INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D.E.A)

BOLETIN DE CIENCIAS

DE LA NATURALEZA

N.° 25

D DIPUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1980 SUMARIO

Páginas

Estudio dermatoglífico de los asturianos de Parres y Piloña, por Jorge Manuel Villadangos Rodil ...... 3

Distribución zonal de los grupos sanguíneos del ABO en Asturias, por Pedro Gómez Gómez ...... 41 Aportación al conocimiento de la fauna astur: notas sobre algunos Curculiónidos ( Coleóptera ), por Jos? Rafael González López ...... 55

Sobre la biología de Aeolidia papillosa (L.) (Mollusca, Nudibranchia) en Asturias, por J. A. Ortea ...... 73

Algunos Himenópteros asturianos, por María Antonia Arinda Car­ pintero ...... 77

Introducción al estudio de los Tecamebidos, ( Protozoa ) en Asturias, por M.a de la Soledad Gómez Sánchez ...... 83

Estudio biométrico de Vespa germanica F., por María Antonia Aran- da Carpintero ...... 91

“Datos para la presencia de Silene Quaáridentata, Hymenolobus Pauci- florus, Atragalus Australis, Androsace Lactea y otras fanerógamas de interés, en la cordillera Cantábrica y sus estribaciones, por T. E. Díaz González, J. A. Fernández Prieto y J. M. Carballo Gon­ zález ...... 101

Contribución al conocimiento de los TENTHREDINOIDEA (Hymenop- tera) en Asturias, por Paloma Ciscar Gómez ...... 123

Un Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765) capturado en la costa de Asturias, por M. C. Pérez García y F. Alvarez-Marques ...... 139

Relación actualizada de las citas de aves» en Asturias (hasta Diciembre de 1979), por Ignacio Gamez ...... 145

Copépodos pelágicos de la costa asturiana: contribución al conocimiento de las especies de la zona de Gijón, por Florentina Alvarez-Marques. 213

Una foca barbuda, Erignathus barbatus (Erxleben, 1777) (Mammalia, Pinnipedia) en Asturias, por Carlos Ñores ...... 225

Sobre la presencia en Asturias de Cálopteryx haemorrhoidalis occasi Capra, 1945 (Odonata; Zygoptera), por Francisco J. Ocharan ...... 229

Precio del número:

España: 250 ptas. Extranjero: 300 ptas. INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS (I.D.E.A)

BOLETIN DE CIENCIAS DE LA NATURALEZA

N.° 25

DIPUTACION PROVINCIAL DE OVIEDO - 1980 Depósito, Legal: O. 43.—1958

IMPRENTA "LA CRUZ" Hijos de Rogelio Labrador Pedregal San Vicente, 8.—Oviedo, 1980 ESTUDIO DERMATOGLIFICO DE LOS ASTURIANOS DE PARRES Y PILONA

POR

JORGE MANUEL VILLADANGOS RODIL

SITUACION Y GEOMORFOLOGIA

Los concejos de Parres y Piloña, pertenecientes al partido ju­ dicial de Cangas de Onís, ocupan, respectivamente, una extensión de 124,6 km2 y 287,7 km2, en la parte oriental de Asturias. Desde un punto de vista geomorfológico, en ambos concejos pue­ de distinguirse dos zonas, una de valles y pequeños montes, que correspondería al surco prelitoral, y otra de sierras, que constitu­ yen el principio de las cumbres cantábricas. Las dos zonas están orientadas en la dirección oeste-este y separadas por el río Piloña que corre en ese mismo sentido, para confluir en el Sella, que mar­ ca el límite oriental del concejo de Parres. La zona que podemos llamar baja, está comprendida entre el citado río Piloña y la cordillera del Sueve (alt. máx. 1.149 m) que marca el límite con la zona litoral . Al sur del Piloña, la geografía es más accidentada, caracteri­ zándose por la presencia de valles alargados conformados a los afluentes y separados por sierras, sinó muy elevadas, al menos más que las de la zona norte. La población de derecho, que según el Padrón municipal del 31 de diciembre de 1976, ascendía en Parres a 6.436 habitantes y en Piloña a 11.382 habitantes, se distribuye regularmente en la zona norte, difuminándose según los valles avanzan hacia lel.-^sur, y agrupándose en cierta medida a lo largo de la carretera nacional 634 en la que se encuentran los núcleos mayores de población: Infiesto, Villamayor, Sebares y Arriondas. ■ LA MUESTRA

La muestra fué elegida entre la población masculina oriunda de los concejos estudiados, cuyos padres y abuelos fuesen así mis­ mo oriundos de Parres o de Piloña. Para evitar la pérdida de información genética, no se tomaron dermatoglifos a los individuos cosanguíneos en primer o segundo grado de otros muestreados anteriormente. El número de individuos que componen la muestra, es de 106 de Piloña y de 88 de Parres, todos ellos en edad escolar, oscilando sus edades entre los 4 y los 16 años.

CARACTERES ESTUDIADOS

En este estudio se han realizado análisis tanto cualitativos co­ mo cuantitativos de los dermatoglifos dactilares y palmares: Caracteres cualitativos dactilares. —Frecuencia de los tipos de figuras dactilares. —Fórmulas dermatoglíficas. —Promedio de deltas e índices de Dankmeijer. Caracteres cuantitativos dactilares. —Valor cuantitativo digital medio. Análisis de las impresiones palmares. —Frecuencias generales de las líneas principales. —Frecuencias del trirradio axial. —Frecuencias de las áreas palmares.

TRATAMIENTO ESTADISTICO

Los principales estadísticos empleados en este trabajo fueron Medias aritméticas, Desviaciones típicas y Errores típicos, así co­ mo Frecuencias porcentuales. Para las pruebas de significación estadística se emplearon los métodos de la «t» de Student y del «ji (X2) cuadrado», para los que existen tablas de probabilidad de error^ debido al azar.

METODOLOGIA

El método empleado en el estudio de los dermatoglifos, tanto dactilares como palmares, ha sido el descrito y utilizado por CUMMINS y MIDLO (1961). En lo referente a las fórmulas der- matoglíficas se ha seguido a EGOCHEAGA (1978).

1 —ANALISIS DE LAS IMPRESIONES DACTILARES.

El estudio de las impresiones dactilares podemos dividirlo en dos apartados, correspondientes a los caracteres cualitativos y cuantitativos.

1.1.—CARACTERES CUALITATIVOS.

1.1.1.—Frecuencia de los tipos de figuras dactilares.

Dado que estudiamos dos poblaciones próximas geográficamen­ te, lo primero a dilucidar, es si dichas poblaciones son tales, o para un determinado carácter forman parte de la misma población. Hallando en X2 con los valores absolutos de figuras (A, Le, Lr y W) de las dos poblaciones, tenemos un valor X2 = 5,199, que para 3 g. d. 1., dá una p comprendida entre 0,10 y 0,20, que no es estadísticamente significativa, por lo que ambas poblaciones, pue­ den considerarse como una sola para este carácter.

totaïe: Pilona 10'28±0'93 57'3S±1'S1 4'33±0'62 2'92±0'51 8'30±0'8U 8 'i)9±0'38 7'5H±0'86 0 ’37±0'18 27'63±1'37 D + I

Parres 9'65±0'94 54'5U±1’67 3'60t0'63 3'13±0'58 9'53±0'99 9'88±1'00 g ’MiO'gs 31,97±1'37 D + X -

Ambos 9'89±0'U5 56'03±1'12 3’96±0'

Cuadro 1.—Distribución porcentual de figuras en los 10 dedos.

En el cuadro I, se encuentran las frecuencias porcentuales de los distintos tipos de figuras en los dos concejos por separado y unidos, considerando los distintos tipos de torbellinos y su total (con fines comparativos con otras poblaciones. En dicho cuadro observamos que la máxima frecuencia corres­ ponde a las presillas cubitales, seguida de la de los arcos, torbelli­ nos levógiros, dextrógiros y dobles presillas, todos ellos con valo­ res muy próximos entre sí y bastante alejados de las presillas cu­ bitales. A continuación vienen las presillas radiales y los torbe­ llinos concéntricos, situándose en último lugar, con la frecuencia más baja los torbellinos fortuitos. Si analizamos la distribución de frecuencias en los cinco pares de dedos (Cuadro 2) en las dos poblaciones reunidas, vemos que los arcos abundan más en el par II (dedos 2 y 7) y algo menos en el III (3 y 8). Las presillas cubitales, que presentan altas frecuen­ cias en todos los dedos, presentan su máximo en el par V (5 y 10).

8 9 o t a l 1 2 3 . 5 6 7 10 A 3'bO ±Q '42 Ï2 '6 8 + 0 195 14 ’ 94±0'8ú 3'60+Ü '42 3 , 60±0, 42 4'63+0*47 21'6U±0'93 1 5 '4 6 ± 0 , 82 tt'1 2 ± 0 , U5 V 6 3 ± 0 '4 7 9*89

Lc L|8*M9±aT13 23*71+0*98 6 1 ! 85±1'10 49*48+1*13 80*41+0*90 56*18+1*12 30'W±l'0it 62'88±1'09 62'37±1'09 83'5010'm 56*03

Lr 0*51+0*16 9*07+0*89 2*57+0*35 1*54+0*28 - 1*03+0*22 a 3 '9 1 ± 0 '7 8 0'51i0’16 0'S1±0'16 - 3*96

W+ 2*06*0*32 0*30+0*69 2*06±0*32 5 * 67+0T 52 2*06+0*32 13*91+0*78 1 2 l 37±0, 74 1 1 ’ 85±0'73 2 2 '6 8 i0 '9 5 U'63i0'i(7 • 8*76

W- 2 2 '1 6 + 0 '9 4 2* 37+0*71* 11*34+0*71 27131+1.101 7*21±0*58 0*51+0*16 7'21í0'58 l’03i0'22 0'51+0'lG 0'51±0'16 9*02

18*5S±0’S8 7 ' 21±0 *58 4*12+0*45 ' 2*57+0*35 2*57itn*3‘5 20*61+0*91 9 '7 9 ± 0 '7 7 6 ’18±04SU It'12i0'it5 6 '1 8 í 0 ’-5U 8*29

Vo 2*57+0*35 3*60+0*42 0*51+0*16 7*73+0*60 4*12+0*45 *1,54±0,28 2*57+0'35 2'06i0’32 4 '6 3 ± 0 ’i(7 O 'S liO '1 6 2*98 w* - 0*51+0*16 - 0*51+0*16 0*51+0*16 - 0.’ 51±0'16 - - - 0*20

Cuadro 2.—Frecuencias porcentuales de figuras en cada uno de los diez dedos. Parres y Piloña.

Las presillas radiales, tienen valores muy bajos, presentando su frecuencia máxima en el par II. Los torbellinos concéntricos si­ guen en frecuencia decreciente a las presillas radiales, teniendo un valor algo mayor en el dedo 4. Los torbellinos dextrógiros tienen la frecuencia más alta en el dedo 9 y algo menor en el 6, 7 y 8; por el contrario los levógiros tienen el máximo en el dedo 4 y un poco menos en el 1. Las dobles presillas poseen frecuencias máxi­ mas en el par I (1 y 6), y en cuanto a los torbellinos fortuitos, pre­ sentan valores tan bajos que no se puede juzgar su abundancia relativa. (Figura 1). Teniendo en cuenta la distribución de los tipos de figura, po­ demos establecer el siguiente orden, que va de valores máximos a mínimos en los pares de dedos, reuniendo los torbellinos en un único valor de frecuencias, a fin de establecer posteriores compa­ raciones con las poblaciones estudiadas por otros autores:

FIGURAS DEDOS

ARCOS ...... II, III, I, V, IV PRESILLAS RADIALES ...... II, III, IV, I, V PRESILLAS CUBITALES .... V, III, IV, I, II TORBELLINOS ...... I, IV, II, III, V Esta distribución, varía para los distintos grupos raciales, e in­ cluso dentro de los propios españoles. Diferencias bimanuales en las frecuencias de tipos de figuras dactilares.—Analizamos la igualdad o desigualdad de las manos de la población estudiada por medio de un X2, aplicado a las frecuen­ cias absolutas de los arcos, los dos tipos de presillas y los torbe-

ARCOS

I II 111 IV V VI vil VIII IX X

I II III IV V VI VII VIII IX x

% 30

20 PRE51UA9 10 RADIALES

1 II III IV V VI VII VIII IX X Figura 1.—Distribución de frecuencias porcentuales de figuras dactilares en cada uno de los diez dedos. CONCEJOS DE PARRES Y PILOÑA REUNIDOS. llinos en conjunto, dando un valor de 10'055, que para 3 g. 1., dá valores de p comprendidos entre O'Ol y 0'02, que indica una dife­ rencia estadísticamente significativa. En el cuadro 3, podemos ver estas diferencias. — 8 —

% 30

20 TORBtLLINOS

10 CONCENTRICOS

I II III IV V V I VII VIII IX X

% .30

20 TORBELLINO? OEXTROGIROS 10

I II III IV V VI VII VIII IX x

% 30 20 TORBELLINOS 10 LEVOGIROS

I II III IV V VI VII VIII IX X

Los arcos presentan una frecuencia algo mayor en la mano iz­ quierda, al igual que las presillas consideradas en su conjunto. Las presillas cubitales como el conjunto de todas ellas, tiene va­ lores en la izquierda, al contrario de las presillas radiales, que tie­ nen frecuencias más altas en la derecha. También en la derecha tie­ nen su máxima frecuencia los torbellinos en conjunto. Los torbe­ llinos concéntricos y los fortuitos presentan valores máximos en la derecha, mientras que las dobles presillas tienen el máximo en la izquierda. Pero es en los torbellinos espiralados donde existen las mayores diferencias manuales, pues mientras en los dextrógi- ros la frecuencia de la maño izquierda aventaja en más de ocho

A Lc Lr W° W+ W Wt total de W

Derecha 9 ’69±0’45 52'98±1'13 4'74±0'48 3’71+0'U2 14 'it3±0'U6 16'08+0'83 7'01+0'57 0'30±0'12 si'suti'os

Izquierda10 '10+0'68 59'07+1'11 3'19±0'39 2'26±0’33 13'09+0'76 1'95±0’31 9'S8±0 66 0’10±0'07 27'OOíl'OO

Cuadro 3.—Distribución porcentual de figuras en las dos manos.

unidades a la derecha, en los levógiros la derecha tiene catorce uni­ dades más que en la izquierda por cada cien individuos.

1.1.2.—Fórmulas dermatoglíficas.

Fórmula dermatoglífica manual.—Entendemos por fórmulas dermatoglíficas manuales a los distintos tipos de combinación de figuras en cada mano, dadas en el orden natural comenzando por el pulgar. Van expresadas en frecuencias porcentuales para cada mano. Esta fórmula y las dos siguientes, fueron utilizadas por primera vez por Egocheaga (1978). Del cuadro 4 podemos deducir que la fórmula más abundante en los individuos estudiados es la constituida por presillas en to­ dos los dedos (LLLLL), existiendo un grupo de fórmulas con fre­ cuencias algo menores: LALLL, WLLLL, WWWWL, WWWWW y el resto, frecuencias bastante más bajas. Se aprecian en este mismo cuadro, algunas diferencias entre las manos. Así la fórmula LLLLL presenta valores más altos en las manos izquierdas que en las derechas al igual que ocurre con LAALL, pero las diferencias son menos apreciables en este caso. LALLL tiene frecuencia algo mayor en la derecha que en la iz­ quierda. Las demás fórmulas no presentan diferencias apreciables, y en ningún caso la diferencia es estadísticamente significativa. Fórmula dermatoglífica manual simétrica.—Cuando las fórmu­ las dermatoglíficas de las dos manos de un individuo, son idénti­ cas, decimos de ellas que son simétricas. Como podemos ver en el FORMULA M. derecha M. izquierda Decha. e Izda.

AAAAA 0' 51 + 0'51 0' 51 ±0 51 0* 51 + 0 51 AAAAL 0 ’51 + 0*51 0' 51 ±0 51 0' 51 + 0 51 MALA 0 ’51 + 0' 51 1' 03 ±0 72 1' 03 + 0 72 AAALL 1 ’03 + 0' 72 - 1' 03 + 0 72 AAAWL 0 ’51 + 0' 51 - 0' 51 + 0 51 ALLLL - 1' 03 ±0 72 1' 03 + 0 72 ALLWL 0 ’51 + 0' 51 1' 03 ±0 72 1' 03 + 0 72 LAAAA 0 ’51 + 0' 51 0' 51 ±0 51 0' 51 + 0 51 LAAAL 0' 51 + 0' 51 0' 51 ±0 51 0' 51 + 0 51 LAALA 0 T51 + 0' 51 2' 06 ±1 02 2' 57 + 1 13 LAALL 3’09 + 1' 24 4 ’12 ±1 42 6' 70 + 1 79 LAAWL 1' 03 + 0' 72 0 ’51 ±0 51 1' 54 + 0 88 LALAL 0' 51 + 0' 51 - 0 51 + 0 51 LALLL 8' 24 + 1' 97 7' 21 ±1 85 13 40 + 2 44 LALWL 1' 03 + 0'72 0' 51 ±0 51 1 54 + 0 88 LLALL 1' 54 + 0 ’ 88 2' 57 ±1 13 4 12 + 1 42 + LLAWL 0' 51 + 0' 51 - 0 51 0 51 LLAWW 0 ’51 + 0' 51 - 0 51 + 0 51 + LLLAA - 0' 51 ±0 51 0 51 0 51 LLLAL 0' 51 + 0' 51 - 0 51 + 0 51 T.T.T.T.T. 17' 01 + 2'69 22' 68 ±3 00 30 41 + 3 30 LLLLW 1' 03 + 0' 72 1' 03 ±0 72 1 54 + 0 88 LLLWL 2' 57 + 1'13 2' 57 ±1 13 4 12 + 1 42 LLLWW V 03 '+ 0' 72 0' 51 ±0 51 1 '54 + 0 88 LLWLL - 1 03 ±0 72 1' 03 + 0 72 LLWWL - 0 51 ±0 51 0 '51 ±0 51 LLWWW 0' 51 + 0 * 51 - 0 51 + 0 51 LWLLL 2 06 + 1' 02 3 09 ±1 24 5 15 + 1 58 LWLWL 4 12 + 1'42 4 12 ±1 42 7 21 + 1 85 LWLWW 0 51 + 0 1 51 0 51 ±0 51 1 03 ± 0 72 LWWLL 1 54 + 0' 88 1 03 ±0 72 2 57 ± 1 13 LWWWL 1 54 + 0 T 88 2 06 ±1 02 2 57 ± 1 13 LWWWW 0 51 + 0' 51 0 51 ±0 51 1 03 ± 0 72 WAAAL - 0 51 ±0 51 0 51 + 0 51 + + co 00 WAALL 1 54 O 1 54 ±0 88 3 09 1 24 WALAL - 0 51 ±0 51 0 51 + 0 51 WALLA 0 51 + 0' 51 - 0 51 + 0 51 WALLL 1 54 + 0' 88 1 '03 ±0 72 2 57 + 1 13 WALLW - 0 '51 ±0 51 0 51 + 0 51 WALWL 1 '03 + 0 '72 - 1*03 + 0 72 WLAAL 0 r51 + 0*51 - 0 51 + 0 51 WLALA 1 '03 + 0' 72 - 1 03 + 0 72 WLALL - 0 '51 ±0 '51 0 51 + 0 51 WLAWL 0 '51 + 0' 51 - 0 51 + 0 51 WLLLL 7 »21 +1' 85 6’71 ±1 79 12 88 + 2 40 WLLWL 4 '12 + 1'42 1 '54 ±0 88 5 15 ± 1 58 WLLWW 0 '51 + 0' 51 - 0 51 ± 0 51 WLWLL - 0 '51 ±0 51 0 51 ± 0 51 WLWWL 1 '54 + 0' 88 1 '03 ±0 72 2 06 ± 1 02 WLWWW 1 '54 + 0' 88 0 '51 ±0 51 1 54 ± 0 88 WWAWL 0 '51 + 0' 51 0 ’51 ±0 51 1 03 ± 0 72 WWLLL 2 '57 + 1' 13 4 '63 ±1 51 7 21 ± 1 85 WWLWL 5 '15 + 1' 58 3 '09 ±1 24 7 73 ± 1 91 WWLWW 2 '06 + 1' 02 1 ’03 ±0 72 3 09 ± 1 24 WWWLL - 0'51 ±0 51 0 51 ± 0 51 WWWWL 6 '18 + 1' 72 6 '18 ±1 72 10 30 ± 2 18 WWWWW 7 '21 + 1' 85 7'21 ±1 85 10 30 ± 2 18

Cuadro 4.—Fórmula dermatoglífica manual de Parres y Piloña. — il — cuadro 5, el número de estas fórmulas es bastante menor que el de las fórmulas dermatoglíficas manuales, pero las frecuencias re­ lativas tienen una cierta correspondencia con éstas. Así la fórmu­ la simétrica más abundante, es también aquí la LLLLL, seguida, con frecuencias algo menores por las fórmulas WWWWW, WWWWL, y LALLL.

FORMULA FRECUENCIA

AAAAA 0151 ± 0*51 AAAAL 0 151 ± 0'51 AAALA 0*51 ± 0*51 ALLWL 0151 ± 0f51 LAAAA 0!51 ± 0’51 LAAAL 0*51 ± 0T51 LAALL 0’51 ± 0T51 LALLL 2 T 06 ± 1*02 LLLLL 9 ’27 ± 2 T08 LLLLW 0T51 ± 0*51 LLLWL 1 ’03 ± 0 f72 LWLWL l f03 ± 0 T72 LWWWL l f03 ± 0 ’72 WLLLL l f03 ± 0*72 WLLWL 0 T 51 ± 0 T51 WLWWL 0151 ± 0’51 WLWWW 0 T51 ± 0 ’51 WWLLL 1*03 ± 0 ’ 72 WWLWL 0T51 ± 0’51 WWWWL 2 ’06 ± 1 ’ 02 WWWWW 4T12 ± 1*42

Cuadro 5.—Fórmulas dermatoglíficas manuales simétricas de Parres y Piloña.

Considerando los tres tipos de figuras principales (arcos, pre­ sillas y torbellinos) y viendo el número de veces que se repiten en las dos manos de un individuo, obtenemos la Fórmula básica individual. En el cuadro 6 tenemos las de los concejos estudiados, pudiendo observar que la frecuencia máxima corresponde a los tipos 0.10.0 y 1.9.0, que pertenecen a individuos con una dotación completa de presillas, y un arco con nueve presillas respectiva­ mente. — 12 -

La fórmula básica individual y la fórmula dermatoglífica ma­ nual están ambas correlacionadas.

1.1.3.—Promedio de deltas e índice de Dankmeijer.

La existencia de un número determinado de arcos, presillas y torbellinos, lleva consigo la existencia de un número correspon­ diente de deltas o trirradios, por lo que si se dá este número, ten-

Caravici

Plano de los concejos estudiados dremos una idea de las relaciones de las figuras. Hay dos mane­ ras de dar estas relaciones: El promedio de deltas (Pattern inten­ sity) del que ya hablamos, y el índice de Dankmeijer, que va defi­ nido por la relación en tanto por ciento entre los arcos y los tor­ bellinos |:p x looj. Mientras que el promedio de deltas es más elevado en el sexo masculino y en la mano derecha, el índice de Dankmeijer es más alto en el sexo femenino y en la mano izquier­ da. En el cuadro 7, podemos ver los valores de los promedios de deltas para las dos manos y los dos concejos. Entre ambos conce­ jos, no existe para este promedio, diferencia significativa (t=0’997, — 13 —

192 g. 1., p=0'40). Como puede verse los valores de la mano dere­ cha son más elevados que los de la mano izquierda, aunque tam­ poco hay diferencia significativa (t=0'878, 386 g. 1., p=0'4).

TIFO COMBINATORIO FRECUENCIAS PORCENTUALES

A L W

10 0 0 0' 52 + 0 152 8 2 0 1 ’ 57 + 0 * 90 7 3 0 0 ’ 52 + 0' 52 6 4 0 0 ’ 52 + 0' 52 5 5 0 2' 63 + 1'16 4 6 0 1' 05 + 0' 74 4 5 1 0' 52 + 0' 52 ■4 4 2 0 ’ 52 + 0'52 3 7 0 3 68 + 1*36 3 6 1 1' 57 + 0' 90 3 5 2 1' 05 + 0'74 3 4 3 0 52 + 0 ’ 52 2 8 0 2 10 + 1*04 2 7 1 2 63 + 1'16 2 6 2 1 57 + 0*9U 2 5 3 1 05 + 0 ’ 74 2 4 4 0 52 + 0 152 1 9 0 8 42 ± 2'01 1 8 1 2 63 + 1'16 1 7 2 0 52 + 0 152 1 6 3 0 52 + 0' 52 1 5 4 1 57 + 0' 90 1 0 9 0 52 + 0 152 0 10 0 8 94 + 2' 07 0 9 1 6 31 + 1 ’76 0 8 2 6 84 + l 183 0 7 3 7 36 + 1' 89 0 6 4 5 26 + 1'61 0 5 5 4 73 + 1'54 0 4 6 4 73 + l f 54 0 3 7 7 36 + 1*89 0 2 8 4 21 + l f45 0 1 9 3 '15 + 1' 26 0 0 10 4 r2i + 1 ?45

Cuadro 6.—Frecuencias porcentuales de los distintos tipos de combinación de las figuras dermatoglíficas fundamentales de los dedos en las manos de pi- loñeses y parreses reunidos. Concejo n mano dcha. mano izda. ambas manos

Pilona 106 5f 93 ± 0*21 5177 ± 0'20 11'70 ± 0f41

Parres 88 6’45 ± 0'21 5 * 92 ± 0* 23 12130 ± 0 ’44

Ambos 194 6'07 ± 0118 5T84 ± 0 ’19 1 2 ’00 ± 0*30

Cuadro 7.—Promedios de Deltas (pattern intensity).

En cuanto al índice de Dankmeijer, podemos observar en el cuadro 8 que los valores de las manos izquierdas superan a los de la mano derecha.

Concejo n derecha izquierda ambas man.

P ilo n a 106 36'41 38'75 36'82

P arres 88 22'87 36'09 29'02

Ambos 194 29'84 36' 70 32'98

Cuadro 8.—Indice de Dankmeijer.

1.1.4.—Comparación de los dos concejos estudiados con otras po­ blaciones.

Frecuencias relativas de figuras.—En el cuadro 9 figuran los datos correspondientes a las frecuencias relativas de las dos ma­ nos reunidas de los asturianos estudiados por Egocheaga (1972), Asturianos del S. E. (Gómez, 1978) y la población estudiada por nosotros.

VARONES. ARCOS PRESILLAS TORBELLINOS radiales cubitales Asturianos 5143 ± 0'45 4'66 ± 0'41 59'29 ± 0'96 30'62 ± 0'90 n= 262 Asturianos del 8'10 4'31 58 ' 66 28'94 S.E. n= 117

Población estu 9'89 _ ± 0 145 3'97 ± 0'44 56’03 ± 1'12 29'27 ± 1'03 diada,. n= .19.4

Cuadro 9.—Distribución porcentual de figuras en el conjunto de los diez dedos en asturianos varones. — 15 —

En este cuadro, vemos que son los asturianos en general, los que presentan una mayor frecuencia de presillas cubitales y la menor de arcos. La población por nosotros estudiada, tiene la fre­ cuencia más elevada en arcos, y la más baja en presillas, tanto radiales como cubitales, mientras que la de torbellinos se coloca entre los Asturianos y los Asturianos del SE. Como podemos ob­ servar los datos hallados en nuestra población son muy similares a los de los Asturianos del SE., lo que parece lógico dadas con­ sideraciones geográficas. También podemos comparar las series decrecientes de cada ti­ po de figura en los cinco pares de dedos, como aparece en el cua­ dro 10.

Asturianos Asturianos SE. Parres y Piloña

ARCOS II,III,I,IV,V II,III,IV,I,V 11,111,I,V,IV

PRESILLAS II,III,IV,I,V II,III,I,V,IV II,III,IV,I,V RADIALES

PRESILLAS V,III,IV,I,IIV,III,IV,I,II V,III,IV,I,II CUBITALES

TORBELLINOS IV,I,II,III,V I,IV,II,III,V I,IV,II,III,V

Cuadro 10.—Series de frecuencias decrecientes de las figuras de los cinco dedos de ambas manos reunidas en asturianos.

Observamos en lo referente a la serie de los arcos, que los tres primeros términos (II, III, I) de Piloña y Parres, coinciden con los asturianos, permutándose los otros dos términos. En las presillas, tanto radiales como cubitales, coinciden plenamente los dos con­ cejos con los asturianos, extendiéndose esa coincidencia en las pre­ sillas cubitales a los asturianos del S. E. En los torbellinos, Parres y Piloña tienen la serie igual a la de los asturianos del S. E., es­ tando permutada con respecto a la de los asturianos. Fórmulas desmatoglíficas.—En cuanto a la fórmula dermatoglí- fica manual, sólo poseemos datos, para comparar, de la población asturiana (Egocheaga, 1978). Comparando los valores de las dos poblaciones, vemos que no hay grandes diferencias en rasgos ge­ nerales. Calculamos las diferencias estadísticas entré algunos va lores característicos, resultando: para WWWWW, t—0’965, 464 g: — 16 — de 1., p=0'30; para LLLLL, t = 0'49, g. 1. = 464, p = 0 ’60; para WWWWL, t=0'38, g. 1. =464, P=0'70. En todos estos valores com­ parados, no se encuentran diferencias estadísticamente significati­ vas, por lo que podemos concluir que para este carácter, los Pilo- ñeses y Parreses son parte de la población asturiana. Haciendo lo mismo con la fórmula dermatoglífica manual si­ métrica; al comparar las fórmulas WWWWW para las dos pobla­ ciones, tenemos valores de t = l'34, G. 1. = 464, p=0’20; para LLLLL, t=l'39, gl. 464, p=0'20; AAAAAno se encontró en la po­ blación masculina asturiana, mientras que en la población estu­ diada por nosotros, tiene frecuencias de 0'515 0’514, que no da diferencia estadísticamente significativa. Podemos comparar también la fórmula básica individual con los datos obtenidos para los asturianos. En las dos poblaciones, casi todas las fórmulas tienen bajas frecuencias. Haciendo compa­ raciones estadísticas para las que tienen frecuencias mayores, te­ nemos: 0.10.0, t = l ’6, g. 1. = 464, p=0'l; 1.9.0, t = 1 '08, g. 1. = 464, p=0'30; 0.3.7, t = l'21, g. 1. = 464, p = 0,20; 0.5.5, t= 0’29, g. 1. = 464, p=0'70. También en este caso, comprobamos que no hay diferen­ cias significativas estadísticamente y que las dos poblaciones se comportan como una sóla. Promedio de deltas e índice de Dankmeijer.—En el cuadro 11 podemos ver los promedios de deltas de los varones de varias po­ blaciones del norte de la Península Ibérica.

n promedios

Asturianos (Parres y Piloña ...... 149 12'00 + 0,30 Asturianos (Egocheaga, 1972) ...... 262 12’54 ± 0,23 Astur. del Se. (Gómez, 1978) ...... 117 12'06 ± 0,27 Españoles del NE (Póns, 1958) ...... 200 12'46 + 0,24 Leoneses de Valdeón (Gómez, 1978) .... 74 13*20 + 0,38 Vascos (Oóns, 1954) ...... 102 12'89 + 0,34 Araneses (Póns, 1966) ...... 103 H 68 + 0,38 Cuadro 11.—Promedio de deltas en poblaciones del norte de España (varones).

Comparando estadísticamente estos promedios, comprobamos oue la población estudiada, tiene una diferencia significativa esta­ dísticamente, con los vascos, t =1 '96, g. 1. = 249, p = 0 ’05. Sin em­ bargo con los españoles del N. E. (Póns, 1958), la t =1 '19, g. 1. = 347, p=0'2. Tampoco presenta diferencias estadísticamente significati­ vas con los asturianos (Egocheaga, 1972) ni con los asturianos del — 17 —

S. E. (Gómez, 1978), y sí con los leoneses de Valdeón (Gómez, 1976). Esto nos prueba una vez más, que en lo que respecta a la frecuen­ cia de figuras dactilares, la población estudiada por nosotros, co­ rresponde con la general de Asturias. El Indice de Dankmeijer de Parres y Piloña puede ser compa­ rado, así mismo, con otras poblaciones asturianas. Así, en el cua­ dro 12, vemos que en la población por nosotros estudiada, este índice es mucho mayor; tanto en las manos por separado, como en conjunto; que el de los asturianos (Egocheaga, 1972), aproxi­ mándose, aunque superándolo, al de los asturianos del S. E.

n D I D + I Asturianos (Parres y Piloña)194 29T 84 36*70 32' 98

Asturianos (Egocheaga,1972) 262 12*47 17'89 17*72

Asturianos del SE. (Gómez, 1978) 117 24’27 32*06 27*98

Cuadro 12.—Indice de Dankmeijer en poblaciones asturianas.

1.2.—CARACTERES CUANTITATIVOS DACTILARES.

1 2.1.—Valor cuantitativo digital medio.

Calculamos en primer lugar este valor para las dos manos jun­ tas y por separado, en los dos concejos independientemente, como se señala en el cuadro 13.

Concejo n°dedos D I D + I Parres 870 13*87 -± 0*3 13*26 ± 0*3 13*56 ± 0*2 Piloña 1.055 12*80 ± 0*3 12*63 ± 0*3 12*62 ± 0*2

Cuadro 13.—Valores cuantitativos digitales medios de las poblaciones estudiadas.

Si hacemos la comparación estadística entre los valores de las dos manos de las dos poblaciones, encontramos una t=2’905, g. 1. = 1924, que dá una p comprendida entre O'OIO y O'OOl, que indica — 18 —

una diferencia estadísticamente significativa, por lo que a nivel de valores cuantitativos, Parres y Piloña se considerarán indepen­ dientemente. En el cuadro 13, vemos que los valores de Parres son superio­ res a los de Piloña. Podemos también evaluar las asimetrías bi- manuales en Parres, la comparación de la mano derecha con la izquierda, da una t = l’261, g. I. = 1738, cuya p es aproximadamen­ te 0'20, y en Piloña, t=-0'371, g. 1. = 2110, p=0'70. En ambos ca­ sos, comprobamos que no hay diferencia con rango significativo, por lo que no hay una diferencia bimanual estadística. Los valores cuantitativos digitales medios, pueden referirse a cada dedo de las poblaciones, como aparece en el cuadro 14.

ledo* 1 ? 9 U 5 6 7 8 9 10 Piloña 18'35±0'63 9'36±0'75 10'23+0'E4 13'9E+0'66 11'64±0'60 16'20±0'60 9'70i0'70 10’83±0'67 13'9240'64 12'39±0'S6

Paires 18’91±0’65 11'70±0'86 10'99±0'70 15'30í0'75 12'93±0'57 16'74±0'69 10'03±0'82 ll'SliO'80 14'89+0'73 13'14±0'59

Cuadro 14.—Valores cuantitativos digitales medios de cada dedo

En este cuadro podemos contemplar como los valores más al­ tos se presentan en los dedos pulgares (1 y 6) en los dos concejos, y los más bajos fluctúan entre los dedos medios e índices de las dos poblaciones. Con estos valores podemos establecer las series decrecientes de pares de dedos:

PARRES ...... I, IV, V, III, II PILOÑA ...... I, IV, V, III, II que como se puede ver, en dicha ordenación no existe diferencia entre ambos concejos.

1.2.2.—Comparación con otras poblaciones.

A continuación, establecemos comparaciones entre las pobla­ ciones estudiadas y otras del norte de la Península. (Cuadro 15). — 19 —

Población M + m

Asturianos (Egocheaga, 1975) 14'31 ± 0,33 Vascos (Póns, 1954) ...... 14'3 ± 0,49 Astur del SE. (Gómez, 1978) 14'04 ± 0,20 Españoles NE. (Póns, 1959) 13'29 ± 0,46 Parreses 13'59 ± 0,24 Piloñeses 12'62 ± 0,22 Cuadro 15.—Valores cuantitativos digitales medios de Españoles varones.

Dichas comparaciones, dan valores de t elevados para Piloña, así con los asturianos y vascos da valores de t=4'24 (gl. = 366 y 206 respectivamente) y con los asturianos del SE., t=4'78, gl. = 221. Solamente con los españoles del NE. de Pons (1959) da valores que marcan diferencia no significativa estadísticamente (t=0,57, g. 1. = 304, p=0'50). Parres se acerca más a las otras poblaciones, aunque con los asturianos da t+1'71, que para 348 g. 1. da una p entre O'IO y 0’05, mientras que con los asturianos del SE. da t= l'44, g. 1. = 203, p entre 0'2 y O'l, e igual p tiene en la comparación con los españoles del N. E. De todo esto se deduce que las medias de Parres y Piloña se alejan de las halladas para los asturianos en general y vascos, apro­ ximándose la de Parres a las obtenidas para los asturianos del S. E., y las dos poblaciones a la media de los españoles del N.E. cuyo valor se sitúa entre los valores de la población de nuestros dos concejos estudiados. Atendiendo a las series de valores decrecientes de los valores cuantitativos, encontramos que la obtenida para Parres y Piloña, es la misma que para los asturianos (Egocheaga, 1975), vascos (Pons, 1954), y barceloneses (Pons, 1952).

2. ANALISIS DE LAS IMPRESIONES PALMARES

Los caracteres de la palma de mayor interés raciológico son: las líneas principales y las figuras de las áreas Hipotenar, Tenar e Interdigitales. En cada uno de ellos, estudiamos las frecuencias, las diferencias bimanuales y la comparación con otras poblaciones. — 20 —

2.1. Líneas Principales.

2.1.1.—Frecuencias generales de las líneas principales.

Al igual que se hizo en los dedos, lo primero al iniciar el estu­ dio de las palmas de las muestras de Parres y Piloña, es saber si dichas muestras forman parte de una misma población o no. Para ello, tomando los valores absolutos de las terminaciones de las líneas principales por separado, hallamos cuatro X2 (uno por cada línea principal), cuyos resultados fueron: X2 entre las terminacio­ nes de la línea «A» de Parres y las de Piloña, X2 = 15'92, 8 g. 1. p = 0'05; idem para línea «B», X2 = 16'33, 7 g. 1., p entre 0'05 y 0'02; idem para línea «C», X2=27’82, 9 g. 1., p=0'01 y por último, idem para la línea «D», X2 = 15'08, 4 g. 1., p entre O'Ol y O'OOl. La diferen­ cia en todos los casos es estadísticamente significativa, por lo que Parres y Piloña se consideran separadas como población a efectos del estudio de las líneas principales. En los cuadros 16 y 17, tenemos dispuestas para el análisis, las frecuencias porcentuales de las terminaciones de las líneas princi­ pales de los dos concejos en cada mano y en su total. La línea «A» oscila en Parres entre la terminación 1 y la 7, en Piloña entre 2 y 5", con alguna terminación esporádica en 11 ó X. Las terminaciones más frecuentes ocurren en 3 y 5', es decir tien­ den al borde cubital. Entre las series de ambos concejos hay li­ geras diferencias, pues mientras en Piloña la terminación 5' es más abundante que en Parres, en éste la línea 3 tiene frecuencias ma­ yores que en aquél. La línea «B» en Piloña tiene mayor variedad de terminaciones (3 a 11) que en Parres (5' a 8). En Parres la terminación 7 es la de mayor abundancia, seguida de la 5" y 5' ambas con escasa diferen­ cia. En Piloña la 5" abunda más que las otras, seguida de la 7 v más baja, de 5'. Esta línea tiende, como se vé, a terminar en la re­ gión cubito-distal de la palma. La línea «C» tiene su campo de variabilidad entre los puntos 5' y 11. Para los dos concejos, la frecuencia máxima de termina­ ción, se encuentra en 9, algo más baja en 7 y más baja aún en 5". En esta línea se dan algunos casos de líneas abortivas. Así en Pi­ loña la ausencia de línea (0) supera a X, y ambas a x. En Parres por el contrario, X es más frecuente que O, y como antes, ambas que x. La terminación de las líneas tiende en esta ocasión a ocurrir entre el borde cubito-distal y la región distal de la palma. — 2Í —

La línea «D» suele terminar entre las posiciones 7 y 11. En Pi- loña la máxima frecuencia se presenta en 9, seguida de 11, y con valor más bajo en 7, mientras que en Parres es la posición 11 la

LINEA A ' LINEA B LINEA C______LINEA D D I D+I DI D+I D ' I D+I D I D+I

1 2 - 2185 1«42 3 62'85 70’47 66 166 - 0'95 0 ' 47 4 4'76 5'71 5T 2 3 0' 95 - 0*47 5' 30147 18109 24' 28 14' 28 19'04 16'66 - 0’ 95 0 ' 47 5" - 1'90 0 ' 95 41'90 46'66 44' 28 8' 57 12'38 10 ' 47 6 - -- 2 * 85 - 1*42 1T 90 1'90 1'90 7 -- - 39' 04 32'38 35 ' 71 26'66 27 ' 61 27'14 11 ' 42 15f 23 13'3 i 8 --- 0 * 95 - 0147 -- - 2 ' 85 4 ' 76 3' 8 ) 9 ------57'14 36'19 46'66 39'04 43 ' 80 41'4 l 10 ------4'76 2 ' 85 3 ' 8 ) 11 ■ 0’95 - 0'47 - 0* 95 0'47 1' 90 1190 1 ' 90 41 ' 90 32 ' 38 37 ' 14- 12 ------13 ------X 0' 95 0 ' 95 0 ' 95 - - - 1'90 7'61 4' 76 - 0 ' 95 0 ' 4 7 X - 2' 85 1*42 0 1190 8T 57 5 ' 23 n° 105 105 210 105 105 210 105 105. 210 105 105 210

Cuadro 16.—Frecuencias porcentuales de las terminaciones de las líneas prin­ cipales de la palma. CONCEJO DE PILOÑA de mayor frecuencia seguida por la 9 y la 7. En Piloña se registran formas abortivas con frecuencias muy bajas. Esta línea tiende a terminar en el borde distal. — 21 —

LINEA A LINEA B LINEA C LINEA D D I D + 1 D I D+I D I D+I DI D+I

1 - 4*65 2*35 2 3*52 2*32 2*94 3 70 ’ 58 77*90 74*70 4 8*23 1*16 4'70 5* 15*29 11*62 13'52 23' 52 31*39 27*64

•5" 1*17 2*32 1'76 28' 23 31*39 30*00 15*29 17*44 16*47 6 - - -—- - -- 7 1'17 - 0 ' 58 47*05 37*20 42*35 22*35 34*88 28*82 12*94 19*76 16*47 8 1*17 - 0*58 ----- 9 60*00 38*37 49*41 37*64 39*53 38*82 10 1*17 - 0*58 -■ - - 11 --- 49*41 40*69 45'29 12 -- - 13 - -- X 1*17 5*81 3*52

X - 1*16 0*58 0 - 2*32 1*17 n° 85 86 171 85 171 '85 86 171 85 86 171 86 Cuadro 17.—Frecuencias porcentuales de las terminaciones de las líneas prin­ cipales de la palma. CONCEJO DE PARRES

Las terminaciones de la línea «D» se pueden agrupar de acuer­ do con los tres tipos modales de Cummins y Midió. Cuadro 18.

7 9 1 1 M

Pilona 17'92 UU'33 37 ' 73 9*39

Parres 16'37 U2'69 ■40*93 91149

Cuadro 18.—Frecuencias porcentuales de las terminaciones de la línea D y promedio de terminaciones de la línea D (M), según los tipos modales de Cummins y Midió. — i í —

Estos tres tipos modales agrupan al resto de las terminaciones, así en el 7 se incluyen las terminaciones 5, 7, 8, X y x, en el 9, 9 y 10 y en el 11, 11, 12 y 13. Estos índices confirman lo indicado de la tendencia a terminar en las posiciones más distales y hacia el borde radial. «M» dá idea de la transversalidad, al comparar con otras poblaciones como luego veremos. «M» resulta de dividir por cien la suma de los productos de los tipos por su frecuencia rela­ tiva. Considerando juntas las terminaciones de las líneas «B», «C» y «D» se pueden calcular las frecuencias para los tres tipos moda­ les de Wilder: 7.5.5, 9.7.5 y 11.9.7. (Cuadro 19).

PILOÑA PARRES

D I D+I DI D+I

7 .5 .5 6*66 12*38 9*52 12*94- 17*44 15*20

9 .7 .5 21*90 20'00 20195 23*53 26'74 25*14

1 1 .9 .7 32*38 13133 22*85 42*35 24*41 33*33

o tr o s 39* 0U 54*28 46*66 22*35 30*23 2 6'31

Cuadro 19.—Terminaciones de las líneas B, C y D agrupadas según los tres tipos modales de Wilder.

Atendiendo a los valores de las dos manos reunidas observamos que en ambos concejos el tipo 11.9.7 es el más abundante, seguido por el 9.7.5 con poca diferencia y por el 7.5.5 algo más distanciado. En Piloña estos tipos son menos abundantes que en Parres con respecto al total de tipos posibles. Otro índice importante para ver la transversalidad de las lí­ neas palmares, es el llamado Indice de las líneas principales de Cummins, para el que solo se atiende a las terminaciones de las líneas «A» y «D» (Cuadro 20).

D I D + I

Parres'. b\03±0'20 7 t.64±0'20 15'72±0!.35

Piloña 8 !31±0!18 ‘ 7 !.70±0f.17 .16’.16+0'. 32

Cuadro 20.—Indice de las líneas principales.

2.1.2.—Diferencias bimanuales .

Las líneas principales permiten comprobar el dimorfismo ma­ nual en las poblaciones estudiadas. (Figuras 16 y 17). La línea «A» en la población de Parres tiene frecuencia de terminación en po­ — 24 —

sición 1, más alta en la izquierda que en la derecha, al igual que ocurre en Piloña con la terminación 2. La posición 5' se repite más veces en la derecha que en la izquierda, como sucede con la posi­ ción 4 en Parres. En la línea «B», las posiciones 5' y 5" tienen frecuencias más altas en la izquierda, mientras que la 7 las tiene en la derecha. La línea «C» tiene frecuencias más altas de terminación 9 en la mano derecha de ambas poblaciones. En Parres la terminación en 7 ocurre con mayor porcentaje en la izquierda. En esta línea, que presenta alto porcentaje de líneas abortivas, estas se encuen­ tran con preferencia en la maño izquierda. En la línea «D», la posición 11 se repite más veces en la mano derecha que en la izquierda, al revés de lo que ocurre con las po­ siciones 9 y 7. Si atendemos a las terminaciones de las líneas «D», «C» y «B», según los tipos modales de Wilder (cuadro 19), vemos que tanto en los parreses como en los piloñeses, la frecuencia de 11.9.7 es más alta en la mano derecha, mientras que la de 7.5.5 es mayor en la izquierda, lo que vuelve a demostrar el dimorfismo manual. La comprobación estadística del dimorfismo manual, la tene­ mos en la comparación de los índices de Cummins (cuadro 20). Para Parres la t de Student entre los datos de la mano derecha e izquierda proporciona valores de t=l'34, g. 1. = 169, p entre O’l y 0'2 y para Piloña, e=2'36, g. 1. = 208, p=0'02. Vemos por tanto que mientras Parres está en el límite de la significación estadística, Piloña es claramente significativa.

2J.3.—Comparación con otras poblaciones.

Con los datos obtenidos de los estudios de Pons en 102 varones vascos (1952), en 156 varones procedentes del N.E. español (1959) y en 103 varones araneses (1966), de Egocheaga en 262 varones as­ turianos (1972) y de Gómez en 117 asturianos del S.E. (1978) y en 69 leoneses de Valdeón (1976), hemos confeccionado el cuadro 21. La ordenación de este cuadro fué hecha atendiendo al valor «M», promedio de las frecuencias porcentuales de las terminaciones de la línea «D», e indica que la máxima transversalidad es presentada por los araneses, mientras que la mínima por los españoles del N.E. Mientras los Piloñeses se aproximan a los españoles del N.E., los parreses lo hacen a los leoneses de Valdeón, población no muy lejana geográficamente. — 25 —

7 9 11 M

Españoles del NE. 20 ’ 35 41*10 38*55 9'36

Piloñeses 17 ’ 92 44*33 37 * 73 en en

Parreses 16f 37 42*69 40*93 9*49

Leoneses de Valdeón 19 * 29 36*43 44*29 9*51 LO co Asturianos 10’04 41*36 45*00 en

Astur. del SE. 17*95 40*17 41*88 CO co NO

Vascos 12* 90 40*10 47*00 9*68

Araneses 12’15 38*45 51*10 9*93

Cuadro 21.—Frecuencias porcentuales de las terminaciones de la línea D y promedio de las terminaciones de la línea D (M) según los tipos modales de Cummins y Midió, en españoles varones.

Los valores medios del Indice de Cummins de las poblaciones anteriormente citadas, quedan expresados en el cuadro 22.

Población n I. C.

Parreses 86 15*72 ± 0'35

Piloñeses 105 16*16 ± 0'32

Españoles del NE. 156 16'19 ± 0*30

Leoneses de Valdeón 69 16*57 ± 0*36

Asturianos del SE. 117 16*61 ± 0*32

Vascos 102 16*81 ± 0*35

Asturianos 262 16*87 ± 0*10

Araneses 103 17121 ± 0*33

Cuadro 22.—Indice de las líneas principales de Cummins en españoles verones.

Al comparar dichos datos mediante la t de Student, obtenemos para Parres los siguientes valores: Con españoles del NE. t = l'01, g. 1. = 240, p=0'3; con asturianos del SE. t =1 '87, g. 1. = 201, p=0'l; con leoneses de Valdeón t=l'69, g. 1. = 153, p = 0'l; con vascos, t= 2 ’20, g. 1. = 186, p=0'02; y con asturianos, t = 3'15, g. 1. — 26 —

=346, p=0'001. Para Piloña los valores son: con españoles del NE, t=0'06, g. 1. = 259, p=0'9; con leoneses de Valdeón, t = 0'85, g. 1. = 172, p=0'40; con asturianos del SE. t=0'99, g. 1. = 220, p=0'30 y con los asturianos en general, t= 2 'll, g. 1. = 365, p = 0'02. Es decir, las poblaciones de Parres y Piloña, estadísticamente pue­ den considerarse para este índice unidas a la de los asturianos del S.E. y a los leoneses de Valdeón, quedando la media de los espa­ ñoles del N.E. entre el intervalo de valores de estas poblaciones.

2.2.—El Trirradio Axial.

2.2.1.—Frecuencias.

