UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO SECRETARIA DE RECTORÍA

DIRECCIÓN DE IDENTIDAD UNIVERSITARIA COLEGIO DE CRONISTAS

JOCOTITLÁN, UNA CIUDAD HEROICA

C.P. CARLOS CHIMAL CARDOSO CRONISTA DEL CENTRO UNIVERSITARIO UAEM ATLACOMULCO

“Jocotitlán, una ciudad heroica”

C.P. Carlos Chimal Cardoso Cronista del Centro Universitario UAEM Atlacomulco

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“Jocotitlán, una ciudad heroica”

El pasado 15 de abril reunidos en la plaza cívica en ceremonia solemne el Presidente Municipal acompañado de los integrantes del cabildo, de la Diputada Local y los integrantes de la Comisión de Ciudades Heroicas de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, A. C., teniendo como testigos a los Delegados Municipales, así como a la comunidad reunida, se develó la placa alusiva que acredita a la Villa de Jocotitlán, como Ciudad Heroica.

Por lo anterior es importante hacer una relatoría de los hechos ocurridos a través de la historia que hicieron posible este título.

La población de Jocotitlán se ubica en las faldas del cerro Xocotepetl o cerro Jocotitlán, aunque para los mazahuas era el dios Enguemore.

La Villa de Jocotitlán se encuentra a 45 kilómetros de la ciudad de y a 15 de la ciudad de Atlacomulco. 3 En cuanto al significado de la palabra náhuatl Xocotitlan, esta se deriva de xocotl, “fruta agridulce” y titlan, “entre”; que significa “entre arboles de fruta agridulce o acida”.

Se cree que la población fue fundada entre los años 200 y 600 d. c. y en 1478 pasa a formar parte de la Triple Alianza.

Se considera que en la población se estableció el señorío de mazahuacan, principal centro de los mazahuas.

En 1520 la población fue sometida por los españoles, el seis de agosto de 1540 por Cedula Real el Rey de España da por fundado el pueblo de Xocotitlan, en 1595 pasa a formar parte de la corona española y en 1597 queda al cuidado de los frailes franciscanos.

Al inicio de las encomiendas Xocotitlan junto con Atlacomulco quedaron en manos de Francisco de Villegas.

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El padre Diego Nájera y Yanguas es asignando al curato de Jocotitlán en 1592, siendo considerado apóstol de los mazahuas, fue autor de la obra “Doctrina y Enseñanza de la Lengua Mazahua de cosas muy útiles y provechosas para los ministerios de doctrina y para los naturales que hablan la lengua mazahua”, que se editó en 1637, cuando él ya había fallecido.

En el año de 1810, en el camino que siguió Hidalgo rumbo al Monte de las Cruces, pasó por el Municipio de Jocotitlán, primero por Santiago Casandeje, después por el paraje conocido como Desviación a Jocotitlán en la autopista Toluca-Atlacomulco y por la entrada de la Hacienda de Pasteje, en los tres lugares se encuentran unas estelas con una cabeza de águila con la inscripción “Ruta de Hidalgo”.

Cabe mencionar que estas cabezas de águila señalan la ruta que siguió el Padre de la Patria en todo su recorrido, colocadas cuando el Lic. Adolfo López Mateos era Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

El 27 de octubre de 1810 Hidalgo llega a Ixtlahuaca donde el cura de Xocotitlan, Don José 4 Ignacio Muñiz y Acosta le entrego el edicto de excomunión, quien al redactar su informe al arzobispo de México el 6 de noviembre dice: “Entro Hidalgo a Ixtlahuaca; lo recibió el cura Don José Agustín Mateos, anciano que con respeto a sus canas y a su ministerio debió darnos el ejemplo de un Eleazar; lo recibe, ilustrísimo señor, con toda pompa bajo el palio, cruz, ciriales, ministros revestidos y repique de campanas.

La primera ceremonia es presentarle los edictos de mi excelentísimo prelado, del señor obispo de Valladolid y el sabio santo y adorable de vuestra señoría ilustrísima. Este y los otros se rompen, despedazan y se pisan contra el suelo por la miserable comitiva de clérigos y religiosos de Valladolid y se dice públicamente en voz alta que cuarenta excomuniones que vuestra ilustrísima fulmine, viene con ellos quien les absuelva. Se cantó después un Te Deum”.

