TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN RELACIONES INTERNACIONALES

LA POLÍTICA EXTERIOR DEL PERONISMO Y SU VINCULACIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICA CON EL ESTADO DE ISRAEL (1946-1955)

Alumna: Martina Tauler Director: Profesor Javier Luchetti

Noviembre de 2017

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Agradecimientos Principalmente quiero agradecer a la educación pública, y a la oportunidad concreta que me otorgó la Universidad Nacional de Centro de la Provincia de , UNICEN, en abrirme sus puertas y formarme. Un reconocimiento especial, por su compromiso de siempre a mi director de tesis, Javier Luchetti, quien pertenece a esta casa de altos estudios. Me siento agradecida por haberme encontrado con Maestros que me ayudaron a creer en mí misma y a no bajar los brazos. Un reconocimiento entrañable a Rodolfo Olivera y Horacio Ferber. Agradezco mis años de militancia en la Juventud Peronista Tandilense, movimiento que además de concederme una visión práctica de la política, me hizo sentir parte tanto de la historia universitaria como de la ciudad de Tandil. Reconozco la importancia de mi grupo de estudio y de risas, Alan, Eugenia y Norberto, quienes me enseñaron a trabajar en equipo y a responder positivamente en momentos de presión, siendo compañeros claves en este proceso. Corresponde también un agradecimiento especial a mis padres Jorge y Estela y a mi hermana Tamara que me manifestaron su amor constante y me mostraron el camino del esfuerzo basado en la constancia. Un reconocimiento personal a Francisco, mi novio por acompañarme en este recorrido con amor y compromiso, sobreponiéndose a esta relación triangular entre él, la tesis y yo. Finalmente, agradezco también a la comunidad Judía Marplatense, y a SUIM puntualmente por haberme recibido siempre como una hija y haberme regalado la oportunidad de conocer un país como Israel, que me inspiró a elegir el tema de tesis.

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Dedicatorias

A mis papas por el apoyo y motivación, para la culminación de mis estudios universitarios. A mis amigas marplatenses por acompañarme y descontracturarme en momentos tensos A los adultos mayores de los talleres de ANSES, que me acompañaron en mis primeros pasas laborales. A mis amigas tandilenses Magdalena, Evelyn y Analía por compartirme siempre una sonrisa y un abrazo. Y a mi perro Ruffo por acompañarme en largas tardes de estudio

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ÍNDICE

Introducción Planteo del problema………………………………………………………………….....5 Objetivos generales y específicos……………………………………………………….6 Hipótesis………………………………………………………………………………...6 Enunciado de fuentes de conocimiento y de procedimiento empleados………………..6 Marco teórico…………………………………………………………………………...7

Capítulo 1. Situación económica y política internacional (1946-1955) 1.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...12 1.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....23 1.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………….32

Capítulo 2. Situación económica y política de América Latina (1946-1955) 2.1. Aspectos económicos…………………………………………………………..….36 2.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....41 2.3. Conclusiones del capítulo……………………………………………………….…47

Capítulo 3. La política exterior económica y política peronista (1946-1955) 3.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...50 3.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....56 3.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………….73

Capítulo 4. La política exterior económica y política peronista con Israel (1946- 1955) 4.1. Aspectos económicos……………………………………………………………...76 4.2. Aspectos políticos……………………………………………………………….....80 4.3. Conclusiones del capítulo………………………………………………………… 92 Conclusiones finales…………………………………………………………………... 95 Bibliografía……………………………………………………………………………100 Sitios web……………………………………………………………………………..104

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Introducción Planteo del problema.

Las relaciones económicas y políticas internacionales permiten la vinculación entre países de la misma región o de distintos continentes. En el caso de e Israel, esas relaciones comenzaron en la década de 1940 cuando se crea el Estado de Israel. Por ello resulta importante analizar la política exterior entre ambos países durante los gobiernos de Juan Domingo Perón (1946-1952 y 1952-1955).Se analizaran las vinculaciones existentes entre ambos países, principalmente las comerciales, como también cualquier otro tipo de vinculación que pueda categorizarse como relación bilateral, como las relaciones políticas, por ejemplo. Argentina reconoció al Estado de Israel el 14 de febrero de 1949, siendo uno de los primeros países del mundo en hacerlo (el primero en América Latina). Las relaciones bilaterales Argentina-Israel datan oficialmente desde el 1 de agosto de 1949, cuando Jacob Tsur, primer Embajador de Israel en Argentina, fue recibido en la Casa Rosada por el Presidente de la República Argentina, Juan Domingo Perón. “Las dos primeras presidencias de Perón fueron las que mejores vínculos diplomáticos tuvieron con el Estado de Israel en la historia argentina”1 según RaananRein. Se considera de suma importancia analizar las relaciones bilaterales entre Argentina e Israel en función de poder determinar las convergencias y divergencias de las estrategias comerciales de ambos países. Esta situación nos brindara elementos para la construcción de Programas de acción y promoción comercial. La tesis de grado a presentar pretende analizar y evaluar las relaciones económicas y políticas entre Argentina e Israel, durante el periodo 1946- 1955, teniendo en cuenta el modelo económico desempeñado por la República Argentina y la consecuente configuración de su política exterior. Se tendrá en cuenta indicadores de comercio exterior, de economía, como también conceptos vinculados a las relaciones políticas entre ambos estados, pudiéndose establecer algunas preguntas tales como, ¿Cuáles fueron las relaciones económicas y políticas que mantuvo

1Brodersen Juan, "Perón no era nazi, catapultó a los judíos a la vida pública argentina”, Entrevista a RaananRein, Clarín, publicado 25/08/2015. 5

Argentina durante losgobiernos peronistas (1946-1952), (1952-1955) con el Estado de Israel?, ¿Mantuvieron un vínculo constante o fluctuaron?

Objetivos generales y específicos.

Los objetivos generales son:

Analizar los modelos de gestión que configuraron las relaciones económicas y políticasinternacionales durante el primer y segundo mandato de Perón.

Analizar el posicionamiento de los gobiernos peronistas ante la situación económica y política internacional y latinoamericana.

Los objetivos específicos son:

Analizar la política exterior peronista frente al estado de Israel durante los dos mandatos.

Señalar las similitudes y diferencias de la política exterior en los dos períodos en los aspectos económicos y políticos.

Hipótesis

Hipótesis principal: Los gobiernos peronistas entre 1946 y 1955, mantuvieron una vinculación continua y debuenas relaciones con el Estado de Israel.

Hipótesis secundaria: La construcción de la política exterior peronista estuvo basada enel no alineamiento y en fluctuaciones con respecto a los problemas que enfrentaba a nivel internacional y latinoamericano.

Enunciado de fuentes de conocimiento y de procedimiento empleados

El diseño de la investigación es cualitativo, cuantitativo y no experimental.Técnicas/instrumentos de recolección de datos: Como estrategia y técnica para la recopilación de datos para la investigación se hará un análisis de contenido, teniendo en cuenta textos escritos o material de comunicación gestual, oral, escrita, icónica, por ejemplo: conferencias, libros, revistas, anuncios, diarios, multimedia,

6 artículos.Se han incluido capítulos considerados “de contexto”, como lo son los capítulos 1, 2 y 3 que se han considerado necesarios para el entendimiento y la comprensión del lector.

El capítulo uno abarca la situación económica y política internacional del período estudiado, teniendo en cuenta como hito principal el fin de la Segunda Guerra Mundial, que generó un sistema bipolar. Se analiza la postura dominante de los EEUU en el hemisferio occidente y su perpetración mediante la construcción de nuevas instituciones internacionales.Conjuntamente con el contexto internacional de posguerra se destaca la construcción del nuevo Estado de Israel, año 1948 y el inicio formal del conflicto palestino-israelí.

El capítulo dos también analiza la situación económica y política pero específicamente en la región Latinoamericana, teniendo en cuenta cierto desinterés demostrado por los EEUU durante el decenio del ‟40 y el ‟50, lo que permite una incipiente integración regional. Además se aborda el modelo económico desarrollado por los países latinoamericanos basado en la industrialización sustitutiva de importaciones.En el capítulo tres, sehace foco en la Argentina específicamente en la política exterior del peronismo, haciendo énfasis en los problemas que debió enfrentar desde el año 1946 hasta 1955, tanto en el ámbito regional como internacional. Se desarrolla con la “tercera posición” de la doctrina justicialista para comprender su pragmatismo histórico.

Por último, el capítulo cuatro analiza la relación del peronismo con la comunidad judía argentina teniendo en cuenta hechos específicos que favorecieron a la colectividad. Además, se adentra en la relación bilateral entre ambos Estados, teniendo en cuenta intercambios diplomáticos y comerciales, demostrando la veracidad de la hipótesis planteada.

Marco teórico: La escuela Realista se desarrolla con pretensiones explicativas de la realidad internacional que tuvo lugar en el marco de la Guerra Fría. En ese sentido, Hans Morgenthau, autor dePoliticsAmongNations, trata en su libro de: 1) el estatocentrismo;

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2) la naturaleza conflictiva de las relaciones internacionales, y 3) la centralidad del poder2. Si transferimos la concepción del realismo clásico a la política exterior Argentina, se debe hablar de diferencias que existen entre el “Realismo Morgenthiano” y la “Autonomía Puigiana”. A diferencia del realismo clásico, el autonomismo de Puig, fija el Interés Nacional en la base material de las elites para conservar sus beneficios y poderes en el Estado-Nación3, y no con un carácter permanente y atemporal como en aquel. Durante la primera etapa del peronismo, 1946-1952 y la temprana Guerra Fría, 1947-1953, la relevancia de este tipo de estudios realistas en el ámbito de las relaciones internaciones, “tuvo que ver con la utilidad de los enfoques realistas como guía de las decisiones políticas estatales”4. De esta última idea podemos desglosar el peronismo y la búsqueda de la autonomía: la Tercera Posición en política exterior. Partiendo de la base realista que el sistema internacional vive como sistema anárquico, porque no existe un gobierno mundial, se puede afirmar que el poder es una discusión central en la política exterior, aunque se puede discutir cuál es su naturaleza, si social, política, económica o cultural. “Pero sin lugar a dudas se puede afirmar que trata sobre el control de un actor o un grupo de actores sobre otros, en el escenario internacional”5. Si se aborda asuntos internacionales y problemas del sistema internacional, es necesario conceptualizar política exterior, como el instrumento mediante el cual los estados tratan de manejar estos problemas: “Desde la Segunda Guerra Mundial, las decisiones y acciones de los Estados que se consideran de “política exterior‟han llegado a constituir un importante campo de investigación en los países industrializados occidentales”6. El análisis de la política exterior Argentina se enmarca dentro de la política exterior latinoamericana, por una parte la región es una de las más homogéneas del

2Barbe Esther, 1987, “El papel del realismo en las relaciones internacionales”, Revista de Estudios Políticos N57 julio-septiembre, (Nueva Europa), p. 154.

3Simonoff Alejandro Cesar, 2014, “Autonomía puigiana, realismo morgenthiano y guerra fría. VIII Jornadas de Sociología de la UNLP. Departamento de Sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, La Plata. 2014, p .5. 4Salomón, Mónica, 2002, “La Teoría de las Relaciones Internacionales en los albores del siglo XXI, Dialogo, disidencia y aproximaciones” Revista CIDOB d‟AfersInternacionals, núm. 56, p.11 5Simonoff y Alejandro Cesar, op. cit., 2014, p.3. 6Hazleton William, 1988, “Análisis y formulación de la política exterior” Proyecto de Cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL Chile, 1988, p.4. 8 mundo. Se ve como un subsistema o un sistema de acción, relativamente homogéneo. Pero por un lado sus unidades exhiben diferencias en términos de poder, tradición, estilos de política exterior, que las hacen distintas7. Por otro lado, está el análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), institución que en rasgos generales, considera que las variables externas configuran la periferia capitalista, condenada por el deterioro de los términos de cambio y con esto una posterior dificultad en la balanza de pagos. Estos efectos negativos causados por estas tendencias sistémicas podían superarse a través de una estrategia de industrialización basada en la sustitución de importaciones; ISI, desarrollada en la Argentina desde la década del 30 hasta el año 1955, incluyendo así los gobiernos de Perón. “Algunas de las políticas que se tomaron en ese momento fueron los redescuentos, el Comité de Exportaciones y estímulo Industrial y Comercial, las Leyes de Promoción Industrial, la creación de la flota mercante del Estado, los créditos del Banco Industrial (1944) y la nacionalización del BCRA (1946)”8. Para el presente trabajo la política exterior Argentina durante los mandatos peronistas (1946-1955) fue estructurada y configurada en función del interés nacional de ese respectivo periodo. Esto se ve reflejado discursivamente en el libro de J.D Perón La política internacional Argentina, tomo V: “La Argentina mantiene amistad con todos los países del mundo, no se inclina hacia las hegemonía de izquierda y de, derecha, porque tiene una conducta internacional definida”. Durante las presidencias peronistas la política exterior argentina buscó autonomía. Según palabras de Helio Jaguaribe, el grado de “permisibilidad” resultante de los cambios experimentados por el sistema político, económico y militar internacional demuestra que sólo los países más viables de la región pueden alcanzar un grado relativamente alto de autonomía9. Por ello es necesario que además de tener en cuenta la visión sistémica, se debe recurrir a otras para no caer en generalidades y distinguir las diversas reacciones frente a estímulos externos. Entonces es menester señalar que la configuración de la política exterior se configura tanto por estímulos internos como externos. Demostrando que las

7Alberto Van Klaveren, 1988“Análisis y formulación de la política exterior” Proyecto de Cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL Chile, p.26. 8Ferrer Aldo, 2004 “La economía argentina. Desde sus orígenes hasta principios del siglo XXI. Fondo de Cultura Económica de Argentina”, Buenos Aires, Argentina, p.619. 9Van Klaveren, Alberto, op. cit., p.33. 9 perspectivas teóricas que han sido esbozadas no constituyen enfoques que se excluyen mutuamente. Sino complementación. Un autor que hace énfasis en las determinantes internas de la política exterior es Macelo Lasagna. “Sin negar la importancia de las determinantes sistémicas y reconociendo el peso de estas en el comportamiento externo de los países”10. Lasagna considera importante el proceso político interno, un claro ejemplo de que el régimen político interno puede afectar al comportamiento externo es la “tercera posición del gobierno peronista”, ni con los Estados Unidos ni con la Unión soviética. Las variantes internas dependen de la política doméstica, es decir del sistema político nacional, incluyendo la influencia de la opinión pública, grupos de interés, iglesia y partidos políticos. Por ende esto deja claro que “la política exterior de un régimen político, es parcialmente una función de su dinámica política interna”11. Igualmente es necesario dejar en claro que el objetivo del presente trabajo es estudiar la política exterior, considerando los diferentes tipos de factores que intervienen en tal acción. La política exterior puede considerarse un subcampo de las relaciones internacionales. La política exterior como otras políticas gubernamentales es continua y busca maximizar los beneficios del Estado. La política del “tercerismo” (ya que se aleja del colectivismo comunista y del individualismo capitalista) de los cuarenta y cincuenta marcaba en el peronismo la búsqueda de un camino nacional. La política exterior peronista de “tercera posición” por un lado en relaciones económicas internacionales, reflejaba el intento por mantener el esquema triangular que se había formado entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña, a fin de dar impulso a la industrialización nacional. Pero a nivel regional respecto de América Latina buscaba crear un espacio de solidaridad política y complementación económica que, acuerdos bilaterales y multilaterales mediante, pudiera conducir a una mayor integración entre las economías de la región. Apartado de las grandes opciones que el mundo proponía, creando así un espacio nuevo: “El peronismo es tercerista porque es uno de los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo. Es tercerista porque abre un camino autónomo entre "los dos imperialismos", el soviético y el norteamericano”12.

10Lasagna Marcelo, 1995, “Las determinantes internas de la política exterior: un tema descuidado en la teoría de la política exterior”, Estudios Internacionales N 25, p. 387-409. 11Ibídem, p.388. 12Feinmann, José Pablo, 07/01/1988, “Tercerismo”, Diario Pagina 12, p. única. 10

En palabras de Roberto Russell, sucedió que luego de la depresión del año 1929 fue difícil allanar para los países de Latinoamérica una forma de inserción internacional, era difícil para los modelos de política exterior encontrar sustentabilidad en el tiempo. Los proyectos de incorporación estuvieron sellados por una puja entre dos esquemas, el esquema autonomista, llevado a cabo mayoritariamente por los gobiernos democráticos y por otro lado por esquemas de alineamiento con los Estados Unidos. “En este contexto de inestabilidad operaron tanto la polarización política (peronismo anti peronismo), como la económica (campo-industria), en donde ambas no fueron necesariamente recíprocas, sino que existieron múltiples y cruzadas combinaciones entre ellas que llevaron a la incapacidad de definir un rumbo sostenido”13.

13Simonoff Alejandro, 2010, “La política exterior argentina durante la Guerra Fría” IV Congreso de Relaciones Internacionales, Séptimas jornadas de Medio Oriente La Plata, p.2.

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Capítulo 1

Situación económica y política internacional (1946-1955)

1.1 Aspectos económicos. Al analizar la década del cuarenta y la década del cincuenta se puede observar como principal hito histórico la Segunda Guerra Mundial, la cual comenzó en el año 1939 y se extendió hasta 1945. Como acontecimiento mundial marcó fuertemente la década del 40 y el siglo XX en general. En la misma se vieron implicados la mayor cantidad de Estados del mundo. La contienda bélica internacional alteró las relaciones económicas y la estructura del sistema mundial. Igualmente ya la situación prebélica de la Segunda Guerra Mundial configuró una nueva disposición internacional, la Gran Depresión del año 1929, modifico la estructura económica del tablero internacional, existieron variaciones y Estados Unidos influyó intrínsecamente en ellas. La recesión de la economía de Norteamérica golpeó fuertemente a otros sectores industriales. Alemania, por ejemplo gran núcleo industrial, en el año 1928 recibía un gran flujo de capitales extranjeros, capitales necesarios para la reestructuración de su economía. Tal dependencia la había vuelto una economía vulnerable y esto quedó demostrado en el año 1929, cuando EEUU retiró sus capitales, “Entre 1929 y 1931 la producción industrial disminuyó aproximadamente un tercio tanto en Alemania como en EEUU”14. Luego de la Gran Depresión, la administración norteamericana tomo un rol determinante, con la configuración del tratado económico llamado New Deal, establecido por el presidente estadounidense Franklin. D Roosevelt (1933-1945). La consecuencia primera y principal de la depresión del ‟29, fue el desempleo del grueso de la población de los países industrializados. Para contrarrestar esta traumática situación, se instauró el tratado económico anteriormente mencionado, con un nuevo paradigma, el de la economía mixta, inspirado en una visión keynesiana de la política económica, en sustitución del paradigma liberal del laissez-faire: “El desempleo ha sido la enfermedad más extendida, insidiosa y destructiva de nuestra generación: es la

14Hobsbawm Eric, 1994, “Historia del siglo XX”, Buenos Aires, Critica Grijalbo Mondadori, p. 98. 12 enfermedad social de la civilización occidental en nuestra época”15. Por ende puede decirse también que la Gran Depresión, significó la implantación de sistemas modernos de seguridad social. Cabe destacar que mientras el hemisferio de occidente se encontraba en crisis, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, estaba inmersa en un proceso de industrialización acelerado, con la aplicación de los conocidos Planes Quinquenales. Puede decirse que la solidez económica de la URSS, durante la Gran Depresión, allanó el camino para la reconfiguración del capitalismo, abandonando la ortodoxia del libre mercado. Igualmente el fin de la Segunda Guerra Mundial fue lo que marcó el siglo XX, porque el mundo se dividió en dos. Dos grandes países delimitaron sus respectivas zonas de influencia, por un lado el bloque liderado por EEUU y por otro, el bloque dirigido por la URSS. Fue el período denominado Guerra Fría, más de cuarenta años de tensión política, económica, ideológica, militar y social entre EEUU y la URSS. Su origen fue en la posguerra, y se desarrolló hasta la disolución de la URSS en 1991. Antes de declararse la Guerra Fría, existieron una serie de conferencias importantes para la configuración mundial, tres para ser exactos, la primera fue en año 1943, en Casablanca, que en ese entonces era un protectorado francés. En tal conferencia se buscó una estrategia europea para el funcionamiento de los aliados en la Segunda Guerra. Otra de las conferencias fue en el año 1945, tuvo lugar en la ciudad de Yalta, reunidos en ella el Presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Stalin, el Primer Ministro de Reino Unido, Churchill y el Presidente de los EEUU, Roosevelt, estos intentaron sentar las bases para la reconstrucción europea. Entre otros asuntos, se declaró la desmilitarización y el desarme, ambas medidas no tuvieron éxito. También se trató la partición de Alemania en cuatro zonas, una para cada aliado y una para Francia, a modo de evitar un resurgimiento del nazismo. Igualmente tras el retiro de Gran Bretaña y Francia, Alemania quedó dividida en la República Democrática Alemana, zona de influencia soviética y la República Federativa Alemana, zona de influencia estadounidense. Ese mismo año, en el mes de Julio ocurre la conferencia de Potsdam, ciudad cercana a Berlín, puede decirse que fue el comienzo real de la Guerra Fría, de la

15Arndt, H, 1944, “Lecciones económicas de 1930”, Londres, ThenetherlandsIridiesForeignRelations, p. 250. 13 separación de Europa, del mundo en dos esferas de influencia. La conferencia estaba destinada a resolver la administración de Alemania y se explicitaron las diferencias entre EEUU y la URSS. En ese entonces Alemania estaba ocupada y dividida en cuatro zonas de influencia. El objetivo principal de Potsdam fue el establecimiento de un orden de posguerra, pero EEUU, ya había establecido su propio objetivo: mantener su status de superpotencia. Al morir Roosevelt asume el presidente Harry Truman en los EEUU, en 1945. Truman (1945-1953), buscó la consolidación de doctrinas en política exterior para salvaguardar los intereses de EEUU y preservar la superioridad norteamericana. Truman le notificó al presidente Stalin, sobre los avances estadounidenses en materia de armamento nuclear y también se le da aviso a Japón para que se rinda. Una semana después de la conferencia de Potsdam, EEUU lanza la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, ataques que forzaron la rendición del imperio Nipón en la Segunda Guerra Mundial. Con la rendición de Japón, concluyó la Guerra del Pacífico y por tanto, la Segunda Guerra Mundial. Inmediatamente el archipiélago asiático fue ocupado por fuerzas aliadas lideradas por los Estados Unidos. Dejando a tras la contienda mundial, casi automáticamente se inició el conflicto bilateral entre ambas potencias, comenzando así la configuración de un mundo bipolar, diferenciado ideológicamente, políticamente y económicamente. Cada país tenía su estrategia geopolítica para ir configurando su zona de influencia, por su parte EEUU para afianzar el desarrollo de su política mundial, desplegó una gran red de alianzas, reforzó los lazos transatlánticos con Europa occidental. Cabe destacar que el conflicto de Corea (1950-1952) y la división de Alemania en oriental y occidental (1961), configuró aún más la Guerra Fría entre los dos bloques. La disputa entre las dos nuevas potencias, EEUU y URSS, se intensificó notablemente con la guerra de Corea y la posterior división del país en dos estados diferentes: Corea del Norte y Corea del Sur. Se creó una estructura militar permanente en carácter de defensa colectiva, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, (1949) también titulada como Alianza Atlántica. En ella los Estados acordaron defender a cualquiera de sus miembros si son atacados desde otro país fuera de la coalición. Sigue siendo una institución vigente, en la actualidad posee 29 Estados miembro y otros 17 Estados extra-OTAN.

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Luego de la Segunda Guerra Mundial, ya trascurrido el año 1947, los países de Europa occidental, considerados zona de influencia norteamericana, habían comenzado a recomponerse gradualmente, igualmente sus economías aún tenían sus balanzas de pagos deficitarias, y un déficit comercial importante con los EEUU. Esto se debía a la falta de intercambio comercial, por lo que comenzaron a sentir la falta de liquidez de dólares estadounidenses, lo que los obligó a reducir las importaciones procedentes de este país. A su vez esta situación, implicó para la economía norteamericana la desconfianza ante la tan temida recesión posbélica, por eso y por cuestiones ideológico políticas y económicas, se constituye la raíz de un plan de ayuda. Desde Washington se transmitió la imperiosa necesidad de buscar fórmulas para mantener el nivel de exportaciones, las cuales generaban un alto índice de empleo en los EEUU. Además como se mencionó anteriormente, EEUU no quería caer nuevamente en recesión, por ello buscó generar una reactivación económica en los países europeos. El presidente Harry Truman criticó reciamente la barrera física y política creada por la URSS, conocida como “Cortina de Hierro”. La misma separaba Europa Occidental de Europa Oriental. Por su parte el líder de la URSS, Iósif Stalin, sostenía que la política exterior estadounidense, estaba utilizando su monopolio capitalista y su capacidad militar para así llegar a una supremacía mundial, trasladando su modelo a todo occidente. Se puede observar que la solución a las balanzas de pagos deficitarias europeas fue un claro ejemplo del comportamiento estadounidense que buscó aliados económicos. Esta iniciativa se vio materializada en el Plan Marshall, cuyo objetivo era ayudar a la reconstrucción de Europa, el plan tenía dos aristas, la económica: la cual condujo a los gobiernos europeos hacia la sociedad de bienestar y al Estado social, ganando así los EEUU a Europa Occidental como aliado. Asimismo, se renovaron las infraestructuras del transporte, se modernizaron empresas agrarias e industriales, buscando así la reanimación de la producción y la dinamización de los comercios inter europeos. Y la segunda arista en referencia a lo político, se explicitó la decisión de impedir el desmontaje de la industria alemana, pregonado por Francia, Rusia e Gran Bretaña. Impidiéndolo se permitió la definitiva reconstrucción de Alemania Occidental. En el siguiente cuadro podemos observar la distribución de los fondos del programa de reconstrucción de Europa, titulado Plan Marshall. El mimo comprende desde Abril de 1948 a Junio de 1951.