Con los valores de todos los tipos de trirradio axial encontra­ dos, hicimos un X2 que comparase a los pobladores de los dos con­ cejos objeto de nuestro estudio. Su resultado fué, X2=9'42, 9 g. 1., p comprendida entre 0’30 y 0'50, que dá una diferencia no significa­ tiva estadísticamente, por lo que consideramos los trirradios de ambos concejos unidos en una sola población (cuadro 23).

D I D + I

t 77*83 79'38 78*81

t* 12*88 9*79 11*37

t" 0*51 1*03 0*77

t-t* 6*70 5*67 5*94

tt» 1*03 1*54 1*29

t't* - 0*51 0*25

t*t" - 1*03 0*51

tt't* - 0*51 0*25 0 1*03 0* 51 0*77 n° 194 194 387

Cuadro 23.—Frecuencias porcentuales de las distintas posiciones del trirradio axial. — 27 —

Como se ve en dicho cuadro la máxima frecuencia se da en la posición «t» seguida de lejos por la posición «t'», y el resto tienen proporciones más bajas, entre las que destaca la posición «tt ». Las diferencias bimanuales entre las frecuencias de «t», como se puede comprobar en los valores porcentuales de la mano dere­ cha (77'83 ± 2'29) y de la izquierda (79’38 ± 2'90) cuya diferencia no es estadísticamente significativa (t=0'41, g. 1. = 194, P entre 070 y 0'80).

2.2.2.—Comparación con otras poblaciones.

Los únicos datos disponibles que tenemos del trirradio axial son los correspondientes a los asturianos (Egocheaga, 1972), a es­ tudiantes barceloneses (Pons, 1952) y a leoneses de Valdeón (Gó­ mez, 1976). (Cuadro 24).

n°______t______t 1______t" tt Leoneses de Valdeón 143 78' 87 9'08 1' 39

Población estudiada 387 78'81 11' 37 0' 77

Asturianos 1.023 72'54 10' 88 0' 88 0' 69

Barceloneses 400 69' 3 16'4 3' 9 0' 3

tt' t't' tt" t't" tt't' ttt" tt't" o

9'10 1' 40

5'94 0*25 1'29 0' 51 0 T 25 0'77

7 ’ 62 O'IO 0 * US O'IO O'IO 0' 20 4'54

4'5 3'6 0' 3 1' 8

Cuadro 24.—Frecuencias porcentuales globales de las posiciones del trirradio axial en españoles.

En este cuadro vemos que los leoneses de Valdeón son los de mayor tendencia a la posición más proximal del trirradio, junto con la población por nosotros estudiada. El resto de las posiciones de Parres y Piloña, oscilan entre los barceloneses y los asturianos y leoneses de Valdeón. — 28 —

2.3. Las figuras del área Hipotenar.

A continuación, estudiamos las frecuencias de figuras y vesti­ gios del área hipotenar y se establecen comparaciones con otras poblaciones.

2.3.1.—Frecuencias de figuras y vestigios.

En el cuadro 25, podemos encontrar las frecuencias de figuras verdaderas y vestigios en el área hipotenar para cada concejo por separado y en conjunto.

D I D + I Piloña 27 35 + 4 33 35 07 + 4 53 29 71 + 3 13

Parres 40 22+ 5 25 28 73 + 4 83 34 48 + 3 60

Ambos 33 16 + 3 38 30 56 + 3 31 31 86 + 2 37

Cuadro 25.—Frecuencias de Vestigios y Figuras verdaderas en las poblaciones estudiadas.

En primer lugar, hacemos la comparación entre ambas pobla­ ciones para ver si son la misma o distintas. Por el método de la t de Student tenemos valores de t=0'99, que para 383 g. 1. da una p próxima al 0’40, que da idea de la identidad de ambas poblaciones para este carácter estudiado. En los dos concejos unidos, se puede comprobar si hay o no dimorfismo manual. Una t de Student entre los valores de las dos manos, da un valor de t=0'55, g. 1. = 383 cuya p queda compren­ dida entre el 50% y el 60%, que indica la no existencia de diferen­ cia estadísticamente significativa, aunque en el conjunto se puede observar la mayor frecuencia de figuras verdaderas y vestigios en la mano derecha. En el cuadro 26 se disponen las frecuencias porcentuales de los diferentes tipos de figuras en el área hipotenar de la población estudiada. Se puede observar que los arcos se presentan en una alta pro­ porción, especialmente los ulnares. De las figuras verdaderas son las presillas radiales las de mayor frecuencia. Entre las combina­ ciones, las frecuencias mayores son las de Au/Ac y las de Au/Lu. El resto de los tipos tienen frecuencias mucho más bajas. — 29 —

D I D I Au 58'85 61 97 Au/S l ’OU -

Ar 2 08 1 OU V/Ac 0 ’ 52 -

Au/Ac 6 25 6 77 Ac/V 01 52 -

V 0 52 Lr/Ac 1 1 56 1*56

Lu 0 52 1 56 Lr/Lu - l'OU

Lr 17 70 17 70 W/Lu 0152 -

Ws 1 OU 0 52 Tr 0 ’ 52 -

W 0 52 0 52 Ws/Ac ‘ - 0 ' 52

S 0 52 Au/Lu/Ac - 0 ' 52

Au/Lu 5 21 U 16 M 0 ’ 52 -

Au/Lr 1OU lr - 0 ’ 5 2

Au/Lc 1 OU Y 0 T 52 -

Cuadro 26.—Frecuencias porcentuales de figuras y vestigios en el área hipo- tenar. Parres y Pilona.

2.3.2.—Comparación con otras poblaciones.

En el cuadro 27 se recogen las frecuencias porcentuales de vestigios y figuras del área hipotener en algunas poblaciones es-

POBLACION N.o FRECUENCIA

Vascos ...... 102 ...... 447 ± 3'52 Astur. del S E ...... 117 ...... 44'45 -f 3'25 Barceloneses ...... 100 ...... 3 7'5 ± 3'42 Araneses ...... 102 ...... 36'05 Asturianos ...... 261 ...... 34'69 + 2'09 Españoles del NE ...... 156 ...... 3 3'97 ± 379 Leoneses Valdeón...... 74 ...... 3374 *r 3'89 Parres y Piloña...... 192 ...... 31'86 + 2'3 7 Cuadro 27.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas en el área hipotenar en españoles varones. — 30 — pañolas. Las frecuencias más altas, las presentan los vascos (Pons, 1954) y los asturianos del S.E. (Gómez, 1978), seguidos de los Bar­ celoneses (Pons, 1952), araneses (Pons, 1966), asturianos (Egochea- ga, 1972), españoles del N.E. (Pons, 1959) y leoneses de Valdeón (Gómez, 1976). Las diferencias como se puede ver, son apreciables. Entre nuestra población y los barceloneses, las diferencias no son estadísticamente significativas, t= 1'35 g. 1. = 290, p entre O'l y 0'2, como tampoco lo son para los asturianos en general, espa­ ñoles del N.E. y leoneses de Valdeón. Son, sin embargo, significa­ tivas con los asturianos del S.E., t=3'13, g. 1. = 307, p=0'001, así como con los vascos.

2.4.—Areas tenar e interligital I.

Estudiamos ahora las frecuencias de figuras y vestigios de los áreas tenar e interdigital primera de la muestra obtenida en Pa­ rres y Piloña. Al igual que otros investigadores, el estudio se hace en el con­ junto de las dos áreas, dado que en muchos casos es imposible discernir la separación neta de dichas áreas.

2.4.1.—Frecuencia de figuras verdaderas y vestigios.

Como en el área anterior, expresamos las frecuencias de las se­ ries de los dos concejos estudiados, por separado y unidas. Cua­ dro 28.

D I D + :I + + 00 Parres- 6 co 2 71 13 79 3 69 •1034 ± 2 GO o Piloña ■8 49 + 2 70 •1509 ■+ 3 47 11 79 ± 2 21 Ambos 7 39 + 1 83 •1379 + 2 41 10 59 ± 1 52

Cuadro 28.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas en las áreas tenar e interdigital I.

También como en el área anterior, establecemos la comparación estadística entre ambos concejos, para las dos manos reunidas, obteniéndose una t de Student con un valor de 0'45, g. 1. = 382, — 31 — cuya p oscila entre 0'6 y 0'7 que nos señala a las dos muestras como una población para este carácter. En este mismo cuadro, podemos observar también el claro di­ morfismo manual (t=2'll, g. 1. = 382, p próxima a 0'02), pues la mano izquierda presenta una mayor proporción de vestigios y ver­ daderas figuras, que la mano derecha. En el cuadro 29, nos encontramos con las frecuencias porcen­ tuales de los diferentes tipos de figuras de ambos concejos.

D I 0 9 2 1 30 85'49

V 5'64 6' 21

L 1 ’ 53 5' 18

V/L - 2 107

L/L - 0' 51

L/W 0' 51 0 151

total 195 195

Cuadro 29.—Frecuencias porcentuales de figuras en las áreas tenar e inter­ digital I. Parres y Piloña.

Como se puede ver, la máxima frecuencia corresponde a la au­ sencia de figura en dichas áreas, seguida con una frecuencia mu­ chísimo menor, por la correspondiente a los vestigios en ambas manos, y en la mano izquierda, a las presillas.

2.4.2.—Comparación con otras poblaciones.

En el cuadro 30 aparecen las frecuencias de figuras verdade­ ras y vestigios en el área tenar e interdigital de las poblaciones es­ tudiadas por Pons (1952, 1954, 1966 y 1969), Egocheaga (1972) y Gómez (1976 y 1978). Vemos que en estas áreas, la variabilidad de las frecuencias de figuras verdaderas y vestigios es pequeña. La población estudiada por nosotros no presenta diferencias estadísticamente significati­ vas con las demás vistas. Así con los leoneses de Valdeón, presen­ ta una t=0'68 g. 1. = 616, p=0'5, y con los asturianos, t = 0'78, g. 1. =904, p entre 0'4 y 0’5. — 32 —

POBLACION D '+ I

Asturianos 12’21 ± 1 ’42

Araneses 11'1

Parres y Pilona 1 0 ’59 ± 1'52

Vascos 10'40 ± 2 ’62

Españoles del NE. 9'90 ± 1 ’70

Barceloneses 9'5 ± 2'07

Astur. del SE. 9*33 ± l'S5

Leoneses Valdeón 8'70 ± 2'30

Cuadro 30.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas de las áreas tenar e interdigital I en españoles varones.

2.5.—Areas Interdigitales II, III y IV.

2.5.1.—Frecuencias de figuras y vestigios.

Las frecuencias de figuras verdaderas y vestigios del área in­ terdigital II, pueden verse en el cuadro 31, donde si hallamos la diferencia estadística entre las dos manos de ambas poblaciones, obtenemos una t=0'35, g. 1. = 382, cuya p = 0 ’70, nos indica que cualquier diferencia es debida al azar, por lo que ambas se con­ sideran como una población única.

D I D + I Piloña 4171 ± 2'05 1188 ± 1*13 3' 30 ± 1'22

Parres 4'54 ± 2122 3140 ± 1193 3 ’97 ± 1'47

Ambos 4' 63 ± 1»51 2 ’57 ± 1*13 3'61 ± 0'95

Cuadro 31.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas en el área interdigital II. Calculando las diferencias bimanuales, obtenemos una t=l'09, g. 1. = 382, p = 0'3, lo que indica la falta de dimorfismo entre las manos derecha e izquierda de la población estudiada para ese área II. En el cuadro 32 comprobamos lo anteriormente dicho, viendo además que la ausencia de figuras tiene mayor proporción que los tipos posibles de ellas. Las figuras tienen porcentajes tan bajos que no se pueden apreciar matizaciones de reparto. — 33 —

D I 0 95'36 97*42- V 2*57 0*51 L- O151 1 0'51 - D 1*03 - d 0*51 -

Cuadro 32.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras en el área inter­ digital II. Parres y Piloña.

Las frecuencias de figuras verdaderas y vestigios del área inter­ digital III, se pueden observar en el cuadro 33, que viene dado co­ mo en el caso anterior para los dos concejos y las dos manos, jun-

D I D + X Piloña 54-’71 ± 4*83 30*18 ± 4*45 42*45 ± 3*39 Parres 61*36 ± 5*19 38*63 ± 5'19 50*00 ± 3*76 Ambos 57*73 ± 3'54 34*02 ± 3'40 45'87 ± 2*53

Cuadro 33.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas en el área interdigital III. Parres y Piloña.

tos y por separado. Entre ambos concejos, no hay diferencia esta­ dísticamente significativa, t=V49, 382 g. 1., p entre O'l y 0'2, al con­ trario que entre las manos de esta población, cuya t=4'83, da una p mucho mayor de O'OOl, para 382 grados de libertad. En el cuadro 34 vemos estas diferencias y comprobamos ade­ más que en este área la ausencia de figuras tiene la frecuencia mayor en el conjunto de ambas manos, pero la proporción de pre­ sillas con más de ocho crestas, supera en la mano derecha a los campos abiertos y al resto de las figuras. El otro tipo de presi­ llas, tiene aquí una frecuencia conspicua aunque menor al de cam­ pos abiertos y presillas grandes. Para el área interdigital IV (cuadro 35), la población de ambos concejos presenta una diferencia en el límite de la significación estadística, t = r73, g. 1. = 382, p comprendida entre 0'05 y O’IO. Considerada como una única población, entre sus manos, presenta una diferencia estadísticamente no significativa, t=l'42, 382 g. 1., p _ 34 —

D I 0 42 ’ 26 65' 98 V l103 3' 09 L 43 '81 17' 52 1 10' 82 12' 88 D 2 ’ 06 0151

Cuadro 34.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras en el área inter­ digital III.

D I D + I

Piloña 40*56 ± 4'76 45*28 ± 4*83 42*92 ± 3*39

Parres 46*59 ± 5 ’31 56*81 ± 5*28 51*70 ± 3*76

Ambos 43*30 ± 3*56 50*51 ± 3*59 46*91 ±2*53

Cuadro 35.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras verdaderas en el área interdigital IV. Parres y Piloña. entre O'IO y 0'20. En el cuadro 36, se puede ver que la mayor frecuencia, corresponde como en las dos áreas anteriores a los campos abiertos, seguida por las presillas grandes y con menor valor por las presillas pequeñas y las presillas grandes con trirra- dio accesorio.

D I 0 56' 70 49' 48

V 0151 1' 03

L 34' 02 29' 38

1 2' 57 9' 79

D 5115 5 '15

d 1' 03 4'12

W - 0' 51

L/L - 0' 51

Cuadro 36.—Frecuencias porcentuales de vestigios y figuras en el área intér- digital IV. Parres y Piloña. — 35 —

2.5.2.—Comparación con otras poblaciones.

En el cuadro 37 se disponen los datos de las frecuencias de fi­ guras verdaderas y vestigios para las series de varones, en las áreas interdigitales II, III y IV de la palma, de los araneses (Pons, 1966), asturianos (Egocheaga, 1972), barceloneses (Pons, 1952), españoles del NE (Pons, 1959), vascos (Pons, 1954), leoneses de Valdeón (Gó­ mez, 1976) y asturianos del SE (Gómez, 1978), además de los por nosotros obtenidos para los asturianos de Parres y Piloña. Para el área interdigital II, encontramos que Parres y Piloña no presentan diferencia estadísticamente significativa con los es­ pañoles del NE (t=0'34, g. 1. = 346, p=0'7), ni con los barcelone­ ses, vascos ni asturianos del SE (t= r28, gl. =• 307, p=0'2), pero si con los asturianos en general (t~3'75, g. 1. = 451, p=0'001) y con los leoneses de Valdeón.

D I D + I

Asturianos 9 16 + 1 26 62 24 + 2 13 61 08 + 2 ’14

Astur. del SE. 6 84 + 2 33 60 09 + 3 21 57 94 + 3 ’23

Parres y Piloña 3 61 + 0 95 45 87 + 2 53 46 91 + 2 ’53

Vascos 5 9 + 1 65 59 6 + 3 48 53 5 + 3 ’54

Españoles NE. 4 18 + 1 35 57 94 + 3 23 61 08 + 2 ’14

Barceloneses 5 0 + 1 54 43 7 + 3 53 67 7 + 3 37 o c LO Leoneses Valdeón 12 76 + 2 79 61 + 4 08 63 92 + 2 70

Cuadro 37.—Frecuencias porcentuales de figuras verdaderas y vestigios en las II, III, y IV áreas interdigitales de españoles varones.

En el área III, Parres y Piloña, no presentan diferencias estadís­ ticamente significativas con los barceloneses (t=0'49, 290 g. 1., p = 0'60) pero sí con el resto de las poblaciones. El área interdigital IV de Parres y de Piloña, con unas frecuen­ cias muy bajas con respecto a las otras poblaciones, presenta con todas ellas diferencias estadísticamente significativas (con los as­ turianos en general, t=2'39, g. 1. = 451, p=0'02), salvo con los vascos (t= l'51, g. 1. = 292, p=0'10). — 36 —

RESUMEN

1.—Impresiones dactilares.

1.a.—Del estudio de la distribución general de frecuencias, se deduce que las series de Parres y Piloña no presentan diferencias estadísticamente significativas para este carácter. Dichas frecuen­ cias se reparten como sigue, para los dos concejos reunidos: Arcos, 9'89%; Presillas cubitales, 56'03%; Presillas radiales, 3’96%, Tor­ bellinos concéntricos, 2'9.8%; Torbellinos dextrógiros, 876%; Tor­ bellinos levógiros, 9'02%; Dobles presillas, 8'29%; Torbellinos for­ tuitos, 0'20. (Cuadro 1). Las frecuencias porcentuales de figuras en cada dedo (Cuadro 2) permite establecer una tabla de orden de frecuencias decrecien­ tes. Las frecuencias mayores de arcos se encuentran en el dedo II, de presillas radiales en el II, de presillas cubitales en el V, de tor­ bellinos concéntricos en el IV, de torbellinos levógiros en el I y de dobles presillas en el I, no siendo apreciable la de los torbellinos fortuitos. Las diferencias entre manos es estadísticamente significativa en este carácter (Cuadro 3). Los arcos presentan frecuencia mayor en la mano izquierda, al igual que las presillas cubitales. Las pre- cillas radiales y los torbellinos en conjunto presentan el máximo en la derecha. Los torbellinos tratados en sus diferentes típis: pre­ sentan máximo en la derecha, los concéntricos, fortuitos y levógi­ ros, en tanto que en la izquierda lo presentan las dobles presillas y los dextrógiros. l.b.—Las fórmulas dactiloglíficas (cuadros 4, 5 y 6), son pare­ cidas para ambas manos y se pueden asimilar estadísticamente a las obtenidas en los asturianos (Egocheaga, 1978). l.c.—En el promedio de deltas (cuadro 7) no existe entre los dos concejos diferencia estadísticamente significativa, como ocu­ rre igualmente con las diferencias bimanuales, que tampoco son estadísticamente significativas. De las poblaciones con las que se estableció comparación, presentan diferencias solamente con los vascos (Cuadro 12). El Indice de Dankmeijer (Cuadro 8) muestra valores muy altos si se compara con otras poblaciones (Cuadro 12). l.d.—El valor cuantitativo individual medio (cuadro 13) es di­ ferente estadísticamente en ambos concejos (mayor en Parres), mientras que entre sus respectivas manos, la diferencia no es es­ tadísticamente significativa. En ambas poblaciones, los valores más — 37 — altos los presentan los dedos pulgares y los más bajos oscilan en­ tre los dedos medios e índices. Solamente con los españoles del N.E. (Pons, 1959) las diferencias de este valor no son significativas esta­ dísticamente, pues con el resto de las poblaciones comparadas, sí lo son.

2.—Impresiones palmares.

2.a.—Las líneas principales de ambos concejos dan diferencias estadísticamente significativas, por lo que se consideran indepen­ dientemente. (Cuadros 16 y 17). La línea «A» tiene su área de terminación preferentemente en­ tre las posiciones 3 y 5', aunque las posibles son más amplias, 1 a 7 en Parres y 2 a 5" en Piloña. La línea «B» tiene más variedad de terminaciones, 3 a 11 en Piloña y 5’ a 8 en Parres. En Parres las máximas frecuencias se presentan en la posición 7, seguida de 5” y 5', mientras que en Pi­ loña es de 5”, seguida de 7 y 5'. La «C» oscila entre 5' y 11, con máximo en 9, seguida de 7 y 5”. Aparecen frecuencias importantes de líneas abortivas. La «D» termina entre 7 y 11. En Piloña el máximo está en 9 y en Parres en 11. El dimorfismo manual es manifiesto, comprobándose estadís­ ticamente con el Indice de Cummins. (Cuadro 20). 2.b.—El trirradio axial se encuentra más frecuentemente en la posición «t» en ambos concejos, para cuyo carácter no presentan diferencias significativas. (Cuadro 23). 2.c.—En las figuras de las áreas palmares, no se presentan di­ ferencias estadísticamente significativas entre las poblaciones de ambos concejos. 2.c.a.—Area hipotenar: Este área posee la más rica variedad de formas y tipos distintos de figuras. Las frecuencias más elevadas las dan los arcos ulnares (cuadro 26), seguido de las presillas ra­ diales. Para este carácter no hay dimorfismo manual. 2.c.b.—Areas tener e interdigital I. La frecuencia máxima la pre­ sentan los campos abiertos en ambas manos (cuadro 29). En esta ocasión existe dimorfismo manual estadísticamente demostrado. 2.c.c.—Area interdigital II. (Cuadro 32). La frecuencia mayor se registra también aquí en los campos abiertos, pero en este caso no hay dimosfismo manual. — 38 —

2.c.d.—Area interdigital III. (Cuadro 34). Hay dimorfismo ma­ nual y los campos abiertos son más abundantes en la izquierda que las presillas grandes, mientras que en la derecha éstas superan a aquellas. 2.c.e.—Area interdigital IV. (Cuadro 36). Los campos abiertos presentan altos frecuencias, seguidos de las presillas grandes. No hay dimorfismo manual. 2.c.f.—Comparación con otras poblaciones. (Cuadro 37). El área hipotenar no presenta diferencias con otras poblaciones vistas, salvo con los asturianos del S. E. Las áreas tenar e interdigital I no presentan diferencias signi­ ficativas con ninguna otra población de las utilizadas por nosotros en las comparaciones. El área interdigital II presenta diferencias sólo con los astu­ rianos en general y leoneses de Valdeón, mientras que el área in­ terdigital III las presenta con todos salvo con los barceloneses. Por lo que respecta al área interdigital IV, con los vascos no pre­ senta diferencias significativas, pero con el resto de las poblacio­ nes comparativas, sí. - 39 —

BIBLIOGRAFIA

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Departamento de Antropología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo DISTRIBUCION ZONAL DE LOS GRUPOS SANGUINEOS DEL ABO EN ASTURIAS

POR

PEDRO GOMEZ GOMEZ

INTRODUCCION

El presente trabajo sobre el sistema ABO es una contribución para un conocimiento más detallado de la cartografía serológica de la Península Ibérica y directamente de la Región Asturiana. A los datos ya publicados por otros autores sobre esta región (Ho­ yos Sainz, 1947; Hors y Marcos, 1951; Picazo 1958, Pons, 1964; Uría, 1970...) se añaden aquí una muestra de 6496 datos sobre dicho sistema en los que se distinguen los subgrupos de «A» (Ai, A2) an­ teriormente estudiados por Pons en su trabajo aunque con una muestra de número muy inferior al usado por nosotros, además aún cuando el volumen de datos de nuestra serie no es lo grande que fuera de desear y pensamos, por ello, sepuir amnliándola todo lo posible, sí nos permite un análisis de la distribución intraregio- nal. Para lo cual en la recogida de la muestra se ha tenido en cuen­ ta no solo el carácter asturiano de los individuos muestrados, co­ mo hacen otros autores, sino también su lugar de origen dentro de la región.

CARACTERISTICA Y DISTRIBUCION DE LA MUESTRA

La muestra asciende, como se ha dicho a 6496 individuos de origen asturiano. La mayoría de ellos son miembros de la Hermán- — 42 — dad de Donantes de Sangre, el resto lo componen dadores oca­ sionales, sobre todo familiares y amigos de los enfermos que se presentan espontáneamente sin ningún tipo de condicionamiento grupal. Durante varios años se ha reunido cuidadosamente esta muestra, que materialmente ha sido posible gracias al equipo de la Hermandad que posee un laboratorio ambulante con posibilidad de trasladarse a todos los puntos de la provincia. Las determina­ ciones fueron realizadas en el laboratorio de Hematología de la Residencia de la Ciudad Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga de la Seguridad Social de Oviedo dirigido por el Dr. Celestino Vi- gil Fuente. Los datos me fueron facilitados por el Dr. Lausin G. de Sampedro. Quiero que conste aquí mi agradecimiento a ambos y a todos los que han hecho posible este trabajo. Igualmente a como hicimos con el estudio del Rh en Asturias (Gómez - Lausín, 1978) se han tenido presentes, dentro de lo posi­ ble, las características geográficas y sociales; posteriormente se ha tomado como unidad básica el concejo (Fig. 1) ya que dadas las características geomorfológicas de la Región responden en su ma­ yoría a unidades naturales bien delimitadas. Partiendo, por tanto, del concejo como unidad básica de estudio hemos agrupado los 78 concejos (fig. 1) en 37 áreas zonales (fig. 2); antes de aglutinar los concejos o áreas zonales en Zonas más ámplias (fig. 3) se aplicó un test discriminatorio de «ji» cuadrado y solamente cuando las diferencias no llegan a la significación estadística se constituyen en una unidad zonal reuniendo sus frecuencias fenotípicas. La distribución del número de muestra (fig. 4) coincide bas­ tante exactamente con la densidad de población, esta es mucho más alta en la franja central que va de Sur a Norte y engloba la zona minera e industrial más importante de la región e incluye, en­ tre otros, el concejo de Oviedo. Para el cálculo de frecuencias estadísticas hemos seguido las indicaciones metodológicas de Mourant (1970).

DISTRIBUCION DE LAS FRECUENCIAS FENOTIPICAS

En esta primera parte del estudio de la distribución de las fre­ cuencias fenotípicas, dado el reducido número de muestra de al­ gunas de las areas zonales, se tiene en cuenta sólo el grupo A, es­ tudiando después separadamente los subgrupos Aa y A2 en zonas más amplias que cuentan con mayor número de datos...... — 43 — Flg. Flg. 1 — 44 —

Fig. 2

Fig. 3.—Distribución zonal de Asturias para el A-B-O

Fig. 4.—Distribución muestral para el A-B-O — 4$ —

Del estudio de la muestra que poseemos, en líneas generales (cuadro núm. 1) se deduce que en la Zona Centro-Oriental las frecuencias de individuos del grupo «O» predominan sobre los del grupo «A» (areas: 1-19) salvo en algunos casos (4, 6, 8) que por otra parte, presentan un número relativamente pequeño de muestra y, además, las pruebas estadísticas no dan grado de sig-

FRECUENCIAS FENQTIPTCAS A850LUTA5 FRECUENCIAS FFN0TIPICA5 RELATIVAS

0 A B Ae TOTAL 0 A 8 A3 1 69 48 6 2 125 0 55200 0 38400 0,048CO o ,01600 2 03 65 0 3 159 0 52201 0 40S81 0,05031 0 ,01887 3 97 80 6 3 196 0 52151 0 43011 0,03226 0 01613 4 33 41 7 2 83 0 39759 0 49398 0.C8434 o ,02410 5 116 90 14 5 225 0 51556 0 40000 0,06232 0 ,02222 6 31 37 2 1 71 0 43662 0 52113 0,02817 0 ,01408 7 58 37 6 1 102 0 56063 0 36275 0,05882 0 ,0098 a 21 26 _ _ 47 0 44601 0 55319 -- 9 1C6 06 19 5 216 0 49C74 0 39815 0,08796 0 ,02315 LO 126 107 19 6 250 0 40037 0 41473 0,07364 0 ,02326 L1 289 235 47 13 584 0 49406 0 40240 0,08048 0,02226 12 209 227 26 11 553 0 52260 0 41C49 0,04702 0 ,01989 L3 77 40 6 3 134 0 57463 0 35921 0,04470 0 ,02239 14 60 51 10 4 125 0 40000 0 40000 0,08000 0 ,¿3200 L 5 42 37 4 1 85 0 50588 0 43529 0,04706 0,01176 16 141 115 10 5 271 0 52030 0 42435 0,03690 0,01845 L7 530 404 04 25 1043 0 50015 0 38734 0,08054 0,02397 L0 110 75 9 4 198 0 55556 0 37579 0,04545 0 ,02020 L9 55 43 7 2 107 0 51402 0 40187 0,06542 0 ,01?69 20 35 51 12 2 100 0 35000 0 51000 0,12000 0 ,020C0 n 20 22 2 1 45 0 44444 0 48809 0,04444 0 ,022-22 22 16 27 2 1 46 0 34703 0 58696 0 ,04346 0 ,02174 ’3 40 45 8 3 96 0 41667 0 46875 0,08333 0 ,03125 24 14 93 10 5 172 0 37209 0 54070 0,05814 0 ,02907 25 10 32 3 2 55 0 32727 0 58182 0,05455 0 ,03636 26 45 57 3 3 108 0 41667 0 52778 C,02778 0,02778 27 40 41 5 2 96 0 50000 0 42708 0,05208 0 ,02083 20 58 65 8 4 135 0 42963 0 48148 0,05926 0 ,02963 29 35 44 2 2 83 0 42169 0 53012 0,02410 0,02410 30 03 99 16 6 204 0 40606 0 48529 0,07843 0 ,02941 31 29 30 4 _ 63 0 46032 c 47619 Ü,C6349 - 32 4S 51 10 3 113 0 43363 0 45133 0,08850 0,02655 3 3 54 72 8 4 138 0 39130 0 52174 0,05797 0,02894 34 40 43 3 2 90 0 45455 0 48864 0,03409 0 ,02273 35 77 49 10 4 140 0 55000 0 35C00 0,07143 Q,02857 36 52 75 13 4 144 0 36111 0 52083 0,09028 Q,02778 37 45 46 4 3 98 0 37755 0 46939 0,04082 0 ,03061 rOT AL3142 2794 413 147 6496 0,40577 0,42986 0,06254 0,02267

Cuadro I nificación respecto a las áreas vecinas como veremos a continua­ ción. Inversamente en la zona occidental predominan las frecuen­ cias de individuos del grupo «A» sobre el «O» a excepción de dos áreas (27, 35) que, así mismo, tampoco presentan grado de signifi­ cación estadística respecto a las areas vecinas. — 46 —

Para un más cómodo estudio agrupamos las 37 áreas zonales en 9 zonas más amplias, en estas agrupaciones se han tenido en cuenta los criterios ya dichos. Agrupamos en la Zona I las áreas zonales 1, 2, 3, 4, 5, 6 (figura 2 y 3), ya que las diferencias de va­ lores de frecuencias son muy pequeños y estadísticamente no sig­ nificativas (X2 = 10,26, gl. 18, P. entre 90 y 95%). Igualmente la Zona II abarca la 8, 9, 10, 11 (X2 = 6,21, gl. 9, P. entre 70 y 80%). La Zona III comprende las 7, 13, 18, 19 las diferencias de valores son inferiores incluso a los dos casos anteriores (X2 =. 1,87, gl. 9, P. 99%). Las diferencias en las áreas 14, 15, 16 son algo superiores a las halladas en los casos anteriores, sin embargo se encuentran lejos de la significación estadística (X2 = 4, gl. 6, P entre 50 y 70%). Las zonas V, VI corresponden a las áreas 12 y 17 respectivamen­ te, son áreas geográficamente centrales y con una alta densidad de población por lo que el número de la muestra es también ele­ vado, la segunda de ellas abarca el concejo de Oviedo y alrededo­ res. El test sobre las diferencias de los valores de las seis zonas anteriores, ciertamente, no dan significación estadística pero se aproximan a ella (X2 = 22,46, gl. 5, P. entre 5 y 10%). Los valores de frecuencias del grupo «O» oscilan (Cuadro II) entre 0’49050 (49,05%) de la zona II y el 0,55453 (55,45%) de la III

FRECUENCIAS FENOTIPICAS ABSOLUTAS FRECUENCIAS FEN0TIPICAS RELATIVAS

ZONAS 0 A 8 AB TOTAL 0 A a AB

I 429 361 43 16 049 0,50350 0,42521 0,05065 0,01905 II 542 454 05 24 1105 0,49050 O.41C06 0,07692 0,02172 III 300 203 28 10 541 0,55453 0,37523 0,05176 0,01940 IV 244 203 24 10 481 0,50720 0,42204 0,0499 0,02079 V 289 227 26 11 553 0,52260 0.41C49 0,04702 0,01989 VI 530 404 04 25 1043 0,50015 0,30734 0,00054 0,02397

TCTAL 2334 1052 29C 96 4572 0,51050 0.40507 0,06143 0,02100

VII 344 433 53 23 053 0,40320 0,50762 0,06213 0,02696 VIII 196 22 4 32 11 463 0,42333 0,52700 0,06911 0 ,0 2 3 7 6 IX 268 205 * 38 17 6C8 0 ,4 4 0 7 9 0.46075 0,06250 0,02796

TOTAL 800 942 123 51 1924 0 ,4 1 9 9 6 0,40960 0,06393 0,02651

C u a d r o II

salvo la zona V (0,52260) que posee un valor intermedio entre am­ bos, el resto se halla próximo a la II y con valores en torno al 0,5 (50%). Para el grupo «A» el valor máximo (0,42521) corresponde a — 47 —

la Zona I (42,52%) y el mínimo (0,37523) a la III (37,52%). Las frecuencias del grupo «B» se hallan entre el valor (0,08054) de la Zona VI (8,05%) y el (0,04702) de la Zona IV (4,70%), salvo los de la VI y la II (0,07692) el resto de las zonas poseen valores sen­ siblemente inferiores a los hallados por otros autores para la po­ blación asturiana. Después de tener en cuenta lo dicho reunimos las 6 Zonas en una más amplia que abarca el Centro y Oriente de la Región. La zona VII está formada, inicialmente por las áreas 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28 con diferencias escasas y lejanas de la sig­ nificación estadística (X2 = 10,76, gl. 21, P. entre 95 y 98%) a ellas añadimos la 20, a pesar de que las diferencias son notables y casi estadísticamente significativas (X2 = 6,94, gl. 3, P. entre 5 y 10 L/c), lo son en cambio respecto a la zona VI (X¿ 9,77, gl. 3, P. entre 5 y 2 más próximo al 2%) con la que limita por el Oriente. La Zona V iíl comprende las áreas 29, 30, 31, 32 (X“ = 5,22, gl. y, F. entre 80 y 90%) y la IX las restantes (33, 34, 35, 36, 37), no obstante las diferencias de frecuencias de los grupos del area 3s y el resto üe las áreas no existe signiticacion estadística (X* = 1/, 51, gl. 16, P. entre 30 y 50%). Los valores de frecuencias del grupo «o», como ya se ha dicho, son interiores en estas tres zonas del Uccidente asturiano a los hallados en las otras seis e inversamente ocurre con las del grupo «A». En el grupo «O» los valores oscilan entre 0,44079 (44,08%) de la IX y 0,40328 (40,33%) de la V il. be aprecia un aumento creciente de Irecuencias del «O» en dirección Oeste de una Zona a otra, dicho aumento es en sentido contrario de lo presumible si se tiene en cuenta las mayores frecuencias de este grupo en la Zona Centro-Oriental. Las del grupo «A» sufren un aumento en sentido inverso entre 0,50762 (50,76%) de la V il y 0,46875 de la IX. Las del grupo «B» tienen una mayor constancia de valores (cuadro II) que los dos grupos anteriores. En conjunto la VII, VIII, IX (fig. 3) forman una zona hemática para el ABO más homogénea que la Centro-Oriental, (X2 2,78, gl. 6, P. entre 80 y 90%), sus diferencias son menores y menos significativas desde el punto de vista estadístico. La comparación en cambio entre las frecuencias de ambas zonas arroja diferencias altamente significa­ tivas (X2 = 47,26, gl. 3, P< 0,001). La línea de división entre la zona Occidental y Centro-Oriental es más o menos clara (fig. 3) y va de sur a norte por el Occidente del concejo de Oviedo, según se indica con una línea de trazo grueso y continuo en la figura. Desde el punto de vista geográfico viene marcada por la cuenca baja del Nalón, los montes del Aramo y la cordal de Lena. — 48 —

Sistema Ai A2 BO.

La distribución de los subgrupos Ax y A2 nos ofrece la posibi­ lidad de hacer un análisis más detallado de las dos zonas flemáti­ cas anteriores.

Cuadro III: Zona Centro-Oriental

Frecuencias Observadas Frecuencias Teóricas

O 2334 0,51050 2334,32 0,51057 A. 1619 0,35411 1619,15 0,35414 a 2 233 0,05096 233,01 0,05096 B 290 0,06343 290,01 0,06344 Aj B 81 0,01772 81,78 0,01789 A2 B 15 0,00328 13,72 0,00300

4572 1,00000 4572,01 1,00001

Cuadro IV: Zona Occidental.

Frecuencias Observadas Frecuencias Teóricas

O 808 0,41996 805,35 0,41858 Ai 846 0,43971 844,24 0,43879 a 2 96 0,04990 95,79 0,04979 B 123 0,06393 122,73 0,06379 Ai B 44 0,02287 49,05 0,02549 A2 B 7 0,00364 6,84 0,00356

1924 1,00001 1924 1,00000

La relación de frecuencias A2/A1 es superior en la Zona Cen­ tro-Oriental (0,14) que en la Occidental (0,11), este último valor coincide con el hallado por Pons en asturianos en general, dicha relación es superior en los gallegos (0,17), Vascos (0,22) y otros grupos peninsulares (Pons, 1964) e inferior en los leoneses (0,04). — 49 —

FRECUENCIAS ALELICAS DEL ABO.

Para una idea más aproximada de los alelos del «ABO» y su distribución según áreas zonales pueden observarse las figuras 5, 6, 7. Las frecuencias del alelo «O» oscilan entre un valor üe «r» de 0,5630 del área zonal 25 y 0,7609 de la 13, en líneas generales en la zona Centro-Oriental se aprecia un aumento gradual de Sur a Norte. En la Occidental la distribución geográfica de frecuencias alélicas aunque de forma no tan aparente aumenta de Oeste a Este, manteniéndose sus valores por debajo de 0,6834 del área 37, con las excepciones ya anotadas al tratar de los grupos (áreas 27, 35). Las frecuencias del alelo «A» (fig. 6) presentan una distribución geográfica más aleatoria que las del alelo anterior, los valores para este caso se hallan entre un máximo de 0,3897 del área 25 y un mínimo de 0,2061 del área 35. Aún cuando ambas áreas se sitúan en la Zona Occidental, salvo el caso citado del área 35, las demás frecuencias de las áreas de esa zona poseen valores por encima del 0,25 e incluso del 0,30. En cambio en la Centro-Oriental, con las excepciones igualmente conocidas, se encuentran próximas y nor­ malmente por debajo de 0,25. La distribución del alelo «B» presen­ ta oscilaciones notorias encerradas entre el valor mínimo (0,01841) del área 29 y el máximo (0,0932) de la 20 (fig. 7).

Frecuencias alélicas del sistema Ax A2 BO.

Se han calculado las frecuencias alélicas de dicho sistema en la Zona Centro-Oriental y Occidental. Añadimos con objeto com­ parativo las correspondientes a la serie de asturianos estudiados por Pons, que considera separadamente las frecuencias de los sub- grupos de A (Ax y A2). En consecuencia tanto las frecuencias «pi» como las «p2» co­ rrespondientes a los alelos Ax y A2 son superiores en la Zona Oc­ cidental y lo mismo ocurre con las frecuencias «q» del alelo «B» e inversamente, como es lógico, con las del «O». Las diferencias son estadísticamente muy significativas tanto para las frecuencias del alelo Ax (t=5,15, P<0,001) como para las del «O» (t=5,28, P< 0,001), pero no en los otros casos. Las frecuencias del alelo «Ai» y «O» de los asturianos estudia­ dos por Pons poseen unos valores casi intermedios entre los en­ contrados por nosotros, en ambas Zonas, en cambio las del «B» — 50 —

MAR CANTABRICO

Fig. 5.—Alelo «O»

MAR CANTABRICO

Fig. 6.—Alelo «A»

MAR CANTABRICO

Fig. 7.—Alelo «B» — 51 —

y «A2» son superiores e inferiores respectivamente a las de di­ chas zonas, no obstante las pruebas de significación aplicádas a las tres series mediante el método de «t» de Student no han dado significación estadística en ninguno de los casos.

Cuadro V

Z. Centro Oriental Z. Occidental Asturianos (Pons)

Pi 0'20756 ± 0,0060 0,26808 ± 0,0101 0,2353 ± 0,0195 P2 0,03481 ± 0,0027 0,03740 ± 0,0043 0,0322 + 0,0081 q 0,04309 + 0,0030 0,04755 ± 0,0048 0,0572 ± 0,0107 r 0,71454 ± 0,0067 0,64698 ± 0,0109 0,6753 ± 0,0215

DISTRIBUCION DEL «ABO» EN EL NORTE CANTABRICO.

Las frecuencias alélicas de las provincias cantábricas las he­ mos tomado de A. VALLS (1975), para compararlas con las astu­ rianas de nuestra muestra.

Cuadro VI

N P P r Coruña 13659 0,32202 0,06716 0,61082 Orense 8032 0,31582 0,05924 0,62494 Lugo 11492 0,31790 0,07512 0,60696 Asturias: Z. Occidental 1924 0,30547 0,04755 0,64698 Z. Oriental 4572 0,24237 0,04309 0,71454 Santander 7809 0,27113 0,06331 0,66555 Vizcaya 9040 0,29084 0,04990 0,65920 León 11628 0,33348 0,06656 0,59994

De la relación de estas frecuencias y su situación geográfica se deduce que las «p» del alelo «A» aumentan hacia el Oeste (Lugo, Coruña) desde la Zona Occidental asturiana, y a partir del límite de las dos Zonas, e igualmente ocurre hacia el Este (Santander- — 52 —

Vizcaya), a partir de la Centro-Oriental, aunque las diferencias de «p» son mayores, en este caso, respecto a las de Santander que en el caso anterior respecto a las de Lugo. El alelo B en ambas zonas tie­ ne un valor de «q» más bajo que en el resto de las regiones o pro­ vincias cantábricas, aproximándose más a las de Vizcaya que a ninguna otra. Las elevadas frecuencias «r» del alelo «O» de la zona Centro-Oriental destacan notoriamente sobre el resto de fre­ cuencias del cuadro anterior, aunque son más próximas a las de Santander y Vizcaya que a las provincias gallegas y por tanto a la Zona Occidental asturiana. De estas comparaciones parece dedu­ cirse que la divisoria entre ambas zonas desborda en importancia los límites regionales, especialmente si se tiene en cuenta la dis­ tribución del alelo «A», y también, aunque no tan claramente, las del «O», en toda la región Cantábrica. No obstante los abundantes datos de estos grupos a nivel pe­ ninsular, un estudio más minucioso dentro de las regiones reve­ laría la importancia del sistema para un conocimiento más pre­ ciso de la cartografía y del interés antropológico de este en el estudio de las Regiones a la luz de las leyes de la genética y biolo­ gía de poblaciones humanas.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

La distribución geográfica del «ABO» dentro de la región astu­ riana presenta una rica heterogeneidad, manifestándose la exis­ tencia de pequeñas unidades poblacionales con unas características de aislamiento más o menos importantes como se puede compro­ bar en el estudio de frecuencias de las áreas y zonas, motivadas, o por lo menos favorecidas, hasta el presente por las circunstan­ cias geográficas de la Región. El estudio de las frecuencias fenotí- picas a lo ancho de la Región indica la existencia clara de dos zo­ nas hemáticas para este sistema. La Zona Occidental con predomi­ nio de grupo «A» y la Zona Centro-Oriental más heterogenea en su distribución y con predominio del grupo «O». Las diferencias entre ellas son comprobadas estadísticamente, tanto a nivel de gru­ pos como de frecuencias alélicas del A y O. La línea divisoria entre ambas, va de sur a norte por el occi­ dente del concejo de Oviedo, queda pendiente la comprobación de su trascendencia bioantropológica con el estudio de otros caracte­ res. Atendiendo a la distribución de las frecuencias del alelo «A» — 53 — y también, aunque no tan claramente del «O», su significación des­ borda los límites provinciales, aunque resta por hacer un estudio de detalle de otras regiones cantábricas para el «ABO». Por otra parte desde el punto de vista etnológico y lingüístico existe una llamativa coincidencia con la línea divisoria de bable central y occidental y la de las dos zonas hemáticas definidas en este trabajo. La división cuatripartita de la Región que hace Uría (1970) pa­ ra el «ABO» es apriorística y con la muestra de que dispone no resiste el análisis estadístico. Así mismo no se puede seguir con­ siderando la región como una unidad poblacional para este sis­ tema. Por último las frecuencias alélicas del ABO del occidente as­ turiano son muy próximas a las halladas en la Zona del noroeste peninsular y puede incluirse en esta que comprende la región ga- laico-leonesa, con la que limita geográficamente. Las frecuencias de la Centro-Oriental se acercan a las de la región vasconavarra (ver Valls, 1975).

SUMMARY

The phenotype and gene frequencies as well as the regional dis­ tribution of the Aj A2 BO bood System was investigated in 6496 Asturians.

Departamento de Antropología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo — 54 —

BIBLIOGRAFIA

G ómez, P. (1977). —“Bioantropología e influencia geográfica en el N . E. de León”. Inst. Fr. Bemardino de Sahagún, C. S. I. C. imp. prov. León. G ómez, P ., L a u s in , A. (1978). —“Contribución al estudio del R h en Astu­ rias”. I. Simp. de Antrop. Biol. de España. Madrid. G ó m e z, P. (1979).—Estudio de los grupos sanguíneos “ABO” y “Rh” en asturianos del S. E.”. Sup. Bol. Idea, núm. 24. Oviedo. H o r s , P . y M arcos , F. G. (1951).—Hematología y hemoterapia, 1. No. 3-4, 90-96. Cit. en Mourant et al. (1958). M o u r a n t , A. E.; et al. (1976).—“The distribution of the human blood groups and other polimorphisms”. Oxford Univ. Press. London. P ic a z o , J. (1964).—Mapa grupal de España. Medicina y Cirugía de guerra. XX. 11-12: 595-605. P o n s , J. (1964).—“Grupos sanguíneos en asturianos”. Rev. Fac. Cieñe, t. V /2: 3-7. Univ. Oviedo. Uria, J. (1970): “Datos relativos a la formación antropológica del pueblo asturiano”. Trab. publ. en el Libro de Asturias 38-61, Oviedo. V a l l s , A . (1975).—“Seroantropología de la población española”. Rev. Univ. Complutense. Vol. XXIV, Núm. 97. Mayo-Junio 1975. APORTACION AL CONOCIMIENTO DE LA FAUNA ASTUR: NOTAS SOBRE ALGUNOS CURCULIONIDOS 0COLEOPTERA)

POR

JOSE RAFAEL GONZALEZ LOPEZ

INTRODUCCION

Aunque la fauna astur está bastante bien conocida en cuanto a Vertebrados se refiere, la sistemática, distribución y estudio en ge­ neral de Invertebrados, por el contrario, permanecen casi inéditos si exceptuamos algunos trabajos realizados hasta el momento. El objeto de este trabajo, por lo tanto, es contribuir al relleno de este vacío con la aportación de una serie de datos sobre un gru­ po de Coleopteros muy conocidos pero insuficientemente estudia­ dos: los Curculiónidos. Inicialmente las metas fijadas consisten en la clasificación de las especies recogidas en una serie de puntos repartidos por toda Asturias, así como el ver la especificidad insecto-planta, nuevas plantas sobre las que se desarrollan y las variaciones en sus fechas de aparición comparándolas con las de Francia dada su proximidad y sus similitudes climáticas. Hemos de señalar que, aparte de las descritas, han aparecido otras especies que no se han podido clasificar hasta el mo­ mento por falta de bibliografía, no sabiendo si son especies propias de la fauna hispana, ya descritas, o bien se trata de nuevas especies. Serán objeto de trabajos posteriores. — 56 —

AREAS DE ESTUDIO, MATERIAL Y METODOS

Los ejemplares fueron recogidos en un total de 27 puntos de captura repartidos por toda la Región asturiana (ver Mapa), tra­ tando de tomar las muestras en playas, bosques, prados, monta­ ñas..., es decir, en todos los ecosistemas diferentes posibles. Para el estudio de los diferentes ejemplares se empleó una lu­ pa binocular Zeiss a la cual se adantó un ocular micrométrico Olym­ pus OSM para efectuar las mediciones: éstas se tomaron desde la base del rostro al extremo de los élitros. El edeago, cuando fué necesaria su extracción para la clasifi­ cación del individuo, se sacó separando el abdomen por su primer estemito v colocando su contenido en una solución de Hidróxido notásico al 30% en ebullición durante unos minutos; posteriormen­ te unos edeagos se montaron en líquido de Hoyer y otros en Bál­ samo de Canadá. Los ejemplares fueron capturados a mano o mediante el «para­ guas japonés». Se encuentran depositados en las colecciones de In­ sectos del Departamento de Zoología de la Universidad de Oviedo.

RELACION DE LOS PUNTOS DE CAPTURA Y SU SITUACION EXPRESADOS EN COORDENADAS U. T. M.

1.# Amao ...... 30TTP 59 29 2.° Avilés ...... 30TTP 64 27 3.° Belmonte ...... 29TQH 26 96 4.° Cabranes ...... 30TUP 05 11 5.° Corias (Pravia) ...... 29TOJ 32 15 6.° El Puerto ...... 30TTP 58 29 7.° Espinaredo ...... 30TUN 08 97 8.° Fuso de la Reina ...... 30TTP 63 Ot 9.° La Castañalona ...... 30TTP 59 27 10.° La Magdalena (Avilés) ...... 30TTP 65 26 11.® Las Chavolas ...... 30TTP 58 29 12.° Las Xanas ...... 30TTN 57 95 13.° Los Llanos (Grado) ...... 29TQJ 38 08 14.® Muniellos ...... 29TPH 93 69 15.° Naranco (Oviedo) ...... 30TTP 68 08 16.® Nava ...... 30TTP 98 03 17.® Oviedo ...... 30TTP 69 06 — 57 —

18.° Oviñana ...... 29TQJ 23 30 19.° Pto. Pajares ...... 30TTN 75 63 20.° Playa de Muniellos ...... 30TTP 50 30 21.° Playa de Xagó ...... 30TTP 64 32 22.° Salas ...... 29TQJ 22 11 23.° S. Juan de la Arena ...... 29TQJ 37 28 24.° Somiedo ...... 29TQH 26 67 25.° Valgrande ...... 30TTN 75 64 26.° Verdicio ...... 30TTP 6$ 35 27.° Xivares ...... 30TTP 81 27

RELACION DE ESPECIES

Subfam. OTIORRHYNCHINAE

Representada por insectos de rostro corto, recto, ancho. Ante­ nas insertadas apicalmante, con el escapo sobrepasando el borde anterior de los ojos. Escrobos foveiformes, cortos, dorsales, visi­ bles totalmente por encima, dilatados, pudiendo estar abiertos k o cerrados por delante. , , — 58 —

Tribu P h y llo b in i

Phylíobius (Dieletus) argentatus L. 1758 ( = terecticollis Gyll. 1834, croaticus Stierl. 1888). Se ha citado sobre Sorbus aucuparia L., Amelanchier vulgaris Moench. y sobre frutales cultivados, durante toda la Primavera. En Asturias se capturó sobre Genista tinctoria L. en Valgrande el 8-VII-1978. P. (TJstavenus) xanthoctemus Kiesenw 1851 ( — meridionalis Desbr. 1873). Se ha citado sobre Corylus avellana L. apareciendo en Junio en Francia. En Asturias se capturó sobre dicho arbusto en Corias (Pravia) el 4-IV-1975 y en Fuso de la Reina el 8-V-1975, es decir, se adelantó su fecha de aparición a Abril.

