TRABAJOS DE PREHISTORIA 60, n.o 2, 2003, pp. 117 a 130

LOS HIPOGEOS DE S’ALBLEGALL () Y LA AGRICULTURA CEREALÍSTICA A MEDIADOS DEL SEGUNDO MILENIO CAL ANE EN

THE HIPOGEA OF S’ALBLEGALL (FERRERIES) AND CEREAL AGRICULTURE IN THE MIDDLE OF THE SECOND MILLENIUM BC IN MENORCA

PEDRO ARNAU FERNÁNDEZ (*) J. SIMÓN GORNÉS HACHERO (**) HANS PETER STIKA (***)

RESUMEN Palabras clave: S’Alblegall. Naviforme. Edad del Bronce. Hipogeismo. Agricultura cerealística. Islas Baleares. Cro- En este artículo damos a conocer los primeros trabajos nología realizados en la necrópolis de S’Alblegall (Ferreries, Me- norca). El hipogeo nº 3 de esta necrópolis ha proporciona- Key words: S’Alblegall. Naviform. Bronze Age. Hypo- do interesantes indicios para el estudio de la agricultura geism. Cereal Agriculture. Balearic Island. Chronology. cerealística en la isla de Menorca en un momento que situa- mos hacia mediados del siglo XV cal ANE. Ello nos permite plantear nuevas hipótesis sobre la construcción de hipogeos 1. INTRODUCCIÓN en la isla, así como realizar un recorrido por los distintos yacimientos arqueológicos menorquines que han deparado Durante una visita realizada a finales de 1998 evidencias del cultivo de cereales. por Pedro Arnau, se descubrieron un conjunto de hipogeos excavados en la pared de un barranco del término municipal de Ferreries. Este hallazgo fue ABSTRACT comunicado oficialmente al Insular de Menorca, gracias al cual tuvimos conocimiento de In this paper we present the first work undertaken on the este conjunto de hipogeos en la zona conocida necropolis of S’Alblegall (Ferreries, Minorca). Hypogeum como S’Alblegall (Ferreries). El hallazgo en super- nº 3 of this necropolis has produced interesting traces ficie de algunos restos de lo que parecían granos de for the study of cereal agriculture in the island of Minor- cereal carbonizados, en uno de los hipogeos, nos ca, in the middle of the XV cal ANE century. It allows us to animó a iniciar su estudio detallado (1). propose a new hypothesis about the construction of hypo- El yacimiento arqueológico de S’Alblegall está gea in the island, as well as to review the different archaeo- emplazado en el barranco de Trebalúger (Ferreries) logical sites on the island that have signs of cereal culti- (1) En un primer momento el hipogeo que proporcionó los vation. granos de cereal fue bautizado como Cova d’Es Blat o Cova de Sa Paret. Debemos agradecer a Cristina Rita, Jefe del Servicio de Arqueología del Consell Insular de Menorca habernos facilitado **(*) Museu Municipal d’Es Bastió de Sa Font. Ciutadella de la planimetría del conjunto arqueológico, y concretamente a sus Menorca. autores, Josep Lluís Florit y Xavier Riudavets, por permitirnos *(**) Departament de Ciències Històriques i Teoria de les publicar sus dibujos. Una vez más, debemos agradecer a Josep Arts. Edifici Ramón Llull. Carretera de , km 5. Uni- Riera, conocido espeleólogo y amante de la arqueología de la isla, versitat de les Illes Balears. Correo electrónico: simon_gornes@ habernos ayudado en la escalada para visitar el yacimiento ar- yahoo.es queológico. También agradecemos los comentarios y aportacio- (***) Institut für Botanik, Universität Hohenheim (210), D- nes que han hecho del texto Rafael Micó, y muy especialmente a 70593 Stuttgart Universidad de Hohenheim. Alemania. Correo Roberto Risch, por haber traducido una parte del texto del alemán electrónico: [email protected] al castellano, y por sus valiosas aportaciones que hemos incluido Recibido: 18-X-03; aceptado: 14-XI-03. en el texto. 118 Pedro Arnau Fernández et al.

