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ESTRATIGRAFIA DE LA CORDILLERA DE LA COSTA, AL SUR DE TALTAL, CflILE: ETAPAS INICIALES DE LA EVOLUCION ANDINA

MANUEL SUAREZ Servicio Nacional de Geología y Minería, Agustinas 785,60 piso, JaSE A. NARANJO Casilla 10465, Santiago. ALVARO PUIG

RESUMEN

La evoluci6n meso-cenozoica de los Andes de y Perú corresponde al desarrollo de un arco magmático con­ tinental, relacionado con la subducci6n de lit6sfera "pacífica" bajo América del Sur. La edad del comienzo de la historia andina ha sido objeto de controversia; algunos autores señalan el Jurásico Inferior, mientras que otros lo ha­ cen en el Triásico Superior. En este trabajo se entregan antecedentes que permiten apoyar la última posici6n. La evoluci6n "andina" en la zona, comienza durante el Triásico Superior con la acumulaci6n de potentes dep6si­ tos aluviales, asocia4os a volcanismo andesítico (las formaciones Cifuncho y Agua Chica). Estas rocas incluyen con­ glomerados rojos, que representan dep6sitos aluviales proximales, probablemente derivados de las rocas metasedi­ mentarias y graníticas paleozoicas, que afloran inmediatamente al oeste. La presencia de este tipo de depósitos po-­ dría sugerir que hubo tectollÍsmo sincr6nico a su depositaci6n. Subsecuentemente, durante los inicios del Jurásico o inclusive a fines del Triásico, tuvo lugar una transgresi6n, mientras la actividad volcánica continuaba intermitente­ mente. Esto fue acompañado por plutonismo, el que también pudo haber comenzado a fines del Triásico. Durante el Hettangiano-Sinemuriano u Aaleniano-Bajociano, se desarrollaron cuencas marinas de intra-arco, donde se depo­ sitaron las formaciones Pan de Azúcar, Posada de los Hidalgo y una unidad de areniscas de color rojo. Durante el Pliensbachiano (o antes) al Bajociano, comienza la erupci6n diacrónica de extensas secuencias de basálticas a dacíticas, conocidas como Formaci6n La Negra.

ABSTRACT

The Meso- evolution of the Andes of Chile and Perú is that of a continental magma tic arc related to eastward of Pacific lithosphere under Paleozoic fore-arc terranes. The timing of the beginning of the Andean history has been the subject of controversy with sorne authors of the opinion that it began in the Early whilst others favour a Late. age. In this paper the latter is supported and new insights in the tectonic environment of that time is given. The Andcan history in this area started during the Late Triassic with the accumulation of thick alluvial deposits associated to andesitic volcanism (Cifuncho and Agua Chica formations). They include conglomerates which repre­ sent proximal deposits probably derived from Paleozoic meta-sedimentary rocks and granitoids exposed immediate­ Iy to the west. The accumulation of tbese alluvial deposits suggests synchronous tectonism in the area. Subsequent­ Iy, during the earliest Jurassic (or even Late Triassic) a marine transgression took place, whilst volcanism associated to plutonism, continued intermittently. Shallow marine intra-arc basins developed during the Hettangian and Sine­ murian (Pan de Azúcar and Posada de los Hidalgo formations) and the Aalenian-Bajocian (red sandstone sequence), whereas extensive basaltic to dacitic -flows started to erupt diachronously during Pliensbachian to Bajocian times (La Negra Formation).

INTRODUCCION

La evolución meso-cenozoica de los Andes de ción de la litósfera oceánica bajo Sudamérica. Esta Chile y Perú es básicamente la histeria de un arco evolución ocurrió en dos etapas principales, dife­ magmático continental, resultante de la subduc- renciadas por el régimen tectónico de la región de

