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Sergio Silva Castañeda · Graciela Márquez

MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 Secretaria de Relaciones Exteriores Claudia Ruiz Massieu

Directora General del Instituto Matías Romero Natalia Saltalamacchia Ziccardi

Directora General Adjunta Rosario Molinero Molinero

Directora General Adjunta Valentina Riquelme Molina

Directora de Producción Editorial María Constanza García Colomé

SRE Silva Castañeda, Sergio. 920.R763 SI586 Matías Romero y el oficio diplomático: 1837-1898 / Sergio Silva Castañeda, Graciela Márquez Colín. -- Prólogo, Claudia Ruiz Massieu -- 1a. ed. -- México: Secretaría de Relaciones Exteriores, Instituto Matías Romero, 2016.

118 p.

ISBN: 978-607-446-084-1

1. Romero, Matías, 1837-1898. - 2. Diplomáticos mexicanos. – 3. México - Historia – Siglo XIX. - 4. México – Relaciones internacionales – Siglo XIX. I. México. Secretaría de Relaciones Exteriores, Instituto Matías Romero. I. Graciela Márquez Colín, coaut.

D. R. © 2016 Secretaría de Relaciones Exteriores Plaza Juárez 20, Col. Centro, Del. Cuauhtémoc, C. P. 06010, Ciudad de México

Instituto Matías Romero República de El Salvador núms. 43 y 47, Col. Centro, Del. Cuauhtémoc, C. P. 06080, Ciudad de México

Se prohíbe la reproducción parcial o total por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. isbn: 978-607-446-084-1

Impreso en México / Printed in Índice

Presentación...... 9

Claudia Ruiz Massieu

Agradecimientos...... 11

Introducción...... 13

Oaxaca y su Instituto de Ciencias y Artes: las dos cunas de Romero...... 17

Guerra y diplomacia, 1857-1867...... 25

“El puesto más difícil”: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público...... 47

De norte a sur: otra vez la diplomacia, 1882-1898...... 59

Colofón: la muerte del embajador...... 103

Fuentes...... 113

Índice de imágenes...... 117 Presentación

a diplomacia mexicana surgió con el nacimiento mismo del país a la vida independiente; de hecho, puede decirse que este proceso de afirmación soberana fue también, en paralelo, nuestro primer acto de política exterior. Desde entonces, México jamás ha sido, ni se ha asumido, como un país aislado del mun- do, si bien durante buena parte de su historia ha enfrentado coyunturas en las que las aguas Ldel entorno internacional se han agitado con particular turbulencia. Pero es precisamente en esos momentos difíciles, de retos e incertidumbre, cuando la diplomacia mexicana despliega y demuestra su máximo valor, como una herramienta poderosa para proyectar los principios de México, defender sus intereses y apuntalar el desarrollo nacional. Matías Romero Avendaño (1837-1898) pertenece a la generación de funcionarios públicos ejemplares, que supieron servir a México con ética, pragmatismo e inteligencia, en medio de un entorno azaroso, cuando la soberanía e integridad misma del país corrían peligro. Su trayectoria diplomática, por la que mejor se le recuerda, ocurrió durante la Intervención francesa y la República restaurada de Benito Juárez, en una época que también atestiguaba las pulsiones expansionistas de Estados Unidos, a su vez convulsionado por la Guerra de Secesión y sus secuelas. Con justa razón, la academia diplomática mexicana lleva el nombre de Matías Romero, como evocación del compromiso institucional, de la estatura intelectual y del talento que exige la tarea de representar a México más allá de sus fronteras. En esta misma premisa, la Secretaría de Relaciones Exteriores le rinde homenaje mediante la edición de la obra Matías Romero y el oficio diplomático: 1837-1898, estudio de los destacados investigadores Graciela Márquez, de El Colegio de México, y Sergio Silva Castañeda, del Instituto Tecnológico Autónomo de México. El libro se lee con la fluidez de la narrativa amena, sin perder por ello el rigor académico, que se refleja en un atinado uso de fuentes primarias —algunas de ellas inéditas— y secundarias, para conformar este retrato de uno de los funcionarios que más contribuyó a que México hallara su voz frente al mundo.

9 10 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Uno de los méritos principales del volumen vida en ese país, recibiendo honores fúne- es que además de presentar un nutrido recuento bres y el reconocimiento de las autoridades de la carrera del liberal oaxaqueño, también estadunidenses, por sus contribuciones a ofrece un panorama de las transformaciones normalizar, mejorar y potenciar la inter- que ocurrían en México, en Estados Unidos locución entre dos países destinados a tra- y en América Latina, dibujando así no sólo al bajar y prosperar juntos, no sólo como una hombre, sino también a su circunstancia. imposición de la vecindad geográfica, sino En este mismo sentido, una aportación como un acto de voluntad política, basada central, que le otorga una plena y alecciona- en valores comunes e intereses compartidos. dora vigencia a este trabajo, es la importancia Por ello, esta obra, además de tratarse de que tiene, para el diplomático, conocer el con- un rico ejercicio de documentación, valioso texto social, económico y político local, tanto en sí mismo, invita a ser leída como historia de su país, como de aquél donde desempeña didáctica, en un momento en el que México su misión. En efecto, Matías Romero com- y Estados Unidos diversifican e instituciona- prendió a fondo los resortes de la política es- lizan su agenda bilateral, y en la que, como tadunidense y supo utilizarlos para construir antes, es necesario superar las coyunturas con una relación bilateral más equilibrada, venta- visión de largo plazo, y recordar una de las josa y fructífera. Más aún, Romero desarrolló lecciones de Matías Romero, para quien la una completa familiaridad con la vida cotidia- mejor vía de fortalecer la alianza estratégica na y cultural del vecino del norte. Gracias a entre México y Estados Unidos era, como lo ello pudo aprovechar las complejas dinámicas sigue siendo, lograr que no sólo los gobiernos, entre los distintos estados de la Unión, em- sino sobre todo las sociedades interactúen y prendió un incansable trabajo de cabildeo con se conozcan cada día mejor para darse cuenta el Congreso de ese país y promovió una narra- tiva favorable para México, en un lenguaje que de que juntos, ambos países, son más seguros, fuese resonante para sus interlocutores esta- más prósperos, y más fuertes. dunidenses. Al mismo tiempo, tuvo la pericia Adentrarse en la figura de Matías Ro- de abrir y cultivar canales de diálogo con toda mero es valorar el diálogo por encima de la clase de actores: desde funcionarios hasta em- confrontación, el entendimiento por encima presarios, legisladores al igual que periodistas, de los estereotipos, los puentes de confianza con lo cual sumó aliados para avanzar en las por encima de las barreras de prejuicios. Es, causas que a México le interesaban. en una palabra, reivindicar el quehacer y el Así, no resulta extraño, aunque parez- oficio diplomático. ca irónico, que, si bien Matías Romero na- ció en una era en la que México padecía la Claudia Ruiz Massieu agresión de Estados Unidos, terminara su Secretaria de Relaciones Exteriores Agradecimientos

gradecemos al Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México y al Departamento Académico de Estudios Internacionales del itam su apoyo durante todo el proceso que llevó a la publicación de este libro; al personal del Archivo Histórico del Banco de México, en particular, a la licenciada Mireya Quintos, y al del Archivo Histórico Diplomático Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en especial,A al maestro David Olvera y al licenciado Jorge Fuentes Hernández. Asimismo, nuestro agradecimiento al personal de la Fototeca Nacional y la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah). Todos ellos facilitaron el proceso de la investigación. El apoyo comprometido y entusiasta de la doctora Natalia Saltalamacchia, directora del Instituto Matías Romero (imr), hizo que la publicación de este libro fuera una rea- lidad. De igual manera, se agradece el trabajo de edición de la Dirección de Producción Editorial del imr, encabezada por María Constanza García Colomé, y de Gabriel López. Nuestro mayor agradecimiento a la canciller Claudia Ruiz Massieu por impulsar pro- yectos de tan valiosa naturaleza.

Sergio Silva Castañeda y Graciela Márquez

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Introducción

n la tarde del 18 de enero de 1899, un nutrido grupo de habitantes de Ea- gle Pass, Texas, se reunió en la casa de la Corte del Condado y desde ahí caminaron, junto con miembros de la guarnición local del Ejército de Estados Unidos en riguroso uniforme y con listones de luto, hasta la estación del tren. Como lo habían previsto la noche anterior durante una improvisada reunión de notables locales, a las 17:00 horas se avistó a la distancia Eel tren que estaba por llegar a este poblado de no más de dos mil habitantes, ubicado en la frontera entre México y Estados Unidos. Siguiendo el plan acordado, a las 17:05 la Banda Militar de Eagle Pass empezó a tocar una marcha fúnebre. Cuando el tren se detuvo en la estación, el cuerpo de voluntarios del Ejército de Estados Unidos estacionado en el campa- mento local presentó armas frente a uno de los vagones, mientras que desde su campamento, situado no muy lejos de la estación, se escucharon diecisiete cañonazos de salva. Los restos de don Matías Romero habían llegado al último poblado estadunidense previsto en su recorrido de Washington a la Ciudad de México. Al llegar el carro fúnebre, Francisco de Villasana, cónsul de México en Eagle Pass, encabezó un comité de autoridades locales que rindieron homenaje al cuerpo de Romero, entre quienes se encontraban, además de muchos otros, el administrador de la aduana local, el comandante del campamento militar y el juez del condado. El comité abordó el carro donde se transpor- taban los restos y montó una guardia de honor. Con el mismo propósito, doce sargentos del Ejército montaron guardia al frente y detrás del carro fúnebre. Todos los asistentes vistieron de luto, las banderas de Estados Unidos se mantuvieron a media asta, y todas las tiendas y los negocios cerraron desde las 16:30 horas hasta que el cortejo fúnebre abandonó el territorio estadunidense. A las 17:30 horas, el tren retomó su camino a marcha lenta hacia la frontera acompañado por toda la comitiva, incluyendo militares, funcionarios y el cónsul mexicano. En la frontera, el juez del condado, de apellido Kelso, pronunció un discurso y entregó la custodia del cuerpo a la comisión que para ese fin se había formado del otro lado de la frontera

13 14 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

en la ciudad Porfirio Díaz (así se llamaba binete y altos funcionarios del Ejército y la Piedras Negras entre 1888 y 1911).1 Marina estadunidenses, así como miembros Fue el último homenaje que recibió el de la Corte Suprema y el cuerpo diplomá- cuerpo del ilustre diplomático mexicano en tico de México acreditado en esa capital. Estados Unidos: en un pueblo alejado de Estuvieron presentes también viejos amigos ambas capitales donde una pequeña guarni- del diplomático mexicano, como John W. ción del mismo ejército que invadió México Foster, ex secretario de Estado y ex ministro durante la niñez de Romero resguardaba una de Estados Unidos en México,3 quien estuvo frontera más cercana todavía a la acepción de cerca de Romero durante sus últimos días de frontier que a la de border. En su informe al vida y dedicaba parte de su tiempo a dictar secretario de Relaciones Exteriores, Villa- conferencias sobre la historia diplomática de sana aseguró que “ceremonias públicas más Estados Unidos a las que el embajador mexi- imponentes y solemnes no habían tenido lu- cano asistía con frecuencia. Al retomar sus gar en esta frontera”.2 Casi medio siglo des- conferencias después de la muerte de Rome- pués de la guerra, la relación entre México ro, en enero de 1899, Foster dedicó unos mi- y Estados Unidos había cambiado radical- nutos a rendirle homenaje: mente y durante cuarenta años Matías Ro- mero fue pieza fundamental de ese cambio. Si me pidieran caracterizar la exitosa vida del Al parecer, la influencia del diplomático en señor Romero en una palabra, tendría que decir ese proceso no pasó desapercibida para los trabajo. […] La lección de su vida es que cual- habitantes de esos dos pequeños poblados quier hombre joven medianamente dotado, que fronterizos que en unas cuantas horas acor- tiene la voluntad de trabajar y el celo patriótico daron rendirle tales honores. de servir a su país y a su raza, tiene ante sí mismo Sin embargo, éstos no fueron los úni- espacio para el honor y el éxito.4 cos honores que recibió el cuerpo de Matías Romero en Estados Unidos. Dos semanas El carácter extraordinario de esas solemnes antes, el 1 de enero de 1899, habían tenido despedidas evidenció la importancia del tra- lugar los funerales oficiales en Washington, bajo de Matías Romero y la eficacia con que D. C., ceremonia a la que el presidente de cumplió el encargo de representar a México Estados Unidos, William McKinley, asis- en Washington durante una época turbu- tió con su esposa, además del vicepresidente lenta en ambos lados de la frontera; fueron Garret Hobart, algunos miembros del ga-

3 José F. Godoy a secretario de Relaciones Exteriores, 1 Francisco de Villasana a secretario de Relaciones Exte- 2 de enero de 1899, ahdge, le-1038, ff. 150-152. riores, 15 de enero de 1899, Acervo Histórico Diplomático 4 “A Tribute to Romero”, The Washington Post, 19 de ene- Genaro Estrada (ahdge), le-1038, ff. 251-261. ro de 1899, ahdge, le-1038, f. 272. Traducción de los 2 Idem. autores. INTRODUCCIÓN 15

Vista a vuelo de pájaro del condado de Maverick, Eagle Pass, 1887.

muestra del aprecio y el respeto que se ganó debe agregarse que los años en que parti- a lo largo de cuatro décadas de intenso tra- cipó activamente en la política, la econo- bajo diplomático. Durante todo ese tiempo mía y, sobre todo, la diplomacia mexicana, en Washington, Romero fue un represen- también fueron excepcionales: de la Guerra tante extranjero fuera de lo común: además de Reforma a la ocupación de Cuba por Es- de decano del cuerpo diplomático, amigo de tados Unidos, pasando por la organización expresidentes, era negociador principal en de la Primera Conferencia Panamericana, diversas coyunturas, pero, sobre todo, nodo la Guerra Civil estadunidense y la Interven- principal de una red de contactos de todo ción francesa en México, acontecimientos de tipo que siempre utilizó para promover los los años en que se construyó y se consolidó intereses del Gobierno mexicano. Además, lo que Eric Hobsbawm denominó la era del 16 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

imperio.5 En esas peligrosas aguas para las gracias a su conocimiento del sistema inter- soberanías de los países débiles del mundo, nacional, desempeñó en otras facetas de su le correspondió a él defender los intereses de vida. No se trata de un trabajo exhaustivo y México precisamente desde el corazón de un por ello hemos seleccionado algunos pasajes imperio en vertiginoso ascenso. de su actividad diplomática que considera- Matías Romero es, pues, un personaje mos importantes para los fines de este libro; crucial en la historia de México y el estudio no obstante, es un mosaico complejo y diver- de su trayectoria diplomática proporciona so, tal como él mismo fue construyéndolo a la oportunidad de comprender las comple- lo largo de sesenta y un años de existencia. jidades de su periodo, no sólo de la política De su prolija correspondencia y documenta- interna de México, donde cumplió un papel ción oficial, complementadas con fuentes se- fundamental, sino también en términos de cundarias fundamentales para el estudio de la consolidación del Estado mexicano como su época, hemos rescatado la voz de Matías parte del concierto internacional. Diplomá- Romero y la de sus interlocutores para dar tico autodidacta cuya vida aporta lecciones cuenta de los contextos, las relaciones perso- invaluables a los diplomáticos mexicanos de nales, las tensiones y los giros que se entrete- siempre, fue el más joven de aquella genera- jieron con grandes decisiones, propias de las ción de oaxaqueños que transformó el Méxi- responsabilidades de un funcionario público co de la segunda mitad del siglo xix y llegó de alto nivel; con ello esperamos contribuir a a ser el mexicano más cosmopolita de su la reflexión histórica sobre el periodo en que época. Tanto como diplomático, secretario sirvió a un país que buscaba su lugar en un de Hacienda e, incluso, empresario, enten- mundo complejo, cambiante y lleno de incer- dió la dinámica del sistema internacional y tidumbre. los efectos que éste podía tener sobre su país; Por tanto, lo que aquí presentamos es un representante de México en Estados Unidos, estudio breve sobre la vida de Matías Rome- negociador con el Vaticano y con el Imperio ro y el contexto histórico en que desempeñó chino, productor fallido de café y promotor su carrera diplomática. Algunas fuentes que del movimiento panamericano fue, en suma, utilizamos no habían sido publicadas en los un mexicano que ya a mediados del siglo xix pocos, aunque importantes, estudios conocidos concebía el mundo de manera global. sobre este personaje y se intenta ubicarlas en En este libro ofrecemos un esbozo bio- el contexto histórico no sólo de México, sino gráfico de Matías Romero que se centra en también en el de Estados Unidos, Guatema- su labor como diplomático y en el papel que, la, y del sistema internacional de finales del siglo xix. Matías Romero fue, desde nuestra 5 Eric Hobsbawm, The Age of Empire, 1875-1914, Lon- dres, Weinfield & icolson,N 1989. Publicado en español perspectiva, un diplomático muy hábil en un por la editorial Crítica en 1998. entorno internacional sumamente complicado. y su Instituto de Ciencias y Artes: las dos cunas de Romero

a ciudad de Oaxaca, lugar de nacimiento de Matías Romero, se constituyó durante la época novohispana como un centro urbano donde se asentaron autoridades políti- cas y eclesiásticas, producto de un proceso de colonización en el que gran parte de la población indígena mantuvo el control de sus tierras. Esta característica es fundamental para explicar el colapso que la economía de esta ciudad experimentaba desde varias décadas antes de la guerra Lde independencia. La principal actividad que conectaba a Oaxaca con la economía atlántica, la producción de cochinilla, entró en una larga, pero inexorable decadencia desde la década de 1780; además, la consolidación de vales reales y las dificultades para obligar a trabajar a los indígenas en las haciendas, tanto por su mayor independencia por contar con tierras propias para subsistir como por la prohibición del repartimiento, favorecieron la descapitalización de la élite local. Con la lucha insurgente y la reocupación del territorio por los realistas en 1814, se acentuaron las dificultades económicas6 y la ciudad de Oaxaca llegó a la época indepen- diente de México como el asiento de una élite local en franca decadencia económica, de la que aparentemente habían pasado sus mejores tiempos, pero con claras ambiciones de desempeñar un papel destacado en la construcción del nuevo estado. Durante los primeros años del México independiente, esa élite oaxaqueña en claro retroceso buscó en la educación una herramienta para la modernización.7 El estado de Oaxaca era una re- gión que tenía a su población como su principal activo, pero también era su más importante pa- sivo. Aunque la población oaxaqueña constituía un porcentaje significativo de la población total del país, a los ojos de las élites locales la mayoría de ella era un “problema”, al estar compuesta primordialmente de indígenas y gozar de más autonomía que la de otros estados. Sin un sector

6 Véase Brian Hamnett, “Dye Production, Food Supply, and the Laboring Population of Oaxaca, 1750-1820”, en The Hispanic American Historical Review, vol. 51, núm. 1, 1971. 7 Annick Lempérière, “La formación de las elites liberales en el México del siglo xix: Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca”, en Secuencia, núm. 30, septiembre-diciembre de 1994, p. 62.

17 18 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Fachada del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, siglo xx.

exportador lucrativo y con muchas complica- sólo políticamente, sino incluso preparando ciones para utilizar a los indígenas como mano a los jóvenes para que asumieran el control de obra en la agricultura comercial, en compa- de las nuevas instituciones que habrían de ración con otras regiones, dicha élite depositó construirse bajo una república federal. En sus esperanzas en la educación, pues creían este contexto, en 1826 se fundó el Institu- que ésta conduciría “al estado de Oaxaca por to de Ciencias y Artes de Oaxaca (icao), la vía de la modernidad” que correspondía “al no necesariamente como competencia a deseo de que el estado siguiera contando en la la única institución de educación superior historia nacional”. De ahí “los esfuerzos que existente hasta entonces en el estado, el Se- durante un siglo realizó Oaxaca para moder- minario Conciliar, sino como una forma de nizarse mediante la educación”.8 complementar la formación de los miembros En los años veinte del siglo xix, la éli- de la élite oaxaqueña ante un contexto po- te oaxaqueña abrazó el proyecto federal, no lítico nuevo.9 El icao ofrecía estudios que

8 Idem. 9 Ibid., p. 63. OAXACA Y SU INSTITUTO DE CIENCIAS Y ARTES: LAS DOS CUNAS DE ROMERO 19

Vista del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, siglo xx.

antes sólo eran alcanzables para los conta- icao abrió la posibilidad de una educación dos miembros de la sociedad local que po- superior secular y, por tanto, pronto se con- dían costear su preparación en la Ciudad de vertiría en bastión de liberales locales que, México. Su apertura permitió, por ejemplo, poco a poco, ocuparon sus aulas, cátedras y la formación de abogados que, se esperaba, administración.10 ocuparan esos nuevos puestos políticos en el A partir de 1832, durante la admi- Congreso, los juzgados y la administración nistración federalista de Valentín Gómez locales. De tal forma que la aparición de esta Farías, el experimento liberal parecía con- institución debe entenderse como conse- solidarse en Oaxaca bajo la gubernatura cuencia del triunfo, hoy sabemos temporal, de Ramón Ramírez de Aguilar y con la del proyecto federalista de 1824, en ese con- texto de fe en la educación que impulsó la 10 Víctor Raúl Martínez Vásquez, Juárez y la Universidad élite oaxaqueña. Si bien no hubo intención de Oaxaca: breve historia del Instituto de Ciencias y Artes, y de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, Méxi- de competir directamente con el Seminario co, Senado de la República/Universidad Autónoma Benito Conciliar, lo cierto es que la aparición del Juárez de Oaxaca, 2006, pp. 26-27. 20 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 OAXACA Y SU INSTITUTO DE CIENCIAS Y ARTES: LAS DOS CUNAS DE ROMERO 21

presencia en el Congreso local de uno de Para 1842, el gobernador del estado era An- los primeros egresados del icao: Benito tonio de León, antiguo militar realista que Juárez; este Gobierno promovió, por ejem- apoyó a Santa Anna en 1823, pero que, al plo, la reivindicación de la figura de Vicen- igual que el caudillo, fue adoptando poco a te Guerrero y algunas medidas para reducir poco la agenda centralista. Con De León, el poder de la Iglesia católica en el estado.11 Juárez volvió a ocupar cargos importantes Sin embargo, a pesar del incipiente papel en la administración pública local y el icao de líder que Juárez tenía en el Congreso recuperó el espacio perdido. En 1845, el local, el partido liberal todavía no existía, Instituto reformó sustancialmente su plan sino que había liderazgos vulnerables que, de estudios y abrió la posibilidad de recibir a la llegada del Gobierno conservador de a estudiantes de doce años de edad, como Anastasio Bustamante en 1837 y la pro- parte de un programa de estudios secun- mulgación de las Siete Leyes en diciembre darios. Esta reforma permitió a Matías de 1836, tuvieron que pasar a la defensiva. Romero ingresar al icao en 1848, en un Juárez dejó el Congreso local y sus refor- momento en que el país se colapsaba a cau- mas fueron abrogadas. El primer proyec- sa de una invasión extranjera.13 to liberal oaxaqueño parecía derrotado y Además de la pérdida del territorio, la sus líderes desaparecieron o se dedicaron a invasión de 1846-1847 tuvo consecuencias asuntos privados. Por otra parte, el icao fue políticas muy importantes para el país y víctima de hostigamiento desde el centro para Oaxaca. Antonio de León perdió la del país: su presupuesto se redujo y varias cá- vida en la batalla de Molino del Rey, lo tedras fueron cerradas por no ser aprobadas que, junto con la restauración federalista, en la Ciudad de México.12 En este contexto en octubre de 1847, abrió la puerta de la de repliegue del liberalismo mexicano nació gubernatura del estado a Benito Juárez. Si Matías Romero en 1837. bien éste no logró consolidar su control del Si bien durante los años treinta del si- Gobierno hasta 1849, su administración, glo xix en Oaxaca había una clara dispu- que concluyó en 1852, representó el regre- ta ideológica, no fue ésta obstáculo para so de los viejos federalistas oaxaqueños al que los liberales derrotados se incorpora- poder. Como era de esperarse, estos perso- ran poco a poco a las instituciones locales najes aprendieron de sus derrotas y para en- a partir de 1838, pues las diferencias eran tonces tenían un proyecto mucho más claro relativamente pequeñas comparadas con las y, sobre todo, de corte más liberal. Eran los grandes controversias que estaban por venir. mismos, pero con mucha más experiencia

11 B. Hamnett, Juárez, Nueva York, Longman, 1994, pp. 24-26. 13 Harry Bernstein, Matías Romero, 1837-1898, México, 12 A. Lemperière, op.cit., p. 76. Fondo de Cultura Económica (fce), 1973, p. 10. 22 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

política.14 Siendo Juárez gobernador y Por- Altamente honrado con la confianza que S. E. ha firio Díaz profesor delicao , Matías Ro- tenido la bondad de depositar en mí, llamándo- mero ingresó en el Instituto y se graduó de me a la primera Secretaría de Estado, me apre- sus primeros estudios en 1851, un par de suro a manifestar a V. E. mi profundo reconoci- años antes de que sus mentores dejaran miento por tal distinción, y mi deseo sincero de de ser una joven generación de liberales corresponder a ella, consagrándome en cuanto que gobernaban Oaxaca para convertirse me sea posible al servicio público, en las impor- en figuras de prominencia nacional en la tantes labores de ese Ministerio.15 lucha contra Santa Anna durante la Revolu- ción de Ayutla. El presidente y el canciller que lo contrata- En 1854, los liberales oaxaqueños, jun- ron por primera vez dejaron sus puestos diez to con otras élites locales, se sumaron a la días después, pero Romero trabajaría para lucha iniciada por Juan Álvarez en Guerre- ese ministerio la mayor parte de las siguien- ro. Al triunfo de la revolución, los oaxa- tes cuatro décadas. queños encabezados por el exgobernador De tal forma que Matías Romero for- Juárez se sumaron a la tarea de reconstruir mó parte de esa ola oaxaqueña que llegó al el país a partir de un proyecto federal y li- poder encabezada por Juárez y cuya influen- beral, opuesto al conservadurismo clerical cia, en gran medida, sería evidente hasta convertido en partido por Lucas Alamán y más de medio siglo después. Sin embargo, sus herederos políticos. es importante notar que Romero represen- Cuando Juárez ocupaba su puesto como tó la última ola de esa generación: no formó ministro de Justicia e Instrucción Pública parte de la generación de Juárez e Ignacio con el presidente interino Juan Álvarez, Ma- Mejía, nacidos entre 1806 y 1814; tampoco tías Romero era un joven egresado del icao, lo fue de la generación de Díaz e Ignacio con potencial, pero también con ambición. Mariscal, quienes nacieron en 1830 y 1829, Romero llegó a la Ciudad de México en 1855 respectivamente. En 1855, cuando recibió el y pronto recibiría su primer nombramiento nombramiento de meritorio en la Secreta- público. El 1 de diciembre de 1855, el se- ría de Relaciones Exteriores (sre), Mejía y cretario de Relaciones Exteriores Manuel Juárez ya eran políticos avezados y habían María Arrioja le informó que el presidente sido gobernadores de Oaxaca en los años Álvarez, lo había nombrado “meritorio” de en que Romero estudiaba en el icao. Al esa secretaría y lo asignaba a la sección de Eu- triunfo de la Revolución de Ayutla los dos ropa. Romero, con sólo dieciocho años de eran figuras importantes en los Gobiernos edad, respondió de forma solemne:

15 Matías Romero a secretario de Relaciones Exteriores, 14 B. Hamnett, Juárez, pp. 33-35. 1 de diciembre de 1855, ahdge, le-1038, f. 4. OAXACA Y SU INSTITUTO DE CIENCIAS Y ARTES: LAS DOS CUNAS DE ROMERO 23

que de ahí emanaron y lo seguirían siendo cribiente y quinto secretario en la sre de un durante el segundo lustro de los años cin- Gobierno errante. cuenta: uno se convirtió en presidente y el De cualquier manera, Matías Romero otro se ganó el grado de general durante entendió que su cercanía con ese núcleo de la Guerra de Reforma. En el caso de Díaz oaxaqueños representaba una oportunidad y Mariscal, la diferencia de edad con Ro- poco común para un joven de su edad y por mero no era tan significativa, pero aun así eso llegó a la Ciudad de México a los diecio- para mediados de la década de 1850, ambos cho años con un objetivo claro: incorporarse tenían roles más destacados que el del me- al Gobierno de sus mentores. Su edad no ritorio de la sre. Mariscal participó como sería lo único que lo distinguiría en este nú- constituyente en 1857 y acompañó a Juárez cleo de notables liberales oaxaqueños, sino, durante la Guerra de Reforma; por su par- desde un principio, un conspicuo interés por te, Díaz tuvo un papel relevante en Oaxaca los asuntos internacionales; por esta razón, durante la Revolución de Ayutla y combatió su objetivo primordial fue, desde su llegada bajo las órdenes de Mejía en la Guerra de a la capital, integrarse a la Secretaría de Re- Reforma. Mientras tanto, el joven Romero laciones Exteriores.16 pasaría esos años como meritorio en la sre y voluntario en el Ejército liberal, como es- 16 H. Bernstein, op. cit., pp. 13-15. 24 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 Guerra y diplomacia, 1857-1867

l primer nombramiento de Matías Romero como meritorio llegó jus- tamente unos días después de su llegada a la Ciudad de México gracias a la influencia de Juárez. Sin embargo, por dos años su posición en la sre sería absolutamente marginal y sin sueldo. Su vida durante esos dos años se parecía a la de un simple joven con ambiciones que no terminaba por encontrar su lugar entre los laberintos burocráticos de la Ciudad de EMéxico. Fuera del trabajo en la Secretaría, dedicaba el tiempo a sus estudios de leyes, a escribir su primer libro sobre los tratados internacionales de México y a maniobrar agre- sivamente para lograr un mejor puesto en la Cancillería, de preferencia en la legación en Londres. Como describe Harry Bernstein, no eran tiempos exitosos para Romero.17 La situación comenzó a cambiar en 1857 y la razón parece un tanto obvia. En ausen- cia de Benito Juárez, quien había regresado a Oaxaca a ocupar el cargo de gobernador, Romero trató de escalar posiciones y de lograr el apoyo de la sre para publicar su estudio sobre tratados, pero sin ningún éxito. Ni Sebastián Lerdo de Tejada ni Lucas de Palacio, quienes estuvieron a cargo de la sre durante ese tiempo, prestaron mucha atención a ese joven oaxaqueño que no había desarrollado todavía esa habilidad para empatizar con otros de la que haría gala posteriormente en su carrera como diplomático.18 Bernstein sugiere que Romero perdió las esperanzas de que Juárez podía ayudarle en su carrera durante el tiempo en que éste estuvo ausente de la capital; sin embargo, Brian Hamnett explica que en realidad ese contacto nunca se perdió. Romero informaba a Juárez periódicamente so- bre los sucesos en la capital y lo que pasaba en la sre, donde, después de todo, aún tenía un puesto gracias a la intervención de este último. Por tanto, cuando Juárez dejó la gubernatura para reincorporarse al gabinete del presidente Ignacio Comonfort, Romero tenía la certeza

17 Ibid., pp. 16-23. 18 Idem.

25 26 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

El valle de México desde el cerro del Risco, mediados del siglo xix.

de haber recuperado a un importante e in- clamó presidente interino, con lo que inició fluyente aliado en la capital.19 la Guerra de Reforma. A partir de ese momento la fortuna his- Según Bernstein, para Romero el inicio tórica parece interrumpir la vida burocráti- de la guerra significó el hundimiento de “sus ca de Matías Romero. El 17 de diciembre ambiciones privadas” y atribuye su lealtad a la de 1857, el presidente Comonfort ordenó causa liberal sólo un asunto de lealtad per- la disolución del Congreso y el arresto de sonal a Juárez.20 Sin embargo, habría que los miembros de su gabinete, entre ellos, hacer algunas anotaciones sobre estos dos Juárez. A su vez, los militares dirigidos por asuntos. Félix María Zuloaga planearon deshacerse Primero, parece difícil sostener que la también de Comonfort. Momentos antes guerra haya afectado sus ambiciones perso- de renunciar, éste ordenó la liberación de nales, pues para entonces Romero tenía muy Juárez, quien desconoció el golpe y se pro- claro que su única posibilidad de ascender

19 B. Hamnett, Juárez, p. 75. 20 H. Bernstein, op. cit., p. 31. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 27

Vista de la Catedral y el Palacio Nacional, Ciudad de México, ca. 1845.

en la burocracia estaba al lado de Juárez. mente de Romero, pero la futilidad de que- Ciertamente, ante una situación de absoluta darse en la Ciudad de México, gobernada incertidumbre política, tuvo que tomar una por los conservadores, debió haber sido bas- decisión importante: continuar en la como- tante clara. Seguir a Juárez era una aventura didad de la vida burocrática o seguir a su arriesgada, sin duda, pero la otra opción era coterráneo y otros liberales en una aventura un callejón sin salida. de resultado imprevisible. No obstante, para Segundo, Bernstein le adjudica de for- las ambiciones del joven Romero, el camino ma injusta al joven Romero cierta ambi- burocrático sin el apoyo de su mentor y sus güedad ideológica, fundamentalmente por partidarios parecía cerrado, mientras que su rutinaria asistencia a misa durante su la opción de seguir al Gobierno itinerante tiempo en la capital e incluso durante los le permitiría acrecentar su cercanía con el meses en que acompañó al errante primer mismo Juárez y otros liberales como Mel- Gobierno de Juárez. Esta ambigüedad hace chor Ocampo. Es difícil imaginar que esta pensar a Bernstein que Romero no esta- disyuntiva hubiera estado tan clara en la ba ideológicamente comprometido con la 28 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

causa liberal y que a ésta lo ataba sólo un Gobierno errante de Juárez, siempre traba- asunto de lealtad personal. En realidad, jando cerca de Ocampo y recibiendo ascen- Romero no era el único que manifestaba sos de una forma vertiginosa, algo muy difícil esa ambigüedad: la mayoría de los liberales de imaginar en tiempos de paz. La secuen- de la época eran católicos y lo que los di- cia de nombramientos que recibió durante ferenciaba de los conservadores era su pos- la primera parte de la Guerra de Reforma tura con respecto a cuál debía ser el lugar varía según la versión de Bernstein y lo que de la Iglesia católica en el Estado que se Romero mismo recordaría tres décadas des- estaba construyendo. La evolución del lema pués, pero sólo marginalmente.21 En ambas con el que Romero y otros liberales firmaban versiones, pasó de ser escribiente al llegar a los documentos de la época es reveladora en Guanajuato, a sexto secretario, oficial quin- términos de la evolución ideológica de ese li- to y después oficial segundo en menos de un beralismo en guerra. A su llegada a México año; mientras, el Gobierno se movía de Gua- en 1855 y hasta 1859, los documentos ofi- najuato a Guadalajara, a Colima y, al final, ciales firmados por Matías Romero están a . En respuesta a su nombramien- acompañados por el lema “Dios y Liber- to como oficial segundo, Romero señaló su tad”, que era común entre los egresados “propósito firme de hacer cuanto me fuere del icao. Para 1862, éste había cambiado posible en servicio de la causa que defiende a “Dios, Libertad y Reforma” y un año el Supremo Gobierno constitucional, por más tarde quedó reducido a “Libertad y no desmerecer la confianza que en mí se ha Reforma”. El liberalismo mexicano de me- depositado”. 22 La guerra, sin duda, aceleró diados del siglo xix nació entre católicos, su ascenso. porque de otra forma no hubiera nacido, y Las tensiones y rivalidades al interior evolucionó durante los años de guerra. El del Gobierno de Juárez en Veracruz no comportamiento de Romero en ese senti- fueron ajenas al joven Romero. Juárez y do pudo haber sido diferente del de Juárez Ocampo se negaron a buscar una salida ne- o de Ocampo, pero probablemente no de gociada al conflicto, mientras que Lerdo y áquel del liberal promedio. otros consideraban que las únicas opciones En cualquier caso, Matías Romero dejó de la facción liberal eran una intervención la comodidad de la capital para seguir a estadunidense que destruyera al partido Juárez, quien en febrero de 1858 le consiguió, conservador o una negociación que permi- en Guanajuato, lo que éste no había logrado en tiera salvar al menos una parte del progra- la capital: un nombramiento con sueldo de la sre, bajo las órdenes del ministro Melchor 21 Matías Romero a secretario de Relaciones Exteriores, 31 de marzo de 1887, ahdge, le-1039, ff. 73-76. Ocampo. Entre febrero de 1858 y diciem- 22 Matías Romero a secretario de Relaciones Exteriores, bre de 1859, Romero formaría parte de ese 30 de enero de 1859, ahdge, le-1038, f. 10. MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 29 30 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

ma liberal.23 Es difícil saber exactamente tido Republicano era una alianza norteña cuál era la opinión de Romero en esos variopinta que incluía, bajo una misma or- meses, lo cierto es que permaneció siem- ganización, a miembros del antiguo Parti- pre al lado de Ocampo e incluso en agos- do Whig y otros cuyo principal punto de to de 1859, cuando éste dejó la Cancillería, acuerdo era su oposición a la expansión fue transferido a la Secretaría de Gober- del sistema esclavista en el sur. Una pro- nación para que siguiera trabajando cerca porción considerable de los miembros del de su nuevo mentor. En medio de esas dis- Partido Whig se había opuesto a la gue- putas, trabajaría intensamente durante su rra contra México diez años antes, debido estancia en Veracruz y, por primera vez en precisamente a su interés en no permitir la su vida, tendría contacto directo con repre- expansión del esclavismo en el sur. Juárez sentantes del Gobierno de Estados Unidos y Ocampo seguramente conocían bien esa en un momento clave para la historia de historia. Sin embargo, ese partido se había México. Durante esos meses, en el puerto colapsado después de la elección de 1852, más importante del país, Matías se convir- principalmente por la percepción existente tió en testigo directo de la política nacional, entre la sociedad norteña de que el acuerdo en particular de la política exterior de un de 1850, que pretendía resolver el conflicto Gobierno arrinconado. latente por la potencial expansión del sis- Una de las claves para el Gobierno de tema esclavista en Estados Unidos, había Juárez en Veracruz durante la Guerra de Re- significado una capitulación de la dirigen- forma fue su relación con Estados Unidos, cia del partido frente a la élite esclavista del potencia en ascenso que apenas una déca- sur. El Partido Republicano ocupó el espa- da antes había invadido México y se había cio perdido por el Partido Whig y ya para apropiado de gran parte de su territorio. la elección de 1856 se había convertido en Aun así, ante el acoso de potencias euro- el segundo partido con más votos electo- peas, los liberales tuvieron que concentrar rales. Tanto republicanos como demócratas sus esfuerzos en esa relación. De acuer- sabían desde 1856 que el Partido Republi- do con Hamnett, durante 1859, Juárez y cano tenía grandes posibilidades de ganar Ocampo confiaban en que el Partido De- en 1860, por lo que no debería sorprender mócrata en Estados Unidos se desintegra- que Juárez y Ocampo contemplaran esa ría entre sus facciones norteñas y sureñas, y posibilidad. que el novedoso Partido Republicano lle- Sin embargo, para cuando Juárez y garía al poder al año siguiente.24 El Par- los suyos llegaron a Veracruz, en mayo de 1858, faltaban dos años y medio para la

23 H. Bernstein, op. cit., pp. 121-123. siguiente elección en Estados Unidos, por 24 B. Hamnett, op. cit., pp. 150-151. lo que era imposible simplemente esperar. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 31

A los liberales confinados en el puerto de México, John Forsyth, había ya propuesto Veracruz les urgía el reconocimiento de un tratado al Gobierno conservador según Estados Unidos y se dedicaron a obtenerlo. el cual México cedería Baja California y La única opción era negociar con el Go- otros territorios del norte del país, así como bierno demócrata de James Buchanan a una ruta comercial a través del Istmo de Te- sabiendas de que los intereses esclavistas y huantepec. A cambio, el Gobierno conser- expansionistas estaban bien representados vador recibiría ayuda financiera. Mientras en ese Gobierno. los liberales buscaban negociar con Estados En 1858, cualquier político mexicano Unidos, los conservadores negociaron apoyo con un mínimo de experiencia podía intuir financiero y militar con la Corona española. lo que Estados Unidos pondría en la mesa En diciembre de 1858, el personal diplomá- al momento de negociar un posible recono- tico de Estados Unidos que seguía en Méxi- cimiento del Gobierno de Juárez: cesiones co envió reportes sobre cómo con el paso de territoriales, derechos de tránsito, pago de los días crecían la flota británica, española y reclamaciones por daño a propiedades de francesa en el Puerto de Veracruz y señala- ciudadanos estadunidenses y la cancelación, ban que el objetivo de estas expediciones era o por lo menos la renuncia, a la aplicación intimidar y derrocar al Gobierno de Juárez. del artículo 11 del Tratado de Guadalupe Entre diciembre de 1858 y abril de 1859, el Hidalgo.25 Además, el Gobierno de Juárez presidente Buchanan recibió nuevos infor- se sentaría en esa negociación en circuns- mes sobre la situación en México. En ellos tancias muy poco favorables: sitiado en hubo argumentos legales sobre la ilegitimi- tierra por las tropas de Miguel Miramón dad del Gobierno conservador y la afinidad y con flotas europeas aglutinándose frente ideológica de Juárez con las instituciones al puerto de Veracruz. No obstante, Juárez políticas de Estados Unidos. Además, es- y Ocampo, junto con el joven Romero, no tos reportes enfatizaban las posibilidades de tenían alternativa, excepto la de negociar a que Juárez hiciera importantes concesiones, pesar de su endeble posición. incluso territoriales, a cambio de apoyo fi- Para el verano de 1858, Estados Unidos nanciero y el reconocimiento de su Gobier- ya había perdido esperanzas de entenderse no, mientras se corría el riesgo de que una con el Gobierno conservador de Zuloaga. El ocupación británica del puerto de Veracruz ministro de Estados Unidos en la Ciudad de cerrara esa posibilidad.26 Con la urgencia de aprovechar esta oportunidad de negociar con un Gobierno 25 Ese artículo hacía al Gobierno de Estados Unidos res- ponsable de las posibles incursiones de tribus nativas nor- teamericanas en territorio mexicano. Véase Brian DeLay, 26 Estos reportes consulares están citados en Edward J. War of a Thousand Deserts: Indian Raids and the U. S.-Mexi- Berbusse, “The Origins of the McLane-Ocampo Treaty of can War, New Haven, Yale University Press, 2008. 1859”, en The Americas, vol. 14, núm. 3, 1958, pp. 223-245. 32 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

moribundo, el 1 de abril de 1859, Robert ces cualquier concesión perdería sentido, M. McLane llegó a Veracruz con la misión por lo tanto, redujo sus pretensiones terri- de identificar si el Gobierno de Juárez de- toriales y, a cambio de brindar su asistencia bía ser reconocido o no, y con el poder de y reconocimiento al Gobierno liberal, sólo decidir al respecto.27 El 6 de abril, McLane pidió el derecho de tránsito por Tehuante- lo reconoció formalmente en una solem- pec. Al firmar el Tratado McLane-Ocam- ne ceremonia en el Palacio Municipal de po, Juárez y su Gobierno consiguieron Veracruz y entonces empezaron las nego- una alianza defensiva que les permitiría ciaciones.28 Estados Unidos, representado sobrevivir a un costo relativamente bajo.29 por McLane, estaba dispuesto a ofrecer un Como bien señala Hamnett, la alternativa crédito al Gobierno de Juárez, pero sólo a la concesión de esos derechos de tránsito, si garantizaba el pago con cesiones terri- a los ojos de Juárez, era la reinstauración toriales; incluso, el diplomático estaduni- de una monarquía en México. Ciertamen- dense tenía autorizado pagar diez millones te, el acuerdo permitía a Estados Unidos de dólares por la cesión de Baja Califor- proteger el tránsito por Tehuantepec, pero nia. Además, el Gobierno estadunidense sólo si había una solicitud específica del estaba interesado en asegurar el derecho Gobierno mexicano. El acuerdo se firmó de tránsito para sus nacionales a través del el 14 de diciembre de 1859 en Veracruz y territorio de México, particularmente por los logros no fueron menores. De acuerdo el Istmo de Tehuantepec, aunque también con Hamnett, Juárez y Ocampo lograron por Sonora. Durante los meses que llevó evitar una intervención directa de Estados esta negociación en Veracruz, la presión Unidos en México, así como la pérdida de sobre el Gobierno de Juárez aumentó. Al más territorio. Asimismo, en abril de 1860 mismo tiempo que Miramón sitió la ciu- el Gobierno liberal mantuvo en pie el pro- dad por tierra, las flotas europeas siguieron yecto republicano y consiguió el apoyo de concentrándose frente al puerto. Paradó- la Marina estadunidense cuando Miramón jicamente, esta presión mejoró la posición contrató buques españoles en Cuba para negociadora de Juárez: Estados Unidos sa- utilizarlos en el tercer sitio de Veracruz bía que Juárez podía ser derrotado y enton- en 1860, a pesar de que el Tratado estaba siendo discutido en el Senado de Estados Unidos y no sería ratificado. Lo más im- 27 Véase H. Bernstein, op. cit., pp. 37-40; E. J. Berbusse, op. cit., pp. 230-232, y B. Hamnett, Juárez, pp. 149-152. portante: Juárez y Ocampo lograron man- 28 Un relato de la época sobre este proceso de recono- tener el reconocimiento de Estados Unidos cimiento del Gobierno de Juárez se puede encontrar en Edward E. Dunbar, The Mexican Papers, The Mexican durante los peores momentos de la Guerra Question, The Great American Question, with Personal Remi- niscences, Nueva York, J. A. H. Hasbrouck & Co. (First Series, núm. 1), 1860, p. 7. 29 B. Hamnett, Juárez, p. 151. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 33

de Reforma y sin hacer todas las concesio- tados Unidos, editó desde Nueva York los nes que el Gobierno estadunidense espera- Mexican Papers, publicación con una clara ba.30 Romero participó al lado de Ocampo tendencia favorable al proyecto juarista que en esas negociaciones y tuvo ocasión de tenía como objetivo declarado en su primer tratar directamente con McLane y su co- número: mitiva, entre otras cosas, por su dominio del inglés.31 Atraer la atención de las clases mercantiles e Es difícil conocer el papel preciso de industriales en los Estados Unidos hacia la im- Matías Romero en esas negociaciones. En portancia nacional de la cuestión mexicana; y ese momento era un joven de veintidós años ofrecerles información con respecto a México, que súbitamente fue inmiscuido en lo que su gente y sus instituciones, con el objetivo de hasta entonces fueron las negociaciones in- corregir la opinión pública sobre algunos pun- ternacionales más peligrosas para el futuro tos de suma importancia que, a nuestro juicio, de México; sin embargo, dos señales indi- son completamente ignorados o completamen- can que no se limitó a ser un mero testigo te malentendidos.32 en esas delicadas conversaciones. Primero, dos semanas antes de la firma del Tratado, Unos años después, Romero presentaría a Ocampo le ordenó trasladarse a Washing- Dunbar con Abraham Lincoln como forma ton, donde trabajaría con el ministro José de acercar voces favorables a México entre el María Mata en la legación de México en Gobierno de Estados Unidos.33 Estados Unidos. Su misión principal con- El 10 de diciembre de 1859, Romero sistió en colaborar con Mata en el segui- salió de Veracruz con rumbo a Washing- miento a la ratificación del tratado en el ton para cumplir las órdenes de Ocampo. Senado de Estados Unidos. Evidentemen- Después de catorce días de trayecto, llegó te, se le estaba encomendando una tarea de por vez primera a la capital estadunidense. primordial importancia para el Gobierno Sus primeras semanas fueron complicadas. de Juárez asentado en Veracruz; además, Bernstein hace un detallado recuento sobre en esas conversaciones Romero entró en su viaje y sus impresiones, sus dificultades contacto con otros ciudadanos estaduni- con el idioma y su encuentro con el invierno denses con los que mantuvo relaciones du- en Estados Unidos. Al llegar a Washington, raderas, entre otros, el diplomático Henry intentó cabildear a favor de la aprobación del Roy de la Rentrie y el empresario Edward Tratado McLane-Ocampo, pero pronto se E. Dunbar. Este último, a su regreso a Es- dio cuenta de la enorme división al interior

30 Ibid., pp. 151-152. 32 E. Dunbar, op. cit., p. 1. 31 H. Bernstein, op. cit., pp. 37-40. 33 H. Bernstein, op. cit., p. 78. 34GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 35

del Congreso y de la existencia de impor- en Baltimore, donde finalmente eligieron a tantes intereses económicos en pugna: fe- Stephen Douglas como candidato presiden- rrocarrileros de Nueva York representados cial. Se trataba de un demócrata del norte, por senadores republicanos contra intereses senador por Illinois, que un par de años an- navieros de Nueva Orleans representados tes había derrotado a Lincoln en la elección por el Partido Demócrata. Pasó casi todo de senador por su estado. Unos días después, el primer semestre de 1860 asistiendo a los las delegaciones que abandonaron la conven- debates sobre el Tratado y ante su fracaso ción celebraron su propia reunión, en la que se dedicó a estudiar para entender mejor el nominaron al vicepresidente John Breckin- sistema político de Estados Unidos. Entre ridge como candidato presidencial. Por su mayo y agosto de este mismo año, recorrió parte, los republicanos celebraron su conven- gran parte del territorio estadunidense hasta ción en mayo de ese mismo año y tuvieron que, ante el regreso de Mata a México, fue sus propias sorpresas: Lincoln fue nominado nombrado encargado interino de negocios candidato presidencial a pesar de que se es- de la legación mexicana. Ésa fue la primera peraba que el senador de Nueva York y prin- vez que estuvo al frente de la representación cipal opositor al Tratado McLane-Ocampo, diplomática de México en Estados Unidos. William Seward, fuera el candidato. El 6 de Tenía 23 años.34 noviembre, el candidato republicano obtu- Una vez a cargo de la representación di- vo más de la mitad de los votos electorales, plomática, el joven Romero fue testigo de siendo un desconocido en la mayoría de los algunos de los meses más complicados en estados del sur, mientras que el candidato la historia de Estados Unidos. Entre el 23 demócrata Douglas, el único con presencia de abril y el 3 de mayo de 1860, el Partido nacional, ganó menos votos electorales que Demócrata celebró su convención para ele- Breckinridge, a pesar de haber logrado un gir candidato presidencial. Después de más porcentaje más alto del voto popular. Pron- de medio centenar de rondas de votación, to, estas divisiones políticas condujeron a una el Partido fue incapaz de elegir candidato guerra civil en Estados Unidos. presidencial, con todo y a pesar de que cin- Unas semanas después del triunfo elec- cuenta delegados del sur abandonaron la toral de Lincoln, el 20 de diciembre de 1860, convención antes de la primera ronda de vo- Carolina del Sur declaró su separación de tación como protesta por la adopción de una la Unión Americana. Le siguieron Misisi- plataforma electoral que no consideraban lo pi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y suficientemente proesclavista. Los demócra- Texas. Mientras la Unión se resquebrajaba, tas se reunieron nuevamente el 18 de junio Matías Romero recibió órdenes desde Mé- xico: viajar a Springfield, Illinois, para en- 34 H. Bernstein, op. cit., pp. 42-57. tregar un mensaje de Juárez al presidente 36 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

electo Abraham Lincoln, sin que nadie en taban en una verdadera esclavitud y quedó muy Washington se enterara de su misión para complacido cuando le dije que los abusos sólo no ofender a la administración demócrata existían en pocos lugares y que eran contrarios a todavía en funciones.35 Romero describe esa la ley. Me preguntó también cuántos habitantes primera entrevista en su diario: tenía la Ciudad de México y quedó agradable- mente sorprendido cuando lo supo, pues la creía Le dije el objeto de mi viaje y le leí la nota del muy pequeña. Hablamos sobre el nombramien- ministerio de Relaciones en que se me previno lo to de Mr. Seward para secretario de Estado y hiciera yo; le manifesté en seguida que la causa sobre otras cosas. Habló firmemente contra la única de las revoluciones en México han sido el esclavitud.36 clero y el ejército que por sostener los privile- gios e influencia que gozaban durante el régi- Como señala Hamnett, Romero y Juárez men colonial se han pronunciado contra todas coincidían en que tendrían la simpatía del las constituciones; pero que ahora que acaban de Gobierno republicano, pero también enten- ser completamente vencidos había esperanzas dían que había que aprender a explotar esa fundadas de que México gozara de paz y pros- simpatía.37 Lo importante era que había razo- peridad. Me dijo en respuesta que durante su nes para el optimismo. Independientemente administración procurará hacer todo lo que esté de la buena voluntad que México pudiera ga- a su alcance en favor de los intereses de Méxi- nar entre los miembros del Gobierno republi- co, que se le hará entera justicia en todo lo que cano de Lincoln, el triunfo militar del norte ocurra y que se le considerará como una nación en la guerra civil era concebido por Romero amiga y hermana. Me agregó que no creía que como el mejor escenario para el futuro de nada pudiera hacerlo cambiar de este propósito. México como país soberano. De acuerdo con Me pidió copia en ingles que había yo leído de la Bernstein, Romero entendía que el modelo nota del ministerio de Relaciones y me dijo que de desarrollo de la Unión, facción a la que se me reportaría por escrito. adhirieron los estados del norte, era intrín- Entonces le dije que México se había con- secamente menos peligroso para la soberanía gratulado mucho con el triunfo del partido re- y la integridad territorial de los mexicanos. publicano porque esperaba que la política de ese Mientras el sistema esclavista en el sur apo- partido sería más leal y amistosa y no como la yado por la Confederación sólo podía mante- del democrático que se ha reducido a quitarle a ner su crecimiento mediante la incorporación México su territorio para extender la esclavitud. de nuevos territorios para expandir la econo- Me preguntó cuál era la condición de los mía basada en las plantaciones de algodón, el peones en México, pues había oído decir que es-