–UTM 585950/4424250–, en la propiedad del pre- dio de Calafí Vell. El barranco de Trebalúger está excavado en las calcarenitas miocénicas, un tipo de roca caliza compuesta de sedimentos marinos que conforma la gran plataforma geológica del sur de la isla. Hace unos 11 millones de años, durante una transgresión marina, el mar inundó más de la mitad de la tierra de lo que luego seria la isla de Menor- ca. En esta zona se formaron arrecifes de coral po- blados por abundante fauna, que con el tiempo y la erosión marina darían lugar a una arena calcárea de grano muy fino. Hace unos 5,5 millones de años, se produjo una regresión marina, dejando al descubierto el sedi- mento anteriormente mencionado. El proceso ero- Lám. I. Vista de la situación de la necrópolis de S’Alblegall. sivo de la lluvia y las consecuentes escorrentías Foto: José L. Florit. empezaron a dibujar lo que conocemos hoy como los barrancos de la costa sur de Menorca. El mapa de suelos de la zona entorno a S’Al- hombre, y una cuarta natural, poco retocada. Todas blegall, nos señala dos tipos de suelos principales: ellas están orientadas hacia el este (Fig. 1). cambisol y leptosol. Ambos son suelos poco desa- Si bien es cierto que los hipogeos objeto de este rrollados y superficiales o en etapa inicial de forma- artículo fueron excavados artificialmente en la roca, ción, limitados por la presencia de material con alto hay algunas evidencias que nos llevan a pensar que contenido de carbonato cálcico. se excavaron a partir de una oquedad natural, en- Según el mapa de aprovechamientos agrícolas sanchando pequeñas galerías ya existentes. del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimenta- Por sus características morfológicas, podríamos ción (1988) en la zona se detectan áreas de labor decir que se sitúan en una fase cultural que conoce- intensiva de barbecho semillado (2) dedicadas a la mos hoy como Naviforme (Lull et al. 1999), atribu- obtención de forraje y pastizales, junto a matorra- ción que se ve reforzada por las características de les y encinas. También, sabemos que en la zona se los restos cerámicos que se observan en superficie, cultivaban hortalizas y árboles frutales, hoy en día sobre todo en la terraza fluvial del barranco, pues- abandonados. to que la mayor parte de los sedimentos que estaban contenidos originalmente en el interior de las tum- bas, han sido desplazados por la erosión hacia el 2. DESCRIPCIÓN DE LA NECRÓPOLIS: fondo del barranco, esparciéndose a los pies de la SITUACIÓN Y TIPOLOGÍA necrópolis, lugar donde se entremezclan restos ar- queológicos y distintos huesos humanos. Los hipogeos que conforman la necrópolis en la Hemos numerado las tumbas de izquierda a de- que se sitúa el hipogeo conocido por «Sa Cova d’Es recha para permitir su descripción y localización. Blat», se excavaron en la zona central de un acan- tilado rocoso abierto por el cauce del barranco de Trebalúger, a unos 8 metros de altura sobre la pla- Tumba nº 1 taforma fluvial del torrente (Lám. I). Su acceso, por tanto, resulta difícil hoy en día, y precisa una míni- Hipogeo excavado en la roca, de 8,20 m de lon- ma infraestructura de escalada. La necrópolis está gitud máxima por 4,10 m de ancho, y una altura formada por, al menos, 4 tumbas, tres de ellas ex- máxima de 2 m; planta de tendencia rectangular, cavadas artificialmente en la roca por la mano del aunque muy irregular, en el que se localizan hasta 4 nichos excavados a media altura del suelo de la (2) La producción que se establece en la memoria que acom- cámara –de entre 0,80 y 0,50 m de profundidad-, y paña el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos del Ministerio de uno de ellos en el ábside, de unos 2,20 m de largo Agricultura le otorga una producción media de entre 1200-1300 por 1,50 m de ancho. El portal, algo destruido por kgr de cebada por hectárea en todo el ámbito de la hoja 654 bis- 646 Cala en Brut y Alayor. la erosión, fue probablemente rectangular. La tum-

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Fig. 1. Levantamiento planimétrico de los hipogeos de S’Alblegall. Según José L. Florit y Xavier Riudavets. ba parece contener restos del sedimento original, Tumba nº 3 aunque posiblemente de poca potencia. En el fon- do de este hipogeo hay un estrecho conducto con Hipogeo excavado en la roca, muy destruido formaciones estalacmíticas, apreciándose arcillas por la erosión, a causa de la cual ha perdido toda rojas arrastradas por el agua que, mucho antes de la su bóveda, fachada y parte de las paredes de la cá- llegada de los humanos a la isla, fluía hacia el ba- mara. Actualmente se conserva una cámara de rranco. unos 4,90 m de largo por 4,50 m de ancho. Tiene una altura máxima de 1,40 m, teniendo en cuenta que una parte del techo ha desaparecido a causa de Tumba nº2 la erosión. De la superficie original de la tumba sólo se conserva una pequeña parte en el ábside, Cueva natural ligeramente retocada. Aprovecha aunque muy erosionada. Es muy probable que para una diaclasa natural abierta en el acantilado. Se la excavación de este hipogeo se hubiera aprove- accede a esta por una fuerte pendiente de arcilla chado una cueva natural preexistente de pequeñas compacta que llega a taponar la galería. Es de ten- dimensiones, puesto que en el fondo del hipogeo dencia alargada, de unos 11 m de largo por 1,50 de se ven los restos de un conducto colmatado de ar- ancho. En su cámara principal se abren dos anexos, cilla roja y algún pequeño canto rodado como excavados por la mano del hombre, de tendencia prueba de la actividad hidrológica de este antiguo irregular. El primero, de 1,50 m de ancho por 4 de desagüe. La cámara es de tendencia rectangular largo, y el segundo de 1,50 m de ancho máximo por con las esquinas redondeadas, aunque muy irregu- 3,20 m de largo. Estos habitáculos no parecen con- lar. Parece que para acceder a la cámara debía tener sedimentos fértiles desde el punto de vista franquearse una especie de patio de planta rectan- arqueológico. gular, también excavado en la roca. En este lugar