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Fuente:http://ocw.unican.es/ciencias-sociales-y-juridicas/integracion-economica-europea/material-de- clase-1/modulo-2/2.3-el-plan-marshall-y-la-organizacion-europa. Consultado el 6/07/2017

Los dólares que ingresaron en las economías europeas permitieron la gradual normalización de la actividad económica, a su vez, se profundizó la intervención del Estado en los asuntos económicos, de tal manera que a finales de la década de 1940 el Estado era el mayor empresario en Francia, Italia y Gran Bretaña. Japón y Alemania experimentaron una recuperación rápida, en menos de 20 años, habían transformado sus economías en potencias económicas: “Truman desarrolló la política exterior norteamericana de las coaliciones haciendo volver a los enemigos vencidos, Alemania y Japón, al conjunto de las democracias desarrollando una intensa labor de ayuda que tiene como estrella el Plan Marshall (…)”16. El objetivo transcendental de la política económica sería de ahora en adelante el crecimiento económico y el pleno empleo, así surge la planeación y el seguimiento cuantitativo de las variables macroeconómicas, al tiempo que se crearon leyes para crear empleo en EEUU, GB y Suecia. Esto fue el fundamento de lo que más tarde se llamaría

16Palma Eduardo Ezequiel, 2010 “Características de la Política Exterior de Estados Unidos”, Buenos Aires, IEEBA, Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, UNLP, p. 25. 16

Estado de Bienestar, que resultó de vital importancia para explicar el desempeño de la economía mundial a partir de la década de 195017. El Plan Marshall fue parte de la política exterior del presidente Truman, quien también estableció la Doctrina Truman, anunciada en el año 1947, resaltando la idea de EEUU como defensor de la democracia y de la comunidad internacional, de acuerdo con los principios de la Carta de Naciones Unidas (CNU). El “antecedente” de esta doctrina, se puede ver en la “Teoría de la Contención” del Secretario de Estado George F. Keenan. Cabe señalar que la política de contención, fue la piedra angular de la política exterior de los EEUU, una política adoptada hacia la Unión Soviética. El propósito de la misma era derrotar a la URSS, impidiendo la expansión de su territorio y de su zona de influencia. Se buscaba tener bajo control los regímenes comunistas. En el hemisferio occidente desde la década del „50 hasta el decenio del„70, se vivió uno de los periodos de máxima prosperidad, principalmente las economías capitalistas que gozaron de los beneficios del Plan Económico. Tales economías encontraron relativa estabilidad interior, que les permitió comenzar con el desarrollo de la tecnología aplicada en todas las áreas de la economía. Como por ejemplo, la tecnología aplicada en la agricultura, generó una disminución en el costo de los alimentos, como también en el área de las manufacturas. Esto conllevó a un aumento significativo de la población, fenómeno titulado “babyboom” en los EEUU, debido a la alta tasa de natalidad, también se extendió a países europeos como Francia y España. Durante estos años de apogeo económico, en política exterior se practicó una política de contención, disuasión nuclear, carrera armamentista, guerra económica, ideológica y psicológica, con el objetivo de debilitar al enemigo. De esta manera puede entenderse que las relaciones internacionales entre Estados socialistas y capitalistas fueron relaciones de poder, entre Estados representantes y representativos, de clases económico-sociales antagónicas, irreconciliables y enemigas. En el caso del “mundo” socialista existía una profunda centralización económica y política, por ello los países de Europa del Este, reclamaban frente al régimen totalitario.

17Aparicio Cabrera Abraham, 2013, “Historia económica mundial 1870-1950”, México, Economía Informa n° 382, septiembre-octubre, p. 114. 17

La Guerra Fría procuraba estar a la altura de su propia retórica, la de luchar por la supremacía o la aniquilación, aunque la misma no era un enfrentamiento donde los propios gobiernos tomaban decisiones, sino una ciega rivalidad entre los servicios secretos, generando especulaciones y mayores tensiones.A diferencia de la Primera Guerra Mundial, la segunda posguerra mundial se afrontó con voluntad de cooperación económica por parte de los países occidentales, principalmente, de EEUU, por un lado, y de Gran Bretaña, por otro. Es menester señalar que la situación que devino en la bipolarización de la política mundial con centros en Washington y Moscú, tuvo como campos de batalla, principalmente, Asia-Pacífico, África mediterránea, África Negra, Centroamérica y Sudamérica, en parte Europa y Medio Oriente. Los enfrentamientos bélicos durante la Guerra Fría nunca tuvieron lugar en sus epicentros políticos, si en zonas periféricas, que inmediatamente se transformaban en zona de influencia. Después del fin del conflicto mundial, es necesario nombrar la Guerra Civil China, en el año 1949, que significó el triunfo de Mao Zedong, quien proclamó en Pekín, y en la parte continental de su nación un régimen de base Comunista, reconocida como República Popular China. Un país comunista en medio de Asia, significaba para los EEUU una amenaza al incipiente “equilibrio” del nuevo orden mundial. De contracara a esto EEUU impartió una política de contención comunista en la región de Taiwán. La política de contención no era aislacionista sino que proponía una guerra limitada con la URSS, no se buscó aniquilación de la misma sino contenerla. La URSS por su parte sufrió un resquebrajamiento en el año 1948, la ruptura del régimen de Mariscal Tito en Yugoslavia, ya que el mismo trató de nadar entre dos aguas, las comunistas y las de los países no alineados del Tercer Mundo. El nuevo orden mundial, categorización que suele utilizarse para describir la nueva configuración del sistema internacional luego de la Primera Guerra Mundial, buscó establecer el poderío institucional de la Liga de las Naciones, pero está institución fracaso ya que en 1939, como se mencionó anteriormente comenzó la Segunda Guerra Mundial. Luego de la segunda contienda mundial, se siguió con la idea de la institucionalización del sistema internacional pero con una impronta específicamente económica; Aunque también fueron los países victoriosos de la Segunda Guerra Mundial, quienes crearon la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para el mantenimiento de la paz mundial y la seguridad internacional. Tales potencias lideran el

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Consejo de Seguridad de la ONU, donde allí tienen la capacidad de garantizar sus propios intereses. Haciendo hincapié en la impronta económica del decenio del ‟40, se debe recalcar que en el año 1941, los dos líderes de la economía internacional occidental, EEUU y Gran Bretaña, trabajaron en el diseño del sistema económico de posguerra. Dicho plan institucional se celebró con el nombre Bretton Woods en 1944. Las relaciones económicas internacionales comenzaron a establecerse bajo ese marco regulatorio y fueron adecuándose paulatinamente. El nuevo orden financiero y comercial tuvo la virtud de definir el entorno en que los países deberían operar en el comercio, en los pagos exteriores y en los movimientos de capital. Tanto es así que Bretton Woods fijó un horizonte hacia el cual debían encaminarse las políticas comerciales y cambiarias, horizonte que, con algunos cambios, aún hoy sigue plenamente vigente. Específicamente los acuerdos de Bretton Woods consistieron en la creación de tres nuevas instituciones supraestatales: Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). También se gestó la idea de la Organización del Comercio Internacional (OCI), que no llegó a nacer, porque era demasiado ambiciosa, en su lugar se creó el GATT. La actual Organización Mundial del Comercio (OMC), rige en el campo que anteriormente le pertenecía al GATT, las partes contratantes que fundaron la OMC dieron oficialmente por finalizados los términos del acuerdo del GATT en diciembre de 1995. Estas instituciones pregonan un comercio libre y no discriminatorio, buscando promover la liberalización del comercio mundial. El segmento primordial del esqueleto levantado por Bretton Woods fue el FMI, que se comisionó la defensa de un sistema cambiario de tipos fijos, aunque ajustables, basados en el oro, pero a través del dólar, que se consolida como moneda mundial de referencia. Este organismo podía prestar asistencia financiera a los países que sufriesen déficits en sus cuentas exteriores para así evitar la alteración del tipo de cambio, y de esta manera ganar competitividad en el exterior y mejorar, las balanzas comerciales, cuentas corrientes y aumentar las exportaciones. Las medidas adoptadas en Bretton Woods para la estructuración económica internacional de largo plazo quedaron en segundo plano ante la política económica cortoplacista del Plan Marshall diseñada para resolver problemas inmediatos en Europa. Este plan económico tuvo repercusiones a nivel mundial, ya que la dimensión política que difundía (de bases republicanas y democracia liberal), se entrelazaba

19 profundamente con una idea liberal de economía, donde el mercado se autorregula y la libertad de empresa está garantizada: “Los Estados Unidos se comprometieron con la reconstrucción europea y asumieron el papel de gendarmes del orden capitalista”18. La democracia liberal, propone la idea de igualdad en el campo jurídico, es decir igualdad de derechos, haciendo énfasis en cuestiones económicas. Frente a tal expansionismo capitalista, el líder ruso, Stalin, ideó un canal de subsidios desde Moscú, primero conocido como plan Molotov, que poco después lograría su institucionalización como COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica, que agrupó a todos los países de economía socialista en la órbita soviética. La creación del consejo, no fue más que la respuesta política de la URSS a la creación de la OTAN. El estatismo soviético no concebía la iniciativa individual, canceló la libertad de empresa, proponiendo una colectivización forzosa de la propiedad privada, especialmente de las tierras, transformadas posteriormente en granjas estatales colectivas en donde la producción se concentraba y luego se repartía. La URSS sustentaba la idea de igualdad basada en la teoría marxista, un sistema económico de intervención estatal y de regímenes autoritarios para garantizarlo. En el hemisferio occidental ya entrada la década del 50, se impone una política de integración económica mundial y fomento del comercio internacional. El Plan Marshall mencionado insistentemente significó posteriormente la creación de la Organización Europea para la Cooperación Económica, OECE. Definitivamente el Plan Marshall de los EEUU, fue una política de Estado plasmada en política exterior, con el objetivo de instaurar una política económica en occidente, a fin de lograr compatibilidad con el orden económico internacional, libre y abierto, que deseaba construir la administración norteamericana. Estas medidas de contenido económico fueron tan importantes como su contenido de ayuda material. Es menester recordar que al abordar asuntos internacionales y problemas del sistema internacional, es necesario conceptualizar política exterior, como el instrumento mediante el cual los estados tratan de manejar sus problemas: “Desde la Segunda Guerra Mundial, las decisiones y acciones de los Estados que se consideran de “política

18Béjar María Dolores, 2012 “Historia del siglo XX: Europa, América, Asia, África y Oceanía”, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, p. 176. 20 exterior‟ han llegado a constituir un importante campo de investigación en los países industrializados occidentales”19. Se destaca que la política exterior, es política de primer orden y es una política pública de Estado que delimita las relaciones y acciones que dicho Estado se propone desarrollar en el sistema internacional para satisfacer las necesidades de la población, mediante relaciones interestatales e internacionales20. Esto nos lleva a comprender que la política de Contención fue una política pública configurada por los EEUU y que se convirtió en el principal objetivo de la política de seguridad nacional de Estados Unidos a partir de un discurso pronunciado por el presidente Harry Truman ante el congreso nacional en el año 1947, esto demuestra que cuanto mayor es la influencia y la hegemonía del Estado en la esfera internacional su política exterior define cuestiones sustanciales de la política gubernamental. El país norteamericano en la administración del gobierno de Truman implementó una política exterior de contención. También existió una política exterior de disuasión, principalmente en el gobierno de Eisenhower, (1953-1961) que tenía como objetivo impedir que el comunismo llegara a Medio Oriente. Estas dos doctrinas, y sus combinaciones significaron en política exterior, el desarrollo de un sistema de valores acorde a la ideología de EEUU, la democracia liberal. El Estado de Bienestar floreciente durante este periodo histórico, pregonado por EEUU, no pretende acabar con la estructura del sistema económico capitalista, ni con la ideología del liberalismo económico, pero si buscaba remediar sus deficiencias, mejorar la salud, la educación, pensiones, jubilaciones, pero sin desarticular las bases económicas capitalistas. El modelo económico instaurado implicaba políticas distributivas mediante una política fiscal que hacía pagar más a quien más tenían, utilizando los impuestos directos, más que los indirectos. La diferencia entre impuestos directos e indirectos es la base sobre la cual se aplican; los impuestos directos cargan la riqueza de las personas, los impuestos indirectos cargan el cómo se utiliza esta riqueza. De esta manera la figura del nuevo Estado se caracterizó por la expansión del gasto público, en la mayoría de los países, los impuestos constituyen la fuente de recursos más significativa para el gobierno. Sirven para financiar sus actividades como

19Hazleton William, 1988, “Análisis y formulación de la política exterior”, Chile, Proyecto de Cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. PNUD/CEPAL, p. 4. 20Gumucio Cristian Parker, 2004, Revista de Sociología N°18, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Chile, pp. 149-157. 21 también las políticas sociales. También se llevó a cabo el desarrollo de empresas públicas en aquellos sectores de la economía que eran considerados de importancia estratégica o sectores donde el capital privado le era muy costoso en términos de inversión, como electricidad, hidrocarburos, transportes. Francia, Alemania y Gran Bretaña, nacionalizaron algunos de estos sectores y fue así como quedaron regulados bajo la administración pública. Este conjunto de transformaciones fueron impulsadas desde el “Estado de Bienestar”, difundido en muchos de los países del bloque capitalista, mantuvo su plena vigencia hasta finales de la década del „60.A pesar de existir una nueva seguridad social que cubría aspectos de salud, educación etc., paralelamente se aceleró el proceso de concentración económica y cobraron plena vigencia las corporaciones multinacionales. Bajo el nuevo marco de acción, la Organización de Naciones Unidas, ONU, se elaboró un marco de contención para la relación entre colonizadores y colonizados, ya que el fin de la Segunda Guerra Mundial también significó liberación para África y parte de Asia. La liberación o la descolonización africana se desarrolló en dos periodos: el primero, desde 1919 hasta 1939 y el segundo desde 1945 a 1970. Se dividen en dos etapas dado el contexto histórico que involucra a cada una, generando así distintos movimientos de liberación nacional. Institucionalmente, la Cumbre de Ginebra de 1955 dio por finalizada la pretensión colonialista francesa sobre la región de Vietnam, y a su vez la derrota en el sureste asiático animó las esperanzas argelinas al comprobar que su metrópoli podía ser vencida por campesinos y fuerzas no oficiales. El artículo primero, (propósito número dos) de la Carta Magna de la ONU, pone en jaque a las grandes potencias coloniales, preconizando “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”. Con este contexto institucional, comenzó la segunda etapa de descolonización moderna, bajo acontecimientos de la Guerra Fría y sobre el complejo panorama del mundo dividido en dos. A finales de la Segunda Guerra Mundial existían solo cuatro estados independientes en África: Egipto, Etiopia, Liberia y Unión Sudafricana. En la década del 50 se aceleró el proceso de descolonización, estimulado por los movimientos independentistas asiáticos y por el Movimiento Panafricano. Es la elite intelectual africana quien dirige la emancipación de África, y la cual influyó en la creación de la

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Organización de la Unidad Africana, en 1963. La etapa más importante de la descolonización se cumplió entre 1956 y 1962. Se puede decir férreamente que no o siempre la concesión de la independencia política simbolizó la independencia real, tras colisionar con la realidad, muchos Estados nuevos distinguieron cómo seguían bajo una situación de dependencia económica que obstaculizaba la obtención de su independencia total. Conjuntamente la descolonización acarreó dos grandes efectos, el subdesarrollo y el neocolonialismo, componentes interrelacionados. Y a su vez estos factores están estrechamente vinculados con el catalogado “Tercer Mundo”, término que se emplea para denominar a los países pobres o subdesarrollados que no pertenecen a ninguno de los dos bloques surgidos al finalizar la Segunda Guerra Mundial, incluyendo países de América Latina, África y la mayoría de Asia. Éste, agrupa criterios económicos, sociales, históricos y políticos, se distingue por estar sometido a un dominio político y una dependencia económica del mundo capitalista desarrollado. El término incluyó otra acepción, como después de la Segunda Guerra Mundial el mundo se divide en dos bloques, el Tercer Mundo sería el conjunto de países no alineados en los dos mundos anteriores.

1.2 Aspectos políticos

Luego de 1945, una nueva era se percibe en el mundo, el ataque nuclear por parte de los EEUU a Hiroshima y Nagasaki marcó un punto álgido en el sistema internacional. De este modo se instaura la carrera armamentística, basada en la capacidad para producir y lanzar el mayor número de bombas atómicas: “La carrera armamentística nuclear impidió que la Guerra Fría, se convirtiera en caliente, ya que un enfrentamiento directo entre las dos principales potencias podría haber desembocado en una catástrofe general”21. La competencia por armamento, demostraba la capacidad tecnología de cada país, gran parte del PBI era destinado a los perfeccionamientos de la flota, la construcción de armas, portaaviones etc. Esta competencia también tuvo su vertiente espacial, la carrera espacial a partir de 1957. Los primeros hitos en este campo fueron consagrados por la URSS, lo que EEUU tomó como un golpe a su industria y poderío tecnológico.

21Béjar María Dolores, op. cit., p. 162. 23

Las políticas seguidas por ambas potencias, se enmarcan en la geopolítica, siendo evidente la lucha entre la hegemonía norteamericana vs la hegemonía soviética. El hegemonismo no es solo ideológico, la seguridad del Estado se relaciona intrínsecamente con la soberanía territorial. La Segunda Guerra Mundial, significó la derrota del fascismo y el debilitamiento de las posiciones occidentales en el mundo como imperios, esto permitió el surgimiento del Tercer Mundo. El término Tercer Mundo fue acuñado por Alfred Saury en 1956, (Universidad de Paris), concepto que comparaba metafóricamente a pueblos subdesarrollados con el Tercer Estado en la época de la Revolución Francesa. Igualmente luego de la Segunda Guerra Mundial, el término incorporó otra acepción, al dividirse el mundo en dos bloques, como se mencionó anteriormente, el Tercer Mundo sería el conjunto de países no alineados en ninguno de los ejes anteriores. En la actualidad Tercer Mundo, es sinónimo de un grado de desarrollo inferior al de los países industrializados del norte, ya sea por atraso económico, tecnológico, o una elevada deuda exterior, que imposibilita su desarrollo. En el llamado Tercer Mundo, en la década del cuarenta comienza a percibirse una notoria tendencia de movimientos antiimperialistas y anticolonialistas. Y ya entrada la década del cincuenta comienzan a registrarse en África y en Asia, luchas de liberación nacional y movimientos sindicales. Tanto los EEUU, como la URSS se proclaman para sí estados anticolonialistas, el primero justifica su postura mediante la internacionalización del capital, y el segundo lo justifica mediante la búsqueda y reivindicación de la influencia soviética.22 Esta puede ser una lectura, pero si se indaga en la construcción de alianzas y la conformación de nuevas instituciones también puede decirse que este periodo significó la estructuración de instituciones y políticas que instauran el neocolonialismo. Los principales intereses de la Casa Blanca eran los asuntos militares en directa relación con la cada vez más álgida política exterior marcada por el enfrentamiento con la Unión Soviética. La prioridad de la política hemisférica estadounidense discursivamente fue establecer la voluntad de la mayoría con instituciones libres, gobierno representativo, elecciones libres, garantía de la libertad individual, libertad de expresión y de religión. En la práctica EEUU comenzó a tejer una nueva forma de imperialismo, definido en materia de política económica como el poder económico de los monopolios, que actualmente están definidos en las compañías trasnacionales o multinacionales que

22ZoctizoumYarisse, “La descolonización de África en el contexto mundial”, Colegio de México, UNAM, México, p. 106. 24 controlan los mercados mundiales. Viéndose materializado mediante la imposición de medidas y mecanismos que defienden los intereses particulares corporativos, apoyados por “instituciones internacionales”, como el FMI y el Banco Mundial. En coherencia con lo anteriormente mencionado, EEUU consideraba a las zonas de influencia y a Europa principalmente como un bastión transcendental, en donde se plasmaban en gran medida sus ideales político económicos, por ello fue que se buscó la recuperación económica mediante el Plan Marshall. Los EEUU una vez asegurados con Europa como zona de influencia capitalista comenzaron a aplicar la Política de Contención en otras regiones del mundo. Medio Oriente era considerada zona de disputa entre Occidente y la URSS. Estratégicamente la URSS vio a esta región como un buen objetivo para venta de armas y así exasperar el conflicto Árabe-Israelí. Medio Oriente era zona de influencia británica, donde desde la Liga Árabe hasta la Legión Árabe eran productos británicos. Este territorio era de especial interés para Gran Bretaña, debido al petróleo de Irán, Irak y la ubicación estratégica del canal de Suez. Corresponde recordar que los EE.UU. nunca quisieron intervenir en Medio Oriente porque lo consideraban un vestigio colonial y como tal no defendible bajo los principios de democracia liberal. EEUU pensó que los agitadores de Medio Oriente verían en la potencia occidental un modelo a seguir y si bien estos movimientos revolucionarios comenzaban a utilizar términos democráticos en la discursiva, en realidad fueron pura elocuencia para hacerse con el poder y sacudirse el colonialismo inglés y francés. También muchos de los revolucionarios se apoyaron en el conflicto Oriente-Occidente, estratégicamente para involucrarse en el poder y así fue que los EEUU se vieron en esta región del mundo, atraídos por la seducción de la Política de Contención. La política norteamericana intentó combinar dos hechos, la finalización del colonialismo británico y la creación de una estructura de contención en Medio Oriente, la creación del Estado de Israel y su fuerte vinculación bilateral explica esto. La política exterior de EEUU en materia de seguridad, o la distinguida “Doctrina de Seguridad Nacional”, es un concepto reconocido para definir acciones tendientes a las fuerzas armadas en el extranjero. Utilizando la premisa de orden interno y la estructura de la Doctrina de Seguridad Nacional, los EEUU han logrado intervenir en diferentes países latinoamericanos y países de Medio Oriente, con el fin de combatir

25 ideologías, organizaciones o movimientos que, dentro de cada país, pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el contexto de la Guerra Fría. Esta Doctrina certifica la toma del poder por parte de las fuerzas armadas y la violación sistemática de los derechos humanos. En el contexto del mundo bipolar, EEUU comenzó salvaguardar sus intereses particulares, proteger a sus aliados reparar las injusticias y hacer del mundo un lugar mejor. La intervención de Estados Unidos en el conflicto Palestino Israelí, fue de gran importancia, pero ante de pasar a ello, para comprender mejor se puntualizaran los principales ejes del conflicto Palestino- Israelí, mediante una breve reseña histórica. A principios del siglo XX, Gran Bretaña y Francia acordaron el fraccionamiento del Imperio Otomano, para que dicho Estado cayera vencido en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Las potencias ya mencionadas se repartieron los territorios de Líbano, Mesopotamia, Palestina, Siria y Transjordania. Históricamente fueron los griegos quienes otorgaron a la región el nombre de Palestina, denominación geográfica (no étnica). Mesopotamia, Transjordania y Palestina, pasarían a pertenecer a Gran Bretaña. En cuanto a los dos restantes, quedarían bajo la superioridad francesa. Cabe destacar que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda ya administraban estos territorios de facto desde 1917. El Mandato entró en vigor en junio de 1922. El 2 de noviembre de 1917 el ministro de Relaciones Exteriores británico, Arthur James Balfour, emitió la Declaración que expresa: “El gobierno de Su Majestad considera favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y utilizará sus mejores esfuerzos para facilitar la consecución de este objetivo”. Asimismo la declaración, señala que, “no ha de hacerse nada que perjudique los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político que disfruten los judíos en cualquier otro país”. La declaración generó resentimiento entre los países árabes y dio origen al conflicto entre éstos y los judíos. Además, los árabes tenían incertidumbres con respecto a los propósitos de Gran Bretaña de ser el mandatario en esa zona, ya que pensaban que los verdaderos propósitos que poseía dicho país en la región eran colonizar a los pueblos (en su mayoría de origen árabe). También puede explicarse la Declaración Balfour en términos geoestratégicos militares, dada la proximidad de Palestina al Canal de Suez, controlado por Gran Bretaña y la ruta a India.

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El mandato británico sobre Palestina entró en vigencia oficialmente en 1922, aprobado por la Sociedad de las Naciones, actualmente ONU. Durante el mandato, hubo un aumento del número de judíos que ingresaron a Palestina; A raíz de esto, entre los años 1920 y 1939 se desataron una serie de tumultos por parte de los árabes en contra de los judíos que se encontraban emplazados en el lugar. En el año 1939 se produjo un vuelco radical en la política exterior británica hacia Medio Oriente. La necesidad de equilibrar las vinculaciones con los Estados emergentes árabes cargó a la metrópoli de revisar sus planteamientos originales y presentar un nuevo plan de acción político a través del célebre “Libro Blanco”23. Enel Libro Blanco, se dio por cumplida la promesa de garantizar un Hogar Nacional Judío; se limitó la inmigración judía a Palestina (75.000 personas en los siguientes cinco años), se limitó la transferencia de tierras árabes a judíos, y se comprometió a conceder la independencia a un Estado palestino en un plazo no mayor a diez años. En 1947, tras los intentos fallidos por parte de Gran Bretaña de constituir un Estado Árabe y otro Judío en el territorio palestino, o la creación de un Estado donde ambas Naciones compartieran la administración de un mismo gobierno, generó que el asunto palestino pase a manos de la ONU, llegando a su fin el mandato británico. La Asamblea General de las Naciones Unidas, cediendo a presiones, adopta una resolución tendiente a la partición de Palestina: conforme a la creación de un Estado Árabe, un Estado Judío y de una zona internacionalizada: la ciudad Santa de Jerusalén. Esta resolución va en contra de los ideales de la carta de las Naciones Unidas, específicamente del principio de autodeterminación y del derecho internacional. La cuestión palestina no estuvo ajena del interés de los países latinoamericanos y la participación de Argentina en el tema fue muy discutida y controvertida. La amplia presencia de comunidades árabes y judías en nuestro país llevó al asunto a un gran interés en la agenda política. “Las diferentes posiciones de importantes actores políticos, expresadas principalmente por el Canciller Juan Atilio Bramuglia (favorable a la Partición) y del embajador ante Naciones Unidas, José Arce, que propugnaba una solución conciliada entre ambos sectores”24.

23“La partición de palestina y la creación del estado de Israel en la prensa gráfica de córdoba”, 1948, La Voz del Interior CLACSO, Argentina. 24“Historia general de las Relaciones Exteriores de la República Argentina”, 2000 “Los límites de una política exterior independiente (1946-1952)” Buenos Aires, en, http://www.argentina-rree.com/13/13- 009.htm, consultado el 13/7/2017. 27

En el siguiente mapa se puede observar el plan de partición propuesto por la ONU en el año 1947.

