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J. C. Brasas Egido, Elvira de Medina BOLETÍN que impuso a la literatura humanísti- de Castro,Valladolid, 1993. ca el hallazgo de un mundo nuevo. El F. A. González, Un niño vuelve a la caso de Pedro Mártir de Anglería en Academia, Valladolid, 1994. Medina del Campo, Valladolid, 1982. B. Prego Rajo, En torno a la música de G. Garabito Gregorio, Las mil y una los primeros tiempos del Camino de mañanas de la Biblioteca, Valladolid, Santiago, Valladolid, 1994. 1982. E. Estévez García, Entre luces y som- J. López de Uribe, Acerca de la Cien- bras (sobre mi experiencia de la pin- cia, la Belleza y el Arte, Valladolid, tura y el grabado), Valladolid 1999. 1982. D. Fernández Magdaleno, Creación J. Díaz González, El Duque de Marlbo- rough en la tradición española, Va- musical contemporánea. El composi- lladolid, 1982. tor Pedro Aizpurúa, Valladolid 1999. L. Vivero Salgado, Recordando al maes- N. García Tapia, Arquitectura y máqui- tro, Valladolid, 1983. nas: El Arco de Ladrillo, símbolo del J. Arribas Rodríguez, Utilidad y belleza Patrimonio Industrial de Valladolid, de las obras públicas, Valladolid, Valladolid, 2000. 1983. E. Wattenberg García, De la galería L. A. Mingo Macías, Concepto, deco- Arqueológica al Museo de Valladolid ración y ornamentación en el hecho (1875-2000), Valladolid, 2000. arquitectónico, Valladolid, 1984. M.» A. Fernández del Hoyo, Pintura y L. Calabia Ibáñez, Más de medio siglo sociedad en Valladolid durante los de periodistas y periódicos vallisole- siglos XVI y XVII, Valladolid, 2000. tanos, Valladolid, 1985. 37 VALLADOLID 2002 N.O 37

BOLETÍN REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN

VALLADOLID 2002 N.O 37

Sumario BOLETÍN 37-2002

Comunicaciones Javier López de Uribe y Laya, La integración de las Artes, un reto histórico...... 9 Academia Asociada al Instituto Nicolás García Tapia, Valladolid subterráneo: de España. ÇLas EsguevasÈ...... 27 Integrada en la Confederación Manuel Pérez Olea, Quevedo: el hombre a través de la obra.... 33 Española de Centros de Estudios Locales del C.S.I.C. José Carlos Brasas Egido, En el IV Centenario de Juan de Arfe. Su vida y su obra en Valladolid...... 59

Colaboraciones M.» Antonia Fernández del Hoyo, Notas sobre el © Real Academia de Bellas Colegio de San Ambrosio de Valladolid...... 77 Artes de la Purísima Concepción Jesús Urrea Fernández, Tordesillas en el siglo XVIII. Su Semana Santa...... 97

Director Leticia M.» de Frutos Sastre, Dos nuevos pasos procesionales de Felipe de Espinabete en la provincia D. Luis Alberto Mingo Macías de Segovia...... 107 Consejo de Redacción Juan Bautista Varela de Vega, El violinista Pedro Escudero D. Joaquín Díaz González ÇEl castradoÈ y su legado al Cabildo D. Antonio Corral Castanedo catedral de Valladolid ...... 113 D.» M.» Antonia Fernández del Juan Bautista Varela de Vega, La zarzuela Hoyo Don Juan Tenorio...... 121 Secretario D. Jesús Urrea Fernández Vida Académica Ramiro F. Ruiz Medrano, Patrimonio y Lengua. Del Olvido EDITA a la Memoria (discurso de ingreso como Académico de Real Academia de Bellas Honor) y Contestación de la Academia, Artes de la Purísima por Javier Arribas Rodríguez ...... 137 Concepción C/ del Rastro, s/n Manuel José Cociña y Abella, Luis de Salcedo y Azcona 47001 Valladolid Arzobispo de Sevilla (1723-1741) y mecenas de las Bellas Artes ...... 151 Juan Bautista Varela de Vega, Semblanza de Julián García Blanco...... 173 Depósito Legal: VA. 237.Ð1992 I.S.S.N. 1132-0788 Juan Bautista Varela de Vega, Semblanza de Vicente Goicoechea...... 177 Imprime Memoria del curso académico 2001-2002...... 181 Gráficas Andrés Martín, S. L. Paraíso, 8. Valladolid Lista de Señores Académicos (a diciembre de 2003) ...... 183

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COMUNICACIONES

LA INTEGRACIÓN DE LAS ARTES, UN RETO HISTÓRICO Javier López de Uribe y Laya

Todas las civilizaciones antiguas son un sabe trabajar la piedra y enseña en los buen ejemplo, cada una con sus rasgos talleres a los aprendices, que se ejercitan propios, de distintos modos de integra- también en la pintura, el vidrio, etc., pero ción de las artes: desde el Egipto faraóni- todos los trabajos se supeditan a la con- co, donde conviven y se potencian mu- cepción de la obra total que tiene el arqui- tuamente la arquitectura, la pintura y la tecto medieval, aunque todavía no se escultura, hasta la Grecia clásica, donde llame así, sino maestro del taller. La las cualidades arquitectónicas del Parte- construcción de una catedral es la empre- nón difícilmente pueden separarse y ex- sa unitaria y colectiva de un pueblo. Es plicarse sin analizar la contribución de Fi- más: el principio generador que rige en dias, el escultor, y su taller, y la de la pin- una catedral es la unidad. Se trata de tura, puesto que el mármol del templo lograr la mayor perfección y unidad posi- griego estaba pintado con fuertes y con- ble en una obra compleja, que requiere la trastados colores. colaboración de numerosos artesanos. La arquitectura, no obstante, ha tenido Se consiguen así las obras de arte quizá desde los primeros tiempos un papel pre- más unitarias y estructuradas, como pue- ponderante sobre las otras artes, que se de verse estudiando la composición de las consideraban complementarias porque se plantas, los alzados, las soluciones refería fundamentalmente a las creencias estructurales, etc. Parece que perviven en religiosas, al buscar un espacio para Dios. ellas las ideas clásicas de Aristóteles en Tenía un fin determinado: acotar un lugar su Poética, en la que establece que una de culto. obra de arte perfecta –aunque se esté refi- En la Edad Media, por ejemplo, todo se riendo fundamentalmente al arte de la dirige a un fin en la construcción de las retórica, que era el más importante enton- catedrales: levantar con la mayor magni- cesÐ es aquella en la que nada falta y nada ficencia posible la casa de Dios, la ciudad sobra, porque si algo se echara en falta o de Dios entre los hombres. si algo fuese innecesario, ya no sería per- Existe en esa época una vinculación fecta. Aristóteles añade también la idea artesanal entre todas las artes. El maestro de que la obra perfecta reclama la unidad, de obras es a la vez arquitecto y cantero; como se puede ver en los cuerpos vivos,

9 donde se relacionan del modo más conve- artes liberales, por encima de las artes niente las distintas partes entre sí, y cada manuales y técnicas, y diferenciándose una de las partes con el todo. claramente de ellas como actividades En la ciudad de Florencia, que se consi- intelectuales y creadoras. Se comenzaba dera depositaria de la tradición antigua y así el largo camino del reconocimiento de mediterránea, se produce, en la primera la unidad y de la autonomía del arte. El mitad del s. XV, un fenómeno de valora- artista, por el prestigio que entonces ción y apreciación de las bellas artes y de adquiere, es libre para elegir los encargos la función social del artista, hasta entonces e imponer sus condiciones. Alberti, que únicamente considerado como un artesa- fue un humanista integral, escribirá su no, gracias al apoyo otorgado por las nue- famoso tratado sobre la pintura, de la que vas familias potentadas: los Médici, los llega a hacer el siguiente elogio: Strozzi, los Pazzi... Los príncipes huma- «¿Quién duda de que la pintura sea nistas asumen el rol de promotores y pro- maestra... de todas las cosas? Toma el tectores de las artes y de los artistas. El arquitecto, si no me equivoco, del pintor, mecenazgo hace así su aparición, confian- los arquitrabes, las basas, los capiteles, do en la capacidad individual frente a las las columnas, los frontispicios y todas las demás cosas similares; y con reglas y reglas tradicionales del comportamiento arte de pintor se rigen los artesanos, los colectivo, como en definitiva sostiene escultores, todos los talleres y todos los Leonardo Benevolo, en su Historia de la oficios. No encontrarás ninguna obra arquitectura del Renacimiento. Los artis- artística, por modesta que sea, que no tas más importantes adquieren un prestigio deba recurrir a la pintura, de tal manera individual que los sitúa socialmente por que donde quiera que encuentres belleza encima de los gremios, es decir, de las puedes considerarla nacida de la pin- organizaciones colectivas. La fuente de turaÈ. inspiración en esos momentos es el arte Pero Alberti ocupa también un destaca- clásico, tomado de las ruinas romanas. dísimo lugar en la historia de la arquitec- En 1464 nace también en Florencia la tura, escribiendo De re aedificatoria,y en Academia neo-platónica que, aunque no las matemáticas, escribiendo Ludi mat- se puede considerar como una Academia hematici y otras obras, que tanto influirán dedicada a las Bellas Artes, por su inspi- con sus reglas geométricas de proporcio- ración en las ideas de Platón dará lugar a nes en la construcción. Durante todo un numerosos debates sobre los conceptos siglo, hasta Palladio, sus soluciones de verdad, bondad y belleza y sobre la arquitectónicas fueron consideradas síntesis entre todas ellas. Se busca el como normas. equilibrio, la armonía, la perfección. De La corte de Lorenzo de Médicis, el hecho, la Academia será el foco y el Magnífico, adquiere, en materia de arte, motor ideológico del Renacimiento. una indiscutible autoridad entre todas las Brunelleschi inicia la serie de artistas cortes italianas, pero tras su muerte, se totales que desarrollan su actividad en el produce la marcha de algunos de sus artis- campo de la arquitectura, de la escultura tas más destacados: así Leonardo y y de la pintura; a su vez, estas tres artes Sangallo marcharán a Milán, a la corte de adquieren una superioridad cultural indis- los Sforza, y Verrochio irá a Venecia. Lle- cutible, pasando a ser consideradas como varán consigo una carga cultural capaz de

10 La gran esfinge de Gizeh en el valle del Nilo con la pirámide al fondo. producir en todas partes importantes trans- La escultura aparece más ligada en esa formaciones. época a la arquitectura, aunque tiene una Pero la convivencia entre la arquitectu- finalidad decorativa en el conjunto de la ra, la escultura y la pintura no fue fácil, ni obra, ocupándose de elaborar las basas, siquiera en ese siglo XV y en el primer capiteles, cornisas, ménsulas y toda la cuarto del XVI, período que abarca la decoración arquitectónica, cuya impor- época dorada del Renacimiento. Inicial- tancia va creciendo con el paso del tiem- mente, la organización tridimensional de po, adueñándose de buena parte de los la nueva arquitectura excluye posibilida- espacios murales. des de arte murario, por lo que Masaccio, De especial interés resulta el análisis Piero della Francesca, Filippo Lippi, que hace Alberti en su tratado Della Ghirlandaio y tantos otros importantes architettura sobre los conceptos de orna- pintores realizan sus frescos en edificios mento y belleza. Dice Alberti: medievales. Después, los colores al óleo «Qué cosa sea Belleza, y ornamento en y sobre lienzo transforman la técnica de sí mismo, y qué diferencia exista entre la pintura, que frecuentemente toma sus ambos conceptos, quizá pueda entenderse motivos de temas arquitectónicos, repre- más claramente con el espíritu, puesto sentando lugares ideales y construcciones que yo con mis palabras, difícilmente en los que adquiere notable importancia podré explicarlo. Sin embargo, definiré el dibujo geométrico y la perspectiva brevemente la Belleza diciendo que es un lineal para intentar reproducir la realidad. concierto de todas las partes acomodadas

11 conjuntamente en proporción y armonía Leonardo representa, en su época, la al lugar donde se encuentran; de tal síntesis universal del saber práctico, y así manera, que no se pueda añadir, reducir o se le reconoce en vida, aunque es en la cambiar cosa alguna sin perjuicio. Es pintura donde destaca sobremanera, como ella ciertamente algo grande y excelso. A Bramante –con quien coincide en Milán– conseguir la perfección aspiran, y dedi- lo hace en arquitectura. Para Leonardo no can todas sus energías, las artes y el inge- nio de los hombres, pero rara vez existía nada en la naturaleza que no des- consigue nadie, ni siquiera la propia pertase su curiosidad y desafiara su inven- Naturaleza, que alguna cosa, terminada tiva. Regresa a Florencia en el año 1500, y totalmente, sea del todo perfecta... allí encontrará a Miguel Angel Buonarroti [El ornamento, en cambio] es una y a Rafael. Mientras Leonardo pinta La especie de luz complementaria de la Gioconda, Miguel Angel esculpe su belleza, casi una manera de evidenciarla. David, dando así comienzo al largo perío- Por ello me parece manifiesto que la do de discusiones y acusaciones recípro- belleza es algo por sí mismo hermoso, cas que se entablan entre ambos genios, a difuso en toda forma bella, donde el orna- las que no es ajeno Maquiavelo, cuya mento parece ser algo pegadizo y añadi- do, más que natural o propiamente suyo.È influencia entre los gobernantes de la ciu- dad es muy importante. No hay que olvi- Por otra parte, Alberti considera que dar que Maquiavelo, además de fundador dentro del concepto de construcción están (sin proponérselo) de la Filosofía Política, comprendidas todas aquellas técnicas historiador, diplomático, alto funciona- capaces de modificar el ambiente de la rio... era poeta, dramaturgo, músico, dibu- vida humana, es decir, no sólo los edifi- jante, estratega y técnico en logística, cios, sino también los carros, los molinos, como corresponde a un intelectual super- los relojes, los acueductos, las máquinas dotado del Renacimiento florentino. de guerra y las fortificaciones. Denomina El arte y los más destacados artistas son y clasifica entonces a la construcción el centro de este sistema social que movi- como ciencia, y la sitúa en el género de liza las mejores energías culturales de la las matemáticas. época –para esos hombres nada parecía De esta base de positivo intercambio imposibleÐ y que pronto se traslada a Ro- conceptual participa después Leonardo, ma. que sintetiza, en la famosa carta dirigida Miguel Angel era un hombre profunda- al Duque de Sforza, su grandiosa capaci- mente religioso, que concibe la belleza dad de trabajo en diez puntos, de los cua- física como un reflejo de la belleza espiri- les nueve se refieren a la ingeniería tual y que considera, en palabras suyas, militar y civil, y el último a su modo de que Çla pintura excelsa... es precisamente hacer en el campo del arte Ðarquitectura, aquella que más se aproxima e imita la pintura y esculturaÐ que considera como obra inmortal de DiosÈ. Miguel Angel la síntesis de todos los demás conoci- alcanza la más alta cima en el dominio mientos. Leonardo destacará, además, en del cuerpo humano. Son muy conocidas sus estudios de anatomía y de mecánica. sus controversias y desacuerdos con el De hecho, la perspectiva, la anatomía y Papa Julio II, con motivo de los trabajos las formas clásicas son las tres aportacio- escultóricos para el mausoleo del Papa nes fundamentales de la nueva cultura. dentro de la nueva iglesia de San Pedro

12 encargada por Julio II a Bramante, y de aparecer una teoría de la arquitectura, en sus trabajos pictóricos en los frescos de la manuales y tratados, distinta de la teoría Capilla Sixtina y de las estancias vatica- de la pintura y de la teoría de la escultura. nas, que se verán al final completadas con Las artes, por lo tanto, se hacen autóno- la aportación de Rafael, quien a su vez mas. continuará la obra arquitectónica de Y, además, comienza a valorarse la Bramante, en colaboración con Sangallo obra de arte con independencia de su fin, y otros numerosos artistas. que antes era sólo religioso o al servicio Giorgio Vasari, también arquitecto y del príncipe o soberano. Surge así la pintor, consejero artístico de Cosme I, arquitectura profana (la villa, el palacio, que es considerado como el principal his- el jardín, la fuente...), la pintura como toriador y teórico del arte del Quinientos, ornato (también el retrato profano), y la refiriéndose al modo de actuar de Rafael, escultura con fines decorativos y orna- escribió: mentales (en una plaza o en el interior de Ç... de una manera espontánea, nues- una villa o palacio). De hecho, Florencia tros artífices, no sólo los de inferior con- convierte la calle, la plaza, las loggias, en dición, sino aquellos que tienen la un museo al aire libre, en un paraíso de la pretensión de ser grandes (que muchos escultura abierto a todo el mundo. de esta clase produce nuestro arte) cuan- Todo ello conduce a la discusión sobre do trabajaban en compañía de Rafael, la primacía entre las tres artes. estaban unidos y en tal armonía, que Giorgio Vasari, en su famoso tratado todos sus malos humores se mitigaban al titulado Vidas de los más ilustres artistas, verle, y cualquier pensamiento que fuera pintores, arquitectos y escultores, de bajo y vil, se olvidaba; esta unión no existió nunca en otro tiempo que no fuera Cimabue a nuestros días, publicado en el suyoÈ. Florencia en el año 1550, pretende dirimir esta disputa al comienzo del libro, en el Rafael murió en 1520, a los 37 años, un Paragone, sentenciando que las tres artes año después que Leonardo. El epitafio de son iguales, tienen un mismo origen y un su tumba en el Panteón de Roma dice así: mismo padre que es el Disegno; es decir, ÇEsta es la tumba de Rafael; quien en que Vasari pone el énfasis en que las tres vida hizo que la madre Naturaleza temie- artes tienen en común su concepción y su ra ser vencida por él y, a cuya muerte, ella creatividad. Cada artista comienza a con- también murió». cebir o a plasmar su idea a través del dibu- La obra de estos geniales artistas, pro- jo sobre el papel. Y en ese dibujo, y a tegidos e impulsados en un ambiente cul- través de él, se aprecia la calidad del artis- tural y artístico adecuado, es un ejemplo ta, su inventiva y originalidad. claro de interacción y unidad de las artes. Es a través de esta teoría del Disegno Pero también comienzan ya a aparecer como las tres artes se unifican, y es por síntomas de disgregación. medio de ella como se puede evaluar la Surge en el s. XVI el artista dedicado a grandeza de un artista sobre otro: por la un arte específico, el arquitecto como calidad, belleza, expresión y corrección profesional distinto del pintor y del escul- de sus dibujos. tor. Palladio será conocido como el pri- La teoría del Disegno (que nos habla mero de ellos. Comienza también a tanto del dibujo como de la concepción o

13 inventiva de quien lo realiza) triunfa en el cos y en sus grandes frescos, que podrían ámbito de la teoría del arte, y se convierte transformar cualquier salón de un castillo en pieza fundamental en la enseñanza del o de un monasterio en el escenario propi- arte, que ya se comienza a realizar en las cio para un fastuoso espectáculo». recién creadas Academias para artistas El estilo barroco y sus derivaciones en libres, que acabarán emancipándose poco el estilo rococó, que domina con sus a poco de los gremios y de los talleres ornamentaciones delicadas y sus colores artesanales: una de las primeras fue la exquisitos el diseño de interiores religio- famosa Accademia del Disegno, fundada sos y profanos, viene a ser la consecuen- por el mismo Vasari en Florencia en el año cia de la continua convergencia entre las 1552, y que asume una función pedagógi- distintas artes a partir de ciertas pautas o ca y orientadora, agrupando a arquitectos, esquemas estilísticos, y su paulatina pintores y escultores, que así ven también extensión o penetración en los más varia- elevado su status social, como explica dos campos del diseño: mobiliario, artes Vicenç Furió en su Sociología del Arte. decorativas, grabado, orfebrería, jardine- En cualquier caso, y leyendo entre lí- ría, tejidos de lana y seda, labores en cue- neas las Vidas de Vasari, está claro que la ro y de talla y taracea en madera, etc. arquitectura sigue siendo el gran arte Esa especialización conducirá a un (religioso, civil o profano) al que se supe- cierto alejamiento del público, que ditan y en el que se integran tanto la pin- encuentra más asequibles y agradables tura como la escultura. Solamente hay otras manifestaciones artísticas, por su que fijarse en San Pedro de Roma o en el grado de participación en ellas. Es el Escorial, para comprobar que la armonía caso, por ejemplo del teatro y de la músi- y la integración de las artes no es un irre- ca, que se muestran como mejores vehí- soluble problema teórico, ni práctico, culos para la transmisión de sentimientos. durante esta época, que constituye un George Steiner, uno de los críticos lite- período crucial de la historia de la cultura rarios y analistas del arte y de la cultura artística, transmitida al resto del mundo más relevantes del s. XX, reconocido por Italia, Çtierra por excelencia de la uni- recientemente con el Premio Príncipe de dad de las Bellas ArtesÈ, como dice Alvar Asturias de Comunicación y Humani- Aalto. dades, dice en su obra Errata: el examen Parecida situación se da durante los de una vida: ss. XVII y XVIII: ÇVivir la música», como la humanidad E. H. Gombrich sostiene en su Historia ha hecho desde sus comienzos, es habitar del Arte que Çtras el completo desarrollo en un ámbito que, por su propia esencia, del estilo barroco, en el que todos los nos resulta extraño. artistas colaboraron obteniendo algún Y, sin embargo, es precisamente este efecto determinado, la pintura y la escul- ámbito el que ejerce sobre nosotros Çuna soberanía muy superior a la de cualquier tura, como artes independientes, decaye- otro arteÈ (Valéry). Es la música la que ron en Italia y en toda la Europa puede invadir y regir la psique humana Católica. En el siglo XVIII, los artistas con una fuerza de penetración compara- italianos fueron principalmente soberbios ble, tal vez, sólo a la de los narcóticos o a decoradores de interiores, famosos en la del trance referido por los chamanes, toda Europa por su habilidad en los estu- los santos y los místicos. La música puede

14 volvernos locos y puede curar la mente integrando las cuatro artes en una única enferma. Si puede ser Çel alimento del obra, que algunos creían alcanzar a través amorÈ, también puede abastecer los ban- de la ópera, una nueva forma de arte que quetes del odio. Una melodía, una caden- entusiasma a la gente más cultivada. cia momentánea, puede llegar a poseer Quizá convenga señalar que el pro- nuestra conciencia, puede aferrarse a nuestro recuerdo, querámoslo o no, sea- blema de la integración de las artes es, mos o no conscientes de su hechizo, cuan- realmente, un problema de la moder- do, a menudo accidentalmente, la oímos nidad, que no se plantea como tal hasta el por primera vez. De repente, por así decir, s. XIX, cuando ya existe una autonomía Çbulle en nuestra menteÈ y se niega a de cada disciplina artística y una completa abandonarnos. El fragor de un coro de emancipación de sus fines religiosos o de voces Ðlos galeses en el rugbyÐ provocan exaltación de las grandes Monarquías; y un sentimiento incomparable de comuni- cuando, además, se produce el declive de dad fraternal; propician la oración colec- tiva y la meditación, paradójicamente la arquitectura, que hasta entonces había acallada por su propio volumen. Pero sido el arte que, asumiendo un indiscutido cuando están ligadas a un himno liderazgo, unificaba e integraba a la pintu- nacional o guerrillero, al martilleo de ra y a la escultura en una única obra. una marcha militar, las mismas prácticas Los arquitectos buscan afanosamente corales, en una clave idéntica, pueden un estilo adecuado para su época, produ- desatar la disciplina ciega, la manía tri- ciéndose un continuo vaivén entre los bal y la furia colectiva. Un ÇsoloÈ que se estilos medievales y los revivals renacen- alza en la oscuridad o en la quietud de la tistas, barrocos o neoclásicos. En definiti- mañana puede transmutar el espacio, la densidad, el curso del mundo. No es úni- va, la arquitectura atraviesa un largo camente la «música barataÈ, la cancion- período de desorientación provocado por cilla facilona del cantante melódico, la la ruptura de una larga tradición artística, melodía basura de la guitarra eléctrica, que tuvo sus comienzos en el Renaci- lo que nos rompe el corazón: es un lamen- miento italiano, y que culminará en el to de Monteverdi, son los oboes en una eclecticismo de fin de siglo. cantata de Bach, es una balada de Hay más razones de fondo que provo- Chopin.È can la decadencia y la ruptura entre las Lo cierto es que la música poco tiene tres artes. Como es sabido, Hegel en sus que ver (si no es en sentido metafórico) Lecciones de Estética y en su Filosofía de con los estilos en pintura, arquitectura y la Historia, ofreció una cosmovisión de escultura. Pero la música tiene mucha la historia de la cultura y de la civili- importancia en esta historia, ya que los zación humana, en la que también incluía siglos XVIII y XIX verán crecer este arte a la historia del arte. que va a rivalizar y superar con creces Sus ideas estéticas suponen una modifi- Ðpensemos en Bach, Mozart o Beetho- cación radical del pensamiento artístico. venÐ a medida que transcurre el tiempo, a La arquitectura, en su esquema evolutivo las otras tres grandes artes, con las que sí según el cual el arte progresa de lo más se plantea un problema de integración, material a lo más inmaterial y espiritual, que será objeto de estudio y discusión pasa de un lugar preeminente a ocupar la académica en el s. XIX, cuando surgen los posición más primitiva y de menor interés intentos de lograr la Çobra de arte totalÈ, en la historia de la cultura, por ser el arte

15 más material. También la escultura y la en el caso del modernismo. pintura pierden protagonismo ante la Todo ello genera un sentimiento de música y la poesía. insatisfacción, que se expresa como Pero además, hay otra idea de Hegel rechazo de preocupaciones de estilo o que va a tener una gran importancia en adornos, de ornamentaciones y decora- todo el s. XIX. Para Hegel cada época ción, buscando una nueva y más veraz humana tiene unas señas distintivas, ya sensibilidad artística apoyada en bases que expresan o manifiestan el peculiar sólidas. estado de Evolución del Espíritu; de ahí Y llegamos así a la Revolución In- la conocida expresión de Zeitgeist o dustrial, que destruye las tradiciones: la «Espíritu de la Época» que tanta impor- producción industrial en masa, las produc- tancia va a adquirir en los estudios de his- ciones maquinistas y las fábricas sustitu- toria de la cultura y del arte. De acuerdo yen a la obra manual y al taller de artistas. con estas ideas, el arte sería la manifesta- Con estos antecedentes, aparece un ción del Zeitgeist, y cada nueva obra de nuevo y gran modelo de integración de arte debería expresar adecuadamente el las artes que se realizó en la Bauhaus, «Espíritu de su época». donde se tantean nuevas formas abstrac- Esta es una de las ideas que presiden la tas, nuevos materiales, nuevos sistemas continua experimentación artística en las estructurales y nuevas formas de cons- últimas décadas del siglo, dando lugar a truir con total libertad, buscando la since- las vanguardias, en esa frenética búsque- ridad como un deber moral, la sinceridad da de un arte acorde con el «espíritu de la que el hombre moderno debe a su época: época», con la mentalidad del momento, un artista sincero sería el que diseña, pro- o con los ideales de un hombre nuevo. yecta, esculpe o pinta del modo que él No es necesario insistir en que las ideas cree que debe hacerlo, y no sólo del modo derivadas del pensamiento de Hegel pro- que tendría más aceptación por su cliente dujeron un fuerte seísmo en aquella pací- o por el público. Por ejemplo, proyectar fica e indiscutida integración de las artes ahora una catedral gótica, en ese estilo, que se había dado en épocas anteriores. sería una falta de sinceridad. A nadie se le Cada arte inicia continuos procesos de oculta la carga de subjetividad que reside experimentación que dan origen a in- en este planteamiento y el peligro de ais- terpretaciones formales y estilísticas inde- lamiento y de falta de relación con el pendientes entre sí, pero siempre enca- entorno al que puede conducir, al sobre- minados a eliminar cualquier vestigio de valorar el ego, la autoestima. En frase historicismo, por lo que también desapare- atribuida a Picasso: ÇArte es lo que el cerá el simbolismo. Hay que tener en artista dice que es arteÈ. cuenta que se habían venido sucediendo en En la Bauhaus, el planteamiento es de el tiempo, a lo largo de este siglo XIX, el búsqueda de nuevos caminos en el arte a neoclasicismo, el neogoticismo y todos los través de la pureza geométrica y la abs- ismos, que intentaban imitar lo mejor de tracción, pero trabajando en equipo, en todos los géneros del pasado, reutilizando anónima colaboración. Walter Gropius en arquitectura –de manera heterogénea– nunca hablará de «estilo», de Çestilo his- columnas, pilastras, cornisas, entablamen- tórico», ni siquiera de Çestilo BauhausÈ, tos y molduras, o acudiendo a fuentes de aunque posteriormente los diseños produ- inspiración como el arte del lejano oriente cidos en sus talleres más importantes y

16 Festa degli Omaggi in Piazza della Signoria. Anónimo florentino. Galería degli Uffizi. sus obras de arquitectura se conocerán fica «Casa de la construcción». Su primer como Çestilo de la BauhausÈ. director fue Walter Gropius. El título ofi- La Bauhaus se fundó en Weimar, en cial que tenía era el de «Escuela de 1919, como una Escuela Superior de Diseño». En la introducción a su progra- Bellas Artes y Oficios Artísticos moderna, ma educativo se dice: ÇAportemos todos aglutinadora de todas las propuestas de la nuestra voluntad, nuestra inventiva, nues- vanguardia internacional, organizada en tra creatividad en la nueva actividad forma de talleres unificados para todas las constructora del futuro, que será todo en especialidades artesanales, industriales y una sola forma: arquitectura, escultura y artísticas, bajo la primacía de la arquitec- pintura, y que millares de manos de arte- tura. Su propio nombre ÇBauhausÈ signi- sanos elevarán hacia el cielo como sím-

17 bolo cristalino de una nueva fe que está 1923 de la Bauhaus, y su sustitución por surgiendoÈ. L. Moholy-Nagy. A partir de ese año, la Todos los artistas que se van incorpo- Bauhaus va dejando de ser una escuela rando como maestros (W. Kandinsky artesanal, buscando conscientemente la P. Klee, J. Itten, luego M. Breuer, etc.) unión con la industria, y trasladando su participan de una misma idea y de un mis- sede de Weimar a Dessau, en edificio pro- mo empeño didáctico: el arte nace de den- yectado de acuerdo con su ideario. tro, no puede ser enseñado, pero sí se Pero antes de continuar con ese segundo puede enseñar el artesanado, que no se período de la Bauhaus, quizá convenga diferencia sustancialmente de él: el artista detenerse brevemente en la consideración es un artesano de un nivel superior. Por de las corrientes artísticas que contribuye- eso, los talleres de las tres disciplinas se ron a la aparición de la Bauhaus. organizan como un conjunto de maestros, Dice Collins en Los ideales de la arqui- oficiales y aprendices en busca de un len- tectura moderna; su evolución (1750- guaje universal, en el que no existan fron- 1950) que Çla idea de que la regeneración teras entre el arte monumental y el de la arquitectura se debía conseguir por decorativo. Se busca liberar las fuerzas un contacto más cercano con las otras creadoras de los aprendices, a través de artes no era esencialmente revoluciona- prácticas con los materiales y las texturas ria. Lo nuevo, en 1920, era el carácter y a través del estudio de las leyes plásti- que se le había dado a la pintura y la cas. Teóricamente, la construcción apare- escultura por parte de unos pocos artis- ce como el objetivo final de toda actividad tas revolucionarios de la década anterior. creadora, a consecuencia del cual la pintu- Antes de 1910 sólo había habido dos cla- ra, junto con la escultura y las artes oficios ses de escultura, la escultura naturalista y la artesanía, únicamente cumplían una (representaciones del cuerpo humano, función utilitaria como parte indisoluble considerada como una rama de las de una gran obra de arte unitaria. Çbellas artesÈ), y la escultura no repre- Pero comienzan los problemas: sentativa (objetos de uso diario, como Ese tipo de enseñanza introspectiva aísla cucharas, tenedores, cacharros, conside- a la Bauhaus del mundo exterior. No hay rada como una rama de las «artes úti- encargos suficientes sobre los que se pue- lesÈ). Análogamente sólo había dos tipos da experimentar la formación recibida. de diseño bidimensional, la pintura natu- Gropius atiende más su estudio privado de ralista (perspectivas de figuras, objetos arquitectura que el taller, por lo que no naturales, paisajes) y los diseños no existen apenas clases de arquitectura. Itten representativos (en adornos, tejidos, amplía las enseñanzas pictóricas que da en cerámica y otros objetos). La revolución el curso preliminar previo a todos los talle- ocurrió cuando Wasily Kandinsky, con- res con su personal sistema teosófico y templando una de sus pinturas naturalis- doctrinal basado en el esoterismo y la puri- tas cabeza abajo con una luz tenue, se ficación espiritual y física mediante la sintió inspirado a pintar una serie de for- relajación gimnástica como impulsores de mas abstractas que no representaban la liberación psíquica y el desarrollo de la nada en absoluto; era sobre todo el naci- capacidad de creación. miento de un arte no representativo que Los conflictos creados terminarán con no tenía ningún fin práctico». Kandinsky la salida de Itten a comienzos del año es además el autor del escrito ÇDe lo espi-

18 Schröeder House (1924), por Gerrit Rietveld. Boceto para cartel (1923), por Herbert Bayer. Utrecht (Holanda). ritual en el arteÈ, cuyos pasajes contie- de la estructura y la búsqueda de superfi- nen la teoría de la abstracción. A partir de cies continuas, puras, lisas, blancas, eli- entonces, el arte se convierte en una emo- minando, por lo tanto, cubiertas de tejas, ción transmitida, en una experiencia esté- cornisas, etc. Se le da la calidad de un tica que se puede expresar de cualquier quirófano. La forma pura es, en opinión forma en cuadros, esculturas, edificios, de Hans Luckhardt, Çaquella forma que, tejidos, etc. El arte del s. XX se caracteri- separada de todo lo que es decorativo, se za, como dice Nikos Stangos en el prefa- pone de moda libremente por los elemen- cio de Conceptos del arte moderno por tos básicos de la línea recta, curva y Çuna riqueza, una complejidad, una con- libre, y sirve al propósito de cualquier tradicción y una reflexión en sí mismos expresión, sea un edificio religioso o una enormes, comparado con el arte de los fábrica». Adolf Loos ya había dicho en siglos anterioresÈ, cuyo alimento estaba 1908 que Çla evolución de la cultura es fuera, relacionado con lo externo y más proporcional a la desaparición del orna- unido a la naturaleza. mentoÈ, y Tessenow en 1916 añadirá que Prescindiendo de la actitud dadaísta Çel ornamento es una expresión inevita- que trata el arte como excusa para diver- ble, involuntaria y consecuentemente tirse, los abstractos buscan la pureza en inconsciente de lo que los arquitectos no todas las ramas del arte. quieren enseñar». Pureza que se manifiesta, en el caso de No deja de sorprender el hecho de que, la arquitectura, en la máxima supresión probablemente, el factor desencadenante

19 de esta revolución fue la publicación en En el diseño y en la investigación de su 1910, en Alemania, de una monografía aplicación a los nuevos materiales (el que contenía los diseños en Norteamérica hormigón armado, el vidrio, el acero) se del arquitecto Frank Lloyd Wright, con basa el trabajo en los talleres de la sus elementos planos definidores del Bauhaus, esa gran fábrica donde la cola- espacio tanto en vertical como en hori- boración implica un respeto por los zontal y su Çrotura de la cajaÈ en las conocimientos peculiares que cada esquinas, uniendo el espacio interior con miembro del equipo aporta al trabajo: se el exterior. Todo ello influye poderosa- diseñan, y se proponen como prototipos mente en el grupo holandés De Stijl, que para su fabricación en serie, muebles de explora gráficamente en la pintura las uso cotidiano, tejidos, vidrios, esceno- posibilidades estéticas de planos angula- grafías, pintura de paredes, tipografía, res definidores del espacio, continuando tecnología sobre maquinarias, productos la descomposición bidimensional de eléctricos, fábricas. Se pretende que, una objetos como guitarras, botellas y vasos vez dominado el diseño, quede capacita- que el cubismo había iniciado. Aparece do el diseñador para conseguir resultados así el neoplasticismo de Mondrian cuya idóneos tanto en el proyecto de un tubo geometría plana, a base de rectángulos y de pasta de dientes como en el de un tra- líneas, influirá a su vez en la arquitectura, satlántico, haciendo innecesario un pro- especialmente en la obra de Dudok y de longado estudio especializado de las Mies van der Rohe y en el constructivis- técnicas y materiales respectivos, en la mo ruso. Con ese esfuerzo conjunto de creencia de que, si algo se proyecta para arquitectos, escultores y pintores se eli- que responda a sus fines peculiares, minan, a partir de los años 20, todos los podrá parecer bello por sí mismo. Se vestigios del historicismo. intentaba demostrar que el arte y la inge- Otro artista neoplástico del movimiento niería no necesitaban seguir divorciados ÇDe StijlÈ, Gerrit Rietveld, ebanista de entre sí, estimulando a los aprendices a profesión, proyecta y realiza una silla for- que pusieran en juego su imaginación; y mada también por listones y superficies que la regeneración de la arquitectura se planas pintadas con los colores primarios, debía conseguir por un contacto más cer- que no busca la funcionalidad, sino el dise- cano con las otras artes. ño, dando un papel preponderante al factor J. J. P. Oud, en su manifiesto Sobre la estético. En base a ese diseño, su amigo arquitectura del futuro (1921), dice que Schröder, en 1924, le pide que le construya Çuna arquitectura creada por sí misma es su casa en Utrecht, con los mismos presu- al fin posible; las otras artes no son ya puestos de diseño básico abstracto. subordinadas, sino que trabajan orgáni- La influencia de este hecho en Walter camente con ellaÈ: éste es el espíritu de la Gropius es importante, porque le lleva a Bauhaus, el ideal de una completa fusión intentar trasladar, en la Bauhaus, la teoría de la escultura abstracta, la pintura abs- del diseño de muebles –que se amplía a tracta y la tecnología de la construcción. otros materiales, como los tubos de ace- La interacción es mutua: Kandinsky se roÐ a la organización del espacio urbano, inspira en las estructuras de edificios, labor que continuaría fundamentalmente Mondrian pinta cierto número de cuadros Marcel Breuer. titulados ÇFachadaÈ y Malevitch pinta

20 masas rectangulares abstractas tituladas las grandes superficies acristaladas con ÇArquitectónicas». otras revocadas en blanco. A su vez, así como las formas angulo- Se incorporan M. Breuer y H. Meyer, sas de la nueva arquitectura se relacionan que sucederá a Gropius tras su dimisión con el cubismo y con el neoplasticismo, en 1928. En 1930 sería nombrado direc- sus formas estructurales provienen del tor L. Mies van der Rohe, quien inclinaría constructivismo y sus formas sinuosas la balanza a favor de la arquitectura, la dinámicas del expresionismo. construcción y lo industrial en el conflic- La arquitectura y el arte abstracto se to que se había venido gestando en años han influenciado recíprocamente. anteriores con respecto a los ejercicios de Le Corbusier será el arquitecto-pintor- creación artística libre y las investigacio- escultor por antonomasia que, buscando nes sobre el color y la forma que defen- la pureza geométrica y la abstracción, eli- dían los pintores Kandinsky y Klee. En mina el ornamento e intenta conjugar las 1932 era clausurada la Bauhaus por el posibilidades que ofrece la tecnología, en nacional-socialismo, bajo la acusación de sintonía con los ideales de la Bauhaus ser un centro bolchevique y marxista. –aunque realmente no formó parte de Todavía intentó sobrevivir durante un ellaÐ que buscan reunir las diversas for- año, en Berlín. mas de expresión artística en una obra de Durante sus años de existencia, como arte total. dice S. Marchán Fiz en Las vanguardias La Bauhaus, en su segundo período, se en las artes y la arquitectura (1900- continúa en Dessau desde 1925, donde, 1930): «la Bauhaus se había convertido, además de las artes de caballete, comien- con razón o sin ella, en el sismógrafo del za por investigar e intentar la comerciali- acontecer artístico internacional y en el zación de prototipos y productos de paradigma de la nueva academia moder- diseño para la industria. Desaparecen los naÈ. Durante un tiempo consiguió la talleres de pintura al vidrio, el de escultu- ansiada unión de las artes, la artesanía y ra y el de cerámica, más vinculados a la la industria, bajo las alas de una buena artesanía de la época anterior; se mantie- arquitectura. En 1997 fue declarada Patri- nen otros como el de teatro, el de tejidos, monio de la Humanidad. el de metal, el de imprenta, aunque recon- Otro ejemplo a considerar, que nace virtiéndolo a taller de tipografía y publi- para promocionar una adecuada y fructífe- cidad, el de pintura mural reconvertido a ra integración de las tres artes figurativas, producción de papeles pintados, el de lo tenemos en la Ciudad Universitaria de mobiliario, que pasa de los diseños en Caracas, proyectada en 1952 por el arqui- madera a los de tubo de acero. Y aparecen tecto venezolano Carlos Raúl Villanueva. otros nuevos, como el de fotografía y el Precisamente en la zona de Rectorado, de construcción, que desarrolla la arqui- Paraninfo, Biblioteca y Plaza Cubierta, tectura proyectada a base de volúmenes Villanueva se propone realizar lo que vino que articulan espacialmente los cubos y a denominar como la Síntesis de las Artes, rectángulos con las superficies de colores integrando en su proyecto un conjunto elementales en el interior al modo neo- selecto de obras de arte Ðpintura, mosai- plasticista, siempre huyendo de cualquier cos, esculturasÐ realizadas por diversos simetría, y contrastando en los exteriores artistas nacionales y extranjeros para

21 aquellos lugares convenientemente elegi- tanto del diseño arquitectónico, como de dos. las creaciones pictóricas y escultóricas. El proyecto de la Síntesis de las Artes Fue necesario un complejo proceso de (inaugurado en 1954) obligaba al gobierno retroalimentación (o Feed-back) en el que a destinar elevadas partidas presupuesta- la arquitectura se proyectaba para alber- rias destinadas a encargar y adquirir estas gar una estatua o un mural, a la vez que obras. Recordemos que entre muchos los pintores y escultores ajustaban sus otros, participaron en el proyecto de la creaciones para integrarlas de forma ade- Ciudad Universitaria, Jean Arp, André cuada. Según Villanueva, el pintor, el Bloc, Alexander Calder, Fernand Léger, escultor y el arquitecto Çen el fondo, los Baltasar Lobo o Víctor Vasarely. tres tocan la misma música». El resultado final es algo único, ya que Qué buen ejemplo a seguir en contraste las obras se integran a la perfección con con tantas experiencias recientes, en las los espacios arquitectónicos y con los que se ÇadornanÈ espacios urbanos con recintos exteriores que comunican entre esculturas inadecuadas por su escala o sí los distintos edificios. De especial inte- tema, ajenas por completo a las referen- rés es el proyecto del Paraninfo, en el que cias arquitectónicas de los edificios que Alexander Calder interviene decisiva- las rodean, o del mismo diseño urbano. mente con sus Nubes Acústicas, conju- Pienso que las Academias, que en defi- gando el movimiento, la luz, el color, la nitiva son lugares de reunión de personas forma y el sonido, en un mismo recinto en busca del diálogo y de la armonía, arquitectónico. Las Nubes Acústicas de siguen teniendo ese sentido de orienta- Calder trascienden la pura experiencia ción y de finalidad que muchas veces fal- estética formal del concepto de escultura, ta a los políticos, más pendientes de para protagonizar y personalizar activa- resolver problemas autogenerados en la mente el espacio arquitectónico y respon- propia administración, que de dar cauce a der a la triada vitrubiana: planteamientos artísticos integradores en Utilitas – modulando la acústica en un un clima cultural coherente. espacio auditorio (paraninfo). Bertrand Russell decía que Çgran parte Firmitas Ð considerando la materiali- de las dificultades por las que atraviesa dad, movilidad y el soporte físico condi- el mundo se deben a que los ignorantes cionado por el lugar y dimensión. están completamente seguros, y los inteli- Venustas – armonización de: forma- gentes llenos de dudasÈ. idea, color-luz, símbolo-significación. Algo se ama en la medida en que se El proyecto Síntesis de las Artes, en la conoce. ÇEl amor es el ojo, y amar es Universidad Central de Venezuela, actual- verÈ, decía ya en la Edad Media Ricardo mente Patrimonio de la Humanidad, nos de San Víctor. Pero si los cargos y encar- muestra un camino correcto a seguir. gos culturales se otorgaran preferente- Habría que resaltar que la Síntesis de mente en función de dependencias las Artes es un proyecto unitario. No es políticas, o de otras afinidades que garan- que Villanueva proyectase su arquitectu- ticen docilidad pero no idoneidad, difícil- ra, para luego venir los pintores y esculto- mente recibirían las bellas artes el trato y res a insertar sus obras. Se trataba, por el la atención que se merecen. contrario, de lograr una síntesis fructífe- Por eso es tan necesario que las Aca- ra, desde los inicios del proceso creativo, demias, y en concreto las de Bellas Artes,

22 Iglesia de Notre Dame du Haut, por Le Corbusier. Ronchamps (Alta Saône). aumenten su protagonismo como entida- conseguir ÇinstalacionesÈ y efectos que des consultoras de la administración del se diferencien de la llamada belleza natu- Estado, función que resulta de notable ral convencional; se trata de crear algo trascendencia en las circunstancias actua- nuevo, algo original, algo que cause una les, cuando van apareciendo, junto con impresión mayor, y, a ser posible, una algunos aciertos en la integración de las auténtica provocación. artes como el monasterio de Aránzazu o Dice Gombrich, en la obra antes citada, el Peine de los Vientos en San Sebastián, que Çtras las dudas y tanteos del s. XIX, otras experiencias y ejemplos absoluta- los arquitectos modernos han encontrado mente reprobables, que sólo se entienden una base sólida. Saben qué es lo que tie- desde la ignorancia de quienes aprueban nen que hacer, y el público ha empezado y el afán de protagonismo de quienes a aceptar sus obras como algo natural. intervienen o proyectan, sustituyendo el En pintura y escultura la crisis no ha genio por el ingenio y la creación artística superado aún el momento más peligroso. por la ocurrencia. Pese a algunos experimentos esperanza- No hay que olvidar que, desde la apari- dores, aún queda una infortunada grieta ción de las vanguardias históricas antes entre lo que se llama artes aplicadas o citadas, e incluso antes, el Arte se ha comerciales, que comprenden objetos de separado de la Belleza. Crear belleza es uso diario, y el arte puro de las exposi- sólo una de las muchas posibilidades que ciones y galerías, que tantos encuentran tiene hoy el artista: otras son la necesidad tan difícil de entender». de proponer, sorprender e impactar, reali- En lo que se refiere a la arquitectura, zar lo insólito soslayando lo vulgar y Carlos Ferrater, en su discurso de ingreso

23 en la Real Academia Catalana de Bellas y artístico a la administración y, en defini- Artes de San Jorge, celebrado el 21 de tiva, a la sociedad, proponiendo modelos junio de 2001, titulado Ornamento y y ayudándola a discernir; constituyendo, transversalidad, dice: en definitiva, un grupo especialmente pre- ÇEl ornamento siempre ha sido motivo parado para distinguir cuándo dentro de de controversia y cíclicamente ha ido un determinado sistema formal se ha apareciendo y reapareciendo en el pano- alcanzado un mayor grado de maestría. rama del debate cultural arquitectónico, Se trata de una tarea de notable impor- en los diferentes momentos de la historia tancia para evitar que la sociedad pueda moderna y siempre de manera apasiona- caer en la indiferencia (el Çtodo valeÈ) da, en la que defensores y detractores ante lo que se muestra, o en el recurso han convertido el uso o la ausencia de la habitual de dar el manoseado calificativo ornamentación, no solo en una conside- de ÇreferenteÈ a cualquier nueva actua- ración estética, sino en una cuestión ción u obra generalmente desprovista de ideológica o ética hasta llegar a conver- función orientadora. tirlo en ocasiones en dogma. En cualquier caso, como opina Miquel En cuanto a la transversalidad entre las artes, la posibilidad de interacción o Navarro –uno de los escultores españoles integración entre ellas, el cruce de las di- más innovadores y con más personalidad ferentes disciplinas en el quehacer arqui- de la segunda mitad del siglo XXÐ, Çlo tectónico, ha sido el tema recurrente y en que es inadmisible es que la gente que no la actualidad, los principales ideólogos y está preparada se ponga a hacer escultu- críticos de la arquitectura insisten en la ras. Es como si a mí, a estas alturas de la idea de que el mestizaje de las artes será vida, me da por querer levantar puentes. la base de las arquitecturas que se desa- Navarro concluye afirmando que Çen rrollarán en los próximos años». estos tiempos que corren, donde todo el mundo está acelerado, se debería impo- Algunas experiencias se vienen ya rea- ner la reflexión antes de ejecutar una lizando en el tratamiento de la piel de los obraÈ. edificios, como la fachada del Instituto Rudolf Arnheim, en sus Considera- del Mundo Arabe, en París, y las Galerías ciones sobre la educación artística, insiste Lafayette, en Berlín, de Jean Nouvel, los en que Çver es pensar y pensar es verÈ. serigrafiados de los vidrios en la arqui- El arte, todas las artes, deben recupe- tectura de Herzog y de De Meuron, o el rar la función de embellecer la auténtica movimiento volumétrico-escultórico y e integral existencia humana, y parece tectónico de las fachadas del Museo que ya hay síntomas de ello. El progra- Guggenheim, de Frank Gehry, en Bilbao. ma de las vanguardias, y el antihumanis- Se vuelven a incorporar las formas sim- mo inherente a ellas, hace tiempo que bólicas globales, la analogía y la imagen agoniza. en esta nueva era de la comunicación La belleza está en las formas y todo lo visual. hermoso embelesa, sugiere mundos de En ese contexto se debe valorar tam- fantasía y abstracción. José Jiménez bién la función orientadora de las Lozano, Premio Cervantes de Literatura Academias que, como herederas Ðen 2002, explica que el disfrute íntimo de definitivaÐ del modelo florentino, ofre- esta belleza de lo realmente artístico, es cen generosamente su potencial cultural un elemento más para combatir la deshu-

24 El peine de los vientos, por Eduardo Chillida. San Sebastián. manización de nuestras vidas. Decía en necesaria al hombre incluso para su una reciente conferencia que Çen las supervivencia en cuanto talÈ. actuales circunstancias culturales, ese Seguimos estando a tiempo de apreciar patrimonio y su exhibición en los museos el esplendor de la belleza y su llamada a cumple un papel de restauración de lo lo trascendente, aunque tengamos que que en cada uno de nosotros destruyen decir con San Agustín en sus «Confe- cada día las imágenes banales o mons- sionesÈ: ÇÁTarde te amé, belleza tan anti- truosas que recibimos. La belleza es gua y tan nueva, tarde te amé!».

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VALLADOLID SUBTERRÁNEO: ÇLAS ESGUEVASÈ Nicolás García Tapia

Hay un Valladolid desconocido por de- La historia es muy útil cuando se sacan bajo del suelo que pisamos. Este Vallado- conclusiones válidas que pueden ser tras- lid subterráneo, oculto para la mayoría de ladadas a otro contexto. Se han examina- los habitantes de la ciudad, reviste a veces do para el proyecto de soterramiento del un interés considerable. En unos casos, se futuro ferrocarril muchos condicionantes, trata de restos arqueológicos que nos ha- sobre todo los económicos. La solución blan del origen y de la historia de la villa; tomada, que no vamos a discutir aquí, se en otros, son obras de ingeniería y de in- ha hecho después de varios estudios téc- fraestructura urbana, túneles, desagües, nicos, económicos, sociales, políticos, canalizaciones eléctricas, abastecimiento medioambientales, etc., pero, al menos de aguas, etc., sin las cuales los vallisole- que sepamos, no se ha tenido en cuenta la tanos no podrían susbsistir: Es el Vallado- historia, ni las lecciones que otras obras lid subterráneo o soterrado. del pasado, de envergadura similar para la Precisamente, soterramiento es la pa- ciudad, han podido deparar para ser apli- labra que se ha adoptado recientemente cadas a la nueva situación urbana que el para designar el proyecto de túnel de fe- soterramiento del ferrocarril va a dejar en rrocarril que ha de sustituir a las actuales la ciudad. vías de superficie que atraviesan la ciu- Entre todas las obras de soterramiento dad de Valladolid. Soterrar es enterrar al- urbano hay una que, por su envergadura y go o ponerlo bajo tierra, y eso es lo que por la semejanza con el futuro proyecto se hizo con gran parte de los primitivos de la ciudad, conviene resaltar: se trata de brazos del Esgueva a mediados del siglo la obra del abovedamiento y cubrimiento XIX, aunque el vocablo que entonces se del Esgueva. La Çcubierta de las esgue- utilizó fue el de «cubiertaÈ o Çcubri- vas» (como se decía antes) tenía por mi- mientoÈ. Ambas obras, la pasada del si- sión, más que facilitar la comunicación glo XIX y la futura del XXI, tienen va- entre las partes en que dividía el río la rios elementos en común: una frontera ciudad (pues existían numerosos puentes que dividía la ciudad (el río en un caso, la que salvaban el inconveniente), la de rea- vía en otro) iba a ser puesta bajo tierra: se lizar una importante labor de saneamien- iba a ÇsoterrarÈ. to ya que, cada uno de los brazos del Es-

27 gueva, cumplía la poco grata función de 16 de noviembre de 1848, cuando el servir de vertedero de las inmundicias Ayuntamiento vallisoletano toma, des- que se arrojaban a sus aguas. De ahí cree- pués de una amplia discusión, la siguien- mos que proviene el nombre de Çesgue- te decisión: vaÈ (en femenino) que en la Edad Media ÇQue se cubra, si es posible, el ramal era equivalente a un canal o curso natural interior del río Esgueva, desde el puente empleado como cloaca. El ejemplo de las llamado de Esgueva al de San BenitoÈ3. cercanas ÇesguevasÈ de Burgos, creadas Este era el tramo más sujeto a lo que se en época medieval por San Lesmes para denominaban «emanaciones pestíferas de este fin, parece avalar el hecho de que los las esguevas y miasmas fétidos» que eran repobladores de Valladolid dieron a los foco de continuas infecciones, como bien brazos de Çlas esguevasÈ este nombre, sabían los médicos de Valladolid. La di- precisamente por el uso que hicieron de rección de la obra se encomendó al arqui- ellas1. tecto municipal Epifanio Martínez de Ve- En todo caso, el crecimiento de la ciu- lasco y se comenzó por la calle de Portu- dad, con el aumento consiguiente de los galete, lo que según el regimiento valliso- deshechos urbanos, hizo que disminuyese letano Çiba a contribuir a la obra de sun- la capacidad de arrastre de sus aguas y tuosidad del edificio de la CatedralÈ, aumentase la concentración de contami- valorando Çla gran plazuela que iba a nantes, con los problemas de olores y sa- quedar en el sitioÈ, sobre todo si se elimi- lubridad puestos de manifiesto en varias naban o cambiaban de sitio los lavaderos epidemias a lo largo de los siglos y el re- que allí existían. Precisamente lo que se flejo de duros testimonios de los visitan- llamaba el «ornato público» junto con la tes de Valladolid hacia los brazos del río «salubridad» son las razones que más afluente del Pisuerga. Varios intentos para preocuparon a los regidores vallisoleta- solucionar el problema, incluso un trasva- nos, quienes decidieron además consultar se con bombeo Pisuerga-Esgueva en el si- con el Cuerpo de Ingenieros Civiles y con glo XVII, fracasaron rotundamente. Fue la Real Academia de Nobles Artes de la en el siglo XIX cuando se afrontó la solu- Purísima Concepción ya que, como di- ción a este problema. cen, «en dicha clase de obras deberá es- Sólo haremos un breve resumen de las tarse a lo más seguro, aunque sea lo más obras de cubrimiento de las esguevas, te- costosoÈ. Seguridad, pues, por encima niendo en cuenta que esta construcción del coste es lo que se antepone en la obra, subterránea ha sido tratada ya sobre todo aunque no se olvidan las cuestiones eco- por María Antonia Virgili2 y se está ha- nómicas. ciendo un estudio histórico e hidráulico Hay, pues, otra razón que entra en jue- del conjunto por el ingeniero Carlos Do- go: la financiación de las obras que, ya mínguez. desde el inicio, están previstas en función Puede situarse el inicio del proyecto de de la venta de los terrenos liberados por el las obras de saneamiento del Esgueva el cubrimiento del Esgueva. Así, el 22 de

1 Nicolás GARCêA TAPIA, Técnica y poder en Castilla durante los siglos XVI y XVII, Salamanca, 1989 2 M.» Antonia VIRGILI BLANQUET, Desarrollo urbanístico y arquitectónico de Valladolid (1851-1936). Ayuntamiento de Valladolid, 1979. 3 Libros de Acuerdos del Ayuntamiento de Valladolid (LAAV), 16 de noviembre de 1848.