Después de la batalla del Monte de las Cruces, rumbo a , el día 4 de noviembre Hidalgo pasa por Ixtlahuaca, toca Jocotitlán y llega a la Hacienda de Nixini donde pasa la noche, aquí dio la orden a cuarenta soldados del regimiento de dragones para que acudieran hasta la parroquia de Jocotitlán, tomaran preso al párroco Ignacio Muñiz y lo condujeran a su presencia.

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Ya anteriormente Hidalgo había enviado emisarios a la parroquia invitando al cura a unirse al movimiento, pero el párroco rechazo la invitación por lo que Muñiz escribió que “Hidalgo lo amenazo de privarle de sus beneficios”.

Al llegar los soldados a la parroquia de Jocotitlán no encontraron al párroco quien había huido a la Ciudad de México, debiendo regresar al cuartel sin su presa, para lo cual el cura escribió “Librolo Dios de sus manos”.

En México el cura Ignacio Muñiz acudió a las autoridades con un informe detallado y documentos “sobre los fundamentos de la Insurrección y las originales providencias que la dirigían y la movían”.

Al regreso, en su parroquia continuó desde el pulpito defendiendo al gobierno virreinal, satanizando el movimiento insurgente, además de amenazar a la feligresía con fuertes castigos espirituales en caso de adherirse al movimiento con perversas y malévolas ideas. 5 Sin embargo las semillas que dejo la insurgencia rendían fruto, toda vez que se mantenía vivo el espíritu emancipador.

Jocotitlán no se quedó atrás en las acciones y a pesar de la férrea vigilancia y las constantes amenazas del párroco y la milicia, surgió el espíritu libertario y no fueron pocos los que se sumaron a la causa reconociendo como jefe a Ignacio López Rayón.

Los involucrados se reunían en distintos domicilios para no llamar la atención, en altas horas de la noche y disfrazados con el argumento de asistir a reuniones de tipo social.

Sin embargo la traición y el espionaje cobraron fuerzas provocando que a principios de abril de 1811 el padre Muñiz hiciera del conocimiento del Virrey esta situación, quien envió un oficio con la orden de acudir a “apaciguar a la gente de Xocotitlan”, siendo recibido en Ixtlahuaca por Don Juan García de la Cueva, quien dispuso salir inmediatamente en compañía de 36 “patriotas” entre los que se encontraba don Francisco Gómez Fraile, quien era el Subdelegado.

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Lo que no sabían es que los insurgentes también tenían su servicio de espionaje, enterándose de la llegada de los soldados. Así Juan García llego a la población el día siete de abril a las nueve de la mañana, lugar que encontró en aparente calma, ya que parecía que no había problema alguno, llegando hasta la plaza y observo los alrededores en calma.

Fue recibido por el vicario y el cura quienes les aseguraron que “solo había allí una chusma despreciable de insurgentes”, disponiéndose a concentrarse en la Iglesia, cuando de pronto una multitud salió de entre los magueyes, cientos de hombres y mujeres gritando y atacando a pedradas a los soldados, causando gran desconcierto provocando como única reacción el emprender desordenadamente la huida.

El cura, el vicario y unos tres “patriotas”, corrieron a refugiarse al interior del templo, encontrándose entre ellos el subdelegado Gómez Fraile.

Juan García seguido de su compañía logro salir a todo galope del pueblo en medio de una lluvia de piedras, llego a Ixtlahuaca donde envió un informe acerca de que los de 6 Jocotitlán los seguían, que al cura y vicario del lugar los habían hecho prisioneros, además viendo el lastimoso estado de sus hombres, dispuso marchar a la ciudad de Toluca donde llego a las dos de la tarde.

Mientras se daba la huida de Juan García la gente se arremolino frente al templo golpeando la puerta y exigiendo a gritos la salida del subdelegado. Para apaciguar a los que gritaban el Padre Muñiz abrió la puerta y salió a enfrentar a la muchedumbre tratando de calmar los ánimos y volver la paz, pero la gente ya no lo escucho, lo aprehendieron, rodeado de lanzas y palos lo condujeron a la cárcel donde entre gritos, ofensas y palos le exigían se desdijera de todo lo que había predicado acerca de los insurgentes para después amenazarlo de muerte.