Fuente: http://www.catedraedwardsaid.com.ar/index.php/publicaciones/item/73-israel-y-la-conquista-de- palestina. Consultado: 8/08/2017

Finalmente en 1947 se sancionó la resolución 181 de partición de Palestina. Aunque Argentina se abstuvo, a diferencia del resto de sus colegas latinoamericanos, la aprobaron 33 naciones, con 13 votos en contra y diez abstenciones (el Reino Unido y Argentina, por ejemplo). De los 20 países latinoamericanos 13 votaron a favor de la partición, seis países se abstuvieron, y sólo Cuba votó en contra. Los diez países árabes o islámicos votaron unánimemente en contra y cinco estados comunistas votaron a favor de la partición, con la abstención de Yugoslavia. La resolución 181 acentuó el enfrentamiento entre judíos y árabes. Ambas partes paralelamente intentaban agrandar el territorio bajo su dominio mientras estaban en favor y en contra del plan de partición. Dada la situación los EEUU, propusieron el establecimiento de un nuevo mandato temporario en la región, el cual sería administrado por la Naciones Unidas, dando lugar a la configuración de la propuesta de la UNSCOP, Comité Especial para Palestina establecido por las Naciones Unidas. Es imposible entender la génesis del conflicto ante el Sistema de Naciones Unidas sin entender su Resolución 181(II).El Reino Unido fue la Potencia Mandataria 28 de Palestina hasta el 14 de mayo de 1948, fecha en la que renunció al mandato encomendado por la Sociedad de Naciones en 1922. La Resolución 181(II) fue aprobada sobre la base del informe de una Comisión Ad Hoc para la cuestión Palestina, optando por el Plan de Partición con la Unión Económica. En ella se definían los términos y límites en los que convivirían ambos estados independientes (árabe y judío) así como el Régimen Especial para la Ciudad de Jerusalén. La resolución proponía que a medida que la Reino Unido retirara sus fuerzas armadas, la administración de Palestina sería retomada por una Comisión conformada Bolivia, Checoeslovaquia, Dinamarca, Panamá y Filipinas. La Comisión debería cumplir con la regla general de no dividir a las aldeas en el trazado de los límites. Fue previsto un periodo de transición que comprendería el tiempo desde la aprobación de las recomendaciones de la cuestión Palestina y el establecimiento de los Estados independientes árabe y judío. En este período ningún judío podría residir en el territorio del proyectado Estado árabe ni ningún árabe en el proyectado Estado judío. Las disposiciones relativas a las libertades de acceso, visita y tránsito a los lugares sagrados, la no discriminación, la libertad de conciencia y libre ejercicio de culto así como el respeto al derecho de familia tradicional y el estatuto personal de las minorías, serían garantizadas por las Naciones Unidas y no podrían por tanto, ser modificados por el Consejo Provisional de Gobierno de cada respectivo Estado. Respecto a las partes en conflicto, los judíos aceptaron la Resolución 181(II) y los árabes palestinos no lo hicieron. En la misma fecha en que Reino Unido renunciaba al mandato sobre Palestina estallaría la primera guerra árabe-israelí como consecuencia de la proclamación del Estado de Israel por parte del Organismo Judío en los términos del Plan de Partición. Israel se convertiría en Miembro de las naciones Unidas el 11 de mayo de 1949. El 12 de diciembre de 1947, la Liga Árabe declaró nula y sin efecto la resolución 181, teniendo los países árabes una reacción violenta. El secretario general de la Liga Árabe, Abdul Rahman Hassan Azzam, dijo “(…) espero que los judíos no nos fuercen a esta guerra, porque sería una guerra de exterminio…”. Por su parte Argentina impartió argumentaciones provenientes del Ministerio de Relaciones Exteriores, en relación con la negativa frente a una intervención de primer plano, ya que primaba la construcción de una propuesta más equitativa y humanitaria. Argentina no quería atentar con las relaciones que mantenía con los Países Árabes.

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El 14 de mayo de 1948, en medio de una lucha cada vez más exacerbada, el Estado de Israel proclamó su establecimiento sobre la base de la Declaración Balfour, el Mandato y la Resolución de partición. Después de la retirada de las tropas británicas se tornó más violenta la cuestión, debido al ingreso de tropas provenientes de los países árabes limítrofes hacia las zonas adjudicadas originariamente al Estado Árabe, provocando así la primera guerra árabe-israelí, de la que tomaron Egipto, Líbano, Transjordania, Siria contra Israel.En las siguientes imágenes se pueden observar el territorio de la antigua Palestina. La primera imagen muestra el plan de partición de Palestina para la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe. Y una zona bajo régimen internacional particular: Jerusalén. (Resolución 181, Naciones Unidas). En la segunda imagen, se puede observar como la frontera del Estado de Israel avanzó sobre territorios que pertenecen al Estado Árabe, en referencia al plan de partición. Seis meses después de la aprobación de la resolución 181, el 15 de mayo de 1948, mismo día en que Gran Bretaña finalizó con el mandato Británico de Palestina fue proclamado el Estado de Israel.

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Fuente: http://www.ihistoriarte.com/wp-content/uploads/2013/05/Sin-t%C3%ADtulo.png Consultado: 08/08/2017

La comunidad internacional respondió a la creación del Estado de Israel de diferentes maneras: Estados Unidos por su parte, el día 15 de mayo de 1948, un día después de la declaración de la Independencia, reconoció el Estado de Israel. Días después la Unión Soviética, también reconoció al Estado de Israel, como nuevo sujeto de derecho internacional. Argentina por su parte, en todo momento respetó a las Naciones Unidas como organización moderadora del conflicto. En un primer momento como ya se mencionó

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Argentina se abstuvo a la hora de votar la resolución 181 (Plan de partición de Palestina) y luego adquirió una posición pro judía/sionista, al reconocer al Estado de Israel el 14 de febrero de 1949, siendo uno de los primeros países del mundo en hacerlo y el primer país de América Latina en abrir una embajada en Israel. La ONU, institución representativa de la comunidad internacional admitió al Estado de Israel como miembro pleno el 11 de mayo de 1949, mediante la resolución 273, la votación tuvo 37 votos a favor, 12 en contra, 9 abstenciones. Argentina formó parte de los votos positivos. De los votos positivos, 13 fueron países latinoamericanos.

1.3. Conclusiones del capítulo. El sistema internacional luego de la Segunda Guerra Mundial, experimentó una transformación, pasó de ser un sistema multipolar en la pre-guerra a ser sustituido por un sistema bipolar. Dos bloques, dos ideologías, y distintos planes económicos. Por un lado los EEUU, durante el decenio del 40 y el 50 hicieron todo lo posible para mantener su estatus de superpotencia consagrado luego de la segunda guerra, EEUU buscaba consagrar su rol hegemónico en el hemisferio de occidente y salvaguardar los intereses norteamericanos, por cuestiones tanto ideológicas como económicas. En relación a lo económico se puede decir que el Plan Marshall, fue ideado como estrategia de reconstrucción económica de Europa occidental pero también ideado como estrategia de construcción de la zona de influencia del bloque capitalista, EEUU, necesitaba expandir su ideología democrática liberal, y para ello buscó aliados, primero otorgándole ayuda material, y luego ideológica. El plan Marshall permitió que Europa importe lo que necesitaba, excediendo así su capacidad de pago. Los países europeos por su parte se comprometían a importar productos estadounidenses. Estaba claro que la oferta del Plan Marshall implicaba cesiones de poder y de capacidad de supervisión a favor de Estados Unidos. Esto demuestra que la construcción de Europa no fue gratuita, los países tuvieron que aceptar nuevas instituciones, acordadas en el tratado de 1944 en Bretton Woods. El acuerdo consagró políticas monetarias y financieras. De esta conferencia nació el Banco Mundial y el FMI. Instituciones que permitieron glorificar la perpetración de los EEUU en el hemisferio occidental. De esta manera se consagraron como “gendarmes del orden capitalista”. Otro aspecto económico asociado al Plan Marshall y vinculado a este contexto histórico, fue el “Estado de Bienestar”, Estado de economía mixta que logró un

32 crecimiento acelerado, el pleno empleo y un avance hacia una equidad entre sectores de la población, contrario a la concentración de la riqueza. El Estado de Bienestar planteaba ideas heterodoxas, sobre el mercado y las políticas públicas, caracterizado por el gasto público, el mismo se extendió desde 1940 hasta 1960. Es necesario decir que en el plano concreto de política económica en los años siguientes prevaleció EEUU y sus recetas ortodoxas, acompañas por las recetas del FMI y el Banco Mundial, sobre comercio y desarrollo, dejando atrás el capitalismo mixto. La URSS por su parte, propuso una ideología distinta, de base autoritaria y una colectivización forzosa de la propiedad privada, canceló la libertad de empresa. Puede decirse que la URSS se vio inmersa en la Guerra Fría, respondiendo a los ataques norteamericanas, con iniciativas soviéticas. La configuración del mundo bipolar y el fin de los colonialismos permitió el surgimiento de los países del tercer mundo, llamados así por no estar alineados a ninguno de los dos bloques. La descolonización y las revoluciones transformaron drásticamente el mapa político del globo. La cifra de estados asiáticos, americanos y americanos reconocidos internacionalmente como independientes se multiplicó, igualmente lo importante no era el número de países, sino el enorme y creciente peso demográficos que representaban en conjunto. A pesar de estos países conseguir su independencia política, les fue muy difícil lograr su independencia política. En cuanto a los aspectos políticos, con posterioridad a 1945, la estructura del sistema internacional experimentó una profunda transformación. La Segunda Guerra Mundial provocó una concentración de poder enormemente desigual en torno a dos países, Estados Unidos y la Unión Soviética. Esto demuestra que la humanidad se lanzó nuevamente, en lo que puede llamarse una tercera guerra mundial, aunque muy peculiar: la Guerra Fría. El enfrentamiento entre dos bandos, con sus respectivos aliados, dominaron por completo el escenario internacional de la segunda mitad del siglo XX, dejando generaciones diezmadas bajo la amenaza de un conflicto nuclear global, muchos creían que podía estallar en cualquier momento y terminar con la humanidad, dada la capacidad tecnológica de las nuevas armas de guerra. Cabe mencionar que en realidad, en gran medida ninguno de los dos bandos tuvo mera intención de atacar al otro, pero igualmente se vivió en una “atmosfera bélica”, que fue configurando un pensamiento pesimista sobre la humanidad. Ambas superpotencias habían aceptado el reparto desigual del mundo, habían hecho sus

33 máximos esfuerzos por resolver las disputas sobre sus zonas de influencia, sin llegar a un choque abierto de sus fuerzas armadas. Se puede decir entonces que la Guerra Fría, fue contradictoria a su premisa original, de destrucción y aniquilación del sistema oponente, ya que durante más de 40 años existió coexistencia pacífica entre ambas potencias. Pues entonces se movieron en contra de su retórica, la que hubiera podido llevarlas a la guerra. De hecho, a la hora de la verdad, cada potencia confiaba en la moderación de la otra, incluso en las ocasiones en que estuvieron oficialmente a punto de entrar, o entraron, en guerra. Queda claro que durante la Guerra Fría, las superpotencias mantuvieron el monopolio nuclear, igualmente tanto los franceses como los ingleses adquirieron sus bombas atómicas, intentando disminuir su independencia aunque ningún país las utilizó. Su funcionalidad destructiva como tal no fue practicada, pero sí fueron “útiles” para la configuración del mundo bipolar. Por otro lado, la configuración de dos bandos radicales y específicos, el comunismo, y el capitalismo, permitió la emergencia del llamado Tercer Mundo, los estados poscoloniales, poseían escasas simpatías hacia los Estados Unidos y sus aliados. Igualmente no por ello eran considerados comunistas. El tercer mundo fue no alineado en asuntos exteriores, fuera del bloque militar soviético. Como se ha mencionó anteriormente, el mundo se dividió en dos bloques, por ende el Tercer Mundo sería el conjunto de países no alineados en ninguno de los ejes anteriores. Los EEUU establecieron el nuevo orden mundial de “carácter pacífico y democrático”, usando como medio su diplomacia de estilo wilsoniano. Ejemplo de ello fue el Plan Marshall, que triunfó por su idealismo, por sus propósitos en un futuro utópico. Como bien se mencionó anteriormente la política que definía este plan era de ayuda económica, orientado a detener el hambre, la pobreza, el desempleo, el caos. Pero principalmente a oponerse contra el Partido Comunista y sus organizaciones. La política exterior norteamericana dirigió sus pasos a contener la expansión soviética en el mundo. La Doctrina Truman y su ideal de sociedad basado en la voluntad de la mayoría con instituciones libres, gobierno representativo, elecciones libres, garantía de la libertad individual, libertad de expresión y de religión fue la bandera de presentación de la política exterior estadounidense. Frente a esta sociedad de libertades individuales, la URSS presentaba un panorama social complejo, situación que favoreció a la ideología capitalista. En el otro extremo quedó la sociedad comunista, basando su “voluntad” en una minoría impuesta sobre una mayoría, mediante opresión y terror. En esta sociedad

34 la libertad de prensa y radio estaban controladas, y existía una supresión de las libertades personales. En el contexto de mundo bipolar quedo enmarcada la creación del estado de Israel en el año 1948, amparada por la doctrina de la democracia liberal difundida por los EEUU. La intervención y cooperación de los EEUU, en la independencia del Estado de Israel, fue clave, como también lo fueron las instituciones de “carácter internacional” creadas por EEUU, que legitiman tal Estado, concretamente las Naciones Unidas como organización compuesta por países libres, que aprobó la Independencia israelí, dejando de lado la posibilidad de la creación de un Estado Palestino. Además EEUU, considero desde sus inicios la vital importancia de la seguridad del Estado de Israel, dejando expuesta su férrea relación bilateral. Por su parte, los países europeos desarrollaron una incipiente comunidad europea, con el célebre tratado de París, de 1951, donde se acordó la creación de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA). El buen resultado político de la CECA y los desafíos de convertibilidad cambiaria derivados de Bretton Woods fueron decisivos para que Alemania (Occidental), Bélgica, Francia, Holanda, Italia y Luxemburgo superaran todas sus tensiones y pactaran la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE) en el tratado de Roma, firmado en 1957 y efectivo desde principios de 1958. El tratado de Roma y la creación de la CEE sacudieron las aguas del bloque soviético y obligaron a que hicieran algo, y en ese sentido el COMECON pareció la institución adecuada.

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Capítulo 2

Situación económica y política de América Latina (1946-1955).

2.1. Aspectos económicos. La Gran Depresión económica de 1929, junto a la situación prebélica de la Segunda Guerra Mundial configuran para América Latina una nueva disposición internacional, de manera que en estos países se va disponiendo una nueva estrategia de desarrollo, basada primordialmente en la necesidad de desarrollar una estructura industrial, sumado a eso, la idea de ir sustituyendo las importaciones manufactureras de bienes primarios por producción nacional, constituyendo así el eje dinámico del nuevo modelo de crecimiento económico. Luego de la depresión de 1929, fue difícil hallar para los países de Latinoamérica una forma de inserción internacional. Posteriormente, EEUU, luego de la Segunda Guerra Mundial, buscaba lograr su supremacía y para ello debía completar su rol hegemónico en las tierras latinoamericanas, debía logar hacerlas aún más dependientes de sus intereses. Para lograr dicho objetivo contó con la colaboración de la oligarquía latinoamericana, la que actuaba en alianza con el capital imperialista. Esto, generaba contradicciones con las aspiraciones de mantener la soberanía política ya existente en América Latina. Los proyectos de incorporación estuvieron caracterizados por una puja entre dos esquemas: el esquema autonomista, llevado a cabo mayoritariamente por los gobiernos democráticos y por otro lado por esquemas de alineamiento con los Estados Unidos. En Argentina por ejemplo, “en este contexto de inestabilidad operaron tanto la polarización política (peronismo anti peronismo), como la económica (campo-industria), en donde ambas no fueron necesariamente recíprocas, sino que existieron múltiples y cruzadas combinaciones entre ellas que llevaron a la incapacidad de definir un rumbo sostenido”25. Es necesario señalar que a pesar de la existencia de grandes similitudes en los países de América Latina, tanto en el tiempo como en la forma de los fenómenos económicos, (expansión, crisis, industrialización, ajuste, apertura, etc.), es evidente que

25Simonoff Alejandro, 2010, “La política exterior argentina durante la Guerra Fría”, La Plata, UNLP, p. 26. 36 encontramos diferencias apreciables entre los países, como por ejemplo la densidad poblacional y la expansión geográfica. Por ello a la hora de definir, lo tomamos como un sub sistema homogéneo. Se ve como un subsistema o un sistema de acción, relativamente homogéneo. Pero por otro lado, sus unidades exhiben diferencias en términos de poder, tradición y estilos de política exterior, que las hacen distintas26. Para los países de América Latina, el período comprendido entre mediados de los años cuarenta y finales de los setenta resulta ser el periodo de mayor expansión económica del siglo XX, ya que el PIB crece a una tasa promedio del 5,5 % para el periodo 1950-1977, este porcentaje es superior a la media mundial y de los países desarrollados, del 4,8 %. Aunque por otro lado el crecimiento del PIB por habitante resulta mayor en los países desarrollados siendo de 3,6%, y en cambio en los países de América Latina tiende a ser más modesto, del 2,6 %27. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es la institución que argumenta que las variables externas configuran la periferia capitalista. Esta última es condenada por el deterioro de los términos de cambio que conlleva a su vez a una dificultad para revertir la balanza de pagos. Estos teóricos de las relaciones internacionales consideran que América Latina asume comportamientos de política exterior principalmente por un reflejo y reacción frente a eventos que se producen fuera de la región. Esto hace referencia a la escuela sistémica, quienes afirman que el sistema internacional determina en gran medida el comportamiento externo de la región. Estos efectos negativos causados por tendencias sistémicas podían superarse a través de una estrategia de industrialización basada en la sustitución de importaciones, (ISI). En la explicación del crecimiento económico intervienen fenómenos de importancia histórica, ya que se trata de un proceso de transformación productiva estructural, donde se destaca la modernización selectiva del sector agrario, el acelerado crecimiento industrial y el incremento y diversificación del sector servicios. El proceso va asociado a la introducción de nuevas tecnologías, incrementos importantes en productividad del trabajo y un mayor uso del capital. Paralelamente, se produce un incremento significativo aunque desigual y selectivo, de la demanda privada

26Van Klaveren Alberto, 1988 “El análisis de la política exterior latinoamericana: perspectivas teóricas” Santiago de Chile, CEPAL, p. 26. 27CEPAL, 1979, “América Latina en el umbral de los años 80”, Santiago de Chile, CEPAL, pp. 6-8. 37 y más fuerte aún de la pública, unido a un intenso proceso de inversión, en gran parte pública, pero también privada, nacional y extranjera. En términos sociales, los cambios más profundos van asociados a un crecimiento demográfico espectacular, debido al mantenimiento de altas tasas de natalidad y fecundidad, en un momento en que se produce una caída drástica de la tasa de mortalidad, debido a mejoras alimentarias, higiénicas y habitables, unido a un intenso proceso de migración interna hacia las ciudades, en especial hacia la capital o pocas ciudades principales. Paralelamente una creación y transformación profunda del empleo, y ciertas mejoras, selectivas y desiguales, en los niveles de ingreso de los trabajadores y en sus condiciones de vida: educación, salud, seguridad social, vivienda, etc. La estrategia económica basada en la industrialización sustitutiva de importaciones, asumía como condición una mejora social, al crecimiento sostenido de la economía. Según el país, sector y región hubo cambios importantes sobre la distribución del ingreso, lo que demuestra cierta mejora, para grupos sociales de ingresos medios y bajos, aunque igualmente, la minoría seguía siendo la acaparadora del ingreso. Ejemplo de ello, fue la República Federativa de Brasil, que en ese momento se encontraba primero en el ranking mundial de desigualdad. Entre 1935 y 1940 la participación de las exportaciones de bienes primarios alcanzaba al 75% para el promedio de los países de la región. Por ello había asimetrías en el desarrollo, reflejadas en las estructuras productivas, por un lado, la periferia, especializada y heterogénea y por otro, los centros, desarrollados, con estructura diversificada y homogénea. Se advirtió la necesidad social de aumentar rápidamente el empleo para absorber la creciente fuerza de trabajo. La industrialización bajo la orientación activa del Estado era considerada la única manera de formar rápidamente progreso tecnológico: el desarrollo “desde adentro”. Para ello las políticas públicas utilizadas para activar la industria fueron subsidios, tributo sobre el agro y transferencias de recursos hacia la industria, crédito bancario privado subsidiado, altas barreras no arancelarias y arancelarias a la importación, regulaciones a la entrada de nuevos competidores externos y de empresas transnacionales y, finalmente, la emisión monetaria como recurso creciente que con el correr de los años, generó una gran inflación en los países latinoamericanos. La sustitución de importaciones y la inversión pública fueron el centro de las estrategias de industrialización aceptadas, aunque con creciente preocupación por la

38 eficiencia de la estructura productiva resultante. La expansión manufacturera se basó en los mercados internos, con una continuidad, limitada, hacia las exportaciones de bienes mano de obra intensiva, como los textiles. Así, las economías de los países de la región consolidaron su mercado interno y el nivel de empleo, a costa de menor inserción internacional, mayor inflación y creciente déficit fiscal. Aunque los países de América Latina hayan conseguido su independencia política, la dependencia económica con respecto a los países desarrollados se mantenía vigente. Los países del norte, son quienes compran las materias primas y fijan el precio de éstas, las variaciones del precio de las materias primas en los mercados internacionales pueden arruinar la economía de un país, que depende exclusivamente de esas exportaciones. América Latina para llevar a cabo el modelo de Sustitución de Importaciones, dependió también de los países desarrollados para obtener la tecnología necesaria para el desarrollo y de los productos manufacturados de Europa, Japón o Estados Unidos, esto hace que surja el problema de la deuda externa. Se puede observar que en este periodo el proceso económico llevado a cabo empezó a agotarse, por fallas estructurales. La industria no logró la elaboración de artículos de consumo que se tradujera en crecientes exportaciones, ni alcanzó a producir bienes de capital con altos niveles de producción, por ende la economía no tuvo la posibilidad de hacer descender las importaciones, acentuándose el problema de la balanza de pagos y muchos países tuvieron que recurrir constantemente al endeudamiento exterior. De esta manera puede decirse que es un crecimiento “cortoplacista” o “relativo”, ya que al endeudarse cada vez hay que pagar más, bloqueando así el desarrollo del país endeudado. Queda claro entonces que para el desarrollo hacen falta máquinas y estas se pagan a precio muy elevados, por ende el pagarlas supone no invertir en el desarrollo del país, y al no poder desarrollarse la pobreza se perpetúa. Igualmente es fundamental considerar que el modelo ISI prevaleció bajo distintos gobiernos y circunstancias históricas, impulsado por el sector industrial, principal motor del crecimiento productivo, no solo en administraciones sino también de muchos países latinoamericanos. Ha estado vigente durante el período que va desde principios de la década de 1930 hasta finalizar la década del ‟70, “es decir que ISI surgió en un contexto histórico propicio, donde el orden liberal mundial había colapsado, donde la ola globalizadora de finales del siglo XIX, así como la gran crisis que desemboca en la depresión de los años treinta facilitaron su implementación y un

39 viraje en el pensamiento del desarrollo hacia adentro, de se considera que ésta no fue forzada por el pensamiento de la CEPAL sino que fue una alternativa objetiva resultante de la situación internacional”28. Retomando lo anterior se puede decir entonces, que la Gran Crisis del ‟29 significó el abandono del Modelo Agroexportador en América Latina, disminuyendo así el desequilibrio externo que conducía a crisis recurrentes, procesos inflacionarios, con importantes recesiones, lo que obligó a impulsar una industrialización “hacia adentro” donde la acción económica del Estado fue medular. Dejando atrás modelo de Estado liberal. Los países latinoamericanos entre la década del 40 y del 50 buscaron diversificar sus relaciones comerciales, partiendo de otra concepción, basándose en la cooperación sur-sur como una manifestación de solidaridad entre pueblos y países del Sur que contribuye al bienestar de las poblaciones, teniendo como objetivo promover e implementar la cooperación técnica entre países en desarrollo. En correspondencia con lo anterior, es propicio aclarar que en el sistema internacional, existen tres tipos de Estado en el sistema internacional: las grandes potencias, los países medianos y las naciones débiles. Las primeras son las que disponen de capacidad para establecer las reglas del juego global. Los segundos gozan de un “poder relativo” para ejercer influencia, aun cuando su disposición de atributos de poder no es lo suficientemente importante para determinar el curso de los acontecimientos centrales de la política mundial. Las naciones débiles son unidades políticas desprovistas de poder real. La cooperación Sur-Sur, engloba a los dos últimos. En la práctica puede verse la cooperación desde finales de la Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo, el nacimiento de la Liga Árabe en 1945, que, coincidiendo con los procesos de independencia iniciados en esos años en los países de Oriente Medio, ya supone un acercamiento a la colaboración entre países en desarrollo. Otro ejemplo fue el asociacionismo de los países en desarrollo, con la finalidad de aunar su voz, que se ve materializado en el Movimiento de los No Alineados. Como también puede encuadrarse la relación entre los países latinoamericanos e Israel. Se puede destacar que en los primeros años de la creación de Israel, Estados Unidos, tenía una posición que distaba de ser favorable, es más, hasta dudó en apoyar la partición como solución, y además ejerció un embargo de armas durante la guerra de la

28Gerald ValpyFitz, 1998, “La CEPAL y la teoría de la industrialización”. Revista de la CEPAL número extraordinario, p.128. 40

Independencia en 1948.Este embargo pudo ser obviado dada la cooperación de países latinoamericanos como Argentina, Chile, Guatemala, México, Nicaragua y Panamá, y otros países europeos como Checoslovaquia y Francia, quienes facilitaron el envío de armas para la guerra. Puede decirse entonces que se si analiza la incipiente relación comercial y diplomática de los países de Latinoamérica con la región de Medio Oriente, Israel es el país que más ha despertado pasiones. Ya que como es sabido existieron otros conflictos internacionales de gran envergadura, pero no han tenido tal fuerza como para incorporarse en las agendas políticas de los países hispanohablantes. Para finalizar se recalca que los países latinoamericanos que asistieron a Israel, cumplieron un rol muy importante para que el nuevo Estado hiciera frente a los embates militares de sus vecinos.

2.2 Aspectos políticos.

El panorama político de América Latina, luego de la Segunda Guerra Mundial, estuvo marcado por el desarrollo de diferentes tendencias, según lo que representaban ideológicamente. Por un lado existía la oligarquía terrateniente, siempre vinculada al capital extranjero, por ende a una economía nacional extranjerizante, que quería seguir gozando de los beneficios del ya extendido Modelo Agroexportador. Esta oligarquía terrateniente estaba asociada con la burguesía de la exportación, aquella vinculada al comercio de productos agropecuarios, que en parte representaba la reacción y oposición al progreso. Por eso Alfredo Zaiat, la titula como “burguesía fallida”, burguesía nacional que se revela fallida, ya que invierte poco, o se asocia con el grupo extranjero en la explotación de recursos, fuga capitales. Una burguesía especuladora que no permite emprender planes de expansión productiva. Esto se manifestaba en la formación de gobiernos dictatoriales, como por ejemplo, Cuba, Haití, Nicaragua y Guatemala. Y por otra lado se desarrollaba una burguesía industrial o burguesía nacional que aspira a realizar una industrialización e independizarse de la penetración extranjera, ésta burguesía siempre estuvo apoyada por intelectuales y estudiantes. El proyecto político económico de la burguesía nacional, busca el desarrollo de un Estado con rol activo en sectores productivos, sectores claves de la economía para sostener un nuevo ritmo de crecimiento y creación de empleo.