Reflista Geológica de Chile No. 24, p. 19 - 28, 7 [igs., 1985. 20 ESTRATIGRAFIA COSTA SUR DE TALTAL trasarco. El primer episodio transcurrió entre el hecho en las rocas andinas más antiguas, expuestas Triásico Superior y el Cretácico medio, y se carac­ en la Cordillera de la Costa de la región de Antofa­ terizó por cuencas ensiálicas de trasarco en exten­ gasta y se adelantarán consideraciones acerca de sión, mientras que en la segunda fase, que comen­ su paleogeografía. Allí afloran depósitos aluviales zó a partir del Cretácico medio, no se desarrolla­ y volcánicos, asignados al Triásico Superior (for­ ron cuencas de trasarco (e.g. Coira et al., 1982). maciones Cifuncho y Agua Chica), sobreyacidos Uno de los aspectos menos conocidos de la geo­ por estratos jurásicos, que incluyen rocas sedimen­ logía de los Andes es el inicio del llamado Ciclo tarias, frecuentemente volcanoclásticas y lavas Andino (Aubouin et al., 1973; Coira et al., 1982), (formaciones Pan de Azúcar, Posada de los Hidalgo tema que se tratará en este trabajo. Acá se presen­ y La Negra). tan los resultados del mapeo de reconocimiento

DEPOSITOS ALWIALES y VOLCANICOS DEL TRIASICO SUPERIOR (Formaciones Cifuncho y Agua Chica): TECTONISMO y VOLCANISMO AL COMIENZO DEL CICLO ANDINO

Los conglomerados y areniscas rojas con inter­ En la Formación Cifuncho se han reconocido calaciones de rocas piroclásticas ande sí tic as, de la cuatro litofacies diferentes: (A) secuencia roja de Formación Cifuncho, los cuales engranan hacia el conglomerados, areniscas de guijarros y areniscas; sur con brechas volcánicas y lavas andesíticas de la (B) areniscas de color gris-amarillento; (C) calizas Formación Agua Chica (Mercado, 1980; Naranjo, delgadas, en capas de unos 20 cm, con ostrácodos; y Puig, 1984), representan las secuencias mesozoi­ y (D) depósitos volcanoclásticos. La facies (A) es cas más antiguas de la Cordillera de la Costa de An­ predominante y en ella se intercalan las otras. tofagasta (Fig. 1). Estas rocas sobreyacen, discor­ La facies A, en Quebrada Cifuncho (Fig. 1), es­ dantemente, a turbiditas y lavas básicas, deforma­ tá organizada en ciclos de unos 10-30 m de espesor das, incluidas dentro de un conjunto de subduc­ que, en la base, presentan un conglomerado de 3-S ción paleozoico, intruido post-tectónicamente por m de espesor (Fig. 3). Los conglomerados, por lo granitoides del Paleozoico superior (Bell, 1982, general, exhiben bruscas variaciones laterales y 1984). verticales en textura, y fuerte lenticularidad de La Formación Cifuncho está cubierta, en apa­ las capas (Fig. 4). Sobre ellos se disponen capas rente concordancia, por rocas sedimentarias mari­ que, por lo general, son de espesores menores de nas de la Formación Pan de Azúcar, del Hettangia­ ISO m y que incluyen conglomerados y areniscas no y Sinemuriano (Fig. 2). Si bien no se han en­ de grano grueso, con lentes de conglomerados de contrado fósiles diagnósticos en estas rocas, que un espesor equivalente al diámetro de uno o algu­ permitan corroborar esta edad, ellas contienen flo­ nos clastos. Ocasionalmente, se observan paleoca­ ra fósil comparable, en parte, a aquélla presente en nales de hasta 4 m de profundidad (Fig. S). la Formación La Ternera, de edad triásica superior, Los clastos de los conglomerados se encuentran, la cual aflora en la Precordillera andina de Copia­ por lo general, en contacto entre sí (ortoconglome­ pó, unos 1 SO km al sureste del área (Troncoso in rados). En los afloramientos más septentrionales Naranjo y Puig, 1984), debido a lo cual se le asig­ de la Formación Cifuncho, los clastos son fragmen­ na una edad triásica superior. tos subangulares a subredondeados de granitoides,

FIG.2. Mapa Geológico esquemático mostrando las localidades mencionadas en el texto (según Naranjo y Puig, 1984). 1: rocas metasedimentarias (Ordovícico-Devónico); 2: granitoides (Paleozoico superior); 3: granitoides (Jurásico Inferior); 4: granitoides (Jurásico-Cretácico); S: depósitos aluviales y volcánicos, formaciones Cifuncho y Agua Chica (Triásico Superi(}r); 6: rocas sedimentarias marinas (con tobas), Formación Pan de Azúcar (Hettangiano­ Sinemuriano inferior); 7: volcanoclasl'itas y sedimentitas marinas, Formación Posada de los Hidalgo (Sinemuriano inferior); 8, cuerpo dacítico (Liásico); 9: a) lavas basálticas a dacíticas y rocas volcanoclásticas, Formación La Negra (Pliensbachiano-Jurásico Superior), b) capas rojas marinas (Aaleniano-Bajociano(?); 10: rocas volcánicas del Cretácico Inferior; 11: Gravas de Atacama (Mioceno); 12: depósitos aluviales cuaternarios. M. SlIárez . ./.A. Narallj(J.l' A. I'I/;g 2 1

