Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186

Botánica forestal del género Sorbus en España J. A. Oria de Rueda Salgueiro*, A. Martínez de Azagra Paredes y A. Álvarez Nieto Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias. Universidad de Valladolid. Avda. de Madrid, 44. 34004 Palencia. España

Resumen Se realiza una revisión y síntesis de las especies del género Sorbus en España atendiendo a aspectos corológicos, ecología, conservación, utilidad y aplicaciones forestales, así como culturales y lingüísticos. Palabras clave: Sorbus, España, botánica forestal.

Abstract The genus Sorbus in Spain Species of the genus Sorbus are studied in Spain, including uses, forestry, conservation and corological, ecological, cultural and linguistics aspects. Key words: Sorbus, Spain, forest botany.

Introducción lán et al. (1998), Villar et al. (1999), Martínez de Aza- gra et al. (2004) y Oria de Rueda et al. (2002, 2003, El género Sorbus incluye numerosas especies ca- 2005), entre otros. ducifolias e inermes de árboles y arbustos de hojas La extraordinaria complejidad morfológica de los simples o compuestas, de gran interés forestal, ecoló- mostajos, Sorbus de hoja simple, se atribuye común- gico y paisajístico. Pertenece a la subfamilia Maloi- mente a la apomixis (Aedo et al., 1990), por la que dae de la familia , presentando característi- tiene lugar la reproducción uniparental. Dicha com- cas similares al género Pyrus en cuanto a la estructura plejidad tiene su origen en la capacidad que poseen floral. Se distribuye ampliamente por el Hemisferio muchos de sus táxones (Sorbus torminalis, Sorbus septentrional, en bosques y montañas, habiéndose des- aria, y Sorbus chamaemespilus) de crito a nivel mundial de 85 a 200 especies (Clapham formar híbridos estables y competitivos que se repro- et al., 1987; Phipps et al., 1990; Allaby, 1992). Tan ducen de manera eficiente por la vía vegetativa (apo- enorme disparidad de criterios, en cuanto al número mixis) y/o por la vía sexual, lo que les otorga un alto de especies se refiere, se debe a la gran cantidad de grado de autonomía respecto de sus progenitores ori- microespecies apomícticas. Estas microespecies son ginales (Nelson-Jones et al., 2002). La posibilidad de especialmente abundantes en Europa y Asia oriental, hibridación entre individuos apomícticos y sexuales, sobre todo pertenecientes al subgénero Aria (grupo de o bien apomícticos entre sí, hace que se mantengan Sorbus de hoja simple y ovalada donde se encuentra sorprendentes líneas clonales, perdurando unos ca- S. aria). racteres peculiares que hacen que se haya disparado En España, Máximo Laguna (1883) estudia con de- el número de microespecies —unas 73 además de las talle las especies del género en su Flora Forestal Es- 18 especies principales sólo en Europa (Warburg y pañola, trabajo ampliado considerablemente por Ruiz Kárpáti, 1996, citados en Flora Europaea)—. Por úl- de la Torre (1956, 1971, 1980, 1990-1998, 2001, 2002). timo, se debe reseñar que las especies de Sorbus son Otros estudios posteriores han aportado numerosos da- árboles de fruto carnoso cuyas semillas se dispersan tos, como Aedo et al. (1990), Herrera et al. (1992), Ga- por animales, especialmente aves (Snow et al., 1988). Esto permite la aparición de brinzales de las distintas * Autor para la correspondencia: [email protected] especies en lugares muy variados y alejados de sus Recibido: 01-06-06; Aceptado: 31-10-06. progenitores. Botánica forestal del género Sorbus en España 167

Material y Métodos Hoja simple (mostajos) 1. Hojas verdes y lampiñas, semejantes por am- Nos dedicamos en este artículo al estudio de la bo- bas caras: 2. tánica forestal de serbales, jerbos y mostajos, nombres — Hojas tomentosas, blancas o grises por el envés con los que se designa en español a las especies del gé- en la madurez: 3. nero Sorbus. Seguimos a Flora Europaea (Warburg y 2. Mata arbustiva de 1 a 2 m de alto con hojas de Kárpáti, 1967) en la taxonomía de las distintas espe- margen aserrado. Frutos rojos: S. chamaemespilus. cies, así como en la conjunción de aspectos ecológi- — Árbol de hasta 28 m de altura con hojas de ló- cos, corológicos, técnicos, selvícolas y culturales que bulos profundos, triangulares y puntiagudos. El lóbu- integran la dendrología forestal desarrollada por Ruiz lo basal está hendido un 16 a 35%. Fruto pardo, ovoi- de la Torre (1971). de, con más de 300 lenticelas: S. torminalis. Se ha reunido una síntesis de datos de distribución 3. Pétalos rojos o rosados. Hojas con tomento en y ecología, así como las aplicaciones prácticas de las el envés. Arbusto de alta montaña del Pirineo de 1 a especies del género. Junto a la exhaustiva revisión de 2 m de altura: S. sudetica. la bibliografía disponible sobre este género, se han re- — Pétalos blancos. Árbol de 3 a 15 m de altura: 4. copilado numerosos datos en campo relativos a as- 4. Hojas dentadas, casi siempre doblemente: S. aria. pectos ecológicos, corológicos, etc., así como de cul- — Hojas netamente lobadas: 5. tura popular y cultivo de las diversas especies del 5. Hojas muy anchas, con lóbulos triangulares. género. Hemos incluido numerosos nombres verná- Fruto anaranjado: S. latifolia. culos que hemos recopilado en los últimos 25 años si- — Hojas estrechas: 6. guiendo las técnicas filológicas y etnobotánicas habi- 6. Hojas de 6 a 9 pares de venas. Fruto rojo o ana- tuales de trabajo en campo, varios de los cuales se ranjado, de 12 a 15 mm: S. intermedia. emplean además en el texto. Esta recopilación y uso — Hojas con 10 a 12 pares de nervios. Fruto rojo contribuye a conservar la riqueza de nuestra lengua. o anaranjado, de 10 mm: S. mougeotii. En los mostajos, especies de Sorbus de hoja sim- ple, nos centramos en el mostajo de perucos (Sorbus Hoja compuesta torminalis) y el mostajo común o blanco (), pero también ofrecemos los datos fundamenta- 1. Hoja imparipinnada con foliolos muy similares les de las otras especies del género con hoja simple entre sí: 2. que crecen en España, a saber: Sorbus chamaemespi- Hoja imparipinnada, con foliolo terminal lobulado de lus, Sorbus latifolia, S. mougeotii y S. sudetica. Con gran tamaño, acompañado con varios pares de foliolos el serbal común o jerbo (Sorbus domestica), el cer- independientes (de uno a tres) en la base: S. hybrida. bellano o serbal de cazadores (Sorbus aucuparia) y 2. Yemas viscosas. Hoja con 11 a 21 foliolos no Sorbus hybrida (los tres taxones de hojas compuestas dentados en su porción inferior. Frutos de 2 a 4 cm. presentes en España) se completa el complejo e inte- Flores de 15 a 18 mm de anchura, 5 estilos. Corteza resante cuadro forestal del género Sorbus en España. resquebrajada: S. domestica. Los mapas se han confeccionado a partir de nuestras — Yemas pelosas. Hoja con 9 a 15 foliolos entera- observaciones y pliegos de herbario y suponen una mente dentados Frutos esféricos y rojos, de 6 a 9 mm. actualización del conocimiento de las áreas naturales Flores de 6 a 10 mm. 3-4 estilos. Corteza del tronco li- de las especies. sa: S. aucuparia.

Clave de las especies del género Sorbus Especies del género Sorbus que se encuentran que se encuentran en España en España