28 enero de 1849 se establecen los tramos cientes del pequeño sacrificio a que este preferentes a cubrir de forma inmediata, pensamiento pudiera comprometerÈ5. que son el trozo intermedio entre los Valladolid entraba así en las ciudades puentes de las Carnicerías y los Gallegos, modernas con servicios de alcantarillado el situado entre el puente de Platerías y el adecuado que permitía un nuevo concep- Val y cincuenta varas al lado opuesto de to de higiene personal, de acuerdo con los este último puente. La razón de esta pre- adelantos técnicos del siglo XIX, con la ferencia es «la que siendo mucho más generalización del retrete y del inodoro apreciados la situación de estos terrenos inventado por el inglés Bramah. Grandes serán más pronto enajenados e indemni- ciudades como Londres, París y , zado este Ayuntamiento de los gastos de habían iniciado ya las obras de alcantari- las obrasÈ4. llado general. Pero no todo el mundo es- Al mismo tiempo se hacen las alinea- taba de acuerdo: Un concejal vallisoleta- ciones de las calles adyacentes al cubri- no se opuso a la obra del saneamiento de miento del Esgueva, dando directrices so- las esguevas con estas palabras: bre las anchuras mínimas de calles, según Ç...basta observar el aire mefístico que las normas del arquitecto municipal Epi- se registra en las casas particulares donde fanio Martínez de Velasco. A medida que hay [retretes] y de lo cual es testigo el avanza el abovedamiento, se van hacien- pueblo de Madrid, donde los olores lle- do alcantarillas principales y secundarias gan hasta las bodegas y corrompen los vi- que convergen al Esgueva ya soterrado, lo nosÈ6. que indica que otra de las funciones de Pero las obras siguen adelante y el 6 de esta obra es la de receptora de aguas de abril se hace un concurso para el proyecto lluvia y también de las aguas sucias de las de alcantarilla de la calle de Platerías con casas, recomendando a los vecinos que un premio de 2.000 reales para el gana- tengan un cuarto adecuado y limpio para dor, que resultó ser el arquitecto Antonio hacer sus necesidades, conectado a la red Iturralde. El jurado estaba compuesto por de alcantarillado. Se trataba de eliminar los ingenieros jefes de los respectivos dis- los molestos lanzamientos de agua sucia tritos militar y civil y por un académico por las ventanas a la calle, al grito de de la Real Academia de Bellas Artes, don Áagua va! Todo esto se resume en el si- José Fernández Sierra7. guiente párrafo que registran las actas Algunos puentes del Esgueva se conser- municipales: varon, como el de Platerías, incluidas las ÇEl desahogo y limpieza interior de las bóvedas adyacentes que servían de aloja- casas, el aumento de las condiciones sani- miento a unas antiguas aceñas medievales, tarias, tanto de las habitaciones como de que formaban un conjunto con el edificio la población y la satisfacción de esta ne- correspondiente de la calle. Se ha conse- cesidad de cultura, tan urgente, de un guido salvar el puente, pero desgraciada- pueblo que tan legítimas aspiraciones al- mente no las estructuras molinares, des- canza, son compensaciones más que sufi- truidas recientemente. Otros puentes hubo

4 LAAV, 22 de enero de 1849. 5 Idem, 20 de julio de 1849. 6 Idem, 9 de enero de 1854. 7 Idem, 6 de abril de 1854.

29 que derribar ya en el siglo XIX por su mal de la comisión y resultó acordado afirma- estado o porque estorbaban el correcto tivamente, añadiendo que para prevenir fluir de las aguas. Pero se tuvo cuidado en todas las eventualidades con motivo de conservar las partes más significativas, co- las avenidas de los ríos Pisuerga y Esgue- mo se hizo con el puente del Val donde ha- va, se dirija el expediente a la Academia bía dos pedestales con la inscripción del de Bellas Artes rogándola se sirva emitir nivel de las crecidas más importantes. Se su dictamen acerca de si las dimensiones tuvo cuidado de adosarlos a la bóveda para del cauce cubierto pueden satisfacer o no que la posteridad pudiese conocer los da- todas las referidas eventualidades con lo tos históricos del nivel del Esgueva en sus demás que se le ofrezca en la parte facul- diferentes riadas8. tativa del proyectoÈ10. Las obras del cubrimiento de este tra- La Real Academia informó favorable- mo del brazo norte del Esgueva se dieron mente al proyecto del arquitecto munici- por concluidas a finales de 1854, y el 2 de pal y poco después se aprobó definitiva- enero del año siguiente se comprobó el mente el comienzo de las obras11. La co- perfecto funcionamiento del sistema hi- laboración de la Real Academia se consi- dráulico, pues la crecida de ese día no lle- deraba hasta tal punto necesaria para es- gó a inundar las calles, causando muy es- tos temas, que el 22 de enero de 1858 se casos daños en las obras de las cubiertas firmó una declaración de confraternidad que resistieron bien la presión de las entre el Ayuntamiento y la Academia12. aguas9. El éxito de esta realización, ani- La financiación de las obras fue un ca- mó al Ayuntamiento a pensar en acome- pítulo importante, dado que el cubrimien- ter las obras del llamado brazo exterior o to del brazo sur era más costoso y com- sur del Esgueva. plejo que el del norte. Para ello se proyec- El 19 de diciembre de 1856 el Ayunta- tó ceder al contratista los terrenos libera- miento se propuso cubrir el llamado bra- dos del cubrimiento para dedicarlo a nue- zo derecho o sur, consultando de nuevo a vas edificaciones. El 7 de marzo de 1862 la Real Academia de Bellas de Valladolid, surgió la idea de hacer un gran bulevar en pues existían dificultades técnicas en re- el Rastro, lo que será después la calle de lación con el comportamiento hidrológi- Miguel Iscar. Para ello se dieron normas co del Esgueva en su desembocadura con al constructor, el cual «se sujetará a guar- el Pisuerga; en caso de crecida de éste, el dar la misma altura en todos los edificios reflujo del nivel podría afectar a la futura que den hacia el bulevar o nueva calle [...] estructura cubierta del brazo del Esgueva. aumentando con las edificaciones la ri- La consulta se hizo en los siguientes tér- queza de la población, su comodidad y minos: ornatoÈ13. La aprobación fue unánime por Ç... En seguida se puso a votación si se el Ayuntamiento vallisoletano. También aprobaba en todas sus partes el dictamen se discutió la alineación de la nueva calle

8 Idem, 3 de junio de 1850. 9 Idem, 2 de enero de 1855. 10 Idem, 19 de diciembre de 1856. 11 Idem, 12 de enero de 1857. 12 Idem, 22 de enero de 1858. 13 Idem, 7 de marzo de 1862

30 para que sea recta y sin ángulos y que el 17 de abril de 1871, el Ayuntamiento ex- arco de Santiago no se vea de costado. presó su disgusto con el arquitecto muni- Esta última condición no será posible y cipal, don Antonio Ortiz de Urbina, por terminará derribándose este arco por no haber entendido en la obra hasta el úl- acuerdo del 20 de junio de 186414. Otra timo momento y se le obligó a vigilar su víctima del cubrimiento, esta vez en el construcción «sin consentir la intromi- brazo Norte, fue la iglesia del Val que se sión de ninguna otra persona, aunque se derribó en 1870 para regular el espacio y halle adornada, a falta de caudal científi- hacer un mercado15. co, con un optimismo laudable, pero que Durante varios años se hicieron obras puede ser fatal para la administración»18. en el brazo derecho, incluso con la parti- Es el eterno problema del intrusismo pro- cipación de presidiarios, tanto para el en- fesional, que se manifestó crudamente en cauzamiento como para la realización del relación con los arquitectos en el siglo cubrimiento del tramo del Rastro, zona XIX. Los defectos de este tramo de cubri- esta última especialmente difícil. miento del Esgueva, ahora bajo la calle Se conocía que en una de las casas del Miguel Iscar, a pesar de las sucesivas re- Rastro había vivido Cervantes, y el Ayun- paraciones, los seguimos padeciendo to- tamiento mandó hacer averiguaciones, de- davía hoy. duciendo que se trataba del número 11 de Las obras en el campillo de San Andrés la calle del Rastro que se decidió conser- serán mucho más rápidas, con los planos var, separándola de la alineación de la fu- del arquitecto municipal Ruiz Sierra de tura calle y dejando un espacio delante16. 1873 y fueron terminadas en 1874. Las El 8 de enero de 1867 se hizo un nuevo obras de cubrimiento prosiguieron hasta fi- proyecto de ensanchamiento del puente nales de siglo, y entonces, aunque faltaban del Rastro y se acordó la demolición del aún tramos de las esguevas sin cubrir, se antiguo encauzamiento por el peligro que decide un nuevo plan de saneamiento inte- suponía para los ciudadanos el desliza- gral de la ciudad, con la desviación del Es- miento de las orillas del Esgueva. La obra gueva, proyecto del arquitecto Uhagón19. de abovedamiento resultó muy compleja Este plan de saneamiento funciona aún por las ruinas de molinos y edificios que en la actualidad y se ha completado hace substían en la zona17. poco con dos grandes túneles paralelos al Durante varios años se hicieron obras río Pisuerga que convergen cerca de Si- en el brazo derecho, tanto para el encau- mancas, donde vierten sus aguas, ya lim- zamiento como para el cubrimiento del pias, a este río. Es el nuevo Valladolid tramo del Rastro, zona esta última, como subterráneo. hemos dicho, especialmente difícil y en la Como vemos, Valladolid afrontó en el que se pusieron de manifiesto graves de- siglo XIX una de las obras más importan- fectos de construcción. En la sesión del tes de la ciudad, que sirvió para remo-

14 Idem, 20 de junio de 1864. 15 Idem, 12 de agosto de 1870. 16 Idem, 2 de mayo de 1862. 17 Idem, 8 de enero de 1867. 18 Idem, 15 de junio de 1873. 19 M.» Antonia VIRGILI BLANQUET, o. cit., p. 106.

31 delarla y renovarla, creando nuevas calles ¿Qué podemos inferir de todo esto para y plazas, espacios para modernos merca- el próximo soterramiento del ferrocarril dos, como el de Portugalete, el del Val y en Valladolid? Técnicamente disponemos el del Campillo, instalados en los terrenos ahora de más medios que en el siglo XIX. recuperados gracias al cubrimiento de las Las tuneladoras permiten con rapidez y esguevas y a la ordenación urbanística de eficacia perforar el suelo, por lo que la la zona. Su importancia es comparable a obra no tendrá seguramente la dificultad la de otra obra que se hizo simultánea- técnica de la cubierta de las esguevas. El mente y que ahora se quiere cubrir: la de esfuerzo económico, aunque nos parezca las vías del ferrocarril. El resultado, con ahora muy grande, es menor en relación todos sus defectos, fue positivo para Va- con lo que se acometió hace siglo y me- lladolid, aunque sólo sea considerando el dio, donde también se acudió a la venta saneamiento de la ciudad. Las esguevas del suelo liberado para la finaciación de cubiertas fueron el inicio de la actual red la obra, como se piensa hacer ahora con de alcantarillado y la modernidad de esta la gran operación especulativa de los te- obra es indudable. Técnicamente hubo al- rrenos liberados por los talleres ferrovia- gunos fracasos, como en la zona del Ras- rios. tro y se derribaron puentes, arcos y hasta Es indudable que el soterramiento del alguna iglesia que posiblemente podría ferrocarril será una obra de ingeniería haberse salvado. Sin embargo, se conser- fundamental en la ciudad, como lo fue el varon y se pusieron en valor unas zonas cubrimiento de las esguevas. Entre ambas que estaban degradadas y que ahoran son hay muchas semejanzas por lo que el es- el orgullo de la ciudad. tudio y conservación de este importante Ciertamente, podrían no haberse cu- testimonio del Valladolid subterráneo, bierto los brazos del Esgueva y hoy ten- puede servir de guía para lo que se hará driámos quizás unas calles con canales en con la nueva ciudad que va a surgir sobre el centro de la ciudad que, una vez lim- otra gran obra de ingeniería, la del ferro- pias, hubieran sido un nuevo atractivo ur- carril que, como el Esgueva, va a quedar banístico para Valladolid. Pero, hace siglo bajo tierra. Esperemos que no sea tam- y medio, no había otra solución posible. bién sepultado en el olvido.

32 QUEVEDO: EL HOMBRE A TRAVÉS DE LA OBRA Manuel Pérez Olea

I. QUEVEDO, no de ellos dio grandes facilidades para EL ÇMAL CONOCIDOÈ ello. Con rarísimas excepciones, siguie- ron al pie de la letra la consigna de Pas- Alexis Carrel, con su célebre L’homme, cal: le moi est haïssable y, si no odioso, cet inconnu, acuñó una fórmula, desgas- hablar de ellos mismos les es cuando me- tada hoy por su uso y abuso, que recogía nos de mal gusto. Ninguno o casi ninguno la frecuente paradoja de que seres y con- cayó en el «estúpido empeño de hablar de ceptos que damos por comunes y sabidos sí», como reprochara el autor de las Pro- resultan, en verdad, perfectos desconoci- vinciales a Montaigne. La era de las me- dos. Sobre ellos manejamos unas cuantas morias, autobiografías y recuerdos no na- ideas manoseadas de una generación a ce hasta mucho después, y llega al colmo otra y que nos dan la impresión de que te- con la autosuficiencia pedante de los ro- nemos un bagaje intelectual suficiente mánticos que pregonan el papel del poeta para llegar, a veces, a alardear de cono- como el iluminado con la mirada fija en cerlos a fondo, y así renunciar cómoda- los astros para conducir a la Humanidad, mente a estudiarlos con más profundidad. según pone A. de Vigny en boca de Chat- Ese desconocimiento, en lo que respec- terton. Apenas si recordamos, de Lope de ta a los seres humanos, es bastante común Vega, en particular por La Dorotea, sus con nuestros clásicos. Solemos acercar- amoríos y su cinismo ocasional («el vul- nos a su obra, generalmente mucho me- go es necio y, pues lo paga, es justo / ha- nos de lo que ésta merece, pero no nos blarle en necio para darle gustoÈ: axioma cuidamos de conocer a la persona que fielmente seguido por la televisión de hay detrás de ella, como si fuera una má- nuestros días); o también esa letrilla que quina impersonal y ausente. Si dejamos exasperaba a Unamuno: Çmanda amor en de lado la enumeración de las obras que su fatiga / que se sienta y no se diga; / pe- escribieron Ðo pintaron, o edificaronÐ, ro a mí más me contenta que se diga y no ¿qué podemos decir que sabemos real- se sienta»). Excepción, aquí también, es mente de Tirso de Molina, o de Calderón, Cervantes, el que más ha reflejado su inti- o de tantos otros nombres excelsos de midad y sus avatares vitales en su obra, y nuestra cultura? Ciertamente, casi ningu- por eso también es el más próximo a no-

33 sotros, eso que solemos llamar el más mente atribuidas al más elevado de nues- ÇhumanoÈ. Pero ello lo hace casi exclusi- tros ingenios. Por eso en Quevedo no se da vamente a través de Don Quijote, y al fi- el desconocimiento de su personalidad, si- nal no sabemos muy bien si es a Cervan- no la invención caracteriológica de alguien tes o al ingenioso hidalgo a quien esta- que nada tenía que ver con el original. Por mos tratando. Casi, casi, ocurre con él lo eso, también todo intento de acercarnos al que decía Eugenio d’Ors de Daniel de hombre Quevedo tiene que empezar inevi- Foe: que no estamos muy seguros de si tablemente con el desmantelamiento de fue un oscuro autor que escribió un libro aquella communis opinio tejida en torno de que todos conocemos, o un libro que na- él y que a veces se remonta a sus propios e die lee y que fue escrito por un famoso implacables enemigos en vida. autor llamado Robinson Crusoe. Para ello, lo mejor es acudir al puro da- Pero con Quevedo el caso es más grave: to estadístico. En la ya vieja edición de la gravedad que va del desconocer al cono- Astrana Marín de sus Obras completas en cer equivocadamente; del saber poco al prosa, de las 1.565 páginas que la inte- dar por buena una colección de errores y gran (¡sin contar las más de 300 de su prejuicios. También aquí el propio perso- Epistolario!) las que pudiéramos llamar naje tiene su parte de responsabilidad: co- propiamente festivas, sin más fin que la mo luego veremos, Quevedo era un ser in- diversión y la risa, ocupan exactamente trovertido, verosímilmente acomplejado, 115 páginas, y ello incluyendo dos obras receloso de su intimidad, con un acendra- que rebasan este carácter para entrar en la do pudor de sus sentimientos1,y cuando sátira social, con una proyección mucho nos los descubre, lo hace indirectamente, más honda: la Vida de la Corte y oficios ocultándolos siempre con una ironía dolo- entretenidos de ella (escrita en 1599, a rosa y burlesca, como si no quisiera que los 19 años), que es un cuadro costum- tomásemos en serio sus confesiones. Fren- brista de la realidad madrileña del mo- te a este hombre dolorido y sensible, toda- mento, a lo Mesonero Romanos, o, aún vía campea en la común opinión y también mejor, a lo Vélez de Guevara; y el Libro en mentes esclarecidas la imagen de un in- de todas las cosas y otras muchas más dividuo chocarrero y soez, de un ingenio (1627) que es una crítica feroz a las prác- basado en el chiste fácil y en el juego de ticas de una sociedad llena de supersticio- palabras atrevido, pero vulgar; y para rati- nes y entregada a la astrología, la quiro- ficarlo, corren aún de boca en boca toda mancia y toda clase de agüeros, desde clase de dichos, acciones y escritos que una perspectiva de escepticismo raciona- nunca dijo, hizo o escribió, y que son ge- lista harto infrecuente en aquellos días y neralmente burdas groserías inexplicable- cuyo modernismo es bien significativo2.

1 Había vacilado bastante en esta descripción psicológica de Quevedo, tan contrapuesta a la habitual, aun- que a ella me había conducido con razones cada vez más poderosas mi progresivo acercamiento al autor. Con gran alegría he encontrado, una vez pronunciada esta conferencia, que a idéntica conclusión llegó hace ya tiempo Francisco Ayala en ÇPara una semblanza de QuevedoÈ, Madrid, 1968, en donde, según lo resume Luisa López Grigera en su edición crítica de La hora de todos y la fortuna con seso, el autor «intenta descubrir la psicología profunda del autor a través de su obra, que paradójicamente se podría resumir en timidez y pudor» (Clásicos Cas- talia, núm. 67, pág. 10). 2 ÇTodas las rayas que vieres en las manos, Áoh curioso lector!, significan que la mano se dobla por la pal- ma y no por arriba, y que se dobla por las junturas (...) Y así, había de haber, si fuera verdad (como hay quiro- mánticos), nalguimánticos, y frontimánticos, y codimánticos, y pescuecimánticos, y piedimánticos».

34 De otra parte, si examinamos la cronolo- tros de don Miguel por vía materna y a gía de esas obras, vemos que la mayor ellos va dedicado el soneto). Don Miguel parte de ellas pertenecen a la juventud de se cree en la obligación de precisar: ÇPro- Quevedo y que todas Ðcon una sola ex- testo de que en el último verso no he que- cepción3Ð son anteriores a 1609. rido hacer un retruécano. El retruécano En la obra poética llegamos a resultados me parece la forma más baja del ingenio similares. Las poesías que Astrana clasifi- o, por mejor decir, la forma favorita de ca como propiamente burlescas ocupan los más bajos ingenios. Su afición a él es unas 60 páginas de un total de 830. Hay, una de las cosas que más me impide re- desde luego, muchas otras llenas de hu- conciliarme con el gran QuevedoÈ4. Me- mor, generalmente ácido, satíricas y cos- nos mal que no le regatea a don Francisco tumbristas sobre todo. Pero aquí ya Que- su condición de grande; pero como se de- vedo no es ese payaso que quiere hacer- duce, condena sin remisión la afición de nos reír a través de sus chanzas: en ellas, Quevedo a Çla forma favorita de los más si sabemos leerlas, encontraremos el men- bajos ingeniosÈ, sin pararse siquiera a saje personal de Quevedo, su reacción an- pensar que hay retruécanos y retruécanos te una sociedad que le resultaba delezna- y que no cabe condenar sin ser oído –en ble e hipócrita y que le pagaba a cambio este caso, leído–, con atención. Para em- con la más enconada hostilidad. Descubri- pezar, y como vemos ya que es usual con mos más la intimidad de Quevedo a través Quevedo, el juicio condenatorio recae ex- de esas obras que de sus biógrafos. Aun- clusivamente en un sector muy parcial de que por la pista falsa de su aparente intras- su obra: pocos retruécanos se hallarán no cendencia ingeniosa se hayan extraviado ya en sus obras ascéticas, políticas o in- en ocasiones mentalidades de las que ca- cluso en las crítico-literarias, sino en bía esperar mayor finura interpretativa. otras tan ÇdivertidasÈ como El Buscón, Porque esa imagen del Quevedo de Los Sueños o La Hora de Todos. Pero es chiste fácil y gracia gorda no es, por des- que, además, Quevedo, cuando hace uso gracia, exclusiva del Çvulgo necioÈ; ni lo no ya del retruécano, sino del chiste deci- es pensar que lo más importante y abun- didamente malo, casi nunca es por el puro dante de su obra radica ahí. Hace muchos deseo de hacer una gracia tonta. Un ejem- años me llamó la atención una nota de plo bastará para probarlo, y lo tomaremos Unamuno al pie de uno de su Rosario de de ese dramático romance escrito en ple- Sonetos Líricos, comentando el último de na madurez (1627, a los 46-47 años), que sus versos: «y así se me fraguó sangre de tanto Astrana como Blecua consideran JugoÈ (Jugo era el apellido de los ances- inequívocamente autobiográfico5 y que

3 La excepción es Cosas más corrientes de Madrid y que más se usan (1634) que es significativamente, por decirlo con expresión actual, un remake de la Vida de la Corte..., hecho treinta y cinco años después. 4 Ed. A. Aguado, Madrid, 1950, pág. 159. 5 Astrana: ÇEste romance, amargo y sombrío, aunque puesto en boca ajena, yo lo considero autobiográfico. Fabio es indudablemente el mismo QuevedoÈ (O.C., Verso, pág. 311); Blecua: ÇQuevedo es capaz de escribir... sobre lo divino y humano, comenzando por él mismo, burlándose con amargura hasta de su propia imagenÈ (y transcribe el romance en cuestión (Poesía original completa, Planeta, pág. XXVIII). No compartimos lo de «bur- lándose»: para nosotros, Quevedo nos está abriendo su más honda intimidad, pero rehuye la confesión peripatéti- ca y la encubre con su peculiar lenguaje para que solamente el que se acerque a él con ánimo de comprenderle lle- gue a penetrar en todo su sentido. Los demás, que se queden en la chanza superficial.

35 comienza: ÇParióme adrede mi madre...». nos muestra, pudorosamente desnuda, su En él hay cosas tan tremendas como: alma llena de amargura, esa amargura, ÇMurieron al fin mis padres; / Dios en el Çjugo sutil y exquisitoÈ, que extraía La Cielo los tenga / porque no vengan acá / y Rochefoucauld de la sabiduría, según Eu- a engrendrar más hijos venganÈ; o la pro- genio D’Ors, o ya al final de sus días ese pia situación del momento: el poeta Fabio mismo renunciamiento franciscano a las está cantando inútilmente «a los balcones falacias de la vida que apreciaban tan jus- y rejas / de Aminta, que aun de olvidarle / tamente Boschot, primero, y Girdlestone le han dicho que no se acuerda» (¿cabe y Einstein después, en las últimas obras más denigrante desdén?). Todo en ese ro- de Mozart. mance es gráfico y en manos de un ro- Todo ello nos incita a acercarnos más a mántico hubiera sido una elegía lamenta- ese hombre desconcertante que esconde y ble. Pero Quevedo no quiere escribir un a la vez desvela el inmenso atractivo de llanto patético, y en medio de esa confe- un espíritu genial y, por ello mismo, fácil- sión de desgracias («no hay camino que mente incomprendido. En una de sus últi- no yerre / ni juego donde no pierda / ni mas entrevistas, hasta un admirador y amigo que no me engañe / ni enemigo profundo conocedor de Quevedo, Jorge que no tengaÈ) entrevera otras que no por Luis Borges, decía cosas como ésta: ÇYo ciertas dejan de ser cómicas, ya en su ex- he admirado mucho a Quevedo, y lo ad- presión («Tal ventura desde entonces / me miro; pero, en cambio, Cervantes y Alon- dejaron los planetas / que puede servir de so Quijano6, que quiso ser Don Quijote y tinta / según ha sido de negraÈ), o en la si- lo fue alguna vez, éstos son amigos per- tuación («Aguarda hasta que yo pase / si sonales míos. Es otra cosa, una relación ha de caerse una tejaÈ), y para aliviar la de amistad que no se establece con Que- tensión en otro caso excesiva, recurre al vedo. Nadie se siente amigo de Quevedo, juego de palabras aparentemente banal e pero usted puede admirarloÈ. Retendre- indigno de su genio, pero empleado exac- mos estas palabras para más tarde. tamente en el momento y en la forma pre- cisas, agrandando con una risa fácil la tra- gedia del protagonista: «Bien sé que ape- II. QUEVEDO: nas soy algo / mas tú, de puro discreta, / UN ÇFUERA DE SERIEÈ viéndome con tantas faltas, / que estoy preñado sospechas», e igual el chiste ma- La primera sensación que sentimos al lo al que antes nos referíamos: Çy viendo encontrarnos frente a la vida y la obra de que mi desgracia / no dio lugar a que fue- Quevedo es la de hallarnos ante algo des- ra / como otros, tu pretendiente/ vine a ser comunal, fuera de toda norma, esto es, tu pretenmuelaÈ. A través de esa mueca enorme: por su existencia, por sus dotes que mueve a risa, como el payaso típico intelectuales, por el legado que nos dejó. que encubre su drama personal provocan- Él, más que nadie, merece el apodo de do la carcajada del espectador, Quevedo Çmonstruo de la NaturalezaÈ.

6 Obsérvese que también para Borges, Cervantes es inseparable de su creación; la fusión entre Don Quijo- te y su autor es completa, como señalábamos antes. Evidentemente se tiene que ser a la vez amigo de los dos. Na- die pretendería ser amigo de Persiles o de Segismunda. (La entrevista está parcialmente reproducida en el diario El Mundo de 13 de febrero de 2001).

36 Todos saben que en Alcalá adquirió una los mayores ingenios de su época, co- sólida formación humanística, que com- menzando con su tan admirado Justo Lip- pletó con sus estudios de Teología en Va- sio. No podemos detenernos en su biblio- lladolid, que conocía el latín, el griego, el teca de más de cinco mil volúmenes, o en hebreo, el francés, el italiano... Pero una su mesa con dos tornos para leer mientras cosa es ÇsaberÈ y otra es ÇmanejarÈ; bien comía o su «mesa con ruedas para estu- está traducir del italiano el Rómulo del diar en la camaÈ de que nos habla su so- marqués Malvezzi, o del francés la Intro- brino. Permítaseme tan sólo una observa- ducción a la Vida devota de Francisco de ción: Quevedo es el único, que yo sepa, Sales (aún no santificado), o del latín al- de todos nuestros clásicos, que conoce, a gunas de las Epístolas de Séneca en el más de la poesía petrarquista italiana, la más puro castellano; pero otra cosa es poesía francesa del siglo XVI y en con- «poner en español con consonantes», esto creto ese gran movimiento poético que es, en verso, la Doctrina de Epícteto, o fue la Pléyade. Así el famoso Soneto, de del mismo griego ser el traductor también fecha dudosa, ÇBuscas en Roma a Roma, en verso de Anacreonte «con paráfrasis y Áoh, peregrino!È, traducción directa del comentarios según el original griego más de Du Bellay ÇNouveau venu qui cher- corregido con declaración de lugares difi- ches Rome en Rome» y que aquí también cultososÈ, que en algunos lugares, según mejora, especialmente en el final, al ori- Astrana, Çsi bien con rima y en metro na- ginal7. También conocía a un poeta se- da semejante al original, aventaja en mu- cundario de la Pléyade, Remy Belleau, cho Quevedo al propio AnacreonteÈ; o cuya traducción de Anacreonte manejó y traducir del hebreo fragmentos del Can- del que tradujo, claro es que en verso, al- tar de Cantares con hallazgos tan moder- gunos Epigramas. Mucho más próximo a nos en su poético erotismo como: Ronsard se encuentra, por ejemplo, el ÇIdilioÈ dedicado a Casilina que a Ana- Mientras el Rey estuvo recostado creonte, que pudiera quizás ser fuente co- en mi blando regazo, tierno amante, mún; en cuando al Soneto «Que al más el aire en suavidad dejó bañado mi nardo, que mi Rey hizo flagrante; valeroso león puede hacer daño una sa- y el trascender de olor un haz tan breve bandija y beneficio otraÈ, está al menos al reclinarse en mí el Rey lo debe... parcialmente inspirado en la célebre Epístola de Clément Marot a su amigo Agréguese a ello su inmensa capacidad Lyon8. de lectura que le dotó de unos conoci- Todo lo anterior es, sin embargo, una mientos literarios absolutamente inigua- fracción insignificante de una vida que, lados y le permitió estar en contacto con hasta la caída del duque de Osuna, es de-

7 Hay opiniones diversas sobre las fuentes últimas de ambas obras. Blecua (op. cit., págs. 260-61) cita un epigrama del humanista polaco Sep Srainski, pero éste, publicado en 1608, no es verosímil que inspirase a Du Be- llay que murió en 1560, a menos que se trate (las coincidencias en los versos finales es absoluta) del mismo epi- grama latino anónimo recogido en una recopilación veneciana hacia 1544. Parece que Quevedo, tomando como modelo a Du Bellay, coincidió con este autor en utilizar a Propercio como fuente común de inspiración, por ejem- plo en la Roma antigua y moderna, silva que según Astrana es «una de sus mejores poesías». 8 Hay algo más que coincidencia fortuita entre el terceto: Çpor otra parte, aquel ratón, royendo / le quita la prisión que no ha podido / quitarse, muy león y muy horrendo» y el ratón de Marot que acude a «secourir le lion secourableÈ, al que dice: ÇTais-toi, lion lié; par moi seras maintenant delié...», etc.

37 cir, hasta los cuarenta y cinco años apro- tamente, por Francisco Rabal. La crítica ximadamente, está dedicada a la aventu- moderna, sin embargo, señala cómo El ra, a la intriga palaciega, a las lides de ca- Buscón es, precisamente, el punto de in- pa y espada... y a ir construyendo una de flexión capital en este género. Después las más grandiosas obras de la literatura del Lazarillo, del Guzmán de Alfarache o castellana, de cuyas dimensiones ya he- de La pícara Justina, publicados entre mos dado alguna referencia. Obra inmen- 1555 y 1605, El Buscón (1610-1625) Çsu- sa en cantidad como en calidad, de la que pone un nuevo enfoque: el aventurero incluso quienes la hemos dedicado tantas quevediano, irremediablemente prisione- horas estamos muy lejos de poder abar- ro de su picardía, es un ser marcado desde carla en toda su extensión y complejidad. su nacimiento por una abyección de la Con razón dice Blecua que Quevedo es que no puede escaparse (...). El libro es capaz de escribir sobre todo lo divino y lo una condena ejemplar del pícaro, sin re- humano: desde la glosa a la vida de San flexión edificante alguna que le acompa- Pablo La caída para levantarse o la De- ñe. A partir del Buscón, la novela picares- clamación de Jesucristo al Padre Eterno, ca española abandona su problemática a la Tasa de las hermanitas del pecar, es- particular: o es el relato de las aventuras crita por el Fiel de las Putas. Y en todas de un pícaro obcecado en su ruina moral, deja la impronta de su genio: por ejem- o no es sino una sucesión de aventuras plo, los Grandes anales de quince días es, más o menos graciosas en la que el héroe posiblemente, la primera obra española ya no es el pícaro, sino un hombre de bien de periodismo político. Detengámonos al que sirveÈ10. Salas Barbadillo y Vicente un momento, por su especial significado, Espinel serían los prototipos de cada una en su única novela que es, a la vez, la de esta dualidad. Lo cierto es que Queve- cumbre de la narrativa picaresca españo- do no siente la menor simpatía por su per- la. En principio, no es más que esto últi- sonaje, quien, al revés que el Lazarillo, mo: una novela picaresca más, aunque fracasa en todas sus empresas y acaba hu- sea la de más categoría literaria. Como yendo miserablemente a las Indias en tal, puede incluirse en la condena, tan donde, nos avisa su creador anunciando certera en lo genérico como injusta en es- una continuación que no llegó a escribir, te caso, que hace Marañón de esta clase «fuéme peor, como v.m. verá en la segun- de literatura9: el de ser Çla glorificación da parte, pues nunca mejora su estado ingeniosa de sus fechorías (del pícaro) y, quien muda solamente de lugar y no de por lo tanto, el arte de hacerlas simpáti- vida y costumbresÈ. Para Quevedo, su an- casÈ. Algo que sobrevive en nuestros tihéroe no es el personaje central de la no- días, como se demostró no hace mucho vela: lo es la sociedad española, cuya co- en la acogida popular que tuvo la serie te- rrupción y decadencia describe a través levisiva Juncal, historia de un pícaro de de las andanzas de Don Pablos, para al- hoy, espléndidamente interpretada, cier- zarse contra ella y censurarla con la mis-

9 En su Prólogo al Lazarillo de Tormes, col. Austral, núm. 156. Según este autor, en la novela picaresca aprendió «el gran Quevedo, ejemplo insigne de todas las excelsitudes del pensamiento, pero también de esa sec- ta... del literato ilustre que por serlo, se cree dispensado de las normas del respeto y de la medida socialesÈ. 10 Por todos, Maurice Molho, art. ÇRoman PicaresqueÈ en Encyclopaedia Universalis,vol. 14, pág. 672 y ss.

38 ma acritud y desesperanza con que lo hi- ¿quién podrá dudarlo? Excepcionales son zo, obsesionadamente, a lo largo de toda su formación, su cultura, su ingenio, su su vida. capacidad de trabajo, su vitalidad, sus co- Si pasamos ahora de la prosa a la poe- nocimientos. Un hombre así habría de sía, nos encontramos con la misma sensa- ser, por fuerza, un triunfador. Un triunfa- ción de desmesura inabarcable, de la que dor que bien podría tener como lema esa se conoce apenas lo de «érase un hombre Sentencia suya, de tanta actualidad: ÇEl a una nariz pegadoÈ o la Çmujer puntia- sabio dominará los astros». Y sin embar- guda con enaguasÈ (ÇSi eres campana, go... ¿dónde está el badajo?»). Más adelante nos referiremos a su poesía amorosa, y no insistiremos en los romances, letrillas, sá- III. EL PASIVO DE QUEVEDO tiras, jácaras e invectivas literarias porque solamente unos pocos ejemplos nos lleva- Y sin embargo, la trayectoria vital de ría todo el tiempo de que disponemos. Quevedo es la de un absoluto fracasado. Una vez más nos contentaremos con al- Lo veremos con detalle más adelante. Lo gún botón de muestra, extraído de la par- que aquí hemos de preguntarnos es cómo te de su poesía –la moral y religiosa– que fue posible ese desastre; qué fuerzas con- casi nadie cita: como el Soneto Çsobre es- trarias llegaron a contrarrestar tantos do- ta palabra que dijo Jesucristo en la Cruz: nes tan espléndidos. ÇTengo sedÈÈ, que empieza: Existen, por lo menos, cuatro funda- Dice que tiene sed siendo bebida, mentales: su extracción social; su falta de con voz de amor y de misterios llena; fortuna; su físico poco agraciado; y su ayer bebida se ofreció en la Cena, verbo maligno. Quevedo procedía de los hoy tiene sed de muerte quien es Vida. Gómez de Quevedo, de acrisolada hidal- guía cántabra. Todos sabemos que su pa- o el conmovedor soneto ÇA una iglesia dre, don Pedro Gómez de Quevedo, era muy pobre y escura con una lámpara de secretario de la reina Ana, cuarta esposa barroÈ, que termina: de Felipe II; y su madre, María de Santi- Crezcan en tu pobreza los raudales báñez, dama de honor de la infanta Clara que den alegre luz a Dios severo, Eugenia. Huérfano de padre con seis años y se verá en tu afecto cuánto vales. no cumplidos, Quevedo fue segundón de la familia hasta la muerte de su hermano Y todo ello Ðverso y prosaÐ escrito con mayor hacia 1593. La infancia de Queve- el dominio máximo de nuestro idioma, do no parece haber estado desprovista de que nadie conoció y manejó como Que- bienes materiales; pero podemos imagi- 11 vedo . Que era un Çfuera de serieÈ, nar lo que su existencia en la Corte pudo

11 Todavía en 1963, J. M. Cohen, en su Introducción a la traducción inglesa de los Sueños,reprochaba a Quevedo su Çexcesiva educación», su Çfalta de espíritu analítico» y «la desigualdad de su obra, en la que buena parte de su poesía y de su prosa es apresurada e imperfecta». El anónimo recensionista de la obra (en «The Times Literay Supplement» de 31 de mayo de ese año), replicaba, entre otras cosas: ÇQuevedo es uno de los más gran- des escritores españoles. Nadie supo utilizar los recursos del idioma como él; nadie ha podido como él decir tan- to en tan pocas palabrasÈ. Y con fina ironía, añadía: ÇEs lamentable que Quevedo no tuviese a su lado al Sr. Co- hen para que no gastara su tiempo leyendo tanta filosofía y teología y se dedicara, en cambio, a pulir su prosa y su poesía para alcanzar un nivel auténtico de modernidad».

39 influir en él desde niño: con los ojos muy ticia permanente de una clase social tan abiertos de su precoz inteligencia, podría soberbia como parásita. contemplar el mundo deleznable de intri- Falto de nobleza para codearse con los gas, bajezas, falsedades y traiciones de grandes, Quevedo estaba falto igualmente las que era espectador, sin poder nunca de ese fundamento universal de libertad pensar en llegar a ser actor por no perte- que ha sido siempre la riqueza. Sin duda necer a la gran nobleza. Se veía obligado ello constituyó una de las razones del a pagar reverencia y humildad a unos per- desprecio profundo que Quevedo sintió sonajes que se creían, por su alcurnia, de siempre por el dinero. Es una broma una raza superior, altivos y desdeñosos amarga la tan conocida Çes mi casa sola- con quienes no fueran sus semejantes, pe- riega / más solariega que otras; / pues, por ro de una incuria intelectual y moral que no tener tejados / la da el sol a todas ho- desmentía cruelmente esa falsa superiori- rasÈ; pero es lo cierto que cuando Queve- dad. Como un telón de fondo, esta socio- do acudió a tomar posesión de la casa in- logía cortesana está permanentemente fanzona en el lugar, hoy inhabitado, de presente en toda la obra política y moral Cereceda, en el valle cántabro de Toran- de Quevedo. De niño como de grande, zo, no quedaban sino las paredes. En Quevedo se sublevaba contra tanto privi- cuanto a los réditos del censo redimido legio sin razón, contra tanta soberbia igualmente heredado en la Torre de Juan desdeñosa hacia quienes, como él, no Abad, los primeros documentos del pleito pertenecían a esa casta injustamente do- entablado con esta villa datan de 1611 y minante. Muchos años después, ya a las siguió siendo fuente de conflictos incluso puertas de la muerte, Quevedo dedica su después de la transacción suscrita en ma- Vida de Marco Bruto, una de sus últimas yo de 1631. Si Çpoderoso caballero es y más elaboradas obras, a don Rodrigo don DineroÈ, don Francisco estuvo per- Díaz de Vivar, Duque del Infantado, y ya manentemente corto de él, incluso cuan- en la dedicatoria llena de deferencia y hu- do, como mano derecha del duque de mildad, se cree el autor en el deber de de- Osuna, hubo de manejar cuantiosas su- cir: «Señor, no presumo que vuecelencia mas para fines nada éticos (para dejar a leerá este libro; prométome lo recibirá». los Señores del Concejo «untados como Pues ni eso siquiera: la dedicatoria lleva carrosÈ), sin lucrarse cuando le hubiera fecha de 4 de agosto de 1644; y el 5 de ju- resultado tan fácil hacerlo. Y es que Que- nio del año siguiente –a tres meses de su vedo, más que despreciar, aborrecía el di- muerte– se queja el autor a su último ami- nero, como una de las causas primeras del go don Francisco de Oviedo de que, en triste estado de corrupción de la sociedad relación con un favor pedido, no esperaba en que había de desenvolverse. Tendre- del señor duque que hiciese con él «otra mos ocasión de volver sobre ello, pero no cosa que la que hizo cuando le dediqué el estará de más transcribir aquí lo que pone Marco Bruto y se le di: que aún no me di- en boca de los indios de Chile a un capi- jo que Dios me diese salud ni que la había tán holandés que les incita a traficar con leído». Astrana pone, con razón, en para- ellos: ÇLos cristianos dicen que el cielo lelo esta actitud con la del Duque de Bé- castigó a las Indias porque adoraban a los jar y Cervantes, treinta años atrás. Pero ídolos; y los indios decimos que el cielo Quevedo, de niño y de grande, hubo de ha de castigar a los cristianos porque ado- sufrir en lo más íntimo de su ser esa injus- ran a las Indias. Pensáis que lleváis oro y

40 plata y lleváis invidia de buen color y mi- ra los tres factores que llevamos enuncia- seria preciosaÈ. El oro de las Indias como dos –posición social subordinada, impe- elemento corruptor de la sociedad espa- cuniosidad, falta de atractivo físico– ñola para beneficio de esos ÇginovesesÈ comprenderemos enseguida que Quevedo que compraban a sus madres el amor de no tenía precisamente un atractivo pode- las españolas: nadie antes que nuestro au- roso sobre las damas de su entorno, y ya tor lo denunció con tanta energía y tanto veremos lo importante que para él era la fundamento12. mujer y el amor y lo mucho que una y Sin rango social, sin fortuna, Quevedo otro le hicieron padecer. estaba además íntimamente afectado por Pero si nuestro hombre no tenía culpa un físico poco agraciado. El espléndido en todo lo anterior, hay que reconocer que estudio psicológico que es su conocido su carácter y su manera de producirse en retrato, atribuido a Velázquez y que bien sociedad tampoco ayudaban mucho a su merece serlo, nos muestra una mirada lle- éxito. A partir, especialmente de la segun- na de inteligencia y una sonrisa mordaz, da mitad de su vida, cuando todas sus es- pero todo él revela una introversión mar- peranzas de medro político-social se vi- cada y un apenas disimulado escepticis- nieron abajo con la caída del duque de mo, bajo una frente poderosa propia de Osuna, pero ya antes también, Quevedo una mente excepcional. Sus facciones no fue un rebelde que, a partir de unas con- puede decirse que fueran particularmente vicciones morales profundas, vivió per- agraciadas, y menos con el defecto, grave manentemente a contracorriente de vali- en aquella época, de ser barbirrojo. A su dos y ministros, de la Corte y de la socie- fuerte miopía, fruto sin duda de sus mu- dad que le tocó vivir; y, por desgacia para chas lecturas tempranas, que corregía con él y para fortuna nuestra, manejaba como los lentes a los que dio su nombre, había nadie el idioma y tenía una lengua tan que agregar su estatura media y sus pies aguda como su pluma. Él sabía por expe- zambos que le hacía cojear de modo ridí- riencia, por activa y por pasiva, que Çno culo y aparatoso13. En una corte cruel y hay colmillo de jabalí que tal navajada dé deslenguada o en los cenáculos literarios como la plumaÈ, y se pasó la vida dando aún más feroces, entonces y siempre, las y recibiendo navajadas arteras. Astrana y burlas sobre su físico eran un cómodo re- Marín recoge doscientas cincuenta pági- fugio al que se acogían quienes no podían nas de apretada tipografía de lo que él lla- replicar a su ingenio y agudeza de otro ma ÇinvectivasÈ contra Quevedo y es ló- modo. Gómez de la Serna ha glosado con gico suponer que fueran muchas más las gracia el acierto con el que Ruiz de Alar- escritas y que desconocemos las verbales. cón –«hombre entre paréntesis» por su La primera de ellas es de Góngora y está doble jorobaÐ supo responder a la letrilla datada en 1603; una de las últimas (1639) que le dedica Quevedo con el cruel estri- es la de Fray Diego Niseno con ocasión billo de ÇCorcovillaÈ, respondiéndole de las honras fúnebres de Juan Pérez de con el de ÇPata-cojaÈ14. Si sumamos aho- Montalbán, y todavía en ella aparece la

12 La hora de todos y la fortuna con seso,cap. XXXVI. 13 Lo que hace aún más sorprendente y extraordinario el común aserto de haber sido un excelente espada- chín en su juventud. 14 Ramón Gómez de la Serna, Quevedo, Espasa-Calpe, Col. Austral, núm. 1171.

41 cojera de don Francisco15. Sean suficien- de Quevedo en todos esos años: la impla- tes como ejemplo de lo que se escribió cable decadencia de España y la penosa sobre Quevedo las ochenta páginas de situación social: ÇPerdieron su esfuerzo Luis Pacheco de Narváez en 163916 y aun pechos españoles / porque se sustentan de de éstas, baste con transcribir el título: El tronchos de coles... Familias sin pan y Tribunal de la Justa Venganza, erigido viudas sin tocas / esperan hambrientas, y contra los escritos de don Francisco de mudas sus bocas... Al labrador triste le Quevedo, maestro de errores, doctor en venden su arado / y os labran de hierro un desvergüenzas, licenciado en bufonerías, balcón sobrado...», etc. Igual pudiera ser bachiller en suciedades, catedrático de el motivo El Padre nuestro glosado, tam- vicios y proto-diablo entre los hombres. bién de 1639, una obra maestra de inge- La guerra literaria es cruenta en malig- nio al servicio de una poesía social avant nidades escritas o verbales, pero rara vez la lettre (ÇMira, rey, que ya tenemos / el trasciende a esferas mayores. Mucho más cordel a la garganta/, y que la opresión es caro le costó a don Francisco a lo largo de tanta / que aun quejarnos no podemos...È) su vida el uso de su lengua mordaz y su o alguna chanza como la famosa Ðun pluma Çnavajada de jabalí» en la esfera ejemplo más de Quevedo diciendo en política. Las biografías de Quevedo, a las broma algo que tenía lacerado su cora- que por obvias razones de tiempo hemos zón– dirigida al rey: ÇVuestra Majestad de remitirnos, son una sucesión de perse- es como el hoyo, que cuanta más tierra le cuciones, juicios, exilios, condenas y per- quitan, más grande le hacen», un chiste dones y casi todo ello obedece a esa sola quizás nacido del sentir popular antes que causa, salvo quizás en los primeros años del ingenio de Quevedo. Pero la prisión juveniles en los que no resulta fácil dis- de San Marcos merece que nos detenga- tinguir lo que fueron hechos reales y lo mos algo más, pues el motivo oficial fue, que es leyenda o simplemente calumnia. según el Conde-duque, de Çinfiel y ene- Naturalmente el cenit de esos episodios migo del gobierno y murmurador dél, y lo constituye la cruelísima prisión en San últimamente por confidente de Francia y Marcos, de diciembre de 1639 a junio de correspondiente de francesesÈ. Esta gra- 1643, cuando Quevedo era ya un anciano vísima acusación, jamás demostrada ni (para la época) de sesenta años. La moti- siquiera por indicios, le merece a un his- vación clásica de este encierro decretado toriador tan escrupuloso como Elliot al por Olivares y refrendado por el rey es el menos el beneficio de la duda, aún reco- famoso memorial a Felipe IV que co- nociendo que ni puede ni podrá verosí- mienza «católica, sacra y real majestadÈ milmente probarse jamás17. Más grave y en la que se refleja la obsesión trágica aún, Blecua lo acepta acríticamente, sin

15 Cierto es que Montalbán fue una de las bestias negras de Quevedo. Pocas críticas literarias a la vez tan certeramente crueles y tan regocijantes como la que hace de la canción al santuario de Montserrat de aquél, con- tenida en la Perinola al doctor Juan Pérez de Montalbán, graduado no se sabe dónde, en lo qué, ni se sabe ni él lo sabe (1632). 16 Famoso espadachín y maestro de esgrima, adversario acérrimo de Quevedo desde muchos años atrás. A la obra de Niseno achacan algunos cierto papel en la prisión de Quevedo a finales de ese año. 17 ÇQue el sinuoso, corrosivo y amargado Quevedo hubiera podido ver en la Francia de Luis XIII un posi- ble instrumento para derrocar a un valido tirano que estaba llevando a su país a la destrucción no es totalmente contrario a su carácter» (J. H. Elliot, The Count-Duke of Olivares,Yale University Press, 1988, pág. 558). Blecua cita al escrito anterior de este mismo autor, ÇNueva luz sobre la prisión de Quevedo y Adam de la ParraÈ, Boletín de la Real Academia de la Historia, 1972 (Blecua, op. cit., pág. XXV).

42 una sola reserva. Como reconoce el pro- IV. LA ÉTICA DE QUEVEDO pio Elliot, que Quevedo era enemigo del gobierno y murmuraba «dél», era cono- Quevedo era hombre profundamente cido de todos y no hay que demostrarlo. religioso, como hemos visto al hablar, si- Que era confidente de Francia y que, co- quiera muy de pasada, de su obra poética mo sugiere Elliot, auspiciara la venida y ascética. Lo que nos importa aquí es de Luis XIII y de quien había sido su comprobar que la religión de Quevedo bestia negra consuetudinaria, Richelieu, era una religión hondamente sentida, esto para poner fin a los males de España, es- es, informadora de su vida y asidero últi- tá tan lejos del pensamiento y de los mo en sus desgracias, y no una simple sentimientos de Quevedo, de su refle- fuente de inspiración literaria, como en xión sobre la decadencia de España y de tantos otros contemporáneos nos parece los remedios que proponía, antes y des- percibir. La confianza en Dios es su últi- pués de su prisión en San Marcos, que mo refugio, y así reprehende «la insolen- resulta absolutamente inverosímil. La cia de los que se atreven a preguntar a coletilla de «últimamente por confidente Dios las causas por que obra y deja de de Francia...È, etc. tiene todo el aspecto obrarÈ19. Pero es en sus Sentencias donde de una calumnia oficial para quitarse de más testimonios encontramos de esta en medio (con ánimo de dejarle morir en aceptación de la voluntad divina, espe- San Marcos, confesadamente por parte cialmente en la lucha contra el infortunio. de Olivares) a un enemigo particular- ÇPadecer en esta vida mortal es necesidad mente molesto, justificando con una fa- de nuestra naturaleza; pero padecer por el lacia de pura invención un crimen de Es- amor de Jesús, es el mayor bien que pue- tado de inaudita crueldad. ¿Desde cuán- de darnos la gracia en esta vida misera- do son creibles las explicaciones oficia- bleÈ. Cuando llegan los tristes años fina- les de las arbitrariedades del poder? Ca- les, a los que volveremos enseguida, los lumnia, que algo queda: tres siglos y dos baluartes en que ampara su extraordi- medio después de esa acusación (a la naria altura moral es la confianza en los que no siguió actuación alguna –y mu- designios de Dios y su ÐdiscutidoÐ senti- cho menos un juicioÐ que intentara si- do estoico de la vida. ÇEn las avenidas de quiera sacar pruebas a luz), uno de los Dios, el dejarse llevar del agua es la más mejores historiadores de ese momento segura navegación»; y, sobre todo: ÇNo histórico español duda si creerla o no18. hay espectáculo más digno de la atención Quevedo sigue pagando, hoy, el pecado divina que la lucha de un pecho generoso de su ingenio, de su audacia y de su in- con la adversidadÈ20. quebrantable honestidad frente a los po- Pero Quevedo parece deslindar en su líticos de su época. actitud vital lo que corresponde a la reli- gión y a la fe, como camino de salvación, y lo que corresponde a la ética personal, a

18 Más correcto parece afirmar, como hace el anónimo redactor de la entrada «QuevedoÈ en la Enciclope- dia Universal de la Cultura, Madrid, 1996, que Çparece ser que razones de Estado hicieron de Quevedo el chivo expiatorio» en una situación crítica en que todo se iba de las manos al otrora omnipotente Conde-Duque. 19 Soneto, ed. Blecua, pág. 133. 20 Sentencias, 1122, 1104 y 1176, ed. Astrana.

43 la postura del hombre que lucha contra el obedienciaÈ. ÇEl hombre o ha de ser invi- mal que corrompe a los hombres y a la dioso u invidiado, y los más lo son invi- sociedad, y a lo que consagra su denoda- diados y invidiosos, y al que no fuera in- do esfuerzo; lucha en la que la fe religio- vidioso, cuando no tenga otra cosa que le sa ocupa un lugar muy secundario, detrás invidien, le invidiarán el no serlo... El in- de unas convicciones morales profundas vidioso es adúltero de los bienes, pues de- de las que nunca abdicó y para las que no ja los propios por los ajenos»; y lo más busca una justificación en la fe y en todo grave es que Çninguno invidia en otro la lo que la acompaña. Durante algún tiem- virtud... invidian al virtuoso no la virtud, po traté de discernir, a partir de los escri- sino la alabanza que le dan, la paz de que tos del propio Quevedo, cuáles eran los goza, el crédito que tiene, el respeto que pilares básicos de esa solidez moral que le tienenÈ. le acompañó toda su vida y de forma Quevedo fue en vida evidente objeto de ejemplar en los últimos veinte años, hasta envidia y, pues lo reconoce, tampoco fue que caí en la cuenta de que él mismo los inmune a ella. La padeció, ciertamente, había formulado en una obra reveladora, de parte de sus cofrades literarios. Con a la que se ha prestado menos atención de más seguridad la vería en la Corte, y en lo que merece, y cuyo título es ya signifi- ese caso Çla invidia de Cortes se ha de cativo. Escrita hacia 1635, esto es, hacia vencer huyendoÈ. ÇSemejante al gusano los cincuenta y cinco años de su vida, la en roer a sordas, gusano en la bajeza, al Virtud militante contra las cuatro pestes fin animal de corrupción» (Sentencias, del mundo: invidia, ingratitud, soberbia y 882), ese disfraz de celo con que la envi- avaricia nos descubre la esencia última dia infecciona a la amistad anuncia ya lo de la moral quevediana, lo que son, para que La Rochefoucauld escribiría pocos él, los cuatro jinetes del Apocalipsis; y lustros después: que siempre hay algo en humildemente nos aclara desde la prime- la desgracia de los amigos que no nos ra página que «escribo de las cuatro pes- acaba de disgustar del todo. tes del mundo no como médico, sino co- La Çsegunda peste del mundoÈ es la in- mo enfermo que las ha padecidoÈ. La en- gratitud, y para Quevedo no es preciso ir vidia es la primera de las pestes, Çvientre muy lejos para demostrar que es una peste de los pecadosÈ, «enemigo doméstico esencial al ser humano: ¿qué mayor prue- (que) no bate los muros de la carne, no ba que su comportamiento para con Dios? conquista las fortificaciones de los miem- «Y no sólo lo es (la razón humana) y lo bros; sólo combate los alcázares del cora- fue como Criador, sino aún más ensan- zón y antes que las entrañas lo sientan, grentado y cruelmente como a RedentorÈ. captiva y lleva en prisión la misma alma»; Todo el drama grandioso de la Redención envidia que corrompe con disfraces arte- es, al final, la apoteosis de la ingratitud. ros lo más sagrado para Quevedo: la justi- Pero aquí Quevedo, aunque no lo diga, cia, la amistad, la fidelidad, la familia: tiene presente sin duda un ejemplo mucho ÇGrande invidia anda desconocida en los más próximo en el tiempo y a su persona: palacios con nombre de alabanza, con re- el triste fin del duque de Osuna, en quien bozo de respeto; en los tribunales, con puso en su día todas las esperanzas para la nombre de interpretación y de medio; gobernación de España y a quien se paga- mucha en los padres, con semblante de ron sus servicios con el deshonor y la cár- gobierno; mucha en los hijos en figura de cel, hasta morir en ella en 1624 Ðhechos

44 Don Francisco Quevedo, por Diego Velázquez. Madrid. Instituto de Don Juan.

45 todos ellos que marcan de algún modo Con la avaricia llegamos a la cuarta una cesura trascendental en la vida de peste, bien entendido que no se trata del Quevedo21. La ingratitud de la Corte y del sentido hoy usual de no gastar, sino del monarca para con el duque fue un severo Çdesordenado amor de tenerÈ, como lo golpe para él, y hacía falta mucha audacia define Santo Tomás y que caracteriza co- y mucha lealtad para hacer público a la mo nada a nuestra actual sociedad consu- muerte de aquél el famoso soneto a la mista. Ya vimos el odio de Quevedo hacia «Memoria inmortal de don Pedro Girón, el dinero, y el dinero es precisamente lo duque de Osuna, muerto en prisión» cuyo que estimula a la avaricia y corroe a todos primer cuarteto es una descarada acusa- los estratos de la sociedad. Esta crítica del ción de ingratitud a toda la nación: poder corruptor del dinero y del afán de Faltar pudo su patria al grande Osuna, poseer es tan continua en Quevedo que pero no a su defensa sus hazañas; llevaría un volumen entero transcribir las diéronle muerte y cárcel las Españas veces que aparece: pero recuérdese que, de quien él hizo esclava la Fortuna. aquí también, son las instituciones y los sentimientos más sagrados para Quevedo Es la tercera peste la soberbia, y aquí los que se le aparecen prostituidos por el también hubo de padecerla Quevedo de poderoso caballero. Así la justicia: y re- los grandes y poderosos, como ya vimos cordemos ese episodio fabuloso de La ho- en la dedicatoria al Duque del Infantado ra de todos en que unos magistrados esta- Çque aun no me dijo que Dios me diese ban votando una sentencia, y el Çque es- saludÈ. La soberbia, que la teología hace taba como comprado, brujo untado, alegó madre de todos los pecados; que es Çape- leyes torcidas que pudieran arder en un tito desordenado de excelenciaÈ según candil y trajo a su voto al dormido y al Santo Tomás y que es el pecado que por tonto y al malvadoÈ, dejando en solitario definición nos aparta de Dios y «por esto al único docto y virtuoso; bien es verdad es sumamente a Dios aborrecibleÈ. ÇMuy que a la hora de decir Çfallamos que de- enfermizos son de aqueste achaque de so- vemos condenar y condenamos» les pilló berbia los que mandan y los que pueden la Çhora con sesoÈ y pronunciaron Çfalla- sobre todos, porque tienen aquella gran- mos que devemos condenarnos y nos deza que la soberbia quiere y a que anhe- condenamosÈ: y así fue. Incontables son la y hace anhelarÈ. Pecado, por otra parte, los ejemplos de corrupción del amor, que siempre ha definido una de las cons- convertido en pura transacción venal, que tantes del alma española y, desde luego, revela la podredumbre de los sentimien- de sus clases altas y que está a la base de tos («por angelito creía, doncella / que al- tanto escrito contemporáneo de Quevedo mas guardabas: / y eras araña que anda- en el que, cerrando los ojos a la evidencia bas / tras la pobre mosca mía»), del amor más notoria, proclama a España y a su rey filial (Çlos hijos aman a los padres hasta hijos predilectos de Dios y mensajeros que caen en la cuenta de que son sus here- escogidos de su palabra. derosÈ) y no digamos de la fidelidad con-

21 No ha sido objeto el Duque de la atención a que es acreedor, salvo, y aun así muy incompletamente, en su aventura veneciana, y aun menos en su psicología y en su ordenación de su ambición de poder. Uno de los es- tudios aún más completos, cuyo conocimiento agradezco a mi culto amigo Clementino Calvo Ramírez, sigue siendo el de Emilio Beladíez, Osuna el Grande (El duque de las empresas), Ed. Alhambra, Madrid, 1954.

