EL MUNDO DE CARLOS V: 500 AÑOS DE PROTESTANTISMO El Impacto De La Reforma En La Europa Imperial Y Actual
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Rosa María Martínez de Codes y César Chaparro (coords.) EL MUNDO DE CARLOS V: 500 AÑOS DE PROTESTANTISMO El impacto de la Reforma en la Europa imperial y actual Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste 2018 EL MUNDO DE CARLOS V: 500 AÑOS DE PROTESTANTISMO EL IMPACTO DE LA REFORMA EN LA EUROPA IMPERIAL Y ACTUAL Rosa María Martínez de Codes y César Chaparro (coords.) EL MUNDO DE CARLOS V: 500 AÑOS DE PROTESTANTISMO EL IMPACTO DE LA REFORMA EN LA EUROPA IMPERIAL Y ACTUAL Gustaaf Janssens · Jean-Pierre Bastian · Pilar Pena · Eustaquio Sánchez · Juan Gil · Manuel Mañas · Jaime Contreras · César Chaparro · Consuelo Varela · Miguel Ángel Lama · Patrocinio Ríos Sánchez · María Isabel López · Javier Remedios Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste 2018 Edita: Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste www.fundacionyuste.org Colección Entre dos mundos: América y Europa desde Extremadura, 3 Director de la colección y Director Académico de la Fundación: César Chaparro Gómez © Los autores © Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste para esta 1ª edición ISBN: 978-84-948078-5-5 Depósito Legal: CC-337-2018 Maquetación e impresión: Control P. [email protected] PRESENTACIÓN EL MUNDO DE CARLOS V: EL IMPACTO DE LA REFORMA EN LA EUROPA IMPERIAL Y ACTUAL a Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste impulsó en el verano del 2017, en coordinación con la Universidad de Extremadura, una convocatoria particular en tornoL a la figura del Emperador Carlos V y la Reforma, en la fecha en la que se celebraba, tanto por católicos como por luteranos, el 500 aniversario de la Reforma protestante. La responsabilidad del diseño de aquel curso recayó en sus dos directores, el Dr. César Chaparro y la Dra. Rosa María Martínez de Codes, quienes dedicamos algunas horas y días a debatir sobre las diversas perspectivas, histórica, sociológica, política, teológica, literaria y cinematográfica que debían tener una visión integradora de aquel pro- ceso renovador y rupturista, que generó múltiples fracturas en Europa, entendida como la Universitas Cristiana. Para hacerlo posible, invitamos a un equipo notable de especialistas quienes abordaron, desde sus respectivos campos de estudio, muchas de las vertientes históricas, geográficas y confesionales de los movimien- tos de renovación religiosa del siglo XVI. El resultado fue un cuadro intenso, lleno de enfoques distintos y marcados matices, donde se han entrelazado tres escenarios geopolíticos: Europa, España y América, en los que se proyectó la huella de la Reforma con diversos registros. 7 El volumen que el lector tiene entre las manos es el resultado de las exposiciones, los debates y las reflexiones que en aquel verano llevaron a cabo los autores de este libro, con la finalidad de clarificar algunas de las cuestiones más debatidas en la historiografía del siglo XVI, sobre el significado de las “reformas” y su lectura como parte de una confluen- cia de preocupaciones por cambiar el rostro de la cristiandad occiden- tal. Cabe mencionar que los estudios sobre la historia de la Reforma que se han realizado en los últimos decenios nos muestran un cuadro más matizado de lo ocurrido entonces, quizá porque se han liberado de la carga pasional y polémica de las circunstancias de la época y quizá también porque hemos llegado a la conclusión de que estamos de acuerdo en algunos puntos esenciales. Entre tales puntos hay que recordar el clima pre-reformador pre- vio al siglo XVI, que posibilitó desarrollar líneas de convergencia con el movimiento reformado luterano. Jean Pierre Bastian insiste en la comprensión del concepto de reforma dentro de la misma Iglesia católica a través de las órdenes religiosas y su propuesta de renova- ción espiritual desde el siglo XIV, en manos de los hermanos meno- res observantes de la orden franciscana y otras órdenes antes de que naciera Lutero. Por su parte Miguel Jiménez Monteserín subraya que la raigambre intelectual medieval española donde arraigó Erasmo fue el alumbradismo, corriente espiritual mística de carácter teocéntrico favorecida por los nobles, que buscaba la contemplación y rompió con la mediatización sacramental y devocional. Y Pilar Pena apuntala las líneas de convergencia al señalar que el humanismo está en la base de la Reforma al poner en entredicho la autoridad eclesiástica: volver al pasado para reinterpretar a los clásicos y así poder alcanzar la verdad. En definitiva, el humanismo cumple con las pretensiones de los reformadores y sus objetivos: reparar y restaurar, restablecer y reponer la vigencia original de la fe. Por ello no es de extrañar que algunos grupos renovadores, dentro y fuera de Alemania, comenzaran 8 a insinuar la necesidad de experimentar la centralidad de la fe y de las Escrituras en relación con la salvación. Entre los factores que posibilitaron el éxito del movimiento refor- mador en Alemania, los