R.atk Chattcxton, la estrella otoreiia, de ojos Las bellezas del claroo, dañlicada como "tipo cspafiol*' por loa •elcccionadorca de Holly-wood* ZS cents. cinema tói^rafo. (Fot. PUUBVVBO Cl proUen^a dle las res- ponsabilidades exami" ikado» desde distintos ptu&tos de vista» por las destacadas personali'- dades de don Jerónimo Rnjeda y don José Ma­ ría Gil RoUes» diputa­ dos los dos» de extrema Le^nierda el prin^ero y

de extrema derecka el Don Jerónimo Bujeda, diputado por Jaén y miembro de la Comisión de Responsabilidades... Punto de vista de extrema secundo» izquierda...

PKQI7BÑA CHARLA QUS MUY BIXN PVDIEBA CONSID£- BABSE COMO SIHTÉTICA ACUSACIÓN KN K9TK PBOCESO BOSTÓMCO A conocéis todos a Jerónimo Bujeda. Treinta y añoe escasee. Diputado por Jaén. Valor pcsi- tivo y destacadísimo de la República. Mente clara, rerbo brioso, limpia conciencia ciudadana. Le preguntamos: —-{^lé o{»na usted de las responsabilidades polí­ ticas que han de verse ante la Cámara dentro de unos días? —Sin roear ni remotamente lo que pueda ser ma­ teria de la Comisión de Responsabilidades y sin que el criterio aquí expuesto sea el que mantenga en el seno de dicha Comisión, en vista de cada caso concre­ to, entiendo que las responsabilidades políticas deben ser juzgadas ptx" la Cámara y nada más que por ella. Es menest^ dar a este {«oceso histórico toda la im­ portancia que tiene. Más que la pena que correspon­ da al delito cometido, nos impela el conocimiento que el pueblo ha de tener de la gestación del golpe de Estado y de sus causas determinantes. Así, la con­ ciencia nacional dictará su fallo: fallo que tendrá, evidentemente, el gran valor de servir de ejemplo para el pwvenir. Para mí, antes que el concepto jurídico de rebelión militar que puede encuadrar a los actos realizados por el primer Directorio y )a continuación de aquel delito Don José María Gil Robles, diputado por Salamanca, que se ha revelado como gran orador parlamentario en las ac­ que alcance a loe miembros del segundo, está el alto tuales Cortes y que se ha encargado de la defensa de los generales del segundo Directorio, actualmente detenidos y ejemjjo UK^ral que se dará al país haciéndole, por sus pendientes del proceso de responsabilidades.» Punto de vista de extrema derecha... Cortes Constituyentes, juez soberano de las transgre­ (FoU. Piortii) siones de la ley escrita que tan profundamente afec­ taron a su conciencia poutica y civil. te, que no hay que quebrarse mucho los cascos para tamos ante el caso de una Cámara que se constituye —'Me interesa su juicio twerca de la actuación de los delinear sus responsabilidades concretas y aplicarles la en Tribunal de Justicia. Y esto no cabe más, según los Tribunales políticos juzgando responsaUlidades de sanción correspondiente. principios fundamentales del Derecho jwlítico, que esta índole. para delitos de alta traición y para juzgar a los mi­ —Creo que son los únicos que pueden y deben juz­ HABLA AHORA DON JOSÉ MARÍA GIL BOBLSS £N TÉR nistros por extralimitaciones gravísimas cometidas garlas. Además, a un cuerpo político, como las C<»-tes, MINOS DE DEFENSA en el ejercicio de su cargo. Y en ninguno de estos dos aun en el caso en que el delito y la sanción estén per­ casos pueden considerarse incursos a mis defendidos. fectamente señaladas y definidas, le cabe la libertad —¿Puntos fundamentales de su alegato?—pregun­ Señalada esta anomalía jurídica y aceptada a fcfr- de interpretar el precepto jurídico con una amplitud tamos a este mozo brioso, catedrático de Derecho po­ tiori la ralidad inexorable, lo que procede hacer, a mi generosa, no olvidando nunca su propia naturaleza lítico de la Universidad de Salamanca y uno de les juicio, es lo siguiente: que pasen todas las diligencias ni la del desafuao que ha de juzgar. Todavía existen talentos más rápida y finamente acusados en las pri­ a la Cámara y que sea ésta la que falle en definitiva, otras razones que aconsejan esta actuación del Par­ meras Cortes de la República. sin pensar ni por un momento en nombrar Tribunal lamento. Y son las de que las Cwtes no necesitan para —Yo no sé si es discreto hablar de estes extremes alguno ajeno a ella, que fatalmente habría de desvir­ nada atenerse al rigorismo de la ley, al que fatalmente estando el asunto en trámite sumarial. Desde luego, tuar este {H:oceso por las singularísimas circunstancias había de sujetarse un Tribunal ordinario. No hay que no lo es. Por lo tanto, fijaré mi personallsimo punto que en él han concurrido. Una vez en la Cámara, no olvidar que más que llegar al imposible restableci­ de vista, que podrá coincidir o no con mis apreciacio­ se le puede aplicar, por analogía, más que la lev del 49, miento del Derecho perturbado, nos interesa en esta nes como letrado en el aoto de la defensa. Y allá va lo que habla de la acusación de la Cámara popular y del hora histórica la declaración política con su correspon­ que yo pienso ahora sobre el particular. En mi opi­ fallo del Ssnado Inexistente éste, al Congreso co­ diente efecto ejemplarizador. Nos interesa, mejor di­ nión, a mis defendidos no se les puede inculpar de rresponde dictar sentencia ante la acusación que el or­ cho, interesa a una democracia, en primer término, haber realizado el goli)e de Estado ni violado la Cons­ ganismo de responsabilidad le formule. que el pueblo conozca cómo vivió y funcionó nn ré­ titución, pcw haberse consumado estes des hechos Tanto en este proceso como en cualquier otro de res­ gimen oprobioso, para que en virtud de este conoci­ antes de su presencia en el segundo Directorio. El ge­ ponsabilidades políticas que pudiera incoarse, la Ca­ miento haga imposible su repetición. Y conviene, por neral Primo de Rivera se rebeló contra el Podef ccns- raira no debe en modo alguno f>rear nuevas figuras de último, enfocar con la ha de la Jnsticni aquel saínete tituído, como es notorio, el 13 de Septiembre de 1923, deUto, sino atenerse a los preceptos de la ley en vigor. con consecuencias de tragedia, y en ningún lugar me­ y mis defendidos ocupan sus cargos el 19 del mi^mo Lo contrario sería cisi' en fórmulas retroactivas y jor que en las Cortes se puede realizar la saludable mes; es decir, cuando nada había que violar ni con­ odiosas, ya derogadas en todos los países cultos, como tarea, para que alcance la resonancia y publicidad que culcar, por estarlo ya seis días antes. Tampoco fueron lo fué en la célebre institución del bilí of atteinder del los hechos objeto de dictamen exigen. ministros en la acepción absoluta de la palabra, p!¡« >• Derecho inglés. —ResponsabiÜdad del ex rey. que Primo de Rivera decía en su decreto famcsc-, tn —Hablemos de la respon'íabilidad del ex rey —En la actuación de este sujeto histórico hay que el que declaraba la Dictadura en España, que él era el —^Para mí, la responsabilidad de un rey se hace efec­ distinguir: fase constitucional y fase no constitucional. único ministro y todos los demás colaboradores sui tiva mediante una revolución. En todo lo denuLs, el re­ En la primera, s^^n la ley básica del Estado, el rey generis de su gestión. Que no fueron ministros lo de­ frendo ministerial cubre por completo la responsabi­ resulta perfectamente irresponsable. Pero rota la muestra el hecho que no juraron el cargo de tal, ni lidad de loe actos del monarca. Este es un precepto Constitución por él mismo, que es el más interesado regentaron una cartera determinada, ni tuvieron los constitucional básico. El célebre tratadista inglés en que se cumpliese y ae respetase, su responsabilidad emolumentos y honores que corresponden al alto Dicey no vacila en recoger el aforismo de que «el rey se dibuja neta, incuestionable, evidente. Por si esto cargo. no puede obrar mil». Y añade, en confirmación de su fuera poco, dentro de nuestro Código penal se habla —¿Cree usted eficaz y jurídicamente aceptable el teoría: «Si la reina Victoría matase por su propia mano ya de aquellos delitos de los que pretendan cambiar procedimiento s^uido por la Comisión de Responsa­ a su primer ministro, no habría en la Gran Bretaña la Monarquía constitucional y parlamentaría por una bilidades? ley capaz de exigirle una responsabiUdad efectiva.» Monarquía absoluta, que fué ni más ni menos lo qne —No k) creo eheta ni jmídieamente aceptable por realizó en todas sus partes el último Borbón. De suer- las razones que voy a exponerle. En primer lugar, es- PEDRO MASSA crónica zancadilla^. ^ v,,.^ c^^v ...aan los «jefes de grupo» para derrotar a su adversario. En aquellos días Romano- nes rezumaba optimismo, y esta euforia rebasaba la personalidad del ilustre político, contagiando a su fiel secretario, Brocas. El despacho de Romanones estaba atestado de co­ rreligionarios, q\ie ensayaban V gestos más finamen­ te aduladores. Y el conde—al^ie. feliz—revisaba, con su agudeza visual, el ejército liberal que se apeloto­ naba, dispuesto a sacrificarse aceptando cargos y si­ necuras, aunque para eso fuera necesario «ir a loe pues­ tos de más jieligro». Otra ínsita. Días negros de la Dictadura. Romano­ nes está enfurruñado, acre, mordiente... La multa que le ha impuesto el dictador ha borrado de la cara de don Alvaro su peculiar sonrisa. Semeja un árbol tron­ chado fK)r el vendaval. Se ha quedado sólo con su malhumor. Las salas por donde discurría el enjambre pedigüeño están vacías. La hueste política es ya un fantasma. Al entrar el reportero en su despacho, el conde, tomándolo tal vez por un fiel y rezagado corre ligionario, le abrió los brazos... Cuando identificó núes tra personalidad, otra vez cayó en el marasmo, y jun­ ''itr- wí to a una mesita, el conde nos dijo bajito, confídencial- mente, como si fuera una consigna: —¡Vivimos una época de ojH-obio!... Y en la visita de hoy, el conde de Romanones se­ meja un hombre descentrado, que ha perdido el «ape­ tito de acción» y que se refugia—mentalmente—en esa zona suave y tierna de loe recuerdos. Pero de vez en cuando asoma, por entre sus palabras, el filo agudo de la ironía punzante, cubierta por el limpio ropaje dialogal...

«YO NO DESERTO DE MI DEBER»..

Romanones es víctima de una sordera incipiente. —-Ya—dice— no oigo ni lo que me conviene. Yo calculo el tono que he de darle a mi voz para que no sea ni muy destemplado que alborote ni tan bajo que no lo oiga. El ilustre político liberal está en su despacho, junto a un ancho ventanal que da al jardín. Hago mi primera pregunta; pero don Alvaro no la oye. Intento gritar; pero me arrepiento y escribo en una cuMliUa: — ¿Piensa usted, señor conde, defender en el Parlamento al ex rey don Alfonso? ¿Cómo «ve» usted la defensa del ex monarca? Romanones se encoge en el sillón fraile­ ro, extiende los brazos en los sopor­ tes, alarga su afilado mentón, en donde quiere apoyarse el garaba­ to de su nariz, y mira la cuar­ tilla, con aire de desconfian­ za. Después levanta los oji­ llos del papel y las arrugas que convergen junto a ellos se disparan como sae­ tas hacia mí. Yo me pre paio para el duelo dialéc­ tico. En este terreno mi ilustre interlocutor es pe­ ligroso. — Usted lo que quiere — me dice el conde de Roma • nones con llaneza-—es que yo le cuente mi discurso; que se lo anticipe. Eso Don Alfonso de Borbón, de cuyo proceso se habla con es imposible. motivo de las responsabüidades de Marruecos y de la —-No, señor conde. Yo Dictadura... El conde de Romanones se propone defender sólo quiero que usted al ex rey en el Parlamento, sí ello es necesario y pregun­ me dé unas palabras, tado acerca de sí cree que la gestión de don Alfonso tiene una niuestra o retazo de buena defensa, el conde ha respondido:- «Cuando la tomo % lo que piensa ocir para a mi cargo es porque lo creo. Sino, no lo hana...» contárselo a los IVN tores de CRÓNICA. El empíxitu combativo de doa Alvaro. —Yo hablaré en el Parla­ mento en defensa del mo­ narca si me veo obligado El conde de Romanones a ello. Si acusan ol rey, lo defenderé. Esta actitud afirma, gallardamente, ^ue si mía responde a un deber que yo no eludo, aunque co- nozcvi las dificultades con que en el debate sobre responsabi­ he de tro{)ezar para llevar a ca­ bo mis prop<)sitos. Yo diré lo lidades es acusado el ex rey, el <¡ue crea justo y conveniente, .irroetrando la responsabilidad de le defenderá, pase lo ilue mis palabras. Pase lo que pase. >Cómo inhibirse después de inter­ pase, sin miedo a los ja­ venir en la vida pública de nues­ tro país durante tantrs añrs? balíes parlamentarios. No soy hombre que deser­ te de mi obligación ni hurte el cuerpo, ni OMANONES... Tres visitas. La primera la hicimos «vuelva la cara» en en la época de la Monarquía. Don Alvaro nos los momen tos en R recibió jovial, dicharachero, optimista. En sus que el deber ojillos—malici-.^«samente encubiertos ])or un leve re­ me señala el siduo de malignidad—brujuleaba una sonrisilla .«im­ c a m i n o pática. Su capacidad estratégica ensayaba cada día que de­ —en la pugna política—nuevos procedimientos de ata­ bo se - que y de defensa. Conocía todos los viejos resortes guií. parlamentí

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ADEMOISELLE Gisélc C... tiene ahora treinta años, y es todavía una espléndida mujer. Mo­ M rena, de ojo8 negros, cabello endrino y rizado y cuerpo escultural, mademoiselle Giséle C... llama '* atención cuando pasea por los bulevares de París, tanto por su clásica hermosura como por su porte y sus maneras, un poco anticuados. Mademoiselle Giséle C... viste con elegancia per­ fecta, pero con modestia y recato que sorprenden, ^adas las costumbres femeninas de los días actuales. No se pinta el rostro ni usa afeite alguno. Lleva los •abios limpios de raisin, las pestañas sin la menor sombra de crayon y las cejas tal como Dios se las tra- *6, sin arrancar de ellas un sólo pelo. Además, la se- 5oriU Gisela C... conserva el cabello largo, que era Wgullo de las mujeres allá por 1900, y como aquellas lamas en los ya lejanos tiempos de sus juventudes, la señorita Gisela, auténtica joven de hoy, recoge su melena en complejo y artístico moño, que causa la sorpresa de sus contemporáneas y el escándalo de esas abuelas—jóvenes de 1900—reintegradas ahora a la in­ fancia por la moda del cabello y la falda a cual mas cortos. La señorita Gisela C... ha suscitado la curiosidad ermiso y acompañadas por una guardia discreta, y así paseábamos por la ciudad e íbamos a efectuar nuestreis compras. Además, las mujeres del sultán no permanecían in­ definidamente en el harén. Al llegar a una edad deter­ minada, o cuando el sultán no tenía ya interés en con­ servarlas, recibían una importante cantidad de dine­ ro, que les aseguraba la existencia, y se marchaban, llevándose sus alhajas y sus vestidos.