Después de 24 horas de suplicio y gracias a la intervención de gentes fieles al párroco, se logró el indulto y le permitieron regresar al templo exigiéndole que dijera al Subdelegado se entregara.

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Para calmar la situación ya que los gritos y amenazas seguían, el padre toma sus vestiduras y el santísimo, saliendo en procesión buscando un milagro, pero la muchedumbre la emprendió contra el a pedradas y con custodia en mano lo regresaron al templo obligándolo a encerrar al santísimo en el sagrario y lo condujeron nuevamente a la cárcel, mientras tanto los insurrectos en el templo buscaron al subdelegado y acompañantes, quienes estaban escondidos en el mobiliario, los capturaron y llevaron al centro de la pequeña plaza donde los ataron y dieron muerte a lanzadas.

Este alboroto propicio que los fieles al párroco nuevamente lo liberaran de su prisión y lo conminaran a huir facilitándole caballos, por lo que Muñiz emprendió nuevamente camino a la capital, donde acudió ante la corte, llegando con las ropas hechas girones, informando de lo sucedido en Jocotitlán.

Cuando el Virrey recibió el parte de Juan García y hablo con el padre Muñiz monto en cólera y envió la orden al capitán Juan Bautista de la Torre para que uniera sus fuerzas con las de Gerónimo Torres Cano y juntos fueran a “castigar al pueblo de Xocotitlan”. 7 Sabedores los insurrectos de la proximidad de unos dos mil quinientos soldados los aguardaron en el entronque del camino real.

El 15 de abril de 1811 se llevó a cabo la batalla en forma desigual, la cual resulto encarnizada, por un tiempo los lugareños los mantuvieron a raya pero por el numero y el armamento utilizado los insurgentes fueron replegados y después de dos horas de lucha los soldados entraron a la población atacando e incendiando sin misericordia todo a su paso, dando muerte a todo aquel que vieran en su camino, sin importar sexo, edad o condición, ocasionando que las calles y plaza quedaran sembradas con cientos de cuerpos masacrados.

Una vez conocido el resultado de la batalla y habiéndosele dado atenciones al párroco Muñiz, el virrey en persona le expreso su reconocimiento y admiración, aprovecho el padre para solicitarle el indulto para la población ofreciéndole en garantía que retornaría al camino de la obediencia.

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Al Padre le autorizaron regresar a su parroquia en cuanto sanara de sus lesiones, se le hizo entrega de tres mil pesos, que invirtió en su recuperación y reparar los destrozos de la iglesia y casa cural.

Por su aportación al virreinato al padre Muñiz se le otorgo la facultad de otorgar indultos con el mismo respeto y crédito que al Virrey.

Mientras tanto Juan Bautista de la Torre se dirigió a San Felipe del Obraje (hoy del Progreso) y en el camino se detuvo para hacer su parte e informar al Virrey donde decía “que con el gusto de dejar en el campo más de cuatrocientos cadáveres los insurgentes de Jocotitlán quedaron bien castigados”.

Es menester mencionar los nombres de algunos insurgentes destacados como un homenaje a los muchos hombres y mujeres que se unieron en contra de los realistas, destacando a José Mariano García, José Bernal, José Valentín Dávila y el Teniente Coronel José Manuel Alcántara, este ultimo recibió de López Rayón la indicación de quedarse al frente de un pequeño grupo de insurgentes y retomar el control del norte del 8 Valle de Toluca asolando a los realistas.

El 3 de septiembre de 1812 ataco con tan solo treinta hombres la guarnición de 115 soldados destacados en Jocotitlán y el 6 de diciembre del mismo año se enfrentó a las fuerzas del Coronel Altamirano en Atlacomulco.

Esta batalla del 15 de abril de 1811 es la que aporto la prueba valiosa para que la Comisión de Ciudades Heroicas aprobara a Jocotitlán como la numero cuarenta del país, sin menospreciar otros hechos ocurridos en la población.

Siguiendo Con los acontecimientos históricos es importante destacar que en 1820 el Rey de España Fernando VII Jura la Constitución de Cádiz, ordenándose nombrar autoridades municipales donde existieran mil almas, situación que reunía Xocotitlan.

