8 HISTORIA EL PAÍS, DOMINGO 3 DE NOVIEMBRE DE 2002

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Gibraltareños se manifiestan en protesta por la entrevista mantenida por los ministros de Asuntos Exteriores de España y Reino Unido, en febrero de este año. AP

EN VÍSPERAS DEL REFERÉNDUM DEL DÍA 7, SIGUE LATENTE EL VIEJO DESENCUENTRO DE LOS HABITANTES DEL PEÑÓN CON ESPAÑA l : heridas abiertas Á l

MANUEL LEGUINECHE están cumpliendo con la ley or- más pequeña de las colonias britá- bien inventadas, como la del pin- gánica que les ordena la defensa nicas, se convirtió poco menos La noticia de los globos tor español que daba una mano a v orría, a poca veloci- de la integridad del territorio na- que en una isla. La noche era fría y la verja del lado de su frontera. Se dad, el año 1967. cional! cayó un intenso aguacero. Hacia cautivos reverberó en el le cayó la brocha, que fue a parar a Se hallaba reunido Al pronunciar tan desafiantes las nueve, ante las cámaras de la te- Peñón: fue un paso más la Roca. Le dijeron los bobbies que el Consejo de Mi- palabras, Franco, “centinela avan- levisión gibraltareña, el goberna- para recogerla tendría que ir a nistros presidido zado de Occidente, vanguardia de dor, sir , pronun- hacia el conflicto hispano- Tánger, Marruecos. España había por el general Fran- África y retaguardia de Europa”, ció un discurso destinado a levan- . El 24 de octubre de dejado de existir para los gribralta- Cco cuando el ministro de Exterio- despertó de su falso letargo y lo pa- tar los decaídos ánimos e incitar a reños, y Gibraltar, el “león dormi- res y ex combatiente con la Divi- ró en seco: los gibraltareños a que tomasen 1967 se cerró la verja do” del vendedor de biblias Jorgi- sión Azul, Fernando María Castie- —Oiga usted, Castiella, eso sí medidas para reconvertir una eco- to Borrow, para los españoles. Hu- lla, esgrimió su argumento supre- que no. En patriotismo, nadie nos nomía abierta en otra insular. bo gritos, algún canto patriótico o mo: “Excelencia, propongo que gana a los militares. A todos nos Más o menos una economía de sarcástico, y luego el silencio. Se elevemos globos cautivos para ce- duele la espina que llevamos clava- guerra. El referéndum del 10 de sep- apagaron los focos y los flashes. El rrar el espacio aéreo de Gibraltar”. da en el corazón, pero el único que Buenas verjas hacen buenos ve- chubasco devolvió a y no Castiella, al que llamaban minis- no tiene derecho a apasionarse cinos, debió pensar Franco. Dos tiembre de 1967, convocado llanitos a sus hogares. tro del Exterior por su idea fija en por este asunto es el ministro de horas y media después se cerró la por la ministra para la Man- El referéndum del 10 de sep- el Peñón, miró a su Caudillo para Exteriores. parte española de la doble cancela tiembre de 1967, convocado por la comprobar el efecto que causaban La noticia de los globos cauti- en la carretera de La Línea de la comunidad Británica, Judith ministra para la Mancomunidad sus palabras. Nada, no movió un vos reverberó en el Peñón: fue un Concepción a Gibraltar. Hart, reflejó el efecto de Británica, Judith Hart, reflejó el músculo facial. “Sólo nos hemos paso más hacia el desencuentro efecto de la hostilidad hacia Espa- cerrado un camino, el de la violen- hispano-llanito. El 24 de octubre La noche de las banderas la hostilidad hacia España ña. El diario , cia”, había dicho también el minis- de aquel año se cerró la verja para Aquella noche, la Roca, la adormi- el primero que dio la noticia de la tro bilbaíno. Poco antes, Franco vehículos y mercancías. A partir dera del franquismo, parecía Bel- victoria de Nelson en Trafalgar, ti- declaró al diario Pueblo: “El caso de ese día sólo pudieron cruzarla fast en zona orangista, dado el ar- tuló: “El 95,8% del voto: seguimos de Gibraltar no merece una gue- los peatones. Habían transcurrido dor patriótico y la profusión de siendo británicos. 