36 Citado en H. Bernstein, op. cit., p. 63. 35 Ibid., p. 60. 37 B. Hamnett, Juárez, 1994, p. 153. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 37

desarrollo industrial de los estados del norte realidad es que los primeros años de Ma- estaba más inclinado a buscar nuevos merca- tías Romero como diplomático mexicano dos para sus productos y para sus inversiones. en Washington se dieron en el momento Por tanto, con los estados del norte agrupa- más complejo en la historia bilateral del si- dos en la Unión se podía establecer una re- glo xix, con obvia excepción de la guerra lación económica sin amenazar la integridad de 1846-1848. territorial; además, los republicanos, como Los documentos internos del Gobierno representantes de la élite norteña, tenían sus de Lincoln confirman la buena voluntad ini- propias razones políticas para oponerse a la cial para con México. El 6 de abril de 1861, expansión del esclavismo. Por consiguiente, Seward envió instrucciones a su ministro Romero y Juárez tenían confianza en poder en México, Thomas Corwin. En su mensa- aprovechar esta división a favor de México.38 je, el secretario de Estado se congratulaba A pesar de todo, durante el transcur- del triunfo de los liberales en la Guerra de so de la Guerra de Secesión en Estados Reforma, pero también señalaba algunos Unidos y de la Intervención francesa en asuntos que le preocupaban con respecto a México, hubo momentos en que Juárez la relación entre ambos países. A Seward le y, particularmente, Romero dudaron de preocupaba la aparente falta de autoridad las verdaderas intenciones de Lincoln y del Gobierno de Juárez para mantener el or- Seward para con México. No se trató de den en el país; en particular, expresó su pre- un problema de falta de identificación ocupación ante los informes no confirmados ideológica, sino simplemente de real poli- que había recibido sobre el asesinato de un tik: las buenas intenciones del presidente miembro de la antigua legación de Estados estadunidense no pudieron traducirse en Unidos en México. Además, se refirió a las apoyo directo a México frente a la agresión múltiples demandas y quejas contra el Go- francesa pues, unas cuantas semanas des- bierno de México que a su llegada había en- pués, el Gobierno de Lincoln y Seward se contrado en los archivos del Departamento vio envuelto en su propia guerra civil, y en de Estado, las cuales incluían violaciones de ese contexto no estaban dispuestos a arries- contratos, robos y actos de crueldad prac- gar su relación con el Imperio francés. Si ticados contra ciudadanos estadunidenses. bien Lincoln parecía considerar la relación Seward dejaba en claro que estas cuestiones con el Gobierno de Juárez “la más intere- sante e importante en el círculo completo ses of Congress, at the Commencement of the Second Session of de nuestras relaciones internacionales”,39 la the Thirty-Seventh Congress. Volume I, Washington, D. C., U. S. Government Printing Office, 1861, disponible en Univer- sity Wisconsin Digital Collections-Foreign Relations of the 38 Véase H. Bernstein, op. cit., p. 129. United States (en adelante, frus), en http://digital.library. 39 U. S. Department of State, “Mexico. Seward to Corwin”, wisc.edu/1711.dl/FRUS.FRUS1861v01 (fecha de consulta: 3 en Message of the President of the United States to The Two Hou- de agosto de 2016). La traducción es de los autores. 38 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Vista de la ciudad de Veracruz, 1850.

debían ser debidamente investigadas y que Unidos, el presidente está totalmente convencido los reclamos no serían presentados hasta que de que la seguridad, el bienestar y la felicidad del el Gobierno de Juárez hubiera consolidado último serían promovidos de forma más efectiva su autoridad.40 si México conserva su absoluta integridad y su Sin embargo, lo más interesante de la independencia, que si éste quedara desmembra- postura de la recién iniciada administración do, con una transferencia de su soberanía, inclu- de Lincoln y Seward sobre México parecía so si una porción del país o de su soberanía fuese coincidir con lo que Juárez y Romero espe- transferido a Estados Unidos.41 raban del Partido Republicano. En la misma comunicación, Seward hizo ver a su minis- De hecho, Seward, en principio, parecía tro en México que: más preocupado por el efecto que el con- flicto interno en Estados Unidos podía te- Teniendo en cuenta las condiciones y circunstan- ner sobre la relación con México que por cias actuales de México, así como las de Estados la historia de inestabilidad política de su

40 Idem. 41 Ibid., p. 66. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 39

vecino. También entendía que, dadas las Corwin, tropas confederadas abrieron fuego circunstancias políticas en Estados Unidos contra el Fuerte Sumter, suceso con el que en abril de 1861, México tendría un papel comenzó la Guerra de Secesión de Estados importante en el éxito del Gobierno de la Unidos. Para México, la primera consecuen- Unión: cia de este conflicto fue que el Gobierno de Juárez perdió cualquier esperanza de conse- El éxito de este gobierno en llevar a cabo accio- guir un crédito para pagar la deuda con las nes para esa consumación (la preservación de la potencias europeas y reducir con ello el ries- Unión) podría depender en cierto grado de las go de una invasión. Tres meses después de acciones del Gobierno y pueblo de México en iniciada la guerra civil en Estados Unidos, esta nueva emergencia. El presidente no pudo Juárez declaró la suspensión de pagos que dejar de ver que México, en vez de ser benefi- en octubre de 1861 conduciría a la firma de ciado por la postración o por la obstrucción de la Convención de Londres y, finalmente, a la la autoridad federal en este país, sería expuesto Intervención francesa en México. Las difi- a nuevos y terribles peligros. Por otra parte, una cultades económicas del Gobierno de Juárez condición de anarquía en México operaría nece- hicieron difícil la vida del joven Romero en sariamente como una forma de seducción para Washington a tal grado que en septiembre aquellos que están conspirando contra la integri- de 1861 presentó su renuncia, argumentan- dad de la Unión, para buscar fuerza y su propio do simplemente no tener los medios econó- engrandecimiento con la conquista de México y micos para continuar con su labor.44 otras partes de Hispanoamérica.42 Durante 1861, Estados Unidos dejó en claro que no tenía interés de rivalizar con las El 29 de junio de 1861, Corwin respondió a potencias europeas en América y que pre- Seward afirmando que el Gobierno de Méxi- fería invocar la Doctrina Washington (en co consideraba a Estados Unidos como su realidad enunciada por Thomas Jefferson) único aliado seguro y que Juárez y su ga- sobre no involucrarse en alianzas extranje- binete estaban conscientes de lo peligroso ras antes que invocar la Doctrina Monroe que sería para su país que el conflicto en para oponerse a la ocupación europea en un Estados Unidos no terminara de forma fa- país americano.45 Las exigencias de Rome- vorable para la Unión.43 ro frente a la postura de Seward de no po- No obstante, la realidad pronto empeza- ner en riesgo la relación de Estados Unidos ría a distanciar a estos Gobiernos. Seis días con Francia durante los años de la guerra después del mensaje original de Seward a civil estadunidense complicaron el trabajo

42 Idem. 44 H. Bernstein, op. cit., pp. 75-76. 43 Ibid., p. 69. 45 B. Hamnett, op. cit., p. 154. 40 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

del joven diplomático mexicano. Entre los Charles Sumner, influyente senador por el últimos meses de 1861 y los primeros de estado de Massachusetts. De esta manera, el 1862, el encargado de negocios de Méxi- oaxaqueño hacía lo posible por favorecer la co en Estados Unidos, cumpliendo su res- causa mexicana, haciéndole saber a Lincoln ponsabilidad, tuvo que escribir a Seward en opiniones como la de Edward Dunbar, que varias ocasiones sobre diversos temas que Romero sabía que eran muy favorables para poco a poco fueron tensando la relación México. Además, el diplomático mexicano de ambos países; entre otros, la posibilidad cabildeaba entre los congresistas y los perió- de que ciudadanos mexicanos en territorio dicos más influyentes para generar apoyos estadunidense estuvieran siendo recluta- a México, y cuando fue necesario respon- dos forzosamente, ya por el Ejército de la dió directamente las críticas al Gobierno de Unión, ya por el Ejército confederado, y México publicadas en The New York Times o por el tráfico de barcos con bandera de la el New York Tribune. Confederación o estadunidense en puertos Hamnett asegura que para finales de mexicanos, pero, sobre todo, ante lo que pa- 1861 Juárez ya estaba convencido de que no recía ser una inevitable invasión de poten- había nada que esperar de Estados Unidos, cias europeas a México, Romero dirigió, en pues había ya reconocido el derecho de las varias ocasiones, sus protestas a Seward por potencias europeas a intervenir en México la compra de armas y equipo por parte de para garantizar el pago de la deuda.47 Apa- Francia en Estados Unidos.46 De acuerdo rentemente, Romero también había perdido con Bernstein, además de los comunicados la fe: cuando la Intervención francesa pare- constantes por escrito, Romero dialogaba cía inevitable, volvió a solicitar su retiro del frecuentemente con Seward, pero también cargo, esta vez argumentando su deseo de con Montgomery Blair, director de correos, volver a México para luchar como simple pues en aquella época este cargo se conside- soldado. Juárez nuevamente le pidió que- raba parte del gabinete presidencial, y con darse en su puesto.48 Una vez que las tropas francesas invadieron México, la decepción

46 Véase U. S. Department of State, Message of the Pre- de Romero fue total; había logrado algunos sident of the United States to the Two Houses of Congress, at valiosos apoyos en el Congreso de Estados the Commencement of the Second Session of the Thirty-Seventh Congress. Volume I, Washington, D. C., U. S. Government Unidos, pero definitivamente no en el poder Printing Office, 1861, disponible en frus, en http://digi- ejecutivo y de ahí su decepción.49 El 29 de tal.library.wisc.edu/1711.dl/FRUS.FRUS1861v01 (fecha de consulta: 3 de agosto de 2016); Message of the President octubre de 1862, escribió nuevamente a sus of the United States to the two houses of Congress at the com- mencement of the third session of the thirty-seventh congress.

Volume I, Washington, D. C., U. S. Government Printing 47 Office, 1862, disponible enfrus , en http://digital.library. B. Hamnett, Juárez, p. 155. 48 wisc.edu/1711.dl/FRUS.FRUS1862v01 (fecha de consulta: H. Bernstein, op. cit., pp. 75-77. 3 de agosto de 2016). 49 Ibid., p. 79. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 41

superiores en México para solicitar su re- dos Unidos para que fuerzas europeas, junto torno al país por no encontrar ya sentido a con fuerzas de este país, desembarcaran en su labor en Washington: “Pero ahora estoy Panamá para proteger el tránsito a través del convencido de que nada podemos esperar de istmo. En una parte del comunicado, afirmó: aquí mientras dure la actual guerra civil y de que nuestros propios asuntos se resolve- El destino de las naciones de América está co- rán, bien o mal, antes de que los problemas nectado de tal manera que si la ocupación por de este país queden resueltos”.50 déspotas de Europa resulta exitosa en una de En marzo de 1863, Corwin reportaba ellas, sería escasamente posible prevenir que se desde la Ciudad de México que tanto Ro- extienda a todas ellas. En cuanto a este tema, mero como el resto del Gobierno mexicano la opinión del gobierno de México está en total estaban inconformes con Estados Unidos, acuerdo con la política tradicional de los Estados mientras el Ejército francés avanzaba nueva- Unidos.52 mente hacia la ciudad de Puebla. Siguiendo el reporte de Corwin, para entonces no había En el resto del comunicado, Romero argu- ya representantes de ningún Gobierno eu- mentó sobre cómo Estados Unidos podría ropeo en México y el ministro de Prusia, al provocar una invasión europea en Panamá dejar la capital, le pidió al diplomático esta- y le recordó que su propio Gobierno se en- dunidense que se encargara de la protección contraba justamente defendiéndose de una consular de los ciudadanos belgas, franceses, agresión europea. Seward respondió inme- españoles y prusianos que se encontraban en diatamente para asegurarle a Romero que territorio mexicano. El Gobierno de México de ninguna forma su país estaba invitando le hizo saber a Corwin que veía esa posibi- a las potencias europeas a “colaborar” en lidad con malos ojos, pues esos ciudadanos la protección del istmo y se congratuló por la europeos no corrían ningún peligro.51 coincidencia de criterios entre ambos paí- En este contexto de tensiones diarias, ses. Romero agradeció la misiva de Seward Romero envió una carta a Seward en la que le y le pidió disculpas por cualquier malen- solicitó al Gobierno estadunidense una expli- tendido. Sin embargo, lo interesante aquí cación sobre una aparente invitación de Esta- es resaltar el talento diplomático que Ma- tías Romero, a sus veintiséis años de edad, mostró en un asunto aparentemente simple 50 Citado en H. Bernstein, op. cit., p. 89. 51 U. S. Department of State, Message of the President como éste: sin mencionarla explícitamente, of the United States, and Accompanying Documents, to The Romero invocó la Doctrina Monroe res- Two Houses of Congress, at the Commencement of the First Session of the Thirty-Eighth Congress. Part II, Washington, pecto a este asunto, que no le atañía direc- D. C., U. S. Government Printing Office, 1863, disponible en frus, en http://digital.library.wisc.edu/1711.dl/FRUS. FRUS1863p2 (fecha de consulta: 3 de agosto de 2016). 52 Ibid., pp. 1246-1247. La traducción es de los autores. 42GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 43

tamente a México, y le recordó a Seward Romero, que terminó solamente con la re- que esa doctrina tenía implicaciones obvias pentina muerte de Romero en 1898. sobre la situación en su país. En este segundo periodo en Washin- Finalmente, en junio de 1863, Matías gton, Matías Romero se dedicó a fomentar Romero abandonó Estados Unidos y se di- sus contactos y relaciones más allá del poder rigió a México. Llegó a Tampico el 14 de ejecutivo en Washington. Organizó eventos junio del mismo año y, en cuanto le fue po- políticos para presionar a Lincoln y a Seward, sible, se dirigió a San Luis Potosí, donde se aprovechó su relación con congresistas como había establecido el Gobierno de Juárez. Se Schuyler Colfax y Thaddeus Stevens para enlistó en el Ejército y fue enviado a Acám- promover la causa mexicana y, de acuerdo baro, donde se reencontró con Porfirio Díaz. con Bernstein, en algunos casos empezó a Durante unas pocas semanas, Romero sirvió plantear ante políticos de Estados Unidos bajo las órdenes de su conterráneo como jefe la idea de crear una Sociedad Continental de Estado Mayor. No obstante, la experien- Americana como complemento a la Doctrina cia y el conocimiento que había adquirido Monroe.53 En diciembre de 1863, Romero en esos casi cuatro años en Washington eran aprovechó sus contactos en Nueva York, esta- difíciles de reemplazar para un Gobierno en do natal de Seward, para ejercer presión sobre una condición tan precaria como en la que se el Gobierno de Lincoln y hacer propaganda encontraba en 1863 y, por ello, sólo un par a favor de la causa mexicana. El día 16 par- de meses después, en septiembre de 1863, ticipó en una cena con personalidades polí- Juárez le solicitó regresar a Washington, ticas y empresariales de ese estado, a las que esta vez con el cargo oficial de enviado espe- les dirigió un discurso en el que revisaba la cial y ministro plenipotenciario de México historia de los conflictos internos en Méxi- en Estados Unidos. Además, como señal del co. Su objetivo no fue convencerlos de que la prestigio que el joven diplomático había ga- lucha de Juárez contra el Imperio francés era nado ya entre los miembros del gabinete, Ig- una causa justa, mejor aún, argumentó que nacio Mariscal aceptó acompañarlo y fungir ambas, la de la Unión y la de Juárez, eran la como secretario de la legación mexicana. Es misma, aunque el Gobierno estadunidense importante resaltar que Mariscal, ocho años no lo entendiera así: mayor que Romero, había ganado un presti- gio importante como miembro del Congre- El Ejército francés no se retiró de México, con so Constituyente de 1857 y como consejero los ejércitos de Inglaterra y de España, porque el jurídico de Juárez; con todo, aceptó viajar gobierno francés tenía otros objetivos en mente a Estados Unidos como subalterno del di- y estaba completamente dispuesto a cumplirlos. plomático. Éste fue el principio, además, de una larga relación laboral entre Mariscal y 53 H. Bernstein, op. cit., p. 105. 44 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

El emperador de Francia creía en ese tiempo, y Estados Unidos; intentó en cambio conven- tal vez todavía, que Estados Unidos estaba divi- cer a la influyente élite de Nueva York de que dido permanentemente, y que las circunstancias su país tenía razones prácticas para colaborar podrían permitirle la oportunidad de adqui- con México; es decir, que apoyar la defensa rir Texas, de recuperar Luisiana y de poseer la del vecino del sur era un acto de absoluto in- desembocadura del Misisipi. Para cumplir este terés propio. objetivo, era necesario obtener una base en este Para 1864, la situación del Gobierno continente, en un punto lo más cerca posible de de Juárez se tornó desesperada. Maximi- Estados Unidos y particularmente de Luisiana y liano de Habsburgo llegó a México con el Texas, un punto de partida donde podría armar reconocimiento de todas las potencias euro- de forma segura y conveniente un gran ejército, peas, mientras que Estados Unidos no tenía una gran base naval y de suministros. El empera- a un representante oficial ante el Gobierno dor de los franceses, por tanto, se dirigió no tan- de Juárez, lo que se podía interpretar como to contra México, sino más bien contra Estados un reconocimiento al Gobierno del monar- Unidos. Cuánto ha triunfado en sus planes es un ca europeo. Sin embargo, como argumenta tema que ahora le pertenece a la historia. Basta Hamnett, en realidad esta situación se ex- mencionar que por medio de sus expediciones en plicaba por la naturaleza errante del Gobier- México, ha podido ubicar en el continente ame- no de Juárez durante los años del Segundo ricano, casi en la frontera sur de Estados Unidos, Imperio.55 Aunque Romero seguía siendo un gran Ejército francés y ha enviado al Golfo reconocido como el representante de Méxi- de México un considerable escuadrón francés, co en Washington, tenía que competir con más grande de lo que hubiera sido necesario para los diplomáticos franceses y con el repre- cualquier propósito conectado con México, un sentante de Maximiliano en Washington y país que no tiene una fuerza naval; y todo esto lo Nueva York. ha logrado, extraño decirlo, sin protesta alguna y Finalmente, en 1865, el final de la sin siquiera una demostración de interés o preo- Guerra Civil cambió la situación de Méxi- cupación de parte de los Estados Unidos.54 co y de Matías Romero. En el verano de ese año, fue invitado a viajar con el presidente La estrategia del diplomático mexicano no Andrew Johnson y con Seward al interior de fue solicitar ayuda como representante de Estados Unidos. De acuerdo con Bernstein, una república ideológicamente parecida a durante ese viaje, la relación entre Seward y Romero mejoró notablemente, al grado 54 Matías Romero, The Situation of México: Speech, De- de que en uno de los eventos políticos del livered by Señor Romero, Envoy Extraordinary and Minis- ter Plenipotentiary of the Republic of Mexico to The United viaje el secretario de Estado declaró que la States, at a Dinner in the City of New York, on the 16th of December, 1863, Nueva York, Wm. C. Bryant & Co. Prin- ters, 1864, pp. 9-10. 55 B. Hamnett, Juárez, pp. 156-157. GUERRA Y DIPLOMACIA, 1857-1867 45

intervención extranjera en México debía en Estados Unidos durante la Intervención terminar antes de noviembre de ese año.56 francesa.57 Después de cuatro años de intentos fallidos, Con el fin de la Intervención francesa y la es razonable suponer que Romero tomara derrota de los monárquicos, Romero regresó esta declaración con bastante escepticismo, a México en noviembre de 1867 para inte- como señala Bernstein, pero en octubre de grarse al gabinete de Juárez. Su desempeño 1865 Seward fue más allá de los discursos: diplomático en Estados Unidos le había vali- nombró un nuevo ministro para México do el reconocimiento público, tal como que- y rechazó abiertamente la propuesta fran- dó demostrado en el recibimiento con once cesa de intercambiar el reconocimiento de cañonazos a su arribo al puerto de Veracruz Maximiliano por el retiro de tropas. Tres a fines de 1867.58 Fue nombrado secretario meses después, en enero de 1866, Napo- de Hacienda en enero de 1868. Habían pa- león III inició el retiro de sus tropas de sado sólo diez años desde que ingresara en México. Sólo después de la salida del Ejér- la Cancillería con el puesto de meritorio sin cito francés, Seward levantó los obstáculos sueldo y tenía apenas treinta años de edad. que impidieron a México comprar armas 57 B. Hamnett, op. cit., pp. 159-160. 58 “Noticias nacionales”, El Siglo XIX, 16 de noviembre 56 H. Bernstein, op. cit., p. 141. de 1867, p. 3. 46 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 “El puesto más difícil”: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

atías Romero fue secretario de Hacienda y Crédito Público en tres ocasiones. La primera vez de enero de 1868 a junio de 1872, bajo el Gobierno de Juárez; la segunda, de mayo de 1877 a abril de 1879, durante el primer Gobierno de Porfirio Díaz y, final- mente, de marzo a diciembre de 1892, nuevamente bajo la presidencia de Díaz. En los periodos que separan esas tres etapas en la Secretaría de Hacienda, Romero se dedicó a emprender nego- Mcios propios, a trabajar como representante popular o de regreso en la diplomacia. Más allá de sus éxitos y fracasos de esos años, su trabajo como empresario y como ministro estuvo sin duda influenciado por su experiencia internacional. A su vez, esa experiencia influyó en su posterior trabajo como diplomático. Este capítulo está dedicado al paso de Matías Romero por esa secre- taría y su aventura como empresario cafetalero en Chiapas para entender mejor su labor como diplomático de los años ochenta y noventa del siglo xix. La lucha contra del régimen de Maximiliano dejó exhaustas las arcas nacionales, por lo que con frecuencia los ingresos del Gobierno federal no eran siquiera suficientes para pagar la nómina de los empleados, mucho menos para cubrir los compromisos de deuda interna y externa. Si bien la victoria sobre los conservadores dio al Gobierno de Juárez un enorme capital político, lo econó- mico debía ser manejado escrupulosamente para impedir que se convirtiera en un pasivo. Romero recibió del presidente el encargo de esa delicada tarea a partir del 15 de enero de 1868. A sus treinta años, el nuevo secretario de Hacienda contaba ya con una reconocida trayectoria en el servicio diplomático y era sin duda uno de los conocedores más profundos de la política estadunidense. Una vez hecha pública su designación, fueron muchas las voces que felicitaron al nuevo mi- nistro. Uno de los primeros fue William Seward, quien en febrero le envió una misiva en donde le expresaba sus altas expectativas:

47 48 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Lo felicito e igualmente felicito a México por Pero además de enfrentar los retos coti- su ascenso a secretario de Estado de Finanzas. dianos, el encargado de las finanzas naciona- Como usted sabe bien, su decisión de aceptar un les emprendió proyectos de transformación puesto ministerial en casa es, a mi juicio, mejor hacendaria de gran alcance; el más ambicio- para usted que la misión en el extranjero más so, las nueve iniciativas presentadas al Con- exitosa y gratificante. El ministro capaz de sacar greso de la Unión el 1 de abril de 1869. Se a las finanzas mexicanas de la vergüenza pro- trataba de un plan de reforma hacendaria con ducida por cuarenta años de guerra civil y que objetivos múltiples: reducir la dependencia pueda colocarlas sobre una base segura y per- de los impuestos provenientes del comercio manente, reivindicará la gratitud de su país y la exterior por medio del fortalecimiento de las admiración de la humanidad. Si esto es posible fuentes internas de ingresos, la eliminación para cualquier estadista, estoy seguro que usted de impuestos perjudiciales para la economía, puede lograrlo.59 la desgravación a la minería como sector clave de la economía, ahorros en el manejo Matías Romero se comprometió pública- de caudales y la emisión de billetes del teso- mente a trabajar con el mayor de los empe- ro. Con ello, Romero tenía la intención de ños para que la secretaría a su cargo fuera un cambiar por completo la fisonomía de la es- apoyo al Gobierno de Juárez. Para lograrlo tructura hacendaria y dar paso a una política era necesario sortear los apuros del día a día, fiscal que no entorpeciera el desarrollo eco- muchas veces esperando con gran premura nómico. En la Memoria de Hacienda de 1869 las remisiones de efectivo provenientes de la las líneas generales de ese plan quedaron ex- Aduana de Veracruz, como se evidencia en su presadas en los siguientes términos: carta a José Antonio Gamboa, administrador de la aduana de ese puerto: “Ayer recibí su El Ejecutivo cree […] que los productos de carta del 19 del actual [octubre de 1868] que las rentas nacionales, formados por impuestos me daba pocas esperanzas de recursos. Por que ahora existen, aun en el caso de que sean fortuna anoche me vino su parte telegráfica recaudados de una manera eficaz, son insufi- de la misma fecha, en que me ofrece usted cientes para satisfacer los gastos que requiere la algunos fondos de que nos serviremos antes administración; le parece además que algunos de que termine el mes”.60 de aquellos deberían reformarse por su carác- ter antieconómico, sustituyéndolos por otros

59 William H. Seward to Matías Romero, Washing- que sin segar la producción dieran resultados ton, D. C., 20 de febrero de 1868, Archivo Histórico del más fecundos.61 Banco de México (ahbanxico), Fondo Matías Rome- ro, caja 113, exp. 1. 60 Matías Romero a José Antonio Gamboa, Ciudad de 61 Memoria que el secretario de Hacienda y Crédito Público México, 25 de octubre de 1868, ahbanxico, Fondo Ma- presenta al Congreso de la Unión de 16 de septiembre de 1869, tías Romero, caja 5, f. 113. y que comprende el año fiscal de 1° de julio de 1868 al 30 de “EL PUESTO MÁS DIFÍCIL”: LA SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO 49

