Arqueología Suramericana Arqueologia Sul-Americana
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ARQUEOLOGÍA SURAMERICANA ARQUEOLOGIA SUL-AMERICANA Volumen/volume 6, Números 1-2, Enero/Janeiro 2013 Editores: Cristóbal Gnecco y Alejandro Haber Departamento de Antropología, Universidad del Cauca Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de Catamarca 1 2 EDITORIAL El primer número de Arqueología Sura- canzamos “siquiera a imaginar;” termi- mericana apareció en 2005. En el edi- namos promoviendo y difundiendo la torial de ese número dejamos clara la arqueología en Suramérica pero el énfa- intención de la revista, señalando que sis en una “perspectiva crítica” y en “es- “pretende promover y difundir la pro- pacios dialógicos” quedó poco menos ducción de la arqueología y disciplinas que en declaración de principios. En vez afi nes en Suramérica con énfasis en una de trazar una política editorial más espe- perspectiva crítica que promueva espa- cífi ca, dejamos que los hechos trazaran cios dialógicos con representaciones esa política: salvo artículos muy des- sobre el pasado que han estado tradicio- criptivos y no analíticos, la revista publi- nalmente marginadas de espacios acadé- có casi de todo, como en botica. Publicó micos como éste.” También escribimos lo que era la arqueología suramericana, que esperábamos que ese editorial fuera no lo que queríamos que fuese. Así las “leído, a la distancia, como una primera cosas, dejamos que la revista muriera, huella en un sendero cuyas ulteriores di- insatisfechos con su destino. recciones no hemos alcanzado siquiera Ya han pasado tres años desde que a imaginar.” La revista fue publicada, decretamos su muerte y ha llegado la juiciosamente, dos veces anuales duran- hora de revivirla. Mejor: ha llegado la te cinco años. A su manera, y pese a los hora de que viva otra vida. De ahora en problemas de distribución, llegó a con- adelante, trazaremos una política edito- vertirse en un referente de la arqueología rial más clara: no publicaremos artículos en esta parte del mundo. Publicó cuaren- exclusivamente preocupados por temas ta artículos yochenta reseñas. Cubrió disciplinarios sino sólo aquellos que una gran variedad de temas, tiempos y también discutan el contexto contempo- regiones y quiso posicionar dos seccio- ráneo —ya sea mostrando la relevancia nes, una de lecturas recuperadas y otra de la refl exión arqueológica para la ac- de diálogos sur-sur. Se convirtió en un tualidad, bien sea porque la actualidad medio de divulgación que llenaba un va- se imponga sobre la refl exión arqueoló- cío y convocó a toda una generación de gica. Esta vez estaremos seguros de que arqueólogos, esa misma que ha sosteni- el énfasis sea crítico (no menos con la do con ahínco las reuniones de teoría ya disciplina que con la cosmología de la por seis ocasiones. que tradicionalmente participa) y de que Esto, que parece un obituario, es un los espacios dialógicos que tanto promo- obituario. Esa revista, la que publicamos cionamos esta vez sí encuentre un lugar durante cinco años, ya no apareció en cierto en sus páginas. Pero este número 2010. Algo pasó en nosotros, los edito- aún no cumplirá con ese propósito en res, que nos llevó a perder entusiasmo y, su totalidad debido a compromisos que fi nalmente, a no seguir con su publica- quedaron pendientes. Esperamos que el ción. Eso que nos pasó puede ser diag- ajuste en la dirección de la política edi- nosticado leyendo el editorial del primer torial se deje ver a partir del próximo nú- número: nos perdimos en las “ulteriores mero. Este texto es también una invita- direcciones” que, evidentemente, no al- ción a presentar a textos que se escriban 3 en esas direcciones. También convoca- compilados, a la manera de dossiers o mos potenciales conjuntos de textos ya números temáticos. 4 ARQUEOLOGÍA SURAMERICANA / ARQUEOLOGÍA SUL-AMERICANA 6, (1,2) Enero/Janeiro 2013 EL TIEMPO EN LA MURALLA: MARCAS RUPESTRES EN LAS CARCELES SECRETAS Raúl Molina Otarola1 Este ensayo es un aporte a los estudios de la Arqueología de la Represión, que indaga sobre los lugares de detención utilizados por las dictaduras militares en América Latina, las que especial- mente en las décadas de los setenta y ochenta usurparon el poder civil a través de golpes de Estado, destinados a frenar el movimiento social e implementar un modelo económico neoliberal. Para ello, impusieron la represión colectiva y selectiva, creando centros de detención, interroga- torio, tortura y desaparición de personas. Este escrito transita entre el relato en tercera y primera persona, relevando la memoria y la refl exión acerca de la experiencia vivida. Es una “arqueología del acto” que nos acerca a la comprensión de cómo prisioneros y prisioneras intentaban contar el tiempo en las cárceles secretas y las evidencias que de estos actos quedaron marcadas en las paredes. Palabras Claves: Arqueología, represión, cárceles secretas, tiempo. This paper is a contribution