Mauricio Rodas Espinel Alcalde del Distrito Metropolitano de Julio Echeverría Director Instituto de la Ciudad Investigación y producción Xavier Izco (Coordinador) Estanislao Pazmiño (Arqueología) Azucena Sono (Antropología) Con colaboración de: Germán Collahuazo (Economía del empendimiento) Nathalie Moeller (Gestión del conocimiento). Felipe Campos (Ecología) René Unda (Sociología) Valeria Vergara (Arquitectura y Urbanismo) Expertos CONQUITO Vicente Ortiz Carolina Rivadeneira Cristina Soliz Edición Samanta Andrade Diseño Ánima Impresión RG Gráficas

El Instituto de la Ciudad es una corporación social sin fines de lucro dedicada al análisis aplicado de los procesos urbanos contemporáneos. Su labor busca apoyar a la formulación de decisiones de política pública en el Distrito Metropolitano de Quito. La operación del Instituto está abierta a la diversidad de visiones que provengan de la sociedad y pone a dis- posición de las instituciones municipales su capacidad de elaboración y reflexión. 2 Las opiniones, interpretaciones y conclusiones vertidas en este documento no expresan necesariamente la visión insti- tucional de la alcaldía del Distrito Metropolitano de Quito. Encuentre la versión digital en www.institutodelaciudad.com.ec García Moreno N2-57 y Sucre Quito-Ecuador (593 2) 3952-300 ext. 16006 http://www.institutodelaciudad.com.ec/

© 2017 Instituto de la Ciudad Se autoriza citar o reproducir el contenido de esta publicación con las referencias adecuadas y completas. Conociendo Quito

El noroccidente del DMQ, un territorio de alta biodiversidad, cultura y empredimientos sostenibles

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Contenido

Presentación Introducción 7 El noroccidente, unidad geográfica y cultural 9 Localización y parroquias 10 Ambiente y biodiversidad 13 Áreas de conservación, bosques y reservas 15 Ecología y economía 17 Los emprendimientos sostenibles del noroccidente 20 Gastronomía 22 Caracterización sociocultural 23 Arqueología y etnohistoria 24 Las primeras ocupaciones humanas del noroccidente 26 Las ocupaciones durante el periodo de Desarrollo Regional 27 Las ocupaciones durante el período de Integración 27 La expansión inca en el noroccidente 29 El noroccidente y los yumbo 30 El retorno contemporáneo de lo Yumbo 31 Las yumbadas, un ritual urbano que rememora a los yumbos 32 Simbolismo y significado atribuido por los participantes 34 Los culuncos, antiguos senderos yumbo que interconectan territorios 37 Articulación de las potencialidades turísticas del noroccidente 39 Los itinerarios y rutas culturales en la gestión del turismo 41 Conclusiones 42 Bibliografía 44 Anexo 1 46 Anexo 2 48 Presentación

Durante el primer trimestre del año anterior, el todo ello con el soporte de la descripción geo- Instituto de la Ciudad realizó un estudio para gráfica, con la ubicación precisa de cada ele- caracterizar la estructura de la oferta turística mento en mapas que permiten visualizar tanto del noroccidente del Distrito Metropolitano de las conexiones prexistentes como las cone- Quito; su objetivo consistió en reconocer los xiones posibles entre ellos, para dinamizar el elementos principales que lo caracterizan: sus desarrollo sostenible del territorio de esta parte principales áreas de conservación, sus atracti- del Distrito Metropolitano de Quito. vos paisajísticos, sus sitios arqueológicos, las principales actividades agro-productivas; todo La investigación que se presenta en este bole- ello condujo a mirar la especificidad de su te- tín se inserta en la estrategia y programa inves- rritorio como una rica y compleja articulación tigativo que desarrolla el Instituto de la Ciudad de economía, naturaleza y cultura. El recono- y que parte del reconocimiento de las compleji- cimiento de estas distintas dimensiones y su dades del actual desarrollo urbano de Quito. El probable conexión, permitieron, a los ojos de la reconocimiento de la superposición de tres mo- investigación, reconocer, más allá de la enorme delos urbanos -el concéntrico, el lineal y el dis- biodiversidad, la existencia de mapas antropo- perso- que mantienen plena vigencia y cuyos geográficos de gran riqueza y diversidad. rasgos constitutivos conviven bajo el principio sistémico de interacción y retroalimentación, La investigación requirió de un abordaje mul- otorgan a esta investigación una particular re- tidisciplinar, condición necesaria para poder levancia. abarcar la comprensión de la diferenciación de elementos que interactúan en el territorio; Quito comienza a modificar su morfología ur- la aproximación arqueológica y antropológica bana; las lógicas concéntricas de aglomera- nos permitió reconocer la existencia de otras ción que caracterizaron a su desarrollo inicial miradas sobre el paisaje natural, que se con- y que se mantuvieron por muchos siglos, dan formaron en una historia de larga duración; la paso ya desde la segunda mitad del siglo XX a 6 existencia de pueblos y agrupamientos huma- un proceso de modernización urbana que de- nos que se remontan a 4000 AC, la presencia finió la forma longitudinal de configuración de de invasiones de otras culturas como la inca y la ciudad; un momento de alta significación ya la española, en una geografía que desde en- que representaba la introducción de una diná- tonces fue percibida como espacio de reserva mica de crecimiento urbano, que requería del natural y cultural; la aproximación sociológica, aprestamiento de claras estrategias de plani- económica y politológica permitió en cambio el ficación y de gobierno sobre el territorio, que acercamiento al reconocimiento de las dinámi- permitieran contener o volver gobernables, las cas económicas y sociales contemporáneas, complejas condiciones que el mismo desarrollo urbano generaba; alta concentración de servicios y de rasgos de comunidades preexistentes y cuyas funciones pero a su vez segregación socio espacial; manifestaciones perviven en el culto religioso o en el desarrollo longitudinal generó problemas de mo- los rituales de la fiesta popular. vilidad cada vez más intensos, con sus secuelas de tráfico y contaminación, que afectaron la calidad de La declaratoria de Quito como Distrito Metropolitano vida de la ciudad. significó, en este contexto, un gran avance desde la perspectiva de las posibilidades del gobierno y del Quito ingresaba a la modernidad con un cierto retra- control de las complejas condiciones del desarrollo so, ya otras ciudades en el contexto latinoamerica- urbano actual de la ciudad; reconoció a la ciudad no habían recorrido las dinámicas de un desarrollo como un sistema complejo que no solo se diferen- urbano frente al cual las capacidades de planifica- cia del entorno natural, de lo que se conoce como ción y de gobierno habían sido sistemáticamente ruralidad, sino que interactúa dinámicamente con rebasadas. Las posibilidades del ingreso tardío a la él; que el desarrollo urbano puede afectar definiti- modernización en el caso de Quito parecerían con- vamente su entorno natural o puede enriquecerse vertirse en oportunidades de aprendizaje; la misma en su contacto. El concepto de sostenibilidad del morfología del emplazamiento geográfico sobre el desarrollo urbano encuentra aquí un claro punto de cual está dispuesta la ciudad impedían que el de- apoyo. sarrollo urbano recorriera las características de ex- tensión urbana sin límites reconocibles, y por tanto La forma dispersa del desarrollo urbano, si bien sin reglas ni controles, en una dinámica de expan- no repite la redundancia de formas del desarrollo sión indetenible. La morfología del territorio en Qui- arquitectónico, caracterizado por la serialidad y la to parecería oponer delimitaciones naturales a esa estandarización que ocupa todo espacio vacío en expansión de un desarrollo urbano infinito y des- su dinámica de maximización de la lógica costo-be- controlado; la existencia de una gran meseta que neficio, desarrolla otros rasgos que pueden afectar ocupa la parte alta de la ciudad y sobre la cual se ha la calidad de vida urbana. La dispersión tiene en el desplegado el llamado hipercentro pone límites na- concepto de fuga su contrapartida cultural, un con- turales a ese desarrollo; la ciudad necesariamente cepto que contiene en sí rasgos complejos y ambi- ha debido proyectar su expansión hacia sus valles valentes; puede significar la necesidad de escapar circundantes mediante ocupaciones del territorio del otro o de los otros que componen la aglomera- caracterizadas por emplazamientos dispersos; por ción urbana; ser, por tanto, fuente de segregación, otro lado, la intermitencia de una economía desre- lo cual conduce a alejarse y recluirse en fortalezas 7 gulada y carente de Plan, que comienza a predomi- urbanas que doten de la ‘sensación’ de protección y nar en la economía de inicios del siglo XXI, incen- seguridad que ´la ciudad´ no ofrece. Pero el modelo tiva aún más el fenómeno de la dispersión, el cual disperso y su cultura de la fuga pueden significar tiende a configurarse como un verdadero modelo también la necesidad de escape de las condiciones de desarrollo urbano; ocupación del espacio rural, adversas del desarrollo urbano, la necesidad de expansión de la mancha urbana, afectación del controlar las dinámicas de la aglomeración y la dis- entorno natural y de la misma composición socio persión; la necesidad de preservar para el presen- cultural del territorio, compuesta de comunidades o te y el futuro condiciones ambientales sostenibles, espacios para la contemplación del paisaje natural da al interior de subjetividades complejas que son urbano, adecuadas dotaciones de servicios en una las que habitan en los sistemas urbanos contem- ciudad cada vez más equitativa y plural. poráneos.

El concepto de fuga es característico de las socie- La investigación sobre el Noroccidente del DMQ dades complejas contemporáneas. Se expresa en le ubica a Quito en el medio de esta problemáti- la misma centralidad de las comunidades virtuales ca, significa el reconocimiento de que la ciudad se y de las redes sociales, donde se manifiesta esta construye en medio de una rica y biodiversa com- condición del ‘no estar’ pero al mismo tiempo del posición que es natural y cultural y de la cual puede compartir, lo cual indica el valor de la fuga como extraer argumentos y sentidos para su proyección retraimiento frente al atosigamiento de las voces, futurista. El presente Boletín No. 7 ofrece una pri- de la necesaria distancia que las conductas huma- mera aproximación a esta problemática y aspira a nas requieren para poder efectivamente realizarse ser un punto de partida para ulteriores investigacio- en el contacto con los otros. El reconocimiento de nes e intervenciones en el territorio que contribuyan la memoria, de otras voces y posibilidades que se a fortalecer la sostenibilidad del desarrollo urbano instalaron y tuvieron plena vigencia en el pasado se de la ciudad. convierte en patrimonio inmaterial, que exige cabi-

Julio Echeverría Director del Instituto de la Ciudad

8 Introducción

El Instituto de la Ciudad de Quito, en coope- actuales emprendimientos que alcanzan al- ración con la Agencia de Promoción Econó- gún nivel de sostenibilidad en la zona. Adi- mica CONQUITO, realizó, durante el primer cionalmente, se plantea una propuesta de trimestre del 2016, un estudio destinado a articulación del conjunto de componentes, caracterizar la estructura de la oferta turística tomando en cuenta principalmente los sen- en el Noroccidente del Distrito Metropolita- deros y rutas ancestrales que recorrían las no de Quito en base a la articulación de un actuales parroquias y cantones, facilitando conjunto de elementos naturales y culturales las relaciones comerciales e interculturales presentes en este territorio. entre la sierra y las tierras bajas a través del Noroccidente. Aunque la gran biodiversidad y riqueza na- tural-cultural que posee el noroccidente del Las funciones de los antiguos caminos yum- DMQ no puede ser abarcada en el espacio bos continúan parcialmente vigentes hasta la de este Boletín, lo que se presenta en las actualidad y en el presente estudio intentan páginas que siguen puede considerarse una ser rescatados y proyectados en su poten- introducción al conocimiento del territorio cial turístico, en colaboración con las comu- en sus particulares características biogeo- nidades locales, los gobiernos parroquiales y gráficas y etnohistóricas, así como de los la iniciativa privada.