Las iniciativas de ley no fueron siquiera El Ministerio de Hacienda cuando no se hacen discutidas por el Congreso. Sin embargo, negocios de agio, es en México el rostro más la falta de aprobación del plan hacendario horrible de tormentos que pueda concebirse. no impidió al nuevo secretario de Hacienda Se necesita estar en él o muy cerca de él para encauzar por otros caminos la transforma- poder apreciar todos los sinsabores que trae. El ción de las finanzas federales. En 1872, en día que yo pueda salir decorosamente será un uso de las facultades extraordinarias confe- gran día para mí. Ahora no es posible separar- ridas al ejecutivo a raíz de la revuelta de la me porque se han puesto en juego intrigas ver- Noria, decretó un nuevo arancel de adua- daderamente feas para conseguir mi separación nas y la Ley del Timbre. Estos dos cambios por personas que ven como un obstáculo. Hay en la legislación hacendaria corregían defi- dos fuertes acusaciones contra mí para presen- ciencias de los gravámenes sobre el comer- tarse en el próximo periodo del Congreso por cio exterior y establecían una nueva figura motivos verdaderamente risibles. El honor y el tributaria que se convertiría en el pilar fis- cumplimiento del deber me darán fuerza para cal de las décadas siguientes.62 resistir algún tiempo más.63 El trabajo de la Secretaría de Hacienda implicaba una atención constante a los vai- Sin embargo, más allá de los sinsabores venes de los ingresos y el presupuesto, así del cargo, una profunda convicción libe- como también el despacho de un sinnúme- ral en Romero lo inclinaba a creer que la ro de demandas de comerciantes, agricul- base del desarrollo económico de México tores, industriales y mineros. A todo ello dependía de la explotación de sus recursos había que agregar la constante tensión en- naturales con fines de exportación. Gracias tre legisladores y Ejecutivo, además de las al comercio de materias primas y productos presiones provenientes de intereses afecta- agrícolas, México alcanzaría la prosperidad dos por las acciones emprendidas por Ro- tan largamente anhelada. Esta visión de la mero. Sin duda, era un trabajo extenuante y importancia del sistema internacional en difícil de sobrellevar a tal grado que a prin- el desarrollo económico de México refle- cipios de 1870 el ministro confesó su deseo jaba, en buena medida, la claridad con la de separarse de él: que Romero se había acostumbrado a pen- sar en México, teniendo siempre en cuenta junio de 1869, México, Imprenta del Gobierno en Palacio, las oportunidades y las restricciones que el 1869, p. 14. 62 Para un análisis sobre la reforma hacendaria propues- sistema internacional imponía. Tan firme ta en 1869 y su alcance, véase Graciela Márquez, “Matías era esa concepción que buscó convertirse Romero y la práctica de las ideas económicas liberales: la reforma hacendaria de 1869”, en Ernest Sánchez Santi- ró (coord.), Pensar la hacienda pública. Personajes, proyectos 63 Matías Romero a Luis Maneyro (París, Francia), Ciu- y contextos en torno al pensamiento fiscal en Nueva España dad de México, 8 de marzo de 1870, ahbanxico, Fondo y México (siglos xviii-xx), México, Instituto Mora, 2014. Matías Romero, caja 10, ff. 462-463. 50 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 “EL PUESTO MÁS DIFÍCIL”: LA SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO 51

en un empresario agrícola. Prácticamente Edén y piedra preciosa de la gran nación desde el inicio de su gestión al frente de mejicana”.65 la secretaría de Hacienda decidió invertir Entusiasmado con la idea de convertir- en el cultivo de frutos tropicales. Con este se en cafeticultor en el Soconusco y con la fin, solicitó informes sobre negocios de cul- necesidad de un descanso por su menguada tivos comerciales en distintas partes de la salud, Romero renunció a su cargo de secre- república, como Baja California, Oaxaca, tario de Hacienda el 31 de mayo de 1872. Veracruz y Chiapas. Además, para este úl- Iniciaba entonces lo que el historiador Da- timo estado proyectó un programa integral niel Cosío Villegas llamó la “aventura de de desarrollo regional que, entre otras me- Matías”.66 Hacia finales de 1872, el ex mi- didas, incluyó la transformación del Puerto nistro de Hacienda aspiraba a encontrar un de San Benito en un puerto de altura, el lugar tanto para recuperar la salud como subsidio a una compañía de vapores para para formar una empresa agrícola y creyó establecer una ruta permanente con ese que el Soconusco se ajustaba a esos objeti- mismo puerto, el establecimiento de líneas vos. Sin embargo, conflictos con el cacique telegráficas y el arreglo de límites con Gua- local, Sebastián Escobar, y con el presiden- temala.64 te de Guatemala, Justo Rufino Barrios, se En 1871, Romero invirtió en la siembra interpusieron en esos planes. Para 1875, de café en un terreno denominado el Ce- Romero tuvo que abandonar sus propieda- dro, localizado en el Triunfo, Chiapas, pero des y negocios, pues temía por su seguridad un incendio y la dificultad para adquirir en personal, un temor justificado, según lo na- propiedad esos terrenos le hicieron desistir rrado por su esposa Lucrecia Allen al her- de tal empresa. En cambio, a través de va- mano de Matías: “Tiene muchos enemigos rios contactos en Soconusco buscó adqui- allí [en el Soconusco] especialmente entre rir una finca en esa región, en gran medida los guatemaltecos. Sebastián Escobar es un convencido por las descripciones de la fer- enemigo mortal de Matías y está ahora en tilidad de la tierra y el inigualable clima Soconusco”.67 para la explotación de café, azúcar, cacao, Matías Romero no sólo sobrevivió a las algodón y hule. Tan elogiosas eran las des- intrigas de la región fronteriza del sur del cripciones de los informantes, que uno de 65 ellos llegó a calificar al Soconusco como “el José E. Ibarra a Matías Romero, Tapachula, Chiapas, 21 de enero de 1871, ahbanxico, Fondo Matías Rome- ro, Correspondencia recibida, f. 12990. 66 64 Memoria de Hacienda y Crédito Público correspondiente Daniel Cosío Villegas, “La aventura de Matías”, en al cuadragésimo sexto año económico, transcurrido de 1° de julio Historia Mexicana, núm. 29, julio-septiembre de 1958, de 1870 a 30 de junio de 1871. Presentada por el secretario de pp. 35-59. Hacienda al sexto Congreso de la Unión el 16 de septiembre 67 Lula B. Allen Romero a José Romero, Ciudad de de 1871, México, Imprenta del Gobierno en Palacio, 1871, México, 5 de enero de 1876, ahbanxico, Fondo Matías pp. 73-74. Romero, Correspondencia recibida, folio 19059. 52 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Cafeto. Grabado publicado en un artículo de Matías Romero títulado “El cultivo de café en Uruapan”, 1877. “EL PUESTO MÁS DIFÍCIL”: LA SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO 53

país. Luego de un paso breve como legisla- presupuesto. A pesar de las dificultades dor en el Congreso de la Unión, aceptó la presentes en la coyuntura de la segunda oferta de Porfirio Díaz de convertirse nue- mitad de los años setenta, Romero avi- vamente en secretario de Hacienda. En esta zoraba una mejoría en el desempeño del ocasión, pareció entender perfectamente Gobierno federal y le asignaba un papel el carácter político de su nombramiento y promotor de un crecimiento exportador lo delicado del momento histórico en que capaz de convertirse en el motor de de- Díaz llegó a la presidencia de México. En sarrollo del país. Esta visión quedó ex- relación con su nombramiento, Romero le presada en la conclusión de la Memoria de respondió a Ignacio L. Vallarta: Hacienda de 1877-1878:

Profundamente agradecido a la prueba de con- Puede asegurarse que ningún ramo de la fianza con que me ha honrado el presidente, administración pública requiere, entre no- manifiesto a U. que sin desconocer las graves sotros, tanta atención, tanto estudio y tantas dificultades de la situación actual, acepto el reformas como el de Hacienda. Desgracia- encargo que se me ofrece, haciéndome un ver- damente, casi todo está aún por hacer, sin dadero esfuerzo, —pues no deseaba tomar de embargo que de él depende en gran parte la nuevo una participación activa en la política del consolidación de la paz y el progreso de la país— porque considero que en las difíciles cir- República. Con leyes sabias y justas se po- cunstancias por que atraviesa la República, es drán obtener los recursos suficientes para un deber de todos los ciudadanos cooperar a pagar puntualmente un presupuesto econó- la consolidación de la paz, y por creer que una mico, sin que se desatiendan sin embargo, nueva lucha traerá consigo la ruina completa de como es debido, las mejoras materiales que la nación.68 tanto necesita la nación; y es casi seguro que cubiertos puntualmente los gastos públicos se En mayo de 1877, se incorporó al gabine- conservará la paz. Con leyes sabias y justas te de su coterráneo, habiéndose cumplido podrá tomar grande incremento el comercio su condición de incorporarse al Gobierno exterior e interior de México; podrá aumen- una vez electo Díaz. Sin perder tiempo, el tar considerablemente la producción de artí- nuevo ministro se dedicó a equilibrar las culos exportables y la fabricación de manu- finanzas, tarea extremadamente compli- facturas nacionales, para las que el país tiene cada porque los recursos escaseaban y los condiciones ventajosas. Consolidada la deuda gastos militares absorbían gran parte del pública y pagado puntualmente el rédito que se le asigne, no solamente se dará valor a una

68 gran riqueza que ahora está casi muerta sino Matías Romero a secretario de Relaciones Exteriores, 24 de mayo de 1877, ahdge, le-1037, f. 80. que se abrirán a México los inmensos recur- 54 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

sos del crédito de que se ha estado privado puesto entre 1877 y 1879 no había cumpli- por muchos años.69 do con las expectativas depositadas en él y temía que ese mismo resultado se pudiera Era un acierto señalar la regularización del repetir. Tal vez más importante, advirtió a pago de la deuda como elemento esencial Díaz que los comerciantes extranjeros, los de la estrategia de largo plazo de la hacienda industriales del país, los empleados de la pública federal. No obstante lo atinado de shcp, entre otros, se opondrían a su nom- su diagnóstico, Romero sólo permaneció bramiento, impidiéndole cumplir cabal- en la cartera de la Secretaría de Hacienda y mente con el encargo. Sin embargo, como Crédito Público (shcp) hasta abril de 1879. consta en su respuesta, aceptó convertirse La pertinencia de las observaciones sobre por tercera vez en secretario de Hacienda el crédito público fue retomada en la déca- no sin antes pedir algunas concesiones: da siguiente cuando el logro de la renego- ciación de la deuda pública se lo atribuiría Como usted apela a mi patriotismo al pedirme Manuel Dublán. este servicio y yo nunca he antepuesto mi con- A principios de la década de 1890, una veniencia personal al servicio de mi país, cual- baja sensible de la plata y la pérdida de cose- quiera que sean los sacrificios que éste importe, chas, así como la muerte del secretario Du- debo decirle que si a pesar de los inconvenien- blán, se combinaron para desencadenar una tes que dejo indicados y de otros muchos que severa crisis económica y financiera. Frente son patentes para usted, creyere conveniente a ese panorama tan desalentador, Díaz no que yo sirva en ese puesto, lo aceptaré pero en dudó en llamar a un experimentado fun- el concepto de que no permaneceré en él sino cionario a encabezar la shcp. En abril de hasta el primero de diciembre de este año, en 1892, ofreció ese puesto a Matías Romero, que se comenzará probablemente el nuevo pe- quien llevaba ya una década al frente de la riodo constitucional de usted; pues así lo acom- legación de México en Washington; en su pañaré durante el periodo de las elecciones que respuesta fue cauto. Advirtió al presidente siempre es el más difícil y estaré todo el tiempo que su salud le impedía vivir por largos pe- que mi salud lo permita, pues no creo tener re- riodos en la altura de la Ciudad de México sistencia para aguantar por más de seis meses el y que, si bien agradecía el nombramiento, despacho de la Secretaría de Hacienda.70 en su opinión, su desempeño en ese mismo El experimentado Romero era una pieza 69 Memoria de Hacienda y Crédito Público correspondiente clave para enfrentar la crisis y así lo entendió al quincuagésimo tercer año económico transcurrido del 1 de julio de 1877 a 30 de junio de 1878 presentada por el secre- tario del estado y el despacho de Hacienda y Crédito Público al 70 Matías Romero a Porfirio Díaz,Washington, D. C., Congreso de la Unión el 16 de septiembre de 1878, México, 14 de abril de 1892, ahbanxico, Fondo Matías Rome- Imprenta de Francisco Díaz de León, 1879, p. 119. ro, caja 47, ff. 696-697. “EL PUESTO MÁS DIFÍCIL”: LA SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO 55

Díaz y aceptó sus condiciones. Su gestión te, para caracterizar de manera general su como secretario de Hacienda se extendió paso por esa cartera la mejor descripción del 27 de mayo de 1893 al 12 de mayo del la ofreció el propio Romero al aconsejar a año siguiente, aunque conviene aclarar que, Jesús Fuentes y Muñiz, secretario de Ha- desde febrero, cuando viajó a Washington cienda en el periodo 1882-1884, la esencia para asistir a la toma de posesión del pre- de ese cargo: sidente Grover Cleveland, quedó como en- cargado del despacho el oficial mayor José Deseo sinceramente por bien de Ud. y por bien Y. Limantour. del país que su permanencia en la Secretaría Para hacer un balance de Matías Ro- de Hacienda como miembro del gabinete no mero como secretario de Hacienda debe sea estéril y que no se limite Ud. a ser un Mi- subrayarse el hecho de que en toda la his- nistro pasivo que no trate más que de vivir con toria de la shcp, desde su fundación en el día, sino que tenga Ud. la energía suficiente los albores de la República hasta nuestros para acometer y llevar a cabo las reformas que días, él ha sido el único en ser nombrado nuestro sistema rentístico y económico necesi- en tres momentos diferentes.71 No obstan- ta para el progreso del país.72

71 Graciela Márquez, “El hombre del no. El perfil de los secretarios de Hacienda del siglo xx”, en Mónica Blanco 72 Matías Romero a Jesús Fuentes y Muñiz, Washing- y Paul Garner (coords.), Biografía del personaje público, si- ton, D. C., 3 de octubre de 1882, ahbanxico, Fondo glos xix y xx, México, unam, 2012. Matías Romero, libro 41, f. 253. “EL56 PUESTO MÁS DIFÍCIL”: LA SECRETARÍA DE HACIENDAMATÍAS Y CRÉDITO ROMERO PÚBLICOY EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

De socios y empresas

atías Romero concebía el desarrollo económico bajo la premisa de las ven- tajas comparativas y, en consecuencia, México debería exportar materias primas extraídas Mde sus campos y minas con capitales de inversionistas nacionales y extranjeros. Como mu- chos otros en el siglo xix, el oaxaqueño estaba convencido de la riqueza de los recursos na- turales del país, lo cual despertó en él una atracción por la actividad empresarial. El interés por convertirse en empresario lo compartió con otros políticos. En febrero de 1869, invitó a Porfirio Díaz a participar con él como socio en la compra de dos haciendas azucareras, propiedad de Pío Bermejillo, en el estado de Morelos. Inicialmente Díaz prometió estu- diar la propuesta y explorar la posibilidad de hipotecar sus propiedades en Oaxaca para obtener el capital líquido necesario,1 pero unos meses más tarde, rechazó el ofrecimiento:

A más de los motivos financieros que le tengo ya expresados, hay otros que no puedo aventurar al correo […]. Sólo diré a U., a reserva de explicarme más ampliamente cuando pueda hacerlo de palabra que estoy seguro de que cuando se los exprese, me hará justicia conviniendo conmigo en que es buena tal resolución que he tomado.2

El contenido de esa conversación —si acaso tuvo lugar— se desconoce, pero sí se sabe que Romero no logró convencer a Díaz de éste ni de otros negocios agrícolas. Díaz, en cambio, lo convenció en dos ocasiones de colaborar en su Gobierno como secretario de Hacienda. Entre 1872 y 1875, Romero se estableció en el Soconusco donde invirtió en el cultivo del café y otros productos tropicales. Conflictos de orden político le hicieron desistir de esas empresas y regresar a la vida pública como legislador antes de aceptar la cartera de Hacienda.

1 Las respuestas de Díaz a la propuesta de Romero se encuentran en cinco cartas escritas desde Oaxaca: Porfirio Díaz a Matías Romero, Oaxaca, Oaxaca, 10 de abril de 1869, ahbanxico, Fondo Matías Romero, Correspondencia recibida, f. 04864; P. Díaz a M. Romero, Oaxaca, Oaxaca, 24 de abril de 1869, ahbanxico, Fondo Matías Romero, Correspondencia recibida, f. 05089; P. Díaz a M. Romero, Oaxaca, Oaxaca, 31 de mayo de 1869, ahbanxico, Fon- do Matías Romero, Correspondencia recibida, f. 05661; P. Díaz a M. Romero, Oaxaca, Oaxaca, 22 de junio de 1869, ahbanxico, Fondo Matías Romero, Correspondencia recibida, f. 06083, y P. Díaz a M. Romero, Oaxaca, Oaxaca, 28 de julio de 1869, ahbanxico, Fondo Matías Romero, Correspondencia recibida, f. 06685. 2 P. Díaz a M. Romero, Oaxaca, Oaxaca, 14 de agosto de 1869, ahbanxico, Fondo Matías Romero, Co- rrespondencia recibida, f. 06072. MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 57

En 1880, Matías Romero volvió a intentar incursionar en los negocios privados. Esa vez utilizó una concesión del Gobierno de Oaxaca para la construcción de un ferrocarril y em- prendió la búsqueda de socios. Interesó en el proyecto a Ulysses Grant y a empresarios del ramo ferrocarrilero de gran talla como William Dodge y Jay Gould, además de socios mexicanos. En 1881 se constituyó la Mexican Southern Railroad y se designó a Grant como director y a Ro- mero como gerente. En marzo de 1882, el regreso al servicio público como enviado extraor- dinario y ministro plenipotenciario en los Estados Unidos cortó la actividad empresarial de Romero. Para entonces ya había atrasos en el inicio de la construcción de las obras compro- metidas en el contrato con el Gobierno federal, pero los plazos se extendieron a solicitud de la empresa. No obstante, el incumplimiento se agravó cuando la especulación en el mercado de capitales estadounidense golpeó a la Mexican Southern Railroad y debido a la quiebra de un banco del que Grant era socio mayoritario. Por la gravedad de la crisis era probable que la compañía siguiera incumpliendo sus compromisos y terminara perdiendo la concesión. El pronóstico se cumplió y el Gobierno mexicano retiró la concesión a la Mexican Southern Railroad en 1885.3 Romero tuvo razón al considerar a los ferrocarriles como un factor de impul- so para el despegue exportador; de ahí su interés en invertir en el sector. El fracaso de la empre- sa fundada por él y sus socios estuvo asociado a un contexto desfavorable y a las decisiones al interior de la misma. Romero se retiró de la empresa por evitar un conflicto de interés, pero la compañía que ayudó a crear reflejaba su convicción de que los ferrocarriles eran un elemento clave para impulsar las exportaciones y con ellas el desempeño de la economía mexicana. Con estas ideas en mente buscó socios a quienes contagió su entusiasmo sobre las potencialidades de México. Sin embargo, como buen hombre de empresa, a ninguno le garantizó un éxito seguro. Ése era el verdadero reto de transitar hacia el mundo empresarial.

3 Alfredo Ávila, “Diplomacia e interés privado: Matías Romero, el Soconusco y el Southern Mexican Railroad, 1881-1883”, en Secuencia, núm. 38, mayo-agosto de 1997, p. 72.

De norte a sur: otra vez la diplomacia, 1882-1898

n marzo de 1882, el entonces presidente Manuel González (1880-1884) nombró a Matías Romero enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de México en Estados Unidos. El regreso a las tareas diplomáticas en la capital estadunidense impuso a Romero retos muy diferentes a las labores desempeñadas en los años sesenta. A pesar de la persistencia de recelos frente al expansionismo del vecino del norte, a fines de los años setentaE y principios de los ochenta del siglo xix, un creciente flujo de capitales hacia la construcción de ferrocarriles e inversiones en minas modificó de manera sustancial las re- laciones comerciales entre ambos países. Durante el periodo de reconstrucción que siguió a la Guerra de Secesión en Estados Unidos, la relación México-Estados Unidos iba en la dirección que Matías Romero había imaginado dos décadas atrás. Su nueva tarea consistiría fundamentalmente en alinear los esfuerzos diplomáticos con esas fuerzas económicas inte- gradoras. En este sentido, destacó la negociación del Tratado de Reciprocidad de 1883. No obstante la centralidad de la relación con Estados Unidos, la misión diplomática en Was- hington exigía también involucrarse en tareas más allá de la relación bilateral. Ése fue el caso de las negociaciones sobre los límites fronterizos entre México y Guatemala, así como la Primera Conferencia Internacional Americana. Tal como lo reconocía el artículo de Frederick R. Guernsey, Romero poseía un conocimiento privilegiado de la escena política en Washington, D. C., y estaba dispuesto a utilizarlo para servir a los intereses de México:

Don Matías Romero es considerado una eminencia en la diplomacia estadounidense. Es uno de los pocos funcionarios públicos mexicanos cuyo nombre es familiar para nosotros […]. Se proclama orgullosamen- te oriundo de Oaxaca, uno de los estados tropicales de la costa mexicana del Pacífico, del cual también son originarios otros tres mexicanos famosos; Benito Juárez, un presidente patriótico e indomable; el ex presidente Díaz, e Ignacio Mariscal, el canciller del Gobierno de González […]. No es una exagera- ción afirmar que, sin duda alguna, el señor Romero conoce mejor los Estados Unidos que gran parte de

59 60 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

la población civil y hasta periodistas. Conoce lo anterior, detallamos su papel como repre- todos los puntos débiles de nuestro sistema po- sentante de México en la Primera Confe- lítico, está al tanto de las estadísticas comercia- rencia Americana, donde Romero hizo gala les, está atento al progreso de nuestro extenso de su capacidad como diplomático y nego- sistema ferroviario y tiene todas las novedades ciador, y supo aprovechar su ya profundo e información relevante de nuestra vida pública conocimiento de Estados Unidos en la dis- en la punta de sus dedos. Su larga estancia en cusión de asuntos que superaban por mucho Washington durante y después de la Guerra la relación bilateral. Civil, y su frecuente hospedaje entre nuestra gente, le ha otorgado su familiaridad con los El Tratado de Reciprocidad de 1883 funcionarios de Estado y con ello un amplio conocimiento acerca de nosotros. Bueno, tam- Como ya se ha mencionado, para Matías bién, tiene la ventaja de ser el esposo de una Romero el comercio internacional era el encantadora señorita estadunidense.73 principal instrumento para el fomento eco- nómico de México y, en apoyo a esa idea, En los siguientes apartados presentamos un había propiciado proyectos encaminados a acercamiento a la labor diplomática de Matías mejorar la infraestructura para conectar los Romero entre su nombramiento como envia- centros de producción con puertos y fron- do extraordinario y ministro plenipotenciario teras, ampliar las comunicaciones tanto en 1882 hasta su muerte en 1898. Son múl- al interior del país como en el exterior, así tiples las tareas, los proyectos y encargos que como eliminar de la legislación arancelaria desarrolló con singular dedicación, trabajo las prohibiciones, exentar de impuestos a las incansable y con una visión global de los re- exportaciones y facilitar los trámites adua- tos de su representación diplomática. Ante la nales. Desde su cargo como secretario de imposibilidad de dar cuenta de cada una de Hacienda impulsó cambios en estas áreas ellas nos concentramos en dos negociaciones para incentivar inversiones tanto nacionales de carácter bilateral: el Tratado de Recipro- como extranjeras. A mediados de los años cidad de 1883 con Estados Unidos y el Tra- setenta, cuando John Foster, ministro ple- tado de Límites de 1882 con Guatemala. El nipotenciario de Estados Unidos en Méxi- análisis de ambos permite dar cuenta tanto co, describió en términos desfavorables las de sus ideas respecto al desarrollo econó- potencialidades del comercio entre ambas mico como de su habilidad para proteger naciones, Romero, entonces secretario de los intereses de México. Para complementar Hacienda, respondió con un voluminoso es- crito, bien documentado y con información 73 F. R. Guernsey, “An American Diplomat. The Brilliant Career of a Mexican Statesman”, The Boston Herald, 2 de estadística detallada. El ministro mexicano enero de 1883. La traducción es de los autores. trataba de mostrar con el mayor optimismo MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 61 62 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 63

las potencialidades del país y proponer rutas los Estados Unidos y las Islas de Hawái, fir- para alcanzar la tan anhelada prosperidad a mado en 1875, se subrayaron los beneficios través del comercio internacional. Una de desiguales para las naciones firmantes. Sin ellas fue negociar un acuerdo de comercio embargo, Romero también manifestó que recíproco y así lo expresó claramente en su la convicción de que esa ruta era una de las “Exposición de la Secretaría de Hacienda mejores opciones para promover el comercio de 15 de enero de 1879 respecto de la situa- entre ambas naciones se compartía en los ción de México y con objeto de rectificar los círculos oficiales de Estados Unidos. Para errores contenidos en el informe del honora- ello citó la propuesta de 1872 del enviado ble John W. Foster”: extraordinario y ministro plenipotenciario, Thomas H. Nelson. En ella se establecía que Parece fuera de toda duda que una de las ma- la complementariedad de ambas economías neras más eficaces de dar un gran impulso al creaba un marco propicio para el comercio comercio entre México y los Estados Unidos, recíproco y para que México recibiera los sería la celebración de un tratado de reciprocidad, mismos privilegios otorgados por Estados bajo bases equitativas e igualmente convenien- Unidos a Cuba, Brasil y Puerto Rico. tes a los intereses de las dos Repúblicas.74 Por lo tanto, para hacer viable un trata- do de reciprocidad era indispensable vencer A pesar de su convicción de las perspectivas la resistencia mexicana y aprovechar la dis- favorables de un acuerdo de esta naturale- posición estadunidense a estrechar los lazos za, Romero reconocía que las condiciones comerciales con México. Para lo primero, desventajosas para México contenidas en el era necesario hacer explícito que efectiva- proyecto del Tratado McLane-Ocampo de mente ese tratado traería beneficios al país 1859 habían generado recelo hacia la cele- y no solamente al vecino del norte; para bración de nuevas negociaciones comercia- lo segundo, debería asegurarse contar con les con el vecino del norte. De la misma una corriente de opinión con la suficiente manera, en las conclusiones de una comisión influencia para impulsar un acuerdo entre que evaluó el Tratado de Reciprocidad entre ambos países. Esas condiciones no existían a fines de la década de 1870, por lo que las 74 M. Romero, “Exposición de la Secretaría de Hacienda de 15 de enero de 1879 respecto de la situación de México ideas de Romero quedaron plasmadas en su y con objeto de rectificar los errores contenidos en el infor- respuesta a Foster, pero su puesta en marcha me del honorable John W. Foster”, en Memoria de Hacienda y Crédito Público correspondiente al quincuagésimo cuarto año fue postergada para otro momento. económico transcurrido del 1 de julio de 1878 a 30 de junio A principios de 1882, a iniciativa del de 1879. Presentada por el secretario de Estado y Despacho de Hacienda y Crédito Público, Trinidad García, al Congreso presidente Chester C. Arthur (1881-1885), de la Unión el 16 de septiembre de 1879, México, Imprenta del Comercio, de Dublán y Comp., 1880, p. 560. Las la Cámara de Representantes de los Estados cursivas son de los autores. Unidos aprobó iniciar negociaciones de un 64 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

