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MEMORIA DE LA NOBLEZA EN LOS CONVENTOS TERCIARIOS GALLEGOS. ANIVERSARIOS, ENTERRAMIENTOS Y DEVOCIONES (S. XIV-XV)

MEMORY OF THE NOBILITY IN THE GALICIAN TERTIARY CONVENTS. ANNIVERSARIES, TOMBS AND DEVOTIONS (14-15TH CENTURIES)

María Luz Ríos Rodríguez Universidad de de Compostela

María Dolores Fraga Sampedro Universidad de Santiago de Compostela

Resumen: En se asientan seis Abstract: There are six tertiary fundaciones terciarias con pequeñas foundations with small communities of comunidades de vida pobre, volcadas en poor life in Galicia, focused on penitential la labor penitencial y asistencial. Los and welfare labour. The noble knights try caballeros nobles intentan asegurar su to assure their eternal life through the vida eterna a través de las oraciones de prayers of the friars. Thus, they found los frailes. Así fundan aniversarios, anniversaries, grant legacies, erect otorgan legados, levantan capillas y chapels and promote convents and promueven conventos y hospitales tertiary hospitals. The role of the knights terciarios. En el s. XIV en el convento de Don Pedro Enríquez de Castro, member of Melide destaca el papel de los caballeros the Trastamara royal lineage, and Don don Pedro Enríquez de Castro (del linaje Afonso Vázquez da Insoa stands out in the real de los Trastamara) y don Afonso convent of Melide in the 14th century. The Vázquez da Insoa. El caballero don Fernán knight Don Fernan Pérez de Andrade Pérez de Andrade levanta a sus expensas builds the convent of Montefaro and its el convento de Montefaro y su hospital de hospital in Pontedeume at his expense. A Pontedeume. Un siglo más tarde, don century later, Don Sancho López de Ulloa Sancho López de Ulloa reedifica la capilla rebuilds the main chapel of Melide to mayor de Melide para acoger los house the tombs of his mother, Dona Ines sepulcros de su madre doña Inés de de Castro, and her stepmother, Dona Castro y su madrastra, doña Leonor de Leonor de Mendoza. Memory of the Mendoza. Memoria del linaje y vida en el lineage and afterlife are intertwined with más allá quedan entrelazados con los the tertiary friars. frailes terciarios. Keywords: Nobility, Franciscan Third Palabras clave: Nobleza, Orden Tercera Order, Anniversaries de la Penitencia Regular de san Francisco, Aniversarios.

1. Conventos terciarios en Galicia En un contexto historico crítico, caracterizado por la crisis socioeconómica y el cisma de la Iglesia en Occidente (1378-1414), se desarrolla una reforma 184

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eclesiastica a través de la cual se introducen nuevas órdenes religiosas en el reino de Galicia-León- Castilla, contando con el apoyo de la nueva monarquía Trastamara. Estas órdenes tratan de dar nueva savia a la Iglesia y entre ellas destacan Orden de san Jerónimo, Franciscanos observantes, Orden Terciaria de la Penitencia Regular de san Francisco. Esta Orden Terciaria recibe su primera Regla del pontífice Nicolás IV (1289) y presenta un conjunto de singularidades que la diferencia de las otras ramas franciscanas: libertad organizativa, vuelta a la pureza primitiva en orientación asistencial, mayor atención a la oración y penitencia y propiedad de bienes por parte de los frailes. En la Península Ibérica, se asienta a lo largo de los Caminos a Santiago, especialmente el francés1. Esta orden también se implanta con fuerza en Galicia con un total de cinco fundaciones a finales del siglo XIV y una más a mediados del siglo XV. Las masculinas son Sancti Spiritus (Melide, 1372) san Martiño de Vilaoriente (Mondoñedo, 1374), santa María a Nova (Santiago de Compostela, 1390) y santa Catalina de Montefaro (Ares, 1393). Las femeninas son santa Cristina da Pena (Santiago de Compostela, 1386 y santa Bárbara (A Coruña, 1444) (Fig. 1).

1 Benedicto XIII concede bulas a estos conventos hispanos, entre los que se citan unos 18 en el Reino de Galicia-León-Castilla. CABOT ROSELLÓ, Salvador. Un marco para el estudio de la Tercera Orden Regular de San Francisco en España. In GRAÑA CID, María del Mar y BOADAS LLAVAT, Agustí. (ed). El Franciscanismo en la Península Ibérica. Balance y Perspectivas. I Congreso Internacional, Madrid, 22-27 septiembre 2003. Barcelona: GBG editora, 2005. p. 349-372. 185

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Fig. 1. Implantación Tercera Orden Regular en Galicia

Estas fundaciones terciarias combinan la vida eremitica y la asistencia a peregrinos. Convento y hospital pueden nacer a la par o preceder el uno al otro. Así sucede en Sancti Spiritus de Melide y en la doble fundación del convento de santa Catalina de Montefaro y el hospital de Sancti Spiritus en Pontedeume. Santa Cristina da Pena en Santiago es fundación hospitalaria de una piadosa laica que precede a la fundación conventual. Las comunidades terciarias se incardinaron en la sociedad del momento y gozaron del respaldo de burgueses acomodados y de miembros de la alta y baja nobleza, adquiriendo protagonismo en las fundaciones de aniversarios y otorgamiento de legados, buscando asegurar su salvación por medio de misas y sufragios de los frailes y a la par, preservar su memoria a lo largo del tiempo. En un comportamiento habitual entre los poderosos, aquellos que poseen una fortuna elevada se significan como promotores de conventos, hospitales y/o capillas para acoger sus sepulcros, de modo que la imagen funeraria se une a la celebración de los aniversarios para potenciar la perduración de la memoria. Al mismo tiempo nos

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muestran sus especiales devociones al ordenar la celebración de misas y sufragios por su alma, incluso en días señalados en la fiesta del Santo de su devoción. En cada uno de los conventos se hallan aniversarios fundados por miembros de la nobleza, como muestra evidente de su poder y patrimonio. En el convento de Sancti Spiritus de Melide hallamos una representación de dos perfiles de nobleza, la alta ejemplificada por el antiguo linaje de los Castro y los nuevos de los Mendoza, Moscoso, Ulloa y Vaamonde e incluso el linaje regio de los Enríquez. En la contienda trastamarista el posicionamiento político de los antiguos Castro a favor del rey don Pedro, conllevó la dispersión de la familia y de su patrimonio que ahora es absorbido por los Enríquez de Castro. Del mismo modo en el convento de santa Catalina de Montefaro se observa la especial relación del linaje de los Andrade, representada a través de don Fernán Pérez de Andrade y don Pedro Fernández de Andrade. Significativamente en este última institución, hospital y convento se promocionan a partir del promotorado del caballero Fernán Pérez, mientras que Sancti Spiritus obedece a la conjunción de esfuerzos de la alta burguesía, representada en el notario Fernán López y su esposa Aldara González, quienes fundan hospital, convento y templo con su aportación económica en 1372 y la intervención del pariente real y conde de Trastamara, don Pedro Enríquez de Castro en 1375, para ayuda y engrandecimiento del convento a través de una importante donación2. En las otras fundaciones terciarias se observa una menor presencia de la nobleza frente a la participación de la burguesía adinerada. Así sucede en santa María a Nova y santa Cristina da Pena, en Santiago, en san Martiño de Vilaoriente en Mondoñedo, y el más tardío, santa Bárbara de A Coruña.

2. Tres caballeros y tres damas en Sancti Spiritus de Melide Tres caballeros aportarán nueva fuerza a Sancti Spìritus. A finales del s. XIV, don Pedro Enríquez de Castro y su vasallo, don Afonso Vázquez da Insoa junto con su esposa, doña Teresa Rodríguez; y a finales del s. XV, don Sancho López de Ulloa

2 CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. Arqueoloxía relixiosa de Melide. In . Sada: Edicións do Castro, 1978. p. 284-309; GARCÍA ORO, José. Galicia en los siglos XIV y XV. La Coruña: Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1987. 2 vols. p.216-217. 187

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que renueva la capilla mayor para ubicar los sepulcros de su madre, doña Inés de Castro y su madrastra, doña Leonor de Mendoza.

