colón y El Rodeo): D: N 70.., W, I: Turrúcares, Las Ventanas, La Garita, Cebadilla, 26 S. Puente de Piedras Negras: D: N-S, I: Río Grande, etc. La conocida "Piedra de Pa­ 251' W. Estos datos parecen indicados en el vas'', muy usada en diferentes trabajos y cons­ mapa. De las formaciones anteriores sedimen­ trucciones desde hace mucho tiempo, no es más tarias a que nos hemos referido damos datos que esta toba, que cubre casi toda la extensión generales que en relación a lo que se necesita de ese lugar, si se exceptúan unos pequeños saber de ellas para un estudio completo, resul­ cerros pertenecientes a la formación sedimen­ tan ser pocos, pero dan una idea buena para taria. Una característica de esta roca es que cuando se pueda tratarlas en detalle. ocupa extensiones muy planas por lo que, en lugares como la planicie de Ciruelas, donde OTROS SEDIMENTOS en muchas partes no hay rocas en la super­ ficie, no se sabe con certeza si lo que hay Hay otros sedimentos aparte de los que aca­ es toba o bien es la colada de lava que en bamos de referir. Entre ellos tenemos en pri­ esa región existe. Lo mismo pasa por ejemplo mer lugar por su importancia las tobas mencio­ entre Turrúcares y La Garita, pues en ambos nadas ya en varias partes, que serán tratadas Jugares se encuentra Ja toba, pero si se reco­ más adelante por separado, sedimentos aluvio­ rre el camino que los une, se halla la lava, que, nales de poca extensión que existen en algunos por existir sólo en bloques, no puede ser bien lugares, y unas rocas sedimentarias que se en­ delimitada. Lo mismo ocurre al seguir el ca­ cuentran en el cañón del río Grande. Estas úl­ mino Alajuela-Ciruelas. timas están formadas por varias capas de ma­ El Dr. Schaufelberger en su trabajo, "La teriales variables, desde conglomerados y arenas Meseta Central Occidental" tiene una relación gruesas hasta areniscas finas. Fueron estudiados muy buena sobre la roca en cuestión, mar­ por Romanes, y se observan en la región de cando su extensión en varios puntos de las Cebadilla, sobre las Andesitas del Aguacate provincias de San José, Heredia y Alajuela. y bajo la toba. Parecen ser formados por el El aspecto de la toba es variable en los dis­ mismo río, el cual ahora los corta, por lo que tintos lugares; por ejemplo en Pavas, se pre­ las colocamos aparte de los sedimentos de senta con una matriz gris formada de cenizas origen marino. Tienen en total un espesor de que encierran bloques subangulares oscuros, unos 30 metros y están dispuestos horizontal­ pumíticos, algunos de ellos mayores de un decí• mente. En ellos hay mucha ceniza volcánica metro, siendo el término medio de su diá­ y no son muy coherentes. En algunas muestras metro 5 centímetros. En algunos puntos tales encontramos diatómeas pero en escasa cantidad. bloques existen en mayor cantidad y dan a Por este último dato, parece que tales rocas la roca un color más oscuro; esto se ve en un están relacionadas en origen con otras existen­ tajo que hay cerca del río Torres, en la La tes en el valle del Río Grande en la región Caja. En apariencia más uniforme, siendo su de San Ramón y , formadas por dia­ color gris claro. Al norte de la Estación del tómita y cenizas volcánicas, y depositadas en Ferrocarril en Turrúcares, hay un tajo en la aguas tranquilas, posiblemente lacustres. Cerca toba, siendo las características de ella ahí las del puente en el camino de Atenas a La siguientes: el color general es gris claro, va- 320 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA de granulación más gruesa, encima de la cual perteneciente al Mioceno Medio. Fué encont hay un conglomerado no tan oscuro, con gra­ do en un lugar sobre la Quebrada La Cañac nos redondos cementados por materiales ricos cerca de donde ésta se une al Virilla. Más tat en carbonato de calcio. Las tres capas presentan nosotros con los compañeros don Herb conchas fósiles o impresiones de ellas. En el Nanne y don Mario Gutiérrez, hicimos Tajo Negro se ve claramente que los sedimentos cuidadoso recorrido de ese lugar, sin poc presentan estratos