La señorita Gisela termina sus declaraciones dicien­ do que su número en el harén era el 178. Merced a esta circunstancia fué llamada muy pocas veces al pabellón donde el sultán convocaba a «us preferidas. En cam­ bio, como la señorita Gisela aprendió a bailar toda clase de danzas y mostró en este arte gran talento, el sultán le ordenaba que tomara parte en todas las fies­ tas y la recompensaba con espléndidos regalos. Gracias a esas generosidades, la señorita Gisela posee actualmente una fortuna que asegura su bienestar... Pero la vida de la mujer moderna y libre no le agra­ da, y recuerda con encanto sus años de indolencia y de tranquilidad en el retiro del harén.

¡No hsky **crísM'*L.. Lo tftáe l&ay es "rcroludón**. Bajo el título de •Reflexiones de un americano acer­ *^- ca de la Revolución» publica The Nation, de Nueva York, un editorial que ha causado sensación en los Estados Unidos, y del que traducimos los siguientes párrafos: «Podrá ocurrir que en el próximo invierno no ten­ gamos que comer. Pero en cambio no nos faltarán ocasiones de reír... Y vayase lo uno por lo otro. Hace treinta años, aún sabían los hombres algo acerca de su destino... Hoy no pueden ni siquiera sospecharlo. El zar de todas las Rusias, acribillado a balazos, expiró en el fondo de un pozo entre los cadá­ veres de sus propios hijos; el Kaiser, omnipotente en otro tiempo, tiene hoy que pedir permiso a un ilcalde holandés para salir de su casa e ir a cortarse el pelo o a hacerse cuidar la dentadura; la Muy Católica Ma­ jestad que se hospeda en un hotel de Fontainebleau va por sí misma a recoger su correspondencia española en la ofiaina de Correos de la villa; en la real familia rumana se ha establecido entre los hombres y las mu­ jeres una competencia de escándalos domésticos y de mascaradas dinásticas, aguardando a salir todos, uno de estos días, huyendo hacia el Oeste en cualquier «Orient-ExjM-ess»; algún archiduque de Habsburgo tie­ ne que comparecer ante el Tribunal correccional de Eist-Side para dar cuenta del paradero de cierta al­ haja que no le pertenecía y de la que se permitió dis­ poner; ... y en cambio, un hombrecito calvo y enjuto, que se alimenta con un puñado de arroz y se viste con un trozo de lienzo que él mismo ha tejido, llama por teléfono al representante de una Augusta Majes­ tad descendiente de reyes que aherrojaron al mundo, y le dice que pase por su humilde alojamiento para ha­ El ancla de la carabel!b«la «Santa MaríMari?i -, a bordo de la cual Cristóbal Colón cruzó el Atlántico y descubrió América, se ha­ blar de lo que conviene hacer con objeto de evitar Ua actualmente en la EiposidóExposidón ColjniaCol5nialI de FartsParís, enviada por el Gobierno de HaitíHaití, a cuya RepúblicSbH« a oertcnéceest^í^!f«ua nuevos disturbios en la ludia. reliquia. El Metropolitan Museum de Nueva York ha ofrecido recientemente una suma equivalente a di« millones de pesetas para comprar este ancla; pero el Gobierno de Haití lia rechazado tal ofrecimiento n» t AB CU Oráft La mcH*al y Isu? costumbres, que parecían tener so­ lidez granítica de antiguas leyes judaicas, han pasado a ser prejuicios desacreditados, y la distancia que se­ para a 1931 de 1914 es mucho mayor que la que se­ para a 1914 del día memorable en que Constantino se convirtió a la fe del profeta nazareno, en parte por convicción y en parte por interés.

Vivimos, sin duda alguna, la época más interesan­ te y maravillosa que ha conocido la Humanidad en sus extrañas peregrinaciones a través del espacio y del tiempo. Tc¿do se transform»; pero no hay que alar- mirse, porque en el universo nada se pierde Huppner que la civilización está condenada a perecer es un contrasentido. Lo que hice es orientarse hacia su nue­ vo destino Se oye a las gentes lamentarse y maldecir de la «crisis»... ¡No hay tal «crisis»!... Lo que hay es «revolu­ ción»... Una revolución que responde fielmente a su definición original: reconstrucción fundamental de la estructura de la sociedad... Y el que crea otra cosa y espere que todo haya de reducirse a una «crisis» re- m3diable con algunas concesiones y mucha autoridad, ese es un cretino mucho más peligroso, en estos mo­ mentos, que un malvado.» NEUMÁTICOS De todas marcas, los más frescos y garantiza­ dos. Accesorios pora Automóviles. Antes de comprar pidan precios y condiciones a la «CASA CAMPOS», Bárbaro de Braganza, 20; Teléfo­ Miss Aniu Leos, la célebre novelista norieamcricana, autora de «Los cabiilttós prefieren las rubias» y de »JPeto se no 30598, AAodrid. Sucursal en Murcia, Sonto casan con las morenas , dos libros que han dado la vuelta al mundo, traduddos a todos los idiomas, sale de Londres para embarcar con rombo a América, después de pasar una temporada en Europa. De cada una de esas visitas al Gertrudis, 1, Teféfono 2803. Viejo Continente, Anita Loos obtiene elementos para un nuevo libro. ¿Cnál será su próxima novela? (Fot VM«I> er¿nscft ^» «»«»«« i:^eiiisal6, MMicliaclio", letra Ae Islario de Zerrillo y Cnf aro.

Azucena Maizaní, la popularísima artista argentina, can­ tadora de tangos y creadora de las más famosas « "tas canciones, que actúa, actualmente, en el Teatro Alkaazr, de . Azucena Maia^am, sus cantos Je paya­ dor y sus tangos de compadrito.

ÜN «PIBE» ARGEKTINO EN ESPAÑA fines del siglo pasadt^ipronto hará treinta y tres años!-^ n^ió en pleno barrio de los rusos, A de , nn niño español, hijo de anda­ luz y de argentina, que solía dormirse en su cuna a, dulce arrullo de una nana criolla cantada por su madre Aquel niño creció en pleno arrabal Porteno^entre taitas y compadritos. Aprendió a leer sobre el Roman­ cero de Martin Fierro, el héroe gaucho, Cid de la f am- ^ * * ^^ t cha _ _ -cho -di - _ f-le no va - ya á ser des-pues de.ci Letra completa del tan-^m n ^ cena Maizaní, y cuya, móaica aparece m í a E^ en e»ta plana. Primera parte. Haces bien en seguir la ca»-avaH8: en la vida más vale sobrar que doblarse vencido a la P«na- Piantá la tristeza, pónete un dietrar, tira el corazón a los perros U de un trago las penas ahoga. Pensá hermano también que corriendo vá tu vieja sin chance a la par. Estribillo. Pensaio, muchacho después decidite; no vaya a ser cosa que des un traspiés. Mujeres hay muchas y madre una sola; pensá que esa vieja rr^r-n ^ merece un querer. ^^^ mu.chas y ma-dreujw so-U pen-sa quee^sa vie.ia me-re -ceunque Primera parte (bis). Toma hermano así cerras la herida que el taladro maldito te abrió; Pg^ despíntate esa mueca e'payaso: m si ellos madrugan, sé vos sobrador. •r~i- «—• ^ Cuando estés acercándote al disco duro al freno y en seco paré, 0 puede muchacho que llegues a tiempo Música de «Pensaio, muchacho», tango del repertorio de Azucena Maizani que esta gran artisU argentina ofrece a las pa cuerpear la rodada final. lectoras de CRÓNICA. crónica pa indomable, que llenó de sueños de hazañas su in­ Fin del fantil imaginación. Fué reprendido más de una vez IIKIIMIIIIIlillllMIIIIIIMIIKMtlHIMMHn Después del último baño de n&ar, la en su casa y en la escuela por tararear tangoe aprendi­ das en el arroyo; aquellos tangos escritos en lengua veraneo. Ijafarda y nacidos en los bailes del puerto, entre los HlItlIttIllllllIXIMIHIltlIHIlllMIIMIHIll últiiULa proeja ^inmásiica en la playa sollozos de los bandoneones, que arrastraban las colas de parcil de sus lánguidas músicas por los más bajos bailongos de los suburbios, sin ver que ya por todas pjirtss se abrían caminos de terciopelo a su paso com­ padrón y perezoso, por donde subir al corazón de Bue­ nos Aires, para conquistarlo en los más elegantes salo­ nes y los mis lujosos cabarets del centro. Aquel niño pasó con sus padres a Mendoza y vivió al pie de los Andes, bajo el vuelo de los cóndores, y por la primera vez su corazón de hombre de nueve años quedó cautivo en el embrujo de una canción y unos ojf>s mendocinos. La vida, que en uno de sus em­ bates había volcado sobre América a su padre, el an­ daluz, solo, en otro embate lo volvió a Espuia, tra­ yendo una mujer y dos hijos. Sevili;i acc»¡ó al niño americano, nacido en el barrio porteño, y fue edificando sobre aquella infancia argen­ tina una juventud plenamente andaluza; echando esperanzas sobre sus recuerdos; seguirillas gitanas y soleares sobre sus vidalitas, sus tristes y sus tangos; dándole su acento y su carácter, y, por fin, para ha­ cerle más suyo, prendiéndole en las negras celosías de unas pestañas macarenas. La sangre andaluza del padre triunfó en el mucha­ cho, que quiso ser torero como su camarada de colegio Ignacio Sánchez Mejías: pero le faltó corazón... y as­ piró a ser poeta. ¡Poeta nada menos! Escribió coplas, romances, novelas, escenas de costumbres y saineti- Uos, donde siempre aparecían Sevilla y los sevillanos, como tema único, ambiente y tipos los más queridos de su pluma. E^scribió canciones andaluzas que roda­ ron por el mundo de labio en labio, cantando la gloria y la belleza de su tierra adoptiva, y sintió el halago de que loe propios sevillanos lo tomasen por uno de ellos, y Pastora Imperio y Amalia Molina, sus intér­ pretes predilectas, le llamasen paisano. Pero aquel muchacho que no tuvo redaños para ser torero, ni genio para ser poeta, vino a emplear sus actividades en lo último que puede hacer una persona: interviús. Ni crónicas, ni poesías; reportajes, conversa clones con el asesino de moda, el diputado agrario o la última Miss República... Y en una de éstas, el repor­ tero tuvo que ir a ver a una artista port-eña que acaba­ ba de presentar en Madrid sus Mosaicos argentinos: Aíicena Miizani.

VSA «CHINA» ABOENTIIiA EK MADRID

¿Azucena Maizani? Es la cantora más típica de los HÍres criollos, la auténtica intérprete del tango, la más legítima gloria del canto popular en las orillas del Pla­ ta. Alta, recia, vestida de compadrito, con el pañolito de seda al cuello y el flexible inclinado, viva estampa del arrabal porteño, esta vigorosa Azucena no? da una interpretación del tango tan personal y tan brava—tan exacta—, que dudamos exista cantor criollo que pueda superarla. Es espléndida en sus arranques, soberbia en sus conminaciones, conmove­ dora en sus ru^os, magnifica en sus sarcasmos.- Bajo la garra del león asoma a veces la cánditla ter­ nura de la paloma, y el rugido se convierte en arrullo y el zarpazo en caricia. Y es entonces cuando «el alma del tango» llora y reza, y suspira, y perdona, y sonríe, y ama .. —Es maravillosa —dice Celia Gámez, su bellísima paisana, que es quien la presenta en el entreacto, en un camerino cruzado de ckés y plácemes, al reportero. —¿Deseo de venir a España? Mucho. Deseo... y temor. Puede usted asegurar que no hay artista ame­ ricano que DO sueñe con la... «alternativa» ante el pú­ blico de Madrid. Yo estuve en tres ocasiones para ve­ nir; la última, como fin de fiesta con la Compañía de Martínez Sierra, pero nunca pudo ser realizada mi ambición. Ahora, cuando nuevamente anuncié mi viaje a España, no lo creían en Buenos Aires; pero a la tercera v» la vencida... Myra Moray, U hermosa y gran bailarína víenesa que se halla actualmente en España, v que ha nasado tí **ra«o en —Querrá usted decir la vencedora, pues su arte se Santander, dice adiós a la playa del Sardinero, después del último baño en el m¿, «n ta ¿í* a^^-JJ^S ha impuesto netamente. sobre la arena de la playa. —Cie«1», m'hijito. Estoy muy contenta de este pú­ blico, ¡y si vio'a el miedo que acabo de pasar! Creí que me quedab* sin voz, y hasta he llorado; pero he reco­ brado inmediatamente el control sobre mí misma, —jCantarás yira, t/ira?—le pregunta Cdia. —-¿El cantor criollo que más admiro? Carlos Gardcl. ranchos y sus pulperías, y sus chacras; con sus chinas —Cantaré cuanto me pidan. Es el «as» de los «ases». ündas y sus gauchos, y sus payadores; con sus cancio­ —IEB mtod la creadora? Suenan los timbres. Va a empezar la segunda parte. nes cnollas. BUS tristes, sus vidalitas, sus bailes pam­ —'Azucena es la creadora de los más famosos tan­ El repcMlero marcha hacia su localidad, pensando en peros, sus aires andinos... El reportero ha entornado gos—dice Celia—. No hay autor que no sueñe en Bue­ esta mujer que en ocho años de carrera artística es la un momento los ojos, escuchando una antigua canción nos Aires con que ella le cree alguno. primera figura de su género, la artista más popular mendocina. Se ha ido desvelando, poco a poco, en su —Desde el año 1923, que me presenté al público, es­ de su país y pronto SMÚ también una de las más mi­ memoria esta vieja conocida que le ha traído en su trenando Padre nuestro, que se hizo luego popularí- madas de F^paña y de esa media Europa por donde ya melódico sonsonete la imagen borrosa de una niña, de simo, puedo decir que he lanzado los i^s famosos: el tango corre y triunfa. una tienda y de un «pibe» de nueve años. ¡Con qué Esta noche me emborracho; Organito de la tarde; Soy Suena la orquesta y se aiza el t^n nuevamente. emoción ha escuchado, hundido en su butaca, esta %n arlequín; Yira, yira; Se va la vida... ¡Cuántos!... canción el reportero! . -é...? XrSA VBNTANA SOBRK LA KIÑEZ Porque esta canción es el epitalamio de su primer —¿Mi aotor {vedilecto? Todo aquel que acirala a sueño de amor, y la tienda no es otra que la de su padre producirme una emoción que yo luego pueda trans­ jAzuzena Maizani! Ella ha desplegado ante los ojos y el «pibe» no es otro que él. mitir ai público, del reportero el paisaje bravio de la pampa argentina, -i...? con sus estancias llenas de (oros y caballos; con sus SALVADOR VALVERDE er¿nica apurando un poco una metáfora al alcance de dencia y de la templanza. &o sí: luego se disparan, y todas las fortunas, bien puede asegurarse que se olvidan de su procedencia agraria, y tornan a darles r- están llenos de malezas cuando les da el nai­ vuelta a los problemas urbanos, y se imaginan que pe por polémicas. Si noson agrarios, ni agrí­ todavía son posibles la simulación y la hipocresía colas, ni agrest.es, estos diputados constituyen­ políticas. tes, ¿no será mejor llamarlos intermediarios, Y es que alienta una tragedia en el fondo del saine- trigueros, o, como dicen en muchos pueblos te, que a cuenta del campo y de sus aspiraciones están \ d3 C.vstilla, renoveros o medidores? representando estos señores en el Parlamento. Al mes Ca'li uno de estos señores procede de su campo y y medio justo de funcionar las Cortes, se han quedado se lian adosado ese mote para que los demás olviden sin masas ni electores. Aspiraban a cierta hegemonía, su nomenclatura pasada. Pedro Sáinz, amigo de la y se ven en el apurado trance de servir de reserva, no Dictadura y asambleísta con ella, estuvo a pique de siempre agradecida, a los vasconavarros. Por su gusto ser ministro con el general Bsrenguér, y finalmente serían franiotiradores, como Franco, como Sediles concertó sus desposorios políticos con Cambó, hasta ei como Samblancat o como los radicales socialistat mismo día del advenimiento de la República. El se­ más díscolos y extremados. Pero no se atreven a dai ñor Casanueva ha sido ministerial de todos los Go­ el do de pecho más que en el caso de que se raanifiestt biernos que ha tenido España desde 1913. Gil Robles la corriente contra aquellos por quienes abogan o a es carlista, como su padre. Calderón no ha querido quienes administran. acompañar en su ostracismo a don José Sánchez Gue­ En provincias, ya es otra cosa. En la mía, por ejem­ rra, y como correcto conservador fué ministro del plo, en la de Salamanca, en los pueblos donde les está Trabajo y de Fomento en dos situaciones conservado­ permitido el acceso, amenazan con obstruir la Consti­ ras. Don Antonio Royo Villanova no ha sentido tam­ tución ante el temor de que desaparezcan los privi­ poco la necesidad espiritual de hacer soUtarios en esta legios de sus verdaderos amos. Como en el Norte, quie­ hora con don Santiago Alba. Del señor Martínez de ren hioer de Castilla una nueva Vendée, actuando Velasco tengo la v^aga sensación de que ha sido un desembozadamente cjn su significación política co­ liberal húrgales templado, amigo de las huestes que rrespondiente. Y cuando llegan los martes a Madrid, en aquella provincia acaudillaba el señor Arias de tornan a ponerse su motajo, haciendo de agrarios, sin Miranda. Lo t^rario y lo agrícola, por ende, les coge provocar tempestades mayores, pero manteniendo sus a todos ellos muy por fuera. Por de pronto, sus inte­ pequeñas protestas para poder justificar su actitud reses son contrarios a los de los braceros, jornaleros y ante los pequeños núcleos regresivos y cavernícolas pequeños colonos del campo, que han dado sus votos que les han quedado. Ni agrarios, ni agrícolas; son los vestigios que nos quedan de la Monarquía, sin la entereza ni la lealtad de la convicción sincera y públicamente mantenida. Vestigios peligrosos, ¡xirque en la hora de ahora se están agrupando y reuniendo los cuartos de los pro­ pietarios conservadores., sin el sentido de conserva­ ción, para oponerse a los avances más prudentes y avisados. No olvidemos una coí^a: La fi acción monár­ quica abandonará sus posiciones religiosas para defen­ der, en el fondo, los privilegios de la.s clases terratenien­ El señor Martínez de Yelasco, diputado por y jefe tes. Ante el fracaso de la alianzadeFontainebleauconlos de la minoría agraria. obispos y con los generales, se busca el consorcio con los latifundistas. Si la monarquía pudiera restaurarse, se apoyaría, en última instancia, sobre el hombro de los trigueros, renoveros o mediadores. Yo veo en ese banco agrario, no una flor de lis. sino sencillamente una medidora de fanegas, muy ajustada, la llave de Impresión Jel una panera y un recibo, rringcso, de contribución te­ rritorial. Parlamc