tratado de reciprocidad con México. Ha- más la condición del país y merecen el odio que bía razones suficientes que justificaban esa les profesan los mexicanos. decisión. El año anterior había expirado el No han sabido explotar hábilmente la si- Tratado de Amistad y Comercio firmado tuación favorable que lograron crearse con un en 1831 sin que fuera ratificado a pesar de proyecto de ferrocarril etc. y hoy no hay quien los crecientes flujos comerciales y el aumen- tenga fe en ellos como es natural. to de la inversión de capitales estadunidenses […] aquí se recibe muy mal la idea de la en la economía mexicana. No obstante, el reciprocidad comercial en ese país [Estados Gobierno del presidente Manuel González Unidos], según entiendo, tampoco encuentra mostró un gran recelo y su postura inicial favorable acogida ese pensamiento en los Es- fue el rechazo a un acuerdo de reciprocidad tados Unidos. Lo mejor sin duda, es lo que ha con Estados Unidos. Fue por ello que la pri- propuesto ya alguien en Washington: que se mera tarea de Romero consistió en conven- modifique por cada país en lo que le convenga cer a las autoridades mexicanas de entablar el arancel de aduanas regulando cada nación negociaciones, asegurando que los intereses en el sentido que más convenga a sus intereses.75 de México estarían bien protegidos. Pero vencer el escepticismo resultó una tarea más A pesar de estas opiniones, Romero no de- ardua de lo que había imaginado el diplo- sistió y continuó empeñado en persuadir a mático mexicano, en parte por la preferencia las autoridades mexicanas de aprovechar la que se dispensaba a capitales de origen eu- iniciativa del presidente Arthur. Paradó- ropeo, la insatisfacción por los resultados de jicamente, el representante de México en las empresas ferrocarrileras propiedad de es- Washington debería evitar cualquier acer- tadunidenses y la desconfianza sobre los be- camiento del Gobierno estadunidense para neficios del comercio recíproco. Opiniones tratar un posible acuerdo comercial, pues en este sentido fueron expresadas en abril de sin el pleno convencimiento del Gobierno 1882 por Pedro Santacilia a Romero: mexicano se corría el riesgo de un recha- zo a un tratado de esa naturaleza y, con Ya están fungiendo todos los bancos y tanto en ello, desaprovechar lo que parecía una opi- estos asuntos como en todas las empresas de nión favorable en Estados Unidos. Ante el vapores, ferrocarriles, etc. gana terreno de una nombramiento de Ulysses Grant y Henry manera lamentable el elemento europeo. Trescot como comisionados para entablar Lo peor es que de estas ideas participan negociaciones con México, en su carta del muchos de nuestros políticos sin tener en cuenta 6 de agosto de 1882, Romero no dudó en siquiera las tradiciones históricas del país. 75 La verdad es que los yankees son unos bár- Pedro Santacilia a Matías Romero, Ciudad de México, México, 16 de abril de 1882, ahbanxico, Fondo Matías baros porque no conocen ni han estudiado ja- Romero, Correspondencia recibida, f. 30413. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 65

pedirle al ex presidente estadunidense que viembre de ese mismo año terminó la tarea retrasara su aceptación a tal encargo: “Veo encomendada y comunicó sus impresiones que el presidente lo nombró comisionado a Mariscal: en México para acordar un tratado comer- cial. Le agradecería si pudiera aplazar su Mi reciente permanencia en Washington y el aceptación hasta que lo vuelva a ver, lo cual estudio que he hecho de este asunto me hacen supongo que sería el próximo jueves o vier- creer que las presentes son las mejores circuns- nes”.76 tancias para tratar y resolver esta grave cuestión, En septiembre, Romero escribió al pre- con mayores probabilidades de obtener ventajas sidente González para recomendarle en- para nuestro país y que su aplazamiento nos po- tablar negociaciones y reiterar su postura a dría perjudicar. favor de ellas, subrayando la importancia de La administración que actualmente rige los actuar con oportunidad: “Creo que tarde o destinos de los Estados Unidos, es sinceramente temprano tendremos que celebrarlo y que amiga de México, como lo ha demostrado con las presentes circunstancias son las más fa- varios asuntos de que tiene Ud. conocimiento, vorables para celebrarlo”.77 Ante la falta de y lejos de tener designios contra nosotros de- decisión del presidente González y del can- sea sinceramente ayudarnos en lo que esté a su ciller Ignacio Mariscal, a mediados de sep- alcance a asegurar el progreso y bienestar de tiembre, Romero solicitó licencia a su cargo nuestra patria. No intenta pues sacar ventajas en la legación en Washington y se trasladó indebidas de nosotros. a la Ciudad de México con la intención de Además esta administración se guía en conseguir la aprobación del Gobierno para todo lo que concierne a la política de los Esta- iniciar las negociaciones. Esa estrategia dos Unidos respecto de México, por la opinión funcionó y como consecuencia se le instruyó del Gral. Grant, quien como Ud. sabe es el jefe encargarse de la redacción de un proyecto de la fracción del partido republicano que está de tratado. ahora en el poder. A principios de octubre de 1882, de re- […] greso a Estados Unidos, Romero se dedicó Hay por último otra consideración a preparar el proyecto del tratado y envió muy atendible en favor de aprovechar esta un borrador a Grant, quien era un abierto oportunidad para celebrar un tratado co- promotor del acuerdo comercial. En no- mercial con los Estados Unidos. Las di- visiones que se han suscitado en el Parti- do Republicano que ahora está en el poder, 76 Matías Romero a Ulysses Grant, Washington, D. C., 6 de agosto de 1882. La traducción es de los autores. y los esfuerzos del partido democrático por apro- 77 Matías Romero a Manuel González, Washington, vecharse de esas divisiones para recobrar el poder. D. C., 6 de septiembre de 1882, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 41, ff. 55-56. […] 66 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Las bases de dicho proyecto son tan favora- La cita es un ejemplo de la experimentada la- bles para México que desde luego ocurre la obje- bor de Matías Romero. Lejos de concentrarse ción que una vez firmado el tratado conforme a exclusivamente en las variables económicas, ellas pudiere suceder que no fuera aprobado por el el argumento presentado a la Cancillería Senado de los Estados Unidos. Desde luego con- mexicana fue su análisis sobre la pertinencia viene manifestar que éstas podrían ser objeciones de aprovechar la coyuntura política en Esta- para los plenipotenciarios americanos que firma- dos Unidos para maximizar los beneficios del ran el tratado y no para México. Es claro que si proyectado tratado. A fines de diciembre de ellos creyeran que el tratado no sería aprobado 1882, el proyecto fue finalmente aprobado por el Senado de los Estados Unidos no lo firma- por la sre y se nombró como representante rían, y que por lo mismo, si lo firman es porque para la negociación al propio Romero y a Es- tienen la convicción de que será ratificado. Pero tanislao Cañedo. A petición del Gobierno es- aun suponiendo que no lo fuera, México quedaría tadunidense las negociaciones se celebrarían en una posición envidiable para resistir en lo fu- en Washington, D. C., con Ulysses Grant y turo toda pretensión del Gobierno de los Estados Henry Trescot como sus representantes. Unidos respecto de franquicias, supuesto que le- El texto que discutirían los representan- jos de resistirse a conceder franquicias con objeto tes era el proyecto aprobado por la sre. La de favorecer el comercio con los Estados Unidos, desgravación arancelaria era la parte medu- había convenido en otorgar todas las que consi- lar del tratado. Estados Unidos admitiría deró prudentes y que en concepto de los pleni- liberar de arancel a veintinueve productos potenciarios norteamericanos eran bastantes para mexicanos, principalmente materias primas alcanzar el objeto deseado: después de esto no y productos semiprocesados de origen agrí- habrá ni pretexto para exigirle más y tendríamos cola y minero. Como contrapartida, goza- perfecto derecho para negarnos a conceder más. rían de ese mismo privilegio en las aduanas Tal vez esté yo preocupado; pero doy tanta de México setenta y tres productos de ori- importancia a la exención de derechos de nuestro gen estadunidense, conjunto compuesto en azúcar en el mercado de los Estados Unidos que su mayoría por insumos procesados y bienes juzgo que la adquisición de esta franquicia impor- industriales.79 Como una muestra de la per- ta una gran ventaja para México […]. Creo que sistencia de desconfianza en torno al acuerdo nuestro país puede producir toda o la mayor parte comercial, la Cancillería mexicana dio ins- de la azúcar que se consume en los Estados Uni- trucciones a los representantes de rechazar dos, aun cuando necesitaría de algún tiempo y de capital para llegar a ese grado de producción.78 79 Para el listado completo de los productos y las reper- cusiones del tratado en el sector azucarero, véase Graciela 78 Matías Romero a Secretario de Relaciones Exterio- Márquez Colín, “El Tratado de Reciprocidad de 1883: ¿Una res, Washington, D. C., s/f [¿15 de noviembre de 1882?], oportunidad perdida?”, en Historia Mexicana, núm. 244, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 41, ff. 351-357. abril-junio de 2012, pp. 1413-1459. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 67

cualquier cambio al texto base, sin importar A pesar de la rígida postura del Gobierno su naturaleza. Romero no ocultó su moles- mexicano, los representantes estadunidenses tia por la rigidez de las directrices recibidas aceptaron el texto del tratado sin objeciones. cuando el propio Cañedo se respaldó en ellas El protocolo del Tratado de Reciprocidad en- para rechazar cambios a la lista de productos tre México y Estados Unidos se firmó el 20 mexicanos sujetos a desgravación arancela- de enero de 1883, acordándose un plazo de un ria. No obstante, el ministro plenipotencia- año para la ratificación, primero por parte del rio acató las órdenes recibidas y en carta a Senado estadunidense y después del mexica- Mariscal del 16 de enero de 1883 detalló: no. Romero y los partidarios de la reciproci- dad tuvieron éxito en esa primera etapa y así En las sesiones que tuvo la comisión ayer y hoy, lo reconoció William J. Palmer, presidente de aprobó el proyecto de Ud. y solamente hemos que- la Mexican National Railway Company: dado pendientes de la respuesta de Ud. a la consul- ta que le hicimos hoy por el telégrafo respecto de la Me alegra ver que las posibilidades de éxito palabra acero que aparece suprimida en la fracción han mejorado con respecto al Tratado de Reci- de instrumentos y herramientas para artesanos del procidad entre Estados Unidos y México. Si se artículo II del proyecto. llevan a cabo con éxito las medidas anunciadas Cañedo no quiso que figuraran en la letra del por los periódicos, seguramente tendrán una artículo I del proyecto las ocho mercancías mexi- razón para congratularse al asegurar un gran canas que yo había logrado fuesen aceptadas por desarrollo para su país y los ciudadanos esta- los comisionados americanos y he tenido que hacer dunidenses les agradeceremos por su esfuerzo. el sacrificio de retirarlas. Oficialmente doy a Ud. La introducción del azúcar, del tabaco y del cuenta de esto y verá Ud. el resultado de las órdenes cáñamo a los Estados Unidos sin ningún gravamen absolutas. y la introducción del hierro, del algodón y otros Mañana o pasado firmaremos el tratado y productos estadunidenses a México bajo los mis- se convencerá Ud. de que no eran ilusiones mías mos términos no puede fallar como una gran ven- cuando aseguraba yo a Ud. que sería firmado por taja para ambos países. Sobre todo, en el caso del los comisionados americanos. No tengo desgracia- azúcar, el cual dará paso al rápido enriquecimiento damente la misma seguridad de que será aprobado de la zona de “Tierra Caliente” y de todo México. por el Senado y más bien dudo que lo sea a pesar de Si podemos ser de ayuda para lograr la ratificación la influencia del Gral. Grant. Luego que firmemos de los términos propuestos, estaré dispuesto a usar el tratado lo avisaremos a Ud. por el cable.80 cualquier influencia que podamos tener.81

81 William J. Palmer a Matías Romero, Nueva York, 23 80 Matías Romero a Ignacio Mariscal, Washington, de enero de 1883, ahbanxico, Fondo Matías Romero, D. C., 16 de enero de 1883, hbanxico, Fondo Matías Correspondencia recibida, f. 30758. La traducción es de Romero, caja 41, f. 596. los autores. 68DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Cuba, México y el tratado de reciprocidad

urante todo el siglo xix, la cuestión cubana fue motivo de preocupación de los Gobiernos mexicanos. Durante décadas, Cuba era vista primordialmente como una amenazaD para la independencia mexicana, pues mientras siguiera bajo el control español se convertía en obvia base para una expedición de reconquista. Más adelante, cuando la posibilidad de una invasión española pareció disiparse, el gran peligro era verla con- vertida en una provincia más de Estados Unidos. Así como el Gobierno de Guadalupe Victoria se planteó en algún momento invadir la isla para provocar una rebelión de es- clavos que destruyera el control de la Corona española, el de Porfirio Díaz desplegó una importante actividad diplomática en la isla con la intención de mediar en el conflicto entre la Corona española y los rebeldes cubanos. Incluso, la administración de Díaz tenía, entre sus planes, la idea de crear una especie de confederación cubano-mexicana como forma de terminar con el conflicto en la isla. Sin embargo, el gran problema para cualquiera de esos proyectos mexicanos en Cuba no era ya la Corona española, sino Es- tados Unidos.1 El 5 de agosto de 1884, Matías Romero escribía al secretario de Relaciones Interna- cionales para informarle de forma reservada que:

El Partido Republicano, o al menos la parte pensadora y sensata de él, preferiría que Cuba fuese una República libre e independiente. Lo que ahora desea es monopolizar, por decirlo así, el comercio de Cuba. El Partido Democrático preferiría, en mi concepto, la anexión de Cuba a los Estados Unidos [...]. Pero creo que ambos partidos verían con celo la anexión de Cuba a México, y en mi concepto ninguno de los dos la apoyaría directamente. Tengo la convicción de que después de que nuestro tratado de reciprocidad empiece a desarrollar el comercio entre los dos y la producción de azúcar en el nuestro, la situación económica de la isla de Cuba empeorará de tal manera, si los Estados Unidos no celebran con España un tratado que permita la importación del azúcar cubana en este país libre de derechos, que los cubanos desearán

1 Rafael Rojas, Cuba Mexicana. Historia de una anexión imposible, México, sre, 2001. MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 69

la anexión a México, o por lo menos emigrarán en gran número a nuestro país en busca de las fran- quicias concedidas a nuestra azúcar y a nuestro tabaco.2

Matías Romero veía en el comercio una fuerza que iba más allá de lo meramente econó- mico: el tratado de reciprocidad tenía importancia económica, pero también geopolítica para México. ¿Demasiado optimista sobre el comercio? Tal vez, pero lo interesante es ver cómo en su pensamiento las cuestiones económicas eran muy importantes para su labor como diplomático mexicano.

2 ahdge, Archivo de la Embaja de México en Estados Unidos (aemeua), leg. 130, exp. 17. 70 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

A pesar de lo conseguido hasta ese mo- da en el Tratado de Amistad y Comercio mento, la ratificación por parte del Sena- firmado entre México y Alemania el año do de Estados Unidos sería un paso difícil, anterior. Esta noticia alarmó a Romero según lo anticipado por el propio Romero porque consideraba esa acción contraria a aun antes de la firma del protocolo. Con- los intereses de México y como una amena- vencido de lo favorable que resultaba el za seria a la ratificación del acuerdo comer- tratado para México, expresó a Mauricio cial con Estados Unidos. En vísperas del Wollheim, funcionario de la Secretaría de voto en el Senado de Estados Unidos, el Hacienda, sus temores de un tropiezo pos- diplomático mexicano externó sus preocu- terior: “Sus estipulaciones son tan favora- paciones a Pedro Santacilia a quien además bles a México, que hay peligro de que no confió sus sospechas de la persistencia de sea aprobado por el Senado de los Estados posturas contrarias al tratado: Unidos. En todo caso, creo, sin embargo, que hemos obtenido un triunfo con la firma Esta cuestión me parece muy grave no por lo de este tratado”.82 que toca al tratado pendiente con los Estados En febrero de 1883 concluyó el periodo Unidos que realmente no tiene grandes conce- extraordinario de sesiones del Senado de siones sino por el precedente que este estable- Estados Unidos sin que se presentara a vo- cería y que afectará grandemente el porvenir tación el tratado con México. Por lo tanto, del país. Si en virtud de una cláusula general la ratificación del Tratado de Reciprocidad se consideran a los alemanes en México como quedaría en suspenso hasta el reinicio de a los naturales de la nación más favorecida, sesiones, a principios de diciembre. Duran- cuya cláusula figura en todos los tratados de te el periodo de espera hubo cambios en la amistad, comercio y navegación, y jamás se ha Cancillería mexicana a raíz del nombra- hecho extensiva a las estipulaciones de trata- miento de Mariscal en la legación mexicana dos de reciprocidad, vamos a concederles sin en Londres, por lo que quedó como encar- compensación las ventajas del tratado pen- gado del despacho, a partir de septiembre, diente con los Estados Unidos, nos ponemos José Fernández. Hacia fines de 1883 se en el caso de privarnos de las ventajas que en dio a conocer que México proporcionaría lo sucesivo nos traerían los tratados de recipro- a Alemania los privilegios otorgados a Es- cidad. Como no podían conceder los Estados tados Unidos una vez ratificado el Tratado Unidos ventajas valiosas, si saben que los que de Reciprocidad. Esa concesión partía de la les diéramos en compensación lo generalizá- cláusula de nación más favorecida, inclui- bamos a todas las demás naciones con que no- sotros comerciamos, ¿juzgarían de nosotros lo 82 Matías Romero a Mauricio Wollheim, Washington, que nosotros juzgaríamos de ellos si una vez D. C., 15 de febrero de 1883, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 41, f. 738. aprobado el tratado pendiente extendieran a DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 71

la isla de Cuba la libre importación de azúcar, Creo yo que la asistencia del general podría sal- fundándose en las mismas razones que noso- var el Tratado.84 tros exponemos ahora? Si el Gobierno no quiere aprobar el tratado Cuatro días más tarde, Romero volvió a es- de reciprocidad es más decoroso y tiene menos cribir al coronel Grant para señalarle que los inconvenientes decirlo así claramente. Por lo partidarios del tratado habían ya desechado que usted me ha dicho en sus cartas infiero que sus objeciones, por lo que consideraba no se- la opinión pública continúa opuesta a él, y que ría necesaria la presencia del general Grant en el mismo Gobierno participa de esta opinión. Washington, D. C. En cambio, el diplomático Esto depende de que no se han ocupado de en- mexicano recomendó que el general hiciera una tender detenidamente este asunto. Un estudio declaración para desmentir las insinuaciones de detenido de él convence al más apasionado en senadores de los estados sureños acerca de que las ventajas de su tratado.83 tenía intereses personales en el Tratado.85 El diplomático mexicano continuó con El plazo para la ratificación del Tratado de sus acciones de cabildeo dirigidas tanto Reciprocidad expiraba el 20 de enero de 1884. a extender el plazo para la ratificación del La labor diplomática de Romero se intensifi- tratado como a convencer a los partidarios có a medida que se acercaba esa fecha. En su de no introducir ningún cambio al texto estrategia trató de hacer acopio de todos los porque, en su opinión, ello podría resultar apoyos a su alcance. El 6 de enero escribió al contraproducente si los críticos aprovecha- hijo del general Grant, quien se encontraba ban para también proponer modificaciones. convaleciente en Nueva York, para pregun- Trasmitió estas ideas al senador de Alaba- tarle sobre la recuperación del general y si es- ma, John J. Morgan, en su carta del 15 de taría en condiciones de asistir a la votación del enero de 1883: Senado en Washington, D. C.: Esta mañana hablé con el Sr. Frelinghuysen en re- Me gustaría mucho saber cómo está el general, lación a la prórroga para el intercambio de las rati- cuáles son las probabilidades de su recuperación ficaciones del Tratado Comercial de Reciprocidad. y si es posible que pueda asistir a la presente se- Se ha llegado a este acuerdo de tal manera que los sión del Congreso en Washington. amigos del tratado no tienen por qué sentirse inco- Este Tratado Comercial de Reciprocidad modados por ello. firmado por el general está ahora en gran peli- 84 gro de ser modificado o hasta de ser rechazado. Matías Romero a Frederick Grant, Washington, D. C., 6 de enero de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 42, f. 308. La traducción es de los autores. 83 Matías Romero a Pedro Santacilia, Washington, D. C., 85 Matías Romero a Frederick Grant, Washington, D. C., 6 de enero de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Romero, 10 de enero de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 42, f. 311-312. caja 42, f. 324. La traducción es de los autores. 72 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Vista de Washington desde la avenida Pensilvania hacia el Capitolio aún en construcción. A la derecha el Hotel Nacional.

El Sr. Frelinghuysen estuvo de acuerdo con- El coque está implícito en la fracción 9 (19) del migo en que sería muy peligroso que los amigos artículo 21, página 3 del tratado que enumera todos del tratado sugirieran adiciones o enmiendas de- los tipos de carbón, y el coque es únicamente un tipo bido a que sólo abrirían el paso para que los ene- de carbón. Por esto es innecesario agregar ahí el coque. migos propongan enmiendas que propicien el fin Sería recomendable no modificar el artícu- del tratado. lo 8o del tratado, debido a que está redactado de Además, en realidad no hay necesidad de ha- acuerdo a tratados previos del mismo carácter y con cer alguna enmienda. La palabra “acero” está inser- las cláusulas de la Constitución de los Estados Uni- tada en la fracción 66 (35) del artículo 2o del tra- dos. Además, la objeción que pudiera surgir en la tado, página 4, y lo encontrará tambien en la copia Casa de Representantes tiene una respuesta bastan- impresa del mismo. te sencilla. Realmente se originó en la Casa cuando DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 73

ésta aprobó una resolución conjunta autorizando así Supongo que sabe que el Tratado de Recipro- que el presidente asignara un comisionado para ne- cidad no se aprobó el viernes pasado en el Se- gociar un tratado comercial con México. Por ende, nado, por únicamente un voto. Si usted hubiera este tratado es resultado de la resolución conjunta podido estar ahí, la aprobación del Tratado hu- aprobado por la Casa de Representantes. biera sido segura. Lo van a reconsiderar, pero El Sr. Frelinghuysen prefiere que no se sepa ahora tengo poca esperanza de obtener un voto que hemos acordado una prórroga para el inter- favorable.88 cambio de ratificaciones y yo creo que es acertada su solicitud.86 A los pocos días, Romero hizo un recuen- to a Mauricio Wollheim de los sucesos que La votación del Senado de los Estados Unidos en su opinión habían contribuido al desfa- para ratificar el Tratado de Reciprocidad con vorable resultado en la votación del 18 de México tuvo lugar el 18 de enero de 1884. El enero: resultado fue de 39 votos a favor y 20 en con- tra, insuficiente para alcanzar los dos tercios El negocio del tratado de reciprocidad ha es- requeridos para la ratificación. Esta derrota tado desgraciado. En esa capital [Ciudad de no fue definitiva, pues el estrecho margen fa- México] y por indicación de Fuentes [secreta- cilitó a los partidarios la aprobación de una rio de Hacienda y Crédito Público] se hicieron reconsideración y nueva votación dentro del varios cambios al proyecto que yo formé, que mismo periodo de sesiones. Como el plazo creo le hicieron perder varias de sus ventajas. original estaba por vencer para la ratificación El Sr. Cañedo me obligó a suprimir ocho de del Tratado de Reciprocidad, los represen- nuestros artículos, como vainilla, canela, miel tantes de ambos Gobiernos acordaron ex- de abejas, etc. porque no estaban en el proyecto tenderlo por seis meses. El mismo día de la que modificado nos dieron en esa [Ciudad de votación, Romero informó el resultado de la México], diciendo que no estábamos autoriza- misma y la aprobación de la reconsideración dos para añadir ni quitar una sola palabra. La a la sre, a Frelinghuysen y a Trescot.87 Tres interpretación dada en esa al tratado alemán días más tarde escribió al general Grant la- vino a echar por tierra toda ventaja que en lo mentando que hubiera estado ausente, pues sucesivo se pudiera obtener en nuestro comer- consideraba su apoyo fundamental: cio con este país.89

86 Matías Romero a John Morgan, Washington, D. C., enero de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 88 Matías Romero a Ulysses Grant, Washington, D. C., 21 de 42, ff. 411-413. La traducción es de los autores. enero de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 42, 87 Matías Romero a Frelinghuysen; Matías Romero a f. 361. La traducción es de los autores. Ignacio Mariscal; Matías Romero a Henry Trescot; 18 de 89 Matías Romero a Mauricio Wollheim, Washington, enero de 1884, Washington, D. C., ahbanxico, Fondo D. C., 20 de febrero de 1884, ahbanxico, Fondo Ma- Matías Romero, caja 42, ff. 355-356. tías Romero, caja 42, f. 470. 74 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