46 yugal; casi basta abrir por cualquier pági- individualización de la malicia, porque na una obra de Quevedo para topar con quieren (los hipócritas) que el bien sirva alguno. De paso, y una vez más, sepamos de instrumento para el mal, de modo que descubrir detrás de la expresión llena de en ellos la misma bondad aparente y el ingenio y de chispa del autor algo más mismo mal interior es la suma maldad. que una pura chanza: así cuando pone en De aquí que el hipócrita avariento es el boca de una mujer: ÇMi marido, aunque que habla contra la avaricia; el ambicioso es chiquito / al mayor de otra mujer / le desprecia con las palabras las honras, no lleva del pelo arriba / dos dedos puestos porque ellos abominen de sus defectos, en pieÈ, o en la del marido consentido: sino porque nadie pueda medrar con los «Díceme, don Jerónimo, que dices / que vicios sino ellos. Muchos parecen buenos me pones los cuernos con Ginesa; / yo di- y justos, mostrándose celosos del bien go que me pones casa y mesa / y en la público, y después le destruyen». Quizás mesa, capones y perdicesÈ, Quevedo está Quevedo no incluyera esta peste entre las buscando algo más que una sonrisa: nos otras cuatro porque fue, seguramente, la está expresando, con su peculiar lengua- única de la que no pudo hablar «como en- je, la amargura de comprobar una reali- fermo que la ha padecidoÈ. dad social que acepta sin inmutarse algo que a él le subleva profundamente. Que- vedo está muy lejos de tomar a broma V. ESPAÑA COMO MISIÓN aquello con lo que, aparentemente, gasta bromas. A través de casi toda la obra (y, tal vez Por último, y si me fuese permitido en- aún más, de la vida) de Quevedo aparece mendarle la plana a don Francisco, yo una constante obsesiva: salvar a España añadiría a sus cuatro pestes una quinta, de la decadencia en la que se hunde ine- que él no incluyó en su catálogo, pero que xorablemente. Cuando muere Felipe II, aparece a lo largo de toda esa obra, im- es fama que dijo a su sucesor: ÇAhora vos pregnándolas a todas las demás pestes; y tomaréis el reino y lo echaréis todo a per- no sólo en ella: me refiero a la hipocresía. derÈ. Cierto o no, Quevedo, tan pronto La repulsa a la hipocresía, que suele ir de como en 1609, escribe La España defen- la mano de la envidia, la soberbia y la in- dida y los tiempos de ahora que es un gri- justicia, y los hipócritas, son una constan- to ya angustiado de alarma por la ruina te en la obra de Quevedo, y no puedo por hacia la que se dirige España y que la so- menos de remitirme a las Sentencias que berbia y fatuidad de sus rectores y el arbi- a ello dedica22 y que merecen la justa ob- trismo y la popular creencia supersticiosa servación de Astrana Marín: Çestas sen- en la especial protección de que gozába- tencias contra los hipócritas adquieren un mos por parte de la Providencia, impe- vuelo tan soberano, que para hallarles dían percibir a casi todos. «Al fin se ve en equivalencia en otras literaturas, habría estado España, por nuestros pecados, que que acudir a lo mejor de lo mejor de Sha- a no intervenir rey tan santo y tan justo y kespeareÈ. Transcribiré tan sólo una parte honesto y ministros tan conformes a la de una de ellas: la hipocresía «es la última virtud... desesperara a las mellas del tiem-

22 Especialmente las 369 a 374, ed. Astrana, págs. 924-925.

47 po poderla traer a peor estadoÈ. Pero las duele el comprobar aún que, por desgra- esperanzas –si aún las había y no eran tri- cia, rigen más en el papel que en la buto sumiso de cortesanoÐ en el monarca realidad. Por ejemplo, en su afirmación y sus ministros, lejos de confirmarse, se de la independencia de los órganos judi- iban desvaneciendo día a día. Salvar a Es- ciales respecto del poder: ÇMal puede paña de su triste destino es la misión de juzgar un juez que tiene a la vista del jui- Quevedo, y toda su teoría política, mal cio la autoridad o voluntad de su príncipe estudiada y peor comprendida23, es, fun- como idea de lo que hay que juzgarÈ. damentalmente, una teoría de regenera- ¡Qué tremenda y triste actualidad tienen ción política y social de la España de su estas palabras!; o la formulación, en tér- tiempo. Quevedo nunca cuestiona a la minos inequívocos que no van a repetirse monarquía como institución, pero sí al hasta la revolución francesa, de la libertad rey como titular de poderes sin freno ni de expresión: ÇMiserable estado de un condiciones. En varios momentos insiste reino cuando los pareceres no se atreven a Quevedo en los límites del poder real de salir en público con los nombres de los forma contundente: la primera obligación autores. Más miserable el que de tal es del monarca es escoger buenos conseje- causaÈ25,y ello porque «las más veces ros y obedecerles, y se apresura a añadir: son buenas las razones del pueblo y jui- «No altere a príncipes el término de obe- cios ciertos: vox populi vox deiÈ26. decer, pues no hay poder en la tierra que Junto a sus consejeros –y de aquí la no esté sujeto a la razón natural y a las le- teoría que elabora Quevedo sobre la fun- yes divinas y humanasÈ; y para mayor ción del valido y sus relaciones con el rey, claridad añade: ÇTiene el príncipe poder que ya sola requeriría un extenso volu- sobre las leyes de hacerlas y abrogarlas; menÐ el rey tiene que buscar las medi- digo sobre las civiles, no sobre las natura- das de reforma que pongan fin al naufra- les y de las gentes; y así, no puede sino el gio de la nave española. Ya a finales del tirano quitarme por su albedrío lo que me reinado de Felipe III se sentía la urgencia concedió el derecho natural de las gen- de esas medidas. Recuérdese que en tesÈ24. Recordemos que esto se escribe no 1618, el rey solicita la Gran Consulta al más de un cuarto de siglo antes de que Consejo de Castilla, que redactara en Hobbes consagrara, con la doctrina del nombre del Consejo don Diego Corral y princeps legibus solutus, los fundamentos Arellano y sobre la que escribiera una ex- filosóficos del absolutismo real. Pero en tensa e interesantísima glosa (a despecho Quevedo se encuentran principios cuya de su afición a la erudición de dudosa modernidad nos asombra tanto como nos procedencia) Pedro Fernández de Nava-

23 Baste citar como ejemplo de exposición oportunista y sectaria del pensamiento político de Quevedo el trabajo «La Monarquía de QuevedoÈ, del P. Osvaldo Lira, en el núm. 27-28 (1946) de la Revista de Estudios Po- líticos, págs. 1-46. 24 Sentencias, núms. 927 y 333. 25 Sentencias, núms. 871 y 888. Coherentemente, en la S. 681: ÇVenturoso el reino cuyo rey quiere saber las quejas de los suyos y las causas dellas. Más venturoso el que de tal es causaÈ. 26 Sentencias, 889. Nótese que Quevedo distingue lo que, con terminología moderna, llamaríamos la opi- nión pública auténtica de la manipulada: porque «el pueblo tiene mucho de niño en el natural, en el dejarse llevar por bienes y halagos dondequieraÈ (S. 671). Por eso, en la conducta privada «no está en más nuestro acertar que en no imitar al puebloÈ (S. 1194) Ðhoy, por ejemplo, rehuyendo los programas televisivos de mayor audiencia.

48 rrete27. En 1625, Quevedo, en su Epístola tas curiosidades es, sin duda, lo que la co- censoria al Conde-duque recién llegado nocida Enciclopedia dice sobre el amor y al poder, recoge algunas de las medidas la poesía amorosa en Quevedo: «Gustó del Consejo de Castilla, entre las que fi- Ðse lee en ellaÐ el deleite antes que el guran la despoblación de Castilla, el ex- amor y éste parece que (acaso por la fuer- ceso de gastos de la Corte (lo que hoy lla- za y tiranía de algún doloroso desenga- maríamos la restricción del gasto públi- ño), no le inspiró poesías de alta emoción co), o el injusto reparto territorial y social sentimentalÈ, lo que por otra parte no de las cargas fiscales. Nihil novum sub so- puede extrañar puesto que Quevedo fue le! No cabe duda de que Quevedo coinci- poeta «por comezón de su época, en la día en un todo con la dramática sentencia que hacían versos desde el rey hasta los con que terminaba el Consejo de Castilla ciegos... Don Francisco no dio importan- su consulta: Çla enfermedad es gravísima, cia a este género literario que no pasaba incurable con remedios ordinarios. Los de ser para él un desahogo y una distrac- amargos suelen ser los saludables para ción»28. Lo que hay que leer... los enfermosÈ. Ciertamente, la mujer sale con frecuen- No estaba, pues, solo Quevedo en su cia malparada de las obras de Quevedo. angustia por el futuro de España, ni tam- Pero, una vez más, hay que saber leer a poco en que no se le escuchara. Como en Quevedo y no quedarse en su deslum- seguida veremos, la decadencia converti- brante ingenio para no profundizar en su da ya en ruina y disgregación de España pensamiento. La fina sensibilidad de Je- fue la máxima amargura entre las que sús Fernández Santos me ahorrará mu- asediaron el final de sus días. chas palabras: ÇEn este mundo, en este sueño en donde «es cada sombra un ene- migo armadoÈ, no faltan las mujeres. Co- VI. QUEVEDO, EL AMOR, mo cumplido intelectual, las llegó a idea- LA MUJER lizar tanto, las fue creando tan a su medi- da, que llegó a detestarlas justamente por Si se me permite, siquiera sea por des- contraste entre la realidad de lo que se le pejar tristezas, una incursión humorística, daba y lo que, al mismo tiempo, apete- recordaré que de uno de sus personajes cía». No caben palabras más justas: Que- decía Jardiel Poncela que le apodaban vedo pasó su vida buscando a una mujer ÇPerico EspasaÈ, entre otras razones, por- ideal y tropezaba con la voluble, la infiel, que era un poco pesado y a veces daba y sobre todo Ðya lo hemos vistoÐ la venal. datos curiosos sobre las cosas. Una de es- No sabemos muy bien quién se esconde

27 Conservación de Monarquías y Discursos Políticos, 1621, con numerosas ediciones posteriores. Sobre ella, vid. M. Pérez Olea, ÇUna reforma administrativa en el Siglo XVII: La Gran Consulta del Consejo de Casti- lla a Felipe IIIÈ, en Libro homenaje a don Luis Jordana de Pozas, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1966, vol. II, págs. 588 y ss. 28 Enciclopedia Universal Ilustrada, Espasa-Calpe, vol. 48, voz Quevedo, págs. 1052 y 1061 respectiva- mente. Cito por la primera edición e ignoro si tan pintorescas afirmaciones se han rectificado después. Claro que esto es sólo la ratificación por la propia Enciclopedia de lo que ella misma afirma, con más exactitud, algo des- pués: ÇDoloroso es decir que don Francisco de Quevedo, acaso el más grande de los ingenios españoles... aun no ha sido comprendido por nuestro pueblo. Contados son los hombres de letras que le conocen bien...È; incluidos, a lo que se ve, los redactores de la Enciclopedia.

49 detrás de esa Aminta o de esa Cloris a las cuando el poeta había anticipado su pro- que dedica poesías, y tampoco importa pia muerte en unos versos que, por una demasiado. Pero sí encontró –o creyó en- vez, están en todos los corazones: contrarÐ alguna vez ese ideal encarnado: ... alma a quien todo un Dios prisión ha sido, en la muy noble y casada doña Luisa de la venas que humor a tanto fuego han dado, Cerda, de la que estuvo tan perdida como medulas que han gloriosamente ardido, platónicamente enamorado (este hombre su cuerpo dejarán, no su cuidado; del que se nos dice que sólo perseguía el serán ceniza, mas tendrán sentido; deleite) nada menos que veintidós años y polvo serán, mas polvo enamorado. (Soneto XLV) a la que dedicó el más bello poemario, los sesenta y cinco sonetos más hermosos Para ser versos escritos Çpor distrac- que haya consagrado a su amada poeta al- ción» y sin «alta emoción sentimental», 29 guno en la lengua castellana . Habría que hay que reconocer que no están mal del leer uno por uno estos sonetos, lo que en todo. esta ocasión es obviamente imposible, Alguien podría objetar que en persona para apreciar el ciclo de ese larguísimo tan intelectual como Quevedo, el senti- amor que, como todo amor auténtico, está miento amoroso reflejado en sus poesías entreverado por la pasión, la desepera- podría ser producto de su facultad crea- ción y la muerte: dora más que de su íntima sensibilidad. Hoy cumple amor en mis ardientes venas Pero en otras ocasiones, en acotaciones veinte y dos años, Lisi, y no parece hechas para sí mismo más que para ser que pasa día por él; y siempre crece leídas, como son sus Sentencias, nos deja el fuego contra mí, y en mí las penas... ver Quevedo hasta qué punto conoció el (Soneto LXIV) amor. El amor y su cortejo: las penas de la pasión, de los celos y del engaño; y ... Del vientre a la prisión vine en naciendo; también su irracional poder, como cuan- de la prisión iré al sepulcro amando do dice: y siempre en el sepulcro estaré ardiendo... (Soneto XLVIII) «El amor es ponzoña que luego se de- rrama por las venas, yerba que luego pren- y a la muerte de la amada, «laméntase, de en las entrañas, pasmo que luego torpe- muerta Lisi, de la vida que le impide se- ce los miembros, landre que luego mata guirlaÈ (Soneto LXV) los corazones y fin que da fin de todos los cuerdos. No sé lo que digo, aunque siento ... quiere el Tiempo engañarme lisonjero llamando vida dilatar la muerte, lo que quiero decir; porque jamás blasoné siendo morir el tiempo que la espero. de amor con la lengua, que no estuviese Celosa debo de tener la suerte, muy lastimado lo interior del ánimo». pues viendo, Áoh Lisi!, que por verte muero, O también, en tonos que no superará el con la vida me estorba el poder verte. más romántico de nuestros escritores (pe- ro con auténtico sentimiento):

29 Naturalmente no insinuamos que en el resto de la obra poética amorosa de Quevedo no se alcancen altu- ras similares, porque, como dice Blecua, Quevedo «es también uno de los poetas amorosos más intensos de nues- tra historia literaria y su poesía ofrece a su vez una autenticidad indudableÈ (op. cit., pág. XIX). La cita de Fer- nández Santos está extraída de «Quevedo a cara o cruzÈ, artículo publicado en El País (17 de septiembre de 1980) con motivo del IV centenario del nacimiento.

50 ÇÁAh, amor! ¡Quién pudiera desenga- («Comúnmente las viudas se consuelan ñar al mundo de tu engaño! En ti veo jun- pronto y en el testamento del marido ha- tos cuantos males esparció nuestra mise- cen ellas la escritura del sucesorÈ) y espe- ria en todo el resto de la naturaleza (...) cialmente, y ya lo vimos, la venalidad. ÁOh amor, cuchillo de las vidas, tormento Que por dinero puedan venderse las dos de las almas, a los principios alegre, en cosas más sagradas, quizás, para él, la los medios penoso y trágico en los fines! Justicia y la mujer, le es una permanente ¡Sólo quien no te conoce te desea y sólo fuente de indignación. Que el oro del ge- en causa de mis daños te tenga!» novés consiga lo que no alcanza la devo- Y en tocante a los celos y al engaño: ción y el afecto le resulta la peor de las «De la rabiosa pasión de los celos, iniquidades. Que el poderoso caballero ¿quién podrá hablar sino quien la padece? don Dinero haga risibles los esfuerzos del Y aunque la padezca, ¿quién la podrá ex- pobre marido «que se mudaba cada día plicar, llamarla furiosa locura, confuso por guardar a su mujerÈ no es, aquí tam- infierno, increíble verdugo del corazón? bién, una simple chanza. Y que el amor No son hiperbólicos encarecimientos: ta- pueda reducirse a una simple transacción, les extremos causa y tormentos talesÈ. algo que le lleva a condenar Ðcomo Sor «No hay amor sin engaño. El engaño es el Juana Inés de la Cruz en sus célebres re- veneno de las purgas, que es forzoso pa- dondillasÐ primero, al que compra; luego, sarle y disimularle. En fin, sin amor no al dinero que lo permite; después, al acto hay vivir, y sin engaño no hay amor»30. y al placer que así se consigue; y por últi- A quien así sentía la pasión amorosa, mo, y sólo por último, a la mujer que se ¿cómo puede acusársele de misoginia? vende. Con todo el frescor de su pluma Si, como él mismo dice, la Çmedida cier- irritada lo dice en los cuartetos de un So- ta del amor humano se toma de lo que ca- neto inédito hasta mediados del siglo pa- da uno padece por su compañero», si en sado: otro momento afirma que Çnadie repre- «Puto es el hombre que de putas fía, hende con tanta fuerza callando como y puto el que sus gustos apetece, una mujer honestaÈ, no puede pensarse puto es el estipendio que se ofrece que Quevedo condenara sin más a las mu- en pago de su puta compañía. jeres. Por el contrario, era tan elevado el concepto que tenía de la mujer ideal, que Puto es el gusto, y puta la alegría que el rato putaril nos encarece; sus diatribas van dirigidas no contra la y yo diré que es puto a quien parece mujer como tal, sino a la mujer como la que no sois puta vos, señora mía». hace una sociedad grosera y corrompida. A la mujer afecta de alguna de las Çcuatro Lo cierto es que la biografía de Queve- pestesÈ, o de la hipocresía –su constante do es una biografía sin mujeres –la tan denuncia de la mujer vieja que se finge adorada Lisi no fue, al cabo, sino un pro- niña, de los afeites y demás engaños– y, longado suspiroÐ. Muerta su madre, de sobre todo, de los dos defectos más gra- sus dos hermanas (otras dos murieron de ves con que tropezaba Quevedo en las niñas) solamente las pesquisas de los bió- mujeres de su entorno: la inconstancia grafos nos dan noticia; en el Epistolario

30 Sentencias, 1111, 1140, 1165 y 644 respectivamente (ed. Astrana, Obras completas, Aguilar, 1945).

51 de Quevedo apenas si aparece algún so- hijos, el destino reservaba a Quevedo la brino. Enigma que nadie podrá esclarecer soledad. «Siempre habrá soledad para los fue su tardío matrimonio –en 1634, a los que sean dignos de ellaÈ, ha dicho un es- 53 años– con una viuda que parece haber critor francés; y en la soledad de su genio sido de armas tomar, con hijos mayores fracasado encontramos al Quevedo más que rechazaban al padrastro. No más de noble y más admirable. unos meses convivió Quevedo con doña Esperanza de Mendoza, señora de Cetina, y se sospecha que la boda fue un amaño VII. EL FINAL DE QUEVEDO de amigos no se sabe si bien intenciona- dos, entre los que se cita a la esposa del Porque la trayectoria vital de ese hom- Conde-Duque. Lo cierto es que esa boda bre genial, al que en algún momento vi- que no fue por amor y tampoco por inte- mos destinado a los mayores triunfos, no rés casi ni se menciona en toda su obra, y es otra que la de un inmenso fracaso. Con habla mucho de Quevedo el que no se lea el agravante, para él particularmente trá- en ella una sola línea de reproche o cen- gico, de que a su fracaso personal se unía suras para quien fue su tan fugaz como algo que le importaba mucho más que su poco grato cónyuge. Con quince años de propio destino: el fracaso al parecer defi- retraso, Quevedo sintió en su carne lo que nitivo de España, el gran amor de su vida. había escrito en 1619 en el soneto: Çhas- No es difícil imaginar lo que el Queve- tío de un casado al tercer día»: Çmujer do quebrantado de sus últimos años debía que dura un mes, se vuelve plagaÈ. sentir al hacer, como hacemos todos, el Claro está que sin mujer, tampoco co- balance de su existencia. Balance que noció la paternidad, al menos reconocida- puede resumirse en unas pocas líneas. mente pues es posible que se le quisiera Fracaso en su carrera política, al apostar adjudicar algún hijo, del que se sacudió por el caballo equivocado Ðel duque de con desenfado: ÇYo, el menor padre de OsunaÐ para encontrarse a una edad ya todos / los que hicieron este niño / que avanzada para la época –los cuarenta y concebisteis a escote / entre más de vein- tantos años– descabalgado y malquisto. ticinco» –escribía en 1613–; o, como en Fracaso, después, en su acercamiento ini- la conocida Epístola del Caballero de la cial al Conde-Duque de Olivares, quien le Tenaza, años antes: «Díceme vuesa mer- hizo concebir esperanzas, tanto en la go- ced que está preñada, y lo creo, porque el bernación del país como en lo personal, ejercicio que vuesa merced tiene no es cruelmente desmentidas. Fracaso como para menos... Dame vuesa merced a en- cortesano de monarcas bienintenciona- tender que tiene prendas mías en la barri- dos, pero incapaces de adoptar uno solo ga, y podía ser, si no ha digerido los dul- de los Çremedios amargosÈ que eran ne- ces que se me ha merendado... Señora cesarios y que se apartaban cada vez más mía, si yo quisiera ser padre, en mi mano de las reglas del buen gobernar que con ha estado hacerme fraile y ermitaño...». tan exquisito cuidado plasmaba Queve- Lo cierto es que sin familia, sin mujer, sin do31; y él mismo, y no siempre sin causa,

31 Elliot, en el Conde-Duque... cit. define a Quevedo como «el típico intelectual desengañado de la políti- caÈ, pero ello no es hacer justicia a quien nada tuvo de típico ni de intelectual, en el sentido moderno de la pala-

52 rodeado de envidiosos, ingratos, y enemi- vivió unos meses más, lo suficiente para gos, hipócritas unos y declarados otros, aprender la muerte del Conde-Duque: y tanto en la vida de Corte como en la lite- la altura moral de Quevedo se refleja en raria. De su vida privada acabamos de ha- la única expresión con que se refiere a blar: sin familia, con un matrimonio con quien quiso encerrarle de por vida: ÇSe- todos los caracteres de una farsa, sin hi- ñor don Francisco; ¡secretos de Dios jos, y sin fortuna, enredado en costosísi- grandes son! Yo, que estuve muerto día de mo y dilatado pleito con sus convecinos, San Marcos, viví para ver el fin de un de todo lo cual apenas si deja una queja o hombre que decía había de ver el mío en un relato32. De la soledad fría de su casa cadenasÈ: ni un solo reproche más33. de La Torre de Juan Abad, muerto en Pero, según dijimos, la amargura de ese 1644 uno de sus pocos amigos, Juan de fracaso suyo, de su soledad, su abandono Espinosa, ha de huir en el rigurosísimo y y sus flaquezas, contaban menos para último invierno de su vida a Villanueva de Quevedo que el trágico declinar de Espa- los Infantes, según escribe a quien era ya ña en paralelo al de su existencia. Cuan- prácticamente su único corresponsal, don do, en 1641, aún preso en San Marcos, Francisco de Oviedo. «La porfía de mis Manuel de Vasconcelos pone en duda la enfermedades y lo vigoroso de este in- legitimidad del acceso al trono de Portu- vierno me obligaron a pasarme a Villa- gal de Felipe II, y, con ello, del reinado de nueva de los InfantesÈ. ÇMejor acogida sus sucesores, Quevedo no duda en escri- he hallado en Villanueva que en mi lugar, bir un opúsculo en el que se descifra «el más compañía y mejor abrigo...». «Yo alevoso manifiesto con que previno el le- quedo con un emplasto en el cerebro y vantamiento del duque de Berganza con media espalda y bizmados los dos hom- el reino de PortugalÈ. Cuando los catala- bros por falta del movimiento de los bra- nes se alzan contra la corona, con la ayu- zos...». El día de San Marcos, 25 de abril, da del francés, lanza uno de sus más desa- «unos vómitos le redujeron a tanta fla- forados escritos, también desde la cárcel: queza que no le daba el médico diez horas La rebelión de Barcelona no es por el de vida»; recibió la extremaunción y aún güevo ni es por el fuero34, con frases que bra. El pensamiento político de Quevedo está aún pendiente de una elaboración doctrinal seria que, por ejemplo, no se limite a la glosa de su Política de Dios y Gobierno de Cristo, que es su obra doctrinal más elaborada, pero en la que no queda reflejada lo que pudiera llamarse la praxis política de Quevedo, tal y como se plasma, por ejemplo, en sus Sentencias (y también en otro tipo de escritos aparentemente alejados de lo político como, por ejemplo, La hora de todos), algunas de ellas citadas más arriba. E incluso las glosas de la Política de Dios suelen limitarse a su primera parte, escrita entre 1617 y 1626, postergando la segunda mucho más interesante, en diez años posterior bajo el título ahora, tan expresivo como inadvertido, de Política de Dios, Gobierno de Cristo y Ti- ranía de Satanás. Astrana Marín cita una edición de esta segunda parte en 1641, pero ha de advertirse que las «Aprobaciones» son de 1652 y 1655 y en esta última se lee que al censor le encomendaron «censurar esta obra póstuma suya que no llegó a conocer padre», contradicción que Astrana no explica, salvo que la edición anterior se refiriera a la primera parte de la obra, a la que Quevedo hubiera añadido el tercer miembro del título. 32 Por excepción, la carta de 22 de mayo de 1645, año de su muerte y recién recuperado de una enfermedad que le puso a sus puertas: ÇTras todos mis trabajos, un criado mío, de dos que truje, que se llamaba Diego de Lu- go, gallego de nación, viéndome en el estado miserable de mi salud, me robó casi cuanto tenía, y el dinero parti- cularmente, que había menester harto». 33 Cartas de 8, 17 y 22 de enero y 1 de agosto de 1645. La narración de su enfermedad el día de San Mar- cos, en carta de don Florencio de Vera al mismo don Francisco de Oviedo de 2 de mayo. 34 Esta exasperada reacción de Quevedo hace aún más inverosímil la especie de que cuatro años atrás estu- viera conjurando con franceses contra el Conde-Duque.

53 no suenan demasiado a pretérito en nues- muerte y rodeado de carroñeros. Diecio- tros oídos: ÇEl rey nuestro Señor nunca cho días antes de su muerte escribía a don quiso quitarles (a los catalanes) la liber- Francisco de Oviedo lo que tengo para mí tad de sus privilegios; moderar, sí, como como el párrafo más estremecedor de to- señor y padre, la insolencia de que por te- da la Historia de España: ÇMuy malas nerlos usabanÈ. ÇPrivilegios que no los nuevas escriben de todas partes y muy re- alegan como los tienen, sino como los matadas; y lo peor es que todos las espe- quieren: y esto es concederse privile- raban así. Esto, señor don Francisco, ni sé giosÈ. Se esperaba, con la pérdida de Por- si se va acabando ni si se acabó: Dios lo tugal y la rebelión de Cataluña, la suble- sabe; que hay muchas cosas que, pare- vación de Andalucía, y esta disolución de ciendo que existen y tienen ser, no son España la seguía Quevedo, al borde de la nada sino un vocablo y una figuraÈ. Don muerte, con una desconsolada avidez: Francisco de Quevedo sentía que se mo- «estando ya arredrado el ataúd, Ðescribe ría a la par que su España. España no mu- en abril de 1645 a su corresponsalÐ vivo rió, pero aún hoy hay quien quisiera verla en Madrid y en todas partes con las noti- reducida a un vocablo y a una figura. cias que me daÈ. No ciertamente que no esperase desde antiguo la desaparición del imperio: de 1629 es ese espléndido y VIII. SOBRE EL ESTOICISMO doloroso vaticinio «y es más fácil, oh Es- DE QUEVEDO paña, en muchos modos / que a lo que to- dos les quitaste sola / te puedan a ti sola Quizá no sean impertinentes unas últi- quitar todos»; o la insumisión de los ho- mas palabras sobre el estoicismo de Que- landeses Çque por merced del mar pisan vedo, aunque puedan parecer superfluas la tierra en unos andrajos de suelo que la una vez descrita su trayectoria vital y la hurtan por detrás de unos montones de trágica secuencia de sus últimos años, en arena que llaman diques, rebeldes a Dios los que apenas exhala una queja sobre to- en la fe y a su rey en el vasallaje...È35. Pe- dos sus males, que no esconde pero que ro eso eran dominios de la corona, no par- tampoco exhibe ni magnifica37. «Téngase tes de España; no tierras e hijos de los que esperanza en lo que se desea y, con eso, poder decir: «señor don Francisco, en súfrase lo que sucediere»: Quevedo prac- tanto que en Cataluña quedare un solo ca- ticó esa sentencia suya en medio de sus talán y piedras en los campos desiertos, males con una serenidad verdaderamente hemos de tener enemigos y guerraÈ36. propia de la doctrina estoica, hacia la que Años de desesperanza ante una España profesó una adhesión que era algo más asaltada por todas partes, vencida por to- que una mera admiración de palabra. Sin das partes como un viejo león herido de embargo, hasta este rasgo se le regatea

35 La hora de todos..., núm XXVIII. 36 Carta de 12 de febrero de 1645. 37 Todas las comparaciones son odiosas y la siguiente no es excepción, pero no resisto la tentación de com- parar el Epistolario de Quevedo en sus últimos años, donde se nos aparece con un señorío, una aceptación del destino y una entereza que nos admiran y conmueven, con las cartas de Góngora también de sus últimos años, im- portunando a propios y extraños con sus lamentos, sus peticiones de favores, su continua demanda de bienes y di- neros, sus intrigas para alcanzar una pensión y demás miserias, que en todo caso no parece pudieran alcanzar las de nuestro hombre años después.

54 por propios y extraños, por diversas razo- estoicismo es incompatible, se nos dice, nes que resume Henry Méchoulan38 en con que, en una circunstancia histórica las tres siguientes: lo primero, porque no concreta, defienda Quevedo a Santiago se puede conciliar un sentimiento reli- sobre Santa Teresa como patrón de Espa- gioso profundo con la doctrina estoica, y ña (¿qué tiene eso que ver con el estoicis- esto es ya de entrada una petición de mo?) y sobre todo ÐÁah!, sobre todoÐ principio harto discutible. Ya hemos di- porque al Quevedo esencial hay que bus- cho –y claro está que esto exigiría un es- carlo en las cuatro páginas –sí, cuatro pá- tudio monográfico– cómo Quevedo vivía ginas de más de las mil quinientas– de la fe religiosa y, a la vez, inspiraba su vi- las Gracias y desgracias del ojo del culo da en unas creencias éticas cuyas últimas (1609), la obra capital, por lo visto, de raíces se hundían en el estoicismo: el don Francisco. Esto no tendría más im- problema de la salvación del alma y el portancia si fuera simplemente una po- problema del comportamiento existen- nencia más de uno de tantos Congresos cial tenían, para Quevedo, sus espacios que por ahí se celebran. Pero lo grave es propios; la fe resolvía el primero; la mo- que el ínclito Sr. Méchoulan se inspira ral estoica, el segundo. Una lectura des- para sus lucubraciones, en un pensador pasionada de su obra Ðy no de fragmen- moderno y progresista como don Enrique tos malévolamente elegidosÐ conduce a Tierno Galván, a quien la obra de Queve- esa conclusión inequívocamente. Basta do le merece este comentario global: con leer De los remedios de cualquiera ÇHay en el brutal regocijo con que Que- fortuna, espléndidas glosas al pensa- vedo maneja la palabrota un fondo de de- miento de Séneca, admirables en su fon- sesperación y de dolor tan profundo, que do como en su espléndida forma, escritas se adivina un odio a sí mismo, la irreme- en 1633. La segunda de las afirmaciones diable disconformidad de un consigo contra el estoicismo de Quevedo parte de mismo que alivia sumiéndose en el mun- que la doctrina estoica es el triunfo de la do de las palabrotas, la injuria obscena y razón, y Quevedo Çes todo menos un la referencia brutal a las funciones fisio- hombre de razón. Es un hombre devoto y lógicas inferiores»39. Lo menos que pue- procaz capaz de defender a la vez el pa- de decirse es que el autor de este juicio tronazgo de Santiago y complacerse en leyó a Quevedo sin el menor conoci- detallar las desgracias del ojo del culoÈ. miento de la cronología de sus obras. Aquí sí que nos encontramos con el Ciertamente que hay dolor en la obra de triunfo de la sinrazón. Aquí aparente- Quevedo, y repulsa a una sociedad co- mente no valen ni la glosa de Séneca, ni rrupta e inmoral; y hay desesperación, la Recomendación y decencia de la doc- casi exclusivamente en su ansiedad por el trina estoica, ni las continuas apelacio- destino de España; y hay, lo hemos visto nes al estoicismo en las Sentencias,o en certeramente apuntado por Francisco sus Epístolas, ni el ejemplo de su vida en Ayala40 una reflexión sobre sí mismo, tí- constante lucha por la adversidad; no: el mida y pudorosa, en la que el odio está

38 ÇQuevedo stoïcien?», en Le stoïcisme aux XVI et XVII siècles, Actes du Colloque Cerphi, Université de Caen, Cahiers de Philosophie Politique et juridique, núm. 25, 1994, págs. 81 y ss. 39 ÇQuevedoÈ, en Francisco de Quevedo,ed. por Gonzalo Soberano, Madrid, 1978, p. 32. 40 Vid. supra, nota 1.

55 totalmente ausente. Pero de toda esa obra prisión, enfermo con tres heridas que, con suya está exenta la palabrota Ðdistinta de los fríos y la vecindad de un río que tengo un lenguaje que sabe llamar al pan, pan, en la cabecera, se me han cancerado, y lo que es muy diferente. Y en cuanto a por falta de cirujano, no sin piedad me las obsceno, puede decirse que ningún lite- han visto cauterizar con mis propias ma- rato de su época lo es menos que Queve- nos...È, etc.43. O, un año después y al mis- do, que es exquisito en su precisión ter- mo destinatario: ÇSi no es la esperanza en minológica y podrá no vacilar en el uso V.» Ex.», todo me falta: la salud, el susten- de un vocablo determinado, pero jamás to, la reputación. Ciego del ojo izquierdo, busca la obscenidad por la obscenidad. tullido y cancerado, ya no es vida la mía, Lo de las Çfunciones fisiológicas inferio- sino prolijidad de la muerte». Está claro resÈ, como no sea en el graciosímo ro- que un estoico auténtico no se comporta mance sobre el «ridículo suceso del true- así; un estoico de veras, como Séneca por co de dos medicinasÈ41, uno de los más ejemplo, «hollados los más elementales divertidos de la lengua española, no sa- principios de su filosofía moral, humana bemos muy bien a qué se refería el Sr. y severa, ejerce la usura, adquiere fincas Tierno Galván, que parece ser uno más en casi todas las regiones de Italia y pro- de los tantos que juzgan a Quevedo por vincias, acopia una fortuna de quinientos las cien primeras páginas de sus Obras millones de sextercios; se hacen famosos Completas. su mobiliario, sus jardines, sus recepcio- Nos queda aún un tercer motivo para nesÈ44 y cuando las cosas vienen mal negar el estoicismo de Quevedo, y éste dadas, se acoge al escapismo, tal vez he- más comúnmente compartido y no de la roico pero escapismo al fin, del suicidio. propiedad exclusiva del Sr. Méchoulan: Es lástima, para empezar, que se cree la las cartas escritas desde su prisión de San impresión de que Quevedo escribiera tan Marcos al rey y a su valido suplicando li- sólo esas dos cartas en su prisión: hay que bertad. Parece ser que se reprocha a Que- leerlas todas y lo mucho más que allí es- vedo, un hombre de cincuenta y nueve cribió y admirarse de cómo, en esas con- años cumplidos y sin más crimen que la diciones, proseguía incansable su obra; y malquerencia de Olivares, el que escri- es indignante que frente a las transcritas, biera cosas tan deleznables como ésta: se olviden otras como la que concluye «Señor, un año y diez meses ha que se con este párrafo, por lo visto nada estoi- ejecutó mi prisión, a 7 de diciembre, vís- co: ÇÁDichoso aquel que cuando el mun- pera de la Concepción de Nuestra Señora, do está titubeando para desquiciarse, pi- a las diez y media de la noche. Fui traído sa, como yo, el lugar donde han de pisar- en el rigor del invierno, sin capa y sin una le y donde ha de caer! Ya se tienden las camisa, de sesenta y un años42,a este insignias de la muerte por todo mi rostro; Convento Real de San Marcos, donde he tiempo es de prevenir buen recibimiento estado todo este tiempo en rigurosísima al postrero día. Llegue, pues, que pues no

41 Blecua, op. cit., pág. 1004. 42 61 años tenía al escribir esta carta; 59 al ser aprehendido. 43 Carta de 7 de octubre de 1641. 44 Miquel Dolç, cit. por Adolfo Muñoz Alonso, «La sinceridad de Séneca», publicado en Los domingos de Arriba, 1956.

56 puedo apartarle, no he de temerle; sólo IX. DESPEDIDA conviene prevenirle; llevárame, mas Áno me arrancará! Desembaracemos los odios Seguramente tenemos ya olvidada y dejemos ociosa la envidia; harto tiempo aquella frase de Borges, Çnadie se siente he sido golosina a su hambre: ya es tiem- amigo de Quevedo». ¿Podemos estar de po de obligarla a que mude a otra parte su acuerdo con esta afirmación, ahora, que gula, pues sólo ha quedado de mí lo que a le hemos visto enamorado, tímido, pudo- los trabajos ha sobrado, de asco, no de roso, sufriendo por su país, rebelde con hartosÈ45. su entorno, estoico en sus padeceres, ge- Pero, además, a quienes censuran eso nial siempre y siempre solo? ÇVivamos la que juzgan debilidad indigna, el mismo modernidad de Quevedo mientras por to- Quevedo les daba respuesta anticipada: da España yerma de letras siguen llovien- «Bien sé que hay algunos hombres, que do sangres y cuchillosÈ, decía reciente- tienen más de prudencia dura que fuerte, mente Francisco Umbral. Vivámosla, sí, y los cuales no quieren que el sabio tenga sea Quevedo permanente maestro nues- dolor; estos tales dan a entender que nun- tro. Pero démosle también, a cambio, ca han caído en semejantes casos; que a además de inagotable admiración por su haberles sucedido a ellos, la fortuna los obra, algo de lo que tan poco tuvo a lo lar- hubiera quitado esta soberbia y presun- go de toda su vida: amistad generosa, tuosa sabiduría, y mal de su grado, invitos simpatía, afecto. Si algo puede justificar de los cabezones y al rodapelo, les obli- mi osadía de haberles hecho perder unos gara a confesar una evidente y conocida minutos de una bella tarde de primavera verdad; como lo es, que un hombre, por vallisoletana, será sin duda el intentar ha- muy sabio, cuerdo y prudente que sea y cer revivir a ese genio que desde la sole- de partes relevantes, está sujeto a triste- dad de su altura intelectual, pero también zas, dolores y desconsuelos; pues, como de su grandeza moral, tanto nos ha enri- dice Séneca, no sentir cada cual sus males quecido a todos; y hacer que todos, esta no es de hombre, sino de bestia...È46. A tarde y siempre, nos sintamos sus amigos. despecho de pedantes inconsistentes, si Ese ha sido mi solo intento. Y si no lo he con algo no es incompatible el estoicismo alcanzado, sírvame al menos de atenuante es con ser, como diría Unamuno, nada la letrilla de don Francisco: menos que todo un hombre; con sus pe- Yo he hecho lo que he podido, nas y con sus dolores inclusive. Fortuna lo que ha querido.

45 Carta CLXVII, en Astrana Marín. Es del año 1641, pero de fecha incierta. 46 Sentencias,136. Por otra parte, el estoicismo de Quevedo corresponde a los tiempos amargos que le tocó vivir. No se olvide que la doctrina estoica es, para Julián Marías, precisamente una doctrina Çpara tiempos duros, una moral de aguanteÈ, basada en el conocimiento implacable de una realidad que, como ninguno, supo percibir, comprender y padecer.

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EN EL IV CENTENARIO DE JUAN DE ARFE. SU VIDA Y OBRA EN VALLADOLID José Carlos Brasas Egido

Como es sabido, la vida y actividad de desde el pleno renacimiento al manieris- Juan de Arfe a lo largo de los 68 años de mo clasicista y los inicios del barroco. su existencia se repartió entre diversas Nacido en León en 1535, se cree que poblaciones: León –lugar de su nacimien- hacia 1547 se traslada con el hogar pater- toÐ, Valladolid, Sevilla, Burgos, Segovia no a Valladolid. El año anterior la familia y Madrid fundamentalmente..., pero fue aún vivía en León donde su padre sin embargo la segunda de estas ciudades Antonio de Arfe había vendido importan- el principal escenario de su trayectoria tes propiedades, en concreto las casas que vital y profesional. había heredado de su padre Enrique de Una parte muy considerable de la bio- Arfe. Así pues Juan de Arfe contaba tan grafía y la carrera de Juan de Arfe trans- sólo con doce años de edad cuando vino a currió en esa población castellana, por la entonces villa del Pisuerga (pues no entonces una de las urbes más importan- recibió el título de ciudad hasta 1596, tes de la Península y uno de los grandes título que le otorgó Felipe II, monarca centros de producción artística del renaci- que había nacido en ella en 1527). miento en España. En concreto, Arfe resi- En Valladolid y siendo aún un niño dió en Valladolid aproximadamente 34 tuvo lugar su aprendizaje en el taller años –la mitad de su vida–. No en vano paterno. Poco después, en los primeros Sánchez Cantón en su libro Los Arfe al años de la década de los cincuenta, glosar la biografía de Juan de Arfe se Antonio de Arfe realizaba en su taller de refiere a Valladolid como Çsu segunda la Corredera de San Pablo la que fue su patriaÈ. mejor obra de su etapa vallisoletana, la En Valladolid tuvo lugar su formación; custodia de la iglesia de Santa María de allí comenzó su andadura y desplegó lue- Mediavilla en Medina de Rioseco, una de go buena parte de su intensa actividad las piezas maestras de la orfebrería plate- –realizó dos de sus más célebres custo- resca. Su realización coincide con los dias: las de las catedrales de Ávila y años de formación de Juan de Arfe. Creo, ValladolidÐ, y además, dejó en ella una incluso, que no es del todo aventurado huella y una influencia extraordinarias suponer que el propio Juan de Arfe Ðpor para la evolución de la platería castellana entonces muchacho de unos dieciséis o

59 diecisiete años– pudiera haber trabajado esos años destacó especialmente Pedro de como ayudante de su padre en esta obra Ribadeo, que fue el más representativo de que, años más tarde, mencionaría en la la platería tardogótica vallisoletana y Varia Commensuración al elogiar a su autor de obras opulentas y deslumbran- progenitor como el introductor en la pla- tes. tería española de la nueva manera rena- Adentrado el siglo XVI y más en con- centista, Çel romanoÈ. creto a mediados de la centuria Ðmomento ¿Cómo era Valladolid cuando llega en que se asienta la familia ArfeÐ, Juan de Arfe procedente de su ciudad Valladolid es sin duda el foco más impor- natal? Valladolid era entonces una ciudad tante de la platería en tierras castellano- en alza, en expansión, un núcleo urbano leonesas. Es significativo el traslado de floreciente que se había convertido ya en Antonio de Arfe desde León a Valladolid, uno de los centros artísticos más impor- como lo había sido, y por los mismos tantes de España. Sede ocasionalmente motivos, los de otros artistas de otras de la Corte, el poder y la riqueza tanto del especialidades. Recordemos, el caso de estamento nobiliario como del clero, Juan de Juni, así como los ejemplos de explican la importancia y desarrollo que otros maestros, principalmente escultores, tuvieron en la ciudad las distintas artes, y que desde Burgos, Palencia o León mar- más en concreto, las artes decorativas y charon a residir y trabajar en Valladolid, suntuarias, y dentro de ellas la platería, convertida por esos años en uno de los tanto civil como religiosa. Era ya, una de principales centros artísticos del renaci- las poblaciones españolas que contaba miento español. con mayor número de plateros (57 apare- Pues bien, en Valladolid, donde radica- cen censados en el año 1561), artífices ba entonces el más importante mercado que no se limitaban a atender la conside- de orfebrería de Castilla y León, Antonio rable demanda local sino que frecuente- de Arfe, que, como se ha mencionado, mente trabajaban para otros puntos del vivía y tenía su obrador en la Corredera país, singularmente del norte, como de San Pablo, una de las calles más seño- Asturias y Galicia. riales de la ciudad, pronto alcanza extra- La platería contaba además con una ordinario prestigio como ponen de sólida y arraigada tradición, ya que se manifiesto los encargos que recibe de la había convertido en una de las principales más selecta clientela, tanto de la nobleza actividades artísticas desde la etapa del como del alto clero. Ocupado en tardogótico, y más en concreto a partir Valladolid principalmente en obras de del reinado de los Reyes Católicos. Fue platería civil, trabajó para los condes de entonces cuando se inició el extraordina- Benavente, los duques de Urueña, del rio esplendor de la platería vallisoletana, Infantado, de Medina de Rioseco y de que se mantuvo floreciente hasta pasados Alba, para don Álvaro de Mendoza, obis- los comienzos del siglo XVII. Docu- po primero de Ávila y luego de Palencia, mentalmente se conoce un número muy que, en su calidad de presidente de la considerable de plateros de fines del siglo Chancillería, residía en Valladolid, etc. XV y comienzos del XVI, algunos de los Tras realizar su aprendizaje e indepen- cuales aparecen vinculados a la Corte y dizarse del taller paterno, Juan de Arfe más en concreto a la reina Isabel la inicia su carrera profesional. No se con- Católica. De entre los plateros activos por forma con un aprendizaje meramente

60 Detalle del basamento de la custodia de la catedral de Ávila.

61 artesanal. Vamos a ver enseguida cómo los primeros trabajos que hubo de realizar se trata de un artista excepcional, culto, en esos años como artista independiente, un humanista Ðla clase de artista caracte- hasta 1564 en que se compromete a hacer rístico del renacimiento–, un orfebre con la que fue su primera obra importante: la preocupaciones intelectuales y teóricas, custodia de la catedral de Ávila. que llegará a ser uno de los más impor- La realización de la misma le ocupa tantes tratadistas del arte español. Y así, hasta 1570, año en que la tenía terminada según noticias recogidas por Ceán en Valladolid, si bien no la entregó hasta Bermúdez, «después de haber estudiado el 18 de junio de 1571, según figura en el en su casa los sólidos principios del dibu- basamento junto a la firma del platero. jo, que su padre le había enseñado, así Por entonces Ðexactamente un año más como de la simetría del cuerpo huma- tardeÐ vio la luz en Valladolid la primera no..., para asegurarse en estas cienciasÈ, obra que publicó Juan de Arfe como aproximadamente hacia 1555, viajó a tratadista, el Quilatador de Plata, Oro y Salamanca donde estudió anatomía con Piedras. Se trata de un libro de carácter el doctor Cosme de Medina, médico del eminentemente técnico que pone de hospital del Estudio y catedrático de esa manifiesto su preparación en materia de disciplina en la Universidad. Se supone pesos y medidas, aleaciones, piedras pre- –siguiendo también a Ceán– que pasó ciosas y todo lo relativo al arte de ensayar asimismo a Toledo a Çmedir las propor- metales, conocimientos y experiencia que ciones que Bigarny y Berruguete habían le valdrían en 1595 el nombramiento de dado a sus figurasÈ y a Madrid para estu- ensayador mayor de la Casa de la Mone- diar las que daba a las suyas Gaspar da de Segovia. Becerra. Unos años después, y según los datos En 1562, cuando contaba 27 años de biográficos que se conocen del artista, edad contrae matrimonio en Valladolid debió de abandonar la población castella- con Ana María Martínez de Carrión, hija na, Ðconcretamente hasta 1578Ð en que y nieta de plateros de oro (Melchor figura como testigo en un contrato de Martínez y Alonso Gutiérrez el Viejo, aprendizaje en la Corte. En todo caso esta marcador de la villa de Valladolid). estancia en Madrid Ðcomo observa Cruz Tenemos noticias de las excelentes rela- Valdovinos– debió de ser breve, ya que en ciones que existieron entre el artífice y el mes de marzo de 1579 estaba de nuevo sus suegros, que aparecen junto a él en en la villa del Pisuerga. contratos y diferentes actos jurídicos Sin embargo, poco después lo vemos mientras residió en Valladolid. Del matri- trasladarse a Sevilla, por lo menos desde monio nació al año siguiente su única enero de 1580, ya que su permanencia en hija: Germana que, andando el tiempo esta ciudad era condición exigida por el Ðconcretamente en marzo de 1592Ð, casa- cabildo hispalense según el contrato que ría con el platero burgalés Lesmes suscribe entonces para labrar la monu- Fernández del Moral, con el que Juan de mental custodia catedralicia, pieza que Arfe mantuvo relaciones de extraordina- será su obra maestra y una de las más ria colaboración y amistad. grandes creaciones de la orfebrería En Valladolid Juan de Arfe vivió en la nacional (según palabras de su autor: Çla calle de la Costanilla, en plena Platería, mayor y mejor pieza de plata que deste en casas propias. No tenemos noticias de género se sabe»). En su realización, Juan

62 de Arfe empleó ocho años, etapa muy en noviembre de 1596 al ser llamado por fructífera y enriquecedora que coincide Felipe II para trabajar en El Escorial. con la edición de la Varia Commensu- Según el testimonio que en 1603 dio su ración para la Escultura y la Arquitec- viuda, residiendo en San Lorenzo o bien tura y en la que el artista, vivió en en Madrid permaneció los años finales de estrecho contacto con el ambiente huma- siglo, en los que trabajó para el Monasterio nista y cosmopolita que caracterizó a la por mandato del rey (como colaborador de capital andaluza en esos años. Pompeo Leoni en los sepulcros reales del Transcurrido ese período sevillano, Escorial y realizando 64 bustos relicarios regresa a Valladolid. En el mes de enero de cobre para el monasterio). Reside en de 1588 ratifica la escritura que en su Madrid hasta agosto de 1600, para luego nombre había firmado con el cabildo volver nuevamente a Valladolid, ciudad catedralicio unos meses antes su amigo el que va a vivir ahora, desde comienzos de platero vallisoletano José de Madrid para 1601, su época dorada y su momento de labrar la custodia de esa ciudad, obra que mayor esplendor al haber establecido en debería entregar un mes antes del Corpus ella la capitalidad el nuevo monarca y con- de 1590. vertirse por tanto en asiento de la Corona y Esta nueva etapa vallisoletana duró tres la Corte. años escasos, ya que a fines de ese último Así pues, a comienzos de la nueva cen- año, lo vemos ya en la documentación turia aparece una vez más nuestro artista como estante en Burgos, aunque vecino en Valladolid, una ciudad por entonces aún de Valladolid. En efecto, en mayo de vital y pujante, en la que trabaja para el 1588 había contratado en Burgos la cus- todopoderoso valido del rey, el duque de todia de su catedral obligándose a trasla- Lerma. En concreto, en competencia con darse a aquella ciudad para su rea- Pompeo Leoni, a comienzos de marzo de lización. En Burgos residió casi cinco 1602 presenta las condiciones para ejecu- años, viviendo en casa de su yerno y des- tar en tres años las estatuas sepulcrales de de entonces su principal colaborador los duques de Lerma y sus tíos los arzo- Lesmes Fernández del Moral. bispos de Sevilla y Toledo, cuyos modelos En Burgos, además de hacer la custodia escultóricos en yeso había dado en 1601 y otras obras para la catedral, en 1592 el escultor milanés. Destinadas a la capilla realizó también otra custodia de asiento mayor del convento de San Pablo, se trata- para el convento del Carmen extramuros ba de un ambicioso conjunto claramente de Valladolid, identificada por el profesor inspirado en las tumbas reales de El Cruz Valdovinos con la conservada Escorial. A Juan de Arfe se le atribuye la actualmente en el Museo de Santa Cruz estatua del arzobispo sevillano don de Toledo. Cristóbal de Rojas, que sería concluida De Burgos, se establece a partir de años después de su muerte por su yerno 1595 en Segovia donde ese año toma Lesmes Fernández del Moral, e instalada posesión del cargo de ensayador mayor finalmente en la Colegiata de Lerma, don- de la Casa de la Moneda de esa ciudad. de fue enterrado el prelado. Se trata de una estancia de muy corta No obstante, en mayo de 1602, Juan de duración, ya que la proximidad de la Arfe estaba ya de regreso en Madrid para Corte le lleva a Madrid, abandonando hacerse cargo precisamente de la fundi- definitivamente la ciudad del Acueducto ción en bronce de los citados sepulcros de

63 los Lerma, su última gran empresa, ya Mendoza, cuando fue trasladado desde que la muerte le sorprende al año siguien- Ávila a Palencia. No obstante su origina- te. En efecto, el 1 de abril de 1603, el lidad, el estilo de Juan de Benavente es insigne escultor de plata y oro muere en claramente deudor del de Arfe, como Madrid, concretamente, en las casas de pone de relieve la custodia de la catedral Jacome Trezo, en la Red de San Luis. palentina y otras piezas de gran calidad Hasta aquí, pues, los datos biográficos que nos han llegado de su mano. y noticias familiares de Juan de Arfe en Otro aspecto igualmente interesante en relación con esos años vividos en Valla- referencia a esos años vividos en Valla- dolid. Sin embargo, con ser importantes dolid y que confirma el ascendiente por lo que a la biografía del artista se alcanzado por Juan de Arfe entre los artí- refiere esa larga permanencia y esa activi- fices locales fueron las buenas relaciones dad en la ciudad castellana, la trascenden- y la vinculación con la cofradía de cia de Juan de Arfe en el panorama Nuestra Señora del Val y San Eloy, que artístico vallisoletano no se limitó a la agrupaba a los plateros de la villa desde realización de algunas de sus principales 1452. No sólo ingresó en la corporación, obras, sino que además su labor dejó pro- sino que ocupó en ella los dos cargos funda huella y contribuyó a fortalecer y principales: el de mayordomo, en 1567 y consolidar la platería vallisoletana, reafir- el de alcalde en 1570, actuando igual- mándola en su papel de centro difusor e mente como apoderado de la cofradía en influyente dentro del panorama de la diversos asuntos. orfebrería nacional en los momentos fina- Por último, esas relaciones no se limi- les del renacimiento. taron al marco de su propio oficio y gre- En Valladolid, además, Arfe creó mio, sino que también tenemos noticias escuela. Aunque documentalmente ape- de la amistad que mantuvo con algunos nas han llegado hasta nosotros datos de los más renombrados artistas que por sobre sus ayudantes Ðaprendices y oficia- entonces vivían y trabajaban en la ciudad, lesÐ, es indudable que hubo de contar con tanto escultores como pintores. Así, figu- un importante taller. Así, entre otros, se ra como testigo en la escritura de dos sospecha que la figura más sobresaliente retablos que contrató para el monasterio de la platería vallisoletana de la segunda jerónimo de Prado, en Valladolid, el mitad del siglo XVI, Juan de Benavente escultor Esteban Jordán o bien aparece (1535-1610), fue colaborador suyo, ayu- como padrino en el bautizo de los hijos dándole en su primera gran obra: la cus- del pintor vallisoletano Gregorio todia de Ávila. Martínez. Juan de Benavente, que fue durante Tras esta revisión a los datos biográfi- quince años aprendiz y oficial de Antonio cos que se conocen de Juan de Arfe en de Arfe, aparece a lo largo de su carrera Valladolid, se aborda a continuación el estrechamente vinculado a los Arfe, sobre análisis y estudio de las obras que realizó todo con Juan, de quien debió de ser ami- el artista durante esa etapa vallisoletana. go y condiscípulo. Tras su probable cola- Ya he apuntado la posibilidad de que boración en la custodia abulense, desempeñara el papel de ayudante en la posteriormente se encargaría de labrar la obra paterna de la custodia de Medina de custodia de la sede palentina por encargo Rioseco. El recuerdo e influencia de esta del mismo obispo, don Álvaro de custodia, tanto desde el punto de vista

64 Detalle de la custodia de la catedral de Ávila.

65 arquitectónico como decorativo, está pre- 1571, año que figura en el basamento de sente en su primera obra importante: la la custodia junto con su firma grabada en custodia de la catedral de Ávila. Si bien bellos caracteres. (ÇIoannes de Arphe no deja de ser una hipótesis, creo que no legion’Faciebat hoc opus An 1571È: es aventurado suponer su participación en ÇJuan de Arfe, leonés, hacía esta obra en la custodia de Medina de Rioseco, sobre el año 1571». todo en el magnífico grupo, muy manie- Labrada en plata en su color, mide 1, 65 rista y berruguetesco, de los cuatro levitas metros de altura y pesaba originalmente portando el Arca de la Alianza precedidos casi 64 kg. El artista percibió por su tra- por la esbelta y movida figura del rey bajo la elevada cifra de un millón, nove- David tocando el arpa. cientos siete mil, cuatrocientos tres y Sin embargo, al no tener ninguna medio maravedís. referencia documental que avale tal supo- Como es frecuente en las grandes cus- sición, nuestro estudio debe comenzar todias de asiento, en ella se desarrolla con la primera obra importante que con todo un complejo programa catequético certeza salió de su taller como artista que en este caso, además de la exaltación independiente: la ya mencionada custodia de la Eucaristía, ilustra la historia de la de asiento de la catedral de Ávila. Salvación haciendo referencia a la advo- Fue contratada por Juan de Arfe en cación del templo abulense: la iglesia Valladolid el 8 de noviembre de 1564, catedral de San Salvador. Es innecesario presentando ante el cabildo un modelo de recordar que los programas iconográficos madera y una traza dibujada en pergami- y su disposición eran siempre impuestos no. Para su realización se entregó al pla- al platero. Nada extraño, por otra parte, si tero leonés la plata vieja que había en la se tiene en cuenta que se trata de obras catedral, previamente pesada por Diego realizadas en plena época de la Con- de Alviz marcador de la ciudad de Ávila. trarreforma, con lo que ello supone de no Era éste el procedimiento habitual: el dejar nada en este tema al arbitrio del aprovechamiento del material procedente artista. Lamentablemente no se conoce de piezas antiguas y deshechadas, aparte quién o quiénes dictaron las indicaciones lógicamente de la entrega de la plata nue- iconográficas. Y lo mismo sucede con la va en barras. El mismo Juan de Arfe lo custodia de la catedral de Valladolid. Sólo menciona en la 2.ª edición del Quila- se sabe quién fue el inspirador del progra- tador, cuando se refiere a Çmuchas piezas ma de la custodia de Sevilla, el canónigo que he deshecho y fundido para hacer las don Francisco Pacheco, tío del pintor y custodias que he hecho...È. En este caso tratadista homónimo, maestro y suegro de se fundieron Çuna cruz grande con su Velázquez. En el caso de la custodia de macolla, un relicario de Santa Lucía y Ávila, no obstante, se sospecha que el unas palabras de la Consagración con dos inspirador fuese el receptor de la fábrica, ángeles». el canónigo Andrés Belorado. El 11 de mayo de 1570 la tenía ya ter- De estructura arquitectónica, la custo- minada, como se desprende de la carta dia adopta la forma de una esbelta torre que escribió al cabildo indicando que la de seis cuerpos superpuestos y de propor- custodia se debía marcar, clavar y mon- ciones decrecientes, cuerpos en los que tar en Ávila y no en Valladolid. Juan de alternan la planta hexagonal y circular. Arfe entregó la obra el 18 de junio de En ellos Arfe utiliza con singular conoci-

66 miento y maestría los diferentes órdenes: su hijo Isaac es la víctima simboliza para jónico, corintio y compuesto en los tres los cristianos la prefiguración eucarística primeros, seguidos de hermas en el cuarto del sacrificio de Cristo encarnado, pero y de balaustres y pilastras en el quinto y además, así como Dios salvó a Isaac a sexto, respectivamente. través de la aparición del ángel, la escena La custodia de Ávila es la más acorde a bíblica simboliza y prefigura también la la figura que Arfe representó en el folio Salvación del género humano por 38 de la Varia, no sólo por las proporcio- Jesucristo, aludiendo por ello a la titula- nes sino también por los cuerpos que ridad del templo. combinan plantas hexagonales y circula- Juan de Arfe ha representado con admi- res. En ella vemos la aplicación práctica rable perfección escultórica el momento de la teoría desarrollada en su tratado, en que Abraham levanta el cuchillo para cuando Arfe prescribe que la custodia de degollar a su hijo arrodillado. Se desco- asiento ha de seguir la proporción dupla noce la fuente que le sirvió de inspiración sexquiáltera, es decir, dos a cinco, com- para la escena, que, como era habitual, parando la altura con el diámetro o medi- sería seguramente un grabado. Se ha da máxima del basamento, tanto en el apuntado cierta inspiración en la pintura total como en cada uno de los cuerpos. del mismo tema que en 1541 realizó en la El basamento sobre el que se asienta la tribuna de la catedral de Pisa Giovanni custodia se decora con treinta bajorrelie- Antonio Bazzi, llamado Il Sodoma, si ves con escenas del Génesis, concreta- bien hay que decir que apenas existe mente seis de la historia de Abraham y parecido entre ambas obras. veinticuatro relativos a la historia de La calidad y maestría de este conjunto Moisés y el Éxodo del pueblo israelita. escultórico confirma ya, a pesar de tratar- Abraham y Moisés figuran como conduc- se de una realización de juventud, la alta tores del pueblo escogido por Dios, para consideración que el propio Juan de Arfe, que de él naciera el Mesías. orgulloso, se atribuía a sí mismo, cuando Sobre esta base se eleva el primer cuer- años después se denomina «escultor de po, un templete compuesto por seis arcos plata y oroÈ. de medio punto rebajados que apoyan en Alrededor de este primer cuerpo y den- seis pequeñas torres de columnas jóni- tro de las torrecillas angulares antes men- cas. Estas torrecillas de las esquinas son cionadas se disponen seis elegantes un motivo adoptado de las custodias de figuras alegóricas de Virtudes con sus su padre, como vemos en las que Antonio atributos, tres teologales y tres cardinales de Arfe hizo para Santiago de (falta la Templanza). Se ha omitido Compostela y Medina de Rioseco. En el expresamente la virtud de la Templanza interior de este primer cuerpo se dispone para indicar que no puede haber medida el espléndido grupo escultórico en bulto para amar a Cristo y apetecer la redondo del Sacrificio de Isaac, en el Eucaristía, hay que amarle y desearle sin momento en que el patriarca se dispone a medida. Encima de las torrecillas, y en el degollar a su hijo e interviene un ángel interior de pequeños templetes rematados para impedírselo, el cual se aparece en con jarrones con costillas, pirámides y pleno vuelo suspendido del intradós de la bolas herrerianas se alojan seis figurillas bóveda del pabellón. Como es sabido, el de Sibilas portando libros. Como se sabe, sacrificio ofrecido por Abraham del cual en el renacimiento es frecuente la repre-