Por tal motivo la Comandancia de Armas de Ixtlahuaca a cargo de Juan García de la Cuesta dio instrucciones al señor Manuel Iturbide y Gómez, dueño de la Hacienda de Pasteje para que de común acuerdo con el párroco José Ignacio Muñiz convocaran al pueblo para que el 23 de julio se integrara la Junta Electoral que erigiría al primer Ayuntamiento.

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En la votación resulto electo Presidente Interino Don Antonio del Valle, quien pertenecía a la acaudalada familia propietaria de la Hacienda de Tiacaque.

Don Juan García, manda el 7 de agosto de 1820 a Don Antonio del Valle que el domingo 13 de agosto se celebren elecciones para designar a los representantes del pueblo a participar en las votaciones de diputados a las cortes y se ratifique el nombramiento de alcalde de Xocotitlan.

El domingo 13 de agosto de 1820 los vecinos se reunieron en la plaza como resultado de la cita que el alcalde Antonio del Valle había hecho, al llegar este se dirigieron a la iglesia donde el cura celebro una misa de espíritu santo, luego de ello se retiraron al curato para llevar a cabo la junta como acto inicial del primer cabildo, se nombró a dos escrutadores y secretario cuyos cargos recayeron en don José María Gómez de Barreda, Don Pedo Valverde y Don Manuel Iturbe y Gómez.

Se vota para elegir presidente siendo electos como Alcalde Primero Don Antonio del Valle y como alcalde segundo Don Francisco Campos, además se nombraron 21 compromisarios que asistirían a Ixtlahuaca el día 18 a la elección de Diputados, se levantaron las actas respectivas y se dirigieron a la iglesia donde se cantó un Tedeum. 9

Es importante mencionar que el acta original de este cabildo se encuentra en exhibición permanente en el Salón de Cabildos de la Presidencia Municipal desde agosto del año 2000, cuando se remodelo este recinto.

En la Ley del 9 de febrero de 1825 el Ayuntamiento de Xocotitlan recibió su ratificación como Municipio.

En 1823 el municipio sufre la segregación de parte de su territorio para formar el Ayuntamiento auxiliar de Tapaxco dependiente de Xocotitlan, pero en 1824, con la erección del Estado de México, se separa definitivamente.

Los habitantes del municipio siguiendo sus ideas conservadoras, el 14 de marzo de 1847 se unen en contra de Valentín Gómez Farías con la finalidad de sostener la religión y el sistema federal existente, el 22 de enero de 1853 secunda el plan de Jalisco.

Xocotitlan contribuyo con hombres para la milicia y con dinero para apoyar la guerra contra Estado Unidos.

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Durante la Guerra de Reforma y de acuerdo a las actas levantadas en Toluca los días 11 y 14 de enero de 1858 se menciona que los Ayuntamientos del Estado de México apoyan el Plan de Tacubaya, siendo necesario en algunos casos convencerlos y forzarlos a que aceptaran, como Xocotitlan, quien además debía otorgar un préstamo económico para el sostenimiento de la causa conservadora, correspondiéndole la cantidad de $4,600.00.

En virtud de que la situación financiera del municipio era precaria, el Alcalde Francisco Espinoza convoco al Ayuntamiento, al revisar las actas y de acuerdo con la opinión unánime del cabildo se acordó no adherirse a este plan, notificándolo al Subprefecto de Ixtlahuaca haciéndole saber que por este motivo el Ayuntamiento de Xocotitlan quedaba disuelto.

Con el nombramiento de nuevas autoridades en el Estado de México se persuadió y acorraló al cabildo de Xocotitlan para que aceptara firmar el Plan de Tacubaya, con argumentos de que debían tener “sentimientos de religión” y tener “voluntad nacional en el plan salvador”, por tal motivo los integrantes del cabildo regresan a sus cargos y firman el acta de adhesión el 9 de febrero de 1858 y es enviada al Subprefecto de Ixtlahuaca. 10

Por lo anterior el 25 de abril los constitucionalistas saquean la población y es en estas fechas cuando se presenta un problema grave por una sublevación de indígenas mazahuas.