2.1. Los caballeros don Pedro Enríquez, don Afonso da Insoa y don Sancho de Ulloa Como se ha señalado en la fundación de Sancti Spiritus de Melide participa la burguesía y la alta nobleza a través de la figura de don Pedro Enríquez de Castro. Don Pedro representa la renovación nobiliaria en Galicia a partir del acceso de los Trastamara a la corona. Pertenecía al linaje regio, era conde de Trastamara, Lemos y por concesión de su tío el rey Enrique II. Además de su enorme patrimonio y cuantiosas rentas, logra acceder a la pertiguería mayor de Santiago bajo el mandato del arzobispo don Rodrigo de Moscoso, lo que lo convierte en el noble más poderoso de Galicia3. En Galicia actúa como defensor y, a la vez, depredador de los bienes eclesiásticos, escudándose en las encomiendas sobre monasterios y sedes catedralicias. El conde favoreció la reciente fundación de Sancti Spiritus de Melide (1372) con cuantiosas donaciones y al otorgar su respaldo al ministro fray Afonso de Melide. El ministro terciario consiguió la aprobación real de Enrique II de esas donaciones. Se desconoce la amplitud de las mismas, pero se tiene constancia de su existencia a través de la confirmación real de Juan I (1381) y de la bula de Nicolás V (18 julio 1448). En fuentes posteriores se precisa que concedía, entre otros bienes, el coto de Basadre4. Su nieta, doña Mayor/María de Castro en el primer tercio del

3 Su enorme poder sufrió duros reveses: el nuevo arzobispo compostelano don Juan García Manrique, se atreve a despojarlo de la pertiguería en 1383 y la relación con los nuevos monarcas de la dinastía (Enrique III y Juan I) fue muy problemática. Debido a su carácter belicoso y sus cambios de partido político, sufrió también enormes pérdidas, si bien poco antes de su muerte (1400) había conseguido recuperar su posición en Galicia. Vid. PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Los señores de Galicia: tenentes y condes de Lemos en la Edad Media [A Coruña]: Fundación Pedro Barrié de la Maza, 2000, 2 v. p.210-250. Sobre la pertiguería vid. GONZÁLEZ VÁZQUEZ, Marta. El arzobispo de Santiago: una instancia de poder en la Edad Media (1150-1400). Sada: Edicións do Castro, 1996. p. 214 y ss. En el siglo XV, los Enríquez de Castro continúan su encumbramiento en Galicia en la figura de D. Fadrique, el hijo del conde don Pedro, quien se convierte en duque de Arjona y, como le había sucedido a su padre pero esta vez de forma definitiva, perderá todo su patrimonio (y su vida) en su enfrentamiento con la monarquía. 4 GARCÍA ORO, José. Los primitivos freires de la Tercera Orden Regular en Galicia. Boletín do Centro de Estudios Melidenses – Museo da Terra de Melide (a partir de esta nota abreviatura BCEM ) 6, p.7- 16, 1991. CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. op. cit. p. 285. PRIMO 188

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siglo XV continúa favoreciendo a Sancti Spiritus con una nueva donación en la que cede el lugar de Corbelle, otros lugares en tierra de Abeancos y renovando o ampliando la donación del coto de Basadre5. El círculo nobiliar de este gran noble don Pedro de Trastamara es muy amplio. Su liberalidad hizo que se rodeara de un imponente grupo de caballeros que le prestaban su respaldo nobiliario. Entre ellos, uno de sus caballeros fue don Afonso Vázquez da Insoa6, miembro de la casa de Vaamonde, quien es designado también en las fuentes como Afonso Vázquez de Vaamonde. En reconocimiento de sus servicios, recibe del conde don Pedro Enríquez de Castro los cotos de Molgas, san Vicenzo y Piñeiro en 1373. Este noble ordenaba su enterramiento en la capilla de santa Catalina, que él mismo había fundado y elevado7. Allí se inhumó también su esposa, doña Teresa Rodríguez8. Todavía en el Libro becerro del convento del año 1662 y en un Memorial de 1751 se ordena el cumplimiento de la fundación originaria, con una carga de trescientas sesenta y dos misas rezadas “excluyendo los tres días de la semana mayor más siete misas cantadas en días señalados, todas en el altar de santa Catalina”9. La fundación inicial con la donación del coto de Moredo debió permanecer completa a lo largo del tiempo. Las misas mantenían la oración constante en recuerdo de los testadores, sus imágenes funerarias sellaban su memoria en el transcurso de los tiempos10.

BARJA, Dolores y BROZ REI, Xosé Manuel. Libro becerro de Scti Spiritus de Melide (continuación). BCEM 7, p.167-222, 1992. 5 BROZ REI, Xosé Manuel. Libro Becerro de Sancti Spiritus de Melide. BCEM 6, p.87-153, 1991; PRIMO BARJA, Dolores; BROZ REI, Xosé Manuel., art. cit., p. 173. Se desconoce el lugar de enterramiento de esta noble. Vid. PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. De linajes, parentelas y grupos de poder. Aportaciones a la historia social de la nobleza bajomedieval gallega. Madrid: Fundación cultural de la nobleza española - Consejo superior de investigaciones científicas, 2012, Tabla IV: los nuevos Castro. 6 PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Los señores…op. cit., p. 214-215 y 242-243. 7 El Libro becerro comenzado en 1662, identifica la antigua capilla de santa Catalina con la actual capilla de Jesus Nazareno, construida cuando se renueva la fábrica del templo a comienzos del siglo XVIII. Esta capilla de Jesús Nazareno sustituye a la capilla de santa Catalina medieval fundada por Vázquez da Insoa. BROZ REI, Xosé Manuel. Libro becerro…art. cit. p. 102 8 CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. op. cit., p. 285. 9 Archivo Provincial de San Francisco de Santiago (A partir de esta nota se citará con abreviatura APSF), Colección P. Celestino Fraga, Carp.96, fol. 1r. BROZ REI, Xosé Manuel. Libro becerro… art. cit., p. 102. Estudio del Memorial en RÍOS RODRÍGUEZ, María Luz y FRAGA SAMPEDRO, María Dolores. Continuidad y pervivencia en el APFS. Un fraile franciscano y memoria de aniversarios en los conventos terciarios gallegos, en Liceo Franciscano LXVI, 205-207, 2016, p. 119-139. 10 Para el enterramiento de este matrimonio noble, vid. NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel. La idea de la inmortalidad en la escultura funeraria gallega (La imaginería funeraria del caballero, siglos XIV-XV). 189

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En la actualidad se conserva un enterramiento en la capilla de Jesús Nazareno que ha sido identificado con el sepulcro del caballero don Afonso Vázquez, probablemente en su ubicación originaria11. El sepulcro de su esposa, doña Teresa Rodríguez, ha sido desplazado a los pies de la nave. Ambos mantienen las pautas iniciadas por el taller que labra los enterramientos de la capilla mayor de santo Domingo de Bonaval (Santiago) en primer tercio del siglo XV, cuya labor irradia hacia talleres que trabajan en y , desde donde difunden las novedades de la escultura funeraria hacia otras áreas (Melide, Sobrado…)12. En Melide, los dos sepulcros se situaban bajo arcosolios reelaborados en época moderna, tal como se conserva hoy el sepulcro del caballero da Insoa.

Fig. 2. Probable sepulcro de don Afonso Vázquez da Insoa (capilla medieval de santa Catalina, actual de Jesús Nazareno, iglesia de Sancti Spiritus de Melide). Foto: Autoras

En línea con la evolución de la armadura en el primer cuarto del siglo XV, la efigie yacente de don Afonso presenta el arnés metálico ya completo. La espada

Ourense: Diputación Provincial de , 1985; BROZ REI, Xosé Manuel. A nobreza da Terra de Melide. BCEM 5, 1990, p. 33-126; MANSO PORTO, Carmen. El Arte Gótico. In YZQUIERDO, Ramón y MANSO, Carmen. Galicia. Arte. Arte medieval II. A Coruña: Hércules, 1993, p.388. 11 Esta consideración se menciona ya en el estudio de CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. vid. también los trabajos de BROZ REI y PARDO DE GUEVARA citados en este artículo. 12 Al analizar la circulación de talleres formados a partir de Bonaval, C. Manso considera que el taller que ejecuta los sepulcros de la capilla mayor y de santo Tomás en la iglesia dominicana de Pontevedra, se encarga asimismo de los sepulcros da Insoa y su esposa en Melide. MANSO PORTO, Carmen. El Arte…op. cit. p. 402. Ecos de este taller se rastrean también en Asturias, vid. ALONSO ÁLVAREZ, Raquel. La escultura funeraria bajomedieval asturiana. Los sepulcros de Juan Alonso de Oviedo y Aldonza González. San Francisco de Avilés. Boletín del Instituto de Estudios Asturianos n. 129, 1989, p.131-155; 43, n. 130, 1989, p. 449-469. 190

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envainada en talabarte, sustentada con la mano izquierda, atributo imprescindible del caballero y símbolo de la cruz13, mientras que en la derecha sostiene el puñal de misericordia14. Sus pies se apoyan sobre la cabeza de dos perros que simbolizan la fidelidad mostrada en vida por el noble, hacia su señor y especialmente en su consideración de miles Christi, hacia Dios. Reposa sobre dos almohadas y la sábana alusivos al sepulcro como lecho de parada, sobre el que era portado el caballero para rendir honores hasta el templo, donde tenía lugar el funeral corpore insepulto. A ambos lados de la cabeza, dos ángeles arrodillados con libro abierto mantienen su oración pro anima permanentemente, en recuerdo de los ángeles que son invocados en el oficio de difuntos15. En la yacija se plantea una metáfora de la Jerusalén Celestial con la sucesión de arquitos ciegos de tracería gótica que acogen escudos con flores de lis16. A través de la imagen, en el sepulcro se sintetiza su condición de caballero cristiano, su deseo de permanecer en la memoria de sus contemporáneos para evitar la muerte social y, especialmente, su esperanza en la resurrección a través de las oraciones pro anima.