con granos de diferentes ta­ encontrar ningún otro fósil. maños en series repetidas, habiendo ahí are· En el Cerro de los Al faro ( 680 m.) al sur niscas calcáreas oscuras y otras arcillosas mora· Turrúcares, don Anastasio Alfaro encont das, colocadas sobre un conglomerado con tin· entre otros fósiles, un ejemplar de Pecl tes morados y verdosos, rico en zeolitas y cal· jeffersonius, que existió durante los períoc cita. Evidente es que durante la formación de Oligoceno y Mioceno. estos estratos, hubo una repetición más o menos periódica de las condiciones de sedimentación, lo De otro de los Cerros de Turrúcares, el que resultó en la sucesión de series repetidas ñor Carlos L. Norza, nos trajo dos ejemp de materiales finos y gruesos, siendo esta la res del género Pecten y uno del género Con. explicación de su variación vertical. Además además hay en la colección del Departamer es posible que estos estratos hayan estado su­ Nacional de Agricultura un ejemplar del ¡ jetos a acción hidrotermal, lo que determinó su nero Amusa traído también por el señor Nor enriquecimiento en zeolitas y la cristalización de Según las citas que se hacen del Dr. Lohmar la calcita. él consideró todos estos sedimentos como ~ En una forma similar se encuentran los se­ Oligoceno y Mioceno, pero tomando coi dimentos en la región de El Brasil, donde pu­ base la citada arenisca que pertenece al M dieron observarse bien las alternaciones de los ceno Medio (Gatún de Costa Rica y Panam materiales finos y gruesos. Ahí estos sedimen­ ya que el Carcharodon megalodon es un f( tos se extienden hasta el río Virilla, y según característico de ese período, podría deduci Romanes, la sucesión en este lugar es, de arriba la edad relativa de las otras rocas. En los se hacia abajo: margas amarillas, aglomerado tos­ mentos hay fragmentos de rocas volcánica! co, cenizas fosilíf eras y un aglomerado ma­ algunos son ricos en cenizas, lo que indica e zico, e indica también que en la presa el buza­ se formaron a partir de materiales de tal orig miento es 3511 al N. Esto permite suponer que las rocas volcáni En otras partes, continuando hacia el oeste, del Aguacate sean más antiguas que las se: se ven diferentes estratos, pero por no ser las mentarias, tomando en cuenta que posibleme obsernciones continuas en muchos puntos, si­ los materiales de origen volcánico que forn no dispersas, la sucesión estratigráfica no pudo parte de éstas, procedan de aquéllas. Las ro establecerse, y no ha sido hecha en ninguno de sedimentarias fueron luego plegadas dura los estudios precedentes. Sin embargo, en ella períodos de orogénesis, formándose los Cer hay principalmente calizas, areniscas calizas y ar­ de Candelaria, Bustamante, Turrúcares y der cillas, además de los conglomerados antes men­ lugares originados en esta forma. De esos I cionados. Uno de los estratos que hemos visto gamientos resultó que ellas se encuentran aflorar en más partes es una arenisca negra, de tualmente inclinadas y falladas, siendo dif granulación fina, a· veces muy fina, muy bien verlas en posición horizontal. cementada por abundante cantidad de carbo­ De la observación de que desde la región nato de calcio. ~De ella pueden observarse bue­ Las Ventanas al Puente de Piedras Negras nas exposiciones en la Quebrada Honda, entre estratos buzan en el sentido de la corriente Villa Colón y el Rodeo, lo mismo que en varias río Virilla, y que hacia el lado de El Brasil partes del río Vírilla, en la zona de la Planta tán inclinados contrariamente a la corriei de Las Ventanas, y en el camino de Turrúcares Crosby supone que exista ahí un anticfo a Piedras Negras, especialmente cuando se cru­ cortado por el río, y que las rocas que se za aquel mismo río. ponen hacia el centro (Zona de Las Ventan; Es en esta arenisca calcárea negra donde el sean más antiguas por estar en la cresta Dr. Dóndoli encontró hace algún tiempo un anticlinal, mientras que la -serie expuesta diente fósil de una especie de tiburón hoy día El Brasil, colocada en un franco de aquel, extinguida, llamada Carcharodo~ megalodon, por lo tanto de origen más reciente. 