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Area Area de Papo.o Area de Cifuncho Pan de Azúcar

Ju ,á,ica Me- 6 6 6 Formación 6 6 dio a Superi La 6 Il Negra 6 Il 6

o 'roios Aaleniano- 6 6 Copos O Bajociano morinas Il Il FormociÓn La Negra Il Il Il Toarciano Il 6 FIG.2. Esquema de relaciones estratigráficas, regiona- Formación Il 6 les, de las unidades del Triásico Superior-Jurá- Pliensbachiano ¿ hialus ? La Negra sico de la Cordillera de la Costa, región sur de 6 6 y norte de Atacama. Sinemuriano L 1 L 1 L L sup~rtor Formación formación Sinemuriono Pan de Azúcor inf."ior L 1 L 1 L 1 L 1 L 1 L 1 Formación' Pan de Azúcar. Meltongiano 1 L 1 L 1 L 1 L 1 L 1 L 1

o o o TriÓsICO Superior

Paleozoico Bosamento

FIG. 3. Vista típica de los conglomerados de la Formación Cifuncho, en la quebrada homó• nima. Notar la subdivisión en unidades, de unos 10-30 m de espesor, "marcadas" por un potente (3-5 m) conglomerado basal, que destaca en la ladera. M. SUlÍrez, I .A Naranjo y A Puig 23

metareniscas, filitas, cuarcitas, cuarzo y feldespato, conglomerados de abanico aluvial s;.¡giere deposita­ aparentemente, derivados de las rocas paleozoicas ción en una planicie aluvial. Moldes de sal fueron adyacentes, encontrándose, ocasionalmente, clas­ observados en una capa de arenisca perteneciente a tos de milonitas y rocas volcánicas. La participa­ los niveles superiores de la Formación Cifuncho; ción de los componentes volcánicos en los conglo­ así como una capa de 10 cm de caliza negra con merados aumenta de norte a sur y predomina en ostrácodos (Fig. 6)(facies C), intercalada en arenis­ los conglomerados expuestos en los alrededores de cas de la facies A, en los afloramientos de Quebra­ Aguada Jacinto Díaz (localidad 1, Fig. 1). da Cifuncho y que, probablemente, representa a Los orto conglomerados podrían corresponder a los depósitos de un lago temporal. depósitos de flujos de río ("stream flow deposits") Las brechas volcánicas, principalmente andesí• acumulados en la parte proximal de ríos trenzados ticas, y tobas de la facies D, se encuentran interca­ ("braided"), probablemente, en un abanico aluvial. ladas dentro de la facies A. La mayoría de las bre­ Las areniscas se formaron, posiblemente, en un chas son de dastos inmersos en la matriz y están ambiente de ríos trenzados ("braided streams"); formadas por fragmentos andesíticos, que alcan­ mientras que las intercalaciones ocasionales de pa­ zan, en general, a 30 cm de diámetro aunque, oca­ raconglomerados indicarían depositación de flujos sionalmente, llegan a 1 ó 2 m. Son rocas mal selec­ de detritos, también dentro de un abanico aluvial. cionadas y sin estructura interna, que se interpre­ La composición de los conglomerados señala que tan como depósitos de flujos de detritos. El hecho la principal fuente de origen fueron los afloramien­ de que estas brechas volcánicas estén intercaladas tos paleozoicos, expuestos directamente al oeste en conglomerados aluviales, con poco o ningún de los actuales afloramientos de la formación. detrito volcánico, indica que la depositación de La facies B está compuesta por areniscas fina­ las brechas está asociada a volcanismo sincrónico mente estratificadas y de color de intemperización y muy cercano. Las tobas son capas blancas, de gris-amarillento, que se presentan en unidades de 10-20 cm de espesor, y son interpretadas como hasta 50 m de espesor, intercaladas en la facies A, depósitos de caída de ceniza. En una de ellas se en Quebrada Cifuncho (Fig. 1). Su asociación con observaron marcas que podrían corresponder a

FIG. 4. Conglomerado típico de las facies proximal de la Formación Cifuncho, en la que­ brada homónima. Un depósito de flujo de detritos, está bien expuesta arriba del martillo. 24 ESTRATIGRAFIA COSTA SUR DE TALTAL

FIG. 5. Paleoncanal en la Formación Cifuncho, en el lado noreste del camino B-940. Notar el martillo de escala.