Subfam. BRACHYDERINAE

Insectos de rostro corto, ancho, recto. Antenas apicales o sub- apicales, con el escapo sobrepasando el borde anterior de los ojos. Escrobos alargados y estrechos dirigidos en una curva más o me­ nos pronunciada sobre la parte inferior del rostro. Ovales u oblon­ gos, de colores apagados, recubiertos generalmente de escámulas, a veces de coloración muy viva.

Tribu Brachiderini

Brachyderes (Sulciurus) lusitánicus F. 1781 ( =opacus Boh. 1833, quadripunctatus Fairm. 1871). Se encuentra sobre Pinus pinaster Soland, P. halepensis Mill., Quercus robur L. Q. tozza Bose, Betula alba L. En Asturias se capturó en Muniellos el 21-111-1978.

Tribu C n e o r r h in i

Cneorrhinus {Atadogenus) exaratum Marsh. 1802 (—plumbeus Marsh. 1. c.). Se le encuentra sobre Oenothera biennis L. desde Mayo a Julio. — 59 —

En Asturias se le capturó en La Magdalena (Avilés) el 21-VI-1978. C. {Lacordaireus ) bellieri Brisout 1869. En Asturias se le capturó sobre Narcissus triandrus en la playa de Muniellos el 11-111-1978. C. (Phiîopedon ) plagiatum Schaller 1783 ( =globatum Herbst. 1784, geminatum F. 1787). Se le ha citado sobre Amophila arenaria Link, y Sarothamnus scoparius L. En Asturias se le cogió sobre A. arenaria Link, y sobre Anthyllis vulneraria L. en la playa de Xagó el 4-IV-1978.

Tribu S it o n in i

Sitona lineatus L. 1758 {-cupreo-squamosus Goeze, intersectus Fourcroy 1785, neophytis Herbst. 1795, pisivora Steph. 1831, squa­ mosus Gmel. 1790, griseus Marsham 1802, ocülatus Reitt. 1916). Se le ha citado sobre Fabaceas {Lotus, Trifolium, Medicago, Pi- sum...) desde la Primavera al Verano. En Asturias se la capturó sobre Vicia sativa L. en Las Chavolas el 19-VI-1978.

Tribu Polydrosini

Polydrossus (Tylodrusus) pterygomalis Boh. 1840 ( =mixtus Stierl. 1885). Se lo puele encontrar sobre Quercus pubescens Willd., Q. pedun- culata Ehrh., Q. sessiliflora Salisb., Fagus silvatica L., Corylus ave­ llana L., carpinifolia Scop., Carpinus betulus L., desde Abril a Julio. En Asturias se le capturó sobre Corylus avellana L. en Valgran- de el 7-VII-1978.

Subfam. CLEONINAE

Insectos de rostro generalmente largo, arqueado, cilindrico, an­ cho, carenado longitudinalmente. Antenas situadas en el medio o posteriores. Escrobos estrechos dirigidos oblicuamente sobre la parte inferior del rostro, viéndose su parte anterior, por encima.. Cuerpo oblongo, alargado, de coloración apagada. — 60 —

Tribu C le o n in i

Cyphocleonus tigrinus Panzer 1789 (= marmoratus F. 1792, spar- sus Desbr.). Se encuentra sobre Centaurea panicuíata L., Andryala integrifo- íia L., Achillea millefolia L., Artemisia vulgaris L., A. abisinthium L. En Asturias se capturó en Nava 27-TV-1975 y en Pajares en 1976. Psendocleonus grammicus Panzer 1789. Se encuentra sobre Centaurea jacea L. de Mayo a Octubre en Francia. En Asturias se capturó en Oviedo el 25-IV-1978, es decir, se ade­ lantó su fecha de aparición a Abril.

Tribu L ix in i

Lixux algirus L. 1758 ( =angustatus F. 1775, pulvereus OI. 1807, lefebvrei Boh. 1836, varicolor Boh. 1836). Se encuentra sobre Malva silvestris L., Atthaea rosea Cav., Cir- sium palustre Scop., Cirsium arvense Scop., Centaurea nigra L., Silybum marianum Gaertn., Vicia jaba L. desde Marzo hasta Sep­ tiembre. En Asturias se capturó en Los Llanos (Grado) el 30-V-1978. L. cribicollis Boh 1835 ( =ferrugatus 01. 1808, grattiventris Boh. 1843, miniatocinctus Desbr. 1905). Se encuentra sobre distintas Rumex apareciendo en Marzo. Hi­ bernan. En Asturias se recogió sobre dicho género en La Castañalona el 27-V-1977. L. elongatus Goeze 1777 ( =filiformis F. 1781, bardanae Panz., rufitarsis Boh. 1835, scrobirrostris Cap. 1875, rufipes Desbr.). Se encuentra sobre Carduus nutans L., C. crispus L., C. pycnoce- phalus L., Cirsium arvense Scop., C. lanceolatum Scop., Silybum marianum Gaertn. Aparece en Marzo, tiene dos generaciones anua­ les. En Asturias se capturó sobre C. arvense Scop. en El Puerto en el l-VI-1978 y el 12-VI-1978. L. mucronatus OI. 1807 ( =venustulus Boh. 1836, chevrolati Boh. 1843, minutus Escalera 1914). Se encuentra sobre Sium latifolium L., Helosciadium nodiflo- rum Koch., Apium graveolens L., Chaerophyllum sativum Bess. des­ de Agosto a Septiembre en Francia. En Asturias se capturó sobre H. nodiflorum Koch. en La Cas- tañalona el 22-V-1977, es decir, se adelantó la fecha de aparición a Mayo. Larinus sturnus Schaller 1783. Se le ha citado sobre Cirsium lanceolatum Scop., C. eryopho- rum Scop., C. oleraceum Scop., C. palustre Scop., C. scabrum Poir., Carduus nutans L., C. nigrescens Vill., Centaurea jacae L., C. sca- biosa L. desde Primavera a Otoño. En Asturias se capturó sobre Carduus nutans L. en Valgrande el 8-VI1-1978 y el 27-VII-1978.

Subfam. CALANDRINAE

Rostro alargado, cilindrico, delgado, generalmente aplicado con­ tra el prosternum. Escrobos rectilíneos dirigidos sobre la parte an­ terior o inferior de los ojos; parte inferior de estos escrobos no visible desde arriba. Cóxas y fémures contiguos, trocánter corto, oblicuo, ocupando solamente el ángulo basal del fémur.

Tribu C a la n d r in i

Sitophilus oryzae L. 1763 ( = quadrimaculata Walk 18£9). Se encuentra sobre las semillas de numerosas Gramíneas: Tri­ go, Avena, Centeno, Mijo, Cebada..., e incluso sobre castañas. En condiciones favorables tiene varias generaciones anuales. En Asturias se encontró en Belmonte el 13-VI-1974.

Tribu Ceuthorrhynchini

Ceuthorrhynchidius troglodytes F. 1787 ( =spiniger Herbst. 1796, pusio Panzer 1795). Se encuentra sobre Plantago lanceolata L. desde Abril a Sep­ tiembre. En Asturias se cogió sobre dicha planta en El Puerto el 22-V-1978 y el 20-VI-1978. Ceuthorrhynchus chalybaeus Germ. 1824 (= thomsoni Kolbe 1900). Se le ha citado sobre Lepidium campestre R. Br., Sisymbrium officinale Scop., Roripa amphibia Bess., Rapistrum rugosum All., — 62 —

Alliaria officinalis And., Diplotaxis tenuifolia D. C., Sinapis arven- sis L., Cochlearia armoricia L., Cheiranthus cheiri L., Brassica ole- rifera D. C., Capsella bursa-pastoris L. desde Abril a Julio. En Asturias se encontró sobre Raphanus raphanistrum L. en Las Chavolas el 17-IV-1978. C. (s. st.) pleurostigma Marsham 1802 (=sulcicollis C. G. Tom- son 1885). Se ha citado sobre Alyssum calycinum L., A. maritimum Lam., Alliaria officinalis Andrz., Arabis albida Stey., Berteroa tncana D. C., Brassica oleracea L., B. napus L., B. campestris L., B. cheiranthus Will., Cakile marítima Scop., Cardamine pratensis L., C. parviflora L., Cheiranthus cheiri L., Cochlearia armoricia L., Diplotaxis eru- coides D. C., Erucastrum polichii Schimp., Erysimum hieracifolium L., E. cheiranthoides L., Lepidium draba L., L. latifolium L., L. sa- livum L., L. campestre R. Brown., Nasturtium palustre D. C., N. offi­ cinale R. Brown., Raphanus sativus L., R. raphanistrum L., Sinapis arvensis L., Sisymbnum sophia L., S. officinale Scop., Thlaspi per- folialum L., Th. arvense L. Tiene dos generaciones anuales. En Asturias se cogió sobre R. raphanistrum L. en Avilés el 17-IV-1978. C. (Ethlecus) pollinarius Forster 1771 (=dentatus Marsh. 1802, caliginosus Steph. 1831, nigrita Steph. 1829, glaucinus Boh. 1845). Se encuentra sobre Urtica dioica L. En Asturias se encontró sobre dicha planta en La Castañalona el 12-V-1977, el VII-1977 y el 18-VII-1978. Micrelus ericae Gyll. 1813 (=albosetosus Gyll. 1837). Se ha descrito sobre Calluna vulgaris L., Erica tetralix L., E. ci- nerea L. y E. scoparia L. desde Abril a Septiembre. En Asturias se cogió sobre E. cinerea L. en Pajares el 8-VI1-1978. Mononychus punctum-album Herbst. 1784 {—psudacori F. 1792). Se le encuentra sobre Iris tanto silvestres como cultivadas des­ de Agosto a Noviembre en Francia. En Asturias se ha capturado sobre I. pseudacorus L. en Arnao el VIII-1977 y el 23-V-1978 y sobre Orchis picta Lois, en Verdicio el 27-V-1978, es decir, se ha adelantado a Mayo.

Tribu T y c h iin i

Tychius meliloti Stephens 1831. Se encuentra sobre Melilotus officinalis C. G., M. macrorrhiza Pers., Ai. alba Lam. desde Mayo a Julio. En Asturias se encontró sobre M. alba Lam. en S. Juan de la Arena el 15-VII-1978. T. schneideri Herbst. 1795 (=lineatellus Stephens 1831, lineatu- lus Boh. 1843). Se encuentra sobre Anthyllis vulneraria L. desde Mayo a Julio en Francia. En Asturias se capturó sobre dicha planta en S. Juan de la Are­ na el 22-IV-1978, en El Puerto el 30-V-1978 y el 2-VII-1978 adelan­ tándose su fecha de aparición a abril. T. venustus F. 1791 ( =albolineatus Ziegl. 1836, bivittatus Marsh 1802, nervosus Marsh. 1. c., parallelus Olivier 1807, pegaso Herbst. 1795, vernalis Reich 1797, genistae Bedel). Se ha citado sobre Sarothamnus scoparius L., S. arboreus Desf., Genista tinctoria L., G. saggitalis L., Spartium junceum L. desde Abril hasta Septiembre en Francia. En Asturias se cogió sobre G. tinctoria L. en Muniellos el IV-1977 y el 18-111-1978, adelantándose en su aparición a Marzo.

Tribu B a r iin i

Baris (s. st.) cuprirrostris F. 1787 ( =graminis Gmelin 1790). Se ha citado sobre Brassica oleracea L., Diplotaxis tenuifolia D. C. y D. muraiis D. C. desde Mayo a Julio en Francia. En Asturias se capturó sobre D. muraiis D. C. en Muniellos el 28-111-1978, adelantándose su fecha de aparición a Marzo. B. (s. st.) laticollis Marsham 1802 ( =picina Germ. 1824, absinthii Panz. 1794, artemisiae 01. 1887, glabra Bedel 1. c., atriplicis F. 1776, artemisiae OI. 1807, impunctata Steph. 1831, nitens Herbst. 1795). Se ha citado sobre Sinapis arvensis L., S. cheiranthus Koch., Cakile maritima Scop., Cheiranthus cheiri L., Sisymbrium officinale Scop., Brassica olerifera D. C., B. oleracea L., Raphanus raphanis­ trum L., R. sativus L., Erysimum cheiranthoides L., E. hieracifolium L., Matthiola incana R. Br., Diplotaxis muraiis D. G. desde Abril a Agosto. Hiberna. En Asturias se capturó sobre Raphanus raphanistrum L. en Ar- nao el VI-1977.

Tribu N a n o p h y in i

Nanophyes (s. st.) marmoratus Goeze 1777 ( =lythri F. 1787, leucozomius Gmelin 1790, transversus 01. 1790, vittatus Fourc. 1785, — 64 — fasciatus Villers 1789, rufipes Tourn. 1867). Se encuentra sobre Lythrum salicaria L., L. hyssopifolia L. des­ de Agosto a Septiembre en Francia. En Asturias se capturó sobre L. salicaria L. en Arnao el 29-VI- 1978, con lo que se adelantó a Junio.

T rib u C io n in i

Cionus alauda Herbst. 1874 ( = blattariae F. 1792, hipustulatus Marsh 1802 pici Desbr. 1894). Se le ha citado sobre Scrofularia nodosa L., S. aquatica L., S. canina L., S. alpestris Gay., S. lucida L., S. laevigata Vahl., S. sa- harae Batt., Verbascum chaixii Vili., V. blattaria L., V. nigrum L., V. lychnitis L. desde Mayo a Septiembre en Francia. En Asturias se capturó sobre S. nodosa L. y S. aquatica L. en Corias (Pravia) el 4-V-1975 y en Las Chavolas el 11-1978, con lo que se adelantó a Febrero.

T r ib u M e c in in i

Gymnetron pascuorum Gyll. 1827 ( =collinum Steph. 1839, fus- cicrus Rey. 1894 nanum Dej. 1836). Se encuentra sobre Plantago lanceolata L.; la puesta tiene lugar en Mayo-Julio, el adulto sale en Agosto-Septiembre. En Asturias se cogió sobre P. lanceolata L. en El Puerto el 22-V- 1978 y en Fuso de la Reina el 22-VII-1978.

T r ib u P is s o d in i

Pissodes notatus F. 1787 ( =castaneus De Geer 1775). Se ha citado sobre Pinus silvestris L., P. marítima Lam., P. pi- nea L., P. laricio Poir., P. halepensis Mili., Taxus baccata Girard, desde Abril. Puede hibernar. En Asturias fué capturado en Naranco (Oviedo) el 28-IV-1974.

Tribu B a la n in i

Balaninus elephas Gyll. 1836 ( =mastodon Jekel 1861, propinquus Desbr. 1868). — 65 —

Se encuentra sobre diversas Cupulíferas ( Quercus, Castannea...) desde Junio a Septiembre. En Asturias se capturó en Corias (Pravia) 18-VIII-1973.

Tribu M a g d a lin i

Magdalis (Magdalinus ) armígera Foucroy 1785 (=aterrima F. 1775, stygia Gyll. 1813). Se encuentra sobre Ulmus campestris L. desde Abril a Julio. En Asturias se encontró sobre dicho olmo en Fuso de la Reina el 12-VII-1978.

Subfam. CURCULIONINAE

Rostro alargado, más o menos cilindrico. Antenas apicales o subapicales. Escrobos por completo visibles por encima, rectilíneos, dirigidos sobre la parte anterior o inferior de los ojos.

Tribu Curculionini

Curculio abietis L. 1758 (= tigris Goeze 1777, tigrinus Foucroy 1785, pini Marsham 1802, excavatus Schrank). Se lo ha citado sobre Pinus silvestris L., P. halepensis Mili., P. marítima Lam. aparecen en Marzo y su ciclo dura dos años. En Asturias se capturó en Naranco (Oviedo) el 29-V-1976, en Xivares el V-1976 y en Corias (Pravia) el l-VI-1975.

Tribu A lo p h in i

Alophus triguttatus F. 1775. Se ha citado sobre Plantago lanceolata L., Symphytum officina­ le L., Eupatorium cannabicum L., Taraxacum officinale Wiggers. desde Marzo. En Asturias se capturó sobre P. lanceolata L. en Corias (Pravia) el 26-1-1975, el 28-1-1975 y el 10-11-1975 y en El Puerto el 22-V-1978. Se ha adelantado su fecha de aparición a Enero. — 66 —

Eubfam. APIONINAE

Insectos de rostro alargado, delgado, cilindro-cónico, más o me­ nos curvado. Antenas situadas en el medio, no acodadas. Escrobos dirigidos sobre la parte inferior del rostro; su parte inferior no visible por encima. Cuerpo progresivamente ensanchándose desde la cabeza, confiriéndoles un aspecto piriforme.

Tribu A p io n in i

Apion (Aspidapion ) radiolus Kirby 1805. Se le ha citado sobre Malva silvestris L., M. rotundifolia L., Althaea rosea Cav., A. officinalis L., A. sinensis Cav. desde Mayo a Octubre. En Asturias se capturó sobre M. silvestris L. en Las Chavolas el 17-IV-1978 y en la playa de Xagó el 15-VI-1978, adelantándose su fecha de aparición a Abril. A. (Ceratapion ) carduorum Kirby 1808 ( = ?alliariae Herbst. 1797. ?basicorne Illiger 1807, cyaneum De Geer, gibbirrostre Gyll. 1813, conforme Desbr. 1874-75). Ha sido citado sobre Carduus acanthoides L., C. nutans L., Cir- sium arvense L., C. oleraceum Scop., C. palustre Scop., C. lanceola- turn Scop., Lappa communis L., Cinara scolymus L.,C. cardunculus L. desde Primavera. Hiberna. En Asturias se capturó sobre Cirsium eryophorum Scop. en Val- grande el 8-VII-1978. A. (Erythrapion ) frumentarium Paykull 1792 {=haematodes Kir­ by 1808). Se ha citado sobre Rumex aceíosella L., R. acetosa Desf., R. pa- tientia L., R. buphalophorus L., R. thyrsoides Desf., R. angiocarpus Murb., durante todo el año salvo el Invierno. En Asturias se cogió sobre Rumex sp. en La Castañalona ti VI-1977. A. (Erythrapion) miniatum Germar 1833 ( =frumentarius F. 1797, frumentarium Kirby 1808). Ha sido citado sobre Rumex hydrolapathum Huds., R. obtusifo- lius L., R. thyrsoides Desf., R. sanguineus L., R. conglomeratus Murr., desde Mayo a Octubre. En Asturias se recogió sobre Rumex sp. en Corias (Pravia) el 8-VI-1975, el 3-VIII-1975 y el VI-1976. — 67 —

A. (Eutrichapion ) flavofemoratum Herbst. 1797 (= boops Gyll. 1839, croceifemoratum Gyll. 1. c.). Se ha citado sobre Genista tinctoria L., G. pilosa L., G. scorpius D. C., Cytisus sp., Calycotome spinosa Link., de Mayo a Septiembre en Francia. En Asturias se capturó sobre G. tinctoria L. en Muniellos el 28-111-1978, es decir se adelantó a Marzo su fecha de aparición. A. (Eutrichapion) loti Kirby 1808 ( =angustatum Kirby 1811, languidum Gyll 1833, modestum Germar 1817, tenuirrostre Desbr. 1903-04, fallax Wencker 1864, maroccanum Desbr. 1908, brunnei- rrostre Gerh. 1910, derelictum Desbr. 19.07-08). Se lo citó sobre Lotus uliginosus Schrk., L. corniculatus L., Te- tragonolobus siliginosus Roth. En Asturias se capturó sobre L. corniculatus L. en Arnao el 29-VI-1978. A. (Eutrichapion) scutellare Kirby 1811 (= kirbyi Germar 1818, ulicicola Perris 1840, heydeni Desbr. 1869). Ha sido citado sobre Ulex europaeus L., U. nanus Sm., U. par- viflorus Poir., U. gallii Planchón. En Asturias se capturó sobre U. europaeus L. en Las Chavolas el 20-VI-1978. A. (Exapion) ulicis Forster 1771 (= ilicis Kirby 1808, carpini Gyll. 1833 sarothamni Gredl. 1882). Se ha citado sobre Ulex europaeus L., U. nanus L., U. parviflo- rus Pourr., desde Febrero hasta Noviembre. En Asturias fué cogido sobre U. europaeus L. en Las Chavolas el 2-III-1978. A. (Malvapion ) malvae F. 1775 ( =flavescens Villa 1835, herba- rum Aubé 1850 minutus Foucroy 1775, pulex Gmelin 1777). Ha sido citado sobre Malva silvestris L., M. rotundifolia L., Al- taea officinalis L., desde Mayo hasta Septiembre. En Asturias se capturó sobre M. rotundifolia L. en Oviedo VI-1975, playa de Xagó 15-VI-1978 y Avilés l-VII-1978. A. (Pirapion) immune Kirby 1808 (= betulae Gyll. 1833, cribico- llis Perris 1857). Ha sido citado sobre Sarothamnus scoparius Koch., Genista tinctoria L. desde Mayo a Septiembre. En Asturias fué capturado sobre Ulex europaeus L. en Oviñana el 16-VII-1978. A. (Pirapion ) striatum Kirby 1808 ( =atratulum Germ. 1817, pisi Germ. 1. c.). — 68 —

Se ha citado sobre Sarothamnus scoparius Koch., Genista tinc- toria L., G. saggitalis L., Ulex europaeus L., Calycotoma spinosa L., desde Abril a Septiembre. En Asturias se capturó sobre U. europaeus L. en S. Juan de la Arena el 22-IV-1978 y en Oviñana el 16-VII-1978. A. (Protapion ) trifolii L., 1768 ( =flavipes F. 1775, aestivum Germ. 1817, trifolii Bach. 1854, flavipes Laich. 1871, flavofemora- tum Kirby 1808, leachi Steph 1831, linderi Wenk. 1858). Se ha citado sobre Trifolium repens L., T. pratense L., T. mé­ dium L., T. ochroleucum L., T. rubens L., T. alpestre L., desde Ma­ yo a Octubre en Francia. En Asturias se capturó sobre T. pratense L. y T. repens L. en El Puerto el 18-111-1978 y el 19-VI-1978 y en Fuso de la Reina el 22-VII-1978. A. (.Pseudapion) rufirrostre F. 1775 ( = malvarum Kirby 1808, trifolii Marsh 1802). Se ha citado sobre Malva silvestris L., M. rotundifolia L., desde Mayo a Septiembre. En Asturias se cogió en Corias (Pravia) el 25-VII-1978. A. (Taeniapion ) urticarium Herbst. 1784 ( =vernalis F. 1792, vernalis Herbst 1797). Se encuentra sobre Urtica dioica L., U. urens L., U. membrana- cea Poir., U. pilulifera L. Tiene dos generaciones anuales. En Asturias se capturó sobre U. dioica L. en Las Chavolas el IX-1977 y en La Magdalena (Avilés) el 1-1977.

Subfam. RHYNCHITINAE

Rostro generalmente largo, delgado, cilindrico. Antenas situadas en el medio. Escrobos rectilíneos dirgidos sobre la parte antero- inferior de los ojos. Antenas no acodadas y con los artejos de la maza separados entre sí. Coloración generalmente metálica.

T rib u R h y n c h it in i

Rhynchites (s. st.) versicolor Costa 1827 ( = giganteus Krynicky 1832, rectirrostris Gyll. 1833, pyri Motch 1852, vestitus Rey 1893). Se ha citado sobre Pyrus communis L., P. silvatica L., Malus acerba Mer., Crataegus monogyna Jacq., C. oxyacanthoides Thuill.. Mespilus germánica L. — 69 —

En Asturias fué capturado sobre Málus communis Poir. en Co- rias (Pravia) el 21-IV-1974 y el 4-V-1975 y en Salas el VII-1974. R. (Invotvulus) coerutus De Geer 1775 (=icosandriae Scop. 1763, pubescens Rossi 1790, alliariae F. 1792, conicus Illiger 1807, confi- nis Steph.). Ha sido citado sobre Sorbus aucuparia L., S. terminalis L., Py- rus amygdaliformes Vill., Agrimonia eupatoria L. En Asturias se cogió sobre Matus communis Poir., en Corias (Pravia) el 4-V-1975 el 12-V-1974 y el 2-VII-1978.

Tribu A t t e la b in t

Apoderus coryli L. 1758 (=gibbicollis Faust. 1882). Se lo citó sobre Corylus avellana L., Alnus glutinosa Gaertn., Fagus silvatica L. Quercus, Salix, Betula alba L. Tiene dos genera­ ciones anuales. En Asturias fué capturado sobre Corylus avellana L. en Cabra- nes el 17-V-1978, Las Xanas el 25-111-1976, Valgrande el 7-VII-1978, Somiedo el 3-VII-1976, en Corias (Pravia) el VII-1967 y en Espina- redo el 25-VII-1975.

CONCLUSIONES

En este trabaio se han estudiado 52 especies (ver tabla I) perte­ necientes a las siguientes subfamilias: Am’oninae (14 s p p .). Brachv- derinae (6 s p d .). Calandrinae (18 s p d .), Cleoninae (7 spp.). Curcu- lioninae (2 spp.), Otiorrhvnchinae (2 snn.), Rhynchitinae (3 spp.). Se hace una comprobación de las fechas de aparición, observán­ dose que 13 de ellas se adelantan respecto a la citada para Francia (ver tabla II). Se aportan nuevos datos sobre su biología, tales como el encon­ trar nuevas plantas sobre las aue desarrollan (ver tabla III). En cuanto a la especificidad insecto-planta cabe señalar que en general son bastante específicos, encontrándose cada insecto a lo sumo sobre unas pocas plantas, habiendo algunos que se desarro­ llan sobre una sola especie vegetal. Una excepción la constituye el Ceuthorrhynchus pleurostigma Marsham., que se ha citado sobre 31 especies diferentes. — 70 —

Asimismo se ha de mencionar que la especie Cneorrhinus (La- cordaireus ) bellieri Brisout, de la cual no se conocía sobre que plantas se desarrollaba, se han recogido ejemplares sobre Narcissus triandrus.

TABLA I

Lista de especies

Alophus triguttatus F. Curculio abietis L. A pion (Aspidapion) radiolus Kirby Cvphocleonus tigrinus Panzer A. (Ceratapion) carduorum Kirby Gymnetron pascuorum Gyll. A. (Erythrapion) frumentarium Pay- Larinus stnrnus Schaller kull Lixus algirus L. A. (Erythrapion) miniatum Germar L. cribicollis Boh. A. (Eutrichapion) flavofemoratum L. elongatus Goeze Herbst L. mucronatus Ol. A . (Eutrichapion) loti Kirby Magdalis (MagdaUnus) armigera A. (Eutrichapion) scutellare Kirby Fourcroy A. (Exapion) ulicis Forster Micrelus ericae Gyll. A. (Malvapion ) malvae F. Mononychus punctum-album Herbst. A. (Pirapion ) immune Kirby Nanophyes (Nanophyes) marmoratus A. (Pirapion) striatum Kirby Goeze A. (Protapion) trifolii L. Phyllobius (Dieletus) argentatus L. A. (Pseudapion) rufirrostre F. Ph. (Ustavenus) xanthocthemus Kie- A. (Taeniapion ) urticarium Herbst senw L. Pissodes notatus F. Balaninus elephas Gyll. Polydrossus (Tylodrusus) pterygoma- Baris (Baris) cuprirrostris F. lis Boh. B. (Baris) laticollis Marsham Pseudocleonus grammicus Panzer Brachyderes (Sulciurus) lusitanicus F. Rhynchites (Involvulus) coeruleus De Ceuthorrhynchidius troglodytes F. Geer Ceuthorrhynchus (Ceuthorrhynchus) R. (Rhynchites) versicolor Costa pleurostigma Marsham Sitona lineatu s L. C. chalybaeus Germ. Sitophilus oryzae L. C. (Ethlecus) pollinarius Forster Tychius meliloti Stephens Cionus alauda Herbst T. schneideri Herbst Cneorrhinus (Atactogenus) exaratum T. venustus F. Marsh. C. (Lacordaireus ) bellieri Brisout C. (Philopedon) plagiatum Schaller — 71 —

TABLA II

Fecha de 1* aparición en Francia Asturias

Alophus triguttatus ...... M arzo ...... Enero Apion (Aspidapion ) radiolus ...... Mayo ...... Abril A. (Eutrichapion) flavofemoratum ...... Mayo ...... Marzo A. (Protapion) trifolii ...... Mayo ...... Marzo Baris (Baris) cuprirrostris ...... Mayo ...... Marzo Cionus alauda ...... Mayo ...... Febrero Lixus mucronatus ...... Agosto ...... Mononychus punctum-album ...... Agosto ...... Nanophyes (Nanophyes) marmoratus ...... Agosto ...... Phyllobius (Ustavenus) xanthocthemus .. Junio ...... Abril Pseudocleonus grammicus ...... Mayo ...... Abril Tychius schneideri ...... Mayo ...... Abril T. venustus ...... Abril ......

TABLA III

Especies Nuevas plantas en que se encontraron

Apion (Ceratapion ) carduorum ...... Cirsium eryophorum A. (Pirapion) immune ...... Ulex europaeus Ceuthorrhynchus chalybaeus ...... Raphanus raphanistrum Cneorrhinus (Lacordaireus ) bellieri ...... Narcissus triandrus C. (Philopedon) plagiatum ...... Anthyllis vulneraria Mononychus punctum-album ...... Orchis pida Phyllobius (Dieletus) argentatus ...... Genista tinctoria Rhynchites (lnvolvulus) coeruleus ...... Malus communis R. (Rhynchites) versicolor ...... M. communis Sitona lineatus ...... Vicia sativa — 72 —

BIBLIOGRAFIA

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Departamento de Zoologia-Ecologia Facultad de Ciencias. Universidad de Oviedo.

Oviedo, Abril, 1979 SOBRE LA BIOLOGIA DE Aeolidia papillosa (L.) (MOLLUSCA, NUDIBRANCHIA) EN ASTURIAS.

POR

J. A. ORTEA

Aeolidia papillosa es una especie cosmopolita, propia del he­ misferio norte y uno de los Nudibranquios mejor estudiados. Nu­ merosos son los trabajos que hablan de su biología y en especial de su alimentación y comportamiento depredador (Edmunds et al. 1974, 1976; Russell, 1942; Tardy, 1976; Stehouwer, 1952; Waters, 1973...) o sobre su anatomía y/o distribución geográfica (Bertsch, 1974; Barletta y Melone, 1977; Almaga, 1960...); sin embargo, los datos acerca de sus primeros estados bénticos son prácticamente nulos, a excepción del trabajo de Tardy (1976) en el que se descri­ ben ejemplares de 3 mm. Durante los muestreos que desde 1974 hacemos con regularidad en el norte de España, hemos capturado adultos de esta especie en todos los meses del año a excepción de abril y mayo, y jovenes de 1 a 6 mm en el mes de julio. Los ejemplares adultos de mayor tamaño fueron capturados siempre en el intermareal, preferente­ mente en zonas con Anemonia sulcata y mas raramente asociados con Actinia equina o Cereus pedunculattís. Adultos de 1 a 2 cms. fueron recolectados también en los primeros niveles infralitorales no exondables, en zonas donde abundaban los Acthinotoe. Los ejemplares jóvenes 1-6 mm fueron capturados en casi su totalidad en los primeros niveles infralitorales, sobre pequeños Acthinotoe que Ies servían de alimento; tan solo en una ocasión fueron recolectados en el intermareal y sobre Actinia equina, dán­ — 74 — dose en este caso la circunstancia de que la actinia estaba siendo devorada por un ejemplar grande y los juveniles (3-6 mm) devora­ ban su interior. Por lo que se refiere a las puestas las hemos observado en los meses de enero, febrero, junio, julio y agosto; la mayor abundan­ cia de puestas tiene lugar en el invierno (enero-febrero) con una

Ejemplares jóvenes de A. papillosa A = de 3 mm; B = animal de 1 mm temperatura superficial del agua de 11-12°C y es también la época en la que se encuentran los adultos de mayor talla (6 cms o más). Entre los animales que se alimentan de su puesta destacan el Favorinus branchialis en verano y la estrella Asterina gibbosa en el invierno.

OBSERVACIONES MORFOLOGICAS:

Cuando se alimenta de Anemonia suícata presenta la coloración típica de la especie y cuando su presa es Acthinoíoe aparecen al­ gunas diferencias de coloración, como puede ser el ápice rosa-na­ ranja de los rinóforos y la tonalidad general de los cerata más clara^ • ...... — 75 —

Los ejemplares jóvenes (1-3 mm) tienen los cerata rosados o blancos, su forma es más redondeada que la de los adultos y son casi tan largos como anchos; el número de hileras es de siete a nueve, variando el número de ceras por hilera según el tamaño: Los de 1 mm tenían uno o dos ceras por hilera, los de tres milíme­ tros dos o tres.

Lo más característico de todos los jóvenes es el dibujo blancp opaco dorsal típico de la especie. Los palpos son también más romos en los ejemplares jóvenes y comienzan a hacerse más estilizados a partir de los 6 mm.; otro tanto sucede con los cerata.

RESUMEN

Del estudio de Aeolidia papillosa en el litoral asturiano se de­ duce que presenta dos períodos de puesta y que los jóvenes se ali­ mentan de actinias de tegumento blando provistas de acontios (Acthinotoe) mientras que los adultos comen especies más duras (Anemonia sulcata y Actinia equina) desprovistas de ellos. Se des­ cribe igualmente la morfología externa de los jóvenes. — 76 —

BIBLIOGRAFIA

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Departamento de Zoologia-Ecologia Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo Beca de la Fundación Juan March. ALGUNOS HIMENOPTEROS ASTURIANOS

POR

MARIA ANTONIA ARANDA CARPINTERO

INTRODUCCION

Sobre el Orden Himenópteros, uno de los grupos más extensos de los Insectos, hay datos en España relativamente abundantes, aunque no todo el Orden se ha estudiado detalladamente. Su distribución geográfica es muy extensa, estando ampliamen­ te representados en nuestro País. En este trabajo se estudian las siguientes Familias: Vespidae, Eumenidae y Sphecidae ; las dos primeras, junto con los Masari- dae, formaban el grupo de los antiguos Diplópteros (caracterizados por el pliegue alar en sentido longitudinal) estudiados en España por Dusmet. La Familia Sphecidae, representada por las avispas excavadoras, fue estudiada en España por García Mercet y por Giner Mari. Sobre ellas pretendemos aportar nuevos datos acerca de su dis­ tribución geográfica. Aparte de ésto, hemos de señalar que se han encontrado ejem­ plares que no se han podido clasificar hasta el momento, por ca­ recer de bibliografía suficiente.

MATERIAL Y METODOS

Los ejemplares clasificados fueron capturados directamente del nido o bien en vuelo mediante un cazamariposas. — 78 —

Para la determinación y estudio de las especies utilizamos una lupa binocular Nikon.

Familia: VESPIDAE

Tiene esta familia, al igual que los que forman el grupo de los antiguos Diplóptera, un carácter de la venación alar típico, la gran longitud de la 1.a celda discoidal, por cuyo borde inferior va la do­ blez del ala. Se distinguen de los Eumenidae por la ausencia de diente en las uñas. Existen dos subfamilias en España, con un género cada una. Construyen sus nidos de cartón.

Subfamilia: P o l i s t i n a e

Polisíes gallicus L. ( =biglumis L.; =diadema Latr.; =geoffroyi Lepeletier y otros autores). Los ejemplares fueron capturados en Mieres el IV-1975, el 6-V- 1975 y el 13-V-1978 y en Ponceyo-Gijón el IV-1976.

P. gallicus var. biglumis Fab. Difiere de la forma típica por el colorido de las antenas; esta variedad las tiene ennegrecidas o marrones por encima. Los ejemplares fueron capturados en La Castañalona el VII-1976, en Candás el IV-1976 y en Oviedo el 15-V-1976.

Subfamilia: V e sp in a e

Vespa crabro L. Los ejemplares fueron capturados en Castiello el 1-III-1975 y en Roces el 29-X-1978.

Vespa germanica F. Los ejemplares fueron capturados en La Castañalona el VII-1976 y el VII-1977, en Barro el 27-VII-1975, en Xivares el VII-1975 y el VIII-1975, en Avilés el VII-1974, en Gijón el 21-11-1976, en Moreda — 79 —

el VII-1975, en Naranco el V-1976, en Llanes el VII-1974 y en Ovie­ do el III-1976.

Vespa silvestris Scopoli. Ejemplares capturados en Naranco el l-V-1975 y en La Casta- ñalona el VII-1976. ,

Vespa vülgaris L. Ejemplares capturados en Fuso de la Reina el 22-VII-1978.

Familia: EUMENIDAE

Fueron llamados antiguamente, Véspidos solitarios; son muy próximos a las Excavadoras, tanto por la forma como por las cos­ tumbres, de las que se distinguen por el pliegue de las alas en sen­ tido longitudinal. Pronoto formando siempre un ángulo muy agudo redondeado en el vértice; uñas de los tarsos siempre con un dien­ te; nerviación de las alas muy uniforme; la segunda celda cubital recibe las dos nerviaduras recurrentes. Sus nidos son variados pero no de papel. Pueden considerarse dos subfamilias: Eumeninae y Odynerinae.

Subfamilia: E u m en in a e

Eumenes pomiformis F. ( =coarctatus SCHULTHESS-RECH- BERG 1887). 2.° esternito abdominal con una mancha amarilla muy variable. Los ejemplares fueron capturados en Moreda el VII-1977.

Subfamilia: O d y n e r in a e

Odynerus (H opio pus ) melanocephalus Gmelin. Un ejemplar capturado en Oviedo el 29-V-1975.

Familia SPHECIDAE

Himonópteros de tamaño variado; coloración en general negra y amarilla; cabeza grande con mandíbulas y a veces muy largas; — 80 —

patas robustas y espinosas; abdomem peciolado en muchos casos. Las larvas son carnívoras que devoran las presas que caza y para­ liza la hembra; las nidificaciones se hacen en tierra, por lo que los Sphecidos son los Himenópteros excavadores por excelencia.

Subfamilia: A ly s o n in a e

Gorytes (Hoplisus ) quinquecinctus F. Mesopleuras con quillas; órbitas internas muy convergentes ha­ cia el clipeo. Una hembra capturada en Fuso de la Reina el 24-VIII-1978 (Fig. 1).

Méllinus arvensis L. Un ejemplar capturado en Fuso de la Reina el 24-VIII-1978.

Subfamilia: B e m b ec in a e

Bembex ocülata Latreille. Los ejemplares fueron capturados en S. Juan de la Arena el 15-VII-1978.

Bembex rostrata L. (Fig. 2). Los ejemplares han sido capturados en S. Juan de la Arena el 15-VIII-1978 y en S. Cristóbal (Avilés), el VII-1975.

Stizus tridens F. Los ejemplares fueron capturados en S. Juan de la Arena, el 15-VIII-1978.

Subfamilia: Crabroninae

Crabro (Clytochrysus) planifrons Thomson. (=longipalpis Verh.). Un ejemplar capturado en Fuso de la Reina el 24-VIII-1978. (Fig. 4). — 81 —

Crabro (Clytochrysus) cavifrons Thomson ( =cephalotes Shuck.). Una hembra capturada en La Castañalona el V-1977 (Fig. 3).

Crabro (Thyreopus ) korbii Kohl. Un ejemplar capturado en Corias el V-1975.

Subfamilia: L a r r in a e

Tachysphex saundersi G. Mercet. Un ejemplar capturado en S. Juan de la Arena el 15-VII-1978.

Subfamilia: Philanthinae

Cerceris ferreri Van der Linden. Los ejemplares fueron capturados en S. Juan de la Arena el 15-VII-1978.

Philanthus triangulum F. Los ejemplares fueron capturados en S. Juan de la Arena el 13-VII-1978.

Subfamilia: S p h e c in a e

Ammophila tydei Guillon. ( =argentata Lep.; =capucina Costa.; lanuginosa Marqu.; = errabunda Mercea.; =homogenea Mercea.). Los ejemplares fueron capturados en la Playa de Xagó el 15-VI- 1978.

CONCLUSIONES

Como resultado de las capturas realizadas hasta el momento han salido cuatro especies como citas nuevas para Asturias que son las siguientes:

Bembex rostrata L. Gorytes (Hoplisus ) quinquecinctus F. Crabro (Clytochrysus) planifrons Thomson. Crabro (Clytochrysus) cavifrons Thomson. BIBLIOGRAFIA

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Departamento de Zoología-Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo.

Oviedo, Abril, 1979. INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LOS TECAMEBIDOS (PROTOZOA) EN ASTURIAS

POR

M.a DE LA SOLEDAD GOMEZ SANCHEZ

Con el presente trabajo se inicia el estudio de los Tecamébidos como una aportación a la fauna muscícola de la zona central de Asturias, con intención de proseguir los estudios de este grupo en distintos habitats.

MATERIAL Y METODOS

Se han estudiado Tecamébidos encontrados en Sphagnum. Los musgos encontrados para este trabajo pertenecen a las especies Sphagnum subsecundum Nees var. auriculatum (Schimp) Schliph y Sphagnum teres (Shimp) Aongsrtr. Fueron recogidos en un ta­ lud en la localidad de Salinas (Oviedo), en agosto de 1977. Los musgos estaban embebidos, con gran cantidad de tierra debido a ser rastreros y de corta longitud, y en lugar sombrío. El pH, tomado por método colorimétrico, fué de 5,5. Las siglas de localización por el sistema U. T. M. son las siguien­ tes: 30 TTP 6129. La recolección del material es sencilla, es suficiente con tomar una pequeña cantidad de musgo e introducirla en un frasco. La muestra se etiqueta, anotando localidad, fecha, características del lugar donde fue recogido, si está embebido o húmedo, así como el pH. — 84 —

El musgo se lava y escurre, conservándose éste escurrido en alcohol. Para visualizar mejor las Tecamebas se añade como colorante Rosa de Bengala, contrastando así mejor las tecas de otros mate­ riales. Para su separación y estudio, se pone en una placa de Petri el exprimido del musgo y se observa bajo el binocular, separando los ejemplares y recogiéndolos con una micropipeta. Para obtener una preparación permanente se coloca el ejemplar separado sobre un portaobjetos, y retiramos con cuidado el agua sobrante; sobre el mismo porta lo pasamos por una serie de alcoho­ les hasta el absoluto. Se aclara con xilol o benzol, y se monta con bálsamo del Canadá.

INTRODUCCION.

El grupo de los Tecamébidos, Rizópodos Testáceos, o Amebas con teca, constituyen un grupo de Protozoos especialmente artifi­ cial; heterogéneo y polifilético. Son una clase de Amebas cuyo citoplasma está encerrado en una teca, con una abertura, el pseudostoma, por donde pueden salir los pseudópodos. El Orden de los Testaceolobosa (Protozoos Rizópodos), compren­ de unas 1.050 especies, la mayoría acuáticas. Sistemáticamente tienen la siguiente posición: F ilum.—Protozoos. Subfilum.—Sargomastigophora. Superclase.—Sarcodina. Clase.—Rizopoda. Dentro de esta Clase se han estudiado los siguientes órdenes: O. Testaceolobosa De Saedeleer, con el Sub-orden Eulobosa. O. Testaceofilosa De Saedeleer 1934. La gran mayoría de las especies pertenecen a la fauna de las aguas dulces, habitando también en los medios terrestre y muscí- neo. Las formas briófilas son las que viven en musgos, encontrando allí su alimento, y pasando en ellos la mayor parte de su vida. Cuando desaparece el agua pasan a vida latente. Los musgos, debido a su estructura, poseen una membrana ce­ lular higroscópica, es decir, que absorbe agua, y les permite rete­ ner ésta, de esta forma pueden pasar de húmedos a secos de una — 85 —

forma lenta y gradual, lo que permite el enquistamiento de las formas que viven en ellos. Los factores que influyen en la vida de estos organismos pue­ den ser climáticos, como la luz, radiación, humedad, lluvia, etc., y edáficos, como son las propiedades físicas y químicas del suelo. El medio muscícola, y entre él el esfagnícola, constituye el al­ bergue de una microfauna muy singular formada por Tecamébidos, Rotíferos, Nemátodos, Acaros, Diatomeas, etc. De esta fauna, las Tecamebas constituyen una parte muy importante. La sistemática de los Tecamébidos se basa en la morfología de las tecas. En la mayoría de los casos es la teca la que aporta más datos para su determinación sistemática.

LISTA DE ESPECIES

O. TESTACEOLOBOSA S. O. Eulobosa —Familia A r c e llid a e Género Arceíla A. lobostoma Deflandre A. vulgaris Ehrenberg fa. polimorfa Arcelia sp. —Familia Centropyxidae Género Centropyxis C. aerophila Deflandre C. aerophila Deflandre var. sphagnicola Defl. C. cassis Wallich C. deflandriana Bonnet C. constricta (Ehrenberg) Pénard C. ecornis (Ehrenberg) Leidy C. orbicularis Deflandre C. platistoma (Pénard) Deflandre C. sylvatica (Deflandre) Thomas C. sylvatica (Defl.) Thomas var. microstoma Género Cyclopyxis C. eurystoma Deflandre C. eurystoma Defl. var. gauthieriana Bonnet-Th. C. eurystoma Defl. var. grandis C. humitis Bonnet C. intermedia Kuffert C. káhli Deflandre. — 86 —

—Familia Difflugidae Género Difflugia D. lanceoîata Pénard D. lemani Blanc var. palustris Chardez D. minuta Rampi D. pyriformis var. lacustris Pénard D. pyriformis Perty var. parva (Thomas) Chardez-Decl. —Familia N e b e lid a k Género Nebela N. barbata Leidy N. dentisoma Pénard M. collaris (Ehrenberg) Leidy N. griseola Pénard M. lobostoma (Stepanek) Decloitre (?) N. longitubulata Gauthier—L. N. tubülata Brown Género Heleopera H. petricola Leidy H. rosea Pénard

O. TESTACEOFILOSA —Familia Euglyphidae Género Euglypha E. ciliata (Ehrenberg) Leidy E. loevis (Ehr.) Leidy E. strigosa (Ehr.) Leidy E. tubercülata Du jardin Euglypha sp. Género Placocista P. lens Pénard P. glabra var. minima Decloitre (?) —Familia Gromiidae G é n e ro Gromia G. fluviatilis Du jardin

conclusiones

Las aportaciones realizadas por este trabajo sobre Tecámebas esfagnícolas representan sólo una introducción eh la investigación de este grupo, dejando para estudios posterioresf‘la ampliación de este trabajo. * ' ' • ■ • ‘ • — 87 —

Aunque no se realizó contaje de formas, se puede decir, en cuan­ to a abundancia relativa, lo siguiente: —El tipo morfológico de teca más abundante fué el tipo Cy- clopyxis, seguido de los tipos Acrostoma y Plagiostoma. —No apareció en la muestra la forma Criptostoma, propia de musgos aéreos, y cuya teca presenta una cerrada visera para evitar la desecación. —Se ha encontrado una preponderancia de especies higrófilas, e hidrófilas, características del medio acuático, siendo menos abun­ dantes las especies que pueden vivir en distintas condiciones de humedad. —Las familias más importantes en cuanto a su abundancia, fue­ ron: Centropyxidae, Euglyphidae, Nebelidae y Difflugidae, siendo poco frecuente Arcellidae. —Debido al hecho de estar el musgo de forma rastrera, con gran cantidad de tierra, se explica la abundancia de las formas típicas del medio endógeno. —Las especies encontradas son nueva cita para Asturias. —Entre las especies halladas, las hay ya citadas en España, pero no ciertas variedades que nosotros hemos encontrado, así como especies no citadas anteriormente. —Damos como nuevas citas para España: Arcella lobostoma Arcella vulgaris f.a polymorfa Cyclopyxis eurystoma var. gauthieriana Cyclopyxis eurystoma var. granáis Cyclopyxis humilis Cyclopyxis intermedia Centropyxis sylvatica var. microstoma Difflugia lemani var. palustris Difflugia minuta Difflugia pyriformis var. lacustris Difflugia pyriformis var. parva Nebela lobostoma (?) Placocista lens Placocista glabra var. mínima (?) Gromia fluviatilis —En total se han encontrado’ 41 especies, dé ellas dos sé dan como dudosas* y otras dos no se pudieron determinar a nivel de especie. P^rtejiecen a> nueve géneros, agrupados en seis famjlias y dos subórdenes. ^ ^ .... ,. . — 88 —

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Departamento de Zoología-Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo ESTUDIO BIOMETRICO DE Vespa germanica F.

POR

MARIA ANTONIA ARANDA CARPINTERO

INTRODUCCION

En el presente trabajo se ha hecho un estudio biométrico de una serie de ejemplares pertenecientes a la especie Vespa germani­ ca F. capturados en el mismo nido, con el objeto de ver la fiabili­ dad de unos índices que pudieran considerarse como caracteres específicos. Las dimensiones que han sido estudiadas son: Anchura de ca­ beza (Ac); Longitud de tórax (Lt); Anchura de tórax (At); Longitud del ala superior (As); Longitud del ala inferior (Ai).

MATERIAL Y METODOS

Las medidas fueron hechas utilizando una cámara clara ZEI- CHENOCULAR, E. LEITZ Wetzlar, acoplada a la lupa, dibujando los ejemplares junto con la escala. Fueron tomadas entre los si­ guientes puntos (Fig. 1): — 92 —

—Ac: Distancia entre los puntos más salientes de los ojos. —Lt: Distancia entre el bor­ de posterior del pronoto y el borde posterior del postescude­ te. —At: Distancia entre los puntos más externos de las té- gulas. —As: Distancia entre el bor­ de externo de la tégula y el ex­ tremo del ala. —Ai: Distancia entre el pun­ to de inserción del ala en el tó­ rax y su extremo. Fig. 1—Esquema de las medidas utilizadas.

