Una Nación De Fantasmas
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UNA NACIÓN DE FANTASMAS: IMAGINARIOS DEL MÁS ALLÁ, LA MUERTE, APARECIDOS Y FANTASMAS EN LA HISTORIA DE HONDURAS Jorge Alberto Amaya Banegas Coordinador de la Maestría en Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) 1 “La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”… H. P. Lovecraft “Yo no creo en los fantasmas, pero les tengo miedo”… Proverbio popular “Al morir, solo llevamos lo que disfrutamos”… Juan Ramón Molina 2 DEDICATORIA A la memoria de mi tío Luis Bustamante, que me contó mis primeras historias de terror y fantasmas allá en la dulce “Cantarranas”. A los contadores de cuentos y leyendas de Honduras, que con su arte continúan preservando la riquísima literatura oral catracha. A mis amigos y colegas con quienes comparto la pasión por la Historia: Daniela Núñez, Ramón Rivera, Julio Méndez, Pavel Henríquez, Marvin Valladares, Edgar Soriano, Erick Tejada, Guillermo “Memo” Varela, Arnulfo Ramírez de la Costa, Ventura Osorio, Nelson Reyes, Tomas, Juan Flores, María Osorio, Tony Rivas, Mario Ardón Mejía, José Antonio Hernández y Allan Mc Donald. A mis estudiantes de la “Maestría en Historia” de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). A mis compañeros colegas del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM). A mis colegas de la Escuela de Arte de la Universidad de El Salvador (UES). A la memoria de mi maestra y tutora: Doña Leticia de Oyuela, que estoy seguro le hubiera encantado este libro. A Lunita, mi luz en la vida. A mis hermanos y hermanas. A “mis muertos” que me cuidan desde las estrellas: mis padres Raúl y Lupita y mi abuela Josefa “Chepita” Banegas. 3 INTRODUCCIÓN Honduras es una nación de fantasmas. Heredera de la imbricación de las culturas indígena, española y africana, es poseedora de mitos y leyendas por mil… Y aún más. A lo largo de su historia, sus ciudadanos catrachos han construido, deconstruido y mezclado los mitos y leyendas con la realidad histórica. Este libro por lo tanto intentará examinar la historia de esas creencias en fantasmas, aparecidos y seres espectrales sobrenaturales, y cómo a veces se han mezclado con la realidad histórica; efectivamente, desde los Mayas hasta el presente, en muchas ocasiones la gente ha creído en sucesos sobrenaturales, que a veces permean la realidad empírica: fantasmas, espectros, maldiciones, apariciones sobrenaturales han acechado la mentalidad colectiva de ciudades y pueblos, y aún permanecen en la memoria de nuestra nación en forma de mitos, leyendas y consejas que son transmitidas de generación en generación desde hace siglos. Este libro intentará por lo tanto narrar desde la perspectiva histórica cuáles han sido esas creencias en fantasmas, aparecidos y las cosmovisiones sobre el mundo del “Más allá”. Casi todos los niños hondureños, sobre todo los que tuvimos la fortuna de convivir algún tiempo en entornos rurales, escuchamos tempranamente historias de terror, que en Honduras denominamos “historias de miedo” o “historias de azoros”. Efectivamente, creo que las primeras historias que nos cuentan cuando somos niños son relatos de fantasmas: aparecidos terroríficos, la siguanaba, el duende, el cadejo, el hombre sin cabeza, la mano peluda. Nos aterramos de miedo y espanto, pero nos da “cierto gustito” esas macabras historias, porque nos enfrentan a algo que nos mantiene vivos y expectantes: “enfrentar el miedo al mundo sobrenatural”. Toda nación construye, distribuye y conserva dentro del plano de sus tradiciones y creencias un lugar determinado para esos seres que por definición se encuentran en el mundo del “Más allá”, en la frontera entre la vida y la muerte: fantasmas, aparecidos, espectros, espíritus, almas, azoros, sustos, presencias. Estos seres parecen franquear libremente el umbral entre la vida terrena y el espacio supranatural de los muertos, y la 4 explicación de este tránsito hay que buscarla en la visión de mundo de esa comunidad en un momento particular de su historia. Si bien los espacios rurales parecen ser más propensos a contener a estas “sombras espectrales” que regresan del “Más allá”, también los núcleos urbanos van construyendo una “ciudad fantasmal”, paralela al trazado normal de sus calles y edificios. Así, en Tegucigalpa, Comayagua, San Pedro Sula, La Ceiba, Santa Rosa de Copán, Choluteca, Juticalpa y otras urbes de Honduras encontramos historias de fantasmas que deambulan por las calles céntricas o viven o se manifiestan en hospitales, teatros, cines, bodegas o “casas embrujadas o encantadas”, o bien aparecen en la universidad o se pasean en emisoras de radio y canales de televisión. Por lo tanto, aunque resulte redundante, diremos que la trasmisión oral de estos relatos no es patrimonio