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Un Estado presente exige al sector privado, estableciendo regulaciones con objetivos y controlando que se cumplan. Es lo que se conoce como disciplinamiento de las elites, para desplazar al capitalismo extranjero. Ese disciplinamiento no tiene que ver con obediencia o subordinación a un gobierno, Gabriel Palma, economista chileno, graduado en la Universidad de Cambridge, lo explica “El Estado debe recuperar su capacidad para disciplinar a las elites capitalistas. Además de dar subsidios, los gobiernos deben poder reclamar que las empresas aumenten sus exportaciones, inviertan, innoven e impulsen el cambio tecnológico”29. Y por último, otra tendencia que se desarrolló en esta etapa fue la revolucionaria, que representaba la posibilidad de cambios tanto económicos como sociales. En esta tendencia se agrupaban la intelectualidad progresista, quienes llevarían adelante movimientos anti oligárquicos y antiimperialistas. Luego de la Gran depresión, los países buscaron alternativas factibles para salir de la dependencia económica. En los países donde gobernaban las fuerzas reaccionarias se aceptó la necesidad de la modernización capitalista, pero en alianza con el capital extranjero, es decir, manteniendo la dependencia económica. En cambio en otros países donde gobernaba la incipiente pero existente burguesía nacional, se planteó la modernización capitalista a partir de sus propias fuerzas. Sin alianza del capital extranjero, de esta forma se iniciaron reformas como la industrialización, llevada a cabo mediante el modelo ISI, buscando la nacionalización parcial o total del capital extranjero, la ampliación del mercado interno y la reforma agraria. Todo esto se hacía bajo un régimen capitalista, pero de ideología keynesiana. Las décadas del „40 y del „50 están dotadas de sobresaltos para América Latina en su totalidad. A finales de la década del ‟40 sucede uno de los hitos de mayor importancia para el panamericanismo, movimiento político económico y diplomático que pretende lograr la integración americana. En la conferencia de Bogotá llevada a cabo en 1948 se creó la Organización de los Estados Americanos (OEA) como un producto del Panamericanismo de la primera mitad del siglo XX. La influencia de los EEUU en la OEA se manifestó en la conferencia de Caracas en 1954 y en esta declaró que toda actividad comunista en América era una intervención en los asuntos internos americanos y afirmó que la

29Palma Gabriel, 2011, Conferencia de economía Gabriel Palma, experto en desarrollo, “El Estado tiene que disciplinar”, En el sitio web https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-172207-2011-07- 14.html, visitado: 08/08/2017. 42 instalación de un régimen comunista en cualquier Estado americano implicaba una amenaza al sistema y por ende requería una reunión consultiva para adoptar medidas. El Panamericanismo, no logró armonizar los intereses de los países norte y suramericanos sino más bien ensanchar la brecha que les separa30. Este contexto para los países latinoamericanos ha constituido un factor que motorizó una nueva experiencia común: La integración económica y los movimientos de cooperación latinoamericana, ferviente expresión de ideales comunes frente a peligros también comunes. En materia de cooperación política uno de los principales acuerdos fue el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, en el año 1947, que encontró su fuente en el Acta de Chapultepec, que recoge los principios sobre seguridad colectiva y establece las pautas que los Estados Americanos deben seguir a fin de hacer frente a las amenazas o actos de agresión, que en tiempo de paz se presenten contra cualquiera de las Repúblicas Americanas. En cuanto a los procesos integracionistas posteriores a la Segunda Guerra mundial, puede mencionarse la ya antes citada CEPAL, la creación de tal institución (1948) fue uno de los acontecimientos más trascendentales en la región de América Latina y el Caribe. El pensamiento y la acción de la CEPAL, conducidos por su fundador, Raúl Prebisch, aportaron aspectos teóricos y técnicos fundamentales para el análisis de la problemática económica de la región. Tanto en materia económica como en materia política, la hegemonía estadounidense busca afianzarse, a través de entidades financieras a mediados del siglo XX, como el GATT, FMI, BM consolidando y alimentando su poderío económico, en materia política y buscando “garantizar la paz” en el hemisferio Occidental.El centro del poder mundial estaba constituido por el poder militar de EEUU. Esta postura se relaciona con el concepto de “pax americana”, un período de “paz relativa” en el mundo desde el final de la Guerra Fría, que coincide con la posición militar y económica dominante de los EEUU. Las intervenciones estadounidenses quedaron legitimadas o mejor dicho “institucionalizadas” bajo la "Doctrina de Seguridad Nacional” que tenía en ese entonces como objetivo supremo detener el avance del socialismo, considerado por los estrategas estadounidenses un foco de problemas. La política anticomunista del

30Morales Manzur Juan Carlos, 2012 “La unidad continental: desde las concepciones geopolíticas hasta los nuevos modelos alternativos de integración”, 6to Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, FLACSO, Ecuador, p. 16. 43 gobierno norteamericano estaba articulada mediante la Agencia Internacional de Inteligencia, CIA, y comenzaba a transformarse en parte fundamental del diálogo intercontinental. La ayuda proveniente de EE UU para América Latina consistió más en ayuda técnica militar que en económica, lo que demostraba la importancia de América Latina para los transcendentales intereses de la Casa Blanca. En la décadas del „40 y „50 la política hemisférica de los EEUU, estaba penetrada por los asuntos militares y en directa relación con la política exterior marcada por el enfrentamiento con la Unión Soviética. Por su parte, los países latinoamericanos comenzaron a desarrollar una actividad regional con vistas al crecimiento e integración .En 1941, Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay se juntaron en Montevideo, para celebrar la Conferencia de Montevideo, con vistas a la integración geo-económica. Cabe destacar que en el año 1915 existió una incipiente política de integración entre tres países, llamado “Pacto ABC”, por las iniciales de su nombre, Argentina, Brasil y Chile. Dicha propuesta no prosperó y se redujo a una simple resolución que recomendaba estudiar tal unión, sugiriendo en la misma el ingreso de otros países. Se tuvo que esperar a fines de los años „40 y a principios de los años „50, para que las formulaciones de integración y/ o unidad cobren nueva vigencia desde la Argentina “justicialista” de Perón y desde la anteriormente nombrada CEPAL, comandada por Raúl Prebisch. Esto demuestra que el planteamiento integracionista luego de la segunda posguerra resurgió a escala mundial. En este sentido, EEUU favoreció la cooperación de Europa Occidental, con el objeto de contrarrestar el avance soviético. Europa había sido escenario de enfrentamiento en 1939/45. Su desgarramiento económico y geográfico político debían evitarse, así como el expansionismo de la URSS. EEUU participó en la reconstrucción europea, desempeñando un rol de poder, socorriendo financieramente a una Europa fragmentada, que por razones de vecindad, podía devenir fácil presa de la URSS. EEUU alentó una Europa unida y comunitaria pero mantuvo una actitud contraria respecto de la integración de América Latina. Su conducta se mostró definitivamente diferente cuando boicoteó la acción de la CEPAL que convocaba a los países latinoamericanos a seguir políticas de industrialización. EEUU, desfavoreció el proceso de integración, contribuyendo a la desunión de Brasil y de Argentina. Esto se debe a que los intereses globales de EEUU, en esta instancia histórica, eran convergentes con los intereses propios de Europa

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Occidental. No pasaba lo mismo con los intereses de EEUU y los países de América Latina. El gobierno de EEUU ocupado en sus responsabilidades en materia de seguridad en Europa y Asia, tendió a “ignorar” a América Latina. La política exterior estadounidense hizo lo posible para unificar Europa.En cambio en el caso de la región de América Latina era más funcional a sus intereses mantenerla dividida, de esta manera podía reproducir su supremacía hemisférica. América Latina comenzaba una etapa integracionista a nivel político-económico. Cabe destacar que ya como región continental, había comenzado a moverse como “bloquepolítico” en organismos internacionales, entendiendo como bloque a una agrupación de países que compartían ciertos objetivos.En este caso el objetivo central del bloque erahallar una nueva forma de inserción internacional.Los países apuntaron a la integración como la solución a las presiones internacionales y a las injusticias económicas y políticas de las que han sido víctimas los países latinoamericanos. Si se pretende visualizar a América Latina, como un sub-bloque o un subsistema dentro de continente americano, se debe reflexionarsobre su postura homogénea en lo que respecta al conflicto palestino-israelí. Se parte de que fuera de Palestina y del mundo árabe, el nacimiento del Estado judío encontró un apoyo universalmente favorable, tanto en Occidente como en el bloque del Este.Todos los países miembros de las Naciones Unidas, inclusive los países latinoamericanos votaron la resolución 181, aprobada el 29 de noviembre de 1947. Se debe tener en vista, los votos de Guatemala y Uruguay, al considerarlos como “gestores efectivos”, ya que dentro de la comisión inclinaron la balanza en dirección de la proposición que dividía el territorio palestino en dos, 13 países de la región votaron a favor, seis se abstuvieron, incluyendo a Argentina. Igualmente en la práctica la abstención favorecía la aprobación, y sólo un país, Cuba, votó en contra. En esa época el bloque latinoamericano era el mayor en la incipiente Organización de Naciones Unidas. La historia de Israel, como Estado independiente, estuvo, pues, ligada a la voluntad latinoamericana, si bien América Latina nunca desempeñó un papel sustancial en la región de Medio Oriente. Cabe destacar que el peso numérico de los Estados latinoamericanos en la naciente ONU, (un tercio de los miembros) y el rol central de la Asamblea General de Naciones Unidas, otorgaron a los representantes latinoamericanos una responsabilidad

45 histórica en uno de los problemas más complejos que ha tenido que tratar la comunidad internacional hasta la actualidad. Desde la perspectiva de la autora Cecilia Baeza, el compromiso político a nivel internacional con el nuevo Estado de Israel se adjudica, “al alineamiento con los Estados Unidos y el poder de convencimiento de una diplomacia sionista que se apoyó en comunidades judías locales para convencer a los Latinoamericanos”31. Desde el presente trabajo se considera factible lo argumentado por la autora, ya que como se ha mencionado anteriormente Latinoamérica es la diáspora judía más grande del mundo. En la actualidad se estima que desde México a la Argentina viven unos 500.000 judíos. De ese medio millón de judíos, 300.000 radican en Argentina actualmente. Por otra parte se sostenía que en general las comunidades judías latinoamericanas se caracterizaban por su laboriosidad, éxito empresarial y alto nivel educativo, con miembros que forman parte del mundo profesional, comercial, financiero, como académico y artístico.Por ello se consideraban una inmigración muy benéfica para los países que los habían amparado, y esta percepción positiva probablemente les permitió recibir el apoyo latinoamericano en los organismos internacionales. Los países latinoamericanos en mayo de 1949, específicamente diecisiete Estados latinoamericanos aprobaron la resolución 273 de la Asamblea General de Naciones Unidas, para la entrada de Israel como miembro pleno de las Naciones Unidas, con la notable excepción de Brasil y El Salvador, quienes se abstuvieron. Igualmente esta abstención es anecdótica ya que ambos países, Brasil y El Salvador, habían reconocido unilateralmente a Israel, unos meses antes. Cabe destacar que para 1950, toda la región había iniciado relaciones diplomáticas con el nuevo Estado. Según la percepción de dos autores, Joel Barromi y Carlos Feldman América Latina presentó una tendencia favorable en la votación sobre temas israelíes en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto se considera, teniendo en cuenta un contexto de radical rechazo por parte de los palestinos y los países árabes a la existencia de Israel, “es por ello que las posiciones latinoamericanas optadas entre 1947 y 1967,

31Baeza Cecilia, 2012, “América Latina y la cuestión palestina (1947-2012)”, Universidad de Brasilia (UNB), p. 113. 46 pueden considerarse sustancialmente favorables, a pesar de los países pregonar por una retórica pro-equilibrio y pro-imparcialidad”32. Por otro lado la escasez de relaciones con los países árabes y la simpatía por la causa sionista tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, como la cercanía al bloque occidental, pueden ser consideradas para justificar la proximidad de Israel con la región de América Latina. También la historia demuestra que los países de la región se negaron o se abstuvieron a la hora de reconocer los derechos nacionales palestinos y denunciar las violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados.

2.3. Conclusiones del capítulo. Luego de la Gran Depresión las economías de América Latina, buscaron otorgarles un papel central a los agentes internos, creando un rol más decisivo de base endógena que fuera capaz de promover el crecimiento de la economía y la industrialización dejando que las fuerzas externas solo ocupen un papel complementario. Renunciando al modelo anterior, el modelo primario exportador que llevaba a los países de la región a ocupar una posición periférica en la división internacional del trabajo, donde el desequilibrio externo conducía a crisis recurrentes, con importantes recesiones, procesos inflacionarios, ya que obedecía al deterioro de los términos de intercambio entre los productos primarios exportados por la periferia misma. Con la implementación del modelo ISI, la región latinoamericana se vio impulsada a una etapa de industrialización, mediante una estrategia en donde la acción económica del Estado tuvo un rol central. Igualmente como se mencionó anteriormente a pesar de ser América Latina un subsistema homogéneo, sus unidades exhiben diferencias en términos de poder, tradición y estilos de política exterior, que las hacen distintas. Por eso se puede comprender que este modelo no se desarrolló a un mismo ritmo en toda América Latina. Los primeros países en experimentar el proceso fueron aquellos que tenían los centros urbanos más grandes y contaban con una clase media, que obró como burguesía nacional. Los países que contaban en ese momento con clases medias fuertes, eran Brasil, luego Argentina, Chile y México.

32Barromi, Joel, Feldman, Carlos, 1974, “Latin American Voting on Israeli Issues in the U.N. General Assembly, 1947-1968”, Jewish Social Studies, Vol. 36, p. 147. 47

Las medidas económicas llevadas a cabo por los Estados fueron enérgicas, se implementaron restricciones a las importaciones y la sustitución se apoyó en la demanda existente. Las devaluaciones del tipo de cambio de las monedas y las políticas defensivas de ingreso adoptadas por los gobiernos por las crisis facilitaron el proceso sustitutivo. El modelo sustitutivo de importaciones tuvo sus limitaciones ya que pretendía dar estímulos principalmente a la producción de bienes de consumo no duraderos, y posteriormente, los duraderos e intermedios, sacrificándose el desarrollo local de la maquinaria y equipo. Cabe destacar que el periodo analizado comprendido entre 1945-1955, puede considerarse la etapa de oro del modelo ISI, ya que luego, en el decenio de 1960 la evolución industrial empieza a dar muestras de debilitamiento esto se debe a que los capitales extranjeros, corporizados en empresas trasnacionales capitalizaron el desarrollo del mercado interno y fueron se apoderaron de las ramas más dinámicas de la industria generando un traslado hacia el exterior de las tomas de decisiones, limitando así el campo de acción y la influencia de las políticas económicas de los gobiernos. La conducción nacional se estaba debilitando y no pudiendo así, ser la reguladora del proceso, el Estado volvía a perder su rol central en la economía. En América Latina, existió una industrialización dirigida por el Estado, que gozó de altos porcentajes de Producto Bruto Interno. Es menester señalar que el factor que ha tenido efectos a lo largo de la historia económica en la región, ha sido la dependencia a la exportación de productos básicos, sujetos a una alta volatilidad de los precios internacionales. Estados Unidos pregonaba en el hemisferio occidental una democracia liberal, impartía anuncios de ayuda técnica y económica, pero la mayor transferencia económica para América Latina fue destinada a ayuda militar con el objetivo de mantener a raya el comunismo. Durante mediados del siglo XX, los EEUU, buscaron consagrar un plan económico, que pretendía crear las bases del orden mundial de corte americano, plan diseñado anteriormente por Roosevelt. Uno de los pilares fundamentales fue la creación de las Naciones Unidas; Y otro pilar significativo fue el entramado económico y financiero de Bretton Woods. Para concluir, se resalta que entre el decenio del ‟40 y el ‟50, los países de América Latina buscaron desarrollar una integración regional frente al desinterés mostrado por parte de EEUU.Los países de Latinoamérica demostraron unanimidad como bloque regional. Y uno de los casos fue el conflicto palestino-israelí. Se

48 comportaron como bloque en los debates internacionales. O apoyaron o no hicieron nada para obstruir la creación del Estado de Israel. Entonces puede hablarse de una franca complicidad diplomática entre América Latina e Israel. Debiéndose a la significativa presencia judía en América Latina, que demuestra que no hay duda de que existe una estrecha relación entre la cultura judía y América Latina. Como también no se debe olvidar el fuerte lobby sionista en las comunidades locales de la región que lograron la persistencia la perpetuación de la “tierra prometida”.

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Capítulo 3.

La política exterior económica y política peronista (1946-1955)

3.1. Aspectos económicos

Haciendo referencia al pensamiento económico del peronismo y su accionar debe destacarse que Perón sostenía que el capitalismo era la encarnación de la explotación indiscriminada de la burguesía.Igualmente la doctrina justicialista dejaba bien en claro que la acumulación de capital no era su enemiga, sino que era económicamente y socialmente necesaria para que el capital estuviera al servicio de la economía. La segunda posguerra presenció un crecimiento sin precedentes de la economía mundial, incluyendo América Latina. Hubo una aceleración del crecimiento asociada a la emergencia y consolidación del fordismo en las economías centrales. Las economías del Sur también gozaron de ese ánimo, por eso Perón durante su primer mandato buscó evitar que se repitiera lo que sucedió después de la Primera Guerra Mundial, haciendo referencia al impacto del conflicto mundial en relación a la crisis del sector industrial. De ahí que planificó la economía, advirtiendo a los factores de poder y a la burguesía argentina de que la hora social había llegado. Para elloen 1944 se crea por decreto, número 23.847 el Consejo Nacional de Posguerra, primer intento orgánico de planificación económica en la Argentina, teniendo como piedra angulartanto la integración, como la expansión de su modelo económico orientado hacia el mercado local, para favorecer la autonomía. En línea con la planificación económica, el peronismo señalaba que debía evitarse la creación o sostenimiento de industrias artificiales, cuya vida económica dependía de algunaprotección, que directa o indirectamente representase un gasto para el Estado. La evidente relevancia del aparato estatal como instancia de decisión política tenía que ver con la estructura del Estado peronista. En materia de planificación económica se resalta el Primer Plan Quinquenal, concibiéndose por primera vez un programa económico social. Revisando los primeros años de la presidencia peronista se puede veruna balanza comercial con un saldo relativamente alto, es decir, superavitaria. El primer mandato de Perón, 1946-1952, enfatizó su estructura económica, enel poder monetariodel campo,

50 considerando la necesidad de valorizar los recursos,sobre todo los de la pampa húmeda y su producción agroalimentaria. Se iniciaba una nueva etapa en la historia Argentina, a partir de la alianza de clases que realizaban los industriales nacionales y los trabajadores. Esta primera etapa da origen al IAPI,con la necesidad de coordinar la promoción de intercambiode forma orgánica y práctica, de manera que asegurara positivos beneficios a la economía nacional, respaldando tanto a los productores agrarios cuanto a los industriales, de toda perturbación del mercado. Mediante tal organismo segarantizabael beneficio igual a todos los sectores económicos. El IAPI significó la creación de un organismo autárquico nacional, organizado con criterio comercial, sin perder de vista su finalidad de bien común. También mediante decreto se nacionalizó el Banco Central de la República Argentina, el que en adelante funcionaría como otra entidad autárquica.Con estas dos instituciones el nuevo gobierno pusoen ejecución su política económica, pasando a “controlar”, o mejor dicho a organizar, la producción total del país y el ahorro nacional. Igualmente debe dejarseclaro que el Instituto no monopolizó las actividades privadas, sino que las integraba adecuadamente para su propio beneficio. Queda claro que el IAPI era el ente comercial capaz de afrontar las diferentes coyunturas en el mercado internacional, actuando con agilidad en la compra, venta, distribución y comercialización de productos, con la premisa de proteger el bien común.El IAPI tenía como principal tarea colocar nuestros productos en el mercado internacional gestionando los mejores precios. Argentina vendíacereales:como avena, cebada, centeno, lino y maíz, plantas oleaginosas que luego manufacturadas, se transformaban en aceite para mercado internacional, también carnes, cueros, extracto de quebracho, etcétera. La mayor parte de los países que estuvieron involucrados en la conflagración, vuelven a demandar alimentos: el principal destino en 1946, será Francia (19%), el segundo lugar lo detenta Gran Bretaña, mientras el tercer lugar en importancia lo comparten España y Bélgica (9%)33. Conjuntamente se firmaron convenios comerciales con países extranjeros,Suiza, Hungría, Italia, Países Bajos, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Brasil y Suecia firmados

33Fuente de los Anuarios de Comercio Exterior de la Argentina. 51 entre 1947 y 1949, los que a su vez proveían a la Argentina de productos necesarios o maquinarias para nuestro desarrollo industrial. Durante esos años Argentina accede a mercados internacionales que anteriormente estaban en manos de potencias europeas o de Estados Unidos. El conflicto que conoció el hemisferio norte posibilitó acceder a países vecinos o de África como es el caso de la Unión Sudafricana. Las funciones del IAPI eran diversas:asesorar, controlar, financieras, comerciales, abastecedora, subsidiar, de promoción y fomento, reguladora del mercado interno. Estas funciones afectaban intereses concretos de distintos sectores de la sociedad, ya sean industriales, comerciantes, agricultores, importadores ya que la intervención del Instituto tocaba áreas vitales de la economía del país. Cabe mencionar que desde el origen de tal mencionado Instituto, siempre hubo una oposición, que insistía que las ganancias que se habían obtenido por la comercialización de los productos agrícolas, se habían invertido en el sector industrial. Esdecir, que las riquezas producidas por el campo habían posibilitado el desarrollo industrial y éste se hacía a costa del trabajo rural. Desde el ámbito periodístico, el Instituto también resistía crueles agresiones por ejemplo, la que decía “IAPI pesadilla de comerciantes desplazados”34, artículo que exponía la necesidad de la economía argentina de volver a los cauces privados, recomendación sostenida por el Consejo Nacional de Comercio Exterior de los EEUU.Intelectuales progresistas como Arturo Jauretche, refutabanesta posición manifestándose a favor del Instituto:

“Defendíamos pues, el precio internacional de nuestros productos, unificando la comercialización en un organismo del Estado, beneficiándonos del transporte y del seguro, exportando trabajo a través de la exportación de materia prima cada vez más elaborada, y rompíamos el bloqueo internacional, de origen político, de la unanimidad de las grandes potencias, y el de origen comercial de los grupos monopolistas de nuestra exportación, forzando a través de los tratados bilaterales la apertura de nuevos mercados, y liberando nuestros precios del papel bajista que les hacían jugar los consorcios internacionales”35.

La actitud Estadounidense frente al IAPI, era fastidiosa ya que le incomodaba que la institución ganara más de 1.200 millones de dólares en la comercialización de las

34Diario El Orden, 1948, Jueves 6 de Mayo, Hemeroteca digital, En el sitio web: http://www.santafe.gov.ar/hemerotecadigital/diario/5521/?page=1, visitado: 11/10/2017. 35Jauretche Arturo, 1977, “Política y economía”, A. Peña Lillo Editor, Buenos Aires, p.75. 52 cosechas, siendo así, una fuente de divisas para nuestro país. Durante la argentina agroexportadora, la estructura comercial y financiera argentinafue de carácter parasitario y burocrático, pero con la llegada del Peronismo y su política económica esto cambió, consolidando dos importantes decisiones que fracturaronese esquema dominante, dando lugar a la expansión económica: la creación de instituciones ya mencionadas, como el IAPI y la nacionalización del Banco Central que a su vez permitió la centralización y nacionalización del crédito. Entre 1947-1948 los saldos de la balanza de pagos disminuyeron, considerablemente por el incremento de las importaciones, las cuales se quintuplicaron. De esta manera se puede ver como fracasó el proyecto económico peronista apoyado en las relaciones triangulares comerciales. Tal situación redujo considerablemente los márgenes de maniobra de la Tercera Posición. La prosperidad económica se desmoronó y el IAPI debió recurrir al financiamiento bancario debido a la baja de precios en el mercado internacional. Los déficits del IAPI aceleraron el proceso de inflación, que debió ser, soportado por los sectores populares El incremento de las importaciones estuvo vinculado a la compra de maquinaria, bienes de capital y materias primas de origen industrial, motivadas por el intenso proceso de industrialización. Aún durante este periodo, Gran Bretaña mantenía el primer lugar en las exportaciones argentinas, pero las importaciones provenientes de los Estados Unidos crecían constantemente. Esto, junto con la inconvertibilidad de la libra decretada por Gran Bretaña y el lanzamiento del Plan Marshall por Estados Unidos, terminó conspirando contra Argentina y generando la imposibilidad de mantener las relaciones comerciales triangulares un tiempo más. El lanzamiento del Plan significó para el gobierno Perón la compleja noticia de que los países acreedores del Plan Marshall no podían realizar compras a la Argentina, provocando en el año 1948 un problema económico al país, agudizando la escasez de dólares necesarios para pagar las importaciones. Ese mismo años los países europeos ya libres de la secuela bélica, recuperan su capacidad productiva, por ende los precios internacionales de los productos agropecuarios comienzan a descender, ya que hay mayor oferta y comienzan a aumentan los precios de los bienes manufacturados. Ala Argentina le resulta cada vez más difícil colocar sus productos a buen precio, sin embargo, el gobierno peronista se había comprometido a pagar al productor interno un precio independiente del internacional, lo que generó grandes déficits al IAPI.

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Miranda, presidente del Consejo Económico Nacional y luego presidente del Banco Central de la República Argentina tomó entonces la decisión de que las empresas extranjeras emplazadas en territorio argentino no podrían girar sus dividendos, lo fue interpretado por los EEUU como una represalia de lo anteriormente mencionado. Este contexto tenso aumentó la postura anti-norteamericana del gobierno peronista. A mediados del „48, la política exterior del peronismo viró, a pesar de que en el ámbito de política doméstica el gobierno pregonaba un fuerte anti-americanismo con el objetivo de obtener apoyo popular para la reforma constitucional que permitiera al presidente su reelección. Los funcionarios argentinos trataban de alcanzar un acuerdo económico con el gobierno norteamericano. El presidente del Banco Central en ese momento, Orlando Maroglio, había sugerido un crédito recíproco entre el Export- Import Bank y el Banco Central. Pero esto contradecía lo sostenido por Miranda. Esto demostraba una evidente disputa en el seno del peronismo, sobre establecer o no vínculos económicos más cercanos con Estados Unidos. La vertiente más nacionalista, apoyada por Eva Perón, se negaba a ese acercamiento.El gobierno argentino anunció un cambio en la conducción económica en enero de 1949. Se crearon dos ministerios, uno de Economía y otro de Finanzas, colocando al frente de ellos a Roberto Ares y a Alfredo Gómez Morales. Los nuevos funcionarios eran considerados hombres de Bramuglia y eran partidarios de cambios esenciales: la revocación del IAPI, la eliminación de los controles de exportación y una mayor cooperación con Estados Unidos. Los funcionarios nacionalistas, se enfrentaban a que los grupos privados volvieran a obtener posiciones relevantes en el comercio exterior y rechazaban las concesiones a grupos económicos extranjeros. Estos sostenían que la afiliación a organismos internacionales era contraria a la independencia económica, “bandera” levantada por el peronismo.Sin importar lo dicho por la postura nacionalista, los nuevos ministros comenzaron su plan de acción. El consejero económico de la embajada argentina en Washington anunciaba que la Argentina enviaría pronto un representante a Estados Unidos para discutir asuntos económicos y concertar un préstamo. En el año 1949 el IAPI, como institución nacional, deja de pertenecer a la esfera del Banco Central para pasar a depender del Ministerio de Economía.Le quedan vedadas operaciones de cambio, compra y venta de divisas, y se suprime su contribución en la tramitación de los convenios internacionales de carácter comercial, función que ahora realizará directamente el Ministerio.