FI G. 6. Caliza con ostrácodos. facies C de la Formación Cifuncho en la quebrada homónima M. Suárez, l.A. Naranjo y A. Puig 2S huellas de gotas de lluvia. puede ser la causa de nuevos flujos sedimentarios y La Formación Agua Chica, afloran te al sur de la preservación de los sedimentos de abanico Quebrada Cifuncho (localidad 2, Fig. 1), incluye (Heward, 1982), ya que, si dichos abanicos aluvia­ brechas volcánicas y conglomerados de hasta 20 m les dependieran solamente de una topografía ini­ y una secuencia de lavas andesÍticas de unos 150 m cial erosiva o tectónica estática, se depositarían de espesor (Mercado, 1980). Las brechas volcáni­ tan sólo sucesiones de abanico, relativamente cas son rocas desorganizadas, mal seleccionadas y delgadas, de grano decreciente en la vertical (e.g, con muy poca matriz, con clastos de hasta 2 m de Allen, 1965; Selley, 1965) Considerando lo ante­ diámetro y representarían a depósitos de flujos de rior, las importantes acumulaciones de sedimen­ detritos, probablemente formados en los flancos tos aluviales con arreglos verticales complejos y de un volcán activo. repetición de subunidades, que caracterizan a la La presencia de estos potentes depósitos alu­ Formación Cifuncho (Fig. 3), podrían ser el resul­ viales evidencia un tectonismo de importancia, tado de repetidos movimientos a lo largo de zonas en el norte de Chile, al comienzo de la evolución de fallas (e,g. Stell, 1976; Steel et al., 1977); aun­ andina, durante el Triásico Superior. "El princi­ que no se puede descartar, totalmente, la posible pal requisito para la formación de abanicos (alu­ influencia de eventuales variaciones climáticas re­ viales) es la existencia de tierras altas al lado de currentes. El tipo de las supuestas fallas no se co­ tierras bajas" (Denny, 1967). En muchos casos, noce, aunque es probable que éstas hayan sido de son fallas las que proporcionan el relieve inicial carácter normal o de rumbo (zonas de transten­ que se requiere para su formación y, el movi­ sión), como parece sugerirlo la presencia del vol­ miento tectónico continuado a lo largo de ellas canismo sincrónico a la formación.

CADENA VOLCANICA y CUENCAS DE INTRA ARCO JURASICAS

SECUENCIAS VOLCANOGENICAS MARINAS entre ambas formaciones (Fig. 2). DEL HETTANGIANO y SINEMURIANO (FOR­ La Formación Posada de los Hidalgo está cons­ MACIONES PAN DE AZUCAR y POSADA DE tituida por brechas volcánicas andesÍticas, arenis­ LOS HIDALGO): CUENCA DE INTRA ARCO cas volcanoclásticas con fósiles marinos y lavas an­ desÍticas. Las brechas volcánicas también incluyen La Formación Pan de Azúcar (Fig. 2), de unos fragmentos de concreciones fosilíferas y de rocas 700 m de espesor (García, 1967), es una secuencia sedimentarias de la Formación Pan de Azúcar. La finamente estratificada, con fósiles marinos, del mala selección, la ausencia de estructuras internas Hettangiano y Sinemuriano, principalmente consti­ y el contacto basal erosional, indican la acumula­ tuida por areniscas, tobas, lutitas y calizas. Compo­ ción por procesos de transporte en masa, los que nentes piroclásticos de esta formación, reconoci­ se podrían explicar, tentativamente, por la forma­ dos recientemente, demuestran que la actividad vol­ ción de un aparato volcánico en las inmediaciones. cánica, que empezó a fines del Triásico, continuó a La idea de volcanes activos, durante la deposita­ comienzos del Jurásico (Suárez et al., 1982; Na­ ción de estas rocas, está apoyada por la presencia ranjo et al., en prensa). de un cuerpo dacítico, emplazado en la Forma­ Los estratos del Sinemuriano inferior de la For­ ción Pan de Azúcar, al suroeste de los cerros de mación Pan de Azúcar, que afloran al este de Cerro Buena Esperanza (localidad 5, Fig. 1). Cifuncho (localidad 3, Fig. 1), infrayacen, en dis­ El contacto intrusivo entre el cuerpo dacítico y cordancia de erosión, a las rocas volcanoclásticas y la Formación Pan de Azúcar muestra estructuras lavas de la Formación Posada de los Hidalgo, tam­ que se pueden interpretar como producto de la bién del Sinemuriano inferior. Sin embargo, 30 km fluidez y removilización de los sedimentos (Fig. al sur de Cifuncho, en Quebrada Pan de Azúcar 7), lo cual sugiere que la dacita se habría emplaza­ (localidad 4, Fig. 1), la Formación Posada de los do cuando estos sedimentos aún estaban húmedos Hidalgo no aflora y la Formación Pan de Azúcar (Kokelaar, 1983) y, en consecuencia, la edad de la incluye fósiles del Sinemuriano inferior y superior dacita sería también sinemuriana inferior. Parte del (Naranjo, 1978), lo que sugiere un engrane lateral nivel superior de la dacita es una brecha de hasta 26 ESTRATIGRAFIA COSTA SUR DE TALTAL