9 El noroccidente, unidad geográfica y cultural

Localización y parroquias del noroccidente, sobre todo Mindo (San Miguel de los Bancos). La parroquia de El noroccidente del Distrito Metropolitano Lloa, aunque forma parte del suroccidente de Quito-DMQ está conformado por las del DMQ, limita con la parroquia Nono y el parroquias rurales de Nono, Calacalí, Na- cantón San Miguel de los Bancos (Mindo) y negal, Nanegalito, Gualea y Pacto. El no- está también vinculada con las parroquias roccidente de en sentido amplio del noroccidente, tanto en términos etnohis- incluye los cantones de San Miguel de los tóricos como contemporáneos. Finalmente, Bancos, Pedro Vicente Maldonado y Puerto el noroccidente está indirectamente vin- Quito, que no son analizados aquí por no culado con las parroquias sub-urbanas de formar parte del DMQ, pero que están es- Pomasqui y en trechamente relacionados con la dinámica cuanto zona de transición.

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Panorámica del Noorcidente de Quito. Instituto Metropolitano de Patrimonio DMQ. 2016. Mapa 1 Ubicación geográfica de las parroquias del noroccidente del DMQ

Colombia

0º0´

Noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito

Perú

78º30´

Distrito Metropolitano de Quito

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Fuente: Atlas Ambiental, Quito Sostenible 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad. El noroccidente de Pichincha está situado en la dos de la región mega diversa Chocó-Darién y el vertiente occidental de la Cordillera de los y inicio de la llanura costera. su altitud varía entre los 200 msnm (Puerto Quito) y los 4500 msnm (Nono), conteniendo ecosistemas A continuación, el cuadro No. 1 muestra algunas que van desde los páramos altos de las estribacio- variables geográficas y sociales que caracterizan a nes del volcán Pichincha hasta los bosques nubla- las parroquias del norocciente.

Cuadro 1 Características generales de las parroquias del noroccidente del DMQ

Superficie/ Clima y altitud Parroquias Habitantes Micro-cuencas Actividades km2 (msnm-°C)

2.800-1.400 Agricultura, ganadería, fábri- Cacalalí 184,62 3.895 6 (Pichán, Blanco, Tanache) 13°-19° cas de bloques y ladrillos

700-1.800 Ganadería, panela, minería Gualea 120,97 2.025 7 (Chirapi, Tulipe, Pachijal) 20°-24° (oro), turismo

9 (Alambi, Guayllabamba, 1.199 Ganadería, panela, aves de Nanegal 350,14 2.636 Saguangal, Pichán, Meri- corral (industrial) 12°-28° diano)

1.533 Ganadería, lácteos, turismo, Nanegalito 184,62 3.026 8 (Tulipe, Pachijal, Alambi) 15°-22° fábrica de bloques

2.727-3.800 Agricultura, ganadería Nono 207,6 1.732 5 (Alambi, Pichán, Cinto) (leche), animales menores, 7°-15° turismo, manufacturas 12

Agricultura (palmito), gana- 500-1.800 8 (Mashpi, Chirapi, Pachijal, Pacto 346,14 4.798 dería, minería del oro (15 Guaycuyacu) 17°-20° concesiones)

Fuente: PDOT parroquiales (2012-2015) Elaboración: Instituto de la Ciudad. Ambiente y biodiversidad En términos biogeográficos, el noroccidente se caracte- está considerada la zona con mayor diversidad de riza por ser parte de la bio-región del Chocó, una de avifauna de Sudamérica, registando más de 400 las zonas más biodiversas y con mayor endemismo especies de aves y alrededor de 300 especies de del planeta, situada entre el Darién al este de Pa- orquídeas, mientras que en la zona de Tandayapa namá, la costa pacífica del oeste de Colombia, y la existen al menos 303 especies de aves y 320 en Pa- costa y bosques húmedos tropicales del noroeste de cto (MECN, 2010). Ecuador, por lo que allí existen elementos biológicos Debido a su carácter de entorno de transición entre andinos y de la zona costera (cf. Fundación Jatun la zona andina y el Chocó, el noroccidente de Quito Sacha, 2013).El clima del área está influenciado por concentra 10 de los 17 ecosistemas existentes en el factores como la latitud geográfica, altitud, condicio- Distrito, que se distribuyen entre bosques, arbustos y nes atmosféricas y orientación de la zona, lo que ha herbazales. En los bosques naturales de Cambugán dado lugar a la formación de un verdadero mosaico y en las cuencas del Alambi, Cinto y Saloya se pu- de climas (desde el frío del páramo y sub-páramo ede apreciar una condición casi única en la región; andino, hasta el húmedo tropical), hábitats y mi- en línea recta y en una extensión no mayor a cinco crohábitats en los que se ha desarrollado una gran kilómetros se integran tres tipos de cobertura ve- diversidad florística y faunística. getal: bosque montano alto, montano bajo y subtro- En términos de biodiversidad, Mindo Nambillo (zona pical. En el mapa No. 2 se puede distinguir el tipo de de transición situada entre los 960 y los 3440 msnm) cobertura vegetal del noroccidente.

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Flora y fauna del noroccidente Mapa 2 Tipos de cobertura vegetal de DMQ

COBERTURA VEGETAL (Nivel I, II)

79°0'W 78°45'W 78°30'W 78°15'W

LLASAS GOLONDRINAGOLONDRINASS ANANTOTONNIOIO ANTE ANTE

COCOTATACACHICACHI 0°15'N

IIBARRABARRA OTOTAVAAVALOLO

Rio Pachijal Laguna de San Pablo

10020000

Rio S.Jose Minas Gu ay ll io ab R Cubi am Pacto Nanegal ba PEDROPEDRO VICENTEVICENTE MALDONADOMALDONADO Atahualpa Laguna Mojanda Chavezpamba Laguna Negra Gualea Perucho

Rio Pachijal Nanegalito Puéllaro Rio San Pedro PEDROPEDRO MONCAMONCAYOYO io Volcán Pululahua R Pa ch i j a l 10000000 Calacalí 0°0' Loma Catequilla

Volcán Casitahua CACAYYAMBEAMBE

SANSAN MIGUELMIGUEL DEDE LOSLOS BANCOBANCOSS R io A lam b Pomásqui i Guayllabamba Nono

Q. R Q. io V e QUITQUITOO rd Q. e El Quinche G Calderón ra n d Llano Chico e Checa Zámbiza Nayón Yaruquí Ruco Pichincha a 9980000 ar Puembo Q. Volcán Pichincha Cruz Loma ang ach io M Tababela R R io Cumbayá G o r ua d m ELEL CHACOCHACO e Tumbaco b P Pifo i n Panecillo a S o Lloa i 0°15'S R SANSANTOTO DOMINGDOMINGOO R Guangopolo i o

C Laguna Nunalviro Cerro Ilaló h i c h e o Rio Pita c

n

a Conocoto l Q. La Merced B

o i Alangasí R

Q. Laguna Sucus 9960000 Q. Volcán Atacazo Q. Pintag Amaguaña Laguna Papallacata acu Rio Cariy RUMIÑAHUIRUMIÑAHUI QUIJOSQUIJOS Laguna Muerte Pungu

Laguna de Secas MEJIAA Volcán Pasochoa

Volcán Antisana 0°30'S

SSIGCHOIGCHOSS

N Volcán Corazón Laguna La Mica m. Volcán Sincholahua AARCHIDONARCHIDONA 000 9940

LALATATACUNGCUNGAA LALA MANMANAA LALATATACUNGCUNGAA

720000m.E 740000 760000 780000 800000 820000 14 MAPA DE UBICACIÓN COBERTURA VEGETAL (NIVEL I, II) Bosques y áreas seminaturales Pastos SECRETARÍA DE AMBIENTE EsmeraldasEsmeraldas CarchCarchii Vegetación Natural Vegetación regeneración natural Cultivos ImbaburImbaburaa MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO Bosques húmedos Bosques de eucalipto Invernaderos & Galpones NORTE LA DELICIA SucumbíoSucumbíoss Arbustos húmedos Bosque de pino Áreas artificiales, ATLAS AMBIENTAL 2015 0°0' Bosques secos Espacios abiertos Edificaciones CALDERON Contiene: PICHINCHAPICHINCHA Arbustos secos Suelos desnudos Cuerpos de agua CENTRO COBERTURA VEGETAL (Nivel I, II) ELOY ALFARO Herbazales secos Suelos desnudos antropogénico Agua en cauces naturales S anto Domingo TUMBACO S anto Domingo QUITUMBE Escala de trabajo: 1: 5.000 Pajonal Áreas cultivadas Agua en cauces artificiales Escala de impresión: 1: 500.000 Fecha de elaboración: Octubre 2015 Mapa No. CHILLOS NapoNapo Simbología Escala: 1:500.000 Elaborado por: Nixon Narváez Límite DMQ Elementos referenciales 0 2.500 5.000 10.000 15.000 CotopaxCotopaxii Metros Fuentes de Información: LosLos RíosRíos Límite Cantonal Río Principal SECRETARÍA Sistema de Proyección: Universal Transversa de Mercator SA, 2014: Mapa de Cobertura Vegetal Parroquias Río Secundario Datum: WGS84 Zona: 17 Sur con efoque ecosistémico y productivo 78°0'W DE AMBIENTE

Fuente: Atlas Ambiental 2016. Quito Sostenible. Cartografía y Sistemas de información geográfica. Nixon Narváez. Responsable de gestión del conocimiento. Secretaría de Ambiente DMQ Áreas de conservación, bosque y reserva De acuerdo a la Secretaría de Ambiente del DMQ, las Áreas de Conservación y Uso Sustentable-ACUS incluyen una zona núcleo de protección estricta, una El noroccidente cuenta con un Subsistema Metro- zona de recuperación y una de uso sustentable. En politano de Areas Naturales Protegidas, un Corredor estas áreas se impulsa la adopción de prácticas de ecológico y un subsistema de Reservas privadas. En conservación, uso y manejo sustentable de ecosiste- este marco han sido caracterizadas 6 grandes áreas mas y recursos naturales, de desarrollo agroforestal transversales de conservación que atraviesan distin- sostenible, de manera que aporten al mantenimiento tas parroquias, tal como se muestra en el cuadro No. de la viabilidad ecológica, así como a la provisión 2. Al interior de estás áreas se encuentran distintas de bienes y servicios ambientales para las comuni- reservas privadas y comunitarias, muchas de ellas dades involucradas. En algunos casos, estas áreas parte de la Red de Bosques y Reservas Privadas de protegen muestras significativas del patrimonio cul- Ecuador1 . tural, como sucede en el caso de Sahuangal. Cuadro 2 Areas de conservación del DMQ