A pesar de los esfuerzos por convencer a las tud de una amplia compensación y entonces es autoridades mexicanas de las virtudes del imposible la aprobación del tratado. Esto es aho- Tratado de Reciprocidad y lograr de éstas ra más probable en virtud de la mala impresión un apoyo enfático a su aprobación, en opi- que ha causado aquí la devolución de Bismarck nión de Romero, los tropiezos del acuerdo de un voto de simpatía de la Cámara de Diputa- comercial provenían tanto de las decisiones dos por un diputado liberal alemán que falleció tomadas en México desde el inicio de las en N. York. negociaciones como de los votos en contra Los Estados Unidos no se perjudican con emitidos por una veintena de senadores. que México conceda a la Alemania sin com- Durante los días de espera de una segun- pensación las ventajas que concede a ellos previa da votación que revirtiera el rechazo a la compensación porque es muy difícil que la Ale- ratificación del Tratado de Reciprocidad, el mania pueda competir con ellos en los artículos presidente González reiteró la postura de su de comercio que son objeto del tratado. El que se Gobierno respecto a extender los beneficios perjudica con eso es México porque da gratuita- otorgados a Estados Unidos a Alemania por mente a la Alemania y a todas las demás nacio- virtud de la cláusula de nación más favore- nes, lo que concedería a un país compensación y cida contenida en el tratado de 1882 entre porque se cierra la puerta de una manera absoluta México y ese país europeo. En consecuen- para sacar ventaja de su situación contigua a una cia, Romero se vio obligado a enviar al se- nación comercial de primer orden con gran per- cretario de Estado una nota para explicar la juicio de su porvenir.90 interpretación de las autoridades mexicanas, a pesar de sus propias ideas en sentido con- En la sesión del 11 de marzo de 1884 del Se- trario. Una vez cumplida esa tarea escribió a nado de Estados Unidos se presentó por se- González manifestándole su punto de vista gunda vez al pleno la ratificación del Tratado y cómo esa postura podía afectar a la ratifi- de Reciprocidad y en esa ocasión se obtuvie- cación del tratado: ron los votos necesarios para su aprobación. Para lograr ese resultado, los partidarios ce- [H]e tenido que comunicar a este gobierno la dieron en un punto que a la larga resultaría determinación de Ud. sobre este asunto, y a pe- crucial para su futura derrota: para la puesta sar de eso sostiene el tratado, pero temo mucho en marcha se requería también la aprobación que si comunica mi carta al senado o si se eva- de la Cámara de Representantes. El argu- pora de algún otro modo el contenido de esta, mento era que la autorización inicial al fracase el tratado pues me parece que alguno o Ejecutivo para entablar negociaciones con algunos senadores de los que votarán a favor del 90 tratado cambiarían su voto por no conceder a la Matías Romero a Manuel González, Washington, D. C., 4 de marzo de 1884, ahbanxico, Fondo Matías Alemania las rebajas que ellos obtienen en vir- Romero, caja 42, ff. 507-508. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 75

México había provenido de ambas cámaras Medios y Arbitrios de esa Cámara emi- y, por lo tanto, el Tratado de Reciprocidad tiera un dictamen favorable y que el ple- entraría en vigor sólo hasta que los represen- no lo votara a favor. Ésta era la opinión tantes lo aprobaran. de uno de los miembros de dicho comité, Aun antes de cumplir con el requisito el representante por Nueva York, Abram de someter el Tratado a la Cámara de Re- Hewitt, quien elaboró el dictamen sobre presentantes de Estados Unidos, se necesi- el Tratado de Reciprocidad con México y taba la ratificación del Senado mexicano. El fue abierto simpatizante del mismo. Sin plazo para ello era el 20 de mayo de 1884, embargo, el apoyo de Hewitt fue insu- de acuerdo con la extensión del plazo ne- ficiente para contravenir otras posturas gociada en enero. Los retrasos preocuparon menos favorables a la reciprocidad que a Romero porque conseguir otra extensión aparecieron en el panorama político de sería muy difícil. En su opinión, el canci- Estados Unidos. ller Fernández era de la idea de postergar Para mediados de 1884, a las negociacio- la ratificación hasta el siguiente periodo nes de un tratado con México se sumaron las de sesiones del Senado en septiembre. Por entabladas con España (por Cuba y Puerto insistencia de Romero, el presidente Gon- Rico), República Dominicana y Gran Bre- zález finalmente envió a los senadores el taña (por Indias Occidentales), además de la protocolo del Tratado de Reciprocidad con extensión del tratado con Hawái. Ello con- Estados Unidos. La aprobación estuvo lista tribuyó a que en las campañas presidenciales el 14 de mayo, a escasos seis días para el el tema formara parte de la agenda de los intercambio de ratificaciones en Washing- candidatos. El republicano Blaine proponía ton. Gracias a las maniobras de Romero se una unión aduanera para el hemisferio oc- cumplió con el plazo. cidental, mientras que el demócrata Grover Llegado este punto se había logrado Cleveland criticó la efectividad de esa medi- la firma del Tratado de Reciprocidad por da para el intercambio comercial. La victoria los representantes de México y Estados del candidato del Partido Demócrata alentó Unidos en enero de 1883, y la ratifica- posturas opuestas a los tratados comerciales; ción de los senadores de ambos países por ejemplo, a principios de 1885, el sena- en el primer semestre de 1884. Para la dor por Vermont Justin S. Morrill consideró entrada en vigor del acuerdo comercial los tratados de reciprocidad como una im- sólo restaba que la Cámara de Represen- posición del poder ejecutivo al Congreso y, tantes de Estados Unidos también lo ra- respecto al tratado con México, declaró que tificara mediante la promulgación de las afectaría a los granjeros y agricultores esta- leyes para su operación. La expectativa dunidenses por la desgravación arancelaria era que una vez recibido, el Comité de y el movimiento de capitales hacia territorio 76 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

El Tratado de Reciprocidad establecía la introducción de algodón estadunidense a México. La fábrica de tejidos de algodón Hércules, cercana a la ciudad de Querétaro, ca. 1883.

mexicano.91 A ello se sumó un fuerte cabil- si los tratados de reciprocidad en negocia- deo por parte de los productores de azúcar ción con esos países se aprobaban. En ese y remolacha, quienes veían amenazados sus contexto, entre enero y febrero de 1885 los intereses por la desgravación del dulce pro- tres intentos del representante Hewitt para veniente de Cuba, Puerto Rico, República conseguir la aprobación de su dictamen al Dominicana, Indias Occidentales y Hawái, interior del Comité de Medios y Arbitrios fracasaron. 91 U. S. Congress, Report from the Central and South Ame- rican Commissioners, House of Representatives, Congress 48th, Finalmente, unos meses después, en 2a session, Executive Document 226, 1885, p. 513. mayo de 1886, el mismo comité aprobó un DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 77

dictamen desfavorable al Tratado de Reci- anexionistas más que comerciales por parte procidad por siete votos y un voto particular de este país. A muchos de los artículos pe- de Hewitt en sentido contrario. En la sesión riodísticos, Romero respondió enfatizando del 26 de julio, el pleno de la Cámara de que la oposición al Tratado de Reciprocidad Representantes aprobó la posposición de la en Estados Unidos era precisamente por las votación del dictamen en cuestión, decisión ventajas que reportaría a México. que abrió un periodo de espera cuyo límite era el 20 de mayo de 1887, cuando se vencía Límites con Guatemala la tercera prórroga de un año acordada con México para que se promulgaran las leyes Otro asunto de importancia histórica con el para la operación del Tratado de Reciproci- que tuvo que lidiar Matías Romero en Was- dad. Los infructuosos intentos por cumplir hington fueron las negociaciones y la firma con ese requisito seguramente influyeron en de acuerdos de límites con Guatemala. En el desinterés mostrado por los congresistas, este caso, a la habilidad negociadora de Ro- pues ninguno de ellos, incluido Hewitt, mero hay que agregar su experiencia perso- promotor incansable del Tratado por más nal en el tema y sus motivaciones personales de dos años, emprendió acción alguna para para llevar adelante esas negociaciones con propiciar el voto del pleno de la Cámara de éxito. Romero conoció de primera mano los Representantes. conflictos territoriales con Guatemala des- No es exagerado afirmar que, del lado de su época de empresario cafetalero en la de Estados Unidos, el Tratado de Reci- década de 1870. Además, había estudiado a procidad de 1883, pese a no ser rechazado, detalle la historia de las disputas territoriales quedó impedido de ser puesto en práctica, y conocía bien a los negociadores guatemal- pues terminó siendo archivado como un tecos, incluido el presidente Barrios. Aquí expediente sin resolución en la Cámara de revisamos la larga historia de Romero y la Representantes. complicada relación con Guatemala que, Durante el impasse entre el intercambio para su suerte, habría de resolverse median- de ratificaciones en mayo de 1884 y el ven- te negociaciones en Washington, donde sa- cimiento del plazo para la puesta en marcha bía moverse probablemente mejor que en la del Tratado Comercial en mayo de 1887, en Ciudad de México. México, algunos sectores se inconforma- A principios de la década de 1870, la ron por sus posibles implicaciones y así lo frontera entre México y Guatemala carecía manifestaron en la prensa. Entre los prin- de una delimitación precisa. La adhesión cipales argumentos estuvieron los relacio- de Chiapas a México en 1824, la ocupa- nados a supuestos mayores beneficios para ción del Soconusco ordenada por Antonio Estados Unidos y a sospechas de intereses López de Santa Anna en 1842 y su pos- 78 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

terior incorporación a territorio chiapa- entre muchos otros, revela el interés por neco causó fuertes tensiones entre ambos adquirir propiedades en la región para la países. En 1854 había quedado inconcluso siembra del café, hule y otros cultivos. Es- un acuerdo entre ambos países en el cual cobar fungió como su intermediario para Guatemala renunciaba a sus reclamos so- adquirir el Malacate, considerada como “la bre Chiapas y Soconusco a cambio de que mejor finca” del Soconusco, propiedad de México aceptara pagar una compensación la familia de Justo Rufino Barrios, liberal monetaria.92 Esta indefinición provocó in- guatemalteco y presidente de su país entre vasiones frecuentes de terrenos, huida de 1873 y 1885. Sin embargo, la operación de delincuentes, refugio de políticos de opo- compraventa quedó sin concretarse y, en sición e incursiones de tropas, que cons- cambio, Romero dio instrucciones para que tituían una fuente continua de conflictos. se denunciaran los terrenos adyacentes al De ahí que muchos estimaban indispensa- Malacate para establecer ahí lo que él llamó ble entablar negociaciones para delimitar la “Cafetal Juárez”. Esta propiedad se encon- frontera y, así, poder dotar de seguridad a traba en la zona fronteriza entre México y los habitantes y negocios de la zona para Guatemala, pero sus linderos permanecían evitar un conflicto mayor. indefinidos. El establecimiento de Romero Fue precisamente al Departamento en el Soconusco propició un acercamiento de Soconusco en la zona colindante entre amistoso con Barrios, a quien incluso au- México y Guatemala al que llegó Matías xilió en la redacción de algunos decretos. Romero a principios de 1873, luego de Sin embargo, el activismo del entonces presentarle a Juárez su renuncia a la titu- cafeticultor y su interés por desarrollar la laridad de la shcp, aduciendo su menguada región por medio de la inversión del Go- salud y lo extenuante del puesto. Lo que bierno federal despertó recelos de Barrios públicamente no declaró fue que llevaba en Guatemala y de Escobar en Tapachula. algún tiempo explorando posibilidades de Ambos sintieron amenazados sus proyectos inversión en fincas agrícolas en distintas políticos personales y de manera directa o partes del país, pero particularmente en el indirecta intentaron alejarlo de la región, Departamento del Soconusco, en Chiapas. dañando sus propiedades e incluso amena- Su copiosa correspondencia con Pantaleón zando su vida. Domínguez, gobernador de ese estado, y En el caso de Barrios, el factor deto- el cacique de la región Sebastián Escobar, nante del distanciamiento con Romero fue la cuestión de los límites fronterizos. 92 Manuel Ángel Castillo, Mónica Toussaint Ribot y Ma- A mediados de 1873, cuando el Gobierno rio Vázquez Olivera, Centroamérica, México, ahdge-sre (Mercedes de Vega [coord.], Historia de las relaciones in- chiapaneco intentó empadronar a los habi- ternacionales de México, 1821-2010, vol. 2), 2011, p. 49. tantes del Bejucal, una población en la zona DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 79

fronteriza, el Ejército de Guatemala resis- la invitación del Gobierno de Lerdo de Te- tió tal acción.93 Romero consideró necesaria jada para negociar los límites fronterizos. la intervención del Gobierno federal en tal Ramón Uriarte fue nombrado como su asunto y para ello solicitó ayuda al secreta- representante en México. El acercamiento rio de Guerra; sin embargo, el deslinde de la diplomático facilitó a Barrios instrumen- Cancillería de lo sucedido en esa localidad tar una maniobra en contra de Romero. A paró cualquier despliegue militar. Con todo, principios de 1875, su representante diplo- ese suceso puso de manifiesto una vez más la mático entregó a la Cancillería mexicana necesidad de llegar a un acuerdo negociado cinco volúmenes con denuncias de abusos de los límites territoriales de ambos países, cometidos por Romero en contra de las pro- en caso de querer evitar una confrontación piedades y los habientes de Tajumulco, Al- de mayores repercusiones. taná y Sibinal, en territorio guatemalteco. En octubre de 1873 José María Lafra- A ello se sumó la nota diplomática sobre el gua invitó al encargado de negocios de Gua- mismo tema presentada por Uriarte a la sre temala, García Granados, a fijar la cuestión e inserciones en periódicos mexicanos en de límites. Mientras tanto, Romero trató de los que se publicó esa misma versión.94 Ade- convencer a Barrios de desistir de cualquier más de la respuesta oficial, las acusaciones plan que involucrara una respuesta bélica. hechas por las autoridades guatemaltecas En enero de 1874, el presidente guatemal- propiciaron una detallada contestación por teco accedió a visitar su finca el Malacate, parte de Romero, quien, agraviado, publicó en territorio mexicano. En ese lugar, Ro- en 1876 Refutaciones de las inculpaciones he- mero y Barrios elaboraron un proyecto de chas por el general D. José Rufino Barrios, pre- tratado de límites, enviado luego al presi- sidente de la República de Guatemala, contra dente de México. En los siguientes meses, Matías Romero. Romero siguió enfrentando problemas por Los ataques no cesaron. En septiembre invasiones de sus propiedades y la negativa de 1875 se repartió en la capital mexicana de trabajadores guatemaltecos a emplear- un folleto titulado La cuestión de límites entre se en sus fincas. En mayo, las agresiones México y Guatemala, por un centroamericano. llegaron al grado de destruir la siembra y El autor era Andrés Dardón, quien también enseres del Cafetal Juárez y la detención de cuestionó en su texto la agregación de Chia- sus trabajadores. pas y la ocupación de México del Soconusco, Un par de meses después de las afec- además de descalificar el incendio del Ca- taciones a la finca cafetalera de Romero, el fetal Juárez, propiedad de Matías Romero, Gobierno guatemalteco finalmente aceptó aunque omitiendo el nombre de éste:

93 D. Cosío Villegas, op. cit., pp. 45-46. 94 Ibid., p. 38-39. 80 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

El incendio del cafetal Juárez es una fábula ridí- frontera sur. Durante casi un año, hizo su in- cula inventada por algún vecino del Soconusco, vestigación y publicó avances, pero sólo logró con el objeto de llamar la atención de los mexi- abarcar la primera década, esto es, los años de canos para que no se apercibieran de la expedi- 1821 a 1831. Imposibilitado para continuar ción que en esos mismos días se organizaba en con su estudio por compromisos de trabajo, el propio Soconusco contra el gobierno guate- decidió publicar el primer volumen y encar- malteco y en el cual tomaron parte un teniente y gar a Andrés Clemente Vázquez su conti- cien soldados del ejército de la federación. nuación para el periodo 1832-1833.96 Fue así como en 1877 apareció el primer tomo del Romero respondió brevemente en el perió- Bosquejo histórico de la agregación a México de dico El Siglo XIX. En su artículo también Chiapas y Soconusco. reprodujo las cartas enviadas a la sre para so- Mientras Romero se ocupaba de docu- licitar acceso a los archivos a fin de poder dar mentar su respuesta a Dardón de una ma- una respuesta mejor documentada al diferen- nera pormenorizada, en octubre de 1875, do entre los límites de México y Guatemala: José María Lafragua rechazó el reclamo del enviado de Guatemala de supuestos de- Considerando que si las aseveraciones conte- rechos sobre los territorios de Chiapas y el nidas en ese cuaderno pasaran desapercibidas, Soconusco. En 1876, la muerte del canciller quedarían en pie cargos muy graves contra la y la inestabilidad política a raíz de la revuelta buena fe de la nación, y aun en duda la lega- de Tuxtepec provocaron la suspensión de las lidad con que pertenecen a la confederación negociaciones con Guatemala. En 1877, al mexicana partes integrantes de su territorio, me reanudarse los intercambios diplomáticos, se ha parecido que dejaría yo de cumplir con un alcanzó un acuerdo concretado en la Con- deber patriótico si no escribiese esa refutación vención Preliminar sobre los Límites entre documentada y razonada de dicho cuaderno, los Estados Unidos Mexicanos y la República satisfecho como lo estoy de que sus aseveracio- de Guatemala. En éste, ambos Gobiernos nes son en lo general infundadas.95 acordaron la creación de una comisión mixta de ingenieros que se encargaría de elaborar Autorizado por la Cancillería, Matías Ro- un estudio de la frontera.97 Al año siguiente mero inició una exhaustiva investigación de la comisión se reunió en Tapachula con el fin lo que sería una historia pormenorizada de la 96 Mónica Toussaint Ribot y Mario Vázquez Olivera, Territorio, nación y soberanía: Matías Romero ante el conflic- 95 Matías Romero a José María Lafragua, secretario de to de límites entre México y Guatemala, México, sre, 2012, Relaciones Exteriores, Ciudad de México, 4 de octubre p. 112. de 1875, reproducido en Matías Romero, “Cuestión Mé- 97 M. Toussaint Ribot, Guadalupe Rodríguez y M. xico-Guatemala”, El Siglo XIX, 12 de noviembre de 1875, Vázquez Olivera, Vecindad y diplomacia en la política exterior p. 3. mexicana, 1821-1988, México, sre, 2001, p. 81. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 81

de comenzar los trabajos, para lo cual fue ne- Barrios. Si bien se habían presentado una cesario prorrogar los plazos en varias ocasio- serie de incidentes en la frontera, México nes.98 En enero de 1880 hubo un incidente llevaba muchos años tratando “pacífica y provocado por los ingenieros contratados por pacientemente” de fijar los límites y, por el Gobierno de Guatemala que fijaron unas lo tanto, no le parecía pertinente acudir al marcas en el pueblo de Cuilco Viejo, pues al arbitraje como medio de resolución de las no poderse identificar como miembros de la diferencias con Guatemala. Asimismo, rei- comisión fueron arrestados y enviados a Ta- teró que la agregación de Chiapas y el Soco- pachula, donde después serían liberados. A nusco fueron resultado de la voluntad de sus fines del mismo año el Gobierno de Gua- pueblos.99 temala levantó un censo a los habitantes de El apoyo estadunidense a la petición Cuilco Viejo, bajo el supuesto de que for- guatemalteca de arbitraje se debilitó en el maba parte de su jurisdicción. Con ello se segundo semestre de 1881, luego del ase- violaba el acuerdo de respetar el territorio sinato del presidente James A. Garfield en ocupado por cada país en 1877. julio y la salida de James Blaine del Depar- A raíz de todos esos incidentes, el 16 tamento de Estado en diciembre. El suce- de junio de 1881 el Gobierno guatemalte- sor de éste, Frederick Frelinghuysen, tenía co pidió al de Estados Unidos actuar como pocas simpatías por el proyecto de la Unión mediador en la fijación de los límites entre Centroamericana promovido por el presi- México y Guatemala, petición que con- dente Barrios y, en cambio, mantenía una trastó con la negativa de las autoridades relación estrecha con Romero por medio del guatemaltecas a formar una comisión de general Grant.100 ingenieros para estudiar los límites fronte- A principios de 1882 la actitud guate- rizos conforme a lo acordado en 1877. El malteca respecto a la mediación parecía 25 de julio de 1881, el ministro plenipo- inflexible. El representante diplomático en tenciario de los Estados Unidos en México, México, Herrera, presentó a Mariscal un John Morgan, se entrevistó con el canciller proyecto en el cual se atribuía a Guatema- Mariscal y ofreció el arbitraje de Estados la la posesión de Chiapas y el Soconusco. Unidos en el diferendo fronterizo. La res- Como era de esperar, Mariscal rechazó di- puesta del canciller mexicano, descrita en cho proyecto y, en cambio, concedió la posi- un memorándum de la Cancillería y publi- bilidad de obtener la mediación de Estados cada por la prensa mexicana, fue que Mé- xico no compartía la versión del presidente 99 Ignacio Mariscal, “Memorandum”, El Siglo XIX, 20 de octubre de 1881, p. 1. 100 Alfredo Ávila, “Diplomacia e interés privado: Matías 98 “México y Guatemala”, El Siglo XIX, 6 de diciembre Romero, el Soconusco y el Southern Mexican Railroad, 1881- de 1881, p. 1. 1883”, en Secuencia, núm. 38,mayo-agosto de 1997, p. 67. 82 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Unidos si su objetivo era exclusivamente el de México el 9 de julio siguiente—, que Méxi- de fijar los límites sin cuestionar el derecho co no podía someter a un arbitraje el derecho de México sobre esos dos territorios.101 con el que le pertenece uno de los estados de la El nombramiento de Matías Romero Confederación Mexicana por ser este un punto como enviado extraordinario y ministro fundamental de su existencia política decidido plenipotenciario en Washington a partir por su Constitución, el Hon. Mr. Blaine no pudo de marzo de 1882 era a todas luces con- menos que reconocer la fuerza de este razona- veniente para tratar el asunto de los lími- miento y en la comunicación que dirigió a Mr. tes de México con Guatemala. Sin perder Morgan el 28 de noviembre de 1881 le dijo que tiempo, a los pocos días de su llegada a la la mediación de los Estados Unidos no se ofre- capital estadunidense, escribió a Frelin- cía para decidir si Chiapas y Soconusco forman ghuysen. Sin entrar en mucho detalle, el parte de la nación mexicana, sino para resolver la diplomático mexicano aseguró que México cuestión de límites entre México y Guatemala tenía la posesión histórica y legal de Chia- bajo la base de que el estado de Chiapas forma pas y el Soconusco, con lo que descartaba parte de la Confederación Mexicana. desde un inicio toda fuente de disputa. En- Una vez aceptado este principio que, como seguida expuso la situación prevaleciente a dije ya, Guatemala misma ha reconocido en di- principios de 1882: ferentes ocasiones, la demarcación material de los límites entre la antigua provincia de Chia- El Gobierno de Guatemala ha reconocido y pas y la de Guatemala y los estados mexicanos consentido oficial, aunque indirectamente, en de Tabasco y Yucatán con la actual República de repetidas ocasiones, que el estado de Chiapas Guatemala, requiere un estudio preliminar del forma parte de México; y sin embargo solicitó terreno, que es en gran parte despoblado y des- hace poco la mediación de los Estados Unidos conocido, y no sería posible llevar a cabo la de- en este asunto, cuya mediación fue ofrecida a marcación sin hacer primero ese estudio. México en nota del Hon. James G. Blaine, se- cretario de Estado de los Estados Unidos, dirigi- Enseguida Romero se refirió a los acuerdos da a Philip H. Morgan, ministro de los Estados alcanzados en 1877 y contempló la posibi- Unidos en México, y fechada en esta ciudad el lidad de un arbitraje, pero de un carácter 16 de junio último. más limitado. A diferencia de la propuesta Al manifestar el Gobierno de México al mi- guatemalteca, el diplomático mexicano lo nistro de los Estados Unidos residente en aque- consideraba sólo como un recurso para la lla capital —en entrevista verificada en la ciudad determinación de los límites:

101 Tanto México como Guatemala convinieron en M. Toussaint Ribot y M. Vázquez Olivera, op. cit., p. 57. nombrar una comisión mixta que hiciera el estu- DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 83

dio de ese terreno en un tratado que celebraron sión entre México y Guatemala, que él deseaba el 7 de septiembre de 1877 y en el cual Gua- alejar juzgándolo como un deber que le imponía temala reconoció implícitamente el hecho de la amistad de los Estados Unidos hacia ambas que Chiapas forma parte de la Confederación partes contendientes, por las sugestiones de con- Mexicana. sejeros pacíficos, incluyendo como medio conve- Una vez reconocido y examinado el terreno niente el arbitramiento si la dificultad no podía por donde debe pasar la línea divisoria, sería fácil resolverse de otro modo. El presidente ve con marcar ésta, y probablemente México y Guate- satisfacción que está abierto a las dos naciones el mala se pondrían de acuerdo en la demarcación camino para llegar a un acuerdo pacífico.103 de esa línea. Si desgraciadamente esto no fuera así y conviniendo a ambas naciones, el nombra- En abril, Lorenzo de Montúfar, el minis- miento de un árbitro o la mediación de una na- tro de Guatemala en Estados Unidos, re- ción amiga para decidir las diferencias que pu- chazó un proyecto de acuerdo redactado diera ocurrir sobre este punto, cuando éstas no por Romero según el cual el arbitraje de las presenten, si es que llegan a existir, será tiempo autoridades estadunidenses estaría acotado de pensar en la manera de subsanarlas; pero pre- solamente a reconocer los límites entre los tender desde ahora determinar lo que haya de dos países y no sobre la pertenencia de los hacerse en un caso contingente y que requiere territorios de Chiapas y el Soconusco. Este estudios previos y algún tanto dilatados, sería diferendo y el hecho de que también se cele- cuando menos del todo prematuro. 102 braban negociaciones en México entre He- rrera y Mariscal ocasionaban confusiones En respuesta a esa comunicación, Frelinghu- y contribuían a mantener una situación de ysen se distanció de la postura inicial de su tensión constante. La Cancillería mexicana Gobierno respecto al arbitraje y concurrió en decidió entonces suspender las negociacio- la búsqueda de una solución entre las partes: nes entre los representantes en Washington, D. C. Sin embargo, Montúfar continuó en He tomado las declaraciones de Ud., y le mani- búsqueda de un arbitraje amplio por parte fiesto que este Gobierno, como Ud. observa en de Estados Unidos. sustancia, no se ha declarado en favor de ningu- La cuestión de límites tomó una ruta na solución determinada de la dificultad entre los distinta cuando la Asamblea Nacional de dos Gobiernos. Guatemala facultó “amplia y extraordina- Los informes que el presidente recibió, se- riamente” al presidente Barrios para viajar ñalaban como inminente el peligro de una coli- a Estados Unidos para conseguir “el arreglo

102 Matías Romero a Frederick Frelinghuysen, Washing- 103 Frederick Frelinghuysen a Matías Romero, Washing- ton, D. C., 9 de marzo de 1882, en El Siglo XIX, 21 de junio ton, D. C., 24 de marzo de 1882, versión en español en El de 1882, p. 1. Siglo XIX, 21 de junio de 1882, p. 1. 84 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

de la cuestión de límites pendiente con el Los hombres que trajo de Guatemala no Gobierno de los Estados Unidos Mexica- conocen este terreno y aparecen pequeños y nos”.104 Con ello, la negociación entre ambos hasta despreciables. países se concentraría en los Estados Unidos Esto lo apreciarán o no en México; tal vez y se llevaría a cabo entre el presidente guate- ni lo sepan; pero sí puedo asegurar que no hay malteco y Romero. Transcurrió poco más de exageración en lo que digo.105 un mes entre la llegada de Barrios a Nueva Orleans el 10 de julio de 1882 y la firma de Los preliminares acordados por Romero y los preliminares de un acuerdo de límites. Barrios sirvieron de base para el Tratado de Romero estaba más que satisfecho con ese Límites firmado por Mariscal y Herrera en resultado. Desde su estancia en Chiapas a la Ciudad de México el 27 de septiembre de principios de los años setenta, definir los 1882. La postura mexicana en la negociación límites entre México y Guatemala era una se evidenció en los dos primeros artículos: meta que tenía en mente y que había impul- sado en distintas instancias. Pero haber po- Artículo I dido contribuir directamente a la defensa de La República de Guatemala renuncia para siem- los intereses nacionales debió representarle pre los derechos que juzga tener al territorio del una suerte de victoria personal, consideran- Estado de Chiapas y su Distrito de Soconusco, do la persecución y los infundios en su con- y, en consecuencia, considera dicho territorio tra instigados por Barrios una década atrás. como parte integrante de los Estados Unidos Si bien en la documentación oficial resulta Mexicanos. muy difícil percibir ese sentimiento, en una carta a su tío Juan Avendaño se hace patente Artículo II una opinión más personal: La República Mexicana aprecia debidamente la conducta de Guatemala y reconoce que son Mi triunfo sobre Barrios ha sido completo y mu- tan dignos como honrosos los fines que han cho mayor de lo que yo tenía motivo de esperar. inspirado la anterior renuncia, declarando que Está ya completamente rendido a discreción y en igualdad de circunstancias México hubiera hasta lástima me da ver el completo fiasco que pactado igual desistimiento. Guatemala, por su ha hecho. parte, satisfecha con este reconocimiento y esta Mañana remataremos el clavo, pues él ha declaración solemne, no exigirá indemnización ofrecido formar unos preliminares que lo dejan de ningún género con motivo de la estipulación completamente amarrado. precedente.