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Asimismo en 1950 se llegó a la concesión de un crédito del Export-Import Bank de 125 millones de dólares a la Argentina. Este crédito tuvo su implicancia colateral a nivel de política hemisférica: significó la ratificación por el Congreso argentino del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), firmado en Río de Janeiro en 1947.Cabe mencionar que el crédito otorgado sirvió para cancelar deudas comerciales atrasadas y no para la adquisición de equipos industriales y agrícolas en el mercado norteamericano como ansiaba la administración argentina. Laaspiración del gobierno norteamericano por consolidar su política hemisférica, significó la concesión de un crédito que permitiósuavizar la crisis económica argentina a cambio de la deseada ratificacióndel tratado (TIAR). Es evidente que EEUU aplicó una herramienta denominada issue-linkage o vinculación temática de cuestiones, la cual permite ejercer presión internacional y enlazar temas de agenda. Cabe destacar que el entramando institucional que proponía el gobierno de Perón radicaba en otorgar tanto al mercado interno como al externo. Se subrayaba que las exportaciones del sector primario eran las predominantes durante los mandatos del peronismo a pesar de haber pregonado por la industrialización del país. Este sector tiene, una gran dependencia respecto de las condiciones climáticas y también de la evolución de sus destinos. Igualmente la incipiente industrialización no impidió que se generara una Cámara de Exportadores que aprovechó la coyuntura para buscar trascender el mercado interno y explorara nuevas plazas para sus productos. A partir de la existencia del Consejo Nacional de Racionamiento, se pone en marcha una verdadera política de distribución y racionamiento de los productos críticos para la marcha de la economía del país. Desde el Banco Central a las Juntas Reguladoras, pasando por las políticas de control de cambios, el estallido de un nuevoconflicto mundial llevó a diseñar otro tipo de instituciones, entre las cuales situamos la creación de la Secretaría de Industria y Comercio, el Consejo Nacional de Racionamiento dependiente de aquélla, el Consejo Nacional de Posguerra. Tales instituciones fueron pioneras en la primera etapa del peronismo, conformando un “Estado Empresarial” que se construyó en la inmediata posguerra, cuando los precios agropecuarios estaban a un alto valor, permitiendo acumular reservas. Tales exportaciones permitieron financiar el incremento de las importaciones, evitando trastornos en la balanza de pagos, favorecidos por una coyuntura internacional favorable.

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Pero el derrumbe de los precios agropecuarios generó un deterioro de los términos de intercambio, empeorado por las sequías de 1951-1952, lo queprodujo la reducción de las reservas, al igual que problemas en la balanza de pagos y un descenso de la demanda junto a un cambio de la política cambiaria. La crisis puso de manifiesto las débiles bases del proceso de expansión industrial, demostrando que la misma dependía de la importación de bienes de capital y de una gran cantidad de insumos. La política del Estado promovía la industria apoyándose en el sector rural porque dicho sector era el único idóneo de proveer las divisas necesarias para compensar las cuentas externas. Por ello en la década del ‟50, específicamente en 1952, la política económica del peronismo se vuelve más ortodoxa, se establecen restricciones en materia monetaria, relacionada con el descenso de las tasas de inflación y un fuerte proceso recesivo sobre el sector productivo, buscando moderar el proceso inflacionario.Hacia 1952, el déficit comercial creció, agotando las reservas de oro y divisas generando importantes trastornos en la economía.

3.2. Aspectos políticos

El peronismo llega al poder como consecuencia de grandes cambios sociales, políticos y económicos que se van a ir produciendo en el país paulatinamente y sin pausa, desde principios de la década de 1930. Estos cambios al interior de Argentina fueron también en parte producto de los cambios importantes producidos en el sistema internacional, donde la Segunda Guerra Mundial es el punto de inflexión que trae aparejado grandes consecuencias para la relación de Argentina con el mundo. Luego de la Segunda Guerra Mundial se genera un nuevo orden internacional en el que Estados Unidos reemplazó definitivamente a Gran Bretaña, que ya había entrado en decadencia como país hegemón del sistema internacional. A partir de este hecho, nuestro país necesitó reestructurar su política exterior y buscar nuevas formas de insertarse en el nuevo orden mundial, para no quedar aislado.En este marco, el peronismo intentó una política exterior novedosa articulada en torno a un concepto central que fue el de la “Tercera Posición”, del cual se desprendieron la mayor parte de las acciones exteriores del peronismo. A partir del estudio de la política exterior del gobierno peronista se decide dividir a la misma en dos etapas, con características propias cada una, lo que hace posible una clara diferenciación entre ambas.Se intenta analizar en cada una de estas dos

56 etapas, los desafíos y las desventuras por las que atravesó el gobierno de Perón a través de la aplicación o no de la doctrina de la Tercera Posición, como principal formulación de política exterior del período estudiado y con base en ese análisis desarrollaremos en forma detallada las relaciones exteriores de la “argentina peronista” con los diferentes países y regiones del mundo. Existe un interesante debate académico acerca de las diferentes etapas por las que atravesó la política exterior argentina durante el gobierno de Juan Domingo Perón.El principal desacuerdo entre estos autores, surge en cuanto a las características que les asignan a cada etapa, el número de las mismas y el corte temporal que fijan para cada una de ellas.En el presente trabajo se divide la política exterior de Perón en dos períodos, fundamentada por Mario Rapoport y Claudio Spiguel36. De acuerdo a su concepción se puede identificar de manera clara dos etapas en la política exterior peronista: la primera etapa abarca desde el año 1946, cuando Perón asume la presidencia hasta la crisis económica que comienza en 1949 y que obliga al gobierno a reformular su gabinete y su política exterior. La segunda etapa comienza en 1949 y se extiende hasta la propia caída del peronismo como producto de la Revolución Libertadora en el año 1955. Estas etapas son coincidentes también con cambios en la Cancillería, ya que la primera etapa coincide con el período de Bramuglia al frente de la Cancillería y la segunda con los períodos de Paz y Remorino al frente de las Relaciones Exteriores de nuestro país. Por otra parte, los autores Andrés Cisneros y Carlos Piñeiro Iñiguez dividen la década peronista en tres períodos37, marcados por los cambios de cancilleres. Así, habría una primera etapa, con el socialista Bramuglia como Canciller (1946-1949); una segunda etapa con el nacionalista Jesús Hipólito Paz; y finalmente, una tercera etapa con Jerónimo Remorino, de tendencia conservadora, como Canciller (1951-1955).Sin embargo, se considera que las diferencias entre las personalidades y las gestiones de los distintos cancilleres no son lo suficientemente fuertes como para marcarlas como corte temporal en las distintas etapas de la política exterior del peronismo. Tomando como referencia la división de etapas realizada por Rapoport y Spiguel, durante esta primera etapa, 1946-1949, se ve reflejado el intento de Perón por

36Rapoport Mario y Spiguel Claudio, 2005, “Política exterior argentina”, Buenos Aires, Capital Intelectual, p. 231. 37Cisneros Andrés y Piñeiro Iñíguez Carlos, 2002, “Del ABC al MERCOSUR: la integración latinoamericana en la doctrina y la praxis del peronismo” Buenos Aires: Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Grupo Editor Latinoamericano/Nuevohacer, p. 267. 57 consolidar una política exterior autónoma de neto corte nacionalista y con un marcado antinorteamericanismo, en conformidad con el concebir de la población argentina. Igualmente se debe reconocer que hubo una recomposición y normalización de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, la cual será detallara más adelante. Esta política exterior de corte nacionalista significó para la Argentina una cultura, que defendió al Estado, de aquéllos que injuriaban contra la Argentina, independientemente del balance de costos y beneficios.Ilustrando de esta manera un condicionamiento, al que estuvo sometido el Estado lo que reiteradas veces impidió la coherencia o la linealidad de las relaciones internacionales, demostrando ser un “irrational actor model” (modelo de actor irracional). Ambas etapas a desarrollar estuvieron marcadas por la aplicación de la doctrina de la Tercera Posición. Que simbolizó en rasgos generales en el accionar externo de nuestro país, aunque hay que resaltar también, como se ambiciona más adelante, los límites con los que se encontró esta concepción. El principal desafío del peronismo, consistió en revertir el aislamiento internacional en el que se encontraba nuestro país como producto de las imposiciones y discriminaciones norteamericanas por la política de neutralidad argentina durante la Segunda Guerra Mundial. En el panorama internacional también se puede observar una política exterior de signo nacionalista, un claro ejemplo de ello fue la no incorporación al Fondo Monetario Internacional y la aplicación de la Tercera Posición en el ámbito diplomático.Este primer etapa “autonómica” culmina en el año 1949. El nuevo contexto internacional para Argentina fue complejo, debía adaptarse a un Estados Unidos consolidado como principal potencia del mundo y por otro sobrellevar la crisis económica, para lo cual Argentina necesitaba dólares. Perón y su pragmatismo constante hicieron de esta necesidad un acercamiento a los Estados Unidos, demostrando un “pragmatismo negociador” propio de su estilo político. El inicio profundizado de la relación bilateral Argentina–Estados Unidos, da origen a lo que se puede denominar a una segunda etapa de política exterior. Sin embargo, antes se cree necesario explicar que las principales características de la doctrina de la Tercera Posición por ser el eje a través del cual se articula toda la política exterior peronista.Definir en términos exactos lo que fue la Tercera Posición es una tarea ardua, a la cual se avocaron la gran mayoría de los intelectuales que estudiaron al movimiento peronista, realizando análisis de lo más diversos y confrontados.

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Es propicio comenzar con la definición de Tercera Posición de su propio creador, diciendo que la misma fue la lectura que hizo Perón del escenario internacional en la inmediata posguerra, sosteniendo que las dos corrientes ideológicas en boga, el individualismo liberal y el colectivismo totalitario se han consolidado en el mundo como dos fuerzas políticas que tienden hacia el imperialismo.En el discurso del 2 de mayo de 1950 fue Perón quien recalcó ese “tercerismo” que se traduce en el modelo económico peronista:“Para el capitalismo la renta nacional es producto del capital y pertenece ineludiblemente a los capitalistas. El colectivismo cree que la renta nacional es producto del trabajo común y pertenece al Estado, porque el Estado es propietario total y absoluto del capital y del trabajo. La doctrina peronista sostiene que la renta del país es producto del trabajo y pertenece por lo tanto a los trabajadores que la producen.” Este fragmento del discurso del General Perón, demuestra que está en desacuerdo con el capitalismo liberal y el colectivismo totalitario, pero no así del colectivismo como tal. Es anticapitalista y pretende, a diferencia del marxismo, la entrega de los medios a los propios trabajadores y no a un Estado-Patrón dictatorial.La Tercera Posición, no buscó la imposición de su cultura, sus valores, su forma de gobierno y su estilo de vida a otros pueblos, distinto de las otras ideologías imperantes en el sistema internacional. Como bien se ha mencionado anteriormente, luego de la Segunda Guerra Mundial, se configuró un sistema de orden bipolar, donde la peor situación quedaba para los terceros, es decir aquellos países que no se plegaban a ninguno de los dos bandos, cabe destacar que la neutralidad era poco tolerada y riesgosa: “Y la Tercera Posición no es, en manera alguna, una posición de neutralidad frente a los problemas políticos, económicos y sociales del mundo contemporáneo. Es, en cambio, una actitud positiva que se ofrece a la humanidad como solución de sus problemas”38. Se puede afirmar que la política exterior del gobierno peronista, a través de la Tercera Posición, puede encuadrarse en el nivel de autonomía heterodoxa planteado por Puig, donde “si bien se aceptaba la conducción estratégica de los Estados Unidos como hegemón del bloque occidental, discrepó con cuestiones específicas: el modelo de desarrollo interno,

38Juan Domingo Perón, 1950, “Mensaje del presidente Juan Domingo Perón al abrir las sesiones ordinarias del Congreso Nacional”. 59 las relaciones bilaterales no estratégicas y la diferenciación de los valores e intereses estratégicos del bloque del interés nacional y de los valores de los Estados Unidos”39. La autonomía heterodoxa entonces enmarca a la Tercera Posición peronista, entre otros, caracterizada por una élite que, si bien no confronta totalmente con los intereses estratégicos de la potencia dominante, su proyecto disiente en gran medida, especialmente en lo que hace a la defensa de los propios intereses. Para Puig, la autonomía es la máxima capacidad de decisión propia que se puede lograr, teniendo en cuenta los condicionamientos objetivos del mundo real. En relación a ello es necesario pensar que la autonomía no puede estudiarse de manera separada del análisis económico, y por lo tanto, del modelo de desarrollo económico interno elegido por la dirigencia peronista. Por otro lado, pero en consonancia con los atributos de la autonomía heterodoxa de Puig, se menciona la diferenciación de los valores e intereses estratégicos del bloque nacional y de los valores de los Estados Unidos. Esto se ve claramente reflejado en las acciones de la política exterior peronista a través de la aplicación de su doctrina de la Tercera Posición, por ejemplo, en el rechazo del derecho de veto de las potencias en el Consejo de Seguridad de la ONU; en el comercio con los países comunistas; en la crisis de Guatemala, entre otros. Por otra parte, se coincide con lo postulado por Tokatlian y Carbajal quienes afirman que todo Estado-Nación “para ser autónomo requiere : contar con un autodesarrollo; una autoconciencia de que se actúa con referencia a metas y propósitos propios; y una libertad de acción frente a los condicionamientos externos”40. Esto ayuda a comprender la necesidad de vincular la política interna con la política externa a la hora de analizar los grados de autonomía. Si se tiene en cuenta la concepción de Lanús, la Tercera Posición va más allá de una mera enunciación de política exterior ya que tiene por objeto ofrecer una doctrina superadora de los dos principales sistemas políticos y económicos que se presentan como opciones en la posguerra mundial; Argentina ofrece una “alternativa ideológica a la restringida opción bipolar”41. Los sucesos económicos, sociales, ambientales y psicológicos que engloban la crisis de la posguerra mundial, (1945), alentaron el cambio, por lo que la situación de

39Puig Juan Carlos, 1984, “América Latina: políticas exteriores comparadas”, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, p. 147. 40Tokatlian, y Carbajal, 1995, “Autonomía y política exterior: un debate abierto, un futuro incierto.” CIDOB (28), p. 7. 41Lanús, 1984, “De Chapultepec al Beagle (1945-1980)”. Buenos Aires: Hyspamérica, p. 84. 60 posguerra llevó a la búsqueda de nuevas fórmulas alternativas de organización social, y la Tercera Posición, es una de ellas. De esta forma, se manifiesta el profundo contenido social y el intervencionismo estatal en todos los aspectos de la vida del país que ambicionó imponer el peronismo a través de la planificación estratégica. Estas convicciones, de intervencionismo estatal, “no eran exclusividad del peronismo, cualquiera hubiera sido el partido político que llegara al poder en esos años, habría seguido orientaciones similares”42. Continuando con el análisis, es necesario aclarar que entre los años 1946 y 1949 el gobierno peronista optó por continuar apoyándose sobre el lado británico del triángulo, para balancear el peso económico y diplomático de los Estados Unidos. Por ello también la Tercera Posición, desde una perspectiva económica, puede verse como la necesidad en la inmediata posguerra de seguir manteniendo el triángulo comercial, aprovechando de tal estructura, para el crecimiento de la economía interna argentina y el modelo ISI. Otro autor que aborda la cuestión de la Tercera Posición es Felipe De la Balze, quien incluye a la Tercera Posición dentro del período de política exterior que él denomina “política exterior del aislamiento” y que se mantiene hasta mediados del gobierno de Alfonsín. “La respuesta Argentina a los nuevos desafíos del sistema internacional luego de la Segunda Guerra Mundial, fue un conjunto de políticas y prácticas diplomáticas al que he denominado política exterior del aislamiento”43. Los rasgos distintivos de dicha política, se mantuvieron aproximadamente 40 años. Este autor observa dos tendencias en la Tercera Posición: la primera está relacionada con el esfuerzo político de mantener los lineamientos generales de la política exterior del periodo anterior, sin tener en cuenta los cambios sucedidos en el sistema internacional, como por ejemplo el traspaso del antiguo multilateralismo político al nuevo sistema bipolar de posguerra, dejando a entender que las grandes transformaciones que ocurrieron entre 1930 y 1950 tiraron por la borda la construcción de premisas políticas, económicas y estratégicas que había diseñado la diplomacia argentina. Y la segunda tendencia se identifica con la implementación de un proyecto de crecimiento económico interno basado en la sustitución de importaciones, ISI, mientras

42Paradiso José, 1993, “Debates y trayectoria de la política exterior argentina”, Buenos Aires: Grupo Editor Latinoamericano, p. 119. 43De la Balze Felipe, 1997, “La política exterior en tres tiempos”, “Argentina y Estados Unidos. Fundamentos de una nueva Alianza”, CARI-ABRA: Buenos Aires, p. 43. 61 que en el plano internacional se estaba gestando un nuevo orden, basado en la liberalización económica de posguerra, que favorecía a los Estados Unidos, y a sus aliados internacionales. Distinto de lo esperable por parte de la dirigencia argentina, perjudicando así los intereses económicos internos e internacionales de nuestro país. Esta segunda tendencia puede ser justificada a través de la interpretación que Perón hacía del escenario de posguerra, donde el presidente argentino vislumbraba una tercera guerra mundial y el retorno de las medidas proteccionistas de las economías nacionales. En cuanto a la primera tendencia, se puede hacer insistencia en otro concepto acuñado por el autor, la “inercia burocrática”, la misma hace referencia a un cierto apego a los clásicos tomadores de decisiones, hacia prácticas y políticas anteriormente aprobadas, dificultando el cambio hacia un nuevo posicionamiento internacional de la Argentina. Por ello, De la Balze sostiene que la Tercera Posición no es una concepción original sino que, “no es otra cosa que una versión ideológicamente remozada de la política de no compromiso del período anterior de la política exterior de la Organización Nacional”44. La “Tercera Posición” justicialista entonces puede entenderse como un proyecto hacia una consecución de mayor autonomía y una estrategia regional especifica en América Latina, buscando independencia a nivel internacional, pero si se tiene en cuenta lo planteado por De la Balze, el nuevo orden bipolar de posguerra redujo dramáticamente el grado de libertad que disponía la diplomacia argentina. Por eso, Perón buscó liderazgo regional a través de la unión de los países latinoamericanos para hacer frente a los peligros y desafíos que imprimía Estados Unidos. Otra concepción de la Tercera Posición es la que ofrecen Cisneros y Piñero Iñíguez, definida como una doctrina elaborada para un contexto mundial de transición Inter sistémica, donde la variable central que ejerce mayor influencia en esta concepción, es la lectura que hace el propio Perón de una inminente Tercera Guerra Mundial, sin dejar de lado la influencia importante que ejerce la misma hacía el orden interno, donde el peronismo se muestra como un tercero, conciliando entre el capital y el trabajo. De la postura de estos autores se destaca que la Tercera Posición fue una receta política que generó pertenencia en la población en dos planos, para con el país y el

44Ibídem, p. 45. 62 extranjero y para con el propio peronismo como partido político, resaltando así que “la Tercera Posición fue una fórmula de gran efectividad emotiva para el frente interno”45. El primer objetivo de Perón fue intentar la reinserción internacional de Argentina desde una política autonómica, dejando atrás el aislamiento y el escaso comercio con los países latinoamericanos. Se resalta como características principal de la Tercera Posición, la orientación hacia Latinoamérica, pero principalmente el Cono sur, y por otro lado el establecimiento de relaciones con la URSS y países del este europeo que serán detalladas más adelante. La impronta de unidad regional queda evidenciada en las propias palabras de Perón, "nuestra política consiste en alcanzar convenios bilaterales con todos los países latinoamericanos, ofreciendo nosotros lo que tenemos. En este sentido nuestra política es lo que llamamos Sanmartiniana. Nosotros hemos consolidado nuestra independencia económica y queremos llevarla a América"46. En este contexto se destaca el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales con países del bloque opuesto, como la Unión Soviética y varios países comunistas de Europa Oriental; como también el ya nombrado intento de liderazgo en la región latinoamericana y en el Cono Sur, a través del propósito de creación de la Unión de Países del Sur y del nuevo ABC con Brasil y Chile. La política exterior de los primeros años del peronismo se movió en niveles diferenciados, entre una resistencia proveniente de un sector más conservador en el ámbito civil y diplomático y sobre el trasfondo de un recelo militar. Por ello puede decirse que la figura del canciller Bramuglia tuvo una gran importancia, dado a su papel activo, buscando representar los ideales del país de la manera más férrea en los foros internacionales. Cabe destacar que Argentina siempre mostró sus reservas acerca de la propuesta de establecer una organización continental que tuviera atribuciones supranacionales y a que la Carta Orgánica de dicha organización contuviera normas políticas y militares, por lo que solo propugnaba por una unión económica.A pesar de esta concepción, desde el gobierno argentino se le dio mucha importancia a la Conferencia de Bogotá y a la necesidad de crear una organización de este tipo.

45Cisneros Andrés y Piñeiro Iñíguez Carlos, 2002, “Del ABC al Mercosur: la integración latinoamericana en la doctrina y praxis del peronismo”, Editorial: Galerna, p. 223. 46Cooke John William, 1968, “Artículos periodísticos, reportajes, cartas y documentos (1959-1968)” compilador Eduardo Luis Duhalde, Buenos Aires, Editorial Colihue, p. 57. 63

Se debe acentuar que la Conferencia de Bogotá en el año 1948 género en la Argentina una desconfianza, por exceso de multilateralismo que tal conferencia proyectaba. La delegación argentina estaba atenta frente a todo compromiso que implicaría enrolar al país en el conflicto bipolar y en conflictos ajenos al interés nacional argentino. Antes de adentrarse en los sucesos internos de la conformación, de lo que actualmente hoy se conoce como Organización de Estados Americanos (OEA), se tomará como antecedente la Conferencia de Rio de Janeiro, del año 1947, fundamental para el sistema interamericano que se constituyó en el periodo inmediato a la Segunda Guerra Mundial. Las diferencias entre el gobierno de Truman y el de Perón pospusieron por dos años ese trascendental cónclave y por ello terminó realizándose en 1947, tras la publicación de la Doctrina Truman, y no en octubre de 1945, como originalmente estaba previsto. El objetivo central de esta Conferencia era tratar la cuestión del Tratado de Defensa para el hemisferio previsto ya en el Acta de Chapultepec. La delegación argentina estuvo presidida por el Canciller Juan Atilio Bramuglia, (que aprovechó el cónclave para presentar la "tercera posición" de Perón) y la delegación de Estados Unidos por el general Marshall, quien por primera vez participaba en un escenario diplomático panamericano. Estados Unidos mantenía un objetivo claro: lograr la creación de un tratado militar de seguridad hemisférica para poder dedicar sus principales esfuerzos a otras regiones más calientes en el escenario de la Guerra Fría. La agenda de Río de Janeiro estuvo marcada por: el empleo de la fuerza y la definición de agresión; el tema de las bases militares; las zonas de seguridad; la posibilidad de sanciones y las cuestiones económicas. El discurso de Bramuglia en dicha conferencia fue un pedido a la unidad del continente, y a la libertad del hombre, mostrándose coherente con lo enunciado por la doctrina justicialista y la famosa Tercera Posición. Como sostiene Lanús, el canciller Bramuglia en todas sus intervenciones “citó la doctrina de la Tercera Posición e introdujo la cuestión económica y social como principal tema”47. La postura argentina en cuanto al tema del empleo de la fuerza y la definición de agresión, intentaba distinguir entre los agresores americanos de los no americanos, en

47Lanús, op. cit., p. 139. 64 cuyo caso se aplicarían sanciones colectivas y se autorizaría el empleo de la fuerza. La delegación argentina presentó un proyecto que sostenía que “todo acto de agresión contra la integridad o la inviolabilidad de un estado americano por parte de un estado extra continental será considerado un acto de agresión contra todos”. En cambio, la aplicación de medidas colectivas a los mismos estados americanos, significaría quebrar la solidaridad existente y olvidar el espíritu pacifista que hasta ahora permitió solucionar los conflictos en el nuevo mundo. Por otro lado, Estados Unidos no quería que se realice la distinción entre agresores extra-continentales y continentales. Finalmente la solución fue un compromiso favorable a los Estados Unidos, ya que el TIAR prevé el uso de la fuerza para todos los casos. Si bien no se pudo concretar la postura argentina, se vio claramente que nuestro país acató las decisiones de la conferencia, demostrándole al Departamento de Estado de Estados Unidos que el gobierno argentino tenía una actitud más flexible que en conferencias anteriores. Igualmente, Argentina logró la inclusión del principio de “no automaticidad”, que requería como etapa previa una reunión de consulta para otorgarle obligatoriedad a las decisiones. También se aceptó la propuesta Argentina de que se exceptuara a los países firmantes de la obligación de suministrar fuerzas armadas sin su consentimiento. En síntesis, en Río se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) que planteaba que un ataque armado contra algún Estado americano sería considerado como un ataque a todos y obligaba a tomar medidas acordadas por el Órgano de Consulta del Sistema Americano. Lo mismo establecía para una agresión que no fuera ataque armado o bien no fuera efectuada dentro de la zona de seguridad, tras la cual se debería recurrir al Órgano de Consulta para acordar medidas para responder a dicha agresión. Las decisiones quedarían en manos de los ministros de relaciones exteriores, convocados por el Órgano de Consulta, y las medidas convenidas pasarían a ser obligatorias, aunque ningún Estado podía ser forzado a emplear sus fuerzas armadas sin su expreso consentimiento. Entre otros temas, Argentina insistió con la idea de un plan económico para América Latina, cuestión que fue rechazada por la delegación de los Estados Unidos, delegada por Marshall, quien argumentó que la conferencia sólo debía resolver cuestiones vinculadas con la defensa. También se puede analizar que la Argentina no fue un Estado obstruccionista ya que desempeñó un rol de pasivo frente a ciertos temas de la Conferencia. Por otra parte,