Parroquias

Areas de conservación Calacalí Nono Nanegal Nanegalito Gualea Pacto

Bosque Protector Cuenca Alta del río Guayllabamba (CARG)

Bosque Protector Mindo-Nambillo

Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) Sistema Hídrico y Patrimonio Arqueológico Pachijal

Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) Mas- hpi-Guaycuyacu- Sahuangal

Área de Conservación y Uso Sustentable Yunguilla

Área de Conservación y Uso Sustentable (ACUS) Nono- 15 Pichán-Alambi

Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad

1 La Red de Bosques es una organización sin fines de lucro integrada por propietarios de bosques nativos, comprometidos a cuidar, proteger y restaurar ecosistemas en diferentes regiones del país. En este estudio han sido caracterizadas las reservas y bosques más representativos del noroccidente del DMQ: Reservas Yunguilla, Dos Ríos y Bella María (Calacaclí); El Higuerón-Las Tolas (Gua- lea); Santa Lucía y Maquipucuna (Nanegal); Refugio Orquideológico El Pahuma, Inti Llacta-Tucanopy, Paz de las Aves, Mapa 3 Areas de Conservación y Uso Sustentable, bosques y reservas en el DMQ

ÁREA PROTEGIDAS

79°0'W 78°45'W 78°30'W 78°15'W

LLASAS GOLONDRINASGOLONDRINAS ANANTOTONNIOIO ANTE ANTE

COCOTATACACHICACHI 0°15'N

IIBARRABARRA OTOTAVAAVALOLO

Rio Pachijal Laguna de San Pablo 2667 m.

10020000

Rio G S.Jose Minas ua yl la io Cu b R bi a m Pacto Nanegal ba PEDROPEDRO VICENTEVICENTE MALDONADOMALDONADO Laguna Mojanda 3725 m. Chavezpamba Laguna Negra 3740 m. Gualea Perucho

Rio Pachijal Nanegalito Puéllaro R.G.Pululahua Rio San Pedro PEDROPEDRO MONCMONCAYAYOO

io Pa Volcán Pululahua 2954 m. R c h i j a l

10000000 Calacalí 0°0' Loma Catequilla 2635 m.

Volcán Casitahua 3240 m. CACAYYAMBEAMBE

SANSAN MIGUELMIGUEL DEDE LOSLOS BANCOBANCOSS R io Alam b Pomásqui i Guayllabamba Nono

Q. R Q. io V QUITO er QUITO Q. de El Quinche G Calderón ra n d Llano Chico e Checa Zámbiza Nayón Yaruquí Ruco Pichincha 4620 m. a 9980000 ar Puembo Q. ng Cruz Loma 4080 m. acha io M Tababela R R io Cumbayá G o r ua d m ELEL CHACOCHACO e Tumbaco b P Pifo i n Panecillo 3012 m. a S o i 0°15'S Lloa R SANSANTOTO DOMINGDOMINGOO R Guangopolo i o R.E.Cayambe Coca

C Laguna Nunalviro 4120 m. Cerro Ilaló 3175 m. h ic h

o e Rio Pita c

n

a Conocoto l Q. La Merced B

o i Alangasí R

Q. Laguna Sucus 3908 m. 9960000 Q. Volcán Atacazo 4400 m. Q. Pintag Amaguaña Laguna Papallacata 3376 m. iyacu Rio Car RUMIÑAHUIRUMIÑAHUI QUIJOSQUIJOS R.V.S.Pasochoa Laguna Muerte Pungu 3965 m. R.V.S.Pasochoa

Laguna de Secas 3400 m. MEJIAA Volcán Pasochoa 4120 m. Volcán Antisana 5621 m. R.E.Antisana 0°30'S S IGCHOS R.E.Los ILinizas S IGCHOS

N Volcán Corazón 4720 m. Laguna La Mica 3920 m. m. Volcán Sincholahua 4780 m. AARCHIDONARCHIDONA 000 9940

P.N.Cotopaxi LALATATACUNGCUNGAA LALA MANMANAA LALATATACUNGCUNGAA

720000m.E 740000 760000 780000 800000 820000

16 MAPAAD DEEU UBICACIÓNBICACIÓN SECRETARÍA DE AMBIENTE EsmeraldasEsmeraldas CarchCarchii ImbaburaImbabura BOSQUES PROTECTORES MAE Refugio del Oso Andino MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO

NORTE ÁREAS PROTEGIDAS MAE ACUS Nono-Pichán-Alambil LA DELICIA SucumbíosSucumbío s SISTEMA DISTRITAL DE ÁREAS PROTEGIDAS DMQ APH Cerro Puntas ÁREA PROTEGIDAS 0°0' CALDERON ACUS Mashpi-Guaycuyacu-Sahuangal AIER Quebradas Vivas Contiene: PICHINCHAPICHINCHA CENTRO ÁREAS PROTEGIDAS ELOY ALFARO ACUS Pachijal AIER Pichincha-Atacazo S anto Domingo TUMBACO S anto Domingo QUITUMBE Escala de trabajo: 1: 5.000 Escala de impresión: 1: 500.000 Mapa No. Escala: Fecha de elaboración: Marzo 2010 CHILLOS NapoNapo Simbología 1:500.000 0 2.500 5.000 10.000 15.000 Elaborado por: Nixon Narváez Límite DMQ Río Principal Metros Cotopaxi Fuentes de Información: Cotopaxi Límite Cantonal Río Secundario Sistema de Proyección: LosLos RíosRíos Universal Transversa de Mercator SECRETARÍA Parroquias Elementos referenciales Datum: WGS84 Zona: 17 Sur SA, 2014: Sistema Distrital de Áreas Protegidas DMQ 78°0'W Sistema de Patrimonio Natural del Estado MAE DE AMBIENTE

Fuente: Atlas Ambiental 2016. Quito Sostenible. Cartografía y Sistemas de información geográfica. Nixon Narváez, Responsable de gestión del conocimiento. Secretaría de Ambiente DMQ 2 De su lado, el Corredor Ecológico del Oso Andino Ecología y economía que abarca las parroquias de Calacalí, Nanegalito, Nono, se define como una estrategia para conser- A nivel económico, el noroccidente ha transitado por var y proteger el hábitat de esta especie de fauna una serie de sistemas en alta interdependencia con emblemática considerada por la Unión Internacional la peculiar ecología de la zona. En términos gene- para la Conservación de la Naturaleza3 –UICN- en rales, el noroccidente ha sido considerado siempre la categoría de vulnerable, y de otras especies de una región especializada en cultivos tropicales, que fauna y flora asociadas al bosque andino. Este me- caracterizaba tanto a la economía pre-colonial, so- canismo también promueve un modelo de desarrollo bre todo Yumbo, como a la contemporánea. armónico con el entorno que haga viable el manejo De acuerdo a Salomon (1989, 1997), los yumbos del sustentable de los recursos naturales para mejorar norte disponían de una variedad de productos -algo- la calidad de vida de las poblaciones locales.Las dón, ají, sal, pescado seco, oro, hierbas medicinales, principales acciones se relacionan con cooperación miel y animales silvestres- que vendían o cambiaban interinstitucional, vigilancia y monitoreo del oso de por otros productos en los mercados de Quito. La anteojos y otras especies amenazadas de fauna y economía de los yumbos no se orientó exclusiva- flora silvestre, y educación ambiental. mente a la autosuficiencia, como era el caso para la El noroccidente también concentra un gran territorio mayoría de sociedades tribales, sino que una parte de Áreas Importantes para la Conservación de Aves sustancial de su actividad económica especializada (IBA). Allí se encuentran las IBAs: Maquipucuna- Rio estaba relacionada con la producción y comerciali- Guyllabamba y Mashpi-Pachijal y Pacto. zación de productos exóticos para la población se-

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Oso de anteojos en el Bosque nublado de Yunguilla - G. Productos que comerciaban los yumbos Collahuazo/Reserva Maquipucuna

2 Resolución No. C431 del 12 de Julio 2013 3 La UICN fundada en 1948, es considerada la organización medioambiental global más grande y antigua que contribuye a encontrar soluciones a los principales desafíos ambientales y de desarrollo que enfrenta el planeta. rrana. Este rol explica la importancia de los yumbos logrando una relación equilibrada y respetuosa. Nin- como grupo social y fue crucial para su lógica de gún reino serrano o señorío controló o dominó a los producción y el manejo de recursos locales. Los bie- yumbos, y por esta razón, este grupo pudo conser- nes producidos eran enviados a Quito con cachas, var sus prácticas organizativas y políticas. Esta re- despachadores expertos quienes recorrían a pie los lación comenzó a cambiar con la conquista incásica senderos que trazaban rutas directas para el trans- de Quito, puesto que los Incas buscaban regímenes porte rápido de su carga exótica. (cf. Salomon, 1997; autosuficientes y no dependientes de las incertidum- Ramón, 2001 bres del intercambio. Sin embargo, debido tanto a la breve presencia de 30 años de los cuzqueños como Las economías de los yumbos y la Sierra durante el a los lazos preexistentes de intercambio, ambas período pre-incásico fueron sincrónicas y ambas es- economías existieron de manera complementaria tuvieron basadas en el intercambio fluido de produc- (cf. Salomon 1989, 1997). tos. Los mindalaes de la Sierra (comerciantes espe- cializados) se desplazaron por los distritos yumbos y Durante la época colonial, además de los productos los cachas devolvieron las visitas en forma rutinaria, de madera (cedro y bambú, en particular), el norocci- dente es caracterizado como una región abundante en miel y jarabe de caña de azúcar, algodón, cacao, banano, aguacate, piña, berenjena, palmito, cidro, limones, naranjas, naranjillas, guabas, guayabas, chontaduros, ají, maíz, yuca, camotes, y jícamas. Junto con el nivel de producción para el consumo interno y la temprana introducción de caña de azúcar durante el período colonial4 , el intercambio entre los habitantes de la sierra y los yumbos continuó, aun- que la cantidad de productos destinados al mercado disminuyó a favor de su utilización y consumo local, principalmente artículos como plumas, hierbas y ani- males silvestres. En 1673, los yumbos abastecían a las poblaciones indígenas de los barrios y mercados de San Blas y San Roque con miel, frutas y made- 18 ras finas. El algodón, codiciado sobre todo durante el siglo XVI, fue reemplazado por lana en el siglo XIX, cuando los españoles controlaban la producción en sus haciendas y obrajes (Ib.: 38). La economía del siglo XIX se ve complementada por Indio Yumbo, Antonio Salas Avilés, http://www.pintoreslatinoa- la abundancia de madera fina y las variedades de mericanos.com palmas, de las cuales se fabricaban productos como

4 Se registra tierras otorgadas a los españoles para la producción de caña ya en el siglo XVI escobas y sombreros. Al mismo tiempo, irán afian- producción de la panela en una actividad turística zándose los dos sistemas productivos más importan- donde se rescata la antigua tradición y, a la vez, se tes: la producción de caña de azúcar y el ganado. observa el proceso y su compleja tecnología (jugo de caña, corte, bagazo, melcochas, panela en polvo) y En el siglo XX, en el noroccidente prosperó y se se degusta la panela. mantuvo una industria de producción de aguardiente pese al sistema corrupto de estancos e impuestos En continuidad con el pasado reciente, la época con- estatales al que se vió sometida por décadas. La temporánea está marcada por la prevalencia de la destilación y comerciallización de aguardiente, pre- ganadería con cierta agregación de valor (lácteos), valeciente entre las décadas de 1950 y 1970, fue a lo que se añade agricultura parcialmente industria- cediendo espacio a la elaboración de panela debido lizada (panela en Nanegal, Pacto y Gualea; palmito a que esta actividad productiva ofrecía mayor renta- en Pacto) y cultivos agro-ecológicos relacionados bilidad, mayor demanda y menor riesgo. con el cacao, el café y las frutas tropicales. Al mismo tiempo, se posicionan con fuerza creciente el turismo De hecho, los trapiches y la panela se están rela- de naturaleza vinculado a iniciativas de conserva- cionando en forma creciente con el turismo, pudien- ción. Sin embargo, han aparecido también en forma do identificarse una Ruta de la Panela, que articula inquietante actividades relacionadas con la minería Nanegalito y ciertas zonas de Nanegal, atravesando del oro, sobre todo Gualea y Pacto, donde se regis- Tulipe, Gualea Cruz y Pacto Loma, para convertir la tran al menos 15 concesiones.