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Tumba nº 4

Hipogeo excavado en la roca, de planta irregu- lar, aunque con su lado oeste bien escuadrado y de ángulos rectos, por lo que da la impresión de que estamos ante una cámara no finalizada. Se accede a ésta a través de una puerta cuadrada, muy bien trabajada y perfilada, que recuerda los umbrales de los hipogeos de planta alargada. Inmediatamente, se localiza una banqueta, excavada a expensas de la roca, de función indeterminada. La cámara mide 6,20 m de largo máximo, por otros 6,5 m de ancho máximo y 4,60 m de ancho mínimo. Tiene una al- tura máxima de 2 m. Lám. II. Vista del hipogeo nº 3 de S’Alblegall. Foto: José La cámara de esta tumba está cruzada por una L. Florit. diaclasa de origen natural, con restos de arcilla y cantos rodados, que desemboca en el barranco. es donde se localizan los restos de cereal carboni- zado, por debajo de una fina capa de sedimento de «marés» fruto de la erosión de las paredes de la 3. EL ENTORNO ARQUEOLÓGICO DE tumba. Cabe la posibilidad de que este patio for- CALAFÍ VELL ENTRE EL 1400-1100 ANE mara parte de una especie de antecámara a la que se abriría el umbral, hoy perdido por el desplome Para describir el entorno arqueológico que rodea de la fachada (Lám. II). la necrópolis de S’Alblegall, hemos establecido un El contexto arqueológico del hipogeo nº3 ha límite artificial, marcando un círculo de 1,5 km de sufrido también los efectos devastadores de la ero- diámetro entorno al cementerio, sobre un plano de sión. Así, del paquete sedimentario original sólo dispersión de los yacimientos que ofrecen un cier- pueden observarse algunos restos en la cámara prin- to grado de contemporaneidad con el hipogeo nº3 cipal. En la superficie del hipogeo pueden observar- (Fig. 2). Así, nos hemos basado en la tipología ar- se numerosos fragmentos dispersos de restos huma- quitectónica y en los restos de cultura material que nos, la mayoría de ellos de aspecto negruzco o gris pueden observarse en superficie –datos todos ellos ceniciento, aunque también pueden localizarse al- recogidos de las cartas arqueológicas municipales gunos de ellos sin quemar. Junto a ellos, algunos y de un trabajo inédito (3) para situar una serie de pequeños fragmentos de cerámicas hechas a mano, puntos sobre un mapa. La zona, por tanto, no ha principalmente de color gris-negro. Todo ello mez- sido prospectada de forma sistemática, por lo que clado y/o cubierto por polvo de marès, procedente trabajos futuros pueden documentar nuevos asen- de la erosión de las paredes. tamientos. Así, se puede observar la localización de En lo que hemos denominado patio, aparece, en 5 asentamientos con estructuras naviformes de há- superficie y mezclado con el polvo de marés de la bitat (SMB-01, SMB-08, ABN-06, ABN-13, BAR- erosión de las paredes, el grano de cereal carboni- 02), un asentamiento de hábitat de tipología inde- zado en algunos puntos concretos, aunque supone- terminada (SMD-03), restos estructurales no mos que será toda la superficie de esta estructura la determinables (CFN-02), una cueva natural con que estará ocupada por estos restos. restos cerámicos (BIC-01), un hipogeo de los cono- La explicación sobre el origen y formación de cidos como «planta de forn» (SMB-12), y un hipo- estos sedimentos no podrá ser precisada hasta la geo de planta alargada (SMD-05). Es decir, seis excavación de los mismos, aunque pueden plan- yacimientos de hábitat, dos funerarios (sin contar tearse, a modo de hipótesis, dos teorías. La prime- con la necrópolis de S’Alblegall), y otros dos de ra, que los granos de cereal fueran una ofrenda fu- funcionalidad indeterminada. neraria. La segunda, que, antes de proceder a las primeras inhumaciones, se procediera a higienizar (3) Gornés, S.; Gual, J.; López, A. y Nicolás, J. inédito: el recinto quemando rastrojos que incluían espigas «Aproximació a l’anàlisi del món pretalaiòtic de Menorca». Pre- de cebada. mi Frances de Borja Moll 1991. .

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Fig. 2. Mapa de suelos con distribución de yacimientos arqueológicos coetáneos entre 1600-1400 cal ane.

Si pretendiéramos asociar la necrópolis de Disponemos de algunos datos arqueológicos de S’Alblegall con algún hábitat próximo, deberíamos los naviformes de Son Mercer de Baix, el único contar con que el barranco y torrente de Trebalúger yacimiento que ha sido excavado científicamente actúan como barrera natural: los yacimientos aso- en la zona. Se trata de un pequeño poblado de há- ciados por proximidad territorial con la necrópolis bitats naviformes excavado por Rita (1982) y cuya que nos ocupa serían los naviformes de BAR-02, el memoria completa no ha sido todavía publicada. asentamiento indeterminado de CFN-02, y la cue- No contamos tampoco con dataciones radiocarbó- va natural BIC-01; el resto de yacimientos están nicas de este yacimiento, aunque por la tipología de situados sobre el lado oriental del barranco, forman- sus ajuares podemos situarlo entre el Naviforme do así otra unidad territorial. Inicial y el Naviforme Medio (1600-1400 cal