12.138 votaron rra... pero arruina una amistad”. 272 años desde lo que la prensa banderas. Los llanitos se parecen por mantener los lazos con la Ya caería “como fruta madura”. franquista, y no sólo ella, llamaba por las banderas de la Union Jack Gran Bretaña... y 44 han preferi- Ante la falta de respuesta de “la usurpación”, la toma de la Ro- y la verde, azul y blanca de la casa. do los planes de Castiella para l Franco, Castiella prosiguió su dis- ca por la escuadra angloholande- El Peñón, como Ortega dijo de Gibraltar”. Se contaron 55 votos R curso: “Debemos elevar una cade- sa del hipocondriaco almirante Castilla, era una bandera, una es- nulos. na de globos cautivos que rodee el Rooke. “Bloqueo salvaje”, titula- pada y una fonética. Liliput se cerraba sobre sí mis- j Peñón. Gran Bretaña no sólo inva- ban en Londres; “Gibraltar, el ce- Fue la noche de las banderas. mo. Una nueva página de la his- b de el istmo en 850 metros que son rrojo”, en Madrid, un cerrojo que Pronto, con el cerrojazo total, ocu- toria que se abrió en 711 con la nuestros, sino que se enseñorea de se correría del todo en 1969. rrirían escenas chuscas, que si no invasión de Tarik. En 1309, la Ro- la bahía de Algeciras hasta el pun- Aquel 24 de octubre, Gib, la eran ciertas, al menos estaban ca volvió a manos españolas; en to de que las autoridades británi- cas exigen impuestos de fondeo a los barcos extranjeros que anclan en nuestras propias aguas, esas a las que el poeta Góngora llamó ‘el El referéndum topa con el bloqueo de las negociaciones sagrado mar de España”. l Otra vez nada. Franco, inmune Hain hasta Gales, como un viento de cipal, , queda algo No es siquiera previsible que un a la retórica con la misma cara de PERU EGURBIDE poniente había empujado antes ha- desenfocado. Su resultado induda- nuevo golpe de viento anime las ne- póquer de costumbre. LAS COSAS SE VEN muy distintas en cia Cataluña a Josep Piqué. La con- ble, de abrumador rechazo de la so- gociaciones tras el pronunciamien- Los que sí reaccionaron con Gibraltar —crudamente diáfanas o secuencia, por si alguna duda que- beranía compartida, servirá para to del próximo jueves. Vendrán días viveza fueron los ministros mili- difusas y maleables— según el vien- daba sobre el bloqueo de las conver- que los llanitos calienten el crisol de suspicacia y frustración, según tares. to que sople, y, en vísperas del refe- saciones hispano-británicas para nacionalista urdido con historias de el lado de la verja desde el que se —Por Dios, Castiella, ¿sabe lo b réndum del próximo 7 de noviembre, compartir la soberanía del Peñón, piratas, militares y asedios que tiñen miren, aunque llanitos y lienenses que eso significaría? Pondría en los vientos en el Estrecho parecen es que los equipos negociadores se de leyenda este pedrusco marino. siempre tendrán un lugar de en- gravísimo peligro el tráfico aéreo, variables. encuentran desarbolados. Su ilegalidad declarada irritará, sin cuentro: sus quejas compartidas habría accidentes... Un viento de levante se llevó al En esas condiciones, el referén- duda, por igual a los Gobiernos de por lo “duros y jodíos” que son “los El ministro del Exterior se picó secretario de Estado británico Peter dum convocado por el ministro prin- Madrid y de Londres. ingleses”. de inmediato: y —¡Ustedes no son patriotas ni EL PAÍS, DOMINGO 3 DE NOVIEMBRE DE 2002 HISTORIA 9