Para hallar las correlaciones entre estas medidas se utilizó un ordenador CANON (Cañóla 1614 P).

ejemplares de Vespa germanica F. capturados en e l mismo nido.

RELACION DE MEDIDAS (en mm.)

Individuo Ac Lt At As Ai

1 ...... 4,2 4,0 3,8 10,6 6,5 2 ...... 3,8 3,6 4,1 10,8 6,8 3 ...... 3,8 3,6 4,3 11,1 7,4 4 ...... 3,4 3,4 3,8 10,2 6,3 5 ...... 4,2 3,7 3,8 10,7 7,2 6 ...... 3,7 3,7 3,8 10,2 6,5 7 ...... 3,3 4,0 3,7 10,2 6,7 8 ...... 3,5 3,7 4,4 10,5 7,0 9 ...... 4,1 3,7 4,2 10,5 6,3 10 ...... 3,8 3,7 4,2 9,5 6,6 11 ...... 3,7 3,6 3,6 10,2 6,9 12 ...... 3,5 3,4 3,6 9,8 6,7 13 ...... 3,8 3,6 3,7 10,1 6,0 14 ...... 3,4 3,3 3,5 10.2 6,2 15 ...... 4,0 3,6 4,2 9,8 6,1 16 ...... 3,2 3,6 3,5 9,1 5,3 93

17 4,2 3,6 4,3 10,5 6,1 18 4,1 3,8 4,2 10,6 6,7 19 4,1 3,5 4,2 9,9 6,1 20 3,7 3,6 4,1 10,6 7,0 21 3,5 3,6 3,8 9,6 6,0 22 3,7 3,7 3,9 10,1 6,6 23 3,5 3,6 3,8 10,8 6,1 24 3,7 3,5 3,8 10,8 6,3 25 3,8 3,4 4,2 9,8 7,0 26 4,0 4,0 4,1 10,6 6,3 27 3,6 4,3 4,0 10,7 6,4 28 3,4 3,4 3,7 10,4 7,2 29 3,6 3,8 3,8 10,5 6,3 30 3,4 3,5 4,0 10,6 6,0 31 3,5 3,4 4,2 9,9 6,3 32 4,0 3,7 4,2 10,6 0 ,4 33 3,5 3,6 3,4 10,0 5,7 34 3,8 4,0 4,0 10,8 6,4 35 3,5 3,5 4,2 10,1 6,2 36 4,1 4,0 4,2 10,1 6,4 37 3,7 3,5 3,5 10,0 6,7 38 3,7 3,7 3,7 9,7 6,3 39 3,8 3,7 4,0 9,6 6,7 40 3,5 3,7 4,0 11,0 6,9 41 3,5 3,7 3,6 9,7 6,5 42 3,5 3,6 3,6 10,7 7,2 43 3,7 4,1 4,0 9,8 6,3 44 3,8 3,6 3,7 10,5 7,0 45 3,5 3,7 3,7 9,8 5,6 46 4,0 3,1 3,6 10,4 7,0 47 4,0 3,8 4,0 10,2 7,1 48 3,8 3,6 3,8 9,7 6,6 49 3,6 4,0 3,8 10,5 6,7 50 3,5 3,1 3,8 10,2 6,7 51 3,6 4,0 4,2 10,8 6,2 52 3,7 4,0 4,1 10,6 6,7 53 4,0 3,8 3,7 10,5 6,5 54 3,8 4,0 4,0 9,7 6,2 55 3,8 4,0 4,0 10,2 6,5 56 3,4 3,0 3,3 8,6 5,3 57 3,5 3,2 3,6 10,7 6,0 — 94 —

58 ...... 4,0 4,0 4,4 10,0 7,0 59 ...... 3,8 3,7 3,4 10,5 6,4 x = 3,7 3,6 3,9 10,2 6,4 s2 = 0,06 mm2 0,06 mm2 0,06 mm2 0,21 mm2 0,18 mm2 s = 0,26 0,25 0,26 0,46 0,42

RESULTADOS

Una vez realizados los histogramas de frecuencias para los ca­ racteres escogidos, se puede observar que se trata de distribuciones plurimodales. Tras haber hallado las correlaciones entre las diferentes me­ didas, para el total de individuos, los resultados son: Ac — At: r = 0,4431 Ac — Ai: r=0,2710 Lt — At: r=0,3670 At — As: r=0,2670 At — Ai: r=0,2630 As — Ai: r = 0,4590

A /*

P /*

« Y O21 **- >* \ s

o

oE

3,2 3,3 3,4 3,5 3,6 3,7 3,8 3,9 4,0 4,1 4,2

Anchura de la cabeza (mm.) ESFECIDOS NUEVOS PARA LA FAUNA ASTURIANA

Fig. 1.—Hembra de Gorytes (Hoplisus) quinquecinctus F (Alysoninae).

S Fig. 2.—Bembex rostrata L. (Bembecinae). uyn

Fig. 3.—Hembra de Crabo (Clytochrysus) cavifrons Thomson (Crabroninae).

r

Fig. 4.—Crabo (Clytochrysus ) planifrons Thomson. (Crabroninae). — 95 —

3,0 3,1 3,2 3,3 3,4 3,5 3,6 3,7 3,8 3,9 4,0 4,1 4,2 4,3

Longitud del tórax (mm.)

3,3 3,4 3,5 3,6 3,7 3,8 3,9 4,0 4,1 4,2 4,3 4,4

Anchura del tórax (mm.)

Fig. 2.—Histogramas de dimensiones corporales. — 96 —

Siendo éstos los únicos casos que mostraron una correlación significativa, aunque baja, no existiendo correlación significativa en los restantes. Asimismo, se hallaron dichos coeficientes entre los diferentes grupos modales que aparecen en los histógramas, con el siguiente resultado de correlaciones significativas: Ac (ejemplares 3,6 mm.) - - As: r = 0,4825 At ( 3,3--3,9 mm.J - Lt. r = 0,3849 At l 3,3--3,9 mm.) - - As: r = 0,4326 At 3,3--3,9 mm.J -- Ai: r=0,3593 Lt ( 3,0--3,8 mm.) - - Ac: r = 0,2900 Lt ( » 3,0—3,8 mm.) - - At: r = 0,3070 As ( 8,6—9,8 mm.) - - Ac: r = 0,5600 As ( 8,6—9,8 mm.) - - Lt: r = 0,6030 As ( 8,6--9,8 mm.) - - Ai: r = 0,6630 Ai ( 5,3--6,5 mm.) - - Ac: r = 0,4960 Ai ( 5,3—6,5 mm.) - - At: r=0,4170 Ai ( 5,3--6,5 mm.) - - Lt: r=0,5170 Ai ( 5,3—6,5 mm.) - - As: r = 0,6020 Ai ( 6,6—6,9 mm.) - - As: r = 0,6200 Ai ( 7,0--7,4 mm.) - - As: r=0,6910 A la vista de estos datos se puede decir que la correlación es baja.

CONCLUSIONES

Una vez hallados los coeficientes de correlación y vistos sus bajos valores, nos inducen a pensar que existe una independencia de los caracteres escogidos. En principio parecería lógico que la distribución de frecuencias de las dimensiones siguiese una curva normal, no obstante, aquí nos encontramos con distribuciones plurimodales que indican la existencia de una heterogeneidad en la población estudiada. Del conjunto de datos se puede deducir que no es un crecimien­ to de tipo isomètrico o alométrico. Esta falta de alometría indica claramente que los caracteres merísticos son independientes, co­ mo demuestran las bajas correlaciones encontradas. Si fuesen de­ pendientes los gráficos y correlaciones lo indicarían (Figs. 2-5). El estudio de las correlaciones entre los grupos que aparecen en los histógramas aisladamente (Figs. 2 y 3) tampoco permite afir­ mar que en éstos, siendo más homogéneos, las alometrías o iso- metrías se den. — 97 —

La explicación de la heterogeneidad en el mismo nido podría atribuirse, según lo expuesto, a dos causas separadas o bien con­ juntamente:

B ------

7 Número 6 de 5 Individuos

4 ------3 -- 2 ------1 -- -- |— -- --

8,6 8,7 8,8 8,9 9,0 9 ,1 9,2 9,3 9,4 9,5 9,6 9,7 9,8 9,9 10,0 10,1 10,2 ltp 1Q4 10,5 10,6 1 0 / lOfi 10,9 11,0 11,1

Longitud del ala superior (mm.)

9 ----

8

* 7 Número de 6 i ndi vi dúos 5 ----

4 ------3 -- -- 2 ------1 ------

5,3 5,4 5,5 5,6 5,7 5,8 5,9 6,0 6,1 6,2 6,3 6,4 6,5 6,6 6,7 6,8 6,9 7,0 7,1 7,2 7,3 7,4

Longitud del ala inferior (mm.)

Fig. 3.—Histogramas de dimensiones alares. I —Las hembras almacenan espermatozoides de varios machos; a la vez en su meiosis producen segregación de caracteres en el óvulo. En la unión de estos óvulos heterogéneos con espermatozoi­ des con mayor variedad podrían producirse estos resultados. En este caso la heterogeneidad tendría base genotípica. —Por otro lado el régimen alimentario y las condiciones am­ bientales de las sucesivas generaciones de larvas y pupas, pueden — 98 — plurimodales, resultasen del crecimiento diferente de las sucesi­ vas generaciones en el nido; pequeñas en épocas de alimento es­ caso y grandes en las de alimento abundante. En este caso debe-

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J-O r>gx-fucf c¿P (ou LM) Fig. 4.—Correlaciones entre dimensiones corporales. rían de encontrarse relaciones alométricas en las dimensiones, co­ sa que no ocurre si solo ésta fuera la causa. — 99 — producir efectos fenogenéticos. Cabría pensar que los histogramas Ni una ni otra hipótesis podemos comprobar con el material

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Fig. 5.—Correlaciones de dimensiones de alas.

que disponemos y, en todo caso, tendrían que ser objeto de un trabajo posterior. — 100 —

A la vista de los datos nos inclinamos a sugerir el siguiente me­ canismo de producción de la heterogeneidad: 1.°—Existe una heterogeneidad genética que produce caracteres independientes en dimensiones para las distintas partes del cuerpo en diferentes combinaciones. 2.°—Sobre estos genotipos actúa el ambiente que acentúa o amortigua las diferencias.

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Departamento de Zoología-Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo.

Octubre, 1979 «DATOS SOBRE LA PRESENCIA DE SILEN E QUADRI- DENTATA, HYMENOLOBUS PAUCIFLORUS, ASTRAGA­ LUS AUSTRALIS, ANDROSACE LACTEA Y OTRAS FANE­ ROGAMAS DE INTERES, EN LA CORDILLERA CANTA­ BRICA Y SUS ESTRIBACIONES»

POR

T. E. DIAZ GONZALEZ, J. A. FERNANDEZ PRIETO y J. M. CARBALLC GONZALEZ

RESUMEN

Se aportan datos taxonómicos, corológicos y ecológicos de al­ gunas fanerógamas, en algunos casos poco conocidas (Androsace lactea, Astragalus australis, Artemisia cantabrica ) y en otros des­ conocidas hasta el momento presente, en la Cordillera Cantábrica (Silene quadridentata e Hymenolobus pauciflorus).

SUMMARY

Taxonomical, corological and ecological data of same little known phanérogames are given (Androsace lactea, Astragalus aus­ tralis, Artemisia cantabrica ). For the fivat time in the Cantabric Range Stlene quadridentata and Hymenolobus pauciflorus are des­ cribed. — 102 —

Silene quadrídentata (Murray) Pers., Syn. Pl., 1:500 (1805). (Heliosperma quadridentatum (Murray) Schinz et Thellung; H. quadrijidum Rchb.; Silene pusilla Waldst. & Kit.; 6’. quadrifiaa auct., non L.). En agosto de 1979 tuvimos la oportunidad de colectar, a unos 2.200 m. s. n. m., en el Canalón del biete, entre la i'asaaa üei óieie y los Joyos de Cueva Palacios (Sector Central aei Macizo ae UDma, Asturias) unos materiales que íüentilicamos, en primera instancia, como pertenecientes a una especie perenne üei género Silene in- cluible en la Sección Heliosperma Reichenb, pues si bien las semi­ llas no habían alcanzado su completa madurez, ya se apreciaba en ellas un ala dorsal constituida poi varias filas de papilas en pro­ ceso de desarrollo. Por las mismas tedias hallamos ejemplares si­ milares, a unos 1750 m. s. n. m., en el Canalón cimero de Peña Redonda (Sector Norte del mismo Macizo). En ambos casos se trataba de plantas de porte delicado, de hasta 10 cm. de estatura, provistas de renuevos estériles, con tallos ascendentes, simples o poco ramificados, glabras excepto en las inflorescencias (uni- ó bi­ floras) donde se apreciaban unas diminutas glándulas sésiles y translúcidas. Las hojas eran lineares a linear-espatuladas y la rela­ ción longitud/anchura era, en general, superior a diez. Flores con tres estilos; el cáliz de 4 mm. de longitud con diez nervios poco manifiestos; los pétalos blancos, estaban provistos de dos a cuatro dientes en el ápice, en algunos casos poco marcados. Estos carac­ teres nos inducen a considerar dichos materiales como incluíbles en Silene quadrídentata (Murray) Pers., puesto que las especiales características de las semillas así como la relación longitud/anchu­ ra de las hojas —dejando a un lado criterios ecológicos— los ale­ jan de la próxima Silene r upes tris L. S. M. WALTERS (in W. H. HEYWOOD, 1964) propone el nom­ bre de Silene pusilla Waldst et Kit., al considerar que S. quadriden- tata es nombre ilegítimo de S. quadrifolia L. (nomen ambiguum), criterio que es seguido por A. O. CHATER & S. M. WALTERS (in T. G. TUTIN & al. 1964:173). Atendiendo a lo expuesto por E. JAN- CHEN (1966), la modificación del binomen no está justificada. P. QUEZEL (1956: 175 y sig.), al tratar de la vegetación rupí- cola de los Pirineos Centrales españoles, incluye Silene.'.quudriden- tata en la asociación Potentilla alchemilloides-Asperüla hirta (Alz. Saxifragion mediae Br.-BL, 1934; Ord. Potentilletalia cauléscentis Br.-Bl., 1926;' Cías: Asplenietea rüpestria Br.-Bl.; 1934), consideran-", dola como diferencial de la subascciación por ella definida y loc^' — 103 — lizada sobre las rocas expuestas al Norte y siempre más o menos húmedas; añade que dicha subasociación también se encuentra, cualquiera que fuese su exposición, en las gargantas estrechas —a veces en altitudes relativamente bajas— así como en los corredo­ res que encuadran los circos glaciares expuestos al mediodía. En parecidas condiciones ecológicas la señalan H. ERNST et al. (1967: 785-786), C. FAVARGER et P. KÜPFER (1968:353), C. DENDALET- CHE (1972: 17) y P. MONTSERRAT (1973: 60). Por su parte M. GUI- NOCHET et R. DE VILMORIN (1973) la consideran propia de las comunidades de Cratoneurion commutati W. Koch, 1928 (Ord. Car- damino-Cratoneuretália, Maas, 1959; Cías. Montio-Cardaminetea Br.-Bl. et Tx., 1943). En las dos localidades de Ubiña, Silene quadrídentata se en­ cuentra sobre rocas calizas rezumantes; en el Canalón del Siete el pH del suelo (tomado a dos cm. de profundidad) era de 6,9 y la planta estaba acompañada por un cortejo briofítico donde abun­ daban Cephalozia sp., Bryum sp. y Mnium lycopodioides Schwaegr. subsp. orthorrkynchum (Lindb.) Wijk et Marg. Recordemos que Silene rupestris L., es una planta de derrubios y pedregales, pre­ ferentemente silíceos. Silene quadrídentata, planta muy variable en cuanto a la pilosidad, forma de las hojas y la de los pétalos, es un elemento orófilo (alpino o subalpino, raramente colino) del cen­ tro y sur de Europa, que se extiende por los Pirineos, sur del Jura, Alpes, Apeninos, Cárpatos y Península de los Balcanes. En la Fig. IB se muestra su área de distribución general según H. MEUSEL et al. (1965: 139 K) modificado. En la Península Ibérica, hasta el momento presente sólo se conocía de los Pirineos Centrales y Oc­ cidentales con algunas localidades aisladas en los Orientales. La Fig. 1A representa su distribución ibérica, basada en los datos de M. COLMEIRO (1885: 407), M. WILLKOMM (1893: 280-281), F. BU- BANI (1901: 66-67), M. LOSA y P. MONTSERRAT (1947: 155), P. QUEZEL (1956: 175 y sig.), C. FAVARGER y P. KÜPFER (1968: 353), C. DENDALETCHE (1972: 17), P. MONTSERRAT (1967: 127) (1973: 60), así como en diversos pliegos depositados en el H. F. C. O. Las dos nuevas localidades ibéricas que de Silene quadrídentata aportamos, constituyen novedad para la Cordillera Cantábrica y por el momento señalan el límite occidental del área del taxon. Esta interesante disyunción muestra la vocación centroeuropea de algunas de las comunidades de la alta montaña cantábrica. Fig. 1.—Silene quadrídentata (Murray) Pers.: A) AREAL IBERICO: »CITAS DE DIVERSOS AUTORES * CITAS PROPIAS. B) AREA GENERAL. — 105 —

Lychnis alpina L., Sp. Pi, 436 (1753). (Visearía alpina (L.) G. Don fil.) Pastizales sobre sustratos silíceos en el Valle del Retertorio, próximo a Cheturbio y en los céspedes descarbonatados cercanos a los Joyos de Colines a unos 2150 m. s. n. m. (Macizo de Ubiña, Asturias). En la última localidad se ha tomado el siguiente inven­ tario: Area: 10 m2; cobertura: 80%: Lychnis alpina L. (1.1), Nardus stricta L. (2.2), Euphrasia mínima Jacq. ex DC. var. hispidüla Fa- vrat. (1.1), Carex parviflora Host. (1.1), Plantago alpina L. (1.1), Botrychium lunaria (L.) Sw., ( + ), Phleum alpinum L. ( + .1), Oxy- íropis pyrenaica Godron & Gren. ( + ). O. RODRIGUEZ SUAREZ (in M. LAINZ & col., 1960:8) la seña­ la en los Puertos de Riotuerto, al sur de la Ubiña (c. 2000 m., límite de Asturias y León). Es la primera vez que se menciona en concre­ to de la región asturiana. Se conoce en otros puntos de la Cantábri­ ca, mas al oriente (Peña Prieta. Cf. Anal. Inst. Bot. Cavanilles, 11 (2): 456).

Hymenolobus pauciflorus (Koch) Schinz & Thell., Viert. Naturf. Ges. Zurich, 66:285 (1921). (Capsella pauciflora Koch; C. procumbens (L.) Fries subsp. pau- ciflora (Koch) Schinz & Thell.; Hymenolobus procumbens (L.) Nutt. ex Torrey & A. Gray. var. pauciflorus (Koch) Lecoq. et Lamotte; Hutchinsia procumbens (L.) Desv. var. pauciflora fmr. kochii Pamp.; Hutchinsia pauciflora (Koch) Bertol.). El 29-V-79 colectamos en Valle del Lago (Somiedo, Asturias), a 1.230 m. s. n. m., abundante material de una Brassicaceae en ópti­ mo estado para su identificación; se trataba de una planta anual con raíz pivotante, provista de pelos dendroides unicelulares en los tallos y parcialmente en las hojas. Tallos delicados de 2,5 a 5 cm. de longitud, simples o ramificados desde la base y, más o me­ nos ascendentes o derechos. Hojas inferiores pecioladas, enteras; las superiores sésiles, de linear-lanceoladas a oblanceoladas, ente­ ras. Flores muy pequeñas, en número de 6 a 10, agrupadas en ra­ cimos terminales, corimbiformes en la antesis, después alargados; pedúnculos fructíferos de 1,5 a 4 mm. de longitud. Sépalos oblon­ gos, obtusos, verdosos con amplio margen blanco-escarioso, de 0,5 a 0,8 mm. y glabros. Pétalos blancos, cuneiformes, retusos en el- ápice, igualando o sobrepasando ligeramente los sépalos. Seis es­ tambres, de los cuales cuatro eran más cortos. Silículas de elípti­ cas a obovales, angustiseptas, Je (1,6) 2,3-2,7 X (1,2) 1,54,7 mm., redondeadas en el extremo superior y atenuadas en el inferior, con — 106 — valvas naviculares, finamente nerviado-reticuladas, translúcidas. Estilo de 0,1 a 0,2 mm. Semillas er número de 4 a 8 por lóculo, ca­ si lisas, oblongas, de 0,7-0,8 X 0,4 mm. (Fig. 2). El número de semillas por lóculo (4 a 8), así como sus hojas indivisas, nos indujeron a considerar dichos ejemplares —de acuer­ do con lo que señalan V. H. HEYWOOD (in TUTIN et al., 1964: 263 y 317), H. COSTE (1937: 135), P. JOVET & R. DE VILMORIN (1972: 38), H. ERNEST, E. LANDOLT & R. HIRZEL (1970: 126) y P. ZANGHERI (1976: 185)— como pertenecientes al género Hymenolobus Nutt. ex Torrey & A. Gray, frente a Hornungia Rei- chenb (con 1 a 2 semillas por lóculo y hojas pinnatisectas). En cuanto al indumento de ambos géneros (en nuestros ejemplares con pelos ramificados unicelulares de tipo dendroide, especialmen­ te en los tallos) existen contradicciones entre los diversos autores consultados: según V. H. HEYWOOD (l.c.), Hymenolobus presenta pelos no ramificados, mientras que Hornungia, o carece de ellos o los tiene estrellados. Por su parte H. ERNEST et al (l.c.), si bien admite la presencia de pequeños pelos estrellados en Hutchinsia (incl. Hornungia ), considera a Hymenolobus glabro. R. MATRE (1967: 185), señala que ambos géneros pueden ser lampiños o pu­ bescentes y P. JOVET et R. DE VILMORIN (l.c.) añade que en Hymenolobus los pelos, en caso de existir, son ramificados, frente a los de Hornungia que son estrellados, lo que concuerda con lo observado en nuestros materiales. Ahora bien, al examinar micros­ cópicamente la epidermis de los diversos ejemplares que de Hor­ nungia petraea (L.) Reichb., poseemos, hemos podido comprobar que los diminutos tricomas que recubren su cormo son ramifica­ dos —de tipo dendroide— idénticos a los de Hymenolobus (tal co­ mo los presentan los ejemplares de Hymenolobus procumbens pro­ cedentes de Tabernas (Almería) (F.C.O.), aunque otros ejempla­ res, del mismo taxon, depositados en H.F.C.O., son totalmente lam­ piños), si bien a pocos aumentos pueden dar la impresión de ser estrellados. Esperamos disponer de suficiente material de Hor­ nungia para dar una solución satisfactoria a esta cuestión. Los caracteres discriminantes entre las dos especies admitidas, de un modo general, en el seno de Hvmenolohus (H. procnmhens (L.) Mutt., ex Torrev & A. Grav e H. pauciflorus ('Koch') Schinz & Thell.). relativos a la longitud del tallo, morfolopfo foliar, nú­ mero de flores, forma v relación longitud/anchura de la silícula v longitud de pétalos v sépalos (cf. V. H. HEYWOOD (1c.: 317'). H. ERNST et al. (l.c.: 147), P. FOURNIER (1977: 414), P. ZANGHERI Fig. 2.—Hymenolobus pauciflorus (Koch) Schinz & Thell.: A) ASPECTO GE­ NERAL. B) TRICOMAS DEL TALLO. C) SILICULA. D) SEMILLA. E) FLOR. — 108 —

(l.c.: 208)), nos llevan a diagnosticar nuestros materiales como pertenecientes a H. pauciflorus. Por su parte R. MAIRE (l.c.) incluye este taxon (considerado como variedad de H. procumbens) en el grupo de plantas glabras con flores pequeñas (1,5-2 mm. de diámetro), frente al grupo de plantas pubescentes y con flores grandes (2,5-3 mm. de diámetro), combinación de caracteres que no se ajustan a lo expuesto por los restantes autores ni concuerda con lo observado en nuestros ma­ teriales. Fechas más tarde (15/VI/79), tuvimos la oportunidad de herbo­ rizar nuevos ejemplares de este taxon en otra localidad someda- na: La Riera, a 850 m. s. n. m. En esta ocasión los materiales di­ ferían de los precedentes en que eran totalmente lampiños, con tallos de 4,5 a 12 cm. de longitud, provistos de 10 a 30 flores y con alguna de las hojas caulinares, dentadas. Estos caracteres desvian­ tes reflejan, en cierta medida, el polimorfismo del grupo, hecho que ha sido destacado por varios autores (cf. V. H. HEYWOOD, l.c.). Hymenolobus procumbens es una planta propia de los suelos húmedos y ricos en sal, que se distribuye por gran parte del mun­ do (halófila subcosmopolita) —V. H. HEYWOOD (l.c.) olvida su presencia en España— mientras que H. pauciflorus vive en lugares secos, sobre suelos de arena fina, en las oquedades de los cantiles calizos protegidos por salientes rocosos; se ditribuye por el piso montano del centro y sur de Europa (Alpes, Cevennes, Apeninos centrales y meridionales, Calabria y Sicilia) así como en el norte de Africa (R. MAIRE l.c.). En la Península Ibérica sólo era conocida de algunas localida­ des aisladas en el Este de España. En la Fig. 3 se muestra su dis­ tribución ibérica basada en los datos de O. DE BOLOS (1956: 195- 196), F. MASCLANS y E. BATALLA (1966: 633), O. DE BOLOS (1967: 9), H. MEUSEL et al, (1965) y R. MAIRE (l.c.). O. DE BOLOS (1956 l.c. y 1967 l.c.) considera H. pauciflorus como característica —junto con Arenaria conimbricensis subsp. viridis— de la asociación Arenarietum viridis O. de Bolos, 1956 (Alz. Saxifragion mediae Br.-Bl., 1934, Ord. Potentilletalia caules- centis Br.-Bl., 1926, Cías. Asplenietea rupestria Br.-Bl., 1934), mi- crofitocenosis terofítica de areal reducido a los Ports (Tarragona), en altitudes que oscilan entre los 500 y 1.200 m. y que se instalan en suelos poco profundos, algo húmedos, integrados, casi exclusi­ vamente, por polvo de carbonato cálcico que forma un delgado re­ vestimiento de la roca, en la boca de algunos grandes balmes. — 109 —

Tanto en el Valle del Lago como en la Riera, H. pauciflorus se instala en unos medios ecológicos muy similares a los descritos por dicho autor: habita en la base de las grutas y oquedades de los cantiles calizos protegidos por salientes rocosos (balmes); en el techo de las mismas aparecen plantas espelucícolas y diversos casmófitos ocupan los aledaños. En la primera localidad se ha to­ mado el inventario que transcribimos a continuación: Altitud: 1.230 m. s. n. m.; Exp.: SW; Incl. media: 80%; Cobertura: 20%; Area: 20 m2: Petrocoptis glaucifoha (Lag.) Boiss. (2.2), Erucastrum nasturtiifoíium (Poiret) O. E. Schulz. (1.2), Hymenolobus pauciflo-

* CITAS DE DIVERSOS AUTORES * CITAS PROPIAS.

rus (Koch) Schinz & Thell. ( + .2), Sedum album L. (1.1), Semper- vivum cantabricum J. A. Huber ( + .2),Erinus alpinus L. (1.1), Koe- leria vallesiana (Honck.) Bertol ( + .2), Crepis albida Vill. subsp. asturica (Lacaita & Pau) Babcok (1.2), Laserpitium nestleri (So- yer) Willement subsp. eliasii (Senn. & Pau) Laínz, ( + ), Campanu­ la arvatica Lag., ( + .2), Globularia nudicaulis L. ( + ), Pimpinella tragium Vill. subsp. lithophila (Sch.) Tutin ( + ). Dicho inventario responde a una amplia gama de microhábitats y de especies con apetencias distintas, pues se encuentran tanto casmófitos y espelucícolas así, como plantas de los pastizales pró­ — 110 — ximos. En la base de la oquedad se manifiesta un cierto índice de nitrofilia, puesto de manifiesto por la presencia de Urtica dioica L., quizás debida a que estas cuevas sirven de refugio al ganado cuando el calor agobia. En la Fig. 4 se esquematiza la peculiar to­ pografía de estos microhábitats.

]. Sedum album 2. Erinus alpinus 3. Sempervivum canta bricum 4. Crepis albi da subsp. as turi ca 5.Globuiaria nudicaulis

6.Petrocoptis q lauti folia

^ Campanula arvalica è.HymenoIobus pauciflorus

9.Erucastrum nasiurliifolium 10. Urtica dioica de Bromus erectus

Fig. 4.—Valle del Lago (Somiedo) 1.230 m. s. n. m.

Las dos nuevas localidades, primeras cantábricas, de H. pauci­ florus contribuyen a aumentar considerablemente su areal y seña­ lan su límite occidental. En una última prospeción botánica realizada en los rellanos de rocas calizas por encima del embalse de La Malva (Somiedo) a 850 m. (localidad muy cercana a La Riera) colectamos ejempla­ res en buen estado, que nos han permitido identificar con el taxon en cuestión, lo que hace tiempo, ante materiales en deficientes con­ diciones, llevamos a Kernera saxatilis (L.) Reichb. (cf. G. MARTINEZ et al., 1974-75): 222). Señalemos hoy que esta última es relativa­ mente frecuente en las fisuras de los roquedos calcáreos entre Joyo Llongo y la Horcada del Fontán, a 2.309 m. (Macizo de Ubiña, As­ turias), así como en los roquedos calizos de la Peñas de Orniz, a 2.000 m. (Somiedo), que constituye el límite occidental conocido del areal de este elemento orófilo. — Ill —

Astragalus australis (L.) Lam., Fl. Fr., 2:637 (1778). (Phaca australis L., Astragalus helveticus (Hartm.) O. Schwarz). A esta entidad taxonómica llevamos los materiales fructifica­ dos colectados en la Forqueta del Portillín a 2040 m. s. n. m. (Sec­ tor Central del Macizo de Ubiña, Asturias). Este orófito europeo, que se extiende desde los Cárpatos y centro de los Urales hasta los Pirineos, Apeninos centrales y el centro y occidente de con alguna localidad aislada en el norte de Rusia, fue señalado por primera vez en la Cordillera Cantábrica por M. LAINZ (1970: 25) en la vertiente septentrional del Coriscao, bajo la cumbre, a unos 2000 m. (Santander). R. CARBO NADAL (1975: 114) la men­ ciona de una localidad próxima: Puerto de San Glorio (León) (Fig. 5).

Fig. 5.—Astragalus australis (L.) Lam.

La localidad de Ubiña constituye, por el momento, el límite occi­ dental extremo del taxon en cuestión, situada a más de cien km., hacia el oeste, de las conocidas hasta ahora. Astragalus australis, en la Forqueta del Portillín, se desarrolla en suelos más o menos descalcificados, sobre la caliza «griotte» carbonífera, y en algunas estaciones de la zona convive con An- drosace lactea. El inventario que transcribimos a continuación re­ fleja los medios ecológicos donde se instala preferentemente A. aus­ tralis: Area: 1 m2; Cobertura: 85%; Expos.: NW.: Astragalus aus­ tralis (L.) Lam. (2.2), Sesleria albicans Kit., (2.2), Festuca durius- — 112

cuta Koch (2.3), Oxytropis pyrenaica Godron & Gren., ( + .2), Sa­ xífraga paniculata Miller ( + ), Helianthemum canun (L.) Baung. subsp. piloselloides (Lapeyr) M. C. F. Proctor, ( + ), Myosotis al- pestris F. W. Schmidt ( + ), Botrychium lunaria (L.) Sw., ( + ), Cor­ tejo liquénico: Ceíraria islandica (L.) Ach. ( + ), Cortejo briofítico: Tortula ruralis (Hedw.) Gaertn. y Homalothecium lutescens (Hedw.) Robins. En los Pirineos, A. australis se encuentra en comunidades de la Elyneto-Oxytropidetum foucaudii Br.-Bl., 1948 (Ord. Seslerietalia coeruleae Br.-Bl., 1926, Cías. Elyno-Seslerietea Br.-Bl., 1948) (cf. J. BRAUN-BLANQUET, 1948: 164 y sig., y C. FAVARGER & P. KÜP- FER, 1968: 354), que, salvando las distancias, guarda una cierta analogía con la comunidad cantábrica donde vive.

Ammi majus L., Sp. Pl., 243 (1753). Ejemplares de esta robusta umbelífera, de hasta metro y medio de estatura, han sido colectados en La Man joya (proximidades de Oviedo), formando parte de los matorrales espinosos de bordes de caminos en los que abundaban Rubus ulmifolius Schott., Sambu- cus nigra L., Conium maculatum L., Galactites tomentosa Moench., Hirschfeldia incana (L.) Lagreze-Forssat, Calystegia sepium (L.) R. Br. y Galium aparine L., comunidad incluible en la asociación Ru- bo-Tametum communis R. Tx., 1958 ( Pruno-Rubion ulmifolii O. de Bolos, 1954; Prunetalia spinosae R. Tx., 1952, Rhamno-Prunetea Rivas Goday & Borja, 1961). Confirmamos la única y vetusta men­ ción asturiana que recoge M. COLMEIRO (1886: 522): «Asturias (Casal, Pastor): alrededores de Oviedo (?)».

Androsace lactea L., Sp. Pl., 142 (1753). Abundantes materiales de este interesante taxon, de disyunción cárpato-alpina-cantábrica, hemos observado en dos localidades del Sector Central del Macizo de Ubiña (Asturias): por debajo de la Pasada del Siete, a 2200 m. s. n. m. (sobre suelos arcillosos por des­ calcificación de las calizas, en un canalón muy húmedo debido a la existencia de un gran nevero a todo lo largo) y en la Forqueta del Portillín a 2040 m. s. n. m., sobre interestratos pizarrosos den­ tro de la caliza «griotte». En ambas localidades los ejemplares pre­ sentaban los escapos unifloros, y en ellas se levantaron los inven­ tarios que figuran a continuación: A. Pasada del Siete: B. For­ queta del Portillín. — 113 —

Inventario A B Altitud (m. s. n. m.) 2200 2040 Exposición N NW Inclinación (%) 40 50 Cobertura (%) 90 80 Area (m2) 1 1

Androsace lactea L. 2.2 2.2 Silene acaulis (L.) Jacq. + .2 1.2 Armería maritima (Miller) Willd subsp. legionensis + + (Bernis) Laínz. Arenaria moehringioides Murr. 1.1 Minuartia verna L. 1.1 Valeriana apula Pourr. . 1.2 Draba dedeana Bss. & Reuter subsp. dedeana 1.2

Saxifraga oppositifolia L. . + .2

Saxifraga paniculata Miller . 1.2 Sesleria albicans Kit. . 2.2 Helictotrichon montanum (Vill.) Henr. • 2.2

Cortejo liquénico: Especies presentes en el inventario B: Ce- traria ericetorum Opiz, Corniculanu aculeata (Schreb.) Th. Fr., Aspi- cilia verrucosa (Ach.) Koerb., Thamnolia vermicularis (Sw.) Ach. ex Schaer. Cortejo briofítico: Especies presentes en el inventario A: Mnium spinosum (Voit.) Schwaegr., Hypnum cupressiforme var. mammillatum Brid., Drepanocladus uncinatus (Hedw.) Wanst., Dis- tichium capillaceum (Hedw.) B. S. G. Especies presentes en el in­ ventario B: Myurella julacea (Schwaeger.) B. S. G., Ditrichum fle- xicaule (Schwaegr.) Hamp., Bryoerithrophyllum recurvirostre (Hedw.) Chen., Encalypta rhabdocarpa Schwaegr., Plagiochila sp., Ctenidium molluscum (Hedw.) Mitt., Tortella tortuosa (Hedw.) Limpr., Mnium lycopodioides Schwaegr. subsp. orthorrhynchum (Lindb.) Wijk et Marp., Homalothecium lutescens (Hedw.) Robins. Dicha tabla refleja la situación intermedia en que se encuen­ tra Androsace lactea; por una parte se aprecia un elevado número de elementos propios de las comunidades rupícolas de la Saxifra- gion trijurcato-canaliculatae Riv.-Mart., 1968 ( Potentilletalia cau- lescentis Br.-Bl., 1926, Asplenietea rupestria Br.-Bl., 1934) a los que se incorporan algunos taxa de los pastizales psicroxerófi- los de la alta montaña cantábrica ( Festucion burnatii Rivas Goday & Riv.-Mart., 1963, Festuco-Poetalia ligulatae Riv. Goday & Riv.- Mart., 1963, Festucetea indigestae Riv. Goday «Sí Riv.-Mart., 1966). — 114 —

En la Cordillera Cantábrica sólo era conocida de los roquedos y pedregales calcáreos, por debajo de Las Moñas a 1600 m. (Sobre Sotres y Bulnes, Cabrales. Macizo Central de los Picos de Europa). (J. M.a DE PEREDA y M. LAINZ, in M. LAINZ & cois., 1970: 30). Nuestras citas, a más de cincuenta km. hacia el oeste, contribuyen a acrecentar el areal de tan interesante especie, constituyendo la mole calcárea de Ubiña su límite occidental. (Fig. 6).

+CITAS PROPIAS PCITAS DE OTROS AUTORES

Fig. 6.—Androsace lactea L.

Stachys recta L., Mantissa, 82 (1767). Panes (Asturias); calizas en el sotobosque de un encinar. Cono­ cida de varios puntos de la Cordillera Cantábrica. En concreto de Asturias no se había mencionado, salvo las vetustas citas que re­ coge M. COLMEIRO (1888: 412): «Asturias en Trias (Salcedo, Rodr.)» y «cerca de Candás (Lagasca)», como var. latifolia Lge.

Artemisia cantabrica (Laínz) Laínz, Bol. Inst. Est. Así. (c), 15: 40 (1970). {A. chamaemelifolia Vill. subsp. cantabrica Laínz). Ladera sur de los Portillines a unos 2200 m. s. n. m. (Sector Central del Macizo de Ubiña, Asturias). Céspedes sobre calizas con­ viviendo con Helianthemum croceum (Desf.) Pers. subsp. cantabri- cum Laínz, Eryngium bourgati Gouan, Acinos alpinus (L.) Moench. subsp. pyrenaeus (Br.-Bl.) Laínz, Thymus praecox Opiz y Cerastium arvense L. — 115 —

Endemismo del Macizo de Ubiña que se conoce de las siguientes localidades: Frente sur y este de Peña Ubiña (León- Asturias) entre los 2000 y 2100 m. (M. LAINZ, 1960: 34, 1964: 206) y Las Fanas (2200 m.), en la vertiente oriental de la Peña Ubiña Grande (RIVAS MARTINEZ, IZCO y COSTA, 1971: 112). Se am­ plía su areal hacia el norte (Fig. 8) y aportamos el icón de tan re­ levante microendemismo (Fig. 7). En los márgenes de caminos y lugares nitrófilos desde Tuiza hasta La Vega del Meicín, hemos colectado ejemplares de Artemisia absinthium L., Sp. Pl., 848 (1753), que convivía con Urtica dioica L., Cirsium eriophorum (L.) Scop., Digitalis parviflora Jacq., yBeílis perennis L. De Asturias sólo se conoce una anciana mención: «Cal­ das de Oviedo (Salgado)» recogida por M. COLMEIRO (1887: 226).

Carex vesicaria L. Sp. Pl., 979 (1753). Forma parte de los cañaverales que se extienden a lo largo de los arroyos a la altura de Lugones (Oviedo), asociado con Typha latifolia L., Carex riparia Curt., Carex otrubae Podp., Lysimachia vulgaris L., Lythrum salicaria L., Galium palustre L. subsp. elon- gatum (Presl.) Lange, Lychnis flos-cuculi L., Euphorbia villosa Waldst. & Kit., y Filipéndula ulmaria (L.) Maxim., comunidad in- cluible en Magnocarición elatae W. Koch, 1926 ( Phragmitetalia W. Koch, 1926, Phragmitetea R. Tx. & Preisg., 1942). Nuestra cita con­ firma la mención de L. P MINGUEZ: «Asturias en el camino de Gijón» (in M. COLMEIRO. 1889: 218). O. RODRIGUEZ SUAREZ (in M. LAINZ & cois., 1959: 692) señaló este elemento holárctico en el occidente de Asturias: desembocadura del río Artedo.

Dactylorhiza romana (Seb.) Soó subsp. siciliensis (Klinge) Soó, Nom. Nova Gen. Dactylorhiza, 3 (1962). A esta entidad taxonómica, de espolón cónico y corto, llevamos los escasos ejemplares colectados a 640 m. s. n. m., en la subida a La Rehollada (Somiedo). Convivía con Genista florida L., Ulex ga- llii Planchón, Erica arbórea L., Agrostis setacea Curt., y Pseudarrhe- natherum longifolium (Thore) Rouy, en suelos podsolizados, sobre cuarcitas. En Asturias se conocía de Puente de los Fierros (Lena) a 600 m. (M. LAINZ, 1957: 459) y Peña Mayor de Nava, a 500 m. (J. M.a DE PEREDA in M. LAINZ, 1960: 42). La localidad que hoy aportamos es la más occidental de la Cordillera Cantábrica. Dactylorhiza maculata (L.) Soó subsp. ericetorum (Linton) P. F. Hunt & Summerh, es frecuente en los brezales que se extienden en las inmediaciones de Pola de Somiedo; posiblemente a esta sub- Fig. 7.—Artemisia cantabrica (Laínz) Laínz. A) ASPECTO DE LA PLANTA. B) CAPITULO. C) SECCION DEL CAPITULO MOSTRANDO EL RECEPTA­ CULO. D, E y F) BRACTEA EXTERNA, MEDIA E INTERNA DEL CAPITULO. G) FLOR EXTERNA FEMENINA. H) FLOR INTERNA HERMAFRODITA; — 117 —

especie han de referirse muchas de las menciones que de D. macu- lata se han hecho en la provincia. Se conoce de Santander (cf. M. LAINZ, 1955: 335) y Galicia (cf M. LAINZ, 1968: 35). Tampoco son infrecuentes en e< territorio somedano Orchis pa- llens L., (La Peral) y Orchis provincialis Balb., (Valle de Somiedo y Cueto de Buena Madre, así como en el Monte Naranco, en las in­ mediaciones de Oviedo), de las que existen antecedentes de su pre­ sencia en Asturias. En los prados de siega de la vertiente septentrional del Puerto de Somiedo, sobre los 1200 m. s. n. m., fueron colectados en la pa­ sada primavera varios ejemplares de una robusta orquidacea que alcanzaban los 60 cm. de estatura, con dos tubérculos enteros y muy gruesos, tallos provistos de numerosas vainas basales y con 9 a 11 hojas no maculadas, (de 22-40 cm. de longitud por 1,5-2 cm. de anchura) que alcanzaban la inflorescencia; ésta de 20 a 30 cm. de longitud (en la mayoría de los casos ocupaban los 2/3 del total de la planta), con numerosas flores (de 33 a 60) apretadamente dispuestas. Brácteas florales trinerviadas, de tonalidad purpúrea y de 25-40 mm. de longitud. Flores purpúreas, con el ovario de 15 a 22 mm. de longitud, y espolón horizontal de 12-21 mm., cilindrico y de 2 a 3 mm. de diámetro; labelo trilobulado, con el lóbulo cen­ tral emarginado y tan largo como los laterales. Por los caracteres reseñados parece tratarse de una forma robusta de Orchis mascula L., si bien la longitud de las brácteas (que casi doblan la del ova­ rio), la del espolón, inflorescencia, etc., no se ajustan al tipo de la especie. Se podría sugerir que, por el desmesurado tamaño de to­ das sus partes, nos encontramos ante un poliploide, hipótesis sobre la que continuaremos trabajando. Convivía con ejemplares más reductos en todas sus partes (de 20 a 30 cm. de estatura, con las hojas ocupando el tercio inferior del tallo; inflorescencias laxas de 10 a 15 flores, con brácteas —de 9 a 13 mm.— más cortas que el ovario —12-18 mm.— y espolón tan largo como el ovario y de 1,5-2 mm. de diámetro) que son referibles a la típica Orchis mas­ cula L. Ambas se asociaban con Dactylorhiza sambucina (L.) Soó (con las formas «majenta» y «amarilla»),Ornithogalum umbella- tum L., Avenochloa pubescens (Huds.) Holub, Dactylis glomerata L., Anthoxanthum odoratum L., Cynosurus cristatus L., Luzula cam- pestris (L.) DC., Lotus corniculatus L., Trifolium pratense L., Tri- folium dubium Sibth., Helianthemum nummularium (L.) Miller, Sanguisorba minor Scop., Euphorbia hyberna L., Plantago lanceo- lata L., Rumex acetosa L., Prímula veris L., Centaurea nigra. L., Hy- pochoeris radicata L. y Tragopogon pratensis L., entre otras. o' W3 W3

Fig. 8 .—Artemisia cantabrica (Laínz) Laínz: AREA GENERAL. * CITAS PROPIAS. • CITAS DE OTROS AUTORES. — 119 —

El material colectado en la Malva (Somiedo), entre los 600 y 700 m. s. n. m., así como lo visto en las zonas más térmicas de la región asturiana, sobre suelos rendsiniformes, en el dominio del Quercenion ilicis, es referible a Orchis mascula L. subsp. olbiensis (Reuter ex Greiner) Asch. et Gr., Syn., 3:703 (1907), puesto que se trata de plantas de escaso porte (hasta 20 cm.) con inflorencencias paucifloras (hasta 9 flores) y laxas; brácteas cortas, flores de color rosado-púrpura, con el labelo plegado a lo largo y de tonalidad blanquecina con manchas púrpuras en el centro; espolón casi igualado el ovario y horizontal o dirigido hacia lo alto. De esta subespecie, propia del occidente de la Región Mediterránea, no se conoce ninguna mención asturiana.

AGRADECIMIENTOS

A la Dra. M.a C. FERNANDEZ ORDOÑEZ y al Ledo. V. M. VAZ­ QUEZ FERNANDEZ por la identificación de los briófitos y liqúe­ nes, respectivamente, que figuran en el texto. Asi mismo a los Drs. J. L. PEREZ CIRERA y G. LOPEZ por la información sumi­ nistrada de los herbarios MAF y MA.

Departamento de Botánica Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo — 120 -

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POR

PALOMA CISCAR GOMEZ

INTRODUCCION

En el presente trabajo se hace un primer inventario de insectos Tenthredinoidea (Hymenoptera: Symphyta, Strophandria) perte­ necientes a la fauna asturiana. Esta superfamilia incluye a las fa­ milias de los , Diprionidae, Blasticotomidae, Argi- dae y Cimbicidae. Las especies que aquí se citan pertenecen, en su mayoría, a los Tenthredinidae, el grupo más numeroso y represen­ tativo; las restantes, a los Argidae y Cimbicidae. Este grupo de himenópteros, aún no bien conocido en muchos aspectos de su biología, encuentra en Asturias una región óptima para prosperar, dado su alto grado de humedad y su relativamen­ te baja temperatura (Berland, 1947). Por otra parte, al ser insectos en su mayoría fitófagos, cuyas larvas viven y sé desarrollan a ex­ pensas de las hojas, tanto de especies vegetales herbáceas como arbóreas, esta superfamilia incluye especies de interés económico, desde un punto de vista agrícola (BERLAND, 1947; BENSON, 1962) y forestal (BERLAND, 1947; KOPONEN, 1973 a y b). El material estudiado procede, en parte, de las capturas efec­ tuadas por la autora con diferentes sistemas de trampeo y, en par­ te, del material depositado en el Departamento de Zoología y Eco- — 124 — logia de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Oviedo. Cada especie inventariada va acompañada de algunos datos de interés, tales como localidad y fecha de las capturas, nombre del colector (sólo en el caso de que los ejemplares no hayan sido reco­ gidos por la autora), citas, distribución geográfica, y todas aquellas notas biológicas y ecológicas que se han podido reunir de la apor­ tación de distintos autores y de los datos de las capturas realizadas.