Para distinguir las distintas especies del género men- Sorbus torminalis (L.) Crantz cionadas en este trabajo se puede hacer uso de la cla- Distribución y ecología ve que desarrollamos a continuación. Las hojas más adecuadas para clasificar el árbol a estudiar son las Sorbus torminalis (L.) Crantz es un árbol amplia- adultas de las ramas que porten flores o frutos. mente distribuido por las montañas españolas. Se en- 168 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 cuentra disperso por robledales, encinares, pinares y las montañas septentrionales (La Sanabria) y de for- claros de hayedo en las cordilleras. Rehuye las co- ma puntual en los bosques que orlan el río Duero. En marcas mediterráneas más secas, a diferencia de Sor- la provincia de Salamanca abunda en las montañas me- bus domestica que presenta una elevada resistencia a ridionales (Sierra de Gata, Peña de Francia y Béjar), la aridez. Con cierta frecuencia es capaz de constituir donde se suele ver acompañado de Sorbus latifolia. En rodales puros, como ocurre en las montañas de las pro- Asturias abunda en los encinares cantábricos de la re- vincias de León, Cáceres, Huesca, Ciudad Real y Jaén. gión central y oriental. En Galicia se halla presente en Si bien se encuentra en terrenos muy diversos, resul- las montañas orientales (Sierras de Caurel), así como ta más frecuente en robledales sobre suelos silíceos y en las zonas cercanas a El Bierzo, tanto en Lugo co- desde los 800 hasta los 1.300 m de altitud. En España mo en Orense, creciendo tanto en sustratos silíceos co- se halla ampliamente distribuido, desde el oriente de mo en las calizas orensanas y lucenses. En el Pirineo Galicia, montañas cantábricas y los Pirineos hasta los se encuentra en las partes medias y bajas asociado a Montes de Toledo (Sierra de Guadalupe, Sierras del los robledales submediterráneos y calcícolas de Quer- sur de Toledo y norte de Ciudad Real), Sierra Morena cus cerrioides y Quercus humilis, así como en los di- (Ciudad Real y Jaén) y Sierra Nevada, así como en las latados pinares de Pinus sylvestris var. pyrenaica. Se montañas levantinas, tal y como refleja el mapa de dis- suele ver acompañado del boj (Buxus sempervirens). tribución adjunto. No se ha encontrado en algunas áre- En Cataluña aparece en todas las provincias, tanto as del cuadrante suroccidental, en las provincias de en el Pirineo y Prepirineo como en la cordillera Cos- Huelva, Sevilla y Badajoz. tero-Catalana, donde abunda asociado a Quercus hu- De una forma más pormenorizada, podemos seña- milis. En la Comunidad Valenciana abunda en las mon- lar que en territorios de Castilla la Vieja abunda sobre tañas de la provincia de Castellón en los Ports de todo en la provincia de Burgos en sus porciones sep- Beçeit, L’Alcalaten, Alto Mijares y Alto Palancia. En tentrionales y orientales. Crece en menor medida en estas comarcas se encuentra en pinares y encinares las provincias de Palencia, Soria y Ávila. Medra cons- frescos. En la provincia de Alicante se localiza en las tituyendo pequeños bosquetes en la comarca de Mi- montañas del norte provincial, en particular en el Ca- randa de Ebro y en los cañones del Ebro. Resulta raro rrascal de la Font Rotja, no lejos de Alcoy, asociado a en los claros de los hayedos de la sierra de la Deman- Quercus ilex y Fraxinus ornus. da (Burgos y la Rioja). Abunda en los notables roble- Pese a la sequedad de la provincia de Murcia, apa- dales de Quercus robur de Obécuri (Condado de Tre- rece de forma puntual en las montañas occidentales viño, Burgos) y en el robledal relicto de esta última más elevadas. El núcleo principal se encuentra en la fagácea en Hurones, en las inmediaciones de la ciudad sierra del Buitre, y se han indicado ejemplares jóve- de Burgos. En robledales carrasqueños (de Quercus nes en la Sierra de los Álamos (Moratalla). Como ex- faginea), que son más secos, se localiza en Mambri- ponente de esta escasez, en la sierra del Buitre, no se llas de Lara, Hortigüela y Covarrubias. alcanzan los 50 ejemplares en total. Esta localización En la provincia de Segovia subsiste sobre todo en el resulta interesante, pues representa una situación ex- Sistema Central por los montes de La Granja, Práde- trema en la que el mostajo es capaz de vegetar. na y Ayllón, y desciende hasta la zona de Cuéllar en el En los Montes de Toledo (provincias de Cáceres, To- sorprendente monte de las Pegueras, tan sólo a 780 m ledo y Ciudad Real) se encuentra frecuentemente en de altitud en ambiente mediterráneo seco. los bosques caducifolios de las umbrías, sobre todo de Crece esparcido por los marojales (robledales de Quercus pyrenaica, hasta el punto de que se conside- Quercus pyrenaica) sorianos, donde destaca el monte ra a Sorbus torminalis como especie característica de de la localidad de Herreros, al pie de la Sierra de Ca- estos bosques. De hecho, el botánico Rivas-Martínez brejas, con ejemplares monumentales de cerca de 1 m los definió como Sorbo torminalis-Quercetum pyre- de perímetro y que posee además jerbos (Sorbus do- naicae, robledales de la provincia fitosociológica lla- mestica) y cerbellanos (Sorbus aucuparia) notables en mada luso-extremadurense. En la Sierra de Guadalu- tamaño y edad. Está presente de forma dispersa en las pe y otras montañas del sur de Cáceres y Toledo y norte Arribes del Duero. de Ciudad Real, se encuentran bosquetes de Sorbus En la región leonesa abunda en las montañas del torminalis. Estas zonas se encuentran enclavadas den- norte de la provincia de León, donde llega a formar tro de la Región Mediterránea, pero tienen una cierta bosquetes. En la provincia de Zamora se encuentra en influencia atlántica, que les otorga humedad. Además Botánica forestal del género Sorbus en España 169 ocupan las umbrías y hondonadas frescas asociados a pestres y barrancos, acompañados de especies como Acer monspessulanum, Fraxinus angustifolia y otras la carrasca (Q. ilex ballota) y el quejigo (Q. faginea). especies. Como todas las demás especies del género Sorbus, se En Sierra Morena es relativamente frecuente en la asocia con hongos endomicorrícicos formando mico- Sierra Madrona (Ciudad Real) y norte de Jaén en um- rrizas vesicular-arbusculares. El temperamento de la brías de robledales de Q. faginea y Q. pyrenaica y ace- especie en España es de media luz aunque en las mon- rales de Acer monspessulanum, así como en bosques tañas más septentrionales y húmedas se manifiesta co- húmedos y riparios de aliseda. Las sierras jienenses mo heliófila. Suele crecer en claros de bosque y en septentrionales forman la reserva principal de Sorbus montes no demasiado cerrados. Si bien resiste de jo- torminalis en Andalucía. En las sierras béticas encon- ven la sombra de los robledales, más adelante exige tramos Sorbus torminalis en las sierras de Cazorla, Se- plena luz, viéndose negativamente afectado si la som- gura y las Villas, así como en la vecina sierra de Al- bra es densa, como ocurre en los hayedos, donde fre- caraz (Albacete). En este macizo aparece junto a los cuentemente languidecen los ejemplares jóvenes bajo ázares (Acer granatense), avellanos (Corylus avella- la espesa cubierta del haya. Bajo los pinos se regene- na) y mostajos comunes (Sorbus aria) en montañas ra bien, sobre todo bajo Pinus nigra y Pinus sylvestris. calcáreas frescas. En Sierra Nevada vegeta en terrenos A veces se observan elevadas densidades en estos re- silíceos asociado a Acer granatense, Quercus pyre- poblados naturales, llegando a superar puntualmente naica y Adenocarpus decorticans en las umbrías de la los 1.400 pies/ha, como en el prepirineo oscense. En sierra. estos parajes puede formar pequeños bosquetes debi- do a su facilidad de reproducción tanto vegetativa (con Ecología y temperamento numerosos y alejados brotes de raíz) como sexual por semilla. En el conjunto de España, Sorbus torminalis se com- Las flores son visitadas por numerosas especies de porta como una especie submediterránea y orófila en insectos que realizan la polinización, destacando las sentido amplio. Aparece en montañas asociado a bos- abejas (Apis mellifica) y diversos abejorros (Bombus). ques caducifolios de carácter marcescente, en especial El mostajo posee una tasa de autofertilización muy ba- de los robles Quercus pyrenaica, Q. humilis, Q. fagi- ja, inferior al 1%. Sus frutos son comestibles para mu- nea, Q. cerrioides y también, aunque en menor medi- chos animales en los bosques españoles. Sirven de ali- da, en hayedos y pinares naturales montanos. Si bien mento a tasugos o tejones (Meles meles), raposos se comporta como orófilo, no asciende a gran altura, (Vulpes vulpes), garduñas (Martes fuina), ardillas por lo que podemos fijar su altitud media entre los 800 (Sciurus vulgaris) y a los lirones (Glis glis y Elyomys y los 1.200 m, manifestando cierta tendencia termófi- quercinus). Entre las aves frugívoras que los buscan, la. No obstante, en la cornisa cantábrica desciende has- se cuentan las palomas torcaces (Columba palumbus), ta el nivel del mar, como puede observarse en el Mon- mirlos (Turdus merula), zorzales comunes y alirrojos te Buciero de la localidad cántabra de Santoña, así (Turdus philomelos y Turdus pilaris), monaguines o como en diversos montes litorales de Asturias, Vizca- camachuelos (Pyrrhula pyrrhula), carboneros palus- ya, etc. Vegeta en laderas con acusada pendiente, vi- tres (Parus palustris) y córvidos diversos como cuer- viendo a menudo en sustratos rocosos. Crece indis- vos (Corvus corax), picarazas (Pica pica) y, más fre- tintamente tanto en suelos silíceos como calizos, al cuentemente, los arrendajos (Garrulus glandarius). igual que el jerbo o serbal común. Sin embargo, es más Son los animales frugívoros quienes realizan la dis- exigente en nutrientes que Sorbus domestica. En las persión de las semillas a larga distancia, procurando montañas de la mitad occidental española prolifera so- esa amplia distribución que hemos descrito para el bre sustratos silíceos, mientras que en la oriental se mostajo de perucos en España. asienta en terrenos calcáreos. En las montañas medi- terráneas de la mitad oriental vegeta sobre suelos de Aprovechamientos y etnografía diferente naturaleza en el piso bioclimático mesome- diterráneo, con ombrotipo subhúmedo. Se encuentra Su madera es una de las más apreciadas en ebanis- en bosquetes de caducifolios, así como en claros de pi- tería y tornería de toda Europa alcanzando precios muy nares de pino salgareño o pudio (Pinus nigra salz- elevados. Es fácil de trabajar, se pulimenta muy bien, mannii) y negral (Pinus pinaster) en ambientes ru- es densa (densidad entre 0,66 y 0,99), poco expuesta 170 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 a la merma, homogénea y dura, de bello duramen de bre celta del árbol es chwerw («áspero»), relacionado color rojo asalmonado o pardo rojizo y albura clara con serevisia «cerveza», pues estos frutos se utiliza- (Ruiz de la Torre, 1971). Resiste la fricción y se em- ban como conservante y saborizante amargo de esta pleaba en piezas de máquinas y dientes de engranaje, conocida bebida. Con los mismos se fabricaba aguar- así como en escultura y para las culatas de las esco- diente en las alquitaras gallegas y leonesas en los años petas. Se fabrican con ella piezas de instrumentos de de abundancia. En ocasiones se ha empleado también medida, instrumentos musicales de viento, en parti- para hacer sidra. cular los tubos y piezas de órganos para las iglesias de La bella tonalidad otoñal y el porte elegante del ár- los pueblos, así como teclas y otras piezas de pianos y bol le proporciona un considerable valor paisajístico clavicordios. Gozaban de gran aprecio las barricas fa- y ornamental. bricadas con su madera para contener aguardiente de orujo o de otros frutos silvestres. También se ha utili- Conservación y manejo zado con profusión para fabricar mangos de herra- mientas. En el conocido y extenso Diccionario Enci- Sorbus torminalis es una especie forestal amplia- clopédico Espasa (1924), al hablar del elevadísimo mente distribuida en las montañas peninsulares de Es- valor de la madera lo deja bien patente: «Su madera, paña, pero casi siempre de forma muy escasa y disper- bien preparada, es rival de la caoba y se emplea en eba- sa, formando núcleos esporádicos y aislados, sobre todo nistería». En los montes de Toledo y Sierra Morena en las regiones del centro y sur de la península Ibérica. aprecian la madera para fabricar cucharones y cubier- Salvo en las montañas septentrionales, en general se en- tos de artesanía, así como también para leña. cuentra amenazada, siendo especie protegida en mayor Los frutos, astringentes y febrífugos, se han emplea- o menor medida en varias legislaciones ambientales re- do contra la disentería y la diarrea. Su cocimiento se gionales, sobre todo en las de la mitad meridional, don- utilizó contra los dolores de oído. Atados los racimos de escasea la especie, como ocurre en Murcia, Andalu- en manojos, se repartían a los niños como golosina lla- cía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid. mándolos perucos de pastor (Burgos) y arceyes (As- En Andalucía, donde legalmente está catalogada co- turias). Se consumen algo pasados, como las jerbas, y mo «especie vulnerable», se ha censado el número de resultan de sabor vinoso y algo ácidos. En Asturias se ejemplares en menos de 10.000, concentrados sobre dice que hay que esperar a que «amorguezan», es de- todo en las umbrías y barrancos de las áreas monta- cir a que estén muy maduros (Lastra, 2003). El nom- ñosas de la Sierra Morena de Jaén. En Extremadura se