818 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA contacto y relación son evidentes en el canon res a su deposición, por lo que muy fácilmente del río Virilla, y aunque en ninguna parte vi­ se confunde en apariencia con la lava. Algo pa­ mos una zona definida de contacto entre la recido ocurre en el río Grande cerca de Ceba­ toba y la lava superior, en algunos lugares la dilla, donde la toba es muy rica en vidrio topografía presenta indicaciones de que esto volcánico negro (obsidiana), siendo su seme­ sea así. Bajando al río Ciruelas, cerca del puen­ janza con la lava mayor aún, y es así como te del camino que conduce al poblado de La Romanes la considera como una lava realmente, Guácima, se ve en el fondo del río una toba sin diferenciarla de la lava que ahí se encuen- oscura dividida en columnas, como la que se tra expuesta en la superficie. · encuentra en Las Ventanas, por lo que se pue­ Las andesitas del Virilla son de diferentes de suponer, tomando eso como base, que ella coloraciones, existiendo algunas muy oscuras y esté bajo la lava de esa región, pues se debe otras bastante claras, lo que denota una dife­ descender varios metros en el cañón del río, rencia de acidez. En su textura hay ejemplares que cerca de ahí se inicia, para poder encon­ perfectamente porfídicos, mientras que otros son trarla. de grano más fino. También en partes son poro­ Suponiendo que sea la última condición la sas y en otras perfectamente compactas. existente, debemos tratar primero de la que El tunel que conduce el agua de la represa hasta ahora hemos llamado corriente inferior de de Las Ventanas a las casas de máquinas, fué lava y que puede denominarse mejor como hecho en casi toda su longitud dentro de las andesita de Las Ventanas o de · El Virilla. Esta andesitas del Virilla. Ahí nuestro profesor Dr. es una corriente lávica de una extensión grande Dóndoli y el compañero de estudios don Her­ y de bastante espesor, pero está en su mayoría bert Nanne, hicieron, en compañía del Ingeniero cubierta por otras rocas. Puede verse a lo largo don Federico Gutiérrez, una serie de observa­ del río . Virilla y en el fondo del cañón del ciones, y de las muestras tomadas, el Dr. Dón• río Ciruelas, cerca de su confluencia con aquél. doli hizo un estudio de laboratorio que nunca En muchas partes el río Virilla sigue su curso trascendió al público, autorizándonos luego para por la línea de contacto entre las lavas y las que incluyéramos algunos de los análisis y de­ rocas sedimentarias sobre las cuales ellas co­ terminaciones petrográficas én esta tesis, ya que rrieron, por lo que es de suponer que antes de ella abarca esa zona. Por no haberse hecho un la existenciá de tales lavas, el río correspon­ estudio similar de las demás rocas que la diente al actual Virilla corría sobre un lecho tesis trata, creímos más conveniente adjuntar de rocas sedimentarias. La corriente lávica vino tales datos al final, en el Apéndice N9 2. desde algún lugar cercano a la actual Cordi­ Ilera Central, fluyendo hacia el sur y oeste, * "' "' sobre las rocas sedimentarias, haciendo variar el curso del río y retirándolo hacia el sur, La otra lava, la que constituye la considera­ hasta el límite donde actualmente comienza a da como corriente superior, tiene una forma verse la formación sedimentaria, que constituye peculiar de encontrarse, no se ve una corriente los Cerros de Puriscal y continúa al sur por continua, sino bloques sueltos, a veces en gran los de Bustamante. En otra parte la -corriente cantidad y muy a menudo ~n acumuladores se detuvo al encontrar los Cerros de Turrú­ formando montículos, unos de ellos de gran cares, también sedimentarios, y por este tra­ amplitud. El aspecto de las rocas de la colada zado de. contacto entre ambas clases de rocas, lávica es oscuro y bastante variado, pues pre­ excavó el río Ciruelas su cañón. senta diferentes tonalidades y coloraciones, ade­ Las andesitas del Virilla tienen un espesor más de variaciones estructurales. Hay bloques grande, como se puede