Inventario de los TENTHREDINOIDEA de Asturias

Familia de los TENTHREDINIDAE Subfamilia TENTHREDININAE Género t e n t h r e d o Linneo, 1758 Tenthredo scrophulariae Linneo, 1758. Material estudiado: 1 ej. macho, Campo Carvajal (Avilés), 5-IV-74, A. Rodríguez G.; 1 ej. macho, Oviedo, l-IV-78, E. Suárez; 1 ej. hembra, La Carriona (Avilés), 26-IV-78, a las 12,05 horas, I. Esteban; 1 ej. macho, Avilés, IV-78, R. González; 1 ej. hembra, El Cristo (Oviedo), 7-V-78, L. G.; 2 ej. hembra, Oviedo, ll-V-78, J. R. F. Ramos y S. Pascual, respectivamente; 1 ej. hembra, Oviedo, 15-V-78, a 12 h., M. J. Fernández; 2 ei. hembra, Pumarín y Colloto (Oviedo), respectivamente, 16-V-78, J. M. Eiro; 1 ej. hembra, Sta. Bárbara de Lugones, 18-V-78, E. Cervantes; 2 ei. macho v hembra, Naranco (Oviedo), 24-V-78, C. Campo; 1 ej. macho, Trubia (Oviedo). 20-V-79. Distribución: Inglaterra. Francia y resto de Europa. Asia Me­ nor. En España, ha sido citada para: La Coruña, Pontevedra, Oren­ se, Santander, Vizcaya, Huesca, Teruel, Logroño, Zaragoza, Barce­ lona, Gerona, Tarragona, Madrid, Segovia y Avila. Ecología: Han sido citadas como plantas hospedadoras de la larva: Scrophularia spp. y Verbascum spp. (Scrophulariaceae ). Los ejemplares citados proceden de cultivos, prados de siega y mato­ rrales, frecuentemente próximos a cursos de agua. Un ejemplar (Trubia) fue capturado con una trampa de agua (conteniendo algo de detergente) de color verde, situada a nivel del suelo. Tenthredo vidua Rossi, 1790. Material estudiado: 1 ej. hembra, Peña de los Cuervos (Ordi- llón, Sueve), 7-VII-74, C. Lastra; 1 ej. hembra, Corias (Pravia), V-75, M. A. Aranda; 1 ei. hembra, La Castañalona (Castrillón), V-78. M. A. Aranda; 1 ej. hembra, Somio (Gijón), V-78, L. E. Pérez; 1 ej. hem­ bra, Sta. M* del Mar (Castrillón), 4-VI-78, P. Domínguez." — 125 —

Distribución: Francia, Italia, Suiza, Europa Central y Meridio­ nal. En España: citada para Vizcaya. Ecología: Larva citada sobre Aegopodium podagraria L. Pra­ dos de siega y matorrales (imagos). Tenthredo atra Linneo, 1758. var. scopolii Lepeletier. Material estudiado: 1 ej. hembra, Tuiza de Arriba, 14-VI-75, C. F. Bernáldez de Quirós. Distribución: Francia y resto de Europa. Siberia. En España, la especie típica (no la variedad) ha sido citada para: Asturias (Oviedo), Huesca, Barcelona y Madrid. Ecología: Según Berland (1947), es una especie frecuente en las montañas. Larva citada sobre Lamium álbum L. y Mentha spp. (Lamiaceae), Menyanthes trifoliata L. (Menyanthaceae) y Succisa praemorosa (Gilib) Asch. (Dipsacaceae ). Tenthredo arcuata Forster, 1771. Material estudiado: 2 ej. hembras, Sta. M.a del Mar, 4-VI-75, R. M. Alvarez; 2 ej. hembras, El Nociu, 23-V-76, R. Anadón; 2 ej. hembras, Trubia, 7-VI-76 y 13-IV-77, respectivamente; 1 ej. hembra, La Castañalona, 18-VII-77, J. Diez; 1 ej. hembra, El Puerto, VIII-77, R. González; 1 ej. macho, Las Caldas (Oviedo), 25-IV-78, J. M. Eiro; 1 ej. macho, Las Caldas, 2-V-78, H. Centeno; 2 ej. hembras, Oviedo, a 200 m., V-78, R. Rodríguez A.; 1 ej. hembra, Somio (Gijón), V-78, L. E. Pérez; 1 ej. hembra, Caces (Oviedo), 16-V-78, a 20 m., J. Ber­ mejo D.; 1 ej. hembra, Lieres, 9-V-78, V. Herrero; 1 ej. hembra, Tuilla, a 300 m., 13-V-78, B. Otero; 1 ej. hembra, Las Segadas (Ri­ bera de Arriba), 17-V-78, R. M. R. Cimadevilla; 1 ej. hembra, Las Caldas, a 100 m., 28-V-78, J. L. Muñiz; 1 ej. macho, Fuso de la Rei­ na, 3-VI-78, S. Suárez; 1 ej. hembra, Fuso de la Reina, 24-VII-78, M. A. Aranda; 2 ej. macho y hembra, Valgrande, 27-VII-78, M. A. Aranda; 2 ej. hembras, La Isla (Colunga), 29TV-79, T. Cañal y A. Miranda, respectivamente. Distribución: Francia y resto de Europa. En España: Asturias (Oviedo), Santander, Huesca, Gerona, Cataluña, Madrid. Ecología: Larva citada sobre Lotus corniculatus L. (Fabaceae ) yBupleurum falcatum L. (Apiaceae ). Nuestros ejemplares (imagos) proceden de cultivos, prados, matorrales, casi siempre próximos a ríos. Algunos fueron capturados sobre Umbelíferas y dos de ellos (Trubia), fueron recogidos con trampas de agua de color verde, situadas a 1 m. de altura sobre el nivel del suelo. Un ejemplar fue capturado en una escombrera y otro en un estercolero. — 126 —

Tenthredo olivacea Klug, 1814. var. nigrovittata Enslin. Material estudiado : 6 ej., 5 hembras y 1 macho, Trubia, 7-VI-76. Distribución: Inglaterra. Francia. Europa Central y Septentrio­ nal. Siberia. Asia Central. En España ha sido citada para Huesca (sólo la especie típica). Ecología : Nuestros ejemplares fueron capturados en un ma­ torral y un prado, con trampas de agua de color verde situadas a 1 m. de altura. Tenthredo ferruginea Schrank, 1776. var. laticincta Steph. Material estudiado : 1 ej. hembra, Valgrande, 7-VII-78, M. A. Aranda. Distribución: Inglaterra. Francia. Europa Central y Septentrio­ nal. Siberia. Ecología : Larva citada sobre Salix alba L. y S. capraea L. (Sa- licaceae), Alnus glutinosa (L.) Gaertner ( ), Filipéndula ulmaria (L.) Maxim. (Rosaceae ) y Pteris aquilina L. (Hypolepida - ceae).

Género tenthredopsis A. Costa. 1859. Tenthredopsis scutellaris Fabricius, 1804. Material estudiado : 1 ej. macho, Lieres (Pola de Siero), 9-V-78, V. Herrero. Distribución: Francia y resto de Europa. En España, citado pa­ ra Vizcaya, Huesca, Lérida y Barcelona. Ecología: Larva citada sobre Anthriscus silvestris (L.) Hoffm. (Apiaceae ) y Artemisia campestris L. (Asteraceae ).

Género pachyprotasis Hartig, 1837. Klug, 1814. Material estudiado: 1 ej. macho, Valgrande, 7-VII-78, M. A. Aran­ da. Distribución: Francia y resto de Europa. Siberia. China. En Es­ paña, citada para Gerona. Ecología: Larva citada sobre Circaea lutetiana L. (Onagraceae ). Pachyprotasis simulans Klug, 1814. Material estudiado: 1 ej. macho, Trubia (Oviedo), 7-VI-79. Distribución: Francia. Europa Central y Septentrional. En Es­ paña, la especie ha sido citada para Vizcaya. Ecología: Larva citada sobre Solidago virgaurea L. (Asteraceae) y Scrophularia spp. Nuestro ejemplar fue capturado en una huerta, con una trampa de agua de color verde, situada a nivel del suelo. — 127 —

Género m a c r o ph y a Dahlbom, 1835. Macrophya (s. str.) annulata Geoffroy, 1785. Material estudiado : 1 ej. hembra, Cangas de Narcea, 25-V-78, M. I. Hevia; 1 ej. hembra, El Cristo (Oviedo), 27-V-78, A. Cano. Distribución: Francia y resto de Europa. Siberia. En España, ci­ tada para Gerona, Barcelona, Madrid, Vizcaya, Huesca, Avila y Va­ lencia. De la variedad similis Spinola. Material estudiado : 1 ej. hembra, Cangas de Onís, 16-V-76, S. Gargallo; 1 ej. macho, Tuiza de Arriba, 14-VI-75, C. F. Bernáldez de Quirós; 1 ej. macho, La Castañalona, VII-77, M. A. Aranda; 1 ej. hembra, Valgrande, 7-VII-78, M. A. Aranda. Distribución: La variedad citada para Vizcaya, Madrid, Orense, Asturias (Oviedo), Ciudad Real, Valencia y Alicante. Ecología : El imago ha sido citado sobre Euphorbia spp. (Eu- phorbiaceae ) y Sambucus ebulus L. (Caprifoliaceae ). Uno de nues­ tros ejemplares fue capturado en una huerta próxima a un pinar. Macrophya (s. str.) rustica Linneo, 1758. Material estudiado: 1 ej. hembra, Peña de los Cuervos (Ordi- llón, Sueve), 7-VII-74, C. Lastra; 1 ej. hembra, Trubia, 7-VI-79. Distribución: Inglaterra. Francia y resto de Europa. Africa del Norte. Asia Menor. En España, citada para Madrid, Barcelona, Ge­ rona, Vizcaya y Logroño. Ecología: Un ejemplar (Trubia), fue capturado en una huerta, con trampa de agua de color verde, colgada a 1 m. de altura. Macrophya (s. str.) carinthiaca Klug, 1814. Material estudiado: 3 ej., 2 machos y 1 hembra, Trubia, 7 y 12 VII-79; 1 ej. hembra, Lieres, 9-V-78, V. Herrero. Distribución: Francia. Europa Central. En España, citada para Huesca y Barcelona. Ecología: Cultivos. Jardines. Ejemplares (Trubia) capturados con trampas de agua de color verde, situadas a nivel del suelo y a 1 m. de altura. Macrophya (5. str.) parvula Konow, 1884. Material estudiado: 2 ej. hembras, Trubia, 7 y 18-VII-79, res­ pectivamente. Distribución: Francia y Europa Central. Ecología: Los ejemplares han sido capturados en una huerta, con trampa de agua de color verde colocada a nivel del suelo. — 128 —

Subfamilia DOLERINAE. Género d o l e r u s Jurine, 1807 Dolerus etruscus Klug, 1814. Material estudiado: 1 ej. hembra, Lugones, a 162 m., Mayo, P. B. Alvarez; 1 ej. hembra, Cangas de Onís, 7-VI-79, I. Comas; 1 ej. hem­ bra, Trubia, 7-VII-79. Distribución: Francia. Italia. En España, citada para Vizcaya, Huesca, Lérida, Zaragoza, Barcelona, Gerona, Madrid, Guadalajara y Alicante. Ecología: El ejemplar de Trubia fue capturado en una huerta, con trampa de agua de color verde colocada a 1 m. de altura. Dolerus madidus Klug, 1814. Material estudiado: 1 ej. hembra, Corias (Pravia), 12-V-74, M. A. Alvarez. Distribución: Francia. Escandinavia. Alemania. Holanda. Bél­ gica, Suiza y Rusia. En España, citada para Vizcaya, Zaragoza, Ma­ drid, Toledo, Segovia, Albacete y Murcia. Ecología: Larva citada sobre Juncus spp. (Juncaceae ). Dolerus punctkollis Thomson, 1871. Material estudiado: 1 ej. macho, El Nociú (Lena), 23-V-76, R. Ana­ dón. Distribución: Francia y resto de Europa. En España, citada pa­ ra Asturias, Vizcaya, Zaragoza y Madrid. Dolerus nitens Zaddach, 1859. Material estudiado: 1 ej. hembra, Axeite (Lena), V-78, R. Rodrí­ guez. Distribución: Francia. Europa Central y Septentrional. En Es­ paña, citada para Madrid.

Subfamilia SELANDRIINAE. Género a t h a l ia Leach, 1817. Athalia circularis Klug, 1815. ssp. circularis Fabricius. Material estudiado: 1 ej. macho, Trubia, 9-IX-76; 1 ej. macho, 18-IX-79, Trubia; 3 ejs. hembras, Trubia, 28-IX-79; 2 ejs. hem­ bras, Llantrales (Grado), 5-X-79. Distribución: Toda Europa, incluyendo el Mediterráneo. Asia Menor. Caúcaso. Siberia. Japón y montañas del Asia Central. Afri­ ca del Norte. En España: citada para Asturias, Coruña, Vizcaya, Zaragoza, Huesca, Madrid, Toledo, Guadalajara, Avila, Segovia, San­ tander, Guipúzcoa, Valladolid, Teruel, Lérida, Gerona, Barcelona, Orense, Alicante, Granada, Cáceres y Cádiz. — 129 —

Ecología : Larva citada sobre Sedum álbum L. (Crassulaceae ), Plantago spp. (Plantaginaceae ), Capsella bursa-pastoris L. (Crucife- rae), Melampyrum spp. y Verónica spp. (Scrophulariaceae ), Arctium lappa L. (Asteraceae ) y Glechoma hederacea L. (Lamiaceae ). Todos nuestros ejemplares han sido capturados con trampas de agua co­ locadas, tanto en el suelo como a 1 m. de altura y en huertas. Athalia cordata Lepeletier, 1823. Material estudiado : 2 ejs. machos, Trubia, 27-111-76; 1 ej. ma­ cho, Grado, V-76, J. L. Velasco; 3 ejs. hembras, Trubia, 9-XI-76, 12-111-77 y 12-IV-77, respectivamente; 1 ej. macho, Avilés, V-78, A. R. Marcos; 1 ej. hembra, Asturias (?), V-79, M. Lebrato; 1 ej. hem­ bra, Trubia, 2-X-79; 1 ej. macho, La Mata (Grado), 12-X-79. Distribución: Toda Europa, incluyendo el Mediterráneo y el Norte de Africa. Asia Menor. Caucaso. En España, citada para Se­ villa, Madrid, Barcelona, Gerona y Menorca. Ecología : Larva citada sobre Ajuga reptans L. (Lamiaceae) y, Plantago spp. y Anthirrhinum erontium L. (Scrophulariaceae ). Nuestros ejemplares proceden de huertas, prados y matorrales. Han sido capturados con trampas de agua, tanto a nivel del suelo como a 1 m. de altura. Athalia rosae Linneo, 1758. ssp. rosae (L.) Material estudiado : 1 ej. hembra, La Laguna (Avilés), 5-V-78, M. J. Valle; 1 ej. hembra, Mestas (Gijón), 3-XI-78, M. S. López R.; 1 ej. macho, Trubia, 12-VII-79; 1 ej. macho, Trubia, 28-IX-79; 1 ej. macho, La Mata (Grado), 30-IX-79. Distribución: Toda Europa. Siberia. Africa del Norte y del Sur. Palestina, Asia Menor, Caúcaso, Irán y América del Sur. En Es­ paña, citada para Asturias, Coruña, Pontevedra, Santander, Gui­ púzcoa, Vizcaya, Huesca, Teruel, Alava, Gerona, Barcelona, Tarra­ gona, Zaragoza, Alicante, Menorca, Toledo, Ciudad Real, Guadala­ jara, Madrid, Avila, Segovia, Valladolid, Logroño, Cádiz y Sevilla. Ecología: Larva citada sobre las siguientes Cruciferae: Barba­ rea spp.; Armoracia rusticana Gaertn, Mey y Scherb.; Brassica ra­ pa L., B. Napus L., B. Júncea, B. Nigra (L.) Koch, Raphanus rapha- nistrum L., Rorippa amphibia (L.) Besser, Sinapis alba L. y S. Ar- vensis L., y Sisymbrium officinale (L.) Scop. Nuestros ejemplares proceden de prados de siega y huertas. Algunos fueron capturados con trampas de agua de color verde, colocadas a nivel del suelo y a 1 m. de altura. Han sido citadas como parásitos; los Ichneumonidae (Hym.): Mesoleius armillatorius Grav., M. Ciliatus Holmg., Perilissus lutes- — 130 —

cens Holmg., Tryphon brachyacanthus Grav., T. Marginellus Grav. y T. Succinctus Grav.; los Perilampidae (Hym., Chalcidoidea): Pe- rilampus splendidus Holmg. y P. Violaceus Holmi.; también los Dípteros; Tachina bisignata Meig. (Tachinidae) y Mydaea uliginosa Fall. (Mydaidae ). Athalia cornubiae Benson, 1931. Material estudiado : 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 18-VII-79. Distribución: Islas Británicas. Francia. Centro y Sur de Euro­ pa. Asia Menor. Transcaucasia. Sudoeste de Irán. En España, ha sido citada para Asturias, Huesca, Madrid y Granada. Biología : Se desconoce el macho de esta especie que es parte- nogenética. Ecología: Larva citada sobre Sedum álbum L. Nuestro ejem­ plar ha sido capturado con trampa de agua de color verde, colga­ da a 1 m. de altura. Athalia liberta Klug, 1813. ssp liberta (Klug.) Material estudiado: 3 ejs. hembras, Trubia, 18-VIII-76, 20-IX-76 y 6-VIII-79, respectivamente; 1 ej. macho, La Mata (Grado), 30-IX- 79. Distribución: Toda Europa, incluyendo las Islas Británicas. Re­ gión Mediterránea hasta el Caúcaso, Sudoeste del Irán y montañas del Asia Central. Siberia. En España: Coruña, Vizcaya, Huesca, Barcelona, Gerona, Sevilla, Cádiz, Málaga. Ecología: Larva citada sobre las especies de Cruciferae: Allia- ria petiolata (Bieb.) Cavara y Grande; Arabidopsis thaliana (L.) Heynh.; Cardamine hirsuta L.; Sisymbrium officinale (L.) Scop.; Sinapis alba L. y S. Arvensis L. Nuestros ejemplares proceden de una huerta y prados de siega. Han sido capturados con trampas de agua de color verde, situadas a 1 m. de altura y sobre el suelo. Athalia lugens Klug., 1813. ssp. lugens (Klug.) Material estudiado: 7 ejs., 6 machos y 1 hembra, La Mata (Gra­ do), 30-IX-79, 12-X-79, 19-X-79 y 21-X-79, respectivamente. Distribución: Inglaterra. Francia. Europa Central y Septentrio­ nal. En España, citada para Vizcaya. Ecología: Los ejemplares proceden de un prado de siega y han sido capturados con trampas de agua situadas en el suelo. Género s e l a n d r ia Leach, 1817. Selandria serva Fabricius, 1793. Material estudiado: 1 ej. hembra, Pola de Siero, V-76, C. S. La- vin. — 131 —

Distribución: Toda Europa, Siberia, Transcaucasia y Asia Me­ nor. En España ha sido citado para Asturias, Coruña, Vizcaya, Lé­ rida, Gerona, Barcelona y Madrid. Ecología: Larva citada sobre Triticum repens y otras Gramí­ neas. Como especie parásita ha sido citada: Sychnoleter geniculo- sus Grav. (Hym., Ichneumonidae). Selandria padi Linneo, 1758. Material estudiado: 1 ej hembra, Trubia, 18-V1I-79. Distribución: Toda Europa. Asia Menor. Atrica üei Norte. Ln España, ha sido citada para: Asturias, Coruña, Lugo, Vizcaya, Hues­ ca, Gerona, Madrid, Avila y Segovia. Ecología: Larva citada sobre Pteris aquilina L. (Hypolepida - ceae). Nuestro ejemplar procede de una huerta, donde lúe captu­ rado con trampa de agua verde colgada a 1 m. de altura.

Género strongylogaster Dahlbom, 1835. • Strongylogaster lineata Christ, 1791. Material estudiado: 1 ej. hembra, S. Lázaro (Oviedo), 23-V-78, C. Ocejo O. Distribución: Inglaterra, Francia, Bélgica, Portugal, Los Balca­ nes, Europa Central y Septentrional. Asía Menor. En España, ha sido citada para Vizcaya, Huesca, Gerona, Barcelona, Madrid y Segovia. Ecología: Larva citada sobre Pteris aquilina L. y Polystichum filix-mas Roth. ( Dryopteridaceae ). Nuestro ejemplar procede de un prado. Han sido citadas como parásitas, las siguientes especies de Ichneumonidae: Campoplex transiens Rtzb., Cubocephalus fortipes Grav., Ichneumon mussii Rtzb., y Mesoleius niger Grav.

Género ametastegia A. Costa, 1882. Ametastegia equiseti Fallén, 1808. Material estudiado: 1 ej. macho, Belmonte (Belmonte de Miran­ da), 29-VII-79; 1 ej. macho, Llantrales (Grado), 5-X-79. Distribución: Toda Europa. Siberia. En España, citada para Vizcaya, Huesca, Gerona, Barcelona, Soria y Sevilla. Biología: La especie presenta partenogénesis deuterotóquica. Ecología: Especie polífaga, cuya larva ha sido citada sobre las Polygonaceae: Rumex acetos ella L. y Polygonum persicaria L.; también sobre Lythrum salicaria L. (Lythraceae), Chenopodium ál­ bum L. (Chenopodiaceae ) y Ribes grossulariae (Grossulariaceae ). Nuestros ejemplares proceden de huertas y han sido recogidos con trampas de agua colocadas en el suelo. — 132 —

Subfamilia BLENNOCAMPINAE. Género tomostethus Konow, 1886. Tomostethus (Atomostethus) fuliginosus Klug., 1814. Material estudiado : 1 ej. hembra, Trubia, 28-VII-79. Distribución: Toda Europa. En España, citada para Asturias, Vizcaya, Huesca, Zaragoza, Gerona, Barcelona y Madrid. Ecología : larva citada sobre Ranunculus sceleratus L. (Ranún- culaceae), planta de la que devora sus hojas y semillas. Nuestro ejemplar ha sido capturado en una huerta, con trampa de agua de color verde y a 1 m. de altura. Tomostethus (Atomostethus) ephippium Panzer, 1798. Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia (Oviedo), 3-VIII-79. Distribución: Francia (salvo en el sudeste), Portugal y resto de Europa. Argelia. En España, citada para: Asturias, Vizcaya, Gero­ na y Barcelona. Biología: El macho es muy raro, lo que podría indicar que se trata de una especie partenogenética. Ecología: La larva ha sido citada sobre Alnus glutinosa (L.) Gaertner y A. Incana D. Nuestro ejemplar ha sido capturado en una huerta, con trampa de agua de color verde situada en el suelo. Género f e n u s e l l a Enslin, 1914. Fenusella hortulana Klug, 1814. Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia, 20-V-76. Distribución: Francia, Europa Central y Septentrional. En Es­ paña, citada para Madrid y Barcelona. Ecología: Larva minadora de las hojas de Populus nigra L. (Sa- licaceae), Acer campestre L. y Acer platanoides L. (Aceraceae ). Nuestro ejemplar ha sido capturado en una huerta, con trampa de agua verde y a 1 m. de altura.

Subfamilia PHYLLOTOMINAE.

Género ph y l l o t o m a Fallén, 1829. Phyllotoma vagans Fallén, 1808. Material estudiado: 1 ej. hembra, Trubia, 17-VII-76. Distribución: Francia. Europa Central y Septentrional. Ecología: Larva citada sobre Alnus glutinosa (L.) Gaertner. Nuestro ejemplar ha sido capturado en una huerta, con trampa de agua de color verde, a 1 m. de altura. Han sido citadas como parásitas, las especies de Ichneumoni­ dae: Campoplex cerophagus Gr., Chysocharis albipes Gir., Limne- rium assimile Grav. y Laphyroscopus gorskii Ratzb. — 133—

Subfamilia NEMATINAE. Género trichiocampus Hartig, 1837. Trichiocampus eradiatus Hartig, 1837. Material estudiado : 1 ej. macho, El Cristo (Oviedo), 12-V-78, J. A. Gil. Distribución: Islas Británicas, Francia, Bélgica, Alemania, Aus­ tria, y Suecia. Ecología : Larva citada sobre Anthriscus silvestris (L.) Hoffm. y Ulmus minor Miller. (Ulmaceae ). Ha sido citada como especie parásita: Hemiteles trichiocampi Baie. (Ichneumonidae ).

Familia de los ARGIDAE. Tribu ARGINI Género a r g e Schrank, 1802. Arge rosae Linneo, 1758. Material estudiado: 1 ej. hembra, Pola de Siero, V-76, C. S. La- vin. Distribución: Inglaterra, Francia y resto de Europa. Asia Me­ nor. Siria. Siberia. En España, citada para Asturias, Pontevedra, Santander, Vizcaya, Guipúzcoa, Huesca, Logroño, Teruel, Zarago­ za, Gerona, Tarragona, Barcelona, Valladolid, Madrid, Avila, Sego- via, Guadalajara, Cáceres, Badajoz, Ciudad Real, Valencia, Sevilla, Granada y Málaga. Biología: Especie de partenogénesis arrenotóquica. Ecología: Larva citada sobre Rosa spp. Muy frecuente en los jardines, puede llegar a ser perjudicial para los rosales. Han sido citadas como especies parásitas: Eulophus incubator Bouché., E. Hylotomarum Bouché v E. Nigrator Bouché (Hvm.: Chalcidoi- dea, Eulophidae). Arge cyaneocrocea Fórster, 1771. Material estudiado: 1 ei. hembra, Avilés, V-78, A. Revero M. Distribución: Toda Europa. Transcaucasia. Asia Menor y Per- sia. En España, citada para Asturias, Huesca, Logroño, Barcelona, Madrid y Cáceres. Ecología: El ejemplar citado procede de un prado de siega. Ha sido citada como especie parásita: Cryptus hylotomadum Ru- dow. ( Ichneumonidae ). Arge enodís Linneo, 1767. ■ . ■ Material estudiado: 1 ej. macho, El Cristo (Oviedo), IV-76, P. León, L. — 134 —

Distribución: Francia. Europa Central y Meridional. Caúcaso. Siberia. Japón. En España, citada para Huesca, Logroño, Pueyo, Barcelona, Gerona, Madrid y Granada. Biología : especie de partenogénesis arrenotóquica. Ecología". Larva citada sobre Salix alba L., S. fragilis L., y S. Purpurea L. Han sido citadas como parásitas: Alysia ferrugator Goureau y Proterops nigripennis Wesm. (Hym.: Braconidae ). Tam­ bién el díptero Tephritis meigeni (Trypetidae ). Tribu SCHIZOCERINI Género s c h iz o c e r a Lepeletier, 1825. Schizocera geminata Gmelin, 1790. Material estudiado : 1 ej. macho, Trubia, 21-IV-76. Distribución: Inglaterra. Francia. Europa Central y Meridional. Siberia. Ecología : Larva citada sobre Rosa spp. y Rumex acutus. Nues­ tro ejemplar ha sido capturado en un bosque mixto de pino y cas­ taño, con una trampa adhesiva cilindrica de color verde, colgada a 1 m. de altura, aproximadamente. Especie citada como parásita: Schizocera geminata Ratz.

Familia de los CIMBICIDAE Subfamilia ABIINAE Género a b ia Leach, 1817. Abia sericea Linneo, 1767. Material estudiado : 1 ej. macho, 16-VIII-77, El Puerto, R. Gon­ zález M. Distribución: Inglaterra, Francia y resto de Europa. Asía Menor y Transcaucasia. En España, citada para: Lérida, Logroño, Zarago­ za, Gerona, Barcelona, Madrid, Avila y Ciudad Real. Ecología : Larva citada sobre Succisa pratensis Moench. y Knau- tia spp. (Dipsacaceae ) así como sobre Fragaria vesca L. (Rosa- ceae). La especie Exenterus xanthostoma Rudow (Hym: Ichneumoni­ dae ), ha sido citada como parásita.

RESUMEN

En este trabajo se presenta un inventario de 37 especies de Tenthredinoidea (Hymenoptera) de Asturias. Al final, se da una lis­ ta de estas especies y otras que han sido citadas para Asturias por varios autores. — 135 —

SUMMARY

A check-list is given in this work of 37 species of Tenthredinoi- dea (Hymenoptera) in Asturias. (Spain). At the end of the work, these species and others noted for Asturias by various autors, are listed. Recibido Noviembre, 1979.

Familia TENTHREDINIDAE

1. Tenthredo albicornis F. (Dusmet, 1949) 2. T. arcuata Forster (*) (Dusmet, 1949) 3. T. atra L. (Dusmet, 1949) y var. scopolii Lepeletier 4. T. bifasciata (Müll) var. unicingulata Enslin (Dusmet, 1949) 5. T. enslini Schirmer (Schirmer, 1913 y Dusmet, 1949) 6. T. ferruginea Schrank var. laticincta Steph. (*) 7. T. livida L. (Dusmet, 1949) 8. T. olivacea Klug var. nigrovittata Enslin (*) 9. T. scrophulariae L. (*) 10. T. solitaria Scop. (Dusmet, 1949) 11. T. vidua Rossi (*) 12. Tenthredopsis coqueberti Klug (Dusmet, 1949) 13. T. scutellaris F. (*) 14. Rhogogaster aucupariae Klug (Dusmet, 1949) 15. R. picta Klug (Dusmet, 1949) 16. Pachyprotasis antennata Klug (*) 17. P. simulans Klug (*) 18. Macrophya annulata Geoffrov (*) M. annulata var. similis Spinola (*) (Dusmet, 1949) 19. M. carinthiaca Klug (*) 20. M. parvuta Konow (*) 21. M. rustica L. (*) 22. Doterus etruscus Klug (*) 23. D. haematodes Sehr. (Dusmet, 1949) 24. D. madidus Klug (*) 25. D. nigratus Müll (Dusmet, 1949) 26. D. nitens Zaddach (*) 27. D. pratensis L. (Dusmet, 1896 y 1949) 28. D. puncticollis Thomson (*) (Dusmet, 1949) 29. D. rosti Konow (Konow, 1890; Enslin, 1913; Dusmet. 1949) 30. Athalia circularis circularis Fabricius (*) (Dusmet, 1949) — 136 —

31. A. cordata Lepeletier (*) 32. A. cornubiae Benson (*) (Benson, 1931; Dusmet, 1935, 1944, 1949) 33. A. liberta liberta (Klug) (*) 34. A. lugens lugens (Klug) (*) 35. A. rosae rosae (L.) (*) (Dusmet, 1896 y 1949) 36. Empria abdominalis F (Dusmet, 1896 y 1949) 37. Selandria padi L. (*) (Dusmet, 1949) 38. S. serva F. (*) (Dusmet, 1949) 39. Strongylogaster desbrochersi K. (Dusmet, 1949) 40. S. lineata Christ. (*) 41. Ametastegia equiseti Fallén (*) 42. Tomostethus ephippium Panzer (*) (Dusmet, 1949) 43. T. fuliginosus Klug (*) (Dusmet, 1949) 44. Fenusella hortulana Klug (*) 45. Phyllotoma vagans Fallén (*) 46. Cladius pectinicornis Geofr. (Dusmet, 1949) 47. Croesus varus Villaret (Dusmet, 1949) 48. Pontania próxima Lep. (Cog., 1921) 49. P. vesicator Bremi. (Cog., 1921) 50. Pterodinea mvosotidis F. var. ambigua Förster (Dusmet, 1949) 51. P. virescens Htg. (Dusmet, 1949.) 52. Trichiocampus eradiatus Hartig. (*) 53. Sciapteryx soror Konow (Konow, 1890; Berland, 1947).

Familia ARGIDAE 54. Arge cyaneocrocea Förster (*) (Dusmet, 1949) 55. A. enodis L. (*) 56. A. pyrenaica André (Dusmet, 1949) 57. A. rosae L. (*) (Dusmet, 1896 y 1949) 58. Schizocera geminata Gmelin (*)

Familia CIMBICIDAE 59. Abia sericea L. (*) 60. Cimbex connata Schrank (Dusmet, 1896)

LISTA DE ESPECIES DE TENTHRED1NOIDEA CITADAS PARA ASTURIAS Esta lista incluye las especies citadas en el presente inventario y otras ho recogidas en él pero que han sido citadas para Asturias por diferentes autores, tomadas del Catálogo de Himenópteros de España (Ceballos, 1956). Junto a cada especie, se indica, entre paréntesis, el autor y la fecha de la cita. Con un asterisco se señalan las especies citadas en el inventario, — 137 —

BIBLIOGRAFIA

B e n s o n , R. B . (1962).—A revision of the Athaliini (Hymenoptera : Ten^ thredinidae). BULL BR MUS (NAT HIST) ENT, 11 (7): 333-382. B e r l a n d , L. (1947).— HYMENOPTERES TENTHREDOIDES. FAUNE DE FRANCE (47). LECHEVALIER, Paris, 496 pp. ------(1958).— ATLAS DES HYMENOPTERES DE FRANCE, BELGIQUE, SUISSE (I). Ed. N. BOUBEE-Cie. Paris, 155 pp. ------(1965). HYMENOPTERES DE LA FAUNE DE LA FRANCE EN TABLEAUX SYNOPTIQUES. Tome 7. Delagrave, Paris, 211 pp. B u r t o n , J. (1973). THE OXFORD BOOK OF . Oxford University Press, London, 208 pp. C e b a l l o s , G. et al. (1956).— CATALOGO DE LOS HIMENOPTEROS DE ESPAÑA. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Instituto Español de Entomología. Ed. Escelicer. Madrid, 555 pp. K o p o n e n , S. (1973, a).—On the mining of the mountain birch in nor­ thernmost Fennoscandia. REP KEVO SUBARCTIC RES STAT, 10: 14-19. ------(1973, b).—Herbivorous invertebrates of the mountain birch at kevo, Finnish Lapland. REP KEVO SUBARCITIC RES STAT, 10: 20-28. M ayor , M . y T. E. D iaz (1977).— LA FLORA ASTURIANA. Ed. AYALGA. Salinas (Asturias). 707 pp.

Departamento de Zoología y Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo UN Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765) CAPTURADO EN LA COSTA DE ASTURIAS

POR

M. C. PEREZ GARCIA y F. ALVAREZ-MARQUES

La familia Cetorhinidae comprende un único género, Cetorhinus Blainville, 1816 y una sola especie Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765). Este escualo vulgarmente llamado «marrajo gigante» (LOZANO REY, 1928), «marrajo ballenato» (BUEN, 1931) o «peregrino» (LO­ ZANO, 1963) presenta algunas diferencias morfológicas entre el joven y el adulto, pues mientras que los individuos jóvenes son más esbeltos y con el rostro alargado en forma de trompa, los adultos presentan un rostro mas corto y redondeado. Una diagnosis deta­ llada sobre esta especie puede encontrarse en BUEN (1925), LO­ ZANO REY (1928), BIGELOW y SCHROEDER (1948), MATTHEWS y PARKER (1950), TORTONESE (1956), BINI (1967) y otros au­ tores. El ejemplar, un individuo joven como puede apreciarse en la Fig. 1, fué capturado el día 6 de Junio de 1979 por el pesquero «Nuevo Jesús Clara» cuando faenaba a unas dos millas de la costa, al Norte de Luarca (Asturias), correspondiendo a unas coordena­ das geográficas de 6o 32' W y 43° 35' N, sobre fondos de alrededor de 65 metros. Desembarcado en Luarca, el «peregrino» fué subas­ tado y vendido en la Lonja. La longitud total del escualo fué de 1,90 metros, por lo que consideramos era un ejemplar muy joven si tenemos en cuenta las medidas que alcanzan al nacer. — 140 —

Los valores merísticos del especimen se obtuvieron siguiendo las indicaciones de LOZANO REY (1928) y BIGELOW y SCHROE- DER (1948); dichas medidas se refieren exclusivamente a la ca­ beza, pues fueron las únicas que tuvimos ocasión de realizar. Los datos obtenidos han quedado reflejados en la tabla I.

TABLA I

Medidas obtenidas sobre la cabeza de Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765), expresadas en mm. Distancia extremo rostro a extremo superior 1.a abertura branquial ...... 480 Distancia extremo rostro a borde mandibular superior ...... 365 Distancia extremo rostro a borde mandibular inferior ...... 160 Distancia extremo rostro a borde anterior del ojo ...... 165 Distancia extremo rostro a borde anterior del espiráculc ...... 330 Distancia extremo rostro a ángulo interno abertura nasal ...... 110 .Distancia extremo rostro a ángulo externo abertura nasal ...... l ' ¿ 'á Distancia cíe los espiráculos a ios ojos ...... 150 Longitud de la abertura nasal ...... 22 Longitud de la abertura espiracular ...... 3 Longitud de la abertura ocular ...... 30 Longitud interorbitaria ...... 125 Aiicnura de la boca (de comisura a comisura) ...... 270 Anchura entre los ángulos externos de las aberturas nasales ...... 82

Estos tiburones, a pesar de su enorme tamaño, son completa­ mente inofensivos. Hacen vida pelágica y se alimentan exclusiva­ mente de plancton (copépodos, larvas de crustáceos, medusas, etc.). Con respecto a su reproducción TORTONESE (1956) dice que estos escualos son probablemente ovovivíparos y que nacen con una longitud de 1,50 a 1,80 m. SPRINGER y GILBERT (1976) con­ sideran que es prácticamente desconocido el desarrollo de esta es­ pecie y que, exceptuando un embrión de 30 cms. reseñado hace aproximadamente unos 200 años, nunca ha sido citado ningún em­ brión ni joven menor de dos metros de longitud. Según BIGELOW y SCHROEDER (1948) el paso de jóvenes a adultos se realiza cuan­ do miden de 3 a 4,5 metros y la madurez sexual la alcanzan a los 5 o 6 metros. El hecho de que jóvenes y adultos difieran tanto en su morfo­ logía, ha llevado a confusión a diversos científicos. Así BLAINVI- LLE (1816) llegó a describir 6 especies distintas con caracteres prácticamente insostenibles. Por esta razón, las sinonimias de Ce­ torhinus maximus han ido aumentando al paso de los años. Fig. 1.—Vista lateral de la cabeza de Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765) Ejemplar joven capturado en Luarca, Asturias. (Foto: R. Corbato). — 141 —

Más recientemente, SICCARDI (1961) considera cuatro especies de Cetorhinus: C. maximus y C. rostratus (para el Atlántico Norte y el Mediterráneo), C. maccoyi (para las aguas australianas) y C. normani (para el Atlántico Sur). Las características de diferenciación sistemática que preconiza SICCARDI no son suficientes para que sean consideradas como especies diferentes (SPRINGER y GILBERT, 1976). Por tanto, C. maximus, actualmente sigue siendo considerado el monotipo del género y de la familia. Es probable que la distribución geográfica tan extensa del gé­ nero Cetorhinus favorezca la aparición de razas geográficas dis­ tintas que den lugar a un polimorfismo en algunos de sus caracte­ res morfológicos. Sobre su distribución LOZANO REY (1928) indica que esta es­ pecie está ampliamente distribuida por el Atlántico Norte, exten­ diéndose hasta las costas septentrionales de Africa y penetrando en el mar Mediterráneo. TORTONESE (1956) la señala como frecuen­ te en el mar Mediterráneo, dando distintas localidades donde ha sido capturada. BIGELOW y SCHROEDER (1948) dan como área de distribu­ ción las zonas templadas y subpolares de los océanos Atlántico, Indico y Pacífico e indican que no existen pruebas de su existen­ cia en el Atlántico tropical. Posteriormente, CADENAT (1962) am­ plía la dispersión de esta especie con una cita para las costas de Senegal. SPRINGER (1973) considera a este escualo como especie cos­ mopolita de aguas frías y casual en aguas templadas y da como dudosas las referencias en aguas tropicales. Recientemente, SPRIN- GER y GILBERT (1976) citan esta especie para las aguas de Sara- tosa (Florida), confirmando su presencia esporádica en zonas cá­ lidas. Cetorhinus maximus (Gunnerus) se ha capturado en las costas ibéricas en muchas ocasiones y ha sido citado por diversos auto­ res, entre ellos BUEN (1925), LOZANO REY (1915, 1928), NAVA­ RRO (1929, 1943), NOBRE (1935) y CENDRERO y BENVEGNU (1970). Hasta el momento no se conoce ninguna cita de C. maximus para las costas asturianas. La única referencia la tenemos de OR- TEA y DE LA HOZ (1979) que indican la existencia de estos «pe­ regrinos» en .esta zona, pero no aportan ningún dato concreto. Esta es por tanto la primera cita de la especie para Asturias en la que se mencionan lugar y fecha de captura, datos biométri- — 142 —

eos y donde se discute brevemente sobre su distribución geográ­ fica.

AGRADECIMIENTOS

Queremos hacer constar nuestro agradecimiento ja D. Jesús Crespo, patrón del pesquero «Nuevo Jesús Clara» por habernos fa­ cilitado los datos concernientes a la captura y a D. Jesús Landeira por cedernos la cabeza del ejemplar para su estudio.

RESUMEN

Se cita un ejemplar joven de Cetorhinus maximus (Gunnerus, 1765), capturado en Luarca (Asturias), incluyendo algunos comen­ tarios sobre su sistemática, biología y distribución geográfica.

SUMMARY

Record of a young basking shark off Luarca, Northern Spain (Cetorhinidae, Squaliformes). A specimen of a young basking shark, Cetorhinus maximus (Gunnerus), caught in a trawl off Luarca, Asturias (Northern Spain) on the 6 th of June 1979 in water about 65 m. deep is re­ corded, with some notes on the biology, systematics and the geo­ graphical distribution of this species.

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo — 143 —

BIBLIOGRAFIA

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POR

IGNACIO GAMEZ

El presente estudio, trata de recopilar las citas orníticas reali­ zadas en Asturias y dar a conocer las últimas observaciones refe­ rentes a nuestra avifauna, respecto a número de especies, status de las mismas en la región, densidad y distribución. Año tras año, se producen nuevos estudios y observaciones, que llegan en ocasiones a modificar los conceptos hasta el momento vigentes: Se observan especies hasta entonces nunca vistas en la región, otras especies crían por primera vez y otras dejan de ha­ cerlo regularmente; por otra parte unas especies se vuelven cada vez más raras y otras, cada vez más abundantes; y especies ca­ racterísticas de un determinado hábitat se expanden poco a poco hacia otros, algunas especies que vivían en diversos hábitats, van mostrando preferencia por uno en particular, y finalmente nue­ vas observaciones concretan cada vez más la situación en la región de especies hasta ahora poco estudiadas. Todo ello, como ya digo, hace que estudios anteriores queden a veces, a través de los años, parcialmente desfasados o incomple­ tos. Debido a ello, doy a conocer aquí los últimos datos obtenidos sobre la composición, status, densidad y hábitats preferentes de la avifauna asturiana. Para ello, he recogido todas mis observacones de campo, que junto con las comunicaciones de otros ornitólogos de la región y la bibliografía consultada, me han proporcionado los suficientes — 14b — datos para confeccionar este guión orientativo sobre la situación actual de las aves asturianas, tanto en especies dominantes como en aquellas de aparición rara e irregular, incluso de las observadas una vez tan sólo. Es posible, que otros observadores asturianos, de los que care­ cemos de comunicaciones, puedan tener datos que lleguen a mo­ dificar parcialmente los que aquí se exponen, mas pienso que estos casos no serán muchos y, en general, sólo atribuíbles a especies muy raras en la región. Sirva pues este trabajo, como ese guión orientativo sobre la avifauna asturiana antes citado.

LISTA SISTEMATICA DE ESPECIES

I. NO PASSERIFORMES G a v if o r m e s Gaviidae 1. Gavia immer (Brünn) Colimbo grande Invernante local pero regular, en solitario o en pequeños gru­ pos. Se le suele observar entre noviembre y febrero principalmen­ te. En general es muy escaso; con olas de frío la población puede aumentar por algunos días con individuos procedentes del Norte. Destacan por el número de observaciones Gijón y la ría de Villa- viciosa. 2. Gavia arctica (Linn.) Colimbo ártico Carezco de observaciones propias y de observaciones de otros ornitólogos, pero diversas obras lo citan como regular invernante; no obstante pienso que en Asturias es el más escaso de los colim­ bos y el menos dado a ocupar bahías, ensenadas, etc., por lo que su observación resulta más difícil. 3. Gavia stellata (Pontopp.) Colimbo chico Invernante regular más disperso que el Colimbo grande, se le observa por lo general solitario en ensenadas, bahías, estuarios, etc., por breve tiempo. Debe estacionarse principalmente a algunas millas de la costa. Destaca por el número de observaciones la ría de Villaviciosa. COLYMBIFORMES Podicipitidae 4. Podiceps cristatus (Linn.) Somormujo lavanco Invernante regular en la costa en escaso número y con poca tendencia a acercarse al litoral. Pequeño paso otoñal por el inte­ — 147 — rior y llegada de algunos inmaduros a partir de julio en dispersión posgenerativa. Destacan por el número de observaciones interio­ res, la ría del Eo, el embalse de San Andrés y el embalse de La Granda. 5. Podiceps auritus (Linn.) Zampullín cuellirrojo Invernante escaso en el mar a partir de noviembre y hasta fe­ brero, ocasionalmente observado en el interior en otoño en locali­ dades tales como el embalse de San Andrés y la ría de Villaviciosa. 6. Podiceps nigricollis Brehm Zampullín cuellinegro Invernante regular algo más común que la especie anterior en el mar, de noviembre a febrero principalmente; muy escasas ob­ servaciones en el interior y no tanto en bahías, ensenadas, etc., como lo demuestran algunas observaciones en las cercanías del puerto de Gijón. 7. Podiceps ruficollis (Pall.) Zampullín chico Nidificante escaso y localizado, al parecer en regresión, con núcleos pequeños en el lago de Ercina, embalses de La Granda y San Andrés, etc Invernante común en el mar aumentando con olas de frío, siendo en esta época raro en el interior. El paso de pri­ mavera es poco notorio, tanto en e1 interior como en la costa, sién­ dolo más el paso otoñal, época ésta en que se le ve corriente por diversos lugares del interior como lo es el embalse de San Andrés. P r o c e l l a r i if o r m e s Procellariidae 8. Fulmarus glacialis (Linn.) Fulmar Carezco de datos propios para esta especie en Asturias, ahora en expansión al parecer en otros países de Europa, no obstante el Fulmar inverna mar adentro frente a la costa asturiana y con tem­ porales o nieblas intensas algunos se acercan a la costa y otros son recogidos muertos en el litoral, de cualquier modo se trata aún de una especie de aparición accidental. 9. Puffinus puffinus (Brünn) Pardela pichoneta Posible reproducción a confirmar y de cualquier modo muy escasa como nidificante. Principalmente se observa como ave de paso en primavera y aún más frecuente en otoño y a partir de fi­ nales de julio; es así mismo un invernante regular común que se le ve por lo general a cierta distancia de la costa. Destacan entre otros como lugares de observación, los cabos Vidio y Peñas. La mayor parte de las observaciones se refieren a la subespecie P. p. puffinus, pero es también muy posible la existencia de un pequeño paso de individuos de la subespecie mediterránea P. p. mauretci- nicus. — 148 —

10. Puffinus gravis (O'Reilly) Pardela capirotada Presencia escasa a varias millas de la costa entre junio y agos­ to, flujo migrador algo más cercano al litoral y más abundante a finales de verano. 11. Puffinus griseus (Gm.) Pardela sombría Principalmente se la observa en el paso otoñal a finales de ve­ rano, a veces en gran cantidad, siendo fácil observarla en lugares tales como el Cabo de Peñas, Cabo Vidio, dique del puerto de Gi- jón, etc. 12. Procellaria diomedea (Scop.) Pardela cenicienta Observaciones otoñales debidas casi con seguridad a dispersio­ nes postnupciales, aunque también es posible que exista un pe­ queño flujo de migrantes en verdadero paso durante el otoño. De todos modos es una especie bastante escasa. Hydrobatidae 13. Hydrobates pelagicus (Linn.) Paíño común Nidificante escaso muy posiblemente en regresión, localizado en islotes frente a la costa. Inverna a varias millas de la costa, no acercándose nunca al litoral, a no ser con temporales, tormentas o nieblas, en que algunos son observados y no pocos recogidos muertos. 14. Oceanodroma leucorrhoa (Viell.) Paíño de Leach Invernante no raro a varias millas de la costa, que sólo se ob­ serva en el litoral con ocasión de temporales, nieblas intensas, etc., no siendo entonces raro encontrar ejemplares muertos o moribun­ dos en las playas, como el caso de numerosos ejemplares encon­ trados muertos en la Oso, Gijón, el 18 de diciembre de 1978, por J. G a y o l , de los cuales algunos se conservan preparados en piel. 15. Oceanites oceanicus (Kühl.) Paíño de Wilson Carezco de cualquier dato de esta especie en Asturias, no obs­ tante es una especie citada en otras obras como invernante en el Cantábrico, de cualquier forma es el paiño más escaso de Asturias y no cabe sino que algún individuo, con condiciones climatológi­ cas muy adversas sea arrastrado hacia nuestro litoral. PELECANI FORMES Sulidae 16. Sula bassana (Linn.) Alcatraz Muy abundante en el litoral y? a partir de julio, entonces co­ mienza el paso hacia el Oeste que durará hasta septiembre y oc­ tubre en que el paso se hace más notable, primero pasan Jos jóve­ nes y gradualmente va aumentando el número de adultos hasta que al final del paso otoñal sólo se ven ejemplares maduros. También — 149 —

es un ave invernante, no obstante en mucha menos cantidad que en los pasos y por lo general a varias millas de la costa, pero no es raro observar alcatraces desde puntos predominantes del litoral, por otra parte muchos de los que invernan en el Golfo de Vizcaya nos visitan con ocasión de temporales y tormentas. El paso pri­ maveral también es perceptible pero no tan numeroso como en otoño, se deja notar ya en febrero con máximos en marzo y abril, pero quedando residuos hasta mayo e incluso junio. No es raro observar a esta especie desde cualquier punto de la costa, pero des­ tacan como buenos observatorios el Cabo de Peñas, Cabo Vidio e incluso los diques del puerto de Gijón. Phalacrocoracidae 17. Phdlacrocorax aristotelis (Linn.) Cormorán moñudo En general, especie sedentaria y nidificante escasa y dispersa, cría principalmente en islotes rocosos y acantilados marinos inac­ cesibles, en las llamadas furas. Como nidificante parece estar en regresión y ya no existen buenas colonias sino tan solo parejas aisladas o grupos de dos a cinco parejas por lo general. Está por comprobar aún el que en invierno la población se vea incremen­ tada con aves de otros países. Destacan como lugares de observa­ ción los islotes de Llanes, los acantilados e islotes del Cabo de Pe­ ñas, el puerto de Gijón, costa occidental asturiana, etc. 18. Phdlacrocorax carbo (Linn.) Cormorán grande Se observa en paso otoñal ya a partir de agosto aunque en es­ caso número, es sin embargo un invernante común que se sitúa en numerosos puntos de la costa, tales como acantilados, islotes, bahías, etc., así como en zonas del interior como estuarios, rías e incluso embalses, como el de La Granda. Invernan tanto ejempla­ res adultos como inmaduros, por otra parte he observado ejempla­ res adultos muy estabilizados en una determinada zona en meses tan avanzados como mayo e incluso junio, lo cual me hace sospe­ char la posible reproducción de alguna pareja en la costa astu­ riana, no obstante esto está sin comprobar. Es posible observar tanto individuos de la raza atlántica como continental, abundando mucho más los primeros. Son buenos lugares de observación las rías de Eo y Villaviciosa, los cabos de Peñas y Vidio, el puerto de Gijón, etc. ClCONIFORMES Ardeidae 19. Ardea cinerea Linn. Garza real Paso otoñal numeroso entre septiembre y octubre, escaso sin embargo el paso primaveral. Ejemplares no reproductores vera­ — 150 — nean en escaso número en zonas favorables. Invernante escaso y localizado. Algunas localidades mantienen esta especie durante to­ do el año. Se le observa sobre todo en estuarios y rías con prade­ ras húmedas, canales, etc., pero en los pasos es corriente en zonas húmedas del interior. Destacan como lugares de observación las rías del Eo y de Villaviciosa y en los pasos también los embalses de La Granda y de San Andrés. 20. Ardea purpurea Linn. Garza imperial Paso primaveral escaso entre marzo y abril y paso otoñal algo más abundante de agosto a octubre. Se le observa en lugares simi­ lares a los indicados para la especie anterior. 21. Egretta garzetta (Linn.) Garceta común Se observa un pequeño paso otoñal de agosto a octubre prin­ cipalmente por la costa, algún ejemplar también en zonas húme­ das del interior, preferentemente en estuarios y rías. Destacan por el número de observaciones y la regularidad de las mismas, las rías del Eo y de Villaviciosa. Escasos ejemplares se observan du­ rante el paso primaveral. 22. Bubulcus ibis (Linn.) Garcilla bueyera Sólo poseo un dato de esta especie en Asturias; el 20 de sep­ tiembre de 1975 observé en el embalse de La Granda un ejemplar adulto de esta especie que aún conservaba tonos ocráceos en la es­ palda y el pecho, seguramente se trata de un caso de dispersión postnupcial desde las areas de cría meridionales. Sospecho que esta especie comenzará a verse en Asturias cada vez más, puesto que se está dando una expansión en su área de cría que la lleva a colonizar todos los años localidades nuevas. 23. Nycticorax nycticorax (Linn.) Martinete Algunos ejemplares adultos, siempre esporádicos, son observa­ dos ocasionalmente en primavera u otoño, también algún joven se ha observado a finales de verano en dispersión posgenerativa se­ guramente. 24. Isobrychus minutus (Linn.) Avetorillo común Al parecer irregularmente ha nidificado esta especie en la ría de Villaviciosa y posiblemente en algún otro lugar, al menos po­ seo datos en el citado lugar de alguna pareja establecida toda la época de nidificación en una determinada zona y en más de un año, no obstante no tengo datos para esta especie en Asturias des­ de 1976. 25. Botaurus stellaris (Linn.) Avetoro común Sumamente raro, algún individuo se observa esporádicamente en primavera y otoño, hay así mismo alguna observación invernal. — 151 —

Se le ha citado en las rías del Eo y de Villaviciosa, así como en Tina Mayor. Threskiornithidae 26. Platálea leucorodia Linn. Espátula A semejanza de la Garceta común, aparece de agosto a octubre en pequeño paso por la costa o cerca de ella formando pequeños grupos, así tengo datos de esta especie en las rías del Eo y de Vi­ llaviciosa, embalse de San Andrés \ Gijón. 27. Plegadis falcinellus (Linn.) Morito Hace ya bastantes años, E. J u n c o , observó un ejemplar en las cercanías de Cangas de Onís. Ciconiidae 28. Ciconia ciconia (Linn.) Cigüeña común Algunos individuos nidificantes en León cerca de la cordillera Cantábrica, se observan regularmente en zonas de montaña como Somiedo, San Isidro, Pajares, Tarna, etc., durante el verano. Tam­ bién se observa algún ejemplar en migración en primavera y oto­ ño ocasionalmente en otros puntos más al interior, así tengo ob­ servaciones en Oviedo, Gijón, Las Caldas, etc.

