Arenas, Menard, Borges, Cervantes, Fray Servando
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Re-Escribir y Escribir: Arenas, Menard, Borges, Cervantes, Fray Servando No sin cierto humor, Borges conjetura una y otra vez que el universo es una biblioteca, que sus escritos deben entenderse como el testimonio de un lector atento, que la "verdad" de la literatura reside en la repetici6n de algunas metAforas privilegiadas per- tenecientes, siempre, a otros. La escritura borra la individualidad del texto particular y lo integra a la gran biblioteca com6n, una entidad carente de autores. El gesto tiende a mostrarnos que la "novedad" de los textos es simplemente una ilusi6n para enmascarar su verdadera naturaleza, la de ser repetici6n de una instancia de la biblioteca. El arte con- sistiria en la recurrencia de ciertas insistentes metiforas o historias (estas iltimas, tambidn metaforas desde una perspectiva como la de Macedonio y Borges) presentadas en un tono cada vez mas simple, mas claro. La obra "individual" se convierte en el testimonio de una lectura que propone otra. Existe como una figura de su propia inestabilidad; s6lo es posible por una relaci6n de analogia con algo distinto y, sin embargo, para efectuar la ilusi6n de su propia presencia (visibilidad, como diria el resefiador de Menard) debe indicar la fisura que la separa de aquello que desea imitar, de aquello con lo cual desea confundirse. La obra de Macedonio es, fundamentalmente, una galerfa de juegos para materializar una literatura de la nada con el objeto de desenmascarar las ilusiones creadoras de la ficci6n. Sus juegos son redes con una funci6n estrictamente negativa: destruir toda lectura que no yea el texto como re-escritura de otra lectura. Macedonio jug6 con personajes que llamaba "ausentes", "inexistentes" y nombr6 una condici6n de existencia para sus propios trabajos. Esa condici6n era un lector de naturaleza especial, alguien capaz de despojarse de ilusiones con respecto a su existencia individual y preparado para materializar la nada a medida que leia, alguien que pudiera leer sdlo el ejercicio de lectura. Este era su lector fantdstico y, simultineamente, el escritor ideal. Existe un entrecruzamiento interesante entre Macedonio y Borges. Para esa red necesitamos un tercer lector (o, por lo menos, uno al que podamos referirnos ingenuamente como tercero por el momento; se multiplicarAn mas adelante) que fue "creado" por el lector fantistico de Macedonio, Borges. Se trata de Pierre Menard 1. "Pierre Menard, autor del Quijote." La paginaci6n corresponde a: Jorge Luis Borges, Ficciones (Alianza- Emec6, Madrid, BuenosAires, 1971) 606 REVISTA IBEROAMERICANA Delinear la figura de Pierre Menard como autor es engafosamente facil. Se propone escribir Don Quijote; una de las alternativas abiertas para hacerlo es convertirse en Cer- vantes. Su lista de publicaciones muestra a las claras los esfuerzos que debe realizar. Pierre Menard es un poeta del simbolismo frances; debe aprender un idioma extranjero de una 6poca ajena y perder su identidad para ser Cervantes, pero, ain asi, el camino parece demasiado fAcil: Ser, de alguna manera, Cervantes y legar al Quijote le pareci6 menos arduo -por consiguiente, menos interesante-que seguir siendo Pierre Menard y Ilegar al Quijote a traves de las experiencias de Pierre Menard. (Esa convicci6n, dicho sea de paso, le hizo excluir el pr6logo autobiogrAfico de la segunda parte del don Quijote. Incluir ese pr6logo hubiera sido crear otro personaje-Cervantes-pero tambien hubiera significado presentar el Quijote en funci6n de ese personaje y no de Menard. Este, naturalmente, se neg6 a tal facilidad. (p. 53) Finalmente Pierre Menard logra completar su proyecto: genera unos fragmentos de don Quijote. Se nos aconseja que leamos un fragmento transcripto dos veces y el "analisis de texto" suministrado por el resefiador nos persuade de las diferencias enormes que hay entre ambos dependiendo de quien sea el autor. Como leemos esto en Ficciones sabemos que el mismo resefador es un personaje desconfiable cuya "informaci6n" debe tomarse con cautela. Escribe sobre un Pierre Menard de Nimes que public6 entre principios de 1920 y fines de 1930, y firma su articulo tambien en Nimes, 1939. La lista de las publicaciones de Menard, suministrada con admiraci6n servil, es una parodia de ciertos amanerados gustos argentinos de fines de la decada del veinte, y el intento de escribir Don Quijote es otra instancia de la noci6n del mapa de tamaflo natural como imagen de una literatura que entiende la imitaci6n como confusi6n total con el referente que quiere nombrar. El fragmento de Don Quijote transcripto en la resefia es: ... ''la verdad, cuya madre es la historia, 6mula del tiempo, dep6sito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir." (p. 57) Habla acerca del tiempo y la Historia, los dos factores que parecen separar nitidamente a Cervantes de Menard. Al mismo tiempo, vuelve a dibujar el camino tornado