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ANE). El asentamiento estaba formado por cuatro gris claro. Los fragmentos de madera sólo se regis- o cinco naviformes, uno de ellos con la cubierta de tran de forma aislada. En cambio, sí aparecen res- piedra, que conformaban una pequeña granja. tos de ramitas pertenecientes a pequeños arbustos A un kilómetro lineal hacia el norte de este ya- cuyas características son típicas de las lamiáceas cimiento, encontramos un hipogeo de planta alar- del matorral o la maquia. gada, encuadrable entre el Naviforme Inicial y el Naviforme Medio y aunque no se conoce su contex- to arqueológico, el tipo es bien conocido por para- lelos documentados en la vecina isla de . Todos los yacimientos de hábitat identificados hasta el momento están situados, por tanto, por encima de los barrancos, o bien sobre el risco, do- minando visualmente así un amplio segmento del cauce del torrente y del barranco, o bien situados más hacia el interior. Algunas de las necrópolis, Tab. 1. Identificación y cuantificación de elementos vege- como esta que nos ocupa, están emplazadas en el tales del Hipogeo 3. mismo corte del acantilado. Sin embargo, por aho- ra, no hemos podido detectar ningún tipo de asen- tamiento en el cauce del torrente. A la vista de que Además de los granos enteros de cereal, se en- estos terrenos, al menos desde época islámica están contraron abundantes fragmentos de semillas, frag- en explotación, incluso mediante irrigación artifi- mentos de glumas y restos de aristas, también de cial, resulta llamativo que no encontremos yaci- cebada, que no se contabilizaron. Los granos de mientos prehistóricos sobre unos terrenos que, al este cereal están bien desarrollados y son de gran menos desde el punto de vista de la agricultura tra- tamaño, sobre todo si se comparan con los materia- dicional de frutales y hortalizas, son potencialmen- les conocidos de la prehistoria del Sudeste y Nores- te buenos para el cultivo. Habrá que trabajar más te peninsular (véase Buxó 1997: 97 y ss). sobre este tema para averiguar si esto resulta de una La cebada vestida aparece tanto en forma de pauta cultural o se debe realmente a la ausencia de semillas centrales simétricas (Lám. III, Fig. 3), pruebas arqueológicas que demuestren el uso de como de abundantes semillas laterales asimétricas. estos terrenos por parte de las comunidades prehis- En consecuencia, se trata de cebada vestida de cua- tóricas de Menorca. tro o seis carreras. En el caso de la cebada desnuda En definitiva, la lectura que podemos obtener del no se ha podido distinguir entre formas de dos o modelo de asentamiento en este momento que nos cuatro y seis carreras, ya que sólo algunos granos ocupa, consiste en pequeños asentamientos de na- estaban enteros y bien conservados. En este caso viformes, constituidos por entre dos y cuatro estruc- (Lám. IV, Fig. 4) su forma es simétrica. turas, situados sobre los acantilados de los torren- tes, con necrópolis situadas o bien excavadas en las paredes verticales de los barrancos, o bien en hipo- geos de planta alargada emplazados no lejos de los asentamientos de hábitat.

4. DESCRIPCIÓN DE LOS GRANOS DE Tab. 2. Valores métricos de los granos (medidos sin em- CEREAL brión y primera raíz) del Hipogeo 3.

Las muestras de granos de cereal procedentes de Los segmentos de raquis correspondientes a la la tumba nº 3 de la necrópolis de S’Alblegall fue- cebada vestida (Lám. V, Fig. 5) están mejor conser- ron analizadas en el Laboratorio Hohenheim de vados que los de la cebada desnuda (Lám. VI, Fig. Alemania para su estudio botánico por parte de 6). En el primer tipo (n=10) pudo medirse la longi- Hans Stika (tabla 1). Las muestras analizadas con- tud [S = 2,10 (1,7 – 2,9) mm] y la anchura [T = 0,79 tienen sobre todo restos de cebada, que aparecen en (0,7 – 0,9) mm] de la base de los segmentos de ra- una matriz de ceniza cuyo color varía del negro al quis (según Jacomet 1987).

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La cebada vestida y la desnuda se han conserva- do en forma de semillas y restos de trilla, en este caso como segmentos de raquis, glumas y aristas, lo cual hace pensar que en la cueva se depositaron espigas enteras. Sin embargo, la falta de restos de nudos de caña indica que no se introdujeron los ta- llos. Posiblemente, las espigas y los pequeños ar- bustos se quemaron conjuntamente. La cebada vestida es un cereal muy robusto que puede crecer incluso bajo condiciones adversas. Es resistente a la sequía y puede resistir cierto grado de salinidad, y también es menos propensa a verse afectada por parásitos y hongos que las variantes desnudas. Incluso en suelos no profundos y expues- tos al viento puede crecer. La cebada vestida, el cereal prevalente en S’Alblegall, está mejor adap- tada a las condiciones adversas para la agricultura, aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de va- lorar las implicaciones económicas sobre las comu- nidades prehistóricas, si bien es cierto que la subs- titución de la cebada desnuda por vestida se produce ya desde el Bronce Antiguo en la Península Ibérica. Se trata, por tanto, de un fenómeno gene- ralizado, independientemente de las condiciones climáticas.

5. LOS ANÁLISIS DE C-14 Y LA CRONOLOGÍA DEL HIPOGEO Nº 3

Contamos con dos muestras datadas, una reali- zada sobre granos carbonizados de cereal (KIA- Lám. III. cebada vestida del hipogeo nº 3 de S’Alblegall. 16277), y otra sobre un hueso humano quemado

Fig. 3. Diferentes vistas de una semilla de cebada vestida carbonizada (Hordeum vulgare). La semilla tiene una forma si- métrica y corresponde a un grano central de cebada de varias carreras. La escala corresponde tanto en esta como en las si- guientes figuras a 1 mm.

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Lám. IV. Cebada desnuda del hipogeo nº 3 de S’Alblegall.