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Fincas productora de panela en Nanegal –G. Collahuazo Los emprendimientos sostenibles del misma finca, guarapo y panela, derivados de sábila, frutas y otros productos tropicales, bagazo de caña noroccidente para aglomerados)5 , piscicultura, viveros, turismo y artesanías; algunas de las fincas/reservas manejan En este estudio han sido priorizados para su caracte- incluso enfoques inspirados en la permacultura que rización aquellos empredimientos que aspiran a crear se orientan a entender y respetar los ciclos naturales un equilibrio entre economía, ecología y equidad y del suelo, el agua y el ambiente. que demuestran capacidad de mantenerse en el Cabe destacar que todos los emprendimientos soste- tiempo, es decir, emprendimientos que en la dinámi- nibles visitados en el noroccidente incluyen un atrac- ca territorial muestran cualidades de sostenibilidad. tivo turístico entre sus características, susceptible de Además de hosterías de variada calidad orientadas ser vinculado con los sitios arqueológicos y naturales. hacia una variedad de demanda, reservas y atracti- Los emprendimientos conectan en unos casos con el vos turísticos, los emprendimientos del noroccidente pasado colonial y pre-colonial, y se relacionan en otros incluyen iniciativas como fincas agroecológicas (café con iniciativas de puesta en valor de la naturaleza y los orgánico de altura, cacao orgánico procesado en la productos del noroccidente en perspectiva de sosteni-

Fincas productora de panela en Nanegal –G. Collahuazo Chocolate orgánico de Mashpi- A. Sono

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Tucanopy-Reserva Intillacta - A. Sono Rutas turísticas en el bosque nublado de Cascada incluida en oferta turística-G. Yunguilla-A. Sono Collahuazo 5 De acuerdo a Heifer-MAGAP (2014: 142), existen al menos 12 huertos agro-ecológicos en Pacto, 10 en Nanegalito y 1 en Nono. La publicación no incluye fincas de orientación agroecológica y agro-turística, como las de Nanegal, Gualea y las mismas de Pacto. bilidad. Por un lado, representan una suerte de prolon- ciaciones y organizaciones grupales o comunitarias gación de las relaciones a la vez respetuosas y dinámi- que promueven la sostenibilidad, por lo que aspiran cas con la naturaleza que caracterizaron el pasado de a constituirse en referentes alternativos que hagan la zona; de hecho, algunos de ellos intentan recuperar posible conciliar desarrollo y conservación en el te- o consolidar productos con profundas raíces históricas rritorio de la parroquia. Específicamente las organi- regionales, como en el caso de la elaboración artesa- zaciones y asociaciones aspiran a dotar de más or- nal de guarapo y panela, posicionando estas activida- ganicidad al conjunto de iniciativas natural-culturales des en continuidad con el más remoto pasado (produc- existentes en las distintas parroquias, y responden ción de ‘guarapos y chichas’ en la época Yumbo y de a la necesidad de promover y organizar el acceso alcohol de caña en la Colonia). a los bienes patrimoniales. El mapa No. 4 muestra Muchas veces los emprendimientos se inscriben en emprendimientos sostenibles relevantes ligados a la el marco de fincas agro-ecológicas, reservas, aso- actividad turística del noroccidente. Mapa 4 Emprendimientos Sostenibles en el Noroccidente

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, ICQ 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Gastronomía ancianos identifican como uno de los platos más an- tiguos y tradicionales), aunque enriquecidas a la vez por el aporte de otras cocinas regionales tradiciona- La gastronomía y el circuito productivo que la sus- les, como la serrana, la costeña o la lojana. tenta y acompaña (la producción/recolección de in- gredientes, los alimentos procesados, las recetas, Cabe mencionar más específicamente el recinto de El la degustación y el disfrute de la comida) constituye Paraíso, en Pacto. Su gastronomía llama la atención claramente un elemento patrimonial y un referente por la elaboración de platos tradicionales y únicos de la identidad cultural. del lugar: morcilla de palmito, apicho (sopa de carne Los platos tradicionales que han cambiado con el de cerdo y yuca), sancocho pacteño, papa china con tiempo son sobre todo aquellos que usaban como salsa de maní, tamales de maduro, aguado (agua de ingredientes vegetales producto de la recolección, limón o mandarina con panela), agua aromática con caza y pesca local, cuyos referentes han ido desa- panela y yuquitas fritas, colada de plátano, canario pareciendo debido a la deforestación, la presión ex- (bebida alcohólica). Algunos de estos platos, como cesiva sobre la caza y cambios en las costumbres, el apicho, y otros como el ceviche de palmito, se en- sobre todo en el caso de la caza y la pesca: la caza cuentran también en otros recintos. La cocina es muy local fue sustituida por pollo y carne de res, y los pes- similar entre las parroquias de todo el Noroccidente. cados de los ríos noroccidentales (guaña o campe- Los platos tradicionales de las zona de Nono (como che, vieja o mojarra, cubo, preñadilla, lisa) por tilapia, en Lloa) siguen, por otro lado, tradiciones de cocina corvina, bagre o trucha, casi todos de criaderos. más cercanas a las de la sierra, como la tradición de Actualmente se está empezando a desarrollar en el cocinar en tiesto, usar granos, preparar platos con Noroccidente un proceso incipiente de rescate y va- frutas de la familia de la calabaza, más comunes en lorización de ingredientes y recetas locales (como el zonas de menor temperatura. palmito o el maito de guaña, que algunos pobladores

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Sancocho pacteño Trucha Caracterización sociocultural Para el momento de la conquista inca y española, la región -ampliamente habitada por los Yumbo en la zona media-alta de la cordillera occidental y los En términos generales, el noroccidente constituye Niguas en la parte baja de las estribaciones andinas- una unidad geográfica, histórica y cultural que favo- se había convertido en un auténtico ‘paisaje cultural’ reció el desarrollo de un singular proceso de adap- (Salomon; 1997). El intenso comercio fue un tema tación medio-ambiental y social. Además de ser recurrente en las crónicas coloniales y documentos parte del Chocó bio-geográfico, constituye una zona históricos, posicionando principalmente a los Yum- de tránsito entre sierra y Costa. Esta condición fue bos como referentes culturales del noroccidente de ampliamente aprovechada desde la época prehispá- Pichincha. Poco a poco se fue dibujando en el ima- nica, y favoreció los asentamientos humanos prehis- ginario contemporáneo una inseparable asociación pánicos, que dejaron evidencias de su paso por la entre los desaparecidos Yumbo y el paisaje del bos- región, debido sobre todo a su ubicación estratégica que nublado, aunque el noroccidente de Pichincha entre las tierras bajas de la costa y los valles altos in- constituyó una región que albergó una importante terandinos. La ocupación humana trajo consigo una dinámica cultural que supera la ocupación Yumbo, transformación del espacio natural. como lo han ido develando investigaciones recientes

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Bosque nublado- Estanislao Pazmiño Arqueología y etnohistoria los primeros asentamientos del periodo formativo, los caseríos dispersos que desarrollaron una economía El cuadro No. 3 y el texto subsiguiente sintetiza el basada en una incipiente producción agrícola en el proceso de las sucesivas ocupaciones humanas en periodo de desarrollo regional y el surgimiento poste- el noroccidente desde los primeros pobladores de rior de un sistema político cacical establecido en base hace 6000 AC, hasta fines del periodo colonial en el a alianzas y el intercambio comercial entre las tierras siglo XIX. La periodización utilizada visibiliza la his- altas y bajas durante el periodo de integración, hasta toria aborigen del noroccidente desde el paleondio, el período de conquista incásica y la época colonial.

Cuadro No. 3 Línea de tiempo de la ocupación prehispánica del noroccidente del DMQ

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, ICQ 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad 25 Las primeras ocupaciones humanas Isaacson y Zeidler 1998, Lippi 1998). Una de las evi- dencias más interesantes de esta ocupación forma- del noroccidente tiva se reportó en la zona de Cachillacta cerca de la actual población de Nanegal (Lippi 1998, Lippi y La presencia humana más antigua se remonta a gru- Gudiño 2008). Este enclave alcanzó una vital impor- pos de cazadores y recolectores que arribaron a los tancia en la época prehispánica por la existencia de espesos bosques noroccidentales probablemente fuentes de agua salina, aunque no es sino hasta la atraídos por los abundantes recursos que les ofreció ocupación tardía Yumbo que la zona se transformó el área. La facilidad con la que se pudo acceder des- en un importante centro político y económico soste- de los altos páramos hasta las zonas boscosas de nido por el comercio de sal. No obstante, es proba- los valles, en un tiempo relativamente corto, conlle- ble que ya durante el Formativo, el comercio de sal se haya visto complementado por un incipiente flujo vó a disponer de una variada fuente de alimentos y de recursos a mediana y larga distancia con las tie- materias primas. Las evidencias más recientes apor- rras bajas costeras y el valle interandino. Uno de los tadas por el proyecto de investigación arqueológica principales recursos en esta red de intercambio fue Palmitopamba sugieren una ocupación de cazado- la obsidiana. La presencia de obsidiana proveniente res recolectores asociadas al período paleoindio o de las fuentes de la cordillera oriental del valle de arcaico alrededor de los 6000 a.C (Lippi, Gudiño y Quito en los contextos de las poblaciones costeras Pazmiño 2014). Estos hallazgos permiten observar tan tempranas como Valdivia (Marcos, et al 1998) que los territorios del noroccidente del Pichincha re- supone la existencia de rutas comerciales. sultaron sumamente atractivos para las poblaciones humanas desde una época muy temprana. Esta prosperidad de los primeros asentamientos for- mativos del noroccidente se vio interrumpida por la Este panorama se mantuvo hasta el surgimiento de violenta erupción del volcán Pululahua, alrededor del las primeras aldeas agrícolas del período formativo 500 AC (Isaacson y Zeidler 1998, Knapp y Mothes hace alrededor de 2000 años a.C (Lippi 1998; Lippi 1998). Una gruesa capa de ceniza sepultó el paisaje y Gudiño 2008; Lippi, Gudiño y Pazmiño 2014; Jara montañoso del occidente y desplazó a las poblacio- y Santamaría 2009). Vestigios principalmente cerá- nes que se radicaron en la región. A esta erupción micos se encuentran asociados a las culturas Coto- parecen haber seguido otros eventos eruptivos no collao y Nambillo con un área de interacción que se identificados que terminaron con las posibilidades de 26 extendió hasta el valle interandino (Isaacson 1987, ocupación de la región por un buen tiempo.