1333, de nuevo pasó a los moros nica, el ron, la sodomía y el látigo. para volver a España en 1462. Has- Por ser tan inglés, daba la impre- ta 1704, el año de la infamia. sión de ser seguro, ordenado, petu- Cuando pisé la Roca por prime- lante, con sentido comunitario”. ra vez, en 1965, bajo un cartel que En el Peñón se miraba a los es- decía “Nada de concesiones a Es- pañoles con los prismáticos al re- paña”, el camarero llanito me re- vés “por su manera apasionada de cordaba que allí no había limpia- gesticular”, añade Theroux, “por botas como en la Línea, abandona- sus cuarenta años de franquismo, da por Madrid a su suerte; que sus el tañido de sus guitarras, su carác- conciudadanos trabajaban para vi- ter provinciano, su irracionalidad, vir y lo conseguían; que al otro la- su afición a comer alubias y tortu- do de la verja trabajaban aún más rar toros. Allí los prejuicios eran para malvivir; que de este lado po- bastante similares a los que encon- dían expresar sus opiniones; que tré en los lugares de veraneo de la si alguien llamaba a la puerta a las costa inglesa, una divertida mezcla cinco de la mañana, no era la se- de bravuconería y obstinación”. creta, sino el lechero; que en la Ro- ca se podía criticar al Gobierno; Amantes del género chico que la libertad era un preciado te- Tal vez no sepa Theraux que mu- soro para los gribraltareños. Liber- chos llanitos apoyaron a Franco tad y nivel de vida. durante la guerra civil, que llevan Ante el Comité de los Veinti- la sangre del toro en las venas, co- cuatro en las Naciones Unidas, mo el difunto ministro principal que dio la razón a España en sus sir Joshua Hassan, admirador de reclamaciones, el embajador de Bienvenida o de Carlos Corbacho, España, Piniés, que durante el torero de La Línea, crítico tauri- años tuvo que bregar con el dos- no en La República, que son aficio- sier gibraltareño, citó las cifras Apertura de la verja el 15 de diciembre de 1982. ANTONIO GABRIEL nados al género chico, al flamenco de la renta anual per cápita: y a la guitarra que Andrés Segovia 45.000 pesetas en Gibraltar, me- contraproducente. España perdió tocó en el Rock Hotel; que no des- nos de 20.000 en España. la mejor ocasión de ganarse a una deñan las alubias , la paella, los ca- Los españoles del sur, desde la comunidad mucho menos diferen- llos, el turrón, los polvorones de autarquía, la marginación y el cru- te de sus vecinos que lo eran éstos Estepa, el pescaíto frito o la manza- jido del hambre, observaban con de los españoles de Aragón o de nilla y el fino. envidia el despegue de Europa, in- Castilla”. Algo que he escuchado en nu- cluidos los derrotados alemanes e Quien sí aprovechó esa oportu- merosas ocasiones de boca de los italianos desde sus ruinas hu- nidad fue el Reino Unido. Subió el gibraltareños dice así: “Si me die- meantes. Todo gracias al Plan nivel de vida de los llanitos, unos ra un síncope y quedara tumbado Marshall, el mismo general Mars- 28.000 apiñados en casi seis kiló- en la acera, el español me socorre- hall que inspiró a Berlanga y que metros cuadrados; subieron los ría, el inglés pasaría de largo”. El acompañó a Eisenhower en las ga- sueldos, bajos hasta entonces; me- Día Nacional del Peñón no se ame- lerías de Gibraltar durante el de- joraron, dentro de lo que cabe, la nizaba con Adiós, rosa de Inglate- sembarco aliado en el norte de vivienda, los servicios de seguri- rra, sino con Ese toro enamorado África, la operación Antorcha. En dad social, la escolarización. So- de la luna. un cónclave del Gabinete de Fran- bre todo durante la II Guerra La clausura de la verja en junio co, al menos eso decía el chascarri- Mundial, los ciudadanos de la Ro- de 1969, la caída del telón Castie- llo, un ministro se lamentaba de ca, malteses, genoveses, portugue- lla, hizo el resto. Franco, irritado esta guisa: ses, corsos, menorquines, marse- por