por Menard para ser, simultineamente, L61 mismo y Cervantes. El fragmento es la indicaci6n de un puente en el que parecen fusionarse. Se nos pide que lo leamos dos veces para descubrir aquello que lo hace plural; no un texto sino varios, por lo menos dos. Por lo menos dos, como intuimos en La Modestia de la Historia,2 ese otro texto de Borges. El fragmento se convierte en plural y es en esa pluralidad donde reside la maestria de Menard. Ha sido capaz de crear una convenci6n, de mentir. Segin el resefador, Cervantes simplemente copi6, repiti6 lo que en su epoca era un corriente prejuicio con respecto a la Historia. Menard, en cambio, debe construir una intrincada madeja para, en primer lugar, creer lo expresado en el fragmento y, mas tarde, generarlo. Menard debe ser otro, traicionar su 6poca; Cervantes s61o tuvo 2 "La Modestia de la Historia" es un texto interesante para consider la recurrencia de imAgenes o metaforas en la literatura. LOS NUEVOS NOVELISTAS 607 que ceder y asumir las creencias corrientes en su propio momento. La artificiosidad de Menard es su mayor exito; la mismidadde sus palabras con respecto a las de Cervantes es una elaborada mascara que esconde una compleja diferencia en la repetici6n. Distancia, otredad, travestismo son sus virtudes; su maestria es mayor porque sabe producir artificios. Pero todo esto se repliega sobre si. El resefnador es criticado por medio de su propio discurso, hecho de pedantes lugares comunes, frases intelectualoides una estrecha ad- miraci6n por el "Arte". Al querer repetir a Cervantes como autor, Menard reproduce la emulaci6n de los caballeros andantes de don Quijote. El juicio acerca de Menard esti inscripto en la obra que intenta reproducir, ya que Menard estA contenido en ella. Hay una cadena de imitadores: Don Quijote-caballeros andantes/Cervantes-sabidurfa de su 6poca/Menard-Cervantes, que nos devuelve a la relaci6n entre D. Quijote y los caballeros andantes. "Pierre Menard, autor del Quijote" es, tambien, una complicaci6n de las nociones de Borges sobre el valor de la repetici6n en la literatura. Leemos una exageraci6n de su propio proyecto. Si el valor de la literatura reside en la repetici6n de ciertas metiforas privilegiadas y si consideramos obras enteras como una metfora, no podriamos pensar que es un gran logro generar la repetici6n de una obra maestra por medio de un fragmento que es, tambien, una repetici6n? Pierre Menard y el reseflador participan de la ilusi6n de creer que la literatura con- struye hermosos artificios y verdades esenciales; el juego textual de que ambos son efecto parece indicar que estas verdades no existen o, por lo menos, que son de una naturaleza muy modesta. Escribir es reescribir, leer. El ejercicio debe carecer de solemnidad, consiste en someterse a una recurrencia. Es un modo de inscribir el movimiento de imitar algo que es, ya, una imitaci6n. Pierre Menard es un autor que trata de ser e y otro simultaneamente (El otro, el mismo, como dice Borges en el titulo de uno de sus libros) y es presentado por un resenador cuya admiraci6n sirve para denigrarlo. La imitaci6n que Menard hace de Cervantes es tan completa que demuestra que Cervantes era, como el, otro autor. "Pierre Menard, autor del Quijote'' es una metAfora del juego textual entre acercamineto y distancia con respecto al texto "original" en el ejercicio de leer (reescribir). El lector pasivo ha sido exagerado al punto de convertirse en su opuesto; ceder a la fuerza del "original" se convierte en el deseo de generarlo. Ficciones pone entre parentesis el genero mas explicitamente prac- ticado por los lectores: las resenas. Esta compuesto de resefnas acerca de libros inexistentes escritos por autores apenas existentes. Los reseniadores se implican en los textos por medio de un discurso desconfiable. En que consiste esta desconfianza? Es un reconocimiento del texto cono manipulaci6n; su mayor efecto consiste en crear la duda acerca de todo lo dicho en el; la red que convierte al comentarista en personaje produce la noci6n de que no debe esperarse ninguna verdad privilegiada deloqueidice. Los autores no son los "duenos" de su discurso; Menard no puede ser Cervantes porque Cervantes no era el mismo, del mismo modo que Menard no es el mismo. Esta critica radical del yo, de la individualidad, que parte del "almismo ayoico'" de Macedonio produciria, idealmente, una literatura escrita por nadie, leida por su reflejo y que no transmitiria otra cosa que este intercambio. Esta es la literatura de la materializaci6n de la nada. (Existen juegos anAlogos en la obra que firman juntos Borges y Bioy Casares bajo los seud6nimos de SuArez Lynch, Bustos Domecq y, 608 REVISTA IBEROAMERICANA acaso, Montenegro). Un texto se convierte en el texto ideal si se desenmascara como ficci6n; debe mostrar el andamiaje que lo hace posible. "Pierre Menard" ataca la noci6n de autor desde su propio titulo y, como notamos, efecta un vacio que impide la fijaci6n de un referente en la narraci6n.