13 Para la significación de los elementos portados por el caballero, vid. NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel, El Discurso de la Muerte: Muerte épica, Muerte caballeresca. Archivo Español de Arte, 68, 1995, p. 17- 30. 14 Porta en líneas generales bacinete, almófar de malla que se prolonga hasta las hombreras, peto con ristre, codales, faldaje, falda de malla, quijote, rodilleras, grebas, escarpes puntiagudos con espuelas y guanteletes. Para el estudio del arnés en Galicia medieval, su evolución y talleres escultóricos, vid. estudios de NÚÑEZ RODRIGUEZ, M. ya citados. Asimismo SÁNCHEZ AMEIJEIRAS, Rocío. El arnés y el armamento del caballero medieval gallego (1350-1450). Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia 10, 1989, p. 427-436. 15 Vid. la bibliografía citada en nota anterior, especialmente la monografía de NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel, FRANCO MATA, Ángela. Iconografía funeraria gótica en Castilla y León (siglos XIII- XIV). De Arte 2, 2003, p. 47-86. 16 La sucesión de arquitos como metáfora de la Jerusalén Celestial es planteada por CENDÓN FERNÁNDEZ, Marta. Los arcosolios en el gótico gallego. Ruta Cicloturística del Románico Internacional 16, p. 147-150, 1998. Su análisis heráldico en ACUÑA RUBIO, Carlos. Escudos blasonados en el enterramiento de los Vaamonde da Insua (Melide, A Coruña). In Galicia. Heráldica, genealogía y nobiliaria. A Coruña: Hércules, 2008. T. I, p. 340. 191

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Fig. 3. Sepulcro de doña Teresa Rodríguez (Sancti Spiritus de Melide). Foto: Autoras

La dama ha sido identificada con su esposa, doña Teresa Rodríguez, quien tras enviudar de don Álvaro Rodríguez de Sotomayor, se desposa con don Afonso Vázquez da Insoa17. Descansa sobre lecho de parada con las mismas características que su esposo. A ambos lados de su cabeza se disponen también los dos ángeles orantes. A los pies, sobre el vestido se muestran cachorrillos de perro que intentan auparse. Su indumentaria es igual a la vestida por las yacentes de la capilla mayor de Bonaval. Porta un lujoso brial de pliegues longitudinales y guarniciones de lacería y rosetas. Con similar ornamentación, sus largas mangas se prolongan y ocultan las manos hasta las falanges de los dedos18. La dama se cubre parcialmente con una mantonina de cuello alto, prenda que gozó de gran éxito en el tránsito entre los siglos XIV-XV. Así se empleó en damas de alto linaje como la reina doña Juana Manuel en su figura yacente ca. 1390-1406 en la capilla de los Trastamara (catedral de Toledo) 19. En Galicia es introducida en la escultura funeraria femenina como novedad por este taller. Cuello y cabeza se cubren con gorguera de gran amplitud y sencilla toca sobre la que se dispone una segunda de pequeño tamaño.

17 PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. De linajes… op. cit., p. 397 18 MANSO PORTO, Carmen. Arte gótico en Galicia. Los dominicos. A Coruña: Fundación Barrié de la Maza, 1993. 2 vols. T. I, pp. 178-179. 19 FRESNEDA GONZÁLEZ, María de las Nieves. Atuendo, aderezo, pócimas y ungüentos en la Corona de Castilla (siglos XIII y XIV). Tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 2013. p. 447-449. http://eprints.ucm.es/20066/1/T34332.pdf [Consultado abril de 2017] 192

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Se introducen dos elementos, que potencian la dimensión espiritual de doña Teresa, rosario y manos unidas en oración, comunes a todas las yacentes elaboradas por el mismo taller y por otros derivados de él. El rosario cuelga del cuello y las manos unidas en señal de oración se disponen sobre el pecho. Esta posición de las manos no es elegida al azar sino que transmite el deseo de la plegaria perpetua para la salvación. Deriva del ritual del vasallaje medieval, en el momento que el siervo dispone sus manos entre las de su señor en señal de sometimiento, obediencia y a la vez, confianza ante la petición de protección. El gesto fue incorporado en la liturgia penitencial cuando el fiel expresaba su arrepentimiento arrodillado, colocaba sus manos entre las del confesor y repetía tres veces el versículo del salmo 30, 6, “In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum” que repite Cristo en el momento de su muerte en la cruz20. En la Galicia del siglo XV, las manos unidas durante la oración ya era una fórmula consolidada, muy idónea para una efigie funeraria. Quizá su empleo en este ámbito y su significación explique el éxito de esta iconografía y su gran difusión21. En esta línea, el rosario era el instrumento que materializaba la oración, como se analizará en líneas posteriores, en relación con las yacentes de la capilla mayor de Melide. Con su reiteración de avemarías posibilitaba el paso de una oración letánica y vocal a la oración contemplativa. Difundido con intensidad por sus frailes dominicos, el rosario aparece representado por primera vez en Galicia en las yacentes de templos de esa orden (Tui y Bonaval)22. Se retoma el ejemplo de algunas reinas y damas de la nobleza castellana del siglo XIV, entre las que destaca como laica doña Beatriz de Portugal (ca. 1418), esposa de don Juan I, quien se efigia con el

20 Esta cuestión fue planteada por R. Sánchez Ameijeiras. Asimismo alude a otras orientaciones significativas del gesto (ritual eucarístico). Enlazando con la fórmula penitencial menciona el ejemplo de los donantes con las manos unidas ante la escena de la Epifanía en diversos tímpanos compostelanos. SÁNCHEZ AMEIJEIRAS, Rocio. Espiritualidad mendicante y arte gótico. Las religiones en la Historia de Galicia. Sémata. Ciencias sociais e Humanidades 7-8, p. 333-353, 1996. Para el tema son interesantes los estudios de LANDNER, Gerhart.The Gestures of prayer in papal iconography of the thirteenth and Early fourteenth centuries. In Didascaliae. Studies in Honor Anselm M. Albareda. New York, 1961, p. 245-275; BARASCH, Moshe. Giotto y el lenguaje del gesto. Madrid: Akal, 1999. p.69- 74. 21 Para la difusión de esta fórmula iconográfica en yacentes femeninas, vid. MANSO PORTO, Carmen. Arte… op. cit., T. I, p. 178-179 y T. II, fig. 443-449 entre otras páginas. 22 Eadem, T. I, p. 178-179. 193

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hábito de dominica y un largo rosario que cuelga de su cuello, en el monasterio de las dominicas de Toro23. En el círculo de caballeros que rodeaban a don Pedro Enríquez de Castro se hallaba también don Gonzalo Ozores de Ulloa, que llegó a ser merino mayor de su Casa. Este noble recibe de su señor una generosa concesión de bienes en el año 1393 con las tierras de Monterroso y Ulloa que constituirán la base de lo que será después la gran Casa de Ulloa24. Su hijo don Lope Sánchez de Ulloa es señor de la Casa de Ulloa, quien por sus bienes patrimoniales y política matrimonial se debe considerar ya como perteneciente a la alta nobleza de Galicia25. Un siglo después, su nieto don Sancho López de Ulloa, recoge el testigo del conde Enríquez de Castro y, en 1498, se encarga de renovar la fábrica del hospital y la capilla mayor de Sancti Spiritus de Melide, como ámbito funerario destinado a acoger los sepulcros de su madre y de la primera esposa de su padre26. En el testero de la capilla, a comienzos del siglo XVI se completa la iniciativa artística con labor pictórica donde campean los escudos de Ulloa y Castro y principales devociones terciarias entorno al Calvario y la Trinidad27.

23 En la yacija se presenta a santa Catalina de Siena también con el mismo atributo. RUIZ MALDONADO, Margarita. El sepulcro de doña Beatriz de Portugal en Sancti Spiritus (Toro). Goya p.142-148, 1993. Otras damas laicas portan el rosario entre sus manos o prendido en el ceñidor, como se analizará en los ejemplos funerarios de la capilla mayor de Melide. 24 En 1425, don Fadrique, hijo del conde don Pedro, renueva la concesión de estas tierras de Monterroso y Ulloa en don Lope Sánchez de Ulloa, el hijo de don Gonzalo Ozores, sobre el que había establecido su mayorazgo. PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Los señores… op. cit., p. 241- 242, 293-294. 25 Vasco de Aponte lo describe como uno de los grandes señores de Galicia: “Lope Sánchez fue muy gran señor, que tenía Monterroso, a Repostería, A Ulloa (…) los coutos de Santispiritus de Mellide, el couto de Orría, Carboeyro, ansimismo el couto de Oçon, Acibeiro y Oseira (…) no bajaría de mandar tres mil y quinientos hombres (…) sobre los que él tenía soga y cuchillo no pasaban de mil”. VASCO DE APONTE. Recuento de las casas antiguas del Reino de Galicia. Santiago: Xunta de Galicia, 1986. Introducción y ed. crítica con notas por el equipo de investigación Galicia hasta 1500 integrado por Manuel Cecilio Díaz y Díaz et al. p.164-165. 26 Para acometer dicha obra, empleó la piedra de la fortaleza arzobispal de la villa melidense derribada durante el conflicto irmandiño. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Ángel. Las fortalezas de la mitra compostelana y los irmandiños. Pleito Tabera-Fonseca. A Coruña: Fundación Barrié de la Maza, 1984. 2 vols. T. I, p. 28. Este caballero ordena ser inhumado en la capilla familiar de Sobrado manteniendo la permanencia de la línea familiar masculina en este ámbito. Es sorprendente la permanencia de esta tradición vinculada al Císter en los últimos tiempos de la Edad Media cuando siglos antes ya habían irrumpido con fuerza las ordenes mendicantes en la geografía gallega. 27 En la actualidad ocultos tras el retablo barroco. Vid. MONTERROSO MONTERO, Juan. Apuntes sobre las Pinturas murales de la Iglesia de Sancti-Spiritus de Melide. BCEM 6, 199, p. 21-40. 194

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Estas mujeres son dos grandes figuras femeninas que representan a la alta nobleza, doña Leonor de Mendoza y doña Inés de Castro, primera y segunda esposa respectivamente de don Lope Sánchez de Ulloa. La raigambre de los dos linajes engrandeció el convento de franciscanos terciarios en Melide a través de sus fundaciones de aniversarios y legados testamentarios. Ambas se inhuman en la capilla mayor de este templo en sendos sepulcros que perpetúan su memoria y reflejan su potente patronato a lo largo del tiempo28.