65 en el seno de los representantes de la Argentina existió un debate sobre la postura a tomar en política exterior, principalmente en el área que respecta a defensa. Por un lado estaba el núcleo proveniente del Ejército, quienes reconocían la necesidad de instaurar un tratado de defensa para el continente; pero por otro se niega la posibilidad de subordinación del ejército argentino al mando estadounidense en caso de guerra. Argentina demostrando su determinismo, y su soberanía política en el seno de las decisiones de la conferencia, propone y logra una cláusula que sostiene la libertad de los países firmantes para dar su consentimiento antes de enviar tropas. Estados Unidos, por su parte también defendía en una cláusula del tratado incorporar todo su territorio nacional considerando sus bases militares en el mundo, pero no lo lograron gracias a la férrea oposición de Argentina y México. El canciller Bramuglia sostuvo la importancia de la unanimidad como un principio que debía incorporarse a todo acuerdo de defensa mutua, lo que implicaría la posibilidad del ejercicio del veto. Con esto se demostraba una vez más la actitud autónoma del gobierno peronista. Cabe mencionar que esta postura de los Estados unidos, tiene su argumento histórico, y su correlación con la contemporaneidad. Sus primeras bases en el extranjero se establecieron en 1898, después de ganar la última guerra hispano-estadounidense (adicionándose la bahía de Guantánamo en Cuba, las Filipinas, la isla de Guam, Hawái y Puerto Rico). El envío de tropas y de armamento a Europa y Asia Oriental es un claro ejemplo. Para que las sanciones fuesen obligatorias se requerían 2/3 partes de los votos, una solución intermedia. Uno de los grandes temas a tratar en la Conferencia, seria las cuestiones económicas y sociales por las que luchaba el peronismo con sus tres banderas: Independencia económica, Soberanía política y Justicia social. Pero, Estados Unidos hizo caso omiso ya que el tratado era netamente de carácter militar, consiguiendo que se debatiera tal tema en la Conferencia a celebrarse en Bogotá en el año 1948. Analizando la postura argentina en la conferencia internacional, puede decirse que el peronismo evidenció o demostró un carácter activo en la gestación de criterios. Durante el marco de ambas conferencias interamericanas en Rio de Janeiro 1947 y Bogotá 1948, obtuvo las declaraciones a favor de la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y las tierras del sector Antártico. Haciendo hincapié en la región latinoamericana, se puede afirmar que el peronismo contó con una herramienta fundamental, la de poder transmitir. Esta

66 transmisión se basa en recursos de poder, poder con el que contaba el peronismo en el orden interno, lo cual lo convertía en un interlocutor válido para transmitir las demandas de los países periféricos hacia el repartidor supremo, en este caso los Estados Unidos. La capacidad de transmitir se advirtió reflejada en numerosos ejemplos, en las demandas del gobierno por un orden económico internacional más justo, buscando reducir las asimetrías existentes entre el hegemón y la periferia. En referencia a los funcionarios que formaron parte de la delegación argentina en Bogotá se puede nombrar al Canciller Bramuglia, quien comandaba la delegación, integrada por 86 personas, compuesta por miembros del poder legislativo, y de los ministerios de Guerra, Marina, Hacienda, Industria y Comercio, Trabajo y Previsión, así como el embajador Enrique Corominas, el presidente del Banco Central, Orlando Maroglio y, el Director del Departamento Económico de la Cancillería, Roberto Ares. Al observar la conformación de la delegación argentina ante la Conferencia se aprecia que el objetivo del gobierno en la misma, eran las cuestiones económicas, las cuales ocupaban un lugar central, aunque la Cancillería va a tomar el liderazgo con Bramuglia y Ares a la cabeza, por encima del ministerio de Hacienda. Dentro de la cancillería Argentina existieron diferencias, una de ellas, fue el enfrentamiento entre el Doctor Pascual de la Rosa y el Ministro de Marina, Fidel Anadón, los dos coincidían en defender los principios de la “Tercera Posición” y la política de equidistancia entre ambos bloques, pero igualmente sus posturas y estilos eran tan contrapuestos como sus orígenes ideológicos. La postura del Ministro de Marina, estaba en contra de considerar a la nueva organización, “un súper estado”, ya que no estaba de acuerdo con ninguna fórmula de supranacionalidad, por más que se hablara únicamente de normas jurídicas. Mientras que la línea de La Rosa, respondía a la primera línea burocrática de Bramuglia, sosteniendo que el sistema de estados debía tener únicamente normas jurídicas, ya que las políticas y militares debían eliminarse. Argentina sostuvo en la Conferencia la necesidad de organizar un amplio sistema de créditos a los países necesitados para que desarrollaran la economía agropecuaria e industrial en condiciones que preservaran su independencia y autodeterminación. “Hay que atacar la causa y no los efectos” decía Bramuglia, en alusión a este tema, haciendo referencia al hegemón. Se puede decir que la construcción de política exterior peronista estuvo basada en la integración regional, si se tiene en cuenta como premisa fundamental el tratamiento sobre las cuestiones sociales a nivel continente. El documento que alimenta

67 esta postura es la “Carta Interamericana de Garantías Sociales”, que Argentina exteriorizó en el año 1948, en la que se incluían los derechos del trabajador consagrados por el peronismo. El artículo 1 demuestra su firmeza: “La presente Carta de Garantías Sociales tiene por objeto declarar los principios fundamentales que deben amparar a los trabajadores de toda clase y constituye el mínimum de derechos de que ellos deben gozar en los Estados Americanos, sin perjuicio de que las leyes de cada uno puedan ampliar esos derechos o reconocerles otros más favorables. Esta Carta de Garantías Sociales protege por igual a hombres y mujeres”48. De esta manera se crea la figura del agregado obrero, de gran importancia para la política exterior peronista y para la divulgación de su política social y laboral en los países del continente. Los agregados obreros ejercieron una gran influencia en los foros internacionales y en las embajadas donde tuvieron representación, aunque también presenciaron numerosos choques con los embajadores y diplomáticos de carrera, debido a que tenían diferente formación, intereses y concepción del mundo. Se parte de la base que para crear integración es necesario anteponer un deseo individual independiente, y permitir lograr una decisión conjunta. También puede definirse como proceso de integración regional, al proceso convergente, deliberado (voluntario), fundado con solidaridad, de forma gradual y progresiva, entre dos o más Estados, sobre un plan de acción común sobre aspectos económicos, sociales, culturales, políticos, etc. La política exterior peronista de cara al proyecto integracionista tiene un molesto tinte dominante, donde su carácter de “orador” (por su capacidad de transmitir) y su condición de “repartidor intermedio”, distan de la base esencial de pensar y sentir de manera compartida, para construir una voz común en áreas sustantivas que permitan alcanzar las metas propuestas.Por otro lado, cabe destacar que el ideario de la integración está en el ADN de la región latinoamericana desde Bolívar, pero la misma se ha visto frustrada en cada uno de los ciclos. Se parte de la premisa que era necesario enriquecer la dimensión política de cooperación en los procesos de integración antes que pasar a la exclusivamente económica. Ya que los temas que inhabilitan a los procesos de integración continúan siendo de naturaleza especialmente política.La construcción de un sentido estratégico de

48Carta Internacional Americana de garantías sociales o declaración de los derechos sociales del trabajador. Adopción: Río de Janeiro, Brasil, 1947, artículo 1. 68 integración requiere una visión que marque el rumbo, que defina las metas que se quieren alcanzar, y que establezca los recursos humanos, materiales y tecnológicos. Durante el período peronista podemos mencionar un proceso de integración que buscó generar una dinamización del progreso y desarrollo sostenible. Fue el ABC y la búsqueda de la solidaridad latinoamericana.Como se ha explicado previamente, desde sus comienzos el gobierno peronista volvió la mirada hacia el continente y buscó para sí el liderazgo latinoamericano y la consolidación de la solidaridad política y económica, particularmente en el Cono Sur. De esta manera, Perón se encargó, durante los primeros años de su gobierno, de fomentar un acercamiento político y cultural con la región, así como incentivar la propaganda anti-norteamericana y la unión regional para confrontar con la potencia hegemónica. Especialmente a partir del año 1953, Argentina buscó y logró firmar numerosos acuerdos de integración sudamericana. En primer lugar, en febrero de 1953 Perón visita al presidente chileno Ibáñez, donde se establecen los fundamentos de la contemplación económica y firma el acta de Santiago. Se comprometían a la ampliación del intercambio comercial, a eliminar paulatinamente los derechos de aduana, y a impulsar la industrialización de las dos naciones, entre otras cosas. Ese mismo año Ibáñez viaja a Argentina, teniendo como resultado el tratado de Unión Económica Chileno-Argentina. El presidente argentino también solicitó a Brasil de participar de la unión económica, y el presidente Vargas pareció apoyar la propuesta. Igualmente se recuerda que en Brasil, en materia de política exterior la última voz proviene de Itamaraty, el ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, quedado desplazada la intención de Vargas y como también el posible acuerdo con Argentina. Rápidamente Argentina firmaría otros acuerdos de unión económica con Chile, Paraguay, Ecuador y Bolivia, en los que se proponía la apertura de las fronteras.El presidente argentino aprovechó el descontento en la región con las políticas económicas y comerciales norteamericanas, considerándolo un clima propicio para su propuesta nacionalista, y logrando así la conformación de un bloque para controlar los precios de las materias primas. Por supuesto, que este nuevo bloque significó una abierta confrontación con la estrategia norteamericana en la región. En respuesta, Estados Unidos comenzó una campaña de descrédito hacia Argentina, enfatizando la poca confianza que debería tenérsele a un gobierno expansionista y peligroso como el de Perón.

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Igualmente todas las acciones argentinas perdían importancia si no se enrolaba a Brasil, actor de gran peso en la región. Getulio Vargas no era contrario a las ideas de Perón y su propio embajador en Argentina, Joao Baptista Lusardo, era defensor de la integración sudamericana. Las convergencias entre los gobiernos de Argentina y Brasil demostraban el afianzado consenso existente entre sus sectores dirigentes en pos de una unión aduanera y de profundizar los lazos políticos y económicos de los estados que representaban. Estas condiciones se reflejaron en el Tratado Argentino-Brasileño sobre Libre Cambio Progresivo, firmado en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1941, buscando establecer en forma progresiva un régimen de intercambio libre y que posteriormente permitiera llegar a una unión aduanera, abierta a la adhesión de otros países sudamericanos. Las dos partes se comprometieron a promover, estimular y facilitar la instalación en sus respectivos países de actividades industriales y agropecuarias todavía no existentes en alguno de ellos, y a no aplicarles durante diez años derechos de importación, y a establecer las mismas facilidades para los productos producidos en uno de los países que tuviera poca importancia económica. Esto explica que, pese a las diferencias estratégicas entre Argentina y Brasil, en virtud de sus posiciones de alineación o antagonismo con relación al actor predominante en América latina, las relaciones bilaterales entre los dos países mejoraron en el plano comercial. Esta relación bilateral en aumento, se desplomó cuando la armada japonesa bombardeó Pearl Harbor, (1941) involucrando a Estados Unidos en la guerra contra los países del Eje. Esto puede analizarse como fundamento de porque Brasil, le dio la espalda a la Argentina, optando por una política panamericana conforme a los Estados Unidos.El panamericanismo debía ponerse en práctica y para ello los países del continente debían romper relaciones con las potencias del Eje, frente a esto Argentina y Chile fracturaron el bloque interamericano al mantener su condición de países neutrales. En línea con ello puede interpretarse que Itamaraty consideraba un acuerdo como el ABC, un posible choque abierto con los Estados Unidos, principal eje de la política exterior del país. Así es que, la intención de unir a Argentina, Brasil y Chile a través de la cooperación política y económica, que había comenzado con el acta de Santiago, tuvo que ser abandonada. En términos generales, la política hacia la región del peronismo generó más rechazos que adhesiones. La falta de sustentabilidad económica hacía poco atractivo a

70 un proyecto que podía significar la enemistad norteamericana: “Además, las claras intenciones de liderazgo de Perón eran vistas como prueba del expansionismo argentino”49. Continuando con la política continental del panamericanismo se debe ahondar en la crisis de Guatemala, en 1954, la cual constituyó el primer gran conflicto interamericano de la posguerra que puso en juego el “principio de no intervención”, demostrando los intereses de la política de los Estados Unidos, y poniendo en peligro la soberanía política de un país latinoamericano. Al destituir a Ubico como Jefe de Estado en Guatemala, (favorable a los Estados Unidos), en su lugar, fue elegido Juan José Arévalo, electo presidente de Guatemala de 1945 a 1951 tras la Revolución de 1944, siendo el primer presidente popularmente electo. Fue un reformista que implementaba políticas sociales y económicas que afectaban los intereses de algunos inversores norteamericanos. Jacobo Arbenz Guzmán lo sucedería y continuaría con las reformas. Así, se degradarían cada vez más las relaciones entre Guatemala y Estados Unidos, hasta el punto en que los norteamericanos acusaron al gobierno de Arbenz de “comunista”. De esta manera arbitraria los Estados Unidos decidieron implementar la activación del sistema interamericano, para terminar con un régimen que consideraba, hacía peligrar la seguridad hemisférica. Por ello en marzo de 1954, se efectúo la X Conferencia Interamericana de Caracas o la Conferencia Anticomunista de Caracas, resultado de las presiones estadounidenses contra el gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala, lo que constituyó una violación del principio de no intervención, inscribiendo el anticomunismo en la definición del panamericanismo. La reunión Interamericana de Caracas se realizó a pesar de la oposición de las Cámaras legislativas chilenas, los parlamentarios de Costa Rica, Paraguay y funcionarios de Argentina, como también los movimientos obreros de Estados Unidos y América Latina, las federaciones de estudiantes de Latinoamérica e intelectuales relacionados con la prensa libre de toda América Latina. El Canciller Remorino, representante argentino, consideraba que sólo a través de la cooperación y de la solución de los problemas económicos y sociales que afectaban a

49Russell R y Tokatlian J, 2009, “Modelos de política exterior y opciones estratégicas. El caso de América Latina frente a Estados”, Buenos Aires, CIDOBD, p. 35. 71 la región se podían eliminar las ideologías pro-norteamericanas y abogar por ideales latinoamericanistas. Aunque igualmente los latinoamericanos insistieron en el principio de no intervención, finalmente aprobaron la propuesta norteamericana, considerando que un país comunista en la región era una amenaza extra continental, debiendo ser reprimido con el uso de la fuerza. Sólo Guatemala rechazó la resolución, mientras que México y Argentina se abstuvieron. Guatemala en defensa de la legitimización del gobierno de Arbenz, recibió un cargamento de armas de Checoslovaquia, lo que significó la inmediata reacción norteamericana. Frente a esto los Estados Unidos, realizaron una estrategia de doble frente: por un lado enviarían una fuerza hondureña-estadounidense dirigida por Carlos Castillo Armas por el otro, llamarían a una reunión en la OEA para invocar el TIAR. Pero como es de suponer antes de que operativice tal reunión, Castillo Armas invade Guatemala.El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, busco tratar la cuestión guatemalteca como lo había pedido el propio presidente constitucional, pero Estados Unidos supo retrasar el tratamiento hasta que Castillo Armas hubiera avanzado. Cabe destacar que la OEA, al ser un organismo regional, no puede tratar el tema de seguridad colectiva, si el mismo ya fue elevado al Consejo de Seguridad, salvo que dicho organismo inste para que ello suceda. Este contexto histórico demuestra que la política exterior peronista procuraba ajustarse al anticolonialismo nacionalista de los Estados Unidos, como también al anticomunismo militar, y responder a la solidaridad obrera exigida por los sindicatos, quienes lograron que el país recibiera a cientos de refugiados guatemaltecos, lo que a su vez manifiesta la complejidad de la postura tercerista a nivel internacional. Por último, la problemática de las Islas Malvinas y los problemas limítrofes fueron piezas esenciales para comprender los lineamientos de la política exterior en un determinado periodo.La cuestión de las Islas Malvinas en el periodo peronista demuestra la siguiente lógica, “a medida que disminuía la influencia de Gran Bretaña, el conflicto por la soberanía de las islas subía rápidamente en la agenda nacional”50.Por su parte el peronismo trajo consigo una revalorización del territorio, defendiendo la soberanía política sobre la plataforma continental y el mar epicontinental.

50Simonoff Alejandro, 2007, “Perspectivas sobre los setenta: Una aproximación a las lecturas sobre la política exterior del peronismo”, Anuario del Instituto de Historia Argentina, La Plata, EDULP, p. 165. 72

El Gobierno argentinoen el año 1946 durante el peronismo, emitió el decreto n° 14708, donde declaraba: “Artículo 1º. Declárase perteneciente a la soberanía de la Nación, el Mar Epicontinental y el Zócalo Continental. Art.2º.- A los efectos de la libre navegación, el carácter de las aguas situadas en el Mar Epicontinental y sobre el Zócalo Continental Argentino, no queda afectado por esta Declaración”51. En línea con esta política nacional en la primera presidencia de Perón, enel año 1950, Argentina declaró formalmente su soberanía sobre las Islas Malvinas. Mientras tanto,Reino Unido expandía los límites de su soberanía sobre las islas, incluyendo a su vez bajo su dominio la plataforma submarina, el fondo marino y el subsuelo contiguo. En consonancia se creó el Instituto Antártico Argentino en 1951, con la instalación de bases, así como la revalorización de los recursos naturales También puede hacerse la lectura de que Perón utilizó los reclamos por Malvinas para reforzar su perfil nacionalista y autonomista.

3.3. Conclusiones del capítulo Las economías de los países más grandes de Latinoamérica, incluyendo en ellos, la Argentina, durante los decenios del ‟40 y del ‟50, atravesaron un periodo articuladopor el proceso de industrialización por sustitución de importaciones motorizado en buena medida por el Estado, así mismo cabe resaltar que las exportaciones de productos primarios continuaron aportando la mayor parte de las divisas a los países.En la Argentina la institución que más ejemplifica este modelo es sin duda, el IAPI, ya que representó un elemento clave en la política económica peronista. Sin embargo el Estado argentino desde ese entonces no ha cambiado su composición a nivel industrial, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo desde el ‟45 al golpe de Estado del „55. Sin embargo, en este trabajo se puede apreciar como el peronismo y su modelo económico se constituyó como el intento más férreo por nacionalizar la economía e independizarla de los centros financieros internacionales. Se resalta que los buenos precios de los alimentos en el mercado mundialdurante la primera etapa „46-„49, fueron la causa objetiva de la relativa capitalización que concretó el Peronismo.Igualmente pensar que la política del peronismo quedó supeditada a una suerte económica seria no reconocerle al Estado las nuevas capacidades que adquirió para regular el proceso económico y la vida social,

51DECRETO Nº 14.708/46, Buenos Aires, 11 de octubre de 1946. 73 materializadas en los organismos de planificación. Fueron éstos los espacios encargados de pensar la forma del Estado. Además de la voluntad política interna para aprovechar esas condiciones internacionales y lograr un mayor grado de independencia nacional. La tradicional estructura del comercio exterior argentino durante el periodo analizado procuróconsolidar un proyecto de capitalización y desarrollo autónomo, basado en un mercado interno ampliado que asegure pleno empleo y reduzca la debilidad del sector externo.Otro aspecto significativo es la importancia otorgada a la industria como generadora de empleo. El peronismo en ese entonces tenía una idea clara sobre la necesidad de racionalizar el sector industrial, pero luego de la crisis del ‟52 se buscó una profundización de la industrialización. Al presentar el Segundo Plan Quinquenal, se enfatizó en la necesidad de la profundización de la industria, buscando el incremento de su producción con mejor calidad y menores costos, para abastecer el mercado interno como también comenzar la exportación de productos. Tal recomendación era proveniente de la ya nombrada CEPAL, estas ideas estaban basadas en la desconfianza del mercado como mecanismo asignador de los recursos, que hundía sus raíces en la experiencia mundial de la década previa. Queda claro que el peronismo recogió la idea de crear una economía orientada hacia el mercado interno, con el objetivo de crear una sociedad más integrada. La industrialización ocupaba un lugar central en la creación de una economía menos vulnerable a las fluctuaciones del mercado interno, y por lo tanto más autónoma.El IAPI participó activamente en hechos importantes como la nacionalización de los servicios públicos,hasta entonces en propiedad del capital extranjero y el equipamiento creación y expansión de empresas estatales como YPF, Flota Mercante, Gas del Estado, Fabricaciones Militares, Aerolíneas Argentinas. La doctrina peronista ubicó al estado en unaesfera central con una tarea primordial: la regulación económica. El peronismo como ideología entendía que sólo el Estado, asistido por los organismos consultivos, podía organizarlas fuerzas económicas en batalla y promover la búsqueda del bienestar colectivo por sobre el destructivo predominio de los intereses individuales. A partir de 1946, se intentó aumentar la capacidad estatal hacia la sociedad y redujo esta misma al interior del propio Estado, es decir dándole mayor poder al poder ejecutivo. Existieron tensiones, ya mencionadas entre lo técnico y lo político, la racionalidad y la legitimación, que caracterizaron los primeros momentos del nuevo gobierno, generando problemas dentro del propio núcleo

74 peronista que buscó asegurar el consenso, apoyándose en la figura centralizadora del „„Estado Empresario”. En síntesis, la planificación estatista del peronismo que se dirimía entre el carisma del líder y la racionalidad que se pretendía imprimir en funcionamiento institucional, fueron útiles a pesar de que en el año 1952-1953, dado la falta de recursos hubo una disminución en los fondos para las inversiones sociales ya que la prioridad del Segundo Plan Quinquenal era incentivar la producción de materias primas, bienes de capital, energía, comunicaciones, y transporte. Pero esta maniobra requería de fondos que la Argentina no disponía, a tal punto que el gobierno buscó incentivar la inversión extranjera para continuar con el desarrollo económico. Tal situación, deja en claro que fue la escasez de divisas lo que inculcó al “estado empresarial” la aprobación de la Ley Nº14.222, de inversiones extranjeras, permitiendo que la nueva Ley, aseguraba a los capitales extranjeros un trato similar al de los nacionales. Esta última etapa del peronismo con la consagración de la Ley de inversiones extranjeras demostró un giro en la política económica nacional, aceptada férreamente por los Estados Unidos, ya que significaba una mayor seguridad para las empresas internacionales.

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Capítulo 4

La política exterior económica y política peronista con Israel (1946-1955)

4.1. Aspectos económicos En el año 1948, finaliza el protectorado Británico sobre el territorio palestino, e inmediatamente el sionismo Israelí declaró la creación del Estado de Israel.Argentina por su parte debe analizarse como un país latinoamericano con una gran implicancia en la creación del Estado de Israel, a pesar que de las relaciones bilaterales no siempre fueron buenas. Sin embargo sílo fueron, en lo que respecta al periodo de independencia y los años venideros. Para comenzar a desarrollaresta afirmación sobre relaciones bilaterales sólidas entre Argentina e Israel, debe recordarse que las mismas pueden definirse como el conjunto de temas y situaciones que obligan a compromiso a ambas partes, ya sean relaciones diplomáticas, económicas, comerciales, militares, etc.. Las relaciones bilaterales se manejan con base a una "agenda bilateral" en la que cada parte define sus prioridades a tratar con su interlocutor. Los temas de la agenda bilateral se tratan, principalmente, a través del poder ejecutivo de un país, es decir, a través del presidente o primer ministro. En línea con ello puede decirse que la Shoá y los expulsados judíos de Europa,fue efectivamente un tema de agenda internacional luego de la Segunda Guerra Mundial.Se conoce con el término Holocausto o Shoá a la persecución y aniquilación sistemática de los judíos europeos por parte del Estado alemán nacionalsocialista y sus colaboradores. Durante el debate electoral de 1945 y 1946 el antisemitismo fue un punto a tener en cuenta, porque mostrar rechazo hacia lo judío implicaba cierta complicidad con el horror sucedido recientemente en Europa. El peronismorespaldó a los judíos de diferentes maneras. En materia económica existió un apoyo al nuevo Estado de Israel, garantizado por la Fundación Social Eva Perón, presidida por la Primera Dama,(1948- 1955). Dicha fundación envió 17 buques con alimentos, principalmente carne, ropa y mantas para la población judía que estaba desprovista de tales recursos, dada la reciente guerra por la creación del Estado de Israel. Este acontecimiento de comercio bilateral en

76 términos económicos fue limitado pero simbólicamente significó mucho para el nuevo Estado. También existieron acuerdos comerciales en los años 50‟, que fueron a favor de Israel, por las medidas beneficiosas, RaananRein afirma:“Las condiciones otorgadas por Argentina a Israel, en el acuerdo comercial, eran a todas luces generosas, particularmente en las formas de pago. Permitiéndole pagar por el 10% de sus adquisiciones en pesos argentinos, con el fondo proveniente de la Campaña Unida Judeo Argentina (CUJA) y el resto en dólares”52. De este modo, el joven Estado se favoreció con los precios de la carne más baratos que los habituales en el mercado mundial, logrando el ahorro de divisas.La duración del acuerdo comercialmencionado, Argentina-Israel originalmente era de una extensión de 18 meses pero a finales de 1951, se extendió por tres años más. En enero de 1954, se resolvió prorrogarlo. A partir de dicho acuerdo comercial, Argentina se convirtió en el principal socio de Israel en América Latina, su cliente y principal fuente de importaciones. Es importante subrayar que el envío de alimentos y otros productos fueron fundamentales para la formación y consolidación del Estado de Israel, ya que la población israelí se había duplicado, en solo dos años, desde 1948 a 1950.Los EEUU recién comenzaron a establecer vínculos comerciales con Israel después del año 1952, y Alemania realiza los primeros pagos indemnizatorios en 1953. En un principio EEUU, discrepabade posicionarse a favor de Israel, dudó en apoyar la partición como solución y ejerció un embargo de armas durante la guerra de la independencia Israelí, momento crucial para el nuevo Estado.Situación rápidamente olvidada, ya que otros países lo asistieron, principalmente Francia y Checoslovaquia, continuado por países latinoamericanos como Argentina, Chile, Nicaragua, Guatemala, México y Panamá53. El acuerdo comercial Argentina-Israel incluía la posibilidad de otorgar autorizaciones para inversiones de capital privado en Israel. Tal posibilidad surge en un contexto desfavorable para la Argentina, ya que la economía nacional estaba siendo apoyada por un plan de ayuda económica de una agencia estadounidense, EximBank, agencia de créditos para exportaciones de los EEUU. Su cometido principal era apoyar con financiamiento las exportaciones de productos y servicios estadounidenses hacia