Fig. 4. Diferentes vistas de una semilla carbonizada de cebada desnuda (Hordeum vulgare var. nudum).

Fig. 5. Diferentes vistas de un segmento de raquis carboni- Lám. V. Raquis de cebada vestida del hipogeo nº 3 de zado de cebada vestida. También las espigas laterales arran- S’Alblegall. can sin tallos directamente del segmento de raquis.

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(KIA-19517). La primera de ellas ofreció un resul- hueso fuera o anterior o, al menos, contemporáneo tado que sitúa la edad del cereal entre 1520-1400 cal a los granos de cereal, puesto que dedujimos que ANE con una probabilidad del 95,4%. La sorpren- quizá se quemó el cereal –con sus espigas y tallos dente antigüedad de esta primera datación nos plan- de paja, naturalmente– después o junto a los res- teó algunas reflexiones, puesto que, en una prime- tos óseos humanos. Ello nos hubiera ayudado a ra impresión, situamos el conjunto de la necrópolis contextualizar mejor el hallazgo de la cebada en el en un momento avanzado del siglo IX-VIII ANE. hipogeo. Desafortunadamente la muestra de hue- La segunda datación, se realizó sobre un hueso hu- so no contenía suficiente colágeno, y el resultado mano quemado recogido en la superficie del hipo- obtenido, como indica el analista –Mark Van geo nº 3 y, por tanto, fuera de contexto. A pesar de Strydonck–, debe considerarse como un terminus esa circunstancia, teníamos la esperanza de que el ante quem.

Tab. 3. Muestras datadas por C14 del Hipogeo 3.

A raíz de estas fechas, podemos plantearnos una valoración cronológica, con la que exponer una hi- pótesis sobre el significado del contexto arqueoló- gico de las semillas. En el supuesto de que el nivel de semillas carbonizadas se formase como conse- cuencia de una combustión intencionada que, de alguna forma, clausurase el depósito funerario, po- drían plantearse algunas cuestiones de interés: 1. Es muy poco frecuente hallar asociados hue- sos humanos y un gran número de semillas alimen- ticias, por lo que probablemente la asociación entre ambos debe ser intencional. 2. La conservación del potente nivel de semillas sólo es posible mediante carbonización. Ello sugiere que se produjo una combustión intencional del de- Lám. VI. Raquis de cebada desnuda del hipogeo nº 3 de pósito funerario en el que se introdujo una importan- S’Alblegall. te cantidad de cereales.

Fig. 6. Diferentes vistas de un raquis carbonizado de cebada desnuda. Las espigas laterales están con tallos, las glumas arran- can directamente del tallo.

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Lám. VII. Improntas de espigas de cebada de Torre Petxina (Ciutadella). Foto Joan de Nicolás.

3. La combustión explicaría por qué una parte de madamente la frontera con la materialidad de los los huesos humanos superficiales aparecen quema- dólmenes y abre la materialidad asociada a los na- dos, cuando sabemos que la incineración de los viformes. cadáveres no fue una práctica ritual en el II milenio en las Baleares. Por tanto, la fecha de C14 nos indica un momen- 6. CONNOTACIONES ECONÓMICAS Y to final para el contexto funerario previo; es decir, SOCIALES que el hipogeo funcionó como tumba con anterio- ridad a c. 1450 cal ANE (mediados del siglo XV). Una de las dataciones absolutas conseguidas Curiosamente, es entonces cuando se documentan sobre granos de cereal de uno de los hipogeos de las primeras inhumaciones en Es Càrritx y, tal vez esta necrópolis nos señala su uso en un momento en Son Matge, en contextos de cuevas naturales con del siglo XV cal. ANE. En este momento, en la isla muro ciclópeo de cierre. Así pues, la datación del de Menorca se desarrolla una fase cultural conocida hipogeo nº 3 de S’Alblegall confirmaría la hipóte- actualmente como Naviforme Medio, que abraza- sis de sucesión entre hipogeos de planta alargada y ría aproximadamente un arco temporal comprendi- cuevas muradas c. 1450/1400, es decir, justo en la do entre 1450/1400-1200 cal ANE (Lull et al. transición entre el Naviforme Inicial y el Medio. 1999). Es un momento de cambios importantes a Además, la datación confirmaría indirectamente nivel cultural, que se reflejan en tres campos: la la hipótesis de que los hipogeos de planta alargada cultura material, el aspecto funerario y el ámbito se hallaban en funcionamiento en el Naviforme socioeconómico. En el primero, se detecta un cam- Inicial (c. 1600-1450/1400 cal ANE). Es verdad bio tecnológico en la forma de elaborar las cerámi- que por ahora no tenemos ninguna datación direc- cas, con la inclusión de desgrasante calizo en la ta para colocar su inicio justo en 1600, pero puede arcilla, y la generalización de cerámicas de perfil considerarse buena esta fecha porque marca aproxi- toneliforme y labio engrosado interior, de grandes