ver en varios puntos, por compactos y otros porosos, con poros de dife­ ejemplo en el Brasil y en Las Ventanas, y se rentes tamaños, observándose hasta estructura presentan a menudo fisuradas en columnas pris­ escoriácea. Sin embargo todas éstas, no son máticas. más que variaciones de un tipo general ande­ Es bueno indicar también que las tobas que sítico. se encuentran sobre esta lava, y que muy bien La forma peculiar de presentarse en bloques se ven en Las Ventanas, tienen también una puede tener su explicación en el hecho de que fisuración prismática, bastante parecida a la se solidificó teniendo un espesor variable, de­ anterior, debida tal vez a fenómenos posterio- bido tanto a las irregularidades. de la supcrficie REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA 317

pecto, se nota que las relaciones de estas rocas En Costa Rica existen, ocupando extensiones volcánicas con las formaciones sedimentarias muy grandes, otras rocas de origen volcánico del sur del Virilla aun no están claramente en las que dominan andesitas y tobas antiguas, establecidas, y en nuestro trabajo de campo no y que aparecen profundamente alteradas. Ellas nos fué posible precisarlas. Bajando desde Ce­ se ven, por ejemplo, al sur de Cartago en la ruta hi.dilla al Río Grande se encuentran sobre las de la Carretera Panamericana. Es muy posible andesitas unos sedimentos, los que fueron bien que estas rocas y las del Aguacate tengan una descritos por Romanes, pero es nuestra opinión relación bastante estrecha no sólo en cuanto a que tales sedimentos son más -bien locales y de origen sino también en su edad. poca extensión, como luego se expondrá, y por De las rocas del Aguacate existe una deter­ lo tanto no han de tomarse para hacer una con­ minación petrográfica hecha por el Profesor sideración general. El mismo Romanes abservó Larsen (ver Crosby), en la que se refiere a un las rocas volcánicas del Aguacate en el fondo basalto y dos andesitas procedentes de los tajos del río en varios puntos, lo que nosotros pu­ mencionados de La Cima y Dantas, cuya tra­ dimos corroborar, y en algunos lugares se ven ducción induímos como Apéndice N9 1. claramente lós esferulitos de calcita que él menciona y que se han formado sobre la roca. ANDESITAS DEL VIRILLA, Las andesitas del Aguacate muestran una CffiUELAS, CEBADILLA, ETC. gran variedad en su naturaleza y tal vez sea más correcto denominarlas colectivamente rocas Como puede verse en el mapa adjunto, del Complejo Volcánico del Aguacate, como hay una área extensa y bastante plana, ocupada lo hace Schaufelberger, pues aunque predomi­ por rocas efusivas andesíticas, desde la Esta­ nan las andesitas con variaciones de estructura, ción del Ferrocarril en Nuestro Amo hasta la también se encuentran asociadas con ellas otras de Cebadilla, la que continúa hacia el sur hasta rocas. Por ejemplo, digno de mencionarse es cerca de la Planta Hidroeléctrica de las Ven­ el hecho de que, atravesándolas en varios pun­ tanas por un lado y hasta los Cerros de Turrú­ tos, se encuentran basaltos, los que fácilmente cares por otro. Además, como también se se destacan por su poca o menor alteración. indica en el mapa, la parte inferior de la pared Esto ocurre en el Tajo de la Cima, entre San del cañón del Río Virilla en su margen de­ Ramón y Palmares, y posiblemente el Tajo de recha, la forma otra lava andesítica que existe Dantas esté en una condición similar. En el desde la Planta de El Brasil hasta la de las área que cubre este estudio se observaron ba­ Ventanas. saltos al sur de Cebadilla en un pequeño aflo­ Con respecto a estas lavas, separadas por ramiento, y por el camino de Río Grande a las tobas mencionadas antes en la relación ge­ La Garita. Por este mismo camino, muy cerca neral, se ha pensado en dos posibilidades en del puente de La Garita se halla un dique cuanto a su manera de yacer. Una es la que grande de una roca holocristalina porfídica que supone que se trata de una corriente única, muestra cristales grandes de augita en una ma­ la que en la parte superior aparece porosa