104 “El manifiesto del presidente Barrios”, El Siglo XIX, 105 Matías Romero a Juan Avendaño, 8 de agosto de 17 de julio de 1882, p. 1. 1892, ahbanxico, Fondo Matías Romero, caja 42, f. 18. MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 85 86 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Asimismo, quedó fuera del Tratado cual- niero que Guatemala había enviado a recono- quier referencia a un arbitraje para la fijación cer el terreno antes de celebrar el tratado, eran de los límites. En cambio, en el artículo IV inexactos, pues conforme a ellos y al trabajo se indicó que cada país formaría una comi- respectivo, el Usumacinta debía servir de línea sión científica y se otorgaría un plazo de dos divisoria desde un punto muy alto de su curso, años para determinar la línea divisoria. El lo cual dejaba en territorio mexicano una parte Tratado de Límites fue ratificado por el Se- importante de lo que se había considerado como nado mexicano y la Asamblea Nacional de territorio de Guatemala. Guatemala en octubre y diciembre de 1882, El Gobierno de Guatemala sostuvo que el respectivamente. Usumacinta empezaba más abajo del punto con- Según el texto del Tratado de Límites venido, y que la línea divisoria debería ser, confor- firmado en septiembre de 1882, la comisión me al tratado, el río Chixoy situado mucho más al mixta, formada por las comisiones científicas poniente del Usumacinta. El Gobierno de Méxi- de cada país, sería responsable de la demar- co adoptó por equidad las ideas de Guatemala, a cación conforme a los criterios establecidos condición de que no se suscitase nuevas dificulta- en el artículo III. Durante cuatro ocasiones des para el trazo definitivo de la línea.106 (junio de 1885, octubre de 1890, octubre de 1892 y julio de 1894) debió prorrogarse el En 1893 otro diferendo respecto a los lí- plazo para el establecimiento definitivo de mites lo protagonizó Miles Rock, ingenie- las colindancias, porque los trabajos sufrie- ro estadunidense integrante de la comisión ron retrasos en gran medida por frecuentes científica guatemalteca. El trazo unilate- diferencias de interpretación entre lo acor- ralmente propuesto por Rock extendía los dado y lo realizado sobre el terreno físico. límites territoriales más allá de lo acorda- Un ejemplo de esas diferencias se presentó a do en el Tratado de Límites de 1882, pre- finales de la década de 1880 en ocasión del cisamente en el área de explotación forestal establecimiento de la línea divisoria sobre el objeto de un contrato entre el Gobierno de río Usumacinta; para solucionarlo fue ne- Guatemala y la Casa Janet y Sastré. En el cesario firmar un acuerdo específico entre lugar estaban establecidas otras empresas Mariscal y Herrera. Según Romero, México dedicadas a la producción de maderas, entre aceptó la modificación propuesta por Gua- ellas Agua Azul, Montería Romano, Egip- temala con la finalidad de no retrasar los to, negociaciones autorizadas por el Gobier- trabajos de demarcación: no mexicano. La sre exigió al Gobierno de Guatemala retirar las marcas construidas Al llegar al Usumacinta, uno de los ríos limí- 106 trofes fijados en el tratado, se encontró que los Matías Romero, “México y Guatemala”, Las Nove- dades [Nueva York], citado en El Siglo XIX, 8 de noviem- datos suministrados por el señor Irugaray, inge- bre de 1894, p. 2. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 87

por la comisión de ese país por considerar ya iba quedando reducido el que nos sirvió para que los límites así establecidos partían de la última guerra. Pero desgraciadamente nos es- una interpretación equivocada de lo acorda- tán poniendo en la necesidad imprescindible de do en el Tratado vigente. El conflicto escaló hacerla, no como el camino más practicable, sino al año siguiente cuando “Miles Rock a la como el único que nos dejan […].108 cabeza de cincuenta mozos de Janet vestidos de soldados guatemaltecos invadieron Agua En noviembre de 1894, la sre exigió a Azul, quemaron las habitaciones y las cho- Guatemala una indemnización a los perju- zas que había allí”.107 El Gobierno mexicano dicados, pago de los gastos incurridos por consideró estas acciones como una invasión el Gobierno mexicano y la destitución de al territorio mexicano y no dudó en enviar Rock como integrante de la comisión de tropas a la región, aunque utilizó los medios expertos. El presidente Díaz rechazó los diplomáticos para exigir una reparación de argumentos esgrimidos por el representan- los daños. No obstante, el presidente Díaz te guatemalteco en Washington respecto al no descartaba ir a la guerra contra el vecino trazo realizado por Rock e instruyó a Ro- del sur. mero para transmitirle las consideraciones de su Gobierno: El hecho por el cual pedimos reparación e in- demnización a Guatemala es una invasión arma- Es probable que el Señor Lazo Arriaga inspira- da a nuestro territorio con incendio, derroche de do por su Gobierno crea que Agua Azul, Egipto intereses de nacionales y extranjeros contratistas y San Nicolás pertenecen y han pertenecido a con México y otros actos de pillaje, hecho que Guatemala, pero para eso necesita ignorar ab- se verificó muchos años después, diez poco más solutamente el texto del tratado vigente y que o menos en el primer caso y once en el segun- no conozca el plano […] y en el cual se ve cla- do, después de haber sido canjeado el tratado de ro que ni tomando por base el límite antiguo ni 1882. el prescrito por el tratado dejan los tres puntos […] mencionados de quedar en territorio mexicano y Le aseguro que yo [Porfirio Díaz] veo a digo de una manera absoluta que en ninguno de la guerra como la mayor desgracia que pudie- los casos, porque tomando por base el límite que ra amenazarnos, porque nos destruirá nuestros marca el tratado, los puntos en cuestión quedan pilares financieros y de mejoras en vía de ejecu- en territorio Mexicano, ya sea que se tome por ción, y volverá a obligarnos a crear un personal límite el río de la Pasión o el Chixoy; y aun en militar que mantener por muchos años, cuando caso de que se tomara el Lacandon que queda

107 Porfirio Díaz a Matías Romero, Ciudad de México, 108 Porfirio Díaz a Matías Romero, Ciudad de México, 7 de noviembre de 1894, ahbanxico, Fondo Matías Ro- 7 de noviembre de 1894, ahbanxico, Fondo Matías Ro- mero, Correspondencia recibida, f. 44479. mero, Correspondencia recibida, f. 44859. 88 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

todavía mucho más hacia México y cuya indi- El ofrecimiento de usted aunque en una forma cación no se ha atrevió a hacer Rock, aun en ese condicional, importaba la anuncia de su parte res- caso, los tres puntos invadidos quedarían en te- pecto de aquella intervención y aun su deseo de rritorio Mexicano.109 facilitarla, llegado el caso de pretenderla el Go- bierno de los Estados Unidos, olvidando usted sin El Gobierno de Guatemala, al igual que lo duda nuestra plática bien conocida de no admitir hizo en las negociaciones de 1881 y 1882, la intervención de ninguna potencia extranjera solicitó a Estados Unidos su arbitraje en el para dirimir cuestiones en que creamos interesa- conflicto con México. Díaz y Mariscal se dos el decoro y dignidad de la República.110 opusieron a esa acción y así lo manifesta- ron al representante diplomático acredita- Es necesario indicar que la postura del Go- do en México, Emilio de León. Al mismo bierno mexicano contra el arbitraje no era tiempo, en Washington, Matías Rome- absoluta. Como muchas de las decisiones ro mantenía estrecha comunicación con de política exterior, el rechazo estaba rela- el enviado guatemalteco Antonio Lazo cionado con las reacciones que causaría en Arriaga y con el secretario de Estado Wal- el ámbito interno. El presidente Díaz, en la ter Q. Gresham. Mantener negociaciones carta del 7 de marzo, dio una explicación a tanto en la Ciudad de México como en la Romero en este sentido y abrió la posibili- capital estadunidense causó imprecisio- dad de considerar la mediación de Estados nes que incluso resultaron en una llamada Unidos, pero sólo para fijar el monto de las de atención del canciller a Romero. Éste, indemnizaciones: durante sus conversaciones con Gresham, había abierto la posibilidad de recurrir al No creo que el hecho de que los Estados Unidos arbitraje sólo si Guatemala probaba que el ejercieran buenos oficios para evitar la guerra entre territorio en disputa le pertenecía antes del Guatemala y nosotros deprime en lo más mínimo Tratado de Límites de 1882, lo cual esta- el decoro de los contendientes, pero cuando los ba en abierta oposición a la postura de la Guatemaltecos han dicho que la guerra era impo- Cancillería y del propio Díaz de no aceptar sible porque el Gobierno americano no la permi- la mediación estadunidense bajo ninguna tiría y esto ha llegado a conocimiento del pueblo circunstancia. El experimentado diplomá- y de la prensa mexicana y ha herido la susceptibi- tico mexicano recibió la desaprobación de lidad de uno y otra, y cuando en México hay una la Cancillería: oposición al Gobierno sobre la cual debe fijarse

110 Ignacio Mariscal a Matías Romero, [Carta reser- 109 Porfirio Díaz a Matías Romero, Ciudad de México, vada 5], Ciudad de México, 6 de febrero de 1898, ah- 7 de noviembre de 1894, ahbanxico, Fondo Matías Ro- banxico, Fondo Matías Romero, Correspondencia re- mero, Correspondencia recibida, f. 44479, fojas 3-4. cibida, f. 44823. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 89

Edificio de la embajada de México en Washington, 1899. 90 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores durante el porfiriato, Avenida Juárez, Ciudad de México.

éste evitando que una arma tan poderosa como los móviles que me impelen a alejar su injeren- ese concepto pueda estar a su alcance, creo que la cia y sentiría yo mucho, que realizándose el ma- prudencia no sólo aconseja sino que impone como yor de mis temores fuera a pensar que la esquivo un deber el de no permitir que dicho concepto sea porque la siento desagradable o siquiera que no cultivado, máxime cuando los Guatemaltecos ya la agradezco debidamente. Aun tengo esperanza no quieren tratar nada directamente sino que se de que la secuela de este enojoso asunto me dé la reducen a esperarlo todo con el Gobierno de los ocasión para demostrar lo contrario. Por ejemplo, Estados Unidos y así lo dicen, eludiendo respues- si no pudiéramos entendernos con Guatemala en tas hasta con sacrificio de su decoro y de la lógica cuanto a la cantidad en que debieran ser indem- para esperar la suprema sentencia. nizados los nacionales y extranjeros perjudicados El carácter recto, imparcial y equitativo del por la invasión y no tendría inconveniente en so- Secretario de Estado que representa bien el de su meter esa cuestión a la decisión de ese Gobierno, Gobierno y que yo me complazco en reconocer, porque no siendo mi ánimo explotar la ligereza constituye para mí la más grave dificultad porque de nuestros agresores, estoy seguro de que el re- considero muy difícil que él perciba con claridad sultado de su decisión sería para los perjudicados DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 91

más favorable que lo que yo mismo pudiera de- México desistió en su exigencia de pagos de terminar. Tal es el juicio que tengo de su equidad reparación por los gastos incurridos durante pero lo que yo no puedo ni debo ni he pensado el conflicto (artículo 3). En una nota se infor- nunca someter a arbitraje, es el dogma del honor mó que se había cumplido ya con la demanda nacional: esto es, si los perjudicados deben o no de México de separar a Miles Rock de la co- ser indemnizados y si los guatemaltecos deberán misión de ingenieros de Guatemala.112 o no darnos satisfacción por el ultraje causado; y Con el arreglo de 1895 se cerró el capítulo hasta sometería a la equidad de ese Gobierno la más importante de los límites fronterizos con forma que debiera darse a esa satisfacción.111 Guatemala. En los años siguientes se resol- vió la indemnización a particulares afectados Entre febrero y marzo de 1895, Romero por las invasiones en territorio mexicano. Para mantuvo conversaciones en Washington tan- ello, se contó en una primera instancia con la to con Lazo Arriaga como con Gresham y mediación de Matt W. Ramson, representan- el senador Morgan, mientras que en la Ciu- te estadunidense en México y, posteriormen- dad de México continuaban las negociacio- te, con la del duque de Arcos, de la embajada nes entre Mariscal y De León. En marzo, el de España en México. Continuó la fijación de representante de Guatemala dio a conocer marcas y monumentos para delimitar la fron- la decisión de su Gobierno de separar de la tera y también hubo algunos otros conflictos comisión de expertos a Rock. Se cumplía entre las comisiones encargadas de dicha ta- así una demanda de México hecha en no- rea, pero todas esas diferencias se resolvieron viembre del año anterior. En las siguientes mediante intercambios diplomáticos.113 semanas se avanzó en la negociación de un Durante un cuarto de siglo, Matías Ro- arreglo. Finalmente, el 1 de abril Mariscal y mero desempeñó un papel central en la cues- de León firmaron un acuerdo del diferendo tión de límites entre México y Guatemala, iniciado por la invasión y la destrucción de porque desde distintas instancias conoció, propiedades en los territorios en los márgenes escribió y negoció sobre esa problemática. de los ríos Chixoy, Pasión y Lacantum desde Durante veinticinco años, desplegó su ca- 1893. En el arreglo, Guatemala declaró que pacidad conciliatoria, su inclinación por es- no era su intención confrontarse con México tudiar detenidamente problemas y su visión al ejercer actos de soberanía en territorios al estratégica al proponer soluciones. Atributos oeste del río Lacantum (artículo 1) y aceptó que propios y extraños le reconocieron. pagar indemnizaciones a los afectados por la 112 “Arreglo entre México y Guatemala”, El Siglo XIX, ocupación de territorio (artículo 2). A su vez, 9 de abril de 1895, p. 2. 113 Manuel Ángel Castillo, M. Toussaint Ribot y M. 111 Porfirio Díaz a Matías Romero, Ciudad de México, Vázquez Olivera, Espacios diversos, historia en común. Mé- 7 de marzo de 1895, ahbanxico, Fondo Matías Romero, xico, Guatemala y Belice: la construcción de una frontera, Correspondencia recibida, f. 44911. México, sre, 2006, p. 153. 92 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 93

Lazos de plata

esde la época colonial, la fina manufactura de la moneda mexicana le abrió camino en Oriente, principalmente en China e India. A lo largo del siglo xix, este flujo deD plata amonedada, principal rubro de exportación mexicana, continuó a través de la in- termediación de compañías comerciales inglesas. En 1874, Francisco Díaz Covarrubias y Francisco Bulnes hicieron una expedición astronómica a Japón, después de la cual visi- taron China. A su regreso, ambos promovieron el establecimiento de relaciones comerciales con China. En 1881, el presidente González exhortó a la Secretaría de Relaciones Exterio- res a buscar establecer relaciones diplomáticas con China. El 21 de noviembre de 1885, el presidente Díaz firmó el nombramiento de Matías Romero como ministro plenipotenciario de la República Mexicana para negociar con su contraparte un tratado de amistad, comer- cio y navegación. Para entonces era creciente el interés de contratar trabajadores chinos, principalmente para las labores agrícolas y la construcción de ferrocarriles. En la segunda mitad de los años 1880, las negociaciones entre Romero y el representante chino Zheng Zarou terminaron sin resultados. En los años noventa, las fluctuaciones en el precio de la plata fue otro tema de interés entre China y México. En 1897, un año antes de su muerte, Romero participó en la redacción de un proyecto de tratado, mismo que fue firmado por su sucesor Manuel Aspiroz y Wu T’ing Fang dos años más tarde. Sin embargo, el tratado nunca fue ratificado por México. El 4 de julio de 1900, el embajador Aspiroz informó a la Secretaría de Relaciones Exteriores que el emperador chino había ratificado el tratado el 26 de marzo de 1900. Al mismo tiempo recomendó que México no hiciera lo mismo por “el aspecto de gravedad extrema que ha tomado la cuestión oriental”. Ante el asesinato del mi- nistro alemán en China, Aspiroz consideraba que anunciar la ratificación del tratado podía interpretarse como si México estuviera tomando partido por el Imperio chino en vísperas de un inevitable conflicto con los poderes europeos.1

1 Vera Valdés Lakowsky, “México y China: del Galeón de Manila al primer tratado de 1899”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, vol. 9, 1983. La cita de Aspiroz está tomada de Manuel Aspiroz a secretario de Relaciones Exteriores, 4 de julio de 1900, ahdge, aemeua, leg. 75, exp. 1, ff. 38-39. 94 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

La Conferencia Internacional violentamente por el asesinato del primero Americana unos cuantos meses después de haber toma- do posesión como presidente. Blaine, rival Durante su última etapa como ministro político del vicepresidente Arthur, dejó el plenipotenciario en Washington, Matías puesto de secretario de Estado tres meses Romero tuvo la ocasión de desempeñarse después de que el vicepresidente asumiera la también como multilateralista, en los albo- presidencia. La conferencia fue cancelada. res del panamericanismo. Entre octubre de Sin embargo, la idea de organizar la 1889 y abril de 1890 se reunieron en Was- conferencia continuó siendo promovida hington, D. C., representantes de diecio- por Blaine entre empresarios, diplomáti- cho naciones americanas. Los intentos por cos y miembros del Congreso de Estados crear un foro de coordinación entre todos Unidos. A partir de 1886, ya bajo el Go- los Estados americanos se iniciaron muchas bierno demócrata de Grover Cleveland, décadas antes, cuando Simón Bolívar con- el Congreso discutió las iniciativas de los vocó el Congreso Anfictiónico de Panamá. representantes McCreary y McKinley, que Otras convocatorias tuvieron lugar en Lima sugerían convocar a una conferencia que fo- en 1847-1848 y 1864-1865, y otra más en mentara las relaciones comerciales de forma Santiago de Chile en 1856. Sin embargo, pacífica entre Estados Unidos y las repúbli- los resultados fueron pobres, ya fuera por cas de México, Centroamérica y Sudamé- la ausencia de muchos países americanos o rica, y que tuviera el objetivo de crear un porque los acuerdos alcanzados no fueron sistema de arbitraje para la solución pacífica ratificados por los Gobiernos de los países de diferendos entre los países americanos. participantes. Esta iniciativa se acompañó de un reporte A principios de los años ochenta del del Comité de Asuntos Internacionales del siglo xix surgió una nueva iniciativa, esa Congreso de Estados Unidos, que señalaba vez promovida por Estados Unidos. El se- una evidente desconexión comercial entre cretario de Estado del presidente Garfield este país y el resto del continente, además propuso que se convocara a una reunión de de subrayar el papel económico y, por tanto naciones americanas en Washington. Gar- político, de Reino Unido en buena parte de field y su influyente secretario de Estado, la región.114 James Blaine, veían en la relación con Amé- rica Latina una oportunidad importante de 114 Véase U. S. Congress, Congressional Record for the negocios y una necesidad política frente a la House of Representatives, 1 de marzo de 1888, y U. S. Se- nate, 51st Congress, Reports of Committees and Discussions influencia que Reino Unido ejercía en gran on Volume IV, Historical Appendix: The Congress of 1826 At Panama and Subsequent Movements Toward a Conference of parte de la región. Sin embargo, los pla- American Nations, Washington, D. C., Government Prin- nes de Garfield y Blaine fueron truncados ting Office, 1890, pp. 314-317. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 95

Finalmente, en el verano de 1888, el ro respecto al acercamiento continental fue presidente Cleveland convocó al resto de menos clara, pues si bien tenía relación cer- las naciones americanas para que enviaran cana con muchos miembros destacados del delegados a Washington durante el otoño Partido Republicano, Blaine no estaba entre de 1889. Unos meses después, Cleveland sus favoritos y no lo consideraba amigo de perdió las elecciones de 1888, que ganó el México. candidato republicano Benjamin Harrison. En cualquier caso, no cabe duda de que Frente al proteccionismo declarado en la Romero apoyó el proyecto y tenía muy cla- plataforma republicana, la conferencia se ro las ventajas que México podía obtener salvó gracias a la influencia, otra vez, de a partir de la agenda que se discutiría en Blaine, quien fue nombrado secretario de la reunión. Entre los temas a los que más Estado por segunda ocasión. tiempo dedicaron los delegados a la confe- A la conferencia asistieron diecisiete paí- rencia hubo dos asuntos económicos que, ses latinoamericanos; algunos representados sin duda, eran de interés para México: la por sus ministros en Washington y otros creación de una unión aduanera y la emi- por personas específicamente elegidas para sión de una moneda común de plata para representar a sus países en la conferencia. todo el continente. Ningún país tuvo un representante con la Matías Romero disfrutaba de tres ven- experiencia y los contactos en Washington tajas fundamentales sobre otros delegados del representante mexicano: Matías Rome- latinoamericanos. Primero, al revisar las ac- ro, quien fungió además como vicepresiden- tas de la conferencia es fácil notar que cono- te de la conferencia. cía el sistema político estadunidense mejor Más allá de los logros y fracasos que que cualquier otro delegado, ventaja que la conferencia significó para cada una de aprovechó en varios momentos durante la las representaciones, lo que interesa desta- conferencia. Segundo, como el mismo Ro- car aquí es el papel de Romero en la mis- mero explicaría posteriormente, uno de los ma. Como ya se señaló antes, Bernstein le grandes problemas de la conferencia fue el atribuye a Romero la idea de crear un me- idioma: muy pocos delegados latinoameri- canismo continental de este tipo desde los canos tenían algún conocimiento del inglés tiempos de la Intervención francesa en Mé- y sólo un delegado de Estados Unidos podía xico. No tendría que sorprendernos, porque entender los discursos en español. En varias si en algo insistió el diplomático mexicano ocasiones, los debates tuvieron que suspen- durante esa época fue en la responsabili- derse mientras se traducían los discursos. dad de Estados Unidos para con el resto del Para él, eso ya no era un problema. Final- continente americano. No obstante, durante mente, tenía más de treinta años de expe- la década de 1880, la influencia de Rome- riencia negociando con representantes de 96 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

otros Gobiernos. Algo que ciertamente no tinente y se opusieron a la idea de recomen- se podía decir de la delegación de Estados dar acuerdos de reciprocidad criticando, al Unidos, por ejemplo.115 mismo tiempo, el ferviente proteccionismo El proyecto de unión aduanera fue re- de Estados Unidos. chazado casi de forma inmediata, pues los Romero defendió la postura de Méxi- miembros de la comisión que se formó co a favor del dictamen de la mayoría de la para su estudio entendieron que sería casi comisión explicando con detalle el funcio- imposible implementarla por dos razones. namiento del sistema político de Estados Primero, porque la mayoría de los países Unidos que permitía alternancia entre los in- presentes dependían fiscalmente de los tereses proteccionistas y los librecambistas: impuestos al comercio exterior, por lo que no estarían dispuestos a reducir barreras La cuestión económica ha tomado en el país arancelarias, incluso en un acuerdo multi- [Estados Unidos] un carácter político. Uno de lateral. Segundo, porque todos, incluyen- los grandes partidos en el que se divide, sostiene do los representantes de Estados Unidos, de la manera más absoluta las ideas proteccio- consideraban que el Gobierno de ese país nistas, mientras que el partido contrario abo- no estaba dispuesto a abandonar la política ga por la reducción del arancel vigente, con los proteccionista defendida por el Partido Re- objetos ya indicados. En las últimas elecciones publicano.116 para Presidente y Diputados al Congreso de los A pesar de esto, hubo diferencias im- Estados Unidos triunfó el partido proteccionis- portantes al interior de la comisión. Por un ta, cuyo sistema económico figuró como una de lado, los representantes de Brasil, México, las bases de su programa político y a ese princi- Colombia, Venezuela y Estados Unidos pio se debió, en concepto de muchos, su triunfo argumentaron que las dificultades coyun- en las elecciones […]. turales que reconocían no cancelaban la Bajo este estado de cosas es fácil compren- posibilidad de que en el futuro una unión der que la tendencia general del país no ha es- aduanera tuviera éxito. Mientras tanto, es- tado en favor de la libertad de comercio, sino tos representantes sugerían negociar y sus- por el contrario, de sostener los actuales gravá- cribir acuerdos bilaterales de reciprocidad menes sobre la importación de mercancías ex- entre los países americanos. Por su parte, trangeras.117 Chile y Argentina simplemente rechazaron el proyecto de una liga aduanera en el con- Al final Romero coincidía parcialmente con el delegado argentino y futuro presidente de 115 Véase International American Conference, Minutes of ese país, Roque Sáenz Peña: the International American Conference/Actas de la Conferen- cia Internacional Americana, Washington, D. C., 1890. 116 Ibid., Acta 44, pp. 293-335. 117 Ibid., Acta 55, pp. 570-571. DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 97