T. P., 60, n.o 2, 2003 LOS HIPOGEOS DE S’ALBLEGALL (FERRERIES) Y LA AGRICULTURA CEREALÍSTICA... 127 dimensiones, que probablemente reflejan un cre- zona oriental basarían su subsistencia en un mayor ciente interés por las grandes vasijas de almacena- peso relativo de la ganadería, mientras que las co- miento. Asimismo, en este momento se documen- munidades que habitaban en la zona occidental ta un incremento de la producción metálica, con la basaban su economía en un mayor peso de la agri- aparición de crisoles en lugares de habitación y un cultura. Todo ello inferido a partir de las tipologías mayor número de productos manufacturados. constructivas –dólmenes y cabañas en la zona Un segundo aspecto interesante a resaltar es la oriental, naviformes e hipogeos en la zona occiden- aparición de una nueva forma de enterramiento, tal–, sin que se presentaran datos empíricos sobre consistente en la inhumación colectiva primaria en la importancia de una u otra forma de subsistencia cuevas naturales en cuya entrada se construye un económica salvo los argumentos antes menciona- gran muro con técnica ciclópea. Al mismo tiempo, dos. Podrá deducirse, por tanto, que desde el pun- se observa una reducción de las distintas formas to de vista científico no puede hablarse de pruebas funerarias anteriores (enterramientos en sepulcros minimamente sólidas, ni siquiera indicios, que per- megalíticos, cuevas naturales y probablemente hi- mitieran apoyar razonablemente esta hipótesis. pogeos de planta alargada) que caen progresiva- Posteriormente (Gornés et al. inédito (4); López mente en desuso a partir de esta fase. 1998) esta hipótesis ha sido parcialmente desmon- En el aspecto socioeconómico, Lull et al. (1999) tada a raíz del hallazgo y documentación de navi- inciden en señalar que en este momento se unifor- formes en la zona oriental de la isla. Así, los yaci- miza la materialidad social, por cuanto los navifor- mientos de naviformes de Puig Mal y Creu d’en mes y los enterramientos en cuevas naturales con Ramis en Mahón, y el poblado de naviformes de muro son las formas comunes de hábitats y estruc- Biniac-L’Argentina y de Son Sintes en Alayor, han turas funerarias, respectivamente, más extendidas venido a confirmar que el poblamiento naviforme por la isla. estaba extendido en toda la isla entre 1600-1050 cal Algunos investigadores quisieron ver en la pre- ANE. Una posible explicación sobre el reducido sencia de molinos manuales (Plantalamor y Rita: número de naviformes documentados en la zona 1984) y la constatación de yacimientos situados oriental de la isla podríamos situarla en que las próximos a zonas aptas para el cultivo (López posteriores ocupaciones –talayótico, postalayóti- 2001), que la agricultura tendría un mayor peso en co– se hubieran realizado, en un alto porcentaje, los recursos alimenticios que en épocas anteriores, sobre los antiguos asentamientos naviformes, des- aunque sin olvidar que la ganadería seguiría jugan- truyéndolos o reutilizándolos. Este dato podría ver- do un papel principal como fuente alimenticia y de se apoyado por el número de restos cerámicos del recursos económicos. Todos estos planteamientos, Naviforme Inicial y Medio que frecuentemente especialmente el primero, no han pasado, hasta hoy, aparecen en los niveles inferiores de los hábitats ta- del ámbito de la pura suposición. La primera de las layóticos, como ocurre en el caso de Biniparratx hipótesis, surgió de la excavación de los yacimien- Petit, Torre d’en Gaumés, Binissafuller, Sa Torre- tos de naviformes de Son Mercer de Baix (Rita ta, Trepucó, etc. 1982) y de Clariana (Plantalamor 1991), en los cua- Los granos de cebada del hipogeo nº3 de la ne- les se localizaron algunos molinos barquiformes a crópolis de S’Alblegall son, por ahora, las pruebas partir de los cuales se supuso la práctica de la agri- concretas más antiguas de la práctica cerealística en cultura cerealística. No se contaba por entonces con Menorca. Otros yacimientos menorquines que han análisis de sedimentos ni con prueba empírica algu- aportado restos de cereales son la Cova d’Es Càrritx na que certificara el peso relativo de los cereales. (Lull et al. 1999), la cabaña circular de Torralba Igualmente, los molinos tampoco fueron publica- d’en Salord (Fernández-Miranda 1991), y final- dos, ni se ha realizado un análisis funcional que mente el asentamiento de Sa Talaia de Torrepetxina confirme que se trata de artefactos dedicados al (inédito). procesado de cereal. Como es bien sabido, bajo el Los resultados de las investigaciones arqueobo- término «molino» se esconden instrumentos de tra- tánicas en los sedimentos de la Cova d´Es Càrritx bajo de función muy diferente (p.e. Risch 2002) en contextos naviformes, con cronologías com- Estas investigaciones llegaron a plantear un prendidas entre 1450/1400-800 cal ANE nos pre- modelo teórico que dividía en dos zonas económi- sentan los siguientes resultados (Stika 1999): cas la isla de Menorca (Plantalamor 1991) por la cual las comunidades humanas que habitaban en la (4) Ver nota 3.