52RaananRein, 2015, “Los muchachos peronistas judíos: los argentinos judíos y el apoyo al justicialismo”, Editorial Sudamericana, p. 183. 53Kilch Ignacio, 1988, “Latinoamérica, Estados Unidos, y el nacimiento de Israel, el caso de Somoza en Nicaragua”, Revista de estudios latinoamericanos, Vol. 20, p. 389. 77 mercados internacionales, pero también prestaba servicio a otros países, como en este caso. Cabe destacar que respecto al análisis de comercio bilateral que se inició en 1950, hubo un considerable aumento en el volumen de las exportaciones argentinas ylas mismas crecieron permitiendo una balanza superavitaria para Argentina. Por ende el acuerdo con Israel, a pesar de contar con insuficiencias económicas ya que otorgaba beneficios desmedidos, aunproponíala impronta económica del primer Plan Quinquenal, que pregonaba una política exterior autónoma, autárquica e independiente. En cambio, el acuerdo con EximBank significó un acercamiento a los Estados Unidos, misión dirigida por el Ministro de Hacienda Ramón Cereijo. En el año 1955, el 87 % de las exportaciones israelíes al subcontinente estaban destinadas a la Argentina, aunque para nuestro país, Israel tenía un sitio marginal en la composición de nuestras importaciones. Argentina formó parte del heterogéneo frente político internacional que gestó y apoyóla opinión pública mundial para la creación del Estado de Israel. Otra prueba contundente en materia económica,es la creación de la desde 1948, funciona la Cámara de Comercio Argentino Israelí, CCAI, institución que trabajaba conjuntamente con entidades oficiales y privadas de la República Argentina y el Estado de Israel con el objetivo de fortalecer el intercambio bilateral, la vinculación entre entidades públicas y privadas de ambas naciones y la transferencia tecnológica en materia de innovación aplicada. La institución aun continua vigente. Otro suceso significativo de carácter diplomático-económico, que vincula al Estado de Israel con Argentina fue la OIA, su sigla refieren a Organización Israelita Argentina o también conocida como la sección judía del partido peronista que estableció estrechas relaciones internacionales con el Estado de Israel. Esta institución se encargaba de organizar las donaciones de la diáspora argentina, al igual que en otros países los judíos expresaban su solidaridad con el Estado Hebreo.En la Argentina tenía el título de Campaña Unida, instrumento central para expresar solidaridad con el nuevo Estado, fomentado por la prensa Judía y la dirigencia comunitaria. La colecta fue de carácter popular y juntó 44 millones de pesos. Según Omer Freixa, existe unasuposición común de la historiografía tradicional sobre Perón con los judíos y es el fracaso en su táctica de cooptación de la colectividad. En ese sentido, destaca que la creación de la OIA es la prueba más palpable de la derrota indicada ya que según el colectivo imaginario los éxitos en aunar simpatías

78 hacia la colectividad fueron menores54.Sin embargo, este enfoque debe ser analizado, puesto que si bien la organización no pudo competir con el grado de representatividad de la DAIA, tuvo sus logros, favoreciendo la integración de los judíos a la sociedad, siendo la OIA un canal corporativo que ofreció beneficios de diverso sello a la colectividad.La organización estaba integrada por empresarios judíos, y eran vistos como una sección de hombres de negocios del movimiento justicialista. Se suma a este análisis que el peronismo bajo la motivación de la “comunidad organizada” posibilitó a los judíos la integración a la comunidad política, junto a otros colectivos como el árabe.Continuando con los gestos económicos de la Argentina para con Israel, se debe mencionar la importación argentina de cítricos israelíes. Cabe destacar que dicha operación comercial podría haberse realizado con el Estado de Brasil en mejores condiciones, por cuestiones de costo y cercanía. Las exportaciones de Israel a la Argentina en sus primeros años como Estado, eran cítricos, vinos, productos químicos, cemento, dentaduras postizas, diamantes, objetos de arte y liturgia. Por su parte Argentina exportaba materias primas a Israel, y productos alimenticiosprincipalmente carne y maíz. El gobierno peronista continúo vendiendo carne al Estado de Medio Oriente, inclusive en meses complejos para la economía argentina, como por ejemplo, los meses de sequía que afectaron al suministro interno (1951-1952). RannanRein enfatizaque Israel, sus medios de comunicación y varios diarios hebreos,trasmitían un claro aprecio al contenido social del justicialismo y un agradecimiento al apoyo del Estado brindado por el gobierno argentino, en aquella época. A lo largo de la década de 1950 y principios del 1960, Israel exploró la viabilidad de la opción de los fosfatos, consideradas sales utilizadas como abonos:el mismo se extrae, se procesa y se disemina sobre los campos. Israel construyóalgunas plantas piloto, pero finalmente determinó que sería demasiado costoso. En cuanto al uranio, las negociaciones comenzaron en la década del 50, pero finalmente fueron concretadas en 1963 de forma secreta, el gobierno israelí adquirió 80-100 toneladas de óxido de uranio argentino, para su programa de armas nucleares, según documentos de archivo estadounidenses y británicos.

54Freixa Omer,“Revisando la relación entre peronismo y judaísmo”, Biblioteca de Historia Política. Programa de Buenos Aires de Historia Política del siglo XX, en sitio web: historiapolitica.com, visitado 20/10/2017. 79

El interés de Israel en el uranio es tan antiguo como el propio estado. Ya en 1949-50, Israel comenzó con un estudio geológico en el desierto delNeguev para determinar si era posible y en qué medida explotarlo55. El gobierno de Perón otorgó a Israel diez millones de dólares en créditos para comprar bienes en Argentina. Estos lazos económicos se profundizaron hasta la captura de Eichmann en Argentina, 1960, lo que afectó las relaciones, aunque no en gran medida. Se puede decir que los lazos económicos, por lo tanto, fueron el foco de las relaciones, como se puede ver en el aumento del volumen y el alcance del comercio, las importaciones y las exportaciones, y los componentes típicos de la balanza comercial entre los dos países. A pesar de que el periodo histórico del presente trabajo comprende hasta 1955 inclusive, se considera necesario mencionar que en la década de 1970, se configuroun intercambio comercial asiduo, de granos, materias primas , textiles para Israel y para la Argentina, la mayor parte del comercio exterior era de armamento. La importancia del objetivo económico aumentó en la década de 1970, junto con la mejora de los lazos políticos entre Israel y Argentina.

4.2. Aspectos políticos Al término de la Segunda Guerra Mundial los supervivientes judíos de los campos de concentración y de los guetos no tenían destino, sus familiares habían fallecido y su patrimonio había sido destruido por el régimen nazi. Tanto los judíos del Centro y Este de Europa no querían regresar a sus países de origen,regidos por el poder comunista, donde existía un antisemitismo latente. En este contexto surge una ola migratoria judía,ejemplo de ello fue lo que sucedió en la católica Polonia. Existió una emigración de 70 mil judíos, desplazados con la ayuda del Gobierno checoslovaco hacia Alemania Occidental, ocupada por las tropas estadounidenses, francesas y británicas. Se ubicaron allí con el deseo de emigrar a los Estados Unidos o a Palestina o a Estados Latinoamericanos que tuviesen las puertas abiertas. Cabe mencionar que para ese entonces, la administración estadounidense no estaba dispuesta a abrir sus fronteras a una inmigración masiva de judíos. Por eso se

55William Burr, 2013, Israel's Quest for Yellowcake: The Secret Argentina-Israel Connection, 1963- 1966" https://www.wilsoncenter.org/publication/israels-quest-for-yellowcake-the-secret-argentina-israel- connection-1963-1966. Visitado: 7/11/2017. 80 cree que existió una presión a Gran Bretaña para ampliar los cupos para inmigrantes en Palestina.La prensa judía en Argentina se hizo eco de esta convocatoria expresando la esperanza y la demanda de que los países latinoamericanos, y en especial la Argentina, abrieran sus puertas a la gran inmigración. La entidad representativa de los judíos argentinos, la DAIA, estaba representada en las deliberaciones por el Congreso Judío Mundial,WorldJewishCongress. Es una de las mayores organizaciones judías del mundo desde 1936 y se fundó en Ginebra Suiza. Es la federación internacional de comunidades y organizaciones judías, según su declaración de misión, el “brazo diplomático del pueblo judío”. Por ello la inauguración de la primer conferencia latinoamericana del congreso Judío Mundial en la Argentina, el 29 de junio de 1947, con la presencia del Presidente del Congreso Judío Mundial,Nachum Goldman. Puede ser analizado como una postura “pro sionista” por parte del oficialismo, dado que esta correspondencia con el Congreso Mundial generaba relaciones internacionales o relaciones externas de hecho con el aún no conformado Estado de Israel y sus autoridades. Cabe recordar que las relaciones internacionales deben abordarse como un fenómeno en el que convergen distintos factores de índole político, económico y cultural. Este mismo puede categorizarse como cultural.Se concibe que la postura del gobierno peronista frente a la creación del Estado de Israel estuviera a la merced de intereses políticos dejando soslayado el derecho internacional, demostrando total libertad para volcar sus propios intereses políticos. Queda expuesto de esta maneraque el Estado argentino otorgó mayor relevancia al ámbito político, que a las normas de derecho internacional. Igualmente otras ramas de estudio de las relaciones internacionales le dan mayor importancia al derecho internacional público. Existieron relaciones entre el judaísmo local y el Estado argentino como también relaciones bilaterales entre Israel y Argentina, pero a pesar de ello, no se debe pasar por alto que siempre existió en el colectivo imaginario de la sociedad argentina la recitación de gestos discriminatorios y hostiles hacia la colectividad en diversos momentos.Por ello se puede hacer una lectura de un “Perón nazi-fascista”, la cualse desmitifica con este trabajo, haciendo énfasis en las buenas relaciones con el judaísmo y el Estado Hebreo. En realidad, esta disputa responde a un debate más amplio en la forma de caracterizar al peronismo como un movimiento ambiguo que ha dado lugar a múltiples interpretaciones. Además, se recalca que en el presente trabajo se analiza el primer

81 peronismo ya que en la segunda época, afloraron grandes divisiones que quebraron la unidad del movimiento peronista y ahí sí puede percibirse con fuerza el antisemitismo. Por ejemplo, abundan acciones y dichos positivos del líder hacia la colectividad judía, que colisionan con la otra postura.Igualmente, los argentinos descendientes de comunidades judías, estaban dividíos en dos polos, es decir existía una dicotomía en esta facción de la población respecto del oficialismo. El presidente Perón fue mediador de las relaciones entre trabajadores y organizaciones patronales, como así inclusive frente a las distintas religiones que integraban la nación. En consecuencia el peronismo otorgó oportunidades a la comunidad judía, lo que también demostró la inclusión social que pregonaba el justicialismo, abriéndose a todos los sectores religiosos, culturales, sociales y raciales, brindando una nueva alternativa de sumarse a la nueva política que se iniciaba en el país: “Paradójicamente el gobierno de Perón fue calificado de “antisemita” y “fascista” y fue el que dio a los judíos, por primera vez, la igualdad política y social, los judíos tuvieron acceso a los altos cargos públicos”56 Históricamente los judíos arribaron en América Latina en cuatro etapas que se distribuyeron desde mediados del siglo XIX hasta poco después de la creación del Estado de Israel, en 1948.Mientras que algunos se asentaron en las ciudades, otros lo hicieron en el campo, dando lugar a la mítica figura del gaucho judío. La primera etapa fue 1854-1889, la etapa masiva 1889-1914, luego tras la primera Guerra Mundial 1920- 1930 y la cuarta oleada fue de 1930-1948. Específicamente la inmigración de los judíos hacia la Argentina comprende dos momentos: los primeros años de la década del „30 en la que llegaron refugiados de Alemania, Austria, Hungría, Polonia y Rumania, que escapaban del régimen nazi. Y después, del inicio de la Segunda Guerra Mundial,se efectuó la llegada en masa. La JewishColonizationAssociation, JCA, se encargaba de reclutar los colonos, financiar el viaje, estadía, tierras y herramientas de labranza en colonias, sobre tierras que previamente había adquirido, en el año 1936 la mayoría se asentaba en centros urbanos, igualmente se crearon colonias rurales, como por ejemplo la colonia Avigdor en la provincia de Entre Ríos. En los años de la posguerra, y cerrando el ciclo migratorio judío, llegaron a la Argentina alrededor de 8.000 sobrevivientes de la Shoá.

56Galasso Norberto, 2005, “Perón: Formación, ascenso y caída, 1893-1955”, Ediciones Colihue SRL, Argentina, p. 527. 82

Los judíos recién llegados se agruparon para no perder sus raíces, a su vez crearon instituciones sociales, culturales, educativas, políticas, laborales, socio- deportivas y religiosas. También existía una fuerte rama cooperativista y la misma abarcó una extensa gama de actividades que incluía el crédito, el consumo, la comercialización. La fuerte actividad social de las colonias impulso a las mismas a ser motores de crecimiento y en cada una de ellas alcanzó el cooperativismo un grado de evolución muy avanzado, cruzando el espectro social de los lugares con un sentido plural y solidario. La Cooperativa tenía una presencia fuerte y múltiple, decisoria, dinamizante y realizadora de muchos de los anhelos de los colonos. Las cooperativas tenían carácter planificador, tendencia del judaísmo. En un principio las cooperativas se beneficiaron con préstamos importantes facilitados por la JCA, como también se recaudaron fondos como seguro ante posibilidades de ruina, ya sea por incendio, mala cosecha o por la llegada de la plaga y estos fondos formaron la base inicial para la acción. Es importante destacar que al igual que el IAPI, los colonos experimentaron una primera venta cooperativa de cereales, la misma se realizó en Colonia Clara, provincia de Entre Ríos, siendo la Cooperativa una entidad autárquica, la cual importó a los colonos un beneficio superior al 10% al precio ofrecido por los comerciantes de la zona. Esta idea maduró, hasta que poco después eran ya argentinos judíosy argentinos de todas las colonias rurales los que almacenaban su semilla en los galpones recientemente construidos y operaban con la cooperativa. Se quiere resaltar la significación de la cooperativa, especialmente porque trasciende y supera el marco de lo económico, se busca a ir más allá de ello: la misma le daba a la comunidad seguridad y le ofrece un punto de apoyo y referencia. Como también la fortifica moralmente. Tanto en el peronismo, materializado en el IAPI como en el judaísmo materializado en la Cooperativa,se enfatiza en la capacidad de la solidaridad colectiva. Allí radican las razones del éxito, más allá de los factores negativos o positivos que se puedan contabilizar. Sabiéndose parte de un movimiento organizado, que inclusive va más allá de su propia comunidad, y no un ser individual, ya sea el chacarero, el tambero, el pequeño productor agropecuario, concibe un respaldo: he allí la significación y valía de la solidaridad colectiva.

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Ya se mencionó anteriormente que las dos primeras presidencias de Perón o el primer peronismo como también se lo titula, fueron los años de mejores vínculos diplomáticos que se tuvieron con el Estado de Israel en la historia argentina, además de ser el gobierno peronista, quien reconoció al Estado en cuestión. La apertura y pluralismo social del peronismo, buscaba la integración total de la población anhelando una mayor participación de la ciudadanía en lo público, lo que Perón mismo llamaba “la comunidad organizada”.Por su parte la comunidadde judíos argentinos antes del auge del movimiento sionista estaba atomizada y caracterizada por divisiones y tensiones. La solidaridad con el sionismo y con futuro Estado de Israel permitió aglutinar a las comunidades que estaban dispersas por el territorio argentino y dar una base de consenso para la mayor parte de los miembros de la colectividad. Los judíos argentinos realizaron una larga serie de actos y manifestaciones de identificación con la lucha sionista desde la Segunda Guerra Mundial hasta la declaración de la independencia del nuevo Estado.Una organización que fue polémica para el sionismo internacional fue la ya nombrada OIA, la sección judía del Partido Peronista, como la existente sección judía del Partido Comunista. El Peronismo como movimiento heterogéneo liderado por Perón tenía la idea de movilizar el apoyo de inmigrantes judíos. Es necesario aclarar que no era un grupo mayoritario dentro de la política judía, pero si poseía más peso e importancia de lo que se suele pensar.Como sucede al observar aspectos de la colectividad judía en el país, se asiste al fenómeno de que se aborda solo a aquellos afiliados a asociaciones de pertenencia,señalando que entonces deben de haber quedado por fuera del análisis histórico muchos ciudadanosargentinos judíos que dieron pruebas de lealtad a la causa peronista. No es el caso del presidente de la DAIA, Ricardo Dubrovsky, quien se afilió al Partido Peronista. Perón llegó a decir en uno de sus discursos57 que un buen judío argentino debe apoyar el Estado de Israel. Perón dio los mismos discursos en marcos comunitarios de argentinos árabes, también apoyó mucho la integración de estos argentinos, puesto que el movimiento peronista alentó sus lazos con Siria, el Líbano y otros países. Dejando de lado la relación entre judíos y peronismo, se hace énfasis en las relaciones bilaterales, recalcando que la declaración unilateral de Argentina, de

57Discurso de Juan Domingo Perón a la Organización Israelita Argentina en 1950. Sitio web: https://cdn.educ.ar/repositorio/Download/file?file_id=2b2f4285-1873-4db9-b2e0-10ee22995761, visitado: 27/10/2017. 84 reconocer al Estado de Israel, es un acto que adjudica personería jurídica a otra entidad política.Se parte de la premisa que en la práctica, el reconocimiento de Estado se torna una herramienta voluntaria y muchas veces discrecional, sin un mero análisis de la materia. Tal reconocimiento es una fuente de derecho internacional público, proceso que se encuentra en su mayoría de casos, tensionado por dos principios, el de autodeterminación de los pueblos y el principio de integridad territorial. Se considera que la política exterior argentina durante el periodo peronista (primer peronismo 1946-1955), tuvo una inconsistencia profunda en su operar respecto de su propia ideología, refiriéndose a la relevancia de principios de derecho internacional, en el accionar de reconocer un Estado. Se puede observar entonces que en el caso de este nuevo Estado, Argentina primó el principio de autodeterminación de los pueblos, en este caso el pueblo judío, por sobre el de integridad territorial, rompiendo con la tradición histórica de política exterior argentina, la cual permite sentar precedentes que luego no se opongan a su reclamo de soberanía por las Islas Malvinas por ejemplo.Pues entonces la postura favorable del Peronismo para con el Estado de Israel en materia geopolítica es otro indicio más que justifica la hipótesis pronunciada. Ese reconocimiento concierne especialidad, caso abordado por Santiago Sueiro58, quien destaca que el ejercicio de dicho derecho de autodeterminación no se contrapone con el de integridad territorial ya que se comprende que no preexistió un Estado Palestino.A criterio del presente trabajo, lo planteado por Sueiro Santiago es parcialmente correcto, ya que al reconocer por derecho al Estado de Israel, niega de hecho una solución que salvaguarde el derecho de los árabes, dejando expuesto el derecho de integridad territorial a las maniobras sionistas y complots de lobbiesjudíos. Desde el núcleo del peronismo se sostiene que quienes impulsan el antisemitismo en Argentina son los nefastos representantes de la oligarquía. En junio de 1948, militantes de la Alianza Libertadora Nacionalista atacaron la Sociedad Deportiva Bar Kochba y en julio colocaron una bomba de estruendo en una sinagoga, ubicada en la calle Libertad. Para entonces, la organización acaudillada por Juan Queraltó se había convertido en una molestia para el gobierno peronista. Eliminando y reduciendo los pensamientos de la mente social, es decir del imaginario colectivo se hacehincapié en la importancia de la figura del primer

58Sueiro Santiago, 2014, “La estabilidad de lo inestable: Hacia una política exterior argentina de reconocimientos de Estados 1945-2012”, Buenos Aires, Universidad de San Andrés, p. 41. 85 embajador Israelí en Argentina, Jacob Tsur, quien publica en 1983, “Cartas Credenciales”59, testimonio donde crítica y deja exhibida la postura simplista que Washington inscribió sobre Perón, el mismo podría haber sido nazi o comunista.Además cabe recordar que la oposición del peronismo en la argentina, era la elitecapitalista y extranjerizante, aliada a los interese de los EEUU.La misma predicaba la postura nazi del movimiento: “De cualquier modo resulta conveniente abordar la cuestión en sus diversas facetas, una de ellas es la siguiente: Si Perón, protegía criminales Nazis podía suponerse que era antisemita. Al respecto Emilio Carbiére, investigador no peronista, ha escrito el libro “Estaban entre nosotros”, el capítulo 4 se titula “Perón y los judíos”, demuestra contundentemente que el peronismo y el antisemitismo no tienen punto de contacto”60. Es aquí que conviene recalcar una contradicción sobre la predicación de la oposición, ya que el nazismo y el fascismo resultan de la expresión de clases dominantes. Y como bien se ha abordado en el presente trabajo, el peronismo pregono por la voluntad de los sectores populares. Esta evidencia deja de manifiesto que el nacionalismo peronista tiene que ver con los frentes nacionales de liberación de los países coloniales o semi coloniales, nutridos por sectores populares que enrolaban lo nacional como reclamo de autonomía y dista de los nacionalismo de las grandes potencias, ofensivas y avasallantes, de nacionalismos desorbitados o banderas raciales, que se consolidan reprimiendo a los trabajadores, es decir nacionalismos de derecha61. Existen testimonios de funcionarios argentinos, que comprueban que el peronismo no era antisemita. Pablo Mangel, el secretario general de la OIA, ex representante diplomático argentino en Israel, (enviado como ministro plenipotenciario), declaró:“El antisemitismo no pasa por el peronismo. Fui testigo y partícipe directo del apoyo brindado por el gobierno peronista al pueblo judío, que se debatía en tiempos de postguerra entre el hambre y el desarraigo. Se le otorgaron amplias facilidades a los judíos que huían de la Europa deshecha y que casi siempre llegaban sin documentos”62. Para la Legación israelí, las intenciones de Perón eran transparentes: “disponer un espacio judío leal, desde el cual enunciar su discurso antirracista y pro-Israel, con

59Tzur Jacob, 1983, “Cartas credenciales nº 4”, Editorial La semana publicaciones, Madrid. 60Galasso, Norberto,op.cit., p. 527. 61Ibídem, p. 528. 62Documentos, 1984, HiasYivo, Nueva York, XIII Argentina 17, entrevista del autor con Pablo Manguel. 86 miras a cambiar su imagen, especialmente a ojos de los EEUU”63.Otro ejemplo simbólico que construye a las buenas relaciones entre ambos estado fue cuando JaimWeizman, primer presidente israelí, visitó Buenos Aires en 1951. El flamante jefe de Estado le obsequió una Biblia antigua al presidente Perón y anunció que su gobierno bautizará una plazoleta con el nombre del mandatario argentino. Se debe enunciar que al hacerse cargo del Gobierno, Perón tuvo serios problemas con la persecución de los judíos, como por ejemplo el caso en Paraná, Entre Ríos, cuando a una chica argentina judíase la desvistió a la fuerza en la calle, la corrieron, dándole luego bruscos golpes. El presidente siempre opinó que estosactos eran signos de barbarie. La culpa recayó invariablemente en los nacionalistas. Perón declaró ante dichas situaciones:“Un día llamé a los dirigentes de esta agrupación y les hablé francamente. Ellos me manifestaron que era totalmente falso que su movimiento cometiera esos desmanes y tomaron contacto con las organizaciones judías. Se estableció después, que las inscripciones eran de los nacionalistas de la Acción Católica”64. En 1956 el mismo Perón publica el libro “La Fuerza es el Derecho de las Bestias”, en el Capítulo II, aborda “La Libertad de Cultos” y se lee: “En la Argentina, por disposición constitucional, si bien el Presidente debe ser católico, tiene la obligación de hacer respetar la libertad de cultos. Esta simple y justa prescripción tiende a asegurar una libertad esencial que nadie se atreve ya a discutir en el mundo, por lo menos en público”65. Durante el primer peronismo, el presidente recibió indistintamente a los jefes de la Iglesia Católica Apostólica Romana, como a Rabinos de diferentes Sinagogas judías, al representante del Patriarca de Jerusalén y jefe de la Iglesia Ortodoxa de Oriente, a los protestantes, a los mormones, a los adventistas, a los evangelistas, etc. Perón sostenía que no debían hacerse diferencias en los pastores de los diversos sectores. Un último dato aportado por el historiador Ignacio Klich, coordinador académico de la Comisión por el Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la Argentina,demostró que durante los dos primeros gobiernos de Perón ingresaron al servicio exterior más judíos que durante las gestiones de predecesores y sucesores.Pero

63Gambini Hugo, 2016, “Historia del Peronismo, el poder total 1943-1951”, Ediciones B Argentina S.A, Buenos Aires. Argentina, p.548. 64Perón, Juan, 1956, op. cit., p. 39. 65Perón Juan Domingo, 1956, “La Fuerza es el Derecho de las Bestias”, Madrid, p.22. Sitio web:http://www.pjchaco.com.ar/images/PDF/LibrosPeron/PeronLafuerzaeselderechodelasbestias.pdf, visitado 29/10/2017. 87 la novedad más importante en materia étnica fue que, por primera vez desde la función pública, un gobierno decidiera institucionalizar los estudios étnicos de la población, como hizo el presidente Perón mediante la creación del Instituto Étnico Nacional66. Sin embargo, en contraposición a esta postura abierta y pluralista, está el accionar de Santiago Peralta, conocido antropólogo antisemita, aliado al nacionalismo profascista y autor de libros como “La Acción del Pueblo Judío en la Argentina”,quien logró ser funcionario del peronismo y designado responsable de la Dirección General de Migraciones desde diciembre de 1945 hasta julio del 1947. La política migratoria del peronismo, desde sus inicios fue restrictiva, especialmente si se analiza la facción de migrantes provenientes de nación Judía. Santiago Peralta, expresaba su judeofobia causando dificultades para los inmigrantes judíos. En el año 1946, la DAIA, elevo un memorándum sobre tales restricciones que fue recibido por Perón. La medida tomada fue alejar aPeralta del gobierno por el mismo Perón, a raíz de la repercusión internacional por denuncias de prácticas discriminatorias en su función pública.Igualmente Peralta, retuvo la dirección del Instituto Étnico Nacional, por seis meses adicionales hasta su jubilación en enero 1948. Según datos recopilados por el Leonardo Senkman, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, “la reapertura de la inmigración europea de posguerra por el primer gobierno peronista en 1946 puso fin a su interrupción drástica desde 1930, arrojando un saldo neto de 463.456 personas ingresadas vía ultramar, entre 1947 y 1951”67. Igualmente pese a esta reapertura, el número de judíos que ingresaba al país seguía siendo mucho menor que los inmigrantes de religión católica.La agencia American JewishCommittee, o el Comité Judío Americano visitó Buenos Aires, informando que la inmigración judía a Argentina estaba cerrada, al igual que en Perú, mientras que en países como Brasil, Paraguay, Bolivia y Chile, las escasas oportunidades se condicionaban a reducidos contingentes calificados para zonas rurales.La Cámara Israelita de Comercio e Industria nombraba anteriormente, para contrarrestar esta situación intentó presentar, en favor de judíos centro-europeos, una lista de oficios y profesiones manuales requeridos para poder así fomentar el ingreso.