Tabla 1. Nombres populares de Serbus torminalis (árbol y fruto) en España

Nombre del árbol Nombre del fruto Localización

Mostajo, mostazo, mustaco, mostajo de perucos, mustaco de Mostaja Castilla, Extremadura y An- hojas recortadas dalucía Arceyal Arceyes, arcehas (con ha as- Picos de Europa (Asturias, pirada) León) Árbol del pespejón, pespejón, espejón pardo, vespejón Bolillo, vespejón, pespejón Jaén, Albacete Amustayal prieta, mosteyar, mustayal Mustaya, mustayina Zamora, León Espinera real, mostachal Mostacha, mostaya Asturias y norte de León Peral de monte, perucal de pastor Perucos de pastor Miranda de Ebro, norte de Burgos Aliquer, aliquier, aliquera, aliconerero, moxera parda Aliconera Aragón Maspil (Valdorba); maspilla, matspilla o azpila (Valle de Baz- Basagurbeale, maspilalea, Vascongadas y norte de Na- tán); basagurbea (general); gurbie (Pamplona) aspil varra Escornacabras, mostellar Sorba Galicia Moixera de pastor, palo sant, aliquer, maçanera borda, moi- Moixa, moixa de pastor Cataluña y Valencia xera de guilla; aliguè (Valle de Arán) Botánica forestal del género Sorbus en España 171 encuentra incluido en el Catálogo Regional de Espe- quieran ésta del extranjero, especialmente de Francia, cies Amenazadas desde el año 1998 dentro de la cate- lo que desaconsejamos. En Andalucía se han realiza- goría de «Vulnerable» junto a las otras tres especies do experiencias de conservación de la especie por me- de Sorbus (S. aucuparia, S. domestica y S. latifolia) dio de varios jardines botánicos, como el de Sierra Ne- presentes en la Comunidad Autónoma. En la Comuni- vada (Granada) y el de Cazorla (Jaén). dad de Madrid se encuentra catalogado, junto con S. En cuanto al método de beneficio, se ha considera- latifolia, dentro de la categoría «Sensible a la altera- do el de monte medio como el más indicado. En el Dic- ción del hábitat» desde 1992. En la Comunidad de Cas- cionario Espasa (1924) se leen las siguientes reco- tilla la Mancha está calificada de «interés especial» mendaciones para su selvicultura: «En monte alto se con regulación estricta de los posibles aprovecha- le encuentra en los lindes de los rodales y en monte mientos junto a otras especies del género como S. aria, medio como resalvo; donde es muy útil, pues da poca S. aucuparia y S. latifolia. En la región de Murcia es- sombra y su tronco es de buena conformación. En mon- tá catalogado Sorbus torminalis, junto a Sorbus aria, te bajo no vegeta bien porque brota mal de cepa y le como «en peligro de extinción», dentro del catálogo ahogan las otras especies». En realidad, la experiencia Regional de la Flora Silvestre Protegida de la Región española en el manejo selvícola del mostajo es muy de Murcia (del año 2003). Esto resulta lógico cuando escasa, por lo que las indicaciones técnicas propias que se han contabilizado menos de 50 individuos de Sor- existen son bastante vagas. bus torminalis en dicha región. Por el considerable valor de la madera, así como por Al encontrarse en áreas forestales frescas, con fre- su interés para la fauna, resultan muy recomendables cuencia aguanta muy mal el estado de fase de exclu- las repoblaciones forestales con esta especie de mos- sión de copas que en la actualidad impera en muchos tajo. Son interesantes para diversificar plantaciones de montes de frondosas españoles. Los montes de fron- coníferas, así como en claros de hayedos y bosques dosas muy densos, en especial los hayedos (en fase de muy homogéneos, y asimismo en los rebollares y ro- exclusión de copas), impiden muchas veces su rege- bledales de la región leonesa (León y Zamora). Para neración, produciendo elevadas mortandades de ejem- ello se plantan de 600 a 1.500 pies/ha en un terreno la- plares bajo la espesa sombra del monte, viéndose ex- brado o subsolado. En los dos o tres años siguientes se pulsado y sobreviviendo a veces casi exclusivamente favorece el crecimiento de los brinzales notablemen- en las márgenes del monte. En estos casos sería nece- te si se limpia el suelo de malas hierbas mediante un saria una selvicultura que favoreciese la conservación gradeo (laboreo superficial) cada primavera. La utili- del mostajo árbol por árbol, de modo que se favore- zación de herbicidas para este fin es desaconsejable, ciese a cada ejemplar controlando (eliminando) pun- pues dañan a los mostajos. Las redes protectoras pue- tualmente a los árboles competidores excluyentes. Al den ser necesarias en el caso de que se prevean daños respecto, pueden seguirse las medidas selvícolas que de la fauna silvestre o del ganado. Los tubos inverna- describe Kausch-Blecken von Schmeling (1994) en su dero hacen la misma función con la ventaja de acele- monografía sobre la especie. rar el crecimiento de los mostajos. Pero, a cambio, los En los pinares de repoblación de Pinus nigra y Pi- arbolillos necesitan más humedad en el suelo, lo que nus sylvestris se regenera muy bien Sorbus tormina- puede obligar a regarlos si el verano viniese muy se- lis, al ser estos montes más abiertos a la luz y permi- co. En sus primeros estadios de desarrollo los mosta- tir su desarrollo, siempre que las masas de estas jos soportan la sombra, pero muy pronto requieren ple- coníferas no sean demasiado espesas. Posteriormente na luz para crecer bien. A los 3 a 7 años de la plantación puede ser necesario el aclareo del pinar para favore- se les somete a una poda de formación para guiar los cer al mostajo. tallos y evitar la bifurcación de guías terminales. Pos- Para promocionar a la especie de manera directa, teriormente, cuando los árboles alcanzan unos 6 m de conviene impulsar las repoblaciones forestales plu- altura, se hace una poda de calidad a los 300 pies más riespecíficas que incluyan a Sorbus torminalis (como vigorosos y esbeltos, limpiando sus ramas inferiores. árbol principal o accesorio), pero utilizando semilla El objetivo selvícola se dirige a conseguir fustes rec- autóctona de la propia región y recogida de numero- tos y sin defectos de unos 3 m de altura como mínimo. sos árboles, con el fin de favorecer la diversidad ge- Se pueden hacer también mezclas de mostajos con nética. Por escasear la oferta de semilla autóctona de otras especies leñosas interesantes. En las montañas mostajo, es frecuente que los viveros españoles ad- frescas se pueden emplear cerezos silvestres (Prunus 172 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 avium), fresnos de hoja grande (Fraxinus excelsior) y Se trata de una especie muy extendida por las áreas prádanos (Acer pseudoplatanus). En los montes de ca- montañosas de toda España entre los 600 y 2.200 m de rácter más xerófilo se pueden emplear en mezcla con altitud, tanto en terrenos calizos como silíceos, aunque los serbales o jerbos (Sorbus domestica), acerolos parece preferir los primeros. Se halla en casi todas las (Crataegus azarolus) y nogales (Juglans regia). provincias españolas, faltando solamente en varias del Por su elevadísimo valor económico y ecológico de- suroeste peninsular. Abunda en las montañas cantábri- biera utilizarse en repoblaciones de terrenos frescos del cas y pirenaicas, así como en los sistemas Ibérico y entorno de robledales silicícolas, realizando planta- Central. En Galicia se acantona en las montañas orien- ciones de bosquetes de esta especie de 200-1.000 pies tales de Courel y Ancares. Escasea en los Montes de a un marco de 3 × 3 m2. En varios países europeos se Toledo y Sierra Morena. Resulta más abundante y ex- emplea con frecuencia en reforestación de terrenos tendido en las sierras béticas y levantinas calcáreas agrícolas. Se planta, además, como ornamental, ya que (Ruiz de la Torre, 1980). También prolifera en las mon- en otoño el color rojo de sus hojas es muy decorativo. tañas del sureste peninsular. En la provincia de Alme- Se multiplica bien por semilla, cuya dormición se ven- ría aparece en la Sierra Nevada, Sierra de los Filabres, ce con un estratificado en frío. Se ponen las semillas en Estancias, María, etc. En la de Murcia se encuentra en arena húmeda a una temperatura y durante un tiempo las Sierras de Espuña, Cambrón y Salinas (Yecla). Cre- apropiados (por ejemplo: a 3°C durante 3 meses) en in- ce en las montañas de las islas Baleares (Mallorca) e vierno, y se siembran en primavera. Los brinzales al- incluso a gran altitud en las islas Canarias occidenta- canzan en la primera savia los 30 a 50 cm de altura. El les (en Tenerife, en las Cañadas del Teide; y en La Pal- mostajo también se reproduce por brotes de raíz, toma- ma en las crestas de la Caldera de Taburiente). En la dos por ejemplo de los que crecen silvestres, que se tras- cornisa cantábrica desciende hasta el nivel del mar, co- plantan al vivero hasta que poseen un sistema radical su- mo en el costero monte Buciero de Santoña (Cantabria). ficiente (a los 2 años). Posteriormente se plantan en Por el contrario, en las sierras del este y sur de España terreno desarbolado a un marco de 3 m. Este método re- suele ser la especie arbórea que asciende más en las al- sulta interesante para trasplantar brotes de raíz en mon- tas montañas, llegando a superar los 2.000 m. A me- tes donde se regenera profusamente desde el punto de nudo aparece disperso en los claros y lindes de los bos- vista vegetativo. Para la conservación ex situ deben re- ques de frondosas y pinares de montaña ocupando los cogerse las semillas de numerosos ejemplares separados pisos montanos y subalpinos. Crece junto a diversos entre sí más de 200 m para asegurar la diversidad gené- robles (Quercus pyrenaica, Q. petraea Q. faginea, Q. tica de la especie (Demesure-Musch et al., 2004). humilis, Q. robur) así como junto a hayas, abetos, pi- Sorbus torminalis es una especie diploide que se hi- nos albares, pinsapos, etc. Se mezcla con numerosos brida con otras especies del género Sorbus de forma arbustos de dispersión zoócora, especialmente acebos, natural al coincidir con ellas en una misma región. Al- majuelos, madreselvas, zarzamoras, maíllos, guillo- gunos de los híbridos resultantes pueden resultar com- mos, etc. En las montañas andaluzas y levantinas, Sor- petitivos y fértiles. Es el caso de Sorbus latifolia, am- bus aria a menudo es la especie arbórea que más sube pliamente distribuido en España, que se considera en en altitud. Parece resistir muy bien los fríos intensos origen procedente de la hibridación de Sorbus tormi- de montaña y bosques de altura, ascendiendo mucho nalis («padre») y Sorbus aria («madre»). Sorbus mou- más que Sorbus torminalis. En ocasiones forma bos- geotii y Sorbus intermedia, en cambio, son taxones hí- quetes arbóreos, como en la montaña cantábrica leo- bridos cuyo genoma procede de Sorbus aria y Sorbus nesa, el Maestrazgo turolense o en la originalísima De- aucuparia, no de nuestra especie. hesa del Camarate (vertiente septentrional de Sierra Nevada en Granada). En esta última localidad los mos- tajos alcanzan la talla de árboles de 14 a 18 m de altu- Sorbus aria Crantz ra en mezcla con madreselvas arbóreas (Lonicera ar- borea) y majuelos granadinos (Crataegus monogyna Distribución y ecología granatensis) (Ruiz de la Torre, 1980). El mostajo blanco (S. aria) cubre una amplísima En las montañas cantábricas alcanza un elevado de- área natural, que ocupa casi toda Europa y Asia occi- sarrollo, con ejemplares de hasta 1 m de diámetro y dental y central, así como el norte de África (Ruiz de 30 m de altura. Se conservan grandes ejemplares en el la Torre, 1956, 1971, 1980). norte de Palencia y Burgos, como en las hoces del Botánica forestal del género Sorbus en España 173