67 sentación de las Sibilas o profetisas paga- blamento figura el escudo de la catedral nas, por lo general entremezcladas o sostenido por angelitos (león y cordero emparejadas con los Profetas que anun- del Apocalipsis). En su interior este cuer- cian la venida de Cristo (Recuérdense las po aloja la escena de la Transfiguración vigorosas figuras pintadas por Miguel de Cristo, misterio que hace referencia Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina). nuevamente a la advocación de la cate- Aquí, en la custodia de Ávila, aparecen dral. En derredor del basamento de este con idéntico significado: simbolizan el tercer cuerpo se disponen doce templetes, anhelo pagano de la venida y redención a modo de minúsculas capillas de planta de Cristo. cuadrada cubiertas con chapiteles. Con- Precisamente delante del basamento del tienen en su interior pequeñas campanas segundo cuerpo se hallan seis pequeñas que suenan durante la procesión del figuras de Profetas, sentados en sendos Corpus, invitando a todos a venerar al bancos, justo encima de la clave de los Santísimo Sacramento. Flanqueandólos seis arcos del cuerpo primero de la custo- se ven de nuevo pequeñas figuras de dia. Son tipos corpulentos con largas ángeles, en este caso, tocando instrumen- barbas, que visten túnica y manto. Entre tos musicales. ellos, vemos ángeles niños también senta- Sobre el tercer cuerpo se alzan otros dos. Sobre el respaldo del sitial de algunos tres más pequeños y decrecientes. El de los profetas se distinguen claramente cuarto, cuyo entablamento sostienen ele- las marcas del contraste Alonso Gutiérrez gantes hermas o cariátides manieristas, Villoldo (A que cobija una o/GREz) y el contiene en su interior la figura de Dios punzón de Valladolid, formado por cinco Padre bendiciendo y con el globo terrá- gallardetes ondeando a diestra. queo. El quinto, se halla ro-deado de una El segundo cuerpo es de orden corintio balaustrada y de él pende en su interior y planta circular. En los intercolumnios se una campana, mientras que finalmente el disponen las excelentes imágenes de los sexto y último –un minúsculo templete– doce Apóstoles vueltos de espaldas y en remata en cruz terminal con Crucifijo. derredor del Santísimo que se venera en Si la custodia abulense es todavía una un viril barroco de rayos, labrado en plata obra de juventud que presenta aún primo- dorada y pedrería. La colocación de los rosa decoración plateresca, especialmen- Apóstoles alrededor del Santísimo, al que te en su primer cuerpo donde abundan las rinden culto, es una clara evocación del ricas labores de cincel, la custodia de momento en que Cristo instituye la Valladolid, que Juan de Arfe realiza vein- Eucarístia después de cenar con sus discí- te años después, se nos muestra ya como pulos. En los pedestales de las columnas una obra de madurez, una pieza mucho se representan cuarenta y ocho relieves de más sobria y depurada, respondiendo en Santos. su diseño, proporciones y severa arqui- De planta hexagonal, el tercer cuerpo lo tectura al nuevo estilo que el propio artis- forman seis arcos esquinados (también ta contribuyó decisivamente a imponer y denominados de clave quebrada), solu- difundir. ción manierista que volverá a utilizar Fue contratada en Valladolid en nombre años más tarde en la custodia de de Juan de Arfe en octubre de 1587 por el Valladolid. Esos arcos apoyan en colum- platero José de Madrid, cuando Arfe aún nas de orden compuesto, sobre cuyo enta- permanecía en Sevilla trabajando en la

68 Custodia de la catedral de Valladolid.

69 monumental custodia de la catedral his- escenas en relieve, las representaciones palense. se acomodan cada vez más a un canon de De plata en su color, mide 1,67 m. En extremada esbeltez y elegancia, de evi- la escritura de obligación se especifica el dente inspiración en la pintura y el graba- peso en marcos de la custodia Ðequiva- do manieristas. lente a casi 65 kg.Ð Arfe se obligó a ter- La custodia de Valladolid adopta la for- minarla un mes antes del Corpus de ma de una torre de cuatro cuerpos, en los 1590. El 3 de agosto de ese año otorgó que, como en Ávila, alternan la planta carta de pago, en la que afirma haber hexagonal y circular. En ellos se suceden recibido por ella un millón, quinientos los órdenes jónico, corintio, compuesto y dieciocho mil, noventa y dos maravedís. toscano. Es muy similar en sus dimensiones, peso El cuerpo inferior, de planta hexagonal y número de estatuillas y relieves a la de estrellada, presenta, sobre un basamento, Ávila, por lo que se ha sugerido la posi- seis grupos de a cuatro de esbeltas colum- bilidad de que el cabildo vallisoletano nas, jónicas, sobre plintos cilíndricos deseara emular la custodia de la catedral adornados con grutescos. En ellas apean abulense. arcos de medio punto de clave quebrada o No se aprecian marcas en ella, pero lle- «en ángulo», original solución que va grabada en el basamento del cuerpo Ðcomo acabamos de ver– ya había adop- bajo la firma del artista, junto a la fecha tado Juan de Arfe en la custodia de Ávila. de terminación: ÇJoan de Arphe i Villa- El pedestal o asiento de este primer cuer- fañe. MDXCÈ. po se decora con treinta relieves apaisa- La custodia de la catedral de Valladolid dos de temas del Antiguo Testamento, se distingue por su armoniosa arquitectu- episodios relativos a las historias de ra y sobriedad ornamental, así como por Abraham, Isaac, Moisés, David, Salomón la elegancia de sus líneas y proporciones. y Elías fundamentalmente, todos ellos Es una obra que responde ya plenamente con escenas que prefiguran el sacramento a ese nuevo ideal de pureza de la estética de la Eucaristía. Las composiciones de clasicista que Juan de Arfe y otros gran- estos relieves no son en absoluto creación des plateros de su generación impusieron original de Arfe y su inspiración en gra- en la orfebrería española de fines del bados de biblias ilustradas de la época es siglo XVI. Curiosamente, ese clasicismo, evidente. En ellos predomina el protago- siglos después sería muy elogiado por los nismo de las figuras que destacan y se viajeros ilustrados cuando visiten la cate- recortan sobre fondos y paisajes muy dral vallisoletana, como Antonio Ponz e sumarios. Isidoro Bosarte, al tiempo que rechazaron Por otra parte, como observa la profe- con los más duros improperios la plata sora Sanz Serrano, son muy similares a barroca conservada en el templo. los que ornamentan el basamento del Los grutescos y temas decorativos segundo cuerpo de la custodia sevillana renacentistas ceden paulatinamente su (véase por ejemplo el de los sacrificios de lugar a un tipo de decoración manierista Caín y Abel). Con respecto a estos relie- que se concreta en el predominio de lo ves, en el contrato se indica que Çlas his- arquitectónico y en un gusto creciente por torias que van en el basamento primero los motivos geométricos y las superficies serán más de medio relieve por razón de lisas. Por lo que se refiere a las figuras y que se puedan gozar de lejos y han de ser

70 las historias que por el cabildo o sus dipu- El tercer cuerpo, de planta hexagonal y tados se le señalaren». también, como en el primero con arcos Dentro de este primer cuerpo iría el esquinados o de clave quebrada, debió de magnífico grupo escultórico de bulto alojar la Asunción del cuerpo inferior. Su completo y considerable tamaño de Adán presencia en la custodia se explica por ser y Eva a los lados del árbol del Paraíso, la advocación de la catedral de Valla- desnudos de serena belleza que acreditan dolid. Rodeando este cuerpo, en el que las dotes de Arfe en el dominio de las Arfe emplea pilastras con columnas de proporciones del cuerpo humano, tema orden compuesto adosadas, vemos éste de la correcta representación anató- pequeñas figuras de mujeres tocando ins- mica que fue objeto de amplio estudio trumentos musicales en grupos de a dos por parte del artista en su libro Varia alternando con pirámides. commensuración. Por otra parte, si bien El último cuerpo es circular, a manera presenta variantes, el grupo parece inspi- de pequeño templete bramantesco, y está rado en un célebre grabado de Durero, formado por veintidós columnas toscanas fechado en 1504. La presencia de Adán y sobre alto plinto En su interior se aloja Eva se justifica aquí, al simbolizar a la una campana, cual minúsculo campana- humanidad pecadora y salvada por la rio. Finalmente, la custodia se remata con acción redentora del sacrificio de Cristo una pirámide calada, a modo de esbelto rememorado en la Eucaristía. Teniendo chapitel, terminada en esfera y cruz. en cuenta el lugar tan destacado que ocu- Además de estas dos grandes piezas, no paban, en el centro de la custodia, llama cabe duda de que Juan de Arfe hubo de la atención el tratamiento tan sensual y el realizar otras obras menores durante esos realismo, no obstante idealizado, de los años en que residió y trabajó en Valla- cuerpos de Adán y Eva, concebidos con dolid. Sin embargo, lamentablemente, no una clara exaltación renacentista de la se ha localizado ninguna otra obra que se belleza del desnudo. sepa con seguridad saliese de su taller en Modernamente se alteró la disposición esta ciudad, si bien se le ha atribuido de los grupos escultóricos en la custodia. alguna pieza, atendiendo a la excepcional Y así, las pequeñas figuras de santos arro- calidad de la misma, concretamente un dillados y en actitud de adoración que hostiario que se conservó hasta hace aparecen hoy en este primer cuerpo irían algunos años en el convento vallisoletano en el segundo, donde a buen seguro se de Nuestra Señora de la Laura y que le dispondría el viril original en lugar de la asignó el profesor Cruz Valdovinos. Asunción que lo ocupa actualmente. Este Se trata seguramente de un joyero per- segundo cuerpo es un templete circular teneciente a la fundadora del convento formado por doce columnas de orden –doña María de Toledo y Colona, duque- corintio, decoradas en su fuste con estrías sa de AlbaÐ, que se transformó en hostia- helicoidales y temas de grutescos. En los rio, añadiéndole la tapa y el pie. Como plintos figuran relieves con escenas del es sabido fue habitual dar un uso religio- Nuevo Testamento que hacen referencia a so a objetos de origen profano, en razón la Eucaristía. En éste y en los dos cuerpos de su riqueza material. En su superficie restantes Arfe utiliza elementos de clara se representan bellísimos relieves mito- procedencia escurialense, como son las lógicos, entre los cuales parece figurar pirámides rematadas en bolas. Penélope tejiendo ante el telar. La esposa

71 del héroe Odiseo era símbolo de pacien- y sencillez arquitectónica. La abundan- cia y fidelidad. cia de relieves y estatuillas se reemplaza Con todo, se sabe por la documenta- poco a poco por el rigor y la claridad ción publicada, que durante esta larga estructural, así como por la elegancia y etapa trabajó para importantes clientes, pureza del diseño. La custodia, además tanto de la nobleza como de la iglesia, de pirámides con bolas, presenta la clientela entre la que se encontraban los novedad de utilizar tempranamente propios monarcas Felipe II y Felipe III y espejos ovalados y esmaltados, como se el Duque de Lerma. aprecia en el basamento y en el pedestal Por lo que respecta a su principal del viril. comitente: la Iglesia, hay que recordar que Por lo que respecta a otras piezas de en 1592 realizó para el convento vallisole- iglesia, podemos hacernos una idea de tano del Carmen extramuros, otra custodia cómo pudo ser una cruz procesional procesional de asiento, que se creía perdi- labrada por Juan de Arfe en Valladolid a da, y que en 1977 fue identificada por Cruz través del ejemplar conservado en la igle- Valdovinos con la que, procedente de los sia parroquial de Simancas. Esta magnífi- fondos de la Desamortización, se conserva ca pieza fue contratada en 1592 por los en el Museo de Santa Cruz de Toledo. hermanos Francisco y Bernabé de Soria, Fue contratada en nombre del artista, plateros vecinos de Valladolid. En la ausente entonces en Burgos, por el escul- escritura de contrato se obligaban a que el tor Esteban Jordán, amigo de Arfe. La pie o macolla de la cruz se haría confor- obra se realizó en Burgos, si bien se mar- me al pie de la cruz que había realizado có en Valladolid con el punzón de locali- Juan de Arfe para el monasterio del dad de la villa, el de su contraste Alonso Carmen de la entonces villa castellana. Gutiérrez Villoldo y el anagrama de Arfe A diferencia del árbol de la cruz, más con las iniciales de su nombre y apellido recargado y cuyo diseño fue creación de (I.A.), signatura que utilizó habitualmen- los hermanos Soria, el pie o castillete es te y vemos también en sus tratados el ya muy sobrio en sus líneas y ornato, acu- Quilatador y la Varia. sando con nitidez el gusto por la arquitec- Consta de tres cuerpos de planta hexa- tura escurialense en su elegante diseño. gonal y comparada con las de Ávila y Se compone de doble cuerpo hexagonal Valladolid es más pequeña de tamaño, con apóstoles en nichos en el superior, pues mide 1,12 m. de altura. La custodia, pero en óvalos con cartelas en el inferior, tanto en su arquitectura como en sus además de frontones en todas las caras. relieves y decoración, revela de forma Esta obra y otras que se han perdido bien patente el cambio de estilo que se pero que se conocen por la documenta- observa en la platería española a fines del ción de la época, ponen de manifiesto la siglo XVI, por lo que es un buen ejemplo impronta tan considerable que dejó Juan de ese ideal de sobriedad y clasicismo de Arfe en la platería, no sólo vallisoleta- que se adueña de la orfebrería y de las na o castellana sino de todo el país. A su demás artes durante el reinado de Feli- esplendor y desarrollo contribuyó en gran pe II y continúa vigente durante buena medida este excepcional orfebre, Juan de parte de la centuria siguiente. Arfe, leonés de nacimiento pero, muy La profusión ornamental renacentista estrechamente vinculado a la historia y el desaparece para dejar paso a la severidad arte de la ciudad de Valladolid.

72 Adán y Eva. Detalle de la custodia de la catedral de Valladolid.

73 BIBLIOGRAFêA CRUZ VALDOVINOS, José Manuel, ÇLa custodia de Juan de Arfe del Museo de Santa Cruz CEÁN BERMÚDEZ,Juan Agustín, Diccionario de ToledoÈ, A.E.A., tomo L, Núm 197 Histórico de los más ilustres profesores de (1977), pp. 9-29. las Bellas Artes. Reedición. Akal Edi- SANZ SERRANO,María Jesús, Juan de Arfe y ciones, Madrid, 2001. Villafañe y la custodia de Sevilla,Sevilla, MARTê Y MONSO,José, Estudios histórico-artís- 1978. ticos relativos principalmente a Valladolid, BRASAS EGIDO, José Carlos, La platería Valladolid-Madrid, 1898-1910. vallisoletana y su difusión,Valladolid, AGAPITO Y REVILLA,Juan, ÇLa custodia de la 1980. catedral de Ávila», B.S.C.E., 1909-1910, CRUZ VALDOVINOS, José Manuel, «Platería», pp. 142-146. en A. BONET CORREA (Coordinador), SÁNCHEZ CANTÓN,Francisco Javier, Los Arfe. Historia de las Artes Aplicadas e indus- Escultores de plata y oro,Madrid, 1920. triales en España,Madrid, 1982, pp. 94- ORBANEJA, María del Carmen, ÇPapeletas de 96. orfebrería castellana. La custodia de la CRUZ VALDOVINOS, José Manuel, ÇEl platero Catedral de ValladolidÈ, B.S.A.A., 1932- Juan de Arfe y Villafañe», Iberjoya, Núm. 1933, pp. 227-246. Especial, Diciembre, 1983, pp. 3-22. Sin GARCêA MARTêN, María Josefa, ÇPapeletas de duda el mejor y más completo estudio orfebrería castellana. Juan de Arfe y la sobre Juan de Arfe. custodia de Ávila», B.S.A.A., 1942, pp. HERNMARCK, C., Custodias procesionales en 257-268. España,Madrid, 1987. TRENS, Manuel, Las custodias españolas, DELACRUZ VAQUERO, Antonio y GONZÁLEZ Barcelona, 1952. GONZÁLEZ, Nicolás, La custodia del GARCêA CHICO, Esteban, Documentos para el Corpus de Ávila, Ávila, 1993. estudio del Arte en Castilla. Plateros de AA.VV., La Platería en la época de los los siglos XVI, XVII y XVIII,Valladolid, Austrias Mayores en Castilla y León, 1963. Catálogo de la Exposición, Junta de Castilla BONET CORREA, Antonio, «Prólogo» en la edi- y León, Valladolid, 1999. Véanse los textos ción facsímil de la Varia commensuracion firmados por María Victoria HERRÁEZ para la esculptura y la architectura, ORTEGA,Julián BLÁNQUEZ CHAMORRO y Madrid, 1974. José Carlos BRASAS EGIDO.

74 COLABORACIONES

NOTAS SOBRE EL COLEGIO DE SAN AMBROSIO DE VALLADOLID M.» Antonia Fernández del Hoyo

Muchos de los numerosos edificios re- edificio del Colegio jesuita de San Am- ligiosos que situaron a Valladolid en un brosio, de Valladolid, que subsiste par- lugar destacado entre las ciudades espa- cialmente en la calle denominada actual- ñolas de marcado carácter levítico desa- mente del Santuario. En este estudio se parecieron a consecuencia de las sucesi- tratan algunos aspectos de su historia ar- vas desamortizaciones, ocurridas espe- quitectónica. cialmente durante la primera mitad del si- El Colegio de San Ambrosio fue el se- glo XIX. Otros, por fortuna, se mantuvie- gundo de los establecimientos que la to- ron en pie pero despojados de su davía joven y desde luego arrolladora primitiva función, aquella para la que fue- Compañía de Jesús fundó en Valladolid1. ron establecidos, padeciendo las diversas Lo hizo en 1567 ocupando diversas casas vicisitudes derivadas de su nuevo destino contiguas, sitas en la calle del Salvador y viéndose, en la mayoría de los casos, (hoy del Santuario) perteneciente a la pa- mutilados en su integridad arquitectónica. rroquia de San Esteban, que los jesuitas Un ejemplo en cierto modo paradigmáti- adquirieron a la familia Cuadra Avellane- co pese a sus peculiaridades Ðel abando- da primero y luego a los López de Calata- no de su uso original se produjo en la se- yud2. Posteriormente, en 1595 el Colegio gunda mitad del XVIIIÐ lo proporciona el se refundó, podría decirse, desde el punto

1 Sin pretender agotar todo lo escrito acerca del Colegio menciono las publicaciones más relevantes en el aspecto histórico-artístico, especialmente, las más modernas, que recogen la bibliografía anterior: VV.AA., (E. Álvarez director), El Santuario Nacional de la Gran Promesa,Valladolid, 1963; J. J. Martín González y J. Urrea Fernández, Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid,I,«Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, XIVÈ, Diputación de Valladolid, 1985; J. J. Martín González y F. J. de la Plaza Santiago, Monu- mentos religiosos de la ciudad de Valladolid, II, «Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, XIVÈ, Diputación de Valladolid, 1987; M. J. Redondo Cantera, ÇEl edificio durante los siglos XVII y XVIIIÈ, en His- toria de la Universidad de Valladolid, T. II, Departamento de Publicaciones de la Universidad de Valladolid, 1989, pp. 663 y 664. Aportación fundamental para la historia del Colegio es la Tesis Doctoral de J. Burrieza «El poder de la enseñanza y el sermón: presencia de la Compañía de Jesús en el ámbito geográfico de Vallado- lid (1545-1767)È, Universidad de Valladolid, 2003 (en vías de publicación), a quien agradezco la posibilidad de su consulta. 2 Cfr. J. Urrea, Arquitectura y Nobleza. Casa y palacios de Valladolid,Valladolid, 1996, pp. 74-75.

77 de vista económico gracias al patronazgo cional pues San Ambrosio fue siempre de Don Diego Romano, arzobispo de entre todos los establecimientos jesuitas Tlaxcala (Nueva España) y emparentado de la ciudad el de más clara dedicación con la familia de San Ignacio a través de académica y su vinculación con la princi- su cuñada Doña Margarita de Loyola, que pal institución docente un empeño muy lo dotó con 7.000 ducados3. temprano y, con vaivenes, mantenido du- Desde muy temprano el Colegio de San rante toda su existencia. Entre 1576 y Ambrosio tuvo una notable implantación 1591 los jesuitas de San Ambrosio impar- en la ciudad a través de algunos de sus re- tieron enseñanzas universitarias corres- ligiosos, especialmente del padre Luis de pondientes a los estudios de Gramática, y la Puente (1554-1624), que fue rector y posteriormente de Teología –a los que vicerrector en diversas ocasiones y, sobre asistían los colegiales Ingleses desde su todo, ejerció una gran influencia por la establecimiento en 1589Ð y Artes. Tras la dirección espiritual de algunas figuras ruptura con la Universidad y otros inten- fundamentales de su época, como Marina tos fallidos en la primera mitad del XVII, de Escobar y Luisa de Carvajal; relevante a partir de 1659 la cátedra y regencia de fue también la figura del hermano Jeróni- Gramática pasó definitivamente al Cole- mo Benete (1629-1707), muy discreto gio hasta la expulsión. Pero fue especial- como pintor pero notable en el ejercicio mente el siglo XVIII cuando San Ambro- de la caridad. Ya en los años 30 del siglo sio incrementó su papel en la enseñanza XVIII, otro jesuita, el padre Francisco de la Teología convirtiéndose en uno de Bernardo de Hoyos (1711-1735) hizo de los principales centros académicos de los este Colegio el gran centro de devoción al jesuitas en Castilla5. Corazón de Jesús tras las milagrosa vi- Tan fecunda trayectoria histórica se in- sión que aseguró haber tenido en mayo de terrumpió bruscamente por el decreto de 1733, siendo aún novicio, circunstancia abolición de la Compañía de Jesús en los que condicionaría el futuro del edificio. reinos de España, la Pragmática Sanción, Pero especialmente relevante fue la la- promulgado por Carlos III el 2 de abril bor educativa del Colegio4. En efecto, la de 1767. En su cumplimiento el día 3 cercanía entre éste y la Universidad no Ðcomo relata Ventura Pérez– «amanecie- era solamente urbana sino también fun- ron cercados de soldados los tres cole-

3 Acerca de este patronazgo Cfr. L. Fernández Martín, S. J., «Raíces loyoleas del Colegio de San Ambrosio de ValladolidÈ, en Nueva Miscelánea Vallisoletana, Grapheus, Valladolid, 1998, pp. 17-52. 4 Tal como pone de manifiesto el Padre Isla: ÇEste Colegio de San Ambrosio estaba destinado únicamente para las funciones del magisterio, y, por lo mismo, compuesto únicamente de maestros y discípulos, unos y otros escogidos entre los más hábiles; circunstancia que le hacía tan conocido como respetado de todos los hombres sa- bios de España». Citado en El Santuario..., p. 57. 5 Este aspecto ha sido tratado por M. Torremocha (ÇLos estudiantes, los estudios y los gradosÈ), en Histo- ria de la Universidad de Valladolid,Valladolid, 1989, T. I, p. 96; y «Presencia jesuítica en la Universidad de Va- lladolidÈ, Actas del Congreso Internacional 400 años de los Jesuitas en Córdoba, Rosario Ð Argentina, 1999, pp. 421-443; R. M. González Martínez («Catedráticos y Cátedras») en Historia de la Universidad de Valladolid, I, pp. 150-154. J. Burrieza Sánchez, ÇLos jesuitas y la Universidad de Valladolid (los jesuitas, maestros de gra- mática en la Universidad de Valladolid en los siglos XVI y XVII)È, Actas del Congreso Internacional 400 años de los Jesuitas en Córdoba, T. II, pp. 31-61; «Las cátedras ‘pro religione’ en la Universidad de ValladolidÈ, Re- vista de Historia Moderna, 20 (2002), pp. 149-186; también Ob. cit., en nota 1 (pp. 856-981), donde se recoge to- da la bibliografía anterior.

78 El Colegio de San Ambrosio (foto E. Laurent. 1924). gios de padres de la Compañía de Jesús, unos truenos vehementes, a modo de de que causó mucha admiración a toda la trompeta; el día 3, que fue viernes de Lá- ciudad, sin saber el motivo habiéndoles zaro, se cantó el Evangelio en que lloró tomado la noche antes el corregidor y Jesús, y los religiosos estuvieron reclu- otros dos jueces, cada uno en su colegio, sos, y el sábado 4, cuando salieron, se las llaves de todo, sin dejarles a los reli- cubrió la iglesia de luto por la ceremonia giosos más que el claustro, hasta que el de la Dominica de Pasión»6. Por lo que sábado 4 del dicho, a las siete de la ma- atañe concretamente a San Ambrosio, el ñana, en calesas y mulas, los despacha- Padre Isla refiere cómo 50 soldados de ron a todos; sólo quedaron dos enfermos caballería rodearon el edificio mientras y el procurador de cada colegio para ha- que casi 100 infantes lo ocuparon; vivían cer inventarios de todos sus bienes...È. en él 39 jesuitas que lo abandonaron al Tal rapidez y nocturnidad causó el asom- día siguiente, 4 de abril, a las 3 de la ma- bro de los vallisoletanos; como apostilla drugada. el citado diarista «Fue día triste para esta Tras la expulsión el edificio de San ciudad, y algunos observaron que el día 2 Ambrosio se destinó a distintos fines, al- por la tarde se cubrió el cielo y tronó con gunos sucesivos en el tiempo, coexis-

6 Ventura Pérez, Diario de Valladolid, Ed. Grupo Pinciano, Valladolid, 1983, p. 405.

79 tentes otros en las distintas zonas en que damente el núcleo de edificios conventua- se dividió el conjunto. Para estudiar su les propiamente dichos, integrado a su vez viabilidad se realizaron diversos estudios por un gran cuerpo perpendicular a la arquitectónicos y se levantaron planos iglesia en el que se incluyen la capilla del que reflejan la distribución del edificio. Relicario y el refectorio entre otras mu- Ya era conocida la planta general firmada chas estancias, y otro cuerpo de menores por el arquitecto Manuel Godoy el 18 de dimensiones, paralelo a la calle, además abril de 1771 con motivo de instalación de jardín, corral y dependencias auxilia- del Colegio de Escoceses7, pero permane- res, entre ellas un pozo de nieve; y en el cían inéditos los dibujos realizados el 1 extremo más al Oeste, lindando con el de enero de 1770 por el maestro de obras Hospital de San Antón, la zona destinada Antolín Rodríguez8 cuando se acariciaba a estudios que se hizo de nueva planta en la idea de trasladar a San Ambrosio el el siglo XVIII. Hospital de Santa María de Esgueva. En Por lo que se refiere a la iglesia, es muy esta ocasión, además de un plano de con- poco lo documentado sobre su construc- junto muy similar al de Godoy, Rodrí- ción, que debió ser lenta10. En su Historia guez diseñó la planta y el alzado de la Antolínez afirma: ÇLa iglesia que hoy tie- obra hecha pocos años antes para los lla- ne es de prestado, se va labrando la princi- mados Generales9. A partir de estos docu- pal, y la tiene dotada Don Jerónimo Ro- mentos gráficos pretendo reflexionar so- man (sic), obispo que fue de Tlascala, en bre la arquitectura de San Ambrosio. la Nueva España, natural de Valladolid. Efectivamente, en paralelo a su desarro- Yace sepultado en la dicha iglesia con llo espiritual e intelectual, y para mejor tumba levantada. En esta iglesia está ente- servirlo, el Colegio de San Ambrosio fue rrado, al lado del Evangelio y en un nicho desarrollando su arquitectura, añadiendo a en alto, el venerable Padre Luis de la las casas sobre las que primitivamente se Puente... Falleció en 16 de febrero de asentó los edificios necesarios. Los men- 1624È11. El dato acerca de la construcción cionados planos del siglo XVIII sirven pa- del nuevo templo podría ser esclarecedor ra obtener una visión de conjunto de las si no fuese por la imposibilidad actual de distintas zonas que integraban su estructu- precisar la fecha en que Antolínez escribe, ra, reconocible aún en lo que subsiste pese en todo caso entre 1625 y 1638. La traza a la mutilación sufrida. De Este a Oeste se –que sigue en lo esencial el modelo jesuí- situaban la iglesia principal y la Capilla de ticoÐ debe atribuirse a Francisco de Pra- la Congregación de la Concepción; segui- ves, el último de los grandes maestros del

7 M. Taylor, The scots college in ,Valladolid, 1971. 8 Acerca de Manuel Godoy y de Antolín Rodríguez (+1789), de dilatada y densa trayectoria profesional y sin duda el maestro de obras más destacado en su tiempo, cfr. M. J. Redondo Cantera («La situación profesional de la arquitectura y los arquitectos en Valladolid durante el reinado de Carlos IIIÈ, en Actas del IX Congreso Es- pañol de Historia del Arte, León, 1992, T. II, pp. 53-62), que recoge la bibliografía anterior. 9 La documentación que ahora aporto se guarda en el Archivo Municipal de Valladolid, Sección Hospital de Esgueva, Caja 328, leg. 35, 158; Caja 338, leg. 39, 106 y Caja 347, leg. 43-185. Agradezco al personal del citado Archivo su ayuda y amabilidad. Mi especial gratitud a Miguel Ángel de Benito a quien debo el conocimiento del alzado dibujado por Antolín Rodríguez. 10 Cfr. J. J. Martín González y J. Urrea Fernández, Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid,I, «Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid, XIVÈ, Diputación de Valladolid, 1985. 11 J. Antolínez de Burgos, Historia de Valladolid,Ed. de J. Ortega Rubio, Valladolid, 1887, p. 329.

80 Planta general del Colegio de San Ambrosio, por Manuel Godoy (1771). clasicismo vallisoletano, con cuyo estilo obispos: dedicar los templos de los jesui- conviene, especialmente en la fachada, tas a uso parroquial. Aunque desde 1769 muy próxima a la de la parroquia de San estaba decidido14, no fue hasta el 18 de Martín que se terminó en 162112. Tras la noviembre de 1775 cuando la parroquia muerte de éste (1637) otros maestros se de San Esteban, cuyo edificio, muy próxi- encargarían de su continuación. En 1648 mo, se hallaba ruinoso, se trasladó a la se hacía el tejado del cuerpo de la iglesia, iglesia de San Ambrosio, que se conside- siendo maestro mayor de ella Nicolás raba espacio adecuado Çpor su hermosura, Bueno Ðseguramente el arquitecto más re- adorno y capacidadÈ15. Entre las modifi- levante del momento en la ciudadÐ pero caciones que el templo experimentó con hasta 1665 no se abriría al culto13. No se su cambio de titulación están la sustitu- puede creer a Canesi que retrasa la cons- ción de los escudos de la Compañía por trucción hasta 1690. La sacristía se dispo- las armas reales –la parroquia se llamó de ne paralela a la nave del evangelio. San Esteban el Real como señal de la pro- La función asignada a la iglesia tras la tección de la corona– y del cuadro de San expulsión respondía a lo solicitado por los Ambrosio que presidía el retablo mayor

12 Así lo estiman J. J. Martín González (Arquitectura barroca vallisoletana, Valladolid, 1967, pp. 63-66) y A. Bustamante García, (La arquitectura clasicista del foco vallisoletano (1561-1640),Valladolid, 1983, pp. 472- 476). 13 J. Burrieza, «El poder de la enseñanza...». 14 Una Real Cédula de 21 de agosto de 1769 destinaba la iglesia a parroquia bajo patronato real. 15 J. Burrieza, Ob. cit., p. 315. Noticias acerca de la iglesia, convertida ya en parroquia en A. Ponz, Viaje de España, (1783), T. XI., Ed. Grupo Pinciano, Valladolid, 1993, pp. 90-91.

81 por una imagen de San Esteban16. El 27 de congregación de la Purísima Concepción octubre de 1869 un formidable incendio, de Nuestra Señora sita en el colegio de quizá provocado, destruyó prácticamente San Ambrosio de la Compañía de Jesús» todo el mobiliario del templo, cuyo inte- que «tienen empezada la fábrica de la ca- rior se restauró inmediatamente17. La últi- pilla de la dicha congregación y han acor- ma transformación se realizó entre 1936 y dado acabarlaÈ en hacerlo conforme a las 1941, año este último en que perdió su condiciones que seguidamente se estipu- función parroquial convirtiéndose en Ba- laban20. Se trataba, en primer lugar, de ha- sílica Santuario Nacional de la Gran Pro- cer la armadura del tejado de la capilla mesa, dedicado al culto del Sagrado Cora- mayor y una linterna con ocho ventanas, zón, integrado dentro del proyectado Al- Çlas cuatro abiertas y las cuatro cerra- cázar de Cristo Rey18. dasÈ, con «la proposición de ancho y alto La capilla de la Congregación de la In- que corresponde a la media naranjaÈ; se maculada Concepción –que en 1783 for- cubría de pizarra y se remataba con «su maría parte del Colegio de EscocesesÐ es bola dorada y su cruz del modo y tamaño de una sola nave, cuyo eje discurre para- que está en la iglesia de San AmbrosioÈ21. lelo a la actual calle de Alonso Pesquera Al colocar el tejado habían de «repasar (antes de San Esteban), dividida en cinco las tejas que se hubieren lastimado del tramos más el presbiterio y coro alto a los cuerpo de la capillaÈ. pies. Se cubre con bóveda de cañón con Otras condiciones atañen a la decora- lunetos y cúpula rebajada en la capilla ción interior: guarnecer de yeso las pechi- mayor, y posee sacristía propia. Se ignora nas y media naranja, así como «los cuatro la fecha en que se inició su construcción arcos torales y los machones hasta abajo que por su estilo convendría con el segun- y las tres paredes de la capilla mayorÈ, en do cuarto del XVII19 pero sí parece que, cuyas paredes se abrirían «dos ventanas a como es frecuente en la arquitectura reli- cada lado la suyaÈ; en el cuerpo de la giosa vallisoletana, la obra se ejecutó en iglesia se habían de «cerrar cuatro bóve- dos etapas. En efecto, en noviembre de das de ladrillo sobrepuesto con sus arcos 1680 los maestros de obras Juan Tejedor dobles y lunetosÈ, enyesarlas Çy hacer Lozano y Francisco García, su sobrino, se sus aristas y en los planos de en medio concertaron con los Çcongregantes de la Çseis recuadros corridos hasta abajo en-

16 Cfr. J. J. Martín González y J. Urrea, Ob. cit., pp. 320, 335-337. Se puede añadir que en enero de 1789, la fábrica de la parroquia, reunida para elegir nuevo mayordomo, tomó, entre otros, los siguientes acuerdos: que Çse levante desde la capilla mayor abajo todo lo embaldosado que tiene en el día la iglesia... y se pongan sepultu- ras lineales con adoquines para su mayor permanenciaÈ; vender los hacheros viejos y hacer otros nuevos; Çque para impedir los daños que causan las personas que se pasan por el tejado de la torre de dicha iglesia, se arregle dicha torre en la forma que se tenga por más convenienteÈ. Siempre que Çantes de todo ello se repare la iglesia de todo lo que necesite para su permanencia y conservación». AHPV, Prot., leg. 4052, fols. 19 y ss. 17 C. González García-Valladolid (Valladolid. Recuerdos y Grandezas,T. III, Valladolid, 1902, pp. 397- 402) da noticia de la iglesia antes y después del incendio. Cfr. J. J. Martín González y J. Urrea, Ob. cit., pp. 337- 339. 18 Cfr. VV.AA., (E. Álvarez, director), El Santuario Nacional de la Gran Promesa. 19 J. J. Martín González y F. J. de la Plaza Santiago, Ob. cit., p. 308. 20 AHPV, Prot., leg. 2399. El legajo se halla en muy mal estado por lo que no se puede precisar la fecha del contrato ni el plazo exacto en que debería finalizarse la obra (1681) ni la cantidad que percibirían por ella. 21 La capilla carece actualmente de linterna, bien porque no se llegó a hacer o porque se desmontó, y la cú- pula es ciega.

82 tretejiendo jesuses y marías en sus bóve- en el conjunto de patios se conserva una das coronadas con sus rayos de relievesÈ; zapata que lleva la fecha de 1675 lo que, además «abrir cuatro ventanas y si basta- junto con el dato de que al contratarse la ren dos, una a cada ladoÈ. obra de la capilla, cinco años más tarde, Igualmente tenían que fabricar Çun co- existían en el corral materiales de cons- ro con su cielo raso y una escalera con su trucción puede significar que por esas fe- puerta para salir al coro y un cimiento y chas se trabajó en esa zona. Seguramente división para el coro» y «abrir una puerta parte de lo entonces hecho quedaría mo- en el corredor de arriba por donde se en- dificado cuando se dio nuevo uso a estos treÈ. Toda la obra se blanquearía con yeso espacios después de la expulsión. de Corcos y se solaría «con baldosas de Por Real Cédula de 25 de agosto de pie en cuadro»; se construirían dos gradas 1769 se ordenó reunir allí el Hospital de de piedra para el altar mayor, que había Santa María de Esgueva y el de los Con- de ser Çde yeso y madera y su peana de valecientes, titulado del Rosario. No obs- madera con sus moldurasÈ, y un pedestal tante, estudios más profundos realizados para el retablo dejando en él una puerta en los meses siguientes demostraron que para la sacristía; por fin harían «para los ni la infraestructura ni la economía ha- altares de los lados... dos arcos de yeso y cían viable el proyecto, de modo que en ladrilloÈ. El trabajo estaba sujeto a la opi- julio de 1770 el Hospital renunció a insta- nión de los peritos en el arte, añadiendo larse en San Ambrosio. En consecuencia lo que ellos juzgaren preciso para su Çse- se planteó de nuevo el destino que debe- guridad, utilidad, proporción y hermosu- ría darse a esa parte del edificio y pareció raÈ sin que supusiera incremento en el conveniente aprovecharlo para mayor de- precio, que se estipula en más de 13.000 sahogo e independencia de los maestros reales. De todo lo anterior puede deducir- de gramática y de los del Convictorio, se que la obra consistía en el cerramiento instalados ya entonces en la zona más al exterior de la cabecera de la capilla oeste, separando la entrada de ambos es- Ðmientras que en el cuerpo de la misma tudios. Sin embargo por esas mismas fe- estaría ya cerrado tiempo atrás– y al abo- chas se planteó la solicitud del Rector del vedamiento interior de todo el espacio. Seminario de Escoceses de Madrid, don La dificultad reside en precisar cuánto Juan Geddes, que deseaba trasladarlo a tiempo estuvo la construcción detenida Valladolid. Su petición fue acogida favo- antes de 1680. rablemente y una nueva Real Cédula de Sigue siendo asimismo desconocido 21 de abril de 1771 concedió a esta insti- casi todo lo referente a la arquitectura de tución el espacio que había rechazado el las zonas destinadas a vivienda y estudio Hospital de Esgueva y que muy pronto se durante los siglos XVI y XVII, aunque es manifestó insuficiente, permitiéndosele evidente que el relicario y el refectorio en los años siguientes ocupar diversas de- están muy próximos estilísticamente a la pendencias22, aunque no debieron hacerse capilla de la Concepción. Por otra parte, reformas sustanciales.

22 Entre ellas la capilla de la Congregación y «el lienzo de enmedio con el patio y oficinas que se hallaban separadas del nuevo edificio donde estaban los Reales EstudiosÈ, todo ello según plano y declaraciones del ar- quitecto y académico Francisco Álvarez Benavides, que no se ha encontrado. Cfr. J. J. Martín González y F. J. de la Plaza Santiago, Monumentos religiosos..., pp. 316-319. También AHPV, Prot., leg. 4052.

83 Una reflexión más profunda merece la ga muy graciosa y por la noche comedia ampliación arquitectónica que en la pri- a que se siguieron las fiestas de iglesia mera mitad del XVIII se llevó a cabo en muy solemnesÈ23. la zona oeste del Colegio Ðreflejada en Más sustancioso, como casi siempre, la documentación gráfica que ahora se resulta el relato del también contemporá- da a conocerÐ respondiendo a la necesi- neo Ventura Pérez: «Año de 1740, día 22 dad de adaptar su edificio al notable in- de Diciembre, se acabaron los generales cremento que los estudios de Teología de San Ambrosio, su claustro y fachada experimentaron por entonces. En efecto, en que el día de San Ambrosio se coloca- entre 1717 y 1767 los jesuitas españoles ron sus efigies; estos santos los ejecutó poseyeron además de una cátedra propia Pedro Vaamonde, maestro escultor; la de de Prima de Teología, fundada por Fran- San Ambrosio es de alabastro, y la sacó cisco Navarrete Ladrón de Guevara, ar- de unos fundadores que estaban en la ca- zobispo de Burgos, otra en régimen «pro pilla mayor de Santa María de la Antigua, universitateÈ, titulada de Suárez, que se y la cabeza de San Luis: El dicho día 22 creó en 1743 en virtud de una provisión hubo en San Ambrosio su fiesta de iglesia Real. con S. M. patente, y sermón a San Luis Canesi Ðque por otra parte equivoca al- Gonzaga, que le costearon los estudian- gunos datos antiguos acerca del Colegio tes. Por la tarde salieron en mojiganga to- pero aquí merece más crédito por haber- dos disfrazados ridículamente; iban ha- lo vividoÐ alude a ello en dos ocasiones; ciendo los locos en un carro; los vizcaí- la primera para resaltar la labor docente nos en otro carro llevaban un borrico en que desarrollan los jesuitas: Ç...con dine- su cama con sábanas y sus almohadas; le ro que aplicó de Indias el Arzobispo de iban tomando el pulso, recetando y Burgos, en las casas que habían compra- echándole una ayuda; detrás iban de mili- do del mayorazgo de Calatayud, a que tar, a caballo, todos los teólogos, con ban- coadyubó con mucho dinero el rey D. das encarnadas, y enjaezados los caba- Felipe V, renovaron los estudios desde llos, y un Jesús en el pecho, uno vestido febrero de 1739 (sic); haciendo los gene- de mujer, con su palma en la mano, signi- rales mucho más capaces para conve- ficando la teología, y delante llevaban a niencia de los licenciados con otras San Luis, de estatura natural, con su ro- obras propias de su cuidado y desde que quete, y alrededor muchos niños vestidos se introdujeron han ganado el mayor de ángeles, con sus hachas y su música. aprecio y estimación de toda la gente El día segundo de Pascua volvieron a sa- principal de Valladolid...È; la segunda re- lir, y porque llovió no prosiguieron. Pre- firiéndose a la inauguración de la obra: cedieron sus entremeses, loa, auto y actos «Por los años de 1736 (sic) ensancharon de conclusiones, en que presidió el padre los estudios de este colegio, fabricando VastarricaÈ24. una obra magnífica: concluida el de 40 A través del testimonio de ambos se los estudiantes teólogos sacaron un víc- puede precisar, al final de la década de tor el día 22 de diciembre, una mojigan- 1730, la fecha de construcción de la parte

23 M. Canesi Acevedo, Historia de Valladolid,T. III, Cap. IX, ed. Grupo Pinciano, Valladolid, 1996, pp. 377-378; y 393. 24 V. Pérez, Ob. cit., pp. 182-183.

84 Plano general y terreno del Colegio de San Ambrosio, por Antolín Rodríguez (1770).

más moderna de San Ambrosio25; hay primera del todo que comprende el Cole- que lamentar, sin embargo, que ninguno xioÈ, refleja la situación y utilidad de ca- de los dos proporcione el nombre del ar- da uno de los edificios de San Ambrosio quitecto responsable de la obra. El nuevo al comenzar 1770 y no difiere en mucho edificio, se articulaba en tres crujías dis- de la que poco más de un año después ha- puestas en torno a un patio rectangular, ría Manuel Godoy, de mayor precisión en cerrado en tres de sus lados y abierto por el dibujo. Se acompaña de una memoria el cuarto, que lindaba con el corral de la explicativa: «Razón individual, por par- zona conventual. Presentaba hacia la ca- tes, del estado en que se halla oy al pre- lle del Salvador (hoy Santuario) una so- sente, el Plano Orizontal, que comprende bria fachada de dos cuerpos, destacando el todo de las ofizinas que obtenían los en altura la monumental portada colum- padres espulsos de la Compañía, en el nada. Colejio de Sn. Ambrosio en esta ziud, lo La planta general de Antolín Rodrí- que se difiere en la forma sufte. con la guez: «Plano jeneral y terreno en lámina nueva deligneazon. de havitaziones ¿divi-

25 En 1739 el Colegio obtuvo del Ayuntamiento la cesión de un fragmento de vía pública para regularizar la construcción por la parte de atrás, que daba a la Ronda de San Antón (actual calle de José María Lacort). Cfr. M. D. Merino Beato, Urbanismo y arquitectura de Valladolid en los siglos XVII y XVIII, T. II, Siglo XVIII,Vallado- lid, 1990, p. 230.

85 didas? en tres salas de enfermerías todo tro con el soportal y los pasillos de tránsi- preciso para la mozión que se pretende de to, avanzaban respecto al cuarto, clara- un hospitalÈ26. mente retranqueado. Se determinaba así Un segundo diseño titulado «Primera un perímetro interior claustral y otro ex- Lámina. Planta y superficie plano que terior que albergaba las dependencias úti- ocupa la nueva obra de estudios, y apo- les. Al primer cuerpo del claustro, forma- sentos de los Padres espulsos de la Com- do por pilares cuadrados con capitel tos- pañía sita en el Colejio de Sn. Ambrosio, cano sobre los que apeaban arcos de me- por la que se demuestra el compartimien- dio punto peraltado Ð12 en el lado largo y to de los Jenerales de estudios, patio y 6 en los cortosÐ daban las puertas de ac- claustro bajoÈ, no es sino una ampliación ceso a las aulas. Segundo y tercer cuerpo del extremo oeste de la planta general co- se abren con ventanas rasgadas, de escue- rrespondiente al edificio de aulas erigido ta molduración clásica, tantas como arcos en el XVIII. Una construcción forma por forman el pórtico. Son estos dos pisos de tres crujías en forma de U, cuyo lado lar- muy diferente altura, notablemente bajo go medía aproximadamente 255 pies el tercero, contrastando más por ello con (71’40 m) mientras que los cuerpos cor- el cuarto, una galería continua de arcos tos, perpendiculares al primero, tenían rebajados sobre pilares Ðhasta veinte ar- unos 125 pies (35 m), aunque su anchura cos se cuentan en la crujía central– que era dispar. Se originaba en el centro un es, sin duda, lo más interesante del con- claustro con 13 pilares en el lado largo junto. La sección de las alas laterales per- por 6 en los cortos, separados entre sí por mite apreciar su diferente anchura, siendo 10 pies (2’80 m). considerablemente más estrecho el cuer- Finalmente el dibujo rotulado como po norte, correspondiente a la fachada. ÇSegunda Lámina. Por el presente diseño respecto de su opuesto, al sur. se demuestra el perfil interior de el patio La extrema sobriedad de la arquitectu- de toda la obra nueva, con las secciones ra del edificio de los Estudios se apoya de los ángulos a una y otra mano de las en el repertorio formal del clasicismo va- que se evidencia las alturas y estancias de llisoletano que desde las últimas décadas las crujías, y piezas que comprenden el del siglo XVI no había dejado de utilizar- total de la obra, y en estas se allan barios se, con hitos notables en el XVII, como aposentos y avitaciones que ocupaban el de las Huelgas Reales en el que Fran- dhos espulsos. Vallad. y enero 1 de 1770. cisco de Praves rompe con la disposición Antolín Rodríguez», es, sin duda, de gran de claustro alto con arquerías, sustitu- interés por cuanto permite conocer la rea- yéndolo por ventanas. Se podrían recor- lidad arquitectónica del desaparecido edi- dar algunos de los desaparecidos, como ficio. el de la Trinidad Calzada o el claustro Se elevaba éste en cuatro pisos aunque grande de la Merced Calzada27 y otros los tres primeros, que formaban un claus- que subsisten: claustro de la Hospedería

26 AMV, Hospital de Esgueva, Caja 338, leg. 39, 106. Falta sin embargo otro plano general que reflejaba las modificaciones propuestas para la instalación del Hospital de Esgueva, tal como se explica en la memoria que le acompañaba. 27 Cfr. M. A. Fernández del Hoyo, Patrimonio perdido. Conventos desaparecidos de Valladolid,Valladolid, 1998.

86 Planta de la nueva obra de los Generales de estudios, por Antolín Rodríguez (1770).

87 de San Benito el Real, claustro de las Bu- sito de los batallones de Cantabria y Lasa- las del monasterio de Prado, etc. De to- rre dice el diarista: ÇSe alojaron en San dos ellos, no obstante difiere por la solu- Pablo en el claustro alto y subían por fue- ción del último cuerpo. ra con una escalera que habían hecho por Aunque el alzado de Rodríguez no se cima (sic) de la botica. Así en este conven- acompaña de una descripción de las estan- to como en los demás hicieron sus tabi- cias situadas en los distintos pisos, algo ques y divisiones, de manera que no se puede colegirse de lo anotado en las repre- trataban con los religiosos, y en San Am- sentaciones en planta, especialmente, de la brosio los alojaron en los generales de los firmada por Godoy, más detallada. En tor- estudios y pusieron otra escalera en el pa- no al patio y abiertas al tránsito del claustro tio para subir a las viviendas altasÈ28. Pa- bajo se disponían las aulas de los llamados rece lógico que se refiera a la tercera altu- ÇGeneralesÈ, diversas en tamaño, desta- ra y no al último cuyo acceso mediante es- cando el «Aula grande de teología» situada calera exterior se antoja muy difícil. en la crujía sur. Godoy explica algo de lo En todo caso la disposición de este últi- que se levantaba sobre ellas: encima del au- mo cuerpo a modo de galería, evocadora la sita a la izquierda de la entrada principal de edificios renacentistas, –en última ins- había «seis aposentos»; a la derecha y en tancia se podría evocar el edificio llamado toda la crujía larga estaban las aulas Çpe- Çde las AzoteasÈ, perteneciente al conjunto queñas y encima la librería y sobre ésta de San GregorioÐ cuenta con numerosos ÐdiceÐ puede hacerse mucha vivienda con precedentes en la arquitectura conventual sólo divisionesÈ. Así pues, todas las clases vallisoletana aunque los ejemplos más evi- estarían en la planta baja mientras que en la dentes hayan desaparecido a consecuencia primera se situaba la biblioteca y el segun- de la Desamortización. A través de graba- do piso, extraordinariamente bajo de te- dos se puede recordar cómo el convento de chumbre, podría corresponder a un espacio Nuestra Señora del Consuelo, de carmeli- continuo, ¿acaso destinado a dormitorios? tas descalzos, que estuvo sito en el terreno Quizás algo pueda aclarar a este respec- que hoy ocupa el Cementerio Municipal, to la noticia de Ventura Seco, fechada en por eso llamado también del Carmen, y cu- julio de 1762 antes por tanto de la expul- ya iglesia subsiste, poseyó un cuerpo edifi- sión de los jesuitas, con ocasión de la lle- cado rematado en un a modo de mirador o gada a Valladolid de doce batallones fran- paseador que se asomaba a la campiña cir- ceses, tropas aliadas en la guerra que Es- cundante29. Igualmente el desaparecido co- paña mantenía con Inglaterra y Portugal, legio agustino de San Gabriel, contiguo y que se alojaron en muchos conventos y al- adscrito al convento de San Agustín, se gunas casas particulares. En San Ambro- asomaba al río, en la zona que se converti- sio se hospedaron el regimiento de Royar- ría en el llamado Espolón Nuevo, más tar- besu (sic), compuesto por 1.700 hombres, de las Moreras, mediante un cuerpo salien- y parte del regimiento de Artois. A propó- te formado por arquerías30.

28 Ventura Pérez, Ob. cit., pp. 355-357. 29 M. A. Fernández del Hoyo, Ob. cit., pp. 393 y 401. 30 En 1761, cuando el arquitecto Manuel Godoy contrataba con el Colegio de San Gabriel la reparación de una pared del cuarto de celdas, se mencionan «las vistas» y «el torreón de las vistas». Cfr. J. M. Parrado del Ol- mo, «Algunos datos inéditos del arquitecto Manuel GodoyÈ, BSAA, LV, 1989, pp. 472-778.

88 Perfil interior del patio de la obra nueva de los Generales, por Antolín Rodríguez (1770).

Después de la salida de los jesuitas se primaria se instalaron allí también los es- consideró oportuno que el edificio conti- tudios del llamado Convictorio Carolino, nuase cumpliendo su función docente. En institución, vinculada en parte a la Uni- consecuencia, por decisión del Real Con- versidad, dedicada a la enseñanza de lati- sejo reunido el 30 de septiembre de 1768 nidad y retórica, lenguas griega y hebrea, se estableció en el Colegio «la enseñanza además de medicina y matemáticas33. de gramática y retórica, con un preceptor La Universidad, sin embargo, pretendía mayor y dos menores, y la de primeras le- un más claro aprovechamiento para sí del tras, con dos maestros, uno para enseñar a edificio de los Estudios Generales. Ya en leer y el otro a escribir31. Así lo consigna junio de 1771 una provisión del Real Con- Ventura Pérez: «En este año de 1769 se sejo de Castilla mandó «que las cátedras dieron principio los estudios de gramática de gramática de que se habían apoderado y primeras letras en los generales de San los Regulares de dicho Colegio de San Ambrosio, colegio que fue de los regu- Ambrosio, se restituyesen a dicha Univer- lares de la Compañía de Jesús. Se dio sidad con todas las rentas que tuviesenÈ, principio el día 10 de abril de dicho aunque las enseñanzas continuarían im- año»32. Pero además de esta enseñanza partiéndose en el Colegio Çinterin se pro-

31 Todos los datos se contienen en el documento que en 1789 entregaría el edificio a la Universidad. Archi- vo Histórico Provincial de Valladolid, Protocolos, leg. 4052, fols. 335 y ss. 32 Ventura Pérez, Ob. cit., p. 426. 33 Cfr. M. J. Redondo Cantera, Ob. cit., p. 663.

89 porcionase en la Universidad buque ca- Colegio que se cede a la UniversidadÈ. pazÈ34. Sin embargo, tal propósito no se Por fin, el 14 de septiembre de 1789 la cumpliría. En 1785, la Universidad, que Universidad tomó la posesión37 de Çla par- en 1773 había obtenido también la conce- te del colegio que tuvieron los exjesuitas, sión de los fondos bibliográficos del Cole- llamado de San Ambrosio, que no está gio, solicitó formalmente el uso de los Ge- destinada, para que se trasladen a ella las nerales de éste por falta de aulas en su edi- cátedras de Filosofía, Estética y Retóri- ficio35. Se comprometía a dedicarlo única- caÈ, en el Çestado que se hallan los Reales mente a fines docentes, a entregar a la Estudios, con su pajar y corrales, a reserva Junta de Temporalidades, encargada de del pozo de nieve de que usan dichas los bienes incautados a los jesuitas, Çcua- TemporalidadesÈ38. lesquiera pinturas, adornos, muebles y vi- No obstante, el plano que acompaña es- drierasÈ que contuviera, a Çhacer cerrar ta escritura39,firmado efectivamente por todas las comunicaciones con los demás Gabriel Mozo, no se limita a representar destinosÈ dados al Colegio, y a sufragar el estado del edificio de los Generales al Çtodos los gastos que se causen en reparar recibirlo la Universidad sino también las la parte que S. M. concede del edificioÈ. obras «que se deberán ejecutar para su Tres años habrían de pasar todavía hasta perfecto destino y manejoÈ, tal como se que en noviembre de 1788 se le concedie- especifica en la declaración que el alarife ra de manera oficial. El 16 de abril si- hizo el 28 de abril de 1788. Lo proyecta- guiente Gabriel Mozo36, alarife y maestro do, que se representa en el plano en tinta de obras titular de la ciudad, reconoció la roja y la letra H, consiste en un cuerpo parte del edificio cedido Çen el que exis- alargado, en simetría con el ya existente, ten los reales estudios y Escuelas de leer y soportado por sus 13 pilares necesarios escribir, y se advirtió estar cerradas las co- para cerrar el claustro por el Este. Se bus- municaciones que tenía... con los demás caba con ello lograr la Çuniformidad y destinos... exceptuando tan solamente la conclusión de oficinas de estudiosÈ. Por comunicación que tiene el sitio donde se otra parte, en lo ya construido Mozo de- halla el aljibeÈ. Asimismo se mandó que tectó la existencia de Çalgunas quiebras y Mozo Çdemostrase en plan el edificio del resentimientos en sus pisos y tejadosÈ,

34 AHPV, Prot., leg. 4052. 35 M. J. Redondo, ÇEl edificio de la Universidad...È, pp. 658-659 y 663-664. También, AHPV, leg. 4052. 36 Sobre Mozo, cfr. M. D. Merino Beato, Ob. cit., p. 280 37 Como era habitual en esta clase de diligencias se cumplió el ritual y «...estando a la Puerta principal que da a la calle pública, el nominado señor alcalde mayor, y corregidor interino, y por dicho empleo comisionado de Temporalidades, tomó de la mano a los referidos Sr. Vicerrector y Doctores, y... les introdujo en dichos Reales es- tudios, y sus Generales, que se hallan en el primer piso, y enseguida en el primero y segundo tránsito, sus apo- sentos y azotea, por todos los cuales se pasearon, abrieron y cerraron sus puertas e hicieron otros actos de pose- sión, recogiendo a su poder y disposición todas las llaves... y enseguida les introdujo dicho señor en los pajares y corrales, paseándose por ellos y recogiendo así bien sus llavesÈ. ...È. AHPV, Leg. 4052, fol. 363. 38 Un mes antes, los días 7 y 8 de agosto de 1789, D. Félix Pérez Sanz, administrador de las Temporalida- des, acompañado del escribano de las mismas, José Pascual Illana, habían recogido «las pinturas, libros y papeles que existían en el colegio que fue de San Ambrosio y general grande, que se trasladaron por el maestro Bernardo Redondo y varios operarios al colegio que fue de San Ignacio y su procuración, habiéndose formado lista de di- chas pinturas y muebles en cuya operación se ocupó el dicho maestro y operarios otros varios días...». Ibídem, fol. 353. 39 AHPV, P. y D., Carpeta 6, n.¼ 48. (Inserto originalmente en Leg. 4052, entre fols. 334-335).

90 Plano de los Generales de San Ambrosio, por Gabriel Mozo (1788). estando «el último piso sin guarniciones vicisitudes, en octubre de 1798 se termi- de yesos en sus paredesÈ. naba de adaptar el edificio40,a costa des- Efectivamente, una vez recibido el edi- de luego de perder en buena medida su ficio, la Universidad, además de las repa- valor arquitectónico. raciones obligadas, se planteó la posibili- Muy similar, sin embargo, a lo que de- dad de su restauración y ampliación, pe- bió ser el piso de galería desaparecido es ro como los presupuestos presentados el último cuerpo del edificio existente hoy para ello excedieran las posibilidades de al otro lado del corral grande, en la parte la Institución, solicitó al Rey su propie- ocupada hasta fecha reciente por el Cole- dad con ánimo de venderlo e invertir su gio de Escoceses. Situado enfrente de los producto en acrecentar su propio edificio desaparecidos Generales tiene aproxima- por la calle de la Librería. Finalmente se damente la misma disposición en altura: optó por una solución que hoy parece, planta baja, dos pisos y el de galería, en cuando menos, un tanto descabellada: este caso un mirador de siete arcos –más derribar los cuerpos superiores y finan- ancho el centralÐ por el lado sur, seis Ðpor ciar la obra con la venta de los escom- estar cerrado en el centroÐ en el norte, y bros. Así en 1797 se inicia el derribo de tres en los lados este y oeste. No se ha do- la azotea Ðseguramente el cuerpo de ar- cumentado su construcción que no estaría querías– y del piso superior. Tras muchas muy alejada en el tiempo.