y triz un poco alterada, y que pertenece a un en la inferior compacta, y que la toba la cubr~ tipo básico, aparentemente gábrico. Observamos sólo parcialmente, habiendo sido acarreada por también en ese camino, al comenzar a descender la erosión en algunos lugares, y quedando hacia el río, una roca negra muy dura y con un en ellas la lava descubierta. lustre peculiar, evidentemente metamórfica; pero La otra explicación es que se trata de dos las condiciones externas del lugar no nos per­ corrientes por lo menos: una inferior que co­ mitieron saber en qué relación está con res­ rrió sobre las rocas sedimentarias, como se pecto a las otras, ni la 'pudimos observar en observa a lo largo del río Virilla, cambiándole ninguna otra parte. La citamos aquí pues es a éste su curso, encima de la cual se depositó de interés que se pueda llegar a estudiar con la toba, y luego otra lava que corrió sobre la toba detenimiento el lugar que ocupa. y que aparece en la superficie del terreno en Las rocas del Aguacate tienen una extensión Nuestro Amo, Ciruelas, Cebadilla, etc. grande hacia el lado de San Ramón y hacia Según Crosby y Schaufelberger, la segunda el de Esparta, lo mismo que al sur, hacia Tu­ de estas posibilidades es la condición real, y rrubares. Los Cerros de los menciona nosotros estamos inclinados a pensar que así Crosby como formados por ellas. sea, ya que entre la lava inferior y la toba, el 316 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA por los ríos, h:i dejado visible en algunas par­ Ciruelas siguen en líneas generales los trazos tes, la toba subyacente, a la vez que los bloques de estos contactos. Estas lavas deben corres­ más resistentes de la misma lava han queda­ ponder a varias corrientes, y es posible, que do en la superficie, a manera de "mar'', lo exista una inferior, de espesor grande y rubierta cual constituye una característica de la planicie por tobas, y otra más reciente, superficial. En de Ciruelas, y t!e todos aquellos lugares cu­ ciertas localidades se encuentran además ex­ biertos por la lava. Esta corriente lávica en su puestos diques de basalto que atraviesan tanto movimiento hacia el sur se detuvo cerca del las andesitas del Aguacate como los sedimentos. cañón del río Virilla, y es por este motivo que Los cerros de Puriscal, al sur del río Virilla aparece de nuevo la coloración parda, pues y los Cerros de Turrúcares, al sur de la pobla­ el suelo se ha originado allí sobre la toba, al ción de este mismo nombre, están constituídos igual que en Pavas y lugares relacionados. por rocas sedimentarias, aparentemente perte­ Por otro lado, debe también hacerse notar necientes a una sola formación. que para los lugares situados en el oeste, los En muchas partes hay rocas sedimentarias determinantes del factor de Lang, le dan a éste piroclásticas recientes, de mucha importancia un valor bajo, cercano al correspondiente a por la extensión que cubren y por la posi­ suelos amarillos, rojos y lateritas, pues consi­ ción que ocupan. Son las tobas, que cons­ derando la precipitaciqn de un año en Turrú­ tituyen la roca madre de gran parte de los cares y en Atenas, ésta ha sido respectivamente suelos de la Meseta Central, y cuya apa­ de 1407 y 1688 mm., y asignándoles a ambos riencia exterior es muy uniforme en color y lugares una temperatura media anual aproxi­ textura. Yacen estas tobas sobre varias de las mada comprendida entre 24 y 26 C., el factor otras rocas mencionadas, principalmente sobre es el siguiente: para Turrúcares fluctúa entre las lavas. Además están cubiertas en parte por 61 y 54; para Atenas entre 70 y 62. Quiere una última corriente lávica. decir esto, que en Turrúcares y probablemente en lugares situados más al oeste, existe ya la po­ ANDESITAS DEL AGUACATE sibilidad de originarse suelos rojizos como efec­ to del clima. Las rocas así denominadas por formar los Montes del Aguacate se encuentran, dentro * * * del territorio abarcado por esta tesis, única­ mente en su porción occidental, al oeste del CONDICIONES GEOLOGICAS Río Grande. Pudimos observar