Ebro, Sierra de la Demanda, así como en la Acebeda ñal e invernal para el ganado, sobre todo el cabrío. Tra- de Becerril (Sierra de Ayllón en Segovia) aunque a me- dicionalmente se cortaban las ramas con frutos en sep- nudo solo se observan ejemplares jóvenes en la ac- tiembre para secarlas. tualidad. Brota vigorosamente de cepa y presenta un El fruto, la mostaja, astringente y empleado contra fuerte sistema radical, por lo que goza de un elevado la tos, goza de propiedades depurativas y diuréticas. Es valor como especie fijadora de suelos pedregosos y de comestible tanto para el hombre como para el ganado, rápidas pendientes en las montañas. Máximo Laguna especialmente el porcino, lo cual le hizo acreedor de (1883) escribe sobre lo útil que resulta esta especie co- protección desde antiguo por los fueros castellanos, co- mo protectora, al defender las laderas con su fuerte rai- mo los de Segovia y Valderredible (Santander). Esto gambre y su capacidad de producir brotes de cepa. demuestra la existencia de rodales podados para favo- El mostajo blanco es una especie heliófila y pione- recer la fructificación, ya que servían de alimento a los ra, propia de claros y bordes de los bosques, así como lechones. Con las primeras heladas la mostaja se ablan- de roquedos y canchales. En terrenos rocosos crece da y se hace más dulce y grata al paladar. Antiguamente con lentitud, pero en suelos profundos y frescos se des- fabricábase vinagre con ellas y, en la actualidad, mer- arrolla con rapidez. meladas. En las comarcas asturleonesas se apañaban y Sus frutos, las mostajas, atraen y alimentan a mu- guardaban secas en casa para su consumo invernal. chísimos animales. Destacan los mamíferos, desde ta- En la montaña leonesa se dice el refrán «Año de sugos, raposos y garduñas (Martes foina) hasta los ra- mostayas, año de mortayas» («Añu mostayas ye añu ros osos cantábricos, que dispersan con éxito sus mortayas»). Indica más bien que los años que son ma- semillas, ya que no las trituran como los jabalíes. En- los hay que contentarse con comer mostajas. De he- tre las aves, destacan sobre todo los mirlos, zorzales, cho, en época de escasez se molían las harinosas mos- estorninos, petirrojos, currucas capirotadas, cuervos, tajas, con las que, en mezcla con harina de centeno, se arrendajos y picazas, así como los gallos de monte o fabricaban tortas. urogallos. Entre los consumidores de frutos y semillas Muchos gruesos mostajos trasmochos de la monta- —que no dispersan, llamados también predadores de ña cantábrica se encuentran en la actualidad moribun- semillas— se encuentran los abundantes jabalíes, las dos, necesitados de una poda de rejuvenecimiento y voraces palomas torcaces, así como los pinzones co- conservación. munes y reales, verderones, monaguines y los chichi- Se multiplica por semillas, que se recogen en sep- panes o carboneros comunes (Parus major). Los es- tiembre y octubre separándolas de la carne y estratifi- bardos (jóvenes oseznos) acuden mucho a sus frutos y cándolas en arena húmeda hasta el final de invierno o suelen trepar a los mostajos para alimentarse. En los en primavera cuando se siembran (Ruiz de la Torre et montes cantábricos, sobre las copas de los mostajos, al., 1990). También se multiplica por esqueje leñoso los jóvenes oseznos construyen refugios a varios me- cortado de brotes largos y vigorosos, en invernadero tros de altura sobre el suelo, a modo de nido o plata- durante el verano en sustrato de turba y arena húmeda. forma de ramas para descansar seguros. En la actualidad, en numerosos países europeos, se está utilizando como árbol de calles y alineaciones, es- Aprovechamientos y etnografía pecialmente en Inglaterra. Resulta muy decorativo y resiste bien la contaminación. La madera del mostajo es muy dura, fina, densa, pe- En los últimos años se emplea en repoblaciones fo- sada y homogénea, resistente al rozamiento. Como la restales de montaña, aunque requiere de protección en de otras especies del género se ha empleado para fa- sus primeros años por la elevada apetencia que tienen bricar los dientes de las ruedas de máquinas. Es de co- por él los conejos y cérvidos. lor blanco, pasando, en árboles gruesos, a rosado o par- El mostajo fructifica abundantemente cada año y do rojizo. Se emplea en escultura, tornería y grabado, atrae especialmente al amenazado oso pardo. Para su- así como en ebanistería. Tradicionalmente se han he- ministrar alimento a los osos cantábricos se pueden re- cho con ella cucharas, mangos de hachas, así como pla- alizar plantaciones de mostajo por bosquetes con brin- tos y fuentes para alimentos. Se debe secar lentamen- zales separados de 2 a 3 m. Estas repoblaciones atraen te y con cuidado, para evitar la torsión de la fibra. además a otros muchos animales. Proporciona una leña apreciada y carbón vegetal de La palabra mostajo (como la catalana moixera, ara- buena calidad. Las hojas se aplican como forraje oto- gonesa mochera, asturleonesa mostayal, etc) procede 174 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186

Tabla 2. Nombres populares de Sorbus aria (árbol y fruto) según las distintas regiones españolas

Nombres populares de Sorbus aria Localización

Nombres para el árbol: Mostajo común o mostajo blanco (general); manzurbio o peral de monte Castilla, Teruel, Extre- (Burgos); pero blanco o perúetano montuno (Sierra Morena); mostazo (Ciudad Real). Nombres madura y Andalucía para el fruto: Mostaja Nombres para el árbol: Espejón blanco, vespejón, árbol del pespejón, pespejón Jaén Nombres para el fruto: Vespejón, pespejón, bolillo Nombres para el árbol: La mostayal, la amustayal, mostayu (León y Asturias); la mostellar; ci- Asturias, Zamora, y maya (Asturias y Zamora); cimayu, arciella y arciellu (O. de Zamora); la mostayera (Asturias); la norte de León morzal, almordal, almorzal (oriente de Asturias). Nombres para el fruto: Morza (Oriente de Asturias); mostacha, mostaya, mustaya, mustayina Nombres para el árbol: Moxera, mochera, moixera, moixero, mostallonero, buzera Aragón (Pirineo) Nombre del fruto: Moxa Nombres para el árbol: Osta zuriya, ostazuria, osta; agustay, gustay o ustay (Álava). Nombres pa- Vascongadas y norte de ra el fruto: Ostale, ostalea Navarra Nombres para el árbol: Mostellar, mostallo, mostañal, raña, arraña, rañote, sorba Galicia Nombres para el árbol: Moixera vera; moixera de llei (Gerona); moixera gran, muxera, maçane- Cataluña y Valencia ra borda; server bord, pomal bord o pomera borda (Mallorca); prunera borda (Alicante); Muche- té (Canejan, Valle de Aran) Nombres para el fruto: Moixa (general); muchetés (Valle de Arán) de una denominación prerromana y protoindoeuropea meridionales sobre sustratos ácidos, entre 600 y «mustika» que también perdura en las lenguas uralo- 1.300 m de altitud. Medra en mayor medida en los ro- altaicas para referirse a pequeños frutos silvestres dul- bledales de Quercus pyrenaica de la orla montañosa ces. El nombre andaluz de vespejón, citado ya en el de Castilla y León, abundando en el sur de Salaman- Tratado de Montería del Siglo XV (anónimo, siglo XV) ca (Sierra de la Peña de Francia, Gata, etc.), Ávila y en «vespejones, que son casi de natura de níspolas, sal- Segovia, así como también en los páramos y montes vo que son pequeñas» procede del latín vespicula de León (incluso en la vecindad de la ciudad). Además («avispilla»). En la toponimia son muy frecuentes puede localizarse en los marojales y claros de hayedos nombres geográficos como Pico do Mostellar (Anca- de las sierras de la Demanda, Cebollera y Moncayo. res), L’Amustayal, El Mostajo (Segovia), las Mosta- En los Pirineos aparece en el piedemonte, asociado a yales (León), Vespejones (Jaén), etc., referidos en su los robledales submediterréneos de Quercus cerrioi- mayor parte a S. aria, pero también a otras especies des, Q. faginea y Q. humilis. También aparece en las parecidas (S. latifolia, S. mougeotii y S. torminalis). montañas cantábricas. Escasea en las Arribes del Due- ro (Zamora y Salamanca), así como en la Sierra de Guadarrama en Madrid y Sistema Ibérico meridional Sorbus latifolia (Lam.) Pers. (Guadalajara y Cuenca), y en las sierras de Jaén y Sie- rra Nevada (Ruiz de la Torre, 1971, 1980). Crece des- El mostajo negral se considera como un taxon hí- de los 800 a 2.000 m de altitud. La especie puede ser brido producto de la unión de Sorbus aria con Sorbus diploide, triploide o tetraploide. En ocasiones presen- torminalis. Es el híbrido más estable, independiente y ta multiplicación sexual, pero suele reproducirse por extendido del género en España. Además de la Penín- apomixis. El genoma procede de Sorbus torminalis y sula Ibérica medra en Francia y Alemania. Su aspecto Sorbus aria, como ya ha quedado dicho, mostajos que resulta similar a Sorbus torminalis, siendo de hojas se encuentran en España habitualmente en los mismos más anchas (limbo tan ancho como largo), algo menos territorios que ocupa Sorbus latifolia. lobuladas y de envés algo tomentoso y blanquecino, Sorbus latifolia presenta un gran interés forestal y así como con frutos rojos o anaranjados. Puede alcan- ecológico en el ámbito de los montes de Quercus pyre- zar los 25 m de altura y más de 1 m de diámetro. Ocu- naica. Resiste suelos muy pobres, pedregosos y secos pa las áreas montañosas septentrionales, centrales y de los páramos. Resulta de gran interés por su madera, Botánica forestal del género Sorbus en España 175 muy similar a la de Sorbus torminalis y por su valor pa- 2.300 m de altitud, tanto en terrenos silíceos como ca- ra la fauna. En Francia está protegida a nivel nacional lizos, aunque parece preferir estos últimos. Ocupa pre- (Rameau et al., 1989), como también en varias comu- ferentemente laderas soleadas muy pendientes sobre nidades autónomas, como Extremadura y Madrid. gleras. En menor medida también medra en algunos abetales y hayedos de altitud. Prolifera sobre todo en los pinares claros y matorrales, asociado con Arctos- Sorbus mougeotii Soy. Will. & God. taphylos uva-ursi, Rhododendron ferrugineum, Vacci- nium myrtillus, Cotoneaster integerrimus, etc. Fructi- Se trata de otra especie de mostajo, también de ori- fica abundantemente, sirviendo de alimento a martas, gen híbrido. Presenta las hojas más estrechas e irre- marmotas, tejones, etc. Especie con reproducción se- gularmente lobuladas que la especie anterior. En Es- xual, aunque a veces se comporte como apomíctico fa- paña se localiza en las montañas septentrionales cultativo o directamente como apomíctico. En los Pi- (montes cantábricos y pirenaicos, así como en el Sis- rineos aragoneses se recolecta tradicionalmente el fruto tema Ibérico septentrional). Se localiza en los montes comestible (llamado «garimbasteta»). leoneses, palentinos y sorianos, así como en el norte de Burgos por Obarenes, San Zadornil, etc. En los montes vascos se refugia en áreas altas y rocosas de Sorbus sudetica (Tausch.) Bluff Aitzgorri y Gorbea, especialmente en roquedos silí- ceos y hayedos con anabia (Vaccinium myrtillus). Me- Este mostajo o moixera es un arbusto o arbolillo de dra en roquedos, bordes de hayedos y robledales, etc., hasta 2 m de altura. Se trata de una especie híbrida, te- entre los 200 y 2.000 m de altitud. Se trata de una es- traploide con reproducción vegetativa (apomíctica). pecie apomíctica cuyo genoma procede de Sorbus aria Su genoma procede de Sorbus aria y Sorbus chamae- y Sorbus aucuparia. Sustituye en España al mostajo mespilus, por lo que presenta caracteres intermedios escandinavo (Sorbus intermedia), especie similar que entre las dos especies. Sus hojas están finamente den- está extendida por gran parte de Europa septentrional. tadas con hasta 7 pares de nervios en el envés, de haz Esta última especie se viene plantando en los últimos lampiño y envés tomentoso. En España crece en las años como árbol ornamental en calles, parques y jar- partes altas de los Pirineos en las provincias de Nava- dines de la mitad norte de España. Se trata de un ta- rra, Huesca (Benasque), Lérida y Gerona desde los xon parecido a nuestro Sorbus mougeotii (véase la cla- 1.600 a 2.300 m de altitud en pendientes muy acusa- ve de identificación), pero que debe diferenciarse por das. Se asocia a los pinares subalpinos de Pinus unci- poseer el envés afieltrado con un tomento gris amari- nata, así como a matorrales de Rhododendron ferru- llento muy denso, los frutos mayores y hojas más pro- gineum y a ciertos hayedos y abetales, también del fundamente lobuladas. Resiste muy bien las atmósfe- ámbito subalpino. Crece tanto en terrenos calcáreos ras contaminadas de parques, zonas verdes y calles de sobre karst como en silíceos. las ciudades, aguantando la sequía si se injerta sobre majuelo (Crataegus monogyna). La planta utilizada en jardinería es originaria del Norte de Europa. Sorbus domestica L.