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– Los análisis se realizaron en base a un pequeño El asentamiento de Torralba d’en Salord (Ala- número de restos de cereales (granos y raquis), ce- yor) ha deparado algunos restos de cereales (Fer- bada (Hordeum vulgare) y seguramente escanda nández-Miranda 1991: 40). En concreto, en una (Triticum cf. dicoccum). La mayoría de los restos estructura que se conoce como cabaña circular, son de higo (Ficus carica) y de oliva (Olea euro- posteriormente destruida por la construcción de un pea). Algunos de ellos son carbonizados, pero en su talayot –lo que nos ofrece una cronología ante mayoría no cumplen esta característica. Los restos quem muy interesante- se localizó un vaso de cerá- de frutos son de castaña (Castanea sativa), dátil mica que contenía granos carbonizados de cereal, (Phoenix dactylifera), vid (Vitis vinifera ssp. sylves- concretamente cebada. La datación de algunos de tris), zarzamoras (Rubus fruticusus s.l.) y probable- estos granos de cereal sitúa el uso de esta cabaña mente frambuesas (Rubus cf. idaeus). entre 1284 y 1021 cal ANE, es decir, a finales de la – Adicionalmente a los restos de cereales y fru- fase conocida como Naviforme Final (1200-1050 tas hemos encontrado restos de hojas de romero cal ANE). (Rosmarinus officinalis), algunos de ellos carboni- Al contrario de lo que ocurre en el depósito de zados, pero en su mayoría sin carbonizar. Estos los cereal de finales del II milenio cal ANE encontra- podemos hallar directamente en contacto con los do en Torralba d’en Salord (Moffet 1992), donde restos humanos, con la posible función de preservar aparece la misma cantidad de cebada vestida que mejor los cuerpos, ya que la composición química desnuda, en la tumba nº3 de S’Alblegall predomi- del romero posibilita la conservación de estos. Junto na el primer tipo. La escasa cebada desnuda, así al romero se han detectado restos de lentisco (Pis- como la semilla de escanda y los restos de cebada tacia lentiscus) que podrían cumplir el mismo uso. silvestre debieron crecer en los campos de cultivo Esta función la podemos detectar en otros períodos de la cebada vestida como cereales añadidos o cronológicos y ámbitos geográficos de Europa. como malas hierbas. Además de cereal silvestre, – Otra planta que se ha localizado en estos con- identificado también en el depósito de Torralba, en textos funerarios es la rubia brava (Rubia peregri- el hipogeo nº3 de S’Alblegall se encontró una se- na). A esta planta se le ha atribuido la posible fun- milla de beleño (Hyoscyamus sp.) como mala hier- ción de ser la base del tinte rojo, encontrado en ba. cabellos humanos de algunos restos. Otro de los yacimientos que ha aportado infor- – Otros restos de plantas silvestres, que se han mación sobre granos y semillas de cereal es el asen- documentado, pueden haber sido introducidos pos- tamiento de Torrepetxina. Es un yacimiento situa- teriormente por otras razones, sin ningún tipo de do sobre el corte del barranco de Algendar, justo intención ritual. encima de la conocida Cova d’Es Càrritx. La Somos de la opinión que podría haber más res- identificación de los restos localizados resulta di- tos no carbonizados de cereales que no se han con- fícil por su alto grado de destrucción así como por servado al ser consumidos por pequeños roedores el enmascaramiento de la vegetación, que lo ocul- (Stika 1999: 521-531). Las semillas carbonizadas tan. Sin embargo, nos encontramos con lo que pro- localizadas en la zona de deposición de las inhuma- bablemente fue el cerramiento, mediante un muro ciones, se atribuyen a la fase Càrritx II (1450/1400- ciclópeo, de una pequeña colina –más conocida 800 cal ANE), puesto que en la siguiente fase de como «tom», en menorquín- en cuya zona superior ocupación no se documentan hogares en la cueva. se construyó lo que a todas luces podría ser un hor- El espectro de las especies de plantas localiza- no de cocción de cerámica. Este espectacular yaci- das en la Cova d´Es Cárritx es mucho más amplio miento fue expoliado entre los años 60-70, aunque que el espectro localizado en los hipogeos de la mayoría de las piezas cerámicas localizadas es- S´Alblegall en Ferreries. Ello puede ser debido a las tán depositadas en los museos de Es Bastió de Sa diferentes condiciones de preservación de estos dos Font y el Museu d’Es Seminari, ambos en Ciutade- yacimientos. Mientras en la Cova d´Es Carritx fue- lla. Entre los interesantes restos de este asentamien- ron descubiertos tanto restos de plantas carboniza- to cabe destacar el hallazgo de lo que parecen res- dos como sin carbonizar, en los hipogeos de tos de toberas de arcilla, fabricadas recubriendo S´Alblegall sólo se conservaron restos carboniza- haces de espigas de cereales que, una vez carboni- dos. En la Cova d´Es Cárritx fueron analizados un zados, dejaron su impronta en negativo sobre la mayor número de muestras, mientras que en arcilla (Lám. VII). En estas toberas se conservan S´Alblegall sólo ha sido investigada una muestra. improntas de paja y espigas de cereales, parte de las