A nseriformes Anatidae 29. Cygnus olor (GM.) Cisne vulgar Con olas de frío en inviernos n:uy duros en el Norte de Europa, algunos individuos llegan hasta nuestro litoral, adentrándose en bahías, rías, ensenadas, etc., para pasar aquí algunos días. De este modo han existido observaciones en las rías del Eo, Villaviciosa, en Gijón y otros pocos lugares más. Ocasionalmente, individuos escapados de cautividad, del parque de Isabel la Católica de Gi­ jón, dan lugar a confusiones al ser observados en otoño en lugares como la ría de Villaviciosa o el embalse de San Andrés. 30. Cygnus cygnus (Linn.) Cisne cantor Aparece igualmente durante grandes olas de frío en inviernos duros y en muy escasa cantidad, siempre en el litoral, siendo aún más raro que la especie anterior. 31. Anser indicus Ansar indio Sólo conozco una cita de esta especie en Asturias, referente a un individuo observado por J. C o r t e s en otoño de 1976 en la ría de Villaviciosa, seguramente escapado de cautividad. 32. Anser anser (Linn.) Ansar común Especie principalmente de paso por Asturias, escaso en prima­ vera y mucho más frecuente en otoño, observándose entonces cier­ — 152 —

to flujo por la costa e incluso por el interior, también algunos ejemplares invernan ocasionalmente en localidades favorables pe­ ro siempre individuos aislados, así mismo con olas de frío también llega algún invernante europeo. Se le observa casi en toda la cos­ ta pero preferentemente en lugares como las rías del Eo y Villa- viciosa, Tina Mayor, etc. 33. Anser fabalis (Lath.) Ansar campestre Cierto flujo otoñal se observa en zonas costeras, presentándose entonces algunos ejemplares en zonas favorables, ocasionalmente en compañía de otros ansares. También algún ejemplar es obser­ vado ocasionalmente en invierno, pero en muy escasa cantidad, en lugares semejantes a los citados para la especie anterior. 34. Anser brachyrhynchus Baill. Ansar piquicorto No poseo datos propios de esta especie en Asturias, no obstante parece se que en otoño algún ejemplar se ha observado, segura­ mente arrastrado por grupos de otros gansos grises, asi mismo con olas de frío algún ejemplar aparece en invierno, seguramente procedente de Gran Bretaña. Se le cita en Villaviciosa y Cudillero. 35. Anser albifrons (Scop.) Ansar careto grande Sólo tengo una observación propia sobre esta especie, el 23 de diciembre de 1976 a cuatro ejemplares en compañía de otros cua­ tro Ansares campestres en la ría de Villaviciosa. No obstante pien­ so que todos los años en otoño o invierno debe pasar alguno en compañía de otros gansos grises. 36. Branta bernicla (Linn.) Barnacla carinegra Todos los años se ven algunos ejemplares aislados de septiembre a marzo en zonas del litoral, aumentando con olas de frío, se con­ centran en estuarios, bahías, rías, escolleras, playas, etc., en gene­ ral ahora se ve escasa esta especie. Hay observaciones en las rías de Villaviciosa y del Eo, en Tapia, Ribadesella, Barayo, Tina Ma­ yor, etc. 37. Branta leucopsis (Bechst.) Barnacla cariblanca No poseo datos propios ni de otros observadores al menos ac­ tuales, no obstante se ha observado su aparición en otras zonas can­ tábricas, por lo que no es raro que sea observado algún individuo durante invierno, sobre todo coincidiendo con olas de frío, al mis­ mo tiempo se ha citado en Asturias repetidamente, pero hace ya muchos años. 38. Tadorna tadorna (Linn.) Tarro blanco Grupos que nomadean durante el invierno por el litoral Cantá­ brico son observados ocasionalmente en Asturias siempre en zo­ nas costeras, así mismo con olas de frío se presentan algunos otros, — 15i — de cualquier modo su aparición, aún cuando sea anual, nunca re­ sulta previsible. Tengo observaciones en Villaviciosa y en el embal­ se de San Andrés, en este último lugar coincidiendo con una fuerte tormenta, además, se cita en otros lugares del litoral asturiano y ninguna más en el interior. 39. Tadorna ferruginea (Pall.) Tarro canelo A.N oval , lo cita capturado en Gijón y un cazador dice haberlo observado en Villaviciosa y Tina Mayor, sobre el primero pienso que debe tratarse de un ejemplar escapado de cautividad, y sobre los segundos es posible que se trate de errores en la identificación. 40. Aix galericulata Pato mandarín Conozco una cita de hace varios años, de un individuo captura­ do en Villaviciosa, debiendo tratarse de una evasión de cautividad. 41. Anas platyrhynchos Linn. Anade real Pequeña población nidificante diseminada por numerosas loca­ lidades de la región. También ave de paso en primavera y sobre todo en otoño, tanto por la costa como por el interior. Población invernante muy aquerenciada en el mar, con entradas nocturnas al interior. Concentraciones otoñales de agosto a finales de octu­ bre en lugares como la ría del Eo o el embalse de San Andrés, que acogen seguramente a individuos indígenas. Con olas de frío au­ menta la población invernante. La población nidificante está se­ guramente en regresión y resulta muy variable de unos años a otros. Habita zonas húmedas tanto del interior como de la costa y en invierno la mayoría están, al menos en las horas diurnas, en el mar. 42. Anas strepera Linn. Anade friso En el parque de Isabel la Católica de Gijón, desde hace algu­ nos años siempre hay algunos ejemplares de esta especie, es po­ sible que alguna pareja haya sido adquirida por la administración del parque, pero he observado en ocasiones grupos de hasta once individuos llegar a los estanques y marchar volando, siempre en in­ vierno. En este lugar parece ser que algún año se reprodujo esta especie. El Anade friso ha sido observado además, siempre en in­ vierno, en la ría de Villaviciosa y en el embalse de San Andrés, siendo necesario destacar que esta especie parece estar en expan­ sión en España. 43. Anas penelope Linn. Anade silbón Seguramente el pato más abundante en Asturias durante el in­ vierno, se le observa en grupos muy numerosos en el mar, siendo escaso en el interior, a donde penetra por lo general sólo de noche. Localmente inverna en muy escaso número en zonas húmedas del — 154 —

interior, como los lagos de Covadonga, ocasionalmente embalses cerca de la costa, etc. 44. Anas crecca Linn. Cerceta común Pequeño paso ya a partir de agosto en zonas costeras y del in­ terior, a partir de noviembre van ya quedándose algunos pequeños grupos de invernantes muy aquerenciados a una determinada lo­ calidad, los cuales se marchan en marzo, pero viéndose algún ejem­ plar hasta mayo en paso primaveral. Se distribuye por zonas hú­ medas del interior o cercanas a la costa, pero suele rehuir el mar, habitando praderas encharcadas, áreas palustres, charcas y embal­ ses, lodazales, etc. En general es una especie común de septiembre a marzo. 45. Anas querquedula Linn. Cerceta carretona Ave que se observa no escasa en el paso primaveral, de finales de febrero a mediados de abril, tanto cerca de la costa como en zonas húmedas del interior, es mucho más rara en el paso otoñal y se puede calificar de accidental su aparición durante el invierno. Habita parajes similares a los de la especie anterior. 46. Anas acuta Linn. Anade rabudo Algunos ejemplares se observan en paso otoñal en zonas húme­ das cercanas a la costa e incluso algunos individuos, con olas de frío en el Norte. En general se trata de una especie bastante escasa. 47. Anas clypeata Linn. Pato cuchara Pequeño paso primaveral en zonas favorables tanto del inte­ rior como de la costa, siempre en pequeños grupos, el paso oto­ ñal me parece menos acusado, pero quizás esto es debido a que entonces puede que migre en mayor cantidad por el mar. Durante el invierno, se le observa esporádicamente en solitario o en peque­ ños grupos, quizás debido a erratismos invernales condicionados por olas de frío en áreas de invernada más al Norte. Se le observa ocasionalmente en el mar, con frecuencia en estuarios y rías, es­ tanques, lagos y embalses del interior. 49. Anas angustirostris Ménetr. Cerceta pardilla Según J. C o r t e s , en dos ocasiones han aparecido últimamente individuos solitarios de esta especie en la ría de Villaviciosa, qui­ zás, en caso de que la identificación haya sido correcta, es posible que se trate de ejemplares evadidos de cautividad. 49. Netta rufina (Pall.) Pato colorado Hasta la fecha, he observado en Asturias esta especie, el 27 de diciembre de 1976 en el embalse de San Andrés, cinco individuos, también ha sido observado en la primera semana de febrero de 1978 en la ría de Villaviciosa y M. A. G. D ory observa en una ma­ — 155 — risma asturiana en agosto de 1970 a diez ejemplares, existen algu­ nas citas más. De cualquier modo se trata de una especie divagan­ te, que dada su expansión como nidificante, quizás empiece a apa­ recer en Asturias cada vez de forma más regular. Las observacio­ nes hasta la fecha siempre han recaido en zonas húmedas no le­ janas a la costa como rías y estuarios así como un embalse del litoral. Todas las observaciones son plenamente invernales, quizás debido a individuos procedentes de áreas de invernada francesas, escepto la observación de agosto que debe tratarse de un caso de dispersión postnupcial. 50. Aythya juligula (Linn.) Porrón moñudo Principalmente especie invernante que llega en septiembre, y sobre todo en noviembre, para marcharse en marzo, quedando al­ gunos hasta finales de abril. Se sitúa principalmente en aguas abiertas del interior, hasta 1977 destacaban las concentraciones en el embalse de San Andrés, también invernan en parques, como el de Isabel la Católica de Gijón, lagos de montaña como el de La Ercina, y también se le ve en otros lugares como en el mismo mar, rías, estuarios, etc. Desde 1975 he observado que todos los años, en primavera y verano, al menos de mayo a finales de agos­ to permanecen algunos ejemplares de esta especie en el embalse de San Andrés, en 1977 hay un macho y dos hembras, una de ellas construye un nido pero es destruido por la subida de nivel de las aguas, en 1978, existe una pareja y la hembra en mayo hace el nido e incluso efectúa parte de la puesta, pero de nuevo el ascenso del nivel inunda el lugar en donde se haya localizado el nido. Esto supone que los intentos de reproducción de esta especie en Astu­ rias son seguros, siendo la primera vez que se ha comprobado pa­ ra esta región e incluso para España, esperando que en años ve­ nideros se comprueve el éxito en la reproducción de esta especie. 51. Aythya collaris (Donovan) Porrón de collar En diciembre de 1977 llega un macho adulto de esta especie al parque de Isabel la Católica de Gijón, que asociándose a los Porrones moñudos invernantes allí, permanece con ellos en este lugar hasta que los invernantes marchen en marzo de 1978. Nue­ vamente, el 6 de diciembre de 1978, llega al mismo lugar un nue­ vo ejemplar de esta especie, o el mismo, de nuevo coincidiendo con la llegada de la mayor parte de los Porrones moñudos inver­ nantes y que permanece con ellos hasta que todos, o la mayoría, se marchen a finales de marzo de 1979. Pienso que se trata de un ejemplar divagante desde Norteamérica, que llegado por primera vez al parque de Isabel la Católica de Gijón se asoció a los Porro­ — 156 — nes moñudos y con ellos viaja en sus migraciones, siendo fiel a los lugares de invernada, pués me parece extraño que se traslade a veranear a América y vuelva anualmente a invernar a Asturias. Sobre el comportamiento observado en este individuo, en lo ge­ neral se mostraba como los Porrones moñudos, sesteaba, comía y volaba con ellos. 52. Aythya marila (Linn.) Porrón bastardo Suele vérsele anualmente de noviembre a marzo en solitario o en pequeños grupos, en general es bastante raro, aparece en estua­ rios, rías, bahías, playas, etc., situándose seguramente la mayoría en pleno mar, también hay alguna observación en el interior, en embalses como el de San Andrés, en compañía de Porrones moñu­ dos. Hay alguna observación en abril y octubre, así mismo, una hembra estuvo de junio a agosto de 1979 en el embalse de San An­ drés, en compañía de Porrones comunes. 53. Aythya ferina (Linn.) Porrón común Se aprecia un pequeño flujo migratorio costero en otoño. In­ vernante bastante común tanto en el interior, más escaso que el Porrón moñudo, como en el mar, más numeroso que dicha espe­ cie. En 1978 observé durante la primavera y el verano, un grupo de unas doce aves entre machos y hembras en el embalse de San Andrés, donde intentó reproducirse, dado que encontré algún nido en construcción, pero la elevación del nivel de las aguas destruyó el nido. Busca además del mar, zonas húmedas abiertas, estanques, estuarios, bahías, desembocaduras de ríos e incluso lagos de mon­ taña. 54. Aythya nyroca (Güld.) Porrón pardo A. N oval lo cita en Villaviciosa en octubre de 1974, por otra parte, en el embalse de San Andrés, el 27 de diciembre de 1976, observé quince individuos de los que fueron cazados dos ejempla­ res. Se trata sin duda de una especie divagante en Asturias, de la cual quizás llega algún individuo en paso otoñal y posiblemente con olas de frío durante el invierno algún ejemplar invernante en Francia. 55. Somateria mollissima (Linn.) Eider Desde hace algunos años se le observa regularmente entre no­ viembre y marzo principalmente. Individuos solitarios o pequeños grupos se ven en puertos, playas, estuarios, rías, puntos predomi­ nantes de la costa, etc., y sobre todo mar adentro. Aún se trata de una especie rara. — 157 —

56. Melanitta nigra (Linn.) Negrón común Ave principalmente de paso en el otoño y la primavera, enton­ ces bastante numerosa, sobre todo en la primera época, también es un invernante común. Se distribuye por toda la costa y en los pasos destacan como puntos de observación los cabos y puntos salientes en el litoral, es abundante sobre todo mar adentro, pero se le observa también en calas, estuarios, rías, bahías, puertos, etc. No poseo observaciones en el interior. Algunos ejemplares se ob­ servan ocasionalmente en la época estival. 57. Melanitta fusca (Linn.) Negrón especulado En los bandos migrantes de Negrones comunes y en los inver­ nantes de esta misma especie, ocasionalmente se observa algún individuo de Negrón especulado, también esporádicamente en in­ vierno se ve algún ejemplar solitario o un pequeño grupo en algún lugar de la costa. Frecuenta los mismos habitats que la especie an­ terior. En general se trata de un invernante regular y especie de paso siempre en número muy escaso. 58. Bucephala clangula (Linn.) Porrón osculado Se trata de una especie que en Asturias es observada esporá­ dicamente durante el invierno, generalmente coincidiendo con olas de frío, algunos años parece ser que algunos ejemplares llegan a invernar, como los ejemplares observados de diciembre de 1978 a febrero de 1979 en la ría de Villaviciosa. Las observaciones siem­ pre han sido costeras, en bahías, estuarios, rías, etc., la mayoría deben situarse en mar adentro. 59. Clangula hyemalis (Linn.) Havelda Sólo poseo una cita para Asturias, J. Gayol observó un macho de esta especie durante quince días del mes de diciembre de 1978 en la bahía de Osa, Gijón. Sin duda se trataba de un migrante tem­ poral forzado, por los grandes temporales que en aquellos días se daban en el Norte de Europa, a viajar hacia el Sur. 60. Mergus merganser Linn. Serreta grande Es un invernante regular de noviembre a marzo pero en escaso número, más numeroso en el mar, en el interior tengo observacio­ nes en las rías del Eo y de Villaviciosa y en los embalses de San Andrés y de La Granda. 61. Mergus serrator Linn. Serreta mediana Inverna de forma semejante a la especie anterior, nunca se la observa en lugares puramente del interior sino que parece bastan­ te marina y sólo ocasionalmente se acerca a estuarios, rías, bahías, etc. Es posible que sea aún más escasa que la Serrata grande, aún cuando en el mar quizás abunde más. — 158 —

62. Mergus albellus Linn. Serreta chica Coincidiendo con temporales > olas de frío, la he observado esporádicamente durante el invierno acompañando a bandos de Negrones comunes en la costa y nunca más de un individuo. Sin duda su presencia en Asturias debe ser accidental en invierno y condicionada por climatología adversa.

F alconiformes Pandionidae 63. Pandion haliaetus (Linn.) Aguila pescadora Se observan algunos ejemplares durante los pasos principal­ mente cerca de la costa, en el paso otoñal, ocasionalmente algún individuo se establece por algunos días en localidades favorables. Es una especie muy escasa, que se distribuye en migración por el litoral, adentrándose a veces en rías, estuarios, etc., muy rara en el interior, tengo una observación en Oviedo. Accipitridae 64. Milvus milvus (Linn.) Milano real Población nidificante escasa y en regresión, distribuida princi­ palmente en bosques de montaña, más abundante en los pasos, ob­ servándosele entonces sobre todo en zonas costeras v pasos de montaña, algunos ejemplares, muy raros, se quedan a invernar en la región, cerca de áreas boscosas. 65. Milvus migrans (Bodd.) Milano negro Su población nidificante es ínfima v seguramente más escasa aún que la de la especie anterior, no obstante quedan algunas pa­ rejas que se reproducen año tras año en el mismo lugar, siempre cerca de zonas húmedas, también es ave de paso, entonces más frecuente, que se le observa tanto en zonas costeras como del in­ terior. 66. Circaetus gállicus (Gm.) Aguila culebrera Especie estival y de paso, se observan ejemplares de marzo a octubre. En los pasos se observan pocos individuos y muchos de­ ben ser indígenas. Como nidificante, me parece que está en expan­ sión, se la observa con frecuencia en zonas de monte bajo, prade­ ras arboladas en montañas, praderas alpinas e incluso zonas cer­ canas a la costa, bordes de bosques, etc. 67. Accipiter nisus (Linn.) Gavilán Especie sedentaria sometida parcialmente a movimientos dis­ persivos posgenerativos, se le observa en cualquier parte en don­ de se alterne la pradera, manchas forestales o bosquetes y mato­ rral, con frecuencia cerca de caseríos. Me parece que ejemplares — 159 — de otros países llegan a invernar a algunas localidades de Astu­ rias como deduzco de algunos ejemplares que observados en in­ vierno desaparecen en la época estival. 68. Accipiter gentilis (Linn.) Azor Población sedentaria aún común pero en regresión, distribuida principalmente por la zona forestal de montaña pero quedando to­ davía algunas parejas por zonas boscosas de la campiña. También se observan, aunque escasos, algunos individuos de paso proce­ dentes del Norte de Europa, de los cuales algunos se quedan a invernar en nuestra región, con frecuencia en zonas de campiña arbolada y con bosquetes. 69. Buteo buteo (Linn.) Ratonero común Población sedentaria numerosa que se reproduce en toda la re­ gión, desde la costa a la montaña, en zonas arboladas de la cam­ piña, bosquetes dispersos, bosques de todo tipo, repoblaciones fo­ restales, etc. También es ave de paso, que se observa tanto por la costa como por el interior y sobre todo en otoño, así mismo algu­ nos ejemplares procedentes de otros paises invernan en la región. Se trata seguramente del ave de presa diurna más numerosa de Asturias. 70. Buteo lagopus (Pont.) Ratonero calzado Existen diversas citas de esta especie en Asturias en meses de invierno, algunas se tratan seguramente de errores de identifica­ ción con Ratoneros comunes e incluso, con Halcones abejeros, no obstante existen algunas ciertas y bien comprobadas, lo que qui­ zás indique que una muy escasa cantidad de individuos de esta es­ pecie o mejor, individuos aislados y esporádicos, lleguen a inver­ nar en Asturias, en áreas tanto de la costa como de la montaña, pués las observaciones se distribuyen por variados habitats. 71. Pernis apivorus (Linn.) Halcón abejero Especie estival nidificante no escasa principalmente en bosques de montaña y parejas aisladas en zonas bajas siempre que sean arboladas. Es sobre todo frecuente en los pasos, destacando en otoño, época esta en oue localmente puede llegar a ser incluso abun­ dante. El paso se observa en toda la región pero destacan los pasos de montaña y algunos puntos costeros. 72. Hieraetus fasciatus (Vieill.) Aguila perdicera Sólo tengo una observación propia en Asturias, de un ejemplar joven observado en otoño de 1975, en el Naranco, Oviedo, tratán­ dose seguramente de un caso de dispersión posgenerativa, así mis­ mo el Grupo de Ornitología Aythya tiene una observación de un ejemplar adulto observado el 16 de abril de 1978 en Morcín. Apar­ — 160 — te de estos datos, otros autores hablan de la escasez de esta espe­ cie en Asturias, que quizás no llegue a las cinco parejas nidifican­ tes, las cuales son sedentarias y diseminadas por zonas de mon­ taña. 73. Hieraétus pennatus (Gm.) Aguila calzada Ave estival y de paso. Como nidificante no es escasa, pero me parece algo diseminada por todo tipo de áreas forestales de la re­ gión, abundando más en el interior y en la montaña y quizás en expansión. El paso más perceptible es el otoñal, sobre todo en lu­ gares de montaña. 74. Aquila chrysaetos (Linn.) Aguila real Especie sedentaria y nidificante muy escasa que se sitúa en zo­ nas de alta montaña y sujeta a movimientos dispersivos otoñales que afectan principalmente a los jovenes, alejándolos ocasional­ mente a zonas más bajas, observándosele entonces en lugares ta­ les como el Sueve, Infiesto, Proaza, etc. Es muy posible que la mayor población se encuentre en las montañas del oriénte astu­ riano y quizás en toda la región el número de parejas oscile entre las quince y veinte, no obstante su número es muy exiguo para la cantidad de habitats apropiados existentes en la región. 75. Neophron pernopterus (Linn.) Alimoche Principalmente se trata de una especie estival y nidificante que llega en marzo y marcha en septiembre y octubre. Como nidifi­ cante no es escaso y se distribuye principalmente por zonas de montaña con pastizales, paredones rocosos, etc., pero también exis­ te alguna pareja en la costa, y así las he observado en Gijón y Lla- nes. También he comprobado como algunos individuos, tanto jo­ venes como adultos, se quedan a invernar en la región, pero des­ conozco si se trata de algo regular o sólo se da en contadas oca­ siones, no obstante los ejemplares invernantes en Asturias son su­ mamente escasos. 76. Gypaetus barbatus (Linn.) Quebrantahuesos En Asturias, esta especie ha sido observada en repetidas oca­ siones, todas se han realizado en los Picos de Europa y la mayo­ ría corresponden a individuos inmaduros observados en otoño, lo cual supone que quizás ocasionalmente lleguen desde los Pirineos, algún ejemplar en dispersión posgenerativa, pero tengo una co­ municación de una observación efectuada en el Parque Nacional de Covadonga, que asegura haber visto en otoño de 1976 dos adul­ tos y un inmaduro volando juntos, lo que haría sospechar su posi­ ble nidificación, no obstante, pienso que esta cita no es muy fide­ digna y sería necesaria la comprobación. — 161 —

77. Gyps futvus (Habí.) Buitre común Especie sedentaria y nidificante escasa en zonas de montaña, en regresión. Puede darse cierta dispersión posgenerativa en los jóvenes que lleva a alejarlos de las zonas de cría. Tengo datos pa­ ra Asturias de la existencia de cinco buitreras habitadas, todas ellas en la montaña oriental asturiana > en paredes prácticamente inac­ cesibles, las cuales en total no deben albergar a más de treinta y cinco parejas de buitres. Aparte de las colonias de cría y alrede­ dores, también se le ve con cierta frecuencia en lugares tales como los montes del Sueve, Somiedo o Ventana, a donde con cierta re­ gularidad se trasladan algunos individuos a alimentarse. 78. Circus aeruginosus (Linn.) Aguilucho lagunero Especie principalmente de paso por Asturias. Antes se reprodu­ cía ocasionalmente en algunas de las zonas húmedas asturianas, algunos autores piensan que alguna pareja aún nidifica regular­ mente, pero creo que actualmente ya no es así, quizás ocasional­ mente alguna pareja lo intente pero me parece algo bastante raro. En los pasos no es difícil de ver, sobre todo en el otoñal, cuando algún individuo incluso se establece por algunos días en zonas apropiadas como las rías de Villaviciosa y del Eo, así como los lagos de Covadonga, según mis observaciones. Es una especie que frecuenta las zonas húmedas pero que en los pasos también se le observa en migración por la campiña y en sierras y pasos de mon­ taña. 79. Circus cyaneus (Linn.) Aguilucho pálido Especie estival nidificante v de paso principalmente, también hay algunos individuos invernantes. Como especie nidificante no es escasa pero me parece muv diseminada p o r zonas de monte ba­ io, brezales, laderas de toio v helechos v también en praderas con matorral de zonas altas e incluso pn zonas de matorral baio en campos costeros. En los pasos es frecuente v localmente incluso numeroso por algunas sierras v pasos de montaña, particularmente en otoño. Los pocos invernantes se encuentran muy dispersos por toda la región en áreas apropiadas 80. Circus pveargus (Linn.) Aguilucho cenizo No tengo datos de aue nidifiaue en Asturias, pués tan sólo lo observo en los pasos, no obstante algunos autores afirman oue alguna pareja si nidifica, lo cual no me parece del todo extraño, siempre que se trate de are jas aisladas v en número muy baio. Sin embargo es común en los pasos en toda la región, tanto en pa­ sos de montaña, en la costa o el interior, — 162 —

Falconidae 81. Falco peregrinus Tunst. Halcón común Población indígena sedentaria y nidificante sujeta a pequeños desplazamientos dispersivos que afectan principalmente a aves jó­ venes, esta población se encuentra en regresión. Ocasionalmente, localidades carentes de ésta especie dan lugar a observaciones en primavera y otoño, lo cual indica cierto paso que no me parece muy perceptible, así mismo en otras localidades se acogen ejem­ plares invernantes procedentes de otros países de Europa, los cua­ les me parece que frecuentan sobre todo la costa. La población na­ tiva, escasa, hábitats preferentemente en roquedos de montaña quedando también alguna pareja por la costa, asi mismo alguna pareja o ejemplar solitario quedan aún por zonas favorables del interior. 82. Falco eleonorae Gené. Halcón de Eleonor En Asturias sólo conozco una cita, el 29 de Junio de 1975. en la plava de Barro, Llanes, observé un ejemplar de la fase oscura, entre las 11 y las 16 horas, el plumaje era enteramente oscuro es- cepto una pequeña mancha en el mentón de color blancuzco, se encontraba muv activo, volando de un lugar a otro de la plava, se marchaba ocasionalmente a un islote cercano y lo observo c a p tu ­ rar a un Escribano cerillo aue trataba de cruzar un tramo de la r/lava. Desde entonces no he podido comprobar de nuevo su estan- r.ia en este lugar. Pienso que se trataría de un divagante v n o un establecimiento regular de algún individuo en el lugar citarlo 83. Falco subbuteo Linn. Alcotán Especie estival nidificante en toda la región de forma disper­ sa, también es ave de paso que se observa en migración en prima­ vera y sobre todo en otoño. No es una especie rara, pués es común observarla v su población nidificante me parece ahora estable. F>- bita en toda la región desde la costa a la montaña, siempre aso­ ciado a zonas arboladas, bien sean sotos, bosques, repoblaciones, etc., pero me parece más común en los bosques de montaña. 84. Falco columbarius Linn. Esmerejón Especie principalmente invernante que se observa de octubre a marzo preferentemente, no es escasa y se distribuye con frecuen­ cia en zonas costeras y cortados fluviales del interior, pero no es raro observarlo localmente cerca de zonas húmedas, paredones ro­ cosos, etc. Algunos ejemplares los he observado en migración oto­ ñal por la costa. — 163 —

85. Falco vespertinus Linn. Cernícalo patirrojo No tengo observaciones propias, pero según otros autores y ob­ servadores existen algunas citas, muy escasas, en otoño, siempre cerca de la costa. 86. Falco tinnunculus Linn. Cernícalo vulgar Población sedentaria numerosa que parcialmente migra a in­ vernar, también se ven aves de paso principalmente en otoño y al­ gunos ejemplares llegan a Asturias a invernar. La población nidi­ ficante se reproduce por toda la región desde la costa a la monta­ ña y en gran variedad de habitats, tales como acantilados costeros, áreas pobladas, sotos, bosquetes, bosques de todo tipo, roquedos, etc. Parece ser que esta especie, después de una regresión eviden­ te, ahora se encuentra estabilizada. La población invernante me parece que se encuentra localizada principalmente en la campiña costera.

G alliform es Tetraonidae 87. Tetrao urogallus Linn. Urogallo Especie sedentaria y nidificante escasa que habita en bosques autóctonos de montaña, preferentemente hayedos. Sobre el núme­ ro de machos adultos se sitúa actualmente alrededor de los cua­ trocientos o quinientos, lo cual supone que la cifra total de ejem­ plares de esta especie puede encontrarse entre las mil doscientas aves. Al parecer, tras una segura regresión de la especie, ahora se está estabilizando, más el número de aves aún no es una garantía absoluta de estabilidad, más cuando se trata en Asturias de una subespecie autóctona y altamente adaptada al habitat que ocupa. Phasianidae 88. Álectoris rufa (Linn.) Perdiz común Aún queda un pequeño núcleo sedentario v nidificante en el oc­ cidente asturiano, en zonas montañosas, pero ya de escasa impor­ tancia. Ocasionalmente se realizan sueltas con fines cinegéticos, pero que dada su posterior caza no llegan a establecerse sino que son rápidamente eliminados. 89. Perdix perdix (Linn.) Perdiz pardilla Especie sedentaria y nidificante con movimientos invernales muy cortos, que la hacen descender desde las zonas de praderas alpinas y zonas rocosas a los valles más bajos. Actualmente es una especie bastante escasa en Asturias, de la que quedan algunos nú­ cleos como Somiedo, numerosos puntos aislados de los Picos de Europa, etc. — 164 —

90. Coturnix coturnix (Linn.) Codorniz Especie estival nidificante, cuya densidad, aunque variable se­ gún los años, aún me parece numerosa. Se distribuye por toda la región en zonas de praderas, eriales, campiña abierta, etc. Algunos cazadores me han asegurado haber visto algún ejemplar en invier­ no, si bien estas observaciones no me parecen del todo fidedignas, algún caso aislado puede ser cierto, puesto que en otras regiones de España la invernada de esta especie ya está comprobada aunque en escaso número. 91. Phasianus colchicus Linn. Faisán vulgar En algunos cotos de caza asturianos, han tenido lugar ocasio­ nalmente sueltas de ejemplares de esta especie, pero debido a la única finalidad de cazar a los faisanes, nunca han llegado a esta­ blecerse en ninguna localidad asturiana, no obstante, una socie­ dad de caza del concejo de Gozón realizó una repoblación con esta especie en el citado lugar en 1978, la cual, según algunos miembros de la misma, tuvo éxito, pues en 1979 dicen haber observado po­ llos del año.

Gruiform es Gruidae 92. Grus grus (Linn.) Grulla común Tengo algunas observaciones er paso otoñal en octubre, tam­ bién alguna observación aislada en noviembre y diciembre y sólo tengo una observación en el paso primaveral, es sin duda una es­ pecie muy rara en Asturias que ocasionalmente se observa en los pasos, principalmente en el otoñal, y accidentalmente en invierno. Las observaciones siempre han sido localizadas en zonas de la campiña interior o costera. Otididae 93. Otis tetrax Linn. Sisón Especie que en Asturias se observa escasa durante el paso oto­ ñal, en solitario o en pequeños grupos principalmente por campas costeras, irregularmente algún ejemplar nomadea por nuestra re­ gión durante el invierno, en zonas cercanas a la costa. Rallidae 94. Rállus acuaticus Linn. Rascón Nidificante muy local y escaso que suele marcharse a invernar. La población reproductora está muy diseminada en zonas húmedas como estuarios, embalses, lagos, e incluso pequeños charcos con vegetación densa. También es ave de paso que se ve sobre todo du­ rante el otoño en las diversas zonas húmedas asturianas, donde — 165 —

localmente quedan a veces o mejor dicho, llegan algunos ejempla­ res a invernar procedentes de otros países, pero estos individuos son muy raros. 95. Porzana porzana (Linn.) Polluela pintoja Se sospecha que alguna pareja se reproduzca en Asturias, más aún no se ha comprobado esto y pienso que los individuos que se observan en los meses de nidificación deben tratarse como migran­ tes atrasados o adelantados según los casos. Como ave de paso es corriente y en migración otoñal me parece frecuente, algunos ejem­ plares invernan también en Asturias procedentes de otros paises, pero son en general escasos. Habita en casi cualquier tipo de zona húmeda como praderas inundadas, charcas, embalses, estuarios, lagos, arroyos, etc. 96. Porzana parva (Scop.) Polluela bastarda Especie de paso bastante rara en primavera y algo más común en otoño, algún individuo se observa a principio de invierno pero no sé si inverna o se trata de un migrante atrasado. Frecuenta diversos tipos de zonas húmedas. 97. Porzana pusilla (Pall.) Polluela chica Especie muy escasa que llega en abril y se marcha en septiem­ bre, es pues una especie estival de la cual no tengo comprobada su nidificación en Asturias aún cuando otros autores afirman que si lo hace, seguramente alguna pareja se reproduce, pues todas las observaciones recaen en meses de nidificación. Cuando se marcha en otoño, algunos migrantes del Norte se le unen en su viaje a las zonas de invernada. 98. Crex crex (Linn.) Guión de codornices Especie de paso frecuente en el paso otoñal y más escasa en el primaveral, algunos ejemplares del Norte, muy escasos, invernan en Asturias y existe también alguna observación en verano, pero no creo que nidifique. No se le observa necesariamente en zonas húmedas, pués en ocasiones es visto en praderas, eriales, campos costeros, etc. 99. Gallínula chloropus (Linn.) Polla de agua Población nidificante abundante en parte sedentaria y en parte migradora que se reproduce por toda la región aunque rehuyendo las zonas relativamente altas. Es también frecuente durante los pasos y son numerosos los invernantes procedentes de otros países, en zonas favorables la densidad llega a ser muy alta, como ocurre en el parque de Isabel la Católica de Gijón. Habita en todo tipo de zona húmeda, en arroyos, charcos, estanques, ríos, embalses, pra­ deras húmedas e inundadas, estuarios, lagos, etc. 166

100. Fúlica atra Linn. Focha cómuñ Población nidificante escasa parcialmente sedentaria pero prin­ cipalmente migradora para invernar fuera de Asturias. Pienso que son más sedentarios los individuos nidificantes en la montaña que los que se reproducen en los valles y la zona costera. Especie que también se ve en paso, principalmente en otoño. Bastante común como invernante procedente de otros países de Europa. Habita principalmente zonas húmedas coi> aguas abiertas y vegetación en las orillas, pero ocasionalmente nidifica en lugares tales como pe­ queñas charcas y estanques.

C hARADRJ 1FORMES Haematopodidae 101. Haematopus ostralegus Linn. Ostrero Principalmente invernante, se le observa en todo el litoral en los pasos, el primaveral en marzo-abril y el otoñal de agosto a oc­ tubre, este último más perceptible y numeroso. Ocasionalmente al­ gún individuo se observa en verano, debe tratarse de algún no reproductor que no llega a nidificar aunque ocasionalmente pueda llegar a hacerlo alguna pareja como antaño ocurría de forma re­ gular. Como invernante es una especie común. Si bien en otros paí­ ses de Europa la especie parece estar en expansión, en Asturias me parece que está en regresión incluso en invierno. Recurvirostridae 102. Recurvirostra avosetta Linn. Avoceta Paso otoñal no escaso por el litoral desde agosto a octubre. Con olas de frío ocasionalmente llegan algunos individuos durante el invierno. Aves en migración en primavera, principalmente en mar­ zo, son raras. Frecuenta rías y estuarios y algunas playas. 103. Himantopus himantopus (Linn.) Cigüeñuela Sólo conozco dos observaciones para Asturias, observé una el 19 de mayo de 1975 en el embalse de San Andrés, por otra parte, I. M á r q u e z observó otro individuo en la playa de La Arena, Avilés. Sin duda se trata de individuos desviados en su migración. Charadridae 104. Charadrius hiaticula Linn. Chorlitejo grande Especie numerosa durante los pasos sobre todo en el otoñal, que se le observa en toda la costa en playas, escolleras, estuarios, rías e incluso ocasionalmente en embalses cercanos a la costa. Pe­ queños grupos invernantes se observan de vez en cuando también en el litoral. — 167 —

105 Charadrius dubius Scop. Chorlitejo chico Principalmente ave de paso que coincide en sus migraciones con la especie anterior, si bien me parece más escaso, aunque es más común por el interior. Es posible que se reproduzca, y en esto coincido con otros autores, puesto que lo he observado en mayo, junio y julio en diversos lugares asturianos como la ría de Villaviciosa y el embalse de San Andrés. No veo invernantes en la región. Coincide en los habitats con la especie anterior, pero ade­ más penetra más en el interior, viéndosele entonces en cursos flu­ viales, embalses, lagos, etc. 106. Charadrius alexandrinus Linn. Chorlitejo patinegro En líneas generales, como la especie anterior, es decir visto en los pasos y observado localmente en época de nidificación, por lo que creo que algunas parejas de esta especie también nidifican en Asturias. Es quizás menos común que la especie anterior, pero habita en zonas semejantes. No observo invernantes. En migración puede ser más numeroso que el Chorlitejo chico. 107. Pluvialis apricaria Linn. Chorlito dorado común Especie invernante y de paso común que localmente llega a ser numerosa e incluso abundante. Como invernante se le observa en toda la región en zonas costeras o en la campiña interior, en cam­ pos cultivados, praderas, eriales, campas costeras, estuarios, em­ balses y otras zonas húmedas, playas, etc. En los pasos frecuenta sobre todo las zonas costeras. Ocasionalmente, se ve cerca de la costa algún individuo en los meses estivales, tratándose seguramen­ te de veraneantes no reproductores. 108. Pluvialis squatarola (Linn.) Chorlito gris Especie numerosa en los pasos de marzo a mayo y de agosto a octubre, que se le ve en el litoral, en playas, rías, estuarios, esco­ lleras, etc., en el paso otoñal he observado ocasionalmente algún individuo aislado en embalses interiores cercanos a la costa. Co- pno invernante es una especie común pero mucho menos que la anterior, estando muy diseminada por la costa, en donde también he observado ocasionalmente algún no reproductor aislado en los meses estivales. 109. Eudromias morinellus (Linn.) Chorlito carambolo Sólo conozco en Asturias las siguientes observaciones, una de A. N oval en marzo de 1973 en la ría de Villaviciosa de dos ejem­ plares, otra propia de un ejemplar macho adulto en plumaje nup­ cial el 29 de junio de 1976 en el embalse de San Andrés y otra ob­ servación de J. Gayol el 28 de Agosto de 1978 en el Jou de los Ca­ brones, Picos de Europa. Las dos primeras citas, quizás in­ — 166 — diquen cierto pequeño paso primaveral por Asturias cercano a la costa, pero la tercera hace sospechar que esta especie se reproduzca o lo haya hecho alguna vez aisladamente en algún macizo montañoso asturiano, dado que se trataba de una pareja, la fecha era algo temprana quizás para el paso otoñal y se sabe que esta especie en Europa occidental se reproduce localmente en zonas apropiadas de la alta montaña, como son los Alpes. De cual­ quier forma, de momento se trata de una especie accidental en Asturias, de cuyo status sólo caben suposiciones sin comprobación alguna. 110. Arenaria interpres (Linn.) Vuelvepiedras Paso primaveral de marzo a mayo y paso otoñal de agosto a octubre siempre por la costa, observándosele frecuentemente en playas y escolleras. Es un invernante común en los mismos habi- tats pero me parece algo disperso. Nunca se le observa en el inte­ rior, pero tengo una observación de un ejemplar en mayo de 1978 en el embalse de San Andrés. 111. Vanellus vanellus (Linn.) Avefría Principalmente se trata de una especie invernante que llega en octubre y sobre todo en noviembre para marcharse en marzo y abril. En los pasos no es muy frecuente mientras que como inver­ nante es numerosa. Con olas de frío durante el invierno llegan grandes bandos de invernantes de otros países. Se la observa en praderas, campos cultivados, praderas inundadas, estuarios, fanga­ les, playas, rías, etc. Tengo también algunas observaciones aisladas de mayo a agosto de individuos o parejas solitarias que noma- dean, pero tengo una observación en mayo de 1978 de una pareja en el embalse de San Andrés que permaneció allí bastantes días y que defendía un supuesto territorio efectuando manifestaciones de celo, lo cual, junto con comunicaciones similares de otros ob­ servadores, me hace sospechar que alguna pareja se reproduzca ocasionalmente en Asturias. Tengo incluso una comunicación de un observador que asegura haber observado pollos aún no volan­ tones de esta especie en cierto lugar de Asturias. Scolopacidae 112. Limicola falcinellus (Pont.) Correlimos falcinelo A. N oval lo cita a finales de verano en la ría de Villaviciosa, por mi parte lo he observado en este mismo lugar el 12 de septiem­ bre de 1978, lo cual quizás pueda indicar un pequeño paso otoñal de esta especie por el litoral asturiano. — 169 —

113. Calidris ferruginea (Pall.) Correlimos zarapitín Especie de paso no escasa que llega a ser común localmente en el paso otoñal. Principalmente se le observa por el litoral en rías, playas, escolleras, estuarios, etc., pero también en embalses cerca­ nos a la costa e incluso hay alguna observación en el lago de la Ercina, en el Parque Nacional de Covadonga. 114. Calidris alpina (Linn.) Correlimos común Ave principalmente de paso en general común y localmente nu­ merosa en migración. Algunos ejemplares no reproductores pue­ den ocasionalmente ser observados veraneando en la región. Fre­ cuenta principalmente zonas del litoral como playas, escolleras, rías, estuarios, etc., pero no deja de ser frecuente, sobre todo en otoño, en zonas fangosas y orillas de embalses del interior. 115. Calidris temminckii (Leisl.) Correlimos de Temminck Tengo una observación propia de varios individuos en una esco­ llera de Gijón en otoño de 1975, además existe otra cita del Grupo de Ornitología Aythya, de algunas aves en marzo de 1979 en la ría de Villaviciosa. Se trata pués, de momento, de una especie que en Asturias se observa accidentalmente en los pasos. 116. Calidris minuta (Leisl.) Correlimos menudo Ave de paso común sobre todo en otoño, se le ve tanto en el interior como en la costa, aquí más frecuente, visitando playas, escolleras, rías, estuarios, fangales, orillas de embalses, etc. Oca­ sionalmente he observado algún individuo o pequeño grupo en in­ vierno. Es fácil que pase desapercibido entre otros limicolos pe­ queños. 117. Calidris canutus (Linn.) Correlimos gordo Especie principalmente observable en los pasos, siendo en ge­ neral bastante común, frecuenta entonces sobre todo la costa, vién­ dosele en rías, estuarios, playas, etc., pero sobre todo en el paso otoñal también algunos penetran hacia el interior, viéndosele en­ tonces en embalses cercanos a la costa. También existen individuos invernantes, pero son muy escasos y están muy dispersos por toda la costa. 118. Calidris alba (Pall.) Correlimos tridáctilo Especie frecuente en los pasos, principalmente en otoño y siem­ pre por la costa, deteniéndose principalmente en playas y escolle­ ras, pero ocasionalmente también en rías, estuarios, etc. También existen algunos invernantes muy dispersos por la costa que aumen­ tan temporalmente con olas de frío. — 170 —

119. Calidris marítima (Brünn.) Correlimos oscuro Pocos ejemplares en los pasos siempre junto al mar, en invier­ no se ven no escasos pequeños grupos de invernantes en playas, es­ colleras, etc., a veces, muy raras, penetrando algo en estuarios y rías. Los invernantes se encuentran muy dispersos. 120. Tryngites subruficollis (Vieill) Correlimos canelo Una única observación para Asturias, se trata de un ejemplar adulto observado el 1 de mayo de 1975 en unas praderas húmedas con charcas de Lugo de Llanera, y que tras observarlo detenida­ mente lo levanté a fin de identificarlo en vuelo. Se trata de un divagante norteamericano muy raro en España. 121. Tringa totanus (Linn.) Archibebe común Principalmente se le observa como ave de paso, es común de marzo a mayo y de finales de agosto, algunos ya se ven antes, hasta octubre, estas migraciones se observan principalmente por zonas litorales, pero tampoco es raro en algunas zonas del interior cer­ canas a la costa. Como invernantes es escaso y disperso por zonas húmedas litorales. Algunos ejemplares no reproductores, escasos, se observan veraneando en algunos lugares de Asturias. Habita fangales, praderas húmedas, estuarios, rías, escolleras, playas, ori­ llas de embalses y charcas, etc. 122. Tringa erythropus (Pall.) Archibebe oscuro Especie de paso que se observa de marzo a mayo y de agosto a octubre, más escasa que la especie anterior. Muy raros invernantes. Habita zonas parecidas a las citadas para el Archibebe común, pe­ ro menos corriente en el interior. 123. Tringa nebularia (Gunn.) Archibebe claro Status semejante al de la especie anterior, si bien es más nume­ roso y no es raro como invernante, aunque si bastante localizado. También se le observa en los mismos habitat, en el interior sólo en los pasos, cierta tendencia a invernar en estuarios y rías. 124. Tringa stagnatilis Bechstein Archibebe fino De noviembre de 1977 a febrero de 1978 se observó repetida­ mente en la ría de Villaviciosa, un individuo adulto de esta espe­ cie que yo mismo vi en dos ocasiones, no poseo más datos de esta especie en Asturias. 125. Tringa hypoleucos (Linn.) Andarríos chico Población nidificante no escasa que se comporta como migra- dora, llegando en abril y marchándose en julio y agosto. Muy nu­ meroso en los pasos, sobre todo en abril y septiembre. Inverna muy disperso por toda la región, preferentemente en el litoral, no siendo escaso. Se le observa en escolleras, playas, rías, puertos, embalses — 171 —

interiores, grandes ríos, charcas, lagos, etc., alcanzando en verano algunos ríos de montaña y lagos de estos lugares. 126. Tringa glareola Linn. Andarríos bastardo Ave de paso que se observa de marzo a mayo y de finales de agosto a octubre, siendo corriente en el paso primaveral y algo más frecuente en el paso otoñal. No tengo datos de esta especie en invierno. Principalmente en la costa, aquí en estuarios, rías, pla­ yas, etc., ocasionalmente en zonas húmedas del interior cercanas al litoral. 127. Tringa ochropus Linn Andarríos grande Status semejante al de la especie anterior, siendo algo más co­ mún en los pasos y observándose ocasionalmente en invierno de forma muy dispersa. Principalmente se observa en el litoral, en rías, escolleras, estuarios, canales, etc., no raro en zonas húmedas del interior donde incluso ocasionalmente se ve algún invernante. 128. Tringa solitaria Wilson Andarríos solitario Esta especie es citada por A. N oval en la ría de Villaviciosa como de presencia ocasional en otoño. Carezco de datos propios. Sin duda se trata de una especie accidental muy rara, divagante desde Norteamérica. 129. Philomachus pugnax (Linn.) Combatiente Ave de paso común, que por la costa se ve más numerosa en migración otoñal que primaveral, mientras que por el interior ocu­ rre lo contrario. Algún ejemplar aislado y raro, se ve en invierno siempre por la costa. Habita todo tipo de zonas húmedas costeras donde aparece más corriente que en el interior, aquí se le ve en orillas de embalses, praderas inundadas, etc., en general no lejos del litoral. 130. Numenius arquata (Linn.) Zarapito real Una población de unas ochenta aves se mantiene más o menos sedentarizada en la ría de Villaviciosa, en donde han existido al­ gunos intentos de reproducción e incluso uno de ellos con éxito, según comprobación de A. N oval , algo similar ocurre en la ría del Eo, pero allí aún no se ha comprobado intento ni éxito alguno. La mayoría de estas aves que están en estos lugares aparentemente todo el año pienso que son no reproductores aún. A estas poblacio­ nes se unen todos los años muchos invernantes, que además se dispersan por otros lugares, también muchos individuos se obser­ van en los pasos. Habita zonas litorales, observándosele preferen­ temente en las rías y los estuarios, pero en invierno y de paso tam­ bién en playas, escoyeras, e incluso ocasionalmente en algún em­ balse interior cercano a la costa. — 172