Sitio arqueológico de Palmitopamba – Estanislao Pazmiño N 0.9 km 2.2 km Marianitas Nanegal 4.0 km Casa Blanca Piscinas Maquipucuna aquicolas Lodge

Cachillacta

12.3 km LEYENDA - Distancia en km Bebederos de colibríes - Carretera a seguir - Senderos

Sitio arqueológico Cachillacta en Nanegal

6 Las ocupaciones durante el periodo de ceja de montaña occidental . La presencia de varios asentamientos del período de Desarrollo Regional, Desarrollo Regional en las inmediaciones del valle de Quito y la zona in- terandina presentan algunos rasgos (especialmente A raíz de esta serie de eventos volcánicos, la devas- cerámica de estilo costeño) que sugieren contactos tación de la zona puso fin a los primeros asentamien- comerciales con los grupos de la costa. El aprovisio- tos, dando paso a un despoblamiento y abandono namiento de obsidiana quizás representó un factor del área por un lapso considerable. Arqueológica- importante para restablecer las rutas de comercio mente la información sobre este período es escasa entre costa y sierra. Precisamente, evidencia de ce- y fragmentada. Las referencias más notables corres- rámica de filiación costeña ha sido reportada espe- ponden a algunos hallazgos realizados en la zona cialmente en las zonas bajas (Lippi, 1998: 297-300). del valle de Mindo (Lippi, 1998). Lippi (1988) esta- blece que la ocupación Nambillo medio se habría Las ocupaciones durante el periodo de establecido en los alrededores del valle de Mindo hacia el 300 AC, hasta su desaparición, aproximada- Integración mente en el año 400 DC. Más allá de ello y algunas En el período tardío el noroccidente fue escenario relaciones con conjuntos cerámicos de otras zonas, de una notable transformación propiciada por el sur- 27 no es posible establecer con claridad los modelos gimiento y desarrollo de dos grupos culturales: los de ocupación que tuvieron lugar en toda la región. Yumbo que se asentaron en la parte media y alta La recuperación de los circuitos de comercio proba- del bosque nublado; y los Niguas quienes ocupa- blemente dinamizó el paulatino repoblamiento de la ron una área de transición con la costa en el pie de

6 El bosque nublado o “ceja andina” se forma cuando el aire caliente ecuatorial del Pacífico golpea las laderas escarpadas de los Andes, se levanta y se impregna de la humedad de las montañas y nubes. Dado que el bosque está en pendiente y el terreno es irregular, los rayos del sol son capaces de penetrarlas profundamente, generando así una diversidad más rica de vida animal y vegetal. monte (Lippi; 1998, Salomon; 1997). Ambos grupos canzan dimensiones impresionantes y comprenden se adaptaron satisfactoriamente a la diversidad del desde montículos hemisféricos, hasta grandes pla- entorno consolidando su posición estratégica en los taformas rectangulares que en ocasiones presentan circuitos de intercambio a larga distancia entre sierra una o dos rampas de acceso. La densidad de montí- y costa. Según Lippi (2004) algunos rasgos lingüís- culos refleja la enorme inversión de tiempo y esfuer- ticos sugieren que los Yumbos y Niguas hablaban zo empleados en su construcción. Sin embargo, a idiomas afines derivados de la familia barbacoa, en pesar de su amplia distribución únicamente dos tolas la cual habrían estado incluidos los idiomas hablados han sido excavadas sistemáticamente. La primera por los Caranquis en la zona inter-andina y los Qui- fue trabajada en la década de 1980 por Issacson jos de la montaña oriental. Lippi propone que estos (1987), mientras que la segunda se encuentra bajo grupos llegaron como parte de una oleada migratoria investigación (Lippi y Gudiño; 2010, Lippi, Gudiño y procedente del noroeste de la actual Colombia. Esta Pazmiño; 2012, Lippi, Gudiño y Pazmiño; 2013). oleada habría ocurrido a inicios del período de inte- Los datos preliminares obtenidos de las excavacio- gración alrededor del 500 d.C. nes sugieren que las plataformas no fueron erigidas Uno de los aspectos más notables de la ocupación en una sola fase de construcción por lo que pueden Yumbo, es el proceso de transformación del paisa- albergar evidencia de diferentes ocupaciones. Toda- je por medio de la construcción de diversos tipos de vía los datos resultan demasiado exiguos como para montículos artificiales. Varios de estos montículos al- determinar una funcionalidad para los montículos.

Tola Paraguas en Pacto – Estanislao Pazmiño Tolas Santa Teresa en Pacto – Estanislao Pazmiño

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Tola El Porvenir/Naranjo en Gualea – Xavier Izco Tola Freire en Gualea - FONSAL No obstante, cabe la posibilidad de que algunos fue- proporcionó un entorno atractivo para la explotación y ran utilizados como vivienda y otros pudieron haber producción de recursos esenciales tales como la sal, desempeñado una función ritual o funeraria. el ají, y el algodón (Salomon 1980, 1997). El nivel de organización sociopolítica que alcanzaron Una compleja red de caminos conocidos como cu- los yumbos permitió el desarrollo de importantes ca- luncos conecta en términos generales el intrincado cicazgos. El manejo económico debió ser un punto sistema de comunicación prehispánica durante la central en el desempeño político. El amplio flujo de in- ocupación Yumbo. La información arqueológica dis- tercambio comercial constituyó un eje de la economía ponible establece varias diferencias entre las rutas de los pueblos yumbos. Por un lado hay un consenso que unían el valle interandino y las tierras bajas; así en que el comercio de recursos exóticos entre costa como las rutas que enlazaban los asentamientos y sierra alimentó el aparecimiento de complejos siste- centrales Yumbos. A partir de estas rutas se confi- mas políticos en la ceja de montaña noroccidental, sin guró parte de la carga simbólica del territorio. Los embargo, por otra parte el noroccidente en general caminos no solo articulaban las redes comerciales sino los vínculos de parentesco y la arquitectura sim- bólica del paisaje.

La expansión inca en el noroccidente

La conflictiva incursión inca en el norte andino tuvo diversos episodios caracterizados por negociaciones, alianzas y guerras. Concretamente su llegada al valle de Quito, así como el prolongado y desgastante conflic- to que mantuvieron con los pueblos Caranquis, jugaron un papel trascendental en la expansión inca hacia el noroccidente de Pichincha. Las primeras incursiones probablemente ocurrieron mientras se llevaban a cabo las batallas contra los Caranquis. Los incas emprendie- ron diversas obras de infraestructura en la región con el afán de garantizar el control estratégico de toda el área. 29 Para ello adecuaron y dieron mantenimiento a los prin- cipales caminos, establecieron puestos de control en cruces estratégicos de ríos, y construyeron pucarás7. La expansión inca de acuerdo a las fuentes históricas se desarrolló de manera pacífica, especialmente por el carácter apacible que se reconocía en los yumbos. Tola El Porvenir/Naranjo en Gualea – Xavier Izco

7 Pucará es el nombre que adquieren las fortalezas militares incas.. Buena parte de los intereses incas en mantener un do- El noroccidente y los yumbo minio sobre el territorio yumbo estuvo destinado a con- trolar el flujo comercial entre regiones. Paralelamente, Como sociedad excedentaria9, los Yumbo producían el noroccidente presentó condiciones que agradaron a bienes de intercambio que fueron catalogados como los cuzqueños por lo que decidieron construir centros bienes de primera necesidad en el Quito prehispá- de descanso con baños de piedra y piscinas como Tuli- nico y en los primeros años de la Colonia; como he- pe8 . La llegada de los españoles cambió los planes in- mos señalado, figuraban entre ellos frutos, hierbas, cas, por lo que la región del noroccidente se transformó animales, bebida fermentada, y otros productos sil- en un bastión de refugio de las familias nobles y rearme vestres y cultivados, además de productos locales de las guerrillas encaminadas a arrebatar de manos de como la sal, que extraían de cachacos10 , todavía los españoles el poder usurpado. Luego de varios fra- casos el legado inca estuvo destinado a desaparecer. existentes en el área de Cachillacta y Yunguilla-Ca- lacalí. Estos productos eran intercambiados por otros bienes de consumo elaborados en la sierra, en particular obsidiana, hasta bien entrado el siglo XIX (Salomon, 1997; Kingman, 2006). Para ello, los Yumbos conectaban una serie de pi- sos ecológicos, desde la sierra hasta la costa, en el Andenes y terrazas del Pucará Portalanza ubicado en Calacalí marco del intercambio y la micro-verticalidad. Y este – E. Domínguez acceso a una serie de pisos ecológicos, junto con una producción especializada, ha continuado hasta el presente. Como recuerda Ramón con relación a Nanegal (2001: 45-46), existe un patrón micro-verti- cal bien conocido por las poblaciones locales, que se reproduce en la organización de sus sistemas agríco- las y ganaderos, e incluye cinco zonas micro-ecoló- Piscinas ceremoniales de Tulipe – pg web gicas: la zona baja fluvial, la zona de cultivos de ciclo

8 Anque los trabajos del Fondo de Salvamento del Municipio de Quito (FONSAL) han contribuido a defender la idea de que Tulipe fue 30 un centro ceremonial de la cultura Yumbo, en la actualidad varios arqueólogos han coincidido en que la arquitectura de las piscinas correspondería con una filiación inca pues la técnica de construcción utilizando piedras es la misma que se presenta en acueductos, terrazas y pucarás, piscinas y baños construidos por los incas en los territorios conquistados. En las secciones laterales de la estructura identificada como baño se reconocen dos hornacinas trapezoidales, sello inconfundible de la arquitectura inca. Por otro lado, los vesti- gios dejados por los grupos étnicos de los andes septentrionales no incluyen infraestructuras complejas como la observada en Tulipe, sino más bien la edificación de montículos de tierra o tolas de diferente tamaño y función. En cuanto a la función principal que cumplieron las piscinas de Tulipe, los patrones de construcción y su diseño conducen a pensar en un claro vínculo con actividades ceremoniales relacionadas con el agua, elemento en torno al cual diferentes pueblos prehispánicos desarrollaron una serie de ritos y cultos. 9 Las sociedades excedentarias son aquellas que producen más de lo que requieren para su subsistencia y por tanto están en capa- cidad de destinar parte de la producción a la comercialización en mercados externos. 10 Kachi yaku (kichwa) = agua salada. corto, la zona de cultivos perennes, el centro poblado objetos de piedra, petroglifos). Junto a Holguer Jara, y la montaña. conspicuo investigador del país Yumbo, se puede constatar que “La toma de conciencia cada vez es Por otra parte, es interesante constatar que los ha- mayor y su ‘empoderamiento’ se encamina hacia un bitantes actuales, al igual que las poblaciones histó- verdadero significado de patrimonio cultural hereda- ricas del Noroccidente, dedican una parte sustancial do, al que hay que conservar […]” (Jara, 2006, T. II/2: de su actividad económica a la producción y ‘ex- 240) portación’ de productos exóticos para la población serrana. Los agricultores que migraron de otras re- giones del país orientan sus actividades agrícolas y ganaderas principalmente a la producción de uno o varios artículos especializados para la venta en los centros urbanos, particularmente Quito; estos inclu- yen los productos basados en la caña de azúcar y la producción ganadera. Esta especialización producti- va ha existido por más de cinco siglos, a pesar de las grandes diferencias entre los habitantes antiguos de las haciendas y los colonos campesinos recién lle- gados; dicha especialización es el resultado, en gran parte, de los fuertes lazos que siguen vigentes con los mercados de Quito. Petroglifos ubicados en fincas particulares del norocidente – Instituto Metropolitano de Patrimonio El retorno contemporáneo de lo Yumbo