GRARIOS en el banco de los agrarios? Pmsez k mot, queridos amigos, si gustáis Agrario, se­ A gún los académicos de la ex Real, es «lo perte­ neciente o relativo al campo», como agrícola es lo concerniente a la agricultura o a quien la ejerce; y como agreste es cío campesino o perteneciente al cam­ El señor Gómer Roji, sacerdote y diputado agrario por po», V también, y no es lo mismo, según la Academia, Burgos. *lo áspero, inculto o lleno de maleza», y según la ter­ cera acepción que al voquible le cuelgan los inmorta­ a las huestes republicanas y socialistas. Para alguno les, lo «rudo, tosco, grosero o falto de urbanidad». No de estos diputados, todo el problema del campo está sabemos que pertenezcan al campo ni el señor Sainz en la revalorización del grano; es decir, en poner el R jdríguez. que es un catedrático de la Central; ni el pan caro y en que aumenten las rentas de los terra­ señorCasanueva, que es un notario madrileño; ni el se­ tenientes. No se trata de un partido campesino, como ñor Gil Robles, que es un propagandista facundioso en Rusia, en Hungría o en Checoeslovaquia, ni siquiera V desparpajado al servicio de la Acción Nacional; ni de una concepción agraria, al modo del pequeño burgués el señor Calderón, que es un banquero palentino; ni francés, que nutre el partido radical socialista de la el señor Royo Villanova, que es un catedrático de vecina República. El programa es una pega; o, para ; ni el señor Gómez Roji, que es un buen decirlo más correctamente, un camouflage. canónigo de la Metropolitana de Burgos, etc., etc En cambio, ¡qué fruición sienten estos caballeros el Ninguno de ellos forma parte de un conjunto material día que pueden armar una pequeña zalagarda contra o espiritual «perteneciente o relativo al campo». esta naciente República Española que todos estamos Agrícolas tampoco son, ni en sentido lato ni en sentido en el deber de sostener y de mimar! Un día, Royo, el restringido, los buenos señores a los que aludimos. catedrático déla consubstanciaüdad de la Patria con la Tampoco son agrestes en la primera de las acepciones Monarquía, no el de la admirable lección de Derecho académicas, aunque algunos son dema^^iado ásperos y. administrativo cuando la Dictadura, siente unos es­ crúpulos legales para nombrar interinamente al Jefe del Estado. El tema, eminentemente agrícola, como veis, no merece la consideración de la Cámara. Otro día, Gil Robles, fiel a las sugestiones de la clientela de la Acción Nacional, se duele de la suspensión de unos periódicos en el Norte. Otra tarde, don Abilio Calde­ rón pide unas estadísticas. En una sesión, el señor Gómez Roji predica una homilía, y en otra el señor Ma

Jimmy Devrante, el cómico de va_-c....c .;.Ú.- ;_:r.osode los Estados Unidos, llega a Hollywood para filmar una película... Y Mary Carlisle y Janet Currie, dos estrellas en­ cantadoras, le dan la bienvenida más grata y cordial que nadie pudo soñar jamás. (Fot. Mctro-Coldwra)

Tres veteranos que desaparecieron prematuramente, y que, al pasar loe años, vuelven con nuevos bríos, dis­ puestos a conquistar otra vez Hollywood, ahora que es más difícil la conquista.

Clara Kimball pertenece a lo que podemos llamar Edad de Piedra del Cinema. Había empezado a tra­ bajar cuando aún no se sabia hasta qué limites de expansión había de llegar el cinematógrafo y hasta qué punto el público lo iba a hacer su espectáculo predilecto. Todavía en Hollywood no habían aparecido las grandes marcas que acaparan hoy el mercado mun­ dial. Entonces eran unos estudios modestes que se llamaban «Select Pictures», «Rialto», «Equity Pictu- res»... Hollywood era un montón de casas perdidas en el campo de California, y en la playa de Santa Mónica no se habían edificado todavía las «villas» de los fa­ mosos artistas de la pantalla que vinieron después a cobrar los sueldos fantásticos que se contaban y se Arriba: Fatty , el gordo i-Falty», cuyo verdadero nombre cuentan por miles de dólares. es Roscoe Arbuckie. Abajo: Sessue Hayakawa, el gran ac­ Era una mujer extraordinariamente hermosa, o, por tor japonés, protagonista de < La batalla -, tuo de los me­ lo menos, a nosotros, entonces, nos lo parecía. Tenia O jores films producidos en todos los tiempos. Ambos unos grandes ojos negros e inquietantes, que en la Tuclven a la pantalla, después de varios años de aleja­ pantalla reproducían toda la gama de las emociones miento, forzoso en el primero y voluntario en el segundo. humanas, y una cabellera n^ra, brillante y sedosa. ""•"KT rido los cimientos de Hollywood, Clara Kimball vuel­ ve a la pantalla, a probar su suerte con interpreta­ ciones, que no serán ya como las de antes, porque iJlara no está en edad de que le haga el amor Charles Rogers o Richard Arlen, lilla misma lo ha compren­ dido así, y al fumar el contrato que nos la devuelve, ha especificado que sólo hará papeles de carácter.

Fatty. Para nosotros será siempre Fatty, por la misma razón que Larry Semón era Tomasin y que Buster Keaton es Pamplinas. Su nombre verdadero ea Rjsoos Arbuckle. Pero, ¿quién conoce a Roscoe .\rbuckle? Era el gran bonachón y el gran ingenuo, y nos ha­ cía reír con una ri3a sencilla y sana. Charlot es triste, escéptico y filósofo, y Max Linder era un humorista elegante y complicado. Pero Faíty era nada más que un niño grandullón, con una amplia sonrisa de buena / fe entre los carrillos. Y este hombre, que respiraba bondad por todos sus poros, fué alejado, en pleno triunfo, de la pantalla ^"^ porque en una noche alegre una muchacha apareció muerta en su cffi^a. Ix» jueces le declararon inocente; pero los tentáculos poderosos de las Asociaciones yan­ quis, defensoras de un falso puritanismo, lo inmovili- ziron para la vida pública y Fatty se vio obligado a desaparecer. Muchos creen que Fatty, cinemateca- fielmente, habia dejado de existir; pero no ha sido asi, y durant« estos últimos años ha trabajado conti­ nuamente en los estudios de HoUywood, después de haber pretendido, sin fortuna, destacarse en los mutic- halU europeos. Fatty ha estado dirigiendo películas cómicas. Ha vivido, por tanto, en contacto con el cinema. Y por eso su vuelta tiene todas las garantías de constituir un suceso formidable. Sus 115 kilos lle­ narán otra vez la pantalla, como en los otros tiempos, cuando aparecía con Mabel Normand y con Charlot, en unas lejanas e inolvidables películas de dos roUcs.

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Sylvia Sydney y Phillips Holmcs acaban de filmar dos nuevas producciones de la Paramount: «Una tragedia americana) y »Confesiones^.. Después de este trabajo, han obtenido unas vacaciones bien ganadas, y vean uste­ des cómo las aprovechan, en una playa californiana. (Pot. PvtBOtmt) que descansaba sobre sus hombros. ¿Cómo será ahora Clara Kimball? ¿Qué huellas imborrables habrá de­ jado el tiempo en aquel rostro que hace más de quin­ ce años se asomaba a las pantallas? Seguramente, su larga cabellera habrá desaparecido, y sus ojos habrán perdido aquel fulgor de antaño, cuando jugaba en los films al amor y al drama, con los galanes de entonces, que se llamaban Milton Sills, WilÜam Curtheigh, Ralph Lewis, Paúl Capellani, David Powell... Sólo le faltaba ser rubia para ser una actriz de la más pura escuela americana. Su giacia brotaba natu­ ral, espontánea y fina, y sus movimientos editaban lie nos de delicadeza, aun cuando corría a caballo o cuan­ do saltaba desde un tren a un automóvil. Había hecho películas de series; pero ella tenía una fuerte fibra dramática que la hacia merecedora a obra^ mis serias y más adecuadas a su temperamento. Y cuando empezó a actuar en comedias de seLs parte,-; fué cuando su nombre se elevó más rápidamente y cuando alcanzó la máxima popularidad. ¿Qué ha sido de ella en estos últimos años? Senci­ llamente, permanecía retirada en HoUy- Juliette wood. al margen de la actualidad cinema Compton, tica. Tiene allí una casa y una fortuna, estrel la conseguida en sus tiempos de actriz. Pero Madgc Evans, nuera actriz dncautográfieai, q«c h« otra- de la Pa- Clara Kimball se aburre en su ostracis- do a formar parte de la brillante coastctación de l« Mc- ramount mo. Y ahora, que el cine sonoro ha remo- tro-GotdvTB-lIaTcr. Mabel, Fatty y Charlot. ¡Gran trío! Mabel se casaba unas veces con Fattij y otras con Chaplin; pero la carota de Fatty era siempre la que recibía más tortas de crema. Charlot descubrió luego sus pantalones, pi­ diéndoselos prestados al propio Fatty, y encontró así su personalidad, perdiéndose para siempre el trío for­ midable. A Fcitty le van a perdonar ahora la falta que, en resumidító cuentas, no se sabe si ha cometido. Va a dejar la batuta de director anónimo para volver a ser el gran actor cómico que era antes. Y él, que es de ayer, bien puede sacarnos unas horas de este abiuri- miento que nos han traído los parlanchines actores de hov.

