1. LOS PRIMEROS AÑOS: MARIA ANTES DE LA CALLAS

Maria Callas, de padres griegos, nació en Nueva York el 2 de diciembre de 1923.

A los trece años se trasladó con su madre a Atenas, donde, tan solo dos años después, hizo su primera aparición en una ópera. Estudió con la famosa soprano Elvira de Hidalgo y durante la guerra cantó papeles como los de Tosca y Leonore en Fidelio de Beethoven.

Tras regresar a Estados Unidos en 1945, Maria fue descubierta por el italiano Giovanni Zenatello y en 1947 realizó su debut en la Arena de encarnando a la protagonista de de Ponchielli.

2. METAMORFOSIS

Tras su debut en Verona en 1947, Callas se afincó en Italia, contrayendo matrimonio con un rico hombre de negocios.

Se labró una reputación como intérprete de poderosas heroínas, pero en 1949 causó sensación en el delicado papel de soprano de I puritani de Bellini. Su carrera cobró impulso y en 1950 realizó su debut en el legendario teatro de ópera de Milán, .

Cantó por primera vez Violetta en La traviata en 1951. El año siguiente se embarcó en una metamorfosis física. 18 meses después, considerablemente más delgada, lucía una figura de notable elegancia, dentro y fuera del escenario.

3. PRIMA DONNA EN LA SCALA

En 1950, Callas realizó su debut en el más importante teatro de ópera de Italia, La Scala de Milán. Se convirtió en la base para su carrera internacional. Como prima donna assoluta, inauguró en seis ocasiones la temporada de La Scala y disfrutó de especiales triunfos en producciones de Luchino Visconti. En 1957, Anna Bolena de Donizetti marcó un momento culminante y cinco años después apareció en el teatro por última vez.

Callas realizó también muchas grabaciones famosas en La Scala. Quizá la mayor de todas fue la de Tosca, dirigida por Victor de Sabata. Está considerada como un clásico intemporal.

4. GRABAR UNA LEYENDA

La leyenda de Callas nació en el teatro, pero creció y sigue viviendo por medio de sus grabaciones. Décadas después de su última aparición operística, su voz sigue fascinando a millones de oyentes.

Callas grabó casi todos sus papeles de referencia –como los de Norma, Violetta en La traviata, Lucia, Medea y Tosca– y varios papeles que no interpretó nunca en un escenario, como el de Carmen. Su discografía contiene también colecciones de arias y emocionantes interpretaciones en vivo. Como afirmó la propia Callas: “Todo lo que tengo que decir está en la música. En mis discos se encuentra todo”.

5. LA DIVINA: LOS AÑOS DE

Los admiradores italianos de Callas la llamaron La Divina, y la soprano reinó realmente como una diosa, honrando los escenarios de los más importantes teatros de ópera en ciudades como Londres, Chicago, Viena, Buenos Aires, Berlín ‒donde su director fue Herbert von Karajan‒ y su ciudad natal, Nueva York. Los medios de comunicación la encontraban fascinante, retratándola a veces como exigente y temperamental.

En 1958 realizó su debut en la Ópera de París con un esplendoroso concierto de gala. En el público se encontraba un hombre que habría de cambiar su vida: el armador griego Aristóteles Onassis.

6. ASUNTOS DEL CORAZÓN

En la esfera pública, fue una artista extraordinaria y una mujer glamurosa, pero no fue hasta 1959 cuando las emociones entraron en su vida personal.

Ella y su marido, un hombre de negocios, fueron invitados a un crucero en el espléndido yate de Aristóteles Onassis. La química entre Callas y Onassis ‒un hombre casado‒ fue muy poderosa. Pocas semanas después del crucero, ella dejó a su marido.

La relación a menudo tempestuosa de Callas con Onassis duró hasta 1968. Él hizo añicos sus sueños de convertirse en su mujer y de tener hijos suyos cuando se casó de repente con Jacqueline Kennedy, la viuda del asesinado presidente estadounidense.

7. CAE EL TELÓN

Finalizados los años con Onassis, las actuaciones de Callas pasaron a ser cada vez más infrecuentes y su voz se volvió más frágil. Realizó su última aparición operística, como Tosca, en Londres en 1965. Se trasladó a vivir a París y esencialmente se retiró, aunque hablaba de muchos proyectos potenciales y a comienzos de los años setenta dio conciertos por todo el mundo con el tenor Giuseppe di Stefano.

Los últimos años de Callas fueron solitarios y su salud fue delicada. En septiembre de 1977 el mundo quedó conmocionado con la noticia de su muerte, de lo que se cree que fue un infarto. Tenía sólo 53 años.

8. INMORTALIDAD

Maria Callas sigue estando muy viva para los amantes de la ópera de todas las edades. Pocos artistas podrían igualarla a la hora de capturar la imaginación ‒y el corazón‒ del oyente.

Cambió el rostro de la ópera y contribuyó a moldear su historia, fundamentalmente insuflando nueva vida a los compositores belcantistas de comienzos del siglo XIX: Rossini, Donizetti y Bellini.

Una y otra vez, destacados cantantes afirmarán que Callas inspiró su vocación operística. Sigue alimentando a nuevas generaciones de intérpretes, del mismo modo que continúa cautivando a nuevos públicos.

9. LA GIRA DEL HOLOGRAMA

Maria Callas sigue viviendo a través de sus grabaciones, su legado, y ahora también gracias a una innovadora gira de conciertos por todo el mundo. Presentada por BASE Hologram, Callas en Concierto – La Gira del Holograma captura el poder místico de La Divina sobre el escenario en la cima de su maravillosa carrera adoptando la forma de un holograma en tres dimensiones.

Valiéndose de una tecnología innovadora, un equipo de ingenieros de sonido enormemente experimentados consiguió aislar la voz de Callas dentro de sus grabaciones. Gracias a la combinación de esta proeza y a la propia técnica escénica del espectáculo, la leyenda de la ópera encarnada vuelve a ocupar de nuevo el lugar que le corresponde sobre un escenario junto a una orquesta en directo, cantando arias tan icónicas como “Casta Diva” de Bellini, “Vissi d’arte” de Puccini y “L’amour est un oiseu rebelle” de Bizet, entre otras.

La experiencia concertística del holograma brinda a una nueva generación de amantes de la ópera la oportunidad de ver y escuchar a Callas con un realismo impresionante, asegurando que su legado siga viviendo con una calidad a la altura de su arte y de su vida.