Salvo algunos pocos descendientes mestizados de los últimos Yumbo, la mayoría de la gente que habita el actual noroccidente son colonos, por lo que surge espontáneamente la pregunta acerca de hasta qué punto los actuales habitantes son conscientes del pasado Yumbo y lo siguen valorando como parte de 31 su identidad actual. Durante el estudio desarrollado, fue relevante en- contrar que los finqueros del noroccidente no deja- ban de preguntarse acerca de quiénes fueron los pobladores antiguos, y cuál es el significado de su cultura y de los vestigios que encuentran en sus pro- pias fincas cuando las laboran (tolas escondidas en Vestigios arqueológicos presentes en el territorio – Instituto Me- la vegetación, enterramientos, culuncos, cerámica, tropolitano de Patrimonio Las yumbadas, un ritual urbano que rememora a los yumbos

Las Yumbadas urbanas constituyen un caso simbolismos como la lanza de chonta, o el paradigmático de la posible pervivencia de atavío con mates y plumas; la presencia del la cultura Yumbo. Sus orígenes se remontan chancho salvaje-sajino (‘cuchi’), monos y probablemente a los primeros asentamientos plantas medicinales de origen selvático; la ti- Yumbo en la ciudad, huyendo de las erupcio- pificación de los Yumbos como ‘aucas’11 . nes volcánicas y de los abusos colonial-re- El drama ritual de la Yumbada sigue cele- publicanos, aunque han ido evolucionando brándose cada año en alrededor de 10 parro- e incorporando elementos de otras tradicio- quias de Quito (urbanas y rurales) que inclu- nes culturales. La memoria de los orígenes ye la participación de alrededor de 40 barrios está todavía fuertemente representada en del DMQ. El mapa No. 5 permite visualizar los momentos centrales del ritual; danzantes las parroquias y los barrios que participan en procedentes simbólicamente del norocciden- la celebración de Yumbadas en la ciudad de te, Santo Domingo-Tsáchilas o la Amazonía; Quito12.

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Yumbomate- Rafael García Yumbamama-R. Peñafiel

11 Palabra quichua, cuyo sentido literal es “salvaje”, pagano, enemigo”. Representa todo lo opuesto a la cristianidad, la civilización y el orden urbano (cf. Salomon, 1992). 12 En el caso de Conocoto, se trata más bien de un barrio que confluye en la parroquia de Amaguaña y tiene presencia en otras parro- quias y contextos festivos; sin embargo, figura en el mapa por la personalidad y dinamismo de sus danzantes (los ‘Yumbos Blancos’). Mapa No. 5 Yumbadas quiteñas

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Simbolismo y significado atribuido por cada uno responde con un nombre de cerro, monta- ña o volcán (este último designado a los danzantes los participantes con mayor prestigio y antigüedad). A partir de este momento, los Yumbos hablan de sí mismos como Son varios los significados vinculados al drama ritual hijos e hijas de los cerros, asumiéndose como sha- de la Yumbada. En general, existe una amplia amal- manes que han venido desde las montañas del occi- gama de costumbres, ritos y símbolos, tanto autóc- dente a visitar y a curar al Apu (cerro/espíritu tutelar tonos como cristiano-occidentales, y los personajes local, asimilado en la actualidad al prioste). Yumbos o ‘rucos’ se mezclan con capataces y ma- yorales, símbolo del dominio blanco-hacendatario, con los que interactúan de distintas maneras en el espacio de la danza. El ritual celebra en primera instancia la existencia de raíces comunes y de la común supervivencia en los límites del espacio urbano, contribuyendo a reafirmar orígenes y referentes identitarios, y a realimentar los imaginarios colectivos urbanos compartidos, como parecen señalarlo las relaciones de parentesco y reciprocidad existentes entre los danzantes, y entre grupos de danzantes de distintos barrios (cf. Salo- mon, 1992; Fine-Dare, 1991, 2006, 2013 y 2014; Izko, 2013). Un elemento sobresaliente de los rituales es la asig- nación de nombres, que se desarrolla antes del amanecer. En Cotocollao, Amaguaña y otros barrios, los danzantes dejan de lado su identidad cotidiana en la ceremonia y toman sus nombres rituales de los volcanes o cerros menores que les otorgarán sus favores, transfigurando así su identidad y reconfigu- 34 rándola de acuerdo a las poderosas fuerzas de la naturaleza, a las que se otorga un inmenso poder cultural. Cada Yumbo es en sí un poderoso shamán a quien su montaña le ha otorgado el poder mágico de curar, matar y convertirse en cualquier ser vivo. Uno de los personajes Yumbo más relevantes son el urcumama y la yumbamama que representan a la ‘montaña’. En Calderón, el Cabecilla pregunta explí- Danzante Yumbo con lanza de chonta por las calles de Quito- citamente a los Yumbos “¿cómo te llamas?”, a lo que Samanta Andrade Al mismo tiempo, conviene señalar la existencia de finalmente, la ‘resurrección’ del Yumbo (que marca situaciones diferenciadas. En Amaguaña, de acuer- al mismo tiempo la reconciliación entre los Yumbo) do a los participantes13, la Yumbada se relaciona con a través de la memoria y las prácticas identitarias. su carácter de actividad festiva, socialización comu- (Salomon, 1992; Fine Dare, 2006 ) nitaria, barrial, intergeneracional y de género. Fun- Sin embargo, dentro del mismo barrio existen grupos ciona también como una expresión de reivindicación (como el colectivo El Quinde) que traducen las prác- identitaria y política, de uso del espacio público y de ticas rituales en reivindicación identitaria. En esta articulación con actores estatales14. dirección, las Yumbadas habrían llegado a formar En el caso de Cotocollao, muchos participantes ma- parte, en algunos casos, de las renovadas ‘prácticas nifiestan que es una fiesta para compartir, hecha transculturales de etnogénesis’16 de grupos indíge- de intercambios y reciprocidades, que expresa la nas urbanos de tendencias esencialistas, como los unidad de la comunidad y de la familia. Para estos Kitu o los Kitu-Kara (cf. Fine-Dare, Ib.), mientras que danzantes el Yumbo representa sobre todo la fuerza en otros, como en la comuna urbana de Lumbisí, los de la ‘montaña’, asimilado a lo salvaje (‘sacha’)15. En habitantes locales consiguen compaginar elementos cuanto drama ritual, la Yumbada simboliza los inter- de cultura urbana occidental con sus raíces y prác- cambios materiales y simbólicos entre los pueblos de ticas ancestrales, diferenciándose de los seguidores Quito y los grupos selváticos, tanto los Yumbo his- de grupos como los Kitu Kara o la CONAIE en su tóricos del Noroccidente como los de la Amazonía definición del indigenismo (Williams, 2012; cf. Borja, (Yumbo de Archidona). 2012). El núcleo del ritual es la matanza y resurrección del Los participantes de otras Yumbadas (Tumbaco – Yumbo (‘Yumbo huañuchiy’), que rememora, por un Tola Chica, en particular) subrayan más bien en for- lado, las luchas fratricidas entre Yumbos, interpreta- ma explícita la importancia de los componentes festi- das como consecuencia paradójica de la impotencia vos y estéticos, asociados a la danza y la vestimenta, frente a los poderes coloniales, ya que la imposibi- aunque poseen también connotaciones relativas a la lidad de conjurarlos y descifrarlos se tradujo en la celebración compartida de los lazos barriales y de identificación de causas ‘internas’, lo que dio lugar a parentesco. En este sentido, como sucede en otras numerosos episodios de conflicto inter e intrafamiliar; fiestas rural-urbanas, un elemento transversal a to- por otro, expresa también las exacciones y la ‘muer- das las Yumbadas es el fortalecimiento de vínculos te’ colonial, el exorcismo de lo conocido y extraño – de parentesco, así como el otorgamiento mutuo de los Yumbo en cuanto expresión de la abundancia de reconocimiento, respeto y prestigio entre los parti- 35 la tierra y en cuanto brujos poderosos y temibles – y, cipantes. La intención de mantener viva la estética

13 Entrevistas realizadas a integrantes de la yumbada en febrero del 2016. 14 Particularmente los gobiernos autónomos descentralizados parroquiales, municipales y provinciales. 15 Entrevista realizada al danzante principal de la yumbada de Cotocollao en 2015. 16 Fine-Dare introduce el concepto de “prácticas transculturales de etnogénesis” para explicar el surgimiento de nuevas identidades indígenas en el entorno urbano mediante el reconocimiento y reinvención de sus orígenes en el espacio del rito (la yumbada). particular relacionada con la vestimenta, la danza y recreaciones urbanas. Por otro lado, existen situa- la música tiende a ser compartida por muchos de los ciones diferenciadas (desde expresiones identitarias participantes jóvenes de otras Yumbadas. incluyentes o excluyentes hasta toda una gama de posiciones intermedias), lo que nos pone en guardia Pero existen también otros significados -a veces contra el intento de hacer una lectura de todas las explícitos, ocultos en la mayoría de los casos- que Yumbadas bajo los mismos parámetros interpretati- remiten más bien a la existencia de intentos de apro- vos. piación diferenciada y conflictiva de las yumbadas y la diversidad de significados que expresa, llegando a Uno de los retos de las yumbadas es cómo estable- constituirse auténticos campos de fuerza entre distin- cer una continuidad en la transmission y celebración to tipos de actores. de los rituales y los aspectos socio-identitarios, a par- tir de las percepciones y prácticas de los propios ac- En conjunto, si bien las distintas Yumbadas compar- tores, evitando el riesgo de provocar la folclorización ten orígenes comunes, son plasmadas e interpreta- de las Yumbadas tradicionales mediante convoca- das de manera parcialmente distinta en función del torias extemporáneas, funcionales a fines políticos, contexto barrial donde se llevan a cabo, que aglu- que sacan de contexto la danza en cuanto a tiempos tina reminiscencias antiguas con aportes culturales y lugares, despojándola de sus significados simbóli- de los lugares de origen de los migrantes locales y cos y de sus funciones sociales.