40 Cfr. M. J. Redondo Cantera, ÇEl edificio de la Universidad...È, pp. 663-664.

91 Finalmente lo que quedaba de los estu- mente se malgastó mucha piedra, y dine- dios de San Ambrosio llegaría a tener un ro, y se dio una miserable idea de juicio uso militar. Todavía instalada en él la arquitectónico, lo que en Valladolid es Universidad, en la década de 1790, los menos disculpable que en otra parte, por- militares ocuparon algunas dependencias que tiene más cosas de buena arquitectura auxiliares lo que se incrementó al comen- que ninguna otra ciudad de España...»47. zar la siguiente centuria, en los turbulen- No mucho más benevolente fue García tos tiempos que preceden a la Guerra de Valladolid, en 1900, al describir el enton- Independencia y durante ella41. En 1809 ces cuartel: «... Últimamente su fachada se habilitó para hospital, como otros edi- ha sufrido la improcedente modificación ficios vallisoletanos42. Después pasaría a de convertir en balcón la hornacina cen- ser Parque de Artillería y Cuartel de In- tral del segundo cuerpo, y en ventana la fantería. En 1861 se dice que Çpueden del tercero, para lo cual se han quitado alojarse en él de 500 a 600 hombres, y es- las estatuas de San Ambrosio y de San tá clasificado como de buenoÈ43. Pese que Luis Gonzaga que las ocupaban, con cu- al comienzo de la década de 1880 se rea- ya reforma resalta aún más el mediano lizaban obras en el edificio, costeadas en gusto que presidió la ejecución de esta parte por el Ayuntamiento44, su progresi- fachadaÈ48. vo deterioro hizo que en 1886 sufriese En realidad la portada, que tiene afini- una ruina parcial45. En 1900 se describe dad con otras que por la misma época se teniendo Çen el interior de un patio desa- hacían en Valladolid ÐMonasterios de hogado, galería baja con pilastras de pie- Nuestra Señora de Prado y Comendado- dra y ladrillo, y piso principalÈ46. ras de Santa Cruz (luego Las Francesas) o De todo el edificio dieciochesco única- parroquia de Matapozuelos, entre otras y mente la portada subsiste. La opinión de que se definen por el juego de columnas, Ponz sobre ella es demoledora: ÇLa por- difiere de ellas notablemente no sólo al tada, que daba ingreso a las escuelas que invertir la clásica superposición de órde- hubo en la casa adjunta, cuando era Cole- nes colocando en el piso bajo el orden jó- gio, es una disparatada mezcla de colum- nico –algo que Ponz detectó aunque al nas dóricas debaxo, jónicas encima (sic), describirla se confundiera– sino también sin oficio, ni significación, en que cierta- porque carece de claridad estructural y

41 En 1801 el Rector de la Universidad denunció la desaparición de maderas y otros utensilios de los corra- les de San Ambrosio y en 1804 el Ayuntamiento determinó buscar un nuevo lugar para impartir la enseñanza pri- maria porque el Regimiento de la princesa había ocupado la escuela de San Ambrosio. AMV., Leg. 631, exp. 34 y Leg. 99, exp. 210. 42 Hilarión Sancho, ÇDiario de ValladolidÈ, en Valladolid. Diarios curiosos (1807-1841),Ed. facsímil, Gru- po Pinciano, Valladolid, 1989, p. 33. 43 D. Alcalde Prieto y R. Gallardo, Manual histórico y descriptivo de Valladolid,Valladolid, 1861, p. 327. 44 A ellas se refieren varios expedientes del Archivo Municipal. 45 Años después, en 1893, la prensa apuntaba la conveniencia de que las tropas lo desalojasen teniendo en cuenta que en él se almacenaba material de guerra. J. M. Ortega del Río, El siglo que cambió la ciudad. Noticias artísticas de la prensa vallisoletana del XIX,Valladolid, 2000, pp. 254-255. 46 C. González García-Valladolid, Valladolid. Recuerdos y Grandezas,I,Valladolid, 1900, p. 518. J. Agapi- to y Revilla (Las Calles de Valladolid, Valladolid, 1937, p. 403) escribe: ha servido de cuartel y parque de Arti- llería lo que se destinó a claustro y estudios, y se incendió en la madrugada del 19 de julio de 1927». 47 A. Ponz, Ob. cit., p. 91. 48 C. González García-Valladolid, Ob. cit., T. I, Valladolid, 1900, p. 518.

92 Los generales de San Ambrosio hacia 1960. porque el desplazamiento de los volúme- las esculturas que la adornaban. Se des- nes hacia los extremos, buscando el efec- conoce el paradero de la que representa- to de perspectiva, resulta poco convincen- ba a San Luis en tanto que la estatua, en te. Si a esto se añaden la falta de armonía alabastro, de San Ambrosio se guarda en de los distintos elementos decorativos el convento de Agustinos Filipinos. Es que se acumulan en la calle central, po- obra de Pedro Bahamonde50 pero como dría suponerse que su desconocido autor Ventura Pérez relata el escultor aprove- manejó uno o varios grabados no dema- chó las efigies Çde unos fundadores que siado bien interpretados. estaban en la capilla mayor de Santa Ma- La portada encontraría un uso más ade- ría de la Antigua, y la cabeza de San cuado ya que desde 1940 se encuentra LuisÈ. Tiene que referirse al Doctor Zu- instalada en el cuerpo de edificio que une mel, alcalde mayor de Villalpando (Za- el Colegio de Santa Cruz con su antigua mora) y a doña Catalina de Estrada su Hospedería, manteniendo así su carácter mujer, cuyos bultos funerarios de alabas- universitario49. En ella no se repusieron tro realizó Juan de Juni para su entierro

49 J. J. Martín González, ÇEl actual Colegio Mayor de Santa CruzÈ, en Historia de la Universidad de Valla- dolid,Valladolid, 1989, T. II, p. 741. 50 J. J. Martín González, ÇUna atribución a Pedro de Bahamonde», BSAA, XXIX, 1963, p. 263; y ÇEl actual Colegio...È. Sobre Bahamonde cfr. J. M. Parrado del Olmo, ÇPrecisiones sobre los BahamondeÈ, BSAA,LV, 1989, pp. 343-363.

93 en la capilla mayor de la iglesia de Santa 1935, el Ramo de Guerra cedería el uso María de la Antigua51. de lo restante al Ayuntamiento, que so- El oscuro Ðpor poco documentadoÐ bre su solar y otros colindantes adquiri- panorama de la arquitectura vallisoleta- dos a tal fin determinó edificar allí el na en la primera mitad del XVIII52 impi- Parque de Bomberos y Policía Urbana. de aventurar siquiera quién pudo ser el Aunque se trató de evitar, el derribo del autor del edificio de los Estudios Gene- edificio era un hecho del que se lamenta- rales de San Ambrosio y su fachada. ba la prensa en enero de 1938. A instan- Ninguno de los arquitectos del momen- cias de la Obra del Santuario Nacional to: Manuel Serrano y Matías Machuca, de la Gran Promesa, se logró en 1943 quizá las figuras de mayor entidad, o los que la Ciudad desistiera en la construc- frailes arquitectos como el carmelita ción del parque de bomberos. Finalmen- Fray Pedro de la Visitación, el jerónimo te, tras años de largas negociaciones, el Fray Antonio de San José Pontones y los Ministerio de Hacienda cedió a la Archi- benedictinos Fray Pedro Martínez y diócesis el solar de lo que había sido Fray Juan Ascondo puede relacionarse al cuartel de San Ambrosio, que tenía una presente, directa o indirectamente, con superficie de 3.444 metros cuadrados, la obra de san Ambrosio. Se podría tener para que se integrara en el proyectado 55 en cuenta, aunque no sea un dato decisi- Alcázar de Cristo Rey . vo, que en 1725 Matías Machuca traba- Así de compleja fue la trayectoria de uno de tantos edificios de Valladolid, de- jaba para los jesuitas, dando trazas y saparecidos por una u otra causa, en nom- condiciones para el arreglo de la media bre de una u otra idea, en busca de una u naranja y la linterna del Colegio de los otra utilidad o provecho; algo que, por Ingleses53, pero su muerte en 1736 pare- desgracia, sigue todavía sucediendo. ce contradecirlo a no ser que otro maes- tro trabajase por sus trazas. Tras ellos es- tá un buen número de maestros de obras, APÉNDICE DOCUMENTAL entre los que podría destacar Manuel Morante, cuyas capacidades como tra- Archivo Municipal de Valladolid, Hospital cistas restan por dilucidar. de Esgueva, Caja 328, Leg. 35, 158; Caja 338, La madrugada del 19 de julio de 1927 Leg. 39, 106 y Caja 347, Leg. 43-185. se declaró un incendio en el cuartel que Primera Lámina. Planta y superficie pla- no que ocupa la nueva obra de estudios, y lo arruinó en gran medida, destruyendo aposentos de los Padres espulsos de la Com- totalmente la parte ocupada por el par- pañía sita en el Colejio de Sn. Ambrosio, que de artillería54. Años después, en por la que se demuestra el compartimiento

51 Cfr. M. A. Fernández del Hoyo, «Datos para la biografía de Juan de Juni», BSAA,LVII, 1991, pp. 333- 340. 52 Para la arquitectura de este período cfr. la J. J. Martín González, Arquitectura barroca vallisoletana,Va- lladolid, Valladolid, 1967 y J. C. Brasas Egido, ÇArquitectura y urbanismo del siglo XVIIIÈ, en Valladolid en el siglo XVIII,Historia de Valladolid ÐV, Ed. Ateneo, Valladolid, 1984, pp. 291-315. 53 J. C. Brasas Egido, ÇNoticias documentales de artistas vallisoletanos de los siglos XVII y XVIIIÈ, BSAA, LV, 1984, p. 465). 54 Diario Regional, 20-VII-1927 y El Norte de Castilla, 20-VII-1927 (con fotos). 55 El Arzobispado tuvo que comprar al Ayuntamiento los edificios comenzados a edificar y los contiguos adquiridos. Cfr. El Santuario Nacional..., pp. 63 y ss.

94 de los jenerales de estudios, patio y claustro N.¼ 12 Vendedero del vino y puertas de ca- baxo: rros N.¼ 13 Pozo de nieve y lugar común N.¼ 1 Entrada Pral y fachada N.¼ 14 Otro cubierto y puertas de carros N.¼ 2 Pilastras y arcos con escaleras para paneras altas y N.¼ 3 Jenerales quartos de labranza N.¼ 4 Puertas N.¼ 15 Quadras y paneras vajas N.¼ 5 bentanas N.¼ 16 Corral de gallinas y gallinero, según N.¼ 6 Patio dha P.ª lámina por ¿mano? izqda N.¼ 17 Tránsito y escalera que da subida a Vallid. y enero 1 de 1770 la segunda y tercera habitación Antolín Rodríguez N.¼ 18 Capilla de ejercitantes y enfrente Segunda Lámina. Por el presente diseño una pieza para utensilios de dicha se demuestra el perfil ynterior de el patio de capilla toda la obra nueva, con las secciones de los N.¼ 19 Escalera principal del colegio dos ángulos a una y otra mano de las que se N.¼ 20 Pieza o cuarto rectoral N.¼ 21 Refectorio evidencia las alturas y estancias de las cru- N.¼ 22 De Profundis jías y piezas que comprenden el total de la N.¼ 23 Cocina y alacenas obra, y en estas se allan barios aposentos y N.¼ 24 Tránsito a dichas piezas y otras ofi- avitaciones que ocupaban dhos espulsos. cinas de aposentos altos y bajos que sirven por la escalera del Valld. y Enero 1 de 1770 N.¼ 25 Antolín Rodríguez Y se advierte desde el n.¼ 22 hay bodega para vino y sigue su línea por bajo hasta la calle Al primero de los planos acompaña una N.¼ 26 Entrada a la Iglesia «Razón individual, por partes, del estado en N.¼ 27 Capilla del relicario y encima de es- que se halla hoy al presente, el plano horizon- ta y siguiente a ella se hallan los tal, que comprende el todo de las oficinas que aposentos que se citan al n.¼ 25 obtenían los padres expulsos de la Compañía, N.¼ 28 Antesacristía y lavatorio en el Colegio de Sn Ambrosio en esta ziudad N.¼ 29 Sacristía lo que se difiere en la forma ¿siguiente? con la N.¼ 30 Jardín nueva deligneación de habitaciones ¿dividi- N.¼ 31 Entra (sic) a la capilla Mayor das? en tres salas de enfermerías todo precisso N.¼ 32 Yglesia y capillas para la moción que se pretende de un hospital N.¼ 33 Puerta Principal N.¼ 1 Calle Rl de Sn Ambrosio y portería N.¼ 34 Antecapilla a la de Nuestra Señora Pl. de dho Colexio de la Concepción de congregantes N.¼ 2 Tránsito sobre mano dra que da co- N.¼ 35 Escalera al coro de dicha capilla municación a distintos aposentos. N.¼ 36 Capilla y sacristía de ella Pieza de Procuración y salida a los Jenerales de la obra nueva de estudios Las dos líneas de puntos N.º 37 es terreno N.¼ 3 Tránsito y salida al corralón para ca- que ocupan varias casas particulares así de di- rros y pozo chos espulsos como de vecinos N.¼ 4 los zitados haposentos Desafortunadamente el plano en que se re- N.¼ 5 Jenerales y puerta principal de los flejaban las modificaciones precisas para estudios acondicionar el Colegio como Hospital se ha N.¼ 6 Claustro de dhos jenerales perdido (al menos no se encuentra entre la do- N.¼ 7 Patio cumentación de Hospital de Esgueva) pero se N.¼ 8 Jeneral de teolojía conservan las explicaciones: N.¼ 9 Cortinal o sembradía Hecho cargo muy poner (sic) del expresado N.¼ 10 Covertizo para leña y maderas estado en lámina primera según y como en N.¼ 11 Aljive ella se demuestran sus oficinas y hacer o dis-

95 poner en ellas y demás estancias la cómoda K. Desembarco de la escalera principal habitación para el hospital que se pretende con L. Vivienda del cirujano las oficinas necesarias a los sirvientes, hago M. desembarco de escalera a la vivienda demostración por láminas para la compren- del mayordomo que se determinan sus piezas sión íntegra de ello en esta forma: por los números siguientes Mobiliario y disposición de nueva obra en el P.º plano de lámina P.» N.¼ 1 Antesala A. Puerta y portería del nuevo hospital N.¼ 2 Sala B. Habitación del llamador o del portero N.¼ 3 Pieza de labor o dormitorio del vino y bizcochos para los enfermos N.¼ 4 Otra pieza al norte C. Escalera principal que sube a la segun- N.¼ 5 Capilla para los santos sacramentos da y tercera estancia de habitaciones de sir- N.¼ 6 Pieza al destino que más convenga vientes y enfermeros N.¼ 7 Galería y paso a las enfermerías D. vivienda del cocinero con espensas al N.¼ 8 Sala de repartir las comidas los ca- norte, cocina y lo necesario a su servicio balleros a los pobres E. Puerta, tránsito y escalera que sube a la N.¼ 9 Hornachas para lumbre donde los vivienda que se destina proyectada en segunda pla¿tos son? calientes cualesquier y tercera estancia para el mayordomo alimento o medicina para los pobres F. Capilla y sala de los caballeros y comida de ellos G. Archivo de los papeles y libros N.¼ 10 La escalera a las galerías altas para H. Archivo de caudales con toda seguridad colgar y guardar las ropas de los en- Y Puerta y tránsito que da paso a la Igle- fermos así limpia como sucia sia y otras piezas que van declaradas en el Pla- N.¼ 11 Sala de hombres donde caben cómo- no general al n.¼ 24 el 25 a su escalera damente 30 camas con sus alcobas J. Piezas para cantina, carboneras y útiles N.» 12 Galería de mujeres dividida con la a cualquier destino así para sirvientes como letra A y su puerta para los pobres N.¼ 13 Vivienda de la madre mayor Declárase por pruestas (sic) las demás ofi- N.¼ 14 Sala de mujeres en la que caben có- cinas de cobertizos cuadras paneras y corrales modamente 28 camas con su alcoba a dicho hospital según y como se demuestra N.¼ 15 Escalera para el amayor (sic) subir a en dicha tercera estancia las piezas del n.¼ 19 guardar las ropas de los enfermos y espensa para dicho mayordomo y la del n.¼ 20 tender otras para tener los lienzos y lana nueva para los colchones, para la lana y oreo de ella de los Por la ventana de esta enfermería que se de- colchones viejos el torreón y pieza ropería muestra con la letra B se ha de verter todas que va citada y en tercero palno se demuestra aguas para la limpieza al corral N.¼ 16. Igual- con los nos. 21. Las demás sobrantes altas y mente por la sala de hombres N.¼ 17. bajas y con su galería sobre la sacristía se pu- Vista la disposición de capilla y escalera para dieran destinar a la convalecencia de los po- bajar y poner en ella los difuntos, el camposan- bres to se puede hacer en el cortinal citado N.¼ 18. Disposición de obra en segunda estancia: Antolín Rodríguez

96 TORDESILLAS EN EL SIGLO XVIII: SU SEMANA SANTA* Jesús Urrea

El contexto sociológico o ambiental de dos del siglo XVII simplificando la com- la localidad de Tordesillas en el que se posición del paso que la cofradía de la movían, a lo largo del siglo XVIII, las co- Vera Cruz de Valladolid encomendó a fradías penitenciales de la Vera Cruz, Andrés Solanes, en 1629, y los que repre- Nuestra Señora de las Angustias y del sentaban las figuras de ÇCristo atado a la Santo Sepulcro, propietarias de un impor- columnaÈ y ÇJesús cargado con su cruzÈ tante historiado de figuras con las que or- que, por haberse deteriorado o por distin- ganizaban sus procesiones de Semana tos motivos, se sustituyeron a mediados Santa, reconstruyendo con ellas los epi- del siglo XVIII por otros de similar con- sodios más representativos de la pasión y tenido. muerte de Cristo, constituyó la base de la La de las Angustias volcaba toda su de- devoción y el recogimiento de los lugare- voción sobre el grupo escultórico de la ños, que participaban como penitentes o ÇPiedadÈ, que el artista palentino Adrián hermanos de luz de manera activa o como Alvarez había hecho en Valladolid en meros espectadores de lo que sucedía a su 1589; la del Santo Sepulcro tenía en la re- alrededor durante la Semana Santa1. presentación de «Cristo yacenteÈ su es- La cofradía de la Vera Cruz, sacaba en cultura titular, mientras que una magnífi- procesión su devotísimo «Cristo de las ca urna funeraria, fechada en 1659, servía BatallasÈ, lacerante escultura de media- para depositar en su interior una escultura dos del siglo XVI que se veneraba enton- de Crucificado cuyos brazos se habían ces en su ermita situada al otro lado del convertido en articulables para poderlo puente sobre el Duero, y disponía además utilizar durante la ceremonia del desen- de otros tres pasos: el que representa el clavo o descendimiento de la cruz. episodio de Çla Oración de Jesús en el Pero, ¿quiénes eran los que cargaban huerto de los olivosÈ, fabricado a media- con los pasos, alumbraban con hachas la

* Este texto sirvió de base al pregón de la Semana Santa de 2001 que pronuncié, por amable invitación de la Junta Local de Cofradías, en la iglesia parroquial de San Pedro de Tordesillas. 1 Sobre esta manifestación religiosa y artística cfr. VV.AA., Tordesillas a través de su Semana Santa,Di- putación de Valladolid, Valladolid, 2000.

97 procesión o se flagelaban públicamente letras, cuatro cirujanos y barberos, dos como demostración de su penitencia o boticarios, seis sacristanes y un organista. arrepentimiento? Sin duda, el perfil hu- A continuación se censaron: 2 pintores, mano de la población que integraba Tor- 3 confiteros, 2 cereros, 8 tenderos, 5 desillas no se diferenciaría mucho del de arrieros tratantes, 21 labradores, 4 horte- otras localidades vecinas: los mismos ofi- lanos, 2 carreteros, 2 herreros, 3 cerraje- cios, idéntica religiosidad y similar orga- ros, 3 herradores, 10 pastores de oficio, nización administrativa; variaría el núme- 16 albañiles y carpinteros, 3 maestros de ro de oficios, la intensidad en las devocio- cantería, 2 molineros, 16 sastres, 3 tras- nes y la mayor o menor presencia de las quiladores, 12 maestros de obra prima, 13 clases dirigentes. De ahí que no esté de zapateros de viejo, 6 curtidores, 6 oficia- más averiguar la composición humana de les de curtidores, 3 zurradores, 4 cedace- Tordesillas al iniciarse el siglo XVIII por ros, 3 boteros, 3 tejedores, 4 cardadores, haber gravitado sobre ella el peso de una 3 canteros, 7 alfareros, 2 pasteleros, 8 tradición religiosa que ha sobrevivido mesoneros, 4 ganapanes, 4 tablajeros y hasta nuestros días. sirvientes de las carnicerías, 60 jornaleros En 6 de noviembre de 1714 el licencia- del campo y obras; además de los que te- do D. Miguel de Arenzana, abogado de los nían como oficio el de platero, tintorero, Reales Consejos, Corregidor de Tordesi- gorrero, empedrador, calderero, hojalate- llas y su jurisdicción, ordenó que se pusie- ro, cestero, calcetero, guarnicionero, al- se en ejecución la voluntad expresada por bardero, sombrerero y polvorista. El lista- el Rey Felipe V de confeccionar una lista o do finalizaba con 18 viudas, 6 solteras y vecindario que comprendiese todos los 10 vecinos todos los cuales se mantenían que vivían en la villa, hombres y mujeres, de sus agencias, es decir negocios. casados y solteros, con distinción de sus A todos estos vecinos había que sumar: calidades y estados. La encuesta se inició 12 religiosos dominicos que vivían en su el día 9 y se concluyó el 20 del referido convento de Nuestra Señora del Rosario; mes, resultando haberse alistado 380 per- otros 33 religiosos descalzos, alcantari- sonas de todos los estados consideradas nos o dieguitos, en el convento de San como útiles para todo género de contribu- Francisco; 34 monjas profesas de coro y ciones y clasificados de la siguiente mane- velo en el Real convento de Santa Clara y ra, comenzando por los más distinguidos: 26 religiosas en el convento de Comenda- Treinta y ocho clérigos, entre curas pá- doras de San Juan de Jerusalén. rrocos, beneficiados de preste, evangelio, La beneficencia de la villa se distribuía epístola y grados, distribuidos entre las entre los hospitales titulados de Miseri- seis iglesias parroquiales (Santa María, cordia, destinado a recogimiento de po- San Pedro, Santiago, San Miguel, San bres mendicantes, en el que existía tam- Antolín y San Juan) con las que entonces bién un cuarto de enfermería para los mo- Tordesillas contaba para la asistencia del ribundos; el hospital que erigió el arci- culto divino y cuidado de sus feligreses. preste Juan González para albergue de los Ocho regidores perpetuos, trece hijodal- peregrinos que transitaban por la villa; y go, dos familiares del Santo Oficio de la el destinado a la curación de pobres en- Inquisición, un abogado, seis escribanos fermos, hombres y mujeres, fundado y del número y Ayuntamiento, dos procura- dotado por la infanta D.» Beatriz hija del dores de causas, un maestro de primeras rey Dionís de Portugal.

98 Este vecindario continuó estimándose das, que ocasionalmente habitaban a su como válido por la Intendencia de Valla- paso por la villa o con motivo de venir a dolid el 21 de febrero de 17472 y sería supervisar la marcha de sus propiedades sumamente orientador para aquéllos que en el campo: El conde de Polentinos, ve- pusieron en marcha, tres años después, cino de Valladolid, disponía de casa en la la elaboración de la más impresionante calle y parroquia de San Pedro4; el conde averiguación de personas y bienes que Mora, avecindado en Madrid, tenía casa jamás se hubiese realizado anteriormen- en el corro y parroquia de Santa María5; te en estos territorios, lo que daría en lla- el marqués de Villanueva de Duero, asi- marse el Catastro del marqués de la En- mismo vecino de Madrid, poseía su casa senada, sirviendo la localidad de Torde- en la calle y parroquia de Santa María6; el sillas como experiencia piloto3. En 1750 marqués de Gallegos de Huebra, que resi- se censaron 611 vecinos, de los cuales día por entonces en Arévalo, gozaba de 49 eran sacerdotes y 89 religiosos, esti- una casa en la calle San Antolín7; la casa mándose la población total entre 2.564 ó del marqués de Inicio, vecino de León, se 2.700 almas. hallaba en la calle de San Antonio abad, Por entonces ya no residía en el pueblo dentro de la parroquia de Santa María8; el ningún integrante de la nobleza, aunque marqués de Sirgadas, vecino de Jerez, la algunos disponían de suntuosas vivien- tenía, arruinada, en la calle y parroquia de

2 Archivo Histórico Provincial de Valladolid. Sección Histórica, leg. 172. 3 VV.AA., Tordesillas 1750. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Madrid, 1994. 4 Su casa principal, que utilizaba, disponía de vivienda alta y baja, lagar y panera. Medía 40 varas de fren- te y las mismas de fondo (33,20 x 33,20 m.).Confrontaba con la iglesia parroquial de San Pedro y por otro lado con solar de casas del marqués de las Sirgadas, vecino de Jerez. Su alquiler se reguló en 330 reales al año. En la misma calle y parroquia disponía de otra casa provista de vivienda alta y caballeriza. Medía 5 varas de frente y 13 de fondo (4,15 x 10,79 m.). confrontaba con casa de don Nicolás Caballero y con otra de Manuel Ven- ter. Su alquiler se estimó en 88 reales. Además poseía otra casa en la calle de la Parra, parroquia de Santa María, con vivienda alta, panera, caballeriza, corrales y pozo. Medía 27 varas de frente y 34 de fondo (22,41 x 28,22 m.) y confrontaba con casa de Manuel de San Martín y con otra de herederos de D. Bernardo de la Fuente. Se halla- ba alquilada en 66 reales. También era propietario de un mesón en la Plaza pública. 5 Su casa principal disponía de vivienda alta y baja, paneras, corral, caballeriza, pozo y herreñal. Medía 46 varas de frente y 59 de fondo (38,18 x 48,97 m.) y confrontaba con casa de D. José Vázquez. Su alquiler se regu- ló en 140 reales. En la calle y parroquia de San Antolín poseía otra casa provista de vivienda alta y baja, corral, patio, y bode- gón sin vastos. Medía 20 varas y media de frente y 32 de fondo (17 x 26,56 m.).Confrontaba con casa del marqués de Gallegos y con calle de las cocinas. Se reguló su alquiler en 220 reales. 6 Sobre su vivienda cfr. J. Urrea, «Noticia Histórico Artística de Villanueva de DueroÈ, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, 35, 2000, pp. 95-126. 7 La casa principal disponía de vivienda alta y baja, caballeriza, pajar, paneras, corral, pozo y bodega. Me- día 14 varas de frente y 70 de fondo (11,62 x 58,10 m.) y confrontaba con casa de Manuel de Ávila y con otra del conde de Mora. Su alquiler se reguló en 300 reales. Poseía además otra casa unida a la antecedente con vivienda baja y portal, de 7 varas de frente y 10 de fondo (5,81 x 8,30 m.), regulada su alquiler en 55 reales, que confronta con otra de Manuel de Ávila; y otra más en la calle de San Antolín, con vivienda baja y alta, caballeriza, pozo, lagar y bodega. Medía 22 varas de frente y 39 y media de fondo (18,26 x 33 m.) y confrontaba con casa del presbítero D. Manuel Gordo y con otra de D. Tiburcio Francos, vecinos de Nava del Rey. Se vendió a Nicolás Rum. 8 Su casa, que utilizaba, disponía de vivienda baja y alta, corrales y bodega. Medía 15 varas y media de frente y 35 y media de fondo (12,45 x 29,05 m.) y confrontaba con casa de D. José Nieto y con otra de herederos de D.» Antonia Lozano. Su alquiler se reguló en 250 rs. Además poseía las aceñas llamadas de la Zofraguilla.

99 San Pedro paraje en el que también se ha- Que ninguna persona use del juego de llaba la del marqués de Villatoya, asimis- naipes, taba, dados ni otros de los prohi- mo residente en Jerez9. bidos en tabernas ni otros sitios, así en Al tiempo que resulta interesante cono- público como en secreto. cer la composición de la población que Que luego que hayan dado las 10 de la habitaba Tordesillas, también se puede noche se cierren todas las tabernas para aportar puntual noticia sobre la conducta evitar los desordenes. social o las costumbres morales de los ha- Que ninguna persona después de la bitantes de la villa en aquel siglo. Como campana tañida a la queda, que en el in- es sabido, por reales leyes se ordenaba vierno es a las nueve y en el verano a las que, cada vez que las Justicias tomaren diez de la noche, salga de ronda ni anden posesión de sus empleos, se publicase el en cuadrilla por las calles con armas de ÇAuto de buen gobiernoÈ, para el buen or- fuego, blancas ni otras de las prohibidas den de los individuos de esta república y por la Real Pragmática. buena administración de justicia, y que Que con pretexto, ni motivo alguno ten- cada cuatro meses, se reconociesen los gan bailes, ni fiestas en las calles públi- pesos, varas, medidas, títulos y cartas de cas por los graves perjuicios que de ello se ocasionan. examen, con el fin de procurar el buen Que ninguna persona pueda comprar funcionamiento económico del pueblo. El ni tome de hijos de familia, mozo ni moza 23 de noviembre de 1753, D. Manuel de de servicio la más leve cosa por ligera y Prado, abogado de los Reales Consejos, tenue que sea. Corregidor y Capitán a guerra por S.M., Que ningún platero, mercader, ni otra mandó a todos los vecinos estantes y habi- persona, compre ni tome en empeño al- tantes de Tordesillas que cada uno, por lo haja alguna que no sea de persona cono- que le tocare, guardase y cumpliese los si- cida y en caso de haber alguna sospecha guientes preceptos y capítulos bajo rigu- sigilosamente darán parte a dicho señor roso apercibimiento de multas, prisión o corregidor para providenciar en justicia azotes, según procediese en cada caso: lo que convenga. Que ninguna persona de cualquier es- Que todos los vecinos y moradores de tado y calidad que sea, diga blasfemias, esta villa, cada uno por lo que así toca, ni jure el nombre de Dios nuestro Señor, tengan limpias las calles y portadas de ni de la Virgen Santa María su madre y sus pertenencias y no arrojen aguas féti- señora nuestra, ni cosa sagrada. das, basura ni inmundicia por ellas y las Que ninguna persona esté amanceba- ventanas y hasta después de la hora de da, ni sea alcahuete ni hechicero y los las diez de la noche. que lo fueren salgan de toda esta juris- Que cada vecino y morador de esta vi- dicción dentro del tercer día, pena de lla iguale y empiedre su pertenencia en el azotes. término de un mes.

9 La casa del marqués de Sirgadas, que disponía de corral, confrontaba con casas y corrales del conde de Polentinos. Medía 18 varas de frente y 58 de fondo (14,93 x 48,14 m.) y en ella se sembraba cebada. La del marqués de Villatoyas disponía de vivienda alta y baja, patio, pozo, caballeriza y corral. Medía 22 va- ras de frente por 19 de fondo (18,26 x 15,77 m.) y confrontaba con casa de los Ramones de Vega y con otra de Bernardo Díez. Su alquiler se reguló en 143 reales. (Archivo Municipal de Tordesillas. Catastro del marqués de la Ensenada. Abecedario de mayorazgos y otros vecinos. T. 2.¼ y 3.¼).

100 Que los mesoneros y personas que en Que todas las penas que van conmina- esta villa usan de casas de posadas, no das se apliquen por tercias partes al juez, acojan ladrones, rufianes, vagamundos cámara y denunciador y en las de orde- ni mujeres de malvivir, y en caso de tener nanza se observe lo en ellas dispuesto; y algún género de sospecha den cuenta a para que todo lo referido se guarde, cum- dho. señor corregidor como de todos los pla y ejecute inviolablemente por todos, y huéspedes que en cada una de las noches cualquier manera se publique por voz de tuvieren. pregonero en la Plaza Mayor y demás si- Que todas las personas que usasen de tios acostumbrados a fin de que venga a pesos y medidas, las tengan aferidas noticia de todos y ninguno pueda preten- (contrastadas) y acondicionadas, refor- der ygnorancia...10. mando aquellas que lo necesitaren. Este era el ambiente y la forma de vida Que todas las personas que usaren ofi- que tuvo que afectar también al escultor cios de examen de cualquier género o ca- tordesillano Felipe de Espinabete, autor lidad que sean, dentro de 8 días primeros de los pasos nuevos del Azotamiento siguientes los pongan en el oficio del pre- (1766) y de Jesús Nazareno (1768). Na- sente escribano de Ayuntamiento donde cido el 1 de mayo de 1719, su familia, por su merced sin interés alguno se reco- que era originaria de Aragón, residía en nozcan los títulos y licencias que tuvieren esta localidad desde varias generaciones para el uso y ejercicio de los tales oficios. antes, viviendo en el barrio de Santa Ma- Que ningún ganadero que encierre sus ría. El artista se casó en su pueblo en ganados en esta villa los pueda sacar de 1744 cuando contaba 24 años y allí na- sus casas, hasta tanto que haya salido el cieron sus dos hijas mayores. Después de sol, que los vuelva a ellas. 1747 se trasladó a Valladolid pero no per- Que ninguna persona por sí, sus caba- dió el contacto con su lugar de nacimien- llerías y ganados de cualquier especie to en el que vivían, al menos, dos herma- que sean vaya ni entre en las viñas, sem- nos suyos uno de ellos chocolatero, y brados ni otras heredades, pinares, ala- donde se le reclama en varias ocasiones medas, talleres, nuevos plantíos, lindes y para que hiciese diferentes esculturas co- encerradas, durante haya sembrados y mo las de San Luis y San Francisco que mieses, ni corten ni arranquen árboles ni envió desde Valladolid en 1756 al con- leña pena de pagar los daños a sus res- vento franciscano. pectivos dueños y de las impuestas en las Miembro de la Academia de Bellas Ar- ordenanzas que para ello tiene esta villa, tes de Valladolid, al quedarse viudo regre- las que igualmente se exigirán a los due- só en 1790 a Tordesillas en donde su hijo ños de las tales heredades no llevando li- Félix ostentaba el título de cura párroco cencia del justicia para cualquier cosa o de San Antolín, además de disfrutar de un parte de las contenidas en este capítulo. beneficio de epístola en la iglesia de San Que de ningún modo traigan los cerdos Pedro y ser capellán real en el monasterio por las plazas y calles y cada uno de sus de Santa Clara. Allí enfermó y el día de dueños los tenga recogidos doméstica- los Santos Inocentes de 1792, pos- mente en sus casas. trado en cama, otorgó testamento, orde-

10 Archivo Histórico Provincial de Valladolid, Sección Histórica, leg. 173.

101 nando que su cuerpo una vez cadáver fue- va de Duero, Matilla de los Caños y otros se sepultado en la parroquia de San Anto- pueblos. lín. Sin embargo se recuperó y se vio La villa de Tordesillas, que dista de Va- obligado a cambiar sus planes porque lladolid seis leguas al Occidente, ya sabe quien falleció fue su hijo sacerdote te- usted que es de las más célebres y anti- niendo que trasladarse el anciano escultor guas del reino de León, cuya población, a Valladolid buscando albergue en casa de aunque dicen que llega a mil vecinos, pa- su hijo Blas que había abandonado la es- rece que no pasará de setencientos. Dice cultura para ejercer el cargo de fiel de re- de ella Navagero: (en italiano) ÇTordesi- gistro de puertas. En aquel hogar falleció, llas es un pueblo donde César tiene a su octogenario, el artista el día 29 de agosto madre (doña Juana, llamada la Loca), de 179911. guardada por el marqués de Denia. Es be- Aproximadamente, por las fechas en llísima villa y de muy buenas casas, situa- que Espinabete mantenía algunos de sus da sobre la orilla derecha del Duero, en contactos artísticos y familiares con Tor- paraje muy alegre. Todo el territorio alre- desillas, el académico madrileño don An- dedor está lleno de árboles y de bellísimas tonio Ponz, que se hallaba viajando por viñas, etc.»). No sé si este autor diría lo España con el fin de redactar un libro mismo en cuanto a las alabanzas de sus describiendo las más notables curiosida- arboledas, aunque no faltan en la ribera. des artísticas, se detuvo en esta pobla- Hay un famoso puente de diez ojos sobre ción procedente de Rioseco después de el río, cuya estructura parece del tiempo dormir en una mala posada en la villa de de los Reyes Católicos; hacia el medio se Torrelobatón. Las notas que tomó duran- conserva un torreón coronado de almenas, te su visita constituyeron el argumento que lo hermosea y serviría de defensa... parcial de una carta, dirigida a su amigo La campiña de esta villa se parece mu- y protector Don Pedro Rodríguez Cam- cho a las otras de Castilla y León, de la pomanes, que se publicaría por primera cual sólo se hace uso para viñas, trigo y vez en 1783. cebada; y ojalá fuese esto con la debida Su descripción de la población resulta inteligencia! Es muy a propósito para extraordinariamente interesante por per- otras muchas cosas, y se puede esperar mitirnos imaginar el aspecto real que te- haya, con el tiempo, cosechas de aceite, nía Tordesillas en aquel momento. Su por los olivos que ya se cultivan y se van epístola comienza así: plantando. ÇVamos ahora a la villa de Tordesillas, El río contribuye mucho a hacer deli- la cual tenía muchas ganas de ver, y efec- ciosa la situación de la villa, teniendo su tivamente me he alegrado de haberla vis- ribera meridional, llamada la Vega, que to, aunque poquísimo tiempo tuve de de- en partes es arenosa, medianamente po- tenerme en ella… Hay una cuesta para blada de árboles; pero no la opuesta, por bajar a Tordesillas y desde lo alto se des- la aspereza y esterilidad de sus peñasca- cubre Matapozuelos, Pozaldez, La Vento- les. El recinto de la villa tiene otros para- sa, La Seca, Rodilana, Serrada, Villanue- jes muy cómodos para paseos, en donde

11 J. Urrea, ÇNuevos datos y obras del escultor Felipe de Espinabete (1719-1799)È, Boletín del Seminario de Arte y Arqueología, 1985, pp. 507-511 y J. Urrea, ÇEl escultor Felipe de EspinabeteÈ, en VV.AA. Tordesillas a través de su Semana Santa,Valladolid, 2001, pp. 119-122.

102 El paso de Jesús atado a la columna (1766), por Felipe Espinabete. Iglesia de San Pedro. Tordesillas. se podrían criar árboles con mucha utili- y afean»; en la especie de pabellón cen- dad, como lo demuestran los plantados tral y otros pegotes de talla situados entre nuevamente en cumplimiento de las rea- los pedestales del retablo principal de la les órdenes; pero es lástima que no los au- iglesia de Santa María, donde se habían menten con tan bella proporción para sustituido dos pinturas por otras Çfealda- conseguirlo fácilmente. des modernasÈ. Tampoco le gustaron nin- No se hace más uso del río que el que guno de los retablos de la parroquia de regularmente vemos por estas tierras de San Pedro a los que denomina Çmons- Castilla; esto es, para aceñas, molinos, truosidades de la talla y barbaridades del batanes, etc. y casi ninguno para fertilizar arteÈ; en la iglesia de los padres domini- los campos. Las casas, calles y templos, y cos prefiere no entrar en el análisis de el empedrado de las mismas calles, son Çalgunas extravagancias artísticas», ad- partes muy decentes...È. virtiendo también del dispendio que su- Por lo que respecta a las bellas artes se- pondría dorar el retablo mayor del con- ñala también lo que consideró más nota- vento de monjas comendadoras de San ble no obviando dirigir duras críticas ha- Juan con cuyo coste se podría hacer «un cia la estética barroca que, como acadé- tabernáculo de bella forma», y se abstiene mico de su tiempo, aborrecía. Así repara en describir los retablos colaterales del en los tallones modernos añadidos en me- convento de Santa Clara aunque reparó dio del retablo mayor de la iglesia de San en la desafortunada reforma sufrida por el Antolín, que según su opinión «lo ahogan mayor. Tampoco olvida criticar duramen-

103 te los pasos de «Jesús a la columna, con la población. Entre sus primeros direc- la cruz a cuestas y en la Oración del tores honorarios figuraron los marqueses Huerto» que contempló en la iglesia de de Gallegos y de Inicio y los condes de San Pedro12. Polentinos y de Mora13. Esta sensación de revisionismo estético Precisamente uno de estos ilustres es- que se aprecia en el texto de Ponz coinci- pañoles que pusieron todas sus energías de con el ambiente que se debía de respi- al servicio de la modernización del estado rar también en algunos cenáculos intelec- y un abierto entusiasmo para conseguir el tuales de Tordesillas que, guiados por el bienestar de los súbditos fue el futuro mi- amor patrio y el deseo de progreso para nistro de Gracia y Justicia, Don Gaspar su pueblo, decidieron reunirse en mayo Melchor Jovellanos, que visitó Tordesi- de 1786 para buscar la protección real y llas a su paso hacia Madrid, el día 1 de encauzar todo tipo de iniciativas encami- octubre de 1791, pernoctando aquí y sin- nadas a acompasar la vida local con el rit- tió la curiosidad suficiente como para mo que trataban de marcar los ilustrados anotar en su interesantísimo diario lo si- más avanzados de la nación. guiente: En 18 de marzo de 1787 el monarca ÇTordesillas. Lugar de mucha gente y Carlos III aprobó los estatutos y constitu- tráfago; iglesia de Santa María, buena, re- ciones de la Real Sociedad de Amigos del modernada: una sola nave de carácter País de Tordesillas. Su radio de acción no grandioso; capillas a los lados; la mayor, se limitaba a un objetivo concreto sino semicircular. Buen retablo por el gusto de que aspiraba amparar todo aquello que los fines del pasado, con pinturas menos reclamase protección en los diferentes ór- que medianas, y lo mismo las demás; era denes de la vida social del pueblo. noche y había poca luz; unas efigies de la Adoptó como divisa el lema ÇLa virtud Sacra Familia al lado del Evangelio en el y el trabajo son las llaves de las riquezasÈ presbiterio, me parecieron del estilo de y propuso a sus socios que meditasen y Gregorio Hernández. En la sacristía un propusiesen obras públicas de utilidad y buen cuadro de Jordán, como todas sus adorno para la población, el socorro a los cosas: representa a San Antonio predican- necesitados, el adelanto de la agricultura, do a un pueblo muy numeroso; dos coros, el aprovechamiento de pastos, la intro- alto y bajo, la entrada por el costado; be- ducción de nuevos cultivos y frutos, la lla torre, digna de Juan de Herrera, aun- cría de ganado, la mejora de las manufac- que yo quisiera derribarlas todas, no hay turas, el aumento de la producción y de la cosa más cara, más peligrosa ni más inútil industria, la instrucción y educación de la en la Arquitectura. Dan buen aspecto a las juventud y la reforma de las costumbres. ciudades desde lejos. ¡Qué brava razón Todo un amplio programa ilustrado de ac- para sostener un uso tan bárbaro! Y digo tuaciones encaminadas a conseguir el bárbaro, porque le creo derivado de los progreso económico y el crecimiento de bárbaros orientales y sus fortalezas; pa-

12 Viaje de España, t. XII, carta V, Madrid, 1783 y 1788 (ed. 1947, pp. 1069-1071). Ponz concluye su carta diciendo «Me da lástima que en una villa tan de mi gusto haya hecho tanto estrago el depravado de las artes y el considerar cuántas cosas excelentes se habrán arrinconado y acabado para poner en su lugar mamarrachos. ÁBue- na desgracia malgastar los caudales y los dones de los fieles en oprobio de los lugares en donde tal se hace y se permite! Vámonos de aquí con este sentimiento». 13 E. Fernández Torres, Historia de Tordesillas,Valladolid, 1914 (ed. 1982), pp.190-192 y 356-361.

104 Detalles de Jesús flagelado y de los sayones. Iglesia de San Pedro. Tordesillas.

105 sen para atalayas y para defensa, más pa- y al otro lado de ella el camino de Toro y ra campanarios?, no lo apruebo. Zamora, que este río baña; la orilla de La plaza de la villa es muy pequeña y acá, desnuda; corrido un trecho, tiene mala; las calles, empedradas, pero sucias también aceñas...»14. y molestas; los ruedos del pueblo, aban- Faltaban pocos años para que aquel si- donados; la muralla derrotada por mu- glo concluyese. La cofradía del Santo Se- chas partes. En cuanto a la posada donde pulcro, radicada en la iglesia parroquial estoy, tengo mil temores. Ello dirá, y yo de San Juan Bautista, hacía tiempo que también mañana, porque si la cama es pa- había dejado de existir; por entonces los sable y no hay chinches, no me cambio tordesillanos habían visto derribar tam- por el preste Juan. bién su maltratado palacio real y, en cam- Tordesillas tiene siete parroquias y ade- bio, sabían que en el interior del monaste- más cuatro conventos: uno de dominicos, rio de Santa Clara se estaban haciendo muy corto; otro de dieguitos, más nume- importantes obras a cargo del fraile jeró- roso; iglesia nueva de una nave; cuatro al- nimo Antonio de San José Pontones. To- tares dorados y de mal gusto; uno de davía tuvieron la suficiente devoción co- monjas de San Juan de Jerusalén, y otro mo para encargar la hechura de dos nue- de Clarisas, rico y lleno de privilegios por vos pasos de Semana Santa: el del Cristo haber morado en él la reina D.ª Juana, del perdón, costeado por la cofradía de viuda de Felipe I, en el tiempo de sus des- las Angustias e inspirado en el que hizo varíos: el más notable privilegio es el de Bernardo Rincón para la cofradía valliso- nombrar en la villa Juez de alzada. Oímos letana de la Pasión, y otro dedicado a misa en los Descalzos; salimos a las seis; Nuestra Señora de la Soledad. No imagi- gran puente sobre el Duero, de buena y naban que el siglo XIX iba a venir carga- firme arquitectura, con diez arcos puntea- do de dramáticas novedades que barrie- dos, y en el nueve, un molino; presa sobre ron numerosas tradiciones y mucho me- la derecha para surtir unas grandes ace- nos que siglos después su Semana Santa ñas, plantíos en la misma orilla, de ála- alcanzase el esplendor y vitalidad que mos blancos que corren por largo trecho, hoy posee.

14 Gaspar Melchor de Jovellanos, Diarios, ed. Julio Somoza, Oviedo, 1955, t. I, pp. 222-223.

106 DOS NUEVOS PASOS PROCESIONALES DE FELIPE DE ESPINABETE EN LA PROVINCIA DE SEGOVIA* Leticia M.» de Frutos Sastre

Poco a poco van apareciendo o se van son aún desconocidos. Nacido en Torde- documentando más obras del escultor va- sillas el 1 de mayo de 1719, debió de for- llisoletano Felipe de Espinabete, que con- marse en algún taller de Valladolid o de tribuyen a conocer distintas facetas de la Medina de Rioseco, que constituían, con producción de este artista que ha pasado a las figuras de Pedro de Ávila y de los her- la historia especialmente por la ejecución manos Sierra, los puntos de referencia de sus famosas cabezas de santos degolla- que dominaban la producción escultórica dos1. Como consecuencia de la restaura- vallisoletana. De hecho, no hay duda de ción de algunas esculturas, se han descu- la influencia que ejerció la producción de bierto obras firmadas de su mano que de- estos artistas Ðrepresentantes del gusto muestran una intensa actividad en el cam- rococó– en la obra de Espinabete, sobre po de la escultura procesional. Es el caso todo en la ejecución aristada y acuchilla- de las dos que ahora damos a conocer, re- da de los paños, así como en la aplicación alizadas para la cofradía del Cristo de las de la policromía. Se sospecha que entre Cinco Llagas del monasterio de Santa 1727 y 1740 fuese en Tordesillas apren- María la Real de Nieva (Segovia), que re- diz y oficial de Antonio de Gautúa y que presentan un Cristo atado a la columna y hacia 1747 se trasladase con su familia a un Ecce Homo,firmadas y fechadas en Valladolid si bien falta por conocer su ac- 1792, que pertenecen por lo tanto al últi- tividad durante la primera década de su mo periodo de su creatividad tal y como, estancia en la capital. además, acredita su calidad. En la década de los años 60 desplegó tal La formación artística y primeros años actividad que hace pensar en la existencia de la producción de Felipe de Espinabete de un taller propio capaz de atender la de-

*Agradezco a Teresa Llorente haberme dado noticia de estas piezas así como a Soterraña Olmedillo y a Antonio Sánchez Sierra por su ayuda durante la investigación. 1 La bibliografía sobre el artista es limitada, cfr. J. J. Martín González, Escultura Barroca castellana,vol. II, Fundación Lázaro Galdiano, Madrid, 1971; J. Yarza Luazes, ÇUn san Juan Bautista degollado de Felipe de Es- pinabete en Santibáñez del Val (Burgos)È en Boletin Seminario de Arte y Arqueología de Valladolid (BSAA), 38, (1972), pp. 560-562. J. C. Brasas y J. R. Nieto, ÇFelipe de Espinabete: nuevas obrasÈ en BSAA, 43, (1977), pp.479-484. J. C. Brasas Egido, ÇNoticias sobre EspinabeteÈ en BSSA, (1979), pp. 495-498. J. Urrea, ÇNuevos datos y obras del escultor Felipe de Espinabete (1719.1799)È, BSAA, (1985), pp. 507-511. J.J. Martín González, Escultura Barroca en España 1600-1770, Cátedra. Madrid, (1988), pp. 453-455. F. Vázquez García, ÇVarias es- culturas de Felipe de Espinabete en iglesias abulensesÈ en BSAA, (1991), pp. 445-452. J. Urrea, ÇEl escultor Fe- lipe Espinabete (1719-1799)È en VV.AA., Tordesillas a través de su Semana Santa,Diputación Provincial de Va- lladolid, Valladolid, (2001), pp. 119-122.

107 Jesús atado a la columna y Ecce Homo, por Felipe Espinabete (1792). Santa María de Nieva (Segovia). manda que recibía, que sobre todo se con- modelo y antecedente del Cristo a la Co- centra en la ejecución de cabezas de san- lumna de Nieva, encargado por la cofradía tos degollados: San Juan Bautista y San de la Vera Cruz de Tordesillas, y que esta- Pablo, a imitación de la famosa de Alonso ba formado por la figura del Cristo a la co- de Villabrille y Ron (Museo Nacional de lumna y los tres sayones azotándole; asi- Escultura. Valladolid), alcanzando noto- mismo para la citada cofradía de la Vera riedad suficiente como para que, entre Cruz hizo en 1768 un Nazareno destinado 1764 y 1766, ejecutase con destino al mo- a procesionar. Tal vez el conocimiento de nasterio de San Benito de Valladolid y al estas últimas obras por parte de la cofra- de Bernardos de la Santa Espina sendas día del Cristo de las Cinco Llagas del mo- sillerías de coro, que demuestran su capa- nasterio de Santa María la Real de Nieva cidad y habilidad en la fabricación de con- (Segovia) fue la razón por la que se le en- juntos monumentales y esculturas en re- cargó en 1792 las esculturas que ahora da- lieve. De 1766 data un paso procesional, mos a conocer.

108 Ecce Homo (detalle), por Felipe Espinabete. Santa María de Nieva.

EL MONASTERIO DE ciantes y artesanos del gremio de tejedo- SANTA MARêA LA REAL DE NIEVA res. Y LA COFRADêA DEL CRISTO DE Según el Padre Antonio Miguel Yura- LAS CINCO LLAGAS mi, en su estudio acerca de la aparición de la Virgen de la Soterraña, que se con- La fundación de la iglesia, y más tarde vertiría en patrona de Santa María la Real del monasterio de Santa María, van uni- de Nieva, la devoción a la imagen había dos a la aparición en 1392 de una imagen hecho que en la iglesia dominica de Santa de la Virgen en un pizarral cercano a la al- María se establecieran hasta 17 cofradías: dea de Nieva; la piedad y devoción de la las del Santísimo, Santísimo Cristo de las imagen atrajo el apoyo de la Corona, de Cinco Llagas, Niño Jesús, Concepción de manera que en 1395 se produciría la fun- Nuestra Señora, de los Dolores o de dación de la Puebla de Santa María con Nuestra Señora de la Consolación, Santa una serie de privilegios reales de exen- Ana, Santo Domingo, San Vicente, San ción de tributos que se iban a confirmar a Joseph, Santa Rosa, Santa Catalina de Ri- lo largo de los siglos hasta el reinado de ci, Santa Lucía, San Antonio de Padua, Fernando VII. Esta situación privilegiada San Isidro Labrador, San Sebastián y las convirtió a Nieva en un importante núcleo Ánimas. Estas cofradías realizaban sus residencial de nobles, así como de comer- procesiones fuera de la iglesia por el sitio

109 que denominan de la media Luna con plicar la relación que mantuvo la cofradía asistencia de la comunidad, siendo la del del Cristo de las Cinco Llagas con la de la Santísimo Rosario y la de San Sebastián Vera Cruz de Tordesillas para la que ha- las que gozaban de más privilegio2,en bía trabajado Espinabete en 1766. tanto que la cofradía de las Cinco Llagas, La citada ermita se encontraba situada que es la que ahora nos interesa, carecía en el camino que conducía a Segovia y de rentas y sus ingresos dependían de las cuando, a principios del siglo XIX, escri- limosnas que se recogían los domingos3. be el Padre Yurami se encontraba ya de- Al parecer la cofradía gozaba desde rruida y abandonada5. Allí acudía todo el 1548 de una capilla en la iglesia del con- pueblo en procesión el 3 de mayo, y lo vento Ç(…) donde tenemos la Ynsignia que es más interesante en relación con el del Santo Crucifixo de Nuestra debozion encargo de las tallas de Espinabete «(…) la qual esta dentro en el cuerpo e Iglesia el Jueves Santo hacían a esta ermita su de Monasterio de Nra Sra de la dicha Vi- procesión, que llamaban de disciplina lla azia la pared de la calle que baja a las los cofrades del santísimo Cristo de las PlazuelasÈ, y que se conocía como la Ca- Cinco Llagas con un crecido numero de pilla de Pero Sanz4. Pero en Nieva existía achas y luces que llevaban asi estos co- también una ermita propia del convento mo otros que sin ser cofrades concurrían dedicada a la Vera Cruz, lo que podría ex- por devociónÈ6.

2 M. R. P. Fr. Antonio Miguel Yurami, Historia de la aparición de la taumaturga Ymagen de Nuestra Seño- ra la Soterraña de Nieva,transcripción y notas de Antonio Sánchez Sierra, Madrid, 1995, p. 153. Para la historia de Santa María la Real de Nieva y de su monasterio, véase además: J. Garnelo, José, ÇExcursiones a Segovia y a Santa María de NievaÈ en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, 1903. Conde de Cedillo, ÇEl claustro del monasterio de Santa María la Real de NievaÈ en Boletín de la Real Academia de la Historia, 1920. Idem, «Santa María la Real de NievaÈ en BSEE, 1930. Idem, ÇDesde la Casona. Paseos y excursiones por tierras sego- vianasÈ, BSEE, 1931. M. Durán, «Excursiones a Santa María de Nieva y CocaÈ, BSEE, 1928. R. Núñez, ÇHisto- ria de la Villa de Santa María la Real de NievaÈ, Revista de Estudios Segovianos, 1954. J. M. Azcárate, Monu- mentos españoles, Madrid, 2.» edic, (1954). C. Arnanz Ruiz, Santa María la Real de Nieva,Segovia, 1972. A. Sánchez Sierra, El monasterio de Santa María la Real de Nieva,Segovia, (1983), edic. 1992. 3 Cada hermano que ingresaba, si era de disciplina, debía de pagar dos libras de cera y 100 maravedís, y si entraba de luz, 500 maravedís y dos libras de cera. Los entierros de quienes no eran hermanos reclamaban un pa- go de cuatro ducados y cuatro libras de cera, y el doble si era forastero. La cofradía era la encargada de las pro- cesiones cuando había que pedir agua, y de recibir las procesiones de otros pueblos. Las fiestas que celebraban eran las de la Cruz de Mayo, el día de San Llorente, el primer Domingo de Cuaresma y el domingo de RamosÈ. Rufino Núñez, ÇHistoria de la Villa de San María la Real de NievaÈ, Estudios Segovianos,Tomo VI, n.¼ 16-17, (1954), pp. 102-103. 4 Ç(…) donde tenemos la Ynsignia del Santo Crucifixo de Nuestra debozion la qual esta dentro en el cuer- po e Iglesia de Monasterio de Nra Sra de la dicha Villa azia la pared de la calle que baja a las Plazuelas, lugar donde señalamos para nos llegar e ayuntar para azer e otorgar las cosas tocantes e convenientes al bien de nues- tro cavildo e especialmente siendo juntos para azer lo yuso scripto, (…) de la de conseguir perpetuo merescamos delante de su acatamiento, e con este acatamiento, e con este comienzo e yntento, para aver e disfrutar lugar pa- ra azer nuestros ayuntamientos e oficios tocantes a tan santa e buenas intenciones e donde esté la insignia de ntro. Crucifixo e cruz (…) nos diesen o señalasen la dicha capilla donde agora estamos, que es o la dizen e ynti- tulan la Capilla e Pero Sanz(….)». AHN, Clero, leg. 6.281. Publicado por A. Sánchez Sierra, op. cit., (1983), edic. 1992, doc. VII, pp. 169-175. Hemos continuado la investigación en el Archivo Histórico Nacional a fin de localizar la documentación posterior referente al siglo XVII, sin resultados positivos. 5 «(…) la otra ermita propia del convento es la de la Vera Cruz en el camino Real que desde esta Villa va a Segovia de la qual solo han quedado cuatro paredes medio caidas sin techo alguno, y parte de la mesa del altar.È Ibidem, p. 154. 6 Ibidem.

