Quórum. Revista de pensamiento iberoamericano ISSN: 1575-4227 [email protected] Universidad de Alcalá España

Leguina, Joaquín Reseña de "Cambio de destino. Memorias." de Jon Juaristi Quórum. Revista de pensamiento iberoamericano, núm. 15, otoño, 2006, pp. 179-182 Universidad de Alcalá , España

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comentario de tituto Cervantes. Mas, sobre todo, joaquín leguina es un poeta, con razón, muy apre- Escritor y presidente ciado (el poema que abre esta re- del Consejo Social seña es suyo). Euskaldún por el de la Universidad de Alcalá dominio de aquella lengua, ma- neja en castellano una prosa más Cuando cierres la puerta, no hagas ruido. sobresaliente y es un ensayista agu- La casa bulliciosa do y clarificador (Premio Nacional olvidará tu paso al poco de irte de Ensayo en 1998). como se olvida un sueño desabrido. Sus libros más conocidos giran No te valdrá el amor ni la paciente en torno al fenómeno identitario Jon Juaristi Entrega a su cuidado. vasco y a las perversiones que de Cambio de destino. Memorias Márchate silenciosa, él se han derivado: «El linaje de Suavemente. Aitor» (1987), «Vestigios de Ba- Editorial Seix Barral. Entre sus moradores alguien crece Barcelona, 2006. bel» (1992), «El bucle melancó- 400 páginas para quien defendiste la techumbre, lico» (1997), «Sacra Némesis» los muros y los altos ventanales (1998), «El bosque originario» donde la luz cernida comparece (2001) y «El reino del ocaso» cada nueva mañana. (2004) forman un conjunto co- Es la costumbre: herente, de extraordinario nivel Permanecer no entraba en el contrato intelectual y de lectura impres- y ahora debes partir. De todos modos, cindible para quien desee cono- no pensabas quedarte mucho rato. cer lo que ha pasado y pasa en ese laberinto ideológico-político Jon Juaristi (, 1951), el au- que comienza en Pancorvo y tor de estas memorias, es ahora ca- concluye frente al mar Cantábri- tedrático en la Universidad de Al- co o al pie de los Pirineos. calá, pero ha sido antes muchas Estas «memorias» —cuyo títu- otras cosas, por ejemplo, Director lo proviene de la jerga adminis- de la Biblioteca Nacional y del Ins- trativa española que se le aplicó al

quórum 15 reseñas bibliográficas I 179 autor cuando abandonó la direc- gó a España, verse perseguidos ción del y re- como perros bajo las amenazas gresó a la Universidad— consti- de muerte de «otros puños y tuyen una obra literaria de muy otras pistolas», precisamente los grata lectura para quien se acer- puños y las pistolas del Movi- que a ella, además de ser una na- miento Nacional de Liberación rración clarificadora respecto al que persigue y mata en nombre destino de una generación de vas- del Pueblo Vasco Trabajador. cos antifranquistas que estaban Motejados, además, no sólo de en torno al quinto lustro de sus enemigos sino, más sonoramen- vidas cuando el dictador decidió, te, de traidores. Una generación al fin, morirse (1975). Y estamos de valiosos intelectuales se ha ante un destino trágico, aunque visto trasterrada (cuando no ase- el lector no apreciará ninguna sinada) por el mero hecho de no queja personal en el libro de Jua- comulgar con las ruedas de mo- risti. Trágico no tanto por inexo- lino de ETA o, en general, del rable como por doloroso y por nacionalismo. Un grupo de per- injusto. Intentaré explicarme. sonas que han tenido el valor cí- El propio Juaristi asegura en el vico y la valentía personal de no prólogo que, al fin, se sintió ca- callarse, de no uncirse al carro, paz de abordar la empresa de co- de mantenerse en pie cuando locarse ante su propio pasado tantos se pusieron de rodillas, en «con la frialdad necesaria para un silencio cómplice y cobarde. evitar ordalías sentimentales (no Pero el libro es bastante más hablo de emociones dolorosas, que una narración política; esta- porque a mi edad el pasado ya mos ante «la educación senti- no duele, sino de las ineludibles mental» de un hombre, repre- sensaciones retrospectivas de ver- sentativo, por tantas razones, de güenza y autocompasión)». una generación maltratada. Una Porque, en verdad, ha sido educación sentimental, digo, muy duro lo que les ha pasado a porque entiendo que en el caso estos vascos, como lo es Juaristi, de esta buena gente (y también entregados primero a la batalla en el de mi generación, que es contra Franco, la mayor parte casi la suya) las decisiones políti- —también Juaristi— desde las cas, incluso las ideas políticas se filas del nacionalismo, incluso vieron precedidas por los senti- de las de ETA (Juaristi pasó al- mientos. Sentimientos de perte- gún tiempo —muy poco— en nencia y, sobre todo, sentimien- los aledaños de la banda)... y tos de rebeldía contra la incuria, luego, cuando la democracia lle- la persecución y la injusticia.