2.2. Dos damas en la capilla mayor: doña Leonor de Mendoza y doña Inés de Castro Doña Leonor de Mendoza pertenecía a la alta nobleza castellana, es hija de don Juan de Mendoza y doña Inés de Melgarejo, sobrina del arzobispo de Santiago, don Lope de Mendoza (1399-1455), quien anteriormente había ocupado la sede episcopal mindoniense (1393-1399)29. Desde su llegada a Galicia inicia una política de nepotismo en la que muchos miembros de su familia ocupan altos cargos, contribuyendo a asegurar el control del poder en la Tierra de Santiago y al mismo tiempo, acordando matrimonios ventajosos para los mismos30. No se ha hallado el testamento de esta noble y por este motivo se desconoce si fue su voluntad inhumarse en este convento terciario, aunque existen indicios puesto que su familia mantenía la devoción al Espíritu Santo, compartida con su tío el arzobispo don Lope de Mendoza31.

28 En documento de 1705 se recoge el pleito por mantenimiento del patronato en la capilla mayor. Pleito entre Antonio Varela Ulloa y Sotomayor con el convento de Sancti Spiritus de Mellid (La Coruña) sobre los derechos de patronazgo de la capilla mayor de dicho convento y sus prerrogativas. Archivo Real Chancillería Valladolid. Pleitos civiles. Zarandona y Balboa (Olv). Caja 2943.0010. Un extracto del pleito en BROZ REI, Xosé Manuel. A nobreza… art. cit., p.33-126. 29 Noticias sobre el linaje de los Mendoza asentados en Galicia en GARCÍA ORO, José. La nobleza gallega en la Baja Edad Media. Las casas nobles y sus relaciones estamentales. Santiago: Bibliófilos gallegos, 1981. p.31ss.; PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. De linajes…op. cit., p. 452ss. 30 PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Parentesco y nepotismo. Los arzobispos de Santiago y sus vínculos familiares. Siglos XIV-XV. In YZQUIERDO PERRIN, Ramón (coor). Los coros de catedrales y monasterios: arte y liturgia. A Coruña, 2001, p. 65-108. 31 Existen noticias de la devoción familiar hacia al Espíritu Santo, dado que su tío el arzobispo don Lope de Mendoza instituye una misa cantada a celebrar en la vigilia de la fiesta del Espíritu Santo. LÓPEZ FERREIRO, Antonio. Historia de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago. Santiago de Compostela: Imp. y enc. del Seminario Conciliar Central, 1837-1910. 11 vols. T. VII, p.102 y apéndice XIV. 195

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El epígrafe de su enterramiento resalta en primer lugar su ascendencia inmediata, el alto linaje de los Mendoza, a partir de sus padres, don Juan de Mendoza y doña Inés de Melgarejo, y su matrimonio con don Lope Sánchez de Ulloa y, por último, el hijo de ambos Vasco López de Ulloa. En segundo lugar se resalta el entronque de esta familia a través de su hijo, con el linaje compostelano de los Moscoso, dado que don Vasco López de Ulloa al contraer matrimonio con doña Inés de Moscoso, engendran al que ya sería el primer conde de Altamira, don Lope Sánchez de Moscoso. Una cuestión a observar es la datación del epígrafe realizado años después de la muerte de doña Leonor, cuando se realizan los sepulcros de ambas mujeres, momento en que su nieto ya se intitula conde de Altamira:

AQUÍ YAZE DOÑA LEONOR DE MENDOÇA FIJA DE JUA(n) DE MEN /DOÇA E DE DOÑA YNES MELGAREJO FUE MUGER PRIMERA DE / LOPE SANCHEZ DE ULLOA, MADRE DE VASCO LOPEZ DE ULLOA EL / QUAL OVO POR FIJO EN DOÑA YNES DE MOSCOSO SU MUGER / A DON LOPE SANCHEZ DE MOSCOSO PRYMERO CONDE DE AL/ TAMYRA E FALLECIO ESTA SENORA AÑO MILL CCCC XXX VI /AÑOS.

Su nieto, don Lope Sánchez de Moscoso la rememora y establece la celebración de una misa cantada con su responso, acompañada del gravamen de que “pase procesionalmente la comunidad a rociar con agua bendita el entierro de su abuela cuyo nicho está en la capilla mayor, al lado de la epístola”32. En la actualidad su sepulcro se mantiene en el presbiterio.

32 En el Memorial de 1751 no se conservan menciones directas a la fundación estipulada por doña Leonor de Mendoza, pero sin embargo todavía se recoge la realizada por su nieto. APFS. Colección P. Celestino Fraga, carp. 96, fol. 1v. 196

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Fig. 4. Sepulcro de Doña Leonor de Mendoza (Sancti Spiritus de Melide). Foto: Autoras

Doña Inés de Castro es hija de don Afonso de Castro, primer señor de Castroverde, y doña María Ramírez de Guzmán33. Esta noble ordenó su inhumación en el lado del evangelio de la capilla mayor, donde se conserva el sepulcro. En su testamento otorgado en 1487, se refleja la espiritualidad y el poder de esta dama. La preferencia por los conventos mendicantes, especialmente dominicos, es notoria en su testamento. Esta especial querencia se observa en la elección de su enterramiento que dispone, en un primer momento, en la capilla de las Once mil vírgenes en el templo dominicano de Bonaval (1479), tal como se menciona en una donación a este convento34. Sin embargo su decisión definitiva como lugar de enterramiento es el convento Terciario de Sancti Spiritus de Melide, ordenando “sepultar mias carnes pecadoras dentro del monasterio de Santi Spiritus de Melide en la misma mia capilla que esta a par del altar mayor a mano izquierda”35. No sería extraño que la

33 Doña Inés de Castro no debe confundirse con la homónima reina de Portugal. Esta noble seguía representando a finales de la Edad Media el entronque con el que había sido el más poderoso linaje de Galicia. Su matrimonio con Lope Sanchez de Ulloa consolidó y engrandeció su poder. Para el linaje de los Castro, vid. PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Los señores… op. cit., T. II, tabla 4 y T. I, p. 189, 294 y nota 436. 34 MANSO PORTO, Carmen. El códice medieval de santo Domingo de Santiago (III). Archivo Dominicano V, 1984, p. 43-90. Esta dama poseía una capilla funeraria en Santo Domingo de Pontevedra pero ésta estaba destinada para enterramiento de su hija doña María, casada con Álvaro de Sotomayor. PARDO VILLAR, Aureliano. Historia del convento de Santo Domingo de Pontevedra. Pontevedra, 1942. p. 63 35 Testamento en CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. op. cit., p.306- 309. Sobre el especial interés del conde de Altamira en su elección de Bonaval como lugar de enterramiento, vid. GALBÁN MALAGÓN, Carlos J. Relaciones de poder y memoria de un linaje. La intervención de la Casa Moscoso en la Compostela de los siglos XIV-XVI, Madrygal 18, 2015, p.13-31. 197

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pretensión de don Lope Sánchez de Moscoso de inhumarse en la capilla mayor de santo Domingo de Bonaval disuadiese a doña Inés de enterrarse finalmente en esta capilla de Bonaval a la que rememora en su testamento de 1487. Las relaciones entre los Moscoso y los Ulloa se muestran ambivalentes. Doña Inés de Castro fue la segunda mujer de don Lope Sanchez de Ulloa, señor de la casa de Ulloa, y ya viuda, hizo todo lo posible por apartar de la herencia familiar al hijo de su marido y de su primera mujer doña Leonor de Mendoza, don Vasco López de Ulloa (padre de don Lope Sánchez de Moscoso), quien sería el primero llamado a heredar el patrimonio de la casa de Ulloa. Doña Inés naturalmente quiere ese patrimonio para su hijo Sancho y va a conseguirlo. Sin duda el poder de Inés de Castro al traspasar el patrimonio de su marido a su hijo Sancho influyó en la decisión del mismo para reedificar la iglesia y convento del Sancti Spiritus de Melide en 1498 y ubicar en su capilla mayor, los dos sepulcros idénticos, de su madre y su madrastra doña Leonor, fallecidas en 1490 y 1433 respectivamente. Se puede intuir un posible acuerdo, a modo de compensación, entre los dos descendientes de ambas ramas, el conde de Altamira (don Lope Sánchez de Moscoso) y el conde de Monterrei (don Sancho López de Ulloa). En su epitafio se registra su ascendencia, matrimonio y descendencia en este conde de Monterrei:

AQ(ui) IAZE DOÑA INES DE CASTRO FIJA DE DON ALFO(n)SO D(e) CASTRO E DE / DOÑA MARIA DE GUZMAN FUE MUGER SEGUNDA DE LOPE SA/ NCHEZ DE ULLOA E MADRE DE DON SANCHO DE ULLOA, PRIME /RO CONDE DE MO(n)TERREY EL QUAL MANDO FAZER ESTA IG/LESYA E MONESTERIO EN EL AÑO DE MILL E CCCC E XC E VIII / AÑOS FALLECIO ESTA SEÑORA Q(ue) AIA GLORIA EN EL AÑO MILL CCCC XC AÑOS

