Jose Sant Roz Mas Putas Que Nunca Historia Del Periodismo En Venezuela
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— — Más PUTAS que nunca © José Sant Roz KARIÑA EDITORES Consejo Legislativo del Estado Mérida Presidente: Alexis Ramírez Corrección María Eugenia Parilli Diseño Gráfico Ever Delgado Impesión Editorial Venezolana HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito Legal: LF07420093203535 República Bolivariana de Venezuela – Septiembre de 2009 — — José Sant Roz Más PUTAS que nunca -Historia del periodismo en Venezuela- — — — — A Mario Silva, quien no come putas. — — — — EL QUE TE DEFINE, TE DESTRUYE –Beatriz Adrián con la puta compungida de William Echeverría – La prensa, como siempre, lo cambia todo. Silvio Berlusconi Es parte del trabajo de los medios de comunicación, tratar de definir lo que somos, lo que debemos ser en un guión que se nos ha asignado –como escuderos o esclavos de unos planes que traspasan nuestra frontera. El canal privado de televisión Radio Caracas Televisión (RCTV), le sacó a mucha gente –por capítulos y hasta más no poder– sangre, sudor y mocos. De eso trata este libro, de demostrar que todos los días están los medios de comunicación social buscando la manera de imponernos un papel, una etiqueta interesada dentro de los hechos que describen o narran. Hace poco quisieron imponerle a mucha gente el papel de defensor de Beatriz Adrián y William Echeverría en una guerra artificial, a cuchillo, contra el gobierno venezolano. Beatriz Adrián, periodista de Globovisión, se había metido en las oficinas de la Asamblea Nacional para sobornar a una funcionaria y adueñarse de un documento privado del diputado comunista Óscar Figuera. Beatriz logró por estos mecanismos tener en sus manos un “tubazo” periodístico, ya que deseaba darle una inmensa alegría a su jefe Federico Alberto Ravell. El canal Globovisión tiene muchos perros y perras de presa en la gran competencia informativa. En los pasillos de este canal hacen cola individuos de casta para prestarse al chantaje, y para que Federico Alberto Ravell cada día les manosee, les palpe los aguacates o el trasero. Beatriz tiene que hacer frente al amor delirante y pastoso de Ravell por el Matacuras (Leopoldo Castillo), por William Echeverría, Ismael García, Kiko Bautista o Rolando Carreño. Son muchos los nísperos para tan pocas manos. Desesperada, Beatriz se aferra a William Echeverría -el actual presidente del Colegio Nacional del Periodistas (CNP)-, quien le ha dicho “hazte la macha, hazte la feroz y la zorra, la endemoniada, inmólate cada vez más por el canal porque a Ravell no lo conquistan fácilmente las tiernas frases ni las meras buenas intenciones…”. — — Beatriz está cansada, se siente vencida y abrumada porque también ve llegar con extremada frecuencia a su canal a personas decididas a venderse caro, como el diputado Juan José Molina, los hermanos Villegas (Vladimir y Mario), Ismael García, y la jauría ambulante de los llamados estudiantes burgueses. Como zorra inexperta, Beatriz se siente por debajo de Nitu Pérez Osuna, Carla Angola, Ana Karina Villalba, Sheina Chang y Ana María Lavaud. No hay “antro chavista” donde Beatriz no se haya metido tratando de mostrar sus opacas metras. Fue ella quien puso sobre el tapete el tema de que en Venezuela a los medios de comunicación se les niega el derecho a la información, y que el Estado viola reiteradamente el derecho ciudadano a estar enterado de lo que pasa en el país. Beatriz es la que más ha gritado pidiendo la cabeza del “macaco supremo”, de la presidenta de la Asamblea Nacional Cilia Flores, del presidente de Conatel, Diosdado Cabello. En todas sus desesperadas luchas ha recibido el total apoyo del Colegio Nacional de Periodistas, que ha lanzado a la opinión pública más de cien comunicados contra el gobierno. El CNP se ha solidarizado con Beatriz Adrián porque la han mirado feo, porque le rozaron el culo o la empujaron o porque la han ofendido con desparpajo odioso los estropajos rojos-rojitos. William Echeverría brama diciendo que existe un artículo de la Ley de Ejercicio del Periodismo según el cual “salvaguardar la libertad de expresión y el derecho de información es un deber de los periodistas y ese deber -en relación con la averiguación delictual hecha por Beatriz en la Asamblea Nacional- es un tema de interés público”. El CNP condenó el empeño de la directiva parlamentaria por impedir el acceso de los periodistas al hemiciclo, por considerarlo una humillación inaceptable que violenta el fuero profesional de Beatriz, la Constitución y la Ley de Ejercicio del Periodista. Es decir, Beatriz tiene todo el derecho a sobornar funcionarios. Echeverría chilla: “Una medida como esta no la había tomado directiva parlamentaria alguna, ni en los tiempos de Marcos Pérez Jiménez”. El CNP advierte que no se quedará cruzado de brazos ante esta nueva