Sessue Hayakawa estaba muerto para muchos, y ha.sta los periódicos dieron una vez la falsa noticia de su fallecimiento. Pero Hayakawa se había limitado a refugiarse en el Japón. AUí ha permanecido la mayor parte de estos últimos años, interpretando y dirigien­ do películas japonesas y actuando en obra.s teatrales. Hayakawa, en el Japón, es un ídolo, y lo era antefe de su marcha a Hollywood. En el Japón se inició su brillante carrera en las tablas: allí se casó con Tsuru Aoki y de allí salió, al frente de una compañía de có­ micos, para trabajar en los escenarios de Estados Uni­ dos, sin sospechar que lo esperaba el cinematógrafo. Su fama en la pantalla la logró desde su primera pe­ lícula—La herradura—; y en Hollywood llegaron a pagarle lo que quiso pedir. Pero no se encontraba a gusto. Quería volverse a su país, quería desprenderse de la incómoda y antiestética indumentaria europea, vestirse de «sumarai» y acostarse entre cojines. Y un día se marchó de Hollvwood y nadie supo más de él, hasta ahora, que ha vuelto a Cinelancüa y está ya filmando su primera película parlante. Fué—sospecho que lo seguirá siendo—un actor tre­ mendamente trágico. Sus películas eran desgarrado­ ras y el desenlace llegaba siempre a lo horroroso, ha­ ciendo que los espectadoies, poseídos de terror, apre­ taran las mandíbulas y abrieran los ojos desmesura- dament*. Se suicidaba por una cesa tan en decaden­ Sí los griegos del tiempo de Fidias resucitaran y se haUaran ante este grupo, imaginarían que la voluntad de los dio­ cia y tan indefinida como el honor, y para ello se abría ses había reunido a tres humanas encarnaciones de la divina Afrodita, surgidas, también de las espumas del mar el vientre con un cuchillo enorme, mientras su boca Son Adrienne Ames, Francés Dee y Judith Wood, estrellas de la Parámount se contraía levemente en una mueca estoica. Otras veces se marcaba el pecho con un hierro candente, y otros le vaciaban los ojos o le cortaban las mai:os de un haehc.zj. . RAFAEL MARTÍNEZ GANDÍA Prueben Esta Nueva Receta Para el Cutís

MEJILLAS FIRMES, FRESCAS, ROSADAS A LOS 50 AÑOS

Asombrosos experi­ mentos clínicos con el extracto biocel (obte­ nido con animales jó­ venes) han sido efec­ tuados por el profesor médico Stejskal, de la Universidad de Viena. Hasta con mujeres de cincuenta y cinco a setenta y dos años, las amigas han desa])arecido completamente en las seis semanas. (Véase el informe com­ pleto en el periódico médico de Viena). I^os músculosflá- cidos y relajados de la cara se vuelven frescos y íirmss; una te/ marchita se rejuvenece rápidamente. Mujeres de cincuenta años pueden ahora aparecer treinta y conseguir una piel y una tez que envidiarían muchas iovencitas. Suministrando a su cutis este precioso extracto biccel re- juvenecedor, la Crema Tokalón, la famosa crema parisien­ se. Alimento del cutis, de color rosa, le nutre durante el sueño. Aplíquenla por la noche. A la mañana empleen la Crema Tokalón blanca (sin grasal. Hace desaparecer los poros dilatados y las espini­ ¿Cómo son los maridos de las grandes actrices cinematográficas? No tienen, como ustedes ten, nada de particular. A llas; blanquea también su piel de tres tonos en tres días. la izquierda: Norma Shearer y su esposo, Irvlng Thalberg. A la derecha: Nancy Carrol!, divorciada de Jack Klrkland, y su nuevo marido Bolton MaUory. (p,,,. A,„d, oráfic*)

r?f' Xlacia 1. ti ministro de Instrucción l^nblica, «Ion Marcelino Kspafi Domingo, nos dice lo 4ae son y cómo lian de funcionar las Bibliotecas E^scoli

He aquí una Biblioteca Escolar ya formada y en pleno funcionamiento. Como las nuevas, que atiora se crean, no es solamente para los niños, y está igualmente a disposi­ r ción de los adultos. V DON MiBCSlISO D-JMIVGO 'CAS vidas, en estos últimos tiempcs de hondas turbulencia» políticas, tan intensas y batallo­ Dirección del Museo Pedagógico Nacional. Y tan nas, tan varia en matices de aventura y tan escrupulosa y concienzuda ha de ser, que sólo estts P elementos dmgentes, constituidos por relevantes ner pródiga en aspectos interesantes, como la de este pe- queño-gran hombre que es don Marcelino Domingo. Hombre de una multiplicidad y de un dinamismo t^t Sin el ífr'^H '^"''' '°" ^"«*'"« ^ «»«« Wblio- asombrosos, ejemplariza pensar, en tan parva existen­ tecas. Mn el refrendo y aqmescencia de esos señores cia—parva i'micamente por lo que a los años se re­ nada podran hacer los propios maestros pS su cuenta' fiere—, lo cuantitativo y lo cualitativo de su labor fuera de ciertos detalles aislados de índoTpuramcnte , ingente y polifacética. privada y personal; es decir, en contactoTr "to v Arrancada su menuda silueta—^y tan recia y viril, permanente el maestro con el niño, sólo en caros de sin embargo—de los motines políticos, de las sórdidas una especial reyelac ón de la psicología del m^fmo y cruentas luchas de partido y personalistas, de las podra aconsejarle tal o cual lectura mks a su^ronó- barricadas de la oposición y la rebeldía, en suma, va tídeí iS=2 '-' '' -^P'--*" ^^ - S- pasando, gradualmente, por divcTsas situaciones y tol^oitó''"' ^ """P"^"'^ ^^'•^^ P-* «1 P-t-na- estados, brillantes unas, difícil'^s y deprimentís otros, -Sin embargo, lo más viable, práctico y seguro hasta parar, en esa gran hora de la justicia españf.la, Don Marcelino Domingo, escritor, orador y político ilus­ con el cambio de régimen a que él tanto y tan eficaz­ tre, que desempeña la cartera de Instrucción Pública en el dentro de las normas pedagógicas que nos hemos^tra: mente ayudó, en ministro de Instrucción pública y a:tual Gobierno, y que cuenta, entre otras muchas ini­ zado^a ve como será el cuidado que se ha de tener Bellas Artes. ciativas encaminadas a combatir la ancestral incultura es­ en esto, que, mejor que de libros, el Patronato acep­ Enamorado de todos les temas y problemas de cul­ pañola, la de la creación de las Bibliotecas Escolares, que tara los donativos en dinero, quedando de e^te moX tura de Esp«uí\a, maestro él mismo («como usted—me son objeto de esta información. capacitados p.ra adquirir los libros que él mismo eUj'a decía—, yo he ejercido también durante algún tiem­ Le aseguro que debe ser una verdadera cosa seCa! po la enseñanza privada en Madrid»), era natural que a tan hermosos y capitalísimos problemas dedicase, americano Yanko Brazovitch, que da los últimos re­ una vez investido de tan alto y honroso cargo, su má­ toques al magnífico busto—un asombro de expresión FUNCIONAMIENTO DE LAS BIBLIOTECAS ESCOTARES xima atención y sus más caras y laboriosas preferen­ y vibración—que le ha modelado. Ya solos, el ministro cias. se me ofrece incondicionalmente, dando órdenes para —jA qué normas u horario especial se han de ate­ Y, en efecto: entre otras muchas ventajas, reformas que no seamos interrumpidos en todo el tiempo de ner Jas bibliotecas para su funcionamiento? y modificaciones incuestionables, de todo el mundo nuestra entrevista. —Las normas-contesta el ministro-ya quedan conocidas y por los elementos técnicos y competentes —Las bibliotecas escolares—comienza—se han de apuntadas. .S^rán de intensa cultura y con un gran es­ alabadas, don Marcelino Domingo acertó a crear las completar y perfeccionar adquiriendo libros. Como su píritu de selección. El horario dependerá de las nece­ denominadas «Bibliotecas escolares», formidables ten- nombre indica, estas bibliotecas funcionarán dentro sidades de cada escuela y del régimen interior de las táculoe de cultura y carriles maravillosos per donde de las escuelas, de todas las escuelas de España, y mismas; así como de sus disponibilidades inmediatas han de canúnar hacia el futuro, hacia la nueva España están destinadas a cumplir una doble misión cultural y del numero también de profesores y alumnos y hacia el Mundo venidero, las jóvenes generaciones y pedagógica, pues no se limitarán solamente a pro­ Pero esto no es lo que pudiera llamarse aspecto subs­ actuales, porcionar elementos espirituales de cultura a los ni­ tantivo de la cuestión. Lo esencial es que la biblioteca iQaé cosa son y cómo han de funcionar las biblio­ ños, sino también, y con muy reiterado empeño, a los se halle instalada en la escuela y que el niño, luego de tecas escolares? Escuchémoslo de labios del propio adultos. sus tareas de régimen escolástico, y entre sus deberes don Marcelino Domingo. En la actualidad'—^prosigue el ministro—se cuenta ineludibles y a pesar de ellos, cultive su espíritu (lo con un depósito muy malo de libros, procedentes siga cultivando aún) con la lectura de muy bellos e (desechos, más propiamente dicho) de bibliotecas de interesantes volúmenes ad hor. LAS EIBUOTBCAS ESCOTARES casinos, de centros instructivos, de legados insignifi­ —¿En todas las escuelas de España, aún en las más cantes, etc., etc., que no es posible utilizar sin una apartadas, podrán solicitar los alumnos y lectores los Cuando penetramos en el despacho oficial de don minuciosa y depurada selección. libros que deseen del depósito central y general del Marcelino Domingo, en el Mimsterio de Instrucción —¿Quién ha de hacerla? Patronato? Pública, sóio le acompaña el gran escultor norte­ —El Patronato de las Misiones Pedagógicas y la —En absoluto. Esta será la misión especial de uno cnnica de sus derivados que funcionará con la denominación de biblioteca circulante. Merced a esto, todo el mundo podrá leer cuanto quiera y cuando quiera, t^i Ubro caro, por ejemplo, no será en lo sucesivo, gracias a las biblioteca,s escolares, un factor de privilegio, como otros muchos, de los ricos, ni tampoco de los cerebros luminosos, toda vez que de todas las obras convenien­ tes pueden adquirirse ediciones especiah/.adas al iin que han de cumplir, adaptadas a la clase de lectores que pueden y han de usarlas. . —¿Cómo se efectuará est* préstamo de hbros a los más apartados rincones de España? . —Por el procedimiento legal y senciUisimo comente en estos casos. Los Ubros serán expedidos a »p8 pro­ fesores de las escuelas contra recibos de P«"C}™ » relaciones especificadas, segiin los casos. Los übros se servirán en el acto: luego serán devueltos a su punto de procedencia, y todos contentos. 0]ak y.^ean mu­ chos los lectores, chicos y grandes, de las bibliotecas escolares. Debemos luchar todos ahincadamente, per­ severante, heroicamente, por el mejoramiento cultural de España, y a mí, a tal respecto-revela con absoluta senciUez el gran don Marcelino Domingo—me ha paresido que uno de los modos prácticos y eficaces para conseguirlo es este de la creación, arraigo y mn- cionamiento inmediato de las bibUotecas escolares.

Modelo de peque­ ña biblio­ teca ins­ talada en las aulas o depen­ dencias de una escuela, exclusiva­ mente pa­ ra niños. VELO INVISIBLE

Una protección invisible, pero eficaz, que impide que su cora se mustie o su cutis se aje. Una buena base para los polvos. Uno defensa contra los rigores de la intemperie. Un medio exquisito de embellecer y afinar la tez. Todos esos beneficios los obtiene Ud. con el uso de la Crema Gol (Serie Amarillo). Transparente sobre lo coro, se evapora en cuanto se aplico. Facilito lo adhe­ rencia de los polvos. No engraso. Refresca el cutis y lo perfuma con su esencia natural de rosas. CREMA GAL I SERIE AMARILLA Vanishing, ptas 3 50 Lícjuida, TT 350 de Almendras, r;- 3'50 Cdd Cneam, " 3'50 TIMBRE ftPfíRTE PERFUMERÍA GAL- MADRID • BUENOS AIRES PARA ADELGAZAR DEILGADOSE NO PCIIJVDICA A UA SALUD. &IN YODO NI OtRIVADOS DtL YOOO.HI THYIIOIOtNA.Pr«c>oS'50 LABORATORIO PE50UI Aiam.;cidiy-SAN S[BA$TlAN(hpand)

Los abrigos de entretiempo. Modelo de lana gris claro, Los vestidos de entretiempo. -Modelo de lana en tejido guarnecido con astracán negro. escocés, rojo, castaño y gris, completado con un abrigulto (Fot. Afciicia Oriiica) corto, formando chaquetilla, de astracán color caoba. (Fot. Vidal)

Variedad largas, y las pieles se utilizan sólo como ligera orna­ mentación. Los verdaderos abrigos de invierno tie­ de otoño* nen, en cambio, un cuello muy amplio, que, cuando está el abngo desabrochado, cae sobre los hombros, os fríos se inician ya, y !cs abrigcs dispuestos a cubriéndolos. Ya hemos indicado anteriormente qué contrarrestar los efectcs de la temperatura son las pieles más en boga son la nutria, el castor y todas L confortables y realmente prácticos. Esta tempo­ las de pelo raso rada los abrigos se cerrarán sin la ayuda del brazo, Las nueva,? colecciones ofrecen varios modelos, en­ que se inmovilizaba para sujetarlos. Un cinturón o tre los que destaca uno de paño tUe de negre. Su or­ unos botones se encargarán de esta misión. El cierre namento, en astrakán, es del mismo color. Las mangas se presenta o bien por tres botones superpuestos ó guarnecidas en el codo, son estrechas y ajustadas has­ por una doble hilera de botones que comienza a la ta la muñeca. Otro, en chevioíte, rojo brillante, de cor­ altura del pecho y se va estrechando hacia el talle al te sencillo, sobrio de línea. Para el cuello voluminoso estilo de los uniformes militares. Esta última dispo­ y las solapas muy pronunciadas se ha estilizado la piel sición de botones contribuye a afinar la cintura y ha­ de nutria, que destaca tnaravillosamente sobre el te­ cer valer la redondez del busto. En les últimos mode­ jido que orla la guarnición sobre cuatro centímetros. los de abrigos encontramos un efecto de línea muy Los puños, amplísimos, hendidos hasta el codo, ee es­ ajastada al cuerpo. De un modo general, el estilo sas­ trechan en el puño. Como nota original, les guantes tre ha conquistado la preferencia, y su influencia se muy caprichcsos. cortes, negros, pespunteados del mis­ extiende a los abrigos de última novedad. Esta ins­ mo rojo de los botones que les cierra, y que se armo­ piración se traduce en los efectos de chaleco que se niza con el color del abrigo. La combinación de colo­ ven en muchos modelos, tanto como en las guarnicio­ res del año anterior: traje de color luminoso y abrigo nes de pieles, a las que se da el corte «sastre». En con­ Conjunto de obscuro, se traducirá este año en sentido inverso. El junto, el talle es aún corto, de línea obligatoriamente vestido de color del abrigo, esta temperada, es más llamativo que ajustada. La falda del abrigo es acampanada, pero sin lana negra y el del vestido. Este es el caso del modelo que presenta formar godets. Su vuelo se reduce a l.i prolongación chaqueta de Heim: en paño verde ciprés, guarnecido de astracán, de movimiento entallado. La largura es parecida a la lana verde sobre traje de crespón negro mate. Otro modelo dé de temporadas anteriores, sin más diferencia que un manzana, Patou sigue la misma tendencia: en paño verde, un aumento de tres o cuatro centímetros. guarnecida poco más claro que el anteriormente indicado. El vo­ Los abrigos pueden clasificarse en dos categorías: con piel de lante que orla este modelo e*tá confeccionado en es­ aquellos que se han de dedicar a les fríos más inten­ piral; es de breittchivanz, como el cuello y los puñoe nutria. que lo guarnecen. Es el abrigo ideal para las reuniones sos y los de media estación. Estos últimos están a ve­ (Fot. ces desprovistos de cuello; las mangas no llegan a ser Agcacla Gráfica) elegantes de la tarde. crónica Los DEPILATORIO JOYINCELA, EXTIRPA EL VELLO DE RAÍZ CADA VEZ QUE SE APUCA REAPARECE^ breros ) MENOR NUMERO DE PELOS^ ^~~ ro­ ICUAL QUE CON LA mán­ I DEFLACIÓN aECnUCAj iS Of irMí n iiOs yn^n ticos. rrl. BELLVE ViÍ! íi08 BflRCELOJlfl

