El Cementerio De Los Italianos De Campillo De Llerena Como Lugar De La Memoria
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EL CEMENTERIO DE LOS ITALIANOS DE CAMPILLO DE LLERENA COMO LUGAR DE LA MEMORIA - Álvaro Lombardo Sáenz - Master Interuniversitario de Historia Contemporánea - Universidad de Zaragoza - Curso 2011/2012 - Tutora: Ángela Cenarro Lagunas 1 ÍNDICE 1. Introducción……………………………………………………………… Pág. 2 2. La intervención italiana en la Guerra Civil Española: la creación del cementerio militar de Campillo de Llerena……………………………… Pág. 10 3. La guerra civil y sus violencias en Extremadura y Campillo de Llerena……………………………………………….. ………………… Pág. 29 4. La síntesis simbólica del franquismo………………………………….. Pág. 53 5. Un lugar de la memoria franquista…………………............................... Pág. 62 6. Conclusiones…………………………………………………………… Pág. 86 2 1. INTRODUCCIÓN Era septiembre de 2011 cuando la noticia saltaba a la palestra pública a través de los medios de comunicación. En la provincia de Badajoz, el municipio de Campillo de Llerena adquiría un hueco entre las páginas de varios periódicos gracias a la restauración del conocido como cementerio de los italianos. Por supuesto, este hecho se inscribía dentro del fenómeno social de la llamada recuperación de la memoria histórica, pero con una particularidad: la actuación se llevaba a cabo en relación al bando vencedor, el mismo que, una vez finalizada la guerra, instauró una sangrienta dictadura de cuarenta años e impuso una política de memoria de la guerra civil excluyente con los vencidos. Por tanto, la restauración quedaba en un lugar ambiguo dentro de esa fenómeno que hemos citado de la memoria histórica. Dos eran los periódicos de tirada nacional que se hacían eco de la actuación y se podría decir que, casualmente, ambos eran en aquel momento los situados en los extremos del arco ideológico. Merece la pena introducir aquí sus argumentos para ir cogiendo la perspectiva de la compleja problemática que vamos a tratar. Por un lado, desde una posición de izquierdas, el diario Público dejaba meridianamente clara su postura sobre la restauración al titular el artículo con un expresivo “un cementerio turístico- fascista”1. Las líneas argumentales utilizadas por este diario para valorar la restauración, apoyadas por el testimonio del coordinador del grupo de recuperación de la memoria de la historia social de Andalucía, consisten en hacer hincapié en el apoyo económico que ha recibido la obra, amplio en comparación con lo existente en otras regiones, y en la difícil valoración que se puede otorgar a la actuación, ya turística ya objeto de memoria. De lo que no quedaban dudas era que, de acuerdo con el bando de los allí inhumados, estábamos frente a “un ejemplo de memoria histórica desigual”. Por otro lado, enfrente, el periódico de derechas La Gaceta sacaba a relucir sus posiciones ideológicas no en el titular sino un poco más abajo, en la entradilla, cuando cita que “los brigadistas italianos que lucharon en el bando nacional reciben digna sepultura en un pueblo gobernado por 1 http://www.cgtandalucia.org/Campillo-de-Llerena-Badajoz-Un. Este enlace al sindicato CGT en Andalucía muestra el artículo editado por Público. Utilizo esta dirección precisamente porque, como veremos, CGT de Andalucía y su grupo de trabajo “Recuperando la memoria de la historia social de Andalucía” también formaron parte de la polémica que desató la restauración. 3 comunistas. La remodelación del camposanto cierra heridas”2. Como se puede observar, al más puro hilo del habermasiano concepto de los usos públicos de la historia, un medio de comunicación enemigo declarado de cualquier referencia y/o proyecto que tuviese la más mínima relación con la memoria histórica ponía en práctica en apenas dos líneas los tópicos de ayer (los comunistas como origen de todos los males) y los de hoy (apertura y cierre de heridas), con el objetivo, me imagino, de perpetuarlos en el tiempo. Una benévola y aplaudida acción que indica el camino de la verdadera memoria histórica, según se desprende de la Gaceta, frente a un cementerio turístico- fascista en la versión de Público. El intercambio de papeles era la mejor demostración de que el cementerio de los italianos de Campillo de Llerena no se ajustaba a los cánones preestablecidos para los temas de la memoria de nuestro siglo XX en España. Por supuesto, existían otras versiones no tan rígidas. El diario regional Hoy titulaba, en un tono aséptico y de mezcolanza, “Recuerdo histórico en el cementerio de los italianos”3 y destacaba, dándole voz a los impulsores del proyecto, los objetivos perseguidos e interrelacionados que se buscaban con la obra. Podríamos resumirlo en tres: turismo, contextualización histórica y pedagogía. También El Periódico de Extremadura, con un tono más próximo a la compresión de lo que se ha pretendido con la restauración y una brillante entradilla donde ejemplifica que la muerte no tenía el mismo vestíbulo dependiendo del lado de la trinchera en el que se estuviese, ahondaba en los tres principios citados4. Otras visiones no procedentes del filtro