Los epitafios de las dos damas parecen constatar por escrito también ese acuerdo. Se magnifican las dos ramas familiares a través de su ascendencia y sobre todo de su descendencia, con el encumbramiento socio-político que reporta el acceso a los respectivos condados de Altamira y Ulloa en 1474. Los epígrafes muestran también la habitual práctica nobiliar de enlaces matrimoniales para engrandecer la Casa a través de las ramas familiares de Mendoza, Castro, Moscoso y Ulloa - Zúñiga. Sin embargo no se indica el matrimonio de don Sancho de Ulloa 198

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porque su objetivo es reforzar la atribución de la fundación de la iglesia y monasterio como si no hubieran existido anteriormente y fuera esta una primera fundación36. Doña Inés acompañaba su sepulcro definitivo en Melide con la dotación de abundantes y ricos ornamentos litúrgicos. Se cita especialmente una vestimenta, cruz y cáliz, ambos de plata, y una lámpara también de plata, con quinientos maravedís para aceite que ardiese durante los maitines y misas a celebrar en dicha capilla. En el Memorial del convento de 1751 todavía se recuerdan dos fundaciones de esta noble. La importancia de la primera fundación permite apreciar el poder de esta dama pues es la primera que se presenta en el documento, como si se considerara una de las más importantes del convento37.

36 Del mismo modo refunda también el hospital de Melide y otros dos, en Leboreiro y Ulloa. A través del epígrafe que en la actualidad se conserva en la portada del Museo Terra de Melide recoge esta refundación: ARMAS DE ULLOA/ ESTE OSPITAL MAN[DO] COMENÇAR/ EL CONDE DE MONTERREI DON SANCHO/ DE ULLOA EN EL ANO DE MILL E Q(UI)/NIENTOS E II ANOS. [RUEG(u)EN?] A DIOS POR SU AN(I)MA/ ARMAS DE CASTRO Don Sancho casa en primeras nupcias con doña Teresa de Zúñiga y Biedma, cuyo padre era I vizconde de Monterrei. 37 Ordenaba 156 misas rezadas y 104 responsos rezados. En el mismo documento, una segunda fundación recoge 52 misas cantadas y 52 rezadas. APSF, Colección P. Celestino Fraga, carp. 96, fol.1y 14 199

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Fig. 5. Sepulcro de doña Inés de Castro (Sancti Spiritus de Melide). Foto: Autoras

La factura de los sepulcros de doña Leonor y doña Inés mantiene una tipología semejante, propia de un mismo taller de finales del siglo XV. Ambos son cobijados por arcosolios, de medio punto con escotadura conopial en el extradós; su intradós acoge arquillos trilobulados y su rosca externa, boceles sustentados en columnillas alternados con media caña, decorada con abundante decoración vegetal ondulante y rosetas. Los arcosolios se flanquean por pilastras rematadas en glabetes. Ostentan dos emblemas heráldicos demostrativos de sus linajes38. Las yacijas presentan figura yacente sobre la tapa, elemento que asume la configuración de lecho de parada y ofrece dos almohadas para reposo de la cabeza, con borlones angulares. Las figuras yacentes se disponen en actitud de vigilia, a la espera de la resurrección final, doña Leonor con los ojos abiertos, mientras que doña Inés de Castro con ellos ligeramente entornados39. En línea con la escultura funeraria

38 Sobre heráldica de estos sepulcros, vid. PARDO DE GUEVARA Y VALDÉS, Eduardo. Palos, fajas y jaqueles. La fusión de las armerías en Galicia durante los siglos XIII al XVI. : Diputación Provincial, 1997, p. 143 y especialmente p. 172-175 y fig. 50, así como los trabajos de Broz Rei mencionados en este trabajo. 39 Es frecuente esta actitud en los sepulcros del gótico gallego, donde oscila la representación del yacente entre vigilia y sueño. Vid. PANOFSKY, E. Tomb sculpture: four lectures on its changing aspects 200

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gallega a finales del XV, todavía se ejecutan en un realismo-idealizado que define de manera genérica los rasgos del individuo, alejado de un retrato detallista.

Fig. 6. Figura yacente de doña Inés de Castro (Sancti Spiritus de Melide). Foto: Autoras

Los dos sepulcros derivan de un mismo taller y modelo, aunque ligeras variaciones se introducen en la yacente de doña Inés de ejecución ligeramente más cuidada, pero se mantiene esa tendencia al plano horizontal con bulto redondo menos destacado que sus predecesoras de los siglos XIV y XV. Las damas visten el mismo atuendo, largo hábito cerrado y holgado. En su testamento doña Inés expresaba su deseo de ser inhumada con el “hábito de sant Francisco con su capelo e cuerda e con el benitello de santo Domingo”. Esta disposición testamentaria acerca del empleo del hábito franciscano como mortaja llevó a pensar que su efigie vestía esa prenda religiosa. Sin embargo, su escultura funeraria transmite otro mensaje. Se obvian los elementos distintivos de los religiosos franciscanos, dominicos o clarisas cuyos hábitos se solicitan como elemento apotropaico ante el paso al más Allá y signo distintivo de su adhesión a las órdenes mendicantes. El análisis de las yacentes permite afirmar que no se trata de un hábito de orden religiosa, no portan capelo ni cordón franciscano, elementos

from ancient Egypt to Bernini. London: Thames and Hudson, 1964; NÚÑEZ RODRIGUEZ, M. La idea…op. cit.; FRANCO MATA, A. Iconografía funeraria… art. cit, p. 50; CENDÓN FERNÁNDEZ, M. Muerte mitrada. El sepulcro episcopal en la Castilla de los Trastamara. Sémata. Ciencias Sociais e Humanidades 17, 2005, p.155-178, especialmente 170-172. 201

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identificativos de esta prenda. Se debe relacionar con la indumentaria habitual entre las damas nobles viudas o de edad madura. Su denominación se debe a la semejanza con el sencillo atavío de las religiosas, puesto que era un vestido austero, cerrado y amplio desde el cuello, “renunciando a escotes y ajustamientos”. Se evitaba de este modo vislumbrar la silueta femenina y por ello se convirtió en “modelo de moderación cristiana ante los excesos indumentarios de la época”40. Sobre el hábito se cubren con manto de gran amplitud, de cuello subido, y en las dos yacentes se recoge una cantidad de tela bajo los brazos para evitar su excesivo despliegue. Para ocultar el cabello y el cuello, la cabeza se cubre con elementos habituales complementarios del hábito a través de gorguera, fina toca y una segunda toca abierta y sobrepuesta41. En sus manos mantienen un rosario de cincuenta cuentas, un número menor que en el sepulcro de doña Teresa Rodríguez donde se labraron ciento cincuenta cuentas. Al contrario que ésta, doña Inés y doña Leonor se disponen en gesto de rezar con el rosario. La praxis del rezo, en su origen enlaza con la tradición medieval de sustituir la liturgia de las Horas por un cierto número de padrenuestros y avemarías para aquellos religiosos que desconocían el ejercicio de la lectura y escritura. En la baja Edad Media, los predicadores dominicos aconsejaban esta práctica devocional al religioso o laico como ayuda en la oración. Para llevar el recuento de oraciones se empleaba una cuerda con nudos, frutos o semillas engarzados que fue denominado paternóster, salterio mariano, rosarium, guirnalda o corona42. Con este instrumento se ayudaba a evitar distracciones en la oración y facilitar el cómputo de las avemarías recitadas43.

40 SIGÜENZA PELARDA, Cristina. La moda femenina a finales de la Edad Media, espejo de sensibilidad. Costumbres indumentarias de las mujeres a través de las artes plásticas del gótico en La Rioja. Berceo 147, 2004, 229-252, especialmente p. 239. 41 Para evolución este tipo de manto y tocado, vid. FRESNEDA GONZÁLEZ, María de las Nieves. op. cit., pp. 446-447 y 560-57. 42 LABARGA GARCÍA, Fermín. Historia del culto y devoción en torno al Santo Rosario. Scripta Theologica 35, 1, 2003, p. 153-176. 43 No es extraña la presencia de este atributo en los sepulcros de una iglesia terciaria en Melide. Los frailes terciarios difundieron prácticas piadosas similares (Corona de Nuestra Señora). Otra cuestión es la fuerte devoción dominicana de doña Inés demostrada en la disposición de un primer enterramiento en el convento dominicano de Bonaval, antes de decidir la inhumación definitiva en Melide, así como las numerosas mandas a conventos dominicos junto con franciscanos. En el testamento de su hijo, don Sancho López de Ulloa, se recoge otro indicio de esta devoción a la Virgen 202