Los tejidos de novedad han sido expuestos en la Exposición Colonial, alcanzando un éxito verdadero. Li «seda lisa», en todas sus variedades, goza de es- ^'Hay.^elTefccto, una serie de tejidos señaladas como Un mo- Usos, a pesar de sus combinaciones de cr^pon y raso delito de en dibuios discretos. Algunos muestran íli»"J°fJ^^ se confunden sobre la superficie; otros son de dibujos fieltro muv nuevos, obtenidos con hilos imbricados en apa­ marrón, rente desorden. Si colocamos en esta «-at^go'^*'^,? í^' guarneci­ jidos de un sob color que son ^sos comparándolos con el contraste de colores de las sedas de fantasía do c o n p^ie.-n^ asegurar que en el próximo i"XrT«fde es- pluma de li p.-.f^rencil a la sedería de esta clase. Muchas de es avestruz tw nuevas sederías presentan dibujos "tísticc^,^m comprometer su esencial sencillez. Los t^^^'*"!^ i^i^tl blancay forados sobre tejido Malgache son muestra evidente marrón, de ingenio y de arte. El shanlung fino y dúctil > la seda que no con apariencia de lanilla es otra creación de mucho hubiera atractivo. El metal se adapta igualmente a 1»» nuevas orientaciones. Las mejores lamas se tejen sobre ter­ parecido ciopelo briUante. Los hilos de oro casi blanco se es «dé m o - fumín entre el brillo del terciopelo o de la seda. dé > en los SOLEDAD OBREGON tiempos de Rodol- fo, de Estafeta cordial. Museta y deMimL Por x^r honrada, que me consulta un caso semejante a D,,graciado, debe seguir el consejo q"^» f *^.°7' y ha/a leer a su novio lo que ^^''^''''''t.f^lZ or.^númer. de CRÓNICA a fin ¿e «convencerlo p^a que tenga la suficiente calma y f ^-£J-," f ??1 mo sentido aconsejo a D^ f %jf,-^«"'ÍeTa Comña. romintica, de , y a lonttta, av ^a (Fot. AgencU EVA Gráfica)

piel de aspecto lozano/ rebosando salud y como tostada por •! sol, es la que producen la CHEMA NIVEA

Porque los dos son los únicos en su clase que contienen Eucerita sustancia de efectos higiénicos para la piel y amóos disminuyen el peligro del ardor doloroso de los rayos solares y dan a la piel un Hermoso tono pardo tostado aún con un cielo nublado. La Crema Nivea produce un frescor agradable en los días calurosos. El Aceite Nivea en cambio, le protege contra las inclemencias del tiempo que con facilidad dan origen a enfriamientos, de manera que incluso en los días fríos puede V. darse baños de aire y de agua.

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Xltk espectador en Madrid* OÉNEBOS DS OTOÑO A los teatros de la ViUa empiezan a recibir las y novedades de Otoño. En la Comedia, que es, de los teatros más importantes, el que madruga, se ha tendido sobre el mostrador una pieza de tela un poco burda de hilaza, pero resistente para un par de meses lo menos, si se estira bien, como en la casa es costumbre. En el Muñoz Seca, una prenda hgenta, que bastará para un par de semanas: las aue sus ocu­ pantes de hoyhan de pasar alli, antes déla mudanza forzosa. En el Alkázar se entretiene la espera con unos compases de tango argentino. Los demás^teatros, ai abrirse, vuelven a lucir las preseas todavía en buen uso con que cerraron la temporada. Otros siguen ce­ rrados. J¿í, el Español; pero cuando todos creíamcs que éste, a fuerza de bases, iba a quedarse en perpe­ tua clausura, transcurrido el plazo para la presenta­ ción de pliegos sin que Uegara al Ayuntamiento uno solo, parece que empieza a vislumbrarse un porvenir inmé(£ato lleno de promesas. Un cuadro de los interesantes «Mosaicos argentinos» que interpreta en el Teatro Alkázar, Y con excelente ezito, la fMI PADRE» Compañía de Azucena Maizani durante su actuación en Madrid. Mi padre ha hecho su aparición, antes que en Ma­ drid, en San Sebastián y en Barcelona; y al mismo tiempo que en Madrid, en alguna otra provincia. Ya no tiene secretos, por lo tanto, para buena parte de nuestros púbUcos, que lo han recibido, si no con satisfacción, con tolerancia extremada. Vemos en la nueva obra de los señores Muñoz beca y Pérez Fernández mucho de lo que hab amos visto ya en otras anteriores. El problema, si problema existe, no es otro que el de casar a un rico mozo con todos los atractivos, pero sin famiUa confesable, con una niña boba, hija de^ madre que pone la alcurma por encima de todo, aunque para los efectos cómicos se haya ca­ sado en segundas nupcias con un tocinero ennauecido. A los autores, para resolver el problema, no les pue­ de faltar un tipo de los que tienen más abundantes en su almacén: un fresco El de tanda, para sahr de su situación de eterno parásito, no tiene inconveniente en pasar por padre del galán, ni aún en caearee con la que paaá por madre de éste, sin ser más que su no­ driza v ama de llaves, enemiga jurada del gorrón, y asediada por las pretensiones amorosas de un gro­ tesco secretario, al cual se incUna ella sin entender ja­ más sus rebuscadas frases. , , , . Ya se ve el partido que los autores habrán sacado de este esquema. El fresco, el zafio aristócrata coiwcr- te, el estrafalario y redicho acóUto-ZcmUa, Lópfz Somoza y Azañí^íes ofrecen temas de sobra para sus escarceos verbales, en que, sobre el ingerao, campean el atrevimiento y la demasía en el improperio con que suelen tratarse las personas dramáticas de los señores Muñoz Seca y Pérez Fernández. No se puede considerar su nueva comedia como En el Teatro Muñoz Seca.—Margarita Robles y Pilar Ji­ sátira de aristócrata* cursis y advenedizos groseros; ménez, en una escena de «Venanda, la Pitonisa^ nnero esto es lo que pudo ser, y no tendría por eUo mayor saínete de Luís Alonso, estrenado recientemente con bue­ novedad que la nacida del desarrollo de U acción. na fortuna. De no ser esto, se ha quedado en juguete, no mencs disparatado que otros de la misma cepa, pero más afortunado en cuanto a su suerte ante el publico. t,I para toda la familia, desengañado ya de maneía con­ repartx), en que, a má« de los actores nombrados fi­ tundente el émulo de PauUno Uzcudun, más salida guran Milagros Leal, María Mayor, Guadalupe Muñoz que el trabajo honrado. En este renglón, la primera Sampedro y Salvador Soler Mari, ha contnbuldo a la partida seguirá siendo, indudablemente, la aportación buena acogida madrileña de esta comedia que, mejor de Venancia al presupuesto familiar con sus artes de que una comedia nueva, es una comedia más. pitonisa. Ella no perjudica a nadie; porque los tontos En el Teatro de la Comedia. - Milagritos Leal y Salvador que se dejan embaucar, aun pueden salir favorecidos Soler Mari en un diálogo de < Mi padrea, comedia de los «VKNAKCIA, LA PITONISA» si entienden la lección. El autor no llega a esta mora­ señores Muñoz Seca y Pérez Fernández, estrenada en pro­ Un saínete que parece tener poirr norte a loios ade ATAr- leja; pero es lícito deducirla del contexto de su saínete, vincias por la Compañía titular durante su excursión ve­ niches. Madrid. Un chiscón de los barrios bajos. De4 compuesto con mejor intención que abundancia de raniega, y presentada ahora en Madrid con gran éxito. matrimonio, la que trabaja es la madre, que gana sus medios, y que adolece de inexperiencia, sobre todo (Fou. Ciaar*) buenos duros ejerciendo de adivinadora, servida por en materia de diálogo, que dejan puntos muertos en unas viejas que hacen oportunamente sus servicios todais las escenas serias. femenino, Azucena Maizani sabe comunicar a la asis­ policiacos. El padre tiene puestos sus cinco sentidos Margarita Robles y Gonzalo Delgrás, con Mercedes tencia esa emoción de quinta plana que gotea de las en el entrenamiento del hijo, muchacho enclenque Vilches, Rafael Calvo y Ramón Elias, incorporan los lamentables historias de amor y desventura en que del que espera sacar un «a«» del boxeo. La hija, en tipos principales con fidelidad discreta. se nutre la musa del tango argentino. Hácelo por la cambio, estudia carrera, viste de señorita, y en cuanto vieja. Ándale con li otra. Rtmigio (de la propia Azu­ se licencia en San Carlos cambiará de esfera social. MOSAICOS ARGENTINOS cena Maizani), Se va la vida, Yira yira... son, cada no­ Tiene novio, por supuesto. De las fiestas camperas o de las farras de arrabal, che, otros tantos m-jm^ntos en que la cantante, ad­ Y he aquí que un día la muchacha se encuentra en han extraído los autores argentinos Bellini, Zerrillo y mirable de voz, de dicción y de gesto, sabe despertar pleno accidente callejero. Presta sus auxilies a un he­ Devalgue (uno de ellos, IU)berto Zerrillo, violinista agudamente la emoción que cabe en su «arte menor». rido, que resulta ser un opulento caballero inglés; le excelente en su género) la colección de cuadros que En el conjunto, Undas muchathas, buenos baila­ cuida hasta su convalecencia, y como el inglés tiene su con el título arriba indicado sirve de pretexto para que rines, músicos, actores y caiicatcs, que llegan sin ac­ corazoncito británico, se empeña en casarse con la mu­ luzca su arte Azucena Maizani, «el alma del tango», cidente a esa otra encrucijada que es el peí icen na­ chacha, a la que ofrece un porvenir de oro. como rezan programas y carteles. cional, cobijado en su remate por el pabellón de ICK E3 novio sirve de reactivo. Ni ella se casará ccn el Todos estos cuadros, en que se intercalan graciosos pañuelos blanccs y azules. inglés, ni aceptará la fortuna que éste, al abandonar bailes y pasajes cómicos, van a parar a una misma en­ Madrid ha recibido con sumo agrado la fiesta ar la partida, le cede, generoso o calculador, ni habrá crucijada: al tango. Y en hábitos de varón o en traje gentina.—ENRIQUE DIEZ - CAÑEDO cr^mcA ¡"ir LMM mujeres en. el l^n^eso. Mujer inglesa vote a loe laminstas en "su país, con la afirmación del señor Ossorio y Gallardo de «que el voto de la mujer casa­ da llevaría la perturbación a los hogares». Ix) £1 JLehtát de Cía* más probable es, como quiere Barthelemy, que la mujer votará en la mavor parte de los ca,sos lo que quiera su marido, y el mis­ ra Campoamor» mo argumento que esgrime la señorita Cam­ poamor para probar su conveniencia, se vuel­ ve contra ella, porque los distritos de las grandes ciudades ya son liberales sin el voto la primera m.U'- femenino, y en los rurales se corre el riesgo de acentuar el sentido regresivo y reacciona- no de sus representantes con este aporte fe- jer española ctue meruno a los comicios. Más decisivo es su argumento cuando resuii.e los preceptos constitucionales de la nueva Europa en tw- Iiabla ante unas no al voto de la mujer. «De las diez y siete Constituciones—dice —dadas después de la Guerra, tan sólo Rumania, Yugoeslavia, Gre­ Cortes le^ales^ cia y Turquía niegan o aplazan el voto a ^ ™"j®'"; todas las demás lo reconocen. Es Turquía aquella que está más en para- le^almente coit'- lebsmo con ese voto particular.» Y reforzan­ do su opinión con estos preceptos legales, añade: «Es que loe hombres de esos países, vocadas* en esas Constituciones han reconocido ya que no ganó nada Adán con ligarse, en vez de a la mujer independiente, de voluntad íí la sesión del 1 " de Septienitie habló propia y de espíritu ampUo. a la Eva clau­ por primera vez en unas Cortes le­ dicante, astuta y sumisa, para la sumisión e gales legalmente convocadas — nada de la carne y del espíritu.» tenía que ver con el Parlamento aquella Asam­ blea Nacional de pintoresco recuerdc^—, una El discurso de la señorita Campoamor fué inujer española, la señorita (laraCampoamor, escuchado atentamente por l.i. Cámara e in­ diputado a Cortes radical per la provincia dé terrumpido por los aplausos. Dijo sus con­ Madrid. La señorita Campoamor ha ocupa­ ceptos con frase sobria, acertada y feliz Al­ do mis de una vez la atención de las gentes; gunas veces llevó la defensa de su "sexo ha.sta ha iaformido varias ocisicnís en el Foro: ha el extremo de combatir a estos pobres hijos formado parte de la Junta directiva del Ate­ de Adán, que no hemos cometido otro pe­ neo; ha disertado con tino y con discreción cado que morder en un momento de inge­ en los dif ¿rentes problemas sociales donde se nuidad la manzana que ya había señalado ha requerido y solicitado su opinión. Su dis­ con sus blancos dientes la compañera Eva. culpo de la Cámara versó sobre el divorcio v Y sus ideas allí quedaron flotando con el Clara Campoamor, la ilustre abogada y diputado d Cortes radica] por la pro­ propósito natural de que la nueva Constitu­ sobre la nec?sidad de conceder el sufragio a vincia de Madrid. (Fot. Alfonso) las mujeres españolas, y bien merece que ción y la legislación orgánica que después CRÓNICA, sin los apremios a que está obli­ se engendre a su cobijo, las recoja y articu­ gada eu sus reseñas la Prensa diaria, dé a conocer en no pudo abordarlo la señorita Campoamcr, spesai de le en sus postulados. toda su extensión los argumentos de la señorita dipu- sus buenos deseca. La seiiorita Campoamor, abogado elocuente, ate­ neísta distinguido, diputado a Cortes por la provin­ tado en ..torn. o a esto. s de. s problema. . s d. e tan viva ac­ j,^ ^j voto de la mujer, tampoco pecan de obscuras cia de Madrid, ha buceado, sin embargo, más en los U- tualidad en esta hora. las manifestaciones de la señorita Campoamcr. «!Ah bros que en la vida real. En cuanto al divorcio... Pero dejemes razonar con Es, se dice-—exclamaba—«1 peligro del voto de la Su magnífica soltería justifica sus afirmaciones ro­ sus mismas palabras a la disertante: «¡Ah, el divorcio! mujer, que puede dar el voto a la Iglesia. Yo les diría tundas y muchas veces mordaces contra el sentido ;Y qué querellas, y qué lamentaciones suscita en la a estos seudoliberalcs que debieran tener más cuida­ de ponderación y de sagacidad que lucieron en torno Cámara; unas, jwr el principio; otras, por el desenvol­ do cuando durante el siglo xix dejaban que sus mu­ al problema los menos extremosos. vimiento! ¡El divorcio! Debe i-ecordarse per todos jeres frecuentaran el confesionario y que sus hijcs po­ Si la señorita Campoamor fuera una señora casada, aquella frase irónica de Montesquieu: «He visto ma­ blaran los conventos de monjas y de frailes. Pero, ade­ llena de hijos, pendiente de la vida del hogar acaso trimonios: buenos, muy poces; deliciosos, ninguno.» más, les digo que eso no es cierto, porque basta exa­ hubiera disertado con argumentos un poco más con­ Y bien: lo mismo la ley civil española que la ley ca­ minar la opinión de diversos hombres, tratadistas u vincentes en torno al divorcio, y con razone» no tan nónica, están hechas para matrimonies deliciosos. hombres vulgares, para ver que cada uno da la inter­ descarnadas en lo que concierne al voto de la mujer Y ahora Is digo al señor Alvarez, como representante pretación que le parece al voto de la mujer.» La seño­ española en estos tiempos de gracia y de RepúbUca por su ropa talar de todos sus iguales que en la Cá­ rita Campoamor, más que de la legitimidad del voto, en que vivimos. mara se sientan—y los sacerdotes tan bien o mejor se siente preocupada por su conveniencia en el mo­ que nosotros, los abogados, lo saben—que hay una mento actual, y por eso contrasta el hecho de que la JORGE DE ALBA profunda piedad, que hay una profunda ternura al e> tatuir el divorcio en Espa ña, porque no hay matri monios delicicses. Y es in sensato querer condenar a la indisolubilidad delvíncu lo cuando no hay mane ra de que se soporten dos en la vida, arrastrando uno de los cónyuges, o tal vez los dos, el peso de esa ca­ dena, a la manera como arrastraban antiguamente los presidiarios fiquellas bo­ las de hierro que marcaban la perpetuidad de sus pe­ nas.» El voto de la señorita Campoamor no puede .ser. como veis, más claro ni más explícito. Con el pro­ blema de loe hijee del ma­ {Acordaos de fos nrfros pobres? Dadles pan con que nufrirser dadles ropjta con que abrigarse, trimonio que va a disolver­ se, no se afronta, sin em­ pero no olvidéis que de nada les servirán esos dones si están enfermizos, débiles, raquíticos... bargo, la disertante. La dis­ tinción entre Intimes e ile- ¡Prodigad el divino don de la caridad! gitimo8, que, naturalmen­ y llevadles ante todo la salud, el vigor y la alegría, regenerando sus cuerpecitos e inyectándoles una nueva te, va a recibir muy serias vida con el famoso Ja.ira.^c: de- innovaciones y a cobrar un nuevo sentido en el futuro Código civil de la Repúbli­ ca, nada tiene que ver cor la dificultad de la carga eoonómica y del cónyuge a quien haya de imponer­ HIPOFOSFITOS SALUD se, después de la disolución del vfncido. Acaso por no Cerca de medio siglo de éxito creciente. Aprobado por la Academia de Medicina. ser el tema eíitrictamente constitucional, no qniso o p«di(t lARABE SALUD Prodticto inalterable Se toma tnrlo £>i ^ñr^ para «vitar Imitación... Se ad^erte ,ne el Jarabe HSSFO^TTOS^ALUD aíJe^ea^e"^^^^^^ crénscd cu en/'O r - /^eportej e r por 0/ron