110 Jesús atado a la columna (detalle), por Felipe Espinabete. Santa María de Nieva.

111 Esto explicaría la posible relación entre tarde elegido Teniente de Dibujo de la la Cofradía del Cristo de las Cinco Llagas Institución8, la cofradía tendría cierta ca- y la de la Vera Cruz, de manera que cuan- pacidad económica. do aquella piensa encargar unas tallas pa- En 1790 Espinabete abandonó Vallado- ra la capilla de la iglesia, muy posible- lid y se instaló de nuevo en su localidad mente para procesionar el día de Jueves natal. Pensamos que fue entonces cuando Santo, se pondría en contacto con la co- debió ser reclamado, a través de la cofra- fradía de la Vera Cruz de Tordesillas, para día local de la Vera Cruz, por la cofradía la que había ejecutado Felipe de Espina- de las Cinco Llagas del convento domini- bete Çel Paso del Azotamiento y columna co de Nieva que le solicitaría una obra de con las tres potencias de metal dorado y características similares a la que había sus soga de lana con los cordeles con que hecho el artista años atrás con destino a la se halla ligado a la columna». Además, citada cofradía de Tordesillas. el mismo escultor había hecho para la co- El escultor realizó y fechó en 1792 las fradía tordesillana «los tres sayones azo- dos figuras del Ecce Homo y del Cristo tándole y seis tornillos grandes para es- atado a la columna, el mismo año en que tos tres cuyas figuras están pintadas al firmó en Tordesillas su testamento. No se- óleoÈ7. De hecho, la escultura del Santo ría extraño que movido, por la devoción y Cristo se puede poner en relación directa piedad ejecutara ambas obras a un precio con la de Santa María de Nieva, tanto por no demasiado elevado aunque tampoco se la disposición de la figura como por la ca- puede desechar la idea de que las cobrase racterística ejecución acuchillada de sus en su estimado valor ya que por entonces paños. Sin embargo en la ejecución de su Santa María de Nieva atravesaba un nota- perizoma se aprecia ya una evolución que ble florecimiento económico según se abandona el modelo más barroco y agita- desprende de los datos extraídos de un do- do de Tordesillas por otro más reposado; cumento fechado en mayo de 1752: la lo- asimismo, la gravidez y peso de aquella calidad contaba con 402 vecinos, 297 ca- figura da paso a un modelo más rococó, sas, incluidas un ÇHospital intitulado lo cual se aprecia especialmente en el Ec- Santo Domingo en el que se admiten po- ce Homo del mismo convento segoviano. bres, enfermos asi vecinos como foraste- Como no se conoce la historia de la co- rosÈ, cuatro mercaderes o tenderos de jo- fradía en aquellos momentos no puede yería, 3 tratantes de cordobanes, un médi- saberse el precio por el que Espinabete co, 2 boticarios, 3 arrieros, 4 panaderos, 3 realizó ambas esculturas, sin embargo, si mesoneros, 6 alfareros, 38 tejedores de se atiende al renombre de que gozaba por paños, 196 cardadores, 17 fundidores…9. entonces el artista, hasta el punto de ser En cualquier caso, la cofradía de las Cinco admitido en 1784 en el seno de la Real Llagas contaba con una presencia impor- Academia de Bellas Artes de la Purísima tante puesto que de ella dependía el ente- Concepción de Valladolid y tres años más rramiento de los vecinos de Nieva.

7 J. Urrea, Op. cit., (2001), p. 121. 8 J. M. Caamaño Martínez, ÇDatos para la historia de la Real Academia de la Purísima Concepción de Va- lladolid (1786-1797)È en BSAA, XXIX, 1963, pp. 89-107. 9 Archivo Santa María la Real de Nieva, libro 538, fols. 417-438. Agradezco a Teresa Llorente el haberme facilitado esta documentación.

112 EL VIOLINISTA PEDRO ESCUDERO, ÇEL CASTRADOÈ, Y SU LEGADO AL CABILDO CATEDRAL DE VALLADOLID Juan Bautista Varela de Vega

Un legado hecho al Cabildo catedral de campesinos, llamados Pedro Escudero y Valladolid, en 1868, no llegó a realizarse Rosa Martínez. Fue bautizado el 22 de di- seguramente por falta de recursos de la fá- cho mes, en la parroquia de N.» S.» de la brica catedralicia. El legado, dos magnífi- Asunción. Parece ser que en 1851, sesen- cos violines: un Stradivarius y un Guarne- ta años después, Escudero volvió por rius, dos joyas del arte cremonense. Mombuey, donde pudo contemplar las ¿Quién era el testador? Un violinista ruinas del lugar donde vio la primera luz español que alcanzó gran fama de virtuo- y en el que, siendo niño, un cerdo le muti- so en Francia, y que hace semejante man- ló los testículos, por lo que se le conoció da en agradecimiento al Cabildo por lo por Çel castradoÈ1. bien que había sido tratado, cuando fue Desconocemos como llega a Valladolid, niño de coro en la capilla musical cate- ingresando como niño de coro en la capi- dralicia. Su nombre: Pedro Escudero. lla de música de la Catedral, hacia 1800 ó Se sabe muy poco sobre este músico. 1801, ya que con nueve o diez años entra- Es el gran historiador y compositor Balta- ban los niños a formar parte del coro. sar Saldoni quien da las primeras noticias Por estas fechas era maestro de capilla, conocidas sobre nuestro violinista, en esa Fernando Haykuens, de origen holandés obra impagable de historia musical que o flamenco, quien precisamente, en el fue el Diccionario Biográfico-Bibliográ- año de nacimiento de Pedro Escudero fico de Efemérides de Músicos Españo- Ð1791Ð, el 3 de junio es nombrado maes- les, que editó en Madrid entre 1868 y tro de capilla por el Cabildo, tras una 1881, a cargo de su bolsillo, he aquí uno oposición, en contienda con dos grandes de sus muchos méritos. músicos, Pedro Antonio Compta y Juan Según Saldoni, Pedro Escudero nació Ezequiel Fernández. Compta era maestro el 17 de diciembre de 1791 en Mombuey, de capilla de la Catedral de Gerona, y provincia de Zamora, en una choza de «debió su celebridad brillante –dice Subi- piedra, probablemente en medio del cam- rá–, pero fugaz, a un Te Deum para ocho po, y siendo sus padres unos humildes voces reales, dos órganos y gran orques-

1 B. SALDONI, Diccionario Biográfico-Bibliográfico de Efemérides de Músicos Españoles, T. II, p. 388.

113 ta: el Te Deum fernandino, como se le ha ofrece en unión del gran pianista Pedro denominado, porque con esa obra se cele- Pérez de Albéniz, más conocido por Pedro bró el retorno de Fernando VII a su patria Albéniz, uno de los mayores virtuosos del y la recuperación de su corona, tras los piano español del siglo XIX, que había es- años pasados en Valençay como cautivo tudiado con Fiedrich Kalkbrenner y Henri de los francesesÈ2. En cuanto a Fernán- Herz en París, y que fue el primer profesor dez, pertenecía a la capilla de música de de piano del recién creado Conservatorio la Catedral de León3. de Música María Cristina, de Madrid. Por tanto, Escudero tuvo de primer Los conciertos con Escudero tuvieron maestro a Haykuens, quien a su vez tuvo lugar en los salones de Santa Catalina, y otro discípulo muy ilustre, el vallisoleta- acerca de ellos escribió Saldoni lo si- no Cesáreo Bustillo, el cual llegaría a guiente: Çllamaron extraordinariamente maestro de capilla de la Catedral Primada la atención de la escogida y numerosa de Toledo4. concurrencia que asistió a ellos y que Fernando Haykuens, no sólo era un aplaudía frenéticamente a los Pedros, co- buen compositor, como lo evidenció el re- mo eran llamados los célebres concertis- sultado de la oposición al magisterio de tas Albéniz y Escudero, por tener ambos capilla de nuestra Catedral Ðde 16 votos el nombre de Pedro. En vista del fanatis- emitidos, 14 fueron a su favorÐ, sino tam- mo que hicieron en Madrid estos dos tan bién un distinguido ministril de flauta y notables profesores, fueron de sus resul- oboe, que lo fue de ambos instrumentos en tas nombrados, Albéniz maestro de piano, la Catedral de Orihuela (Alicante), antes y Escudero de violín, al fundarse el Con- de acceder al magisterio de capilla de Va- servatorio de música en el expresado año lladolid. Por cierto, Haykuens no pudo to- de 1830; pero Escudero sólo desempeñó mar posesión de su cargo inmediatamente, la plaza de profesor del expresado esta- pues no había recibido la prima clerical blecimiento hasta principios de 1833, en tonsura, exigida para el cargo, como reco- que renunció, por no privarse de su pa- gen las Actas Capitulares correspondientes sión favorita: la de viajar por el extranjero al Cabildo de 8 de agosto de 17915. y dar conciertos en las principales capita- Encontrándose todavía de niño de coro les de Europa, como así sucedió, y así pa- –España está en poder de Napoleón Bo- só también su vida». Y añade Saldoni: naparteÐ, Pedro Escudero es escuchado ÇEscudero era, además de gran violinista, por un jefe del ejército francés, quien per- un excelente cantante, cuyo arte conocía catándose de su talento musical, le con- perfectamente, asegurándonos nuestro duce a Francia, donde completa su forma- querido amigo Albéniz, que le había oído ción musical, iniciando una brillante ca- cantar, que Escudero tenía una gran voz rrera de violinista. de tenor y había pocos cantantes de fama En 1830, visita España, dándose a co- que le aventajaran en su buena escuela y nocer en Madrid, en los conciertos que manera de expresarÈ6.

2 J. SUBIRÁ, Historia de la Música Española e Hispanoamericana, p. 747. 3 J. B. VARELA DE VEGA, Músicos de Valladolid. Antología Biográfica. Vol. I. Siglos XIV-XVIII, p. 243. 4 J. B. VARELA DE VEGA, Cesáreo Bustillo, un maestro de capilla vallisoletano, p. 19. 5 J. B. VARELA DE VEGA, Músicos de Valladolid…, p. 244. 6 B. SALDONI, op. cit., p. 389.

114 Efectivamente, Pedro Escudero había sido nombrado maestro de violín y viola del Real Conservatorio de Música de Ma- ría Cristina, con un sueldo anual de 20.000 reales, exactamente el mismo que Pedro Albéniz como maestro de piano y acompañamiento7. También ambos artis- tas fueron llamados a Aranjuez por los re- yes para dar un concierto, percibiendo 6.000 reales cada uno. Albéniz y Escudero bien pudieron co- nocerse en París, cuando Albéniz se tras- lada a su Conservatorio para estudiar con Kalkbrenner y Herz, en 1826. Escudero era ya virtuoso concertista, pues llevaba años en la capital de Francia, lo que supo- ne dieran juntos conciertos. Al parecer, como señala Saldoni, Escu- dero dio conciertos en Rusia, varios en Pedro Albéniz, discípulo de Kalkbrenner y San Petersburgo y en Moscú8. Herz en París, fue el acompañante habitual de Pedro Escudero en sus conciertos de Madrid. En cuanto a su voz como cantante, dada (Grab. s. XIX). su accidental castración, más que tenor debía poseer el registro de contratenor, o quizá de soprano, y resulta extraño que, como capón –expresión más española que mer fagot de casi todos los teatros de Ma- castradoÐ, tuviera una gran voz que aven- drid. Llegó también a tocar, además, el ba- tajará a la de la mayoría de los cantantes jón y el figle en la Capilla Real, actuando de fama, según afirmaba Pedro Albéniz. no sólo en ésta, sino en todas las principa- Pedro Escudero tuvo dintinguidos discí- les funciones religiosas que tenían lugar pulos en el Conservatorio de Madrid. Así, en la capital de España, datos todos estos Domingo Aguirre y Costa, iniciado por un recogidos asimismo por Saldoni9. hermano en el violín, siendo muy niño, Manuel Silvestre fue también primer matriculándose a los trece años en el Con- profesor de fagot del Conservatorio de servatorio madrileño, donde es su maestro Madrid, desde su inauguración en 1830, al Pedro Escudero, pero dos años después igual que Escudero y Albéniz, disfrutando pasa al estudio del fagot, con Manuel Sil- de un sueldo de 4.000 reales anuales10. vestre, y de la armonía y composición con A Pedro Escudero le sustituyó en el el célebre Carnicer. Domingo Aguirre per- Conservatorio uno de los mejores violi- teneció a la Capilla Real, a la banda de nistas de la época, el lucense Juan Díez, música del Real Cuerpo de Guardias de cargo que ejerció durante muchos años, Corps, a la orquesta del Teatro Real, y pri- siendo además violín de la Real Capilla.

7 Vid., F. SOPEÑA IBÁÑEZ, Historia Crítica del Conservatorio de Madrid, pp. 35, 238, 242. 8 B. SALDONI, op. cit., p. 388. 9 Ibid., T. III, pp. 242, 243, 291. 10 Cf., F. SOPEÑA IBÁÑEZ, op. cit., pp. 35, 244.

115 Respecto al legado de Pedro Escudero, Realmente, lo sucedido en el Cabildo lo que el Cabildo de enero de 1869 reco- de 4 de enero de 1869 (Cab.¼ extraordina- ge, para de modo completo satisfacer rio/fol. 1 r.¼ y v.¼) tiene sus precedentes en nuestra curiosidad, lo es además necesa- el mes de agosto de 1868, a través del Ar- riamente, pues al menos en las Actas Ca- cediano y de una carta procedente de Pa- pitulares no se encuentran más noticias rís, poniéndose en conocimiento del Ca- sobre el asunto, que copiamos literalmen- bildo, que el 11 de dicho mes acuerda lo te, como sigue: ÇSe leyó por último una siguiente: ÇEl Sr. Deán hizo presente que carta dirigida al Sr. Déan por el Cónsul el Sr. Arcediano le había manifestado sa- general de España en París, fecha 10 di- ber por una persona que tenía carta de Pa- ciembre próximo pasado, en que se noti- rís, haber sido legado a esta Iglesia un fica que D. Pedro Escudero, súbdito espa- violín por un músico, Pedro Escudero, ñol, en testamento otorgado en 17 de julio que en su niñez fue niño de coro de esta de 1862, en aquel Consulado general, le- Sta. Iglesia, y que había persona que ofre- gó al Cabildo de la Iglesia Catedral de cía por el dicho violín quinientos francos. Valladolid, en agradecimiento a los mu- El Cabildo no teniendo noticia alguna an- chos favores que había recibido en su in- terior acerca de este asunto, acordó que se fancia, sus dos mejores violines, uno de nombrase una Comisión que averiguara Antonius Stradivarius, y otro de Petrus lo que hubiera sobre el particular, reser- Guarnerius, y además la música encua- vándose resolver lo más conveniente, ca- dernada de grandes Maestros; y que po- so de que el legado llegue a poder del Il- día el Iltmo. Cabildo disponer de dichos mo. Cabildo. Para esta Comisión fueron legados designando a persona a quien en- nombrados los Sres. Arcediano y Fabri- tregarse. El Cabildo acordó, que la Comi- queroÈ13. sión nombrada anteriormente, cuando se Por estos años de 1868 y 1869 la fábri- tuvo la primera noticia de este asunto, ca catedralicia anda mal de recursos. continuase entendiendo en él con faculta- ¿Pensaría por ello el Cabildo en la enaje- des amplias para hacerse cargo de los ex- nación del fantástico legado musical en presados objetos, y enajenarlos en el pun- origen?, como expresan las Actas men- to donde se hallan, por las dificultades cionadas del Cabildo extraordinario de 4 que ve el Cabildo en que vengan a su po- de enero de 1869. Pensar en una enajena- der, como desearía para conservar en su ción de dos joyas, como un Guarnerius y Iglesia esta distinguida memoria, como un Stradivarius, hoy resultaría increíble, muestra de gratitud a su difunto legata- no sólo por su valoración cualitativa, sino rioÈ11. también cuantitativa. Sí, el momento de Escudero había sido nombrado violi- la fábrica debía estar tan necesitado, que, nista segundo de la Catedral, en 1810, en el mismo Cabildo del 4 de enero, se siendo discípulo del primer violinista, acuerda prescindir de los puestos de orga- Manuel Carretero12. Se despidió de Valla- nista segundo y pertiguero segundo: ÇEn dolid para marchar a París, el 31 de julio este Cabildo se acordó también que, en de 1812. vista de la escasez de fondos en que se

11 J. B. VARELA DE VEGA, Músicos de Valladolid…, pp. 284-85. 12 Ac. Cap. Cab.¼, 26 feb. 1810, fol. 113 v.¼ 13 Cab.¼ ord.¼, 11 agos. 1868, fol. 21 v.¼ y 22 r.¼

116 Parte posterior de un Guarnerius de 1650, y un Stradivarius de 1716, ejemplos del valor que pudo tener el legado de Pedro Escudero al Cabildo.

117 encontraba la fábrica por razón del retra- violín del Gesù posee una cualidad sono- so que viene sufriendo en el cobro de su ra semejante el Stradivarius; éste más só- asignación, se despidiese por ahora al or- lido, más equilibrado, dócil a las necesi- ganista 2.¼ y al pertiguero 2.¼È14. dades del más alto virtuosismo, tímbrica- Hay que señalar que por estos años era mente más brillante; en cambio, el sonido maestro de capilla el gran Antonio García del Guarneri, más limitado, presenta una Valladolid, el que más tiempo ha perma- expresión más íntima, personal, sugesti- necido en su cargo, casi cincuenta años. Y va. Esta fue la razón por la que el genio eran organista 2.¼ y pertiguero 2.¼, respec- inigualable de Paganini escogió un tivamente, Miguel Mir, músico excelente, «Guarneri del Gesù», como su instru- muy ligado a Valladolid, y Vicente Velao. mento preferido, construido en 1742, y Y, como consecuencia del acuerdo del Ca- conocido por el «Cannone» (el cañón) bildo de suprimir dichos cargos, hubo una –«el cañón de PaganiniÈÐ, que el excep- reacción muy positiva por parte de los in- cional artista legó al Municipio de Géno- teresados, y gratamente acogida por el va, en su testamento de 27 de abril de Cabildo del día 11 de enero, que dice: 1837: ÇLego mi violín a la ciudad de Gé- ÇDiose cuenta de dos comunicaciones, nova, para que sea conservado allí para una del Sr. D. Miguel Mir, organista 2.¼, y siempreÈ16. otra de D. Vicente Velao, 2.¼ pertiguero, Paganini, Çel brujo, criminal, hijo del ofreciendo ambos sus servicios como ta- infierno, mensajero del diabloÈ Ða tales les al Iltmo. Cabildo, sin retribución algu- extremos llegaron las leyendas y defor- na durante el estado de escasez de fondos maciones conscientes y malintencionadas en que se encuentra la fábrica. El Cabildo de la realidadÐ, no descansó; su pobre ca- acordó que se les diese las gracias y se les dáver estuvo de aquí para allá 56 años, manifestase que podían seguir como hasta hasta encontrar sepultura definitiva; no aquí, ejerciendo sus respectivas funciones. así su maravilloso violín, que descansó Lo propio hizo presente el Sr. fabriquero Çpara siempreÈ en la ciudad que le vio respecto a los músicos, y se acordó con- nacer, como para siempre durará la músi- testarles lo mismoÈ15. ca y la técnica del «violinista del diablo», Como vemos, la precariedad de los re- que revolucionó el concepto de virtuosis- cursos del Cabildo se extendió a todos los mo, recogido por otro de los grandes de la miembros de la capilla de música. historia de la música, Franz Liszt. Este Acerca de las calidades de ambos violi- escucha a Paganini en su primer concier- nes del legado, diremos que hay diferen- to en París, Çy su asombroso virtuosismo cias entre ellos, sin perder por eso su y la fuerza expresiva de sus interpretacio- esencia de creación maravillosa. nes despiertan en Liszt el deseo de hacer De la familia Guarneri, el más célebre algo semejante para el pianoÈ17, transcri- fue Giuseppe, conocido por ÇGuarneri biendo, por ejemplo, la célebre Campa- del Gesù», por emplear sobre la inscrip- nella, extraordinariamente difícil, y otros ción de su nombre en el interior de sus estudios de Paganini, o componiendo una violines símbolo del Salvador: IHS. El Gran Fantasía sobre la misma.

14 Cab.¼ ext.¼, 4 en. 1869, fol. 1 v.¼ 15 Cab.¼, 11 en. 1869. 16 W. G. ARMANDO, Paganini, p. 288. 17 W. DÖMLING, Franz Liszt y su tiempo, pp. 14, 173, 184, 193, 201.

118 El virtuosismo llegó a la cumbre con tocar el violín con perfección y facili- Niccoló Paganini, quien logra la inmor- dad22. talidad, Çpremio que los humanos, tarde Pedro Escudero fallece en París, el 8 de o temprano, conceden al genio por sus mayo de 1868. Por tanto, a los 76 años de hechos y por sus aportaciones. La extra- edad, y tres meses antes de que el Cabildo ordinaria personalidad de Paganini se vallisoletano tuviera noticia de su Çfan- nos aparece siempre como un emocio- tástico» legado. Su personalidad parece nante misterio en el cuadro de la historia, estar envuelta en cierto halo de misterio, como una figura compuesta de realidad y al igual que el inmortal genovés. fantasía»18. Pedro Escudero era el segundo gran violinista español con carrera en París. Su BIBLIOGRAFêA antecesor fue el vallisoletano Romualdo AGAPITO Y REVILLA,Juan, Las calles de Valla- Pérez de Cea, nacido en el popular barrio dolid. Nomenclátor histórico, Valladolid, de San Andrés, calle de los Zurradores, el Grupo Pinciano (Edición facsímil de la de 7 de febrero de 174519, arrabal que se en- 1937), Caja de Ahorros Provincial, 1982. contraba fuera de la llamada puerta de Te- ARMANDO,Walter G., Paganini, Barcelona, resa Gil y a orillas del río Esgueva. La ca- Editorial Vergara, 1962. lle recibía tal nombre por encontrarse en DÖMLING,Wolfgang, Franz Liszt y su tiempo, ella establecidos los zurradores o tundi- Madrid, Alianza Editorial, 1993. 20 SALDONI, Baltasar, Diccionario Biográfico- dores de pieles . Bibliográfico de Efemérides de Músicos Es, una vez más, Saldoni quien nos Españoles, Madrid, Impr. A. Pérez Du- ofrece datos sobre este músico vallisole- brull, 1868-1881. tano, en su Diccionario: «El día 8 de ene- SOPEÑA IBÁÑEZ,Federico, Historia Crítica del ro de 1802 muere en París el célebre vio- Conservatorio de Madrid, Madrid, Minis- linista D. Romualdo Pérez, natural de Va- terio de Educación y Ciencia, 1967. lladolid, y uno de los más acreditados SUBIRÁ,José, Historia de la Música Española e Hispanoamericana, Barcelona, Salvat músicos que contaba España a fines del Editores, 1953. 21 siglo XVIIIÈ . VARELA DE VEGA, Juan Bautista, Cesáreo Bus- Romualdo Pérez de Cea fue segura- tillo, un maestro de capilla vallisoletano, mente discípulo de José Herrando, otro Valladolid, Real Academia de Bellas Artes de los grandes del violinismo español, y de la Purísima Concepción, 1990. discípulo de Corelli. Herrando era violín Ð Músicos de Valladolid. Antología Biográ- en la orquesta del Buen Retiro madrile- fica. Vol. I. Siglos XIV-XVIII, Valladolid, El Autor, 2001. ño y en la del duque de Alba, además de Ð «Pérez Cea, RomualdoÈ, Diccionario de maestro de capilla de la Encarnación de la Música Española e Hispanoamericana, Madrid, publicando en París, en 1756, su Vol. 8, Madrid, Sociedad General de Auto- Arte y puntual explicación del modo de res y Editores (SGAE), 2001.

18 W. G. ARMANDO, op. cit., p. 309. 19 Pq.» de San Andrés, Libro 7 Bautizados (1717-1759), fol. 306 v.¼. 20 J. AGAPITO Y REVILLA, Las calles de Valladolid. Nomenclátor histórico. 21 B. SALDONI, op. cit., T. I, p. 134. 22 Vid., sobre Romualdo Pérez de Cea, J. B. VARELA DE VEGA, Músicos de Valladolid. Antología Biográfica. Vol. I. Siglos XIV-XVIII, pp. 249 y ss., Id., «Pérez Cea, RomualdoÈ, Diccionario de la Música Española e Hispa- noamericana, vol. I, p. 632.

119

LA ZARZUELA DON JUAN TENORIO Juan Bautista Varela de Vega

¿Qué Don Juan Tenorio, el de Zorrilla, sevillano baladrón./ 2.ª Porque habiéndo- convertido en zarzuela? Sí, el del insigne se ya más de dos veces anunciado y re- poeta y dramaturgo vallisoletano. El mis- presentado en España y en las Américas mo José Zorrilla nos ofrece las razones españolas El convidado de piedra contra por las que se procedió a poner en música D. Juan Tenorio; teniendo todos los ído- su popularísimo drama religioso-fantásti- los populares que venir a tierra en España co. a pedradas, y más los que, como mi D. No podemos tratar de acercarnos litera- Juan, están puestos sobre un pedestal de riamente, ni por asomo, a la narración de arena, yo me creo con mejor derecho que dichas razones, que el poeta hace con su nadie para tirarle la primera piedra./ Entre estilo inigualable, ni tampoco resumirla, los que se le han atrevido, halló en pro- pues sería una pena perder su unidad, por vincias el empresario de Jovellanos uno lo que vamos a dar a continuación el tex- de los susodichos Convidados de piedra; to íntegro en su redacción original. quien con toda la planta de mi D. Juan, su Escribe don José: «¿Por qué se ha he- segundo acto con esquinazo, ventana y cho este primer ensayo de convertir en postigo; su dualismo de personajes; un zarzuela el drama de Don Juan Tenorio? don Luis equiparado a don Juan; todos Por dos razones muy obvias y fáciles de los caracteres y defectos, en fin, que dis- comprender./ 1.» Porque aceptado como tinguen a mi Tenorio de El Burlador de género el espectáculo zarzuela; multipli- Sevilla, de Tirso, de El Convidado de pie- cadas las compañías que le sostienen, y dra, de Moliér y del D. Giovanni, del eru- establecida la costumbre de representar el dito abate que escribió el libreto de Mo- drama la primera semana de noviembre, zart; y este convidado estaba ya taimada- el público acude por costumbre a aplaudir mente llamando a la puerta particular del los desatinos y absurdos que hace treinta escenario de la Zarzuela, dispuesto, al pa- años acumulé en ésta mi famosa elucu- recer, según el éxito que alcanzara, a tirar bración, a la cual bauticé con el título de el antifaz y a decir: –«no hagamos más el drama religioso-fantástico; y la zarzuela coco: yo soy don JuanÈÐ si gustaba, o a se ve abandonada en esta época, falta de decir, «tío, yo no he sido; yo soy de pie- defensa contra la insolente fortuna de mi draÈ, si era mal aceptado.Ð Yo que tenía

121 ya planteada con el maestro Caballero la cutan por costumbre; y como la señora refundición de mi drama en zarzuela para Franco de Salas hizo una monjita precio- el noviembre del 78, reclamé mis dere- sa, que cantaba como un ruiseñor y decía chos de prioridad para cometer tal atrope- mis versos con corrección y limpieza; y llo: recobré mi hacienda donde la hallé, y como la señora Baeza no hizo una Brígi- como D. Juan no puede hoy tener más ri- da de burdel, dando a su carácter no más val que D. Juan, y como lo que la empre- que la tinta verde necesaria para su colo- sa necesitaba era el título de mi drama y rido; y como el barítono Ferrer, el tenor mi nombre en el cartel de estreno, los cómico Tormos y el bajo Banquells cum- cuales son evidente míos, aquél por pres- plieron como buenos, cantando con preci- cripción de largo tiempo y éste por mi sión, diciendo sin tropiezo, ensayando partida de bautismo, allanadas por la em- con cuidado y vistiendo con esmero, re- presa las dificultades de derechos, con- sultó en la primera representación un vertí mi drama en zarzuela en los catorce conjunto más agradable y más artístico días que me daban; viéndome obligado a que lo que se acostumbra a ver por esos encajar mi palabra en el molde de la mú- teatros de Dios; en donde se trata ya a mi sica, y resultando, no una zarzuela nueva D. Juan como de casa, sin respeto de due- y refundida como yo había propuesto, si- ño de ella, sin cepillarle la ropa ni adere- no, como la exigían el tiempo, las cir- zarle los aposentos./ Y he aquí cómo y cunstancias y la empresa, un D. Juan con- por qué pasó esta zarzuela, haciendo el tra D. Juan; yo contra mi mismo; necesi- primer chichón al drama; a pesar de una dad ya ineludible en noviembre de 1877. parte del público, que entró resuelta a La zarzuela necesita un D. Juan para épo- convertir el teatro de Jovellanos en café ca fija./ Y he aquí cómo y por qué se ha flamenco, y a pesar de los entreactos de hecho esta zarzuela: porque así como la cuarenta minutos, que ocasionó a la em- refundición y corrección del drama, des- presa su prisa, su necesidad o su empeño pojándole del absurdo y explicando el de que cantara D. Juan el 31 de octubre milagro, obedece a las exigencias realis- precisamente. La obra cumplió con su tas y filosóficas de la época, su transfor- misión llenando el teatro las ocho repre- mación en zarzuela obedece a la necesi- sentaciones consecutivas de ordenanza, dad de la existencia de este nuevo género como el drama; quedando ya en el reper- teatral./ En cuanto a la presente, no mere- torio de la zarzuela, y siendo aplaudidas ce que me ocupe más de ella. Tal como las piezas más salientes de su discreta y es, no podía ser otra cosa, pedida y corta- correcta música./ Los autores fuimos lla- da por el patrón de mi don Juan; y de ella mados todas las noches; y aprovecho esta y del drama pienso decir mi opinión en ocasión para advertir a los que me han un escrito, que publicaré antes del fin de criticado mi presentación en el proscenio, año, con este u otro título análogo: El que no han tenido en cuenta al decírmelo, drama D. Juan Tenorio ante la concien- que el maestro Manent, forastero en Ma- cia de su autor./ Así fue hecha esta zar- drid, merecía los honores de una buena zuela, y en ella cantó Dalmau por Don hospitalidad; y habiéndose resistido a Juan la primera vez el 31 de octubre del presentarse al público sin mí, yo me he presente año de gracia 1877; y como can- presentado con él, en el escenario y en el tó muy bien, y dijo y representó mejor libreto, como su obligado y modesto que muchos de los actores que me lo eje- comparsa./ Ultima observación. Dicen

122 El autor de la música de Don Juan Tenorio, Nicolás Manent.

123 muchos que es un disparate, y que no plaza de novillos de aquel lugar de la quieren, que cante Don Juan Tenorio. No Mancha, que Cervantes no quiso nom- comprendo la lógica ni el escrúpulo meti- brar./ J. ZorrillaÈ. culoso de los que emiten semejante opi- En este exordio, Zorrilla dice que tenía nión. Si se tolera que cante el emperador ya acordado con Fernández Caballero, Carlos V, Cristóbal Colón, Galileo y Moi- para noviembre de 1878, la refundición sés, ¿por qué se ha de repugnar que cante de Don Juan Tenorio en zarzuela, en un Don Juan?/ Si canta en la ópera italiana, plazo perentorio de 14 días, que don José ¿por qué no ha de cantar en la zarzuela cumplió; pero, en cambio, Fernández Ca- española? ¿Es Don Juan, por ventura, ballero no escribió la música. más personaje; es, ni puede ser más gra- Estamos en 1877, y la zarzuela se estre- ve, más grande, más noble, ni más digno naría, con música de otro autor, el 31 de de respeto que el emperador don Carlos, octubre, como sabemos, en el Teatro Jo- que llenó el mundo, y que Moisés, que vellanos, de Madrid. habló con Dios cara a cara?/ Estos perso- ¿Cuál era la situación general de la zar- najes existieron sin duda; pero ¿existió en zuela en 1877? Puede hablarse sin duda verdad Don Juan? ¿Quién fue? Individuo de período esplendoroso. Hacía cuatro de una familia adicta a un rey que jamás años que se había inaugurado el madrile- anduvo bien con el clero de su tiempo, tal ñísimo y popular Teatro de Apolo, verda- vez no es más que un fantasma creado por dero «santuario del género chico», y tres la imaginación de un fraile que, necesi- que se había cantado en él, por vez prime- tando un ejemplo para un sermón, se lo ra, zarzuela, con la reposición de El moli- aplicó al hijo del copero mayor de aquel nero de Subiza, de Cristóbal de Qudrid, y, rey, a quien fue traidor, menos el pueblo, en la Zarzuela, el estreno de A casarse to- hasta su propio cronista.Ð Fray Gabriel can, de Inzenga. Téllez, uno de los frailes de más talento En este año de 1877, en el Teatro del que han ocupado celda conventual, sacó Circo, tiene lugar el estreno de Los sobri- su tradición a la escena, y concluyó por nos del Capitán Grant, de Fernández Ca- hacer popular el personaje de Don Juan, ballero, una de las acertadas obras de és- de cuya existencia es difícil dar pruebas, te, que pasaría al repertorio habitual de aunque hay más de tres Don Juanes cita- las compañías. Ya Caballero había estre- dos por la historia en la nobilísima fami- nado en la temporada anterior Ð1876Ð La lia de los Tenorios.Ð Famoso lo hallé yo Marsellesa, y lo haría en 1878 con El sal- cuando eché mano de él; y mi Don Juan to del pasiego, otros dos logros del prolí- no tiene más derecho a superioridad que fico compositor murciano. su inconcebible fortuna; pero de esto ha- Sobre Caballero hay que resaltar que, blaré en otro tiempo y lugar./ Réstame só- en la década del 70, es cuando se inicia la lo dar las gracias a los actores que tanto más brillante etapa creadora del mismo, y empeño pusieron en la ejecución de esta concretamente a partir de 1871, año de zarzuela, y al público que les hizo justi- vuelta de su larga estancia en Cuba, su cia, aplaudiendo su celo y esmero en la país predilecto. primera representación.– ¡Pobres de ellos 1878, fue un año también muy señala- si no hubieran ido tan seguros en ella! do para nuestro género lírico. Precisa- Elementos había en la sala la noche de su mente el compositor del Don Juan Teno- estreno, para convertir la de Jovellanos en rio de Zorrilla, Nicolás Manent, estrena

124 De la tierra al sol; el gran Barbieri, El para la que, al ser de nueva creación y no diablo cojuelo; Miguel Marqués, El ani- poseer archivo de música, tuvo que com- llo de hierro; Federico Chueca, La Can- poner toda la música religiosa y litúrgica. ción de la Lola; Ruperto Chapí, la ópera En cuanto a su producción de música es- en tres actos, Roger de Flor, en el Teatro cénica es importante la zarzuela catalana, Real, el 25 de enero, en función regia por y de sus zarzuelas en castellano estrenó el matrimonio de los reyes Alfonso XII y varias en Madrid, en el Teatro Circo del Mercedes, actuando las voces únicas de Príncipe Alfonso, cuando dirigía su or- Gayarre y Tamberlick, y Arrieta, la zar- questa el gran músico catalán Joan Goula, zuela en tres actos, sobre libro de Luis discípulo precisamente de Manent. Mariano de Larra y Enrique Pérez Es- Según Saldoni, Manent compuso más crich, en arreglo de la novela de Julio Ver- de 136 obras religiosas, entre ellas nada ne, Miguel Strogoff, La guerra santa, que menos que 25 Misas a grande y pequeña vio su estreno ya en 1879, con la que ce- orquesta, y su producción de obras profa- rramos esta rápida visión de la zarzuela nas pasa de 200, siendo de citar sus sinfo- por los años 70, pues 1879 apenas tuvo nías y los bailables de gran espectáculo, estrenos Ðde importancia ningunoÐ, ex- de estos últimos principalmente. La con- cepto la zarzuela de Teodoro Vilar, en trabandista de rumbo, que logró fama in- Barcelona, Los pescados de San Pol, y la ternacional, interpretada en Londres du- citada de . rante cinco meses consecutivos. Como te- Veamos ahora quién era el autor de la órico, publicó un extenso Método teóri- música del Don Juan Tenorio de Zorrilla, co-práctico musical, que le editó Juan Nicolás Manent. Budó. Menorquín, nacido en Mahón en 1827, Hablemos ahora de los intérpretes de la falleció en Barcelona en 1887. En sus no zarzuela Don Juan Tenorio, concretamen- muchos años de vida dejó una obra im- te de Rosendo Dalmau. Natural de Barce- portante y amplia. lona, empezó como actor de teatro, perte- Verdadero niño prodigio, a los 5 años neciendo muy joven a la compañía de comenzó los estudios de solfeo y piano Manuel Catalina y Matilde Díez, pasando con el maestro de capilla de Santa María a continuación a la de Valero, que trabaja- de Mahón. A los 15 era organista titular ba en el Liceo. En éste le escuchó Luis de de la iglesia de San Francisco. Pero su Olona, quien le contrató como tenor para asombrosa capacidad, además de la com- formar parte de su compañía, en 1860, en posición, le llevó a estudiar la flauta, el Barcelona. En 1862, para el estreno pre- contrabajo y la dirección de orquesta. Co- cisamente de otra zarzuela sobre texto de mo flautista su precocidad fue tal que, a Zorrilla, música de Gabriel Balart, Amor los 14 años, era flauta primera en el Tea- y arte, Balart contrata a Dalmau. El estre- tro de Mahón. no tiene lugar en el Teatro Principal de Residiendo en Barcelona desde muy jo- Barcelona, en el mes de abril, con gran ven, es admitido como contrabajo en la éxito. orquesta del Teatro del Liceo. Recibió en- El libro de Amor y arte, zarzuela en tres señanzas de Mateu Ferrer, maestro de ca- actos, fue vendido por Zorrilla al salir para pilla de la Catedral. Poco después, Ma- América, al músico y musicógrafo e histo- nent ejerció como maestro de capilla de riador Mariano Soriano Fuertes, al objeto la parroquia barcelonesa de Sant Jaume, de que le pusiera música, pero Soriano se

125 lo cede a Gabriel Balart, quien compone la nández Caballero. También tuvo un papel música de esta zarzuela –un tanto italiani- principal en la zarzuela ÐgrandeÐ de Ru- zanteÐ, que llevaría luego a Madrid. perto Chapí, La Tempestad, asimismo es- Nos lo cuenta el ilustre historiador trenada en la Zarzuela, en 1881. O en la Emilio Cotarelo y Mori, en su Historia de zarzuela de Arrieta, en la Zarzuela en la Zarzuela: ÇEl buen resultado que obtu- 1882, El planeta Venus, puesta en escena vo movió a Balart a venirse con ella a con un inusitado despliegue de medios Madrid y de paso trajo consigo al tenor Ðdecorados, vestuario, intervinientes, que la había cantado, Rosendo Dalmau, y etc.Ð sin precedentes, alcanzando un éxi- ambas cosas le admitieron los empresa- to extraordinario. El periódico La Lira di- rios de la Zarzuela, poniendo en escena la jo al respecto: ÇNo hay habitante en Ma- obra el 9 de mayo. Gustaron muchísimo drid que no acuda a contemplar el más los versos de Zorrilla, a quien no se veía simpático de todos los planetas». ni se leía hacía cerca de diez años, oculto Concepción Baeza, la Brígida, fue asi- en los bosques mejicanos. Esta zarzuela mismo intérprete de principales papeles, no era más que un fragmento dramatiza- especialmente de zarzuelas de don Emi- do de su poema Las dos Rosas o Dos ro- lio, como De Madrid a Biarritz (Teatro sas y dos Rosales. En cuanto a la ejecu- de la Zarzuela, 1869) o Heliodora o El ción, el aplauso no fue tan unánime: Dal- amor enamorado (1880), sobre texto de mau agradó medianamente, quizá porque Hartzenbusch. estaría cohibido, y como tenía poca, aun- Tanto de Enrique Ferrer (barítono), co- que buena voz, no luciría todo lo que su- mo de Daniel Banquells (bajo) y Miguel po hacer luegoÈ. Tormos (tenor cómico), hay que decir que Dalmau llegó a estrenar unos 45 prime- eran habituales intérpretes en la escena ros papeles de zarzuela. Le dio también del madrileño . por la pluma, escribiendo tres piezas dra- La zarzuela Don Juan Tenorio, al igual máticas de escaso valor. Fue un gran fu- que el drama, se desarrolla en tres actos, y mador, pues gastaba en sus buenos tiem- los personajes son casi los mismos. En pos –murió en la pobreza, Emilio Carre- cuanto a la música, ¿en qué partes incide? ras le costeó el entierro– 15 pesetas dia- Comienza en la escena I del cuadro 1.¼ rias en cigarros habanos. (El burlador de Sevilla), del acto I (Don El papel de Doña Inés, corrió a cargo Ciutti, Coro de Comendadores, Caballe- de Dolores Franco de Salas, una de las ros, Pueblo, Estudiantes, Militares, Ma- mejores sopranos de zarzuela de estos jas y Gitanos): ÇTodos. ÁEl es! ÁEl es! Po- años, y que llegaría a ser protagonista en ned en el suelo con tiento los pies...È. Es- la gran zarzuela de Emilio Arrieta, La ta música dura hasta la exclamación, tan guerra santa, basada en la novela de Julio popular, de Don Juan, sentado escribien- Verne, Miguel Strogoff, estrenada en el do la carta (escena III): ÇÁCuan gritan Teatro de la Zarzuela en 1879. De la cate- esos malditos! Pero mal rayo me parte, si goría de esta artista habla por sí solo el en acabando la carta no pagan caros sus hecho de haber escrito para ella y para la gritosÈ. Esto es exactamente el comienzo función a su beneficio, durante el tiempo del drama hablado, con la variante de en en que se mantuvo en cartel dicha zarzue- este emplear Zorrilla la palabra Çconclu- la de Arrieta, una canción, La pecadora, yendoÈ por ÇacabandoÈ, y poner admira- que interpretó ella misma, Manuel Fer- ción desde «mal rayo» hasta «sus gritos».

126 El tenor Rosendo Dalmau, intérprete del Don Juan en la zarzuela de Nicolás Manent.

127 La segunda vez que se oye la música en quien loor e incienso los querubines dan! escena es en la V del cuadro 1.¼: ÇTodos. ¡Bendito tú, bendito que al pecador abo- Entrad, entrad./ Ya es hora: muy pronto nas, al criminal perdonas y salvas a don las ocho darán./ Entrad, entrad. Estudian- Juan!È. tes. Entra, mujer. ¿Por qué temer, niña Este final evidentemente en muy poco querida de don Juan ayer?…» Esta niña se parece al del drama hablado, en el que es Jacarilla, antigua amante de Don Zorrilla, en la denominada «Escena últi- Juan. Jacarilla es un personaje femenino maÈ, pone en boca de Don Juan los céle- nuevo Ðuna cantaoraÐ, que no existe en el bres versos: ÇÁClemente Dios, gloria a drama hablado. Ti!/ Mañana a los sevillanos/ aterrará el Dentro canta el coro por dos veces, has- creer que a manos/ de mis víctimas caí./ ta terminar la escena V, en la que Jacari- Mas es justo: que de aquí/ al universo no- lla dice: ÇMonjes, nobles, y pecheros, a torio/ que, pues me abre el purgatorio/ un las ocho... ¡el huracán!../ ¡Todo el mundo, punto de penitencia,/ es el Dios de la cle- caballeros, paso atrás.., las ocho dan!…». mencia/ el Dios de Don Juan TenorioÈ. Y de nuevo aparece la música al final Zorrilla escribió unas «notas para los del cuadro 1.¼, en que los Estudiantes directores de escena en provinciasÈ, en- cantan: «Qué fin tendrán los dos en la tre las que hay dos referentes a la música. apuesta?/ Yo voy por don JuanÈ, y un Ca- En la primera dice:/ ÇEn el Cuadro Se- ballero lo hace así: «Pondrá buen fin don gundo se suprimió la serenata para ali- Luis a la apuesta: yo voy por don LuisÈ. viar el trabajo del primer tenor; en las Este final enlaza con la escena I del cua- provincias donde convenga suprimirla dro 2.¼ (Serenata y pendencia), también por ésta u otra razón, se anudará el diálo- en música, con el coro de Estudiantes con go de don Juan y Ciutti…». En la segun- guitarras, espadas y pistolas al cinto. da: «La parte de don Juan está escrita por La música ocupará casi el final de la es- el maestro Manent para tenor y para barí- cena V del cuadro 2.¼; la escena VII (Don tono. Las compañías de zarzuela que Juan, Don Luis y Doña Ana); el comien- confíen al barítono el papel de don Juan, zo del acto II, cuadro 3.¼ (Serpiente y pa- pueden dirigirse al mismo maestro don loma); escenas I y IV del cuadro 4.¼ (Pe- Nicolás Manent, Palau, 6, Barcelona, y cho al agua); el acto III, escenas I, III y tendrán los cantables arreglados a la tesi- IV del cuadro 5.¼ (La tierra de la verdad); tura de barítono». casi todas las escenas I y II del cuadro 6.¼ Y con notas musicales terminamos (El Convidado de Piedra); y, finalmente, también nosotros. Una de ellas trata de la al término de la escena II del cuadro 7.º suegra de Zorrilla, Vicenta Martín. Esta (In Extremis), en que se oyen campanas a había sido corista y partiquina –cantante muerto y el coro dice: ÇTe va el postrer de papeles breves o de escasa importan- aliento, don Juan, abandonando: te esta- ciaÐ, antes de pasar de actriz al teatro ha- mos esperando con despechado afán», y a blado. Como cantante aparece en la lista continuación cantan Don Juan y Don de compañía del madrileño Teatro del Gonzalo, con lo que termina la escena II Circo, para la temporada 1853Ð54, al la- de este 7.º cuadro –último de la zarzue- do de grandes figuras de la escena, entre laÐ, pasando a la escena Ðla IIIÐ, en la que un total de 33 componentes. Doña Inés dice: ÇDios oye tu plegaria y Cuando Emilio Arrieta regresa de Italia ante él conmigo vas. ÁCohorte funeraria, a en 1846, colabora con Zorrilla para la

128 José Zorrilla inauguró, en 1884, el vallisoletano Teatro que lleva su nombre (Fot. Colec. del Autor).

129 composición del himno para el Liceo de laboración con Arrieta e Inzenga, Un tro- Madrid, que compone en 1848, instalado no y un desengaño. En Valencia estrena en el palacio de Villahermosa, donde se otra ópera, en el Teatro Principal, en la estrena el 19 de junio. Precisamente, a temporada 1882-83. Autor también de partir de 1848, es secretario de la Sección canciones, compone una sobre texto de de Música del Liceo, Francisco Asenjo José Zorrilla: A mi nazarena. Barbieri. En la velada, además del Him- El alavés Sebastián Iradier, sobre texto no, se interpretaron varias piezas por los de nuestro poeta, Aurora o la gitana de cantantes del mismo, las señoritas Vela y Sevilla y Vals del Dios Baco. Iradier se Albini y los señores Cagigal y Guallart. hizo famoso en el mundo por su bella La amistad de Zorrilla se manifestó canción La Paloma. Escribió otras muy también en el entierro de Arrieta. Al dete- célebres, como El charrán, que dedicó al nerse el cortejo ante el Teatro de Apolo, marqués de Real Agrado, regidor perpe- Zorrilla depositó una gran corona en el tuo de La Habana; El melonero; La sere- coche fúnebre, homenaje de la empresa. nata, repetida varias veces en París, y an- Varios músicos contemporáneos de Zo- te este éxito y de varias de sus canciones rrilla sentían una admiración grande por en Francia, las agrupa en un volumen de él, muy especialmente el excepcional te- seis: La serenata, La gitana, Los mareos nor Julián Gayarre. En su casa de Madrid, de Juana, El borracho, El macareno, El en una tertulia, a la que asisten músicos chulo. –compositores y cantantes– críticos y Iradier fue el maestro de canto y piano poetas ÐBarbieri, Arrieta, Uetam, Peña y de la emperatriz de los franceses, Euge- Goñi, Zapata y otrosÐ Gayarre conoce a nia de Montijo. Residió largas tempora- Zorrilla, por el que siente veneración. Zo- das en Cuba, donde llevó a cabo una in- rrilla, pues, se movía en ambientes musi- tensa actividad musical, no sólo compo- cales muy selectos. niendo habaneras, sino también acompa- Algunos de los compositores de enton- ñando al piano a su hija, en numerosos ces se inspiraron en textos del genial poe- conciertos celebrados en La Habana. En ta vallisoletano, como Antonio Reparaz, París publicó varias colecciones de can- Lázaro Muñoz Robres y Sebastián Ira- ciones, entre ellas una habanera llamada dier. El arreglito, sobre el que hizo un Çarre- Así Antonio Reparaz, nacido en Cádiz, gloÈ Georges Bizet para su ópera Car- músico muy precoz, que antes de los men. Cuando Carmen tiene que salir a treinta años había estrenado en Oporto escena, entre el acto I y II, Bizet había dos óperas: Don Gonzalo de Córdoba y compuesto para la cantante que hacía es- Don Pedro el Cruel. En es nom- te papel una especie de couplées, que la brado compositor de compañía de zarzue- intérprete –la Galli Marié– no aceptaba, la, estrenando su zarzuela El Castillo feu- considerándolos de efecto mediocre, ne- dal. Ya en Madrid fue maestro composi- gándose a cantar. Entonces Bizet llegó a tor de la compañía del Teatro del Circo, y deshacer dos o tres veces la famosa can- va estrenando numerosas zarzuelas suyas, ción, optando por coger la cancioncita El como La Cruz del Valle, Ardides y cuchi- arreglito de Iradier, y lo arregló con el lladas, La gitanilla, La mina de oro, Un toque del genio, consiguiendo esa haba- quinto y un sustituto, Harry el Diablo, nera preciosa, que todo el mundo conoce, Pablo y Virginia, La niña de nieve, en co- de la ópera Carmen.

130 Última página autógrafa de la Trova árabe, de Cipriano Llorente, publicada en El Norte de Castilla de 23 de enero de 1894.

131 Iradier con La Paloma inició la divul- Maria. En 1862, es pianista de la compa- gación universal del ritmo típico de la ha- ñía de zarzuela del Teatro del Circo, en el banera cubana. Se cantó –y lo hizo Con- que estrena su zarzuela Por un paraguas. cha Méndez– ante el emperador Maximi- Finalmente, un ilustre músico vallisole- liano de México y la emperatriz Carlota, tano Ðgran violinista y compositorÐ con- en el Teatro Imperial de México, por don- temporáneo de Zorrilla, Cipriano Lloren- de anduvo por estos años José Zorrilla. te, es el autor de una obra sobre texto del Durante el sexto decenio del siglo XIX poeta: Troya árabe, de la que damos a fue la canción más popular en México, continuación su génesis. tanto que llegó a considerarse durante El martes 23 de enero de 1894, El Nor- mucho tiempo en el mundo entero como te de Castilla lanza un número extraordi- canción popular mejicana. La leyenda la nario, ilustrado, dedicado a Zorrilla, para relaciona con las últimas horas del empe- conmemorar el primer aniversario de su rador Maximiliano, el cual Ðse cuentaÐ fallecimiento. Nada menos que tres de las pidió, como postrer deseo, oír La paloma cuatro páginas del número se dedican al antes de ser fusilado. Según otro relato la gran poeta. El éxito de público no tenía banda militar la tocó mientras que las ba- precedentes. Se tiraron ocho mil ejempla- las derribaron al emperador y a sus secua- res. En la página 3.ª aparece la composi- ces en la ciudad de Querétaro, en 1867. ción de Llorente sobre el texto del poema Ambas versiones de este supuesto episo- de Zorrilla intitulado ÇEl Rawí ArabeÈ, dio, en nuestra opinión, carecen de funda- cuyo autógrafo aparece también en la mento histórico. Hubo una anécdota so- misma página al lado del autógrafo de bre esto último muy curiosa, que narraba Llorente. El texto de Zorrilla es el si- el gran pianista Artur Rubinstein. Siendo guiente: ÇI. Yo tengo mi guzla, de son él pequeño había oído esta leyenda del berberisco,/ el germen del cuento y el ser emperador Maximiliano antes de morir del cantar;/ y se oye en el son de mi canto fusilado, escuchando la dulce cadencia de morisco/ la brisa marina que orea el len- la habanera de Iradier, algo que le impre- tisco,/ la fuente que bulle cruzando el pal- sionó tanto, que le hacía llorar amarga- mar./ II. Yo vivo entre flores y duermo en- mente. Rubinstein lo cuenta en sus me- tre aromas/ y esencias de rosas, de mirto morias. y azahar;/ arrullo en la siesta me dan las La obra cancionística de Iradier –la in- palomas,/ mi vida es un sueño sin hiel ni terpretaron las mejores artistas del mundo pesar…». de entonces, la Alboni, la Patti, la Viar- Este número de El Norte de Castilla re- dot– es lo mejor de toda su producción, cibió grandes elogios de la prensa de Ma- de numerosas piezas de salón, pero com- drid y provincias, y principalmente de El puso también una zarzuela, titulada El Liberal, La Correspondencia de España mesón en Nochebuena, y, en colaboración y Heraldo de Madrid. Precisamente, en con otros grandes músicos zarzueleros, El Liberal colaboraba Zorrilla con sus como Oudrid y Cepeda, la zarzuela La poemas. pradera del Canal. Para terminar, vamos a hacer una breve En cuanto al tercero de los composito- referencia a la mejicana estancia del poe- res citados, Lázaro Muñoz Robres, no ta. Esta se produjo después de su viaje a hay apenas datos biográficos. Compone París, donde conoce a la flor y nata de la sobre texto de Zorrilla una plegaria, A literatura del momento: Víctor Hugo,

132 George Sand, Alfred de Musset, Théophi- ñola e Hispanoamericana, Vol. 7, Madrid, le Gautier, con los que traba amistad. De SGAE, 2000. Francia pasa a México, buscando mejor CORTIZO, María Encina, Emilio Arrieta. De la ópera a la zarzuela, Madrid, ICCMU, 1998. fortuna, siendo recibido con gran admira- COTARELO Y MORI, Emilio, Historia de la Zar- ción. Da varios recitales poéticos en Cu- zuela o sea el Drama Lírico en España ba, y vuelve a México en 1860, donde el desde su Origen a Fines del Siglo XIX, emperador Maximiliano le acoge excep- Madrid, ICCMU, 2000. cionalmente, nombrándole director del FERNÁNDEZ-CID, Antonio, Cien años de teatro Teatro Nacional y del teatro del Palacio musical en España (1875-1975), Madrid, Real. En 1866, Maximiliano le pensiona Real Musical Editores, 1975. GÓMEZ AMAT, Carlos, Historia de la Música para que vuelva a Europa y sea su cronis- Española. Siglo XIX, Madrid, Alianza Edi- ta. Cuando Zorrilla decide volver a Méxi- torial, 1984. co, no puede debido al fusilamiento del IBERNI, Luis G., Ruperto Chapí, Madrid, ICC- emperador. MU, 1995. Si en Toledo, siendo estudiante, se em- LINARES, María Teresa; NÚÑEZ,Faustino, La papó de todas las leyendas imaginables, música entre Cuba y España, Madrid, Fundación Autor, 1998. en América lo hizo de sus melodiosas y S. SALCEDO, Ángel, Ruperto Chapí. Su vida y dulces músicas, y todo ello seguramente sus obras, México, D. F., Editora Na- influyó en su inigualable lenguaje, del cional, 1958. que Federico Carlos Sainz de Robles dijo SAINZ DE ROBLES,Federico Carlos, ÇNota pre- entre otras cosas, que Çel sentimentalis- liminarÈ, Zorrilla: Teatro escogido, Ma- mo y melancolía de su expresión lírica, drid, Aguilar, S. A. de Ediciones, 1969. SALDONI, Baltasar, Diccionario Biográfico- sus frecuentísimos efectos musicales..., Bibliográfico de Efemérides de Músicos hacen de Zorrilla un poeta capaz de resis- Españoles, T. I-IV, Edición Facsímil, Ma- tir la comparación con los mejores del si- drid, Centro de Documentación Musical, glo XVII, y aun de ganar a varios de Ministerio de Cultura, INAEM, 1986. ellos.È SUBIRÁ,José, Historia de la Música Española e Hispanoamericana, Barcelona, Salvat Editores, 1953. BIBLIOGRAFêA Ð Historia de la Música Teatral en España, Barcelona, Editorial Labor, 1945. ALONSO, Celsa, La Canción Lírica Española TURINA GÓMEZ,Joaquín, Historia del Teatro en el siglo XIX, Madrid, ICCMU, 1998. Real, Madrid, Alianza Editorial, 1997. CORTÉS I MIR,Francesc, ÇManent i Puig, ZORRILLA,José, Obras Completas, T. II, Valla- NicolauÈ, Diccionario de la Música Espa- dolid, Librerías Santarén, 1943.

133

VIDA ACADÉMICA

PATRIMONIO Y LENGUA. DEL OLVIDO A LA MEMORIA* Ramiro F. Ruiz Medrano

Supone para mí un alto honor el ingre- que desde hace muchos años, acaso exce- so en esta prestigiosa y bicentenaria Aca- sivos, he dedicado por entero mi existen- demia, como Académico de Honor. Una cia política. institución antiquísima, nacida al calor de No les hablaré de la historia y de las los años cenitales de la Ilustración Espa- aportaciones de esta casa, por bien conoci- ñola, bajo la tutela y el patrocinio de uno das de todos los ciudadanos. Hacerlo sería de los reyes más progresistas y cultos que para mí –que no soy un especialista histo- han ocupado el trono de las Españas: el riadorÐ un atrevimiento, y a la par debería eminente Carlos III. contar la historia de Valladolid y de sus Pertenecer a una Real Academia, nacida gentes, pues la de la Real Academia ha ido en el lejano año de 1779, la segunda apare- siempre pareja a la de estas tierras, a las cida en provincias con la categoría de Real que ha fecundado continuamente con su Academia de Primera Clase y el esclarece- esfuerzo y con su incansable trabajo. dor título de ‘Academia de Matemáticas y Tampoco quiero hablar de las ilustres Nobles Artes de la Purísima Concepción personalidades que han ocupado desde ha- de Valladolid’, pertenecer, como digo, a ce más de dos siglos y medio sus sillones y esta preclara corporación de tan egregia sus mesas de trabajo; todas eminentes y trayectoria cultural y científica me produce distinguidas en los diversos ámbitos de la un escalofrío histórico y una incierta emo- vida de la ciudad y de la provincia. Todas ción. Es para mi persona un reto y un im- ellas ya ocupando páginas imborrables de pulso estimulante por demás, que me lleva nuestra historia y de nuestra existencia. a asumir desde ahora el compromiso que Hacerlo sería una osadía, pues afortunada- marcan sus estatutos en cuanto a la difu- mente mejor que yo lo han hecho ya nues- sión de la cultura, el fomento de las artes y tros libros, nuestras biografías. la lengua, y la conservación de nuestro ri- Pero sí quiero, desde mi humilde posi- co patrimonio monumental y artístico. ción de persona dedicada al servicio pú- Recibo tan alto honor en nombre de los blico en la administración local, hacer un vallisoletanos de nuestra provincia, en reconocimiento profundo y sincero a to- nombre de la Institución Provincial a la dos los académicos que con su tesón, con

* Discurso de ingreso como Académico de Honor el 31-X-2002.

