La Poesía Puertorriqueña Del Siglo XX CARMEN VÁSQUEZ57
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160 El teatro nacional puertorriqueño ISSN: 1646-5024 • ENERO-JULIO 2010 • REVISTA NUESTRA AMÉRICA Nº 8 179 - 161 La poesía puertorriqueña del siglo XX CARMEN VÁSQUEZ57 RESUMEN La poesía puertorriqueña del siglo XX ha sido marcada por el cambio de soberanía en el 98, que estimuló el desarrollo de temas identitarios así como la tardía aclimatación de estilos poéticos llegados de tierras lejanas, adaptados a su realidad histórica inmediata. Paralelamente, surge una nueva poesía sensual, de ritmo afroantillano, basada en la cele- bración de la isla y de sus paisajes, del mar y de las esencias tropicales. A partir de 1962, el grupo Guajana con su compromiso político y fervor lírico, hizo nacer obras profun- damente humanas, inspiradas en los grandes temas universales adaptadas a la realidad de la isla: el amor, el combate, la nostalgia, la soledad, el sueño... Desde los años 70, las nuevas generaciones de poetas continúan tratando esos temas, con un nuevo sello, una nueva vitalidad y nuevas voces. Las mujeres poetas toman la iniciativa y los poetas siguen tendencias que muestran no solamente una gran cultura, sino también un gran amor a su país y a la cultura en general. PALABRAS CLAVE Poesía, Puerto Rico, siglo XX, identidad, mujer. ABSTRACT Puerto Rican poetry of the XX century has been marked by a change of sovereignty in 1898 that stimulated the development of identitario topics as well as the late acclimatiza- tion of poetic styles arrived from distant lands, and adapted to their immediate historical reality. Simultaneously, a sensual new poetry arises, of Afro-Antillean rhythms, based on the celebration of the island and its landscapes, the sea and its tropical essences. After 57 Carmen Vásquez es catedrático de estudios hispanoamericanos en la Université de Picardie Jules Verne (Amiens) y vive en Paris. De origen puertorriqueño y diplomada en Bryn Mawr College y en la universidad de Puerto Rico donde enseñó, fue documentalista de Carpentier, autor sobre el que se especializó: prepara la edición de sus obras para La Pleiade. Doctora por Paris III (Sorbonne Nouvelle), consejera literaria para Gallimard y docente en varias universidades, dirige el Centre d´Études Hispa- niques d´Amiens (CEHA) que ha organizado múltiples congresos y publicado más de 20 vols. Editora, entre otras, de la comtesse Merlin y Julia de Burgos, ha escrito libros sobre Robert Desnoes y otros au- tores contemporáneos, y preparado la antología bilingüe “Poesie portoricaine du XXè siècle” (Geneve, 2009). Contacto: [email protected]. 162 La poesía puertorriqueña en el siglo XX 1962, the group Guajana with its political commitment and lyrical fervor gave birth to deeply human works, inspired on large universal themes, adapted to the reality of the island: love, struggle, nostalgia, solitude, dreas...From the 7s on, the new generations of poet’s continues treating those topics, with a new stamp, a new vitality and new voices. Women poets take the initiative and male poets follow tendencies that show not only a great culture, but also a great love for their country and culture in general. KEY WORDS Poetry, Puerto Rico, XXth Century, Identity, Woman. Como su historia del siglo XX, la literatura de Puerto Rico no comienza en los albores del nuevo siglo, sino en el verano de 1898, con la Guerra Hispanoa- mericana y el llamado cambio de soberanía. Estos acontecimmientos provocan trastornos en todos los ámbitos de la sociedad, entre ellos la educación, con un predominio de la lengua inglesa. El propósito no podía ser más evidente: erradicar siglos de cultura hispánica e introducir la lengua inglesa en la vida cotidiana del pueblo. Los puertorriqueños vivían como podían todos estos tras- tornos. Los escritores continuaban escribiendo como lo habían hecho hasta ese momento, a tono con las diferentes corrientes literarias practicadas fuera de la isla. El rechazo de una situación inmediata e impuesta de ocupación política y cultural y la recepción de las corrientes litérarias venidas de Europa en parti- cular, se hizo rápidamente evidente. Los movimientos literarios llegaban tarde, pero llegaban y los poetas y prosistas los adaptaban a la realidad que vivían. Ya había sido así anteriormente con el Romanticismo o con el Realismo y, sobre todo, con el Naturalismo. Cuando comenzó a vivirse el cambio de soberanía, las expresiones del Moder- nismo que se manifestaban en ambos lados de los Pirineos, llegaron a la isla. Desde ese momento, la poesía, con sus estilos diversos, sus modos de expresión y sus maneras de abordar las problemáticas que llamaré puertorriqueñas, se fusionaron para siempre. De tal modo, la literatura, y la poesía en particular, y la realidad histórica y cultural, formaron una pareja indisoluble. Así, fue a partir del Modernismo -y por Modernismo entiéndase aquel que adaptaron los poetas puertorriqueños- que una nueva visión, un nuevo impulso, un compro- miso estético y político sumamente claro surge en las letras puertorriqueñas. 