Distribución Sorbus chamaemespilus (L.) Crantz El serbal común o jerbo (Sorbus domestica) se con- Se le conoce por mostajo o nisperillo, moxera bor- sidera originario de la Europa mediterránea (inclu- da (en Aragón) y moixera nana (en Cataluña). Es un ar- yendo las islas), sur de Rusia, norte de África (Arge- busto de 0,5 a 1,5 m de altura, aunque no suele sobre- lia y Túnez) y mitad norte de Asia menor. Ha sido pasar el metro. Tiene hojas simples, elípticas, con el cultivado desde la antigüedad; de ahí su existencia en haz de color verde vivo. Florece en junio y julio. Fruc- Europa Central (Alemania, Bohemia, Eslovaquia y Po- tifica de agosto a octubre. Se ha encontrado en las pro- lonia). Los celtas, así como los antiguos griegos y ro- vincias de Navarra, Huesca y Lérida. Forma parte del manos, ya lo cultivaban activamente. Ha sido introdu- sotobosque del piso del pino negro (Pinus uncinata) en cido en numerosos países, como Estados Unidos, Chile los montes subalpinos del Pirineo, entre los 1.700 y los y Brasil. 176 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186

En España se distribuye principalmente por la mi- de los montes. Aunque de tendencia termófila, es ca- tad oriental (desde Cataluña, Alto Aragón y montañas paz de resistir fríos invernales con mínimas absolutas levantinas, especialmente en el Maestrazgo, Baleares de 25°C negativos. Por tanto, resiste bien el frío y el y Sierras Béticas), así como en Castilla y León (Za- hielo, y a la par también soporta el calor y las sequías mora, León, Palencia, Burgos y Soria), La Rioja y Ála- fuertes. El jerbo o serbal común es una especie frugal; va. Abunda asimismo en Cazorla, Segura y estriba- con diferencia, la más austera dentro de las de su gé- ciones de Sierra Nevada y otras montañas béticas. nero. Una prueba de ello se puede observar en ciertos En Castilla y León está muy extendido bajo clima bancales abandonados de Alicante, Murcia y Almería mediterráneo hasta los 1.000 m de altitud sobre el ni- (las regiones más áridas de España), en donde los jer- vel del mar, sobre todo en la mitad oriental de la re- bos perviven mejor que especies tan resistentes a la se- gión, porción correspondiente al predominio de los te- quía como olivos, algarrobos, o vides cuando dejan de rrenos calizos. No obstante, también se encuentra recibir las labores y riegos esporádicos que la agri- presente en las comarcas silíceas. En la provincia de cultura tradicional les brindaba. Burgos abundaba como árbol frutal hace escasos lus- En Castilla llega a vegetar sobre terrenos pobres, tros, así como en las de Soria, Palencia y Segovia. En secos y someros a pleno carasol con precipitaciones la actualidad, su plantación y cultivo han sido prácti- que apenas alcanzan los 500 mm al año. Prefiere te- camente abandonados, quedando sólo escasos árboles rrenos calizos (aunque soporta bien los silíceos), co- que atestiguan dicha actividad agrícola en algunos vie- linas y laderas orientadas a levante o a poniente en te- jos viñedos tradicionales. rrenos profundos, pero se resigna a vivir en lugares De forma natural, en los montes crece esparcido por bastante menos favorables. Los mejores desarrollos las márgenes y claros de bosques xerófilos, esclerófi- los adquiere en suelos ricos en arcillas de descarbo- los y subesclerófilos mediterráneos, y en matorrales de natación y en materia orgánica. El crecimiento resul- encina (Quercus ilex subsp. ballota), alcornoque (Q. ta lento salvo en suelos fértiles y profundos (donde al- suber), y otras especies de Quercus (Q. pyrenaica, Q. canza más de 5 m a los 10 años). faginea, Q, cerrioides), así como en pinares de negral El serbal común o jerbo es una especie heliófila o (P. pinaster) y carrasco (P. halepensis). En la comarca de media luz. En climas cálidos y secos del SE de Es- de Miranda de Ebro y en el Maestrazgo podemos en- paña puede comportarse como de media sombra. Se contrar grupos de Sorbus domestica en los coscojares ha considerado en general como post-pionera en cla- (Quercus coccifera). Se le considera con cierta ten- ros de monte mediterráneo sobre terrenos profundos dencia termófila, más bien propio de zonas bajas y me- y frescos. Al ser un árbol frutal semidomesticado cre- dias, sobre todo desde 300 hasta 1.200 m de altitud. En ce como cimarrón o asilvestrado en numerosos bordes la Alpujarra granadina alcanza los 1.800 m. En las ca- de campos de cultivo. beceras del río Alcóntar, en la Sierra de los Filabres (Almería), sobre sustratos silíceos de micacitas y nada Aprovechamientos y etnografía menos que a 1.700 m de altitud, se observan ejempla- res cimarrones de extraordinario desarrollo (Ruiz de la Como su madera resiste muy bien el roce y el frota- Torre, 1980). En Aragón medra en el piso montano in- miento continuados, se ha empleado para componer pie- ferior en los Somontanos, en los suelos profundos de zas móviles de máquinas, tales como husillos de las las laderas meridionales hasta la depresión media en prensas de vino y aceite, norias, dientes de engranaje, bosques y setos (Villar et al., 1999). Llega a recupe- tuercas, cilindros y, especialmente, ballestas y culatas rarse bien tras los incendios del monte mediterráneo, de escopetas. Hace siglos, en Castilla su madera era muy como en el carrascal de Igriés (alto Aragón). En algu- buscada para componer las cureñas (armazones sobre nas regiones como Extremadura, donde resulta suma- los que se colocaban los cañones de artillería). También mente escaso podemos encontrarlo silvestre en algu- ha sido apreciada para formar parte de los mecanismos nos enclaves calizos, como ocurre en los Ibores (las de pianos, pianolas, organillos y órganos en Castilla, así Villuercas), así como en algunos parajes de las Hurdes como para fabricar instrumentos de viento y de percu- y Sierra de Gata, en montes de Quercus pyrenaica. sión, como las dulzainas y las castañuelas. El tipo de dispersión por mamíferos y su carácter Las piezas de madera de buenas dimensiones al- pionero hace que las plántulas aparezcan con fre- canzan precios elevadísimos en carpintería y ebanis- cuencia en las cunetas, bordes de caminos y márgenes tería de lujo, hasta tal punto que posiblemente sea una Botánica forestal del género Sorbus en España 177 de las maderas más cotizadas de Europa (equiparable suelo. Más raramente se dispersa por las aves, como a la del cerezo o el nogal). Su actual escasez hace di- las cornejas negras o grajos, las picarazas, así como fícil una valoración precisa. No obstante, algunas par- estorninos, mirlos y zorzales. tidas han rebasado los 3.000 y aún los 4.500 euros/m3, El tejón o tasugo busca las serbas o jerbas con avi- lo que confirma su idoneidad para la fabricación de dez y las dispersa en sus sendas y caminos de campeo, muebles de lujo. por lo que es frecuente encontrar brinzales en las cu- Las jerbas o serbas son muy astringentes hasta que netas y bordes de caminos. Si no los come un animal, maduran por acción de una rápida fermentación enzi- el fruto posee tales sustancias inhibitorias de la ger- mática, momento en el que adquieren una coloración minación, que no se produce ésta: de ahí la necesidad marrón y un agradable sabor. Se consumen en fresco, de que los carnívoros las coman. Carlos María Herre- presionando cada jerba como si de un tubo dentífrico ra (1989) ha estudiado la dispersión de numerosos fru- se tratase. El carácter fuertemente astringente de la jer- tos silvestres por parte de los carnívoros (tasugos, gar- ba inmadura es de sobra conocido en Castilla hasta el duñas y raposos) de las Sierras de Segura y Cazorla, punto de que en la provincia de Burgos se emplea el entre ellos de Sorbus domestica, y ha comprobado que adjetivo «jerboso» para designar a los frutos verdes, las semillas apenas se fracturan tras pasar por el trac- sin madurar y de sabor muy áspero. La gran similitud to digestivo de estos animales, a diferencia de cuando fonética de este adjetivo con su equivalente alemán las consumen los jabalíes. (herb) evidencia otra raíz idiómatica común a añadir El método para romper la durmición de las semillas en ambas lenguas indogermánicas. del jerbo y lograr su multiplicación en vivero se co- El fruto del jerbo se utiliza para fabricar sidra en paí- noce gracias a los trabajos pioneros de Rohmeder ses centroeuropeos. También en España y de una forma (1951) y de Bamberg (1957), retomados y divulgados menos extendida, se ha venido realizando este tipo de posteriormente por Kausch Blecken von Schmeling aprovechamiento. Así lo refleja Oliván (1866) cuando (1992, 2000). Por ser técnicas bien conocidas, las va- afirma: «A esta sidra, cuando empieza a torcerse po- mos a omitir en este texto. Nosotros hemos consegui- niéndose crasa, se la corrige con añadirles serbas, etc.» do fácilmente hacer germinar las semillas en Palencia Para conseguir una maduración lenta y escalonada en el primer año simplemente después de haber esta- en el tiempo de los frutos, en Castilla y Aragón se so- do sometidas a las variaciones normales de tempera- lían introducir las jerbas recién recolectadas entre la tura en invierno. Las plántulas con una savia alcanzan paja o en el cereal, en grupos con igual grado de ma- de 30 a 47 cm de altura en bandejas de alvéolos utili- duración. Se esperaba entonces el tiempo necesario zadas habitualmente en los viveros forestales. (uno o dos meses, e incluso cuatro o cinco) hasta que En Castilla y Aragón, un método muy eficaz y tradi- fermentasen, se ablandasen y alcanzasen un sabor vi- cional para lograr nuevos jerbos consiste en trasplantar noso. La época de recogida coincidía con la vendimia los numerosos hijuelos que suelen emitir los árboles fru- del viñedo y se llevaban los sacos de jerbas a los gra- tales adultos en las proximidades de su tronco princi- neros y pajares de las casas para comerlas maduras al pal. Estos brotes de raíz conservan las propiedades de cabo de 15 días a varios meses. De igual manera se rea- sus progenitores (si éstos no son árboles injertados). liza la maduración tradicional de los nísperos europe- Además, entran antes en producción, aunque suelen ser os, frutos de un pequeño y bonito árbol (Mespilus ger- menos longevos y vigorosos que los brinzales. manica), que también hemos abandonado al olvido. Si queremos acelerar su crecimiento durante los pri- El serbal común es una excelente planta melífera. meros años y para protegerlos del ganado, podemos Plinio el Viejo refiere cómo las abejas que se envene- rodearlos con tubos invernadero altos (de más de 1,2 m nan por libar en flores de Cornus sanguinea y que pa- de altura). La respuesta suele ser muy positiva, siem- decen graves diarreas se reaniman rápidamente con pre que podamos dar algún riego durante el primer ve- jerbas en miel. rano. Excavar la tierra alrededor de los arbolillos en primavera también resulta muy beneficioso. Esta la- Dispersión y cultivo bor de mullido es crucial en terrenos con una marca- da tendencia a la compactación, en cuyo caso debe pro- La dispersión natural de los frutos tiene lugar por longarse en el tiempo. los mamíferos salvajes, especialmente tasugos, gar- Este árbol precisa de muy pocas podas. Durante los duñas, zorros y jabalíes, que los comen maduros del primeros años se le debe guiar hasta que tenga el fus- 178 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 te y las ramas principales formados. Después se le pue- la subfamilia Maloideae, ha obligado a promulgar unas de abandonar a sí mismo, adoptando con el paso de los normas legales sobre control, erradicación y cuarente- años una copa majestuosa y piramidal, sin el concur- na de la enfermedad, que en nada benefician al jerbo. so del podador. Los primeros frutos pueden aparecer Estas normas limitan y controlan la producción de plan- a los cinco años en el caso de que hayamos trasplan- ta de rosáceas en los viveros, así como su transporte tado hijuelos. fuera del lugar de origen. Por suerte, el jerbo parece ser Al estar estas rosáceas perfectamente adaptadas a poco sensible a esta peligrosa enfermedad. Así, se pue- la climatología mediterránea, pocos son los años en de llegar a la paradoja de que sea la propia normativa que se hielan sus flores en España. No obstante, la pro- legal quien más perjudique a la especie. Por eso que- ducción de frutos es bastante irregular, ya que el jer- remos expresar con toda claridad que la presencia o el bo es marcadamente vecero. Por su considerable inte- riesgo de llegada de Erwinia amylovora a nuevas re- rés ecológico, belleza ornamental (Ruiz de la Torre et giones de España no debe restringir la plantación y al., 1990; Ruiz de la Torre et al., 1996) y por su va- siembra del jerbo; más bien al contrario habrá que tra- liosísima madera debiera utilizarse en mayor medida tar de compensar los efectos perniciosos de la enfer- en las repoblaciones forestales en zonas críticas, así medad, incrementando dichas siembras y plantaciones. como en jardinería. Su plantación en ámbitos privados Son muy pocos los viveros forestales y de jardine- e institucionales también debiera fomentarse. ría que producen serbales comunes o jerbos en cierta cantidad. Escasean las empresas dedicadas a la reco- Problemática y conservación lección y venta de semillas forestales que incluyen la especie en sus catálogos. En los mismos ofertan se- Sorbus domestica se encuentra en numerosas co- millas de serbal común a unos precios bien elevados marcas de España en grave peligro de extinción debi- (unos 55 euros los 100 gramos de semilla, en donde do a un conjunto variado de causas adversas: entran de 3.200 a 4.200 semillas). 