T. P., 60, n.o 2, 2003 LOS HIPOGEOS DE S’ALBLEGALL (FERRERIES) Y LA AGRICULTURA CEREALÍSTICA... 129 cuales pueden ser clasificadas como cebada. Ade- funerarios hipogéicos, lo que completa el panora- más, el adobe se preparó añadiéndole restos de paja ma de nuestro conocimientos sobre los distintos y cáscaras de grano. tipos de contenedores funerarios conocidos hasta el La cronología de estos restos es algo problemá- momento en la isla de Menorca. Estos contenedo- tica, puesto que la única datación por radiocarbono res se apartan, por cierto, del conocido hipogeo de realizada hace unos años sobre un hueso de fauna planta alargada documentado sobre todo en la zona doméstica (KIK-513, UtC-4150: 2520 ± 50BP) se oriental de la isla (Torre del Ram, Son Vivó, Son ubica en un tramo plano de la curva de calibración, Mercer de Baix), y abre un panorama interesantísi- que no permite precisar un momento más preciso mo sobre nuevos tipos de tumbas abiertos en los dentro del amplio período comprendido entre el acantilados de los barrancos de Menorca. siglo VIII y el V cal ANE. Sin embargo, por la ti- pología de algunas de las cerámicas expoliadas de este yacimiento y expuestas en los anteriormente BIBLIOGRAFÍA mencionados museos, -en las que se documentan cerámicas globulares de perfil en S y sobre todo BUXÓ R. 1997: «Arqueología de las plantas». R. Buxó i espectaculares vasos troncocónicos con mango Capdevila. Crítica/Arqueología, Mondadori. Barcelona vertical decorado-, podemos decir que es posible 1997, 367 . que se trate de un yacimiento plenamente talayóti- FERNÁNDEZ-MIRANDA, M. 1991: «La transición hacia la cultura talayótica en Menorca». Trabajos de Prehis- co, cuyo momento de uso pueda situarse entre el toria 48: 37-50. 850-650 cal ANE, bastante posterior, por tanto, al JACOMET, ST. 1987: Prähistorische Getreidefunde. Ba- hipogeo nº3 de S’Alblegall. sel 1987, 70. De esta forma, contamos ya con tres yacimien- LULL, V.; MICÓ, R.; RIHUETE, C. y RISCH, R. 1999: La tos prehistóricos, además de Torralba, en los que se Cova d’Es Càrritx y la Cova des Mussol. Ideología y documenta la presencia de cebada. Según las mues- Sociedad en la Prehistoria de Menorca. Consell Insu- tras analizadas hasta el momento, la cebada vesti- lar de Menorca. Barcelona. da parece ser el cereal dominante en los cultivos LÓPEZ PONS, A. 2001: «El poblament inicial y els grups entre el siglo XVI y el siglo VIII cal ANE, si bien culturals pretalaiòtics». En Enciclopedia de Menorca a finales del II milenio cal ANE la cebada desnuda IX. Història I. Dels inicis del poblament a l’època ta- y la escanda todavía debieron tener cierta importan- laiòtica. Obra Cultural de Menorca: 85-132. cia. En suma, los análisis arqueobotánicos realiza- MOFFETT, L. 1992: «Cereals from a Bronze Age Storage dos hasta el momento aportan evidencias de una Vessel at Torralba D´En Salort, Menorca, ». Ve- producción agrícola que completó a la ganadera en getation History and Archaeobotany 1: 87-91. PLANTALAMOR, Ll. 1991: L’arquitectura prehistòrica el marco de las estrategias de subsistencia prehis- i protohistòrica de Menorca i el seu marc cultura». tóricas. Treballs del Museu de Menorca 12. Mahón. Otro de los aspectos a resaltar de esta investiga- PLANTALAMOR, Ll. y RITA, C. 1984: «Formas de po- ción está en que por primera vez hemos podido si- blación durante el segundo y primero milenio BC en tuar en el tiempo, mediante cronología absoluta, el Menorca. Son Mercer de Baix. Transición entre la cul- uso de hipogeos en Menorca entre los siglos XVI- tura pretalayótica y talayótica». En W. Waldren, R. XV cal ANE, compartiendo espacio y tiempo con Chapman, J. Lewthwaite y R. Kennard (eds.): The la nueva forma de contenedor funerario, las cuevas Deyá Conference of Prehistory. Early settlement in the naturales con muro ciclópeo de cierre, que se exten- Western Mediterranean Islands and their Peripheral derán por toda la isla entre el 1450/1400 y el 800 cal Areas III. BAR. International Series 229: 797-826. ANE aproximadamente. Si bien es cierto que el Oxford. fenómeno hipogéico ya se conocía en Menorca al PLANTALAMOR MASSANET, Ll. y MARQUÉS inicio del poblamiento insular (Plantalamor y Mar- MOLL, J. (coord). 2001: El Megalitisme mediterrani a Menorca. Treballs del Museu de Menorca 24. Maó. qués 2001) hay que enmarcar las construcciones de RISCH, R. 2002: Recursos naturales, medios de produc- Biniai Nou en un ambiente estrictamente dolméni- ción y explotación social. Un análisis económico de la co y originalmente calcolítico –así, totalmente di- industria lítica de Fuente Alamo (Almería), 2250-1400 ferente en forma y tiempo del que nos ocupa–, por ANE. Iberia Archaeologica, P. von Zabern, Mainz. lo que podemos afirmar que los hipogeos de RITA, C. 1982: «Constatación de la manufactura del bron- s’Alblegall confirman que durante el Naviforme ce en el yacimiento arqueológico de Son Mercer Inicial, en Menorca se excavaban contenedores de Baix». Estudis de prehistòria, d’història de Ma-

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yurqa i d’història de Mallorca dedicats a Guillem des Càrritx». In V. Lull, R. Micó, C. Rihuete Herrada Rosselló-Bordoy. . (FALTAN PA- y R. Risch. Ideología y sociedad en la prehistoria de GINAS). Menorca - La Cova des Cárritx y la Cova des Mussol: STIKA, H.P. 1999: «Los macrorestos botánicos de la Cova Consell Insular de Menorca. Barcelona: 521-531.

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