afloramientos y expostClO· GENERALIDADES nes de ellas en algunos puntos, por ejemplo, en el camino que conduce de la población de Río Los principales elementos geológicos son de Grande al puente de La Garita; también en la origen diverso; se encuentran tanto rocas erup­ vía del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico, en el tivas como sedimentarias. Entre las rocas erup­ kilómetro 39, donde un afloramiento grande tivas aparecen unas de tipo andesítico, bastante aparece y puede observarse hasta el fondo del alteradas, que constituyen el cuerpo principal río, cerca del lugar en que pasa el acueducto de de los Montes del Aguacate y cerros vecinos, Puntarenas. Ahí pudo verse claramente el con­ las cuales han sido denominadas en diversos tacto de las andesitas con la toba que en mu­ estudios, como "Andesita del Aguacate". chos lugares la cubre. Otras rocas de tipo andesítico, más recientes Estas rocas, que se encuentran casi siempre que las anteriores, cubren una gran extensión altamente alteradas, se consideran como de las de la planicie de San Rafael de Ojo de Agua, más antiguas de Costa Rica, y es así como el Dr. Ciruelas y Nuestro Amo, y están relacionadas Schaufelberger las coloca en sus "Tablas Estrati­ posiblemente con el principio de la actividad gráficas", como la base sobre la rual se apoyan volcánica actual. Estas rocas fluyeron desde la otras rocas más recientes, y la refiere a los co­ Cordillera Central en dirección W y S, apoyán~ mienzos del Cenozoico. También Schuchert las dose hacia el sur y sudoeste en las rocas sedi­ cita como la base en que se sobreponen las mentarias de los cerros de Puriscal, y hacia el formaciones sedimentarias posteriores, y las re­ oeste, en los cerros de Turrúcares y en los Mon­ fiere como anteriores al Eoceno Superior. Sin tes del Aguacate. Los ríos Grande, Virilla y embargo, de los estudios consultados al res- REVISTA OE lA UNIVSR$10AO DE COSTA RICA 815

El clima que predomina es el de la Meseta 91 y suelos pardos y la reg1on del Pacífico, Central, pues la zona comprende su porción cuyo factor es 77, con suelos también pardos. sud-occidental, con dos estaciones bien definidas Creemos sin embargo, que en determinados en las que la precipitación es nula y máxima lugares, el factor puede descender más, hasta respectivamente en una y otra. A esta distri­ menos de 60, a lo que han de corresponder bución de las lluvias está sometida la Meseta suelos amarillos, rojizos y lateritas, como real­ Central y la región del Pacífico. En el- extremo mente se presentan en algunos lugares, y tal occidental la condición climática se relaciona como lo haremos notar en breve. con la del Pacífico, lo cual se manifiesta en Con respecto al suelo, nos hemos acupado un awnento de la temperatura media anual. Esta principalmente en lo que se refiere a su co­ es en la Meseta Central de 219 C. y en le Pa­ lor y a las causas de la variación del mismo, cífico de 279 C., en tanto que en la zona abar­ habiendo podido en parte establecer que la cada por nuestro estudio está comprendida roca originadora del suelo ha tenido su in­ entre ambos límites, desde unos 229 C. hasta fluencia decisiva, o por lo menos la tiene 269 C., en el sentido este oeste. La precipitación actualmente mientras el clima no se constituya sufre asimismo ciertas variaciones de mayor en el factor predominante. Lo dicho anterior­ a menor en ese mismo sentido, según hemos mente vale para los suelos originados sobre podido establecer de los pocos datos disponi­ lavas más recientes, y _!