La Colonia de

JULIAN PEÑA

Estamos en , y en el año de San Rafael, terrenos de labor. 1932. El tranvía núm. 3-Salaman­ Precisamente, sobre una loma pró• ca--Quevedo--, el que años des­ xima a Las Cuarenta Fanegas, se pués me llevaría hasta la Universi­ orea la mies de la cosecha del trigo. dad para recibir clase de don José Será la última. El propietario de los Alvarez Ude y don Sixto Cámara, terrenos ha encargado a un arqui­ sube por Serrano y tiene el final de tecto los proyectos para la construc­ trayecto en la esquina con Diego de ción de una colonia de hoteles. El León. Allí, utilizando el tradicional proyecto está ultimado, pero la co­ sistema de cambio de trole y aguja, secha tiene su valor, y hay que re­ da la vuelta. Dentro de las Rondas cogerla antes de mover tierra y del Plan Castro, hay huertas, casas abrir zanjas. El propietario es don de campo, solares; se piensa en Gregorio lturbe; el arquitecto, Ra­ construir un importante para fael Bergamín. El arquitecto va a te­ la Administración en los terrenos ner como ayudante a su sobrino que deja libres el hipódromo. Fuera Luis Felipe Vivanco, que está aca­ del cinturón de las Rondas, el Cam­ bando la carrera, y que es el que po de fútbol del Madrid, el Asilo propone el nombre que se debe dar

71 a la colonia: Colonia de El Viso. Así potentes para luchar contra las pre­ se llamaba la finca con toda razón, siones de quienes se dedican al ne­ ya que si acudimos al Diccionario gocio inmobiliario-negocio, que, y leemos: VISO (del lat. visus) m. por otra parte, no está prohibido Altura o eminencia, sitio o lugar por ninguna Ley, que yo sepa-y alto, desde donde se ve y descubre que son los que hoy en día crean y mucho terreno, nos damos cuenta remodelan ciudades, y que, por ra­ de lo bien que le cuadraba el nom­ zones obvias, no respetan el interés bre. Evidentemente, se descubría general. mucho terreno: hacia Poniente, la vaguada de la ; la silueta del caserío del barrio de Salaman­ Entonces resulta que una actua­ ca, lejano, al Sur. ción del tipo de las señaladas no considera otros valores, y hace bien mientras no le obliguen a ello, que los económicos, como es natural. Antes de seguir hacia adelante, Y se ven las cosas más aparente­ me conviene aclarar, como justifica­ mente peregrinas: barrios insalu­ ción de posibles errores de espa­ bres de la ciudad que no sufren cio y tiempo, que el que escribe, modificación alguna, a lo largo del por aquellas fechas, contaba la tem­ tiempo, como no sea para degra­ prana edad de diez años, y que ha­ darse más, mientras al mismo tiem­ bitaba en su natal y luminosa Va­ po se derriban edificios en buen lencia. Quiero decir que la intro­ uso y con valor artístico elevado y ducción "histórico-costumbrista" que se transforman zonas higiénicas y precede a "lo que se ve" en El Viso soleadas. Aquí en Madrid asistimos en 1966 está compuesta y, en parte, ahora impasibles a derribos de mag­ inventada de oído por un servidor. níficos edificios de vivienda en el Barrio de y del , por ejemplo, mientras los barrios ¿Qué vemos en la madrileña Co­ bajos y de Maravillas continúan con lonia de El Viso en 1966? A mí me su hacinamiento indescriptible, co­ parece que un ejemplo muy acusa­ mo verdaderos "suburbios" interio­ do y claro de modificación del pai­ res. Es penoso que se malgasten saje urbano, como consecuencia de energías que podrían aplicarse en la desaparición de las premisas de zonas más necesitadas. Energías de todo orden, sociales, económicas, la ciudad en conjunto, ya que las urbanísticas que dieron lugar a su privadas se aplican siempre en el creación. Y es que, parece claro, la punto donde se obtiene un mayor ciudad es un organismo vivo en beneficio económico. continua evolución, con sus tensio­ nes y tendencias, en muchos casos insoslayables. De donde adquirimos La Colonia de El Viso no podía la idea de la complejidad y dificul­ ser de otra forma por su situación tades que tiene el gobierno urba­ relativa con respecto al Madrid de nístico de las ciudades-con Orde­ hoy; está experimentando, con rit­ n a nz as, Reglamentos, etc.-que, mo que se hace cada vez más rá­ obligatoriamente, deben ser, a la pido, la invasión de nuevos usos, vez, rígidas y flexibles. Y, a lo me­ distintos del primitivo de residen­ jor, se me dirá: ¿Y eso cómo se cia con que se creó, principalmente hace? Yo, verdaderamente, no lo sé, los de enseñanza y sanitario, y la aunque me imagino que ayudará modificación aparente de volúme­ mucho al buen orden con que se nes y acabados exteriores. realicen cambios y modificaciones, el nivel cultural y de educación ciu­ dadana de los administrados. Es na­ Repito que, a mi juicio, solamen­ tural que los municipios, suponien­ te podría haberse salvado con su do que procurasen hacerlo, sean im- estado inicial si los madrileños

