Formas Del Parcelario: Su Huella En La Toponimia Menor
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PASCUAL RIESCO CHUECA Universidad de Sevilla. Centro de Estudios Paisaje y Territorio Formas del parcelario: su huella en la toponimia menor RESUMEN toponymes du domaine castillan, une vision générale est proposée sur El parcelario es el bastidor sobre el que se tejen y destejen los paisajes la terminologie populaire du terroir. campesinos. El estudio de su compleja evolución exige aunar técnicas documentales y arqueológicas, sin desdeñar la aportación de la lexico- ABSTRACT logía y la toponimia. Los nombres de lugar alusivos al parcelario refle- Plot shapes as reflected in microtoponymy.- Field boundary patterns jan la percepción campesina; su rica expresividad valorativa transmite provide the loom on which the fabric of rural landscapes is woven la laboriosa génesis del terrazgo. Partiendo de una amplia recopilación and unwoven. Studying their complex evolution requires combining de topónimos del área del castellano se ofrece una visión de conjunto documentary and archaeological sources, without neglecting the con- sobre la terminología popular del parcelario. tribution of such disciplines as lexicology and toponymy. Place names referring to plot shapes provide an inside view of peasant perceptions; the implicit descriptions and assessments contained therein relay in- RÉSUMÉ formation on the origins of field patterns. Drawing on an extensive Les formes du terroir : leur empreinte dans la toponymie mineure.- La data base on toponyms from the Castilian-speaking area, an overview configuration parcellaire fournit la trame où le paysage rural est tissé is provided on the popular terminology of plot patterns. et détissé. L’étude de sa complexe évolution exige la combinaison de techniques documentaires et archéologiques, sans négliger l’apport de PALABRAS CLAVE/MOTS CLÉ/KEYWORDS la lexicologie et la toponymie. Les noms de lieu relatifs au plan parcel- Paisaje rural, parcelario, toponimia, léxico, historia del territorio. laire reflètent les perceptions du paysan; leur riche expressivité trans- Paysage rural, terroir, toponymie, lexicologie, histoire du territoire. met la pénible genèse du finage. Sur la base d’une vaste compilation de Rural landscape, field patterns, toponymy, lexicology, land-use history. I. INTRODUCCIÓN bieron de pasar nunca de ser denominaciones particulares limitadas a una finca concreta, sin que su uso alcanzara a a forma de las fincas es materia reiterada en diver- sobrepasar el ámbito familiar ni llegaran a generalizarse sas monografías lexicográficas y toponímicas, en las como topónimos». Este carácter pre-toponímico ya ha queL se despliega una riqueza expresiva que no recula ante sido mencionado por otros autores. Sanz Alonso (1997, metáforas formales de la más variada especie. El reperto- p. 10) recoge de un informante en Boecillo (VA) la si- rio de denominaciones es extenso y tintado de comarca- guiente declaración: «Hay muchos más [nombres], pero lismo. En un estudio sobre la comarca de los Oteros, en son de trozos pequeños de tierras que pone cada familia León, Morala (1989, pp. 158-169) encuentra hasta veinte para entenderse. Nosotros, por ejemplo, tenemos muchos tipos toponímicos que designan formas de fincas. A pro- que sólo decimos nosotros». No sorprende que en esta pósito de alguna de estos nombres observa: «[…] no de- toponimia afectiva o familiar intervengan poderosamente Ería, 94 (2014), pp. 183-205 184 ERíA tanto hechos anecdóticos ligados a una historia de usos rracín BU; Golpejas SA; Collado CC) aludirá a parcelas difícil de rastrear en su detalle, como asociaciones me- labradas desde tiempo inmemorial. De sentido opuesto tafóricas dictadas por la forma de la finca, que nadie co- son Tierra Perdida (Peñahorada BU) y Panes Perdidos noce mejor en su fisonomía que quienes la han labrado (Badajoz, Solana BA)4. Panes es el nombre antiguo de durante generaciones. Tampoco sorprende que las refe- la mies de cereal, y con frecuencia su uso toponímico rencias pintorescas a la forma y tamaño de las parcelas, remite a tal cultivo5. Es común en Zamora y Salamanca la jocosamente peyorativas, tengan abundante plasmación, voz entrepanado en referencia a prados pequeños (rodi- pues ello entronca con la psicología campesina, dada a llos) rodeados de cultivos herbáceos (también se usó para rebajar recelosamente la importancia de sus posesiones. el barbecho circundado de sembrados). Análoga signifi- Reflexiones similares son aplicables a la toponimia cación tendrá el topónimo Entrepán (Rena BA). alusiva a la organización del terrazgo, el tamaño y la sub- Los descendientes del lat. AGER perviven en el no- división de fincas. Un campo tan plástico como el de la roeste peninsular, especialmente en Galicia, donde el sis- segmentación de la propiedad rural necesariamente es- tema de agras (Calvo, Méndez y Alberto, 2011), local- timula la inventiva denominadora, con ricas variantes mente vilares (CLLG), supone una unidad de cultivo con dialectales. A la complejidad de formas resultante de in- un