que suponen los medios de comunicación venían a seguir aportando piezas al complejo puzzle de la restauración. El relato más calibrado y ajustado a parámetros no meramente ideológicos procedía de uno de los colaboradores de la obra, el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura5. Allí se desarrolla el informe que contiene la historia del espacio, la contextualización de los hechos y las motivaciones que han guiado la obra de manera 2 http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/politica/politica/%E2%80%9Chabriamos-hecho-mismo- si-los-enterrados-fuesen-republicanos%E2%80%9D-2011?page=1 3 http://www.hoy.es/v/20111009/regional/recuerdo-historico-cementerio-italianos-20111009.html 4 http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/temadeldia/un-cementerio-de-vencedores-para-no- olvidar-a-los-vencidos_638717.html 5 http://www.memoriahistoricaextremadura.es/noticias/restauraci%C3%B3n-del-cementerio-de-guerra- de-campillo-de-llerena-cementerio-de-los-italianos 4 concisa y sintética. Ya hemos citado la crítica formulada desde posiciones de izquierdas, en concreto de la CGT andaluza, que nutría el artículo comentado de Público. Sin embargo, es conveniente acudir directamente a la propia opinión del responsable de ese sindicato en la sección de memoria histórica, cuya crítica se basaba en el uso erróneo de la memoria, al otorgarle un carácter de consumo turístico y en la idea de que lo que realmente se ha llevado a cabo es una reconstrucción, no una restauración, de “un cementerio de la guerra” (no una fosa común de represaliados), todo abrevado por generosas cantidades de dinero público. A esta crítica contundente respondió Cayetano Ibarra, responsable del PRMHEx en la consabida actuación, indicando de nuevo las bases que inspiran el trabajo realizado, que beben de una matriz interpretativa clave: en el momento actual de auge de la llamada memoria histórica, el cementerio de los italianos de Campillo de Llerena supone un giro de tuerca para mostrar desde otro ángulo cómo el bando nacional trató y dignificó a sus muertos mientras los del bando vencido llevan yaciendo desde su fin en cualquier sitio, en cualquier fosa, y su memoria fue vilipendiada para que el olvido acabara el trabajo de las balas. Por utilizar una manida máxima, las comparaciones son odiosas6. Parece evidente que preguntar a quiénes se han hecho cargo de esta restauración y han desarrollado la idea en base a unos principios de dignificación y reflexión histórica en perspectiva, los cuales luego analizaremos, es el camino más corto para hacer un tratamiento del tema lo más correcto posible. Por supuesto, eso se antoja utópico si nos fijamos en las críticas procedentes de la historiografía neofranquista. Ésta, más allá de la complacencia poco informada históricamente, la que consiste en quedarse con lo primero que uno ve sin preguntarse si habrá vetas más profundas, con la que nos deleitaba La Gaceta, tiene en Ángel David Martín Rubio su delegado de campaña en la provincia de Badajoz. Este autor dispone de una prolija bibliografía centrada fundamentalmente en la “represión republicana” en la provincia de Badajoz7 y no desaprovechó la ocasión que le daba la restauración del cementerio para cargar las tintas ajustándose a los lugares comunes de esta corriente, los cuales nunca cambian un ápice 6 La síntesis del seguimiento de la polémica y la contestación en http://www.memorialibertaria.org/spip.php?article1560 7 A modo representativo, MARTÍN RUBIO, Ángel David, La represión roja en la provincia de Badajoz. Madrid, Barbarroja, 1995 o Paz, piedad, perdón… y verdad, Madrid, Fénix, 1997. 5 pero siempre se adaptan a la problemática que toque. Éstos, expuestos en la publicación Religión en libertad8, transitan desde la calificación de la restauración como destrucción (“perder el entrañable carácter aldeano de su origen”), pasando por la táctica que podríamos calificar de “a ver quién se tira más muertos a la cabeza” mediante la referencia a las víctimas de la “represión republicana” en Campillo de Llerena para finalmente rematar contra el proyecto izquierdista del PP extremeño que permite el uso de partidas públicas en actuaciones memoriales sectarias. Como epílogo, era imprescindible una cita de Largo Caballero en 1933 para recordar que la guerra civil no empezó el 18 de Julio de 1936 tras el fallido golpe de Estado sino que la izquierda ya estaba empuñando las armas años antes de esa fecha. Me imagino que Martín Rubio ignora al mayor especialista en la violencia revolucionaria, José Luis Ledesma, cuando explica que, pese al arraigo de las culturas políticas violentas durante la Segunda República, el punto de no retorno que sustituyo los planos discursivos por las armas en el espacio público lo otorgó el golpe militar9. Preguntar, y mucho, a quién ha puesto tiempo, ideas y trabajo en esta labor restauradora ha sido una de las directrices más necesarias para la realización de este trabajo. Desde luego, el tema ha sido mejor enfocado por aquellos medios de comunicación que han cedido más espacio en sus artículos a la voz de los responsables.