180 reseñas bibliográficas quórum 15 Se dice, y con razón, que la bro de Historia. Reproduzco calidad de una autobiografía o una anécdota que resulta —al de unas memorias se mide por menos para mí— muy ilustrati- el éxito o el fracaso a la hora de va del Bilbao que yo también narrar el autor su propia niñez. conocí. «Las chicas que venían a Leer esta niñez bilbaína de Jua- servir en casa de mis bisabuelos risti me ha resultado tan pla- —cuenta Juaristi— solían ser centero como ilustrativo. El 18 vascongaditas de Bermeo o Ga- de abril de 1937, el joven de 14 tica que sus familias enviaban a años Jon Juaristi había bajado Bilbao para que aprendieran cas- con su familia a ocultarse en un tellano y se casaran con obreros refugio para huir de las bombas de los astilleros de Sota, que alemanas que maltrataban ese eran nacionalistas y católicos día Bilbao. Al salir del refugio, practicantes. Por lo general, lle- el chico encontró en el suelo gaban aterradas. Una de ellas, es- una pistola y se sentó en las es- pecialmente tímida, volvió de caleras de las Calzadas, que misa, el primer domingo des- unen el Casco Viejo con la basí- pués de su arribada, con una lica de Begoña, para ponerse a sonrisa esplendente. Sospechan- jugar con ella. El arma se dispa- do que algún sinvergüenza le ha- ró y mató al muchacho. Este jo- bía tirado los tejos, mi abuela le ven era hermano del padre del preguntó por qué estaba tan escritor y éste heredó el nombre contenta. “Andria, ba’kizu? —le de su tío, malogrado en edad contestó ella—. Begoñam be me- tan temprana. «La conmoción zie euskeraz diñoe, Gatikan lez!” que me causó el descubrimien- [“¿Sabe señora? ¡En Begoña tam- to de la lápida (con el nombre bién dicen la misa en vascuence, de su tío en el cementerio de como en Gatica!”] Sobra aclarar Derio) dio paso a un terror su- que la misa se decía entonces só- persticioso. La convicción obse- lo en latín, tanto en Begoña co- siva de poseer en el más allá un mo en Gatica o en Pampliega». Doppelgäger cuyo destino deter- Otra anécdota narrada por minaría el mío no me abando- Juaristi (página 103) va a poner naría hasta que hube cumplido al lector tras las pistas que defi- los quince años». nirán la vida del autor. En pri- El entramado familiar que mer lugar, su carácter y luego Juaristi describe con gran viveza su relación con la lengua vasca. literaria nos ilumina sobre el Bil- «Después de la traumática ex- bao que existió en derredor de la tracción de las amígdalas —es- guerra civil más que cualquier li- cribe Juaristi—, yo oponía un

quórum 15 reseñas bibliográficas I 181 rechazo histérico al más míni- ca. En septiembre ya la tenía mo conato de aproximación dominada. O eso creía yo». quirúrgica. Cuando el doctor En fin, estamos ante un libro Pereiro se disponía a inyectar- amargo y a la vez luminoso que me la anestesia, lancé un berri- ilustra y, a su modo, analiza, es do tan infrahumano que el decir, destripa un pasado que no odontólogo se incorporó, lívi- es sólo el de los vascos, también do de furor, y ordenó a mi ma- lo es de todos los españoles. dre: «Llévatelo antes de que lo Y su lectura es acaso más ur- mate». Tras denodadas negocia- gente ahora que las cosas pare- ciones, se consiguió una nueva cen indicar, aunque nunca se sa- cita. Mi padre me advirtió. «Iré be, que el asesinato político y la contigo y si veo que haces un violencia pueden estar dando sus gesto raro, de la primera bofe- últimos pasos. Ya veremos có- tada te pongo mirando a Cas- mo, cuándo y con qué resultado. tro-Urdiales». Soporté la inter- Entretanto, leamos este libro vención con una taciturnidad para poder mirar con ojos más siniestra. Salimos a la calle y mi abiertos y también más sabios padre dijo: «No te has portado ese futuro, porque hay cosas mal. ¿Quieres que te compre que no cambian fácilmente y alguna cosa?» Ante su asombro, menos después de haber dedi- en vez de dirigirle a la juguete- cado —como lo han hecho mu- ría de Razquin, unos portales chos etarras— buena parte de más allá de la consulta de Perei- su vida a matar gente. A ésos ro, le hice cruzar la calle y lo si- quizá les sea aplicable aquel re- tué frente al escaparate de la frán castellano que le oí recitar vieja Librería López. «Quiero a una casera que vendía verdu- eso», dije señalando un libro ras en la plaza del mercado, encuadernado en tela azul. Vol- próxima a los jardines de Albia, ví a casa llevando bajo el brazo una mañana invernal de 1961. Euskaldun berri, de Isaac López La mujer, dirigiéndose a otra Mendizábal, un método para que, no sé en qué cuestión, la aprender eusquera inspirado en había defraudado, con el acento el Assimil. Durante ese verano inconfundible de la tierra, dijo: dediqué unas ocho horas dia- «Aunque mona se vista de seda, rias al estudio de la lengua vas- tú mona siempre».

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