137 su ilusión, con su voluntad y entrega de- Lengua Española, así como la atención y sinteresadas han dedicado y dedican toda recuperación de nuestro patrimonio mo- su existencia a mejorar la calidad de vida numental, artístico y documental. La di- de sus conciudadanos, a conservar y man- fusión del mismo a través de nuestras pu- tener la identidad de este pueblo, y a pro- blicaciones, entre las que destacan los yectar hacia el futuro sus valores materia- XV tomos de nuestro Catálogo Monu- les y espirituales, a la vez que transmitir- mental de la Provincia, que empezó su los intangibles y revalorizados. singladura bajo la dirección del ilustre Para intentar estar a la altura de las cir- miembro de esta Academia, el profesor cunstancias me he recreado en la lectura Don Juan José Martín González, y la co- de sus primeros Estatutos de 1783. laboración inestimable de prestigiosos Considerados estos Estatutos Constitu- profesores del Departamento de Arte de yentes y el Reglamento posterior y más la Universidad de Valladolid. cercano a nosotros, de 26 de agosto de Gracias a esta inestimable colabora- 1946, momento en que la institución se ción, la Diputación de Valladolid fue la enraíza nada menos que en la antigua Ca- primera de las de España en tener catalo- sa de Miguel de Cervantes, santuario de gado su rico patrimonio monumental y la Lengua Española y única morada do- artístico. Hoy, esta obra está en proceso cumentada del genio universal, nos per- de revisión y puesta al día y, antes de fin catamos de que los fines y objetivos de de año, los profesores encargados de los esta secular Real Academia coinciden textos nos entregarán sus originales para plenamente con los seguidos en nuestra su edición en el primer trimestre del pró- acción de gobierno al frente de la Diputa- ximo año 2003. ción Provincial de Valladolid. El citado A través de nuestro fondo editorial, ac- Reglamento encierra un genérico manda- tualmente renovado e identificado por co- to que nosotros, antes de conocerlo, tam- lecciones, nos hemos preocupado de la bién hemos asumido y que proclama de difusión de materias tan diversas como la manera solemne el norte señalado como literatura, la arqueología, la arquitectura, directriz de esta Real Academia que tex- la historia, la geografía, la economía, la tualmente es: «el fomento y difusión de sociología, los temas didácticos, la etno- las Bellas Artes en la capital y provincia, grafía, el folklore, las tradiciones, la natu- mediante publicaciones y recogida de ob- raleza, la música, el turismo, la acción so- jetos artísticos...». cial, los deportes y las historias locales de En nuestras actuaciones públicas com- nuestros pueblos, nuestro ámbito más partimos este mismo mandato con voca- cercano, sin perder de vista el sentido ción, sentido de responsabilidad y el sano universal de la cultura. Por medio de una orgullo de la defensa de nuestro patrimo- revista periódica damos salida a la creati- nio heredado, así como el fomento de la vidad literaria y a aquellos estudios que, creación artística, literaria y científica en por su extensión, no alcanzan el volumen todas sus ramas y materias, dentro de del libro. nuestras limitaciones presupuestarias y Nuestra querida y admirada paisana en orden a la prioridad en la administra- Rosa Chacel hablaba en sus libros de una ción eficaz de nuestros recursos. obsesión que la asediaba constantemente En este sentido nos cabe la iniciativa de y que quería transmitir a sus lectores. la organización de varios Congresos de la Decía que nuestra generación, los habi-

138 tantes del presente, somos los herederos char constantemente por salvaguardar el de la naturaleza, pero que todos tenemos legado cultural que nos ha llegado a nues- la obligación, como legado que es, de tro tiempo, y, a partir de él, concienciar a transmitirla mejorada a nuestros herede- la sociedad de las grandes riquezas que ros. Afirmaba con rotundidad que no te- poseemos. Y junto a ello crear, ayudar a nemos ningún derecho a destruirla o alte- las jóvenes generaciones a avanzar y rarla, lo cual sería hacer un grave daño e, plantear nuevos caminos. incluso, un delito, pues sólo somos sus Por eso desde la Diputación hemos rea- custodios y no sus propietarios, ya que lizado el más grande esfuerzo posible pa- pertenece a las generaciones futuras. ra llevar a cabo programas de conserva- Muchas veces he relacionado su pasión ción y restauración. Y no sólo de la heren- por la naturaleza con la necesidad de dar cia del pasado, sino también a construir un mismo tratamiento al patrimonio y al una nueva tradición y una nueva creación arte. Geniales maestros y artífices del pa- contemporánea amparando a los jóvenes sado, como productos de la tradición y artistas, creando premios, movilizando a de las costumbres, una cultura entera ha los ciudadanos para asistir a las exposi- conseguido llegar hasta nosotros y con- ciones que en nuestras salas y en la pro- vertir a Valladolid, a Castilla y León, a vincia llevan ese resurgir de los artistas España, en un inmenso tesoro de obras castellanos y vallisoletanos que promo- de arte, de arquitecturas, de manifesta- vemos. ciones populares, de folclore oral, de Sabemos, y yo individualmente así lo música, de tradiciones, de expresiones proclamo sin el menor triunfalismo, que estéticas y socio-culturales que nosotros falta mucho por hacer y tenemos la vo- tenemos la obligación de conservar y en- luntad de intentar avanzar todo lo posible tregar a nuestros hijos. Otro gran pensa- si en nuestra mano está. dor inglés del sigo XIX, John Ruskin, de- Las Administraciones Públicas tene- cía en su libro La lámpara de la memo- mos la obligación de comprometernos en ria, traducido a cien idiomas: «No tenéis la defensa de este Patrimonio singular de derecho a destruir los edificios ni a to- enorme importancia para explicar nuestro carlos, no son nuestros, son de quienes pasado y para generar nuevos recursos y les hicieron de quienes vendrán detrás beneficios sociales. La Junta de Castilla y de nosotrosÈ. León se ocupa de los declarados Bienes Pero de igual manera, al leer otro gran de Interés Cultural, todos los existentes, tratado contra las dictaduras y las tiranías pues tal declaración fue genérica por De- Ðme refiero a la obra más universal de creto Oficial ya en los años cincuenta del Augusto Roa Bastos, que en su libro Yo el siglo XX. Pero su número y su problemá- Supremo (1974) escribía: El hombre de tica obliga a las demás instituciones y a buena memoria no recuerda nada porque los propietarios privados a buscar la fór- no olvida nadaÈÐ, me sentía profunda- mula para su protección. mente impresionado. Qué gran responsa- Con este reto, la Diputación Provincial bilidad, no olvidar, no perder la memoria, que presido lleva tiempo trabajando para añado yo, no destruir, sino recuperar, res- articular la recuperación del patrimonio catar, conservar, crear. histórico-artístico, con la puesta en mar- Estas reflexiones me han llevado desde cha de Programas provinciales de rehabi- mi modesta fuerza en la Diputación a lu- litación de iglesias y ermitas; bienes mue-

139 bles; retablos; documentos; arquitectura nes que con el lema Del olvido a la me- tradicional... moria se han celebrado en las salas de la La Diputación Provincial de Valladolid Diputación Provincial. Piezas que tienen impulsó en el castillo de Peñafiel el Mu- el valor que la población les otorga; per- seo Provincial del Vino, con dos ideas sonas sencillas de los pueblos de Vallado- fundamentales. La primera, proteger el lid que les tienen sumo afecto, que en edificio realizando una actuación serena unas ocasiones rezan, que en otras los uti- y que no destruyera su carácter de auten- lizan para exaltar sus fiestas locales o sus ticidad provocando pérdidas de sus ele- romerías, y que siempre los consideran mentos y características, labor que ha re- símbolo de identidad de sus aldeas y de cibido varios reconocimientos nacionales su existencia. (incluido el ÇPremio a la mejor obra de En esta misma orientación apoyamos y Restauración Quinquenal años 1995- colaboramos activamente en la organiza- 2000È concedido por esta Academia). En ción de archivos municipales de nume- segundo lugar para ensalzar el monumen- rosos ayuntamientos de la Provincia, en to Ðel castilloÐ, para fomentar nuestra in- la comprensión de su utilidad para nues- dustria Ðel vinoÐ y para impulsar socio- tros días y para el futuro, pero también y económicamente una comarca, la de Pe- sobre todo, porque son custodios de la ñafiel. Todos conocen las consecuencias memoria de nuestros pueblos y de sus de esta actuación. Sólo aporto un dato: gentes, de su historia, de sus relaciones desde su apertura, han visitado el castillo- personales, de sus miembros y autorida- museo más de 300.000 personas. des. Algunos documentos de capital im- Y si estamos orgullosos de este trabajo portancia fueron asimismo restaurados, no podemos negar que siempre nos preo- para que sus gentes se sientan orgullosos cupó por encima de todo el monumento, de otros testimonios de su existencia y de cómo hacer la rehabilitación, cómo prote- su ser, el patrimonio documental, el patri- ger lo mejor posible nuestra historia y monio de papel como se le denomina, nuestro legado cultural. enormemente valioso. En los últimos años se ha generalizado Pero el reto continúa con nuevos pro- en la provincia el Programa de restaura- yectos. La Diputación de Valladolid tam- ción de más de un centenar de iglesias y bién ha adquirido el Teatro Zorrilla, otro ermitas de la provincia que precisaban gran lugar de la memoria de los vallisole- ayudas para mantener o conservar estos tanos, para que no desapareciera, para edificios símbolo del ayer con plena utili- que no fuera destruido. Un proyecto en dad en el hoy y de excepcional valor his- camino asegurará su uso a diversas nece- tórico, sentimental y artístico sidades de todos los vallisoletanos, res- A esto se han sumado varios programas taurando su antigua sala y rehabilitando de restauración de retablos, de imágenes otras para diversas funciones, todas ellas populares, de objetos de los conventos y de carácter cultural. de los Ayuntamientos, que han recibido la Otras iniciativas de la Institución Pro- ayuda de la Diputación para conseguir vincial, como el Proyecto Almirante, se supervivencia y para permitir que estas están convirtiendo en verdadero modelo comunidades puedan seguir disfrutándo- de recuperación de ciudades de menos las, compartiendo ese gozo con la socie- de diez mil habitantes, y son muchos los dad en general a través de las exposicio- especialistas en arquitectura y urbanis-

140 mo, así como responsables políticos y de La Diputación Provincial de Valladolid las administraciones locales y regionales inició en el año de 1998 el proyecto de de toda España, que se acercan a la Ciu- crear un Foro de reunión de los profesio- dad de los Almirantes de Castilla para nales de la restauración del Patrimonio estudiar su metodología y su forma de que recibió el nombre de Feria de la Res- trabajo. tauración del Arte y el Patrimonio. El Entre las estrellas arqueológicas de la progreso ha sido continuo y a aquella em- provincia se encuentra el yacimiento y ex- presa iniciada por la Diputación se han cavaciones de la Villa Romana Almena- ido sumando Instituciones públicas, co- ra-Puras, propiedad de la Diputación de mo la Junta de Castilla y León, y entida- Valladolid, en el que continúan las campa- des privadas. ñas de descubrimientos y donde se está Además de lograr que Valladolid se construyendo el Museo de las Villas Ro- convirtiera en la referencia internacional manas para garantizar la conservación de española de las restauraciones, también sus importantes restos y maravillosos mo- nos preocupaba levantar otros pilares en saicos, y donde se van a realizar diversas ARPA que se han ido forjando, como labores de estudio y de atención a visitan- concienciar a la sociedad de la importan- tes y especialistas, con el fin de atraer ha- cia de identificarse y de conservar su pa- cia esta magnífica villa romana la aten- trimonio, como incidir en la educación ción de la sociedad, garantizar su conser- de la juventud y de la infancia, hacién- vación y promover el desarrollo de su en- doles ver que este legado cultural expli- torno geográfico. Si esta página de nuestra ca su pasado y es un proyecto de futuro, memoria hubiera desaparecido debería- como desarrollar la sensibilidad sobre el mos reescribirla con rigor científico e in- hecho de que Castilla y León poseen vestigador. prácticamente la mitad del Patrimonio Otra forma de conservar y rehabilitar español y tiene la responsabilidad de ser nuestro patrimonio, generalizada en toda pionera en su tratamiento y conserva- España, es a través de Escuelas-Taller; la ción. También –y aunque en el estadio Diputación de Valladolid promueve dos: final no el menos importanteÐ convencer una para recuperar la antigua Granja José a la sociedad de nuestra tierra de que el Antonio y otra para rehabilitar el Hospital Patrimonio es un bien cultural y a la vez Provincial, conocido como Hospital Vie- una fuente ingente de recursos sociales y jo, una joya de la arquitectura vallisoleta- económicos, de empleo y aportación y na de finales del siglo XIX y comienzos mejora al bienestar común de los ciu- del siglo XX. dadanos que lo poseen, lo conservan y lo Todas estas iniciativas que lleva a cabo promocionan. la Diputación para la conservación y res- A este respecto recuerdo cómo el Jefe tauración de nuestro patrimonio, como de Gobierno francés, Charles De Gaulle, las llevadas a cabo por otras administra- siempre decía que invertir un franco en ciones y entidades públicas y privadas, patrimonio suponía recuperar cinco para confluyen cada dos años en lo que cono- la sociedad, argumento que se ha com- cemos como la feria ARPA, que este año probado cuarenta años después por la 2002 se celebra del 7 al 10 de noviembre, propia Unión Europea que ha declarado avalada con la presencia de Su Majestad que este sector es hoy el segundo yaci- la Reina Doña Sofía. miento de empleo en Europa.

141 Todos estos nobles fines juntos se en- pande al azar, sino que se forma, se desa- salzan en ARPA,y su valor y mensaje han rrolla y se difunde en boca de quienes la hallado ya el refrendo y el apoyo de los hablan. Y Valladolid ha contribuido de ciudadanos y de entidades internaciona- forma esencial a la compleja historia del les como los Ministerios de Patrimonio castellano, una lengua que se ha forjado de Italia, Portugal, etc. en contacto con otras, entre razas y pue- La música es otro de los grandes objeti- blos distintos. El mismo nombre de Casti- vos de esta Real Academia. Desde la Di- lla revela el importante papel que desem- putación hemos promocionado los Pre- peñaron estas tierras en las guerras contra mios Nacionales de Piano ‘Frechilla- los árabes durante toda la Edad Media. Zuloaga’ Ðen reconocimiento a nuestros Lugares de enfrentamiento continuo, de maestros vallisoletanos, recordando de roce constante y de intercambio fluido forma especial al desaparecido Miguel entre dos pueblos de lenguas diferentes FrechillaÐ, premios que gozan de un gran que dieron como resultado un fértil acer- prestigio. camiento cultural. El contacto enriquece- La Fundación Joaquín Díaz Ðauspi- dor con el pueblo árabe es palpable en ciada con orgullo por la institución pro- numerosas muestras artísticas, y también vincial que presidoÐ es un centro de enor- en las más elementales expresiones cultu- me vitalidad, creado y dirigido por otro rales del pueblo, como son la arquitectu- ilustre miembro de esta Real Academia, ra, la gastronomía, la toponimia. Y ahí es- memorable por sus aulas, por sus publica- tán nuestros castillos y nuestras iglesias ciones y exposiciones, por sus cursos y mudéjares, y también el primer creci- seminarios, todo un centro de trascenden- miento y la primera gran expansión del cia para la cultura tradicional y popular, castellano que, siempre en convivencia que merece el máximo respeto y recono- con las otras lenguas de la Península, se cimiento por el rigor con el que se reali- convirtió en la lengua de intercambio en- zan todas sus actuaciones. tre cristianos, árabes y judíos. El mayor tesoro patrimonial de la pro- Al mismo tiempo que el castellano ini- vincia de Valladolid es, bajo mi humilde ciaba su también compleja relación con criterio, el castellano. Nuestra lengua, los pueblos indígenas de América, en la unida a los mismos orígenes de nuestro Península era aceptado como la lengua pueblo y de nuestra historia, se ha con- más adecuada para la expresión literaria: vertido en el vínculo decisivo que garan- no sólo la utilizaban los castellanos viejos tiza el intercambio cultural de todos los y los nuevos, sino que era adoptada por hispanohablantes, en una fuerza que ha- los viejos aragoneses y hasta por los cata- ce sentirse próximos a seres de varios lanes, valencianos y portugueses Ðno ha- continentes, de muy diversos pueblos, de ce falta citar nombres como Boscán, Tor- diferentes mentalidades. Esta lengua, quemada o Gil VicenteÐ. Y pronto halla- nacida en un rincón de la Península Ibé- mos, gracias a Pinheiro da Veiga y su rica, en Castilla, es compartida hoy por Fastiginia, que data en torno a 1600, el una veintena de naciones y permite en- primer testimonio de que Valladolid es tenderse a más de cuatrocientos millones una de las ciudades de España donde me- de personas. jor se habla y que ese modo de hablar Una lengua no nace por generación es- constituía a su vez un factor de entendi- pontánea, ni crece aisladamente, ni se ex- miento entre los pueblos.

142 Al otro lado del Atlántico, se ponía a El poeta renacentista está refiriéndose a prueba esta vocación intercultural del es- la lengua del diálogo y la conversación, y pañol: la sociedad plural de la Península cifra en ella unas cualidades que, por mu- entraba en contacto con una realidad mul- cho que se elogie la versatilidad del espa- tiétnica y multilingüística de dimensiones ñol y su demostrada capacidad de adapta- desconocidas. El Inca Garcilaso de la Ve- ción a múltiples entornos, no deberían ser ga, hijo de capitán español y princesa in- desatendidas, porque tal vez son las que ca, representa como pocos esa universali- anclan a los hombres que hablan este dad del español como habla de entendi- idioma a aquella cultura humanista, asen- miento y cruce feliz de dos culturas. Él se tada en bases de respeto y entendimiento. da cuenta de lo beneficiosa que es la difu- Si Herrera dice que la lengua castellana sión de una lengua común, y así lo decide es ÇhonestaÈ, está expresando que el es- en sus Comentarios Reales: pañol permite declarar el pensamiento «…porque las naciones extrañas, ha- llanamente, sin falsedad: Çal pan, pan, y blándose y comunicándose lo interior de al vino, vinoÈ, como tan bien recoge el sus corazones, se amasen unos a otros refrán, que nos remite además a las cosas como si fuesen de una familia y parentela sustanciales. No es de extrañar, por tanto, y perdiesen la esquivez que les causaba el que el español se desenvuelva perfecta- no entenderseÈ. mente en aquellos campos en los que la Y es que la comunicación ha de empe- precisión técnica es una virtud, y que zar en el entorno personal. Sólo así se ga- otras lenguas han aprovechado hasta aho- rantiza el conocimiento franco y puede ra. Si Herrera añade, además, que el espa- tener lugar el auténtico intercambio ex- ñol es una lengua «alta, magníficaÈ, está presivo entre personas de mundos dife- indicando que es capaz de permitir el de- rentes. En este sentido, es capital que los sarrollo del espíritu y acoger la concien- vallisoletanos, no perdamos de vista el cia del hombre como en una gran estan- sustrato más profundo de nuestra lengua. cia: como si ofreciera un palacio para ca- Porque el español no es sólo un vehículo da nuevo yo, o como si el hombre tuviera para difundir ideas y noticias ni un len- en sus manos la materia y las herramien- guaje capaz de ajustarse a los nuevos me- tas necesarias para construirse esa íntima dios técnicos de comunicación, sino que morada. Pero aún más interesantes son la lengua española, como todas, tiene una esas otras cualidades que cita Herrera y dimensión íntima que no debería descui- que tienen que ver estrechísimamente con darse en el uso colectivo. Me estoy refi- el papel que, de modo tradicional Ðy hay riendo a esa primera lengua que transmi- que darle a este adjetivo todo su esplen- ten las madres a sus hijos, a esa lengua dorÐ, han desempeñado las mujeres siem- materna que Fernando de Herrera descri- pre en la transmisión de la lengua. Esas bió en el siglo XVI con unas palabras que otras palabras de Fernando de Herrera me gustaría repetir: –que la lengua española es «suave, tierna, «La lengua castellana –decía– es ho- afectuosísima , y llena de sentimientosÈÐ, nesta, alta, magnífica, suave, tierna, afec- no sólo nos recuerdan las primeras lectu- tuosísima, y llena de sentimientos, y tan ras en clase de Garcilaso de la Vega y copiosa y abundante, que ninguna otra Fray Luis de León, sino que nos advierten puede gloriarse de esta riqueza y fertili- de la poca mención que suele hacerse de dad más justamente». esas características al hablar del español

143 y sus ventajas, y de lo muchísimo que im- gua castellana que tiene en Valladolid una portan para configurar el espíritu de cada de sus bases de entendimiento. hombre y, sobre todo, para hacer que pa- No podemos olvidar la historia, y con- labras como ÇlibertadÈ, paz, o Çsolidari- viene recordarla de vez en cuando. Valla- dadÈ, sobre las que se asienta nuestra dolid era ya en el siglo XVI la ciudad más concepción de la sociedad contemporá- importante del norte de España. En ella se nea, sean algo más que meros conceptos, encontraba uno de los organismos oficia- y estén trabadas en lo más profundo de les de ámbito nacional con mayor rele- nosotros. vancia: la Chancillería. Además, Vallado- Finalmente, Herrera dice que la lengua lid era una de las dieciocho ciudades cas- castellana es Çtan copiosa y abundante, tellanas que tenían voz y voto en cortes, y que ninguna otra puede gloriarse de esta era con frecuencia el lugar elegido por el riqueza y fertilidad más justamente». No rey para reunir dichas cortes. Así lo fue se trata, evidentemente, de establecer pa- cuando recibió a Carlos V en 1518. Y a lo rangones con otros idiomas, sino de reco- largo del reinado del Emperador, a pesar nocer que el español posee, compartiendo de que su corte era itinerante, la mayor el acervo de vocablos de todos los lugares parte del reinado de esa Corte discurriría en los que se habla, un tesoro que está a en Valladolid. Valladolid es, por tanto, disposición de cada hablante, para que uno de los ejes políticos y culturales fun- cada uno lo utilice generosamente según damentales en la época de mayor expan- su necesidad. sión del castellano: es la sede del Consejo Lo que empezó como uno de los mu- de Indias, en ella murió en 1506 el descu- chos dialectos del latín entre los restos bridor Cristóbal Colón; doce años des- del imperio romano, ha recorrido un largo pués vino Magallanes a firmar sus capitu- camino desde aquellas glosas emilianen- laciones antes de dar la vuelta al mundo, ses y silenses que en el último tercio del y Juan Sebastián El Cano se entrevistó siglo XI un monje anotó al margen de aquí con Carlos V dándole cuenta de su unas líneas latinas, no muy lejos de Valla- trascendental viaje. dolid. Qué duda cabe que ese trecho se ha Son también momentos de esplendor li- recorrido no sólo gracias a la literatura terario, pues la vida cultural española se que compartimos, sino también a través desenvuelve constantemente en torno a la de vicisitudes políticas. Pero algo de Corte. Desde los Diálogos de Alfonso de aquellas cualidades que describía Herrera Valdés hasta el paso por Valladolid de debe correr todavía por esta lengua para Cervantes o Quevedo, nuestra ciudad es, que permanezca en aquellos territorios durante unas décadas, el ámbito en el que donde se extendió. el español se forja su prestigio literario. De otro modo, no podría explicarse que Esta ciudad en la que Cervantes situó tantísimos pueblos hayan adoptado el es- El coloquio de los perros o el Licenciado pañol para llamar lo que miran e imaginar Vidriera vivió un segundo florecimiento lo que no ven, para descifrar los entresi- económico y cultural en la segunda mitad jos de sus corazones, como decía Cervan- del siglo XIX: la gestión del alcalde Mi- tes, o simplemente para contar quiénes guel Iscar y un naciente proceso de indus- son, qué han vivido y qué desean todavía. trialización renovaban la vida de la ciu- Muy sustancial, ciertamente, ha de ser la dad, y José Zorrilla entre otros triunfaba savia que circula por las letras de la len- en el panorama cultural del momento.

144 Pero es con Jorge Guillén con quien la lengua es energía móvil y cambiante, uni- poesía vallisoletana va a ocupar un lugar dad y diversidad al mismo tiempo, como eminente en la literatura española de la decía Ernesto Sábato en el mismo contex- modernidad. Desde la Generación del 27, to y a propósito del español: «El español Jorge Guillén va a ser un referente para la sin privilegios ni discriminaciones, ha ido juventud literaria de Valladolid. En torno cambiando, pues la lengua es diversidad, al maestro del 27 y a José María de es vida y no muerte. Una lengua la hacen Cossío se reúne un grupo de futuros valo- sus gentes y sus escritores, ante los que res que forman el núcleo de la vanguardia no hay academia que valga y nosotros te- vallisoletana. Esta se manifiesta funda- nemos una de las lenguas más hermosas mentalmente en las revistas Meseta y que ha creado la humanidadÈ. Porque es Ddooss. Y no sólo en lo que a las letras se el ser humano el creador de la lengua, y refiere, sino que la pintura Ðy las artes es en cada uno de nosotros donde radica plásticas en general– también se ven in- su existencia y su futuro. volucradas en este impulso, como revela El segundo, en 1996, llevó por título la fecunda relación entre Jorge Guillén y Valladolid: cultura y corte, y se ocupó de el pintor Cristóbal Hall. esos años de resplandor que el Renaci- Todos estos siglos de historia han he- miento y la Corte trajeron a nuestra ciu- cho del español una lengua que ya no es dad. La apertura y la clausura del congre- competencia exclusiva de nadie, sino que so estuvieron a cargo de dos de los nove- es patrimonio de la humanidad. En esta listas más importantes de las letras hispá- sintonía común que nos regala la lengua, nicas a ambos lados del Atlántico: Mario ha de apoyarse el estrechamiento de la- Vargas Llosa y Camilo José Cela. zos, el hermanamiento pleno y en todos El tercero, significó la culminación del los ámbitos, de los pueblos que hablamos espíritu que había surgido en el ÇDocu- español. Pero desde Valladolid, que tan mento de ValladolidÈ de 1994. En 1998, importante ha sido en este proceso, aún numerosos intelectuales, tanto españoles tenemos la obligación de cultivar y cuidar como americanos, firmaban en Vallado- con esmero este patrimonio, perfeccio- lid el escrito titulado ÇUna lengua para narlo, enriquecerlo y difundirlo por todo un milenioÈ, recogiendo aquellas inten- el mundo. ciones comunes de unión y cooperación Con esta intención, la Diputación Pro- entre los pueblos de habla española que vincial que me honro en presidir ha ido se habían acordado seis años atrás. En el celebrando a lo largo de los últimos años texto de 1998 se recordaba que la lengua los Congresos de la Lengua, eventos in- no es sólo un vehículo de expresión, y ternacionales que han reunido en Vallado- que no es en absoluto una marca de lid a las figuras más destacadas en el identidad en sentido restrictivo: la len- campo de la investigación lingüística y en gua no nos diferencia, sino que nos acer- el de la creación literaria. El primero, Los ca. Cervantes, la hora del español, tuvo lu- En marzo de 2003 tendrá lugar el IV gar en 1994. En aquel congreso, Emilio Congreso Internacional de la Lengua, ba- Alarcos resumía brillantemente la rela- jo el título Poesía Necesaria. En él Valla- ción entre los seres humanos y su propio dolid continuará su labor en la línea que idioma: ÇTodos somos amos y rebeldes trazaba el documento ÇUna lengua par un de una lenguaÈ. Y explicaba así que la milenioÈ: potenciar el español como me-

145 dio de intercambio científico y económi- Sirvan mis palabras como prueba de consi- co de comunicación internacional, pero deración y cariño hacia esta Corporación también como lengua de cultura, como benemérita y de agradecimiento a su Presi- medio de expresión común que refuerce dente y a todos sus ilustrísimos miembros. la unión entre todos los pueblos que ha- En este arduo empeño seguiremos bus- blan español. cando soluciones y apoyando, dentro de Unión que para mí está sellada con la nuestras posibilidades, estos proyectos e coincidencia de fines y objetivos entre la ideas compartidas. Institución que me honro en presidir y la Y siguiendo el ancestral ritual de esta de la docta Casa que hoy nos acoge. Academia en sus días más gloriosos, lo Asumo, pues, el compromiso de involu- refrendo con la fórmula tradicional, que crarme y reiterar mis convicciones en de- se resumía en la frase rotunda de «Así lo fensa del patrimonio allá donde esté. voto y así lo juro».

El Excmo. Sr. D. Ramiro F. Ruiz Medrano leyendo su discurso de ingreso en la Academia.

146 Contestación a Ramiro Ruiz Medrano por Javier Arribas Rodríguez

Hoy, 31 de octubre de 2002, la Real la convivencia, aún en situaciones de ra- Academia de Bellas Artes de la Purísima dical disentimiento. Ramiro Ruiz Medra- Concepción abre sus puertas para recibir no se ajusta a esta regla. En el desempe- al ilustrísimo señor Don Ramiro Ruiz ño de su actividad política trató siempre Medrano, Presidente de la Excelentísima con respeto al contrincante y nunca des- Diputación Provincial de Valladolid, co- calificó a quien discrepara de sus opinio- mo Académico de honor, categoría insti- nes o decisiones, dando siempre ejemplo tuida en los Estatutos de esta Academia de distinguida caballerosidad. de 1789 que prescriben la facultad de su Desde su llegada a la Diputación Pro- Presidente para proponer como académi- vincial de Valladolid ha impulsado una cos de honor a Çpersonas de distinguido tenaz acción institucional para recuperar carácter, amor a las artes y celosas del y poner en valor el patrimonio cultural, y bien público», condiciones, todas, que se especialmente el artístico, de esta pro- dan en Ramiro Ruiz Medrano como es fá- vincia. Iglesias y casas principales han cil poner en evidencia para prueba del aderezado la dignidad de sus trazas y acierto de esta designación. buen número de retablos han recobrado Hace años, al poco de estrenar nuestra sus formas y colores primigenios devol- actual democracia, un juez falló –¡cuán viéndoles el esplendor oculto bajo un se- acertado viene aquí este término!– que cular manto de polvo tejido en un forza- los insultos y descalificaciones graves do descuido por falta de medios para entre políticos –con categoría de faltas, atender a su decoro. Igual entusiasmo y cuando menos, si se tratara de personas rigor imprime a la línea editorial de la privadasÐ no eran sino una legítima ma- Diputación como el que dispuso para la nifestación de la libertad de expresión en celebración en nuestra ciudad del Con- la controversia partidista. Este fallo, lla- greso de la Lengua Española con la fina- mado también sentencia, sigue siendo re- lidad de proyectarla como lengua uni- ferencia para resolver conflictos simila- versal. res entre personas que intervienen en las Esta tenacidad deriva, sin duda, de una cosas del gobierno y de los negocios pú- convicción intelectual pero, también y so- blicos. Mi total desacuerdo con este juez, bre todo, es fruto de una apasionada ad- y con cuantos con él coinciden en esa in- miración hacia las creaciones de unos ar- terpretación de la discrepancia política, tistas de especial talento que el tiempo ha radica en mi consideración de la vida pú- seleccionado y conservado, conformando blica como un modelo a seguir por la ciu- un patrimonio común de imposible valo- dadanía que, de aquella, debería apren- ración. der la cortesía y buena consideración ¡Con cuánto orgullo podemos de- personal en el trato, fundamentales para fender lo nuestro, que de todos es, para

147 legarlo de generación en generación! Patrimonio artístico y lengua son dos Cómo hemos de sobreponernos al con- formas diferentes de comunicación entre formismo y al escepticismo sobre nues- contemporáneos y entre generaciones tras limitadas fuerzas individuales para distantes en el tiempo. Al contemplar uno creer en el efecto de la indomable volun- de nuestros magníficos retablos barrocos, tad de una sociedad identificada con el además de admirar su compleja belleza patrimonio atropado a lo largo de su bri- podemos apreciar su función pedagógica llante historia. Qué celo pondremos en orientada a enseñar la Historia Sagrada a acrecentar este patrimonio para dar a las unas personas que, entonces, difícilmente gentes futuras testimonio de nuestra hubieran podido aprenderla sin la lumi- época en el convencimiento de que uno nosa ayuda de las figuras de bulto o de las de los principales bienes públicos es la tablas pintadas. Y esta formación, que se huella de nuestra cultura, de nuestro an- estimula por la belleza del retablo, se dar histórico. convierte en arraigada creencia que se Ramiro Ruiz Medrano ha sabido enten- trasmite de padres a hijos, de abuelos a der todo esto con sencillez, pero en toda nietos, junto a un profundo cariño hacia su amplitud, y puso manos a la obra sin la obra de arte guardada en la iglesia de desaliento, sin dudas, con contagiosa cada uno de nuestros pueblos. convicción. Tal es el fundamento de las soberbias Estas actitudes han sido advertidas por exposiciones de ÇLas Edades del Hom- la Junta General de esta Real Academia, breÈ, cuya última muestra, ÇTiempo para que asintió a la propuesta de su Presiden- la esperanzaÈ, sintetiza el hermoso men- te de nombrarle Académico de honor en saje transmitido por las obras trasladadas un acuerdo que, siendo un reconocimien- a Nueva York. to de sus méritos, no es menos un exigen- Por cierto, ya que he hecho una re- te compromiso de futuro al escogerle co- ferencia a Las Edades del Hombre, me mo ejemplo para la sociedad. parece oportuno hacer una reflexión en Nada mejor para formalizar su ingreso alta voz por si fuera razonable su consi- en la Academia que el sugerente discur- deración. Propongo que, en la sede de so que acabamos de escuchar sobre Las Edades en el Monasterio de Santa ÇPatrimonio y lengua: del olvido a la María de Valbuena, además de la amplia memoriaÈ, donde ha ido desgranando su ilusión y afán por recobrar para el pre- biblioteca y del centro de restauración, sente el espléndido pasado de esta tierra se habiliten unas dependencias donde se y sus gentes. No siendo su estilo el alda- muestren, a través de audiovisuales y bonazo, ha recurrido siempre a la con- con un orden lógico, la riqueza del patri- vincente llamada de atención, al toque monio artístico religioso de nuestra Co- persuasivo, de suerte que con la colabo- munidad Autónoma como una renovada ración de los más ha conseguido un de- predicación dirigida a cuantas personas seo que parecía inalcanzable: poder ad- se acerquen hasta el Monasterio para vi- mirar tantas obras olvidadas en inconta- sitar esta muestra permanente y como bles iglesias y conventos, celebrar su incentivo que les anime a organizar via- restauración o compartir la satisfacción jes y rutas con objeto de disfrutar en di- de haber creado una lengua universal a recto de cada obra. cuya vitalidad todos estamos llamados a También hago votos para que esta Aca- sumar talento y esfuerzo. demia traspase los muros de su sede para

148 viajar por la provincia con el fin de recor- almente creadora debe tomar riesgos con- dar y animar a sus habitantes la grandeza tinuamente, asomándose al balcón del del patrimonio que les corresponde guar- fracaso en sus nuevas tentativas. Estoy de dar. Azul, miel, alfil, cal y ababol, serían acuerdo. las contraseñas para abrir murallas, alcan- El arte es el medio de comunicación zar castillos y acogerse a sagrado. que va dirigido más directamente a nues- Pero, si importante es recoger el pasado tra consciencia, de una forma fácil de para el presente, tanto lo es legar el pre- aprehender como en la expresión figura- sente al futuro. ¿Cómo podríamos encon- tiva de nuestros retablos, de modo más trar nuestro fundamento si Diego de Pra- difícil en el arte conceptual del presente, ves, Felipe Berrojo, Juan de Juni, Grego- donde la armonía de las formas conoci- rio Fernández, Eduardo Benito, García das y la alegría visual de los colores, tan Lesmes, Francisco Pino o Miguel Deli- perceptivos para el deleite sensorial, han bes, no fueran, cada uno, testimonio de su dado paso a la abstracción geométrica y a tiempo? la simplificación expresiva que, como un Es preciso, por tanto, fomentar hoy una dardo, busca inquietarnos con un mensa- actitud creativa en todos los ámbitos de la je complicado de comprender en ocasio- sociedad para que ésta sea dinámica y nes. No obstante, estas obras reflejan pueda asegurarse un futuro positivo. Se nuestro tiempo en sus soledades, incerti- hace necesario potenciar la comunicación dumbres, violencia, pero también en la espiritual, que tal es el arte, para proyec- ternura, la audacia o la búsqueda de nue- tar y compartir todos unas búsquedas, ha- vos equilibrios. llazgos, esperanzas y desvelos, que no Como el catequista explica el retablo, pueden quedar arrumbadas en un rincón así nosotros, quienes estamos más próxi- del alma por la fuerza absorbente de una mos a las corrientes culturales contem- idiocia televisiva que nos aletarga con poráneas, debemos acercar el arte actual unas vidas ejemplares, ejemplares de lo a la sociedad con la sinceridad del buen que nunca debe exhibirse. pedagogo y la amenidad de quien quiere El arte tiene en cada tiempo una forma enamorar a la persona de quien está ena- de comunicar, de reunir el ánimo de las morada. No vayamos a reponer una peri- personas alrededor de unas ideas. Sin em- pecia que la semana pasada, en una reu- bargo, para cumplir con eficacia esta mi- nión familiar, nos contaba una de las jó- sión, el arte debe ser impactante y buscar venes esposas al recordar las vivencias de continuo nuevas formas de expresión de su primera fiesta, es decir de su pri- para no caer en la indolencia. Esta dolo- mer vestido y su primera ilusión como rosa creatividad, cuyo mérito será valora- mujer, del brazo de un atractivo y bri- do por el tiempo, crítico inapelable, debe llante estudiante de ingeniería que se estar viva hoy para seguir acrecentando dispuso a ganar su admiración hablando nuestro patrimonio cultural. Alentemos, de lo que más sabía, el cemento, mien- pues, la creatividad sin cernerla previa- tras las sonrojadas estrellas se escondie- mente por cánones y reglas tradicionales ron tras oscuras nubes y el cielo empezó que nos impedirían descubrir campos ig- a llorar. notos. Con mejor suerte debemos encontrar el Hace pocos días escuché a Woody adecuado lenguaje para aproximar el arte Allen en una entrevista que la persona re- actual a la gente de hoy, que en buena

149 parte se aparta de la cultura por aburri- terca o enojosa se debió a la lealtad hacia miento, y esta función pedagógica puede esos deberes y en modo alguno a un de- ser una de las misiones fundamentales de seo de notoriedad o de llevar la contraria esta Academia. a las autoridades a las que tan solo quere- Al integrarse en ella comprobará el mos dar apoyo en su comprometida pero nuevo académico que sus compañeros, apasionante obligación de compatibilizar en la medida del tiempo disponible y de la tutela de un patrimonio histórico con sus fuerzas, se afanan generosamente en el vital desarrollo de ciudades y pueblos. propagar el conocimiento del patrimonio Desde este empeño y con el cálido cari- artístico de esta provincia, en velar por su ño de todos sus nuevos compañeros, sea conservación y en fomentar la capacidad Ramiro Ruiz Medrano bien llegado a esta creadora del presente. Podrá constatar casa. que si en alguna ocasión nuestra voz fue

150 LUIS DE SALCEDO Y AZCONA ARZOBISPO DE SEVILLA (1723-1741), Y MECENAS DE LAS BELLAS ARTES* Manuel José Cociña y Abella

Como ya señaló magistralmente Pla- la belleza. Tener memoria histórica es tón, la memoria constituye al hombre: aprovecharse de ese patrimonio intelec- hasta tal punto es un elemento esencial de tual, ético y artístico para vivir bien en el su ser. El hombre no se disuelve en la his- presente y construir mejor el futuro. toria, pero es, en sentido estricto, un ser Una comunidad de hombres que no tie- temporal e histórico. Sin pasado, y sin un ne su raíz en la tradición es una sociedad pasado que se hace presente por la me- errática, sin arquetipos ni identidad pro- moria, la persona humana se disuelve en pia; no es, en realidad, una comunidad de la pura presencialidad del instante. La personas sino un grupo de individuos sus- memoria decide la identidad del hombre pendidos en el vacío, sin morada ni arrai- porque le hace comprender de dónde vie- go, es decir sin ethos. ne, y así –explicándole su presente– le La cultura exige por naturaleza la conti- hace avizorar y dar rumbo a su futuro. nuidad, que sólo la memoria garantiza. El Gracias a la memoria, el hombre crea la deseo de supervivencia se expresa median- tradición y, por tanto, la cultura, entendi- te el esfuerzo por conservar y trasmitir la da en sentido objetivo, como el patrimo- belleza Ðy con ella la verdad y el bienÐ que nio de lo que han pensado, amado y obra- se refleja en lo temporal. Así crea el hom- do quienes nos precedieron. Nos nega- bre la cultura. Las obras de arte de la cultu- mos a aceptar el punto de partida del ro- ra europea muestran perfectamente la ten- manticismo hegeliano: la exención de to- sión del hombre hacia la trascendencia; do presupuesto. Como ha reivindicado muestran esa intención nostálgica –verda- con vigor en nuestros tiempos, Hans dera anamnesis de la creación o recuerdo Geörg Gadamer, el hombre no es nadie de su origen divinoÐ hacia lo sublime, a la sin tradición. Es decir, estamos llenos de que sólo Dios puede responder. presupuestos. Sólo que esos presupuestos He querido glosar esta idea, porque no son auténtica cultura cuando son expre- se puede construir el futuro, e iniciar con sión del noble afán humano de buscar la brío la nueva etapa histórica que comen- verdad, de hacer el bien y de manifestar zamos, el III Milenio, sin tener presente

* Discurso de entrada como Académico correspondiente en Sevilla.

151 todo lo que nos ha precedido, es decir, I. PINCELADAS BIOGRÁFICAS sin servirnos del caudal de nuestra cultu- ra. Como ha escrito el Presidente de esta Nuestro Prelado3 nació en Valladolid en Real Academia de Bellas Artes: ÇLas 16674,y fue educado desde su infancia en Academias tienen el deber de custodiar los cauces de la piedad y del temor de los fundamentos éticos, morales, cultura- Dios propios de la época. Una formación les y sociales sobre los que se ha desarro- así era normal en la sociedad española del llado el progreso desde tiempos inmemo- XVII, y más aún si, como es el caso, su riales, y ponerlos en valor. El estudio del ascendencia era nobiliaria. Este profundo pasado y el pensamiento avanzado son arraigo de lo cristiano en su alma ejerce- propios de la labor de las Academias a lo ría un notable peso en su posterior dedi- largo de su historia. Los académicos re- cación pastoral y, en general, en todos los ciben un legado, tanto en lo material co- actos públicos de su vida como creyente y mo el mundo de las ideas, que tienen que como prelado. Hijo de Don Luis de Sal- conservar y aumentar en la medida de lo cedo y Arbizu, originario de una de las posible. Las Academias son, por lo tanto, doce familias nobles de Soria, poseedor conservadoras por un lado, y creadoras del antiguo Señorío y Casa de la nobilísi- de nuevas actividades y tendencias por el ma Torre Aldea el Señor, fue Caballero de otro. Siempre deben ser un factor de re- la Orden de Alcántara, del Consejo de las novación cultural»1. cuatro Órdenes Militares y de la Real Cá- Con este espíritu conservador y creati- mara de Castilla, primer Conde de Góma- vo al mismo tiempo, afronto esta breve ra, Oidor de la Chancillería de Valladolid, contribución sobre la vida y la obra de un y Asistente de la ciudad de Sevilla. Su vallisoletano ilustre, D. Luis de Salcedo y madre, Doña María Ana de Azcona, natu- Azcona, Arzobispo de Sevilla, y mecenas ral de Espinosa de los Monteros, provenía de las Bellas Artes2. también de una ilustre familia. La vinculación del prelado con la capital *** sevillana se remonta a su juventud, pues

1 Javier López de Uribe y Laya, ÇPapel e importancia de las Reales Academias en el siglo XXIÈ, Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, n.¼ 34, Valladolid 1999, p. 13 2 Existe un soberbio retrato debido al pincel de Domingo Martínez (1688-1749), fechado hacia 1735. Es obra de gran calidad y nos muestra al Arzobispo Salcedo con actitud concentrada y serena, sentado en el interior de un amplio salón, junto a una mesa. En ella aparecen diversos objetos cuidadosamente pormenorizados entre los que figuran varios planos, algunos de los cuales han caído al suelo. Estos planos pertenecen a los edificios re- ligiosos que el Arzobispo había patrocinado a lo largo de su vida como la Parroquia de Umbrete, la iglesia de las Capuchinas del Puerto de Santa María, los órganos de la catedral de Sevilla y el retablo de San Francisco de Bor- ja de la Iglesia de San Luis de esta ciudad. En la parte superior de la pintura aparece un grupo de ángeles soste- niendo una imagen de la Virgen de la Antigua a la que el Arzobispo tuvo una gran devoción. Cfr. Valdivieso E., Serrera, J. M. Catálogo de las pinturas del Palacio Arzobispal de Sevilla,Sevilla, 1979, pp. 71-72 y Catálogo de Magna Hispalensis. El Universo de una Iglesia. Sevilla, 1992, pp. 446-447. 3 Cfr. la importante obra de José Alonso Morgado, Prelados sevillanos o Episcopologio de la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla,Sevilla, Izquierdo y Compañía, 1906. Es obra de referencia obligada a la hora de estudiar los Arzobispos hispalenses, sin embargo, por su carácter excesivamente hagiográfico, exige una comprobación crítica de los datos que allí se citan. 4 Fue bautizado en la Iglesia del Salvador el 9 de diciembre de 1667, cfr. M. Alcocer, Don Luis de Salcedo y Azcona, Valladolid, 1927, pp. 87-88.

152 D. Luis Salcedo y Azcona, lienzo de Domingo Martínez, fechado hacia 1735. Palacio Arzobispal. Sevilla.

153 pasó una buena parte de la misma en ella. tudios de Gramática y Filosofía en el Co- Probablemente se tratase de una relación legio Mayor de Santo Tomás5,y de Leyes que llegó a causar un considerable impacto y Cánones en la Universidad de Santa en la personalidad de nuestro personaje, María de Jesús. A una temprana edad le toda vez que la posición social que ocupa- fue nombrada una Canongía en la Santa ba su familia le permitía captar la realidad Iglesia, pero no llegó a obtenerla, y pasó a de una manera muy particular, a la vez que ingresar en el Colegio de San Bartolomé le facilitaba acceder a conexiones con de Salamanca en 1686, donde tres años otras familias y personas de cierta relevan- después se licenció en Leyes, y llegó a ser cia en la ciudad y en la propia diócesis su Rector en 1690. Su padre había sido nombrado Asisten- Al finalizar su formación, regresó a te de la ciudad, el cargo tal vez más pree- Sevilla como Oidor de la Real Audien- minente en la administración capitalina, y cia, cargo que desempeñó durante cinco eso permitió al joven Salcedo entrar en años, para pasar posteriormente a la relación con infinidad de situaciones deli- Chancillería de Granada. Allí se ordenó cadas y problemas referentes a la gober- sacerdote en 1706. La madurez humana nabilidad. Pudo también así establecer con la que llegó al presbiterado –tanto conexiones con personas e instituciones por la edad, treinta y nueve años, como que, sin duda, le otorgarían un importante por la experiencia acumulada en el de- y sólido entender en tareas de organiza- sempeño de cargos administrativosÐ le ción y gobierno. situaba en una inmejorable posición para De esta etapa podemos subrayar la in- el ejercicio de su posterior ministerio fluencia de la familia en la formación del episcopal. prelado, toda vez que en un entorno nobi- Como complemento de su trayectoria liario como el suyo se consideraba vital en el plano de la dedicación religiosa, du- dotar al joven miembro del linaje de la rante esos primeros años de sacerdocio adecuada preparación para la vida. El obtuvo la dignidad de Protector en el aprendizaje no se limitaba a lo que hoy Consejo de las Órdenes Militares, y reci- podemos considerar estudios oficiales, si- bió el hábito de la Orden de Calatrava. De no que abarcaba otros importantes aspec- aquí arranca su brillante itinerario, que le tos de la vida. La propia vinculación de la llevará en pocos años al episcopado. El familia con personas destacadas de los desempeño de sus atribuciones puso en ámbitos social, político, económico y re- evidencia ante la Corte sus excelentes vir- ligioso de la ciudad tuvieron que generar tudes, lo que posiblemente empujó a Feli- un importante impacto en la etapa de for- pe V a presentarlo como Prelado de la mación del joven Salcedo. Iglesia de Orense, y posteriormente para En lo concerniente a su formación, des- el Arzobispado de Lima en Perú, aunque de un punto de vista formal y oficial, cabe este último no lo llegó a admitir, y fue destacar que fue amplia y parece que sufi- obligado a aceptar el nombramiento para cientemente sólida como para marcar un la diócesis de Coria en 1714. Tres años rumbo futuro hacia el vasto terreno de las más tarde llegó la designación como Pre- Humanidades. En tal línea realizó sus es- lado de la diócesis de Santiago de Com-

5 Cfr. M. Martín Riego, ÇOfertas de estudio en la Archidiócesis de Sevilla en el siglo XVIIIÈ, en Commu- nio, vol. 23 (Sevilla, 1990), pp. 77-96.

154 postela, donde desempeñó su ministerio con que trataba a todos y la seriedad que hasta que, en 1722, fue promovido a la ar- imprimía a las tareas emprendidas. Son chidiócesis de Sevilla6. ilustrativos hechos tales como el restable- El veinte de enero de 1723, el Deán, cimiento de la observancia de la Discipli- Don Alonso de Baeza y Mendoza, tomó na eclesiástica o el gran interés por lograr posesión de la nueva diócesis en nombre muy buenas relaciones con su Cabildo, de Don Luis de Salcedo, y ocupó tempo- cosa que parece que alcanzó: puso fin a ralmente los cargos de Provisor y Gober- antiguas contiendas que deterioraban la nador hasta la llegada de éste, que se pro- imagen de la Curia y del mismo prelado dujo, con todos los honores, el diecisiete Aunque en aquella época el ejercicio de de marzo. La entrada del recién nombra- la caridad era algo común entre los nota- do Prelado tuvo lugar de forma solemne bles de la ciudad, tanto del ámbito ecle- en la Catedral, como regían los cánones y siástico como civil, nuestro Prelado se hi- usos consuetudinarios, dos días después7. zo digno de las mayores alabanzas a cau- Según señala Morgado, su pontificado sa de su prodigalidad, que le llevó a con- fue uno de los más recordados y fructífe- vertirse en un auténtico «padre de los po- ros en la ciudad de Sevilla: bres». Destinó parte importante de su Ç[....] La afabilidad y dulzura de su tra- hacienda al ejercicio de obras de caridad to, su singular modestia, su caridad para y a sufragar los cuantiosos gastos en ma- con los pobres, su celo por el decoro de la teria de construcción en edificios y luga- Casa del Señor y obligaciones del minis- res religiosos. terio Pastoral, le conciliaron los respetos, Algunas fuentes nos retratan un contex- el amor y las atenciones de todas las cla- to social extremadamente complejo du- sesÈ8. rante ciertos períodos del pontificado que De esta descripción se puede extraer nos ocupa. Sobresale, en este sentido, se- tanto algún rasgo destacable de su perso- gún el testimonio de los Anales de Sevi- nalidad como la delicada forma de ejercer lla9, la dureza en materia social y econó- sus funciones, caracterizada por el tacto mica de los años que tuvo que pasar el

6 Cfr. Hierarchia Catholica Meii et Recentioris aevi, Tomo V; P. Remigium Ritzler, O.F.M. Conv. y Pirmi- num Sefrin, O.F.M. Conv. Patavii, Il Messaggero de S. Antonio, MCMLII, pp. 152 y 166. En esta obra, donde se recogen los nombramientos episcopales, se señala cómo fue presentado por el Rey Católico de España para la diócesis de Coria el 30 de enero de 1710; trasladado a Compostela el 1 de julio de 1716 y nombrado para Sevilla el 7 de octubre de 1722. Había recibido el Palio Arzobispal el 2 de septiembre de 1716. También se indica que fa- lleció el 3 de marzo de 1741. 7 En la obra de Fermín Arana de Varflora, Compendio histórico de Sevilla, (p. 238), cita las palabras que pronunció al tomar posesión de su asiento en el coro: ÇLapidem quem reprobaverunt edificantes: hic factus est in caput anguli:a lo que respondió con oportunidad el Dr. Don Alonso de Baeza, actual Deán: A Domino factum est istud: et est mirabile in oculis nostrisÈ. Además, es de destacar las palabras del Dr. Don Luis Ignacio Chacón, Canónigo de la Catedral de Sevilla y Arcediano de Niebla, que dicen: «No omitiré, que obtenida la gracia de Canónigo de mi Iglesia a los doce años de edad, o por la dificultad de la dispensa, o por otras razones ocultas de la divina Providencia, no se logró que se fi- jase en Sevilla desde entonces, con la posesión y residencia de su Prebenda». 8 Morgado, J. A., Prelados,ob. cit., p. 608. 9 Para estos años citados son de vital importancia las obras de Justino Matute y Gaviria, Anales eclesiásti- cos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla... que contienen las más principales memorias des- de el año de 1701... hasta el de 1800...,Sevilla, E. Rasco, 1887, así como la obra de Lorenzo Bautista de Zúñiga, Annales Eclesiásticos i Seglares de la M.N. i M.L. Ciudad de Sevilla: que comprehenden la olimpiada o lustro de la Corte en ella, con dos apendices, uno desde el año 1671 hasta el de 1728, i otro desde 1734 hasta el de 1746, Sevilla, Imp. de Florencio Joseph de Blás y Quesada, 1747.

155 Prelado como Arzobispo en Sevilla y, Capellanes. Empleaba el tiempo restan- muy especialmente, los años 1723, 1734 te para el rezo de las Horas canónicas y y 1737, debido a la pérdida de las cose- el cumplimiento de las obligaciones de chas. En esos años se constata cómo se su cargo. Hasta la comida, su tiempo so- excedió en su caridad para con los pobres brante lo destinaba a su gran afición: los y mendigos de la ciudad, utilizando gran- libros. Por las tardes solía asistir a las des sumas de dinero que algunos casos iglesias donde se lucraba la Indulgencia llegaron a ser tan preocupantes que inclu- de las Cuarenta horas; después acudía a so el mismo Mayordomo llegó a indicarle los conventos de Religiosas para exhor- que tarlas al cumplimiento de sus Reglas y Ç[....] era necesario se moderase en las li- Constituciones. Al culminar el día, re- mosnas, pues pasaban ya las deudas de gresaba a Palacio para concluir con el ciento cincuenta mil ducados [....]È Oficio divino, rezar el Santo Rosario y respondiendo el Prelado a ello otras devociones. Finalmente, se volvía Ç[....] Para dar a los pobres, no temáis que a retirar a su biblioteca hasta la hora de falte nunca, y si no la hay, buscadlo [....]È. cenar. Es de destacar la asistencia casi Entre las notas sintéticas que le descri- diaria del Arzobispo a los Hospitales, bían como Pastor de una acentuada reli- para mostrar su caridad a los enfermos, giosidad descolla la de Lorenzo Bautista asistiéndolos y consolándolos11. de Zúñiga, quien expresó de él que El análisis de este pormenorizado cua- Ç[....] fue dotado de suavísimo natural. dro de actividades cotidianas del Prelado No sabía negar con claro no lo que se le sevillano echa de ver una intervención suplicaba, sino lo havia de conceder, y pastoral densa y orientada en una medida era el callar con cierto disimulo la señal importante a la atención del clero. Nues- de la negativa. Su piedad conocida para tro Arzobispo tenía una gran preocupa- con Dios, y con los Pobres fue grande ción hacia quienes se habían de convertir [....]È10. en los principales actores de la pastoral. La piedad de Don Luis de Salcedo fue Su dedicación a la piedad y la preocupa- paladinamente acendrada. Se le consi- ción por los pobres constituyen otros de deró siempre como el primero en la ora- los grandes pilares de sus actividades dia- ción mental, que prolongaba incluso rias. media hora más que el resto. Tras la ora- El Prelado logró, a lo largo de su ponti- ción continuaba el Prelado con la cele- ficado sevillano, establecer unas relacio- bración del Santo Sacrificio de la Misa. nes en el plano humano y pastoral de res- Posteriormente asistía, como acción de peto y reconocimiento. En este terreno gracias, a la que celebraba uno de los planteó un tipo de vida en que la equidad

10 Zúñiga, Lorenzo Bautista de, Annales Eclesiásticos,ob. cit., p. 236. 11 Como prueba de lo dicho, es de destacar lo sucedido en 1724 con la muerte de la R. M. Sor Josefa Ma- nuela de Palafox y Cardona, Fundadora de las Capuchinas, ya que D. Luis de Salcedo la asistió hasta la muerte, e incluso el Cabildo se ofreció a celebrar sus funerales, con el Arzobispo de Preste, saliendo en Corporación al Convento, acontecimiento nunca visto en la ciudad, y que sus anales lo reflejan como un hecho importante para ese año. Sobre el acto en sí, acudir a la obra de Agustín Narváez y Carcamo, O. C., Sermón funebre, predicado en las solemnes exequias, que por cabo de Año de la muerte de ...Josepha Manuela de Palafox y Cardona, fundado- ra y primera abadesa del... Convento de Santa Rosalía, de Madres Capuchinas de Sevilla, celebró dicho Conven- to...,Sevilla, Impr. Juan Francisco de Blas, 1725.

156 Capilla de la Virgen de la Antigua. Catedral de Sevilla. y la justicia sobresaliesen en su trato con pendiente y un modo de proceder autóno- quienes desempeñaban cargos eclesiásti- mo en las cuestiones vitales y domésticas. cos en la diócesis, y eso le llevó a ser En lo que se refiere a su persona, tan sólo aceptado de buen grado por todos. En es- en los últimos años de su vida, cuando ya te sentido hay que hacer notar que las re- no podía valerse por sí mismo, se sirvió laciones de los prelados con el clero y las de ayuda de cámara, ya que hasta ese mo- dignidades eclesiásticas podía ser fuente mento nadie supo de su vida privada. Es- de ciertos conflictos, precisamente por la te rasgo contrasta con lo que podemos va- naturaleza y las complicaciones de unas lorar en otros prelados y dignidades ecle- funciones no sólo pastorales sino también siásticas, abocados a unas formas lejanas de control. No parece que el Arzobispo de la austeridad y humildad que caracteri- Salcedo encontrase en este campo difi- zaron al Arzobispo Salcedo. Elementos cultades derivadas de su aceptación, y eso como éste, de una simpleza casi absoluta, le honra especialmente. han de ser muy tenidos en cuenta a la ho- Unido a estos aspectos relativos a su ra de comprender la manera que tenía el aceptación personal generalizada se en- Prelado de enfrentarse a lo cotidiano des- cuentra el hecho de su personalidad inde- de una perspectiva netamente evangélica.

157 II. ALGUNOS ASPECTOS DE SU nimiento de una mirada atenta a las gran- LABOR SOCIAL Y CULTURAL des corrientes espirituales de su época, quedan reflejadas en su extensa biblioteca. Es menester poner de relieve también la De su padre heredó una parte de la impor- importantísima tarea social que desplegó tante biblioteca que llegó a tener, que au- en Sevilla nuestro Prelado. Es probable mentó posteriormente por su gran afición que otros pastores de la Iglesia hispalense a los libros. Esta biblioteca personal sirvió adoptasen medidas de apoyo a institucio- luego de base para la pública existente en nes de corte caritativo, e incluso más tar- la actualidad en el Palacio Arzobispal. En de de índole benéfico-social, pero en el aquellos años podía haber un fácil acceso Arzobispo Salcedo resplandece sobrema- entre el Palacio y la Catedral por la Puerta nera un enfoque de acción social, reitera- de los Palos por lo que hubo alguna pre- do, además, bastante más allá de su vida, tensión de unificar su biblioteca con la de pues su legado testamentario se encaminó Hernando Colón que poseía el Cabildo en a ello. la parte superior de los arcos que unían Otra labor digna de mención del Arzo- ambos edificios. También es sabido que bispo es el fomento de la educación de quiso donar su colección particular al Co- los niños más desfavorecidos tanto en las legio de San Bartolomé de Salamanca, letras y la Religión como en artes y ofi- donde había estudiado, pero éste poseía cios12. No cabe duda que estamos ante un todas las obras que él tenía, por lo que auténtico precursor de lo que años y si- cambió de parecer dejándosela a sus suce- glos más tarde será una clarísima línea de sores en la Mitra13. Esta donación consti- actuación de la Iglesia, implicándose en tuye una parte sustancial de los fondos bi- ella no sólo la jerarquía sino también una bliográficos de la actual biblioteca citada, buena parte del clero, las instituciones y y merecería la pena ahondar en un estudio asociaciones y los laicos más conscien- bibliométrico que calibre, respecto al fon- tes. Esta parte sustancial de la vida y ac- do Salcedo, el alcance de la biblioteca del ciones del Prelado han de ser contempla- prelado referido a su momento, las líneas das como verdadero adelanto y elemento y temáticas que la conformaron, los cen- precursor de la doctrina social de la Igle- tros de interés y las inquietudes manifies- sia. tas en cuanto a su constitución. De esta La faceta de persona culta, estudiosa, forma podríamos dar respuesta a algunos encaminada a la lectura y a un análisis mi- factores causales y de formación en cuan- nucioso de cuantos hechos relevantes le to a las actitudes y actividades desplega- llamaban la atención, así como el mante- das por el arzobispo14.