el resultado del referéndum y —La única solución para sal- lleses, chipriotas, griegos, indios, la Constitución gibraltareña, te- var del hambre a España es que marroquíes, judíos de la Berbería, meroso ante una posible interven- declaremos la guerra a Estados yugoslavos, sometidos a una eva- ción británica que echara por tie- Unidos. Turistas se agolpan ante la verja de Gibraltar. BERNARDO PÉREZ cuación forzosa y un tanto humi- rra su régimen, dio el carpetazo. La propuesta era diáfana: llante para ellos, se reconocieron a Tan sólo, cancelado el transborda- —Entramos en guerra con los nitos se hicieron de España. Los sí mismos en una patria común. dor a Algeciras, quedaron los vue- norteamericanos, la perdemos, españoles, parientes muchos de De haber tenido los llanitos Lucharon por sus derechos y los los de la BEA como enlace con nos incluyen en los planes de ellos, podían pasar, pero el régi- consiguieron. Echaban en cara a Londres y, curiosamente, tam- ayuda de Marshall y a vivir como men, el que fuera, era otra cosa. enfrente a ciudades como los británicos que hubiesen conce- bién con Madrid durante al me- reyes. Don Juan Carlos, en su primer Bilbao, Valencia o Barcelo- dido el voto “a gente en sus colo- nos tres años después de cerrada Franco tuvo, como siempre, la discurso como rey en las Cortes en nias que todavía viste taparrabos, la frontera. última palabra: noviembre de 1975, no olvidó el na, los gibraltareños hubie- ¿por qué no nos lo concedéis a no- Los palomos, con los herma- —¿Y si ganamos? Peñón: “No sería fiel a la tradición ran sucumbido tal vez a la sotros?”. nos Triay al frente, partidarios de de mi sangre si ahora no recorda- la negociación con España, se que- La pobreza del vecino se que durante generaciones los es- prosperidad de los vecinos La diáspora de la guerra daron solos. Solos y baqueteados, La Línea de la Concepción es, to- pañoles hemos luchado por restau- Fue durante la diáspora de la agredidos por la hostilidad del am- davía hoy, uno de los municipios rar la integridad territorial de guerra cuando los gibraltareños biente. Los palomos creían que la más pobres de España. Al llegar a nuestro solar patrio”. El mismo aprendieron a presionar a las auto- Roca podría incorporarse un día este punto, el historiador George lenguaje utilizaron Adolfo Suárez Fue en la II Guerra Mun- ridades de Londres y crearon su al Estado de las autonomías de la Hills señalaba que de haber teni- o Felipe González, este último des- primer partido, la Asociación para democracia española. Los halco- do los llanitos enfrente a ciudades de el balcón del Palace tras su vic- dial cuando Gibraltar em- el Progreso de los Derechos Civi- nes llanitos quemaron algunas de como Santander, Bilbao, Valen- toria hace 20 años. “Las declara- pezó a presionar a Londres les, que durante tantos años timo- las posesiones de los Triay, que cia, San Sebastián o Barcelona, o ciones de Juan Carlos y Adolfo neó sir Joshua Hassan. “Fue tam- fueron evacuados bajo la protec- sea, zonas más desarrolladas, los Suárez”, sostiene Peter Gold, pro- y creó su primer partido, la bién entonces, en la diáspora”, ex- ción de las tropas en dirección a gibraltareños hubieran sucumbi- fesor en la Universidad de Bristol Asociación para el Progre- plica Timothy Foote, “cuando se Tánger. Y eso que faltaba un tiem- do tal vez a los encantos y prosperi- y autor de A stone in the Spanish convirtieron en lo que son, ni espa- po para la clausura de la verja. To- dades del vecino. shoe, “podía haberlas hecho Fran- so de los Derechos Cívicos ñoles ni británicos, sino un grupo davía hoy pueden verse pintadas ¿Por qué los gibraltareños, a co o cualquiera de sus ministros”. unido con vocación de