1. En primer lugar, su cultivo ha sido prácticamente La Administración Forestal Española (tanto la na- abandonado hace años debido a que las jerbas no pa- cional como la autonómica) no ha contemplado ni con- recen tener mercado en comparación con otros tipos de templa la inclusión de especies accesorias como el jer- frutas (más grandes y vistosas, y con maduración más bo en sus repoblaciones. Su política selvícola habitual homogénea). Se han arrancado muchos árboles por es- consiste en regenerar la especie principal tras las cor- tos cambios de uso. Esta característica de especie au- tas del monte. Rara es la ocasión en que incorpora más tóctona semidomesticada está planteando serios pro- de dos o tres especies distintas en sus extensas repo- blemas al jerbo. Por un lado en Agronomía se le olvida blaciones, por lo que puede afirmarse que en la prác- por no comercializarse el fruto, mientras que en el gre- tica nunca repueblan con Sorbus domestica. mio forestal se le considera como un árbol frutal. Así Con motivo de la entrada de España en la Unión Eu- se encuentra desamparado, en «terreno de nadie». ropea y para reducir los excedentes en cereales, ha sur- 2. El valor excepcional de su madera (hasta 4.500 gido una interesante alternativa para que los agricul- euros/m3) ha hecho que miles de ejemplares hayan si- tores puedan forestar sus tierras agrícolas. En Castilla do cortados y no repuestos. y León existe un ambicioso programa de forestación 3. Los cambios de uso tras el abandono rural y las de tierras agrarias al amparo de la Política Agraria Co- modernas transformaciones del paisaje están diez- mún (PAC), en el que se subvenciona al agricultor por mando al serbal común o jerbo. Con las concentracio- repoblar con determinadas especies arbóreas. Para nes parcelarias de numerosos pueblos castellanos se orientar al agricultor en la elección de especies, la Ad- han eliminado muchos márgenes, lindes y ribazos re- ministración Forestal Regional ha editado unos Cua- pletos de árboles, entre los que Sorbus domestica era dernos de Zona (en total, 35) con las técnicas de re- muy típico. También y debido a que se utilizaba culti- población y con los árboles por considerar en cada vado entre las viñas, cuando se han transformado en comarca. De estas 35 estaciones forestales en que que- cultivos de cereal, los árboles han sido arrancados. Por da dividida la autonomía de Castilla y León, se con- otro lado, en los viñedos modernos e intensivos no se templa la posibilidad de repoblar con Sorbus domes- contempla su plantación. tica en 7 de ellas, figurando siempre como especie 4. La reciente llegada de una grave bacteriosis (Er- accesoria con un máximo de representación de un 10%. winia amylovora) a España que afecta a las rosáceas de Sin embargo, en los diez años que lleva funcionando Botánica forestal del género Sorbus en España 179 el programa, las repoblaciones en tierras agrícolas pri- En el ambito astur-leonés se conoce habitualmente, vadas con Sorbus domestica han sido nulas. como ocurre con el resto de árboles frutales, con géne- Para la conservación del serbal común o jerbo se ha- ro femenino. Se han recopilado las denominaciones de ce necesario mantener su diversidad genética. Las dos la silbal y la silba (Zamora y León); selbo (Toro); alca- variedades principales de jerbo pomal o serbal-manza- fresna (Los Argüellos, León); acafresna, argomeru (As- no y la de jerbo pero o serbal-peral que habitan en Es- turias); jurbiazo (Riaño ), y surbu o suerbal (Santander). paña se dividen a su vez en numerosas formas o sub-ra- Ya hace dos milenios, Plinio el Viejo en su volumi- zas, sobre todo en cuanto a la época de maduración de nosa Historia Natural describe numerosas caracterís- sus frutos. Para el jerbo pomal hay tanto variedades de ticas del jerbo, e incluso comenta las distintas varie- maduración en agosto y septiembre como en octubre dades: Sorbis quadruplex differentia: aliis enim eorum (agosteñas, setembrinas y octubrinas). Esto mismo pue- rotunditas mali, aliis turbinatio piri, aliis ovata spe- de decirse del jerbo pero. Existen no sólamente las va- cies ceum alorum aliquibus. haec obnoxia acori odo- riedades citadas, sino multitud de razas locales propias re et suavitate rotunda praecellunt, ceteris vini sapor; de cada región, de gran valor desde el punto de vista de generosissima quibus pediculos tenera folia. (Hay cua- la diversidad genética de la especie. Esto hace que en las tro variedades de jerbo, alguna de ellas redonda como repoblaciones artificiales sea necesario utilizar estirpes una manzana y otras de forma cónica como una pera, propias, más adaptadas a los climas y suelos locales, así mientras otras como un huevo...). como el emplear semillas de distintos ejemplares. Urge Teofrasto ya conoce el cultivo del jerbo y las virtu- inventariar los recursos genéticos de esta especie, loca- des de sus frutos. Así, escribe que los frutos del jerbo lizar todos los ejemplares con más de 20 cm de diáme- pomal son más fragantes y dulces que los del jerbo pe- tro a 1,3 m de altura y catalogar con exactitud los luga- ro, que resultan más desabridos. También habla de su res donde habitan, ya sea de forma silvestre o cultivados. cultivo y de su madera «dura, compacta, fuerte, de her- Asimismo, resultará muy útil crear huertos semilleros moso color». de estos árboles en un futuro próximo. El poeta hispano latino y bilbilitano Marco Valerio Marcial, con su tono humorístico propio, escribe tam- Aspectos lingüísticos y filológicos bién sobre las cualidades astringentes de este árbol: Sorba sumus, molles nimium duranta ventres, Aptius A continuación se recopilan y analizan algunos de haec puero quam tibi poma dabis (Somos jerbas, en- los nombres populares de este árbol en la Península Ibé- durecemos los blandos vientres; darás estas frutas al rica. Dada la importancia cultural de este árbol, anali- niño mejor que a ti...). zaremos asimismo la filología del vocabulario asocia- En lengua castellana, Gonzalo de Berceo es el pri- do al mismo. Entre las denominaciones más frecuentes mer escritor conocido que trata de su fruto. Así, en los en España se cuentan: Jerbo o jerbal (Castilla, desde Milagros de Nuestra Señora escribe: « más que la sier- Cantabria, Burgos, Palencia, Soria, Segovia y Vallado- ba cruda, que es un mal manjar». Fray Diego de Va- lid, hasta la Rioja); silba, silbar o selbo (León y Zamo- lencia denuesta la tierra de León empleando las deno- ra); zurbal (Rioja Alta, Álava y comarca de Miranda de minaciones populares locales: fructas montesynas / as Ebro); surbial (Pancorbo y Bureba); zurbial (Foncea en por avantajas / pomas e endrynas / sylvas e mostajas. La Rioja); pomo, pomal, pomera (Navarra, Rioja ala- Hay que tener en cuenta que en gallego-portugués sil- vesa y baja); sierbo (Sierra de Cebollera, Ágreda y zo- va equivale a zarzamora, pero en el texto debe referir- na oriental de Soria); azarollo, azarollera (Bajo Aragón); se al fruto de Sorbus domestica conocido en astur-le- cerollera, ceroldera (Alto Aragón); servera o server (Ca- onés como silba, silbia y selba. taluña, Valencia y Baleares); serbal o serbo (Sistema Destaca, asimismo, la obra del insigne latinista y Ibérico Sur y sierras meridionales ibéricas); gurbea o académico García de Diego en cuanto a la etimología gurbi, udarelatz o udalatxa (Navarra septentrional ); sor- y recopilación de variedades dialectales. beira (Galicia y Portugal). El fruto se llama jerba, sil- En lengua celta, Sorbus domestica se ha denomina- ba, selba, zurba, surbia, zurbia, poma, sierba, azarolla, do chwerw (nótese la similitud con el soriano esyer- cerolla, cerolda, serba, jurbia, surba, suerba, udalatxa, bo). En las lenguas célticas occidentales swerwos sig- udarelatxa o gurbealea. En Castilla, la variedad mali- nifica amargo o acerbo. En gaélico irlandés serb formis se denomina jerbo pomal o manzano y la var. significa acerbo. De esta manera, del sorbus latino al pyriformis, jerbo pero o perillo y jerbal de peruquillos. hispánico serbo (cruce céltico) explicaría, según el fi- 180 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 lólogo P. Pedersen, el paso de sorba a serba. En celta denominaciones serbo y selbo en el Aude francés, as- bretón se llama a nuestro árbol hiliberenn, denomina- perbié en Cevennes y sperbiero en Aviñón. Así como ción relacionada con la castellana jerbal (la h aspira- Sperba en alemán antiguo, en documentos del año 779 da resulta muy similar a la j de jerbal, con indudable (glosas de Graff), y Sperben en la actualidad. En Ar- relación filológica), y marenn (al fruto también hili- gelia se le llama rhibra. berenn). Las denominaciones castellanas jerbo y jer- En Toponimia, Sorbus domestica aparece citado con bal aparecen en documentos medievales como xerbo, frecuencia: Vallón de las Cerolleras (Huesca); El Jer- xierbo y xierbal, de donde viene la grafía jerbo (Gar- bo, El Jerbal o El Surbial (Castilla); El Zurbal (muy cía de Diego, 1985). frecuente en la Rioja Alta y en Álava); El Xierbo y otros En vascuence, a Sorbus domestica se le dice gur- como Zurbalzalaia, Zurbal-zabal, Zurbaizu, Zurbatza, bea, gurbia, udalatxa, zurba y zurbalondo (en Álava, etc. En Zamora y León aparecen topónimo como La la Rioja y algunos pueblos de Burgos aparece el nom- Silba, Silvaredo, Silvar, Valsurbio, El Jurbial, etc. Tam- bre de zurba y zurbal, que en siglos anteriores dió lu- bién la localidad granadina de Sorvilán debe su nom- gar a topónimos vascos como Zurbal-zabal, Zurbalza- bre a nuestro árbol (Ruiz de la Torre, com. pers.). laia o Zurbaça en parajes donde desde épocas remotas Hace casi dos milenios, Paladio compuso el Poema se cultiva Sorbus domestica). Los nombres de zurbal del Serbal dentro del más extenso y conocido del Po- y zurbial parecen la vasquización de un romance an- ema de los injertos: tiguo sorbalis, ya que zur significa madera y zurbia o «El serbal, gracias a una simiente mayor, mejora sus zurbide, puente. El vasco gurbea o gurbia se relacio- frutos na con el francés courbier, corbier o cormier, de raíz y resplandece doblado por su gran actividad. antigua y que también ha dado en vasco gurbitza (ma- Es árbol que al espino de recias ramas quita sus pinchos droño) y el asturiano gurbiétano (fresa silvestre), re- y recubre con una corteza blanca su armazón lacionados posiblemente con el protoindoeuropeo gur- y le gusta cruzar con su fruto los membrillos dorados bay y gurbayra del Cáucaso y Siria. y prefiere estos dones de diferente color» En Italia, en la región de Friuli se llama cierbul, y en los Abruzzos, cioreve, mientras en Nápoles apare- En la Tabla 3 se recopilan de forma sintética algu- ce la denominación suorbo. Son dignas de reseña las nas de las denominaciones comentadas.