to the Archaeology of Repression´s studies, which explores the places of detention used by the Latin American military dictatorships who in the 70s and 80s of the last century usurped power through coups d’états, to curb the social movement and implement a neo- liberal economic model. To do this, the dictatorships imposed collective and selective repression, established centers for the detention, interrogation, torture and disappearance of people. This es- say moves between a story in third and fi rst person, revealing memories and refl ections about these experiences. This essay is an “archaeology of the act”, that brings us closer to understanding how prisoners tried to count the time in secret prisons and the marked evidence of these events that they left on the walls. Keywords: Archaeology, repression, secret prisons, time. Este trabalho é uma contribuição para o estudo da arqueologia da repressão, que explora os lo- cais de detenção utilizados pelas ditaduras militares na América Latina, especialmente na década de setenta e oitenta civil, usurpou o poder através de golpes d ‘Estados, destinada a conter o movi- mento social e implementar um modelo econômico neoliberal. Para isso, impôs repressão coletiva e seletiva, a criação de detenção, interrogatório, tortura e desaparecimentos. Este ensaio se move entre a história em terceira pessoa e primeira, aliviando a memória e refl exão sobre a experiência. “Arqueologia é um ato” que nos leva mais perto de compreender como os prisioneiros e prisio- neiros tentaram contar o tempo em prisões secretas e evidências marcada deixados nas paredes. Palavras-chave: Arqueologia, repressão, prisões secretas, tempo. 1 Geógrafo, Magíster en Geografía, Diplomado en Investigación Agraria y Doctor en Antropología, Universidad Católica del Norte-Universidad de Tarapacá. Observatorio Ciudadano. raul. [email protected] 5 La arqueología podría encontrar en las pa- pecho y me entregan una venda. Sin po- redes de algún sótano marcas con motivos der levantar la vista, veo en mis manos un geométricos, grabados en bajo relieve, muy trapo verde oliva desteñido, grueso y tie- parecidos a una representación simplifi ca- so, debido a las innumerables manchas de da de un quipu Inca o semejantes a la escri- sangre seca que contiene. Pienso, no soy el tura del alfabeto Ogam de los antiguos ir- primero, han pasado muchos por este lugar, landeses. Estas marcas efectuadas sobre las y adivino lo que me espera. Vendado y con pátinas de cemento, yeso o directamente en un nudo atado fuertemente tras mi cabe- un muro de ladrillos, corresponderían a for- za, me conducen por un pasillo a una pe- mas geométricas abstractas compuestas por queña celda con luz artifi cial, cerrada por varias líneas pequeñas dibujadas en forma una pesada puerta de hierro. Me obligan a vertical, algunas de ellas cruzadas por una desvestirme, quedo desnudo, se llevan mi línea oblicua u horizontal, sobre seis o siete ropa y zapatos, y me arrojan un buzo de rasguños alineados verticalmente, que apa- mecánico color azul y unas zapatillas. Es rece tajándolas a modo de término de un ci- mi uniforme de detenido. clo. Otras marcas simplemente aparecerán Sentado en el taburete construido en en sucesión, sin líneas horizontales que las obra y que sirve de litera, miro la ampolleta crucen, en las que se podrán contar varios mortecina que protegida tras una pequeña trazos que pueden alcanzar a más de una reja alumbra las paredes de la estrecha cel- decena. Otras representaciones rupestres da de 1.5 por dos metros. Observando las estarán separadas cada cuatro, cinco, seis paredes, me doy cuenta que existe un área o siete hendiduras. ¿Qué signifi cado pue- con innumerables marcas esculpidas sobre den tener estas líneas?, ¿Quién las hizo? la pintura y hundidas en la pátina de yeso. ¿Para qué las esculpió?, son preguntas que Son líneas cortas dispuestas en forma pa- pretendo responder a modo de lo visto y lo ralela. Las cuento. El dibujo rupestre con oído, como diría un cronista español, pero menos líneas posee cuatro hendiduras, en además como intento de autor de algunas el más extenso alcanzo a contar 14 trazos y de estas marcas. quizás más. Percibo intuitivamente que se 1º de Julio de 1985, en el invierno de trata de un cronómetro de días, que puede Santiago de Chile, el día estaba amenazan- ser un calendario, para no perder la noción te de lluvia. En una esquina agentes de la del tiempo, una especie de ayuda memoria. policía secreta de la dictadura del General Me pregunto ¿Cuántas líneas deberé mar- Augusto Pinochet Ugarte me tienden una car?, e imagino el rango de días que estaré emboscada. Se abalanzan, me lanzan al en las sesiones de interrogatorio y tortura, y suelo y me apuntan con sus armas. Soy evito pensar en cuándo saldré de esta situa- detenido y luego de allanar mi casa, me lle- ción, ello debilita y desespera. Mi consuelo van vendado en una dirección que adivino temporal es el máximo de marcas.