indepen- contra José Canepa en Punta los que llamaron escorpiones de la En 1954, cuando Isabel II visi- dencia”. Europa, tachado de españolista. Roca, no quieren ser españoles? tó el Peñón, lo hizo en parte por- Los gibraltareños regresaron “Lo que han conseguido con el “El problema de Gibraltar”, me di- que era lugar seguro mientras ar- En el Peñón se miraba del exilio hipersensibles a la críti- cierre de la verja es que nos sinta- jo un llanito (derivación de la pala- dían otras colonias hacia Oriente. ca. Al volver leían en la prensa y es- mos más gibraltareños”. Esto es, bra italiana gianni) por esa época La prensa del régimen, con su ca- a los españoles con cuchaban en las radios españolas más o menos, lo que se escucha de de las primeras restricciones, “es lentura, puso fuera de sí a los llani- los prismáticos al revés opiniones acerca de ellos que, no labios llanitos, obsesionados por que somos unos españoles que no tos. El enfado de Madrid fue ma- sólo por estar hipersensibilizados, los 13 años de aislamiento hasta queremos serlo”. yúsculo: impuso restricciones en “por su manera “sino por el mero hecho de su idio- que la verja se abrió en 1982 para El cierre de la verja en 1969 tie- los movimientos de británicos y es- apasionada de gesticular”, sincrasia española, les dolían en lo los peatones y en 1985 para los ve- ne mucho que ver con esa des- pañoles, salvo que éstos, unos más profundo”. hículos. La primera brecha en el membración que se reflejará sin 13.000, trabajaran en la Roca; re- escribió Paul Theroux Los llanitos, por diferentes que Peñón la abrió el Acuerdo de Lis- duda, otra vez, en el referéndum tiró a su cónsul de la plaza y em- parezcan, señaló John Stewart en boa en 1980 entre Madrid y Lon- del próximo día 7. El caso es que prendió una línea intransigente. La piedra angular, son todos una dres; luego, el proceso de Bruse- los llanitos no han querido ser es- Las manifestaciones antibritá- sola y la misma cosa en cuanto a las. Sin embargo, los sentimientos pañoles ni con la monarquía, la nicas “¡Gibraltar español!” sacu- su “ansiedad social”, su profundo de los gibraltareños apenas si han República , la dictadura de Franco dieron las calles españolas, sobre deseo de respeto, su orgullo a flor cambiado, al contrario. Rosmary o la democracia. todo en Madrid, donde marcha- de piel y “su ira al primer signo de Borge, de 51 años, vivió su juven- El resentimiento contra el cie- ron hacia la Embajada del Reino desprecio”. Por eso reaccionan co- tud con la frontera cerrada y ase- rre hizo que algunas de las fami- Unido para comprobar, no sin mo reaccionan cuando un visitan- gura que las heridas no cicatrizan. lias bien impidieran a sus hijos ha- asombro, que los mismos que los te español les recuerda que la Ro- “Antes teníamos más trato con blar en castellano, el idioma de los invitaban a manifestarse les cerra- ca es española. Spain. Con el cierre de la frontera, pobres y los subdesarrollados. ban el paso a porrazos. “Como gran plaza fuerte britá- nos unimos mucho más entre no- La pauta dada a la prensa y a la “Durante los quince años si- nica”, escribió Paul Theroux, “era sotros, y ahora, aunque la verja ya radio por el propio Franco, leña a guientes”, escribe George Hills en inevitable que fuera reaccionaria, está abierta, las relaciones no son Gibrartá para olvidar problemas El Peñón de la discordia, “prosi- atrasada, ignorante y aficionada a ya como antes”. y carencias en el frente interno, hi- guió una forma de hablar con des- la bebida, porque conservaba la Manuel Leguineche es autor de Gibral- zo mucho daño a la idea que los lla- precio de los gibraltareños, muy larga tradición de la marina britá- tar. La roca en el zapato de España.