exclusivo de los sectores populares, rurales, campesinos o indígenas. También forman parte de las comunidades urbanas, y aparecen incluso entre personas y en lugares altamente profesionales y tecnificados. Por eso orientamos esta tarea de recopilación y clasificación de relatos orales sosteniendo que existen en esos textos huellas sociales, culturales e históricas que nos permitirán reconstruir y difundir parte de la memoria histórica y cultural de nuestro pueblo. El presente estudio no intenta dilucidar si existen los fantasmas o no, ese no el el fin de nuestra investigación; es evidente que para la mayoría de la comunidad científica, especialmente en el caso de las llamadas “ciencias duras”, no existen los fantasmas. De hecho, recientemente uno de los principales físicos del mundo reseñó que que “los fantasmas no existen”1; efectivamente, Brian Cox, un físico teórico británico de la Universidad de Manchester, sostiene que no hay espacio para la existencia de fantasmas en el “Modelo Estándar de la Física”, ya que ninguna sustancia o medio puede seguir cargando la información tras la muerte y, más aún, no ser detectada por el “Gran 1 Véase: Quinteros, Pablo, “Los fantasmas no existen según datos del gran Colisionador de Hadrones”, en: Diario La Tercera, Santiago de Chile, 24 de febrero del 2017. 5 Colisionador de Hadrones”, el acelerador y colisionador de partículas ubicado en Ginebra, Suiza. La entropía hace imposible que existan… Sin embargo, ese mismo artículo resalta que un 42% de los estadounidenses creen en la existencia de fantasmas, mientras un 50,5% lo cree en Chile según datos de Conicyt; en el caso de Honduras no existen datos (creemos que nunca se ha hecho una encuesta en este sentido), pero no tenemos dudas que la cifra andará más allá del 50%, quizá mucho más arriba. El físico Brian Cox explicó que “si queremos que persista [después de la muerte] algún tipo de patrón que contenga información sobre nuestras células vivas, entonces debemos especificar con precisión qué medio lleva ese patrón y cómo interactúa con las partículas de materia de las cuales están hechos nuestros cuerpos. En otras palabras, debemos inventar una extensión del Modelo Estándar de la Física de Partículas que ha escapado a la detección en el Gran Colisionador de Hadrones. Eso es casi inconcebible en las escalas de energía típicas de las interacciones de partículas en nuestros cuerpos”, explicó. En ese sentido, el popular astrofísico Neil deGrasse Tyson, quien fue parte del programa, preguntó: "Si entiendo bien lo que has declarado, ¿el CERN (el Centro Europeo para la Investigación Nuclear), está desmintiendo la existencia de los fantasmas?". La respuesta de Cox fue un simple pero definitivo: "Sí". Finalmente, el académico explicó que “no existe una energía o sustancia que provoque que nuestros cuerpos se muevan”, que es lo que podría impulsar la existencia de un fantasma. Además, las mediciones del colisionador sobre la interacción de las partículas hacen imposible que este supuesto exista. Considerando que el Modelo Estándar de la Física de Partículas es tildada como una teoría incompleta, Cox igual sostiene que la existencia de fantasmas no está dentro de las posibilidades de aquello que no es contemplado por la teoría. Y de forma más importante, los fantasmas contradicen la segunda ley de la termodinámica. Es decir, que la entropía 6 total de un sistema aislado siempre aumenta sobre el tiempo. La energía se agota. Es lo único que persiste en nuestro universo. En suma, la física y la ciencia consideran casi de forma general que los fantasmas no existen, empero, para millones de personas en todas las naciones, los fantasmas “sí” existen. Eso forma parte de sus creencias e imaginarios. Es desde ese espacio y nivel que indagaremos este fenómeno en el caso de la Historia de Honduras. Este será un estudio sobre las representaciones imaginarias sobre la presencia de fantasmas y aparecidos en la historia catracha. Partiremos de varias preguntas para dilucidar nuestro trabajo: ¿Cuáles eran las creencias sobre la vida y la muerte en los pueblos prehispánicos, y cuáles eran sus fantasmas y espectros más reconocidos?. ¿Cuáles fueron las apariciones fantasmales y espectrales que se atribuyeron en la época colonial y qué creencias y actitudes tuvieron sobre la muerte y el mundo del Más allá?. ¿Cuáles fueron algunos mitos y leyendas sobre aparecidos y fantasmas y hechos sobrenaturales que se registran de la época republicana?. Metodológicamente, este es un estudio de “larga duración”, pues analiza la historia de apariciones sobrenaturales desde la época prehispánica hasta el presente; ciertamente este tipo de estudios tienen sus limitaciones: no permiten generalizaciones amplias y además es difícil especificar