Tabla 3. Nombres populares de S. domestica (árbol y fruto) en España

Nombre del árbol Nombre del fruto Región

Jerbo, jerbal, jelbo Jerba Castilla la Vieja, la Rioja Serbo, serba, serbal Serba, sorba Andalucía, Castilla la Nueva La Silbal, la silba, la bifural Silba Zamora y León La silbial (Tabuyo del Monte, Le) Sierbo Sierba Norte de Soria, La Rioja Zurbal, Zurbial, surbial Zurba, Zurbia Álava, Miranda de Ebro, Rioja Alta, Norte de Burgos Acafresna, alcafresna, argomeru Acafresna Asturias, Norte de León Acerollo, cerollera, azerollera, serbera, serbero, za- Acerolla, cerolda, zerolla Aragón rolera, zeroldera, zerolera Pomo, pomera, pomal Poma La Rioja, Navarra meridional Surbu, suerbal Surba, suerba Valle de Liébana Gurbea, udalatxa, udarelatz, zurbal, zurbalondo Gurbealea, udarelatxa, Provincias Vascas, Navarra zurba Sorbeira y solveira Sorba Galicia Servera, server, server comú Serva Cataluña, Valencia, Baleares Botánica forestal del género Sorbus en España 181

Sorbus aucuparia L. Ibérico Meridional por las montañas de Cuenca, Teruel y, excepcionalmente, en Castellón. Se ha encontrado, Distribución y ecología aunque sumamente raro, en Granada (Sierra Nevada). Se mezcla con robles, hayas, álamos temblones y, so- Sorbus aucuparia es un árbol propio de las regiones bre todo, con pinos albares, tejos, abedules y acebos. boreales del Hemisferio septentrional con una dilatadí- Se comporta como pionero y heliófilo en los brezales sima area mundial que va de Groenlandia e Islandia a por lo que, en los últimos años, se observa un incre- Siberia. En la Península Ibérica crece en montañas silí- mento de las poblaciones del cerbellano o capudre en ceas sobre suelos ácidos con abundantes precipitacio- las montañas burgalesas y leonesas, mientras en el Sis- nes, desde los 200 m en la cornisa cantábrica hasta los tema Central se mantiene disperso y escaso, a menudo 2.600 m de altitud en los Pirineos. En España abunda co- refugiado entre peñascales y altos berruecos. mo especie boreo-subalpina en las montañas cantábri- Esta especie fructifica con bastante regularidad y cas y pirenaicas, así como en el Sistema Ibérico septen- suministra abundante alimento en otoño e invierno a trional, siendo más raro en el Sistema Central y puntual multitud de animales que dispersan sus semillas. Hay en Sierra Nevada. Ocupa claros de pinares frescos de Pi- años en los que las ramas se llegan a romper de tal can- nus sylvestris y P. uncinata, así como bosques húmedos tidad de fruto y en los que un árbol medio, bien ilu- caducifolios, como hayedos, abedulares, abetales y ro- minado, puede producir cosechas de 10 a 20 kg. El sa- bledales albares. En Galicia abunda en las montañas bor amargo dura sobre todo hasta las primeras heladas, orientales (Queixa, Courel, Invernadeiro y Ancares) y tras las que se dulcifica notablemente y resulta más menos en las septentrionales de los límites entre La Co- apta para su consumo. En los montes cantábricos lo ruña y Lugo. Suele asociarse a los acebos y abedules. comen con fruición los osos en otoño e invierno, pero En Castilla y León se halla ampliamente distribuido sobre todo las aves, de ahí que en Palencia y León se y abunda en las montañas cantábricas y leonesas, Siste- llama «mostaja de oso» o «mostaja pajarera». También ma Ibérico y Central. Crece en Ávila por Gredos, Para- lo comen en grandes cantidades los raposos, tasugos, mera, etc. En León abunda en las montañas formando garduñas y martas. En las montañas cantábricas, entre bosquetes o capudrales en las comarcas de Riaño, Ba- las aves que dispersan los frutos del capudre destacan, bia, Laciana y Ancares. En Palencia, medra en todos los con mucho, los mirlos, así como zorzales alirrojos y valles septentrionales. En la provincia de Soria se ex- charlos, petirrojos, gayos o arrendajos, estorninos pin- tiende desde el mismo pie de la Sierra de Cabrejas (He- tos y currucas capirotadas. El monaguín (Pyrrhula rreros) hasta Urbión, Cebollera y Moncayo. En Zamora pyrrhula) es el mayor consumidor de sus semillas, se- se encuentra en La Sanabria y La Carballeda, por don- guido, aunque muy de lejos, por los verderones, he- de baja por el río Negro por Rosinos y Peque y Río Ne- rrerillos y pinzones reales. La importancia ecológica gro del Puente. En Segovia se localiza por las sierras de y faunística de este Sorbus es innegable. Un total de Guadarrama y Ayllón. En Ávila aparece en las sierras 60 especies de aves se alimentan de los frutos del cer- elevadas como en Gredos, la Paramera, Valle de Iruelas, bellano en Europa. Savela (1992) cita más de 120 es- Navaluenga, etc., a menudo entre riscos y gleras. En Na- pecies de lepidópteros cuyas larvas se alimentan de valuenga abunda en algunos barrancos sombríos, aso- sus hojas. ciado a los abedules o pobos, castaños y nogales. En Sa- lamanca crece en las montañas del sur entre robledales Aprovechamientos y etnografía y la vecindad de alisedas, lo que se ve también en las montañas colindantes de Cáceres. En Burgos abunda en El fruto, astringente, es muy rico en vitamina C (tres la Demanda, Urbión y Merindades llegando a formar veces más que la naranja), así como en caroteno, hie- verdaderos rodales o cerbellares de varias hectáreas en rro, potasio y magnesio, pectinas y flavonoides. Se ha Pradoluengo, Fresneda de la Sierra, Santa Cruz del Va- utilizado para combatir el escorbuto y, en la actuali- lle Urbión, San Zadornil, etc. En la provincia de Gua- dad, para obtener sorbosa, un endulzante para diabé- dalajara aparece en la porción noroccidental en la co- ticos. No se consume en crudo sino en mermeladas o marca de Cantalojas, creciendo también en la Sierra de licores. Previamente hay que separar las semillas de la Madrid en Guadarrama y Somosierra. pulpa, de la que, cociéndola, se hace mermelada. Abunda en el alto Pirineo, más numerosas localida- Entre otros productos podemos añadir el aguardiente des del prepirineo. Crece puntualmente en el Sistema de capudre, de origen céltico, elaborado tradicional- 182 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 mente en las alquitaras leonesas a partir de los frutos ra alejar el mal y la brujería (curiosamente, es especie fermentados, como se hace con el orujo. a la que no atacan plagas). Los nombres populares Es muy apreciado como ornamental en parques y «driu», como también «capudriu» y capudre» contie- jardines por su floración y fructificación espectacular, nen la raíz indoeuropea y céltica (driu, triu y treow, especialmente en pueblos y caminos de montaña, ade- que significa «árbol» por antonomasia). Las denomi- más de favorecer a la caza y a la fauna. Para que re- naciones cerbellano, serbellano, sebillano y similares, sista la sequía en las ciudades de ámbito mediterráneo proceden de un serbilium latino con raigambre célti- debe injertarse en majuelo (Crataegus monogyna). En ca. Algunas denominaciones populares hacen referen- la actualidad, también se cultiva con asiduidad para su cia a su parecido con el fresno, de ahí los nombres ver- empleo como bonsái. náculos de freixe montesino (Benasque) y fresnaul Se multiplica fácilmente por semilla, separando la (Valle de Mena), así como las del vascuence otsalizar pulpa y guardándola en cámara hasta marzo. Un kilo- (literalmente significa «fresno de lobo») y basalizar gramo aproximadamente contiene 200.000 semillas. («fresno montés»). La denominación libresca de «ser- Se planta en bosquetes de unos 100 ejemplares, a mar- bal de cazadores» no tiene base popular e histórica en co de 2 × 2 m o en líneas separados 3 m. Crece rápi- España. Se trata de un galicismo académico moderno damente y, en condiciones ecológicas favorables, al- creado artificiosamente a finales del siglo XIX en la canza 8 m de altura a los 10 años. Los corzos comen Universidad de Madrid, traduciendo o trascribiendo con fruición sus hojas, cortezas y brotes y, con fre- los nombres franceses de «sorbier des oiseleurs» y cuencia, producen daños a los repoblados. «cormier des chasseurs» referidos a esta especie. En los países de raigambre cultural céltica es un ár- En la Tabla 4 se presentan las denominaciones re- bol emblemático que se planta en fincas y huertos pa- copiladas para esta especie.