cierre externo, dividida internamente en hazas o leiras cesantes reajustes de lindes por herencia, cambios de uso abiertas6. Con un gradiente que desciende de oeste a este (viñas que pasan a ser tierras; roturaciones y abandonos), y de norte a sur, perduran derivados toponímicos, con va- trueques, incorporación de franjas comunales, segregación riadas soluciones y apócopes er-, ar-, re- (García Arias, o agregación1, se añaden los efectos de la obligada acce- 1977, p. 273; LHP 224)7: Agro de Moñón (Vega de Val- sibilidad. Para hacer paso hacia las fincas, es preciso abrir carce LE); Agros (Riofrío de Aliste ZA); probablemente caminos o servidumbres, o reservar orillos sin labrar en los El Aro (Torre del Bierzo, Riello, Benavides, Destriana bordes de parcela (anda-boi en Galicia, CLLG): de ahí voces LE), Aro de la Gándara, Aro del Corrillo (Folgoso de como sesmo ‘camino de servidumbre’, en Badajoz (DEXTR la Ribera LE)8. En Igüeña del Bierzo, García Rey (1986, 159), o expresiones como abrir rudera, abrir la estazada p. 78) recoge la voz eiro ‘tierra destinada especialmente o abrir marallu, en la comarca de Luna (LE) (LLA I, 121), al cultivo de trigo y patatas’; en otros puntos del norte y numerosas locuciones similares. Tales servidumbres ori- provincial, eiro equivale al asturiano eru, ería (cf. LLA ginan a veces nuevas segregaciones de parcela. III, 164, 360; DGLA) ‘trozo de tierra cultivado, dividido La denominación de las parcelas es variable según en porciones de distintos dueños y con un cierre único y áreas del castellano2. Pieza es frecuente en la parte orien- común a todas las personas’9. Álvarez Maurín (DAL 156) tal: Piezas Nuevas (Ancín NA); Piezas Largas (Balcon- cita una donación «cum terris et uineis, eiros et pratis» chán Z); Pieza Cerrada (Pancrudo TE); Pieza Redonda (1034 Sahagún), donde se sugiere la distinción tierras/ei- (Albarracín TE). Goza también de hondo arraigo en el noroeste peninsular, como muestran la diplomática me- dieval (DAL 182; LHP 483; García Arias, 1977, p. 279) y 4 Cf. Suárez Zarallo (1999, p. 451). su actual pervivencia toponímica: Las Pezuelas (Riello 5 Las leguminosas, cuyo cultivo puede saltar de unas fincas a otras, reci- LE); Las Pizuelas (Cuadros LE); La Pezuela (Boca de ben diversos nombres, como herbales y serondayas: topónimos Las Zarandajas (Luesia Z), Zarandaja (La Haba BA). En Villacidayo (LE), potajes (Millán, 1966, Huérgano LE); Pezotes (Aldeaseca SA). En la Meseta, p. 53). el término más habitual es tierra, localmente sinónimo 6 Tal sistema es comparable al de las erías asturianas (Torrente, 1982, p. 84; de senara; se sobreentiende el uso cerealístico: un prado, García Fernández, 1988, p. 93). Las llosas tienen significación similar, aunque etimológicamente el énfasis se pone en el hecho de que son porciones de terrazgo una viña o un huerto no suelen fijarse en la toponimia con cercadas (lat. CLAUSA) (Fernández Conde, p. 113). el nombre tierra3. Un topónimo como Tierras Viejas (Sa- 7 Ejemplos en la toponimia de León: Teso los Eiros (Ponferrada); Los Eiros (Congosto, Sta. Colomba de Somoza); Val de los Eiros (Castrillo de Cabrera); Eiro de las Searas (Burbia). En ordenanzas leonesas se hallan referencias a «los agros del pan» (Cabarcos 1740 SPC 247), «tierras, prados y heros» (Montrondo 1 García Fernández (1965); Huetz de Lemps (1962); Alfonso (1982); Da s. f. SPC 229). Graça (2003-2006). Fernández García (2010) ofrece una sinopsis acerca de la 8 En una ordenanza de Laciana (LE), se mencionan unos «aros de vecera», representación gráfica de los paisajes rurales. es decir, agros para el ganado comunal (1719 SPC 244). En Noceda del Bierzo, un 2 Parcela es voz de introducción reciente, de origen francés, y hasta fechas campo llamado «el aro de Juan de Villar» (1758 SPC 273). no alejadas fue un mero tecnicismo, sin presencia en la toponimia tradicional. 9 Un valor similar tienen en el noroeste de León y en Asturias corrada, enco- 3 Ejemplos de la diplomática medieval leonesa en DAL (164). El gallg. leira, rrada, corrillo (LLA II, 539, 550; DGLA). Del mismo origen parecen ser coro, corie- con variantes en Asturias, Zamora y Salamanca (lera, llera, leira, yera), presenta llo, corro ‘finca pequeña’ en la Rioja medieval (CDMR 189, 258). No es descartable una rica semántica, con acepciones como ‘terreno de labranza’, ‘huerta’ o ‘por- en estas voces, sin embargo, la vinculación etimológica con cuérano ‘terrazgo ción de una huerta’ (LLA IV, 476; DGLA). colectivo’, término usado en Liébana. FORMAS DEL parcelario: SU HUELLA EN LA toponimia MENOR 185 ros. En cuanto a la etimología, parece existir contamina- en pago, voces ubicuas en la diplomática medieval, han ción con los descendientes de latín area, castellano era, podido confluir dos étimos: lat. PAGUS ‘pueblo, aldea; co- una voz semánticamente afín. En todo caso, gran parte de marca pequeña’ y el adjetivo VACUUS ‘vacío’, i. e. ‘trozo los ejemplos medievales de ero y voces cognatas se sitúa de terreno vacante o disponible; tierra sin cultivar’. El semánticamente más bien en la esfera de los descendien- sintagma terra uacua (v.