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El rosario de ambas mujeres muestra cincuenta cuentas que se corresponden con una de las praxis más antiguas del rezo44. Se recitaban cincuenta o ciento cincuenta avemarías, número de cuentas del rosario ya analizado de doña Teresa Rodríguez45. Durante el siglo XIV el cartujo Enrique Eger de Kalkhar (ca. 1366) organiza el rezo con la inclusión de un padrenuestro antes de cada decena de avemarías, sin embargo las guirnaldas de Melide no muestran todavía dicha organización que debió difundirse paulatinamente, especialmente a partir de la forma definitiva unificada por el dominico fray Alano de Rupe (1428-1470)46. Se vinculan a la tipología que ya había circulado en otras yacentes hispanas desde el siglo XIII que presentan el rosario47, algunos muy expresivos de la acción salvífica adherida a este rezo. Así en la esperanza de acceder a la vida eterna, en su sepulcro doña Urraca López de Haro, abadesa del monasterio cisterciense de Cañas (1225- 1262), mantiene el rosario colgado de su cuello y sostiene en sus manos la cuenta treinta y nueve que inicia el misterio de la Asunción de la Virgen al cielo48.

y la praxis del rosario cuando menciona un rosario de oro “que puede valer sin la hechura quince mil mrs. por que tiene cinq(uenta) quentas de oro y cinco estremos gruesos”. LÓPEZ FERREIRO, Antonio. (dir). Colección Diplomática de Galicia Histórica. Santiago, 1901, doc. LXXVI. Sobre prácticas devocionales de la Tercera Orden Regular, vid. RODRÍGUEZ BECERRA, Salvador. Los privilegios espirituales de la Orden Tercera de san Francisco. In PÉLAEZ DEL ROSAL, Manuel (ed y dir). La Orden Tercera seglar. Historia y Arte. XI Curso de verano, El Franciscanismo en Andalucía. Priego de Córdoba, 2005. Córdoba: Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos, 2006, pp.457-474. 44 El mismo número de cuentas tenía el rosario de su hijo don Sancho de Ulloa. Vid. nota anterior y siguientes. 45 Doña Leonor y doña Inés portan rosario de cincuenta cuentas (41 cuentas visibles, ocultas tras los cuatro dedos de las manos sendos grupos de cuatro cuentas y una más bajo el pulgar de la mano izquierda). El rezo de ciento cincuenta avemarías coexistía con la praxis de los cincuenta. ROMERO MENSAQUE, Carlos José. Los comienzos del fenómeno rosariano en la España moderna. La etapa fundacional (siglos XV y XVI). Hispania Sacra, jul.-di., 2014, p. 243-278. Otras efigies funerarias gallegas, de finales del siglo XV – comienzos del XVI, unen sus manos en gesto de oración y portan el rosario pero sin la acción de cómputo (Aldonza Rodríguez del Villar en Santiago de Allariz y Beatriz Afonso da Rivera en santa María de Beade, doña Teresa Rodríguez Pardo o de Aguiar, en san Francisco de Betanzos. vid. CENDÓN FERNÁNDEZ, Marta. A la hora de la muerte: la imagen de las mujeres con poder en el arte bajomedieval gallego (en prensa). Agradecemos a la autora la posibilidad de su consulta. 46 LABARGA GARCÍA, Fermín. art. cit., p.154-155. 47 En el territorio hispano existen numerosos ejemplos de mujeres laicas portadoras de rosario, colgado en el cuello o en el ceñidor, así como entre las manos desgranando las cuentas. Algunos ejemplos de gran calidad son portadoras de rosario como las figuras yacentes de doña Elinor de Anglesola en santa Clara de Pedralbes, doña María de Molina en monasterio de las Huelgas y doña Mencía de Mendoza y Figueroa, esposa del Condestable de Castilla, Pedro Fernández de Velasco en la catedral de Burgos, entre otras. 48 RUIZ MALDONADO, Margarita. Escultura funeraria del siglo XIII: los sepulcros de los López de Haro, en Boletín del Museo e Instituto “Camón Aznar”, LXVI, 1996, p. 91-170, especialmente p. 117- 203

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A principios del siglo XVI, la empresa artística de los sepulcros se completa con pinturas murales en el testero de la capilla, hoy ocultas tras el retablo barroco. En ellas campean los escudos de Ulloa y Castro, la escena del Calvario en la parte central y, flanqueando a éste, santas que han sido identificadas con santa Isabel de Francia y santa Isabel de Hungría. Sin embargo otra identificación plausible es santa Inés de Asís, que se sustenta en cuestiones iconográficas, búsqueda de protección de la Santa patrona y en la voluntad de potenciar el antroponímico de Inés, portado por tres de las mujeres referidas en los epitafios (Inés de Castro, Inés de Moscoso, Inés de Melgarejo). De este modo, la capilla se potencia como espacio propio femenino a través de la inclusión de estas dos Santas49. La inquietud por la permanencia de estos nobles en la memoria a través de oraciones, imagen y capilla magnifican este espacio sagrado.

3. Fernán Pérez de Andrade y Santa Catalina de Montefaro Este convento terciario fundado en el año 1392/3 se debe al promotorado de don Fernán Pérez de Andrade50, quien mostró especial querencia hacia las órdenes

125. EADEM. Escultura funeraria del siglo XIII: los sepulcros de los López de Haro. Salamanca: Universidad de Salamanca, 2016, p.119; HERNANDO GARRIDO, José Luis. La representación del monacato femenino en el arte medieval hispano: imágenes y contextos. In GARCÍA DE CORTAZAR, José Ángel; TEJA, Ramón. Mujeres en silencio: el monacato femenino en la España medieval. Aguilar de Campoo: Fundación santa María la Real del patrimonio Histórico, 2017, pp. 73-107, especialmente pp. 83-84; BAURY, Ghislain. Sainteté, mémoire et lignage des abbesses cisterciennes de Castille au XIIIe.s. La comtesse Urraca de Cañas (av. 1207-1262). Anuario de Estudios Medievales 41, 1, 2011, p.151-182. Baury, señala la conexión del rosario en el sepulcro de doña Urraca con la espiritualidad dominicana puesto que esta abadesa cisterciense mantenía buena relación con la Orden dominicana, según se manifiesta en documentación analizada por Baury. 49 Doña Inés citaba la capilla financiada por ella y dedicada a santa Inés en este templo terciario, en una donación datada en 1478. Es citada en CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ-OXEA, Ramón. op. cit., p. 286. El estudio de las pinturas, vid. MONTERROSO MONTERO, Juan. art. cit., p.28. La posible identificación con santa Inés, que planteamos en este estudio, se basa en atributo de las flores recogidas en su hábito. Quizá pueda relacionarse con un episodio de la vida de santa Inés, hermana de santa Clara, referido en las Crónicas donde se indica que durante su oración, Inés fue elevada hacia el Cielo y coronada por un ángel con tres coronas de flores, que se identificaban con las tres meditaciones de la Santa durante su oración. LAINATI, Chiara Augusta. Santa Clara de Asís. Apuntes biográficos de Santa Inés de Asís. Oñate: Editorial Franciscana Aránzazu, 1983, pp. 131-143. 50 Consta una comunidad a comienzos de los años 90 y en 1393 el arzobispo García Manrique firma la provisión del convento a petición del caballero Fernán Pérez de Andrade. El epígrafe fundacional del convento, en la bordura del escudo de Andrade señala 1392. Vid. GARCÍA ORO, José. BARRAL RIVADULLA, Dolores; FRAGA SAMPEDRO, María Dolores; CASTRO FERNÁNDEZ, Belén María. Recuperando la memoria de un monumento olvidado: el convento de Santa Catalina de Montefaro. In Raquel CASAL GARCÍA, José Miguel ANDRADE CERNADAS, Roberto Javier LÓPEZ LÓPEZ (coor). 204

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mendicantes. Este caballero de la baja nobleza apoyará decididamente a don Enrique, conde de Trastamara, en su lucha por el trono frente al legítimo Pedro I. Tras su triunfo en 1369, el nuevo monarca Trastamara le concede diversas mercedes y privilegios que constituyen la base de su engrandecimiento patrimonial y nobiliar, concediéndole los señoríos de , Pontedeume y Vilalba (1371 y 1373). En comportamientos y actitudes, responde al modelo de caballero bajomedieval: hombre de armas y de letras que actúa siempre movido por su propio beneficio cambiando de bando si es preciso, buscando el engrandecimiento de su linaje y de su patrimonio51. Preocupado por la conservación de su memoria, se distingue por ser promotor de diversos conventos mendicantes, los franciscanos de Betanzos y Ferrol, junto al terciario de santa Catalina de Montefaro, además de templos como santa María de Azougue donde renueva la capilla mayor y las parroquiales del Sor52. La especial relación de los Andrade con el convento de santa Catalina de Montefaro se mantiene con fuerza desde la Edad Media a época Moderna. Constan dos fundaciones, la primera de don Fernán Pérez de Andrade y la segunda de don Pedro Fernández de Andrade, muy diferentes en cuanto a obligaciones de los frailes terciarios y dotación de la fundación. Tal como era de esperar, la más importante es proporcionada por Fernán Perez de Andrade, puesto que de él parte la iniciativa de fundación y edificación del convento terciario de santa Catalina y el hospital del puente de Pontedeume. Esta villa fue el centro de su señorío, levantando allí su pazo señorial. La construcción de su muralla y la imponente obra del puente sobre el