131. Numenius phaeopus (Linn.) Zarapito trinador Ave de paso no escasa que se observa en los mismos lugares que la especie anterior, ocasionalmente algún ejemplar en invierno. Pasa muy desapercibida esta especie pues se une a los bandos de Zarapitos reales. 132. Limosa limosa (Linn.) Aguja colinegra Se observa muy común en los pasos tanto en el interior como en la costa, pero abundando mucho más cerca del litoral. En in­ vierno sólo se observan ocasionalmente individuos aislados cerca del litoral y alguno más se les une con olas de frío. Habita fanga­ les en rías y estuarios, también playas, orillas de embalses, prade­ ras encharcadas, etc. 133. Limosa lapponica (Linn.) Aguja colipinta Status semejante al de la especie anterior, me parece más nu­ merosa en los pasos e invernante regular y no escasa, mayor ten­ dencia que la especie anterior a zonas costeras, siendo muy rara en el interior, estando las observaciones interiores en lugares hú­ medos cercanos a la costa. 134. Limnodromus scolopaceus (Say.) Agujeta escolopácea Especie americana que A. N oval cita en la ría de Villaviciosa como muy rara en otoño. Se trata sin duda de una especie divagan­ te sumamente rara. 135. Scolopax rusticóla Linn. Chocha perdiz Población sedentaria y nidificante no pequeña en algunos bos­ ques de montaña, que puede parecer más escasa dados sus hábitos, localmente se reproduce en bosques en la campiña baja y cercanos a la costa, pero aquí es más escasa y me parece en regresión. Lle­ gan muchos invernantes que se distribuyen por toda la región en bosques desde la zona costera hasta la montaña. 136. Gallinago media (Lath.) Agachadiza real La he observado escasa en el paso primaveral y algo más co­ mún en el otoñal, localizándose las observaciones principalmente en la costa, en rías y estuarios, pero tengo también alguna en el embalse de San Andrés. Se trata sin duda de una especie muy esca­ sa en los pasos que me parece regular en otoño y no tanto en pri­ mavera. 137. Gallinago gallinago (Linn.) Agachadiza común Población nidificante sedentarizada escasa y muy localizada en diversas zonas húmedas de la región, principalmente se trata de una especie de paso frecuente y numerosa como invernante. Se la localiza sobre todo en praderas inundadas, zonas cultivadas, rías, — 173 —

estuarios, orillas de embalses, lagos, charcas, etc., en invierno tam­ bién en prados, eriales, etc. 138. Limnocryptes minimus (Brünn.) Agachadiza chica Pequeño paso otoñal, escasa como invernante que aumenta con olas de frío, muy rara en el paso primaveral. Habita zonas simila­ res a las citadas para la especie anterior. Phalaropodidae 139. Phalaropus fulicarius (Linn.) Falaropo picogrueso Especie que frecuenta estuarios, bahías, interiores de rías y so­ bre todo mar abierto que se observa de forma ocasional y siempre en muy escasa cantidad a finales de otoño, coincidiendo con olas de frío o accidentalmente en invierno. Es muy rara de observar esta especie en Asturias. 140. Phalaropus lobatus (Linn.) Falaropo picofino Status, densidad y distribución en general semejante a lo dicho para la especie anterior. Burhinidae 141. Burhinus oedicnemus (Linn.) Alcaraván Actualmente en Asturias cada vez se le observa menos, algunos individuos, escasos, se les ve en paso otoñal, aún más escasos son los que se ven en invierno y muy raro en .paso primaveral. Se le observa principalmente en campas costeras y algunas zonas de la campiña interior. Glareolidae 142. Glareola vratincola (Linn.) Canastera común J. C ortes cita un peaueño grupo en otoño en la ría de Villavi­ ciosa hace ya algunos años No tengo más datos de esta especie en Asturias. Stercorariídae 143. Stercorarius skua (Brünn.) Págalo grande Común en otoño no muy lejos de la costa en migración por el mar, en invierno es mucho más pelágico y sólo se acerca al litoral con temporales. 144. Stercorarius parasiticus (Linn.) Págalo parásito Status semejante al de la especie anterior, quizás menos común y muy raro durante el invierno, sólo en los pasos cerca de la costa, en invierno es pelágico. 145. Stercorarius pomarinus (Temm.) Págalo pomarino Status semejante al de las especies anteriores pero mucho más escaso. — 174 —

146. Stercorarius longicaudatus Vieill. Págalo rabero Carezco de observaciones propias, es sin duda el págalo más raro en Asturias, al parecer alguno ha sido observado en otoño y en invierno coincidiendo con temporales. Laridae 147. Larus ridibundus Linn. Gaviota reidora Principalmente se trata de una especie invernante, de la cual llegan ya algunos individuos en julio para marcharse en mayo, sien­ do los jóvenes los primeros en llegar y los últimos en marcharse. También son jóvenes la mayoría de los individuos que se ven en verano, si bien existen en esta época algunos adultos que no llegan a reproducirse. Se observa por toda la costa en puertos, bahías, playas, ecolleras, rías, estuarios, etc., faltando tan sólo por lo ge­ neral de cabos y otros lugares predominantes de la costa pues suele preferir lugares abrigados, visita asiduamente zonas húme­ das del interior no muy lejanas a la costa, como embalses, ríos, etc., por ejemplo en el embalse de San Andrés la observo estacionada a esta especie de finales de Julio a septiembre en las zonas fango­ sas, donde incluso algunas mudan. Esta especie en expansión se ve cada vez de forma más regular en Asturias en época de nidifi- cación y es posible que algún año se reproduzca en esta región. Actualmente se trata de una especie común, numerosa durante el invierno. 148. Larus minutus Pall. Gaviota enana Regularmente se observa en paso otoñal por la costa, en plavas. puertos, bahías, rías, estuarios, escolleras, etc., en general escaso, ocasionalmente algún individuo durante el invierno. Nunca la he observado en el interior. 149. Larus me1anocevhalus Temm. Gaviota cabecinegra Durante el otoño tiene lugar un peaueño paso one no es bien observado pues en general la migración tiene lugar a varia? millas de la costa, por otra parte en invierno con olas de frío se observa ocasionalmente algún individuo en el litoral, seguramente arrastra­ do desde áreas de invernada en el Golfo de Vizcava. En el litoral se la observa en zonas similares a las descritas para la especie an­ terior. 150. Larus sabini (Sabine) Gaviota de Sabine La primera cita que conozco es de A. N oval oue observa en la plava de San Lorenzo, Gijón, dos aves el 1 de julio de 1971. Poste­ riormente, el 16 de diciembre de 1978 observé en el Cabo de Peñas, en compañía de J. Arrontes , al menos diez aves, tanto adultas co­ mo jóvenes, que volaban junto al acantilado en compañía de con­ — 175 —

tinuos bandos de Gaviotas tridáctilas en dirección Oeste, en esta fecha tenía lugar un enorme temporal con vientos procedentes del NE, por lo que pienso que muchas de las gaviotas invernantes en el Golfo de Vizcaya fueron arrastradas hacia la costa Cantábrica, tanto Gaviotas tridáctilas (observadas en esa fecha más de trescien­ tas) como Gaviotas de Sabine. En general considero que puede exis­ tir un pequeño paso otoñal mar adentro y observaciones esporá­ dicas invernales coincidiendo con temporales del NE. Existe al­ guna cita otoñal no confirmada e incluso alguna primaveral. 151. Larus argentatus Pont. Gaviota argéntea Población nidificante numerosa compuesta por varios miles de individuos que aparece como sedentaria y posiblemente sujeta a pequeños desplazamientos posgenerativos en aves del año. Tam­ bién muchas aves procedentes de otros países de Europa, llegan a nuestras costas a invernar. Las colonias de cría se localizan en acantilados e islotes costeros por lo general difícilmente accesibles, aparte de estas colonias en cualquier época se las puede observar en puertos, ciudades costeras, bahías, playas, muelles, escolleras, acantilados, zonas del interior tales como embalses, ríos, basure­ ros, etc. A finales de otoño, sobre todo individuos jóvenes, se con­ centran en determinados lugares a diario, donde pasan muchas horas en zonas de fan^o. verificándose su estancia por numerosas egagrónilas míe allí deian, también merece la pena constatar la cada vez más regular aparición en el interior, es común va en luga­ res como Trnhia. Proaza o Mieres v mucho más en el basurero de Oviedo situado pn la rarretera de La Coruña a la salida de 1° lin­ dad. todos los días Gaviotas argénteas siguen la autopista de Oiión a Oviedo o el río Abono hasta el embalse de San Andrés, desde anuí siguen la autopista llegando basta Oviedo por delante del monte Naranro. dpcde donde se dinVen por una línea imaginaria de Ovie­ do a San Claudio hacia el basurero, donde se reúnen a diario en­ tre trescien+os v quinientos individuos. Casos parecidos van siendo cada vez más numerosos en nuestra región. 152. Larus juscus Linn. Gaviota sombría Principalmente es un ave invernante bastante común en zonas costeras con mucha menor tendencia a penetrar en el interior nue la especie anterior, es así mismo un ave de paso numerosa, tan­ to en primavera como en otoño siempre por la costa. Como nidi­ ficante comprobado no poseo ningún dato, la observo casi todos los años en alguna colonia de Gaviotas argenteas, un individuo o una pareja solitaria, pero no he podido comprovar su posible re­ producción local en Asturias. Se observa en los mismos habitats — 176 — mencionados para la especie anterior, pero en zonas del interior sólo la observo ocasionalmente en embalses no lejos de la costa. Las últimas aves invernantes en marchar son individuos jóvenes. 153. Larus marinus Linn. Gavión Especie invernante en escaso número en la costa Asturiana y muy dispersa, se la localiza principalmente en playas, también en arenales de estuarios y rías, más rara en puertos, escolleras, etc., nunca la he observado en el interior. 154. Larus canus Linn. Gaviota cana Ocasionalmente se ven aves, en general solitarias, de esta espe­ cie en nuestra costa durante el invierno, muchas veces coincidiendo con algún temporal en el mar en donde a algunas millas de la cos­ ta no debe ser escasa esta especie invernando. Las observaciones tienen lugar en playas, puertos, etc., teniendo sólo una observación en el interior, tres aves en el embalse de San Andrés en enero de 1976. 155. Rissa tridactyla (Linn.) Gaviota tridáctila Invernante común a varias millas de la costa, no se observa en el litoral sino tan sólo ocasionalmente con motivo de algún tem­ poral principalmente del N o del NE, como lo explica la observa­ ción de más de trescientas en Cabo de Peñas el 16 de diciembre de 1978 mientras tenía lugar un gran temporal del NE, dichas aves en su mayor parte debían proceder del Golfo de Vizcaya y lleva­ ban dirección hacia el Oeste. las observaciones recaen en puertos, bahías, playas, etc., nunca en el interior. Sternidae 156. Gelochélidon nilotica (Gm.) Pagaza piconeera Regular paso otoñal a varias millas de la costa por lo cual es difícilmente observable, a no ser que algún individuo se aceraue aisladamente como a veces ocurre a playas, bahías, etc. En prima­ vera se observa en migración aún menos puesto que pasa aún más aleiada del litoral. 157. Hydroprogne tschegrava (Pallas) Pagaza piquirroia Especie muy rara de la que ocasionalmente se observa algún individuo en paso otoñal en algún punto de la costa, quizás már adentro frente a la costa sea más regular su observación. 158. Sterna sandvicensis Lath. Charrán patinegro Ave de paso frecuente tanto en primavera como en otoño por toda la costa, que se observa en playas, puertos, rías, etc. Irrepu- larmente se la observa en verano v aunque no se reproduce, oca­ sionalmente efectúa intentos de nidificación, alguno con éxito co­ mo el citado por A. Noval de tres parejas nidificantes en una playa — 177 — asturiana en 1971. 159. Sterna hirundo Linn. Charrán común Status semejante al de la especie anterior, también aparece alguna vez en verano y existen intentos de nidificación, alguno con éxito citado por A. N oval . S u densidad y distribución es similar a la especie anterior, quizás algo más escaso. 160. Sterna paradisaea Pontop. Charrán ártico Especie de status semejante a las especies anteriores, no se observa nunca en verano. Es algo más escasa que las especies mencionadas anteriormente y habita los mismos lugares, pero no entrando con tanta frecuencia en estuarios y rías. 161. Sterna dougallii Mont. Charrán rosado Se trata de un charrán muy raro que ocasionalmente se observa de paso, en otoño, en la costa asturiana, en playas, diques, etc. Quizás sea más común en migración a unas millas de la costa mar adentro. 162. Sterna albifrons Pall Charrancito Status semejante al del Charrán ártico, densidad parecida a la de esta especie y en cuanto a distribución por habitats también frecuenta los mismos pero con frecuencia se interna en rías y estuarios y ocasionalmente ríos, llegando incluso a algunos em­ balses cercanos a la costa, como el de San Andrés y el de La Gran- da, en donde alguna vez lo he observado en otoño. 163. Chlidonias niger (Linn.) Fumarel común Especie de paso no muy frecuente en primavera, siempre por la costa, pero numerosa en otoño tanto por la costa como por el interior, en donde es más escasa. Se le ve en playas, puertos, bahías, escolleras, etc., y en el interior, normalmente en embalses cerca­ nos a la costa. 164. Chlidonias hybrida (Pall.) Fumarel cariblanco Status semejante al de la especie anterior, mucho más escaso, habita los mismos lugares pero siempre en la costa, nunca en zonas húmedas interiores, o al menos no tengo observaciones en Asturias en tales lugares. Alcídae 165. Alca torda Linn. Alca común Invernante numerosa en el mar a varias millas del litoral, más escasa cerca de la costa, localmente en pequeño número en bahías, puertos, muelles, desembocaduras de ríos, etc., alguna vez en el interior de rías. Especie en regresión. — 178 —

166. Uria aalge (Pontop.) Arao común Durante el invierno como la especie anterior, pero rara vez cerca de la costa y creo que es algo más escaso. Antes se reprodu­ cían algunas parejas regularmente en acantilados e islotes, pero actualmente se desconoce si lo sigue haciendo, es posible que aún quede alguna pareja nidificante, no obstante se trata de una es­ pecie sin duda en regresión. 167. Fratercula arctica (Linn.) Frailecillo Frecuente en grandes bandos a varias millas de la costa duran­ te el invierno, sólo se observa en el litoral cuando aves enfermas, muertas o desorientadas son arrastradas desde mar adentro o con temporales, nieblas intensas, etc. Es la especie de la que más ejem­ plares se recogen muertos en la costa durante el invierno, como ocurrió en 1979 que contabilicé más de treinta individuos reco­ gidos, algunos por mí, muchos de ellos manchados de petroleo. Se han recogido prácticamente en todo el litoral. 168. Plautus alie (Linn.) Mergulo marino Sólo conozco la observación para Asturias de J. A. D ie g o quien recogió en la playa de San Lorenzo, Gijón, el 12 de enero de 1979 un individuo muerto. Es posible que algunos invernen mar aden­ tro frente a la costa asturiana y que sean arrastrados muertos ocasionalmente.

COLUMBI FORMES Pteroclidae 169. Pterocles alchata (Linn.) Ganga común Conozco una observación, no propia, de un ave en octubre de 1975 en el Cabo de Peñas. Se trata pués de una observación acci­ dental de un raro divagante. Columbidae 170. Columba livia Gm. Paloma bravia Status difícil de definir al existir confusión entre individuos cimarrones domésticos y aves silvestres, no obstante la variedad salvaje me parece muy escasa y localizada, permanece sedentaria y muy pequeños núcleos aún quedan en acantilados marinos y al­ gún cortado rocoso del interior, basandome en observaciones de aves que me parecían muy ligeras, picos más delgados que las variedades domésticas y hábitos mucho más salvajes. 171. Columba oenas Linn. Paloma zurita Pequeño paso en otoño que se observa en bosques del interior. Población sedentaria que aún no parece ser escasa pero que qui­ — 179 —

zás esté en regresión como nidificante. Siempre la observo en zo­ nas boscosas, sotos fluviales, etc. 172. Columba palumbus Linn. Paloma torcaz Población nidificante representada por un aceptable número que se localiza en diversas áreas forestales, principalmente en bosque de árboles caducifolios, esta población es parcialmente migradora. También se observan aves de paso, principalmente por el interior, a veces las he visto llegar del mar, y algunas llegan para invernar. 173. Streptopelia decaocto (Frival.) Tórtola turca Actualmente, la especie tímidamente va llegando a diversos lu­ gares de Asturias, los ejemplares observados se sitúan en una fran­ ja costera que va desde al menos Ribadesella hasta cerca de Luar- ca y suele estar cerca de las poblaciones, la observación más in­ terior que conozco es en Serín. Todavía se ven pocas aves pero al parecer algunas ya nidifcan y como en otros lugares, debe de estar en expansión. 174. Streptopelia turtur (Linn.) Tórtola común Especie estival nidificante en toda la región tanto en la costa como el interior, en variedad de lugares, matorrales, linderos de bosques, setos, zonas de frutales, etc. También es ave de paso que se observa en migración principalmente en otoño, sobre todo en campos costeros. Actualmente es una especie común que local­ mente llega a ser frecuente.

CUCULIFORMES Cuculidae 175. Clamator glandarius (Linn.) Críalo Algunas observaciones muy escasas en esta región, recaen so­ bre todo de febrero a mayo, quizás llegue a nidificar algún indivi­ duo, al parecer cada año hay más observaciones. 176. Cucutus canorus Linn. Cuco Estival y nidificante no escaso que llega en abril y se marcha en julio, tengo observaciones de individuos aislados hasta septiem­ bre, seguramente en migración procedentes de otros países. Se distribuye en zonas de campiña arbolada, linderos de bosques, re­ poblaciones, zonas húmedas, etc., desde la costa a la montaña. S trigiformes Tytonidae 177. Tyto alba (Scop.) Lechuza común Especie sedentaria y nidificante común, aunque seguramente en regresión, algunos ejemplares, principalmente los jóvenes están sometidos a cierta dispersión posgenerativa y es posible que una — 180 — muy pequeña parte de la población efectúe regulares desplazamien­ tos invernales, también hay ejemplares procedentes de otros paí­ ses que llegan a Asturias a invernar. Se observa a esta especie desde la costa hasta la montaña, habitando preferentemente en la campiña, en aldeas, edificaciones aisladas, bosques viejos, etc. Strígidae 178. Bubo bubo (Linn.) Buho real Especie sedentaria nidificante ya bastante escasa y sin duda en regresión, que mantiene aún una pequeña población de parejas aisladas en zonas de montaña, tanto en bosques como en zonas rocosas con vegetación. 179.. Asió otus (Linn.) Buho chico Población sedentaria y nidificante cuya densidad varía según las zonas, existiendo lugares en donde es bastante raro mientras que en algunos es común, posiblemente en regresión. A esta po­ blación se le unen invernantes procedentes de otros países. Se dis­ tribuye desde la costa a la montaña en áreas boscosas, localmente en pequeñas manchas forestales aisladas y en sotos fluviales, in­ vernantes a veces en zonas de campiña arbolada. 180. Asió flammeus (Pontop.) Lechuza campestre Algunos ejemplares se observan en migración en primavera y otoño, también algunos invernan en la región en zonas apropia­ das, en general se trata de una especie escasa. Se observa princi­ palmente en campos costeros y zonas de la campiña interior, con frecuencia cerca de zonas húmedas. 181. Otus scops (Linn.) Autillo Estival de marzo a septiembre, se trata de una especie común que se observa por toda la región desde las zonas costeras a las montañosas, habitando en la campiña arbolada, bosque diversos, parque y jardines, sotos, etc 182. Athene noctua (Scop.) Mochuelo común Población predominantemente sedentaria sujeta a ciertas dis­ persiones posgenerativas de los jóvenes y a cortos desplazamientos invernales. Es una especie aún bastante común, puede que haya disminuido algo en los últimos años, pero aún se observa por toda la región en campiña arbolada, zonas forestales diversas, zonas pobladas, edificaciones aisladas, frutales, etc. 183. Strix áluco Linn. Cárabo común Especie sedentaria bastante común y nidificante no escasa, al­ gunos ejemplares pueden descender de nivel durante el invierno, se le observa en toda la región, siempre en áreas arboladas, prin­ — 181 — cipalmente bosques caducifolios, también en repoblaciones, par­ ques, sotos, etc.

C aprimulgiformes Caprimulgidae 184. Caprimulgus europaeus Linn. Chotacabras gris Ave común estival y nidificante, también es corriente en migra­ ción tanto en primavera como en otoño, no se le observa dema­ siado dadas sus costumbres pero se le observa en toda la región desde la zona costera a la montaña, habita en la campiña con ar­ bolado y matorral, zonas de monte bajo, helechales, linderos y claros de bosques, áreas cultivadas, etc. 185. Caprimulgus ruficollis Temm. Chotacabras pardo Existen algunas observaciones en Asturias, muy escasas, siem­ pre estivales, pero aún no está comprobada la regularidad de las mismas y la nidificación de la especie en la región, lo cual es poco probable.

Apodiformes Apodidae 186. Apus apus (Linn.) Vencejo común Especie estival y nidificante de finales de abril a principios de agosto, también se ven algunas aves en paso en abril y finales de agosto, ocasionalmente se observa algún individuo en septiembre. Es una especie bastante común en toda la región en cualquier zo­ na poblada. 187. Apus melba (Linn.) Vencejo real Ave estival nidificante de la cual se observan algunos en paso. Aunque no es escaso, su población está muy localizada en zonas rocosas y cantiles de la montaña. No tengo datos de colonias en acantilados costeros de Asturias.

CORACIFORMES Alcedinídae 188. Alcedo atthis (Linn ) Martín pescador Especie sedentaria y nidificante sujeta a desplazamientos in­ vernales de corto alcance en aves de las zonas más altas. Aves pro­ cedentes de otros países invernan en escaso número en nuestra re­ gión. Como especie nidificante es escasa y dispersa. Se reproduce en zonas fluviales de toda la región, excepto en la montaña alta, se le ve también en embalses, rías, estuarios y puertos, etc. Algu­ nas observaciones me parece que indican cierto paso otoñal. — 182 —

Coraciidae 189. Coradas garrulus Linn. Carraca Observaciones muy escasas de esta especie en Asturias en pri­ mavera y verano, las cuales según A. N oval deben referirse a des- vios primaverales o dispersiones postnupciales. N o tengo datos propios. Meropidae 190. Merops apiaster Linn Abejaruco común Algunas observaciones en primavera de aves descarriadas, co­ nozco una observación de J. C ortes de un grupo de estas aves en la ría de Villaviciosa, existiendo algunas más. Upupidae 191. Upupa epops Linn. Abubilla Especie estival nidificante muy rara y localizada, también se observa algún ejemplar en paso, en abril, primaveral, y en sep­ tiembre, otoñal. Todos los años se reproducen algunas parejas, pero son escasísimas, haciéndolo en diversos lugares de la cam­ piña, como linderos de bosques, sotos, etc.

PlCIFORMES Picidae 192. Dryocopus martius (Linn.) Pito negro Población sedentaria y nidificante escasa, aunque localmente puede tener una densidad aceptable, se distribuye en bosques de montaña de tipo caducifolio, principalmente hayedos, que formen grandes manchas, ocasionalmente se ven ejemplares en bosques más bajos y de otras especies. 193. Picus viridis Linn. Pito real Población sedentaria y nidificante numerosa, los ejemplares jó­ venes a veces efectúan cortos desplazamientos. Se distribuye por toda la región, lo he observado junto a acantilados marinos y a más de mil trescientos metros, se le observa en bosque de todo tipo, bosquetes, zonas arboladas de la campiña, etc. 194. Dendrocopos major (Linn.) Pico picapinos Población sedentaria y nidificante no escasa sometida a disper­ siones posgenerativas de jóvenes principalmente, habita en cual­ quier zona de la región, siempre en áreas arboladas, no demasiado densas ni extensas, preferentemente en bosque caducifolios del interior. 195. Dendrocopos medius (Linn,) Pico mediano Tengo muy pocos datos de esta especie en Asturias, no obstan­ te existen algunas observaciones en bosques de montaña en donde — 183 — sin duda se reproduce. De cualquier modo, se trata de una espe­ cie bastante rara, muy localizada y difícilmente observable, que debe mantener una pequeña población sedentaria y nidificante. 196. Dendrocopos minor (Linn.) Pico menor Población sedentaria y nidificante no escasa que en invierno efectúa desplazamientos parciales desde los bosques de montaña a los valles. Se le observa en toda la región, preferentemente en zonas del interior y de la montaña, en bosques diversos, prefirien­ do las especies caducifolias autóctonas, ocasionalmente en invier­ no en diversos lugares de la campiña, como sotos, parques, fruta­ les, etc. 197. Jynx torquilla Linn. Torcecuello Población estival nidificante bastante común que se observa también frecuentemente en los pasos, principalmente en abril y septiembre, conozco una captura en noviembre de 1978 en Villa- viciosa. Se distribuye por toda la región, desde la costa hasta me­ dia montaña, observándosele preferentemente en zonas de campi­ ña arbolada, sotos, frutales, etc.

II. PASSERIFORMES

Alaudidae 198. Calandrella rufescens (Vieill.) Terrera marismeña El 16 de septiembre de 1974 escuché y observé un ejemplar de esta especie en La Manjoya, Oviedo. No poseo más datos de esta especie en Asturias. 199. Melanocorypha calandra (Linn.) Calandria común Accidentalmente se observan algunos individuos en otoño y existe alguna observación en invierno. Habita zonas despejadas de la campiña y campas costeras. 200. Lullula arbórea (Linn.) Totovía Algunas parejas aisladas se reproducen localmente en algunos puntos de la región, igualmente, muy escasos ejemplares se obser­ van en otoño e invierno. Frecuenta linderos de bosque con prade­ ras, zonas de campiña arbolada, frutales, etc. 201. Alauda arvensis Linn Alondra común Población nidificante parcialmente migradora que seguramen­ te se reúne en otoño para nomadeos invernales, es igualmente ave de paso frecuente y también especie invernante bastante común. Frecuenta praderas húmedas, eriales, campos costeros, tierras de labor, etc., de toda la región, incluyendo praderas de montaña. — 184 —

202. Galerida cristata (Linn.) Cogujada común Población sedentaria que nidifica muy dispersa, es en general bastante escasa y en invierno llegan algunos ejemplares proceden­ tes de otros países. Se observa en campos costeros, praderas di­ versas, eriales, montes pelados, terrenos de labor, bordes de ca­ minos, etc. 203. Galerida theklae Brehm. Cogujada montesina Tengo dos observaciones en 1974 cerca de Oviedo, sin confirmar por captura, otros observadores también me la han citado en As­ turias, pero sin confirmación segura. De cualquier forma su apa­ rición en Asturias debe ser tan sólo accidental. Hirundimdae 204. Hirundo rustica (Linn.) Golondrina común Especie estival nidificante común, pero con ligeras variaciones anuales de ascensos y descensos de densidad que parecen tender a cierta regresión de la especie. Llegan las primeras invariablemen­ te la primera semana de marzo, la mayoría llegan a finales de este mes, se marchan de finales de agosto a principios de octubre, ten­ go una observación de un grupo de estas aves el 17 de noviembre de 1976. Se observan aves de paso, sobre todo en septiembre. Ha­ bita zonas de la campiña con caseríos, en los cuales suelen repro­ ducirse. 205. Hirundo rupestris (Scop.) Avión roquero Especie nidificante no escasa cuya población es principalmente migradora, aunque no es raro ver individuos invernantes. Vive en zonas de cortados rocosos, desfiladeros, acantilados, paredones ro­ cosos, etc., desde la costa a la montaña. 206. Riparia riparia (Linn.) Avión zapador Especie que se observa sobre todo en los pasos. Una población estival nidificante y muy localizada también existe, pero me parece pequeña. Habita todo tipo de zonas húmedas, nidificando en cauces fluviales y en paso, también en lagos, charcas, embalses, rías, etc. 207. Delichon urbica (Linn.) Avión común Especie estival y de paso, se observan las primeras aves a fina­ les de marzo y principios de abril y las últimas en septiembre y octubre. La población nidificante es numerosa y se distribuye en toda la región la población que se asocia a zonas habitadas, la que no se reproduce en edificaciones vive entonces en la montaña, nidificando en paredones, grandes cuevas, cantiles, etc. Al igual que los demás hirundinidos se le ve con frecuencia cerca de zonas hú­ medas, sobre todo en los pasos en que se reúnen en tales lugares para dormir. — 185 —

Motacillidae 208. Anthus trivialis (Linn.) Bisbita arbóreo Especie estival nidificante y de paso. Llega a finales de marzo y se marcha en septiembre y octubre. Al parecer, según algunos autores, algunas aves invernan en Asturias, más me parece que esto no es algo regular sino casos aislados muy raros. Se trata de una especie bastante común que se distribuye por toda la región en zonas de campiña arbolada, praderas con matorral, frutales, bor­ des de bosques, etc. 209. Anthus pratensis (Linn.) Bisbita común Especie invernante y de paso, llega en septiembre y se marcha en abril, es numerosa en toda la región, en cualquier zona de pra­ deras o extensiones de vegetación baja, también en playas, zonas húmedas, etc. A. N oval comprobó la nidificación de esta especie en Infiesto en junio de 1972, lo cual de momento sólo puede califi­ carse de esporádico. 210. Anthus spinoletta (Linn.) Bisbita ribereño La subespecie alpina es sedentaria y nidificante, algunas aves descienden a los valles en invierno. Es bastante común y se distri­ buye por zonas de pradera alpina y en invierno también en prade­ ras húmedas bajas. Las subespecies costeras petrosus y littoralis sólo aparecen en invierno, en general no son escasas pero si disper­ sas por campos costeros, praderas húmedas, playas, escolleras, es­ tuarios, rías, etc., en general cerca de la costa. 211. Anthus campestris (Linn.) Bisbita campestre Se trata de una especie estival nidificante escasa y bastante dispersa, llega a finales de abril y se marcha en septiembre, meses que coinciden con los no demasiado notorios pasos de esta espe­ cie por la región. Se distribuye por zonas de cultivos, campiña costera, colinas no arboladas, etc. 212. Anthus novaeseelandiae Gen. Bisbita de Richard Tengo dos observaciones propias de esta especie en Asturias, una un ejemplar el 23 de octubre de 1976, en el embalse de San Andrés y una pareja el 5 de septiembre de 1978, en el Cabo de Peñas. Existe por parte de otros observadores alguna cita más en Asturias, lo cual quizás indique un pequeño flujo otoñal costero, con observaciones principalmente en campos costeros y zonas hú­ medas. Existe alguna observación invernal. 213. Motacilla alba Linn. Lavandera blanca Población sedentaria y nidificante numerosa que se distribuye por toda la región, en áreas habitadas de todo tipo, praderas, zo­ nas húmedas y áreas costeras, también es ave de paso frecuente, — 186 — sobre todo por la costa. Muchas aves procedentes de otros países llegan a nuestra región a invernal, como por ejemplo los indivi­ duos de la subespecie británica yarrellii. 214. Motacilla cinerea Tunst. Lavandera cascadeña Especie sedentaria y nidificante en toda la región, sobre todo en el interior y atrayéndole especialmente los arroyos de mon­ taña, la población que vive a mayor altitud desciende hasta los valles y la costa durante el invierno y aquí se le unen algunos in­ vernantes procedentes de otros países. En general es una especie bastante común que se distribuye por cauces fluviales de todo ti­ po, ocasionalmente en zonas edificadas, y en invierno también en rías, playas, la mayor parte de las ciudades, praderas, etc. 215. Motacilla flava Linn. Lavandera boyera La subespecie iberiae es estival y nidificante, llegando a princi­ pios de abril y marchándose en agosto y septiembre. Es bastante común y se distribuye por zonas húmedas y ahora también en pra­ deras. Las subespecies thumbergi, flava y flavissima se observan ocasionalmente en los pasos, principalmente cerca de la costa. Bombycillidae 216. Bombycilla garrulus (Linn.) Ampelis europeo Muy raras observaciones en Asturias, todas ellas en invierno en zonas de campiña y con motivo seguramente de alguna irrupción en Europa Occidental de individuos nórdicos. Laniidae 217. Lanius excubitor Linn. Alcaudón real Principalmente invernante, es entonces en general común y se le ve por toda la región en zonas de campiña arbolada con mato­ rrales, etc., más común cerca de la costa. Como nidificante es su­ mamente escaso, se encuentra entonces muy disperso y pocas ve­ ces se le descubre como reproductor. 218. Lanius minor Gm. Alcaudón chico A. N oval lo cita como de aparición ocasional en otoño, particu­ larmente no poseo datos. 219. Lanius senator Linn. Alcaudón común Especie estival y nidificante que llega la abril a mayo y se mar­ cha en septiembre, posibles individuos durante los pasos. Me pa­ rece como nidificante algo escaso y disperso. Se distribuye por casi toda la región en zonas de campiña arbolada, con matorrales, fru­ tales, sotos, etc. 220. Lanius collurio Linn. Alcaudón dorsirrojo Especie estival que llega en mayo y se marcha en agosto-sep- tiembre, no obstante tengo una observación el 24 de octubre de — 187 —

1978 en el Cabo de Peñas. Nidifica en toda la región en zonas de prados con matorral, frutales, sotos, zonas de monte bajo, lindes de bosques, etc., más numeroso cerca de la costa que en áreas montañosas. Es una especie frecuente en general pero cuya densi­ dad varía localmente e incluso según los años. El ejemplar citado observado en octubre tenía la cola muy rojiza, siendo quizás de la subespecie phoenicuroides o isabellinus, pero se trataba de una hembra y no lo puedo confirmar. Prunellídae 221. Prunella modularis (Linn.) Acentor común Especie en general bastante común, parte de la población es sedentaria y nidificante, otra parte nidifica pero migra hacia el Sur en invierno y luego se observan aves no nidificante en migra­ ción, en otoño e invierno, y no pocos invernantes procedentes de otros países más norteños. Habita zonas de campiña con mato­ rral, sotos, monte bajo, áreas arboladas y bosquetes, etc., en in­ vierno también en frutales; campos cultivados, etc. 222. Prunella collaris (Scop.) Acentor alpino Especie sedentaria y nidificante común que habita zonas de montaña, en zonas pedregosas, cortados, etc., no obstante algunos ejemplares descienden algo en invierno. Quizás existan algunos ejemplares procedentes de otros países que se vean en migración, como una observación propia de un individuo en la playa de San Lorenzo de Gijón en otoño de 1975. Sylviidae 223. Locustella naevia (Bodd.) Buscarla pintoja Población estival nidificante que llega en abril y se marcha en septiembre, es en general frecuente. Es también bastante común como ave de paso tanto en otoño como en primavera, principal­ mente por la costa. Habita casi cualquier tipo de zona húmeda, pero también en campas costeras, herbazales, localmente en la cam­ piña interior, zonas de monte bajo, etc. 224. Locustella luscinioides (Savi) Buscarla unicolor Algunas observaciones en los pasos, por zonas húmedas cerca­ nas a la costa. 225. Acrocephálus scirpaceus (Herm.) Carricero común Después del paso primaveral a finales de abril, se establecen en Asturias los individuos indígenas y reproductores hasta septiem­ bre, mes que junto con parte del de octubre son la época del paso otoñal. En general es un escaso nidificante y siempre localizado en algunas zonas palustres de la región. — 188 —

226. Acrocephalus arundinaceus (Linn.) Carricero tordal Especie estival nidificante bastante escasa que llega en abril y se marcha en septiembre, nidifica muy localizado en unas pocas áreas palustres de la región. 227. Acrocephalus schoenobaenus (Linn.) Carricerín común Especie de paso no demasiado común en abril-mayo y en agos­ to-septiembre, que ocupa diversas zonas de la campiña así como zonas húmedas, principalmente cerca de la costa. 228. Cettia cetti (Temm.) Ruiseñor bastardo Sedentario y nidificante bastante común por toda la región que efectúa pequeños desplazamientos en invierno, aunque pienso que algunos individuos efectúan una verdadera migración. Se distri­ buye por cualquier zona en donde haya una charca, un canal, arro­ yo, río, embalse, laguna, etc. En migración lo he observado en her­ bazales, zonas de matorral, de monte bajo e incluso en una ocasión en un parque en el centro de una ciudad. 229. Cisticola juncidis (Raf.) Buitrón Población en general sedentaria nidificante pero de la cual, al­ gunos ejemplares nomadean en invierno e incluso me parece que alguos migran. Es bastante frecuente, sobre todo en zonas costeras, frecuentando sobre todo zonas húmedas diversas, pero también herbazales, praderas con matorral, etc., lo más al interior que lo he observado ha sido en Soto de Ribera. 230. Hippolais polyglotta (Vieill.) Zarcero común Aves en migración en abril y en agosto-septiembre. Población indígena estival bastante común desde abril a septiembre. Se dis­ tribuye por toda la región en todo tipo de malezas de la campiña, zonas de frutales, etc. 231. Hippolais pallida (Hemp. y Eh.) Zarcero pálido Tengo algunas observaciones estivales en zonas de matorral cer­ canas a Oviedo, muy escasas, también conozco una observación de E. P. Jarero , pero ninguna observación ha sido confirmada por captura, a excepción de B. H eredia que capturó un ejemplar el 16 de agosto de 1976 en Gijón. Es posible pues que algunas parejas ni­ difiquen ocasional y localmente en Asturias. 232. Sylvia communis Lath. Curruca zarcera Muv frecuente en paso primaveral de finales de marzo y en abril y en el otoñal durante septiembre y octubre. La población indígena es estival, es frecuente nidificando por toda la región y habita to- jares, brezales, zarzales y otros tipos de maleza desde la costa a la montaña y tanto en zonas arboladas como despejadas, aun cuando no tolera la cobertura espesa. — 189 —

233. Sylvia borin (Bodd.) Curruca mosquitera Especie estival y de paso, llega en abril-mayo y se marcha en septiembre, se trata de una especie bastante común. Se distribuye por toda la región asociada a zonas de matorral, bien en la campi­ ña, cerca de la costa o en laderas de montañas. 234. Sylvia atricapilla (Linn.) Curruca capirotada Especie numerosa en toda la región. Parte de la población indí­ gena es sedentaria, otra parte efectúa desplazamientos invernales de poco alcance y otra parte es verdaderamente migradora, tam­ bién deben llegar no pocos invernantes procedentes de otros países. Se asocia a todo tipo de malezas en la campiña, bosques, sotos, jardines, frutales, etc. 235. Sylvia hortensis (Gm.) Curruca mirlona Especie estival nidificante que llega en abril para marcharse en septiembre. Me parece muy escasa y localizada, frecuentando la campiña arbolada con frecuencia en las copas de los árboles y no tanto en la zona baja como otras currucas, también se la obser­ va en sotos, matorrales elevados, bosques no muy densos, etc. 236. Sylvia melanocephala (Gm. Curruca cabecinegra No tengo ninguna observación propia, pero otros observadores me han comunicado citas, todas ellas estivales, que recaen en Ovie­ do, Serín y Gijón, pero ninguna de ellas está confirmada. De cual­ quier forma, es como mucho una especie divagante accidental que no creo que llegue a reproducirse. 237. Sylvia cantillans (Pall.) Carruca carrasqueña Especie estival que llega en abril para marcharse en septiembre, me parece escasa y muy localizada, habitando y nidificando princi­ palmente en monte bajo de zonas de montaña en donde a veces sobrepasa los mil metros de altitud. 238. Sylvia conspicillata Temm. Curruca tomillera Tengo una observación en el monte Naranco, Oviedo, en una zo­ na de tojares en junio de 1975, tanto su morfología como su canto me parecían correspondientes a esta especie, no obstante no tengo comprobación por captura. 239. Sylvia undata (Bodd.) Curruca rabilarga Principalmente estival aun cuando existen algunos ejemplares sedentarios que en invierno nomadean por zonas cercanas a las de cría. Se trata en general de una especie común pero localizada en general en habitats concretos como tojales o brezales de montes, acantilados costeros, zonas llanas de la campiña, etc. También exis­ te un pequeño paso en abril y septiembre de aves principalmente no indígenas. — 190 —

240. Phylloscopus trochilus (Linn.) Mosquitero musical Población nidificante escasa y localizada que llega a finales de marzo y se marcha en octubre. Principalmente se trata de un ave de paso común tanto en primavera como en otoño. Habita zonas de campiña arbolada, con matorrales, bosquetes, sotos, etc. 241. Phylloscopus collyhita (Vieill.) Mosquitero común Población estival nidificante, por lo general común por toda la región, que llega en abril y se marcha en septiembre, habitando en sotos, claros boscosos, zonas de maleza de la campiña, etc. Tam­ bién en corriente en paso en abril y agosto-septiembre. Muchos in­ vernantes de otros países llegan a partir de octubre habitando cual­ quier zona de la campiña, con frecuencia en frutales, parques y zo­ nas húmedas, marchándose a principios de abril. 242. Phylloscopus sibilatrix (Bechst.) Mosquitero silbador Existe una pequeña población estival y nidificante bastante lo­ calizada de abril a septiembre. En los pasos es más numeroso. Ha­ bita zonas semejantes a las del Mosquitero musical, pero con ma­ yor tendencia a habitar en áreas más arboladas con mayor cober­ tura, en migración en zonas más despejadas e incluso a veces en zonas húmedas. 243. Phylloscopus bonelli (Vieill.) Mosquitero papialbo Población estival nidificante en general escaso pero que en al­ gunas localidades, muy pocas, llega a ser frecuente. Paso de mi­ grantes en general poco notorio tanto en primavera como en otoño. Vive en diversos tipos de bosaues, sotos, campiña arbolada, zonas de montaña con árboles y arbustos dispersos, etc., es raro en la franja costera, sin embargo es más frecuente en media montaña. 244. Phylloscopus inornatus (Blyth.) Mosquitero bilistado Tengo dos citas de esta especie en Asturias, más sólo me parece fidedigna una comunicada por J. C o r tes , de un individuo en un eu- caliptal en Tazones, se trata sin duda de una muy rara esnecie ac­ cidental. 245. Regulus ignicapillus (Temm.) Reyezuelo listado Especie sedentaria que nomadea parcialmente en invierno, es común en toda la región desde la costa a la montaña, en parques, jardines, campiña arbolada, sotos, bosques diversos, etc. Es posi­ ble cierto paso y la llegada de algunos invernantes. 246. Regulus regutus (Linn.) Reyezuelo sencillo Especie sedentaria y nidificante común en bosques de montaña que parcialmente desciende de altitud en invierno hacia los valles, viéndose entonces en bosques bajos, parques, frutales, áreas arbo­ — 191 — ladas diversas, etc. Posible invernada de algunos individuos proce­ dentes de otros países. Muscicapídae 247. Muscícapa striata (Pall.) Papamoscas gris Especie estival y nidificante bastante común que llega en mayo y desaparece en septiembre, también se observa muy numeroso en paso otoñal en septiembre y octubre. Se distribuye por toda la re­ gión, principalmente en zonas bajas, en caseríos, frutales, linderos de bosques, parques, sotos, etc. 248. Ficedula hypoleuca (Pall.) Papamoscas cerrojillo Especie estival nidificante que se establece de abril a septiem­ bre. Nidifica en zonas de bosques caducifolios y en general es es­ caso y localizado. Sin embargo es numeroso en paso otoñal, en cualquier zona de la campiña, en sotos, frutales, parques, bos­ ques, etc. 249. Ficedula parva Bechstein. Papamoscas papirrojo En septiembre de 1970, H eredia descubre una pareja en la ría de Villaviciosa, siendo ésta la única cita que tengo de esta especie en Asturias. Turdidae 250. Saxícola torquata (Linn.) Tarabilla común Población sedentaria y nidificante en general numerosa, en in­ vierno, algunos individuos efectúan cortos desplazamientos. Tam­ bién se ven individuos en paso y otros nos visitan para invernar. Se le observa en toda la región, principalmente por debajo de los setecientos metros, habitando zonas de campiña con matorral, cam­ po abierto con matas o arbustos dispersos, tojalec, helechales, cam­ pas costeras, etc. 251. Saxícola rubetra (Linn.) Tarabilla norteña Especie estival y nidificante escasa, aun cuando localmente sea común. Se distribuye principalmente por zonas de montaña en to- jales, brezales, etc., alguna pareja también nidifica en los valles y zonas bajas, en zonas de pradera y matorral. Como ave de paso es más numerosa, sobre todo en otoño, no siendo rara en praderas con matorral y arbustos, áreas de monte bajo, campas costeras, cercanías de zonas húmedas, etc. 252. Montícola solitarius (Linn.) Roquero solitario Población nidificante sedenteria no escasa sobre todo en áreas rocosas de la montaña, parejas aisladas en acantilados costeros, quizás existe un desplazamiento de parte de la población a zonas más bajas durante el invierno. — 192 —

253. Montícola sexatilis (Linn.) Roquero rojo Población estival y nidificante bastante común en zonas de al­ ta montaña en paredones rocosos, cortados y cantiles, que se ob­ serva de finales de marzo a septiembre. 254. Oenanthe oenanthe (Linn.) Collalba gris Población nidificante estival común en zonas de praderas alpi­ nas con matorral disperso y pedregosas, también en zonas de mon­ te bajo de laderas de montañas y parejas aisladas por la costa en zonas de matorral bajo y acantilados. En paso es bastante común sobre todo por zonas costeras. 255. Oenanthe hispanica (Linn.) Collalba rubia Tengo una observación de un individuo en septiembre de 1975 y otra observación de otro individuo en septiembre de 1976, am­ bas en el embalse de San Andrés, tratándose seguramente de dis­ persiones posgenerativas. En zonas de montaña, ocasionalmente se ven algunas en épocas otoñales, pero se desconoce el verdadero status de estos casos en tales lugares. 256. Oenanthe leucura (Gm.) Collalba negra Ocasionales observaciones en época estival en lugares como el puerto de San Isidro, Peña Ubiña, puerto de Ventana, etc., siem­ pre muy cerca del límite con León, esto quizás indique Ir posibili­ dad de nidificación de alguna pareja en Asturias. 257. Phoenicurus ochruros (Gm.) Colirrojo tizón Población sedentaria y nidificante numerosa sobre todo en zo­ nas rocosas de la montaña y en acantilados costeros, también fre­ cuente en zonas del interior normalmente cerca de edificaciones de cualquier tipo. También es ave de paso corriente, sobre todo cerca de la costa, y pienso que algunos individuos procedentes de otros países llegan a invernar en Asturias. 258. Phoenicurus phoenicurus (Linn.) Colirrojo real Ave de paso común de marzo a abril y de agosto a octubre en zonas de campiña arbolada, frutales, parques, bosquetes, etc. Tam­ bién es ave estival y nidificante común en campiña arbolada, fruta­ les, parques y jardines, bosques, sotos, etc. 259. Erithacus rubecula (Linn.) Petirrojo Población indígena sedentaria y numerosa distribuida por to­ da la región en cualquier zona de la campiña, también en bosques, parques, etc., con frecuencia cerca de zonas pobladas, rehuyendo tan solo las áreas sin vegetación tales como zonas rocosas, llanu­ ras despejadas, etc. También se observan algunos individuos en paso y otros llegan a invernar procedentes de otros países. — 193 —

260. Luscinia svecica (Linn.) Pechiazul Ave de paso en primavera y otoño en general escasa, entonces se le localiza principalmente en lugares de montaña, con frecuen­ cia en pequeñas lagunas y también en zonas húmedas cerca de la costa. Predominan las observaciones de la subespecie de medalla blanca cyanecula. Las sospechas de reproducción de esta especie en la montaña asturiana aún no están confirmadas, pero cabe la po­ sibilidad. 261. Luscinia megarhynchos Brehm. Ruiseñor común Especie de paso en marzo-abril y en septiembre, en general es­ casa. También se trata de una especie estival nidificante muy es­ casa, tan sólo la he observado nidificando en dos ocasiones, es muy local e irregular reproduciéndose en Asturias. Habita malezas densas en áreas boscosas, sotos, etc. 262. Turdus merula Linn. Mirlo común Población indígena sedentaria y bastante numerosa, extendida por toda la región por debajo del límite de los bosques de mon­ taña. No pocos ejemplares procedentes de otros países llegan a invernar en Asturias. Se distribuye en praderas con matorral, so­ tos, frutales, áreas forestales diversas, parques, jardines, etc. 263. Turdus torquatus Linn. Mirlo capiblanco Ave de paso en primavera y otoño escasa, observándose algunos en ciertos lugares de la campiña y cerca de la costa. Existe así mismo una pequeña población nidificante sedentaria en zonas de montaña con praderas v matorral y árboles dispersos. 264. Turdus pilaris Linn. Zorzal real Principalmente se trata de una especie invernante no escasa que también se observa en los pasos, llegan los primeros en septiembre y los últimos se marchan en abril. Durante el invierno habita en páramos, laderas oblicuas con hierba, zonas de monte baio, etc., más escaso en la campiña baja, prefiriendo por lo general zonas altas. 265. Turdus iliacus (Linn.) Zorzal alirrojo Invernante muy común en Asturias en praderas, áreas de ma­ torral, frutales, páramos, parques, bosquetes, etc. También se ob­ servan algunos bandos de migrantes en los pasos principalmente cerca de la costa. 266. Turdus philomelos Brehm. Zorzal común Población sedentaria y nidificante numerosa, quizás algo dis­ persa, en zonas de helechales, praderas con matorral, bosques, so­ tos, áreas de monte bajo, etc. También es una especie corriente en los pasos, sobre todo en zonas costeras y muy numerosa en invier­ — 194 —

no, dado que llegan muchos individuos desde otros países, enton­ ces también se le ve en parques, jardines, frutales, etc. 267. Turdus viscivorus Linn. Zorzal charlo Status semejante al de la especie anterior con la variante de que es más escaso, habitando preferentemente zonas de montaña. En los pasos y en invierno, puede decirse lo mismo que para la especie anterior, si bien más escaso, en cuanto a los habitats que frecuentan son semejantes a los citados para el Zorzal común. Timalüdae 268. Panurus biarmicus (Linn.) Bigotudo Conozco una observación de J. A. V illazon de un pequeño gru­ p o e n 1975, en otoño, en la ría de Villaviciosa, posteriormente en este mism o lugar, el 18 de marzo de 1979, S . S olano y J.A rro ntes o b ­ servan en el porreo del carrizal una pareja de aves de esta especie, establecida en una masa de carrizos, los citados observadores per­ tenecientes al Grupo de Ornitología Aythya de la Universidad de Oviedo comunicaron la observación a G. R. González y a mí a fin de que los anillásemos, cosa que hicimos el 24 de marzo de 1979 con la hembra. Hasta esta fecha sólo conozco estas citas de la es­ pecie en Asturias. Paridae 269 .Remiz pendulinus (Linn.) Pájaro moscón J. Gayol observa en la la primavera de 1978 algunos individuos en unas charcas cercanas al embalse de San Andrés. Es la única cita que conozco de esta especie en Asturias. 270. Aegithalos caudatus (Linn.) Mito Especie sedentaria y nidificante común en toda la región con preferencia en zonas del interior, distribuyéndose en áreas de pra­ dera con arbustos y matorral, sotos, espesuras, bosques, parques, etc. Muchos individuos nomadean durante el invierno y otros des­ cienden a los valles procedentes de zonas altas. 271. Parus ater Linn. Carbonero garrapinos Status semejante al de la especie anterior, con la que se aso­ cia en invierno, también es corriente por la franja costera y man­ tiene una buena densidad en repoblaciones de coniferas interiores. 272. Parus major Linn. Carbonero común Especie sedentaria y nidificante numerosa por toda la región que en invierno tiende a descender de las zonas altas y a nomadear por los valles, es posible así mismo la invernada de individuos de otros países. Se distribuye por toda la región en cualquier zona donde existe cierto arbolado, en invierno a veces en zonas desar­ boladas pero sí con matorrales o arbustos. — 195 —