FIG. 7. Sección vertical en que se observa el contacto inferior de la dacita con rocas sedimentarias de la Formación Pan de Azúcar. Aquí las capas sedimentarias exhiben contorsión, la que habría sido producida por f1uidización de sedimentos húmedos, causada por vapor de agua generado por calentamiento asociado al emplazamiento de la dacita (Kokelaar, 1983).

80 cm de espesor, con estratificación gradada nor­ son fragmentos posiblemente derivados, en gran mal. Los fragmentos son angulares y la brecha po­ parte, de rocas volcánicas. dría interpretarse como de origen hialoelástico, ge­ Esta unidad elástica, roja, sobreyace a la men­ nerada por la fragmentación durante el contacto cionada dacita al suroeste de los cerros de Buena entre lavas yaguas Suthern, 1984). Debido a Esperanza (Fig. 1). Allí, una brecha caótica, com­ ello se infiere que el cuerpo dacÍtico habría alcan­ puesta por grandes fragmentos angulares (hasta 2 zado la superficie escurriendo sobre el fondo ma­ m) de dacita y con una extensión lateral de 10 m, rino. engrana con areniscas y conglomerados de la uni­ dad roja marina. La brecha de grano grueso puede DEPOSITOS MARINOS CLASTlCOS DE AGUA representar un depósito de colapso, posiblemente POCO PROFUNDA DEL AALENIANo-BAJO­ derivado de un escarpe de falla a lo largo del mar­ ClANO(?): CUENCA DE INTRA ARCO gen de la cuenca marina. En la misma área, capas individuales de areniscas rojas dan paso, a lo largo La secuencia lenticular de areniscas y conglome­ del rumbo y acercándose al contacto con la dacita, rados rojos, de hasta 50 m de potencia y fósiles a conglomerados equigranulares, bien redondea­ marinos, sobreyace, con discordancia de erosión, a dos. Los conglomerados ineluyen fragmentos de la las rocas del Sinemuriano inferior de la Formación dacita infrayacente y también escasos fragmentos Posada de los Hidalgo. Estas areniscas y conglome­ de conchas. Es posible inferir, tentativamente, que rados rojos también se apoyan en la dacita que se la secuencia roja fue depositada en un mar somero emplazó en la Formación Pan de Azúcar, cuando y en las laderas de un domo lávico, que pudo ha­ estos sedimentos todavía estaban húmedos. ber formado una isla(?) durante el Aaleniano-Bajo­ Las areniscas están compuestas, principalmente, ciano. Un ambiente de depositación en una cuenca por fragmentos volcánicos y de feldespato y, sub­ de intra-arco fue sugerido anteriormente para la a­ ordinadamente, de cuarzo con crecimiento secun­ cumulación de estos sedimentos (Naranjo et al, duio; los cIastos están dispuestos en una matriz ri­ 1982). ca en minerales de hierro. Los elastos volcállicos En estas rocas se han recolectado fósiles que in- M. Suárez, l.A. Naranjo y A. Puig 27