12 Dentro de este apartado fue muy importante la labor que llevó a cabo Toribio de Velasco, fundador de los talleres cristianos en Sevilla, y la caridad que el Arzobispo mostró con ella, llegando incluso a dejarle por herede- ra del remanente de sus bienes. 13 Actualmente, sus fondos constituyen gran parte de la Biblioteca del Arzobispado de Sevilla, biblioteca que se terminó de abrir al público en 1792. Contiene aproximadamente unos 16.000 volúmenes, de los cuales, prácticamente la mitad corresponden a temática religiosa, seguidos de obras de Historia, Derecho y Literatura. Entre sus fondos, que abarcan desde el XVI al XX, sobresalen, lógicamente, los impresos del XVIII, siendo éstos en torno al 40%. La biblioteca forma parte de la Institución Colombina, que además está integrada por los fondos de la Biblioteca Capitular, Biblioteca Colombina, Archivo de la Catedral y Archivo General del Arzobispado. 14 Sabemos que la formación de la biblioteca de un destacado personaje como el que nos ocupa representa uno de los aspectos capitales en cuanto al análisis de los principales focos que informaron su vida, toda vez que

158 Detalle del Altar de la Capilla de la Virgen de la Antigua. Catedral de Sevilla.

159 Del celo con que el prelado trató de lle- memorias de su fundación se citan los var sus relaciones con las instituciones y nombres de sus más ilustres benefactores, congregaciones religiosas de la diócesis, indicándose del Arzobispo Salcedo que y en particular de la capital, a lo largo de «[....] el más decidido protector fue el ilus- su pontificado hispalense, da buena tre Arzobispo D. Luis de Salcedo y Azco- muestra la vinculación con algunos con- na, que manifestó durante su Pontificado ventos de la ciudad, sobre todo la que lle- una predilección muy señalada por esta vó con el de San Pablo, con el que tuvo Casa, socorriéndola con cuantiosas limos- un particular afecto, mostrado de una ma- nas, y visitándola frecuentemente [....]». nera práctica al consagrar su Iglesia15. En una inscripción de un retrato del Ar- El celoso amparo de las instituciones zobispo, se puede leer que favoreció al eclesiásticas en la diócesis se mostraba Hospital con mil ducados anuales durante en otros hechos altamente significativos, su Pontificado, incluso dejando esta dota- como el declararse Protector de una ción asegurada tras su muerte, hecho que Congregación que se fundó durante el le honra en el sentido de perpetuar una período del arzobispo Don Jaime de Pa- acción social más allá de la propia exis- lafox, en la Iglesia del Convento de San tencia personal. Francisco, concebida, inicialmente, para El capítulo de la formación del clero hacer el bien y celebrar misas, así como era otro de los grandes caballos de batalla llevar a cabo misiones para lograr la que simbolizó la acción pastoral del epis- conversión de quienes se hallaban en pe- copado español de esta época. Imbuido cado mortal. En esta dinámica de apoyo, de esta inquietud inició en 1741 la funda- solicitó del Santo Padre, Benedicto XIII, ción de un Seminario junto a la Capilla de la confirmación de su Regla y Constitu- Nuestra Señora de la Encarnación en ciones16. Triana, para la cual, la Hermandad había En el marco del ejercicio de la caridad, entregado mediante escritura la casa y con un énfasis claramente social, no de- jardín contiguos. Los presbíteros José bemos olvidar los desvelos del prelado López Zamora y Francisco de la Peña Al- hacia algunas instituciones de la diócesis barado, Misioneros Apostólicos que el y en particular de la capital sevillana. En Arzobispo había nombrado para que fue- esta dirección se inscribe su dedicación sen Rector y Vicerrector respectivamente hacia el Hospital del Pozo Santo, a cuyo del Seminario, tomaron posesión en nom- lugar profesó un singular afecto. En las bre del Arzobispo17. Pero debido a la en- aparecen no sólo los libros en sí sino una determinada estructuración en cuanto a proporciones en lo relativo a te- máticas. Así, podemos establecer unas hipótesis de partida en lo referente a valorar las ideas que recibió, la per- cepción de la realidad social, teológica e incluso política, así como su adecuación a la actividad pastoral desarro- llada. El correspondiente estudio bibliométrico, considerado en sentido extenso, puede deparar interesantes apor- taciones al conocimiento de la vida y pontificado del prelado. 15 De este hecho queda en la actualidad una muestra en la entrada del templo, una inscripción en la que se puede leer lo siguiente: San Fernando Tercero de Castilla y de León fundó este Convento de San Pablo año de MCCXLVIII en que conquistó a Sevilla siendo su confesor San Pedro González Telmo primer Prelado de dicho Convento y erigió este magnífico templo que se agregó al de San Juan de Letrán año de MDCVII y el de MDCCX- XIV a XXII de octubre lo consagró el Excmo. Sr. Don Luis de Salcedo y Azcona Arzobispo de Sevilla. 16 Aparece la carta fechada en Sevilla a 14 de febrero de 1728 en, Morgado, J. A., Prelados,ob. cit., pp. 612-13. 17 Para la historia del Seminario, cfr. M. Martín Riego, La formación intelectual del clero. El Seminario Conciliar de Sevilla (1831-1931). Sevilla, 1994.

160 Sepulcro del Arzobispo Azcona y Salcedo, obra de Duque Cornejo. Capilla de la Virgen de la Antigua. Catedral de Sevilla.

161 fermedad que acusaba ya nuestro Prela- ción, y todo ello a pesar de que se había do, quedó sin realizarse su obra, tan cla- convertido en un baluarte en la defensa de ramente necesaria para la adecuada for- algunos derechos que consideraba esen- mación del clero sevillano18. ciales para la Iglesia. Fueron buenas in- La trayectoria del Prelado no se agotó cluso las relaciones del Arzobispo con el en las importantes obras de caridad con Rey en la defensa de la inmunidad ecle- un fuerte sentido social, ni en el sumo siástica en los derechos Pontificios, aun- cuidado que puso en la formación de reli- que se dieron algunos choques al preten- giosos o en velar por sus excelentes rela- der los Ministros Reales despojar a la Mi- ciones para con todos los sectores de la tra y a la Santa Sede de la provisión de las Iglesia hispalense, sino que también supo Prebendas en las Colegiatas de Sevilla y participar en el engrandecimiento de las Jerez de la Frontera, apropiándosela el glorias y ceremoniales que darían es- Real Patronato. Además, se observa un plendor a la diócesis de Sevilla. Uno de interés por parte del Arzobispo para que los hechos más representativos del perío- se rebajasen las cargas que experimenta- do en que está como Arzobispo lo consti- ba el clero de la diócesis, así como la tuyó la traslación del cuerpo de San Fer- exención de algunos tributos y la modifi- nando el 14 de mayo de 1729 a la urna de cación de otros, subrayando que plata donde se venera en la actualidad. Ç[....] cremos de la Piedad, e integridad de Todos los anales de la ciudad destacan la V. M. eligiera medio más suave, para ocu- gran ceremonia que se celebró para el ac- rrir a las urgencias de la Monarchia, sin to. Asistió a ella toda la Corte que estaba tanto perjuicio, como se padece con los en Sevilla, así como toda la nobleza y au- Arrendadores, y Ministros inferiores [....]È toridades. Se celebró una solemnísima Profundizando en la actitud del Prelado procesión con el mismo recorrido que con respecto a la salvaguarda de los inte- hace el Corpus Christi19. Fue presidida reses de la diócesis y del clero adscrito a por el Arzobispo y acudieron las herman- la misma, puede entenderse la interpreta- dades, cofradías, órdenes religiosas, cle- ción que realiza de los artículos 7 y 8 del ro parroquial, cabildo eclesiástico, cor- nuevo Concordato en tal dirección. poración de los capellanes reales, los Ç[....] Suplican rendidamente a V. M. no Príncipes e Infantes seguidos de toda su use de los dos referidos Articulos, y se comitiva. sirva mandar examinar los perjuicios, y La sola relación del hecho nos habla de gravamenes, que van expuestos, y cons- las estrechas vinculaciones que el Prelado tando ser ciertos, libertar de ellos al cle- debió tener y cultivar con la familia real y ro; lo que esperan de la Piedad de V. M. con el núcleo que podemos considerar Cuya Catholica Real Persona guarde determinante en la alta política de la na- Dios con la mayor felicidad los años,

18 En la Biblioteca Capitular existe una copia que responde al título de Letras del Ilmo. y Rmo. Sr. D. Luis de Salcedo y Azcona, Arzobispo de Sevilla, creando un Seminario en la capilla o Hermita de la Hermandad de la Encarnación en el Barrio de Triana,Sevilla, 1741. 19 Para mayor descripción de la traslación citar las obras de Justino Matute Gaviria, Anales eclesiásticos, ob. cit., y sobre todo la de Lorenzo Bautista de Zúñiga, Annales Eclesiásticos,ob. cit., la de Joaquín Guichot, His- toria de la ciudad de Sevilla, siglo XVIII,Sevilla, El Progreso, 1892, p. 112, y la del Padre Antonio de Solís, Glo- ria póstuma en Sevilla de San Fernando Rey de España desde su feliz tránsito hasta la última translación de su incorrupto cuerpo el año 1729, dedicada al Serenísimo Señor Príncipe de Asturias,Sevilla, 1730.

162 Detalle del sepulcro y del epitafio del Arzobispo Azcona y Salcedo, obra de Duque Cornejo. Capilla de la Virgen de la Antigua. Catedral de Sevilla. que la Christiandad ha menester, & C. sido con sus obligaciones para con la [....]È20. Iglesia de Sevilla. Su piedad fue admira- Como se ha indicado antes, el Prelado ble para acudir a las necesidades de los orientó una parte considerable de su acti- templos, y muy especialmente con su Ca- vidad y de su propio presupuesto a poten- tedral. ciar la construcción en el ámbito religio- so, por lo que llegó a convertirse en un destacado mecenas. Centrándonos en la III. IMPORTANCIA DE SU obra artística que se realizó durante este MECENAZGO período, hay que subrayar que el Arzobis- po Salcedo no fue menos celoso del deco- Sin duda alguna, la obra por excelencia ro de la Casa del Señor que lo que había que se realizó, no sólo en la Catedral sino

20 En la Biblioteca Capitular de Sevilla aparece una serie de obras referentes a este aspecto: Memorial al Rey, sobre exención de algunos tributos y modificación de otros; Memorial al Rey del Arzobispo de Sevilla D. Luis de Salcedo... sobre los gravamenes y cargos que experimenta el clero de dicho Arzobispado...; Suplica a S. M. de D. Luis de Salcedo Azcona, Arzobispo de Sevilla, para que no use de los articulos 5.¼, 7.¼ y 8.¼ del nuevo Concordato con la Corte de Roma que tratan de Cargas al Clero...; Suplica de Don Luis de Salcedo Azcona, Ar- zobispo de Sevilla, y el Dean y Cabildo de su Sta. Iglesia, a S. M. sobre las Tercias Reales....

163 tal vez en toda la diócesis, fue la Capilla te se sabe que se había de «[....] labrar y de Nuestra Señora de la Antigua. ÇEn la fabricar de nuevo un retablo de piedra si- Iglesia Catedral hemos construido una guiendo el que está [....]», según el dise- obra hermosísima –anota el propio Salce- ño y trazas de Pedro Duque Cornejo y do en una relación enviada al PapaÐ, la Roldán, Ç[....] de piedra de jaspe [....] a Capilla llamada de la Antigua, dado que imitación de la que hoy tiene lo que está en ella, pintada en la pared, hay una her- puesto en el altar de dicha santa imagen mosísima imagen de la Madre de Dios»21. [....]È. Las obras que se hicieron en el re- Debió ser muy serio y extendido el culto tablo parece que fueron ejecutadas por a dicha advocación, hasta el extremo de Juan Fernández Iglesias y las esculturas que algunas fuentes posteriores a esta de mármol por Duque Cornejo. Está dis- época insisten en que tribuido horizontalmente en dos cuerpos «[....] ante esta milagrosa Señora, cuyo con hornacinas y parejas de columnas origen se ignora, oraba San Fernando al- corintias acanaladas verticalmente, de gunas noches, sin haberse posesionado gusto clasicista, y ángeles sobre los todavía de la ciudad entonces mahome- frontones, además de unas cartelas de re- tana. Con el aceite de su lámpara obró mate. Es poco expresivo de la tarea de San Diego de Alcalá muchos prodigios. este maestro, en el momento cumbre de Aquí venía a ofrecer los cautivos, que de su obra (1733-38), por lo que puede tra- poder de infieles rescataba, el V. Contre- tarse de un arreglo, mejora o adaptación ras; y la intercesión de María santísima de algo ya existente con anterioridad. A se ha manifestado siempre poderosa y derecha e izquierda de la imagen pictóri- propicia en las muchas ocasiones que ca de la Virgen de la Antigua, se encuen- ante esta su imagen la imploró Sevilla tran las esculturas pétreas de San Joa- [....]È22. quín y Santa Ana, y sobre las respectivas Las obras de la Capilla se emprendie- hornacinas, sendas cartelas con medias ron a instancias del Prelado, quien había figuras de las Santas Justa y Rufina. El elegido dicho recinto para albergar lo que segundo cuerpo contiene las esculturas en su día debería constituir su enterra- del Salvador y de San Juan Bautista y miento. Fueron dirigidas por el arquitecto Evangelista, con ángeles alados sobre el Diego Antonio Díaz y afectaron funda- frontón triangular, con cuernos de la mentalmente a la bóveda, que fue com- abundancia y rematando las Virtudes te- pletamente rehecha23. La Capilla se abrió ologales. Destacan las esculturas del al culto el 14 de junio de 1738. Salvador, Santa Ana y el Bautista, inspi- El retablo de la Capilla24 se ejecutó rada al modo sevillano; sin embargo, las con mármoles y jaspe. Documentalmen- de San Joaquín y el Evangelista son de

21 Cfr. José Jesús Hernández Palomo, Las relaciones del Estado de la Archidiócesis de Sevilla (siglos XVI- XX)È, Cajasur, Córdoba, 2001 (en prensa). Relación del 29-XII-1739. Para ahondar en el conocimiento de los orígenes de la Virgen de la Antigua, la obra de Alonso Morgado, Historia de Sevilla...,Sevilla, 1587, nos refleja un interesante documento en su p. 350. Se puede ver igualmente: Antonio de Solís, Historia de Nuestra Señora de la Antigua,Sevilla, 1739. 22 Álvarez Miranda, Vicente, Glorias de Sevilla: monumentos, edificios, artes y ciencias,Sevilla, Carlos Santiago, 1849, p. 25. 23 Sancho Corbacho, Heliodoro, Arquitectura sevillana del siglo XVIII. Documentos para la historia del Arte en Andalucía,v. VII, Sevilla, 1934, pp. 84-85. 24 Angulo Íñiguez, Diego, y otros, La Catedral de Sevilla,Sevilla, Guadalquivir, 1991, p. 303.

164 Puerta de bronce y carey, entrada a la sacristía. Capilla de la Virgen de la Antigua. Catedral de Sevilla. Lleva las Armas del Arzobispo

165 inferior calidad. El crucifijo de marfil se lejos de ellas. Destacan por su mayor ri- atribuye a Cortezo25. queza las de San Juan Evangelista y San- En el paramento de la Epístola de la tiago el Menor27. Capilla de la Virgen de la Antigua se en- La Capilla aparece revestida en sus mu- cuentra el sepulcro de D. Luis de Salce- ros por un amplio conjunto pictórico de do26. Fue encargado a Pedro Duque Cor- gran formato, realizado por Domingo nejo y Roldán en 1734, y se tomó como Martínez entre 1734 y 173828, que narra modelo el que Fancelli compuso para el la leyenda de la Virgen de la Antigua es- Cardenal Hurtado de Mendoza, que se tando representados los principales episo- halla en el paramento frontero de la Capi- dios en composiciones de gran formato lla, y cómo éste, está formado por un gran horizontal. Se advierte una técnica apre- arco de medio punto, siguiendo la fórmu- surada y débil, muy inferior en calidad a la de los sepulcros parietales, utilizados la que normalmente suele tener este artis- frecuentemente en el Renacimiento. La ta. Parece ser cierta la nota que da Ceán parte escultórica está formada por la figu- Bermúdez al decir que en esta obra cola- ra yacente del Arzobispo, revestido con boró Andrés Rubira29. ornamentos pontificales, seis imágenes Tampoco sobresalen por su valor escul- de santos situadas entre las columnas y tórico las puertas del presbiterio de la Ca- las jambas, las historias de la Asunción, pilla, donde tan sólo los materiales en que Anunciación, Visitación y los Apóstoles están realizadas le dan una especial signi- en torno al sepulcro de María, en sendas ficación. Estas puertas, en comunicación cartelas, colocadas en el fondo, más toda con la sacristía y con una alacena, son de la ornamentación que se presenta en los ébano, carey e incrustaciones de bronce, fustes columnarios, arquivoltas, enjutas y que reproducen las Armas del Arzobispo cresterías, tratando de coordinar con y su construcción hay que situarla poco aquél. Se trata de una obra pobre, sin dis- antes de la apertura de la Capilla en tinción alguna, inspirada en análogos te- 173830. mas de la imaginería sevillana. El estado Otra mención especial se debe de hacer de conservación es malo, sobre todo en la con respecto al órgano que mandó cons- parte derecha. Los relieves marianos son truir el Arzobispo Salcedo, ajustado, en finos y bien tratados, miniaturizando, y su momento, en una cifra cercana a los las figuras que se encuentran entre los es- cien mil ducados. Así da cuenta el propio pacios están inspiradas en las de Fancelli Salcedo al Papa, en su Relación sobre el y Nicolás de León, aunque quedan muy estado de la Archidiócesis de 4 de enero

25 Villar Movellán, Alberto, La Catedral de Sevilla. Guía Oficial,Sevilla, 1977, p. 116; Guerrero Lovillo, José, La catedral de Sevilla, Barcelona, 1982, p. 54; Hernández Díaz, José, ÇEl sevillano Pedro Duque Cornejo en el barroco andaluz (1678-1757)È, en Boletín de Bellas Artes,Sevilla, 1979, pp. 211, 221, y Pedro Duque Cor- nejo y Roldán (1678-1757),Sevilla, 1983, p. 70; Morales, Alfredo, «Las empresas artísticas del Arzobispo D. Luis de Salcedo y AzconaÈ, en Homenaje al profesor Dr. Hernández Díaz,Sevilla, 1982, p. 471; Morales, Al- fredo, y otros, Guía artística de Sevilla y su provincia,Sevilla, 1981, p. 46. 26 Angulo Íñiguez, Diego, y otros, La Catedral...,ob. cit., p. 303. 27 Hernández Días, J., ÇEl sevillano...È, ob. cit., p. 191, y Pedro Duque...,ob. cit., p. 71; Morales, A., Las empresas...,ob. cit., p. 471. 28 Angulo Íñiguez, Diego, y otros, La Catedral...,ob. cit., p. 436. 29 Ceán Bermúdez, A., Descripción artística de la Catedral de Sevilla, Madrid, 1917. 30 Angulo Íñiguez, Diego, y otros, La Catedral...,ob. cit., p. 548.

166 Órgano de la Catedral, uno de cuyos muebles costeó el Arzobispo. Detalles del mismo.

167 de 1729: ÇEn la Iglesia Metropolitana se plo a base de abundantes limosnas. En la construye ahora una obra muy notable, a Iglesia de las Religiosas Capuchinas, gra- saber: dos órganos colocados en la parte cias a sus donaciones se levantó el Altar superior de uno y otro lado del coro, don- Mayor, aunque pocos años después se de se cumplen los oficios divinosÈ31. Se consumió en un incendio. Igualmente, y encuentra frente a la capilla de la Virgen también a sus expensas, se comenzó a de la Antigua, mostrando en su caja el es- edificar la Iglesia del Convento de Santa cudo de sus armas así como otras muchas María de los Reyes, de Religiosas domi- dádivas, propias de su piedad y magnifi- nicas recoletas, dejando incluso en su tes- cencia. El Cabildo decidió encargarle a tamento la mención de la conclusión de Fray Domingo de Aguirre en 1722 la sus- todo el templo. titución del órgano construido en 1579 Fuera de la capital sevillana, aunque en por Maese Jorge, pero hasta marzo del la diócesis, impulsó nuestro Arzobispo año siguiente no vino a comprobar el es- diversas obras. En el Puerto de Santa Ma- tado del órgano de la Catedral. Pero Çun ría, mandó edificar la Iglesia y parte del Personage desta CiudadÈ (que luego re- Convento de Religiosas Capuchinas, do- sultaría ser Don Luis de Salcedo) des- tándola de una Capellanía para que sir- montó todo el proyecto al manifestar al viera a la Comunidad. En la cercana villa Cabildo que Ç[....] el organo se hiciese to- de Umbrete, levantó un Palacio así como do nuevo con caxa nueba, pues finaliza- una Iglesia dedicada a Nuestra Señora de do, quería y ofrescia hacer otro Igual al Consolación, tallándose numerosos reta- otro lado [....]». Por lo que se realizó otro blos (en su testamento ordenó que se do- nuevo proyecto por el organero, y otro rasen), y si no hubiera sido por su cercana para las cajas por Luis de Vilches y Du- muerte, hubiera dejado la suficiente dota- que Cornejo, iniciándose los trabajos en ción como para establecer las correspon- 172432. dientes Capellanías. En la misma dirección de mecenazgo, Debido a la enfermedad que padecía, también mandó que se realizaran a sus Su Santidad le concedió una especial gra- expensas los dos excelentes retablos que cia para que dejase de rezar el Oficio Di- se encuentran en la Capilla del Sagrario, vino. Hacía que un prelado doméstico re- dedicados tanto al Señor Crucificado co- zase en su presencia el Oficio en un tono mo a la Santísima Virgen, llegando a al- que él pudiera oírlo. Pero en la última en- canzar los gastos la cifra de setenta mil fermedad que tuvo en el mes de febrero pesos33. de 1741, se produjo un acontecimiento Dentro de Sevilla se llevaron a cabo que todos los que allí estaban presentes lo otras importantes obras, como en la Igle- tuvieron por milagroso. sia de San Luis Rey de Francia, del Novi- «[....] Habíase dividido el cuarto en que ciado de la Compañía de Jesús, donde el estaba su cama con un cancel de lienzo prelado costeó el retablo de San Francis- para poner detrás de él un Oratorio con co de Borja, así como el exorno del tem- una hermosa pintura de Nuestra Señora de

31 Cfr. José Jesús Hernández Palomo, op. cit. Relación de 4-I-1729 32 Angulo Íñiguez, Diego, y otros, La Catedral...,ob. cit., pp. 732-733. 33 Para mayor información sobre cualquier cuestión referente a la Capilla del Sagrario acudir a la obra de Teodoro Falcón Márquez, El Sagrario de la Catedral de Sevilla,Sevilla, Diputación, 1977.

168 la Antigua, en que se decía Misa todos los que mandó labrar él mismo años antes de días, y en ella comulgaba con mucha fre- su muerte en la Capilla de Nuestra Señora cuencia para disponerse a su dichoso trán- de la Antigua. Dicen que muchas tardes sito. Uno de estos días dejaron encendidas hacía llevar allí una silla y se sentaba du- las velas, torcióse una de ellas, y pren- rante horas pensando en la muerte, y les diendo fuego empezó a arder todo el altar decía a sus acompañantes, señalándole el y colgadura de brocales de que estaba sepulcro, que Ç[....] aquella era la morada adornado, sin que el Sr. Arzobispo tuviese que había fabricado para su descanso, fuerzas ni para levantarse, ni para llamar a aunque más costosa de lo que merecía su la familia que estaba comiendo; pero le persona [....]È. sobró espíritu para pedir a la Reina de los Don Joaquín de la Pradilla, su familiar Angeles no permitiese que llegase el fue- y Canónigo de la Santa Iglesia, le puso en go a su sagrada Imagen, y le mandase que su nicho de muerte el siguiente epitafio: se volviese contra él; y así sucedió, pues ÇIc jacet, non homo, sed hominis exuvium, ossa et retrocediendo el fuego, empezó a caminar cineres excell. D. D. Ludovici de Salcedo et a la cama del enfermo, a tiempo que en- Azcona, calatravensis aequitis, ac in divi bartholomaei trando uno de sus familiares y avisando a salmanticensi veteri collegio rectoris los demás, acudieron todos y sacaron en meritissimi, qui inter hispalenses primun senatores, inde inter granatensis, ac denique su mismo lecho al pacientísimo Prelado inter primos regis catholici Philippi V que celebraba el suceso refiriendo a los consiliarios, diu foeliciter versatus est; at circunstantes el susto que les había dado, lubricum mox aulaé culmen ingenué y pidiendo solo que le pasasen la Imagen perosus, non obscuro secessu, sed sucessu praeclaro. de Nuestra Señora al nuevo dormitorio, Hominum pastor, cauriensi prius, pues con ella no necesitaba del socorro de compostelano deinde, ac demum hispalensi. Suo dilecto populo deligitur, iteratis sus familiares [....]È34. oraculis, ter alius, ter idem, civile ac Tras ochenta y cuatro días de enferme- pontificium jus discens, justitiam foro et templo dad, murió el día 3 de mayo de 1741, re- contituit. Nostrae praefuit ecclessiae annis pitiendo las palabras del Salmo IV de Da- decem. Et octo, ubi suprema authoritate pollens vid: ÇIn pace in idipsum, dormian et re- profuit singulis, offuit nemini, cujusque inopiam quiescam: quoniam tu, Domine, singula- sublevavit. Hinc plenus meritis et amplioribus riter in spe constituisti meÈ. dignus honoribus ut deo inmortali frueretur e vivis abiit, nec tamen obiit. Visus est Es de subrayar su longevidad pastoral: namque oculis tantum insipientum mori, in el Arzobispo Salcedo llegó a convertirse pace autem dormit et requiescit, a die III mensis en el Prelado Decano de España, así co- maii anno salutis MDCCXLI, aetatis vero LXXXIVÈ35. mo el Colegial más antiguo de su tiempo. Está enterrado en el sepulcro de mármol ***

34 Morgado, J. A., Prelados,ob. cit., p. 620. 35 Traducción: «Aquí yace, no un hombre, sino el cadáver de un hombre, los huesos y las cenizas del Esce- lentísimo Sr. D. Luis de Salcedo y Azcona, caballero de la Orden de Calatrava y meritísimo Rector que fue del an- tiguo colegio de San Bartolomé de Salamanca; el cual desempeñó felizmente las plazas de Oidor de Sevilla y de Granada, y últimamente la del Supremo Consejo de Castilla, con que lo honró el Rey católico Felipe V; pero abo- rreciendo con todas veras los altos destinos del Palacio y conociendo sus riesgos, no con una oscura huida, sino con insigne acierto, fue elegido Prelado de las Iglesias de Coria, Santiago y al fin de la de Sevilla, su amado pue- blo, repetidos por tres veces los oráculos que así se lo habían prometido, y habiendo estudiado el derecho civil y canónico; dictó la justicia así en el foro como en el templo, y gobernó nuestra Iglesia dieciocho años, donde, a pe-

169 Decía al comienzo que la memoria his- vinos; y de esto se preocupa principal- tórica es un elemento imprescindible para mente el magnífico37. vivir bien en el presente y asegurarse un Le cuadra, pues, admirablemente al futuro sin desagradables sobresaltos en Obispo Salcedo, el adjetivo de magnífico. los aspectos fundamentales de la propia Un alma grande, en definitiva, que, movi- existencia. La lección que nos deja D. do por amor a Dios, supo emprender gran- Luis de Salcedo y Azcona es múltiple. des obras en su honor y para su gloria. Pero querría detenerme en la relación que su piedad personal, su liberalidad y cari- BIBLIOGRAFêA dad con todos, su celo pastoral, su entrega generosa a su grey, tienen con su mece- ALCOCER, Mariano, Don Luis de Salcedo y Az- nazgo en las bellas artes. No son, las vir- cona. Estudio biográfico. Valladolid. Im- tudes hasta aquí enumeradas, cuestiones prenta de la Casa Social Católica, 1927. inconexas. Es de gran importancia, me ÁLVAREZ MIRANDA,Vicente, Glorias de Sevi- parece, dar relieve a la dimensión estética lla: monumentos, edificios, artes y cien- cias,Sevilla, Cárlos Santiago, 1849. de la fe cristiana. No olvidemos jamás ANGULO êÑIGUEZ, Diego, y otros, La Catedral que Dios, además de Bien Supremo y de Sevilla,Sevilla, Guadalquivir, 1991. Verdad por esencia, es, al mismo tiempo, ARANA DE VARFLORA,Fermín, Compendio his- Belleza infõnita. Y la misma armoniosa tórico descriptivo de la Muy Noble y Muy conjunción se refleja en sus obras. Culti- Leal Ciudad de Sevilla: Metrópolis de An- var la dimensión artística va mucho más dalucía,Sevilla, Vázquez Hidalgo, 1789. CEÁN BERMÚDEZ,A., Descripción artística de allá de una afición. Sostengo que D. Luis la Catedral de Sevilla,Madrid, 1917. de Salcedo y Azcona, al darse con denue- FALCÓN MÁRQUEZ,Teodoro, El Sagrario de la do al fomento de las grandes obras artísti- Catedral de Sevilla,Sevilla, Diputación, cas en la Archidiócesis hispalense que ri- 1977. gió durante dieciocho años, lo que hizo FALCÓN MÁRQUEZ,Teodoro, La catedral de fue ejercer en grado notable la virtud de Sevilla (estudio arquitectónico),Sevilla, Ayuntamiento, 1980 la magnificencia. Una virtud que, como GESTOSO Y PÉREZ,José, Sevilla monumental y dice Santo Tomás de Aquino, ordena el artística: historia y descripción de todos uso del arte a algo grande36.Y en la esfe- los edificios notables, religiosos y civiles, ra de lo grande, nada mayor que el culto que existen actualmente en esta ciudad y divino. Si el magnífico hace gala de pro- noticia de las preciosidades artísticas y digalidad en los gastos para la realización arqueológicas,Sevilla, El Conservador, 1890. de grandes obras, recordaremos con Aris- GUERRERO LOVILLO,José, Guía artística de tóteles que son gastos honrosos sobre to- Sevilla, Barcelona, 1962. do los que se refieren a los sacrificios di- Ð La catedral de Sevilla, Barcelona, 1982. sar de que gozaba la suprema autoridad, a muchos hizo bien y a nadie mal, socorriendo la miseria de cada uno. Aquí, pues, lleno de méritos y digno de mayores honores, para que gozase de Dios inmortal, fue separado de los vivos, pero no murió: y aunque a los ojos de los ignorantes pareció que moría, duerme aquí en paz, y descansa desde el día 3 del mes de mayo, año de nuestra salud de 1741, a los 74 de su edad.È 36 S. Th., II-II, q. 134, a.4, ad 3 37 Ética a Nicómaco, lib. IV, 1122b 38 Es importante citar para ambos volúmenes del catálogo de la Catedral, el cuadro de clasificación general de los fondos del Archivo en sus diferentes secciones de: secretaría, mesa capitular, liturgia, fábrica, patronatos, contaduría, justicia, varios, fondo histórico general y archivo de música.

170 Órgano de la Catedral, uno de cuyos muebles costeó el Arzobispo. Vista General.

171 GUICHOT,Joaquín, Historia de la ciudad de RUBIO MERINO,Pedro; GONZÁLEZ FERRêN, M.» Sevilla, siglo XVIII,Sevilla, El Progreso, Isabel, Inventario General del Archivo de 1892. la Santa Metropolitana y Patriarcal Igle- HERNÁNDEZ DêAZ,José, ÇEl sevillano Pedro sia Catedral de Sevilla, v. II,Madrid, Fun- Duque Cornejo en el barroco andaluz dación Ramón Areces, 1998. (1678-1757)È, en Boletín de Bellas Artes, SALCEDO Y AZCONA, Luis, Letras del Ilmo. y Sevilla, 1979. Rmo. Sr. D. Luis de Salcedo y Azcona, Ar- Ð Pedro Duque Cornejo y Roldán (1678- zobispo de Sevilla, creando un Seminario 1757),Sevilla, 1983. en la capilla o Hermita de la Hermandad MATUTE Y GAVIRIA, Justino, Anales eclesiásti- de la Encarnación en el Barrio de Triana, cos y seculares de la muy noble y muy leal Sevilla, 1741. ciudad de Sevilla... que contienen las más Ð Memorial al Rey del Arzobispo de Sevilla principales memorias desde el año de D. Luis de Salcedo... sobre los graváme- 1701... hasta el de 1800...,Sevilla, E. Ras- nes y cargos que experimenta el clero de co, 1887. dicho Arzobispado... MORALES,Alfredo, «Las empresas artísticas Ð Memorial al Rey, sobre exención de algu- del Arzobispo D. Luis de Salcedo y Azco- nos tributos y modificación de otros. naÈ, en Homenaje al profesor Dr. Hernán- Ð Suplica a S. M. de D. Luis de Salcedo Az- dez Díaz,Sevilla, 1982. cona, Arzobispo de Sevilla, para que no MORALES,Alfredo, y otros, Guía artística de use de los articulos 5.¼, 7.¼ y 8.¼ del nuevo Sevilla y su provincia,Sevilla, 1981. Concordato con la Corte de Roma que tra- MORGADO, Alonso, Historia de Sevilla en la tan de Cargas al Clero... qual se contienen sus antigüedades, gran- SALCEDO Y AZCONA, Luis, Suplica de Don dezas, y cosas memorables en ella aconte- Luis de Salcedo Azcona, Arzobispo de Se- cidas, desde su fundacion hasta nuestros villa, y el Dean y Cabildo de su Sta. Igle- tiempos con mas el discurso de su estado sia, a S. M. sobre las Tercias Reales... en todo este progresso de tiempo, assi en lo Ecclesiastico, como en lo Secular,Sevi- SANCHO CORBACHO, Heliodoro, Arquitectura lla, Impr. Andrea Pescioni y Juan de León, sevillana del siglo XVIII. Documentos pa- 1587. ra la historia del Arte en Andalucía, v. VII, Sevilla, 1934. MORGADO,José Alonso, Prelados Sevillanos o Episcopologio de la Santa Iglesia Metro- SOLêS, Antonio de, Gloria póstuma en Sevilla politana y Patriarcal de Sevilla,Sevilla, de San Fernando Rey de España desde su Izquierdo y Compañía, 1906. feliz tránsito hasta la última translación NARVÁEZ Y CARCAMO,O.C., Agustín, Sermón de su incorrupto cuerpo el año 1729, dedi- funebre, predicado en las solemnes exe- cada al Serenísimo Señor Príncipe de As- quias, que por cabo de Año de la muerte turias,Sevilla, 1730. de ...Josepha Manuela de Palafox y Car- VILLAR MOVELLAN, Alberto, La Catedral de dona, fundadora y primera abadesa del... Sevilla. Guía Oficial, Sevilla, 1977. Convento de Santa Rosalía, de Madres ZÚÑIGA, Lorenzo Bautista de, Annales Ecle- Capuchinas de Sevilla, celebró dicho Con- siásticos i Seglares de la M.N. i M.L. Ciu- vento..., Sevilla, Impr. Juan Francisco de dad de Sevilla: que comprehenden la olim- Blas, 1725. piada o lustro de la Corte en ella, con dos RUBIO MERINO,Pedro,Inventario General del apendices, uno desde el año 1671 hasta el Archivo de la Santa Metropolitana y Pa- de 1728, i otro desde 1734 hasta el de triarcal Iglesia Catedral de Sevilla, v. I, 1746, Sevilla, Imp. de Florencio Joseph de Madrid, Fundación Ramón Areces, 198738. Blás y Quesada, 1747.

172 SEMBLANZA DE JULIAN GARCêA BLANCO* Juan Bautista Varela de Vega

En el presente Curso 2000-2001 rendi- na el magisterio de capilla de Valladolid, mos homenaje al que fue eminente com- que dejó vacante la marcha de otro músi- positor y maestro de capilla de la Cate- co ilustre: Ramón Pujol Llanes, primer dral, Julián García Blanco. maestro de nuestro querido Mariano de Burgalés de nacimiento, debe conside- las Heras. rársele vallisoletano, pues en nuestra ciu- El tribunal de la oposición de García dad pasó casi toda su vida, creando una de Blanco estuvo formado por el maestro sa- las mejores corales de España y dando un liente, Pujol Llanes; el organista de los gran impulso al Conservatorio, del que fue Santos Juanes de Bilbao, sobrino del gran profesor y director durante muchos años. Goicoechea, Julio Valdés, y Jacinto Ruiz Julián García Blanco nace en Burgos Manzanares, académico que fue de nues- en 1894, recibiendo las primeras leccio- tra Corporación, músico que dejó en nes de música de Luis Carcedo, y más nuestra ciudad una impronta imborrable. adelante del gran Federico Olmeda y de Julián García Blanco, en 1922, presta Francisco Pérez de Viñaspre, entonces una valiosa colaboración al insigne mu- maestro de capilla y organista respectiva- sicólogo monseñor Higinio Anglés, mente de la Catedral de Burgos. quien visitaba con frecuencia nuestra Con catorce años es organista en la Catedral para llevar a cabo la cataloga- Universidad Pontificia de San Jerónimo, ción de su ingente archivo musical, qui- donde cursa toda la carrera eclesiástica. zá el preferido de musicólogos, Univer- Recibió también enseñanzas del músico sidades e Instituciones musicales de los mayor de la Real Banda de Alabarderos, cinco Continentes. Este Archivo contie- Emilio Vega, con el que estudia contra- ne un fabuloso tesoro: más de 5.000 punto, fuga y composición. En 1918, es obras de los siglos XVI al XX. La cata- beneficiado tenor de la Catedral de Bada- logación fue terminada por la primera joz, consiguiendo poco después en la autoridad en archivos musicales catedra- misma la plaza de organista. En 1920 ga- licios, José López-Calo.

* Del concierto anual en homenaje a los Académicos Músicos, VIII (10-V-2001).

173 García Blanco comienza, al poco de nía en 1922, cuatro años después de la iniciar su magisterio de capilla, a dirigir fundación de la Escuela. Su labor en ésta el Orfeón de la Casa Social Católica, al es cada vez mayor, consiguiendo en que presenta en el Teatro Hispania, 1928 el reconocimiento oficial de la Es- existente en el mismo inmueble. cuela como conservatorio Elemental, Perfecto conocedor del folklore caste- por lo que es nombrado en el mismo año llano compone numerosas obras basadas director, puesto que ocupará durante en el mismo, dedicando también parte de cuarenta años. su tiempo a la Schola Cantorum del Se- En 1926, García Blanco hacía realidad minario, que había formado nada más lo- una de sus grandes ilusiones: la creación grar el magisterio de capilla y ser nom- de un coro mixto, que se bautizaría con el brado, al mismo tiempo, profesor de mú- nombre de Coral Vallisoletana, cuya tra- sica del Seminario. Asimismo, desarrolla yectoria artística –envidiable– cubre más una gran actividad componiendo obras de 75 años de la historia de la música lo- para la liturgia catedralicia. cal, a la que contribuyó también de mane- Los precedentes inmediatos del Con- ra sobresaliente la irrepetible figura de servatorio vallisoletano están en la Es- Carlos Barrasa Urdiales. cuela de Música creada en el seno de la En octubre de 1929, es nombrado pro- Real Academia de Bellas Artes de la Pu- fesor de música de la Universidad, en la rísima Concepción, en el que García que permanecerá quince años, hasta Blanco impartirá la disciplina de Armo- 1944. Un año antes, por sus relevantes

Julián García Blanco dirigiendo el Coro del Seminario.

174 méritos, había recibido la cruz de Alfon- bre de 1923, sucediendo en el sillón aca- so X el Sabio. Forma unos coros de uni- démico a uno de los más grandes compo- versitarios, que presenta en 1930, en la sitores de música religiosa que ha dado festividad de San Nicolás de Bari, patro- España, y durante varios años maestro de no de la Universidad vallisoletana. Con capilla de la Catedral vallisoletana, el ellos, la Coral Vallisoletana, solistas de vasco Vicente Goicoechea Errasti. prestigio, etc., García Blanco organiza El Ayuntamiento de Valladolid, en conferencias-concierto y veladas musica- 1958, concede a García Blanco la Meda- les, que dieron origen a la creación de una lla de Plata de la Ciudad, en un acto so- permanente sociedad filarmónica, en lemnísimo. 1940, que se haría célebre: la Agrupación Jubilado de su magisterio de capilla, en Musical Universitaria. 1960, y de su dirección del Conservato- Don Julián, después de ímprobos es- rio, en 1968, en el que continuará como fuerzos y desvelos, y numerosas gestio- profesor de Armonía hasta 1974, aún nes oficiales logra para el Conservatorio compondrá en su retiro gallego de La Co- de Valladolid la categoría de Profesional. ruña, donde residirá desde 1974 en com- Asimismo, consigue el establecimiento pañía de unos familiares. de un premio de canto, gracias al desinte- En efecto, se conservan al menos dos resado mecenazgo de un ilustre músico obras suyas fechadas en La Coruña, en catalán, gran amigo de Valladolid, Juan 1976: Vals lento y Morriña. Y en la Çlumi- Altisent, ya homenajeado en nuestros nosa» Coruña, un 6 de diciembre de 1979, conciertos anuales académicos. se «apagaba» para siempre la señera per- Nuestro homenajeado de hoy ingresó sonalidad de un músico y sacerdote, cuya en la Real Academia de Bellas Artes de la trayectoria ejemplar sirvió de estímulo a Purísima Concepción, el 11 de noviem- multitud de vocaciones al divino arte.

175

SEMBLANZA DE VICENTE GOICOECHEA* Juan Bautista Varela de Vega

Un músico excepcional será objeto del bachillerato, que continuará en Vitoria. homenaje anual, que la Real Academia de Terminado éste, estudia Derecho en la Bellas Artes de la Purísima Concepción Universidad de Oñate, donde ampliará dedica a sus académicos músicos: Vicen- estudios de música con el organista Sabas te Goicoechea. Amílburu. Por circunstancias familiares Bajo el patrocinio de la Junta de Casti- se ve obligado a trasladarse a Valladolid, lla y León y la Fundación Municipal de donde termina Derecho, en 1877. Poco Cultura, una vez más es posible este con- después marcha a Lequeitio y dirige la cierto académico, que se ofrece al pueblo capilla musical parroquial, componiendo de Valladolid, con motivo de la festividad sus primeras obras, todas curiosamente de su patrono San Pedro Regalado. religiosas. Deseamos comenzar la semblanza de Siguiendo una vieja y anhelada vo- este gran músico, con unas palabras que cación, en 1888, ingresa en el Semina- sobre él escribió el insigne musicólogo rio Diocesano de Valladolid como alum- José Subirá: ÇLa catedral de Valladolid no externo, residiendo con una familia contó con un excelente maestro de capi- amiga, los Eguiluz, con la que vivirá lla, Vicente Goicoechea, su producción hasta su muerte, en la calle San Blas, dio prestigio a la música religiosa y le co- n.¼ 6. locó entre los primeros compositores de El 7 de junio de 1890, fallecía el maes- su tiempoÈ. tro de capilla de nuestra Catedral, Wen- Este músico vasco pasó casi la mitad de ceslao Fernández Pérez de Ibeas, y en su vida en Valladolid. Nació en Ibarra de diciembre le sustituirá en el magiste- Aramayona, provincia de Alava, el 5 de rio Vicente Goicoechea Errasti, quien to- abril de 1854. ma posesión el día 18 de dicho mes, Tuvo como primeros maestros en músi- siendo apadrinado por el conocido músi- ca a Florentino Ugarte y Benigno Aríste- co, organista de la Catedral, Tomás Eleiz- gui. En Aramayona inicia los estudios de garay.

* Del concierto anual en homenaje a los Académicos Músicos, IX (16-V-2002).

177 Vicente Goicoechea con la Capilla de Música catedralicia.

Habían sido cuatro los opositores al La vida de Goicoechea al frente de la cargo: Federico Olmeda, organista de la capilla de música catedralicia es muy metropolitana de Burgos; Manuel Herre- sencilla, no exenta sin embargo de pro- ra, maestro de capilla de León; Balbín blemas, a veces graves, con algunos Belsué Chueca, organista de la de Osma, miembros de la misma, que solventaba y Goicoechea, de 36 años y alumno exter- con su carácter pacífico y bondadoso. no del Seminario de Valladolid. En 1894, presenta al Cabildo una Misa El tribunal que juzgó las oposiciones breve (sin órgano), a 4 v. solas con acom- estuvo formado por Tomás Eleizgaray, pañamiento de fagotes, según se acostum- José Alfonso Fuentes, organista de la Ca- bra a cantar en las dominicas de Adviento tedral de Segovia, y Felipe Gorriti, maes- y Cuaresma; ocho Responsorios de los tro compositor de Tolosa, músico de Maitines de Navidad, para solos, coro y enorme prestigio, sobre todo en Francia. orquesta; Christus factus est, para coro y Goicoechea va recibiendo sucesiva- orquesta; Alma Redemptoris Mater, para mente todas las órdenes sagradas, hasta el contralto, coro y orquesta, y Tu Bethlehem presbiterado, que lo recibe de manos del Judae, para la Kalenda del día de Navi- obispo de Tarazona, Juan Soldevila Ro- dad. El Cabildo contestó muy satisfecho mero, en el Convento de Santa Teresa, de al maestro con un oficio laudatorio, pues Valladolid, en septiembre de 1891. remitía más obras de lo que tenía obligado

178 según los Estatutos. En 1895, de nuevo el En abril de 1907, Goicoechea presidirá Cabildo contestó al maestro alabando su la sección de música del I Congreso de celo en cumplir su obligación, por presen- Música Sagrada, celebrado en Valladolid tar una secuencia de la Misa de Difuntos y trascendental en los anales de nuestra ÐÇdies iraeÈÐ, a dos coros, cantollano y música. La sección doctrinal del Congre- capilla. Este proceder será la tónica gene- so, por cierto, fue presidida por otro de ral en el maestro. los grandes de la música religiosa, el je- En 1896, el 4 de mayo, Goicoechea ac- suita Nemesio Otaño. túa por vez primera fuera de la Catedral, El 6 de febrero de 1911, Goicoechea con motivo del traslado de los restos del es nombrado académico de número de la glorioso poeta vallisoletano, José Zorri- Real de Bellas Artes de la Purísima Con- lla, desde Madrid al cementerio de Valla- cepción, junto a otros siete miembros: dolid. Don Vicente dirige la orquesta del Rafael García Crespo, Francisco Zorri- Teatro Calderón, reforzada, al Orfeón lla, Juan Martínez Cabezas, Cipriano Pinciano, cuatro tiples vascos, salmistas Llorente, Jacinto Ruiz Manzanares, Da- de la capilla de música catedralicia y al mián Ortiz de Urbina y Eugenio Muñoz tenor de la Catedral de Toledo, Mendivil, Ramos, constituyéndose así, por vez pri- en los funerales que se celebraron en la mera, la Sección de Música de la Acade- iglesia de San Benito. mia. En sus 25 años de magisterio de capi- Vicente Goicoechea fue una persona de lla, Goicoecha, además del trabajo mag- delicada salud, por lo que se vio obligado nífico de composición y dirección de la a renunciar a su magisterio de capilla, capilla, apadrinó a varios beneficiados en compensando el Cabildo al maestro con sus tomas de posesión y formó tribunal de una canonjía en 1915. oposiciones con frecuencia, como el que La producción de Goicoechea no es juzgó en 1900, junto a Enrique Barrera y grande, en cambio ofrece una excelente Cipriano Llorente Ðtribunal de verdadero calidad, siendo universalmente conocidas lujoÐ, las oposiciones al cargo de organis- varias obras; más de una treintena de ellas ta primero de la Catedral, que ganó el or- se conservan en el archivo de música de ganista de la de Zamora, Segundo Mila- la Catedral. gro García. El maestro fallece en nuestra ciudad En el curso 1904-1905, Goicoechea in- el 9 de abril de 1916. Se había adelanta- gresa como profesor de Canto Gregoria- do al Motu Propio de Pío X (22 de no- no del Seminario, siendo nombrado tam- viembre de 1903, reformador de tantas bién profesor de Solfeo, durando su pro- cosas), siendo su prestigio tal, que cons- fesorado hasta el año de su muerte tituyó el pilar fundamental, junto a Vi- Ð1916Ð, sustituyéndole otra de las desta- cente Arregui y Facundo de la Viña que, cadas figuras de la música catedralicia, desde Valladolid, sustentará la base de Angel Torrealba, quien era profesor ayu- la reforma de la música religiosa espa- dante desde el curso 1907-1908. ñola.

179

MEMORIA DEL CURSO ACADÉMICO 2001-2002

Se han celebrado las siguientes Juntas convento del Carmen Calzado de Valla- Académicas dolidÈ. Nueve Juntas Generales Ordinarias co- 16-II-2002. D. Diego Fernández Magda- rrespondientes a los meses de octubre, leno, «El músico Ernesto HaffterÈ. noviembre y diciembre del año 2001 y 28-II-2002. D. Félix Cano, ÇSert, pintor enero, febrero, marzo, abril, mayo y ju- muralistaÈ. nio del año 2002. 7-III-2002. D. Félix Antonio González, «Epístola a Francisco Javier Martín Una Junta Extraordinaria Pública cele- AbrilÈ. brada en diciembre de 2001, con moti- 14-III-2002. Recepción como Académica vo de la festividad de la Inmaculada de Honor de Sor Asunción de Santa Concepción, patrona de la Academia. Ana, en el siglo D.» Priscila Alaiz (ÇLa Una Junta de Gobierno celebrada en el Belleza en la experiencia del monaste- mes de febrero de 2002. rio de Santa IsabelÈ), y contestación en nombre de la Academia por D.ª Eloísa En las Juntas Públicas se leyeron las si- García. guientes comunicaciones 25-IV-2002. D. J. C. Brasas Egido, ÇRodin 24-X-2001. Recepción como Académico y la escultura española de su tiempo». de Honor del Excmo. Sr. D. Miguel 16-V-2002. Concierto académico dedica- Ángel Cortés Martín («España, Améri- do al académico y compositor D. Vi- ca y Occidente») y contestación en cente Goicoechea. nombre de la Academia por D. Jesús 30-V-2002. D. Joaquín Díaz González, Urrea Fernández. «Instrumentos musicales del Belén na- 29-XI-2001. Homenaje a Miguel Frechi- politano del Museo Nacional de Escul- lla por los Sres. D. Pedro Aizpurúa, D. turaÈ. Juan Bautista Varela de Vega y D. Die- 13-VI-2002. Recepción como Académico go Fernández Magdaleno. de Honor del Sr. D. José Millaruelo 8-XII-2001. Con motivo de la festividad Aparicio («La práctica notarial») y con- de la Inmaculada Concepción la misa testación en nombre de la Academia en recuerdo de los señores académicos por D. Godofredo Garabito Gregorio. difuntos fue celebrada por el Sr. Aca- démico Correspondiente P. Teófilo Ponencias Aparicio, agustino filipino. La Academia ha trabajado durante el pre- 21-XII-2001. D.» M.» Antonia Fernández sente curso en la elaboración de sendas del Hoyo, ÇHistoria y actualidad del propuestas sobre el Anteproyecto de

181 Ley de Patrimonio Cultural y sobre el cargo del también académico D. Pedro proyecto de Ley del Instituto de Acade- Aizpurúa que interpretó al órgano mú- mias de Castilla y León. sica del citado compositor y dirigió a la Asimismo ha emitido informes sobre los Coral Vallisoletana. restos arqueológicos del antiguo con- vento del Carmen Calzado, Teatro Lo- Biblioteca pe de Vega, iglesia de las Brígidas, Ca- Ha ingresado un número muy importante pilla de San Juan Bautista en la iglesia de publicaciones gracias a generosas parroquial de El Salvador, entorno del donaciones o a los intercambios que templo de San Cebrián de Mazote, mantiene la Real Academia con otras iglesia conventual de las Huelgas Rea- Instituciones y Organismos, destacando les, soterramiento del Ferrocarril y los remitidos por el Consejo Superior Puente de las Carnicerías en la calle de Investigaciones Científicas, el Ayun- Bajada de la Libertad. tamiento de Valladolid, la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, Movimiento de personal el Museo Nacional de Escultura, así co- En Junta académica celebrada el 29-VI- mo de diferentes autores y académicos. 2002 han sido creados académicos co- Ediciones rrespondientes: D. Jesús Legido Gon- zález, compositor y profesor de Músi- Se ha editado el presente año, con el patro- ca, en Madrid, y D. Miguel Cortés cinio del Instituto de España, el n.¼ 36 Arrese, catedrático de Historia del Ar- del Boletín de la Real Academia de Be- te, en Ciudad Real. llas Artes, correspondiente al año 2001. En Junta académica celebrada el 29-VI- Museo 2002 han sido nombrados académicos de honor los señores D. Fernando Se ha iniciado, con el patrocinio de la Chueca Goitia y D. José María de Junta de Castilla y León, una campaña Campos Setiem. para fotografiar sistemáticamente to- Durante el presente curso ha habido que dos los fondos del Museo con el fin de lamentar el fallecimiento del académi- crear un archivo de imágenes. co de número por la sección de Música Con destino a las colecciones del Museo D. Francisco Pino Gutiérrez y de la han ingresado dos grabados originales madre Sor Asunción de Santa Ana, del pintor y académico Santiago Esté- académica de honor. vez representando diferentes paisajes urbanos de Valladolid. Concierto académico Asistencia a Congresos Contando con el patrocinio del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y de La Academia ha asistido, representada por el Sr. D. Santiago Estévez, a la reu- la Fundación Municipal de Cultura del nión celebrada en Albacete por la Con- Excmo. Ayuntamiento de Valladolid, el federación Española de Centros de Es- 16-V-2002 se celebró en el templo pa- tudios Locales de la que esta Institu- rroquial de Santiago Apóstol, el IX ción forma parte. concierto académico anual dedicado en De todo lo cual como Secretario de la Cor- esta ocasión al compositor D. Vicente poración doy fe. Valladolid, 31-X-2002. Goicoechea, que presentado por D. Juan Bautista Varela de Vega corrió a Jesús Urrea

182 LISTA DE SEÑORES ACADÉMICOS (a diciembre de 2003)

JUNTA DE GOBIERNO

Excmo. Sr. D. Joaquín Díaz González PRESIDENTE Ilmo. Sr. D. Javier Arribas Rodríguez CONSILIARIO DE ARQUITECTURA Excmo. Sr. D. Juan José Martín González CONSILIARIO DE ESCULTURA Ilmo. Sr. D. Juan Bautista Varela de Vega CONSILIARIO DE MÚSICA Ilmo. Sr. D. José Carlos Brasas Egido CONSILIARIO DE PINTURA Ilma. Sr. D.ª Eloísa Wattenberg García TESORERA Ilma. Sr. D.» M.» Antonia Fernández del Hoyo BIBLIOTECARIA Ilmo. Sr. D. Jesús Urrea Fernández SECRETARIO

Sección de Arquitectura Sección de Música Ilmo. Sr. D. Jesús Urrea Fernández. 1980. XXII Excmo. Sr. D. Joaquín Díaz González. 1982. XXX Ilmo. Sr. D. Godofredo Garabito Gregorio. 1982. XXI Ilmo. Sr. D. Juan Bautista Varela de Vega. 1990. VI Ilmo. Sr. D. Javier López de Uribe y Laya. 1982. XXV Ilmo. Sr. D. Pedro Aizpurúa Zalacaín. 1988. XIII Ilmo. Sr. D. Javier Arribas Rodríguez. 1983. XXIX Ilma. Sra. D.» M.» Antonia Virgili Blanquet. 1992. XXIII Ilmo. Sr. D. Luis Alberto Mingo Macías. 1984. V Ilmo. Sr. D. Benigno Prego Rajo. 1994. VII Ilmo. Sr. D. Amando Represa Rodríguez. 1985. III Ilmo. Sr. D. Diego Fernández Magdaleno. 1999. XXXI Ilmo. Sr. D. Francisco Javier de la Plaza Santiago. 1986. XI Ilmo. Sr. D. Nicolás García Tapia. 2000. XV

Sección de Escultura Sección de Pintura Excmo. Sr. D. Juan José Martín González. 1977. XIV Ilma. Sra. D.» Mercedes del Val Trouillhet. 1976. XXVII Ilma. Sra. D.ª Eloísa García García de Wattenberg. 1985. VIII Ilmo. Sr. D. Antonio Corral Castanedo. 1978. XII Ilmo. Sr. D. Luis Jaime Martínez del Río. 1986. XVIII Ilmo. Sr. D. José Carlos Brasas Egido. 1982. XIX Ilmo. Sr. D. José Javier Rivera Blanco. 1989. XXIV Ilmo. Sr. D. Adolfo Sarabia Santander. 1986. XX Ilma. Sra. D.» Clementina Julia Ara Gil. 1992. II Ilmo. Sr. D. Félix Cano Valentín. 1986. XXVI Ilmo. Sr. D. Salvador Andrés Ordax. 1993. XVI Ilmo. Sr. D. Félix Antonio González. 1994. IV Ilma. Sra. D.ª Eloísa Wattenberg García. 2000. XXXII Ilmo. Sr. D. Santiago Estévez García. 1999. XVII Ilma. Sra. D.» M.» Antonia Fernández del Hoyo. 2000. I

183 ACADÉMICOS DE HONOR

Excmo. Sr. D. Ramón González de Amezua y Noriega. 1993. Excmo. Sr. D. Felipe M.ª Garín y Ortiz de Taranco. 1993. Excmo. Sr. D. Federico Torralba Soriano. 1993. Excmo. Sr. D. Miguel Angel Cortés Martín. 1999. D. José Millaruelo Aparicio. 2000. Ilmo. Sr. D. Ramiro Ruiz Medrano. 2000. D. Fernando Lara Pérez. 2000. D. Ernesto Escapa Gutiérrez. 2000. Excmo. Sr. Fernando Chueca Goitia. 2002. Excmo. Sr. D. José María Campos Setién. 2002.

ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES

D. Vitalino M. Rocchiero (Génova). 1966. Rvdo. P. Fray Teófilo Aparicio (O.S.A.). 1991. D. Rafael León Portillo (Málaga). 1969. D. Daniel Merino Bodega (Madrid). 1992. D. Alfonso Canales (Málaga). 1969. D. Eduardo Capa Sacristán (Arganda. Madrid). 1993. D. Juan Van Halen Acedo (Madrid). 1969. D. Venancio Blanco Martín (Madrid). 1993. D.ª Matilde Gómez Camus (Santander). 1975. D. Juan Carlos Elorza Guinea (Burgos). 1996. D. José María Fernández Nieto (Palencia). 1976. D. Luis Cobos Almaraz (Ginebra). 1996. D. Germán Pérez Román (Madrid). 1979. D. Pedro Dias (Coimbra). 1998. D. Teodoro Carrasco Llorente (Miami. USA). 1979. D. José Manuel Cruz Valdovinos (Madrid). 1999. D. Manuel Pérez Olea (Madrid). 1980. D. Víctor Nieto Alcalde (Madrid). 1999. D.» Josefina Verde Ropero (Salamanca). 1980. D. Manuel Cociña Abella (Sevilla). 1999. D. Santiago Arauz de Robles (Madrid). 1983. D. Enrique Valdivieso González (Sevilla). 2000. D.ª Guillermina Martínez Cabrejas (Madrid). 1986. D. Pedro Navascués Palacios (Madrid). 2000. D. José Antonio Falcao (Lisboa). 1988. D. Miguel Cortés Arrese (Ciudad Real). 2002. D. José López Calo (La Coruña). 1990. D. Jesús Legido González (Madrid). 2002.

184

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