66Klich Ignacio, 1992, “Nazismo y antisemitismo en Argentina: mitos y realidades”, Ciclos,Vol. 11, Nº 2 p. 12. 67Senkman Leonardo, 2017, “Etnicidad e inmigración durante el primer peronismo”, Estudios interdisciplinarios de América Latina y el Caribe”, Volumen 3, N°2, full text: http://www7.tau.ac.il/ojs/index.php/eial/article/view/1258/1285. 88

Mediante los estudios aportados por Senkman puede atestiguarse que la clausura del puerto de Buenos Aires para los inmigrantes judíos fue levantada en casos excepcionales. Solo en casos dramáticos el propio presidente Perón intervino en algunos casos, por ejemplo, en el caso de 45 refugiados obligados a reembarcarse para Francia por el desconocimiento de las autoridades uruguayas con visas de turismo concedidas por sus cónsules en París. Los representantes de organizaciones judías internacionales percibieron con claridad que existía una actitud diferencial hacia la inmigración judía, la misma proveniente de funcionarios xenófobos como Peralta, pero otros miembros del gobierno peronista estaban interesados en disociar la postura del gobierno oficial de los cargos de judeofobia difundidos en la política internacional. Cabe resaltar que la remoción de Peralta y la instauración del nuevo director, Pablo Diana,no provocó el inicio de un cambio en la política inmigratoria respecto de los judíos, es más partir de octubre de 1948 se hizo aún más severo el sistema de restricciones. Esto llevó a comprender que tales restricciones se elaboraban, por considerar a los judíos un grupo comprometido desde el punto vista ideológico, político y social que podía causar disturbios frente a los grupos ya radicados en el país perjudicando el espíritu cohesivo de la Nación. A fines de 1948, el presidente de la DAIA advertía que el problema principal que afrontaba la colectividad ya no era el antisemitismo sino la discriminación inmigratoria contra candidatos judíos. La ya nombrada OIA intentó una estrategia doble: influir sobre Perón para agilizar la amnistía a inmigrantes indocumentados ilegales, e interceder ante las autoridades en favor de obtener llamadas de inmigrantes con familiares radicados. La OIA se atribuirá como logro propio ante Perón el proceso de legalización iniciado con la sanción de la ley de creación del Registro Nacional, cuyo artículo 42 establece:"El extranjero que hallándose ya en el país sin haber llenado los recaudos correspondientes para su ingreso, dispondrá a partir de la fecha de promulgación de la presente Ley, de 90 días para hacerlo". Hasta la sanción del decreto de amnistía en favor de los ilegales en 1949, el ingreso de inmigrantes clandestinos dejó de ser un delito y, por tanto, punible con pena de prisión.A comienzos de noviembre 1948, Perón anunció a la sección judía peronista, la inmediata excarcelación de todos los refugiados judíos detenidos por ingreso clandestino, instruyendo a la Dirección Nacional de Inmigraciones que les proveyese de

89 la documentación necesaria, al tiempo que impartió órdenes para extender ese beneficio a todos los judíos que habían ingresado a Argentina y no hubieran sido detenidos por la policía. La OIA difundió a la colectividad la importancia de la medida legal, que, según cálculos, habría beneficiado a 30.000 judíos: "Esa medida alcanza a las decenas de miles de inmigrantes que habían entrado clandestinamente y que vivían temerosos de su tranquilidad. También a los de tránsito para el Paraguay y a los detenidos en Formosa, Posadas, Paraná y aun a los que se hallaban en el Hotel de Inmigrantes. Gracias al General Juan Perón ellos podrán de ahora en adelante comerciar libremente, educar a sus hijos, afianzar sus hogares” El Poder Ejecutivo confirió por decreto la amnistía por la que se beneficiaban todos aquellos ingresados ilegalmente hasta el 1 de octubre 1949, plazo máximo más allá del cual los indocumentados serían pasibles de deportación. El plazo fue prorrogado y la amnistía benefició a una población estimada en 200.000 indocumentados, europeos y sudamericanos, de todas las religiones, que ingresaron en los años previos, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Cabe recalcar que le mismo día que el Poder Ejecutivo decretó la amnistía, se conmemoraba el primer aniversario de la independencia Israelí, su primer año como Estado. Esta política doméstica llevada a cabo por la cooperación de la OIA y el gobierno peronista, tiene su correspondencia inmediata en política exterior, configurando lazos férreos entre el Estado de Israel y Argentina.Sin embargo se reconoce que hasta la reforma Constitucional del 1949, que incorporó explícitamente un artículo en contra de la discriminación racial, existió hacia los candidatos judíos a inmigrar cierta tendencia indeseable, por razones étnicas y religiosas. Es menester señalar quetal restricción fue similar en todos los países latinoamericanos,ya que como se ha mencionada anteriormente en el capítulo dos, el análisis de la política exterior Argentina se enmarca dentro de la política exterior latinoamericana, considerada una de las regiones más homogéneas del mundo. Sin embargo, en los más severos decretos restrictivos argentinos no existen cláusulas de exclusión racial. Se puede decir que el sistema de acción en América Latina, fue relativamente homogéneo, Argentina, desde su perspectiva inmigratoria, no fue una excepción en América Latina, haciendo énfasis en términos comparativos. Por ejemplo a mediados de 1947, el Estadobrasilero, repudiaba modificar sus medidas restrictivas al ingreso de

90 judíos y un decreto promulgado en 1948 en Rio de Janeiro aún confería facultades discrecionales a los cónsules brasileros en la selección inmigratoria, apoyándose en la nacionalidad. Mientras tanto en la Argentina peronista, dos años después se legalizaba a los inmigrantes indocumentados, beneficiando a una gran cantidad de judíos. No dista mucho el accionar de nuestro contiguo transandino, los decretos promulgados por el Ministro del Interior de Chile, en 1948, destacaban el factor étnico en la formulación de la política inmigratoria, la cual iba a ser implementada por una Comisión Permanente de Inmigración.Estos ejemplosllevan a cuestionar la obstinación de la prensa internacional y de la oposición peronista, por calificar de antisemita al gobierno argentino, aun exhibiendo Argentina gestos liberalizadores que estaban ausentes en los países vecinos. La mala imagen del peronismo en EE.UU se configuró por su neutralidad en la Segunda Guerra Mundial y el posterior rechazo argentino al sistema interamericano de asistencia recíproca, TIAR, el cual después ratificó. El mismo significaba para los EEUU una muestra clara de poderío geo-estratégico en el hemisférico occidente, enmarcado en un contexto de GuerraFría. Estas dos cuestiones atraviesan la relación Argentina-EEUU, en la década del ‟40, por eso puede entenderse que la prensa norteamericanapretendió denunciar de "filo-nazi" al líder de la Argentina,quién recibía a ex colaboracionistas del régimen Nazi, como lo hicieron los EEUU y la URSS, para incorporar técnicos e ingenieros en armamentos, profesionales claves en la carrera armamentística. Si se hace una mirada simplista, es real que el gobierno peronista recibió europeos alemanes, como también abrió sus puertas a las distintas naciones y religiones ya sean judíos, musulmanes y o cristianos.Entonces puede decirse que existen dos factores que distorsionaron sobremanera la imagen de Perón y su relación con los judíos: uno es el accionar de la Embajada de Estados Unidos en su campaña de desprestigio internacional hacia Perón en la época preelectoral previa a febrero de 1946, el otro la intensa “desperonización”, que siguió tiempo después a la caída del presidente en septiembre de 1955, esta época precisa un análisis aparte del reciente desarrollado. Cabe destacar que durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, el comercio exterior argentino se vio atravesado por las tensiones que generaba la guerra y especialmente el intercambio comercial se cruzaba con el establecimiento de estrategias políticas inherentes a esa situación de conflicto.Fue por ello que el gobierno argentino declaró su “neutralidad”, por cuestiones meramente comerciales, aunque la entrada en la

91 guerra por parte de los Estados Unidos y la declaración de guerra al Eje llevo a los países latinoamericanos a romper lazos económicos con tales países. EEUU presionó al gobierno peronista para que rompiera relaciones con Alemania, Japón e Italia. Se precisa recordar que cómo se ha destacado a lo largo de la tesis, mantener una posición independiente, (Tercera Posición) distinta a la hegemonía política, comercial y financiera esbozada por EEUU, tuvo sus consecuencias para Argentina, generando disminución en el comercio exterior y dificultad de abastecerse de mercancías del exterior. Entonces la ratificación del tratado de Río, Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, puede verse como una respuesta a la necesidad de asegurar un mercado para los productos argentinos, como también adquirir los insumos necesarios para la economía argentina, sobre todo en el caso de desatarse una Tercera Guerra Mundial. En dicho caso, la Argentina debería comerciar con EEUU. Nuestro país sostuvo una posición de neutralidad en ambas guerras mundiales y bajo signos de distintos gobiernos.Asimismo, mantuvo una posición anti- norteamericana en el ámbito interamericano desde el siglo anterior, e inclusive la raíz del movimiento peronista se había realizado en el contexto de un discurso anti- norteamericana. Por ello para Perón poner en práctica la alineación con Estados Unidos era difícil y además existíauna ambivalencia, entre lo interno y lo externo.En el ámbito interno, el gobierno demostró un fuerte anti-americanismo, pregonado desde sus principios con el histórico “Perón o Braden”. Tal antinorteamericanismo era necesario para la reforma constitucional en pro de la reelección. Finalmente se recuerda que el gobierno peronista opto por una postura colaborativa con la comunidad judía argentina y de esta manera con el sionismo internacional, con cierta inquietud de disipar el pensamiento judeofóbico que la colectividad judía estadounidense observaba de Perón, esto podía llevar a mejorar las relaciones exteriores con los EEU, siempre que ese apoyo no perjudicase las relaciones argentino-árabes.

4.3. Conclusiones del capítulo

La historia de Israel, como Estado independiente, está, pues, ligada a la voluntad latinoamericana de que se materializara esa compleja aspiración de los judíos.A pesar que Argentina se abstuvo a la votación de la partición de Palestina Británica (Resolución 181), estableció rápidamente relaciones diplomáticas, siendo el primer país

92 latinoamericano en hacerlo.El análisis de las relaciones bilaterales Argentina-Israel nos brinda elementos para la construcción de Programas de acción y promoción comercial. La posición argentina con respecto a la partición de Palestina, en tres regiones, donde una la iba a ocupar, el pueblo palestino, otra pueblo judío y otra una jurisdicción internacional para la ciudad de Jerusalén fue de abstención yse comprende que la justificación de tal abstención se realizó defendiendo la doctrina de la Tercera Posición e intentando demostrar un carácter independiente en la política exterior argentina peronista. Se abstuvo junto con México y Chile. En el proceso de toma de decisiones de esta cuestión influyeron tanto los lobbies judíos como los árabes donde Perón, si bien en una primera instancia estaba más cerca de la causa árabe, no pudo jugar esa carta por su acercamiento a los Estados Unidos. Esto permite comprender los límites de la política independiente, por el peso de la comunidad judía y árabe en Buenos Aires, que tenían casi en ese entonces, la misma cantidad de población en Argentina, pero sobre todo por la necesidad de despejar las dudas existentes entre los que lo sindicaban como un reconocido antisemita. A pesar de la compleja realidad internacional que lo rodeaba al peronismo desde su política exterior autónoma, decidió apoyar al Estado de Israel, de diferentes maneras, una de ellas y la más consecuente, fue el abrazo a la comunidad judía al entramando social de la Argentina. Los judíos son una parte importante del compuesto de colectividades que tiene la Argentina, no son la única, pero si es destacable, que los judíos han aportado figuras importantes al quehacer político y social del país durante el periodo analizado. Además, una gran cantidad de judíos, durante las décadas del ‟40 y el ‟50 ingresaron a la burocracia estatal. A pesar de la participación exitosa de los judíos en la vida económica, social y política de nuestro país, se debe reconocer que existió una facciónantisemita, ejecutada por parte de los conservadores y los funcionarios de la Iglesia. Al mismo tiempoexistieron constantes intentos por parte de la Iglesia, de restringir la inmigración de judíos a la Argentina y se dedicaron de manera independiente a la actividad antisemita. Por ello a veces se infiere una postura distante con Israel dado la “nazificación” del país, por el acercamiento hacia los movimientos nacionalistas de derecha. Tal historiografía alienta a una idea instaurada en el imaginario colectivo de la sociedad argentina. Es verdad que Perón fue un nacionalista y contó con elementos autoritarios, pero también mantuvo las mejores relaciones diplomáticas y comerciales con el Estado

93 de Israel.También no se debe olvidar que Perón era parte del Ejército Argentino que había sido formado al estilo prusiano, dado que Argentina y Alemania negociaron la adquisición de tecnología bélica con la ventaja que ofrecía el país europeo dar formación a los oficiales. En números, entre 1930 y 1949, la Argentina recibió a más refugiados judíos per cápita que cualquier otro país del mundo, excepto Palestina y, posiblemente Uruguay. Es menester reflexionar que la Argentina peronista fue una oportunidad para centenas de miles de italianos y españoles, que buscaron reconstruir sus vidas y obtener trabajo, quienes fueron considerados, inmigrantes deseables, según criterios étnicos, económicos e ideológicos.Tanto deseables como indeseables, tanto judíos como nazis, tanto victimas como victimarios, de la Segunda Guerra Mundial fueron beneficiados al transformarse en residentes y/ o ciudadanos documentados argentinos.A través de su pragmatismo y visión profética del escenario internacional, el peronismo vislumbraba una tercera gran conflagración entre capitalistas y comunistas, jugando la carta de la autonomía política. El desarrollo de la política exterior autónomadel peronismo, respetuoso del derecho internacional, e involucrado en una acción diplomática tradicional, se explica en tres principios “neutralismo”, “autodeterminación” y “solidaridad latinoamericana”. Este neutralismo, de política “autónoma” de posguerra, no significó un aumento de la independencia en el nuevo escenario bipolar. Argentina precisaba emplear en su diplomacia cambios para así poder enfrentar el nuevo escenario internacional y poder gozar de las oportunidades que brindaba el nuevo entorno. Cambios orientados hacia los intereses privados, como un acercamiento gradual a los EEUU, que tenía interés en lograr la hegemonía regional, la cual sumaba para llegar a su rol de potencia mundial. Con este argumento puede entenderse que las buenas relaciones gestadas con el Estado Israelí, estaban enmarcadas en el contexto internacional, entendiendo que apoyar a la comunidad judía en la Argentina, significaba también apoyar al Estado Hebreo en el sistema internacional, y tener buenos vínculos con Israel, permitiendo a la Argentina configurar una nueva imagen frente a los ojos de EEUU.No debe olvidarse que los judíos proclamaron la creación del Estado de Israel en 1948, y fueron reconocidos el mismo día por Estados Unidos, a pesar de que su alianza estratégica recién comienza luego de la Guerra de Seis días. En las décadas de 1940 y 1950, durante el gobierno de Perón, el gobierno no organizó oficialmente actividades antisemitas. La Argentina moderna del XX se caracterizó por la falta de estabilidad política y económica, que afectó la naturaleza de

94 los gobiernos ante las diversas luchas políticas.La historia de los judíos en la Argentina no es ajena a ello y está vinculada con los desarrollos y cambios que caracterizaron y aún caracterizan a la nación argentina.Puede decirse entonces que ese estado de acontecimientos, tuvo un efecto considerable en la naturaleza de la comunidad judía, y como resultado, también en la naturaleza de la política exterior de Israel, el Estado del pueblo judío.

Conclusiones generales La presente tesis se propuso como objetivo central analizar las vinculaciones económicas y políticas de los gobiernos peronistas entre 1946 y 1955 con el Estado de Israel, influyendo en este sentido la construcción de la política exterior peronista, teniendo en consideración la importancia de los problemas que enfrentaba a nivel latinoamericano e internacional. Por un lado, ha significado trabajar sobre una escasa producción académica sobre este hecho empírico, llevando a realizar una extensa búsqueda, para así reconstruir la relación bilateral forjada.Por otro lado, el abordaje de esta temática desde la disciplina de las Relaciones Internacionales, ha permitido adoptar un posicionamiento, considerando a la política exterior como un subcampo de las Relaciones Internacionales, reconociendo que la política exterior del peronismo se ampara bajo la teoría autonomista, ya que se aleja del colectivismo comunista y del individualismo capitalista, planteando la Tercera Posición. Se reconoce también que la política exterior es una política de Estado continua, como también se asume que las Relaciones Internacionales no son exclusivamente relaciones interestatales, sino que los Estados se vinculan con otros actores del sistema internacional como organismos internacionales, empresas supranacionales, etc.. Siendo en este caso el Congreso Judío Mundial, una organización internacional, funcionó como actor clave en la relación bilateral Argentina-Israel, demostrando que la creación del Estado de Israel fue un tema de agenda internacional luego de la Segunda Guerra Mundial 1939-1945, que penetró en los gobiernos peronistas. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el sistema internacional se había trasformado, pasando a la bipolaridad, URSS y EEUU, las dos potencias imperantes que comenzaron a desarrollar sus respectivas zonas de influencia, distintas ideologías, distintos planes económicos.

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Estados Unidos pregonó en el hemisferio occidental una democracia liberal, impartió anuncios de ayuda técnica y económica, la mayor ayuda económica se materializó en la implementación del Plan Marshall para Europa, ya que estaba arruinada por ser el escenario de la Segunda Guerra Mundial. A su vez existió una transferencia de recursos para América Latina que fue destinada a ayuda militar con el objetivo de mantener a raya el comunismo. Durante los primeros años de reconfiguración del tablero internacional, luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos implementó su plan económico para consagrar las bases de un orden mundial norteamericano, apoyándose sobre dos ejes determinantes: la creación de las Naciones Unidas y el entramado económico y financiero de Bretton Woods. Por su parte, en el contexto latinoamericano y sudamericano en particular, entre el decenio del ‟40 y el ‟50, se asume que los países buscaron desarrollar una integración regional frente al desinterés mostrado por parte de EEUU. Conjuntamente manifestaron unanimidad como bloque regional, colocando énfasis en esto último, este factor fue clave frente a la creación del Estado de Israel, ya que al comportarse como bloque frente al conflicto palestino-israelí, el nuevo Estado se vio favorecido por una votación de 13 países latinoamericanos a favor, siendo 20 la totalidad de países latinoamericanos los que conformaban la ONU. Existiendo de esta manera una complicidad diplomática implícita entre América Latina e Israel. A través de sus distintos capítulos, la investigación ha permitido corroborar la hipótesis planteada al inicio de la tesis, en la cual se asumió por un lado la vinculación continua y de buenas relaciones con el Estado de Israel. Esta hipótesis ha sido apoyada por un escrutinio empírico, que comienza a materializarse entre los propios judíos argentinos, conformando la mencionada Organización Israelita Argentina, OIA también considerada la facción judía del peronismo, que instituyó frondosas relaciones con el gobierno peronista. Asimismo, la DAIA, organización superadora a la anteriormente mencionada, en función de la representatividad en lo que concierne a la colectividad, también gozó de buenos vínculos con el gobierno peronista. Otro aspecto que brindó credibilidad a la investigaciónfueron los lazos comerciales establecidos con el país de Medio Oriente, los inicialmente 17 buques con alimentos y provisiones para el nuevo Estado fueron simbólicosen lo que respecta a intercambio comercial, no así el tratado económico establecido en 1950, ya que el mismo significó otro volumen exportable, y dicho tratado fue determinante para la

96 sociedad israelita que estaba en pleno crecimiento poblacional. Por otro, la decisión del gobierno argentino para con Israel, debe ser enmarcada durante la Guerra Fría, donde Argentina, dependía fuertemente del bloque occidental a nivel económico, a pesar de proponer una Tercera Posición a nivel político. La actitud argentina durante la votación de la ya nombrada Resolución 181, que planteaba la división de la Palestina Británica, en tres regiones, fue la abstención. Se comprende que la justificación de tal abstención se realizó defendiendo la doctrina de la Tercera Posición e intentando demostrar un carácter independiente en la política exterior argentina peronista.Sin embargo no se debe olvidar que la política exterior de los primeros años del peronismo, 1946-1949, se movió con mayor soltura, basándose en el eje de “no alineamiento”, hasta producirse la crisis económica del ‟49, una fluctuación de carácter nacional, la nombrada gran sequía que redujo al mínimo los saldos exportables. Esta tesis también ha permitido reflexionar sobre lo difícil que ha sido para los países latinoamericanos encontrar la forma de insertarse internacionalmente, luego de ser marginados del área de interés de los EEUU. Por eso puede entenderse que los gobiernos peronistas oscilaron entre dos esquemas de política exterior, uno más autonomista, en la primera etapa (1946-1949), y uno con mayores vínculos o de mayor acercamiento con EEUU, perteneciente a la segunda etapa (1949-1955). Esto se vincula con consecuencias económicas, políticas y sociales, que se ven reflejadas en el desarrollo de la historia de la República Argentina. Cabe recordar que ratificación del Acta de Chapultepec en septiembre de 1946 y la creación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR, en la Conferencia de Río de Janeiro de 1947, que puso a nuestro país definitivamente en la órbita estadounidense. Las consecuencias económicas deben comprenderse en clave histórica y contextual y no de manera aislada. Además, en la última etapa, el peronismo permitió la consagración de la Ley de Inversiones Extranjeras demostrando un giro en la política económica nacional, aceptando férreamente las condiciones impuestas por los Estados Unidos, ya que significaba una mayor seguridad para las empresas internacionales. De esta manera se trae a colación la hipótesis secundaria de la presente tesis, que evalúa la construcción de la política exterior peronista, basada en el no alineamiento y en fluctuaciones, con respecto a los problemas que enfrentaba a nivel internacional y latinoamericano. A partir de lo investigado se puede referenciar sobre datos obtenidos, tomando como crónica la división de etapas realizada en el capítulo tercero. Primero se

97 considera que durante la primer etapa 1946-1949, se ve reflejado el intento de Perón por consolidar una política exterior autónoma de neto corte nacionalista y con un marcado antinorteamericanismo, y un claro ejemplo que otorga credibilidad a la hipótesis secundaria, fue la no incorporación al Fondo Monetario Internacional y la aplicación de la Tercera Posición en el ámbito diplomático. Dicha etapa “autonómica” culmina en el año 1949. Se concibe que el objetivo primordial de Perón fue intentar la reinserción internacional de Argentina desde una política autonómica, dejando atrás el aislamiento y el escaso comercio con los países latinoamericanos. Igualmente a pesar de los intentos fallidos de regionalismo latinoamericano, se debe reconocer el tratamiento sobre las cuestiones sociales a nivel continental. Un hecho empírico, el documento que alimentó esta postura fue la “Carta Interamericana de Garantías Sociales”, que Argentina exteriorizó en el año 1948, en la que se incluían los derechos del trabajador consagrados por el peronismo. Se ha permitido corroborar que la política hacia la región del peronismo generó más rechazos que adhesiones, haciendo poco atractivo una coalición latinoamericana, que a su vez podía significar la enemistad norteamericana. Esta tesis también ha permitido recapacitar en torno a la necesidad de enriquecer primero la dimensión política de cooperación en los procesos de integración antes de pasar a la exclusivamente económica. A nivel regional el peronismo, buscó crear un espacio de complementación económica y solidaridad política que fracasó. La Argentina de este periodo se caracterizó por oscilar en diferentes modelos de inserción internacional a falta de estabilidad política y económica, afectando la naturaleza de los gobiernos ante las diversas luchas políticas. La segunda etapa de análisis, 1949-1955 presenta una mayor penetración de los acontecimientos internacionales, dejando en claro que Argentina precisaba emplear en su diplomacia cambios para poder enfrentar el nuevo escenario internacional, cambios orientados hacia los intereses privados, como un acercamiento gradual a los EEUU, que tenía interés en lograr la hegemonía regional, la cual sumaba para llegar a su rol de potencia mundial. Puede decirse que la interacción entre Argentina-Israely las buenas relaciones gestadas son una demostración del pragmatismo peronista, pero sobre todo una necesidad de demostrar al mundo occidental su predisposición a formar parte de él. Se recuerda que el Estado argentino estaba enmarcado en el hemisferio occidental, el cual en elcontexto internacional estaba bajo la tutela de EEUU, por ello se entiende que

98 apoyar a la comunidad judía en la Argentina, significó apoyar al Estado Hebreo en la sociedad internacional. Esto permite percibir los límites de la política independiente y dar sustento a lo planteado por la hipótesis secundaria, corroborando que las vacilaciones que enfrentaba la política exterior a nivel internacional y latinoamericano generaron fluctuaciones que en gran medida tuvieron que ver con su posterior vínculo con la comunidad judía en Buenos Aires. Así se entiende el cuadrilátero entre Argentina, la comunidad judía argentina, Estados Unidos e Israel. Es decir, la planificación de la política exterior del peronismo se sustentó sobre dos pilares: el eje de ideología nacionalista y el eje internacionalista, abocado a una vinculación con el sistema internacional, puramente comercial y económico. Se comprueba de esta manera que la política exterior peronista, es decir la Tercera Posición, buscó mantener las relaciones económicas internacionales anteriores al peronismo, reflejando el intento de mantener el esquema triangular que se había formado entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña, con el objetivo de dar impulso a la industrialización nacional. Dentro de este marco de relaciones internacionales se comprende el vínculo estratégico con el Estado Hebreo fue necesario para sumar credibilidad en el plano internacional. Cabeprecisarque existe un error conceptual instaurado que es necesario aclarar, en el sentido de que acusar de antisemita a cualquier posición que diste de la política israelí representa un “crimen” intelectual. Esto estaba muchas veces asociado con una culpabilidad emocional que se respiraba en el mundo occidental por el holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial. Desde la presente tesis se considera que no existe un hilo conductor entre las políticas genocidas de la Alemania Nazi y las críticas hacia el Estado de Israel. Se comprende que para despejar la estigmatización de Perón como antisemita o antijudío en el sistema internacional, quedó demostrado que en la tesis que se afianzaron los vínculos con Israel y esto fue clave frente a los ojos de Estados Unidos. De hecho, para finalizar, en la actualidad, dentro del propio Estado de Israel, existen movimientos políticos de judíos religiosos o de izquierda que se declaran abiertamente en oposición al sionismo o a las políticas del gobierno israelí, porque están a favor de un Estado mixto en donde convivan pacíficamente judíos y palestinos, como planteó inicialmente la Resolución 181 en el año 1947 y obviamente, estos movimientos no son antisemitas.

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