De pronto, me habló al oído, en voz muy baja: el humo la lleva!... ¡De sobra sé yo que todo eso no es —-Yo he paasado machas veces: «¡Si pudiera fumar­ más que lana fina para colchones de bienaventurados se también el alma!» Pero confío en que, el día menos pensado, alguno de —-¡Me asusta usted!—expresé con sonrisa medraba. esos santos, al hacerse la cama, descubra el intríngulis Me miraba él a los ojos, fijamente. ¡Y yo veía en su y mi cartita llegue a Dios. ¡Entonces la mujer será f4 inmeasa mirada verde un fondo enorme, hacia el que rectificada! OJOS de la^o*% loco descendían eternamente los náufragas, sin llegar ja­ —^^Seguramente. Pero yo que usted no diría a nadie más! lo de las cartas. La gente.f. tercero. —Sí, para libertarla—continuó—: ¡Para que subiese Me interrumpió él: en humo, claridad adentro, claridad adentro!... ¿No —¡A ver si cree usted que estoy aquí por lo de las sabe asted que el humo es las alas de todas las cosas? cartas! ¡No, señor! ¡Yo estoy aquí por no comprometer o comprendo perfectamente que la Humanidad a mi distinguida familia! ¡Claro, hombre! Como soy la me tenga aquí recluido como loco. ¿No estoy •rFA humo sube, sube hasta el cielo, y los ángeles lo y cogen y se lo llevan a Dios, el cual manda almacenarlo razón, no podía salir a la calle... ¡Siempre acababa en la cuerdoí Comisaria! Y un cuñado dentista que yo tengo, hom­ —Indudablemente—respondí a Ojos de Lago^ para hacer colchones! ¡Sí, colchones muy blandos, para los bienaventurados! ¡Chist!... bre tambiéu razonable, me habló así ante el comisario Este gran demente de verde mirada serena y honda, la última .'^ez que me detuvieron: «Desgraciadamente, tenía esa atracción irresistible de los lagos entre mon­ —^¡Hombre! ¡Eso no lo sabía yo! ¿Ve usted? —-¡No, ni usted ni nadie! ¡Yo sí, porque soy la razón! tienes sicr.ipre razón! ¡Pero la razón no es una muela tañas, cuyas aguas, quieta», ncs llaman con la mano que yo te pueda arram.'ar! Y como nos comprometes de su traidora hermosura. ¡Y yo eché en el la bar­ ¡Yo lo sé todo! ¡Qué ingente orate! Era el Himalaya de la Locura. todos los días, lo mejor quilla de mi confianza v me puse a remar... l'ero la para tu pobre mujer y Hube de levantar la cabeza para mirarle al rostro, en­ otra orilla estaba tan lejos, tan lejos, que mis pobres para tuí= infelices hija- cendido, resplandeciente. ojos no lograb.m \'erla. será que te dejes recluir.» —-¡La de cartas que debe de haber en los colchones —¿Por qué dicen que está usted Iwo? Yo me encogí de hom- últimimente confeccionados!—«ospechú, desconcer­ —Porque tengo razón siempre. ¡Es natural. bros, y exclamé: «¡Bue­ —¡Quizás! r» j i A^ tante. —-¿Cartas, dice usted? ¿Para jujínr al tute? no!» ¡¡A r iz^r.-.Ule no mi- —La Humanidad está loca de remate. Podría de­ —¡No, hombre!... ¡¡Cartas mías:; ¡Yo, donde usted gana nadie!!... mostrárselo a usted fácilmente. me ve, escribo a Dios, diariamente! Le digo siempre lo ALFONSO VIDAL —No liH.ce falta. Yo también estoy convencido de mismo. Mire, aquí traigo la cartita de hoy. Iba a echar­ Y PLANAS —Si no ha cometido más que locuras. ¡Hasta mató la al correo. ¿Se la leo a usted antes? a Dios!... El progreso es una manía que a mi me ha«e Supliqué, afanoso: —¡Por lo que usted más quiera! reír mucho. ¡Ir hacia atrás! ¡Caminar de espaldas.... Bueno, déme usted un pitillo... ¡Gracias.... 0)08 de L%go leyó en un papel de estraza, escrito a Ojos de Lago lo encendió. lápiz: Lis espirales de humo semejaban una neblina sos­ AL SEÑOR: í- pechosa sobre la inmensa mirada verde del magnl^ Vemrabilísimo Padre Eterno: ¿Por qué. tienen fea tico alienado... ¡Yo sentí un miedo! El fondo me fisiología las bellas, las adorables mujeres? ¡Qué lás­ atraía... me atraía .. . j i u •^., tima,! ¡Qué lástima!... Pero Vos sois razonable y ad­ —Por el progieso, le expUcaba a usted la Huma­ mitiréis un buen consejo: RECTIFICAD LA MUJER. nidad se aleja de su naturaleza y el hombre camina QUE NO COMA CARNE NI FRÜTA.S, SINO SÓLO FLORES, Y ya perdido y deslumhrado. Nadie es dichoso... jV la TENDRÁ ENTONCES UNA FISIOLOGÍA BELLA. SUDARÁ ESENCIA DE ROSAS, DE CLAVELES, DE NARDOS... ciencia? ¿Y el arteí (Dlba)o> de Kobtrto) Si os dignáis hacerme caso, la m/ujer será una obra —Otras dos maníaá—asegure. . perfecta, como todas las vuestras. — Dos Y DOS SON —No lo dude ni un momento. La ciencia no sabe nada importante. No sabe más que lo que no nos im­ CUATRO. porta, i Para qué necesitamos saber, por ejemplo, de Se guardó el papel. 5ué se componen el agua y el aire¿ ¡Los animales lo —Lo último... ignoran, y ^ por eso de:>n de beber m de r^pirar. —^Es la firma—aclaró—. «Dos y dos son cuatro», soy En cambio, no sabemos ser dichosos, con tantas bi- yo. ¡Una verdad como un templo!... ¡Habrá usted bUotecas llenas. ¡Las animales sí, y desconocen la oído hablar de mí, sátiramente! ciencia!... Me objetará usted, como si le oyera, que a —'¡Hombre, claro! ¿Quién no? ¡Todo el mundo dice Medicina... ¡Bah, la Medicina! De siglo en siglo, la por ahí: «Dos y dos son cuatro»! Medicina avanza y el hombre vive menos anos. E •—¡¡Es que me nombran!! ¡No, si, después de todo, mejor médico, si no le mata, le cura a usted un mal el mundo rae hace justicia!... ¡Espere usted! ¡Voy a leve; pero tenga usted un cáncer, y veremos que pasa... echar la cartita-al correo! ¡Claro que sabe algo la Medicina; pero no es para que Volvió a sacar el papel de estraza y le aplicó un fós­ se dé tanta importancia! A mí, los sabios en general foro encendido. me hacen mucha graeia. ¡Los veo como pobres mnos —¡Ya está!—exclamó, gozoso- tontos, que, porque han aprendido a sumar, nada m^ que a sumar*; pasean desmandad.^, hablando solos ik cabeza baja, las manos atrás! ¡PobreciUos! ,Saben lo poco que saben y no saben lo mucho que ignoran! Usted se va al mar y llena un vaso de a^a. Si dijera usted: «¡He cogido el mar!», lo traerían a usted aquí inmediatamente. ¡Pues eso vienen a decir los sabios!... Coníi«<-. que me interesaba de veras el discurso de Ojos de Lago. Era innegable que decía cosas —;Y el arte?—prosiguió, exaltado—.El arte no f» sino una mala copia de la Naturaleza. Y lo que im­ porta no son las copias, sino el original. ¡A mí me da usted el mejor cuadro del mundo, y lo cuelgo del re­ vés para no verlo! ¡La creación, amigo, es un museo infinito, en el que la Naturaleza expone permanente­ mente sus obras perfectas, y después de admirar, por ejemplo, una puesta de sol, ¿qué color de paleta no ofende los ojos? Cualquier montaña, bajo la luna tiene más belleza que todas ias obras del Louvre. El arte es reflejo. jQué importa el reflejo si se tiene la luz? ¡Y la luz es nuestra! ¡Todos podemos salir al campo a gozar un atardecer!... ¡Déjeme usted a mí de > eláz- q.'.ez, y de Grecos, y de Goyas! ¡Al que tiene en su casa u'n hermoso jardín, no le vaya usted con flores artificiales, par muy de seda que sean!... ¡Hombre, déme usted otro pitillo, hágame el favor!... ¡Gracias, machísimas gracias! —,SÍ, la Humanidad está loca!—le dije, mientras el encendía el cigarrillo en la ígnea punta del anterior. —¡Huy, que si lo está!—rubricó, sacudiendo una mano en el aire—. ¡Y yo soy el único hombre perfecta­ mente cuerdo! ¡Tengo esa desgracia! ¡Por eso estoy aquí! —¡Ah! Comprendo... Ojos de Lago fumaba nerviosísimo. Subía el humo del cigarrillo, subía, subía... cr¿nsc&L Antoñcte Iglesias qtMbnmdo nn par de las cortas en la Primer tiempo de la cogida a Belmontc. CON TRES CORRIDAS TOREADAS... UEN principio, voto al buey Apis, al tero de San Con dos, mejor dicho, porque la tercera fué la que sabes para qué tienes lo pitones...» «Amador, que te toreó el domingo, hizo Chavito el paseo el domingo Marcos y a las Siete Cabrillas, pongo per atri­ doy un disgusto...» «¿A mí?... ¡Pero tú qué vas a dar!... B butos taurómacos!... ¿Vendrá en verso la se- ultimo. " Ahí te va ese molinete a ver qué pasa...» «Amador, que A pesar de eUo, no se advirtió el desentrenamiento manita, como la carta de don Juan? Porque los co­ te sacudo...» «A verlo...» «Toma.» Y se la dio. Una mienzos no han podido ser más tristemente significa­ del muchacho. Dió a sus toros la lidia que merecían cornada que le partió la femoral, una cornada gran­ y hasta ejecutó varios muletazcs de buena marca a en tivos. Como que va a ser cosa de ir creyendc^que es de, a pesar de lo cual puede calificarse de cornada de eerundio—en el malefício del trece... Tres ccgidas en pnmer toro. Un poco cuidado, puede haber un 1 nen suerte, porque el debutante hizo todo lo posible por twento en este mozo que tiene tanto vakw como afi­ la tarde del domingo. Y en las tres hicieren «caire» los fallecer en el propio ruedo. toros de Bernaldo de Quirós, antes de Tovar... (¡Vaya ción Por lo accidentado del festejo, no se le puede juz­ No creemos, aunque él hizo también lo suyo ^r gar de una manera definitiva; pero al cronista que sus­ usted con Dios, señor duque! Tanto gusto ..) Y no es convencernos, que Ruiz Toledo sea un «chalao» pro­ que los toros fuesen azules, ni que tuviesen dinamita cribe le dejó una grata impresión, superior desde lue­ piamente dicho. Un poco espontáneo, sí que lo es. go a la de muchos que han venido a nuestra plaza en los pitones, ni nada de eso. Lo que pasó fué... Se Pero lo que hemos de rechazar, para no contraer ante lo vamos a explicar a ustedes, que esto no es ccmo el con cartel de cosa extraordinaria y que no pasan de el público una responsabilidad que nadie podrá afron­ ser elegantes vulgaridades. pacto de San Sebastián. Aquí se explica todo. tar luego, es el parecido con Belmente, que algunos colegas le achacan. Hemos conocido muchos casos de UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA LA RACHA DE ESPOSTÁNEOS supuestcs parecidos con Bslmonte. Y de todos ellos, el que no ha podido dsstacar una personalidad propia, Pepa-HiUo, emocionante protagonista del primer Hay diversas clase* y categorías de espontanees, en­ susto gordo de la tarde, se encontró con un toro, con tendiendo por espontáneos a loe improvisados lidia­ tal que Ortega, no ha cuajado ninguno. Parecerse a Belmonte no es contraer el esqueleto, ni clavarse la un buen toro. Y aunque, capotillo en mano, estuvo dores que se creen con valor y suficiencia para poner­ vulgarcito, cogió las banderillas y clavó tres pares ccn se delante de un toro y hacerle cosas con los trapitos. mandíbula inferior en la región inguinal, ni adelantar el abdomen en feroz esguince. Parecerse a Belmonte es aseo y estilo. Llegó el novillo a la hora de k muleta El espontáneo de tipo corriente es el que, desde una con una nobleza y una suavidad ideales. Y el hombre fila de tendido del 4 o del 5, coloca un pie sobre el torear, templando y mandando. Nada más que eso. Téngalo en cuenta Ruiz Toledo y trate de admirús- torero ejecutó una faena de confianza, de esas que han sombrero del espectador de barrera más próximo a dado en llamar preciosistas y que no tienen de tales él y salta a la arena para entregarse a descomunal pe­ trar con conocimiento de causa el innegable valor de que dio repetidas y exageradas pruebas la lamentable sino las inocentes cualidades de la res. Quietos v jun­ lea con le» «monos» y con los banderilleros, hasta que, tos los pies, Pepe-Hilh movió los brazos con suavidad vencido por éstos, pasa a los amorose» brazos de los y elegancia. Luego de habernos deleitado con los pri­ del orden y de ellos a la lobr^uez del autobús de la mores de la escuela mencionada, se decidió a torear Dirección de Segijridad. un poco y dió algunos muletazos francamente buenos; La segunda categoría de espontáneos es la de aque­ pero con más tendencia a que a Triana. Mató llos que se lanzan al ruedo—-siempre tomando por bien y mereció la vuelta al ruedo, que dió entre los trampolín el respetable cráneo del espectador delan­ aplausos de la muchedumbre. Muy bien; pero a aquel tero, por lo cual son preferidos los de voluminoso «to- toro se le podían y se le debían haber hecho más co­ rrao»—y cae al redondel cuando el toro se encuentra sas... ¡Si le llegas a ver, compadre Mariano Rodríguez, próximo al lugar del lanzamiento, y le da uno, dos, con las ganas que tienes de coger un toro aaí..., t« tres.... los pases que pueda hasta que el animalito se mueres de envidia! da cuenta de que tal joven no figura en los programas, Por la ce>gida de Ruiz Toledo mat/> dos más Pepe- y decide ingresarle en la enfermería. Hilh sin hacer nada de particular. Es decir, que donde Y a la tercera categoría de espontanees pertenecen yo he puesto «y otra de arena», pongan ustedes dos. aquellos que encuentran más cómenlo acudir a diario, ya personalmente o representados por unes señores que Y A PESAR DE TODO... visten muy bien y fuman une» puré» muy largos y ha- j^lan muy serios, que se llaman apoderados, a las ofici­ A pesar de te)do, nos aburrimos, lector amigo. Cuan­ nas de la Empresa, hasta conseguir^—a fuerza de refe­ do no sacudía nuestros nervios la feroz impresión de rir proezas—que le>s incluyan en el cartel de una no­ ver a un torero sacudido como un pelele por las astas villada. del toco, caíamos en un sopor canicular... Y nos dedi­ A Cita clase de espontáneos pertenece el matador cábamos a charlar con nuestros honradeis vecinos de de noville>« Amador Ruiz Toledo. Desde que pi.só la localidad. Así supimos—nos lo dijo esa tanagra que arena de la plaza el tercer novillo, se entabló una emo­ > ha sido elegida «Mise Escultura»—que anda por ahí cionante pugna entre el debutante y la res. «Aquí es­ un chaval que se llama Manolito Moya que va a ar­ toy para que me coja-s...» «Peio yo no quiero coger­ mar una escandalera en Tetuán en cuanto Dominguin te...» «¿Que no? Vamos a verlo... Á ver si no me coges le anuncie. Y nos informamos también de que un buen poniéndome aquí y haciéndote esto...» «¿Ves cómo no torerito que se llama Juan García—extranjero—, Niño te cojo?... Me limito a acariciarte con la punta del de Málaga ha dado una tarde de toros en Barco de pitón al tercer espacio intercostal...» «Sí; pero ahora / Avila digna de tomarle en cuenta para enfreritarle no vas a tener más remedio que cogerme, porque fíjate con los fenómenos. Y de que Marcial—supremo jefe lo que voy a hacerte...» «Amador, no vuelvas a hacer­ indiscutible de la torería—armó un escándalo en Bar celona... Tuvimos tiempo para todo. me eso, que la paciencia tiene un límite hasta en los El debutante Amador Ruiz Toledo, gravemente herido por toros...» «¡Qué limite ni qué berenjena en compota! su primer toro en la corrida del domingo. IJO que pasa es que tú eres un sinvergüenza que no (FOU. AUeuo) RODABALLITO crónica p Ignacio SÁi%.m T^os to^ chez Mejías agricultor» novelista, Teros drama- tur j^ o, f inan*" ci er o 9 depor­ tista y p osi1>l e Soberna-