162 La poesía puertorriqueña en el siglo XX Carmen Vásquez 163 Este compromiso fue y en gran parte sigue siendo esencial : los poetas puertor- riqueños se expresarán en lengua española. Puede decirse que los temas abordados por los poetas se precisan y establecen lógicamente y que seguirán siendo tratados por la generaciones venideras. Si los poetas se cantan a sí mismos -como Walt Whitman lo hizo ejemplarmente- también cantan al amor en todos sus aspectos: amor feliz o desgraciado, amor sensual, o como sea, pero cantan al amor. Cantan también y sobre todo a su isla, con sus numerosas connotaciones. La isla aparece descrita física y espiritual- mente, cultural y políticamente y se afirma a través de medios extremadamente diversos. Entre estos medios, que son siempre poéticos, resaltan la pintura de la naturaleza, del paisaje, de la geografía, de la flora y de la fauna isleña. La pintura de esta naturaleza nunca es estática; siempre es viva y brillante como los personajes que figuran en ella también lo son. Sobre todo, esta pintura de la naturaleza es simbólica. La poesía de José de Diego, con sus numerosas alu- siones a la naturaleza, reitera estas posiciones. Sin embargo, esta isla, siempre pequeña y siempre llena de vitalidad, no conoce la soledad. Forma parte de un archipiélago, es decir, de un universo más vasto, desparramado y esparcido, consciente a la vez de su unidad y de su diversidad, es decir, de su carácter pluricultural. De la isla al archipiélago y del archipiélago a la isla, las raíces siempre mestizas -la huella africana aquí es inamovible- son inquebrantables. Una visión panorámica de la poesía puertorriqueña revela el comportamiento insistente de los poetas en lo que concierne a las diversas realidades del país. Todo el sistema de imágenes aparece moldeado de acuerdo con estas premi- sas. A medida que pasan las décadas, y la historia se afirma con su paso hacia adelante, el acercamiento a estas diversas realidades se transforma, porque lo circunstancial ejerce aquí una influencia importante. Sin embargo, lo esen- cial continúa manteniéndose igual, a pesar de las variaciones de estilo y de las influencias de los diferentes movimientos de vanguardias literarias tanto de Europa como de las Américas. José de Diego (1867-1918) abre esta pléiade de po- etas puertorriqueños del siglo XX. Heredero del pensamiento independentista de Eugenio María de Hostos (1839-1903) y de Ramón Emeterio Betances (1827- 1898), es el autor de varios poemarios entre otros de Pomarrosas (1904), Cantos de Rebeldía (1916) y Cantos de Pitirre (1950), de publicación póstuma. Su poesía, que contiene reminiscencias del Romanticismo y anuncia el Modernismo, es un 164 La poesía puertorriqueña en el siglo XX canto a la vez religioso, político y patriótico. Refleja el estado de ánimo de los poetas que entonces vivían en carne y hueso el cambio de soberanía. Se inserta en una poética cercana a la de Rubén Darío. Además, es simbólica, sobre todo por las imágenes tomadas de la naturaleza. Así es cuando pinta al « pitirre », en latín Tyrannus dominicencis, pequeño pájaro valiente que se defiende con to- das sus fuerzas contra las agresions del «guaraguao», en latín Buteo jamaicensis jamaïcains, ave de rapiña que encarna aquí la gran potencia política del norte. Cuando el Modernismo llega a Puerto Rico, algunos poetas entran en su camino y adoptan sus modos de expresión. El primero y más importante de ellos es Luis Lloréns Torres (1878-1944). Este poeta viaja a España cuando el Modernismo está viviendo su plenitud, pero solo lo adopta hacia 1911-1913, cuando publica Canción de las Antillas, poema con reminiscencias de José Santos Chocano y de Walt Whitman. Funda y dirige la Revista de las Antillas, la más importante revis- ta de la vanguardia poética puertorriqueña de la época. Creador del pancalismo (del griego pan y kalos, es decir, «todo belleza») el cual llama panteísmo estético, Lloréns Torres cree que el papel que debe interpretar un poeta es el de revelar, más que el de cantar, la belleza y el amor del hombre por la vida y por el mun- do. De ahí lo que él llama panedismo o la idea de que todo es verso, poema o can- to, como también lo pensaba Rubén Darío. La presentación de estas ideas puede leerse en Revista de las Antillas. En 1914 publica Sonetos sinfónicos, donde figura un retrato de Simón Bolívar. Igualmente escribe poemas dedicados a José Martí y Antonio Maceo. En 1940 publica una antología titulada Alturas de América donde recoge sus mejores poemas americanistes. Entre los otros poetas modernistas se encuentra José P.H. Hernández (1892-1922), «Peache» como lo llamaban, al pronunciar las dos iniciales de su nombre. Este poeta legendario, muerto en su juventud, pertenece al grupo de Revista de las An- tillas. El lirismo de sus madrigales y de sus elegías lo situa más próximo a Bécquer que a Darío, especialmente por las rupturas rítmicas y melódicas, y se acerca a Amado Nervo cuando éste se alía con la poesía decadente.