Antonio Flores De Lemus: Años De Formación Universitaria
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2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 945 PRESENTACIÓN DE LA OBRA “ANTONIO FLORES DE LEMUS: AÑOS DE FORMACIÓN UNIVERSITARIA. CORRESPONDENCIA CON FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS” Presentación del libro el 28 de enero de 2008. 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 946 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 947 Palabras del Excelentísimo Sr. D. Sabino Fernández Campo Señores Académicos. Señoras y señores. Queridos amigos: Constituye un honor y una satisfacción para esta Real Academia, que hoy se presente en ella este libro Antonio Flores de Lemus: años de formación universi- taria. La correspondencia con Francisco Giner de los Ríos. Su autor, José Miguel Fernández Pérez, ha realizado una escelente obra, llena de interés y merecedora de nuestra admiración. Por ello me complazco en feli- citarle muy cordialmente. Van a intervenir en este acto dos miembros de esta academia, dstacados economistas, nien conocidos: José Luis García Delgado y Juan Velarde Fuertes, aparte del autor. Nos es muy grato también que la Academia sea el marco para la presen- tación de libros, conferencias y diversos actos que proyecten hacia el exterior su misión cultural. Excuso deciros que la participaciónde quienes hoy me acompañan va a ser más documentadad y brillante que pudiera ser la mía, y por eso, para no retra- sar aquélla pongo fin a mis palabras concediéndosela a José Luis García Delgado, reiterando mi enhorabuena al autor y el agradecimiento a los presentadores, así como a todos los presentes en este acto, por su asistencia. Muchas gracias. 947 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 948 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 949 Palabras del Excelentísimo Sr. D. José Luis García Delgado Quiero comenzar elogiando la iniciativa de editar este libro, que es un pro- ducto intelectual modélico, tanto por su contenido como por su buen acabado. Una excelente iniciativa de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, con la que hace una contribución no menor a un autor —el más influyente y prestigioso de los economistas españoles del primer tercio del siglo XX—, y a una España —la del rei- nado de Alfonso XIII— que cada vez concita mayor atención entre los estudiosos. No exagero, desde luego, al pronunciarme tan contundentemente. Debe reconocerse, por lo pronto, un alto grado de atrevimiento -de la naturaleza del que Bachelard consideraba un método en el proceder científico- a quien, a estas altu- ras, se propone aportar aspectos novedosos sobre la trayectoria biográfica y la labor profesional de Antonio Flores de Lemus, tan frecuentadas desde hace medio siglo por las firmas mayores de nuestros especialistas. Baste, a este respecto, con la prue- ba más reciente: son seis, nada menos, los ensayos que a aquél se dedican en el volumen 6, “La modernización de los estudios de economía”, de la obra -excepcio- nal por tantos motivos- dirigida por Enrique Fuentes Quintana, Economía y econo- mistas españoles (Madrid, 2001), mereciendo únicamente dos Zumalacárregui, Carande y Bernácer, y tan sólo uno, en cada caso, los ocho restantes autores a los que ahí se destaca con tratamiento singularizado: Bernis, Franco, Viñuales, Álvarez de Cienfuegos, Olariaga, Fernández Baños, Perpiñá y Vandellós. Es elogiable, pues, atreverse a aportar novedades en un territorio tan poblado. José Miguel Fernández Pérez lo hace. Para conseguirlo, el autor se ha centrado, con buen olfato de investigador, en las etapas de la vida de Flores hasta ahora más apresuradamente estudiadas, las que corresponden a sus años de formación universitaria, dentro y fuera de nuestras 949 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 950 fronteras, y a su paso por la cátedra de Economía política y Hacienda pública en la Universidad de Barcelona. Son abundantes los datos y matices novedosos conteni- dos en esta obra sobre esos pasajes de la biografía del que fuera el economista más influyente de su generación. En torno al segundo de ellos, por ejemplo, dos circunstancias ahora mejor conocidas llaman la atención. Por un lado, el hecho de que, inmediatamente des- pués de ganar la cátedra, Flores haga todo lo posible para conseguir una beca que le permita volver pensionado a Alemania —en cuyas Universidades de Tubinga, Berlín y Heidelberg había cursado estudios posdoctorales—, con el fin de rendir un informe sobre la estadística del mercado de trabajo en ese país, llegando a argu- mentar para ello el escaso valor del estudio previo efectuado por quien había sido enviado a tal objeto por el gobierno —probablemente Juan Uña, según deduce el autor—; un episodio que revela, sin duda, que para el joven catedrático ya resulta- ban más atractivas las tareas de investigación que las propias de la docencia