dicarían una edad aaleniano-bajociana (Pérez, in 1974; Coira et al., 1982), sin embargo, como se Naranjo y Puig, 1984), lo cual, a su vez, indicaría mencionó previamente, las formaciones Cifuncho, la existencia de un hiatus (Sinemuriano inferior a Agua Chica, Pan de Azúcar y Posada de los Hidal­ Aaleniano) entre ellas y las unidades infrayacentes. go, incluyen rocas volcánicas "andinas" más anti­ guas. La base de esta formación tiene diferentes eda­ ROCAS VOLCANICAS CALCO-ALCALINAS des en diferentes lugares. Lavas andesíticas adscri­ DEL JURASICO INFERIOR A SUPERIOR (FOR­ tas a esta unidad, sobreyacen, con aparente con­ MACION LA NEGRA): CADENA VOLCANICA cordancia, a estratos sinemurianos de la Formación Pan de Azúcar, en el área de Paposo (recuadro, La potente secuencia (~ 5.000 m) de lavas y ro­ Fig. 1) Y a rocas sinemurianas de la Formación Po­ cas volcanoelásticas, andesíticas, basálticas y dacÍ­ sada de los Hidalgo, en la región de Cerros de Bue­ cas, de afinidad calco alcalina (Palacios, 1982) , co­ na Esperanza (Naranjo et al., 1982). Por otra par­ nocida como Formación La Negra, tiene una am­ te, en Cerro Blanco (Fig. 1) Y en Sierra Minillas, plia distribución en el norte de Chile (GarcÍa, 10 km al sureste del área, intercalaciones calcá­ 1967), como por ejemplo, en la zona de Cifuncho. reas y arenosas, de unos 50 m de espesor, contie­ Anteriormente se consideraba que la Formación nen fósiles marinos del Pliensbachiano y Bajocia­ La Negra representaba a los productos del volcanis­ no, respectivamente (Davidson et al., 1976; Na­ mo inicial de la historia andina (Aguirre et al., ranjo, 1978; Naranjo et al., 1982).

CONCLUSIONES

La evolución andina en la zona costera de la re­ podría explicar la cantidad e intensa fragmen­ gión de Antofagasta comenzó durante el Triásico tación del material piroclástico incorporado en la Superior, con la acumulación de potentes depósi• Formación Pan de Azúcar (Suárez et al., 1982). tos aluviales asociados a volcanismo, representa­ A escala local, existe un abrupto cambio del ti­ dos por las formaciones Cifuncho y Agua Chica. po de sedimentación entre la Formación Pan de A­ La acumulación de estos depósitos aluviales su­ zúcar y los depósitos de flujo en masa de la base de giere la existencia de un episodio tectónico sincró• la Formación Posada de los Hidalgo. Este cambio nico. Si bien la naturaleza de éste no se puede pre­ pudo deberse a la formación de un centro volcáni­ cisar, con los datos disponibles, es posible pensar co sincrónico en las inmediaciones, cuya ubicación que pudo haber sido de carácter extensional y/o es difícil de precisar. A pesar de ello, ya Suárez et transtensional (Suárez, 1984). Posteriormente, se al. (1982) indicaron que la Formación Pan de A­ produjo la transgresión marina, a comienzos del zúcar se depositó en un ambiente de intra-arco. Jurásico, continuando la intermitente actividad Finalmente, ocurrieron en el área, las erupcio­ volcánica (asociada a plutonismo) (Suárez et al., nes de las lavas de la Formación La Negra, las que, 1982; Naranjo et al., en prensa). Esta trasgresión en la zona, comenzaron diacrónicamente, al menos del Jurásico Inferior (ariásico Superior?) pudo desde el Pliensbachiano al Bajociano. En esta cade­ haber cubierto algunos de los volcanes activos a la na volcánica se formaron pequeñas cuencas de in­ época, generando erupciones surtseyanas (Koke­ tra-arco, durante el Aaleniano-Bajociano, en las laar, 1983), de magmas más bien ácidos, lo que que se acumularon depósitos elásticos.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece a R. Charrier, K. De Jong, E. Go­ nuscrito original. doy y H. Niemeyer, por la revisión crítica del ma- 28 ESTRATIGRAFIA COSTA SUR DE TALTAL

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