Era tal la situación precaria en la economía del Municipio que Pablo Carrillo encargado de aplicar vacunas, solicito al Ayuntamiento la cantidad de 50 pesos anuales recibiendo solo como ofrecimiento la cantidad de 10 pesos, que además debían obtenerse de todos lados, llegándose a la gravedad de cobrar multas a los ciudadanos que no mandaran a sus hijos a la escuela.

Durante el Imperio de Maximiliano, las tierras del municipio se desamortizaron, adquiriéndolas gran cantidad de individuos de la comunidad.

En esta época llega al pueblo Agapito Sambrano, pagador de las fuerzas francesas en Querétaro, estableciendo su residencia provisional en Jocotitlán y San Juan del Rio que también le servían de descanso y en uno de sus viajes en Jocotitlán lo esperaron a que entrara a su casa, lo tomaron prisionero matándolo en la plaza, de donde surgió la

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leyenda de sus famosas siete mulas de oro de las cuales se supone que la carga de una quedo enterrada en dicho lugar, esta leyenda de manera oral se viene trasmitiendo en la comunidad.

También Jocotitlán aporto soldados que junto con los de Toluca fueron a Puebla y participaron al lado de Zaragoza en la defensa de la plaza.

Resulta importante mencionar que el municipio participo en la feria internacional de Chicago del siglo XIX, con cereales producidos que se unieron a otros de lugares distintos del Estado de México.

Durante el Porfiriato se puso en marcha el proyecto liberal, las reformas a la administración pública, el florecimiento del arte y ciencia, también el esplendor de las haciendas y de unas cuantas familias, este sistema no permitió que hubiera movilidad social ya que trajo pobreza y descontento.

En esta época el Municipio destaco en educación ya que envió alumnos becados al Instituto Literario de la Ciudad de Toluca y en la Cabecera Municipal existían una escuela de varones y otra para niñas. 11 En la Cabecera Municipal existía un periódico llamado “El Demócrata” cuyo director fue Antonio María Espinoza, teniendo como sus colaboradores a Miguel Rosales, Jesús Rondero y Jesús M. Chimal.

Como en muchas partes del país, durante la Dictadura del General Díaz la alternancia política era poca, centrándose el poder en las gentes acaudaladas o de amistad con el Gobernador y los poderes económicos del centro del Estado, resaltando la participación de Jesús Cardoso, José C. Ruedas, Jesús M. Chimal, Apolinar Legorreta y Román Cedillo, como Presidentes Municipales en varias ocasiones.

De estos acontecimientos nace el cuento de que al acercarse cada fecha de elecciones un vecino le dice al tendero, ahora a quien vamos a apoyar, quien quedará de alcalde, a lo que le contesta, “pues de no ser mi compadre Regis o yo, no veo quien”

Existió una organización denominada “Club Mutualista de Jocotitlán”.

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Antes de estallar la revolución se puede mencionar que existieron simpatizantes al movimiento como el de Moisés Legorreta Espinoza, quien mantuvo comunicación con los hermanos Flores Mogón.

Aunque no se habla de grupos revolucionarios si se menciona a individuos que participaron en la lucha armada como el general zapatista Aureliano Reyes y al villista Alberto Cedillo Alcántara.

Las autoridades municipales encabezadas por su ayuntamiento al principio dieron su apoyo al general Porfirio Díaz e intentaron sofocar “los pequeños actos revoltosos”, sin embargo como avanzó la lucha, trataron de mantenerse al margen, prueba de ello es la digna participación del comerciante León Paniagua que en 1913 siendo primer regidor del Ayuntamiento evitó el saqueo de la población al proporcionar atención a los revolucionarios que esporádicamente llegaban a la población con alimentos, ropa y cambio de caballos, con una gran participación de la población.

En estos episodios se señala que pusieron vigías en las torres de la iglesia y en la entrada de la población quienes avisaban de acercamientos de grupos armados, así con oportunidad a las mujeres se les escondía en montones de paja en las eras de los 12 ranchos pegados al cerro.

Se comenta que el 16 de abril de 1915 Jocotitlán fue atacada por un grupo armado de alrededor de 200 zapatistas, quienes a gritos de viva zapata robaron cuatro comercios y mataron a tres vecinos que se negaron a entregar sus pertenencias y al abandonar la población se llevaron dos rehenes que mataron en .