72 apreciásemos el valor cultural e his­ tórico que puede tener. No me pa­ rece correcto achacar la responsabi­ lidad de su desaparición, ya tan cer­ cana, al Municipio, ni a los propie­ tarios-algunos aún resisten heroi­ camente--; es asunto de todos los madrileños y de la ciudad. Si valo­ rásemos, por ejemplo, la orientación de los bloques, fachada principal al Sur, estrictamente incluso las casas con fachada a Serrano ( espina dor­ sal) y calle principal de la colonia, como antecedente primero en la ciudad de este aspecto en una Or­ denación; la finura de la composi­ ción de los huecos; la sensación explosión. Un cuarto de siglo ha de ciudad-parque conseguida con bastado para que se produzca el un aprovechamiento elevado del cambio. suelo, etc., y sobre todo, si consi­ derásemos a nuestra ciudad como elemento creado por la adición de Cambio posiblemente inevitable. partes distintas de diferentes épo­ Lo triste es que los derribos y mo­ cas, todas ellas respetables, en vez dificaciones se realizan con la ma­ ¿e orgullosamente considerar que yor frialdad, sin que a nadie se le cualquier tiempo pasado fué peor, ocurra pensar que aquello era dig­ entonces es posible que se conser­ no de perdurar y que exclusiva­ vasen barrios y ambientes urbanos. mente han sido las razones ante­ Aquí en Madrid, hablando en cari­ riormente apuntadas las causantes. catura, parece que lo único que me­ rece la pena conservarse es la calle de Toledo, mientras que todo lo El tema de El Viso me parece tan demás puede transformarse o de­ interesante y aleccionador que se rribarse ante las presiones que ejer­ sale de lo que pudiera decirse en cen las plusvalías de suelo, los nue­ estas notas. Yo le pediría a Carlos vos usos, etc. Finalmente, de este de Miguel que el próximo curso paseo por la Colonia de El Viso sa­ volviera a las Sesiones de Crítica de camos la consecuencia del valor Arquitectura y que en una de ellas temporal que tienen los datos que se tratara la colonia de El Viso. a los ciudadanos nos aconsejan pa­ ra fijar y escoger nuestro lugar de residencia dentro de la ciudad. In­ dudablemente, los primitivos pro­ pietarios de los hoteles eran nece­ sariamente unas personas amantes de la tranquilidad, el aislamiento de ruidos, el aire libre y el sol, y buscando estas cosas cargaron con las incomodidades que representa­ ba hace más de treinta años residir habitualmente en lugar tan alejado del centro de la ciudad. Pues bien, por estas fechas en la Colonia de El Viso no hay tranquilidad, hay ruidos y el aire se enturbia por los gases que lanzan los motores de

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