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Capariches portando escobillas de plantas medicinales en la Cacería de cuchis y monos en la yumbada de la Magdalena Yumbada de Rumicucho-Azucena Sono Los culuncos, antiguos senderos yumbo que interconectan territorios

De acuerdo a Lippi (2000), los culuncos son tercera red de caminos salía del mismo ori- senderos erosionados a manera de zanjas, gen y bajaba por Calacalí por una boca de estrechos, hundidos y cubiertos en la parte montaña atravesando los principales pobla- superior por una enmarañada vegetación. dos de los Yumbo septentrionales. Existía Los culuncos comunicaban conjuntos habi- además otra ruta que tenía su partidero en tacionales de tolas, sitios ceremoniales y zo- Aloag y que conducía a los Yumbo meridio- nas de cultivo. Posibilitaban el intercambio nales. y la comercialización de distintos tipos de mercancías entre la costa, los valles sub-tro- Existieron también distintas variantes de picales y la sierra, así como las relaciones estas rutas principales en todas las actua- inter-étnicas (Yumbos septentrionales y me- les parroquias del noroccidente, como las ridionales, Yumbo-Caranqui, Yumbo-Nigua, bifurcaciones desde Nono hacia Mindo por Yumbo-Kitu, etc.). En este sentido, bien Guarumos-San Tadeo. Los denominados puede decirse que los culuncos han sido los “senderos García Moreno”, que comunican el ejes articuladores del paisaje pre-hispánico sector de Verdecocha (Nanegalito) con Min- y constituyen verdaderos ‘senderos de la do incluyen también algunos tramos de cu- memoria’, obra a la vez de la naturaleza y luncos. Precisamente Lippi y Suárez (1986) la cultura que han pervivido hasta nuestros identificaron en Mindo vestigios de los cu- días. luncos que conectaban el país de los Yumbo con la región quiteña a través de las bocas Según Salomon (1986, 1997), existía una de montaña. Concluyeron que un camino de red vial que comunicaba el país Yumbo con gran transcendencia pasaba por Nambillo, y la región circumquiteña. La principal y más se dividía en tres distintos caminos más arri- conocida era la que salía desde Cotocollao ba de Nambillo, dirigiéndose a Cotocollao por hacia el corazón del noroccidente (Nanegal, el cerro Verdecocha, a Quito por encima del 37 Gualea, Pacto), subiendo hacia Nono por el Pichincha y a Lloa por las faldas occidentales sitio denominado Pasuli (Pisulí) y continuan- del Pichincha. do luego hacia Gualea por Nonopungo y Alaspungo; parte de esta red era denomina- En la actualidad, muchos de los caminos da ‘camino del ynga (inca)’, probablemente han sido destruidos a causa de la apertura porque se trataba de un camino mantenido y construcción de carreteras de segundo y por los incas, aunque utilizara rutas Yumbo tercer orden, además de la agricultura y la pre-existentes. Otra ruta pasaba por la boca ganadería; sin embargo hay sectores menos de montaña bajo Lloa rumbo a Mindo. Una frecuentados o accesibles donde los tramos de culuncos se conservan todavía. Existen varias re- madera y trago, de su uso para el desplazamiento de des de senderos en distinto estado de conservación, los pequeños finqueros locales con el fin de acortar además de numerosos tramos fragmentarios, cuyo el camino amparados por la frondosa vegetación, y aislamiento o utilización contemporánea los ha man- de su incipiente puesta en valor como rutas turísticas tenido en vigencia hasta tiempos recientes, a través (Calacalí-Yunguilla, algunos tramos de Nono, Pacto del trasiego de recuas de mulas con contrabando de y Gualea). Mapa No. 6 Principales redes de culuncos en el noroccidente del DMQ

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, ICQ 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Clústers y Potencialidades turísticas del noroccidente

Una propuesta preliminar de articulación de derando que las iniciativas de conservación atractivos turísticos de las parroquias del no- se van instalando progresivamente en el pai- roccidente, aspira a posicionar simbólica y saje y en la conciencia de la mayoría de la materialmente en el imaginario de los visitan- gente. tes la historia Yumbo del noroccidente y todo En todo caso, lo verdaderamente importan- lo que transitó por la tupida red de culuncos te es posicionar los culuncos como símbolo (circulación entre núcleos domésticos y caci- y reclamo de la identidad del Noroccidente, cazgos, productos y mercancías, relaciones como un recurso real o intuido que organiza interculturales, abusos coloniales, arrieros internamente el acceso a los sitios y atrac- contrabandeando trago y madera). tivos turísticos. En este marco, la historia Los culuncos son testigos mudos de conti- social Yumbo y las relaciones norocciden- nuidades elementales como paisajes casi te-costa-sierra (junto con la historia posterior inalterados, bosques y especies que poseen de los senderos) constituiría la amalgama todavía capacidad de reproducirse, aunque que ‘aglutina’ los vestigios naturales y cultu- algunas especies estén amenazadas, consi- ral-arqueológicos de la región.

Cuadro 4 Distribución de clústers por parroquias

Parroquias Cluster Calacalí Nono Nanegal Nanegalito Gualea Pacto

Calacalí-Nanegal

Nanegalito 39 Nono

Santa Elena-Camacpi

Las Tolas de Gualea

Santa Teresita y Pacto

Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Por el momento, el estudio ha identificado seis gran- complejidad de los clústers depende de la naturaleza des clusters parroquiales e interparroquiales (ver de las rutas/culuncos y la cantidad de elementos que mapa No. 7) que aglutinan el conjunto de sitios ar- articula. queológicos, áreas de conservación, atractivos pai- El cuadro anterior resume los distintos clusters pro- sajísticos, emprendimientos y manifestaciones cultu- puestos por parroquia, los mismos que se encuen- rales en torno a los culuncos en cuanto elementos a tran identificados en el mapa No.7. la vez de la naturaleza y la cultura. La mayor o menor Mapa No. 7 Clusters natural-culturales de las parroquias del noroccidente del DMQ en torno a los culuncos

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, ICQ 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Los Itinerarios y rutas culturales en la En este sentido, los itinerarios culturales son el fruto de las relaciones humanas (comerciales, religiosas, gestón del turismo culturales, etc.) que han originado un patrimonio tan- gible e intangible. Por tanto, el interés económico del En el marco del patrimonio natural-cultural, los iti- itinerario deberá articularse sobre sus características nerarios culturales y las rutas turístico-culturales se intrínsecas natural–culturales y patrimoniales, para han convertido en uno de los recursos territoriales de no correr el riesgo de convertirlas en un artificio que mayor crecimiento en las últimas décadas. La pre- es ofertado solo para fines comerciales. Los itine- ocupación de organismos regionales, nacionales e rarios pueden convertirse en productos turísticos a internacionales por su creación y diseño se demues- partir de sus cualidades internas y la identidad de los tra con la aparición de figuras institucionales que re- actores (cf. Arcila, López y Fernández, 2015). conocen el valor de estos recursos desde diferentes Adicionalmente, el Reporte Global sobre Rutas perspectivas, destacando la valorización del patri- Culturales e Itinerarios de la Organización Mundial monio y el turismo (ICOMOS, 2008). de Turismo (World Tourism Organization-UNWTO, El ICOMOS denomina ‘itinerario cultural’ toda vía de 2015) señala que las principales condiciones de comunicación terrestre, acuática o de otro tipo, físi- éxito de estos itinerarios están relacionados por un camente determinada y caracterizada por poseer su lado con lo que se denomina turismo de experien- propia y específica dinámica y funcionalidad históri- cia, mediante el cual los visitantes acceden a nue- ca al servicio de un fin concreto y determinado cuyos vos espacios para el descubrimiento, las relaciones elementos definitorios son i) El contexto natural y / o humanas, las emociones y la innovación, en calidad cultural en el que inciden; ii) Su contenido, relaciona- de protagonistas de la experiencia y, de otro lado, do con elementos patrimoniales tangibles; iii) El valor con el desarrollo de una alianza estratégica entre de conjunto compartido, superior al de cada parte; iv) la cultura, el turismo y las comunidades locales para El carácter dinámico del itinerario, en cuanto factor asegurar el buen gobierno de las rutas culturales, dinamizador de influencias culturales recíprocas; v) incluyendo capacitación continua, redes de coope- El entorno (geográfico, natural, territorial, cultural-pa- ración interinstitucional y responsabilidad cultural de trimonial) del que forma parte. los promotores turísticos.

41 Conclusiones

El noroccidente del DMQ alberga ecosis- culuncos, redibujaron el paisaje montañoso temas formidables, en cuanto confluencia y la forma de circulación en este espacio. de dos bio-regiones: la de las estribaciones Todos estos elementos que han sobrevivido occidentales de los Andes de Ecuador y hasta nuestros días forman parte del impor- Colombia, y la del Chocó bio-geográfico. Al tante patrimonio arqueológico tangible de la mismo tiempo, incluye importantes vestigios región. arqueológicos y huellas culturales todavía De acuerdo al proceso histórico que se ha latentes en el paisaje, complementadas de descrito, los habitantes originarios del no- manera potente por las Yumbadas urbanas, roccidente (Yumbos) fueron insertos a partir así como sistemas de producción, iniciativas de la Colonia en una red de interacciones sostenibles, gastronomía y grupos humanos subordinadas, que los sometió y desestruc- interactuantes, que constituyen el tejido a ve- turó como pueblo, y que tuvieron como con- ces invisible que interconecta el conjunto de secuencia su desaparición física o el despla- instancias que lo componen. zamiento a otras regiones, realimentado por Las parroquias noroccidentales del Distrito episodios como las erupciones volcánicas. Metropolitano de Quito poseen un rico lega- Progresivamente fueron apareciendo nuevos do cultural. Este legado conjuga las distintas actores, que se entreveraron con los escasos formas en la que los seres humanos desde descendientes mestizados de los Yumbo: tiempos ancestrales se adaptaron y desarro- neo-comunidades conformadas por ex – hua- llaron en un entorno mega diverso. La trans- sipungueros, algunos de ellos descendientes formación del paisaje natural en un paisaje de los Yumbo; hacendados, colonos/finque- cultural es uno de los aspectos más signifi- ros, nuevos ‘hacendados’ conservacionistas, cativos de la historia del noroccidente. Con la algunos de los cuales practicaban hasta no construcción de plataformas, terrazas, tolas hace mucho una economía de enclave, mez- con funciones tanto domésticas como polí- cla de sostenibilidad ambiental e insostenibi- 42 ticas y rituales, petroglifos, piscinas y acue- lidad social con cierto grado de desprecio o ductos, el paisaje natural fue adquiriendo una ignorancia por la cultura. carga simbólica a través de la cual fluyeron toda serie de relaciones sociales, económi- En este marco, ha sido estructurada una cas, rituales y políticas. propuesta de articulación de elementos na- tural-culturales, cuyo conector son los culun- A ello se sumaron los elementos que posi- cos. Esta propuesta aspira a posicionar en el bilitaron estas relaciones: los caminos. Estas imaginario de la ciudadanía la historia del no- vías, conocidas localmente con el nombre de roccidente de manera que constituya un des- tino en sí misma, al tiempo que organiza el conjunto las culturas vivas constituyen los máximos atractivos de bienes situados en su trayecto y en su entorno, del turismo. propiciando una experiencia única que haga posible Los itinerarios culturales y las rutas turístico-culturales la creación de valor por parte de los visitantes. se han convertido en uno de los recursos territoriales de Las iniciativas recientes de las máximas instituciones mayor crecimiento en las últimas décadas, en un marco responsables del turismo y la cultura a nivel mun- de interactividad, fecundación mutua, y realimentación dial (ICOMOS/UNESCO y OMT/WTO) corroboran de sistemas dinámicos de relaciones históricas y bienes la absoluta ‘modernidad’ de los culuncos, en cuan- culturales, de manera que el interés económico del itine- to itinerarios culturales articuladores del conjunto de rario se articule sobre las características intrínsecas na- sitios y atractivos. Para el ICOMOS, la diversidad y tural-culturales y patrimoniales de los bienes ofertados.