273. Parus caeruleus Linn Herrerillo común Status semejante al de la especie anterior aunque no me parece tan probable la existencia de invernantes europeos, su densidad es quizás algo más baja y no es tan versátil como el Carbonero co­ mún a la hora de escoeer los habitats, pues suele preferir zonas más densamente arboladas 274. Parus cristatus Linn. Herrerillo capuchino A escepción del Pájaro moscón, es seguramente éste el párido más escaso de Asturias. De todos modos es una especie sedentaria y nidificante que nomadea algo durante el invierno, habitante en general densos bosques de coniferas o caducifolios de la montaña con pequeños núcleos en los valles y cerca de la costa. 275. Parus palustris Linn Carbonero palustre Ave sedentaria y nidificante que parcialmente desciende de ni­ vel en invierno, es común en bosques de montaña caducifolios, también cierto número de parejas habita otras manchas forestales más bajas a veces cercanas a la costa, en invierno se le ve ocasio­ nalmente en parques, sotos, frutales, etc. Sittidae 276. Sitta europaea Linn. Trepador azul Población sedentaria y nidificante común preferentemente en bosques caducifolios de montaña, algunas aves descienden de al­ titud durante el invierno. Algunas parejas se localizan aisladas en manchas forestales bajas y en invierno, a veces se le ve en frutales, parques, sotos, etc. 277. Tichodroma muraría (Linn.) Treparriscos Especie sedentaria y nidificante en la alta montaña asturiana, algo escasa y habitando cantiles rocosos, grandes paredones, cor­ tados, etc. En invierno suele descender a zonas rupestres más ba­ jas y es entonces cuando ocasionalmente se le ve en acantilados costeros o cerca de edificaciones en la montaña. Certhiidae 278. Certhia brachydactyla Brehm. Agateador común. Población sedentaria y nidificante común en toda la región, los individuos de las montañas descienden en invierno parcialmente a los valles por donde nomadean. Se distribuyen por bosques de todo tipo, parques, sotos frutales, avenidas arboladas, etc. Troglodytidae 279. Troglodytes troglodytes (Linn.) Chochín Población sedentaria numerosa en toda la región que se distri­ buye por malezas de todo tipo, como zarzales, helechales, arbus­ tos, etc., en la campiña, en bosques, en zonas de monte bajo, o — 196 —

incluso en parques, jardines o caseríos. Seguramente llegan a in­ vernar algunos individuos procedentes de otros países de Europa. Cinclidae 280. Cinclus cinclus (Linn.) Mirlo acuático En general frecuente por arroyos de mantaña y más escaso se­ gún se desciende de altitud existiendo sólo parejas aisladas en cau­ ces cercanos a la costa. Es una especie sedentaria y nidificante, su­ jeta a desplazamientos invernales cortos que ocasionalmente lle­ van a algún individuo hasta la costa. Siempre se le localiza en ríos y torrentes preferentemente de aguas rápidas y muy limpias. Emberizidae 281. Emberiza calandra Linn. Triguero Especie sedentaria y nidificante, quizás algunos migren hacia el Sur y es seguro que algunos invernantes proceden de otros paí­ ses. En general es común, se le ve sobre todo en la franja costera, en zonas más al interior es más escaso, habita praderas de todo tipo, campas costeras, campiña arbolada, laderas de colinas, zo­ nas de monte bajo y en general áreas abiertas con matorral y ár- bolado disperso. 282. Emberiza cia Linn. Escibano cerillo Población sedentaria y nidificante bastante común en laderas con monte bajo en las montañas, con frecuencia por encima del límite del arbolado, hay también núcleos nidificantes en áreas más bajas y ocasionalmente al lado mismo de la costa en lugares como toiales, helechales, etc. Algunas aves de las montañas descienden a los valles en invierno, por los que nomadean v muchas proceden­ tes de otros países llegan a invernar, existiendo también algunos individuos que se observan en los pasos. 284. Emberiza cirlus Linn Escribano soteño Especie bastante frecuente cuvo status es semejante al de la especie anterior, más no es tan dependiente de la montaña sino que casi se le observa ñor igual en toda la región, aunaue quizás algo más por zonas de campiña cor matorral y arbolado disperso. 285. Emberiza hortulana Linn. Escribano hortelano Población estival y nidificante que se establece desde abril a octubre, me parece muy escaso localizado en páramos monta­ ñosos con matorral y arbustos dispersos. En migración se le ob­ serva también en zonas bajas. 286. Emberiza schoeniclus (Linn.) Escribano palustre La población nidificante es escasa y muy localizada en alsunas áreas palustres, parte de la misma al menos me parece migradora, es más común en invierno, al visitarnos individuos procedentes de — 197 — otros países que invernan aquí, entonces se le ve además de en áreas palustres, también en la campiña, en zonas cultivadas, ras­ trojos, etc. También se observan individuos durante los pasos. 287. Emberiza pusilla Escribano pigmeo Tengo una observación propia de un grupo de quince individuos el 20 de diciembre de 1974 en el embalse de San Andrés, así mis­ mo conozco una comunicación de otro observador de un individuo de esta especie visto en Oviedo el invierno de 1973, más no es del todo segura. En cualquier caso se trata de un raro divagante in­ vernal en Asturias. 288. Plectrophenax nivalis (Linn.) Escribano nival Empecé a observar a esta especie en octubre de 1975, desde en­ tonces todos los inviernos lo observo en mayor o menor cantidad siempre en el mismo lugar, el cabo de Peñas, las observaciones caen entre octubre y marzo y siempre suelen verse varios ejempla­ res, he llegado a ver bandos de hasta treinta individuos en las cam­ pas de arriba del acantilado. Así mismo existen observaciones, és­ tas no propias, en Luanco, Verdicio y Villaviciosa. Pienso sin duda eme se trata de una especie invernante muy escasa, de la que to­ dos los años llegan algunos individuos a diversos lugares cos­ teros. Fringillidae 289. Fringiüa montifringilla Linn. Pinzón real Escaso invernante en la campiña y en la baja montaña en áreas de prados arbolados, frutales, bosques, sotos, etc. También algunas aves en paso. 290. Fringilla coelebs Linn. Pinzón vulgar Población sedentaria nidificante común distribuida en toda la región en zonas de campiña arbolada, parques, frutales, bosques no muy densos, etc. Muy frecuente como invernante y ave de paso, muchas aves vienen de otros países, entonces se le ve por doquier casi en cualquier lugar excepto en la alta montaña. 291. Carduelis cardueíis (Linn.) Jilguero La población indígena, numerosa, es parcialmente migradora, migrando algunos al Sur de Asturias y otros nomadean en invierno por la región. También es ave de paso y muchas aves procedentes del Norte de Europa invernan aquí. Se distribuye por toda la re­ gión en campiña arbolada o con matorral, en parques, en frutales, en sotos, en avenidas arboladas, en bosquecillos, etc., y en invier­ no también en rastrojeras, zonss de matorral, campas casteras desarboladas, etc. — 198 —

292. Carduelis spinus (Linn.) Lúgano Ave de paso e invernante en general bastante común pero va­ riable de un año a otro, que se distribuye por toda la región en habitats similares a los citados para la especie anterior, con mu­ cha frecuencia en sotos fluviales > vaguadas donde crecen los ali­ sos y los fresnos. Se especula mucho sobre su posible nidificación en Asturias, pero aún no está comprobada, la observación de aves en época de reproducción y algún dato más, no muy claro, es el motivo de dichas suposiciones. 293. Carduelis chloris (Linn.) Verderón común Población indígena parcialmente migradora, parte de ella se­ dentaria y nomadeos invernales bastante corrientes, también se trata de un ave común en los pasos y muchos también llegan a invernar procedentes de otros países. Habita en toda la región, escepto en la montaña, en habitats semejantes a los citados para el Jilguero. 294. Pyrrhula pyrrhula (Linn.) Camachuelo común Población sedentaria y nidificante bastante común, en invierno descienden algunas aves de altitud y existe alguna comprobación sobre verdadera migración, no obstante me parecen casos aisla­ dos y lo más coiriente es que nomadea en invierno por zonas ba­ jas. Se le observa en áreas boscosas, sotos, etc., pero en invierno también en frutales, áreas más abiertas y en general diversos lu­ gares de la campiña siempre que haya árboles, arbustos, etc. 295. Coccothraustes coccothraustes (Linn.) Picogordo Escaso en Asturias tanto como ave de paso como invernante, se le observa en zonas boscosas tanto de caducifolios como de coni­ feras y ocasionalmente también en campiña arbolada. Se especula sobre su posible nidificación en algún lugar de Asturias, pero hasta el momento dicho extremo no ha sido comprobado y se trata tan sólo de una suposición. 296. Acanthis flammea (Linn.) Pardillo sizerín Muy pocas observaciones de aves divagantes que ocasionalmente alcanzan Asturias algunos inviernos. 297. Acanthis flavirostris (Linn.) Pardillo piquigualdo El 16 de diciembre de 1978 observo en el cabo de Peñas un in­ dividuo de esta especie, Ss la única cita que conozco de esta ave en Asturias. 298. Acanthis cannahina (Linri.) Pardillo rom ^ La población nidificante es bastante común, parte de elln mi­ gra y otra parte nomadea durante el invierno, asi mismo mnchás aves no indígenas se ven en los pasos y otras muchas procedentes — 199 —

de otros países, llegan a invernar. Se distribuye por toda la región en campiña con matorral, en campos costeros, en zonas de monte bajo, en tojales y brezales, en áreas abiertas arbustivas, etc. 299. Serinus serinus (Linn.) Verdecillo Población nidificante numerosa que en su mayor parte migra al Sur y el resto en general suele nomadear por la región, prefe­ rentemente por la zona costera, es asi mismo ave de paso, no muy abundante, y algunos invernantes llegan, en general escasos. Ha­ bita zonas parecidas a las citadas para el Jilguero. 300. Serinus citrinella (Pall.) Verderón serrano Especie sedentaria en la región que es común en zonas de mon­ taña habitando en praderas alpinas con árboles y arbustos disper­ sos. Dicha población desciende en invierno, no mucho, pero oca­ sionalmente se ven en la campiña baja, así lo he observado en Lu- gones y Las Caldas. 301. Loxia curvirostra Linn. Piquituerto común Especie sedentaria y nidificante muy escasa y localizada en As­ turias, algunos ejemplares nidifican en repoblaciones de conife­ ras de la zona oriental y es posible que algún individuo más llegue durante el invierno. Aparte de los bosques de coniferas, a veces se ve en bosques caducifolios y ocasionalmente en campiña ar­ bolada. Ploceidae 302. Passer montanus (Linn.) Gorrión molinero Especie sedentaria y nidificante en general común en casi toda la región, escoge zonas de campiña arbolada, sotos, zonas de fru­ tales, a veces cerca de edificaciones en caseríos, etc., en invierno también se les ve por rastrojeras, eriales, campos de cultivo, etc. 303. Passer domesticus (Linn.) Gorrión común Población sedentaria y nidificante muy abundante en toda la región, particularmente en zonas habitadas, también se le ve en di­ versas zonas de la campiña, sobre todo en otoño e invierno cuando nomadea en bandos. 304. Montifringilla nivalis (Linn.) Gorrión alpino Población no escasa pero si localizada en núcleos de alta mon­ taña, en zonas rocosas, canchales, pedreros, praderas alpinas pe­ dregosas, cerca de cabañas de montaña, etc., algunos bajan en in­ vierno a los valles y así lo he observado una vez en Oviedo y otra en Lugo de Llanera, pero normalmente no descienden tanto. 305. Petronia petronia (Linn.) Gorrión chillón Se trata de una especie muy escasa, conozco observaciones en Pajares, Sierra del Aramo, etc., siempre en áreas montañosa, en — 200 — praderas con matorral disperso y roquedos, donde con seguridad crían algunas parejas, en invierno suele nomadear por estas zonas de montaña. Sturnidae 306. Sturnus vulgaris Linn. Estornino pinto Principalmente invernante de octubre a marzo en toda la re­ gión, es entonces muy numeroso por toda la campiña, zonas de cultivo, etc., también en ciudades y áreas palustres para dormir, en los pasos también se ven algunos en zonas similares. Se sospe­ cha la nidificación de esta especie en Asturias, existen de momento tan sólo suposiciones no confirmadas. 307. Sturnus unicolor Temm. Estornino negro Población sedentaria común, posiblemente en aumento, que se distribuye por habitats semejantes a los citados para la especie an­ terior, con frecuencia cerca de ciudades donde muchas veces ni­ difica, es frecuente sobre todo en la franja costera y cada vez avan­ za más hacia el interior. Oríolidae 308. Oriolus oriolus (Linn.) Oropéndola Especie estival que llega en abril y se marcha en agosto-sep­ tiembre. En general es común, pasa bastante desapercibida, se le localiza siempre en áreas de bosque caducifolio o en sotos fluviales densos de toda la región, preferentemente en el interior y en la­ deras de montaña. Corvidae 309. Garrulus glandarius (Linn.) Arrendajo Población sedentaria y nidificante común en toda la región que frecuenta todo tipo de áreas boscosas, a veces también en sotos fluviales, campiña arbolada, frutales, etc., sobre todo en invierno. 310. Pica pica (Linn.) Urraca Población muy numerosa y sedentaria en toda la región, fre­ cuente sobre todo en los valles y la costa, habita en toda la cam­ piña, bosques no muy densos, sotos, parques, áreas cultivadas, fru­ tales, campos costeros, etc. Muchas nomadean durante el invierno. 311. Cyanopica cyanus (Pall.) Rabilargo Conozco una cita de otoño de 1975 de un individuo observado en Pajares, ya en la provincia de Oviedo, se trata sin duda de una dispersión posgenerativa accidental. 312. Pyrrhocorax pyrrhocorax (Linn.) Chova piquirroja Población sedentaria bastante numerosa en áreas rocosas de la montaña y menos común, en general escasa, en acantilados mari­ nos. — 201 —

313. Pyrrhocorax graculus (Linn.) Chova piquigualda Status semejante al de la especie anterior, es quizás algo más frecuente en zonas de montaña rocosas, pero taita en acantilados costeros. 314. Corvus corax Linn. Cuervo Especie común y sedentaria en toda la región, habita preferen­ temente en las zonas de montaña y en acantilados costeros, tam­ bién en grandes bosques y existen asi mismo algunas parejas dis­ tribuidas por la campiña y los valles. Quizás en expansión local­ mente, en otras zonas por el contrario parece estar en regresión. 315. Corvus corone Linn. Corneja negra Especie sedentaria y nidificante, frecuente en toda la región, desde la costa a la montaña, en general vive asociada a todo tipo de zonas forestales, pero frecuenta también todo tipo de praderas, zonas cultivadas, frutales, playas, zonas rocosas, etc. 316. Corvus monedula (Linn.) Grajilla Algunas colonias, muy pocas, existen en Asturias, de momento todas ellas, al menos las que conozco, en cortados fluviales rocosos cerca de áreas cultivadas, bosques y praderas. Es posible que parte de la población sea sedentaria, pero conozco colonias en que las aves sólo están de finales de febrero a octubre. Seguramente en expansión.

SINOPSIS DE LA AVIFAUNA ASTURIANA

Teniendo en cuenta los datos presentados de forma particular para cada especie en la lista sistemática, podemos sintetizarlos en una serie de resultados o conclusiones generales que vistas glo­ balmente, nos ayudan a conocer algunos aspectos de la avifauna asturiana de forma más satisfactoria que analizando una a una la situación de cada especie. Para facilitar esta tarea, he confeccionado una serie de cua­ dros explicativos, que ayudarán en el entendimiento de la situación de la avifauna asturiana como un todo global. La avifauna asturiana está compuesta por 316 especies, al me­ nos observadas una vez en la región, estas especies se distribuyen en 18 órdenes sistemáticos, de entre estos órdenes, el que cuenta en Asturias con mayor número de especies es la de los Passeriformes, con 118 especies, seguido por el de las Charadriiformes, con 68 es­ pecies, el de las Anseriformes, con 35 especies y el de las Falconi- formes, con 24 especies, a estos órdenes, les siguen otros, todos — 2 0 2 —

ellos con un número de especies que oscila entre 2 y 10. (Tabla 1). De las 316 especies citadas, se reproducen en Asturias, o al me­ nos lo han hecho alguna vez en los últimos años, 155 especies, es decir, un 49,84 por ciento. (Tablas 1 y 2). En cuanto al status de las especies, las aves preferentemente sedentarias, son mayoría, representando el 25,86 por ciento del to­ tal, les siguen las aves que preferentemente son de paso, represen­ tan el 24,32 por ciento, posteriormente están las especies divagan­ tes, con un 20,82 por ciento, y por último encontramos a las espe­ cies preferentemente invernales, con un 14,82 por ciento, y las es­ tivales, con un 14,51 por ciento. Esto es siempre que nos retiramos al status preferente para cada especie, o status dominante, más si tenemos en cuenta que hay especies que aunque üe forma preferente se encuadren en un determinado tipo de status, pero que parte de su población se encuadra en algún otro upo, tenemos que los porcentajes cambian al aparecer un status absolu­ to, y entonces el 48,26 por ciento de las especies, son ai menos par­ cialmente aves de paso, que el 32,17 por ciento son aves parcial­ mente invernantes, otras tantas se comportan parcialmente al me­ nos como aves sedentarias, un 20,82 por ciento son especies diva­ gantes y un 18,61 por ciento, ai menos parcialmente estivales, com­ parando el status preferente y el absoluto, comprobamos que la mayoría de las especies aún teniendo un status preferente, parte de sus poblaciones se ven afectadas de status diferentes al prefe­ rente y que únicamente no varía el status de las especies divagan­ tes, pues estas especies, aún presentándose en una u otra época, dada su irregularidad y su rareza, hasta ahora no pueden conside­ rarse dentro de cualquier otro tipo de status. (Tabla 3). Respecto a la densidad de las especies que componen la avifau­ na asturiana, el mayor porcentaje es el de las especies comunes, con 25,86 por ciento, les siguen las especies escasas, con un 20,18 por ciento, las accidentales, con un 18,29 por ciento, las frecuentes, con un 14,51 por ciento, las raras, con un 9,77 por ciento, las oca­ sionales, con un 5,99 por ciento y las especies numerosas, con un 4,41 por ciento. Más esta densidad, está considerada en cada espe­ cie con respecto a las demás de su orden, y no con respecto a la totalidad de las especies asturianas, y así, aunque el Ratonero co­ mún y el Jilguero aparezcan ambos como numerosos, no quiere decir que en Asturias ambas especies mantengan poblaciones nu­ méricas semejantes, sino que el Ratonero común, dentro del orden de las Falconiformes, al que pertenece, puede considerarse como especie numerosa, y el Jilguero, dentro del orden de los Passeri- — 203 — formes, al que pertenece, aparece también como especie numero­ sa, es pués esta, una densidad relativa al orden sistemático en el que se encuadra cada especie. (Tabla 4). Ai considerar ios habitats que ocupa la avifauna asturiana, hay que considerar primeramente, que muchas especies aunque utili­ zan de forma preferente un determinado tipo de habitats, de loi- ma secundaria, parte de su población utiliza otros, de ahí que el cuadro de la Tabla 5 sea doble, de tal forma que se clasifican las especies de acuerdo con un nabitat preterente o típico en primer lugar y de acuerno con ia utilización absoluta de un Habitat, en segundo lugar, l emendo en cuenta el habitat preterente, el jí,7V por ciento son aves de campiña, siendo este el porcentaje mas alto aebido a que aquí habitan muchos Fasseriformes, ornen ma- yoritario de la aviiauna asturiana, ai mismo tiempo que este lia- bitat ofrece diversidad suficiente a especies muy adaptables ecoló­ gicamente, un 22,08 por ciento de las especies se encuentran en la costa preferentemente, es también un elevado porcentaje, debiao a que este es un habitat preferido además de por las especies se­ dentarias nidificantes o invernantes de la zona, también por las numerosísimas especies de paso y por especies accidentales, que cuando raramente se observan, es a su llegada por el mar desde otros paises. Siguen porcentajes de un 17,98 por ciento en especies con preferencia por las zonas húmedas, un 8,51 por espe­ cies preferentemente de mar abierto, un 8,2 por ciento de especies preferentemente forestales e igual porcentaje en especies de mon­ taña, por último están las especies fluviales, que representan el 1,19 por ciento y las especies urbanas, que son el 0,94 por ciento. Vemos como los máximos porcentajes son los referentes a habitat en donde se combinan diversos biotopos, tierra-mar, agua-tierra o praderas-cultivos-zonas forestales (Tabla 5). Si hablamos de la uti­ lización absoluta de los habitats, los porcentajes aumentan, lo cual indica, que en general, todos los habitats además de acoger a una avifauna característica, también mantienen de forma más o menos asidua a otras especies, no tan características de estos habitats como de otros, pero que en ellos encuentran condiciones favora­ bles, al menos, temporal o parcialmente (Tabla 5). — 204 —

% en el n.° de % en el n.° total % de es­ pecies re­ ORDEN SISTEMATICO n.° de especies n.° total de espe­ especies repro­ de espe­ cies re­ produc­ ductoras cies produc­ toras de toras su orden

Gaviformes 3 0 0,94 0,00 0,00

Colimbiformes 4 1 1,26 0,64 25,00

Procellariiformes 8 1 2,52 0,64 12,50

Pelecaniformes 3 1 0,94 0,64 33,33

Ciconiformes 10 1 3,16 0,64 10,00

Anseriformes 35 2 11,70 1,28 5,71

Falconiformes 24 18 7,56 9,12 75,00

Galliformes 5 5 1,58 3,20 100,00

Gruifoimes 9 4 2,82 2,56 44,44

Charadriiformes 68 9 21,51 5,76 13,23

Columbiformes 6 5 1,88 3,20 83,33

Strigiformes 7 6 2,20 3,84 85,71

Caprimulgiformes 2 1 0,63 0,64 50,00

Apodiformes 2 2 0,63 1,28 100,00

Coraciformes 4 2 1,26 1,28 50,00

Piciformes 6 6 1,88 3,84 100,00

Passeriformes 118 90 37,34 57,60 76,27

Cuculiformes 2 1 0,63 0,64 50,00

Tabla 1.— Distribución por órdenes, de la avifauna asturiana. — 205 —

Porcentaje de especies Status reproductoras, con res­ preferen • Status pecto de especies ob­ STATUS te en % absoluto servadas de espe­ en % de cies especies 49,84 Invernantes 14,82 32,17 Tabla 2 Estivales 14,51 18,61

De paso 24,32 48,26

Sedentarias 25,86 32,17

Divagantes 20,82 20,82

Tabla 3.— Porcentajes de especies dentro de su status, preferente o absoluto, en la avi- fauna asturiana.

Preferen­ Absoluto DENSIDADES % HABITATS te % %

Accidentales 18,29 Mar abierto 8,51 8,51

Ocasionales 5,99 Costa 22,08 30,28

Raras 9,77 Zonas húmedas 17,98 31,54

Escasas 20,18 Ríos 1,19 2,20

Comunes 25,86 Campiña 31,70 42,58

Frecuentes 14,51 Poblaciones 0,94 2,38

Numerosas 4,41 Bosques 8,20 9,77

Montaña 8,20 10,09 Tabla 4.— Densidad de las especies de la avifauna asturiana. Tabla 5 - Distribución por habitats, pre­ ferentes o absolutos, en porcen­ tajes, de las especies de la avi­ fauna asturiana. — 206 —

APENDICE

Durante la redacción del presente trabajo, he podido recoger algunas observaciones más sobre la avifauna asturiana, aumentan­ do la lista de especies que la constituyen, por ello he creído con­ veniente incluirlas en el siguiente apartado, tales observaciones son: 317. Ardeola ralloides Garcilla cangrejera Observados ocho ejemplares el 8 de Junio de 1979 en el embal­ se de Trasona (Avilés), por M. Quintana y M. A. Fernández Pajuelo. Es especie que en España cría en el Sur. (Orden C iconiformes , fa m ilia Ardeidae). 318. Calidris melanotos Correlimos pectoral El día 6 de octubre de 1979, observé en el embalse de la Granda (Gozón), un ejemplar muerto de esta especie; posteriormente, el día 12 de este mismo mes, en el embalse de S. Andrés y en esta ocasión en compañía de J. A rrontes , observamos otro ejemplar a lo largo de unos quince minutos, ya que, muy manso, permitía observaciones cercanas a los cinco metros de distancia. Tampoco se tenía hasta ahora noticia de esta especie en Asturias, pues se trata de un ave norteamericana que en alguna rara ocasión ha apa­ recido como divagante en las costas atlánticas europeas. (Orden C haradriiformes , familia Scolopacidae).

AGRADECIMIENTOS

Es obvio, que para la elaboración de la anterior lista sistemáti­ ca y la recopilación de datos que en ella se exponen, no he podido basarme únicamente en datos propios, sino que he recogido, ade­ más de una extensa bibliografía, numerosas comunicaciones perso­ nales, sin las cuales el trabajo aquí presentado, resultaría incom­ pleto. He de agradecer pues a J. Gayol, I. Márquez, R. Fernández Re­ vuelta, J. A. Diego, S. Solano, J. Arrontes, J. Tuero, M. Hevia, M. Quintana, y a todo el resto de mis compañeros del Grupo de Orni­ — 207 —

tología, «AYTHYA» de A. N. A. la gran colaboración prestada, dán­ dome a conocer sus propias observaciones. Ha sido muy estimable también la colaboración prestada en numerosos casos por mi ami­ go y buen conocedor de las aves, J. Cortés, quien me informó so­ bre numerosas observaciones suyas en la ría de Villaviciosa, lugar éste de quien es quizás él el mejDi conocedor de su avifauna. Tam­ bién agradezco la colaboración de G. R. González, que me acom­ pañó en numerosas observaciones y anillamientos de aves, a L. Cor­ tina, a J. Solís, a J. G. Banciella, y a tantos otros sin cuya colabo­ ración, como ya diie, no hubiera podido llegar a obtener los datos que en este trabajo expongo.

Grupo Ornitológico «Aythya» de ANA (Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza) Oviedo — 208 —

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POR

FLORENTINA ALVAREZ-MARQUES

INTRODUCCION

Desde hace siete años se vienen realizando muestreos de planc­ ton en la zona del mar Cantábrico situada frente a las costas de Gijón, con el fin de conocer la abundancia de las especies que for­ man parte del ecosistema pelágico y sus fluctuaciones en el tiempo. El propósito de la presente nota es el de contribuir al conoci­ miento de la fauna planctónica del Cantábrico que baña las costas de Asturias, así como el de cubrir un vacío existente en el conoci­ miento de la distribución geográfica de los copépodos pelágicos en las costas españolas. Por lo tanto, en este trabajo se expone el resultado del análisis de una serie de muestras de zooplancton recogidas durante los años 1974-75 y que constituyen los primeros datos sobre la fauna de co­ pépodos pelágicos de esta zona; igualmente se exponen los resulta­ dos obtenidos del estudio comparativo entre la fauna de copépo­ dos de la zona con las de otras áreas atlánticas y mediterráneas, con el objeto de situar biogeográficamente a la fauna del área es­ tudiada. — 214 —

MATERIAL Y METODOS

El material de estudio procede de los muestreos de zooplanctón realizados mensualmente durante los años 1974-75 en una zona del Cantábrico situada frente a la costa de Gijón y cuyas coordenadas son 43° 35'N y 5o 36'W. Las muestras han sido recogidas con redes de plancton del tipo Juday-Bogorov de 250 y 475 mieras de abertura de malla y 50 cm. de diámetro de boca. Corresponden a arrastres oblicuos desde 10 m. de profundidad hasta la superficie. Las muestras fueron fi­ jadas con formol al 4%. La determinación y el recuento de las especies se realizó a par­ tir de alícuotas cuando la muestra era muy abundante en copépo­ dos, o en su totalidad si era pobre en los mismos. La determinación de las especies se hizo basándonos en las cla­ ves y monografías que existen para la identificación de las mismas y que se dan en la bibliografía. Las densidades medias de las especies a lo largo del período de muestreo se expresan utilizando los siguientes índices de abun­ dancia:

+ < 0,01 inds./m 1 de 0,01-0,1 » 2 de 0,1 -1 » 3 de 1 -10 » 4 de 10 -100 » 5 > 100 »

Estos valores se corresponden con las medias de cada especie para el total de las muestras obtenidas. La comparación de la fauna de copépodos de la zona con las de diferentes áreas del Atlántico y del Mediterráneo se realizó me­ diante la agrupación de los inventarios según su afinidad, para lo que se empleó el índice de Sorensen (1948). Hemos elegido este índice basado en caracteres cualitativos como es el número de especies presentes en los distintos inventa­ rios, ya que no se dispone en la actualidad de datos cuantitativos comparables, debido a que los listados de especies de las diferen­ tes áreas no están basados en una metodología de muestreo homo­ génea ni en el espacio, ni en el tiempo. Con los índices de afinidad así calculados se construyó una ma­ — 215 —

triz de similaridad correspondiente a los inventarios de especies de las siguientes zonas: 1—área nerítica de la Mancha y 2—área nerítica de Finisterre (LAKKIS, 1967); 3—área nerítica de Roscoff (RAZOULS et ált., 1965); 4—Ría de Muros (SPHOR y CORRAL, 1976; ALVAREZ- OSSORIO, 1977); 5—costa suroeste de Portugal (VILELA, 1968); 6— zona nerítica de Cataluña y 7—zona nerítica de Valencia (VIVES, 1971); 8—zona oceánica del Golfo de Vizcaya (FARRAN, 1926) y 9—área nerítica de Gjón. (Fig. 3).

RESULTADOS

Tras el recuento e identificación de las especies, se confeccionó un inventario con las mismas, representado en la Tabla I. En esta Tabla se puede observar también la presencia de las especies en las diferentes estaciones del año. La fauna de copépodos epiplanctónicos en esta zona está repre­ sentada por 42 especies (Tabla I), de las que el 76% pertenecen a los CALANOIDA, el 19% a los CYCLOPOIDA y el 5% restante a los HARPACTICOIDA. De las 42 especies, el 35% se encuentran presentes en todas las estaciones, y entre éstas están las más abundantes, Acartia clausi, Paracalanus parvus y Centropages typicus, así como Calanus hel- golandicus, Pseudocalanus elongaTtis y Oithona helgolandica que las siguen en importancia numérica. Todas estas especies constitu­ yen el 14% del total. Otra especie abundante es Centropages chier- chiae, que se encuentra presente en todas las estaciones menos en el otoño. El 21% restante de especies presentes en todas las épocas com­ prende un primer grupo de especies relativamente abundantes, Calanoides carinatus, Clausocalamis lividus, C. arcuicornis, Temo- ra longicornis, Oncaea media y Corycaeus anglicus y un segundo grupo de especies escasas o raras como Clausocalanus jobei, Isias clavipes y Candada armata. Las otras especies que se presentan en las diferentes estaciones, las más abundantes (con índices 2 y 3) y que constituyen el 18% se encuentran en el invierno y la primavera; el resto se reparte de la siguiente manera: un 9% se presenta en tres estaciones, un 6% en dos estaciones (otoño-invierno, primavera-verano) y el 3% en una sola estación (verano). — 216 —

ABUNDAN ESPECIES CIAS PRESENCIA ESTACIONAL MEDIAS PRIMAVERAVERANO OTOÑO INVIERNO CALANOIDA

Calanue helgolandicua (CLAUS) 4 ★ ★ ★ + Calanua tenuiaornia DANA 3 ★ * Nannocalanue minor (CLAUS) 2 + ★ ★ Calanoidee carinatue (KROYER) 3 ★ * * * Heooalanua gracilie (DANA) + * ★ Euoalanua ep. 1 ** Rhinoalanua naautue GIESBRECHT + ★ Paracalanua parvue (CLAUS) 5 ★ ★ * ★ Caloaalanue atyliremia GIESBRECHT 2 ★ * Iechnooalanue tenuis (FARRAN) 2 ★ * Meaynoaera olauei THOMPSON 1 + ^ Peeudoaalanue elongatue (BOECK) 4 * * ★ ★ Claueocalanua mastigophorua (CLAUS) 1 ★ ★ Claueooalanue lividua FROST & FLEMINGER 3 ★ ★ * ★ Claueocalanua arcuicornie (DANA) 3 + ** * Claueooalanus jobei FROST & FLEMINGER 2 ★ ★ ** Claueooalanue pergeñe FARRAN 2 ★ ★ Clauaooalanua furcatue (BRADY) 1 * ★ Ctenooalanue vanue GIESBRECHT 2 ★ Euohirella roetrata (CLAUS) 1 ★ Euohaeta hebea GIESBRECHT 1 ★ ★ * Centropagee typicus KROYER 5 ★ * * * Cmtropagee chierchieae GIESBRECHT 4 ★ ♦ * Ieiae olavipe8 BOECK 2 * ★ * * Temora longioornia( MULLER) 3 * *** Temora etylifera (DANA) 2 * * M etr i d i a lueerte BOECK 2 ★ ★ Pleuromamma gracilie (CLAUS) + ★ Pleuromamma borealie (F. DftHL) + * Candada armata (BOECK) 2 ** * ★ Anomalooera patersoni TEMPLETON 3 ★ * Aoartia olauei GIESBRECHT 5 ★ ** * CYCLOPOI DA

Oithona piumifera BAIRD 3 ★ ★ Oithona helgolandioa CLAUS 4 * ★ ** Oithona nana GIESBRECHT 2 ** ★ Onoaea media GIESBRECHT 3 ★ ★ * * Onoaea eubtilis GIESBRECHT 1 ★ Corycaeue (Ditrichocorycaeue) anglioue LUBBOCK 3 *** ★ Coryoaeus (Ditriohoooryoaeua) brehmi STEUER 2 ★ ★ Corycaeue (Urocorycasus) furcifer CLAUS + * HARPACTICOIDA

Euterpina acuti frone (DANA) 1 ★ * Macroeetella gracilie DANA + ★

Tabla I.—Lista de especies. Abundancia y presencia estacional de cada especie.

Por último queda un grupo de especies muy escasas, un 29%, entre las que se encuentran algunas que consideramos como espe­ cies accidentales en esta zona costera y en la profundidad mues- treada, como Rhincalanus nasutw> y Mecynocera clausi que apare­ cen solamente en una muestra, y en el caso de R. nasutus represen­ tada por un solo ejemplar. En este grupo están Pleuromamma gra- — 217 — cilis y P. borealis que son claramente especies invernales en esta zona. De la observación de la matriz secundaria de similitud (Fig. 1)

Mancha 1 Roscoff 60 1 Finisterre 56 39 1 Ría de Muros 43 48 33 1 G. de Vizcaya 25 22 41 71 1 Gijón 42 39. 51 64 49 1 SW de Portu. 26 31 33 35 44 52 1 Valencia 18 26 29 36 50 51 61 1 Cataluña 15 25 25 30 45 49 59 85 1 Fig. 1.—Afinidad entre las diferentes faunas de copépodos comparadas. entre la fauna de copépodos de la zona de Gijón con la de otras áreas geográficas, se pueden deducir las características principales de dicha fauna. La representación porcentual y lineal de las similaridades, con­ siderando a Cataluña y a la Mancha como núcleos extremos (Fig. 2),

Fig. 2.—Representación lineal de los porcentajes de similaridad entre las dis­ tintas áreas. demuestra las tendencias en la similaridad de la fauna de Gijón: por un lado sería semejante a la fauna del NW de Galicia, típica­ mente atlántico-boreal y por otro presenta un importante parecido en su composición con las faunas del SW de Portugal y el Medi­ terráneo Occidental. — 218 —

DISCUSION

La situación biogeográfica del Golfo de Vizcaya ha sido desde antiguo muy controvertida. La mayoría de los autores consideran a la fauna del Golfo de Vizcaya incluida en una región «lusitánica» muy amplia, que tendría su límite norte en la zona oeste del Canal de la Mancha. Otros consideran, no obstante, que esta región ten­ dría que ser subdividida en más regiones o provincias debido a las diferencias en la distribución faunística en este área. Una re­ visión detallada se encuentra en BRIGGS (1974). Estudios sobre la distribución de la flora y la fauna realizados en el sistema bentónico (FISCHER-PIETTE, 1963; HOEK & DON- ZE, 1966; ANADON, 1979) muestran a las costas del Cantábrico as­ turiano como una zona de transición entre las costas de Galicia y Bretaña de aspecto boreo-atlántico típico y la costa vasca de am­ biente «mediterraneizado» o «meridionalizado». Aunque ya es conocido que la fauna planctónica no muestra unas afinidades biogeográficas tan claras como la flora y la fauna bénticas (LAKKIS, 1967), nuestros resultados permiten considerar esta zona cantábrica como un área de «transición» o de mezcla de faunas típicas del norte del Atlántico y faunas mediterráneas o meridionales, en contraposición con la opinión de SEWELL (1948) que considera el paralelo 40 como una frontera muy neta entre es­ tas dos faunas. Sería necesario un estudio planctológico a lo largo de toda la costa norte española para delimitar más claramente estas cuestiones. Esta mezcla puede constatarse por la aparición de especies in­ dicadoras de aguas atlántico-tropicales tales como Temora stylife- ra (FURNESTIN, 1965), que no había sido citada en el Atlántico eu­ ropeo en latitudes tan altas, y para la que se daba como límite norte de distribución en el Atlántico el paralelo 40 (VERVOORT, 1965); su aparición otoñal en nuestras aguas coincide con su esta- cionalidad en el Mediterráneo (DURAN, 1970); Corycaeus brehmi considerada como especie de origen mediterráneo (SEWELL, 1948) está también presente en nuestras aguas en el otoño-invierno. Junto a éstas aparecen otras consideradas como típicas del Atlántico Norte ( Metridia lucens, Pseudocalamus elongatus, etc.) cuya presencia en nuestras aguas, suele ser, en general, en las épo­ cas de invierno-primavera. La distribución del número de especies de copépodos en las cos­ tas de la Península Ibérica y de Francia (Fig. 3), presenta una variación que se corresponde con las afinidades obtenidas anterior- — 219 — mente (Figs. 1 y 2). El gradiente de reducción en el número de es­ pecies a medida que aumenta la latitud, general en muchos siste­ mas (LAKKIS, 1967; LEBEDEVA, 1972), presenta una inflexión

consideradas. 1.—Area de la Mancha; 2.—Area de Finisterre; 3.—Costa de Roscoff; 4.—Ría de Muros; 5.—Costa SW de Portugal; 6.—Costas de Catalu­ ña ; 7.—Costas de Valencia; 8.—Golfo de Vizcaya; 9.—Costas de Gijón.

en la costa cantábrica, con un aumento relativamente grande res­ pecto a las costas gallegas, teniendo en cuenta no obstante, las diferencias metodológicas. — 220 —

Las características un tanto sorprendentes de esa zona, proba­ blemente tengan su origen en las condiciones hidrográficas de la misma; los datos de que se dispone en la actualidad sobre este área son muy escasos, y solamente el Atlas Oceanográfico del Atlán­ tico Norte (1967) permite algunas apreciaciones. Las isotermas su­ perficiales se distribuyen perpendicularmente a la costa durante el verano, y la diferencia de temperaturas en esta época entre la costa vasca y la del NW de Galicia puede llegar hasta los 3°C, y hasta 7°C si se compara con la zona de afloramiento de la costa de Ga­ licia (FRAGA, 1977). En las demás estaciones, las isotermas se dis­ ponen más o menos paralelas a la costa. Las isohalinas siempre son perpendiculares a la misma, y en todas las épocas se observa un gradiente de dilución desde las costas de Galicia hacia el interior del Golfo de Vizcaya. Sería pues imprescindible, desde todos los puntos de vista de la investigación biológica marina, un estudio oceanográfico de las costas del Cantábrico.

RESUMEN

En el presente trabajo se exponen los resultados obtenidos del estudio de los copépodos planctónicos de la costa de Gijón (As­ turias, N. de España). Se citan 42 especies que constituyen los primeros datos de copé­ podos planctónicos para esta zona. Se dan valores de abundancia para las especies (abundancias medias para el período de muestreo) y se indica también la pre­ sencia de las especies en las diferentes estaciones del año. Se compara la fauna de copépodos de nuestra zona con las de otras áreas atlánticas y mediterráneas. La fauna de esta zona del Cantábrico puede considerarse como intermedia entre las faunas más típicamente atlántico boreales y faunas mediterráneas o atlán- tico-tropicales.

RÉSUMÉ

Les résultats obtenus de l’étude des copépodes planctoniques de la côte de Gijôn (Asturies, N. de l’Espagne) sont exposés dans ce travail. Ont été déterminées 42 espèces qui constituent les premières données sur les copépodes planctoniques de la région. Les données sur l'abondance de chaque espèce (abondance mo­ yenne au cours du période de prélèvement) sont notées. La pré­ sence saisonnière de chaque espèce est aussi signalée. La comparaison avec les faunes de copépodes des aires atlanti­ ques et méditerranéennes montre que la faune de copépodes de cette aire cantabrique présente dec affinités avec des faunes méri­ dionales ou méditerranéennes et atlantiques septentrionales. — 222 —

BIBLIOGRAFIA

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Recibido el 20 de Diciembre de 1979.

Dpto. de Zoología y Ecología Fac. de Ciencas. Universidad de Oviedo. UNA FOCA BARBUDA, Erignathus barbatus (Erxleben, 1777) (MAMMALIA, PINNIPEDIA) EN ASTURIAS

POR

CARLOS NORES

En un trabajo anterior (Ñores y González, 1979) dábamos cuen­ ta de la aparición de una Foca que permaneció en la Ría de Villa- viciosa entre los días 19 de Abril y 2 de Junio de 1978. A pesar de habernos desplazado en dos ocasiones a la citada Ría no pudimos observarla personalmente y sólo a partir de algunas fotografías e informes de diversas personas decidimos clasificarla provisional­ mente como Phoca vitulna. La aparición, posterior a la elaboración del citado trabaio, de un artículo (Alonso Yñarra, 1978) en oue aparecía, también considerado como Foca común, una fotografía del citado ejemplar, nos hizo pensar que podía tratarse en reali­ dad de Erignathus barbatus. Lo sorprendente del hecho de encon­ trar en las costas Ibéricas una especie ártica y la pobreza del ma­ terial obtenido nos inclinó a consultar nuestra sospecha al Dr. Du- guv, quien pese a estar de acuerdo con nuestro criterio, a la vista del excepcional hallazgo, consultó a su vez con especialistas dane­ ses y canadienses, los cuales corroboraron de nuevo la validez de la determinación. La Foca barbuda es una especie circumpolar, cuya distribución está limiada a los hielos del Océano Glacial Artico y sus inmedia­ ciones, incluidos los mares de Bering y Ojostk, aunque está ausen­ te al Norte del paralelo 80 y en el Océano Atlántico, entre el Cabo Norte e Islandia. Se trata de una especie poco errática, por lo que sus citas en — 226 — las costas Europeas del Atlántico son escasas, a pesar de lo cual algunos ejemplares parecen descender a lo largo de las costas de Noruega. A causa de su semejanza con otras Focas las citas con­ firmadas son muy pocas y en la bibliografía consultada se redu­ cen a tres, Escocia, Norfolk y Norte de Francia (Normandía) BONNER, 1977), lo que parece confirmar el carácter meramente excepcional de la presencia de esta especie en aguas españolas. Agradezco al Dr. Raymond Duguy, del Centro de Estudios de Mamíferos Marinos del Museo de La Rochelle, la confirmación de la determinación del ejemplar.

RESUME

Un exemplaire de Phoque barbu (Enrignathus barbatus) est resté pendant deux mois dans la Ría ds Villaviçiosa (Côte Nord de l'Es­ pagne). Nous rectifions, pour la presente note, une antérieure iden­ tification incorrecte.

SUMMARY

A specimen of Bearded seal (Erignathus barbatus ) stayed in the Ria of Villaviciosa (North coast of Spain) for about two months. With this paper, we want to rectify a previous identification. — 227 —

BIBLIOGRAFIA

A l o n s o Y ñ a r r, a Y . 1978. La Ría de Villaviciosa. Vida Silvestre 27: 172-181. B o n n e r , W. N. 1977. Order Pinnipedia En: Handbook of British Mammals (ed. C o r b e t, G. B. y S o u t h e r n , H. N.), pp. 383-407. Blackwell. Oxford. Ñ o r e s, C. y G o n z a l e z, G . R. 1979. Nuevos datos sobre los Pinnipedos de las costas Atlánticas Ibéricas. Sup. Cien. Bol. IDEA 24 : 151-158.

(Recibido el 20 diciembre 1979).

Departamento de Zoología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo Oviedo, España. SOBRE LA PRESENCIA EN ASTURIAS DE Calopteryx haemorrhoidalis occasi CAPRA, 1945 (ODONATA; ZYGOPTERA)

POR

FRANCISCO J. OCHARAN

Calopteryx haemorrhoidalis (Van der Linden, 1825) es una es­ pecie relativamente común de la región mediterránea occidental. En 1945 capra describió la subespecie Calopteryx haemorrhoidalis occasi a partir de ejemplares de Liguria (cercanías de Génova), re­ gión en la que esta subespecie sustituye a la típica. Posteriormen­ te se encontraron nuevas poblaciones de esta subespecie en el sur de Francia, y su ára de distribución incluía hasta ahora el norte de Italia (Liguria) y el sur de Francia (excepto el litoral medite­ rráneo) hasta una línea imaginaria Burdeos-Lyon ( conci y n ie l s e n , 1956; a g u e s s e , 1968). En el resto del área ocupada por esta especie se citaba la subespecie típica C. haemorrhoidalis haemorrhoidalis (Túnez, Argelia, Marruecos, Península Ibérica, Francia —litoral me­ diterráneo—, e Italia peninsular e insular). En la revisión que hace a g u e sse de los trabajos clásicos españoles sobre Odonatos ( n av ás , l ., 1924; be n ít e z , a ., 1950; compte sart , A., 1965) no aparece ningu­ na cita de esta subespecie para España o Portugal, y tampoco he­ mos encontrado ningún trabajo posterior que la señale para nues­ tra península. Por todo ello suponemos que esta cita de C. hae- — 130 — morrhoidalis occasi Capra, 1945 pueda ser la primera que se haga para la Península Ibérica. Al examinar el material de la colección de Odonatos del Depar­ tamento de Zoología de la Universidad de Oviedo hemos encontra­ do seis ejemplares (tres machos y tres hembras) de C. haemorrhoi- dális occasi de los cuales señalamos a continuación la localidad de captura (indicando las coordenadas UTM de las mismas), la fecha de captura, y el número de catálogo de la colección. O—111.1: Macho. Las Mestas —Gijón (Asturias); 29TTP8624. 12-08-1978. O—111.2, O—111.3 y O—111.5: Tres hembras sin datos de cap­ tura. O*—111.4 y O—111.5: Dos machos. Penarronda —Castropol {As­ turias); 29TPJ6124. 30-07-1975. Características de los ejemplares estudiados Machos.—Longitud del abdomen: 35,5 y 36 mm. (el ejemplar

Figura 1.—La línea discontinua delimita el área de distribución de Calopte- ryx haemorrhoidalis. La zona rayada representa el área de distribución co­ nocida hasta ahora para C. haemorrhoidalis occasi. (De Agusse, modificado). Se indican las dos localidades nuevas para la subespecie mencionada (*) así cómo la zona donde es probable su presencia (en punteado). 1: Penárronda (Castrópol); 2: Las Mestas (Gijón). ' : — 131 —

O—111.1 tiene roto el extremo del abdomen. Longitud del ala posterior: 26, 27 y 29 mm. Coloración: El color general del cuerpo es castaño rojizo oscu­ ro y metálico. Los tres últimos segmentos abdominales son de co­ lor rojo mate ventralmente. Las patas son de un castaño rojizo muy oscuro. Las alas (figura 2) están sombreadas de castaño, pero tienen las siguientes áreas hialinas: la base de ambas alas, el tercio apical de las anteriores y el borde apical de las posteriores; además de estas zonas hialinas, que son características de la subespecie, exis­ te otra mancha hialina más o menos marcada, en forma de ángu­ lo recto, en el segundo cuarto apical de las alas posteriores. Hembras.—Longitud del abdomen: 30,30 y 33 mm. Longitud del ala posterior: 27, 28, y 28,5 mm. Coloración: El color general del cuerpo es verde metálico acas­ tañado. Patas de color castaño rojizo oscuro. Las alas son hialinas muy levemente teñidas de castaño. El color castaño más intenso dei cuarto apical de las alas posteriores, que es típico para las hembras de esta subespecie, sólo lo presenta el ejemplar O—111.5.

Figura 2.—Alas del macho de C. haemcrrhoidalis occasi. La flecha señala la mancha hialina en forma de ángulo recto del ala posterior. (Foto J. A. Mar­ tín Ventura). — 232 —

CONCLUSIONES

La presencia de Calopteryx haemorrhoidalis occasi Capra, 1945 en dos localidades de Asturias tan alejadas entre sí (más de 100 Km.) supone una gran ampliación del área de distribución conoci­ da hasta ahora para esta subespecie. Si bien resulta aventurado suponer nada para su presencia en Galicia, es muy probable que esta subespecie se extienda desde el río Eo hasta el País Vasco, ocupando la franja de la Cornisa Cantábrica hasta formar un área continua que llegaría a Burdeos (figura 1).

RESUMEN

Se citan dos localidades para Asturias de Calopteryx haemorrhoi­ dalis occasi Capra, 1945, que se suponen las primeras para la Pe­ nínsula Ibérica; se dan los caracteres morfológicos de los indivi­ duos estudiados. Como consecuencia de estas citas se sugiere una nueva distribución para la subespecie.

RÉSUMÉ

Calopteryx haemorrhoidalis occasi Capra, 1945, est signalée dans deux localités de la région asturienne (on croie que par première fois à la Peninsule Iberique); les caractéristiques morphologiques des individus sont données. A conséquence de ces captures on pro­ pose une nouvelle distribution pour la ssp.

(Recibido el 3 de Diciembre de 1979)

Departamento de Zoología y Ecología Facultad de Ciencias Universidad de Oviedo — 233 —

BIBLIOGRAFIA

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DR. JESUS EVARISTO CASARIEGO Y FERNANDEZ NORIEGA

D irec io r A djunto de P ublicaciones :

PROF. DR. J. A. MARTINEZ-ALVAREZ

C orrespondencia :

Instituto de Estudios Asturianos Palacio Conde de Toreno Plaza de Porlier, s/n. Apartado núm. 9. OVIEDO (España). I.D.E.A