autores dedicados a reflexionar sobre el capí- tulo Política y religión en la Europa de Carlos V coinciden en señalar que las circunstancias legales y políticas del Sacro Imperio Romano Germánico lo permitieron e incluso lo favorecieron. El gobierno de aquel imperio se basaba en la complementariedad de elementos centra- listas e imperiales, por un lado, y estamentales y federativos por otro; las medidas contra la Reforma estaban en manos de los gobernantes de territorios y ciudades. Por ello cuando el emperador sancionó el edicto de Wörms (26 de mayo de 1521), que puso a Lutero y a sus seguido- res fuera de la ley, no obtuvo la respuesta deseada: las autoridades de ciudades y territorios negaron su adhesión al emperador por motivos religiosos, por su afán de independencia política y/o por intereses eco- nómicos, como la apropiación de los bienes eclesiásticos. Poco margen de maniobra le quedaba al emperador, urgido de presiones políticas y militares, tales como el conflicto con Francia y la amenaza del imperio otomano, para desautorizar a los príncipes alemanes en sus territorios y eliminar las medidas reformadoras. Vencer la resistencia de los príncipes del imperio, quienes enten- dían que la dominación imperial ponía en peligro la libertad alemana, fue un objetivo que fracasó en casi todos los territorios. Incluso en aquellos, como Flandes, donde el emperador ejercía mayor control, fue necesario adoptar distintas medidas represivas de contención de las ideas luteranas. Gustaf Janssens llama la atención sobre la singu- laridad del aparato represor en los Países Bajos, pues no se instauró ningún tribunal inquisitorial para luchar contra la herejía, pero se hicieron nombramientos episcopales y papales en eclesiásticos que fungieron como inquisidores. Paralelamente los delitos de herejía fue- ron tratados como delitos de lesa majestad e incoados por los Consejos 9 de Justicia de las Provincias. La sanción de las Ordenanzas de 1550 o Edictos de Sangre, apunta el doctor Janssens, fue el punto más alto de la persecución. A partir de entonces se agravó la diáspora protestante hacia Alemania y el norte de Europa, aunque otras comunidades evan- gélicas, los anabaptistas y los calvinistas, ya se habían expandido en Flandes y Bravante. Un tercer tema transversal a todos los capítulos de este volumen incide en el papel decisivo de la imprenta y magisterial de las univer- sidades. Lutero fue un gran publicista. Su objetivo fue hacer llegar al mayor público posible las cuestiones más elementales de la fe cristiana en lengua popular, aunque también utilizaba el latín para alcanzar a las elites letradas. Su capacidad para transmitir su teología reformada por medio de frases o vocablos al alcance de todos, para facilitar la memo- rización y el impacto (sola fe, sola escritura, sola gracia, todos sacerdo- tes), junto al uso en otras ocasiones de la sátira y de un lenguaje llano y popular, acompañado de grabados, textos y caricaturas del taller de Lucas Cranach el Viejo, dieron alas a sus textos que volaron hacia los rincones más insospechados del imperio. Más de un tercio de los libros vendidos en Alemania entre 1518 y 1525 eran de Lutero, pero también llegaron a Francia y España. Los breves papales de 1521 conminaban a que se evitase la entrada de los textos del fraile alemán en la península. Ello evidencia la habilidad de Lutero para utilizar el nuevo medio de la imprenta y atraer con su discurso a otros humanistas sensibilizados en cuestiones relativas a la reforma de la iglesia y la exégesis bíblica. Fue su habilidad comunicativa y el respaldo de los profesores y los estudiantes universitarios de Wittemberg lo que empujó al reforma- dor a diversos debates públicos con otros teólogos católicos proceden- tes de otras universidades, entre ellas Leipzig, en los años 1518-1519, en los que definió su proyecto de reforma. Pero no fue hasta marzo de 1522, después de nueve meses de reclusión en el castillo de Wartburg por voluntad del príncipe elector de Sajonia, Federico el Sabio, como 10 subraya Jaime Contreras, cuando Lutero recuperó el control de la Reforma logrando la fidelidad de colaboradores respetados bajo la protección de las autoridades del electorado de Sajonia. En la fase de difusión y consolidación del movimiento reformado, hacia hasta 1525, las concepciones de Lutero consiguieron vincularse con las aspiraciones sociales y políticas en las ciudades; y sus seguido- res, salidos del círculo de la Universidad de Wittenberg, fomentaron el proceso de Reforma contribuyendo a que se convirtiera en un tema político que se irradió de las ciudades a los territorios. Aunque no todos sus colaboradores mantuvieron su lealtad al fraile agustino y comen- zaron a producirse las fracturas internas: Kardlstadt, su discípulo más próximo, Ulrico Zwinglio, el reformador de Zurich, y Thomas Münzer se convirtieron en líderes de sus respectivos movimientos. Las guerras campesinas, lideradas por Münzer en 1524-1525, mar- caron una profunda cesura en la historia de la Reforma alemana y dañaron la reputación de Lutero.