Terminada la lucha armada Jocotitlán volvió al trabajo y siguió en la continuidad del progreso, generando mejores condiciones de vida para sus habitantes, participo en el reparto de tierras de los hacendados formándose 13 ejidos en el municipio, sobresaliendo por su tamaño el de San Juan y San Agustín donde participan ciudadanos de la cabecera municipal y algunas poblaciones cercanas, con una superficie mayor a las 3,000 hectáreas.

Al inaugurarse la columna de la “América” en la plaza central de la población recién remodelada, el 16 de septiembre de 1941 el Ayuntamiento coloco una urna con las reliquias encontradas que consistieron en osamentas, balas de las fuerzas españolas incrustadas en cráneos de insurgentes y pequeñas medallas o condecoraciones de

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soldados españoles, que correspondieron a los participantes en la batalla tan comentada del 15 de abril de 1811.

Estando a la par con la modernidad de otras ciudades y poblados los habitantes de Jocotitlán junto con su Ayuntamiento se dieron a la tarea de mejorar los servicios públicos, así en la época de los años 1930 a 1960 se introdujo la energía eléctrica, se entubo el agua potable de los manantiales, bombeándola a cárcamos en la parte alta para que por gravedad llegara a todos los hogares.

Se construyeron o mejoraron los espacios educativos, aumento la cultura con el establecimiento de obras de teatro donde participaban actores del lugar y se formó una típica de música que encabezaba don Melitón Medrano con su familia y otros ciudadanos de la población, quienes se dieron el lujo de hacer una gira por la República Mexicana y hoy sus descendientes son artistas egresados del conservatorio de la Ciudad de México o siguen tocando en grupos musicales de la región.

En 1960 se establece la Unidad Industrial Pasteje, conocida hoy como ciudad Industrial Alejo Peralta y Díaz Ceballos en terrenos de la hacienda del mismo nombre, con un crecimiento mayúsculo que a la fecha permite tener entre obreros y empleados cerca de 13 15,000 trabajadores, en un consorcio de más de 35 empresas de ramos como cobre, watorimetros, werever, etc., aunque hay que mencionar que en los años 1970’s se armaron avionetas fumigadoras, se contó con una escuela de peloteros de beis bol, con otra escuela para toreros y novilleros y se estableció el canal 10 de televisión, hoy cuenta con 100 hectáreas de invernadero para exportar jitomate a Europa y América del norte.

Lo anterior evolucionó a la población del municipio, ya que actualmente se considera industrial y agropecuario, con un índice alto de profesionistas debido a que se cuenta con una infraestructura educativa desde preescolar hasta la educación superior con el Tecnológico de Estudios Superiores de Jocotitlán, resaltando que además el municipio se vio favorecido con el establecimiento de la zonas industriales de Atlacomulco en los años 1970’s y la de Ixtlahuaca en el año 2000.

En 1973 por decreto de la legislatura del estado el cerro Xocotepetl lleva en nombre de “Parque Estatal Isidro Fabela”.

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En este año se llevó a cabo el programa Operación Progreso del Gobierno del Estado en la población, que consistió en pintar las fachadas de las casas de diferentes colores para que a lo lejos pudiese verse como un “balcón en la montaña”, como le llamara Carlos Hank González y desde la autopista se apreciara la población debido a la topografía del mismo, también contemplaba este programa el cambio de alumbrado público, el arreglo de calles principales, modificar la fachada de la Presidencia Municipal, el arreglo del Jardín Central y su Plaza Cívica con la colocación de una fuente y la construcción de un kiosco.

Cabe mencionar que después de tres años, los habitantes por iniciativa propia pintaron sus casas de blanco con un guardapolvo rojo, el cual sigue predominando hasta la fecha.

Al estar realizando los trabajos de remodelación de la plaza cívica con maquinaria pesada se encontraron restos humanos, considerados de la batalla celebrada el 15 de abril de 1811, los cuales se depositaron en una urna y quedaron resguardados en la Presidencia Municipal por cerca de dos años. 14 En la ceremonia cívica del 16 de septiembre de 1975 esta urna se depositó por los integrantes del Ayuntamiento en el asta bandera y mientras se llevaba a cabo el acto protocolario un servidor estuvo reseñando en el micrófono la historia de estos restos humanos.