Ignacio Sánchez Mejías (1) y el doctor Eckener (2), direc­ tor de la Casa Zeppelín, durante la visita que éste último hizo a Sevilla, para estudiar la instalación del aeropuerto para la linea Sevilla-Buenos Aires.

García Lorca, Bergamín. son sus amigos.. El organi­ za una peregrinación a Sevilla como homenaje a Vi- Halón, el gran poeta de la más que moderna nueva Andalucía... Como es también Ignacio Sánchez Me­ jías el que recibe y obsequia en Sevilla-—antes de que el Oraff Zeppelín lo hiciera famoso—al doctor Eckener, que viene a España a estudiar sobre el terreno—terre­ no de que el torero es propietario - la instalación del aeropuerto para la línea Sevilla-Buenos Aires—que hará de Sevilla la estación terminal de Europa en sus comunicaciones con América... Y todavía tiene tiempo en su retiro Sánchez Mejías para convertirse en un gran animador del fútbol... Vl\ Betis Sevillano debe al es torero-—que es su pre­ sidente honorario—gran parte de la organización, del entusiasmo, de la eficacia que le han llevado este año a la lucha final del campeonato de España... Sánchez Mejías, salido de la l^niversidad, torero, cronista de periódicos, agricultor, dramaturgo, hom- V)re de negocios, defKirtista, gran organizador, curtido vn la lucha, avezado al dominio que significa enfron­ c- 1 ' f cjí ^_ iLT-íí,. fuaaAcr At TKAO Abaj'o: Sánchez Mejías, acompañado del ilustre y llorado don Fer- tarse con las multitudes: disciplinado en ese democrá­ En el «rculo: ^<=-^J^'^¿''S^Z^¿S:t.i^K^ a un ensayo de su obra dramática «Sin razón. tico respeto que hace soberanas a las muchedumbres en las plazas de toros, psicólogo, como totlo hombre de público que sabe lo que es conquistar y sost-ener E ha dicho, ha«e algún tiempo, que el famoso ex Así, Ignacio Sánchez Mejías: una voluntad tenaz y reflexiva hecha para triunfar Flecha disparada cer­ una popularidad..., ¿por qué no ha de ser gobernador? torero Ignacio Sánchez Mejías tenía probabili­ ¿Cuántos pasados y presentes gobernadores reúnen S dades de ser nombrado gobernador civil de una teramente hacia la «diana» del premio. Sin .sus gotas tantas condiciones para serlo?... provincia española. . . . de sangre árabe en las venas andaluzas, sin el ambien­ te majo de Sevilla, a haber nacido en Norteamérica, Y la noticia corrió por los diarios con cierto aire JUAN FERRAGUT sensacionalista e insólito entre vayas que queiian ser hubiera sido uno de esos modernos capitanes de in­ ingeniosas v comentarios intencionados. dustria que forjan los trusfs fabulosos y los proyectos Sin razón, desde luego, por parte de los glosadores gigantescos .. tspañol y sevillano, fué torero... Y por de un pintoresquismo a ultranza. serlo, famoso y millonario. Yo no digo que la profesión taurina sea precisa­ Pero no bastó eso a su afán. No era Sánchez Me­ mente un vivero próvido de calidad política señalada jías el lidiador hambriento de gloria y de pan que sur­ Viajar ge de la plebe an-Snima.. Era un muchacho que sabía para extraer de él a granel los regidores de nuestres de la atención de las aulas y de la disciplina de un Cuando viaja a Caballo, en vapor. Automóvil o Fe­ provincias. No creo, naturalmente, que entre les vete­ colegio de jesuítas... Un gran médico su padre y un rrocarril, al hacer largos paseos a pie, cuando se dé una ranos directores de üdia estén las fuerzas nuevas que asoleada o una mojada, siempre que se le mojen los futuro médico él... Desertó de la Universidad, tentado pies, o que tome baños demasiado largos, todas las veces hace falta inyectar en nuestra política, asaz blan­ por la Gloria plebeya, dramática y ruidosa de los dengue y vieja. i o • i, que tenga grandes sustos o contrariedades repentinas, circos taurinos... la Mujer debe tomar una cucharadita de Reguladot Pero sí afirmo, en el caso particular de fcancnez Cwletr» y en seguida Medio Vaso de Agua! Mejías, que un aterrador tanto por ciento de les go­ A precio usurario de sangre, fué torero, famoso y rico. Y terminadas las apoteosis de las plazas, Sán­ Cuando haga Ud. algún viaje, lleve siempre en su bernadores pasados v presentes de las provincias es­ maleta algunos Frascos de Regulador Cetteira. pañolas no han tenido ni tienen para serlo o haber o chez Mejías cambiaba los alamares flamencos por el sido las condiciones de talento, de energía y de cul­ smoking del hombre de mundo, y era en las salones Con los movimientos del barco o del Ferrocarril, con el sol o la lluvia, mojándose los pies, tomando baños tura que el célebre ex torero, cuñado de Josehto y de los «Palace» un hombre cosmopolita y de negocios... Y más tarde, en la soledad de su despacho, sabía si demasiado largos, llevándose un gran susto o teniendo actual señor de Pino-Montano. una cólera repentina o un fuerte pesar, ciertos Órganos Ignacio Sánchez Mejías fué en la tauromaquia es­ tuarse ante las cuartillas y experimentar esa emoción internos pueden sufrir un desarreglo, que fácilmente pañola un ca«o excepcional, y no precisamente corno creadora que es la lucha con que la imaginación y la podrá ser el principio de una Enfermedad Grave 1 realidad pugnan hasta sangrar... Escribía artículos torero, sino como una individualidad fuerte, inteli­ Por lo tanto es de gran prudencia y de mucha utilidad gente e inquieta. periodísticos: tejía capítulos de novela... tomar en estos casos una cucharadita de Regulador Con su gesto de clubman fatigado y displicente, Retirado de los ruedos taurinos, Ignacio Sánchez Cetteira. Sánchez Mejías personifica a la inquietud. No esa in­ Mejías, rico hacendado, labra