Galicia monástica: estudos en lembranza da profesora María José Portela Silva. Santiago: Universidade de Santiago de Compostela, 2009, p. 629-682. 51 Vid. CORREA ARIAS, José Francisco. A Casa de Andrade, 1160-1540: nobreza, mentalidade e ideoloxía na Galicia baixomedieval. (A Coruña): Toxosoutos, 2009; CASTRO ÁLVAREZ, Carlos y LÓPEZ SANGIL, José Luis La Genealogía de los Andrade, Cátedra, 7, 2000, p.189-216. 52 Fernán Pérez de Andrade decide inhumarse en Betanzos y ejecuta allí su empresa artística más importante, el convento de san Francisco, que acoge su magnífico sepulcro y resalta entre todos los mendicantes gallegos por su excepcional programa iconográfico. Sin duda en la elección del lugar de sepultura debió de prevalecer su situación en el Camino Inglés a Santiago y su riqueza e importancia socio-política. NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel. El sepulcro de Fernán Pérez de Andrade en San Francisco de Betanzos como expresión de una individualidad y una época. Bracara Augusta, vol. XXV, fasc. 79, 92, 1981, 397-413; IDEM. El caballero, su panegírico y la conjuración del miedo, en Sémata. Ciencias Sociais e Humanidades 10,1998, 361-387; YARZA LUACES, Joaquín. La capilla hispana en torno a 1400. In NÚÑEZ RODRÍGUEZ, Manuel; PORTELA SILVA, Ermelindo. La idea y el sentimiento de la muerte en la Edad Media gallega. Santiago: Universidade de Santiago, 1988, p.67-92. 205

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Eume son otra muestra de su enorme poder económico. Elevado entre 1380 y 1386, el puente era el más grande de su tiempo, con 78 arcos y casi 900 m de longitud, dos torres en cada extremo y, en medio, estaba situado el hospital para pobres y peregrinos con 12 camas y una capilla bajo la advocación del Espíritu Santo53.

7. Puente con el hospital sobre el Eume. Extraído de Pereda, Felipe; Marías, Fernando (eds). El Atlas del Rey Planeta. La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos de Pedro Texeira (1634). Hondarribia: Nerea, 2002. fol.33

Fernán Pérez de Andrade se preocupaba de mantener su memoria en un doble establecimiento, hospitalario y conventual, además de perseguir la salvación de su alma a partir de las oraciones. Concretamente ordenaba una misa cantada con ministros el día del Espíritu Santo a celebrar en la capilla del hospital de Pontedeume “distante del convento casi dos leguas, para lo que es necesario llevar ornatos desde el convento”. Ordenaba además dos misas rezadas semanales de las que todavía se duda en el siglo XVIII si estaban fundadas en el convento o en el hospital “pero hay costumbre antigua de decirse en el convento”. Ligada a esta fundación, los frailes están en la obligación de reparar el hospital y asistirlo con camas y lo necesario para la decencia del altar de la capilla que hay en él54.

53 GARCIA ORO, José; BARRAL RIVADULLA, Dolores; FRAGA SAMPEDRO, María Dolores; CASTRO FERNÁNDEZ, Belén María. art. cit. Todavía en 1634 se conserva el hospital y una de las torres como se aprecia en la imagen y descripción del Atlas de Pedro Texeira: “en esta puente de las mas grandiosas que tiene España, toda de cantería, fábrica antigua pero tan entera que parece averse aora acabado. (…) en medio se ensancha, donde tiene un ospital, y en el otro terçio de la puente una torre con un arco que se sierra con su puerta, fabrica toda de mucha consideraçion y hermosura”. vid. PEREDA, Felipe; MARÍAS, Fernando. (eds). El Atlas del Rey Planeta. La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos de Pedro Texeira (1634). Hondarribia: Nerea, 2002. fol.33 y p. 327. 54 APSF, Colección P. Celestino Fraga, Carp.96, fol. 23r. A finales de la Edad Media, su sucesor, don Pedro Fernández de Andrade, quien es el más excelso representante del linaje de los Andrade, 206

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4. Nobles ante la muerte. Espiritualidad terciaria y devociones El interés de los fundadores de aniversarios por celebrar las misas en días señalados refleja sus devociones privadas, cuestión que es reforzada por la elección del lugar de sepultura, e incluso la petición del cordón y hábito franciscano como mortaja, como se ha señalado refleja el testamento de doña Inés de Castro. Es evidente que la petición de celebración de aniversarios e incluso el lugar de sepultura en alguno de estos conventos terciarios es indicativa de la devoción de los testadores hacia san Francisco y sus frailes, aún cuando no aparezca mencionado expresamente en la fundación de los aniversarios. Existen legados en los que se ordenan misas en viernes y sábados. Se conserva la tradición de la Iglesia, al mantener el viernes como día penitencial de fuerte adhesión a la pasión y muerte del Salvador, como se refleja en una de las fundaciones de doña Inés de Castro55. También en el testamento de esta dama se transmite esta línea devocional hacia el viernes como día penitencial en recuerdo de la Pasión y muerte del Salvador, cuando invoca a “mio Señor Ihesu Christo que la comprou e redimio por la su santa sangre preciosa que él derramó en el árbol de la Santa Vera Cruz e por salvar todo el humanal linaje”. Refleja ese énfasis mendicante por la contemplación de la muerte de Cristo, y el simbolismo de la cruz de Cristo como árbol de Salvación antítesis del árbol del Paraíso, presente en la exégesis de los Padres y potenciada en época gótica a partir de obras como Lignum Vitae de san Buenaventura. El objetivo es ayudar al fiel a entrar en su propio sufrimiento con el Redentor, para resucitar con Él56. Sin duda doña Inés había asimilado el discurso

mantiene este vínculo con los terciarios de Montefaro, ordenando una nueva fundación de aniversarios para celebrar cinco misas cantadas y cinco responsos. APSF, Colección P. Celestino Fraga, Carp.96, fol. 23v. 55 Se trata de la segunda fundación de doña Inés de Castro: “fundó una misa cantada con su responso en cada sábado del año, más unas misas rezadas y una letanía también rezada en cada viernes del año que vienen a ser 51 misas cantadas y otras 51 rezadas excluyendo el viernes y sábado de la semana mayor “. APSF, Colección P. Celestino Fraga, carpeta 96, fol.14r. En la ya citada donación de 1479 a Bonaval, se reafirma en la celebración de misas en estos dos días, quinta feria dedicada a la santa cruz y el sábado por devoción a santa María. Transcripción del documento de donación en MANSO PORTO, Carmen. El códice…art. cit. p.84. 56 Existe una larga tradición entorno a la Cruz como nuevo Árbol de Vida, prefigurada en textos bíblicos (visión de Ezequiel 47,12 y Apocalipsis 2,7; 22,2), meditada en la exégesis de los Padres, retomada por los frailes mendicantes en la Baja Edad Media. Para san Alberto Magno y san Buenaventura, Cristo es el fruto del árbol de la vida. San Alberto orienta su exégesis hacia la 207

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cristiano a través de los frailes mendicantes y se preocupó de su proclamación con fuerza en su testamento. Se vislumbra en este documento la amplitud devocional de esta dama, vinculada a las órdenes mendicantes. Doña Inés se encomienda a santo Domingo y a san Francisco junto con todo el colegio apostólico y los mártires, todos los santos y santas con mención especial a san Lorenzo. Así también se mencionan los ángeles y arcángeles de la corte celestial que enlaza con las devociones propias del Santo de Asís. Otro día citado es el sábado, por ser día de especial dedicación mariana, que se constata en muchas de estas fundaciones medievales. Esta querencia mariana de doña Inés se hace patente en la abundante petición de misas en sábado citadas en el documento de aniversario. Esa connotación se refrenda en el fundo de don Lope Sánchez de Moscoso, quien ordena “una misa cantada cada sábado con su responso” por su abuela doña Leonor de Mendoza. La devoción de mayor protagonismo es el Espíritu Santo, bajo cuyo amparo se funda el convento de Melide. Asimismo el hospital que Fernán Pérez de Andrade ordena edificar y la capilla incluida en él, se encontraban bajo la advocación del Espíritu Santo. Por devoción a la Tercera Persona de la Trinidad, este caballero “mandó se le dijese día del Espíritu Santo, una misa cantada con ministros y en la víspera, vísperas cantadas del Espíritu Santo” por su alma, indicando expresamente que las misas deben ser celebradas en este lugar57. Incluso se les dota de gran solemnidad a través del canto coral con la participación de la comunidad a pesar del trastorno que suponía el desplazamiento hasta el hospital que se situaba a dos leguas del convento, además de transportar los ornatos convenientes para la celebración.