='Uya extensión es con­ bles, a la vez que las observaciones en algunos siderable en la zona estudiada. En efecto, la lugares comprenden muy pocos años. En Ala­ diferencia entre un suelo al oeste de San juela, en La Uruca (finca La Caja), en San José y los de Ciruelas o Turrúcares es bas­ José, se hallan los valores mayores de preci­ tante notoria. El primero posee una coloración pitación, es decir, en aquellos lugares que deli­ parda muy regular, apreciable en Pavas, La Uru­ mitan la zona por el este y noreste, en los ca, Heredia; el segundo es rojizo, caracterís• que tenemos respectivamente los siguientes pro­ tico de la planicie de Ciruelas. Además, aqué­ medios por varios años: 2465 mm, 2160 mm, llos se hallan distribuidos en los alrededores 1932 mm. El valor de la precipitación dismi­ de San José, Pavas, La Uruca, Heredia, etc., nuye en Nuestro Amo, con un promedio de éstos comienzan a observarse hacia Ciruelas, 1810 mm (del año 1896 a 1901 fµ~ de para continuarse en dirección oeste. Hemos en­ 1762 mm.) . De observaciones anuales hemos contrado de nuevo suelos pardos, semejantes a obtenido valores de 1688 para Atenas (año los de Pavas, en la orilla derecha del cañón 1941) y de 1407 para Turrúcares (año 1941). del Río Virilla, cerca de la Planta de Las Ven­ A estos dos factores climáticos les hemos dado tanas, ocupando una .franja más o menos ancha especial importancia por cuanto permiten re­ paralela al mismo curso del río. Dijimos que lacionar numéricamente el clima con el suelo, las lavas han tenido influencia en la variación según los trabajos de Lang, por medio de la del color del suelo, por el hecho de que a precipitación y la temperatura. La.ng ha deter­ los suelos formados sobre tobas corresponde minado que al dividir la precipitación anual de un color pardo, mientras que aquéllos sobre un lugar entre la temperatura media anual, las lavas, son rojizos. Además tomando en se obtiene un valor, llamado "Factor de lluvia", cuenta el factor de La.ng, en general su valor el cual guarda relación con la clase de suelo. está comprendido entre 91 y 77, a lo que co­ Dicho factor alcanza valores superiores a 160 rresponde coloración parda. De modo que la e inferiores a 40. En donde el factor sea 160 o coloración rojiza no la debemos interpretar como más, corresponden los suelos humíferos; entre de causa climática, es decir, no está determinada 160 y 100, suelos negros; entre 100 y 60, sue­ por fuerzas ectodinámicas, sino endodinámicas. los pardos; entre 60 y 40 suelos amarillos, rojos En el mapa de la región, el color amarillo y lateritas; inferiores a 40 corresponden los denota las lavas, el gris las tobas, de modo que suelos de clima árido. en líneas generales, aquel color da idea de la Ya Schaufelberger Había calculado el "fac­ distribución de las tierras rojizas, éste de las tor de lluvia" para varias regiones del país, pardas. Como se ha de detallar más adelante, cuales son lá del Atlántico, cuyo factor es de la referida lava fué constituída por una corriente 166 a lo que corresponden suelos humíferos, que cubrió gran parte de la toba, superficial la del valle del Reventazón, con factor de 100 entonces, formando un manto de espesor muy ' y suelos negros, la Meseta Central, con factor variado, el cual al meteorizarse y al ser excavado 326 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

APENDICE N9 3 Proc. Eight Am. Sci. Cong. 1940. Wash­ ington, D. C. Análisis de las arenas de La Caja, por el DONDOLI, C. Ojo de Agua y sus Alrede­ Dr. Müller, de Heildelberg. Tomados de dores. Bol. Tec. N9 36. Dep. Nal. Agric. Schaufelberger. 1941. Si02 55,27 DONDOLI, C. Visión Rápida Geoagronómica de la Meseta Central. Bol. Tec. N9 45. Ti0 0,15 2 Dep. Nal. Agric. 1943. Fe 0 9,01 2 3 SCHAUFELBERGER, P. Apuntes de Geolo· Mn02 0,77 gía 4. Costa Rica. Imp. Univ. 1931. Al2 03 20,79 SCHAUFELBERGER, P. Historia del Vallt: P2 05 0,55 del Río Grande de Tárcoles. Ciencia, añc Ca O 0,85 IV, N9 27. 1932. MgO 0,18 SCHAUFELBERGER, P. Geología de San Ramón y sus Alrededores. Ese. Costarric. Na2 0 9,64 año 11, N 9 9. 1933. K20 3,64 SCHAUFELBERGER, P. Un Estudio Geoló· H2 0 0,41 gico sobre la Meseta Central Occidental Rev. Inst. Def. Café. N9 2. 1935. BIBLIOGRAFIA SCHAUFELBERGER, P. Algunos datos Me· teorológicos de Costa Rica. Rev. C. N. A A L F A R O, A. Comprobaciones Geológicas. Tomo I, Nos. 3 - 4. 1936. Bol. Fomento, año 1, N9 2. 1911. SCHUCHERT, C. Historical Geology of th~ CROSBY, I. Geology of the Virilla Canyon, Antillean-Caribean Region. J. Willey anci Meseta Central Occidental, Costa Rica. Sons. New York. 1941.