En la ceremonia de erección del municipio del 13 de agosto de 1997 fue cuando el Ayuntamiento develo una placa alusiva a los restos que se encentraban depositados en el asta bandera y que hoy descansan en el monumento que se erigió para tal efecto en el año de 2012.

En 1983, la legislatura del estado mediante decreto 170 del 30 de junio cambia de categoría a la Cabecera Municipal elevándola a Villa, y a los Barrios de Mavoro, Huemetla y San José Boqui a Pueblos.

La participación del municipio en los Concursos de Desarrollo Municipal que ha llevado a cabo el Gobierno del Estado, Jocotitlán ha tenido un primer lugar en 1972, un segundo lugar en 1992, un primer lugar en 1994 y un segundo lugar en 1998, esto se logró gracias

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a la gran colaboración de sus habitantes en la realización de las obras de carácter social que se han llevado a cabo.

Jocotitlán también ha destacado por recibir Preseas Estado de México a sus hijos Ilustres, siendo los siguientes: Ernesto Peralta Quintero, Presea Filiberto Gómez 1983, Ing. Alejo Peralta y Días Ceballos, Presea Filiberto Gómez 1987, Maestro Eduardo Medrano Alcántara, Presea Felipe Villanueva 1987, José I. Cardoso Rodríguez, Presea José Ma. Coss 1995, Lic. Luis Miranda Cardoso, Presea Adolfo López Mateos 1998, Ing. Carlos Peralta Quintero, Presea Filiberto Gómez 1999.

Otros personajes destacados del Municipio por méritos propios son: Diego de Nájera Yanguas, el apóstol de los mazahuas, Roberto Legorreta Sicilia, integrante del “Escuadrón 201”, Amando Barranco, profesor y dramaturgo, Adrián Correa Cedillo, Presidente de la Academia de Ciencias en México, Antonio B. Zimbron, Gobernador interino del Estado de México, Pedro Laguna Representante mexicano en el congreso de Estocolmo quien regalo un reloj para la iglesia, Luis Rio Chimal, Tesorero de la Nación durante el Gobierno de Miguel Alemán Valdés, Ma. Concepción Gloria Arce Chimal primera mujer regidora en el Ayuntamiento de Toluca en 1952-1954. 15 En el año 2011 la Asociación Identidad Cultural Nuevo Jocotitlán, gestiono ante las Autoridades Municipales la erección de un monumento donde se trasladaron las urnas con los vestigios de las batalla del 15 de abril de 1811, contando con la participación de muchos vecinos entusiastas en que se reconociera a quienes dieron su vida por la libertad de México, la cual quedo oficialmente establecida al cumplirse el bicentenario de la batalla y queda como testimonio para recordar cada año en esta fecha el ofrecer un reconocimiento a sus participantes.

Todos estos acontecimientos en la vida del Municipio de Jocotitlán, permiten que hoy orgullosamente ostente la distinción de CIUDAD HEROICA, obligando a sus Autoridades y habitantes a seguir buscando y luchando por tener un mejor nivel de vida y hacer que sus visitantes lo conozcan, se enamoren de este pedazo de tierra y cuando platiquen de digan, estuve en el “Paraíso del Estado de México”.

Dentro de las proyecciones a futuro están en hace que Jocotitlán pronto sea un PUEBLO MAGICO para bien de sus moradores y de todos aquellos que lo visiten.

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Seguro estoy que con la participación de todos, ciudadanos, organizaciones y autoridades lo lograremos en muy poco tiempo.

POQUI NAPOQUI

Muchas Gracias

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FUENTES DE CONSULTA:

GOBIERNO DEL ESTADO DE .- Monografía Municipal de Jocotitlán, Mèx.

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA EN EL ESTADO DE MEXICO.- Dionisio Victoria Moreno.- Biblioteca Mexiquense del Bicentenario.

MEXICO A TAVES DE LOS SIGLOS.- Tomo VIII.- La Guerra de Independencia.- Vicente Riva Palacio.- Editorial Cumbres S.A.- México.- 1984.

JOCOTITLAN CIUDAD HEROICA.- Alberto Ramírez González.- H. Ayuntamiento Constitucional de Jocotitlán, Mèx., 2013-2015.

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