Eucaristía, en la consideración que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, son ese fruto preciado del árbol de la vida. La obra de san Buenaventura propició la iconografía de Jesucristo clavado en una cruz figurada por un árbol constituido por ramas, flores y frutos, en un concepto de «imagen diagramática» o stemmata ideada por san Buenaventura, en la que aparece Cristo crucificado sobre el tronco del árbol, cuyas ramas sostienen doce frutos, doce episodios de la vida de Cristo desde la Natividad a la glorificación. En el prólogo a la obra, san Buenaventura expone que para ayudar a la comprensión de la obra, se sirve de la imaginación para sellar en ella los diferentes misterios sobre origen, vida, pasión y glorificación del Señor. Vid. SÁNCHEZ MILLÁN, Rafael. Árbol, vid y leño de la tentación: Cristo Crucificado y el protagonismo de la Cruz. Imago 3, 201, p.7-24. 57 APSF. Colección P. Celestino Fraga, fol. 23r. 208

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Esta devoción se constata también en el convento de Sancti Spíritus de Melide a través de doña Mayor Pérez de Castro, quien ordena una misa cantada, vigilia y responso el lunes de Pentecostés58. La espiritualidad heredada por los Terciarios franciscanos de san Francisco hacia los ángeles y en concreto hacia san Miguel59 es invocada en diversas fundaciones de aniversarios. Esta devoción también se reafirma con la presencia de una capilla dedicada a este arcángel en Sancti Spiritus que desaparece con la reforma del templo en el siglo XVIII60. Asimismo la capilla del pazo de Fernán Pérez de Andrade en Pontedeume estaba dedicada también a san Miguel. En el panorama de las diversas ramas franciscanas, la Orden Tercera se distinguió por reactivar algunos ideales de santidad ya presentes desde antiguo en la Iglesia. Una santa relacionada con la Orden es santa Catalina de Alejandría. La vida de la santa mártir y su significación relacionada con la Sabiduría divina es asimilada como modelo de unos frailes que se distinguían por su dedicación al estudio y la formación necesarios para la predicación. Además la intensa dedicación a la oración, imprescindible para acometer la misión apostólica, remitía a la vida piadosa de santa Catalina. Entre los santos titulares que amparan los conventos y capillas medievales, santa Catalina aparece como una de las más frecuentes. En Sancti Spiritus de Melide se elige esta advocación para altar y capilla funeraria del noble

58 APSF. Colección P. Celestino Fraga, fol. 1v. En el libro del becerro se alude a sendas donación de doña Mayor Pérez en 1424 y 1426. Transcripción en BROZ REI, X.M., Libro becerro…art. cit., p. 135 y PRIMO BARJA, Dolores; BROZ REI, Xosé Manuel. art. cit, p. 173. 59 La segunda vita redactada por Tomás de Celano refiere la devoción del Santo hacia los ángeles y arcángeles, en especial hacia san Miguel, “puesto que él tiene el encargo de conducir las almas a Dios (…) hay que venerarlo aún más. Y así, en honor de san Miguel ayunaba devotísimamente la cuaresma que media entre la fiesta de la Asunción y la de aquél. Solía decir: cada uno debería ofrecer alguna alabanza o alguna ofrenda especial a dios en honor de tan gran príncipe” (2 Celano 197). Así el Santo de Asís elige la festividad del Arcángel san Miguel para que “todos los años, en la fiesta de san Miguel Arcángel, cada uno de los ministros podrá reunirse con sus hermanos, donde mejor les parezca, para tratar de las cosas que se refieren a Dios” (1Regla 18, 1). San Miguel es invocado también en la oración de acción de gracias en el apartado final de la Regla, junto con toda la Corte celestial (1 Regla 23, 6). Para los textos hagiográficos y legislativos de la Orden Franciscana, GUERRA, José. (coor). San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos de la época. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2003. 60 CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. op. cit., p. 290. 209

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caballero don Afonso Vázquez da Insoa, probablemente por el papel mediador en la invocación de esta Santa en el momento de la muerte61. La capilla de santa Catalina desaparece con la reforma del templo en el siglo XVIII y en su lugar, se elevó la capilla de Jesús Nazareno. Es probable que la devoción hacia esta Santa disminuyese al desaparecer su capilla62. Ligado a las Órdenes mendicantes, por su adhesión a la pobreza, el rechazo del prestigio y su ingreso en la Orden franciscana, San Luis es otro santo mencionado en los aniversarios. En la parroquia de san Pedro de Melide, también se asignan algunas misas en la capilla dedicada a San Luis IX, rey de Francia, quien abrazó la orden terciaria en su vertiente seglar63. Es una muestra de la difusión de devociones terciarias que irradian desde el convento de Sancti Spiritus a ámbitos parroquiales.

Conclusiones En las fundaciones terciarias gallegas intervienen las fuerzas sociales representadas por nobleza y burguesía, si bien en Melide y Montefaro se constata un claro predominio nobiliar. Resulta llamativa la potencia y diversificación de las familias nobles que establecen vínculos con los frailes de Sancti Spiritus, mientras que el convento-hospital de Montefaro-Pontedeume responde a la única iniciativa de los Andrade. La promotora de estas fundaciones es la nueva alta nobleza gallega, aupada con el monarca Enrique II de Trastamara. El ejercicio de su “oficio” de caballería es validado con fuerza en los múltiples combates que tuvieron que afrontar: la contienda trastamarista, la guerra con Portugal, los enfrentamientos entre nobleza

61 Alonso Vázquez da Insoa: “1 misa diaria rezada que hacen 362 misas excluyendo los tres días que no se dicen de la semana mayor, más 7 misas cantadas en días señalados, todas en el altar de santa Catalina” APSF. Colección P. Celestino Fraga, fol. 1 62 Se alude a la desaparición de la capilla con la reforma del templo en el siglo XVIII en CARRO, Xesús; CAMPOS, Emilio; FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón. op. cit., p. 290. En el Memorial de mediados del XVIII hallamos una mención interesante al referirse a una fundación de doña Mayor de Sotomayor para una misa rezada que se celebrase en el convento mientras no compusiere la capilla de santa Catalina . Quizá doña Mayor se preocupase por el mantenimiento de la devoción a santa Catalina durante el período de renovación de la fábrica del templo. Por tanto en 1751 la capilla se reedifica, aunque su advocación principal se modifica por Jesús Nazareno y mantiene como secundaria a la Santa de Alejandría. APSF. Colección P. Celestino Fraga, fol. 12v.-13r. 63 APSF. Colección P. Celestino Fraga, fol. 3r 210

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laica y eclesiastica (especialmente con el arzobispo de Santiago) y por ultimo, a fines del XV, el gran conflicto irmandiño y la guerra dinástica. Estos poderosos miembros de la nobleza preocupados por su alma y por su vida futura, fundan aniversarios para la oración permanente por parte de los frailes terciarios, levantando al mismo tiempo unos monumentos funerarios que perpetúan su memoria y la de su linaje. Su inhumación en estos conventos de pequeñas comunidades de vida pobre, refleja una actitud de humildad para quienes habían disfrutado ampliamente de poder y bienes terrenales. Sancti Spiritus de Melide es el convento-hospital terciario más antiguo e importante de Galicia, así como el más privilegiado por la monarquía Trastamara y los miembros de su linaje. Entre ellos se destaca la figura de don Pedro Enríquez de Castro que hasta ahora sólo había sido esbozada en algunos estudios. Además, algunos de los caballeros que medraron en su entorno, como los Insoa y los Ulloa, consolidan esta línea iniciada por el conde de Trastamara y continúan engrandeciendo este convento a lo largo del tiempo. La elección de sepultura por parte de don Afonso Vázquez da Insoa y su esposa, la de doña Leonor de Mendoza y doña Inés de Castro, pretendía satisfacer la dimensión espiritual pero también visibilizar y mantener el poder de esta nobleza a través de espacio e imágenes funerarias. Las dos esposas del caballero don Lope Sánchez de Ulloa descansan en los sepulcros parejos de la capilla mayor, cuya renovación y erección es costeada por don Sancho López de Ulloa. En complementariedad con las pinturas absidales, la capilla mayor se configura como un espacio femenino propio de vivencia espiritual, cuya potencia visual resta protagonismo al sencillo sepulcro del primer fundador del hospital y convento terciario, el notario Fernán López y su esposa Aldara González (tipo lauda bajo el antiguo altar). Así en el convento de Melide, quedaban fijados para la historia, la memoria y el poder de ramas de los linajes Insoa, Mendoza, Ulloa y Castro. Las fundaciones del convento de santa Catalina de Montefaro y del hospital de Sancti Spiritus de Pontedeume, se deben al caballero don Fernán Pérez de Andrade que satisfacía así necesidades espirituales y asistenciales. Su poder en Pontedeume y Betanzos se pone de manifiesto por las grandes obras acometidas en 211

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ambas villas, distinguiéndose como gran promotor de franciscanos y terciarios en este territorio y manteniendo la opción mendicante en sus devociones y en su elección ante la muerte. Estos caballeros y damas nobles, reflejan la espiritualidad terciaria a través de sus devociones privadas. En la elección del lugar de sepultura, en sus sepulcros y en las fundaciones de aniversarios, muestran entre otras, además de la del santo de Asís, las del Espíritu Santo, san Miguel y santa Catalina de Alejandría. Desde finales del siglo XIV a finales del siglo XV, en poco más de cien años que transcurren desde la fundación de los conventos de Melide (1372) y Montefaro (1392) a la “refundación” de Melide (1498), puede constatarse la permanencia de los frailes terciarios atendiendo su labor espiritual y asistencial sin grandes avatares. Aunque desaparezcan algunos de los linajes que habían estrechado vínculos con ellos, las fundaciones que establecieron se prolongarán a lo largo de los siglos mientras se mantenga la comunidad conventual y no se pierdan los bienes anexos a las mismas. A mediados del s. XVIII, los terciarios de Melide y Montefaro continúan con oraciones y celebraciones de misas por los caballeros y las damas de una época pretérita. Don Pedro Enríquez de Castro, don Afonso Vázquez da Insoa y doña Teresa Rodríguez, don Fernán Pérez de Andrade, doña Leonor de Mendoza, doña Inés de Castro y sus descendientes son rememorados a través de la oración terciaria y los monumentos funerarios que erigieron en las capillas de estos conventos. Todavía son en la actualidad una muestra de su poder y un espejo de su memoria.

Artigo recebido em: 31.5.2017 Artigo aceito em: 15.09.2018

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