uni- versitaria, un rasgo que no hará sino acentuarse con el paso del tiempo. Algo en lo que redunda la otra circunstancia aludida: me refiero a las reiteradas interrupciones —ahora documentadas en detalle— que salpican el desempeño por Flores de Lemus de esa cátedra durante los años en que es titular de ella. La principal fuente de documentación que se ha utilizado es la numerosa correspondencia mantenida desde 1879 a 1906 entre quien es entonces un joven universitario, hijo de un abogado de provincias, y su maestro y mentor intelectual, Francisco Giner de los Ríos. Unas cartas sobre cuya existencia nada se sabía, pues ninguno de los estudiosos de Flores había hecho referencia alguna a las mismas hasta ser descubiertas por el autor. Se trata de una base informativa del todo origi- nal, que facilita un acercamiento muy directo al protagonista, incluso a su intimi- dad, al manifestarse en esas abundantes páginas epistolares estados de ánimo, temores, inquietudes y planes de vida. Son cartas, en suma, que ayudan mucho a conocer mejor una personalidad muy compleja, como ya advirtiera en su día Caran- de, y no exageraba (¡qué decir de un incidente como el que le llevará a Flores a intentar batirse en duelo con Leopoldo Palacios, su antiguo compañero en la Uni- versidad de Oviedo!). Quien tenga oportunidad, por lo demás, de echar una ojeada a las cartas manuscritas de Flores, con letra tortuosa y plagada de abreviaturas y de modismos en alemán, comprenderá mejor la esforzada y paciente tarea que ha realizado Fer- nández Pérez para identificar vocablos y expresiones, intentando siempre captar los significados correctos. Habla ello muy claramente de la actitud vocacional del autor de este libro por la investigación: primero, fatiga bibliotecas, archivos y hemerote- cas, se demora después en la interpretación minuciosa de los materiales hallados y consultados, para finalmente establecer relaciones y delimitar contextos que ilumi- nen mejor episodios y parcelas de la realidad que un día tuvo vida. Así lo ha hecho, 950 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 951 y de modo impecable, José Miguel Fernández Pérez para brindarnos las páginas de esta obra, rebosantes de información documental y buen sentido interpretativo, producto de un oficio al que el entusiasmo no le hace perder rigor. Una obra que, a buen seguro, contribuirá a valorar más ajustadamente la talla intelectual de Antonio Flores de Lemus, lo que quiere decir con más distancia- miento crítico que el que hasta ahora ha marcado la pauta. En el dominio científi- co, canonizar no es nunca aconsejable. Con su libro, José Miguel Fernández Pérez nos lo vuelve a demostrar; un mérito no menor —y termino retomando lo que apunté al arrancar— de su fructífero atrevimiento. 951 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 952 2. ANALES OTRAS :Maquetación 1 16/10/08 10:09 Página 953 LA PUNTUALIZACIÓN DE LA INFLUENCIA DE GINER DE LOS RÍOS EN FLORES DE LEMUS Palabras del Excelentísimo Sr. D. Juan Velarde Fuertes Antonio Flores de Lemus, se convirtió en la pieza clave de la ciencia eco- nómica española en los momentos iniciales del siglo XX. Después, hasta 1936, lo será no sólo de nuestro mundo universitario, sino también como orientador de nuestra política económica, con mejor o peor fortuna según fuesen los Ministros inteligentes o romos, desde su despachito del Ministerio de Hacienda. A partir de ahí, fue referencia obligada en todos los intentos serios hechos para entender el entramado de la economía española. Ese prestigio y esa actualidad llega hasta el momento presente. Porque, ¿cómo no admitir la utilidad, todavía, de obras como el “Dictamen de la Comisión del Patrón Oro”, a mi juicio el primer modelo economé- trico dedicado a la exposición del funcionamiento de una economía nacional, o “Sobre una dirección fundamental de la producción rural española”, que, leída con el añadido del ensayo “El fin del campesinado” de Enrique Barón, nos continúa aclarando multitud de cuestiones de la dinámica de nuestra economía agraria? En aquellos momentos de inicios del siglo XX, de estancamiento investi- gador general en España, van a existir, de pronto, algunos fogonazos que muestran que el nuestro no era, definitivamente, un país ajeno al movimiento científico. Es claro lo acontecido con Ramón y Cajal. Iba también a ocurrir otro tanto, casi simul- táneamente, con Flores de Lemus. Algo conocíamos de ello gracias a antiguos dis- cípulos —Gay, Viñuales, Vergara, Carande—, pero faltaban multitud de cabos que permitiesen trenzar un diseño aceptable de cómo se formó este gran economista. Y he aquí que éste no se entiende sin la influencia de Giner de los Ríos. Se inició ésta cuando, por consejo de Giner a su padre abandona la Universidad de Granada donde cursaba sus estudios y pasa a la de Oviedo. No era precisamente casual esta preferencia. En este último centro universitario existía, a más de algún 953 2.