arremetida y llama a los periodistas de todas las tendencias –sobre todo a los que trabajan en la cadena (Al) Capriles– a defender la dignidad de los comunicadores. — — Como la delicada Beatriz no conseguía llamar la atención de Ravell con sus indecibles esfuerzos, montó su show número 3.787. Nitu Pérez Osuna la ayudó con la consabida musiquita de terror. Fueron siete horas de pertinaz metralla periodística desde distintos ángulos: en la calle, en los estudios, con llamadas telefónicas, internet y mensajería de texto: “En estos momentos nuestra periodista Beatriz Adrián está siendo amedrentada por unos funcionarios de la Disip que durante toda la mañana la han estado siguiendo por todas partes.” Siete cámaras de Globovisión se metieron en una panadería a enfocarla obsesivamente al tiempo que retransmitían: han intentado amedrentar a la periodista Beatriz Adrián. Funcionarios la siguieron esta mañana (…) La periodista fue seguida hasta una panadería de Las Palmas, lugar donde fue a desayunar con unos amigos. Al llegar al lugar, recibió una llamada telefónica de un compañero, quien le informó de forma extraoficial que la Disip estaría montando un expediente en su contra. Los hombres con chaquetas negras, como muestran las fotos, comenzaron a rondar la mesa donde estaba la periodista en forma de intimidación. Los presuntos funcionarios se quedaron un buen rato tratando de llamar la atención de Beatriz Adrián y sus acompañantes. Hasta una de las trabajadoras del establecimiento le preguntó a la comunicadora si la venían siguiendo. La periodista de Globovisión asegura que se trata de una técnica de amedrentamiento que es comúnmente usada contra comunicadores. Quizás quieran sembrar miedo; seguiré ejerciendo mi profesión, enfatizó Beatriz Adrián… Estos mismos hombres estaban en otra panadería de la zona, lugar que sería inicialmente el punto de encuentro acordado por teléfono. Al tiempo que esto sucedía, la puta William Echeverría preparaba su comunicado número 107: Las recientes amenazas de procesos administrativos contra el canal Globovisión nos hacen pensar que hay un sector del gobierno que ignora este mensaje soberano de búsqueda de la verdad verdadera. Estamos ante una nueva arremetida en contra de la libertad de expresión. Se trata indudablemente de un acto retaliativo y selectivo contra una indefensa periodista cuyo único crimen es tratar de informar al país. — — Para el Colegio Nacional de Periodistas es inaceptable que un medio de comunicación y sus profesionales sean sancionados por criterios basados más en el revanchismo partidista que en criterios de justicia y en la aplicación imparcial de nuestras leyes. El gremio advierte a la opinión pública sobre este nuevo intento de acallar a un medio de comunicación independiente y crítico frente al gobierno de Venezuela. El Colegio Nacional de Periodistas hace un llamado a sus agremiados, a las 26 seccionales en todo el país, a las escuelas y estudiantes de Comunicación Social, a todas las organizaciones gremiales y sindicales y a la sociedad civil organizada a permanecer en alerta ante esta amenaza contra nuestro régimen de libertades. Pocas horas después, los supuestos Disip acudieron al canal y demostraron que no eran funcionarios policiales, sino vigilantes privados. A las 5:47 pm, Sheina Chang y Nitu Pérez Osuna, hicieron un “comentario” y una “aclaratoria” indicando que los supuestos Disip eran simplemente trabajadores de una empresa de vigilancia privada. “Todo se trató de una confusión y valga hacer la aclaratoria, es válida”, dijo Chang. “Ellos estaban muy preocupados porque no quieren que los confundan”, dijo Pérez Osuna. “Bien bueno que se hayan identificado, y que hayan dicho… ellos vinieron hasta aquí y ahora son dos nuevos amigos que tenemos ahora”, comentaron cínicamente este par de sutiles putas de Ravell, para luego pasar la página sobre este tema. Cada día cierran páginas como estas. Y al carajo los afectados, con los humillados, los calumniados y ofendidos. “Nos sobra poder y jeta”, es lo que dicen. Finalmente, Nitu Pérez Osuna aclaró muerta de la risa que el terror había caído con muy mala suerte sobre “unos amigos inocentes que nada tienen que ver con el gobierno”. Sin embargo, los teléfonos de “Aló Ciudadano” comenzaron a reventar con llamadas de disociados que aseguraban que con toda seguridad a Beatriz la estaban siguiendo y la iba a matar gente de la Disip. Que no se creyera para nada que eran simples vigilantes. Corrían por la franja de la mensajería de texto, expresiones como: “Beatriz te apoyamos”, “que el arcángel san miguel te proteja”, “eres una de la mejores periodista, lo que pasa es que la verdad duele”, “este gobierno quiere someter a los venezolanos a un — 0 — brutal comunismo”, “no quieren que no haya información veraz para entonces ellos hacer sus marramuncias tranquilamente”, “así hizo Hitler,