¿QUÉ HA PASADO CON BANKIA?

Lo más probable es que estos últimos días hayamos escuchado que Bankia ha sido el mayor rescate de un banco de la Historia de España o que ya todos somos bankeros. Pero, ¿qué ha pasado con Bankia? ¿De dónde surge? ¿Quiénes son sus gestores? Y lo más importante: ¿cuál es su futuro? Intentaré dar una explicación lo más simple posible, dentro de su complejidad.

Bankia es el resultado de la fusión de siete cajas de ahorros. Concretamente: Caja , Bancaja, Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia. Aunque, por tamaño, Bankia está (o estaba, hasta hace pocos días) controlada principalmente por y Bancaja.

¿Por qué se unieron estas cajas de ahorros? El inicio de la crisis en nuestro país supuso que los activos inmobiliarios (tales como pisos, construcciones o suelos) dejaran de apreciarse. Hubo un momento, no tan lejano, en el que el precio del suelo dejó de subir, y comenzó a bajar. El problema viene cuando la mayoría del balance de estas cajas de ahorros estaba compuesto por este tipo de activos inmobiliarios. De ahí que se emplee el calificativo tóxico para estos activos. Dicho problema se agrava aún más cuando se estima que el precio de los activos inmobiliarios ha de bajar en torno a un 60% (es una estimación, lo cual es altamente subjetiva). Por lo tanto, si estas cajas de ahorros tuvieran que anotar en sus balances que el valor de sus activos inmobiliarios se ha depreciado un 60%, éstas directamente quebrarían.

Para su solución, se decidió recurrir al célebre dicho “la unión hace la fuerza”. De ahí la fusión de estas cajas. Sin embargo, y con el poco tiempo transcurrido desde el momento de la fusión, lo que se ha visto es que el problema se ha acrecentado. Unir pequeñas cajas con problemas ha resultado en la cuarta entidad financiera del país intervenida por el Estado. Al unirse, en 2010, el Estado facilitó una primera ayuda por medio del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de 4.500 millones de euros. Con dicho dinero, Bankia debería haber cubierto parte de las pérdidas por la depreciación de sus activos inmobiliarios tóxicos. El resto de pérdidas no se sabía aún cómo se iba a financiar, ya que éstas eran tan grandes que la viabilidad de Bankia estaba en entredicho.

Además, las cajas de ahorros no tenían un dueño bien definido. A diferencia de otros bancos, como el o el BBVA, las cajas de ahorros son entidades semipúblicas. Sus impositores (es decir, los “dueños” de las cajas de ahorros) no estaban bien definidos, por lo que su gestión no era por lo general tan eficaz. Hay casos de cajas bien gestionadas, pero esto no es aplicable al caso de Bankia. Sus órganos principales estaban controlados por representantes de partidos políticos, sindicatos y patronal. La ineficiencia viene en tanto que dichos gestores no son profesionales bancarios al uso. De ahí que se apueste por la privatización de aquellas cajas que así lo quisieran (o mejor dicho, a las que el órgano regulador, Banco de España, obligase) con tal de hacer una definición clara de sus dueños, quienes exigirán profesionales y no políticos con intereses partidistas.

Una vez unidas las siete cajas y privatizadas bajo el nombre de Banco Financiero y de Ahorro, ésta salió a cotizar en Bolsa a través de su filial Bankia en Julio de 2011. Una compañía sale a Bolsa para vender títulos del accionariado de la compañía. De este modo, con el dinero que obtuviese con dichos títulos puede financiar sus operaciones. Con la salida a Bolsa de Bankia, ésta recibió alrededor de 3.000 millones de euros. Y esperaban obtener hasta 7.000 millones de euros.

Sin embargo, las crecientes exigencias por parte del Ministerio de Economía en cuanto a requerimientos de capital de las entidades financieras, unido a que el precio de la acción descendía, hacía más difícil que Bankia pudiera cubrir las pérdidas ocasionadas por los activos inmobiliarios tóxicos. Lo único que Bankia hacía era echar la pelota hacia delante, es decir, “ya cubriremos las pérdidas en el futuro”. Mientras tanto, en el balance dichos activos inmobiliarios se valoraban a precios desfasados, irreales, propios de etapas pasadas.

A la dificultad de la situación de Bankia hay que sumarle que algunos de sus datos públicamente facilitados no eran veraces. Es decir, eran mentira. Como ejemplo, , su presidente hasta el momento de la reciente intervención, anunció que en 2011 el beneficio de Bankia fue de 309 millones de euros. Nada más lejos de la realidad, en la reciente comparecencia del nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, anunció que en 2011 Bankia no obtuvo tal beneficio. Sino todo lo contrario, unas pérdidas de 2.979 millones de euros.

¿Por qué se decide intervenir Bankia? Sin reconocer las pérdidas reales ocasionadas por la ya mencionada depreciación de los activos inmobiliarios tóxicos, lo único que hacía Bankia era posponer la valoración real de dichos activos. Pero como para el crecimiento económico se necesita que el crédito fluya a familias y empresas y Bankia, cuarta entidad financiera española, estaba atrapada en este problema y no podía dar crédito, el Estado español decidió intervenirla, inyectarle una segunda ayuda de 19.000 millones de euros y así formar parte de su capital. Por lo tanto, al formar parte de su capital (es decir, de su accionariado) estamos ante un caso de nacionalización.

Sustituido el anterior presidente por José Ignacio Goirigolzarri, ex consejero delegado de BBVA, el Estado ha inyectado en total 23.500 millones de euros sumando la primera y la segunda ayuda. Con este dinero lo que se pretende es cubrir las pérdidas ocasionadas por el ladrillo y crear valor para luego privatizarla de nuevo y que de esta venta el Estado recupere lo aportado. De hecho, gracias a la intervención, sus activos tóxicos estarán cubiertos un 60%, frente al 30% de media del sector.

¿Cuál es el futuro de Bankia? Aún no se sabe bien si se liquidará (se venderá por partes) o se mantendrá como una sola entidad. La primera opción es la que apunta más alto. Ahora bien, no tiene sentido sacar depósitos de Bankia una vez que el Estado avala los ahorros de los depositantes. Es ahora cuando los ahorros están más asegurados que nunca. El resto de la historia ya se verá en los próximos años.

@DBermudezRM