Por este motivo y otros varios que creo innece- Unidos; la primera sugería convocar a una sario enumerar, pues están al alcance de todos y nueva conferencia en la que se eligieran sería largo referirlos, tengo la convicción de que tres representantes encargados de vigilar el la opinión pública de los Estados Unidos no está funcionamiento de la unión. Las naciones todavía preparada para adoptar medidas comer- representadas tendrían derecho y deber de ciales en sentido liberal, respecto de su comercio acuñar moneda de acuerdo con los están- exterior, ni aún con las Repúblicas hermanas de dares que se aprobaran en esa conferencia. este continente.118 La segunda, sugería que todos los países de esta unión depositaran su plata en Es- Por supuesto, para Romero, lo menos im- tados Unidos y que el Departamento del portante era la creación de una liga adua- Tesoro se encargara de la emisión de cer- nera continental. Un dictamen de una tificados de plata. Estos certificados serían conferencia continental a favor de los tra- aceptados en Estados Unidos y en todos los tados de reciprocidad estaba alineado con otros países, por lo que funcionarían como los intereses comerciales de México y era moneda común. El debate duró varias se- una oportunidad para impulsar nuevamen- siones hasta que finalmente la delegación te un acuerdo bilateral con mejores resul- de Estados Unidos se vio obligada, por las tados que los alcanzados con el Tratado de quejas de otros países, a presentar una sola Reciprocidad de 1883. El resultado de la postura oficial. Al final se aprobó un plan conferencia, sobre todo con México y Es- muy parecido a la primera propuesta si bien tados Unidos votando a favor del mismo postergó algunas decisiones importantes, dictamen, se convirtió más adelante en una como la cuestión del curso legal de esta herramienta de presión a favor del tratado moneda continental, para una conferencia entre México y Estados Unidos. posterior que se convocaría específicamen- El otro tema económico importante te para este fin. fue la propuesta estadunidense de adoptar Aunque no sabemos si Matías Romero una moneda común de plata para todo el tuvo alguna influencia en el diseño de la continente. En este caso también se llegó agenda, sí podemos afirmar que no había a un consenso casi inmediato a favor de la nación más interesada que México en que iniciativa en general. Los problemas sur- se adoptara una moneda de plata única. gieron cuando se empezó a discutir cómo Desde los años 1870, la plata había ido per- implementar la unión monetaria. Había diendo valor y lo único que podía revertir dos propuestas, ambas representadas por esa tendencia era un aumento sustantivo en miembros de la delegación de Estados su demanda. Aun así, hubiera sido un error político para la representación de México 118 Ibid., Acta 55, pp. 573-574. permitir que su postura en este sentido se 98 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

viera explícitamente sesgada por su posi- La adopción de una moneda internacional ción en el mercado de la plata. En uno de de plata tendrá para nosotros otro inconveniente los discursos que se reproducen entre las muy serio. Como la conferencia sabe, la moneda minutas de la conferencia, Romero mini- mexicana tiene mayor ley de plata y mayor peso, mizó las ventajas que traería para México que la de cualquiera otra nación del mundo y la adopción de esa moneda común: por este motivo, desde su creación, ha circulado como moneda nacional y por su valor nominal No hay pues por parte de México interés nin- casi en todas partes, y especialmente en China y guno especial, ni mucho menos urgente, que lo otras naciones orientales [...]. haga proponer o recurrir a medidas extremas Sería difícil que las naciones americanas para procurar la alza en el valor de la plata, aun- convinieran en adoptar como ley y peso de la que es notorio que toda alza en ese valor no po- moneda internacional la del peso mexicano, por- dría menos que serle ventajosa. que así crearían una moneda de mayor valor que La baja de la plata ha producido en México la suya propia, que quedaría con una ley y peso un efecto que a primera vista parecerá paradóji- inferior y de esta manera contribuirían a depre- co, y que sin embargo es efectivo: el de establecer ciarla. Si se adoptara una ley y un peso igual a una prima igual a la cifra de la depreciación de los del peso de los Estados Unidos, que son las la pata que es ahora de un 33 por ciento en favor mismas del peso de varios otros de los demás de la exportación de otros productos mexicanos, Estados Americanos, entonces habría en México lo cual no ha podido menos que fomentar con- dos monedas de plata; la moneda internacional, siderablemente la producción y exportación de con el peso y la ley que se conviniese, y la moneda frutos agrícolas.119 mexicana con peso y ley superior, y esta diferen- cia de ley y peso, entre dos monedas de un mismo Más adelante, Romero concluía: valor, acuñadas en un mismo país, no podría me- nos que ocasionar serios embarazos.120 Esta sencilla manifestación del estado actual de cosas en México, demostrará a la Conferencia A la larga, este proyecto de unión monetaria que por parte de mi país no hay necesidad impe- fracasó. Pero no cabe duda de que, duran- riosa, ni urgencia ninguna, de tomar medidas ex- te la conferencia, el trabajo diplomático de tremas con objeto de restablecer el valor de la pla- Romero le dio alguna esperanza al proyecto. ta, y que puede esperar todo el tiempo que fuere Finalmente, se discutió en la conferen- necesario para que la relación comercial entre la cia la creación de un mecanismo de resolu- plata y el oro sea de 15 y medio a uno, lo cual, ción de conflictos.121 La posición de México a mi juicio, tendrá que suceder antes de mucho. 120 Idem. 121 La posición mexicana y los términos de la discusión en 119 Ibid., Acta 53, pp. 544-547. la conferencia alrededor de estos temas se pueden encontrar DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 99

en este tema era bastante complicada. El so: “Y se ve el plan del discurso. Ni se dirá objetivo principal de esta iniciativa era sin que México se opone, ni quedará obligado duda obligar a Estados Unidos, el país más México”.122 poderoso del continente, a comprometer- La Conferencia Internacional Ame- se con un sistema de arbitraje continental. ricana fue, probablemente, el momento Pero México tenía un dilema importante: cumbre de Matías Romero como diplomá- la aceptación de un mecanismo de este tipo tico mexicano. Su conocimiento del siste- sería potencialmente útil en caso de conflic- ma político de Estados Unidos, así como to con Estados Unidos, pero sin duda podía su dominio del inglés y su cercana relación ser utilizado por Guatemala en medio de la con influyentes políticos de aquel país y los disputa territorial antes explicada. Rome- diplomáticos representados en Washington ro maniobró hábilmente para mantener a le permitieron defender los intereses del México en una situación de elegante am- Gobierno mexicano de manera efectiva y al bigüedad durante esa discusión. El diplo- mismo tiempo sutil. Al final, la conferen- mático mexicano fue tan hábil que llamó la cia no tuvo los resultados que su principal atención de José Martí, quien trabajó para promotor, Blaine, esperaba; sin embargo, la prensa argentina y de otros países repor- la agenda de México salió bastante bien li- tando los pormenores de la conferencia. brada. Una década después, se celebró una Martí parece haber entendido la estrategia nueva conferencia internacional americana. de Romero cuando escribió sobre su discur- En esa ocasión, la Ciudad de México fue la sede. en Miguel Ángel Fernández Delgado, “I Conferencia Pa- namericana (Washington, 1889-1890): prolegómenos para 122 José Martí, “La Conferencia de Washington”, La Na- un derecho internacional americano”, en Carlos Marichal ción, 31 de mayo de 1890, citado en M. Romero, La Confe- (coord.), México y las Conferencias Panamericanas, 1889- rencia Internacional Americana, México, Imprenta del Go- 1938. Antecedentes de la Globalización, México, sre, 2002. bierno en el Ex-Arzobispado, 1890, p. 71. 100 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

José Martí, Matías Romero y la Conferencia de Washington

urante la Conferencia Internacional Americana, José Martí trabajó como perio- dista reportando los pormenores de la reunión. Sobre la estrategia diplomática de la represen- Dtación mexicana, Martí escribió el 18 de abril de 1890 lo siguiente para el periódico La Nación de Buenos Aires. Romero reprodujo el artículo en el libro que publicó para defenderse de los ataques de que fue objeto en México por su trabajo durante la Conferencia.

México habló luego. ¡Cuánto se había hablado de México! Unos “no entienden a México!” Otros: “México hace todo lo que puede hacer.” Otros: “México sabe más que nosotros.” México, amable y blandilocuo, va de un sillón a otro sillón juntando, investigando, callando y más mientras más dice. Unos no se explican “la prolijidad de Romero.” Otro dijo esta frase: “La astucia es de cristal, y necesita estar envuelta en paja.” Dice otro: “Pero en la Conferencia, ni México se ha quedado atrás, ni se ha ganado un enemigo.” “Por los resul- tados hay que ver a los estadistas; por los métodos.” “¿Se irá México con Chile, como dicen, y votará contra el arbitraje?” “Dicen que Chile esta enojado, porque México ya no va con él.” “¿Vota, pues, o no vota?” “¡A saber!” Y cuando Romero desenvuelve su “tiposcrito” como llaman a las copias de las máquinas de escribir, el observando présbita ve que está lleno de notas menudas, continuas, copiosas, dobles. Lee como quien desliza. La voz suena a candor. Debajo de aquella sencillez ¿qué puede haber de oculto? Ni pendenciero, ni temerón. Es caso de de- recho el arbitraje, y habla tendido y minucioso, como de un caso de derecho. En el preámbulo, como por sobre erizos, pasa por sobre la política. Se complace en que siete naciones de América, entre ellas los Esta- dos Unidos, presenten un proyecto de abolición de la guerra. “Como hombre de paz, y como representante de una nación que no es agresiva,” se regocija de que para terminar las diferencias que se susciten entre las naciones americanas, se reemplace “el medio salvaje de la fuerza” por arbitrios semejantes a los que usan los particulares en casos análogos, “aunque con las modificaciones que requieren su carácter de naciones independientes.” Pero lamenta no poder ir con los demás delegados, que tal vez van demasiado lejos. No es que México rechace el arbitraje, no, ni es que en las instrucciones de México le digan esto o aquello, aunque él tiene sus instrucciones, “sino que en asunto tan delicado es más prudente dar pasos que si son menos avanzados tendrán la probabilidad de ser más seguros.” Deja caer la noticia de que los Estados Unidos han propuesto a México un tratado de arbitraje. El principio, México lo acepta: “la dificultad está en establecer las excepciones.” Y se ve el plan del discurso. Ni se dirá que México se opone, ni quedará obligado México. Ciertos artículos le parecen bien, y ciertos no. Y no hay que buscar razones calladas a lo que no acepta, DE NORTE A SUR: OTRA VEZ LA DIPLOMACIA, 1882-1898 101

porque el da las que tiene, aunque parezcan nimias. Parezca lo que parezca, con tal de que quede servida la patria. El discurso adelanta, artículo por artículo. A las excepciones de arbitraje obligatorio quiere que se añada la de los casos, aunque sean de límites “que afecten de manera directa el honor y la dignidad de las naciones contendientes.” “Sin esa adición, no pueden votar el artículo los delegados de México.” No le parece de mucha prudencia incluir en los casos arbitrales las cuestiones pendientes: ¿acaso para contentar a Chile? No cree necesario decir con tanto detalle quiénes pueden ser árbitros: ¿acaso para contentar a los Estados Unidos? Sobre el número de árbitros que según el proyecto será uno por nación, opina que “el caso es nuevo,” y puede acarrear injusticia a una de las partes, cuando sean más de dos las naciones que contien- dan, y haya muchas de un parecer, con tantos votos como naciones, y otra del otro parecer con un sólo voto. Aplaude que el tercero sea nombrado antes de que los árbitros comiencen a conocer del asunto; pero no que se excluya al tercero del tribunal. Sobre lugar, mayoría de votos y reparto de gastos, está con el proyecto. Ta- cha de superfluo el artículo que deja al convenio libre de las naciones contendoras el derecho de conformar a otras reglas el arbitraje que acuerden. Están bien los veinte años. Pudiera estar mejor lo que se provee sobre la ratificación. En suma, aprobará los artículos “que tenga instrucción de aprobar,” y los que por su sentido general se ajusten a ellas: y sobre lo demás, “tal vez lleguen a tiempo las instrucciones.”1

1 Tomado de Matías Romero, La Conferencia Internacional Americana, México, Imprenta del Gobierno en el Ex-Arzobispado, 1890, pp. 70-71.

Colofón: la muerte del embajador

n 1898, Matías Romero publicó un libro en inglés que pretendía ser una especie de introducción sobre México para el público de Estados Unidos y que reunía muchos de los textos que él había escrito para la prensa estadunidense durante décadas.123 La obra incluía detalladas descripciones geográficas de México, así como un largo recuento histórico y una serie de explicaciones sobre posturas clave del Gobierno de Díaz respecto a algunos temas.E Aunque no fuera la intención del autor, el prefacio parece una larga despedida de parte de quien mejor conocía a los dos países. Ahí confiesa:

Me siento obligado a decir que mi estancia en Washington ha sido tan larga y mi acercamiento con los hombres públicos de este país ha sido tan íntimo, que puedo decir con apego a la verdad que conozco buena parte de la historia no escrita de este país, la cual si fuera recolectada cuidadosamente podría proveer mate- rial interesante para un volumen de memorias.124

Romero tenía sesenta y un años, y sobrada conciencia de que poseía un conocimiento profundo acerca de Estados Unidos. Entendía también que las diferencias entre ambos países se basaban primordialmente en prejuicios mutuos: “Mi experiencia tratando con pueblos de diferentes razas, hablando diferentes lenguas y con diferentes condiciones sociales, me ha mostrado que existen

123 M. Romero, México and The United States: A Study of Subjects Affecting their Political, Commercial, and Social Relations, Made with a View to their Promotion, Nueva York y Londres, G. P. Putman’s Sons, 1898. 124 Ibid., p. v.

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prejuicios en ambos lados, que crecen gracias a que Matías Romero debía ser el primer em- la falta de suficiente conocimiento mutuo”.125 bajador de México en Estados Unidos. Hacia el final del prefacio, Romero se El 29 de noviembre de 1898, Ignacio defiende de sus críticos contemporáneos, Mariscal, secretario de Relaciones Exterio- pero también de los futuros: res, y compañero de Romero desde los años del Gobierno itinerante de Juárez, le comu- Dada mi larga residencia en los Estados Uni- nicó oficialmente su nuevo nombramiento: dos, mucha gente en México, en particular aquellos que no son muy amistosos con este El Señor Presidente atendiendo a los muy dis- país, han pensado que muchas asociaciones tinguidos servicios que ha prestado usted a la agradables y placenteras podrían haber in- República así como a su aptitud y demás cua- fluenciado y controlado imperceptiblemen- lidades que lo recomiendan, ha tenido a bien te mi juicio y forma de pensar. Mientras que nombrarlo Embajador de México en los Estados esta creencia puede ser perfectamente cierta Unidos de América. Confirmado este nombra- en lo que respecta al completo conocimiento y miento por la Cámara de Senadores en su sesión apreciación por el pueblo americano y sus ins- de ayer, me es grato comunicarlo a Usted para su tituciones y tendencias, no es verdad que soy conocimiento y satisfacción y reiterarle a la vez menos celoso de los intereses y derechos de mi las protestas de mi distinguido aprecio.127 propio país. La peculiar posición que ocupo me permite juzgar adecuadamente las condi- De inmediato, Romero respondió aceptan- ciones de los dos países, y sobre la forma en do el cargo: que los obstáculos que hay en el camino de un mejor entendimiento entre ambos puedan ser Mucho y muy sinceramente agradezco al Señor removidos. 126 Presidente la alta honra que me ha dispensado al nombrarme para ese tan alto como difícil en- El 29 de julio de 1898 falleció Lula Romero. cargo, y correspondiendo a su confianza partiré Con la intención de sepultar a su esposa en esta noche para Washington en donde procuraré México, Matías Romero solicitó una licencia desempeñarlo hasta donde mis facultades me lo al canciller Mariscal y viajó a la Ciudad de permitan.128 México. Unos días antes de regresar a la capi- tal estadunidense, Mariscal y Díaz tomaron Unos días después, el 5 de diciembre de la decisión de convertir la legación mexicana 1898, Matías Romero escribió al secretario en Washington en embajada y consideraron 127 Ignacio Mariscal a Matías Romero, 29 de noviembre de 1898, ahdege, le-1038, f. 89. 125 Ibid., p. vii. 128 Matías Romero a Ignacio Mariscal, 29 de noviembre 126 Ibid., pp. vii-viii. de 1898, ahdege, le-1038, f. 90. COLOFÓN: LA MUERTE DEL EMBAJADOR 105

de Estado de los Estados Unidos, John Hay, Sin embargo, la ausencia de Porfirio Díaz para informarle de su regreso a la ciudad y de en la capital mexicana atrasó las ceremonias. la decisión del Gobierno mexicano de nom- Finalmente, el 21 de diciembre ambos Go- brarlo embajador. El Gobierno de William biernos confirmaron que las dos ceremo- McKinley respondería haciendo lo mis- nias tendrían lugar el 3 de enero de 1899 a mo: convirtiendo su legación en embajada las 10:30 de la mañana.130 en México y nombrando a Powell Clayton Matías Romero escribió un borrador como primer embajador de Estados Unidos de discurso para esa ocasión y lo envió con en México.129 Seguramente esto significó un tiempo a la Secretaría de Estado. Unos días triunfo personal para Romero y se dedicó a después falleció de apendicitis sin haber asegurarse de que las ceremonias de entrega entregado cartas credenciales. El primer de credenciales se hicieran de forma simul- mexicano nombrado embajador en Estados tánea como símbolo del fortalecimiento de Unidos no alcanzó a ser embajador en fun- los lazos diplomáticos entre ambos países. ciones.

129 Matías Romero a John Hay, 5 de diciembre de 1898, 130 David Hill a Matías Romero, 21 de diciembre de ahdege, le-1038, f. 96. 1898, ahdege, le-1038, f. 120. 106 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

Carta de despedida no intencional de un embajador

atías Romero fue el primer mexicano en recibir el nombramiento de embajador de México en Estados Unidos. Sin embargo, nunca llegó a serlo en funciones, pues falleció Msorpresivamente el 30 de diciembre de 1898, cuatro días antes de presentar sus cartas credencia- les al Gobierno de William McKinley. Gracias a que la ceremonia, en principio, iba a ocurrir durante la segunda semana de diciembre, dejó entre los papeles de la legación un borrador del discurso que pronunciaría en esa ceremonia, que nunca tuvo lugar.

Señor presidente: Tengo la honra de poner en vuestras manos las cartas credenciales del presidente de los Estados Unidos Mexicanos que me acreditan como embajador extraordinario y plenipotenciario de los Estados Unidos Mexicanos ante el Gobierno de los Estados Unidos de América. El gobierno de México, que aprecia en alto grado la amistad del de los Estados Unidos, ha querido dar a su representación oficial en Washington el carácter de primera clase, tanto por la consideración que le merecen los Estados Unidos, cuanto porque las relaciones entre las dos Repúblicas, vecinas y hermanas, hacen necesaria esa representación. La Naturaleza ha colocado a nuestros dos países en el mismo continente y contiguo el uno al otro por una gran extensión de territorio, con amplias costas bañadas por los mismos mares, y ha dado a cada uno producciones que el otro necesita. Esto indica, a mi juicio, que las dos naciones, aunque pobladas por distintas razas, están destinadas a cultivar amistosas relaciones, a desarrollar un gran comercio entre sí y a contribuir de consuno y con su ejemplo al progreso y civilización del Continente Americano; los Estados Unidos que, con su prodigioso desarrollo, han llegado a ser por su población, industria y riqueza una de las principales naciones del mundo, tienen a este respecto deberes especiales que cumplir. Es muy honorífico para mí haber merecido la distinción de mi Gobierno de representarlo en este alto puesto ante el Gobierno de los Estados Unidos, y me parece excusado manifestar que no omitiré esfuerzo alguno por realizar los propósitos de mi Gobierno de estrechar las relaciones entre los dos países, en cuya empresa no podría obtener buen resultado sin contar con la cooperación ilustrada de Vuestra Excelencia y del Gobierno que preside. Al presentar a Vuestra Excelencia mis Credenciales, hago sinceros votos por la felicidad personal de Vuestra Excelencia y por el bienestar y prosperidad del pueblo de los Estados Unidos. COLOFÓN: LA MUERTE DEL EMBAJADOR 107 108 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 COLOFÓN: LA MUERTE DEL EMBAJADOR 109 110 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 COLOFÓN: LA MUERTE DEL EMBAJADOR 111 112 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898 Fuentes

Periódicos

El Siglo XIX

Bibliografía

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Portada Matías Romero, Fototeca del Acervo Histórico Diplomático de la sre, caja 9, sobre 6.

Página 12 Matías Romero, retrato, grabado, Archivo Casasola. © 227468 Secretaría de Cultura. inah. sinafo.fn.méxico. reproducción autorizada por el inah.

Página 15 Augustus Koch, Bird’s Eye View of Eagle Pass Maverick Co., Texas, litografía coloreada a mano, 1887. Imagen cortesía del Amon Carter Museum of Art, Fort Worth, Texas. 1982.10.

Página 18 Edificio del Instituto de Ciencias del Estado de Oaxaca, vista parcial, s/f. Archivo Casasola. © 182246 Secretaría de Cultura. inah.sinafo.fn.méxico. reproducción autorizada por el inah.

Página 19 Instituto de Ciencias y Artes, calle de la Independencia, Oaxaca, fachada, s/f. Archivo Casasola. © 455025 Secretaría de Cultura. inah.sinafo.fn.méxico. reproducción autorizada por el inah.

Página 20 Matías Romero a secretario de Relaciones Exteriores, Ciudad de México, 1 de diciembre de 1855, Archivo Histórico Diplomático Genaro Estrada (ahdge), Expediente personal de Matías Romero, le-1038, f. 4.

Página 24 Lic. Matías Romero, retrato, Cruces y Campa. © 454212 Secretaría de Cultura. inah.sinafo. fn.méxico. reproducción autorizada por el inah.

Página 26 Casimiro Castro, “Valle de México (tomado desde el cerro del Risco)”, litografía, en Álbum del Fe- rrocarril Mexicano, México, Victor Debray y Cía. 1877, lám. XXIV.

Página 27 Pedro Gualdi, “Catedral de México”, en P. Gualdi, Monumentos históricos de México, México, Im- prenta Litográfica de Masse y Recaen, 1841.

Página 29 Matías Romero a Sr. Ministro de Gobernación encargado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Veracruz, 3 de enero de 1859, ahdge, Expediente personal de Matías Romero, le-1038, f. 10.

Página 34 Melchor Ocampo a Matías Romero, Veracruz, 20 de diciembre de 1859, ahdge, Expediente per- sonal de Matías Romero, le-1038, f. 17.

Página 38 Francisco García, Veracruz, tomada en globo, fotografía, imagen de una litografía de Casimiro Cas- tro, ca. 1850, Mapoteca Manuel Orozco y Berra-Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera, núm. clasificador 2440-OYB-7261-A.

Página 42 Pintura al óleo de cuerpo completo del presidente Benito Juárez en el recinto a Juárez del Palacio Nacional, Ciudad de México, Fototeca Constantino Reyes-Valerio de la Coordinación Nacional de Monumentos His- tóricos del inah, Álbum 2, tomo V, foto 1: negativo núm. DLI-68. Conaculta-inah-méx. Reproducción autorizada por el inah.

Página 46 Matías Romero, retrato, Felipe Teixidor. © 452976 Secretaría de Cultura. inah.sinafo.fn.mé- xico. reproducción autorizada por el inah.

Página 50 L. de F. informa a Matías Romero que es nombrado secretario de Hacienda, 15 de enero de 1868, ahdge, Expediente personal de Matías Romero, le-1037, f. 2.

Página 52 “Rama, flor y fruto del cafeto. Dibujo botánico de Miguel Carmona Virgen”, tomado de Matías Romero [1877], El café de Uruapan, introducción y selección de textos de Gerardo Sánchez Díaz, Mo-

117 118 MATÍAS ROMERO Y EL OFICIO DIPLOMÁTICO: 1837-1898

relia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Página 90 Edificio del Ministerio de Relaciones Exte- Hidalgo/Instituto de Investigaciones Históricas/ riores en la época del porfiriato. Avenida Juárez, Centro Morevallado Editores (Colección Nuestras Raíces Histórico de la Ciudad de México, Ciudad de México, núm. 3), 1999. Fototeca Constantino Reyes-Valerio de la Coor- dinación Nacional de Monumentos Históricos del Página 58 Matías Romero, embajador en Estados Uni- inah, álbum 4, tomo XIX, foto 1: negativo núm. dos, retrato, Archivo Casasola. © 26888 Secreta- 1770-49. Conaculta-inah-méx. Reproducción ría de Cultura. inah.sinafo.fn.méxico. repro- autorizada por el inah. ducción autorizada por el inah. Página 92 Porfirio Díaz nombra a Matías Romero Página 61 Ignacio Mariscal informa a Matías Ro- Plenipotenciario de la República Mexicana para mero su nombramiento como ministro plenipoten- ajustar un tratado de amistad, comercio y navega- ciario de México en Estados Unidos, 29 de enero de ción con el Imperio de China, 21 de noviembre de 1885, ahdge, Expediente personal de Matías Ro- 1885, ahdge, Archivo de la Embajada de México en mero, L-E-1039, f. 29. Estados Unidos, legajo 75, exp. 1, f. 2.

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Página 85 Antonio García Cubas, Copia del croquis Página 112 “Capilla fúnebre del Sr. Embajador Lic. del ingeniero Miles Rock en que aparece la línea arbi- Don Matías Romero (en el Panteón de Dolores)", trariamente trazada por éste, mapa impreso en papel litografía publicada en el semanario El Mundo, 15 coloreado, fotografía, s/f, Mapoteca Manuel Oroz- de enero de 1899, p. 46. co y Berra-Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera, núm. clasificador 1073-OYB-7261-A. Página 116 Matías Romero, primer embajador de Mé- xico en los Estados Unidos, retrato, fotograbado, Archi- Página 89 “Edificio de la embajada mexicana en vo Casasola. © 227433 Secretaría de Cultura. Washington”, litografía publicada en el semanario inah.sinafo.fn.méxico. reproducción autori- El Mundo, 5 de febrero de 1899, p. 104. zada por el inah. Matías Romero y el oficio diplomático: 1837-1898 se imprimió en noviembre de 2016 en Milan, Grupo Impresor, Epigmenio González 6, Col. Constitución de 1917, C. P. 09260, Del. Iztapalapa, Ciudad de México. El tiraje consta de 1000 ejemplares impresos en papel couché mate de 150 g. Diseño editorial: Miguel Marín. El cuidado de edición estuvo a cargo de la Dirección de Producción Editorial del Instituto Matías Romero y de Gabriel López.

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