Tabla 4. Nombres populares de Sorbus aucuparia (árbol y fruto) en distintas regiones españolas

Nombre del árbol Nombre del fruto Localización

Cerbellano, cerbillano (Burgos, Soria y la Rioja); sebillano (Pineda de Mostaja de tasugo Castilla y Extremadura la Sierra, Burgos, comarca de Béjar, Salamanca y la Vera, Cc); cerbellón (Urbión), cerbilla y serbellón (norte de Gredos); sorbellano (montañas de Ávila y norte de Cáceres); serbellano (Navaluenga, Ávila; La Vera, Cáceres); cerbellano y rabiacano (Sierra de Ayllón); mostajo de raposo (Valle del Najerilla y cercanías); pomal borde, bordo (Rioja); fresnaul (Valle de Mena, Bur- gos); escopla (alto Najerilla por las Viniegras); viznal (El Barco de Ávi- la y sur de Salamanca); arborucho (Navalmoral, Ávila). Argamón (Riaño; Palencia por alto Carrión y Picos de Europa); amargoso Mostaja de oso (P); Picos de Europa (Astu- (Brañosera, Palencia); margosu (Liébana); argumenu (Picos de Europa por agriajos, reventones rias, León, Palencia) Vegabaños); Driu, con plural drides, (zona del alto Pisuerga, Palencia) (alto Pisuerga, P) Capudriu, capudre (noroeste y norte de León); capudu (Tremor, León); Mostaya, mostaya pa- Oeste de Asturias, Za- capudro, carnapudeiru (oeste de Asturias). Otras variantes de la zona son xarera (norte de Le- mora, León capurriu y capuche; escanzreixu, cancereixu y acafreinu en La Sanabria ón); mostal.la d´osu y La Carballeda (Zamora); escanfrexu (La Sanabria occidental); canz- (Laciana, León). reixu (La Cabrera, León); cantresal (Peica de La Carballeda); llameiru (Alta Carballeda, Za) Bezúrc, bezúrt (Alta Ribagorza); abesurt, alica, besurb, bixordera, bu- Zerolla de llobo Aragón (Pirineo) xardero, fixordera, freixe montesino (Benasque); pixortera, pixorrotera, zerolera de puerto, zerollera borde (Villar et al., 1999) Otsalizar (Guipúzcoa); Otsolizarra (Navarra) y Basalizarra (Navarra y Vascongadas y norte de Guipúzcoa); txoriegurrxe (Vizcaya); ustaina, udalatsie Navarra Cancereixo, afreixo bravo (Orense); escanzrés, escanfrés (Porto, Zamo- Gallego ra); sorbeira brava, sorbeira dos páxaros, tramazeira; Cornabude, carra- budo, capudre, cornabois y escornabois (Lugo); Moixera de guilla (general); seridolé, abesurt y bézurt (Valle de Arán) Moixa de guilla,serva Cataluña de llop Botánica forestal del género Sorbus en España 183

Sorbus hybrida L. brido entre S. aucuparia y especies de hoja simple como S. aria o S. mougeotii. Presenta frutos rojos y En las montañas septentrionales de España se en- hojas provistas de 1 a 3 pares de foliolos basales con cuentra a veces esta especie, considerada como un hí- el extremo simple y ancho. Es una especie boreal que

Figura 1. Mapas de distribución de las especies de Sorbus de hoja simple presentes en España. 184 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186 abunda en el norte de Europa. En España se desarro- El Dr. Pedro Montserrat estima que muchos de los lla desde los 1.000 a 1.700 m de altitud en sustratos ejemplares de Sorbus hybrida del Pirineo pueden pro- ácidos (areniscas, cuarcitas, etc.) en las montañas ceder de la hibridación de Sorbus aucuparia y Sor- cantábricas y pirenaicas, así como en el Sistema Ibé- bus mougeotii que suelen crecer en las inmediacio- rico en el norte de Soria (Urbión y río Razón) y Te- nes, además de Sorbus aucuparia con S. aria (Ruiz ruel (Orihuela del Tremedal), así como en Sierra Ne- de la Torre, 1980). Sorbus hybrida se utiliza como or- vada (Ruiz de la Torre, 1980). Se comporta como namental en algunos jardines de ciudades de la mi- higrófila y orófila y medra en los claros de los abe- tad septentrional, como Vitoria, Bilbao, Oviedo, Le- dulares, robledales, pinares albares, hayedos y abe- ón, etc. tales. En la montaña cantábrica destacan las poblaciones de Palencia (alto Carrión y Pisuerga) y sobre todo las Mapas de distribución de las especies del de León (Valdeón, Valdelugueros, Pardibano, etc.), así género Sorbus que se encuentran en España como las de los Montes Aquilianos. Son destacables los ejemplares de Redilluera (Valdelugueros). En los En las figuras 1 y 2 se presentan los mapas ela- Pirineos y sierras prepirenaicas se encuentra en el nor- borados tras el análisis minucioso de la distribución te de Navarra, Zaragoza (Salvatierra de Esca), Hues- de las distintas especies de Sorbus presentes en Es- ca, Lérida y Gerona. paña.

Figura 2. Mapas de distribución de las especies de Sorbus de hoja compuesta presentes en España. Botánica forestal del género Sorbus en España 185

Agradecimientos Bosques en Zonas Rurales. Cuadernos de Zona n.º 1 bis 35. Junta de Castilla y León. Valladolid, España. JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN, 2005. Programa Regio- Agradecemos al Profesor D. Juan Ruiz de la Torre, nal de Forestación de Tierras Agrarias de Castilla y Le- del que nos sentimos muy orgullosos como discípulos, ón. Cuadernos de Zona. Consejería de Medio Ambiente. sus sabios consejos y enseñanzas científicas, técnicas Valladolid, España. y, sobre todo, humanísticas, que integran la naturale- KAUSCH-BLECKEN VON SCHMELING W., 1992. Der za y el hombre en su más amplio sentido. A él le de- Speierling (Sorbus domestica L.): Arterhaltung durch dicamos este trabajo. Nachzucht. Goltze Druck. Göttingen, Alemania. KAUSCH-BLECKEN VON SCHMELING W., 1994. Die Agradecemos a D. Jorge del Río su colaboración en Elsbeere. Eigenverlag. Bovenden, Göttingen, Alemania. la informatización de los mapas. KAUSCH-BLECKEN VON SCHMELING W., 2000. Der Speierling. Eigenverlag. Bovenden, Göttingen, Alemania. KAUSCH-BLECKEN VON SCHMELING W., 2002. Die Referencias bibliográficas Elsbeere. In Seltene Bäume in unseren Wäldern. Stiftung Wald in Not. Bonn, Alemania. AEDO C., ALDASORO J.J., 1998. Sorbus. En: Flora Iberi- LAGUNA M., 1883. Flora Forestal Española. Imprenta del ca. Vol. VI Rosaceae. Real Jardín Botánico de Madrid, Colegio Nacional de Sordomudos. Madrid, España. CSIC, Madrid. pp. 414-433. LASTRA J.J., 2003. Etnobotánica en el Parque Naccional ALLABY E., 1992. Oxford Diccionary of Botany. Oxford, de Picos de Europa. Naturaleza y Parques Nacionales. Se- U.K. 456 pp. rie Técnica. Ministerio de Medio Ambiente. Oviedo, Es- ANÓNIMO, siglo XV. Tratado de Montería del siglo XV. paña. 644 pp. Manuscrito facsímil del publicado por el Duque de Al- MARTÍNEZ DE AZAGRA A., ORIA DE RUEDA J.A., mazán en 1936 (reimp. en 1992). Alaba Eds. Madrid. 2004. Der Speierling (Sorbus domestica L.) in Spanien. 325 pp. Corminaria 22, 3-8. BAMBERG F., 1957. Die Anzucht des Speierlings. AFZ NELSON-JONES E., BRIGGS D., SMITH A., 2002. The 8, 324. origin of intermediate species of the genus Sorbus. The- BRÜTSCH U., ROTACH P., 1993. Der Speierling (Sorbus oretical and Applied Genetics 105(6-7), 953 - 963. domestica) in der Schweiz: Verbreitung, Ökologie, Stan- OLIVÁN BORRUEL A., 1866. Manual de Agricultura. Im- dortsansprüche, Konkurrenzkraft und waldbauliche Eig- prenta de Rafael Arnoz. Madrid, España. nung. En: Schweizerische Zeitschrift für Forstwesen ORIA DE RUEDA J.A., 2003. Guía de los árboles y arbus- 144(12), 967-991. tos de Castilla y León. Editorial Cálamo, Palencia, Espa- CARNEY J., GREENE D. (eds), 1969. Celtic Studies. Rou- ña. 383 pp. tledge & Kegan. Dublín. Irlanda. ORIA DE RUEDA J.A., MARTÍNEZ DE AZAGRA A., CLAPHAM A.R., TUTIN T.G., WARBURG E., 1987. Flo- 2002. El jerbo (Sorbus domestica L.), un valioso árbol en ra of the British Isles. Cambridge University Press. Cam- peligro. Medio Ambiente en Castilla y Léón 17, 12-22. bridge, UK. ORIA DE RUEDA J.A., MARTÍNEZ DE AZAGRA A., DEMESURE-MUSCH B., ODDOU-MURATORIO S., 2005. Die Elsbeere (Sorbus torminalis L.) Crantz und an- 2004. EUFORGEN Technical Guidelines for genetic con- dere Arten der Gattung Sorbus in Spanien. Corminaria servation and use for wild service (Sorbus tormina- 24, 3-11. lis). International Genetic Resources Institute. Ro- PHIPPS J.B., ROBERTSON K.R., ROHRER J.R., SMITH ma, Italia. 6 pp. P.G., 1990. The genus Sorbus. Canadian Journal of Bo- DICCIONARIO ESPASA, 1924. Sorbus. Editorial Espasa tany 68(10), 2209-2269. Calpe. Madrid, España. PLINIO II, Historia Natural. Oxford University Press. Ox- GALÁN P., GAMARRA R., GARCÍA VIÑAS J.I., 1998. ford, UK. Árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Balea- RAMEAU J.R., MANSION D., DUMÉ G., TIMBAL J., LE- res. Jaguar. Madrid, España. 706 pp. COINTE A., DUPONT P., KELLER R., 1989. Flore fo- GARCÍA DE DIEGO V., 1985. Diccionario Etimológico restiere française. Institut por le Développement Fores- Hispánico. Espasa Calpe. Madrid, España. tier. Ministére de L’Agriculture et de la Foret. Paris, HERRERA C.M., 1989. Papel de los carnívoros en el bos- Francia. 1785 pp. que mediterráneo. Quercus 37, 20-27. ROHMEDER E., 1951. Beiträge zur Keimungsphysiologie HERRERA J., MADRID M., BLANCO E., 1992. Los ser- der Forstpflanzen. Teil IV: Keimversuche mit Speierling bales y mostajos en España. Quercus 75, 21-27. (Sorbus domestica): 27-36. München. JUNTA DE ANDALUCÍA, 2005. Libro rojo de la flora sil- RUIZ DE LA TORRE J., 1956. La vegetación natural del vestre de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. Se- Norte de Marruecos y la elección de especies para villa, España. su repoblación forestal. Servicio de Montes. Centro JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN, 1994. Programa Regio- de Investigaciones y experiencias Forestales, Larache. nal de Forestación de Tierras Agrarias y Mejora de los 100 pp. 186 J. A. Oria de Rueda Salgueiro et al. / Invest Agrar: Sist Recur For (2006) Fuera de serie, 166-186

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