Lra« «ociedadea lutbolíaticaa ante la agrupaciones notaremos de forma muy sensible la baja racing uista. temporada. —El «cadáver» del Racing—que, como el Cid cas­ tellano, después de muerto todavía gana bataUas-—, remolcará acaso a Rubio para que ustedes, madridis- tas, lo incorporen a ese «elenco» de estrellas que han El Madrid F. C. formado. —No diría que no. Quizá Rubio, al haber tomado :ÍA EXCURSIÓN DKL MADRID POK TIKBRAS KTXROPKAS.— ontacto en Miéjico con antiguos compañeros de Ma- EL RACIHO, «CONDTTCROB» DK BÜBIO.—EL BEY DEL AS- Srid, sienta más que nunca la comezón de volver a TKÁOALO VIVIRÁ CON LOS «ASES» SI ES SUMISO.^—CIFRAS España y aproveche la ocasión para cruzar el Atlán­ SUGESTIVAS. —• PROYECTOS DK «EUOPEIZACIÓN» DE tico. Pero esto no quiere decir que vuelva a ocupar CHAMARTÍN. su sitio en nuestro equipo. De ese inquietante equipis- ta no sabemos nada hace tiempo. No newie muchos días Gonzalo Aguirre—un caballero del sport— llegó a la Federación del Centro una reclamación suya la entusiasta directivo del Madrid F. C., en contra nosotros, acompañada de un certificado de su D cuyo haber de acción hay que registrar que ha «histórica» lasión del astrágalo, en la que se solicitaba Babido romper con el hecho de que ese Club sea una la anulación del contrato por incumplimiento de nues­ •Sociedad que sólo por y para el fútbol viva. Este ve­ tra parte. Es decir, que Rubio sigue creyendo que es rano, en Chamartín, gracias a la labor inteligente del una victima. aludido directivo—delgado por sus compañeros para —¿No le admitirian, de volver? acometer la simpática empresa—, se ha dado una —Si intenta siquiera insistir en sus viejas preten­ prueba constante de buena actividad deportiva de siones, ni hablar un segundo. Si se nos presenta sumi­ muy variados aspectos, actividad probatoria de que so, reconociendo su «trastada», aceptando plenamente el campeón del Centro en fútbol podría serlo en otros todo lo que se deriva de una disciplina rígida, enton­ muchos deportes de persistir en tan meritoria cam­ ces, si sus servicios los estimamos útiles, volveríamos paña. Y con ella recogería honores, pero también mu­ Al llevar a su equipo la pareja defensiva del Gub Depor­ a dar validez a aquel contrato que él exclusivamente chas pesetas, porque la explotación durante los me­ tivo Alavés, de Vitoria, el Madrid F. C ha conseguido ali­ dejó de cumplir, un contrato que le reconoce un suel­ ses de estío de este pequeño rincón deportivo ha dado near el trío defensivo nadonal, que aparece aquí en su or­ do mensual de mil pesetas, además de las primas y un rendimiento de 50.000 pesetas contra 7.000 en el den de formación: Oriaco (1), Zamora (2) y Quíncoces (3). otras cosas que nos dan realmente carácter de primes mismo período del año 1930, resultando un beneficio Es de esperar que con tales elementos el Madrid F. C en­ —Entonces, ¿aqui no ha pasado nada? ¡Impunis- liquido de unos siete mil duros, aparte de la ventaja cuentre las victorias que desea, y a las que han de coope­ mo seco! material que ha logrado el socio, disfrutando en ple­ rar, con su empuje acostumbrado, los demás jugadores —No, amigo Cruz; impunismo, no. A Rubio se le na canícula del espectáculo atrayente de una fresca del brillante equipo (FOU. AITUO) admitirá si R.'abio demuestra no ser quien era, como piscina, del ssrvicio de restaurante establecido al bor­ persona, y tanto como era, como jugador. de de sus aguas—explotado directamente por la So­ —Exacto. No convenia apurar el viaje que nos daba —•,Claro! En un equipo con tantos «ases», uno más, ciedad—y de la práctica de sanos y recreativos ejer­ dinero y honores... y salud a nuestros equipistas, to­ ¡qué más da! cicios C3m> el ping pong, baloncesto, golf en minia­ dos los cuales se han reintegrado a España sin la me­ —•R3alm3ate, el Madrid dispone de un conjunto... tura y pslota en coarts de tenis y en cancha de fron­ nor molestia física. Ahora, a jugar el campeonato que hace falta precisamente pruebe que es conjunto. tón. mancomunado, que es un acierto federativo, pues se Diré mejor, pues, ds unas magníficas individualida­ Con un hombre que, impelido en su asombrosa ac­ ha creado un torneo que dará al público mejores par­ des que pueden constituir un conjunto soberano. Nue­ tividad y escudado en su magnífica preparación or­ tidos y a los clubs máximas ganancias. Es una lásti­ vos elementos: Ciriaco, Quincoces, Luis Regueiro. Hi­ ganizadora, ha ejecutado tan brillante campaña, he­ ma que en este campeonato no figure el nombre del lario, Olivares, Bestit, Ateca, Fernández-—un medio mos charlado larcamente para poder ofrecer a los lec­ Racing, que significaba en estas luchas el aliciente de gallego de mucho porvenir—. Antiguos: Zamora, Vidal, tores de CRÓNICA una síntesis de cuanto en la conver­ una fuerza popular siempre dispuesta a ser el tercero Quesada, Torregrosa, Prats, Esparza, Bonet, León. sación surgió de interés para el aficionado, tan amigo en discordia, y que para el Madrid representaba un Lazcano, Eugenio y Luis Olaso. de las cosas del Madrid F. C. elemento emiüativo. Gracias a que le sustituye el —Y los otros, ¿qué tenían? Empezamos queriendo sonsacar a Aguirre respecto Castilla—club con el espíritu de la fenecida entidad —Cuando regrese Valderrama veremos si nos con­ del aspacto crematístico de la aún caliente excursión que en Chamberí dio ópimcs frutcE—, ni afición ni viene con-servarle; nos hemos desprendido ya de Mo- por Centroeuropa. —El resultado ha sido magnifico deportiva y eco­ nómicamente. Si en los campos nuestro equipo ha dado un reudimiento halagüeño, que ha sido recogido con fuertes alabanzas en la crítica de Hungría y Alema­ nia, de Checoeslovaquia y de Italia, en las taquillas el fruto ha sido inmediato. El Madrid, donde fué, dio mucho a ganar. Y ganó también. Fué en Zagreb don­ de se batió el record de entrada y de público, pues has­ ta que en aquella sesión nocturna no se alineó el Ma­ drid, en la ciudad yugoeslava no se vio congregado tanto público, ni los espectadores dieron a las cajas tanta moneda como esa noche, en la que la alineación •blanca»—jn aquel ambiente un poco verbenero—dio una miravillosa lección de ju^o afiligranado y de conjunto pleno de cohesión. Menos en Leipzig y en Berlín, en todos loe demás lugares jugamos a un tanto alzado; en Milán se recaudaron 140.000 liras, de las que 32.000 fueron para nosotros; en Berlín hubo tal entradón, que el Borussia nos tuvo que entregar 6.000 pesetas más de las convenidas. Hemos sufragado los gi'ítos de viaje en primera, de hoteles de la mejor ca- lidsul, de dietas por valor de veinte pesetas diarias por jugador; de primas por partido análogas a las que satisfacemos en España. Y a pesar de ello—que sube a un buen puñado de pesetas ^y a que la vida está por ahí mucho más cara que en nuestro país—-la má­ xima carestía se percibió en Alemania, y la mínima, por la ventaja de nuestra superioridad monetaria solM-e la lira, en Italia—, nuestro secretario, H. Co­ ronado, administrador de la jira, nos ha entregado un bonito beneficio de seis mil durillos. Pero esto de las pesetas, con ser interesante e im­ portante, qued» obscurecido con la labor en los terre­ nos de juego, que dio resultados superiores y, sobre todo, un triunfo en Milán (donde el partido tenia una especial significación) que habrá colmado de alegría a la afición española, como a nosotros mismos. Y lo IrOS cuatro nuevos «artilleros» contratados por el Madrid F. C para dar a Su vanguardia una eficacia perforadora que más nos halaga es que en excursión tan transcen­ de la que en parte careció en la temporada última. Luis Regueiro (1), procedente del Unión Club de Irún; Hilario Ma- dente no se ha roto un solo momento la disciplina ni rrero (2), procedente del Club Deportivo, de La Corufia; Olivares (3), procedente del Club Deportivo Alavés, de Vito­ la cordialidad. CkxonaAo no recuerda—¡y ya ha hecho ria, Y Bestit (4), procedente del Club Deportivo Europa, de Barcelona. Todos han participado en la reciente excursión viajes con futbolistas!—-una jira en la que haya des­ del campeón central, demostrando un celo prometedor y magníficas aptitudes. Números 5 y 6, los dirigentes técnicos tacado tan fuerte y lealmente la amistad. que han acompañado y encauzado al equipo del Madrid F. C. en la fructífera y reciente jira por el extranjero: don Pa­ —-Bien hecho no alargar la excursión y dar descan­ blo Hernández Coronado y H. Lippo Hertza, el entrenador húngaro, que tiene por misión la de preparar y acoplar el so a quien lo necesita, amigo Aguirre. conjunto de «oses» reunidos bajo su tutela actualmente. (PBM. Atnro) crónica IfllEinniiiisfiñ^ Dcmurstfo cftctaados. Scfioritas, 10.000 a 900.000 pta». Contestara sobtc fran­ Pedid libreto gratis. Popular queado. Apartado 9.040 Instituto Politécnico. Aparta­ do 105, Sevilla.

rera y de Escobal y Cosme. Urretavizcaya quiza pa.«e al Castilla; García, Gurruchaga y Peña están a dispo­ sición de las empresas. Por García ni un sólo club na hecho el menor ofrecimiento. A fines de este mes con­ cluye el contrato con el pundonoroso guechotarra, y con García y Gurruchaga. Y quedarán en libertad, si lo decidimos, o retenidos como es más fácil, salvo fe- ña, a quien le hemos ofrecido un sueldo mensual de 500 pesetas como suplente o su completa hbertad para que vava donde mejor oferta le hagan. Con estos mu­ chachos reunidos, Lippo Hertza—tan inteligente— dará una aguda nota de su competencia. Nuestra di­ rectiva intentó hacer a Santiago Bernaheu director del equipo. Pero este viejo jugador madridista, que tanto se ha sacrificado por el Madrid, no ha querido que lo Si-rifiqu3 la comidrería de las «peñas», entendiendo como labor interesada lo que sólo hubiera por su parte sido obra generosa. —¿Qué se paga a los jugadores? —La nómina actual asciende, como en la pasada temparada, a 20.000 pesetas mensuales. Los que mas sueldo tienen (los internacionales), 800 pesetas, y los demís salarios oscilan entre 500 y 700 pesetas. l>as primas tienen una cuantía de 50 pesetas en partido La XIII vuelta ciclista a Cataluña. Salvador Cardona, el magnifico corredor que ganó el primer puesto de la XIII vuelta empatado y de 100 en ganado (campeonatos^ regiona­ ciclista a Cataluña, es obsequiado con flores por varias distinguidas señoritas, al dar término a la octava y última les), V de loo y 150 en Liga y Copa de España y par­ etapa de la carrera en el estadio de Montiuich. (Fot. Sport) tidos del torneo mancomunado en Zaragoza y V aua- doUd. Y su importe es de 250, 500 y 1.000 para cuar­ tos de final, semifinales o final. . —Para tantos gastos, jhan tenido muchos ingie- sos' —Para precisarle bien acudireúios a Valero Rivera que lleva en la cabeza los números con tanta tideudad como en los libros. 800.000 pesetas en la temporada. Y 600.000 de gastos aplicadas a campo, hipoteca, oon- gaciones, gastos de administración, equipo, etc. i>o8 campeonatos regionales nos dieron un ingreso ae 121.446,50 pesetas; los de Liga, 339.531 20; los de Campeonato de España, 84.929,05. En total, a45-90^/^ contra 679.520,84 en 1929-30. Pero entonces llegf™«» w 1« final, v tuvimos, además una semifinal—la juga­ da contra ¿1 Español-^ue dio un ingreso de 1 <>"•»"" pesetas, siendo de 67.038,80 la recaudación mayor lo-

Los tripulantes del avión francés «Trait d'Union» que intentaron batir el «record > del mundo en vuelo de distancia ¿n línea recta, saliendo del aeropuerto de Le Bourget (París) con rumbo al Este. El «Trait d'Union» cayó, por explosión del motor, en la región de Ufa (Rusia oriental), pereciendo el piloto Le Brix y el mecánico Mesnin. El tercer tripu­ lante, Doret, se salvó utilizando un paracaidas. En esta fotografía, tomada en el momento de embarcar los tripulantes en el avión, aparecen, de izquierda a derecha, el mecánico Mesnin y los pilotos Le Briz y Doret (Fot. Agenda OriUca)

grada (con el Athletic madrileño) este año. Y la me­ extranjeras, italo-francesas, y un cortejo copioso de nor (1.236 pesetas) fué en el combate regional con la elementos regionales de categorías secundaiias han cons­ Tranviaria. tituido la participación en la afamada carrera. Ganó —¿Proyectos no faltarán? ésta Cardona. Pero, francamente, no ha ganado Car­ —El campo lo dejaremos tal como está mientras dona, sino Cañardó, victima el catalán de una decisión no se haga la prolongación de la Castellana. 8c ha oficial extemporánea que le privó de la ventaja hora­ pintado todo; se ha instalado water para las señoras; ria que sacó al español hecho ciclista en Francia, ven­ se ha construido un piso para hacer limpio el acceso taja muy minúscula, eso sí, pero suficiente para haber a las tribunas. Proyecto considerable y casi inmediato llevado su nombre una vez más al «palmares» de la ron­ es la creación de una gran piscina de 80 por 50 en da catalana, que la Unión de Sans monta anualmente. todo el espacio que hay delante del chalet, en el jar­ M>notDnía de^de el comienzo por falta de disputa. dín, con una edificación ad koc, dejando la actual acon­ Cavallini ha sido el único animador; pero nunca estu­ dicionada para prácticas invernales. Hay detrás de vo secundado por sus compatriotas, unos italiancs de nosotros 5.000 socios. Si ayudan-—^y ayudar no es em­ poca talla, que a las tres jornadas se consideraron de pujar—•, nuestros proyectos—^lindas teorías—ícrán en hecho batidos por esos dos aludidos españoles de cla­ un mañana próximo realidades muy estimables. se—Cañardó y Cardona—, que luchaban (?) defen­ diendo la misma «montura». Esta falta de lucha se ha A. CRUZ Y MARTIN reflejado en el tiempo logrado, que tiene un Índice de media horaria bastante mediocre. En ninguna etapa surgió la nota que atrajera la Comentand o e 1 momento. desvaída atención de las gentes. Siempre la misma tó­ nica: ni consagrados que realizaran la gesta, ni el UNA VUELTA A CATALUÑA POCO EFICAZ ouUtider que les obligara a ello, cuando no la realizara os corredores nacionales no han puesto entusias­ personalmente. Sobre todo en las dos últimas jorna­ mo por esta gran msiniíestación ciclista, de his­ das, la lentitud fué lo más destacable. t toria destacada y con un lote de premios casi de Al principio la quietud era admirable porque en la excepción en España. Tenia razón Serdán cuando pro­ etapa primera—hiendo de extensión la ronda—no sue­ clamaba una falta de ambiente nacional, motivada en le gastarse la energía en lo que debe ser tan sólo actua­ el incremento del profesionalismo y en la carencia de ción de tanteo. Y en la segunda, por su recorrido lar­ protección al corredor, el cual no se atreve a reaUzar go y duro, no era cosa de empezar voluntariamente un largo desplazamiento con todos los peligros que el la criba. Pero se conoce que los corredores se acostum­ aislamiento encierra. braron a esa cóm3da marcha y a pesar de que ni la estructura del terreno ni el t^ema atnacsférioo eran ad­ la señorita Guiñen Soriaao, b^a nadadora catalana que La Vueha a Cataluña ha padecido la inhibición de los roiUiera destacados de España; dos líderes naciona- versos, coriieron todos con singular porfía a no in- ha ganado, en Barcelona, el campeonato de los den me­ quitarse nadie. Y asi pudo ocurrir que en lugares pro- tros Usos. (Fot. Sport) 1^ (Cañardó y Cardona), un nutrido lote de medianías cr^nsca rx^' fútbol! fútbol! Primer partido Clml» Deporti* de campeonato vo Nacional en Madrid* madrileño» contra Iberia picios a una batalla decisiva para adelantar puestos, La le^ón de ju^dorcfl pasaren tales sitios libres de la histeria

He aquí el nutrido grupo de jugad ur«:s út qtfe dispone, para la temporada presente, el Qub Deportiro Nacional, que hoy rompe fuego en el campeonato mancomunado Centro-Aragón-Castilla, con sti atra- yente partido contra el Iberia Sport Club, de Zaragoza. De este lote de cqniplstas se seleccionará el «doce» que salga al terreno de juego en demanda de una Tictoria considerada difidl. Machaca (1), Monterde (2), Luis Palacios (3) y Cándido Martínez (4), guardametas; Serrano (5), Escobal (6), Alfonso Olaso (7), Mori (8)» oo- lás (9) y Valmaseda (10), defensas; Luis Sánchez (11), Iturraspe (12), Egea (13), Reyes «Pilefio» (14), Severiano Al­ cántara (15), Teso (16), Rubiera (17) y San Juan (18), medios; Femando Díaz (19), Benítez (20), Miguel Cela (21), Ju­ lián Palacios (22), José Montalbán (23), Bravo (24), Menéndez «Pepín> (25), Ortiz de la Torre (26), Mirayo (27), Bcr- gareche (28), Calleja (29) y Eugenio Morlones (30), delanteros. Destacado, el entrenador don Francisco Gonz^cz. (FotogriUu AlTaro)

do—, y Cataluña dispone de un Barcelona-Badalona valiosa. Este combate justifica la expectación sentida, en el que los azulgrana tratarán de justificarse de su ya que el «presunto» colista del grupo—para nosotros, derrota última. Oalicia dispone en Riazor del encuentro no—querrá demostrar que no está en condioiones de El magnífíco trio defen^o que el Iberia Sport Club trata más emocionante en los lares célticos—'Daportivo- serlo. de poner esta tarde frente al entusiasta equipo del Club Celta—. En VcUencia el titular querrá 88u;arse la espi­ El martes, en Valladolid, el titular recibirá al Athle- Deportiro NadonaL en el primer partido de campeonato na que le clavó el Sporting, y en Vizcaya, San Mames tic. El bando de la vieja ciudad castellana es un equi­ de la temporada: Chacartegui I (1), Jamandr^ (2) y Cha- e Ibaiondo serán terrenos donde embarranquen bara- po de estudiantes. Por tal circunstancia no sabemos cartegtti II (3). Los «backs) fueron la revelación del Club caldeses y erandiotarras. si en esa fecha podrá estar completo. Y de estarlo, no DeportiTO Valladolld en la pasada temporada, y el porte­ Madrid inaugura su «matrimonio» futbolístico con tendrá su «forma» muy a punto. Para el Valladolid ro ya se consagró como bueno en aáos anteriores, for- un club de Aragón y otro de Castilla. El de Aragón significa mucho dar airosamente sus primeros pasos •ando con los actuales campeones de Aragón. —el Iberia—actuará en el campo de El Parral, donde en la Mancomunidad. Fotofniia*. Aharo) los nacionales le harán frente con una composición A. C. T M.