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45 Anexo 1 (apunte metodólogico)

Si bien el estudio tuvo como objetivo plantear 2) Arqueología. En este componente se una propuesta de clusters turísticos17, ésta no realizó el relevamiento de información se redujo a una mera agregación de atracti- disponible sobre tolas, centros ceremo- vos turísticos de la zona, sino que se propu- niales, culuncos, petroglifos, pucarás y so comprender la configuración del conjunto otros sitios de interés arqueológico. de las parroquias del noroccidente como un 3) Emprendimientos. Este componente paisaje natural-cultural articulado a aspectos incluyó la descripción de reservas, hos- geográficos, ecológicos, económicos, socia- terías, lodges, agro-negocios y otros em- les y culturales que se han entretejido en su prendimientos sostenibles y, devenir histórico. Esta comprensión dota de una mirada renovada a un área del Distrito 4) El componente cultural que se ocupó Metropolitano de Quito, que con frecuencia principalmente del estudio de las yumba- ha sido vista como zona de paso hacia la das urbanas y su relación con las parro- costa por la carretara Calacalí-La Indepen- quias del noroccidente. dencia y, en menor medida, como un territo- rio de alta biodiversidad ambiental y compleji- La metodología para la recolección y trata- dad etnohistórica de profundas implicaciones miento de la información por componente para la ciudad. se basó en la revisión documental de textos, Con el fin de desarrollar una comprensión in- tesis e informes representativos sobre el no- tegral de la zona de estudio se establecieron roccidente. Se incluyeron, por ejemplo, los 4 componentes de investigación: textos más emblemáticos de la etnohistoria y la arqueología Yumbo y de la subregión en 1) Ecología, conservación y atractivos general como los de Salomon, Lippi, Jara paisajísticos. Con este componente se y sus críticos. Posteriormente, se pasó a la propuso caracterizar el paisaje natural del identificación de informantes clave en grado 46 noroccidente mediante la descripción de de proporcionar información oportuna y de reservas, bosques, areas de conserva- calidad (líderes comunitarios, organizadores ción, cascadas, termas, piedras, cuevas. de Yumbadas, propietarios o administradores

17 En este estudio se entiende por cluster turístico a las concentraciones geográficas que contienen sitios de relevancia arqueológica, ecológica y cultural interconectados en torno a una temática común o una historia compartida, inscrita en el paisaje del noroccidente (por ejemplo, senderos antiguos, cascadas con valor ceremonial, tolas, etc). El potencial de una propuesta de ‘clusters’ reside precisamente en su capacidad de identificar hilos conductores que ayudan a crear complementariedades y convergencias entre elementos aparentemente dispares y heterogéneos. de reservas o haciendas y hosterías, etc.) y la selec- El siguiente cuadro muestra la información levantada ción de sitios a ser visitados por un equipo multidis- en cada una de las parroquias del noroccidente, en ciplinario con experticias en ecología, arqueología, el anexo final consta el detalle de la totalidad de re- antropología y turismo. Por ultimo, se realizó la re- servas, atractivos paisajísticos, sitios arqueológicos colección de datos y el análisis de la información re- y emprendimientos visitados durante la fase de tra- cabada orientado a identificar las interacciones más bajo de campo18. significativas de la relación cultura-naturaleza.

Sitios, áreas de conservación, atractivos paisajísticos y emprendimientos de las parroquias del noroccidente

Sitios y Calacalí Gualea Nanegal Nanegalito Nono Pacto Quito Total atractivos Reservas 3 1 2 7 2 4 19 Cascadas y 2 5 2 4 6 9 28 vados Termas 1 1 1 3 Piedras 2 2 Cuevas 1 1 Arqueología 4 7 10 8 8 19 56 Emprendi (reservas, 3 7 3 (reservas) 9 22 mientos cascadas) Bosques 1 1 1 1 2 protectors ACUS 1 1 1 1 1 2 4 Yumbadas 10 10 TOTAL 15 23 23 21 19 42 147*

Fuente: Estudio de clusters turísticos, 2016 47 Elaboración: Instituto de la Ciudad

18 Cabe señalar que la información de cada uno de los sitios naturales o culturales visitados ha sido consignada en fichas que describen las variables necesarias para su identificación y caracterización (nombre del sitio, ubicación geográfica, georeferenciación, vías de acce- so, servicios ofertados, precios, situación legal, capacidad de carga, estado actual del sitio, filiación cultural en casos de sitios arqueoló- gicos, etc). Las fichas representan en sí mismas un reservorio importante de información detallada, susceptible de seguir realimentando las propuestas más allá del uso inmediato de información comprimida de cada sitio/atractivo. Anexo 2

Areas de Conservación y Uso Sustentable (ACUS), Bosques Atractivos paisajísticos Emprendimientos Arqueología y reservas Calacalí Reserva Yunguilla (turismo Bosque Protector Cuenca Alta receptivo, alojamiento, Termas El Cachaco Pucará Portalanza del río Guayllabamba restaurante, mermeladas, lácteos) Cascadas pequeñas dentro ACUS Yunguilla de las reservas Dos Ríos y Tolas Calacalí Bella María Culuncos Casitagua- Reserva Yunguilla Yunguilla-Tahualulllo- Cachillacta Reserva Dos Ríos Reserva Bella María Gualea ACUS “Sistema Hídrico y Finca Agroturística las Taguas, Patrimonio Arqueológico Cascada Habaspamba Tola Alfonso Pozo barrio Guanábana Pachijal” Reserva El Higuerón Cascada Santa Marta Finca Toalí Tolas Andrade (El Mirador) Cascada del Río Cristal Finca El Porvenir-1 Tolas Santa Martha Vista Hermosa, producción de Cascada Río Pisashi Tola Freire sábila Cascada El Rosario Vivero Anderson, plantas Tola Mena Productos agrícolas y Aguas Termales Las Yumbas acuacultivos Maduri y Tolas El Porvenir/Naranjo 48 Asociados (PAAMAC) Centro de Turismo Cueva de los Guácharos, El Culuncos Las Tolas – Santa Comunitario y artesanías Las Porvenir Teresita y otros Tolas Hostería Yumbo Spa & Resort 5 cascadas/cuevas Nanegal Bosque Protector Cuenca Alta Finca agroecológica cafetera Sitio Cachillacta (tolas, Piedra Oronzona del río Guayllabamba el Paraíso (Palmitopamba) cachacos, cerámica) Elaboración de panela La Tolas Coriopuglio, Humberto Reserva Santa Lucía Piedra Yumba Rinconada (Palmitopamba) Reyes Asociación de Turismo Yumbo Reserva Maquipucuna Cascada La Piragua Sitio Rivadeneira Llacta Hosterías: Reservas Vado Río Alambi (Maquipucuna, Santa Lucía), Tola/pucará Palmitopamba Mapali, Atucsara, La Playita Pucará/tambo Capillapamba Pucará Chacapata Sitio José Antonio Espín Petroglifo Quiriyacu Culuncos Cachillacta- Palmitopamba-Paranche/ Chacapata Nanegalito ACUS “Sistema Hídrico y Turismo/aviturismo en Reservas Dentro de las reservas Patrimonio Arqueológico (excepto Tamboquinde, El Centro ceremonial Tulipe (cascadas El Pahuma) Pachijal” Quinde y El Rosario) Hosterías: Reservas (El Pahuma, Intillacta, Bellavista, Refugio Orquideológico El Río Alambi); Osho Bhadra, Tolas Santa Elena Pahuma Tandayapa Bird Lodge, El Rosal, Sumak Pakari Tolas San Francisco, Albán, Reserva Inti Llacta, Tucanopy Salento, Coronel, Miraflores Culuncos Alaspungo-El Reserva Paz de las Aves, Pahuma- El Palmar- Bellavista Cloud Forest, Miraflores-Las Tolas/Tulipe, El Rosario, Río Alambi, culuncos Barrio Lindo- Tamboquinde, El Quinde Cartagena Nono Nono 49 Bosque Protector Mindo- Reserva Verdecocha, 2 Cascada Chaupiurco Alambi Nambillo cascadas, 1 terma Hosterías: Reserva Verdecocha; Hacienda San Luis, ACUS Nono-Pichán- Alambi Cascada Guagrapamba Hacienda San Martín, San Verdecocha, Nono, San Juan, Jorge, Estancia Nido del Quinde Guagrapamba, La Escalera Culuncos Alaspungo-El Reserva Yanacocha Pahuma-Las PalmasàLas (cascadas, arqueología, Cascadas Verdecocha Tolas, culuncos Yanacocha- culuncos) Verdecocha-Guarumos Reserva Verdecocha (cascadas, arqueología, Cascadas Yanacocha Senderos García Moreno culuncos) Caminos del Inca (Nono, Cascadas Alaspungo (3) Mindo-Nambillo) Termas la Merced Pacto ACUS “Sistema Hídrico y Asociación de Turismo Tolas Pachijal, La Delicia, la Patrimonio Arqueológico Cascada Arco Iris Comunitario Sahuangal Unión, Ruales Pachijal” ACUS Mashpi – Guaycuyacu Cascada Buenos Aires/ Finca El Porvenir-2 Tolas Santa Teresa – Sahuangal Chiguacpi Reserva Mashpi Shungo Cascada del Amor Vivero Frutal Jaboticaba Tolas Paraguas Asociación Aldea del Quinde Reserva Amagusa Cascada Gallo de la Peña Tolas Sahuangal Real Pachijal (ASOTAQUIRP) Organización de Reserva Mashpi lodge Cascada Mariposa Azul Turismo comunitario Tolas Mashpi (ORGCOMGUAEA) Preasociación Naturaleza y Tolas Pérez, Enchiglema, Reserva Pambiliño Cascada El Progreso Vida Alarcón, Mora Asociación de servicios Cascadas Río Parcayacu Turísticos del Paraíso Rio Piscinas Pacto Mashpi Hosterías: reserva Pambiliño, Petroglifo San José, Santa Mashpi Lodge, Aldea del Cascada Río Guaycuyacu Teresa, Chirape 1, Chirape 2 y Quinde Real, Naturaleza y Chirape 3 Vida Culuncos Santa Teresita y Hoyas Río Cholupe otros.

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Fuente: Estudio de la oferta turística del noroccidente del DMQ, ICQ 2016 Elaboración: Instituto de la Ciudad Quito, 2017

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